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leyes y regulaciones, reportar información precisa y transparente; puesto que, esto impacta a las
partes interesadas (empleados, clientes, proveedores, comunidad, medio ambiente, etc.). La ética
y la moral son fundamentales en la contabilidad para garantizar la confianza del público, la
transparencia y la integridad en las prácticas financieras.
Sin embargo, la contabilidad también puede ser manipulada con fines corruptos. Prácticas como el
soborno y la malversación de fondos son ejemplos de cómo se puede distorsionar la información
contable para ocultar actividades ilícitas. Además, la falta de supervisión adecuada y la
complicidad de profesionales contables pueden facilitar la comisión de actos corruptos.
En Colombia, la Ley 43 de 1990 establece los principios éticos y las responsabilidades del contador
público. Según el artículo 1 de esta ley, "el contador público está obligado a cumplir con los
principios de integridad, objetividad, diligencia, confidencialidad y competencia profesional". Estos
principios proporcionan un marco ético para guiar el comportamiento de los contadores públicos y
promover la honestidad y la transparencia en su práctica profesional.
Los principios éticos, en su esencia, reflejan un compromiso con la honestidad y la integridad. Los
contadores, como guardianes de la información financiera, tienen la responsabilidad de
salvaguardar la confianza del público y las partes interesadas al presentar informes precisos y
confiables. Además, al adherirse a estándares éticos, promueven un ambiente laboral de confianza
y colaboración. Esto se traduce en una cultura organizacional donde la honestidad, el respeto y la
responsabilidad son valores fundamentales.
Kant, propone un enfoque ético basado en el deber y la moralidad universal. Según Kant, la ética
se fundamenta en el imperativo categórico, que establece que una acción es moralmente correcta
si puede ser universalizada sin contradicción. En el contexto de la contabilidad, esto implica que
los contadores deben actuar de acuerdo con principios éticos universales, como la honestidad y la
justicia, independientemente de las circunstancias. Como afirma Kant, "la buena voluntad es
buena no por lo que efectúa o logra, sino por su disposición, es decir, por querer obrar conforme
al deber" (Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres). En este sentido, los
contadores deben resistir las presiones externas y actuar de manera ética incluso cuando
enfrentan dilemas difíciles.