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El hombre liberado por Cristo, no sólo recibe la remisión de los pecados, sino que además es elevado a una nueva vida.
a. Recordando lo que nos expresa Pablo, 2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
b. La liberación de Cristo nos lleva a la vida eterna, así evitando la condenación.
Vida en espíritu y en verdad: Se trata de una profunda transformación espiritual para llegar a vida digna de los “verdaderos adoradores del
Padre”
a. En Juan 4:6-39, tenemos un relato maravilloso donde una mujer samaritana tiene un cambio maravilloso después de que tiene su
conversación con Jesús, en esa conversación ella fue libre, podemos agregar que un encuentro con Jesús te cambia la vida.
b. Podemos ver en el N.T. brevemente que varios personajes tuvieron un encuentro con Jesús y su vida cambio, poderosamente.
Un encuentro con el Señor, cambio su vida personal y espiritual, y cambiaron sus vidas para siempre.
Por ejemplo:
1. El endemoniado gadareno; Lucas 8:26-39
2. La mujer con el flujo de sangre; Lucas 8:43-48
3. Zaqueo, el recaudador de impuestos; Lucas 19:1-10
4. La mujer samaritana; Juan 4:6-39
5. Mateo el publicano; Mateo 9:9-13
6. La mujer adúltera; Juan 8:2-11
7. El apóstol Pablo; hechos 9
1. La primera libertad que nos da Cristo es: Libertad para no cometer pecado
Pecar, cometer pecado, es hacer lo que sabemos de antemano que está en contra de la Palabra y la voluntad de Dios. En Juan 8: 31-36 queda
perfectamente claro que tenemos plena libertad para elegir no ceder cuando somos tentados a pecar.
En el evangelio de Juan 8: 31-36 queda perfectamente claro que tenemos plena libertad para elegir y no ceder cuando somos tentados a pecar.
"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ¿Seréis
libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para
siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
4. Cuarta libertad que nos da Cristo es: Libertad para amar y perdonar
En Cristo, encontramos la libertad para amar a Dios y a nuestros semejantes de manera sincera y desinteresada. Jesús nos enseña en Mateo 22:37-39:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y primer mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". la libertad en Cristo nos capacita para perdonar a aquellos que nos han lastimado, siguiendo el
ejemplo de nuestro Salvador.
5. Quinta libertad que nos da Cristo es: Libertad para vivir en propósito y esperanza
En Cristo, encontramos la libertad de vivir en propósito y esperanza.
Efesios 2:10 nos dice: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas".
o Dios tiene un plan específico para cada uno de nosotros, y en esa libertad encontramos la capacidad de descubrir y vivir en el propósito divino
para nuestras vidas.
Además, la libertad en Cristo nos llena de esperanza. En Romanos 15:13 leemos: "Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para
que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo".
o En medio de las adversidades y desafíos de la vida, podemos encontrar consuelo y confianza en la esperanza que tenemos en Cristo.
Conclusión:
Queridos hermanos y hermanas, la libertad en Cristo es un tesoro que debemos valorar y vivir en plenitud.
Encontramos en Él la liberación del pecado, el amor sincero, el perdón, la liberación del legalismo religioso, el propósito y la esperanza.
En cada paso que damos en nuestra relación con Jesús, experimentamos una libertad transformadora que nos conduce a una vida abundante y llena de
significado.
Que cada día nos acerquemos más a nuestro Señor, profundizando en Su Palabra y permitiendo que Su Espíritu Santo nos guíe en el camino de la
libertad en Cristo.
Recordemos las palabras de Jesús en Juan 8:36: "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres".
Que esta verdad resuene en nuestros corazones y se refleje en nuestra manera de vivir.
¡Vivamos en la libertad que Cristo nos ha otorgado y compartamos esta buena noticia con el mundo!