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Introducción

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco del día


Mundial de la Salud, este año con el eslogan “Hablemos de
depresión”, optó por prestar atención a tres grupos de destinatarios
más afectados con esta enfermedad: los jóvenes de 15 a 24 años, las
mujeres en edad fértil (especialmente posterior al parto) y las personas
adultas mayores de más de 60 años.

Hablemos de la depresión posterior al parto

Es un trastorno del ánimo que afecta a las mujeres después de dar a


luz. Las madres que la padecen tienen sentimientos de extrema
tristeza, ansiedad y cansancio, lo que les dificulta realizar actividades
de la vida diaria, cuidar de sí mismas y de otras personas. Si estos
síntomas duran menos de 2 semanas, se conocen como “Baby blues”
(tristeza puerperal) y desaparecen por sí solos dentro de ese tiempo.
Pero si duran más de 2 semanas, se puede considerar depresión post
parto y necesita tratamiento.

Por lo general, son los familiares los que se dan cuenta. Se presenta
poco después del parto o hasta un año más tarde, aunque lo más
frecuente es dentro de los tres primeros meses. Afecta a 1 de cada 6
mujeres que dan a luz.

Otros síntomas son pérdida de energía, cambios en el apetito,


necesidad de dormir más o menos de lo normal, disminución en la
concentración, indecisión, inquietud, sentimientos de inutilidad,
culpabilidad o desesperanza, y pensamiento de autolesión o suicidio,
llanto persistente sin razón, falta de lazos de afecto por él recién
nacido, agobio, temor de quedarse sola con él recién nacido y tener
problema de crear un vínculo emocional con él, etc.

La depresión post parto puede tratarse con ayuda de un profesional.


Sin tratamiento, puede durar meses o años, y puede afectar la salud
de la madre y el desarrollo del recién nacido.
El tratamiento incluye psicoterapia, medicamentos o ambos. La
lactancia influirá en que medicamentos utilizar si lo necesitara.

Objetivo General

Conocer las causas que conlleva sufrir depresión post parto.

Objetivos Específicos

 Investigar que pacientes son más propensas a sufrir depresión


post parto
 Realizar charlas con pacientes adolescentes la planificación
familiar.
Hipótesis

Las adolescentes son más propensas a sufrir depresión post parto por
el rango de edad.
Capítulo I

El embarazo.

El embarazo es el estado fisiológico de una mujer que comienza con la


concepción y continúa con el desarrollo fetal hasta el momento
del parto. Este período se divide en 40 semanas y dura 280 días,
aproximadamente. Aun así, en condiciones especiales el parto puede
tener lugar antes del término previsto, conocido como parto
prematuro, o después de dicho término.

Es importante seguir un correcto control del embarazo y realizar un


adecuado diagnóstico prenatal. Entre las pruebas que este puede
incluir se encuentran las siguientes:

 Amniocentesis
 Ecocardiografía fetal
 Ecografía 4D
 Biopsia corial
Por otro lado, durante el embarazo es muy importante seguir
una buena alimentación y practicar deporte para mantenerse activa.
Existen diferentes tipos de ejercicio físico indicado para esta etapa,
como Pilates para embarazadas. También pueden acudir a sesiones
de fisioterapia obstétrica y a osteopatía en el embarazo y en
el postparto.

Síntomas del embarazo

Entre los signos y síntomas más comunes del embarazo se


encuentran los siguientes:

 Falta de menstruación
 Mamas o pezones hinchados y sensibles
 Náuseas con o sin vómitos
 Fatiga
 Dolor de cabeza
 Cambios de humor y en el estado de ánimo
 Estreñimiento
 Incremento de la frecuencia de micción
 Hinchazón
 Leve manchado
 Calambres
 Cambios alimentarios
 Congestión nasal
Sin embargo, en muchas ocasiones, estos síntomas pueden indicar
otro tipo de afección, de manera que lo más importante es consultar
con un especialista que pueda establecer un diagnóstico.

Se puede prevenir?

Para prevenir el embarazo se pueden utilizar métodos


anticonceptivos. Los generales incluyen los siguientes:

 Métodos de barrera: son anticonceptivos que se utilizan a la hora


de tener relaciones sexuales (condones, diafragmas, esponjas o
capuchón cervical).
 Métodos hormonales de corta duración: son métodos con receta
médica (píldora, parche, inyección, anillo intravaginal).
 Anticonceptivos reversibles o métodos de acción prolongada:
son anticonceptivos que introduce el médico una sola vez
(dispositivos intrauterinos, implantes hormonales).
 Esterilización femenina y masculina: método que previene el
embarazo para el resto de la vida (ligadura de trompas en
mujeres o vasectomía en hombres).
 Métodos naturales del ritmo: no se utiliza anticonceptivo, sino
que la pareja evita tener sexo durante los días más fértiles.

El parto
El parto se define como la expulsión de un (o más) fetos maduros y
la(s) placenta desde el interior de la cavidad uterina al exterior.

Se considera un parto a término, es decir a tiempo normal, el


que ocurre entre las 37 y 42 semanas desde la fecha de última regla.
Los partos ocurridos antes de las 37 semanas se consideran partos
prematuros y los que ocurren después de las 42 semanas se
consideran partos post-término.

El parto va precedido de los pródromos de parto, síntomas vagos e


inespecíficos que preceden al parto propiamente dicho. El parto en
sí se divide en tres fases:

 Fase de dilatación
 Fase de expulsivo
 Fase de alumbramiento

Después del parto se inicia la fase del puerperio o


postparto
El parto puede ser un parto sencillo, es decir de un solo feto o bien
múltiple, de dos o más fetos. La vía de parto puede también variar,
puede ser un parto vaginal, es decir que el feto es expulsado por el
canal de parto natural (vagina) o bien un parto abdominal, es decir,
por el abdomen de la madre (cesárea).

Los partos vaginales pueden ser eutócicos, estos son los partos
normales, o bien instrumentados, que precisan de instrumentos
aplicados por el médico para ayudar en el parto vaginal. Estos
instrumentos son los fórceps, las espátulas o las ventosas.
Tipos de parto
Aunque generalmente hablamos de dos tipos básicos de parto, el
natural/vaginal y el parto por cesárea, existen también otros formas de
producirse el nacimiento del bebé, relacionadas generalmente con
complicaciones.

A continuación explicamos las características principales de cada tipo:

Parto vaginal
El bebé nace a través de la vagina gracias a los empujones que
realiza la madre. La posición habitual en este parto se denomina
litotomía: recostada sobre la espalda y con los pies en alto a la altura
del glúteo. No obstante, existe cierta polémica con la postura, pues
muchos dicen que en el parto natural es mejor que la mujer esté en
posición vertical en lugar de horizontal, pues así es ayudada por la
gravedad.
Parto con fórceps
En los partos vaginales difíciles, cuando la madre no puede empujar
más y el bebé no sale, se utilizan unas pinzas (fórceps) que se
colocan en la cabeza del niño y ayudan a sacarlo. Su uso no es
habitual.
Parto con ventosa
La ventosa obstétrica es un instrumento que al igual que el fórceps,
ayuda a extraer el feto por el canal vaginal. Se emplea en situaciones
problemática, para evitar la cesárea.
Cesárea
También denominada parto abdominal, consiste en extraer al niño a
través de una abertura a la altura del abdomen. Se trata por tanto, de
una intervención quirúrgica. Es más habitual en partos de riesgo
o embarazos múltiples. Si quieres saber más sobre este tipo de
nacimiento, te recomiendo visitar este enlace: la cesárea.
Parto prematuro
También llamado parto pretérmino, se produce cuando el bebé nace
antes de la semana 37 de gestación. El parto puede darse de
cualquiera de las tres formas anteriores. Estos bebés pueden tener
problemas de salud por el hecho de nacer antes de tiempo. La
gravedad dependerá de cuánto tiempo se haya adelantado el
nacimiento.
Preparación al parto
No existe nada específico que nos ayude a predecir el momento
exacto en que se va a producir el parto. De hecho, a lo largo del último
mes de embarazo, el cuerpo se va preparando para este momento de
forma gradual.
Entre los principales cambios que evidencian que el cuerpo de la
embarazada empieza a prepararse para el parto destacamos los
siguientes:
 Disminución de la presión en la caja torácica, pues el bebé
empieza a descender y encajarse en la pelvis.
 El aumento de las contracciones uterinas.
 El cuello uterino empieza a dilatarse y ablandarse.
 La rotura del tapón mucoso.
 La llamada "rotura de aguas".
Debido a la dilatación vaginal, se expulsa el tapón mucoso que ha
mantenido cerrado el cuello uterino durante el embarazo. Se trata de
una pequeña cantidad de flujo espeso que en algunas ocasiones
aparece teñido de sangre. Se puede expulsar de una sola vez o a lo
largo de varios días.
Aunque la expulsión del tapón mucoso marca el inicio de la dilatación
uterina, el parto puede producirse inmediatamente después o pasados
incluso unos días.
La rotura de aguas hace referencia a la expulsión por la vagina
del líquido amniótico que recubre al bebé durante los 9 meses de
embarazo. Hay mujeres que rompen aguas antes de empezar a sentir
las contracciones y otras en las que la rotura del saco amniótico se
produce cuando llevan ya un tiempo con las contracciones fuertes y
regulares.
Puedes consultar este enlace para obtener más información sobre
la preparación al parto.

Duración del parto


La duración del parto depende de cada nacimiento, pero suele
durar entre 6 y 15 horas. El parto se inicia con las primeras
contracciones hasta que se produce la dilatación del cuello uterino y
con ello su longitud se acorta.
A partir de los 4 centímetros de dilatación empieza una etapa más
activa y las contracciones son más fuertes y frecuentes. Cuando se
llega a los 10 cm dilatados ya puede empezar a salir el bebé.
La duración de la llegada del bebé puede tardar entre 2 y 8 horas, es
necesario que la madre empuje para que el niño pueda salir. El tiempo
de este periodo varía mucho entre madres primerizas y las que ya han
dado a luz anteriormente.

Parto con o sin epidural


La epidural es un anestesia local colocada en el espacio epidural que
bloquea las terminaciones nerviosas a nivel de la médula ósea.
Aunque es una anestesia utilizada es muchas otras intervenciones
quirúrgicas, es conocida como la anestesia del parto.
Aunque se trata de una forma de anestesia muy segura y con pocos
efectos secundarios, no todas las embarazadas quieren ponérsela,
pues algunas prefieren sentir el parto de forma completa.
Entre las principales ventajas de la inyección epidural destacamos la
eliminación completa del dolor, tanto en el parto vaginal como en la
cesárea, sin que por ello la mujer deje de ser consciente del
alumbramiento de su hijo.
Sin embargo, también presenta desventajas como la prolongación del
tiempo de parto o el aumento de los casos en los que se necesita
hacer episiotomía o emplear fórceps.
En el caso del parto por cesárea, al tratarse de una cirugía, siempre se
aplicará anestesia. En la mayoría de los casos se aplica la epidural,
aunque hay algunas situaciones en las que se recomienda la
anestesia general.
Si quieres más información sobre las ventajas y desventajas del parto
con y sin epidural, te recomiendo leer este artículo: la epidural.
¿En qué consiste la melancolía posterior al parto?
Alrededor de dos o tres días después de dar a luz, son comunes los
sentimientos de depresión y ansiedad. Es posible que llores sin
motivo, tengas dificultades para dormir o dudes de tu capacidad para
cuidar a tu bebé recién nacido. “Esto se debe, sobre todo, al cambio
en los niveles de progesterona”. Sin embargo, es poco probable que
los cambios hormonales sean la única causa. Además de estos
cambios, existen otros factores que pueden provocar esos
sentimientos, tales como los períodos prolongados de cansancio o
agotamiento, las dificultades con la lactancia y otras complicaciones
posparto.

Estos son otros factores que también pueden intervenir:

 Problemas previos de salud mental


 Causas biológicas
 Falta de apoyo
 Experiencias difíciles durante la infancia
 Experiencias de abusos
 Baja autoestima
 Condiciones de vida estresantes
 Acontecimientos importantes de la vida

Con un buen apoyo de la familia, los seres queridos y los amigos,


estos sentimientos suelen desaparecer en unas dos semanas sin
necesidad de tratamiento.
¿Qué es la depresión posparto o depresión posnatal?
La depresión posparto o posnatal es diferente de la melancolía que se
siente después del parto. Suele aparecer entre dos y ocho semanas
después de dar a luz, pero puede darse hasta un año después del
nacimiento del bebé. “Uno de los aspectos importantes de la depresión
posparto es que no es solo un sentimiento de tristeza”. Los
sentimientos de ansiedad intensa también son una característica
común de la depresión posparto.

Algunos síntomas de la depresión posparto a los que debe prestarse


atención son la sensación de agobio, el llanto persistente, la falta de
lazos de afecto con el bebé y las dudas sobre la propia capacidad para
cuidar de una misma y del bebé.

“Todos nos preocupamos por nuestros hijos, pero [las mujeres que
viven una depresión posparto están tan preocupadas que eso les
impide disfrutar de su bebé y de su vida”. La depresión posparto
también puede dificultar el cuidado de una misma y el del bebé. “Creo
que es importante que la gente entienda que no se trata solo de estar
triste o llorar. También puede haber una sensación de miedo casi
paralizante a que algo malo pueda pasarle a tu hijo, y eso es
increíblemente doloroso para una madre”.

Otra señal de advertencia de la depresión posparto es la incapacidad


para dormir, incluso cuando el bebé está dormido. “Si estás agotada
pero no te duermes porque tienes la mente acelerada, es porque tu
cerebro no está siendo tu aliado”,

Cuáles son los síntomas de la depresión posparto?


Los síntomas de la depresión posnatal son similares a los de la
depresión. Entre ellos están:

 Sentirse triste o en baja forma


 Ser incapaz de disfrutar de las cosas con las que normalmente
se disfruta
 Cansancio o pérdida de energía
 Déficit de concentración o escasa capacidad de atención
 Baja autoestima y falta de confianza en una misma
 Alteraciones del sueño, incluso cuando el bebé está dormido
 Cambios en el apetito

Es posible que te sientas desconectada de tu bebé o de tu pareja, e


incluso que tengas pensamientos de hacerte daño a ti misma o al
bebé. Pensar en hacer daño a tu bebé puede ser aterrador, pero
recuerda que esto no significa que vayas a hacérselo de verdad.
Cuanto antes hables con alguien de tus pensamientos y sentimientos
—un amigo, un familiar, un médico o una matrona, por ejemplo—,
antes podrás recibir la ayuda que necesitas.

Hay alguna manera de protegerse contra la depresión posparto?

La psicoeducación para desarrollar estrategias de respuesta positivas,


gestionar el estrés y crear redes de apoyo puede ser útil para
protegerse de la depresión posparto. Se trata de aprender y
comprender qué es la salud mental y el bienestar. Es un poco como la
educación física, en la que se aprende cómo funciona el cuerpo y
cómo cuidarlo, y qué efectos tienen las distintas tensiones o factores
de estrés, pero aplicada a la mente. Es muy importante tener un
sistema de apoyo en casa que vele por tu salud mental. Involucra a tu
pareja y a tus amigos y personas cercanas para que sepan cómo
apoyarte durante el periodo posparto. Antes de que llegue el bebé,
ponte en contacto con tus amigos y familiares y diles cómo te gustaría
que te apoyaran.

Para las personas con factores de riesgo importantes, como


antecedentes personales o familiares de depresión, bajos ingresos,
violencia de pareja, embarazos no deseados o acontecimientos vitales
estresantes y recientes, hay una serie de intervenciones de
orientación, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia
interpersonal, que han demostrado ser eficaces para prevenir la
depresión posparto o perinatal. Habla con tu médico para saber qué
opciones son las mejores para ti.

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