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Julio de 2004
Bogotá, D.C.
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INDICE GENERAL
I. Presentación 7
II. Antecedentes 8
V. Metodología 17
A. Selección de las muestras 17
B. Recolección de las muestras en cada sitio 18
1. Mosquera 19
2. Zipaquirá 24
3. Duitama 28
4. Tunja 30
5. Madrid 33
6. Pubenza 34
7. Iza 36
C. Análisis de las muestras 38
VIII. Bibliografía 94
INDICE DE MAPAS
INDICE DE FIGURAS
1. Descripción de muestras
2. Características agrupadas
3. Total de características por colección
4. Totales porcentuales características por colección
5. Porcentajes, errores y desviaciones estándar de las características por
colección
6. Datos extremos
7. Conjuntos de colecciones al 1%
8. Conteo de similitud de colecciones
9. Resumen de conteo de similitud de colecciones
10. Promedios de aparición de las características
11. Conjuntos de características al 1%
12. Conteo de similitud de características
13. Resumen de conteo de similitud de características
14. Diseños exclusivos del sur
15. Diseños exclusivos del norte
16. Diseños exclusivos del centro
17. Diseños exclusivos de colecciones con fechas tardías
18. Proporciones de pintura v.s incisión
19. Duitama perfil 1
20. Duitama perfil 2
21. Duitama perfil 3
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INDICE DE FOTOS
1. Panorámica de los alrededores de la Vereda Pueblo Viejo
2. Zipaquirá Perfil Sitio 14
3. Duitama Panorámica Sitio 19
4. Duitama Panorámica Perfil del Caño Excavado
5. Mosquera Panorámica Hacienda Vista Hermosa y Laguna de La Herrera
6. Mosquera Panorámica Sitio 8
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I. PRESENTACIÓN
mismo lugar. Se propone que este patrón coincide con los resultados de los estudios
regionales que sugieren que durante este periodo no se habían conformado grandes
unidades políticas a nivel regional. Además concuerdan con las conclusiones de las
investigaciones de sitio, que dan cuenta del desarrollo de diferencias sociales en cada
lugar. De esta manera, se pretende complementar y enriquecer las conclusiones acerca
del periodo Herrera derivadas de otras investigaciones, y refinar el grado de detalle con
que dicha ocupación ha sido interpretada.
II. ANTECEDENTES
Desde hace por lo menos tres siglos el desarrollo de los grupos prehispánicos en
el Altiplano ha interesado a numerosos investigadores. Basados en las crónicas
españolas como principal fuente de información, ya desde siglo XIX comenzaban a
preguntarse por la organización social y política de los muiscas que encontraron los
españoles (Langebaek, 1995:2). Los pocos trabajos que hacían referencia al registro
material no sobrepasaban la descripción de los objetos cerámicos y las piezas de oro, sin
vincularlos claramente con la interpretación. Las escasas excavaciones realizadas, (p.e.
Hernández de Alba, 1945) tuvieron como objetivo ubicar lugares ceremoniales descritos
por los cronistas, o encontrar aquellos artefactos idóneos para establecer nexos culturales
o tecnológicos con México o Perú (Langebaek, 1995: 2). La cultura material -sin la ayuda
de las crónicas- aún no se consideraba como un medio apropiado para interpretar las
sociedades prehispánicas.
A mediados del siglo XX, se comenzó a usar la arqueología como herramienta
clave para conocer el pasado en el Altiplano (Broadbent, 1965, 1970). Después de
algunos intentos infructuosos (Haury y Cubillos, 1953), a comienzos de los setenta,
Broadbent (1971) elaboró una clasificación cerámica con el propósito de organizar una
secuencia cronológica alternativa para la región. A pesar de que Broadbent (1971) no
contó con excavaciones que le proporcionaran una estratigrafía clara, por medio de la
seriación del material encontrado en sitios alrededor de la Laguna de la Herrera, logró
concluir que la ocupación de grupos alfareros no había sido tan reciente, y quizá tampoco
la única que había existido en el Altiplano. A partir de su trabajo, logró identificar tipos de
9
que su valor estético es importante resaltar. Así algunos de los trabajos clásicos de este
enfoque son los estudios iconográficos donde se exalta el arte y el simbolismo de las
piezas (Sackett, 1977: 369-371).
Por último se encuentra el tercer enfoque que Sackett (1977) denomina como
“sociología cerámica”. Este tipo de aproximación centra sus esfuerzos en el análisis de la
decoración de la alfarería -atributos estilísticos ornamentales- y en la manera como ésta
sirve para dar referentes simbólicos de identificación étnica. Estudia la relación entre la
cerámica y la organización social de un grupo, y en últimas defiende la idea de que las
normas de elaboración de la alfarería son socialmente transmitidas. Así, aquellos que las
aprenden reciben de manera simbólica una tradición de estilo cerámico decorativo
particular, y quienes las estudian un acercamiento a la organización social del grupo.
Además, de acuerdo con esta aproximación, el estilo es inherentemente distintivo y
específico en tiempo y espacio. Podría decirse entonces que la decoración cerámica se
convierte en una suerte de “iconografía étnica” (Sackett, 1977: 376-377).
Fuera de las tres aproximaciones al estilo presentadas por Sackett (1977), vale la
pena resaltar aquella que se ha denominado como el enfoque “comunicacional”.
Básicamente éste plantea que el estilo cumple la función de transmitir información entre
sujetos, es decir que se entiende como un medio de comunicación mediante el cual se
definen relaciones y asociaciones entre individuos y grupos. El estilo es definido como
una parte de la variabilidad formal de la cultura material que se puede relacionar con la
participación de los artefactos en los procesos de intercambio de información. Algunos
autores aseguran que el estilo es un concepto que se debe articular con otras variables
culturales, y al que se le deben dar connotaciones funcionales o adaptativas (Wobst,
1977; Wiessner, 1983). Es necesario vincular al estilo con la vida y uso del artefacto, y
con las relaciones que establece con quienes lo elaboran, usan e interpretan. En últimas
se debe lograr integrar al estilo dentro de la matriz sistémica de la que hace parte, para
así luego poderlo explicar (Wobst, 1977: 317-319).
De acuerdo con este último enfoque, el estilo no sólo comunica un mensaje, sino
que responde a una serie de reglas establecidas por la sociedad acerca de cómo tratar y
decorar la cerámica. De acuerdo con Wobst (1977: 323), el estilo es un mensaje en
código compartido entre un grupo particular. Éste define el comportamiento esperado
entre los miembros de una misma comunidad, y hace predecibles y menos estresantes,
las futuras interacciones entre los sujetos. Sin embargo, no sólo por medio del estilo se
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Así, aunque esta investigación propone una idea sencilla -referirse al estilo
exclusivamente desde lo decorativo con el fin de estudiar la variabiliad existente en y
entre los sitios seleccionados- resulta inmensamente útil para explorar las relaciones entre
la alfarería y la esfera socio-espacial de los grupos del periodo Herrera. Aunque en este
trabajo se acepta que la cultura material comunica, y que el estilo corresponde a una
noción claramente relacionada con esa capacidad de comunicar, no se pretende explorar
el significado de la cerámica Herrera. De forma mucho más modesta, se plantea la
necesidad de reconocer diferencias y similitudes en los diseños decorativos de la
cerámica de dicho periodo, en relación a la cronología y a su distribución entre regiones o
sitios. Se busca enfatizar la importancia de este tipo de análisis y se muestra una manera
de llevarlo a cabo, no para comprender lo que significan las diferencias en estilo, sino
para al menos identificar la escala o escalas en las cuales la cerámica Herrera mostraba
variación. Se pretende explorar su posible relación con las conclusiones obtenidas en
otras investigaciones, donde se hace referencia a la organización social y política de
quienes la elaboraron.
Vale la pena aclarar que aunque el presente trabajo deliberadamente privilegia a la
decoración para referirse al estilo cerámico, se reconoce que ésta no sólo se encuentra
allí de manera exclusiva. Por el contrario, tal como lo plantea Sackett (1985) se sugiere
que el estilo no sólo reside en la decoración, aunque ésta sea un buen lugar para
estudiarlo. El estilo se encuentra a lo largo de toda la cadena operatoria del artefacto, y en
cada una de las elecciones que hace el artesano en la realización del objeto. Aunque por
lo general sólo se hace referencia a la decoración, y a pesar de que la presente
investigación se limita a este campo, se reconoce que el estilo toma forma desde que
comienza la concepción cultural y artesanal del artefacto, incluso antes de la elección de
la materia prima para su elaboración. Al comprender que las elecciones del artesano
también hacen parte de la dimensión del estilo, se plantea que éste reside en todo tipo de
variación formal del artefacto y no en una sola particular, aunque sea la única que por el
momento sea tomada en consideración. Tal como en la denominada “sociología
cerámica”, el presente trabajo se centra en la decoración alfarera y explora las fuentes de
diversidad de sus diseños decorativos. Entiéndase estos últimos como motivos plasmados
en la cerámica sea por medio de la pintura, el grabado, la incisión o cualquier otra técnica,
que fuera de decorar la pieza pueden servir como medios de comunicación o códigos
culturales compartidos.
15
la cerámica operaba. Dichos trabajos tratan aspectos tales como los que esta
investigación pretende ayudar a resolver.
V. METODOLOGÍA
1. Mosquera
Mosquera, se seleccionó a partir de la información proporcionada por Broadbent
(1971), investigadora que reportó una gran cantidad de fragmentos con el número de
variaciones decorativas suficientes, como para realizar comparaciones estadísticamente
significativas. Al tener una muestra grande, que además exhibe una gran variabilidad, la
probabilidad de que todos los diseños, incluso aquellos infrecuentes, sean representados
es mayor.
En este sitio, se combinaron dos estrategias diferentes de recolección de
muestras. En primer lugar, se analizó la colección cerámica disponible en el Instituto
Colombiano de Antropología e Historia donada por Broadbent en la década del setenta. A
partir de ésta, se estudiaron más de 2,400 tiestos y se dibujaron los 360 que tenían
decoración. Dicha colección es una fracción de lo recolectado durante el trabajo de campo
realizado por la investigadora entre 1967 y 1968. Durante este tiempo, Broadbent realizó
una serie de reconocimientos arqueológicos superficiales no sistemáticos en la zona de la
Laguna de La Herrera al suroccidente de Bogotá (Broadbent, 1971: 174-175).
Según esta investigadora, durante su trabajo de campo se exploró con el mayor grado
de detenimiento posible el borde sur de la Laguna en busca de sitios arqueológicos, con
el propósito de comprender los patrones de asentamiento de las poblaciones antiguas y
realizar ensayos cronológicos por medio de la seriación. Recogiendo solo el material
encontrado en superficie, su objetivo consistió en reportar la mayor cantidad de sitios
arqueológicos posibles, considerando que en su mayoría estaban en peligro de ser
destruidos por las actividades económicas y la erosión natural de la zona (Broadbent,
1971: 175).
Para cada sitio hallado, Broadbent (1971) reportó los tipos encontrados con sus
proporciones respectivas. Además, mencionó otros hallazgos realizados tales como
huesos quemados y líticos. La investigadora hizo una detallada descripción de cada lugar:
su ubicación geográfica, sus condiciones generales y la cantidad de cerámica encontrada.
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A diferencia de los demás sitios, en este sector occidental entre la vía a La Mesa y el
puente Balsillas, se encontró una buena cantidad de fragmentos. Es una zona en
pendiente, algo erosionada y alterada por los habitantes del barrio. Allí se realizó una
recolección superficial de cerámica que se ubicó casi en su totalidad en una franja a unos
100 mts. por encima del nivel de la carretera. Como lo menciona Broadbent (1971), la
cerámica se encontró en la tierra gris a unos 10 cms. del suelo actual, y se pudieron
observar buenas concentraciones en los perfiles creados por derrumbes del suelo, y en el
piso cerca de éstos. De este sitio provino la cerámica en mejor estado y de mayor
tamaño.
Luego de haber recorrido todo el costado sur de la laguna, y haber pasado por todos
los sitios reportados por Broadbent (1971), se creyó que las recolecciones en Mosquera
habían terminado. Sin embargo, luego de analizar el material obtenido, fue evidente que
había muy poco. Por lo tanto, se decidió volver a los sitios que habían arrojado la mayor
cantidad de fragmentos para ver si se podía aumentar la colección. Por tal razón, se
observó de nuevo el sector occidental de la carretera de acceso, pero ahora en la parte de
las canteras más hacia el norte. Este lugar se denominó sitio 9 e incluye las recolecciones
16 y 17 que coinciden con los sitios 3, 4 y 7 de Broadbent (1971). Allí se realizó una
recolección del material en superficie ubicado en el suelo erosionado y en las numerosas
cárcavas.
Además, se volvió a recorrer el barrio de invasión, el sitio 8, donde se ubicaron las
recolecciones 34 y 35. A diferencia de la vez pasada, en esta ocasión la mayor parte del
material se recogió no en una recolección superficial, sino en la limpieza de un pequeño
perfil detrás de una casa donde en la primera inspección se habían encontrado
fragmentos grandes. Se cortó un morro de tierra de unos 60 cms. de alto, hasta llegar a la
roca madre, y allí se encontraron numerosos fragmentos asociados con huesos de animal
(algunos carbonizados) e instrumentos líticos. Al parecer, lo que se observó fue una
especie de plato o cuenco pando que contenía los restos carbonizados de algún animal.
Todo se localizó en una capa de tierra negra suelta, muy fácil de excavar.
Por último, cerca al sitio 8 pero más hacia el occidente aún en el barrio de
invasión, se localizó el sitio 18 con la recolección 36 en una ladera empinada al borde de
la casa de una pequeña finca. Allí se encontraron numerosos fragmentos en superficie
especialmente en la capa más negra y suelta de la tierra. En este sector, bastante
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erosionado y alterado por las actividades de los habitantes, se halló además una aparente
pesa de red elaborada en piedra.
2. Zipaquirá
Este sitio se seleccionó a partir de la información proporcionada por Cardale
(1981), y se concentró particularmente en lo que ella denominó como Zipaquirá V (Mapa
3). De nuevo, se analizó la colección donada por la investigadora al ICANH. Allí, se
estudiaron cerca de 300 fragmentos de los cuales se dibujaron los 132 decorados.
Dicha colección es una fracción del material recolectado durante el trabajo de
campo llevado a cabo por Cardale en la década de los 80. De acuerdo con esta
investigadora, su interés por las salinas precolombinas nació de la esperanza de
encontrar cerca de ellas sitios arqueológicos que hubiesen sido habitados durante largos
periodos de tiempo, suponiendo que éstas habían sido usadas continuamente. Por esto,
escogió realizar un sondeo arqueológico en Zipaquirá a comienzos de 1980, luego de un
breve trabajo llevado a cabo en Nemocón en compañía de Ann Osborn (Cardale, 1981:
10-12).
Luego de recorrer la región, Cardale (1981) localizó en la vereda de Pueblo Viejo
cerca a la quebrada Salitre Chico, una loma con un pequeño plano en la parte superior.
Por encontrarse muchos tiestos en la porción más erosionada cerca de la quebrada y al
borde de los derrumbes, Cardale (1981) resolvió mirar con más atención el lugar. Así,
decidió realizar sobre la parte plana una excavación de 3x3 metros, con la esperanza de
que éste fuera el lugar donde trabajaban y tal vez vivían las personas de aquella época.
Esta zona plana y el corte de la excavación realizado se denominó “Zipaquira V”, y las
acumulaciones de basura encontradas en la ladera se nombraron “Zipaquirá V-a”
(Cardale, 1981: 48).
El informe presentado por esta investigadora detalla todo lo obtenido en cada
estrato. Luego, define los tipos cerámicos encontrados y comenta que realizó estudios
petrográficos de la cerámica aunque sus resultados no están disponibles en la publicación
del 81. Fuera de clasificar el tipo de cerámica encontrada, Cardale (1981) tenía como
propósito determinar la extensión y la naturaleza de las densas acumulaciones cerámicas
registradas en Zipaquirá V. Por lo tanto, fuera del corte realizado, decidió limpiar 6 zonas:
5 en la banda sur-occidental y 1 en el costado opuesto, cubriendo un total de 16 metros.
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El primer sector se ubicó cerca al límite de la zona plana, y el último 48 metros más abajo,
cerca al punto donde los tiestos desaparecían por completo. En los tres primeros sectores
encontró capas gruesas de tiestos superpuestos de gran tamaño bien conservados, lo
que Cardale interpretó como evidencia de un basurero de vasijas destinadas a la
elaboración de la sal (Cardale, 1981:145).
A diferencia de lo que ocurre en Mosquera, para Zipaquirá sí existen fechas
absolutas relacionadas con la cerámica. Aunque ninguna hace referencia en detalle a los
motivos decorativos de los fragmentos con que se asocia, sí se menciona con qué tipo de
cerámica se relaciona y en qué estrato se ubica. Las fechas presentadas son 60 ± 50
d.C., 30 ± 35 d.C., 5 ± 40 a.C. y 150 ± 60 a.C. Fuera de estas dataciones, Cardale (1981)
relaciona ciertos tipos cerámicos encontrados en Zipaquirá con los existentes en
Nemocón. Así, presenta una serie de fechas absolutas obtenidas para este último con la
esperanza de que sirvan también en la interpretación de los materiales de la salina. Por lo
tanto, aunque no son fechas provenientes del material de Zipaquirá, Cardale (1981)
menciona las tres dataciones previamente obtenidas: 70 ± 100 d.C., 25 ± 70 a.C. y 260 ±
65 a.C.
Luego de haber analizado toda la colección disponible en el ICANH, se realizaron
15 recolecciones ubicadas en 8 sitios diferentes, localizados en la vereda de Pueblo Viejo
cerca de la carretera que se dirige a Pacho (Mapa 4, Foto 1). Se recorrieron los mismos
sitios identificados por Cardale (1981), desde la parte más alta de la vereda hasta las
laderas de las montañas más abajo, y por toda la zona aledaña se recogieron fragmentos
cerámicos en superficie y en los perfiles de los caminos. Además, en aquellos sitios
donde no fue posible recoger tiestos de ninguna otra forma, se realizaron pruebas de pala
de 40x40x40 cms.
Sin embargo a pesar de la gran cantidad de fragmentos que se recolectaron en la
zona y de la amplia distribución que tenían, muy pocos resultaron ser Herrera. Debido a
las largas ocupaciones humanas en ese lugar, y al abundante trabajo cerámico
desarrollado incluso hasta nuestros días, la mayoría de la cerámica es reciente. Así, como
resultado de este trabajo se dibujaron sólo los 52 fragmentos Herrera que tenían
decoración de los 260 recolectados.
El primer sitio ubicado se denominó como sitio 10 y comprende las recolecciones
18 y 19. Se trata de un área de 60x80 mts. aproximadamente, propiedad de Rolando
Jiménez. En esta pequeña colina se recorrió todo el camino de la carretera y se fueron
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recogiendo fragmentos del suelo y de los bordes que se veían con relativa facilidad. Este
sitio hace parte de un pequeño plano coluvial que desciende en sentido norte-sur, donde
a lado y lado de la carretera se encuentran las casas y cultivos de los habitantes.
Precisamente en uno de los sembrados de papa, se lograron recolectar abundantes
fragmentos cerámicos.
Siguiendo el camino trazado por la carretera hacia la derecha, se encontró un lote
sembrado de pasto muy tupido y largo. Al ser un plano un poco elevado, desde allí se
observan lo que parecen ser dos terrazas que descienden desde este punto. En este
lugar se recolectó el material que se encontró abundantemente en el borde de la carretera
(en un perfil) y en las porciones del terreno que no tenían pasto. Además, se ubicó una
buena concentración de cerámica superficial cerca de un árbol donde no había sembrado,
y donde las raíces habían revuelto mucha tierra. En este predio resultó muy difícil
recolectar en superficie ya que la densidad de la vegetación era alta. Así, que dadas las
concentraciones cerámicas a poca profundidad encontradas cerca, se decidió hacer un
pozo de sondeo (40 X 40 X 40 cms.) en una de las partes planas hacia la pendiente para
recolectar más material. Como era de esperarse, se encontró abundante cerámica hasta
los 30 cms de profundidad, y se observó que la capa de suelo culturalmente positiva era
negra y bastante suelta. Este lugar se denominó sitio 11 y comprende las recolecciones
20, 21, 22, 23 y 29.
Siguiendo la carretera, comienza un descenso bien marcado hacia un bosque no muy
tupido. Se encuentra además un pequeño camino que bordea la parte superior de éste
donde se recolectaron numerosos fragmentos. Luego, se fue bajando por el bosque
recorriendo toda el área y recolectando los fragmentos que se encontraban en superficie,
probablemente rodados de las partes más altas de las colinas. Como en el resto de los
lugares, acá se recogió una buena cantidad de material; esta zona se marcó como sitio 12
e incluye las recolecciones 24, 25 y 33.
Luego de que se termina el bosque se llega a un pequeño plano donde se encuentran
varios caminos que van en distintas direcciones. En esta área aproximada de 30 X 20
mts., se localiza el sitio 13 conformado por la recolección 26. Allí, se recolectó material
cerámico del perfil derecho de la vía a San Jorge, que tenía aproximadamente 1.50 mts.
de alto. Se observó abundante material en la carretera (probablemente acumulado luego
de rodar por la pendiente del bosque) y a lo largo de todo el perfil del camino. Los
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anterioridad. Aunque se reconoce que los dibujos y fotos hubiesen podido ampliar aún
más la muestra (en número y variedad decorativa), no resultaba conveniente ni confiable
hacerlo.
3. Duitama
El tercer sitio considerado para el estudio fue Duitama. A diferencia de los dos
anteriores, respecto a este lugar existe poca bibliografía. Sin embargo allí han trabajado
investigadores cuyos escritos no se han publicado, y se conocía con antelación la
existencia de una colección muy grande de cerámica Herrera con decoraciones llamativas
y diferentes. Además, debido a obras de infraestructura realizadas recientemente
(especialmente la ampliación de la carretera principal), se han venido reportando sitios
con cerámica Herrera por todos los alrededores de este municipio.
Por tales razones, se decidió contactar al profesor Virgilio Becerra de la Universidad
Nacional, quien ha trabajado y conoce a profundidad la región, y actualmente coordina un
proyecto de saneamiento arqueológico en varios sitios de Duitama. Gracias a su
colaboración, se pudo estudiar la colección cerámica que él había obtenido con
anterioridad en este municipio (Mapa 6) que contaba con 831 fragmentos de los cuales
308 estaban decorados. En la actualidad dicha muestra está distribuida entre algunos
estudiantes que están realizando monografías de grado en arqueología, pero la gran
mayoría se encuentra en las instalaciones de La Universidad Nacional.
La cerámica analizada en el presente trabajo fue aquella recolectada por Virgilio
Becerra y un grupo de estudiantes de la clase “Laboratorio de Investigación de
Arqueología” durante el año 2002. Como parte de las actividades de campo de este curso,
Becerra y sus estudiantes, condujeron un sondeo y una pequeña excavación en los
predios del Centro Demostrativo Kasurgata Regional en Duitama. Se escogió ese sitio
porque Becerra sabía que en esa zona se encontraba abundante material cerámico muy
similar al Herrera reportado en Cundinamarca. Durante largos periodos de tiempo,
Becerra había realizado numerosos recorridos en la zona, y conocía los frecuentes
hallazgos hechos durante labores de rescate. Además, los habitantes de la región habían
alertado acerca de la existencia de material arqueológico, y por petición de los
pobladores, Becerra y sus alumnos accedieron a trabajar en el lugar.
Así, en este sitio se realizaron una serie de sondeos pequeños y alrededor de aquellos
donde se recuperó más material se excavó una cuadrícula de 2x2 mts. Lamentablemente
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suelo alterado en los dos bordes del canal. Sin embargo, debajo de la tierra removida
aparece el suelo original donde se ubicó el estrato cultural de textura arenosa, color pardo
con inclusiones blancas y rojas, repleto de cerámica (Foto 4). Dichos fragmentos se
encontraron en posición horizontal, por lo general asociados a concentraciones pequeñas
de carbón vegetal en capas de suelo que no superaban los 30 cms. de espesor.
En la pared sur se decidió limpiar tres perfiles que se excavaron formando
pequeños escalones de aprox. 10 cms, cada uno. Se fueron bajando y raspando hasta
llegar al punto donde no se encontraba más material cerámico hacia abajo ni hacia
adentro de la pared. Los tres perfiles fueron aproximadamente de 2x1 mts. (Figuras 19,
20 y 21) y fue en estos donde se encontró la mayoría del material. Sin embargo, al ver la
cantidad de cerámica que provenía de un estrato bastante compactado y bien delimitado,
se intentó buscar la extensión de la capa cultural a lo largo de todo el caño. Por esto, se
realizaron limpiezas de perfiles más pequeños cada metro por toda la pared sur del canal.
No obstante, aunque se hicieron a la misma profundidad y altura de los tres primeros, se
recuperó muy poco material.
Fuera del trabajo realizado en el caño se realizó un sondeo por todo el predio tratando
de encontrar los límites de la ocupación cultural. Teniendo en cuenta el resultado de los
pozos hechos con anterioridad en el lugar, la profundidad de los depósitos culturales
encontrados en el perfil, y la virtual inexistencia de cerámica en superficie, se realizaron
pruebas de pala de 50x50x100 cms. de profundidad. Sin embargo a pesar de recorrer
todo el potrero solo fueron positivos 6 pozos, 4 ubicados al occidente del caño, y dos al
oriente hacia un pequeño cultivo de maíz.
Aparte del material cerámico obtenido, en uno de los perfiles fue posible recuperar una
buena muestra de carbón claramente asociada con la cerámica. Dicha muestra se le
entregó a Becerra quien se encargó de mandarla a limpiar y analizar para obtener una
fecha. Lamentablemente aún no se tienen los resultados de este estudio, aunque se
espera contar con ellos en poco tiempo.
4. Tunja
El cuarto sitio de donde se obtuvo cerámica fue Tunja. A partir de la información
proporcionada por Castillo (1984), se conocía que en esta zona, particularmente en los
predios de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, se encontraba
abundante cerámica Herrera. Por lo tanto, a pesar de contar con numerosos dibujos y
31
asociada a carbón y hueso datados 690 ± 120 d.C. A partir de este hallazgo, Castillo
(1984) concentró sus esfuerzos en buscar las áreas de distribución de esta cerámica.
Lamentablemente para los propósitos de este trabajo, Castillo (1984) no especifica si la
fecha obtenida se asocia con algún tipo de cerámica decorada. Solo se hace referencia al
tipo cerámico (MRI, MRT) que se relaciona con las concentraciones de carbón y hueso,
por eso no se pueden establecer si existen decoraciones particulares asociadas a una
fecha particular; información que resultaría muy valiosa en esta investigación.
Fuera de estos cortes, también se realizaron dos más de dimensiones similares
denominados como “Tunja VII” y “Tunja IX”. El primero de ellos, por ser el más profundo y
tener la estratigrafía más clara, se convirtió en el sitio más importante para estudiar la
secuencia cultural de la zona. El segundo, se realizó posteriormente para conseguir más
material y controlar la secuencia estratigráfica del primero. A continuación, se realizó el
último sondeo de la zona 1 denominado como “Tunja VIII”, donde se recogió el material
de superficie y se realizó una excavación de 1.5 metros de ancho por lo mismo de largo
(Castillo, 1984:27-29).
Luego de concluidas las investigaciones en la zona 1 se inspeccionó la zona 2 que
ya para esa época estaba totalmente urbanizada. Así, aunque Castillo (1984) tenía
conocimiento del hallazgo de algunas tumbas, al no poder realizar pozos de sondeo sólo
recogió una pequeña muestra superficial. Al igual que la zona 2, la zona 3 de interés
arqueológico se encontraba urbanizada. Por tal razón, Castillo (1984) sólo recolectó
muestras superficiales de terrenos aledaños y observó algunas muestras de fragmentos
que los habitantes le otorgaron. Por último, en la zona 4, al noreste de Tunja sobre una
terraza natural de las colinas se realizó una recolección superficial sin mayores
resultados.
5. Madrid
El quinto sitio utilizado para obtener cerámica fue Madrid. Este había sido
reportado por Broadbent (1971) bajo el nombre MAD-2, y de allí se había obtenido una
cantidad importante de fragmentos. Sin embargo, no existía ninguna colección con este
material, y los dueños de los predios donde se localizaba la referencia de Broadbent
(1971) negaron el permiso para realizar sondeos. Sin embargo, conociendo la existencia
de abundante cerámica Herrera en Madrid, se decidió buscar otra forma de acceder al
material de este sitio.
34
6. Pubenza
El sexto sitio que hace parte de la muestra es Pubenza. A diferencia de Duitama,
por ejemplo, este sitio cuenta con bibliografía muy específica del lugar y el material
35
la zona de Pubenza se obtuvieron dos dataciones absolutas, sin embargo sólo una de
ellas resulta relevante en este trabajo, esta es 965 ± 100 d.C.
No obstante, a pesar de que en el ICANH sí existía una colección para este sitio,
no había más de 40 tiestos, cifra que era muy pequeña como para realizar comparaciones
estadísticamente significativas. Por lo tanto, se decidió referirse a los dibujos y fotografías
proporcionados por Cardale (1976) en su libro Investigaciones Arqueológicas en la Zona
de Pubenza, Tocaima, Cundinamarca para ampliar tanto el número como la variedad de
fragmentos decorados. De esta manera se lograron estudiar cerca de 150 fragmentos de
los que se dibujaron los 108 que tenían decoración.
A diferencia de lo ocurrido con la muestra de Zipaquirá, la colección disponible en
el ICANH de Pubenza era muy reducida. Así, que cuando se observaron los dibujos y las
fotos en la bibliografía fue posible distinguir los fragmentos que se repetían en ambas
muestras. Con el fin de evitar el doble conteo y la sobre-representación de algunos
motivos, los fragmentos de la colección se contrastaron cuidadosamente con los de la
bibliografía y se omitieron aquellos que aparecían ya una vez. De igual forma, algunos
pocos ejemplares que estaban dibujados, también tenían fotografía (aunque la autora no
lo hacía explícito), así que también se contaron y dibujaron solo una vez.
Así, aunque para este sitio se tomaron en cuenta muestras obtenidas de dos
lugares diferentes -por un lado los fragmentos disponibles en el ICANH, y por el otro,
aquellos que aparecían en los dibujos y fotografías de la publicación (Cardale, 1976)-, las
dos provenían de la misma colección y fueron resultado del mismo trabajo de campo
llevado a cabo por Cardale (1976). Por lo tanto, aunque se accedió a dos colecciones, ya
que ambas eran parte de la misma (siendo la del ICANH una fracción de la mostrada en la
bibliografía), ésta se trató como una sola. Debido a que las dos colecciones eran
originalmente una y que se había descartado la posibilidad de contar dos veces el mismo
fragmento, esta se analizó como una sola unidad.
7. Iza
Finalmente, el último sitio escogido para completar la muestra fue Iza. Gracias a la
información proporcionada por Langebaek (2003, c.p.), se conocía que en este lugar se
había recolectado una buena cantidad de cerámica Herrera (Mapa 11). Por lo tanto, se
analizó la colección disponible en el laboratorio de arqueología de la Universidad de Los
Andes donde fue posible estudiar más de 570 fragmentos cerámicos. Sin embargo,
37
aunque la muestra era de un buen tamaño, fueron pocos los tiestos que estaban
decorados, por eso, sólo se dibujaron para su posterior estudio aquellos 42.
A diferencia de los demás sitios, en el caso de Iza, los fragmentos de cerámica
estudiados provienen de una sola colección. Aquella que se utilizó es la única muestra
que existe, y el sitio de donde se obtuvo el material está totalmente urbanizado en la
actualidad. Dicha colección es resultado de las excavaciones de rescate realizadas por
Carl Langebaek y Franz Flórez en 1999 en el sitio Itzamaná, Iza localizado unos 2 kms. al
norte de la cabecera municipal. El sitio fue ubicado luego de que los trabajos de remoción
de tierra previos a la construcción de una urbanización, pusieran al descubierto materiales
arqueológicos poco profundos.
Langebaek y Flórez (1999) coordinaron el trabajo de rescate arqueológico del
predio en el cual realizaron un sondeo intensivo y sistemático. Dicho lote se cuadriculó y
cada 10 metros se realizó una prueba de pala de 40x40x40 cms. Además, se escogieron
al azar dos sitios para realizar dos pozos de 80x80x80 cms.
Aparentemente el material cerámico encontrado pertenecía a un solo periodo de
ocupación bastante definido. De acuerdo con Langebaek y Flórez (1999: 2), la cerámica
pertenecía al periodo Herrera Tardío y se localizaba en una franja de 10 a 20 cms que no
superaba los 30 cms. de profundidad. La concentración de la cerámica sugería la
existencia de un asentamiento de una hectárea alrededor de una pequeña elevación del
lote donde no se encontró material arqueológico. Dicha cerámica se clasificó de acuerdo a
las tipologías usadas en la región, y se identificaron dos tipos diferentes. De este sitio no
se obtuvieron dataciones absolutas, y hasta hoy no se cuenta con fechas radiocarbónicas
provenientes de Iza.
Estos fueron los siete sitos seleccionados de donde se obtuvo cerámica para
analizar. Sin embargo existen muchos otros lugares posibles de donde se hubieran
podido tener muestras, que a propósito no se incluyeron en este trabajo. Teniendo en
cuenta no sólo las aspiraciones académicas de esta investigación sino las contingencias
de tiempo, las consideraciones del estado y calidad de la muestra fueron tan relevantes
como cualquier otra. Así, aunque se tuvieron en cuenta las colecciones de Apulo,
Cachipay, el Cocuy, Funza, Nemocón, Samacá y Soacha entre otras, por razones
logísticas, se tuvieron que dejar de lado. Aunque en todos los sitios se reporta material
cerámico Herrera decorado, y en potencia eran buenas posibilidades, sus colecciones o
no existían, o no estaban organizadas o simplemente no estaban disponibles. Otras
38
tenían muy poco material de interés en relación al total de la muestra, y hubiese sido
impráctico haber gastado tanto tiempo en su selección y ubicación, si era posible
conseguir muestras más fáciles de estudiar.
Por lo tanto, se reconoce que el conjunto de sitios escogidos (Mapa 12) es solo
una muestra. En este trabajo no se pretende afirmar que se abarcó todo el universo
posible, sino aclarar que se tomó la mejor muestra de cerámica Herrera existente. Se
sabe que cierta información no se tuvo en cuenta, y que hay colecciones que no se
lograron incluir. Sólo se quiere recalcar que la selección que aquí se hizo es consciente
de sus limitaciones tanto como de sus posibilidades; que intencionalmente se escogió
sabiendo lo que deja de lado, justificando su elección, y siendo consecuente con un
propósito.
reconocen dentro del mismo grupo, pero al dar demasiado nivel de detalle pueden surgir
tantos grupos como tiestos, haciendo de la base un esfuerzo inútil. Así, por ejemplo, se
reconocen diferencias entre incisiones finas y burdas, líneas diagonales, horizontales y
verticales, sin llevar más allá la distinción -que en algunos casos y bajo el criterio de otro
investigador- se pudiese observar. Además, vale la pena notar que se diferenció entre
baños o engobes de distinto color. Aunque en estricto sentido no son diseños diferentes,
sí son clases de decoración distintas que bien podían servir para encontrar cambios entre
colecciones.
Teniendo esto en mente, se consideraron elementos tales como la técnica utilizada
(incisión, aplicación, impresión, acanalado), el tipo de motivos (rayas, puntos, figuras
geométricas, espirales) o el tipo de acabados (perforación, pintura, baño), para elaborar
las categorías de las decoraciones (Figuras 63-79). Así se construyeron 77 grupos de
diseños posibles para todos los fragmentos de los siete sitios seleccionados. Sin
embargo, para poderlos comparar entre sí, se hizo necesario formar categorías más
generales que agruparan distintos motivos. Por lo tanto, se organizaron 17 conjuntos
preliminares que son: impresiones, punteado, baño/engobe, escobillado, muescas,
ungulado, canales, incisión, pintura roja, pintura negra, protuberancia modelada,
perforado, hachurado, pintura blanca, pintura rosada y pintura naranja (Figura 2).
Con estos grupos organizados, se elaboró una tabla comparativa que muestra
para cada sitio cuántos fragmentos hay en cada grupo, y cuál es el porcentaje de cada
categoría en relación al total (Figuras 3 y 4). A primera vista se comenzaron a ver
diferencias en las frecuencias de decoraciones entre los distintos sitios, y se pudo
comenzar a refinar cada vez más el nivel de detalle respecto a los fragmentos similares o
diferentes entre colecciones. Dependiendo de las divergencias que se exhibían entre las
frecuencias de decoraciones de los sitios, se elaboraron comparaciones con categorías
más pequeñas y diseños más puntuales para seguir obteniendo porcentajes para
comparar semejanzas y diferencias entre muestras.
Teniendo la tabla de porcentajes comparativos, el siguiente paso fue realizar
análisis estadísticos que permitieran identificar patrones en la distribución de motivos en
las colecciones estudiadas. Con este objetivo en mente, para cada una de las 17
variables de las 11 muestras seleccionadas, se calcularon los valores del error estándar
con niveles de confiabilidad del 80%, 95% y 99% (Figura 5). Luego, dichas distribuciones
se contrastaron entre sí, discriminando la comparación de la distribución de conjuntos de
40
motivos en cada sitio, de aquella que se refiere al mismo conjunto de motivos pero en
sitios distintos.
Con esta información en mano, el siguiente paso fue observar si las distribuciones
para cada sitio se agrupan en conjuntos distinguibles o si por el contrario se encuentran
dispersas. Un primer análisis consistió en analizar la relación entre cerámica decorada y
el total de fragmentos en cada colección. Adicionalmente, se pretendió determinar si
existen diferencias significativas en las variaciones de la decoración, si se agrupan de
acuerdo al lugar de procedencia, o si algunos motivos aparecen recurrentemente
asociados en diferentes lugares. Además, se quería verificar la existencia o no de
patrones de asociación o diferenciación entre conjuntos (de sitios o de diseños), que
pudiesen además relacionarse con las fechas radiocarbónicas disponibles -para evaluar
si la cronología es determinante en el patrón observado-. De esta manera, se analizó
cómo se relacionan los conjuntos de muestras respecto a su decoración cerámica y su
localización geográfica.
41
de estas tres colecciones donde el porcentaje supera el 13%, es claro que la presencia de
esta característica es relativamente baja en todas las colecciones. Por ejemplo, 7 de las
11 muestras tienen menos del 4% de impresiones; es decir que más del 63% de las
colecciones tiene porcentajes entre el 0% y el 4% para esta característica particular.
En este caso, las diferencias entre las colecciones de un mismo sitio son bastante
variables. Por ejemplo, las colecciones de Tunja están muy separadas entre sí, teniendo
Tunja I la proporción más alta de impresiones con un 20.39% y la de Tunja II una de las
más bajas con 1.51%. Sin embargo, las colecciones de Mosquera están muy cerca entre
sí -Mosquera I con 1.25% y Mosquera II con 0.29%-, al igual que las de Duitama que
tampoco se distinguen por más de un 1% (Duitama II 3.73% y Duitama I 3.18%). En un
punto intermedio entre la gran diferencia de las muestras de Tunja y la similitud de las de
Mosquera y Duitama, se encuentran las colecciones de Zipaquirá. Éstas se distinguen
entre sí por un 3.5%, teniendo Zipaquirá I un 7.33% y Zipaquirá II un 3.85%. Así, se
observa que Tunja es el lugar con mayor variabilidad intrasitio seguido por Zipaquirá,
mientras que las colecciones de Duitama y Mosquera son las más similares entre sí.
Por otra parte, se pretende analizar si algún porcentaje de impresión se puede
considerar como un dato extremo. Por eso se da una breve explicación de cómo se
calculó estadísticamente esta cifra para este caso particular, teniendo en mente que este
mismo procedimiento se repitió en todos los demás ejemplos. Como primer paso
entonces, se organizaron los datos (en este caso los porcentajes de impresión) del menor
al mayor en una lista. Teniendo esta distribución completa, se determinaron luego cuáles
eran los tres cuartiles, es decir los datos que dividían a toda la lista en cuatro secciones
iguales. A continuación se calculó la distancia intercuartil, o la diferencia entre el tercer y
el primer cuartil, y luego esta cifra se multiplicó por 1.5. Seguidamente, este valor se le
sumó al dato más grande y se le restó al más pequeño de la lista. Así se obtuvieron dos
cifras, el límite superior y el límite inferior de los datos. Cuando algún número excedía el
límite superior o cuando algún dato estaba por debajo del límite inferior, se consideraba
como un dato extremo. De esta manera, cualquier número que estuviese por fuera de las
cifras límites -hacia arriba o hacia abajo- se denominó como un outlier o un dato extremo.
Este último es definido como un dato que aparece significativamente alejado del cuerpo
principal de cifras en una gráfica o un diagrama. Es, en últimas, una desviación extrema
de la media (Drennan, 1996: 39-43) (Figura 6).
43
2% e incluso dos muestras superan el 40% de aparición. Es decir, que el 100% de las
colecciones tienen incisión y el 45.45% de ellas la presentan en más del 15%.
Tal como ocurría con el primer análisis, en este caso las variaciones intrasitio son
muy dispares. Por ejemplo, las colecciones de Tunja son muy diferentes teniendo Tunja I
una proporción de 41.79% y Tunja II un porcentaje de 6.38%. No obstante, las segundas
colecciones del mismo sitio que más se distinguen entre sí, las de Zipaquirá, tienen
porcentajes bastante más cercanos. Así, mientras Zipaquirá I tiene un 19% de incisión,
Zipaquirá II sólo tiene un 7.69%. Enseguida se ubican las colecciones de Duitama que se
distinguen entre sí por un 11.18%, y por último las más homogéneas que son las de
Mosquera separadas por tan sólo un 0.86%.
Teniendo en mente los porcentajes de incisión inusualmente altos que aparecen
en varias colecciones, se calculó el promedio general de aparición de la incisión para
todas las muestras. Se determinó que esta característica se registra en un promedio de
17.08%. Además se estableció que a pesar de que la incisión presenta proporciones
relativamente bajas en algunas colecciones -como las de Duitama I o Iza- y altas en otras
-como Pubenza y Tunja I-, ninguna de ellas se considera como un dato extremo. Para que
se identifique como un outlier alguna colección debe tener más del 56% de incisión, y
como el máximo es 48.65%, no existen outliers para este caso. Por lo tanto, el promedio
de 17.08% refleja con la mayor exactitud posible la cantidad media general en que la
incisión aparece en las colecciones. Se puede concluir entonces, que el de la incisión es
de lejos el porcentaje promedio de aparición más alto de alguna característica, y el único
que supera el 15% de presencia.
Además se determinó que Pubenza, la colección que se ubica más al sur, es
también la que tiene la proporción más alta de incisión. Sin embargo, le sigue Tunja I a
pesar de que esta última se localiza casi en el extremo opuesto. Asimismo, sitios que se
encuentran muy cerca entre sí como Duitama, Iza y Tunja tienen proporciones
diametralmente distintas (desde 2% hasta más del 40%), e incluso Madrid y Mosquera se
diferencian en promedio por más del 25%. Se observa entonces que la disminución o
aumento de la proporción de incisiones no se correlaciona con la dispersión geográfica de
las colecciones, y que por el contrario, dicha correlación resulta bastante irregular.
Por otra parte, la relación entre la dispersión de las proporciones y la cronología es
bastante más sugestiva. Como ya se había mencionado, Pubenza es la que mayor
proporción de incisión tiene (48.65%) y es también la que se relaciona con una fecha
50
tardía. Igualmente, Tunja I la colección con el segundo porcentaje más alto (41.79),
también tiene una datación bastante reciente. En contraste, Zipaquirá I la colección con la
fecha más temprana, tiene una proporción significativamente más baja que las dos
primeras (19%). Así, entre las muestras de fechas tardías la diferencia porcentual es de
6.86%, mientras que entre éstas dos y la colección de la datación temprana es de
26.22%. En otras palabras, mientras que Pubenza y Tunja I se parecen en un 85. 89%
entre sí, estas dos se diferencian de Zipaquirá en un 57.98%. Por lo tanto, se puede
sugerir que existe una relación entre la proporción de incisiones en las colecciones y su
cronología.
dato del outlier Pubenza, el nuevo promedio recalculado es de 0.3%, lo que indica -ahora
con más precisión- que en promedio ninguna colección tiene más del 0.3% de pintura
negra como decoración. Se observa entonces que esta es una característica sumamente
infrecuente, y de lejos es mucho más común no tenerla que encontrarla en alguna
colección.
Por otra parte, al estar más del 90% de los datos cerca de cero, la relación que
tiene su distribución con el orden geográfico debe analizarse con cautela. No obstante, se
puede observar que Pubenza, la colección que queda más al sur, es también de lejos la
que mayor porcentaje de pintura negra tiene. Además, entre más al norte se ubican las
colecciones, menos porcentaje de la característica exhiben. Por ejemplo: Pubenza con un
16.89%, Mosquera II un 1.54%, Zipaquirá II un 1.15% y el resto en 0%. Sin embargo, el
porcentaje de Mosquera I distorsiona la relación ya que tiene un 0.16% de la
característica. No obstante, la correlación no deja de ser sugerente, y con análisis
posteriores se verificará su verdadera representatividad.
Por último, se examinó si la dispersión de las colecciones se relaciona con el
orden cronológico de las mismas. De nuevo, Pubenza la colección que tiene la mayor
proporción es también la que tiene la cronología más reciente. Sin embargo, ni Tunja I la
otra muestra con una datación tardía, ni Zipaquirá I la colección con la fecha más
temprana, tienen pintura negra. Por lo tanto, aunque la muestra de la fecha tardía es
también la que tiene la mayor proporción, las otras dos no tienen relación clara con la
cronología. En síntesis, la correlación entre la fecha de la muestra y porcentaje de
aparición de la característica es bastante irregular.
Zipaquirá y Tunja ya que ninguna tiene perforado como decoración. Sin embargo Tunja I
tiene 3.48% y Tunja II 0.095%, por lo tanto la diferencia entre las dos es de 3.385%. En
síntesis, las colecciones de Tunja son las únicas que tienen diferencia intrasitio, mientras
que el resto son idénticas.
Tal como se hizo en los demás análisis, en el del perforado se calculó el promedio
general de aparición de la característica. Como se esperaba, el promedio fue muy bajo
(0.034%). Sin embargo, como ya se había anotado, el porcentaje de Tunja I es
significativamente mayor al del resto de las colecciones. Así, por tener de lejos más del
0.24% de perforado, el porcentaje de Tunja I se considera un dato extremo. Por lo tanto,
se recalculó de nuevo el promedio excluyendo el dato de dicha colección, dando como
resultado uno sustancialmente menor: 0.03%. Esto quiere decir que en promedio, la
característica perforado es muy poco frecuente, ya que su porcentaje de aparición es más
cercano a 0 que a cualquier otro valor.
De nuevo, como en la mayoría de casos anteriores, la relación entre la distribución
de las colecciones y el orden geográfico es difícil de establecer dados los bajos
porcentajes presentes. Sin embargo, cabe resaltar que las únicas colecciones en donde
aparece el perforado (las dos de Tunja y la de Iza) están muy juntas entre si, en zonas
muy cercanas del departamento de Boyacá. El resto de las colecciones, hacia el norte o
hacia el sur no tienen esta característica presente. Por otro lado, ya que en sólo tres de
las once colecciones aparece el perforado, y sólo una de ellas (Tunja I) cuenta con una
datación, la relación que se puede establecer entre la dispersión de las muestras y la
cronología es bastante limitada. Lo único que se puede determinar es que tanto Pubenza
-con fecha tardía- como Zipaquirá I -con cronología temprana- no presentan perforado
como característica. Por lo tanto, aunque Tunja I es a la vez la muestra con mayor
proporción de perforado y una de las que cuenta con una cronología tardía, Pubenza que
también tiene una fecha reciente, se asemeja más a Zipaquirá que a ésta. En definitiva, la
relación entre cronología y proporción de decoración no es clara.
El único sitio que tiene esta decoración es Pubenza, y en una frecuencia muy baja
(1.35%). Por supuesto, las diferencias intrasitio son nulas para todas las demás
53
que más se distingue de estas dos (a excepción de las que están en 0). Así, mientras las
dos colecciones con mayores proporciones son las más tardías, la muestra con fecha
temprana tiene un porcentaje muy pequeño de protuberancia modelada.
el 28.81% de aparición, se consideran como datos extremos. Por lo tanto, dejando de lado
los porcentajes de estos dos outliers, se recalculó el promedio dando como resultado uno
notablemente más bajo de 3.42%. Así, se hace evidente que aunque algunas colecciones
tengan grandes proporciones de esta decoración, en general la característica aparece en
un promedio relativamente bajo de 3.42%. Aunque es significativamente más pequeño,
cabe añadir que en relación a los promedios generales de las demás características, es
una cifra relativamente alta y por lo tanto bastante significativa.
Por otra parte, al observar que existe un grupo definido de colecciones claramente
diferenciadas del resto -Madrid, Tunja I y Zipaquirá I-, se quiere verificar si la distribución
de las proporciones tiene relación con la ubicación geográfica. Se logró determinar que
aunque ninguna de las tres colecciones con mayores porcentajes se encuentran en el
extremo sur o norte del Altiplano, en relación a las demás colecciones hacen parte del
grupo de la mitad entre Pubenza, Duitama e Iza. Sin embargo, estos sitios son bastante
lejanos entre sí, especialmente Tunja en comparación al resto. Además, teniendo una
variabilidad tan grande entre las muestras de Tunja y de Zipaquirá, la relación resulta
confusa. Asimismo, las colecciones donde aparece en menor proporción la pintura roja
también vienen de sitios bastante dispersos (Pubenza con 1.35% e Iza con 1.57%), y es
difícil encontrar una relación entre éstos y su ubicación en el mapa.
De igual forma, la relación entre los porcentajes de pintura roja y la cronología es
bastante irregular. Por ejemplo, Pubenza y Tunja I las dos colecciones con fechas más
tardías, tienen porcentajes marcadamente diferentes (1.35% y 29.35% respectivamente).
Además, la colección con la fecha temprana, Zipaquirá I, está en el medio entre las dos
muestras recientes con un 12.33%. Así las cosas, parece ser que no existe ninguna
relación entre qué tan temprana o tardía es la colección con el porcentaje de pintura roja
que exhibe. Al contrario, las fechas y la proporción de la característica no tienen ningún
tipo de asociación.
muestra tiene un porcentaje distintivamente más alto que los demás, esta característica
está presente en todas las colecciones. Así, aunque en una relativa modesta proporción,
el canal es una característica común y frecuente. Sin embargo, cabe añadir que 10 de las
11 colecciones, es decir el 90.9% de ellas está por debajo del 4.3% y que incluso, 6 de
ellas no superan el 1.5% de aparición.
Dados los porcentajes relativamente bajos para esta característica ninguna de las
diferencias intrasitio supera el 4%. Así, las dos colecciones más diferentes son las de
Duitama que se distinguen entre sí por un 3.88%. Luego las segundas más distintas son
las dos colecciones de Tunja separadas por un 1.07%, seguidas por las de Zipaquirá que
se diferencian en un 0.98%. Por último, las colecciones más similares son las de
Mosquera que se distinguen entre sí por un 0.79%.
A diferencia de lo que ocurría en algunos análisis anteriores, para el caso de los
canales no existen datos extremos. Por lo tanto se calculó el promedio teniendo en cuenta
cada una de las muestras, obteniendo así, que el canal aparece en promedio en un
2.27%. Esto quiere decir, tal como se aseguraba con anterioridad, que aunque el canal
está en todas las muestras no lo hace en alta proporción. Por el contrario, su porcentaje
promedio es bastante bajo, aunque en relación a los demás promedios es el quinto más
elevado.
Como es frecuente, la relación entre la dispersión de las colecciones en la gráfica
y el orden geográfico de las mismas es poco clara. Así, el orden de la mayor a la menor
proporción no coincide con la ubicación geográfica de las muestras. Por ejemplo, el mayor
porcentaje se encuentra en Madrid, luego le sigue Duitama II, y después las dos
colecciones de Zipaquirá; distribución que poco se relaciona con el orden geográfico.
Además colecciones provenientes de sitios muy lejanos como Pubenza y Duitama I tienen
porcentajes mucho más parecidos (0.68% y 0.46%) que aquellos entre sitios cercanos
entre sí como Madrid y Mosquera II (6.59% y 2.09%).
Por último la relación entre los porcentajes de canal y la cronología de las
colecciones es un poco más sugerente. Sin embargo, debe tenerse en mente que los
porcentajes son tan pequeños, que las conclusiones derivadas deben analizarse con
precaución. Se logró determinar que a pesar de que las tres colecciones que tienen
fechas no se distinguen sustancialmente entre sí, las dos más tardías se parecen más
entre ellas que en relación a la temprana. Por eso, las muestras de Tunja I y Pubenza
separadas por un 0.82% se asemejan más que entre sí que en relación a Zipaquirá I que
60
escobillado. Luego, la segunda muestra con la fecha más tardía, Tunja I, la exhibe en un
3.98%; y por último Zipaquirá I la colección con fecha temprana, tiene escobillado en un
0.33%. Por lo tanto, se hace evidente que el orden cronológico no coincide con la
disminución o el aumento de las proporciones. Por el contrario, las dos colecciones
tardías son más disímiles entre sí que respecto a la de Zipaquirá I que tiene fecha
temprana.
1. ¿Cuáles son las colecciones más diferentes del resto? ¿Por qué?
Para determinar cuáles son las colecciones recurrentemente más distintas de las
demás, es decir, cuáles frecuentemente tienen porcentajes significativamente mayores
que el resto, se contó cuántas veces una determinada colección es considerada como un
outlier. De esta manera, se pudo distinguir en cuántas ocasiones una muestra es
estadísticamente diferente de las demás. Así se logró establecer que las colecciones de
Pubenza y de Tunja I son las más diferentes del resto ya que en 6 ocasiones (es decir
para 6 características decorativas diferentes), sus porcentajes de aparición son
estadísticamente definidos como datos extremos. La tercera colección más distinta de las
demás es la de Madrid, ya que en 3 ocasiones se separa estadísticamente del resto, y las
siguientes son las dos muestras de Duitama y la de Mosquera I que se distinguen en solo
una ocasión (Figura 6).
Aunque conocer el número de ocasiones en que una muestra es estadísticamente
considerada como distinta es una buena manera para distinguir cuáles son las más
diferentes, en varios casos existen colecciones significativamente alejadas del resto, que
no se definen como datos extremos. Aunque estadísticamente no superan el porcentaje
determinado para ser consideradas como outliers, aún algunas colecciones tienen
proporciones llamativamente grandes en comparación con las demás. Por lo tanto, para
complementar la información sugerida por el conteo de outliers se realizó el siguiente
procedimiento.
En primera instancia se volvieron a analizar los porcentajes promedios de cada
una de las características y se observaron con detenimiento las proporciones de cada una
de las colecciones para las 17 decoraciones. Así, se logró establecer que ninguna
característica aparece en promedio en más del 18% y que 15 de las 17 (el 88.24%), se
encuentran en menos del 4%. Igualmente, el 58.82% de las características no aparecen
en más del 1%, lo que significa que la mayoría tienen proporciones realmente pequeñas.
Además observando con detenimiento cada uno de los gráficos se hace evidente que
aquellas colecciones que se agrupan, tienen porcentajes que no difieren en más del 1%.
Asimismo, aquellas muestras que se ven separadas del resto, sea entre grupos o al final
del gráfico, se distinguen en promedio por más del 1%.
66
características con porcentajes similares con las demás. Por lo tanto, tal como se había
concluido en el conteo de outliers, las colecciones que recurrentemente más se distinguen
del resto son las de Tunja I, Pubenza y Madrid. Es más, estas tres muestras no se
asemejan en más del 39.41% con las demás colecciones. Teniendo en cuenta que en
general todas tienen el 51.55% de características en común, y que 8 de las 11 muestras
comparten el 53.53% de ellas, el hecho de que éstas tres compartan menos del 39.5%
resulta bastante significativo. Por lo tanto, se puede afirmar que fuera de ser Tunja I,
Pubenza y Madrid las muestras más diferentes del resto, también lo son en porcentajes
representativos.
Ya que tienen los menores promedios de semejanza, y que son consideradas
outliers en la mayor cantidad de ocasiones, dichas muestras son las 3 más diferentes. Sin
embargo, aún se desconoce si estas colecciones son similares entre sí, y por eso se
distinguen de las demás. Por lo tanto, a continuación se determinaron cuáles
características en porcentajes similares tienen estas tres colecciones en común, y si en
general pueden identificarse como un grupo separado del resto.
Al analizar la Figura 8, se logró determinar que aunque Tunja I, Pubenza y Madrid
se distinguen significativamente de las otras 8 colecciones, entre sí solo comparten 3
características con porcentajes semejantes, y tienen en común que ninguna exhibe
pintura naranja. En otras palabras, aunque se asemejen entre si por diferir de las demás,
ellas sólo comparten las aplicaciones, el ungulado, y los canales como características
decorativas. Por otra parte, cabe notar que el menor promedio de semejanza registrado
para cualquier colección es de 6 (5.7). Sin embargo, el de las muestras de Tunja I,
Pubenza y Madrid es 4. Por lo tanto, estás tres son mucho más distintas entre sí, que
cualquier otra en relación al resto. En síntesis, aunque existen tres colecciones diferentes
de las demás, entre sí no tienen mucho en común; es más, son más distintas entre ellas
de lo que es cualquier otra muestra en comparación con las demás.
Vale la pena analizar si las colecciones que más se parecen entre sí se relacionan
con algún otro factor. En este sentido, las tres colecciones no provienen de una zona
geográfica particular. Por el contrario, dichas muestras vienen de sitios dispersos por
todo el mapa del Altiplano, estando una en el extremo sur, otra en el medio de las dos, y
la última cerca al extremo norte. Además tampoco se observa que entre más al norte o al
sur se ubique la muestra, ésta tenga un mayor o menor promedio de semejanza. Al
69
contrario, las dos colecciones geográficamente más distantes -Tunja I y Pubenza- tienen
un promedio de semejanza de 6, mientras que Madrid tiene uno de 7.
Para seguir verificando la existencia de alguna relación entre la ubicación
geográfica de las colecciones y su similitud entre sí, se calcularon entonces los promedios
de semejanza entre muestras geográficamente cercanas y lejanas. Estos se compararon
luego entre ellos y en relación al promedio general de semejanza de todas las
colecciones, para evaluar qué tan significativa es o no la diferencia. Como primera medida
se obtuvo el promedio de semejanza de las tres colecciones geográficamente más
distantes: las dos de Duitama y la de Pubenza. Así, se logró determinar que se asemejan
en un 45.09%. Al compararlo con el promedio general de semejanza (que es de 51.55%)
se hace evidente que el primero es escasamente más bajo. Por lo tanto, por ahora parece
que aunque las colecciones más distantes ente sí se asemejan menos de lo que en
promedio se parecen todas las muestras en general, no lo hacen en porcentajes muy
distintos.
Si entre colecciones de sitios lejanos existe poca semejanza, debe verificarse si
sucede lo inverso entre colecciones cercanas. Los promedios de semejanza de las
colecciones de Mosquera y Madrid, que están localizadas bastante cerca unas de las
otras, es de 58.85%, por encima del promedio de semejanza de las colecciones de
Duitama y Pubenza, y del promedio general de semejanza de todas las muestras. Por otro
lado se calculó el promedio de semejanza de otra zona donde se localizan varias
colecciones muy cerca entre sí. Así se obtuvo un promedio de 49.02% para las
colecciones de Tunja y Duitama, cifra que está ligeramente por encima del promedio de
semejanza de Duitama y Pubenza pero por debajo del promedio de general semejanza
de todas las colecciones. Por lo tanto, no parece ser que las muestras más distintas sean
de una zona geográfica particular, ni que sus promedios de semejanza se relacionen con
su ubicación en el mapa. Tanto los sitios lejanos como cercanos entre sí tienen promedios
de semejanza muy similares; los de zonas más cercanas no son significativamente más
altos o más bajos que los de colecciones que provienen de sitios apartados.
No obstante, a pesar de que no existe ninguna relación clara entre la ubicación
geográfica y la similitud o diferencia de las colecciones, vale la pena notar que las dos
muestras más diferentes son también las que cuentan con las fechas más tardías para el
periodo Herrera en el Altiplano. La colección de Pubenza relacionada con una fecha
absoluta de 965 ± 100 d.C. y la de Tunja I con una datación de 690 ± 120 d.C., son
70
además las dos colecciones que recurrentemente se distinguen más del resto. Fuera de
ser las que en mayor cantidad de veces se consideran como outliers, son además las dos
muestras que tienen menores promedios de semejanza.
Si las colecciones más distintas son también las más recientes, entonces, ¿las
muestras tardías difieren significativamente de la temprana? Es decir, ¿las colecciones de
Tunja I y de Pubenza son distintas a la de Zipaquirá I? El promedio de semejanza de
estas tres es de 32.35%, significativamente más bajo que el promedio general de
semejanza de todas las colecciones que es 51.55%. Por lo tanto, la diferencia entre
colecciones antiguas y recientes es lo suficientemente significativa como para sugerir que
la distinción entre estas muestras se relaciona con la cronología. Además, aunque las dos
colecciones tardías no se parecen mucho entre sí (con un promedio de semejanza de
23.53%), se asemejan por contar con las dataciones más recientes. Puede ser entonces
que dichas colecciones difieran del resto no por tener combinaciones de características
distintas a las de las demás, o por exhibirlas en porcentajes diferentes, sino por contar
con algunas exclusivamente tardías, lo cual se verificará más adelante.
hachurado y el canal. Como se hace evidente entonces, las dos colecciones de Zipaquirá
se asemejan más entre sí por no presentar una serie de características, que por tenerlas
presentes como decoraciones.
Aún más similares que las dos colecciones anteriores son las muestras de
Duitama que tienen un promedio de semejanza del 70.59%, es decir que comparten 12 de
las 17 decoraciones en porcentajes similares. Al igual que las muestras de Zipaquirá, las
de Duitama también comparten el hecho de no exhibir varias características, y por eso
son tan semejantes. Por ejemplo, las colecciones de Duitama tienen en porcentajes muy
cercanos al 0% a la pintura negra, la pintura blanca, la pintura rosada, la pintura naranja,
el baño/engobe, el perforado, el hachurado y la protuberancia modelada. En cambio,
exhiben impresiones, pintura roja, muescas y punteado.
Por último se encuentran las dos colecciones que menor variabilidad intrasitio
exhiben. Precisamente estas son las dos muestras de Mosquera que se asemejan entre si
en un 88.24% (este es su promedio de semejanza). Dichas colecciones comparten 15 de
las 17 decoraciones en proporciones similares. Asimismo, tienen en común que presentan
cerca del 0% al punteado, al escobillado, a las aplicaciones, al ungulado, a la
protuberancia modelada, al perforado, al hachurado, a la pintura blanca, a la pintura
rosada y a la pintura naranja. En cambio, exhiben impresiones, muescas, canales, incisión
y pintura roja.
Se hace evidente entonces que las diferencias intrasitio son bastante variables
también. Las colecciones de Tunja las más disímiles entre sí, son tan diferentes una de la
otra que incluso se asemejan menos entre ellas de lo que en promedio lo hace cualquier
otra colección en relación al resto. Es decir, que éstas dos se parecen entre si tan sólo en
un 29.4%, mientras que el promedio general de semejanza para todas las muestras es de
51.55%. En cambio, las colecciones de Zipaquirá, Duitama y especialmente las de
Mosquera son bastante similares entre sí; todas se parecen más de lo que en promedio
se asemejan todas las colecciones entre ellas. Todas estas muestras tienen promedios de
semejanza que superan el 51.55%, mostrando que aunque difieran en proporciones
distintas, éstas son significativamente similares.
Vale la pena anotar que reconocer la variabilidad existente entre colecciones que
provienen de un mismo sitio trae importantes implicaciones para las conclusiones del
presente trabajo. Se plantea la necesidad de reflexionar acerca de la naturaleza misma de
las colecciones y de la forma como fueron obtenidas. Aunque en páginas anteriores se
72
hace referencia a por qué se seleccionaron las muestras que esta investigación utiliza,
aún gran parte de las diferencias entre colecciones de un mismo lugar pueden deberse a
la calidad misma de las muestras. Desde luego, las divergencias pueden ser el resultado
de diferencias cronológicas. A pesar de que las colecciones de un mismo lugar provienen
de sitios muy cercanos, es posible que hayan sido depositadas en momentos diferentes.
No obstante, las divergencias entre muestras de un mismo sitio pueden deberse también
a que realmente existieron diferencias entre colecciones de un mismo sitio. Puede ser que
durante el mismo periodo de tiempo, diferentes grupos (o incluso uno solo) hubiesen
fabricado y depositado artefactos cerámicos distintos, y por ende se encuentren
colecciones con características disímiles entre sí. Así, vale la pena analizar la variabilidad
existente entre colecciones de un sitio, reconociendo que puede ser resultado de su
calidad, su organización, su cronología o su relación con el grupo (o los grupos) que allí la
depositaron.
3. ¿Cuáles son las colecciones más similares entre sí? ¿Por qué?
En esta parte del trabajo se pretende identificar cuáles son las colecciones más
similares. Para responder esta pregunta se comenzó por identificar aquellas muestras que
más se parecen a otras, es decir las que tienen mayor número de características en
porcentajes similares en común. Se determinó que las colecciones que se asemejan más
entre sí, son las que lo hacen en más del 70%. Ya que el promedio general de semejanza
para todas las colecciones es de 51.55% se consideró que sólo aquellas muestras que
estuviesen significativamente por encima de este valor deben considerarse como
semejantes. De esta manera se logró establecer que las colecciones que más se parecen
entre sí son las dos de Mosquera. Mosquera I y Mosquera II se asemejan en un 88.24%,
es decir que comparten 15 de las 17 decoraciones en porcentajes similares. El segundo
bloque de colecciones más parecidas entre sí son todas aquellas que se asemejan en un
82.35%, es decir las que comparten proporciones semejantes de 14 de las 17
características. Estas son: Iza y Tunja II, y las de Mosquera II y Zipaquirá II.
El siguiente conjunto de colecciones más parecidas son las que se asemejan en
un 76.47%, o las que comparten porcentajes parecidos de 13 de las 17 características.
Estas son Mosquera I e Iza, Mosquera I y Zipaquirá II, y, Mosquera I y Duitama I. Por
73
último las colecciones que más se asemejan entre sí son las que se parecen en un
70.58%, es decir las que comparten 12 de las 17 características en porcentajes similares.
Estas son las de Mosquera II y Tunja II, Mosquera I y Tunja II, Duitama I e Iza, Duitama II
y Zipaquirá I, Duitama II y Duitama I y por último Zipaquirá I y Duitama II.
Es evidente que no existe ninguna correlación entre la geografía y las colecciones
que se asemejan más entre si. Es cierto que las dos colecciones de Mosquera son las
más parecidas, pero la de Madrid que se encuentra muy cerca de ellas es la tercera
muestra más distinta del resto. Además, colecciones que se encuentran muy distantes
entre si son tan similares como aquellas que están muy cerca, como es el caso entre
Mosquera II y Tunja II, y Duitama I e Iza, todas con el 70.59% de semejanza. No parecen
existir regiones donde se encuentren porcentajes de semejanza parecidos, ni relación
geográfica alguna entre aquellas colecciones que se asimilan más. Por lo tanto, aunque
es posible conocer cuáles son las muestras más semejantes con respecto al resto, no se
puede establecer ninguna relación entre ellas. Igualmente, resulta imposible establecer
una relación entre las colecciones semejantes y sus fechas radiocarbónicas asociadas.
Las muestras más similares no son las que cuentan con fechas parecidas, ni las más
distintas las que tengan dataciones distantes. Por el contrario, no parece existir ninguna
relación evidente entre la cronología y la similitud de las colecciones.
4. ¿Cuáles son las características más y menos frecuentes? ¿Cuáles sitios tienen
mayores proporciones de decoración?
un 3.42%. A excepción de estás características, ninguna otra aparece en más del 3%,
cifra que resulta bastante pequeña. En general todas se registran en cantidades menores,
e incluso 10 de las 17 características aparecen en menos del 1%.
Así, la quinta decoración más frecuente es el canal con un 2.27%, la sexta el
ungulado con 1.48% y la séptima el baño/engobe con el 1.02%. Luego le siguen las
aplicaciones (0.60%), la protuberancia modelada (0.36%), el escobillado (0.33%) y la
pintura negra (0.30%). Aún más infrecuentes son el punteado con un 0.23%, el hachurado
con un 0.22% y el perforado con un 0.03%. Las menos comunes de todas las
características son las pinturas blanca, rosada y naranja cuyo porcentaje es de 0%, y sólo
se registran en una colección. Por lo tanto se puede observar que aunque hay tres tipos
de pintura infrecuentes; la pintura roja es bastante común, y en relación a las demás,
tiene un porcentaje significativo. De hecho la incisión es la característica más frecuente
para todas las colecciones Herrera analizadas. Cabe resaltar también que las impresiones
tienen un porcentaje elevado respecto a los demás al igual que las muescas.
En síntesis se puede concluir que las decoraciones Herrera se caracterizan por
tener frecuencias de aparición bastante bajas. Incluso la incisión que es la más frecuente
no aparece en más de un 20%, y como ya se había mencionado, más de la mitad de
todas las características no se registran en más de un 1%. En efecto la incisión es lo más
común para el periodo Herrera, pero no todas las pinturas son las menos frecuentes
(dada la excepción de la pintura roja). No obstante, las pinturas negra, naranja, rosada y
blanca sí son las decoraciones más escasas, aunque no muy lejos del perforado, el
hachurado y el punteado. Cabe añadir que las características infrecuentes no solo lo son
porque aparezcan en proporciones bajas en todas las colecciones. Por el contrario,
muchas de ellas como el perforado, el punteado y el hachurado se registran concentradas
en proporciones significativas en una o dos colecciones. Sin embargo, sus bajos
promedios reflejan que no son características comunes en general para las muestras del
periodo Herrera.
A continuación entonces se decidió analizar cuál es el porcentaje de pintura frente
al de incisión para cada colección (Figura 18). Vale la pena aclarar que al comparar estas
decoraciones, bajo el nombre de incisión se agrupó también el hachurado, los canales y el
escobillado ya que son decoraciones elaboradas con la misma técnica. Igualmente, en la
característica de pintura se agruparon todos los colores que se presentan en las
colecciones es decir el rojo, el negro, el rosado, el naranja y el blanco. En todas las
75
muestras, excepto en Madrid, existe una mayor cantidad de incisión que de pintura
(Figura 40). De nuevo entonces se concluye que la incisión es más frecuente que la
pintura para la gran mayoría de colecciones Herrera, tal como aseguraban los promedios
de cada una de las características individuales.
Además, se observa que entre más al norte se ubican las colecciones, la
proporción de pintura sobre incisión tiende a ser más baja (Figura 41). Es decir, que entre
más al norte están las muestras, éstas presentan más incisión. Por ejemplo, cuatro de las
cinco colecciones de Boyacá -es decir, Tunja II, Duitama I, Duitama II e Iza-, no superan
el 31% de proporción de pintura frente a inciso. En cambio, las siete muestras restantes
están todas por encima del 36%. Así, dejando a un lado a la colección de Madrid, la
gráfica parece dividirse en dos secciones con proporciones de pintura frente a incisión
diferentes. El primer grupo que con la excepción de Tunja I incluye las colecciones más al
sur – Pubenza, Mosquera I, Mosquera II, Zipaquirá I, Zipaquirá II tiene un promedio de
66% de pintura/incisión. En contraste, el segundo grupo, el de las colecciones ubicadas
en el norte - Tunja II, Duitama I, Duitama II e Iza- tiene un promedio de 15% de pintura/
incisión. Se comprueba entonces, que en las colecciones del norte hay menos pintura y
más incisión que en las colecciones del sur donde sucede lo contrario.
Sin embargo, a pesar de que parece existir una correlación general entre las
proporciones de pintura/inciso y el norte o sur, los porcentajes individuales de cada una
de las muestras no parecen coincidir tan claramente con la relación. Así por ejemplo, las
colecciones de Pubenza y de Iza tienen promedios muy cercanos (36% y 31%
respectivamente) a pesar de que son las muestras que se ubican en los dos extremos
más separados del mapa del Altiplano. Igualmente, las colecciones de Mosquera II,
Zipaquirá II, Zipaquirá I y Tunja I bastante dispersas entre sí tienen promedios bastante
similares entre el 54% y el 58% de pintura/incisión. Inclusive muestras de sitios muy
cercanos entre si son muy diferentes como ocurre entre la colección de Madrid y las dos
de Mosquera.
Por otro lado, la relación entre la cronología y la proporción de pintura/incisión de
las colecciones también resultó ser poco clara. Así, por ejemplo, la muestra con la fecha
más tardía, la de Pubenza, tiene una proporción de pintura/incisión de 36%. La segunda
colección con la fecha más reciente es Tunja I y la tiene un 58%. En contraste a lo que se
esperaría si existiera alguna relación con la cronología, la muestra con datación temprana,
la de Zipaquirá I, tiene una proporción de 54%. Por lo tanto, se hace evidente que la
76
colección más temprana se parece más a una de las tardías (Zipaquirá I a Tunja I), que lo
que se asemejan las tardías entre sí. De esta manera no se encuentra ninguna
correlación entre dataciones tempranas o tardías con un porcentaje similar de
pintura/incisión.
Ahora bien, viendo que las proporciones de pintura/incisión tenían pocas
relaciones claras con la cronología y la ubicación geográfica de las muestras, se decidió
analizar cuál es la proporción de fragmentos decorados frente al total de fragmentos
estudiados para cada colección. Así se podría ver si ciertas regiones geográficas tienen
mayores proporciones de decoración que otras, o si por el contrario no existe correlación
alguna entre la ubicación de la colección y el porcentaje de decoración que presenta.
Además se podría verificar si las muestras con dataciones recientes son más o menos
decoradas que las tardías, o si por el contrario tienen porcentajes muy similares entre sí.
En las Figuras 42 y 43, se detalla la proporción de decorado frente al total de
fragmentos para cada colección. Antes de comenzar a estudiarlas vale la pena aclarar
que el análisis de este aspecto está influenciado más que cualquier otro por la naturaleza
misma de las muestras que se utilizaron. Por ejemplo las colecciones de Pubenza y Tunja
I fueron ambas tomadas de las publicaciones donde aparecían fotografiados o dibujados
los fragmentos. Como es obvio, tanto en el libro de Cardale (1976) como el de Castillo
(1984) la gran mayoría de los tiestos que aparecen, tienen decoración. Por lo tanto dichas
colecciones tienen porcentajes muy elevados de fragmentos decorados que no se deben
tomar como estadísticamente representativos. Ya que las muestras fueron manipuladas
con anterioridad, con en claro propósito de incluir más fragmentos decorados que no
decorados, éstas no reflejan el universo de donde fueron seleccionadas de forma
significativa.
Esto mismo ocurre con la muestra de Madrid, que aunque fue observada
directamente y no en un libro, fue previamente seleccionada por los investigadores que la
obtuvieron, antes de ser estudiada para el presente trabajo. Así, la colección que se
analizó está compuesta en su gran mayoría por fragmentos decorados, aunque se sabe
que existen algunos sin decoración en el resto de la colección. Por lo tanto, al igual que
con las muestras de Pubenza y Tunja I, debe tenerse en mente que estas proporciones
de decorado frente al total de fragmentos no reflejan la realidad de la colección previa a
su organización. Por lo tanto, para hacer de la comparación un esfuerzo válido los
porcentajes de éstas tres colecciones fueron dejados de lado, y se trabajó con los
77
restantes 8. Las cifras obtenidas de dichas colecciones no pueden ser tomadas como
significativas, y por lo tanto no resulta válido utilizarlas en la comparación con las demás.
No obstante, las muestras de Mosquera I y Zipaquirá I también provienen de
colecciones de referencia organizadas previamente de acuerdo con los criterios de
quienes las obtuvieron. Sin embargo, pese a que están organizadas por los tipos
cerámicos definidos por el investigador que las recolectó, ambas tienen abundantes
fragmentos decorados y no decorados, y no se limitan a incluir solo los tiestos que tienen
decoración. Además, al menos en el caso de Mosquera, las proporciones obtenidas en
ambas muestras son muy similares, lo que indica que sin importar la organización de una
de las colecciones, el resultado es casi idéntico.
Por lo tanto, exceptuando a las colecciones de Pubenza, Tunja I y Madrid, se pudo
determinar que la colección con la más alta proporción de fragmentos decorados es
Zipaquirá I (Figuras 42 y 43). Asimismo, la muestra con menor porcentaje es Iza. De las 8
colecciones hay 6 que tienen porcentajes de decoración total por debajo del 20%. Es
decir, la gran mayoría de colecciones tienen muy poca decoración. Se puede observar
también que no existe una relación clara entre la proporción de decoración de la muestra
con su ubicación geográfica. Por el contrario, las colecciones localizadas más al sur y las
más al norte tienen porcentajes virtualmente idénticos; por ejemplo, Mosquera I, Tunja II y
Duitama I tienen porcentajes muy similares (14%, 11% y 12% respectivamente).
Por otro lado, resulta difícil establecer una relación clara con la cronología. Dado
que las colecciones de Pubenza y especialmente la de Tunja I no pueden tomarse como
estadísticamente representativas, resulta imposible hacer una comparación válida con las
otras colecciones. Por lo tanto aunque la muestra con la proporción de decoración más
alta es la de Zipaquirá I, y es también la que tiene la fecha más temprana, no es
razonable contrastarla con las colecciones tardías. Por lo tanto, no se puede establecer
relación alguna entre la proporción de decoración de la colección con su cronología.
78
En síntesis, se conoce que aunque hay tres colecciones que se distinguen del
resto, éstas no se asemejan mucho entre sí. Se sabe además cuáles características en
proporciones similares tienen en común, y cuáles ninguna comparte. Se conocen cuáles
son las colecciones que se asemejan más entre sí y en qué porcentajes, y cuáles son las
muestras de un mismo sitio que más difieren. Se tiene además la información acerca de
los diseños más y menos frecuentes en general. Sin embargo, en el análisis de las
características decorativas no sólo resulta interesente saber cuáles diseños aparecen y
cuales no, o en donde se registra cada uno (Tilley, 1991). De igual forma, es importante
analizar las relaciones que se establecen entre las mismas características. Es decir, que
también vale la pena reconocer si hay algunas de ellas que recurrentemente aparecen
con otras o si algunas siempre están solas. Ya que el significado de la decoración no se
deriva sólo de aquellos diseños que se exhiben o no, sino también de la relación entre
ellos, tanto un factor como el otro deben ser tomados en consideración.
Así, a diferencia de los primeros análisis, en las Figuras 44-54 se muestra por hoja
una sola colección, donde se presenta la dispersión de las proporciones de cada una de
las 17 decoraciones. En cada gráfica se puede determinar para una muestra cuál es la
decoración que más aparece, la que menos se registra, y cuáles grupos de características
se forman por tener proporciones de aparición semejantes. Así por ejemplo, en el caso de
Tunja I, se observa que la característica más frecuente es la incisión seguida por la
pintura roja, luego el punteado y por último las impresiones en una proporción muy similar.
Además se hace evidente que la incisión está muy separada de las demás características,
con un porcentaje de 41.79%. Igualmente, las impresiones y el punteado forman un grupo
separado de los demás, al tener porcentajes bastante cercanos (20.39% y 20.89%
respectivamente), muy por encima del resto de las características que no superan el 7%
de aparición.
Sin embargo, a diferencia de lo que se realizó en el primer análisis, en esta
ocasión no se presenta en detalle un resumen de cada una de las gráficas. Ya que la
información respecto a los porcentajes de las características para cada colección se
encuentra en la Figura 4-en la misma que sirvió de base para organizar el primer grupo de
gráficas- se consideró redundante volver a detallar todo lo allí planteado. Además, en el
79
mismo análisis de las primeras 17 gráficas se discuten cuáles son las características más
y menos frecuentes para cada colección. Por lo tanto, a continuación sólo se presentan
los resultados comparativos de los 11 análisis que por colección muestran la dispersión
de todas las características.
Como primera medida, la comparación entre los gráficos de las colecciones
pretende establecer grupos de características que recurrentemente se asocian o
distinguen en todas las muestras. Así, se puede determinar cuáles de ellas aparecen
frecuentemente asociadas y cuáles no. Se analizaron de nuevo los porcentajes promedio
de cada una de las características y su distribución en las gráficas. Se logró determinar
que ninguna aparece en promedio en más del 18% y que 15 de las 17, aparecen en
menos del 4%. Asimismo, el 58.82% de las características no se registran en más del 1%,
lo que quiere decir que la mayoría tienen proporciones bajas. Además observando con
detenimiento cada una de las gráficas, se hace evidente que las características que se
agrupan (es decir las que se encuentran significativamente asociadas), tienen porcentajes
que no difieren en más del 1%. Igualmente, aquellas características que parecen alejadas
de las demás, se distinguen en promedio por más del 1%.
Por lo tanto, teniendo en cuenta que la mayoría de las características aparece en
proporciones muy bajas, que incluso más de la mitad no supera el 1%, y que las
características que se agrupan en las gráficas no se distinguen por mas de un punto
porcentual, se definió que existe un grupo de decoraciones significativamente delimitado
si sus porcentajes no difieren en más de un 1%. En otras palabras, se estableció que dos
(o más) características hacen parte de un mismo grupo si sus porcentajes de aparición se
diferencian en un rango de 0 a 1%. Por ejemplo, en la gráfica de Madrid se determinó que
la pintura roja (con un 56.89%) forma un grupo independiente. Luego le siguen las
muescas y las incisiones que forman un solo grupo al tener porcentajes que difieren en
menos del 1% entre sí (26.95% y 26.35% respectivamente). Después siguen las
impresiones con un 13.77% que no comparte grupo con ninguna característica. Se
considera entonces que el rango de 0 a 1% es lo suficientemente pequeño como para dar
cuenta de las agrupaciones que se forman en gráficas donde sólo hay porcentajes
menores, pero lo suficientemente amplio como para no hacer de cada decoración un
grupo particular.
Seguidamente, se definieron todos los grupos de características que se forman en
cada colección (Figura 11). Es decir, se establecieron todos los conjuntos de
80
A partir de las tablas 10, 11 y 12 se logró determinar que la pintura naranja, las
impresiones, la pintura rosada, la pintura negra y la pintura blanca son las decoraciones
con los menores promedios de similitud -con valores de 0.3, 1.2, 1.2, 1.6 y 1.9
respectivamente-. Esto quiere decir, que son las características que en promedio
aparecen acompañadas por otras en menos ocasiones. De esta manera, si se encuentra
pintura naranja lo más común es que sea sola, y si se registran impresiones o pintura
rosada, por lo general lo harán en compañía de una sola característica más. Además, si
se encuentra pintura negra o pintura blanca, es de esperarse que aparezcan en compañía
de otras dos. Por el contrario, todas las demás características, es decir las restantes 12,
se encuentran acompañadas por otros tres o cuatro diseños. Vale la pena resaltar que en
promedio ninguna característica aparece con más de cuatro de ellas, lo que significa que
más de la mitad (el 52.94%) se encuentran en grupos de cuatro. Eso mismo puede
observarse con el promedio general de similitud de 2.69, que muestra que en general
todas las características se presentan con otras tres en cualquier colección.
En síntesis, se puede asegurar que la pintura naranja es una decoración que
tiende a aparecer sola, la única de las 17 registradas. Además 2 de las 17, es decir un
11.76%, aparece siempre en compañía de una característica más, o de otras dos.
Asimismo el 27.27% se registra en grupos de a 5 (es decir 1 característica en compañía
de otras 4), mientras que el restante 52.94% aparece en conjuntos de 4.
dos características están asociadas, lo que las hace ser la pareja que recurrentemente
más se asemeja entre sí. Fuera de estas dos, las muescas y el punteado, el escobillado y
el punteado, y la pintura roja y el ungulado, son los tres conjuntos que más se repiten;
todos en un 81.82% de las ocasiones. El hachurado y el punteado aparecen en
porcentajes similares en 8 de las 11 colecciones, es decir en un 72.77%, mientras que 8
parejas más lo hacen en 7 de las 11 muestras, o en un 63.64%. Dichas parejas son: el
canal y el engobe, el hachurado y las aplicaciones, el baño/engobe y la incisión, el
escobillado y el hachurado, las muescas y el hachurado, las muescas y la pintura roja, el
escobillado y la pintura roja, y por último, el punteado y la pintura roja. Aún teniendo
porcentajes similares en más del 50%, se encuentran el ungulado y las muescas, el
ungulado y el escobillado, la incisión y el canal, y el hachurado y el canal. El resto de las
características no aparecen en más de 5 colecciones con porcentajes similares.
Por lo tanto, se puede observar que el escobillado y el punteado teniendo
promedios de aparición pequeños, son las decoraciones que se encuentran en la mayoría
de las muestras. Es más, las muescas, el escobillado y el punteado forman el conjunto de
características que se encuentran más veces asociadas en porcentajes similares. Es
decir, son las que están en un mayor número de ocasiones con otras, pero no
necesariamente las que más aparecen en las muestras. No obstante, vale la pena resaltar
que las muescas aparecen en porcentajes altos y en la gran mayoría de las colecciones.
Ésta es la única característica que fuera de tener un promedio de aparición relativamente
alto (el tercero más elevado), es también una de las tres características más
frecuentemente registradas en general.
entonces, se buscó determinar si las muestras del sur tienen similitudes decorativas
exclusivas para esta zona.
Por lo tanto, a partir de la Figura 9 se logró determinar que las colecciones del sur
presentan en porcentajes similares a las aplicaciones, el perforado, la pintura naranja y el
escobillado. Vale la pena aclarar que de las 4 características la única que todos exhiben
son las aplicaciones. Así, ninguna de las 4 colecciones del sur presenta el perforado, la
pintura naranja ni el escobillado como característica decorativa. Teniendo estos
porcentajes en común, se procedió a analizar si alguno de éstos es exclusivo del sur. Es
decir, si las aplicaciones sólo se registran en estas cuatro colecciones, o si el perforado, la
pintura naranja y el escobillado están ausentes únicamente en estas cuatro muestras.
Como primera medida se logró establecer que aunque las aplicaciones aparecen en
porcentajes similares en todas las colecciones del sur, ésta no es una característica
exclusiva de esta región. Por el contrario, las muestras de Zipaquirá I, las dos de Tunja y
las dos de Duitama también presentan aplicaciones. Igualmente, el hecho de no exhibir
perforado, tampoco es un atributo exclusivo del sur. Muestras tales como las dos de
Zipaquirá y las dos de Duitama tampoco lo tienen a pesar de que se localizan en el centro
y el norte del mapa del Altiplano. Asimismo, no es exclusivo de esta región no presentar
pintura naranja ni escobillado. Las dos colecciones de Zipaquirá y la de Duitama I
tampoco exhiben dichas decoraciones. Así pues, se determinó que aunque las
colecciones del sur presentan diseños en porcentajes similares (es decir tienen atributos
en común), no es exclusivo de esta zona que presenten o no algunos de ellos.
No obstante, aparte de las aplicaciones -que es la única característica que comparten
todas las colecciones del sur en un porcentaje similar- podían existir diseños exclusivos
para esta zona que se presentaran en proporciones diferentes. Por lo tanto, se analizó en
detalle la matriz general de todos los fragmentos (la base de datos común) en búsqueda
de características decorativas particulares que sólo aparecieran en las colecciones del
sur. Debe recordarse que dicha matriz muestra para cada uno de los 1784 fragmentos
qué diseños decorativos presenta entre los 77 posibles. Con el ánimo de definir diseños
específicos para cada zona geográfica, se analizó cada una de las 77 características para
ver si alguna aparecía de manera exclusiva en alguna región.
De esta manera se logró determinar que existen 18 características exclusivas de la
zona sur (Figura 14). Son 18 diseños que aparecen en las diferentes colecciones de esta
zona, y que no se presentan en ninguna otra colección. Éstos son: el baño blanco, el
84
círculo u óvalo inciso, el baño naranja, las líneas verticales de pintura negra, el engobe
café, la aplicación de figura no geométrica, las líneas incisas formando patrón en
“ladrillos”, la pintura roja en pequeños puntos o manchas irregulares, la banda vertical de
pintura naranja, la banda horizontal de pintura negra en el labio, los triángulos rellenos de
pintura negra, los puntos rellenos de pintura negra, el hachurado en pintura negra, el
círculo de pintura blanca, las líneas de pintura blanca, las líneas de pintura rosada, la
líneas diagonales de pintura negra y la pintura negra en grandes porciones o en todo el
fragmento.
Se puede observar que el sur concentra todos los posible diseños de las pinturas
negra, blanca, rosada y naranja, al igual que la mayoría de los baños o engobes que
existen en todas las colecciones. Así se puede afirmar, que dichas características son
típicas del sur, registradas sólo en las muestras que provienen de esta zona geográfica
particular. Por el contrario, la región sur sólo tiene dos tipos de incisión exclusivas (a
pesar de que el conjunto de la incisión es el que más diseños tiene), y sólo una aplicación
de forma única. Además vale la pena resaltar que a pesar de acaparar todos los diseños
en las pinturas, sólo presenta de manera exclusiva uno de pintura roja.
Vale la pena añadir que aunque dichos 18 diseños se registran únicamente en el sur,
ninguno de ellos aparece en todas las colecciones de la región. Así aunque como zona
las muestras tienen algunas características en común, ninguna de ellas aparece en todas
las colecciones. Por lo tanto, se debe afirmar que no existe una característica exclusiva
común para toda la región, a pesar de que sí se registren algunas únicas para
determinadas muestras (Figuras 55-58). La decoración que más aparece en las
colecciones de esta zona sólo lo hace en dos de las cuatro muestras, ninguna se registra
en más.
Así, por ejemplo, la colección de Mosquera II es la única que presenta pintura negra
en grandes porciones o por todo el fragmento. Asimismo, la muestra de Mosquera I
exhibe de manera exclusiva a la incisión formando un patrón “en ladrillos”, a la pintura roja
en pequeños puntos o manchas irregulares y la banda vertical de pintura naranja.
Haciendo un ejercicio similar, se quiso determinar si las colecciones del norte tienen
algo en común o si presentan o no de manera exclusiva alguna característica. Se logró
85
establecer que todas las muestras del norte tienen en porcentajes similares a la pintura
negra, la pintura blanca, la pintura naranja y la pintura rosada. Vale la pena aclarar que
todas estas muestras comparten el hecho de que ninguna tiene dichas características, es
decir que la presentan en un 0%. Así pues, al no tener ningún diseño en común, se puede
concluir que tampoco tienen ninguna característica en porcentajes similares de manera
exclusiva. Sin embargo lo contrario puede ser verdadero; es decir, que las cinco
colecciones del norte sean las únicas que no presentan estas características. No
obstante, tampoco resultó ser exclusivo de las colecciones del norte tenerlas ausentes.
Por el contrario, la muestra de Zipaquirá I y la de Madrid tampoco tienen pintura negra; y
las dos colecciones de Zipaquirá, las dos de Mosquera y la de Madrid no presentan
pintura blanca. Igualmente, las dos colecciones de Zipaquirá y la de Madrid, entre otras,
no exhiben ni pintura naranja ni pintura rosada.
Sin embargo, aunque se registran en proporciones diferentes, las muestras del
norte tienen 7 diseños exclusivos que no aparecen en ninguna otra colección (Figura 15).
Éstos son: las aplicaciones en cordón trenzado, la impresión de triángulos en líneas
diagonales, la impresión de cuadrados o rectángulos, el punteado fino en líneas
horizontales paralelas, el ungulado en patrón de espina de pescado, el cuadrado de
pintura roja y el perforado.
Contrario a lo que sucede en la zona sur, en la del norte no hay un conjunto de
características similares exclusivas. No es posible afirmar que el norte concentre la
mayoría del punteado, del ungulado o de cualquier otra característica, ya que sólo
presenta de manera exclusiva uno o dos diseños de un mismo conjunto. En contraste con
el sur, en este caso sólo hay un diseño de aplicación, uno de punteado, uno de ungulado,
uno de pintura roja y uno de perforado, presentes de manera única. El conjunto que más
diseños tiene es el de las impresiones aunque sólo son dos. Así, los diseños exclusivos
son bastante variados y muy diferentes entre sí.
Cabe anotar además que a pesar de que dichos 7 diseños aparecen únicamente
en el norte, ninguno de ellos se registra en todas las muestras de la región. Así, aunque
como zona las colecciones tienen algunas características en común, ninguna de ellas se
registra en todas las muestras. Por lo tanto, se debe afirmar que no existe una
característica exclusiva común para toda la zona norte, a pesar de que sí haya algunas
únicas para determinadas colecciones (Figuras 59-61). La decoración que más aparece
en las muestras de esta región sólo lo hace en cuatro de las cinco colecciones, ninguna
86
se registra en más. Así, por ejemplo, la muestra de Tunja I es la única que presenta
impresión triangular diagonal, y ungulado en espina de pescado. Asimismo, las dos
colecciones de Duitama presentan de manera exclusiva a la aplicación en cordón
trenzado, y las dos de Tunja el cuadrado pintado en rojo.
Por último, haciendo el mismo ejercicio realizado con anterioridad, se logró determinar
que en las colecciones alejadas del sur y del norte existe un solo diseño exclusivo. Así las
muestras de Zipaquirá I y Zipaquirá II tienen en común de manera exclusiva a la
impresión digital (Figuras 16 y 62). Esta es una suave impresión realizada con el pulgar
por lo general cerca del borde de la vasija, que de acuerdo con Cardale (1981) se
relaciona con el proceso de fabricación de la sal. Es un diseño que sólo se encuentra en
esta zona, y que ambas muestras comparten.
Tal como se hizo con las muestras del norte y del sur, se quiso averiguar además si
existen semejanzas entre colecciones con dataciones similares. Ya que la única fecha
temprana que se tiene es la de Zipaquirá I, resulta imposible establecer si tiene algo en
común con alguna otra colección. Por lo tanto, solo se puede señalar que dicha muestra
presenta todas las características excepto el baño/engobe, la pintura negra, el perforado y
las pinturas blanca, naranja y rosada. Además, sólo se puede afirmar que no exhibe
ninguna característica exclusiva. Todas las que presenta se encuentran en alguna otra
muestra.
definir una característica exclusiva común para las colecciones tardías. Sólo se pueden
definir aquellas que aparecen únicamente en alguna de éstas muestras, pero no una en
general. Así pues se observa que Pubenza es la única que exhibe pintura negra en el
labio, triángulos rellenos de pintura negra, puntos rellenos de pintura negra, hachurado en
pintura negra, círculo de pintura blanca, líneas de pintura blanca y pintura rosada en
bandas. Asimismo, la muestra de Tunja I presenta de manera exclusiva a la impresión
triangular diagonal y al ungulado en espina de pescado (Figuras 58 y 60).
Por lo tanto, no existen características exclusivas comunes para todo el sur, el norte,
la colección temprana o las tardías. Aunque se registran algunos diseños exclusivos en
varias colecciones, ninguno de ellos es compartido por las demás muestras con atributos
similares. Así, el máximo nivel de detalle que se puede obtener se limita a definir los
diseños particulares exclusivos de algunas colecciones, y las características en común de
ciertos conjuntos de muestras.
Se logró establecer que las colecciones de Tunja I, Pubenza y Madrid, son las que
más se distinguen del resto, ya que no comparten más de 7 características en porcentajes
similares con las demás. Es decir, que estas tres muestras se asemejan poco a las otras
colecciones porque presentan porcentajes de decoración significativamente diferentes.
Sin embargo, a pesar de que estas tres se distinguen mucho de las otras colecciones, se
parecen muy poco entre sí. Incluso se logró determinar que las muestras de Tunja I,
Pubenza y Madrid se asemejan menos entre ellas, de lo que lo hace cualquier otra
colección en relación al resto. En realidad, estas colecciones sólo presentan en
porcentajes similares a las aplicaciones, al ungulado y los canales, y se asemejan porque
ninguna cuenta con pintura naranja. Además, no existe un solo diseño común que estas
tres muestras exhiban de manera exclusiva.
Vale la pena resaltar que dichas colecciones a pesar de ser las más diferentes, no
se localizan en una misma región. Por el contrario, las muestras de Tunja I, Madrid y
Pubenza se localizan muy lejos una de la otra, y muy dispersas en relación al mapa del
Altiplano Cundiboyacense. No obstante, las dos muestras más distintas son también las
dos que cuentan con fechas más tardías (Tunja I y Pubenza). Por lo tanto, aunque no
parece existir alguna correlación con la ubicación espacial, las diferencias temporales
pueden plantearse como una explicación alternativa. Además, se logró determinar que
fuera de que las dos colecciones más tardías son también las más distintas, a la vez,
éstas se distinguen notoriamente de la muestra que tiene una fecha temprana. Así, las
colecciones con fechas recientes contrastan significativamente con la de Zipaquirá I, lo
que de nuevo plantea la posibilidad de explicar las divergencias decorativas en razón del
tiempo y no sólo del espacio.
Por otro lado, se logró determinar que no existe ninguna relación clara entre
semejanza decorativa y cercanía de los lugares donde se obtuvieron las colecciones. En
efecto, la distancia no se relaciona con las frecuencias de los motivos registrados: zonas
geográficas muy apartadas entre sí tienen porcentajes tan similares como los de aquellas
que se encuentran cerca. Al menos a partir de los porcentajes de aparición de los diseños
decorativos, no se puede concluir que entre más lejos estén dos sitios menos se parezcan
y viceversa. Es más, el análisis de la variabilidad intrasitio pone de manifiesto la gran
diferencia existente entre colecciones muy cercanas entre sí. Tal como lo demuestra el
análisis de las colecciones de Tunja y Zipaquirá, incluso muestras obtenidas en el mismo
sitio tienen porcentajes de decoración muy diferentes.
90
fragmentos no sirve para identificar territorios geográficos discretos que se relacionen con
rasgos decorativos específicos. Asimismo, tampoco se encuentra ninguna relación entre
la cronología y la proporción de fragmentos decorados frente al total. La muestra con
fecha más temprana es la que tiene la proporción más alta, pero dadas las condiciones de
las colecciones con fechas tardías no es posible compararlas. Por lo tanto resulta
imposible establecer alguna relación.
Por otra parte, en todas las colecciones la característica decorativa más común es
la incisión. Tal como se asegura recurrentemente en la bibliografía, en efecto los diseños
más frecuentes son los incisos, mientras que los elaborados con pintura (a excepción de
la roja) son los menos registrados. Asimismo, las impresiones y las muescas son
características frecuentemente encontradas, y la pintura blanca, la pintura naranja y la
pintura rosada las características menos presentes. En general, las frecuencias de
aparición de motivos decorativos son bastante bajas. A pesar de la gran variedad
encontrada (77 diseños en total), todos estos se registran en proporciones moderadas. A
excepción de la incisión y la pintura roja, que son las características con porcentajes de
aparición más altos, todos los demás diseños son relativamente poco frecuentes. Sin
contar estas dos características, sólo en tres ocasiones los porcentajes superan el 20%.
Ningún diseño aparece en promedio en más del 18% y el 88.24% de ellos se encuentran
en menos del 4%. Igualmente, el 58.82% de las características no aparecen en más del
1%, lo que significa que la mayoría tienen proporciones realmente pequeñas. Igualmente
se logró establecer que en todas las colecciones con excepción de Madrid, hay más
incisión que pintura. Además entre más al norte se ubica la colección más incisión
presenta y menos pintura exhibe.
Continuando el análisis detallado de las características decorativas, se llegó a la
conclusión de que sólo existe una característica individual. Al contrario de todas las
demás que por lo general aparecen en grupos de cuatro, la pintura naranja se registra
sola. Igualmente las impresiones y las pinturas naranja, rosada, negra y blanca son
características que por lo general se registran solas o en compañía de una o dos
decoraciones más. Además, se determinó que las características que aparecen más
veces asociadas en proporciones similares son las muescas y el escobillado. Luego, le
siguen las muescas y el punteado, el escobillado y el punteado, y la pintura roja y el
ungulado.
92
criterios claros sobre los que la distinción cronológica se sustenta. En segundo lugar, se
propone que la diversidad que se registra en la decoración Herrera servía para marcar
contrastes entre habitantes de un solo sitio, más que entre pobladores de regiones
diferentes. La naturaleza de esos contrastes es cuestión de debate. Las diferencias entre
sitios pueden estar marcadas por diferencias sociales o por la existencia de grupos de
descendencia identificados por una cerámica emblemática. En todo caso, los resultados
son coherentes con la existencia de diferenciaciones a nivel de sitio que, sin embargo, no
implicaban la conformación de sistemas políticos de carácter regional.
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Boundaries and the Growth of Complex Societies. Arizona, Arizona State University.
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Verde Error 80% 1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Azul Error 95%
Figura 23 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Rojo Error 99% Impresiones
0,3
0,25
1
0,2
Niveles de Confiabilidad
0,15
4 11
0,1
5
8
0,05
7 6
9
10 2
3
0
0,00 0,05 0,10 0,15 0,20 0,25
-0,05
Proporción de Decoración
Verde Error 80%
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Azul Error 95% Figura 24
7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Rojo Error 99% Baño/Engobe
0,20
0,18
0,16
0,14
0,12
Niveles de Confiabilidad
4
0,10
0,08
0,06
11
0,04
10 2
0,02
17385 6 9
0,00
0 0,02 0,04 0,06 0,08 0,1 0,12
-0,02
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 25
7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Aplicaciones
Rojo Error 99%
0,07
0,06
0,05
0,04
7
Niveles de Confiabilidad
0,03
5
0,02
8
10 1
9 11
0,01
4
3 2
6
0
0 0,005 0,01 0,015 0,02 0,025 0,03 0,035 0,04 0,045
-0,01
-0,02
Proporción de Decoración
Verde Error 80%
Azul Error 95% Figura 26 1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Rojo Error 99% 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Ungulado
0,12
0,1
0,08
Niveles de Confiabilidad
0,06
11
8
0,04
4
5
0,02
10
6
237 9 1
0
0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07
-0,02
Proporción de Decoración
Verde Error 80% 1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Azul Error 95%
Figura 27 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Rojo Error 99% Incisión
0,7
0,6
0,5
4
Niveles de Confiabilidad
1
0,4
0,3
11
0,2
5
8
6
10
0,1
9
2
7
3
0
0,00 0,10 0,20 0,30 0,40 0,50 0,60
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Figura 28
Verde Error 80% 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Pintura Negra
Rojo Error 99%
0,3
0,25
0,2
4
Niveles de Confiabilidad
0,15
0,1
0,05
1235
7 8 11 10
9 6
0
0 0,02 0,04 0,06 0,08 0,1 0,12 0,14 0,16 0,18
-0,05
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 29 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Perforado
Rojo Error 99%
0,08
0,07
0,06
0,05
Niveles de Confiabilidad
0,04
0,03
0,02
0,01
45678
2
9 10 11
3
0
0 0,005 0,01 0,015 0,02 0,025 0,03 0,035 0,04
-0,01
Proporción de Decoración
Figura 30 1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Pintura Blanca
Rojo Error 99%
0,05
0,04
0,03
Niveles de Confiabilidad
0,02
0,01
12356
7 8 9 10 11
0
0 0,002 0,004 0,006 0,008 0,01 0,012 0,014 0,016
-0,01
-0,02
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 31
7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Pintura Naranja
Rojo Error 99%
0,002
0,0015
0,001
Niveles de Confiabilidad
0,0005
9
123456
7 8 10 11
0
0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
-0,0005
-0,001
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 32 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95%
Pintura Rosada
Rojo Error 99%
0,05
0,04
0,03
Niveles de Confiabilidad
0,02
0,01
12356
7 8 9 10 11
0
0 0,002 0,004 0,006 0,008 0,01 0,012 0,014 0,016
-0,01
-0,02
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 33
7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Hachurado
Rojo Error 99%
0,12
0,1
0,08
Niveles de Confiabilidad
1
0,06
0,04
0,02
5
89 10
3 7 11 6
0
2
0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07
-0,02
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 34 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95%
Protuberancia Modelada
Rojo Error 99%
0,14
0,12
0,1
0,08
Niveles de Confiabilidad
0,06
4
0,04
0,02
5 11
10
2679
8
3
0
0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07 0,08
-0,02
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 35 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Pintura Roja
Rojo Error 99%
0,8
0,7
0,6
11
0,5
Niveles de Confiabilidad
0,4
1
0,3
0,2
5
0,1
10
2 6
7
8
9
0
3
0 4 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6
-0,1
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 36 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95%
Canal
Rojo Error 99%
0,14
0,12
0,1
0,08
Niveles de Confiabilidad
11
0,06
8
0,04
5
6
10
0,02
1
3 9
4
2 7
0
0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07
-0,02
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 37 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95% Muescas
Rojo Error 99%
0,4
0,35
0,3
11
0,25
Niveles de Confiabilidad
0,2
0,15
5
0,1
4
0,05
10 1 6
2 9
3
0 8 7
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25 0,3
-0,05
Proporción de Decoración
1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Verde Error 80% Figura 38 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Azul Error 95%
Escobillado
Rojo Error 99%
0,14
0,12
8
0,1
0,08
Niveles de Confiabilidad
0,06
1
0,04
0,02
3
4679 2
10 11
5
0
0 0,02 0,04 0,06 0,08 0,1 0,12
-0,02
Proporción de Decoración
Verde Error 80% 1. Tunja I 2. Tunja II 3. Iza 4. Pubenza 5. Zipaquirá I 6. Zipaquirá II
Azul Error 95% Figura 39 7. Duitama I 8. Duitama II 9. Mosquera I 10. Mosquera II 11. Madrid
Rojo Error 99% Punteado
0,3
0,25
1
0,2
Niveles de Confiabilidad
0,15
0,1
0,05
11
8
2
3 6 4 10 7 9 5
0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25
-0,05
Proporción de Decoración
Figura 40
Pintura/Incisión
1,8
1,6
1,4
Proporción Pintura/Incisión
1,2
0,8
0,6
0,4
0,2
0
Iza Mosquera I Zipaquirá II Duitama I Zipaquirá I Madrid Duitama II Tunja II Tunja I Pubenza Mosquera II
Colecciones
Figura 41
Pintura/Incisión
1,8
Madrid
1,6
1,4
Proporción Pintura/Incisión
1,2
0,8
Zipaquirá II
Mosquera II
0,6
Tunja I
Zipaquirá I
Pubenza Mosquera I Iza
0,4
Duitama I
0,2
Tunja II
Duitama II
0
0 2 4 6 8 10 12
Colecciones en orden geográfico sur-norte
Figura 42
Verde Error 80%
Proporción Fragmentos Decorados/Total de Fragmentos Azul Error 95%
Rojo Error 99%
1,2
Madrid
1
Tunja I
0,8
Niveles de Confiabilidad
Pubenza
0,6
Zipaquirá I
0,4
Duitama II
Zipaquirá II
0,2
Mosquera II
Tunja II Mosquera I
Duitama I
Iza
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 1,2
Proporción Decorados/Total
Figura 43
Verde Error 80%
Proporción de Fragmentos Decorados/Total de Fragmentos Azul Error 95%
Rojo Error 99%
1,2
1
Madrid Tunja I
Proporción Decorados/Total
0,8
Pubenza
0,6
Zipaquirá I
0,4
Duitama II
0,2
Zipaquirá II
Mosquera II
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Mosquera I Tunja II
Duitama I
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Colecciones en orden geográfico sur-norte
Proporción de Decoración
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Figura 7 Conjuntos de Colecciones al 1%
Baño / Pintura
Impresiones Engobe Aplicaciones Ungulado Incisión Pintura Negra Perforado Canal Roja
1 1,3,5,6,7,8,9, 2,3,4,5,6,8,9,10 1,2,3,4,6,7,9,10 3 1,2,3,5,7,8,9,11 2,3,4,5,6,7,8,9,10,11 2,4,7 7,8
4,11 2,10 2,4,5,9,10,11 8,11 2,7 4 1 1,3,4,7,9 3,4,7
5 11 1,4,5,9,11 5 2,10 6,9 1,3,9,10 2,3
6,7,8 4 7 6,9,10 6,10 6,10 2,9
2,3,9 5,8 5,6 6,10
3,10 11 5,8 9,10
3,9,10 1 11 1
4 11
5
Características
Proporción decorado/total
Protuberancia Modelada
Total aproximado
Total fragmentos
Pintura Naranja
Pintura Rosada
Baño / Engobe
Pintura Blanca
de la muestra
Pintura Negra
Aplicaciones
Impresiones
Pintura Roja
Escobillado
Hachurado
decorados
Colección
Perforado
Ungulado
Punteado
Muescas
muestra
Incisión
Canal
Tunja I 41 42 0 8 3 8 1 3 84 59 0 14 7 12 0 0 0 201 201 100%
Tunja II 32 7 55 23 8 19 0 9 135 54 0 0 2 5 0 0 0 2116 224 11%
Iza 3 0 0 9 0 1 0 7 13 9 0 2 1 0 0 0 0 575 41 7%
Pubenza 20 0 16 0 1 12 1 1 72 2 25 7 0 4 2 2 0 148 108 73%
Zipaquirá I 22 2 0 1 2 40 8 11 57 37 0 1 0 1 0 0 0 300 132 44%
Zipaquirá II 10 0 1 0 0 11 2 7 20 12 3 0 0 1 0 0 0 260 52 20%
Duitama I 21 1 0 0 26 14 0 3 31 7 0 0 0 0 0 0 0 660 80 12%
Duitama II 31 5 0 85 5 12 44 36 132 1 0 5 0 1 0 0 0 831 308 37%
Mosquera I 31 5 11 0 13 56 2 32 199 78 4 0 0 3 0 0 1 2484 360 14%
Mosquera II 2 1 17 0 3 11 2 14 48 27 11 1 0 5 0 0 0 671 111 17%
Madrid 23 5 7 0 2 45 10 11 44 95 0 3 0 0 0 0 0 167 167 100%
TOTALES 236 68 107 126 63 229 70 134 835 381 43 33 10 32 2 2 1 8413 1784 21%
Figura 4 Totales Porcentuales de Características por Colección
Protuberancia Modelada
Pintura Naranja
Pintura Rosada
Baño / Engobe
Pintura Blanca
Pintura Negra
Aplicaciones
Impresiones
Pintura Roja
Escobillado
Hachurado
Colección
Perforado
Ungulado
Punteado
Muescas
Incisión
Canal
Tunja
I 20,40% 20,90% 0,00% 3,98% 1,49% 3,98% 0,50% 1,49% 41,79% 29,35% 0,00% 6,97% 3,48% 5,97% 0,00% 0,00% 0,00%
Tunja
II 1,51% 0,33% 2,60% 1,09% 0,38% 0,90% 0,00% 0,43% 6,38% 2,55% 0,00% 0,00% 0,09% 0,24% 0,00% 0,00% 0,00%
Iza 0,52% 0,00% 0,00% 1,57% 0,00% 0,17% 0,00% 1,22% 2,26% 1,57% 0,00% 0,35% 0,17% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00%
Pubenza 13,51% 0,00% 10,81% 0,00% 0,68% 8,11% 0,68% 0,68% 48,65% 1,35% 16,89% 4,73% 0,00% 2,70% 1,35% 1,35% 0,00%
Zipaquirá
I 7,33% 0,67% 0,00% 0,33% 0,67% 13,33% 2,67% 3,67% 19,00% 12,33% 0,00% 0,33% 0,00% 0,33% 0,00% 0,00% 0,00%
Zipaquirá
II 3,85% 0,00% 0,38% 0,00% 0,00% 4,23% 0,77% 2,69% 7,69% 4,62% 1,15% 0,00% 0,00% 0,38% 0,00% 0,00% 0,00%
Duitama
I 3,18% 0,15% 0,00% 0,00% 3,94% 2,12% 0,00% 0,45% 4,70% 1,06% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00%
Duitama
II 3,73% 0,60% 0,00% 10,23% 0,60% 1,44% 5,29% 4,33% 15,88% 0,12% 0,00% 0,60% 0,00% 0,12% 0,00% 0,00% 0,00%
Mosquera
I 1,25% 0,20% 0,44% 0,00% 0,52% 2,25% 0,08% 1,29% 8,01% 3,14% 0,16% 0,00% 0,00% 0,12% 0,00% 0,00% 0,04%
Mosquera
II 0,30% 0,15% 2,53% 0,00% 0,45% 1,64% 0,30% 2,09% 7,15% 4,02% 1,64% 0,15% 0,00% 0,75% 0,00% 0,00% 0,00%
Madrid 13,77% 2,99% 4,19% 0,00% 1,20% 26,95% 5,99% 6,59% 26,35% 56,89% 0,00% 1,80% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00%
Figura 5 Porcentajes, Errores y Desviaciones Estándar de las Características por Colección
% Baño / Engobe
% Impresiones
Error Estándar
Error Estándar
Error Estándar
% Punteado
Desviación
Desviación
Desviación
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
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t 80
t 95
t 99
Colección
Tunja
I 201 1,282 1,96 2,576 20% 0,40 0,03 0,04 0,06 0,07 21% 0,41 0,03 0,04 0,06 0,07 0% - - - - -
Tunja
II 2116 1,282 1,96 2,576 2% 0,12 0,00 0,00 0,01 0,01 0% 0,06 0,00 0,00 0,00 0,00 3% 0,16 0,00 0,00 0,01 0,01
Iza 575 1,282 1,96 2,576 1% 0,07 0,00 0,00 0,01 0,01 0% - - - - - 0% - - - - -
Pubenza 148 1,282 1,96 2,576 14% 0,34 0,03 0,04 0,06 0,07 0% - - - - - 11% 0,31 0,03 0,03 0,05 0,07
Zipaquirá
I 300 1,282 1,96 2,576 7% 0,26 0,02 0,02 0,03 0,04 1% 0,08 0,00 0,01 0,01 0,01 0% - - - - -
Zipaquirá
II 260 1,282 1,96 2,576 4% 0,19 0,01 0,02 0,02 0,03 0% - - - - - 0% 0,06 0,00 0,00 0,01 0,01
Duitama
I 660 1,282 1,96 2,576 3% 0,18 0,01 0,01 0,01 0,02 0% 0,04 0,00 0,00 0,00 0,00 0% - - - - -
Duitama
II 831 1,282 1,96 2,576 4% 0,19 0,01 0,01 0,01 0,02 1% 0,08 0,00 0,00 0,01 0,01 0% - - - - -
Mosquera
I 2484 1,282 1,96 2,576 1% 0,11 0,00 0,00 0,00 0,01 0% 0,04 0,00 0,00 0,00 0,00 0% 0,07 0,00 0,00 0,00 0,00
Mosquera
II 671 1,282 1,96 2,576 0,298% 0,05 0,00 0,00 0,00 0,01 0% 0,04 0,00 0,00 0,00 0,00 3% 0,16 0,01 0,01 0,01 0,02
Madrid 167 1,282 1,96 2,576 14% 0,34 0,03 0,03 0,05 0,07 3% 0,17 0,01 0,02 0,03 0,03 4% 0,20 0,02 0,02 0,03 0,04
Continuación Figura 5
% Protuberancia
% Pintura Negra
Error Estándar
Error Estándar
Error Estándar
% Perforado
Desviación
Desviación
Desviación
Modelada
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Tunja I 0% - - - - - 7% 0,25 0,02 0,02 0,04 0,05 3% 0,18 0,01 0,02 0,03 0,03
Iza 0% - - - - - 0% 0,06 0,00 0,00 0,00 0,01 0% 0,04 0,00 0,00 0,00 0,00
Pubenza 17% 0,37 0,03 0,04 0,06 0,08 5% 0,21 0,02 0,02 0,03 0,04 0% - - - - -
Duitama I 0% - - - - - 0% - - - - - 0% - - - - -
Mosquera II 2% 0,13 0,00 0,01 0,01 0,01 0% 0,04 0,00 0,00 0,00 0,00 0% - - - - -
Error Estándar
Error Estándar
Error Estándar
% Hachurado
Desviación
Desviación
Desviación
% Pintura
% Pintura
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Rosada
Blanca
Tunja I 6% 0,24 0,02 0,02 0,03 0,04 0% - - - - - 0% - - - - -
Pubenza 3% 0,16 0,01 0,02 0,03 0,03 1% 0,12 0,01 0,01 0,02 0,02 1% 0,12 0,01 0,01 0,02 0,02
Escobillado Aplicaciones
% Aplicaciones
Error Estándar
Error Estándar
% Escobillado
Desviación
Desviación
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Tunja I 4% 0,20 0,01 0,02 0,03 0,04 1% 0,12 0,01 0,01 0,02 0,02
Tunja II 1% 0,10 0,00 0,00 0,00 0,01 0% 0,06 0,00 0,00 0,00 0,00
Zipaquirá I 0% 0,06 0,00 0,00 0,01 0,01 1% 0,08 0,00 0,01 0,01 0,01
Zipaquirá II 0% - - - - - 0% - - - - -
Duitama II 10% 0,30 0,01 0,01 0,02 0,03 1% 0,08 0,00 0,00 0,01 0,01
% Pintura Roja
Error Estándar
Error Estándar
Error Estándar
Desviación
Desviación
Desviación
% Incisión
% Canal
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Tunja I 1% 0,12 0,01 0,01 0,02 0,02 42% 0,49 0,03 0,04 0,07 0,09 29% 0,46 0,03 0,04 0,06 0,08
Tunja II 0% 0,07 0,00 0,00 0,00 0,00 6% 0,24 0,01 0,01 0,01 0,01 3% 0,16 0,00 0,00 0,01 0,01
Iza 1% 0,11 0,00 0,01 0,01 0,01 2% 0,15 0,01 0,01 0,01 0,02 2% 0,12 0,01 0,01 0,01 0,01
Pubenza 1% 0,08 0,01 0,01 0,01 0,02 49% 0,50 0,04 0,05 0,08 0,11 1% 0,12 0,01 0,01 0,02 0,02
Zipaquirá I 4% 0,19 0,01 0,01 0,02 0,03 19% 0,39 0,02 0,03 0,04 0,06 12% 0,33 0,02 0,02 0,04 0,05
Zipaquirá II 3% 0,16 0,01 0,01 0,02 0,03 8% 0,27 0,02 0,02 0,03 0,04 5% 0,21 0,01 0,02 0,03 0,03
Duitama I 0% 0,07 0,00 0,00 0,01 0,01 5% 0,21 0,01 0,01 0,02 0,02 1% 0,10 0,00 0,01 0,01 0,01
Duitama II 4% 0,20 0,01 0,01 0,01 0,02 16% 0,37 0,01 0,02 0,02 0,03 0% 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00
Mosquera I 1% 0,11 0,00 0,00 0,00 0,01 8% 0,27 0,01 0,01 0,01 0,01 3% 0,17 0,00 0,00 0,01 0,01
Mosquera II 2% 0,14 0,01 0,01 0,01 0,01 7% 0,26 0,01 0,01 0,02 0,03 4% 0,20 0,01 0,01 0,01 0,02
Madrid 7% 0,25 0,02 0,02 0,04 0,05 26% 0,44 0,03 0,04 0,07 0,09 57% 0,50 0,04 0,05 0,08 0,10
Continuación Figura 5
% Pintura Naranja
Error Estándar
Error Estándar
Error Estándar
% Ungulado
% Muescas
Desviación
Desviación
Desviación
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Error 80
Error 95
Error 99
Tunja I 0% 0,07 0,00 0,01 0,01 0,01 4% 0,20 0,01 0,02 0,03 0,04 0% - - - - -
Tunja II 0% - - - - - 1% 0,09 0,00 0,00 0,00 0,01 0% - - - - -
Iza 0% - - - - - 0% 0,04 0,00 0,00 0,00 0,00 0% - - - - -
Pubenza 1% 0,08 0,01 0,01 0,01 0,02 8% 0,27 0,02 0,03 0,04 0,06 0% - - - - -
Zipaquirá I 3% 0,16 0,01 0,01 0,02 0,02 13% 0,34 0,02 0,03 0,04 0,05 0% - - - - -
Zipaquirá II 1% 0,09 0,01 0,01 0,01 0,01 4% 0,20 0,01 0,02 0,02 0,03 0% - - - - -
Duitama I 0% - - - - - 2% 0,14 0,01 0,01 0,01 0,01 0% - - - - -
Duitama II 5% 0,22 0,01 0,01 0,02 0,02 1% 0,12 0,00 0,01 0,01 0,01 0% - - - - -
Mosquera I 0% 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 1% 0,11 0,00 0,00 0,00 0,01 0% 0,02 0,00 0,00 0,00 0,00
Mosquera II 0% 0,05 0,00 0,00 0,00 0,01 2% 0,14 0,01 0,01 0,01 0,01 0% - - - - -
Madrid 6% 0,24 0,02 0,02 0,04 0,05 27% 0,44 0,03 0,04 0,07 0,09 0% - - - - -
Figura 6 Datos Extremos
Baño / Engobe
Aplicaciones
Impresiones
Escobillado
Punteado
Muescas
0,0030 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0017
0,0052 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0090
Primer cuartil 0,0125 0,0000 0,0000 0,0000 0,0038 0,0144
0,0151 0,0015 0,0000 0,0000 0,0045 0,0164
0,0318 0,0015 0,0000 0,0000 0,0052 0,0212
Segundo cuartil 0,0373 0,0020 0,0038 0,0000 0,0060 0,0225
0,0385 0,0033 0,0044 0,0033 0,0067 0,0398
0,0733 0,0060 0,0253 0,0109 0,0068 0,0423
Tercer cuartil 0,1351 0,0067 0,0260 0,0157 0,0120 0,0811
0,1377 0,0299 0,0419 0,0398 0,0149 0,1333
0,2040 0,2090 0,1081 0,1023 0,0394 0,2695
Protuberancia
Pintura Negra
Pintura Roja
Modelada
Ungulado
Incisión
Canal
0,0000 0,0043 0,0226 0,0000 0,0012 0,0000
0,0000 0,0045 0,0470 0,0000 0,0106 0,0000
Primer cuartil 0,0000 0,0068 0,0638 0,0000 0,0135 0,0000
0,0008 0,0122 0,0715 0,0000 0,0157 0,0000
0,0030 0,0129 0,0769 0,0000 0,0255 0,0015
Segundo cuartil 0,0050 0,0149 0,0801 0,0000 0,0314 0,0033
0,0068 0,0209 0,1588 0,0000 0,0402 0,0035
0,0077 0,0269 0,1900 0,0016 0,0462 0,0060
Tercer cuartil 0,0267 0,0367 0,2635 0,0115 0,1233 0,0180
0,0529 0,0433 0,4179 0,0164 0,2935 0,0473
0,0599 0,0659 0,4865 0,1689 0,5689 0,0697
Hachurado
Perforado
Naranja
Rosada
Blanca
Pintura
Pintura
Pintura
0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
Primer cuartil 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
0,0000 0,0012 0,0000 0,0000 0,0000
0,0000 0,0012 0,0000 0,0000 0,0000
Segundo cuartil 0,0000 0,0024 0,0000 0,0000 0,0000
0,0000 0,0033 0,0000 0,0000 0,0000
0,0000 0,0038 0,0000 0,0000 0,0000
Tercer cuartil 0,0009 0,0075 0,0000 0,0000 0,0000
0,0017 0,0270 0,0000 0,0000 0,0000
0,0348 0,0597 0,0135 0,0135 0,0004
% Promedio de semejanza
Promedio de semejanza
Mosquera II
Zipaquirá II
Mosquera I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama I
Pubenza
Tunja II
Madrid
Tunja I
Iza
Tunja I xxx 5 7 4 6 6 7 5 7 5 5 5,8 33,99%
Tunja II 5 xxx 14 6 10 9 11 10 12 12 7 9,9 58,17%
Iza 7 14 xxx 7 10 10 12 10 13 11 6 10 61,44%
Pubenza 4 6 7 xxx 5 6 7 4 7 6 5 5,8 33,99%
Zipaquirá I 6 10 10 5 xxx 11 10 12 11 9 8 9,3 54,90%
Zipaquirá II 6 9 10 6 11 xxx 11 10 13 14 6 10 58,82%
Duitama I 7 11 12 7 10 11 xxx 12 13 10 7 10 60,78%
Duitama II 5 10 10 4 12 10 12 Xxx 11 9 8 9,2 54,25%
Mosquera I 7 12 13 7 11 13 13 11 xxx 15 8 11 66,67%
Mosquera II 5 12 11 6 9 14 10 9 15 Xxx 7 10 59,48%
Madrid 5 7 6 5 8 6 7 8 8 7 xxx 6,7 39,41%
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 0 1 1 1 0 0 0 0
Tunja II 1 xxx 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 1 0
Iza 0 1 xxx 0 0 0 0 0 1 1 0 1 0 xxx 0 1 1 1 1 1 0 0
Pubenza 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
Zipaquirá I 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 xxx 1 1 1 1 0 0
Zipaquirá II 0 0 0 0 0 xxx 1 1 0 0 0 1 0 1 0 1 xxx 1 1 1 0 0
Duitama I 0 0 0 0 0 1 xxx 1 0 0 0 1 0 1 0 1 1 xxx 1 1 0 0
Duitama II 0 0 0 0 0 1 1 xxx 0 0 0 1 0 1 0 1 1 1 xxx 1 0 0
Mosquera I 0 1 1 0 0 0 0 0 xxx 1 0 1 0 1 0 1 1 1 1 xxx 0 0
Mosquera II 0 0 1 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0
Madrid 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx
Impresiones Baño/Engobe
Continuación Figura 8
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 0 0 1 1 0 0 1 1 0 1 xxx 1 1 1 0 1 1 0 1 1 0
Tunja II 0 xxx 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 xxx 1 1 0 1 1 0 1 1 0
Iza 0 1 xxx 1 1 1 0 1 1 1 0 1 1 xxx 1 0 1 1 0 1 1 0
Pubenza 1 1 1 xxx 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 xxx 0 1 1 0 1 1 0
Zipaquirá I 1 1 1 1 xxx 1 0 1 1 1 1 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0
Zipaquirá II 0 1 1 1 1 xxx 0 1 1 1 0 1 1 1 1 0 xxx 1 0 1 1 0
Duitama I 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 1 1 1 1 0 1 xxx 0 1 1 0
Duitama II 1 1 1 1 1 1 0 xxx 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 1
Mosquera I 1 1 1 1 1 1 0 1 Xxx 1 1 1 1 1 1 0 1 1 0 xxx 1 0
Mosquera II 0 1 1 1 1 1 0 1 1 xxx 1 1 1 1 1 0 1 1 0 1 xxx 0
Madrid 1 1 0 1 1 0 0 1 1 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 xxx
Aplicaciones Ungulado
Continuación Figura 8
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 1 1 0 1 0 1 1 1 0 1
Tunja II 0 xxx 0 0 0 0 1 0 0 1 0 1 xxx 1 0 1 0 1 1 1 0 1
Iza 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 xxx 0 1 0 1 1 1 0 1
Pubenza 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
Zipaquirá I 0 0 0 0 xxx 0 0 1 0 0 0 1 1 1 0 xxx 0 1 1 1 0 1
Zipaquirá II 0 0 0 0 0 xxx 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 1 1 0
Duitama I 0 1 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 1 1 1 0 1 0 xxx 1 1 0 1
Duitama II 0 0 0 0 1 0 0 xxx 0 0 0 1 1 1 0 1 0 1 xxx 1 0 1
Mosquera I 0 0 0 0 0 1 0 0 xxx 1 0 1 1 1 0 1 0 1 1 xxx 0 1
Mosquera II 0 1 0 0 0 1 0 0 9 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0
Madrid 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 1 1 1 0 1 0 1 1 1 0 xxx
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Tunja II 1 xxx 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Iza 1 1 xxx 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1
Pubenza 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1
Zipaquirá I 1 1 1 0 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1
Zipaquirá II 1 1 1 0 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1
Duitama I 1 1 1 0 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1
Duitama II 1 1 1 0 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1
Mosquera I 1 1 1 0 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1
Mosquera II 1 1 1 0 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1
Madrid 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx
Pintura Blanca Pintura Naranja
Continuación Figura 8
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Tunja II 1 xxx 1 0 1 1 1 1 1 1 1 0 xxx 1 0 1 1 1 1 1 1 1
Iza 1 1 xxx 0 1 1 1 1 1 1 1 0 1 xxx 0 1 1 1 1 1 1 1
Pubenza 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
Zipaquirá I 1 1 1 0 xxx 1 1 1 1 1 1 0 1 1 0 xxx 1 1 1 1 1 1
Zipaquirá II 1 1 1 0 1 xxx 1 1 1 1 1 0 1 1 0 1 xxx 1 1 1 1 1
Duitama I 1 1 1 0 1 1 xxx 1 1 1 1 0 1 1 0 1 1 xxx 1 1 1 1
Duitama II 1 1 1 0 1 1 1 xxx 1 1 1 0 1 1 0 1 1 1 xxx 1 1 1
Mosquera I 1 1 1 0 1 1 1 1 xxx 1 1 0 1 1 0 1 1 1 1 xxx 1 1
Mosquera II 1 1 1 0 1 1 1 1 1 xxx 1 0 1 1 0 1 1 1 1 1 xxx 1
Madrid 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 xxx 0 1 1 0 1 1 1 1 1 1 xxx
Pintura Rosada Hachurado
Continuación Figura 8
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Tunja II 0 xxx 1 0 1 1 1 1 1 1 0 0 xxx 1 0 0 0 0 0 1 0 0
Iza 0 1 xxx 0 1 1 1 1 1 1 0 0 1 xxx 1 0 0 1 0 0 0 0
Pubenza 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 1 0 0 0 0
Zipaquirá I 0 1 1 0 xxx 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0
Zipaquirá II 0 1 1 0 1 xxx 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1 0
Duitama I 0 1 1 0 1 1 xxx 1 1 1 0 0 0 1 1 0 0 xxx 1 0 0 0
Duitama II 0 1 1 0 1 1 1 xxx 1 1 0 0 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 0
Mosquera I 0 1 1 0 1 1 1 1 xxx 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 xxx 1 0
Mosquera II 0 1 1 0 1 1 1 1 1 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 xxx 0
Madrid 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx
Protuberancia Modelada Pintura Roja
Continuación Figura 8
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 1 0 0 1 0 1 1 0
Tunja II 0 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 xxx 0 1 0 0 1 0 0 0 0
Iza 0 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 xxx 1 0 0 1 0 1 1 0
Pubenza 0 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 0 0 1 0 1 0 0
Zipaquirá I 0 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 0 0 0 0 xxx 1 0 1 0 0 0
Zipaquirá II 0 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1 0
Duitama I 0 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 0 0 xxx 0 1 0 0
Duitama II 0 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 0 0 0 0 1 0 0 xxx 0 0 0
Mosquera I 0 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 0 1 1 0 0 1 0 xxx 1 0
Mosquera II 0 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 0 1 0 0 1 0 0 1 xxx 0
Madrid 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx
Perforado Canal
Continuación Figura 8
Mosquera II
Mosquera II
Zipaquirá II
Zipaquirá II
Mosquera I
Mosquera I
Zipaquirá I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama II
Duitama I
Duitama I
Pubenza
Pubenza
Tunja II
Tunja II
Madrid
Madrid
Tunja I
Tunja I
Iza
Iza
Tunja I xxx 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Tunja II 0 xxx 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 xxx 1 0 1 0 0 0 0 0 0
Iza 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
Pubenza 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 1 1 1 0 1 1 1
Zipaquirá I 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 xxx 1 1 0 1 1 1
Zipaquirá II 1 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 xxx 1 0 1 1 1
Duitama I 0 0 0 0 0 0 xxx 1 1 1 0 0 0 0 1 1 1 xxx 0 1 1 1
Duitama II 0 1 0 0 0 0 1 xxx 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0
Mosquera I 0 0 0 0 0 0 1 1 xxx 1 0 0 0 0 1 1 1 1 0 xxx 1 1
Mosquera II 0 1 0 0 0 0 1 1 1 xxx 0 0 0 0 1 1 1 1 0 1 xxx 1
Madrid 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1 1 1 1 0 1 1 xxx
Muescas Escobillado
Continuación Figura 8
Mosquera II
Zipaquirá II
Mosquera I
Zipaquirá I
Duitama II
Duitama I
Pubenza
Tunja II
Madrid
Tunja I
Iza
Tunja I xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Tunja II 0 xxx 1 1 1 1 1 1 1 1 0
Iza 0 1 xxx 1 1 1 1 1 1 1 0
Pubenza 0 1 1 xxx 1 1 1 1 1 1 0
Zipaquirá I 0 1 1 0 xxx 1 1 1 1 1 0
Zipaquirá II 0 1 1 1 1 xxx 1 1 1 1 0
Duitama I 0 1 1 1 1 1 xxx 1 1 1 0
Duitama II 0 1 1 1 1 1 1 xxx 1 1 0
Mosquera I 0 1 1 1 1 1 1 1 xxx 1 0
Mosquera II 0 1 1 1 1 1 1 1 1 xxx 0
Madrid 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx
Punteado
Figura 13 Resumen de Conteo de Similitud de Características
% Promedio de
Prot. Modelada
Baño/Engobe
Aplicaciones
Promedio de
Impresiones
Escobillado
Hachurado
P. Naranja
P. Rosada
Perforado
Ungulado
Punteado
P. Blanca
Muescas
similitud
similitud
P. Negra
Incisión
P. Roja
Canal
Impresiones xxx 2 1 1 3 3 1 3 0 1 0 2 1 1 0 0 0 1,2 10,80%
Baño/Engobe 2 xxx 2 4 7 2 3 2 0 2 2 4 2 7 2 2 4 2,9 26,70%
Aplicaciones 1 2 xxx 1 2 1 4 2 0 1 7 1 3 4 4 4 5 2,6 23,86%
Ungulado 1 4 1 xxx 3 2 1 2 1 1 2 5 9 4 6 6 5 3,3 30,11%
Incisión 3 7 2 3 xxx 2 5 4 1 2 2 5 2 6 3 3 3 3,3 30,11%
P. Negra 3 2 1 2 2 xxx 0 3 1 3 1 2 3 2 0 0 0 1,6 14,20%
Perforado 1 3 4 1 5 0 xxx 5 0 1 5 3 1 5 4 4 4 2,9 26,14%
P. Blanca 3 2 2 2 4 3 5 xxx 0 3 1 1 1 1 1 1 0 1,9 17,05%
P. Naranja 0 0 0 1 1 1 0 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 0 0,3 2,27%
P. Rosada 1 2 1 1 2 3 1 3 1 xxx 0 1 0 1 1 1 0 1,2 10,80%
Hachurado 0 2 7 2 2 1 5 1 0 0 xxx 2 4 6 7 7 8 3,4 30,68%
Prot.
Modelada 2 4 1 5 5 2 3 1 0 1 2 xxx 4 5 4 4 3 2,9 26,14%
P. Roja 1 2 3 9 2 3 1 1 0 0 4 4 xxx 3 7 7 7 3,4 30,68%
Canal 1 7 4 4 6 2 5 1 0 1 6 5 3 xxx 3 3 4 3,4 31,25%
Muescas 0 2 4 6 3 0 4 1 0 1 7 4 7 3 xxx 11 9 3,9 35,23%
Escobillado 0 2 4 6 3 0 4 1 0 1 7 4 7 3 11 xxx 9 3,9 35,23%
Punteado 0 4 5 5 3 0 4 0 0 0 8 3 7 4 9 9 xxx 3,8 34,66%
Proporción
Colección Incisión Pintura Pintura/Incisión
Pubenza 74 27 27/74 0,36
Mosquera I 233 83 83/233 0,36
Mosquera II 66 37 37/66 0,56
Madrid 55 95 95/55 1,73
Zipaquirá I 69 37 37/69 0,54
Zipaquirá II 28 15 15/28 0,54
Tunja I 102 59 59/102 0,58
Tunja II 167 17 17/167 0,10
Iza 29 9 9/29 0,31
Duitama I 34 7 7/34 0,21
Duitama II 242 1 1/242 0,00
Figura 10 Promedios de Aparición de las Características
Protuberancia Modelada
Pintura Naranja
Pintura Rosada
Baño / Engobe
Pintura Blanca
Pintura Negra
Aplicaciones
Impresiones
Pintura Roja
Escobillado
Hachurado
Perforado
Ungulado
Punteado
Muescas
Incisión
Canal
Promedio
6,31% 2,36% 1,91% 1,56% 0,90% 5,92% 1,48% 2,27% 17,08% 1,80% 10,64% 1,36% 0,34% 0,96% 0,12% 0,12% 0,00%
sin outliers
Promedio
6.31% 0,23% 1,02% 0,33% 0,60% 3,82% 1.48% 2.27% 17.08% 0,30% 3,42% 0,36% 0,03% 0,22% 0,00% 0,00% 0,00%
Figura 12 Conteo de Similitud de Características
2. Baño/Engobe TUNJA I
3. Aplicaciones
16. Escobillado
1. Impresiones
11. Hachurado
10. P. Rosada
17. Punteado
9. P. Naranja
15. Muescas
7. Perforado
4. Ungulado
8. P- Balnca
6. P. Negra
13. P. Roja
5. Incisión
Modelada
14. Canal
12. Prot.
CARACTERISTICAS
Impresiones xxx 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Baño/Engobe 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Ungulado 0 0 0 xxx 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0
Incisión 0 0 0 0 xxx 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0
P. Negra 0 0 0 1 0 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0
Perforado 0 0 0 0 1 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0
P. Blanca 0 0 0 0 1 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0
P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
P. Rosada 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
Hachurado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1 1 1
Prot.Modelada 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 0 0 0
P. Roja 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0
Canal 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 xxx 0 0 0
Muescas 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 1 1
Escobillado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 xxx 1
Punteado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 xxx
Continuación Figura 12
TUNJA II
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 0 1 1 1 0 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0
3 Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0
4 Ungulado 1 1 0 xxx 1 1 0 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0
5 Incisión 0 1 0 1 xxx 1 0 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0
6 P. Negra 1 1 0 1 1 xxx 0 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0
7 Perforado 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1 1 0 0 1 1 1
8 P. Blanca 0 1 0 1 1 1 0 xxx 0 0 0 0 1 1 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 0 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 1 0 0 1 1 1
12 Prot. Modelada 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 xxx 0 1 1 1 0
13 P. Roja 0 1 0 1 1 1 0 1 0 0 0 0 xxx 1 0 0 0
14 Canal 0 1 0 1 1 1 0 1 0 0 0 0 1 xxx 0 0 0
15 Muescas 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0 0 xxx 1 1
16 Escobillado 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0 0 1 xxx 1
17 Punteado 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0 0 1 1 xxx
IZA
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 1 1 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 1 1 1
3 Aplicaciones 0 1 xxx 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 1 1 1
4 Ungulado 0 0 0 xxx 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0
5 Incisión 0 1 1 0 xxx 0 1 0 0 0 1 0 0 1 1 1 1
6 P. Negra 1 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0
7 Perforado 0 1 1 0 1 0 xxx 0 0 0 1 0 0 1 1 1 1
8 P. Blanca 1 0 0 1 0 0 0 xxx 0 1 0 1 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 1 0 0 0 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 0 0 1 0 0 0 1 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 xxx 0 0 1 1 1 1
12 Prot.Modelada 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 xxx 1 0 0 0 0
13 P. Roja 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 0 0
14 Canal 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 xxx 1 1 1
15 Muescas 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 xxx 1 1
16 Escobillado 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 1 xxx 1
17 Punteado 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 1 1 xxx
Continuación Figura 12
ZIPAQUIRA I
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0
3 Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 1 1 1
4 Ungulado 0 1 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0
5 Incisión 0 1 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0
6 P. Negra 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0
7 Perforado 0 0 0 0 0 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0
8 P. Blanca 0 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 0 1 1 1
12 Prot.Modelada 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 0 0 0
13 P. Roja 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 xxx 0 1 1 1
14 Canal 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 0 xxx 0 0 0
15 Muescas 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 xxx 1 1
16 Escobillado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 1 xxx 1
17 Punteado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 1 1 xxx
ZIPAQUIRA II
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1 1 1
3 Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0 0 0
4 Ungulado 0 1 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 1 1
5 Incisión 0 1 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 1 1
6 P. Negra 1 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0
7 Perforado 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 0 1 0 0 1 0 0 0
8 P. Blanca 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 1 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 1 0 0 0
12 Prot.Modelada 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 xxx 1 0 1 1 1
13 P. Roja 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 xxx 0 1 1 1
14 Canal 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 xxx 0 0 0
15 Muescas 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 xxx 1 1
16 Escobillado 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 xxx 1
17 Punteado 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 1 xxx
Continuación Figura 12
PUBENZA
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1
3 Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
4 Ungulado 0 1 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1
5 Incisión 0 0 0 0 xxx 0 1 1 0 1 0 0 0 0 1 1 0
6 P. Negra 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
7 Perforado 0 0 0 0 1 0 xxx 1 0 1 0 0 0 0 1 1 0
8 P. Blanca 0 0 0 0 1 0 1 xxx 0 1 0 0 0 0 1 1 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 0 0 0 1 0 1 1 0 xxx 0 0 0 0 1 1 0
11 Hachurado 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0
12 Prot.Modelada 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0
13 P. Roja 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 1
14 Canal 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0
15 Muescas 0 0 0 0 1 0 1 1 0 1 0 0 0 0 xxx 1 0
16 Escobillado 0 0 0 0 1 0 1 1 0 1 0 0 0 0 1 xxx 0
17 Punteado 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx
MADRID
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
3 Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
4 Ungulado 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 1 1 1
5 Incisión 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0
6 P. Negra 0 0 0 0 0 xxx 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0
7 Perforado 0 0 0 0 0 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0
8 P. Blanca 0 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 1 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 1 1 1 1
12 Prot.Modelada 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0
13 P. Roja 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 xxx 1 1 1 1
14 Canal 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 xxx 1 1 1
15 Muescas 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 xxx 1 1
16 Escobillado 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 1 xxx 1
17 Punteado 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 1 1 xxx
Continuación Figura 12
DUITAMA I
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0
3 Aplicaciones 0 0 xxx 1 0 0 1 0 0 0 1 1 1 1 1 1 1
4 Ungulado 0 0 1 xxx 0 0 1 0 0 0 1 1 1 1 1 1 1
5 Incisión 1 0 0 0 xxx 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0
6 P. Negra 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
7 Perforado 0 0 1 1 0 0 xxx 0 0 0 1 1 1 1 1 1 1
8 P. Blanca 0 1 0 0 0 0 0 xxx 0 1 0 0 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 1 0 0 0 0 0 1 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 xxx 1 1 1 1 1 1
12 Prot.Modelada 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 1 xxx 1 1 1 1 1
13 P. Roja 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 1 1 xxx 1 1 1 1
14 Canal 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 1 1 1 xxx 1 1 1
15 Muescas 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 1 1 1 1 xxx 1 1
16 Escobillado 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 1 1 1 1 1 xxx 1
17 Punteado 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 1 1 1 1 1 1 xxx
DUITAMA II
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 0 0 1 6 0 0 0 1 0 1 0 1 0 0 0
3 Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 1 1 1
4 Ungulado 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
5 Incisión 0 1 0 0 xxx 1 0 0 0 1 0 1 0 1 0 0 0
6 P. Negra 0 1 0 0 1 xxx 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0
7 Perforado 0 0 0 0 0 0 xxx 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0
8 P. Blanca 1 0 0 0 0 0 1 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 1 0 0 1 0 0 0 0 xxx 0 1 0 1 0 0 0
11 Hachurado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 0 1 1 1
12 Prot.Modelada 0 1 0 0 1 1 0 0 0 1 0 xxx 0 1 0 0 0
13 P. Roja 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 xxx 0 1 1 1
14 Canal 0 1 0 0 1 0 0 0 0 1 0 1 0 xxx 0 0 0
15 Muescas 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 xxx 1 1
16 Escobillado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 1 xxx 1
17 Punteado 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 1 1 xxx
Continuación Figura 12
MOSQUERA I
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 0 1 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Baño/Engobe 0 xxx 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0 0 1
3 Aplicaciones 1 1 xxx 0 1 0 1 1 0 0 1 0 0 1 0 0 1
4 Ungulado 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 1 0
5 Incisión 1 1 1 0 xxx 0 1 1 0 0 1 0 0 1 0 0 1
6 P. Negra 0 0 0 0 0 xxx 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0
7 Perforado 0 1 1 0 1 0 xxx 0 0 0 1 0 0 1 0 0 1
8 P. Blanca 1 0 1 0 1 1 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 0 0 0 0 1 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 xxx 0 0 1 0 0 1
12 Prot.Modelada 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 xxx 1 0 1 1 0
13 P. Roja 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 xxx 0 1 1 0
14 Canal 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 xxx 0 0 1
15 Muescas 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 xxx 1 0
16 Escobillado 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 xxx 0
17 Punteado 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0 0 xxx
MOSQUERA II
CARACTERISTICAS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
1 Impresiones xxx 1 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0
2 Baño/Engobe 1 xxx 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0
3 Aplicaciones 0 0 xxx 0 0 1 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0
4 Ungulado 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 1
5 Incisión 1 1 0 0 xxx 0 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0
6 P. Negra 0 0 1 0 0 xxx 0 1 0 0 1 0 0 1 0 0 0
7 Perforado 1 1 0 0 1 0 xxx 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0
8 P. Blanca 0 0 1 0 0 1 0 xxx 0 0 1 0 0 0 0 0 0
9 P. Naranja 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0 0
10 P. Rosada 0 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 0 0 0 0 0 0
11 Hachurado 0 0 1 0 0 1 0 1 0 0 xxx 0 0 1 0 0 0
12 Prot.Modelada 1 1 0 0 1 0 1 0 0 0 0 xxx 0 1 0 0 0
13 P. Roja 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 xxx 0 1 1 1
14 Canal 1 1 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 0 xxx 0 0 0
15 Muescas 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 xxx 1 1
16 Escobillado 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 xxx 1
17 Punteado 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 xxx
Continuación Figura 2
9 10 11 12 13 14 15 16 17
PINTURA PINTURA PROT. PINTURA PINTURA PINTURA
INCISION ROJA NEGRA MODELADA PERFORADO HACHURADO BLANCA ROSADA NARANJA
Profunda Banda
línea Banda horizontal En líneas Círculo Banda Banda
horizontal horizontal en el labio Circular Circular intercruzadas vacío horizontal vertical
Profunda En grandes
línea porciones Banda Banda
vertical irregulares vertical horizontal
Profunda
línea Linea Banda
diagonal ondulada horizontal
Profunda
en espina Banda Banda
de pescado vertical diagonal
Fina línea Banda Triángulo
diagonal diagonal relleno
En Figura no Círculo
escalera geométrica relleno
En En forma de
zigzag cuadrado Hachurado
Grandes
porciones
irregulares
Puntos o o por todo
En manchas el
espiral irregulares fragmento
Triangular
Figura no
geométrica
Fina línea
paralela
horizontal
Fina línea
paralela
vertical
Línea
ondulada
Rombo
En forma
de L
Cuadrada o
rectangular
Circular u
ovalada
Gruesa
línea
horizontal
Línea
irregular
horizontal
fina
En
"ladrillos"
Figura 2 Características Agrupadas
1 2 3 4 5 6 7 8
BAÑO/
IMPRESIONES PUNTEADO ENGOBE ESCOBILLADO APLICACIONES MUESCAS UNGULADO CANAL
Grueso en Fino en
espina de Engobe Tira acordonada espina de
Triangular pescado rojo Horizontal incisa Verticales pescado Horizontal
Fino en
espina de Baño Fino
Triangular diagonal pescado blanco Diagonal Botón Horizontales horizontal
Grueso línea Cordón con
horizontal Baño impresiones
Tubular paralela naranja circulares Diagonales Fino vertical
Fino línea
Figura no horizontal Engobe
geométrica paralela café Cordón trenzado Fino diagonal
Grueso línea Grueso
Ovalada diagonal Cordón sencillo horizontal
Cuadrada o Fino línea Figura no
rectangular diagonal geométrica
Digital
Figura 1 Descripción de muestras
Descripción de muestras
Neyla Castillo
1 Tunja I 201 201
UPTC
2 Tunja II 224 2116
Franz Flórez y
Carl Langebaek
3 Iza 41 575
Marianne Cardale
4 Pubenza 108 148
Marianne Cardale
5 Zipaquirá I 132 300
María Fernanda
Escallón
6 Zipaquirá II 52 260
María Fernanda
Escallón
7 Duitama I 80 660
Virgilio Becerra
8 Duitama II 308 831
Sylvia Broadbent
9 Mosquera I 360 2484
María Fernanda
Escallón
10 Mosquera II 111 671
Arturo Cinfuentes
11 Madrid 167 167
Total 1784 8413
Figura 22 Fichas de Recolección y Sitio
Ficha de Recolección
SERIE _______________ SITIO ______________ RECOLECCION _______________
UNIDAD
RS ______ PS ______ PERFIL _____ CORTE ______ [Nivel _______ Estrato _______]
DONACION ______ OTRO ______________________________________________
MATERIALES ( # DE BOLSAS )
CERAMICA ______ LITICO _______ CARBON _______ OSEO ______ OTRO _______
________________________________________________________________________
VEGETACION
BOSQUE _______ RASTROJO _______ PASTO ________ CULTIVO _________
DENSIDAD ALTA __________ MEDIA _________ BAJA __________
Ficha de Sitio
SERIE__________________ SITIO ___________________
# DE RECOLECCIONES__________ RECOLECCIONES ASOCIADAS ______________
DEPARTAMENTO_______________ MUNICIPIO ______________VEREDA _________
PREDIO _________________________ PROPIETARIO _________________________
AREA APROXIMADA ___________________
GEOMORFOLOGIA
PLANO [ COL. / AL. ] _______ TERRAZA_______ LADERA _______ COLINA_______
OTRO______________________ ALTURA _______________
MATERIALES ( # DE BOLSAS )
CERAMICA _______ LITICO _______ CARBON _______ OSEO _______
OTRO___________________________________________________________________
OBSERVACIONES
Diseños punteados
Cara Externa Cara Interna
Figura 72
Diseños Punteados
Figura 73
Zipaquirá
Perfil Sitio 14
Foto 3
Duitama
Panorámica Sitio 19
Foto 4
Duitama
Panorámica Perfil del Caño Excavado
Foto 5
Mosquera
Panorámica Hacienda Vistahermosa y Laguna de La Herrera
Foto 6
Mosquera
Panorámica Sitio 8