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de otros que, como Priscüa y Aquila, pueden exponer “con
más exactitud el camino de Dios” (Hechos 18.26).
Llegamos a conocernos unos a otros personalmente
al comunicar nuestras dudas y frustraciones, nuestras
aspiraciones y actitudes. No solamente intercambiamos ideas,
sino también “nuestras propias vidas” (1 Tesalonicenses 2.8).
Nos sentimos estimulados a ser honestos. Aprendemos a
hablar con naturalidad y franqueza acerca de la persona
de Jesucristo, acerca de su obra y acerca de la vida con
él (Lucas 24.13-35).
Somos atraídos espiritualmente unos a otros y estimulados
a orar los unos por los otros y a ayudarnos mutuamente.
Nuestro cuidado y preocupación se profundizan a medida
que dejamos que la Palabra de Cristo habite en el corazón
de nuestra comunidad (Colosenses 3.16).
Nuestra fe personal se fortalece y somos desafiados a vivir
con una actitud realista, porque hemos luchado juntos para
tratar de entender los propósitos de Dios para nosotros
(1 Tesalonicenses 1.6-8).
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Si no hay una respuesta clara, consulte otro pasaje o decida
continuar con el tema la próxima vez.
Estimule a los miembros tímidos dirigiéndoles
ocasionalmente una mirada. Cuando le parezca que están
listos para participar verbalmente, use una pregunta sencilla
pero importante. Recuerde que el silencio no siempre indica
falta de interés o de participación mental.
No permita que los miembros más locuaces monopolicen la
discusión: dirija preguntas a otros. Si es necesario hábleles en
privado acerca de la necesidad de que en el grupo se converse
y no se den conferencias. Consiga que ellos le ayuden a
estimular la participación de otros.
A los miembros bien informados que se desvían
frecuentemente con referencias adicionales o que abren otros
temas, muéstreles el valor de no apartarse del texto.
Sugiérales a los miembros que quieren temas controvertidos
que estos pueden discutirse en otro momento. Ayúdelos a
ver que es más constructivo concentrarse en la enseñanza
positiva que todos pueden entender.
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f r v C/£ ®lc/ C y t c / V
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MK/CI iH S
Dos objeciones
Frecuentemente se plantean dos pregimtas. La primera procede de
cristianos escépticos para quienes el estudio bíbhco se ha tornado
aburrido: “¿Vendrán los que no son creyentes, a algo tan aburrido?”.
Pero muchos lo hacen, en los países más diversos de cada conti
nente, como lo hemos mencionado en el capítulo i. Vuelven una y
otra vez... ¡y luego llevan a sus amigos! Además, muchos de ellos
se encuentran con Jesucristo allí, porque im e b e es un programa de
evangelización intensiva; es como plantar y cuidar árboles, indivi
dualmente, en lugar de sembrar al azar.
PA R T E i : E N C U E N T R O S B IB L IC O S
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Muchas personas que no están dispuestas todavía a asistir a la
iglesia, sienten curiosidad por la Biblia. El e b e a menudo las mo
tiva a leerla por sí mismas. Una joven francesa le confesó al líder
del encuentro bíblico: “Hice trampa: ya leí el pasaje de la semana
próxima. Espero que no le importe”. Otro joven, Eduardo, estaba en
tusiasmado por su descubrimiento de Romanos 3, y se pregvmtaba si
nosotros sabríamos que eso está en la Biblia...
La segunda objeción tiene que ver con la preocupación de que
el mayor número de los que no son creyentes pudiera dominar a
los cristianos: “¿No perderemos el control de la conversación o el
debate?”. La respuesta es invitar a sus amigos a examinar los relatos
históricos acerca de Jesucristo, no a un intercambio de opiniones
religiosas. Una vez que están de acuerdo sobre esto, refiérase siempre
al texto como su autoridad. Los no cristianos no están obligados a
creerlo, ya que el acuerdo es ver lo que dice el relato.
El evangelio tiene el poder de captar la atención de nuestros
amigos, sean cuales fueren sus motivos en un comienzo; crea en
ellos sed por la verdad, üumina sus mentes y los conduce a la fe
(Salmos 119.130; Romanos 1.16,17).
Sobre cómo comenzar im e b e , vea el capítulo 6.
El objetivo Inmediato
Nuestro principal objetivo es ayudar a quienes no son cristianos
a responder de manera positiva a Jesucristo. Considere el ejemplo
de Jesús al conducir a los Doce a ima fe plena. No les dijo inme
diatamente que él era Dios. Cuando le preguntaron sobre él, dijo:
“Venid y ved” (Juan 1.39)- Sabía que aquellos judíos, que tenían
una fe firmemente monoteísta, no hubieran sido capaces de captar
la asombrosa verdad de su deidad hasta no haber tenido suficiente
tiempo para observar y pesar las evidencias concretas. No fue sino
hasta unos seis meses antes de la crucifixión (¡unos .dos años y me
dio después de su primer encuentro con Cristo!) cuando pudieron
decir por boca de Simón Pedro: “... Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente” (Mateo 16.16).
La mayoría de nuestros amigos también necesitan tiempo. En los
Evangelios podrán ver a Jesús en acción y dialogando con la gente.
Nosotros debemos ayudarlos a proyectarse a los días del Nuevo
Testamento e identificarse con las personas que se encontraron con
Jesús, y a través de ellas interactuar con él.
El objetivo inmediato se habrá logrado si al terminar el estudio
los participantes quieren saber más sobre Jesucristo; o si empiezan
a dudar de su propia capacidad, o a comprender que deben buscar
más empeñosamente la verdad, algo que los acerque un paso más a
Dios.
El contenido: Concentrar el enfoque en la persona
de Jesucristo
Por eso nos concentramos principalmente en pasajes de los
Evangelios. Las personas a menudo se sorprenden al descubrir que
el Jesús del Nuevo Testamento es muy diferente del Jesús de sus pre-
conceptos ambiguos o sentimentales. El Nuevo Testamento empieza
por tomar en serio su humanidad. Él no era Dios disfrazado de
hombre. Era Dios convertido en hombre.
Aunque nxmca dejó de ser Dios, no hacía uso de sus prerrogativas
divinas (ver Filipenses 2.5-7). Volvmtariamente se limitó a nuestra
condición humana, recurriendo al poder y a la sabiduría de Dios
por medio del Espíritu Santo y la oración, como debemos hacerlo
nosotros (Mateo 12.28; Lucas 5.17; Juan 5.19,30; Hechos 10.38). Si por
ser Dios lo hubiera sabido todo en forma automática, sus conver
saciones con las personas no hubieran sido genuinas (Lucas 2.46;
Mateo 24.36). Jesús tenía más bien percepción profètica y una agu
dizada percepción humana por el hecho de que era ima persona sin
pecado.
Las dificultades humanas lo afectaban como nos afectan a no
sotros (lea Hebreos 2.17-18 y 4.15). Jesús enfrentaba pruebas y
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tentaciones reales. De otro modo, gran parte del Nuevo Testamento
carecería de significado. No debemos despojar a la encarnación de
Cristo del sentido que tiene para la humanidad, como hacían los
herejes a los que se refiere la primera carta del apóstol Juan. Jesús de
verdad se arriesgó cuando tocó al leproso. Realmente estaba cansado
cuándo se durmió en la barca en medio de la tormenta. Y como ser
humano temía a la crucifixión cuando oró en Getsemani antes de ir
a la cruz.
Solo si nuestros amigos ven al Jesús verdaderamente humano,
pueden empezar a sentir el impacto de su divinidad. Solo así se con
vierte él en una persona viviente en quien ellos pueden confiar, y a
quien pueden amar y adorar.
(Considere los ejemplos 6 y 7 en el Apéndice).
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• Evite los himnos y coros en general. Ritmos folklóricos,
inclusive algunos cantos evangélicos populares, pueden
venir muy bien.
• El E B E no es un lugar para discutir opiniones negativas
sobre el baile, el tabaco, etc. Los chistes religiosos no son
de buen gusto.
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Aténgase al texto y complete el estudio del pasaje. Evite
los temas laterales. Acepte cortésmente los comentarios...
y vuelva al texto, a su autoridad. Muchos malos entendidos
pueden evitarse si el grupo ve en el texto el retrato completo
de Jesús que hace el autor, antes de discutir los detalles.
Si surge algxma cuestión tangencial que no está tratada
adecuadamente en el pasaje, hable con quien la planteó
después del estudio, usando un texto más adecuado. Si el
grupo está interesado, sugiera para otra vez un estudio de ese
tema con un texto más apropiado para el mismo.
Evite la "jerga evangélica" y explique con sencillez los
términos teológicos. Cuando Marina dijo: “Cuando yo estaba
aún en el mundo...” los visitantes se mostraron perplejos.
¿Cómo comprende alguien que no es cristiano términos
como “justificación”, “gracia”, “fe”, “la carne”, o “pecado” ?
Algunas palabras se entienden, pero tienen un color
emocional negativo.
Termine puntualmente, pero continúe la charla con aquellos
que no tengan prisa. Hable sobre alguna dificultad que no
haya sido resuelta o ayude a alguien a recibir a Jesucristo.