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Universidad ICEL

Plantel Tlalpan

Docente Diana Ramírez Galicia

Licenciatura Nutrición

Materia Alimentación en México

Alumna Andrea Escamilla Pérez

Tema Resumen del Libro entre alimentos y tradiciones en la


ciudad de los dioses

Semana 13

Grupo B 410

Fecha de Entrega
21/02/2023
ENTRE ALIMENTOS Y TRADICIONES EN LA CIUDAD DE LOS DIOSES

Introducción

La costumbre teotihuacana de pintar las paredes exteriores e interiores de las


edificaciones genera una pintura mural de temática religiosa; que reaparece en la
finísima y bella cerámica ritual elaborada por los alfareros de la cultura teotihuacana.

Todos estos son alimentos que conocemos, consumimos y forman parte de nuestra
vida diaria, sin embargo más allá de las fronteras culturales mexicanas constituyen
algo desconocido, casi increíble, pues al maíz se le come bajo la forma de mazorca
cocida, desconocen que el nopal y la tuna son comestibles, piensan que el guajolote
sólo se consume en Navidad o en el Día de Acción de Gracias en los Estados
Unidos, y jamás imaginan que el hongo de una espiga de maíz o un grillo pueden
comerse sin riesgo.

Este libro busca ilustrar al lector acerca de las preguntas formuladas, partiendo de
la experiencia y el conocimiento que de la alimentación se tienen de una cultura en
especial: la teotihuacana. Es relativamente fácil encontrar información sobre lo que
se comía en tiempos prehispánicos, sobre todo en obras coloniales, pero la base de
la presente obra es el estudio científico que se ha realizado en los últimos cuarenta
años desde diversas disciplinas las cuales forman parte del quehacer académico de
los autores, todo ello volcado hacia esta cultura, la cual constituye uno de los íconos
distintivos de lo mesoamericano.

Consideraciones finales Sin duda una de las civilizaciones más fascinantes para
nuestro país y el mundo es la teotihuacana, el misticismo que la envuelve y la
fascinación por su legado se aviva con cada descubrimiento. No obstante se
desconocen a ciencia cierta los orígenes, formas de vida, organización o motivos,
que por ejemplo, llevaron a la desaparición de la cultura que creo “Teotihuacán”, su
legado ha perdurado hasta nuestros días gracias a sus inigualables murales,
trabajos en barro e imponentes construcciones que dan muestra del ingenio
humano. Teotihuacán, es una creación destinada a perdurar; se ha sobrepuesto a
las situaciones que la llevaron al abandono y el olvido, los aztecas lo sabían, por
ello la reconocieron como el lugar de origen de los dioses, y en cierta forma, sigue
siendo uno de los lugares de origen del México que conocemos.

Desarrollo

La cultura teotihuacana fue una de las más importantes civilizaciones


precolombinas mesoamericanas. Surgió en el noreste del valle de México, y hoy es
el municipio de Teotihuacán en el Estado de México. Esta cultura tuvo su esplendor
precolombino entre 200 d. C. y 550 d. C. La cultura teotihuacana es una de las
culturas más misteriosas del continente.

Como prácticamente todas las culturas precolombinas, la parte de la alimentación


fue de gran relevancia y por ello, te compartimos brevemente algunas de sus
principales fuentes de alimentos. Se tiene identificado que en las culturas
prehispánicas había bajos índices de obesidad y diabetes, gracias a que llevaban
una dieta balanceada.

Los beneficios de este clima favorecieron que en este territorio se desarrollara la


agricultura hace unos 6,000 años y eso llevó a sus habitantes a establecerse en
asentamientos sedentarios. Al paso de los años estos pueblos desarrollaron
también costumbres y formas de pensar similares, por ejemplo, templos en la parte
alta de pirámides escalonadas, economía agrícola basada en el maíz, uso de la
nixtamalización para el preparado del grano de esta planta, dioses en común y más
aún.

Alimentación animal

Las principales fuentes de proteína animal disponibles para la población


teotihuacana incluyen el venado de cola blanca, el conejo (posiblemente en vías de
domesticación, como lo señala la evidencia de un criadero en el conjunto
departamental de Oztoyahualco), el perro domesticado, el guajolote y algunas
especies de aves silvestres, inclusive migratorias.
Además, se consumían peces, anfibios e insectos. Sin embargo, poco se puede
decir respecto a las costumbres de consumo de estos recursos por parte de
diferentes sectores de la sociedad teotihuacana durante el periodo Clásico.

Mientras que las descripciones en las fuentes nos hablan de la distinción minuciosa
entre variedades de plantas dentro de un mismo grupo (como, por ejemplo, tipos y
colores de maíz o frijol), los restos arqueológicos de plantas pocas veces se
conservan en condiciones propicias para poderlos diferenciar con tanta precisión.

El lugar donde se hacen los Dioses

Teotihuacan existió un milenio antes de los mexicas, la cultura dominante en el


centro de Mesoamérica al momento de la llegada de los españoles. Los mexicas,
como casi todos los pueblos que llegaron y vieron las ruinas de la ciudad, se
maravillaron de lo que tenían ante sus ojos y decidieron que las construcciones sin
duda eran muy antiguas y que no habían sido hechas por humanos, sino por una
especie diferente, gigantes, dicen algunos.

Historia de Teotihuacán

Teotihuacan significa el “lugar donde fueron creados los dioses” y debe su nombre
a los mexicas, que la llamaron así seis siglos después de su abandono. Alcanzó los
22 kilómetros cuadrados de extensión y fue uno de los polos culturales del área
conocida como Mesoamérica. Su alcance abarcó desde el norte hasta el sur del
México actual, así como Guatemala y Honduras, regiones con las que mantuvo un
intercambio traducido en influencias estilísticas y arquitectónicas.

Su valor universal se aprecia en el diseño urbano ortogonal, definido por la calzada


de Los Muertos en el eje norte-sur y las canalizaciones del río San Juan en el este-
oeste, disposición que se vincula con el paisaje y sus elevaciones naturales, como
el cerro Gordo y la sierra de Patlachique. Sobre ese plano se trazaron calles,
palacios, templos y conjuntos habitacionales con una población multiétnica
dedicada a la producción artesanal, el comercio, el sacerdocio y la guerra.

También se caracterizó por su cultura material, como la pintura mural o los objetos
cerámicos y de piedra ofrendados en edificios y entierros de todas las clases
sociales. De sus numerosas construcciones, distribuidas en tres mil hectáreas, las
más importantes se hallan en la calzada de Los Muertos, entre las que destacan las
pirámides del Sol y la Luna, la Ciudadela, los conjuntos Oeste y de La Ventilla, el
Gran Complejo y los palacios de Tetitla, Atetelco, Tepantitla, Yayahuala y Zacuala.

Sin duda una de las civilizaciones más fascinantes para nuestro país y el mundo es
la teotihuacana, el misticismo que la envuelve y la fascinación por su legado se
aviva con cada descubrimiento. No obstante, se desconocen a ciencia cierta los
orígenes, formas de vida, organización o motivos, que, por ejemplo, llevaron a la
desaparición de la cultura que creo “Teotihuacán”, su legado ha perdurado hasta
nuestros días gracias a sus inigualables murales, trabajos en barro e imponentes
construcciones que dan muestra del ingenio humano. Teotihuacán, es una creación
destinada a perdurar; se ha sobrepuesto a las situaciones que la llevaron al
abandono y el olvido, los aztecas lo sabían, por ello la reconocieron como el lugar
de origen de los dioses, y en cierta forma, sigue siendo uno de los lugares de origen
del México que conocemos.

Respecto a su alimentación

De acuerdo a los registros arqueológicos, la economía teotihuacana se basó


particularmente en la agricultura, además del comercio. El cultivo del maíz, frijol,
amaranto, calabaza, nopal y magueyes fueron los principales productos
relacionados a la actividad agrícola y comercial.

La gastronomía de este Pueblo Mágico y de su pasado se centran en el uso de


insectos, como los escamoles, chinicuiles, gusanos de maguey, así como frutas y
vegetales como el nopal, la tuna y el xoconostle. Por lo que es imperdible probar
alguno de estos platillos al visitar Teotihuacán.

Entre ellos destacan, para degustar, los sopes de chapulines, elaborados con una
base de maíz nixtamalizado con una cama de guacamole y chile picado, coronado
con chapulines, este insecto es rico en proteína de la mejor calidad, incluso mejor
que la obtenida en animales como el pollo, res o cerdo.
Otro guiso imperdible es el de escamoles al epazote, que se sirve caliente en un
molcajete con una cama de lechuga, acompañada de jitomate. Los escamoles son
huevecillos de hormiga, nutritivos y considerados como un platillo exótico, la
cosecha se registra únicamente en los meses de marzo y abril.

Para beber, una deliciosa Margarita de Chapulín, el secreto de esta bebida se


encuentra en su sangrita elaborada con este insecto y un concentrado de
xoconostle, que le agrega ese sabor y raíces prehispánicas con un tequila que
desprende el sabor mexicano, junto con jarabe natural y un escarchado de sal y
chile ancho en polvo.

Cabe mencionar que el libro también habla acerca de las enfermedades causadas
por desnutrición Sin duda un aspecto fundamental en estudios relacionados con la
alimentación es reconocer cómo se alimentaba la gente, aspecto que se cubre a
través del estudio de los huesos, es decir, de la osteología humana. Para conocer
el estado de salud de un individuo antiguo nos basamos fundamentalmente en sus
restos, es decir, huesos y dientes. Dicho estado de salud, derivado en buena medida
por la calidad de su alimentación, involucra diversas reacciones fisiológicas de
regulación que mantienen el equilibrio del organismo y a este proceso se le
denomina estrés. La llegada de la agricultura al México antiguo permitió mejorar las
condiciones de vida de las personas, pero la estratificación social, la especialización
de actividades y el aumento de la densidad poblacional derivó al paso del tiempo en
la disminución de la calidad de la dieta, el racionamiento de los alimentos y ello
frecuentemente derivaba en enfermedades diversas.

Los estudios interdisciplinarios en Teotihuacan, alrededor del tema de la


alimentación continúan, siempre en la búsqueda de nueva información que permita
mejorar lo que actualmente conocemos. Por ejemplo, un estudio reciente de un
molcajete prehispánico con fondo estriado, de época posterior, se encontró una
abundante presencia de proteínas, cuando lo esperado serían restos de
carbohidratos y vitaminas, como corresponde a los vegetales que generalmente se
muelen para la preparación de salsas. Otro aspecto interesante es la presencia en
Teotihuacán del aguamiel y el pulque que desde tiempos remotos han acompañado
a las culturas del centro del país. En este momento nuestra sociedad ha
menospreciado esta bebida en parte debido a las campañas de desprestigio
orquestadas por las empresas cerveceras y que han creado leyendas negras de
insalubridad para poder desplazar esta bebida de la preferencia de los mexicanos,
pero lo cierto es que se trata de una bebida de gran valor nutricional que forma parte
de nuestro legado, siendo el único aspecto a considerar la forma como es adecuado
consumirlo, como cualquier otro alimento o bebida que exista en el mundo. En
diversos tianguis del centro y zona oriente de México podemos encontrar peces que
se venden ahumados y envueltos en hojas de maíz, para así facilitar tanto su
preservación como su traslado. Sin duda este esquema de manejo existió en
tiempos teotihuacanos, pues de otra forma no es posible imaginar de qué manera
podrían haberse conservado aptos para su traslado y consumo en jornadas de
varios días de duración. Este constituye también un importante tema de
investigación, pues todo su proceso de manejo, desde su pesca, su preparación, ya
fuese por salado, secado al sol o ahumado, su acomodo apilado en columnas y su
traslado lo podemos ver en el presente, pero proveniente de un origen muy antiguo.

Otro marcador que se emplea para reconocer las condiciones nutricionales es la


hipoplasia en el esmalte. Esta consiste en una deficiencia en el espesor del esmalte
dental que se presenta en forma de líneas. Las anomalías se deben a la herencia,
traumas localizados o alteraciones metabólicas generalizadas. Los defectos del
esmalte son muy sensibles a los cambios metabólicos y fisiológicos y se consideran
interrelacionados con el estatus socioeconómico, es decir, con las condiciones de
vida y calidad alimentaria. La deficiencia nutricional proteica y vitamínica que
incluyen hierro es llamada anemia y es común entre grupos de escasos recursos,
ancianos y personas con requerimientos nutricionales mayores. Se caracteriza por
la concentración subnormal de hemoglobina en la sangre, y en el tejido óseo se
detecta a través de una lesión (de apariencia porosa) que se distribuye
simétricamente en el cráneo, básicamente en las órbitas, el hueso frontal, los
parietales, el occipital, así como en los extremos de los huesos largos cuando se
incrementan de células de la sangre en las cavidades de la médula ósea, este tipo
de anomalía es conocida con el nombre de hiperostosis.
Conclusión

Hoy en día seguimos conservando muchos de los elementos que constituían la


alimentación que se ha reconocido en Teotihuacan y hemos tenido la oportunidad
de conocer; hay cambios, sin duda, por ejemplo, la llegada de nuevos productos
que han transformado el proceso de preparación de alimentos, pero en esencia se
sigue conservando un esquema alimentario con un conjunto básico de alimentos y
una concepción similar de lo que se come y cómo se come. Por tratarse de dietas
oriundas de esta región, producto de la relación hombre-naturaleza desde tiempos
remotos, son claramente diferentes de lo europeo, y es por ello que en algunas
épocas han sido puestas en duda respecto de su valor nutricional, pero lo cierto es
que un patrón alimentario basado en un conjunto grande de vegetales, empezando
por el maíz, complementados con otros alimentos como la carne, la miel, el
pescado, los hongos, por solo mencionar algunos, ha demostrado por siglos ser
óptima, permitiendo a millones de personas alimentarse de manera adecuada y que
dependiendo de sus condiciones particulares les permitió estar sanos y ser
productivos.

Esto último no es poca cosa, pues en la actualidad enfrentamos una crisis con
nuestra alimentación, en la medida en que hemos dejando de lado las enseñanzas
del pasado y se han introducido alimentos industrializados, promovidos por
compañías transnacionales de alimentos, cuyos contenidos de grasas y azúcares
poco a poco están mermando a nuestra población por los graves problemas de
salud que ocasionan. En aproximadamente 30 años se ha transformado nuestra
alimentación, abandonando buena parte de nuestros alimentos tradicionales y
gracias a ello ahora ocupamos uno de los primeros lugares de obesidad y diabetes
en el mundo.
Bibliografía

• Azúa, R. V. (2017). Entre alimentos y tradiciones en la ciudad de los dioses .


México : Red de Ciencias Aplicadas a la Investigación y Conservación del
Patrimonio Cultural. file:///C:/Users/escam/Downloads/522d.pdf

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