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BETTMANN
ENTER OF DRAGON
“Un día recibí una llamada de larga distancia del periódico más
grande de Hong Kong. Me preguntaron si todavía estaba vivo.
¿Adivina con quién estás hablando? Respondí”. Bruce Lee contaba
habitualmente muchas anécdotas como ésta. De hecho, los
rumores sobre su muerte eran abundantes en Oriente y, casi
siempre, tenían un final violento, una pelea a traición que lo
terminaba despedazando. Así que, cuando murió de verdad, las
especulaciones se desbordaron de tal modo que aún han llegado a
nuestros días, casi medio siglo después. ¿Pero qué ocurrió en
realidad? ¿Fue un edema cerebral? Que un hombre de 32 años
que hacía ejercicio constantemente y era conocido por su físico
tonificado, que era capaz de hacer flexiones o sentadillas solo
apoyándose con los pulgares en el suelo mientras veía la televisión
o que leía La crítica a la razón pura ejercitando los brazos con
sendas mancuernas, muriera tan joven era -y es- muy raro.
ENTER OS DRAGON
Así, con 18 años, Bruce Lee volvía al país que le vio nacer. Se
establecería en Seattle y en 1961 empezó los estudios de filosofía
en la universidad de Washington, especialmente atraído por el
taoísmo. Tres años después, abandonó la carrera para abrir su
primer gimnasio y dedicarse en exclusiva a su entrenamiento
personal y dar clases de kung Fu, eso sí, sin exclusiones raciales,
sólo había que disponer de “un corazón puro”. Daban igual los
ojos rasgados o el color de la piel. Las amenazas volverían a su
vida. Muchos asiáticos pensaban que el hecho de que ofreciese
clases a caucásicos era una práctica corrupta (Y por si fuera poco,
se casó con una americana y tuvo dos hijos). Pero aquella open
mind también supondría convertirse en alguien popular, tanto
que Hollywood llamó a su puerta.
Pero él nunca sabría que era ser una estrella de Hollywood. ¿Qué
se lo impidió? Aquí, regresamos a cosmogonía de su muerte.
“Nadie se muere por una pastilla de Equagesic. Ningún analgésico
mató a Bruce”, sentenciaron los periódicos de la época. Pero
¿Hubo o no hubo edema? Parece ser que sí. Lo que no se sabe es el
porqué de esa hidrocefalia. Si lo provocó una alergia, una mala
combinación con drogas, si tuvo algo que ver la mafia china o
incluso la italiana, si fue el efecto de varias sustancias, de la mala
suerte, de una maldición china o, por qué no, del efecto mariposa.
“Una muerte por desventura” en toda regla que, este mismo año,
suma una nueva hipótesis publicada en la biografía Bruce Lee: A
life, de Matthew Polly, donde se dice que la causa, extraña y triste,
del colapso del astro de cabellos azabache fue un golpe de calor,
algo tan común y corriente que se vio intensificado por la
extirpación que se hizo el hongkones de las glándulas sudoríparas
de las axilas. Bruce sentía que cuando sudaba mucho se veía mal
en pantalla. Había que quitarla. "Sin estas glándulas sudoríparas,
su cuerpo habría sido menos capaz de disipar el calor", escribe.