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Desnudando a Einstein
"Lo esencial de un hombre como yo está precisamente en lo que
piensa y en cómo piensa, no en lo que hace o padece". De este modo
Einstein justificaba al lector de "Notas autobiográficas" ?de las que,
con humor negro, decía que eran su nota necrológica- que se
enfrentaba a un libro poco biográfico y repleto de fórmulas
matemáticas y complicados conceptos. Aquí, como en muchas otras
cosas, Albert Einstein fue un hombre peculiar: "Pero yo soy así, y no
puedo ser de otra manera". Por ello, en sus "Notas" contaba la
fascinación que sintió el día en que su padre le enseñó una brújula,
pero no decía que se llamaba Hermann.
Publicado por
Muy Interesante
Creado:01.04.2003 | 14:53
Actualizado:01.04.2003 | 14:53
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Albert Einstein
"Si todo el mundo viviese una vida como la mía no habría necesidad
de novelas", le dijo Albert Einstein a su hermana Maja cuando no era
más que un joven de 20 años que acababa de solicitar la nacionalidad
suiza. El problema es que una buena parte de esa vida fue ocultada al
público y a los historiadores de la ciencia por sus representantes
legales. Así, cuando su hijo Hans Albert murió de un ataque al corazón
en 1973, muchos de los secretos de su padre reposaban en el interior
de una caja de zapatos en la cocina de su casa en Berkeley: la
correspondencia familiar desde finales del siglo XIX. La colección era
tan delicada que los albaceas de la herencia del físico, que tenían el
control legal sobre la publicación de sus palabras, fueron a juicio para
impedir que Hans Albert publicase parte de ellas tras la muerte de su
padre. No es extraño que los guardianes de la reputación del sabio,
su secretaria Helen Dukas y el economista Otto Nathan, recibiesen
el apelativo de "los sacerdotes de Einstein". ¿Qué podía ocultarse en
las cartas y escritos del hombre del siglo de la revista Time?
Creado:23.02.2024 | 16:00
Actualizado:05.03.2024 | 08:45
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El tramposo neutrino
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En el universo hay una extraña energía que acelera su expansión. Foto: Istock
Publicado por
Miguel Ángel SabadellAstrofísico y divulgador científico
Creado:02.02.2005 | 02:00
Actualizado:02.08.2023 | 16:49
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Durante los 18 meses que pasó allí concibió todas las ideas que años
después lanzaría al mundo, que acabaría teniendo el apelativo de
newtoniano. En él, el universo funcionaba como un reloj bajo las leyes
inmutables que quedaron impresas en el libro más importante de la
física, el Philosophiae Naturalis Principia Mathematica. Aquellos
principios se mantuvieron hasta 1905. Entonces Einstein pidió perdón
a Newton por su osadía. Desde octubre de 1903 los Einstein vivían en
un apartamento en el casco antiguo de Berna. Albert trabajaba en la
mesa del comedor, con una mano garrapateando fórmulas mientras
sostenía a su hijo Hans, de casi un año, con la otra. Einstein tenía una
formidable habilidad para abstraerse de lo que él llamaba "lo
meramente personal". Mientras a su alrededor se hablaba y discutía,
él se sentaba y se ponía a trabajar. En lo que para cualquiera serían
las peores condiciones de trabajo, Einstein completó dos de los tres
grandes trabajos del volumen 17, pergeñó el borrador de lo que sería
el comienzo de la teoría de la relatividad, escribió su tesis y diez
críticas de libros. Entre pañales y papeles, la física newtoniana, la de
toda la vida, iba a cambiar. En realidad, ya estaba cambiando. Algo
que estaba escondido entre los pliegues de la materia empezaba a ver
la luz. Por un lado estaba la idea de los átomos. Durante casi toda su
existencia, la teoría atómica tuvo mucho más de filosofía que de
ciencia. Aunque oculta a los ojos de gran parte de los científicos, para
los que investigaban las propiedades de la materia era indudable que
ésta estaba compuesta por átomos. El problema residía en que no
había forma de probar su existencia, postulada en su forma moderna
por un meteorólogo cuáquero llamado John Dalton en 1805. En
Francia, por ejemplo, el químico Berthollet y el matemático Laplace se
negaban a aceptarlos. Sin embargo, había un fenómeno conocido
desde 1827 que los defensores del átomo esgrimían como prueba, el
movimiento browniano, un desplazamiento aparentemente caótico que
cualquier partícula pequeña experimenta en el agua. Décadas más
tarde se halló que este movimiento, llamado así por su descubridor, el
conservador del Museo Británico Robert Brown, podía deberse a las
colisiones de partículas mucho más pequeñas. El fenómeno puede
apreciarse en el siguiente experimento. Llenemos un vaso con agua
del grifo. A su vez, calentamos agua en otro. Si echamos unas gotas
de tinta en ambos veremos que se difundirá más rápidamente en el de
agua caliente. La explicación reside en que las moléculas de agua se
mueven con más violencia a medida que se calientan y, por tanto,
golpean con más frecuencia las partículas de tinta. Esto indica que las
moléculas de agua están en un estado de violenta agitación, dando
vueltas y empujándose entre sí. Este movimien- Nuevo modelo
atómico para llegar al fondo de la materia Esta imagen de una nube de
electrones es más realista que la que representa órbitas estacionarias
de estas partículas, propuesta por Niels Bohr en 1913. El Acelerador
Lineal de Stanford (EE UU) -abajo- los hace chocar con positrones, su
equivalente de antimateria, para producir otras partículas exóticas. to
irregular recibe el nombre de agitación térmica, ya que su causa está
en el calor. Nosotros no vemos esa agitación molecular, pero sí
provoca cierta irritación en nuestras células nerviosas, originando una
sensación de calor. Para organismos mucho más pequeños que
nosotros, como las bacterias, el efecto es más pronunciado. Éstas son
empujadas incesantemente por las inquietas moléculas de agua que
no las dejan en paz. Esto era, al menos, lo que algunos físicos
pensaban. Pero claro, una cosa era intuir qué pasaba y otra muy
distinta explicarlo convenientemente.
Pero las incógnitas no terminaban aquí. Había algo que tenía muy
escamados a los físicos que trabajaban con los tubos de descarga de
gases, o dicho de otro modo, con los fluorescentes. Las luces de neón
no son otra cosa que un tubo relleno con un gas a baja presión al que
se aplica una corriente eléctrica. En condiciones normales un gas es
un mal conductor de la electricidad. Sin embargo, si se reduce lo
suficiente la presión y se aplica un voltaje mediante dos electrodos, el
gas se vuelve conductor y se observa una descarga eléctrica en forma
de un rayo de luz brillante; se llamaron "rayos catódicos".
Publicado por
Creado:07.03.2024 | 07:00
Actualizado:07.03.2024 | 07:00
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Fuerza de la gravedad
Tierra
Luna
Física
¿Cuánto pesas?
Por supuesto que no, solo hay que ver los vídeos de los astronautas
saltando en la Luna. Una persona que tenga una masa de 65 kg
pesa en la Tierra 637 N, pero pesará e la Luna 105,3 N. Unas seis
veces menos. Pero hay un dato importante: la masa será la misma en
la Tierra que en la Luna.
En la Luna tu peso es seis veces inferior que en la Tierra. Créditos: NASANASA
Nos pidan peso o masa, 65 kilos está mal dicho. A pesar de que la
gran mayoría de las personas contestemos así. Vamos a ver dónde
está el error.
Publicado por
Elena SanzPeriodista científica
Creado:26.01.2011 | 12:29
Actualizado:26.01.2011 | 12:29
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The Royal Society
París
Londres
Max Planck
Ciencia
La pregunta parece sencilla, pero no lo es. Un grupo de científicos se
ha reunido esta semana en Londres, convocados por la
prestigiosa Royal Society, para tratar de redefinir esta unidad de
medida universal.
El kilogramo es la única de las siete unidades comprendidas en el
sistema internacional (conocido como SI por sus siglas en inglés)
que se define en función de un objeto, un cilindro compuesto por
un 90% de platino y un 10% de iridio, fabricado en Londres en 1879
y conservado bajo una campana de cristal en la Oficina de Pesos y
Medidas de Sèvres, cerca de París.
Sin embargo, las mediciones realizadas desde hace más de cien años
muestran que el kilogramo ha adelgazado. Su masa ha cambiado el
equivalente de un grano de arena de 0,4 mm de diámetro. Lo
suficiente para que los científicos de todo el mundo hayan decidió
que ha llegado el momento de encontrar una definición que
prescinda del objeto físico, tal como hicieron con el metro, definido
ahora por la velocidad de la luz.