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Tema: Cuento policial, características.

Fecha: /04/23

Grado: 7mo

Propósito: Conocer el cuento policial, a través de la lectura, para reconocer cuáles son sus
características.

ACTIVIDADES
Se comenzarà la clase preguntales a los estudiantes si saben lo que significa SUSPENSO e INTRIGA.

¿Conocen historias o relatos que presenten situaciones misteriosas o dudosas? ¿Dónde las leyeron?
¿Quién se las conto? ¿Se pueden relacionar las palabras “SUSPENSO” e”INTRIGA” con el contenido
de un cuento?

Se les entregara el siguiente cuento policial “Huesos Ausentes, el caso del Triceratops” de Darío Levin
a cada estudiante. Lectura en voz alta.

Luego de la lectura, dialogaremos con los estudiantes sobre el cuento. ¿En este cuento aparece la
INTRIGA y el SUSPENSO? ¿Cómo te diste cuenta? ¿Qué sucede en este cuento? ¿quiénes son los
personajes? ¿Cómo comienza el cuento? ¿Cuál el conflicto? ¿Cómo termina?

 Se les explicara a los estudiantes que este tipo de cuentos se llama CUENTO POLICIAL.
 Copiamos la definición en la carpeta.

 Relee el cuento y escribí adjetivos que caractericen a los protagonistas del relato.

El detective El director del Alfonso


museo

___________
________________
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Marca con una cruz la respuesta correcta.

¿Quién era Leopoldo Jolms? ¿Quién había sido el responsable


El ladrón. de la desaparición de los huesos?
El detective. Benicio.
El director. Alfonso.
El perro.
¿Qué había pasado en el museo?
Un asesinato. ¿Qué le pidió el detective
La desaparición de fósiles. al supuesto Benicio?
La rotura de esqueletos. Que persiguiera el perro.
Que abriera la puerta.

Escribí por qué se dio cuenta el detective de que Benicio no era quien decía ser.

Marca con una X tu apreciación personal.


Este cuento policial me gustó:

mucho poco nada

Huesos ausentes
EL CASO DEL TRICERATOPS
Leopoldo Jolms llegó al Museo Nacional de Ciencias Naturales a las nueve y veintisiete de la
mañana. El sol se ocultaba detrás de unas nubes negras, que prometían una lluvia intensa. El
detective había recibido la llamada del jefe de policía bien temprano y le había solicitado que se
hiciera presente en el museo cuanto antes. Necesitaban su ayuda.
En la puerta del lugar, un policía lo detuvo antes de ingresar. El guardia de la puerta le indicó que el
jefe Fontinn se encontraba en la sala de paleontología.
El detective ingresó a un corredor de piso brilloso y amplios ventanales, donde la luz natural
impactaba en las diversas maquetas de las distintas épocas históricas del hombre: primeros
homínidos, Australopitecus, Homo hábilis, Homo erectus, Homo sapiens. Pequeños muñecos poblaban
las distintas vitrinas y peceras, decoradas con fotografías que simulaban sus ambientes naturales.
Jolms las observó sin demasiado detenimiento y continuó su camino hacia la sala indicada.
Sobre el marco de la puerta, un cartel indicaba el nombre de la sala: “Mesozoico”. Y la misma se
dividía en tres subsalas: Cretáceo, Jurásico y Triásico. Fontinn se encontraba en la primera sala y, al
ver al detective, le gritó:
–Jolms, por aquí. Venga, deprisa.
El detective apuró el paso, dejando de lado decenas de plantas, insectos y animales de más de 150
millones de años.
El jefe de policía estaba junto al director del museo, que fue presentado de inmediato.
–Jolms, buen día. Le presento a Zalski, el director del museo.
–Mucho gusto –dijo el recién llegado.
–Gracias por venir, detective –dijo el director–. Imagino que está al tanto de la situación.
–De algo estoy enterado, pero me gustaría oírlo de usted –pidió Jolms.
–Al detective le gusta hacer participar a todos –dijo con ironía el jefe de policía.
–Bueno. Esta mañana, a eso de las seis, recibí la llamada de Benicio, desesperado, pidiéndome que
viniese urgentemente.
–¿Benicio es…? –interrumpió Jolms.
–Oh, sí, perdón. Benicio es nuestro guardia nocturno. Hace más de veinte años que trabaja aquí. Ni
bien descubrió el hecho, me llamó por teléfono. ¿Quiere ver el estado del fósil? –preguntó el
hombre.
Jolms hizo un gesto con la mano, señalando el camino e indicando que avanzaría después de él.
Dio a entender que le encantaría conocer el fósil.
En la misma sala donde se encontraban, pero en un ala más apartada, con un gran ventanal que
mostraba un parque extenso, encontraron el problema en cuestión.
–He aquí –dijo Zalski indicando el enorme Triceratops que se erguía frente a ellos.
Jolms lo miró con detenimiento, y a pesar de su falta de conocimiento en la materia, descubrió que
faltaban varios huesos en el esqueleto del dinosaurio. Se acercó para inspeccionarlo, y el jefe de
policía, con algo de sarcasmo dijo:
–No es de los que usan lupa para descubrir huellas. Tiene buen ojo –dijo con una sonrisa.

Jolms prefirió no hacer caso a lo que escuchó, y continuó observando el esqueleto. Se agachó y
con su mano derecha frotó el suelo. Luego se miró la palma de la mano y se la sacudió en el
pantalón. Dio una vuelta alrededor del fósil, observando de arriba hacia abajo, buscando pistas.
–Parece que va a caer… –dijo el director–. Los huesos faltantes fueron cuidadosamente extraídos,
como si un experto supiera cuáles sacar, cuáles son los que permiten que el esqueleto continúe en
pie.
–¿Quién querría robarse unos huesos? –preguntó el jefe de policía.
–En el mercado negro se pagan muy bien. Son piezas invaluables para muchos excéntricos
coleccionistas –dijo Jolms mientras se acercaba al ventanal que daba al parque y observaba con
atención el exterior.
–El detective tiene razón. Conocemos muchos casos de robos de piezas como estas, o vasijas o
armas antiguas. Se han llegado a pagar miles de dólares por restos en tan buenas condiciones. Este es uno
de los pocos Triceratops en el mundo del que se han recuperado todos sus restos. Y ahora,
esto… Es una desgracia –gimió Zalski.
–Es una desgracia, es cierto, pero tiene solución –afirmó Jolms, mientras intentaba abrir la puerta
del ventanal–. Está cerrada. ¿Siempre está cerrada?
–Sí. Solo la abrimos para limpiar el parque –afirmó el hombre–. ¿Necesita que la abra?
–No, está bien. Ya pude ver lo que necesitaba ver. ¿Quiénes tienen llave de esta puerta? –quiso
saber Jolms, intuyendo la respuesta que recibiría.
–Yo tengo una. Benicio tiene otra. Y el guardia que está durante el día tiene la tercera. Nadie más.
Pero tiene alarma esa puerta. No hay forma de entrar sin que se active la alarma.
–Perfecto. Me gustaría conocer a Benicio. ¿Podría llamarlo, por favor?
–Yo me ocupo, Jolms –dijo Fontinn. Tomó su handie y dio la orden de que llevaran al guardia
nocturno a la sala donde se encontraban. A los pocos segundos, un hombre corpulento, de pesado caminar,
ojos despiertos y boca pequeña, apareció en la sala.
Sobre el lado izquierdo de su uniforme se leía claramente su nombre en una placa dorada.
–Buen día –dijo el recién llegado.
–Buen día, Benicio –saludó Jolms–. ¿Usted tiene llave de esta puerta, verdad?
–Sí, tengo una. Aquí está –dijo al mostrar un manojo de llaves–. Las otras abren otras puertas del museo.
–Bien, ¿y las ha usado durante la noche? ¿Ha abierto esta puerta en particular?
–No. No lo hice. Sí abrí la del salón de al lado, durante la noche, porque me pareció escuchar unos ruidos en
el parque. Salí y di una vuelta, pero no encontré nada. Le juro que esta puerta no la abrí –afirmó seguro el
guardia.
–Bien. ¿Sabe que faltan varios huesos de este esqueleto, de este enorme carnívoro?
–Sí, lo sé… Yo mismo lo he descubierto esta mañana.
–No es un carnívoro, señor Jolms. Es una confusión muy
frecuente. Es herbívoro –aclaró el director del museo.
–Sepan disculpar mi ignorancia. La paleontología no es una de mis materias favoritas –dijo Jolms con un
ademán de disculpas.
Jolms observó el rostro del guardia que sonreía. El cuello de la camisa no le cerraba bien, y el
último botón estaba desabrochado, oculto por la corbata del uniforme.
–Benicio, le pido si puede abrirnos la puerta, quiero examinar el exterior –dijo Jolms.
–Recién le ofrecí abrirla… –se enojó Zalski.
–Disculpe, pero se me antojó salir a respirar un poco de aire. ¿Podrá? –dijo mirando a Benicio.
El guardia se acercó a la puerta y tomó su enorme llavero. Probó la primera llave, pero no abrió.
Luego la segunda y tampoco. Y luego la tercera.
–Esta tampoco. Estoy un poco dormido, sepan disculparme –dijo el guardia de seguridad.
Luego de varios intentos más, al fin se abrió la puerta, y los cuatro hombres salieron al parque.
Jolms se agachó y frotó su mano sobre la tierra. Observó desde esa altura el extenso suelo que lo
rodeaba. Miró el cielo y se rió.
–Antes que comience a llover, le pido, Benicio, que nos diga su verdadero nombre –pidió Jolms sin
exaltarse.
Los otros tres caballeros se miraron extrañados.
–¿De qué habla, Jolms? –preguntó Zalski.
–Lamento informarle que este hombre aquí parado, no es Benicio. ¿Podría decirnos quién es, y
dónde se encuentran los huesos que robó? Sé que están aquí afuera, pero podría evitar la larga
búsqueda.
Benicio bajó la vista y dijo:
–Es cierto. No soy Benicio. Pero no me robé los huesos. Soy Alfonso, el hermano gemelo de Benicio.
–Bien. Escuchamos la historia –dijo Jolms muy tranquilo.
–Benicio tenía una cita esta noche. Hacía meses que intentaba invitar a salir a una chica, y ayer ella por fin
aceptó. Enloqueció de alegría. Sabía que si le decía que no podía porque trabajaba, perdería su única
oportunidad. Entonces me propuso reemplazarlo.
Sabía que nadie notaría la diferencia. Somos casi iguales.
–Casi. Él es un poco más flaco.
–Es cierto. Yo estoy pasado de peso. Acepté venir esta noche. Me prometió que nada pasaría. Que solo debía
recorrer el museo y hacer sonar la alarma ante cualquier problema.
–Pero pasó –afirmó Jolms.
–¿Cómo supo que no era Benicio? –preguntó el director.
–El primer indicio me lo dio su desconocimiento sobre el Triceratops. Creo que cualquier persona que pasa
veinte años trabajando en un lugar, conoce todo a la perfección. Y que no supiera que ese dinosaurio era
herbívoro,me llamó la atención. La segunda pista me la dio su confusión con
las llaves. Debería saber exactamente cuál abre cada puerta. Y tercero, el cuello de la camisa sin
abrochar, me indicó que era un talle más chico que el que debía usar, y que no debía ser su camisa.
Todos miraron a Alfonso, quien afirmó todo con su cabeza.
–Ahora, díganos, ¿dónde están esos huesos? –preguntó Jolms.
–Le juro que no los tengo. Sería incapaz de robar algo, y de arruinarle la vida a mi hermano.
–Entonces, ¿dónde están esos huesos? –preguntó Fontinn.
Y antes de que se escuchara la misma respuesta que antes, vieron aparecer un pequeño perro en el parque,
corriendo deprisa por todos lados. Un trueno resonó en el cielo, como trombón de
orquesta, y una intensa lluvia comenzó a caer sobre los cuatro hombres. El perro comenzó a
remover la tierra con sus patas, tierra que empezaba a convertirse en barro. Extrajo del pozo que
hizo un pequeño hueso, y luego se dirigió hacia otro montículo de tierra y realizó la misma tarea.
Cinco veces en total, extrajo cinco huesos. Cinco huesos de Triceratops.
–Resuelto el misterio de quién se llevó los huesos –dijo Jolms con una sonrisa–. Debe haber
entrado por la otra puerta cuando la abrió por la noche, y salió a investigar –le dijo a Alfonso. El
perro apiló los cinco huesos del fósil y comenzó a ladrar cuando Fontinn se acercó para agarrarlos y
regresarlos al lugar donde pertenecían.
Darío Levin

Tema: Cuento policial. Características Fecha: /04/23

Grado: 7mo

Propósito: Que los estudiantes puedan conocer las características del cuento policial para poder
identificarlas a través de la lectura.

ACTIVIDADES

Retomamos lo visto la clase anterior sobre el cuento policial. ¿Qué son?

Para tener en cuenta más característica acerca de este texto. Leemos entre todos .
 Organizamos la información leída en una red de conceptos.

CUENTO POLICIAL
CARACTERISTICAS

ES

ELEMENTOS
 Retomando el cuento policial “Huesos Ausentes, el caso del Triceratops” de Darío Levin,
observa esta secuencia y responde las preguntas

Resolución: el conflicto se resuelve, favorable o desfavorablemente.

Responde: ¿cómo termina este cuento policial? ¿Qué complicación tienen los personajes? Para vos:
¿quién había sacado los huesos del dinosaurio?

Tema: Cuento policial, características. Fecha: /04/23

Grado: 6to

Propósito: Conocer el cuento policial, a través de la lectura, para comprender cuáles son sus
características.

ACTIVIDADES

 Se les presentara la siguiente imagen en forma de rompecabezas para que las puedan armar.
Luego se dialogara en forma oral.
Mira con
atención la
imagen.
Descubre lo

¿En qué tipos de relatos


pueden aparecer estos
objetos?
- ¿Hay suspenso
en esta página?
¿Por qué?

Leemos el siguiente texto “La pieza ausente” de Pablo de Santis

LA PIEZA AUSENTE
Comencé a coleccionar rompecabezas cuando tenía quince años. Hoy no hay nadie en esta ciudad -
dicen- más hábil que yo para armar esos juegos que exigen paciencia y obsesión.
Cuando leí en el diario que habían asesinado a Nicolás Fabbri, adiviné que pronto sería llamado a
declarar. Fabbri era Director del Museo del Rompecabezas. Tuve razón: a las doce de la noche la
llamada de un policía me citó al amanecer en las puertas del museo.
Me recibió un detective alto, que me tendió la mano distraídamente mientras decía su nombre en voz
baja -Laínez- como si pronunciara una mala palabra. Le pregunté por la causa de la muerte: "Veneno"
dijo entre dientes.
Me llevó hasta la sala central del Museo, donde está el rompecabezas que representa el plano de la
ciudad, con dibujos de edificios y monumentos. Mil veces había visto ese rompecabezas: nunca dejaba
de maravillarme. Era tan complicado que parecía siempre nuevo, como si, a medida que la ciudad
cambiaba, manos secretas alteraran sus innumerables fragmentos. Noté que faltaba una pieza. Láinez
buscó en su bolsillo. Sacó un pañuelo, un cortaplumas, un dado, y al final apareció la pieza. «Aquí la
tiene.
Encontramos a Fabbri muerto sobre el rompecabezas. Antes de morir arrancó esta pieza. Pensamos
que quiso dejarnos una señal.
Miré la pieza. En ella se dibujaba el edificio de una biblioteca, sobre una calle angosta. Se leía, en
letras diminutas, Pasaje La Piedad.
Sabemos que Fabbri tenía enemigos -dijo Láinez-. Coleccionistas resentidos, como Santandrea, varios
contrabandistas de rompecabezas, hasta un ingeniero loco, constructor de juguetes, con el que se
peleó una vez.
-Troyes -dije-. Lo recuerdo bien.
-También está Montaldo, el vicedirector del Museo, que quería ascender a toda costa. ¿Relaciona a
alguno de ellos con esa pieza? -Dije que no.
- ¿Ve la B mayúscula, de Biblioteca? Detuvimos a Benveniste, el anticuario, pero tenía una buena
coartada. También combinamos las letras de La Piedad buscando anagramas. Fue inútil. Por eso pensé
en usted.
Miré el tablero: muchas veces había sentido vértigo ante lo minucioso de esa pasión, pero por primera
vez sentí el peso de todas las horas inútiles. El gigantesco rompecabezas era un monstruoso espejo en
el que ahora me obligaban a reflejarme. Sólo los hombres incompletos podíamos entregarnos a aquella
locura. Encontré (sin buscarla, sin interesarme) la solución.
-Llega un momento en el que los coleccionistas ya no vemos las piezas. Jugamos en realidad con huecos,
con espacios vacíos. No se preocupe por las inscripciones en la pieza que Fabbri arrancó: mire mejor la
forma del hueco.
Laínez miró el punto vacío en la ciudad parcelada: leyó entonces la forma de una M.
Montaldo fue arrestado de inmediato. Desde entonces, cada mes me envía por correo un pequeño
rompecabezas que fabrica en la prisión con madera y cartones. Siempre descubro, al terminar de
armarlos, la forma de una pieza ausente, y leo en el hueco la inicial de mi nombre.
PABLO DE SANTIS

Luego de la lectura, dialogaremos con los estudiantes sobre el cuento. ¿En este cuento aparece la
INTRIGA y el SUSPENSO? ¿Cómo te diste cuenta? ¿Qué sucede en este cuento? ¿quiénes son los
personajes? ¿Cómo comienza el cuento? ¿Cuál el conflicto? ¿Cómo termina?

Se les explicara a los estudiantes que este tipo de cuentos se llama CUENTO POLICIAL.

Copiamos la definición en la carpeta.

Respondemos en la carpeta
¿Qué se investiga en el cuento?
Anoten los hechos ordenados cronológicamente.
¿Qué adivinó el relator?
¿Cuántos personajes aparecen en el relato?
 Completa la siguiente tabla

¿Cuál de los personajes parece mas sospechoso? ¿Por qué?

¿Qué representa el rompecabezas que esta en el museo? ¿Qué faltaba?

¿Qué saco Lainez de su bolsillo?

¿Qué señal descubrio Lainez?

¿Cómo es el final de este cuento?


 Imagínate otro final para dicho texto. Escríbanlo.

Tema: Cuento policial. Características Fecha: /04/23

Grado: 6to

Propósito: Que los estudiantes puedan conocer las características del cuento policial para poder
identificarlas a través de la lectura.

ACTIVIDADES

Retomamos lo visto la clase anterior sobre el cuento policial. ¿Qué son?

Para tener en cuenta más característica acerca de este texto. Leemos entre todos en la página 18 y
19 de libro de Practica del lenguaje.

Completamos el siguiente cuadro teniendo en cuenta las características

El cuento policial es:





Los personajes Estructura narrativa El narrador

De acuerdo a la lectura del cuento “La pieza ausente” completa

¿Cuál es la situación inicial del cuento? Aquí se presentan los personajes y el problema.

¿Cuál es la complicación? Aparece un conflicto que modifica la situación inicial.

¿Qué personajes tiene este cuento policial? ¿Qué relación los une?

¿Qué complicación tienen los personajes?

¿Cuál es la resolución del conflicto? Se resuelve, favorable o desfavorablemente.

Responde: ¿cómo termina este cuento policial? ¿Qué complicación tienen los personajes? Para vos:
¿Qué paso con la pieza ausente del rompecabezas cada mes?

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