Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
*Actualmente en composición.
Nelson A. Flores N.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o
transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización
de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
(Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o
escanear algún fragmento de esta obra
(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45).
S
i el accionar político está dirigido al ser
humano y su familia, conocer la naturaleza
del ser humano y conocer la naturaleza de
la familia, comprender las circunstancias del origen y
evolución del hombre y su familia, es el primer deber
tanto del buen político como del buen elector, porque
todo lo que sucedió durante el origen y la evolución
hasta nuestros días es lo que determina quiénes y
cómo somos los seres humanos, nuestros deseos,
instintos y pasiones; logros y fracasos.
Cómo es el hombre actual y cómo es la mujer
de hoy ¿Y la familia? Cómo es y cuál es la función de
la familia en esta sociedad de nuestro tiempo ¿Qué
espera el ser humano de la sociedad y qué espera la
sociedad de sus integrantes?
S
urgimiento.- El registro fósil indica que
nuestros ancestros más antiguos
evolucionaron hace unos 55 millones de
años. Nuestros ancestros no humanos fueron los
primeros primates, animales cuyos hijos
permanecían largo tiempo en el útero de la madre y
allí eran alimentados a través de la placenta
(placentarios). Al nacer continuaban la alimentación
de los críos con leche materna a través de mamas
(mamíferos). A sus fósiles se les identifica un patrón
dental común (Microestriación) y tuvieron cuerpos
especializados con dos piernas, dos brazos y manos
de cinco dedos (pentadactilia).
Los científicos han determinado que durante
más de cincuenta y cinco millones de años de
evolución la naturaleza produjo distintos primates
hasta llegar al primer humano, un homínido nuevo
(primate superior), llamado hombre hábil (homo
hábilis), que evolucionó hace unos 2.5 millones de
años. Hasta ahora el homo hábilis es la especie
humana más antigua de la que se tiene certeza; pero
pudo haber otro anterior, u otros.
Desde el homo hábilis transcurrieron cientos de
miles de años en los que evolucionaron otras
especies de humanos, hasta llegar al humano actual
(Homo sapiens), que evolucionó hace entre
doscientos mil y trescientos mil años. Algunos
aseguran que surgió en un nicho en la hoy Etiopía,
África; mientras que para otros el Homo sapiens no
evolucionó en un “nicho” sino en “oleadas” por casi
todo el continente Africano.
Dos teorías.- Como es sabido; dos teorías han
prevalecido para explicar el origen del hombre: la
teoría creacionista y la teoría evolucionista. La
primera, con base en la Sagrada Biblia, dominó casi
por completo todos los estudios y argumentos hasta
que en 1809, hace poco más de doscientos años,
Jean-Baptiste Pierre Antoine de Monet Chevalier de
Lamarck publicó su obra “Filosofía zoológica” en la
que desarrolló su idea evolucionista; idea que se
convirtió en la primera teoría sobre la evolución de la
vida.
Primera idea evolucionista.- Lamarck
propuso:
“Innumerables hechos nos enseñan que a
medida que los individuos de una de nuestras
especies cambian de situación, de clima, de
manera de ser o de hábito, reciben por ello las
influencias que cambian poco a poco la
consistencia y proporción de sus partes, de su
forma, sus facultades y hasta su misma
organización, (…) Pero con la sucesión de los
tiempos, la continua diferencia de las
situaciones de los individuos de quienes hablo
producen en ellos diferencias que llegan a ser
esenciales a su ser. De suerte que si se han
sucedido los unos a los otros, estos individuos,
que pertenecen originariamente a otra especie,
se encuentran al fin transformados en una
especie nueva, distinta de la otra”. (Lamarck,
1809)
Esta afirmación dio origen a la mayor
controversia de la historia. Lamarck siguió publicando
docenas de artículos hasta su muerte, el 18 de
diciembre de 1829, en París, Francia. Vivió los
últimos once años de su vida ciego y en la indigencia.
Fuere como fuere el origen del Homo sapiens,
por creación o por evolución, lo que es incuestionable
es que las estructuras que definen la conducta
humana al interactuar en la sociedad son el
resultado de la adecuación de nuestra mente
durante cientos de miles de años, adecuación que
determinó al hombre, a la familia y a la sociedad de
hoy.
Si el ser humano actual es producto de la
creación divina, como propone la teoría
creacionista, no se podrá negar que aquel
hombre natural descrito en la biblia debió
asimilar cambios conductuales al exponerse
durante miles de años al impacto de la
naturaleza y al relacionarse con sus
congéneres, con los que creó sociedades,
hasta llegar al ser humano que es hoy.
De la misma forma, si los seres humanos
somos un resultado evolutivo natural; como nos
explica la teoría evolucionista, debemos
aceptar que no solo evolucionó su cuerpo, sino
que la mente y la conducta también fueron
condicionadas por esa evolución.
Cerebro humano, evidencia de evolución.-
Algunos científicos han sugerido que el cerebro
humano consta en realidad de tres cerebros
especializados y que uno de estos cerebros es el
cerebro reptiliano (reptil), que controla muchas de
nuestras funciones básicas, de nuestros instintos.
Ese cerebro reptiliano sería una herencia recibida de
las primeras formas de vida terrestre. El cerebro
reptiliano es entendido como el más profundo y base
sobre la que se superpusieron los otros dos cerebros
por el proceso evolutivo.
“El más interno y menos complejo
(probablemente menos evolucionado) de los
sistemas, es el que compartimos con los
reptiles. Con solo este cerebro reptiliano, el
hombre sería capaz, metafóricamente
hablando, de vivir y comportarse sexualmente
como un lagarto, una serpiente o una tortuga.
Con solamente una corteza de paleo mamífero,
o sistema límbico, añadida al cerebro reptiliano,
la conducta sexual del hombre se parecería a la
de un mamífero algo más inferior que el conejo.
El más externo de los tres sistemas, el
correspondiente a la corteza de neo mamífero,
es el que está más complejamente diferenciado
de los primates, llegando a su máximo de
complejidad en el hombre”. (Money & Ehrhardt,
1982)
Como ya citamos; ha habido y persiste la
controversia en torno al origen del hombre actual, el
Homo sapiens. Los creacionistas Vs
evolucionistas. Pareciera que los creacionistas han
perdido todo el terreno ante el empuje de la ciencia;
pero no es así. Cada parte busca, encuentra y
expone argumentos nuevos, pruebas nuevas e
interpreta pistas nuevas según su punto de vista.
Estos elementos son traídos a la discusión con
verdadero apasionamiento y fervor, resultando usual
que ante explicaciones innovadoras algunos
científicos de ambas teorías vacilen en sus
convicciones.
Síntesis de la explicación evolucionista.-
Desde la aparición de nuestros ancestros primates
(hace 30-55 millones de años), hemos tenido
significativos cambios por evolución natural como
individuos. Cambios en el tamaño y forma de nuestra
cabeza, del cuerpo y de las extremidades, así como
cambios en la manera de funcionar como organismo,
en nuestra forma de pensar y en nuestra conducta.
Este tipo de procesos evolutivos son catalogados por
la biología. Por ello será de la biología de donde
tomaremos las primeras referencias.
Taxonomía del Homo sapiens.- En biología, los
seres vivos son clasificados así: Dominio, Reino,
Filo, Clase, Orden, Familia, Género y Especie,
este esquema se denomina clasificación
taxonómica. “La clasificación taxonómica el ser
humano es la siguiente: eukarya (Eucariota),
animalia, chordata, mammalia, primates,
hominidae, homo, sapiens; -vocablos que se
corresponden con- Dominio, Reino, División, Clase,
Orden, Familia, Género y Especie”. (Jiménez &
Salazar Chacón, 2014) Los biólogos asignan a cada
organismo un nombre de dos palabras en latín.
Denominación científica.- Con la primera
palabra identifican el género y con la segunda la
especie, por ejemplo: el conejo es denominado
biológicamente Oryctolagus cuniculus, el oso
panda es Ailuropoda melanoleuca y la papa es
Solanum tuberosum. En estos casos se indica que
el conejo es del género Oryctolagus y de especie
cuniculus, el oso panda del género Ailuropoda y de
especie melanoleuca y la papa del género Solanum y
de la especie tuberosum. Con la misma técnica se
denomina al hombre actual Homo sapiens, es decir:
somos del género homo (humano) y la especie
sapiens (sabio).
Qué distingue a dos especies.- La condición
biológica para que dos seres vivos sean de especies
distintas es que no gusten de tener sexo entre ellos y
si lo tienen que no puedan tener hijos fértiles, es
decir, que no puedan tener hijos que puedan
engendrar otros hijos. Un ejemplo común es el caso
de los caballos y los asnos. No es habitual que
machos y hembras de esas dos especies sientan
atracción sexual entre ellos; pero, de llegar a tener
sexo, producen hijos a los que llamamos mulas, que
no pueden engendrar otros hijos. Caballos y asnos
son de especies diferentes. Los nombres científicos
de los caballos y los asnos son: Equus caballus y
Equus asinus. Ellos son del mismo género equus;
pero de especies diferentes. El nombre científico de
la mula es Equus asinus × Equus caballus
Muchas especies humanas.- El caso de los
caballos y los asnos facilita la comprensión, hasta
cierto punto, de lo que sucedió con el género
humano. Sobre el planeta tierra han existido muchos
humanos; todos de la misma familia hominidae y
del mismo género homo; pero de distinta especie:
homo erectus, homo cheddar, homo
neandertalensis, homo cepranensis, homo
tsaichangensis, homo hábilis, homo georgicus,
homo floresiensis, homo ergaster, homo
denisova, homo heidelbergensis, homo
luzonensis, entre otros. Varios de estos humanos
compartieron durante miles de años las sabanas, los
bosques, los mares y los ríos e interactuaron con
nosotros, los Homo sapiens, la única especie homo
que aun existe.
Al ser especies distintas se supuso que, aun
cuando se conocieron y compartieron y
probablemente bailaron unos con otros y pelearon
unos contra otros, no tuvieron sexo entre ellos. Pero
con el tiempo han venido apareciendo evidencias que
demuestran que entre distintas especies humanas si
hubo encuentros sexuales. Aceptada la realidad, se
supuso entonces que, por ser especies diferentes, no
pudieron tener hijos. La cosa quedó allí hasta que se
demostró que el Homo sapiens si tuvo hijos con otras
especies humanas.
Homo sapiens tuvo hijos con otras especies.- El
hecho comprobado de que Homo sapiens y otras
especies tuvieron hijos no dejó otra salida que
aceptar, a regañadientes, las pruebas; sin embargo
la sociedad debió haber puesto un “pero”, más o
menos como este: Dado que ha sido comprobado
que humanos de distintas especies tuvieron sexo
con nuestra especie homo sapiens, y siendo
probable que la naturaleza hiciera una de sus
travesuras y tuvieran hijos, se establece que
dichos hijos, producto de la relación sexual inter
especies, no pudieron engendran otros hijos,
como sucede con las mulas. Con lo que las aguas
se encauzaron y la calma retornó.
Tenemos ADN neandertal, denisovano y
“fantasma”.- El argumento de la mula se asumió
como indiscutible hasta que en 2010 los genetistas
demostraron que ¡Oh, sorpresa! Los humanos de
distintas especies si tuvieron sexo, si tuvieron hijos y
estos hijos si pudieron engendrar nuevos hijos
combinando y transmitiendo sus herencias genéticas
hasta nuestros días. De tal manera que los
descendientes de aquellas “travesuras” andan por
toda la tierra engendrando más descendientes del
homo neandertalensis, del homo denisova y otros. Al
respecto citamos a Yuval Noah Harari, “De animales
a dioses”:
“Pero eso terminó en 2010, cuando los
resultados de un esfuerzo de cuatro años para
mapear el genoma de Neanderthal fueron
publicados. Los genetistas pudieron recolectar
suficiente ADN de neandertal intacto de fósiles
para hacer una comparación amplia entre él y
el ADN de humanos contemporáneos Los
resultados sorprendieron a la comunidad
científica.
Resultó que 1–4 por ciento del ADN humano
único de las modernas poblaciones en el Medio
Oriente y Europa es ADN neandertal. Eso no es
una gran cantidad, pero es significativo. Un
segundo shock llegó varios meses después,
cuando se mapeó el ADN extraído del dedo
fosilizado de Denisova. Los resultados
demostraron que hasta el 6 por ciento del ADN
humano único de los melanesios y los
aborígenes australianos modernos son ADN
denisovano”. (Harari, 2014)
“Fantasmas” en el ADN del hombre actual.- Como
acotación, hace una semana, el 19 de julio de 2019,
circuló por todos los medios el anuncio “con bombos
y platillos” del descubrimiento, en el ADN del humano
actual, de ADN “fantasma” de al menos dos especies
desconocidas a las que bautizaron EH1 y EH2. Esas
dos especies se consideran “desconocidas” porque
de ellos no se tiene registro fósil. “…las mismas
técnicas que nos han permitido identificar aquellos
antiguos cruces genéticos han revelado, también,
las huellas de otras especies humanas de las que
nunca habíamos tenido noticia. Auténticos
"fantasmas" del pasado de los que hasta ahora no
hemos recuperado ni un solo resto fósil”. (Nieves,
2019)
Sapiens: mezcla de especies y conductas.- El
punto al que se quiere llegar es que las
características del hombre actual, deben ser el
resultado de mezclar durante millones de años al
menos cinco factores:
1) la biología estructural original propia de
nuestra especie Homo sapiens,
2) la forma en que el Homo sapiens interpretó
su existencia, antes y después de un
proceso llamado Revolución Cognitiva,
3) el resultado de la integración sexual del
Homo sapiens con otras especies humanas,
4) las experiencias por la interacción social con
otras especies humanas_ amistades,
acuerdos, pugnas, conflictos, peleas,
miedos, rencores_ y
5) la interacción del Homo sapiens con el
ambiente, con los otros seres vivos:
vegetales, animales, virus, bacterias y con
la geografía física.
Concluyendo que somos lo que somos en
correspondencia con lo que fueron nuestros
ancestros, con las conductas asumidas para superar
las condiciones ambientales del planeta y con las
mutaciones de nuestro organismo; una mezcolanza
agitada por milenios a la que se le puede llamar
proceso evolutivo.
Características del Homo sapiens.- Debo
advertir que los especialistas han explicado las
características del ser humano. Todas las formas y
costumbres que según sus expertas opiniones nos
definen como humanos actuales se pueden encontrar
en los libros. No puedo asegurar que las tres
características humanas que citaremos a
continuación coincidan con las señaladas por los
expertos; pero, según nuestro criterio, estas tres
tienen especial relevancia para el político y para el
elector porque son características que condicionan
en mucho la interacción humana en la sociedad del
siglo XXI y su respuesta política.
La primera característica es la capacidad y
propensión para exterminar, la segunda
característica humana es la capacidad y
propensión para visualizar y la tercera es la
capacidad y propensión para adaptar. Haremos un
breve recorrido en nuestra prehistoria para encontrar
los fundamentos de estas tres características
humanas.
Primera característica: El hombre exterminador.-
No existe ni ha existido otro animal que haya
exterminado más especies que el Homo sapiens. De
hecho, su salida de África y expansión por todo el
planeta puede ser estudiada en tiempo y espacio por
la estela de especies extintas que fue dejando a su
paso. Y, con relación a su misma especie, no existe
ni ha existido otra especie animal que haya matado
más seres de su misma especie que nosotros, los
humanos sabios. De hecho, el estudio más amplio
sobre la existencia documentada del Homo sapiens
es una ciencia que llamamos historia ¿qué nos
enseña la historia?
La historia, glorificación de genocidios.- La
historia, en todo su esplendor, es una glorificación
sistemática de guerras y genocidios. Por la historia
que se enseña en las escuelas nuestros niños toman
como modelo a los héroes y villanos más grandes y
famosos, aquellos que demostraron tener la mayor
capacidad para matar a más humanos lo más
eficientemente posible, contándose sus víctimas en
millones. La única diferencia entre los muertos de los
héroes históricos victoriosos y los muertos de los
villanos históricos derrotados es que los motivos de
los primeros son santificados mientras los motivos de
los derrotados son satanizados. Pero detrás de tales
motivos siempre, siempre, se implica el poder.
En un ejercicio de solidaridad automática con
nosotros mismos, pudiéramos achacar este instinto
exterminador a los genes “extraños” que heredamos
del homo neandertal, del homo denisova o de
otros homínidos fantasma como consecuencia de la
interacción sexual “indebida” que por miles de años
nuestros ancestros sapiens tuvieron con otras
especies; pero no sería válida esa solidaridad porque
para causar este tipo de daño es necesaria la
participación organizada de millones de personas y
ninguna otra especie tuvo ni tiene capacidad para
ello, solo el homo sapiens puede visualizar, imaginar,
planificar y organizar fuerzas de tarea de miles,
cientos de miles y millones de humanos. Así que no
queda otra, los letales somos nosotros, el Homo
sapiens, el hombre sabio, el que salió de África a
conquistar el planeta y lo conquistó.
Pareciera que antes del Homo sapiens todas
las otras especies humanas vivieron con el resto de
las especies del planeta en un paraíso de felicidad,
como aparece graficado en folletos religiosos, una
paz que solo se alteraba cuando llegaba la hora del
almuerzo, por la necesidad de comerse unos a otros.
Así que, por cientos de miles de años, quizá millones,
los humanos vivieron sin tratar de aniquilarse
mutuamente ni de aniquilar otras especies.
Eso de “en donde te vea te elimino”, no se
conoció hasta unos ciento ochenta mil años después
de que la especie Homo sapiens comenzó a caminar
sobre la tierra. Por lo que no nos queda otra opción
que comprender que somos nosotros los peligrosos,
muy peligrosos, y propensos a exterminar especies
(incluyéndonos). Que es nuestra esa característica y
que debemos asumir nuestra responsabilidad y
aprender a vivir conscientes de que heredamos la
afición instintiva a aniquilar.
De esta propensión letal debe cuidarse la
sociedad, lo que equivale a decir que de esa
propensión deben cuidar los políticos y electores a la
sociedad, que deben estar atentos y conscientes de
que los humanos tendemos a dejarnos llevar por el
instinto letal, tendemos a extinguir otras especies y
poner en peligro la nuestra, tendemos a dejarnos
“encantar” por discursos o proyectos que descarada
o solapadamente nos conminan a aniquilar otras
especies o poner en peligro la nuestra. Tanto el buen
candidato como el buen elector deben cuestionar las
intenciones y las consecuencias de dejarse
“encantar” por este tipo de discursos y proyectos y
jugar el “Juego del Poder” para lograr frutos que
consideren buenos.
Vigencia de nuestro instinto letal.- Luego de
asimilar esa realidad nos podemos preguntar
¿Cuánto de nuestra propensión letal está vigente hoy
en día? ¿Seguimos siendo tan letales como nuestros
antepasados? Aquí está una pista:
“El mundo se enfrenta a una extinción
masiva de especies, alerta la ONU
Un millón de especies están en riesgo de
extinción, dice la ONU en un desalentador
reporte sobre biodiversidad y ecosistemas. Los
autores del informe, científicos de 50 países,
relacionaron como causa al ser humano y sus
nocivas prácticas.
Cada vez son más las especies que están
desapareciendo en la tierra y el mar. Este 6 de
mayo de 2019 fue difundido el mayor informe
sobre biodiversidad a nivel mundial realizado hasta
la fecha.
Fueron tres años para obtener la
desalentadora radiografía del panorama actual de
biodiversidad en el planeta, para luego proponer
una lista de soluciones y planes de acción con el
fin de tomar control de esta. Según la IPBES todas
las causas de esta extinción masiva se relacionan
con el ser humano y sus prácticas: desde la
deforestación, con la que las especies han perdido
su hábitat; la sobrepesca y cambio climático, ya
que el mundo se está calentando demasiado para
muchos animales e insectos. Además, los
animales también sufren la propagación de
especies invasoras cuyo número ha aumentado en
un 70 % en medio siglo. Finalmente, la más crítica
y expuesta, la contaminación”. (Suárez, 2019)
Revolución Cognitiva.-
1) “La Revolución Cognitiva que comenzó
hace 70.000 años transformó al Homo
sapiens de un simio insignificante de África
del Este al animal más importante y
poderoso de la Tierra, pero por qué sucedió
esta revolución en el Homo sapiens y no en
los neandertales, eso realmente no lo
sabemos. Una mutación en el ADN
del Homo sapiens cambió la estructura
interna del cerebro y le dio nuevas
habilidades cognitivas para imaginar, hablar,
comunicar. Esto le permitió conquistar el
mundo, pero hoy realmente no sabemos por
qué esas mutaciones genéticas se dieron en
el Homo sapiens y no en otras especies”.
(Harari, 2014)
Acordando definición de Revolución
Cognitiva.- Al considerar la definición anterior, dada
por el profesor Yuval Noah Harari, historiador y
escritor israelí, profesor en la Universidad Hebrea de
Jerusalén; se puede concluir que la Revolución
Cognitiva fue un proceso de cambios fundamentales
en la estructura cerebral y mental del Homo sapiens;
cambios que le llevaron a interpretar de una nueva
forma la realidad que percibía a través de los
sentidos. Antes de la Revolución Cognitiva el Homo
sapiens veía una montaña y la entendía como la
“entienden” el resto de las especies: un montón de
rocas, tierra y árboles apuñados. Pero después de
los cambios cognitivos que se produjeron en su
cerebro y en su mente, el Homo sapiens podía
interpretar la misma montaña en dos dimensiones:
Una dimensión fáctica, objetiva que se percibe
a través de los sentidos: montaña es montaña;.
Una dimensión imaginada, superpuesta,
subjetiva, ficticia que hizo de la misma montaña
una cosa sublime y poderosa, que no es
perceptible por los sentidos.
La Revolución Cognitiva no fue consecuencia
de un cambio en el tamaño ni en la forma de la
cabeza ni del cerebro sino un “reordenamiento”, por
así decirlo, de la interconexión y funcionamiento de
nuestras neuronas. Este reordenamiento provocó en
el Homo sapiens una nueva manera de interpretar la
realidad, de ver y entender el mundo, de verse y
entenderse a sí mismo y a sus semejantes y una
nueva forma de utilizar el lenguaje.
La Revolución Cognitiva marcó claramente un
antes y un después para nuestra especie. Por eso
surgieron propuestas para llamar al Homo sapiens de
los últimos 70.000 años “Homo sapiens-sapiens”;
tratando de establecer la diferencia con el Homo
sapiens –anterior-, una diferencia exclusivamente
cognitiva, que no tiene nada que ver con su
estructura anatómica.
Es decir, usted ve a un Homo sapiens anterior a
la Revolución Cognitiva parado al lado de uno
posterior a ese proceso y no puede diferenciarles
hasta que, con su conducta, el primero demuestra
que no puede entenderle cuando usted le habla de
cosas imaginadas.
Este “milagro evolutivo” solo “tocó” la mente del
Homo sapiens y a ninguna otra especie, al menos
hasta el sol de hoy. El proceso fue rápido y tuvo
consecuencias enormes. Hay quienes comparan este
hecho con el relato bíblico en que Eva dio de comer a
Adán el fruto del “Árbol del conocimiento del bien y
del mal”.
La Revolución Cognitiva y el relato bíblico.-
¿Por qué se puede comparar la Revolución Cognitiva
con el relato bíblico de Adán, Eva y el fruto
prohibido?:
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le
puso en el huerto de Edén, para que lo labrara
y lo guardase. 16Y mandó Jehová Dios al
hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
comerás; 17Mas del árbol de ciencia del bien y
del mal no comerás de él; porque el día que de
él comieres, morirás.
(Génesis 2:15. 16 y 17 Versión del Rey Jacobo)
1. Porque para algunos expertos la expresión “El
bien y el mal” significa “el todo”; así, la
expresión “El árbol de ciencia del bien y el mal”
se debe entender como “el árbol del
conocimiento del todo”. No se trata de que al
comer del “árbol del conocimiento” tuvieron
instantáneamente conocimiento del todo sino
que al comer del “fruto prohibido” Adán y Eva
(la humanidad), tuvieron capacidad para llegar
a tener “conocimiento de todo”.
2. Por la simbolizada inmediatez con que, según
el relato bíblico, el humano pasa de una vida
inocente (salvaje) a una vida con capacidad
para el conocimiento, y más allá: con capacidad
para el conocimiento del “todo”, hasta para
llegar a entender la naturaleza misma de Dios.
En fin; sea como sea que se haya producido el
cambio en la mente del Homo sapiens que provocó la
Revolución Cognitiva:
Por una mutación y adaptación evolutiva
que reordenó la funcionabilidad de las
neuronas en nuestros cerebros o
Por un milagro;
el punto es que se produjo, que tal proceso
sucedió hace poco más de 70.000 años y que hay
gran coincidencia de los científicos en la proximidad
a esta fecha, veamos: “Homo sapiens ya disponía de
la abstracción necesaria para la construcción
artística, y por tanto era capaz de plasmar
convenciones arbitrarias, hace unos 80.000 años, tal
y como indican los fragmentos de ocre labrados con
abigarrados motivos geométricos recogidos en la
cueva sudafricana de Blombos” (Martín, 2009)
Fechas arqueológicas se mueven.- Sin
embargo, respecto de las fechas arqueológicas, se
debe entender que a cada momento los científicos
descubren evidencias que usualmente modifican las
fechas de los procesos evolutivos. También se hacen
exámenes de evidencias antiguas con técnicas e
instrumentos cada vez más precisos gracias a las
nuevas tecnologías; no obstante, por tratarse de
escalas de tiempo en milenios, estos cambios
afectan poco en el foque que se da en este texto. Un
ejemplo de estos cambios de fecha es el resultado de
este descubrimiento:
Objeto religioso más antiguo del mundo
“El sorprendente descubrimiento de una serie
de artefactos con 70.000 años de antigüedad junto a
una cabeza de pitón labrada en piedra supone el
hallazgo de los restos de rituales religiosos más
antiguos del mundo. Algo que cambia la concepción
de los científicos sobre la inteligencia humana, que
hasta el momento se creía no desarrolló la capacidad
para realizar este tipo de rituales… El hallazgo tuvo
lugar en las colinas del desierto de Kalahari en
Botswana, donde los arqueólogos encontraron la
serpiente de piedra, de más de metro y medio de
altura y más de seis de longitud” (Coulson, 2006).
Categoría de realidad a cosa imaginada.- Con
las correcciones de fecha a que haya lugar siempre
se reconoce que prácticamente de la noche a la
mañana –en escala de tiempo desde la aparición de
los seres humanos- los cambios cognitivos del
sapiens lo capacitaron para dar categoría de realidad
a cosas imaginadas. Con la nueva visión del mundo,
una montaña podía elevar su condición de montaña
natural común y corriente, a un espacio sobrenatural
con grandes poderes. Fue así como a “esa montaña”,
la elegida, dejaron de verla como un montón de
piedras, riscos, árboles y cuanta cosa hay en una
montaña, para convertirla en algo superior, sublime e
importante.
Esto resultó un cambio increíblemente inmenso
visto que antes de dicho reordenamiento neuronal la
misma montaña no significaba para el Homo sapiens
una cosa diferente de lo que significa hoy día para un
chimpancé o para el gato de la casa. Ejemplos:
Usted está en una esquina, bajo un árbol y ve
acercarse un policía. Seguramente para usted
el policía no es un humano cualquiera sino un
agente de seguridad del gobierno que tiene
autoridad suficiente para arrestarle, autoridad
que usted respeta.
Arriba de usted está un pajarito parado en una
de las ramas del frondoso árbol de la esquina.
El ave canta y canta mientras los ve a usted y
al policía. Para el pajarito ambos son
“humanos” y ninguno tiene autoridad alguna; de
hecho, el canta sin saber qué significa la
palabra “autoridad” y sin reconocer que existe
una cosa llamada gobierno.
Si un Homo sapiens anterior a la Revolución
Cognitiva es decir, de hace unos 100.000 años,
estuviera observando la escena escondido
detrás del árbol, su cerebro sin
“reordenamiento neuronal” concebiría algo muy
próximo a lo que concibió el pajarito y no habría
forma de que usted le convenciera de la
autoridad del policía ni de la existencia del
gobierno, pero un Homo sapiens posterior a la
Revolución Cognitiva, digamos, de hace unos
40.000 años, estaría muy cerca de
comprenderle, si le explica bien.
El hombre descubre el gran poder de lo
sublime.- La Revolución Cognitiva llevó al Homo
sapiens a descubrir el gran poder de las cosas
sublimes que su imaginación podía crear: el poder
sobrenatural de algunas cosas naturales. Aquella
montaña que por millones de años no había pasado
de ser un promontorio de rocas ahora podía ser la
fuente de un poder prácticamente ilimitado, sólo era
necesario que uno de los de la comunidad lo dijera
de una forma convincente y listo, ya la montaña
dejaba de ser la montaña.
Sucedió con la montaña, con la luna, el sol, un
animal; cualquier cosa podía ser convertida de su
realidad insignificantemente natural a una realidad,
sublime, imaginada, de gran poder; incluso un
hombre, una mujer, hasta un niño; cualquiera podía
ser convertido de individuo común y corriente a
deidad, con el poder que implica ser una deidad. Y
esta conversión o transformación fue y es real y
efectiva hoy en día, no es un juego, es serio. Todo
con base en la nueva forma de ver e interpretar la
realidad, gracias a la Revolución Cognitiva. Tal
endiosamiento, tal valor, tal poder imaginado fue y
sigue siendo imposible de ser creado o reconocido
por cualquier otra especie.
Ahora el Homo sapiens puede planificar.-
Pero eso no fue todo. Apoyados en la nueva
habilidad para imaginar, con su nueva capacidad
visionaria, el Homo sapiens comenzó a planificar sus
acciones antes de acometerlas y pudo imaginar
reacciones futuras con soluciones novedosas
(tecnológicas y técnicas), construir estructuras
organizativas, evaluar resultados y corregir errores.
Como consecuencia mejoró increíblemente su
capacidad para garantizarse el sustento, para diseñar
estrategias de defensa ante los peligros, para
lanzarse a empresas conquistadoras, para execrar o
eliminar al miembro de su comunidad que no
estuviera de acuerdo u obstaculizara sus planes y
para extinguir a la especie que fuera estorbo o
insumo necesario para el logro de sus objetivos.
Respecto de esta capacidad para imaginar del
Homo sapiens veamos lo que concluye el
primatólogo Tetsuro Matsuzawa, director
del Instituto de Investigación de Primates de la
Universidad de Kioto:
“La imaginación es una fuerza única del ser
humano y es la base para entender la mente de los
demás. Los chimpancés viven en el presente,
nosotros también tenemos pasado y futuro. Ellos
viven aquí y ahora, no tienen ansiedad. Nosotros
tenemos esperanza”. (Fernando T. & Matsuzawa,
2019)
El Homo sapiens comienza a vivir en dos
mundos.- Por su nueva “visión en dos dimensiones”:
la dimensión de su realidad fáctica y la dimensión de
su realidad ficticia; el Homo sapiens también
encontró la belleza implícita en el arte y empezó a
expresarlo. Comenzamos a vivir en estas dos
dimensiones, en estas dos realidades, al transformar
nuestra interpretación del espacio y el tiempo. El
Homo sapiens tuvo la capacidad de visualizar en el
tiempo dejando de vivir en el “Ya”, como el resto de
las especies, e imaginando su futuro hasta más allá
de su muerte; de la misma forma comenzó a
imaginar su pasado desde antes de su propia vida,
desde su origen. Igualmente pudo visualizar,
imaginar, cambios en su espacio, en la geografía.
Pero lo que pudo ser el progreso más
significativo y determinante entre los impulsados por
la Revolución cognitiva está el desarrollo de un
nuevo lenguaje lo suficientemente simbólico con
el que el Homo sapiens pudo significar y compartir
las nuevas dos realidades paralelas en las que
comenzó a vivir:
La realidad fáctica, objetiva que está en el
presente, a la vista de todos. Todos podían
evidenciar su existencia a través de los
sentidos. Veamos: la tierra es “la tierra natural”,
ahí está, la puedo ver, tocar, saborear, oler y
hasta oír. La dimensión objetiva de la tierra
puede ser percibida por el Homo sapiens a
través de los sentidos, de la misma forma como
la percibe cualquier otro animal y
La realidad ficticia, imaginada, que solo la
pudo reconocer cuando su mente dejó de estar
siempre en el ahora, en el ya, en el presente.
Para percibir la dimensión imaginada era
necesario poder hacerse una imagen
imperceptible de la tierra; debía poder
imaginarla devastada por un huracán o
transformada en una ruta al cielo. Para percibir
esta dimensión el humano no se vale de los
sentidos sino de conectores novedosos:
símbolos y relatos.
HAMLET
“To be, or not to be--that is the question”
“Ser o no ser, ésa es la cuestión”
Vivimos en dos mundos paralelos
interdependientes e interconectados.- Volviendo a
lo nuestro. En función de lograr lo que nos
proponemos, conclusiones que sirvan de guía para el
político novel y para el ciudadano elector, hemos de
convenir en que:
Estos dos mundos existen: el mundo de la
Realidad fáctica que se puede percibir por los
sentidos y el mundo de la Realidad ficticia que
no se puede percibir por los sentidos, y que
el hombre vive simultáneamente en estos dos
mundos.
Ahora bien, es posible que el surgimiento del
poder sobrenatural de los relatos fuera el caldo de
cultivo de donde emergió la angustia humana por
entender la naturaleza de nuestra propia existencia y
por encontrar respuesta a estas permanentes
preguntas… ¿Existo? ¿Por qué existo? ¿Quién soy?
¿Estoy solo? ¿Tengo un destino? Y que, por no
encontrar respuestas, los humanos se sientan
aterrorizados de saberse existentes sin explicación,
abrumados por las dudas, necesitados de protección
y con miedo a la libertad. Veamos: “A menos que
logre restablecer una vinculación con el mundo y la
sociedad que se funde en la reciprocidad y la plena
expansión de su propio yo, el hombre
contemporáneo está llamado a refugiarse en alguna
forma de evasión de la libertad” (Fromm, 2006)
Puede ser que vivir en esta dualidad de dos
mundos interconectados e interdependientes nos
angustie al tratar de entender en un momento dado,
en qué mundo estamos, porque aun no nos hemos
acostumbrado. En lapsos evolutivos, en lapsos de
miles de años, la Revolución Cognitiva no hace tanto
que sucedió; es decir, la “mutación” adaptativa que
nos convirtió en visionarios para diferenciarnos del
resto de las especies sucedió, evolutivamente, hace
muy poco. Así que es posible que haya rezagos,
resistencias, incomprensión, dudas y angustias ante
el poder avasallante de los relatos y el enigma de
nuestra existencia en dos mundos. ¿Si a eso le
sumamos que los relatos también evolucionan?
Los relatos también tuvieron selección
natural.- Debieron haber surgido infinidad de relatos
a los que les sucedió lo mismo que a las especies:
evolucionaron por selección natural. Es lógico pensar
que los relatos más efectivos, los mejor estructurados
y mejor contados, los respaldados con poderes
efectivos (poder económico más solvente o poder
político superior), tuvieran mayor impacto en la
comunidad propia y en las vecinas. Es de presumir
que mientras mejor fuera el relato, más poder lo
respaldara y más beneficios ofreciera a quien se le
adhiriera, más sapiens y más comunidades sapiens
se aglutinarían bajo sus premisas. De tal forma que
los relatos menos efectivos pasaban al olvido
mientras los mejor estructurados y mejor respaldados
se consolidaban en el imaginario popular.
No se debe obviar que siempre ha estado
disponible la opción de imponer relatos por la fuerza,
de tal manera que mientras más fuerza, más
colectivos podía abarcar. Un ejemplo de esto es la
forma en que la religión, el modelo de poder político,
la estructura económica, la estructura social de
clases, el esclavismo, entre otras instituciones
(relatos), fueron instaurados en América por la
conquista y colonización.
El poder de los relatos y el nuevo liderazgo.-
Volviendo atrás es fácil suponer que hace 70.000
años, cuando agrupar a gran cantidad de Homo
sapiens para ejecutar una tarea era cosa imposible,
la consolidación del relato adecuado podía
incrementar en mucho la participación de miembros
de una comunidad y hasta de varias comunidades en
una obra o empresa, lo que significó el surgimiento
de una nueva forma de aunar esfuerzos, una nueva
forma de liderazgo que trascendió la fuerza bruta o la
habilidad técnica.
“La Causa”, el nuevo compromiso social.-
Antes de la Revolución Cognitiva el líder de una
banda de Homo sapiens debió ser reconocido como
tal por su fuerza bruta o por su habilidad, por
ejemplo, para cazar. Era un liderazgo limitado,
imposibilitado para abarcar más allá del pequeño
grupo social (familia, banda), donde todos se
conocían y sabían de la fuerza, habilidad y
limitaciones de cada uno; pero luego de ese cambio
cognitivo los relatos provocaron una nueva forma de
liderazgo, un gran poder basado en la palabra. La
palabra convertida en un emblema con el que se
podía conformar una fuerza de tarea nueva, más
numerosa, más vigorosa y más comprometida no con
el líder, a quien ahora no necesitaban conocer en
persona, si no con la causa, con el emblema, con la
cosa imaginada, con la cosa sublimada mediante el
relato, la idea popularizada mediante la palabra.
Siglo XXI y los relatos más vigentes que
nunca.- Uno puede burlarse al imaginar la fe que
tuvo aquel Homo sapiens en los relatos sobre La
Madre Tierra, el Dios Sol, la Diosa Luna, el Dios
Serpiente, el Dios León, el Dios Jaguar o “La Madre
Planta de Maíz”. La primera idea que se nos viene es
que los convencían con esos relatos por asunto de
inocencia… ¡claro, eran salvajes y bárbaros! Pero no
debemos reírnos mucho, porque las evidencias
ponen en descubierto que los humanos actuales, en
pleno siglo XXI, vivimos con aquellos mismos
sistemas de relatos, agregando relatos nuevos y
afinando relatos viejos. Conceptos modernos como
“compromiso” y “sentido del deber patriótico”, son
relatos derivados de aquellos que inventaron
nuestros ancestros sobre la montaña y la “Madre
Planta de Maíz”.
En la actualidad uno de los relatos más
explotados desde el punto de vista político es “La
Patria”. Mediante la repetición de un mensaje
distorsionador de significados, han logrado inducir en
la mayoría la ilusión de que al decir “patria” están
diciendo “país”. Así, convocan a cumplir el deber de
luchar por la patria, concentrando en la patria la
atención social. El punto es que la patria no se ve y
no se puede ver porque es un elemento del mundo
imaginado y, como tal, solo puede ser percibida a
través de relatos (conectores). En verdad esa patria
del mensaje político no es “La Patria”, sino simple y
llanamente la patria: el conjunto de historias
fabuladas o científicas y símbolos intangibles en los
que se supone se afianza la identidad nacional. Pero
relatar sobre la patria despierta sentimientos que
facilitan la sugestión y la distribución del poder.
Recordemos que los relatos nos ponen en condición
infantil: la existencia de una “Madre Patria” implica
que haya hijos patrios; inocentes, sugestionables,
hipnotizables, autocensurados para cuestionar ese
relato, y ahí vamos.
La ventaja política es que mientras el público
está concentrado en “La Patria” deja pasar por alto
los problemas del país: de justicia, de funcionamiento
de servicios públicos, de seguridad, de distribución
de alimentos, de la rendición de cuentas que deben
hacer los gobernantes sobre la administración del
dinero. Los ciudadanos olvidan el país, se distraen de
los asuntos que en verdad deben atender y evaluar
para calificar la gestión del gobierno porque en la
patria no fallan los servicios públicos, no hay
inseguridad, no faltan alimentos y el gobierno no
debe rendir cuentas. De paso, cuando el gobernante
logra que la mayoría se concentre en la “Patria”,
distribuye poder entre quienes conforman esa
mayoría y obtiene un efecto secundario a su favor: la
mayoría castiga a los “rebeldes” por desatender o
irrespetar el valor del relato, es así como surgen
estigmas descalificativos como “apátrida”, “traidor”,
“disociado”, entre otros.
El país también es un elemento del mundo
imaginado; pero tiene cinco patas y tres de esas
cinco patas están en el mundo objetivo. El país es el
conjunto formado por:
La nación -las personas, el pueblo- (Fáctico).
El territorio (Fáctico).
Sus recursos naturales y culturales, objetivos
(Fáctico).
Su sistema de símbolos y relatos (Ficticio).
El estado -órgano mediante el cual se ejerce el
poder político- (Ficticio).
En el país si hay problemas qué resolver: salud,
educación, seguridad personal, alimentación,
servicios públicos, seguridad jurídica y justicia,
ambiente, infraestructura, energía, transporte,
relaciones laborales y una infinidad de problemas
que, de paso, son recurrentes… pero volvamos a los
tiempos cuando los relatos comenzaron a determinar
el destino de la humanidad.
La Revolución Cognitiva es inocente.- El
punto es que fue con este gran poder visionario,
desarrollado por el cambio cognitivo, que el Homo
sapiens pudo unir las fuerzas sociales necesarias
para salir de África convertido en un conquistador
implacable, enfrentar y vencer los retos que tal
empresa implicó y conquistar el planeta en menos de
treinta mil años. La Revolución Cognitiva no es la
culpable de los exterminios que la conquista deja a
su paso, pero fue la que concedió el gran poder al
exterminador. Así que como dice el “Hombre Araña”:
“todo gran poder implica una gran responsabilidad”.
Los Homo sapiens somos responsables del
exterminio que hemos causado de miles de especies
y responsables de la extinción que seguimos
provocando. Por lo único que no podremos
responder será por nuestra propia extinción.
Otras grandes revoluciones de nuestra
evolución.- En el trayecto de esa conquista
planetaria los estudiosos identifican otras grandes
revoluciones; aparte de la Revolución cognitiva: la
Revolución agrícola, la Revolución científica, la
Revolución industrial y más recientemente la
Revolución informática.
El buen político y el buen elector deben
comprender que todos estos procesos
revolucionarios son consecuencia directa del
incomparablemente inmenso poder de los relatos. La
agricultura, la ciencia, la industria, lo que ha hecho y
termine de hacer la informática, la conquista del
Sistema Solar o la conquista del Universo, todo tiene
un punto de origen: la Revolución Cognitiva.
El inicio y desarrollo de todo progreso depende
de una palanca: La capacidad y propensión
para visualizar del Homo sapiens.
Toda palanca requiere una fuerza que la
mueva: El poder de los relatos.
Toda fuerza humana requiere una motivación
que impulse a aplicarla: La búsqueda del
poder.
Y todo proceso humano significa un riesgo
inminente: nuestra capacidad y propensión
para exterminar.
Hombre:
El hombre es un animal racional y
visionario, propenso a la extinción ajena y
propia, que sustenta su existencia en dos
realidades –fáctica y ficticia- paralelas,
interdependientes y conectadas mediante relatos
que le han servido de base para crear sociedades
culturales de las que depende su subsistencia y
que le otorgan gran poder para adaptar y
desarrollar dinámicamente los elementos de sus
dos realidades.
Familia
L
os miembros de la familia asumen e
intercambian roles para satisfacer las
requerimientos propios del hogar y
responder en las relaciones con las demás familias y
con el Estado. En el hogar desarrollan tolerancia,
compromiso y lealtades mutuas para protegerse,
enfrentar adversidades, apoyarse en los proyectos
personales y del grupo, celebrar logros, animarse
ante el fracaso, acompañarse en las enfermedades o
vejez y recordarse después de la muerte.
Nelson A. Flores N.
¿Qué encontraré en el Fascículo 2?
L
a fuente de donde emana el Poder
político es la sociedad. La sociedad es el
origen y destino del Poder Político.
Origen y destino, principio y fin. En consecuencia,
todo el que decida incursionar en política para tratar
de obtener el poder político, y todo elector que aspire
mejorar su criterio para evaluar las acciones de los
políticos, debe tener conocimientos fundamentales
sobre la sociedad; porque ni al político novel ni al
elector exigente les conviene entrar a jugar El Juego
del Poder en la estructura política social como entra
el toro de lidia al ruedo: ciego y dispuesto a embestir
porque, con toda seguridad, algún político
experimentado hará faena con ese toro. Lo peor es
que “el toro” llega a creer que el cesar de los
capotazos, de los banderillazos y de los gritos del
público son señales de que ya lo dejarán en paz, lo
que no sabe es que tras ese silencio, tras esa calma
viene el veterano, todo rimbombante, a descabellar
con el verduguillo.
¿Qué es la sociedad?
¿Son los niños actores sociales?
¿Sólo nosotros, la especie homo sapiens,
conformamos sociedades?
¿Cuándo surgieron las primeras sociedades?
¿Cómo es la estructura de la sociedad?
¿Cuál es el resorte que impulsa a los humanos
a integrarse e interactuar en la sociedad?
¿Cultura y sociedad van de la mano?
¿Cómo funciona la sociedad?
¿Qué condición debe ser indispensable para
que una sociedad sea sana, funcional y
próspera?
¿Qué relación social hay entre política,
propiedad y creencias?
¿Qué función cumple la política en la sociedad?
¿Puede colapsar una sociedad?
Con la intención de facilitar el acercamiento a
las respuestas para estas preguntas tomaremos
como base lo estudiado en el Fascículo 1 sobre el
hombre y la familia. En ese primer fascículo se
identificaron tres de las características del homo
sapiens (el humano contemporáneo) y estas
características se vincularon al gran poder que
hemos llegado a obtener al constituirnos en
sociedad. También llegamos a una definición de
“Familia” y estudiamos la función que la familia ha
cumplido, adaptándose para satisfacer las exigencias
socio-culturales. Igualmente reconocimos la
existencia de los tres subsistemas que dan estructura
a la sociedad: los subsistemas económico, ideológico
y político.
Un tema que se enfocó con insistencia fue la
forma y motivos que sirven de base para la
interacción del hombre en la sociedad, a las que en
conjunto denominamos El Juego del Poder. De la
misma manera se abordó la capacidad y disposición
de la sociedad para castigar a sus miembros cuando
no “entran” en su juego o cuando entran, pero
irrespetan o se rebelan contra el régimen de
símbolos y relatos en los que la sociedad sustenta su
poder.
Ese asunto tuvo que ser reconocido como
problema, me refiero a la capacidad y disposición de
la sociedad para castigar con violencia y extrema
crueldad. Se hizo evidente la debilidad del hombre
como individuo ante la fuerza avasallante de las
estructuras de poder que accionan en la sociedad;
sobre todo la indefensión de una persona ante el
poder político. Luego, en un gesto de humildad, se
debió reconocer la natural imperfección humana y,
por lo tanto, la natural imperfección de sus
instituciones, por lo que se acepto por necesario,
más que por justicia, garantizar el respeto al derecho
de disentir individual y de las minorías, considerando
que sus ideas, aun resultando perturbadoras del
orden, podrían servir como alarma ante peligros
sociales inminentes no observados por las élites.
Es de imaginar que también se debió tomar en
consideración, entre otros muchos argumentos, la
característica humana de ir, con suma facilidad, en
pro del exterminio. Característica que hace al hombre
más peligroso cuanto más poder ostenta. En
consecuencia surgió la idea de Derechos naturales
que condujo al concepto de Derechos Humanos; por
este camino se llegó a un acuerdo internacional
mediante el cual se reconoció:
La existencia de algunos derechos “naturales”
de todo ser humano.
La persistente violación de estos derechos por
parte de las élites del poder.
La necesidad de convenir en que desde el
ejercicio del poder se respetaran estos
derechos “fundamentales”.
La crueldad inenarrable y la necesidad de
misericordia llevaron a quienes ejercían los poderes
políticos en la mayoría de los países a emitir una
declaración conjunta y a subsecuentes tratados. Esa
declaración, conocida como Declaración Universal de
los Derechos Humanos, y algunos de los posteriores
tratados que la desarrollaron jurídicamente; serán
explorados en este fascículo.
He dicho: “élites del poder” y puede llegar a
parecer una paradoja el que, en esta época
democrática y por la fuerza de la misma democracia,
hayamos permanecido en los tiempos cuando el
poder estuvo concentrado en manos de élites, como
en las monarquías absolutistas; con la diferencia de
que aquellos reyes y príncipes eran conocidos por
todos. En la actualidad siguen existiendo las élites
para ostentar y controlar el poder, en los tres
subsistemas que dan estructura a la sociedad, pero
son prácticamente anónimas, salvo excepciones.
Veremos que la existencia de élites parece ser
una condición natural de la sociedad que, como
coalición humana que es, puede ser representada
como un entramado piramidal de personas jugando,
organizadamente, el Juego del Poder. Al referirnos a
este entramado de personas que tratan de obtener y
acumular poder, debemos reflexionar sobre la
condición de los niños y adolescentes respecto de si
son o no actores sociales en este entramado. Con
respecto a este punto tomaremos como referencia el
trabajo de Lourdes Gaitán Muñoz quien destaca que
la categorización “niñas, niños y adolescentes” es un
constructo social. Los argumentos de Gaitán están
referidos en la obra de Berger y Luckmann: “La
construcción social de la realidad”.
Un “constructo social” es un relato, algo
que no existe en el mundo fáctico (objetivo),
pero que se hace realidad en nuestro mundo
ficticio (imaginado). Un constructo social es un
producto de la imaginación colectiva, una
respuesta cultural de cada sociedad ante un
hecho de difícil determinación. Recurrimos al
constructo para dar significación y cierto orden
a hechos que nos resultan complejos y así
poder interactuar y relacionarnos con más
facilidad con la realidad del mundo en el que
vivimos.
La categorización para crear estos constructos
sociales la hacemos por identificaciones que
establecemos con base en nuestros valores y
creencias; por ejemplo, son constructos sociales la
tipificación por: raza, clase social, género, edad,
entre otras miles
Tomando el concepto de constructo
revisaremos lo de la clase social; para ello debemos
recordar que en el Fascículo 1 acordamos que el
resorte que impulsa al hombre en su interacción
social es la búsqueda del poder. Incluso, cuando
encontramos un ser humano en la indigencia de
inmediato imaginamos que esta persona está rendida
y derrotada, marginada por la sociedad. Marginada
significa separada, execrada, no integrada; pero, si
aceptamos que la supervivencia de un humano
depende necesariamente de que esté integrado en
alguna sociedad, y vemos que esta persona sigue
viva, debemos concluir que tal persona sigue siendo
miembro de la sociedad, aun en su condición de
indigencia sigue jugando El Juego del Poder, es
imposible que no lo haga para progresar. Puede ser
el caso que abandonara su intención de acumular
poder con visión de prosperidad, conformándose con
la cantidad de poder necesario para satisfacer lo que
él considera sus necesidades de subsistencia. Cabe
preguntarse si es que esta persona se incrusta en
“su nicho de pobreza extrema”, con la misma pasión
con que un empresario exitoso se centra en su
mundo de negocios.
Como se puede comprender por lo planteado
en el párrafo anterior, la sociedad tiene miembros
que desarrollan su existencia o supervivencia en
acuerdo con:
Los recursos disponibles al momento de la
integración social.
Su disposición a acumular poder excedente.
Su capacidad para acumular poder.
Las condiciones naturales.
Las condiciones culturales.
El poder acumulado.
Entre estos factores, el principal podría ser la
disposición a obtener poder excedente, es decir,
lograr más poder del que estrictamente se requiere
para subsistir. Esto nos lleva a concluir que un actor
social que no logre obtener poder excedente no
puede prosperar aunque puede subsistir. La
observación de esta realidad nos devela que el
entramado social es sumamente complejo. Por eso,
será necesario suavizar el camino por el que iremos
en búsqueda de la comprensión de cómo es la
sociedad contemporánea. Nuestra ruta será revisar
cuándo y cómo surgió la sociedad. Tratar de
imaginarla cuando la sociedad era lo más simple
posible, eso debió ser cuando ella era bebé.
Así que nos valdremos nuevamente del viaje
imaginario a los tiempos de nuestros antepasados,
pero esta vez incorporaremos otro recurso:
conjeturaremos una sociedad ideal de una tribu
de ángeles en una nube, lo cual nos abrirá la puerta
para intuir la naturaleza de las estructuras internas de
la sociedad; estructuras que son comunes a todos los
tipos de sociedades.
Haremos una radiografía imaginada de aquella
primera sociedad, para revelar de ella:
1. Cómo es el esqueleto, o estructura, que
sostiene al cuerpo social.
2. Si el esqueleto son los huesos del cuerpo, cuál
será la carne; es decir, los músculos y otros
órganos.
3. Cuál es la sustancia que circula por las venas y
arterias de la sociedad.
4. Cuál es la naturaleza del impulso nervioso que
propulsa a la sociedad a moverse y avanzar.
5. Si la sociedad es un cuerpo con esqueleto,
carne, sangre e impulso nerviosos; entonces
debe tener una mente ¿qué hay en esa mente?
Con base en estos cinco fragmentos de la
sociedad haremos la deducción de cómo funciona la
sociedad y la importancia de las buenas decisiones
de electores y políticos para establecer las
condiciones indispensables para que una sociedad
sea sana, funcional, próspera y se aleje del camino
hacia el colapso.
Es importante advertir que para identificar la
sustancia que circula por las venas y arterias del
cuerpo social necesitaremos acordar aspectos muy
importantes de lo que hemos de considerar recursos
con los que una persona se integra y comienza a
interactuar en el cuerpo social y también el
significado de pertenencia o propiedad de los
recursos. En este sentido, se planteará una
interpretación que puede resultarle extraña de lo que
debemos considerar “recursos”; por ejemplo:
Si se acepta que el significado de la palabra
“recursos” es el conjunto de bienes, riquezas o
medios de subsistencia; entonces:
¿Su vida, su cuerpo, su libertad y su mente
son o no son recursos de su propiedad?
Convenidos en una interpretación práctica
sobre esta interrogante procuraremos con ella
mostrar de la forma más sencilla posible qué es la
sociedad y cómo funciona.
Llegados a este punto saltarán ante nuestra
vista ciertos hechos novedosos de la esfera política
de la sociedad; peligros nuevos para las sociedades
democracias contemporáneas, peligros que
representan grandes retos porque el mundo de una
sociedad democráticamente exitosa se transforma a
cada minuto en un mundo desconocido. El modelo
democrático occidental es nuevo, no es verdad que
puede tomar como referencia la “democracia
ateniense”. Los líderes de los países democráticos
más exitosos no tienen a dónde mirar para buscar
enseñanzas, referencias, ejemplos. Cada minuto de
éxito y progreso separa sus sociedades de lo
conocido y las sumerge más y más en lo
inexplorado; poniendo al modelo democrático a
merced de demonios y fuerzas imprevisibles.
Adicional a esos peligros está el hecho de que
por su propia naturaleza participativa, o por
inmunodeficiencia, la democracia permite que por el
principio de igualdad ante la ley todo ciudadano
tenga derecho a elegir y ser elegido. Con base en
este principio, en este derecho fundamental, han
llegado a alcanzar el poder político algunas personas
que, estando facultados para ejercer ese poder,
esconden vicios e intenciones destructivas y
coercitivas de las mismas libertades que les
permitieron llegar al poder; personas que desprecian
totalmente la democracia, pero que conocen muy
bien la naturaleza del poder político, muy bien los
resortes que propulsan la interacción social y muy
bien la naturaleza humana. De esta realidad no están
exentas las democracias más desarrolladas, no es un
peligro exclusivo de los países del constructo “Tercer
mundo”.
Estos tipos de personas resultan candidatos
muy simpáticos, candidatos peculiares cuyo mensaje
se identifica con las angustias, sinsabores y
esperanzas de muchos miembros de la sociedad
“despistados” que no logran reconocer la intención
detrás del mensaje agresivo con el que tales
candidatos vivifican los temores, rencores y
resentimientos. La democracia parece no tener
anticuerpos en su organismo para defenderse de
este tipo de ataques. Las sociedades democráticas,
que deseen seguir siendo democráticas, tendrán que
crear tales anticuerpos:
Políticos noveles convertidos en odiseos;
inteligentes y comprometidos, capaces de
superar las pruebas más increíbles.
Electores suspicaces, ciudadanos informados,
conscientes del valor de su opinión y
participación.
No es mi intención hacer una defensa a
ultranza del sistema democrático. De hecho, aquí se
tratará como una de las tantas formas en que una
sociedad estructura su poder político; pero es preciso
reconocer que la democracia es el mejor modelo
entre los conocidos. Ahora bien, para obtener líderes
democráticos con las cualidades expuestas, las
sociedades que se quieran proteger de poner en
peligro sus libertades presentes y su progreso futuro
deben producir oleadas generacionales de mujeres y
hombres concienzudamente formados para asumir el
liderazgo y la conducción de la sociedad ¿Por dónde
empezar tan formidable tarea? ¡Por el elector! Ha de
llevarse la información a los electores.
Trabajar para lograr que cada elector sea un
ciudadano empoderado de información, capaz de
reconocer con facilidad la improvisación y la
perversidad y eliminarlas con su voto y opinión. Será
una sociedad integrada por ciudadanos con muy
poco miedo a la libertad, electores con mentes
infértiles para lo infame del candidato “simpático”.
El estudio de este segundo fascículo pondrá en
sus manos la información básica para entender la
sociedad y su funcionamiento y nos abrirá las puertas
para entrar a revisar la naturaleza, surgimiento,
evolución y actualidad del Poder Político, que es el
contenido del Fascículo 3.
Bibliografía del Fascículo 1
Fascículo 2 SOCIEDAD
Título 2.1 Sociedad, su génesis y naturaleza.
Título 2.2 Estructura de la sociedad.
Título 2.3 Tres dimensiones del poder.
Título 2.4 Sociedad civil .
Fascículo 4 EL ESTADO
Título 4.1 Origen y naturaleza del Estado.
Título 4.2 Del Estado Nación al Estado.
Título 4.3 Sustitución, integración y abolición de un
Estado.
Título 4.4 El Estado, en peligro de extinción.
*Actualmente en composición.
Nelson A. Flores N.