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ABRIR EL CAMINO A LA

DEMOCRACIA Y LA PAZ.

16
CONGRESO.

Programa.
DEL PARTIDO COMUNISTA
COLOMBIANO
1991

“POR LA DEMOCRACIO AVANZA

Y EL SOCIALISMO HUMANITARIO”.

1
PROGRAMA
DEL PARTIDO COMUNISTA
COLOMBIANO
1991

16
Congreso

POR LA DEMOCRACIA AVANZADA CONGRESO Y EL


SOCIALISMO HUMANISTA”

INDICE
PAG

CAPITULO l. FRENTE AMPLIO Y GOBIERNO


2
DE CONVERGENCIA………………………………………………………………………8

PLATAFORMA PARA LA DEMOCRACIA

AVANZADA…………………………………………………………………………………..8

FORTALECER LA SOCIEDAD CIVIL…………………………………………………..10

CAPITULO ll NESECIDAD Y CARÁCTER DE

LA REVOLUCION……………………………………………………………………………10

RASGOS DE LA ECONOMIA……………………………………………………………11
CARÁCTER DEL REGIMEN ACTUAL………………………………………………..11

IMPERIALISMO Y MILITARISMO…………………………………………………….12

LA REVOLUCION COLOMBIANA……………………………………………………13

CAPITULO lll EL NUEVO PODER.............................................................................13

CONSTRUCION DEL BLOQUE DE PODER ……………………………………….14

FORMAS DE LUCHA POR EL NUEVO PODER…………………………………….15

LA VANGUARDIA COLECTIVA………………………………………………………..16

CAPITULO lV FUERZAS SOCIALES DEL NUEVO PODER…………………………………………17

CLASES Y CAPAS SOCIALES DEL CAMBIO..........................................18

1.EL PROLETARIADO …………………………………………………………………….19

2.EL CAMPESINADO ……………………………………………………………………..19

3. LAS CAPAS MEDIAS …………………………………………………………………..20

MOVIMIENTOS SOCIALES ALTERNATIVOS………………………………………21


MOVIMIENTOS ETNICOS………………………………………………………………..21
LOS MIVIMIENTOS CIVICOS, COMUNALES Y
COOPERATIVOS…………………………………………………………………………….21
EL MOVIMIENTO JUVENIL……………………………………………………………..22
EL MOVIMIENTO FEMENINO………………………………………………………….22
LOS CREYENTES…………………………………………………………………………….23

MOVIMIENTOS POR LA CULTURA…………………………………………………23


3
CAPITULO V. EL NUEVO ESTADO Y SU PROGRAMA……………………………………………25

LOS DERECHOS HUMANS……………………………………………………………..25

LA SOBERANIA NACIONAL…………………………………………………………….26

LAS FUERZAS ARMADAS……………………………………………………………….26

SOBERANIA ECONOMICA……………………………………………………………..26

DEUDA EXTERNA…………………………………………………………………………..27

RECURSOS NATURALES…………………………………………………………………27

OBJETIVOS FUNDAMENTALES……………………………………………………….28

FORMAS DE PROPIEDAD……………………………………………………………….28

PLANIFICACION Y NACIONALIZACIONES………………………………………..29

REFORMA AGRARIA INTEGRAL………………………………………………………31

REFORMA URBANA……………………………………………………………………….32

LAS REGIONES………………………………………………………………………………32

EL PROCESO DE DESENTRALIZACION…………………………………………..33

LA ECOLOGIA………………………………………………………………………………33

LA SALUD Y LA NIÑES…………………………………………………………………..34

LA INTEGRACION LIBERTADORA………………………………………………….34

CAPITULO Vl EL SOCIALISMO………………………………………………………………………..35

LA PATRIA GRANDE……………………………………………………………………35

NUEVA FASE DE LUCHA……………………………………………………………..36

LA PERESTROIKA………………………………………………………………………..37

CAPITULO Vll. EL PARTIDO COMUNISTA………………………………………………………..38

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POR LA DEMOCRACIA AVANZADA

Y EL SOCIALISMO HUMANISTA

El XVI congreso (extraordinario) del partido comunista colombiano se realizó


en momentos en que el país y el mundo se ven convulsionados por grandes
acontecimientos.

En Colombia se ha promulgado una nueva constitución que significa un


importante logro de las reclamaciones de los sectores democráticos y abre
posibilidades para que el pueblo, con sus luchas, le imprima un desarrollo y una
aplicación consecuente con los principios y derechos formales que consagra. Se
empezaron también los diálogos entre el gobierno y la coordinadora guerrillera,
con miras a encontrar una solución negociada al conflicto armado interno.

En el mundo, el colapso del socialismo real en Europa del este y lo acaecido


en la URSS, marca una nueva correlación internacional de las fuerzas y un
retroceso histórico de grabes consecuencias, hechos que dejan profundas
enseñanzas para el movimiento revolucionario, y que constituye un gran reto
para renovar nuestros ideales y nuestra conducta, forjando un partido y una ali
anza popular capaces de demostrar que la problemática colombiana si tiene una
salida y que las esperanzas del hombre de construir una sociedad de paz,
democracia y justicia social no han fenecido.

La guerra sucia continúa y Colombia es sometida a una de las más


desenfrenada campañas anticomunistas. En tales condiciones los comunistas
afirmamos que nuestra estrategia y nuestra táctica, orientadas a impulsar el
torrente destinado a crear un nuevo país, un nuevo poder y una nueva Colombia,
si tienen porvenir y si deben y pueden cumplir su cometido.

Los comunistas luchamos para que exista en Colombia, en lo inmediato una


salida negociada al conflicto armado y se construya un régimen de verdadera
democracia política, social y económica. A la vez consideramos que la conquista
de una democracia real y el respeto a los derechos humanos, las
transformaciones económicas y sociales que garanticen la satisfacción de las
necesidades materiales y espirituales del pueblo y eleven su nivel de vida, son
objetivos estratégicos de la revolución.

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Ellos deben expresarse de manera más plena en el futuro de un socialismo
humanista, a cuya construcción nos proponemos contribuir. Porque en Colombia
lo que ha prevalecido históricamente es un régimen que o bien niega la
democracia o la concede de modo formal y restringido, y en el cual el ejercicio
excluyente del poder, por un cada vez mas estrecho circulo de privilegiados, se
ha venido traduciendo en la militarización del estado y de la sociedad y el abuso
de la fuerza, como método de gobierno. Este régimen refleja un sistema social y
económico injusto, basado en la concentración monopólica de la riqueza, en la
subsistencia de relaciones de producción atrasadas, en el subdesarrollo y en la
dependencia respecto al dominio imperial norteamericano.

Las consecuencias del capitalismo imperantes en el país desde hace más de un


siglo, han sido miseria, el desempleo, las carencias materiales y culturales para
las masas trabajadoras. Y la respuesta de las clases dominantes ante las
protestas del pueblo, la reclamación de sus derechos esenciales y la exigencia
de soluciones a los inmensos problemas sociales que lo acosan, ha consistido
en el engaño demagógico, la implantación del estado de sitio permanente, la
violencia represiva y la guerra sucia.

Este régimen político, lo mismo que el sistema social y económico en que se


sustenta, han entrado en una crisis de enorme proporciones, de las cual las
clases dominantes pretenden salir con políticas y reformas que no modifican las
estructuras que condujeron a esta situación. La modernización formal de algunas
de las instituciones políticas aprobadas en la nueva constitución, no bastan para
cambiar la esencia del régimen, máxime cuando se han dejado de tocar
aspectos tan determinantes como el de la conformación y orientación del aparato
represivo del estado.

La política de apertura económica y de privatización, no solo esta calcada de los


modelos de acumulación capitalista impuestos por los organismos
internacionales que sirven a los intereses del imperialismo, sino que perjudica a
importantes sectores de la población, pero en partículas a los trabajadores
asalariados a expensas de los cuales, mediante el desconocimiento de sus
derechos laborales y el desempleo, se fomenta el incremento de las ganancias
de los empresarios. La política racionaría de los gobiernos oligárquicos busca,
mediante la fuerza, la violencia militarista, la ofensiva ideológica y las mentiras
propagandísticas, ocultar e impedir la gestación de un potente movimiento que
demanda cambios verdaderamente de fondo para superar esta situación y
colocar a Colombia en el lugar de progreso que le corresponde en los años
venideros, cuando entramos al lumbral del siglo XXl.

En tal perspectiva nuestra estrategia, que explica este programa, mira hacia la
solución de problemas fundamentales y sustenta objetivos de largo alcance,

6
destinados a crear un nuevo poder, democrático y popular con miras al
socialismo.

Tal estrategia, diseñada para toda una época de la vida revolucionaria, va


acompañada de la táctica para avanzar en las coyunturas actuales, en procura
de conquistas de alcance inmediato y a mediano plazo.

En este texto que entregamos al estudio y consideración de nuestra militancia,


de la izquierda, de las fuerzas democráticas, y del pueblo colombiano en
general, planteamos las bases de una plataforma táctica para una democracia
avanzada, y el programa estratégico del nuevo poder a su perspectiva socialista.

CAPITULO l

FRENTE AMPLIO Y GOBIERNO


DE COMBERGENCIA

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Los comunistas proponemos, en primer lugar, a todas las fuerzas democráticas y
populares del país, forjar un frente amplio que permita alcanzar en corto plazo en
verdadero gobierno de convergencia, democrático y pluralista, que ejecute un
programa para adelantar en la profundización de las reformas institucionales
hasta ahora aprobadas, que sea capaz de avanzar en las soluciones elaboradas
en el dialogo y la negociación por la salida al actual conflicto armado interno y
desarrolle políticas progresistas en lo económico y lo social, para incrementar la
producción y el empleo, detener la descapitalización del país causada por el
pago de la deuda externa, proteger el medio ambiente, realizar una reforma
agraria integral, limitar el poder omnímodo de los monopolios, frenar las alzas
desorbitadas de precios y tarifas, restituir los derechos laborales y sindicales de
los trabajadores y fomentar la cultura en todas sus manifestaciones. Es decir,
políticas que abran paso a la creación de las condiciones mínimas para ganar el
país una paz democrática y asegurar el bienestar inmediato de los colombianos.

PLATAFORMA
PARA LA DEMOCRACIA
AVANZADA

A tiempo que elaboramos los instrumentos estratégicos, levantamos las


reivindicaciones que viabilicen la democracia avanzada. Sus ejes principales
deben ser:

La solución al conflicto bélico interno.

La acción dirigida a darle vigencia plena ala democracia participativa.

La real democratización del estado colombiano

Mejoramiento efectivo de las condiciones de vida del pueblo trabajador, empleo,


salud, educación y servicios eficientes y baratos.

Banderas hacia tales objetivos son:

1). La desmilitarización de la sociedad y la erradicación del paramilitarismo.

2). La vigencia de los derechos humanos y de la plenitud de las libertades


ciudadanas, poniendo fin a la guerra sucia, terminando con la represión y la
discriminación contra el movimiento popular y aplicando los protocolos l y ll de
Ginebra.

8
3). La derogatoria de la legislación anti popular dictada bajo el estado de sitio y
convertida en permanente.

4). La lucha por la democracia efectiva, que encarne el pluralismo político


amplio, con presencia de las fuerzas populares y que supere rémoras
bipartidistas.

5). La unidad mas amplia de todas las fuerzas populares, tanto sociales como
políticas, decididas a levantar la alternativa democrática.

6). La conquista de un gobierno de amplia convergencia, capaz de inaugurar el


paso hacia las transformaciones avanzadas.

7). La lucha por ponerle freno al alto costo de vida, la inflación y el desempleo,
promulgando una legislación laboral democrática que consulte y tenga en cuenta
los intereses de la economía nacional y de los trabajos en particular.

8). La modificación de la política económica impuesta a partir de la consolidación


de la apertura económica y la privatización a favor principalmente del capital
transnacional y en detrimento del desarrollo integral y autónomo del país, así
como el trabajo nacional.

9). La conformación de zonas de libre comercio con políticas diferenciadas y


participación de los afectados directos, para determinar las implicaciones de
estas medidas hacia la pequeña y mediana economía.

FORTALESER LA SOCIEDAD CIVIL

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Lo esencial de la plataforma de convergencia debe ser la democratización del
país, que no se limita a problemas constitucionales, sino que implica también el
construir la democracia desde abajo, fortaleciendo la sociedad civil. Las reformas
políticas que consagran el desarrollo de formas directas de democracia
(referendo, plebiscito, derogatoria del mandato, entre otras) y otras que deben
ser conquistadas, es preciso utilizarlas activamente al lado de las formas de
democracia representativa, para alcanzar una profunda y efectiva
democratización del actual régimen presidencialista, altamente militarizado.

CAPITULO ll

NECESIDAD Y CARÁCTER

DE LA RERVOLUCION

La evolución política del país en las dos ultima décadas, muestra la polarización
de intereses en el cuadro del régimen del gran capital, cuya expresión política-la
cúpula de los dos partidos tradicionales- ejerce el poder en provecho de una
prepotente minoría. Pero los partidos tradicionales se agrietan y se muestran
incapaces de conducir a las soluciones requeridas urgentemente por el pueblo
colombiano. Emergen nuevas fuerzas sociales, nuevos alinderamientos políticos.
Ciertamente el país se ha desarrollado y el empuje de las luchas populares ha
permitido conquistar algunas reformas de cariz democrático. Pero la línea
prevaleciente en este proceso es la de la persistencia de la separación creciente
entre el régimen y las amplias masas desposeídas, que no permanecen inertes
sino que actúan enérgicamente en busca de libertades y cambios y cuyo avance
como fuerzas renovadoras los usufructuarios del sistema tratan de impedir con
sus políticas reaccionarias y militaristas, siguiendo un modelo de dominación,
cuyos lineamientos fundamentales están indicados en el documento santa fe ll
de la administración norteamericana, y que en vez de paliar la crisis institucional,
social y política, la ahondan.

RASGOS DE LA ECONOMIA

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En las tres últimas décadas han aparecido importantes modificaciones en la
estructura de la sociedad colombiana que convierten al nuestro en un país
capitalista dependiente con unas fuerzas productivas deformadas en su
desarrollo y cada vez mas integradas a los intereses imperialistas a través del
creciente dominio de las transnacionales. Esto supedita la orientación de la
economía hacia las exportaciones, sin la suficiente ampliación y unificación del
mercado interno que nos permita arribar a los procesos de internacionalización
en condiciones favorables para la nación y la integración latinoamericana.

Tal situación se hace más compleja, si tenemos en cuenta las permanentes


contradicciones económicas del capitalismo mundial con sus recurrentes crisis,
que hace de nuestro papel en el mercado internacional algo secundario. Ante
esta realidad, nuestra economía deformada en sus nexos con lo externo y con
un mediano desarrollo capitalista se sustenta en una creciente concentración de
la riqueza acompañada del avance de una economía ilegal cuyas expresiones
más protuberantes son la especulación financiera, el narcotráfico y el
contrabando.

Las consecuencias de este fenómeno se descargan principalmente sobre la


población trabajadora.

La solución a la crisis, que afecta tan gravemente al pueblo, no da espera y


requiere el surgimiento de un amplio y robusto proceso democratizador, como
primer escalón y condición que posibilite un profundo desenlace revolucionario
de transformaciones políticas y sociales y la instauración de un nuevo poder y un
estado democrático y popular en Colombia.

CARACTER DEL REGIMEN ACTUAL

El bloque de poder de las clases dominantes en Colombia, caracterizado por la


alianza de la gran burguesía con los grandes terratenientes, esta sellado por su
carácter violento, el cual se convierte en acelerador económico con el despojo
de los sectores del campesinado y el arrasamiento del movimiento obrero.

La violencia es un elemento consustancial al modelo de acumulación que se


desenvolvió en la inmediata post-guerra (a diferencia de otras experiencias
latinoamericanas). El propio sistema político de dominación del frente nacional
incorporo una estructura excluyente que reprodujo la violencia y a la vez genero
una respuesta guerrillera con un contenido nuevo, social y político. El régimen
político colombiano ha tenido y tiene un inocultable carácter de terrorismo
político de estado, obediente a la doctrina imperialista de “seguridad nacional” y
sus nuevos desarrollos.

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Poseídas por su ceguedad y confianza en el modo violento, las clases
dominantes han sido resistentes a los cambios. Solo sectores de la burguesía
han asumido, como estrategia para la crisis de dominación, tendencias a un
reformismo de corto alcance para “modernizar” mediante retoques las
instituciones, pero sin intentar una verdadera ampliación de la democracia,
consientes seguramente de que hacerlo significaría el arrasamiento de los
privilegios que constituyen el soporte de quienes integran el actual bloque de
poder oligárquico.

IMPERIALISMO Y MILITARISMO

Es este mismo espíritu el que ha asimilado el militarismo colombiano. Lo ha


hecho suyo y lo ha perfeccionado con los aspectos técnicos-militares y
psicológicos del conflicto de baja intensidad. A la vez la burguesía, evidenciando
su hipocresía y doble moral mientras declara la guerra a determinados
narcotraficantes, los utiliza como instrumentos de violencia paramilitar contra
sectores progresistas, se lucra con sus aportes a la acumulación capitalista,
reproduciendo su base social como clase, y pacta con ellos las condiciones de
su “sometimiento” a la justicia.

Es necesario considerar como parte sustancial del bloque de poder al


imperialismo como tal. Hoy no se puede considerar el bloque de poder de un
estado puro, absolutamente autónomo, en ningún país latinoamericano excepto
cuba. El factor internacional, interestatal político-militar, político-partidista,
comercial, está presente en las consideraciones de conducta de nuestros
países. Con mayor razón, cuando la espina dorsal de la política norteamericana,
es el conflicto de baja intensidad. La herramienta fundamental de control yanqui
dentro del bloque de poder es su influencia decisiva sobre las fuerzas militares, y
la forma principal de ese control es la política e ideológica, reforzada por la
compatibilidad en la formación de cuadros, el comercio armamentista, los planes
comunes en la “guerra al narcotráfico” como resultado de las concesiones, el
control electrónicos y los asesores militares.

Por eso un objetivo sustancial de toda negociación política y de toda reforma


política que se pretenda de fondo, implica la reforma democrática de fuerzas
militares y de policías, y no solo su reestructuración para alcanzar mayor
“eficacia”. Es el cambio de su doctrina, en sus objetivos y fines, en sus
funciones; es la reducción de su tamaño; es su incorporación constructiva al
país; es la modificación de su relación con el pueblo, con el estado, con la
sociedad civil y con la nación. La reforma del estado y de las fuerzas armadas
es el meollo de la democratización real del país.

LA REVOLUCION COLOMBIANA

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El gobierno de convergencia a fin de consolidar y avanzar hacia el afianzamiento
del nuevo poder democrático y popular y la construcción de una nueva sociedad
debe, cumpliendo lineamientos programáticos consecuentes, apuntar al relevo
del actual bloque de poder que controla el estado. No se conseguirá esta meta
sin una ardua lucha de clases y el desenlace final del proceso estará
determinado por la correlación de fuerzas que prevalezcan tanto en el ámbito
social como en el mismo nuevo bloque de poder pluralista.

Porque, subrayamos, la superación de la crisis global de la sociedad


colombiana, los cambios históricos que propugnamos para lograrla, la
consolidación de esa paz democrática que anhelan los colombianos y el impulso
al progreso económico y social en beneficio del pueblo trabajador, solo pueden
ser conquistados mediante una revolución democrática, popular y patriótica que
lleve, con el empleo de la mas amplia y variada lucha de masas y el
fortalecimiento de la conjunción de fuerzas progresistas interesadas en esos
cambios, y en la que los trabajadores han de tener un papel protagónico, al
establecimiento de un nuevo poder político que ponga fin a la dominación
oligárquica e imperialista en nuestro país.

Hacia esa aspiración revolucionaria están acumulándose fuerzas. La situación


revolucionaria que permita el salto histórico hacia la nueva sociedad requiere
estrategia y táctica certeras, de periodos que se enlacen progresivamente y una
política convergente, con la cual los diversos destacamentos revolucionarios
actúen unitaria y conscientemente y ganen la voluntad de las grandes masas.

CAPITULO lll

EL NUEVO PODER

Ese nuevo poder debe desarrollar desde el estado, políticas que conduzcan a
remover las bases económicas y sociales de la dominación imperialista y
oligárquica en nuestro país, para liquidar las condiciones de dependencia,
monopolio económico , atraso social y cultural y autoritarismo político, que
afectan tan negativamente la vidas de las grandes mayorías del pueblo
colombiano, condenándolas a la miseria, el desempleo, a no encontrar solución
para sus más elementales necesidades de salud, educación, vivienda y
adecuados servicios, y a soportar la violencia represiva de las autoridades
policiales y militares del régimen y la sumisión clientelista, antidemocrática y
humillante, a los gamonales de los partidos tradicionales de la burguesía.

La crisis de estructura que se refleja en esta situación solo se superara


alcanzando, bajo el empuje de las luchas populares por la solución de los

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problemas económicos y sociales y la profundización del proceso, una
democracia avanzada, mas plena e integral en todos los sentidos, que abra la
perspectiva de construir una sociedad socialista, democrática y humanista, que
suprima la explotación y los antagonismos de clase.

Por lo tanto, el nuevo poder tiene que estar conformado por el bloque de fuerzas
interesadas verdaderamente en las transformaciones profundas de la estructura
de la actual sociedad y en el establecimiento de un régimen de democracia
avanzada que le corresponda. La naturaleza pluralista y multiclasista de este
bloque de fuerza se refleja en la concurrencia, en primer lugar, del proletariado,
con juntamente con los campesinos, las capas medias urbanas y las franjas
progresistas de la burguesía no monopólicas. Todos los representantes de estas
fuerzas desde los trabajadores asalariados independientes hasta los
profesionales, intelectuales, y artistas, pero igualmente los empresarios
pequeños y medianos, las organizaciones sociales que agrupan a unos y otros y
los partidos o corrientes políticas que los interpretan, están llamados a hacer
parte activa y protagónica de este bloque y a contribuir a la lucha común por la
conquista del nuevo poder y los cambios democráticos.

CONSTRUCION DEL BLOQUE DE PODER

Parejo con esto es necesario hallar un conjunto de propuestas conducentes a


comprometer a otras fuerzas políticas y sectores sociales democráticos, que
tengan también interés en los cambios , en la construcción del nuevo bloque de
poder, capaz de abrir espacio culturalmente en la sociedad y de asumir
políticamente un rol dirigente.

A ello contribuye decisivamente el desarrollo, tanto en el seno de la izquierda


como en el campo de las distintas fuerzas democráticas, de una política de
alianza flexible, que parta del reconocimiento de diversos niveles de unidad:
desde las simple coincidencias frente a un problema concreto, pasando por los
acuerdos temporales para coyunturas especificas y objetivos determinados de
lucha dentro del sistema, hasta, en una etapa de mayor compromiso, alianza
hacia la democracia avanzada y coaliciones y uniones de orden estratégico en la
conformación de una democracia popular hacia el socialismo humanista. Desde
las variadas formas de unidad de acción, a corto, mediano o largo plazo, hasta
las diferentes instancias de coordinación y unidad orgánica.

Los avances en el proceso de unidad y convergencia con sus correspondientes


formas organizativas, permitirán ir creando desde la base popular factores
alternativos de poder democrático, paralelamente a las instancias y
organizaciones institucionales y legales mediante las cuales el pueblo se
relaciona con el estado y ventila sus reclamaciones cotidianas. Es una tarea que
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debe orientar, en su desarrollo táctico, la vanguardia colectiva. Este proceso
ayudara en la etapa de acumulación de fuerzas, a madurar las condiciones para
la conquista del nuevo poder político por la vía revolucionaria y defenderlo.

Los comunistas hemos sostenido persistentes esfuerzos por alentar la


conformación de frentes amplios mediante la coalición de fuerzas populares y
democráticas.

Pese a que la desvertebración y las actitudes sectarias se interpone todavía


como obstáculo, las nuevas corrientes surgidas en el país, las experiencias
logradas y el acercamiento unitario de la izquierda, no exento de dificultades,
promete mas bastas posibilidades a la política de alianza que debemos impulsar.

FORMAS DE LUCHA
POR EL NUEVO PODER.

Para alcanzar el nuevo poder es preciso, a la vez, utilizar todas aquella forma de
lucha económica, política e ideológica, que sirva al propósito de la conquista del
poder ; desde las formas legales y abiertas de acción de masas, por
reivindicaciones económicas y laborales, por mejoras sociales, por la tierra, por
las libertades, los derechos humanos y la cultura, pasando por las contiendas
electorales y parlamentarias y de persistir la imposición de la violencia militarista
y oligárquica, también la lucha armada en sus distintas manifestaciones de
masas.

El régimen aplica diversos métodos de acción: La violencia directa y medidas


reformistas, en una combinación de formas de dominación que viene desde lo
alto. Ante ello, el pueblo colombiano históricamente ha aplicado una multiplicidad
de formas de lucha, las cuales corresponden a una respuesta popular al diverso
accionar, violento o reformista, del estado.

Quienes amarran a Colombia a un proceso de violencia son el imperialismo y los

círculos oligárquicos dominantes que se niegan a la democratización del país,


en contravía de la demanda de votos sectores de opinión. En la medida que el
régimen niegue esta salida pacifica e incremente su política de fuerza y los
métodos fascistas de gobierno, el pueblo se vera compelido a ensayar formas de
resistencia civil o armada de masas.

La política intervencionista norteamericana, expresada en la doctrina de la


seguridad nacional y sus desarrollos como el de los conflictos de Baja
intensidad, que orienta a los sectores militares, sigue siendo el prinsipal

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impedimento para una salida política de contenido democrático al actual conflicto
armado.
Los ejemplos de América latina nos muestra que el intervencionismo no esta en
retroceso, que la injerencia en los asuntos colombianos es creciente y descarada
y si continúa la violencia militarista seguirá imponiéndose la respuesta adecuada
por parte del movimiento popular y revolucionario.

Lo militar debe responder a lo político, los comunistas nos hemos manifestado,


por ello, en desacuerdo con la práctica y enfoques militaristas que en
determinados momentos surgen en los movimientos revolucionarios.

El partido comunista es un firme abanderado de la paz democrática y plantea la


necesidad de una solución negociada al conflicto armado. Ha sabido estar a la
altura de las luchas del pueblo, comprometiéndose con ellas y así lo ara en el
futuro.

LA VANGUARDIA COLECTIVA.

El partido comunista colombiano se guía por estos propósitos. Pero entiende que
no es la única fuerza revolucionaria en el país y que hay otros partidos y grupos
comprometidos en los mismos objetivos. Por eso considera que el rol de
vanguardia, que solo se gana encabezado y orientando las luchas de las masas
populares en las formas más amplias y variadas, puede y debe ser asumido por
el conjunto más esclarecido y decidido de estas fuerzas. La vanguardia colectiva
que dirige el proceso revolucionario hacia las transformaciones democráticas y
populares más profundas, debe partir de la unidad de las fuerzas de izquierda y
democráticas.

En la construcción de la vanguardia colectiva las fuerzas interesadas deben


encontrar su propio camino de integración, definiendo su itinerario, modalidades
de acción conjunta y expresiones orgánicas, de acuerdo a las condiciones
nacionales, compartiendo sus respetivas experiencias y otras internacionales,
pero sin caer en la copia mecánica.

Una de las tareas inmediatas que hay que abordar en la construcción de la


vanguardia colectiva es la de establecer entre las fuerzas interesadas en
integrarlas, una voluntad única en la acción y las formas organizativas que la
viabilicen en la práctica a lo cual contribuye sin lugar a dudas la discusión franca
de las apreciaciones y propuestas políticas organizativas, de cada fuerza
revolucionaria, con miras a establecer claramente los puntos de coincidencia y
diferenciación, para sobre esa base, definir las pautas de acción y los derroteros
que ha de seguir el proceso.
Para la construcción de la vanguardia colectiva se requiere lograr, entre las
fuerzas interesadas en integrarla, una línea política común.

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CAPITULO IV

FUERZAS SOCIALES
DEL NUEVO PODER

El variado mosaico del pueblo colombiano, en su diversidad social, regional,


étnica y lingüística, expresa la multiplicidad compleja de sus intereses y
reivindicaciones. La razón estratégica es la necesidad de ampliar los
componentes sociales del bloque popular alternativo que nos proponemos
construir para impulsar los cambios hacia la democracia y el socialismo,
tomando los rasgos más auténticos del pueblo real. A la vez para aprender a
llevar el elemento consiente con suficiente conocimiento de causa. La influencia
del proletariado en el bloque popular no depende solo de su situación objetiva de
clase sino de la capacidad de los revolucionarios de introducir adecuadamente
ese elemento consciente en la experiencia diaria de la lucha, en la actividad
prioritaria pero a vez diversificada de la vanguardia.

Se trata de configurar el sujeto social de la revolución. Lo cual es también muy


importante porque el punto esencial de los cambios es actuamente la reforma
política democrática, la que debe tomar en cuenta las realidades que diversifican
y a la vez abren la vía a una nueva unidad de la nación bajo la hegemonía
popular. Esta forma de la hegemonía seria la resultante de la actividad
conscientizadora adecuada de la vanguardia al conformarse el bloque popular
en el proceso de la lucha revolucionaria.

El crecimiento urbano ha puesto la ciudades en el centro de la vida del país y del


problema del desarrollo urbano han surgido grandes luchas cívicas, comunales,
por la vivienda y los servicios.

En tanto, los asalariados e “informales” son la mayoría de la población


trabajadora del país, lo cual recalca la importancia de la sindicalización y de la
unidad sindical.

Los cambios tecnológicos y los logros en materia de educación y capacitación


han hecho surgir un nuevo sector obrero altamente capacitado, de técnicos y
profesionales.

En la ciudad ha surgido también numerosa capa de la población ocupada en el


llamado “sector informal”, trabajadores por cuenta propia, microempresarios y
pequeños propietarios. Es preciso trabajar por organizar a estos sectores
sociales y levantar la lucha por sus reivindicaciones.

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Más sectores de clase y capas sociales se incorporan a la acción y se amplía la
cobertura de las luchas de masas, abarcando nuevas regiones y más complejos
problemas locales laborales, agrarios, étnicos y de otra índole.

Los movimientos regionales aumentan su importancia en el panorama general


de la nación, crean nuevas formas de relación con el estado y plantean la
necesidad objetiva de una restauración democrática del mismo.

Al mismo tiempo; los movimientos sociales de tipo nacional-movimiento sindical,


movimiento por la vivienda-se conjugan con el acerbo de fuerzas locales y
adoptan formas nuevas de organización y lucha.

CLASES Y CAPAS SOCIALES DEL CAMBIO.

A pesar de la represión y los reflujos momentáneos, de la dispersión y de la falta


de la unidad predominante, el campo popular se enriquece en muchos aspectos.
Aparecen, junto a los tradicionales y los de vanguardia, nuevos destacamentos y
forma de lucha. Persiste la combatividad de los sectores avanzados de la clase
obrera con sus acciones huelguísticas, la resistencia Y la lucha de campesinos y
vivienditas por la recuperación de tierras, los paras cívicos locales y regionales,
las jornadas juveniles y estudiantiles, el movimiento por los derechos humanos y
la toma de conciencia de núcleos de masas que permite trazar un arco de acción
en que participan disimiles sectores, venidos de todos los horizontes sociales,
políticos e intelectuales. Pero el protagonismo del pueblo en estas luchas
sociales y políticas se encuentra a un retrasado frente a las exigencias de la
situación por la transformación y democratización de la sociedad.

Las transformaciones a que aspiramos tiene como protagonistas a esos vastos


sectores a los que se dejan hoy marginados de los escenarios donde se toman
las grandes decisiones, pero cuyo empuje a permitido que en la Colombia actual
se alcance una réplica de masas contra quienes maniobran para mantener sus
privilegios e imponer formas más despóticas de gobierno.

La polarización de clases en la sociedad colombiana, no obstante la existencia


de una numerosa burguesía pequeña y mediana de extensas capas medias, ha
continuado profundizándose. Dicha polarización se ubica en el plano socio-
económico y no logra todavía trascender al plano político. La tendencia a la
concentración del gran capital financiero, los monopolios y la
transnacionalización de la economía acrecientan el numero de los asalariados,
pero a la vez a dado lugar a la persistencia de un desempleo estructural y al
surgimiento del sector informal que cobra fuerza especialmente en las grandes
ciudades.

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EL PROLETARIADO

El núcleo industrial del proletariado se ha fortalecido en la minería, el petróleo, la


energética, pero en un grado menor en la manufactura. El proletariado industrial
es hoy mas joven, mas calificado, mas culto y ha conquistado un nivel de vida
menos precario que en el pasado, pero vive bajo la amenaza del desempleo, la
inseguridad y la “revancha social” como política del sistema.

Los cambios tecnológicos y los logros en materia de educación y capacitación


han hecho surgir un nuevo sector obrero altamente capacitado de técnicos y
profesionales, pero también inciden en su separación y falta de organización
patrocinada muchas veces mediante la violencia, la coerción y el discurso
ideológico del sistema. También hoy es mas importante el papel del proletariado
agrícola especialmente el que esta ligado ala agro industria y ala agro
exportación.

A fin de que consiga jugar su papel histórico en la marcha hacia la nueva


sociedad, le incumbe al proletariado elevar su conciencia, afirmar su unidad y
vigorizar su organización, en estrecha alianza con el movimiento cívico-popular
de las ciudades, las capas medias urbanas y el campesinado, convirtiéndose
real y efectivamente en el eje de las fuerzas populares impulsoras del proceso
revolucionario.

EL CAMPESINADO

La carencia de un autentica reforma agraria mantiene encendido el fuego de las


luchas agrarias por la tierra y el trabajo, agudizado por la contra reforma
realizada por el narcotráfico, todo lo cual le confiere al campesinado un papel
inminente en las acciones contra la militarización, la guerra sucia, por la paz y
por una reforma agraria integral.
El campesinado tradicional disminuye su volumen, al avanzar fenómenos de
diferenciación ante el ritmo de urbanización que aceleradamente vive nuestro
país. Al mismo tiempo existen procesos de colonización, alentados por estímulos
coyunturales, como en los casos de la coca y la agrominería, que han relanzado
formas de retorno al campo, creando y – o ahondando la franja de miseria
agraria y agro minería en las zonas marginales. El crecimiento numérico y los
movimientos poblacionales de proletarios agrícolas y colonos son un factor de
fortalecimiento de las economías, no solo del narcotráfico, sino del gran capital
industrial y financiero nacional e internacional, en detrimento de la cultura
regional y las economías locales.

19
LAS CAPAS MEDIAS

Las capas medias urbanas han continuado diversificándose.

La pequeña burguesía, compuesta por aquellos sectores sociales vinculados a


diferentes formas de propiedad en reducida escala, categoría de la cual hacen
parte los pequeños industriales y artesanos y los hoy conocidos como
“microempresarios”, lo mismo que los pequeños comerciantes y tenderos, igual
que los dueños de los llamados “sanandresitos”, todos ellos afectados por el
encarecimiento del crédito, la estreches del mercado interno la discriminación y
los frecuentes atropellos.

Los trabajadores independientes, no asalariados, pero tampoco ligados a la


propiedad de medios productivos, como los profesionales que ejercen por cuenta
propia-médicos, abogados y otros- que se organizan en agremiaciones,
mantienen una influyente relación con las comunidades y pueden dar un aporte
significativo a las luchas democráticas.

Los profesionales asalariados de alta calificación, entre los que se encuentran


por su puesto aquellos de profesiones tradicionales- médicos, abogados,
ingenieros, etc.- y también los nuevos técnicos y especialistas que surgen con el
progreso técnico-científico. Junto a ellos esta toda la gama de empleados
administrativos o “ejecutivos” de las empresas privadas que por lo regular
ostentan una profesión - administradores de empresas, contadores, publicistas,
etc.- y funcionarios del estado.

Los trabajadores de la cultura, investigadores, científicos, profesores


universitarios y artistas e intelectuales que se ven sometidos a la condición
asalariada en diversas formas, entrarían en esta categoría.
Sobre todos ellos pende la amenaza del desempleo, el clientelismo, la carencia
de presupuesto del estado para la investigación, el abandono por este de la
asistencia social y el desprecio por el fomento de la cultura y el bienestar de la
población. Al lado de sus reivindicaciones especificas, profesionales, tienen
intereses comunes, a escala determinadas. Con el resto de los trabajadores.

Dentro de las anteriores categorías y en el conjunto de la población laboriosa,


hacen presencia los pensionados, los pequeños rentistas, los trabajadores
precarios de la tercera edad, todos ellos carentes de protección y bajos métodos
y condiciones de súper explotación.

Por último, habría que considerar ese extracto económico y social más extenso y
muy diferenciado por oficios, el de los “informales”.

20
MOVIMIENTOS SOCIALES ALTERNATIVO
MOVIMIENTO ETNICOS Y ETNO-REGIONALES

Los indígenas han luchado históricamente por la defensa y reconquista de sus


tierras, en contra de la opresión latifundista y racista. Ahora expresan rasgos
nuevos de autoconciencia étnica para reivindicar su derecho como pueblo a la
autonomía. La autogestión territorial, la defensa a su lengua y su cultura frente a
las políticas oficiales tendientes a integrarlos o evangelizarlos por la fuerza, o
dejarlos en mano de entidades privadas y religiosas de EE.UU.

Estos procesos de lucha por sus derechos auténticos se manifiestan también en


los casos de la comunidad isleña de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; y
en importantes núcleos de poblaciones negras del choco y las costa pacífica que
han agregado a sus reclamaciones socioeconómicas y culturales del orden
regional la exigencia de real autonomía y de medidas para la explotación
adecuada de sus recursos, la protección de los mismos y del medio ecológico.

La actitud correcta ante estos nuevos y complejos movimientos consiste en


conocer sus peculiaridades, apoyar sus demandas justas y aprender sus
lenguas para hallar formas adecuadas de trabajo y unidad en la lucha común del
pueblo colombiano.

LOS MOVIMIENTOS CIVICOS,


COMUNALES Y COOPERATIVOS

Los movimientos cívicos (acciones comunales, paros cívicos, frentes


cooperativos) comprueban el asenso y la toma de conciencia de amplias franjas
de la población que busca activamente su organización y que exige la
modernización democrática del estado y la atención a urgentes problemas socio-
económicos. El cooperativismo engloba actualmente a millones de colombianos
y similares procesos se viven en el frente comunal y en la irradiación de las
acciones cívicas.

El cooperativismo, las acciones comunales y cívicas, expresan no solo una


presencia pluralista sino la irrupción de un nuevo liderazgo, pese a las
deformaciones que el régimen trata de introducir en esas corrientes que plantean
una enorme polémica frente a la inercia del estado actual. El movimiento
comunal debiera jugar el papel de coadministrador de los asuntos del municipio.

El sector cooperativo juega un importante papel en el desarrollo económico de


Colombia. Debe verse en su evolución, para la producción y prestación de
servicio tanto en las áreas urbanas como rurales, bajo sus banderas se reúnen
amplios sectores, a los cuales debemos destinar atención, pues están llamados

21
a cumplir tareas de significativo calado, en la administración de medios de
producción y en el uso de recursos naturales.

EL MOVIMIENTO JUVENIL

Colombia es un país joven. La juventud es blanco de la más intensa ofensiva


política e ideológica y sus jornadas, lideradas especialmente por el movimiento
estudiantil y universitario, desempeña un importante papel en la búsqueda de los
cambios democráticos y de la reforma cultural universitaria, sus movilizaciones
han ganado nuevos espacios en el frente por la conquista de las libertades, la
reforma y una nueva cultura.

El movimiento juvenil está disperso y descoordinado a nivel nacional, con


variados objetivos que aun no encuentra un cauce común, con un bajo grado de
organización gremial y política. Las organizaciones juveniles existentes son en
un 80% de nivel local y municipal. Existen variadas formas de expresión y acción
juvenil, entre las que se destacan las de carácter cívico, culturales, deportivas,
gremiales, estudiantiles, y a las de tipo académico, sobre todo en las
universidades. La dinámica juvenil en el movimiento popular a la vez que
muestra su participación, carece aún de la suficiente fuerza para la acción
independiente.

Trabajar por una estructura nacional de organizaciones juveniles, que supere el


actual nivel de coordinación existente crea condiciones para niveles de unidad
mayores entre las organizaciones de carácter democrático y progresista.

Los jóvenes no solo esperan conocer sus problemas y luchar por su solución
demandando del gobierno la atención necesaria. Buscan también allegar
soluciones con sus propios recursos, de allí que sean presa fácil de proyectos
que solo pretenden mantenerlos al margen de la acción social transformadora.
Se debe trabajar por proyectos alternativos de carácter democrático y
revolucionario, a través de formas autogestionarias de organización, tanto para
la solución de problemas económicos, así como para los de carácter educativo
en las comunidades populares. En este sentido se inscribe el impulso del
movimiento juvenil cooperativo de economía solidaria y ecológica

EL MOVIMIENTO FEMENINO

La presencia femenina es mayoritaria en nuestra población, tiene mayor


injerencia en la economía y en la actualidad social, pero la mujer sigue siendo
discriminada, en todos los órdenes de la vida colombiana. Acumula, multiplicada,
las consecuencias de la explotación clasista y la violencia de que es víctima todo
el pueblo trabajador.

22
Pese a todas las trabas participa cada vez con mayor decisión en la lucha por la
modernización de nuestro país y en la conquista de sus derechos. La
dinamización del movimiento femenino en todas sus variantes es clave para la
conquista de las grandes transformaciones patrias, para la unidad y la
convergencia democrática y para forjar una cultura nueva de reconocimiento del
papel femenino en el progreso social. La mujer tiene un cometido determinante
en la lucha por la paz, la democracia y la defensa del nivel de vida del pueblo.

El proceso revolucionario exige impulsar las organizaciones femeninas,


destacando la búsqueda de su propia identidad y de su papel protagónico.
Frente a los grandes cambios que vive Colombia debemos trazar políticas
internas y externas que abran las vías para que las mujeres, organizándose,
reclamen la solución a sus problemas específicos como el de la doble jornada, el
machismo en el hogar y en los demás ámbitos de la vida social, la
discriminación salarial y el chantaje sexual en el trabajo y otros, y participen en la
lucha social y política que enarbola nuestro pueblo.

LOS CREYENTES

Colombia es predominantemente católica, eso hace de la acción conjunta de


cristianos y marxistas factor de progreso y de cambio, como lo testimonian
numerosas acciones comunes. Con los cristianos nos unen principios de
respecto a la vida, justicia, moral , defensa del ser humano, solidaridad y
esperanza en un mundo mejor. La teología de la liberación, las comunidades
cristianas de base y el ejemplo de Camilo Torres son prueba de que podemos
andar juntos.

Han hecho presencia en el país nuevos grupos religiosos. Con ellos y los
católicos debemos generar puentes de entendimiento, que permitan desatar un
viraje en la conciencia nacional capaz de orientar a Colombia hacia nuevos
espacios.

MOVIMIENTO POR LA CULTURA

El movimiento por la cultura tiene su múltiple y compleja expresión en los


pioneros del teatro colombiano, en sus escritores, pintores, músicos, cineastas,
trabajadores de la TV y de la plástica, expresiones regionales, locales y barriales
que vienen manifestando la nueva cultura que no se circunscriben al arte sino
que tienen una amplísima proyección en los investigadores, periodistas,
científicos, que contribuyen decisivamente a abrir los horizontes progresistas.

23
En este sentido es de destacar la inmensa importancia de los medios masivos
de comunicaciones en la sociedad contemporánea, como factor de dominación
mediante el control ideológico y por ello no es posible hablar de una verdadera
democracia sin la democratización misma de tales medios, garantizando el
acceso a los diferentes sectores de opinión. En estas perspectiva fuega un papel
importante el desarrollo y fortalecimiento de la llamada comunicación alternativa,
a la cual se le debe prestar atención en la promoción de las necesidades de las
comunidades urbanas y rurales, así como el proceso de sindicalización de los
comunicadores.

LA CULTURA, LA EDUCACION,
LA CIENCIA

El cambio democrático, debe coadyuvar a reafirmar la identidad del pueblo


colombiano, en la que tiene un papel importante el rescate de sus valores, la
libre creación artística y la promoción de la cultura y la ciencia en todos los
niveles.

Los medios para llevar adelante tendrán que ser apoyados por el estado
democrático de justicia social. Dos aspectos aparecen como estratégicos en el
largo plazo para el proceso: La educación en todos sus expresiones,
especialmente la construcción de un sistema nacional de la educación publica,
que combine la gestión democrática con la alta calidad, disponga de autonomía
para la configuración de las políticas de largo y corto plazo, y lleve lo esencial en
materia de enseñanza a todos los rincones, regionales y etnias; y la creación de
un aparato de investigación y desarrollo que permita fijar estrategias en el plano
de las ciencias básicas y de la investigación tecnológica, con énfasis en sus
variantes aplicadas.

La promoción y animación culturales exigen la creación de una área aparte, con


medios y recursos para superar el actual abandono y la tendencia privatizadora
que el sistema trata de imponer en el arte, cuyos mecanismo deben ser un
ministerio de cultura.

Se trata de un régimen que supere la violencia y la coacción como forma de


política, donde los individuos y las organizaciones populares, puedan expresarse
e intervenir libremente en las decisiones ciudadanas.

24
CAPITULO V

EL NUEVO ESTADO
Y SU PROGRAMA

El nuevo estado será un estado de derecho democrático con justicia social. Los
órganos electivos de poder del estado serán de representación popular, elegido
por el voto directo y con mandato revocable y a ellos tendrán acceso todas las
agrupaciones políticas. Se garantizara el derecho al pluripartidismo y a la
oposición política al gobierno en los marcos de la ley, al sufragio universal,
conquistas de la humanidad.

Se trata de un régimen que supere la violencia y la coacción como formas de la


política, donde los individuos y las organizaciones populares puedan expresarse
e intervenir libremente en las decisiones ciudadanas.

LOS DERECHOS HUMANOS

La legislación desarrollará y el nuevo estado aplicará bajo control popular,


aquellos principios y disposiciones sobre derechos humanos, civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales de los individuos y de los pueblos,
incorporados a la constitución.

La libertad, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos, garantizándole


atención a la salud, y educación, empleo, vivienda y una vida digna, será el fin
primordial del estado democrático.

La justicia será independiente y contará con los recursos necesarios para su


correcta administración. Garantizará el pleno derecho de defensa, pero no dejará
espacio a la impunidad. Ningún ciudadano gozará de fueros o privilegios
especiales ni podrá ser sometido a tribunales diferente a los de la justicia penal o
civil ordinaria.

El estado compaginará el celo por la libre expresión y creación intelectual y


artística, con el fomento de las actividades culturales en todos los órdenes, la
ciencia y la tecnología avanzada, abogando por el afianzamiento de la identidad
nacional enriquecida con los aportes y legados de las comunidades indígenas,
de las civilizaciones posteriormente llegadas al continente, de la ilustración
criolla gestora de nuestra primera independencia y de la modernidad
republicana. La apropiación crítica de esta herencia estará abierta también a las
adquisiciones de la cultura universal de contenido humanista, democrático y
popular.

25
LA SOBERANIA NACIONAL

El nuevo estado aplicara una política soberana en los siguientes aspectos:


Soberanía política y político-militar; soberanía económica, soberanía ideológica y
cultural.

Entendemos la soberanía política como la autodeterminación y voluntad


suprema del estado para tratar y ser tratado como los otros estados del concierto
internacional sin sujeción a dictados de otros.

LAS FUERZAS ARMADAS

Las fuerzas armadas estarán al servicio de la integridad territorial y la soberanía


de la nación. Comprenderán las fuerzas militares (Ejército, Aviación y marina), y
la policía nacional, de carácter civil, dependiente del ministerio de gobierno,
también de carácter civil.

Las fuerzas armadas se guiarán por una doctrina patriótica, democrática y


humanista, basada en los ideales de independencia nacional y de respecto a los
principios emancipadores de la nación y a los derechos humanos, y será
erradicada la nefasta doctrina de la seguridad nacional con sus conceptos de
guerra contra insurgente, enemigo interno y obediencia ciega, abriéndose el
camino para superar el militarismo como ideología reaccionaria que antepone la
actuación militar a las decisiones políticas.

Las fuerzas armadas deben caracterizarse por el respecto a todos sus


integrantes, en primer término a los soldados y policías; por la facultad de
ascender en sus filas gracias a los meritos personales; por el derecho a
organizarse políticamente los soldados, policías, suboficiales y oficiales
buscándola ilustración democrática en favor de los intereses populares y
patrióticos, será principio organizativo de las fuerzas armadas la disciplina
consiente y la responsabilidad ante la sociedad por todos los actos de sus
miembros.

SOBERANIA ECONOMICA

Entendemos como soberanía económica el derecho irrenunciable de la nación a


la defensa y el desarrollo de sus recursos humanos y económicos, a la
protección del medio ecológico y la creación de un nuevo orden económico en
pie de igualdad con todos los países del mundo.

26
DEUDA EXTERNA

La deuda externa como problema global, se enfrentará de manera colectiva por


los países afectados en la perspectiva de su anulación, moratoria o
renegociación en condiciones favorables. El nuevo estado propiciará en el marco
de la integración de América latina y del Caribe, la acción común para anular los
compromisos lesivos impuestos por la banca internacional y el FMI. Las
condiciones de los nuevos empréstitos serán negociadas rechazando las
imposiciones perjudiciales para la economía del país y para el nivel de vida de
nuestro pueblo.

El estado continuará regulando y estimulando el comercio exterior con criterios


que permitan el desarrollo tecnológico y de competitividad en el mercado
internacional, sin desmedro de la estabilidad laboral y otros derechos adquiridos
por los trabajadores. Esta política debe acompañarse con el nivel educativo, la
investigación tecnológica y científica y su aplicación al desarrollo económico y
social de nuestra patria.

RECURSOS NATURALES

Para asegurar la soberanía económica de la nación, el régimen de explotación,


administración y comercialización de los recursos naturales estará a cargo de las
empresas nacionales y, en el caso del petróleo, empresas del estado. Puede
contratarse con empresas extranjeras, cuando sea imprescindible o represente
ventaja para los intereses nacionales, haciéndose respetar el derecho de
propiedad nacional y estatal del subsuelo y otros recursos naturales, todos los
cuales deben ser nacionalizados.

El subsuelo es patrimonio inanejable de la nación y su explotación exige el cobro


de derechos por parte del estado y de los organismo de poder popular regional,
para lo que se debe tener en cuenta tanto el precio del recurso que se va a
explotar como la diferencia favorable obtenida por un costo menor de producción
resultado de condiciones naturales, sociales y de obras publicas.

El nuevo estado fomentara óptimas relaciones entre el individuo, la sociedad y


el propio estado en torno a la defensa del ecosistema y el medio ambiente a
partir de la participación democrática en la planeación, ejecución y control de la
actividad económica y social que evalué sus efectos negativos y permita tomar
los correctivos para superar daños emergentes. Implementará también una
verdadera política de fronteras con soberanía; la defensa del mar territorial, la
plataforma submarina y la órbita geoestacionaria.

27
OBJETIVOS FUNDAMENTALES

Nuestra propuesta económica alternativa, elemento fundamental del programa


del nuevo estado, plantea los siguientes objetivos fundamentales.

1.) La búsqueda del desarrollo material y espiritual de los colombianos


elevando sus condiciones de vida y de trabajo.

2.) Estimular la integración latinoamericana para superar la dependencia y


presionar con más efectividad la construcción de un nuevo orden
económico internacional.

3.) Modificar la deformación de la estructura económica implementando un


desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología, que tenga en cuenta los
intereses del país y Latinoamérica.

La realización de estos objetivos requiere presionar el desarrollo del mercado


interno a partir de los municipios y la región hasta llegar al orden nacional. Así

mismo, es necesario el uso racional del medio ambiente y los recursos


naturales; como el pacto de contratos con el capital extranjero sin menos cabo
de la soberanía nacional y según las conveniencias del país con una industria
autónoma.

4.) Mayor participación de los trabajadores en los beneficios de la actividad


económica, como vía para redistribuir equitativamente los ingresos y
creación de un marco jurídico - político que con la ampliación del mercado
interno garantice la apertura de espacios a la democracia económica, que
pasa por la participación del pueblo en los procesos de administración y de
gobierno.

FORMAS DE PROPIEDAD

Reivindicamos e impulsamos estas formas de propiedad sobre la base de


moralizarlas y ponerlas al servicio de los colombianos y el trabajo:

1. Las formas de propiedad social compuestas por:

a) La estatal, la constituyen las empresas industriales y comerciales del


estado que adelantan actividades estratégicas y rentables; las empresas y
entidades de servicios públicos y sociales, y las entidades de planificación,
coordinación, regulación y control.

28
Las empresas industriales y comerciales del estado se autofinancian y
deben gozar de plena autonomía administrativa con el fin que se
consoliden. Se introducirán en ellas formas de cogestión especiales con
los trabajadores.se trata de una economía estatal eficiente y controlada
políticamente con los trabajadores.

b) Forma solidaria, compuesta por las cooperativas que deben ser manejadas
por sus socios quienes elegirán toda su dirección, la economía solidaria
recibirá, el apoyo económico del estado mediante líneas de crédito
esencial, asesoría científico-técnica y condiciones ventajosas de diversa
índole, especialmente en el régimen de impuestos y el fomento educativo.

c) Formas comunitarias y de minorías étnicas, que deben contar con un


amplio apoyo estatal en los aspectos financieros, técnicos y educativos así
como en el plano de su integración en el mercado.

2.- Las formas de propiedad privada sobre los medios de producción, se le


reconoce plenamente, siempre y cuando la propiedad privada cumpla
adecuadamente una función social y concordante con los planes
democráticamente definidos por la sociedad y el estado.

Particular apoyo financiero y accesoria técnica y de mercadeo se prestará a la


micro empresa. Se tendrá en cuenta, además, las diversas formas de empresa
mixta que conviene diversos elementos de las relaciones y formas de propiedad,
de acuerdo con la situación concreta.

PLANIFICACION

Y NACIONALIZACION

La propuesta alternativa establecerá una planificación económica científica,


democrática, flexible a nivel local, regional y nacional, mediante la participación y
representación de las fuerzas sociales populares, las fuerzas políticas
revolucionarias, democráticas y progresista en todos los organismos de
planificación que permite capacidad de decisión y control sobre los instrumentos
y mecanismos de dicha planificación incluido el presupuesto nacional. Esto
permitirá ampliar la iniciativa y el debate popular previo a la aprobación de los
planes y la facultad de decidir sobre ellos para los organismos legislativos de
representación popular.

Igualmente la planificación democrática exige cumplir el control para impedir el


desarrollo de las manipulaciones de las empresas monopólicas extranjeras o
29
nacionales y reclama además el paso al sector público de aquellas ramas de la
producción que la realidad nacional, regional y local determine, de acuerdo con
las normas democráticas de dirección y de eficiencia de la economía.

Con esto se diferenciará entre la lucha contra el capital como relación de


explotación económica y la existencia de las unidades económicas como aporte
histórico de la humanidad al progreso.

Los planes de desarrollo económico contemplarán prioritariamente el impulso a


la creación de una base industrial independiente de producción de medios
productivos y bienes de consumo final con incorporación de la más moderna
tecnología. El estado mantendrá incentivos tributarios y crediticios adecuados y
establecerá convenios de cooperación con el capital extranjero que puede
aportar tecnología en condiciones ventajosas para el país y sin detrimento del
desarrollo independiente que busca. Se presionará el fortalecimiento del nexo
entre investigación y vida económica integrando todas las entidades educativas
a este propósito con apoyo del estado. Esto será un factor determinante en la
recomposición del aparato reproductivo para lograr vínculos sólidos entre el
sector primario y el sector fabril de la economía.

Se introducirá en todas las empresas industriales y comerciales, lo mismo que


en las estatales, sistemas de cogestión con los trabajadores. Esta debe
entenderse como la participación de los trabajadores en la propiedad y en los
manejos financieros de la empresa sea social o privada y se debe impulsar
sobre la base de las condiciones reales en las cuales se desenvuelve esta tanto
para el capital, como para el trabajo. Se garantizará el derecho de los
trabajadores a la información verdadera que les permita un control cierto,
facilitando la cogestión.

A este mecanismo de participación se agrega la autogestión a través de la cual


los trabajadores pueden emular con otras formas de propiedad en condiciones
aceptables, entre las que sobre sale la propiedad cooperativa.

Se requiere una legislación laboral democrática que favorezca a los trabajadores


garantizándoles el derecho de huelga, la estabilidad en el empleo y mecanismos
convencionales de regulación salarial acorde con los índices de productividad y
rentabilidad de las empresas y el costo de vida.

Para que la planificación sea efectiva es necesario apoyarla en una política


diferenciada de nacionalización de la banca, y el establecimiento de líneas de
créditos con intereses especiales subsidiados para el sector agropecuario, la

30
producción de alimentos, la economía solidaria, los servicios públicos, la
vivienda popular y los sectores prioritarios de inversión que defina los planes.

REFORMA AGRARIA INTEGRAL

La reforma agraria integral debe concebirse no solo como la lucha por la


distribución de la tierra buscando la democratización de su tenencia por parte del
estado, sino que debe ir acompañada de servicios, asistencia técnica y
mercadeo que fomenten el progreso, para así garantizar una producción
agropecuaria tecnificada, de alta calidad y competitividad; desde luego con
sustentación de precios y participación de ganancias por exportaciones,
subsidios y seguros de cosecha. Esto significa que no se puede ver la reforma
agraria con el mismo criterio para todas las regiones y hay que diferenciar
teniendo en cuenta el desarrollo desigual del sector rural en Colombia.

Como una condición para la consolidación del mercado interno y para resolver el
problema de la producción de alimentos, la modernización del campo y la mejora
del nivel de vida del campesino, la reforma agraria integral debe en primer lugar
permitir la explotación adecuada de 7 millones de hectáreas aptas para la
agricultura que están siendo subutilizadas por el latifundio de ganadería
extensiva; posibilitar la defensa de los recursos naturales no renovables,
ajustándose a las leyes de los sistemas ecológicos; redistribuir la propiedad y
propiciar las formas y relaciones de producción que se adecuen
democráticamente a las necesidades de cada región.

Esta reforma agraria integral incluye la extinción de dominio sobre las tierras no
explotadas, sobre los latifundios de ganadería extensiva y otras tierras
inadecuadamente explotadas y la expropiación sin indemnización de la gran
propiedad terrateniente que se determinará fijándole límites a la propiedad de
acuerdo con las condiciones de cada región y preservando los criterios que
permitan la elevación de productividad. Debe entregarse tierra a los campesinos
que carezcan de ella y quienes tengan muy poca en forma privada o asociativa,
según las conveniencias concretas; o cuando se requiera pueden crearse
empresas agro industriales mixtas o del estado.

La reforma debe fomentar las cooperativas y empresas comunitarias, así como


toda forma de asociación campesina para el mercadeo, procesamiento de
productos, créditos, provisión de insumos y dotación de maquinarias y
tecnología. A la vez respetara las empresas privadas y agrícolas que se

31
adecuen a los límites de propiedad de la tierra y a los planes y características de
las regiones y de las necesidades de la producción de cada producto particular.

Otra tarea de la reforma agraria es reconocer las tierras indígenas, defendiendo


los resguardos existentes, creando nuevos donde los territorios no estén aun
titulados en beneficio de las respectivas comunidades y extendiendo los que
sean pequeños para su población.

Por otra parte, al estado le corresponde financiar a los agricultores la


sustitución de los cultivos de coca y marihuana y de otros semejantes, así como
de aquellos otros que denotan crisis, por renglones diferentes de producción,
subsidiándolos y proveyendo la infraestructura, vías y medidas legales que
posibiliten tal sustitución.

REFORMA URBANA

Es necesario establecer una política nacional de urbanización diferenciada a


partir del impulso a la geografía urbana que permita la utilización planificada de
la tierra para la expansión de las ciudades. Esta debe contribuir a la
reestructuración de las ciudades y el medio ambiente a partir de la planeación
nacional.

Se adelantara una reforma urbana sobre la base de la extinción del dominio


sobre los terrenos urbanizables no urbanizados y construibles no construidos y
de las edificaciones no utilizadas y mediante la expropiación por vía
administrativa de las propiedades concentradas mas allá de un límite fijado por
la ley de acuerdo con las características de cada municipio y región.

Los terrenos recuperados serán utilizados para adelantar los grandes planes de
vivienda para los sectores populares y capas medias, como también para obras
sociales y de infraestructura contemplados en los planes de cada municipio.
Titulación de predios y dotación de servicios públicos comunales a los barrios
subnormales y créditos para mejora y terminación de vivienda.

Los planes de desarrollo urbano deben ser definidos democráticamente por las
juntas populares administradoras de las comunas y por los concejos
municipales, integrando en ellos la reforma urbana, la defensa de la ecología
regional, la creación de zonas de reserva agrícola de la ciudad, integrada con los
planes de reforma agraria y las zonas de recreación y deporte

LAS REGIONES
32
La región es la base del desarrollo económico; por ello la división política-
administrativa, debe adaptarse a la realidad de la integración económica,
geográfica y cultural.

Las asambleas departamentales serán organismos de poder regional con plenas


facultades para establecer los planes económicos de las respectivas regiones,
incluyendo los planes de reforma agraria, coordinados con el instituto nacional
del ramo, para el efecto de lograr la asesoría y asistencia técnica y crediticia
adecuadas.

Los indígenas tienen derecho a establecer secciones político-administrativas


separadas del régimen municipal y departamental regional ordinario. Estos
distritos especiales o comarcas indígenas tendrán plena autonomía, territorio,
autoridades y presupuestos propios, planificación autónoma y además la
propiedad sobre el subsuelo y otros recursos naturales en las condiciones de
las otras secciones.

EL PROCESO

DE DESCENTRALIZACION

El proceso de descentralización constituye una pieza importante para lograr la


más dinámica interacción entre la región y la nación. Pero para que la
descentralización sea un verdadero apoyo a la democracia política,
administrativa y financiera, debe contribuir a superar el centralismo absorbente
mediante la ampliación de mecanismos participativos y redistribución de los
recursos financieros a partir de las necesidades de los municipios y no
exclusivamente de su capacidad de consumo.

LA ECOLOGIA

El estado adoptara medidas sistemáticas y planificadas para proteger la


naturaleza, los bosques y los recursos hídricos y eliminar la contaminación
ambiental. La ecología será una política del estado y problema de todos los
colombianos.

Asistimos a una profunda crisis del medio ambiente, las riquezas naturales y el
entorno ecológico sobre el que fundamenta su vida y el ser humano. El deterioro
acelerados de aguas y tierras, ríos y selvas faunas y floras, característicos de la
época actual, agudizado por la creciente transnacionalización de la economía

33
reclama de los revolucionarios y demócratas acción para salvar la integridad de
Colombia.

LA SALUD

Y LA NIÑEZ

Los planes económicos incluirán la apropiación adecuada de recursos para


hacer realidad la presentación del servicio de salud de manera gratuita a los
sectores populares, así como la educación, recreación, cultura, y la seguridad
social para amparar a los desempleados, los inválidos, las personas de la
tercera edad y garantizar la plena vigencia de todos los derechos, sin
discriminación alguna, a los niños, protegiéndolos como colombianos contra el
abandono, la violencia, la explotación laboral, y asegurándoles una formación
integral.

Tales servicios deben liberarse de las practicas clientelista, y prestarse en todos


los puntos del territorio nacional que lo requieran, de manera eficiente, de
acuerdo a los niveles alcanzados por la ciencia y la tecnología en la sociedad
contemporánea y el respeto a la dignidad humana generando espacios de
participación y control por la comunidad.

Como parte fundamental de la salud, el estado debe preservar el medio


ambiente y su saneamiento, estableciendo la reglamentación necesaria,
sanciones económicas y programa de divulgación, que tiendan al eficaz
mantenimiento del equilibrio ecológico.

LA INTEGRACION LIBERTADORA

Es vital para el destino del tercer mundo, de sus masas oprimidas y para
impulsar una nueva época, la integración de América latina. Y en ella, la de los
países Bolivarianos; y en relación con Colombia y Venezuela, la hermandad
Colombo-Venezolana para frustrar planes del imperialismo y para cumplir los
sueños del libertador.

En un mundo cada vez más interdependiente el concepto de integración


adquiere un valor estratégico. Dentro de este concepto de integración
latinoamericana, andina y caribeña, las relaciones fronterizas deben tener un
valor dinámico de contacto entre los pueblos y han de llamar a satisfacer

34
necesidades y problemas que nos son comunes, en forma independiente y
garantizando el no alineamiento.

Hay que colocar en sitio destacado la atención a las necesidades de los


colombianos en el exterior, fomentado su organización política y social. Los
emigrados a EE.UU, Venezuela, ecuador, otros países de América latina y
Europa, salieron al exilio porque la carencia de fuentes de trabajo, y en muchos
casos la persecución, los obligaron. Su organización contribuirá a promover la
justicia de las luchas del pueblo colombiano y la solución por el nuevo estado de
los problemas sociales, alentará su reincorporación a la patria.

CAPITULO VI

EL SOCIALISMO

Los comunistas no consideramos la democracia como un elemento inherente a


los regímenes burgueses ni como un planteamiento táctico de nuestra lucha, si
no según lo subrayaba Lenin, como factor inspirador y viabilizador del camino al
socialismo.

Luchamos por la perspectiva de un socialismo cuya esencia consiste en la


abolición de la explotación del hombre por el hombre y la desaparición
consecuencial de los antagonismos de clase. Un socialismo que haga en
realidad a los trabajadores dueños de los medios fundamentales de producción,
para que el valor creado con su esfuerzo laborioso revierta efectivamente en el
constante mejoramiento de la calidad de su vida, haciéndola más plena tanto
material como culturalmente, a fin de que el sueño del hombre nuevo tenga
cumplimiento en la historia. Un socialismo que ponga al hombre mismo, en su
integridad como ser humano en el centro del desarrollo económico y social,
garantizándole a la vez que la satisfacción de sus necesidades materiales, el
goce de su libertad individual, su dignidad personal y el cabal ejercicio
democrático en las decisiones de poder.

LA “PATRIA GRANDE”

Nuestro antiimperialismo y nuestra lucha por el socialismo tiene origen en el


propio pensamiento del libertador Simón Bolívar y de allí que la segunda
independencia por la cual luchamos recobre las perspectivas de la primera
independencia dirigida por nuestros libertadores.
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Nuestro socialismo debe afianzarse en las tradiciones históricas y en las raíces
culturales nuestras, a la vez que debe nutrirse de la experiencia internacional,
sin afanes de copias mecánicas, convencidos de la necesidad que tienen todos
los pueblos de crear originalmente, para hallar el camino de la solución de sus
necesidades. Este habrá de ser un proyecto abierto al pluralismo político, donde
puedan expresarse además diversas convicciones filosóficas y religiosas,
diversas culturas y etnias.

Así reivindicamos con plena fuerza la herencia democrática y humanista


expresada en nuestra historia desde las raíces aborígenes y la primera gesta de
independencia y en las luchas posteriores, como componentes básicos a tenerse
en cuenta en la construcción del socialismo.

La “patria grande” que buscamos es aquella que soñaron los libertadores,


Bolívar, Martí, y quienes posteriormente fueron precursores de la nueva fase de
la acción emancipadora con José Calos Mariátegui en el Perú, Julio Antonio
Mella en Cuba y Luis Tejada en Colombia. La revolución Colombiana a que
aspiramos es la continuidad de la de 1810.

NUEVA FASE

DE LA LUCHA

El futuro del socialismo no está clausurado como lo proclaman el imperialismo y


los reaccionarios del mundo, ni puede asegurarse que el capitalismo
permanecerá incólume como sistema. Tras la guerra del golfo pérsico los EEUU
pugnan por implantar su hegemonismo, no sin resistencia de sus aliados-
competidores. Se agravan las contradicciones entre los centros mundiales del
capitalismo y los países del tercer mundo, lo cual muestra no el fin de la historia
sino una nueva fase de luchas, controversias de nuevas dimensiones y
contradicciones crecientes.

El mundo, es cierto, se hace más interdependiente, pero miles de millones de


gentes de la periferia capitalistas subdesarrollada se debaten en la miseria,
mientras los monopolios transnacionales concentran más riqueza. La lucha de
clase a escala planetaria, lejos de desaparecer, tiende a cobrar mayores
dimensiones. Y los comunistas tenemos en esta palestra nuestro puesto de
combate revolucionario.

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Actuamos en favor de políticas mancomunadas a nivel internacional por la
erradicación de la miseria en el tercer mundo, por la solución a la deuda externa,
por la exclusión en las relaciones internacionales del uso de la fuerza, por el
desarme y el cese de la producción de armamentos de destrucción masiva, por
la preservación del medio ambiente. Por la democratización de las naciones
unidas y la construcción de un nuevo orden internacional de paz, amistad y
cooperación entre los pueblos. Propugnamos el establecimiento de un nuevo
orden económico internacional que garantice a los países subdesarrollados el
uso soberano de los recursos naturales, precios justos en las exportaciones, el
acceso a los grandes adelantos de la ciencia y la tecnología, así como un nuevo
orden informativo internacional.

LA PERESTROIKA

Los comunistas colombianos saludamos el propósito programático de “más


democracia, más socialismo”, en todos los aspectos de la vida social,
económica, y cultural, para rectificar los defectos y fallas del modelo autoritario,
burocrático, rígidamente centralizado de planificación y dirección estatal que
fuere implantado desde hace décadas. La demora e insuficiencias en estas
correcciones y la incapacidad de los partidos gobernantes en los países que
integraron la comunidad socialista en Europa, han precipitado un retroceso
político orientado a restablecer el capitalismo en varios de ellos, donde se
levanta la contra revolución.

La perestroika, proceso de inmensa incidencia internacional, no ha estado


exenta de errores, que inciden negativamente en la correlación internacional de
fuerzas. Sin desconocer sus aportes a la democratización del socialismo, a la
superación de enfoques dogmaticos y a apologéticos, debemos hacer una
lectura analítica de este fenómeno sin minimizarlo ni endiosarlo, explorando
caminos propios que permitan evaluarlo en sus autenticas dimensiones y que
logren tomar en cuenta sus mejores enseñanzas para el socialismo en las
condiciones colombianas.

Al hacer la crítica al socialismo real, señalamos su contribución en favor de la


humanidad, su impulso al desarrollo de la historia contemporánea, su decisiva
aportación a la derrota del nazi-fascismo durante la segunda guerra mundial y
las transcendentales conquistas sociales logradas durante su construcción, pese
a todas sus deformidades.

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Esas realizaciones explican porque, a la caída de regímenes del “socialismo
real” en países de Europa oriental, tras las ilusiones iníciales, la población a
posado a desatar toda una ola de protestas porque ve perdido su derecho al
trabajo, su seguridad social, su acceso a bienes de la cultura, tras la imposición
del formato capitalista en sus sociedades.

Este proceso de tan hondas repercusiones en la situación mundial, está siendo


aprovechado ideológicamente por la reacción internacional. Esto nos exige una
profunda reflexión creadora de los principios y el método del marxismo
Leninismo y el estudio más riguroso y crítico de la realidad y de nuestro accionar

revolucionario y a buscar caminos propios del socialismo que queremos.

CAPITULO VII

EL PARTIDO COMUNISTA

El partido comunista colombiano tiene un combativo historial en defensa de


nuestro pueblo y los trabajadores, acompañado de una tradición revolucionaria
de lucha por los intereses populares. El PCC es un partido nacional y autónomo,
fundido con las esperanzas y expectativas de los colombianos por una patria
mejor, la democracia, la paz, la concordancia nacional y el progreso social.

Está inspirado en el marxismo- leninismo, el cual desarrolla creadoramente en la


realidad colombiana, pero a la vez recoge el legado bolivariano y de todos los
patriotas que hicieron posible la primera independencia del yugo español, las
lecciones del pensamiento progresista nacional y latinoamericano, el rico acerbo
democrático de las ideas políticas y sociales de distinto signo y las experiencias
de todos aquellos que tienen como objetivo supremo el socialismo y la justicia
social. Aspiramos a encarnar los ideales emancipadores de nuestro pueblo,
que van desde la Gaitana, el comunero José Antonio Galán, Antonio Nariño, el
libertador Simón bolívar, hasta Luis tejada y María Cano pioneros de los ideales
socialistas y los revolucionarios de hoy, dándole continuidad a nuestra historia
para hacer de la militancia poderoso factor de transformación, fraternidad y
humanismo.

Es una organización abierta a todo el pueblo colombiano, respetuosa de sus


derechos, solidaria con los trabajadores, los campesinos, los sectores populares,
los jóvenes, las mujeres, la intelectualidad y las capas medias de la población
que aspiran a un país en paz y que colme sus anhelos de bienestar y desarrollo
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social. El PCC es patriótico e internacionalista, defiende la soberanía nacional,
propugna por el rescate de los recursos naturales, por desarrollo económico y
social independiente, por la defensa de las tradiciones y la cultura colombiana
nacional y la democracia plena.

Para cumplir ese papel el partido comunista colombiano trabaja por interpretar
las más altas inquietudes de la nación, renovándose permanentemente y
esforzándose por superar errores y deficiencias. Somos consientes de que
debemos enfrentar profundos cambios políticos y sociales, nuevas condiciones
históricas y vertiginosos desarrollos técnicos y científicos, tanto a nivel nacional
como mundial, colocando al partido en sintonía con las nuevas realidades del
siglo que se avecina. Ello supone un partido más flexible y accesible, divorciado
totalmente del sectarismo, de una elevada moral revolucionaria, capaz de
defender sus espacios y las conquistas populares.

El partido comunista colombiano está empeñado en fortalecer su democracia


expresada en el principio del centralismo democrático, dando permanente
información a la militancia y a las masas para que fluya la transparencia y
brindando nuevos espacios de participación a los militantes en la elaboración de
las iniciativas y la formulación de la política, garantizando libre expresión y justa
lucha de opiniones, acompañadas de decisiones adoptadas colectivamente,
que aseguren la unidad política, ideológica y orgánica del partido, su
modernización y apertura hacia todos los colombianos.

Entendemos que los cambios de contenido político, económico y social, solo


serán posibles con la más amplia unidad del pueblo colombiano. Por eso nos
orientamos por una convergencia democrática que arrastre no solo a las fuerzas
de la izquierda sino a vastos sectores democráticos proclives a ganar una nueva
Colombia. Se trata, en lo fundamental, de construir un bloque de poder que se
convierta en alternativa popular y democrática para los colombianos.

Pero, a la vez, debemos avanzar hacia la formación de un partido más amplio


de la revolución colombiana que integre a los revolucionarios, el que debe
adoptar un programa sobre la base de los objetivos de la democracia y el
socialismo y de la fidelidad a los intereses populares. No se trataría entonces, de
una simple fusión de las organizaciones de la izquierda, sino algo más: la
creación de un nuevo partido, profundamente revolucionario y capaz de echar
raíces entre los trabajadores, los sectores populares y el pueblo colombiano.
En esta dirección trabajaremos los comunistas con entusiasmo, abnegación y
desprendimiento.

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Nos asiste no solo la justeza de nuestra acción por el progreso y la paz, sino
también el batallar que avanza a lo largo y ancho del continente por la
soberanía y la autodeterminación y en pos de una América Latina dueña de sí
misma y de su porvenir emancipado.

Debemos apropiarnos de nuestra historia, desconocida e ignorada en gran parte


por nosotros. El partido se nutre de los aportes de nuestros grandes
antepasados. Rompamos las fronteras sectarias que durante mucho tiempo nos
llevaron a ignorar los tesoros de vidas preciosas que ardieron por nuestra patria
y que son nuestro patrimonio. Los radicales del siglo pasado. Rafael Uribe y su
gesta por las libertades. Jorge Eliecer Gaitán y su llamado a los irredentos. Los
mártires de las huelgas de las bananeras, Camilo Torres Restrepo y su lección
de combate unitario. Los caídos a lo largo de la actual guerra sucia, y de los
operativos de exterminio. Todo esto es fuente histórica inextinguible y debe
darnos argumentos y palabras para inspirar y convocar.

América Latina se defiende en cada una de nuestras patrias. Con José Martí en
Cuba, que en medio del cerco imperialista mantiene en alto la llama de la nueva
vida. Con Sandino en Nicaragua. Con Allende en Chile. Con Farabundo Martí en
el Salvador. Con Jaime pardo Leal en Colombia.

En consonancia con esta apreciación, las relaciones internacionales del PCC


deben guiarse por la solidaridad política e ideológica con los diferentes partidos y
movimientos dispuestos a ayudarlos en nuestra difícil tarea.

Seguros de que en Colombia las fuerzas que luchan por el progreso, la


democracia y el socialismo podrán unirsen y hallar el punto de viraje que nuestro
país requiere para enrumbarse hacia el porvenir, presentamos este programa a
consideración del pueblo Colombiano.

Esperanzas, ideales y sueños que hace unos años eran simple utopía y meta
irrealizable, van convirtiéndose en presencia emergente y en propuesta
alternativa que irrumpe para cambiar el presente y conquistar el futuro de paz y
libertad para nuestra patria.

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