Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
localidad de Estepona
INTRODUCCIÓN
El consumo de drogas es una realidad que ha generado, y que sigue generando día a día
actualmente, mucha preocupación en todo el mundo, y precisamente Estepona no es una
excepción. En los últimos años, se ha ido incrementando la preocupación general con
respecto al consumo de diferentes sustancias psicoactivas en la ciudad, lo que ha llevado a las
autoridades y a la sociedad a concienciar a los más jóvenes sobre esta preocupante situación
para prevenir y reducir este problema. Pero ¿cómo de alarmante es esta situación?
Con este objetivo definido, esta encuesta ha sido realizada mediante la elaboración digital de
un formato preestablecido, el cual ha sido difundido vía online en las calles de Estepona. Esto
ha sido gracias a una salida con fines educativos del centro IES Monterroso, en la cual los
alumnos de 1ª de Bachillerato hemos ido buscando voluntarios para rellenar los cuestionarios
Estadística realizada por Marina Díaz, Lola Marino y Elena Soriano, alumnas de
1ºBachillerato del instituto IES Monterroso.
de forma totalmente anónima. Esta encuesta ha sido realizada con una selección premeditada
hacia la gente joven; años más, años menos.
El contenido de esta encuesta constituye un total de 32 preguntas en relación con el consumo
de drogas en todos sus ámbitos, los orígenes y las causas del inicio de dichos hábitos, la
relación de consumo con los diferentes tipos de sustancias y las repercusiones visibles que
producen en nuestros voluntarios.
La recurrencia a las drogas es un gran problema con el que la sociedad se enfrenta día a día y
que acarrea consigo una gran diversidad de consecuencias a la espalda.
Es un problema que desencadena a nivel global una gran crisis, pues “El consumo de drogas
es un problema que afecta tanto al individuo como a la sociedad en su conjunto”
(Villanueva,V. 2017). En gran número de ocasiones somos advertidos de los peligros de estas
sustancias, pero realmente es poca la educación que recibimos acerca de esta cuestión en los
centros educativos. Es por esto que la mayoría de personas crecen siendo inculcadas la
temeridad de las drogas, lo cual es totalmente correcto y necesario, sin embargo nunca nos
han explicado cuales son las razones o situaciones que pueden inducir a estas personas a
consumirlas.
De forma sencilla aquí se exponen varios factores que incitan a la recurrencia a estas
sustancias, con la finalidad de facilitar la comprensión posterior de los datos estadísticos en
sí:
En primer lugar podemos destacar varios desencadenantes comunes de estos hábitos en la
adolescencia, como sería el claro ejemplo de la presión externa por parte de amigos o
familiares. En este caso entendemos que en la adolescencia se es bastante susceptible a la
influencia del entorno social que nos rodea, a esto se le suma el deseo de encajar y de ser
aceptado en burbujas sociales, lo que puede llevar a los jóvenes a experimentar con las
drogas.
Por otro lado, señalamos la adolescencia como una etapa experimental, en la que la
curiosidad de conocer nuevas sensaciones aflora y nos impulsa a explorar estados alterados
de consciencia. O puede que simplemente sea hecho como un mero signo de rebelión social
en contra de las normas sociales.
Por último, destacamos otro detonante clave a la hora de introducirse en el mundo de las
drogas: La falta de orientación parental. La ausencia de orientación o supervisión de los
padres puede contribuir a que los jóvenes busquen consuelo o escape a través de las drogas,
buscando la aceptación de fuentes alternativas fuera de la unidad familiar o la recurrencia a
los estímulos que estas producen como solución a corto plazo para los problemas personales
de uno mismo, a la vez que el hábito va creando problemas aún mayores a largo plazo.
RESULTADOS ESTADÍSTICOS
En primera instancia, se pregunta de forma general a los participantes cuáles de las siguientes
drogas han probado: Tabaco, vaper y cachimba, cannabis, alcohol u otras sustancias
estimulantes como la anfetamina, cocaína o algún que otro fármaco. Como resultado
obtenemos que un 85,7% han probado el tabaco, mientras que el vaper y la cachimba
obtienen un porcentaje del 92,2% y el alcohol con una mayoría absoluta del 100%. En
menores medidas, recolectamos un 71,4% que han experimentado los efectos del cannabis y
un 50% que ha probado otras drogas como las ya mencionadas antes.
Por otro lado podemos observar, indicándonos en las estadísticas de la encuesta realizada que
el 38,5%, siendo la mayoría, de los adolescentes entre 13 y 14 años comenzaron a consumir
nicotina. Seguido de un 30,8% entre la edad de los 15 y los 16, un 15,4% en jóvenes mayores
de 18 años y, un 7,7% entre los 10 y 12 años. En cuánto a la frecuencia de su consumo
encontramos diversos resultados. El 60% afirma realizar un consumo diario de nicotina, un
20% con consumo nulo y un 13,3% un consumo de varias veces a la semana. Las razones por
las cuales los adolescentes empezaron su consumo son las siguientes, el 33,3% confirma
haber empezado a consumir para evadirse de la realidad, el 25% afirma haber sido
influenciado por amistades, y un 16,7% afirma haber sido influenciado por familiares. En
casos de consumo diario un 42,6% afirma haber notado consecuencias notorias, seguido de
una menor medida del 30,8% que afirma no haberlas notado. Un 15,4% afirma haber notado
consecuencias leves y el 7,7% afirma haber notado bruscas consecuencias notorias,
haciéndoles reflexionar sobre dejarlo. Al 38,5% le han llamado la atención algún familiar por
el consumo de nicotina, el 23,1% ha sido gran objeto de preocupación, el 30,8% nunca le han
llamado la atención y el 7,7% no lo saben. El 53,8% de los consumidores afirman que no se
modifican sus conductas por el consumo de la nicotina, el 23,1% sí positivamente, el 15,4%
si y negativamente y el 7,7% tienen mal aliento.
Las drogas duras afirman el 40% que han visto a personas cercanas a ellos consumirla, el
33,3% alguien exterior a su círculo y el 13,3% indican que no.
El 64,3% no conocen o no tienen acceso a medicamentos sin receta y el otro 35,7% si.
Seguidamente, el 69,2% no ha tenido problemas familiares por las drogas, el 15,4% si ha
tenido problemas familiares, legales y de relaciones por el consumo de drogas y el 7,7% ha
tenido problemas familiares únicamente. El 50% afirma haber tenido un cambio social a
partir del consumo de drogas y el otro 50% no. Para los consumidores de drogas afirman que
el 75% no se comportan de forma distinta que sus ideas son las mismas estando tanto ebria
como sobria y el 25% si se comportan de forma distinta en pequeñas ocasiones.