Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
• TÍTULO DE LA ENSEÑANZA
• PASAJE CLAVE O FUNDAMENTOS BÍBLICOS: Versículos tomados como punto de
partida para derivar la enseñanza.
• LECTURAS DE APOYO: Citas bíblicas que complementan la enseñanza.
• OBJETIVO(S): Indica(n) el énfasis central de la enseñanza.
• INTRODUCCIÓN: Constituye el inicio de la enseñanza, se orienta a despertar el interés
hacia el tema que se tratará.
• DESARROLLO DEL TEMA: Contiene todos los aspectos que se deben explicar durante la
enseñanza, con indicación de los versículos bíblicos usados como fundamento.
• CONCLUSIÓN: Es el cierre de la enseñanza y promueve la reflexión, el exhorto, la
motivación y la autoevaluación acerca del tema tratado.
5.- PARTICIPACIÓN Y CUIDADO PASTORAL (15 minutos) en este espacio el maestro debe
explorar en los participantes acerca de lo aprendido en la enseñanza, aclarar dudas y disipar las
inquietudes que surjan en el grupo.
6.- ALTAR DE ORACIÓN (MINISTRACIÓN) (15 minutos) permitir a los participantes compartir sus
motivos de oración o acción de gracias. Orar los unos por los otros. Este espacio también brinda la
oportunidad de ir observando el potencial de cada uno de ellos.
En las siguientes páginas está la enseñanza que corresponde a la presente semana. Se recomienda
leerla, estudiarla, investigar sobre el tema tratado en ella con antelación, y ensayarla para que pueda
impartirla en 25 minutos, procure no extenderse del tiempo estipulado. Recuerde además que debe
ser capaz de derivar del tema de la enseñanza la presentación de un mensaje evangelístico si fuere
necesario, en atención a posibles visitantes inconversos que pueda tener en la reunión; pues, la
misión de las Casas de Bendición contempla brindar cuidado pastoral, fomentar el amor fraternal
entre los hermanos, orar unos por otros, impulsar el crecimiento espiritual y evangelizar a los no
alcanzados. Así que si tiene visitantes no cristianos en la reunión no los deje ir sin presentarle el
mensaje del evangelio, bien sea usando el tema de la enseñanza o aplicando algún método de
evangelismo personal que usted maneje.
ENSEÑANZA N°151
Viernes 22/03/2024
CASAS DE BENDICIÓN
NO ACTUÉMOS COMO EL LLANERO SOLITARIO - 2ª PARTE
OBJETIVOS:
Comprender la necesidad de vigilarnos unos a otros dentro del Cuerpo de Cristo, con la
única finalidad de amarnos y cuidarnos mutuamente.
Esbozar brevemente el perfil del amigo mentor que todos los cristianos debiéramos procurar
tener.
Enfatizar en la necesidad de las relaciones amistosas que incluyan la rendición de cuentas
en la esfera espiritual.
INTRODUCCIÓN:
En la primera parte de este tema se inició con la definición de rendir cuentas a otro, también se
enunciaron las razones por las cuales debemos establecer relaciones de rendición de cuentas con
nuestros hermanos en la fe. Ello nos ayuda a fortalecernos como Cuerpo de Cristo, en lo que
concierne a resistir la tentación y erradicar el pecado de nuestras vidas. Además, resulta terapéutico
desde un punto de vista emocional, en tanto que nos ayuda a liberar la tensión que produce en
nosotros cargar aisladamente el peso de las luchas, pruebas, derrotas y frustraciones.
Aunado a todo esto, fortalece la dependencia y conexión horizontal que debemos mantener con los
otros miembros de la Iglesia del Señor, de la cual formamos parte.
Para elegir sabiamente a la persona a la que rendiremos cuentas debemos considerar una pista
que nos ofrece Gálatas 6:1 que dice: Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta,
vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti
mismo, no sea que tú también seas tentado. En principio, debe ser un cristiano espiritual, una
persona que busque siempre mantenerse dentro de la voluntad de Dios, que realmente desee
agradar al Señor en todas las áreas de su vida.
Es necesario que sea de nuestro mismo sexo y que tengamos afinidad espiritual y respeto mutuo,
sobre todo en la esfera espiritual.
La Biblia no nos indica reglas ni frecuencia para el proceso de rendición de cuentas. Es muy posible
que nuestro acercamiento hacia la persona que elegiremos como mentor inicie de manera informal,
solo para compartir —como buenos amigos— nuestras luchas más íntimas el uno con el otro.
Mientras más tengamos en común, mejor. Podemos compartir nuestros problemas y sentimientos
en medio de la ejecución de otras actividades en las que participemos juntos. Tal vez ya conocemos
a alguien que puede ser un buen compañero y solo necesitemos hablar de temas más profundos
con esa persona. O quizá podemos comenzar a demostrarle amistad y dejar que las cosas sigan
su curso natural.
Hebreos 10:24 dice: Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas
obras. Este debe ser el sentido y propósito de toda relación en la que buscamos rendir cuentas y
obtener guía espiritual. No deseamos ser criticados o juzgados, tampoco compartir con alguien que
solo calla y mucho menos con alguien que nos adula y asume que todo lo nuestro es bueno.
La clave es el equilibrio entre el aliento y la exhortación o instrucción. También es necesario
equilibrar la escucha y la retroalimentación. Pues, no se trata de un confidente al que solo le vamos
a contar nuestros secretos y que estos queden sepultados en sus oídos y mente. Se trata de una
relación en la se busca el consejo, la opinión, la confrontación y la crítica constructiva en base a la
Palabra de Dios.
La rendición de cuentas es una decisión que tomamos de manera seria y responsable. No consiste
en abrirnos con alguien que solo nos dirá las palabras que deseamos escuchar, sino en compartir
nuestras luchas entre amigos comprometidos a amarnos y cuidarnos mutuamente.
CONCLUSIÓN:
Entender que nos debemos cuidar unos a otros en el Cuerpo de Cristo y que eso incluye rendir
cuentas de nuestro proceder y de nuestra perspectiva espiritual, es síntoma de madurez espiritual.
Porque no se trata de inmiscuirse en la vida de otro o de permitir la incursión inescrupulosa de
alguien en nuestra esfera privada, se trata de advertirnos, alentarnos, exhortarnos, socorrernos
emocional y espiritualmente, unos a otros.
La elección cuidadosa de los amigos mentores para la rendición de cuentas es crucial para evitar
recibir consejos basados en la carnalidad o el desvío en los que algunos cristianos viven. Todo
consejo, exhortación, confrontación, recomendación debe estar basada en la Palabra de Dios, por
ende, los amigos mentores deben ser tanto conocedores de las verdades bíblicas, como
practicantes asiduos de ellas.
Es importante inculcar en los jóvenes la necesidad de fomentar este tipo de relaciones de rendición
de cuentas y de construir amistades sólidas, basadas en la confianza, el apoyo mutuo y, sobre todo,
impregnadas del consejo divino.