ABOGADO COLEGIADO COMO NO EJERCIENTE, pero que firma los
documentos jurídicos y compadece frente a los tribunales
¿Esta conducta se podría subsumir en el delito de intrusismo
profesional, del art. 403 CP?
Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, Sección 11ª,
Resolución nº 390/2022, Recurso nº 51/2021, de 6 de julio de 2022
“[…] el letrado de la parte demandada tiene el título legal de licenciado en
derecho, de forma que posee la cualificación profesional y está dado de alta en el colegio profesional correspondiente, y si bien en el momento de interponer la demanda judicial pudiera serlo como no ejerciente en el Colegio de abogados de Barcelona, no puede afirmarse que se trate de una persona no habilitada para el ejercicio de la profesión o que estuviere incapacitado para ello. En igual sentido resolvió la SAP Salamanca, sección 1ª, del 26 de junio de 2019 (PROV 2019, 242664) (ROJ: SAP SA 352/2019) en un supuesto similar al presente: "... En el supuesto concreto que enjuiciamos ha de reiterarse que a la parte que insta dicha nulidad no se le ha ocasionado limitación alguna de sus derechos, facultades y garantías, en la condición como abogado no ejerciente de Don Hermenegildo en el momento de interponer la demanda en ningún momento se le causa indefensión. Por otra parte, no nos encontramos ante una situación de intrusismo profesional porque Don Hermenegildo cumplía todos los requisitos para poder ejercitar la abogacía, y prueba de ello es que con anterioridad había estado colegiado como abogado ejerciente (...)".”
Auto de la Audiencia Provincial de Asturias, Sección 2ª, Resolución
nº 156/2020, Recurso nº 50/2020, de 28 de febrero de 2020
“[…] en lo que se refiere al delito de intrusismo profesional, tanto la
dogmática jurídica como la jurisprudencia mayoritaria entienden que la realización de actuaciones propias de un abogado por parte de titulados no ejercientes, no constituye un acto de intrusismo profesional, así lo sostienen, en casos similares al ahora denunciado, entre otras, la Audiencia Provincial de Madrid en Sentencia de 4 de diciembre de 2014 y la Audiencia Provincial de Granada en Sentencia de 16 de octubre de 2016. En estas situaciones, es lo cierto que, quienes ejercen la profesión de abogado han obtenido lícitamente el título y se hallan preparados y en condiciones de desempeñar la profesión a falta de cumplir el requisito administrativo oportuno, como es, la adecuada colegiación, circunstancia que podría dar lugar a una sanción disciplinaria por infracción del art 9.1 del Estatuto General de la Abogacía (RCL 2001, 1679) que exige al abogado estar incorporado a un Colegio español de abogados en calidad de ejerciente, pero no a una condena penal, lo que sí ocurría en el pasado como responsable de una falta al titulado o habilitado que ejerciere su profesión sin hallarse inscrito en el respectivo colegio, corporación o asociación, siempre que tal registro fuera exigido reglamentariamente para poder ejercer la profesión. […] Para poder apreciar un ilícito penal y ser sancionado, no es suficiente con la existencia de una mera inobservancia administrativa, sino que, se exige un comportamiento revelador de estar en posesión de una cualificación que en realidad no se posee, por ser esta conducta mucho más grave para la confianza de los ciudadanos que un mero incumplimiento colegial o administrativo. Actuar como abogado sin estar colegiado es cuestión de orden disciplinario a denunciar ante el Colegio de abogados correspondiente a fin de que por los órganos rectores de éste se adopten las medidas oportunas, pues una cosa es el ejercicio indebido de una profesión, siempre sancionable, ya por vía administrativa, disciplinaria o civil, y otra la represión penal, que sólo aparece cuando se dan los requisitos previstos en los tipos penales para estas conductas. El Tribunal Supremo con reiteración rechaza la concurrencia del delito de intrusismo en aquellos supuestos en que el ejerciente sea legítimo poseedor de su titulación académica, a pesar de no haber cumplido con las obligaciones administrativas que el libre ejercicio de la profesión requiere, que no son otras que la colegiación o, en su caso, estar colegiado como ejerciente, así se pone de manifiesto en la reciente sentencia de 20 de junio de 2019 que analiza en profundidad esta figura delictiva.”
Art. 34 b) del Estatuto General de la Abogacía
“Denunciar al Colegio todo acto de intrusismo que llegue a su
conocimiento, así como los casos de ejercicio ilegal, sea por falta de colegiación, sea por suspensión o inhabilitación del denunciado, o por estar incurso en supuestos de incompatibilidad o prohibición. Así como aquellos supuestos de falta de comunicación de la actuación profesional.”
A primera vista, no parece que el Estatuto General de la Abogacía considere
intrusismo profesional al ejercicio del abogado colegiado, no ejerciente.