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IRENA
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Cuando el corazón Irena se encuentra en el epicentro del caos, cuando sus amigos y
seres queridos están en peligro inminente,
un cambio profundo comienza a gestarse dentro de ella. Es como si el universo mismo
estuviera respondiendo a su
llamado de auxilio, despertando una fuerza ancestral que yace latente en su
interior.

Es en ese momento crítico cuando el símbolo del unalome, grabado en sus puños
metálicos, comienza a destellar con
una intensidad deslumbrante, como si estuviera siendo alimentado por la misma
esencia de las estrellas. Una sensación
ardiente y poderosa, como la llama de una estrella en pleno resplandor, se enciende
en su pecho, impulsándola hacia
una transformación trascendental.

Sus ojos humanos, llenos de determinación y valentía, brillan con una intensidad
sobrenatural. Pero es el tercer ojo,
escondido dentro de su sombrero, el que experimenta una metamorfosis única. Antes
apenas perceptible, el ojo de su
sombrero se desplaza hacia su frente, fusionándose con sus otros dos ojos y
formando una trinidad de visión que
trasciende los límites de lo común.

Esta unificación de visiones no solo amplía su percepción, sino que también

simboliza la integración completa de su ser
físico y espiritual. Irena se convierte en un canal para la sabiduría cósmica,
capaz de ver más allá de lo evidente y comprender
la verdadera naturaleza de las situaciones que enfrenta.

Mientras tanto, sus manos humanas, liberadas por primera vez en años de las cadenas
del metal, parecen irradiar una
energía divina. Los brazos adicionales que emergen de su espalda, cada uno llevando
el símbolo del unalome en un brillo
estelar, vibran con la promesa de un poder más allá de lo terrenal.

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THANATOS
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En lo más profundo de la oscuridad, donde la maldad se enraíza y los espíritus se

retuercen en tormento,
yace un joven, su rostro oculto tras una máscara de condena. Su cabello, una
sinfonía de tonos rosados,
morados y suaves verdes, parece un reflejo de su cautiverio, atrapado en un ciclo
de malevolencia. Viste
ropajes de cuero negro, con mangas que se extienden como alas en ciertas áreas, una
manifestación de
su prisión.
En su cuello, dos amuletos contrastantes cuelgan como testigos de su dualidad: un
engranaje, su obsequio más preciado,
y un corazón de rubí en llamas, representando el fuego ardiente de su espíritu. Su
alma, una amalgama de paisajes vivos y
vibrantes, se expande a su alrededor, revelando los reinos encerrados en su ser.

Un volcán, la furia de Darea, ruge con poder; un mar, la calma y la tormenta de

Durakua, se agita en su
esencia; un bosque, la serenidad y la savia de Zizera, susurra con vida; un taller
de ingeniería, la inventiva
y el progreso de Igea, resuena con el eco del conocimiento; y por último una lluvia
muy ténua, representando el
clima y la paciencia de solea.

Con un estallido de energía, su mano poderosa arranca la máscara maldita de su

rostro, destrozándola con
una facilidad que sorprende. A su alrededor, las almas encerradas en su interior se
unen en un torrente de
poder, formando un aura que emana una intimidación indescriptible.

"Thanatos... no, yo, Owen Peña, he despertado", declara con voz firme y
determinada. Cierra su puño con fuerza
y su mirada se pierde ante una reacción inmediata de su alma a su despertar.

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En el vasto panorama de su alma expandida, los recuerdos más claros y vívidos de su

vida como Owen comienzan
a materializarse. Podeis ver el día en que dejó su hogar con determinación,
decidido a demostrarle a su padre que
podía convertirse en un clérigo de renombre y acabar con su fábrica. Podeis ver los
arduos entrenamientos con Carolina, Zurs y Jaime,
guiados por la sabiduría de su maestra, en busca de la excelencia.

La emoción lo invade al recordar el momento en que superó el examen de acceso para

ser clerigo, celebrando con una
cena junto a sus compañeros antes de emprender su viaje por los templos,
enfrentándose a desafíos inimaginables en su camino
impuesto por un tirano, el antiguo rey de Tolkar.

Sin embargo, el dolor aflora al recordar el oscuro giro que tomó su vida. El día en
que descubrió la verdad sobre los
dioses a los que había dedicado su fe, su mundo se desmoronó. La traición a su fe,
los dioses
eran en realidad criminales de guerra sacudieron los cimientos de su creencia.

Pero el recuerdo más doloroso de todos es el de aquel fatídico día de lluvia,

cuando el alma de Viktor usurpó su cuerpo
y llevó a cabo actos atroces. El recuerdo de atravesar el pecho de Carolina, el
amor de su vida, y de Ruth, con su propia
mano, es una herida que nunca cicatrizará.

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Ahora, habiendo derrotado a la fuerza que lo había manipulado, Owen está decidido a
traer de vuelta a Carolina,
el único rayo de luz en su oscura existencia. En sus visiones, se ve a sí mismo
obsesionado por recuperarla, consumido por el
remordimiento y la determinación de enmendar sus errores, sin saber que fue
engañado por una entidad con un alma superior
que finalmente tomó el control de su ser. La desesperación y el anhelo por
redimirse se reflejan en cada fragmento de su alma expandida
mientras se prepara para enfrentar su destino. "Ahora que tu alma se encuentra
dentro mía, nos pondré a salvo y nada más me impedirá
redimir mi error y traerte de vuelta, ¡es una promesa, vivirás de una vez por
todas!"