Cátedra de Geomorfología 2023 Carrera de Geología

Dra. María Visich

Tema 10
Documentación básica para estudios geomorfológicos. Elaboración de cartografía
geomorfológica. Conceptos de morfogénesis, morfografía. Morfometría. Pendiente y relieve.
Laderas e interfluvios. Procesos intervinientes.

La cartografía ha desempeñado un papel fundamental a lo largo de la historia de la

Humanidad. En el Siglo XX los mapas asociados a la tecnología de los sistemas de información
geográfica son excelentes herramientas que nos permiten comparar, escoger y tomar
decisiones basados en información actualizada e integral.

La cartografía es la rama del grafismo que se ocupa de los métodos e instrumentos

utilizados para exponer y expresar ideas, formas y relaciones en un espacio bi o tridimensional.
La cartografía parte del principio de que los seres vivos, los fenómenos físicos y sus
interrelaciones ocurren en un contexto temporal y espacial y que por lo tanto es posible
mapearlos. Un mapa es la representación gráfica a una escala reducida de una porción de la
superficie terrestre que muestra sólo algunos rasgos o atributos de la realidad.

En Geomorfología, como en otras ciencias de la Tierra, la cartografía es imprescindible

para representar la distribución y configuración espacial que presentan sobre el terreno los
elementos más significativos que definen el relieve. Ese vehículo de expresión gráfica es el
Mapa geomorfológico.

Definiciones

 Un mapa geomorfológico es "un documento que representa sintéticamente las

características de las formas del paisaje y su distribución en el interior de una unidad
territorial; el detalle de la representación está en función de la escala a la que compete
observación y de la textura del relieve" (Rodolfi 1983).
 El mapa geomorfológico "estudia las formas del relieve desde un punto de vista
interpretativo, el análisis de las causas que han determinado los procesos y formas, la
relación de interdependencia entre éstas, así como las características evolutivas y el
grado de equilibrio que mantienen en el ambiente natural" (Panizza1972).

Existen además otros criterios, más actualizados establecidos por autores como:
Verstappen (1977, 1983); Verstappen y Van Zuidam (1991); ITC (1991); Peña Monné et al.
(1997), Mabbutt (1977 en Gutiérrez Elorza, 2008) y Goudie (2004), basados en la identificación
morfogenética del relieve. Los diferentes autores dejan claramente establecido que la
cartografía geomorfológica va más allá de los meros mapas fisiográficos. La fisiografía de una
región es fundamental para poder entender los procesos geomórficos correspondientes, pero
los mapas resultantes requieren de una mayor cantidad de elementos para poder ser
considerados como mapas geomorfológicos. De no cumplirse tales condiciones, el mapa
producido será, posiblemente, un mapa fisiográfico o un mapa de unidades de relieve.

De lo expresado resulta que “un mapa geomorfológico es un documento gráfico en

el que están representadas de forma todas las formas del relieve de una región. El mapa debe
incluir la representación de las formas del relieve, de modo individual o formando unidades
territoriales, la génesis de los procesos, la evolución de las formas y el grado de equilibrio
dinámico. La representación se hará a una escala adecuada con la textura del relieve y con la
finalidad concreta de la representación, siguiendo a ser posible una metodología o normas
generales.

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Documentación básica para estudios geomorfológicos

Existen una serie de elementos que deben ser representados en los mapas básicos y
que pueden resumirse en los siguientes:

 Información topográfica. Normalmente, la base topográfica del mapa nacional, a una

escala adecuada para el trabajo geomorfológico.
El mapa topográfico: constituye una representación precisa y a escala, de la
localización, forma, clase y dimensiones de los accidentes de la superficie terrestre. En
principio, el mapa topográfico facilita la primera toma de contacto con el área de
estudio y la situación dentro de un contexto regional preciso en relación a las vías de
comunicación y accesos, red fluvial, núcleos de población, etc. Posiblemente sugiera la
delimitación inicial de la misma a partir de los elementos resaltados por el mapa, e
incluso, resultará útil de cara a la planificación del trabajo a realizar (Fig. 1).
La información topográfica nos va a permitir la cuantificación de determinados
elementos morfométricos que se plasmará en el mapa base o en la cartografía final,
como la magnitud de los escarpes, la altitud y los valores de encajamiento de los
distintos niveles morfogenéticos detectados. Incluso, algunos sistemas cartográficos
incluyen las curvas de nivel como fondo del mapa geomorfológico.

 Información hidrológica. Existente igualmente en el mapa topográfico de base.

 Datos geológicos: litología, tectónica, formaciones superficiales, obtenidos de un mapa

geológico.
El mapa geológico: es una representación de la distribución de los materiales
aflorantes en una zona determinada, así como de la edad, sucesión estratigráfica y
deformaciones que presentan (Fig. 2). El geomorfólogo debe saber leer un mapa
geológico para extraer aquellos elementos que le pueden resultar útiles para la
explicación del relieve. La información de mayor interés para la elaboración del mapa
geomorfológico es la siguiente:
Constatar qué formaciones afloran en el área de estudio, cuál es su distribución,
potencia y susceptibilidad de erosión, puesto que la diferente resistencia de las rocas
favorece la actuación de la erosión selectiva o diferencial, que explota estos
contrastes, dejando en resalten los materiales de mayor dureza y excavando los más
deleznables. Incluso, la aparición de una litología determinada puede dar lugar a
procesos y a formas de relieve bastante específicas, como, por ejemplo, las derivadas
de la disolución sobre rocas carbonatadas. Otro elemento litológico especialmente
relevante desde nuestra perspectiva es el reconocimiento de los materiales
cuaternarios.
En segundo lugar es importante conocer el dispositivo tectónico que presentan estos
materiales, con el fin de determinar en qué medida la morfología se adapta a la
estructura y de identificar unidades y relieves estructurales. Paralelamente al análisis
geológico deben de precisarse las relaciones entre la red hidrográfica y las estructuras,
su adaptación o inadaptación a pliegues, fallas, facies incoherentes, puesto que será la
excavación de los valles la que dará lugar a la aparición en el paisaje de formas de
relieve estructurales de distintos tipos.

 Morfoestructuras: El análisis morfoestructural implica el estudio de los aspectos

estrictamente geológicos, es decir, litología, estratigrafía y tectónica. La naturaleza del
sustrato rocoso y su estructura influyen fuertemente en las formas del terreno y los
procesos geomorfológicos desarrollados. Información basada normalmente en mapas
geológicos ya existentes (Fig. 3).

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 Morfogénesis. Este concepto implica el estudio de los procesos que originan las
formas, incluyendo cuestiones de tiempo, espacio, relación entre procesos y evolución
de las formas y, por extensión el análisis de las condiciones climáticas que los
generaron (Fig. 4).

 Morfodinámica. Funcionalidad de los procesos. Formas heredadas de dinámicas no

funcionales.

 Morfocronología. Sucesión temporal de los grupos de formas. Sedimentos correlativos.

Cronología absoluta o relativa.

 Fotografías aéreas/ imágenes satelitales: Se trata de una imagen directa y objetiva de

la realidad, no conceptualizada ni filtrada como los mapas, por lo que presenta gran
cantidad de información, sólo limitada por sus características técnicas y escala. A partir
del cuidadoso análisis de la imagen, en sus tonalidades, texturas y formas, la
interpretación de las imágenes permite identificar los elementos geomorfológicos que
caracterizan el paisaje a distintos niveles de complejidad.
Las imágenes satelitales sirven de base morfográfica para representar los resultados
de la cartografía (Fig. 5). Paralelamente a la lectura de la imagen y sobre ella misma,
comprobando y consultando a la vez el mapa topográfico y el geológico, se pueden ir
delineando los elementos identificados con su trazado, forma, dimensiones, posición y
altitud "reales", habida cuenta de la reducción y deformaciones sufridas, e incluso con
su carácter litológico-estructural.

Figura 1: Mapas topográficos de la cuenca del Río Gualilán, a) y de la cuenca del Río La Cantera,
San Juan, b), Argentina. Vargas et al. 2020.

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Figura 2: Mapa Geológico de la cuenca del río Talacasto, en Precordillera Central, provincia de
San Juan, Argentina. Perucca et al. 2019.

Figura 3: relieve en cuesta

Figura 4: Superficie erosiva (piedemonte occidental de Cumbres de Mala Mala)

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Figura 5: imagen satelital de Cafayate

Entre los campos en los que estos mapas pueden aportar datos imprescindibles están:
la planificación territorial, la agricultura y el sector forestal, las obras de ingeniería civil
(instalaciones industriales y asentamientos urbanos) y de infraestructura de transportes y
comunicaciones (ferrocarril, carreteras, puertos, aeropuertos), las obras hidráulicas (presas,
canales), los trabajos de prospección y explotación minera, la conservación del suelo y, en
general, cualquier investigación en la que esté implicado el medio ambiente.

Tipos de mapas geomorfológicos

Según la información o la finalidad:

Los Mapas geomorfológicos, se diferencian entre Mapas geomorfológicos Generales y

Mapas Geomorfológicos Parciales. Ambos incluyen morfografía, morfometría, génesis y edad
del relieve, aunque los segundos abarcan sólo una selección de las características del relieve o
diferentes partes del relieve o formas. Los Mapas generales se consideran asimismo Mapas de
Síntesis, pues incluyen todo el conjunto de elementos posibles sobre el mapa.

A su vez, según la aplicación que pretenda darse a los mapas, los Mapas
geomorfológicos básicos (generales o parciales) (Figs. 6 y 7) pueden ser destinados a la
investigación exclusivamente geomorfológica y, por otra, los Mapas geomorfológicos aplicados
(generales o parciales) para centrase en aspectos aplicados, por ejemplo para una región
afectada por procesos de remoción en masa y erosión (Fig. 8). Finalmente, los Mapas
geomorfológicos especiales se componen de información seleccionada y simplificada, por lo
que sirven para ser usados por otras disciplinas no geomorfológicas. Los mapas que proceden
de la reelaboración de un mapa básico se denominan Mapas derivados. Los mapas aplicados y
derivados pueden estar destinados a una función científica, a su utilización práctica para la
resolución de un problema o con fines didácticos.

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Figura 6: Mapa geomorfológico básico del Parque Nacional Natural Corales de Profundidad,
Colombia (Morales et al. 2017).

Figura 7: Mapa geomorfológico básico de la provincia de Tucumán. Sayago et al. 1984;

Collantes y Busnelli 2014.

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Figura 8: Mapa geomorfológico Aplicado.

Por su carácter temático

Los mapas pueden incluir todos los elementos básicos de representación o formar
cartografías especiales que abarcan de formas específicas algunas de los siguientes elementos,
exclusivamente o de forma primordial:
 Cartografías morfoestructurales: Especialmente en mapas de pequeña escala, en los
que la estructura tiene una gran importancia.
 Cartografías morfométricas: Mapas de pendientes, mapas de densidad de formas,
mapas de líneas límites, altitudes medias y relativas. Muy útiles en estudios de
evolución de laderas, evaluación de la erosión, riesgos, cte.
 Cartografías morfográficas: Utilizadas para el desarrollo de unidades, ya sean
geomorfológicas, de tipos de terrenos, paisajes, regiones, etc. Útiles en planificación y
evaluación territorial.
 Cartografías morfogenéticas: Muy usadas en procesos actuales, evaluación de riesgos
naturales y en dinámica morfogenética.
 Cartografías morfocronológicas: Para mapas de evolución geomorfológica,
ordenaciones relativas o absolutas de las edades de superficies erosivas, formaciones
superficiales cuaternarias, etc. Se distingue entre Mapas de relieve actual y Mapas
paleogeomorfológicos.
 Cartografías morfodinámicas: Para la realización de mapas de procesos funcionales
aplicados, como los mapas de riesgos.

Según el grado de elaboración de los mapas y la finalidad de su realización, se

confeccionan Mapas Geomorfológicos Preliminares, construidos con la simple utilización de
información complementaria (mapas, fotografías aéreas, imágenes de satélite) frente a los
Mapas Geomorfológicos Definitivos, que corresponden a cartografía verificada por los trabajos
de campo y laboratorio, dependiendo sus características de cada sistema cartográfico.

Según la escala:
Según la escala los mapas geomorfológicos reciben diferentes denominaciones,
existiendo una clasificación establecida en la Comisión de Mapa Geomorfológico de la Unión
Geográfica Internacional (Fig. 9).

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Figura 9: Denominaciones de los mapas geomorfológicos a diferentes escalas.

Elección de la escala
La representación cartográfica debe estar en función de la textura del relieve y de la
escala necesaria para la finalidad a la que se destina el mapa geomorfológico. Respecto a la
textura, la observación en fotografías aéreas o sobre el terreno del ámbito geográfico que se
va a cartografiar brinda la primera impresión acerca de la escala necesaria para poder
representar adecuadamente cada uno de los distintos elementos que componen el paisaje
geomorfológico. Por otra parte, la escala decidida tiene que estar en lógica relación con el
detalle exigido por la posible aplicación posterior del mapa.

Según las diferentes escalas (Fig. 9) hay determinados aspectos que no pueden ser
representados. Junto a estos dos elementos que permiten decidir sobre la escala, existe un
tercer factor de gran importancia que acaba siendo decisorio: la escala a la que se encuentra la
información cartográfica existente sobre dicha región. Hay una serie de documentos básicos
de los que deben partir los trabajos de cartografía geomorfológica, entre los que destacan los
mapas topográficos, las fotografías aéreas, las imágenes de satélite, los mapas geológicos, los
mapas de suelos, vegetación, etc. Es necesario realizar un primer análisis de los datos
disponibles sobre la región antes de tomar una decisión sobre la escala a utilizar.

Leyenda
El mapa debe contener un sistema coherente de signos a través de los cuales se pueda o
logre comunicar la identidad de los atributos del territorio y sus relaciones espaciales.

La leyenda constituye la clave de comprensión de la información del mapa, por ello debe
ser cuidadosamente diseñada teniendo en cuenta las características de los conceptos
representados (estructuración jerárquica, asociación, etc.) y su codificación gráfica (sistema de
signos de representación).
En la cátedra de Geomorfología se hace uso de las leyendas para mapa geomorfológico
de Peña Monné (1997).

Cartografía geomorfológica aplicada

El campo de la Geomorfología Aplicada está basado en el estudio de las formas del
relieve donde la acción del hombre puede desencadenar consecuencias importantes.

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Estas aplicaciones pueden ser recogidas en tres vías de trabajo fundamentales:

- Estudios Ambientales, relacionando la Geomorfología con diferentes aspectos del medio
natural o con el medio ambiente en sentido global.
- Estudios sobre el impacto ambiental de las actividades humanas sobre el relieve.
- Estudios sobre riesgos ambientales para las actividades humanas.

Cada vez son más frecuentes los "desastres naturales", a los que hay que sumar los
efectos de las actividades humanas sobre el espacio, en este sentido, son numerosos los
movimientos del terreno en los que las responsabilidades derivan de la extensión de la
urbanización, del abandono de las praderas y pastos en las montañas, de la construcción de
una carretera, etc.

La prevención de las catástrofes debidas a movimientos de terreno, implica, en primer

lugar conocer dónde va a producirse el movimiento, averiguar el riesgo de que se produzca.
Para esto, es necesaria una cartografía cuyo contenido, escala y modo de representación varía
según los objetivos y destinatarios; desde mapas científicos o geotécnicos para los
especialistas, a documentos informativos para un público más amplio, o documentos
reglamentarios para los organismos de la administración.

Estos mapas se pueden emplear para la cartografía de riesgos ambientales, entre los
que se destaca:
- Mapas de inestabilidad: formas de degradación de laderas, de erosión fluvial, marina, eólica,
glacial, periglacial, kárstica, o formas relacionadas con subsidencias, volcanes o sismos.
- Mapas de la dinámica y peligrosidad geomorfológica: Para realizar un mapa de peligrosidad
geomorfológica hay que diferenciar las causas de dicha inestabilidad (geológicas,
geomorfológicas, hidrogeológicas, etc.), de los efectos producidos o fenómenos de
inestabilidad. (Fig. 10)
- Mapas de inundaciones y riberas.

Figura 10: Mapa geomorfológico aplicado, relacionado con el peligro de los procesos de
remoción en masa de la micro cuenca Coquena, Purmamarca. Giménez 2020.

Existen conceptos tales como riesgo, inestabilidad, peligrosidad, vulnerabilidad, que se

confunden fácilmente, utilizándose indiscriminadamente. Se entiende por peligrosidad
ambiental, la probabilidad de que un cierto fenómeno, natural o inducido por el hombre, se
produzca en un territorio en un determinado intervalo de tiempo; peligrosidad
geomorfológica, por lo tanto, es la probabilidad que tiene un cierto fenómeno de inestabilidad

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geomorfológica de producirse en dicho intervalo de tiempo; vulnerabilidad territorial es un

concepto que hace referencia a aspectos de infraestructura humana, en otras palabras
conocer si el espacio está preparado para combatir el peligro; riesgo ambiental es la
posibilidad de que las consecuencias económicas y sociales de un fenómeno de peligrosidad
superen un determinado umbral.

Elaboración del mapa geomorfológico

Para la elaboración de cartografía geomorfológica, una vez elegido el tipo de mapa,

escala y la selección de la documentación básica requerida, se deben identificar las unidades
geomorfológicas a mapear, estas pueden ser: unidades de origen estructural – denudativo,
unidades de origen denudativo, unidades de origen fluvial, unidades de origen glaciar,
unidades de origen eólico, etc. Dentro de cada unidad identificada se deben colocar las
geoformas correspondientes al origen mencionado, todo esto debe estar descripto en la
leyenda.

Estos mapas temáticos se pueden realizar a partir de la digitalización de las diferentes

geoformas presentes en el área a trabajar, mediante el software Google Earth Pro.
Posteriormente, las geometrías (polígonos y líneas) que resultaron de la digitalización se
exportan en formato kml para ser tratados por el software libre QGIS o en ArcGis, en donde se
los ingresa como capa vectorial y luego deben ser transformados en capas con formato
shapefile (shp).

Trabajando ya con el software elegido, se debe seleccionar el sistema de referencia de

coordenadas del proyecto (para nuestra región se usa POSGAR 2007 Datum WGS 84,
coordenadas Gauss –Krüger) y generar tablas de atributos de las diferentes capas, en donde se
incorporen los siguientes datos: nombre o denominación, unidad geomorfológica a la que
pertenece, procesos geomorfológicos actuantes, geoformas, litología, entre otros,
dependiendo de las particularidades de cada mapa. Culminado este procedimiento, se
elaboraran los distintos mapas empleando el diseño de impresión del programa QGIS (Fig. 11).
En esta instancia se debe precisar la escala, coordenadas geográficas y leyenda.

Al igual que cualquier otro mapa, estos mapas deben tener norte geográfico,
coordenadas geográficas, escala numérica, gráfica y leyenda.

Figura 11: Herramienta diseño de impresión para elaborar mapas.

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Síntesis

A modo de resumen, podemos deducir que la elaboración de cartografía

geomorfológica precisa de un planteamiento metodológico previo, en el que se tengan en
cuenta los siguientes aspectos:
1. Elección del tipo de mapa que vamos a realizar en función de las necesidades de
información básica (dedicada a la pura investigación geomorfológica), aplicada (dirigida hacia
la resolución de un problema) o especial (para ser usado por otros especialistas no
geomorfólogos).
2. Determinación de la escala más adecuada según las características de los datos que vamos a
representar y del nivel de aplicación deseado.
3. Reconocimiento de la información básica cartográfica o documental existente sobre la
región a cartografiar.
4. Una vez establecidos estos principios previos, deberá estudiarse la metodología aplicable, es
decir analizar los diferentes sistemas de cartografía geomorfológica existentes y decidir el más
idóneo para el tipo de mapa y la escala a la que se piensa trabajar.
5. El paso siguiente será decidir las unidades geomorfológicas de la región que vamos a
estudiar, la leyenda, el sistema de cartografía elegido y los fines concretos que se persiguen
con la cartografía.

Laderas e interfluvios. Procesos intervinientes.

Se conoce con el nombre genérico de talud cualquier superficie inclinada respecto a la

horizontal que hayan de adoptar permanentemente las estructuras de tierra. Cuando el talud
se produce en forma natural, se denomina ladera natural o simplemente ladera (Fig. 12).
Cuando los taludes son hechos por el hombre se denominan cortes o taludes artificiales.

Interfluvios:
 Laderas que se extienden desde el fondo de los valles hasta la divisoria de aguas (Fig.
13).
 Corresponden al espacio entre dos vaguadas sucesivas (la palabra vaguada se refiere a
la línea que une los puntos de menor altitud en un valle y corresponde al término
geomorfológico de Talweg (alemán) (literalmente "camino del valle") o Thalweg
(ingles).
 Está compuesto de una vertiente y una cima o divisoria de agua. La cima es el punto
más elevado de un interfluvio, mientras que la divisoria de aguas es la línea que une
estos puntos.

Figura 12: Ladera parcial del flanco occidental del Cº san Bernardo, Salta.

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Figura 13: Interfluvio

Como modelo dinámico, el interfluvio se compone de dos vertientes separadas, que
evolucionan independientemente, por lo que el estudio del modelado de los interfluvios se
realiza en función de la evolución de sus vertientes.

Los factores que controlan la estabilidad de las laderas son, entre otros: Ángulo de la
pendiente. Altura de la pendiente. Naturaleza del suelo y roca.

El movimiento o inestabilidad de las laderas estará ligada a un proceso o a procesos

concretos, que solo se entenderán a partir del estudio de las relaciones entre la estructura
inicial, la morfología previa a la estabilización y el proceso/s a los que está sometida la ladera
(Fig. 14).

Figura 14: Elementos morfológicos de las laderas. Modelo de Dalrymple (1968)

Bibliografía
Gutiérrez Elorza, M. 2009. Geomorfología. Pearson Educación, S.A., Madrid, 920 p.
Martínez, J.A... Álvarez. Mapas Geológicos. Explicación e Interpretación
Marshak, S. 1998. Basic Methods of Structural Geology
Pavlopoulos K. et al. 2009. Mapping Geomorphological Environments. Ed. Springer. London.
Peña Monné J. L. et al. 1997. Cartografía Geomorfológica, Básica y Aplicada. Geoforma
Ediciones. Logroño, España.
Smith M. J. et al. 2011. Geomorphological Mapping, Methods and Applications. Series Editor:
J.F. Shroder Jr. Great Britain.
Verstappen, H.Th. Van Zuidam, R.A. (with Meijerink, A.M.J. and Nossin, J.J.), 1991. The ITC
System of Geomorphic Survey: A Basis for the Evaluation of Natural Resources and Hazards
(English, French and Spanish). Revised ed. Enschede, ITC Publ. 10, 1_89.

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