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El Secreto De Congregarnos (II)

Segundo Servicio
Apóstol Sergio G. Enríquez O.
Guatemala, 18 de diciembre del Año de la Conquista

Iniciaremos nuestra enseñanza con una pregunta: ¿por qué estamos bajo la cobertura en la cual
Dios nos ha llamado? Porque de pronto podríamos llegar a pensar que si fuera por nuestro propio
criterio, otros podrían ser nuestra cobertura, por el testimonio que ellos puedan tener, por todo lo
que pudieron vivir en el hogar de sus padres y todo el desarrollo que han tenido; pero como Dios
no se apoya en nuestro humanismo para hacer Su obra; entonces todos somos probados en
humildad, tanto los que de alguna manera han caminado en el cristianismo desde el momento en
el que vinieron a la tierra, como los que fueron llamados a medio camino en su vida en la tierra,
como podemos ver la vida de muchos siervos de Dios que la Biblia muestra y que después de
muchas cosas que habían vivido en el mundo; Dios los llama a Su obra y se enamoran de El, como
jamás pudieron imaginarlo; mientras que los que fueron llamados a ser pueblo de Dios desde
siempre, quizá se acostumbraron a vivir en una religiosidad y su amor por Dios se enfrió. Por eso
fue que Dios llamó a los que no estuvieron recibiendo de El todo el tiempo, sino que quizá ni
siquiera habían escuchado de Jehová de los ejércitos, pero cuando escucharon la voz de Dios se
enamoraron de El.

Un ejemplo lo podríamos ver con los marineros del barco en el que iba Jonás huyendo de la
presencia de Dios para no obedecerle; de tal manera que cuando vemos el desarrollo de la
historia, podemos ver que los marineros tuvieron un encuentro con Dios y se convirtieron a El,
mientras que Jonás; había estado a la sombra de Dios toda su vida, pero no quería obedecerle,
peor aún, huía de Su presencia. Muchos de nosotros ocupamos hoy el lugar de esos marineros y
cuando nos acercamos a la Iglesia sentimos del amor de Dios, el cual con solamente hablarnos,
fue más que suficiente para enamorarnos de El y hoy quizá estemos lamentando el tiempo que
desperdiciamos cuando estuvimos en el mundo. Lamentablemente también existe otro grupo de
cristianos que han estado toda su vida en la Iglesia y solamente están jugando a la religión
evangélica y no quieren compromiso alguno con Dios en su obra, sino que todo lo ven como un
pasatiempo, como algo que pueden hacer si les sobra tiempo, pero en ningún momento esforzarse
por avanzar en el perfeccionamiento que Dios desea ven en sus vidas, en ningún momento
esforzarse por trabajar en Su obra, menos aun ver por los huérfanos, viudas y enfermos.

El problema es que muchos que han nacido en cuna cristiana, no han sabido ser agradecidos con
Dios por el privilegio de haber nacido en el hogar que nacieron, mientras que los que nacimos
fuera de toda posibilidad de ser salvos, cuando se nos presenta la oportunidad de ser salvos,
queremos aprovecharla al máximo, como lo vemos en la siguiente cita:

Y respondiendo Jesús, le dijo: Simón, tengo algo que decirte: Y él dijo: Di, Maestro.
Cierto prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro
cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó generosamente a los dos.
¿Cuál de ellos, entonces, le amará más? Simón respondió, y dijo: Supongo que
aquel a quien le perdonó más. Y Jesús le dijo: Has juzgado correctamente. Y
volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Yo entré a tu casa y

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El Secreto De Congregarnos (II)
Segundo Servicio
Apóstol Sergio G. Enríquez O.
Guatemala, 18 de diciembre del Año de la Conquista

no me diste agua para los pies, pero ella ha regado mis pies con sus lágrimas y los
ha secado con sus cabellos. No me diste beso, pero ella, desde que entré, no ha
cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite, pero ella ungió mis pies
con perfume. Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido
perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama.
(Lucas 7:40-47 LBLA)

De acuerdo a lo que describe la cita anterior; todos somos deudores de Dios, sin embargo, vemos
que uno estaba acostumbrado a la religión con Dios, pero no a la relación con Dios; mientras que
la mujer era la primera vez quizá que podía estar cerca de Jesús y no desaprovecho la oportunidad
de adorarlo todo el tiempo que tuvo ese privilegio.

Hoy nosotros podemos identificarnos con los marineros y con la mujer que describe la cita anterior;
no teníamos ni siquiera la mínima oportunidad fuera de Cristo, y hoy lo menos que podemos hacer
es ofrendarle nuestra vida a Dios en adoración y en servicio a El. Los que tuvieron el privilegio de
nacer en cuna cristiana, ciertamente fue un privilegio, sin embargo también fue un riesgo en
haberse convertido en religiosos, hasta que Dios permitió que fueran alcanzados por uno de Sus
vasos con los que El se deleita predicar Su evangelio; y entonces son cambiados de dimensión
para que empiecen a caminar enamorados del nuestro Señor Jesucristo y todo el tiempo que se
desperdició; empiezan a esforzarse para recuperarlo y es eso precisamente lo que hoy debemos
hacer todos; esforzarnos por llegar más allá del desierto para podernos encontrar con Dios.

Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Una vez
llevó las ovejas más allá del desierto; y llegó hasta Horeb, la montaña de Dios.
(Éxodo 3:1 BJ2)

Viendo la cita anterior, podemos decir que Moisés pudo haber tenido fácil el trabajo al cual se
dedicaba, sin separarse muy lejos del campamento; sin embargo, quiso llegar más allá de lo que
hacía y como consecuencia se encontró con la zarza sobrenatural que ardía y no se quemaba;
entonces se encontró con Jehová, recibiendo la instrucción que dejaría de ser pastor de ovejas
para ser el libertador de Su pueblo, como quizá hoy Dios nos está llamando a ser trasladados a
una nueva dimensión en la cual podremos hacer Su obra pero de una forma sobrenatural en la
cual no nos importará verdaderamente dejarlo todo por Su amor, dejarlo todo por obedecerle pero
no por miedo, sino que obedecerle con todo nuestro corazón y aplicando lo que aprendimos en la
primera parte de este estudio, con el prefijo EPI, lo cual significa: más allá, o sea, EPI buscar a
Dios, como diciendo: buscarlo sin conformarnos con lo que hubo tiempo que nos enseñaran en la
congregación, sino que podamos llegar a nuestro hogar y que podamos seguir buscando y
escudriñando la palabra de Dios, basándonos en la enseñanza que recibimos.

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Apóstol Sergio G. Enríquez O.
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Esto lo aplicamos en todo el culto a Dios, en la alabanza, en la adoración, en la hora de las


ofrendas y diezmos; hacerlo con EPI, para poder alcanzar más allá de lo que nuestros ojos
naturales puedan ver, aplicar el término EPI y que logremos llegar en adoración al Lugar
Santísimo.

Si os he hablado de las cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de


las celestiales? (Juan 3:12 LBLA)

La palabra que debemos analizar en este versículo es: TERRENALES, la cual en el idioma griego
puede comprenderse que está refiriéndose a las cosas que estaban más allá del término terrenal.
Cuando estudiamos el contexto, vemos que está refiriéndose al nuevo nacimiento; o sea, el nuevo
nacimiento es considerado entonces como algo terrenal, pero en la profundidad, era considerado
como algo extraordinario. El problema es que hoy día muchos ministros están hablándole al pueblo
de Dios solamente de cosas terrenales, enfocándose exclusivamente al aspecto económico, con el
propósito de enraizarles sus pensamientos a la tierra y que no busquen lo eterno, que no busquen
lo que es verdaderamente conveniente para nuestra vida.

Si verdaderamente queremos llegar más allá, donde nos encontraremos con Jehová de los
ejércitos, necesitamos dejar todo lo que nos pueda estar impidiendo nuestro caminar en la calzada
de la santidad, todo lo que nos pueda estar impidiendo hacer la voluntad de Dios y que podamos
confirmar nuestro caminar buscando agradar el corazón de Dios; no buscar nuestra complacencia,
sino la de nuestro Señor Jesucristo y que le permitamos al Espíritu Santo que termine la obra que
ha iniciado en nuestra vida.

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