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Autor:
Diciembre de 2023
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Agradecimientos
Agradezco de manera especial a mi directora, Natalia Pardo, por su invaluable orientación en cada
fase del desarrollo de esta tesis. Su dedicación y enseñanzas a lo largo de mi carrera han dejado
una marca significativa, inculcándome no solo conocimientos académicos, sino también un
profundo amor por las geociencias. Asimismo, agradezco a mi codirector, Andrés Fernando
Pedraza, por su constante acompañamiento a lo largo de todo el proceso de la tesis.
En general, quiero expresar mi gratitud a todas las personas que formaron parte de mi travesía
universitaria: amigos, profesores y aquellos que brindaron su apoyo de diversas maneras. Cada
uno de ustedes contribuyó de manera única a mi crecimiento académico y personal. Este logro no
solo es mío, sino también de quienes generosamente compartieron este viaje conmigo. Gracias por
ser parte esencial de mi camino hacia el éxito académico.
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Introducción
El territorio colombiano (Fig. 1) cuenta con una gran cantidad de anomalías termales originadas
por la intensa actividad tectónica de la zona de subducción, lo cual a su vez es responsable por la
creación de sismos y volcanes (Taboada et al., 2000; Alfaro et al., 2021). Según Alfaro et al.,
(2021), al menos 21 fuentes de energía hidrotermal de alta entalpia relacionadas con actividad
volcánica y otras muchas relacionadas con fallas y fracturas en la corteza (Alfaro et al., 2021). Así,
en Colombia, se han identificado sistemas geotérmicos con influencia volcánica, en que el magma
emplazado a profundidad calienta el agua subterránea (Lostaunau, 2013). Por otro lado, también
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de Pangea en el Jurásico (Colleta et al., 1990). Desde el Paleógeno temprano, una deformación y
transpresión dextral, que se relaciona con la orogenia Andina, promovió la inversión actual de la
cuenca, dando resultado a altas anomalías térmicas asociadas a la actividad hidrotermal (Barrera
et al., 2018). Es por esto por lo que Machetá presenta zonas geotérmicas con temperaturas
superiores a los 50°C (Fig. 2; Alfaro 2005).
Dicha región, debido a su condición de zona de subducción marcada por una actividad sísmica
recurrente, alberga la expectativa de recursos geotérmicos de baja a media entalpía en su mayoría
(Alfaro et al., 2021). Siguiendo la clasificación proporcionada por Vercelli (2012), el área de
interés geotérmico en Machetá corresponde a una zona geotérmica de baja entalpia y su principal
uso ha sido recreativo (balnearios). Ello abre posibilidades de estudio para otras aplicaciones,
incluida la climatización de las viviendas destinadas para el hospedaje de los turistas.
A partir del contexto mencionado, el presente proyecto de grado tiene como objetivo principal la
aplicación de técnicas avanzadas de geoeléctrica con el propósito de caracterizar las propiedades
físicas del subsuelo en las áreas de manantiales y termales ubicadas en el municipio de Machetá,
Cundinamarca.
La utilización de esta técnica de geofísica permitirá obtener una imagen detallada de los
marcadores de resistividad presentes en el subsuelo, así como avanzar en el entendimiento de las
estructuras geológicas y las propiedades físicas que favorecen este sistema geotérmico. Además,
se busca comprender en detalle el proceso de generación de calor en este contexto y determinar su
entalpía de acuerdo con la clasificación adaptada propuesta por Vercelli (2012). Esto plantea la
pregunta de investigación: ¿cómo se relacionan las propiedades geofísicas del subsuelo y las
características geológicas con el sistema geotérmico de Machetá?
Marco Teórico
Geotermia no magmática
Los ambientes geotérmicos que no están asociados a volcanes o actividad magmática se conocen
como plays geotérmicos dominados por convección (Moeck, 2014). A diferencia de los sistemas
magmáticos, el calentamiento del agua subterránea no está controlado por el magma (Lostaunau,
2013), sino que los fluidos experimentan un desplazamiento desde fallas corticales hacia acuíferos
profundos con gradientes geotérmicos significativos (Moeck, 2014). De manera similar, los fluidos
pueden migrar desde esta capa hacia las fallas y, finalmente, hacia la superficie. A lo largo de este
proceso, los fluidos se mezclan con el agua de lluvia, lo que se refleja en el aumento de elementos
como el magnesio y la disminución de otros como el boro, sulfato y cloruro (Moeck, 2014).
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Resistividad eléctrica
Una vez que se han identificado los potenciales yacimientos de energía geotérmica, es necesario
iniciar procesos de exploración, en su mayoría basados en métodos geofísicos que permiten lograr
un mayor grado de precisión en comparación con otros enfoques (Moeck, 2014). Uno de estos
métodos es la resistividad eléctrica, también conocida como "geoeléctrica" (Meidav, 1970). Este
método se fundamenta en la relación directa entre la temperatura del fluido geotérmico y las
temperaturas presentes en las formaciones rocosas, por un lado, y la conductividad eléctrica por
otro (Meidav, 1970). La técnica de geoeléctrica implica la inyección de una corriente eléctrica en
el suelo y la medición de la caída de potencial resultante (Meidav, 1970).
Otra opción es el método de Schlumberger, que resulta más ventajoso en términos de facilidad de
medición, ya que solo implica el desplazamiento de dos electrodos durante el sondeo. Además, es
menos vulnerable a las irregularidades en la resistividad superficial y es especialmente útil cuando
se desean realizar mediciones en profundidades considerables, como en yacimientos termales
(Ruscetta & Foley, 1981). Sin embargo, este método no proporciona la misma caída de voltaje que
el arreglo Wenner (Ruscetta & Foley, 1981).
Por último, se encuentra el método Polo-Dipolo, que presenta ventajas como su alta sensibilidad a
las variaciones laterales en la resistividad, así como líneas de electrodos más cortas que analizan
la misma profundidad. No obstante, al igual que el método de Schlumberger, no logra la misma
caída de voltaje que puede obtenerse con el arreglo Wenner (Ruscetta & Foley, 1981).
La temperatura ejerce una influencia directa en la conductividad y resistividad eléctrica del agua,
ya que un aumento en la temperatura de una solución resulta en una reducción de la viscosidad y,
al mismo tiempo, en un aumento en la movilidad de los iones presentes en dicha solución (Barron
& Ashton, 2005), (Fig. 4). Este incremento de temperatura también puede dar lugar a un aumento
en la cantidad de iones en la solución debido a la disociación de las moléculas (Barron & Ashton,
2005). Por otro lado, la elevada temperatura del agua provoca una disociación mayor en los iones
en el líquido, aumentando de esa forma la densidad de estos. Lo anterior genera una disminución
en la resistividad cuando se tienen temperaturas mayores, pero un aumento en la conductividad
(Barron & Ashton, 2005) (Fig. 4). Dado que la conductividad de una solución depende de todos
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Figura 5. Relación entre la temperatura y la resistencia del agua. Adaptado de Barron &
Ashton (2005).
Marco Geológico
Geología estructural
Litología
En la zona de estudio se cuenta con tres (3) unidades cronoestratigráficas, las cuales según el
Servicio Geológico Colombiano (2015), son k1k6-Stm la cual cuenta con una litología de sales,
calizas, fosforitas, cherts y cuarzoarenitas, esta unidad presenta una edad del Cretácico Superior.
En segundo lugar, se cuenta con la unidad cronoestratigráfica denominada b1k1-Sm esta unidad
cuenta con una litología sedimentaria que se encuentra depositada en un ambiente marino y está
compuesta por arcillolitas y limolitas negras con intercalaciones menores de arenitas y calizas.
Segmentos de cuarzoarenitas de grano fino a grueso y conglomerados. La unidad b1k1-Sm cuenta
con una edad del Cretácico inferior. Por ultimo se cuenta con la unidad llamada E1-Sc, esta unidad
cuenta con una edad del Paleoceno y su litología se encuentra compuesta por rocas sedimentarias
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Metodología
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En una tercera fase, se solicitaron los permisos de acceso y se hizo un muestreo piloto en campo
con el co-asesor del proyecto para verificar la viabilidad del estudio. A partir de ello, se planeó la
cuarta fase de adquisición de los datos en campo.
Durante el curso de esta fase de campo, se llevaron a cabo un total de seis configuraciones de
electrodos distintas. Los tres primeros arreglos se caracterizaron por una distancia entre electrodos
de 70 cm, lo que permitió una exploración en profundidad de la subsuperficie en áreas específicas
de interés. Los arreglos cuarto y quinto se dispusieron con una menor distancia entre electrodos,
de 40 cm, lo que nos brindó una mayor resolución espacial en zonas críticas. Finalmente, el último
arreglo se configuró con una distancia de 1 metro entre cada electrodo, lo que posibilitó un
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muestreo más amplio de la zona estudiada. Las configuraciones de los arreglos geoeléctricos se
pueden apreciar en la figura 8 (Fig. 8).
En este contexto, la aplicación de ZondIP1D y ZonRes2D no solo permite una visualización clara
de la estructura geológica subsuperficial, sino que también facilita la identificación de posibles
reservorios geotérmicos y el comportamiento tectónico de la región.
En la figura 8 (Fig. 8), se puede observar cada una de las líneas, su longitud en comparación las
unas con las otras y cómo estas están ubicadas en las proximidades del termal.
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Una vez obtenidos los resultados en campo, se procedió con un procesamiento de las diferentes
líneas mediante los softwares anteriormente mencionados. En primer lugar, se realizó un
procesamiento en una dimensión de dos líneas geoeléctricas paralelas entre sí, para de esta forma
poder realizar una tomografía.
Finalmente, se describieron e interpretaron los resultados, para elaborar el documento del proyecto
de grado final. Luego de realizar la tomografía y los sondeos correspondientes para cada una de
las líneas tomadas, se realizó una correlación con la litología de la zona y los valores de resistividad
proporcionados el método de resistividad eléctrica.
Resultados y Discusión
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Resultados
En la tomografía vertical obtenida (Fig. 9), se pueden apreciar los valores de resistividad a lo largo
del arreglo, teniendo valores desde 41Ω hasta 600Ω; estos valores se encuentran creciendo
linealmente desde la zona A de la tomografía hasta la zona B de la misma, lo que permite identificar
las posibles zonas conductoras de fluidos hidrotermales y caracterizar estructuras geológicas como
el acuífero que se busca encontrar.
Figura 9. Tomografía vertical de las líneas dos y tres, con valores de resistividad (Ω).
La línea 1 (Fig. 10) cuenta con una longitud aproximada de 14 metros, con esa longitud es posible
realizar una inspección a una profundidad de 5 metros; además, se cuenta con los valores de
resistividad que van desde 1.5Ω (Zona A), hasta 400Ω (Zona B). Los contornos en esta zona
presentan una homogeneidad a lo largo de todo el arreglo.
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Figura 10. Sondeo vertical y horizontal de la línea 1 con sus respectivos valores de
resistividad.
En la línea número 2 (Fig. 11), al igual que en la línea 1, se evidencia la presencia de un sondeo
horizontal que abarca una extensión de 14 metros aproximadamente, con una profundidad de
exploración que alcanza los 5 metros. Este sondeo permitió la identificación de variaciones
significativas en la resistividad a lo largo de su trayectoria: el espectro oscila entre 1.6Ω y 70Ω
como valores más bajos, a los valores más altos que oscilan entre 170Ω a 450Ω (Zona A y Zona
B). Por otro lado, los valores de resistividad muestran la homogeneidad en la zona del arreglo
geoeléctrico.
Figura 11. Sondeo vertical y horizontal de la línea 2 con los valores de resistividad
respectivos.
La línea 3 (Fig. 12) muestra la homogeneidad presente en la zona en donde se tomaron las líneas
1, 2 y 3. Por otro lado, la línea 3 muestra dos zonas (Zona A y Zona B) en donde los valores de
resistividad presentan los mismos valores que en las anteriores dos líneas. Los contornos de las
zonas de resistividad se mantienen igual.
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Figura 12. Sondeo vertical y horizontal de la línea 3 con sus valores de resistividad
respectivos.
Las anteriores tres líneas (Fig. 10; Fig. 11; Fig. 12) se encuentran ubicadas en las afueras del
termal, mientras que, la línea 4 y 5 (Fig. 13; Fig. 14), se encuentran ubicadas dentro del termal
principal, con una longitud de aproximadamente 7 metros de longitud, ubicada específicamente en
la zona donde se mezcla el fluido hidrotermal con el suelo. Por lo que debido a las diferencias
entre los terrenos donde se encuentran los electrodos, los valores de resistividad resultantes
presentan cambios drásticos, pues, el valor más pequeño es de 20Ω (Zona C) y el valor máximo es
de 3000Ω (Zona B). Además, a diferencia de las anteriores líneas, se logra ver un cambio drástico
en la imagen, los colores de las anteriores imágenes, estos colores hacen referencia a los valores
de resistividad. En la línea 4, los colores varían de azul a purpura (Zona A y Zona B), mientras
que en las anteriores, la gama de colores varia de azul a naranja.
Figura 13. Sondeo horizontal y vertical de la línea 4 con sus valores de resistividad
correspondientes.
La última línea tomada en el área principal (Fig. 14), se observaron valores de resistividad más
altos que en las anteriores líneas, esto debido a la diferencia en las características del suelo en
donde se ubicaron los electrodos. Los valores de resistividad para esta línea van desde 16.3Ω hasta
62Ω.Ademas, los cambios de resistividad a comparación de las primeras líneas (1,2 y 3),
drásticamente mayores, teniendo valores superiores a 50Ω. Al igual que en la línea 4 (Fig. 13), la
gama de colores varia en comparación con las primeras tres, esto debido al cambio de terreno en
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el que se encuentran los electrodos, sin embargo, a diferencia de la línea 4, los valores de
resistividad no son tan altos, teniendo como valor máximo 62Ω.
A lo largo de la línea 6 (Fig. 15), se logran discernir con claridad los cambios en los valores en la
resistividad (Ω), y se obtienen valores precisos en Ω asociados a cada variación identificada. Es
destacable que el recorrido de la línea 6 abarca distintas zonas litológicas significativas, como la
proximidad a un río (Zona A), con valores que fluctúan entre los 100Ω y los 170Ω y la presencia
de rocas de tamaño conglomerado (Zona B), con valores que oscilan entre los 1500Ω y los 4500Ω.
Este contexto geológico diversificado se traduce en valores de resistividad que son particularmente
pertinentes y representativos para cada una de estas zonas específicas.
Figura 15. Sondeo horizontal y vertical de la línea 6 que se encuentra en las zonas próximas
del termal principal.
Discusión
A partir de los resultados obtenidos, es factible plantear una hipótesis de dónde se encuentra
ubicado exactamente el acuífero y dónde están los canales de ascenso correspondientes. En primer
lugar, en la tomografía vertical (Fig. 9), es posible apreciar la filtración de agua proveniente desde
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el acuífero hacia la superficie, debido a los valores de resistividad bajos en la zona A de la figura
y cómo estos van aumentando hasta llegar hasta 540Ω. Ello indica una disminución del contenido
de fluido hidrotermal desde el oeste al este, pues según Barron & Ashton (2005), un aumento en
la resistividad significa una disminución en la temperatura del fluido. Lo anterior permite afirmar
que el acuífero se encuentra posiblemente en la zona del oeste de la línea 2 y 3, entre profundidades
de 5 a 10 metros bajo el subsuelo. (Fig. 11 ; Fig. 12).
Lo anterior puede ser verificado mediante el análisis de la línea 1, 2 y 3 (Fig. 10 ; Fig. 11 ; Fig.
12), en la cuales es posible observar el acuífero en la zona oeste de la línea, dados los valores de
resistividad inferiores a 10Ω y realizando un análisis de las gráficas adaptadas de Barron & Ashton
(2005), se puede confirmar la ubicación del acuífero, esto debido a que mientras la temperatura
aumenta, la resistividad disminuye, lo que indica que las zonas con menos resistividad (1.6Ω), son
las zonas en las que el acuífero está presente. Lo anterior indica que la roca presente en el acuífero
debe ser una arenisca, debido a que esta se caracteriza por tener una permeabilidad alta, la cual
permite el flujo de fluidos como el agua, y al ser agua caliente (>70°C), la resistividad de la roca
baja de manera drástica. Por otro lado, es posible afirmar que la roca presente en el acuífero no
puede ser una lutita, debido a que la lutita cuenta con una permeabilidad baja, debido a las
partículas de arcilla compactada que componen la lutita, además, la lutita tiene una gran capacidad
de retención de agua, lo que tiende a sellar los poros y de esta manera reduciendo la capacidad de
los fluidos para circular (Shale, s.f.).
Los resultados de los sondeos verticales y horizontales en las líneas 4 y 5, como se muestran en
las Figuras 13 y 14 (Fig. 13; Fig. 14), arrojan valores de resistividad en su mayoría entre 62Ω y
3000Ω. Los valores más bajos, inferiores a 100Ω, se observan principalmente debido a la ubicación
de los electrodos directamente sobre el agua hidrotermal, lo que resulta en mediciones de
resistividad más bajas debido a las altas temperaturas del agua. Sin embargo, estos valores por sí
solos no son suficientes para confirmar que el acuífero se encuentra debajo de estas líneas.
Es crucial subrayar que las líneas 1, 2 y 3 exhiben valores de resistividad cercanos a 1.6Ω. Este
fenómeno, en conjunto con los datos obtenidos en las líneas subsecuentes, ilustra la variación de
la resistividad en correspondencia con la temperatura, evidenciando cómo estos resultados pueden
ser instrumentalizados para la interpretación de las propiedades litológicas. En relación con las
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La línea 6, tal como se ilustra en la Figura 14, facilita una observación minuciosa de las estructuras
presentes en la disposición. En una primera instancia, se logra discernir los valores de resistividad
asociados al agua del río, que se distingue por su temperatura fría. En la sección A de la línea, se
evidencian valores de resistividad que fluctúan entre 100Ω y 170Ω (Zona A). Estos resultados
indican que, a pesar de tratarse de una región de baja temperatura (<15°C), no exhibe valores de
resistividad extraordinariamente bajos; no obstante, constituyen los valores más reducidos en la
totalidad de la disposición, lo cual sustenta la afirmación de que la formación geológica subyacente
corresponde a una arenisca. Los valores que superan los 1500Ω (Zona B) se asocian a rocas
reconocidas como lutitas silico clásticas, las cuales presentan una baja permeabilidad a los fluidos.
El registro de la resistividad del suelo posibilitó una comprensión más avanzada de la litología en
la zona, además de ser útil para verificar los efectos de la temperatura en los valores de resistividad.
Este análisis permitió corroborar que a medida que la temperatura aumenta, la resistividad
disminuye, respaldando así la información proporcionada por (Barron & Ashton, 2005).
el cual está ubicado a cinco (5) metros de profundidad. Este fenómeno se ha evidenciado de manera
particular en las líneas geoeléctricas 1, 2 y 3, como se representa en las Figuras 10, 11 y 12,
respectivamente.
Asimismo, los valores de resistividad aparente obtenidos permitieron la distinción de las zonas de
alta y baja temperatura en el subsuelo, en donde la temperatura más baja (10°C-25°C), se ve
representada por los valores más altos de resistividad (1100Ω - 4500Ω), mientras que en las zonas
en donde la temperatura oscila entre 60°C y 70°C los valores de resistividad no superan los 70Ω.
Esto ha resultado fundamental para la identificación de las estructuras geológicas relevantes
(canales de ascenso), en la zona de estudio.
Mediante el análisis de los datos obtenidos a lo largo de estas líneas de resistividad, se identificó
que el acuífero se encuentra a una profundidad de aproximadamente 5 metros por debajo de la
superficie del suelo (línea 1, 2 y 3). Esta conclusión se basó en la observación de un cambio
significativo en los valores de resistividad aparente en las mediciones geofísicas.
Conclusiones
La información obtenida mediante geoeléctrica permitió identificar la ubicación del acuífero en la
zona de estudio. Los valores de resistividad en las líneas 1, 2 y 3 (Fig. 10; Fig. 11; Fig. 12) en la
Zona A no exceden los 10Ω, proporcionando una identificación del acuífero. De esta manera,
correlacionar los valores de resistividad con la litología presente en el área (Fig. 7), y teniendo en
cuenta las características especificas de cada tipo de roca, permite identificar qué tipo de litología
acompaña las estructuras geológicas.
Tras la exhaustiva realización del procesamiento de datos, es posible afirmar con certeza que el
método de geoeléctrica emprendido en el presente proyecto se revela como la elección idónea.
Este dictamen se sustenta en la implementación del método de resistividad eléctrica, a través del
cual se logró determinar con precisión la profundidad del acuífero (cinco metros), así como obtener
valores cruciales relativos a la resistividad (1.6Ω - 10Ω), de este.
identificación de los canales de ascenso de dicho acuífero. Este logro se materializó mediante la
correlación meticulosa de los valores de resistividad con la litología presente en la región de
estudio, arrojando así una comprensión más completa y detallada de la estructura subterránea.
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