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Strawson
Individuos.
Ensayo de metafísica descriptiva
Versión castellana
de Alfonso García Suárez
y Luis M. Valdés Villanueva
tr Taurus Humanidades
Título original: Individuáis
© 1959, P.F. Strawson
P r e f a c io .............................................................................................................. 11
I n t r o d u c c i ó n .................................................................................................. 13
PARTE I:
PARTICULARES
1. C u e r p o s .......................................................................................................... 19
PARTEE:
SUJETOS LÓGICOS
6. S u j e t o *y p r e d ic a d o (2): s u j e t o s l ó g ic o s y o b j e t o s p a r
t ic u l a r e s .................................................................................... 180
1. La introducción de particulares en proposiciones ........ 180
[1] La introducción de un particular en una proposición
requiere conocimiento de un hecho empírico: la intro
ducción de un universal no ................................................ 180
[2] La afinidad entre los criterios gramatical y categorial
para expresiones-sujeto y -predicado es explicada en
parte por una distinción mediadora entre «completud» e
«incompletud». Una vez establecida la asociación funda
mental entre las distinciones sujeto-predicado y particu
lar-universal, ulteriores extensiones de la primera distin
ción pueden explicarse por analogía, etc.......................... 186
[3] Ulteriores explicaciones de la idea de «completud»:
las presuposiciones de las expresiones que introducen
términos particulares ......................................................... 189
[4] Consideración y rechazo de una fonna simplificada
de la teoría anterior ............................................................ 194
2. La introducción de particulares en el discurso .............. 198
[5] ¿Puede suplementarse la anterior explicación de las
condiciones de introducción de particulares en proposi
ciones con una explicación de las condiciones de intro
ducción de particulares en el discurso? Las condiciones
de éxito de cualquier intento semejante ......................... 198
[6] Conceptos-rasgo y universales sortales: la introduc
ción de particulares básicos involucra la adopción de
criterios de reidentüicación .............................................. 202
[7] La complejidad lógica de los particulares y la «com
pletud» de las expresiones-sujeto lógicas. Los particula
res com sujetos lógicos paradigmáticos ........................... 209
Ín d ic e a n a l ít ic o ............................................................................ 247
Prefacio
Particulares
1. Cuerpos
1. L a id e n t if ic a c ió n d e p a r t ic u l a r e s
2. R e id e n t if ic a c ió n
3. P a r t ic u l a r e s b á s ic o s
4 Esto no equivale, desde luego, a negar que una persona pueda estar poco
segura de su propia identidad, pueda estar poco segura de sí alguna serie de
acciones ha sido realizada por ella o si tal-y-cual historia era la suya, a negar que
vocó, o parece haberse equivocado, tanto Kant como Wittgens-
tein tuvieron una intuición mejor. Quizá ninguno de los dos le
diese nunca su expresión más feliz, pues la doctrina de Kant de
que «la unidad analítica de la conciencia» ni requiere ni admite
ningún principio de unidad, no es tan clara como se desearía. Y
las observaciones de Wittgenstein, de las que ya hemos dado
cuenta, al efecto de que los datos de la conciencia no se poseen,
que «yo» usado por N al hablar de sus propias sensaciones, etc.,
no se refiere a lo que se refiere «N» en cuanto que usado por
otro, parecen burlarse innecesariamente del esquema conceptual
que empleamos de forma efectiva. Es innecesariamente paradó
jico negar, o parecer negar, que cuando M dice «N tiene un
dolor» y N dice «Tengo un dolor», están hablando sobre la misma
entidad y diciendo la misma cosa sobre ella, innecesariamente
paradójico negar que N puede confirmar que él tiene un dolor.
En lugar de negar que los estados de conciencia autoadscritos no
se autoadscriben realmente en modo alguno, está más en conso
nancia con nuestros métodos efectivos de hablar el decir esto:
que, para cada usuario del lenguaje, hay solamente una persona
tal que al adscribirle a ella estados de conciencia él no necesita
usar los criterios de la conducta observada de esa persona, aun
que no tenga que no hacerlo necesariamente; y esa persona es él
mismo. Esta observación respeta al menos la estructura del es
quema conceptual que empleamos sin impedimos un examen
ulterior de ella. Ya he indicado, aunque inadecuadamente, las
líneas generales de tal examen.
pueda estar completamente insegura sobre cuál ha sido su historia. En ese caso
ella usa, en principio, para resolver las dudas sobre sí misma, los mismos métodos
que los otros usan para resolver las mismas dudas sobre ella; y esos métodos
incluyen simplemente la aplicación de los criterios ordinarios de identidad perso
nal. Hay meramente diferencias tales como ésta: que ella tiene que hacer accesibles
a los demás ciertos datos que no tiene que hacer accesibles similarmente a sí misma,
por ejemplo: tiene que informar de lo que ella afirma que son sus recuerdos.
Parte II
Sujetos lógicos
5. Sujeto y predicado ÍT): dos criterios
1. E l c r i t e r i o «g r a m a t i c a l »
Ai Bi
referirse a algo y describirlo
nombrar algo y caracterizarlo
indicar algo y adscribirle algo
designar algo y predicar algo de ello
mencionar algo y decir algo sobre ello
particular. Pero quizá no debiéramos llamar a expresión alguna «un sujeto» tout
court, sino más bien el sujeto (o uno de los sujetos) de una aserción particular.
se traza ni entre funciones de habla ni entre partes lingüísticas,
sino entre «constituyentes» o términos preposicionales:
IH
a3 B3
sujeto predicado
término-sujeto término-predicado
término referido término predicado
término adscrito
IV
A4 B4
objeto concepto
Raleigh fuma
Sócrates es sabio.
(Sócrates Sabiduría).
(Sócrates) Sabiduría
y
Sócrates (Sabiduría),
mientras que
Sócrates Sabiduría
sería simplemente una lista, y
(Sócrates) (Sabiduría)
(Sócrates Sabiduría)
en la forma
Sócrates (Sabiduría)
y nunca en la forma
(Sócrates) Sabiduría
(Sócrates Sabiduría).
(Sócrates Sabiduría)
es más apropiada para el primer caso y
(Sócrates Sabiduría)
2. E l c r it e r io c a t e g o r ia l
16 Véase más adelante, pp. 175 y ss. Hay muchas diferencias entre lazos no
relaciónales y relaciones genuinas además de las que acabo de apuntar. Los lazos
no relaciónales, por ejemplo, demandan de los términos que ligan un grado de
heterogeneidad de tipo mayor que el que generalmente soportarán las relaciones.
lares individuales que colecciona. No presupone ningún princi
pio, o método, antecedente de individuar los particulares que
colecciona. Los universales caracterizadores, por otro lado, aun
que suministren principios para agrupar, incluso para contar,
particulares, suministran tales principios sólo para particulares ya
distinguidos, o distinguibles, de acuerdo con algún principio o
método antecedente. Gruesamente, y con reservas, ciertos nom
bres comunes de particulares introducen universales sortales,
mientras que verbos y adjetivos aplicables a particulares introdu
cen universales caracterizadores. Ahora bien, no son sólo los
universales caracterizadores los que tienen el poder de suminis
trar principios para agrupar particulares ya distinguibles de
acuerdo con algún otro principio o método. Este poder lo com
parten con los particulares mismos. Pues así como entre los
particulares ya distinguidos como proferencias históricas, o pre
sas de cricket, podemos después agrupar juntos los que son
proferencias sabias, o presas difíciles, así también entre esos
particulares podemos después agrupar juntos los que son profe
rencias de Sócrates, o presas de Carr. Sócrates, al igual que la
sabiduría, puede servir como un principio para agrupar particu
lares ya distinguidos como tales de acuerdo con algún otro prin
cipio o método. Asumiré en consecuencia el derecho a hablar de
lazos no relaciónales entre particulares y particulares; y a este
género de lazo le daré, en memoria de Cook Wilson, el nombre
«el lazo atributivo». (Naturalmente, los particulares enlazados
por el lazo atributivo serán entre sí de diferentes tipos.) En
general, siempre que un particular está ligado a un universal por
el lazo caracterizador, podemos formar la idea de otro particular
ligado al primero por el lazo atributivo; así, al lazo caracterizador
entre Sócrates y el universal morir corresponde el lazo atributivo
entre Sócrates y el particular su muerte.17
Comparemos ahora los modos en que los términos pueden
coleccionarse unos a otros mediante estos tres géneros de lazo.
3. T e n s io n e s y a f in id a d e s e n t r e e s t o s c r it e r io s
1) Sócrates es sabio.
2) La sabiduría es una característica de Sócrates.
La acción particular—
es realizada/ejecutada/hecha por—
el agente particular.
1. L a i n t r o d u c c i ó n d e PARTICULARES e n p r o p o s i c i o n e s
2. L a in t r o d u c c ió n d e p a r t ic u l a r e s e n e l d is c u r s o
9 Pp. 223-226.
explicable de manara completamente formal en términos de las
ideas de un sujeto 7 predicado lógicos. No es restrictiva en nin
gún sentido por lo que respecta a las categorías de cosas que
puede decirse que existen, pues, como observé al comienzo de
este capítulo, no hay nada de lo que podamos hablar que no
pueda aparecer como sujeto lógico. Por lo mismo, esta concep
ción se corresponde satisfactoriamente con el uso ordinario de
expresiones tales como «Hay alguna cosa (algunas cosas) que...»,
«Existe (existen) un tal-y-tal (unos tales-y-tales) que...» etc. Pues
ciertamente ésas son expresiones que estamos preparados para
usar, y de hecho usamos, respecto de elementos de todo género
o categoría. Pero desde luego, en tanto que tenemos esos moti
vos y vemos esos méritos,10 en la adopción de esta concepción de
existencia, no tendremos ninguna inclinación a unimos a la ten
dencia reduccionista de restringir el campo de los sujetos lógicos.
Con todo, la raíz de la concepción ha de encontrarse, sin duda,
en las características del género fundamental de proposición de
sujeto-predicado en el que el sujeto lógico es un particular. Pero
su flor y nata es una idea puramente formal, separada de todo
compromiso o preferencia categorial y esquematizada en la lógi
ca formal misma.
Una vez que se establece esta concepción podemos, sin pre
juicio de su univocidad, admitir la posibilidad de otra formula
ción de todo enunciado semejante cuantificado existencialmente
y, con ello, la posibilidad de otro uso de la palabra «existe», un
uso que es igualmente unívoco a través de todo el rango de sus
aplicaciones. Es decir, podemos reconstruir toda tal proposición
cuantificada como una proposición de sujeto-predicado en la que
el sujeto es una propiedad o un concepto y en la que el predicado
declara, o niega, su instandación. (Esto se aplica tanto a las
proposiciones cuantificadas en las que se declara o se niega que
existe un único particular, como a cualesquiera otras, pues tal
proposición puede interpretarse como si aseverase o negase que
cierta propiedad compleja o concepto es instanciado singulariza-
doramente). Construcciones tales como éstas tienen sus paralelas
en el lenguaje ordinario, como cuando se dice, por ejemplo, que
la santidad existe, o incluso que hay una cosa tal como la santi
dad, y se quiere decir mediante esto lo mismo que queremos
decir cuando decimos que existen, o que hay, personas santas.
C o n c l u s ió n