FIGURAS LITERARIAS
1. ¿En dónde empezaba?
¿Acababa en dónde?
2. Del monte en la ladera
por mi mano tengo plantado un huerto.
3. Con el ala aleve del leve abanico.
4. Verde que te quiero verde.
5. Y su sangre ya viene cantando;
cantando por marismas y praderas.
6. ¿Soledad, y está el pájaro en el árbol,
soledad, y está el agua en las orillas,
soledad, y está el viento en la nube,
soledad, y está el mundo con nosotros,
soledad, y estás tú conmigo solos?
7. Verde nativo,
verde de yerba que sueña
verde sencillo
verde de conciencia humana.
8. Una pica lleva al hombro
porque su suegra le dijo
que ha de ganar por la pica
lo que perdió por el pico.
9. El gato al rato, el rato a la cuerda,
la cuerda al palo, daba el arriero a Sancho,
Sancho a la moza, la moza a él,
el ventero a la moza...
10. Después no puedes hacer nada
ni dar cuerda al reloj, ni despeinarte
ni ordenar los papeles.
11. En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba
12. ¡Oh, cara perdición! ¡Oh, dulce engaño!
¡Suave mal! ¡Sabroso desconsuelo!.
13. Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
14. ¡Héroes de mayo, levantad las frentes!
15. El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.
16. Estrellas hay que saben mi cuidado
y se han regalado con mi pena.
17. Le dije que iba a besarla,
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas
como quien pierde un tesoro.
18. Por tu amor me duele el aire,
el corazón y el sombrero.
19. Todas las casas son ojos
que resplandecen y acechan.
20. El pirata de su corazón
le destrozó el alma.
21. Quedó sola con cuatro bocas que alimentar.
22. Respeta mis canas.
23. Mañana cuando me vaya,
¿con qué corazón me iré?
24. Aurora de rosados dedos.
25. Acude, corre, vuela, traspasa la alta sierra,
ocupa el llano, no perdones la espuela,
no des paz a la mano menea fulminante el
fierro insano
26. Oigo son de armas y de carros
y de voces y timbales.
27. A florecer las flores madrugaron.
Y para envejecerse florecieron;
Cuna y sepulcro en un botón hallaron.
28. Y todo en la memoria se rompía,
tal una pompa de jabón al viento.