Vivir como Ciudadano del Reino.

Introducción

Empezaremos con la pregunta ¿Qué es un ciudadano para usted?, en el diccionario encontramos

que: Se considera como ciudadano de un Estado a aquella persona que posee derechos civiles y
políticos dentro del territorio y es considerado como tal.

Partiendo de esa pregunta desarrollaremos el tema “Vivir como ciudadano del Reino”.

Comentario Bíblico

1. Ser ciudadanos

a. Cuando aceptamos al Señor Jesucristo como nuestro Salvador, obtenemos

identidad, es decir, la ciudadanía del Reino de Dios. Filipenses 3:20
b. Cuando somos ciudadanos del Reino, poseemos derecho a ser llamados Hijos de
Dios. Juan 1:12-13 y a su vez obtenemos las responsabilidades y beneficios como
ciudadanos del Reino. Ejemplo:
i. Por medio de Jesús obtuvimos la SALVACIÓN. Romanos 3:23
ii. Nos envía a predicar su palabra. Mateo 28:19
iii. Mantener siempre tu Testimonio, es decir, un estilo de vida conforme a la
palabra de Dios. 1 Juan 1:3
iv. Nos libra de la esclavitud y nos da libertad. Romanos 8:15-16, Colosense
3:3

2. Estableciendo su Reino en la Tierra

a. Como hijos de Dios somos su Representante aquí en la Tierra. 2 corintios 5:20,
Mateo 5:13-16
b. La claridad en saber que en esta Tierra todo es pasajero y no aferrarnos a nada.
Hebreos 13:14, 1 Pedro 1:4
c. Producir los frutos de Dios. Juan 15:16

3. Como mantenemos la ciudadanía del Reino de Dios

a. Privarse de los deseos carnales. 1 Pedro 2:11-12
b. Anhelar cada día a morir del viejo hombre. Juan 3:3
4. Buscar las cosas de Arriba
a. Poniendo la mirada en Cristo. Colosenses 3:1-4
b. Buscando su rostro cada día y descansando él. Mateo 6:33, Filipenses 4:8
c. Si tenemos a Cristo, lo tenemos TODO.

Conclusión

En esta tierra un país defiende a los suyos, por eso hay embajadas en diferentes partes del
mundo, para que los ciudadanos de un país puedan acercarse y tener derechos, aunque
estén en otro lado. Ahora somos embajadores del reino celestial en esta tierra, hemos
adquirido la ciudadanía por la sangre de Jesucristo. Y estamos aquí para anunciar al resto
del mundo que Cristo Salva y que pronto viene por su iglesia para llevarla a un lugar
especial.

Llegará un día en que debamos dejar esta tierra y nos iremos a la nueva nación, una donde
Dios mismo estará para alumbrarnos, donde las tinieblas ni la muerta existan más. Eso es
lo que Dios está preparando para su pueblo escogido. Debemos disfrutar de los beneficios
de pertenecer a la nación de Dios.