La Canción del Lago de la Luna

En lo más profundo del bosque se escondía un lago de aguas cristalinas bajo la luz plateada de la
luna. Cuentan las leyendas que en noches de luna llena, el lago canta una canción que atrae a los
desprevenidos hacia sus frías profundidades.

Una joven llamada Elena, fascinada por las historias que escuchaba de niña, decidió aventurarse al
lago en una noche de luna llena. Caminó entre los árboles susurrantes hasta llegar a la orilla del
lago, donde la luz de la luna hacía brillar el agua como diamantes líquidos.

Al acercarse, escuchó una melodía suave y seductora que parecía surgir del propio lago. La canción
la envolvía en una sensación de paz y éxtasis, pero algo en su interior le decía que no debía dejarse
llevar por aquel canto.

Decidida a descubrir el origen de la canción, Elena se adentró en las aguas heladas del lago. A
medida que avanzaba, la canción se hacía más fuerte, y pudo ver una figura oscura en el centro del
lago, cantando con una voz celestial.

Antes de que pudiera reaccionar, una mano fría y huesuda emergió del agua y la agarró del tobillo,
intentando arrastrarla hacia abajo. Elena luchó con todas sus fuerzas, pero la fuerza de la criatura
era sobrenatural.

Justo cuando parecía que iba a sucumbir, un haz de luz lunar iluminó la figura en el centro del lago,
revelando el rostro de una mujer con ojos vacíos y una sonrisa macabra. Con un grito desesperado,
Elena logró liberarse y nadó con todas sus fuerzas hasta la orilla, donde colapsó exhausta.

Al amanecer, Elena regresó a su hogar, temblando y jurando nunca más acercarse al lago de la
luna. Desde entonces, aquellos que escuchan la canción del lago de la luna saben que es una
advertencia de peligro y muerte.