3. AVOCACION E INTERDICCION DE REFORMA EN PEOR Art. 473.- Cuando haya apelación de sentencia interlocutoria, si esta se revoca y el pleito se hallare en estado de recibir sentencia definitiva, los tribunales que conozcan de la apelación podrán a la vez y por un solo fallo resolver el fondo. Podrán también hacerlo, cuando por nulidad de procedimiento u otra causa, revoquen las sentencias definitivas del inferior.
306. La facultad de avocación constituye un instituto de excepción frente al efecto devolutivo
de la apelación, que suprime la regla “tantum devolutum quantum appelltum”( Tanto deferido cuanto apelado, indica que en la apelación, la competencia del superior solo alcanza a la resolución impugnada y a su tramitación, por lo que corresponde a este órgano jurisdiccional revisor circunscribirse únicamente al análisis de la misma.) esto propicia que la Jurisdicción de la alzada pueda resolver fondo del litigio, a pesar de no habérsele apoderado de este aspecto sino de una sentencia de antes de hacer derecho o de carácter incidental. Es una valiosa herramienta que llegado el caso permitirá a la CA o a la jurisdicción que haga a su veces, extender las manos desde la instancia del segundo grado y sacar el fondo del proceso pendiente de fallo en primera instancia, para darle solución en un escenario en que se supone que, en principio, únicamente se discutiría y resolvería la suerte de un incidente o sobre la pertinencia o no de una medida de instrucción planteada al juez a-quo. Con esta derogación al derecho común se procura un proceso expedito, en aras de la más eficaz y pronta administración de justicia. 1. LA AVOCACIÓN: DOMINIO Y REQUISITOS Aunque el texto en bruto únicamente alude a las sentencias «interlocutorias», sin hacer mención a las incidentales, se admite en el clima de jurisprudencia que la medida podría además operar si la decisión impugnada versa sobre una excepción de procedimiento o un medio de inadmisión. Lo cierto es que con el discurrir del tiempo la interpretación del artículo 473 CPC en sede jurisprudencial se ha ído haciendo cada vez más laxa y permisiva: arrima a su circuito de posibilidades hipótesis que de seguro jamás fueron contempladas por el legislador en la consagración embrionaria del precepto. Se trata, en esencia, de una facultad, no de una obligación del juez ni mucho menos un derecho de los usuarios del sistema. Los jueces de la segunda instancia tanto en materia civil como en asuntos comerciales hacen uso de ella a discreción ex parte o ex oficio, y únicamente si así lo desean, si a su juicio el expediente cuenta con elemento suficientes para dirimir el proceso en toda su extensión si lo entienden necesario y de buena justicia, convencidos.: que el fondo ya ha sido lo suficientemente instruido. Sobre este amplísimo dominio y su carácter potestativo nuestra SCJ ha establecido que "cuando las condiciones en que la avocación es posible se encuentran reunidas, los jueces de apelación tienen el poder soberano para hacer o abstenerse de hacer uso de tal facultad, sin que la Corte de Casación puede criticar su actuación al respecto. Y expresó asimismo, años después: "que la facultad de avocar conferida a los jueces de segundo grado por el citado artículo 473... Tiene un carácter excepcional, por cuanto comporta: una derogación particular de la regla fundamental del doble grado de jurisdicción y del efecto devolutivo de la apelación; que, en ese orden, ejercicio de la avocación no es obligatorio para el tribunal de alzada, sino puramente facultativo, aunque las partes se opongan o se encuentren reunidas todas las condiciones necesarias para' ejercitar tal potestad..."269