Concepto y objeto: ejecución de un acto procesal por un órgano judicial de un Estado distinto de aquel ante el cual se sigue
el proceso.
La necesidad del auxilio judicial internacional se fundamenta en el hecho de que la jurisdicción del juez se circunscribe a su
territorio y no puede ejercerla más allá (ya que cada Estado conserva dentro de su territorio soberanía plena para decidir
cómo actuar en relación a la situación jurídica concreta).
Importancia: evita fronteras jurídicas para que los países puedan relacionarse y para que los individuos puedan gozar de
acceso a la justicia y de reconocimiento de sentencia en todos los Estados.
Fundamentos: el fundamento clásico de este instituto es la cortesía internacional, ya que no se cuenta con una norma por
la que los Estados estén obligados a prestarse ayuda mutua.
Otro sector de la doctrina considera que el fundamento último de la CJI enraíza en el desarrollo de la tutela judicial efectiva
de que gozan los particulares tanto a nivel nacional como internacional.
Actualmente son diversos los ámbitos de producción jurídica en los cuales se elaboran normas de CJI, que se encuentran
diseminadas en los Códigos Procesales nacionales y provinciales. Junto a estas normativas autónomas coexisten las fuentes
convencionales y aquellas provenientes de procesos de integración.
En síntesis, antes, la cooperación se llevaba a cabo por reciprocidad (un Estado colaboraba con otro para que este colabore
a su vez). Ahora, la cooperación se tornó un deber (gracias a los diferentes Tratados), por lo que la negativa de un juez a
prestar auxilio debe fundamentarse.
Art. 2611 CCC: Cooperación jurisdiccional. Sin perjuicio de las obligaciones asumidas por convenciones internacionales, los
jueces argentinos deben brindar amplia cooperación jurisdiccional en materia civil, comercial y laboral.
Art. 2612 CCC: Asistencia procesal internacional. Sin perjuicio de las obligaciones asumidas por convenciones
internacionales, las comunicaciones dirigidas a autoridades extranjeras deben hacerse mediante exhorto (…).
El exhorto internacional: medio de comunicación procesal que un tribunal dirige a otro ubicado en un país distinto,
solicitando la práctica de determinadas diligencias (necesarias para substanciar el procedimiento que se sigue ante el
primero), por carecer el primero de jurisdicción en el territorio del segundo, atendiendo a los tratados internacionales de
los cuales formen parte, y a falta de los mismos, al principio de reciprocidad.
Cumplir un exhorto no implica (para el Estado y juez requerido) el reconocimiento de la competencia del exhortante ni
compromiso para el futuro de reconocer la validez o ejecutar la sentencia que se dicte en el proceso extranjero.
Acotando la temática a las convenciones de DI Pr vigentes en la República sobre CJI, pueden distinguirse los siguientes
Acuerdos: Tratado de Derecho Procesal Internacional de Montevideo, las CIDIP, la Conferencia de La Haya, el Protocolo de
Las Leñas y el Acuerdo de MERCOSUR.
El Acuerdo de MERCOSUR recepta el principio de obligatoriedad de cooperar (art. 1: “Los Estados Parte se comprometen a
prestarse asistencia mutua y amplia cooperación jurisdiccional en materia civil, comercial, laboral y administrativa”).
Se reconoce intrazona, fuerza probatoria a los instrumentos públicos, cualquiera sea el Estado Parte del cual emanen, y se
exceptúa de legalización a los documentos que provienen de autoridades de uno de los Estados Parte, siempre que se
tramiten por intermedio de las autoridades centrales.
Protege los principios fundamentales sobre los que se sustenta el ordenamiento del Estado ante el cual se solicita la
prestación de la asistencia.
El régimen establecido en los Convenios es muy diverso, pero es necesario efectuar una síntesis de los rasgos comunes:
Diversas convenciones han receptado cláusulas de compatibilidad. En defecto de tales cláusulas, cobran vigor las reglas
sobre tratados sucesivos contenidas en la CVDT (art. 30).
DIMENSIÓN AUTÓNOMA
Sujetos legitimados para intervenir en el diligenciamiento: dado el silencio que mantiene el CPCyC en este punto, en la
práctica judicial se efectúa a través de la intervención del MRREE.
Traducción: todo documento que se presente en idioma extranjero debe ser acompañado de la respectiva traducción al
idioma nacional, suscripta por traductor público matriculado en la jurisdicción donde se presente el documento.
Posibilidad de denegar el cumplimiento: hay dos supuestos en que las autoridades argentinas deben denegar la asistencia:
1. Cuando la autoridad requirente no resulta competente según las reglas argentinas de jurisdicción internacional.
2. Cuando la resolución que las ordena afecte el orden público.
Se debe dar cumplimiento a las medidas de mero trámite y probatorias solicitadas por autoridades jurisdiccionales
extranjeras siempre que la resolución que las ordena no afecte principios de orden público del D° argentino. Los exhortos
deben tramitarse de oficio y sin demora (en líneas generales, el acto de la cooperación es gratuito, pero puede ocurrir que
no exista gratuidad en los gastos que demande su ejecución; ej: si se solicita cooperación en una medida probatoria, la
cooperación es gratuita, pero la ejecución de la prueba genera costos que deben ser cubiertos por el exhortante).
Medidas cautelares: los tribunales argentinos tienen competencia para ordenar medidas accesorias (cautelares y
provisionales) a un proceso principal, en el marco de la cooperación internacional, ya sea para exhortar su cumplimiento al
juez del Estado donde se encuentran las personas o bienes objeto de la medida, en cumplimiento de un requerimiento
foráneo del juez que interviene en el fondo del asunto o para asegurar los derechos de las partes cuando la sentencia
condenatoria extranjera deba ser reconocida o ejecutada en nuestro territorio.
GRADOS DE COOPERACIÓN
La CJI admite diferentes niveles en razón de la extensión o profundidad del acto que se solicita. Según sea el grado de
cooperación peticionado, serán los recaudos que deben observarse para su cumplimiento.
Comprende los pedidos para cumplir providencias de mero trámite, que son aquellas que no deciden la cuestión
controvertida, sino que impulsan el proceso. No obstante ser las de menor envergadura, desde el punto de vista
cuantitativo son las más importantes.
La concepción general admite la realización de actos de cooperación de 1 er grado sin un control riguroso de competencia.
La notificación: acto formal destinado a comunicar a las partes o a cualquier otra persona una resolución judicial, una
actuación relacionada con el proceso o un documento determinado.
Cuando se trata de realizar una notificación en un Estado diferente a aquel en el cual el proceso tramita, la regla general es
que rige la ley del Estado en que se lleva a cabo el proceso, pero teniendo en cuenta las eventuales restricciones o
condiciones fijadas por la ley del Estado en que se efectúa.
A los fines de garantizar los derechos de defensa, es importante que los actos de comunicación transmitidos al extranjero y
desde el extranjero se redacten o traduzcan al idioma del Estado de destino.
La prueba: se rige por la lex fori del requerido, pero los hechos controvertidos se determinan según la lex causae del
requirente. La parte decisoria o sustancial de la prueba es toda la cuestión vinculada a su admisibilidad y valoración.
El tema es saber si determinados medios de prueba pueden o no ingresar al proceso. Admitir una prueba de ADN,
suministrar el suero de la verdad, grabaciones telefónicas, videos, WhatsApp, son pruebas admitidas en algunos países,
pero no en otros.
Generalmente los sistemas de valoración de la prueba se combinan, y como ejemplo tenemos la sana crítica racional, la
libre convicción del magistrado, el sistema de valoración legal rígida, entre otros.
La faz procedimental de la prueba es la que atañe a los plazos que deben cumplirse, la oportunidad de presentarla, si debe
o no ser acompañada a la demanda, los términos probatorios, etc. Se trata de tópicos netamente procedimentales y, por lo
tanto, sujetos a la ley en que se realizan.
Contenido de la información (CIDIP II): las autoridades de cada Estado parte proporcionarán a las autoridades de los
demás que lo solicitaren, los elementos probatorios o informes sobre el texto, vigencia, sentido y alcance legal de su D°.
Obligación de respuesta (CIDIP II): cada Estado parte está obligado a responder las consultas, excepto cuando:
o Sus intereses estuvieren afectados por la cuestión que diere origen a la petición de información.
o La respuesta pudiere afectar su seguridad o soberanía.
Comprende el auxilio cautelar (implica mayores requisitos). Las medidas provisionales y cautelares son internacionales
cuando, adoptadas por el juez de un Estado, están destinadas a ser cumplidas en otro.
Estas medidas (conocidas también como medidas de seguridad o medidas de garantía) se caracterizan por ser:
Provisionales: el auto o proveído del tribunal que dispone una medida cautelar no causa estado, por lo que puede
solicitarse el cambio, sustitución o levantamiento, siempre que hayan sido modificadas las circunstancias que las
fundamentaron en su origen.
Inaudita parte: se decretan sin noticia a la contraria, la cual es notificada luego de la efectivización de la medida.
Accesorias: no tienen un fin en sí mismas, sino que se disponen para asegurar los intereses discutidos en otro proceso.
En el ámbito del Derecho Internacional, las medidas cautelares pueden dividirse en tres categorías:
a) Medidas tendientes a asegurar bienes (embargo preventivo, secuestro, inhibición general de bienes, prohibición de
innovar, etc).
b) Medidas tendientes a asegurar pruebas: comprenden la recepción de prueba anticipada.
c) Medidas tendientes a asegurar personas (custodia, tenencia, alimentos, etc).
Su cumplimiento está sujeto a las reglas que la dimensión institucional y convencional establecen y, en subsidio de éstas, a
las normas que integran la dimensión autónoma.
Reconocimiento y ejecución de resoluciones judiciales extranjeras y documentos con fuerza ejecutiva. Hay una mayor
renuncia a la jurisdicción y se discute si es realmente un grado de cooperación.
Se trata de analizar los efectos que producen en Argentina las decisiones que son resultado de un proceso abierto,
desarrollado y concluido fuera del país.
La expresión "documentos extranjeros" tiene una amplitud tal que abarca las sentencias, los laudos homologados, las
escrituras públicas, los exhortos, cartas rogatorias y demás documentos auténticos otorgados por los funcionarios de un
Estado.
Cuando hablamos de "resolución", nos referimos a los documentos que emanan de una jurisdicción.
Concluido el proceso con elemento extranjero ante un tribunal con la pertinente resolución judicial, se plantea el problema
de la eficacia extraterritorial de la decisión dictada en otro Estado, ya que una resolución judicial solo produce efectos en el
territorio del Estado del cual emana.
El Juez Nacional frente a la Decisión Extranjera: el reconocimiento y/o la ejecución de una sentencia extranjera requieren
previamente que el juez nacional asuma como propia la decisión dictada por un juez extranjero. Ello implica un
renunciamiento del magistrado local a la potestad soberana que le otorga el Estado en el cual ejerce su competencia.
La competencia internacional se evalúa conforme a la ley del Estado cuyo tribunal es requerido.
Los sistemas que favorecen la cooperación no prejuzgan sobre la jurisdicción internacional del juez exhortante, porque
consideran que el momento oportuno para proteger la jurisdicción local es aquel en el que se solicita el reconocimiento o
ejecución de la sentencia extranjera.
Mecanismos de Eficacia de las Resoluciones Extranjeras: las dos vías por las cuales las sentencias y laudos dictados por una
autoridad extranjera adquieren eficacia dentro del territorio argentino son:
Documentos Públicos otorgados en el Extranjero: para su legalización, la forma que tradicionalmente se ha seguido es la
de una “cadena de legalizaciones”, donde cada autoridad que interviene da fe de la identidad de la anterior. El ciclo se
cierra cuando el documento, ya en el Estado requerido, se somete a la legalización del funcionario competente del
Ministerio de RREE.
La Convención de La Haya de 1961 suprimió, para los documentos públicos extranjeros, el eslabón de la legalización
consular y el consecuente paso por el MRREE en el Estado requerido (lo que sirve para agilizar los trámites). El mecanismo
previsto consiste en que cada Estado parte debe designar una autoridad nacional (en Arg, la Cancillería) encargada de
estampar sobre el documento o en una extensión del mismo un sello denominado “apostilla” o “acotación”, en el cual se
deben inscribir una serie de datos acerca del documento. Una vez apostillado, el documento es considerado auténtico en
todos los demás Estados parte.
De los países del MERCOSUR, solo Argentina ratificó esta Convención.
En el ámbito del MERCOSUR, el Protocolo de Las Leñas dispone: los documentos que sean tramitados por intermedio de la
autoridad central, quedan exceptuados de toda legalización, apostilla u otra formalidad análoga, cuando deban ser
presentados en el territorio de otro Estado parte.
Cuando una norma interna exige la legalización de documentos extranjeros, debe resultar desplazada por las normas
contenidas en tratados internacionales que establezcan menores requisitos (siempre que el tratado resulte aplicable).
Legalización indirecta o por 3ros países: se utiliza cuando no existe funcionario consular o diplomático del país donde quiere
presentarse el documento acreditado en el país donde se otorga el mismo, lo que sucede generalmente porque no se
mantienen relaciones diplomáticas entre esos Estados.
Algunos autores han negado validez a la legalización indirecta, pero el derecho argentino la autoriza expresamente.
Derecho Internacional Privado Convencional, Institucional, Transnacional y Autónomo: en líneas generales, respecto a la
CJI de 3er Grado, las 4 dimensiones establecen similares requerimientos:
Sentencias y laudos arbitrales pronunciados en jurisdicciones extranjeras en materia civil, comercial y laboral.
Sentencias en materia de reparación de daños y restitución de bienes pronunciadas en jurisdicción penal.
Conversión en título ejecutorio: Las sentencias de tribunales extranjeros y los laudos arbitrales extranjeros tendrán fuerza
ejecutoria en los términos de los tratados celebrados con el país del cual provengan.
Cuando no hubiese tratados, serán ejecutables si concurriesen los siguientes requisitos: (arts. 825 CPCC y 517 CPCN)
Abstención de revisar el fondo de la decisión extranjera: como regla, los jueces no pueden revisar el fondo de la sentencia
extranjera (porque está reconociendo otra soberanía). Excepcionalmente, podrán hacerlo cuando:
No se respeten las garantías procesales: es indispensable que se haya asegurado la defensa en juicio de la persona y sus
derechos (art. 18 CN).
Se contradigan los principios del orden público del Estado requerido.
Competencia. Recaudos. Sustanciación: La ejecución de la sentencia dictada por un tribunal extranjero se pedirá ante el juez
de 1ra instancia que corresponda, acompañando su testimonio legalizado y traducido y las actuaciones que acrediten que ha
quedado ejecutoriada y que se han cumplido los demás requisitos exigibles, si no resultaren de la sentencia misma. Para el
trámite del exequátur se aplicarán las normas de los incidentes. Si se dispusiere la ejecución, se procederá en la forma
establecida para las sentencias pronunciadas por tribunales argentinos.
Eficacia parcial: Si una sentencia o un laudo arbitral no pudiese tener eficacia en su totalidad, la autoridad jurisdiccional
competente podrá admitir su eficacia parcial mediando solicitud de parte interesada.
Ley aplicable al proceso: Los procedimientos y la competencia de los órganos intervinientes se regirán por el Derecho del
Estado en que se solicita el cumplimiento (lex fori).
Derecho Internacional Privado Institucional: se destaca la labor del Protocolo de Las Leñas en el ámbito del MERCOSUR.