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CAPÍTULo XXI

AUXITIO Y COOPERACIÓN JURISDICCIONAT


EN MATERIA PENAT

1. COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN ASUNTOS PENALES

La cooperación internacional en asuntos penales, al igual que la civil, admite


también diferentes grados.
La República Argentina ha suscripto numerosos tratados de asisrencia inter-
nacional en materia penal como, por ejemplo, con los siguientes países: Canadá
(ley 25.460), Colombia (Iey 25.348), Costa Rica (sobre tráfico ilícito de drogas,
ley 24.553), El Salvador (ley 25.911) ,Francia (ley 26.196), España lley 23.708),
Perú (ley 25.307), Portugal (ley 26.440), Corea (ley 26.781). Además de esos
tratados bilaterales pueden mencionarse otros que son multilaterales como la
Convención Interamericana sobre Asistencia Mutua en Materia Penal, adoptada
en Nassau-Bahamas (ley 26.1,39), el Acuerdo de Asistencia Jurídica Mutua en
Asuntos Penales entre los Estados Partes del Mercosur, la República de Bolivia
y la República de Chile (ley 26.004).
Puede hablarse de cooperación de primer grado en las actividades de me¡o
trámite y probatorias, como producción de pruebas penales en el exrranjero,
interrogatorios, inspecciones, reconstrucciones, informes a diferentes entidades,
peritajes a laboratorios extranjeros, etcétera.
Cooperación en asuntos penales de segundo grado serían las medidas cau-
telares que se pueden dar en el marco del proceso penal.
Existe, además, un tercer grado de cooperación penal que se relaciona con
dos aspectos. Primero, lo que siempre se ha estudiado en la materia de acuerdo
con los clásicos: el asilo y la extradición. Y por otro lado, la eficacia extrate-
r¡itorial de las sentencias penales extranjeras, su reconocimienro y ejecución en
el país. Por ejemplo, todo lo relacionado con el cumplimiento de Ia pena en el
extranjero o en el país de una sentencia extranjera y el traslado de condenados.

2. ASISTENCIA JURÍDICA MUTUA (1" Y 2')

En cuanto a la asistencia mutua entre países, en materia penal, el principio


está contenido en el art. 1'de la Ley de Cooperación Internacional en Materia
Penal 24 .7 67 :

La República Argentina prestará a cualquier Esrado que Io requiera la más


amplia ayuda relacionada con la investigación, el juzgamiento y la punición de
delitos que correspondan a la jurisdicción de aquéI. Las autoridades que interven-
EDCARDO LÓPEZ HERRERA

gan actuarán con ia mayor diligencia para que la tramitación se cumpla con una
prontitud que no desnaturalice la ayuda.

A continuación se aclara, en el a¡t. 2o:

Si existiera un t¡atado entre el Estado requirente y la República Argenriná, sus


normas regirán el trámite de la ayuda.
Sin perjuicio de ello, las no¡mas de la presente ley servirán para interpretar el
texto de los trat¡dos.
En todo lo <¡ue no disponga en especial el tratado, se aplicará la presente ley.

Y también:
En ausencia de t¡atado que ia prescriba, la ayuda estará subordinada a la exis-
tencia u ofrecimiento de reciprocidad lart. 3'1.

En cuanto a la forma se explica, en el aft.4u:


Las solicitudes y demás documentos que con ella se envien, se presentarán
traducidas al español.
La documentación remitida por vía diplomática no requerirá legalización.
La presentación en forma de los documentos hará presumir la veracidad de su
conrenido y la validez de las actuaciones a que se refie¡an.

En cuanto a la competencia del país requirente, se estará a su propia legis-


lación y además:
[...] no constituirá obstáculo para brindar la ayuda, la circunstancia que el
delito cayere también bajo la jurisdicción argentina. Sin embargo! en caso que la
ayuda consistiere en una extradición,la procedencia del pedido esta¡á condicionada
a lo dispuesto en el artículo 23.

Debido a la claridad de la ley argentina, se realizará primero un breve aná-


lisis de los tratados y luego de la ley 24.767 enlo que respecta a la cooperación
internacional.

2.1. Protocolode Asistencia lurídica Mutua en Asuntos Penales,


aprobado en San Luis, República Argentina, por Decisión
del Consejo del Mercado Común (CMC) 2/1996

La primera norma que merece destacarse es el Protocolo de Asistencia Ju-


rídica Mutua en Asuntos Penales, aprobado en San Luis, República Argentina,
por Decisión del Consejo del Mercado Común (CMC) 211,996,vígente entre los
cuatro Estados partes del Mercosur(1). A este acuerdo luego se incorporaron
Chile y Bolivia (Mercosur/CMC/DF,C. 7212001,), y más adelante Ecuador (Mer-
cosur/cMC/DEC. 2212008).
El presente Acuerdo tiene por finalidad la asistencia iurídica mutua en asun-
tos penales entre las autoridades competentes de los Estados Partes.
En cuanto al alcance de la asistencia mutua, comprende:
a)Notiñcación de actos procesales; b) recepción y producción de pruebas tales
como testimonios o declaraciones, realización de pericias y examen de personas,
bienes y lugares; c) localización o identificación de personas; d) noti6cación a tes-
tigos o peritos para la comparecencia v<¡lunta¡ia a 6n de prestar testimonio en el

(1) Ley 25.095.


AUXIL¡O Y COOPERACIÓN JURISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 639

Estado requirente; e) traslado de personas sujetas a un proceso penal a efectos de


compa¡ecer como testigos en el Estado requirente o con ofos propósitos expresa
meüte indicados en la solicitud, conforme al presente Acuerdo; f) medidas cautelares
sobre bienes; g) cumplimierto de otras solicitudes ¡especto de bienes; h) entrega
de documentos y otros elementos de prueba; i) incautación, transfere¡cia de l¡ienes
decomisados y otras medidas de natu¡aleza simila¡; j)aseguramiento de bienes a
efectos del cumplimiento de sentencias judiciales que impongan indemnizaciones o
multas; y k) cualquier otra forma de asistencia acorde con los 6nes de este Acuerdo
que no sea incompatible con las leyes del Estado requerido [art,2'].

[...] cada Estado designará una autoridad central encargada de recibir y trans
mitir los pedidos de asistencia jurídica mutua. A tal fin, dichas autoridades centrales
secomunica¡án directamente entre ellas, remitiendo tales solicitudes a las respectivas
autoridades competentes [art. 3'].

La auto¡idad central designada por la República Argentina para todos los


convenios sobre asistencia en materia penal (y para conyenios que contengan
normas sobre asistencia en materia penal) es el Ministerio de Relaciones Exte-
riores y Culto. La única excepción es e[ T¡atado de Asistencia Jurídica Mutua
en Asuntos Penales con los Estados Unidos de América, en el cual la autoridad
central designada es el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El área del
Ministerio de Relaciones Exteriores que ejerce las funciones derivadas de este rol
de autoridad central es Ia Dirección de Asistencia Judicial Internacional.
Respecto de la denegación de asistencia se establece:
1. El Estado parte requerido podrá denegar la asistencia cuando: a) la soli-
citud se ¡eñera a un delito tipi6cado como tal en la legislación militar pero no en
su legislación penal ordinaria; b) la solicitud se re6era a un delito que el Estado
requerido considerare como político o como delito común conexo con un delito
político o perseguido con una linalidad política; c) la solicitud se ¡e6era a u¡ delito
tributario; d) la persona en relación a la cual se solicita la medida ha sido absuelta o
ha cumplido condena en el Estado requerido por el mismo delito mencionado en la
solicitud. Sin embargo, esta disposición no podrá ser invocada para negar asistencia
en relación a otras personasl o e) el cumplimiento de la solicitud sea cont¡ario a la
seguridad, elorden público u otros intereses esenciales del Estado ¡equerido [art. 5'].

Los documentos emanados de autoridades judiciales o del Ministerio Público


de un Estado parte, cuando deban ser presentados en el territorio de ot¡o Estado
parte, que sean trami¡ados por intermedio de las autoridades centrales, quedan
exceptuados de toda legalización u otra formalidad análoga.
En cuanto a la la ley aplicable:
1. El diligenciamiento de las solicitudes se ¡egirá por la ley del Estado re<truerido
y conforme a las disposiciones del presente Acuerdo.
2. A pedido del Estado requirente, el Estado requerido cumplirá la asistencia
según las formas o procedimientos especiales indicados en la solicitud, a menos que
éstos sean incompatibles con su ley interna [art. 7"].

Los diferentes tipos de pedidos de asistencia judicial que están previsros en


el Protocolo de San Luis son:
a) notificación;
b) entrega de documentos oficiales;
c) devolución de documentos y elementos de prueba;
d) restimonio en el Estado requirenre;
e) traslado de personas sujetas a procedimiento penal;
f) localización o identificación de personas.
640 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

2.'1.'1. Acuerdo Complementario al Protocolo de Asistencia lurídica Mutua


en Asuntos Penales entre los Estados Partes del Mercosur

Cabe señalar que mediante ley 26-250 se aprobó el Acue¡do Complemen-


tario al Protocolo de Asistencia Jurídica Mutua en Asuntos Penales entre los
Estados Partes del Mercosur, suscripto en Brasilia, el 5 de diciembrc de 200212).
Lo más destacable de este Acuerdo Complementario es que dispone que se crea
un "Formula¡io 1' (3), mediante el cual los pedidos de cooperación judicial for-
mulados en el marco del Protocolo de San Luis se¡án transmitidos, acompañados
de la solicitud de la autoridad competente y de la documentación pertinente, sin
necesidad del envío de otros documentos, salvo cuando las autoridades com-
petentes del Estado requerido juzguen oportuna su presentacidn y lo soliciten
expresamente.
Además, es muy importante que crea un "Formulario 2", que también debe
ser tramitado por ante la autoridad central para que se informe sobre el "estado
de cumplimiento del trámite de la solicitud de asistencia". De tal manera, la parte
que pide Ia asistencia puede realizar un seguimiento de la solicitud.

(2) Todavía no está vigente.


(3) En ese formulario debe constar:
Solicita al .................. (identificación de la autoridad central del Estado re-
querido) el diligenciamiento por Ia autoridad competentc..............-.. lidenri-
ficar si fuese conocida), de la presente solicitud de asistencia jurídica, dc acuerdo con las siSuientes
indicacioñesl
1. Identificación de la causa (forma en que es iodividualizada en el Estado reqL¡irente).
2. Descripción del asunto y natur¿ieza del procedimiento judicial, incluyendo los delitos a que
se refiere (resumen claro y suficiente de los hechos, con el fin de dernostrar la relación entre la in
vestigación, los eventuales responsables y el pedido formu ado, e indicación de los delitos supues
tamente cometidos).
3. Descripción de las medidas de asisiencia solicitadas (dcbe ser clara y coñtener informaciones
específicas sobre lo que se pretenda obtener del país requerido).
4. Los motivos por los cuales se solicitan dichas medidas-
5. El texto de las normas penales aplicallLes (tipo penal, pena, prescripción, suspensión y otfas
qL¡e fueren necesarias).
6. La identidad de las personas sujetas a procedimiento iudicial, cuando se la conozca.
7. Además, se incluyen las siguientes informaciones complementarias (compleiar sifuere nece_
sario y en la medida de lo posible, considerando Iá ¡aturaleza de la diliSencia solicitada)l
7.1.lnformaciónsobrelaidentidadydomiciliodelaspersonascuyotcstimoniosedeseaobte_
ner (nombre, nacionalidad, fecha y lugar de nacirniento, filiación y otras).
7.2. El texto del interogatorio a ser formulado para la recepción de Ia prueba testimonial en el
Estado requer¡do, así como en su caso, Ia descripción de la forma en que ha de recibirse y re8isirarse
cualquier testimonio o declaración.
7.3. lnformación sobre la identidád y domicilio de las personas a ser ¡otificadas y la relación de
dichas personas con los procedimieñtos.
-.4. lnform¿cion tobre l" idenLidad ) pa-adero oe la. pc-on¡s ¡ se. loc¡lru ad¿s.
7.5. Descripción exacta del lugar a inspeccronar ideniif c¿cion de la perrona que ha de some
terse a examen y de los bienes que hayan de ser cautelados.
7.6. Descripción de las formas y procedimientos especiaLes con que ha de cumplirse la solici
tud, si así fueren requeridos.
7.7. lnformación sobre el pago de los gastos que se asignarán a la persona cuy¿ presenLr¿ se
solicite al Estado requerido.
7.8. La indicación de la autoridad del Estado requirente que pariicipará, cuando fuere el c¡so
en el diligenciamiento en el Estado requerido.
7.9. Cualquier otra información que pueda ser de utilidad al Estado requerido a los efectos de
facilitar el cumplimiento de la solicitud.
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2.2. Traslado de condenados

La República Argentina firmó tratados bilaterales sobre traslado de conde-


nados con los siguientes Estados: Estado Plurinacional de Bolivia lley 24-996),
República Federativa de Brasil (ley 25.306), República de Canadá (ley 26.251.),
República de Chile (ley 26.003), República de Costa Rica (ley 25.729), República
Dominicana (ley 26.252), Reino de España (ley 24.036), Estados Unidos Mexica-
nos (ley 24.035), República de Portugal (ley 26.608), República del Paraguay (ley
24.812), República del Perú (ley 25.178), República de Panamá (ley 25.305), Re-
pública Bolivariana de Venezuela (ley 25.041)y República de Ecuador 126.977).
En defecto de estos Tratados se aplica el Acuerdo sobre Traslado de Personas
Condenadas (Mercosur), y en defecto de éste, y en todo lo que no esté previsto
en ellos, es de aplicación la ley 24.767.

2.2.'1. Acuerdo sobre Traslado de Personas Condenadas (Mercosur)

En el ámbito del Mercosur se firmó el Acuerdo sobre Traslado de Pe¡sonas


Condenadas que amplía el beneficio al nacional de un país del Mercosur que
tenga residencia legal en otro Estado parte, aprobado por ley 26.529.
En el a¡t. 2.a dice:
[...] las sentencias de condena impuestas en uno de los Estados partes del pre-
sente Acuerdo a nacionales o a los residentes legales y permanentes de
otro Estado
parte del presente Acuerdo podrán ser cumplidas por el condenado en el Esta-
do parte del presente Acuerdo del cual sea nacional o residente legal y permanente.
Si un nacional o un residente legal y permanente de un Estado parte del presente
Acuerdo estuviera cumpliendo una coldena impuesta por otro Estado parte del
presente Acuerdo baio un régimen de condena condicional o libertad condicional,
anticipada o vigilada, tal persona podrá cumplir dicha condena bajo vigilancia de
las autoridades del Estado receptor siempre que los derechos de los Estados senten-
crador y receptor a"i lo ¿dmirer¿n.

Las condiciones para que esta condena se cumpla en otro Estado son;
'L
Que exista condena impuesta por sentencia judicial de6nitiva y ejecutoriada.
2. Que el condenado otorgue su corlsentimiento expreso al traslado, prefe-
rentemente por escrito o por otros medios fehacientes, habiendo sido informado
previamente de las consecuencias legales del mismo.
3. Que )a acción u omisión por la cual la persona haya sido condenada con-
6gure también delito en el Estado receptor. A tales efectos no se cend¡án en cuenta
las diferencias que pudieren existir en la denominación del delito.
4. Que el condenado sea nacional o residente legal y pe¡manente del Estado
receptor.
5. Que la condena impuesta no sea de per¡a de muerte o de prisión perpetua.
En tales casos el t¡aslado solo podrá efectuarse si el Estado sentenciador admite que
el condenado cumpla una pena privativa de libertad cuya duración sea la máxim¿
prevista por la legislación penal del Estado receptor, siempre que no sea prision
perpetua.
6. Que el tiempo de pena por cumplir al tromento de presentarse Ia solicitud
sea de por lo menos 1 (u¡) año.
Los Estados partes del presente Acuerdo podrán convcni¡ el traslado aun cuan-
do la duración de la pena por cumplir sea in{erior a la prevista en el párrafo anterior.
7. Que ia sentencia de condena no sea cont¡a¡ia a los principios de orden
público del Estado receptor.
8. Que tanto el Estado sentenciador como el Estado receptor den su aprobación
642 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

EI procedimiento del traslado está sujeto a las siguientes reglas:


1. El trámite podrá ser promovido por el Estado sentenciador o por el Estado
receptor, a pedido de la persona condenada o de un tercero en su nombre. Ninguna
disposición del presente Acuerdo será interpretada como impedimento para que el
condenado solicite su t¡aslado.
2. La solicitud será tramitada por intermedio de las autoridades centrales desig-
nadas conforme al artículo 12 delpresente Acuerdo. Cada Estado parte del presente
Acuerdo, creará mecanismos de información, cooperaciófl y coordinación ent¡e la
autoridad central y las demás autoridades que deban intervenir en el traslado del
condenado.
3. La solicitud de t¡aslado deberá contener la información que acredite el cum-
plimiento de las condiciones establecidas en el artículo 3.
4. En cualquier momento, antes de efectua¡se el traslado, el Estado senten-
ciador permitirá al Estado receptor veriñcar, si lo desea y mediante un funcionario
designado por éste, que el condenado haya dado su consentimiento con pleno co-
nocimiento de las consecuencias legales del mismo.

El Tratado luego regula la información que debe proporcionar el Estado


sentenciador y el Estado receptor.
En cuanto a la entrega del condenado, dice:
1. Si el Estado receptor aprueba el pedido de traslado, deberá notiEca¡ de
inmediato tal decisión al Estado sentenciador, por intermedio de las autoridades
centrales y tomar Ias medidas necesarias para su cumplimiento.
Cuando un Estado parte en el presente Acuerdo no apruebe el trasiado de un
condenado, comunicará su decisión al Estado solicitante, explicando el motivo de
su neg¿ti\ a cu¿ndo esro \ea po'ible y convenlenle,
2. La entrega delcondenado por el Estado sentenciador al Estado recepto¡ se
efectuará en el lugar acordado por las autoridades competentes. El Estado receptor
será responsable de la custodia del condenado desde el momento de la entrega.
3. Los gastos relacionados con el traslado del condenado hasta la entrega al
Estado receptor serán por cuenta del Estado sentenciador
El Estado receptor será responsable de todos los gastos ocasionados por el
traslado del condenado desde el momento en que éste quede bajo su custodia.

2.2.2. Protocolo de San Luis

El Protocolo de San Luis tiene el siguiente régimen de "Traslado de Personas


Sujetas a Procedimiento Penal", lo que no implica que se trate necesariamente
de condenados:
1. La persona suieta a un procedimiento penal en el Estado requerido, cuya
comparecencia en el Estado requirente sea necesaria en virtud de la asistencia previs_
ta en el presente Acuerdo, será trasladada con ese fin al Estado requirente, siempre
que esa persona y el Estado requerido consientan dicho traslado.
2. La persona sujeta a un procedimiento peral en el Estado requirente de la
asistencia y cuya comparecencia en el Estado requerido sea necesaria, será trasla-
dada al Estado requerido, siempre que lo consienta esa persona y ambos Estados
estén de acue¡do.
3. Cuando un Estado parte solicite a otro, conforme al presente Acu€rdo, el
traslado de una persona de su nacionalidad y su Constitución impida la entrega a
cualquier título de sus nacionales, deberá info¡mar el contenido de dichas disposi-
ciones al ot¡o Estado parte, que decidirá acerca de la conveniencia de lo solicitado.
4. A los efectos del pres€nte articulo:
a) el Estado receptor deberá mantene¡ a la persona trasladada bajo custodia,
a menos que el Estado remitente indiqüe lo contrario;
AUXILIO Y COOPERACIÓN ]URISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 643

b) el Estado receptor devolverá la persona trasladada al Estado ¡emitente tan


pronto como las citcunstancias lo permitan y con sujeción a lo acordado entre las
autoridades competentes de ambos Estados, sin perjuicio de lo establecido en el
párrafo anterior;
c) respecto a la devolución de la persona trasladada, no será necesario que el
Estado remitente promueva un p¡ocedimiento de extradición;
d) el tiempo transcurrido bajo custodia en el Estado recepto4 será computado
a los efectos del cumplimiento de la sentencia que se le impusiere;
e) la permanencia de esa pe¡sona en el Estado receptor no podrá exceder de no-
venta (90) días, a menos que la persona y ambos Estados consientan en pror¡ogarlo;
f) en caso de fuga en el Estado receptor de la persona trasladada que esté sujeta
a una medida ¡€strictiva de libertad en el Estado remitente, éste podrá solicitar al
Estado receptor el inicio de un procedimiento penal a 6n del esclarecimiento del
hecho así como su información periódica.

2.2.3. Ley de Cooperación lnternacional en Materia Penal (ley 24.767)


En el supuesto de que el país que haya juzgado y sentenciado a un nacional
argentino no hubiera firmado un tratado de traslado de condenados con nues-
tro país, el trámite podrá iniciarse igualmente bajo las previsiones de la Ley de
Cooperación Internacional en Materia Penal \ley 24.767J.
Las penas privativas de libertad impuestas por un tribunal de un país ex-
tranjefo a nacionales argentinos podrán ser cumplidas en la Argentina en las
condiciones que prescriben los artículos siguientes. En ese caso, la petición de
traslado podrá ser presentada por el condenado, por terceros a su nombre o por
el Estado que impuso la condena (arts. 82 y 83).
La autoridad que resuelve si autoriza la petición de traslado es el Ministe-
rio de Justicia. Para ello tendrá en cuenta todas Ias circunstancias que permiran
suponer que el traslado contribuirá a cumplir los fines de la pena, especialmente
los vínculos que por relaciones familiares o residencia pudiera tener el conde-
nado en [a Argentina. Si denegara la petición, podrá reservar la expresión del
motivo de tal decisión. Si el traslado fuese autorizado, el Ministerio de Justicia
le dará intervención al juez de eiecución competente, a quien le remitirá todos
los antecedentes del caso.
Las condiciones que deben cumplirse para que sea viable una petición de
traslado sonr
a) Que el condenado sea argentino al momento en que se presenta la solicitud;
b) que la sentencia de condeña en el país extranjero sea de6nitiva y esté 6rme;
c) que el condenado haya dado ante una autoridad diplomática o consular
argentina, y con asistencia letrada, su libre y expreso consentimiento al traslado,
después de ser inform¿do de las consecuenci¿'l
d) que la duración de la pena pendiente de cumplimiento sea de po¡ lo menos
dos años al momento de presentarse el pedido;
e) que el condenado haya reparado Ios daños ocasionados a la víctima en la
medida que le haya sido posible.
No importará para la concesión del t¡aslado que el hecho cometido no sea
delito para la ley argentina,
Si la petición de traslado fuese presentada por el condenado, por sí o por
terceros, el Ministerio de Justicia requerirá al Estado de la condena, por vía
diplomática, los siguientes antecedentes (art. 86):
a) Una copia de la sentencia;
b) una descripción de las circunstancias del delito que motivó la condena, si es
que no surgieran de la sentencia;
644 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

c) una atestación acerca de que la sentencia es definitiva y está firme! del tiem-
po de pena que aún resta cumplir y de la fecha y hora exacta en que se cumplirá;
d) una completa in{ormación acerca de si el condenado ha reparado los daños
ocasionados a la víctima en la medida que le haya sido posible, y sobre el com-
portamiento que haya tenido el condenado en el establecimiento carcela¡io donde
estuvo cumpliendo la pena;
e) una declaración de que el Estado <le Ia condena podría acceder al traslado
en las condiciones establecidas por esta le¡
Al mismo tiempo instruirá un expediente con las pruebas aportádas por el
solicitante del t¡aslado que sean conducentes a los 6nes previstos por el segundo
párrafo del artículo 84.

Si la petición de traslado fuese efectuada por el Estado de la condena, deberá


presenlarse por la via diplomárica.
La solicitud contendrá, además de Ia documentación referida en el artículo
anterior, el consentimiento dado por el condenado en la lorma prescripta por el
art. 85, inc. c) (art. 86).
Según el art. 88:
El traslado se auto¡izará en las siguientes condiciones:
a) la pena se cumplirá conforme las leyes y reglamentos vigentes en la Argen-
tina, incluidas las normas referentes a la libertad condicional;
b) solo el Estado de la condena podrá revisar la condena o conceder amnistía,
indulto o conmutacióo de la pena;
c) la Argentina pond¡á al trasladado inmediatamente en libertad si recibe una
o¡den en tal sentido del Estado de la condena;
d) la persona trasladada gozará de 1a inmunidad prevista por el artículo 18;
e) la Argentina informará periódicamente al Estado de la condena acerca de
Ia forma en que se desarrolla el cumplimiento de la pena

2.2.3.1. Cumplimiento de condenas de ejecución condicional,


multa o decomiso
Además de las condenas efectivas, también la ley 24.767 permite que el
condenado por un tribunal de un país extranjero cumPla en el país una pena en
régimen de condena condicional o libertad condicional.
Igualmente se prevé que se eiecuten en el país "las condenas de multa o
decomiso de bienes dictadas en un país extraniero".
Las condiciones son que
a) La infracción fuese de competencia del Estado requirente, según su propia
Iegislación;
b) la condena sea definitiva y esté ñrme;
c) el hecho que la motiva constituya infracción punible para la ley argentin.r,
aun cuando no tur iera prevl\r¿\ lJs mi\m¿( pcn¿\:
d) no se dieren las circunstancias del artículo 8'párrafos a) y d);
e) la pena no se haya extinguido segírn la ley del Estado requirente;
f) el condenado no hubiese sido juzgado en la Argefltina o en cualquicr otro
país por el hecho que motiva el pedido;
g) el condenado hubiese sido personalmente citado y se haya garantizado su
defensa;
h) no existieren las razones especificadas en el a¡tículo 10.
La ayuda no podrá consistir en la aplicación de una pena de prisión por con-
ve¡sión de la multa.

Si la condena es de inhabilitación dictada en un país extranjero, también


podrá ser cumplida en la Argentina. El procedimiento judicial se regirá por las
AUXILIO Y COOPERACIÓN JURISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 6.1J

normas de los incidentes previstas en el Código Procesal Civil y Comercial de


la Nación (art. 104).

2.2.3.2. Cumplimiento en el extranjero de condenas dictadas


en Ia Argentina

A la inversa, cuando el condenado en la Argentina es extranjero, la ley


24.767 le permite que cumpla la condena en el país de su nacionalidad. La soli-
citud podrá ser presentada por el condenado, por terceros a su nombre o por el
Estado de esa nacionalidad (art. 105).
La Corte Suprema ha dicho que si los cocondenados en la misma causa que
la presentante, que cumplen su pena en otro país, han accedido al régimen de
salidas transitorias, corresponde proceder con igual temperamento con respecto
a la condenada que cumple su pena en la Argentina -aun cuando el beneficio no
está disponible todavía para ella por la ley local-, pues ello resulta una aplicación
más respetuosa de la obligación internacional contenida en el T¡atado sobre
T¡aslado de Condenados (ley 25.306) y de los principios pro homine, rgualdad
y no contradicción (4).
También el condenado por un tribunal argentino a cumplir una pena en
régimen de Iibertad condicional, podrá cumplirla en un país extranjero bajo la
vigilancia de sus autoridades.

2.3. Pruebas en el extranjero


Las medidas de prueba en el extranjero están legisladas en el Acue¡do sobre
Asistencia Jurídica Mutua del Mercosur. En su art.2', inc. b), dice que la asis-
tencia jurídica comprenderá, entre otras medidas, "recepción y producción de
pruebas tales como testimonios o declaraciones, realización de pericias 1'examen
de personas, bienes y lugares".
En el art. 6.4 d) y e) se indica que la solicitud debe¡á incluir:
d) Descripción exacta del iugar a inspeccionar, identi6cación de la persona que
ha de someterse a ex¡men y de los bienes que hayan de ser cautelados;
e) el texto del interrogatorio a ser formulado para la recepción de la pmeba
tes¡imonial en el Estado requerido, así como, en su caso, la descripción de la forma
en que ha de recibirse y registrarse cualquie¡ testimonio o declaración.

En cuanto a la información de la prueba obtenida, el Estado requerido debe


mantene¡ la confidencialidad. Al respecto expresa el art.12
Limitaciones al empleo de la ixfotmacióx o prueba obtexida.l. Salvo consenti-
miento previo del Estado requerido, el Estado requirente solamente podrá emplear la
información o la prueba obtenida en virtud del presente Acuerdo en la investigación
o el procedimiento indicado en la soiicitud.
2. La auto¡idad competente del Estado requerido podrá solicitar que la infor-
mación o la prueba obtenida en virtud del presente Acuerdo tengan carácter conñ-
dencial, de conformidad con las condiciones que especiEcará. En talcaso, el Estado
requirente respetará dichas condjciones. Si no pudiere aceptarlas, lo comunica¡á al
requerido, que decidirá sobre la prestación de la cooperación.

(4) Corte Sup., 14/2/2012, "Cetñano, Karina Dana s/causa 12.792" , LL 2012-8 9A.
646 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

Respecto a los tipos de prueba el Tratado contiene la siguiente reglamen-


tación:
Entrega de documentos oficiales (art. 15)
A solicitud de la autoridad competente del Estado requirente, la del Estado
requerido:
a) proporcionará copias de documentos o6ciales, registros o info¡macidn ac-
cesibles al público; y
b) podrá proporcionar copias de documentos oficiales, registros o información
no accesibles al público, en las mismas condiciones por las cuales esos documentos
se proporcionarían a sus propias autoridades. Si la asistencia prevista en este literal
es denegada, la autoridad competente del Estado requerido no estará obligada a
expresar los morivor de la denegaroria.
Testimonios en el Estado requerido (art. 16)
1. Toda persona que se encuentre en el Estado requerido y a la que se solicita
prestar testimonio, aportar documentos, antecedentes o elementos de prueba en
virtud del presente Acuerdo, deberá comparecer, de conformidad con las leyes del
Estado requerido, ante la autoridad competente.
2. El Estado requerido informará con su6ciente antelación el lugar y la fecha
en que se recibirá la declaración del testigo o los mencionados documentos, antece-
dentes o elementos de prueba. Cuando sea necesario, las autoridades competentes
se consultarán, por inte¡medio de las autoridades centrales, a efectos de fijar una
fecha conveniente para las autoridades requirente y requerida.
3. El Estado requerido autorizará la presencia de las autoridades indicadas
en Ia solicitud durante el cumplimiento de las diligencias de cooperación, y les
permitirá formular preguntas si ello estuviera autorizado por las Ieyes del Estado
requerido y de con(ormidad con dichas leyes. La audiencia tendrá lugar según los
procedimientos establecidos por las leyes del Estado requerido.
4. Si la persona a que se hace referencia en el párrafo 1 alega inmunidad,
privilegio o incapacidad según las leyes del Estado requerido, esta alegación será
resuelta por la autoridad competente del Estado requerido con anterio¡idad al cum_
plimiento de la solicitud y comunicada al Estado requirente por intermedio de la
autoridad central.
Si la persona a que se hace referencia en el párra{o 1 alega inmunidad, privilegio
o incapacidad según las leyes del Estado requirente, la alegación será in(ormada
por intermedio de las respectivas autoridades centrales, a Én de que las autoridades
competentes del Estado requirente resuelvan al respecto.
5. Los documentos, antecedentes y elementos de prueba entregados por el
testigo u obtenidos como resultado de su declaración o en ocasión de la mlsma,
serán enviados al Estado requirente junto con la decla¡ación.

Testimonio en el Estado requirente (art. 17)


1. Cuando el Estado ¡equi¡eÍte solicite la comparecencia de uÍa pe$ona en su
territorio para prestar testimonio o rendir informe, el Estado requerido invitará al
testigo o perito a comparecer ante la autoridad competente del Estado lequrrenle.
2. La autoridad competente del Estado requerido registrará por escrito el con_
sentimiento de la persona cuyá comparecencia se solicita en el Estado requrrenre
e info¡mará con prontitud a la auto¡idad central del Estado requirente de dicha
respuesta.
3. Al solicitar Ia comparecencia, 1a autoridad competente del Estado requirente
indicará los gasros de traslado y de estadía a su cargo.
Se aclara además:
Art. 20.- 1. La comparecencia o raslado de la persona que consienta declarar
o dar testimonio, estará condicionada a que el Estado receptor conceda un salvo-
conducto bajo el cual, miertras se encuentre en ese Estado, éste no podrá:
AUXILIOY COOPERAC¡ÓN ]URISDICCIONAL EN MAIERIA PENAL 647

a) detener o juzgar a la persona por delitos anteriores a su salida del t€rrirono


del Estado remitente;
b) convocarla para declárar o dar testimonio en procedimientos no especi6,
cados en la solicitud.

2.4. Medidas cautelares. Protocolo de Asistencia lurídica Mutua


en Asuntos Penales, aprobado en San Luis

El Protocolo de Asistencia Jurídica Mutua en Asuntos Penales, aprobado


en San Luis, regula las medidas cautelares en procesos penales de la siguiente
manera:
1. La autoridad competente del Estado requerido diligenciará la solicitud de
cooperación cautela¡ si ésta contiene información su6ciente que justifique la pro-
cedencia de la medida solicitada. Dicha medida se someterá a la ley procesal y
sustantiva del Estado requerido.
2. Cuando un Estado parte tenga conocimiento de la existencia de los instru
mentos, del objeto o de los frutos del delito en el ter¡irorio de otro Estado parte que
puedan ser objeto de medidas cautelares según Jas leyes de ese Estado, informará
a la autoridad central de dicho Estado. Esla remirirá Ia información recibida a sus
autoridades competentes a efectos de determinar la adopción de las medidas que
correspondan. Dichas autoridades actuarán de conformidad con las leyes de su país
y comunicarán al otro Estado parte, por intermedio de las autoridades centrales,
las medidas adoptadas.
3. El Estado requerido resolverá, según su le¡ cualquier solicitud relativa a
la protección de los derechos de terce¡os sobre los objetos que sean materia de las
medidas prer,isras en ef pjrralo anrerior.

2.4.1. Tratado de Asistencia Jurídica Mutua en Asuntos Penales


con el gobierno de los Estados lJnidos de América

El Tratado de Asistencia Jurídica Mutua en Asuntos Penales con el gobierno


de los Estados Unidos de América, aprobado por la ley 24.034, también regula
la cooperación de segundo grado.
El art. 1,4 está dedicado al registro, embargo y secuestro, y prescribe lo
siguiente:
1. El Estado requerido cumplirá con toda solicitud de registro, embargo, se-
cuestro y entrega al Estado requirente de cualquiel documento, antecedente o efecto,
siempre que la solicitud lleve la información que justifique dicha acción según las
leyes del Estado requerido.
2. Previa solicitud, cualquier funcionario encargado de la custodia de un efecto
embargado o secuestrado certi6cará, mediante el fo¡mula¡io C anexo al presente
tratado, la continuidad de la custodia, la identidad del efecto y su integridad. No
se exigirá ninguna otra certificación. El certificado se¡á admisible en el Esrado re-
quirente como prueba de la veracidad de las circunstancias que en él se expongan.
3. La auto¡idad central del Estado requerido podrá exigir que el Estado requi-
rente se someta a las condiciones que se estimen necesarias para proteger los intere-
ses de terceras partes en el documento, antecedente o efecto que haya de trasladarse.

El otro caso de cooperación de segundo grado en ese Tratado es el art. 16


que reglamenta la "Asistencia en procedimientos de incautación":
1. Si la autoridad central de una de las partes llega a enterarse de la exis¡encia
de frutos o inst¡umentos de delitos en el ter¡ito¡io de la otra parte que puedan
incautarse o, de otro modo, embargarse según las leyes de ese Estado, podrá infor-
648 EDCARDO LÓPEZ H ERRERA

marlo a la autoridad central de la otra parte. Si la otra parte tiene iurisdicción al


respecto podrá presentar esa info¡mación a sus autoridades, para que decidan si
debe adoptarse alguna medida. Dichas autoridades decidirán conforme a las leyes
de su país ¡ por medio de su autoridad central, informarán a la otra parte del
¡esultado de tal decisión.
2. Las partes contratantes se asistirán mutuamente, en la medida que lo per
mitan sus leyes respectivas, en los procedimientos relativos a la incautación de los
fmtos e instrumentos de delitos y a las indemnizaciones a las víctimas de delitos,
así como en la ejecución de las multas dispuestas por orden judicial.
3. La parte requerida que tenga en su poder los bienes incautados los enajenará
de conformidad con sus propias leyes, en la medida que lo permitan sus leyes, y
según los términos que se co¡sideren razonables, cuaiquiera de las dos partes podrá
t¡ansferir bienes, o el producto de su enajenación, a la otra parte.

3. ASILq REFUGIO (TRATADOS DE MONTEVIDEO)

El asilo en sentido amplio es la protección jurídica que dispensa un Esrado


a un delincuente político perseguido por otro Estado.
El asilo político, en sentido estricto o diplomático, es el conferido a un per-
seguido político que llega hasta una embajada o legación de un Estado extranjero
pidiendo protección. Es concedido por el iefe de misión o por persona autorizada,
previa consulta con su gobierno.
El asilo te¡ritorial o refugio político es concedido a un perseguido político
que llega por sus propios medios al territorio del Estado al que solicira protec-
ción. La otorga el Ejecutivo del país requerido(5).

3.1. Origen histórico

El derecho de asilo es hijo de las supersticiones populares. Los pueblos pri-


mitivos consideraban inviolables 1os lugares sagrados, de manera que era una
profanación perseguir a quienes se refugiaban en ellos. Según Vico, así ocurría en
Atenas "con el templo de Minerva, no así en Roma donde el asilo se básaba en
el respeto que inspiraba la majestad imperial, de tal modo que era considerado
inviolable todo aquel que llegaba a tocar la estaua del emperador" (6).
En ta Biblia se encuentran algunos ejemplos de asilo territorial. Así, en el
capítulo XIII del Deuteronomio, se fijan las ciudades de refugio donde salvará su
vida "el homicida que matare a su prójimo por yerro". Las disposiciones tienen
por finalidad evitar todo acto de injusticia sobre la persona del perseguido.
Luego de que en Roma el emperador Constantino autorizara en los primeros
templos cristianos, el asilo cambia sus fundamentos y modalidades' Su finalidad,
dice Zuccherino, tiende a la corrección del perseguido, a la salvación de su alma,
en suma(7). Por eso, en un primer momento se basó en la figura del sacerdote,
para luego poner el acento en los lugares sagrados donde busca refugiarse el
detenido.

(5) ZuccHER|No, Ricardo M. Delecho ¡nternac¡onal privada, LexisNexis, Buenos Aires, 2008,
p. 527 .
(6) Vlco, Carlos M., Curso de derccho internacional pt¡vado,I.ll, 5'ed., Biblioteca lurídica Ar-
Bentina, Buenos Aires, 1964, p.277.
(7) ZuccHERrNo, Ricardo M., Derecáo mternacional pr¡vado, cif., p. 528
AUXILIOY COOPERAC¡ÓN ]URISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 619

Así, el asilo comenzó a ser concedido por los Estados. En un principio no


fue un acto de clemencia o bondad sino de animadversión y de rencor hacia el
Estado extranjero con el cual se estaba en guerra. Se comprende, dice Vico que
"viviendo los pueblos en estado de hostilidad permanente [...] los malhechores
que habían delinquido contra una soberanía enemiga fueran acogidos en lugar
de entregados. Las fronteras de cada pueblo se abrían hospitalariamente para
recibirlos, y detrás de ellos e¡an cerradas con violencia para no dar acceso al
clamor de las yíctimas ni a los derechos del Estado ofendido" (8).
En la actualidad, los templos han sido reemplazados por las embajadas y
legaciones.

3.2. Carácter facultativo u obligatorio

Respecto del asilo, una de las polémicas que se suscita es la de determinar


si es facultativo, es deci¡ una institución humanit¿ria cuyo ejercicio discrecional
constituye una prerrogativa del Estado inhe¡ente a su soberanía; o bien si es obli-
gatorio, es decir, si es un derecho inhe¡ente a la condición humana. La diferencia
práctica es que si es facultativo, el interesado en obtenerlo no puede obligar al
Estado a concederlo ni pedir a un juez que condene al Estado a otorgarlo, ya que
es solo disc¡ecional. Si es un derecho, sería en principio procedente demandar al
Estado para que lo otorgue.
Para una opinión, e[ asilo es obligatorio. Se basa en que los tratados de
derechos humanos así lo reconocen, por ejemplo:
a) El art. 14, inc. 1" de la Declaración Universal de los Derechos del Hom-
bre que dice: "En caso de persecución, toda persona tiene el derecho de buscar
asilo y a disfrutar de é1 en cualquier país".
b) El art. 27 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Homb¡e: "Toda persona tiene derecho a buscar y recibir asilo en territorio ex-
tranjero en caso de persecución que no sea motivada por delitos de derecho
común".
Esta Convención nada refiere respecto al asilo diplomático.
c) El art. 22 de la Convención Americana de Derechos humanos, incs. 7o
y 8",
Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en ter¡ito¡io exrranjero
en caso de persecución por delitos políticos o comunes coflexos con los políticos y de
acuerdo con la legislación de cada Estado y los convenios internacionales [inc. 7"].

En ningún caso el extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro país, sea o
no de origen, donde su de¡echo a la vida o a la libertad personal esrá en riesgo de
violación a causa de raza, nacionalidad, religión, condición social o de sus oprniones
políticas [inc.8'],

Se desprende de estos textos que el asilo es un derecho humano que busca


proteger la vida, Iibertad y seguridad de las personas asiladas.
La posición que sostiene que es facultativo se basa en que las legaciones
diplomáticas deben tener un amplio margen de actuación para no perjudicar las
relaciones con el país donde están instaladas, o con el país que persigue a quien
pide elasilo. Además, se fundamenta en que quien califica las causas que morivan

(8) VrCo, Carlos M., Curso de derecho internacional privado, I. ll, 5 ed., cit., p.278.
650 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

el pedido de asilo, como políticas o no, es el país asilante. Esta concepción hace
primar los intereses del Estado, las relaciones exteriores por sobre los derechos
del asilado. Es la que tiene preeminencia en la comunidad internacional y la que
sigue la Argentina.
Ejemplos de esta posición son:
a) La Convención de Caracas sobre asilo de 1954 (no suscripta por la Ar-
gentina) que dice en sus arts. II y V
Todo Estado tiene de¡echo de conceder asilo; pero no está obligado a otorgarlo
ni a declarar por qué lo niega lart. II].
Corresponde al Estado asilante la caliÉcació¡ de la naturaleza del delito o de
los motivos de la persecución [art. V].

b) La Convención de La Habana de 1928 es ambigua, ya que expresa en


el art. 2"r
El asilo de delincuentes políticos en legaciones, navíos de guerra, campamefltos
o aeronaves milita¡es, será respetado en la medida en que, como un derecho o por
humanitaria tolerancia, lo admitieren el uso, las convenciones o las leyes del país
de refugio y de acuerdo con l¿s dicposiciones siguienres.

Al decir "como un derecho o por humanitaria tolerancia", no se pronuncia


POr Su naturaleza.
Se ha criticado a esta posición que al no reconocer un derecho al asilo y por
lo tanto que no existan reglas claras para su concesión o denegación, en realidad
la legación está en una posición de suma debilidad porque puede ser presionada
tanto para conceder como para denega! precisamente por el carácter discrecional
del asilo. Además, que la legación tenga la facultad de calificar como política
o no la persecución del asilado, no quiere decir que eso también signifique que
seá discrecional conceder el asilo. Lo uno no necesariamente implica lo otro.
Perfectamente se podría reconocer la libertad de calificar, pero a continuación
imponer el deber de otorgar asilo cuando la situación fuese de una manifiesta
persecución política.

3.3, Personas que pueden obtener asilo diplomático

E1 asilo es una institución humanitaria que protege a los llamados delincuen-


tes políticos. Los delincuentes comunes no pueden solicitar asilo.
El Tratado de Derecho Penal de Montevideo de 1889 dice en los art. 16 y 171
El asilo es inviolable para los perseguidos por delitos políticos [...] [art. 16].

El reo de delitos comunes que se asilase en una legación, deberá ser entregado,
por el jefe de ella, a las autoridades locales, previa gestión del Ministe¡io de Rela-
ciones Exteriores, cuando no lo efectuase espontáneamente [art. 17].

La Convención de La Habana de 1929 tambtÉn se pronuncia:


No es lícito a los Estados dar asilo en legaciones, navíos de guerra, campamen-
tos o ae¡onaves militares, a personas acusadas o condenadas por delitos comunes
ni a desertores de tierra y mar.
Las personas acusadas o coldenadas por delitos comunes que se refugtaren en
alguno de los lugares señalados en el párrafo precedente deberán ser entregadas tan
pronto como lo requiera el gobierno local.
AUX¡LIO Y COOPERACIÓN JURISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 651

Si dichas personas se refugiaren en territorio extraniero Ia entrega se efectuará


mediante extradición, y solo en los casos y en la forma que establezcan los respec-
tivos tratados y convenciones o la Constitución y leyes del país de refugio.

La Convención de Montevideo de 1933 agrega: "La calificación de la de-


lincuencia política corresponde al Estado que presta el asilo".
Sin embargo, no fija ningún criterio que permita saber cuándo un delito es
político.
Para sintetizar, puede decirse que no pueden solicitar asilo:
a) los acusados o procesados por delitos comunes;
b) los condenados por delitos comunes que todavía no cumplieron la pena;
c) los desertores.
Respecto a estos últimos, el Tratado de Montevideo decía que debían ser
entregados a las autoridades. En cambio, la Convención de Caracas de 1954 a
esto agrega: "salvo que los hechos que motivan la solicitud de asilo, cualquiera
que sea el caso, revistan claramente carácter político".
Existe también un requisito temporal: el delito político debe ser anterior a
la solicitud de asilo.

3.4. Calificación del delito


Si bien los tratados no desc¡iben el delito político, puede generalizarse di-
ciendo que normalmente es el disidente, el activista, el revolucionario, el polí-
ticamente incorrecto. El delincuente político no tiene forzosamente que ser un
político de profesión, sino que puede ser un sindicalista, un líder religioso, un
escritor o un artista. También la historia registra casos en los cuales el asilado es
un expresidente o su familia.
La persecución puede estar basada no solo en motivos políticos, sino tam-
bién raciales, religiosos, gremiales, etc. El asilado no tiene que demostrar que
hay una orden de detención en su contra o incluso que es personal, sino que le
basta con demost¡a¡ una amenaza más o menos tangible contra su partido, su
religión o su raza.

3.4.1. Casos que no son del¡tos políticos


A contrario sensu, la ley 24.767 ayuda para calificar cuándo un delito no
es político.
Así lo expresa el art. 9o:
No se conside¡a¡an delitos políticos:
a) los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad;
b) los atentados contra Ia vida, la integridad corporal o la libertad de un jefe
de Estado o de gobierno, o de un miembro de su familia;
c) los atentados contra la vida, la integridad corporal o la libertad de personal
diplomático o de otras personas internacionalmente protegidas;
d) los atentados contra la vida, la integridad corporal o la libertad de la po-
blación o del personal civil inocente no comprometido en la violencia generada por
un conflicto armado;
e) los delitos que atenten contra la seguridad de la aviación o Ia navegacrdn
civil o comercial;
f) los actos de terrorismo;
g) los delitos respecto de los cuales la República Argentina hubiera asumido
una obligación convencional inte¡nacional de extraditar o eniuiciar.
EDCARDO LóPEZ HERRERA

3,5. Lugares donde se puede requerir asilo

Respecto de los lugares donde se puede brindar asilo diplomático a una


persona, por 1o general es en una embajada o legación extraniera.
La Convención de Montevideo de 1933 menciona a "legaciones, naves de
Suerra, campamentos o aeronaves militares".
El Tratado de Asilo de 1939 (no ratificado por la Argentina) dice que
[...] el asilo sólo puede concederse en las embajadas, Iegaciones, buques de
guerra, campamentos o aeronaves militares, exclusivamente a los perseguidos por
motivos o por delitos políticos y por delitos políficos concurrentes en que no proceda
la extradición. Los iefes de misión podrán también recibir asilados en su resJstencia,
en el caso de que no viviesen en el local de las embajadas o legaciones fart 2'].

La Convención de Caracas de 1954 también hace alusión a las legaciones,


navíos de guerra, campamento o aeronaye militar.

3.6. Derechos y obligaciones


La nación que otorga asilo, según el Tratado de Montevideo de 1889, "tiene
el deber de impedir que los asilados realicen en su territorio actos que pongan en
peligro Ia paz pública de la Nación contra Ia cual han delinquido".
De acuerdo con el art. XVIII de la Convención de Caracas, el asilado no
puede realizar "actos contrarios a la tranquilidad pública, ni intervenir en Ia
política interna del Estado territorial".
El Tratado de Asilo de 1939 (no ratificado por la Argentina) dice:
Mientras dure el asilo no se permitirá a los asilados practicar actos que aiteren
la tranquilidad pública, o que tiendan a participar o influir en actividades políti-
cas. Los agentes diplomáticos o comandantes requerirán de los asilados sus datos
personales y la promesa de no tener comunicaciones con el exterior sin su interleo_
ción expresa. La promesa será por escrito y frrmada; si se oegaran o infringreran
cualquiera de esas condiciones, el agente diplomático o comandante hara cesar
inmediatamente el asilo.

En cuanto a los derechos, el art. 5" del Tratado de Asilo de 1939 (no ratifi-
cado por la Argentina), dice:
Podrá impedirse a los asilados, llevar consigo otros objetos que los de uso per-
sonal, los papeles que le pertenecieren y el dinero necesario para sus gastos de vida,
sin que puedan depositarse otros valores u objetos en el lugar de asilo.

3.7. Finalización del asilo


El asilo cesa:
a) por haber transgredido el asilado las reglas de conducta impuestas;
b) por renuncia del asilado;
c) por decisión del país asilante. Esto sucede, por ejemplo, en casos de cam-
bios de gobierno. En esa situación, se suele otorgar un salvoconducto para que
el asilado pueda refugiarse en el país que acceda otorgade nuevo asilo.
AUXILIO Y COOPERACIÓN JURISDICCIONAL EN MAIERIA PENAL 653

4. ASI[O TERRITORTAL O REFUCIO

El asilo territorial o refugio político es el que se brinda a un perseguido por


motiyos políticos que llega al territorio del Estado en el que solicita protección.
Este tipo de asilo no necesita de fundamentos especiales, ya que se otorga en
el propio territorio y no en embajadas que pueden estar ubicadas en el extranjero.
Como señala Kaller de Orchansk¡ "si una persona busca refugio en el territorio
dentro del Estado, para preservar su vida, su libertad o su seguridad, eierce un
derecho que no requiere justificación. Desde el momento que traspone [a frontera
y penetra en el territorio de otro Estado queda sometido a la iurisdicción local y
(e).
a la jurisdicción de las autoridades del Estado receptor"
La protección que otorga el refugio es meramente ter¡itorial. Si el refugiado
decide abandona¡ el país que lo refugia, no está protegido salvo que el nuevo
país Io considere un refugiado.
El asilo ter¡ito¡ial está previsto ya en el Tratado de Montevideo de 1889,
cuando expresa: "Ningún delincuente asilado en el te¡ritorio de un Estado podrá
ser entregado a las autoridades de otro, sino de conformidad a las reglas que
rigen la extradición".
El Tratado de Montevideo sobre Asilo y Refugio Políticos de 1939 (no
ratificado) dice:
El refirgio concedido en el territo¡io de las altas partes contratantes, eiercido de
conformidad con el presente Tratado, es inviolable para los perseguidos a quienes
se re6e¡e el a¡tículo 2, pero el Estado tiene el deber de impedir que los refugiados
¡ealicen en su territo¡io actos que pongan en peligro la paz pública del Estado del
que proceden.

Además prohíbe "establecer juntas o comités constituidos con el propósito


de promover o fomentar perturbaciones del orden en cualquiera de los Estados
conÍatantes".

4.1. Ley 26.165 de Reconocimiento y Protección al Refugiado


La Ley General de Reconocimiento y Protección al Refugiado 26.165 regula
todo lo referente a la condición de refugiado en el país.
Sus aspectos más destacables son los siguientes.

4.1.1. Principios

Los principios generales de protección de los refugiados en la República


Argentina son el principio de no devolución, incluyendo la prohibición de re-
chazo en frontera, no discriminación, no sanción por ingreso ilegal, unidad de la
familia, confidencialidad, trato más favorable y de interpretación más favorable
a la persona humana o principio pro bomine.

(e) KALLER DE ORCHANSKY, Berla, Derecho ¡nternacional pr¡vado, Plos Ultta, Buenos Aires, 1976,
p.560.
654 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

4.'1.2. Calidad de refugiado

Se entiende por refugiado a toda persona que


a) Debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión,
nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se en-
cuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o no quie¡a acogerse a la pro-
tección de tal país, o que, careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia
de tales acontecimientos, fuera del país doade antes tuviera ¡esidencia habitual, no
pueda o no quiera regresar a él;
b) ha huido de su país de nacionalidad o de residencia habitual para el caso
en que no contara con nacionalidad porque su vida, seguridad o libertad han sido
amenazadas por la violencia generalizada,la agresiófl extrániera, los conflictos
internos, la violación masiva de los derechos humaflos u otras circunstancjas que
hayan perturbado gravemente el orden público.

4,1.3. Cesación de Ia condición de refugiado

La condición de refugiado cesará de ser aplicable a toda persona que


a) Se ha acogido nuevamente de manera voluntaria a la protección del país
de su nacionalidad;
b) habiendo perdido su nacionalidad, la ha recobrado voluntariamenre;
c) ha adquirido una nueva nacionalidad y disfruta de la protección del país
de su nueva nacionalidad;
d) se ha establecido voluntariamente en el país que había abandonado o fue¡a
del cual había permanecido por temor de ser perseguido;
e) no puede continuar negándose a acogerse a la protección del país de su
nacionalidad, por haber desaparecido las circunstancias en viftud de las cuales fue
reconocida como refugiada;
f) si se trata de una persona que no tiene nacionalidad ¡ por haber desapare-
cido las ci¡cunstancias en virtud de las cuales fue ¡econocida como refugiada, está
en coúdiciones de regresar al país donde tenía su residencia habitual.
No cesará la condición de refirgiado a aquella pe¡sona comprendida bajo los
supuestos e) y f) del presente artículo que pueda invocar razones imperiosas deriva-
das de la grave persecución por la que originalmente dejó su país de nacionalidad o
residencia habitual o que, en su caso pafiicular y a pesar del cambio de circunstan-
cias en general, mantenga un fundado temor de persecución por úlotivos de raza,
religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas.

Deberes. Todo refusiado que se encuentra en el país tiene la obligación de


respetar la Constitución Nacional, 1as leyes y los reglamentos vigentes, así como
las medidas que se adopten para el mantenimiento del orden público.

4.1.4. Solicitud de extradición

La interposición de una solicitud para el reconocimiento de la condición


de refugiado tendrá efecto suspensivo sobre la ejecución de una decisión que
autorice la extradición del solicitante de asilo hasta que el procedimiento de
determinación de la condición de refugiado haya sido completado mediante
resolución firme.
A ello hay que agregár: "El reconocimiento de la condición de refugiado
tendrá el efecto de terminar cualquier procedimiento de extradición iniciado
contra el refugiado a petición del gobierno del país de su nacionalidad o resi-
dencia habitual".
AUXILIO Y COOPERACIÓN EN MATERIA PENAL 655
'URISDICCIONAL
Sin embargo, la Corte Suprema ha dicho que corresponde reanudar el trá-
mite de los recursos ordinarios de apelación interpuestos contra la denegatoria
del pedido de extradición que fue suspendido ante la solicitud de refugio, pues
el mantenimiento de la suspensión, más allá del plazo ya transcurrido y a la
espera de la resolución firme que se adopte en ese trámite, que a más de cinco
años de iniciado aún no tiene decisión por parte de la Comisión Nacional para
los Refugiados, conduciría, en las circunstancias del caso, a prolongar sine die
la resolución sobre la extradición, con riesgo de comprometer severamente los
intereses que confluyen en este tipo de procedimientos con grave e injustificado
perjuicio del requerido en vulneración de la garantía de la defensa en juicio y
la afectación, tanto del interés del Estado requirente en el juzgamiento de todos
los delitos que son de su competencia, como del interés común de los Estados
requerido y requirente en el respeto estricto de las reglas que rigen la extradición
entre ellos(10).

5. EXTRADICIÓN
Dentro de la cooperación y auxilio jurisdiccional de tercer grado, resta ana-
lizar el instituto de la extradición, que tiende a eyitar la impunidad del delito en
el concierto internacional. Es la máxima expresión de la cooperación en materia
de lucha contra el delito ent¡e países. El poder punitivo de los Estados se halla
limitado por el principio teritorial antes estudiado. Cada Estado pretende ser
soberano en la aplicación de su derecho penal, el que se encuentra limitado por
sus fronteras. La impenetrabilidad del orden jurídico penal, que impide la actua-
ción de la ley penal nacional fuera de sus fronteras, necesita de la cooperación
de otros Estados para poder llevar al delincuente ante la jurisdicción natural
que le corresponde.
Según Vico, "la comunidad jurídica internacional, resultado y garantía de
la coexistencia de los Estados, les impone derechos y deberes recíprocos, entre
ellos el de asegurar el imperio del derecho y la justicia en materia represiva,
lo cual exige que se admita la extradición, con o sin tratados, en nombre de
principios superiores de solidaridad jurídica internacional" (11). Para Balestra,
"la existencia misma de la comunidad jurídica de los Estados es la que otorga
su principal fundamento a este instituto, que viene a exPresar una clara moda-
lidad de la asistencia jurídica internacional para la persecución de los delitos
comunes" (12).
Esta obligación de cooperar está contenida en el art. 1' de la ley 24.767:
La República Argentina prestará a cualquier Estado que lo requiera la más
amplia ayuda relacionada con la investigación, el iuzgamiento y la punición de
delitos que correspondan a la jurisdicción de aquéI.
Las autoridades que intervengan actuarán con la mayor diligencia para que la
tramitación se cumpla con una prontitud que no desnaturalice la ayuda.

(10) Corie Sup., 14/912010, "Apablaza Cuerra, Calvarino Serg¡o", LL 2010-E-444. La extradi-
ción finalmente no se concretó porque luego del fallo de la Corte, el Poder Ejecutivo le concedió
refuBio territorial.
(1 1) Vrco, Carlos M., Cutso de derecho internacional pr¡vado, t. ll, 5' ed., cit., p. 283.

{l2) BALESTRA, Rica,do, Derccho ¡nternacional pr¡vado,3" ed., LexisNexis, Buenos Aires, 2006,
p. 377.
656 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

La Argentina ha suscripto numerosos tratados de extradición, como por


ejemplo, con Austr aha lley 23 .7 29) , Bélgíca lley 22391 , Brasil (ley L7 .272) , F.spa-
ña (ley 23.708), EE.UU. (ley 25.126), Italia (Iey 23.719),Países Bajos (ley 3495),
Paraguay (ley 25.302), Perú (ley 26.082), Reino Unido (ley 3043), Corea (ley
26.782), Urtguay (ley 25.304), Méxrco (Iey 26.687), Surza lley 26.781,Francra
126.773),Túnez (26.974), Sudáfrica \26.978). Mediante ley 26.978 se aprobó
el Acuerdo sobre Simplificación de Ext¡adición suscripto con Brasil, Portugal y
España. Además de esos tratados bilaterales debe mencionarse al Tratado Inte-
ramericano de Extradición (Montevideo 1933) (dec.Jey 163811,956|1.
En ausencia de tratados y en todo lo que no esté previsto en ellos, se aplica
laley 24.767. Así dice el art.2" de Ia ley 24.767:
Si existiera un tratado entre el Estado requirente y la República Argenrina, sus
normas regiráa el trámite de la ayuda.
Sin perjuicio de elio, las normas de la presente ley servirán para interpretar el
texto de los tratados.
En todo Io que no disponga en especial el tratado, se aplicará la presente 1e1,.

5.'l . Concepto

La extradición es el acto por el cual un Estado entrega una persona a otro


Estado que 1o reclama para someterlo a juicio penal o a la ejecución de una
(l3).
Pena
Es un procedimiento que no constituye un juicio ni determina la inocencia o
culpabilidad de nadie, sino que se limita a comprobar la identidad del reclamado
y el cumplimiento de los requisitos legales contenidos en los tratados inrernacio-
nales y leyes internas(14). La Corte Suprema ha dicho:
f ...I los pedidos de ext¡adición no son sometidos a ún verdadero
juicio, sino a
un simple procedimiento como io llama la le¡ en el que, sin resolver sobre la culpa-
bilidad y su grado o sobre la inocencia del inculpado, se limita a verificar la obse¡-
vancia de cie¡tas formalidades externas que hacen presumir la perpetración de un
delito común, de alguna gravedad y ia identidad del inculpado que es requerido(r5).
La extradición es activa, cuando la Argentina reclama la entrega de un de-
lincuente. Es pasiva, cuando es requerida por un Estado extraniero.

5.2. Fundamentos

En cuanto a su naturaleza jurídica se sostiene:


a) Se trata de una obligación moral, que se basa en que la extradición es
un acto de soberanía del país requerido, quien se reserva el derecho de no entre-
gar al individuo reclamado. Solo deja de ser una obligación moral cuando hay
un deber asumido en un trafado. Caso contrario es un mero acto de cortesía
internacional.
b) Es una obligación jurídica. El Estado requerido debe entregar al delin-
cuente reclamado, pues de lo contrario se transforma en un cómplice.

(l3) V co, Carlos M., Curso de derecho intetnacional privado, t- Il, 5' ed., cit., p. 283.
(14) KALLER DE ORCHANSKy, Berta, Derecho ,nternac¡onal pt¡vado, ciI., p.565.
(15) Corte Sup., 22/12/l906, "Extradición de Captyn, Cornelius requerido por las autoridades
de Dinamarca", LLO.
AU\ILIOY COOPI-RACIÓN JURISDICCIONAI I\ MATI-RIA PI-\{L 6J-

Esta posición tiene la crítica de que quita todo margen de acción al Estado
que por diversas razones de Estado, puede considerar inconveniente ent¡egar a
un delincuente.
c) Posición intermedia. Distingue los casos en que cuando hay tratados, en
los que se prevé Ia extradición, hay que afer¡a¡se a lo convenido, pero, cuando
no hay tratados, cada Estado se reserva el derecho de decidir la entrega del de-
lincuente, respetando los principios generales del de¡echo.
Este es el criterio predominante en la actualidad.

5.3. Condiciones

Para que proceda la extradición deben darse algunas condiciones.

5.3.'1. Relación internacional o reciprociclad

La extradición está condicionada a que exista relación internacional con el


Estado requirente. Normalmente se establece por tratados, por la ley o por Ia
costumbre internacional sobre la base de la reciprocidad.
La reciprocidad por Io general se prevé en los tratados. Por eso es común
escuchar que hay delincuentes que cometen un delito y escapan a países que no
tienen tratados de extradición con ese país.
La ley 24.767 expresa: "En ausencia de tratado que la prescriba, la ayuda
estará subordinada a la existencia u ofrecimiento de reciprocidad" (art. 3').
La reciprocidad es un resabío de la antigua co?rl.itds Sentiutn, que en este caso
se justifica para evitar que haya países que no entreguen a delincuentes para ser
juzgados en la Argentina por hechos cometidos en nuestro país. No solo puede
derivar de un tratado sino también de la costumbre internacional.
Algunos autores han criticado la exigencia de reciprocidad. Así, Vico dice
que "La extradición constituye un acto de soberanía y todo gobierno está en la
obligación de valorar la decisión que le incumbe adoptar, y es fuera de toda duda
que un Estado tiene siempre interés en asegurar Ia represión de los crímenes,
cualquiera haya sido el lugar de la infracción, aunque no obtenga en cambio, si el
(16).
acto ha sido realizado en el extraniero, ninguna promesa de correspondencia"

5.3.2. Competencia

El juez extranjero debe ser competente para investigar el delito del que se
acusa a la persona requerida. Para determinar la competencia del país requirente,
respecto del delito que motiva el requerimiento de ayuda, se estará a su propia
legislación.
No constituirá obstáculo para brindar la ayuda la circunstancia de que el
delito cayere también bajo la jurisdicción argentina(17).

(16) V co, Carlos M., Curso de derecha intetnacianal pr¡vado, l. ll, 5' ed., cit., p. 285
(17) La Corte Suprema de lusticia de la Nación ha resuelto que la extradición solicitada por la
República Francesa, respecto de un ex militar por los delitos de complicidad en la detención ilegal
seguida de torturas de dos religiosas de aquel país, es improcedente, pues, deliuego armónico de
loi arts. 5" y 23 de la Ley de Cooperación Internacional en Materia Penal, 26.767, cuando el delito
que motiva el requerimiento de extradición "cayere también baio la jurisdicción argentina", surge
658 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

Sin embargo, en caso de que la ayuda consistiere en una extradición, la


procedencia del pedido estará condicionada a lo dispuesto en el art.23.
El pedido de extradición debe emanar de una "resolución judicial,', según
el art. 13, inc. d) d,e Ia ley 24.767. Por eso se ha ¡echazado una solicitud del -De-
partamento de Asuntos Inrernacionales, Oficina de la Fiscalia Gene¡al de Estado
del Ministerio de Justicia del Estado de Israel (18) y orra del Buró de Seguridad
Pública_de la ciudad de Quanzhou, provincia de Fujian, China, autorizado por
la Fiscalía Popular de esa localidad(19). En ambos casos no se trataba de autóri-
dades judiciales requirentes.

5.3.3. Calidad del hecho

En cuanto a la calidad del hecho, el principio es que la extradición procede


solo respecto de delitos comunes y no de delitos políticos.
Además deben darse las siguientes condiciones generales:
a) El hecho debe ser delito en ambos países.
b) El delito debe estar penado con una pena privativa de libertad con míni-
mo y máximo tales que su semisuma sea al menos de un año(20).
c) Si_un Estado requiriese una exradición por varios delitos, bastará que
uno de ellos cumpla con esta condición para que la extradición pueda ser cán-
cedida respecto de los restantes.
- _ .d) Si el delito estuviese previsto en leyes penales en blanco, el requisito de
doble incriminación se satisfará en relación con ellas, aun cuando fueren diferen-
tes las normas extrapenales que completen la descripción de la acción punible.
En caso de que la extradición se solicitara para e[ cumplimiento de una pena, se
requerirá, además, que la pena que faltare cumplir fuese no menor de un año de
privación de libertad en el momento en que se presente la solicitud.
La ley 24.767 considera que la extradición no procederá cuando:
a) El delito que la motiva fuese un delito político;
b) el delito que motiva la extradición fuese un delito previsto exclusivamente
por la ley penal militar;
c) el proceso que la motiva fuese tramitado por una comisión especial de las
prohibidas por el artículo 18 de la Constitución Nacional;
d) el proceso que motiva la ext¡adición evidencie propósitos persecurorios
por razón de las opiniones políticas, la nacionalidad, la raza, el o la religión de las
personas involucradas o hubiese motivos fundados para suponer que esas ¡azones
pueden perjudicar el ejercicio del derecho de defensa en juicio;
e) existan motivos fundados para suponer que el requerido pueda ser sometido
á to¡tura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes;

que es la República Argentina.quien tiene preferencia para el júzgamiento (Corte Sup., 4/t O/201 1,
"Astiz, Alfredo lgnacio s/extradición", LL 27/lO/2O11 , 4).
(]8) Corte Sup.,2Z12l2006, 'Akrishevski, ErcZ", LLO.
119) Cofte Sup., 4/9/2001, "Xu Zichi" , LL 2002-A-830.

. 120) La Corte Suprema de Justicia de ia Nación ha resuelto que ,Acreditado el cumplimiento


de los requisitos establecidos en el artículo 1" de la Convención ¿e Extradición de Montévideo de
1933 y que la pena que Ie restar; por cumplir al requerido y en que se sustenta el pedido de ex-
tradicion es de 626 (se¡scientos veintiséis)_días de prisidio, éorresponde revocar la;entencia que
den_egó la solrcitud formulada por la República de iihile y, por aplicacíón del artículo 28 de la iey
24.767 \Adla LVll-A-4o) --€n virtud del consentimiento prestado por el exrraditable-, declarar
procedente l¿ entreg¿ de aquél al país require¡te,, (Corte Sup., 28llbl2OOB, ,,Rojas Naranjo, pablo
César", LLO).
AUXTLIOY COOPERACIÓN JURISDICCIONAL EN MAIERIA PENAL 659

el que se solicita la extradición tuviere pena de muerte en el


f) el delito por
Estado requirente éste lo diere seguridades de que no será aplicable.
y

Respecto del concepto de delito político, se remite al lector al punto sobre


asilo donde el tema fue tratado.
Que todos estos requisitos se hayan cumplido no quiere decir
que la extra-
dición se concederá. La ley menciona expresamente que la extradición no será
concedida;
a) Si la acción penal o la pena se hubiesen extinguido según la ley del Estado
requirente(21).
b) cuando Ia persona reclamada ya hubiese sido iuzgada, en la Argentina o
cualquier otro país, por el hecho que motiva el pedido.
c) cuando la persona reclamada habría sido considerada por la ley argentina
como inimputable po¡ razón de la edad si hubiese cometido el delito en la Argentina.
d) cuando Ia condena se hubiese dictado en rebeldía y el Estado requirente
no diese seguridades de que el caso se reabriría para oír al condenado, permitirle
el ejercicio del derecho de defensa y dictar en consecuencia una nueva sen¡encia.
e) si el Estado requirente no diere seguridades de que se computará el tiempo de
privación de libertad que demand€ el tlámite de extradición, como si el extraditado
lo hubiese sufrido [en] el curso del proceso que motivó el requerimiento.

5.3.4. Calidad de la persona

En cuanto a la calidad de la persona, la antigua ley de extradición 1612


decía que no procedía la extradición de personas de nacionalidad argentina.
Las razones, según la doctrina, eran la desconfianza hacia los sistemas de enjui-
ciamiento o de ejecución de la pena de otros países; cierta protección hacia sus
nacionales para que no sean trasladados fue¡a de su país; y la idea de que los
ciudadanos deben ser iuzgados en su Estado de origen(22).
El a;r'. 12 de la ley 24.767 dice: "Si el requerido para la realización de un
proceso fuese nacional argentino, podrá optar por ser juzgado por los tribuna-
ies argentinos, a no ser que fuere aplicable al caso un tratado que obligue a la
extradición de nacionales".
En algunos tratados recientes firmados por nuestro país se exPresó que "La
extradición no será denegada por razón que la persona reclamada sea nacional
del Estado Requerido" (art. 3', Tratado de extradición con Peri,Iey 26.0821.
Lo mismo dice el art. 3o del Tratado con Estados Unidos lley 25.1'26).
La calidad de nacional argentino deberá haber existido al momento de la
comisión del hecho, y deberá subsistir al momento de la opción.
Si el nacional ejerciere esta opción, la extracción será denegada. El nacional
será entonces juzgado en el país, según la ley penal argentina, siempre que el

(21 ) Así se resolvió que "corresponde confirmar la resolución que declaró improcedente la ex-
tradición de un miembro de una or§anización tero.ista en razón de considerar extinguida la acclón
oenal en orden a los delitos de aténtado contra el orden constitucional en concurso real con ho_
rni.idi., uprarado en erado de teotativa, el cual concurre en forma ideal con los delitos de lesiones
grru", y agraíado, toda vez que el art.9', inc. c) del Traiado Eilateral entre la República
Árgentina""rfrgo
y eineiño de España -ley 23.708 (Adla XLIX-D-3584)- dispone que a efectos de la pro-
ceáencia d'e la extradición es necesatio que la acción penal nacida del delito en el cual se fr.Lnda el
pedido de entrega no esté prescripta para el país requerido" (Corte Sup., 10/5/2005, "Lariz lriondo,
lesús M.", LL 2005-C-583).
(22) SOLERNó, Diego M., "Panorama actual de la extradición de nacionales", LL 2oo7 -E-923.
660 EDCARDO LÓPF7 HFRRFRA

Estado requirente preste conformidad para ello, renunciando a su jurisdicción,


y remita todos los antecedentes y pruebas que permitan el juzgamiento.
Si fuere aplicable al caso un tratado que falta la ext¡adición de nacionales,
el Poder Ejecutivo, en la oportunidad prevista en el art. 36, resolverá si se hace
o no lugar a la opción.
El Tratado de Montevideo de 1889 también dice: "La extradición ejerce ro-
dos sus efectos sin que en ningún caso pueda impedirla la nacionalidad del ¡eo,,.

5.3.5. Especialidad

El principio de especialidad impide que el delincuente sea juzgado o se le


impongan penas diferentes de los delitos dife¡entes a los que motivan la exÍadi-
ción. Es para evitar que se juzgue al delincuente por delitos políticos o por otros
que tengan pena de muerte.
El principio está establecido en el art. 18:
La persona extraditada no podrá ser encausada, perseguida ni molestada, sin
previa autorización de la Argentina, por hechos anteriores y distintos a los consri-
tutivos del delito por el que se concedió ia ext¡adición.
Si la cali6cación del hecho co¡stitutivo del delito que motivó la extradición
fuese posteriormente modificada en el cu¡so del proceso en el Estado requirente, la
acción no podrá proseguirse sino cuando la nueva caliñcación hubiese permitido
la ext¡adición.
La persona ext¡aditada tampoco podrá ser reextraditada a ot¡o Estado sin
previa autorización otorgada por la Argentina.
No será necesa¡ia ninguna de estas autorizaciones si el ext¡aditado renunciare
libre y expresamente a esta inmunidad, ante una autoridad diplomática o consular
argentina y con patrocinio letrado,
Tampoco serán necesarias cuando el extraditado, teniendo la posibilidad de
hacerlo no abandonare voluntariamente el te¡ritorio del Estado requirente dentro de
un plazo de treinta días corridos, o cuando regresare voluntariame¡te a ese ¡erriro¡io
después de haberlo abandonado.

El art. 26 del Tratado de Montevideo de 1889, en el art. 29, manifiesta:


Los individuos cuya ext¡adición hubiese sido concedida, no podrán ser juzgados
ni castigados por delitos políticos anteriores a la extradición, ni por actos coflexos
con ellos.
Podrán ser juzgados y penados, previo consefltimiento del Estádo requerido,
aco¡dado con arreglo al presente Tratado, los delitos susceptibles de extradición
que no hubiesen dado causa a la ya concedida.

5.3.6. Preferencia

Las cuesriones de preferencia tienen Iugar cuando la extradición del delin-


cuente es solicitada por varios países al mismo tiempo.
La ley 24.767 formula la siguiente distinción:
Si varios Estados requi¡iesen tma extradición por el mismo delito, el gobier-
no establecerá la preferencia valorando, ent¡e otras ci¡cunstancias pe¡tinentesr las
siguientes:
a) la existencia de relaciones regidas por tratados de extradición;
b) las fechas de las respectivas solicitudes, y en especial el progreso que en el
trámite hubiese logrado alguna de ellas;
AUXILIO Y COOPERACIÓN ]URISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 661

c) el hecho de que el delito se haya cometido en el territorio de alguno de los


Estados requirentes;
d) las facilidades que cada uno de ellos tenga de conseguir las pruebas del
delito;
e) la ubicación del domicilio o de Ios negocios de la persona requerida, que le
permitiría ejercitar su derecho de defensa con mayor Sarantía;
f) la nacionalidad de la persona requerida;
g) el hecho de que en el territorio de alguno de los Estados requirentes se do-
micilie la víctima interesada en el proceso;
h) las posibilidades que cada requerimiento tenga de lograr la concesión de
la extradición;
i) la circunstancia de que la clase y el monto de las penas sean coincidentes con
la ley argentina, en especial que no se prevea la pena de muerte [art. 15].

Si varios Estados ¡eclamaren a la misma persona por distintos delitos, el go-


bie¡no determinará la preferencia valorando, además, las siguientes ci¡cunslancias:
a) la mayor gravedad de los delitos, según la ley argentina;
b) la posibilidad de que una vez concedida la extradición a uno de los Estados
requirentes, éste pueda a sll vez acceder luego a la reextradición de la persona re-
clamada hacia otro de tales Estados [art. 16].

El Tratado de De¡echo Penal de Montevideo de 1889 fija la siguiente regla


de preferencia, en el aft. Z7i
Cuando dive¡sas naciones solicitaren la entrega de un mismo individuo por
razón de diferentes delitos, se accederá en primer término, al pedido de aquella en
donde a juicio del Estado requerido se hubiese cometido la infracción más grave.
Si los delitos se estimasen de la misma gravedad, se otorgará la preferencia a la que
tuviese la prioridad en el pedido de extradición; y si todos los pedidos tuvie¡an Ia
misma fecha, ei país requerido determinará el orden de la entrega.

5.4- Procedimienlo
El procedimiento en la Argentina es mixto. El pedido comienza en sede
administrativa, luego es derivado si procede, a sede judicial, y luego puede ser
devuelto al Poder Ejecutivo.

5.4.1. Etapa diplomática

La solicitud de extradición debe ingresar por vía diplomática.


El Ministerio de Relaciones Exteriores debe constatar primero que se no se
trata de un refugiado político. Luego debe dictaminar sobre la existencia de reci-
procidad si no existe Tratado y que no "existan especiales razones de soberanía
nacional, seguridad u orden públicos otros intereses esenciales para la Argentina,
que tornen inconyeniente el acogimiento del pedido" (art. 10).
Una vez constatado lo anterior, el Ministerio de Relaciones Exteriores [e
dará trámite judicial a través del Ministerio Público Fiscal.

5.4.2. Etapa judicial

El pedido de extradición debe presentarse ante el iuez federal de turno que


corresponda.
Recibido el pedido de extradición, el juez librará orden de detención de la
persona requerida, si es que ya no se encontrare privada de su libertad.
662 EDCARDO LÓPEZ HERRERA

En el trámite de extradición no son aplicables las normas referentes a la


eximición de prisión o excarcelación, con excepción de los casos expresamente
previstos en esta ley,
Luego y dentro de las veinticuatro horas de producida la detención, el juez
realizará una audiencia en la que
a) le informará al detenido sobre los motivos de la detención y los detalles
de la solicitud de extradición;
b) invitará al detenido a designar defensor entre los abogados de la matrí-
cula, y si no lo hicie¡e le designará de oficio a un defensor oficial, salvo que lo
autorice a defenderse personalmente;
c) dejará constancia de sus manifestaciones respecto del contenido de la
solicitud de extradición;
d) le preguntará si, pr€via consulta con su defensor, desea prestar confor-
midad a la extradición, informándole que, de así hacerlo, pondrá fin al t¡ámite
judicial. El detenido podrá reservarse la respuesta para más adelante.
Si el detenido no hablara el idioma nacional, el juez nombrará un intérprete.
En caso de que hubiera existido arresto provisorio previo al pedido de
asistencia, el juez deberá ¡ealizar esta audiencia dentro de las 24 horas de la
recepción del pedido.
El detenido puede, en cualquier momento del procedimiento, declarar su
conformidad con la extradición. En ese caso el proceso concluye y debe ser en-
viado de inmediato al país requirente.
El juez debe constatar que la persona detenida es la misma que es requerida.
Si no lo fuera, deberá liberarla y ordenar la detención del verdadero requerido.
Una vez que se han cumplido estos pasos se inicia el juicio de extradición que
se llevará a cabo conforme a las reglas que para el juicio correccional establece
el Código Procesal Penal de la Nación. El intervalo previsto en el art. 359 de ese
Código no podrá ser mayor de quince días.
En el juicio no se podrá discutir ace¡ca de Ia existencia del hecho imputado
o la culpabilidad del requerido.
El juez resolverá si la extradición es o no procedente. Si resolviera que la
extradición es procedent€, la sentencia se limitará a declarar dicha procedencia.
Si resolviera que no es procedente, la sentencia definitivamente decidirá que no
se concede la extradición.
La sentencia es susceptible de apelación ordina¡ia anre la Corte Suprema
de Justicia de la Nación (art, 24, inc. 6.b, dec. 1.2851L958). El recurso tendrá
efecto suspensivo, pero si se hubiese denegado la extradición, el reclamado será
excarcelado bajo caución, previa vista al fiscal. El juez ordenará entonces la
prohibición de salida del país del reclamado.

5.4.3. Fase de decisión final

Una vez firme la sentencia, el tribunal enviará inmediatamente copia de


ella Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Inte¡nacional y Culto. Si
a1
hubiese declarado procedente la extradición, el tribunal también le remitirá a
dicho Ministe¡io una copia del expediente completo.
La última palabra no la tiene la justicia sino el Poder Ejecutivo, quien puede
denegada:
a) por falta de reciprocidad;
AUXILIO Y COOPERACIÓN JURISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 663

b) por especiales razones de soberanía nacional, seguridad, orden público


u otros intereses esenciales para la Argentina, que tornen inconveniente el aco-
gimiento del pedido;
c) porque hace lugar a la opción del nacional de ser juzgado en territorio
argentino.
La decisión deberá ser adoptada dentro de los diez días hábiles siguientes a
la recepción de las actuaciones enviadas por el tribunal. Vencido ese plazo sin que
se hubiese adoptado una decisión expresa, se entenderá que el Poder Ejecutivo
ha concedido la extradición.
La decisión definitiva será comunicada de inmediato al Estado requirente
por vía diplomática.

5.5. Procedimiento de entrega


Una vez que se ha decidido hacer lugar a la extradición, resta formalizar la
entrega de la persona reclamada.
El Estado requirente deberá efectuar el traslado de la persona ¡eclamada en
un plazo de treinta días corridos a partir de la comunicación oficial.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto
podrá disponer una prórroga de diez días corridos, a pedido del Estado requi-
rente, cuando éste se viera imposibilitado de realizar el traslado en ese término.
Vencido el plazo sin que se hubiese efectuado e1 traslado, el requerido será
puesto inmediatamente en libertad, y el Estado requirente no podrá reproducir
la solicitud (art.38).
La entrega se posterga en las siguientes situaciones:
a) Si el requerido se encontrare sometido a un proceso penal en trámite o
cumpliendo efectivamente una pena privativa de libertad, hasta que el proceso
termine o se cumpla la pena.
No obstante, el Poder Ejecutivo podrá disponer la entrega inmediata cuando
el delito por el que se concedió la ext¡adición fuese de una entidad significati-
vamente mayor que el que obsta a la entrega, o cuando resultare que la poster-
gación podría determinar la impunidad de reclamado en el Estado requirente.
b) Si el traslado resultare peligroso para la salud del requerido o de terce¡os
a causa de una enfermedad, hasta que se supere ese riesgo (art. 39), La Corte
Suprema ha dicho que corresponde confirma¡ la resolución que declaró proce-
dente la extradición, supeditada a que mejore el estado de salud del imputado, en
atención a las conclusiones del informe producido por el Cuerpo Médico Forense,
ya que las razones humanitarias no están contempladas en el tratado aplicable
ni en la ley interna como causales de improcedencia del pedido de extradición,
sino solo como un supuesto de postergación de la entrega (art. 39, inc. bl de la
ley 24.7671y nada indica que esta última sea sine diel23).
La existencia de hijos menores no está contemplada como causal que impida
la extradición de sus progenitores en el Tratado de Exradición con la República
Oriental del Uruguay que rige la materia, aprobado por ley 25.304, ni en la ley de
Cooperación Penal Internacional 24.767, ello en consonancia con la Convención
sobre los Derechos del Niño que admite la "separación de padres e hijos" -ya
sea de uno de los padres o de ambos- en supuestos de "detención", "encarcela-

(23) Corte 5up., 1AA1Dooq, "Vera Lima, Aníbal Roberto s/pedido de extradición", LLO.
664 EDCARDO LOPEZ HERRERA

miento", "exilio", "deportación" o incluso "muerte" -incluido el fallecimiento


debido a cualquier causa- mientras la persona está baio la custodia del Estado
-afi. 9.4. de la Convención referida-(24).

5.6. Prisión preventiva

Según el art.26, ¡ecibido el pedido de extradición el juez librará orden de


detención de la persona requerida si es que ya no se encontrare privada de su
Iibertad. Se trata de una prisión preventiva, porque la persona reclamada puede
no haber sido condenada todavía. El dempo de prisión preventiva debe ser co-
municado al Estado requirente. La Corte Suprema ha dicho:
[...] razones de equidad y justicia que reconocen sustento en las normas de
de¡echo internacional de los derech<¡s humanos que obligan a la República Argen-
tifla, aconsejan que el juez de la causa ponga en conocimiento del país requirenre
el tiempo de p¡ivación de libertad al que estuvo sujeto el requerido en este trámi-
te de ex¡tadición con el fin de que las autoridades jurisdiccionales competentes
extranjeras arbitren las medidas a su alcance para que ese plazo de detención
se compute como si el requerido Io hubiese suf¡ido en el proceso que motivó el
requerimiento(2j).

El segundo párrafo del art. 26 dice: "En el trámite de extradición no son


aplicables las normas referentes a la eximición de prisión o excarcelación, con
excepción de los casos expresamente preyistos en esta ley".
Se t¡ata de una norma de dudosa constitucionalidad, ya que no respeta
el principio de inocencia según el cual una persona, salvo circunstancias muy
excepcionales, debe afrontar el juicio, en este caso el de extradición, en libertad.
De acuerdo con el Tratado de Montevideo de 1889
[... ] cuando los gobiernos signatarios reputasen el caso urgente, podrán soli-
citar por la vía postal o telegrá6ca, que se proceda administrativamente al ar¡esto
provisorio del reo, asÍ como la seguridad de 1os objetos concernientes al delito y
se accederá al pedido, siempre que se invoque la existencia de u¡ra sentencia o de
una orden de prisión y se determine con claridad la naturaleza del delito castigado
o perseguido [art. 44].

Según el art. 45:


El detenido será puesto en libertad, si el Estado requirente no presentase el pedi-
do de extradición dentro de los diez días de la llegada del primer correo despachado
de'pues del pedido de ¿rre'to provisorio.

En cuanto a las responsabilidades que emanen de la prisión preventiva se


aclara que serán del Estado requirente (art. 46).

6. EXPULSTÓN DF FXTRAN.IIROS

La extradición no debe confundirse con la expulsión de extranjeros del


te¡ritorio nacional, que está prevista en la ley 25 .871.
De acuerdo con el art. 62:

(24) Corte Sup., 1 5/61201 O, " L., V. M; O., F. A.", LL 2/7 /201 0.
(25) Cotre Sup.,27/5/2009, "Paravinja, Miroslav s/extradición por parte del Reiño de Bélgica",
D) s/8/2A09,2156.
AUXILIO Y COOPERACIÓN JURISDICCIONAL EN MATERIA PENAL 665

La Di¡ección Nacionai de Migraciones, sin perjuicio de las acciones judiciales


que correspondieran deducir, cancelará la residencia que hubiese otorgado, con
efecto suspensivo, cualquiera fuese su antigüedad, categoría o causa de la admisión
y dispondrá la posterior expulsión, cuando:
a) con la finalidad de obtener un beneficio migratorio o la ciudadanía argenrin¿
se huhiesc arriculado r¡n hecho o un acto simulado o éste hubiese sido celebrado en
fraude a la ley o con vicio del consentimiento o se hubiere presentado documeflta-
ción material o ideológicamente falsa o adulterada;
b) el residente hubiese sido condenado judicialmente en ia República por delito
doloso que merezca pena privativa de libertad mayor de cinco (5) años o regisrrase
una conducta reiterante en la comisión de delitos. En el primer supuesto cumplida
la condena, deberá transcur¡ir un plazo de dos (2) años para que se dicte la reso-
lución de6nitiv¿ de cancelaciór, de residencia, la que se fundamentará en la posible
incursión por parte del extranjero en los impedimentos previstos en el artículo 29
de )a presente ley. En caso de silencio de la Administración, durante los treinta (30)
días posteriores al vencimiento de dicho plazo, se conside¡ará que la residencia
queda 6rme;
c) el beneliciario de una radicación permanente hubiese permanecido fuera del
rerritorio nacional por un período superior a los dos (2) años o la mitad del plazo
acordado, si se tratara de residencia temporaria, excepto que la ausencia obede-
ciere al ejercicio de una función pública a¡gentina o se hubiese generado en razón
de actividades, estudios o investigaciones que a juicio de la Dirección Nacional de
Migraciones pudieran ser de inte¡és o bene6ciosa para la República Argentina o que
media¡a auto¡ización expresa de la autoridad migratoria la que pod¡á ser solicitada
por intermedio de las auto¡idades consuia¡es argentinas;
d) asimismo será cancelada la residencia permanente, temporaria o transito¡ia
concedida cuando se hayan desnaturalizado las razones que motiva¡on su concesion
o cuando ia instalación en el país hubiera sido subvencionada total o parcialmente,
directa o indirectamente por el Estado argentino y no se cumplieran o se violaren
las condiciones expresamente estabiecidas para la subvención;
e) el Ministerio del Interior podrá disponer la cancelación de la residencia per
manente o temporaria y la expulsión de la República de todo extranjero, cualquiera
sea la situación de residencia, cuando realizare en el país o en el exterior, cualquie-
ra de las actividades previstas en ios incisos d) y e) del artículo 29 de la presente.

El Minisrerio del Interior dispensará el cumplimiento de la cancelación


prevista en virtud del presente artículo, cuando el extraniero fuese padre, hijo
o cónyuge de argentino, salvo decisión debidamente fundada por parte de la
autoridad migratoria.
Asimismo, dicha disperrsa podrá ser otorgada teniendo en cuenta el plazo de
permanencia legal inmediata anterior a la ocurrencia de alguna de las causales
previstas en los incs. a) a d) del presente artículo, el que no podrá ser inferior
a dos años, debiendo tenerse en cuenta las circunstancias personales y sociales
del beneficiario.
Por su parte, los incs. d) y e) del art.29 se refieren a:
d) haber incurrido o participado en actos de gobierno o de otro tipo, que
constituyan genocidio, crímenes de guerra, actos de terrorismo o delitos de lesa
humanidad y de todo otro acto susceptible de ser juzgado por el Tribunal Penal
Internacional;
e) tener antecedentes por actividades terroristas o por pertenecer a organi-
zaciones nacional o internacionalmente ¡econocidas como imputádas de acciones
susceptibles de ser juzgadas por el Tribunal Penal Inte¡nacional o por laley 23-077,
de Defensa de la Democracia.

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