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La VERGÜENZA en el Enfoque Gestalt | Conferencia de Peter Philippson

La vergüenza es una experiencia multisensorial: es una experiencia emocional, es una


experiencia física, es una experiencia cognitiva (te dices cosas a ti mismo acerca de ti),
y es una experiencia relacional. Se ha escrito mucho recientemente desde el campo de la
Gestalt sobre la vergüenza como una ruptura en el campo. Personas como Gordon
Wheeler han escrito que no puede comprenderse la vergüenza bajo el paradigma
individualista, sino como una ruptura entre la persona y los campos de los que forma
parte. Yo voy a estar tanto de acuerdo como en desacuerdo con esa premisa. Una idea es
que la vergüenza no es una experiencia agradable. Estoy de acuerdo que no es algo
placentero, y no es placentero estar con una persona que despierta esos sentimientos en
ti. También quiero decir que la vergüenza tiene un lugar importante en nuestras vidas.
En el libro “La hoguera de las vanidades” el autor dice que lo que define a los reyes del
universo es que no sienten vergüenza, que lastiman mucho a otras personas, y no sienten
ninguna vergüenza al hacerlo. Una persona que no siente vergüenza podría ser un
psicópata.
Piensen en alguna experiencia en que alguien les ha dicho algo insultante, y a partir de
esa experiencia vayan pensando qué va pasando en su cuerpo.

La experiencia que yo asocié con la vergüenza es el asco. Hay cosas similares que Perls
escribió en “Yo, hambre y agresión” y que Goodman escribió en “Gestalt therapy”.
Físicamente, mi experiencia al sentir vergüenza. Sería similar a la experiencia de
vomitar o de detenerme de vomitar. Tensar el pecho, detener mi respiración,
normalmente son impulso que yo tendría si quisiera detener el vómito. Entonces, llegué
a la idea de la vergüenza como una retroflexión del asco. Esto es un poco diferente a
cómo usualmente se describe la experiencia de vergüenza, que tiene que ver con
introyección, que a las personas que sus padres les dicen que son unos idiotas
introyectan eso. Perls decía: esta no es la manera en que sucede. El tensarse, y los
pensamientos agresivos no son defensas, son ataques que son volteados en contra del
self, es una retroflexión. Para mí eso tenía mucho más sentido porque mi experiencia de
mis propios introyectos y los de mis clientes me dicen que estos tienen muy baja
energía, son una manera de flojera de enfrentarse al mundo (yo voy a ser de tu manera y
no voy a fijarme cual sería mi manera de hacerlo). Sin embargo, la vergüenza es de muy
alto nivel de energía, es muy demandante, esto lo vamos a encontrar si tratamos de
convencer a nuestros clientes de que son mejores de lo que ellos creen que son. Es un
nivel de energía mucho más alto que yo asociaría más con la retroflexión. Esta es mi
comprensión de lo que sucede. Si yo como bebé, me dan un alimento que sabe mal,
reacciono inmediatamente con mucha energía, lo echo para afuera, lo escupo. Si el
adulto hace algo o le grita al niño, el niño reacciona de manera similar, siente un nivel
parecido de disgusto, de asco, siempre y cuando se sientan con la seguridad de poder
mostrar eso. Pero si un niño es alimentado a la fuerza con comida que le disgusta, o con
respuesta de disgusto hacia ellos, de tal manera que les da temor mostrar su disgusto,
entonces ellos retroflectan su enojo y su disgusto, su asco y se sienten mal acerca de sí
mismos. El ciclo de la interrupción de contacto en la terapia Gestalt se llamaban
disturbios de la frontera. Lo que está pasando es un disturbio en la frontera, una
interrupción. La persona que siente la retroflección del disgusto o el asco pierde su
sentido de sí mismo. Retroflectaron el disgusto hacia sí mismos. 28.48

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