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2ª Edición
Manual de Protocolos y Actuación
en Urgencias
2ª Edición
Coordinador
Agustín Julián Jiménez
Presidente de la Comisión de Docencia M.I.R
Especialista en Medicina Interna
Médico Adjunto del Servicio de Urgencias
Complejo Hospitalario de Toledo
Servicio de Urgencias-Comisión de Docencia (Complejo Hospitalario Toledo)
Coordinador: Agustín Julián Jiménez.
Edición con la colaboración de: FISCAM
Nota Importante:
Los Autores y Colaboradores han puesto todo su empeño en asegurarse de que las indicacio-
nes, dosis y pautas de los fármacos que figuran en el Manual se correspondan con las reco-
mendadas por las Autoridades Sanitarias y la Literatura Médica en el momento de su elabora-
ción. No obstante, debemos recordar a todos los lectores que deben de consultar y utilizar los
fármacos mencionados en el Manual de acuerdo con el prospecto del fabricante. No podemos
hacernos responsables de las consecuencias que pudieran derivarse de cualquier error en el tex-
to que haya podido pasar inadvertido. Por ello los lectores deben consultar las recomendacio-
nes y las informaciones que, de forma periódica, proporcionan las Autoridades Sanitarias y los
propios fabricantes de los productos.
Por último, debemos advertir que cuando para el manejo de una determinada situación existan
varias opciones admitidas, las recomendaciones de Manual representan exclusivamente las pre-
ferencias de los autores, sin que ello suponga que otras opciones no puedan ser igualmente re-
comendables y eficaces.
1ª Edición: 2002
2ª Edición: 2004
No está permitida la reproducción total o parcial de ninguna parte de este libro, incluida la cu-
bierta, ni su almacenamiento en sistemas de recuperación, ni su transmisión por cualquier me-
dio electrónico o mecánico, de fotocopia, grabación o cualquier otro, sin el permiso prevío y por
escrito del Coordinador y del Editor.
La actitud del Hospital y de la atención sanitaria en general sólo puede ser en-
tendida, en estos comienzos del siglo XXI, desde la perspectiva del conocimiento. El
conocimiento constituye un requisito indispensable para organizaciones tan comple-
jas en sus procesos de decisión diagnóstica y terapéutica como las sanitarias.
Por ello desde la Dirección queremos exponer una vez más nuestra satisfacción
por un buen trabajo realizado que se concluye hoy con esta Edición.
Como cada año el Hospital acogerá "con los brazos abiertos" a una nueva ge-
neración de residentes e ineludiblemente llegará "la primera guardia" sin haber teni-
do tiempo de saber, ni siquiera, donde está el Box rápido. En cualquier caso todas
las guardias, hasta las peores, terminan siempre y tras la tempestad llega la calma.
Precisamente es, y sobre todo, a los médicos de los Servicios de Urgencias y a los re-
sidentes (y especialmente a los que se incorporan en su primer año) a quienes va
orientado y dirigido este Manual que será su compañero a la hora de afrontar el re-
to de cada uno de los pacientes que atiendan en Urgencias y que podrán llevar pa-
ra consultar de forma rápida.
Supone para mí una inmensa alegría y satisfacción tener el honor de realizar,
de nuevo, la introducción de esta segunda edición del "Manual de Protocolos y ac-
tuación en Urgencias para Residentes", que como han podido comprobar ha pasado
a denominarse “Manual de Protocolos y Actuación en Urgencias” orientado para to-
dos los que trabajamos en las Urgencias, noveles y veteranos sin exclusión.
Y lo hacemos así, por varios motivos:
En primer lugar, por el interés, acogida y demanda tan sorprendente que ha
tenido la primera edición desde que se presentó; agotándose en pocas semanas y
precisando varias reimpresiones hasta sumar más de 30.000 ejemplares.
Por otro lado, nos consta, que se ha convertido para muchos facultativos en
una herramienta útil, apreciada y de consulta en su trabajo diario; hechos que nos
renovaron la ilusión para concluir esta segunda edición después de más de dos años
de duro esfuerzo. Esta edición completa un índice de capítulos superior y muy apro-
ximado al contenido del Cuerpo Doctrinal de la SEMES, incluyendo algunos capítu-
los de máxima actualidad que el lector descubrirá en el índice.
Este Manual ha sido el fruto del trabajo de más de doscientas personas con el
objetivo de conseguir una descripción clara, sintética y sobre todo práctica de muchos
de los problemas médicos que llevan al ciudadano a solicitar atención médica urgente
en el ámbito hospitalario y también extrahospitalario. Así surgió, en sus orígenes,
pensado como obra docente para los nuevos residentes que llegan a nuestros hospi-
tales, pero que sirviera de guía y ayuda para todos los médicos, que en el quehacer
diario, nos enfrentamos a infinidad de dudas y momentos de "desamparo y descon-
cierto". A lo largo de los 160 capítulos y 3 apéndices, encontraremos la descripción,
conceptos, aproximación diagnóstica, tratamiento, criterios de ingreso, etc… de los
distintos procesos patológicos. Queremos dejar claro que el deseo de todos los auto-
res que han participado en el mismo ha sido consensuar unas normas y recomenda-
ciones de actuación básicas en Urgencias con la intención de ser prácticas, claras y
actualizadas según las últimas publicaciones y consensos. Todo ello ajustado a la re-
alidad de nuestras posibilidades hoy en día. Esperamos que sea un complemento muy
útil a los textos recomendados en los distintos capítulos y a la experiencia que pue-
dan aportar los residentes mayores y facultativos con años de trabajo en la atención
de pacientes en el mundo de las Urgencias.
Cada día nos enfrentamos a lo imprevisible, diverso y diferente que supone
nuestra categoría y futura especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias. De-
seamos que su lectura y consulta sirva para guiar, aconsejar y orientar en los mo-
mentos, que todos pasamos, de "desamparo y confusión" que surgen en las guardias.
Si ésto ocurre una sola vez habremos conseguido nuestro objetivo y todo el esfuerzo
hecho se dará por válido. El Manual no es un libro de texto ni un gran tratado, éstos
se deberán consultar posteriormente para consolidar los conocimientos adquiridos.
Quiero expresar mi agradecimiento sincero a mis compañeros de alegrías y
sufrimientos del Servicio de Urgencias y de la Comisión de Docencia M.I.R, por todo
lo que aprendo de ellos y recordando la suerte que tengo día a día de trabajar a su
lado.
Quisiera felicitar a todos los autores, muchos de ellos residentes, por su es-
fuerzo, trabajo y dedicación en todos y cada uno de los capítulos, porque aunque
siempre se puedan mejorar, no se pueden hacer con más ilusión y entusiasmo. Del
mismo modo, a los supervisores (Adjuntos y Jefes de Sección o Servicio) y colabora-
dores especiales que no dudaron en orientar, corregir y aconsejar desde su expe-
riencia y conocimiento a los residentes a la hora de elaborar los capítulos.
Mi agradecimiento sincero y especial para: Javier Sánchez Caro (Subdirector
General de la Asesoría Jurídica del Instituto Nacional de la Salud), María Soledad
Rodríguez Albarrán y Juan de Dios Casas Sánchez (Departamento de Medicina Le-
gal y Forense de la Facultad de Medicina de la U.C.M.) y Elena Carrascoso Sánchez
(Gabinete Jurídico del Complejo Hospitalario de Toledo).
Señalar mi admiración y enorme satisfacción por compartir ilusiones y recibir
la experiencia y consejos de tres personas importantes y a la vez amigos: Dr. Millá
Santos (Director Clínico. Servicio de Urgencias. Hospital Clínic de Barcelona); Dr. Ji-
ménez Murillo. (Presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y
Emergencias) y Dr. Juárez González (Presidente de la SEMES Castilla La Mancha).
Mi reconocimiento a D. Ramón Gálvez Zañola (Director Gerente del Comple-
jo Hospitalario de Toledo) así como a D. Eugenio García Díaz (Director del Área Mé-
dica) y D. Fernando Cotón Cabañero (Director del Área Quirúrgica) por creer y apo-
yar este proyecto y la Docencia en nuestro Hospital.
Por segunda vez la empresa Bayer ha contribuido a la edición del Manual y
próximamente realizará su difusión, distribución y con ello participará en los objeti-
vos marcados al inicio del proyecto. Por todo ello y por confiar en esta obra traslado
la gratitud de los autores a sus responsables.
Finalmente, es obligado resaltar el interés y dedicación mostrados desde el pri-
mer momento por parte de la Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha para que
esta empresa se culminara satisfactoriamente con la impresión y distribución del Ma-
nual. Por ello y con sinceridad, nuestro agradecimiento al Consejero de Sanidad Don
Roberto Sabrido Bermúdez. Mi reconocimiento para todos los miembros de FISCAM
(Fundación para la Investigación Sanitaria en Castilla La Mancha) representados por
Dña. Blanca Parra y antes por Dña. Pilar Polo por su trabajo, dedicación, profesio-
nalidad, eficacia y ayuda.
AUTORES Y SUPERVISORES
▲ Aguilar Blanco, E. M. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Alcalá López, J. (Médico adjunto Cardiología.)
▲ Alcántara Torres, M. (Médico adjunto de Digestivo.)
▲ Alfaro Acha, A. (M.I.R. de Geriatría.)
▲ Alonso García, A. A. (M.I.R. de U.V.I.)
▲ Álvarez Fernández, E. (M.I.R. de Geriatría.)
▲ Álvarez Martín, J. (Médico adjunto Cirugía.)
▲ Amengual Occhi, M.A. (Médico adjunto de Digestivo.)
▲ Andrés Ares, J. (Médico adjunto Anestesiología.)
▲ Aranzana Gómez, A. (Médico adjunto de Cirugía.)
▲ Arribas Blanco, S. (Médico adjunto de Medicina de Familia.)
▲ Artaza Varasa, T. (Médico adjunto Digestivo.)
▲ Balaguer Guallart, I. (Médico adjunto de Urgencias)
▲ Barbado Cano, A. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Barca Fernández, I. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Bellini García, R. (M.I.R. de Rehabilitación.)
▲ Berciano Martínez, F. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Bernardo de Quirós, R. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Berrocoso Martínez, A. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Blanco Bravo, A. (Médico adjunto Cirugía-Urgencias.)
▲ Blanco Jarava, A. (M.I.R. de Medicina Interna.)
▲ Blanco Orenes, A. (Médico adjunto de Urgencias)
▲ Blázquez Carrasco, J.L. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Bonilla Madiedo, L. (Médico adjunto Traumatología.)
▲ Boyano Sánchez, I. (Médico adjunto de Geriatría.)
▲ Buendía González, E. (Médico adjunto Urología.)
▲ Buitrago Sivianes, S. (Médico adjunto de Urología.)
▲ Bustos Molina, F. (Médico adjunto Anestesiología.)
▲ Cabañes Higuero, N. (Médico adjunto Alergología.)
▲ Cabeza Álvarez, C.I. (Médico adjunto Neurología.)
▲ Cabezas León, M. (M.I.R de Oftalmología.)
▲ Cabrera Pajarón, M. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Calleja Hernández, M. (Jefe de Servicio de Cirugía Cardíaca.)
▲ Callejas Pérez, S. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Campos Campos, N. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Canabal Berlanga, R. (Médico adjunto de Urgencias.)
▲ Cano Martín L. M. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Cano Vargas Machuca, E. (Médico adjunto Neurología.)
▲ Cantalapiedra Santiago, J.A. (Coordinador de Investigación, Docencia y Forma-
ción del SESCAM. Especialista en U.V.I)
▲ Cantón Rubio, T. (Médico adjunto Cardiología.)
▲ Cañete Palomo, M. L. (Médico adjunto de Ginecología.)
▲ Carmona Lambooy, S. (Médico adjunto de Urgencias)
▲ Carrero García, C. (M.I.R de Anestesiología.)
▲ Carro García, T. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Carrobles Jiménez, J.M. (Médico adjunto Digestivo.)
▲ Casas Zarzuelo, R. (M.I.R de Anestesiología.)
▲ Castellanos Martínez, E. (Médico adjunto de Cardiología.)
▲ Castillo Portales, S. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Carrascoso Sánchez, E. (Gabinete Jurídico del CHT.)
▲ Cazorla Calleja, M. R. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Cea Soria, J. L. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Cervigón González, I. (M.I.R de Dermatología.)
▲ Cid Prados, A. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Cobas Pazos, J. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Cordón Sánchez, C. (Médico adjunto de Rehabilitación.)
▲ Crespo Alonso, A. (M.I.R de Pediatría.)
▲ Crespo Moreno, R. (Médico adjunto de Urgencias)
▲ Crespo Rupérez, E. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Cruz Mora, M. A. (Jefe de Servicio Oncología.)
▲ Cuadra García-Tenorio, F. (Médico adjunto Medicina Interna.)
▲ Cuevas del Pino, D. (M.I.R de Cirugía General.)
▲ Delgado Alcalá, V. (M.I.R. de Traumatología.)
▲ Díaz Sastre, M. A. (M.I.R de ORL.)
▲ Drozdowskyj Palacios, O. (M.I.R. de Rehabilitación.)
▲ Escribano Santos, P. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Estebarán Martín, M.J. (Médico adjunto Cirugía-Urgencias.)
▲ Expósito Manzano, R. (M.I.R de Rehabilitación.)
▲ Fábrega Alarcón, C. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Fadel Boumahi-Mokhta, M. (M.I.R de Cirugía General.)
▲ Fajardo de Campos, A. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Falero Gallego, P. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Fernández Alarcón, F. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Fernández Blanco, J. M. (M.I.R. de U.V.I.)
▲ Fernández Martínez, B. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Fernández Maseda, M.A. (Médico adjunto de Pediatría)
▲ Fernández Rodríguez, E. (Jefe del Servicio de Bioquímica)
▲ Fortuny Tasias, A. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Galán Sánchez, C. (M.I.R. de Psiquiatría.)
▲ García Almagro, D. (Jefe del Servicio de Dermatología.)
▲ García Manríquez, A. (M.I.R de ORL.)
▲ García-Morato Abengoza, R. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ García Vila, B. (Médico adjunto de U.V.I)
▲ García Villamuza, Y. (Médico adjunto de Urgencias)
▲ Gargallo Quintero, A. B. (M.I.R de Dermatología.)
▲ Garrido Robres, J.A. (Médico adjunto Neurología.)
▲ Gil Ibáñez, M.P. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Gil Moreno, J. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Gómez Mendieta, R. (M.I.R. de Traumatología.)
▲ Gómez Rodríguez, R. (Médico adjunto Digestivo.)
▲ Gontán García Salamanca. M.J. (Médico adjunto Medicina de Familia.)
▲ González Alonso, N. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ González Barboteo, J. (M.I.R de Geriatría.)
▲ González de Frutos, C. (Médico adjunto Digestivo.)
▲ González González, J. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ González Hernández, J. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ González Pérez, P. (M.I.R de Cardiología.)
▲ González Rubio, M. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Grande Saurina, J. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Grau Jiménez, C. (Médico adjunto de Urgencias)
▲ Graupner Abad, C. (Médico adjunto de Cardiología.)
▲ Guindal Pérez, Y. (M.I.R. de Traumatología.)
▲ Gutiérrez Martín, P.L. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Herguido Bóveda, M.J. (Médico adjunto Neurocirugía.)
▲ Hernández Quiles, M. (M.I.R de Alergología.)
▲ Herrador Iradier, P. (M.I.R de Anestesiología.)
▲ Herrera Molpeceres, J.A. (M.I.R. de Traumatología.)
▲ Honorato Guerra, S. (M.I.R de Dermatología.)
▲ Jiménez Caballero, P.E. (Médico adjunto de Neurología.)
▲ Jiménez Lara, M. (M.I.R. de Alergología.)
▲ Juárez González, R. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Julián Jiménez, A. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Lafuente González, P. (Médico adjunto de Ginecología.)
▲ Laín Terés, N. (Coordinadora del Servicio de Urgencias.)
▲ Lázaro Fernández, E. (M.I.R de Cardiología.)
▲ Lázaro Rodríguez, S. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Leal Sanz, P. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Led Domínguez, M.J. (Médico adjunto Urgencias)
▲ León Martín, M. T. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ López Beret, P. (Médico adjunto Cirugía Vascular.)
▲ López de Toro Martín-Consuegra, I. (Médico adjunto de U.V.I.)
▲ López Díaz, J. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ López Gabaldón, E. (Médico adjunto de Neumología.)
▲ López López, J. (Jefe de sección, Médico adjunto Endocrinología.)
▲ López Pardo, R. (Médico adjunto Cirugía-Urgencias.)
▲ López-Barrantes, O. (Médico adjunto de Dermatología.)
▲ López-Reina Torrijos, P. (Médico adjunto de U.V.I.)
▲ Madruga Sanz, J. M. (Médico adjunto de Traumatología.)
▲ Madruga Galán, F. (Médico adjunto Geriatría.)
▲ Maicas Bellido, C. (Médico adjunto de Cardiología.)
▲ Málaga Shaw, O. (Médico adjunto de Traumatología.)
▲ Marcos Martínez, M. A. (Médico adjunto de Endocrinología.)
▲ Mareque Ortega, M. (Médico adjunto de Geriatría-Ayuda a domicilio.)
▲ Marín Ruiz, M. A. (M.I.R de U.V.I)
▲ Márquez Moreno, M.D. (M.I.R de Pediatría)
▲ Marsal Alonso, C. (Médico adjunto Neurología.)
▲ Martín Pérez, I. (Médico adjunto Medicina Interna)
▲ Martínez Potenciano, J.L. (Jefe de Servicio de Digestivo.)
▲ Martínez Salinero, E. (Médico adjunto de Medicina de Familia)
▲ Martínez Velázquez, C. (Médico adjunto de Traumatología.)
▲ Martinón Torres, G. (M.I.R. de Geriatría.)
▲ Medina Chozas, M. E. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Mejía Fernández de Velasco, A. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Méndez Muñoz, P. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Miguel Martín, S. B. (Médico adjunto Oftalmología.)
▲ Mira Vázquez, A. (Médico adjunto Cirugía.)
▲ Mora Muñoz, P. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Moral de Gregorio, A. (Médico adjunto de Alergología.)
▲ Moreno Díaz, C. (M.I.R de Anestesiología.)
▲ Moreno Pérez, J. (Médico adjunto de Traumatología.)
▲ Moreno Rodríguez, A. (M.I.R. de Medicina Interna.)
▲ Mondejar Marín, B. (M.I.R. de Neurología.)
▲ Moya Saiz, M. J. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Muñiz Nicolás, G. (Médico adjunto de Medicina Interna.)
▲ Muñoz Platón, E. (Médico adjunto Medicina Preventiva)
▲ Murillo Gayo, C. (M.I.R. de Geriatría.)
▲ Navarro Carmona, M. J. (M.I.R de Pediatría.)
▲ Nieto Rodríguez, A. (M.I.R. de Cardiología.)
▲ Núñez Aceves, A. B. (Médico adjunto de Urgencias)
▲ Otero Uribe, J.L. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Padilla Parrado, M. (Médico adjunto de ORL.)
▲ Palomares Rabadán, D. (Médico adjunto Cirugía.)
▲ Parejo Miguez, R. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Parras García de León, N. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Parrón Cambera, R. (M.I.R. de Traumatología.)
▲ Pérez Almenares, G. (M.I.R. de Traumatología.)
▲ Pérez Hortet, C. (M.I.R. de Dermatología.)
▲ Pérez Pedrero, M.J. (Médico adjunto de U.V.I.)
▲ Pérez Villaverde, N. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Pérez-Grueso Macías, M.J. (M.I.R de Digestivo.)
▲ Porro Hernández, J. (Médico adjunto Anestesiología.)
▲ Poveda Santos, E. (M.I.R. de Traumatología.)
▲ Puerto Caballero, L. (M.I.R de Anestesiología.)
▲ Raigal Caño, A. (M.I.R de U.V.I.)
▲ Rebollo González, F. (M.I.R de Bioquímica.)
▲ Redondo de Pedro, S. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Refoyo Salicio, E. (M.I.R de Cardiología.)
▲ Regidor Rodríguez, D. (M.I.R. de Nefrología.)
▲ Repiso Ortega, A. (Médico adjunto de Digestivo)
▲ Rico Borrego, M. J. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Rivilla Marugán, L. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Roca Muñoz, A. (Médico adjunto Nefrología.)
▲ Rodríguez Alonso, M. (Médico adjunto U.V.I)
▲ Rodríguez Padial, L. (Jefe de Servicio de Cardiología)
▲ Rodríguez Rodríguez O. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Rodríguez Sánchez, R. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Rubio Hidalgo, E. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Ruiz Yagüe, M.C. (Médico adjunto Radiología.)
▲ Salaverría Garzón, I. (Médico adjunto de U.V.I.)
▲ Salcedo Martínez, R. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Sampietro Crespo, A . (Médico adjunto Urología.)
▲ Sánchez Carretero, M.J. (Médico adjunto U.V.I)
▲ Sánchez Castaño, A. (Médico adjunto Medicina Interna.)
▲ Sánchez García, R. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Sánchez Matas, I. (M.I.R. de Alergología.)
▲ Sánchez Miranda, M. P. (M.I.R. de Pediatría.)
▲ Sánchez Ríos, C. (Médico adjunto de Traumatología.)
▲ Sánchez Rodríguez, P. (M.I.R de U.V.I.)
▲ Sánchez Ruano, J. J. (Médico adjunto Digestivo.)
▲ Sánchez Santos, R. (Médico adjunto de U.V.I.)
▲ Sanjuán de Moreta, G. (Médico adjunto de ORL.)
▲ Santa-Eufemia Mateo-Sidrón (M.I.R de Geriatría.)
▲ Santiago Lozano, M. J. (M.I.R. de Pediatría.)
▲ Santos González, B. (M.I.R. de Cardiología.)
▲ Sanz Tellechea, E. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Sastre Marcos, J. (Médico adjunto de Endocrinología.)
▲ Sentchordi Montaré, L. (M.I.R. de Pediatría.)
▲ Sentenac Merchán, J.G. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Sepúlveda Berrocal, M.A. (Médico adjunto Medicina Interna.)
▲ Sevilla García, C. M. (M.I.R de Oftalmología.)
▲ Sirvent Domínguez, M. J. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Soto Fernández, S. (Médico adjunto de Digestivo.)
▲ Soto García, M. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Tarazona Santabalbina, F.J. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Toral Guinea, P. (M.I.R. de Cirugía General.)
▲ Torres Pardo, V. (Médico adjunto de Neurología.)
▲ Trapiella Pereiro, N. (M.I.R de Bioquímica.)
▲ Troya García, J. (M.I.R de Medicina Interna.)
▲ Tutor Martínez, A. (Jefe de Sección de Medicina Interna.)
▲ Valdeavero Pastor, M. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Valle Muñoz, J. (Médico adjunto de Digestivo.)
▲ Vargas Baquero, E. (M.I.R. de Rehabilitación.)
▲ Velasco Bernardo, R. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Vélez Pérez, C. (Médico adjunto Medicina Interna.)
▲ Vicente Delgado, A. (Médico adjunto de Endocrinología.)
▲ Vidal Díaz, B. (Médico adjunto de Neurología.)
▲ Villarín Castro, A. (M.I.R. de Medicina de Familia.)
▲ Yera Bergua, C. (Médico adjunto de Interna.)
▲ Zafra Ocaña, E. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Zafra Villena, A. (M.I.R. de Psiquiatría.)
▲ Zambrano Pérez, E. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Zamora Gómez, M. (Médico adjunto de Pediatría.)
▲ Zubieta Tabernero, J. (Médico adjunto Reumatología.)
COLABORADORES
Página
1.- INTRODUCCIÓN (Coordinador A. Julián Jiménez)
1.- La historia clínica en Urgencias............................................................ 1
A. Julián Jiménez; A. Tutor Martínez.
2.- Servicio de Urgencias. Conceptos, Organización, triaje ........................ 7
J.L Otero Uribe; R. Bernardo de Quirós; A. Julián Jiménez;
R. Juárez González.
3.- Centro coordinador de Urgencias....................................................... 11
F. Berciano Martínez; R. Canabal Berlanga; R. Juárez González.
4.- El Médico Interno Residente (MIR) en Urgencias.................................. 15
R. Parejo Miguez; I. Barca Fernández; A. Julián Jiménez
5.- Aspectos Médico-legales en Urgencias ............................................... 19
R. Parejo Miguez; I. Barca Fernández; A. Julián Jiménez;
E. Carrascoso Sánchez
6.- Actuación ante situaciones de catástrofes y múltiples víctimas............. 45
M. J. Pérez-Grueso Macías; A. Julián Jiménez
7.- Técnicas invasivas en Urgencias..........................................................59
F. J. Tarazona Santabalbina; M.P. Gil Ibáñez; A. Barbado Cano;
A. Julián Jiménez
8.- Interpretación del electrocardiograma en urgencias............................ 87
E. Refoyo Salicio; A. Julián Jiménez; L. Rodríguez Padial
9.- Interpretación de las Radiografías de Tórax y abdomen en Urgencias.. 97
S. Callejas Pérez; M.C Ruiz Yagüe; A. Julián Jiménez
10.- Interpretación analítica en Urgencias ............................................... 115
I. Barca Fernández; M. J. Gontán Gª Salamanca; C. Vélez Pérez;
A. Julián Jiménez
11.- Manejo y actitud en situaciones de Bioterrorismo
(Agentes Químicos y Biológicos)....................................................... 123
J. Troya García, A. Julián Jiménez
Capítulo 1
LA HISTORIA CLÍNICA EN URGENCIAS
A. Julián Jiménez - A. Tutor Martínez
INTRODUCCIÓN
La Historia Clínica es el documento más importante, y a veces, el único, que refleja y
certifica la relación, actuaciones, exploraciones y decisiones en relación con el enfer-
mo en urgencias. Es un documento personal, médico y legal. Es por ello, indispensa-
ble, que se realice de forma sistemática y lo más unificada posible (aunque deberá
adaptarse a las circunstancias, al medio y al enfermo). Es obvio decir que muchos son
los modelos propuestos aunque todos ellos se asemejan bastante. Siempre que haga-
mos una Historia clínica deberemos incluir lo citado a continuación:
9.- Extremidades:
Edemas, insuficiencia venosa, úlceras, pulsos, movilidad y asimetrías, signos de
trombosis venosa.
EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA:
1.- Valoración del nivel de conciencia y estado mental:
Nivel de conciencia: alerta, confusión, obnubilación, estupor, coma.
Para evaluarlo se realizarán estímulos verbales, táctiles y dolorosos y se analiza-
rán las respuestas del paciente viendo si se produce apertura de los ojos y valo-
rando el lenguaje y los movimientos. FF.CC. (Funciones corticales):
1.- Orientación temporal, personal y espacial.
2.- Valoración de la atención y memoria: repetición de dígitos, vigilancia. Me-
moria inmediata: recordar 3 palabras a los 3 minutos. Memoria próxima: ¿qué
ha comido?, ¿cuándo ingresó?. Memoria remota: hechos históricos, información
personal.
3.- Capacidad constructiva y perceptiva: Praxias (acciones): de la marcha, del
vestir, ideatoria... gnosias (reconocimientos): visual, táctil, auditiva, del esquema
corporal, de su propia enfermedad. Valorar apraxias y agnosias.
4.- Alteraciones del lenguaje: afasias y disartria.
2.- PPCC (Pares craneales):
▲ I.- Olfatorio: cada ventana por separado (rara vez se explora en urgencias).
▲ II.- Óptico: agudeza visual, campimetría, FONDO de OJO.
▲ III, IV, VI.- Nervios oculomotores. Pupilas: simetría, tamaño, forma, reactivi-
dad. Motilidad ocular extrínseca: párpados, mirada conjugada, paresias, re-
flejos oculo-cefálicos, nistagmus
▲ V.- Trigémino: sensibilidad de la cara (división superior, media e inferior). Re-
flejo corneal.
▲ VII.- Facial: movilidad de la cara. Hay que discriminar entre los Centrales (el dé-
ficit respeta la porción superior contralateral) y los déficits periféricos (debilidad
facial global).
▲ VIII.- Estatoacústico: explora la porción coclear-audición y vestibular-equilibrio.
Maniobras oculo-cefálicas, índices de Barany, marcha en estrella, pruebas caló-
ricas.
▲ IX, X.- Glosofaringeo y Vago.- (Se exploran juntos): reflejo nauseoso. Sensibi-
lidad y motilidad velopalatina.
▲ XI.- Espinal: exploración del Esternocleidomastoideo y del trapecio. (Volver la
cabeza y elevar el hombro contra resistencia).
▲ XII.- Hipogloso: motilidad de la lengua. (Se desvía al lado lesionado).
5
CAPÍTULO 1
prueba. Debemos huir de las analíticas en serie y "los completos" que solicitamos,
en ocasiones, sin haber escuchado y explorado al enfermo.
Como siempre, es bueno recoger los datos de una forma ordenada:
1. Pruebas de laboratorio: hemograma, VSG, coagulación, bioquímica, gaso-
metría, S. Orina...
2. ECG.
3. Radiología: placa de tórax y abdomen, ecografía, TAC, arteriografía, RMN...
4. Datos de microbiología y procedimientos realizados en Urgencias: Gram,
Ziehl, cultivos, punción lumbar, paracentesis, toracocentesis...
5. Otras: endoscopia oral, ecocardiograma...
8.- COMENTARIOS Y EVOLUCIÓN EN URGENCIAS
En ocasiones el enfermo pasa muchas horas en el Servicio de Urgencias o se en-
cuentra en observación, produciéndose cambios en la sintomatología, explora-
ción o situación del mismo que hay que dejar reflejados. Así como nuevas prue-
bas paraclínicas, opiniones de consultores o especialistas, tratamientos
efectuados y sus consecuencias.
9.- JUICIO DIAGNÓSTICO O LISTA DE DIAGNÓSTICOS
Siempre "legible" y sin iniciales o siglas que lleven a confusiones. Debemos "ha-
cer el esfuerzo" de escribir palabras y frases completas.
10.-PLAN Y TRATAMIENTO A SEGUIR
1. Ingreso (en plata, U.V.I...). Alta. Derivación (consultas, otro hospital...).
2. Ordenes de tratamiento y normas.
11.-DATOS DEL MÉDICO Y FIRMA.
Nombre y apellidos. Número de colegiado. Fecha y lugar. Firma.
12.-FECHA Y HORA DE SALIDA DE URGENCIAS Y DESTINO.
No olvides:
1. La historia clínica es un documento médico-legal (sólo servirá de referencia lo que
escribas y cómo lo escribas, nunca lo que no quede reflejado).
2. Evita poner abreviaturas e iniciales (Tú las entiendes, ¿y los demás?).
3. Siempre que puedas, recoge los datos cronológicamente.
4. Haz la historia en el momento de obtenerla... Horas después puede haber "fallos
de memoria".
5. Intenta dentro de lo posible preservar la intimidad y confidencialidad con el enfer-
mo y la familia al informarla. Una buena relación desde el principio y la informa-
ción periódica pueden evitar "descontentos" y posteriores problemas.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Sapira J.D. The History. En: The Art and Science of Bedside Diagnosis. Baltimore: Urban &
Schwarzenberg; 1990. p. 33-47.
▲ Laín Entralgo P. La Historia clínica. 3ª ed. Madrid: Editorial Triacastela; 1998.
▲ Casas Sánchez J.D, Rodríguez Albarrán M.S. Manual de Actuación Médica Legal en Ur-
gencias. Madrid: Smithkline Beecham; 2000.
7
CAPÍTULO 2
Capítulo 2
SERVICIO DE URGENCIAS
CONCEPTOS, ORGANIZACIÓN Y TRIAJE
J.L. Otero Uribe, R. Bernaldo de Quirós, A. Julián Jiménez, R. Juárez González.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad vivimos la sobresaturación de los Servicios de Urgencias, muchas ve-
ces por patologías banales, ya que se exige una atención urgente e inmediata a si-
tuaciones que podrían haberse solucionado en los niveles asistenciales previos, lo que
hace necesario la selección de los pacientes según su patología y gravedad, determi-
nando el tiempo de espera para ser atendidos.
El Servicio de Urgencias está compuesto por personal sanitario y no sanitario. De los
primeros, gran parte son médicos residentes de las diferentes especialidades supervi-
sados por médicos adjuntos. Es preciso por tanto unificar los procesos diagnósticos y
terapéuticos con el fin de solventar las patologías por las que acude el paciente, to-
mando decisiones rápidas y resolutivas coordinando los recursos existentes y necesa-
rios. En ocasiones hay que limitarse a mantener al paciente con vida y llegar única-
mente a un diagnóstico sindrómico.
CONCEPTOS
En la Medicina de Urgencias y Emergencias existe un criterio definitorio fundamental:
"el factor tiempo". Según este criterio podemos definir como:
▲ Emergencia: situación de inicio o aparición brusca que presenta un riesgo vital o
de función básica que necesita asistencia inmediata (minutos) y que es objetivable.
Esta situación obliga a poner en marcha recursos y medios especiales para preve-
nir un desenlace fatal. Ejemplos de estas situaciones son: parada cardio-respirato-
ria, neumotórax a tensión…
▲ Urgencia: situación de inicio rápido pero no brusco que necesita asistencia rápida
(horas) y puede presentar un componente subjetivo. Ejemplos de estas situaciones son:
* Situaciones sin un riesgo vital inmediato pero que pueden llegar a presentarlo
en un periodo de tiempo breve si no se diagnostican y tratan de forma precoz,
(p. ej: una obstrucción intestinal, neumonía, etc…).
* Situaciones sin riesgo vital donde es importante un diagnóstico precoz desde el
punto de vista epidemiológico (p. ej: una tuberculosis).
* Otras situaciones se convierten en "una urgencia social" que no necesariamen-
te dependen de un problema médico o en "una urgencia a resolver" desde el
punto de vista del paciente y/o médico cuando el sistema sanitario no respon-
de a las expectativas del paciente y/o sus familiares.
RECUERDA:
El objetivo principal de la actuación en Urgencias debe ser intentar solucionar el
problema por el que el paciente consulta con la mayor premura posible. Si durante
el estudio encontramos una patología asociada no será indicación de atención in-
mediata siempre que no suponga un riesgo vital para el paciente.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Gómez Jiménez J, Torres Trillo M, López Pérez J, Jiménez Murillo L. Sistema Español de Tria-
je (SET). Madrid: SEMES; 2004
▲ Moya Mir MS. Concepto de urgencia médica. En: Moya Mir MS, editor. Normas de actua-
ción en Urgencias. Clínica Puerta de Hierro. Ed 2000. Madrid: Smithline-Beechan; 2000. p.
23-26.
▲ Vicente Rañada M. Organización de la urgencia médica. En: Medina Asensio J, editor. Ma-
nual de Urgencias médicas. Hospital 12 de Octubre. 2ª ed. Madrid: Díaz de Santos; 1998.
p. 29-30.
11
CAPÍTULO 3
Capítulo 3
CENTRO COORDINADOR
DE URGENCIAS
F. Berciano Martínez - R. Canabal Berlanga - R. Juárez González
INTRODUCCIÓN
Los Centros Coordinadores de Urgencias surgen ante la necesidad de una respuesta
adecuada a la demanda de ayuda urgente. En los últimos años, se ha producido una
potenciación de los recursos de alto nivel; algunos de sus objetivos son que se ga-
rantice la cadena de supervivencia en zonas de difícil acceso, que se mejore en zo-
nas urbanas y rurales cercanas, y que se enlacen con recursos cualificados los Ser-
vicios de Urgencia de Atención Primaria y Especializada.
CONCEPTOS
▲ El Centro Coordinador de Urgencias (CCU) es un recurso de la Sanidad Pública
que pretende, mediante un sistema de fácil acceso (telefónico, universal y gratuito
con un número único, de marcación abreviada y fácil memorización) constituir una
puerta de entrada a los Servicios Públicos de atención a la urgencia que propor-
cione una respuesta adecuada y eficiente en función de la propia demanda y la
situación de los propios recursos disponibles.
▲ Hay múltiples modelos de CCU, pues la Normativa Europea que ordena la instau-
ración del número único para urgencias no dicta la estructura de los mismos. Des-
de el modelo de "Call o Dispach Center" (donde se clasifican las llamadas y se de-
rivan al Centro adecuado sin ningún tipo de decisión en el mismo) hasta los
"Centros Integrados" (donde todos los sectores habitualmente implicados en la re-
solución de las urgencias están presentes de forma estructurada y organizada).
Hay varios modelos intermedios (Centros unisectoriales, como pueden ser los CCU
del 061-sanitario-, del 091 –Policía Nacional–, 085 –Bomberos–, etc...).
En Castilla La Mancha desde hace unos años funciona el Centro Coordinador con el
número 112, que da cobertura y respuesta a todos los problemas urgentes de la ín-
dole que sean y que demanden los ciudadanos.
C) Área de Respuesta.- En ésta están localizados los tres sectores integrados, ha-
bitualmente, en el CCU:
C.1. Sector de Extinción, Rescate y Salvamento.- En él se encuentran los Bom-
beros Coordinadores, los Técnicos Forestales y los Operadores de Res-
puesta del Sector, encargados de gestionar los incidentes propios de su
sector, y colaborar en aquellos denominados "multisectoriales".
C.2. Sector Sanidad.- En este sector se sitúan los Médicos Coordinadores, res-
ponsables de la toma de decisiones sobre pacientes y recursos asisten-
ciales en urgencias; además desarrollan procedimientos y protocolos, y
participan en el control de calidad de la Actividad del Sector Sanitario.
Los Operadores de Respuesta Sanitarios se encargan de la activación y
seguimiento de recursos sanitarios urgentes.
C.3. Sector Seguridad.- Compuesto por representantes de Policía Nacional,
Policía Local y Guardia Civil. Cada uno de ellos se responsabiliza de las
respuestas, tanto con movilización de recursos como sin ella, del ámbito
que compete a su cuerpo respectivo.
2.- ESTRUCTURA FUNCIONAL.- Todos los Centros de Atención de Urgencias mantie-
nen un esquema general de actividad. Ante una llamada se realiza un proceso
que genera una respuesta:
ENTRADA ➠ PROCESO ➠ SALIDA
A) Entrada. A todas las llamadas se les da la misma importancia, independiente-
mente del Sector al que vayan dirigidas, y es el Centro el que decide la res-
puesta. Una vez localizadas y clasificadas, son lanzadas al eslabón siguiente,
el proceso.
B) Proceso. En función de la clasificación de la demanda, ésta puede correspon-
der solamente a un sector (unisectorial) o a varios (multisectorial). En cualquier
caso se genera un proceso que a su vez, según siga un protocolo de actua-
ción previamente establecido (proceso automático) o no (proceso no automáti-
co) dará lugar a respuestas automáticas (protocolizadas) o a respuestas no
protocolizadas.
C) Salida. Supone la respuesta a la demanda.
C.1. Respuesta automática (PROTOCOLIZADA). Gestionada directamente por
el Operador de Respuesta que activa el recurso asignado por dicho pro-
tocolo y su seguimiento. En función de la información obtenida se podrá
rechazar el protocolo y activar un recurso de nivel superior o inferior, se-
gún el caso.
C.1. Respuesta no automática (NO PROTOCOLIZADA). Debe ser valorada
por el Técnico correspondiente que asignará una respuesta con o sin mo-
vilización de recursos, en función de la información obtenida en la en-
trevista con el alertante.
El Sector Sanitario del CCU suele disponer de recursos de alto nivel de gestión ex-
clusiva y directa (UVIs móviles, Helicópteros Sanitarios, Vehículos de Intervención rá-
pida, ambulancias asistenciales de urgencia) así como contacto preferente con re-
cursos ajenos (Equipos de Urgencia de los Puntos de Atención Continuada de
Primaria, etc...).
13
CAPÍTULO 3
3.- CARTERA DE SERVICIOS.- El CCU ofrece sus servicios tanto a ciudadanos como a
profesionales de la salud.
Entre estos servicios se encuentran:
3.1.- Atención permanente e inmediata de Urgencias y Emergencia sanitarias co-
municadas por los ciudadanos o Sectores no sanitarios de la Sala de Coor-
dinación, requieran o no movilización de recursos para su resolución así
como la derivación o no del paciente a un centro sanitario (incluye consejo
médico o consulta telefónica).
3.2.- Información Sanitaria: direcciones, teléfonos, centros de salud de referen-
cias, hospitales, etc.
3.3.- Atención de llamadas de profesionales sanitarios tanto de Urgencias de
Puntos de Atención Continuada como de Urgencias Hospitalarias que soli-
citan asesoramiento y apoyo en situaciones complejas:
▲ Información médica: aproximación diagnóstica compleja o necesidad de
ampliación de información sobre un determinado tratamiento, consulta
toxicológica, apoyo en traslados interhospitalarios...
▲ Consultas sobre la idoneidad de recursos sanitarios y centros útiles.
▲ Consulta médico-legal.
▲ Interconsulta con Médico Especialista.
▲ Apoyo en la interpretación de ECG y otras pruebas diagnósticas.
LA CADENA DE LA SUPERVIVENCIA
El corazón de miles de personas se detiene todos los días, muchos de ellos estaban
todavía en muy buenas condiciones para morir. Los esfuerzos por reanimar esos co-
razones y devolverles a la actividad espontánea, sin que el cerebro se lesione, de no
estar muy bien coordinados y realizarlos de manera muy precoz no serán eficaces.
Así pues, la supervivencia satisfactoria de un paro cardíaco depende de una serie
concatenada de intervenciones críticas.
La AHA (American Heart Association) ha empleado el término "Cadena de supervi-
vencia", para describir la secuencia de acciones críticas de una forma metafórica y
fácil de recordar. Como en toda cadena, su fuerza reside en que aguante el eslabón
más débil y dependerá de cada comunidad el diseño específico de cada uno de ellos.
Está compuesta por cuatro eslabones independientes: Acceso precoz, RCP (Reanima-
ción cardio-pulmonar) básica precoz, desfibrilación precoz y AVCA (Apoyo vital car-
diopulmonar avanzado) precoz.
14
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 4
EL MÉDICO INTERNO RESIDENTE (MIR)
EN URGENCIAS
R. Parejo Miguez - I. Barca Fernández - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
En este capítulo se comentará brevemente el papel y funciones del MIR en el Servicio
de Urgencias, sus "derechos y obligaciones"; aspectos en cuanto a la responsabilidad
de los mismos. También se darán, en el capítulo 5, unas normas básicas de actuación
en determinadas situaciones cotidianas de Urgencias y que pudieran plantearnos du-
das o problemas legales. Para todo ello, hemos contado con el asesoramiento de Ma-
ría Soledad Rodríguez Albarrán y Juan de Dios Casas Sánchez del Departamento de
Medicina Legal y Forense de la Facultad de Medicina de la U.C.M, así como de Ja-
vier Sánchez Caro (Unidad de Bioética y Orientación Sanitaria de la Consejería de
Sanidad de la C.A.M.) y Elena Carrascoso Sánchez (Gabinete Jurídico del CHT).
PAPEL DE LA COMISIÓN DE DOCENCIA
Está encargada de velar por la máxima eficacia del Programa de Formación de Es-
pecialistas adscritos al Hospital. Tiene la responsabilidad de tomar las disposiciones
que aseguren el desarrollo y calidad de los programas docentes, dentro de las nor-
mas establecidas por las Comisiones Nacionales y por el Consejo Nacional de Espe-
cialidades. También garantiza el cumplimiento de lo establecido en los contratos que
regulan las relaciones docentes y laborales entre los residentes y la Institución. En ella
están representados los Residentes mediante vocales elegidos libremente, así como los
Tutores de los distintos programas de formación del Hospital y el Jefe de estudios. És-
te es el responsable de que se cumplan puntualmente las funciones encomendadas a
éste órgano, estimulando su actividad y ejecutando sus acuerdos.
PAPEL DEL MÉDICO ADJUNTO Y FUNCIONES DEL MÉDICO RESIDENTE
▲ MÉDICO ADJUNTO: tiene un papel de consultor, asesor, regulador de la atención a
los enfermos que llegan a la Urgencia y establece la prioridad de los pacientes críti-
cos. Atiende directamente las emergencias. Se encarga de supervisar a los Médicos
Residentes, debiendo estar al corriente de las decisiones de importancia que éstos to-
men. Intenta solucionar los problemas médicos que se planteen; decide y autoriza el
paso a observación de un paciente, el ingreso, el traslado a otro hospital o el alta.
▲ MÉDICO TUTOR DE RESIDENTES Y COORDINADOR:
Sus funciones serán las siguientes:
1. Supervisión del MIR directa o indirecta.
2. Organización y gestión de las actividades correspondientes a la formación para es-
pecialistas, el control del cumplimiento de los objetivos que conforman sus progra-
mas y supervisión de la aplicación práctica de la formación y programación anual.
3. Propuestas de planes individuales para cada especialista con la supervisión de
los mismos.
▲ MÉDICO RESIDENTE:
Generalidades:
Las palabras Médico Interno Residente (MIR) representan a un colectivo esencial den-
tro del mundo de la Medicina. Es fundamental definir las funciones y grado de res-
16
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ponsabilidad del MIR dentro del hospital, así como sus obligaciones y derechos des-
de el punto de vista jurídico. Entendemos por MIR aquel que, para obtener su título
de médico especialista, permanece en Centros y Unidades Docentes acreditados un
periodo limitado en el tiempo de práctica docente y profesional asistencial de forma
supervisada, a fin de alcanzar de forma progresiva los conocimientos y la responsa-
bilidad profesional necesarias para ejercer la especialidad de modo eficiente. Co-
menzará su especialidad como Residente de 1º año y completará sucesivamente el
programa de formación, siempre que haya superado satisfactoriamente la evalua-
ción continuada que corresponda. En la definición legal del MIR se destacan sus dos
notas características esenciales: "la práctica profesional programada y supervisada"
y la adquisición progresiva de "conocimientos y responsabilidad". Los MIR en for-
mación serán evaluados por la Comisión de Docencia del Centro al término de cada
año o durante el mismo. Se valorará el haber cumplido el programa previamente es-
tablecido así como los informes que den los tutores de los servicios por donde hayan
rotado. El periodo de formación como Médico Residente es uno de los de trabajo más
intenso en la carrera del mismo. Los derechos y obligaciones del Residente están re-
gulados, fundamentalmente, por el Real Decreto 127/1984 (BOE 28-Enero-84), la
Orden del Ministerio de Relaciones con las Cortes y Secretaría del Gobierno de 27
de Junio de 1989 (BOE 29-Junio-89), la Orden del Ministerio de la Presidencia de
22 de Julio de 1995 (BOE 30-Junio-95),el Contrato de Trabajo en Prácticas que sus-
cribe al incorporarse a su plaza en el Hospital y por la Guía de Formación Médica
Especializada. De ellos se deducen los siguientes principios generales:
● La doble vertiente docente y laboral de su vinculación con el Hospital.
● El derecho y la obligación de desarrollar correctamente su programa de forma-
ción, ampliando de forma progresiva su nivel de responsabilidad. Para ello con-
tará con la tutela, orientación y supervisión de su labor asistencial y docente en
el grado adecuado a cada situación.
● Posibilidad de acudir a Congresos, cursos y conferencias que puedan contribuir
a su mejor capacitación.
● La dedicación exclusiva de su actividad médica a la Institución.
● El derecho a la expedición de certificados en que conste la formación recibida.
● Gozar de los beneficios de la Seguridad Social.
● La aceptación de los mecanismos de evaluación que establezca la Comisión de
Docencia y la Comisión Nacional de su Especialidad.
● La obligación de desarrollar labores asistenciales que le sean encomendadas por
el Jefe del Servicio al que esté adscrito y, en su caso, por la Comisión de Docencia.
Objetivos:
Los objetivos docentes de la actividad en el Servicio de Urgencias serán adquirir
agilidad y soltura en el manejo de los enfermos con patología aguda; aumentar la
destreza y fluidez en la elaboración de juicios clínicos; alcanzar la necesaria se-
guridad e incrementar su nivel de responsabilidad en las decisiones terapéuticas y
de modalidad de tratamientos en los enfermos.
Durante la formación deberá adquirir una serie de conocimientos y habilidades que le
permitan prestar correctamente asistencia a los pacientes, realizar funciones de pre-
vención y promoción de la salud así como asegurarse una autoformación continuada.
La diversidad y el volumen de pacientes y situaciones que se viven en el Servicio de
Urgencias convierten a éste en uno de los pilares de docencia y formación del MIR. Sin
embargo, es un error pretender transformar las guardias de Urgencias en el lugar de
aprendizaje y discusión de los conocimientos teóricos y las pautas en que se basa la
elaboración de los diagnósticos nosológicos o etiológicos y, aún más, de los aspectos
17
CAPÍTULO 4
fisiopatológicos que puedan estar relacionados con cada caso. El tipo de trabajo que
impone el cometido asistencial del área de Urgencias impide abordar correctamente
éstas cuestiones. La labor clínica diaria, las sesiones, seminarios, las guardias de es-
pecialidad, y el estudio individual deben cubrir estas otras facetas de la formación.
Durante las guardias o en su rotación por Urgencias, el MIR deberá implicarse pro-
gresivamente en las actuaciones y toma de decisiones. Los Médicos Adjuntos de Ur-
gencias y responsables del servicio lo son también de la tutela y supervisión del MIR
y todas sus altas.
Funciones:
Las funciones del MIR variarán según vaya adquiriendo conocimientos, experien-
cia y responsabilidad:
a) Residente de 1º año:
1. Realizará una correcta Historia Clínica y completa exploración del paciente
haciendo una valoración inicial de la situación del mismo.
2. Emitirá un juicio clínico de presunción.
3. En sus primeras guardias, como norma, no deberán solicitar pruebas comple-
mentarias ni indicar un tratamiento sin consultar a un Residente Mayor o Adjun-
to. Al finalizar el 1º año de residencia, deberán ser capaces de realizar estas ac-
tividades sin necesidad de consultar, y ser capaces de valorar los beneficios y
riesgos antes de realizar cualquier procedimiento diagnóstico y terapéutico.
4. Informar al enfermo y a los familiares a su llegada es esencial, trasmitiéndo-
les una primera impresión y comentando brevemente lo que se va a hacer y
un tiempo aproximado de la estancia del enfermo en Urgencias, así como en
el momento de proceder a dar el alta o ingreso (que siempre se decidirán ba-
jo la supervisión del Médico Adjunto).
5. Rellenará los protocolos existentes en Urgencias, los documentos de consenti-
miento informado de las pruebas que lo requieran, cumplimentará los partes
judiciales y documentación que sea necesaria (todo ello con el asesoramiento
del Adjunto hasta que sepa hacerlo correctamente).
6. Informar a los compañeros que entren en el turno siguiente de la situación clí-
nica de los pacientes que continúen en observación ("Pase de Guardia").
b) Residente de 2º y 3º año:
1. Se encargarán de la supervisión de los Residentes Menores asumiendo tam-
bién todas sus funciones.
2. Estarán capacitados para valorar y clasificar los pacientes que lleguen a Ur-
gencias (clasificación o "Triaje").
3. Tienen capacidad para decidir sobre el destino del paciente y sobre la nece-
sidad de valoración del enfermo por otro especialista, así como consensuar
decisiones con el Médico Adjunto de Urgencias.
c) Residente de 4º y 5º año:
1. Deberán llevar el control y responsabilidad de la Urgencia bajo la supervisión
del Médico Adjunto al que ayudarán en las funciones de reanimación y si-
tuaciones en las que se vean involucrados enfermos críticos.
2. Supervisar a los Residentes de primer año.
3. Colaborar con los Residentes de 2º y 3º año en todas sus funciones. Se en-
cargará de resolver "todos" los problemas médicos que le planteen los otros
Residentes, teniendo por lo tanto una función de "consultor".
18
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Casas Sánchez J.D, Rodríguez Albarrán M. S. Manual de actuación Médica legal en Ur-
gencias. Madrid: Smithkline Beecham; 2000.
▲ Millá J, Figueras Sabater R, Sánchez Caro J. Aspectos Legales en Medicina de Urgencias.
Madrid: Drug Farma S.L; 2002.
19
CAPÍTULO 5
Capítulo 5
ASPECTOS MÉDICO-LEGALES
EN URGENCIAS
R. Parejo Miguez - I. Barca Fernández - A. Julián Jiménez - E. Carrascoso Sánchez
INTRODUCCIÓN
En este capítulo se darán unas normas básicas de actuación en determinadas situa-
ciones cotidianas de Urgencias y que pudieran plantearnos dudas o problemas lega-
les. Para todo ello, hemos contado con el asesoramiento de María Soledad Rodríguez
Albarrán y Juan de Dios Casas Sánchez del Departamento de Medicina Legal y Fo-
rense de la Facultad de Medicina de la U.C.M. así como de Javier Sánchez Caro, de
la Consejería de la Comunidad de Madrid y Elena Carrascoso Sánchez del Gabine-
te Jurídico del Complejo Hospitalario de Toledo.
1. LEGISLACIÓN APLICABLE
En la actualidad las relaciones clínico- asistenciales tienen como eje básico los dere-
chos de los pacientes, entre los que resaltan el derecho a la información, el consenti-
miento informado, derecho a la intimidad y confidencialidad de la información rela-
tiva a la salud de las personas, deber de protección y deber de secreto respecto a
dichos datos. La regulación básica de estos derechos se contiene en la Ley 41/2002,
de 14 de Noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos
y obligaciones en materia de información y documentación clínica, norma que pue-
de ser desarrollada por los distintos órganos legislativos de las Comunidades Autó-
nomas. En Castilla- La Mancha no existe regulación de desarrollo, por lo que la nor-
ma aplicable es la citada Ley 41/2002.
Esta Ley ha derogado el artículo 10 de la Ley General de Sanidad, que regulaba en
los aspectos relativos a la información y el consentimiento informado.
También haremos referencia a la Ley Orgánica de Protección de Datos, Código Pe-
nal, Ley de Enjuiciamiento Criminal, entre otras normas.
2. DERECHO A LA INFORMACIÓN
Debemos ser conscientes de la importancia del reconocimiento del derecho a la in-
formación del paciente. Los pacientes tienen derecho a conocer toda la información
disponible sobre su estado de salud, salvando los supuestos exceptuados por la Ley.
Por tanto, el titular del derecho a la información es el paciente, aunque también po-
drán ser informadas las personas a él vinculadas por razones familiares o de hecho,
en la medida en que el paciente lo permita de manera expresa o tácita.
Añade la Ley 41/2002 que incluso será informado el paciente en casos de incapaci-
dad, siempre de modo adecuado a sus posibilidades de comprensión, aunque de-
biendo informar en todo caso a su representante legal. Pero cuando a criterio médi-
co el paciente carezca de capacidad para entender la información a causa de su
estado físico o psíquico, la información se pondrá en conocimiento de las personas
vinculadas a él por razones familiares o de hecho.
20
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
A QUIÉN INFORMAR:
1. AL PACIENTE, por ser la persona a la que se refieren los datos personales y de salud, aun en el ca-
so de que se trate de menores de edad o incapacitados, en que se dará la información de modo ade-
cuado a sus posibilidades de comprensión.
2. A LA PERSONA AUTORIZADA POR EL PACIENTE, siempre que dicha autorización sea fehaciente
(preferible por escrito)
3. AL PACIENTE Y A SU REPRESENTANTE en el caso de incapacitados (legalmente o de hecho) y de
menores hasta 16 años que no tengan la capacidad intelectual o emocional suficiente para com-
prender el alcance de la intervención.
QUIÉN DEBE INFORMAR:
1. EL MÉDICO RESPONSABLE DEL PACIENTE, quién garantizará la información que se le debe dar.
2. TODOS LOS PROFESIONALES QUE ATIENDAN AL PACIENTE DURANTE EL PROCESO ASISTEN-
CIAL O LE APLIQUEN UNA TÉCNICA O UN PROCEDIMIENTO CONCRETO.
a) Cuando existe riesgo para la salud pública a causa de razones sanitarias establecidas por la Ley. En
todo caso, una vez adoptadas las medidas pertinentes, de conformidad con lo establecido en la Ley Or-
gánica 3/1986, se comunicarán a la autoridad judicial en el plazo máximo de 24 horas siempre que
dispongan el internamiento obligatorio de personas.
b) Situaciones de urgencia: Cuando existe riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica
del enfermo y no es posible conseguir su autorización, consultando, cuando las circunstancias lo
permitan, a sus familiares o a las personas vinculadas de hecho a él.
En estos casos deberá dejarse constancia suficiente en la Historia Clínica de las circunstancias y de los moti-
vos que han llevado a adoptar la decisión, comunicándolo a los familiares siempre que ello fuese posible.
Es importante además, hacer constar en la Historia Clínica del paciente no sólo los
datos clínicos, sino la información que se ha dado, si el paciente consiente y si se
ha firmado o no el correspondiente consentimiento informado (en el caso de que
sea necesario). La correcta cumplimentación de la Historia Clínica del paciente no
sólo es un signo de calidad, sino que es prueba fundamental a efectos jurídicos,
por ser el medio de prueba fundamental para demostrar que la actuación médica
se ha ajustado a la "lex artis".
▲ CONSENTIMIENTOS PRESTADOS CON LIMITACIONES
A veces el paciente limita su consentimiento sólo a una determinada parte o a un
determinado procedimiento diagnóstico y/o terapéutico, lo cual debe ser respeta-
do salvo que nos encontremos ante pacientes menores de edad o incapacitados.
Algunos ejemplos serían los siguientes casos:
1. Los Testigos de Jehová pueden negarse a recibir transfusiones de sangre, sin em-
bargo ello no implica la negativa al resto del tratamiento o a otro tratamiento al-
ternativo que el interesado acepte. El médico deberá valorar la posible existencia
de alternativas terapéuticas que no requieran transfusión de sangre. En todo ca-
so, en la actualidad no plantea ningún problema la negativa de un paciente ma-
yor de edad, y con su capacidad plena, para que sea respetada su voluntad de
no ser intervenido si ello supone la necesidad de realizar una transfusión.
Por el contrario, si nos encontrásemos ante pacientes menores de edad, y ni és-
tos ni sus padres o tutores aceptan el tratamiento o la transfusión, se deberá so-
licitar la autorización judicial.
En el caso de que nos encontrásemos ante pacientes mayores de 16 años con
la suficiente madurez y éstos aceptasen el tratamiento y la transfusión, aunque
sus padres se nieguen, se deberá proceder a realizarla.
2. Un paciente afecto a cualquier enfermedad, por grave que sea ésta, puede
consentir únicamente en tratamiento paliativo, pero no hacerlo en aquellos que
tienen por objeto prolongar la vida.
4. RESPONSABILIDAD DEL MIR EN LA ATENCIÓN EN URGENCIAS.
ALTAS MÉDICAS, INTERCONSULTAS Y ALTAS VOLUNTARIAS.
Respecto a algunas de las situaciones que hay que tener en cuenta cuando es el MIR
quien tiene participación en una asistencia, son:
Un MIR debe identificarse de forma clara y correcta como médico que presta una
asistencia al paciente, dejando constancia en la Historia Clínica.
Si no consulta con el Adjunto y emite un informe de alta; el Adjunto adquiere una res-
ponsabilidad indirecta "in vigilando" ya que debería conocer las actuaciones del MIR;
pero el MIR adquiere la responsabilidad directa por la toma unilateral de decisiones
y sin procurarse la supervisión de un MIR con experiencia (4º ó 5º año) o del Adjun-
to responsable de la Urgencia.
Puede existir responsabilidad compartida entre el MIR y el Adjunto si habiendo sido
supervisado el paciente por el Médico Adjunto, hay algún problema con el paciente.
La emisión de altas médicas no es más que una de las múltiples tareas (historiar, ex-
plorar, diagnosticar...) que el médico debe llevar a cabo. En la actualidad la obligato-
riedad de la emisión de dicho informe, así como su contenido, está regulado en la Ley
41/2002, (artículo 20 en relación con el artículo 3). A dicho informe tiene derecho to-
do paciente, familiar o persona vinculada a él, en su caso, que será emitido por el mé-
dico responsable del paciente, y que tendrá como contenido básico los datos relativos
al paciente, un resumen de su historial clínico, la actividad asistencial prestada, el
diagnóstico y las recomendaciones terapéuticas. Independientemente de dicho conte-
25
CAPÍTULO 5
nido mínimo, las características, requisitos y condiciones de los informes de alta se de-
terminarán reglamentariamente por las Administraciones sanitarias autonómicas.
El que deba ser realizado por el médico responsable del paciente no excluye a los MIR,
en la medida en que sean responsables de la atención del paciente en cuestión. Por tan-
to, los MIR pueden y deben dar altas en función de sus conocimientos y responsabilidad
profesional alcanzada (lo cual será evaluado por el tutor), teniendo siempre en cuenta que
deberá contar con la aprobación de su Médico Adjunto en el destino final del paciente.
Si solicitamos en Urgencias valoración de nuestro paciente por un especialista, ¿de-
be éste firmar y poner su nº de colegiado en el informe que nos deje escrito en la
Historia del paciente? En la práctica diaria muchas veces se transcribe lo comentado por
el especialista: " Comentado el caso con el cardiólogo de guardia se decide...". Esto pa-
rece razonable, siempre que el especialista indique expresamente que se reproduzca
por escrito su informe verbal, dejando constancia de ello en la Historia Clínica. Lo co-
rrecto sería que él mismo fuera el que redactara su informe de su puño y letra, y firma-
ra sus decisiones, juicios y recomendaciones en el tratamiento, actitud y destino del en-
fermo (el especialista debe identificar su actuación). Hay que tener en cuenta que la Ley
41/2002 de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de
derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, establece
en su artículo 15 como documentación mínima de la Historia Clínica, la hoja de inter-
consulta, los informes de exploraciones complementarias, disponiendo expresamente
que la historia clínica incorporará la información que se considere trascendental para
el conocimiento veraz y actualizado del estado de salud del paciente.
Respecto al Alta voluntaria, se regula en el artículo 21 de la Ley 41/2004. Hay oca-
siones en las que el enfermo solicita irse de Urgencias sin haber completado sus prue-
bas, estudios o decisiones terapéuticas a pesar de las recomendaciones del personal
médico, o en la que el facultativo prescribe el ingreso pero el paciente se niega a ello.
En estos casos, si el enfermo tiene plena capacidad para entender el alcance de su
negativa, deberá firmar los impresos de solicitud de "Alta Voluntaria" que existen a
tal efecto en los Servicios de Urgencias. En caso contrario, se deberá informar y soli-
citar la firma de dicho documento a los representantes legales. Pero, siempre que la
opinión de los padres suponga poner en peligro la vida o la integridad física del en-
fermo, se deberá poner el caso en conocimiento del Jefe de la Guardia y la Autori-
dad Judicial competente para que decida.
5. DERECHO A LA INTIMIDAD Y CONFIDENCIALIDAD
(ENTREGA DE INFORMACIÓN AL AGENTE POLICIAL)
De conformidad con el artículo 7 de la Ley 41/2002, "Toda persona tiene derecho a
que se respete el carácter confidencial de los datos referentes a su salud, y a que na-
die pueda acceder a ellos sin previa autorización amparada por la Ley".
Esta Ley no ha derogado lo dispuesto al efecto en la Ley General de Sanidad, que
dispone como derecho del paciente "la confidencialidad de toda la información re-
lacionada con su proceso y con su estancia en instituciones sanitarias públicas y pri-
vadas que colaboren con el sistema público"
El Código Penal castiga como delito determinadas conductas relativas al descubri-
miento y revelación de secretos (artículos 197 a 201), así como a la infidelidad en la
custodia de documentos y violación de secretos (artículos 413 a 418).
● Por su parte, el artículo 197.1 y 2 tipifica como delito el descubrimiento o la vul-
neración de la intimidad de otro (apoderándose de sus documentos o efectos per-
sonales, interceptando sus comunicaciones,…) y el apoderarse, utilizar o modifi-
car datos personales registrados en ficheros.
26
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● El artículo 197.3 castiga al que habiendo accedido a los datos, los revela o cede
a terceros, además del que, conociendo su origen ilícito, aunque no haya toma-
do parte en su descubrimiento, realiza la conducta descrita.
● Además, el artículo 195.5 dispone que las penas se establecerán en su mitad su-
perior y se castigará con inhabilitación absoluta si el que comete estos hechos es
autoridad o funcionario público.
● El artículo 199.1 castiga la conducta de revelar secretos ajenos de los que tenga
conocimiento por razón de su oficio o sus relaciones laborales y el 199.2 la vul-
neración del secreto profesional cuando la revelación de secretos se haga por
un profesional sujeto a la obligación de reserva o sigilo.
● En su articulo 415, el Código Penal castiga la conducta consistente en acceder o
permitir acceder por parte de la autoridad o funcionario público que no tenga
encomendada la custodia de documentos por razón de su cargo respecto de los
que la autoridad competente no haya restringido el acceso, a sabiendas y sin la
debida autorización, a documentos secretos cuya custodia le esté confiada por ra-
zón de su cargo con multa de seis a doce meses, e inhabilitación especial para el
empleo o cargo público por tiempo de uno a tres años.
● Por su parte, el artículo 417 tipifica como delito los casos en los que la autoridad
o funcionario público que revelare secretos o informaciones de los que tenga co-
nocimiento por razón de su oficio o cargo y que no deban ser divulgados.
6. EXCEPCIONES A LA PROHIBICIÓN DE CESIÓN DE DATOS RELATIVOS A LA SALUD
Y DEBER DE COLABORACIÓN CON LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
El derecho a la intimidad del paciente implica que el profesional sanitario tiene la
obligación de mantener la confidencialidad de los datos aportados por el paciente
(deber de "secreto") respecto de cualquier información proporcionada por su pa-
ciente en el ámbito de la relación médico- paciente, no pudiendo revelársela a un ter-
cero sin su consentimiento específico, o sin que se ampare en una causa legal expre-
sa que le exima del deber de secreto.
El médico que dé información o entregue documentación a otras personas que no sean
el propio paciente o la persona por éste autorizada, podría incurrir en la comisión de
un delito de revelación de secretos, vulnerando el deber de secreto profesional y el de-
recho fundamental de la persona a su intimidad. Además el profesional podría incurrir
en responsabilidades en el orden administrativo, disciplinario y deontológico.
No obstante lo anterior, la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) protege la
intimidad de los datos informatizados referentes a la salud, pero a su vez establece
una serie de excepciones a la citada prohibición, entre las que hay que tener en cuenta
para el tema que nos ocupa:
● Los datos de carácter personal que hagan referencia a la salud sólo pueden ser
recabados, tratados y cedidos cuando, por razones de interés general, así lo dis-
ponga una ley o el afectado consienta expresamente.
● En el caso de la cesión de datos referidos a la salud, no es necesario el consenti-
miento del interesado en los siguientes casos:
– Que la cesión esté autorizada en una Ley
– Que la comunicación que tenga que efectuarse se dirija al Defensor del Pueblo, el
Ministerio Fiscal o a los Jueces o Tribunales, o el Tribunal de Cuentas, en el ejercicio
de las funciones que tienen atribuidas. Tampoco resulta preciso el consentimiento del
paciente cuando la comunicación tenga por destinatario a instituciones autonómicas
con funciones análogas al Defensor del Pueblo o al Tribunal de Cuentas.
– Etc.
27
CAPÍTULO 5
En este ámbito hay que encuadrar las modificaciones parciales de la Ley de Enjui-
ciamiento Criminal, realizadas por:
● Ley 38/2002, de 24 de octubre, de reforma parcial de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, sobre procedimiento para el enjuiciamiento rápido e inmediato de de-
terminados delitos y faltas, y de modificación del procedimiento abreviado
● Ley Orgánica 8/2002, de 24 de octubre, complementaria de la Ley de reforma
parcial de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, sobre procedimiento para el enjui-
ciamiento rápido e inmediato de determinados delitos y faltas, y de modificación
del procedimiento abreviado
Esta modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ha introducido una variedad
de procedimiento denominado "juicios rápidos", cuya tramitación necesita de una
mayor actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en detrimento de las fun-
ciones inicialmente encomendadas a los órganos Judiciales.
Por este procedimiento se incoarían todos los hechos punibles cuya instrucción sea
sencilla, y en concreto por delitos flagrantes tipificados como:
● Amenazas ● Hurto
● Coacciones ● Robo
● Lesiones ● Hurto y robo de uso de vehículos
● Violencia física o psíquica ● Delitos contra la seguridad del tráfico
La reforma afecta a los datos de salud, y con ello al derecho a la intimidad del pa-
ciente y al deber de secreto del médico a los que hemos hecho alusión en el punto an-
terior. Haciendo uso de una de las excepciones establecidas por la Ley Orgánica de
Protección de Datos la Ley de Enjuiciamiento Criminal autoriza a las Fuerzas de Se-
guridad para que de forma inmediata recabe de los Centros Sanitarios los informes
médicos existentes sobre los participantes en dichos delitos e incorporarlos al Ates-
tado policial que se incoa por las mismas.
Puesto que la entrega de dichos informes únicamente está justificada si su finalidad
es la tramitación de un procedimiento judicial por la vía del Juicio Rápido, se reco-
mienda que se solicite de las Fuerzas de Seguridad la justificación documental de su
petición y el motivo de la misma, no debiendo hacerse entrega de los mismos si la fi-
nalidad de la solicitud no es la señalada.
Para la entrega de dichos informes a las Fuerzas de Seguridad, el personal que atien-
da la petición deberá asegurarse de la identidad de la persona que lo recibe, dejan-
do constancia documental en el Centro Hospitalario de la entrega de los mismos (da-
tos de identidad y firma de la persona que lo recibe y fecha de recepción).
Si el facultativo u otro personal del Centro Sanitario no atiende el requerimiento rea-
lizado por estas Fuerzas de Seguridad, podría incurrir en un delito tipificado en el ar-
tículo 412 del Código Penal, que establece: "El funcionario público que, requerido
por autoridad competente, no prestare el auxilio debido para la Administración de
Justicia u otro servicio público, incurrirá en las penas de multa de tres a doce meses,
y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años."
Por su parte, la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid, que
aunque su ámbito de actuación queda restringido a dicha Comunidad Autónoma, no
deja de ser orientativo, respondió a la siguiente pregunta: ¿Es posible la cesión de
datos de una serie de personas atendidas en un Centro de Salud a la Unidad Cen-
tral de Información Exterior de la Dirección General de la Policía?
La respuesta de dicha Agencia fue que, de conformidad con el artículo 22 de la LOPD,
apartados 2, 3 y 4, , así como de los artículos 22.2 y 3 del mismo cuerpo legal, en re-
lación con el artículo 11.1 y 2 de la ley Orgánica 2/1986 sobre fuerzas y cuerpos de
28
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
seguridad ciudadana, "la cesión de los datos solicitados por parte de la Dirección Ge-
neral de la Policía podrían tener amparo legal y sería conforme con la LOPD, siempre
y cuando quedara debidamente señalado que la obtención de los datos resulta nece-
saria para la prevención de un peligro real y grave para la seguridad pública para la
represión de infracciones penales, y tratándose de datos especialmente protegidos co-
mo los de salud, que fueran absolutamente necesarios para fines de una investigación
concreta, nunca en el caso en que la petición sea totalmente genérica."
Salvo los supuestos mencionados, todos los datos de los pacientes son confidenciales
y ni siquiera cabe afirmar o negar su paso por la consulta o por la urgencia del cen-
tro de salud o del Hospital.
7. ASISTENCIA EN CASO DE LESIONES, MALOS TRATOS Y ABUSO SEXUAL
7.1. LESIONES
Definición. Podemos calificar como lesión a toda alteración que produzca un me-
noscabo de la integridad corporal o de la salud física o mental, empleando cual-
quier medio o procedimiento, ya sean por agentes mecánicos (arma blanca, de
fuego, automóvil...), agentes físicos (calor, frío...), agentes químicos (gases, hidro-
carburos...), agentes biológicos (toxinfecciones alimentarias...), agentes psicológi-
cos (amenazas, agresiones...), etc...
Ámbito legal de las lesiones. El delito de lesiones se encuentra tipificado en el ar-
tículo 147 del Código Penal, encuadrado en el Título III "De las lesiones", que re-
conoce como reo de un delito de lesiones, al que "por cualquier medio o procedi-
miento, causare a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o su salud
física o mental...; siempre que la lesión requiera objetivamente para su sanidad,
además de una primera asistencia facultativa, tratamiento médico o quirúrgico. La
simple vigilancia o seguimiento del facultativo del curso de la lesión no se consi-
derará tratamiento médico". Así, para que una lesión se considere delito (y no fal-
ta) deberá existir una segunda asistencia facultativa necesaria para curarla y no
bastará una segunda asistencia sanitaria para vigilar la evolución de la lesión.
Además, dicha norma tipifica como delitos determinadas conductas violentas, como
homicidio, asesinato, inducción al suicidio, aborto, lesiones al feto, lesiones y mutila-
ciones, detención ilegal, amenazas y coacciones, torturas, agresiones sexuales, etc.
7.2. MALOS TRATOS EN EL ÁMBITO FAMILIAR
Definición. Cuando las citadas lesiones se producen en el ámbito doméstico o fa-
miliar, nos encontramos ante lo que se denomina violencia doméstica.
Se entiende así por violencia doméstica los ataques intencionales a la integridad físi-
ca o psíquica producidos en el ámbito de las relaciones familiares y de pareja, inde-
pendientemente de la edad y sexo de la víctima. Estos ataques vulneran la dignidad
de las personas y su libertad, sino también su integridad, tanto física como psíquica,
ya que pueden tener como resultado tanto lesiones como maltrato físico o psíquico.
El Consejo de Europa define como violencia familiar "todo acto u omisión acaeci-
do en el marco de la familia por obra de uno de sus miembros que atente contra
la vida, la integridad corporal o psíquica o contra la libertad de otro miembro de
la misma o que amenace gravemente el desarrollo de su personalidad".
Básicamente las conductas que se enmarcan dentro del ámbito de la violencia do-
méstica son:
● Maltrato por acción:
– Maltrato físico: Todo tipo de violencia física (golpes de distinta intensidad, ti-
rones de pelo, agarrones, empujones, patadas, quemaduras, intento de es-
trangulamiento.
29
CAPÍTULO 5
dad, según su naturaleza, los motivos y los efectos del delito, ser el agraviado cón-
yuge a persona a quien se halle ligado de forma estable por análoga relación de
afectividad, ascendiente, descendiente o hermano por naturaleza, por adopción o
afinidad en los mismos grados del ofensor."
Y para cualquier actuación enmarcada en el ámbito penal hay que tener en cuen-
ta el artículo 25 del mismo cuerpo legal, que a los efectos del Código Penal con-
sidera incapaz a toda persona, haya sido o no declarada su incapacitación, que
padezca una enfermedad de carácter persistente que le impida gobernar su per-
sona o bienes por sí misma.
Por su parte, el Art. 173, encuadrado en el título VII "De las torturas y otros deli-
tos contra la integridad moral", igualmente en la redacción dada por la LO
11/2003 de Seguridad Ciudadana, dispone:
1. El que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando grave-
mente su integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis me-
ses a dos años.
2. El que habitualmente ejerza violencia física o psíquica sobre quien sea o ha-
ya sido su cónyuge o sobre persona que esté o haya estado ligada a él por una
análoga relación de afectividad aun sin convivencia, o sobre los descendien-
tes, ascendientes o hermanos por naturaleza, adopción o afinidad, propios o
del cónyuge o conviviente, o sobre los menores o incapaces que con él convi-
van o que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guar-
da de hecho del cónyuge o conviviente, o sobre persona amparada en cual-
quier otra relación por la que se encuentre integrada en el núcleo de su
convivencia familiar, así como sobre las personas que por su especial vulnera-
bilidad se encuentran sometidas a custodia o guarda en centros públicos o pri-
vados, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años, priva-
ción del derecho a la tenencia y porte de armas de dos a cinco años y, en su
caso, cuando el juez o tribunal lo estime adecuado al interés del menor o in-
capaz, inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad, tutela, cu-
ratela, guarda o acogimiento por tiempo de uno a cinco años, sin perjuicio de
las penas que pudieran corresponder a los delitos o faltas en que se hubieran
concretado los actos de violencia física o psíquica.
Se impondrán las penas en su mitad superior cuando alguno o algunos de los
actos de violencia se perpetren en presencia de menores, o utilizando armas,
o tengan lugar en el domicilio común o en el domicilio de la víctima, o se rea-
licen quebrantando una pena de las contempladas en el artículo 48 de este Có-
digo o una medida cautelar o de seguridad o prohibición de la misma natura-
leza.
3. Para apreciar la habitualidad a que se refiere el apartado anterior, se atende-
rá al número de actos de violencia que resulten acreditados, así como a la pro-
ximidad temporal de los mismos, con independencia de que dicha violencia se
haya ejercido sobre la misma o diferentes víctimas de las comprendidas en es-
te artículo, y de que los actos violentos hayan sido o no objeto de enjuicia-
miento en procesos anteriores."
Estas conductas violentas están tipificadas en el código Penal de múltiples formas
(homicidio, asesinato, inducción al suicidio, aborto, lesiones y mutilaciones, ame-
nazas y coacciones, etc.).
Faltas de agresiones en el seno de la familia
El artículo 617 del Código Penal dice:
31
CAPÍTULO 5
1. "El que, por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión no de-
finida como delito en este Código Penal, será castigado con la pena de arres-
to de tres a seis fines de semana o multa de uno a dos meses".
2. "El que golpeare a maltratare de obra a otro sin causarle lesión será castigado
con la pena de arresto de uno a tres fines de semana o multa de diez a treinta
días. Cuando los ofendidos sean el cónyuge o persona a quien se halle ligado de
forma estable por análoga relación de afectividad, o los hijos propios, o del cón-
yuge o convivente, pupilos, o ascendientes, siempre que con el convivan, la pe-
na será la de arresto de tres a seis fines de semana o multa de uno a dos meses."
El apartado nº 1 tiene carácter residual del delito de lesiones y toda lesión no tipi-
ficada como delito se convierte en falta, alcanzando el apartado nº 2 a los casos
de golpeamiento sin lesiones propiamente dichas (maltrato de obra)
7.3. AGRESIÓN Y ABUSO SEXUAL
Definición. Se tipifica como agresión y abuso sexual cualquier acto de índole se-
xual donde no medie el consentimiento pleno de una de las personas envueltas.
Ámbito legal. El artículo 178 del Código Penal dispone que "El que atentare con-
tra la libertad sexual de otra persona, con violencia o intimidación, será castiga-
do como culpable de agresión sexual ..."
Conductas el Código Penal considera punibles:
● Artículo 179 del mismo cuerpo legal: castiga la agresión cuando esta "... con-
sista en acceso carnal, introducción de objetos o penetración bucal o anal,..."
● Artículo 181 establece que "1. El que, sin violencia o intimidación y sin que
medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad sexual de
otra persona, será castigado como culpable de abuso sexual ... 2. En todo ca-
so, se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten:
1º Sobre menores de doce años
2º Sobre personas que se hallen privadas de sentido o abusando de su tras-
torno mental...
3. Cuando el consentimiento se obtenga prevaliéndose el culpable de una si-
tuación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima se im-
pondrá la pena de …"
● Artículo 183: castiga al que cometiere cualquier tipo de abuso sexual con ma-
yor de doce años y menor de dieciséis, cuando interviniere engaño.
● El artículo 184 castiga el acoso sexual, o solicitud de favores de naturaleza se-
xual para sí o para un tercero prevaliéndose de una situación de superioridad
laboral, docente o análoga, con el anuncio expreso o tácito de causar a la víc-
tima un mal relacionado con las legítimas expectativas que pueda tener en el
ámbito de dicha relación.
● Artículos 185 y 186 castigan los delitos de exhibicionismo obscena ante me-
nores de edad o incapaces y la difusión, venta o exhibición de material por-
nográfico entre menores de edad o incapaces.
● Capítulo V del Código Penal: tipifican los delitos relativos a la prostitución.
7.4. PERSECUCIÓN DE LOS DELITOS Y FALTAS DE LESIONES Y DE MALOS TRATOS
Lesión. La clasificación que hace el Código Penal de estos delitos o faltas contra
las personas es de naturaleza pública, esto es, su persecución y la incoación del
correspondiente procedimiento judicial no depende de la presentación de denun-
cia por parte del ofendido, y así lo hace el Ministerio Fiscal, supliendo ese abs-
tencionismo de los agredidos por motivos diversos como el entorno familiar y edu-
cativo, por circunstancias de índole cultural, económicas o sociales, de
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● Tf. 900.100.114, puesto a disposición de las víctimas de este tipo de violencia, de forma gratuita, por
la Comunidad Autónoma de Castilla- La Mancha, al amparo de la Ley de prevención de malos tratos
y atención a la mujer, y que se encuentra de servicio 24 horas.
● Tf. 925.24.08.75, de la Oficina de Asistencia a las víctimas de delitos en la provincia de Toledo, ser-
vicio público y gratuito implantado por el Ministerio de Justicia de acuerdo con la Ley 35/1995 de
11 de diciembre, de ayudas y asistencia a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual,
y el tf. 925.257824 para contactar con el psicólogo, situado en la Plaza de Montalbanes de Toledo.
● Tf. 900/19.10.10, puesto a disposición de las mujeres por el Instituto de la Mujer de forma gratuita.
● Tf. 061, del Servicio de Atención a la Mujer de la Policía Nacional
● Tf. 062, del Equipo de mujer y menor de la Guardia Civil.
En caso de duda:
1.- Consultar al Jefe de la Guardia.
2.- Consultar a Dirección médica.
3.- Solicitar asesoramiento del Gabinete Jurídico
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
DIAGNÓSTICO - TRATAMIENTO
RESULTADO
BIBLIOGRAFÍA
▲ Casas Sánchez J.D, Rodríguez Albarrán M. S. Manual de actuación Médica legal en Ur-
gencias. Madrid: Smithkline Beecham; 2000.
▲ Fernández-Cruz A, editor. Manual de habilidades para la Práctica Clínica. Madrid: Grupo
MSD; 1999.
▲ Sánchez Caro J, Abellán F. El Consentimiento Informado (segunda parte). Madrid: Funda-
ción Salud 2000; 1998.
▲ Sánchez Caro J, Abellán F. El Consentimiento Informado (primera parte). Madrid: Fundación
Salud 2000; 1999.
▲ Consejo Interterritorial. Sistema Nacional de Salud. Protocolo de actuación sanitaria ante los
malos tratos domésticos. Madrid: Instituto de la mujer; 1998/2000.
▲ Normas internas sobre la cumplimentación del Parte Judicial del Servicio de Admisión y Do-
cumentación clínica del Complejo Hospitalario de Toledo; 2001.
45
CAPÍTULO 6
Capítulo 6
ACTUACIÓN ANTE SITUACIONES
DE CATÁSTROFES Y MÚLTIPLES VÍCTIMAS
M.J. Pérez - Grueso Macías - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Los desastres naturales han causado la muerte a casi tres millones de personas en el
mundo en los últimos 25 años. El futuro se prevé aún peor por el aumento de la den-
sidad poblacional en áreas geográficas con riesgo de seísmos, inundaciones, etc… y
por el mayor riesgo de accidentes industriales en los países desarrollados. A lo que
hay que añadir la posibilidad del terrorismo nuclear, biológico, químico…
Las distintas sociedades de Medicina de Emergencias y Catástrofes diferencian tres si-
tuaciones:
Accidente con múltiples víctimas: suceso que produce un número elevado de víctimas
pero daños materiales limitados (accidente de tráfico múltiple, accidentes de trans-
porte colectivo), que no desborda la capacidad asistencial de esa zona, pero la so-
mete a prueba durante un corto periodo de tiempo.
Catástrofe: suceso desgraciado y casi siempre imprevisible, que conlleva la presen-
cia simultánea o encadenada de gran número de heridos y/o muertos, con daños
materiales lo suficientemente importantes como para desestabilizar la capacidad de
los servicios de emergencias regionales, si no se toman antes las medidas que pue-
dan mitigar el problema.
Desastre: situación de catástrofe en la que los daños personales y materiales son mu-
cho mayores, con destrucción de servicios y el entorno, causando una elevada des-
proporción entre las necesidades y los recursos disponibles, haciendo necesario la in-
tervención de organizaciones nacionales y/o internacionales.
Los desastres pueden ser clasificados en: naturales y provocados por el hombre.
▲ Naturales: terremotos, tormentas, inundaciones, avalanchas, riadas, sequías, erup-
ciones volcánicas, etc. Los países en vías de desarrollo son los más vulnerables. Es-
te tipo de catástrofes son inevitables, pero sus consecuencias negativas podrían pa-
liarse mediante el desarrollo de planes adecuados de actuación precoz.
▲ Provocados por el hombre: guerras, incendios, explosiones, atentados terroristas,
accidentes aéreos o ferroviarios, escapes de gases, productos químicos y nuclea-
res, etc. Afectan principalmente a países desarrollados y son potencialmente evita-
bles mediante la adopción de medidas de seguridad y prevención adecuadas.
● En nuestro medio las catástrofes naturales son menos frecuentes, pero las guerras,
inundaciones, atentados y accidentes ocupan desgraciadamente con bastante re-
gularidad los cabeceros de noticiarios y periódicos. En estas situaciones son los
Servicios Sanitarios de Emergencias los encargados de dar una respuesta rápida
y eficaz para prevenir el mayor número de muertes posibles, mitigar el sufrimien-
to e imponer cierto orden en una situación caracterizada por el caos y la falta de
recursos. La efectividad de dicha respuesta depende de la capacidad de anticipa-
ción a los distintos problemas que pueden plantearse; para ello es necesario:
1. La creación de unas guías de actuación en situación de catástrofe, a nivel
prehospitalario y hospitalario. Desde el punto de vista hospitalario hay que
establecer una nueva clasificación que distinga tres situaciones:
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
OBJETIVOS SANITARIOS
1. Control de riesgos: evitar víctimas adicionales.
2. Rescate rápido, seguro y eficaz de las víctimas.
3. Triaje inicial sencillo y rápido.
4. Soporte vital básico y avanzado.
5. Evacuación ordenada.
6. Asistencia médica definitiva (Hospitales).
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CAPÍTULO 6
TRIAJE
Los sistemas más sencillos son los mejores para una clasificación rápida y eficaz. El
más usado es el de colores (tabla 6.1).
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Ventila No ventila
Prioridad inmediata
ROJO NEGRO
Prioridad inmediata
ROJO
Sí No
PRIORIZACIÓN ASISTENCIAL
Las víctimas son agrupadas, según su gravedad, en distintas áreas señalizadas con
los respectivos colores (rojo, amarillo, verde y negro). En el lugar del suceso sólo pue-
den practicarse maniobras rápidas que conserven la vida (colocación de "Guedel" o
intubación orotraqueal, administración de ventilación con presión positiva durante es-
casos minutos para ver si el paciente reanuda la respiración espontánea, colocación
de vendajes compresivos sobre heridas con hemorragia externa importante, etc) si-
guiendo un orden de prioridad (tabla 6.2). "NO se practica la reanimación cardio-
pulmonar"; ante una situación con varios heridos graves, no se deben emplear re-
cursos en reanimar a los fallecidos, debiendo dirigir los esfuerzos en primer lugar a
la atención de los pacientes de mayor gravedad con posibilidades de sobrevivir.
1. ALERTA HOSPITALARIA
▲ La llamada de alerta al hospital generalmente es dada por el Centro Coordinador
de Urgencias (112). En cualquier caso debe identificarse el número de teléfono y
la persona que da el aviso y obtener una descripción del lugar del desastre, nú-
mero estimado de víctimas, tipo de heridas y medio de transporte esperado de lle-
gada al hospital.
▲ El Jefe de la Guardia es el encargado de activar la respuesta del hospital a desastres.
Es preferible una activación excesivamente precoz que una tardía. Según el grado de
certeza de ocurrencia de la catástrofe, se declara el nivel de alerta correspondiente:
50
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● Alerta verde:
– Todo el personal de Urgencias ha de estar preparado para la atención de las
posibles víctimas. El personal que no está de turno debe ser localizado y es-
tar disponible.
– Adoptar medidas generales en el hospital: evacuación de pacientes para tener
disponibilidad de camas, suspensión de procedimientos electivos, traslados, etc.
● Alerta Amarilla:
– Implica que no se ha sobrepasado la capacidad asistencial, pero es necesa-
rio la presencia física de todo el personal de Urgencias.
● Alerta Roja:
– La catástrofe ya se ha producido. Se produce una demanda masiva que so-
brepasa la capacidad de atención del nivel III.
- Se declara todo el hospital en Estado de Emergencia.
- Se conforma el Comité de Emergencia.
- Se establecen Equipos de Triaje; integrados por un médico, un enfermero
profesional, un administrativo de admisión y celadores.
▲ Ante una catástrofe imprevisible, no es posible una preparación previa, declarán-
dose inmediatamente la Alerta Roja.
▲ En el Servicio de Urgencias deben adoptarse unas medidas generales:
1. Dar de alta inmediatamente a los pacientes cuyo estado lo permita (estables y ca-
sos no urgentes), indicando al responsable del paciente el plan de atención y se-
guimiento.
2. Ingresar a los que requieran hospitalización de forma inmediata.
3. Movilizar a un área de espera a los que así lo precisen, advirtiéndoles que la es-
pera será prolongada.
4. Aprovisionamiento: reservas adicionales de oxígeno y soluciones hidroelectrolíti-
cas. Todas las camillas y sillas de ruedas deben ser llevadas al área de Urgencias
y recepción de ambulancias.
5. Determinar cuántas víctimas es posible atender, en función de la lista de camas va-
cías, reservas de sangre, quirófanos en uso y personal disponible.
6. Limpieza rápida de los cuartos sucios.
7. Asignar personal a las distintas áreas que se establezcan.
10. Asignar un área de espera para los familiares de las víctimas (separada del área
de prensa), provista de acceso a alimentos, bebidas, sanitarios y teléfonos. Infor-
mar periódicamente a los familiares.
11. Asignar a una persona que actúe como funcionario de relaciones públicas, que
se encargará de preparar la sala de prensa, celebrar ruedas de prensa para dar
información regular a los medios de comunicación.
3. ASISTENCIA MÉDICA
La mayoría de los heridos llegan al hospital en un tiempo relativamente corto, dentro
de los primeros 90 minutos después del desastre. Las víctimas pueden llegar por di-
versos medios, tanto ambulancias como particulares; ésto hace que el flujo de pacien-
tes no pueda ser controlado por los servicios de urgencias oficiales. Por otro lado, a la
hora de prestar atención médica, hay que tener en cuenta que generalmente los pa-
cientes menos graves son los primeros en llegar, ya que tienen la posibilidad de esca-
par del lugar del suceso por sus propios medios. La consecuencia es que éstos tienden
a ser tratados antes, y los más graves, que llegan en etapas posteriores, no pueden ser
atendidos de inmediato porque el Servicio de Urgencias está ya saturado.
Por todo esto es necesario establecer dos escalones asistenciales: una primera zona
de recepción y clasificación, según gravedad, y una segunda de tratamiento inicial.
▲ RECEPCIÓN Y CLASIFICACIÓN:
A la llegada de las víctimas al Hospital, el Equipo de Triaje debe reclasificarlos y
reevaluar sus prioridades terapéuticas. Cada paciente debe ser atendido dentro de los
5 minutos siguientes a su llegada, determinando el grado de urgencia y designando el
área en el que se continuará su asistencia. Ante la duda siempre es mejor clasificar en
un nivel superior y posteriormente reclasificarlo a una categoría inferior si la evolución
clínica así lo indica. Se deben asignar áreas para agrupar a los pacientes según su
gravedad (tabla 6.3). El equipo de triaje no debe ser llamado para atender pacientes;
sólo proporcionará atención vital elemental (permeabilizar las vías respiratorias y apli-
car presión para contener un sangrado activo). Es también importante que esté infor-
mado de la capacidad de admisión de las distintas áreas de atención.
Es imprescindible realizar un registro de información de cada paciente, limitado a los
datos de identificación y tratamientos primordiales. A cada víctima se le coloca una
pulsera de identificación.
▲ TRATAMIENTO INICIAL:
● Hay que tener en cuenta que:
– No se dedican recursos valiosos a intentos de reanimación en pacientes en
paro cardiaco no presenciado.
– Las víctimas con problemas especiales, como quemaduras graves, necesitan
ser transferidas directamente a unidades especializadas.
– Sólo se hospitaliza a los enfermos cuando es imprescindible.
– Los estudios de laboratorio y radiográficos se restringen a la obtención de
información decisiva. (Siempre está indicado hacer radiografías de posibles
fracturas de columna cervical, pelvis y fémur, debido a la gravedad de las
complicaciones potenciales).
● Medidas generales: inmovilización de columna cervical, oxigenoterapia, intu-
bación y ventilación mecánica, drenaje torácico en caso de neumotórax, com-
presión o torniquete para control de sangrados externos en extremidades, in-
movilización de fracturas y protección de heridas.
52
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Según el tipo de lesiones que presenten las víctimas se aplicará el tratamiento es-
pecífico en cada caso.
4. EXPOSICIÓN A SUSTANCIAS NBQ (NUCLEARES- BIOLÓGICAS-QUÍMICAS)
Debe tenerse en cuenta esta posibilidad, para lo cual son necesarias medidas de des-
contaminación y asegurar medidas de protección para el personal hospitalario. (ver
capítulo 11)
Tabla 6.4. Orden de tareas asistenciales que acompañan al triaje.
1. Control de la vía aérea.
2. Control externo de hemorragias.
3. Control de neumotórax.
4. Tratamiento del shock hipovolémico (tras control del sangrado).
5. Tratamiento avanzado de la vía aérea.
6. Manejo del trauma de extremidades.
7. Tratamiento de quemaduras >25%.
8. Traumas torácicos.
9. Traumas espinales.
10. Fasciotomías y amputaciones.
11. Control de heridas abiertas.
12. Cerrar heridas craneales.
13. Traumas abdominales.
14. Traumas craneales GCS 6-7.
15. Quemaduras del 50%.
16. Quemaduras del 75%.
17. Cerrar TCE GCS=3.
5. SALUD MENTAL
Es muy importante atender las necesidades mentales de víctimas, familiares y socorris-
tas, suministrando atención psicológica a la mayor brevedad posible tras un desastre.
También es frecuente la llegada al Hospital de personas histéricas, lo cual contribuye
a aumentar el caos existente. Sería adecuado asignar un área separada para el tra-
tamiento psicológico de estas personas.
6. EVALUACIÓN
1. Si la situación no se puede controlar, alertar al 112 para que busque apoyo en
otros hospitales de la zona.
2. Valorar si los pacientes recibidos pueden ser transferidos a otros centros asisten-
ciales o dados de alta a sus domicilios.
3. Comprobar que todas las medidas puestas en marcha funcionan.
4. Tener información del número de pacientes ingresados y su gravedad.
5. Asegurar el adecuado manejo de los cadáveres.
7. MANTENIMIENTO DEL ESTADO DE EMERGENCIA
Además de la llegada inminente de numerosas víctimas, el Servicio de Urgencias de-
be estar preparado para un aumento en el volumen de pacientes los días, semanas y
meses siguientes, según vayan produciéndose distintos problemas de salud relacio-
nados con la catástrofe:
● En el momento del desastre llegan heridos graves relacionados con el suceso (TCE,
laceraciones, heridas oculares, amputaciones, Síndrome de aplastamiento, etc.)
● En un segundo tiempo llegan los heridos en las tareas de limpieza (esguinces, con-
tusiones, abrasiones, electrocuciones, cortes, etc.).
54
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ PLAN DE EVACUACIÓN
Normas generales de evacuación
1. La evacuación no comenzará hasta recibir la orden expresa del Jefe de Servicio
o responsable y en su presencia.
2. La orden de evacuación será dada por el Jefe de Servicio indicando:
– Dirección de evacuación
– Medios de transporte
– Zona elegida como escalón de evacuación
3. El personal responsable de la evacuación pertenecerá a cada unidad.
4. El personal permanecerá en su puesto de trabajo hasta recibir órdenes de la per-
sona que dirija la evacuación y sólo de ésta.
5. Mantener la calma y no fomentar situaciones alarmistas.
6. Eliminar obstáculos en puertas y caminos de evacuación.
7. Emprender la evacuación con rapidez, sin gritos ni aglomeraciones.
8. No intentar recuperar ningún objeto que se caiga.
9. Promover la ayuda mutua.
10. Cerrar puertas y ventanas.
11. Desconectar enchufes.
12. Mantener libre la línea telefónica.
13. No volver a entrar en el área después de evacuada.
La evacuación siempre ha de ser hacia las plantas inferiores, nunca hacia arriba a
no ser que así lo indique el Comité de Catástrofes.
Prioridades en la evacuación
● El personal más vulnerable es aquel que no puede valerse por sí mismo.
● La evacuación de los enfermos se efectuará por el siguiente orden:
1° Enfermos que puedan desplazarse por sí mismos
2° Enfermos encamados que no puedan valerse por sí mismos, que estén más ale-
jados de la salida
3° Enfermos impedidos más próximos a la zona de salida.
58
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Álvarez Leiva C. Manual de Atención a Múltiples Victimas y Catástrofes.SEMECA. Ed.
ARÁN.
▲ Rodríguez Gutiérrez, J. Sánchez Losada, J.A.. Habed Lobos, Pérez Rodríguez M.J, Romero
Sánchez S. Manual de Procedimientos Operativos en Accidentes de Múltiples Víctimas. SES-
CAM.
▲ Actuación en accidentes con múltiples víctimas. Procedimientos operativos. SAMUR Madrid.
▲ Pesqueira E.E. Protocolo de campo para el coordinador sanitario de accidentes de múltiples
víctimas. Emergencias 2001;13:310-318.
▲ Perales Rodríguez de Viguri N. Avances en emergencias y resucitación. Edika Med.1996.
▲ C.Phuli Lewis, R.V.Aghababian. Overview of hospital and Emergency Department planning
for internal and external disasters. Emergency Medicine Clinics of North America.Vol.14.
Num.12, May 1996. Pg. 439-451.
▲ L.Gans, T.Kennedy. Management of unique clinical entities in disaster medicine. Emergency
Medicine Clinics of North America. Vol 14. Num 2. May 1996. p. 301-323.
▲ Plan de Catástrofes Internas. Documento núm.4: Plan de Emergencia. Junio 1997. Hospital
Virgen de la Salud de Toledo.
▲ Actuación en accidentes con múltiples víctimas. Procedimientos operativos. SAMUR. Madrid.
www.samur.org/protocol/Op/victimas16.pdf.
59
CAPÍTULO 7
Capítulo 7
TÉCNICAS INVASIVAS EN URGENCIAS
F. Tarazona Santabalbina - M.P. Gil Ibañez - A. Barbado Cano - A. Julián Jiménez
INTUBACIÓN OROTRAQUEAL
Es la técnica de elección para el aislamiento definitivo de la vía aérea.
La intubación es útil en Urgencias para:
▲ Apertura de la vía aérea.
▲ Evitar el paso de cuerpos extraños a la vía aérea.
▲ Facilitar la ventilación artificial.
▲ Administración de fármacos (hasta el acceso intravenoso).
Criterios de intubación
Trabajo respiratorio excesivo (más de 40 r.p.m.).
Hipoxemia progresiva rebelde al tratamiento (p O2<50) con medios no invasivos.
Acidosis respiratoria progresiva (p CO2>50-60 y pH<7,2).
Apertura de la vía aérea en obstrucciones de la misma.
Protección de la vía aérea en pacientes en coma.
Material
● Laringoscopio de pala recta/curva ● Cánula orofaríngea.
(varios tamaños). ● Lubricante anestésico hidrosoluble.
● Tubo endotraqueal con manguito distal de ● Bolsa autohinchable con válvula y
neumotaponamiento (*) y con fiador o guía. conexión estándar a tubo endotraqueal.
● Dispositivo de aspiración (y sondas) n° 14. ● Fuente de oxígeno, bolsa reservorio.
● Jeringuilla de 5-10 cc (para hinchar el manguito) ● Vendas de hilo, esparadrapo.
● Fiadores semirrígidos. ● Guantes de látex.
● Pinzas de Kocher. ● Fármaco sedante, p. ej.: Midazolam
● Pinzas curvas de Magill.
(*) En adultos varones se usa del n° 8,5 y en mujeres se usa del n° 8. Se cogen el seleccionado junto
a otro mayor y otro menor a ése por si se necesitan.
Técnica:
1°. Colocados en la cabecera del enfermo: extraer prótesis y aspirar secreciones,
sangre o vómito.
2°. Ventilar y oxigenar al 100% del paciente con bolsa autohinchable con mascari-
lla y válvula conectada a reservorio y a la fuente de oxígeno.
3°. Seleccionar y comprobar el material adecuado en función de la complexión del
paciente y de la situación clínica en concreto.
4°. Lubrificar el tubo endotraqueal.
5°. Posición del paciente: ligera flexión cervical inferior con hiperextensión modera-
da de la primera articulación cervical (para conseguir la alineación de boca, fa-
ringe y laringe).
6°. Suspender la ventilación-oxigenación como máximo durante 20 segundos, para
realizar la maniobra de intubación (punto 7°), se controlará por algún ayudan-
te en el pulsioxímetro la oxigenación del paciente.
Previo a la maniobra, si es necesario, sedar al paciente con Midazolam 5-
15 mg i.v.
60
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Complicaciones agudas
● Intubación endobronquial (retirar unos centímetros el tubo endotraqueal) o intubación en-
doesofágica (retirar y volver a intentar).
● Obstrucción por hiperinsuflación del manguito, por secreciones, por acodaduras del tubo
o por mordedura del tubo.
● Desplazamiento del tubo.
● Traumatismos, laceraciones, perforaciones o hemorragias de los dientes o tejidos blandos.
● Aspiración de contenido gástrico.
61
CAPÍTULO 7
Indicaciones
● Administración de fármacos y/o fluidos.
● Extracción muestras para el laboratorio.
● Acceso a circulación venosa central (con el extremo distal de catéteres largos).
Posibles contraindicaciones
● Infección partes blandas zona de punción.
● Flebitis o linfedema de la extremidad.
● Fístula arteriovenosa.
Material
● Gasas, guantes y apósitos estériles.
● Torniquete ("cinta de Smarck").
● Antiséptico local (povidona yodada).
● Sistema de gotero, llave de tres pasos y suero.
● Catéteres (tipos):
- aguja metálica ("palomilla").
- catéter de plástico montado sobre aguja (angiocatéter, Abbocath®).
- catéter insertado dentro de una aguja (intracatéter, de menor uso).
Técnica:
1°. Lugar de elección: la vena antecubital es segura y rápida de obtener, venas del
brazo (basílica, cefálica) y del dorso de manos, cuanto más distal mejor (excep-
to en situaciones de RCP donde se buscará una vena proximal).
2°. Colocar un torniquete o elástico por encima del lugar de punción.
3°. Aplicar solución antiséptica sobre la piel.
4°. Fijar y traccionar la piel para evitar desplazamiento de la vena.
5°. Venopunción con bisel hacia arriba e inclinación de 20-30°.
6°. Introducir la cánula hasta que se observe reflujo de sangre.
- Angiocatéter: al entrar en la vena fijar la aguja, luego avanzar la cánula y re-
tirar la aguja.
- Intracatéter: canalizada la vena, avanzar catéter a través de la aguja.
7°. Retirar torniquete o cinta elástica.
8°. Extraer muestras. Conectar con el sistema de infusión.
Complicaciones
● Hematoma.
● Punción estructuras adyacentes (arterias, nervios).
● Infección: local (flebitis) o sistémica (bacteriemia, sepsis).
● Trombosis venosa, enfermedad tromboembólica.
Indicaciones
● Ausencia o dificultad para canalizar un acceso periférico.
● Administración fármacos irritantes, tóxicos o vasoactivos, soluciones hipertónicas o
irritantes.
● Nutrición parenteral.
● Monitorización hemodinámica (PVC, PCP, gasto cardíaco).
● Aporte urgente de gran volumen de fluidos.
● Colocación de marcapasos temporal endocavitario.
● Hemodiálisis.
● Catéteres de luz múltiple (medicación incompatible, vasopresores).
● Radiología vascular intervencionista.
Posibles contraindicaciones
● Generales :
- Diátesis hemorrágica severa, alteraciones de la coagulación.
(T° Quick < 50-60%, Plaquetas < 50.000mm).
- Infección local.
- Trombosis del vaso elegido.
- Agitación psicomotriz.
● Particulares :
VÍA YUGULAR INTERNA
- Cirugía o radioterapia cervical.
- Síndrome de vena cava superior.
- Reanimación cardiopulmonar (obligaría a pararla).
VÍA SUBCLAVIA
- Cirugía o radioterapia subclavicular.
- Neumotórax contralateral.
- Síndrome de vena cava superior.
- Reanimación cardiopulmonar (obligaría a pararla).
VÍA FEMORAL
- Cirugía inguinal previa.
- Injerto protésico femoral.
63
CAPÍTULO 7
Material
● Bata, mascarilla, guantes, paños, gasas y gorro estériles.
● Antiséptico local (povidona yodada).
● Anestésico local (mepivacaína al 1%).
● Jeringas de plástico (5 y 10 ml), agujas intramusculares y hoja de bisturí.
● Trócar y guía metálica (0,035, en J y de mayor longitud que el catéter que se coloca),
dilatador.
● Sutura y apósito local.
Técnica:
1°. Posición del enfermo: en decúbito supino y con la extremidad inferior extendida
y en discreta abducción de cadera.
2°. Lugar de punción: abordaje a 1-2 cms medial a la arteria femoral y a unos 3 cms
debajo del ligamento inguinal con aguja en dirección 45° hacia la vena respecto
al plano cutáneo.
3°. Resto de la técnica igual que vía subclavia (Seldinger).
PARACENTESIS
Definición: punción percutánea para la evacuación de líquido de la cavidad perito-
neal con fines diagnósticos o evacuadores (terapéutica).
65
CAPÍTULO 7
Indicaciones
● Deterioro clínico: ascitis asociada a fiebre, dolor abdominal, alteración del estado
mental, ìleo intestinal, encefalopatía de reciente inicio o hipotensión.
● Signos de infección de laboratorio: leucocitosis periférica, acidosis o alteración de la
función renal en paciente con ascitis sin otro foco o con sospecha de peritonitis bac-
teriana espontánea o peritonitis bacteriana secundaria.
● Ascitis a tensión.
● Ascitis asociada a insuficiencia respiratoria.
● Ascitis refractaria a tratamiento médico.
● Sospecha de hemoperitoneo.
● Ascitis con lesión ocupante de espacio en hígado.
Posibles contraindicaciones
● Coagulopatía severa y/o trombocitopenia severa (Quick <50%, plaquetas <50.000),
asociado a fibrinolísis primaria o a una CID clínicamente manifiesta (única absoluta).
● Dilatación importante de las asas intestinales u obstrucción intestinal (íleo).
● Infección de la pared abdominal.
● Deformidad de la pared abdominal por cirugía previa.
● Hepato y/o esplenomegalia gigante.
● Gran hipertensión portal con varices peritoneales.
● Embarazo (relativa).
● Colecciones pequeñas (relativa).
Material
● Guantes, apósitos, paños fenestrados ● Jeringa de 10 ml.
y tubos estériles. ● Aguja intramuscular.
● Apósito oclusivo. ● Abbocath 14-16G.
● Anestésico local (clorhidrato de ● Sistema de venoclísis de 3 pasos.
Mepivacaína al 1%). ● Frasco de vacío y sistema para
● Antiséptico de piel (povidona yodada). conexión.
Técnica:
1°. Posición del enfermo: colocar al
paciente en decúbito supino, con
30-45° de elevación del cabecero,
y ligeramente lateralizado hacia la
izquierda.
2°. Localizar el punto de punción en
hemiabdomen inferior izquierdo:
en la línea imaginaria que va des-
de el ombligo hasta la espina ilíaca
antero-superior izquierda, en el
punto de unión del 1/3 externo con
los 2/3 internos.
3°. Desinfectar la piel con antiséptico en solución. Se aplicará en espiral, desde el
punto de punción hacia fuera, 3 veces.
4°. Colocar paños de campo estéril.
5°. Puncionar en el punto elegido, perpendicularmente a la pared abdominal, pro-
gresando-aspirando hasta obtener líquido. Si existe edema de pared importan-
te, hacer la punción con angiocatéter y, si es preciso, bajo control ecográfico.
66
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
6°. Conectar a llave de tres pasos para realizar sucesivas extracciones de muestras
para laboratorio. Observar características macroscópicas del contenido. Ante la
sospecha de hemoperitoneo avisar al cirujano de guardia.
7°. Tras finalizar las extracciones retirar la aguja de la pared abdominal (normal-
mente no se hará una evacuación superior a los 4.000-5.000 ml)
8°. Desinfectar con antiséptico y cubrir con apósito la región de punción.
9°. Expansión de volumen con infusión de albúmina endovenosa lentamente a ra-
zón de 8 gr por cada litro de líquido extraído (como alternativa se podrá infun-
dir Poligelina al 3.5% o Hidroxietilalmidón al 6% a razón de 150 ml por cada
litro de líquido extraído).
10°. Colocar al paciente en decúbito lateral derecho durante unos 60-90 minutos.
Determinaciones
A. Bioquímica: proteínas/glucosa/recuento celular y fórmula/LDH/albúmina/proteínas
totales y, de modo electivo, amilasa, marcadores, TG, Br, ADA, pH.
B. Microbiología: Gram/cultivo (jeringa cerrada sin aire para anaerobios), muestra en
frasco de hemocultivos, muestra para Ziehl y medio Lowestein.
C. Anatomía patológica: citología.
Complicaciones
● Neumoperitoneo.
● Hemorragia incisional (laceración de vasos epigástricos).
● Íleo paralítico (perforación intestinal).
● Hemoperitoneo (laceración de vasos epiplóicos o mesentéricos).
● Perforación de la vejiga.
● Perforación de útero grávido.
● Peritonitis.
● Absceso parietal.
ARTROCENTESIS
Definición: punción percutánea en la cavidad articular para extracción de líquido si-
novial.
Indicaciones
● Monoartritis sobre todo si hay sospecha de artritis séptica o para el diagnóstico de
confirmación de artritis por depósito de cristales.
● Alivio de dolor en derrames a tensión.
● Confirmación de hemartros o lipohemartros en artritis traumática.
● Evaluación inicial de derrame articular no traumático.
Posibles contraindicaciones
● Infección de partes blandas y/o piel periarticular.
● Trastorno grave de la coagulación (actividad de protombina <50%; plaquetas
<50.000).
● Bacteriemia.
● Inaccesibilidad anatómica.
● Alteración psicomotriz del paciente o falta de colaboración.
67
CAPÍTULO 7
Material
● Guantes, gasas, paños fenestrados ● Aguja intramuscular del 20.
estériles. ● Angiocatéter 16-18 G.
● Solución antiséptica. ● Tubo estéril con oxalato potásico
● Jeringa desechable de 5-10 ml. (para glucosa).
● Anestésico local (clohidrato de ● 3 Tubos con heparina sódica al 1%.
mepivacaína al 1%). ● Frascos de hemocultivos.
● Apósito para vendaje.
Técnica:
1°. Colocar al paciente en posición cómoda (ver cada articulación, su postura).
2°. Localizar anatómicamente el punto de punción (ver cada articulación).
3°. Desinfectar la piel con povidona yodada previo lavado de la zona con jabón y
secado riguroso. Se aplicará en espiral, desde el punto de punción hacia fuera,
por 3 veces.
4°. Colocar los paños estériles.
5°. Anestesiar por planos sin llegar a la cavidad articular.
6°. Realizar punción perpendicular a la piel y progresar la aguja ejerciendo vacío
ligero mediante el émbolo de la jeringa. Nunca traccionar de la piel ni guiar la
aguja con el dedo.
7°. Extraer las muestras de líquido sinovial. Realizar glucemia simultánea.
8°. Retirar la aguja lentamente.
9°. Aplicar apósito realizando ligera presión compresiva.
Rodilla
a) Decúbito supino.
b) Rodilla extendida.
c) Cuádriceps relajado (rótula deslizable horizon-
talmente sin resistencias).
d) Delimitar a la palpación el plano posterior de la
rótula.
e) Sujetar la rótula; abordar en la mitad del eje
longitudinal de la misma, por su borde medial,
e introducir la aguja en la línea interarticular. Si
el derrame es excesivo, puncionar a 1-2 cm por
encima del polo proximal de la rótula.
f) Comprimir manualmente, y de forma suave, en
el fondo de saco subcuadricipital.
68
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Tobillo
a) Decúbito supino.
b) Flexionar la rodilla haciendo apoyo del pie en la
camilla (ligera flexión plantar) o en posición neu-
tra del tobillo.
c) Palpar la línea interarticular (línea imaginaria
que une los maleolos). Localizar el tendón del fle-
xor largo del 1° dedo (identificado mediante la
flexión dorsal del 1° dedo del pie). Puncionar
ahí, a nivel del relieve superior del astrágalo.
d) Inmediatamente medial al tendón del flexor largo del 1° dedo, a 2 cm próximo al
vértice del maleolo interno, medial al tendón del tibial anterior (identificado al fle-
xionar dorsalmente el pie de manera activa siendo el más interno de los tendones
que pasan por la corredera tarsiana).
e) Introducir la aguja a 45° sobre el plano de la piel y en dirección postero-lateral
hacia el talón.
Hombro
a) Paciente sentado.
b) Mano colgante con brazo en rotación interna for-
zada.
c) Relajar del hombro.
d) Vía anterior: delimitar con el dedo índice la apó-
fisis coracoides, introducir la aguja a 1,5 cm de-
bajo de la punta del acromion, en dirección a la
coracoides, y medial a la cabeza del húmero.
e) Vía posterior: introducir la aguja a 1-2 cm por
debajo del acromion en su borde postero-lateral,
avanzando antero-medialmente hacia la coracoi-
des, hasta tocar hueso.
Codo
a) Paciente sentado.
b) Flexionar el codo a 90° sobre su regazo con el
antebrazo en prono-supinación intermedia.
c) Palpar el triángulo supraolecraneano (entre la
punta del olécranon, el epicóndilo y la cabeza
radial).
d) Puncionar en el medio de la línea entre la punta
del olécranon y el epicóndilo, introduciendo la
aguja a 45° respecto al plano horizontal y per-
pendicular al eje longitudinal del antebrazo.
69
CAPÍTULO 7
Muestras a enviar
A. Bioquímica: glucosa / recuento celular y fórmula / proteínas / LDH / ADA / muccina
/ ácido láctico / complemento / lípidos/ enzimas.
B. Microbiología: Gram / cultivo (valorar estudio para Micobacterias; hongos; gonococo).
C. Anatomía Patológica: citología y estudio de microcristales (urato; pirofosfato).
Complicaciones
● Artritis infecciosa yatrógena.
● Hemartros.
TORACOCENTESIS
Definición: punción transtorácica para la evacuación de líquido pleural.
Indicaciones
Diagnóstica ante la sospecha de:
● Origen infeccioso - empiema.
● Derrame neoplásico.
● Hemotórax.
● Rotura esofágica.
Terapéutica:
● Compromiso clínico o gasométrico por derrame pleural.
● Neumotórax a tensión (temporal).
Posibles contraindicaciones
● Alteración importante de la hemostasia: actividad de protombina <50%, plaquetas
<50.000.
● Infección de la pared torácica (zoster torácico / pioderma).
● Colección de líquido menor de 10 mm. en la Rx. en decúbito ipsilateral.
Material
● Guantes estériles. ● Jeringa de 10 ml.
● Apósitos estériles. ● Jeringa de gasometría.
● Paño fenestrado estéril. ● Abbocath 16-18G.
● Apósito oclusivo. ● Aguja intramuscular.
● Anestésico local (mepivacaína al 1%). ● Tubos estériles de muestras y frascos
● Antiséptico de piel (povidona yodada). para cultivos.
70
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Técnica:
1° Coger vía venosa periférica y
monitorizar la frecuencia car-
díaca y la saturación de oxígeno.
2° Localizar el derrame: mediante
Rx. de tórax, por percusión
(matidez) y/o auscultación
(murmullo vesicular abolido).
3° Posición del paciente: sentado
en el borde de la camilla, lige-
ramente inclinado hacia delan-
te, con los brazos apoyados en
una mesa auxiliar.
4° Usando guantes estériles, colo-
car paño estéril y con gasa es-
téril, aplicar solución antisépti-
ca sobre la piel. Se aplicará en espiral, desde el punto de punción hacia fuera
por 3 veces.
Determinaciones
A. Bioquímica: recuento celular y fórmula / proteínas / glucosa (en jeringa heparinizada)
y electivamente: amilasa / ADA / colesterol-TG / LDH / complemento / pH.
B. Microbiología: Gram / cultivo (jeringa cerrada sin aire para anaerobios).
Ziehl, Lowestein/hongos (tubo sin heparina).
C. Anatomía patológica: citología. Papanicolau.
Complicaciones
● Hemotórax, hidroneumotórax.
● Hematoma parietal.
● Pleuritis.
● Edema agudo de pulmón unilateral o edema ex-vacuo.
● Cuadro vaso-vagal.
● Punción de hígado o bazo.
● Embolia grasa.
● Rotura intrapleural del catéter.
● Tos.
● Dolor local.
PUNCIÓN LUMBAR
Definición: es la obtención del LCR de la médula espinal tras la punción en el espa-
cio L3-L4 o L4-L5.
Indicaciones
● "Siempre que se piense en ella".
● Sospecha de infección del SNC (meningitis y/o encefalitis).
● Sospecha de hemorragia subaracnoidea (sin focalidad y con TAC normal).
● Otras: Guillain Barré, hipertensión intracraneal benigna, carcinomatosis meníngea,
etc.
Posibles contraindicaciones
● Infección de la zona de la punción.
● Sospecha de hipertensión intracraneal y/o lesiones intracraneales que produzcan co-
nos de presión o déficits neurológicos focales (riesgo de herniación cerebral).
● Alteraciones de la coagulación o diátesis hemorrágica:
Quick < 60 %, plaquetas < 50.000.
● Sospecha de compresión medular espinal.
Material
● Paños fenestrados, guantes y apósitos estériles.
● Anestésico local (mepivacaína al 1%).
● Apósito oclusivo.
● Antiséptico local (povidona yodada).
● Trócar estandar 90 mm largo y del 18-22 G (existen otros según las características del
enfermo: más gruesos, mayor longitud, etc).
● Tubos estériles de muestras.
● Manómetro o dispositivo para medir la presión de apertura.
72
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Técnica:
1°. Informar al enfermo del pro-
cedimiento y solicitar consenti-
miento informado.
2°. Posición del enfermo: "tumba-
do", en decúbito lateral izquier-
do (si el médico es diestro), en
el borde de la cama cercano al
médico, con flexión de las EEII
sobre el abdomen y flexión an-
terior de la cabeza y cuello
("posición fetal"), el hombro y
la cadera deben estar alinea-
dos. Alternativa: "sentado", en
el borde de la cama lejano al
médico con las piernas colgan-
do, brazos apoyados en una
almohada o dejando colgar los
brazos hacia delante y flexio-
nando ligeramente la cabeza.
3°. Lugar de la punción: en el punto de intersección de una línea imaginaria entre
ambas espinas ilíacas anterosuperiores y el eje de la columna vertebral que co-
rrespondería al espacio interespinoso L3-L4 donde hay menos riesgo de puncio-
nar la médula. También se podría hacer en los espacios L2-L3 o L4-L5.
4°. Aplicar de forma circular solución antiséptica sobre la piel.
5°. Tras excluir alergia al anestésico, se puede infiltrar la zona con mepivacaína al 1%.
6°. Introducir el trocar, con el bisel en dirección cefálica, paralelo al eje de la cama
en dirección "hacia el ombligo" con un ángulo 15-30°. Avanzar de forma lenta
y continua, al notar una "resistencia" (tras atravesar el ligamento amarillo) retirar
el fiador y podremos observar:
1. Que sale LCR; se acopla el manómetro y se obtienen las muestras necesarias.
2. Si el LCR sale con dificultad, girar el trócar (desobstrucción de su entrada).
73
CAPÍTULO 7
3. Si no sale LCR o punción ósea: retirar trócar hasta zona subcutánea y elegir
nueva dirección.
4. Si confirmo una presión de apertura muy elevada: nunca se retirará el fiador
del todo. Se obtendrá la mínima cantidad LCR necesaria para las muestras.
Se vigilará estrictamente y si se produce deterioro (herniación cerebral), se so-
licita ayuda urgente a neurocirugía, posición Trendelemburg y administrar
manitol al 20%, frasco de 250 ml, en 20-30 minutos.
7°. Retirar el trócar con el fiador puesto y aplicar un apósito estéril.
8°. Cuidados post-punción:
- Reposo durante al menos 2 horas.
- Hidratación adecuada.
- Vigilancia de complicaciones.
Determinaciones
A. BIOQUÍMICA-HEMATOLOGÍA (2-4 cc, 10-20 gotas):
– Recuento celular y fórmula (PMN, MN, hematíes).
– Glucosa (con glucemia capilar simultánea).
– Proteínas.
– Si se sospecha hemorragia subaracnoidea se solicitará específicamente Xantocromía.
B. MICROBIOLOGÍA (2-8 cc), según sospecha clínica:
Gram, Ziehl, cultivo para bacterias, anaerobios, Micobacterias y hongos, Antígenos
capsulares (neumococos, meningococo, H. influenzae), Tinta china y antígeno cripto-
cócico, PCR (virus-herpes, VIH, Micobacterias), Rosa de Bengala, VDRL,etc.
C. ANATOMÍA PATOLÓGICA: Si sospecha de carcinomatosis meníngea.
Complicaciones
● Cefalea y meningismo postpunción. Puede surgir horas o hasta semanas tras PL.
Se trata con reposo, analgésicos, relajantes e ingestión hídrica.
● Hematomas o hemorragias locales.
● Infección trayecto de la aguja.
● Dolor lumbar o radicular. Parestesias en EEII.
● Herniación cerebral o enclavamiento amigdalar. (Fatal en la mayoría de los casos,
pero si se hace una PL correcta el riesgo es menor de 0.2-0.3%).
LAVADO PERITONEAL
Técnica:
1. Descomprimir la vejiga urinaria introduciendo una sonda vesical.
2. Preparar el abdomen desinfectando con un antiséptico. Limitar la zona con paños es-
tériles.
3. Aplicar una pequeña cantidad de anestésico local (Mepivacaína 1%) en el punto de
inserción en la línea media abdominal, a un tercio de distancia de la línea imagina-
ria que une el ombligo con la sínfisis del pubis.
4. Realizar una incisión en la piel y planos profundos con cuidado. Ejercer tracción as-
cendentemente con pinzas desde la aponeurosis.
5. Introducir una sonda de diálisis en la cavidad peritoneal y aspirar. Si se extraen más
de 20 ml de sangre no coagulada se finaliza el lavado peritoneal. Si no se obtiene
74
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Posibles Complicaciones
● Pacientes sometidos a múltiples operaciones abdominales por las posibles adheren-
cias en intestino delgado que lo anclan a la pared abdominal anterior y que dismi-
nuyen la seguridad de la prueba.
● Infección de la zona de la punción.
● Alteraciones de la coagulación o diátesis hemorrágica:
Quick < %50 %, plaquetas < 50.000.
MASCARILLA LARÍNGEA
La mascarilla laríngea (ML) es un dispositivo de reciente aparición que permite man-
tener una zona sellada alrededor de la entrada laríngea para la ventilación espontá-
nea y la ventilación controlada con niveles moderados de presión positiva. La ML no
puede utilizarse con el individuo consciente en urgencias debido a que requiere una
anestesia adecuada.
Colocación de la ML
1. Anestesiar al paciente.
2. Lubricar el manguito e insertar la ML de tamaño adecuado por la boca con la
apertura hacia la base de la lengua.
3. Desplazar la ML hacia abajo hasta encontrar resistencia. Entonces, inflar el mangui-
to. La resistencia indica que el manguito ha llegado al esfínter esofágico superior.
4. Comprobar mediante auscultación y visualización del movimiento del aire que el
manguito está colocado adecuadamente y no ha provocado obstrucción por des-
plazamiento de la epiglotis hacia abajo.
Indicación de la ML
- Establecimiento de una vía aérea en urgencias en situaciones difíciles para la intu-
bación orotraqueal.
Contraindicaciones y complicaciones
La ML está contraindicada en los pacientes en los que exista un riesgo elevado de as-
piración.
75
CAPÍTULO 7
PULSIOXIMETRÍA
El pulsioxímetro mide la saturación de O2 arterial utilizando una sonda que se pinza
en un dedo del paciente. El dispositivo mide la absorción de dos longitudes de onda
luminosas por la hemoglobina en la sangre arterial cutánea pulsátil. Se ha de tener
en cuenta que la saturación de O2 puede ser alterada por distintos factores como
temperatura, pH y la concentración eritrocitaria de 2,3-difosfoglicerato. Además, de-
bido a que la curva de disociación de la oxihemoglobina se vuelve relativamente pla-
na por encima de una PaO2 de 60 mm Hg el pulsioxímetro es relativamente insensi-
ble a variaciones por encima de ese nivel. La disminución de la perfusión cutánea en
situaciones de bajo gasto cardíaco o en la utilización de vasoconstrictores provocan
que la señal del oxímetro sea menos precisa o difícil de obtener. La presencia de otros
76
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
VENTILACIÓN MECÁNICA
La indicación principal de la ventilación mecánica es la insuficiencia respiratoria (IR)
que puede ser dividida en dos grandes grupos: IR hipoxémica e IR hipercápnica.
▲ IR hipoxémica: se caracteriza por presentar una saturación de O2 arterial < 90%
a pesar de una fracción inspirada de O2 > 0.6 ocasionado por un desajuste ven-
tilación/perfusión (V/Q) y cortocircuito. Está provocada por enfermedades pul-
monares como la neumonía grave, el edema pulmonar, la hemorragia pulmonar
y el síndrome de dificultad respiratoria.
▲ IR hipercápnica: Se debe a un descenso de la ventilación por minuto o un aumen-
to del espacio fisiológico muerto con una ventilación alveolar inadecuada para
cubrir las demandas metabólicas a pesar de una ventilación minuto adecuada. En
este grupo se incluyen las enfermedades neuromusculares y las enfermedades que
provocan fatiga en la musculatura respiratoria por aumento de carga de trabajo
(asma, EPOC). La IR hipercápnica aguda se caracteriza por valores de PCO2 ar-
terial > 50 mm Hg y un pH arterial > 7,30.
Tipos de ventilación mecánica
- Los respiradores modernos funcionan proporcionando gas templado y humidifica-
do a la entrada de las vías respiratorias según parámetros específicos de volumen,
presión y tiempo. El inspirador sirve de fuente de energía para la inspiración y sus-
tituye a los músculos del diafragma y la pared torácica. La espiración es pasiva, im-
pulsada por la retracción de los pulmones y de la pared torácica. Al terminar la ins-
piración, el circuito de ventilación interno ventila el aire a presión atmosférica o a
un nivel determinado de presión positiva espiratoria final (PEEP).
77
CAPÍTULO 7
● Nivel trigger
INFUSIÓN INTRAÓSEA
Indicación:
Niño de 6 años o menos de edad en quien es imposible establecer acceso venoso
después de dos intentos. Constituye una medida temporal mientras se obtiene otro ac-
ceso venoso. No debe intentarse en sitios distales a una fractura. Es excepcional su uti-
lización en adultos donde, en caso de no ser posible la canalización de una vía veno-
sa central o periférica, será preferible la instilación de fármacos por vía endotraqueal.
Lugar:
El sitio de primera elección es la tibia, pero en casos de fractura de ésta puede utili-
zarse el tercio inferior del fémur a tres centímetros por encima del cóndilo externo,
anterior a la línea media.
Técnica:
Siempre que sea posible, debe utilizarse técnica estéril con previo lavado de manos.
Sin embargo, durante la resucitación, el acceso vascular debe obtenerse lo más pron-
to posible. Deben de ser tomadas las precauciones universales de bioseguridad.
1. Localizar el sitio de canulación. Se identifica por palpación la tuberosidad ante-
rior de la tibia; el sitio de canulación se encuentra entre 1 a 3 cm por debajo de
la tuberosidad en la superficie medial de la tibia, aproximadamente 1 dedo por
debajo y medial a la tuberosidad. En este sitio la tibia se encuentra justo por de-
bajo de la superficie de la piel.
2. Lavado de manos.
3. Uso de guantes.
4. Limpie la piel en el sitio de inserción con solución antiséptica.
5. Revisar la aguja y asegurar la correcta alineación de los biseles de la aguja ex-
terna y del estilete interno.
6. Sostener el muslo y la rodilla por encima y lateral al sitio de inserción con la pal-
ma de la mano no dominante. Con los dedos estabilizar la rodilla. Evitar que la
mano se encuentre por detrás del sitio de inserción. La pierna debe estar apoya-
da sobre una superficie firme.
7. Palpar los marcadores e identificar nuevamente la porción plana de la tibia justo
por debajo y medial a la tuberosidad tibial.
8. Insertar la aguja a través de la piel sobre la superficie plana anteromedial de la
tibia que ya ha sido previamente identificada.
9. Avanzar la aguja a través de la corteza ósea de la tibia proximal, dirigiendo la agu-
ja perpendicular (90 °) al eje mayor del hueso o ligeramente caudal (60° hacia los
dedos), para evitar la placa epifisiaria, usando un movimiento firme de rotación.
10. Detener el avance al notar una pérdida súbita en la resistencia. Esta disminución
en la resistencia indica la entrada en la cavidad de la médula ósea. En este mo-
mento es posible aspirar médula ósea. Toda aspiración de médula ósea debe ser
seguida de irrigación para prevenir la obstrucción de la aguja.
11. Desatornillar el seguro y remover el estilete de la aguja.
12. Estabilizar la aguja intraósea e inyectar lentamente 10 mL de solución salina nor-
mal. Buscar signos de aumento de resistencia a la inyección, aumento de la circun-
ferencia de los tejidos blandos de la pierna, o disminución en la firmeza del tejido.
13. Si la prueba de inyección es satisfactoria, desconectar la jeringa, evacuar el aire
de la venoclisis y conectarla a la aguja. Asegurar la aguja y la venoclisis con cin-
ta adhesiva y aplicar un apósito.
81
CAPÍTULO 7
El marcapasos es a menudo el tratamiento por excelencia para las personas que tie-
nen una condición cardíaca que hace que su corazón lata muy lentamente (bradi-
cardia) y, con menos frecuencia, también se puede utilizar para terminar con una fre-
cuencia cardíaca anormalmente rápida (taquicardia).
En la mayoría de los casos, el procedimiento para insertar un marcapasos lleva apro-
ximadamente una hora. El paciente permanece despierto durante dicho procedi-
miento y en todo momento se le administran analgésicos.
Complicaciones:
Las posibles complicaciones que se pueden presentar durante el procedimiento son:
Sangrado
Infección
Desprendimiento del pulmón (poco común)
Ritmo cardíaco anormal
Punción del corazón que ocasiona sangrado alrededor del mismo (raro)
CAPNOGRAFÍA
Es un aparato que mide simultáneamente la ETCO2, la FICO2 y la Frecuencia Respi-
ratoria.
Tiene la ventaja de que es fácil de usar, es portátil, es autocalibrable y se puede uti-
lizar en adultos, niños e incluso en neonatos.
DESOBSTRUCCIÓN RESPIRATORIA
La aspiración de un objeto, su alojamiento en la laringe, tráquea, o bronquios cons-
tituye una situación que puede ocasionar graves problemas y derivar en una amena-
za seria de muerte. La extracción debe de ser realizada lo antes posible para mini-
mizar el peligro de aspiración y evitar la posible necrosis tisular local.
La incidencia del problema se presenta en edades tempranas, generalmente por debajo
de los 5 años, con predominio en varones. La mayor parte de los episodios de atragan-
tamiento ocurren durante la ingesta. La localización más habitual es el bronquio princi-
pal derecho y el cuerpo extraño suele ser de origen vegetal, seguido de metálicos, plás-
ticos y otros restos alimenticios. La mortalidad se cifra en un 0,9%, aunque el
ahogamiento por cuerpo extraño representa el 40% de las muertes accidentales en me-
nores de un año, la prevalencia de encefalopatía hipóxica secundaria a la broncoaspi-
ración es muy elevada también. En la mayoría de los casos, el cuerpo extraño se expul-
sa rápidamente por medio del reflejo tusígeno y de los esfuerzos respiratorios, pero si la
tos no consigue eliminarlo, y éste se ancla en cualquier punto del árbol respiratorio, pro-
vocará desde insuficiencia respiratoria severa hasta atelectasias, neumonías y abscesos.
Clínica
Está condicionada por el tamaño del cuerpo extraño, la localización, la composición,
el grado de obstrucción que produce y por el tiempo de permanencia en el árbol res-
piratorio. El periodo inmediato postaspiración, se caracteriza por la presencia de los
siguientes síntomas: tos súbita, violenta, con asfixia, cianosis, ahogo, estridor y sibi-
lancias. La mayor parte de las veces el material aspirado se expulsa en ese momen-
to gracias al reflejo tusígeno. Si la tos no es eficaz y no consigue eliminarlo, son ne-
cesarias maniobras de actuación médica urgente.
Cuerpo extraño laríngeo
Es la localización menos frecuente (2-12%) salvo en los menores de 1 año. Si el ta-
maño del material es lo suficientemente grande como para originar una obstrucción
completa, provocará dificultad respiratoria, cianosis e incluso la muerte, tratándose,
84
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
pues, de una urgencia vital. Si la obstrucción es parcial producirá estridor, afonía, tos
crupal, odinofagia y disnea.
Cuerpo extraño traqueal
Alrededor del 7% se localizan en este lugar. La tos, el estridor y la sofocación son sín-
tomas habituales. Es característico el choque o golpe audible y palpable producido
por la detención momentánea de la espiración a nivel subglótico. La incidencia de
complicaciones en el grupo de cuerpos extraños laringotraqueales es 4-5 veces ma-
yor que el resto.
Cuerpo extraño bronquial
Es la localización más frecuente (80%), con predominio del bronquio principal dere-
cho. La tos y las sibilancias son los síntomas más frecuentes, aunque pueden variar en
función del grado de obstrucción: si es leve puede evidenciarse alguna sibilancia; si
la obstrucción es mayor, producirá enfisema al impedir la salida del aire. Si es com-
pleta, impidiendo la entrada y la salida de aire, producirá una atelectasia.
Diagnóstico
Historia clínica: pone de manifiesto un episodio de tos súbita y disnea.
Exploración clínica: puede ser completamente normal entre un 5% y un 20-40% de
los casos. En la mayoría de los casos se pueden observar signos de obstrucción a la
auscultación como la disminución o ausencia del murmullo vesicular en algún seg-
mento, lóbulo o en todo el pulmón, así como sibilancias. La auscultación pulmonar es
un elemento diagnóstico de gran sensibilidad (90%) aunque de baja especificidad.
Radiología. Baja sensibilidad, con un 16% de falsos negativos, pero siempre se debe
realizar una radiografía ante la sospecha de aspiración de un cuerpo extraño. Gene-
ralmente el material aspirado suele ser radiolucente, pero la existencia de cuerpos ex-
traños radiopacos (7- 10%) es patognomónica de aspiración en las vías respiratorias.
Si está situado en la laringe, es posible descubrirlo con una radiografía anteroposterior
y lateral. Los hallazgos radiológicos suelen ser variables mostrando bien atrapamiento
aéreo, lo más frecuente, o bien atelectasias. También pueden apreciarse neumotórax y
neumomediastino. En algunos casos (17-25%) la radiografía es completamente normal.
Tratamiento
En general el momento de la aspiración-atragantamiento no suele ser observado por el
médico sino por algún familiar próximo. Es muy conveniente que la secuencia de ac-
tuación básica se ponga en marcha rápidamente ya que ello puede contribuir a supe-
rar un evento potencialmente mortal. La actuación va a ser diferente en función del gra-
do de obstrucción de las vías respiratorias. Hay que mantener una actitud de vigilancia
estrecha, sin intervenir salvo para animar al niño a toser. Nunca se debe realizar un ba-
rrido digital a ciegas. Únicamente, y sólo si el objeto es visible, se intentará su extrac-
ción con muchísimo cuidado evitando que se desplace hacia abajo. La maniobra de
gancho o las pinzas de Magill pueden permitir la extracción del cuerpo extraño. Si la
tos y los esfuerzos respiratorios del niño son ineficaces, con una cianosis progresiva y
con escaso o nulo intercambio aéreo, se deben iniciar las maniobras de desobstrucción.
Éstas son de tres tipos (golpes en la espalda, golpes-compresiones torácicas y compre-
siones abdominales) y la elección de una de ellas dependerá de la edad del paciente
- Desobstrucción en menores de 1 año. Colocar al lactante en decúbito prono, apo-
yándolo sobre el antebrazo, sujetándolo firmemente por la mandíbula, y con los de-
dos pulgar e índice, mantener la cabeza ligeramente extendida, procurando que es-
té en posición más baja que el tronco. Golpear cinco veces con el talón de la otra
85
CAPÍTULO 7
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Díaz Castellanos MA, Cantalapiedra Santiago JA, Ruiz Bailén M, Fierro Rosón LJ, Cárdenas
Cruz A, Ramos Cuadra JA. Asistencia respiratoria y circulatoria avanzadas. En: Ruano Mar-
co M, editor. Manual de soporte avanzado. Consejo español de RCP. 2ª ed. Barcelona: Mas-
son; 1999. p. 49-59.
▲ De Latorre Arteche FJ, Fernández López MA. Tratamiento farmacológico y vías de adminis-
tración. En: Ruano Marco M, editor. Manual de soporte avanzado. Consejo español de RCP.
2ª ed. Barcelona: Masson; 1999. p. 79-85.
▲ Caballero Cubedo R. Técnicas y monitorización en Medicina Intensiva. En: Sánchez-Izquier-
do Riera JA, Senifar SL, editores: Guía Práctica de Cuidados Intensivos. Madrid: editorial;
1996. p.15-56.
▲ Coto López A, Medina Asensio J. Técnicas instrumentales en Medicina de Urgencias. En: Me-
dina Asensio J, editor. Manual de Urgencias Médicas H. 12º de Octubre. 2ª ed. Madrid:
Díaz Santos; 1996. p. 763-779.
▲ Moya Mir MS, editor. Manual de habilidades para Práctica Clínica. Madrid: MSD; 1999.
▲ García Gil D, editor. Manual de urgencias. Cádiz: Roche-Farma; 2000.
▲ Iserson KV, Criss E.Intraosseous Infusions: A usable Technique.American Journal of Emer-
gency Medicine.Vol 4(6):540-542.November,1986.
▲ Sawyer RW, Bodai BI, Blaisdell FW, McCourt MM. The current status of intraosseous infusion.
Journal of the American College of Surgeons.Vol 179:353-360.September,1994
87
CAPÍTULO 8
Capítulo 8
INTERPRETACIÓN DEL ELECTROCARDIOGRAMA
EN URGENCIAS
E. Refoyo Salicio - A. Julián Jiménez - L. Rodríguez Padial
INTRODUCCIÓN
El electrocardiograma (ECG), representación gráfica de la actividad eléctrica del co-
razón, va a tener la finalidad de proporcionar datos que sirvan de soporte al diag-
nóstico; en algunos casos, como en la presencia de arritmias o enfermedad corona-
ria, la información que aporta es esencial para el diagnóstico y tratamiento del
paciente.
La rentabilidad diagnóstica, la inocuidad y el escaso coste de esta técnica han hecho
de ella un instrumento básico en el Servicio de Urgencias para el estudio cardiovas-
cular de todo paciente. En este capítulo presentaremos la información necesaria pa-
ra interpretar el electrocardiograma, así como los hallazgos más frecuentemente ob-
servados en Urgencias. En otros capítulos se tratarán más extensamente la utilidad del
ECG en el manejo de las arritmias y de la enfermedad coronaria (ver capítulos 19,
21 y 22).
En este capítulo encontrarán dibujos y esquemas reproducidos del libro: Curso básico de
electrocardiografía. Ediciones Jarpyo. 1999 por cortesía de D. L. Rodríguez Radial.
Figura 8.2
Registro
El electrocardiógrafo utiliza un papel milime-
trado que facilita la realización de las medicio- Figura 8.3
nes de tiempo y amplitud. De forma rutinaria
siempre debemos confirmar que la calibración
sea correcta tanto en velocidad de papel como
en voltaje o amplitud:
• Velocidad de papel → 25mm/sg
Cuadro pequeño → 1mm = 0.04 sg
Cuadro grande → 5mm = 0.2 sg
5 cuadros grandes → 25mm = 1sg
• Voltaje o amplitud (en sentido vertical)
-1mV → 10mm (2 cuadrados grandes)
89
CAPÍTULO 8
ALTERACIONES DE LA REPOLARIZACIÓN
Las alteraciones de la repolarización definidas por cambios en la onda T y el seg-
mento ST pueden aparecer en multitud de procesos patológicos, con especial papel
dentro del los Síndromes coronarios agudos, donde guardan relación con el grado
de isquemia coronaria. Así se diagnostica de isquemia, lesión y necrosis, según exis-
tan cambios respectivamente en la onda T, segmento ST y presencia de onda Q. (Ver
capítulo 19: SCA).
Pueden existir cambios primarios cuando la repolarización está afectada sin cambios
en la despolarización, o secundarios cuando la alteración de la repolarización es
producida por una secuencia anormal de despolarización.
• Segmento ST: Se consideran cambios significativos del ST (ascenso o des-
censo) → Si son > 1 mm.
95
CAPÍTULO 8
BIBLIOGRAFÍA
▲ Rodríguez Padial, L. Curso básico de electrocardiografía. Ediciones Jarpyo, Madrid 1999
▲ Bayés de Luna, A. Tratado de electrocardiografía clínica. Científico médica, Barcelona 1988
▲ Fuertes García, A. EKG. Guía práctica de interpretación. AstraZeneca. 5ª edición, Madrid
2003
▲ Marriot HJL. EKG. Análisis e interpretación. Williams and Wilkins, Baltimore, 1987.
97
CAPÍTULO 9
Capítulo 9
INTERPRETACIÓN DE LAS RADIOGRAFÍAS
DE TÓRAX Y ABDOMEN EN URGENCIAS
S. Callejas Pérez - M.C. Ruiz Yagüe - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
A pesar del surgimiento de otras exploraciones complementarias más sofisticadas, la
radiografía simple sigue siendo la prueba de imagen por excelencia en el Servicio de
Urgencias. Por ello, es necesario el conocimiento básico de sus indicaciones, su co-
rrecta interpretación y sus limitaciones, así como su uso racional para no someter al
paciente a riesgos innecesarios y disminuir el gasto sanitario.
Debemos recordar siempre, que como toda prueba complementaria, debe ser valora-
da en el contexto de la historia clínica del paciente, ya que los datos que nos aporte
nos ayudarán a llegar al diagnóstico correcto.
RADIOGRAFÍA DE TÓRAX
▲ PROYECCIONES RADIOLÓGICAS
La radiografía de tórax se realiza básicamente en dos proyecciones: posteroante-
rior (PA) y lateral izquierda (L) con el paciente en bipedestación y en inspiración
máxima.
Cuando la situación clínica del paciente no permite la bipedestación se realiza una
proyección anteroposterior (AP) en decúbito, caracterizándose porque magnifica
en un 20% el índice cardiotorácico y el flujo vascular se realiza hacia los vasos pul-
monares superiores.
Existen proyecciones complementarias como PA en inspiración y espiración forza-
da indicado ante la sospecha de patología diafragmática, neumotórax o enfisema
obstructivo producido por la aspiración de cuerpos extraños; proyección lordótica
donde se visualiza mejor los vértices pulmonares y mejor definición del lóbulo me-
dio y de la língula o proyección en decúbito lateral con rayo horizontal utilizado
para detectar pequeños derrames pleurales valorando su movilidad.
▲ CALIDAD TÉCNICA DE LA RADIOGRAFÍA
Para que una radiografía de tórax PA esté correctamente realizada debe:
● Estar centrada, con las clavículas equidistantes del esternón, posición media de
apófisis espinosas vertebrales y una densidad pulmonar similar entre ambos
pulmones a excepción de la existencia a estos niveles de patología.
● Tener adecuada penetración. Se deben ver los vasos pulmonares, silueta car-
diaca, los cuerpos vertebrales y la aorta descendente.
● Estar realizada en inspiración, donde la cúpula diafragmática derecha debe es-
tar a la altura del 6° arco costal anterior o del 10° posterior.
▲ DENSIDADES RADIOLÓGICAS
Existen cuatro densidades radiológicas básicas. Así en una radiografía de tó-
rax puede observarse la densidad aire del pulmón, densidad agua de la silue-
98
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ SISTEMÁTICA DE LECTURA
Debemos ser muy rigurosos a la hora de leer una radiografía de tórax y seguir una
sistemática que hará que analicemos secuencialmente y por este orden: partes
blandas, el hueso, el parénquima pulmonar, pleura, mediastino, hilios y corazón
con la aorta.
De este modo nunca se nos pasará por alto ningún detalle fundamental para el
diagnóstico de nuestro paciente.
Partes blandas:
1. Músculos y tejido graso que configura la pared torácica (simetría de las mamas,
axilas, probable enfisema subcutáneo, cuerpos extraños, etc).
2. Diafragma que debe verse como una sombra lineal de convexidad superior,
donde la cúpula derecha está a la altura del 6° arco costal anterior y el iz-
quierdo, un espacio intercostal más abajo (de ahí que encontrarnos una cú-
pula más elevada que la otra nos hará pensar en patología a ese nivel). Son
frecuentes las lobulaciones como variante anatómica de la normalidad. Re-
cordemos que en la Rx lateral el diafragma izquierdo es el que pierde su con-
tinuidad en el tercio anterior por su contacto con el corazón y su relación con
la burbuja gástrica.
Hueso:
Observar los arcos costales, la cintura escápulohumeral, articulación esternoclavi-
cular, el esternón y la columna vertebral, valorando imágenes blásticas o líticas,
signos degenerativos, líneas de fractura, etc.
Parénquima pulmonar:
En una radiografía normal, la densidad pulmonar es mayor en las bases que en
los vértices por la superposición de partes blandas (sobre todo en las mujeres).
La tráquea se ve como una columna de aire central, con un ligero desplazamien-
to a la derecha a la altura de la aorta.
Observaremos los bronquios principales, siendo el derecho más vertical y el iz-
quierdo más largo.
Los tres lóbulos pulmonares derechos y los dos izquierdos están separados por ci-
suras que no se ven, sino existe patología a ese nivel. La cisura mayor u oblicua
se dibuja en la proyección lateral y la menor u horizontal en ambas proyecciones
del pulmón derecho.
Pleura:
No es visible, a excepción de las cisuras mayor y menor antes citadas.
Mediastino:
En él podemos distinguir:
1. Compartimento anterior: engloba timo, tiroides ectópico, ganglios linfáticos, ar-
terias-venas mamarias internas, pericardio, corazón y aorta ascendente.
2. Compartimiento medio: contiene tráquea, bronquios principales, hilio, cayado
aórtico, aorta descendente, troncos supraaórticos, vena ácigos y esófago.
99
CAPÍTULO 9
HEMITÓRAX DERECHO
Segmento apical del lóbulo superior Segmento interno del lóbulo medio
HEMITÓRAX IZQUIERDO
Segmento ápico-post del lóbulo superior Segmento anterior del lóbulo superior
105
CAPÍTULO 9
TUBERCULOSIS
La primoinfección se puede presentar como aumento de densidad sobre todo en
lóbulos superiores y regresión desde la perifería al centro. Debemos buscar el
complejo de Ghon y las adenopatías son más frecuentes en el grupo traqueo-
bronquial derecho.
Puede existir afectación pleural unilateral, sobre todo en adultos jóvenes.
Va a ser una de las causas más frecuentes de patrón intersticial micronodular (TBC
MILIAR), múltiples cavidades de pared gruesa en lóbulos superiores (TBC antigua).
Ver figuras 9.6 y 9.7
106
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ENFISEMA PULMONAR
– Densidad pulmonar disminuida.
– Diafragmas aplanados y descendidos.
– Espacios intercostales aumentados, así como el aire retroesternal en la Rx late-
ral (aumentando el diámetro anteroposterior del tórax).
– Corazón estrecho y verticalizado.
TROMBOEMBOLISMO PULMONAR
La radiografía con frecuencia es normal y cuando existen hallazgos son inespecí-
ficos (condensación alveolar en forma de cuña basal denominada "joroba de
Hampton", atelectasias basales o pérdida de volumen en área infartada).
107
CAPÍTULO 9
CONTUSIÓN PULMONAR
Como consecuencia de múltiples roturas del parénquima pulmonar aparece san-
grado en el tejido intersticial y en los espacios aéreos. La imagen radiológica es
de condensación pulmonar indistinguible de la imagen de una neumonía. Se de-
tecta en las primeras 8 h tras el traumatismo y desaparece a la semana del mismo.
Si tenemos duda para identificar si realmente es líquido o no, podremos hacer una
placa en decúbito lateral con rayo horizontal y ver el líquido desplazarse hacia la
zona más declive.
Existe el llamado "tumor evanescente" correspondiente al derrame cisural encap-
sulado.
NEUMOTÓRAX
▲ PATOLOGÍA MEDIASTÍNICA
NEUMOMEDIASTINO
Se puede ver como imágenes lineales aéreas localizadas a lo largo de la silueta
cardíaca, aorta, vasos supraaórticos, cava, arterias pulmonares y corazón o bien
como aire retroesternal que rodea al timo.
▲ PATOLOGÍA DIAFRAGMÁTICA
HERNIA DE HIATO
Se origina la imagen de masa retrocardíaca con nivel hidroaéreo al provocar un
desplazamiento de la cámara gástrica.
ROTURA DIAFRAGMÁTICA
Se sospecha cuando se identifica en la placa de tórax, estructuras abdominales co-
mo el estómago o el intestino.
109
CAPÍTULO 9
▲ SISTEMÁTICA DE LECTURA
Debemos, como en el tórax, seguir una sistemática rigurosa para interpretar las
radiografías correctamente.
Hueso:
Podemos observar las últimas vértebras dorsales, columna lumbosacra, últimas
costillas, pelvis, articulación sacroilíacas y extremos proximales de ambos fémures.
Debemos buscar cambios en el tamaño, densidad, fracturas o luxaciones que nos
den datos para descubrir tanto enfermedades sistémicas como el mieloma, metás-
tasis (blásticas o líticas) o espondilitis anquilopoyética como alteraciones óseas.
El reconocimiento de fracturas en los últimos arcos costales es importante por su
asociación con lesiones de hígado y bazo tras un traumatismo.
Calcificaciones abdominales:
– Cálculos biliares radiopacos. Se observa como un anillo externo calcificado que
rodea una zona más radiotransparente. El cálculo puede estar en vesícula biliar
(colelitiasis), en colédoco (coledocolitiasis) o en asa intestinal por la existencia de
fístula biliodigestiva acompañada de aerobilia y signos de obstrucción intestinal
(íleo biliar).
– Vesícula en porcelana. Calcificación de la vesícula biliar.
– Calcificaciones pancreáticas. Pequeñas imágenes cálcicas, numerosas e irregu-
lares generalmente secundarias a pancreatitis crónicas.
– Calcificaciones hepáticas. Los granulomas, generalmente tuberculosos, son cal-
cificaciones múltiples y pequeñas. Los quistes hidatídicos suelen ser mayores,
ovales o circulares y calcificados en su perifería.
– Calcificaciones genitourinarias. Las calcificaciones pueden aparecer a cualquier
nivel desde el riñón a vejiga (litiasis). En la mujer pueden ser calcificaciones gi-
necológicas (miomas uterinos como calcificaciones moteadas).
– Calcificaciones vasculares. Son muy frecuentes las calcificaciones de los vasos
como la aorta o las ilíacas. Los flebolitos son trombosis venosas calcificadas,
imágenes redondeadas en las zonas laterales de la pelvis.
– Adenopatías calcificadas. Las adenopatías mesentéricas y retroperitoneales sue-
len ser de origen tuberculoso de formas amorfas y moteadas.
– Otras calcificaciones. Granulomas, parásitos (cisticercosis), liponecrosis provo-
cadas por inyecciones intramusculares (imágenes redondeadas en el área glú-
tea, los oleomas) y los apendicolitos (cálculos que ocupan la luz del apéndice).
Líneas grasas y visceromegalias:
Estas corresponden a la interfase que se produce entre la densidad agua de las vísce-
ras o los músculos y la grasa que los rodea. Aportan información sobre la morfología
y tamaño de algunas vísceras, así como de la existencia de masas abdominales.
– Línea grasa del borde inferoexterno del hígado. El borde hepático se ve por el
contacto que existe entre el hígado y la grasa retroperitoneal. Lo que se obser-
va en la Rx de abdomen es el borde posterior del hígado (de ahí la discordan-
cia con la palpación). La hepatomegalia radiológica ocurre cuando la línea gra-
sa hepática sobrepasa la cresta ilíaca derecha.
– Línea grasa esplénica. Se corresponde con el polo inferior del bazo existiendo
esplenomegalia radiológica si éste rebasa el reborde costal izquierdo.
– Líneas grasas renales. Se ve la grasa perirrenal dibujando así el contorno re-
nal. Hay que tener en cuenta que el hilio renal se encuentra a la altura de L2
111
CAPÍTULO 9
siendo más alto el izquierdo. Valorar el tamaño y el contorno renal. Las glán-
dulas suprarrenales sólo se ven en la Rx si están aumentadas de tamaño, donde
el riñón correspondiente se desplaza hacia abajo y hacia afuera.
– Líneas grasas parietocólicas, properitoneales o líneas del flanco. Visibles a am-
bos lados del colon ascendente y descendente, inmediatamente por dentro de la
pared abdominal. Se borran cuando existe peritonitis o ascitis, líquido libre in-
traperitoneal.
– Líneas grasas de los músculos psoas. Corresponde al borde externo de este
músculo. Se desplaza o se borra cuando existe patología retroperitoneal.
– Líneas grasas de los músculos de la pelvis menor. Son las líneas de los múscu-
los que delimitan el suelo pélvico.
– Líneas grasas de la vejiga. Se ve el borde superior de la vejiga rodeado por la
grasa extraperitoneal con ello se puede valorar el tamaño (tener en cuenta la
existencia de un globo vesical) y procesos ginecológicos que borren o compri-
man ese contorno.
Masas abdominales
Son imágenes de densidad agua que producen desplazamiento o borramiento de
las líneas grasas de la vecindad. Hay que tener en cuenta que los procesos infla-
matorios borran las líneas y los procesos tumorales las desplazan primero y luego
las borran, siguiendo unos patrones característicos:
1. Las masas hepáticas desplazan la cámara gástrica hacia atrás y a la izquierda.
2. Los tumores uterinos y ováricos desplazan la vejiga hacia abajo y rechazan ha-
cia atrás el gas rectal.
3. Una masa pancreática desplaza el estómago hacia adelante.
Líquido libre intraperitoneal
– Inicialmente el líquido se acumula en las zonas más declives: pelvis, zonas pa-
rietocólicas y espacio subhepático. Se desplazan las asas intestinales y aumen-
ta la densidad a ambos lados de la vejiga.
– Cuando existe más líquido, se desplaza medialmente colon ascendente y des-
cendente, se borra el borde hepático.
– Si hay gran cantidad de líquido, como en la ascitis, existe una opacificación di-
fusa de todo el abdomen, abombamiento de las líneas grasas de los flancos, las
asas intestinales flotan en el líquido.
Distribución del aire abdominal
El aire se observa dentro del tracto gastrointestinal desde el estómago hasta el rec-
to y esto hará que el mismo sea más o menos visible.
Distribución anómala del aire en el tracto gastrointestinal (intraluminal)
La cantidad de aire intraluminal normal es muy variable pero debe mantenerse el
calibre de las asas y en la Rx en bipedestación no existen niveles hidroaéreos.
Las causas de distribución anormal que nos indica patología son:
- HERNIA INGUINAL.
Imagen aérea por debajo del borde superior del pubis, límite de la cavidad abdo-
minal.
112
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- DILATACIÓN GÁSTRICA
Existe gran cantidad de gas en el estómago con distensión de sus paredes y un ni-
vel hidroaéreo importante en bipedestación. Sus causas más frecuente son la gas-
troparesia del diabético o la estenosis de píloro.
OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
● Mecánica. Radiológicamente se observa:
– En el intestino delgado las asas dilatadas proximales a la obstrucción son de
localización central, donde se ven las válvulas conniventes. Si es el colon, la
localización es periférica, evidenciándose las haustras en el marco cólico.
– Ausencia de gas y contenido fecal en las asas distales a la obstrucción.
– Presencia de niveles hidroaéreos en las asas distendidas (si existe peristaltis-
mo de lucha da lugar a imágenes escalonadas de niveles). No se ven en las
Rx AP en decúbito.
– Los hallazgos radiológicos de la obstrucción del colon dependen del estado
de la válvula íleo cecal. Si la válvula ileocecal es competente, existe una dila-
tación de colon proximal a la obstrucción, sobre todo del ciego y si es in-
competente, habrá una mayor dilatación del intestino delgado.
– En las obstrucciones de colon muy distales se produce dilatación de todo el
marco cólico, de difícil diferenciación del íleo paralítico (si en la Rx lateral de
pelvis vemos la existencia de gas y/o heces en el recto será un íleo paralítico).
– Cuando la obstrucción es debida a un vólvulo de ciego o de sigma aparecen
dos signos característicos. Dependiendo si el asa volvulada se llena de aire, es
el signo del "grano de café" o de líquido, llamado signo del "pseudotumor".
● Íleo paralítico. Se observa en la radiografía:
– Retención de gran cantidad de gas y líquido en intestino delgado y colon, to-
das las asas dilatas incluso la cavidad gástrica.
– En Rx en bipedestación o en decúbito lateral se observan niveles hidroaéreos
alargados y simétricos.
– Si es secundario a un proceso inflamatorio se conoce como "asa centinela".
BIBLIOGRAFÍA
▲ Sánchez Álvarez-Pedrosa C., editor. Diagnóstico por imagen. Tratado de radiología clínica.
1ª ed., reimp. Madrid: Interamericana, McGraw-Hill, 1990.
▲ Felson B. Radiografía torácica. 2ª Ed.,corr. Madrid: científico médica, 1985.
▲ Sánchez R, Cano A, González J. Radiología del tubo digestivo. Atlas de hepatología y gas-
troenterología. Madrid: EMISA, 1985.
▲ Sobradillo V, Antoñana JM, Llorente JL, Peña JM. Interpretación radiológica pulmonar. La-
boratorio: Antibióticos Farma S.A.
▲ Sanglas Casanovas. Proyecciones radiológicas de segmentos y sus bronquios. Hospital de la
Sta Cruz y San Pablo de Barcelona. Laboratorio: BOI S.A. Madrid/Barcelona.
115
CAPÍTULO 10
Capítulo 10
INTERPRETACIÓN ANALÍTICA EN URGENCIAS
I. Barca Fernández - M.J. Gontán Gª Salamanca - C. Vélez Pérez
A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Las pruebas de laboratorio disponibles en el Servicio de Urgencias nos ayudan en la
búsqueda de un correcto diagnóstico, sin olvidar que ninguna de ellas tiene sensibi-
lidad ni especificidad del 100% y que, ante todo, la selección de las mismas estará
determinada previamente por la historia, exploración física, prevalencia de la enfer-
medad que se investiga y métodos disponibles en el Hospital.
Es importante saber que los valores de referencia representan datos estadísticos para
el 95% de la población, pero podemos encontrar valores en estos límites, pero eleva-
dos con respecto a los basales del paciente por lo cuál en determinadas circunstan-
cias se recomiendan pruebas seriadas.
Nunca debe pasarse por alto el efecto de los fármacos sobre los valores de las prue-
bas, así como las variaciones debidas a la edad y saber que un resultado negativo
no descarta necesariamente un diagnóstico clínico.
Recordar que son signos de alarma en el paciente con anemia una Hb<7 g/dl,
presencia de síntomas (disnea, taquicardia en reposo, angor, ortostatismo) y en-
fermedad cardiovascular de base.
▲ LEUCOCITOS
Leucocitos: 4-10 x 1.000/mm3
Neutrófilos: 40-74%
Linfocitos: 19-48%
Monocitos. 3.4-9%
Eosinófilos: 0-7%
Basófilos: 0-1.5%
Neutrofilia (desviación a la izqda) RAN >8.000/mm3
Se utiliza el recuento absoluto de neutrófilos (RAN): (leucocitos totales x % neutró-
filos segmentados y bandas)
Infecciones agudas
Hemorragia aguda, hemólisis aguda
Enfermedades mieloproliferativas
Linfocitosis >4.000/mm3 en adultos, >7.200/mm3 en adolescentes, >9.000/mm3
en niños pequeños.
Linfocitosis fisiológica de la infancia
Infecciones: víricas, brucelosis, tuberculosis
Síndromes linfoproliferativos crónicos (LLC)
Monocitosis >10% del recuento absoluto, >500/mm3
La causa más frecuente son infecciones de evolución tórpida como endocarditis su-
baguda o micobacterias, así como la fase de recuperación de las neutropenias
Otras causas: Leucemia monocítica, protozoos (paludismo, leishmaniasis)
Eosinofilia >250/mm3
Enfermedades alérgicas
Parásitos
Procesos dermatológicos (eccema, pénfigo, dermatitis herpetiforme, psoriasis)
Fármacos (Ampicilina, cefalotina, cloxacilina, isoniacida, kanamicina, meticilina,
vancomicina, ácido nalidíxico, digital, sales de oro, hidantoínas, yoduros, clor-
promacina, estreptoquinasa, triamterene)
Síndrome hipereosinofílico. Eosinofilia pulmonar
Neoplasias
Leucopenia: cifra de leucocitos totales < 4.000-4.500 mm3.
Neutropenia: RAN < 1.800/mm3
Leve (1.000-2.000), Moderada (500-1.000), Severa (<500)
Fármacos: Es la causa más frecuente.
– Efecto citotóxico: Quimioterapia antitumoral
– Reacciones idiosincrásicas: Analgésicos (metimazol ), AINES, etc
117
CAPÍTULO 10
Radiaciones ionizantes
Infecciones
Hiperesplenismo, anemia megaloblástica, anemia aplásica
Linfopenia <1.500/mm3 en adultos,<3.000/mm3 en niños
Terapia inmunosupresora: Quimioterapia, Radioterapia, corticoides
Linfomas, aplasia medular, viriasis, Inmunodeficiencias congénita y adquirida (SIDA)
▲ COAGULACIÓN
Plaquetas: 200-300 x 1.000/mm3
Trombocitosis: >300 x 1.000/mm3.
Enfermedades mieloproliferativas, neoplasias avanzadas, esplenectomizados,
traumas graves, hemorragias agudas e infecciones (30% de los hospitalizados). El
50% de los pacientes con aumento inesperado de plaquetas presentan neoplasia.
Trombocitopenia: <100 x 1.000/mm3.
Destrucción debida a mecanismo inmune (causa más frecuente): Púrpura trom-
bopénica idiopática (PTI), LES, fármacos (heparina, sobre todo de bajo peso
molecular).
Síndrome hemolítico urémico, púrpura trombótica trombocitopénica, CID
Hiperesplenismo
Dímero D: < 0.5 mg/L.
Lo solicitaremos en caso de sospecha de T.E.P en que se encuentra elevado. Hay
muchos falsos positivos (especificidad ↓, sensibilidad ↑).
PDF (Productos de degradación de la fibrina ):< 10 microg/ml.
Aumentado en CID, sepsis, trastornos fibrinolíticos y procesos tromboembólicos.
Fibrinógeno (160-600 mg/dl)
Disminuido en CID aguda, grandes transfusiones y en enfermedades hemorrági-
cas.
T. de Protrombina (T. DE QUICK): 70-130 %.
Mide la coagulación extrínseca.
Para el control del tratamiento con anticoagulación oral: debe mantenerse en-
tre 2-3 veces el valor control y entre 2.5-3.5 si es portador de prótesis valvular
mecánica.
TPTa (Tiempo de tromboplastina parcial activada): 20-37 segundos.
Mide la coagulación intrínseca.
Para el control del tratamiento con Heparina: debe mantenerse entre 1.5-2 veces
el valor control.
BIOQUÍMICA
▲ GLUCOSA: (Basal: 76-110 mg/dl).
Aumentada en caso de Diabetes Mellitus, aumento de adrenalina circulante (situa-
ciones de estrés), pancreatitis aguda y crónica, encefalopatía de Wernicke y en al-
gunas lesiones del SNC como en Hemorragia Subaracnoidea.
118
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ IONES
● SODIO: Na ( 136-145 mEq/l)
Aumentado en deshidratación (causa más frecuente), hipodipsia, diabetes insí-
pida o en administración alta de Na (nutrición parenteral, diálisis…).
Disminuido en pérdidas renales y extrarrenales de Na: tratamiento con diuréti-
cos, SSIADH, polidipsia, hipotiroidismo.
● POTASIO : K ( 3.5-5 mEq/l)
Aumentado en excesivo aporte (suplementos orales de K, sustitutivos de la sal,
penicilina a altas dosis, transfusión de sangre vieja), destrucción celular (rab-
domiolisis, hemólisis, trauma muscular…), fármacos (betabloqueantes, digi-
tal…), acidosis, déficit de Insulina, hiperglucemia, déficit de eliminación renal y
en hipoaldosteronismo.
Disminuido en falta de aporte en dieta, insulina, pérdidas renales y extrarrena-
les.
● CALCIO: Ca ( 8.5-10.5 mg/dl)
El calcio libre depende de la fracción unida a proteínas: (ver también fórmula
del capítulo correspondiente a Alteraciones del Calcio).
▲ AMILASA
(35-115 U / l ). La solicitaremos ante sospecha de patología pancreática, siendo
otra posibilidad menos frecuente la patología salivar.
Aumentada (>200 U / l):
● Pancreatitis aguda (amilasa >500 U/l, iniciándose el aumento a las 3-6 horas
y alcanzando su máximo a las 20-30 horas, permaneciendo elevada 48-72 ho-
ras) reagudización de pancreatitis crónica, obstrucción de conducto pancreático,
traumatismo pancreático, enfermedades de las vías biliares
● Obstrucción gastrointestinal, trombosis, infarto mesentérico, postoperatorio de
cirugía abdominal
● Enfermedades de las glándulas salivales: parotiditis, cálculo, etc
● Tumores malignos (pulmón, ovario, páncreas). Macroamilasemia
Disminuida:
● Destrucción pancreática severa
● Lesión hepática importante
▲ ENZIMAS HEPÁTICAS
GOT (AST) : 5-37 U/l, GPT (ALT) : 5-40 U/l
Son indicadores muy específicos de necrosis hepatocelular. Cuando están elevadas
>4.000: lesión tóxica (paracetamol, etc)
>500 U/l: sospecha de lesión hepatocelular aguda (vírica, fármacos)
<300 U/l: hepatitis alcohólica
Generalmente no suponen patología urgente salvo que se sospeche fallo hepático
fulminante.
Los valores de GPT (ALT) son más específicos de hepatopatía que la GOT (AST).
En el infarto agudo de miocardio y en miopatías la GOT aumenta con valores nor-
males de GPT, en estos casos se harán determinaciones de CPK.
GASOMETRÍA ARTERIAL
pH 7.35 -7.45, PO2 80-105 mmHg, PCO235-45 mmHg, HCO3 22-26 mmol/l
● Acidosis: PH < 7.35. Metabólica cuando encontramos un bicarbonato plasmático
por debajo de 21 mEq/l (cetoacidosis DM, acidosis láctica, intoxicaciones, rabdo-
miolisis, insuficiencia renal, pérdidas de bicarbonato) y respiratoria en caso de te-
ner como causa primaria un aumento de la PCO2> 45 mm Hg (generalmente por
hipoventilación prolongada)
● Alcalosis: PH > 7.45.
– Metabólica si aumento del bicarbonato por encima de 26 mEq/l (en pérdidas
digestivas o renales de ácidos, aporte de álcalis y exceso mineralocorticoide)
– Respiratoria si Pco2 < 35 mm Hg (estimulación de la respiración: ansiedad, ane-
mia,hipoxemia, asma...).
GASOMETRÍA VENOSA
pH 7.33-7.43, PO2 30-50 mm Hg, PCO2 38-50 mmHg, HCO3 22-26 mmol/l
La solicitamos sobre todo en pérdidas gastrointestinales de líquidos, como en caso de
vómitos repetidos e incapacitantes y en diarreas severas para descartar alteraciones
del equilibrio ácido-base y valoración del pH plasmático (acidosis metabólica por
pérdida de bicarbonato y electrolitos en heces y alcalosis si vómitos).
LÍQUIDOS EXTRAVASCULARES
● LCR :
– Glucosa: 60-80% del valor en suero, si es menor orienta a meningitis bacteria-
na, fúngica, tuberculosa o carcinomatosa. Normal en las víricas.
– Proteínas: 15-40 mg/dl, aumentadas en meningitis y hemorragias subaracnoi-
dea.
– Recuento celular: leucocitos < 10/mm3, el aumento de predominio polimorfo-
nuclear orienta a meningitis aguda bacteriana o a fases precoces de las virales
o tuberculosas, el predominio mononuclear nos debe hacer pensar en víricas,
fúngicas y tuberculosas, siendo esta última la más característica.
● Líquido sinovial:
– Leucocitos: normal <200/mm3. Si <2.000/mm3: líquido mecánico; entre 2.000-
50.000/mm3: liquido inflamatorio; >50.000/mm3: líquido infeccioso, siendo
séptico si >100.000/mm3.
– Glucosa: normal si es la misma a la encontrada en capilares. Si es cercana a 0
podemos pensar en artritis tuberculosa o reumatoide; cuando es menor del 50%
de la capilar, pensaremos en líquido inflamatorio o séptico.
● Líquido ascítico
– Leucocitos: Normal si <300/mm3. Entre 300-500 (siendo >50% linfocitos) sos-
pecharemos etiología cirrótica, cardiaca o nefrótica. Si >500/mm3, sospechar
neoplasia, TBC o peritonitis bacteriana espontánea. Si >10.000/mm3, pensar
en peritonitis bacteriana secundaria.
– Proteínas: si <2,5 g/dl sospecharemos cirrosis, PBE o nefrosis; en caso de >2,5 g/dl
en neoplasia, TBC, PBS, origen cardiaco o pancreático.
122
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● Líquido pleural
– Normal si leucocitos <1.000/mm3, glucosa diferencial entre suero-líquido pleu-
ral <30 mg/dl y ADA <40 U/L.
– Se considera exudado si se cumple uno o más criterios de: prot LP/ prot S >0,5;
LDH LP/LDHS>0,6 o LDH LP >2/3 del límite superior de la normalidad de la LDH
en suero.
SISTEMÁTICO DE ORINA
Ph (4,5-8): Varía a lo largo del día. Informa de alteraciones en el equilibrio ácido-
base. La orina muy alcalina se asocia a infección por gérmenes productores de
ureasa.
Densidad (1.005-1.030): Elevada en deshidratación, glucosuria y/o proteinuria .
Disminuida en polidipsia y en diabetes insípida.
Cuando no varía (isostenuria) sospecharemos fallo renal grave.
Proteínas (<100-150 mg/dl): Cualquier enfermedad renal puede cursar con protei-
nuria, pero si es > 3.5 gr./día nos orienta a Síndrome nefrótico. Puede aparecer tam-
bién proteinuria en embarazo, insuficiencia cardiaca, fiebre prolongada, ITU y en in-
dividuos que presentan exceso de producción proteica.
Glucosa (<20 mg/dl): Su presencia obliga a descartar en primer lugar Diabetes Me-
llitus, si se descarta, pensar en tubulopatías.
Iones: Na (130-260 mmol/l) ; K (35-90 mmol/ l). Informa de alteraciones electrolíti-
cas.
Cuerpos cetónicos: Aparecen en la cetoacidosis, DM, acidosis láctica, enfermedades
febriles, vómitos y diarrea.
Bilirrubina (0,2 ng/cl): Aparece cuando en sangre rebasa los 2 mg de bilirrubina
conjugada. Relacionada con enfermedades hepatobiliares.
Urobilinógeno: 0-4 mg/24 h. Su aumento se asocia a presencia de enfermedad he-
patobiliar o lítica.Su ausencia a enfermedad obstructiva de vía biliar.
Sangre: Las causas más frecuentes son infecciones, nefrolitiasis, neoplasias (riñón y
vejiga), adenoma de próstata, HTA maligna, traumatismos y glomerulonefritis.
Nitritos: su positividad se asocia a infección, pero realmente informa de la existencia
de gérmenes en orina (no siempre causantes de infección).
Leucocitos: Aparecen en ITU y en el 1% de la población sana.
Células epiteliales: no tienen significado patológico.
Cilindros: Hialinos: Pueden aparecer en condiciones normales.
Celulares (hemáticos, leucocitarios y epiteliales): En glomerulonefritis o he-
morragia parenquimatosa.
Cristales: Sólo tienen significación patológica si se acompañan de clínica (litiasis).
BIBLIOGRAFÍA
▲ Interpretación clínica de las pruebas de laboratorio. 3ª edición. Jacques Wallach.Ed.Mas-
son.
▲ El Manual Washington de Terapéutica Médica. 30ª edición. Washington University School
of Medicine St. Louis, Missouri. p. 394-413.
▲ Manual de Protocolos y Actuación en Urgencias para Residentes. 1ª ed. Julián Jiménez A.
Nilo Gráficas: Madrid; 2003.
▲ Diagnóstico y tratamiento en urgencias. Hospital Severo Ochoa. Leganés. Madrid
123
CAPÍTULO 11
Capítulo 11
ACTITUD EN SITUACIONES DE BIOTERRORISMO
(AGENTES QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS)
J. Troya García - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Tras los ataques del 11 de Septiembre del 2001 sobre “las torres gemelas” y aconte-
cimientos posteriores, incluyendo la terrible barbarie del 11 de Marzo de 2004 en
Madrid, el mundo, la humanidad y también la medicina, se enfrentan con un nuevo
escenario; la amenaza del uso de agentes biológicos y químicos con propósitos cri-
minales en el marco de campañas de actuación terrorista.
La perversa idea de utilizar agentes biológicos con fines criminales se ha venido uti-
lizando por el hombre desde tiempos inmemoriales:
Pizarro haría uso de Viruela para diezmar a la población indígena americana, los
Tártaros en el siglo XIV usaron la Peste Bubónica para romper el sitio de Kaffa, ex-
perimentos nazis en campos de concentración alemanes, Guerra del Golfo con mico-
toxinas, Carbunco, Toxina botulínica, etc…
El cambiante panorama epidemiológico hace necesaria la existencia de una infraes-
tructura suficiente que permita establecer diagnósticos de enfermedades emergentes
o insólitas, como sería el caso de una situación de agresión bioterrorista. El desarro-
llo tecnológico permite ahora establecer determinaciones en pocas horas, de múltiples
agentes infecciosos, por análisis de ácidos nucleicos y debería estar disponible en la-
boratorios de referencia estratégicamente localizados y, al mismo tiempo, mejorar las
capacidades técnicas de los actuales.
Esta nueva situación, que hasta el momento había pasado como anecdótica o imagi-
nativa, se ha convertido en nuestros días en un problema de primer orden, con la con-
secuente necesidad de establecer normativas y protocolos de actuación; así como de
dotar a los hospitales de una adecuada infraestructura que les permita afrontar con
resolución cualquier situación de peligro.
En este capítulo sólo se comentarán brevemente los aspectos clínicos más evidentes
para reconocer estas situaciones.
AGENTES BIOLÓGICOS
Para que un microorganismo pudiera ser utilizado y fuera elegido para propósitos te-
rroristas tendría, de forma ideal, que cumplir estas condiciones:
● Fácil manipulación en laboratorio.
● Bajos costes de producción.
● Gran capacidad de supervivencia bajo condiciones adversas.
● Diseminación en forma de aerosoles o a través de los alimentos.
124
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
MECANISMOS DE TRANSMISIÓN
● Contacto directo: persona a persona.
● Contacto indirecto: Sucede sin que se tenga ninguna protección cuando se tocan
superficies, objetos o mobiliario.
● Gotas: Inhalación de gotas mayores a cinco micras, que se expulsan al toser, es-
tornudar, hablar.
● Aire: Aspiración de gotas menores de cinco micras, que de igual forma se expul-
san al toser, estornudar, hablar.
AGENTES MÁS COMÚNMENTE IMPLICADOS
▲ CARBUNCO (“Ántrax”)
Distribución mundial.
– Germen: Bacillus anthracis. Gram positivo esporulado.
– Reservorio: el suelo.
– Transmisión: Inhalación. Ingestión. Cutánea (contactos a través de heridas en
piel).
– Periodo de incubación: 1 día – 8 semanas (inhalada). 1-7 días (cutánea).
– Presentación clínica:
● Cutánea: Pápula, vesícula, escara negruzca localizada de forma preferente
en cabeza, manos y antebrazos.
● Pulmonar: Síntomas gripales con mejoría aparente y empeoramiento brusco
en 1 –2 días con disnea, fallo circulatorio, mediastinitis, derrame pleural.
Mortalidad mayor del 95% sin tratamiento; 80% con tratamiento.
● Gastrointestinal: Náuseas, vómitos. Diarrea hemorrágica. Mortalidad del
50% con tratamiento.
▲ BOTULISMO
Dosis tóxica: 0.001 gr/kg peso.
– Germen: Clostridium botulinum. Esporulado, Gram positivo.
– Transmisión: Inhalación. Ingestión.
– Periodo de incubación: 24 a 72 horas (por inhalación). 12 a 36 horas por in-
gestión.
– Presentación clínica:
● Bloqueo terminación presináptica de la unión neuromuscular.
● Inhibición de la liberación de acetilcolina.
● Parálisis pares craneales y descendente simétrica, comienzo proximal.
● No afectación sensitiva.
● Insuficiencia respiratoria de origen neuromuscular.
125
CAPÍTULO 11
▲ BRUCELOSIS
Endémica en Castilla la Mancha, España se sitúa a la cabeza en Europa en cuanto a
morbilidad se refiere.
– Germen: Brucella. Gram negativo no flagelado, no esporulado. Existen 4 espe-
cies patógenas para el ser humano: suis, abortus, canis y melitensis
– Reservorio: Ganado y animales domésticos.
– Transmisión: Cutánea, ingestión, inhalación.
– Periodo de incubación: de 1 a 3 semanas, pudiendo extenderse incluso a meses.
– Presentación clínica:
● Fiebre acompañada de sudoración nocturna y escalofríos.
● Manifestaciones respiratorias con tos seca y dolor pleurítico.
● Esplenomegalia dolorosa.
● Artromialgias. Sacroileitis y osteomielitis vertebral.
● Endocarditis y afectación del SNC raras, siendo éstas las principales causas
de mortalidad.
▲ ENCEFALITIS VIRALES
– Germen: Alphavirus (Equina del Este, del Oeste, Venezolana).
– Reservorio: Roedores, aves.
– Transmisión: Cutánea por picadura de mosquitos.
– Periodo de incubación: 3-15 días.
– Presentación clínica:
● Encefalitis: pródromos de 1-4 días con fiebre, malestar general, náuseas,
mialgias seguido de somnolencia, desorientación, fotofobia, temblor y final-
mente coma.
▲ FIEBRE AMARILLA
– Germen: Flavovirus.
– Transmisión: Cutánea por mosquito Aedes aegypti.
– Periodo de Incubación: 3-6 días.
– Presentación Clínica:
● Fiebre, cefalea intensa, náuseas y vómitos.
● Mejoría aparente seguida de Shock tóxico.
▲ FIEBRE Q
Ampliamente distribuida por el mundo.
– Germen: Coxiella burnetti.
– Reservorio: Ganado.
– Transmisión: Inhalación, ingestión, cutánea (picadura de garrapata).
– Periodo de incubación: Cercano a los de 20 días.
– Presentación clínica:
● Cuadro gripal con fiebre, malestar general, anorexia, cefalea y mialgias.
● Si afectación respiratoria (50%) neumonitis intersticial.
● Hepatitis con elevación de AST a 2 o 3 veces el valor normal.
● Endocarditis, con vegetaciones y lesión valvular. Hemocultivos negativos.
▲ PESTE
– Germen: Yersinia pestis. Bacilo Gram negativo.
– Reservorio: Roedores. Vector: pulgas
– Transmisión: Inhalación. Cutánea (picadura, mordedura).
126
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
a) Evidencias epidemiológicas.
b) Reconocimiento y notificación del evento.
• Definición de caso.
• Evaluación de curvas epidémicas.
c) Cerco epidemiológico.
5) Instauración de laboratorios de análisis de material biológico asociado con in-
cidentes terroristas.
6) Preparación de campañas públicas de información.
7) Garantía de abasto de material diagnóstico, protección especial y tratamientos
de urgencias ante ataques biológicos.
8) Descentralización de sistemas de alerta para detección oportuna de terrorismo
biológico.
9) Respuesta a acciones bioterroristas dirigidas contra animales y plantas.
10) Creación de Comités de Ética ante situaciones de urgencia.
Sistema de declaración
● Procesos endémicos en Área Toledo (Tuberculosis, Brucelosis): informar a Medi-
cina Preventiva donde se verificará el caso y en caso de confirmarse se decla-
rará a Sanidad.
● Resto de procesos, raros en esta área: Informar a Medicina Preventiva, que tras
valorarlo lo comunicará de forma urgente (el mismo día) a Sanidad y pondrá
en marcha los mecanismos de control de infección precisos en el Hospital. Se
informará a la dirección del Hospital.
En caso de ser día festivo, se notificará al jefe de la guardia, el cual declarará
este caso a Sanidad (teléfono de guardia epidemiológica 670928779), así co-
mo a la dirección del centro.
Precauciones Estándar
Esta práctica tiene por objetivo reducir las posibilidades de contacto con sangre,
secreciones y otros líquidos corporales.
● Uso de mascarilla, si es posible de pico de pato, haciendo uso de lentes si lle-
vasen a cabo procedimientos con riesgo de salpicaduras
● Uso de guantes en todo momento; así como calzas y bata no estéril, preferente-
mente impermeable para proteger la piel en procedimientos que entrañen riesgo.
● Lavado de manos antes y después del contacto con pacientes, superficies, y des-
pués del uso de guantes.
● Cuidado de la ropa; la manipulación, transporte y proceso de la ropa usada,
se deberá evitar la exposición a membranas mucosas.
● Uso de recolectores, para depositar objetos punzantes o cortantes, nunca de-
jarlos en zonas expuestas, ni en ropa que vaya a lavandería. Su transporte se
realizará en envases con cierre seguro.
● Para la limpieza de salas o quirófanos se hará en un primer momento con agua
y jabón, y posteriormente agua con hipoclorito de sodio al 0.5%. En zonas
manchadas de sangre o fluidos corporales se aplicará directamente hipoclorito
de sodio al 0.5%.
Precauciones para el contacto
Además de utilizar las precauciones estándar, deberán utilizarse las de contacto
en pacientes con riesgo de haber sido infectados por microorganismo.
● Estancia en un cuarto aislado, hasta verificación del caso.
128
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● Guantes no estériles, batas, calzas durante el contacto con el paciente. Una vez
usados se meterán, junto con la ropa del paciente en contenedor de residuos
biocontaminados (color verde), que se cerrará herméticamente y se rotulará
identificándose el producto que se ha introducido.
● Se evitará lo menos posible el traslado del paciente.
Precauciones para transmisión por gotas y vía aérea
Además de las estándar, deberán tenerse en cuenta estas medidas:
● Cuarto aislado, desconectando sistemas de calefacción y aire acondicionado
del mismo.
● Mascarilla con filtros de 95% de efectividad cuando se encuentre a menos de 1
m de distancia del paciente.
● Evitar traslados del paciente.
Precauciones ante paquete, sobre o material sospechoso
● Avisar a las fuerzas de seguridad para que se hagan cargo del mismo.
● No abrirlo, ni transportarlo por diferentes sitios de la urgencia.
● Se guardará en doble bolsa de plástico, en caso de ser guardado por personal
del centro, ésto se hará previo uso de guantes, bata y mascarilla, siendo alma-
cenado en un lugar donde no haya gente.
● Limpiar las superficies donde pudo estar el material en contacto con agua y le-
jía al 1/10 (1 parte de lejía y 9 de agua), eliminando batas, guantes , masca-
rillas y cualquier otro material de contacto usado en bolsa de residuo bioconta-
minado e introduciendo en contenedor sellado herméticamente.
Profilaxis ante el contacto con agentes biológicos
Ante determinadas exposiciones se puede utilizar una quimioprofilaxis que se ha
demostrado eficaz en una gran parte de los casos. Así nos encontramos:
● Bacillus anthracis: Ciprofloxacino 500-750 mg v.o cada 12 horas o Levofloxa-
cino 500 mg v.o cada 24 horas por 4 semanas o 60 días si no se recibe vacu-
na . Alternativa Doxiciclina 100 mg v.o cada 12 horas.
Vacuna sólo para forma cutánea, 6 dosis: en el momento, 2ª semana y 6º, 12º,
18º mes y una dosis al año siguiente de recuerdo.
● Brucella sp: Doxiciclina y Rifampicina durante 3 semanas.
● Yersinia pestis: Tetraciclina 500 mg/día durante 7 días o Doxiciclina 7 días (ini-
ciarse entre los 8 -12 días postexposición).
● Coxiella burnetti: Tetraciclina o Doxiciclina 5 días (iniciarse entre los 8 -12 días
postexposición).
● Franscisella tularensis: Doxiciclina 100 mg/12 h durante 14 días o Tetraciclina
2 gr/ día durante 14 días
● Virus Viruela: Gammaglobulina vacuna 0.6 ml/lg (3 días postexposición).
AGENTES QUÍMICOS
Para que una sustancia pudiera ser utilizada con estos fines, “de forma ideal”, cum-
pliría alguno de los siguientes requisitos:
● Disponibilidad.
● Gran rapidez de acción.
● Alto potencial de morbilidad o letalidad.
● Requerir acciones especiales de preparación y respuesta del Sistema Sanitario
complejas y/o laboriosas.
129
CAPÍTULO 11
PLANES DE ACTUACIÓN
▲ Acciones institucionales:
Conocer:
● Sustancias químicas introducidas en un país, así como su distribución y poste-
rior control.
● Stock de sustancias químicas en empresas y control de flujo de salida de ellas.
Reforzar medidas de seguridad en:
● Plantas de agua.
● Empresas de alimentos.
● Lugares cerrados de uso público.
● Bodegaje y transporte de tóxicos.
● Grandes eventos o celebraciones.
Reforzamiento del Sector Sanitario:
● Desarrollo de un sistema seguro de manejo de casos de intoxicación.
● Elaboración de planes de Acción Nacional y Locales.
● Entrega de información a través de un sistema de vigilancia.
– Atropina.
– Oximas si se dispone.
– Carbón activado.
– Leche de magnesia.
3. ASFIXIANTES Y TÓXICOS DE HEMOGLOBINA
Clínica: Respiratoria: disnea, polipnea, insuficiencia respiratoria. Cardiovascu-
lar: arritmias, hipotensión arterial, shock y paro cardiorrespiratorio.
Tratamiento: – Descontaminación.
– Oxigenoterapia.
– Vitamina C.
– Azul de metileno para metahemoglobinizantes.
4. AGENTES AMPOLLANTES O VESICANTES
Clínica: Ocular: lagrimeo, prurito, blefaroespasmo, edema, daño corneal y del
iris. Piel: eritema, prurito, vesículas y necrosis. Respiratoria: rinorrea, tos, dis-
nea, edema de vías respiratorias.
Tratamiento: – Descontaminación.
– Corticoides en las primeras 48 horas.
– Control del dolor.
– Aporte de líquidos y electrolitos.
– Aporte de vitaminas y antioxidantes.
– Prevención de las infecciones.
– En caso de Lewisite se utilizará como antídoto el BAL.
5. METABÓLICOS (Fluor)
Clínica: náuseas, vómitos, diarrea. Se asocia con hipocalcemia
Tratamiento: – Descontaminación.
– Calcioterapia.
– Restricción de aporte de fluor oral.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Sánchez Álvarez-Pedrosa C., editor. Diagnóstico por imagen. Tratado de radiología clínica.
1ª ed., reimp. Madrid: Interamericana, McGraw-Hill, 1990.
▲ Franz DR, Jahrling PB, Friedlander AM, McClain DJ, Hoover DL et al. Clinical recognition
and management of patients exposed to biological warfare agents. JAMA 1997 August
6,278(5):399-411
▲ Biological and Chemical terrorism: Strategic plan for preparedness and response. Recom-
mendations of the CDC Strategic Planning Workgroup.
MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2000; 49(RR-4):1-13
▲ Spencer Rc; Lightfoot NF. Preparedness and response to bioterrorism. J Infect 2001; 43:104-
110
▲ Geiger HJ. Terrorism, biological weapons, and bonanzas: Assessing the real threat to public
health. Am J Public Health 2001;91(5):708-709
131
CAPÍTULO 12
Capítulo 12
SOPORTE VITAL BÁSICO. SOPORTE VITAL
AVANZADO: ACTUACIÓN EN URGENCIAS
A. Raigal Caño - P. Leal Sanz. - J. A. Cantalapiedra Santiago
INTRODUCCIÓN
La actuación ante una parada cardiorrespiratoria (PCR) constituye la emergencia mé-
dica que, probablemente, más ansiedad produzca al médico en Urgencias. Una res-
puesta rápida y estructurada secuencialmente es fundamental para que la resucita-
ción cardiopulmonar (RCP) sea exitosa. Ante la necesidad de establecer unos
criterios comunes, sencillos y ordenados, en los últimos años se han ido creando guías
de actuación basadas en la evidencia científica y sencillez de manejo.
CONCEPTOS
Estableceremos una serie de conceptos básicos en el ámbito de la resucitación car-
diopulmonar:
▲ PARADA CARDIORRESPIRATORIA:
Es la situación clínica que cursa con el cese brusco, espontáneo y potencialmente re-
versible de la circulación y ventilación espontáneas. Constituye la muerte clínica y,
en pocos minutos, la muerte biológica por hipoxia tisular. Su causa inicial puede ser:
● Respiratoria: La hipoxia inicial conducirá al posterior cese de la función car-
diaca. Es la causa más frecuente de parada cardiorrespiratoria de origen pe-
diátrico
● Cardiaca: El cese brusco de la actividad cardiaca condiciona la anoxia tisular,
daño neurológico e inmediato paro respiratorio. Se asocia a alteraciones del rit-
mo cardiaco: fibrilación ventricular, taquicardia ventricular sin pulso, asistolia y
disociación electromecánica. En el adulto, la enfermedad coronaria constituye la
causa más frecuente de parada cardiorrespiratoria.
▲ RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR:
Engloba el conjunto de maniobras destinadas a revertir la parada cardiorrespira-
toria en un intento de reinstaurar la ventilación y circulación espontáneas.
● Resucitación cardiopulmonar básica: Constituida por el conjunto de maniobras
y técnicas necesarias para identificar a los pacientes en parada cardiorrespira-
toria, realizando una sustitución precaria de las funciones cardiacas y respira-
toria, hasta que pueda recibir tratamiento especializado. No se utiliza material
salvo los mecanismos de barrera.
● Resucitación cardiopulmonar avanzada: Conjunto de maniobras y técnicas cu-
yo objetivo final es el tratamiento definitivo de la parada cardiorrespiratoria,
hasta normalización de las funciones respiratoria y circulatoria.
▲ SOPORTE VITAL:
Este concepto conlleva dos objetivos:
a) PREVENCIÓN del paro respiratorio y reconocimiento de los signos clínicos de
alarma.
132
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ CADENA DE SUPERVIVENCIA:
El manejo de una parada cardiorrespiratoria en el Servicio de Urgencias repre-
senta el eslabón final de la llamada “cadena de supervivencia”, constituida por
una serie de actuaciones:
● Activación de un Sistema de Emergencias.
● Iniciación lo antes posible de Soporte Vital Básico.
● Realización de desfibrilación precoz.
● Iniciación de Soporte Vital Avanzado.
Posición de seguridad:
– Hacer rodar a la víctima estando ésta alineada.
– Colocar el miembro superior próximo al reanimador en ángulo recto
134
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
SOPOR
135
CAPÍTULO 12
– Llevar el brazo opuesto sobre el tórax del paciente de forma que la palma
contacte con el brazo más próximo.
– Flexionar la pierna opuesta.
– Hacer girar al paciente 90° hasta que se apoye de forma estable sobre su an-
tebrazo.
Desobstrucción de la vía aérea:
a) Retirar objetos visibles de la cavidad oral.
b) En caso de atragantamiento:
b.1: OBSTRUCCIÓN PARCIAL: Animar al paciente a toser.
b.2: OBSTRUCCIÓN COMPLETA: Se darán cinco palmadas en la espalda
rápidas y fuertes.
Si el paciente está de pie, se le rodeará con ambos brazos, apoyándolo en nues-
tras manos.
Si el paciente está tumbado apoyaremos el pecho en nuestras piernas.
En el caso de que persista la obstrucción realizaremos la“maniobra de Heim-
lich”: 5 compresiones bruscas a nivel de epigastrio cuya finalidad es aumentar
la presión intratorácica y simular el mecanismo fisiológico de la tos.
“AutoHeimlich”: Si la obstrucción la presenta el propio reanimador, la compre-
sión se realizará con la mano o presionando sobre una superficie dura.
c) Maniobra “frente-mentón”:
– Apoyar la mano en la frente del paciente.
– Traccionar la mandíbula con los dedos índice y medio de la otra mano,
permitiendo la extensión de la cabeza y apertura de la vía.
● VENTILACIÓN:
– Cómo: Ventilación con aire espirado (FiO2 0.18).
– Dónde: Boca-boca, boca-nariz, boca-estoma.
– Cuánto: 10 insuflaciones de 1.2-2 segundos de duración cada una, permi-
tiendo la espiración pasiva (unos 3-4 segundos) entre cada insuflación.
● MASAJE CARDIACO:
– Cómo: Puesto el paciente en decúbito supino y sobre una superficie plana y
dura, con los brazos estirados y las manos entrelazadas.
– Dónde: El punto de masaje se localizará en la línea media del tórax y a nivel de
la unión de los arcos costales con el esternón, dos dedos por encima del apén-
dice xifoides, para colocar el talón de la mano en el tercio inferior del esternón.
– Cuánto: Compresiones de 100 por minuto, presionando hasta que se hunda
el esternón unos 4-5 centímetros, con frecuencia de 2 insuflaciones/15 com-
presiones.
los casos en los que la arritmia sea secundaria a déficit de estos electrolitos.
● Estudio de las posibles causas de la parada para su corrección.
● Sopor te Vital Avanzado ante paro cardíaco con cardíaco con ritmos distintos
a la fibrilación ventricular y taquicardia ventricular sin pulso:
Estos ritmos tienen peor pronóstico que la taquicardia ventricular sin pulso y la
fibrilación ventricular. En el caso de la asistolia, la respuesta a las maniobras de
resucitación es menor del 5% si la causa es cardiopatía, pero aumenta la su-
pervivencia en otras situaciones como la hipotermia, ahogamiento, intoxicacio-
nes y cuando es la expresión final de bradicardias severas.
El soporte vital en estos ritmos está basado fundamentalmente en la secuencia
de compresiones/ventilaciones en serie de 3 minutos, con valoración del ritmo
y pulso de forma periódica. Durante las mismas se planteará la realización lo
más precoz posible de:
– Intubación orotraqueal y canalización de vía venosa.
– Administración de adrenalina a dosis de 1 miligramo intravenoso ó 2.5-3
miligramos por vía endotraqueal cada 3 minutos.
– Administración de atropina intravenosa en dosis única de 3 mg. en un intento
de corregir una posible hiperestimulación vagal como etiología de la para-
da cardiorrespiratoria.
– Colocación de electrodos para monitorización contínua y descartar posibles
artefactos.
– Estudiar posibles causas de la parada cardiorrespiratoria.
– Valorar la suspensión de las maniobras tras 20-30 minutos salvo en casos de
hipotermia, ahogamiento o intoxicaciones.
– El uso de otros fármacos está discutido ya que, no sólo no se ha evidenciado sufi-
cientemente su utilidad sino que en algunos casos pueden tener efectos adversos.
– Se considerará la implantación de marcapasos si existe alguna actividad
eléctrica (ondas P y/o complejos QRS aislados).
▲ CONJUNTO DE TÉCNICAS UTILIZADAS DURANTE EL SOPORTE VITAL AVANZADO:
● MONITORIZACIÓN-DESFIBRILACIÓN:
Desfibrilación manual:
1. Lubricar las palas con pasta conductora y, si ésta no está disponible, colocar
unas compresas empapadas con suero fisiológico.
2. Seleccionar la carga.
3. Colocar las palas en el pecho descubierto del paciente, una vez retirados los
parches de nitroglicerina:
Pala negativa: paraesternal derecha.
Pala positiva: en ápex.
4. Presionar las palas sobre el tórax evitando el contacto entre las mismas.
5. Confirmar la existencia de fibrilación ventricular o taquicardia ventricular (sin
pulso) en el monitor.
6. Avisar al resto del personal de que se va a realizar la descarga.
7. Esperar unos segundos y valorar el ritmo de salida.
139
CAPÍTULO 12
Monitorización:
En situaciones de emergencia se monitorizará con las palas, colocadas en el
mismo lugar de la desfibrilación. Para confirmar la existencia de asistolia se
cambiarán de sitio. Cuando se haya iniciado monitorización con electrodos, la
existencia de asistolia se confirmará en dos derivaciones diferentes.
● CONTROL DE LA VÍA AÉREA, VENTILACIÓN Y OXIGENACIÓN:
Se realizará control de la vía aérea, ventilación y oxigenación a la mayor con-
centración de oxígeno posible utilizando:
Cánulas naso u orofaríngeas.
Resucitador manual con bolsa reservorio:
Conectado a un flujo de Oxígeno de 15 litros/minuto, lo que permitirá aportar
al paciente una FiO2 del 0,9:
– Aplicar la mascarilla a la boca del paciente.
– Sellar la mascarilla con el pulgar de la mano izquierda y el índice a nivel del
mentón.
– Traccionar la mandíbula hacia arriba y atrás con los dedos 3°,4° y 5°.
Intubación orotraqueal:
Se intentará lo antes posible, sin suspender más de 20 segundos, las maniobras
de resucitación. Permite el aislamiento definitivo de la vía aérea:
– Introducir con la mano izquierda el laringoscopio por el lado derecho de la
cavidad oral, rechazando la lengua hacia el lado izquierdo y traccionando
hacia arriba y hacia delante.
– Avanzar hasta la vallécula para visualizar las cuerdas vocales.
– Introducir el tubo endotraqueal por el lado derecho, dejando el manguito dis-
tal por debajo de las cuerdas vocales.
– Ventilar con resucitador manual conectado al tubo.
– Comprobar la posición del tubo (auscultación).
– Inflar el manguito distal.
– Colocar y fijar la cánula orofaríngea.
– Fijar el tubo con una venda.
Mascarilla laríngea:
Es una alternativa a la intubación difícil aunque no aísla completamente la vía
aérea, pudiendo existir algún pequeño riesgo de aspiración.
Cricotiroidotomía y punción cricotiroidea:
Indicadas en obstrucción grave de la vía respiratoria e imposibilidad de intuba-
ción si la oxigenación es vital para revertir la parada cardiorrespiratoria.
● SOPORTE CIRCULATORIO:
Se practica masaje cardiaco externo a frecuencia de 100 latidos por minuto.
● FÁRMACOS Y VÍAS DE ADMINISTRACIÓN:
Fármacos:
1. ADRENALINA: Fármaco de elección ante parada cardiorrespiratoria en pre-
sencia de cualquier tipo de ritmo en el monitor.
Presentación: Ampollas de 1mg. en 1 ml. de solución al 1/1.000.
Dosis: 1miligramo/intravenoso cada 3 minutos seguido de 20 mililitros de
suero.
2. ATROPINA: Utilizado en dosis única de 3 miligramos tras acceso venoso en
situación de parada con ritmos distintos a la fibrilación ventricular y taqui-
cardia ventricular sin pulso.
Presentación: Ampollas de 1mg. en 1 ml.
140
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CUIDADOS POSTRESUCITACIÓN
Una vez restablecido el ritmo cardiaco eficaz en un paciente que ha sufrido parada
cardiorrespiratoria hay que considerar una serie de cuidados para mantener una
adecuada función cardiopulmonar, perfusión tisular y, si es posible, corregir aquellas
complicaciones derivadas de la propia parada cardiorrespiratoria.
La mitad de los pacientes que sobreviven a una parada cardiorrespiratoria presenta
déficits neurológicos moderados o severos al cabo de un año. Esto depende de:
1. Duración de la isquemia cerebral hasta el inicio de la resucitación cardiopul-
monar.
2. Hipoperfusión cerebral durante la resucitación cardiopulmonar.
3. La situación cardiaca previa.
4. El agravamiento del daño cerebral tras la recuperación del latido cardiaco efi-
caz, que se produce por una perfusión cerebral inadecuada durante la hipere-
mia postresucitación.
Estableceremos dos tipos de medidas:
BIBLIOGRAFÍA
▲ Ruano M, Tormo C. Manual de Soporte Vital Avanzado. 3ª Edición. Barcelona: Masson;
2003.
▲ Basic Support Working Group of the European Resuscitation Council. The 1998 European
Resuscitation Council guidelines for adult single rescuer basic life support. British Medical
Journal 1998 June 20; 316 (7148): 1870-1876.
▲ American Heart Association. AVCA Manual para proveedores. Ed. en español. ACINDES,
2002.
▲ Sociedad Española de Medicina de Emergencias. Subcomité de RCP. Recomendaciones en
Resucitación Cardiopulmonar Básica. Madrid: Arán; 1995
▲ N. Perales y Rodríguez de Viguri. Avances en emergencias y resucitación. Barcelona: Edika
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▲ Advanced Life Support Working Group of the European Resuscitation Council. The 1998 Eu-
ropean Council guidelines for adult advanced life support. British Medical Journal 1998 Ju-
ne 20; 316 (7148): 1863-1869.
▲ Coma I, García, Ruano M, Loma A, Malpartida F, Rodríguez JE. Guías de actuación clínica
de la Sociedad Española de Cardiología en Resucitación cardiopulmonar. Revista Clínica Es-
pañola de Cardiología 1999 52: 589-603.
▲ Advisor y Statements of tue International Liaison Committee on Resuscitation 1997. 97-149.
Circulation 1007 95:2172-2210.
143
CAPÍTULO 13
Capítulo 13
SOPORTE VITAL EN SITUACIONES ESPECIALES
P. Sánchez Rodríguez - M. J. Pérez Pedrero - P. Leal Sanz
▲ CONCEPTO
La parada cardiorrespiratoria en la mujer embarazada constituye una de las situa-
ciones más angustiosas para el médico de urgencias, ya que dos vidas dependen de
la actuación rápida y coordinada de un equipo multidisciplinar.
Presenta una incidencia baja:1/30.000, constituyendo factores de alto riesgo la edad
materna avanzada, multiparidad y falta de control prenatal.
▲ ETIOLOGÍA
Traumatismos, embolismo pulmonar, eclampsia, hemorragias obstétricas, arritmias,
toxicidad por drogas, insuficiencia cardiaca congestiva, disección aórtica y en raras
ocasiones cardiopatía isquémica.
▲ PRIORIDADES
● Antes de la 24 semana de gestación: Feto no viable. Manejo similar al sopor-
te vital en el adulto.
● Después de la 24 semana de gestación: Consideración del feto como poten-
cialmente viable.
▲ CAMBIOS FISIOLÓGICOS EN EL EMBARAZO QUE INFLUYEN EN EL MANEJO DEL
SOPORTE VITAL:
● Cardiovasculares: Aumento del gasto cardíaco (volumen circulante y frecuencia
cardiaca), aumento de la presión venosa en miembros inferiores y descenso de
las resistencias vasculares sistémicas y de la tensión arterial en los primeros me-
ses del embarazo. Compresión de la aorta y la vena cava inferior por el útero
grávido con descenso de la luz y el retorno venoso.
● Respiratorios: Incremento de la frecuencia cardiaca, existencia de alcalosis res-
piratoria y disminución del volumen funcional residual y reserva funcional.
● Gastrointestinales: Descenso del tono del esfínter esofágico inferior y enlenteci-
miento del vaciado gástrico con aumento de riesgo de reflujo y aspiración.
● Renales: Aumento del filtrado glomerular.
Gritar y Sacudir
Comprobar consciencia
Consciente Inconsciente
Solicitar ayuda
Solicitar ayuda
Observar y tratar
Abrir la vía aérea:
Triple maniobra
Reevaluar Retirar cuerpos extraños
a la víctima Desobstrucción
Respira No Respira
Solicitar ayuda
Ventilar:
si no se ha hecho
2 insuflaciones efectivas
Comprobar pulso
Palpar carótida 10 segundos
No Respira No Respira
Si pulso No pulso
Establecer
Paro Cardíaco
diagnóstico clínico
Desplazamiento uterino
Soporte Vital Básico si está indicado Decúbito lateral izquierdo
o manual
Golpe precordial si está indicado
Valorar ritmo
y
Comprobar pulso
FV / TVSP No FV / TVSP
Desfibrilar (x 3)
360 J RCP 3 min:
360 J - Intubar, coger vía
360 J (si no se ha hecho)
- Posición lat. Izqda.
- Adrenalina 1 mg
RCP 1 min:
- Intubar, coger vía
(si no se ha hecho) Después de 4 minutos de RCP sin éxito
- Posición lat. Izqda. Valorar Cesárea y extraer al feto (5º min)
- Adrenalina 1 mg sin interrupción de la RCP materna
146
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Fetales: Alteraciones del ritmo cardiaco, toxicidad en el SNC por agentes antia-
rrítmicos, cambios en la actividad uterina, disminución de la perfusión uterina.
● Indicación de cesárea:
Modificado de: Richard L. Page. Treatmente of arrhytmias durin pregnancy. Am Heart J 1995; 130:871-6
148
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● Calentamiento activo externo (más controvertido por menos control sobre la ele-
vación de temperatura y por el síndrome postcalentamiento).
● Calentamiento activo interno (más rápido y agresivo).
- De origen central: Por inhibición del centro respiratorio tras el paso de la co-
rriente por el cerebro.
- De origen periférico: Por contractura tetánica y parálisis del diafragma y mús-
culos torácicos (pudiendo persistir incluso tras cesar el paso de la corriente).
▲ MODIFICACIONES EN LA RCP BÁSICA:
El equipo de reanimación debe protegerse y no actuar mientras la víctima siga en
contacto con la fuente eléctrica activa; cuando la fuente sea de alta tensión debe evi-
tarse el riesgo de arco eléctrico a distancia.
● Inmovilización del raquis cervical ante la menor sospecha de lesión.
● Deben tratarse tanto aquellos que parecen clínicamente muertos como los que pre-
sentan signos vitales conservados, dado que prácticamente todas la victimas de
una descarga eléctrica que no sufren un paro cardíaco inmediato logran sobrevi-
vir (clara excepción a las normas aceptadas del triaje y actuación en catástrofes).
● Neumotórax a tensión.
● Arritmias cardíacas.
● Abuso de Beta-agonistas.
● Desfibrilación hasta tres veces si existe taquicardia ventricular sin pulso o fibri-
lación ventricular.
● Intubación orotraqueal con el mayor calibre posible.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Cañete Palomo M.L, Julián Jiménez A. Situaciones críticas en la vida materna: RCP en ges-
tantes. En: Urgencias en Ginecología y Obstetricia. FISCAM: 2003. p. 393-414.
▲ M. Ruano. Manual de Soporte Vital Avanzado. Consejo español de RCP.
▲ Walter Kloeck, Richard o. Cummins, Douglas Chamberlain. Special resuscitation situations.
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▲ Richard L. Page, MD Dallas, tex. Treatment of arrhythmias durig pregnacy American Heart
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153
CAPÍTULO 14
Capítulo 14
MANEJO INICIAL DEL POLITRAUMATIZADO
EN URGENCIAS
A. Raigal Caño - A. Blanco Bravo - P. Leal Sanz
INTRODUCCIÓN
Se puede definir el politraumatizado como todo herido con lesiones orgánicas múlti-
ples producidas en un mismo accidente y con repercusión circulatoria y/o ventilato-
ria, que conlleve riesgo vital.
El politraumatizado puede serlo solamente del aparato locomotor, denominándose
polifracturado. Si las lesiones son sólo viscerales se dice que estamos ante un poli-
traumatizado visceral. Por último, si se combinan las dos, lo que ocurre la mayor par-
te de las veces, hablamos de politraumatizado mixto.
La enfermedad traumática representa hoy día en occidente la principal causa de
muerte en las primeras cuatro décadas de la vida. La correcta valoración y trata-
miento inicial de estos pacientes ha sido desde hace años establecida por el "Ameri-
can College of Surgeons" y universalmente aceptada debido a su sencillez. El objeti-
vo es, dado las múltiples lesiones que presentan estos pacientes, el diagnóstico y
tratamiento de las mismas por orden de importancia, para lograr la reanimación efi-
caz del enfermo.
El orden de actuación es fundamental para tener éxito, no debiendo pasar de un ni-
vel a otro sin haber resuelto o puesto en práctica las medidas para solucionar el an-
terior. Por ejemplo: no debemos drenar un neumotórax a tensión si el enfermo tiene
la vía aérea obstruida y no hemos conseguido permeabilizarla. Este mismo orden evi-
ta que la "acumulación de síntomas graves" nos haga perder un tiempo precioso al
intentar resolver todo a la vez y no saber por donde empezar. Por otro lado, la ree-
valuación continua del paciente durante las primeras horas hasta su estabilización es
fundamental.
Globalmente, la mitad de las muertes se producen antes de la hospitalización del pa-
ciente y las restantes en el hospital, ocurriendo el 60% de ellas dentro de las prime-
ras 4 horas después del ingreso. Estos enfermos se mueren habitualmente en cuestión
de minutos en las roturas de corazón y grandes vasos, en horas si la causa es hemo-
neumotórax, trauma craneal o rotura de hígado o bazo, y en días-semanas por sep-
sis o fallo multiorgánico. El objetivo principal es el segundo grupo, ya que múltiples
estudios demuestran que muchas de estas muertes son previsibles y tratables por un
equipo bien entrenado.
1.-Reconocimiento primario
1. Asegurar permeabilidad de la vía aérea (figura 14.1.1) con control de la columna
cervical.
2. Asegurar correcta ventilación/oxigenación descartando neumotórax a tensión.
3. Control circulatorio: identificar y tratar el shock; cohibir la hemorragia externa.
4. Valoración neurológica: despistar edema cerebral y posibles urgencias de
neurocirugía. Hacer Escala de Coma de Glasgow.
5. Acabar de desnudar al paciente y colocar sondas (nasogástrica y vesical).
Paciente grave
Dificultad respiratoria No
Sí
Sí No
Cánula orofaríngea
Aspirar, limpiar y retirar
Sí
¿Ventila bien espontáneamente?
RECONOCIMIENTO PRIMARIO
1. ASEGURAR PERMEABILIDAD DE LA VÍA AÉREA CON CONTROL
DE LA COLUMNA CERVICAL.
Lo primero que debemos hacer es acercarnos al enfermo y preguntarle su nombre:
● Paciente consciente: Nos indica que su vía aérea está permeable y su cerebro
perfundido. Entonces, administramos oxígeno a alto flujo (50%).
● Paciente inconsciente: Se debe abrir la boca y mirar. La causa más frecuente de
muerte evitable en traumatismos graves es la obstrucción de la vía aérea por la
lengua al disminuir el nivel de conciencia. Se valorará la existencia de cuerpos
extraños en la vía aérea, fracturas mandibulares y maxilofaciales, rotura de la-
ringe y tráquea y posible lesión de la columna cervical. Si la vía aérea está obs-
truida por sangre o líquido lo aspiramos; si son sólidos, se sacan con pinzas o
con los dedos, y si es por la lengua se coloca una cánula de Guedel. Si el pro-
blema no se resuelve se procede a intubación orotraqueal. Excepcionalmente si
no se consigue la intubación, se realiza cricotirotomía o traqueotomía.
Todas estas técnicas se realizan con riguroso control cervical.
2. CONTROL DE LA RESPIRACIÓN.
Tras permeabilizar la vía aérea, se procederá a desvestir el tórax y visualizar los
movimientos respiratorios que deben ser simétricos en ambos hemitórax. Se com-
prueba la integridad de la pared torácica, así como la profundidad y frecuencia
de la respiración.
Lo inmediato y más urgente es descartar la presencia de neumotórax a tensión. El
silencio absoluto en la auscultación o la presencia de enfisema subcutáneo rápi-
damente progresivo, con clínica de grave insuficiencia respiratoria, son datos su-
gestivos de esta complicación.
Si existe este problema y sin necesidad de hacer radiografía de tórax, se procede-
rá a colocar catéter tipo Abbocath grueso (n° 14) en 2° espacio intercostal, línea
medio clavicular, y posteriormente tubo torácico de drenaje pleural, en 4°-5° es-
pacio intercostal, línea medio axilar.
3. CONTROL DE LA CIRCULACIÓN Y DE LA HEMORRAGIA.
Se debe controlar inmediatamente la hemorragia externa aplicando compresión
local directa.
La morbi-mortalidad del shock hipovolémico guarda relación directa con la duración
del mismo. Para identificar la hipovolemia debemos explorar (ver cuadro 14.1):
- Pulso: fijándonos en su amplitud, frecuencia y regularidad.
- Piel: una piel fría, pálida y sudorosa nos indica hipoperfusión.
- Relleno capilar: si es superior a dos segundos indica lo mismo.
La tensión arterial en las primeras fases del shock, puede ser normal ("fase de com-
pensación"), lo cual puede inducir a errores. Si se considera el enfermo como hi-
povolémico se deben canalizar dos vías periféricas de grueso calibre (G14) e in-
fundir rápidamente soluciones isotónicas, como Ringer lactato o suero salino al
0’9%, en sobrecarga de 1.000-2.000 cc en diez minutos, valorando la respuesta
hemodinámica del paciente y repetir si es preciso.
Se extraen muestras de sangre para analítica de rutina y pruebas cruzadas. Se
monitoriza ECG.
156
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
4. EXAMEN NEUROLÓGICO.
Se debe despistar con urgencia la presencia o no de focalidad neurológica y va-
lorar la necesidad de TAC.
Se debe explorar: Escala de Coma de Glasgow, tamaño y reacción pupilar y nivel
de conciencia.
RECONOCIMIENTO SECUNDARIO
Una vez salvada la urgencia vital se procede a un examen exhaustivo desde la cabe-
za a los pies basado en la inspección, palpación y auscultación.
Asimismo se solicita como mínimo radiografía de tórax, lateral de cervicales y antero-
posterior de pelvis.
Se realiza inmunización antitetánica, se iniciará una anamnesis sobre las patologías
previas del paciente y el mecanismo lesional del accidente, que nos permita sospechar
posibles lesiones asociadas.
1. CABEZA Y CARA.
Inspección de la cabeza buscando lesiones. Palpar el cráneo y la cara buscando
fracturas y hundimientos. Buscar otorragia uni o bilateral, hematoma en anteojos
o mastoideo ("signo de Battle") así como signos de fractura de la base del cráneo.
157
CAPÍTULO 14
2. CUELLO.
Su exploración da mucha información en el enfermo traumático. La tráquea debe
estar en la línea media. Si está desviada se debe sospechar neumotórax a tensión.
Las venas del cuello no se suelen ver por la hipovolemia. Si se visualizan es obli-
gado descartar neumotórax a tensión y taponamiento pericárdico, por ese orden.
Cuadro 14.3: Traumatismo y lesiones asociadas
Mecanismo del traumatismo Lesiones posibles asociadas
Impacto frontal: Lesión medular: TCE
Rotura del volante Traumatismo torácico anterior
Estallido del parabrisas Volet, contusión pulmonar o cardiaca
Golpe sobre el salpicadero Lesiones vasculares de grandes vasos
Trauma abdominal de piso superior
Luxaciones o fracturas de cadera
Choque por alcance Lesión cervical
Lesión cervical
Impacto lateral Trauma torácico: Volet, neumotórax
Trauma abdominal, afectación de órganos de ese lado
Salida del vehículo Polifracturado
TCE por choque con el parabrisas
Atropello Trauma torácico por choque con el capó
Trauma ortopédico por golpe frontal
Traumatismo
abdominal
ABIERTO CERRADO
Hemodinámicamente Hemodinamicamente
LAPAROTOMÍA estable inestable
LAPAROSCOPIA
Exploración clínica Punción lavado peritoneal
Laparotomía Observación
5. EXTREMIDADES Y ESPALDA.
Inspección buscando heridas, deformidades, fracturas. Fundamental palpar pulsos.
Se procederá a inmovilizar las fracturas y curar las heridas. La espalda es la gran
olvidada del politraumatizado. Se debe, con control cervical, colocar al paciente
en decúbito lateral, movilizándolo en bloque, buscando zonas de crepitación y do-
lor en ambos hemitórax y columna dorso-lumbar.
La presencia de sangre en la ropa interior o en el meato urinario contraindica en
principio el sondaje vesical, debiendo consultar a un Urólogo para su valoración.
TRATAMIENTO ESPECÍFICO: De forma individualizada se valorará ingreso en UCI,
cirugía reparadora urgente o ingreso en planta ó traslado a Centros de Cirugía es-
pecializada si fuera necesario.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Hernando Lorenzo A., Rodríguez Serra, JA, Sánchez Izquierdo Riera. Soporte vital Avanza-
do en Trauma. Masson: 2003
▲ Cachecho R, Clas D, Gersin K, Grindlinger GA. Evolution in the management of the complex
liver injury at a level I trauma center. J Trauma 1998; 45: 79-82.
▲ Fuss MA, Pasquale MD. Clinical management protocols: the bedside answer to clinical prac-
tice guidelines. J Trauma Nurs 1998; 5: 4-11; quiz 27-28.
▲ Blow O, Bassam D, Butler K, Cephas GA, Brady W, Young JS. Speed and efficiency in the re-
suscitation of blunt trauma patients with multiple injuries: the adventage of diagnostic perito-
neal lavage over abdominal computerized tomography. J Trauma 1998, 44: 287-90.
159
CAPÍTULO 15
Capítulo 15
SHOCK
P. Sánchez Rodríguez - I. López de Toro Martín-Consuegra - P. Leal Sanz
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de shock, no nos referimos a una enfermedad ni a un síndrome,
sino a una situación que puede tener origen en múltiples procesos patológicos, por
ejemplo: infarto agudo de miocardio (IAM), neumonía, hemorragia digestiva, etc. El
shock tiene una elevada mortalidad a corto plazo y cuanto más dure esta situación
más probable será el daño en diversos órganos (fracaso renal agudo, distress respi-
ratorio agudo, insuficiencia hepática, coagulopatía, etc.).
CONCEPTO
Podemos definirlo como un defecto de la perfusión tisular en que el sistema circulato-
rio es incapaz de suministrar los elementos necesarios, particularmente el oxígeno, a
los tejidos. Es un cuadro patológico generalizado que puede lesionar a todos los ór-
ganos independientemente de la causa desencadenante y el pronóstico está directa-
mente relacionado con la duración de la situación, por lo que urge un tratamiento rá-
pido antes de iniciar las medidas diagnósticas.
CLASIFICACIÓN
▲ Hipovolémico: Caracterizado por una disminución del volumen intravascular. Co-
mo respuesta compensadora se produce un aumento de la frecuencia cardíaca y
una vasoconstricción arterial y venosa como un intento de mantener el gasto car-
díaco y en el ámbito renal disminuye la excreción de sodio y agua para conse-
guir la perfusión de los órganos vitales.
▲ Cardiogénico: En esta situación la contractilidad cardíaca está alterada produ-
ciéndose una disminución del gasto cardíaco y por consiguiente una disminución
de la perfusión tisular, aunque en esta circunstancia el volumen intravascular es-
tá conservado. La causa más frecuente de shock cardiogénico es el infarto agu-
do de miocardio (IAM).
▲ Obstructivo: Está causado por una obstrucción mecánica al flujo sanguíneo y es
típico del embolismo pulmonar.
▲ Distributivo: En esta circunstancia, la alteración se produce a nivel del tono va-
somotor y está mediado generalmente por sustancias vasoactivas que ocasionan
un estancamiento venoso, y por la pérdida del tono arteriolar, una redistribución
del flujo vascular. Así mismo, se producen alteraciones en los capilares que ori-
ginan la pérdida de líquido intravascular al espacio intersticial, con lo que el vo-
lumen circulante disminuye, dándose la circunstancia de una hipovolemia relati-
va. Su ejemplo más representativo es el shock séptico.
En la tabla 15.1 se enumeran las causas más frecuentes de los diferentes tipos de
shock.
160
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
No hemorrágicos:
●
■ Quemaduras.
■ Pancreatitis aguda.
▲ Cardiogénico:
● Cardiopatía isquémica:
■ Angor.
● Miocardiopatías:
■ Miocarditis agudas.
■ Miocardiopatía dilatada.
● Valvulopatías:
■ Estenosis aórtica.
● Arritmias:
■ Arritmias ventriculares.
▲ Obstructivo:
● Embolismo pulmonar.
● Taponamiento cardíaco.
● Neumotórax a tensión.
▲ Distributivo:
● Shock adrenal.
● Shock séptico.
● Shock neurogénico.
● Shock anafiláctico.
ACTITUD TERAPÉUTICA
▲ Los objetivos del tratamiento van encaminados a: (ver cuadro 15.3)
- Mantener una presión arterial media mayor o igual de 60 mmHg.
- Asegurar una saturación arterial de oxígeno mayor o igual del 92%.
- Evitar la hipoperfusión tisular.
▲ En este punto debemos responder tres preguntas básicas:
- ¿Es necesaria la ventilación mecánica para aislar la vía aérea o como sopor-
te respiratorio?
- ¿La hipotensión arterial es lo suficientemente severa como para iniciar la re-
posición de volumen?
- ¿Existe una causa obvia o probable identificada como desencadenante de la
situación?
163
CAPÍTULO 15
UCI: unidad cuidados intensivos. PAM: presión arterial media. SNC: sistema venoso central. SDMO: síndrome
de disfunción multiorgánica. Fuente: Modificado de "Guidelines for the care of patiens in Schock". Critical
Care (cap. 26, pag. 373). Joseph M. Civetta.
Existen distintos tipos de fluidos para la resucitación siendo los más común-
mente empleados cristaloides y coloides. En un primer momento, 500-700 ml
de un coloide ó 1.000-2.000 ml de un cristaloide, durante la primera hora,
como término medio, dependiendo del grado de hipotensión.
Un hematocrito menor de 30% obliga a transfusión de hemoderivados.
D Fármacos vasoactivos (cuadros 15.4, 15.5 y 15.6).
Si la administración de volumen es insuficiente para establecer una adecuada
perfusión tisular, es necesario el uso de drogas vasoactivas.
La elección del fármaco depende de la situación hemodinámica y fisiopatolo-
gía típica de cada shock.
Es importante utilizarlas en situaciones de normovolemia, por que si las em-
pleamos antes de reponer adecuadamente el volumen intravascular, su efecto
inotrópico puede no aumentar el gasto cardíaco y únicamente aumentar la
tensión arterial (por elevación de las resistencias vasculares sistémicas).
Se utilizan en perfusión continua, a través de una vía central y nunca conjun-
tamente con soluciones alcalinas pues se inactivan.
DOPAMINA:
▲ DILUCIÓN: 1 gramo en 500cc de glucosado 5% o salino 0.9%. Diluir 5 ampollas
en 475 cc de glucosado 5% o salino 0.9%. 2 miligramos/ml.
DOBUTAMINA:
▲ EFECTOS.
1) Incrementa la automaticidad del nodo sinusal. Aumenta la conducción intraven-
tricular.
2) Efecto inotrópico positivo.
3) Vasodilatación periférica (por aumento del estimulo beta).
4) No tiene efectos dopaminérgicos sobre el riñón, pero puede aumentar la diuresis
por aumento del gasto cardiaco
5) Aumenta el flujo pulmonar y por lo tanto el shunt
▲ DOSIS: de 2-20 microgramos/kg/min. Se han llegado a emplear dosis de 40 mi-
crogramos/kg/min.
▲ DILUCIÓN: 4 viales en 420 ml de suero salino 0,9% o glucosado 5%.
Recordar que tanto la Dopamina como la Dobutamina tienen taquifilaxia sobre todo
la primera al deplecionarse los depósitos de Noradrenalina.
La Dobutamina puede tener un efecto beneficioso prolongado incluso después de re-
tirarse la perfusión.
NORADRENALINA:
▲ DILUCIÓN: 2 ampollas en 230 ml de suero salino 0,9% equivalen a 40 micro-
gramos/ml.
▲ DOSIS: 0,05 microgramos/kg/min a 0,5 microgramos/kg/min. En el shock sép-
tico se han llegado a dosis de 1,5 microgramos/kg/minuto.
La Noradrenalina actúa sobre los receptores α y β aunque preferentemente sobre
los primeros. Tiene efecto inotrópico positivo y mejorará el gasto cardíaco si el co-
razón es capaz de mejorar el aumento de la potscarga. Produce vasoconstricción
arterial y venosa. Puede producir bradicardia por efecto vagal por la hipertensión.
Produce vasoconstricción renal por lo que se debe asociar a dopamina a dosis ba-
jas.
166
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
F Tratamiento específico:
● Shock cardiogénico:
Infarto agudo de miocardio: fibrinolíticos, angioplastia primaria, balón de
contrapulsación intraaórtico, cirugía de las complicaciones mecánicas.
Tratamiento de las arritmias: antiarrítimicos, marcapasos (externos, provi-
sionales).
● Shock séptico:
Antibioterapia empírica de amplio espectro.
● Shock obstructivo:
Taponamiento cardíaco: pericardiocentesis.
Neumotórax: drenaje torácico.
Tromboembolismo pulmonar: fibrinolíticos.
● Shock adrenal:
Puede ocurrir por descompensación de una insuficiencia suprarrenal cróni-
ca o en casos sin diagnóstico previo en el curso de una situación de estrés
intercurrente. Sospechar en casos de shock refractario a fluidoterapia y va-
sopresores. Tratamiento:
- Hidrocortisona 100 mg en bolo seguidos de 100 mg cada 6-8 h iv.
- Suero salino iv si existe situación de hipovolemia e hiponatremia.
- Suplementos de glucosa para tratar la posible hipoglucemia.
G Otros fármacos:
● Esteroides:
Pueden ser útiles en los pacientes con sepsis, insuficiencia suprarrenal y/o
síndrome de resistencia periférica a los glucocorticoides.
Efectos beneficiosos: Aumentan la contractilidad miocárdica y el flujo es-
plácnico, bloquea la síntesis de óxido nítrico, regula la síntesis de los re-
ceptores adrenérgicos y actividad antiinflamatoria.
167
CAPÍTULO 15
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Kollef M, Goodenberger D. Medicina intensiva y urgencias médicas. En: Ewald GA, Mc-
Kenzie CR, directores. Manual de Terapéutica Médica. 9ª edición. Washington University;
1.997. p. 224-228.
▲ Sielenkämper A, Sibbald WJ.. The hipotensive patient. En: Andrew R. Webb, Marc J. Sha-
piro, editors. Oxford textbook of Critical Care. Oxford medical publications; 1.999. p. 215-
229.
▲ Cheatham ML. Shock: An Overview. En: Irwin and Rippe´s,editors. Intensive Care Medicine.
4th ed. Lippincott-Raven; p. 1961-1979.
▲ Sánchez Casado M, Pérez Vela JL. Shock. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Bladino A, edi-
tores. Manual de diagnóstico y terapéutica. Hospital Universitario "12 de Octubre". 4ª edi-
ción ;1.998. p. 139-149.
▲ Annane D. Corticosteroides for septic shock. Crit Care Med 2001 Vol 29, No. 7 (suppl): 117-
120.
▲ Coursin DB, Wood KE. Corticosteroid supplementation for adrenal insufficiency. JAMA
2002; 287: 236-240.
▲ F. Follath. Eficacia y seguridad de levosimendan comparado con dobutamina en insuficien-
cia cardíaca severa con bajo volumen minuto (Estudio LIDO). The Lancet 2002 Vol 360 Nº
9328; 196-202.
169
CAPÍTULO 16
Capítulo 16
MANEJO DEL ENFERMO EN COMA
A.A. Alonso García - P.E. Jiménez Caballero - P. Leal Sanz
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
El coma se engloba dentro de los síndromes clínicos por alteración de la conciencia.
Supone el desenlace final de multitud de procesos así como el debut de muchos otros.
Algunos autores han estimado su frecuencia en un 3% de los pacientes que llegan al
Servicio de Urgencias de un Hospital General.
Para su valoración es crucial la anamnesis a través de los testigos y acompañantes.
Si no los hubiera, siempre habrá que tener especial cuidado en diagnosticar y tratar
procesos de etiología precisa y rápidamente reversibles: hipoglucemia, intoxicación
por benzodiacepinas, opiáceos, etc.
El nivel de conciencia se gradúa de menor a mayor profundidad en:
▲ CONFUSIÓN: El enfermo es incapaz de pensar con la claridad y rapidez habi-
tuales, su pensamiento se hace incoherente y puede presentar alternancia de pe-
ríodos de irritabilidad con otros de ligera somnolencia.
▲ SOMNOLENCIA: El paciente se halla semidormido, pero presenta un rápido des-
pertar y movimientos de defensa ante estímulos dolorosos. Es incapaz de realizar
órdenes sencillas, el habla se limita a pocas palabras o frases cortas, no se da
cuenta de lo que ocurre alrededor y generalmente presenta incontinencia de es-
fínteres.
▲ ESTUPOR: En este estado las actividades mental y física se hallan reducidas al mí-
nimo. Sólo se despierta ante estímulos muy vigorosos y las respuestas son lentas
e incoherentes.
▲ COMA: Es incapaz de despertarse, aunque contesta con respuestas primitivas a
estímulos dolorosos. Si el coma es profundo no se obtiene ningún tipo de res-
puesta, desapareciendo reflejos corneales, pupilares, faríngeos y osteotendinosos.
▲ MUERTE CEREBRAL: también conocido como "Coma Depassé" supone la ausen-
cia de signos de actividad del córtex cerebral o tronco de encéfalo. La respiración
sólo se mantiene artificialmente. (En este estado cabe la posibilidad de donación).
ETIOLOGÍA
El mantenimiento de un adecuado nivel de conciencia requiere la integridad del sis-
tema reticular activador ascendente situado en el tronco encefálico por un lado y de
la corteza cerebral por otro, ambos conectados a través del tálamo. Se deduce fá-
cilmente que para que se produzca un coma tendremos que tener afectado el tronco
de encéfalo y/o corteza cerebral. Esta última debe estar difusamente afectada y ge-
neralmente de forma bilateral. La afectación del tronco de encéfalo puede ser prima-
ria o secundaria a un proceso supratentorial que lo comprima por herniación de ma-
sa encefálica.
Las etiologías más frecuentes se dividen en tres grupos principales (cuadro 16.1):
170
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de un paciente en coma debe componerse de:
A) Diagnóstico sindrómico: Es decir, hacer un diagnóstico diferencial con otros pro-
cesos que pueden simular un coma.
B) Diagnóstico topográfico: En la que localizaremos la estructura dañada responsa-
ble del coma.
C) Diagnóstico etiológico: Atendiendo especialmente a la anamnesis, exploración fí-
sica y pruebas complementarias.
A) Diagnóstico sindrómico: Es el paciente que se ajusta a la definición mencio-
nada y en el que se han descartado otros procesos clínicamente parecidos:
▲ DEMENCIA TERMINAL: Progresión lenta de una demencia previa, signos
de larga evolución como la rigidez espástica de las extremidades.
▲ PSEUDOCOMA PSIQUIÁTRICO: (Psicosis catatónicas, depresiones profun-
das, reacciones histéricas) se descubren con la anamnesis y la exploración;
generalmente el paciente responde a estímulos dolorosos y "se despierta"
parcial o totalmente.
▲ CUADROS DE HIPERSOMNIA: (narcolepsia, síndromes apneicos) valorar
la clínica que así lo sugiera.
▲ SÍNDROME DEL CAUTIVERIO: También denominado "Locked-in syndro-
me" o síndrome de desaferentización. Secundario a lesiones de la vía cór-
ticoespinal y córticobulbar en la base de la protuberancia. Presentan tetra-
171
CAPÍTULO 16
CHEYNE-STOKES
KUSSMAULL
APNEÚSTICA
ATÁXIA DE BIOT
EN CÚMULOS
▲ TAC CRANEAL: se debe de hacer en todos los pacientes en los que no se co-
nozca la causa del coma y es obligada si se sospecha lesión estructural. Puede
ser normal pese a tener patología orgánica en lesiones isquémicas tempranas,
encefalitis, hematoma subdural isodenso o patología de la fosa posterior.
▲ RMN CRANEAL: obtiene mejor definición en fases precoces de ictus isquémi-
cos o áreas de cerebritis, además de valorar mejor la fosa posterior, sin em-
bargo es poco útil en las hemorragias agudas. No disponible en todos los
hospitales para urgencias.
▲ PUNCIÓN LUMBAR: se debe hacer si se sospecha meningitis, encefalitis o he-
morragia subaracnoidea, o bien, para completar el estudio en pacientes sin
alteración objetivada en la neuroimagen y que aún no estén diagnosticados.
Hacer SIEMPRE DESPUÉS DEL TAC, por el alto riesgo de enclavamiento.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
Para valorar la profundidad del coma se ha establecido una escala que valorando la
respuesta ocular, verbal y motora a diferentes estímulos nos da una idea general de la
profundidad del coma, es la "ESCALA DE GLASGOW" que puntúa desde 3 (coma pro-
fundo) a 15 (sujeto normal). Se considerar coma una puntuación menor de 7-8 y se de-
bería intubar. Esta escala valora rápidamente el estado del paciente y se utiliza para
traumatismos craneales, aunque no es útil para enfermedades médicas. (Cuadro 16.2).
TRATAMIENTO
El coma debe de considerarse una EMERGENCIA MÉDICA y por lo tanto la actuación
debe ser lo más rápida posible. El tratamiento puede iniciarse incluso antes que el
diagnóstico etiológico si la situación del paciente así lo aconseja. Básicamente con-
siste en: 1) Medidas iniciales de urgencia, 2) Medidas generales y por último 3) Me-
didas etiológicas.
1.- MEDIDAS INICIALES DE URGENCIA:
▲ Lo primero que debemos hacer es mantener libre la vía aérea (guedel, aspirar se-
creciones), una vez realizado ésto se valorará la necesidad de oxigenación me-
diante ambú o intubación y ventilación asistida (siempre por personal experimenta-
do), teniendo en cuenta en pacientes con traumatismos la inmovilización cervical.
▲ Después se procederá a la estabilización hemodinámica, revirtiendo situaciones
de shock con reposición de líquidos, cierre de posibles heridas, así como trata-
miento de las alteraciones del ritmo cardíaco. Simultáneamente se canaliza la
vía parenteral se obtienen muestras sanguíneas para analítica.
▲ Posteriormente se administra una ampolla de vitamina B1 y 20 cc de suero glu-
cosado al 50%, para tratar hipoglucemia o alcoholismo. Si no se recupera y pu-
diéramos estar ante una sobredosis de opiáceos y/o intoxicación por benzio-
diacepinas se administran 2 ampollas i.v. de naloxona y 2 ampollas de
flumacenil respectivamente.
▲ Una vez estabilizado paciente y llevados a cabo las primeras medidas terapéu-
ticas deberemos seguir con el diagnóstico etiológico si es posible.
2. MEDIDAS GENERALES:
▲ Colocación de barras laterales e incluso sujeción mecánica, con elevación de la
cabecera a 30° (quedará reflejado en la historia clínica el motivo de la sujeción
mecánica).
▲ Aspiración de secreciones y fisioterapia respiratoria.
▲ Sondaje nasogástrico y vesical.
▲ Evitar escaras mediante cambios posturales y protección-lubricación ocular.
3. MEDIDAS ETIOLÓGICAS:
En función de la causa subyacente (ver capítulo correspondiente según la etiología).
▲ Si es una lesión orgánica podría precisar tratamiento quirúrgico.
176
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Clinical approach to Stupor and Coma. En:Bradley et al.Neurology in clinical Practice. Phi-
ladelphia.Elseiver;2004.P.43-64.
▲ Coma y otros trastornos relacionados del conocimiento. En: Adams R, Víctor M, Ropper A.
Principios de neurología. 6ª ed. México DF: McGraw Hill Internacional; 1999. P. 302-322.
▲ Urbano-Márquez A, Estruch R. Generalidades: Coma y otros trastornos de la conciencia. En:
Farreras P, Rozman C, editores.Medicina Interna 12ª ed. Barcelona: Doyma; 1992.p.1326-
1330.
▲ Martín Araguz A, Ruiz Aláez A. Comas. En: Moreno Martínez JM, editor. Urgencias en Neu-
rología. 2ª ed. Madrid: FAES; 1998.p.264-278.
▲ Plum F, Posner JD. The diagnosis of stupor and coma. 3th. ed. Philadelphia: Davis Co; 1980.
▲ Trastornos de la vigilancia. En: Zarranz JJ, editor. Neurología. 2ª ed. Madrid: Harcourt Bra-
ce; 1998. p. 173-193.
177
CAPÍTULO 17
Capítulo 17
MANEJO DEL POSIBLE DONANTE DE ÓRGANOS
A. A. Alonso García - I. Salaverría Garzón
M. Cruz Acquaroni - P. Leal Sanz
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
El aumento significativo de transplantes de órganos en los últimos años, tanto en la
variedad de los receptores como en el tipo de órgano susceptible de ser transplanta-
do de forma exitosa, precisa de un aumento correlativo del número de donantes po-
tenciales.
Hoy día, la mayoría de los órganos y tejidos se obtiene de donantes en situación de
muerte encefálica. Estos pacientes deben ser rápidamente identificados en el Servicio
de Urgencias, para iniciar un proceso de manejo y preparación del donante mien-
tras se instaura el proceso de donación.
Se define muerte encefálica como el cese irreversible en las funciones de todas las es-
tructuras neurológicas intracraneales, tanto en los hemisferios cerebrales como en el
tronco del encéfalo. Para ello son precisos los siguientes requisitos:
● Criterio:
Existencia de coma estructural de causa conocida y carácter irreversible:
● Condiciones previas:
– Estabilidad hemodinámica
– Temperatura corporal superior a 32°
– Ausencia de efecto depresor en el Sistema Nervioso Central por drogas, tóxi-
cos o fármacos.
– Ausencia de graves alteraciones metabólicas.
● Diagnóstico clínico:
Realización de una exploración neurológica muy rigurosa. El paciente se encon-
trará en situación de coma profundo y arreactivo con hipotonía generalizada.
1. EXPLORACIÓN ALGÉSICA: Ausencia de respuesta tras estimulación sobre el te-
rritorio de los pares craneales, como la región supraorbitaria o articulación tem-
poromandibular.
2. EXPLORACIÓN DE REFLEJOS TRONCOENCEFÁLICOS:
- Fotomotor: Pupilas de tamaño medio o midriáticas arreativas a la luz.
- Corneal: Ausencia de respuesta (contracción palpebral y/o lagrimeo) a la es-
timulación de la córnea con torunda de algodón.
- Oculocefálico: Manteniendo abiertos los ojos del paciente y tras realización
de rápidos movimientos laterocervicales, la mirada permanece centrada y
sin observarse movimiento ocular.
- Óculovestibular: Ausencia de nistagmo tras inyección de 50 ml de solución
fría en el conducto auditivo externo. (En condiciones normales y con la ca-
becera del paciente a 30° se provoca nistagmo con componente lento hacia
el oído irrigado).
- Nauseoso: No respuesta tras estimulación del velo del paladar blando, úvu-
la y orofaringe.
- Tusígeno: Introducción de la sonda por el tubo endotraqueal.
178
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 18
DOLOR TORÁCICO
E. Lázaro Fernández - L. Rodríguez Padial
INTRODUCCIÓN
El dolor torácico es una de las causas más frecuentes de consulta a un Servicio de Urgen-
cias (SU), representando entre un 5%-20% de las urgencias de un Hospital General. Exis-
ten múltiples causas de dolor torácico (cuadro18.1), muchas de las cuales no requieren in-
greso hospitalario. El problema más importante a la hora de evaluar un dolor torácico
estriba en diferenciar patología potencialmente mortal de molestias torácicas que no com-
prometen la vida del enfermo. Entre los pacientes que acuden al SU por dolor torácico, el
50% aproximadamente se orienta, en un principio, como de origen isquémico, no confir-
mándose en la mitad de los casos el diagnóstico posteriormente; a su vez, entre un 2%-
10% de los pacientes que son dados de alta desde el SU, por no considerar el cuadro clí-
nico sugestivo de síndrome coronario agudo, presentan un infarto agudo de miocardio
(IAM), siendo alta la mortalidad de estos pacientes. El reto fundamental del SU es, por una
parte, evitar ingresos innecesarios que sobrecargan económicamente al sistema sanitario,
y, por otra, no dar de alta a pacientes con patologías potencialmente peligrosas.
2. Antecedentes familiares (varones < 55 años y mujeres < 65 años con enfer-
medad coronaria) y personales de cardiopatía isquémica. Antecedentes per-
sonales de enfermedad aterosclerótica a otros niveles (claudicación intermi-
tente, enfermedad carotídea).
3. Antecedentes de infección: A favor de neumonía o pericarditis.
4. Uso de determinados fármacos: Hidralazina, Isoniacida, Procainamida, que
pueden provocar sintomatología en del contexto de un lupus medicamentoso
(pseudolupus).
5. Antecedente de inmovilización: Que haría sospechar tromboembolismo de
pulmón (TEP).
2. Características del dolor:
1. Comienzo: Brusco, progresivo.
2. Localización: Retroesternal, precordial, costal.
3. Irradiación: Cuello, mandíbula, brazos...
4. Duración: segundos, minutos, horas o días.
5. Causas desencadenantes: Ejercicio, frío, ingesta.
6. Circunstancias que alivian el dolor: Reposo, nitroglicerina sublingual (NG sl),
antiácidos, analgésicos...
7. Síntomas asociados: Disnea, sudoración, náuseas, vómitos, parestesias,
síncope.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA:
Es obligado realizar una adecuada exploración física en los 5 minutos siguientes
a la llegada del paciente:
1. Estado general.
2. Valorar signos vitales: Tensión arterial tomada en ambos brazos. Frecuencia
cardiaca, frecuencia respiratoria y temperatura.
3. Exploración de arterias carótidas y venas yugulares: Aumento de presión ve-
nosa yugular que podría indicar Insuficiencia Cardiaca (IC) Derecha o tapona-
miento cardiaco. Soplos.
4. Auscultación cardiaca (AC): en busca de soplos, roce pericárdico (para facilitar
su audición se debe auscultar en decúbito y en sedestación) y tercer o cuarto
ruido (audible en IC e IAM).
5. Palpación torácica: Encaminado a reproducir el dolor (la reproducción del do-
lor orienta a patología osteomuscular).
6. Inspección torácica: En busca de lesiones dérmicas de Herpes zoster o la pre-
sencia de contusiones.
7. Auscultación pulmonar: La presencia de crepitantes unilaterales orienta el diag-
nóstico hacia una neumonía, si son bilaterales hacia edema agudo de pulmón
(EAP). La hipoventilación aparece en presencia de derrame pleural o neumotó-
rax y la hipofonía cuando existe derrame pleural.
8. Exploración abdominal: No debe obviarse ya que va encaminada a descartar
causas del dolor que sean de origen infradiafragmático (p.ej: Pancreatitis).
9. Exploración de EEII: Se deben palpar los pulsos periféricos, buscando asimetría
que orientaría a disección de aorta (Disección Ao). Se debe descartar la pre-
sencia de signos de trombosis venosa profunda (TVP) que podría justificar un
dolor torácico por tromboembolismo de pulmón (TEP).
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
En el SU existe la posibilidad de solicitar determinadas pruebas complementarias
que permitirán orientar, incluso alcanzar un diagnóstico:
183
CAPÍTULO 18
Las características del dolor permiten distinguir diferentes perfiles clínicos, que nos
orientan en las posibles causas de la clínica del paciente. Estos perfiles se indican a
continuación y se resumen en la cuadro 18.3.
1. PERFIL ISQUÉMICO: (Ver capítulo 19):
1. Angina de pecho: Frecuentemente opresivo, retroesternal o precordial con irradia-
ción a brazo izquierdo, derecho o mandíbula, con una duración inferior a 20 mi-
nutos. Desencadenado con el ejercicio o estrés. Mejora con Nitroglicerina sublin-
gual (NG sl), y no varia con los movimientos respiratorios ni la postura. Suele
asociarse a cortejo vegetativo importante (sudoración fría, náuseas y vómitos).
– Se dice que el dolor es típico para angina de esfuerzo, el más específico, cuan-
do tiene las características (tipo, irradiación) y los factores desencadenantes
(ejercicio, estrés) típicos de ésta. Se considera atípico cuando tiene las caracte-
rísticas pero no los factores desencadenantes o viceversa, los factores desenca-
denantes y no las características. El dolor torácico no coronario no tiene ni las
características ni los factores desencadenantes típicos de la angina de esfuerzo.
– Hay una serie de características que hacen poco probable que el dolor sea
isquémico. Las más importantes son: dolor pleurítico, dolor localizado fun-
damentalmente en abdomen (meso e hipogastrio), cualquier dolor localiza-
do “a punta de dedo”, dolor constante que permanece durante días, dolor
de pocos segundos de duración, y dolor irradiado a extremidades inferiores
o por encima de la mandíbula.
2. Infarto de miocardio: De similares características al previo, pero de mayor
duración, que no cede con el reposo ni la NG sl.
2. PERFIL PLEURÍTICO: Dolor punzante, de localización costal que puede irradiarse a
cuello y que aumenta con la inspiración.
1. Neumotórax: (ver capítulo 37) El paciente suele ser joven, delgado, fumador.
Dolor repentino, de localización en zona costal lateral, que se asocia a respi-
ración superficial y disnea.
2. Neumonía: Asociado a fiebre, tos con expectoración purulenta.
3. TEP: (Ver capítulo 35): Antecedentes de inmovilización o de TVP. Dolor punzan-
te, repentino, intensificado con la tos y la respiración. Se asocia con respiración
entrecortada, disnea, tos, hemoptisis, síncope o palpitaciones.
3. PERFIL OSTEOMUSCULAR: Dolor insidioso, persistente, muy localizado. Duración
variable (incluso de días o semanas). Exacerbado con la tos y movilización. Se
asocia con traumatismo.
4. OTROS:
1. Perfil de patología aórtica aguda: (Ver capítulo 27): Antecedentes de
HTA. Dolor súbito, intenso. En el caso de disección aórtica, puede aso-
ciarse a síncope, déficits neurológicos o insuficiencia aórtica, según
localización y progresión de la disección.
2. Perfil esofágico: Antecedentes de reflujo, disfagia o hernia de hiato.
Duración variable. Se agrava con la ingesta y mejora con antiácidos.
3. Perfil psicógeno: Antecedentes de ansiedad. Duración variable (horas) con exa-
cerbaciones. Se asocia a hiperventilación (parestesias) y palpitaciones.
4. Perfil pericárdico: (Ver capítulo 24): Antecedentes de infección respiratoria,
IAM o uso de determinados fármacos. Dolor punzante, se agrava con la respi-
ración y mejora inclinándose hacia delante o con la sedestación.
Las Figuras 18.1 y 18.2 resumen los aspectos fundamentales de la evaluación clínica
del dolor torácico y del dolor isquémico en Urgencias.
185
CAPÍTULO 18
Dolor torácico
Sí No
Sí No
P. PLEURÍTICO P. ISQUÉMICO
Duración
IAM ANGINA
PATOLOGÍA AÓRTICA AGUDA
¿Desencadenado por esfuerzo o estrés?
NO SÍ
SÍ NO
SÍ NO
10 minutos
CPK. CPK-MB.TROPONINA I
30 minutos
12- 24 horas
BIBLIOGRAFÍA
▲ Braunwald E. The History: Cardinal Symptoms of heart disease: Chest pain or discomfort. En:
Braunwald E. A textbook of Cardiovascular medicine. 5th ed, New York: Saunders; 1999. p.
3-7.
▲ O´Rourke RA, Shaver JA. The history, physical examination and cardiac auscultation: Chest
pain. En: Schlant RC, Alexander RW, Fuster V, editors. Hurst´s the Heart. 9th ed. New York:
McGraw-Hill; 1998. p. 231-236.
▲ Erhardt L et al. Task force on the management of chest pain. Eur Heart J 2002; 23, 1153-
1176.
▲ Bayón J, Alegría E, et al. Unidades de dolor torácico. Organización y protocolo para el
diagnóstico de los síndromes coronarios agudos. Rev Esp Cardiol 2002; 55(2):143-154.
▲ Lee TH, Goldman L. Evaluation of the patient with acute chest pain. N Engl J Med 2000; 342:
1187-95.
189
CAPÍTULO 19
Capítulo19
SÍNDROME CORONARIO AGUDO
M.A. Marín Ruiz - P. López-Reina Torrijos - M. Rodríguez Alonso
P. Leal Sanz
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
● Desde que Herrick publicara en 1912 las características clínicas de la trombo-
sis coronaria aguda, el conocimiento de la cardiopatía isquémica ha ido en con-
tinuo desarrollo, apareciendo en los últimos años nuevas posibilidades en su
diagnóstico y tratamiento. En este capítulo se realiza una revisión de los aspec-
tos clínicos básicos y nuevas estrategias de manejo.
● El dolor torácico de perfil isquémico constituye la expresión clínica de un dis-
balance entre la demanda miocárdica de oxígeno y el aporte recibido de las ar-
terias coronarias y cuya causa fundamental es la enfermedad coronaria secun-
daria a arterioesclerosis.
● La ateromatosis coronaria aislada, sin trombosis, es un proceso lento y muchas
veces subclínico. Las placas ateromatosas “se complican” cuando sufren ero-
sión, fisuración o rotura, desencadenando hemorragia, agregación plaquetaria
y trombosis. En la mayoría de los casos este proceso cursa de forma asintomá-
tica, con la formación de un trombo no oclusivo o una hemorragia limitada al
interior de la placa, seguida de una fase de cicatrización con un depósito de co-
lágeno y fibrosis, que da como resultado una placa estabilizada pero más es-
tenótica. Pero si el proceso es extenso, provocará isquemia aguda. Hablamos
por tanto de “Síndrome coronario agudo (SCA)”, para referirnos a diferentes
situaciones clínicas que presentan una base anatómica común y un mismo me-
canismo fisiopatológico: La rotura de la placa de ateroma con distintos grados
de trombosis sobreañadida y embolización distal.
● En la práctica, se distinguen dos tipos de pacientes:
Modificado de Killip,T y Kimball,J T., Treatment of myocardial infarction in a coronary care unit.
A two year experience with 250 patient, Am. J. Cardiolo. 20: 457, 1967
191
CAPÍTULO 19
Modificado de River NT et al. Reinfarction after thrombolytic therapy for acute myocardial in-
farction followed by conservative management: Incidence and effect of smoking. J Am Coll Car-
diol 1990; 16:340-348
* Heparina Na: Bolo IV de 4.000 unidades seguido de perfusión contínua a 1.000 unidades
hora (TTPA: 1,5-2veces).
▲ ANGIOPLASTIA
La angioplastia consiste en la introducción de un catéter provisto de un balón, con
una guía metálica, a través de una arteria periférica (femoral o braquial) y atrave-
sar el trombo que ocluye la arteria. Permite la reperfusión rápida en tres situacio-
nes: 1°- Utilizada en lugar del tratamiento trombolítico, 2°- Cuando la trombolísis ha
fracasado, 3°- Después de una trombolísis exitosa, con estenosis residual grave.
199
CAPÍTULO 19
▲ IDENTIFICACIÓN ELECTROCARDIOGRÁFICA:
• Descenso de ST de más de 1 mm. (0,1 mV) en dos o más derivaciones contiguas
asociado a contexto clínico compatible indica SCA.
• Ondas T invertidas (de más de 1 mm) en derivaciones con ondas R.
• Desviación inespecífica del segmento ST y cambios de onda T menos de 1 mm.
(menos específico).
• Aparición transitoria de bloqueos de rama coincidiendo con el dolor.
• Un 5% de los pacientes con ECG y clínica sugerente pueden evolucionar a SCA.
• En el diagnóstico de estos pacientes adquiere, por tanto, especial importancia:
• Comparar ECG previos con el ECG coincidiendo con la crisis de dolor valoran-
do los posibles cambios.
• Ser prudente al valorar pacientes con ECG que sugieran historia de arterioes-
clerosis (necrosis previa, isquemia residual etc.).
200
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ TRATAMIENTO ANTIISQUÉMICO
(Las formas de administración, efectos secundarios y contraindicaciones de los fár-
macos están reflejados en el apartado del SCACEST).
• NITROGLICERINA: Se puede contemplar su uso si no existen contraindicaciones.
• BETABLOQUEANTES: En el SCASEST el beneficio fundamental está en su efecto
sobre los receptores b1, que produce una disminución del consumo de oxígeno
por el miocardio. En los pacientes de alto riesgo que lo toleren es preferible el
tratamiento intravenoso. No existen datos que evidencien una mejor respuesta
de un betabloqueante sobre otro.
• CALCIOANTAGONISTAS: Benzotiazepinas (Diltiazem): De utilidad en pacientes
con contraindicación para tratamiento con betabloqueantes. Efecto protector de
los eventos isquémicos en pacientes con IAM sin onda Q. Fenilalquilaminas (Ve-
rapamil): Pueden producir bloqueo de la conducción A-V. Buena alternativa en
pacientes con contraindicación a betabloqueantes. Dihidropiridinas (Nifedipi-
no): Existen varios análisis que sugieren un efecto negativo, dependiente de la
dosis sobre los pacientes con enfermedad coronaria.
Los antagonistas del calcio son los fármacos de elección en la angina vasoespástica.
La utilización de dihidropiridinas y betabloqueantes es una asociación segura para el
control de la angina refractaria.
Se ha evidenciado un aumento en la incidencia de IAM en tratamiento con monoterapia
de la angina inestable.
▲ TRATAMIENTO ANTIAGREGANTE
• Aspirina: En pacientes con SCASEST reduce en un 50% el riesgo de
muerte/IAM.
• Trifusal: A dosis de 300mg/8 horas de utilidad en pacientes con intolerancia a
Aspirina.
• Clopidogrel: 1°) Pacientes con SCASEST de bajo riesgo e intermedio, 2°) Previo
a cateterismo si no se le ha dado tratamiento con inhibidores GpIIb/IIIa, 3°) En
todo paciente durante los 30 días siguientes a la angioplastia, sobre todo si se
ha implantado stent. 4°) Si se asocia a aspirina se recomienda disminuir la do-
sis de la aspirina a menos de 100 mg/día para disminuir el riesgo de hemo-
rragias.
▲ INHIBIDORES DE LOS RECEPTORES GLICOPROTEICOS GPIIb/IIIa PLAQUETARIOS:
El receptor glicoprotéico IIb/IIa (GpIIb/IIIa) es una molécula adhesiva integrínica
que constituye la vía final común de la agregación plaquetaria. Es muy abundan-
te (50.000-70.000 por plaqueta) de lo que se deriva su importancia para consti-
tuir con el fibrinógeno la base del trombo blanco.
• Eptifibatide: 1°) Pacientes con SCASEST de alto riesgo donde existe intención de
revascularización en las siguientes 48 horas. 2°) Pacientes con SCASEST de alto
riesgo con intención de revascularización precoz. Dosis: 180 µg/kg en bolus IV,
después dosis de 2µg/kg/minuto en infusión IV. Precauciones: Recordar que la
función plaquetaria se recupera a las 4-8 horas de suspender el fármaco.
• Tirofiban: 1°) Pacientes con SCASEST que van a ser sometidos a revasculariza-
ción precoz. 2°) Pacientes con SCASEST de alto riesgo que no se van someter a
201
CAPÍTULO 19
Estratificación de riesgo:
Capítulo 20
INSUFICIENCIA CARDIACA.
EDEMA AGUDO DE PULMÓN
P. González Pérez - J. Alcalá López - L. Rodríguez Padial
CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN
– Se denomina insuficiencia cardiaca (IC) al síndrome caracterizado por la presencia de
síntomas y signos de hipertensión venosa pulmonar (disnea) y/o sistémica (edemas) o
de gasto cardíaco bajo (fatiga), atribuibles a la disfunción mecánica del corazón.
– Podemos clasificar a la IC según varios aspectos:
– En función de la clínica predominante en IC izquierda (donde predominan los sín-
tomas de congestión pulmonar) e IC derecha (donde los síntomas que predominan
son los de congestión sistémica).
– En función de la fisiopatología en IC sistólica (donde predomina la disminución de
fuerza contráctil del miocardio) e IC diastólica (donde predomina la dificultad al
llenado ventricular, con función sistólica conservada) (Cuadro 20.1).
ETIOLOGÍA
● La etiología de la IC es múltiple, ya que la IC es la vía final de multitud de patolo-
gías que afectan al corazón (cuadro 20.2).
Fuente: Guías de actuación en IC. Rev Es Cardiología. Vol 52, sup 2. 1999
206
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ESTUDIO DIAGNÓSTICO
● En una primera aproximación, al paciente con sospecha de IC en Urgencias, to-
mamos las constantes (Tensión Arterial (TA), Frecuencia cardiaca (FC), Frecuencia
Respiratoria (FR) y Temperatura (Tª)), realizamos un ECG y una gasometría arte-
rial (preferentemente basal, GAB), comenzando con la oxigenoterapia. Una vez
comprobada la estabilidad clínica del paciente pasamos a realizar una anamne-
sis y exploración física detenida.
a) Antecedentes:
● Debemos investigar principalmente sobre factores de riesgo cardiovascular, car-
diopatías previas (estudios y diagnósticos sobre las mismas) y tratamiento ac-
tual. Además debemos recabar otros datos de interés, como enfermedades con-
comitantes (con especial atención a las pulmonares) y factores de riesgo para
tromboembolismo pulmonar (TEP).
● También nos será de gran ayuda conocer la situación basal del paciente, fun-
damentalmente el grado funcional que presentaba previamente (usamos la cla-
sificación funcional de la NYHA, cuadro 20.3).
b) Historia actual:
● En la IC podemos encontrar síntomas por congestión pulmonar, congestión sis-
témica o por bajo gasto (Cuadro 20.4).
● Siempre debemos indagar sobre los posibles factores precipitantes que han
llevado al paciente a la situación de IC (cuadro 20.5).
207
CAPÍTULO 20
c) Pruebas complementarias:
● ANALÍTICA: Sistemático de sangre (anemia, puede ser la única causa de IC si
Hb<5 o Hcto<25%); estudio de coagulación (TEP, IAM, toma de anticoagulantes);
GAB (efecto shunt, hipoxemia con normo-hipocapnia); sistemático de orina (io-
nes en orina, insuficiencia renal prerrenal); bioquímica: urea y creatinina (insufi-
ciencia renal), iones (sodio bajo signo de mal pronóstico, alteraciones del pota-
sio), CPK-mb y troponina I (C. Isquémica aguda).
● PÉPTIDO NATRIURÉTICO CEREBRAL (BNP): Parámetro que se encuentra eleva-
do en el caso de ICC (por encima de 70 pg/ml, o 20 pmol/l). Útil en el caso de
diagnósticos complicados, descartándose disnea secundaria a ICC en el caso de
no elevarse por encima de los valores de corte ya que dicho test tiene un valor
predictivo negativo muy alto (95-98%) y pudiendo tratarse de disnea secunda-
ria a ICC en el caso de valores altos con alta probabilidad (sensibilidad del 93-
98% y especificidad del 85-90%).
● ECG: A veces puede diagnosticar el factor desencadenante (Fibrilación auricu-
lar, IAM, ondas q patológicas, crecimiento de cavidades...). Generalmente pa-
tológico, si fuese normal dudar del diagnóstico de IC.
● RADIOGRAFÍA DE TÓRAX:
- Signos de congestión venosa: Redistribución del flujo (hipertensión pulmonar
postcapilar), edema intersticial (líneas de Kerley, derrame pleural, derrame en
cisuras) y edema alveolar (infiltrados alveolares algodonosos hileofugos, respe-
ta bordes del tórax, frecuentemente simétricos, en ancianos a veces en bases).
- Cardiomegalia: Sin la presencia de ésta pensar en IC diastólica o aguda.
- Otros: infiltrados neumónicos, signos de EPOC.
c) Diagnóstico diferencial
● EPOC REAGUDIZADO:
- Historia de tabaquismo, tos y expectoración crónica. Ingresos previos por
reagudizaciones EPOC.
- Auscultación pulmonar (AP): disminución del murmullo vesicular, sibilancias
y roncus, alargamiento espiratorio.
- BNP bajo.
- Rx tórax: enfisema, signos de hipertensión pulmonar (HTP).
- GAB: Hipercapnia con o sin hipoxemia. Acidosis menor de la esperada.
- ECG: Sobrecarga de cavidades derechas. Frecuentes arritmias supraventri-
culares (taquicardia sinusal, fibrilación y flutter auricular).
● TROMBOEMBOLISMO PULMONAR:
- Factores de riesgo para TEP.
- Disnea brusca inexplicable.
- Dolor torácico pleurítico o isquémico.
- AP normal. BNP bajo.
- Rx tórax normal, o sin hallazgos que justifiquen la clínica.
- GAB: hipoxemia con hipocapnia.
- ECG: taquicardia sinusal, eje derecho, bloqueo de rama derecha.
209
CAPÍTULO 20
c) Clasificación
TRATAMIENTO
a) Tratamiento de los factores precipitantes
En muchas circunstancias el tratamiento de los factores precipitantes se debe ins-
taurar de manera simultánea con el tratamiento específico de la insuficiencia car-
díaca. Dentro de los factores precipitantes más frecuentes tenemos:
● Fibrilación auricular: en este caso, fundamentalmente realizamos un control de
la frecuencia y cardioversión eléctrica si precisa.
● Hipertensión arterial (ver tratamiento de emergencia hipertensiva, tema 26).
● Estenosis aórtica y miocardiopatía hipertrófica: en estos casos el tratamiento se-
ría el mismo, pero teniendo en cuenta:
- No disminuir la TA sistólica más de 100 mmHg.
- Traslado cuanto antes a UCI si situación inestable.
- Si hipotensión severa secundaria al tratamiento, administrar Metoxamina IV
(0.25-0.5 mg).
● Insuficiencia renal: valorar la necesidad de hemodiálisis.
● Infección a nivel respiratorio o sistémico.
b) Medidas generales
● Posición semisentada.
● Vía venosa y sonda vesical.
● Oxigenoterapia: Ventimask al 28-50% (si signos de retención de CO2 o EPOC
conocido reducir al 24%).
● Monitorización ECG y TA.
c) Tratamiento farmacológico
Fundamentalmente disponemos de tres grupos de fármacos: diuréticos, vasodilata-
dores e inotrópicos.
● Diuréticos: el más usado es la Furosemida, en ampollas de 20 mg o compri-
midos de 40 mg, con un primer efecto vasodilatador venoso; con una dosis má-
xima en función de la diuresis y la función renal.
210
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● Vasodilatadores:
- Nitroglicerina (ampollas de 5 y 50 mg): con una dosis mínima en dilución de
0.3mg/h y máxima de 4mg/h. Diluimos 50 mg en 500 cc de suero gluco-
sado al 5% comenzando a 10-20 ml/h (1-2 mg/h) y variando la dosis se-
gún respuesta de la TA (manteniendo TA sistólica por encima de 90 mmHg).
La retirada de esta medicación debe ser de forma paulatina. Está relativa-
mente contraindicada en congestión venosa sistémica.
- Cloruro mórfico (ampollas de 10mg): se diluye 1 ampolla en 9 cc de suero
comenzando a dosis IV de 2-4 mg/minuto (2-4cc de la dilución en infusión
lenta, en esta dilución la equivalencia de mg/ml es de 1:1), repitiendo cada
10-15 minutos hasta un máximo de 15 mg. Se encuentra contraindicado en
disminución del nivel de conciencia, hipotensión y retención de CO2.
- Nitroprusiato: (ampollas de 50mg): se utiliza fundamentalmente en edema
agudo de pulmón secundario a emergencia hipertensiva, insuficiencia mitral
severa aguda o Insuficiencia aórtica severa aguda. Se realiza una dilución
de 50mg en 500cc de suero glucosado al 5% comenzando a dosis de
0.5mcg/Kg/min (para un hombre de 70kg a 10ml/h), con un máximo de
5mcg/kg/min. La dilución debe protegerse de la luz.
● Inotrópicos: (ver capitulo de Shock)
- Digoxina (ampollas de 0.25mg): con indicación fundamental para control de
frecuencia en fibrilación auricular rápida. Dosis de ataque de 0.5mg o de
0.25mg (si tomaba digoxina previamente).
- Dopamina (ampollas de 50 y 200mg): con dosis de inicio de 2mcg/kg/min
y máxima de 10mcg/kg/min. Se realiza una dilución de 250mg en 250cc
de suero glucosado comenzado a dosis de 10ml/h con un máximo de
40ml/h. Se encuentra relativamente contraindicado en paciente con frecuen-
cia cardiaca rápida (proarritmogénica). A dosis bajas mejora la diuresis por
vasodilatación a nivel renal.
- Dobutamina, (ampollas de 250mg): con dosis de inicio de 2mcg/Kg/min y
máxima de 10mcg/kg/min. Diluimos 250mg en 250cc de suero glucosado
al 5% comenzando a dosis de 10ml/h con un máximo de 40ml/h. Se en-
cuentra contraindicado en paciente hipotenso.
- Milrinona, (ampollas de 10 mg): Se comienza con un bolo IV de 50 mcg/kg
en 10 minutos, continuando con infusión de 0,375-0,75 mcg/kg/min hasta
dosis máxima de 1,13 mg/kg/día.
- Levosimendán (SIMDAX), viales de 5ml con 12,5mg: Se trata de un nuevo
inotrópico del tipo calcio-sensibilizante, con la propiedad de aumentar la
contractilidad ventricular sin aumento de las necesidades de oxígeno y pro-
duce vasodilatación coronaria y sistémica. Es un fármaco bien tolerado con
pocas interacciones y sin poder arritmogénico. Las dosis de carga es de 6-
12 mcg/Kg administrada en 10 minutos continuando con una infusión con-
tinua de 0,05-0,02 mcg/Kg/min; sin precisar ajuste de dosis en insuficien-
cia renal o hepática leve-moderada.
● Otros: como anticoagulación, IECAs, bicarbonato, etc. según situación indivi-
dualizada
211
CAPÍTULO 20
CRITERIOS DE INGRESO
a) Criterios de ingreso en UCI
● Necesidad de intubación y ventilación mecánica.
● EAP sin mejoría tras tratamiento inicial, a los 20-30 minutos de comenzar el
mismo.
● IC grave sin mejoría tras tratamiento inicial (a los 20-30 minutos)
● IC grave y estenosis aórtica o miocardiopatía hipertrófica
b) Criterios de ingreso en planta
● EAP e IC grave con mejoría tras tratamiento inicial de urgencias
● IC moderada con:
– Sospecha de estenosis aórtica o miocardiopatía hipertrófica
– Historia de angor reciente
213
CAPÍTULO 20
ALGORITMO DIAGNÓSTICO
TÉCNICA INFORMACIÓN
DIAGNÓSTICA PROPORCIONADA
ANTECEDENTES:
HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN SÍNTOMAS ASOCIADOS:
FÍSICA DIRIGIDAS
EXPLORACIÓN FÍSICA
INICIAR TA, PVY, frecuencia cardíaca
TRATAMIENTO AC: Soplos, galope
AR: estertores, sibilancias
MONITORIZACIÓN ECG
PROLONGADA Isquemia, necrosis previa
Alteraciones del ritmo
Crecimiento cavidades
Hemoglobina y hematocrito
ANALÍTICA Urea, creatinina
Iones
CPK, CPK-MB, troponina
BNP
BIBLIOGRAFÍA
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de urgencias. Criterios de ingreso y ubicación. En: F. Fernández-Avilés (ed). Guías de ac-
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▲ Levosimendán: un nuevo fármaco no arritmogénico con doble acción en la insuficiencia car-
diaca congestiva descompensada. Drugs and therapy prespectives 2001; Vol. 17 (20):1-5
215
CAPÍTULO 21
Capítulo 21
MANEJO DE LAS ARRITMIAS EN URGENCIAS
M. A. Marín Ruiz - E. Castellanos Martínez - P. Leal Sanz
CONCEPTOS
▲ Se considera arritmia a toda alteración del ritmo cardíaco sinusal normal.
▲ El ritmo sinusal normal se inicia en la aurícula derecha y se traduce en el ECG por
la aparición de la onda P, positiva en II, III, aVF y negativa en aVR. La transmisión
del impulso al nodo AV se refleja en la duración del intervalo PR, que en ausencia
de preexcitación o bloqueo AV, en el adulto oscila entre 0.12 y 0.20 segundos.
Cuando el impulso alcanza el haz de His se distribuye a los ventrículos, dando lu-
gar al QRS estrecho. Por último, aparece la re-
polarización ventricular, reflejada en el ECG Figura 21.1
con la onda T, que tiene, en condiciones nor-
males la misma polaridad que la onda P.
▲ La frecuencia sinusal en reposo oscila entre 60
y 100 latidos por minuto.
▲ Debemos recordar que los términos arritmia e
irregular no son sinónimos, y no implican siem-
pre patología debiendo valorar siempre su gra-
vedad en función de la sintomatología del pa-
ciente.
▲ APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
● La exploración física y la anamnesis permiten valorar si la bradiarritmia es o
no sintomática (Astenia, mala perfusión, disnea, mareo, síncope, I. Cardiaca).
● Realizar ECG de 12 derivaciones y tira de ritmo: (cuadro 21.1)
– Ver si existen ondas P → informa sobre la función del nodo sinusal.
– Ver relación de las P con los QRS → informa sobre la conducción A-V.
– Ver el tamaño del QRS (Si es ancho implica afectación del sistema de conducción).
– PRESENCIA DE ONDAS P:
Tantas ondas P como QRS
● Bradicardia sinusal
Si QRS arrítmico:
● Existencia de ondas P: Bradiarritmia sinusal y escape
2. BLOQUEO AURICULOVENTRICULAR
Definición:
Es un retraso o un fallo en la conducción del impulso de las aurículas a los ventrí-
culos. Aparece de forma transitoria como respuesta exagerada a una estimulación
del sistema nervioso autónomo o permanente, si existe daño estructural establecido.
TIPOS DE BLOQUEO A-V
▲ BLOQUEO A-V DE PRIMER GRADO:
El tiempo de conducción A-V está prolongado con un PR > de 0.20, pero todos
los impulsos pasan al ventrículo (Figura 21.7)
Figura 21.7 Registro continuo (II) de un ritmo sinusal con BAV de primer grado;
todas las P (flechas) se conducen al ventrículo.
Tipo II: Caracterizado por un bloqueo repentino de la conducción A-V sin que
exista alargamiento previo del PR, es decir, los intervalos PR de todos los latidos
tienen la misma longitud, incluso los situados antes y después de la presencia de P
bloqueada. En ocasiones tiene una cadencia fija 2:1, 3:1, en los cuales la onda P
es bloqueada y sólo de cada 2 o 3 ondas P una se sigue de QRS.
Los bloqueos Tipo II son menos frecuentes que el Tipo I y la localización más fre-
cuente es infrahisiana, asociándose con bloqueo de rama y progresión frecuente
a bloqueo completo. (Figura 21.9)
Figura 21.9 Bloque AV de 2° grado Mobitz II con respuesta ventricular 2:1
219
CAPÍTULO 21
BRADICARDIA
Valoración clínica
Signos adversos:
• TAS < 90 mmHg
• FC > 40 Ipm
• Arritmia ventricular
• Insuficiencia cardíaca
SI NO
ATROPINA
500 µg. IV
SI
¿Respuesta
satisfactoria?
TAQUIARRITMIAS
▲ CONCEPTO
Entendemos por taquiarritmia todo ritmo rápido que supera los 100 lpm. Pueden
ser clasificadas de acuerdo a diferentes criterios:
▲ CLASIFICACIÓN
Las taquicardias se pueden clasificar de acuerdo a diferentes criterios:
1° TAQUICARDIAS SOSTENIDAS O NO SOSTENIDAS según su duración exceda
o no de los 30 segundos.
2° TAQUICARDIAS PAROXÍSTICAS Y NO PAROXÍSTICAS
3° TAQUICARDIAS SUPRAVENTRICULARES Y VENTRICULARES según el origen es-
té por encima o por debajo del haz de His.
4° Según el mecanismo de producción: Por REENTRADA, por AUTOMATISMO, o
por ACTIVIDAD DESENCADENADA.
La actuación inmediata en los Servicios de Urgencias implica un abordaje sen-
cillo, por lo que en este caso las clasificaremos de acuerdo a la morfología del
complejo QRS:
* TAQUICARDIA de QRS ESTRECHO (QRS < 120 mseg.), prácticamente son to-
das supraventriculares, salvo raras excepciones.
* TAQUICARDIAS de QRS ANCHO (QRS > 120mseg), pueden ser supraventri-
culares o ventriculares.
TAQUICARDIAS DE QRS ESTRECHO
▲ TAQUICARDIA SINUSAL: Tienen su origen en el nodo sinusal por aumento del au-
tomatismo o reentrada. La frecuencia oscila entre 100 – 200 lpm con una onda P
precediendo al QRS de morfología similar a la sinusal. Suelen iniciarse y terminar
de forma gradual y son secundarias a condiciones fisiológicas (por ejemplo, ejer-
cicio) o patológicas (fiebre, anemia,...).
▲ TAQUICARDIA AURICULAR: Se originan en cualquier lugar de las aurículas. La fre-
cuencia de las ondas P en general está comprendida entre 140–220 lpm. La mor-
fología de las ondas P dependerá del punto donde se origine la despolarización
auricular. P negativa en cara inferior cuando el origen esté en la parte inferior de
la aurícula, o negativa en I y en aVL y positiva en V1 cuando la activación auri-
cular proceda de la aurícula izquierda.
Con maniobras vagales o fármacos frenadores del nodo AV, al aumentar el grado de
bloqueo, se reduce la respuesta ventricular pero no se interrumpe la taquicardia.
El tratamiento con fármacos antiarrítmicos para frenar la respuesta ventricular o
prevenir recurrencias puede ser ineficaz, por lo que la ablación es la alternativa
con mejores resultados.
Figura 21.12
▲ FLUTTER AURICULAR: Caracterizado por un ritmo auricular rápido (300 lpm), re-
gular, en forma de ondas monomórficas sin segmento isoeléctrico denominadas
ondas F con aspecto de dientes de sierra. Según la polaridad de las ondas F se di-
223
CAPÍTULO 21
ferencian dos tipos de flutter. En el flutter común o típico (figura 21.13) las ondas
F son negativas en la cara inferior (II,III y aVF) mientras que en el flutter no común
o atípico las ondas F son positivas en estas derivaciones.
Figura 21.13 Flutter auricular común con respuesta ventricular variable
F. Cardiaca
mayor de 250 Taquicardia de complejo Fibrilación
lpm sin pulso estrecho Auricular
MANIOBRAS VAGALES
(Tener cuidado por la posible existencia de intoxicación digitálica,
isquemia aguda y realizar auscultación carotídea previa antes de
realizar masaje del seno carotídeo)
prácticamente con toda seguridad, a una TV. Fuera de este contexto clínico, hasta
un 25% de las taquicardias de QRS ancho pueden ser supraventriculares.
▲ Taquicardia mediada por marcapasos: (se comentará en el apartado de marca-
pasos).
¿Relacionados? Si No ¿? Si ¿?
Diagnóstico TA TA+TV TV TA FA
más probable Fluter A 2:1 Flutter A con
r.v. variable
Para utilizar los criterios de diagnóstico diferencial de las taquicardias de QRS ancho
de forma integrada es de gran utilidad el algoritmo escalonado propuesto por Bru-
gada y colaboradores (cuadro 21.3)
¿Signos adversos?
NO TA sistólica < 90 mmHg. SI
Dolor torácico
F. Cardiaca mayor de 150 Ipm
Insuficiencia cardiaca
Lidocaína IV 50 mg. en 2
minutos repitiendo cada 5 Buscar ayuda
minutos hasta una dosis especialiada Amiodarona 150 mg. IV
máxima de 200 mg. en 10 minutos
Figura 21.21
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Rankin AC, Oldroyd KG, Chong E, et al. Value and limitations of adenosine in the diagno-
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de Cardiología en arritmias cardiacas. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española
de Cardiología. Sociedad Española de Cardiología 2000; pp: 253-318.
▲ Ruano M., Tormo C. Manual de Soporte vital avanzado ·3ª Ed. Masson 2003.
233
CAPÍTULO 22
Capítulo 22
FIBRILACIÓN AURICULAR.
INTOXICACIÓN DIGITÁLICA
E. Lazaro Fernández - T. Cantón Rubio - L. Rodríguez Padial
DEFINICIÓN
La fibrilación auricular (FA) es una taquicardia supraventricular caracterizada por una
activación auricular desorganizada. En el ECG se detecta actividad auricular en forma
de oscilaciones irregulares de amplitud y morfología variable (ondas de fibrilación) que
reemplazan a las ondas P, asociado a una actividad ventricular irregular, rápida (100-
160 lpm), si no existe trastorno de la conducción Aurículo-Ventricular (AV). Pueden exis-
tir intervalos RR regulares si existe bloqueo AV. Se debe sospechar FA cuando el ECG
muestra complejos QRS con ritmo irregular sin ondas P manifiestas.
CLASIFICACIÓN
Se han propuesto múltiples clasificaciones de la FA. Utilizamos una clasificación
basada en la duración y forma de finalización de la arritmia.
● FA paroxística: Episodios autolimitados, de menos de 48 horas, en los cuales la
arritmia termina espontáneamente o después de administrar algún fármaco an-
tiarrítmico (FAA).
● FA persistente: Episodios no autolimitados de más de 48 horas, donde se con-
sigue ritmo sinusal (RS) frecuentemente tras cardioversión eléctrica.
● FA crónica o permanente: Cuando el restablecimiento del RS no ha sido posible
o no se considera indicado.
CAUSAS DE FA
● FA asociada a enfermedad cardiovascular: Se asocia fundamentalmente a pato-
logía valvular (principalmente a valvulopatía mitral), también se ha descrito en hi-
pertensión, enfermedad coronaria y cor pulmonale.
● FA sin enfermedad cardiovascular: Puede aparecer en pacientes jóvenes.
● Causas agudas de FA: alcohol, cirugía, electrocución, miocarditis, embolismo pul-
monar, hipertiroidismo y como complicación precoz en el seno de un infarto de
miocardio (IAM).
● FA neurogénica: Aparece en pacientes con hipertonía vagal o adrenérgica.
CLÍNICA
La FA puede ser sintomática o asintomática, incluso en el mismo paciente. La mayoría
de los pacientes presentan palpitaciones, dolor torácico, disnea, fatiga o sudoración.
La sintomatología varía según la frecuencia cardiaca, duración de la arritmia y presen-
cia o no de cardiopatía estructural. En muchas ocasiones la primera manifestación
puede ser una complicación embólica. El síncope como síntoma de FA es infrecuente,
asociándose, cuando aparece, a enfermedad del nodo sinusal u obstrucción del trac-
to de salida de ventrículo izquierdo (estenosis aórtica o miocardiopatía hipertrófica
234
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
EVALUACIÓN INICIAL
La evaluación inicial en el Servicio de Urgencias debe incluir:
1.- Historia Clínica:
- Presencia de síntomas.
- Caracterización del patrón de la arritmia (paroxística, persistente,permanente).
- Frecuencia, duración y factores precipitantes.
- Presencia de enfermedad cardiovascular asociada.
- Presencia de enfermedad o condición causante de FA (alcohol, hiper-
tiroidismo ...).
2.- ECG: Se requiere la confirmación electrocardiográfica para el diagnóstico. Nos
permite determinar la frecuencia cardiaca, así como datos de hipertrofia ventricular
izquierda o derecha.
3.- Radiografía de Tórax
- Evaluación de silueta cardiaca.
- Evaluación de parénquima pulmonar.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Existen otras pruebas complementarias que, habitualmente, no es necesario realizar
en el SU, si bien, van a ser de utilidad en el seguimiento ambulatorio.
1.- Ecocardiograma:
- Enfermedad valvular asociada.
- Dimensiones de cavidades cardiacas.
- Presencia de hipertrofia de ventrículo izquierdo.
- Presencia de trombos intracavitarios.
2.- Estudio de función tiroidea.
3.- Otras:
- Estudio Holter: Nos permite confirmar el buen control de frecuencia cardiaca
en pacientes con FA crónica, así como confirmar el diagnóstico en pacientes
con sospecha de FA paroxística.
- Ecocardiograma transesofágico (ETE): Identificar trombos en aurícula
izquierda.
TRATAMIENTO
▲ 1.- Control de la frecuencia cardiaca: Se considera aceptable control una FC de
< 90 lpm en reposo y < 115 lpm durante el ejercicio.
a.- Tratamiento farmacológico (Cuadro 22.1)
- Digoxina.
- Calcioantagonistas.
- Betabloqueantes.
- Otros (amiodarona ...).
b.- Ablación del nodo aurículoventricular (AV)
235
CAPÍTULO 22
CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN
- Insuficiencia cardiaca congestiva (ICC) (NYHA III-IV)
- FA secundaria a patología que precise ingreso (IAM, TEP...)
- Eventos isquémicos secundarios a FA (ictus…)
Tratamiento al ingreso:
●Control de frecuencia cardiaca.
●Anticoagulación.
● Tratamiento de la patología que motivó el ingreso.
● En pacientes con enfermedad coronaria o disfunción ventricular izquierda estos fármacos de-
ben ser evitados o usados con precaución.* El uso de Quinidina para la cardioversión far-
macológica es controvertido.
Cuadro 22.3: Fármacos y dosis recomendadas para el mantenimiento del ritmo sinusal
FÁRMACO DOSIS EFECTOS SECUNDARIOS
Amiodarona Oral: 200 mg/8h durante 7 días y Fotosensibilidad. Toxicidad pulmonar
(comp 200 mg) después 200 mg/día. y hepática. Disfunción tiroidea.
Polineuropatía.
Disopiramida Oral: 400-750 mg/día. ICC. Torsade de pointes. Glaucoma.
Retención urinaria.
Flecainida Oral: 200-300 mg/día. ICC. Aumento de la conducción AV
(comp. 100 mg) (conversión a flutter)
Procainamida Oral: 250-500 mg/4h. Torsade de pointes. Síndrome
(comp. 250 mg) lupuslike. Síntomas digestivos.
Propafenona Oral: 150-300 mg/8h. ICC. Aumento conducción AV.
(comp 150 y 300 mg)
Quinidina Oral: 600-1500 mg/día. Torsade de Pointes. Trastornos gastrointestinales.
(comp. 200 y 275 mg)
Sotalol Oral: Inicio: 80 mg/12h y Torsade de Pointes. ICC. Bradicardia.
(comp 160 mg) posteriormente 160-320mg/día. Broncoespasmo.
Cuadro 22.4: Fármacos y su utilidad en la FA
FÁRMACO UTILIDAD
- Control eficaz de la FC. Eficacia reducida en estados
Digoxina de aumento de tono adrenérgico (ejercicio, postoperatorio).
- No útil para CVF
Calcioantangonistas- - Son útiles para el control de la FC. No se deben utilizar cuando
(Verapamilo-Diltiazem) existe disfunción ventricular.
Betabloqueantes - Eficaces en el control de la FC, también en situaciones de tono
adrenérgico elevado (ejercicio, postoperatorio).
- Eficaz en el control de la FC.
Amiodarona - Moderadamente efectiva para CVF (menos efectiva que FAA Ic)
- Efectiva para el mantenimiento del RS tras cardioversión.
Quinidina - Eficaz en la CVF (respuesta clínica tras 2-6 horas de la administración)
- Parece ser eficaz en la prevención de recurrencias (no evaluado ampliamente)
Procainamida - Eficaz en la CVF administrada de forma iv
- No existen datos sobre su eficacia en el mantenimiento del RS.
Disopiramida - Parece ser útil en la CVF si se administra de forma iv.
- Eficaz en la prevención de recurrencias.
- Eficaces en la CVF (respuesta clínica tras 3-4 horas de la administración oral,
Fármacos IC 1 hora tras la administración iv).
(Flecainida-Propafenona) - Eficaces en el mantenimiento del RS.
- No deben utilizarse en pacientes con cardiopatía estructural.
Sotalol - No ha sido probada su eficacia en la CVF.
- Eficaz para el mantenimiento del RS.
(FC: Frecuencia cardiaca. CVF: Cardioversión farmacológica. FAA: Fármaco antiarrítmico. RS: Ritmo sinusal.
Iv: intravenoso)
238
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Inestabilidad hemodinámica
No Sí CVE
FA PAROXÍSTICA FA PERSISTENTE
(< 48 horas) (> 48 horas)
Control de FC Control de FC
Anticoagulación
Reversión espontánea a RS
CV farmacológica
Sí No
Anticoagulación Antiagregación
239
CAPÍTULO 22
INTOXICACIÓN DIGITÁLICA
▲ INTRODUCCIÓN
La intoxicación por digital se produce como resultado del uso terapéutico en las pato-
logías cardiovasculares o con fines autolíticos, pudiéndose así diferenciar dos catego-
rías; la intoxicación crónica o la intoxicación aguda. La incidencia y la mortalidad de
la intoxicación digitálica actualmente tiende a disminuir gracias al mayor conoci-
miento de la farmacocinética de la digoxina y al uso de sus niveles séricos para con-
trol de dosis en los tratamientos a largo plazo.
▲ 3.- DIAGNÓSTICO
Los niveles plasmáticos considerados normales oscilan entre 0.8 y 2.2 ng/dl y deben
medirse al menos 6 horas después de la última dosis si la administración ha sido oral
o 3 horas después si ha sido intravenosa. Este rango debería utilizarse como una guía
para controlar la dosis en los tratamientos a largo plazo y no como indicador de to-
xicidad, ya que determinados factores, comentados anteriormente, pueden predispo-
ner a toxicidad con niveles plasmáticos por debajo de 2 ng/ml, que normalmente es
considerado límite alto de la normalidad.
240
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Se debe solicitar:
⋅Sistemático de sangre.
⋅Bioquímica: Iones y función renal (urea, creatinina) y niveles de digoxina.
⋅Monitorización de ECG: Pondrá de manifiesto la existencia de arritmias.
▲ 4.-TRATAMIENTO
1.- Lavado gástrico: En las primeras dos horas tras la ingestión. El sondaje gástrico o
los vómitos pueden producir estimulación vagal empeorando la conducción cardiaca,
por lo que algunos autores recomiendan evitar este primer paso.
2.- Carbón activado: Si la ingestión ha ocurrido incluso hace 6 u 8 horas. (La colesti-
mina y el colestipol son también una opción terapéutica).
3.- Corrección de los trastornos hidroelectrolíticos:
3.1.- Hipopotasemia: La corrección de potasio debe hacerse de forma cuidadosa
(siempre que la función renal sea normal y no exista bloqueo cardiaco) ya que una
elevación plasmática importante puede producir bloqueo auriculoventricular. Suelen
emplearse dosis de 60 a 120 mEq/24 horas en sueros fisiológicos, sin sobrepasar un
ritmo de 20 mEq/hora.
3.2.- Hiperpotasemia: En las intoxicaciones agudas pueden encontrarse altas con-
centraciones de potasio que requieren el uso de glucosa, insulina y bicarbonato só-
dico. En situación de hiperpotasemia refractaria se puede recurrir a diálisis.
4.- Tratamiento de las bradiarritmias:
● Atropina: a dosis de 0.5 a 1 mg intravenosas en bolo, repetidos cada 3-5 minutos
hasta una dosis total de 0.04 mg/kg de peso. (También puede administrarse por
vía endotraqueal, si es imposible obtener una vía intravenosa).
● Beta agonistas: (tales como el Isoproterenol) deben ser evitados si es posible, de-
bido al riesgo de precipitar arritmias severas. Si es necesario su uso (porque no se
consigue una frecuencia cardiaca aceptable) se inicia perfusión de Isoproterenol a
dosis de 1 a 4 microgramos/min para lo que se diluyen 5 ampollas en 250 ml de
suero glucosado al 5% iniciándose perfusión a 10 gotas/min.
● Marcapasos transitorio: Si a pesar del tratamiento anterior no se consigue una res-
puesta adecuada está indicada la implantación de marcapasos transitorio.
5.- Tratamiento de las taquiarritmias:
● Lidocaína: en bolo de 1 mg/kg seguido de perfusión a una dosis de 1 a 4 micro-
gramos/min.
● Difenilhidantoínas: la dosis más usada es de 3.5 a 5 mg/kg de peso administra-
do lentamente por vía intravenosa, nunca a una velocidad mayor de 50 mg/min.
● Cardioversión: Se debe limitar su uso a pacientes con arritmias malignas que com-
prometan la vida y usada al menor nivel de energía eficaz (comenzando con 10-
15 Julios).
241
CAPÍTULO 22
BIBLIOGRAFÍA:
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243
CAPÍTULO 23
Capítulo 23
SÍNCOPE
P. González Pérez - C. Maicas Bellido - L. Rodríguez Padial
CONCEPTO
● El síncope se define como la pérdida brusca de conciencia y de tono postural de
duración breve, que se recupera espontáneamente sin necesidad de maniobras de
reanimación. Como presíncope entendemos la sensación de pérdida inminente de
conciencia, sin llegar a perderla.
● Es un problema frecuente en la población general. Alrededor del 20% de la po-
blación adulta ha sufrido un episodio sincopal en algún momento de su vida, con
una incidencia anual según el “Estudio Framingan” del 3% en hombres y del 3,5%
en mujeres, que aumenta con la edad.
En la Sala de Urgencias el síncope representa un 1-2% de todas las consultas, con múl-
tiples etiologías identificables (no se puede llegar a un diagnóstico de presunción en al
menos el 30%). Es, por lo tanto, fundamental la estratificación de riesgo en estos pacien-
tes, estratificación que se puede realizar desde urgencias mediante los datos aportados
por la historia clínica, la exploración física y algunas pruebas complementarias de fácil
acceso como el electrocardiograma, analítica convencional y la radiografía de tórax.
CLASIFICACIÓN
Etiológicamente podemos clasificar al síncope en tres grandes grupos:
● Síncope cardiaco, con una prevalencia del 18% (cuadro 23.1).
● Síncope no cardiaco pero de causa especifica, con una prevalencia del 48% (cua-
dro 23.2).
● Síncope de causa indeterminada, con una prevalencia del 34%.
La importancia de esta clasificación radica en la variación pronóstica dependiendo
del grupo en el que nos situemos.
Cuadro 23.1: Síncope cardíaco
● Corazón izquierdo:
-Estenosis aórtica: síncope de esfuerzo
- Miocardiopatía hipertrófica: síncope de esfuerzo
- Disección aórtica
- Obstrucción llenado: prótesis obstructiva, estenosis
Obstrucción del flujo mitral, mixoma aurícula izquierda.
de salida ● Corazón derecho:
- Hipertensión pulmonar: primaria o secundaria (TEP).
- Síncope de esfuerzo
- Estenosis pulmonar: síncope de esfuerzo
- Tetralogía de Fallot: síncope de esfuerzo
- Taponamiento cardíaco
Disfunción aguda de VI ● Cardiopatía isquémica aguda
● Alteración del ritmo:
- Bradicardia (enfermedad del seno)
- Taquicardia: supraventriculares o ventriculares
Arritmias ● Alteraciones de la conducción
● Marcapasos malfuncionantes:
- Síndrome de marcapasos
- Disfunción
- Taquicardia mediada por MCP
244
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
● En una primera aproximación al paciente que ha sufrido un síncope (a su llegada
a Urgencias) debemos realizar una toma de constantes, un examen del nivel de con-
ciencia y del aspecto general, un ECG y análisis de glucemia capilar (BM-test). Tras
asegurarnos de su estabilidad hemodinámica y que no hay necesidad de una in-
tervención inmediata pasamos a realizar una aproximación diagnóstica completa.
a) Antecedentes personales:
Dentro de los antecedentes del paciente debemos indagar principalmente sobre:
- Edad y situación basal previa.
- Factores de riesgo cardiovascular.
- Factores de riesgo para tromboembolismo pulmonar (TEP).
- Cardiopatía previa.
- Síncopes o mareos previos: frecuencia, características y estudio sobre éstos si
los hubiera.
- Otras patologías.
- Tratamiento actual (con especial atención a los fármacos capaces de producir
síncope, ver cuadro 23.3).
245
CAPÍTULO 23
Fuente: T. Nguyen. Sincope. En: T. Nguyen (ed).Tratamiento de problemas cardiovasculares complejos. Pri-
mera edición. 2000. p. 97-119.
b) Historia actual:
● En primer lugar debemos comprobar que el paciente ha sufrido un verdadero
episodio de síncope, y siempre consultar a la persona (si la hubiera) que haya
presenciado el mismo.
● La anamnesis debe estar dirigida a recabar información de las posibles situa-
ciones precipitantes, pródromos, actividad durante el episodio, duración y re-
cuperación del síncope.
1. Factores precipitantes
- Postura: la mayoría de los síncopes se van a producir en bipedestación (so-
bre todo los ortostáticos y vasovagales). La situación de decúbito nos debe
hacer sospechar una etiología neurológica, cardiogénica, psiquiátrica o me-
tabólica. A veces el desencadenante no es la postura sino el cambio de la
misma, como en el mixoma auricular.
- Movimientos específicos: los movimientos de cuello pueden ocasionar sínco-
pes en la hipersensibilidad del seno carotídeo y las malformaciones cervica-
les. En el síndrome del robo de la subclavia se produce por los movimientos
del miembro superior izquierdo.
- Causa desencadenante: que puede ser claramente diferenciada en el sinco-
pe vasovagal (calor, sangre, dolor...), situacional (tos, micción...) o por hi-
persensibilidad del seno carotídeo (ajuste de corbata, afeitarse...). En el or-
tostático a veces se pueden identificar una causa determinada como proceso
infeccioso previo, signos de sangrado, clínica de anemia previa, etc...
- Ejercicio: el síncope secundario al ejercicio nos debe hacer sospechar car-
diopatía fundamentalmente miocardiopatía hipertrófica obstructiva, estenosis
aórtica o HTP, aunque también debemos pensar en arritmias como taquicardias
246
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
a) Medidas generales:
- Terminal heparinizado
- Sueroterapia (en función de TA y BM-test)
- Oxigenoterapia si precisa.
- Monitorización ECG en pacientes con inestabilidad hemodinámica, arritmia sig-
nificativa o sospecha de síncope arrítmico.
b) Medidas especificas:
Según etiología de sospecha (Ver capítulo correspondiente).
c)Tratamiento ambulatorio:
Cuadro 23.5: Tratamiento ambulatorio
● Medidas generales
- Evitar desencadenantes
- Aumento de ingesta de líquidos y sal (bebidas isotónicas)
- Evitar situación de riesgo
Vasovagal ● Medidas farmacológicas: actualmente no hay ningún fármaco
que haya demostrado utilidad en el síncope vasovagal. Reducción
o eliminación del tratamiento antihipertensivo si lo tomaba.
● Marcapasos: Indicado en el caso de múltiples episodios asociados
a traumatismos e incapacitantes, si se demuestra etiología
cardioinhibidora.
● Medidas generales
- Elevar la cabecera de la cama
- Medias de compresión
Ortostático - Evitar bipedestación brusca o mantenida
- Evitar ingesta de alcohol y comidas copiosas
● Medidas farmacológicas
- Fludrocortisona
- Alfaadrenergicos (fenilefrina)
● Medidas generales: evitar maniobras desencadenantes
H. del seno carotídeo ● Medidas farmacológicas: antiadrenérgicos, simpaticomiméticos
● Marcapasos: en tipos cardioinhibitorio y mixto (clase I)
● Medidas generales: evitar precipitantes, evitar hipovolemia,
Situacionales postura de protección si situación de riesgo (micción sentado....).
● Medidas farmacológicas: anticolinérgicos
250
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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Ed. 9ª. 1998. p.1059-1081.
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médica. Ed 4ª. 1998. p. 99-109.
▲ M. Brignole et al. Guidelines on management (diagnosis and treatment) of syncope. Eur He-
art J 2001; 22: 1256-1306
251
CAPÍTULO 24
Capítulo 24
ENFERMEDADES DEL PERICARDIO
B. Santos González - B. García Vila - M. J. Sánchez Carretero
P. Leal Sanz
INTRODUCCIÓN
La patología del pericardio puede dar lugar a los siguientes síndromes: pericarditis
aguda (PA), taponamiento cardiaco (TC), derrame pericárdico crónico (DPC) y peri-
carditis constrictiva (PC).
PERICARDITIS AGUDA
Es un síndrome debido a la inflamación del pericardio. Es más frecuente en varones
y en adultos.
Etiología:
▲ Existen un gran número de enfermedades y agentes que pueden causar pericar-
ditis, siendo las más frecuentes las de etilogía viral y las idiopáticas, muchas ve-
ces indistinguibles (ver cuadro 24.1).
Cuadro 24.1: Causas de pericarditis aguda
Idiopática
Infecciosas:
Vírica: Cosxackie A y B, virus ECHO, Adenovirus, Virus de la parotiditis, Mononucleo-
sis infecciosa, Varicela, VHB, VIH. Tuberculosis
Otras: Bacterianas, Micóticas, Toxoplasmosis, Amebiasis y Micoplasma
No infecciosas
Infarto agudo de miocardio, postinfarto de miocardio (Sd Dressler), postpericardiectomía
Uremia
Neoplásicas: cáncer de pulmón o mama, leucemia, linfoma.
Radiación
Fármacos: Hidralazina, Procainamida, Fenitoína, Isoniazida, etc.
Traumatismos
Hipotiroidismo
Enfermedades Autoinmunes: LES, Artritis Reumatoide, Esclerodermia, etc.
Diagnóstico
Es fundamentalmente clínico (dolor torácico, fiebre y roce pericárdico), y ECG (alte-
raciones electrocardiográficas evolutivas).
1) Antecedentes: Hay que preguntar por clínica de cuadro infeccioso de vías respira-
torias altas, diarrea, etc., con el fin de buscar causa desencadenante.
2) Clínica:
▲ Dolor torácico: El dolor de la pericarditis aguda generalmente se localiza en región
retroesternal y precordial izquierda, con irradiación hacia cuello y trapecio iz-
quierdo. A veces puede localizarse en el epigastrio simulando un abdomen agudo
o tener unas características opresivas similares al dolor de angina o infarto de mio-
cardio. El dolor suele aumentar con la tos, la inspiración profunda y al estar de pie,
y mejora al estar sentado. Puede existir dolor pleurítico por la afectación concomi-
tante de la pleura, fiebre (febrícula) y disnea entre otros síntomas acompañantes.
252
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
3) Exploración:
▲ Roce pericárdico: Es patognomónico de PA. Se describe como un ruido agudo y
áspero, como el roce del cuero. Posee tres componentes: presistólico, sistólico y
diastólico. Es evanescente. Se suele auscultar en la zona inferior del borde esternal
izquierdo, con el paciente sentado o inclinado hacia delante.
Cuadro 24.2: Tipos de dolor torácico
Pericárdico Isquémico
Localización Retroesternal Igual
Irradiación Igual isquémico y hacia Miembro sup izq, cuello, espalda.
trapecio izquierdo.
Características Opresivo Igual
Respiración Aumenta con inspiración No se modifica
Postura Se alivia sentado, inclinado No se modifica
hacia delante.
Duración Horas o días Angina estable <5 min,
SCA: 30min a varias horas
Nitroglicerina No se modifica Generalmente alivio.
Sólo en el 50% de los casos son detectables los 4 estadios de evolución del ECG. En
un 80% de los casos es posible detectar depresión del segmento PR en estadios muy
precoces de la enfermedad.
253
CAPÍTULO 24
MANEJO EN URGENCIAS
▲ Una vez diagnosticado al paciente, el primer paso consiste en establecer si exis-
te compromiso hemodinámico y descartar un proceso sistémico subyacente que
requiera un tratamiento específico.
▲ El tratamiento es sintomático. Comprende observación 24 horas versus hospita-
lización para descartar IAM y por la posibilidad de desarrollar taponamiento
cardíaco (presente en el 15% de los pacientes con PA).
▲ Inicialmente se requiere reposo hasta la desaparición del dolor y la fiebre.
▲ Se administrarán salicilatos durante un mínimo de dos semanas. La dosis inicial
(500-1000 mg/8horas de ácido acetilsalicílico) mientras dure el dolor y la fie-
bre, con retirada posterior paulatina. En ausencia de respuesta se administrarán
Antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, indometacina 25-50 mg/6-8 ho-
ras, paracetamol 500 mg/6 horas o ibuprofeno) aisladamente o en combina-
ción entre sí o con la aspirina. Los corticoides no son fármacos de primera
elección. Al contrario, se debe intentar evitar al máximo su uso y sólo se consi-
derará su administración en casos de persistencia de dolor intenso o fiebre alta,
rebelde a los fármacos antes mencionados, de más de siete días de evolución, y
si se considera descartada la tuberculosis. El tiempo de administración de corti-
costeroides será como mínimo de 2 a 4 semanas, según los casos. La dosis ini-
cial (40-60 mg de prednisona o equivalente) se mantendrá mientras persista do-
lor, fiebre o derrame importante y se reducirá de forma paulatina.
▲ El diagnóstico de cualquier forma de pericarditis obliga a plantear la retirada o
modificación del tratamiento anticoagulante que el paciente estuviera recibiendo,
ya que, en principio, debe considerarse contraindicado.
▲ La historia natural es la resolución del proceso tras dos a seis semanas.
▲ Pericarditis aguda recidivante. Entre un 15-20% de los pacientes con pericarditis
aguda presenta recidiva. En general, el tratamiento de las recurrencias tiene que ser
el mismo que el del brote de pericarditis inicial. Hay que volverse a plantear si es
debido a una causa específica y, por tanto, requiere tratamiento específico, si las
dosis han sido las adecuadas, o si ha hecho bien el reposo. En los pacientes que
254
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Derivar a CCEE
De cardiología Ingreso en planta
TAPONAMIENTO CARDIACO
Es un síndrome provocado por el aumento de presión intrapericárdica secundaria a
la acumulación de líquido pericárdico que origina una limitación progresiva del lle-
nado diastólico ventricular y la reducción del volumen diastólico, compensado ini-
cialmente con un aumento de la frecuencia cardíaca pero fracasando posteriormen-
te, lo que provoca una disminución del gasto cardíaco. El taponamiento cardíaco se
puede desarrollar ante un derrame pericárdico de cualquier causa y puede presen-
tarse de una forma aguda o crónica.
Etiología
Es múltiple, cualquier tipo de agente que produzca pericarditis puede producir TC, pero
en este caso la más frecuente es la neoplásica seguida de la pericarditis viral y urémica.
Diagnóstico
1) Clínica: El cuadro clínico va a depender de la velocidad de instauración del de-
rrame; el paciente puede referir dolor torácico y fiebre, pero la principal manifes-
tación clínica es la disnea.
2) Exploración: el hallazgo más frecuente es la distensión venosa yugular, con un
colapso “x” sistólico prominente y una ausencia de colapso “y” diastólico. Habrá
que investigar la presencia de pulso paradójico (descenso de la presión arterial
sistólica mayor de 10 mmHg durante la inspiración). El pulso paradójico no es pa-
tognomónico del taponamiento, ya que se puede observar también en la enferme-
dad pulmonar obstructiva, en la miocardiopatía restrictiva, en la obesidad y en el
embolismo pulmonar masivo. Cuando el taponamiento cardiaco es severo, la pre-
sión arterial y el gasto cardíaco caen y existe taquicardia y taquipnea.
255
CAPÍTULO 24
Confirmación con
ECOCARDIOGRAMA
Ingreso en UCI y
pericardiocentesis: Actitud conservadora
- Vía subxifoidea
- Registro ecocardiográfico
- Análisis líquido extraído Tratamiento médico:
- Expansores de volumen:
Coloides.
Cristaloides.
- Monitorización hemodinámica:
Presión venosa central.
Presión arterial.
- Fármacos inotropos:
Si persiste inestabilidad
256
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
PERICARDITIS CONSTRICTIVA
Introducción
Es el resultado del engrosamiento fibroso y calcificación del pericardio que impide el
llenado diastólico del corazón, con un aumento de las presiones diastólicas de las
cuatro cavidades, lo que provoca signos de bajo gasto cardíaco y aumento de las
presiones de llenado tanto derecho como izquierdo.
Etiología
Cualquier pericarditis puede evolucionar hacia una pericarditis constrictiva, pero con
mayor frecuencia lo hacen la pericarditis tuberculosa, purulenta, hemorrágica y los
derrames postcirugía cardíaca y postradioterapia.
Diagnóstico
1) Clínica: cuadro clínico de insuficiencia cardiaca derecha progresiva.
2) Exploración: Signo de Kussmaul (aumento de presión venosa yugular con la ins-
piración). Destaca un seno y profundo en el pulso venoso. Se objetiva chasquido
protodiastólico en el borde esternal izquierdo en la auscultación cardíaca.
3) Pruebas Complementarias:
▲ Rx tórax: Podemos encontrar calcificación del pericardio en la proyección lateral y
silueta cardíaca normal o aumentada si existe derrame pericárdico acompañante.
▲ Electrocardiograma: muy inespecífico, puede existir bajo voltaje de QRS, inver-
sión o aplanamiento de onda T y fibrilación auricular en un 50%.
▲ Ecocardiograma: es menos sensible y específico que para el taponamiento, pue-
de mostrar un pericardio denso e inmóvil, engrosado y calcificado.
▲ Laboratorio: como en las otras enfermedades del pericardio se ha de realizar
un SS, EC y BQ con CK.
Una vez ingresado al paciente se realizarán de forma programada una serie de prue-
bas que establecerán el diagnóstico definitivo como son: tomografía axial computeriza-
da o resonancia magnética nuclear, cateterismo cardíaco donde se puede observar co-
mo se igualan las presiones en las cuatro cavidades con imagen de “dip-plateau” (curva
de presión ventricular con defecto de llenado que no afecta a la protodiástole) y la biop-
sia miocárdica.
4) Diagnóstico diferencial: es importante hacer un diagnóstico diferencial con: cirro-
sis hepática, valvulopatías (como estenosis tricuspídea) y miocardiopatías.
Tratamiento
El tratamiento específico es la pericardiectomía.
BIBLIOGRAFÍA:
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tratment. En: Current Opinion in Cardiology; 1994, 9. p. 379-388.
▲ Ricardo Zayas, MD. Incidence of Specific etiology and role of methods for specific etilogy
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▲ Marmesat Rios, Gónzalez García. Taponamiento cardiaco. J.C Montejo. En: Manual de Me-
dicina intensiva.1996. p.136-38.
▲ Sánchez Sánchez, Santos Conde, Hernández Simón.M.S. Enfermedades del pericardio. Ace-
do Gutiérrez. Manual de Diagnostico y Terapéutica Médica, 4ª edición; 1998. p. 215-221.
▲ David H. Spadick. Pericardial diseases. En Braunwald E. A texbook of Cardiovasculaar me-
dicine, 6ª ed. New York ; Saunders; 2001.
▲ Jaime Sagristá Sauleda. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología
en patología pericárdica. En Guías de práctica clínica de la SEC. 445-463.
257
CAPÍTULO 25
Capítulo 25
VALVULOPATÍAS AGUDAS
A. Nieto Rodríguez - C. Graupner Abad - L. Rodríguez Padial
Exploración física:
▲ En IA AGUDA: no se observan los signos característicos de la IA crónica. El SOPLO
DIASTÓLICO es característicamente breve y aparece cuarto tono.
Pruebas complementarias
▲ ECG: taquicardia sinusal.
▲ Rx tórax: No cardiomegalia. Signos de congestión pulmonar.
▲ ECOCARDIOGRAMA, transtorácico y/o transesofágico, nos da el diagnóstico.
▲ TAC: si sospecha de disección aórtica.
Tratamiento
▲ MÉDICO dirigido a estabilizar hemodinámicamente al paciente antes de la cirugía.
▲ Vasodilatadores Nitroprusiato iv. (ampollas de 50mg). Se realiza dilución de 50 mg en
500 ml de suero glucosado al 5% comenzando a una dosis de
0.5mcg/kg/min, con un máximo de 5 mcg/kg/min (para un peso de 70
kg, comenzar a 10ml/h).
▲ Inotrópicos Dopamina iv, Dobutamina iv (véase capitulo de shock)
▲ Tratamiento QUIRÚRGICO urgente, ya que la I.Ao aguda es una emergencia médica.
B) CRÓNICA
Puede generarse por enfermedad primaria de la válvula (cardiopatía reumática, endo-
carditis infecciosa, válvula bicúspide) ,por dilatación de la aorta ascendente ( Sd de
Marfan; sd de Ehlers-Danlos), por prolapso valvular (V. Aórtica bicúspide, degeneración
mixoide) o por distorsión de la raíz Aórtica (Espondilitis Anquilosante, Sd de Reiter, Ar-
tritis reumatoide)
Motivo de consulta en Urgencias:
▲ Disnea Secundaria a insuficiencia cardiaca (disnea de esfuerzo, ortopnea, edema agudo
de pulmón)
▲ Angina Muy característica su aparición nocturna (por aumento de la postcarga).
▲ Síncope Poco frecuente
▲ Otros Dolor inflamatorio por la pulsatilidad del ápex y EV sintomáticas
258
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Exploración física
▲ PULSO ARTERIAL CELER característico, con elevación rápida y colapso brusco.
Pulso bisferiens (impulso doble durante la sístole).
▲ Latido apical hiperdinámico y desplazado a la izquierda.
▲ La tensión arterial presenta una amplitud del pulso aumentada (TAs-TAd).
▲ AUSCULTACIÓN: SOPLO DIASTÓLICO aspirativo, a lo largo del borde esternal iz-
quierdo, más audible con el paciente en sedestación, inclinado hacia delante y en
apnea postespiración. Irradiado hacia la punta, correlacionándose su duración con
la severidad del cuadro. Se suele escuchar un soplo eyectivo Aórtico debido a hipe-
raflujo que no implica necesariamente la existencia de Estenosis Aórtica asociada.
▲ En ocasiones se ven los signos clásicos: Corrigan (pulsación exagerada de las ca-
rótidas), Musset (sacudidas de la cabeza).
Pruebas complementarias
▲ Analítica: sistemático de sangre (anemia, leucocitosis con desviación izquierda su-
gerente de proceso infeccioso, pueden precipitar insuficiencia cardiaca).
▲ ECG: puede mostrar signos de crecimiento y sobrecarga de VI.
▲ Rx TÓRAX: Aumento del índice cardiotorácico, por aumento del ventrículo iz-
quierdo. Frecuentemente se asocia a dilatación de aorta ascendente.
▲ ECOCARDIOGRAMA: nos da el diagnóstico y la severidad de la I.Ao así como su
etiología, el tamaño y función del ventrículo izquierdo. A veces hay que recurrir a
la ecocardiografía transesofágica.
Tratamiento
▲ MÉDICO:
- Profilaxis de endocarditis infecciosa.
- Los pacientes con IA SEVERA ASINTOMÁTICOS, y con función ventricular nor-
mal, deben recibir tratamiento con un vasodilatador (antagonista del calcio),
para reducir progresión de la enfermedad, salvo contraindicación.
▲ Insuficiencia cardiaca -Diuréticos (Furosemida ampollas de 20 mg, comprimidos de 40 mg)
-Digoxina: si hay fibrilación auricular o disfunción del VI. Dosis de
ataque 0,50mg, o 0,25mg si tomaba digoxina previamente (ampo-
llas 0,25 mg)
-Vasodilatadores (IECAs)
▲ Angor Nitratos, betabloqueantes, antagonistas del calcio.
Evitar bradicardización excesiva.
▲ QUIRÚRGICO:
- Sintomáticos.
- Asintomáticos con disfunción ventricular, FEVI< 50%.
- Asintomáticos con función sistólica normal y diámetros ventriculares izquierdos
aumentado de forma importante.
Exploración física
▲ AUSCULTACIÓN CARDIACA: Chasquido de apertura tras segundo ruido, segui-
do de retumbo diastólico, arrastre presistólico (en los pacientes en ritmo sinusal),
y primer tono aumentado y algo retrasado.
En EM severa la distancia entre 2° tono y chasquido de apertura es corta, y el re-
tumbo es pandiastólico.
Si existe hipertensión pulmonar puede auscultarse un soplo sistólico de IT que au-
menta con la inspiración.
Pruebas complementarias
▲ Analítica completa
▲ ECG: -signos de crecimiento auricular izquierdo (onda P ancha y bífida en II, y
bifásica, con deflexión negativa final en V1; mide 0,12 seg. o más).
- Fibrilación auricular.
- Datos de crecimiento ventricular derecho en caso de existir HTP
▲ Rx TÓRAX:
- signos de congestión venosa pulmonar (redistribución vascular, edema intersti-
cial y alveolar).
- aumento de tamaño del tronco de la arteria pulmonar y sus ramas derecha e
izquierda y aumento del VD en Rx lateral
- crecimiento auricular izquierdo (doble contorno, levantamiento del bronquio
principal izquierdo).
261
CAPÍTULO 25
▲ CIRUGÍA:
- Valvuloplastia percutánea con balón: en pacientes con EM moderada o severa,
sintomáticos o asintomáticos, con hipertensión pulmonar y morfología valvular
favorable, en ausencia de trombo auricular izquierdo o insuficiencia mitral mo-
derada-severa. También puede plantearse como opción inicial en pacientes muy
sintomáticos, con válvula muy calcificada y riesgo quirúrgico elevado.
262
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Exploración física
▲ AUSCULTACIÓN CARDIACA: Soplo sistólico apical corto. Tercer tono.
Pruebas complementarias
▲ ECG: Suele estar en ritmo sinusal. Signos subyacentes de la etiología, por ejem-
plo, IAM.
▲ Rx Tórax: No cardiomegalia. Signos de congestión pulmonar.
▲ Ecocardiograma: Transtorácico y/o transesofágico método diagnóstico definitivo,
puede establecer diagnóstico etiológico.
Tratamiento
▲ MÉDICO: dirigido a estabilizar hemodinámicamente al paciente antes de la ciru-
gía.
B) CRÓNICA:
Las causas más frecuentes de IM son el prolapso de válvula mitral, la cardiopatía reu-
mática, isquémica, endocarditis, dilatación de ventrículo izquierdo.
Exploración física
▲ PULSO ARTERIAL: pequeño y céler.
▲ Impulso apical desplazado lateralmente e hiperdinámico.
▲ AUSCULTACIÓN CARDIACA: SOPLO HOLOSISTÓLICO suave en ápex (se corre-
laciona bastante bien con la severidad de la IM, salvo en IM muy excéntricas),
irradiado a axila; segundo ruido desdoblado; tercer ruido.
PROLAPSO MITRAL: Clic mesosistólico y/o soplo meso- telesistólico que acaba an-
tes del segundo ruido.
Pruebas complementarias
▲ Analítica completa.
▲ ECG: crecimiento de cavidades izquierdas. Fibrilación auricular. En prolapso
mitral: ondas T bifásicas o invertidas en II, III, y aVF.
▲ Rx TÓRAX: crecimiento de cavidades izquierdas, y distintos grados de insuficiencia
cardiaca izquierda.
▲ ECOCARDIOGRAMA: Establece diagnóstico, severidad, etiología, tamaño de
cavidades y función ventricular, así como aproximación a la presión sistólica de
arteria pulmonar en caso de que exista IT.
Tratamiento
▲ MÉDICO:
- Profilaxis de endocarditis infecciosa.
▲ Insuficiencia cardiaca Diuréticos
▲ Fibrilación auricular Tratamiento igual que en la fibrilación auricular en estenosis mitral
▲ Medicación básica -Diuréticos: para control de signos congestivos
-IECAs
-Digoxina: si fibrilación auricular o fracción de eyección deprimida.
- Asintomáticos:
- función ventricular normal (FE>60%) y fibrilación auricular o hipertensión
pulmonar (>50mmHg)
- disfunción ventricular moderada (FE 30-50%) y diámetro telediastólico entre
50mm y 55mm.
- disfunción ventricular severa (FE<30%) y/o diámetro telediastólico >50-
55mm
- FE 50-60% y diámetro telesistólico <45mm o FE>60% y diámetro telesistólico
entre 45-55mm.
▲ PROLAPSO MITRAL: PROPRANOLOL en dolor torácico o palpitaciones, y REPA-
RACIÓN o REEMPLAZO VALVULAR cuando la regurgitación es severa.
BIBLIOGRAFÍA
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▲ Jesús Saavedra Falero, Felipe Hernández Hernández y Raúl Gascueña Rubia. Valvulopatí-
as. Manual de Diagnóstico y terapéutica médica. 4ª.Edición. Grupo MSD
265
CAPÍTULO 26
Capítulo 26
CRISIS HIPERTENSIVA EN URGENCIAS
P. Herrador Iradier - A. Roca Muñoz - L. Rodríguez Padial
INTRODUCCIÓN
La valoración de un paciente con crisis hipertensiva es una situación muy frecuente en
la práctica clínica diaria y puede representar hasta el 27% de las Urgencias médicas
de un hospital general. La mayoría de los casos aparecen en pacientes con hiperten-
sión arterial (HTA) esencial ya diagnosticada y mal controlada, pero en ocasiones hay
otras patologías asociadas a hipertensión arterial severa. La elevación tensional a su
vez puede dar lugar a diferentes cuadros clínicos independientemente de su causa.
DEFINICIONES
▲ Urgencia hipertensiva: situación de elevación tensional (de forma arbitraria se
ha establecido una TA ≥ 200/120 mmHg) en ausencia de lesión aguda de los ór-
ganos diana (cerebro, corazón y riñón), asintomática o con síntomas leves e ines-
pecíficos (cefalea moderada). Debe ser corregida gradualmente en 24-48 horas
con medicación oral.
▲ Emergencia hipertensiva: HTA severa asociada a lesión aguda o progresiva de
los órganos diana que puede ser irreversible y de mal pronóstico vital. Los pa-
cientes anticoagulados deben incluirse en este grupo. Requiere una reducción in-
mediata (en no más de 1 hora) de la tensión arterial (TA) con tratamiento paren-
teral. Los cuadros clínicos se enumeran en la tabla 26.1, aunque en ocasiones
algunos de ellos, dependiendo de su gravedad, pueden manejarse como urgen-
cias hipertensivas.
▲ Pseudocrisis hipertensiva: elevaciones de la tensión arterial, asintomáticas y sin
daño de órganos diana, secundarias a ansiedad, dolor, hipoxia, retención uri-
naria, etc., que no precisan tratamiento hipotensor sino tratamiento causal.
EVALUACIÓN DEL PACIENTE EN URGENCIAS
La historia y la exploración física iniciales deben dirigirse a diferenciar la emergen-
cia de la urgencia hipertensiva. LA GRAVEDAD DE LA SITUACIÓN NO SE DEFINE
POR LAS CIFRAS DE PRESIÓN ARTERIAL SINO POR LA AFECTACIÓN ORGÁNICA
QUE OCASIONEN.
▲ Anamnesis: respondiendo a las siguientes preguntas:
- ¿Es hipertenso? ¿Desde cuándo? ¿Qué fármacos toma? ¿Está bien controlado?
¿Tiene repercusión visceral?
- ¿Qué otros factores de riesgo cardiovascular presenta?
- ¿Presenta otras enfermedades asociadas? ¿Consume sustancias tóxicas?
- ¿Cómo es su estado cardiovascular? ¿Disnea, ortopnea o DPN? ¿Edemas?
¿Dolor torácico?
- ¿Tiene alteraciones visuales o síntomas neurológicos?
▲ Exploración física. Exploración general valorando especialmente: la toma de ten-
sión arterial (que debe hacerse en decúbito y en bipedestación, si es posible, y
en los dos brazos si sospechamos disección aórtica), signos de insuficiencia car-
diaca y disección aórtica, déficit neurológicos y examen del fondo de ojo.
266
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Caída severa de la
Enalaprilato B: 1mg en 5 Inmediato. TA si hay
6 horas La mayoría de EH
(amp. de 1 mg) min/6h elevación de
I: 0.625- 15-30 minutos renina plasmática; Evitar en IAM
5mg/250cc/6h respuesta variable
La mayoría de las
Nicardipina Taquicardia, EH salvo
5-15 mg/hora 1-4 horas cefalea, rubor,
(no disponible en I.cardiaca aguda;
el hospital) 5-10 minutos flebitis local cuidado en la
isquemia
coronaria.
INHIBIDORES B: 20-80 mg IV en Vómitos ,náuseas,
ADRENÉRGICOS: 5-10 min. cada quemaduras La mayoría de las
10 min. orales vértigo, EH salvo
5-10 minutos 3-8 horas ortostatismo, I.cardiaca aguda.
Labetalol I: 0,5-2 mg/min bloqueo cardiaco,
(amp. de 100 mg) (200mg/200cc/6- craneo-parestesias
120 ml/hora)
Esmolol 200-500
(amp. de 100 mg mcg/Kg/min en 4 Hipotensión, Disección aórtica
y 2,5 gr) min, después 50- 1-2 minutos 10-20 minutos náuseas postoperatoria.
300 mcg/Kg/min
VASODILATADOR B: 12.5-
MIXTO 25mg/10min. TODAS
Especialmente en
Urapidil I: 0.2-2mg/min 2-3 minutos 4-6 horas enfermedad CV o
(25 y 50mg) (250mg/250cc/1 cardiaca previa.
0-30 ml/h)
Modificado de N.M.Kaplan. Hypertensives Crises. In: Clinical Hypertension. 7th ed. Williams and Wilkins;
1998. P. 272.
EH: emergencias hipertensivas. B: bolo intravenoso. I: infusión intravenosa continua.
269
CAPÍTULO 26
5-Fallo ventricular izquierdo: La HTA en paciente con fallo ventricular izquierdo de-
bido a disfunción sistólica (puede desencadenar insuficiencia cardiaca y edema agu-
do de pulmón) debería ser tratado con vasodilatadores. El fármaco de elección es la
Nitroglicerina con un diurético de asa (Furosemida) o Nitroprusiato. Los fármacos que
aumentan el gasto cardiaco (Diazóxido o Hidralacina) o disminuyen la contractilidad
cardíaca (Labetalol y otros Beta-bloqueantes) deben ser evitados.
6-Cardiopatía isquémica: en el caso de angor o infarto agudo de miocardio (IAM)
con hipertensión arterial, el objetivo es una reducción gradual hasta conseguir una
TA diastólica de 100 mmHg para no disminuir el flujo coronario. El fármaco de
elección es la Nitroglicerina IV, produce vasodilatación coronaria y disminuye las
resistencias periféricas, se puede administrar sublingual o transdérmica mientras
conseguimos una vía venosa. También se ha utilizado el Labetalol, Antagonistas del
calcio y Nitroprusiato. Los fármacos que aumentan el gasto cardiaco (Diazóxido
o Hidralazina) están contraindicados.
7-Exceso de catecolaminas circulantes: estas situaciones incluyen al feocromocitoma,
síndromes de disfunción autonómica como el de Guillain-Barré o tras lesión medular,
el uso de drogas simpático-miméticas (Fenilpropanolamina, Cocaína, Anfetaminas,
Fenilciclidina) y la combinación de un I-MAO con alimentos que contengan tiramina
(quesos fermentados, ahumados, vinos, cerveza, algunas vísceras). El tratamiento de
elección es Fentolamina, Labetalol o Nitroprusiato. La administración de un beta-blo-
queante está contraindicada hasta que se consigue un bloqueo alfa-adrenérgico ade-
cuado, ya que impediría la vasodilatación mediada por los receptores beta2 y em-
peoraría la hipertensión arterial.
Cuando se suspende bruscamente el tratamiento hipotensor con fármacos bloquean-
tes adrenérgicos de corta acción, como Clonidina o Propranolol, puede producirse hi-
pertensión severa e isquemia coronaria debido al aumento de receptores. El trata-
miento consiste en administrar de nuevo el fármaco y si es preciso puede utilizarse
Fentolamina, Nitroprusiato y Labetalol
8-Eclampsia: la Hidralazina iv es el tratamiento de elección en la paciente embara-
zada con hipertensión arterial severa (en preeclampsia no controlada con tratamien-
to oral, eclampsia o hipertensión arterial preexistente); Labetalol o Nicardipina son
también otras opciones. El Nitroprusiato y los inhibidores de la ECA están contrain-
dicados en el embarazo.
9-Afectación renal: la insuficiecia renal que aparece en el seno de HTA maligna re-
quiere tratamiento enérgico de las cifras de TA, provoca insuficiencia renal aguda, sín-
drome hemolítico-urémico, etc. Se utiliza Nitroprusiato y Enalapril fundamentalmente.
EMERGENCIA HIPERTENSIVA
TA ≥ 220/120 mmHg
URGENCIA HIPERTENSIVA
BIBLIOGRAFÍA:
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timore: Williams and Wilkins; 1998. p. 265-80.
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Philadelphia: W.B. Saunders Company; 1999. p. 404-11.
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▲ J.M. Alcázar. Tratamiento de la hipertensión arterial. En: Luis Hernando Avendaño, editor.
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editores. Normas de actuación clínica en Nefrología. Sociedad Española de Nefrología. Ma-
drid: Harcout Brace de España; 1999. p. 99-116.
273
CAPÍTULO 27
Capítulo 27
SÍNDROME AÓRTICO AGUDO
A. Nieto Rodríguez - M. Calleja Hernández - L. Rodríguez Padial
DEFINICIÓN
En la actualidad, el concepto clásico de aneurisma disecante ha desaparecido de-
jando cuatro entidades diversas por su origen, comportamiento y manejo. Estas cua-
tro entidades se agrupan dentro del concepto de síndrome aórtico agudo. Las cuatro
entidades clínicas son:
● Aneurisma de aorta: se define como el crecimiento y dilatación de la aorta, con
un tamaño superior a dos veces la desviación estándar del tamaño para un deter-
minado individuo. Se ha comprobado que un tamaño absoluto no es correcto,
puesto que existe una relación entre la historia natural, el tamaño y la superficie
corporal, aunque en la población de tamaño medio es similar a 3 cm.
● Disección aórtica: creación de una falsa luz vascular entre un colgajo que incluye
la íntima y parte de la media y la adventicia, que se extiende a lo largo del vaso.
● Hematoma intramural: es una colección hemática en la región media del vaso sin
que exista solución de continuidad de la íntima vascular.
● Úlcera penetrante: es la complicación de una placa aterosclerótica aórtica, que ero-
siona la capa íntima del vaso y pone en comunicación la sangre con la capa media.
CLASIFICACIÓN DE DISECCIÓN AÓRTICA
Se ha utilizado clásicamente las clasificaciones de De Bakey y Stanford, en la actua-
lidad, y en aras de un mayor pragmatismo a la hora de actuar frente a esta patolo-
gía, se clasifican de la siguiente manera:
TIPO A ->afectación de la aorta ascendente o estructuras intrapericárdicas
TIPO B ->no existe afectación de la aorta ascendente
DIAGNÓSTICO
El factor más importante a la hora de poder diagnosticar la disección aguda de la
aorta es poseer un elevado índice de sospecha clínica, puesto que la clínica puede
ser engañosa o no presentar los datos típicos.
En el 90% de los enfermos se presentan con un cuadro de dolor torácico lancinante
que refieren “en puñalada”, que impresiona de gravedad con cuadro asociado de
características vagales así como sensación de náuseas. Algunos enfermos pueden re-
ferir dolor abdominal si existe afectación de ramas viscerales abdominales. Así mis-
mo, se debe notar que existe un grupo reducido de enfermos que debuta como is-
quemia arterial aguda de miembros inferiores.
En la exploración física es importante realizar una exploración vascular cuidadosa
con búsqueda de todos los pulsos, tanto carotídeos como radiales, axilares, femora-
les y de miembros inferiores. Un 50-60% de los enfermos presenta un soplo o ausen-
cia de algún pulso a la exploración. La presencia de roce pericárdico es un hallazgo
poco ordinario, pero de un significado ominoso. La hipertensión es el hallazgo más
frecuente, aunque si el enfermo está con tendencia a hipotensión puede orientar a
complicaciones intrapericárdicas.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Se debe realizar un ECG de 12 derivaciones, un sistemático de sangre y S. Orina co-
mo se define a continuación, el objetivo es poder evaluar la presencia de afectación
de los ostium coronarios y alteraciones abdominales, puesto que la presencia de is-
quemia intestinal tiene un pronóstico muy negativo en este tipo de enfermos.
En el sistemático de sangre, podemos encontrar anemia y aumento de la VSG.
En el ECG pueden verse signos de HVI (hipertensión arterial previa) e isquemia; la
más frecuente es la inferior.
La radiología de tórax puede mostrar ensanchamiento mediastínico; es muy sensible
aunque es poco específica, pero debemos notar que el 85% de los pacientes presen-
ta alteraciones en la radiología de tórax.
La ecocardiografía es la prueba fundamental en el diagnóstico de la patología aórti-
ca. El método transesofágico aumenta la sensibilidad y especificidad a pesar de te-
ner el inconveniente de la ventana ciega del bronquio izquierdo y el requerimiento de
sedación previo a la exploración por el riesgo de exacerbar la hipertensión arterial y
precipitar la catástrofe de la ruptura aórtica intrapericárdica. Su realización nos
aporta el dato fundamental: la afectación de la aorta ascendente (en principio trata-
miento quirúrgico) o su no afectación (en principio tratamiento médico). También pue-
de observarse la afectación de la válvula aórtica y la presencia de derrame pericár-
dico.
La tomografía axial computerizada es una prueba que desempeña un papel clave en
el manejo de los enfermos estables por la gran cantidad de información que aporta
de cara a la estrategia quirúrgica. Por otra parte, la resonancia magnética, a pesar
de obtener unas imágenes magníficas del proceso patológico no está siempre dispo-
nible y requiere de radiólogos expertos en su interpretación.
275
CAPÍTULO 27
TRATAMIENTO
▲ Tratamiento médico:
El objetivo del tratamiento médico es controlar el dolor lancinante que presenta el
enfermo, disminuir el dp/dt (tensión parietal) y prevenir las complicaciones.
1. Monitorizar el ECG, sondaje urinario y PA invasiva.
2. Reposo absoluto.
3. Oxigenoterapia.
4. Analítica: hemograma, coagulación, glucemia, urea, creatinina, iones, GOT,
GPT, CPK, troponina.
5. Cruzar sangre (en general 4 unidades de concentrado de hematíes)
6. Canalizar vía periférica de calibre al menos 16 G.
7. Iniciar tratamiento intravenoso:
a) Mantener la PAs de 100-120 o PA media 60-70 mmHg
● Labetalol: 200mg en 200cc de suero glucosado al 5% iniciando a 2mg/min.
● Nitroprusiato sódico como alternativa (50mg en 250 cc suero salino fi-
siológico) a 1-3 microgramos/Kg./minuto, asociando betabloqueantes si
es posible a dosis de Propranolol en bolos de 1 mg cada 5 minutos.
b) Analgesia con opiáceos:
● Si PA s >100 mmHg usar Cloruro Mórfico en bolos de 2 mg iv.
● Si PA s <100 mmHg se puede usar Meperidina en bolos de 5 mg iv.
c) Mantenimiento de diuresis:
● Uso de Furosemida iv.
8. Traslado a unidad de manejo intensivo según el algoritmo descrito
▲ Tratamiento quirúrgico:
- Disección tipo A:
Salvo contraindicación, el tratamiento es quirúrgico, debiéndose realizar lo an-
tes posible una vez establecido el diagnóstico. Pueden considerarse contraindi-
caciones relativas:
1. Edad avanzada.
2. Isquemia mesentérica en evolución.
3. Daño neurológico severo con disminución de nivel de conciencia.
4. Enfermedad sistémica limitante de supervivencia a medio plazo.
- Disección tipo B:
El tratamiento médico es hoy de elección. Está aún por definir el papel de los
dispositivos endovasculares en el tratamiento de esta patología. Se acepta que
se debe realizar tratamiento quirúrgico si existe: afectación de órganos vitales,
amenaza inminente de ruptura, síndrome de Marfán o isquemia de MMII.
- Hematoma intramural:
Algunos autores abogan por el tratamiento agresivo similar a la disección agu-
da por el alto porcentaje que progresan a ésta, pero el tratamiento debe ser in-
dividualizado.
- Úlcera penetrante:
En principio es de tratamiento médico de control de presión arterial y estabili-
zación del enfermo, con vigilancia estrecha para intervenir si se produce algu-
na complicación.
276
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TAC tórax
UCI Reevaluar
CIRUGIA CARDIACA
BIBLIOGRAFÍA
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lity in patients with acute type A aortic dissection. Am J Cardiol, 2002.89(7): p.851-5
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▲ Mehta, R.H., et al., Predicting death in patients with acute type a aortic dissection. Circula-
tion 2002. 105(2):p. 200-6.
277
CAPÍTULO 27
Capítulo 28
PATOLOGÍA VASCULAR PERIFÉRICA AGUDA
D. Cuevas del Pino - P. López Beret - P. Leal Sanz
ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
▲ CONCEPTO Y ETIOLOGÍA
Formación de un trombo en el interior de venas del sistema venoso profundo (SVP)
o superficial. La Trombosis venosa profunda (TVP) y el embolismo pulmonar (EP) si-
guen siendo causas importantes de mortalidad y morbilidad en la práctica médica.
Por su frecuencia, nos referiremos en este capítulo a la TVP de miembros inferio-
res, aunque puede ocurrir en cualquier localización.
Origen multifactorial. Existen diversos factores que conllevan a la formación final
del trombo; es la denominada triada de Virchow:
- Lesión endotelial
- Estados de hipercoagulabilidad
- Estasis sanguíneo
El proceso de organización del trombo conlleva a la insuficiencia valvular posto-
clusiva de grado variable, que determinaría la aparición posterior de síndrome
postrombótico.
La hipertensión venosa distal favorece el desarrollo de circulación colateral, ede-
ma por obstrucción linfática y por aumento del líquido extravascular.
▲ COMPLICACIONES
– EMBOLIA PULMONAR. Fragmentación y migración del trombo hacia vasos de
la circulación pulmonar.
– SÍNDROME POSTROMBÓTICO. Prevalencia del 75%. Se produce destrucción
valvular, aumento de la circulación colateral, con dilatación venosa y los fenó-
menos de recanalización. Lesiones en piel y subcutáneo.
280
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ CLÍNICA
Asintomática en el 50% de los casos. Es inespecífica; útil para sospecha de TVP pe-
ro no para el diagnóstico.
Es variable según la localización y extensión del sector ocluido. Cuanto más pro-
ximal y oclusivo es el trombo, más evidente es la sintomatología:
– Dolor
– Edema
– Impotencia funcional
– Red venosa colateral
– Empastamiento muscular
– Aumento de temperatura.
Signos diagnósticos inespecíficos son el dolor a la dorsiflexión del pie (Homanns)
o a la presión intergemelar.
▲ DIAGNÓSTICO
● HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA.
● PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
– Hemograma. Estudio de coagulación. Bioquímica elemental.
– Estudio de hipercoagulabilidad. Dímero D.
– Radiografía de tórax.
– Eco abdominal si se sospecha neoplasia.
– TAC torácico si se sospecha TEP.
● MÉTODOS NO INVASIVOS:
– Eco-doppler (duplex venoso): Sensibilidad del 100% en TVP proximales y del
90% en las infrapoplíteas. Es el estudio diagnóstico inicial de elección.
● MÉTODOS INVASIVOS:
– Flebografía.
281
CAPÍTULO 28
Figura 28.1
SOSPECHA DE TVP
ECO DOPPLER
▲ TRATAMIENTO
Debe tratarse toda TVP diagnosticada y toda sospecha clínica fundada de Trom-
boembolismo pulmonar hasta que se realicen las pruebas diagnósticas.
1. MEDIDAS POSTURALES
Elevación del miembro afecto, vendaje compresivo. Antiinflamatorios en trom-
bosis venosa superficial.
2. ANTICOAGULACIÓN
El tratamiento se iniciará con Heparina sódica iv o Heparina de bajo peso mo-
lecular (HBPM) subcutánea, debiéndose mantener un mínimo de 5 días para
Heparina no fraccionada y 10 días para HBPM, contando con los de adminis-
tración simultánea de anticoagulantes orales (Acenocumarol - Sintrom®) hasta
que éstos hayan alcanzado su margen terapéutico (introducción al tercer día del
tratamiento heparínico, combinando ambas medicaciones al menos dos días).
Mantener el tiempo de cefalina 1.5-2 veces su valor normal. INR entre 2-3. Se
debe realizar hoja interconsulta urgente a Hematología. HBPM no precisan con-
troles, se ajustan dosis al peso del paciente.
No existe un acuerdo sobre la duración del tratamiento anticoagulante, pero
normalmente oscila entre 6 semanas y 6 meses.
282
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
4. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Ante un cuadro de flegmasia cerúlea o peligro de gangrena venosa, especial-
mente cuando existe una contraindicación a los anticoagulantes o fibrinolíticos.
Existen varias posibilidades:
- Trombectomía
- Prótesis de material sintético.
- By pass venoso
- Dilataciones. Stents
En este capítulo nos ocuparemos de las dos causas más frecuentes de isquemia ar-
terial aguda (IAA): Embolia y trombosis arterial de extremidades.
2.1 EMBOLIA ARTERIAL DE EXTREMIDADES
Es la causa más frecuente de obstrucción aguda de una arteria (en bifurca-
ción o encrucijada arterial) con una incidencia del 60%. Más frecuente en ex-
tremidades inferiores: Arteria iliaca, femoral superficial y poplítea. Menos fre-
cuente en extremidades superiores: braquial, subclavia, axilar; y en territorio
visceral. Múltiples en el 10% de los casos.
284
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ CLÍNICA
- Dolor que aparece de forma súbita, localizado en la extremidad afectada.
- Parestesias y parálisis, orientan sobre la viabilidad de la extremidad isquémica.
- Frialdad y palidez, por debajo del nivel de obstrucción. Con el tiempo se susti-
tuye por el color violáceo típico del tejido isquémico.
- Ausencia de pulsos, distales a la obstrucción.
En la mayoría de los casos es suficiente para establecer un diagnóstico de loca-
lización del émbolo.
2.2 TROMBOSIS ARTERIAL DE EXTREMIDADES
Formación de un trombo sobre una arteria dañada previamente que obstru-
ye la luz arterial.
En general, presupone la lesión de la pared del vaso (arterioesclerosis), al
que se añade de forma súbita un factor desencadenante: Fallo cardiaco, hi-
povolemia, situaciones de bajo gasto, policitemia vera etc.
Se asocian además distintos factores de riesgo: Diabetes mellitus, hipercoles-
terolemia, tabaquismo, hipertrigliceridemia, HTA e hiperuricemia.
▲ CLÍNICA
Varía desde una afectación leve con acortamiento del nivel de claudicación, hasta
un síndrome de isquemia aguda con parálisis e infarto muscular, dependiendo de
la localización y extensión del trombo, el desarrollo previo de circulación colate-
ral, tiempo de evolución etc.
– 42% en segmento arterial arterioesclerótico no ocluido (clínica similar a embolia).
– 68% en segmento arterial arterioesclerótico ocluido (clínica más gradual).
285
CAPÍTULO 28
▲ DIAGNÓSTICO
– HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA. Antecedentes personales y facto-
res de riesgo. Es fundamental la exploración de pulsos.
– ARTERIOGRAFÍA: Establece en la mayoría de los casos el diagnóstico de isque-
mia aguda, su topografía, su posible etiología así como el pronóstico. Sus indi-
caciones son: sospecha de IAA y en aquellos casos en los que la embolectomía
se realiza después de las 6-10 horas de instauración del cuadro con el fin de
evaluar el estado del lecho distal.
Actualmente se emplea la técnica de Seldinger (acceso arterial por vía femoral
en la mayoría de los casos). En caso de embolia arterial, se observa un lecho
arterial normal previo a la obstrucción, con una imagen de stop y un lecho dis-
tal espasmodizado. La etiología trombótica, muestra un lecho arterial lesiona-
do, con la imagen de stop y abundante circulación colateral.
– DOPPLER ARTERIAL.
– DUPLEX ARTERIAL.
▲ TRATAMIENTO
● Actuación en Urgencias:
- Extremidad afecta en declive.
- Estudio preoperatorio (hemograma, estudio de coagulación, bioquímica ele-
mental, ECG y Rx de tórax).
- Heparinización sistémica (5.000-7.000 UI Heparina sódica intravenosa ini-
ciales, seguido de 1.000 UI/hora) para evitar la formación de trombosis se-
cundaria.
- PIC urgente a Hematología.
- Analgesia: Metamizol 2gr. i.v (Nolotil® ampollas de 2 gr.), mórficos (Dolantina®
ó perfusión i.v de Cloruro mórfico) ó catéter epidural para analgesia si precisa.
● Tratamiento posterior:
- Tratamiento médico: Hemorreológicos (Hemovás® ampollas 300 mgr; 2-3
ampollas i.v en 500 cc suero salino fisiológico cada 24 horas), prostaglan-
dinas (PG E –Surgirán® ampollas 20µg, 2 ampollas i.v en 250 cc suero sali-
no fisiológico a pasar en 3 horas cada 12 horas), anticoagulación (Hepari-
na sódica o HBPM), fibrinolíticos.
- Tratamiento quirúrgico: Embolectomía con catéter Fogarty, trombectomía
y/o revascularización (by pass) ó amputación si la extremidad no es viable.
▲ EVOLUCIÓN POSTQUIRÚRGICA
- Mortalidad del 10-20%. La morbimortalidad guarda relación directa con el
tiempo de evolución y enfermedades asociadas.
- En embolias se debe continuar el tratamiento con Heparina sódica i.v y poste-
riormente con anticoagulantes orales.
- Tras la revascularización puede aparecer un edema de reperfusión y un síndro-
me compartimental que puede comprometer la viabilidad del miembro y preci-
sa la realización de fasciotomías.
- Síndrome de reperfusión: complicaciones metabólicas tras la revascularización
(acidosis, hiperpotasemia, insuficiencia renal aguda por mioglobinuria e insufi-
ciencia respiratoria).
286
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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sos venosos agudos. En: Manual de Urgencias Quirúrgicas Hospital Universitario Ramón y
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▲ Freid Craig F. Trombosis venosa y embolismo pulmonar. En: Rosen. Medicina de urgencias.5ª
Ed. 2002. Mosby. 1210-1233.
287
CAPÍTULO 29
Capítulo 29
DISNEA EN URGENCIAS.
INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA.
C. Yera Bergua – R. Parejo Miguez - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
● La disnea se define como una sensación subjetiva de dificultad para respirar o per-
cepción de la propia respiración de forma desagradable. Este síntoma es una cau-
sa frecuente de demanda de los Servicios de Urgencias por parte de los pacientes.
(En el 66% casos tendrá un origen cardiaco o pulmonar). La disnea puede ser agu-
da o crónica, según el tiempo de evolución. En la práctica de Urgencias, tanto la
disnea aguda como la agudización de la disnea crónica son las formas de pre-
sentación más frecuentes.
● Hay que tener en cuenta que la disnea es una manifestación de muy diversas en-
fermedades (pulmonares, cardíacas, metabólicas, psicógenas, etc), por lo que es
fundamental, a parte de un soporte terapéutico inmediato, una exploración física
detallada y una buena historia clínica que nos guíen hacia la causa de dicho sín-
toma para un tratamiento adecuado y específico.
● La disnea aguda es siempre una situación potencialmente grave y por lo tanto re-
querirá una atención inicial urgente junto con un diagnóstico precoz. Se debe ha-
cer una aproximación inmediata para valorar los datos asociados que sugieran
potencial gravedad como: la existencia de dolor torácico, síncope, taquipnea muy
marcada, alteración del nivel de conciencia, hipotensión, cianosis, mala perfusión
periférica, desaturación… lo que exigirá una actuación inmediata. La ausencia de
estos datos permitirá una historia detallada y encuadrar al paciente dentro de un
perfil clínico y etiológico. Recordad que la disnea es una sensación subjetiva y su
descripción puede estar mediada por variaciones individuales.
● Se denomina insuficiencia respiratoria (I.R) cuando la PaO2 (presión arterial de
oxígeno) es menor de 60 mmHg. Este límite arbitrario viene dado por la curva de
disociación de la hemoglobina para el oxígeno que es relativamente plana por en-
cima de 60 mmHg y muy pendiente por debajo, por lo que, en esta zona de la
curva, pequeñas caídas de PaO2 suponen importantes caídas en la SO2 (Satura-
ción de oxígeno).
● El carácter agudo o crónico viene dado por la rapidez de instauración e implica
diferencias en cuanto a la etiología, pronóstico y tratamiento, aunque comparten
un objetivo terapéutico esencial; asegurar una adecuada oxigenación tisular. En
los casos crónicos han podido ponerse en marcha mecanismos de compensación,
como poliglobulia y aumento de 2-3 DPG para contrarrestar la hipoxemia, y re-
tención renal de HCO3 para la normalización del pH en caso de hipercapnia.
● La IRA se instaura en un corto período de tiempo y se clasifica como: no hiper-
cápnica o fallo de oxigenación y global o hipercapnia por fracaso ventilatorio.
● Aunque se suelen superponer los términos disnea e insuficiencia respiratoria y a lo
largo del capítulo muchas veces nos referiremos a ambos y usaremos las mismas
pautas de actuación, queda claro que son conceptos distintos; disnea es una sen-
sación subjetiva al respirar e insuficiencia respiratoria implica la existencia objeti-
va de una PaO2 disminuida que se traduce en hipoxia.
288
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CONCEPTOS Y CLASIFICACIÓN
● DISNEA: Percepción desagradable o dificultad para respirar que implica la sensa-
ción subjetiva de “falta de aire”. Distinguiremos entre: la disnea aguda o de re-
ciente comienzo, disnea crónica o progresiva y disnea crónica agudizada, en fun-
ción del tiempo de aparición. Además se hablará de disnea inspiratoria o
laringea a la dificultad para que el aire entre en los pulmones y que aparece co-
mo consecuencia de edema de glotis, cuerpos extraños o estenosis de vías respi-
ratorias altas y se acompaña de estridor y tiraje, y de disnea espiratoria a la difi-
cultad para expulsar el aire inspirado y que se produce por estenosis o
compromiso de medianos y pequeños bronquios provocando una espiración alar-
gada.
● TAQUIPNEA: Aumento de la frecuencia respiratoria normal, respiración rápida,
superficial y corta que puede o no acompañarse de disnea.
● HIPERNEA: Ventilación por minuto mayor que la demanda metabólica, básica-
mente hiperventilación, y que no siempre se acompaña de disnea.
● POLIPNEA: Inspiración profunda y prolongada (p.e: respiración de Kussmaul en
cetoacidosis y uremia).
● ORTOPNEA: Disnea que se produce en decúbito supino (se ve sobre todo en la in-
suficiencia cardiaca y en la EPOC).
● TREPOPNEA: Disnea que se produce en decúbito lateral (propio de enfermedades
cardíacas, parálisis unilateral diafragmática, tras neumonectomía…).
● PLATIPNEA: Disnea que se produce en posición erecta o vertical y que alivia en de-
cúbito (se asocia a la insuficiencia de la musculatura de la pared abdominal y en
la persistencia del agujero oval).
● DISNEA PAROXÍSTICA NOCTURNA (DPN): Acceso intenso de disnea que despier-
ta al paciente por la noche obligándole a permanecer sentado en la cama duran-
te un tiempo hasta que desaparece (típica de la insuficiencia cardiaca).
● GRADOS DE DISNEA: Tabla 29.1
● DATOS DE ALARMA EN EL PACIENTE CON DISNEA: Tabla 29.2
● INSUFICIENCIA RESPIRATORIA: Es el fracaso del aparato respiratorio en su función
de intercambio gaseoso necesario para la actividad metabólica del organismo. Se
asume cuando, en reposo, vigilia y respirando aire ambiente a nivel del mar, la
PaO2 es menor de 60 mm Hg y si se acompaña de una elevación de la PaCO2
(presión arterial de dióxido de carbono) > 45 mm Hg se denominará I.R global o
Hipercápnica.
● HIPOXEMIA: Disminución por debajo de su nivel normal de la PaO2. Ésta varia-
rá con la edad y posición del sujeto pero se admite como normal si es > 80 mm
Hg. Se calculará con la fórmula ⇒ PaO2 = 109 – (0.43 x edad) Edad
en años.
Tabla 29.1: Grados de Disnea (según NYHA: New York Heart Association)
Clase I: Ausencia de síntomas con la actividad habitual
Clase II: Síntomas con la actividad moderada
Clase III: Síntomas con escasa actividad
Clase IV: Síntomas en reposo
289
CAPÍTULO 29
Tabla 29.2: Datos clínicos, signos y síntomas de alarma en el paciente con disnea
Síncope
Dolor torácico
Taquicardia o arritmias concomitantes
Sintomatología vegetativa (náuseas, vómitos, sudoración profusa)
Cianosis
Estridor, tiraje y utilización de la musculatura accesoria
Taquipnea > 30 rpm
Desaturación de oxígeno
Silencio auscultatorio
Alteración del nivel de conciencia
Hipotensión o hipertensión arterial
Mala perfusión periférica, bajo gasto cardiaco
Figura 29.1: Actitud inicial ante un paciente pulmonar crónico con disnea
1°) 1.1. Preguntar al paciente si utiliza oxígeno domiciliario de forma crónica (OCD)
y solicitar informes médicos que nos hagan conocer su situación basal previa.
1.2. Valorar la situación clínica del enfermo
¿OCD?
SI NO
↓ ↓
2°) Administrar O2 con 2°) Realizar gasometría arterial.
Mascarilla Venturi 24% (1,5 lpm). ↓
↓ 3°) Preguntar por enfermedad
3°) Realizar gasometría arterial. pulmonar previa conocida.
↓
Según resultado,
ajustar FiO2. SI NO
↓ ↓
Oxigenoterapia Oxigenoterapia
VM al 24-26% VM al 24-50%
(1,5-2 lpm) (2-8 lpm)
4°) Una vez realizada la primera intervención de soporte básico, es el momento de reali-
zar una exploración física detallada y anamnesis que nos harán sospechar la causa de la
disnea aguda y nos permitirá iniciar el tratamiento específico. Las pruebas complementa-
rias nos confirmarán/descartarán el diagnóstico de sospecha.
290
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
En urgencias deberemos:
2.1. Realizar Anamnesis y Exploración física valorando el estado hemodinámi-
co del enfermo y la existencia de datos de alarma (tabla 29.2), siempre que
la situación clínica del enfermo lo permita, si no, se iniciarán las medidas
oportunas desde aporte de oxígeno y tratamiento farmacológico, hasta la
administración de intubación orotraqueal (IOT) y ventilación mecánica
(VM). Inicialmente se debe tener en cuenta si un paciente es un enfermo pul-
monar crónico (Ver Figura 29.1).
2.2. Establecer un posible diagnóstico sindrómico y etiológico en función de los
“perfiles de disnea”. Ver tablas 29.3 y 29.4.
2.3. Realización de las Pruebas complementarias que se estimen oportunas. Ver
tabla 29.4.
2.4. Tratamiento urgente del paciente con disnea.
Tras contemplar los apartados anteriores utilizaremos el Algoritmo de ac-
tuación en el paciente con disnea aguda en Urgencias (Figura 29.2).
Las patologías más frecuentes que pueden producir disnea aguda e inestabilidad
hemodinámica son: SDRA, tromboembolismo pulmonar (TEP), neumotórax (NTX)
a tensión, asma bronquial, volet costal, edema agudo de pulmón (EAP), IAM…
2.1. ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN FÍSICA
Para establecer un diagnóstico sindrómico y etiológico nos basaremos en:
2.1.1. Los datos recogidos durante la ANAMNESIS que incluirán:
- Los Antecedentes Familiares y Personales: será fundamental conocer his-
toria previa de EPOC, asma, cardiopatías, enfermedades restrictivas, en-
fermedades neuromusculares, posible inmunosupresión o enfermedad
crónica debilitante (diabetes, hepatopatía, insuficiencia renal) junto con la
situación basal del enfermo y sus últimos datos gasométricos, radiológicos
y funcionales. (Solicitad informes previos). Interrogaremos al enfermo por
factores de riesgo para TEP y SDRA (ver en capítulos correspondientes).
- Enfermedad actual: recogida cronológicamente y distinguiendo si se tra-
ta de una situación aguda, crónica o esta última reagudizada. Exponer la
clínica, síntomas y signos asociados. Ver en la tabla 29. 3 “los perfiles o
patrones clínicos habituales” y tabla 29.4.
Tabla 29.3: Patrones clínicos o perfiles en la disnea aguda y etiología relacionada
1. Condensación pulmonar: Neumonía
2. Obstrucción por cuerpo extraño: 2.1.- Vía extratorácica; 2.2.- Vía intratorácica
3. Obstrucción de la vía aérea intratorácica: Asma, EPOC, Inhalación de gases
4. Pleural: 4.1.- Neumotórax; 4.2.- Derrame pleural
5. Edema pulmonar: 5.1.- Cardiogénico; I.C – E.A.P; 5.2.- No cardiogénico
6. Obstrucción vascular pulmonar: Tromboembolismo pulmonar (TEP)
7. Mecánico: Traumatismo, Fractura costal única o múltiple, volet costal
8. Psicógeno: Ansiedad - hiperventilación
CAUSA EXPLORACIÓN
PRUEBAS
Sospechada Inspección palpación,
CLÍNICA COMPLEMENTARIAS
según el percusión
BÁSICAS
perfil clínico auscultación
A.P: ausculación pulmonar; m.v: murmullo vesicular; G.A.B: gasometría arterial basal; S.S: sistemático de
sangre (hemograma); R.T: Radiografía de tórax.; C.E: Cuerpo extraño; A.C: auscultación cardiaca.; L.A.P:
Lesión Aguda Pulmonar; SDRA: Síndrome Distress Respiratorio del Adulto. T.V.P: Trombosis venosa profunda.
B.R.D: Bloqueo de rama derecha. PEF: Pico flujo espiratorio. S.B: Situación basal. NTX: Neumotórax.
NOTA: Se desarrollarán con detalle en capítulos específicos el Asma, la EPOC, la patología pleural y la
intoxicación por humos.
293
CAPÍTULO 29
Anamnesis
Exploración física Valorar: Valorar:
G.A.B IOT y RCP Extracción
R.Tórax Adrenalina/corticoides
ECG Traqueotomía
Pleural:
Neumotórax o Derrame pleural
Tratamiento
específico
Edema pulmonar:
Cardiogénico:I.C – E.A.P o No cardiogénico
Función ácido-base
↑pH ↓pH
pH normal
Acidosis Alcalosis
Alteración
incial
Respuesta
compensadora
2.3.2. Pulsioximetría. Método útil y muy rápido que usando la luz infrarroja, mi-
de directamente de forma no invasiva la SO2 y permite su monitorización
continua, pero no proporciona información sobre la PaCO2 o el pH. Su fia-
bilidad es menor en determinadas situaciones como en desaturaciones ex-
tremas (por debajo del 75 % debido a las características de la curva de di-
sociación de la hemoglobina), así como en situaciones de ictericia, elevado
grosor de la piel, hipoperfusión periférica grave, hipotermia, carboxi-meta-
hemoglobinas altas, anemia severa… donde habrá que ser cautos con su
interpretación.
297
CAPÍTULO 29
Paciente con
posible IRA
Valorar
PaCO2
Normal Elevada
Valorar
Rx Toráx Elevado Normal
PA-aO2
Patología
Infiltrado Extrapulmonar
Infiltrado Difuso
IRA Hipercápnica con
Localizado PA-aO2 normal
Campos
Claros (origen No pulmonar)
IRA NO Hipercápnica
- Oxigenoterapia:
• Supone la administración de oxígeno para aumentar la PAO2 y por
tanto la PaO2. La respuesta a este incremento ya vimos que depen-
día del mecanismo de hipoxemia (mínima si el mecanismo es shunt
arteriovenoso, evidente en las alteraciones de la relación V/Q, hi-
poventilación, alteración de la difusión o disminución de la FiO2).
• El objetivo esencial es corregir la hipoxemia consiguiendo una PaO2
> 60 mm Hg y una SO2 > 90 %. Incluso en pacientes con hipercap-
302
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Yera Bergua C, Espinosa de los Monteros M.J. Disnea en urgencias. Insuficiencia respirato-
ria aguda. En: Julián Jiménez A. Editor. Manual de protocolos y actuación en urgencias. Ma-
drid: Nilo-Gráfica S.A. 2003. p . 151-58.
▲ Andreu Ballester J.C, Brotons Brotons B. Disnea Aguda. En: Andreu Ballester J.C, Tormo Calan-
dín C. Editores. Algoritmos de Medicina de Urgencias. Madrid: Runiprint S.A. 2003. p. 44-45.
▲ Andreu Ballester J.C, Brotons Brotons B. Insuficiencia respiratoria aguda. En: Andreu Balles-
ter J.C, Tormo Calandín C. Editores. Algoritmos de Medicina de Urgencias. Madrid: Runi-
print S.A. 2003. p. 46-47.
▲ Torres Murillo J.M, Jiménez Murillo L, Degayón Rojo H. Actitud de urgencia ante una disnea
aguda. En: Jiménez Murillo L, Montero Pérez F.J. Editores. Medicina de Urgencias: Guía
diagnóstica y protocolos de actuación. 2ª ed. Barcelona: Harcourt. 2002. p. 219 - 222.
▲ Internacional Consensos Conferences in Intensive Care Medicine: Non-invasive positive pres-
sure ventilation in acute respiratory failure. Timothy W. Evans. Intensive Care Medicine
2001; 27: 166 – 178.
▲ Sobradillo Peña V. Insuficiencia Respiratoria Aguda. Síndrome de difilcultad (distress) respi-
ratoria aguda. En: Moya Mir M.S, Viejo Bañuelos J.L. Editores. Urgencias Respiratorias. Ac-
tuación inicial y técnicas de tratamiento. Madrid: Adalia Farma S.L. 2002. p. 115 – 126.
305
CAPÍTULO 30
Capítulo 30
EL PACIENTE CON TOS EN URGENCIAS
C. Fábrega Alarcón - N. Pérez Villaverde - A. Julián Jiménez - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
La tos se define como la expulsión brusca de aire procedente del aparato respirato-
rio que presiona contra las cuerdas vocales, las cuales se encuentran cerradas, en in-
tento de dejar libre la luz de cuerpos extraños y/o secreciones.
Es el síntoma respiratorio más común, aunque tiene otras causas.
MANEJO DEL PACIENTE CON TOS EN URGENCIAS
Se debe aclarar si la tos es un síntoma único o el reflejo de alguna patología urgen-
te acompañándose o no de otros signos y/o síntomas.
1- ANAMNESIS. Se debe realizar una historia clínica general del paciente, prestan-
do luego atención a determinadas características de la tos que precisaremos. Nos
preguntaremos: ¿es aguda, subaguda o crónica?, ¿se acompaña de fiebre o de
otros síntomas?, ¿ se acompaña de expectoración?. Si es así ¿qué características
tiene?, ¿cuáles son los hábitos tóxicos del enfermo y sus antecedentes patológicos?
A- Comienzo de la tos:
▲ Aguda (menos de 3 semanas): de comienzo reciente, que probablemente
el paciente relacione con algún desencadenante (interrogar sobre éstos).
▲ Subaguda (de 3 a 8 semanas).
▲ Crónica (más de 8 semanas): hasta de varios años de evolución, lo cual se-
rá difícil de precisar por el propio paciente. Interrogar por los cambios re-
cientes de la misma que le han llevado a Urgencias (Así p.ej: "Cualquier
cambio de una tos crónica en un fumador requiere una valoración para
descartar un carcinoma broncógeno").
B- Características de la tos:
▲ Seca o irritativa (sin expectoración): faringotraqueítis viral, IECAs…
▲ Productiva, en cuyo caso habrá que precisar el aspecto del esputo (proce-
so inflamatorio, infeccioso, carcinoma broncogénico, RGE, asma).
▲ Presencia o no de sangre ¿esputo hemoptoico? o ¿hemoptisis franca?
(bronquitis crónica, TBC, carcinoma broncogénico, fibrosis quística, bron-
quiectasias, hemosiderosis pulmonar).
▲ Persistente, (asma, bronquitis).
▲ Súbita, (cuerpo extraño, TEP).
C- Factores desencadenantes:
▲ Postingesta (RGE o fístulas).
▲ Decúbito.
▲ Ejercicio. Cambios posturales.
▲ Determinado horario (matutina: goteo postnatal y bronquitis crónica; noc-
turna: sinupatía, asma, RGE, ICC, hiperreactividad de vía aérea; diurna y
nocturna: Fármacos; desaparece al acostarse: psicógena y EPOC).
▲ Fármacos.
▲ Estacional (asma y alergia respiratoria).
▲ Irritantes (humos, vapores, agentes químicos...)
D- Síntomas o signos acompañantes:
▲ Disnea. Ruidos respiratorios ▲ Dolor torácico.
▲ Edemas. ▲ Fiebre. Estridor. Cefalea.
306
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
E- Causas frecuentes:
▲ Goteo nasal posterior (rinitis o sinusitis) ▲ Carcinoma broncogénico
▲ Asma e Hiperreactividad bronquial ▲ Fármacos (IECAS y otros)
▲ Reflujo gastroesofágico ▲ Enfermedades intersticiales
▲ Bronquitis crónica difusas pulmonares y TBC
▲ Bronquitis eosinófila ▲ Tos postinfecciosa
▲ Bronquiectasias ▲ Tos psicógena
F- Causas poco frecuentes
▲ Infección pulmonar oculta ▲ Neuralgia occipital y osteofitosis
▲ Enfermedades inmunológicas: de la columna cervical
▲ Arteritis de la temporal, síndrome seco ▲ Traqueobroncomalacia
▲ Insuficiencia cardiaca izquierda ▲ Tumores traqueales, laríngeos,
▲ Cuerpo extraño inhalado tiroideos.
▲ Bronquitis por exposición tóxica laboral ▲ Enfermedades del SNC
▲ Alteraciones del conducto auditivo ▲ Miopatías
externo, faringe, laringe, pleura, ▲ Neurinoma del nervio vago
pericardio, esófago y estómago ▲ Síndrome de Gilles de la Tourette
▲ Poliposis nasal
2- EXPLORACIÓN.
Se pondrá especial interés en aquellos datos que sugieran inestabilidad hemodi-
námica del paciente, y por lo tanto gravedad : TA; FC; FR y temperatura.
Posteriormente se hará una exploración general, buscando datos que nos orien-
ten hacia un diagnóstico de sospecha.
▲ Cabeza y cuello: palpación de tiroides, ingurgitación yugular, adenopatías…
Exploración detallada de la esfera ORL: moco o eritema en orofaringe, pilares,
amígdalas, glotis… descartando causas de inflamación, irritación o infección
superficial o profunda (abscesos). Signos de reflujo (engrosamiento de la pa-
red laríngea o paquidermia laríngeo). Otoscopia.
En ocasiones y siempre que no hayamos encontrado una causa o cuando ade-
más date de más de 3-4 semanas se solicitará la exploración por el especialis-
ta de ORL.
▲ AP: estridor inspiratorio (enfermedad respiratoria alta), roncus o sibilancias es-
piratorias (enfermedad respiratoria baja), crepitantes inspiratorios (proceso
parenquimatoso), abolición o hipoventilación (derrame pleural)….
▲ AC: taquicardia, soplos, roce… ▲ Abdomen: hepatomegalia, ascitis…
▲ Extremidades: edemas, signos de TVP…
Solicitaremos en base a la sospecha Rx tórax (PA y lateral, espiración forzada), GAB, he-
mograma, bioquímica con CPK (MB), ECG , TAC si procede.
Tos Fiebre Otros signos
Infecciones respiratorias Aguda y seca Febrícula
superiores
Bronquitis aguda Productiva Febrícula
Neumonía típica MEG, postración
Productiva >38°
o atípica dolor costal
Bronquiectasias Productiva Inf. repetición
TBC, Sarcoidosis, Tumores S. constitucional
BIBLIOGRAFÍA
▲ Braun J. Pulmón. En: Schäffler A. et al. Manual clínico. Medicina Interna. 5ª edición. Ma-
drid; Editores Médicos S.A; 1996. p. 165-197.
▲ De la Sierra G. Fernández Esteban I. et al. Aparato respiratorio. En: Villa L. medimecum Guía
de terapia farmacológica. 5ª edición. Madrid: Adis Internacional Ltd; 2000. p. 679-683.
▲ Salgado Marqués R. Tos. En: Moya Mir MS., editor. Normas de actuación en urgencias. Clí-
nica Puerta de Hierro. Ed. 2000. Madrid: Smithkline-Beechan; 2000. p. 194-197.
▲ Irwin R.S, Madison J.M. The Diagnosis and Treatment of Cough. N England Med 2000; 343:
1715-1722.
309
CAPÍTULO 31
Capítulo 31
HIPO
A. B. Núñez Aceves - J. G. Sentenac Merchán - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
● El hipo es un fenómeno frecuente y generalmente transitorio que no suele re-
flejar una patología grave. En ocasiones se hace persistente o rebelde al tra-
tamiento, provocando insomnio, pérdida de peso e incluso bloqueo auriculo-
ventricular. En estos casos no debemos restarle importancia, ya que puede
tener de base, enfermedades tan graves como una neoplasia, una lesión del
SNC u otras patologías que sí suponen una urgencia médica.
● Por otro lado no debemos olvidar que lo pueden producir algunos fármacos.
CONCEPTO
Es un sonido inspiratorio que resulta de la contracción brusca, espasmódica, involun-
taria e intermitente del diafragma y músculos intercostales inspiratorios y que finaliza
debido a un cierre brusco de la vía aérea superior, a nivel de la glotis.
CLASIFICACIÓN
Según su duración distinguiremos:
● HIPO AGUDO, TRANSITORIO O BENIGNO: el episodio durará menos de 48
horas. Es debido frecuentemente a distensión gástrica por bebidas carbonatadas,
aerofagia, insuflación tras endoscopia. Otras causas son ingestión excesiva
de alcohol o tabaco, algunos fármacos (benzodiacepinas, barbitúricos y
corticoides) y la histeria.
● HIPO PERSISTENTE: dura más de 48 horas y menos de 1 mes.
● HIPO INTRATABLE: dura más de 1 mes.
Estos 2 últimos se pueden dividir en función de su etiología en:
- CENTRAL: hipertensión intracraneal, meningitis, encefalitis, epilepsias,
intoxicaciones, cetoacidosis diabética, uremia...
- PERIFÉRICO: linfoma cervical, divertículos esofágicos, bocio subesternal,
hernia de hiato, IAM, aneurisma aórtico, derrame pericárdico, Ca de esófago,...
- REFLEJO: absceso subfrénico, candidiasis esofágica (en VIH), colangitis, peritonitis,
pancreatitis, tumores gástricos,...
***El origen más frecuente del hipo persistente son causas esofágicas, sobre todo el reflujo gas-
troesofágico.
ACTITUD EN URGENCIAS
1° El hipo agudo no requiere intervenciones médicas especiales, sólo tratamiento sin-
tomático (ver más adelante) por Médico de Atención Primaria, una vez que se
descarte por la historia clínica y exploración causas como el I.A.M, etc.
2° En el hipo persistente o intratable debemos valorar:
- historia clínica (antecedentes personales, consumo de alcohol, drogas...). Es
importante, la duración del hipo, si le deja dormir (en el de origen psicógeno
no impide el sueño).
- exploración física completa.
- pruebas complementarias (según sospecha clínica):
310
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DE INGRESO
● Si la probable enfermedad causante o ya diagnosticada lo requiere.
● En el hipo que no ceda con tratamiento habitual y que dificulte el normal desarro-
llo de las actividades de la vida diaria del paciente, se ingresará para estudio y
tratamiento.
TRATAMIENTO
1° NO FARMACOLÓGICO: maniobras de Valsalva, hiperextensión del cuello, com-
presión del epigastrio o del nervio frénico entre los cabos del músculo esternocleido-
mastoideo, provocación del estornudo, estimulación faríngea con sonda nasogástri-
ca, apnea forzada, bebiendo agua repetidamente, tragando pan seco o hielo picado,
gargarismos. Si no cede con las maniobras anteriores:
2° FARMACOLÓGICO:
-Causa conocida: tratamiento etiológico.
-Causa desconocida: Clorpromacina a dosis de 25mg/8h v.o durante 7 ó 10 días.
En Urgencias se administra 1 ampolla de 25mg i.m. Los comprimidos son de 25 y
100mg. Si se administra i.v. cuidado con hipotensión que puede producir.
También se utiliza Metoclopramida a dosis de 10mg/6-8h. Comprimidos de 10mg,
(en solución oral contiene 100mg, utilizaremos cucharillas dosificadoras de 5-10mg;
en inyectable contiene 10mg en 1 ampolla de 2ml i.m o i.v). Es más seguro que Clor-
promacina pero menos eficaz.
Otros fármacos como, el Baclofen, con el que últimamente se han publicado trabajos
que le situarán como el fármaco de primera elección en poco tiempo. Se usa a dosis
de 10-25mg/8horas v.o o inicio a dosis de 5mg y aumentar lentamente sin exceder
100mg/día; y calcio-antagonistas, anticonvulsivantes, antidepresivos, antiarrítmicos,
también han sido útiles.
3° QUIRÚRGICO: si fallan los anteriores tratamientos, de forma excepcional se puede
hacer ablación del nervio frénico, un bloqueo del glosofaríngeo o colocar un marca-
pasos diafragmático.
BIBLIOGRAFÍA
▲ R Salgado Marqués. Hipo. M.S. Moya Mir. Normas de actuación en urgencias. Edición.
1998. 142-144.
▲ J.L. Perez Arellano. Capítulo 8: Hipo. F.J. Laso. Diagnóstico diferencial en Medicina Interna.
1ª Edición. 1997. 43-46.
▲ M.B. Fishman, MD. Overview of hiccups. Up to Date. Vol 7.Nº 3 October 9
▲ García S. Martínez C. Cervera V. Hipo persistente. www.fisterra.com/guias2/hipo.htm> [
consulta: 4-Abril-2003]
311
CAPÍTULO 32
Capítulo 32
HEMOPTISIS
A. Alfaro Acha - C. Vélez Pérez - A. Sánchez Castaño
CONCEPTO
La hemoptisis es la expulsión de sangre procedente de las vías aéreas subglóticas por
la boca. Su intensidad puede ser muy variable, desde estrías hemáticas hasta expec-
toración de sangre franca (con compromiso del pronóstico vital del paciente).
Es un síntoma que nos hace sospechar de enfermedades potencialmente graves.
Dentro de sus diferentes etiologías (cuadro 32.1), la bronquitis y las bronquiectasias
ocupan el 60-70% de los casos.
ENFERMEDAD TRAUMATISMO:
CARDIOVASCULAR:
- TEP. Penetrante.
- Malformación arteriovenosa. Cerrado por contusión.
- Absceso de pulmón. Inhalación de gases ácidos.
- Hipertensión pulmonar ( estenosis
mitral, insuficiencia de VI, ICC )
CLASIFICACIÓN
En función del volumen del sangrado y su repercusión clínica:
● Cuantía: - Leve: menor de 30 ml/día.
- Moderada: 30-150 ml/día.
- Grave: igual o superior a 400 ml/24h o 600 ml/48h o ritmo de san-
grado igual o mayor a 150 ml/h o signos de asfixia o hipovolemia.
● Repercusión clínica: respiratoria, hemodinámica o anemización.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
Para valorar la gravedad y riesgo vital tenemos que determinar:
1.-Cantidad de sangre perdida: Hemoptisis masiva se define por cuantía y tiene un
índice de mortalidad del 40% aproximadamente.
312
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
● Antes de iniciar el estudio etiológico hay que confirmar el origen del sangrado.
Mediante la historia clínica hay datos que nos orientan (cuadro 32.2).
Siempre debe de incluirse una valoración otorrinolaringológica para descartar san-
grado supraglótico (fosas nasales, laringe, faringe o cavidad oral).
Habrá ocasiones en que haya dudas con los datos de la historia clínica y entonces
tendremos que recurrir a la SNG (con lavado gástrico) o a la endoscopia para valo-
rar el tracto digestivo.
CARDIOPATÍA
(ICC, EST. Antecedentes de Disnea Búsqueda de
MITRAL, cardiopatía. soplos Rx : ICC,
FALLO VI ) cardiomegalia
Sd constitucional
>40 años. Silbilancias, Rx : Atelectasia
C.central: tos, estridor. Derrame
Antecedentes de expectoración, Derrame pleural pleural.
NEOPLASIA tumor maligno. disnea… maligno. Nódulos
Fumador > 40 años. C. periférico: Nódulos aislados. aislados.
dolor por
afectación pleural.
HEMOPTISIS LEVE
Historia clínica y exploración
Normal Patológico
Alta a domicilio.
causa conocida. causa desconocida.
Tratamiento Ingreso
y alta a domicilio. hospitalario.
HEMOPTISIS MASIVA
ASEGURAR SOPORTE RESPIRATORIO Y HEMODINÁMICO
Traslado a UCI o Unidad Quirúrgica
Pruebas iniciales:
■ Anamnesis.
■ Rx tórax.
■ SS, BQ, EC, ECG, Ziehl-esputo,
■ Rx tórax PA y Lat, BQ, Gases.
BRONCOSCOPIA
Hemorragia Tratamiento
Intraalveolar difusa. endoscópico. -Arteriografía+Embolización
arterial.
-Radioterapia.
-Colapsoterapia.
-Repetir endoscopia.
Si fracasa, valorar
resección quirúrgica. No indicado
Indicado: cirugía
● Siempre que sea posible evitar los aerosoles porque pueden inducir tos.
Medidas farmacológicas:
● Antitusígenos: están indicados para disminuir el estímulo irritativo que supone la
presencia de sangre en el árbol bronquial y que puede condicionar un aumento de
la hemoptisis (ver apartado anterior).
● Antibióticos de amplio espectro: se iniciará el tratamiento empírico ya comentado,
sobre todo en pacientes con OCFA y bronquiectasias.
● Corrección de los posibles trastornos de la hemostasia, si existiesen: plasma fresco,
trasfusión de plaquetas, vitamina K, crioprecipitados de factores, etc. (ver capítulo
correspondiente). La acción de sustancias coagulantes sobre el vaso pulmonar no
ha sido demostrada, salvo la vitamina K, en caso de déficit de la misma (hepato-
patía, etc): dosis de 4-20 mg de vit. K, iv en inyección lenta de al menos 30 se-
gundos.
● En caso de broncoespasmo asociado: broncodilatadores como los betadrenérgicos
nebulizados, y también los corticoides por vía parenteral. (ver capítulo correspon-
diente).
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cas, 2ª ed. Hospital “12 de Octubre”. Madrid, Díaz de Santos S.A., 1997; 393-399.
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319
CAPÍTULO 33
Capítulo 33
EPOC REAGUDIZADO
JL. Blázquez Carrasco - A. Blanco Orenes - A. Julián Jiménez - A. Sánchez Castaño
CONCEPTO Y DEFINICIONES
La Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por la presencia
de obstrucción crónica y poco reversible al flujo aéreo (disminución del FEV1 y de la
relación FEV1/FVC) provocada, principalmente, por una reacción inflamatoria fren-
te al humo del tabaco. La bronquitis crónica se define clínicamente por la presencia
de tos y expectoración durante más de 3 meses al año y durante 2 o más años
consecutivos que no son debidas a otras causas conocidas. El enfisema pulmonar se
define en términos anatomopatológicos por el agrandamiento permanente de los es-
pacios aéreos distales a los bronquíolos terminales con destrucción de pared alveolar
y sin fibrosis manifiesta.
Se entiende por exacerbación al deterioro en la situación clínica del paciente que cur-
sa con: aumento de la expectoración, esputo purulento y aumento de la disnea o cual-
quier combinación de estos tres síntomas.
GRAVEDAD DE LA EPOC
El valor FEV1 es el mejor indicador de la gravedad de la obstrucción al flujo aéreo.
Es de fácil realización, alta reproducibilidad y buena correlación con el pronóstico de
la enfermedad. Si no disponemos de estos datos funcionales del paciente en Urgen-
cias podemos usar el grado de disnea cuando el paciente se encuentra en situación
basal. Si la disnea aparece a moderados esfuerzos o menores se debe tratar en prin-
cipio como EPOC grave.
ETIOLOGÍA Y EPIDEMIOLOGÍA
El origen infeccioso supone del 50 al 75% de las reagudizaciones. De éstas algo más
de la mitad son de origen bacteriano, destacando Haemophilus influenzae, Strepto-
coccus pneumoniae y Moraxella catarrhalis a los que se añade en menor medida
Chlamydia pneumoniae. Aunque en los casos de EPOC Grave que necesitan venti-
lación mecánica, y en los pacientes que han recibido más de cuatro ciclos de anti-
biótico en el último año hay que tener en cuenta que la exacerbación o reagudiza-
ción pueden estar causadas por P. aeruginosa. El resto corresponden a virus o con
menos frecuencia a otros microorganismos. Por último, cabe decir que en el 25% de
los casos no se demuestra un origen infeccioso. En ellos, otros factores que pueden
precipitar una descompensación son: insuficiencia cardiaca, alcalosis metabólica y
retención compensadora de CO2, neumotórax, tromboembolismo pulmonar, hipo-
fosfatemia, hipomagnesemia, cirugía, etc. En la cuarta parte de las exacerbacio-
nes no se demuestra agente etiológico, se cree que puede estar implicado una causa
320
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
mal definida, que puede relacionarse con contaminación atmosférica, polvo, vapores
o humos, incluyendo el del tabaco.
ENFOQUE DEL PACIENTE REAGUDIZADO EN URGENCIAS
1. Primero valorar la situación del paciente e iniciar las medidas de estabilización
si lo requiere. Si el enfermo se encuentra comprometido clínicamente se debe
canalizar una vía, extraer muestra para gasometría arterial basal (GAB) o con
oxígeno si es portador de oxigenoterapia domiciliaria, así como el resto de
analítica necesaria. En general, de entrada se administra oxígeno con FiO2 =
O.24.
2. Si la situación clínica lo permite o después del paso 1, se realizará la Historia
Clínica prestando especial atención a:
ANAMNESIS
● Enfermedad respiratoria previa:
Los síntomas principales de la EPOC son disnea y tos, habitualmente productiva. His-
toria de tabaquismo. Ingresos previos (pedir informes): datos analíticos (GAB), fun-
ción respiratoria, tratamiento actual, uso de corticoides, oxígeno domiciliario, si re-
quirió ventilación mecánica en algún ingreso previo o ingreso en UVI.
Situación funcional: espirometría previa o grado de disnea (mínimos, moderados,
grandes esfuerzos), disnea paroxística nocturna, ortopnea, edemas (nos indicaría la
existencia de Cor Pulmonale), calidad de vida (dependencia o no para las actividades
de la vida diaria); ésto nos permitirá individualizar cada situación en función de las
posibilidades del paciente.
● Enfermedad actual:
- Síntomas habituales agudizados: tos, expectoración y sus características,
disnea, dolor torácico, fiebre, hemoptisis, sibilancias audibles, trastornos de
conducta, edemas, etc.
- Factores desencadenantes: no toda reagudización se debe a una infección
respiratoria. Ver en etiología.
EXPLORACIÓN FÍSICA
■ Observación: estado general, nivel de conciencia y orientación, flapping,
cianosis, uso de musculatura accesoria, incoordinación tóracoabdominal.
Frecuencia respiratoria, frecuencia cardiaca, T.A, Tª. Estado nutricional.
■ Inspección: se pueden detectar signos de hiperinsuflación como aumento del
diámetro anterosuperior del tórax, borde hepático palpable sin hepatome-
galia, respiración con labios fruncidos.
■ Percusión: puede existir timpanismo, localizado o generalizado, por atra-
pamiento aéreo.
■ Auscultación pulmonar: roncus y sibilancias por ambos campos pulmonares,
si se modifican con la tos se deben a secreciones. Crepitantes difusos en ca-
so de insuficiencia cardiaca izquierda o localizados si hay neumonía. Abo-
lición o disminución del murmullo vesicular cuando existe neumotórax o
derrame pleural.
■ Auscultación cardíaca: ritmo de galope en caso de insuficiencia cardíaca iz-
quierda, refuerzo del 2° tono en Cor Pulmonale, arritmias si hay fibrilación
auricular o ritmo auricular caótico. En general, suelen aparecer arritmias su-
praventriculares en la patología respiratoria.
■ Otros: ingurgitación yugular, reflujo hepatoyugular, hepatomegalia, ede-
mas, acropaquias.
321
CAPÍTULO 33
CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN
- EPOC grave
- Criterios de agudización grave ( ver anteriormente )
- Fracaso del tratamiento ambulatorio correcto
- Incremento importante de la disnea, respecto a la basal
- Comorbilidad pulmonar ( neumonía, p.ej.), o no pulmonar de alto riesgo o
agravante de la función respiratoria
CRITERIOS DE OXIGENOTERAPIA CONTINUA DOMICILIARIA
- Si PaO2 es menor de 55 mmHg.
- Si PaO2 entre 55-60 mmHg y existen datos de repercusión orgánica de la
hipoxemia: cor pulmonale crónico, poliglobulia con Htco >50%, trastornos
del ritmo cardíaco o repercusión sobre las funciones intelectuales.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Álvarez F, Bouza E, García-Rodríguez JA, Mensa J, Monsó E, Picazo JJ, Sobradillo V, Torres
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327
CAPÍTULO 34
Capítulo 34
CRISIS DE ASMA
A. B. Núñez Aceves - N. Cabañes Higuero - Y. García Villamuza - A. Sánchez Castaño
CONCEPTOS
El asma es una alteración inflamatoria crónica de las vías aéreas en la que partici-
pan mastocitos, eosinófilos y linfocitos T. En los individuos susceptibles, esta infla-
mación produce episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos,
particularmente por la noche. Estos síntomas se asocian generalmente con un grado
variable de limitación al flujo aéreo, parcialmente reversible de forma espontánea o
con el tratamiento.
La hiperreactividad bronquial (HRB) es una alteración funcional que constituye una
característica cardinal del asma bronquial. Es una sensibilidad exagerada de las vías
respiratorias a estímulos fisiológicos, químicos y farmacológicos, que origina una
broncoconstricción más intensa que en individuos normales. No es lo mismo asma
que HRB, ya que ésta puede estar presente en individuos sanos y en enfermedades
como EPOC, síndrome de distrés respiratorio, insuficiencia ventricular izquierda, etc.
El broncoespasmo es la máxima expresión de la HRB. Se traduce clínicamente por
disnea, tos y “pitos”, auscultándose roncus y sibilancias, y suele ser reversible.
La crisis de asma es el empeoramiento progresivo, en un plazo breve de tiempo, de
alguno o todos los síntomas comentados y que implica una disminución del flujo
aéreo.
TIPOS Y CLASIFICACIÓN
A.- Desde el punto de vista etiológico, el asma se puede clasificar en: “extrínseco”,
en el que se incluye asma ocupacional, producido por agentes del entorno laboral e
“intrínseco”. El “asma extrínseco” es más frecuente, predomina en varones y en
jóvenes, tiene pruebas cutáneas positivas e IgE total alta, y antecedentes familiares;
mientras que el “asma intrínseco” predomina en adultos y mujeres, las pruebas
cutáneas e IgE total son negativas, suelen tener eosinofilia y no tienen antecedentes
familiares.
B.- Desde el punto de vista de la gravedad, el asma se clasifica en 4 estadios.
e) Peak-flow meter. (Ver figura 34.1) Mide el PEF (pico flujo espiratorio) y re-
produce la obstrucción de las vías aéreas de gran calibre. Debe usarse en to-
dos los Servicios de Urgencias en donde existen tablas indicativas en función
de la edad, sexo y talla. PEF superior – PEF inferior
▲La variabilidad es: ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––X 100
PEF superior
Una variabilidad mayor del 20 % es diagnóstico de asma.
Pico flujo espiratorio en personas normales:
Valor real
Cálculo del porcentaje del PEF: ––––––––––––––––––––––––– X 100
Valor teórico
Agudización leve–––––––– > 70 %
Agudización moderada –– 50 - 70 %.
Agudización grave –––––– < 50 %.
Edad
en
años
7) Técnica de inhaladores.
8) La educación comienza en el Servicio de Urgencias.
▲ En adultos prescribir los sistemas de polvo seco (turbuhaler, accuhaler y spinhaler)
y en ancianos o personas discapacitadas los sistemas MDI (inhaladores) con cá-
mara espaciadora.
▲ Cuando coincidan por la mañana y por la noche beta2-agonista y corticoide in-
halado, primero administrarse beta2-agonista y 10-15 minutos después el corti-
coide.
▲ Siempre que se utilicen corticoides inhalados es recomendable después enjuagar-
se la boca con agua (prevención de candidiasis).
Valoración inicial
• Historia (h), exploración física (EF), (auscultación pulmonar, uso de musculatura
accesoria, frecuencia respiratoria y cardíaca, PEF, Sat O2, gases arteriales).
Tratamiento inicial
1. Beta2 –agonistas nebulizados, cada 20 minutos durante 1 hora.
2. Oxígeno para mantener Sat O2 > 90 %.
3. Corticoides sistémicos si no hay respuesta inmediata, episodio severo o recien-
temente los ha tomado.
• La sedación está contraindicada en las crisis.
Nueva valoración
EF, PEF, Sat O2
MEJORA NO
MEJORA
PACIENTE
DE ALTO
RIESGO
ALTA
PLANTA
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337
CAPÍTULO 35
Capítulo 35
TROMBOEMBOLISMO PULMONAR
R. Sánchez Santos - M. J. Moya Sáiz - A. Julián Jiménez
A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
El tromboembolismo pulmonar (TEP) es una entidad clínica de difícil diagnóstico que,
si bien puede resolverse sin secuelas tras instaurar tratamiento precoz, continúa sien-
do una de las causas de muerte hospitalaria no esperada más frecuente y la tercera
en frecuencia dentro de las enfermedades cardiovasculares.
DEFINICIÓN
El tromboembolismo pulmonar es la consecuencia de la migración de un trombo
venoso que produce la oclusión de uno o más vasos de la circulación pulmonar. De-
pendiendo de la localización, grado y extensión de esta obstrucción se producen dis-
tintas alteraciones en la función cardiovascular y pulmonar.
FACTORES PREDISPONENTES
▲ En general, se considera que todos los enfermos con tromboembolismo clínica-
mente significativo tienen al menos un factor predisponente : de ahí la importan-
cia de una meticulosa anamnesis.
▲ Más del 90% de los TEP tiene su origen en una trombosis venosa profunda (TVP)
de los miembros inferiores, sin embargo, sólo un tercio de ellos presentan signos
o síntomas.
▲ Las poblaciones de alto riesgo para padecer TVP y consecuentemente tromboem-
bolismo pulmonar son múltiples (ver cuadro 35.1).
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Ante la sospecha de tromboembolismo pulmonar se solicitará:
– Sistemático de Sangre con fórmula.
– Estudio de coagulación y Dímero D.
– Gasometría basal.
– Bioquímica con iones, urea, glucosa y CPK.
– Electrocardiograma.
– Radiografía posteroanterior y lateral de tórax.
▲ Gasometría arterial
El hallazgo más frecuente es la hipoxemia e hipocapnia, siendo estos datos muy úti-
les en ausencia de otra patología respiratoria; sin embargo, la ausencia de hipoxe-
mia no descarta tromboembolismo pulmonar.
La hipoxemia severa es indicativa de shunt derecha-izquierda a través del foramen
oval.
▲ Radiografía de tórax
No es infrecuente encontrar una radiografía de tórax normal en el paciente con TEP.
Entre los hallazgos patológicos están:
– Elevación diafragmática (2-3 cm) frecuentemente bilateral.
339
CAPÍTULO 35
perfusión. Actualmente está siendo desplazada por el TAC Helicoidal, aunque no hay
estudios con suficiente evidencia para ello (nivel B).
TAC Helicoidal:
Elevada sensibilidad y especificidad para la detección de embolismo pulmonar cen-
tral (principal, lobar y segmentario). Es rápido, por lo que está indicado en pacientes
con inestabilidad hemodinámica. Tiene la ventaja de reconocer procesos que pueden
simular TEP como disección aórtica, neumotórax, enfermedad pleural, neumonía, en-
fermedad pericárdica o patología aguda gastrointestinal.
Especialmente útil en pacientes con patología cardiopulmonar previa. Distingue em-
bolismo pulmonar agudo y crónico.
Angiorresonancia Magnética:
Ofrece la posibilidad de realizar exploración conjunta de pulmones y miembros infe-
riores. Muy elevada sensibilidad y especificidad, es posible que en un futuro sea la
primera exploración a realizar en todo paciente con sospecha de TEP.
Figura 35.1: Diagnóstico de Tromboembolismo pulmonar
Gammagrafía de ventilación/perfusión
Alta Arteriografía
Anticoagulación + - sospecha
clínica
Baja No TEP
Embolectomía: Indicado en los pacientes que empeoran en las tres primeras horas
tras tratamiento fibrinolítico. Muy alta mortalidad intraoperatoria
Filtros de vena Cava: TEP y TVP proximal con contraindicación o fallo de tratamien-
to anticoagulante.
CRITERIOS DE INGRESO EN UCI
• Inestabilidad Hemodinámica.
• Insuficiencia respiratoria grave.
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 36
SÍNDROME DE EMBOLIA GRASA
E. Refoyo Salicio - MJ. Moya Saiz - A. Sánchez Castaño
DEFINICIÓN
La embolia grasa consiste en la oclusión de las vías vasculares por gotas de grasa.
Aunque la primera descripción clínica corresponde a Von Bergman (1873) sigue sien-
do hoy en día un desafío diagnóstico, ya que suele acompañar a diversas entidades
clínicas, lo que dificulta la interpretación de signos y síntomas. Se ha descrito una
mortalidad del 7-10%.
EPIDEMIOLOGÍA
La embolia grasa presenta una incidencia de un 10% como complicación de fractu-
ras de huesos largos y pelvis. También se puede asociar a entidades como hígado
graso inducido por tetracloruro de carbono, diabetes mellitus, LES, pancreatitis, he-
patitis alcohólica y tratamiento esteroideo a altas dosis.
Cuadro 36.1 Factores de riesgo para el desarrollo del SEG
Clínicos ▲ Pacientes jóvenes
▲ Politraumatismos (fracturas cerradas de huesos largos)
▲ Postergación en la reducción y fijación de fracturas
Anatómicos ▲ Estrechez del canal medular
▲ Enclavijamiento en canales de largo diámetro
▲ Colocación de clavos medulares gruesos
▲ Escariar un canal medular pequeño
PATOGÉNESIS
El Síndrome de Embolia Grasa (SEG) se fundamenta en dos teorías patogénicas princi-
pales. Una teoría mecánica, que propone que el contenido de la medula ósea entra al
sistema venoso y se impacta como émbolos en los pulmones, mientras que gotas más
pequeñas de grasa (7 a 10 micrones de diámetro) podrían viajar a través de los capi-
lares pulmonares y pasar a la circulación sistemática y de ahí al cerebro y otros órga-
nos. En este caso, la Embolia Grasa se produciría por una entrada directa de glóbulos
de grasa, provenientes de tejidos lacerados (generalmente tejidos adiposos o medula
ósea) a vasos venosos en el área de trauma. Una teoría bioquímica sugiere que la gra-
sa embolizada sufre un proceso de degradación a ácidos grasos libres que afectan di-
rectamente a los neumocitos y otras células, generando una respuesta inflamatoria, me-
diante la producción de intermediarios tóxicos. Ésto explicaría el Síndrome de Embolia
Grasa de origen no traumático, en la que participarían elementos grasos derivados del
plasma, tales como quilomicrones, o lípidos administrados por vía intravenosa.
CLÍNICA
El Síndrome de Embolia Grasa suele manifestarse clínicamente en las 24 a 72 horas
posteriores a la lesión inicial, aunque se han descrito casos una semana tras el trau-
matismo. Los pacientes suelen presentar una triada clásica, caracterizada por hipo-
xemia (96%), anormalidades neurológicas (59%) y rash petequial (33%).
1. Los hallazgos iniciales más frecuentes, son disnea, taquipnea e hipoxemia, pu-
diendo desarrollarse un síndrome indistinguible del S.D.R.A. Aproximadamente un
344
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
50% de los pacientes con SEG. causados por fracturas de huesos largos, desarro-
llan hipoxemia severa y requieren Ventilación Mecánica.
2. Las anormalidades neurológicas se presentan en la mayoría de los pacientes y suelen
aparecer después del desarrollo del SDRA. La manifestación más frecuente es un es-
tado confusional con variable deterioro del nivel de conciencia. Las convulsiones y los
déficit neurológicos focales, aunque han sido descritos, son infrecuentes. En la mayo-
ría de los pacientes el compromiso neurológico es transitorio y no deja secuelas.
3. El característico rash petequial puede ser el último componente de la Triada. Un
20-50% de los pacientes con Embolia Grasa tienen petequias y suelen aparecer a
partir del 2° día de la lesión.El rash es encontrado más a menudo en la cabeza,
cuello, cara anterior del tórax, región subconjuntival y axilas. Las petequias se pro-
ducen por oclusión de los capilares dérmicos por glóbulos de grasa, lo que con-
duce a una extravasación de los eritrocitos. No se ha demostrado anormalidades
en la función plaquetaria. El rash desaparece en un período de 5 días.
4. Adicionalmente puede presentarse un número variable de manifestaciones meno-
res. Algunos tales como Escotomas (Retinopatía de Burtscher) y Lipiduria son atri-
buidos directamente a una Embolización Sistémica de Grasa. Otros hallazgos ta-
les como fiebre, alteraciones de la coagulación (las cuales simulan una
coagulación intravascular diseminada) y depresión miocárdica parecen ser el re-
sultado de la liberación de mediadores tóxicos.
DIAGNÓSTICO
El Síndrome de Embolia Grasa es un diagnóstico CLÍNICO. Se caracteriza por la pre-
sencia de insuficiencia respiratoria, compromiso neurológico, y rash petequial, gene-
ralmente dentro de las 48 horas posteriores.
Cuadro 36.2: Criterios de Gurds para el diagnóstico de SEG
1. Criterios mayores ▲ Petequias axilares/subconjuntivales
▲ Hipoxemia: PO2< 60 mmHg
▲ Depresión del SNC
▲ Edema pulmonar
2. Criterios menores ▲ Taquicardia: FC >110 lpm
▲ Hipertermia: Tª >38º C
▲ Embolia visible en el fondo de ojo
▲ Caída de hematocrito y/o recuento de plaquetas
▲ Aumento de VSG
▲ Presencia de grasa en el esputo
El diagnóstico de SEG requiere la presencia de al menos un criterio mayor y 4 menores
Las exploraciones complementarias pueden mostrar:
1. DATOS DE LABORATORIO: los hallazgos más frecuentes son:
▲ Hipoxemia: el desarrollo del SEG conduce a una situación de insuficiencia res-
piratoria con PaO2 inferior a 50mmHg en las primeras 72 horas. Al inicio pue-
de aparecer hipocapnia debido a la hiperventilación para suplir la hipoxia. Sin
embargo a medida que se instaura la insuficiencia respiratoria aparece acido-
sis con hipercapnia.
▲ Anemia, trombocitopenia e hipocalcemia: aparecen por razones desconocidas.
Pueden servir de ayuda para el diagnóstico.
▲ Hiperlipidemia en sangre, glóbulos grasos en orina y aumento de la actividad
de la lipasa sérica.
345
CAPÍTULO 36
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347
CAPÍTULO 37
Capítulo 37
NEUMOTÓRAX Y NEUMOMEDIASTINO
A. Berrocoso Martínez – A. Mira Vázquez – A. Sánchez Castaño
NEUMOTÓRAX
CONCEPTO
Es la presencia de aire en el interior del espacio pleural, que despega la pleura pa-
rietal y visceral provocando un colapso pulmonar de grado variable. Ésto produce
una disminución en la capacidad ventilatoria cuya repercusión clínica está en rela-
ción con la reserva ventilatoria del sujeto y el grado de colapso pulmonar.
CLASIFICACIÓN
▲ IATROGÉNICO: causado por maniobras diagnósticas o terapéuticas sobre el tórax,
por ejemplo, canalización de la subclavia, broncoscopia, ventilación mecánica,...
▲ TRAUMÁTICO: puede ser tras traumatismos abiertos o cerrados. Lo más habitual
es que se produzca por lesiones pulmonares, de la vía aérea o de la pared cos-
tal. Con frecuencia se acompaña de hemorragia (hemoneumotórax).
▲ ESPONTÁNEO: es el que aparece en ausencia de los factores etiológicos ex-
puestos. Es el más frecuente. Diferenciaremos dos tipos:
a) Primario, idiopático o juvenil: se produce en pacientes sin enfermedad pulmo-
nar subyacente. Es más frecuente entre 20 y 40 años y en el sexo masculino.
La causa suele ser la rotura de bullas subpleurales generalmente apicales.
b) Secundario: existe una patología pulmonar subyacente, por ejemplo, EPOC,
enfisema, asma bronquial, infecciones pulmonares (TBC, neumonías), etc. Su-
pone un 20% de los neumotórax (NMT) espontáneos y se suele producir en
pacientes de edad avanzada.
CLÍNICA
▲ El NMT produce dolor agudo de características pleuríticas en el hemitórax afec-
to, a veces acompañado de manifestaciones vegetativas y con un grado variable
de insuficiencia respiratoria.
▲ El NMT espontáneo primario cursa en un 96% de los pacientes con dolor pleurí-
tico y en el 80% con disnea. Es característico que estos síntomas remitan poco a
poco, incluso pueden desaparecer aunque persista el NMT. El hallazgo físico más
frecuente es la taquicardia sinusal. Un NMT importante en un paciente joven pue-
de no tener mucha repercusión clínica.
▲ El NMT espontáneo secundario generalmente produce alteración importante de la
función respiratoria por la enfermedad subyacente, aunque el NMT sea pequeño.
El síntoma más llamativo es la disnea y no suele remitir espontáneamente.
DIAGNÓSTICO
A la exploración objetivamos disminución de la movilidad del hemitórax ipsilateral,
hiperinsuflación, timpanismo a la percusión y disminución del murmullo vesicular.
Los NMT pequeños pueden no descubrirse a la exploración.
348
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
NEUMOMEDIASTINO
DEFINICIÓN
Consiste en la presencia de gas normalmente aire en el mediastino. Es más frecuente
en recién nacidos y niños en asociación con infecciones respiratorias o tapones de
moco o meconio. En adultos es más raro y frecuentemente hay una enfermedad sub-
yacente. Es una entidad muy poco frecuente.
CLASIFICACIÓN
Se puede clasificar en:
1. ESPONTÁNEO. Es el más frecuente. Se produce en procesos que aumentan la
presión intraalveolar que favorece la ruptura de los alveolos terminales, escapan-
do el aire y disecando el espacio intersticial perivascular hasta el mediastino. Cau-
sas subyacentes suelen ser: asma bronquial, acceso de tos, maniobras de valsal-
va, cetoacidois, vómitos repetidos, actividades físicas con esfuerzo intenso y
mantenido, disminución de la presión atmosférica y consumo de drogas de abu-
so como marihuana, cocaína o éxtasis.
2. SECUNDARIO. Menos frecuente, en el que se incluyen la perforación de esófago,
rotura del árbol traqueobronquial, extracciones dentarias, fracturas cigomático-
350
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLINICA
El dolor torácico es el síntoma más frecuente; es subesternal, que irradia a dorso. Sue-
le asociarse muy frecuentemente a disnea. También puede aparecer: hinchazón de
cuello (enfisema subcutáneo), dolor, tortícolis, disfonía, odinofagia.
En la exploración física el signo más frecuente que encontraremos es el enfisema sub-
cutáneo, que puede limitarse a cuello y área supraclavicular, o extenderse a axila, ca-
ra y pared toracoabdominal. Aparece el signo de Hamman (crepitación a la auscul-
tación en área esternal, sincrónica con el latido cardiaco y variable con los ciclos
respiratorios y posición del paciente). También puede aparecer el pulso paradójico y
la elevación del segmento ST o inversión de onda T en el ECG.
DIAGNÓSTICO
1. RADIOGRAFÍA DE TÓRAX Y/O DE CUELLO. En proyecciones posteroanterior y la-
teral. Se observa presencia de aire separando las estructuras, acumulación de gas
subesternal en pericardio y bajo el corazón. Pueden aparecer conjuntamente neu-
motórax y neumomediastino.
TRATAMIENTO
La evolución es benigna y autolimitada, con raras complicaciones.
La necesidad de ingreso viene determinada por el control de la causa subyacente (cri-
sis asmática severa, cetoacidosis,...).
1. CONSERVADOR. Simplemente corregir la causa subyacente. Simplemente REPOSO.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Muguruza Trueba I, De Olaiz Navarro B. Urgencias en cirugía torácica. Lobo Martínez E.
Manual de urgencias quirúrgicas. Hospital universitario Ramón y Cajal. Editorial IM&C: Ma-
drid; 2000. p. 231-242.
▲ Loscertales J, Jiménez Merchán R, Ayarra Jarne FJ, García Díaz F, Arenas Linares C, Girón
Arjona JC et al. Nuestra experiencia en el tratamiento del neumotórax espontáneo por vi-
deotoracoscopia. Cir Esp 1995; 57: 526-529.
▲ Thomas M Daniel, John A Kern, Curtis G Tribble, Irving L Crohn, William B Spotnitz, Brad-
ley M Rogers et al. Thoracoscopic surgery for diseases of the lung and pleura. Ann Surg.
1993; 217: 566-575.
▲ Marrón Fernández MC, García Barajas S, Martín Esteban ML. Traumatismos torácicos. En:
Benavides Buluje JA, García Borde FJ, Lozano Salvá LA. Manual práctico de urgencias qui-
rúrgicas. Madrid: Hospital universitario 12 de Octubre; 1998. p. 649-657.
▲ Rivas de Andrés JJ. Normativas sobre diagnóstico y tratamiento del neumotórax. Arch Bron-
coneumol 2002; 38: 589-595.
▲ Marcias Robles MD, García Peliz M, González Franco A, Maniega Cañibano M, García Be-
ar I, García Fernández T. Neumomediastino espontáneo en urgencias. Emergencias 1999;
11: 438-441.
351
CAPÍTULO 38
Capítulo 38
DERRAME PLEURAL
P. Méndez Muñoz - E. López Gabaldón - A. Sánchez Castaño
DEFINICIÓN
Acumulación patológica de líquido en la cavidad pleural.
INTRODUCCIÓN
Como norma general el estudio del derrame pleural debe hacerse de forma diferida;
sólo se debe analizar en el Servicio de Urgencias en caso de sospecha de Derrame
paraneumónico y Hemotórax.
Su drenaje es una urgencia inmediata cuando provoca un taponamiento cardíaco
funcional por desplazamiento mediastínico y dificultad de llenado ventricular.
CLASIFICACIÓN Y ETIOLOGÍAS
Según su mecanismo patogénico se dividen entre:
Trasudado (la acumulación del líquido depende de factores sistémicos).
Exudado (secundario a alteraciones de la superficie pleural).
La diferenciación se basa en los criterios bioquímicos de LIGHT. Los exudados cum-
plen al menos uno de los siguientes:
Prot LP/Prot suero >0.5
LDH LP/LDH suero> 0.6
LDH LP > o = 2/3 del límite superior del valor normal del suero
Los trasudados con tratamiento diurético pueden cumplir características bioquímicas
de exudado. En estos casos se utilizan otros criterios.
Las causas más frecuentes de derrame pleural en el Servicio de Urgencias son:
▲ En el grupo de los trasudados: Insuficiencia Cardíaca.
▲ En el grupo de los exudados: Derrames paraneumónicos, Neoplasias.
Gram
Microbiología Cultivo aerobio y anaerobio
Baciloscopia y cultivo de Löwenstein
- Interpretación de resultados:
Cuadro 38.2: Interpretación de los resultados
Hemático: hemotórax, traumático, TEP, neoplásico.
Aspecto Purulento: empiema.
Lechoso: Quilotórax.
Exudado y trasudado Prot LP /Prot suero >0.5
LDH LP / LDH suero > 0.6
LDH LP > 2/3 del límite superior del valor
normal del suero.
Recuento leucocitario: PN (causa aguda) y LINF
Bioquímica (tiempo de evolución).
pH <7.2 paraneumónico, rotura esofágica, artritis reumática,
neoplásico etc.
Glucosa < 60mg/dl paraneumónico complicado,
artritis, neoplásico o TBC.
Amilasa (patología pancreática o rotura esofágica).
Hematocrito > 50% del sanguíneo es hemotórax.
Triglicéridos > 110 mg/dl es quilotórax
Citología
TORACOCENTESIS
TRASUDADO
Cumple uno o más criterios
Tratamiento de la
enfermedad de base
EXUDADO
Ingreso en Resto
Neumología
HEMOTÓRAX
EMPIEMA
TRATAMIENTO.
A) Trasudado: Causal, actitud expectante.
B) Exudado:
▲ Hemotórax:
DRENAJE con tubo endotorácico
▲ Empiema:
● DRENAJE tan pronto como sea diagnosticado, porque evoluciona hacia la ta-
bicación.
● ANTIBIÓTICOS:
● Cefotaxima 2gr iv / 6 horas o Ceftriaxona 2gr iv / 12 horas + Clindamici-
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Light RW. Physiology of the pleural space. En : Light RW, Edi Pleural diseases. Fourth Edi Phi-
ladelphia: Lippincott Willians & Wilkins, 2001: 8-20
▲ Villena Garrido V, Martín Escribano P. Derrame pleural. En: Moya Mir MS, Viejo Bañuelos
JL, editores. Urgencias Respiratorias. Actuación inicial y técnicas de tratamiento. Adalia Far-
ma SL; 2002. P. 85-100.
355
CAPÍTULO 39
Capítulo 39
NÁUSEAS Y VÓMITOS
A. Fortuny Tasias - N. González Alonso - A. Julián Jiménez - T. Artaza Varasa
INTRODUCCIÓN
▲ Las náuseas y los vómitos pueden aparecer de forma independiente, pero por lo
general están estrechamente unidos y se supone que están regulados por las mis-
mas vías neurológicas.
Debido a que se pueden producir por múltiples patologías, es importante conocer
su etiología para descartar gravedad y poder actuar de forma inmediata.
▲ Concepto o definición:
El vómito consiste en la expulsión forzada y violenta del contenido gastrointestinal a
través de la boca. Representa un mecanismo de defensa que se pone en marcha en
respuesta a diferentes estímulos, desde procesos banales como trasgresión dietética,
a otros más graves como obstrucción intestinal o infarto agudo de miocardio.
▲ Fases del vómito:
El acto del vómito consta de tres fases:
1. Náusea: durante esta fase el paciente tiene la desagradable sensación de de-
volver el contenido gástrico. Presenta sialorrea, sudoración y mareo.
2. Esfuerzo para vomitar (arcada): se producen movimientos respiratorios aborti-
vos y espasmódicos contra la glotis cerrada.
3. Vómito: el diafragma desciende y la musculatura abdominal se contrae ele-
vando la presión intragástrica por lo que se empuja el contenido gástrico por
el esófago a la boca.
ETIOLOGÍA
▲ En primer lugar, son numerosos los fármacos responsables de estos síntomas, unas
veces por estimulación directa del centro del vómito y otras por causar irritación
de la mucosa gastrointestinal. (Cuadro 39.1).
▲ Por otro lado, la práctica totalidad de las enfermedades orgánicas y funcionales
del aparato digestivo y una buena parte de las integradas por otros aparatos y
sistemas, pueden ser origen de náuseas y vómitos. (Cuadro 39.2).
● IAM.
CARDIOLÓGICAS ● HTA.
● Insuficiencia cardíaca.
● Hipo/hiperparatiroidismo.
ENDOCRINOMETA- ● Hipo/hipertiroidismo.
BÓLICAS ● Cetoacidosis diabética.
● Alteraciones iónicas.
● Insuficiencia suprarrenal.
● Cólico nefrítico.
RENALES ● Insuficiencia renal.
● Pielonefritis.
● Ansiedad.
● Depresión.
PSIQUIÁTRICAS ● Anorexia.
● Bulimia.
● Vómitos psicógenos.
● Embarazo.
● Anestesia general.
OTRAS ● Radioterapia.
● Reacción vaso-vagal.
357
CAPÍTULO 39
MANEJO EN URGENCIAS
Lo más importante en el Servicio de Urgencias es evaluar el estado general del en-
fermo y realizar una anamnesis cuidadosa para descartar patología urgente. Debe-
mos preguntarnos:
▲ ¿Puede ser el vómito un síntoma de una patología urgente?
▲ ¿Qué pruebas solicito?
▲ ¿Qué tratamiento es el más adecuado?
a) ANAMNESIS:
El vómito es un síntoma común a múltiples enfermedades, por lo que un diagnóstico
correcto requerirá una anamnesis detallada y sistematizada centrada en los siguien-
tes aspectos del vómito (Cuadro 39.3).
Cuadro 39.3: Orientación diagnóstica según las características del vómito
Olor y sabor:
- Agrio o penetrante ⇒ Úlcera GD.
- Fecaloideo ⇒ Obstrucción intestinal.
Contenido:
- Sangre (posos de café o sangre roja); hemorragia digestiva.
- Bilis: suelen ser matutinos y amargos, por secuela de cirugía gástrica,
obstrucción alta del intestino delgado.
- Alimento no digerido: causa psicógena, acalasia, divertículo esofágico,
estenosis pilórica, tumor esofágico.
- Heces: oclusión intestinal, íleo paralítico.
Relación con la ingesta:
- Matutino (aparecen antes del desayuno y no suelen acompañarse de
dolor abdominal) ⇒ Embarazo, alcoholismo, uremia, postgastrectomía.
- Postprandial precoz (tras la ingesta) ⇒ Psicógenos o ulcus yuxtapilórico.
- Postprandial tardío (3-8 horas tras la comida con vaciamiento gástrico
retardado) ⇒ Postoperatorio, tumores abdominales, Diabetes mellitus,
fármacos, postvagotomía.
Tiempo de evolución:
- Corta evolución (horas o días): pueden tener múltiples causas,
generalmente orgánicas, que requieren un análisis clínico global.
- Evolución larga (semanas o meses): patología digestiva (úlcera péptica,
cáncer gástrico, suboclusión intestinal, cáncer páncreas, gastroparesia),
proceso intracraneal (tumor), trastornos endocrino metabólicos, causas
psicógenas.
- Años evolución: vómitos psicógenos.
▲ Debemos realizar:
- Bioquímica: glucosa, urea, iones, amilasa, creatinina, calcio (descartar hipo/hi-
perparatiroidismo) y CPK (descartar cardiopatía isquémica).
- Hemograma y Estudio de Coagulación :según la patología.
- Sistemático de orina.
- Radiografía de tórax y abdomen: según la sospecha y ECG.
- Gasometría venosa: en vómitos incapacitantes o repetidos para descartar alte-
raciones del equilibrio ácido-base.
- Prueba de embarazo: en mujeres en edad fértil.
c) COMPLICACIONES:
Los vómitos cuantiosos y/o prolongados de cualquier etiología conducen a situaciones
de alcalosis hipoclorémica e hipopotasémica con deshidratación y estados de desnutri-
ción. Asimismo hay que estar atentos a la aparición de otras posibles complicaciones:
▲ Síndrome de Boerhaave o rotura espontánea del esófago: Se produce un dolor
brusco retroesternal o epigástrico con sudoración, fiebre, neumomediastino o de-
rrame pleural. Es una urgencia quirúrgica.
▲ Síndrome de Mallory-Weiss: Es la laceración de la mucosa esófagocardial con la
consiguiente hematemesis. Es más frecuente en alcohólicos y se debe realizar una
endoscopia de urgencia.
▲ Broncoaspiración: Ocurre en pacientes debilitados o con deterioro del nivel de
conciencia. Se debe sospechar cuando aparece disnea súbita, condensación pul-
monar o fiebre.
VÓMITOS AGUDOS
TRATAMIENTO
a) PAUTA INICIAL EN URGENCIAS:
El tratamiento eficaz de las náuseas y vómitos depende en la mayoría de los casos de la
corrección de la causa subyacente, de ahí que sigamos una pauta de actuación inicial
(figura 39.1). Las causas que no sean urgentes las estudiaremos en consultas externas.
b) CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN:
▲ Sospecha de una causa grave.
▲ Casos tributarios de tratamiento quirúrgico.
▲ Signos de desnutrición y deshidratación.
▲ Complicaciones.
SITUACIONES ESPECIALES
- VÓMITOS EN EL EMBARAZO: los vómitos ocurren en el 25-50 % de todos los emba-
razos y suelen ser matutinos, aunque pueden aparecer a lo largo del día. Se define
Hiperemesis gravídica como los vómitos incoercibles que cursan con alteraciones nu-
tricionales e hidroelectrolíticas importantes. Ocurre en un 1% de los embarazos.
Se han demostrado tratamientos no teratógenos eficaces en este tipo de vómitos,
con Doxilamina + Vit B6. En los casos más graves se debe hospitalizar para corre-
gir los trastornos electrolíticos.
- VÓMITOS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO: ver capítulo 83. Urgencias Oncológicas.
c) FÁRMACOS ANTIEMÉTICOS ADECUADOS SEGÚN EL PROCESO (Cuadro 39.4)
Cuadro 39.4: Fármacos antieméticos
FÁRMACOS DOSIS INDICACIONES Y EFECTOS
SECUNDARIOS
ANTIHISTAMÍNICOS H1
▲ Doxilamina + Vit B6 1cap/ 8 h ● Control de náuseas matutinas
(embarazo).
ANTICOLINÉRGICOS
▲ Escopolamina 300 microgr dosis ● Empleados en cinetosis.
antes del viaje. ● Estreñimento, sequedad de boca.
FENOTIACINAS
▲ Clorpromacina IM o IV:25-150 mg/d ● Vómitos inducidos por
en 3 dosis opiáceos, anestésicos
VO: 15-75 mg/d y agentes quimioterápicos
en 3 dosis ● Pueden producir sedación,
hipotensión y efectos
extrapiramidales.
▲ Haloperidol VO: 2-15 mg/d ● Vómitos inducidos por
en 3 dosis opiáceos, anestésicos y
IM: 10 mg/ 6h agentes quimioterápicos.
● Menos sedante que
Clorpromacina y frecuentes
síntomas extrapiramidales.
● Pocos efectos anticolinérgicos
y cardiotóxicos.
360
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ANTIDOPAMINÉRGICOS
▲ Metoclopramida VO, IM, IV disuelto: ● Útil en gastroparesia y
10mg/8h quimioterapia.
Profilaxis en QT: ● Efectos extrapiramidales
1-2 mg/Kg IV como: hiperprolactinemia,
en 100 cc de SS en insomnio, confusión,... Estos
15 min, 30 min efectos son más frecuentes
antes de QT. en niños y ancianos.
ANTAGONISTA DE LOS
RECEPTORES 5-OHT3
▲ Ondansetrón IV: 0’15 mg /Kg diluido ● Náuseas y vómitos por
en 100 SS en 15 min, quimioterapia.
30 min antes de QT ● Ef 2°: cefalea, calor,
alteración de transaminasas,
estreñimiento o diarrea.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Trost JR, Feldman M. El paciente con náuseas y vómitos. En: Montoro M, editor. "Principios
básicos de gastroenterología para médicos de familia. Madrid: Jarpyo Editores; 2002.
p.229-245.
▲ Nevado Loro A. Regurgitaciones, náuseas y vómitos. En: Espinás Boquet J, Alonso Martín
MR,Castro Gómez JA, Díaz González L, Franch Taix M, Ibáñez Pérez F, Lorenzo Riera A,
Martín-Carrillo Domínguez P, Pérez Villarroya JC, Rodríguez Villamañán JC, Vilaseca Ca-
nals J editores. Guía de Actuación en Atención Primaria. 2ª ed. Barcelona: SEMFYC; 2002.
p. 669-674.
▲ Hasler William L. Náuseas, vómitos e indigestión. En: Braunwald, Fauci, Kasper, Hauser, Lon-
go, Jameson editores. Harrison Principios de Medicina Interna. 15a ed. Madrid: Mc-Graw-
Hill Interamericana; 2001. p.280-286.
361
CAPÍTULO 40
Capítulo 40
DOLOR ABDOMINAL AGUDO
M. Fadel Boumahi- Mokhtar - D. Cuevas del Pino - A. Aranzana Gómez -
A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN
El término abdomen agudo se aplica al cuadro clínico cuyo síntoma principal es el
dolor abdominal y que implica generalmente un proceso intrabdominal grave, ur-
gente y que requiere solución quirúrgica urgente. Se trata de un cuadro clínico que
incluye procesos de diversa gravedad.
DIAGNÓSTICO
Valoración inicial del paciente a su llegada a Urgencias
▲ En primer lugar, establecer la gravedad del cuadro y detectar la existencia de
shock (hipovolémico o séptico-tóxico), por lo que el primer paso es establecer la
situación clínica del enfermo y posteriormente proceder a su diagnóstico:
▲ Se aseguran dos vías venosas para la reposición hidroeléctrica.
▲ Posteriormente, si es posible, se colocará catéter venoso central para cuantificar
la presión venosa y valorar el tipo de shock.
▲ Administrar oxígeno con mascarilla a altas dosis.
▲ Realizar analítica básica: sistemático de sangre, estudio de coagulación, bioquí-
mica elemental (glucosa, urea, creatinina, iones), gasometría arterial y obtener
muestras para las pruebas cruzadas. Dependiendo de la sospecha clínica se pe-
dirán estudios analíticos complementarios (amilasa, lipasa, bilirrubina, enzimas
hepáticos, niveles de digoxina, CPK, etc.).
▲ ECG.
▲ Sonda nasogástrica (descartar sangrado digestivo) y sondaje vesical para contro-
lar el ritmo de diuresis (obteniendo además sistemático de orina).
▲ Los restantes estudios dependerán de la sospecha clínica: radiología, ecografía
abdominal, TAC, etc.
Hay que descartar o confirmar lo antes posible: perforación de víscera hueca, di-
sección aórtica, rotura de vaso de grueso calibre y hemorragia intraabdominal,
procediendo al tratamiento quirúrgico en la mayor brevedad.
HISTORIA CLÍNICA
▲ EDAD: Patologías más frecuentes en los distintos grupos de edad. Puede orientar
hacia determinadas patologías y a su vez descartar otras.
Recién nacidos: malformaciones congénitas del aparato digestivo (atresias intesti-
nales, enfermedad de Hirshsprung, íleo meconial).
Lactantes: invaginación intestinal, pueden darse también malformaciones has-
ta entonces asintomática (malrotaciones intestinales, diverticulo de Meckel),
obstrucciones herniarias.
Adolescencia: especialmente frecuentes la apendicitis aguda, adenitis mesentérica
inespecífica.
Adultos: apendicitis aguda (más frecuente), perforaciones de ulcus pépticos pre-
vios, pancreatitis agudas, estrangulaciones herniarias o colecistitis agudas.
362
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
▲ PRUEBAS DE LABORATORIO:
No deben ser solicitadas de forma rutinaria, sino en relación con la clínica del
paciente.
- Hemograma.
- Estudio de coagulación.
- Bioquímica: urea, creatinina, glucosa, iones, amilasa, lipasa, CPK-MB.
- Gasometría.
- Análisis de orina.
ECG: Cuando se sospecha origen cardíaco en un cuadro de dolor abdominal y
en aquellos pacientes que vayan a ser sometidos a cirugía (preoperatorio).
▲ ESTUDIOS RADIOLÓGICOS:
- Rx tórax: Proyección PA y lateral. Pedir siempre en bipedestación, ya que pue-
de visualizarse neumoperitoneo como primer indicio de aire extraluminal. Se
descartarán neumonías, neumotórax, derrame pleural, hernias diafragmáticas,
ensanchamiento mediastínico, etc.
- Rx abdomen: Siempre en decúbito supino y bipedestación (o decúbito lateral iz-
quierdo si el paciente no puede mantenerse de pie) para ver niveles hidroáe-
reos, neumoperitoneo, etc. Valora estructuras óseas, patrón gas intestinal, silue-
ta de víscera hueca, aerobilia, cuerpos extraños radioopacos, presencia de
calcificaciones, etc.
- Ecografía abdominal: es el método de imagen de elección en patología hepá-
tica, de vesícula y vías biliares, patología renouretral y ginecológica, aneurismas
abdominales y existencia de líquido libre abdominal. Es fácilmente disponible,
indolora e inocua.
- TAC abdominal: ante la sospecha de patología retroperitoneal, traumatismo ab-
dominal, complicaciones postquirúrgicas y dudas diagnósticas tras estudios an-
teriores. Útil en patología hepática, pancreatitis y sus complicaciones, tumores
intraabdominales y localización de colecciones intraabdominales (puede ser te-
rapéutica: drenaje percutáneo).
▲ OTROS:
PARACENTESIS DIAGNÓSTICA O PUNCIÓN LAVADO PERITONEAL: tiene valor
ante la aparición de dolor abdominal y ascitis crónica, ascitis de aparición brus-
ca, traumatismo abdominal cerrado, etc.
LAPAROSCOPIA Y LAPAROTOMÍA EXPLORADORA: ante dudas diagnósticas en
pacientes con peritonismo. En casos seleccionados en pacientes con sospecha de
abdomen agudo quirúrgico.
ACTITUD Y TRATAMIENTO
▲ Establecer diagnóstico diferencial entre entidades que requieran tratamiento mé-
dico y aquellos que constituyan una emergencia quirúrgica. El enfermo debe ser
valorado por el cirujano, ante la menor duda de indicación terapéutica.
▲ El tratamiento e indicación de ingreso dependen del diagnóstico y su repercusión.
1 Observación y tratamiento médico: cuando no se llega a un diagnóstico a pe-
sar de la valoración clínica y estudios complementarios. Si el paciente se man-
tiene con criterios de observación, deberá evitarse el uso de analgesia, para
evitar “camuflar“ el dolor.
365
CAPÍTULO 40
SITUACIONES ESPECIALES:
▲ DOLOR ABDOMINAL EN EMBARAZADAS:
- El manejo inicial es igual que al de otros pacientes.
- Atención específica a los aspectos del embarazo, fecha probable de parto y la
presencia de complicaciones relacionadas con él.
- Si el embarazo supera la vigésima sexta semana, debe efectuarse vigilancia fetal.
- Los estudios radiológicos deben reducirse al mínimo.
- El riesgo de aborto espontáneo durante la cirugía es mayor durante el primer tri-
mestre y el momento óptimo para la cirugía electiva es el segundo trimestre.
- Los problemas quirúrgicos más frecuentes son:
•Apendicitis aguda; es la causa más frecuente de abdomen agudo en la emba-
razada.
•Rotura espontánea visceral; rotura hepática, renal, esplénica, esofágica.
•Oclusión intestinal.
•Perforación de víscera hueca.
366
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
DOLOR ABDOMINAL
Pruebas complementarias
Analítica: SS, EC, BQ, GAB
Rx
ECO, TAC, ENDOSCOPIA...
Observación:
hospitalaria o
en domicilio
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Cuevas del Pino, D. Palomares Rabadán, D. Blanco Bravo, A. Dolor Abdominal Agudo. En:
Julián Jiménez A, editor. Manual de Protocolos y Actuación en Urgencias. Madrid: Nilo Grá-
ficas; 2003.p. 207-212.
367
CAPÍTULO 41
Capítulo 41
DIARREAS AGUDAS
J. González Barboteo - F. Madruga Galán – T. Artaza Varasa
DEFINICIÓN
Se define como diarrea un aumento en el volumen de las deposiciones (más de 250
gr./día) o de su contenido acuoso (más del 70 %). También se considera diarrea el
aumento en el número de las deposiciones (más de tres al día o dos si se acompaña
además de síntomas intestinales).
Recibe el nombre de diarrea aguda aquella que dura menos de 2 semanas. En caso
de mantenerse la clínica más de dos semanas se denomina diarrea persistente. Si la
duración del cuadro llega al mes se considera diarrea crónica.
La gastroenteritis aguda es una entidad nosológica caracterizada por ser un proceso
diarreico de menos de 2 semanas de evolución, acompañado o no de vómitos y do-
lor abdominal, producido por un germen o sus toxinas.
ETIOLOGÍA
En el cuadro 41.1 podemos apreciar las principales causas de diarreas agudas.
d) Expresión aguda de una diarrea crónica: Enf. Inflamatoria intestinal, sd. de malabsorción...
g) Otros: Impactación fecal (pseudodiarrea), diverticulitis, abdomen agudo (fases iniciales), etc.
CLASIFICACIÓN
▲ Las gastroenteritis clásicamente se han clasificado por su mecanismo de producción
en (ver cuadro 41.1): A) Por toxinas: 1. Enterotoxinas; 2. Citotoxinas.
B) Por gérmenes enteroinvasivos.
368
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Sin embargo, parece más útil para el manejo en Urgencias, clasificar las diarreas
según la gravedad del proceso:
▲ Diarreas leves: Aquellas que se producen en sujetos previamente sanos, no pre-
sentan fiebre, moco, sangre o pus en heces, no producen síntomas ni signos de
deshidratación ni alteraciones hidroelectrolíticas . Además por regla general,
no produce alteración de la vida cotidiana del paciente.
▲ Diarreas moderadas: aquellas que producen alteraciones iónicas leves , vómi-
tos frecuentes , dolor abdominal intenso, limitan la actividad del enfermo o bien
diarreas leves en determinados grupos de riesgo *.
▲ Diarreas graves: postración del enfermo, fiebre (>38 °C) síntomas o signos de
deshidratación (ortostatismo, sed, oliguria, hipotensión, taquicardia, hemocon-
centración, insuficiencia renal), la presencia de sangre , moco o pus en heces
o bien diarreas moderadas que se producen en pacientes determinados *.
▲ Diarreas muy graves: estados de shock, insuficiencia renal establecida o dia-
rreas graves en pacientes especiales*.
DIAGNÓSTICO
Es fundamental realizar una buena anamnesis y una exploración física completa que
nos orientará sobre la posible etiología del proceso y nos permitirá valorar la gravedad
del enfermo, así como la necesidad de realización de pruebas complementarias o no.
1.- Anamnesis: En primer lugar preguntaremos acerca del número de deposiciones;
hábito intestinal previo del enfermo; productos patológicos en las heces (la pre-
sencia de sangre, moco o pus); el tiempo de duración del proceso; si existen sín-
tomas acompañantes: sensación de sed, ortostatismo, vómitos, dolor abdominal ,
oliguria, síntomas neurológicos (sospechar botulismo o cuadro tóxico por la in-
gesta de moluscos bivalvos contaminados); la presencia de fiebre; si existen otras
personas cercanas al enfermo con los mismos síntomas (nos orientará a una to-
xiinfección alimentaria); si ha ingerido carne o pescado crudo, marisco, conser-
vas en mal estado, huevos o derivados (cremas, pasteles, ...); si ha recibido tra-
tamiento previo con antibióticos (colitis pseudomembranosa por C. difficile ); si ha
realizado últimamente algún viaje a países de riesgo, diarrea del viajero (E. coli
enteropatógenos, V. cholerae, amebas, Giardia,...); la asistencia a Centros de Día
o pacientes institucionalizados (Shigella sp. Giardia...); homosexualidad (Shige-
lla, Salmonella, herpes, sífilis, Chlamydia); la presencia de diarrea de predominio
nocturno puede indicar organicidad.
▲ En el caso de una toxiinfección alimentaria es importante preguntar el tiempo
transcurrido desde la ingesta del alimento hasta la aparición de los síntomas:
- Menos de 6 horas: S. aureus, Bacillus cereus...
- Entre 8-14 horas: Clostridium perfringens, S. epidermidis...
- Más de 14 horas y se asocia a vómitos: Virus.
- Síntomas y/o signos de infección por Shigella, Salmonella...
- Sangre en heces pero con fiebre baja o ausente: E. coli enterohemorrágico...
369
CAPÍTULO 41
TRATAMIENTO
La mayor parte de los procesos diarreicos agudos, infecciosos o no, ceden de forma
espontánea sin requerir tratamiento específico. De tal modo que se establece el trata-
miento en función de la gravedad del cuadro:
▲ DIARREAS LEVES: Se realizará tratamiento domiciliario con ingesta de dieta po-
bre en residuos, sin lactosa, rica en hidratos de carbono y abundante aporte de
líquidos por vía oral (al menos entre dos y tres litros al día). La solución reco-
mendada por la O. M. S. debe contener (por litro de agua):
- 3´5 gr. de cloruro sódico,
- 2´9 gr. de citrato trisódico o 2´5 g. de bicarbonato sódico,
- 1´5 gr. de cloruro potásico,
- 20 g. de glucosa o 40 g. de sucrosa.
Esto se puede conseguir con los productos preparados al efecto tales como Sue-
rooral® o bien de forma doméstica con limonada alcalina. Existen diversas mo-
dalidades de limonada alcalina. La siguiente es una de las más utilizadas:
- Un litro de agua,
- El zumo de dos limones,
- Cuatro cucharadas soperas de azúcar,
- Una cucharadita de bicarbonato,
- Un cuarto de cucharadita de sal.
En personas previamente sanas se pueden utilizar las bebidas isotónicas deportivas,
zumos de frutas diluidos, caldos o sopas. El aporte calórico, si se tolera la ingesta
oral, debe basarse en la toma de productos tales como patatas, arroz, pasta, plá-
tanos, yogurt, sopa y verduras enlatadas. Se recomienda no tomar leche ni deriva-
dos, exceptuando los yogures, debido a la intolerancia transitoria de lactosa por le-
sión de las microvellosidades intestinales. Tampoco es aconsejable la ingesta de
alimentos ricos en residuos (verduras, legumbres...) ni productos con cafeína. En
nuestro hospital adjuntamos a cada paciente una hoja de recomendaciones dietéti-
cas para estos casos.
▲ DIARREAS MODERADAS: rehidratación oral domiciliaria con reevaluación a las
48 horas si no mejoran los síntomas.
Deberán hospitalizarse aquellos pacientes que cumplan los siguientes criterios:
- Pacientes que aumentan el riesgo de bacteriemia: ancianos, inmunodeprimi-
dos, con patología vascular asociada (prótesis valvulares , injertos vasculares ,
aneurismas , valvulopatías) , gastrectomizados.
- Intolerancia oral, signos de deshidratación, sobre todo en ancianos o marcada
sintomatología extraintestinal.
- Ingesta previa de antibióticos por otro motivo.
- Sospecha de abdomen agudo o etiología no infecciosa.
Los pacientes que requieren ingreso hospitalario deben ser sometidos a aisla-
miento intestinal. Se solicitarán en Urgencias tres coprocultivos y dos hemoculti-
vos (uno de cada brazo).
▲ DIARREAS GRAVES Y MUY GRAVES: Todos los casos requieren hospitalización. Se
debe realizar rehidratación por vía parenteral (en los cuadros muy graves se de-
371
CAPÍTULO 41
Por último, reseñar que aquellos pacientes con diarrea crónica y que no se en-
cuentran comprometidos clínica ni analíticamente, deben ser remitidos a su centro
de Atención Primaria o directamente derivados a las consultas de los Servicios de
Gastroenterología o Medicina Interna, según los casos.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Manatsathit S, Dupont HL, Farthing M, Kositchaiwat C, Leelakusolvong S, Ramakrishna BS et
al. Guideline for the management of acute diarrhea in adults. J Gastroenterol Hepatol. 2002
Feb; 17 Suppl:S54-71.
▲ Ilnyckyj A. Clinical evaluation and management of acute infectious diarrhea in adults. Gas-
troenterol Clin North Am. 2001 Sep; 30(3):599-609.
▲ Scheidler MD, Giannella RA. Practical management of acute diarrhea. Hosp Pract (Off
Ed).2001 Jul 15;36(7):49-56.
▲ Mensa J, Gatell JM, Jiménez de Anta MT, Prats G, Domínguez-Gil A. Guía terapéutica anti-
microbiana. 13ª ed. Barcelona: Masson; 2003.
373
CAPÍTULO 42
Capítulo 42
HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA
A. Villarín Castro - S. Soto Fernández - T. Artaza Varasa
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
Se puede definir hemorragia digestiva (H. D.) como toda pérdida de sangre proce-
dente del aparato digestivo. Es una patología muy frecuente en Urgencias, con una
mortalidad que oscila entre el 5 y el 10%, variando ésta en función de factores pro-
nósticos tales como la edad, enfermedades asociadas, cuantía del sangrado y etiolo-
gía de la hemorragia.
Su localización respecto al ángulo de Treitz las clasifica en H. D. Alta (HDA) y Baja
(HDB), respectivamente.
Las posibles formas de presentación de una hemorragia digestiva son:
● Hematemesis: Vómito de sangre fresca o restos hemáticos digeridos (posos de ca-
fé). Indican HDA, pero hay que descartar que no sea sangre deglutida proceden-
te del área ORL o hemoptisis.
● Melenas: Heces negras, brillantes, pastosas, pegajosas y malolientes. Sugiere HDA
o bien HDB si el tránsito es lento. Siempre hay que descartar que no esté tomando
hierro, bismuto o que haya ingerido alimentos que tiñan las heces (regaliz, morci-
lla, calamares en su tinta...). Para que se produzcan precisa que la sangre per-
manezca en el tubo digestivo al menos 8 horas.
● Hematoquecia: Heces sanguinolentas. Suele indicar HDB, o bien HDA si el tránsi-
to es rápido y las pérdidas importantes (más de 1 litro en menos de 1 hora).
● Rectorragia: Expulsión de sangre roja por el ano. Suele indicar hemorragia en tra-
mos distales de colon y recto, aunque puede provenir de tramos superiores si el
sangrado es muy intenso y el tránsito muy rápido.
Cuadro 42.1: Causas más frecuentes de HDA
Ulcus gastroduodenal (30-56%) Tumores gástricos / esofágicos
Varices gastroesofágicas (12-30%) Causas vasculares:
LAMG (10-15%) Rendu-Osler (0’9%)
Síndrome de Mallory-Weiss (5-8%) Dieulafoy (0’6%)
Esofagitis péptica (4%) Prótesis vasculares aórticas
Hernia hiatal Aneurismas aórticos con fístulas
Coagulopatías fístulas aorto-entéricas, etc.
Ante una HDA grave o masiva debemos tomar las siguientes medidas:
1. Canalizar DOS VÍAS VENOSAS periféricas de gran tamaño. Si el paciente es
cardiópata, nefrópata o entra en shock, es recomendable canalizarle una vía
venosa central para medir la Presión Venosa Central (PVC).
2. REPONER VOLUMEN con cristaloides (Suero Salino al 0’9%; Suero Glucosado
al 5%; Suero Glucosalino). Si TAS < 100 o shock, utilizar coloides artificiales
(Poligenina al 3’5% o Hidroxietilalmidón al 6% a chorro), ya que aumentan la
expansión de plasma con poco líquido y disminuyen el riesgo de sobrecarga hí-
drica. Los coloides naturales (plasma fresco congelado y seroalbúmina) no son
recomendados como expansores plasmáticos en la HDA.
3. TRANSFUSIÓN (necesario consentimiento informado):
– Urgente: Sin cruzar, sangre total isogrupo en shock hipovolémico o hipoxia.
– No urgente: Tras pruebas cruzadas, concentrados de hematíes en pacientes
estables hemodinámicamente si Htco. < 25%.
– Htco. 25-30%, estables: Transfundir considerando otros factores como edad,
enfermedad de base que no permita correr riesgos (cardiopatía isquémica,
375
CAPÍTULO 42
3. TRATAMIENTO DE URGENCIA:
3.1. TRATAMIENTO MÉDICO URGENTE:
HDA POR ÚLCERA PÉPTICA O LAMG:
▲ Reposo absoluto.
▲ Dieta absoluta salvo medicación.
▲ Control de deposiciones, diuresis y constantes. Sonda urinaria si existe ines-
tabilidad hemodinámica o mala recogida de la orina.
▲ SNG en aspiración continua únicamente cuando el endoscopista lo reco-
miende por la inestabilidad de la hemostasia.
▲ Sueroterapia según edad, superficie corporal, enfermedades de base y esta-
do del paciente (2.500 – 3.000 ml).
▲ Antieméticos: Metoclopramida 1 ampolla (100 mg) i.v. / 8 h.
▲ Antagonistas H2: Ranitidina 1 ampolla (50 mg) i.v. / 8 h. Si tolerancia oral:
1 comprimido (150 mg) / 12 h.
▲ Antiácidos: Siempre que se haya realizado la endoscopia, ya que no pueden
administrarse en las 6 horas previas, puesto que ensucian el campo. Alma-
gato o Magaldrato 1 sobre cada 4 horas respetando el sueño una vez se ini-
cie tolerancia oral.
▲ Omeprazol/Pantoprazol i.v. Indicaciones:
● Ulcus péptico con sangrado activo, vaso visible o coágulo adherido.
● Ulcus péptico con estenosis pilórica.
● Ulcus péptico en paciente con tratamiento previo correcto con anti–H2.
● Ulcus péptico en pacientes de riesgo (ancianos, enfermedad asociada).
● Ulcus péptico > 2 cm. de diámetro.
● Esofagitis por RGE / Mallory–Weiss severo.
Dosis de Omeprazol i.v. (bomba de perfusión):
1) 80 mg (2 viales) en 200 ml. SSF a pasar en 30 minutos.
2) 120 mg (3 viales) en 300 ml. a pasar en las primeras 12 horas.
3) 80 mg (2 viales) en 200 ml. cada 12 horas (un máximo de 5 días).
Dosis de Pantoprazol i.v.:
40 mg (1 vial) / 24 h. a pasar en 2–15 minutos.
378
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Soto S, Artaza T: Hemorragia digestiva alta. En: Julián A (coord.): Manual de Protocolos y
actuación en Urgencias para Residentes (Complejo Hospitalario de Toledo). 1ª Ed. Toledo;
2001: 219-26.
381
CAPÍTULO 42
Capítulo 43
HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA
A. Fortuny Tasias - M. Amengual Occhi - T. Artaza Varasa
J. L. Martínez Potenciano
INTRODUCCIÓN
Se denomina hemorragia digestiva baja (HDB) a aquel sangrado cuyo origen es dis-
tal al ángulo de Treitz y que se manifiesta por evacuación de sangre roja (rectorra-
gia) o de heces con sangre (hematoquecia) por el orificio anal. Hay casos en que pue-
de presentarse como melenas (sangrado de yeyuno, ileon o colon derecho asociado
con tránsito gastrointestinal lento). La pérdida de sangre en cantidad inferior a 50 ml.
puede detectarse como sangre oculta en heces.
ETIOLOGÍA
Según la edad y en orden decreciente de frecuencia:
▲ Lactantes y niños: divertículo de Meckel, pólipos y poliposis, enfermedad infla-
matoria intestinal (EII), duplicación intestinal, intususcepción.
▲ Adolescentes y adultos jóvenes: divertículo de Meckel, EII, pólipos.
▲ Adultos < 60 años: hemorroides, fisuras, divertículos, EII, neoplasias, malforma-
ciones arteriovenosas.
▲ Adultos > 60 años: divertículos, angiodisplasias, colitis isquémica, neoplasias co-
lónicas, pólipos.
En más del 80% de los casos el origen se halla a nivel colo-rectal, estando el resto de
lesiones localizadas a nivel del intestino delgado. El 10% de los casos no se diagnosti-
ca; contribuye a ello el hecho de que en su mayoría el sangrado es intermitente o su dé-
bito demasiado bajo para que pueda establecerse un diagnóstico etiológico preciso.
CLASIFICACIÓN
La HDB se puede presentar de dos formas:
▲ AGUDA: puede ser moderada o masiva según exista o no compromiso hemodi-
námico. Se presenta como rectorragia o hematoquecia.
▲ CRÓNICA: la pérdida sanguínea suele ser muy lenta e intermitente y suele debu-
tar como anemia ferropénica. Se puede manifestar como sangre oculta en heces,
melenas intermitentes o rectorragias pequeñas e intermitentes.
La mayoría de consultas por HDB son casos de rectorragia leve y/o intermitente que
no suelen provocar alteraciones hemodinámicas importantes y que pueden ser ma-
nejados de forma conservadora. Sólo un 10-20% de los casos se presenta como HDB
masiva, y hasta en un 80% de los casos el sangrado cede espontáneamente.
Una pérdida del 25-35% de la volemia (1.250-1.750 cc) se considera una hemorra-
gia grave y cursa con TA sistólica inferior a 100 mm Hg, FC superior a 100-120 lpm
y cambios posturales al adoptar el ortostatismo (aumento de al menos 20 lpm de la
FC o caída de al menos 20 mm Hg de la TA sistólica). Se debe actuar de la siguien-
te forma:
▲ Canalizar dos vías periféricas gruesas, una para reposición de volumen y otra
para transfundir. Vía central en pacientes con cardiopatía, nefropatía o en esta-
do de shock, para ajustar la perfusión según PVC.
▲ Monitorización de TA, FC, FR, Tª, perfusión periférica y diuresis.
▲ Reposición de la volemia: dependiendo de la respuesta hemodinámica del enfer-
mo, con cristaloides, coloides o sangre.
▲ Extracción de sangre para analítica: Hemograma, E. Coagulación, Glucosa, Io-
nes, Urea y Pruebas cruzadas.
2. CONFIRMACIÓN DE LA HDB:
Se procederá a la colocación de SNG para descartar origen alto (el 15-25% de los
sangrados masivos se deben a HDA) y a la exploración y tacto rectal. Para descartar
origen alto, el aspirado gástrico debe ser claro con bilis. Si el aspirado es hemático
(sangre fresca o coagulada) o claro sin bilis, se debe realizar una endoscopia alta.
3. ESTUDIO DIAGNÓSTICO:
Siempre tras estabilización hemodinámica.
▲ Anamnesis y exploración física:
■ Se realizará una detallada anamnesis que junto con la edad del paciente nos
pueda orientar hacia la causa más probable del sangrado. Se preguntará por:
■ Enfermedades importantes asociadas y antecedentes familiares (cáncer colo-
rrectal o pólipos).
■ Síntomas acompañantes: la existencia de dolor abdominal orienta a una
tes y AINES).
■ A continuación se realizará una exploración física haciendo hincapié en:
SNG
Fallida Diagnóstica
COLONOSCOPIA GASTROSCOPIA TTO
específico
SI
TRATAMIENTO
En general el sangrado leve, crónico y/o intermitente en el que no existe repercusión
analítica, deterioro clínico ni hallazgos radiológicos que hagan sospechar una causa
aguda sobreañadida, no precisa ingreso, aunque es importante la realización de ex-
ploraciones complementarias (colonoscopia) lo antes posible. En el resto de casos se
debe ingresar al paciente.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Díaz Tasende J, Ibáñez Pinto A, Sadia Pérez D. Hemorragia digestiva. En: Blanco-Echeva-
rría A, Cea-Calvo L, García-Gil M.E, Menassa A, Moreno-Cuerda V.J, Muñoz-Delgado G,
Olalla J, Varona J.F, eds. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica. Hospital Universita-
rio Doce de Octubre. 5ª ed. Madrid: Grupo MSD; 2003. p.527-540.
▲ Saperas E. Hemorragia digestiva baja. Gastroenterología y Hepatología continuada 2003;
2 :63-67.
▲ P.Alonso, M. Marzo, J.J. Mascort, A. Hervás, L. Viñas, J. Ferús, J. Ferrándiz. Guía de prác-
tica clínica sobre el manejo del paciente con rectorragia. Gastroenterología y Hepatología
2002; 25: 605-632
▲ Jonathan P. Terdiman, MD. Colonoscopic Management of Lower Gastrointestinal Hemorrha-
ge. Current Gastroenterology Reports 2001; 3 :425-432.
▲ Zuccaro G. Management of the Adult Patient with Acute Lower Gastrointestinal Bleeding. Am
J Gastroenterol 1998; 93:1203-1208.
▲ Saperas E. Hemorragia digestiva baja. Gastroenterología y Hepatología continuada 2003;
2:63-67.
387
CAPÍTULO 44
Capítulo 44
PANCREATITIS AGUDA
J. Gil Moreno - A. Repiso Ortega - M. Alcántara Torres - T. Artaza Varasa
INTRODUCCIÓN
La pancreatitis aguda (PA) es la inflamación súbita del páncreas sobre una glándula
previamente sana, debido a la activación intraparenquimatosa de enzimas digestivas,
pudiendo existir una respuesta inflamatoria sistémica de distinta intensidad y tener un
carácter recurrente. Supone aproximadamente el 0,15% de las urgencias hospitala-
rias y el 0,6% de los ingresos hospitalarios con una incidencia máxima entre la cuar-
ta y la sexta década.
CLASIFICACIÓN:
La clasificación más utilizada actualmente distingue entre:
Pancreatitis aguda leve: con mínima repercusión sistémica, ausencia de complica-
ciones locales y buen pronóstico. Se caracteriza por la existencia de edema intersti-
cial sin focos de necrosis.
Pancreatitis aguda severa: caracterizada por la existencia de fallo orgánico, compli-
caciones locales (necrosis, abscesos, pseudoquistes) y un peor pronóstico. General-
mente existe necrosis parenquimatosa, áreas hemorrágicas y necrosis grasa peripan-
creática e intrapancreática.
ETIOLOGÍA
La litiasis biliar (causa más frecuente en nuestro medio) y el alcohol son responsables
del 80% de las PA; un 10% son debidas a múltiples causas que se exponen en la cua-
dro 44.1, y otro 10% son consideradas idiopáticas.
ACTITUD DIAGNÓSTICA
Ante todo paciente con dolor abdominal y/o en espalda se deberá descartar una
pancreatitis aguda sobre todo si existen factores predisponentes. Ante la sospecha de
PA se deberán seguir los siguientes pasos:
I. Control de constantes (Tensión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respirato-
ria, temperatura).
II. Clínica
● Dolor abdominal: es el síntoma principal, localizado en epigastrio y/o hipo-
condrios pudiendo irradiarse a espalda, en cinturón o ser difuso. Puede ser de-
sencadenado por transgresiones dietéticas, consumo de alcohol, traumatismo,
etc. Empeora con la ingesta, en decúbito y se alivia al sentarse con el tronco fle-
xionado y transitoriamente con el vómito.
● Náuseas y Vómitos: Frecuentemente asociados al dolor abdominal.
● Shock: Como forma de presentación en el 2% de las PA, pudiendo no aparecer
dolor, por lo que ante todo paciente con shock de etiología no clara se debe
descartar una PA.
388
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS PRONÓSTICOS
Suele cursar de una forma benigna (sin complicaciones), si bien un 10% desarrollan
formas necrotizantes con elevada tasa de mortalidad. Para realizar una valoración
del pronóstico disponemos de:
1. Valoración de la insuficiencia orgánica:
● Shock- TA sistólica < 90 mmHg
● Insuficiencia pulmonar- PaO2 < 60 mmHg
● Insuficiencia renal- Creatinina > 2 mg/dL
● Hemorragia digestiva > 500 ml/24h
2. Criterios pronósticos tempranos: Los criterios de Ranson presentan la limitación de
necesitar 48 horas para obtener los datos (cuadro 44.3).
Cuadro 44.3: Criterios de Ranson
Al ingreso A las 48 horas
Edad >55 años Descenso del Hto >10 puntos
Leucocitos >16.000/mm3 Aumento de la urea >10 mg/dl
Glucosa >200 mg/dl Calcemia <8 mg/dl
LDH>350 UI/L PaO2 <60 mmHg
GOT>250 U/L Déficit de base >4 mEq/L
Secuestro líquido>6 L
Aumenta la morbilidad y la mortalidad con tres o más criterios
TRATAMIENTO
En la mayoría de los casos sólo serán necesarias una serie de medidas generales,
pues la PA suele ceder de modo espontáneo.
1. Monitorización de constantes. Temperatura, TA, diuresis cada 8 horas y el aspira-
do por SNG.
2. Dieta absoluta. La restauración de la dieta se hará no antes de las 72 horas, cuan-
do desaparezca el dolor, reaparezca el peristaltismo intestinal y los valores de ami-
lasa sérica sean inferiores a dos veces su valor normal.
3. Sonda nasogástrica con aspiración continua suave: No será necesaria en la PA
leve o moderada pero sí estará indicada en el tratamiento del íleo intestinal o gás-
trico, en la PA severa para prevenir la aspiración del contenido gástrico, en los ca-
sos de dolor abdominal intenso y si existen vómitos.
4. Tratamiento sintomático.
● En caso de vómitos o sensación nauseosa se pautará un antiemético como la
Metoclopropamida, a dosis de 10 mg cada 8 horas por vía endovenosa.
● Tratamiento con Anti H2: No han demostrado efectos beneficiosos en el trata-
miento de la PA y sólo son necesarios en pacientes con criterios de gravedad o
con antecedentes ulcerosos, para prevenir el riesgo de hemorragia digestiva, a
dosis de 50 mg cada 8 horas por vía endovenosa.
● Tratamiento del dolor: Se comenzará con Metamizol, a dosis de 2g cada 6 ho-
ras i.v. Si no cede se pautará Tramadol, a dosis de 100mg diluidos en 100 ml
de suero Glucosado al 5% i.v. cada 6 horas. Se puede utilizar la Meperidina, a
dosis de 100 mg i.v. cada 6 horas.
392
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Banks PA. Practice Guidelines in Acute Pancreatitis. Am J Gastroenterol 1997;92:377-386.
▲ Arenas Miravé JI, Bujanda Fernández de Piérola L. Pancreatitis aguda. Rev Esp Enf Digest
1996;88:851-864.
▲ G.Glazer,D.V.Mann.United Kingdon Guidelines for the management of acute pancreatitis.
Gut 1998; 42 (suppl 2) S1-S13.
▲ Banks PA. Pancreatitis aguda y crónica. In: Sleisenger, Feldman, Scharschmidt, ed. Enferme-
dades gastrointestinales y hepáticas. 6ª ed. Madrid: Panamericana; 2000. p. 864-920.
393
CAPÍTULO 45
Capítulo 45
ICTERICIA
M. Cabrera Pajarón - M. Amengual Occhi - J. Valle Muñoz - T. Artaza Varasa
INTRODUCCIÓN
● La ictericia es la coloración amarillenta de piel y mucosas debida a una concen-
tración elevada de bilirrubina. Es evidente clínicamente cuando la bilirrubina es
mayor de 2-2,5 mg/dl (bilirrubina normal, 0,3-1 mg/dl). Se debe diferenciar de
otras causas de coloración amarillenta cutánea, como la producida por la toma de
carotenos, en la que no se pigmenta la esclerótica.
● Diariamente se producen 250-350 mg. de bilirrubina, de los cuales 70%-80% pro-
viene de la degradación de hematíes viejos y el 20%-30% restante de hemoproteínas
localizadas en el hígado y la médula ósea. La bilirrubina no conjugada (“Indirecta”)
es insoluble en agua y se transporta en plasma unida a la albúmina. La bilirrubina in-
directa no puede atravesar la membrana glomerular, por lo que no se elimina en la
orina. La causa más importante de aumento de la bilirrubina indirecta es la hemólisis.
● La bilirrubina indirecta es captada por los hepatocitos, donde es conjugada por
acción del enzima glucuroniltransferasa. La bilirrubina conjugada (“Directa”) es hi-
drosoluble y se secreta en la bilis. Cuando alcanza el intestino es transformada por
las bacterias intestinales en estercobilinógenos, responsables del color marrón de
las heces. Sin embargo, una parte es reabsorbida y excretada en orina en forma
de urobilinógeno. En los procesos en los que aumenta la bilirrubina conjugada
aparece coluria (orinas oscuras). Si además hay un defecto en la excreción biliar
de bilirrubina, aparecerá acolia o hipocolia (falta de coloración en heces).
CLASIFICACIÓN
Desde un punto de vista práctico, las condiciones que producen ictericia se clasifican
en 3 grandes grupos:
● Trastornos del metabolismo de la bilirrubina
● Enfermedades hepáticas
● Colestasis
ICTERICIA
TRATAMIENTO
● En la ictericia hepatocelular el tratamiento dependerá de la etiología. Se debe in-
gresar al paciente siempre que existan datos de insuficiencia hepática (ver capí-
tulo 48). En cambio, la investigación etiológica de una hepatopatía crónica o de
una hepatitis aguda cuando no existen signos de gravedad ni insuficiencia hepá-
tica se puede hacer de forma ambulatoria.
● En las colestasis intrahepáticas el tratamiento debe ir dirigido a corregir la causa
subyacente. En procesos colestásicos crónicos el prurito suele responder a colesti-
ramina (4-16 gr/día repartidos en 2 tomas). La hipoprotrombinemia se resuelve
tras dar vitamina K : 5-10 mg/24 h durante 2-3 días.
397
CAPÍTULO 45
BIBLIOGRAFÍA
▲ Lidofsky S, Scharschmidt, B. Ictericia. En : Sleisenger-Fordtran, eds. Enfermedades gastroin-
testinales y hepáticas. Fisiopatología, diagnóstico y tratamiento, 6ª ed. Buenos Aires: Pana-
mericana; 2000. p. 246-254.
▲ Daniel s. Pratt, Marshall M. Kaplan. Ictericia. En : Braunwald e, Fauci AS, Kasper DL, Hau-
ser SJ, Longo DL, Jameson JL, et al., editors. Harrison principios de medicina interna. 15ª ed.
Madrid: Mc. Graw Hill Interamericana; 2001. p. 303-308
▲ Amengual Occhi M., Carrobles Jiménez J.M. Ictericia. En : Manual de protocolos y actua-
ción en urgencias para residentes. 1ª edición : Complejo hospitalario de Toledo; 2000. p.
237-241
▲ http//www.merck.com/pubs/manual/section 3/ sec3.htm. Gastrintestinal Disorders in
Merck manual.
▲ http//www.emedicine. com/ GASTROENTEROLOGY. Htm Biliary obstruction.
399
CAPÍTULO 46
Capítulo 46
PATOLOGÍA URGENTE DE LA VÍA BILIAR
J. González González - R. López Pardo - J. Álvarez Martín - A. Blanco Bravo
COLELITIASIS
▲ Epidemiología: afecta al 10 % de los hombres y al 20 % de las mujeres en países
occidentales, siendo más frecuente en edades a partir de los 65 años.
▲ Clínica: asintomáticos la mayoría (60%). Aproximadamente un 20-30 % presenta-
rán dolor o complicaciones a lo largo de su vida.
CÓLICO HEPÁTICO
▲ Causa. El paso de un cálculo de la vesícula al colédoco o al cístico, determina en la
mayoría de las ocasiones la obstrucción brusca al flujo de la bilis, desencadenando
el cuadro de cólico biliar, caracterizándose por un dolor de intensidad creciente en
1-2 h y que tras un periodo de mantenimiento desaparece cuando la obstrucción se
resuelve por el paso del cálculo bien al duodeno o bien regresa a vesícula biliar.
▲ Clínica: dolor que se inicia de forma brusca en hipocondrio derecho, a veces irra-
diado a epigastrio o espalda, constante e intenso. Suele durar 3-4 horas y se pue-
de acompañar de náuseas y vómitos, generalmente biliosos. Suele desencadenar-
se tras la ingesta de alimentos ricos en grasas o proteínas.
A la exploración física el enfermo está afebril, no presenta ictericia, coluria o aco-
lia; y el abdomen es depresible con dolor a la palpación en hipocondrio derecho-
epigastrio. Puede presentar defensa abdominal de tipo voluntario a este nivel.
▲ Pruebas complementarias
ECG: Ante todo paciente con un dolor abdominal de instauración brusca, para
descartar patología isquémica, principalmente en mayores de 40 años.
● Analítica: se debe solicitar al menos hemograma con fórmula leucocitaria y bio-
química con amilasa. Estos no deben mostrar alteraciones. Si es posible, es útil
la determinación de transaminasas.
● Rx tórax: en todo dolor abdominal como diagnóstico diferencial y como preo-
peratoria.
● Rx abdomen: sólo el 10 % de los cálculos biliares son radiopacos ( por presen-
cia de sales de calcio). Debe solicitarse como método de exclusión de otros
diagnósticos.
● Ecografía abdominal: no está indicada de urgencias, a no ser que coexistan
otros dos signos como fiebre, ictericia o intenso dolor abdominal que no res-
ponde a analgésicos habituales.
● Otros estudios, no disponibles en urgencias, son la colangiorresonancia y el es-
tudio isotópico.
▲ Diagnóstico diferencial:
● Patología biliar: colecistitis aguda, ictericia obstructiva de causa no litiásica.
● Patología Gastrointestinal: gastritis, Úlcus péptico sintomático, hernia de hiato.
● Pancreatitis aguda.
● Patología isquémica.
400
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Tratamiento
● En Urgencias: analgesia intravenosa: Metimazol magnésico/ Bromuro de Hios-
cina 1 amp. diluida en 100cc de Fisiológico cada 8 h. Si no responde a anal-
gesia, el paciente debe quedar ingresado para realizar ecografía preferente y
observación; pautando dieta absoluta, analgesia, y protección gástrica con Ra-
nitidina 1 amp iv cada 8 h.
● De elección: Colecistectomía laparoscópica diferida.
COLECISTITIS AGUDA
▲ Incidencia; 5-10% de los abdomenes agudos.
▲ Etiología:
– Litiásica: 90%. Se produce por obstrucción del conducto cístico y sobreinfección
de la bilis vesicular. Los cultivos más frecuentes son: E. coli, Klebsiella y anaero-
bios (Bacteriodes fragilis y Clostridium). Junto a la sobreinfección y al episodio
obstructivo, hay un tercer elemento de inflamación química por la lisolecitina
(por acción de la fosfolipasa sobre la lecitina biliar).
Hasta un 10% de las colecistitis litiásicas se producen tras realizar ERCP.
– Alitiásica: 10% multifactorial; pacientes críticos como quemados, politraumati-
zados o con nutrición parenteral prolongada.
El 50% son colecistitis gangrenosas, más graves que las litiásicas.
▲ Clínica
El paciente en un 75% de los casos nos refiere antecedentes de cólico hepático. La
sintomatología es dolor en el hipocondrio derecho irradiado a la escápula dere-
cha, que se inicia como un cólico pero de mayor duración. Se puede acompañar
de náuseas o vómitos.
A la exploración física el enfermo está febril, pudiendo encontrarse ictericia (10%)
por coledocolitiasis asociada o compresión de la vía biliar( Sdme de Mirizzi). En
el abdomen encontraremos dolor a la palpación en hipocondrio derecho con de-
fensa y peritonismo localizado con signo de Murphy positivo. En el 30% de los ca-
sos se puede palpar la vesícula biliar dilatada.
Las colecistitis graves se dan con mayor frecuencia en ancianos y diabéticos.
Pruebas complementarias. De entrada solicitar el Hemograma, bioquímica con
amilasa, Estudio de Coagulación y Rx de tórax y abdomen.
Los resultados esperables son:
Analítica: 12.000- 15.000 leucocitos con desviación a la izquierda. Si el número
de leucocitos fuera mayor de 20.000 sospechar complicación grave (colecistitis
gangrenosa, absceso perivesicular o colangitis)
Aumento de bilirrubina total hasta 4 mg/dl (10%), GOT GPT (10%), y de forma in-
constante también aumento de fosfatasas alcalinas y Amilasa (no siempre se acom-
paña de pancreatitis con alteraciones morfológicas).
Rx tórax, solicitar en cuadros de patología cardiopulmonar y para descartar otros
cuadros como úlcus péptico perforado, además de prueba prequirúrgica.
Rx de abdomen, podremos ver colelitiasis (10%), calcificaciones pancreáticas que
apoyen la existencia de una pancreatitis y signos como gas perivesicular en la cole-
cistitis enfisematosa o aerobilia en las fístulas colecisto-entéricas o colecistitis post ERCP.
Ecografía. Técnica de elección en Urgencias. Debemos solicitarla una vez recibida la
analítica y radiografía, con un cuadro clínico compatible y habiendo excluido otros
posibles diagnósticos que no necesiten esta prueba. Los hallazgos más frecuentes de
esta prueba son engrosamiento de las paredes, imagen de doble contorno, cálculos...
401
CAPÍTULO 46
ECG
Otras pruebas diagnósticas no disponibles en urgencias son la colangiorresonan-
cia y el estudio isotópico.
El diagnóstico de colecistitis aguda es clínico (fiebre, dolor en hipocondrio derecho
y antecedente de cólico hepático) en más del 50% de los casos.
Diagnósticos diferenciales:
– Patología biliar, cólico biliar, colangitis, ictericia obstructiva de causa no litiásica.
– Patología hepática, hepatitis aguda, úlcus pèptico sintomático o perforado, obs-
trucción intestinal.
– Pancreatitis aguda.
– Otros IAM (para lo cual realizaremos ECG sobre todo en personas mayores o
con antecedentes), Neumonía de Lóbulo inferior derecho, etc.
Complicaciones: más frecuentes en ancianos y diabéticos:
– Colecistitis enfisematosas: 1% de las colecistitis. Gérmenes productores de gas
(Clostridium welchii o perfingers). Se caracteriza por su instauración brusca, de
curso rápido y lleva al enfermo a un estado de sepsis grave (25% de mortali-
dad). Puede verse gas intra o perivesicular.
– Colecistitis gangrenosa o perforada: 10% de las colecistitis. La perforación pue-
de ser:
• Local: absceso perivesicular con tendencia a la formación de un plastrón.
Presenta fiebre mayor de 38.5 °C y leucocitosis mayor de 20.000. Sepsis
graves por gérmenes Gram negativos.
• Libre (1%) peritonitis.
• Entérica: a colon o estómago presenta “mejoría” clínica brusca y se puede
observar aerobilia.
• Empiema vesicular 1-5% de las colecistitis. Colección de pus intravesicular.
Produce sepsis grave por gérmenes Gram negativos.
Tratamiento
Siempre comenzaremos por tratamiento médico y seguiremos con el tratamiento
quirúrgico si procede.
A. Médico
– Dieta absoluta y sueroterapia.
– SNG si vómitos
– Analgesia parenteral (no poner mórficos pues pueden producir espasmos en
el esfínter de Oddi).
– Protección gástrica, Ranitidina u Omeprazol.
– Antibióticos: Amoxicilina-Clavulánico 1-2 gr iv/8h ó Piperacilina/Tazobactam
4/0.5 gr iv/8h.En los casos graves se puede añadir Metronidazol 500 gr iv/8h
(1,5 gr/24h) o cambiar a Imipenem 500 mg/6h. Ciprofloxacino 200-400 mg
iv/12h.
B. Quirúrgico.
– URGENTE, indicaciones:
– Colecistitis complicadas.
– Colecistitis alitiásica (10% de las colecistectomías por colecistitis).
– URGENCIA DIFERIDA: Todas las colecistitis agudas dentro de un periodo de
48-72 horas desde el inicio de la clínica. Es la modalidad de elección.
• COLECISTECTOMÍA DIFERIDA: Debe reservarse para las colecistitis agu-
das no complicadas de más de 72 h de evolución.
402
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Lavelle-Jones M Cuschieri A Acute. Colecistitis. Blumgart LH ed. Sugery on de liver and bi-
lary tract 2nd ED Edinburg Churchill Livinstone, 1994.p. 589 599.
▲ Schwartz SI. Evaluación de la ictericia. Schwartz SI, Ellis H editores Maingot Operaciones
abdominales 8ª edición Buenos Aires: Panamericana 1985. p1703- 1713.
▲ Hawes RH Sheman S. Choledocholithiasis. En Haubrich WS, Schalffiner F Berck JE, (editors)
Bockus Gastroenterology 5ª ed Saunders Philadelphia: 1995;p.2745-2780.
▲ Pera C y col. Fundamentos, Indicaciones y opciones técnicas de Cirugía .Cirugía de hígado
páncreas y vía biliar. Barcelona: Ed Masson; 1996.p. 729-796.
403
CAPÍTULO 47
Capítulo 47
ASCITIS
A. Repiso Ortega - J. J. Sánchez Ruano - T. Artaza Varasa
INTRODUCCIÓN
La ascitis es la acumulación patológica de líquido en la cavidad peritoneal.
Su etiología puede ser múltiple, siendo las causas más frecuentes las hepatopatías,
fundamentalmente la cirrosis hepática (80-85%). La segunda causa más frecuente la
constituyen enfermedades que afectan al peritoneo, en especial la carcinomatosis pe-
ritoneal y la peritonitis tuberculosa. Otras causas son las cardiopatías, las pancreato-
patías o las nefropatías.
HISTORIA CLÍNICA
Los volúmenes pequeños de ascitis no causan síntomas (menos de 2 litros), pero a me-
dida que aumenta la cantidad de líquido en la cavidad peritoneal el paciente obser-
va un aumento del perímetro abdominal.
La ascitis a tensión puede acompañarse de saciedad precoz, pirosis, anorexia, náu-
seas, disnea, ortopnea y/o taquipnea.
Los pacientes con ascitis deben ser preguntados sobre una serie de datos que orien-
tan sobre la etiología y/o la presencia de complicaciones:
● Factores de riesgo para las hepatopatías: alcohol, drogas, transfusiones, historia
familiar o personal de hepatopatías, etc. También por la historia de cáncer, insufi-
ciencia cardiaca, tuberculosis o nefropatías.
● Dolor abdominal: Deberá pensarse en la posibilidad de pancreatitis, hepatoma o
peritonitis (bacteriana espontánea, tuberculosa o secundaria).
● Fiebre: Orienta hacia la presencia de una peritonitis (bacteriana espontánea, tu-
berculosa o secundaria).
● Disnea: Puede deberse a la coexistencia de derrame pleural, insuficiencia cardia-
ca o a la elevación del diafragma en la ascitis a tensión.
● Síndrome constitucional: En la carcinomatosis peritoneal o en la peritonitis tuberculosa.
La evolución clínica de la ascitis también puede sugerir datos acerca de su etiología:
● En la hepatopatía alcohólica puede existir un curso de años de evolución de asci-
tis intermitente con episodios asintomáticos coincidiendo con las abstinencias.
● En las hepatopatías de otra etiología la ascitis suele tener un curso progresivo.
● Una ascitis dolorosa de rápido desarrollo debe hacernos pensar en una peritonitis bac-
teriana espontánea, hepatoma, hepatitis alcohólica y sobre todo ascitis neoplásica.
EXPLORACIÓN FÍSICA
La exploración física suele ser suficiente para el diagnóstico clínico del síndrome as-
cítico, pero hay que tener en cuenta que no todo aumento del perímetro abdominal
está causado por la ascitis y debe descartarse distensión por obstrucción intestinal,
embarazo, masas u organomegalias gigantes.
1. Exploración física general:
La existencia de edemas en extremidades inferiores es frecuente en estos pacientes
pudiendo incluso aparecer antes que la ascitis.
404
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
La presencia de una hernia umbilical, edema escrotal o derrame pleural puede su-
gerir la presencia de ascitis.
Una exploración física meticulosa orientará sobre la causa de la ascitis al encon-
trar uno o varios de los siguientes hallazgos:
● Semiología de hepatopatía crónica: Eritema palmar, arañas vasculares, gineco-
mastia o distribución feminoide del vello pubiano.
● Signos de etilismo crónico: Hipertrofia parotidea, telangiectasias o enfermedad
de Dupuytren.
● Semiología peritonítica y/o estado séptico: En los casos de peritonitis (bacteria-
na espontánea, tuberculosa o secundaria).
● Signos de insuficiencia cardiaca.
● Datos que orienten hacia la existencia de una neoplasia subyacente: Como la
existencia de una adenopatía supraclavicular o periumbilical.
● Signos de mixedema: bocio, bradipsiquia o macroglosia.
2. Exploración abdominal:
● Inspección: Pudiéndose encontrar desde un ligero aumento del perímetro abdo-
minal hasta un abdomen tenso con la piel tirante, con los flancos abultados y el
ombligo evertido.
Se puede observar circulación colateral en el caso de existir hipertensión portal.
● Percusión: Un signo que indica la existencia de líquido peritoneal (si hay al me-
nos 1 litro) es la matidez desplazable consistente en la obtención de matidez en
flancos e hipogastrio con el enfermo en decúbito supino y un sonido timpánico
en el centro; sin embargo, al colocar al enfermo en decúbito lateral la matidez
se acumula en el flanco que sirve de apoyo haciéndose timpánico el otro.
Serán necesarios volúmenes importantes de líquido (unos 10 litros) para que sea
evidente la oleada ascítica, que se obtiene al percutir con un dedo en uno de
los flancos al tiempo que se palpa en el otro una sensación característica debi-
da al movimiento del líquido en la cavidad peritoneal.
● Palpación: En los casos de grandes ascitis será útil, para valorar la existencia
de visceromegalias, el signo del témpano, que se investigará comprimiendo
bruscamente el abdomen en el hipocondrio derecho, y si existe hepatomegalia
se percibirá en los dedos una sensación de choque.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En Urgencias ante un paciente con ascitis se solicitará siempre: bioquímica sérica (in-
cluyendo glucosa, iones, urea y creatinina), sistemático de sangre, estudio de coagu-
lación, sistemático de orina (incluyendo iones en orina) y radiografía de tórax y sim-
ple de abdomen.
I. Estudios radiológicos:
● Radiografía de tórax: Se puede encontrar elevación diafragmática bilateral (en
el caso de ascitis intensa) o derrame pleural. También puede aportar datos so-
bre la existencia de tuberculosis, insuficiencia cardiaca o tumores que nos orien-
ten sobre la etiología.
● Radiografía de abdomen: Si el volumen de líquido acumulado es pequeño, se
observará una zona de densidad homogénea a nivel de la pelvis menor.
En ascitis de mayor cuantía encontraremos un borramiento del ángulo inferola-
teral del hígado o de todo el borde hepático inferior y de la línea del psoas, así
405
CAPÍTULO 47
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 48
ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA GRAVE
A. Repiso Ortega - S. Soto Fernández
R. Gómez Rodríguez - T. Artaza Varasa
ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
▲ INTRODUCCIÓN
● La encefalopatía hepática es un conjunto de síntomas neuropsiquiátricos origi-
nados por la acumulación sanguínea de sustancias nitrogenadas que no pue-
den metabolizarse en el hígado por insuficiencia hepatocelular o por comuni-
caciones portosistémicas (cirugía o TIPS).
● Puede ocurrir tanto en enfermedad hepática aguda como crónica y es poten-
cialmente reversible. Puede ser de instauración aguda, crónica recurrente, cró-
nica permanente o subclínica.
● Sustancias neurotóxicas implicadas: Amoniaco, manganeso, endorfinas, ami-
noácidos aromáticos, falsos neurotransmisores, sistema inhibidor GABA...
*Si no existe causa precipitante suele ser indicativo de empeoramiento de la función hepática y con-
lleva peor pronóstico.
4. EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS:
El diagnóstico de la encefalopatía hepática se basa en demostrar la coexisten-
cia de insuficiencia hepática y la exclusión de otras enfermedades que puedan
ocasionar los mismos síntomas neurológicos, sin que existan pruebas diagnós-
ticas patognomónicas.
1. Solicitar siempre:
● Un sistemático de sangre donde se pueden encontrar datos asociados a
una cirrosis hepática subyacente, como la anemia, acompañada de trom-
bocitopenia y leucopenia en los casos de hiperesplenismo. La existencia
de leucocitosis orientará hacia una complicación infecciosa.
● En el estudio de coagulación se podrán objetivar trastornos en la coagu-
lación que suelen acompañar a la cirrosis hepática.
● Se determinarán los valores de urea, creatinina e iones en sangre con la
finalidad de estudiar la función renal y determinar las posibles alteracio-
nes hidroelectrolíticas. Si se sospecha Insuficiencia hepática aguda grave
(IHAG) pedir transaminasas y bilirrubina.
● Rx de tórax y abdomen para descartar neumonías, ascitis, etc.
2. Valorar según el contexto clínico:
● El nivel sérico de amoniaco puede ser útil para apoyar el diagnóstico de
encefalopatía en los casos problemáticos, por ejemplo cuando la forma de
comienzo de la hepatopatía es la encefalopatía. No tiene sentido realizar
determinaciones seriadas , ya que sus niveles no presentan correlación
con el grado de encefalopatía y debe tenerse en cuenta que cualquier pa-
ciente cirrótico puede tener elevados los niveles, independientemente de
cual sea el origen de su coma.
411
CAPÍTULO 48
● Enemas de limpieza con Lactulosa (200g en 700 ml de agua) cada 8-12 ho-
ras, especialmente indicados en encefalopatía grado IV o si existe íleo.
4. Indicación de ingreso según el grado de encefalopatía:
● Si la encefalopatía es de grado I-II, el tratamiento puede realizarse de ma-
nera ambulatoria o ingresado, dependiendo del estado basal del paciente y
de la causa de la encefalopatía (ingresarlo si no existe causa clara o es el
primer episodio)
● En caso de encefalopatía grado III-IV siempre es necesario el ingreso, dejan-
do al paciente en dieta absoluta con fluidoterapia, medicación por SNG (Lac-
tulosa, Paramomicina) y medidas mecánicas de sujeción.
▲ ACTITUD DIAGNÓSTICA
1. Confirmar que se trata de una IHAG
Imprescindibles: - Ausencia de enfermedad hepática previa.
- Encefalopatía hepática.
- TQ<40% (descartar otras causas de coagulopatía).
2. Diagnóstico etiológico
– Anamnesis detallada: Preguntar sobre exposición a virus, tóxicos, fármacos,
antecedentes personales y familiares de hepatopatía, síntomas de hepatitis
aguda (náuseas, astenia, ictericia...), etc.
– Exploración física:
A. Descartar estigmas de hepatopatía crónica.
B. Manifestaciones propias de la insuficiencia hepática.
● Encefalopatía hepática. De instauración brusca, progresa rápido a grado III-IV.
413
CAPÍTULO 48
● Ictericia.
● Matidez hepática disminuida. Es un signo de mal pronóstico, ya que es in-
dicativo de necrosis hepática importante.
● Signos de sangrado, equímosis, hematomas: indican coagulopatía.
– Exploraciones complementarias en Urgencias:
● Sistemático de sangre: signos de infección, pancitopenia.
● Estudio de coagulación: actividad de protrombina < 40%, trombopenia.
Descenso de la antitrombina III y de los factores de coagulación; primero
disminuyen los factores vitamina K dependientes (II, VII, IX, X), después el
factor V y por último el fibrinógeno. Descartar siempre la posibilidad de
una coagulación intravascular diseminada (CID) añadida.
● Iones, urea, glucosa, creatinina, calcio: insuficiencia renal, alteraciones hi-
droelectrolíticas, hipoglucemia.
● Transaminasas, bilirrubina: confirman la insuficiencia hepática.
La hipertransaminasemia puede dar una orientación etiológica:
– Si >1.000 U/l sospechar etiología viral, amanita, tetracloruro de car-
bono, isquemia.
– Si <300 U/l sospechar Sd Reye, Budd-Chiari, Wilson, esteatosis agu-
da del embarazo.
● GAB, ECG, Rx tórax, hemocultivos, urocultivos: detectan la existencia de
complicaciones (ver más adelante).
● Niveles de Paracetamol: realizados en Urgencias. Podemos solicitar si es
necesario niveles de anticomiciales.
● Ecografía abdominal: descartar ictericia obstructiva, signos de hepatopa-
tía crónica, ascitis, valorar permeabilidad vascular.
3. Diagnóstico de las complicaciones
● Neurológicas. En encefalopatía grado IV la aparición de crisis convulsi-
vas, hipertonía o rigidez deben hacernos sospechar edema cerebral (res-
ponsable de la muerte por enclavamiento en el 25% de las IHAG).
● Edema cerebral. Sospecharlo si hipertensión sistémica, bradicardia, hi-
pertonía, rigidez de descerebración, reflejos pupilares alterados, mioclo-
nías, convulsiones, fallo respiratorio y apnea.
● Cardiovasculares. Hipotensión, arritmias (bradi-taquiarritmias).
● Respiratorias. Hiperventilación alveolar con alcalosis respiratoria, distrés
respiratorio agudo si existe edema cerebral, edema pulmonar.
● Renales. Insuficiencia renal prerrenal o necrosis tubular aguda. Más fre-
cuentes en las IHAG secundarias a intoxicación por Paracetamol.
● Hidroelectrolíticas. Hiponatremia, (menos frecuente hipernatremia), hipo-
potasemia, hipofosfatemia, hipocalcemia, hipomagnesemia.
● Hipoglucemia (40%).
● Alteraciones del equilibrio ácido-base. Alcalosis respiratoria (por hiper-
ventilación), acidosis respiratoria (secundaria a depresión del centro res-
piratorio), acidosis metabólica (Lactato, intoxicación por Paracetamol).
● Hemorragia digestiva. LAMG, úlceras de estrés... (favorecido por coagu-
lopatía).
● Infecciones. Localizaciones más frecuentes: vías respiratorias, urinarias, lí-
quido ascítico. Gérmenes más frecuentes: Gram negativos y hongos.
● Ascitis, pancreatitis, fallo multiorgánico como etapa final del proceso.
414
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ TRATAMIENTO
El objetivo principal del tratamiento de la IHAG es el mantenimiento de las fun-
ciones vitales mientras el hígado restablece sus funciones espontáneamente o se
realiza un trasplante hepático, por lo que se debe ingresar siempre al paciente
en una Unidad de Cuidados Intensivos a la espera de ser trasladado a un hos-
pital con Unidad de Trasplante Hepático, lo cual debe realizarse lo antes posible.
1. TRATAMIENTO EN URGENCIAS:
● Control estrecho de TA, FC, diuresis, temperatura, nivel de conciencia, glu-
cemia (cada 1-2 horas).
● Elevar la cabecera de la cama 30°, mantener la cabecera semiflexionada y
evitar situaciones de hipervolemia como profilaxis del edema cerebral.
● Vía central para medición de la PVC.
● En encefalopatía grado III-IV, SNG a caída libre (no en aspiración por coa-
gulopatía) para evitar aspiraciones. Suele ser necesaria la intubación y ven-
tilación mecánica.
● Sondaje urinario con monitorización de diuresis.
● Infusión de glucosa hipertónica (al 10%) (sueroterapia para 24 horas 3.000
cc, 1.500 cc de glucosa hipertónica, 1.500 cc de glucosalino).
2. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES:
● Encefalopatía hepática. Ver primera parte del capítulo.
● Edema cerebral. Monitorización invasiva de la PIC, Manitol (en UCI).
● Insuficiencia renal. Evitar fármacos nefrotóxicos e hipotensión arterial. Si la
creatinina >4.5 mg/dl, dializar (hemodiálisis o hemofiltración).
● Diátesis hemorrágica: No transfundir plasma fresco como profilaxis, sólo si
existe hemorragia o si se van a realizar maniobras invasivas. Es recomen-
dable mantener un T.Quick >15% y plaquetas>30.000.
Administrar vitamina K, 2 ampollas/24 horas iv.
Profilaxis de la HDA: Ranitidina, 1 ampolla/8 horas iv.
● Alteraciones hidroelectrolíticas, del equilibrio ácido-base: corregirlas.
● Hipoglucemia: Mantener glucemias entre 150-200 mg/dl mediante glucosas
hipertónicas (al 10%). Con frecuencia es necesario la nutrición parenteral.
● Infecciones:
– Profilaxis: descontaminación intestinal; Norfloxacino 400mg/12h y anti-
fúngicos; Fluconazol 100mg/24h, ambos por SNG.
– Si existe sospecha de infección, iniciar tratamiento con Cefotaxima iv
2g/6h de manera empírica y ajustar según antibiograma.
● Inestabilidad hemodinámica: ajuste de líquidos, drogas vasoactivas (evitar
vasoconstrictores), catéter de Swan-Ganz, ttos de soporte temporal (en UCI).
3. MEDIDAS ESPECÍFICAS SEGÚN ETIOLOGÍA:
● Tóxica: retirada del tóxico o fármaco implicado, medidas generales para una
intoxicación y antídotos específicos si es posible (ver capítulos 104 y 105).
Administrar siempre 1 mg de Flumazenil por si es secundaria a BZD.
● Hígado de shock: corrección de los trastornos hemodinámicos.
● Esteatosis aguda del embarazo: Inducción del parto o cesárea.
● Hepatitis autoinmune: tratamiento inmunosupresor antes de establecerse la
IHAG.
● Enf.de Wilson: la D-penicilamina es ineficaz una vez que el cuadro se ha es-
tablecido.
415
CAPÍTULO 48
BIBLIOGRAFÍA
▲ Blei AT, Córdoba J, The practice parameters committee of the American College of Gastro-
enterology. Hepatic Encephalopaty. Am J Gastroenterol 2001; 96(7): 1968-76.
▲ Córdoba J. Tratamiento de la encefalopatía hepática. Gastroenterol Hepatol 2002; 25: 7-14.
▲ Mas A, Salmerón JM. Insuficiencia Hepática Aguda Grave (Fallo Hepático Fulminante). En:
Berenguer J, Brugera M, García M, Rodrigo S, editores. Tratamiento de las Enfermedades
Hepáticas y Biliares. 2ª edición. Madrid: Asociación Española para el Estudio del Hígado
2001. p. 199-209.
▲ Casanova D, Casafont, Fábrega E, Pons F. Indicaciones del transplante hepático en el Fallo
Hepático Fulminante. En: Vicente E, Barrios C, Pereira F, editores. Curso de Actualización en
Transplante Hepático. 1ª edición. Madrid: Drug Farma; 1998.p. 55-64.
417
CAPÍTULO 49
Capítulo 49
ACTITUD EN LA ENFERMEDAD
INFLAMATORIA INTESTINAL EN URGENCIAS
E. Santa-Eufemia Mateo-Sidrón - C. González de Frutos - T. Artaza Varasa
DEFINICIÓN
Se define la Enfermedad Inflamatoria Intestinal Crónica (E.I.I.C.) como un grupo de
trastornos inflamatorios crónicos de etiología desconocida que afectan preferente-
mente al tracto gastrointestinal y cuyo curso clínico es recidivante y muy variable. Su
patogenia se debe a una serie de factores ambientales, no claramente identificados,
que provocan una respuesta inmunológica anormal en un huésped genéticamente
predispuesto. Su incidencia va en aumento y la edad de aparición tiene un pico má-
ximo a los 15-25 años y otro menor a los 50-70 años.
CLASIFICACIÓN
La EIIC engloba: Colitis Ulcerosa (CU), Enfermedad de Crohn (EC) y Colitis Indeter-
minada, que posee características de ambas.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA:
Debe ser completa valorando manifestaciones sistémicas y signos de desnutrición
con especial atención a la exploración abdominal. Incluir siempre región perianal
y tacto rectal.
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
ANALÍTICA: – S. Sangre: Anemia por pérdidas digestivas crónicas o agudas.
– Leucocitosis con desviación izquierda.
419
CAPÍTULO 49
CRITERIOS DE SEVERIDAD
Con objeto de cuantificar la severidad clínica de la EIIC se han diseñado índices de
actividad constituidos por distintas variables que orientan sobre la gravedad del cua-
dro y la actitud terapéutica a tomar en cada momento.
Cuadro 49.3: Colitis Ulcerosa: “Índice de Truelove- Witts”
BROTE LEVE BROTE GRAVE
N° deposiciones <4 >6
Sangre en heces Escasa o ausente Abundante
Temperatura Sin fiebre > 37.5 °C
Frecuencia cardiaca < 90 lpm. > 90 lpm.
Hemoglobina > 10 gr/dl. < 10 gr/dl.,
VSG < 30 mm 1ª hora > 30 mm 1ª hora
Para calcular el resultado multiplicar el valor de cada factor por la constante de la casilla de-
recha y sumar el total. Un valor entre 150 y 250 indica enfermedad leve, de 250 a 350 mo-
derada y > de 350 severa.
CRITERIOS DE INGRESO
– Brote de actividad clínica severa.
– Brote moderado que no responde tras 2 semanas de tratamiento ambulatorio
– Complicaciones agudas de la enfermedad: megacolon tóxico, perforación, hemo-
rragia severa, suboclusión u obstrucción intestinal, abcesos y fístulas.
420
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
El tratamiento va destinado a controlar el brote agudo y sus complicaciones así co-
mo a mantener la remisión retrasando la aparición de nuevos brotes.
Medidas dietéticas: Ningún paciente debe ser sometido a dieta absoluta salvo:
– Obstrucción intestinal completa
– Megacolon tóxico
– Perforación intestinal
– Intolerancia oral.
Mantener sueroterapia sólo 3 días, si se prolonga añadir nutrición parenteral.
El resto de los pacientes deben seguir dieta oral o enteral, no es recomendable privar
de los lácteos salvo intolerancia. Restricción de residuos de la dieta en aquellos que
presenten crisis suboclusiva o sospecha de estenosis intestinal.
PAUTAS DE TRATAMIENTO
1. PANCOLITIS ULCEROSA Y ENF CROHN COLÓNICA:
LEVE: 5 ASA (v.o.) + enemas corticoides/24h. +/- corticoides v.o (0,25 - 0,5
mg/kg/día)
MOD: 5 ASA (v.o.) + enemas corticoides/12-24h + corticoides v.o (0.5-
0,75mg/kg/día)
SEVERA: INGRESO HOSPITALARIO/DIETA ABSOLUTA/SUEROTERAPIA 5 ASA
(v.o.) + corticoides i.v. 0.75 -1 mg/kg/día +/- enemas corticoides /24h Raniti-
dina 50 mg/8h i.v. + Enoxaparina 20 mg/24h s.c. +/- Metronidazol
500mg/8h i.v.
421
CAPÍTULO 49
Recuerda:
BIBLIOGRAFÍA
▲ Sands, BE. Crohn´s Disease. In: Feldman M, Friedman LS, Sleisenger MH, editors. Gastroin-
testinal and liver disease: Pathophysiology, diagnosis, management. 7th ed. Pennsylvania,
Saunders ; 2002. p: 2005-2038.
▲ Jewell DP. Ulcerative colitis In: Feldman M, Friedman LS, Sleisenger MH, editors. Gastroin-
testinal and liver disease: Pathophysiology, diagnosis, management. 7th ed. Pennsylvania.
Saunders; 2002. p: 2039- 2067.
▲ F. Casellas. Capítulo 14: Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Protocolos diagnósticos- tera-
péuticos en patología digestiva. Servicio de Apto Digestivo Hospital Gral. Vall d’Hebrón.
1998.p. 123-140.
▲ Podolsky DK. Inflammatory bowel disease. N Engl J Med 2002; 347: 417-429.
423
CAPÍTULO 50
Capítulo 50
MANEJO DE LOS CUERPOS EXTRAÑOS
EN EL TUBO DIGESTIVO
A. Repiso Ortega - JM. Carrobles Jiménez – T. Artaza Varasa
INTRODUCCIÓN
Los cuerpos extraños gastrointestinales representan un problema frecuente que en
nuestro medio representa la segunda indicación de endoscopia urgente. La verdade-
ra incidencia de morbimortalidad es difícil de conocer, aunque en series recientes la
mortalidad y las complicaciones graves no superan el 1%. Los pacientes son frecuen-
temente niños, enfermos psiquiátricos, presidiarios, pacientes con prótesis dentales,
con estenosis previas, así como ancianos con deficiente motilidad esofágica.
EVALUACIÓN INICIAL
1. Valorar si existe compromiso de la vía aérea. Es el primer aspecto a valorar,
por su importancia vital. Lo prioritario en este caso es asegurar una adecuada
ventilación, siendo imprescindible una rápida colaboración del otorrinolaringó-
logo.
2. Anamnesis. Especialmente dirigida a las características del objeto ingerido (ta-
maño, consistencia, potencial lesivo) y síntomas que puedan orientar hacia la
localización del cuerpo extraño (disfagia, sensación de cuerpo extraño,
sialorrea…) y/o la existencia de complicaciones (intenso dolor abdominal o to-
rácico, fiebre, signos de sangrado digestivo o de aspiración broncopulmonar…).
3. Exploración física. Suele ser anodina, pero es preciso descartar signos de per-
foración como enfisema subcutáneo. La existencia de fiebre sugiere la existencia
de mediastinitis.
4. Estudios radiológicos. Son de utilidad para descartar la presencia de una per-
foración y en ocasiones para localizar y confirmar la existencia del cuerpo ex-
traño, teniendo en cuenta que la imposibilidad de detectar un objeto en las ra-
diografías no permite descartar su presencia.
■ Radiografía simple cervical. Resulta de elección en caso de que el pacien-
te presente dolor cervical o sensación de cuerpo extraño faringeo.
■ Radiografía de tórax anteroposterior y lateral. Debe realizarse ante la sos-
pecha de cuerpo extraño esofágico teniendo en cuenta que se aprecia me-
jor en las proyecciones laterales. Así mismo, se buscarán signos de neumo-
peritoneo o enfisema subcutáneo.
■ Radiografía simple de abdomen. Se realizará si sospechamos que el obje-
to ingerido puede estar localizado más allá del esófago; también para des-
cartar cuerpos extraños múltiples y siempre en el caso de niños, pacientes
psiquiátricos y presidiarios.
■ Estudios radiológicos con contraste. Su uso rutinario se desaconseja por su
baja rentabilidad diagnóstica, el riesgo de aspiración respiratoria y porque
dificulta la posterior realización de la endoscopia.
■ Tomografía axial computerizada. Cuando se sospecha la existencia de una
perforación esta técnica puede ser de gran ayuda en la localización del
punto de perforación.
424
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Una vez realizada esta evaluación preliminar, la decisión sobre la actuación poste-
rior dependerá de la localización del cuerpo extraño y sospecha de complicaciones:
■ Se solicitará valoración quirúrgica urgente cuando la clínica y/o los estudios
radiológicos sugieren la existencia de perforación.
■ Valoración otorrinolaringológica si se sospecha la localización en hipofaringe
o esfínter esofágico superior, accesible a su extracción mediante laringoscopia.
■ Debe valorarse la realización de endoscopia en función de las características
del cuerpo extraño y localización accesible a su extracción endoscópica, una
vez descartada la localización en hipofaringe y la existencia de complicacio-
nes.
CUERPO EXTRAÑO ESOFÁGICO
■ Bolo alimentario sin contenido óseo aparente representa el cuerpo extraño detec-
tado con mayor frecuencia en pacientes adultos. Siempre que sea posible se pro-
cederá a la extracción endoscópica antes de 12 horas y si el paciente presenta sia-
lorrea es recomendable su extracción dentro de las primeras 6 horas. Se ha
propuesto la administración de sedantes, Nifedipino o Glucagón para facilitar el
paso espontáneo del bolo, pero su utilidad es dudosa.
■ Objetos punzantes o cortantes se asocian con mayor frecuencia a complicaciones
graves. Los más frecuentes son huesos de animales y espinas de pescado. Su sos-
pecha requiere una endoscopia urgente.
■ Monedas y otros objetos romos se retirarán tan pronto como sea posible cuando
se localicen en esófago medio o cervical y si el objeto se encuentra en esófago dis-
tal y el paciente está asintomático, puede esperarse 12 horas antes de intentar la
extracción endoscópica.
■ Pilas tipo botón enclavadas en el esófago es una indicación de endoscopia urgente
por el riesgo que existe de perforación debido al efecto cáustico local de las pilas.
pueden ocasionar perforación intestinal por lo que debe realizarse un seguimiento clí-
nico y radiográfico diario cuando el objeto sea radiopaco y valorar la intervención
quirúrgica cuando no exista progresión durante tres días consecutivos y ante la sos-
pecha de complicación (perforación, hemorragia u obstrucción). La administración de
fibra o laxantes es dudosa utilidad.
CASOS ESPECIALES
Los pasadores de droga pueden ingerir o introducirse vía rectal paquetes de cocaína
u otra droga envueltos en material plástico o látex en cuyo caso la endoscopia que-
da contraindicada por el riesgo de perforar los paquetes. Puede proponerse segui-
miento radiológico y en aquellos casos en que se aprecie rotura de algún paquete, el
paciente desarrolle síntomas o no exista falta de progresión en 48 horas intervenir
quirúrgicamente.
MANEJO POSTEXTRACCIÓN
■ Alta hospitalaria siempre que no existan lesiones mucosas significativas y no se
hallan producido incidencias durante la endoscopia.
■ Ingreso hospitalario en aquellos pacientes en los que la extracción endoscópi-
ca haya sido dificultosa, en especial en el caso de objetos punzantes enclava-
dos con lesiones mucosas importantes asociadas.
■ Valoración y vigilancia quirúrgica siempre que exista la mínima sospecha de
complicación y en cuerpos extraños de localización intestinal que puedan pro-
ducir complicaciones de las que se derive una intervención quirúrgica.
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 51
OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
A. Fortuny Tasias - A. Mira Vázquez - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
Es un cuadro clínico consecuencia de la detención completa y persistente del tránsito
de gases y contenido intestinal en algún punto del tubo digestivo. Es uno de los pro-
cesos más frecuentes en la urgencia quirúrgica. Desde el primer momento es impor-
tante diferenciar dos cuadros: Íleo paralítico y obstrucción mecánica.
ILEO PARALÍTICO
Supone una alteración en la motilidad intestinal sin que exista un obstáculo real al
tránsito intestinal. Raramente tendrá tratamiento quirúrgico.
▲ ETIOLOGÍA:
- Postquirúrgico.
- Reflejo por traumatismos pélvicos o de columna.
- Secundario a procesos infecciosos intraabdominales o retroperitoneales.
- Metabólico (uremia, hipokaliemia, coma diabético).
▲ CLÍNICA
- Cursa con náuseas y vómitos, dolor abdominal generalizado de intensidad le-
ve y cese en la emisión de heces y gases con distensión abdominal.
▲ EXPLORACIÓN
- Abdomen distendido y timpánico generalizadamente; ausencia de ruidos pe-
ristálticos en la auscultación. No cursa con reacción peritoneal ni con defensa
abdominal.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
- Rx abdomen: en decúbito y bipedestación; demostrará dilatación del intestino
delgado y grueso con gas en ampolla rectal.
- Analítica: Hemograma, Estudio de Coagulación, Bioquímica (glucosa, iones,
urea, amilasa) y gases venosos.
▲ TRATAMIENTO
- Además de tratar la causa subyacente, consistirá en dieta absoluta, sonda naso-
gástrica con aspiración continua y sueroterapia con reposición hidroelectrolítica.
OBSTRUCCIÓN MECÁNICA
Es importante distinguir dos entidades diferentes; obstrucción de intestino delgado o de
intestino grueso, ya que tanto la etiología como el manejo son distintos en una u otra.
ETIOLOGÍA
▲ Intestino delgado: la causa más frecuente son las bridas o adherencias en los pa-
cientes operados (35-40%) y en segundo lugar son las hernias incarceradas (20-
25%).
▲ Intestino grueso: la causa más frecuente es la neoplasia de recto-sigma.
▲ Menores de dos años: lo más frecuente es la invaginación intestinal.
▲ Otras causas: vólvulos (niños: de delgado, adultos: de sigma) y la diverticuli-
tis aguda.
428
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ FISIOPATOLOGÍA
La obstrucción del intestino conlleva la aparición de alteraciones en la motilidad,
cambios en la flora, así como en el contenido intestinal, alteraciones en la distri-
bución del gas y cambios en el flujo vascular (figura 51.1).
Los dos hechos más importantes son la distensión intestinal proximal a la obs-
trucción y la pérdida de líquidos y electrolitos debida al tercer espacio que se pro-
duce en la luz intestinal.
Cuando la distensión abdominal es importante, hay interferencia con la circula-
ción intestinal, lo que puede producir isquemia con necrosis y perforación, pro-
vocando un cuadro de peritonitis aguda.
Debido al sobrecrecimiento bacteriano se puede originar una sepsis.
Líquidos y
secreciones
Vómitos
Deshidratación
↓ absorción Alteraciones eq. ácido/base
↑ secreción H2O,
Na, K
Deglución aire
Fermentación Necrosis
bacteriana Gangrenosa
Perforación
Peritonitis
Flora Sepsis
Sobrecrecimiento de
Anaerobios y Gram -
▲ CLÍNICA
▲ Dolor abdominal: síntoma más frecuente, de tipo cólico y difuso. Cuando se pro-
duce isquemia y gangrena intestinal se torna continuo e intenso.
▲ Náuseas y vómitos: sus características están en relación con el nivel de la obs-
trucción; así serán claros en casos de estenosis pilórica, biliosos en obstrucciones
de intestino delgado alto y fecaloideos en obstrucciones bajas. En la obstrucción
de colon son tardíos y fecaloideos.
▲ Ausencia de emisión de heces y gases.
▲ Deshidratación: por las alteraciones hidroelectrolíticas que se producen por el ter-
cer espacio que se crea en la luz intestinal.
429
CAPÍTULO 51
▲ EXPLORACIÓN
▲ Determinar el estado general del paciente, signos vitales y signos de deshidrata-
ción así como la existencia de fiebre.
▲ Inpección abdominal encontraremos un grado variable de distensión abdominal.
Es fundamental una inspección rigurosa del abdomen buscando cicatrices de in-
tervenciones quirúrgicas previas y la EXPLORACIÓN SIEMPRE DE TODOS LOS
ORIFICIOS HERNIARIOS BUSCANDO HERNIAS INCARCERADAS.
▲ Palpación: el abdomen es generalmente doloroso de forma difusa a la palpación
profunda. Pueden existir signos de irritación peritoneal y defensa muscular que
deben alertarnos ante la posibilidad de necrosis y/o perforación intestinal.
▲ Auscultación: ruidos intestinales aumentados de lucha con tono metálico y au-
sencia de ellos según evoluciona el cuadro (por disminución de la capacidad con-
tráctil del intestino).
▲ Percusión: timpánico.
▲ Tacto rectal: puede evidenciar la presencia de fecalomas, neoplasias rectales,
masas abdominales, restos hemáticos en heces, etc.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
▲ Analítica básica: Hemograma, Estudio de Coagulación, Bioquímica (glucosa,
urea, iones, amilasa) , gases venosos y gasometría arterial basal si disnea. Ge-
neralmente se detecta deshidratación con pérdida de electrolitos (sodio, potasio,
cloro y bicarbonato por pérdida del contenido intestinal) y cierta tendencia a la
acidosis metabólica por disminución del bicarbonato. La leucocitosis suele ser le-
ve o moderada a no ser que haya necrosis intestinal.
▲ Rx de tórax: PA y lateral.
▲ Rx abdomen en decúbito y bipedestación (si el paciente no tolera la bipedesta-
ción, en decúbito lateral con rayo horizontal): prueba diagnóstica más útil.
- Obstrucciones de intestino delgado: encontramos asas dilatadas y niveles hi-
droaéreos producidos por acúmulo de gas y líquido en las asas proximales a
la obstrucción. Las asas suelen adoptar una posición central y la imagen de las
válvulas conniventes atraviesa toda la sección del asa mostrando la típica ima-
gen en “pila de monedas”.
- Obstrucción de colon: se objetiva dilatación del marco cólico hasta el nivel de
la obstrucción y los pliegues de las haustras no atraviesan completamente el
asa. Cuando el ciego está dilatado más de 10 cm hay alto riesgo de perfora-
ción. Puede coexistir una dilatación del intestino delgado si la válvula ileocecal
es incompetente lo que reduce las posibilidades de perforación.
- Situaciones especiales que cursan con imágenes características: vólvulos: se pro-
duce “imagen en grano de café”; íleo biliar: tríada de aerobilia + obstrucción de
intestino delgado + imagen del cálculo emigrado generalmente en fosa ilíaca
derecha.
▲ Enema opaco: cuando se sospecha una obstrucción de colon puede evidenciar
estenosis neoplásicas. En casos de vólvulo intestinal puede ser diagnóstico y te-
rapéutico.
▲ Colonoscopia: en casos de vólvulo de sigma puede resolver el cuadro.
430
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
▲ Depende en gran medida de la causa de la obstrucción.
▲ Las medidas básicas iniciales ante cualquier obstrucción intestinal incluyen: dieta
absoluta, aspiración nasogástrica, rehidratación y reposición hidroelectrolítica.
▲ Si hay datos de sepsis se deben asociar antibióticos: Gentamicina (5 mg/Kg pe-
so iv cada 24 horas) + Metronidazol (500mg iv cada 8 horas) ó Metronidazol
(dosis descritas) + Cefotaxima (1 gr iv cada 8 horas) (ver capítulo de sepsis)
▲ En casos especiales de:
- Obstrucción por bridas: intentar inicialmente tratamiento conservador, ya que
se resuelven un gran porcentaje de casos. Hacer valoración continuada del pa-
ciente y si el cuadro no se resuelve en 48-72 horas, o existe un empeoramien-
to clínico, analítico o radiológico, está indicada la cirugía urgente.
- Hernia incarcerada: siempre indicación de cirugía urgente.
- Neoplasias obstructivas de recto-sigma: si la obstrucción no es completa, lo
ideal es preparar al paciente para cirugía electiva. Hay indicación de cirugía
urgente si la dilatación del marco cólico es importante (ciego de 10 cm) o exis-
ten signos de necrosis intestinal.
- Vólvulo sigmoide: debe intentarse la desvolvulación mediante sonda rectal,
enema opaco o rectosigmoidoscopia.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Torres Moreno C, Hernanz Hernández MI. Obstrucción intestinal. En: Lobo Martínez E, edi-
tor. Manual de Urgencias Quirúrgicas. Madrid: IM&C; 2000. p.155-161.
▲ Munro A. Intestinal Obstruction : general principles. En : Ellis BW, Paterson-Brown S. eds.
Hamilton Bailey´s. Emergency Surgery.13°ed. Arnold Editorial; 2000. p 420-426.
▲ González González M. Oclusión intestinal. En: Balibrea et al. eds. Patología Quirúrgica.
Madrid: Editorial Marban; 2002. p. 2154-2172.
▲ Lozano Salvá L, Guadarrama González FJ, Benavides Buleje JA, Sánchez de Pedro F, Calvo
Córdoba A, López López A. Obstrucción intestinal. En: Benavides Buleje JA, García Borda
FJ, Guadarrama González FJ, Lozano Salvá LA, García Carranza A, Martín Esteban ML et
al.,editores. Manual Práctico de Urgencias Quirúrgicas. Hospital Universitario Doce de Oc-
tubre.Madrid:SmithKline Beecham;1998.p.233-238.
431
CAPÍTULO 52
Capítulo 52
URGENCIAS EN PROCTOLOGÍA
E.M. Aguilar Blanco - D. Palomares Rabadán
E. Rubio Hidalgo - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN
La patología proctológica es una de las más frecuentemente atendidas en el Servicio de
Urgencias, supone el 45% de la patología quirúrgica urgente del aparato digestivo.
Los procesos benignos más frecuentes son: Abscesos, Fístulas, Fisuras, la Enfermedad
Hemorroidal, complicaciones del Sinus pilonidal, Traumatismos... NO hay que olvi-
dar descartar Neoplasia como causa de la clínica proctológica.
ANAMNESIS
Un buen interrogatorio sobre el síntoma principal es fundamental para un correcto
diagnóstico en el Servicio de Urgencias. Los pacientes con este tipo de problemas sue-
len consultar por dolor, sangrado, tumoración y secreción, fundamentalmente.
¿Qué le ocurre ? ¿Desde cuándo? ¿Con qué se relaciona? ¿Presenta algún otro sín-
toma? ¿Le había ocurrido otras veces?
Tabla 52. 1: Sintomatología de la Patología anorrectal
Relacionado con la defecación Fisura
Dolor anal Hemorroide complicada
Espontaneo- permanente
Absceso
Mancha la ropa interior Ca. anorrectal
Sangrado poco copioso Si presenta dolor asociado Fisura
Otros síntomas Hemorroide complicada
Hemorroide complicada
Sanguinolenta
Secreción Ca. Anorrectal
Seropurulenta Fístula
EXPLORACIÓN FÍSICA
La posición del paciente durante la exploración será: Posición Genupectoral o posi-
ción mahometana.
Inspección: El paciente se coloca encima de la Figura 52.1 Posición genupectoral
camilla sobre las rodillas y una vez así apo-
yará los codos quedando colocado como ve-
mos (Figura 52.1). Se separan los glúteos de
tal forma que podamos ver el ano y se ilumi-
na adecuadamente la zona para una buena
inspección.
Prestaremos atención a zonas inflamadas o
enrojecidas, a signos de sangrado o a pre-
sencia de tumoraciones o heridas.
432
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Posterior
Lateral
Lateral
Izquierdo
Derecho
Anterior
Rectoscopia, si la hubiese.
ABSCESO PERIANAL
Se define absceso como colección de pus recubierta de piel.
Se manifiesta con dolor anal más fiebre, El dolor anal es permanente, aumenta al
sentarse y no se modifica con la defecación.
A la exploración vamos a encontrarnos con:
– Tumoración de características inflamatorias (calor, rubor, dolor a la palpación) y
fluctuante.
– Tacto rectal: colecciones de pus que no se vean en la inspección por localizarse en
el canal anal como tumoración de características inflamatorias. Indicar localiza-
ción anatómica.
El tratamiento: DRENAJE QUIRÚRGICO, normalmente bajo anestesia general.
El tratamiento antibiótico estará indicado sólo en los abscesos no estructurados o FLE-
MONES, en los que el drenaje quirúrgico no es eficaz y como intento de resolución
del cuadro. Se administrará: Metronidazol 250 mg/6 h vo. más un antiinflamatorio.
La complicación más grave que debemos descartar y prevenir es la Gangrena de
Fournier, infección extensa perianal, perineal y escrotal o vulvar.
433
CAPÍTULO 52
FÍSTULA ANAL
Se cree que la evolución natural de un absceso después de varios episodios ya re-
sueltos con drenaje, espontáneo o terapéutico, es la fistulización.
Fístula anal se define como un trayecto que se forma entre el canal anal y la piel pe-
rianal y por la que emergerá material purulento.
Tratamiento:
● Medidas higiénico-dietéticas
– Para prevenir el estreñimiento: dieta y laxantes (Plantabén®).
– Baños de asiento de agua templada para disminuir el dolor.
– NO utilizar papel higiénico: lavados con esponja después de cada deposición.
● Se administrará ANTIBIÓTICO si presenta cuadro de dolor o fiebre: Metronidazol
250 mg /6 h vo. más un antiinflamatorio.
● Se remitirá a Consulta Externa de Cirugía General para estudio y tratamiento qui-
rúrgico definitivo.
FISURA ANAL
Se define como una herida en el margen anal que no cicatriza por la hipertonía de
los esfínteres anales y que provoca mucho dolor.
Para el diagnóstico no se debe realizar tacto rectal, ya que será muy difícil por la
contracción de los esfínteres y por tanto muy dolorosa. Se realizará si se sospecha
otra patología y se realizará una exploración bajo anestesia.
434
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ENFERMEDAD HEMORROIDAL
Se definen las hemorroides como dilataciones a modo de nódulos varicosos de las ve-
nas del plexo hemorroidal, situado a nivel del canal anal. Están diseñadas junto con
los músculos de la zona y el tejido epitelial como “almohadillas” que facilitan la fun-
ción defecatoria. Vulgarmente se habla de ellas cuando se convierten en varicosida-
des recubiertas de epitelio modificado.
Estas varicosidades pueden protuirse o trombosarse (provocando dolor) o pueden ul-
cerarse (provocando sangrado), es decir que la clínica aparece cuando se complican.
COMPLICACIONES
● Sangrado hemorroidal: Suele ser escaso de sangre roja, que aparece en el papel
higiénico al limpiarse después de una deposición.
A la exploración podemos encontrarnos hemorroides prolapsadas o no.
Se realiza tacto rectal donde quizá palpamos hemorroides, recordando que otra
causa de sangrado indoloro es la neoplasia colo-rectal y vemos si se macha el
guante de sangre.
El tratamiento es conservador mediante medidas higiénico-dietéticas (ver tto de fi-
sura anal) salvo si el sangrado está provocando repercusión sobre el estado ge-
neral del paciente. En el caso de que provoque hemorragias importantes será ne-
cesario tratamiento quirúrgico urgente.
● Trombosis hemorroidal: Cuadro de dolor anal contínuo que va en aumento.
A la exploración encontramos un nódulo azulado, a veces negruzco, duro y muy
doloroso a la palpación en una hemorroide. Se realizará, si se puede, tacto rectal
para delimitar el trombo y descartar otros procesos.
435
CAPÍTULO 52
SINUS PILONIDAL
Quiste que aparece en región sacrococcigea y que a veces se complica dando lugar
a un absceso en la zona. El paciente acude por dolor en la región interglútea y a la
exploración presenta una zona tumefacta, enrojecida, con aumento de temperatura,
dolorosa a la palpación y fluctuante.
El tratamiento es DRENAJE bajo anestesia local (ver capítulo de drenajes).
Una vez drenado el absceso el paciente acudirá a Consultas Externas de Cirugía Ge-
neral para tratamiento definitivo del sinus pilonidal mediante extirpación Quirúrgica.
NEOPLASIAS
Es evidente que lo primero que hace posible el diagnóstico de cáncer colo-rectal es la
sospecha clínica. Ante casi cualquier cuadro clínico proctológico debe plantearse el
diagnóstico diferencial, o de exclusión de neoplasia.
Puede cursar con un amplio cuadro de síntomas aunque frecuentemente se presenta
como sangrado escaso, no doloroso, que el paciente cuenta como “manchas de san-
gre en la ropa interior” sin más.
Exploración y Diagnóstico:
● Síntomas: rectorragia, hematoquecia, tenesmo, dolor, incontinencia fecal...
● Inspección: sospechar en úlceras atípica en cuanto a localización o de evolución
tórpida o mal aspecto.
● Tacto:
– Se puede palpar una tumoración de características vegetantes, mamelonada que
puede confundirse con heces en ampolla, que probablemente manche el guan-
te de sangre o un lecho ulceroso...
– Describiremos la localización anatómica, el tamaño de lo que palpamos y su re-
lación respecto a la pared rectal: móvil, fija o trabada...
Ante la sospecha neoplasia colo-rectal enviar preferente a consulta de coloprocto-
logía para estudio y tratamiento definitivo.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Goligher John. Cirugía del ano, recto y colon. Ed. Masson-Salvat. 1989
▲ López-Rios F. Enfermedades anorrectales. Diagnóstico y Tratamiento. Ed. Harcourt Brace.
2001
▲ Benavides Buleje J.A. Manual práctico de Urgencias quirúrgicas. Hospital Universitario 12
de Octubre. Ed. SmithKline Beecham. 1998.
437
CAPÍTULO 53
Capítulo 53
ISQUEMIA MESENTÉRICA AGUDA
M. E. Medina Chozas – R. López Pardo
M. J Estebarán Martín - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN
● La isquemia mesentérica aguda (IMA) es consecuencia de un descenso brusco del
riego esplácnico que provoca lesiones de extensión variable en intestino y/o vís-
ceras que pueden ser irreversibles. La IMA aparece en el 0,9% de los dolores ab-
dominales en pacientes hospitalizados y en el 0,4% de las laparotomías urgentes.
Su incidencia está incrementándose debido a la mayor longevidad poblacional y
la mayor supervivencia de enfermos cardiovasculares.
● De todos los episodios de isquemia intestinal, la IMA representa aproximadamen-
te un tercio de los casos, pero es responsable de la mayoría de los fallecimientos
producidos por este síndrome. Esta elevada mortalidad a menudo se debe a un
retraso en el proceso diagnóstico, siendo lo más importante en el manejo de esta
patología su sospecha clínica.
PATOGENIA
Aunque existe gran variabilidad individual en la anatomía vascular la mayor parte
del flujo sanguíneo del tracto intestinal depende del Tronco Celíaco, la Arteria
Mesentérica Superior y la Arteria Mesentérica Inferior. Es la obstrucción de la Arteria
Mesentérica Superior la que con más frecuencia produce lesiones intestinales.
CLÍNICA
● Descrito por primera vez en 1933 por Mondor. La característica clínica precoz más
frecuente es un dolor abdominal desproporcionado que no calma con analgesia.
Inicialmente el dolor se localiza en epigastrio o mesogastrio de carácter cólico que
más tarde se hace continuo y generalizado.
● Suele aparecer en enfermos mayores de 60 años con antecedentes de patología
cardíaca, vascular o situaciones de bajo gasto.
● Debemos sospechar esta entidad aunque no estén presentes los hallazgos radioló-
gicos característicos (dilatación de asas intestinales, gas, imágenes de “huellas di-
gitales” en la pared intestinal) y/o analíticos (acidosis metabólica).
▲ FORMAS CLÍNICAS:
1. Embolia arterial: 50% de los casos. Se origina tras la liberación de un émbolo
procedente de un trombo mural de la aurícula o ventrículo izquierdo o de una val-
vulopatía asentando en la arteria mesentérica superior con localización variable.
Muchos pacientes relatan episodios previos de embolias en otras localizaciones.
Inicialmente el dolor abdominal es brusco, asociado a vómitos y diarrea con
una exploración abdominal anodina. A veces se acompaña de discreta
leucocitosis, un ligero déficit de bases o Rx de Abdomen normal.
Posteriormente el dolor aumenta de intensidad, con defensa e irritación perito-
neal en la exploración, hemorragia digestiva y estado de shock. La analítica se
altera, mostrando leucocitosis, acidosis metabólica, hiperamilasemia, hemocon-
centración y elevación de la CPK.
438
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
DIAGNÓSTICO
Similar pauta de actuación inicial al resto de dolores abdominales severos: Hemo-
grama, Bioquímica (Iones, urea, glucosa, amilasa), estudio de coagulación, gasome-
tría venosa, sistemático de orina, Rx de tórax PA y lat, Rx de abdomen simple y bi-
pedestación y ECG.
Ante la sospecha clínica del cuadro se solicitará una Arteriografía abdominal, que
en caso de ser negativa o no estar disponible se solicitará TAC helicoidal que puede
descartar otros procesos incluidos en el diagnóstico diferencial.
● SOSPECHA CLÍNICA:
1. Dolor abdominal desproporcionado frente a los hallazgos exploratorios, radio-
lógicos o de laboratorio (desviación izquierda, elevación de LDH y amilasa, he-
moconcentración, acidosis metabólica con déficit de bases).
2. Antecedentes de F.A. crónica o embolismos (embolia), arteriosclerosis (trombo-
sis), enfermos de U.C.I. en situación de bajo gasto o con drogas vasoactivas (is-
quemia no oclusiva).
● DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
– Pancreatitis aguda
– Perforación víscera hueca
– Obstrucción intestinal
● ARTERIOGRAFÍA: prueba de elección. Confirma el diagnóstico.
– Localiza la obstrucción y orienta la etiología
– Permite la infusión intraarterial de Papaverina (isquemia no oclusiva).
● OTRAS PRUEBAS: Angio TAC o Eco-doppler abdominal. Se pueden solicitar de-
pendiendo de la disponibilidad de la arteriografía.
439
CAPÍTULO 53
TRATAMIENTO
● Médico: Iniciarlo en Urgencias.
– Control de TA, frecuencia cardiaca y Tª.
– Reequilibrio hidroelectrolítico: perfusión de cristaloides.
– Control del hematocrito, diuresis, colocar sonda vesical.
– Colocación de sonda nasogástrica.
– Control de la acidosis metabólica: gasometrías seriadas, perfusión de bicarbo-
nato 250 cc 1/6M a pasar en 2 horas si <20 mEq ó pH < 7.20.
– Anticoagulación con Heparina en perfusión.
– Metronidazol 1,5 gramos cada 24 horas vía iv y Gentamicina 5 mg/kg cada
24 horas
– Ranitidina 50 mg cada 8 horas vía iv.
● Quirúrgico: de elección. Mediante laparotomía que valora el estado de las asas in-
testinales, dependiendo de ello se optará por técnicas de revascularización (em-
bolectomía o By-pass), resección intestinal o abstención terapéutica.
BIBLIOGRAFÍA
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▲ Montoro MA, Bruguera M, Gomollón F, Santolaria S. Principios de Gastroenterología para
Médicos de Familia. 2ª edición. Almirall Prodesfarma; 2002. p. 740, 758, 773, 777, 849,
850
▲ Castro del Pozo S. Manual de Patología General. 5ª edición. Masson; 1993. p. 243.
▲ Principios de Medicina Interna Harrison 13ªª edición vol II. Interamericana. McGraw-Hill;
1994. p. 1633-1635.
441
CAPÍTULO 54
Capítulo 54
PERFORACIÓN DE VÍSCERA HUECA
A. Berrocoso Martínez - M. J. Estebarán Martín - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN
Las perforaciones viscerales han aumentado en frecuencia y en su espectro etiológico
en los últimos años.
La perforación no traumática del tubo digestivo es rara cuando su pared es normal.
Los signos y síntomas de la perforación, independientemente del órgano afecto, se de-
ben primero a la irritación química del peritoneo y después a la infección o la sepsis.
La mayor parte de las perforaciones del tubo digestivo se comunican con el perito-
neo, aunque también pueden estar localizadas y englobadas por las vísceras o el epi-
plón circundantes.
Dividiremos el tema dependiendo en que zona del tubo digestivo se encuentre la per-
foración.
1. PERFORACIÓN ESOFÁGICA
Hay distintos tipo:
a) Iatrogénica: la causa más frecuente; y dentro de ella el examen endoscópico es
la causa más frecuente, después estarían las dilataciones y la cirugía esofágica.
b) Espontánea o postemética: la segunda en frecuencia.
c) Ingestión de cuerpo extraño.
d) Postraumática: por traumatismo abierto o por traumatismo abdominal contuso.
e) Otras: lesiones cáusticas, úlceras esofágicas, carcinoma,...
▲ CLÍNICA:
En la lesión postemética el paciente se queja de dolor lancinante o urente su-
besternal bajo, pudiendo irradiar a cuello, dorso y hombro izquierdo. Apare-
ce, generalmente, taquipnea, disnea y dolor pleurítico. Se produce contamina-
ción del mediastino, apareciendo diaforesis, fiebre, taquicardia e hipotensión.
En el 50% aparece enfisema subcutáneo. Hipoventilación del pulmón izquierdo
y datos de derrame pleural a la auscultación.
En la lesión iatrogénica aparece dolor intenso, fiebre y taquicardia poco des-
pués del procedimiento. La disfagia y la odinofagia aparecen con más frecuen-
cia en las primeras 24 – 48 horas. También aparecen enfisema subcutáneo y
dolor a la palpación.
▲ DIAGNÓSTICO:
Radiografía de tórax: enfisema mediastínico y derrame pleural izquierdo, con o
sin neumotórax (dependiendo si rompe la pleura mediastínica o no).
NUNCA ENDOSCOPIA.
▲ TRATAMIENTO:
– Reposición de equilibrio hidroelectrolítico si fuera necesario.
– Ingreso urgente y exploración quirúrgica.
442
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2. PERFORACIÓN GASTRODUODENAL
Es la zona más frecuente de perforación de todo el tracto gastrointestinal, y sobre
todo el duodeno. Su etiología más frecuente es el ulcus péptico, siendo más fre-
cuente en hombres. La zona más frecuente de perforación es la cara anterior.
Si la perforación ocurre en la cara posterior, dependiendo del lugar pueden pene-
trar en: retroperitoneo, produciendo un absceso; páncreas, dando lugar a úlceras
penetradas.
Por el contrario las úlceras anteriores perforan, sobre todo, la cavidad peritoneal.
▲ CLÍNICA:
Más de la mitad de los pacientes presentan historia de ulcus péptico previo o
dolor epigástrico de intensidad variable días u horas previas a la perforación.
Cursa con: dolor súbito, intenso, grave en región epigástrica, que paulatina-
mente se extiende a todo el abdomen. En general, es un dolor abdominal ge-
neralizado, de predominio en hemiabdomen superior.
El paciente impresiona de gravedad. Progresivamente presenta defensa muscu-
lar involuntaria importante y signos de irritación peritoneal (inmóvil, acostado,
rodillas flexionadas y respiración superficial).
Se produce íleo paralítico secundario al dolor con secuestro de líquidos, dando
lugar a un cuadro de deshidratación y shock hipovolémico. Posteriormente,
aparecerá el cuadro de shock séptico, por infección de Candida, Pseudomona,
Klebsiella y E. coli.
▲ DIAGNÓSTICO:
Debe ser lo más precoz posible.
La radiografía abdominal revela neumoperitoneo, en la mayoría de los casos.
Se debe realizar en decúbito supino, bipedestación y decúbito lateral izquierdo
con rayo horizontal. También debe realizarse radiografía de tórax postero-an-
terior. Si no se observase, se puede realizar tomografía computerizada, admi-
nistrar gastrografín (contraste oral) o realizar una neumogastrografía.
▲ TRATAMIENTO:
Es quirúrgico.
– Debe reponerse líquidos y manejo del shock hipovolémico.
– Colocación de sonda nasogástrica y sonda vesical.
– Estudio preoperatorio: sistemático de sangre, perfil hepático, amilasa sérica,
estudio de coagulación, electrocardiograma.
– Tratamiento antibiótico para coliformes y anaerobios, debe iniciarse antes
de la cirugía: Cefotaxima 1g IV /8hs o Ceftriaxona 1g IV/12-24hs (uno de
los dos) + Metronidazol 1500 mg IV/24hs o Gentamicina 5 mg/kg de pe-
so IV /24hs + Metronidazol 1500mg IV /24 hs.
3. PERFORACIÓN DE INTESTINO DELGADO
Son muy poco frecuentes, sobre todo las no traumáticas.
Puede producirse en:
– Pacientes con patología subyacente: pacientes con isquemia crónica o enterítis
bacteriana, enfermedad de Crohn, diverticulitis yeyunal o ileal, ingesta de cuer-
pos extraños y por dilatación secundaria a procesos obstructivos, adherencias,
hernias incarceradas o estranguladas, vólvulo o intususpeción.
– Traumatismos abdominales, las más frecuentes.
– latrogénicos: dehiscencias de suturas, sondas alimenticias, postquirúrgicas.
443
CAPÍTULO 54
BIBLIOGRAFÍA
▲ Kendall McNabnrey W. Perforación visceral. En: Tintinalli JE, Krome RL, Ruiz E. Medicina de
urgencias. 3ª ed. México DF: Interamericana-McGraw-Hill;1993. p. 378-381.
▲ Sabiston DC. Principios de cirugía. Méjico. 1995: Interamericana-McGraw-Hill.
▲ Adell R, Marcote E, Segarra M, Maizaret G, Pellicer V, Torner A et al. Perforaciones colóni-
cas. Factores pronósticos. Cir Esp. 2000; 68 (1): 47-50.
▲ Gutiérrez de la Peña C, Márquez Platero R, Franco Osorio JD, García Molina FJ, Ortegón
Castellano J, Gil Quirós FJ et al. Perforaciones espontáneas de colon. Cir Esp 1998; 64 (6):
54-56.
▲ Benavides Buleje JA, Lozano Salva LA, Guadarrama González FJ, Sánchez de Pedro F, Cal-
vo Córdoba A. Perforaciones Gastrointestinales. En: Benavides Buluje JA, García Borde FJ,
Lozano Salvá LA. Manual práctico de urgencias quirúrgicas. Madrid: Hospital universitario
12 de Octubre; 1998. p. 279-287.
445
CAPÍTULO 55
Capítulo 55
HERNIAS ABDOMINALES EN URGENCIAS
A. Berrocoso Martínez - M. J Estebarán Martín - A Blanco Bravo.
INTRODUCCIÓN
Las hernias abdominales son una patología frecuente en los Servicios de Urgencias,
y las complicaciones que pueden derivarse de ellas pueden poner en peligro la vida
del paciente.
CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN
Es una protusión del contenido de la cavidad abdominal a través de defectos de la
pared abdominal, que son las denominadas zonas débiles de la pared y que pueden
ser congénitos o adquiridos. El contenido protuido se acompaña del saco herniario
que es el peritoneo parietal. El material que conforma la hernia suele ser, lo más fre-
cuente, intestino delgado, epiplon y colon.
DIAGNÓSTICO
Las hernias suelen producir poca clínica. Lo más frecuente es la tumoración. En otras
ocasiones puede producir dolor. En el caso de aparecer sintomatología se debería
descartar patología quirúrgica urgente. Lo principal es realizar una buena historia clí-
nica, detallada y haciendo hincapié en el tiempo de aparición de la hernia, el tiem-
po de evolución desde que apareció el dolor, antecedentes herniarios y sintomatolo-
gía acompañante local y/o general.
446
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Benavides Buleje JA, Lozano Salva LA, Guadarrama González FJ, Sánchez de Pedro F, Cal-
vo Córdoba A. Perforaciones Gastrointestinales. En: Benavides Buluje JA, García Borde FJ,
Lozano Salvá LA. Manual práctico de urgencias quirúrgicas. Madrid: Hospital universitario
12 de Octubre; 1998. p. 353-359.
▲ Sabiston DC. Principios de cirugía. Méjico. 1995: Interamericana-McGraw-Hill.
▲ Muguruza Trueba I, De Olaiz Navarro B. Manual de urgencias quirúrgicas. Hospital univer-
sitario Ramón y Cajal. Editorial IM&C: Madrid; 2000.
▲ Durán Sacristán, H. Cirugía. Tratado de patología y clínica quirúrgica. Madrid. 1993: Mc-
Graw-Hill.
447
CAPÍTULO 56
Capítulo 56
SINDROME CONFUSIONAL AGUDO.
(DELIRIUM)
R. García-Morato Abengoza - P. E. Jiménez Caballero - C. Marsal Alonso
INTRODUCCIÓN
El Síndrome Confusional Agudo (SCA) puede traducir sólo una agitación banal, ser
el primer escalón para un proceso más severo, o ser la manifestación de una patolo-
gía grave de base, incluso puede aparecer como episodios de pacientes con demen-
cia. Algunos autores han establecido que supone hasta un 5% de toda la patología
que llega al Servicio de Urgencias de un hospital general, con una prevalencia en an-
cianos hospitalizados que oscila entre un 15 y un 50%.
CONCEPTO
El Síndrome Confusional Agudo es un cuadro clínico de instauración rápida y poten-
cialmente reversible caracterizado por alteración en las funciones cognitivas (nivel de
conciencia, ATENCIÓN, lenguaje, memoria, percepción), comportamiento psicomotor,
emoción y ciclo vigilia-sueño. La alteración de las funciones cognitivas que caracteriza
a este cuadro es la INATENCIÓN O FALTA DE CONCENTRACIÓN DEL PACIENTE.
Se considera sinónimo de DELIRIUM (no confundir con Delirium Tremens etílico, aun-
que algunos autores relacionen este último con la forma agitada de SCA) al estado
evolutivo con mayor alteración del nivel de conciencia, o bien, cuando se asocia a hi-
peractividad simpática. Los criterios diagnósticos establecidos, según DSM-IV se en-
cuentran recogidos en el Cuadro 56.1
FISIOPATOLOGÍA
El SCA se puede dar por trastornos neurológicos locales que afecten al Sistema reti-
cular ascendente (que compriman el tronco del encéfalo o el tálamo), lesiones difusas
de ambos hemisferios, aunque también puede darse en lesiones del hemisferio dere-
cho no dominante (por alteración de la atención, localizados en dicho hemisferio).
También el SCA puede ser consecuencia de trastornos sistémicos que produzcan una
alteración secundaria difusa de la función neuronal. En el caso de los ancianos suele
deberse a muchas causas.
ETIOLOGÍA
La causa más frecuente y reversible son los tóxicos, y dentro de éstos la abstinencia al-
cohólica. En ancianos una causa muy frecuente e importante es la infección urinaria,
que siempre ha de estar presente en el diagnóstico diferencial del SCA en ancianos.
Los procesos quirúrgicos más frecuentemente relacionados con el SCA son las inter-
venciones cardíacas y de cadera (que, además, son patologías frecuentes en pacien-
tes ancianos), y dentro de los procesos médicos son los pacientes con SIDA. Alrede-
dor del 80% de los pacientes terminales lo desarrollan.
Por servicios, es la UVI la que cuenta con mayor porcentaje de casos de SCA, debi-
do al ambiente poco familiar que rodea al paciente.
Las etiologías más frecuentes se encuentran recogidas en el Cuadro 56.2:
Cuadro 56.2: Procesos etiológicos del SCA
ENFERMEDADES MÉDICO-QUIRÚRGICAS:
– Fiebre tifoidea
– Neumonía
– Septicemia
– Estado postraumático
– Encefalopatías metabólicas (cetoacidosis diabética, insuficiencia hepática o renal)
– Uremia
– Hipoxia (pulmonar o cardíaca), Hipercapnia
– Porfiria
– Hipoglucemia e hiperglucemia
– Alteraciones hidroelectrolíticas
– Alteraciones del equilibrio ácido-base
– Síndromes coronarios agudos y shock
– Infección urinaria, importante en ancianos
– Déficits vitamínicos (tiamina-Wernicke, ácido nicotínico-pelagra, déficit B12,...)
– Hipo/ hiperactividad endocrina (tiroides, paratiroides, suprarrenal,...)
– Estados de hipertermia, golpe de calor.
– Anemias graves, síndromes de hiperviscosidad
ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS:
– Hematoma subdural y epidural
– Tumores y abscesos
– Meningitis
– Hemorragia subaracnoidea
– Encefalitis virales
– Status epiléptico parcial, status epiléptico menor (lóbulo temporal)
– Migraña basilar
– Accidente cerebrovascular (isquémico o hemorrágico)
– Traumatismo craneoencefálico
– Hidrocefalia aguda
– Trastornos psiquiátricos (manía aguda, depresión o ansiedad extrema, esquizofrenia, estado de
fuga histérica)
449
CAPÍTULO 56
C) EXAMEN DEL ESTADO MENTAL DEL PACIENTE, sobre todo en el paciente an-
ciano, valorando:
– CONCIENCIA (estado en el cual uno se da cuenta de sí mismo y de su en-
torno): el contenido deberá estar alterado, y el grado de alerta puede fluc-
tuar desde somnolencia a hiperactividad.
– ATENCIÓN ALTERADA (BASE DEL DIAGNÓSTICO) si se distrae fácilmente
durante la anamnesis, etc.
● Prueba de la A (repetir series de letras con la A intercalada y que cuando
la oiga de una palmada, siendo normal cuando no existen errores).
● Repetir dígitos (1 por segundo, siendo normal hasta 5).
● Decir los días del mes o la semana hacia delante y hacia atrás, (siendo
normal si lo dice bien en aproximadamente 20 segundos).
– ORIENTACIÓN: La pérdida es progresiva, primero la temporal, a continua-
ción la espacial y finalmente la personal. Se altera característicamente.
– MEMORIA, característicamente hay una pérdida de la memoria para hechos
recientes y anterógrada, probablemente secundaria a la inatención. Se ex-
plora con la repetición de series de palabras a los 3 minutos de decírselas.
Posteriormente se pierde la memoria lejana.
451
CAPÍTULO 56
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
▲ AFASIA DE WERNICKE: la atención y percepción están normales, pero hay un au-
mento de parafasias, neologismos, etc.
▲ DEMENCIA: su inicio es más insidioso, en meses o años, suele ser irreversible y la
atención y el nivel de conciencia están indemnes al menos al principio. No fluctúa
a lo largo del día. No hay que olvidar que en pacientes con demencia pueden apa-
recer SCA intercurrentes.
▲ CUADROS CONVERSIVOS: la alteración psicopatológica es más selectiva y el
conflicto emocional relacionado con la aparición del cuadro suele ser evidente.
▲ ESQUIZOFRENIA Y ESTADOS MANÍACOS: cursa con claridad de conciencia, ma-
yor alteración del pensamiento, las alucinaciones suelen ser auditivas.
▲ MELANCOLÍA ESTUPOROSA DEL DEPRESIVO
452
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
El SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO ES UNA URGENCIA MÉDICA. Requiere 3
tipos de abordajes:
1) Tratamiento general
2) Tratamiento sintomático
3) Tratamiento etiológico
1) TRATAMIENTO GENERAL
● Estabilización hemodinámica del paciente, asegurando vía aérea, controlando
temperatura, frecuencia cardíaca, tensión arterial, frecuencia respiratoria, ca-
nalizar vía venosa, y si fuese necesario sondaje vesical y nasogástrico. Admi-
nistrar 1 ampolla Tiamina (100mg) como profilaxis de la encepalopatía de Wer-
nicke, así como suspender fármacos sospechosos.
● Protección de la camilla con barras laterales, evitando en lo posible la conten-
ción física, que contribuye a la agitación.
● Proporcionar un ambiente relajado, acompañado de familiares, fotos, música
plácida, reloj, calendario, evitando fuentes de ruidos y cambios de habitación,
manteniendo una luz tenue por la noche.
● Medidas básicas:
– Rehidratación y aporte calórico suficiente.
– Suero Glucosado 5%
– Administración de vitaminas B12 (1 ampolla al día v.o. o i.m.), B1 (1 o 2 am-
pollas al día i.m.), B6 (1 o 2 ampollas i.v. o i.m. al día) y C (1 sobre cada
12 horas v.o.)
2) TRATAMIENTO SINTOMÁTICO: SEDACIÓN (siempre después de haber llegado a
un diagnóstico).
a) Neurolépticos:
– DE ELECCIÓN HALOPERIDOL (ampolla 5 mg), 1 o 2 ampollas i.v./ i.m, de-
pendiendo del grado de agitación, para iniciar la sedación. La vía oral tam-
bién se puede usar, hasta 60 gotas, intentando dejar 2/3 de la dosis total
453
CAPÍTULO 56
para la noche. Se debe iniciar poco a poco, ya que aunque con escasos
efectos anticolinérgicos, tiene efectos extrapiramidales que aumentan con el
aumento de la dosis y la duración del tratamiento, pudiéndose contrarrestar
este efecto adverso con Biperideno v.o. o i.m. Es aconsejable pautarlo con-
juntamente cuando se van a usar grandes dosis o si se prevé un tratamien-
to prolongado. Puede producir síndrome QT largo por lo que hay que vigi-
lar periódicamente con EKG. Deberá evitarse en casos de privación
alcohólica o por benzodiacepinas, toxicidad por anticolinérgicos o fallo he-
pático. Si el Haloperidol no resultara efectivo se podrá utilizar un perfusión
continua de Clometiazol (Distraneurine® solución inyectable al 0´8% 500
ml):
Dosis inicio: 24-60 mg / minuto hasta que se inicie el sueño artificial
Dosis mantenimiento: 4-8 mg/ minuto.
(Vigilar la presencia de depresión respiratoria).
– Clorpromacina (Largactil®), 1 o 2 ampollas i.m. hasta 3 veces al día (25-
50 mgr), y Levopromacina 1 a 3 ampollas i.m. al día. Ambos producen efec-
tos secundarios de hipotensión y arritmias debido al bloqueo alfa, así como
mayor frecuencia de convulsiones.
– Risperidona, 0´5-1 mg v.o. por la noche puede ser efectivo para evitar el de-
sarrollo de un cuadro florido en los ancianos con ligeros cambios en el com-
portamiento o que hayan tenido antecedentes de Delirium en ingresos pre-
vios.
– Zuclopentixol, 1 ampolla cada 3 días, posee escasos efectos secundarios e
interacciones.
– Recientemente se dispone de un Neuroléptico atípico parenteral, Ziprasido-
na i.m.
b) Tiapride (Tiaprizal® ampollas 100 mg, 400-1.200 mg/ día): Dosis repartidas
en 3 tomas, pudiendo llegar a 12 comprimidos o ampollas al día. Se utiliza en
ancianos, predelirium tremens, etc, con escasa depresión de centros cardiorres-
piratorios. Se utiliza como alternativa al Haloperidol en pacientes con riesgo de
hipoventilación y parada respiratoria.
c) Benzodiacepinas: Diazepam, 10 mg v.o. o i.m. hasta 3 veces al día. Son de PRI-
MERA ELECCIÓN en ABSTINENCIA ALCOHÓLICA o por BENZODIACEPINAS,
PORFIRIA o INSUFICIENCIA HEPÁTICA. Pueden causar agitación paradójica en
los ancianos.
d) Benzodiacepinas + Haloperidol: se consigue un aumento en la potencia y me-
nos efectos secundarios.
e) Agentes colinérgicos: FISOSTIGMINA y DONEPEZILO se han utilizado de 1ª
elección en intoxicación por productos anticolinesterásicos, aunque no existe
aún suficiente evidencia científica que apoye su uso en el delirium.
f) Sedación y ventilación mecánica: pueden realizarse en casos de distrés respi-
ratorio del adulto, shock distributivo y crisis hipertiroideas.
3) TRATAMIENTO ETIOLÓGICO: en función de la causa subyacente (ver Cuadro 56.2).
Bibliografía
▲ Jiménez Caballero P.E; Marsal Alonso C. Síndrome Confusional Agudo. Julián Jiménez A,
editor. En: Manual de protocolos y actuación en urgencias. Nilo Gráficas: Madrid; 2003.p.
279-284.
454
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 57
ACCIDENTE CEREBROVASCULAR AGUDO
R. García-Morato Abengoza - P. E. Jiménez Caballero – C. Marsal Alonso
INTRODUCCIÓN
Los accidentes cerebro vasculares (ACV) son uno de los procesos médicos más fre-
cuentes en nuestros hospitales. Su prevalencia se encuentra en aumento (600 casos /
100.000 habitantes) porque, aunque la mortalidad ha descendido gracias al control
de los factores de riesgo y a una mejora en la calidad de vida, su incidencia (200/
100.000 habitantes/ año) depende de la edad, por lo que se encuentra favorecido
por el envejecimiento poblacional ante el que nos encontramos.
Entre los factores de riesgo más importantes encontramos la HTA, cardiopatías, acci-
dentes isquémicos transitorios previos, claudicación intermitente, DM, tabaco, antico-
agulantes, tóxicos, drogas, etc.
Los ACV suponen el 50% de los ingresos en los Servicios de Neurología, siendo, se-
gún datos de la OMS, la tercera causa de muerte (100/100.000 habitantes/año )
y la primera causa de invalidez en adultos. Todo ello supone un elevado coste sani-
tario, debido a la atención de la fase aguda, como a la atención necesaria en la fa-
se de secuelas.
En algunos hospitales ya existen unidades de patología cerebrovascular, porque es el
tratamiento de la fase aguda la que determina, en gran medida, el pronóstico de es-
ta patología.
CONCEPTO
El accidente cerebrovascular supone una isquemia, hemorragia o afectación vascular
de un área cerebral, ya sea transitoria o permanente. En la literatura médica encon-
tramos sinónimos como Stroke (golpe), ictus (afectación aguda), apoplejía (parálisis
aguda), etc. El término ACV engloba la isquemia cerebral, la hemorragia intrapa-
renquimatosa y la hemorragia subaracnoidea.
CLASIFICACIÓN
Existen varias clasificaciones, una de las cuales y elegida por basarse en varios cri-
terios seria: (Cuadro 57.1, Cuadro 57.2 y Cuadro 57.3)
ACV HEMORRÁGICO
Hemorragia Hemorragia
intraparenquimatosa subaracnoidea
456
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Las definiciones y las características principales de cada uno de estos términos se-
rían:
1. ACV ATEROTROMBÓTICOS constituyen la causa más frecuente de ACV, siendo su
causa más habitual la arteriosclerosis, su ulceración o la liberación de émbolos. Su
localización más común se encuentra en el cayado aórtico o en la bifurcación de la
carótida común.
2. ACV LACUNARES son debidos a la afectación de arterias perforantes cerebrales y
suelen presentarse en pacientes con factores de riesgo cardiovascular. Producen cua-
dros clínicos característicos, según el territorio vascular afectado (hemiparesia motora
pura, síndrome hemisensitivo puro, hemiparesia- ataxia, disartria-mano torpe, síndro-
me sensitivo-motriz, síndrome pseudobulbar y los síndromes lacunares atípicos ).
3. ACV CARDIOEMBÓLICOS debidos a cardiopatías embolígenas, siendo, de mayor
a menor frecuencia, fibrilación auricular, IAM, valvulopatías reumáticas, el prolapso
de la válvula mitral, defectos septales cardíacos, mixoma auricular y miocardiopatías.
Constituye la causa más frecuente de ACV isquémico en personas menores de 40
años.
4. CAUSAS INFRECUENTES, se dan sobre todo en pacientes jóvenes, como vasculi-
tis, disección carotídea, infartos venosos, estados de hipercoagulabilidad, infartos mi-
grañosos, anticonceptivos orales y gestación.
5. INFARTO CEREBRAL HEMORRÁGICO que, dentro de los ACV isquémicos, consti-
tuyen una complicación de este último, debida a la extravasación de sangre en el te-
rritorio isquémico.
6. ACCIDENTE ISQUÉMICO TRANSITORIO ( AIT ) se definen como aquel déficit
focal neurológico cuyas secuelas desaparecen en menos de 24 horas de iniciado el
cuadro ( en condiciones normales en menos de 15 minutos ). Siempre hay que estu-
diarlos ya que suponen un aviso de que puede ocurrir un infarto extenso.
7. DÉFICIT ISQUÉMICO NEUROLÓGICO REVERSIBLE ( RIND ) son aquellos cuyo dé-
ficit focal neurológico persiste más de 24 horas, desapareciendo sin secuelas en un
tiempo que oscila entre 7 y 21 días.
8. ACV ESTABLECIDO cuando el déficit focal neurológico persiste más de 3 semanas
y es estable.
9. ACV ESTABLE cuando no existen modificaciones del déficit neurológico inicial
en 24 horas, si hablamos de un origen carotídeo, o de 72 horas si su origen es
vertebrobasilar. Suelen evolucionar hacia un ACV establecido o hacia un RIND.
457
CAPÍTULO 57
1.- ANAMNESIS: Siempre hay que recabar información, tanto del paciente como de las
personas que hallan presenciado el episodio, sobre:
a) Factores de riesgo de procesos isquémicos: edad mayor de 65 años, antece-
dentes familiares de ACV, cardiopatías, estenosis carotídea, etc.
b) Factores de riesgo cardiovascular: HTA, hiperlipemias, DM, tabaquismo, etc.
458
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
mente se hace diferida). También se realiza cuando la TAC no concuerda con la clí-
nica o ante una clínica dudosa con TAC craneal normal.
b) ECOGRAFÍA DE TRONCOS SUPRAAÓRTICOS, se realizaría urgente ante la sos-
pecha de disección carotídea, ACV progresivo, AIT de repetición en un mismo te-
rritorio, etc.
c) ECODOPPLER TRANSCRANEAL valora la circulación intracraneal de forma no in-
vasiva. Permite ver estenosis en las principales arterias cerebrales e investigar shunt
derecha- izquierda mediante técnicas con burbuja.
d) ARTERIOGRAFÍA es la técnica de elección para el diagnóstico sindrómico y topo-
gráfico de la HSA. Se utiliza para valorar patologías vasculares causantes de he-
morragias (malformaciones arterio-venosas, aneurismas, enfermedad de Moya-Mo-
ya, etc) así como para el estudio previo a la cirugía de la estenosis carotídea, la cual
confirma.
e) ECOCARDIOGRAMA. Indicaciones:
- Mayores de 45 años sin factores de riesgo cardiovascular.
- Síntomas o signos de cardiopatía, conocida o no, que sugieran etiolo-
gía cardioembólica.
- Antecedentes de episodios sincopales no filiados.
- Antecedentes de embolismos sistémicos.
- Clínica sugerente de etiología embólica.
f) ELECTROENCEFALOGRAMA si existe duda diagnóstica con epilepsia.
g) OTRAS PRUEBAS , que se realizarían en caso de no obtener la causa con las prue-
bas anteriores, VSG, estudio de hipercoagulabilidad, ANA, ANCA, serología de
lúes, HIV de LCR, anticuerpos antifosfolípido, etc.
TRATAMIENTO
Hay que distinguir 3 frentes terapéuticos:
1 MEDIDAS GENERALES, que son la base del mismo y las que más influyen en
el pronóstico final. Son las mismas para todos los tipos de ACV.
2 PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES
3 TRATAMIENTO ESPECÍFICO
1 MEDIDAS GENERALES
a) PERMEABILIDAD Y PROTECCIÓN DE LA VIA AÉREA, especialmente en pacientes
que presentan disminución del nivel de conciencia, manteniendo al paciente semiin-
corporado (para evitar broncoaspiraciones), ASPIRACIÓN DE SECRECCIONES y
asociando TUBO DE GUEDEL o SNG si fuera necesario. Se recomienda la INTU-
BACIÓN y el SOPORTE VENTILATORIO en pacientes con compromiso de la vía
aérea, como estados comatosos o estupor profundo.
b) MANTENER UNA CORRECTA OXIGENACIÓN. Si la función respiratoria es normal
la oxigenoterapia no ha demostrado aportar beneficios; sólo estaría indicada en ca-
sos de hipoxia.
c) CONTROL DE LA FUNCIÓN CARDIACA Y DE LA TENSIÓN ARTERIAL
Hay que prestar especial atención a los trastornos del ritmo cardíaco, sobre todo en
las primeras horas de inicio del cuadro.
En la fase aguda suele presentarse una hipertensión reactiva como mecanismo de
compensación, ya que trata de asegurar una correcta perfusión cerebral.
Se intentará mantener una TA MODERADAMENTE ALTA, debiendo mantenerse en-
tre 200 mmHg la sistólica y 110 mmHg la diastólica, y en pacientes previamente hi-
pertensos deben mantener unas cifras de 220 mmHg para la sistólica y de 105-110
para la diastólica.
461
CAPÍTULO 57
con mal nivel de conciencia, así como en casos de anosognosia o asomatognosia im-
portantes, recurriendo, si es necesario, a la VIGILANCIA POR FAMILIARES.
j) PREVENCIÓN DE ÚLCERAS POR PRESIÓN mediante CAMBIOS POSTURALES FRE-
CUENTES Y MOVILIZACIÓN PRECOZ DE MIEMBROS PARÉTICOS.
k) CUIDADOS DE LAS VÍAS URINARIAS. La SONDA URINARIA se utilizará ÚNICA-
MENTE en el caso de RETENCIÓN URINARIA o cuando sea preciso mantener un BA-
LANCE ESTRICTO de la diuresis, siempre durante el menor tiempo posible para no au-
mentar innecesariamente el riesgo de infección urinaria.
En caso de INCONTINENCIA URINARIA se usarán COLECTORES o EMPAPADORES
EXTERNOS, una vez descartada la diuresis por rebosamiento, muy frecuente en estos
pacientes.
l) SEDACIÓN ante AGITACIÓN PSICOMOTRIZ. ANTIPSICÓTICOS SÓLO SI ES IM-
PRESCINDIBLE. Hay que tener en cuenta que muchas veces esta agitación se debe a do-
lor o retención urinaria, por lo que cederá al controlar ambos procesos.
En caso necesario, HALOPERIDOL siempre a dosis bajas (10 gotas v.o. o 1/2 ampolla
i.m. ) y siempre el menor tiempo posible.
Otras alternativas es TIAPRIDE 1 ampolla cada 6-8 h. u OLANZAPINA 2´5mg s.l.
EVITAR EL USO DE BENZODIACEPINAS.
m)En caso de CEFALEA, PARACETAMOL 1 gr/ 6-8 horas v.o. o i.v. y si hubiese
NÁUSEAS o VÓMITOS utilizar METOCLOPRAMIDA 1 AMPOLLA I.V./ 8 HORAS, tam-
bién útil para el HIPO que puede aparecer en los ACV de tronco-encéfalo.
2.- PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES
Un 25% de los pacientes empeoran en las primeras 24-48 horas debido a las compli-
caciones.
Hay que distinguir entre las COMPLICACIONES SISTÉMICAS Y LAS NEUROLÓGICAS.
I. COMPLICACIONES SISTÉMICAS:
a) INFECCIONES: Constituyen la CAUSA MÁS FRECUENTE DE MUERTE EN LA FASE
SUBAGUDA, siendo las infecciones MÁS FRECUENTES las RESPIRATORIAS y las URI-
NARIAS.
Se pautará tratamiento ANTIBIÓTICO ante la primera sospecha.
b) TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA Y TROMBOEMBOLISMO PULMONAR: Se utili-
zarán HBPM en el caso de TVP, con ENOXAPARINA 40 mg subc. o FRAXIPARINA (JE-
RINGUILLAS PRECARGADAS 0´4 ml/ 24 horas vía subcutánea). En caso de TEP se uti-
lizará HEPARINA SÓDICA.
Aunque aumente el riesgo de trasformación hemorrágica de los procesos isquémicos,
no tiene que llevar un empeoramiento en el pronóstico.
Si estos tratamientos estuvieran CONTRAINDICADOS se pueden utilizar MEDIAS DE
COMPRESIÓN INTERMITENTE en la TVP, aunque lo más útil es la MOVILIZACIÓN PRE-
COZ para evitar que surjan estos problemas.
II. COMPLICACIONES NEUROLÓGICAS
a) EDEMA CEREBRAL, HERNIACIÓN CEREBRAL Y DESARROLLO DE HIPERTENSIÓN
INTRACRANEAL
El EDEMA CEREBRAL hay que SOSPECHARLO si observamos anisocoria, paresia del VI
par craneal, reflejo cutáneo-plantar extensor bilateral, papiledema, cefalea, vómitos en
escopetazo o postura de DESCEREBRACIÓN, en estos casos hay que HACER TAC CRA-
NEAL URGENTE.
En caso de EDEMA CEREBRAL :
- RESTRICCIÓN MODERADA DE LÍQUIDOS
463
CAPÍTULO 57
1. ACV ISQUÉMICOS
■ ACVA CARDIOEMBÓLICOS (Cuadro 57.7)
Como regla general se ha de poner ANTICOAGULACIÓN a las 24- 48 horas con HE-
PARINA SÓDICA i.v. en BOMBA DE PERFUSIÓN CONTÍNUA, siempre tras descartar
mediante TAC craneal componente hemorrágico, esperando de 7 a 14 días en caso de
INFARTO EXTENSO O HEMORRÁGICO. En todos los casos cambiar a DICUMARÍNI-
COS en aproximadamente 10 días.
Esta misma actuación se utiliza en ACVA EN PROGRESIÓN, aunque sin evidencia cien-
tífica demostrada.
Se utiliza bomba de perfusión continua ya que produce menor incidencia de hemorra-
gias, menor recurrencia de trombosis, menor dosis total administrada y mejor control de
las complicaciones. Siempre se ha de tener en cuenta los usos de la anticoagulación y la
antiagregación: (Cuadro 57. 8)
464
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
⇓
Pasar a dicumarínicos
al 5°- 7° día
Si hay dudas en el tamaño del infarto se puede repetir el TAC craneal a las 48- 72 horas y
obrar en consecuencia
* Una vez resuelto el sangrado, tratamiento con dicumarínicos desde el inicio salvo en casos de
alto riesgo.
** Arteria cerebral media
Cuadro 57.8: Usos de la antiagregación y de la anticoagulación
ANTICOAGULACIÓN ANTIAGREGACIÓN
- Siempre hacer un TAC craneal para
descartar hemorragia o infarto hemorrágico
- Si tiene anticoagulación previa deberá
mantenerse con HEPARINA IV, excepto si se - Se utilizará cuando exista
trata de infarto extenso ( >4cm o > 1/3 del contraindicación a la anticoagulación
territorio de la ACM ) - Edad avanzada
- Repetir TAC craneal a las 48 horas e - HTA mal controlada
iniciar anticoagulación inmediata si el infarto - Difícil control del tratamiento
es de mediano-pequeño tamaño
- Si infarto de gran tamaño demorar 7 días
- Si hay transformación hemorrágica
esperar 6 semanas o más, en función del
riesgo embólico
■ ACV ATEROTROMBÓTICO
- ESTENOSIS CAROTÍDEA < 70%: ANTIAGREGACIÓN
ELECCIÓN: AAS 300 mg/ día.
Si apareciesen nuevos episodios de isquemia o efectos secundarios de AAS, princi-
palmente gastrointestinales:
- CLOPIDOGREL 75 mg/ día
- TICLOPIDINA 250 mg/ 12h
- TRIFUSAL 300- 900 mg/día
Clopidogrel y Ticlopidina presentan riesgo de NEUTROPENIA O PLAQUETOPENIA
(menor incidencia en el caso de Clopidogrel) por lo que hacen necesarios estrictos
controles hematológicos, sobre todo en el tratamiento con Ticlopidina.
- ESTENOSIS CAROTÍDEA > 70%: ANTIAGREGACIÓN + ENDARTERECTOMÍA a
las 2-4 semanas.
465
CAPÍTULO 57
BIBLIOGRAFÍA
▲ Accidente cerebrovascular agudo. En: Hospital Virgen de la Salud. Toledo. Manual de pro-
tocolos y actuación en urgencias para residentes. 1ª ed. 2001. p.293- 300.
▲ M.S. Acedo Gutiérrez, A. Barrios Blandino, R. Díaz Simón, S. Orche Galindo, R. M. Sanz
García. Enfermedad cerebrovascular. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica 12 de
Octubre, 2000, 4ª ed. P.781- 791.
▲ Enfermedades vasculares cerebrales. En: Adams R, Victor M, Ropper A. Principios de neu-
rología. 6ª ed. México DF: Mc Graw- Hill International; 1999, p. 674- 758
▲ Castillo J, Chamorro A, Dávalos A, Díez Tejedor E, Galván C, Matías- Guiu J y cols. Aten-
ción multidisciplinar del ictus cerebral agudo. Med Clín ( Barc ) 2000; 114: 102- 106
▲ Alvarez Sabín J, Castillo Sánchez J, Díez Tejedor E, editores. Protocolos Diagnósticos- Tera-
péuticos en Patología Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. Barcelo-
na: URIACH; 1999.
▲ Díez Tejedor E. La Enfermedad cerebrovascular en la atención primaria de salud. Barcelo-
na: Grupo Ferrer; 1998.
467
CAPÍTULO 58
Capítulo 58
CEFALEA
C. Fábrega Alarcón - J. A. Garrido Robres - C.I Cabeza Álvarez
INTRODUCCIÓN
La cefalea representa uno de los motivos de consulta más frecuente en el área de Ur-
gencias. Ante un paciente que acude por cefalea es fundamental diferenciar si nos
encontramos ante una cefalea primaria o secundaria ya que la actitud terapéutica es
radicalmente diferente. Para ello debemos realizar una anamnesis y exploración cui-
dadosas, valorando el patrón temporal del proceso y siguiendo una sistemática que
nos ayude a enfocar correctamente el caso. Por estas razones, y aún más en el área
de Urgencias, hay que establecer las características propias de cada tipo de cefalea
para poner en práctica el tratamiento oportuno.
CONCEPTO
Cefalea, cefalalgia, dolor de cabeza se denomina al síntoma que aparece en diver-
sas circunstancias. Puede ocurrir de forma aislada, formando parte de un cuadro
agudo más complejo (migraña), o ser parte de un proceso subyacente (hemorragia
subaracnoidea, tumor cerebral, meningitis, alteraciones metabólicas).
CLASIFICACIÓN
Cuadro 58.1: Clasificación de las Cefaleas
C. PRIMARIAS C. SECUNDARIAS
(no alteración cerebral subyacente). (alteración cerebral subyacente).
▲ Migraña. ▲ Traumatismo craneal.
▲ Cefalea de tensión. ▲ Trastornos vasculares.
▲ Cefalea en acúmulos. ▲ Enfermedad intracraneal de origen
▲ Hemicránea paroxística crónica. no vascular.
▲ Miscelánea: cefalea punzante idiopática, ▲ Ingesta o supresión de determinadas
c. por compresión externa, c. benigna sustancias.
por tos, c. asociada a ejercicio físico ▲ Infección no encefálica.
y actividad sexual. ▲ Trastornos metabólicos.
▲ Cefalea crónica diaria. ▲ Alteración de estructuras faciales o
craneales (ojos, oídos, nariz y senos,
mandíbulas, etc.).
▲ Neuralgias craneales y faciales.
No obstante, el principal parámetro para evaluar la gravedad potencial de una
cefalea es su curso temporal, por tanto, se debe intentar situar dentro de uno de
los siguientes grupos semiológicos, cuyas características describiremos más
adelante:
1) Cefalea aguda de reciente comienzo (carácter de urgencia)
2) Cefalea aguda recurrente (migraña)
3) Cefalea subaguda regresiva (orgánica)
4) Cefalea crónica no progresiva (tensional)
468
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRÓNICO AGUDO
Cefalea aguda,
subaguda progresiva o
cambio de cefalea previa
Deterioro nivel
conciencia. *No focalidad Normal Elevada
Persiste el No HTIC
dolor
Biopsia Tratamiento
TAC temporal
Tumor Hipertensión
Seguimiento Hematoma Intracraneal benigna REEVALUACIÓN
clínico Absceso Meningitis
HSA HSA
En general siempre TAC antes de PL (salvo que no sea posible realizarlo en menos de
15 minutos y haya sospecha clara de meningitis bacteriana).
HSA: hemorragia subaracnoidea; PL: punción lumbar. HTIC: hipertensión intracraneal;
VSG: velocidad de sedimentación globular. H ª: historia;
471
CAPÍTULO 58
Migraña 10-35 Hemicraneal 4-72 horas Variable Moderada- Pulsátil M>H Náuseas,
años severa vómitos,
fotofono-
fobia
Cefalea 15-40 Unilateral 15-180 min. Diariamente Intensísima, Severa H>M Inyección
en años retroorbitaria durante penetrante conjuntival,
acúmulos semanas o lagrimeo,
varios meses miosis,
rinorrea
HSA Cq. Global, Variable Única Agudísima, Explosiva Cq. n/v, rigidez
edad Occípito- atroz nuca, p.
nucal conciencia
Hemicránea Adulto Unilateral, 2-45 min. >5 veces Intensísima Severa M>H Inyección
paroxística orbitario o al día conjuntival,
crónica temporal lagrimeo,
rinorrea
TRATAMIENTO
1. Generalidades:
– La decisión terapéutica debe ir precedida por una correcta anamnesis y explo-
ración física.
– Se debe iniciar el tratamiento con el fármaco que menos contraindicaciones ten-
ga para el paciente.
– Es fundamental utilizar la dosis adecuada y, en la mayoría de los casos, al prin-
cipio de la cefalea. Evitar utilizar preparados con combinación de varios anal-
gésicos, pues suelen tener dosis insuficientes con el peligro de favorecer el cua-
dro de una cefalea crónica diaria.
2. MIGRAÑA:
2.1. Conocer, y si es posible, suprimir los factores desencadenantes.
2.2. El tratamiento sintomático se basa en analgésicos simples, AINEs, antieméticos
y agonistas serotoninérgicos 5-HT 1B/ 1D. Estos últimos, en el caso de migra-
ña con aura, se administrarán cuando haya pasado el aura, y están contrain-
dicados en la migraña basilar, hemipléjica, retiniana y en la migraña con aura
prolongada o complicada.
– Fármacos habituales para el tto. sintomático:
Analgésicos/AINEs : Generalmente cada 8 horas.
● Aspirina (Aspirina ®, Adiro ® , Tromalyt ®) dosis : 500-1.000 mg vo.
● Naproxeno, (Naprosyn ®, Antalgin ®) dosis : 500-1.000 mg. vo.
● Ibuprofeno (Neobrufén ®, Espidifén ®) dosis: 600-1.200 mg vo.
● Diclofenaco sódico (Voltarén®, Dolotrén®): dosis: 50-100 mg vo/
v.rectal.
● Ketorolaco (Droal ®, Toradol ®) dosis: 30-60 mg parenteral o 10 mg. vo.
● Dexketoprofeno (Enantyum®): dosis: 25-50 mg vo.
● Paracetamol (Termalgín ®, Dolostop ®, Efferalgán ®)dosis: 1.000 mg vo.
● Metamizol magnésico (Nolotil ®, Lasaín®) Cápsulas 0,575 gr, o amp. 2gr.
Antieméticos:
● Metoclopramida (Primperán ®) dosis: 10 mg. vo./parenteral.
● Domperidona (Motilium ®, Gamir ®) dosis: 10-30 mg. vo.
Agonistas serotoninérgicos 5-HT 1B/ 1D:
● Sumatriptán: (Imigrán ®)dosis: 50-100 mg. vo., 20 mg. Intranasal, 6
mg. Parenteral.
● Naratriptán: (Naramig ®)dosis: 2,5-5 mg. vo.
● Zolmitriptán(Zomig ®, Flezol ®)dosis: 2,5 mg-5 mg. vo.
● Rizatriptán: (Maxalt ®)dosis: 10 mg. vo.
● Almotriptán (Almográn ®) dosis: 12.5 mg. V
3. ESTATUS MIGRAÑOSO:
Se denomina estatus a un episodio de migraña con cefalea de duración superior a 72
horas a pesar del tratamiento. Pueden existir intervalos sin cefalea inferiores a 4 ho-
ras (sin incluir el periodo de sueño). Suele asociarse con el abuso prolongado de fár-
macos (analgésicos, ergóticos y triptanes). Las náuseas y vómitos suelen ser severos.
Dentro de las cefaleas primarias es la que realmente requiere tratamiento más inten-
so y en muchos casos incluso ingreso hospitalario si no responde al mismo. Conside-
rarlo también si la cefalea es muy intensa, requiere tratamiento parenteral y reposi-
ción de líquidos o ha persistido más de 5 días, en ausencia de abuso de medicación.
Figura 58.5: Tratamiento del Estatus migrañoso
Si falla
Si mejoría
Si mejoría Si falla
Sc: subcutáneo; vo: vía oral; Vp: vía parenteral; iv: intravenoso;
(*) No administrar si se ha agotado su pauta de dosificación y considerar contraindicaciones: HTA mal con-
trolada, cardiopatía isquémica,etc. Es decir, no se puede tomar otro triptán si ya se ha tomado
474
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
4. CEFALEA TENSIONAL
– Tratamiento sintomático:
Analgésicos-AINEs a dosis similar que en migraña. Se debe tener mucho cuida-
do con los fármacos que producen dependencia y/ o cefalea crónica por abuso
(sobre todo los que llevan en su composición cafeína y/ o codeína, y ergóticos).
– Tratamiento preventivo: Se instaurará en los casos de cefalea recurrente y en
función de la frecuencia, duración e intensidad del dolor, así como de la res-
puesta al tratamiento sintomático.
1ª Opción: Antidepresivos tricíclicos ( Tryptizol ®, Nobritol ® )Amitriptilina, 25-
50 mg noche vo),se puede asociar a diazepán 5-10 mg/12 h.
2ª Opción: Inhibidores selectivos de recaptación serotonina:
Sertralina: dosis 50 mg./ día (Aremis®, Besitrán ® )
Citalopram (Seropram®, Prisdal ®) 20 mg./ día
5. CEFALEA EN ACÚMULOS
La clínica de la cefalea en acúmulos se puede producir de dos formas:
1. Episódica. Los periodos de acúmulo duran entre 7 días y 1 año, generalmente
entre 2 semanas y 3 meses, separados por periodos sin dolor que duran 14 días
o más.
2. Crónica. Los periodos de acúmulo se producen durante más de 1 año sin remi-
siones o con remisiones que duran menos de 14 días.
El tratamiento sintomático y preventivo deben utilizarse asociados desde el ini-
cio del racimo.
Tratamiento sintomático de los ataques.
● Sumatriptán (Imigrán ® ) 6 mg subcutáneos para cada ataque, que se pue-
den repetir hasta 12 mg/ 24 h.
● Oxígeno con mascarilla al 100% a 8-10 litros / min. durante 15 minutos.
Tratamiento preventivo:
Variante episódica:
- Prednisona (Dacortín ®)40-80 mg. vo en dosis matutina. Mantener hasta dos
semanas libre de dolor y posteriormente supresión gradual en 2-3 semanas.
Se recomienda su administración sola o asociada a Verapamilo.
- Verapamilo: 240-360 mg./ día vo. repartidos en 3-4 tomas. Mantener has-
ta dos semanas libres de dolor y después reducir 80 mg. cada 3 días.
- Carbonato de Litio: 200-400 mg. /12 horas vo. Hasta mantener un nivel plas-
mático de litio de 0,15 -1,0 mEq/ l. Se utiliza si ha fracasado lo anterior.
Mantener hasta dos semanas libre de dolor, y reducir, 150 mg. cada 3 días.
Si fracasa lo anterior valorar Valproato, asociaciones Verapamilo + Litio.
Variante crónica:
- Carbonato de Litio: 200-400 mg./ 12 horas. Es el fármaco de elección, só-
lo o asociado a Verapamilo. Control de la litemia, función renal y tiroidea.
Contraindicado en insuficiencia renal crónica e hipotiroidismo. Si la cefalea
desaparece mantener el tratamiento 1 mes y suspender. Si no tolera el litio o
persiste la cefalea asociar Verapamilo.
- Verapamilo: 240-360 mg./ día vo. Repartidos en 3-4 tomas. Si no hay me-
joría asociar Tartrato de ergotamina.
- Tartrato de ergotamina: 1-2 mg. / día vo/ vía rectal. Tener en cuenta las con-
traindicaciones, efectos adversos y riesgo de ergotismo.
Si fracasa lo anterior valorar Capsaicína, Valproato, Clorpromacina y ciru-
gía en casos excepcionales.
475
CAPÍTULO 58
– Cefalea en racimos.
– Neuralgia del trigémino.
– Hemicránea paroxística crónica.
– Cambios en las características habituales de una cefalea.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Laínez Andrés JM. Diagnóstico diferencial y tratamiento de la jaqueca. Madrid. Ediciones
Ergón; 1998.
▲ Leira R, Díez Tejedor E, Laínez JM; Pascual J. Actitud diagnóstica y terapéutica en la cefa-
lea. Grupo de estudio de cefalea de la Sociedad Española de Neurología. Madrid ; Edicio-
nes Ergón; 1999.
▲ Lledó Macau A. Cefalea. En Pérez Sempere A, Martínez Menéndez B. Manual de Urgencias
Neurológicas. Madrid: Ediciones Ergón; 1993. p. 103-113.
▲ Castro MD, Díaz R, Matilla B. Cefaleas y algias faciales. En Acedo MS, Barrios A, Díaz R.
Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 4ª ed. Madrid: Grupo MSD; 1998. p. 65-72.
▲ Calero S et al. Curso de cefaleas en Atención Primaria. Formación Médica Continuada en
Atención Primaria 1996; 6 (10): 1-85.
477
CAPÍTULO 59
Capítulo 59
CRISIS COMICIALES
B. Mondéjar Marín - C.I. Cabeza Álvarez
INTRODUCCIÓN
Las crisis comiciales son uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en la prác-
tica clínica. Se estima que aproximadamente un 5% de la población sufre una en al-
gún momento de su vida y un 0.5% tendrá crisis de repetición. Su incidencia es ma-
yor en la primera infancia y al final de la época adulta.
CONCEPTOS
Deben distinguirse claramente los significados de los términos crisis epiléptica y epilep-
sia. Se define crisis epiléptica como las manifestaciones clínicas resultantes de una des-
carga paroxística, anormal, excesiva e hipersincrónica de un grupo de neuronas del
SNC; mientras que la epilepsia es un trastorno caracterizado por crisis epilépticas de
repetición. Esto implica que personas que han sufrido una única crisis o crisis secunda-
rias a factores agudos corregibles (ACV, encefalitis...) no se consideran epilépticos.
CLASIFICACIÓN
– Según el tipo de crisis: Clasificación Internacional de las Crisis Epilépticas por la
Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE):
1. Crisis parciales: se originan en un área limitada de la corteza.
– C.P. Simples: no se afecta la conciencia.
● Con síntomas motores.
● Con síntomas sensitivos.
● Con síntomas autonómicos.
● Con síntomas psíquicos.
– C.P. Complejas: con alteración de la conciencia.
– C.P. secundariamente generalizadas.
2. Crisis generalizadas: se originan simultáneamente en ambos hemisferios cere-
brales.
– Ausencias: típicas o atípicas.
– Mioclónicas.
– Tónicas.
– Clónicas
– Tónico-clónicas.
– Atónicas.
3. Crisis inclasificables.
– Clasificación semiológica. (Cuadro 59.1).
– Clasificación etiológica:
– Sintomáticas: como consecuencia de procesos metabólicos o estructurales del
SNC (agudos o remotos), representan el 10% de las crisis.
– Idiopáticas: causa desconocida, son el 30%.
– Criptogénicas etiología no aclarada; se presupone causa estructural no demos-
trable por pruebas complementarias (60%). Este grupo está disminuyendo a fa-
vor de las crisis sintomáticas con la aparición de nuevas técnicas diagnósticas.
478
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLÍNICA
▲ Crisis generalizadas: aquellas en las que no existe evidencia de comienzo focal.
– Ausencias típicas: se caracterizan por breves y repentinos lapsos de pérdida de
conciencia sin pérdida de control postural, de segundos de duración y sin con-
fusión postictal. Suelen acompañarse de movimientos de parpadeo, masticación
o clónicos de pequeña amplitud en manos.
– C. tónico-clónicas (gran mal): Tienen un comienzo brusco; la fase inicial es una con-
tracción tónica de los músculos de todo el cuerpo, incluida la musculatura laríngea
con emisión de un grito típico, y mandibular con posibilidad de mordedura lingual.
Se altera la respiración, las secreciones se acumulan en la orofaringe y el pacien-
te se vuelve cianótico. Existe un aumento del tono simpático con aumento del ritmo
cardiaco, TA, y midriasis. A los 20-30 segundos comienza la fase clónica de apro-
ximadamente un minuto de duración que se produce al superponerse sobre la con-
tracción muscular tónica periodos de relajación que aumentan progresivamente. La
fase postictal se caracteriza por ausencia de respuesta, flaccidez muscular, saliva-
ción excesiva, incontinencia vesical-intestinal, cefalea, dolores musculares...
– Atónicas: pérdida repentina del tono muscular postural de 2-3 segundos de du-
ración con alteración breve de la conciencia. Puede limitarse a cuello, miembros
inferiores... o ser total (drops-attack). No se acompaña de confusión postictal.
– Tónicas: breves; en flexión o extensión, con caída al suelo.
– Mioclónicas: sacudidas musculares breves, generalmente en flexión de las cuatro
extremidades. Son más frecuentes por la mañana y pueden provocarse por estí-
mulos sensitivos. Es frecuente que lancen los objetos que tienen en las manos.
▲ Parciales:
– Simples: los síntomas dependen del área de la corteza donde se origine la des-
carga. Pueden ser motores (lo más frecuente), sensitivos, autonómicos o psíqui-
cos. En las CPS motoras los movimientos anormales pueden comenzar en una
zona restringida y progresar gradualmente hasta afectar a gran parte de la ex-
tremidad dando lugar a la llamada “marcha Jacksoniana”. Algunos pacientes
después de la crisis pueden sufrir una paresia focal de la zona afectada cono-
cida como “parálisis de Todd”.
– Complejas: Cursan con alteración del nivel de conciencia; pueden manifestarse
como afectación aislada de la misma o bien como es más frecuente comenzar
con aura (CPS sobre todo vegetativa o psíquica) y posteriormente disminución
de conciencia. Son frecuentes los automatismos. Existe un periodo de confusión
479
CAPÍTULO 59
– PUNCIÓN LUMBAR.
Siempre debe realizarse previamente un TAC. Está indicada en:
• Sospecha de infección del SNC.
• Sospecha de HSA.
• Diagnóstico etiológico dudoso.
– ELECTROENCEFALOGRAMA: Ayuda a establecer el diagnóstico de epilepsia y a la
clasificación de las crisis y de los síndromes epilépticos, por lo que se trata de un es-
tudio esencial aunque no hay que sobreestimar su importancia ya que hasta un 50%
de pacientes con epilepsia tiene un EEG interictal normal y de un 10-15% de perso-
nas pueden tener anomalías inespecíficas que no traducen patología cerebral. Ge-
neralmente no se realiza en Urgencias salvo en sospecha de Status Epiléptico.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Debe establecerse fundamentalmente con las siguientes entidades:
▲ Presíncope-síncope: La transición a la inconsciencia generalmente es gradual con
debilidad, sudoración, náuseas y visión en túnel. Puede existir un breve periodo de
actividad motora convulsiva y producirse relajación de esfínteres. Posteriormente
puede presentar cefalea, desorientación y confusión de corta duración.
▲ Crisis psicógena: Suelen darse en pacientes con trastornos de conversión y estar
precipitadas por situaciones de estrés psicológico. Generalmente son de más lar-
ga evolución y más abigarradas y con inicio y fin progresivos. Son de 2 tipos:
– Hipercinéticas: el paciente se tira al suelo, grita, verbaliza palabras, se rompe
la ropa, contorsiona la pelvis, patalea, gira la cabeza de lado a lado...
– Inertes: se ensimisma, cierra los ojos, cae lentamente e hipotónico, no responde
a estímulos ambientales, tiene apariencia de dormido. Es importante la explo-
ración ocular (puede resistirse al intentar abrir los párpados).
481
CAPÍTULO 59
▲ Migraña: Las migrañas con aura clásica pueden confundirse con crisis parciales
visuales o somatosensoriales. Los síntomas visuales o sensitivos aparecen lenta y
progresivamente durante varios minutos antes de la cefalea. Las parestesias afec-
tan parcheadamente a mano, boca, lengua y a veces a pie. En la migraña basilar
tras los pródromos de vértigo, fosfenos, escotoma, ataxia aparece cefalea con al-
teraciones vegetativas y obnubilación que puede ser intensa.
▲ AIT: lo habitual es que produzca un cuadro deficitario con paresia e hipotonía aun-
que en ocasiones puede producir convulsiones del hemicuerpo contralateral.
▲ RGE (reflujo gastroesofágico): puede presentar dudas de diagnóstico con crisis
parciales con síntomas vegetativos abdominales.
▲ En niños plantearse diagnóstico diferencial con espasmos del sollozo (durante el
llanto el niño queda en apnea en espiración con cianosis e inconsciencia hasta que
rompe a respirar y llorar de nuevo).
TRATAMIENTO
▲ MEDIDAS GENERALES:
– Mantener permeable la vía aérea.
– Administración de oxígeno si existen convulsiones o hipoxia.
– Canalización de vía venosa.
– Administración de fármacos anticomiciales si fuese necesario: convulsión en el
momento actual (administrar Clonacepam o Diacepam iv) o status epiléptico.
No dar antiepilépticos en pacientes postcríticos.
– Evitar complicaciones (neumonía aspirativa, traumatismos).
▲ MEDIDAS ESPECÍFICAS:
– Tratamiento de la patología de base si existe.
– Tratamiento antiepiléptico profiláctico:
• INDICACIONES:(cuadro 59.3)
En general una crisis única no es subsidiaria de tratamiento; tampoco está in-
dicado tratar a pacientes con crisis sintomáticas agudas ( las secundarias a
hipoxia, alteraciones iónicas, ingesta de alcohol o drogas, fiebre...). Ante
cualquier duda sobre la conveniencia o no de iniciar tratamiento anticomi-
cial, o sobre la elección del tratamiento más adecuado para el paciente es
preciso consultar con el neurólogo de guardia.
▲ PRINCIPIOS DEL TRATAMIENTO CON ANTICOMICIALES:
*Usar un único fármaco comenzando a dosis bajas y aumentándola progresiva-
mente hasta control de las crisis. Si no se consigue controlarlas sin alcanzar nive-
les tóxicos, cambiar a otro fármaco y aumentar dosis hasta control o aparición de
toxicidad. La politerapia se usa únicamente si falla lo monoterapia (hay que tener
en cuenta que algunos pacientes pueden tener más crisis con 2 fármacos que con
uno por las interacciones entre ellos).
*La impregnación rápida casi nunca es necesaria porque no suelen producirse
más crisis hasta pasadas varias semanas (los efectos secundarios y la toxicidad au-
mentan notablemente al administrar dosis de carga). Se puede usar cuando se han
producido varias crisis seguidas o si existe alta probabilidad de recurrencia.
*El rango terapéutico es únicamente una guía, algunos pacientes consiguen el con-
trol con niveles en sangre por debajo o por encima del rango sin la aparición de
toxicidad. Sólo es útil para valorar la ineficacia o incumplimiento del tratamiento.
482
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
STATUS EPILÉPTICO
▲ DEFINICIÓN:
Según los criterios de la Liga Internacional contra la Epilepsia de 1981 se define
como la situación continua de crisis o crisis intermitentes sin recuperación de la
conciencia entre crisis y/o crisis de duración mayor de 30 minutos. Estudios re-
cientes acortan este periodo a 10-20 minutos.
Es una emergencia siempre, sobre todo si es convulsivo, por la repercusión física
y el riesgo que supone para el paciente. Actualmente también se considera emer-
gencia el status no convulsivo por las secuelas neurológicas que puede causar.
▲ CLASIFICACIÓN:
● SE convulsivo
– Generalizado:
• Tónico-clónico
• Tónico
• Clónico
• Mioclónico
– Parcial motor simple
● SE no convulsivo
– Generalizado:
• Ausencias típicas
• Atónico
– Parcial:
• SE de crisis parciales simples.
• SE de crisis parciales complejas.
483
CAPÍTULO 59
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 60
MAREOS Y VÉRTIGOS EN URGENCIAS
M.J. Rico Borrego - A. García Manríquez - G. Sanjuán de Moreta
E. Cano Vargas Machuca - C.I. Cabeza Álvarez
INTRODUCCIÓN
Una de las entidades más frecuentemente atendidas en Urgencias, tanto a nivel hos-
pitalario, como en centros de salud, es el “mareo”. Sin embargo, los pacientes usan
esta palabra para expresar diferentes sensaciones. Nuestra labor consiste en discri-
minar las características del “mareo” en cada caso, para así orientar el diagnóstico
buscando en primer lugar signos y síntomas alarmantes, que nos hagan pensar en
patología grave. El diagnóstico concreto, en un segundo tiempo, será labor nuestra o
del especialista pertinente. Ante un paciente que acuda a Urgencias con el síntoma
mareo, cabe establecer un diagnóstico diferencial entre los siguientes conceptos:
VÉRTIGO: sensación ilusoria de movimiento. Aunque el paciente lo puede describir
como sensación de giro del entorno, de ascenso y descenso, de torsión del medio...
DESEQUILIBRIO: sensación de incapacidad para mantener el centro de gravedad
dentro de los límites de la estabilidad. El paciente refiere la necesidad de buscar apo-
yo, frente a una sensación de caída inminente. No se produce en posición decúbito
y empeora al disminuir las aferencias visuales (caminar con los ojos cerrados), o al
andar en terrenos irregulares.
PRESÍNCOPE: conjunto sintomatológico que incluye visión borrosa, sensación de falta de
aire, sudoración fría, sofoco, molestias abdominales vagas, debilidad generalizada. El
paciente nota la sensación de ir a perder la conciencia, lo que a veces ocurre (síncope).
MAREO INESPECÍFICO: situaciones en las que el paciente refiere mareo, con matices
que no lo permiten encasillar en los síntomas antes descritos. Incluye el mareo psicó-
geno. Refiere que la cabeza le da vueltas, o de estar flotando.
Con lo anterior, se puede lograr, en un gran porcentaje de casos, llegar a saber si es-
tamos frente a un vértigo o no. A continuación se intentará diferenciar un vértigo cen-
tral del periférico (cuadro 60.1)
DIAGNÓSTICO
1) ANAMNESIS: Se hace historia clínica exhaustiva, guiándola con el fin de poder
considerar ciertos puntos de interés:
● Duración de la crisis: es muy importante, pues nos orientará al diagnóstico.
a) Segundos de duración < 1 minuto, nos orienta hacia un vértigo posicional
benigno (VPPB) o un presíncope.
b) Minutos de duración (entre 5 y 20) nos orienta hacia una migraña, insufi-
ciencia vértebro-basilar o isquemia laberíntica transitoria.
c) Horas de duración (entre 20 minutos y 48 horas) nos orienta hacia una en-
fermedad de Ménière o vestibulopatía recurrente.
d) Días de duración (entre 2 días y una semana) nos orienta a una neuronitis
vestibular, o una laberintitis.
● Desencadenamiento de la crisis:
a) Posturodependiente: si se desencadena una crisis, es sugerente de un VPPB.
Se debe insistir en que todos los vértigos se agravan con los movimientos ce-
fálicos, pero en el caso del VPPB, éste no se agrava sino que se desencade-
na con dichos movimientos.
488
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2) EXAMEN FÍSICO
● Nivel de conciencia: si existe algún grado de alteración, puede sugerir sobre-
medicación, encefalopatía metabólica, etc.
● Examen de los nervios craneales: cualquier alteración en la función visual, pue-
de provocar mareo o desequilibrio. El fondo de ojo nos puede aportar datos
importantes, en relación con la presencia de signos de hipertensión intracra-
neal. La diplopia por paresia de los nervios craneales puede provocar mareo.
● Sistema motor: puede revelar debilidad focal o difusa, traduciendo un trastor-
no del SNC o neuromuscular. La hipotonía puede ser secundaria a patología
489
CAPÍTULO 60
Figura 60.1
MAREO
ORL
Antecedentes
Central Periférico Catarro
Clínica ORL
A ORL
492
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CONCLUSIÓN:
El vértigo es un síntoma y no una enfermedad, que obedece a multitud de causas, y que
se clasifica clásicamente en periférico y central. Dentro de las causas periféricas están los
originados por causa ORL, por lo que no todos los vértigos periféricos son de origen ORL.
Los vértigos de ORL se caracterizan básicamente por ser armónicos, es decir, por pre-
sentar un nistagmo horizonto-rotatorio hacia el lado contrario del vestíbulo lesionado y
un Romberg, Barany y la marcha con lateropulsión hacia el lado del vestíbulo lesionado.
Mención especial por su frecuencia está el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB),
generalmente debido a una patología del conducto semicircular posterior, en el que apa-
rece un nistagmo posicional (nistagmo torsional) al realizar la maniobra de Halpike, con
sensación importante de vértigo. El VPPB se caracteriza por ser un vértigo de segundos-
minutos de duración y siempre relacionado con una posición determinada.
BIBLIOGRAFÍA
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494
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
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2nd ed. Neurology in Clinical Practice. Boston: Butterworth-Heinemann; 1996. P. 219-232.
495
CAPÍTULO 61
Capítulo 61
DISTONÍAS AGUDAS POR FÁRMACOS
B. Mondéjar Marín - B. Vidal Díaz. - C. Marsal Alonso - C.I Cabeza Álvarez
INTRODUCCIÓN
▲ El término distonía define al trastorno del movimiento caracterizado por la exis-
tencia de contracciones musculares mantenidas o breves, que ocasionan movi-
mientos involuntarios repetitivos y contorsionantes (movimientos distónicos) o pos-
turas anómalas (posturas distónicas).Se producen por la contracción simultánea y
excesiva de músculos agonistas y antagonistas. Característicamente los movimien-
tos distónicos empeoran con la fatiga y el estrés y con cualquier acto motor volun-
tario; mejoran con la relajación y el sueño y típicamente también pueden mejorar
usando ciertos trucos sensitivos. Rara vez producen dolor. Pueden presentarse en
reposo o durante una acción voluntaria (distonía de acción). En ocasiones se
acompañan de temblor postural o de acción.
▲ La tercera parte de las distonías son secundarias a causas demostrables y, entre
ellas la distonía aguda por fármacos.
CLASIFICACIÓN
Las distonías pueden clasificarse en distintos grupos en función de su distribución,
etiología o edad de presentación.
1. Clasificación de la distonía según su localización: dependiendo del área corpo-
ral afecta se distinguen 5 grandes grupos (cuadro 61.1)
Cuadro 61.1: Clasificación de distonías según su localización
▲ Focal: afecta a un solo músculo o grupo muscular.
- Blefarospasmo: oclusión palpebral (por afectación de musculatura palpebral y pe-
riocular).
- Distonía oromandibular: apertura, cierre y desviación de la mandíbula, movimientos
linguales (musculatura perioral y mandibular).
- Laríngea o distonía espástica: Habla entrecortada con inicio y final súbito (en
adducción) o voz afónica (en abducción).
- Tortícolis: postura mantenida del cuello en retro-latero-antecolis (musculatura cervical)
- Espasmo del escribiente: dificultad para escribir y coger el bolígrafo (musculatura de
antebrazo y mano).
▲ Segmentaria: afecta a varios músculos de 2 ó más regiones contiguas.
- Craneal: musculatura craneal y cervical (p.e. Síndrome de Meige: blefarospasmo con
distonía oromandibular).
- Axial: axial y tronco.
- Braquial: brazo, cuello y tronco.
- Crural: una o ambas piernas.
▲ Multifocal: afecta a 2 ó más regiones corporales no contiguas.
▲ Generalizada: afecta a una pierna más cualquier segmentaria.
▲ Hemidistonía: afecta a brazo y pierna homolaterales.
En líneas generales las distonías focal y multifocal suelen ser esporádicas, la distonía
generalizada generalmente es idiopática o inducida por drogas y toda hemidistonía
obliga a descartar lesiones focales neurológicas centrales.
2. Clasificación etiológica (cuadro 61. 2).
496
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Cuadro 61.5: Síntomas y signos en las distonías secundarias (y patologías con las que se relacionan)
- Crisis oculógiras: Distonía postencefalítica, distonía por fármacos.
- Atrofia óptica: Enfermedad de Leigh.
- Retinopatía: Enfermedad de Hallervorden-Spatz, gangliosidosis, ceroidolipofucsinosis.
- Oftalmoplejía: Lipidosis.
- Parálisis mirada conjugada: Lipidosis, PSP.
- Parkinsonismo: PSP, AMS, enfermedad de Parkinson.
- Afasia-apraxia-agnosia: Degeneración corticobasal.
- Convulsiones, sordera, ataxia: Encefalopatía mitocondrial.
- Polineuropatía: Neuroacantocitosis, leucodistrofia, ataxia-telangiectasia,
degeneración espinocerebelosa
- Fenotipo peculiar: Homocistinuria, mucopolisacaridosis, ceroidolipofucsinosis
- Esplenomegalia: Trastornos del metabolismo.
TRATAMIENTO
1. El primer paso en el tratamiento es tranquilizar al paciente, evitando en parte la
acentuación de la sintomatología.
2. Debemos retirar el fármaco responsable (si no es posible reduciremos la dosis o
lo sustituiremos por otro de menor efecto extrapiramidal).
3. Entre los fármacos empleados en las distonías existen varias opciones:
- Anticolinérgicos: los más ampliamente aceptados. Biperideno a dosis de 2,5-
5mg iv diluido o im (en niños: 0.04mg/Kg y máximo tres dosis). Se puede re-
petir la administración a los 30 minutos sin sobrepasar los 20 mg. Hay que vi-
gilar la aparición de posibles efectos secundarios (alucinaciones, alteración del
nivel de conciencia, visión borrosa, sequedad de boca) sobre todo en ancianos.
- Difenhidramina: antihistamínico H1 con acción anticolinérgica que es utilizado
en distonías inducidas por Fenitoína y por neurolépticos a dosis de 50 mg iv.
- Benzodiacepinas: Clonacepam (2mg iv), Diacepam (dosis de 5-10 mg iv) dilui-
das y administradas lentamente. Son útiles en los espasmos musculares aunque
hay que recordar que el Midazolam puede provocar la aparición de distonías.
- Agonistas dopaminérgicos: como apomorfina a dosis bajas.
4. Remitiremos al paciente a su domicilio con tratamiento durante al menos 48 ho-
ras: Biperideno 2 mg vo cada 6 horas o 4 mg cada 8 horas.
BIBLIOGRAFÍA:
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Jiménez-Jiménez FJ, Luquín MR, Molina JA, ed. Tratado de los trastornos del movimiento.
Barcelona: IM&C; 1998. p. 695-722.
499
CAPÍTULO 62
Capítulo 62
PARÁLISIS FACIAL PERIFÉRICA
T. Carro García - B. Vidal Díaz - M. Padilla Parrado - C.I. Cabeza Álvarez
INTRODUCCIÓN
El nervio facial (VII nervio craneal) es un nervio mixto. Está formado por un compo-
nente motor (el principal), encargado de la inervación de los músculos relacionados
con la expresión facial, y un componente sensitivo (nervio intermediario de Wris-
berg), encargado de conducir la sensación del gusto desde los dos tercios anterio-
res de la lengua y la sensación cutánea desde la pared anterior del conducto audi-
tivo externo.
La afectación patológica del nervio facial da lugar a la parálisis facial. La mayoría
de los casos son parálisis faciales periféricas (o de tipo motoneurona inferior) y cons-
tituyen además una de las mononeuropatías más frecuentes. En este capítulo revisa-
remos el diagnóstico, etiología y tratamiento de la parálisis periférica.
CONCEPTO
La parálisis facial periférica es un síndrome de inicio agudo, que se manifiesta con
debilidad de la musculatura facial. Es debida a lesiones del VII nervio craneal desde
su núcleo de origen o en cualquier lugar de su recorrido hasta alcanzar las estructu-
ras que inerva.
CONSIDERACIONES ANATÓMICAS
El núcleo motor del VII nervio craneal se encuentra a nivel de la protuberancia, ínti-
mamente relacionado con el núcleo del VI nervio craneal. Sus fibras abandonan la
protuberancia en la cara ventrolateral, justo lateralmente al haz córticoespinal. Des-
de aquí el nervio facial se dirige al conducto auditivo interno con el nervio estatoa-
cústico; su recorrido lo realiza en un conducto óseo del hueso temporal (canal del fa-
cial o acueducto de Falopio) donde nacen las siguientes ramas:
– Nervio petroso superficial mayor (surge próximo al ganglio geniculado); encarga-
do de la inervación de las glándulas lacrimales, nasales y palatinas.
– A continuación la rama estapedial para el músculo del estribo.
– Finalmente la llamada cuerda del tímpano que es la encargada de inervar los dos
tercios anteriores de la lengua, la glándula submandibular y sublingual.
Su salida del cráneo la hace por el agujero estilomastoideo. En su recorrido extra-
craneal, atraviesa la glándula parótida y se divide en cinco ramas que se dirigen a
los músculos faciales, el músculo estilohioideo y el vientre posterior del músculo di-
gástrico.
ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La parálisis facial puede obedecer a numerosas causas. La más frecuentes es la pa-
rálisis idiopática o de Bell, pero existen otras causas que pueden provocarla como se
recoge a continuación.
500
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ra debido a que los músculos faciales superiores están inervados únicamente por el
hemisferio opuesto. Además, una afectación central es raro que no se acompañe de
otros datos patológicos en la exploración neurológica y suelen ser normales los mo-
vimientos faciales reactivos a emociones. Entre las causas más frecuentes destacan los
accidentes cerebrovasculares, los tumores y las infecciones.
(En el cuadro 62.1 se recogen síntomas y signos de alarma en una parálisis facial:
cuando alguno de ellos está presente, sospecharemos una parálisis facial periférica
no idiopática o una parálisis facial central de posible gravedad).
1.- Anamnesis: debemos investigar si ha habido antecedentes de traumatismo
craneofacial, infección ótica o de otro origen, patologías asociadas, intervenciones
quirúrgicas, episodios previos. Debemos reflejar el tratamiento de base, forma de
instauración de los síntomas, tiempo de evolución, síntomas y signos asociados…
2.- Exploración: siempre se debe realizar una exploración física, neurológica y oto-
rrinolaringológica completas.
3.- Exámenes complementarios: cuando se sospeche parálisis facial central, o exis-
tan antecedentes de traumatismo craneoencefálico es obligatorio la realización de
TAC craneal urgente.
*Parálisis de la musculatura facial: nos encontraremos ante un paciente con una fren-
te sin arrugas en el lado afecto, con una hendidura palpebral ampliada, no podrá ce-
rrar el ojo afecto (y al intentar hacerlo ambos ojos girarán hacia arriba quedando vi-
sible el globo ocular del lado afecto: Fenómeno de Bell). Además el párpado inferior
puede estar separado de la conjuntiva (ectropion palpebral inferior) dejando caer las
lágrimas por la mejilla. La boca se desvía hacia el lado sano. Comerá con dificultad
y la saliva se puede escurrir por el lado paralizado. A veces los pacientes se quejan
de acorchamiento e incluso dolor hemifacial, sin embargo generalmente no encon-
traremos datos objetivos de alteración sensitiva en la exploración.
PRONÓSTICO
1.- Parálisis de Bell: El 80% de las parálisis faciales idiopáticas evolucionan favorable-
mente de forma espontánea y se recuperarán en un plazo máximo de 8 semanas.
Son signos de buen pronóstico: la afectación motora incompleta, la recuperación
del gusto en la primera semana (precede a la de la función motora), inicio de la fun-
ción motora normal en los 5-7 primeros días. Son datos clínicos de peor pronósti-
co: edad mayor de 60 años, diabetes, hipertensión, afectación motora completa.
503
CAPÍTULO 62
2.- Parálisis facial sintomática: Además de las consideraciones anteriores hay que te-
ner en cuenta la etiología.
TRATAMIENTO
En la actualidad no existe consenso acerca del manejo terapéutico más adecuado. Lo
habitual es incluir por un lado unas medidas generales (comunes a la parálisis facial
periférica idiopática y a la secundaria) y por otro lado el tratamiento etiológico de
la parálisis facial sintomática.
1.- Parálisis de Bell: aunque la tasa de recuperación espontánea es alta, se reco-
mienda tratamiento específico lo más precoz posible. Las medidas son las siguientes:
– Ocluir el ojo por la noche o mejor usar pomada protectora.
– Utilizar lágrimas artificiales y gafas oscuras durante el día.
– Corticoides: Prednisona a dosis de 1mgr/Kg/día por vía oral (o dosis equiva-
lente de otro corticoide), en dosis única matutina durante 5 días. Cuando la pa-
rálisis es incompleta, posteriormente se disminuye diariamente la dosis hasta
suspender la Prednisona en otros 5 días. Si es una parálisis con criterios de mal
pronóstico, mantendremos la dosis total de Prednisona hasta completar 10 días
y después iniciaremos la pauta descendente hasta su retirada en otros 5 días
(en total serán 15 días de tratamiento con corticoides). No debemos olvidar
asociar a los corticoides protectores gástricos: Omeprazol (20 mgr / día) vo u
otros inhibidores de la bomba de Protones.
En los niños no es necesario el tratamiento con corticoides porque la parálisis
de Bell se resolverá por completo de forma espontánea.
En los casos de parálisis de Bell asociada al embarazo (generalmente tercer tri-
mestre de gestación y puerperio) pueden utilizarse corticoides, aunque parece
que su uso no influye en el pronóstico de la misma.
– Complejo vitamínico B: no existe clara evidencia científica aunque su uso está
extendido como ayuda a la regeneración del nervio facial.
2.- Parálisis facial periférica sintomática: : Además de las medidas anteriores, hay
que tratar la causa (por ejemplo, en el Sd. de Ramsay-Hunt) asociaremos al trata-
miento con corticoides los antivirales: Aciclovir 800 mgr vía oral cinco veces al día du-
rante 10 días y valorar ingreso hospitalario según etiología.
Seguimiento se realiza de forma ambulatoria, si se confirma su origen periférico
siempre debe remitirse a Otorrinolaringología (y en ocasiones también será preciso
una valoración por Neurología). La recurrencia se estima en un 10%..
COMPLICACIONES
Una parálisis facial no recuperada totalmente puede dejar secuelas no sólo por la au-
sencia de función, flacidez o contracturas, sino por las consecuencias clínicas de la
reinervación aberrante como son las sincinesias y las lágrimas de cocodrilo (aquellas
lágrimas que se producen durante la masticación, por rebosamiento). Las complica-
ciones más frecuentes se recogen en el siguiente cuadro:
504
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
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greso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvicofacial.
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p.101-106
505
CAPÍTULO 63
Capítulo 63
NEURALGIA DEL TRIGÉMINO
T. Carro García - V. Torres Pardo – C. I. Cabeza Álvarez
INTRODUCCIÓN
Se trata de un trastorno de la porción sensitiva del nervio trigémino, que se caracte-
riza por paroxismos recidivantes de dolor lancinante en el territorio de dicho par cra-
neal. Es la forma de neuralgia más conocida y se presenta en 4/100.000 habitantes
y año, con un predominio en el sexo femenino (2:1). Se inicia después de los 40 años
en el 90% de los casos y su presencia en edades inferiores debe hacer sospechar que
se trate de una neuralgia sintomática.
ETIOLOGÍA
Aunque existen múltiples factores que pueden ser responsables de este cuadro clíni-
co, en la mayor parte de los casos la etiología es desconocida. Por ello, a partir de
la existencia o no de una etiología definida dividimos la neuralgia del trigémino en
los siguientes tipos (cuadro 63.1).
En la actualidad se cree que muchas neuralgias idiopáticas son producidas por la
compresión del nervio por un bucle arterial (arteria cerebelosa posterior) o venoso.
segundos hasta uno o dos minutos y se repiten varias veces al día o al mes, inter-
calándose entre ellos intervalos libres de dolor, pero en momentos de paroxismos
muy frecuentes puede persistir un dolor más sordo entre ellos.
En el 90% de los casos se demuestra la existencia de zonas “gatillo”, es decir terri-
torios cutáneos o mucosos, generalmente alrededor de la boca o nariz, sensibles a es-
tímulos táctiles o vibratorios que desencadenan la neuralgia. Los desencadenantes tí-
picos de la neuralgia son hablar, comer, lavarse la cara, cepillarse los dientes,
afeitarse, maquillarse, tomar bebidas frías, etc.
El territorio más frecuentemente afectado corresponde a la segunda y tercera ramas
del trigémino, solas o en combinación, siendo la rama oftálmica la de menor fre-
cuencia neurálgica.
La intensidad del dolor hace que los pacientes adopten una facies inexpresiva, pare-
cida a la parkinsoniana, con el fin de evitar cualquier movimiento que pueda desen-
cadenar el paroxismo.
En ocasiones puede presentarse una neuralgia del trigémino junto con un hemiespas-
mo facial (contracción involuntaria de la musculatura de un lado de la cara), deno-
minándose “tic doloroso”. La presencia de neuralgia del trigémino y hemiespasmo he-
mifacial bilaterales es más frecuente en la esclerosis múltiple.
No se acompaña de alteraciones vegetativas, pero en algún caso puede observarse
un discreto lagrimeo y enrojecimiento ocular.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la neuralgia del trigémino es claramente clínico dado que se basa
en la existencia de un cuadro doloroso de características neurálgicas en un trayecto
concreto como es el territorio de inervación trigeminal. No obstante, existen una se-
rie de pruebas complementarias que nos ayudan a confirmar dicho diagnóstico, o so-
bre todo a encontrar la probable etiología responsable de la misma (formas sinto-
máticas) y en caso de normalidad etiquetar al cuadro de idiopático. Entre estas
pruebas tenemos los potenciales evocados con estímulo trigeminal, la resonancia
magnética nuclear, la angiorresonancia de alta resolución o la angiografía, etc.
BIBLIOGRAFÍA
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(Programa de Formación Continuada en Medicina Asistencial). Ed. IDEPSA. Madrid 1998;
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509
CAPÍTULO 64
Capítulo 64
DEBILIDAD AGUDA SIMÉTRICA
B. Mondéjar Marín - B. Vidal Díaz - C. I. Cabeza Álvarez
INTRODUCCIÓN
▲ Cuando hablamos de debilidad muscular nos referimos a la imposibilidad de uno
o más músculos para ejercer una fuerza normal. Existirá en este caso un déficit mo-
tor que puede presentarse como disminución de fuerza (paresia) o como pérdida to-
tal de la misma (plejía) y que puede acompañarse o no de alteración sensitiva y/o
aumento del tono muscular (espasticidad). Se produce por una lesión a nivel de la vía
corticoespinal (desde corteza cerebral hasta la médula espinal) o en una alteración
de la unidad motora (asta anterior de la médula, nervio periférico, unión neuromus-
cular o músculo).
▲ Dependiendo del patrón de distribución se pueden clasificar en:
– Monoparesia o monoplejía: déficit motor que afecta a todos los músculos de
un brazo o una pierna.
– Hemiparesia o hemiplejía: afectación del brazo y pierna del mismo lado (con
o sin afectación de la musculatura facial).
– Paraparesia o paraplejía simétrica: debilidad o parálisis de ambas piernas.
– Tetraparesia o tetraplejía simétrica: déficit que afecta a las cuatro extre-
midades.
▲ Este capítulo está destinado a la debilidad muscular de instauración aguda o su-
baguda y simétrica cuyas causas más frecuentes se desarrollarán a continuación;
no obstante, en el cuadro 64.1 se recogen también las causas fundamentales de
debilidad muscular asimétrica.
Cuadro 64.1: Debilidad muscular asimétrica
MONOPARESIA:
▲ Con atrofia muscular:
– Braquial:
Traumatismo
Infección de médula espinal
Siringomielia
ELA
Lesión del plexo braquial
– Crural:
Lesión cortical (vascular, infecciosa, tumoral). Cursa con hiperreflexia, espasti-
cidad y RCP extensor.
Lesión medular (desmielinizante , tumoral).
▲ Sin atrofia muscular:
-Lesión cortical: vascular, infecciosa, tumoral.(Cursa con hiperreflexia, espasticidad y
RCP extensor).
-Lesión medular: desmielinizante o tumoral.
HEMIPARESIA:
– Lesión corticoespinal (mucho más frecuente).
– Lesión medular: Síndrome de Brown-Sequard
510
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
GENERALIDADES
▲ Los pasos a seguir en la valoración de un paciente con pérdida de fuerza simétrica
aguda-subaguda no difieren a los de cualquier otro proceso: anamnesis detallada,
exploración física y neurológica minuciosas, exámenes complementarios que confir-
men nuestra impresión diagnóstica y comenzar el tratamiento que garantice la fun-
cionalidad y mejor pronóstico al paciente.
▲ En la anamnesis son datos imprescindibles:
– La forma de instauración (aguda, subaguda...).
– Antecedente traumático o heridas recientes.
– Evolución de los síntomas.
– Fluctuación de la clínica.
– Otros síntomas y signos neurológicos y generales asociados (síntomas sensi-
tivos, alteración de esfínteres, lesiones cutáneas, fiebre...).
– Exposición o consumo de tóxicos.
– Tratamientos recibidos (fármacos, radioterapia, quimioterapia).
– Enfermedades sistémicas del paciente.
– Antecedentes familiares.
▲ La exploración, desde el punto de vista neurológico, está destinada a resolver la si-
guiente pregunta: ¿dónde está la lesión? Es importante tener en cuenta que la pre-
sentación de la debilidad como paraparesia o tetraparesia agudas nos obliga a des-
cartar en primer lugar una afectación medular. Cuando el paciente presente una
pérdida de fuerza generalizada simétrica o sin nivel sensitivo-motor en la explora-
ción pensaremos en afectación de nervio periférico, unión neuromuscular o múscu-
lo.(Cuadro 64.2)
Cuadro 64.2: Localización neuroanatómica.
Signos Asta anterior Nervio Unión Nervio
neuromuscular
Debilidad No No Sí No
fluctuante
Distribución Distal Distal Proximal Proximal
Fasciculaciones Sí Raras No No
Reflejos Exaltados Disminuidos Normales Normales
osteotendinosos o disminuidos
Reflejo cutáneo
Sí No No No
plantar extensor
Alteración sensitiva No Parestesias No No
Alteración
de esfínteres No Puede No No
CPK Normal Normal Normal Elevada
Proteínas de LCR Normal/Elevada Elevadas Normal Normal
▲ El siguiente paso será solicitar los estudios necesarios para conocer la etiología de
la lesión y comenzar el tratamiento. Aunque son múltiples las causas de debilidad
aguda-subaguda (cuadro 64.3) nos centraremos en el manejo diagnóstico y te-
rapéutico de la Lesión medular aguda, Miastenia Gravis y el Síndrome de Gui-
llain-Barré. Otros procesos como el botulismo y la intoxicación por organofosfo-
rados se estudian en otros capítulos del manual.
511
CAPÍTULO 64
5. TRATAMIENTO:
• Medidas generales en la lesión medular aguda.
Cuadro 64.8: Tratamiento médico y cuidados del shock medular
Metilprednisolona 30 mg/Kg iv en bolo durante 15 minutos. Tras 45 minutos iniciar
perfusión iv a 5,4 mg/Kg/h durante 23 h
Función respiratoria Es la causa más frecuente de muerte en la fase aguda.
Oxigenoterapia con/sin intubación
Prevenir y tratar infecciones
Hipotensión arterial Evitar TA<80mmHg
Control de PVC
Usar inotropos si es preciso
Diuresis Diuréticos si <40cc/h
Disrregulación temperatura Evitar la pérdida de calor
Disfunción vesical Sondaje vesical. Vigilar infecciones. Evitar cálculos
Problemas digestivos Íleo paralítico: dieta absoluta al menos 48h.Alimentación
parenteral después si es necesario.
Gastroparesia: SNG con aspiración si es preciso
Anti H2: Ranitidina (evitar úlcus de estrés)
Profilaxis TVP-TEP Enoxiparina 40 mg/día subc.
Dolor AINEs como primera elección
RMN
TAC columna Lesión intra-
Causa compresiva Mielografía medular ó
normal
▲ En el trauma espinal:
– Movilización cuidadosa (sobre apoyo rígido), fijación de cabeza en posi-
ción neutra evitando desplazamientos laterales de la misma (importantísi-
mo en lesiones cervicales).
– Medidas generales de paciente politraumatizado.
– Tratamiento médico del shock medular (cuadro 64.8)
– Cirugía urgente en el caso de:
– Necesidad de reducción abierta.
– Fractura cervical con lesión medular y fragmentos óseos.
– Trauma cervical con lesión medular por compresión discal.
– Fractura del arco vertebral con fragmentos deprimidos.
– Fracturas conminutas.
– Lesión medular parcial con deterioro progresivo.
▲ En las lesiones medulares compresivas no traumáticas deberá realizarse trata-
miento quirúrgico (urgente en caso de abscesos o hematomas epidurales); en las
metástasis de tumor primario conocido, en primer lugar está indicada la radiote-
rapia urgente.
▲ En los lesiones medulares no compresivos de etiología no traumática, comenza-
remos en Urgencias el tratamiento con corticoides iv: Dexametasona en bolo ini-
cial de 12mg iv seguido de 4 mg/6h iv. Una vez conocida la etiología, se inicia-
rá el tratamiento específico.
SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ
1. CONCEPTO:
Polirradiculopatía aguda inflamatoria idiopática. Hasta en un 70% se reconoce
un desencadenante en las semanas previas a la aparición del cuadro: los más
habituales son las infecciones fundamentalmente respiratorias o gastrointestinales
(C. jejuni, CMV, Mycoplasma y VIH son los agentes infecciosos más frecuentemen-
te relacionados), cirugía, inmunización reciente, traumatismo, linfoma o LES.
2. CLÍNICA:
Generalmente los síntomas tienen una presentación subaguda aunque también
hay formas de presentación aguda. Los síntomas iniciales suelen ser:
• Debilidad motora: suele ser simétrica, de comienzo distal ascendiendo a
músculos proximales.
• Parestesias (hormigueos, acorchamiento): también ascendentes desde extre-
midades inferiores.
• Hipo-arreflexia.
• Es frecuente la aparición de trastornos vegetativos tanto por hiper como por hi-
pofunción (arritmias, hipo-hipertensión arterial, alteración de la termorregula-
ción...)
El déficit máximo se alcanza en 2-3 semanas en el 90% de los pacientes. Después se
estabiliza durante un tiempo variable y empieza la recuperación de modo que el 80%
se ha recuperado totalmente a los 6 meses.
3. VARIANTES CLÍNICAS:
– Síndrome de Miller-Fisher (ataxia, oftalmoparesia y arreflexia).
– Sensitivo puro.
– Faringo-cérvico-braquial.
515
CAPÍTULO 64
– Pandisautonomía.
– Forma motora pura.
4. DIAGNÓSTICO
• En los primeros días el diagnóstico es fundamentalmente clínico (en cuadro 64.10
se recogen los criterios diagnósticos) ya que con frecuencia los exámenes del lí-
quido cefalorraquídeo, el EMG y ENG son normales o inespecíficos.
• Dentro de las exploraciones complementarias podemos recurrir a:
– Estudio de LCR: Hiperproteinorraquia presente en el 80% de los casos.
– En el EMG-ENG puede encontrarse una disminución de los potenciales de
acción musculares, lentificación de las velocidades de conducción con laten-
cias alargadas y bloqueos de la conducción.
– Biopsia de nervio: generalmente no es necesaria.
Cuadro 64. 10: Criterios diagnósticos del Sd Guillain-Barré.
Necesarios:
- Debilidad motora progresiva en más de un miembro.
- Hipo-arreflexia.
De apoyo diagnóstico:
- Progresión rápida de síntomas y signos.
- Relativa simetría.
- Afectación de nervios craneales. Debilidad facial en el 50% de los pacientes (frecuentemen-
te bilateral). Afectación de otros pares craneales dando lugar a alteraciones de la deglución,
disartria y alteración de la musculatura extraocular.
- Síntomas sensitivos (subjetivos): parestesias y dolor neuropático, lumbar o muscular.
- Disfunción autonómica: arritmias, hipotensión arterial, taquicardia (siempre
debe excluirse TEP).
- Ausencia de fiebre al inicio de los síntomas.
De apoyo (exámenes complementarios):
- LCR: disociación albúmino-citológica, aumento de proteínas (a partir de la primera semana
de evolución, máximo a las 4-5 semanas) y menos de 50 leucocitos mononucleares (tí-
pico <10 células). No es imprescindible hacerla de urgencia.
- EMG: disminución de la velocidad de conducción, bloqueos (el 20% de los estudios serán
normales; otros no serán patológicos hasta varias semanas después). Alteración precoz
de la onda F.
7. PRONÓSTICO:
• Generalmente los síntomas progresan durante 7-21 días. La mitad de los pa-
cientes se recuperan sin secuelas significativas, el 80% puede deambular de
forma autónoma en 6 meses, el 10-15% queda con alteraciones de impor-
tancia.
• Son factores de buen pronóstico :
– Edad inferior a 40 años.
– Evolución sin complicaciones respiratorias.
– Ausencia de daño axonal en el estudio neurofisiológico.
MIASTENIA GRAVIS.
1. CONCEPTO:
Es una enfermedad autoinmune producida por la existencia de anticuerpos fren-
te a los receptores nicotínicos de acetilcolina postsinápticos de la unión neuro-
muscular.
2. PRESENTACIÓN CLÍNICA:
El dato clínico característico es la debilidad muscular fluctuante de predominio
proximal y la fatigabilidad. Aproximadamente el 30-40% de los pacientes tienen
afectación de la musculatura extraocular (diplopía y ptosis) sin afectación pupi-
lar. El 30% cursa con síntomas bulbares (disfagia, voz nasal). Todos los síntomas
517
CAPÍTULO 64
3. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS:
▲ Test del Edrofonio (Tensilon®, 1 ampolla=10mg; Anticude®, 1 ampolla=25mg).
La mejoría de los síntomas tras la administración del cloruro de Edrofonio confirma
el diagnóstico. Es un método disponible en Urgencias y que permite realizar un diag-
nóstico rápido. Para realizarlo es preciso que existan síntomas visibles cuya mejoría
o remisión podamos objetivar (ptosis palpebral, disfonía...). Puede haber falsos posi-
tivos en caso de enfermedades de las motoneuronas, síndrome de Guillain-Barré, tu-
mores hipofisiarios, miopatía ocular, síndrome de Eaton-Lamber y neuropatías ocu-
lares diabéticas. Debe realizarse con monitorización del paciente y disponiendo de
Atropina iv para contrarrestar los síntomas colinérgicos. Se administran primero 2 mg
iv, al minuto, si no aparecen efectos secundarios importantes, se administran 3 mg y
5 mg a intervalos de 1 minuto (en niños la dosis es de 0,2 mg/Kg). La mejoría de los
síntomas es transitoria (2-20 minutos).
▲ EMG: el convencional es normal; en la estimulación repetitiva a 3 Hz aparecerá
una disminución de la amplitud del 4° potencial respecto al 1° (al menos del 10%).
El EMG de fibra única es incluso más sensible apreciándose un aumento del jitter
o variabilidad en las latencias entre dos fibras musculares pertenecientes a la mis-
ma unidad motora.
▲ Anticuerpos antirreceptor de acetilcolina: positivos en el 75-85% de las formas
generalizadas.
▲ Otros: TAC torácico para descartar timoma, hormonas tiroideas (ya que puede
asociarse a hipertiroidismo) y completar estudio autoinmune (anticuerpos antinu-
cleares, factor reumatoide, anticuerpos antitiroideos).
4. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL: (Cuadros 64.13 y 64.14)
Cuadro 64.13. Diagnóstico diferencial de la MG.
Diplopia o ptosis Diplopía y Síntomas Debilidad en
síntomas bulbares bulbares extremidades
- Lesiones de tronco - Lesiones de. - Lesiones de - Síndrome
cerebral. tronco cerebral. tronco cerebral. miasténico de
- Miopatía mitocondrial. - Síndrome de - Esclerosis Eaton-Lambert.
- Masa orbitaria. Miller-Fisher. lateral amiotrófica - Síndrome miasténico
- Botulismo. - Distrofia (ELA). congénito.
- Oftalmopatía de Graves. muscular - Siringobulbia. - Miopatías.
- Enf de Wernicke orofaríngea. - Atrofia muscular
espinal.
518
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Anticolinesterásico Anticolinesterásico
(Piridostigmina) Tratamiento de soporte
(Piridostigmina)
no mejoría
Valorar indicación Plasmaféresis o
de timectomía. Inmunoglobulinas
mejoría
Timectomía Timectomía no indicada
indicada. o alto riesgo quirúrgico.
Plasmaféresis o In-
Timectomía munoglobulinas no mejoría
Inmunosupresor: Prednisona. Si no
respuesta añadir Azatioprina o
Ciclosporina.
Existen dos formas de deterioro agudo que precisan ingreso del paciente y trata-
miento urgente:
▲ Crisis miasténica: definida por debilidad marcada de la musculatura respiratoria
o bulbar. Es una emergencia que precisa cuidados intensivos; la complicación ca-
racterística es la insuficiencia respiratoria aguda que puede requerir intubación
orotraqueal (si capacidad vital<15ml/kg). La plasmaféresis, junto con el trata-
miento habitual, parece acelerar la recuperación (no hay estudios controlados).
▲ Crisis colinérgica: se manifiesta como aumento de los síntomas miasténicos junto
con fasciculaciones, miosis, salivación, sudoración, palidez cutánea, bradicardia,
broncorrea, dolor abdominal y diarrea (síntomas indistinguibles de la intoxicación
por organofosforados). La confirmación diagnóstica se puede hacer siempre que
dispongamos de apoyo ventilatorio inmediato, monitorizando al paciente y ad-
ministrando Edrofonio (2-10 mg iv) lo que hará empeorar la sintomatología. En
ese caso, suspenderemos la medicación colinérgica durante 2-3 días. Los efectos
de la acetilcolina se antagonizarán con la Atropina. Igualmente es precisa la vi-
gilancia estrecha. (No olvidar monitorizar la función respiratoria).
7. MIASTENIA GRAVIS Y EMBARAZO:
▲ La gestación en pacientes con MG se considera como embarazo de alto riesgo.
El primer trimestre del embarazo y el primer mes postparto son los periodos crí-
ticos.
▲ El efecto del embarazo sobre el curso clínico de la MG es variable: el 33% em-
peoran, el 33% mejoran y en el otro 33% no se modifica. No existe correlación
entre la severidad de la MG antes del embarazo y la exacerbación de los sínto-
mas durante la gestación.
▲ Lo habitual es que la MG no afecte al curso del embarazo ni del parto.
▲ Por sí misma la MG no constituye una indicación de aborto.
▲ La musculatura uterina no se afecta por la enfermedad pero sí es posible que la
medicación anticolinesterásica aumente la excitabilidad uterina lo que está rela-
cionado con un aumento de abortos espontáneos o partos prematuros y por este
motivo no se recomienda la administración iv o en dosis altas de éstos fármacos
durante el embarazo. Los corticoides, las inmunoglobulinas y la plasmaféresis
pueden utilizarse (esta última puede inducir parto prematuro). En cuanto a los
agentes citotóxicos, tienen efectos teratogénicos y su uso debe limitarse a casos en
los que se consideren indispensables para el control de la enfermedad.
▲ Durante el parto el útero responde con normalidad a la infusión de Oxitocina. La
debilidad marcada puede prolongar el expulsivo y aumentar la necesidad de fór-
ceps. En ocasiones se administran dosis adicionales de corticoides para contra-
rrestarla. La enfermedad por sí misma no es indicación de cesárea. En caso de
necesitar anestesia, es preferible la regional o epidural.
▲ La MG no aumenta el riesgo de malformaciones congénitas. El 10-15% de los re-
cién nacidos puede presentar miastenia neonatal, manifestada como hipotonía,
llanto débil, dificultad para la alimentación y problemas respiratorios. Este cua-
dro se produce por el paso de anticuerpos antirreceptor de acetilcolina a través
de la placenta. No existe relación entre el grado de enfermedad de la madre y la
afectación del niño. Aparece entre las primeras horas y el tercer día del naci-
miento y generalmente remite espontáneamente en 2-4 semanas. Si transcurrida
521
CAPÍTULO 64
la primera semana no han aparecido síntomas, es muy poco probable que el re-
cién nacido desarrolle miastenia neonatal. Aunque pueden resolverse sin trata-
miento específico, los casos con mayor afectación necesitarán anticolinesterásicos
(Piridostigmina, 1-2 mg/Kg cada 4h) de forma transitoria, teniendo mucho cui-
dado en no prolongar su uso innecesariamente.
Cuadro 64. 17: Fármacos de riesgo en la MG.
Relajantes Cardiovasculares** Anestésicos Agentes hormonales
musculares Quinina generales ACTH y corticoides
D-tubocuranina Procainamida Éter y cloroformo (sólo usarlos bajo
Pancuronio Lidocaína Ketamina indicación y
Galamina Propafenona Propanidid seguimiento por
Decametonio Verapamilo Metoxifluirano neurólogo)
Vecuronio Ajmalina Halotano Hormonas tiroideas
Piperonio Hidantoína Ciclopropano Anticonceptivos
Doxacurio Guanetidina Fluotano Oxitocina
Mivacurio Gangliopléjicos
Succinilcolina Betabloqueantes Anestésicos locales Antipalúdicos
Suxametonio Sulfato de magnesio Lidocaína Quinina
Decametonio Reserpina Procaína Cloroquina
Benzodiacepinas
Meprobamato Anticomiciales Laxantes y enemas Analgésicos
Baclofeno Hidantoínas Evitar preparados de Morfina
Dantroleno Barbitúricos magnesio. Los Dipirona magnésica
Toxina botulínica A Trimetediona laxantes disminuyen Ketoprofeno
Benzodiacepinas la absorción de los
Antibióticos* Etoxusimida anticolinesterásicos Antihistamínicos
Aminoglucósidos orales Difenhidramina
Polipétidos Psicotropos,
Tetraciclinas hipnóticos Anticolinesterásicos Diuréticos
Lincomicina Benzodiacepinas y Inhibidores reversibles Evitar los deplectores
Clindamicina derivados de la AchE (malatión, de potasio
Ciprofloxacino Carbonato de litio paratión y derivados
Telitromicina Amitriptilina del carbamato) Anticolinérgicos
Imipramina Inhibidores reversibles Pueden enmascarar
Antirreumáticos IMAOs de AchE una crisis colinérgica
D-penicilamina Clorpromacina (Neostigmina, en pacientes tratados
Cloroquina Haloperidol Piridostigmina y con anticolinesterásicos.
Colchicina Droperidol Edrofonio)
Clozapina
Anfetaminas
*Pueden usarse sin problemas penicilina, cloranfenicol, vancomicina y cefalosporinas. Si el
ATBgrama lo aconseja y no hay otra elección pueden administrarse los ATB contraindicados
valorando el riesgo y vigilando todo signo de alarma.
** En caso de necesidad y si son insustituibles pueden usarse con mucha precaución.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Adams R, Victor M, Ropper A. Principios de Neurología. 6ª edición. México DF: McGraw
Hill Internacional; 1999.
▲ Samuels MA. Manual of Neurologic Therapeutics. 5th ed. Boston: Little-Brown; 1995
▲ Fox MW, Harm RW, Davis DH. Select neurologic complication of pregnancy. Mayo ClinProc
1990; 1595-1618.
522
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Batocchi AP, Majolini L, Evoli A, Lino MM, Minisci C, Tonali P. Course and treatment of myast-
henia gravis during pregnancy. Neurology 2000; 3 (1): 1-15.
▲ Márquez Infante C, Bautista Lorite J. El cansancio: Miopatías con intolerancia al ejercicio,
miastenia y síndromes miasténicos. Continua Neurología 2000; 3 (1): 1-15.
▲ Suárez GA. Miastenia gravis: diagnóstico y tratamiento. Rev Neurología 1999; 29 82):
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▲ Serrano Munuera C, Illa. Avances terapéuticos en enfermedades neuromusculares. Neurolo-
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▲ Criteria for diagnosis of Guillain-Barré Syndrome. Ann Neurol 1978; 3 (6): 565-566.
▲ Vaquero Ruipérez JA. Enfermedades agudas de la médula espinal. En: Moreno Martínez JM,
ed. Urgencias en neurología. 2ª ed. Madrid: FAES; 1998. P 417-435.
▲ J.J. Zarranz. Compendio de Neurología. Madrid: Ediciones Harcourt; 2001.
523
CAPÍTULO 65
Capítulo 65
DIPLOPIA, NISTAGMUS Y PÉRDIDA VISUAL
C. Grau Jiménez - C. I. Cabeza Álvarez
DIPLOPIA
Concepto: Se entiende por diplopia la visión doble. Está causada generalmente por
parálisis de los músculos oculomotores y la consiguiente desalineación de los ojos for-
mándose así la imagen en distintos lugares de la retina en cada ojo. Los músculos en-
cargados de la motilidad ocular son:
▲ Rectos: superior, inferior, externo, interno.
▲ Oblicuos: superior, inferior.
En general, la diplopia es binocular (desaparece al cerrar uno de los dos ojos), aun-
que existen algunos casos de diplopia monocular (generalmente en relación con tras-
tornos psicógenos o subluxación del cristalino).
En principio y, salvo indicación en contra nos referiremos a la diplopia relacionada
con la afectación de los nervios craneales.
O. DCHO. O. IZDO.
RS RS (OI) OI OI RS (OI) RS
RE RInt RE
RI RI (OS) OS OS RI (OS) RI
RS: Recto superior; RI: Recto inferior; RE: Recto externo; RInt.: Recto interno; OS: Oblicuo supe-
rior; OI: Oblicuo inferior
Anamnesis:
▲ Historia clínica: Preguntar por antecedentes personales (enfermedades previas, in-
tervenciones quirúrgicas, accidentes, traumatismos, ...) , antecedentes familiares,
historia de la enfermedad actual (cronología, posibles desencadenantes, síntomas
acompañantes,...), ingesta de medicación o tóxicos,...
Exploración física:
Debe ser completa, incluyendo una exploración neurológica exhaustiva:
1. Valorar posición espontánea de la cabeza (intenta compensar el déficit de movi-
miento ocular).
524
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2. Valorar posición espontánea de los ojos (existe tendencia a mirar al lado contra-
rio de la lesión por acción de los músculos antagonistas).
3. Buscar limitación en los movimientos oculares. Para ello se pide al paciente que fi-
je la mirada en todas las direcciones del espacio. Se realiza siempre con ambos
ojos y con cada uno por separado. A veces, por ser una paresia leve no identifi-
cable para la vista, no se descubre la parálisis de la mirada considerando enton-
ces la diplopia según la posición de la mirada en la que esta visión doble es má-
xima (normalmente desaparece al ocluir uno de los ojos).
4. Buscar trastornos asociados: Alteraciones en el reflejo fotomotor, ptosis, alteracio-
nes campimétricas, dolor orbitario...).
Diagnóstico:
La zona de lesión debe buscarse a lo largo del trayecto de los nervios o músculos im-
plicados:
1. Nivel supranuclear: Se trataría de una lesión a nivel de vías corticales. General-
mente asocia otra sintomatología. Suele ser de causa vascular.
2. Fascículo longitudinal medial que conecta III, IV y VII nervios craneales. Asocia nis-
tagmo. Se produce una alteración en la mirada conjugada. Su causa más fre-
cuente es la esclerosis múltiple.
3. Alteración a nivel periférico o infranuclear: Es la más frecuente. Lesión en el tra-
yecto de los nervios craneales.
4. Musculatura ocular y unión neuromuscular (P. Ej. Miastenia gravis).
Cuadro 65.1: Etiología de la paresia de n. craneales
Etiología Trauma Tumor Aneurisma Indeterminada Miscelánea Vascular
III 13% 18% 18% 20% 14% 17%
IV 28% 10% - 34% 13% 15%
VI 11% 31% 3% 22% 24% 9%
III n.c.- Elevador del párpado superior. Constrictor de la pupila. Recto interno. Recto superior.
Recto inferior. Oblicuo menor. IV n.c.- Oblicuo mayor. VI n.c.- Recto externo.
2. Exploraciones complementarias:
– Pruebas de laboratorio (SS, BQ, EC, H. Tiroideas ): Si se sospecha etiología sis-
témica o infecciosa / inflamatoria.
– Pruebas de imagen: TAC craneal: Si sospecha de aneurisma, tumor, Hiperten-
sión intracraneal, Patología orgánica, etc. (sería preferible la utilización de
RMN pero no se dispone de esta técnica en Servicios de Urgencias).
3. Tratamiento en Urgencias:
– Control de constantes. Evaluación neurológica.
– Oclusión ocular alternando un ojo cada día (evita el mareo secundario a la di-
plopia).
– Complejo vitamínico B (Hidroxil B12,B6,B1): 1 comp. c/ 8 h. durante 1 – 3 meses.
– Si sospecha de Sd. De Tolosa-Hunt utilizar corticoides a dosis altas (Prednisona
80 mgr. vo / 24 horas)
– Si sospecha de Mucormicosis: Anfotericina B más drenaje quirúrgico.
– Si hay criterios de gravedad valorar ingreso o derivar a consulta de neurología
en breve plazo.
– Resto derivar a consultas externas por vía normal.
NISTAGMUS
Concepto
Consiste en la aparición de movimientos rítmicos involuntarios de ambos ojos.
Clasificación
– N. en sacudida: un componente lento y uno rápido de corrección. La dirección la
marca el componente rápido. Es con diferencia el más frecuente. Puede ser verti-
cal, horizontal, rotatorio o de torsión. El vertical suele indicar lesión central.
– N. Pendular: Es muy raro. Sólo diremos de él que puede aparecer en una amplia
gama de situaciones en las que se pierde la visión central en fases tempranas de
la vida: el albinismo, enfermedades de la retina, como anomalía congénita aisla-
da, en mineros y espasmus nutans en los niños.
A partir de este momento nos referiremos exclusivamente al primer tipo descrito.
Etiología:
▲ N.fisiológicos: Consisten en sacudidas que aparecen al fijar la mirada en posicio-
nes extremas. Incluiría el N. Optocinético (se produce al fijar la mirada en un ob-
jeto que se desplaza) y los secundarios a medicación, alcohol, sedantes, hipnóti-
cos, estimulación laberíntica,...
▲ N. patológicos: Hay que diferenciar entre dos grandes grupos:
1. Nistagmo periférico: se produce por lesión en el aparato vestibular. Se asocian
con vértigo (capítulo 60).
2. Nistagmo central: Se produce por lesión a nivel de tronco-encéfalo o cerebelo.
Son evocados al fijar la mirada en una o varias direcciones. Puede acompa-
ñarse o no de vértigo. No presentan un predominio direccional claro. No se
compensa ni se extingue (el nistagmus se mantiene mientras dura la explora-
ción). Se asocia con otros hallazgos patológicos en la exploración neurológica.
En general, si sólo aparecen en la mirada hacia abajo proceden de tronco (co-
mo en la Malformación de Arnold-Chiari).
3. Otros: Sd. de Parinaud, N. retractorios, N. de vaivén (masas selares o parase-
lares), etc.
527
CAPÍTULO 65
Otra etiología frecuente es la neuritis óptica que puede ser anterior (con papi-
litis en el fondo de ojo) o posterior (sin afectación del fondo de ojo, siendo la
esclerosis múltiple una de las causas más frecuentes).
Otras posibles etiologías: TCE, migrañas, ambliopía alcohol-tabaco, ...
528
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Manual de urgencias neurológicas. A. Pérez-Sempere y B. Martínez Menéndez. Ed. Ergon
(1993). Madrid.
▲ Neurológical Differential Diagnosis. 2nd edition. John Patten. Ed. Springer (1996).
▲ Exploración clínica neurológica. Mayo clinic. Examination in neurology. Ed Mosby year bo-
ok (7ª Ed.). 1998.
▲ Neuroftalmología. Joel S. Glaser. M.D. 2ª edición. Ediciones científicas y técnicas S.A. (Mas-
son, Salvat).
529
CAPÍTULO 66
Capítulo 66
SÍNDROME FEBRIL EN URGENCIAS
A. Barbado Cano - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
El centro termorregulador está situado en el Hipotálamo anterior y trata de mantener
un equilibrio entre la producción y la pérdida de calor. Se considera que la tempera-
tura (Tª) “normal del organismo en un adulto” puede oscilar en función de: las ca-
racterísticas del individuo, el momento y el lugar de la determinación. Pero teniendo
en cuenta estas variables tendríamos que tener entre 36.4° - 37.7° C ya que:
● Se considera como media el intervalo entre 36.8° +/- 0.4° C.
● Existe un ritmo circadiano (que se mantiene incluso en los procesos febriles) con
valores mínimos de la temperatura a las 6:00 horas y máximos a las 16:00 horas.
● En general, se mide en la axila pero en ocasiones hay que hacerlo en el recto (ha-
bría que añadir 0.6 °C a la medida axilar), boca o en una muestra de orina.
Es una consulta muy frecuente en Urgencias (5-10%), siendo originada muchas veces
por procesos autolimitados y banales.
Aunque deberíamos considerar siempre el origen infeccioso del síndrome febril has-
ta demostrar lo contrario, no es exclusivo del mismo y así es frecuente encontrarlo en
pacientes con: neoplasias, enfermedades hematológicas, endocrino-metabólicas, en-
fermedades sistémicas, autoinmunes o por el uso de distintos fármacos o drogas, etc.
Otras veces nos encontramos ante enfermedades infecciosas que cursan sin fiebre e
incluso se manifiestan con hipotermia (sobre todo en ancianos, diabéticos, alcohóli-
cos, inmunodeprimidos, etc.).
CONCEPTOS
▲ Fiebre: existencia de una temperatura corporal ≥ 38 °C como respuesta del orga-
nismo a distintas agresiones (infecciones, inflamaciones, tumores...). Representa
una respuesta fisiológica del organismo.
▲ Febrícula: intervalo entre 37-37.9 °C. Habrá que valorar su significado en cada
situación y en cada paciente de forma individualizada.
▲ Hipertermia: aumento de la temperatura por fallo del centro termorregulador. Ge-
neralmente por encima de 39 °C, como consecuencia de aumento en la produc-
ción o una disminución en la eliminación del calor corporal
▲ Fiebre de corta duración: desde el inicio de la misma hasta su consulta no han pa-
sado más de 2 semanas (Algunos autores hablan de Fiebre de “Breve duración” si
lleva menos de 48 horas o “Fiebre Aguda” si está presente menos de una semana).
▲ Fiebre de larga evolución: cuando el proceso se prolonga más de 2-3 semanas.
▲ Fiebre de origen desconocido (FOD): para definirla como tal se requiere la exis-
tencia de temperaturas de más de 38.3 °C en determinaciones repetidas, con una
duración de más de 3 semanas y donde no se ha podido llegar a un diagnóstico
tras una semana de ingreso y estudio hospitalario. Por todo ello rara vez se diag-
nostican en Urgencias.
530
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
estudio o que no tienen foco claro o en los que impresionan de gravedad. Serán
tomados antes de comenzar un tratamiento antibiótico empírico o simultáneos al
mismo si urge comenzar con los antimicrobianos.
● Estudio de coagulación, PDF, Etanol, Dímero D. Cuando sospecho sepsis o coagu-
lopatía de consumo.
● VSG: en sospecha de polimialgia reumática-arteritis de la temporal.
● Ecografía de abdomen, cervical-tiroidea, de partes blandas, etc (múltiples indica-
ciones en función de la sospecha clínica).
● ECG: con el fin de ver bloqueos, alteraciones de la repolarización o arritmias (pe-
ricarditis, miocarditis).
● Ecocardiograma: en sospecha de pericarditis, endocarditis.
● TAC craneal, torácico o abdominal si son precisos.
● Análisis citológico, bioquímico, Gram, Ziehl… de líquidos estériles (punción lum-
bar, toracocentesis, paracentesis, artrocentesis).
● En ocasiones y según la sospecha solicitaremos desde Urgencias: urocultivo, co-
procultivo, cultivo y Ziehl en esputo (TBC), Rosa de Bengala (brucelosis), Paul-Bun-
nell (mononucleosis), extensión sangre periférica (paludismo, enfermedades hema-
tológicas), otras serologías, etc.
● En enfermos seleccionados puede ser de gran utilidad recoger y archivar una
muestra (“Suero Archivo”) que en función de la evolución o de nuevos datos o sos-
pechas nos permitiría solicitar estudios de un suero inicial o “virgen de tratamien-
tos” sin recurrir a las “peticiones a cañonazos” sobre todo cuando el origen de la
fiebre es “inexplicado”.
2.4 Criterios de gravedad clínicos y analíticos
Para establecer nuestra actuación ante un paciente con fiebre tendremos en cuenta los
datos, signos y síntomas que vamos a encuadrar como los “Criterios de gravedad clí-
nicos” (Ver Cuadro 66.1) ya que su presencia nos servirá para saber que la situación
del enfermo es o puede hacerse en poco tiempo problemática y su pronóstico y evo-
lución pueden ser desfavorables. Tendremos especial atención y nos marcará a la ho-
ra de tomar la decisión de ingresar o no a un enfermo la existencia de: Alteración ni-
vel de conciencia; Hipotensión; Taquicardia y/o Taquipnea; Existencia de Crisis
convulsivas; fiebre en pacientes con enfermedades de base o crónicas debilitantes; Hi-
pertermia rebelde a medicación antipirética adecuada; Sospecha de infección bacte-
riana sin respuesta a tratamiento antibiótico empírico; Y en la sospecha de “infeccio-
nes graves” como en el caso de: meningitis, artritis, empiema, colecistitis, signos de
irritación peritoneal; Rápido e intenso deterioro del estado general.
Del mismo modo tendremos en cuenta alteraciones analíticas relevantes conocidas co-
mo “Criterios de gravedad analíticos” (Ver Cuadro 66.2) entre los que incluiremos el
hallazgo de acidosis metabólica y/o alteraciones hidroelectrolíticas, rabdomiolisis,
Insuficiencia respiratoria o insuficiencia renal asociadas, alteración de la función he-
pática y/o ictericia, gran leucocitosis o leucopenia, existencia de coagulopatía (CID),
trombopenia, diátesis hemorrágica o anemia asociadas, o encontrar una neutropenia
en un paciente febril.
En el caso de en enfermos crónicos y ancianos todos estos criterios de gravedad ten-
drán más relevancia.
534
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Estos valores analíticos son orientativos y habrá que ser flexibles en su interpretación sobre to-
do en enfermos crónicos y ancianos.
Criterios analíticos
de gravedad
536
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CONCLUSIONES
● Hay que distinguir entre Fiebre: existencia de una temperatura corporal ≥ 38 °C
que representa una respuesta fisiológica del organismo.; Febrícula: intervalo entre
37- 37.9 °C; e Hipertermia: aumento de la temperatura por fallo del centro ter-
morregulador.
● La existencia de fiebre nos obliga a descartar un origen infeccioso aunque no siem-
pre esa es la etiología. La ausencia de fiebre no nos descarta la existencia de un
problema infeccioso, sobre todo en ancianos e inmunodeprimidos.
● Tres herramientas básicas e imprescindibles nos aproximarán al problema del en-
fermo que acude a Urgencias con un síndrome febril: Historia clínica exhaustiva;
Exploración física cuidadosa y Pruebas complementarias precisas y seleccionadas.
● Siempre deberemos describir el patrón, características y síntomas y signos acom-
pañantes de la fiebre.
● Siempre dejad reflejado la existencia o no de rigidez de nuca y la exploración de
los signos meníngeos.
● En ocasiones (sobre todo en enfermos graves y los que permanecen en observa-
ción) hay que repetir la exploración física buscando cambios o certificando los ha-
llazgos de la misma.
● Actuación y actitud ante el paciente con fiebre en Urgencias en función de: tiem-
po de duración de la misma, existencia de focalidad o no y existencia de criterios
de gravedad o no.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Julián Jiménez A. Síndrome febril en Urgencias. En: Agustín Julián Jiménez, editor. Manual
de Protocolos y actuación en Urgencias para Residentes. Nilo Industria Gráfica S.A, Madrid,
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gencias. Cuarta edición. Editorial Antares; 2002.
▲ Morales Conejo M, García Gil Mª E, Moreno Cuerda V.J. Síndrome Febril. Trastornos de la
regulación de la Temperatura. En: Blanco-Echevarría A, Cea-Calvo L, García Gil M.E, Me-
nassa A, Moreno Cuerda V.J, Muñoz Delgado G, Olalla J, Varona J.F. Manual de Diagnós-
tico y Terapéutica Médica. 5ª Edición. Egraf S.A; 2003. p. 99 – 108.
▲ Berlango Jiménez A, Cañadillas Hidalgo I, Jiménez Murillo L, Kindelan Jacquotot, Jurado Ji-
ménez R, Sánchez Guijo P. Síndrome febril: criterios de actuación en urgencias. En: Jiménez
Murillo L, Montero Pérez F.J. Medicina de Urgencias: Guía diagnóstica y protocolos de ac-
tuación. 2ª edición. Harcourt; 2002. p. 487-91.
539
CAPÍTULO 67
Capítulo 67
FIEBRE Y EXANTEMA
C. Pérez Hortet - C. Vélez Pérez - F. Cuadra García-Tenorio
INTRODUCCIÓN
Un exantema es una erupción cutánea de aparición más o menos súbita que se distri-
buye simétricamente por una amplia zona de la superficie corporal. Están formados por
pápulas y/o máculas eritematosas, inicialmente no descamativas; ocasionalmente pue-
den observarse otros tipos de lesiones elementales (pústulas, vesículas, petequias.)
EVALUACIÓN INICIAL
En la primera aproximación debemos ser capaces de establecer:
● La estabilidad clínica y determinar si el paciente necesita medidas de soporte in-
mediato.
● La necesidad de iniciar tratamiento antibiótico urgente (sospecha de meningoco-
cemia o shock séptico)
● La necesidad de establecer medidas de aislamiento.
1. Debemos realizar una correcta y completa HISTORIA CLÍNICA (antecedentes per-
sonales y familiares, enfermedad actual), en la que debe figurar:
-Antecedentes Personales:
■ Alergias medicamentosas conocidas.
■ Estado inmune del paciente: inmunodeficiencias (VIH), inmunosupresión farma-
cológica con especial énfasis en tratamientos con corticoides y aesplenia anató-
mica o funcional.
■ Toma de medicamentos en últimos meses: Los fármacos pueden dar cualquier tipo de
exantema. Los más frecuentes son: Penicilina, Cefalosporinas, Cotrimoxazol, Barbitú-
ricos, Fenitoína.
■ Viajes realizados (en el área mediterránea es frecuente la fiebre botonosa).
■ Inmunizaciones de la infancia (una historia de vacunación incompleta es susceptible
de exantemas infantiles).
■ Contactos con animales, mordeduras y picaduras (fiebre botonosa, enfermedad de
Lyme).
■ Anomalías o prótesis cardíaca (endocarditis bacteriana).
■ Contacto con personas enfermas.
■ Enfermedades de transmisión sexual (VIH, sífilis, infección diseminada del gonococo).
■ La edad: en la infancia exantemas víricos típicos, en la adolescencia la mononucleo-
sis infecciosa, y los fármacos en ancianos polimedicados.
■ Estación del año. En verano y otoño son más frecuentes las infecciones por enterovi-
rus, en invierno y principios de primavera el síndrome de Kawasaki y las infecciones
por parvovirus y meningocócicas y en primavera la rubéola, el sarampión y las me-
diadas por garrapatas.
-Enfermedad actual: describiendo el inicio, la dirección, la velocidad y la evolución
del exantema. Si éste es pruriginoso, doloroso o asintomático. Si estuvo precedido de
sintomatología (pródromos). Cuándo apareció la fiebre (relación temporal fiebre-
540
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
exantema), sin olvidar la clínica asociada al cuadro, muy importante para realizar un
diagnóstico diferencial en Urgencias
2. EXPLORACIÓN FÍSICA GENERAL y completa:
– Constantes vitales
– Estado general
– Signos de toxicidad
– Signos de irritación meníngea o afectación neurológica.
– Búsqueda de adenopatías y megalias.
– Signos de artritis.
– Examen detallado de toda la piel, incluyendo cavidad oral, conjuntivas, palmas
y plantas, cuero cabelludo y genitales.
– Tipo de lesión/es presentes: mácula, pápula, nódulo, tumor, vesícula, ampolla,
pústula, quiste, habón.
– Descripción del exantema: morfología, disposición, distribución de las lesiones.
3. EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS en todos los casos: sistemático de sangre,
sistemático de orina y bioquímica básica; hemocultivos si fiebre; otras en función de
la clínica y sospecha etiológica:
– Monotest (Paul-Bunnell): mononucleosis
– Serologías (VEB, CMV, Rickettsias, Borrelias, sífilis, VIH) que se valora-
rán en planta o en la consulta a la que se derive al paciente
– Rx tórax en busca de foco infeccioso desencadenante (exantema ines-
pecífico, eritema exudativo multiforme)
– Estudio de coagulación si lesiones purpúricas
– Biopsia cutánea
– Frotis faríngeo en exantemas infantiles.
CLASIFICACIÓN
La clasificación de los exantemas con fiebre se puede hacer en base a:
■ La etiología: infecciosa 65% (virus -75% de las infecciosas-, bacterias,
Rickettsias, hongos, protozoo), tóxica, alérgica.
■ Las lesiones elementales predominantes (más útil para un diagnóstico dife-
rencial en Urgencias)
Dentro de estas patologías, en Urgencias es frecuente encontrarnos:
-Mononucleosis infecciosa. Etiología: VEB; el síndrome mononucleósico lo producen
CMV, toxoplasma, VIH, VHA. Período de incubación: 1-2 semanas. Clínica: pródro-
mos con fiebre, malestar general, fatiga, náuseas, dolor abdominal, cefalea. Poste-
riormente fase de estado con fiebre alta la primera semana, faringoamigdalitis con
exudado blanco-grisáceo, linfadenopatías, esplenomegalia, hepatomegalia, aumen-
to de transaminasas, edema parpebral, exantema maculopapuloso en <20% (hasta el
80% si toma de Amoxicilina o Ampicilina). Sistemático de sangre: leucocitosis con lin-
focitosis >50% o más de 5.000 linfocitos totales y >10% atípicos. Solicitar serología
VEB y CMV. Complicaciones: dificultad respiratoria grave, rotura esplénica, altera-
ciones neurológicas, neumonía intersticial, miocarditis, anemia hemolítica o aplásica,
púrpura trombopénica. Tratamiento sintomático (reposo y antipiréticos); corticoides
(1mg/kg/d Prednisona 3 días y reducción progresiva) si complicaciones neurológi-
cas y obstrucción respiratoria; antibiótico (no penicilinas) si faringitis exudativa bac-
teriana. Ingreso si gran afectación general o complicaciones.
541
CAPÍTULO 67
ACTITUD A SEGUIR
Lo más frecuente es no llegar a un diagnóstico etiológico en Urgencias, ante un pa-
ciente con fiebre y exantema (la mayoría de las confirmaciones diagnósticas tardan
tiempo). Por lo tanto, tendremos que actuar en función de la sospecha etiológica y la
clínica del enfermo.
-Recomendaremos tratamiento sintomático (antitérmicos si fiebre, antihistamínicos si
picor, hidratación de la piel), observación domiciliaria y derivaremos a la consulta
de Dermatología para valoración. Si tenemos sospecha de alguna patología con tra-
tamiento específico (fiebre botonosa, Lyme, sífilis) lo pautaremos y si no se puede des-
cartar un origen medicamentoso retiraremos los fármacos probables.
-¿Cuándo tenemos que ingresar al paciente? En principio un paciente con fiebre y
exantema puede seguir tratamiento domiciliario y control en consultas externas de
Dermatología. Se ingresará valorando estado general, edades extremas, trastorno
termorregulación, deshidratación/desnutrición, tipo de patología, extensión y locali-
zación, trastornos analíticos, evolución desfavorable, pruebas de imagen, previsión
de futuras complicaciones. Urgencias mayores que requieran ingreso: Síndrome de
Stevens-Johnson, Necrolisis epidérmica tóxica, eritrodermias extensas (medicamento-
sas,...), Síndrome estafilocócico de la piel escaldada, reacción injerto contra huésped
aguda, enfermedad Kawasaki, shock séptico, meningococemia.
BIBLIOGRAFÍA
▲ E. T. Kaye, K. M. Kaye. Fever and rash. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ et al.
Harrison principios de medicina interna. 14ª ed. McGraw Hill Interamericana; 1998. Pag
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▲ Fitzpatrick TB et al: Dermatology in General Medicine, 5th ed. New York: McGraw Hill
1999.
▲ Acedo MS, Barrios S, Díaz R, Orche S, Sanz RM editores. Manual de diagnóstico y te-
rapéutica médica Hospital Universitario 12 de Octubre. 4ª ed. Madrid: MSD. 1998.
544
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 68
FIEBRE Y ADENOPATÍAS
J. Troya García - C. Vélez Pérez - F. Cuadra García-Tenorio
INTRODUCCIÓN Y ETIOLOGÍA
La existencia de fiebre y adenopatías es la expresión sistémica de una gran cantidad de
enfermedades, desde simples reacciones inflamatorias a importantes procesos tumora-
les, que pueden llegar a comprometer la vida del paciente. La aproximación diagnósti-
ca y la identificación de las mismas es una tarea esencial del médico de Urgencias.
Los ganglios linfáticos son, por su capacidad de reacción y por la frecuencia de afec-
tación, los órganos más importantes del sistema linfoide. Su tamaño normal oscila en-
tre los 2 mm y los 10 mm, y se distribuyen por todo el cuerpo, quedando especial-
mente localizados en región cervical, axilar, inguinal y sistema linfático profundo
(mediastínicos, retroperitoneales y mesentéricos).
Cuadro 68.1: Etiología de las adenopatías
INFECCIOSAS INFLAMATORIAS TUMORALES DEPOSITO ENDOCRINAS OTRAS
Virales Artritis Reumatoide Hematológica Gaucher Hipertiroidismo Sarcoidosis
Bacterianas Lupus eritematoso Metastásicas Nieman - Amiloidosis
Fúngicas Dermatomiositis Pick E.Kawasaki
Parasitarias Reacción fármacos F.Mediterránea
Sd. Sjögren Histiocitosis
Cirrosis biliar 1ª KiKuchi
Enf. del suero
ACTITUD DIAGNÓSTICA
▲ HISTORIA CLÍNICA
El clínico debe plantearse ante todo paciente con fiebre y adenopatías si lo que tie-
ne delante se trata de un proceso banal o por el contrario es necesario profundizar
en su estudio para aclarar su etiología, pues muchas enfermedades de pronóstico in-
fausto, potencialmente curables, tienen como primera manifestación las adenopatías.
1. Antecedentes personales y epidemiológicos.
● Edad En mayores de 50 años en un 60% las adenopatías serán malignas
(carcinoma), mientras que en menores de 30 en un 80% de los casos serán
benignas (infecciones virales, bacterianas…)
● Enfermedades crónicas o enfermedades infecciosas previas (Lupus, VIH,
tuberculosis)
● Hábitos y conducta sexual (sífilis, VIH, gonorrea)
● Contacto o convivencia con enfermos potencialmente contagiosos
● Contacto con animales o insectos, mordeduras , picaduras
● Tratamiento farmacológico, Difenilhidantoína, más frecuentemente, Hidralaci-
na, Carbamacepina, Sales de oro, Alopurinol, Indometacina, Sulfonamidas…
● Viajes fuera del entorno habitual, zonas con enfermedades endémicas (Den-
gue, Leishmania, Filarias, etc).
● Profesión. Exposición a sustancias tóxicas.
546
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
EXPLORACIÓN
● Tamaño de las adenopatías: Adenopatías mayores de 2 cm suelen ser patológi-
cas, teniendo alto riesgo tumoral las mayores de 4 cm. Adenopatías de 0.5-2 cm
de localización inguinal no suelen ser patológicas.
● Características: en las infecciones agudas, los ganglios suelen ser blandos, y asi-
métricos, mientras que en los linfomas son de consistencia media, están agrupa-
dos, y en las metástasis suelen ser más duros y están adheridos a tejido circun-
dante.
● Localización: Las principales cadenas ganglionares se agruparán en cervicales,
axilares, inguinales y sistema linfático profundo.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
▲ LABORATORIO
● En Urgencias:
Estudios hematológicos, sistemático de sangre, estudio de coagulación
Estudios bioquímicos, iones, creatinina, urea, sistemático de orina
Estudios microbiológicos, Rosa de Bengala, Monotest, Ziehl, Urocultivo, He-
mocultivos x 2
● En Planta:
Estudios microbiológicos, hemocultivos, líquidos orgánicos, médula ósea y
ganglios
Serología VEB, VIH, Citomegalovirus, Hepatitis, Herpes-virus, Brucella, Toxo-
plasma
Estudios de inmunidad, ANA, factor reumatoide, antiDNA
▲ PRUEBAS DE IMAGEN
● En Urgencias:
Radiografía de Tórax, para el estudio de adenopatías hiliomediastínicas , así
como visualización de campos pulmonares
● En planta,
TAC, estudio cervical, torácico y abdominal
RNM, especialmente indicada para la distinción entre una masa residual fi-
brótica y una linfoproliferativa activa
Gammagrafía con Galio, muy sensible para la detección de focos ocultos ac-
tivos de enfermedad, principalmente torácicas.
▲ BIOPSIA
● En Urgencias,
PAAF (Punción aspiración con aguja fina), primer paso obligado en el diag-
nóstico de una adenopatía de origen incierto con sospecha de malignidad.
En este hospital sólo se realiza en turno de mañana.
● En planta
Aspiración, indicada en adenopatías fluctuantes (TBC, Infección piógena)
Biopsia Ganglionar, es el método más preciso, requiere generalmente la ex-
tirpación de la totalidad del ganglio, por lo que será necesaria anestesia lo-
cal o general
CRITERIOS DE INGRESO
A la hora de valorar el ingreso de un paciente es necesario individualizar cada ca-
so, teniendo en cuenta estos 4 criterios:
1. Existencia o no de foco causante del cuadro
2. Duración del cuadro
3. Presencia de criterios clínicos de gravedad (ver capítulo Sd Febril)
4. Presencia de criterios analíticos de gravedad (ver capítulo Sd Febril)
TRATAMIENTO
La actitud a seguir, no variará mucho de la que tendremos ante todo paciente con Sín-
drome febril, de ahí que nos remitamos al capítulo correspondiente.
Se pautará tratamiento sintomático con AINES ante la existencia de adenopatías do-
lorosas.
548
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
LINFADENOPATÍA
GENERALIZADA
- Hemograma, VSG
Ingesta farmacológica Síndrome tóxico o - Medula ósea
Asintomático, sospecha de neoplasia - Función hepática,
exploración normal renal, tiroidea
- Mantoux, Rx Tórax
- Serologías
- ANA
Estudios de - TAC hepatoesplénico
Disminución medicación
y ver evolución extensión
No diagnóstica Diagnóstica
Regresión No Regresión
Tratamiento
etiológico
PAAF
Regresión
No regresión
No diagnóstica
BIOPSIA
ADENOPATíAS
CERVICALES
Cultivo:
- Estreptococo
- Gonococo
No diagnóstico Diagnóstico
- Hemograma
- Frotis Tratamiento AB
Ambulatoriamente/planta:
- Serologías (ASLO, VIH)
- Mantoux, VSG, Rx tórax
No Regresión Regresión
Todo negativo
Citopenia
Repetir en 1 sem:
- Hemograma, frotis, VSG
- Serología Sd mononucleósico
No Regresión Regresión
Biopsia Ganglionar
Médula Ósea Microbiología Vigilancia hasta
Biopsia Ganglionar Histología desaparición
550
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ADENOPATÍA ADENOPATÍA
AXILAR INGUINAL
Tratamiento AB
No diagnóstico Diagnóstico
Regresión No Regresión
Tratamiento AB
-Hemograma, VSG o antiviral
- Frotis
Vigilar hasta -Mantoux, Rx tórax
desaparición -Serologías
-Eco abdominal, TAC
BIBLIOGRAFÍA
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nopathy. Semin Oncol 1993; 20:570.
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▲ Hernández N, Miró JM, Moreno A. Protocolo diagnóstico diferencial del paciente con fiebre
y adenopatías. Medicine 2002, 8(71) 3842-3846
551
CAPÍTULO 69
Capítulo 69
SEPSIS Y SHOCK SÉPTICO.
TRATAMIENTO EMPÍRICO
J. L. Otero Uribe - I. Martín Pérez - F. Cuadra García Tenorio
INTRODUCCIÓN
El síndrome séptico viene definido por un proceso infeccioso con evidencia de altera-
ciones en la perfusión tisular. Está desencadenado por la entrada de microorganis-
mos o sus toxinas en el torrente circulatorio, lo que provoca una respuesta inflamato-
ria por parte del huésped, con pérdida de autorregulación e hiperproducción de
sustancias proinflamatorias o mediadores inflamatorios, activadores de la coagula-
ción y fibrinolisis, que interrelacionan originando el control de la sepsis, su evolución
a shock séptico o aparición de coagulopatía de consumo; todo ello origina un daño
multiorgánico, desarrollándose un cuadro clínico con inestabilidad hemodinámica y
disfunción orgánica que se traduce en una elevada mortalidad. La bacteriemia es la
expresión más clara de infección y expresa la situación más grave, en la que los me-
canismos de localización han fracasado permitiendo la libre circulación en la sangre
de los microorganismos.
DEFINICIONES
Las definiciones actualmente utilizadas, según American College of Chest Physi-
cians/Society of Critical Care Medicine para definir las distintas situaciones clínicas
son las siguientes:
▲ Infección: respuesta inflamatoria por la presencia de microorganismos en un lugar
normalmente estéril, que puede, pero no necesariamente, estar acompañado de
manifestaciones clínicas.
▲ Bacteriemia: presencia en la sangre de microorganismos, confirmado por cultivos.
Puede observarse tres situaciones: transitoria (minutos a horas, en casos de mani-
pulación de tejidos infectados, instrumentalización de mucosas infectadas o co-
mienzo de una infección); intermitente (absceso no drenado); y continua (infeccio-
nes endovasculares severas o endocarditis).
▲ Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS): respuesta a una amplia va-
riedad de insultos clínicos (infección, quemaduras extensas, pancreatitis, politrau-
matismo, sangrado digestivo, etc.) que se caracteriza por dos o más de las si-
guientes condiciones: a) temperatura > 38 °C o < 36 °C b) frecuencia cardiaca >
90 Lat/min c) frecuencia respiratoria > 20 o pCO2 < 32 mm Hg d) leucocitos >
12.000 / mm3 o < 4.000 / mm3 o > del 10 % de cayados.
▲ Sepsis: situación clínica de infección (documentada con cultivos positivos) con evi-
dencia de SRIS. Dentro de este concepto podemos establecer varios grados de gra-
vedad:
● Sepsis severa: aquella situación asociada a disfunción de órganos, hipoperfu-
sión o hipotensión; puede cursar con: a) acidosis metabólica (lactato > 2 mEq/l),
b) hipoxemia (PaO2 < 75 o PaO2 / FI O2 < 250) c) oliguria (<10 ml / h o < 700
ml / 24h) d) alteración del estado mental (Glasgow < 14) e) coagulopatía (TP
prolongado, plaquetas < 100.000 o descenso del 50 %).
552
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ETIOLOGÍA Y EPIDEMIOLOGÍA
La prevalencia en los últimos años se ha multiplicado por envejecimiento de la po-
blación, utilización creciente de procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos
(catéteres, cirugía, ventilación mecánica), uso de terapias inmunosupresoras o anti-
bioterapia de amplio espectro y realización de procedimientos quirúrgicos complejos
(trasplantes, colocación de materiales protésicos). Otros factores de riesgo a desta-
car son la presencia de patologías crónicas, inmunodeficiencias y neoplasias, la
producción de quemaduras y heridas penetrantes, así como las obstrucciones anató-
micas (urinaria, biliar).
Es importante tener en cuenta los factores de riesgo del paciente, así como el posible
lugar de adquisición de la bacteriemia o foco de sepsis ya que orienta sobre los mi-
croorganismos que posteriormente van a ser identificados; de estos el urinario es el
de mayor frecuencia y tras éste el respiratorio con mayor tasa de mortalidad, de gran
importancia en la evolución del proceso.
La Sepsis primaria es aquella situación en la que el foco de infección no ha podi-
do ser localizado (20 - 30 % de casos). En las de origen extrahospitalario sospe-
charemos etiología por gram-negativos (E. coli, Enterobacterias), S. aureus, Es-
treptococos A y D, y S. pneumoniae. Se entiende como sepsis intrahospitalaria
aquella que se adquiere en el hospital y se considera que las 72 horas son la ba-
rrera que mejor divide a ambos grupos; las enterobacterias son la causa más fre-
cuente de infecciones nosocomiales, y dentro de estas, E. coli es el agente causal
más frecuente de infecciones desarrolladas durante la estancia hospitalaria. Históri-
camente, estafilococos, E coli y especies de Pseudomonas han sido las especies que
con mayor frecuencia se han implicado en las infecciones nosocomiales; en los últimos
años la aparición y diseminación de patógenos multiresistentes a antibióticos, como
Acinetobacter, SAMR, Enterococcus resistente a glicopéptidos o enterobacterias pro-
ductoras de B lactamasas de espectro extendido (BLEA) ha producido un cambio sus-
tancial en la etiología nosocomial. Entre el origen nosocomial juega un papel impor-
tante los dispositivos médicos (catéteres vasculares, urinarios, ventilación mecánica) ó
procedimientos quirúrgicos, siendo las localizaciones más frecuentes el tracto urina-
rio, heridas quirúrgicas, las vías respiratorias y las bacteriemias primarias o relacio-
nados con catéteres vasculares.
▲ Infecciones por gram-positivos: suelen proceder de foco cutáneo (o partes blandas
subyacentes), pulmonar y genitourinario. Su incremento se debe, en nosocomiales,
al uso de catéteres endovasculares, aparición de resistencias (incluidas las adqui-
ridas en la comunidad) y profilaxis frente a gram-negativos en pacientes someti-
dos a tratamiento con quimioterapia antineoplásica.
553
CAPÍTULO 69
● Insuficiencia adrenal
● Envenenamientos
● Hemorragia aguda
● Anafilaxia
A) Historia Clínica: debe ser detallada, con especial hincapié en condiciones predis-
ponentes, infecciones recientes, uso de antibióticos o fármacos en últimas semanas,
exploraciones instrumentales y alergias previas.
B) Exploración física : en el cuadro 69.3 figuran algunos de los signos o síntomas de
sospecha:
▲ La distinción entre manifestaciones primarias y complicaciones es arbitraria,
pues estas últimas pueden estar presentes desde el inicio del cuadro; así, por
ejemplo, una descompensación de cirrosis u otra patología crónica puede ser la
primera, y a veces única manifestación de una infección grave.
▲ Fiebre y escalofríos o encontrarnos con ausencia de fiebre (ancianos, trata-
miento con AINEs o corticoides, uremia) o hipotermia, siendo este dato un sig-
no de mal pronóstico. La Hiperventilación está a menudo presente y debe su-
poner un dato de sospecha de sepsis incipiente. Cambios hemodinámicos
(taquicardia, hipotensión, inicialmente piel caliente y en estadios avanzados va-
soconstricción periférica). Alteración del nivel de conciencia, especialmente en
ancianos. Signos de disfunción orgánica como cianosis y acidosis en pulmón;
oliguria y acidosis en riñón; ictericia en hígado; o insuficiencia cardíaca. Lesio-
nes cutáneas asociadas a la Sepsis (como manifestación sistémica o focos me-
tastásicos secundarios) son: exantemas morbiliformes y urticariales, y eritroder-
mia (infecciones por gram-positivos); exantemas purpúricos (meningococo,
estreptococo y Haemophilus), y lesiones necrotizantes o bullosas (bacilos gram-
negativos) o ectima gangrenoso (Pseudomonas). En toxicómanos deben buscar-
se signos de venopunción reciente, estigmas de endocarditis y zonas sugerentes
de celulitis o abscesos.
▲ En ancianos con cuadros confusionales, deterioro inexplicable del estado gene-
ral o descompensación de patologías crónicas deben sospechar la presencia de
una infección en curso.
▲ En pacientes inmunodeprimidos y neutropénicos la respuesta inflamatoria y los
signos de localización pueden estar atenuados o ausentes; se pueden observar
casos de meningitis con cefalea y confusión pero sin rigidez de nuca.
Deberemos descartar otros cuadros clínicos que puedan simular una sepsis, (ver
cuadro 69.2):
555
CAPÍTULO 69
C) Exploraciones complementarias:
▲ Analítica general: Hemograma y estudio de coagulación con PDF y Dímero D;
Bioquímica (iones, glucosa, urea, creatinina, calcio iónico, lactato, transamina-
sas y bilirrubina); Gasometría arterial (valoración de la hipoxemia y equilibrio
ácido-base); Elemental de orina
▲ Microbiología: Hemocultivos en todo paciente con sospecha de Sepsis, aún
cuando no presente fiebre; generalmente es suficiente con dos muestras para
medio aerobio y otras dos para anaerobio. Urocultivo si hay sospecha de origen
urinario; y muestras de cualquier foco potencial accesible para Gram y cultivo.
▲ Pruebas de imagen: Rx tórax y abdomen. Ecografía o TAC según la sospecha
clínica (servirá para diagnóstico y posiblemente con fines terapéuticos como el
drenaje de colecciones o abscesos).
▲ Otras: será útil un ECG como valoración de la situación general; y dependien-
do de los síndromes sospechados se practicarán las técnicas diagnósticas perti-
nentes (punción lumbar, ecocardiograma, etc.).
TRATAMIENTO
Los objetivos del tratamiento son:
▲ Combatir los microorganismos con una antibioterapia bien seleccionada y la
corrección de los factores que contribuyen al mantenimiento de la infección ( ca-
téteres, cuerpos extraños, abscesos ).
▲ Control de las complicaciones hemodinámicas.
1. MEDIDAS GENERALES: mantenimiento ventilatorio y hemodinámico adecuado.
● Control de constantes (monitorización de TA, FC, FR y Tª). Asegurar una vía
central para medida de PVC; colocar sonda urinaria para control de diure-
sis; iniciar la administración de O2 mediante mascarilla con Fi O2 > 0.35.
● Mantenimiento adecuado de la perfusión tisular:
– Perfusión de fluidos, si la PVC es < 5 cm H2O, en forma de coloides ( que
al parecer inducen un menor edema tisular y lesiones en órganos extra-
pulmonares) ó cristaloides (S. Salino al 0.9 %, o Ringer lactato), para
mantener una TA sistólica > 80 mmHg (TA media > 60-70 mmHg) y la
PVC en 8-10 mmHg. Si se mantiene hipotensión a pesar de la adminis-
556
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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Practice of Infections Diseases. 5ª ed. Churchill Livingstone. New York. 2000. p. 806-819.
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▲ Ciril, Rozman. Tratado de Medicina Interna 2000. OMN-ROZMAN 2002.
559
CAPÍTULO 70
Capítulo 70
INFECCIÓN DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS
P. de Mora Muñoz - A. García Manríquez - M. Padilla Parrado - A. Julián Jiménez
SINUSITIS
▲ INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS:
Se conoce como Sinusitis a la inflamación de las mucosas de los senos paranasales
debido a infecciones bacterianas, virales, fúngicas o reacciones alérgicas. Dada la
estrecha relación con la fosa nasal con frecuencia se denomina “rinosinusitis”.
Clasificación:
- Rinosinusitis aguda (RSA): Los síntomas persisten unos 10-15 días (nunca más de
ocho semanas).
- Rinosinusitis aguda recurrente: Cuadros repetidos de RSA que se resuelven y cur-
san con periodos libres de enfermedad.
- Rinosinusitis crónica (RSC): Los síntomas persisten más allá de ocho semanas y
es demostrable por TAC después de cuatro semanas tras finalizar un tratamien-
to médico.
La localización más frecuente es: Senos Etmoidales (en niños) y Senos Maxilares
(en adultos).
Factores predisponentes: mucoviscidosis; desviación del tabique; poliposis nasal;
trastornos del tiroides; hipertrofia de los cornetes; crestas y espolones del tabique;
deficiencias inmunológicas; alergias; hábitos tóxicos; tóxicos ambientales, etc.
Etiología:
Los virus respiratorios (rinovirus, influenza, parainfluenza y adenovirus) solos o co-
mo facilitadores de la infección bacteriana participan en más del 50% de los ca-
sos de RSA. Por su parte, la mayor parte de las bacterias implicadas son S. pneu-
moniae o H. influenzae (otros agentes que se aíslan con menos frecuencia son:
M. catarrhalis, S. pyogenes, anaerobios, S. aureus, etc.)
Cuadro 70.1: Etiología de la Rinosinusitis
Sinusitis Aguda o RSA
Extrahospitalarias Intrahospitalarias o Sinusitis Crónica
Inmunodeprimidos
Más frecuentes S.aureus Microorganismos aerobios y anaerobios
S.pneumoniae P.aeruginosa de la flora orofaríngea
H.influenzae Enterobacterias S.aureus
Rinovirus Aspergillus fumigatus
Menos frecuentes S.pneumoniae Enterobacterias
M.catarrhalis H.influenzae C.pneumoniae
S.grupo A Hongos Nocardia
S. aureus Hongos
Anaerobios
Consideraciones especiales:
- ID Grave, pacientes con alteraciones del transporte mucociliar, portadores de son-
da nasogástrica...sufren con más frecuencia RSA o episodios de agudización cau-
sados por S. aureus, gram negativos y hongos.
- En DM (cetoacidosis), IR crónica, grandes quemados, hemopatías malignas, neu-
tropenias, tratamiento corticoideo, terapia citorreductora, trasplante de médula
560
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Tratamiento:
● Tratamiento sintomático: Antitérmicos. Evitar AAS en niños. Alimentación ligera e
ingesta de líquidos abundantes.
● Tratamiento antibiótico, Indicaciones:
– FA de comienzo agudo con 3 de los siguientes signos: 1. Fiebre > 38 °C; 2. Ade-
nopatías cervicales anteriores; 3.Exudado amigdalino; 4. Ausencia de tos.
563
CAPÍTULO 70
Características clínicas y
epidemiológicas
Sugestivo de
etiología vírica
Sugestivo de
etiología bacteriana
Tratamiento
sintomático
Cultivo
Detección de Ag de
S. grupo A exudado
faringeo
Negativo Positivo
Tratamiento sintomático
(en adultos)
ABSCESO PERIAMIGDALINO
Concepto:
Consiste en la acumulación de pus alrededor de las amígdalas palatinas, por lo ge-
neral sobre su polo superior. Se encuentra implicada flora mixta aerobia y anaero-
bia, siendo el germen más frecuentemente aislado el Streptococo β-hemolítico del gru-
po A. La infección en su evolución atraviesa la cápsula amigdalina hasta llegar al
tejido adyacente. Puede permanecer localizado, o al disecar dicha musculatura pro-
gresar hacia el espacio retrofaríngeo vecino.
Clínica:
– Va a presentar síntomas típicos de amigdalitis aguda intensa, es decir, odinofagia
intensa e irradiada al oído homolateral, fiebre, malestar general, fonación difícil.
– El paciente suele presentarse con tendencia a la deshidratación, con sialorrea y ha-
litosis.
– Trismus debido a la extensión de la infección hacia la musculatura pterigoidea, lo
que nos va a dificultar la exploración bucal.
– Debido a la tumefacción cervical y a las adenopatías regionales dolorosas, el en-
fermo tiende a inclinar la cabeza hacia adelante y al lado de la infección.
Diagnóstico:
Es un diagnóstico basado fundamentalmente en la clínica. La exploración resulta a
menudo difícil por el dolor y el trismus. Se aprecia edema en grado variable de los
tejidos periamigdalinos y enrojecimiento de las mucosas. El polo superior amigdalino
se suele presentar abombado, con desplazamiento de la amígdala hacia la línea me-
dia y del pilar anterior hacia adelante. Así como desplazamiento de la úvula hacia el
lado sano, y la lengua saburral y seca.
Pruebas complementarias:
– La punción y posterior localización de la bolsa de pus encima del tercio superior
del pilar faríngeo anterior nos da el diagnóstico certero y parte del tratamiento.
– El hemograma mostrará una importante leucocitosis con neutrofilia.
565
CAPÍTULO 70
Tratamiento:
1. Localizar y drenar la colección de pus. Si no colabora (niños, disminuidos psíqui-
cos, etc), se necesitará anestesia general. Se realizará con el paciente sentado con
la cabeza apoyada en respaldo. El lugar de asentamiento de la colección de pus
suele localizarse por el abultamiento del pilar amigdalino anterior en su porción
superior. Se realiza punción-aspiración, si se ha localizado, a continuación se in-
cide con bisturí sobre el lugar donde hemos puncionado. Posteriormente, se abre
dicha incisión para facilitar la salida espontánea de pus.
2. Si se logra el vaciado de la colección, el paciente mejorará espectacularmente,
pautándose posteriormente tratamiento antibiótico con Amoxicilina-Clavulánico
500 mg/8h o Claritromicina 500 mg/12h si presenta alergia a β-lactámicos, y
analgesia como Ibuprofeno 600 mg/6-8h y antiséptico bucal como Clorhexidi-
na.
3. Si no se ha localizado la colección de pus, la infección se encuentra aún en fase
de flemón. En este caso, si el trismus es muy acentuado, está indicado la hospita-
lización del paciente con pauta de antibiótico intravenoso. De elección, Penicilina
G-Sódica entre 4 y 6 millones de unidades cada 4 horas; en caso de alergia a
β-lactámicos; Clindamicina 600 mg/8h asociando analgesia como Paracetamol
1g/6-8h según dolor. Acompañará una adecuada hidratación y vigilancia. En su
evolución puede terminar en absceso por lo que se drenaría o en curación sin lle-
gar al drenaje.
BIBLIOGRAFÍA
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567
CAPÍTULO 71
Capítulo 71
INFECCIONES DE
VÍAS RESPIRATORIAS BAJAS
G. Martinón Torres - C. Vélez Pérez – F. Cuadra García-Tenorio
INTRODUCCIÓN
▲ Las infecciones respiratorias representan un motivo de consulta frecuente en Aten-
ción Primaria; los procesos más severos serán derivados a las consultas especia-
lizadas y frecuentemente a los Servicios de Urgencias de los hospitales.
▲ Como infecciones de vías respiratorias bajas (IVRB) consideramos las traqueítis,
bronquitis agudas, infecciones asociadas a las exacerbaciones de la bronquitis
crónica y las neumonías.
▲ La traqueítis es de causa vírica la mayoría de las veces; cursa con malestar ge-
neral, fiebre, tos irritativa y una auscultación pulmonar sin datos de focalidad. No
requerirá pruebas complementarias ni tratamiento antibiótico, siendo suficientes
medidas sintomáticas (hidratación, antitérmicos y antitusígenos).
▲ La bronquitis aguda consiste en una inflamación aguda y difusa de la mucosa
bronquial, generalmente de causa infecciosa (en el 95 % de los casos vírica y en
menor proporción por Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae). Es
más frecuente en niños y fumadores. Su curso suele ser autolimitado, con tos, ex-
pectoración, que puede ser purulenta, fiebre, dolor retroesternal y sintomatología
general; en la auscultación pulmonar se aprecian roncus y sibilancias y la radio-
grafía de tórax es normal. El tratamiento es sintomático con analgésicos, antitusí-
genos y broncodilatadores si hay broncoespasmo; cuando el esputo es franca-
mente purulento y hay datos de gravedad se asociarán antibióticos (pueden
utilizarse macrólidos -Claritromicina o Azitromicina- o quinolonas respiratorias -
Levofloxacino o Moxifloxacino- aunque las quinolonas deben evitarse en niños).
▲ Las infecciones asociadas a exacerbaciones de bronquitis crónica son tratadas
en tema aparte. Debe tenerse en cuenta que sólo en un 50 % de los casos las agu-
dizaciones tienen una causa infecciosa y de éstas un porcentaje importante son
de etiología vírica.
▲ Las neumonías son las infecciones más graves del parénquima pulmonar; es por
ello por lo que es importante hacer un buen enfoque diagnóstico e iniciar un tra-
tamiento correcto rápidamente. El resto del capítulo se centrará en el manejo
diagnóstico y terapéutico en Urgencias de las neumonías comunitarias y nosoco-
miales, dedicando algunos comentarios a la tuberculosis pulmonar. Las neumonías
en pacientes inmunodeprimidos (pacientes con infección por VIH, trasplantados y
neutropénicos) se tratan en capítulos aparte.
ETIOLOGÍA
Generalmente difícil de establecer incluso cuando se emplean métodos diagnósticos
complejos y hasta invasivos (en algunas series solamente se consigue identificar la
causa en el 30 – 50 % de los casos).
▲ El agente causal más frecuente es S. pneumoniae (20-65%), siendo otros
microorganismos importantes H. influenzae, M. catarrhalis y M. pneumoniae.
▲ La etiología suele ser monomicrobiana excepto en las neumonías aspirativas,
producidas por múltiples microorganismos de la orofaringe (cocos grampositivos,
bacilos gramnegativos y raramente anaerobios).
ENFOQUE DIAGNÓSTICO
Para llegar a un diagnóstico de neumonía se requiere ante todo una ANAMNESIS
DETALLADA que además de acercarnos a la sospecha de NAC, permita poner de ma-
nifiesto condiciones epidemiológicas o clínicas relacionadas con patógenos específi-
cos y así clasificar al paciente en función de sus factores pronósticos:
Cuadro 71.2: Condiciones epidemiológicas-clínicas relacionadas con patógenos específicos
EPOC, fumador S.pneumoniae, H.influenzae, M.catarrhalis, L.pneumophila
Bronquiectasias, Fibrosis quística Pseudomona aeruginosa ,S.aureus
Alcoholismo S.pneumoniae, Kleibsella, anaerobios, S.aureus
Residencia de ancianos S.pneumoniae, H.influenzae, S.aureus, BGN, TBC
Pájaros Chlamydia psittaci
Animales granja(ganado bovino,
ovino, gatos) Coxiella burnetti
Conejos Francisella turalensis
Epidemia de gripe S.pneumoniae,H.influenzae,S.aureus
Boca séptica, aspiración Anaerobios
SIDA S.pneumoniae, H.influenzae, Pneumocystis carinii, TBC
ADVP S.aureus, Anaerobios, TBC, P.carinii
Comorbilidad (DM, Hepatopatía, I.Renal) S.pneumoniae, H.influenzae, BGN
Antibiótico reciente S.pneumoniae resistente, P.aeruginosa
a) Síndrome típico: presentación aguda, con fiebre alta, escalofríos, tos productiva
y dolor pleurítico; en la auscultación pueden apreciarse crepitantes consonantes
y/o soplo tubárico y en la Rx tórax se objetiva una condensación bien delimita-
da y homogénea. Este cuadro clínico suele corresponder con infección
por S. pneumoniae, H. influenzae o M. catarrhalis.
b) Síndrome atípico: inicio subagudo o insidioso, con predominio de los síntomas
extrapulmonares (fiebre, artromialgias, cefalea, tos seca o escasamente producti-
va...) y ello a veces conduce a diagnósticos erróneos en Urgencias. La radiología
es variable, desde afectación multifocal a patrones intersticiales, existiendo diso-
ciación clínico-radiológica Se habla de neumonías atípicas zoonóticas (Psittaco-
sis, Fiebre Q y Tularemia) y no zoonóticas (M. pneumoniae, C. pneumoniae y Le-
gionella), así como de distintos virus respiratorios (virus de la gripe, virus
Parainfluenza, adenovirus y virus respiratorio sincital).
▲ En ocasiones se trata de un Síndrome mixto o indeterminado de inicio atípico que
evoluciona hacia uno típico (no infrecuente en caso de Legionella).
▲ En el caso de los ancianos la forma de presentación puede ser aún más atípica y
es en ellos donde debe elevarse el grado de sospecha: la fiebre puede estar au-
sente (posiblemente por la toma de AINEs para problemas reumáticos), suele fal-
tar la expectoración e incluso la tos puede ser escasa; no es infrecuente que la clí-
nica inicial de una neumonía en estos enfermos sea el deterioro cognitivo, caídas
frecuentes, incontinencia de esfínteres reciente o descompensación inexplicada de
sus patologías previas; además, la presencia de cardiopatía, enfermedad cere-
brovascular, demencia y broncopatía crónica son factores de riesgo añadido para
determinados tipos de neumonía como la neumocócica en la población geriátrica.
DATOS COMPLEMENTARIOS
▲ Hemograma: datos como la leucocitosis o leucopenia intensas pueden orientar so-
bre la gravedad del cuadro; la presencia de anemia o trombopenia pueden ser-
vir para valorar la situación general del paciente.
▲ Bioquímica básica: la presencia de hiponatremia, insuficiencia renal o hiperglu-
cemia pueden tener valor pronóstico, aparte de servir para detectar patologías no
conocidas previamente y que pueden influir en la evolución de la neumonía.
▲ Saturación de O2 mediante pulsioximetría y gasometría arterial: debe realizar-
se cuando haya datos de insuficiencia respiratoria en sujetos jóvenes y siempre en
pacientes mayores o con patologías de base, ya que será un dato de gran valor
para decidir la necesidad de ingreso hospitalario.
▲ Coagulación elemental: puede ser útil en casos seleccionados para descartar si-
tuación de sepsis.
▲ Hemocultivos: (x2) deben realizarse cuando el paciente vaya a ingresar, debien-
do extraerse antes del inicio del tratamiento antibiótico; la positividad, aunque es
poco frecuente, sirve para establecer la etiología y además indica un peor pro-
nóstico.
▲ Radiografía de tórax PA y lateral: debe valorarse en casos dudosos conjunta-
mente con el radiólogo (suministrándole datos clínicos para una mejor interpre-
tación); la radiología puede ser poco demostrativa en fases iniciales de la neu-
monía, así como en casos de deshidratación, neutropenia e infección por
determinados patógenos (P. carinii en inmunodeprimidos). No debe asumirse
que todo infiltrado pulmonar se trata de una neumonía y deben descartarse con
570
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
La dificultad en el diagnóstico etiológico hace que la práctica habitual sea el trata-
miento empírico.
En la elección de la pauta antibiótica influyen la presentación clínico-radiológica, gra-
vedad del cuadro clínico, lugar de adquisición (comunidad, residencias de crónicos),
datos epidemiológicos, edad o enfermedades asociadas y el sitio donde se va a tra-
tar (domicilio u hospital).
▲ La gravedad de la neumonía depende de la situación inmunológica del enfermo
y de las patologías asociadas (fundamentalmente cardiopulmonares) indepen-
dientemente del microorganismo causal; por lo tanto, el tratamiento antibiótico se-
rá el mismo en el caso de una neumonía moderada y una grave.
▲ Es raro que patógenos típicos y atípicos estén presentes en el mismo paciente; en
caso de que no puedan distinguirse con los datos clínicos entre un síndrome de
neumonía típica o atípica se emplearán antibióticos que cubran ambos tipos de
microorganismos (Doxiciclina, macrólidos o quinolonas respiratorias).
▲ Las neumonías por aspiración suelen estar producidas por microorganismos
aerobios de la orofaringe; el uso de antibióticos con actividad específica frente a
anaerobios puede estar indicado en pacientes con enfermedad periodontal seve-
ra, esputo pútrido o evidencia de neumonía necrotizante o absceso pulmonar en
la radiografía. El tratamiento de elección en el absceso pulmonar es Clindamicina.
▲ Cuando la situación clínica lo permita se debe plantear al menos la utilización de
antibióticos por vía oral con buena biodisponibilidad y penetración en tejido pul-
monar (macrólidos, quinolonas); de ellos deben elegirse aquellos con pocos efec-
tos adversos, escasas interacciones farmacológicas y pocas dosis al día para fa-
vorecer una buena cumplimentación (aspecto muy importante en enfermos que no
van a requerir ingreso hospitalario). En pacientes hospitalizados que inicien anti-
bioterapia i.v. debe pasarse a la vía oral cuando el proceso esté estabilizado ya
que la eficacia no va a ser menor con ello.
▲ Aunque la duración del tratamiento antibiótico no está claramente establecida,
se considera adecuada entre 10 y 14 días, en las neumonías que requieren in-
greso, excepto en casos de legionelosis que debe prolongarse al menos 3 sema-
nas. Para la neumonía tratada con betalactámicos de forma ambulatoria será su-
ficiente de 7 a 10 días. Si se emplean macrólidos (diferentes de la Azitromicina)
o fluoroquinolonas, 10 o más días.
571
CAPÍTULO 71
Figura 71.1
SISTEMA DE PUNTUACIÓN
SISTEMA DE PUNTUACIÓN
Riesgo Clase Basado en
Bajo I Algoritmo
Bajo II ≥70 puntos
Bajo III 71-90 puntos
Moderado IV 91-130 puntos
Alto V ≥130 puntos
Los pacientes de los grupos IV y V son los de mayor riesgo, con mortalidad 15-25% y siempre deben in-
gresar. Los de los grupos I y II, los de menor riesgo, con mortalidad <2% pueden ser tratados ambulato-
riamente. La conducta en grupo III con mortalidad cercana al 4%, no ha sido todavía bien definida. En to-
do caso la decisión debe hacerse de forma individualizada.
optarse por el ingreso hasta que la situación clínica se considere estable como para
permitir con seguridad el tratamiento domiciliario.
Tratando de homogeneizar la utilización de estos criterios se ha propuesto el índice
de Fine y cols. que recomienda la hospitalización de los pacientes teniendo en cuen-
ta el riesgo de mortalidad en función de las variables: edad, enfermedad de base,
datos exploratorios y analíticos. La estrategia se basa en que la mortalidad a los 30
días es distinta para cada grupo: Figura 71.1
▲ Inestabilidad hemodinámica: (TAS < 90, TAD < 60, FC > 125).
▲ Insuficiencia respiratoria: pO2 / FiO2 < 300 o < 250 en EPOC.
▲ Frecuencia respiratoria > 30.
▲ Insuficiencia renal aguda.
▲ Alteración de conciencia.
▲ Afectación radiológica multilobar, derrame pleural o cavitación.
▲ Bacteriemia y / o complicaciones sépticas o afectación metastásica.
▲ Fiebre muy elevada (Tª > 40) o hipotermia (< 35 °C).
▲ Datos analíticos: anemia (Hcto<30% o Hb<9), leucopenia(<4.000) o leucocitosis
severa(>30.000), Urea > 60, Creat>1,2, Na <130, glucosa >250,
albúmina < 3,1, pH < 7.35, trombopenia.
▲ Edad avanzada.
▲ Enfermedades crónicas debilitantes (EPOC, insuficiencia cardíaca ,diabetes, ci-
rrosis hepática, insuficiencia renal crónica, alcoholismo).
▲ Inmunodepresión.
▲ Datos clínicos de gravedad (cuadro 71.3).
▲ Datos radiológicos de mal pronóstico (cuadro 71.3).
▲ Sospecha de aspiración.
▲ Problema social o psiquiátrico que condicionen una probable mala cumplimenta-
ción del tratamiento.
▲ Falta aparente de respuesta al tratamiento antibiótico empírico correcto (pasadas
48-72 h).
NEUMONÍA NOSOCOMIAL
▲ Se considera como nosocomial a la neumonía que se presenta tras las 48-72 ho-
ras de ingreso en el hospital o en los 7-10 días tras el alta hospitalaria.
▲ En pacientes que han estado ingresados (sobre todo aquellos que han precisado
hospitalizaciones prolongadas, cirugía mayor o estancia en UCI) las tasas de co-
lonización bacteriana de las secreciones bronquiales pueden ser elevadas. Algu-
nos pacientes con infiltrados pulmonares, fiebre y patógenos gramnegativos ais-
lados en secreciones bronquiales reciben antibióticos por supuesta neumonía
nosocomial al pertenecer a grupos de alto riesgo; pero no infrecuentemente se tra-
ta de colonización más que de infección del parénquima pulmonar, resultando ser
otra la causa de los infiltrados y la fiebre (embolismo pulmonar, síndrome de
distress respiratorio, hemorragia pulmonar, etc.).
▲ Cuando un paciente acude al Servicio de Urgencias refiriendo un ingreso recien-
te y síntomas pulmonares o fiebre debe plantearse la posibilidad de neumonía ad-
quirida en el hospital y procederse con una Historia Clínica completa, exploración
detallada y pruebas complementarias como se ha comentado en el caso de la
neumonía comunitaria.
▲ La etiología de las neumonías nosocomiales se debe a un reducido número de
agentes en general; Pseudomonas, otros bacilos gramnegativos y S. aureus re-
presentan la gran mayoría, pudiendo los anaerobios formar parte de los casos en
los que hay flora mixta; dentro de los patógenos atípicos, Legionella es probable-
mente el único que puede adquirirse en el hospital. Determinadas situaciones pre-
disponen a ciertas etiologías (cuadro 71.2)
▲ El inicio del tratamiento antibiótico empírico debe estar orientado a cubrir los pa-
tógenos más habituales, centrándonos en P. aeruginosa; en general se prefiere ini-
ciar el tratamiento con monoterapia (Ceftazidima, Cefepime, Imipenem o Mero-
penem a las dosis señaladas en el apartado de la neumonía comunitaria);
posteriormente y si se demuestra que la etiología es P. aeruginosa se añadiría otro
antibiótico antipseudomónico (Ciprofloxacino o Aztreonam); los aminoglucósidos
no son considerados actualmente antibióticos de elección en el tratamiento de las
infecciones pulmonares por su pobre penetración a nivel intracelular y en las se-
creciones bronquiales.
575
CAPÍTULO 71
TUBERCULOSIS PULMONAR
▲ Los pacientes con tuberculosis pueden presentarse en Urgencias con diversos sín-
tomas y síndromes por lo que el grado de sospecha debe ser muy elevado dada
la alta prevalencia en nuestro país; dicha sospecha será mucho mayor ante de-
terminadas situaciones sociosanitarias (etilismo crónico, malnutrición, inmigrantes
de países subdesarrollados, personas sin hogar, toxicómanos, pacientes con in-
fección por VIH e inmunodeprimidos en general).
PATRONES RADIOLÓGICOS
● Infiltrados apicales y posteriores, uni o bilaterales, cavitados; en diabéticos no
es infrecuente la localización en lóbulos inferiores.
● Adenopatías hiliares y/o mediastínicas: frecuente en las formas primarias de tu-
berculosis y en pacientes con infección por VIH.
● Derrame pleural.
● Patrón micronodular (miliar) de predominio en lóbulos inferiores.
● Cuadro radiológico similar al distress respiratorio: raro, pero muy grave.
Ante un paciente con sintomatología sospechosa de tuberculosis (incluso antes de
contar con la radiografía) se deben tomar una serie de medidas para evitar el po-
sible contagio a otros pacientes o al personal sanitario de Urgencias. Si se dispo-
ne de habitación independiente se le colocará en aislamiento respiratorio y si ello
no es posible se le pondrá una mascarilla adecuada.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
● Analítica general (hemograma, bioquímica, GAB, estudio de coagulación si hay
hemoptisis).
● Radiografía de tórax en 2 proyecciones.
● Se solicitará lo antes posible una tinción en esputo específica para micobacte-
rias (auramina-rodamina o Ziehl), debiendo tener en cuenta que aunque sea ne-
gativa no puede excluirse la posibilidad de tuberculosis ( la muestra posterior-
mente se procesará para cultivo).
▲ No todos los casos de tuberculosis pulmonar son tributarios de ingreso en el hos-
pital, habiendo motivos médicos y en ocasiones sociales que aconsejan dicha ac-
titud. En el cuadro 71.8 se señalan los criterios de ingreso aceptados en general.
576
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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579
CAPÍTULO 72
Capítulo 72
ENDOCARDITIS INFECCIOSA
C. Yera Bergua - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
La endocarditis infecciosa (E.I) es una de las infecciones más graves que pueden ocu-
rrir en el organismo. La mayoría de los casos ingresarán a través del Servicio de Ur-
gencias por lo que habrá que tener un alto índice de sospecha para no infradiag-
nosticar esta enfermedad. Por otra parte, en este nivel se darán los primeros pasos
diagnósticos que son fundamentales para la toma de decisiones posteriores: extracción
de hemocultivos en condiciones adecuadas antes de iniciar tratamiento o retirar anti-
bióticos durante 48 horas en un paciente que los estaba tomando para extraer los he-
mocultivos en óptimas condiciones. Los falsos diagnósticos llevarán a semanas de tra-
tamiento innecesario con sus efectos secundarios y costes, y a la realización de
pruebas molestas y caras.
CONCEPTO
La endocarditis infecciosa (EI) es la colonización séptica de las válvulas cardiacas, el
endocardio mural o los defectos septales, por bacterias o por hongos.
En las siguientes cuadros (72.1, 72.2, 72.3) se presentan los gérmenes más frecuen-
tes según el factor de riesgo y la edad.
Tabla 72.1. Microbiología ( % ) de la EI sobre válvula nativa según la edad
Microbiología 15-60 años > 60 años
Estreptococos 45-65 30-45
Enterococos 5-8 15
S. aureus 30-40 25-30
S. coagulasa-negativo 3-5 5-8
Gram-negativos1 4-8 5
Hongos 1 Raro
Cultivo negativo 3-10 5
1. Incluye los gérmenes del grupo HACEK: Actinobacillus actinomycetemcomitans, Haemophilus spp, Cardiobacterium hominis,
Eikenella y Kingella.
Modificado de referencia 7.
Tabla 72.2. Microbiología (%) de la EI asociada con el uso de drogas por vía parenteral
Organismo Derecha Izquierda Todos los casos
S. aureus 77 23 57
Estreptococos 5 15 9
Enterococos 2 24 10
B gram-negativos 5 12 7
Hongos 0 12 5
Polimicrobiana 6 7 6
Cultivo negativo 3 3 3
Tomado de referencia 7.
DIAGNÓSTICO
▲ Actualmente para el diagnóstico de EI se utilizan los criterios propuestos en 1994
por investigadores de la Universidad de Duke que establecieron las categorías de EI
definitiva o posible en base a criterios patológicos y clínicos ( cuadros 72.4 y 72.5).
581
CAPÍTULO 72
Tomado de referencia 4.
CRITERIOS MENORES:
1. Predisposición: cardiopatía preexistente o uso de drogas por vía parenteral.
2. Temperatura mayor o igual a 38 °C.
3. Fenómenos vasculares: émbolos en arterias mayores, infartos pulmonares sépti-
cos, aneurismas micóticos, hemorragia intracraneal, hemorragia conjuntival y le-
siones de Janeway.
4. Fenómenos inmunológicos: glomerulonefritis, nódulos de Osler, manchas de Roth
y factor reumatoide positivo.
5. Ecocardiograma sugestivo de endocarditis infecciosa sin alcanzar los criterios ma-
yores antes mencionados.
6. Evidencia microbiológica (hemocultivos positivos que no cumplen los criterios ma-
yores, excluyendo un único hemocultivo con estafiloco coagulasa negativo y mi-
croorganismos no relacionados con endocarditis infecciosa) o evidencia serológi-
ca de infección con un microorganismo productor de endocarditis infecciosa.
Tomado de referencia 4.
TRATAMIENTO
El tratamiento definitivo se realiza en función de los resultados microbiológicos de los
que habitualmente no disponemos en el Servicio de Urgencias. Cuando decidamos
iniciar tratamiento tendremos que tener en cuenta una serie de principios como son:
- Utilización de antibióticos parenterales.
- Utilizar antibióticos bactericidas.
- Puede ser necesario utilizar combinaciones con efecto sinérgico.
- Los pacientes con EI izquierda deben ser manejados al menos inicialmente en un
Hospital con Servicio de Cirugía Cardiovascular.
Es razonable, si el paciente no está grave, esperar 24-48 horas para tener resultados
de los hemocultivos. Si el paciente está grave y sobre todo si se trata de una EI sobre
válvula protésica o si necesitase antibióticos por otra razón, recomendamos como tra-
tamiento empírico:
- EI sobre válvula nativa: Cloxacilina ( 2 g / 4h i/v ) más Gentamicina (1 mg/kg/8h
iv). Si hay alergia a Beta-lactámicos se sustituirá la Cloxacilina por Vancomicina.
- EI sobre válvula protésica: Vancomicina ( 15 mg/kg/12h i/v ) más Gentamicina y
puede añadirse Rifampicina ( 300 mg/8h por vía oral ).
PROFILAXIS
Para determinar si a un individuo dado es necesario administrarle profilaxis de EI, es
necesario estimar el riesgo relativo de desarrollar EI. Esto se puede calcular evaluan-
do el riesgo de un procedimiento dado de producir bacteriemia (cuadro 72.7) y el
riesgo de la alteración cardiaca subyacente (cuadro 72.6). En el cuadro 72.8 se ofre-
cen algunas de las pautas recomendadas de profilaxis. Habrá que tener en cuenta
que los pacientes anticoagulados no deben recibir inyecciones intramusculares.
584
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Prótesis valvular: La mayoría de las otras cardio- Lesiones intracardíacas que han
- mecánica patías congénitas (ventrículo úni- sido reparadas hace > 6 meses y
- bioprótesis co, transposición de grandes ar- con mínima anormalidad hemo-
terias). dinámica residual.
Endocarditis infecciosa previa. Prolapso de válvula mitral con re- Prolapso de la válvula mitral sin
gurgitación valvular y/o engrosa- regurgitación asociada o engro-
Cardiopatía congénita cianótica miento valvular. samiento de valvas.
compleja. Disfunción valvular adquirida. Coronariopatía incluyendo pre-
Shunt sistémico/pulmonar cons- via CABG.
truido quirúrgicamente. Defectos intracardíacos reparados Regurgitación tricuspídea leve o
en los 6 meses previos. hemodinámicamente insignifi-
Miocardiopatía hipertrófica. cante.
Marcapasos endocavitario o des-
fibriladores.
Comunicación interauricular
Hª de fiebre reumática o enfer-
medad de Kawasaki sin disfun-
ción valvular.
Soplos fisiológicos
Modificado de referencia 3.
Dental
Extracción dental 18-85
Cirugía periodontal 60-90
Tracto respiratorio superior
Broncoscopia rígida 15
Amigdalectomía 28-38
Gastrointestinal
Endoscopia alta 0-8
Sigmoidoscopia/colonoscopia 0-5
Enema opaco 5-11
Urológico
Dilatación uretral 18-86
Sondaje uretral 0-26
Cistoscopia 0-17
Resección transuretral de próstata 12-46
Obstétrico/ginecológico
Parto normal 1-3
Inserción/retirada de DIU 0
Modificado de referencia 3.
585
CAPÍTULO 72
BIBLIOGRAFÍA
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587
CAPÍTULO 73
Capítulo 73
INFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
M. J. Sirvent Domínguez - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Aunque en el presente tema vamos a referirnos sobre todo a la “Meningitis Aguda”
en Urgencias, es inevitable e imprescindible encuadrar el Síndrome Meníngeo en un
contexto más amplio y una perspectiva más genérica hablando de “Infecciones del
Sistema Nervioso Central” (SNC) en Urgencias, ya que esa será nuestra sospecha ini-
cial y en función de la historia, exploración, pruebas complementarias y estudio del
líquido cefalorraquídeo acotaremos el diagnóstico o no.
Las infecciones del sistema nervioso central (SNC) engloban un grupo variado de cua-
dros clínicos causados por diferentes agentes infecciosos (bacterias, virus, hongos,
parásitos). Estas infecciones son muy importantes desde el punto de vista clínico, tan-
to por su frecuencia como por las graves complicaciones que pueden tener si no se
aplica un tratamiento adecuado en las primeras horas de evolución.
Las claves para su correcto diagnóstico y tratamiento son:
- Definir un síndrome clínico genérico (meníngeo, encefalomielítico…) que nos en-
cuadre inicialmente la sospecha clínica.
- Considerar distintas posibilidades etiológicas, al menos inicialmente.
- Tener siempre presente factores como: la edad, enfermedades de base, traumatis-
mos previos, antecedentes epidemiológicos (considerando como casos especiales el
inmunodeprimido y el enfermo VIH que se comentarán en sus respectivos capítulos).
Los cuadros que con más frecuencia encontramos en Urgencias son:
1.- Meningitis agudas: víricas y bacterianas; 2.- Meningitis subagudas-crónicas;
3.- Encefalitis - Meningoencefalitis; 4.- Abscesos cerebrales.
También encontraremos, aunque en los últimos años han disminuido, problemas
neurológicos en relación con el enfermo VIH.
Las principales variables que nos ayudan a definir un cuadro clínico en urgencias serán:
- La localización de la infección: meníngea, encefalítica, medular. No obstante, es im-
portante recordar que, con frecuencia, se podrán afectar simultáneamente varias lo-
calizaciones dando lugar a los cuadros conocidos como encefalomielitis, meningo-
encefalitis, etc.
- Duración o curso evolutivo: Agudo (menos de 48-72 horas); Subagudo (más de
3-7 días); Crónico (más de 3-4 semanas).
En la mayoría de las infecciones del S.N.C existe afectación meníngea. Ésta se refle-
ja por hallazgos patológicos en el líquido cefalorraquídeo (L.C.R); por lo que el estu-
dio de este líquido es fundamental en el diagnóstico de las infecciones del SNC (la
técnica de la punción lumbar e interpretación del LCR se explicaron en el capítulo 7:
técnicas invasivas en Urgencias). Clínicamente el SÍNDROME MENÍNGEO se define
ante la existencia de alguno/s de los síntomas o signos siguientes: fiebre, cefalea,
náuseas, vómitos, alteración del nivel de conciencia, los conocidos “signos menínge-
os” y rigidez de nuca. El hallazgo de un Síndrome meníngeo puede ser el reflejo de
procesos infecciosos o no.
La interpretación de los datos encontrados en el LCR es fundamental en el estudio de
las infecciones del SNC. Para poder analizar estos valores es necesario enviar pre-
588
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
viamente una cantidad de LCR suficiente para el análisis, detallando además correc-
tamente las peticiones que hacemos a los distintos laboratorios.
Cuadro 73.1: Perfiles patológicos del LCR
El L.C.R normal es claro, transparente (“como agua de roca”); tiene una presión de
apertura de 5-20 cm H2O; contiene un máximo de 5 células/mm3 que habitualmente
Perfil normal son mononucleares (MN). La presencia de 5-10 cél/mm3 obliga a considerar que el lí-
del LCR (*) quido puede realmente ser patológico. La proporción de glucosa respecto a la gluce-
mia es del 60-80 % y hay de 15-45 mgr/dl de proteínas.
Peticiones
Características Etiología Laboratorios
Pleocitosis con au- Lo más probable es una MENINGITIS Gram, cultivo, antíge-
mento de células de AGUDA BACTERIANA (M.A.B) nos capsulares. (Se-
Perfil predominio polimor- gún la sospecha Ziehl,
Otras: M. viral aguda (fase precoz);
purulento o fonuclear (PMN). Glu- cultivo para micobac-
M. tuberculosa (precoz); M. por
bacteriano corraquia disminuida. terias, ADA anaero-
Brucella (precoz); Sífilis, Leptospira,
Aumento de proteí- M. fúngicas, por amebas. bios).
nas.
Las alteraciones del LCR y la Historia Clínica del enfermo nos ayudarán a: orientar la
posible etiología del cuadro; saber las pruebas diagnósticas que debemos solicitar y
en consecuencia, a adoptar una actitud terapéutica adecuada. Por ello, es muy im-
portante conocer los perfiles del LCR que, frecuentemente, se asocian a cada patolo-
gía. Ver cuadros 73.1 y 73.2.
El L.C.R normal es claro, transparente (“como agua de roca”); tiene una presión de
apertura de 5-20 cm H2O; contiene un máximo de 5 células/mm3 que habitualmen-
te son mononucleares (MN). La presencia de 5-10 cél/mm3 obliga a considerar que
el líquido puede realmente ser patológico. La proporción de glucorraquia respecto a
la glucemia capilar es del 60-80 % y hay de 15-45 mgr/dl de proteínas.
CONCEPTOS Y CLASIFICACIÓN
▲ SINDROME MENÍNGEO (SM): Así se define clínicamente la existencia de alguno/s de
los síntomas o signos siguientes: fiebre, cefalea, náuseas, vómitos, alteración del
nivel de conciencia, rigidez de nuca y los conocidos “signos meníngeos” de Ker-
nig y Brudzinski.
▲ MENINGITIS AGUDA (MA): Existencia de inflamación en las meninges y el espacio
Subaracnoideo como consecuencia de una infección causada por algún germen,
que se desarrolla clínicamente por un síndrome meníngeo en menos de 48-72 ho-
ras. En ella se encontrarán alteraciones en el análisis del LCR.
▲ MENINGITIS AGUDA VIRAL o ASÉPTICA (MAV): Cuadro de MA cuya etiología es un
virus.
▲ MENINGITIS AGUDA BACTERIANA (MAB): Cuadro de MA cuya etiología es una bac-
teria.
▲ MENINGITIS SUBAGUDA (MSA) o CRÓNICA (MC): Proceso de inflamación como con-
secuencia de una infección en las meninges y el espacio Subaracnoideo causadas
por algún germen que se desarrolla clínicamente durante más de 3-7 días (MSA)
o más de 3-4 semanas (MC). En ellas se encontrarán alteraciones en el análisis
del LCR.
▲ ENCEFALITIS INFECCIOSA: Se denomina así a la inflamación del encéfalo, difusa o
focal, de causa infecciosa. Generalmente está producida por virus, como en el ca-
so de la “Encefalitis Herpética”.
590
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ ABSCESO CEREBRAL (A.C): Es aquella infección focal intracerebral que comienza co-
mo un área localizada de cerebritis y evoluciona a una colección de pus rodea-
da de una cápsula bien vascularizada.
Cuadro 73.3: ¿Cuándo hay que hacer TAC craneal antes de una punción lumbar?
● En sospecha de cuadros clínicos infecciosos agudos del SNC cuando exista:
▲ Deterioro evidente del nivel de conciencia (confusión, estupor, coma).
▲ Crisis comiciales.
▲ Focalidad neurológica en la exploración.
▲ Foco parameníngeo o sospecha de otitis, sinusitis, otomastoiditis.
▲ Datos que sugieran hipertensión intracraneal o herniación progresiva: papiledema, paresia
del III o VI par.
▲ Ante un “fondo de ojo dificultoso” o no concluyente (cataratas, enfermo agitado, asimetrí-
as) se solicitará la ayuda del oftalmólogo y si existe duda se hará TAC.
● En todos los casos de sospecha de meningitis subagudas-crónicas, encefalitis, abscesos ce-
rebral.
● Sospecha de HTiC y/o LOE que produzcan conos de presión o déficits neurológicos focales.
● Sospecha de Hemorragia Subaracnoidea.
● Sospecha de Carcinomatosis meníngea.
En situaciones compatibles con una M.A.B decapitada (es decir, aquella que ha reci-
bido alguna dosis de antibiótico antes de ser evaluada en Urgencias) la actitud debe
ser la misma que para una MAB.
3.- Tratamiento en el área de Urgencias:
A) LA CLAVE ES EL USO ADECUADO E INMEDIATO DE LOS ANTIBIÓTICOS.
El tratamiento debe aplicarse bajo estas premisas:
1.- Lo más precozmente posible; 2.- La bacteria debe ser sensible al antibiótico (A.B);
3.- El A.B debe cruzar la B.H.E y alcanzar la concentración suficiente para ser bac-
tericida.
Como habitualmente no es posible identificar el germen en Urgencias, deberemos
guiarnos por la edad, las características del enfermo y las circunstancias epidemioló-
gicas para iniciar un tratamiento empírico. Nos ayudaremos por las determinaciones
de urgencia que podamos conocer (Gram, antígenos capsulares) y el patrón de re-
sistencias existente en nuestro medio (ver cuadros 73.4, 73.5 y 73.6).
▲ El tratamiento antibiótico se debe instaurar de forma inmediata ante la sospecha
clínica de M.A.B. La elección del mismo se hará según lo expuesto a continuación
ya que las recomendaciones más habituales de los distintos autores tienen en
cuenta:
- La edad del paciente; cada vez es “menor la edad” en las que las recomenda-
ciones se amplían para cubrir a otros gérmenes que antes se consideraban só-
lo para pacientes mayores de 65-75 años o personas inmunodeprimidas. En
distintas reuniones de consenso se ha hablado de los 50 años como punto fle-
xible de corte. Ver cuadro 73.4
- Los microorganismos más probables; en relación con la edad.
- Distintas alternativas ante la posibilidad de alergias y resistencias.
En pacientes previamente sanos y con menos de 50 años la mayoría de las ocasio-
nes se aíslan S. pneumoniae, N. meningitidis o H. influenzae (aunque sin llegar a ser
tan frecuente, hay que tener en cuenta que L. monocytogenes ha incrementado mu-
cho sus aislamientos) ver cuadro 73.4
En pacientes previamente sanos y con más de 50 años hay que instaurar un trata-
miento empírico que cubra, además de los tres gérmenes anteriores, los gram nega-
tivos y sobre todo, L. monocytogenes ver cuadro 73.4.
593
CAPÍTULO 73
*En las comunidades donde exista gran tasa de resistencias del neumococo a penicilinas y
cefalosporinas de 3ª generación se añadirá Vancomicina hasta conocer antibiograma y la C.M.I (si CMI<1 para cefalosporinas
de 3ª generación se retirará la Vancomicina). La dosis de Vancomicina recomendada es 1-2 gr/ 12 h.
(1) Numerosos autores avalan la eficacia del TMP-SMX como tratamiento de primera elección para L. monocytogenes
Todos los fármacos enunciados en el cuadro 78.4 deben administrarse por vía intravenosa.
(1): La clínica puede comenzar con dolor abdominal y fiebre junto con sintomatología neurológica. Deberemos
descartar foco abdominal primario, realizar TAC craneal y avisar a Neurocirugía para recambio del dispositivo.
(2): Hablaremos de “enfermos debilitados crónicamente” en el caso de pacientes diabéticos, pacientes alcohólicos,
pacientes sometidos a tratamiento esteroideo y pacientes con enfermedades de base que aumenten la susceptibi-
lidad ante agresiones externas. Además, en estos enfermos hay que tener en cuenta la posibilidad de infección
por Mycobacterium tuberculosis (ver tratamiento posteriormente) y Cryptococus neoformans que requeriría trata-
miento específico con Anfotericina B liposomal 1-3 mg/Kg/día en dosis crecientes con 5-Fluocitosina
100mg/kg/día (alternativa Fluconazol).
(*) Numerosos autores avalan la asociación sinérgica de Gentamicina a la Ampicilina en el tratamiento de L. mo-
nocytogenes.
Algunos autores establecen que los “enfermos inmunodeprimidos no neutropénicos” se debería tratar con: Cefta-
zidima ó Cefepime + Ampi/Genta ó TMP-SMX +/- Vancomicina. En este caso las alternativas serían Meropenem
+/- Vancomicina. En caso de alergia a beta-lactámicos: Levofloxacino + TMP-SMX.
(#) Rifampicina: 10 mg/ kg/ día. Dosis máxima 600 mg v.o en ayunas o v.i.v
Nota: los fármacos mencionados en el cuadro 73.5 deben administrarse por vía intravenosa.
595
CAPÍTULO 73
cesario de 0,25-0,5 gr/kg cada 4 horas pudiéndose repetir hasta dos veces; hi-
perventilación (mantener la PCO2 entre 25-30 mmHg). La hiperventilación origi-
na vasoconstricción y conlleva el riesgo de aumentar la isquemia cerebral por lo
que puede ser necesario colocar un transductor de presión intracraneal. Valores
superiores a 16-20 mmHg requieren tratamiento; y esteroides a las dosis descri-
tas previamente.
E) En los casos donde se presentan crisis epilépticas y de forma profiláctica, según
algunos autores, se valorará el uso de anticomiciales, p.ej: en casos de meningi-
tis neumocócicas. Se utilizará Difenilhidantoína en dosis iniciales de 18 mgr/kg
seguido de 2 mgr/kg cada 8 horas IV diluidos en suero salino al 0.9% a razón
de 50 mgr/minuto (más lentamente en el anciano). Es necesario monitorizar la TA
y el ECG.
4.- Profilaxis de los contactos:
Cuando se diagnostica una M.A.B siempre hay alguien que pregunta: ¿se debe to-
mar algo? ¿Quién tiene que hacerlo? ¿Hay que comunicarlo a alguien?
Las recomendaciones a seguir, de acuerdo con el servicio de medicina preventiva y la
consejería de sanidad son:
1. Se debe avisar a Sanidad y al Servicio de Preventiva quienes estudiarán el caso y
tomarán las medidas oportunas (p.ej: estudio de contactos, compañeros en guarderías,
escuelas, resto de la familia).
2. En Urgencias, las medidas especiales están indicadas sólo en algunos casos de me-
ningitis bacteriana aguda. Habitualmente no se puede saber en Urgencias cuál es el
agente responsable de la meningitis; por ello nos referimos a estos supuestos como
“sospecha de”:
2.a) Sospecha de MENINGITIS MENINGOCÓCICAS. Indicada la profilaxis en:
- Contactos íntimos o diarios estrechos del paciente.
- Convivientes del mismo domicilio, familiares, compañeros de guardería o ha-
bitación (la indicación para una clase, escuela y/o profesorado correrá a car-
go de M. preventiva y/o Sanidad).
- No convivientes que hayan tenido contacto muy próximo y repetido (más de 4
h/día, haber dormido en la misma habitación en los 10 días antes, contactos
con secreciones nasofaríngeas).
- Personal sanitario que haya tenido contacto con secreciones nasofaríngeas del
enfermo o con el L.C.R del enfermo en la punción o durante su manipulación.
Disponemos de varias posibilidades:
- RIFAMPICINA (de elección): dosis de 600 mgs v.o cada 12 horas durante 2 días,
(restringir su uso en pacientes gestantes, con enfermedad hepática severa, al-
coholismo, porfiria)
- CIPROFLOXACINO: se utilizará en dosis única v.o de 750 mgs. No indicada
esta opción en embarazadas ni en niños.
- CEFTRIAXONA: dosis única 250 mgs i.m. en dosis única, (en niños de < 15
años 125 mgs).
Se recomienda realizar la profilaxis lo más precoz posible, en las primeras 24 ho-
ras desde la exposición.
2.b) Meningitis por H. INFLUENZAE B:
Se hará profilaxis en :
- Convivientes o contactos muy frecuentes o íntimos si son niños < 5 años no va-
cunados. (familiar o guardería).
597
CAPÍTULO 73
- En adultos y niños mayores de 6 años, sólo si conviven con niños < 6 años no
vacunados frente a H.influenzae b, o trabajan con niños de esta edad.
- En principio, no indicado en personal sanitario tras valoración individualizada
del caso.
El tratamiento se hará con Rifampicina 600mg/día en dosis única durante 4 días (20
mg/kg/día dosis única durante 4 días), en niños sin sobrepasar los 600 mg/día de
forma que en niños < 1 mes 10 mg/kg 24 h y en > 1 mes 20 mg/kg 24 h).
▲ Los pacientes con Meningitis por meningococo y por H. influenzae b, deben in-
gresar bajo medidas de aislamiento respiratorio las primeras 24 h de instaurado
el tratamiento.
En definitiva, ante una sospecha de MAB, deberemos actuar lo más rápido posible
realizando la extracción de analítica y punción lumbar (si no está contraindicada) pa-
ra inmediatamente poner la primera dosis de antibiótico según lo visto en los cuadros
78.3 y 78.4., posteriormente, si microbiología nos puede dar datos del germen, ajus-
taremos el antimicrobiano. Si estuviera indicado (cuadro 78.3) se realizaría la TAC
previa a la punción pero sin dejar de administrar la primera dosis de antibiótico en
ningún caso “por esperar resultados”. Ver Algoritmo de actuación ante la sospecha
de MAB en la Figura 73.1 Recordad:
Cuando se detecta un caso de M.A.B se debe de comunicar el hallazgo a Sanidad. En el
caso de Toledo en el teléfono 925-267396 (“horas de oficina”) y en fines de semana en el
siguiente número: 670928779. También se notificará al Servicio de Preventiva.
Contraindicada
Analítica
punción lumbar inmediata
Indicada
Hemocultivos ¿Precisa TAC previo a P.L?
1ª dosis de A.B según ver cuadro 73.3
cuadros 73.4 y 73.5
Valorar tratamien-
Adecuar tratamiento A.B
Ingreso en aislamiento tos adecuados
según cuadro 73.1
¡¡La realización de TAC craneal o la espera de los resultados de una P.L nunca deben retrasar la admi-
nistración del tratamiento antimicrobiano!!
La 1ª dosis de A.B se pondrá al mismo tiempo que se extraen los hemocultivos.
598
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
MENINGITIS SUBAGUDAS-CRÓNICAS
Así definimos a aquellos cuadros que tienen una duración desde 3-7 días hasta 3 se-
manas (subagudo) o más de 4 semanas (crónico).
Este grupo incluye meningitis virales y un gran número de meningitis bacterianas que
se presentan como subagudas. Muchas veces no se puede definir clínicamente si, en
la sospecha de una meningitis, se trata de un problema “agudo o subagudo” por lo
que nos obligará a actuar de la misma forma que en los casos de MAB y MAV. En
caso de duda y cuando el cuadro sea claramente “subagudo o crónico” siempre ha-
remos una prueba de imagen (TAC o RMN) antes de realizar la punción lumbar.
En España y en enfermos no inmunodeprimidos las causas más frecuentes y que de-
beremos descartar serán:
▲ Tuberculosis (40 %).
▲ M.A.B decapitada.
▲ Brucelosis.
▲ B. burgdorferi (enfermedad de Lyme); criptococosis; sífilis; leptospirosis y otras.
▲ Descartar si procede, procesos no infecciosos como: la meningitis carcinomatosa;
diseminación meníngea de una neoplasia (linfoma, leucemia, carcinoma o neo-
plasia primaria del SNC), enfermedad de posible origen inmunológico (LES, vas-
culitis o Behçet) y la meningitis linfocitaria benigna o meningitis crónica idiopática.
599
CAPÍTULO 73
Los datos epidemiológicos son muy importantes cuando sospechamos uno de estos
cuadros. La aproximación diagnóstica y las pruebas complementarias serán similares
a las que se especifican en los apartados de perfiles del L.C.R de meningitis agudas
linfocitarias. Ver cuadros 73.1 y 73.2
Si se llega a identificar la causa se comenzará tratamiento según las siguientes reco-
mendaciones:
1) M.A.B decapitada: igual que en una M.A.B.
2) En la Meningitis por Brucella se puede optar por:
A) Doxiciclina 100 mg cada 12 h v.o ó i.v con Rifampicina 600 mg/ día v.o ó i.v
con/sin Estreptomicina 1 gr i.m/día ó Gentamicina 5 mg/ kg/día i.v.
B) Doxiciclina 100 mg cada 12 h v.o ó v.i.v con Cotrimoxazol (TMP-SMX) 5 mg
TMP/kg/ 6h i.v con/sin Rifampicina 600 mg/ día v.o o i.v.
3) Enfermedad de Lyme: Ceftriaxona 2 gr i.v cada 12 horas.
4) Por su frecuencia, la MENINGITIS TUBERCULOSA merece un especial comentario:
▲ Deberemos sospecharla en aquellos enfermos con historia previa o actual de po-
sible tuberculosis y en aquellos con contactos en su entorno o expuestos al bacilo,
también en enfermos inmunodeprimidos y debilitados crónicamente (alcohólicos,
diabéticos) y en los pacientes con infección por VIH. Aunque lo habitual sería en-
contrar un L.C.R con una presión de apertura alta, opalescente, con pleocitosis de
50-500 células con predominio de M.N, hiperproteinorraquia y glucorraquia dis-
minuida (perfil linfocitario con glucosa baja) no es excepcional que, sobre todo,
en fases precoces encontremos otros perfiles.
▲ El tratamiento de la meningitis tuberculosa debe iniciarse con un mínimo de tres
fármacos: Isoniazida (INH), Rifampicina (RIF) y Pirazinamida (PZN) a los que ha-
bitualmente y en casos especiales se asociará un cuarto: Etambutol (ETB) o Es-
treptomicina (ES), dependiendo de la sensibilidad a la INH y RIF. No es excep-
cional que al principio el tratamiento deba administrarse por vía parenteral, por
intolerancia oral, hasta poder dar tratamiento oral con la pauta habitual (en este
caso se administraría INH, RIF y ES i.v y posteriormente v.o: INH + RIF + PZN +/-
ETB ó ES).
▲ Una vez más el uso de los corticoides es un tema controvertido para los distintos
autores aunque en la actualidad se acepta su uso a las dosis antes comentadas
en las M.A.B.
La dosificación del tratamiento se realizará de esta forma:
Isoniazida: 5 mg/ Kg/ día. Dosis máxima 300 mg v.o en ayunas o v.i.v.
Rifampicina: 10 mg/ kg/ día. Dosis máxima 600 mg v.o en ayunas o v.i.v.
Pirazinamida: 25 mg/ kg/ día. Dosis máxima 2000 mg v.o en ayunas.
Etambutol: 25 mg/ kg/ día, máximo 1500 mg día v.o.
Estreptomicina: 15 mg/ kg/ día, máximo 1 gr día v.i.m o i.v.
Y para evitar neuropatías se administrará Piridoxina (vit B6) 25-50 mg v.o al día.
ENCEFALITIS
De la misma forma que a veces no podemos concretar la cronología del proceso y así
calificar un proceso como agudo o subagudo, en otras ocasiones, y sobre todo en los
primeros momentos de la enfermedad, no podremos señalar al principio nada más
que se trata de una infección del sistema nervioso central. Y así, además de existir in-
fección de las meninges y el espacio subaracnoideo, se afectarán también otras es-
tructuras. Por ello, hablaremos de meningoencefalitis infecciosa que puede presentar-
600
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ La etiología más frecuente de las encefalitis infecciosas es la viral siendo los agen-
tes causales similares a los comentados en las M.A.V. Otras causas de meningo-
encefalitis pueden ser listeriosis (rombencefalitis), toxoplasmosis, criptococosis, tu-
berculosis (más frecuente en inmunodeprimidos), Rickettsias, Espiroquetas, etc.
En pacientes que llegan del trópico pensar en Plasmodium falciparum, Togavirus y
Arbovirus.
▲ El cuadro clínico suele ser agudo-subagudo con fiebre, alteración del nivel de
conciencia, meningismo, focalidad neurológica (p.e: afectación de pares cranea-
les, afasia, hemiparesia, alucinaciones), puede haber crisis comiciales. En caso de
existir además afectación medular (mielitis) podríamos ver parálisis flácida, alte-
ración de la sensibilidad con un “nivel sensitivo” y disfunción esfinteriana. Si se
afecta el hipotálamo podríamos encontrar SIADH, diabetes insípida, hipertermia.
presión de apertura elevada, claro, con pleocitosis de 10-1.000 células con predo-
minio M.N, presencia significativa de hematíes (valorable sobre todo si la P.L no fue
traumática), aumento de proteínas y una glucorraquia normal o baja.
Se deberá solicitar al laboratorio de Microbiología la realización de PCR para los vi-
rus neurotropos (familia herpes, VIH); según disponibilidad, detección de antígenos o
anticuerpos intratecales y cultivo para virus, además de las determinaciones habitua-
les ante estos perfiles: cultivo, Gram, Ziehl y cultivo para micobacterias (ver descrip-
ciones en cuadros 73.1 y 73.2).
Actualmente se acepta que la realización precoz de RMN y PCR del DNA de VHS en
LCR tiene una sensibilidad diagnóstica próxima al 100% incluso en fases iniciales.
Es muy importante recordar que la presentación clínica de las encefalitis herpéticas,
a veces, no lo es en su “Forma Típica”: con fiebre (97%), alteración del nivel de con-
ciencia (92%), cambios de personalidad y comportamiento (85%), cefalea con/sin vó-
mitos (81%), alteraciones del lenguaje (76%), crisis (67%), ataxia, hemiparesia, afec-
tación de pares craneales, alucinaciones... y aparece en su “Forma Atípica” (20%
casos) como una encefalopatía aguda o subaguda febril con alteraciones del nivel de
conciencia o del comportamiento (incluso como “verdaderos casos psiquiátricos”) en
ausencia de signos de focalidad neurológica o crisis.
2.- Tratamiento en el área de Urgencias:
▲ Debe ser inmediato ante la sospecha de una encefalitis herpética (EH). Demorar
su inicio en espera de la realización de TAC o RMN conlleva un riesgo inacepta-
ble de morbi-mortalidad no asumible dada la baja toxicidad del Aciclovir.
▲ Se administrará ACICLOVIR. La dosis es de 10 mg/ kg/ 8 horas (diluir en 250 ml
de S. Salino y pasar en 60 min).
▲ Si hay edema cerebral importante añadir Dexametasona comenzando con un bo-
lo inicial de 8-12 mg y posteriormente 4-6 mg / 6-8 horas.
sa, iones y urea, hemocultivos y cultivos de los posibles focos, Rx de Tórax y otras
zonas dependiendo de la sospecha así como serologías y otras pruebas (ecocar-
diograma, otoscopia, exploración de senos paranasales, fondo de ojo, examen
por O.R.L, etc) según las posibilidades etiológicas.
▲ La Punción Lumbar no se realizará ya que es poco rentable microbiológicamente
y puede existir riesgo de herniación.
2.- Tratamiento:
- Médico: Según los microorganismos y el foco más probable.
- Neuroquirúrgico: Necesario para drenaje y cultivo en la mayoría de los casos.
Siempre hay que comentar el caso con neurocirugía aunque no se intervenga de for-
ma inmediata como puede ocurrir en los casos de abscesos múltiples, abscesos me-
nores de 2 cms. de diámetro, cerebritis o localización inaccesible, donde se inicia-
rá sólo tratamiento antibiótico.
Cuadro 73.7: Tratamiento empírico de los A.C
Origen/situación
predisponente Microorganismos Tratamiento empírico3 vía I:V.
Foco desconocido Polimicrobianos
Foco sinusal Estreptococos grupo viridans.
Anaerobios.
H.Influenzae. Ceftriaxona. 2gr/12 h
S. aureus. o
Foco dental Igual que foco sinusal Cefotaxima 2gr/4 h
Actinomyces. +
Foco ótico1 Igual que foco sinusal Metronidazol 10mg/Kg/8 h
Enterobacterias (Proteus) (Alternativa: Meropenem 1-2g/8h
P. aeruginosa2 con/sin Vancomicina
Foco pulmonar Igual que foco sinusal. 1-2g/12h)
Nocardia.
Actinomyces
Endocarditis S. aureus
Estreptococos grupo viridans Meropenem o Cefepima 2g/8h
H. influenzae +
Hongos Cloxacilina 2g/4h
Traumatismo S. aureos o
o neurocirugía S. epidérmidis Vancomicina 1g/8-12h
Enterobacterias
P. aeruginosa
1. En el caso de absceso secundario a otitis media crónica considerar la sustitución de la Cefotaxima o Cef-
triaxona por otra Cefalosporina activa frente a P. aeruginosa (Cefepima o Ceftazidima)
2. Si se sospecha P. aeruginosa o se trata de un enfermo inmunodeprimido sustituiremos Ceftriaxona o Cefo-
taxima por Ceftazidima 2gr/8 h o Cefepime 2 gr/12 h
3. Si alergia a Beta-lactámicos: Vancomicina (1-2 gr/12h) + Aztreonam (1 gr /8 h) Ciprofloxacino (400
mg/12 h) (o Levofloxacino 400 mg / 12 h).
Si alergia a Metronidazol: Cloranfenicol ( 1 gr/6 h vía i.m.)
Se podría usar Meropenem para sustituir Cefalosporina de 3ª + Metronidazol.
NOTA: En los pacientes con sida, el tratamiento empírico inicial debe ser activo frente a toxoplasma. Sulfa-
diazina 1-1,5 gr/6 h v.o. junto con Pirimetamina 10 mg/24 h (dosis inicial) seguido de 50 mg/24 h v.o. 4-
8 semanas y Ácido Folínico 10 mg/24 h. Alternativa: Clindamicina 600 mg/6 h v.o. ó i.v. junto con Pirime-
tamina 50 mg/24 h v.o. 4-8 semanas y Ácido Folínico.
603
CAPÍTULO 73
1
Sólo se dispone de tratamiento eficaz frente a los virus del grupo herpes. Si se considera necesario el inicio del tratamiento an-
tibacteriano puede elegirse la Doxiciclina, un Macrólido o una fluoroquinolona de 3ª ó 4ª generación.
CONCLUSIONES
▲ Todas las infecciones del S.N.C (incluyendo las meningitis virales) deben ser in-
gresadas en un Hospital.
▲ Si existen dudas sobre la etiología de una infección del S.N.C es conveniente co-
menzar un tratamiento con múltiples fármacos hasta que se aísle el agente causal
(p.e: Ceftriaxona + Ampicilina + Aciclovir + tratamiento para meningitis tubercu-
losa).
▲ Ante la sospecha de una infección del S.N.C es inadmisible no tratar de forma in-
mediata y sin demoras por esperar pruebas o resultados analíticos.
▲ En una sospecha de MAB hay que extraer hemocultivos e iniciar el tratamiento
antibiótico de forma empírica antes de hacer la P.L., si se va a demorar esta prue-
ba por cualquier motivo, o poner la primera dosis “simultánea a su realización”
si no hay contraindicaciones para hacerla.
▲ En caso incierto entre M.A.V y M.A.B se tratará con antibióticos inicialmente.
▲ Cuando se realice una P.L en Urgencias, el enfermo se quedará en observación
manteniendo una vía periférica canalizada y reposición hidroelectrolítica, si pre-
cisa, durante al menos 4-8 horas antes de ser dado de alta, si procede (las 2 pri-
meras en decúbito).
▲ En una meningitis con líquido claro y glucosa baja habría que valorar el incluir
en el tratamiento inicial: Ceftriaxona, Aciclovir, antituberculosos y Ampicilina o
Cotrimoxazol. En cualquier caso es necesario individualizar cada paciente y siem-
pre será mejor administrar fármacos “de más que de menos”.
▲ En pacientes con foco infeccioso ORL o parameníngeo y en los que se piensa que
existe afectación encefalítica es imprescindible realizar TAC craneal previo a la
P.L.
▲ Cuando ni la clínica, ni las pruebas de imagen, ni el perfil del L.C.R sean defini-
torios para una meningitis o encefalitis determinada, habrá que considerar iniciar
tratamiento además de con antibióticos, con Aciclovir y/u otros fármacos que cu-
bran Listeria, TBC, hongos según la valoración apropiada de cada caso.
606
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
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tico y terapéutica médica. 5 ª edición. Madrid. Egraf S.A; 2003.p.511-526.
607
CAPÍTULO 74
Capítulo 74
INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO
L. M. Cano Martín - M. A Sepúlveda Berrocal - F. Cuadra García-Tenorio
INTRODUCCIÓN
▲ La infección del tracto urinario comprende una serie de condiciones clínicas que
afectan a las diferentes porciones del tracto urinario. La presencia de piuria jun-
to con la presencia de un número significativo de bacterias en el urocultivo cons-
tituyen la base para el diagnóstico.
▲ Se entiende por infección urinaria no complicada aquella que se presenta en pa-
cientes sin anomalías estructurales o funcionales de la vía urinaria. Se considera
no complicada cuando aparece en mujeres jóvenes y sanas, no embarazadas.
▲ Se define como complicada cuando el paciente es un varón, en pacientes en eda-
des extremas, menopausia, diabetes, inmunodeficiencia, insuficiencia renal, in-
fección adquirida en el hospital, síntomas de más de siete días de evolución con
tratamiento adecuado, uso reciente de antimicrobianos, sonda vesical, manipula-
ción reciente del tracto urinario, anomalía anatómica o funcional del mismo.
ETIOLOGÍA
▲ En la infección adquirida en la comunidad, en enfermos sin factores de riesgo especí-
ficos o enfermedades de base, Escherichia coli, es la bacteria que se aísla en más del
70% de los casos, seguida de Klebsiella spp, Proteus mirabilis y Enterococcus faecalis.
▲ En los hospitalizados, con enfermedad de base obstructiva, sometidos a manipula-
ciones instrumentales y/o con tratamiento antibiótico, el porcentaje de Escherichia
coli desciende a favor de otras bacterias detectándose con frecuencia Enterobacter
spp., Serratia spp., Morganella morgagnii, Pseudomonas spp., Acinetobacter spp.
y otros microorganismos como levaduras, la más frecuente Candida albicans.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. ANAMNESIS
▲ Desde el punto de vista sintomático distinguimos dos grupos de pacientes:
- Infección de la vía urinaria inferior: disuria, polaquiuria, tenesmo, urgencia
miccional y dolor suprapúbico.
- Pielonefritis: fiebre, dolor lumbar y síndrome miccional bajo.
▲ Es importante interrogar sobre factores de riesgo de ITU complicada.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA
▲ Además de realizar una exploración física general que incluya temperatura, ten-
sión arterial y frecuencia cardíaca, podemos destacar determinadas maniobras
que nos orientarán hacia el diagnóstico:
- Realizar siempre puño percusión renal para valorar una posible pielonefritis, a
pesar de ser poco sensible (aparece en el 50% de ellas) y específica (también
puede ser positiva en tumores y litiasis).
- Examen vaginal en mujeres en presencia de signos de vulvovaginitis.
- Examen de genitales externos en el varón (descartar orquiepididimitis) y tacto
rectal para valorar la próstata. El hallazgo de una próstata tumefacta, caliente
y dolorosa es indicativo de prostatitis aguda.
608
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
PROSTATITIS AGUDA
▲ La prostatitis aguda se diagnostica cuando el paciente presenta fiebre, sintomato-
logía irritativa y/o obstructiva del tracto urinario inferior, y tacto rectal con prós-
tata agrandada y dolorosa. El diagnóstico debe basarse en los cultivos de sangre
y orina, estando el masaje prostático contraindicado.
▲ En la prostatitis aguda está indicado el tratamiento con:
- Ciprofloxacino 200-400 mg/12 IV seguido de Ciprofloxacino 500 mg /12h
hasta completar 4 semanas.
- Ofloxacino 200 mg IV o PO hasta completar 4 semanas.
- Ampicilina 2 g/6h IV + Gentamicina 240 mg/día IV .
- Ceftriaxona 1 gr/día IV/IM.
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611
CAPÍTULO 75
Capítulo 75
INFECCIONES INTRAABDOMINALES
J. M. Fernández Blanco - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
Al hablar de la infección intraabdominal nos referimos a una infección con repercu-
sión sistémica cuya localización puede encontrarse en un foco intraperitoneal, extra-
peritoneal, en un absceso visceral localizado o como una peritonitis generalizada.
Puede ser producida por contaminación a partir de procesos patológicos del conduc-
to gastrointestinal, vía biliar, páncreas y tracto genitourinario, que pueden ser debidas
a alteraciones intestinales inflamatorias, mecánicas, vasculares o neoplásicas. Muchos
de los procesos se abordarán concretamente en los capítulos correspondientes.
ETIOLOGÍA
Las causas más frecuentes son: perforación de úlcus gastroduodenal, perforación ye-
yuno-ileal, perforación colónica, dehiscencia de anastomosis (sepsis postoperatorias),
pancreatitis aguda, isquemia mesentérica, apendicitis, diverticulitis, enfermedad in-
flamatoria intestinal (EII), enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), colecistitis aguda,
embarazo ectópico y torsión ovárica, entre otras.
En función de la forma de presentación, las localizaciones más frecuentes son:
● Absceso intraperitoneal: hígado, páncreas, riñón y bazo.
● Absceso retroperitoneal: riñón, páncreas, colon y apéndice.
Los microorganismos más comúnmente implicados son:
● Gérmenes aerobios y facultativos: E. coli, Enterococus y Klebsiella.
● Gérmenes anaerobios: Bacteroides fragilis
No obstante, en la mayoría de los casos la infección es polimicrobiana.
CLÍNICA
El diagnóstico de Sepsis Intraabdominal suele ser difícil dada la gran variabilidad que
se puede encontrar en la presentación del cuadro. Algunos abscesos pueden aparecer
mostrando datos clínicos poco específicos, incluso desde varios meses antes de esta-
blecerse el diagnóstico. Por el contrario, podemos encontrar cuadros catastróficos que
cursan con Shock Séptico y fallo multiorgánico en caso de peritonitis generalizada.
No obstante, los signos y síntomas que nos van a orientar el diagnóstico son:
- Dolor abdominal: La localización variará según la víscera afecta o de si se trata de
una sepsis generalizada. Aumenta y se generaliza reaccionando con defensa y ri-
gidez de la pared abdominal que le lleva al paciente a adoptar una postura antiál-
gica o “fetal”. Se agrava con el movimiento y la respiración.
Podemos diferenciar algunos procesos concretos en cuanto a las caraterísticas del do-
lor, ver cuadro 75.1
- Fiebre: Es frecuente pero puede faltar en ancianos o inmunodeprimidos, lo cual es
un signo de gravedad y mal pronóstico.
- Escalofríos: Más frecuente en peritonitis y colangitis.
- Náuseas y vómitos: En colecistitis, pancreatitis, obstrucción intestinal e isquemia me-
sentérica.
612
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Además de los anteriores cabe resaltar otros que ponen de manifiesto gravedad del
cuadro:
Cuadro 75.2: CRITERIOS DE GRAVEDAD
- Frecuencia respiratoria >30 ó <10 rpm.
- Taquicardia > 120 lpm
- Ausencia o asimetría de pulsos periféricos.
- Signos de hipoperfusión de piel y mucosas.
- Distensión abdominal
- Hematoma o heridas.
- Ruidos de lucha o silencio abdominal.
DIAGNÓSTICO
Se basa en la historia clínica, exploración física, datos de laboratorio y estudios ra-
diológicos.
EXPLORACIÓN FíSICA:
1 Estado general:
a) Determinar constantes vitales (FC, FR, TA y Tª)
613
CAPÍTULO 75
2 Exploración abdominal:
a) Inspección: valoraremos la presencia de inmovilidad y respiración superficial
(típicos del abdomen agudo). Presencia de cicatrices de cirugías previas, sobre
todo si son recientes.
Existencia de signos externos tales como fístulas, abscesos, heridas o hemato-
mas. Si existe o no distensión abdominal que nos orienta hacia ascitis, obs-
trucción intestinal o peritonitis bacteriana espontánea. Presencia de peristaltis-
mo visible o de lucha que nos orienta a la obstrucción intestinal. Existencia de
asimetrías o tumores abdominales.
b) Auscultación abdominal. Se hará antes de la palpación. Podemos objetivar:
- Peristaltismo ausente: peritonitis, pancreatitis.
- Peristaltismo aumentado: gastroenteritis, inicio de obstrucción intestinal.
- Ruidos hidroaéreos o borborigmos: cuando hay aire y líquido abundantes
en la luz intestinal.
- Ruidos metálicos: obstrucción intestinal avanzada.
c) Palpación: se valorará tensión del abdomen, signo de Blumberg (irritación pe-
ritoneal), contractura involuntaria (peritonitis), abdomen o vientre en tabla (pe-
ritonitis generalizada), signo de Murphy y Courvoisier (colecistitis aguda), sig-
nos de Mcburney y Rovsing (apendicitis aguda).
En ocasiones puede palparse una masa abdominal, sobre todo en el paciente
anciano debido a su delgadez y menor contractura muscular en presencia de
irritación peritoneal, lo cual nos orienta hacia cuadros como la colecistitis agu-
da, diverticulitis o absceso pericólico.
d) Percusión abdominal: presencia de timpanismo. No olvidar la puñopercusión
renal bilateral.
e) Tacto rectal y vaginal: inspección de la zona sacrococcígea anal y perianal en
busca de abscesos, presencia de masas, zonas ulceradas y fecalomas. Exis-
tencia de dolor a la movilización de cervix o ambas fosas ilíacas, así como la
ocupación del espacio de Douglas. Siempre observar el dedo del guante en
busca de sangre, moco o pus.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS:
1- Sistemático de sangre: datos significativos serán la leucocitosis con desviación a
la izquierda, así como la leucopenia y plaquetopenia que pueden aparecer en los
cuadros de sepsis.
2- Bioquímica: glucemia, urea y creatinina (valoración de repercusión renal), elec-
trolitos (signos de deshidratación y en casos de obstrucción intestinal), amilasemia
(pancreatitis), LDH y GOT (colecistitis aguda), bilirrubina (colangitis).
3- Coagulación con dímero D y PDF: sepsis con CID.
4- Analítica de orina: en busca de piuria (infección urinaria) y amilasuria (pancreatitis).
5- Gasometría arterial: en sospecha de pancreatitis, obstrucción intestinal o isquemia
mesentérica.
6- Hemocultivos: al inicio del cuadro y antes del tratamiento antibiótico.
7- ECG: sobre todo en ancianos y diabéticos.
614
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
PRUEBAS RADIOLÓGICAS:
1- Rx tórax PA y Lateral: buscaremos la presencia de neumoperitoneo (perforación
de víscera hueca), deformidad diafragmática (traumatismo abdominal) y eleva-
ción diafragmática (absceso subfrénico y pancreatitis).
2- Rx Abdomen en bipedestación, decúbito supino y lateral: buscar la ausencia de la
línea del Psoas derecho (apendicitis aguda), imagen en grano de café (vólvulo), pre-
sencia de aire libre (perforación de víscera hueca), dilatación de asas (obstrucción).
En la peritonitis difusa el hallazgo más frecuente es el íleo paralítico con disten-
sión de asas, niveles hidroaéreos intraluminales y separación de asas por líquido
peritoneal.
3- Ecografía abdominal: útil para patología biliar (colecistitis aguda, colédocolitiasis
y colecistopancreatitis). Las colecciones líquidas infectadas no presentan signos
ecográficos específicos, aunque las que presentan material ecogénico en su inte-
rior y paredes irregulares tienen mayor probabilidad de estar infectadas.
4- TAC: es la más rentable de todas las exploraciones, aunque se reserva a aquellos
casos en que, después de la ecografía, tenemos aún dudas diagnósticas. Es muy
específica en la pancreatitis aguda, perforación de vísceras huecas y detección de
plastrones inflamatorios.
OTRAS:
Lavado peritoneal: método seguro y fiel. La presencia de 500 leucocitos /mm3 tras la-
vado con 1 litro de solución salina se considera positivo, aunque se pueden obtener
cifras superiores a 10.000 leucocitos/mm3. Debe ser guiada por ECO o TAC. Permi-
te el cultivo de exudado peritoneal o pus obtenidos con la punción (cultivo en medio
aerobio y anaerobio).
TRATAMIENTO
El tratamiento de la sepsis abdominal recoge las siguientes intervenciones:
Soporte general.
▲ PACIENTE ESTABLE:
1. Canalizar vía venosa periférica.
2. Control de constantes vitales.
3. Dieta absoluta.
4. Colocación de SNG (si hay distensión abdominal o sospecha de obstrucción).
5. Si no es estrictamente necesario no se administrará analgesia hasta que no ten-
gamos un diagnóstico.
6. Hidratación iv. Las soluciones cristaloides son los fluidos de elección para man-
tener y restaurar la función tisular.
▲ PACIENTE INESTABLE:
1. Canalizar 2 vías venosas periféricas.
2. Monitorización y oxigenoterapia.
3. Dieta absoluta.
4. Colocación de SNG y sonda vesical.
5. Realización de ECO abdominal (portátil si es preciso).
6. Analgesia. Es recomendable en casos de inestabilidad aliviar el dolor sin lle-
gar a la sedación profunda. Como alternativas podemos usar Ketorolaco, Me-
peridina , Petidina , Metamizol, etc.
7. Hidratación iv a base de cristaloides.
8. Corrección de trastornos metabólicos.
615
CAPÍTULO 75
ANTIBIOTERAPIA:
- TRATAMIENTO EMPIRICO:
La elección del régimen terapéutico se condicionará por: la gravedad del cuadro, la
edad del enfermo, la existencia o no de un foco o diagnóstico concreto como origen
de la sepsis o peritonitis secundaria, la existencia de factores o enfermedades debili-
tantes en el enfermo (diabetes, insuficiencia renal o/y diálisis, neutropenia, hepato-
patía, neoplasia o enfermedad hematológica, etc). Atendiendo a estos puntos y ante
la existencia de una sepsis de origen abdominal sin un diagnóstico de certeza po-
dremos optar, siempre debiendo ser activo frente a Enterobacterias y bacterias anae-
robias intestinales:
- Metronidazol 500 mg/ 8h iv. o Clindamicina 600 mg/ 8h iv. + Gentamicina
5-7 mg/kg/24h iv.
- Cefotaxima 1-2 gr/ 8h iv. o Ceftriaxona 2 gr/24h iv.) + Metronidazol a las
dosis indicadas.
- Amoxicilina-Clavulánico 2-0.2 gr/ 6-8 horas i.v
- Ertapenem 1 gr/ 24 horas i.v
- Piperacilina-Tazobactam 4-0.5 gr/ 8 horas i.v
- Imipenem 500 mg-1 gr/ 6 horas i.v
- Meropenem 1 gr/ 8 horas i.v
▲ Además en enfermos neutropénicos y en los que exista la sospecha de infección
por P. aeruginosa se utilizaría Ertapenem o Piperacilina-Tazobactam o Imipenem
o Meropenem + Amikacina 15 mg/ Kg / día i.v
▲ En casos de alergia a los Beta-lactámicos, éstos, se podrían sustituir por Ciproflo-
xacino 400 mg / 12 horas i.v o Aztreonam 1-2 gr/8 horas a los que habría que
añadir Metronidazol con / sin Aminoglucósido.
- TRATAMIENTO ESPECIFICO
En los distintos capítulos del bloque de Aparato Digestivo (39-55) se encontrarán las
pautas determinadas para los casos de pancreatitis, colecistitis y colangitis, obstrucción
intestinal, isquemia mesentérica, etc. Por ello sólo recogeremos en este capítulo las
pautas de tratamiento que no se incluyen en otras partes del manual, como:
- Abscesos hepático, esplénico, pancreático o de los espacios intra o retroperito-
neal o perirrectal:
- Cefotaxima 2 gr/8h iv. o Ceftriaxona 2gr/24h iv. + Metronidazol 500mg/8h
iv. con/sin Aminoglucósido (Gentamicina o Amikacina a las dosis comentadas)
- Alternativa: Imipenem o Meropenem 1gr/6h iv. o Piperazilina-tazobactam
4/0,5gr/8h iv. con/sin Aminoglucósido (Gentamicina o Amikacina a las dosis
comentadas)
- Enfermedad inflamatoria pélvica.
- En régimen ambulatorio:
- Cefixima 400mg vo. o Ceftriaxona 250mg im. en una sola dosis seguida de
Doxiciclina 100mg/12h vo. con/sin Metronidazol 500 mg/12h vo. (14días).
- Otra opción es Levofloxacino 500mg/24h vo. asociado a Metronidazol
500mg/12h vo. (14 días)
- Paciente hospitalizada:
- Cefoxitina 2gr/6h iv. + Doxiciclina 100mg/12h iv. (al menos 4 días). Continuar
con Doxiciclina 100mg/12h vo. hasta completar 14 días.
616
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Otra opción Clindamicina 600 mg/8h iv. + Aminoglucósido a dosis única dia-
ria (al menos 4 días) y continuar con Doxiciclina.
- TRATAMIENTO QUIRÚRGICO:
Se reserva a los siguientes casos:
- Colecistitis complicada.
- Colecistitis alitiásica.
- Obstrucción intestinal cuando no se resuelve en 48-72h.
- Neoplasias obstructivas de recto-sigma cuando hay datos de dilatación del marco
cólico y/o sepsis.
- Isquemia mesentérica.
- Diverticulitis
- Perforación de víscera hueca.
Criterios de ingreso:
Como norma general todo paciente que presente signos y datos clínicos de sepsis
abdominal deberá ser ingresado. Si además, se objetivan criterios de gravedad se
valorará ingreso en UVI.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Bennett JE, Dolin R, eds. Principles and Practices of infections Diseases (4ªed ). Nueva York:
Churchill Livinstone inc 1995; cap 57: 705-740.
▲ Sánchez Turrión V. Dolor Abdominal. En: Moya MIR MS.Guías de Actuación en Urgencias,
2ª ed McGraw-Hill- Interamericana de España, 2000: 188-193.
▲ Alarcó Hernández A, Yuste García P, Meneses Fernández MªM.Urgencias abdominales y del
aparato digestivo. Medicine 1999; 7(121):5660-5666.
▲ Larrañaga I, Mendía E, Die J, Lobo E. Abdomen agudo. En : Lobo Martínez E, director.Ma-
nual de urgencias quirúrgicas, 2ª ed . Coordinación editorial: IM&C, 2000: 97-111.
▲ Westphal JF, Brogad JM. Biliary trat infections. A guide to drug treatment. Drugs 1999; 57:
81-91.
▲ Mensa J, Gatell JM, Jiménez de Anta MT, Prats G, Domínguez Gil A. Guía de terapéutica
antimicrobiana, 13ª ed . Ed Masson, 2003: 379-381.
▲ Torabadella de Reynoso P, Tomasa Torralardona A, Sarmiento Martínez X. Infección gene-
ralizada : sepsis y shock séptico. En: Tamames Escobar S, Martínez Ramos C.Cirugía. Ed Pa-
namericana, 1997: 196-205.
617
CAPÍTULO 76
Capítulo 76
INFECCIONES DE LA PIEL Y TEJIDOS BLANDOS
O. López-Barrantes González - F. Cuadra García-Tenorio
INTRODUCCIÓN
Infecciones de la piel y tejidos blandos son las que afectan a la epidermis, dermis, te-
jido celular subcutáneo, fascia y tejido muscular, pudiendo incluir también entre ellas
las que afectan a los distintos anejos cutáneos (folículo piloso, glándulas, etc.) Son in-
fecciones relativamente frecuentes en nuestro medio, especialmente en pacientes con
factores de riesgo asociados (ej. Diabetes, inmunodepresión, problemas circulatorios,
consumo de drogas intravenosas...). Es en estos casos donde habrá que poner mayor
atención y efectuar un rápido diagnóstico, y precoz y adecuado tratamiento, dadas
las posibles complicaciones que pueden desarrollar.
Ante un paciente que acude a Urgencias con clínica de infección de partes blandas,
se deben plantear varias preguntas básicas, que si bien no llevan al diagnóstico con-
creto, ayudan a determinar tanto la gravedad del proceso como la necesidad de
actuación médica y/o quirúrgica inmediata:
● ¿Se trata de un paciente con factores de riesgo conocidos para infecciones cu-
táneas?
● ¿Hay datos epidemiológicos favorecedores de infección (consumo de drogas
parenterales, edad de riesgo, alteraciones de la inmunidad)?
● ¿Es una infección superficial o afecta a capas más profundas?
● ¿Hay datos clínicos o analíticos de repercusión sistémica?
● ¿Es un cuadro de instauración aguda o subaguda?
● ¿Ha realizado ya el paciente algún tratamiento?
Estas cuestiones serán de gran utilidad en la aproximación inicial al paciente y pro-
bablemente en la decisión sobre la necesidad de un ingreso hospitalario para diag-
nóstico definitivo y tratamiento.
CLASIFICACIÓN
Según el nivel de afectación, describimos de forma resumida los principales tipos de
infección [Figura 76.1, Cuadro 76.1]
Figura 76.1
618
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Piomiositis: Suele ser secundaria a la infección del músculo por vía hematógena
desde un foco a veces inaparente. En nuestro medio afecta más frecuentemente a
pacientes inmunodeprimidos y usuarios de drogas parenterales. La mayoría de los
casos se presentan en la fase intermedia o supurativa, con fiebre, dolor y a veces
fluctuación en músculos de las extremidades.
▲ Gangrena gaseosa: Tras contaminación de heridas con tierra y otros productos.
La evolución es rápida, con dolor muy intenso y síntomas de toxicidad general.
Hay formas de gangrena espontánea tras bacteriemia con puerta de entrada in-
testinal.
▲ Foliculitis, Forúnculo y Ántrax: Pápula inflamatoria con pústula central donde
pueden quedar restos del pelo; que ocurre especialmente en zonas de roce y en
relación con mala higiene o con tratamientos corticoideos tópicos. Cuando la in-
flamación se hace más profunda y se destruye el folículo, aparece un nódulo ro-
jo edematoso, doloroso, que puede abscesificarse y acompañarse de fiebre, de-
nominándose Forúnculo. La coalescencia de varios de ellos, con supuración por
varios orificios, es el Ántrax.
▲ Hidrosadenitis: Nódulos inflamatorios, dolorosos, que se pueden abscesificar y
drenar un material purulento, dejando en su evolución cicatrices y trayectos fistu-
losos. Ocurre en las regiones axilar e inguinal fundamentalmente, en relación con
uso de ropas ajustadas, obesidad o depilaciones traumáticas.
TRATAMIENTO
IMPÉTIGO Leve: Higiene local con jabones antisépticos, descostrado con fo-
mentos con sulfato de Zinc o de cobre al 1/1.000 y antibiótico tópi-
co (Mupirocina o Ácido fucsídico 2 aplic / d. )
Moderado: Lo anterior + Antibióticos vía oral: Cloxacilina 500 mgs
-1gr. / 6 - 8h; Cefalexina 250 mgs / 6h; Clindamicina 300 mgs /
8h.
ERISIPELA Leve: Amoxicilina 500 – 750 mgs / 8h v.o; Amoxicilina / Clav. 500
– 875 mgs / 8 –12 h v.o ; Clindamicina 300 mgs / 8h v.o
Severa: Penicilina G 2 mill /4h i.v; Clindamicina 600 mgs / 8h i.v.
En caso de síntomas atípicos: Cloxacilina 500 mgs / 6 h v.o. o Ce-
fazolina 1gr./ 8 h i.v.
BIBLIOGRAFÍA
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Medicina de Urgencias. 4ª ed. Mexico: McGraw – Hill interamericana editores S.A.; 1996.
p. 1069-1072.
▲ Swartz MN. Cellulitis and subcutaneous tissue infections. En: Mandell GL, Bennett JE, Dolin
R, editors. Mandell, Douglas and Benett´s principles and practice of infectious diseases. 5th
ed. Philadelphia: Churchill Livingstone; 2000. p.1037-1055.
▲ Swartz MN. Myositis. En: Mandell GL, Bennett JE, Dolin R, editors. Mandell, Douglas and Be-
nett´s principles and practice of infectious diseases. 5th ed. Philadelphia: Churchill Livingsto-
ne; 2000. p.1058-1065.
▲ Lee PK, Weinberg AN, Swartz MN, Johnson RA. Piodermas: Staphylococcus aureus, estrep-
tococos y otras bacterias grampositivas. En: Freedberg I, Eisen AZ, Wolff K, Austen KF, Fitz-
patrick TB. Dermatología en Medicina General. 5a ed. Buenos Aires: Editorial Médica Pa-
namericana; 2001. p. 2312-2338
▲ Gonzalez Ruiz A, Bernal Ruiz A I, Tejerina J A. Urgencias de Dermatología.1ª ed. Signa-
ment Edicions, S.L.; 2001. p 21-31.
▲ Brogan TV, Nizet V. A clinical approach to differentiating necrotizing fasciitis from simple ce-
llulitis. Infect Med 1997; 14: 734-738.
623
CAPÍTULO 77
Capítulo 77
EVALUACIÓN EN URGENCIAS DEL PACIENTE
CON INFECCIÓN POR VIH
A. Moreno Rodríguez - R. Crespo Moreno - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
¿Por qué puede consultarnos un paciente con infección por VIH?
- Por complicaciones derivadas de su infección, fundamentalmente infecciosas.
- Por efectos secundarios de los fármacos que toma.
- Por cualquier otra enfermedad no relacionada con la infección por el VIH.
En este capítulo nos ocuparemos de las dos primeras situaciones. Algunos de los al-
goritmos diagnósticos que presentaremos obviamente no se pueden desarrollar com-
pletamente en el Servicio de Urgencias.
Algunas consideraciones de la Historia clínica y la exploración física:
▲ Práctica de riesgo: Determinadas complicaciones como el Sarcoma de Kaposi son
más frecuentes en homosexuales; otras como la neumonía bacteriana o la tuber-
culosis son más frecuentes en consumidores de drogas.
▲ Exposiciones ambientales: Viajes, animales, pacientes con tuberculosis.
▲ Fármacos que toma: Entre ellos la profilaxis primaria y secundaria de infecciones
oportunistas y si las toma bien.
▲ Informes recientes sobre niveles de linfocitos CD4 y carga viral: En ninguna otra
enfermedad hay tan buena correlación entre el grado de inmunosupresión medi-
do por la cifra de linfocitos CD4 y la aparición de determinadas infecciones opor-
tunistas (Cuadro 77.1)
Cuadro 77.1: Correlación de complicaciones con linfocitos CD4
Linfocitos CD4/mm3 Infecciones No infecciones
En el cuadro 77.2 presentamos la clasificación de los CDC que utilizamos desde 1993
basada en las complicaciones de la enfermedad y en el nivel de linfocitos CD4 /mm3.
En las tres tablas siguientes se enumeran las enfermedades incluidas en cada una de
las categorías clínicas.
Cuadro 77.2: Tabla 5. Categoría clínica C
Clasificación de la infección por VIH 1. Candidiasis esofágica, traqueal, bronquial
Categoría de Categorías clínicas o pulmonar
2. Carcinoma invasivo de cérvix
3. Coccidiodomicosis diseminada (localiza-
Linfocitos CD4 A B C ción diferente de pulmón, ganglios cervica-
les o hiliares)
1 > 500 ( ≥ 29% ) A1 B1 C1 4. Criptococosis extrapulmonar
2 200-499 (14-28%) A2 B2 C2 5. Criptosporidiasis, con diarrea de > de un
3 < 200 ( < 14% ) A3 B3 C3 mes de duración
Se considera SIDA los casos incluidos en la zona 6. Infección por CMV en cualquier órgano di-
sombreada ferente de hígado, bazo o ganglios linfáti-
cos
Cuadro 77.3. Categoría clínica A 7. Infección por el virus del herpes simple con
1. Infección asintomática úlcera mucocutánea de más de un mes de
2. Infección aguda por VIH duración; o bronquitis, neumonitis o esofa-
3. Linfadenopatía generalizada gitis de cualquier duración
8. Histoplasmosis extrapulmonar
9. Encefalopatía por el VIH
Cuadro 77.4. Categoría clínica B 10. Wasting syndrome
1. Angiomatosis bacilar 10. Isosporidiasis con diarrea de más de un
2. Candidiasis oral mes de duración
3. Candidiasis vulvovaginal persistente, frecuente o que 12. Sarcoma de Kaposi
responde mal al tratamiento 13. Linfoma cerebral primario
4. Displasia cervical (moderada o grave) o carcinoma in situ 14. Linfoma inmunoblástico o equivalente
5. Fiebre (> 38.5°C) o diarrea de más de un mes de evo- 15. Linfoma de Burkitt o equivalente
lución 16. Infección por Mycobacterium avium o
6. Leucoplasia oral vellosa M. kansasii diseminada
7. Herpes zoster (2 episodios o uno que afecte a más de 17. Tuberculosis pulmonar o extrapulmonar
un dermatoma) 18. Nocardiosis
8. Púrpura trombocitopénica inmune 19. Neumonía por Pneumocystis carinii
9. Listeriosis 20. Neumonía bacteriana recurrente
10. Enfermedad inflamatoria pélvica, sobre todo si se 21. Leucoencefalopatía multifocal progresiva
complica con abscesos tuboováricos 22. Sepsis recurrente por Salmonella no typhi
11. Neuropatía periférica 23. Toxoplasmosis cerebral
12. Otras enfermedades cuyo curso clínico o tratamiento 24. Estrongiloidosis extraintestinal
se complica por la infección por el VIH
Tomadas de referencia 1
COMPLICACIONES RESPIRATORIAS
Las infecciones respiratorias suponen una de las causas más frecuentes de consulta en el
Servicio de Urgencias de los pacientes con infección por VIH. La forma de presentación clí-
nica, la radiografía de tórax y la situación inmunitaria del paciente, si la conocemos, pue-
den orientarnos hacia la posible etiología y ayudarnos a elegir el tratamiento empírico (Fi-
gura 77.1). Revisaremos las más frecuentes:
▲ Bronquitis y neumonía bacteriana: La forma de presentación es aguda con fiebre, leu-
cocitosis y en el caso de Neumococo con un alto porcentaje de casos con bacteriemia
( 60-70% ). Las bacterias más frecuentes son: Neumococo, H influenzae, S. aureus y
en fases avanzadas P. aeruginosa. Aunque L. pneumophila es mucho más frecuente en
625
CAPÍTULO 77
los pacientes con SIDA que en la población general sigue siendo una causa poco fre-
cuente de neumonía en estos pacientes. Considerar la posibilidad de aspiración sobre
todo en consumidores de drogas o alcohol. Desde el punto de vista radiológico lo más
frecuente es observar una consolidación lobar o una bronconeumonía; en fases avan-
zadas pueden presentarse como infiltrados pulmonares bilaterales indistinguibles de la
neumonía por P. carinii (PCP); en este último caso es más frecuente aislar H. influen-
zae. En cuanto al tratamiento, si el cuadro es típico recomendamos Amoxicilina-Cla-
vulánico o una cefalosporina de segunda generación hasta tener resultados de los es-
tudios microbiológicos. En pacientes graves es mejor utilizar una cefalosporina de
tercera o cuarta generación o Levofloxacino. Si hay sospecha de infección por Legio-
nella administraremos Azitromicina, Claritromicina o Levofloxacino. Si se presenta con
infiltrados pulmonares bilaterales planteando diagnóstico diferencial con PCP es mejor
asociar a lo anterior TMP-SMX hasta tener los estudios microbiológicos.
Figura 1. Algoritmo diagnóstico ante un paciente con infección por el VIH que
consulta por síntomas respiratorios
Síntomas pulmonares
Rx normal Rx anormal
Infiltrados Infiltrado
Consolidación neumónica
PO2 < 80 mmHg intersticiales cavitado
Bronconeumonía
Saturación < 90% bilaterales
Hemocultivos Esputo:
Inducir esputo Examen esputo Bacterias
Normal Anormal Cultivo esputo Micobacterias
Hongos
Nocardia
Tto
Positivo para Negativo o no conseguido antibiótico
Segui- PCP
miento
No Dx Dx
Progresa el
Broncoscopia infiltrado
Gasometría basal LAB +/- biopsia
(si no está hecha) Tratamiento
Broncoscopia
Modificada de referencia 3
626
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TC con contraste
o RNM
Punción
lumbar
Siguiente
algoritmo
Cefalea ten-
Otras causas de cefa- sional?
lea : Anemia, Síntomas de
sinusitis Migraña?
infección sistémica No fiebre
fiebre
Rx de senos
Tratamiento
Algoritmo de FOD
Tto. sinusitis
Modificada de referencia 3
Tratamiento empírico
de encefalitis por toxoplasma
( Pirimetamina + Sulfadiazina ) Punción lumbar
Efecto masa
Dexametasona
Modificada de referencia 3
COMPLICACIONES GASTROINTESTINALES
Los problemas gastrointestinales más frecuentes en pacientes con infección por VIH
son la intolerancia a las medicaciones, la candidiasis oral y la diarrea que general-
mente es crónica, acompañada de pérdida de peso y malnutrición. Se deben tener en
consideración una serie de principios generales cuando evaluamos este tipo de pro-
blemas:
- Existe una correlación entre muchos de estos trastornos y el nivel de CD4 : Las in-
fecciones por bacterias o las neoplasias son más probablemente la
causa de las molestias en pacientes con más de 400 CD4/mm3. Las infecciones
por CMV, hongos, micobacterias atípicas o Cryptosporidium aparecerán
siempre con menos de 100 CD4.
- Es frecuente el aislamiento de múltiples patógenos. En algunos de ellos como CMV
hay que demostrar que hay invasión tisular para darle valor patogénico.
- En pacientes con infección por VIH avanzada hay que considerar que los patóge-
nos gastrointestinales forman parte generalmente de infecciones sistémicas como
ocurre con CMV o M. avium complex ( MAC ).
▲ Paciente con infección por VIH que consulta por dolor abdominal: La etiología
del dolor abdominal en estos pacientes es muy amplia e incluye además de las es-
pecíficas suyas, las de los pacientes no VIH. El abordaje diagnóstico en general
es similar teniendo en cuenta las complicaciones específicas que se ven en estos
pacientes.
629
CAPÍTULO 77
Diarrea aguda
+/- fiebre
No Historia
Historia de factor de de factores de riesgo
riesgo
Antibióticos en
las 8 semanas ¿C. difficile? - Coprocultivo y muestra para
previas estudio de parásitos
- Hemograma
- Bioquímica
¿Vibrio? - Hemocultivos
Exposición a
pescado
Brote diarreico
Situación estable Inestable
Toxiinfección
Modificada de referencia 3.
630
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
pancreatitis y el abordaje diagnóstico es similar a los pacientes sin infección por VIH.
El tratamiento en general de todos estos procesos de dolor abdominal es el etiológico
y las indicaciones quirúrgicas son las mismas que en pacientes no infectados por VIH.
▲ Evaluación de la odinofagia y disfagia: El hallazgo que más orienta en la eva-
luación de este problema es la presencia de candidiasis oral ya que puede ser
predictivo de candidiasis esofágica ( causa más frecuente de disfagia ). Sin em-
bargo, hasta un 18% de los pacientes con candidiasis esofágica no tienen a nivel
oral. En estos pacientes con disfagia generalmente administramos tratamiento em-
pírico frente a Candida con 200 mg de Fluconazol el primer día seguido de 100
mg/día hasta completar dos semanas; sólo si no hay respuesta al Fluconazol re-
comendamos realización de endoscopia para evaluar otras posibilidades como
esofagitis ulcerativa por CMV, Herpes simple o idiopática. En estos casos es más
frecuente que el paciente se queje de odinofagia.
▲ Evaluación del paciente con diarrea: Hay una gran cantidad de patógenos que pue-
den producir diarrea en estos pacientes. Factores importantes a tener en cuenta cuan-
do evaluamos este problema son: nivel de CD4, historia de uso reciente de antibióti-
cos y establecer si el cuadro es agudo o crónico. Cuando se acompaña de dolor en el
piso abdominal superior o medio junto a sensación de plenitud y náuseas sugiere afec-
tación de estómago, intestino delgado o ambos lo cual ocurre con más frecuencia con
MAC, Cryptosporidium o Isospora belli. Un cuadro de diarrea severa acuosa que pue-
de causar deshidratación y trastornos electrolíticos es más probable con Cryptospori-
dium. La presencia de hematoquecia y dolor en piso abdominal inferior generalmen-
te implica una infección a nivel de colon y los patógenos más frecuentes serían: CMV,
C. difficile, Shigella o Campylobacter. Si hay tenesmo es más probable que se trate de
una colitis bacteriana. En cuanto a la evaluación diagnóstica en el Servicio de Urgen-
cias, lo más importante es valorar la repercusión hemodinámica del cuadro diarreico
para ver si requiere ingreso o se puede hacer estudio ambulatorio e iniciar la recogi-
da de muestras: Coprocultivo, investigación de toxina de C. difficile en heces y reco-
ger 2-3 muestras para investigación de huevos y parásitos. Los hemocultivos son útiles
si se consideran en la etiología bacterias o micobacterias. En general, no se reco-
mienda tratamiento empírico en estos pacientes dada la gran cantidad de patógenos
que pueden producir diarrea; en el caso de que se utilice por cuadro severo de fiebre,
escalofríos y afectación del estado general lo más recomendable sería una quinolona
(Levofloxacino o Ciprofloxacino) añadiendo Metronidazol si hay sospecha de C. diffi-
cile. En la figura 77.4 se propone un algoritmo diagnóstico de la diarrea aguda.
Figura 77.5. Algoritmo diagnóstico del paciente con infección por VIH
que consulta por fiebre
Fiebre
No signos focales
Signos focales
Diarrea
- Hemograma
- Bioquímica
Algoritmo - Análisis de orina
Disnea - Hemocultivos bacterias y
correspondiente
micobacterias
- Rx tórax y ¿senos?
Alt. Neurológica
Modificada de referencia 3.
Tenofovir. Se administran 300 mg al día después de una comida. Bien tolerado. Intole-
rancia gastrointestinal ocasionalmente y algún caso de insuficiencia renal.
Nevirapina. Se administran 200 mgs/día durante 2 semanas y posteriormente 200 mgs cada
12 h. El principal efecto adverso es rash cutáneo en 15-20%; si el rash es severo o va acom-
pañado de fiebre, ampollas, afectación de mucosas, conjuntivitis, edema, artralgias o mal es-
tado general, hay que suspender el tratamiento y no volver a administrarlo. Puede producir he-
patitis. Es un inductor del citocromo P-450 pudiendo disminuir los niveles de otros fármacos.
Efavirenz. Se recomienda tomar 600 mgs en una sola dosis al irse a acostar el paciente. Pro-
duce efectos secundarios a nivel de SNC con sensación de vértigo, trastornos del sueño y del
comportamiento. A veces obligan a retirar el tratamiento. Puede producir rash cutáneo que
suele mejorar con antihistamínicos y sólo en 1-2% obliga a suspender el tratamiento.
Inhibidores de la proteasa. Como grupo todos ellos pueden producir hiperglucemia, hi-
perlipemia y “lipodistrofia” con redistribución de la grasa corporal con atrofia en cara y
miembros y acúmulo en la parte posterior del cuello, abdomen y ginecomastia. Pueden
aumentar el riesgo de sangrado en hemofílicos. Evitar la administración concomitante con
Terfenadina, Astemizol, Cisapride, Triazolam y Midazolam.
Saquinavir. Se administran 600 mgs cada 8 horas de la formulación de cápsula dura
(INVIRASE® ) o 1.200 mgs cada 8 h de las cápsulas blandas ( FORTOVASE® ) con co-
midas. Los efectos secundarios más importantes son diarrea y molestias GI.
Ritonavir. Se administran 600 mgs cada 12 horas en cápsulas o jarabe. Náuseas, vómitos,
molestias abdominales, parestesias. En general es el antirretroviral que más interacciones
farmacológicas tiene; debe comprobarse siempre el efecto sobre otros fármacos.
Indinavir. Se administran 800 mgs cada 8 horas con estómago vacío. Debe recomendar-
se beber abundantes líquidos después de tomarlo. Produce aumento de la bilirrubina in-
directa sin importancia clínica. Nefrolitiasis en 10% de casos. Alteraciones GI, hepatitis.
Nelfinavir. Se administran 750 mgs cada 8 horas o 1.250 mgs cada 12 h después de una
comida. Es frecuente la diarrea, pero se tolera generalmente bien o mejora con Loperamida.
Amprenavir. Se administran 1.200 mgs cada 12 h con o sin comida. El efecto secunda-
rio más frecuente es rash que si es severo impide la readministración. Náuseas, vómitos y
diarrea frecuentes. Parestesias.
Lopinavir/Ritonavir. Se administran 3 cápsulas cada 12 horas con alimento (400/100 mg
cada 12 h). Produce alteraciones gastrointestinales, astenia y alteraciones hepáticas.
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633
CAPÍTULO 78
Capítulo 78
VALORACIÓN DEL PACIENTE CONSUMIDOR
DE DROGAS POR VÍA PARENTERAL
CON FIEBRE EN URGENCIAS
A. Blanco Jarava - R. Crespo Moreno - F. Cuadra García - Tenorio
INTRODUCCIÓN
Los consumidores de drogas por vía parenteral (CDVP) son pacientes de muy difícil ma-
nejo tanto en Atención Primaria como Especializada debido a las múltiples condicio-
nes socioeconómicas adversas que concurren en ellos. Cuando consultan en los Servi-
cios de Urgencias de los hospitales, las dificultades a veces se multiplican porque las
patologías que presentan son en ocasiones graves y los datos clínicos disponibles son
generalmente escasos y poco precisos. Por todo ello es importante tener un esquema
práctico de abordaje a estos enfermos que nos permita en poco tiempo valorar la si-
tuación, orientar el diagnóstico y decidir si es preciso o no su ingreso hospitalario.
En los últimos años hemos asistido a cambios en los hábitos de los toxicómanos, en
parte al menos, influido por el temor a la infección por VIH. Se ha podido apreciar un
descenso en el consumo de las drogas por vía intravenosa y un incremento en el con-
sumo de cocaína y heroína inhaladas. Como consecuencia de ello, el número de in-
fecciones asociadas a la drogadicción por vía parenteral se ha reducido de forma con-
siderable (no así las infecciones que estos pacientes presentan por otro tipo de motivos:
malas condiciones higiénicas, tabaquismo, promiscuidad sexual, etc.).
ABORDAJE DIAGNÓSTICO
Ante un paciente consumidor de drogas parenterales que acude al Servicio de Ur-
gencias con fiebre debemos realizar:
1. Una anamnesis dirigida lo más exhaustiva posible.
Respecto a los antecedentes personales debemos preguntar sobre:
- Domicilio habitual, ocupación, aficiones, realización de viajes y contactos con
animales.
- Hábitos tóxicos: es muy importante saber si existe drogadicción activa, tipo de
droga utilizada, tiempo de evolución de la drogadicción (el consumo de heroí-
na se asocia con candidemia y la utilización de cocaína i.v. hace más proba-
ble una endocarditis) y hábito o no de compartir jeringuillas.
- Es igualmente importante saber si el usuario de drogas está infectado por el VIH,
debiendo tenerse en cuenta las diversas complicaciones infecciosas o neoplási-
cas secundarias a la inmunodepresión que origina esta infección, y que son tra-
tadas en capítulo aparte.
- Hábitos sexuales.
- Contacto con pacientes con enfermedades infecciosas.
- Otras enfermedades e intervenciones quirúrgicas previas.
Asimismo es muy importante detallar el tiempo de evolución de la fiebre (aguda o su-
baguda) y la presencia de síntomas acompañantes.
2. Con respecto a la exploración física, debe ser exhaustiva y repetirse con fre-
cuencia, dado que puede cambiar a lo largo del estudio y aparecer signos físi-
cos, que no estaban presentes al inicio. Deberemos:
634
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
SÍNDROMES CLÍNICOS
A) INFECCIONES DE PARTES BLANDAS (Celulitis, abscesos, fascitis y miositis):
La celulitis y los abscesos superficiales o profundos son los procesos más comunes. Las
zonas de venopunción son la puerta de entrada de los microorganismos (S. aureus y
S. pyogenes) que frecuentemente colonizan la piel de estos pacientes. Otros microor-
ganismos frecuentemente implicados son los bacilos Gram(-) y Pseudomonas proceden-
tes de la contaminación de los materiales empleados en la preparación de la droga.
Por lo general, una exploración cuidadosa de los miembros revelará en las infeccio-
nes superficiales signos clínicos de sospecha (induración, fluctuación, cordón venoso
palpable). Deben palparse los pulsos periféricos (su ausencia haría sospechar embo-
635
CAPÍTULO 78
lismo arterial séptico en el seno de una endocarditis izquierda) y buscar masas pul-
sátiles (sugestivas de aneurismas).
Especial interés tiene el descartar abscesos del cuello y del triángulo femoral ante el
riesgo de extensión al mediastino y el espacio retroperitoneal respectivamente.
La presencia de foliculitis en cuero cabelludo y en la zona de la barba debe hacer-
nos sospechar la presencia de candidemia.
Debe tomarse material para tinción y cultivo de las zonas accesibles.
Cuando haya sospecha de infecciones profundas (fascitis necrotizante, miositis) ha-
brá que recurrir a técnicas de imagen (ecografía o TAC) para confirmar el diagnós-
tico; en el mismo acto de la exploración puede realizarse toma de material de los te-
jidos afectados mediante punción aspiración con aguja fina.
En las formas necrotizantes la cocaína juega un papel favorecedor por la vasocons-
tricción (en el capítulo sobre infecciones de piel y tejidos blandos se detallan las for-
mas clínicas de fascitis necrotizante y su abordaje diagnóstico).
No debe olvidarse la posibilidad de tétanos.
B) ARTRITIS SÉPTICA Y OSTEOMIELITIS:
En la mayoría de los casos son secundarias a bacteriemias transitorias y, con menor
frecuencia, son una metástasis séptica de una endocarditis. En ocasiones, el origen de
la infección es la inoculación directa del germen o una infección contigua de partes
blandas.
Inicialmente puede manifestarse como dolores articulares o en espalda, no infrecuen-
temente sin fiebre o sólo con febrícula. En el caso de la artritis de grandes articula-
ciones, la rodilla y la cadera son las afectadas con mayor frecuencia. No hay que ol-
vidar la infección de las articulaciones del esqueleto axial, la esternoclavicular y
condrocostal (estas últimas bastante frecuentes en el síndrome de candidemia disemi-
nada), así como la afectación de la columna cervical (a veces por contigüidad desde
tejidos blandos del cuello). Otro cuadro característico aunque infrecuente es la artri-
tis de la sínfisis púbica (la inyección en la ingle o venas del pene puede conducir a
obstrucción de venas pélvicas, lo que favorece el estasis venoso y consecuentemente
la infección).
La rapidez de sospecha diagnóstica de osteomielitis es importante pues permite ini-
ciar precozmente el tratamiento, evitando cronicidad y necesidad de cirugía a la vez
que mejora su pronóstico.
De nuevo, son los cocos Gram (+) los microorganismos más frecuentemente implicados.
C) ENDOCARDITIS:
Es una de las complicaciones más graves de la drogadicción.
La frecuencia de Endocarditis en toxicómanos no es muy elevada (se estima en 1.5 -
20 por 1.000 adictos al año) pero es muy importante pensar en ella cuando los sín-
tomas sean inespecíficos y no haya otra clara focalidad infecciosa ante las importan-
tes repercusiones que pueden tener.
Como ya se ha señalado, el consumo de cocaína i.v. es un factor predisponente pa-
ra endocarditis debido al vasospasmo y daño tisular resultante que ella produce.
▲ La endocarditis derecha representa el 5-10% del total de casos en la población
general; sin embargo en los adictos a drogas parenterales suponen hasta el 76%.
Se han propuesto varias teorías para explicar la mayor predisposición de los to-
xicómanos a padecer endocarditis derecha:
- Daño endotelial valvular por talco y otros contaminantes de la droga.
- Vasoespasmo y formación de trombos “in situ”.
636
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Hipertensión pulmonar inducida por las drogas que favorecen las turbulencias
en las cavidades cardíacas derechas.
- Interacciones especiales entre ciertos microorganismos y el endotelio de cavi-
dades derechas.
- Disrregulación inmune de pacientes adictos con o sin infección VIH.
Ninguno de los mecanismos propuestos parece por sí solo justificar dicha predis-
posición.
El agente etiológico más frecuentemente responsable es S. aureus (50-60%).
Las manifestaciones clínicas pueden ser exclusivamente fiebre y afectación del es-
tado general, sobre todo, en fases iniciales en la que los soplos aún no son audi-
bles; posteriormente pueden observarse signos de insuficiencia cardíaca derecha
como consecuencia de daño valvular tricuspídeo.
Como complicación también pueden aparecer embolismos sépticos pulmonares.
▲ En cuanto a la endocarditis izquierda (mitral y aórtica) debe sospecharse también
y tratar de identificar soplos y fenómenos embólicos periféricos (nódulos en pul-
pejos de los dedos, hemorragias retinianas, etc.). La mortalidad de la endocardi-
tis izquierda es muy superior, sobre todo cuando el agente causal es P. aerugino-
sa y hongos, apareciendo signos de fallo cardíaco que pueden requerir cirugía
con carácter de urgencia.
Cuando un paciente consumidor de drogas i.v. acuda a Urgencias con fiebre y no ha-
ya una causa clara que lo explique, la endocarditis infecciosa debe estar siempre muy
alta en la lista de los posibles diagnósticos. Ello nos debe llevar a actuar con celeri-
dad, obteniendo al menos 2 hemocultivos en poco tiempo e iniciar tratamiento anti-
biótico por vía intravenosa. Además deberá solicitarse una batería analítica elemen-
tal y una radiografía de tórax. Debe realizarse un ecocardiograma transtorácico lo
antes posible.
D) FIEBRE E INFILTRADOS PULMONARES:
▲ Infecciones respiratorias bajas: estos pacientes, en relación con el frecuente há-
bito del tabaquismo pueden presentar cuadros infecciosos habituales como bron-
quitis agudas o neumonías por microorganismos comunes de la comunidad
(S. pneumoniae, H. influenzae, Mycoplasma, etc.).No debe olvidarse el posible
origen aspirativo de los infiltrados en pacientes con frecuentes episodios de dis-
minución del nivel de conciencia como consecuencia de la toxicomanía.
▲ Embolismos pulmonares sépticos: se presentan en el seno de bacteriemia con o
sin endocarditis derecha o tromboflebitis séptica. Pueden apreciarse varios infil-
trados (en ocasiones redondeados y a veces peor definidos) de localización peri-
férica que cuando se acompañan de cavitación son prácticamente diagnósticos.
▲ Tuberculosis pulmonar: los hábitos de vida e higiene deficientes hacen a estos pa-
cientes candidatos a ella. Un infiltrado apical con signos de cavitación debe su-
poner una fuerte sospecha y hacernos actuar de inmediato para evitar contagio
a otros pacientes o al personal sanitario de Urgencias.
E ) FIEBRE Y DISMINUCIÓN DEL NIVEL DE CONCIENCIA:
Las causas más frecuentes de alteración del nivel de conciencia en toxicómanos son
de causa no infecciosa; son debidas a intoxicaciones agudas por drogas y secunda-
rias a traumatismos craneales. No obstante, hay una serie de causas infecciosas, por
lo general producidas por el S. aureus, que también debemos considerar:
- Sepsis grave.
637
CAPÍTULO 78
BIBLIOGRAFÍA
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639
CAPÍTULO 79
Capítulo 79
INFECCIONES EN EL TRASPLANTADO:
ACTITUD EN URGENCIAS
J. Troya García - G. Muñiz Nicolás – F. Cuadra García-Tenorio
INTRODUCCIÓN
▲ Los pacientes trasplantados representan uno de los grupos con especial predispo-
sición a las infecciones, de tal forma que dichas complicaciones son las más im-
portantes junto con la disfunción del injerto.
▲ Es de especial importancia considerar a estos pacientes como inmunodeprimidos,
asumiendo de antemano el riesgo potencial que pueden entrañar y manteniendo
una actitud de especial cautela ante las más mínimas manifestaciones clínicas.
▲ El riesgo de infección estará relacionado con: a) Situación inmunitaria del huésped
(enfermedades crónicas, quimioterapia previa, infecciones virales latentes); b) Tipo
de trasplante y técnica quirúrgica; c) Intensidad de la exposición a los agentes in-
fecciosos y virulencia de los mismos; d) Tratamiento inmunosupresor requerido.
▲ En cuanto a las infecciones virales crónicas subclínicas pueden considerarse va-
rias situaciones:
● El paciente receptor no tiene infección vírica crónica y el injerto funciona bien:
el tratamiento inmunosupresor suele ser de baja intensidad y por lo tanto tienen
las mismas infecciones que la población general.
● El receptor tiene infección crónica por CMV y otros virus hepatotropos: presen-
tan mayor riesgo de pérdida del órgano trasplantado y de neoplasias malignas
asociadas a los virus.
● El receptor tiene infección crónica, y es necesario aumentar la inmunosupresión
por disfunción del órgano: este subgrupo presenta la mayor probabilidad de in-
fecciones por agentes oportunistas.
▲ Debemos distinguir entre el trasplante de médula ósea (inmunodeficiencia severa
con periodo de neutropenia) y el de órgano sólido (ausencia de neutropenia pe-
ro con inmunosupresión farmacológica permanente y el riesgo de infección aso-
ciado a la cirugía) ya que las infecciones y los periodos en los que éstas se pre-
sentan son diferentes.
▲ En el caso de los trasplantes de médula ósea (ya sean células progenitoras de san-
gre periférica o de médula ósea) el riesgo de infección será menor si procede del
mismo paciente (autólogo) que de un donante (alogénico).
▲ Ante un paciente que acude a Urgencias con fiebre y refiere ser receptor de un
trasplante, es importante conocer el periodo transcurrido desde el mismo para po-
der pensar en los posibles agentes causales de la infección, ya que éstos varían
según el intervalo de tiempo.
▲ Es necesario preguntar al paciente si está realizando alguna profilaxis antiinfecciosa;
las más frecuentes son:
a) Ganciclovir en pacientes seropositivos para Citomegalovirus.
b) Aciclovir o Valaciclovir para Herpes simplex y Virus varicela – zoster.
c) Cotrimoxazol frente a Pneumocystis carinii.
d) Fluconazol frente a hongos.
640
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Junto con una anamnesis detallada será muy importante una exploración minu-
ciosa, sobre todo, en lo relativo al órgano trasplantado. En estos pacientes con-
viene no olvidar que la fiebre sin focalidad puede ser de origen no infeccioso, fun-
damentalmente en relación con el rechazo del órgano.
CLÍNICA
- Los pacientes pueden presentarse como un síndrome febril sin focalidad o con sin-
tomatología sugerente de infección localizada (cuadro 79.2).
- Es importante no olvidar que el tratamiento inmunosupresor modifica la respuesta
inflamatoria, por lo que los síntomas y signos pueden ser inexpresivos aún en pre-
sencia de infecciones avanzadas.
641
CAPÍTULO 79
(1) Lesiones cutáneas, inflamación e infecciones del tubo digestivo, diarrea, neumonías.
(2) Enfermedad injerto contra huésped; más frecuente en trasplantes alogénicos.
(3) Infecciones respiratorias altas y neumonías por H. influenzae y S. pneumoniae.
642
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLÍNICA
▲ En el periodo preinjerto las infecciones son similares a las padecidas por los pa-
cientes con leucemias agudas en tratamiento con quimioterapias de inducción.
Con la utilización extendida de profilaxis antibiótica se ha producido en los
últimos años una disminución de las infecciones por bacilos Gram (-) y un incre-
mento paralelo de las infecciones por cocos Gram (+). También es muy frecuente
en este periodo la reactivación de infecciones por Herpes simple en sujetos sero-
positivos para este virus. Otros síndromes característicos de esta fase son la Cisti-
tis Hemorrágica (viral o secundaria al tratamiento con Ciclofosfamida) y la Enfer-
medad Venooclusiva (afectación hepática severa).
▲ En el segundo periodo (comienza con la recuperación de los neutrófilos y se ex-
tiende aproximadamente hasta los 100 días) las infecciones son más frecuentes
en los receptores de trasplante alogénico; en sujetos seropositivos para CMV pue-
de presentarse una reactivación hasta en el 40 % de los casos.
▲ En el periodo post – injerto tardío (se prolonga hasta que el enfermo recupera la
inmunidad, 18 – 36 meses después del trasplante) las infecciones son más fre-
cuentes en casos de EICH crónico ya que es preciso mantener la inmunosupresión
farmacológica; los pacientes de mayor riesgo son aquellos que han recibido el
trasplante de donantes no familiares. La reactivación por Virus Varicela – Zoster
y las infecciones respiratorias por bacterias encapsuladas son las más comunes.
ABORDAJE DIAGNÓSTICO
▲ Tras una Historia Clínica detallada y una exploración física meticulosa solicitare-
mos una analítica básica (hemograma, coagulación, bioquímica, sedimento de
orina). Se deberán obtener siempre 2 hemocultivos, urocultivo si procede y toma
de exudados sospechosos de infección para tinción de Gram y cultivo. Las prue-
bas serológicas serán poco útiles (por la alteración en la capacidad de desarro-
llar anticuerpos debido a las terapias inmunosupresoras), siendo a veces necesa-
rio recurrir a la toma de muestras de tejido para cultivo y estudio histológico.
▲ Con respecto al diagnóstico de imagen, será conveniente realizar siempre una ra-
diografía de tórax y según la clínica valorar la zona del injerto mediante ecogra-
fía o TAC. Se deberá intentar hacer un diagnóstico sindrómico y preferentemente
localizar el foco donde puede tener lugar la infección.
▲ Resulta lógico pensar que según la localización sospechada para la infección se
indicarán las pruebas pertinentes (estudio del líquido pleural, punción lumbar,
PCR para virus, etc.).
TRATAMIENTO
Tras considerar las posibilidades diagnósticas, según lo expuesto hasta ahora, se in-
dicará el tratamiento antiinfeccioso de forma empírica ya que difícilmente podremos
contar con un diagnóstico etiológico en Urgencias:
▲ Clínica de infección focal: tratamiento antibiótico empírico según las recomenda-
ciones en capítulos correspondientes. Considerar para la elección de la antibiote-
rapia empírica la posible participación de bacterias intracelulares (Listeria, No-
cardia), parásitos y demás agentes oportunistas.
▲ Fiebre sin focalidad: pautas antibióticas adecuadas en ausencia de datos orien-
tadores al principio podrían ser :
● Cefalosporina de 3ª o 4ª generación + Aminoglucósido ó
● Carbapenem + Aminoglucósido
643
CAPÍTULO 79
Se deberá tener en cuenta la gravedad del cuadro clínico a la hora de realizar una
cobertura antimicrobiana más o menos amplia: si el enfermo presenta datos de sep-
sis se deberá iniciar tratamiento enérgico rápidamente (ver capítulo de Sepsis); si por
el contrario, la situación lo permite, es preferible esperar a realizar un diagnóstico
preciso y cubrir solamente las infecciones más probables. En casos de neutropenia fe-
bril se procederá según se comenta en el capítulo correspondiente.
Debemos recordar que es importante recoger una historia farmacológica y precisar
las profilaxis que el paciente está realizando a la hora de decidir el tratamiento em-
pírico inicial.
A la hora de pautar el tratamiento antibiótico, es importante tener en consideración
el tipo de tratamiento inmunosupresor que se esté utilizando en el paciente, especial-
mente con el uso de fármacos tales como Ciclosporina o Tacrolimus, cuyo metabolis-
mo es hepático a través del Citocromo P450, ya que cualquier fármaco que interfie-
ra bloqueando esta vía (ej. Eritromicina,) puede agravar la situación de
inmunodepresión, al producir un incremento de las concentraciones séricas de inmu-
nosupresores, con los consiguientes riesgos añadidos que esta situación puede entra-
ñar. No menos importancia tendrán aquellos fármacos que potencien el efecto del Ci-
tocromo, pudiendo disminuir el grado de inmunosupresión y con ello favoreciendo el
rechazo del injerto.
Asimismo prestaremos especial atención a la función renal, en tratamientos en los que
aminoglicósidos, sulfamidas o Anfotericina estén implicados ya que pueden incre-
mentar marcadamente los efectos nefrotóxicos de inmunosupresores como la Ciclos-
porina o Tacrolimus.
CRITERIOS DE INGRESO
Todo paciente con fiebre y trasplante de órgano sólido o médula ósea debe ingresar
para observación y evaluación completa. Cuando se trate de infecciones leves y loca-
lizadas se valorará el inicio de tratamiento antibiótico y observación domiciliaria pa-
ra una nueva valoración en consulta especializada en un breve periodo de tiempo.
Como en otro tipo de patologías deberán tenerse en cuenta las condiciones sociales
y culturales del paciente y ante la duda optar por el ingreso.
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645
CAPÍTULO 80
Capítulo 80
BOTULISMO, TÉTANOS Y RABIA
J.L Cea Soria - M.A Sepúlveda Berrocal - F. Cuadra García-Tenorio
BOTULISMO
El botulismo es una enfermedad neuroparalítica, causada por la exotoxina del
Clostridium botulinum, que produce denervación motora reversible, por inhibición de
la liberación de acetilcolina en las terminaciones nerviosas periféricas.
Es una enfermedad de declaración obligatoria.
CUADROS CLÍNICOS
Intoxicación alimentaria. Los primeros síntomas son cefaleas, náuseas, vértigo y pa-
rálisis de pares craneales: estrabismo, diplopia, midriasis con rigidez pupilar, fotofo-
bia, disfagia, y disartria. El paciente conserva el conocimiento y la sensibilidad. El
cuadro puede progresar con parálisis de los músculos respiratorios.
Botulismo de las heridas. Clínicamente el cuadro es similar al alimentario. Puede ha-
ber fiebre y los síntomas gastrointestinales están ausentes.
Otras formas clínicas. En pacientes adultos se han descrito últimamente cuadros de
botulismo por colonización intestinal de la bacteria y producción de toxina, favoreci-
dos por la alteración ecológica de la flora fecal, en relación con la cirugía y la anti-
bioticoterapia.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Analítica básica: Hemograma, iones, urea, glucosa, calcemia y gasometría arterial.
La magnesemia sirve para descartar la intoxicación por magnesio que puede simular
un botulismo.
Microbiología: determinación de la toxina botulínica en sangre y muestras de heces
y de alimentos. Cultivo en medio anaerobio de heces o del exudado de una herida.
Pruebas de imagen: Radiografía de tórax y abdomen.
Otras pruebas: El electromiograma es una prueba útil para confirmar el diagnóstico
de botulismo.
TRATAMIENTO
Eliminación de la toxina del tracto gastrointestinal (lavado gástrico si la ingestión ha
ocurrido unas horas antes o enemas si han pasado días). Se debe descartar el íleo
paralítico.
Si el botulismo se origina en una herida, eliminación del microorganismo mediante
desbridamiento quirúrgico preferentemente después de la administración de la anti-
toxina.
646
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TÉTANOS
CUADRO CLÍNICO
Tétanos generalizado:
Contracturas musculares de los maseteros (trismus) y de otros grupos musculares (fa-
ciales: risa sardónica, cuello, paravertebrales, abdominales y de las extremidades in-
feriores). Contracciones tónicas episódicas generalizadas y dolorosas (opistótonos).
Hiperreflexia y clonus.
Disfunción autonómica: Hipertensión y taquicardia sostenidas o lábiles, arritmias (ta-
quicardia ventricular o supraventricular paroxística, bradicardia), diaforesis, hiper-
termia, vasoconstricción periférica.
Nivel de conciencia normal.
Tétanos localizado:
Cefálico: paresia o parálisis de la musculatura facial y más raramente de la lengua,
faringe y ocular externa.
Otras localizaciones: rigidez de los músculos próximos a una herida con dolor, pare-
sia e hiperreflexia local. Contracciones tónicas episódicas de la musculatura afecta.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Analítica básica: Hemograma, iones, urea, glucosa, calcemia, equilibrio ácido-base,
CPK, magnesemia y determinación de tóxicos en sangre y orina ( hay intoxicaciones
por anfetaminas y estricnina que pueden simular un tétanos, o si existe el anteceden-
te de ingestión de fármacos dopaminérgicos o hay dudas respecto a si el paciente su-
fre una distonía farmacológica).
647
CAPÍTULO 80
TRATAMIENTO
Asegurar una vía aérea, procediendo a la intubación endotraqueal si es necesario,
bajo bloqueo neuromuscular, ya que el trismus puede dificultar la ventilación del pa-
ciente. En caso de trismus severo es preferible la traqueotomía a la intubación oro-
traqueal.
Administración de benzodacepinas por vía iv, Midazolam (Dormicum®) 0.02-0.08
mg/Kg, se puede repetir en 5 minutos.
Gammaglobulina humana antitetánica: la dosis de 500 UI IM es igual que las dosis
de 3.000 UI recomendadas habitualmente.
Antibióticos:
- De elección: Metronidazol 500 mg/ 8 horas iv.
- Alternativa: Doxiciclina 100 mg/ 12 horas iv o Clindamicina 600 mg/ 8
horas iv.
Profilaxis
En cualquier tipo de herida en una persona no vacunada o que haga más de cinco
años que haya recibido la última dosis de vacuna.
Persona no vacunada, vacunación dudosa o con menos de 3 dosis: vacuna antitetá-
nica (Toxoide tetánico Leti®): dosis de 0.5 mm3 a los 0, 1 y 12 meses más inmuno-
globulina especifica IM ( 250 UI en niños y 500 en adultos). La vacuna y la inmuno-
globulina deben administrarse con jeringas y agujas distintas y en lugares separados.
Persona vacunada: vacunar si hace más de cinco años de la última dosis.
Todos los pacientes con un tétanos clínico deben ser inmunizados durante la convale-
cencia de la enfermedad.
RABIA
La rabia es una antropozoonosis producida por un virus neurotropo que, tras pene-
trar por una solución de continuidad de la piel o a través de las mucosas, se fija en
el SNC causando una encefalomielitis aguda, casi siempre mortal.
Es una enfermedad de declaración obligatoria.
EPIDEMIOLOGÍA
La exposición al virus puede ser por mordedura (por perros o gatos domésticos no in-
munizados, o por zorros, lobos, chacales, coyotes, monos y murciélagos) aunque
también podría producirse por lamedura en zonas lesionadas de la piel o en muco-
sas no intactas. Otros mecanismos de transmisión más excepcionales que se han des-
crito son a través del trasplante de tejidos infectados (córnea) y por vía inhalatoria a
648
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
partir del virus aerosolizado en laboratorios que trabajan con tejidos infectados o en
cuevas a partir de secreciones de murciélagos.
CUADRO CLÍNICO
Se reconocen cuatro fases o períodos: de incubación, prodrómico, de excitación y pa-
ralítico.
Período de incubación es inferior al año, oscilando por lo general entre 1 y 3 meses.
Período prodrómico. Fiebre, cefalea, y sobre todo, alteraciones psíquicas, parestesias
y/o fasciculaciones, trastornos de la respiración, de la fonación y de la musculatura
faríngea.
Período de excitación: Hidrofobia, aerofobia. Hay espasmos clónicos, excitabilidad
mental y accesos maníacos de furor y angustia interna (rabia furiosa).
Período paralítico: Se instaura una parálisis muscular generalizada y sobreviene la
muerte por apnea de origen bulbar.
TRATAMIENTO
Sintomático, pero la evolución es uniformemente fatal salvo casos excepcionales. Se
han ensayado tratamientos con la vacuna antirrábica, Inmunoglobulina, Interferón,
Ribavirina y Ketamina con pobres resultados.
La profilaxis post-exposición incluye las siguientes medidas:
El tratamiento local de la herida debe ser rápido, mediante lavado con agua y jabón
y aplicación posterior de antisépticos específicos como alcohol, tintura de yodo o
compuestos del amonio cuaternario. Hay que efectuar profilaxis antitetánica y trata-
miento antibiótico y evitar la sutura quirúrgica de la herida.
Persona no vacunada:
Inmunoglobulina antirrábica (Imogan rabia®). Se puede administrar dentro de la pri-
mera semana de exposición. La dosis es de 20 UI/ Kg. (la mitad de la dosis im y la
otra mitad infiltrada alrededor de la herida)
Vacuna: Vacuna antirrábica Merieux® 1 ml im el primer día y 1 ml los días 3, 7, 14
y 28 (administrada en el deltoides).
Pacientes vacunados:
Vacuna: 1 ml el primer día y a los 3 días.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Pegran S. Botulism. Up to Date on line, 11.1. 2003
▲ Duane R. Rabies in Primary Care. Clinician Reviews, 9(7): 55-68, 1999.
▲ Rozman C. Compendio de Medicina Interna, 2ª edición. Madrid 2002. Ed. Harcourt S.A.
681-686.
▲ Mensa J. et al. Infecciones en Urgencias. Barcelona 2002.Ediciones Antares, SCP
▲ Jackson A et al. Management of rabies in humans. Clin Infect Dis 2003;36: 60-3
649
CAPÍTULO 81
Capítulo 81
ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
(ETS)
E. Vargas Baquero - E. Zafra Ocaña - F. Cuadra García-Tenorio
CONCEPTOS
Las ETS son aquellas enfermedades de naturaleza infecciosa para las que la transmi-
sión sexual tiene importancia epidemiológica, aunque este mecanismo no sea el úni-
co o más importante. Su importancia como problema de salud radica en su elevada
incidencia y las consecuencias económicas y sanitarias que de ellas se derivan, como
la enfermedad inflamatoria pélvica ( N. gonorrhoeae y C. trachomatis), el cáncer ge-
nital ( Papilomavirus ) y la afectación del recién nacido cuando la madre padece una
ETS (sífilis congénita, conjuntivitis o neumonía por Chlamydia, oftalmía neonatorum,
herpes neonatal y la infección por VIH del hijo de madre seropositiva ).
Magnitud del problema: Son la 2ª causa de enfermedad infecciosa en Europa, sólo
superadas por las infecciones del tracto respiratorio. Las ETS con mayor incremento
son la uretritis y la cervicitis no gonocócica y las causadas por virus ( Condilomas,
VIH y Herpes genital ); por el contrario la incidencia de sífilis y gonococia se ha re-
ducido. Es frecuente la asociación de más de un patógeno causante de ETS (la más
frecuente C. trachomatis y N. gonorrhoeae), por lo que habrá que investigar la exis-
tencia de otros patógenos responsables de ETS, sin olvidarnos de realizar despistaje
para VIH y lúes.
CLASIFICACIÓN
Las ETS pueden clasificarse en función de su etiología o de sus manifestaciones clíni-
cas predominantes (uretritis, úlceras genitales, verrugas genitales, proctitis, prurito,
vulvovaginitis y cervicitis ).
Cuadro 81.1: Clasificación de las ETS
SÍNDROME AGENTES RESPONSABLES
Uretritis: Disuria, polaquiuria, secreción purulenta N.gonorrhoeae, C. trachomatis, U. urealyticum,
uretral. T. vaginalis y VHS.
Úlceras genitales: Úlceras de diferente morfología VHS-1 y 2, T. pallidum, H. ducreyi, C. trachomatis
con o sin adenopatías regionales. (L1, L2, L3 ) y Calymmatobacterium granulomatis.
Verrugas anales o genitales: Tumoraciones
excrecentes indoloras.
Vulvovaginitis: Secreción vaginal maloliente con Papilomavirus.
irritación vulvar. Trichomona vaginalis.
Cervicitis mucopurulenta C. trachomatis, N. gonorrhoeae.
Proctitis: Dolor, tenesmo y secreción anorrectal. N. gonorrhoeae, C. trachomatis, T. pallidum y VIH.
Prurito genital Sarcoptes scabiei y Pthirus pubis.
- Revisión en UG a los 3-7 días y en UNG a los 7-14 días de finalizar el tra-
tamiento.
- Examen de todos los contactos sexuales en los 60 días previos, debiendo la
pareja sexual habitual realizar el mismo régimen de tratamiento.
- Si se confirma UG, declaración al Servicio de Salud Pública.
2. ÚLCERAS GENITALES
Menos frecuentes que la uretritis y la vulvovaginitis. Aumentan el riesgo de contraer
la infección por VIH.
Clasificación: Por orden de frecuencia:
1° Herpes genital.
2° Sífilis.
3° Chancroide.
4° Linfogranuloma venéreo y granuloma inguinal ( poco prevalentes en nuestro
medio ).
5° No infecciosas: traumáticas, exantema fijo medicamentoso, enfermedades der-
matológicas.
2.1. HERPES GENITAL:
▲ Etiología: VHS generalmente tipo 2, aunque está aumentando la frecuencia del
VHS-1.
▲ Prevalencia: Infección por VHS-2 en aumento (20 %). Es una de las ETS más fre-
cuentes.
▲ Edad: Máxima incidencia a partir de 40 años.
▲ Factores de riesgo: Promiscuidad sexual, edad, sexo femenino, malas condiciones
socioeconómicas e infección por VIH.
▲ Clínica: - Infección primaria: Incubación 2 – 12 días, seguido de pródromos co-
mo quemazón, dolor y eritema, apareciendo posteriormente múltiples vesículas
dolorosas que se ulceran en pene, región perineal o perianal, vulva, vagina o cér-
vix, a veces con linfadenopatía regional.
- Recurrencias: La infección persiste pese a resolución de lesiones, reac-
tivándose el virus episódicamente, siendo las recidivas menos graves que la in-
fección primaria y curando espontáneamente en 5-15 días. La mayoría de per-
sonas seropositivas son potenciales transmisores de la infección incluso en
ausencia de lesiones cutáneas.
▲ Diagnóstico: - Por la clínica.
- Cultivo y fluorescencia en células del raspado de la lesión.
▲ Tratamiento:
a) Primer episodio:
Cuadro 81.4
Fármaco Dosis, intervalo y duración
Aciclovir (Zovirax®) 400 mg / 8 h 7-10 días
o
200mg 5 veces/día 7-10 días
Valaciclovir (Valtrex®) 1000 mg / 12h 7-10 días
Famciclovir (Famvir®) 250 mg / 8h 7-10 días
Cuadro 81.5
Fármaco Dosis, intervalo y duración
Valaciclovir (Valtrex®) 500 mg / 12 h 5 días.
Aciclovir (Zovirax®) 800 mg / 12 h 5 días
Famciclovir (Famvir®) 125 mg / 12 h 5 días
- Sirve para reducir los síntomas y la infectividad sin influir en las recurren-
cias posteriores.
- El beneficio clínico es poco relevante por lo que sólo se aconseja en recu-
rrencias muy sintomáticas.
- Valaciclovir es el fármaco de elección por el precio y comodidad posológica.
2.2. SÍFILIS
▲ Etiología: Treponema pallidum.
▲ Transmisión: Contacto sexual con persona en estadio primario de la enfermedad
en la mayoría de los casos. Se transmite en todos los periodos excepto en el de
sífilis tardía.
▲ Clínica:
- Sífilis primaria: Lesión solitaria e indolora (chancro), en el sitio de inoculación a
los 9 a 90 días de la exposición, en el varón en el pene, en la mujer en labios
mayores y en varones homosexuales en región anorrectal, que puede acompa-
ñarse de adenopatías bilaterales indoloras y que se resuelven en 10-14 días.
- Sífilis secundaria: Gran variedad de lesiones (“la gran simuladora”), a las 6-8
semanas de la lesión primaria: Fiebre, rinorrea, faringitis, mialgias, cefalea, lin-
fadenopatía generalizada, exantema maculoso, no pruriginoso, que afecta
tronco, extremidades, cara, palmas y plantas, transitorio (2 semanas), exante-
ma papuloso o maculopapuloso, predilección por palmas y planta (“Clavos si-
filíticos”), condilomas planos o condilomas lata.
- Sífilis terciaria: Afectación de uno o más órganos (Sífilis mucocutánea, ósea,
visceral o neural, cardiovascular o neurosífilis). Las lesiones gomosas son las ca-
racterísticas de este periodo, son indoloras, destructivas y granulomatosas,
asentando en tejido subcutáneo y se ulceran con un exudado caseoso.
▲ Diagnóstico:
a) Diagnóstico directo: Examen con microscopio de campo oscuro, tinciones (IFD,
inmunoperoxidasas), PCR.
b) Diagnóstico indirecto: Ac. inespecíficos o reaginas (VDRL, RPR), Ac. específicos
( FTA-ABS, TPHA)
▲ Tratamiento:
Tratamiento sífilis primaria y secundaria
Penicilina G benzatina ( tratamiento de elección) 2.4 millones unidades im dosis única
Doxiciclina (Vibracina®) 100 mg / 12 h vo 2 semanas
Azitromicina (Zitromax®) 2 gr. vo dosis única
Tratamiento neurosífilis
Penicilina G sódica 2-4 millones iv / 4 h 10-14 días
Penicilina procaína 2.4 millones im / día
+
Probenecid 500 mg vo / 6 h, ambos 10-12 días
2.3. CHANCROIDE
▲ Etiología: Haemophilus ducreyi.
▲ Clínica: Una o más úlceras genitales dolorosas, blandas, con adenopatías unila-
terales dolorosas que pueden supurar.
▲ Diagnóstico: Cultivo H. ducreyi., Gram del pus aspirado de adenopatías.
▲ Tratamiento:
Azitromicina (Zitromax®) 1 gr vo monodosis
Ceftriaxona (Rocefalin®) 250 mg im monodosis
Ciprofloxacino (Baycip®) 500 mg / 12h vo 3 días
Eritromicina (Pantomicina®) 500 mg / 6h vo 7 días
3.- VERRUGAS
▲ Etiología: Papilomavirus humano. VPH 6 y 11 (> 90 %). VPH 16 y 18 asociados
con neoplasia cervical y cáncer anogenital.
▲ Clínica: Verrugas genitales (Condiloma acuminado).
▲ Diagnóstico: Clínica, biopsia, inmunohistoquímica, detección genoma viral, Áci-
do acético al 5%.
▲ Tratamiento:
4. VULVOVAGINITIS
▲ Etiología:
- T. vaginalis (Tricomoniasis)
- C. albicans (Candidiasis) y vaginosis bacteriana (anaerobios, mycoplasmas,
G. vaginalis). No ETS.
4.1. TRICOMONIASIS
▲ Etiología: T. vaginalis
▲ Clínica: Leucorrea maloliente verde-amarillenta con irritación vulvar. Olor a ami-
nas (pescado).
▲ Diagnóstico: Cultivo, microscopía de lesiones.
▲ Tratamiento:
- Recomendado: Metronidazol (Flagyl®): 2 gr vo monodosis.
- Alternativo: Metronidazol (Flagyl®): 500 mg/12h 7 días.
654
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
5. PROCTITIS
▲ Etiología: N. gonorrhoeae, C. trachomatis, T. pallidum y VHS.
▲ Clínica: Dolor, tenesmo o secreción anorrectal. En personas con relaciones recep-
tivas anales.
▲ Tratamiento: Etiológico.
6. PRURITO GENITAL
▲ Etiología: Sarna (Sarcoptes scabiei) (Ver capítulo 128) y Pediculosis pubis.
PEDICULOSIS PUBIS
▲ Etiología: Pthirus pubis.
▲ Transmisión: Por contacto íntimo.
▲ Incubación: 5 días a varias semanas.
▲ Clínica: Prurito.
▲ Diagnóstico: Clínico y exploración.
▲ Tratamiento: Permetrina al 1% en crema, lavando 10 minutos después. Repetir a
los 3-7 días. Lindane al 1% en solución o gel, dejar actuar 12 h y lavar. Repetir a
los 3- 7 días. Retirar las liendres con peines o púas especiales.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Bouza E, Hellín T, Rodríguez Pichardo A, Ribera E. Enfermedades de transmisión sexual. En:
Aguado JM, Almirante B, Fortún J., editores. Protocolos clínicos SEIMC. 2001.
▲ Fleming D, Gerbeding jl, Snider,Jr DE Thacker SB. Sexually Transmitted Diseases Treatment
Guidelines 2002. En: Ward JW, Hewitt SM, Wilson RJ, Heilman MA, editores. CDC. U.S.:
MMWR:2002;51 (No. RR-6)
655
CAPÍTULO 82
Capítulo 82
INFECCIONES IMPORTADAS Y PATOLOGÍA
DE LA POBLACIÓN INMIGRANTE EN URGENCIAS
B. Fernández Martínez - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
▲ En el año 2003 el número de extranjeros residentes en España, según el padrón,
era 2.672.596 que supone el 6.26% de la población (35% más que en 2002). En
Castilla La Mancha, según las mismas fuentes, sólo el 3.91% son extranjeros frente
a la población autóctona.
▲ Las enfermedades importadas constituyen un tema de importancia creciente en
nuestra sociedad debido al aumento de la inmigración, así como a los cada vez
más numerosos viajeros hacia destinos “exóticos”, ya sea por motivo de turismo o
como cooperantes en ONGs.
▲ El inmigrante, por lo general, procede de “grupos seleccionados”: estatus en su país
de origen, joven, sano (soporta viaje) e instruído. La mayoría de las enfermedades
que padecen a su llegada, son las comunes del país en el que viven o las propias
del viaje. Con el tiempo, la patología se equipara a la más prevalente del lugar de
destino (la patología adquirida supone el 80-90%): infecciones banales (respirato-
rias), osteoarticular, gastroentérica, dermatológica… sin olvidar los problemas de
adaptación o por su situación social (situación regular o irregular, con diferente per-
fil de demanda de servicios sanitarios). A menudo consultan en Atención Primaria,
Servicios de Urgencias u ONG, y la patología no llega a la consulta de Atención
especializada.
▲ En nuestro Hospital en los últimos dos años, hasta Septiembre del 2004, se aten-
dieron 237.869 urgencias de las cuales 33.121 (13.92 %) no eran españoles. De
éstos últimos sólo el 10 % eran comunitarios y el 2% de “otros países occidentales”
(casi todos turistas de paso), y el 88 % restante eran inmigrantes (29.146 del total
de estas Urgencias).
La procedencia fue de 93 países aunque con claro predominio de: 1.- Marruecos
(25 %), 2.-Ecuador (20%), 3.- Colombia (16%), 4.- Rumania (12%). Según regiones
Socio-Culturales fue: 1.- África del Norte: 24%, 2.- América del Sur: 21%, 3.- Amé-
rica Central: 21%, 4.- Europa del Este: 16%, 5.- Europa Comunitaria: 10%, 6.- Áfri-
ca Subsahariana: 4%, 7.- Asia, 3% 8.- América del Norte: 0.5%, 9.- Oceanía 0.5%.
Durante ese tiempo se sospecharon en el S.U y finalmente se diagnosticaron en pa-
cientes inmigrantes y/o viajeros: 128 Tuberculosis, 12 Paludismos (3 en viajeros), 6
VIH, 6 Leishmaniasis, 5 Cisticercosis, 3 Amebiasis, 2 Meningitis meningocócicas, 2
Esquistosomiasis y una Filariasis. Además 165 casos fueron etiquetados como en-
fermedades adaptativas (intentos de autolisis, crisis de ansiedad, síndrome depresi-
vos, etc). Por lo tanto, 1.- es evidente el gran impacto asistencial en el S.U por la
población inmigrante que se manifiesta por mayor demanda asistencial, elevada
refrecuentación, menor tasa de ingresos y "perfiles típicos" de patología según na-
cionalidad y sexo. 2.- La magnitud de la asistencia y la existencia de patología tí-
pica adaptativa y la importada obligan a considerar circuitos de atención y segui-
miento de los inmigrantes así como la actualización de conocimientos y formación
continuada en enfermedades importadas.
656
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Meningitis Ginecológica
Tuberculosis Dentales
SIDA Oftálmica
VALORACIÓN INICIAL
HISTORIA CLÍNICA
- Antecedentes médico-quirúrgicos. Enfermedades infecciosas y tratamiento realizado.
- ¿De dónde procede? ¿Rutas migratorias?
- ¿Cuánto tiempo lleva viviendo aquí / otros lugares?
- ¿Viajes recientes a su país / otros? ¿Motivo del viaje?
- ¿Situación vacunal?
- ¿Profilaxis?
- Historia ginecológica y obstétrica
HISTORIA DE LA ENFERMEDAD ACTUAL
- Síntomas y cronología. Interrogatorio por aparatos.
- Factores epidemiológicos: alimentos, agua, picadura de insectos, contactos sexuales...
EXPLORACIÓN POR APARATOS
- Inspección: nutrición, coloración, piel (úlceras, pigmentación, nódulos).
- Cabeza y cuello: adenopatías, masas, bocio, mucosas.
- Auscultación cardiopulmonar.
- Abdomen: masas, visceromegalias.
- Miembros: úlceras, rascado, edemas.
657
CAPÍTULO 82
PATOLOGÍA IMPORTADA
1. FIEBRE
PALUDISMO (Malaria)
Sospechar como primera causa de fiebre, sobre todo en inmigrantes procedentes del
África Subsahariana y Sur de Asia (Ver zonas de riesgo en Figura 82.1). Transmiti-
da por vector (mosquito Anopheles).
Clínica:
▲ En población inmune, cuadro febril leve o asintomáticos. Formas graves y com-
plicaciones más frecuentes en no inmunes.
▲ La tríada típica es:
- Fiebre. Paroxismo típico: 1° Fase fría: escalofríos (15 min.-horas); 2° Fase ca-
liente: hiperpirexia con taquicardia, hipotensión, tos, cefalea, síntomas digesti-
vos y alteración consciencia (2-6 horas); 3° Sudoración con disminución térmi-
ca, astenia y sueño.
- Esplenomegalia.
- Anemia. A veces ictericia.
▲ P. falciparum produce cuadros más graves, hiperparasitemia y enfermedad mi-
crovascular. Puede dar síntomas a nivel digestivo (vómitos, diarrea en niños), ce-
rebral (alteraciones de conciencia desde confusión a coma, desorientación, deli-
rium, convulsiones, signos de focalidad neurológica), renal (IRA, oliguria,
hemoglobinuria), pulmonar (edema agudo de pulmón), metabólico (hipoglucemia
en niños y gestantes, acidosis).
▲ P. vivax y ovale pueden producir reactivaciones durante años si no se eliminan los
hipnozoitos o forma hepática, producir rotura esplénica tardía y dar complica-
ciones en el embarazo.
▲ P. malariae puede dar clínica leve décadas tras la infección inicial. Glomerulone-
fritis por inmunocomplejos.
Pruebas complementarias
- Hemograma: descartar anemia normocítica, trombopenia.
- Bioquímica: glucemia, iones, creatinina, bilirrubina: descartar posibles complicaciones.
- S.Orina: hemoglobinuria.
- Gasometría: descartar acidosis
- P.L.: LCR claro; <10 cél/µl; proteínas y ác. Láctico ligeramente elevados.
- Gota gruesa y extensión de sangre periférica: diagnóstico de enfermedad y especie;
lo ideal es hacer la extracción durante el acceso febril y en diferentes ocasiones.
- Rx tórax: Descartar EAP.
Manejo en Urgencias:
▲ Tratamiento: específico en formas graves (P. falciparum; considerar como multi-
resistente): Quinina 10 mg/kg/8h v.o. 7 días (máx 600/8h) más Doxiciclina 100
658
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
FIEBRE TIFOIDEA
Fiebre y clínica gastrointestinal. Endémica en Centro y Sudamérica, subcontinente In-
dio, África. Epidemias en momentos de catástrofes. Transmisión persona-persona, por
agua o alimentos contaminados (heces de enfermos o portadores asintomáticos).
Clínica: Incubación 5 a 21 días. Fiebre, dolor abdominal y cuadro inespecífico (aste-
nia-anorexia, cefalea, tos, artromialgias, faringitis, convulsiones, rush, lengua sabu-
rral, visceromegalia, bradicardia). Complicaciones: perforación intestinal (peritonis-
mo), hemorragia, neuropsiquiátricas, miocarditis, hepatitis, G.N., recaídas.
Pruebas complementarias: SS (anemia, leucopenia o leucocitosis, trombopenia). BQ
(elevación ASAT y ALAT). Diagnóstico: aislamiento (cultivos de sangre, orina heces...)
Tratamiento: Ceftriaxona 2g/d i.v. o Levofloxacino 500mg/d o Ciprofloxacino 500
mg/12 h v.o. o i.v., 7 a 10 días.
HEPATITIS
Asintomática-hepatitis fulminante. Pródromos inespecíficos (cuadro gripal). Fase icté-
rica, colúrica. Malestar general. Laboratorio: Aumento ASAT y ALAT más de 8 veces
valor normal. Relación AST/ALT menor de 1. Enzimas de colestasis levemente eleva-
das (1 a 3 veces). LDH levemente elevado
HEPATITIS A: transmisión feco-oral, por agua o alimentos, muy contagiosa; viajes; ins-
tituciones; catástrofes. Generalmente benigna autolimitada.
2. DIARREA
“En toda diarrea con fiebre sin productos patológicos en procedentes de países tro-
picales, hacer diagnóstico diferencial con Paludismo”.
Cuadro 82.2
Linfáticas Oncocercosis Loiasis Dracunculosis
4. HELMINTIASIS INTESTINALES
NEMATODOS INTESTINALES: transmisión directa (alimentos o atravesando piel). Ciclo
biológico complejo, determinante de la clínica particular. Parasitación asintomática y
poliparasitación.
664
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CESTODOS/TENIASIS INTESTINALES
Cosmopolitas. Transmisión persona-persona (Hymenolepis nana), ingesta de pescado
de río crudo, ahumado o salazón (Diphyllobothium latum), carne bovina (Tenia sagi-
nata) o carne de cerdo (T. solium). Adulto intraluminal en tubo digestivo.
Clínica: asintomáticos o inespecífica (molestias abdominales, dispepsia/ulcus pérdida
de peso, malabsorción, hipersensibilidad, cólico biliar,...). Complicaciones por mi-
gración de proglótides (vía biliar, apéndice) u obstrucción intestinal.
Diagnóstico: visualización de huevos o proglótides en heces.
Tratamiento: Praziquantel 10 mg/kg (DU). Niclosamida 2 g (adultos) o 1 g (niños, DU).
Cuadro 82.3
Transmisión feco-oral Transmisión cutánea
Sd. Löeffler (neumo- Diarrea, malnutri- Migración: piel y Migración: larva cu-
nitis y eosinofilia). ción, anemia. vía aérea. rrens y respiratorio.
Clínica Signos generales Digestivo: duodeni- Digestivo: diarrea,
(prurito, tos, tics) y tis, anemia, malnu- malabsorción.
gastrointestinales. trición.
Tratamiento (hospitalario):
• Anticonvulsivantes (Fenitoína, Carbamazepina).
• Manitol 2 mg/kg/día si HTIC.
• Dexametasona 24 mg/día (4 días; inicio 2 días antes de Albendazol y 2 días
después).
• Albendazol 15 mg/kg/día (8-14 días), Praziquantel 50 mg/kg/día (14 días).
• Quirúrgico: derivación ventricular, cistectomía...
Cuadro 82.4
Neurocisticercosis Oftálmica Muscular/Piel
Base Intraventricular o Corioretinitis,
Parénquima del cráneo meninges basales Médula espinal vasculitis Asintomáticas
6. ESQUISTOSOMIASIS (TREMATODOS)
Clínica digestiva o urogenital. S. mansoni: África Subsahariana, Península Arábiga,
Brasil, Surinam y Venezuela. S. japonicum: China, Indonesia y Filipinas. S. haemato-
bium: África Subsahariana y Mediterráneo oriental. Viajeros riesgo por contacto (na-
dar) con agua dulce infectada (orina o heces); molusco intermediario. Población de
áreas endémicas, riesgo en edad escolar y cronicidad.
Clínica:
– No inmunes: dermatitis del nadador. Síndrome de Katayama: fiebre e hipereosi-
nofilia, mialgias, tos seca, fatiga, hepatomegalia, diarrea.
– Digestiva (S. mansoni, intercalatum, japonicum y mekongii): diarrea inespecífica,
pólipos colónicos, granulomas portales, hepatoesplenomegalia, fibrosis hepática e
HTP.
– Urinaria (S. haematobium): hematuria, papilomas vesicales, calcificación ureteral o
vesical, ITU o pielonefritis de repetición, hidronefrosis, cáncer vesical.
– Genital femenina (S. haematobium): cervicitis.
– Complicaciones: afectación SNC (S. japonicum); arteritis pulmonar; apendicitis; so-
breinfección por Salmonella.
Diagnóstico: sospecha clínica; huevos en orina, heces o biopsia rectal. Inmunología.
Tratamiento: Praziquantel 20 mg/kg/12 h v.o. 1 día (S. haematobium, intercalatum)
y misma dosis/8h 1 día (japonicum y mansoni).
7. MENINGITIS MENINGOCÓCICA
Ver capítulo 73.
666
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
8. TUBERCULOSIS
Ver capítulo 71
▲ En inmigrantes la preva-
lencia de TBC es más ele-
vada que en la población
autóctona, probablemen-
te en relación con enfer-
medad importada en
combinación con factores
sociales (hacinamiento,
nutrición, economía, si-
tuación ilegal...). La fre-
cuencia de formas extra-
pulmonares es mayor
que en el resto de la po-
blación.
▲ Sospechar en varón jo-
ven, magrebí y de nivel
económico y cultural bajo.
9. SIDA
Ver capítulo 77
▲ Actualmente escasa re-
percusión en inmigran-
tes, aunque la tendencia
de casos nuevos va en
aumento. Alta prevalen-
cia en subsaharianos.
▲ Mayor vulnerabilidad en
mujeres; transmisión ver-
tical. Diagnóstico y trata-
miento tardíos. Sospe-
char si factores de riesgo.
667
CAPÍTULO 82
BIBLIOGRAFÍA
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669
CAPÍTULO 83
Capítulo 83
URGENCIAS ONCOLÓGICAS
A. Alfaro Acha - M.J. Moya Saiz - M.A Cruz Mora - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
Debido a la gran diversidad de enfermedades oncológicas, existen múltiples compli-
caciones que pueden requerir una actuación urgente, bien porque existe compromi-
so vital, o bien para evitar posibles secuelas.
En este capítulo nos ocuparemos de las principales patologías que pueden presentar
este tipo de pacientes.
URGENCIAS CARDIOVASCULARES
SÍNDROME DE LA VENA CAVA SUPERIOR
Se denomina así al conjunto de síntomas producidos como consecuencia de la obs-
trucción parcial o completa del flujo sanguíneo a través de la vena cava superior ha-
cia la aurícula derecha.
ETIOLOGÍA
El síndrome de vena cava superior está producido en un 80-97% por neoplasias.
Los tumores que lo producen con mayor frecuencia son:
- Carcinoma de pulmón (80%). El microcítico supone 2/3 de los casos.
- Linfoma no Hodgkin y enfermedad de Hodgkin (15%).
- Otros tumores (5%).
Las causas no tumorales del síndrome de vena cava suponen menos del 5% de los ca-
sos, son debidas a trombosis, fibrosis, bocio, pericarditis constrictiva, mediastinitis es-
clerosante, etc.
CLÍNICA
Es una complicación subaguda que raramente constituye una urgencia vital, salvo que
se acompañe de colapso circulatorio y signos neurológicos de hipertensión intracra-
neal. Es fundamental establecer la velocidad de instauración del síndrome de vena ca-
va superior.
La clínica viene determinada por la disminución del drenaje de la vena cava superior
en la aurícula derecha, produciendo un aumento retrógrado de la presión venosa en
cabeza, cuello y extremidades superiores, apareciendo así:
- DISNEA (el más frecuente), que típicamente empeora con el decúbito.
- Edema en esclavina (facial, en el cuello y extremidades superiores), cianosis facial,
circulación colateral torácica superficial y aumento de la presión venosa yugular.
- Cefalea, convulsiones, síncope y papiledema (por aumento de la presión intra
craneal).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
- Insuficiencia cardiaca congestiva.
- Taponamiento cardiaco.
- Neumotórax a tensión.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Las exploraciones solicitadas serán las siguientes:
- Analítica convencional: hemograma, estudio de coagulación, iones urea, glucosa
y gasometría arterial basal.
- Electrocardiograma.
670
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
URGENCIAS PULMONARES
HEMOPTISIS MASIVA
La hemoptisis masiva en los pacientes oncológicos es una situación grave que puede
ser mortal (más por asfixia que por hipovolemia). Se define hemoptisis masiva como
la expectoración de más de 400ml/24h o 600ml/48h o un ritmo de sangrado ma-
yor o igual a 150ml/h o signos de asfixia o hipovolemia.
ETILOGÍA
La causa más frecuente es la infecciosa: TBC, abscesos pulmonares, infecciones por
hongos (especialmente Aspergillus).
En segundo lugar se encuentran las neoplasias broncogénicas, o trombopenias seve-
ras asociadas a leucemias.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
En caso de hemoptisis masiva solicitaremos.
- Gasometría arterial basal.
- Hemograma, estudio de coagulación, pruebas cruzadas (por la posibilidad de
transfusión), bioquímica elemental.
- Electrocardiograma.
- Radiografía de tórax.
TRATAMIENTO
1. Control de la VÍA AÉREA: oxigenoterapia según gasometría; si PaO2 < 50mm Hg
poner oxígeno VM® al 50% y plantearse ventilación asistida.
2. Control HEMODINÁMICO: sueroterapia, según los casos plantearse necesidad de
transfusión.
3. Posición semisentado decúbito lateral del lado de la lesión con tendencia al Tren-
delemburg para favorecer la expectoración sanguínea.
671
CAPÍTULO 83
URGENCIAS NEUROLÓGICAS
COMPRESIÓN MEDULAR
INTRODUCCIÓN
Esta complicación ocurre en el 5% de todos los pacientes con neoplasias, y en el 20%
la compresión medular es el primer signo del tumor. Ante la sospecha clínica de com-
presión medular las maniobras diagnósticas y terapéuticas deben realizarse lo antes
posible, debido a que condiciona el pronóstico neurológico, así por ejemplo, la pér-
dida de la deambulación y la alteración esfinteriana previa al tratamiento conlleva un
mal pronóstico. Por lo tanto, la compresión medular es una URGENCIA ABSOLUTA.
Los tumores que lo producen con mayor frecuencia son:
- Neoplasia de pulmón.
- Neoplasia de mama.
- Linfomas, Mieloma.
- Próstata y riñón.
La localización más frecuente de la compresión medular es a nivel DORSAL, seguida
de la lumbar, sacra y cervical.
CLÍNICA
El DOLOR constituye uno de los síntomas más frecuentes (96%), por este motivo la
evaluación de este síntoma debe ser distinta en el paciente oncológico que en la po-
blación normal. El dolor aumenta de forma selectiva a la presión de las apófisis es-
pinosas, es característico que empeore con el decúbito y mejora con la sedestación
(lo que lo diferencia del dolor por patología del disco intervertebral), así mismo em-
peora con las maniobras de Valsalva. El dolor puede tener también irradiación me-
tamérica. Recordad que el paciente con cáncer no tiene ciática, tiene metástasis.
El segundo síntoma en frecuencia es la DEBILIDAD MOTORA, localizada en función
del nivel de afectación medular (paraparesia o tetraparesia).Como produce lesión de
la primera motoneurona se produce debilidad simétrica, bilateral en miembros infe-
riores de predominio proximal y después distal, ROT aumentados, Babinsky y espas-
ticidad.
La ALTERACIÓN DE LA SENSIBILIDAD aparece característicamente por debajo de la
lesión.
Las ALTERACIONES ESFINTERIANAS suelen ser las más tardías y se asocian a mal
pronóstico.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Es fundamental la sospecha clínica para realizar un diagnóstico lo más precoz posi-
ble. En el Servicio de Urgencias solicitaremos:
- Analítica habitual: hemograma, estudio de coagulación, bioquímica elemental,
gasometría arterial basal.
- La RADIOLOGíA SIMPLE, puede demostrar alteraciones características como
672
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
METÁSTASIS CEREBRALES
Constituyen la complicación neurológica más frecuente en el paciente oncológico. A
su vez las metástasis cerebrales son 10 veces más frecuentes que los tumores prima-
rios del SNC.
En adultos, los tumores que con mayor frecuencia metastatizan al SNC son: carcino-
ma de pulmón, carcinoma de mama y melanoma.
En menores de 21 años los responsables de las metástasis son: sarcomas óseos,
rabdomiosarcomas y tumores germinales.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
- Cefalea progresiva: está presente en la mitad de los casos, es el síntoma clínico más
frecuente.
- Alteraciones cognitivas y del comportamiento.
- Déficit neurológicos focales.
- Crisis convulsivas.
- Estupor e incluso coma.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
En todo paciente con sospecha de metástasis cerebrales solicitaremos un TAC CRA-
NEAL con contraste que generalmente será suficiente para hacer el diagnóstico. Sin
embargo, cuando la clínica es sugerente y en la TAC no se demuestran las lesiones
está indicado realizar una RMN.
Además solicitaremos las siguientes determinaciones: hemograma, estudio de coagu-
lación, bioquímica con calcio, gasometría arterial basal (sí ha existido crisis comicial)
y radiología de tórax.
TRATAMIENTO
- Tratamiento sintomático:
- Dexametasona a dosis de 10-100mg/iv en bolo (lo habitual es pautar 10 mg),
seguidas de 4-24 mg/iv/6h
- Si existen convulsiones. Trataremos la crisis de forma convencional con Diace-
pam IV, y posteriormente iniciaremos la impregnación con Fenitoína vía oral o
vía intravenosa en función de la situación clínica del paciente. El uso de fárma-
cos anticomiciales en pacientes con metástasis cerebrales que no han presenta-
do convulsiones está discutido.
- Tratamiento específico:
- Radioterapia craneal: es el tratamiento de elección
673
CAPÍTULO 83
URGENCIAS GASTROINTESTINALES
VÓMITOS POSTQUIMIOTERAPIA
INTRODUCCIÓN
A la hora de valorar al paciente oncológico con vómitos, debemos tener en cuenta
que existen múltiples causas por las que estos enfermos sufren vómitos distintas del
efecto secundario de la quimioterapia. Por este motivo, estaremos obligados a des-
cartar en función de la clínica otras patologías como: obstrucción intestinal, hiperten-
sión intracraneal, hipercalcemia, vómitos secundarios a tratamiento con mórficos, etc.
La capacidad emetógena de los citotóxicos es muy variable, a continuación vamos a
citar una relación de los citostáticos según el porcentaje de pacientes que desarrollan
este efecto secundario.
Muy alto: Cisplatino, Dacarbacina, Ara-C (dosis altas), Estreptotozina
Alto: Ciclofosfamida, Ifosfamida, Adriamicina, Daunorrubicina Carboplatino, Nitro-
sureas, Actinomicina D, Procarbacina.
Moderado: Metotrexate, Etopósido 5-Fluorouracilo, Mitomicina-C
Bajo: Bleomicina, Busulfan, Melfalan, Cloranbucil, Ara-C (dosis bajas).
ACTITUD EN URGENCIAS
1. Solicitar analítica convencional, que incluirá: sistemático de sangre, iones, urea,
glucosa, creatinina, calcio y gases venosos.
2. Coger vía para iniciar hidratación endovenosa si se precisa, e iniciar tratamiento con:
- Ondansetrón a dosis de 8 mg /IV diluido en 100cc de suero salino 0,9% a pa-
sar en 20 minutos (utilizaremos Ondansetrón, sí el paciente ya está siendo tra-
tado con Tropisetrón). O bien Tropisetrón 5 mg/IV diluido en 100cc de suero
salino 0,9% a pasar en 30 minutos (sí el paciente ha recibido previamente On-
dansetrón).
- Metilprednisolona 125 mg iv/24h (se administrará junto con la pauta anterior).
3. Se mantendrá al paciente en observación durante 3 horas, y posteriormente se in-
tentará tolerancia oral. Si el paciente tolera, se procederá al alta domiciliaria con
el siguiente tratamiento:
- Ondansetrón 8 mg/8h/vo o bien Tropisetrón 5 mg/24h/vo durante 3-5 días.
- Metilprednisolona 125 mg IM/24h durante 3-5 días.
- Metoclopramida 10 mg/8h o Clorpromazina 10-25 mg/6-8h durante 10-15 días.
Si el paciente no tolera, o bien existen alteraciones hidroelectrolíticas se valorará el
ingreso hospitalario con el siguiente tratamiento:
- Dieta absoluta.
- Sueroterapia intravenosa según estado de hidratación del paciente, con suple-
mentos de CLK según analítica.
- Ondansetrón 8 mg/iv/8h o Tropisetrón 5 mg/iv/24h
- Metilprednisolona 125 mg/iv/24h.
URGENCIAS METABÓLICAS
HIPERCALCEMIA
INTRODUCCIÓN
La hipercalcemia es la complicación metabólica más frecuente en el paciente oncoló-
674
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
El objetivo fundamental es la PREVENCIÓN antes del inicio del tratamiento quimiote-
rápico:
- Hidratación parenteral (3.000 cc/24h).
- ALOPURINOL 600-900 mg/vo/24h, para prevenir hiperuricemia.
- Evitar fármacos que alteren la excreción renal: Provenecid, diuréticos Tiazidas,
Aspirina, contrastes radiológicos y medicación con potasio y fósforo.
- FUROSEMIDA de forma prudente porque aumentan la precipitación de ácido
úrico y de fósforo en el túbulo proximal.
Una vez instaurado el Síndrome , el objetivo será la corrección de las alteraciones
electrolíticas específicas (ver capítulo correspondiente a cada una de ellas).
Si existe fallo renal agudo (cualquiera de los siguientes casos):
- Potasio sérico > 6 mEqv/ L (6 mmmol/L).
- Ácido úrico > 10 mg/dL (590 umol/L).
- Creatinina sérica > 10 mg/dL.
- Fósforo sérico > 10 mg/dL o elevándose rápidamente.
- Hipocalcemia sintomática o calcio iónico < 0’75 mmol/L
se procederá a realizar HEMODIÁLISIS.
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677
CAPÍTULO 84
Capítulo 84
SINDROME ANÉMICO EN URGENCIAS
A. Fajardo de Campos - E. Martínez Salinero - R. Salcedo Martínez
A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
La anemia es una de las manifestaciones más comunes de enfermedad. Alrededor del
35% de los pacientes que ingresan en un Servicio de Urgencias tienen anemia. No es
frecuente encontrarla como primer diagnóstico, sin embargo, como segundo diag-
nóstico ocupa el tercer lugar, tras la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. Se de-
be considerar la anemia como un indicador o manifestación de un trastorno subya-
cente, y no como una entidad en sí. Nunca deberemos interpretar un dato analítico
aisladamente, sino en el contexto clínico del paciente.
DEFINICIÓN
Se define la anemia como el descenso del nivel de hemoglobina, eritrocitos o del he-
matocrito más de 2 desviaciones estándar por debajo de la media esperada para un
paciente dado sobre la base de la edad, sexo y estado fisiológico. Un descenso de he-
moglobina, incluso dentro de los límites normales, puede indicar un proceso anémico.
1. ANAMNESIS:
La anamnesis minuciosa nos proporcionará información crucial para el diagnóstico de
la causa subyacente de la anemia. Por este motivo haremos especial hincapié en ante-
cedentes personales y familiares (rasgos talasémicos, hemólisis hereditarias), ingestión
de fármacos (antibióticos, quimioterápicos, gastroerosivos, etc.), sangrado a cualquier
nivel, infecciones recientes, enfermedades crónicas de base, hábitos tóxicos, etc.
Asimismo es de gran ayuda tratar de determinar la duración y los síntomas asocia-
dos a la anemia.
3. –EXPLORACIÓN FÍSICA
Se debe realizar examen físico completo incluida la exploración neurológica y tacto
rectal en busca de datos que puedan sugerir el origen de la anemia.
La presencia de marcha anormal o el deterioro de modalidades sensoriales apuntan
a anemias por déficit de vitamina B12 o ácido fólico; la ictericia escleral y la esple-
nomegalia se relacionan con anemias hemolíticas y la presencia de trastornos físicos
que induzcan a pensar en enfermedades primarias como causa de la anemia (hipo-
tiroidismo, hepatopatía...). Por otro lado, son manifestaciones secundarias a la ferro-
penia, la fragilidad ungueal, coiloniquia, caída y fragilidad del cabello, queilitis, glo-
sitis, disfagia, y, raramente el síndrome de Plummer – Vinson.
4. –DATOS DE LABORATORIO
Donde incluiremos siempre:
▲ Hemograma completo incluido recuento reticulocitario en determinados casos. Un
parámetro de interés es el RDW (red cell distribution width), cuyo valor se en-
cuentra elevado(> 15%) en anemias carenciales y hemolíticas.
▲ Estudio de coagulación
▲ Frotis sanguíneo.
▲ Bioquímica básica: iones, urea, glucosa, creatinina.
▲ Sedimento de orina.
▲ Rx de tórax y abdomen
Valorar otras determinaciones según casos y disponibilidad. Recordad siempre la ne-
cesidad de extraer muestras para estas determinaciones previamente a transfusión
sanguínea o inicio de tratamiento sustitutivo (Fe oral, vitamina B12, etc.).
▲ Hierro y ferroproteínas.
▲ Velocidad de sedimentación globular (VSG).
▲ Bilirrubina fraccionada
▲ Haptoglobina y LDH.
▲ Test de COOMBS.
▲ Hormonas tiroideas.
▲ B12 y ácido fólico
679
CAPÍTULO 84
▲ ANEMIAS NORMOCÍTICAS
1.Anemia de los trastornos crónicos; suele ser normocítica y normocrómica aso-
ciando niveles de hierro normales y ferritina normal o alta. No obstante, se
puede encontrar este tipo de anemia con patrón microcítico debido a la aso-
ciación de ferropenia.
Los procesos crónicos a estudio posterior incluirán conectivopatías, neoplasias, insu-
ficiencia renal, endocrinopatías, trastornos medulares primarios e infecciones de cu-
so subagudo y crónico.
▲ ANEMIAS MACROCÍTICAS
1.Anemia por déficit de vitamina B12 y/o ácido fólico; asociada frecuentemen-
te con alteración de la serie blanca (leucopenia) y trombopenia. Es importante
el interrogatorio sobre sintomatología digestiva de larga evolución por ser la
gastritis crónica atrófica la causa más frecuente de este tipo de anemia; asi-
mismo deberemos realizar exploración neurológica en busca de alteraciones
sensoriales provocadas por el déficit vitamínico. Descartar siempre la deficien-
cia de vit B12 en personas con demencia.
2.Anemia de las hepatopatías: siendo el etilismo la causa más frecuente. Se so-
licitará la determinación de GGT, AST y ALT, así como de fosfatasa alcalina. La
AST se eleva en mayor grado que la ALT en hepatopatías alcohólicas, a la in-
versa de lo que ocurre en las virales.
3.Trastornos medulares primarios (Síndromes mielodisplásicos, infiltración, apla-
sia y leucemias).
4.Fármacos: Metotrexate, Cotrimoxazol, quimioterápicos, etc.
5.Anemias hemolíticas: Son diversos los mecanismos de producción de estas ane-
mias siendo el más frecuente la etiología autoinmune por anticuerpos calientes
tipo IgG. Cabe reseñar la existencia de fármacos productores de hemólisis (Al-
fametildopa, Procainamida, Penicilina y Cefalosporinas).
Se caracterizan por VCM elevado, recuento reticulocitario elevado (>2%), bili-
rrubina y LDH elevadas y haptoglobina disminuida. Ante la sospecha de he-
mólisis deberemos solicitar el test de COOMBS con el fin de determinar la au-
toinmunidad del proceso teniendo en cuenta que la negatividad de dicho test
no excluye el diagnóstico de anemia hemolítica autoinmune.
6.Anemia por hemorragia aguda.
- Con expresión clínica de la hemorragia: hemorragia digestiva alta o baja,
epistaxis o hemoptisis copiosa y persistente, diátesis hemorrágica, rotura de
una variz, hemorragia externa postraumática y rara vez la hematuria.
- Sin expresión clínica de la hemorragia: rotura de víscera abdominal (bazo,
hígado, etc.), rotura de embarazo extrauterino, etc.
INDICACIONES DE INGRESO
1. Anemia aguda (posthemorragia y hemólisis).
2. Anemia grave sintomática y/o con patología concomitante (angor, Insuficiencia
cardiaca, etc.).
3. Cifra de Hb inferior a 8-10 g/dl o hematocrito inferior a 25-30% no explicables.
4. Dificultad importante en el acceso del paciente al hospital si es necesario un estu-
dio extenso.
Siempre teniendo en cuenta que:
- En determinadas anemias crónicas y sintomáticas (síndromes mielodisplási-
cos…), el paciente puede ser transfundido en el Área de Urgencias y posterior-
mente ser dado de alta.
- Una anemia crónica y estable puede ser estudiada de forma ambulatoria.
Consideraciones previas:
La evaluación clínica debe ser el principal factor determinante de la necesidad de la
TH: ”No se transfunde un análisis sino a un paciente”. Tampoco se transfunde para
mantener un determinado hematocrito o hemoglobina sino para mantener unas de-
terminadas necesidades de aporte de oxigeno, que pueden variar, según las circuns-
tancias, incluso para un mismo individuo.
No se debe trasfundir si existe una alternativa satisfactoria, por ejemplo, la
administración de ácido fólico o vitamina B12 o hierro en una anemia carencial.
En caso de ser precisa la transfusión, debe administrarse la mínima cantidad necesa-
ria para alcanzar el objetivo establecido.
La TH es siempre de una medida soporte, nunca el tratamiento definitivo de la ane-
mia.
La indicación de la transfusión debe ser siempre INDIVIDUALIZADA, teniendo en
cuenta la etiología de la anemia, los signos y síntomas clínicos y las circunstancias del
paciente.
En cada caso hay que dejar constancia de la historia clínica de los motivos de la
transfusión.
Recordar siempre que antes de la transfusión se deben obtener muestras para la de-
terminación de Fe, transferrina, ferritina, vitamina B12 y ácido fólico.
INDICACIONES DE TRANSFUSIÓN
Resulta imposible establecer criterios específicos para la transfusión aunque se pue-
den usar guías generales adaptándolas a cada situación clínica. Deberemos tener en
cuenta:
● Causa subyacente y la rapidez de instauración de la anemia.
● Tasa de pérdida hemática: En general, pérdidas de 1 litro de sangre se pueden
reponer con cristaloides exclusivamente; pérdidas de 1-2 litros pueden o no re-
querir transfusión sanguínea; y pérdidas superiores a los 2-3 litros de sangre
requieren habitualmente transfusión.
● Situación hemodinámica del paciente.
● Reversibilidad de la anemia a corto y a largo plazo.
● Reserva cardiopulmonar.
● Grado de actividad del paciente: No precisa la misma concentración de he-
moglobina un joven activo y deportista que un anciano sedentario.
1.- En anemia aguda.
En situaciones de hemorragia aguda es de suma importancia la situación clínica del
paciente. Lo absolutamente prioritario es corregir la volemia con soluciones cristaloi-
des y coloides para conseguir estabilización hemodinámica y después valorar ade-
cuadamente la necesidad de TH.
En un adulto previamente sano pérdidas de hasta un 25% de la volemia ( Hemato-
crito 30%) son toleradas y no precisan de transfusión; un neonato o un niño no de-
be soportar pérdidas más allá del 15% de su volumen sanguíneo total sin ser trans-
fundido.
Una vez restablecida la volemia, cifras de hemoglobina entre 7 y 9 g/dl son sufi-
cientes para mantener a un adulto con una buena situación hística y solamente se
transfundirá si existen síntomas de hipoxia tisular.
Cuando haya riesgo añadido de isquemia cerebral o miocárdica, enfermedad car-
diorrespiratoria, etc, aún estando el enfermo asintomático, puede ser recomendable
683
CAPÍTULO 84
NOTAS DE INTERÉS
▲ Recordad que la anemia es la expresión de una enfermedad subyacente.
▲ Gran importancia a la anamnesis y exploración física para filiar el origen de la
anemia.
▲ La situación clínica, más que valores analíticos, marcará nuestra pauta de ac-
tuación.
▲ En muchas ocasiones las anemias son multifactoriales.
▲ La mayoría de las anemias que veréis en Urgencias serán carenciales.
▲ Recordad que cada unidad de concentrado de hematíes (CH) transfundida debe
elevar el hematocrito en un 3% y la hemoglobina en 1g/dl a las 24 horas de la
transfusión en condiciones normales en el adulto medio.
684
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
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▲ Gutiérrez Macras A, Núñez Cuerda E, Sanz Prieto JC, Martínez Ortiz M. Cartas al director.
Med Clin (Barc) 1997; 109: 396.
685
CAPÍTULO 85
Capítulo 85
LEUCOPENIA. TROMBOPENIA. PANCITOPENIA
I. Sánchez Matas - G. Muñiz Nicolás - S. Carmona Lambooy - A. Julián Jiménez
LEUCOPENIA
Es el descenso en la cifra de leucocitos totales <4.000-4.500/mm3.
Según el tipo de leucocito que desciende hablaremos de:
NEUTROPENIA <1000-1500/mm3, LINFOPENIA <1.000/mm3
MONOCITOPENIA <100/mm3 y EOSINOPENIA <50/mm3.
NEUTROPENIA
La neutropenia produce una mayor susceptibilidad a infecciones bacterianas y fún-
gicas. Es la entidad de mayor transcendencia clínica y frecuencia en el Servicio de
Urgencias. Por ello a partir de ahora en este capítulo identificaremos leucopenia con
neutropenia.
CLASIFICACIÓN
- LEVE: con >1.000/mm3. Se asocia a baja frecuencia de infecciones, por lo que se
puede manejar de forma extra- hospitalaria.
- MODERADA: entre 500-1.000/mm3. Presenta mayor frecuencia de infecciones y re-
quiere un seguimiento clínico-analítico.
- GRAVE: con <500/mm3. La frecuencia de infección es alta, se altera la flora endó-
gena, y con <200/mm3 MUY GRAVE no se inicia el proceso inflamatorio. Requie-
ren ingreso hospitalario.
ETIOLOGÍA
CRITERIOS DE INGRESO
1. Neutropenia febril, según la situación clínica y el número de neutrófilos
2. Neutropenia aguda grave (menos de 500/mm3)
3. Neutropenia a estudio, si la situación clínica del paciente no permite hacerlo
de forma ambulatoria (Neutropenia de reciente diagnóstico o desconocida)
TRATAMIENTO
El tratamiento depende de la causa y la gravedad. Siempre que sea posible se inte-
rrumpen los fármacos que podrían causar neutropenia.
▲ Medidas generales:
La evolución y el pronóstico de la neutropenia dependen del control de las complica-
ciones infecciosas. Por ello hay que tomar una serie de medidas preventivas:
1.Higiene corporal y oral estricta. Enjuagues orales con Clorhexidina o Hexediti-
na, 5-10 cc de solución cada 8 horas.
2. Dieta exenta de alimentos crudos, para evitar la colonización del tubo digesti-
vo por enterobacterias.
3. “Aislamiento inverso” en habitación individual (con restricción de visitas, lava-
do de manos, uso de bata, mascarilla y guantes) o en cámaras estériles (con fil-
tros HEPA) con aire a presión positiva o flujo laminar, no disponibles en todos
los hospitales, pero mucho más eficaces.
▲ Profilaxis antibiótica
No se han establecido acuerdos, entre los distintos autores, sobre la profilaxis an-
tibiótica en pacientes neutropénicos. Las recomendaciones más aceptadas son:
1 Profilaxis con quinolonas. Disminuyen las sobreinfecciones por gram negativos,
pero aumentan las producidas por gram positivos y gram negativos resistentes.
Se usa para la descontaminación oral, ya que los patógenos entéricos son una
importante causa de infección. Es una profilaxis muy discutida, hay que valo-
rar su uso individualizado en cada caso. Se recomienda Ciprofloxacino 500
mg. v.o. cada 12 horas. Como alternativa, Trimetropim-Sulfametoxazol
160/800 mgr. v.o. cada 12 horas.
2 Profilaxis fúngica. En neutropenias prolongadas que requieren tratamiento con an-
tibióticos de amplio espectro y/o corticoides. Los hongos más frecuentes son Cándi-
da spp. y Aspergillus spp. para los cuales se utiliza, Fluconazol 100-200 mg. v.o.
al día, (que tiene buena absorción y poca toxicidad, pero Aspergillus y algunas ce-
pas de Cándida son resistentes), e Itraconazol 100-200 mg. v.o. al día, activo fren-
te a Aspergillus, pero con absorción oral irregular en pacientes con mucositis.
▲ Factores estimulantes de las colonias (G-CSF y GM-CSF):
Se ha demostrado una disminución de la duración de la neutropenia y disminuyen
la frecuencia y duración de los episodios febriles después del tratamiento con qui-
mioterapia. No afectan a la mortalidad del proceso. Está indicado en la neutrope-
nia prolongada, si el paciente presenta infección severa, en el fallo multiorgánico
por sepsis, en la agranulocitosis por fármacos (tras descartar otra etiología en el es-
tudio de M.O) y sobre todo si no hay respuesta al tratamiento antimicrobiano ade-
cuado. Se utiliza G-CSF (factor estimulante de las colonias de granulocitos) 5mcg
por kilo de peso y día, sbc. o GM-CSF (factor estimulante de las colonias de gra-
nulocitos y macrófagos) 5-10 mcg por kilo de peso y día, sbc. Ambos fármacos se
retiran cuando los neutrófilos se encuentren entre 500-1.000/mm3.
688
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TROMBOPENIA
CONCEPTO
Es el descenso del número de plaquetas circulantes, por debajo de 100.000-
150.000/mm3. Al ser las responsables de la hemostasia primaria, su principal mani-
festación clínica es el síndrome hemorrágico.
CLASIFICACIÓN
A. Según el recuento plaquetario:
- Más de 50.000/mm3, el sangrado es raro salvo en presencia de traumatismos,
lesión local, trombopatía o alteraciones de la coagulación.
- De 20.000 a 50.000/mm3, sangrados espontáneos y leves.
- Menos de 10.000/mm3, sangrados espontáneos y graves (hemorragia cere-
bral).
B. Según su mecanismo de producción (ver cuadro 85.4):
▲ Pseudotrombocitopenia o falsa trombopenia debida en general a recuentos au-
tomáticos, uso de EDTA como anticoagulante en los tubos de extracción, y en el
caso de que existan plaquetas gigantes.
▲ Producción deficiente, se suelen afectar otras series, p.ej: drogas, anticuerpos que
afectan a la stem-cell o a los megacariocitos.
▲ Destrucción acelerada, es la causa más frecuente, se debe a defectos intra o ex-
tracorpusculares.
▲ Distribución anormal del pool, p.ej, desórdenes con esplenomegalia.
689
CAPÍTULO 85
CRITERIOS DE INGRESO
1. Trombopenia aguda intensa, menos de 20.000/mm3, valorando la causa subya-
cente y la situación clínica del paciente (con/sin sangrado).
Si el recuento es mayor de 20.000 se valorará cada caso individualmente (con-
sultar con el hematólogo).
2. Trombopenia (independiente del recuento) con manifestaciones hemorrágicas.
3. Anemias hemolíticas microangiopáticas (PTT/SHU, Sd. HELLP)
4. Asociada a coagulación intravascular diseminada.
TRATAMIENTO
Se debe iniciar tratamiento con <20.000 plaquetas/mm3 o con hemorragia difusa.
Los demás casos se valorarán individualmente.
▲ Medidas generales:
● El paciente debe evitar traumatismos que puedan inducir sangrado: cepillado
de dientes, afeitado con cuchilla y maniobras de Valsalva, para lo cual se pau-
tarán laxantes. No se deben usar fármacos antiagregantes ni administrar me-
dicación i.m.
● Retirar fármacos sospechosos de ser su origen y aporte de vitaminas en caso de
déficit.
▲ Trasfusión de plaquetas:
La dosis habitual es 1 unidad/ 10 kilos de peso, aunque si el consumo es se-
vero se puede aumentar la dosis o el intervalo. El rendimiento que se obtiene
de cada unidad sería la elevación del recuento plaquetario entre 5.000 y
7.000/mm3.
- Indicaciones terapéuticas:
Plaquetas <50.000/mm3 y hemorragia grave.
- Indicaciones profilácticas:
1. Plaquetas <10.000/mm3 con una causa reversible a corto-medio plazo.
2. Plaquetas <20.000/mm3 con leucocitosis importante, fiebre de 38 °C, sep-
sis, CID o lesión anatómica.
3. Pacientes con <50.000 plaquetas que se vayan a someter a cirugía mayor
o técnicas invasivas
4. No se debe transfundir profilácticamente a pacientes refractarios a los
tratamientos pero estables, en PTT, SHU, PTI y anemia aplásica, sobre todo
si se va a hacer transplante.
▲ Tratamiento farmacológico: esteroides e inmunoglobulinas en trombopenia de
origen inmunológico (PTI):
Los esteroides suponen la primera línea de tratamiento, son esperables respues-
tas en 2-4 semanas cuando se administra Metilprednisolona 20-150 mg/d, y co-
mo dosis de mantenimiento 2,5-15 mg/día. Otra pauta es 0.25 mg-1 mg/kg/día
durante 3 semanas e iniciar pauta de descenso en la 4ª semana. Cuando se ne-
cesita una rápida recuperación del recuento plaquetario o la situación clínica lo
requiere se pueden usar las “macrodosis” administrando una pauta de 1 gramo
al día durante 3-5 días (1 g. diluido en 500 cc de suero a pasar en 3-6 horas).
La inmunoglobulina (Inmunoglobulina humana polivalente) está indicada en san-
grados que comprometen la vida, PTI refractaria al tratamiento, previo a la ciru-
gía y postrasfusión de plaquetas para alargar la vida de las mismas. Se utiliza in-
munoglobulina humana polivalente a dosis de 400 mg/kg/d durante 5 días, o
bien 1.000 mg/kg/d durante 2 días. Es un fármaco muy caro y de efecto transi-
torio. Como efectos secundarios produce: cefalea, mialgias, fiebre y rash cutáneo.
691
CAPÍTULO 85
PANCITOPENIA
Se define como la asociación de anemia, leucopenia y trombopenia. El hallazgo de una pan-
citopenia de reciente aparición, obliga a descartar la presencia de fallo hematopoyético.
ETIOLOGÍA
La causa más frecuente es el fracaso en la función de la M.O.
Tabla 85.6. Etiología de una pancitopenia
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. ANAMNESIS: Antecedentes de hepatopatía crónica, historia de neoplasia y trata-
mientos recibidos (quimio y radioterapia), toma de fármacos y contacto con anima-
les y tóxicos, infección por VIH, antecedentes de cirugía gástrica, síndrome constitu-
cional, clínica compatible con síndrome anémico, susceptibilidad a padecer
infecciones, hematomas o sangrado fácil.
692
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 86
NEUTROPENIA FEBRIL
A. Alfaro Acha - M.J. Moya Saiz - M. A. Cruz Mora – A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
▲ Las infecciones en el paciente oncológico son más frecuentes que en la población
general debido a la propia inmunosupresión del tumor, así como a la producida
como consecuencia del tratamiento quimioterápico.
DEFINICIÓN
La definición de neutropenia febril según los criterios de la Sociedad Americana de
Enfermedades Infecciosas es la siguiente:
▲ FIEBRE: Una sola toma de temperatura oral de 38,3 °C, o una temperatura de 38 °C
mantenida durante una hora (la temperatura axilar es 0,5 °C inferior a la oral).
▲ NEUTROPENIA: Menos de 500 neutrófilos/mm3 o menos de 1.000 neutrófi-
los/mm3 si se prevé un descenso a menos de 500.
TRATAMIENTO
Debido a la gran mortalidad que se asocia a la infección en el paciente inmunocom-
prometido, el tratamiento antibiótico debe ser PRECOZ e iniciarse antes de conocer
la etiología. Es preciso asegurarse de que se inicia en la sala de Urgencias tras ex-
traer los dos hemocultivos y la analítica general.
La neutropenia febril siempre es un criterio de ingreso.
▲ Cuidados generales.
- Aislamiento del paciente.
- Dieta sin crudos.
- Lavados corporales con Hibitane®.
- Enjuagues orales con un colutorio antiséptico Oraldine® +/- Mycostatín®
▲ Tratamiento antibiótico.
La elección del antibiótico debe de ser teniendo en cuenta el tipo de infección, sus-
ceptibilidad, resistencias del hospital y función renal y hepática (Cisplatino, Anfo-
tericina B, Ciclosporina, Vancomicina y Aminoglucósidos son nefrotóxicos).
PACIENTES SIN FOCO INFECCIOSO
Como norma general se usará un beta-lactámico con actividad frente a Pseudomonas
más un aminoglucósido. La combinación actualmente más recomendada es:
Cefepime 2gr/iv/8h o Ceftazidima 2 gr/iv/8h
+
Amikacina 500mg/iv/12h ó 1gr/iv/24h en 250cc de salino 0,9% en 60-90
minutos.
En pacientes alérgicos a penicilina:
Ciprofloxacino 400mg/iv/8h + Vancomicina 500 mg/iv/6h +/- Amikacina
1gr/iv/24h.
Actualmente se están haciendo algunos estudios donde hablan de que no existen di-
ferencias, en pacientes de bajo riesgo, entre monoterapia parenteral (Cefepime, Cef-
tazidima o Carbapenem) y la combinación de varios fármacos (siempre que la Van-
comicina no sea necesaria). También se está valorando la posibilidad en pacientes de
bajo riesgo, sin foco infeccioso y sin signos de infección sistémica ni otros (tan sólo
fiebre) el uso de antibióticos por vía oral a nivel de domicilio (siempre que cumplan
todos los criterios), como es el caso del Levofloxacino.
696
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Berrocal A, Clavijo Frutos E, González Barón M. ”Infecciones en el paciente oncológico: pro-
filaxis y tratamiento”. En: González Barón M, García de Paredes ML, Felíu J, Zamora P, edi-
tores. Oncología clínica. Fundamentos y patología general. 1ª ed. Madrid 1992. p. 558-
570.
▲ Rodríguez Sánchez CA, López Mateos Y, Cruz Fernández JJ, García Pérez M, García Do-
mínguez R, Salazar Sáez R, y cols. Manual de urgencias en oncología.1 ª ed. Salamanca;
Bristol-Myers; 1998.
▲ Pizzo PA. Fever in immunocompromised patients. N Engl J Med 1999; 341: 893-900.
▲ Pizzo PA. Empirical Therapy and Prevencion of Infection in the Immunocompromised Host.
En: Mandell GL, Bennet JE, Dolin R, eds. Principles and practice of infectious diseases. Fifth
edition. Philadelphia: Churchill Livingstone 2000.p. 3102-3107.
▲ Avery RK, Longworth DL. Evolving concepts in the management of patients with neutropenia
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▲ Hugues WT.Guideline for the Use of Antimicrobial Agents in Neutropenic Patients with Can-
cer. Clin Infect Dis 2002; 34: 730-51.
▲ Freifeld A. A double comparison of empirical oral and intravenous antibiotic therapy for low-
risk febrile patients with neutropenia during cancer chemotherapy. N Engl J. Med 1999; 341
( 5) : 305-11.
699
CAPÍTULO 87
Capítulo 87
DIÁTESIS HEMORRÁGICAS
A. Moreno Rodríguez - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
Se denomina diátesis hemorrágica al estado en que un paciente presenta sangrado
espontáneo o desproporcionado para la lesión que padece. Esta anormalidad puede
resultar de un proceso patológico localizado o de un desorden de la hemostasia, en-
globando una serie de mecanismos complejos que comprenden la integridad vascu-
lar y el número y función de las plaquetas por una parte (hemostasia primaria), y los
factores de la coagulación y la fibrinolisis por otra (hemostasia secundaria).
RECUERDO FISIOLÓGICO
La hemostasia sanguínea comprende un conjunto de mecanismos que mantienen la
integridad del sistema vascular para limitar la pérdida de sangre tras una lesión, ase-
gurando además que el tapón hemostático no perdure más tiempo de lo necesario
para restablecer la continuidad del vaso. La primera fase se realiza a través de la he-
mostasia primaria (vasoconstricción del vaso dañado con posterior formación del ta-
pón plaquetario, reacción mediada por el factor de Von Willebrand) y de la hemos-
tasia secundaria (formación de un coágulo estable de fibrina, mediado por los
factores de la coagulación). La segunda fase se realiza a través de la fibrinolisis. En
la figura 1 se representa un esquema de la cascada de la coagulación.
1. ANAMNESIS
Antecedentes personales de hemorragia o de ausencia de ella ante: traumatismos, ci-
rugía, extracciones dentales, anemia ferropénica, epistaxis, hematuria, sangrado di-
gestivo, metrorragias, menorragias o necesidad de transfusiones.
Antecedentes familiares, teniendo en cuenta que una historia familiar negativa de he-
morragias no excluye el diagnóstico de un trastorno hereditario.
Hábitos dietéticos, uso de preparados de herbolario o tóxicos como alcohol.
Consumo de fármacos: antiagregantes, anticoagulantes, antibióticos o fármacos que
puedan potenciar el efecto de los anticoagulantes orales.
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aunque es altamente variable de unos pacientes a otros, pueden orientar para saber
si se trata de un trastorno de la hemostasia primaria o secundaria. En la tabla 87.1
se enumeran algunas de las características clínicas de las alteraciones que ocurren en
cada una de ellas.
700
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Vía intrínseca
Vía extrínseca
XII
XI PK,
VII VIIa FT KAPM
KAPM
XIIa
IX
Ca
XIa
IXa
Ca
PL
VIIIa VIII
X Xa
Va V
Ca, PL
II IIa
Polímero de fibrina
XIIIa XIII
Coágulo estable
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En el Servicio de Urgencias se dispone de unas pruebas generales, para el estudio de
los trastornos de la hemostasia, que nos permitirán diagnosticar u orientar a la ma-
yoría de los pacientes. Sólo en situaciones especiales se requerirán pruebas más es-
pecíficas. Por otra parte, solicitaremos las pruebas necesarias para diagnosticar la
causa del trastorno hemorrágico y su repercusión.
▲ Déficit de vitamina K. Puede darse por trastornos nutricionales por falta de apor-
te, sobre todo en ancianos, o en los trastornos del aparato digestivo que cursan
con malabsorción de vitaminas liposolubles. A veces también se produce como
consecuencia de la toma de antibióticos que alteran la flora intestinal productora
de vitamina K. El tratamiento consiste en administrar fitomenadiona por vía oral,
intramuscular o intravenosa (entre 2 y 10 mg/día) en función de la situación clí-
nica. Si el paciente tiene una hemorragia moderada-severa debe utilizarse tam-
bién plasma fresco dado que el tratamiento con vitamina K tardará varias horas
en comenzar su efecto.
BIBLIOGRAFÍA
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Jiménez A, editor. Manual de protocolos y actuación en urgencias para residentes. Comple-
jo Hospitalario de Toledo. 1ª edición: 2002. p. 471-6.
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rrent Medical Diagnosis & Treatment. 42nd ed. New York: Lange Medical Books/McGraw Hill;
2003. p. 505-21.
▲ Handin RI. Trastornos de la coagulación y trombosis. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher
KJ, Wilson JD, Martin JB, Kasper DL., et al., editores. Harrison Principios de Medicina Inter-
na. 14ª ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 1998.p. 842-50.
705
CAPÍTULO 88
Capítulo 88
LEUCOSIS AGUDA
C. Yera Bergua - M. González Rubio - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
▲ Las leucemias conforman un grupo heterogéneo de neoplasias que surgen de la
transformación maligna de las células hematopoyéticas. Su característica común es
la proliferación descontrolada de las células leucémicas y su acumulación en la mé-
dula ósea y tejidos linfoides, donde desplazan a los elementos celulares normales
y provocan alteraciones de la hematopoyesis y la inmunidad. Posteriormente emi-
gran hacia la sangre periférica e infiltran otros órganos y tejidos.
▲ Se pueden clasificar según el grado de diferenciación:
* Leucemia aguda (LA): las células que invaden la médula son muy indiferencia-
das o poseen un mínimo grado de diferenciación (blastos).
* Leucemia crónicas (LC): en el infiltrado medular predominan las células diferen-
ciadas.
Este capítulo no pretende hacer una descripción exhaustiva de lo que es la leucemia
aguda, sino de dar unas guías básicas de cara al manejo en Urgencias de pacientes,
bien con leucemia aguda diagnosticada y de sus complicaciones más habituales, bien
de diagnóstico en Urgencias de dicha enfermedad.
CLÍNICA
Los diferentes tipos de LA tienen muchos signos clínicos en común, derivados de dos
hechos fisiopatológicos fundamentales: la insuficiencia medular y la infiltración de ór-
ganos (Cuadro 88.1).
La acumulación progresiva de células leucémicas y la producción por las mismas de
factores inhibidores de la hematopoyesis provocan una disminución de los precurso-
res normales de las series eritroide, granulocítica y megacariocítica. Todo ello se tra-
duce en una pancitopenia en sangre periférica.
▲ Anemia: palidez, astenia, disnea de pequeños esfuerzos, mareo. En pacientes con
enfermedad a nivel de las arterias coronarias pueden dar lugar a cuadro de an-
gina, incluso infarto agudo de miocardio (en personas de edad avanzada puede
ser la primera manifestación de LA).
▲ Infección: debida al descenso en los granulocitos circulantes, siendo especialmen-
te graves cuando la cifra de granulocitos es inferior a 500/litro. Así mismo inter-
vienen otros factores como, los defectos en la función fagocítica, las alteraciones
706
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
En este apartado vamos a especificar el tratamiento de soporte que requiere un pa-
ciente con leucemia aguda, ya que el tratamiento específico quimioterápico corre a
cargo de los especialistas, y se realizará en planta.
708
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
adultos con Linfoma Burkitt (paradigma de Linfoma Linfoblástico con gran masa tu-
moral) con alta grado de lisis tumoral durante el tratamiento. Asegurar antes del
uso de dicho fármaco la normalidad de Glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (en ca-
sos de déficit podría ocasionar episodio de hemólisis). La dosis recomendada es de
0.2 mg/Kg, diluida en 50 cc de suero salino, en infusión continua durante 30 mi-
nutos, una vez/día durante 5-7 días. Iniciar tratamiento 24 horas antes del inicio
de la quimioterapia, en caso de niveles basales elevados de ácido úrico.
▲ Tratamiento de las hiperleucosis: En pacientes con una cifra elevada de blastos es
fundamental la prevención de la leucostasis cerebral y pulmonar. Para ello deben
efectuarse hiperhidratación y citorreducción rápida. En ocasiones pueden ser efec-
tivas las leucaféresis. Mientras se produce una disminución de la leucocitosis, pue-
de ser conveniente restringir las transfusiones de hematíes para no contribuir al au-
mento de viscosidad sanguínea.
▲ Náuseas y vómitos: son las complicaciones más frecuentes y peor toleradas de la
quimioterapia. Aunque la Metoclopramida a altas dosis (2-3 mg/Kg) se ha mos-
trado efectiva en el control del vómito, su uso ha sido desplazado por Ondanse-
trón o Granisetrón que actúan bloqueando los receptores 5-HT3 y que tienen un
potente efecto antiemético sin los efectos secundarios de la Metoclopramida, sobre
todo reacciones distónicas por extrapiramidalismo. Otros fármacos eficaces son los
glucocoticoides a altas dosis (Dexametasona, Metilprednisolona), fenotiazinas
(Clorpromazina) o butirofenonas (Haloperidol y Droperidol). Las benzodiacepinas,
como Lorazepam, se emplean como coadyuvantes, reducen la ansiedad y algunos
efectos indeseables de la Metoclopramida.
▲ El dolor es una manifestación habitual en los paciente con LA. Se emplean pautas
analgésicas convencionales. En situaciones especiales, como mucositis graves, se
requiere la administración de Morfina por vía intravenosa.
BIBLIOGRAFÍA:
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711
CAPÍTULO 89
Capítulo 89
ANTIAGREGACIÓN Y ANTICOAGULACIÓN
EN URGENCIAS
J. Grande Saurina - R. Salcedo Martínez - A. Sánchez Castaño
XI XI activado
VII
IX IX activado
VIII
X X activado X
Protrombina Trombina
ANTIAGREGACIÓN PLAQUETARIA
Los antiagregantes son fármacos cuya principal actividad a este nivel es impedir la
agregación plaquetaria, que da lugar a la formación de trombos en la luz vascular y
la unión de éstos al endotelio de los vasos. Los principales antiagregantes plaqueta-
rios son:
- Ácido Acetilsalicílico
- Clopidogrel
- Dipiridamol
- Ticlopidina
Estos tres últimos se usan cuando existen contraindicaciones para el uso de Ácido
Acetilsalicílico, ya que no hay grandes diferencias de eficacia entre ellos, aunque Clo-
pidogrel y Dipiridamol tienen menor tasa de efectos secundarios respecto a Ticlopidi-
na. En el caso de Clopidogrel no es necesario ajustar la dosis en los casos de enfer-
medad renal ni con insuficiencia hepática leve o moderada, aunque se debería evitar
su administración en casos de insuficiencia hepática grave debido al riesgo de diáte-
sis hemorrágica. Una dosis única comienza a tener efecto antiagregante significativo
ya a las 2 horas de su ingestión, con unos niveles en equilibrio de la inhibición pla-
quetaria después de 7-10 días. Es más seguro que Ticlopidina y se administra sólo 1
vez al día.
SOBREDOSIS DE HEPARINA
Su antídoto es el plasma fresco congelado.
1.- Paciente en tratamiento con heparina intravenosa: Este caso es poco probable
que se nos de en Urgencias. Sólo estaremos ante él en ocasiones contadas como
cuando un paciente es trasladado desde otro hospital hasta el nuestro.
2.- Paciente en tratamiento con heparinas de bajo peso molecular: en estos casos,
el único dato analítico que confirmaría una anticoagulación excesiva sería la me-
dición de anti-Xa, (esta determinación no está disponible en todos los Servicios de
Urgencias) ya que no se producen alteraciones en el estudio de coagulación.
ANTICOAGULANTES ORALES
Los anticoagulantes orales inhiben el efecto de la vitamina K, y por tanto la síntesis
hepática de los factores II, VII, IX y X. Dado su mecanismo de acción, a las 24 h. de
su administración se logran efectos anticoagulantes, pero al suspenderlos no se vuel-
ve a los niveles normales hasta después de 3 días, aunque a las 48 h. ya se alcan-
zan índices de Quick del 70 %. Actualmente el anticoagulante oral más utilizado en
nuestro país es el Sintrom (Acenocumarol). El control de la medicación anticoagulan-
te se realiza por el INR, que debe mantenerse entre 2-3 en la mayoría de los casos,
excepto en portadores de prótesis mecánicas, que varía entre 2,5-3,5.
*MG (medidas generales): suspender ACO ese día, vigilar sangrados, control del estudio de coagulación en
24 h.
*ML (medidas locales): enjuagues con ácido E Amino-capróico;
718
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Handin RI. Trastornos de la coagulación y trombosis. En : Fauci AS, Braunwald E, Isselba-
cher KJ, Wilson JD, Martin JB, Kasper DL et al. editores. Harrison Principios de Medicina In-
terna 14ª edición. Madrid: Mc Graw Hill Interamericana, 1998 p. 842-50
▲ Castillo Colfiño R, Ordinas Bauzá A, Reverter Calatayud C, Vicente García V, Rocha Her-
nando E. Trombosis y tratamiento antitrombótico. Enfermedades de la hemostasia. Medicina
Interna Farreras-Rozman. Editorial Mosby-Doyma libros SA. 13ª edición. p. 1797-1800.
▲ Vernon S. HBPM en síndrome coronario agudo. Bhatt Deepak L y Topol Eric J en Tratamien-
to anticoagulante y antiagregante en la prevención secundaria de la cardiopatía isquémica.
Clínicas cardiológicas de Norteamérica. Editorial Mc Graw-Hill-Interamericana. Madrid
2001. p. 247-281.
▲ Ayala Díaz R, Schoebel Orbea N, Cedena Martín T. Trastornos de la hemostasia. Anticoa-
gulación. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Orche Galindo S,
Sanz García RM, editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Universi-
tario 12 de Octubre. 4ª edición. Madrid: MSD; 1998. p. 705-20
▲ Arrabal Arrabal MA, Julián Jiménez A, Adrados Ruiz MA. Diátesis hemorrágica. Manual de
protocolos y actuación en Urgencias para Residentes. Toledo 2001. p. 471-76.
719
CAPÍTULO 90
Capítulo 90
TRANSFUSIÓN DE PRODUCTOS SANGUÍNEOS EN
URGENCIAS
J. González Barboteo - R. Salcedo Martínez - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
No es pretensión de este capítulo explicar detenidamente las características de los dis-
tintos productos sanguíneos de los que disponemos actualmente sino establecer una
guía, que pueda ser útil a los facultativos en el servicio de urgencias.
Un uso adecuado de las transfusiones evitaría una pérdida de productos sanguíneos
necesarios y una disminución en los riesgos que presenta este tratamiento.
Concentrado
de plaquetas 5,5 x 1010 plaquetas/unidad, 50 ml Sangrado por trombopenia
donante leucocitos , escasos hematíes o trombopatía
múltiple (PDM)
NOTAS DE INTERES
▲ El suero salino es la única solución adecuada para su uso junto con la sangre.
▲ Si la transfusión no se inicia en los 30 minutos siguientes a su dispensación de-
berá devolverse al banco.
▲ Algunos pacientes precisarán tratamiento previo con antitérmicos, antihistamíni-
cos, y/o corticoides 30 minutos antes de la transfusión (sobre todo si han tenido
reacciones transfusionales previamente)
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Hemoterapia .FE Barrigón, MPM Sánchez y VQ Redondo. En “Manual de diagnóstico y te-
rapéutica médica“ A Blanco-Echevarría, L Cea-Calvo, ME García-Gil, A Menassa, VJ Mo-
reno-Cuerda, G Muñoz-Delgado, J Olalla y JF Varona, eds. 2003;829-836.
▲ MA Weber, AF Montoya, JLG Villagrán, CM Vega, IP Arrojo, NP Alcaraz, MP Bosch y MAV
Carasa. Guía sobre la indicación de la transfusión de glóbulos rojos, plaquetas y productos
plasmáticos lábiles. Conferencia de Consenso de la Sociedad Española de Transfusión san-
guínea. Med Clin ( Barc ) 1999;113:471-474.
▲ K Sazama, PJ DeChristophe, R Dodd, CR Harrison, IA Shulman, ES Cooper et al. Practice
Parameter for the recognition , management , and prevention of adverse cosequences of blo-
od transfusion. Arch Pathol Lab Med 2000;124:61-70.
▲ British Society for Haematology. Guidelines for the clinical use of red cell transfusions . Br J
Haemtol 2001;113:24-31.
▲ Sangre y hemoderivados. Gwendolyn L. Hoffman. En “Medicina de Urgencias” Vol I. Rosen.
ED.Elsevier Science-Mosby 2003; pgs.48-52
725
CAPÍTULO 91
Capítulo 91
INSUFICIENCIA RENAL AGUDA
D. Regidor Rodríguez - A. Roca Muñoz
INTRODUCCIÓN
El fracaso renal agudo (FRA) es un síndrome clínico, secundario a múltiples etiologías
cracterizado por un rápido descenso en la filtración glomerular (horas o semanas) y
retención de los productos nitrogenados como la urea y creatinina, pudiendo también
producir alteraciones hidroelectrolíticas (hiperpotasemia, hipercalcemia, hiponatre-
mia, hiperfosfatemia, hipomagnesemia) y del equilibrio ácido-base. Es potencial-
mente reversible. Aproximadamente un 60% de los casos cursan con oliguria.
En un estudio epidemiológico sobre FRA, realizado en la Comunidad de Madrid, se
objetivó que en un 60% de los casos el deterioro de la función renal (Crs>1.5mg/dl)
es anterior a su ingreso en el hospital y el 40% restante se presentaba en pacientes
hospitalizados con función renal previa normal. Las causas más frecuentes fueron la
necrosis tubular aguda, el FRA prerrenal, la insuficiencia renal crónica reagudizada
y la uropatía obstructiva.
CLASIFICACIÓN
El FRA puede clasificarse en tres grandes grupos según la causa que lo produce:
1. FRA FUNCIONAL O PRERRENAL: Se produce por disminución de la perfusión re-
nal, manteniéndose el riñón indemne. El descenso del filtrado glomerular es secun-
dario a una caída de la presión de perfusión y/o a una vasoconstricción renal in-
tensa que sobrepasan los mecanismos de autorregulación intrarrenales. La
insuficiencia renal que se produce es reversible tras restaurar el flujo plasmático: es
un FRA funcional. Pero si persiste la situación que lo ha desencadenado evoluciona-
rá hacia la necrosis tubular aguda, es decir, a un FRA parenquimatoso, establecido,
de origen isquémico. Las causas que pueden provocarlo se enumeran en cuadro 1.
2. FRA PARENQUIMATOSO: hay una lesión renal estructural, establecida, que se puede
afectar predominantemente al túbulo, al intersticio, al glomérulo o a los vasos
sanguíneos (grandes o pequeños) lo que da lugar a diferentes síndromes clínicos:
Túbulo: ésta es la afectación más frecuente y da lugar a la necrosis tubular aguda (NTA).
El origen de la NTA es fundamentalmente isquémico o tóxico. Las causas que pueden pro-
ducirla se enumeran en el cuadro 91.2. Todas las situaciones que provocan un fallo re-
nal prerrenal, si se mantienen, pueden dar lugar a una necrosis tubular. Cuando la is-
quemia es muy severa puede producirse incluso una necrosis cortical (en situaciones de
hemorragia severa, la mayoría de las veces en relación con procesos obstétricos y coa-
gulación intravascular diseminada). La NTA secundaria a nefrotoxicidad es muy fre-
cuente en pacientes hospitalizados, sobre todo en relación con aminoglucósidos y con-
trastes iodados. La edad avanzada, la depleción de volumen, la diabetes mellitus, el
mieloma, la existencia de nefropatía previa y la concurrencia de varios nefrotóxicos son
factores predisponentes para desarrollar una NTA.
Intersticio: se afecta por hipersensibilidad a fármacos, procesos inmunológicos o
infecciosos, y da lugar a la nefritis tubulointersticial aguda (NTIA). El cuadro clínico es
muchas veces incompleto pero puede presentarse con fiebre, artralgias, erupción cutá-
nea, eosinofilia y en un 30% de los casos elevación de la Ig E. Sus causas se enumeran
en el cuadro 91.3.
Glomérulo: el deterioro agudo de la función renal se produce en la glomerulonefritis
(GN) aguda postinfecciosa (postestreptocócica, postestafilocócica, asociada a cortocir-
cuito o endocarditis), GN rápidamente progresivas con proliferación extracapilar, GN
mesangial IgA, GN membranoproliferativa y GN con anticuerpos anti-membrana basal
glomerular. En otras GN, sin afectación histológica tan severa, se puede producir un FRA
por síndrome nefrítico o nefrótico (secundario a NTA por disminución del volumen extra-
celular eficaz, tratamiento diurético excesivo o trombosis de venas renales), o hematuria
macroscópica (por el daño tubular que producen los cilindros hemáticos). También pue-
de producirse un FRA de origen glomerular en el contexto de enfermedades sistémicas
como LES, crioglobulinemia, púrpura de Schönlein-Henoch y otras vasculitis.
Vasos: tanto la obstrucción de las arterias renales principales como la afectación de las
arteriolas de pequeño calibre pueden dañar la función renal por disminución del flujo a
través de la arteriola aferente. Ver cuadro 91.4.
Cuadro 91.2: Causas de necrosis tubular aguda
- De origen isquémico: las mismas del cuadro 91.1.
- De origen tóxico:
- Fármacos:
- Antibióticos: Aminoglucósidos, Cefalosporinas, Anfotericina B, Sulfamidas, Cotrimoxazol,
Pentamidina, Tetraciclinas, Aciclovir, Foscarnet, Vancomicina, Eritromicina.
- Anestésicos: Metoxifluorano, Enfluorano.
- Quimioterápicos: Cisplatino, Metotrexate, Nitrosoureas, Ifosfamida.
- Otros: dosis elevadas de Manitol, Ciclosporina A.
- Tóxicos:
- Contrastes radiológicos iv.
- Metales pesados: arsénico, cadmio, plomo, mercurio, antimonio.
- Varios: fungicidas y pesticidas, solventes orgánicos (glicoles, tolueno), veneno de
serpiente, amanita faloides, anilinas.
727
CAPÍTULO 91
- Origen endógeno.
- Pigmentos: mioglobina, hemoglobina, bilirrubina.
- Proteínas intratubulares: cadenas ligeras (mieloma).
- Cristales: ácido úrico (hiperuricemia masiva), oxalato cálcico en intoxicación
por etilenglicol.
- Hipercalcemia severa.
D) EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS:
Aunque la historia y exploración física nos pueden ayudar, la información más útil se ob-
tiene mediante pruebas analíticas, en especial con la estimación del filtrado glomerular y
el examen del sedimento urinario. Ante un paciente con sospecha de IRA debemos soli-
citar las siguientes pruebas:
– En sangre:
– Sistemático de sangre, estudio de coagulación, ionograma (con Ca si es posible),
urea, creatinina, glucosa.
– Osmolalidad (si es posible).
– Gasometría arterial o venosa.
– En orina (ver cuadro):
– S.Orina (sedimento).
– Iones ( Na, K, urea si es posible).
– Creatinina y osmolalidad.
– EKG.
731
CAPÍTULO 91
– Pruebas de imagen:
– Rx de tórax (según situación clínica del paciente).
– Rx de abdomen (útil en ocasiones para visualizar litiasis y calcificaciones vascula-
res).
– Ecografía abdominal: la más útil. Mide tamaño renal y descarta la uropatía obs-
tructiva (aunque hay casos sin dilatación de la vía urinaria). Debe solicitarse siem-
pre en Urgencias a no ser que podamos establecer con gran seguridad la etiología
de la insuficiencia renal.
E) ANÁLISIS DE PARÁMETROS URINARIOS EN IRA:
Además de los datos proporcionados por la exploración clínica, para diferenciar los
tipos sindrómicos de IRA es muy útil el estudio de índices obtenidos a través de sen-
cillas determinaciones analíticas en sangre y orina (ver cuadro).
En la IRA prerrenal el riñón está íntegro por lo que responde a la hipoperfusión me-
diante la retención de Na y agua por el túbulo a fin de mantener el volumen de san-
gre circulante. Así encontramos una orina concentrada con osmolalidad y concen-
tración de creatinina elevadas y una natriuresis muy baja.
En la IRA parenquimatosa hay afectación tubular por lo que no retiene sodio y agua
y las concentraciones de solutos en orina son similares a las del plasma.
La excreción fraccional de sodio (EFNa) es el parámetro con mayor sensibilidad y
especificidad para medir la reabsorción tubular de sodio y diferenciar IRA prerre-
nal y parenquimatosa (ver cuadro). Hay que tener en cuenta que el uso reciente de
diuréticos puede alterar la utilidad de estas medidas urinarias.
Hay excepciones en las que la IRA parenquimatosa, al contrario de lo esperable,
cursan con EFNa y sodios urinarios tan bajas que parecen fracasos prerrenales:
GNA, nefropatías pigmentarias y por contrastes iodados, nefritis intersticial inmu-
noalérgica por rifampicina, rechazo agudo de trasplante renal, esclerodermia, hi-
pertensión vasculorrenal.
F) SEDIMENTO EN ORINA:
Las características del sedimento urinario y del análisis de la orina también varía y
nos orienta entre las distintas formas de IRA. Un sedimento en el que encontramos
proteinuria, hematuria, cilindros, lo consideramos como activo:
- IRA prerrenal: anodino o cilindros hialinos.
- NTA: cilindros granulosos. Proteinuria +/++
- NTIA: leucocitos, eosinófilos. Proteinuria +/++
- Glomerulonefritis: cilindros varios, hematíes dismórficos. Proteinuria ++/+++.
Hemoglobina.
- IRA postrenal: cristales, hematíes, leucocitos. Hemoglobina.
La proteinuria constituye el sello de la patología glomerular. Se consideran dentro de los
límites normales cifras de hasta 150mg/dl. Tasas entre 500mg/dl – 1.5g/dl se pueden
ver después del ejercicio vigoroso, con fiebre, con alteraciones en la posición del cuerpo
o en insuficiencia cardiaca congestiva. Tasas hasta 3g/dl se pueden ver en enfermeda-
des renales primarias con escasa o nula afectación glomerular.
Hematuria (ver tema correspondiente).
ACTITUD DIAGNÓSTICA EN URGENCIAS
Las recomendaciones en la IRA a seguir en el servicio de urgencias son las siguientes:
1. Evaluar a un paciente de IRA cuando Cr sangre >1.5mg/dl o exista un incremento de 0.5 mg/dl
respecto a Cr previas. 2. Excluir causas prerrenales. 3. Excluir causas postrenales. 4. Revisar sedi-
732
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
mento urinario. 5. Evaluar parámetros e índices urinarios. 6. Tras excluir causas pre y postrenales y
confirmar NTA con el análisis urinario, notificar al nefrólogo cuando Cr sangre sea >2.o mg/dl.
7. Valorar la necesidad de diálisis. 8. Evitar una excesiva reposición de volemia que nos podría lle-
var a complicaciones multiorgánicas. 9. Evitar hipotensión. Generalmente no es necesario tratar de
forma agresiva la hipertensión en ausencia de crisis hipertensiva. 10. Mantener un balance de lí-
quidos y tratar la hiperpotasemia. No usar dopamina. 11. En pacientes con IRA, revisar sus medi-
caciones por la posible necesidad de ajuste de dosis. 12. Si estuviera indicado, usar alimentación
enteral preferentemente a la parenteral.
Cuadro 91.6: Parámetros e índices urinarios en el diagnóstico diferencial
de la insuficiencia renal aguda
IRA IRA IRA IRA
prerrenal NTA NTIA glomerular Obstructiva Por oclusión
arterial
Densidad > 1.020 > 1.010 < 1.020 < 1.020 < 1.020 < 1.020
Osmoladilad
(mOsm/Kg) > 500 < 350 300 400 300-400 300
Sodio en
orina < 20 > 40 20 30 Variable >100
(mEq/l)
Uo/Upl > 10 < 10 < 10 variable 10 1
Cro/Crpl > 20 < 15 >15 variable 15 <2
IFR <1 > 2,5 <1ó>2 <ó=1 Variable > 80
EFNa (%) <1 >2 <1ó>2 <ó=1 Variable > 80
Cilindros Cilindros
Sedimento Anodino Granulosos leucocitarios Cilindros Variable Variable
Hialinos c.epiteliales hemáticos
c.epiteliales eosinofiluria
Proteinuria
(gr/24h) Variable Variable 1-2 >3 Variable Variable
IFR=(Nao x Cro). EFNa=(Nao x Crpl)/(Napl x Cro) x 100. U: urea; Cr: creatinina, o: en orina;
pl: en plasma.
IRA funcional (prerrenal) IRA establecida (NTA)
Osmolalidad urinaria >500 <350
Densidad urinaria >1020 <1010
Na orina (mEq/l) <20 >40
Urea orina/urea plasma >10 <10
Cr orina/Cr plasma >20 <15
EFNa <1 >2
IFR <1 >2.5
Sedimento urinario Anodino Cilindros granulosos, hialinos.
Células epiteliales.
Para el ajuste de las dosis del tratamiento en pacientes con IRA debemos conocer la
función renal. Su cálculo teniendo sólo en cuenta la cifra de creatinina plasmática
puede ser errónea y sobrevalorada. Una medida más exacta y que podemos obtener
fácilmente en urgencias es el aclaramiento de creatinina (norma> 100ml/min) me-
diante la ecuación de Cockcroft y Gault:
Aclaramiento de Creatinina = (140-Edad) x Peso / 72 x Creatinina plasmática) (x 0.8 en mujeres).
5.- POSIBLES CAMBIOS DE MANEJO DEL FRA EN EL FUTURO: no debemos dejar pasar
por alto los últimos estudios que sobre la utilidad del tratamiento diurético en el FRA han
tenido lugar en los últimos meses siendo caldo de cultivo para nuevas investigaciones.
Aunque todavía queda mucho por decir, y los estudios realizados en este campo tienen
muchas limitaciones, las conclusiones a las que se está llegando son las siguientes:
Se está determinando que el uso de diuréticos puede asociarse a un mayor riesgo de
muerte y de insuficiencia renal irreversible en enfermos críticos con FRA por: su propio
efecto, conllevar un retraso en la realización de la diálisis (provocando sobrecarga de vo-
lumen y mayor nivel de uremia) y por otros factores desconocidos.
No se trata de abandonar el uso de diuréticos tan utilizado hasta hoy, pero si modificar
sus indicaciones en el tratamiento del FRA, llegando incluso a ser desaconsejado su uso
en algún artículo.
Figura 91.1: Tratamiento del FRA
FRACASO RENAL AGUDO.
TRATAMIENTO ESPECÍFICO
HIPERPOTASEMIA K>7
K< 6.5mEq/l
Añadir: Bicarbonato.
S. glucosado + insulina.
(Gluconato cálcico iv).
737
CAPÍTULO 91
BIBLIOGRAFÍA
▲ Liaño F, J. Pascual, Caramelo C, López Farré A, Rodríguez Puyol D. Fracaso renal agudo.
En: Hernando Avendaño L, editor. Nefrología clínica. 1ª Ed. Madrid: Panamericana; 1997.
P.481-526.
▲ Liaño F, Pascual J. Insuficiencia renal aguda. En: Lorenzo Sellarés V, editor. Manual de Ne-
frología clínica, diálisis y trasplante renal. 1ª Ed. Madrid: Harcourt Brace de España; 1998.
P.105-141.
▲ Burton David Rose, editor. Clinical physiology of acid-base and electrolyte disorders. 4ª Ed.
New York: Mc Graw Hill; 1994.
▲ Approach to the patient with renal disease including acute renal failure. Up to Date 2002.
739
CAPÍTULO 92
Capítulo 92
INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA EN URGENCIAS
M. J. Led Domínguez - A. Roca Muñoz
INTRODUCCIÓN
Insuficiencia renal crónica (IRC) es la disminución del filtrado glomerular (FG) irrever-
sible, con la consiguiente retención de productos tóxicos por pérdida de la capacidad
excretora y reguladora del metabolismo hidrosalino y ácido-base, y disminución de la
actividad endocrinológica renal, que determinan el síndrome urémico (cuadro 92.1).
Los trastornos comienzan a aparecer cuando el FG es inferior a 30-40 ml/min.
Las causas más frecuentes de IRC son: diabetes, hipertensión arterial y glomerulonefritis
crónica. Otras menos frecuentes son: patología intersticial, uropatía obstructiva, enfer-
medades sistémicas (lupus, mieloma...), enfermedades heredo-familiares (poliquistosis...).
Cuadro 92.1 Trastornos en la insuficiencia renal crónica
▲ Alteraciones del equilibrio ácido-base e hidroelectrolíticas (acidosis metabólica, hiper-hipo-
natremia, hiperpotasemia…)
▲ Alteraciones cardiovasculares:
- hipertensión arterial
- arteriosclerosis
- insuficiencia cardíaca
- pericarditis
▲ Alteraciones óseas y del metabolismo calcio-fósforo:
- osteítis fibrosa (hiperparatiroidismo secundario)
- osteomalacia (intoxicación alumínica)
- enfermedad ósea adinámica
▲ Alteraciones hematológicas:
- anemia normocítica normocrómica
- trastornos de la coagulación (diátesis hemorrágica)
▲ Alteraciones neurológicas:
- polineuropatía urémica
- síndrome de “las piernas inquietas”
- calambres musculares
- encefalopatía urémica (asterixis, convulsiones, coma)
▲ Alteraciones gastrointestinales:
- anorexia
- náuseas y vómitos
- hemorragia digestiva
- pancreatitis aguda
- estreñimiento
ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1- Avisar siempre a NEFROLOGÍA para valoración del paciente, sobre todo ante
aquellos que ya reciben tratamiento sustitutivo o presentan un CCr ≤ 20 ml/min,
y ante situaciones que puedan requerir hemodiálisis urgente (insuficiencia cardia-
ca-edema agudo de pulmón e hiperpotasemia tóxica).
2- Valorar si existe o no deterioro agudo de la función renal, y si existen factores que
hayan contribuido o causado dicho deterioro que podamos corregir (ver capítulo
IRA):
742
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Allen C. Alfrey. Chronic renal disease. En: Schrier RW, editor. Manual of Nephrology. 4ª ed.
Boston: Little, Brown and Company; 1995. p. 152-160.
▲ Insuficiencia renal crónica. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Or-
dre Galindo S, Sanz García RM, editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hos-
pital Doce de Octubre. 4ª ed. Madrid: EGRAF, SA; 1998. p.
▲ Martín de Francisco AL. Sistemática diagnóstica en el enfermo con insuficiencia renal cróni-
ca. En: Hernando Avendaño, editor. Nefrología clínica. 1ª ed. Madrid: Panamericana;
1997. p. 529-534.
▲ Signs and symptoms of uremia. En: Rose BD, Black RM, editores. Clinical problems in Neph-
rology. 1ª ed. Boston: Little, Brown and Company; 1996. p. 497-523.
▲ Montolíu Duran J, Lorenzo Sellarés V. Insuficiencia renal crónica. En: Lorenzo Sellarés, edi-
tor. Manual de Nefrología Clínica, Diálisis y Trasplante renal. 1ª ed. Madrid: Harcourt Bra-
ce de España; 1998. p. 183-213.
743
CAPÍTULO 93
Capítulo 93
CRISIS RENOURETERAL
J. L. Cea Soria - S. Buitrago Sivianes - E. Buendía González
INTRODUCCIÓN
La crisis renoureteral aguda o cólico nefrítico es un síndrome que consiste en la apa-
rición brusca de dolor secundario a una alteración dinámica o mecánica que condi-
ciona una distensión de la vía urinaria.
ETIOLOGÍA DE LA CRISIS RENOURETERAL
La causa más frecuente de cólico nefrítico es la litiasis urinaria (90% de los casos). El
resto pueden ser debidos a otras causas de obstrucción ureteral: intrínsecas, extrínse-
cas o lesiones ureterales propiamente dichas.
1. Obstrucciones ureterales intraluminales:
● Litiasis: Enclavamiento de cálculo piélico.
Emigración de cálculo ureteral.
Eliminación de cristales precipitados.
Post-litotricia extracorpórea.
● Hematuria con coágulos: Tumor de vías urinarias.
Tuberculosis.
Infarto renal.
● Hidatiduria.
● Eliminación de fragmentos tumorales.
● Necrosis papilar.
2. Estenosis Ureterales por lesión ureteral:
● Congénitas (estenosis de la unión pieloureteral, ureterocele)
● Tuberculosis.
● Post-cirugía.
● Tumores.
3. Compresiones ureterales de causa extrínseca:
● Vasculares (aneurisma).
● Enfermedades benignas y malignas del aparato genital femenino.
● Enfermedades gastrointestinales (apendicitis, diverticulítis)
● Procesos retroperitoneales.
● Tumores malignos vésico-prostáticos
● Dolor ureteral superior puede irradiarse al testículo o a los labios vulvares ho-
molaterales.
● Dolor ureteral medio se irradia al hemiabdomen inferior o la zona inguinal.
● Dolor ureteral inferior se irradia a la región suprapúbica o a la uretra distal.
2) Exploración física: el abdomen puede presentar cierta defensa voluntaria, la
puño percusión renal puede ser positiva motivo por el cual hay que realizarla
con extrema suavidad. Puede existir una marcada hiperalgesia en el ángulo
costo-vertebral y en el flanco.
3) Exploraciones complementarias:
● Presencia de microhematuria en el sistemático de orina.
● Posible visualización del cálculo en la radiografía simple de abdomen. La no
visualización no excluye la presencia de litiasis, pues la radiotransparencia o la
radiodensidad dependen tanto de la composición como del tamaño del cálculo.
Para establecer el diagnóstico de cólico nefrítico deben cumplirse dos de los tres cri-
terios siguientes:
1. Clínica compatible.
2. Exploración física positiva.
3. Presencia de microhematuria.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
- Sedimento urinario: hallazgos habituales de cristaluria, micro o macrohematuria y
leucocitos (con o sin infección asociada).
- Hemograma, estudio de coagulación y bioquímica elemental ante la sospecha de
complicaciones.
- Radiografía simple de abdomen:
● Ligera escoliosis de concavidad hacia el lado afecto.
● Discreto aumento de la silueta renal.
● Posibles imágenes radiopacas sugestivas de cálculos. A veces aparecen imáge-
nes de densidad calcio que no son cálculos (flebolitos, adenopatías calcifica-
das), y será necesario obtener proyecciones oblicuas derecha o izquierda.
- Ecografía abdominal:
● Indicación: cólico nefrítico resistente a tratamiento, fiebre, leucocitosis con des-
viación a la izquierda.
● Hallazgos: valoración del grado de ectasia pielocalicial, causa de la obstrucción
(cuando se localiza en riñón o uréter proximal).
- Urografía intravenosa (se realiza de forma diferida):
● Indicación: cuando la obstrucción sea por obstáculo radiotransparente, para va-
lorar la repercusión de la obstrucción sobre el sistema excretor renal.
● Hallazgos: abolición o retraso funcional del riñón obstruido, características y ni-
vel del obstáculo, grado de dilatación.
COMPLICACIONES
Las complicaciones de la crisis renoureteral suelen deberse a tres problemas:
a. La distensión de la vía urinaria puede provocar una nefropatía obstructiva que
sería responsable de una atrofia progresiva y una falta de funcionamiento del
parénquima renal.
b. La anuria puede producirse de modo reflejo o bien por obstrucción bilateral de
la vía urinaria.
745
CAPÍTULO 93
CRITERIOS DE INGRESO
● Dolor rebelde al tratamiento médico. Se incluye dentro de este concepto tanto la
no mejoría del cuadro clínico tras tratamiento correcto como el carácter recidi-
vante del mismo en un corto espacio de tiempo.
● Sospecha de uropatía obstructiva.
● Sospecha de sepsis.
TRATAMIENTO
Ante la sospecha de tener un paciente con un cólico nefrítico en Urgencias se admi-
nistrarán:
1. Analgésicos menores como primer escalón terapéutico vía parenteral (i.m. o i.v.):
Metamizol magnésico a dosis de 2 gr diluido en 100 cc de suero fisiológico
2. Se puede asociar un ansiolítico vía i.m., tipo Diazepam a dosis de 10 mg, se
puede mezclar con el analgésico.
3. AINEs, se pueden utilizar como primer escalón o asociados a los analgésicos,
son fármacos inhibidores de las prostaglandinas que están implicadas en la fi-
siopatología del cuadro. Entre ellos: Diclofenaco sódico a dosis de 75 mg vía
i.m., Dexketoprofeno trometamol a dosis de 50 mg, diluido, vía i.v. o i. m..
4. Ante la persistencia del cuadro clínico, pasaríamos a los analgésicos mayores:
opiáceos o neurolépticos, como Clorhidrato de petidina, a dosis de 50 mg vía
subcutánea.
5. Si el dolor no cede puede realizarse la infiltración del área de Head con un
anestésico local sin vasoconstrictor como Mepivacaina al 1%
Tratamiento al ingreso:
1. Si existe uropatía obstructiva resistente a tratamiento médico, datos de sepsis o
anuria (pacientes monorrenos) se debe realizar derivación urinaria urgente:
- Cateterismo ureteral: cuando se evidencie la causa de la obstrucción y sea posi-
ble técnicamente.
746
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Nefrostomía percutánea: cuando existe dilatación del sistema excretor sin evi-
denciarse la causa, cuando fracasa el cateterismo ureteral.
- Tratamiento etiológico: se hará de forma diferida (litotricia, cirugía).
2. Dieta absoluta o blanda según tolerancia.
3. Tratamiento sintomático: analgésicos vía parenteral de forma pautada, AINEs
vía oral o parenteral, antieméticos, etc.
4. Si existe sospecha de infección o cuadro séptico se asociarán antibióticos de for-
ma empírica (ver capítulo de Infecciones del Tracto Urinario).
Tratamiento domiciliario:
El objetivo del tratamiento médico es el control del dolor y favorecer la expulsión de
la litiasis.
● Dieta con abundantes líquidos (3-4 litros), recomendando la restricción hídrica
en el periodo de dolor agudo.
● Calor local seco (aplicación de manta eléctrica o bolsa de agua caliente sobre
la zona afecta).
● Analgésicos vía oral: Metamizol magnésico a dosis de 575 mg cada 6-8 horas,
de forma pautada o Tramadol en comprimidos de liberación prolongada (re-
tard), a dosis de 100 ó 150 mg cada 12 horas.
● Asociando AINEs vía oral: por ejemplo Diclofenaco a dosis de 50 mg cada 8
horas.
● Si existe riesgo de infección se puede realizar profilaxis con quinolonas o Amo-
xicilina/Clavulánico vía oral, 7 días.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Jiménez Leiro JF, Sampietro Crespo A. Cólico Nefrítico. En: Julián Jiménez A, editor. Ma-
nual de Protocolos y Actuación en Urgencias para Residentes. 1 ª ed. Madrid: Nilo Gráfi-
cas; 2002. p. 489-492
▲ Medina López R, García Matilla F. Dolor urológico. En: García Matilla F, editor. Patología
urogenital de urgencia. 1ª ed. Madrid: ENE; 1998. p. 217-27.
▲ Chinarro Almazara J, Hermida Gutiérrez JF, Moreno Sierra J, Silmi Moyano A. Uropatía
obstructiva supravesical. Crisis renoureteral. En: Resel Estévez L, Esteban Fuentes M, edito-
res. Urgencias en Urología, manual para residentes. 1ª ed. Madrid: Jarpyo Editores; 1995.
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▲ George W. Drach. Litiasis urinaria: Etiología, diagnóstico y manejo médico. En: Walsh, Re-
tik, Stamey, Vaughan, editores. Campbell Urología. 6ª ed. Buenos Aires: Panamericana;
1994; 2068-2089.
▲ Barbudo Merino J, Jiménez Murillo L, Prieto Castro R, Requena Tapia MªJ, Montero Pérez FJ.
Cólico renoureteral. Actitud diagnostica y terapéutica de urgencia. En: Jiménez Murillo L,
Montero Pérez FJ, editores. Manual de urgencias: Guía diagnóstica y protocolos de actua-
ción. 2ª ed. Madrid: 2001. p. 473-475
747
CAPÍTULO 94
Capítulo 94
HEMATURIA
E. Rubio Hidalgo - E. Buendía González
INTRODUCCIÓN
La hematuria es una de las principales causas de consulta urológica en Urgencias, ya
que es un síntoma que suele alarmar mucho. Lo primero que hay que hacer es tran-
quilizar al paciente. Lo segundo es descartar la repercusión general del sangrado y
orientar la etiología. Posteriormente se ha de hacer un estudio completo, puesto que
aunque la hematuria responde a múltiples etiologías, puede ser debida a un proceso
tumoral del tracto urinario, sobre todo en varones mayores de cincuenta años. Es mo-
tivo de consulta de aproximadamente el 30% de los tumores renales, del 60% de los
pieloureterales y del 84% de los vesicales.
CONCEPTOS
▲ Hematuria: emisión simultánea de sangre y orina durante la micción.
● Microhematuria: se considera patológica la presencia de más de 2-3 eritrocitos
por campo de 400 aumentos en el sedimento.
● Macrohematuria: a partir de 100 hematíes por campo se comienza a distinguir
la hematuria a simple vista.
▲ Uretrorragia: sangrado a través de la uretra, independientemente de la micción.
Sugiere lesión por debajo del esfínter externo de la uretra.
▲ Pseudohematuria o falsa hematuria: características organolépticas de la orina que
le dan un color rojizo que nos puede llevar a confusión. Se deben a pigmentos en-
dógenos, alimentos, fármacos,... y también a la confusión que puede crear la mez-
cla de la orina con sangre procedente del aparato genital femenino.
En este capítulo hablaremos de la hematuria macroscópica no traumática, quedando
fuera la microhematuria, que ha de ser objeto de los mismos estudios que la macros-
cópica. Así mismo, ante cualquier paciente que haya sufrido un traumatismo y pre-
sente hematuria, hay que determinar el nivel del tracto genito-urinario lesionado y la
actuación terapéutica será sobre ella.
ETIOLOGÍA
En el Servicio de Urgencias es muy importante descartar que la hematuria repercuta
en el estado general del individuo; pero lo es también el hacer una buena orientación
al diagnóstico etiológico, que facilite posteriormente el diagnóstico exacto. Para ello
contamos con la historia clínica, que con una buena anamnesis y exploración física,
nos aportará mucha información.
▲ Urológica: es la más frecuente en Urgencias. Suele ser una hematuria con coágu-
los, y le acompaña la clínica del proceso subyacente. Las causas más frecuentes
son: litiasis, neoplasias, ITUs, e hiperplasia benigna de próstata. Ante toda hema-
turia asintomática, caprichosa, con coágulos, intensa, debemos sospechar un pro-
ceso tumoral.
▲ No urológica: suele ser una hematuria sin coágulos (por presencia de uroquinasa)
y sin alteraciones miccionales, asociado a una intensa proteinuria.
748
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
EVALUACIÓN EN URGENCIAS
Se debe determinar la gravedad del cuadro y guiar hacia un diagnóstico etiológico,
mediante un estudio básico.
a) HISTORIA CLÍNICA. Ha de ser lo más detallada posible, puesto que nos dará gran
información. En la anamnesis hemos de ser exhaustivos al preguntar sobre:
– Características de la hematuria: inicial sugiere origen uretral, total sugiere ne-
fropatía, terminal sugiere origen vesical.
– Sintomatología sistémica y genitourinaria acompañante: síndrome miccional,
dolor cólico, edemas...
– Medicamentos, factores de riesgo y antecedentes familiares.
Cuadro 94.2: Datos clínicos que orientan a la procedencia del sangrado
Glomerular Vías urinarias
Sangre roja con coágulos - +++
Sangrado no uniforme - +++
Dolor + +++
Síndrome miccional + +++
Cilindros eritrocitarios +++ -
Dismorfia eritrocitaria +++ -
Urografía Normal Anormal
b) PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
– Ante la sospecha de hematuria se ha de realizar un sedimento de orina, que con-
firme o descarte la presencia de sangre. Aunque a veces la simple inspección
macroscópica es suficiente.
– Sistemático de sangre, para descartar anemia.
– Estudio de coagulación, sobre todo si toma anticoagulantes.
– Rx simple de abdomen, es la prueba de imagen de mayor rentabilidad en ur-
gencias, ya que permite valorar las siluetas renales, la presencia de litiasis, ma-
sas (globo vesical), signos indirectos de patología retroperitoneal, etc. Otras ex-
ploraciones como la ecografía, UIV, la TC o la arteriografía renal, tendrán
indicaciones muy precisas en Urgencias.
TRATAMIENTO DE LA HEMATURIA
El tratamiento de la hematuria en Urgencias dependerá de la causa que la ha pro-
vocado y de la intensidad de la misma.
▲ CONSIDERACIONES GENERALES
● Cuando la hematuria está causada por la administración de algún fármaco, és-
te deberá ser sustituido por otro de efecto similar.
● Las hematurias de causa nefrológica no suelen ser muy copiosas, y lo impor-
tante es orientarlas adecuadamente.
● En la hematuria de causa hematológica ver capítulo 68.
● En las hematurias de origen urológico:
– Si es monosintomática, moderada, no anemizante y no provoca dificultad
miccional (lo más frecuente), únicamente debemos tranquilizar al paciente,
indicar una ingesta abundante de líquidos, reposo relativo, advertirle que se-
rá necesario realizar un estudio urológico completo ambulatoriamente.
– Si se acompaña de otros síntomas se realizará el tratamiento específico del
proceso.
– El cáncer de vejiga, la cistitis rádica o post-quimioterapia, y la hematuria ex-
vacuo (hematuria provocada por descompresión brusca de la vejiga después
de su distensión severa y mantenida: globo vesical) son causas de hematuria
grave (con repercusión del estado general y retención por coágulos). Si es
necesario se transfundirá y se procederá a la colocación de una sonda vesi-
cal tipo Couvelaire o de triple vía número 20-22 Fr para realizar un lavado
manual estéril con una jeringa de 50-100 cc con SSF, intentando evacuar to-
dos los coágulos. Posteriormente se colocará un sistema de lavado continuo
frío con suero salino.
▲ CRITERIOS DE INGRESO
1. Hematuria grave con alteraciones hemodinámicas.
2. Retención urinaria por coágulos.
3. Hematuria recidivante.
751
CAPÍTULO 94
Clínica
Exploración
Tira reactiva y/o sedimento
( - ) FALSA
(+) HEMATURIA
Bacteriuria/
leucocituria
Microhematuria Macrohematuria
ITU
Hemograma
Presión arterial
RX Abdomen
Hemograma
Estudio de hematíes
NO OBSTRUCTIVA OBSTRUCTIVA
NEFROPATÍA
CAUSA UROLÓGICA
COLOCAR SONDA VESICAL
INGESTA HÍDRICA +++
3 VÍAS, LAVADO CONTINUO
TRATAMIENTO ETIOLÓGICO
INGRESO HOSPITALARIO
ESTUDIO AMBULATORIO
BIBLIOGRAFÍA
▲ Segura Martín M, Lorenzo Romero JG, Salinas Sánchez A. Hematuria. En: Resel Estévez L,
editor. Libro del residente. 1ª ed. Madrid: Smithkline Beechman; 1998. p.45-50.
▲ Sanz Chinesta S, Jiménez Cruz F. Microhematuria. Pautas diagnósticas. Actas Urol Esp.
1998; 22:83-93.
▲ Sánchez-Carrera Aladrín F, Leal Hernández F, Moncada Iribarren F, Rodríguez Fernández E,
Díez Cordero JM. Hematuria. En: Urgencias urológicas. Tema monográfico LXI Congreso
Nacional de Urología. Madrid: Ene; 1996. p. 73-83.
▲ Lowe FC, Brendler CB. Evaluación del paciente urológico. En: Walsh, Retik, Stamey, Vaug-
hau, editores. Campbell Urología. 6ª ed. Buenos Aires: Panamericana; 1994. p. 303-323.
752
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Samblás García RJ, Cabo Ripoll M, Salinas Casado J. Hematuria. En: Resel Estévez L, Este-
ban Fuertes M, editores. Urgencias en urología, manual para residentes. 1ª ed. Madrid:
Jarpyo Editores; 1995. p. 96-108.
▲ Conde JM, Rico J, Espinosa J. Hematuria. En: García Pérez M, Camacho Martínez E, edito-
res. Patología urogenital, pautas de actuación y guías de orientación diagnosticoterapéuti-
cas. 1ª ed. Barcelona: Ediciones Mayo; 2003. p. 9-18.
▲ Buendía González E, Álvarez Fernández F. Hematuria. En: Julián Jiménez A, editor. Manual
de Protocolos y Actuación en Urgencias para residentes. 1ª ed. Madrid: Nilo Gráficas;
2002. p. 493-498.
753
CAPÍTULO 95
Capítulo 95
UROPATÍA OBSTRUCTIVA
E. Rubio Hidalgo - A. Sampietro Crespo – E. Buendía González
CONCEPTO
La uropatía obstructiva (UO) se define como el cese del paso de orina en alguna par-
te del tracto urinario (desde el área cribosa del riñón al exterior) por un obstáculo me-
cánico o funcional, de causa congénita o adquirida.
ETIOLOGÍA
Existen una gran variedad de causas, siendo las más frecuentes por edad y sexo:
Infancia Mujer adulta Varón adulto
Sobre todo congénitas: - Embarazo - Hipertrofia benigna de
- Estenosis de la unión - Litiasis próstata (HBP)
pieloureteral - Tumores ginecológicos - Litiasis
- Reflujo vesicoureteral - Vejiga neurógena
- Vejiga neurógena (lesión medular)
- Niños: Valvas uretrales - Estenosis uretrales
- Niñas:ureterocele - Neoplasias
ectópico - Compresión vascular
(aneurisma)
- Patología retroperitoneal
(fibrosis)
CLASIFICACIÓN
● UO de tracto urinario superior:
– Aguda
+Cólico nefrítico.
+Anuria excretora.
– Crónica
+Hidronefrosis.
+Megauréter.
+Ectasias renales.
● UO de tracto urinario inferior:
– Retención aguda de orina.
– Retención crónica de orina.
DIAGNÓSTICO
● Historia clínica: Una historia detallada y bien dirigida nos orientará al origen
de la UO: antecedentes, dolor, ritmo de diuresis, síntomas de tracto urinario in-
ferior (STUI).
– Antecedente de traumatismo pelviano o perineal nos orienta a etiología uretral.
– Fiebre y síndrome miccional, con tenesmo rectal, sugiere proceso infeccioso:
prostatitis aguda.
– Exudado uretral y antecedentes de enfermedad de transmisión sexual, su-
giere estenosis uretral inflamatoria.
754
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
HIDRONEFROSIS
Dilatación de la cavidad pielocalicial. Síndrome de la unión pieloureteral.
● Clínica:
– Dolor en fosa renal, que suele ser fijo y persistente, de menor intensidad que
el cólico nefrítico. Puede irradiar hacia genitales.
– Derivado de complicaciones: hematuria, piuria, fiebre, expulsión de cálculos
y arenillas, insuficiencia renal crónica si es bilateral.
● Pruebas complementarias:
a) Obligatorias (en Urgencias):
– Analítica de sangre, sistemático de orina y urocultivo.
– Radiografía simple de abdomen: descarta cálculos.
– Ecografía abdominal: dibuja con gran nitidez el árbol pielocalicial y visua-
liza el espesor del parénquima.
b) Diferidas:
– UIV: retraso en eliminación de contraste. Dibuja el árbol pielocalicial com-
pleto.
755
CAPÍTULO 95
MEGAURÉTER
Uréter grande. El megauréter obstruido puede ser primario o secundario a obstrucción
ureteral, vejiga neurogénica u obstrucción ureteral extrínseca. El primario se asocia
con un segmento distal adinámico, suele ser unilateral, más frecuente en varones y en
el lado izquierdo.
● Clínica: – Anodina: malestar o ligero dolor renoureteral.
– Complicaciones: infección urinaria, litiasis e insuficiencia renal.
● Pruebas complementarias:
a) Obligatorias (en Urgencias):
– Analítica de sangre, sistemático de orina y urocultivo.
– Radiografía simple de abdomen.
– Ecografía abdominal.
b) Diferidas:
– UIV: uréter que se va dilatando distalmente hasta alcanzar una forma fusi-
forme o bulbosa que bruscamente se convierte en un corto segmento urete-
ral no dilatado que ingresa en la vejiga.
– Cistografía: diferencia el megauréter primario del reflujo vesicoureteral.
– Renograma isotópico: en neonatos.
● Tratamiento:
– Megauréter funcional, discreto sin repercusión clínica: observación.
– Megauréter que da problemas: cirugía. Se hace reimplante ureterovesical
con técnica antirreflujo, tras la extirpación del segmento adinámico.
● Criterios de ingreso: en los complicados.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Ambroj Navarro C, Valdivia Uria JC. Uropatía obstructiva. En: Resel Estévez L, editor. Uro-
logía: libro del residente. 1ª ed. Madrid: ENE; 1998. p. 89-103.
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Patología urogenital de urgencias. 1ª ed. Madrid: ENE; 1998. p. 193-203.
▲ Martínez Rodríguez J, García Matilla F. Fracaso renal agudo. Anuria obstructiva. En: Gar-
cía Matilla F, editor. Patología urogenital de urgencia. 1ª ed. Madrid: ENE publicidad SA;
1998. p. 157-67.
▲ Jiménez Leiro JF, Sampietro Crespo A. Uropatía Obstructiva. En: Julián Jiménez A, editor.
Manual de Protocolos y Actuación en Urgencias para Residentes. 1ª ed. Madrid: Nilo Grá-
ficas; 2002. p. 499-502
757
CAPÍTULO 96
Capítulo 96
ESCROTO AGUDO
S. Callejas Pérez - S. Buitrago Sivianes - E. Buendía González
INTRODUCCIÓN
El escroto agudo o síndrome escrotal agudo (SEA) es una urgencia urológica que se
caracteriza por la aparición brusca de dolor escrotal, que puede ser el único síntoma
que presente el paciente. La edad del paciente puede orientarnos al diagnóstico etio-
lógico pero será la exploración clínica, lo que nos dé la clave para realizar un diag-
nóstico diferencial correcto. Este hecho va a ser clave para conservar la viabilidad tes-
ticular, con las repercusiones que esto conlleva tanto psicológicas y de la fertilidad
futura del paciente, como médico-legales, para el médico.
ETIOLOGÍA
Las causas del síndrome escrotal agudo pueden variar en los pacientes dependiendo
fundamentalmente de la edad de presentación y sus antecedentes.
En la edad pediátrica debe ser considerado una urgencia urológica. Las posibilida-
des diagnósticas abarcan desde lesiones benignas que requieren observación hasta
problemas cuyo retraso diagnóstico pone en peligro la viabilidad testicular.
Por orden de frecuencia en su presentación nos encontramos:
- Torsión de testículo (más correcto torsión del cordón espermático).
- Torsión de los apéndices testiculares (la más frecuente la de Hidátide de Morgagni).
- Orquiepididimitis.
En la edad adulta debemos distinguir entre los adolescentes, donde la torsión testicu-
lar comparte frecuencia con la orquiepididimitis y según se acercan a la edad adulta
es esta última entidad la principal causa de SEA.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
▲ Torsión testicular
Es más apropiado hablar de torsión del cordón espermático, causa más común
de SEA en niños. Ocurre en 1 de cada 4.000 varones menores de 25 años, con
dos picos de incidencia , neonatos y púberes entre 8 y 15 años.
El defecto predisponente es una fijación inadecuada del testículo a la pared es-
crotal. La torsión puede producirse:
- T. Extravaginal: frecuente en el período neonatal. Testículo, epidídimo y túnica
vaginal rotan a nivel del anillo inguinal externo.
- T. Intravaginal: ocurre en niños y adolescentes. El cordón se torsiona sobre su
eje vertical pudiendo girar una o más veces (para que el compromiso de los va-
sos nutricios llegue a producir isquemia debe girar al menos 360°). Las ano-
malías anatómicas que predisponen a este tipo de torsión suelen ser bilaterales.
Existen factores desencadenantes de la torsión testicular:
- Ejercicio físico.
- Sedestación.
- Tos.
- Sueño (el 50% se producen por la noche).
758
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Coito.
- Traumatismo.
- Antecedentes de episodios de dolor testicular transitorio.
- Testes en ascensor/criptorquidia (cursan con dolor abdominal).
El paciente es traído a Urgencias por un dolor súbito e intenso escrotal, a menu-
do acompañado de dolor abdominal, náuseas y vómitos. Frecuentemente estos
síntomas despiertan al niño en la noche.
Los hallazgos exploratorios van a depender de la duración de la torsión. El testí-
culo afecto suele encontrarse elevado y horizontalizado respecto al contralateral,
con el epidídimo en posición anterior e incluso puede palparse el cordón retorcido
encima del teste. Si el proceso ya lleva tiempo de evolución podemos encontrarnos
una masa intraescrotal con transiluminación negativa (diagnóstico diferencial con
un hidrocele) y tumefacción por el éstasis venoso del testículo primero y posterior-
mente arterial. Hay ausencia del reflejo cremastérico del lado afecto. El signo de
Prehn es positivo (aumento del dolor al elevar el testículo al canal inguinal).
El diagnóstico rápido es esencial para asegurar la recuperación del testículo. Así
se afirma que, en general, aquellos testes que permanecen isquémicos más de
6 h es improbable que se recuperen tras la detorsión, sin embargo dado que el
nivel de isquemia puede ser variable se debe hacer igual tratamiento aunque ha-
ya pasado más tiempo (entre 6-12 h se recuperan el 70%, más de 12 h, el 20%
y tras 24 h, todos son irrecuperables).
Los métodos diagnósticos a tener en cuenta, cuando nos encontramos casos muy
evolucionados, en los que el edema de cubiertas y el hidrocele reaccional impi-
den identificar las estructuras intraescrotales, son:
- Sedimento urinario: habitualmente normal.
- Ecografía testicular: aisladamente tiene una capacidad diagnóstica muy limitada.
- Eco-Doppler color: es la prueba de mayor rendimiento diagnóstico ya que va-
lora el flujo sanguíneo testicular. Precisa personal con experiencia.
- Gammagrafía testicular: generalmente no disponible de urgencia.
El tratamiento en los casos de duda razonable o certeza diagnóstica por edad, clí-
nica y exploración física, es el abordaje quirúrgico de urgencia. En ocasiones pue-
de llevarse a cabo una detorsión manual de los testículos con el paciente sedado, te-
niendo en cuenta que el testículo derecho suele torsionarse en sentido de las agujas
del reloj y el izquierdo en el sentido contrario (el médico mirando al enfermo desde
los pies de la cama), pero estas maniobras no sustituyen a la fijación quirúrgica pos-
terior. En caso de éxito, puede convertirse una urgencia en una cirugía electiva.
▲ Torsión de los apéndices testiculares
Existen pequeños apéndices rudimentarios adheridos al testículo, pedunculados
que pueden torsionarse espontáneamente con el subsiguiente estasis venoso, com-
promiso arterial e infarto. Puede producirse a cualquier edad, pero es más fre-
cuente entre los 3-13 años.
El niño presenta dolor escrotal e inflamación y no suele acompañarse de dolor ab-
dominal, náuseas o vómitos. Inmediatamente después de la torsión el niño es ca-
paz de localizarse el dolor en la parte superior y anterior del testículo, el resto no
suele ser doloroso precozmente. El grado de reacción escrotal es significativa-
mente menor que en la torsión testicular. Sin embargo, si acude después de largo
tiempo de iniciados los síntomas, el grado de enrojecimiento y edema escrotal pu-
de hacer imposible distinguirlo de la torsión.
759
CAPÍTULO 96
Síntomas NO NO SI
miccionales (uretritis aguda)
Náuseas
SI NO NO
Vómitos
Signo de Prehn
(elevación del teste ↑ dolor ↓ dolor
——
hacia el canal (positivo) (negativo)
inguinal)
Reflejo
Abolido Conservado Conservado
cremastérico
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Peinado Ibarra F, Gómez Sánchez F, Fernández Arjona M. Síndrome Escrotal Agudo. En: Re-
sel Estévez L, editor. Libro del Residente. 1ª ed. Madrid: Smithkline Beecham; 1998. p. 81-
87.
▲ Granados EA, Caicedo P, Garat JM. Torsión testicular antes de 6 horas. Arch Esp Urol.
1998; 51: 971-974.
▲ Rodríguez Fernández E, Díez Cordero JM, Moncada Iribarren I, Sánchez Carreras F, Leal
Hernández F. Escroto Agudo. En: Urgencias Urológicas. Tema Monográfico LXI Congreso
Nacional de Urología. Madrid: Ene; 1996. p. 43-51.
▲ Vicente J. Pauta de Actuación. Síndrome Escrotal Agudo. En: Vicente J. Pautas de Actuación
y Protocolos asistenciales. 1ª ed. Barcelona: Pulso; 1995. p. 35-39.
▲ David N, Gilbert MD, Robert C, Moellering Jr MD, Merle A, Sande MD. The SANFORD gui-
de to antimicrobial therapy 2001 ( 31 st Edition). Tabla 1(17).
▲ Dávila Ribes JC, Tejido Sánchez A, Villacampa Auba F. Escroto Agudo. En: Manual Práctico
de Urgencias Quirúrgicas del Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid: ENE Publici-
dad; 1998. p. 409-418.
▲ Fernández Leal F. Escroto Agudo. En: Pacheco Sánchez D. Manual del Residente Quirúrgi-
co. Madrid: Díaz de Santos;1998.p. 777-783.
▲ Buendía González E, Gómez Rodríguez A. Escroto Agudo. En: Julián Jiménez A, editor. Ma-
nual de Protocolos y Actuación en Urgencias para Residentes. 1ª ed. Madrid: Nilo Gráficas;
2002. p. 503-507
763
CAPÍTULO 97
Capítulo 97
TRASTORNOS DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE
M.T León Martín - R. Salcedo Martínez - J.G Sentenac Merchán
CONCEPTO
El pH arterial sistémico se define por la actividad de los hidrogeniones en la sangre, si-
tuándose sus valores normales entre 7´35-7´45. Se mantiene gracias a la amortiguación
química extra e intracelular, junto al efecto regulador de dos sistemas:
1.- Sistema respiratorio: De rápida instauración (aproximadamente 1 hora) y de claudi-
cación temprana.
2.- Sistema renal: Instauración tardía (24-48 horas) y de acción más duradera. Los ri-
ñones regulan el bicarbonato (HCO3–) plasmático mediante tres procesos:
1.-Reabsorción del bicarbonato filtrado.
2.-Formación de acidez titulable.
3.-Excreción de amoniaco por la orina.
Cuadro 97.1: CARACTERÍSTICAS DE LOS TRASTORNOS DEL EQUILIBRIO ÁCIDO BASE
TRASTORNO ALTERACIÓN INICIAL RESPUESTA
COMPENSADORA RELACIÓN FINAL
ACIDOCIS disminución HCO3– disminución PaCO2 ↓↓BIC ↓ PaCO2 ↓pH
METABÓLICA
ALCALOSIS aumento HCO3– aumento de PaCO2 ↑↑BIC↑ PaCO2 ↑pH
METABÓLICA
ACIDOSIS aumento PaCO2 aumento de HCO3 –
↑BIC↑↑ PaCO2 ↓pH
RESPIRATORA
ALCALOSIS disminución PaCO2 disminución HCO3 –
↓BIC↓↓ PaCO2 ↑pH
RESPIRATORIA
ALCALOSIS RESPIRATORIA
pH>7.45 PaCO2<35 HCO3 – (bajo) - Ansiedad
- TEP, sepsis
- Fiebre, hipotensión
– –
Cl P
=cloro en sangre; Cl U
=cloro en orin
764
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ACIDOSIS METABÓLICA
Se trata del trastorno primario de mayor relevancia clínica en el Servicio de Urgencias.
● DEFINICIÓN: Se define como un incremento en la concentración plasmática de
hidrogeniones, con un pH<7´35 debido al descenso de la concentración de bi-
carbonato, obteniéndose como respuesta compensadora hiperventilación con el
objeto de disminuir la pCO2.
● CLÍNICA: Taquicardia, diaforesis, dolor abdominal y taquipnea (respiración de
kussmaul con pH>7´20) son los síntomas más frecuentes, pudiendo evolucionar
a alteraciones del nivel de conciencia, hipotensión, arritmias, signos de mala
perfusión, shock y muerte.
● CLASIFICACIÓN: Distinguiremos dos grandes grupos según el anión gap (AG)
que representa aquellos iones no medidos en el plasma.
AG = Na+ – (CI– +HCO3–) =12±2 mEq/l
Insuf. Suprarrenal
ATR distal Déficit de ALD
Resistencia a ALD >10 <10
Etanol salicilatos
Etilenglico otros
ALCALOSIS METABÓLICA
DEFINICIÓN: Se define por un pH > 7.45 y aumento del bicarbonato plasmático por
encima de 26 mEq/l. Debe ser inicialmente generada por pérdidas digestivas ó re-
nales de ácidos ó por aporte exógeno de_ álcalis y mantenida por factores que impi-
dan al riñón eliminar el exceso de HCO3 (depleción de volumen y potasio) y los ex-
cesos de actividad mineralocorticoide.
767
CAPÍTULO 97
▲ ETIOLOGÍA:
1. Por contracción del VEC: causa más frecuente.
Pérdidas digestivas de Cl- e H+: vómitos, aspiración gástrica, dia-
rrea, laxantes.
Pérdidas renales de Cl- e H+: diuréticos y síndrome de Bartter.
2. Por exceso de actividad mineralocorticoide:
Hiperaldosteronismo primario.
Síndrome de Cushing.
Fármacos con actividad mineralocorticoide: Fludrocortisona, Car-
benoloxona.
3. Aporte exógeno de álcali: infusión I.V. de bicarbonato ó precursores: ci-
trato y acetato.
4. Alcalosis posthipercápnica.
5. Hipoparatiroidismo secundario: Síndrome leche-álcali y la hipercalcemia
inducida por tumores.
6. Otras: hipopotasemia importante, hipoproteinemia grave, deshidrata-
ción, uso excesivo de antiácidos, etc.
▲ CLÍNICA: La alcalosis metabólica se caracteriza clínicamente por respiraciones
lentas y superficiales. Los síntomas serán inespecíficos y estarán en relación con
la depleción de volumen, la hipopotasemia (debilidad, íleo paralítico), la hipo-
calcemia (taquiarritmias, tetania), incluso si la alcalosis es grave producirá dis-
función cerebral (estupor y coma) al aumentar la amoniemia.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS: Gasometría, urea, iones, glucosa, S. Orina con io-
nes, Rx de tórax y ECG.
TRATAMIENTO:
1. Salinosensibles: Son aquellas alcalosis metabólicas con valores de Cl uri-
nario < 15mEq/l. Se generan por pérdidas digestivas ó renales de Cl y se
mantienen por depleción de volumen.
Su tratamiento consiste en reposición de volumen con suero salino y suple-
mentos de potasio (0.6 mEq/Kg de peso reponen 1 mEq de potasio plas-
mático) y retirada de diuréticos si está en tratamiento con ellos.
La mitad del déficit se corrige en forma de ClK a una velocidad no superior
a 20 meq/hora, evitándose si la potasemia es > 5meq/l. El resto se admi-
nistra en forma de cloruro sódico (podrá administrarse diluída en agua v.o.
ó bien en sueroterapia).
2. Salinorresistentes: Se generan y mantienen por un exceso de actividad mi-
neralocorticoides ó hipopotasemia grave. El Cl en orina es >15mEq/l. se
debe tratar la enfermedad subyacente y usaremos suplementos de ClK y diu-
réticos distales como Espironolactona (1 comp = 50 mg); 100mg/8-24 ho-
ras ó Amiloride (1 comp = 5 mg); 10-20 mg/24 h.
En alcalosis graves ó que no respondan al tratamiento habitual recurriremos
a la hemodiálisis ó a la administración de Clorhidrato i.v.
768
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
NOTAS DE INTERÉS
● Los trastornos del equilibrio ácido-base son siempre secundarios, por lo que
habrá que investigar su causa.
● Su diagnóstico será gasométrico pero la clínica nos lo puede sugerir.
● En muchas ocasiones serán alteraciones transitorias y leves.
● Para una aproximación diagnóstica rápida consultad con las tablas que hay
al final del capítulo.
770
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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771
CAPÍTULO 98
Capítulo 98
ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO DEL SODIO
M.T. León Martín - J.G. Sentenac Merchán
INTRODUCCIÓN
El agua, componente más importante del organismo (60%), se reparte entre el espa-
cio intracelular, cuyo principal catión intracelular es el potasio, y el espacio extrace-
lular; este último formado por líquido intravascular y espacio intersticial, siendo el so-
dio (Na+) el principal soluto extracelular y el determinante de la osmolalidad
plasmática (Osm.p).
Los trastornos del sodio no se dan de forma aislada sino que a menudo se acompa-
ñan de una alteración en el balance del agua que depende de la sed, hormona anti-
diurética (ADH) y manejo del Na+ por el riñón.
Pequeños cambios en la osmolalidad plasmática son detectados por osmorreceptores hi-
potalámicos que estimulan el centro de la sed y liberan ADH que reabsorbe agua en los
túbulos colectores renales para mantener una osmolalidad = 280-295 mOsm /l a ex-
pensas del Na+ que ha de mantenerse entre 135-145 mEq/l en el espacio intravascular.
HIPONATREMIA
Se define la hiponatremia como una concentración de Na+ en plasma <135 mEq/l, e in-
dica exceso de agua en relación con el soluto total. Es el trastorno electrolítico más fre-
cuente, y por si mismo puede ser causa de daño cerebral permanente, demencia y muer-
te. Se produce por dos mecanismos (con frecuencia hay una combinación de ambos):
Ganancia neta de agua con Na+ normal
Pérdida de Na+
Hablamos de hiponatremia aguda cuando su instauración se produce en un plazo
inferior a 48 horas. Habitualmente se produce por aporte de agua o líquidos hipotó-
nicos en las últimas horas y puede producir sintomatología neurológica aguda y flo-
rida.
Cuando el tiempo de instauración es superior a 48 horas se trata de hiponatremia
crónica y no suele provocar sintomatología neurológica.
▲ ACTITUD EN URGENCIAS
Ante el hallazgo de una hiponatremia, en primer lugar hay que confirmarlo con
una segunda determinación analítica y solicitar Osm.p además de iones y osmo-
lalidad en orina (Osm.u). La Osm.p se puede calcular con la siguiente fórmula:
▲ CLÍNICA
La disminución de Na+ sérico condiciona la entrada de agua en las células, pro-
vocando “edema celular”. El edema a nivel cerebral es la causa de los síntomas y
signos de la hiponatremia, dependiendo del grado y de la rapidez de instauración.
1) Forma crónica, de instauración lenta: Na+ 120-125 mEq/l: anorexia, náuseas,
vómitos, íleo paralítico, trastornos musculares, debilidad, calambres.
2) Forma severa y/o aguda: Na+ <110 o de instauración rápida, (mortalidad 8-
50%, encefalopatía 6-60%): cefaleas, convulsiones, hiporreflexia, disminución
reflejos osteotendinosos, reflejos patológicos, déficits focales, parálisis pseudo-
bulbar, depresión respiratoria, herniación transtentorial, coma y muerte.
▲ APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1) Historia clínica, anamnesis detallada: edad, sexo del paciente, enfermedades
subyacentes o concomitantes, toma de fármacos.
2) Exploración física: evaluar volemia y el espacio intersticial (edema, signo del
pliegue).
Hiponatremia con VEC bajo, signos de hipovolemia: hipotensión, taquicardia, obnu-
bilación, piel fría y sudorosa, oliguria, puede progresar a shock. El espacio intersticial
se valora con el signo del pliegue, mucosas secas, disminución de la turgencia ocular.
Hiponatremia con VEC alto, signos de hipervolemia: hipertensión, poliuria, insufi-
ciencia cardiaca, aumento del peso corporal, edemas, piel húmeda y empastada.
3) Pruebas complementarias: electrocardiograma, radiografía de tórax y abdo-
men, sistemático de sangre, bioquímica sanguinea (glucosa, urea, iones, crea-
tinina, Osm.p), gasometría venosa, orina (sistemático, iones, Osm.u).
● Criterios de ingreso
– Hiponatremia leve (135-125 mEq/l): el ingreso o no depende de la patolo-
gía subyacente y de la situación clínica (valorar cada caso).
– Hiponatremia moderada (125-115 mEq/l) o grave (<115 mEq/l): ingreso.
▲ TRATAMIENTO
Cuando se diagnostica una hiponatremia hay que decidir si hay que elevar la na-
tremia ó no, y si ha hacerse de forma pasiva restringiendo líquidos, ó de forma ac-
tiva con aporte de Na+ y/o diuréticos.
1) Hiponatremia isotónica: No precisa tratamiento.
2) Hiponatremia hipertónica: Tratamiento de la causa subyacente (p. ej. control de
la glucemia).
3) Hiponatremia hipotónica o verdadera:
3.1) Forma aguda y/o sintomática, Na+ < 115mEq/l: urgente aumentar el Na+
plasmático. Hay que estabilizar el Na + entre 120-125mEq/l. Administrar,
tras calcular el déficit de sodio, suero salino hipertónico al 3% junto con fu-
rosemida intravenosa a dosis de 1mg/Kg/6-8 h.
– Cálculo del déficit de sodio:
HIPERNATREMIA
▲ CONCEPTO
Se define como una concentración de Na+ > 145 mEq/l con aumento de la Osm.
p. Supone un déficit de agua corporal total en relación con solutos corporales y
ocurre en pacientes con difícil acceso al agua: niños, ancianos, pacientes en co-
ma, trastornos psiquiátricos.
▲ CLÍNICA
La hipernatremia induce una salida de agua del interior de la célula al espacio ex-
tracelular con la consiguiente “deshidratación celular”.
La clínica depende de la rapidez de instauración y del grado de hipernatremia, y es
derivada de la deshidratación neuronal: letargia, irritabilidad, hiperreflexia, espasti-
cidad, convulsiones, coma. En ancianos se pueden producir trombosis de los senos ve-
nosos cerebrales y hemorragias cerebrales (intraparenquimatosas o subaracnoideas).
▲ ACTITUD EN URGENCIAS
Ante una hipernatremia hay que valorar el estado del volumen extracelular (VEC):
1) VEC bajo: Hipernatremia hipovolémica: es lo más frecuente, se produce por pér-
didas de Na+ y agua .
Pérdidas extrarrenales: Na+ en orina < 20 mEq/l y Osm. u. aumentada.
– Externas: Vómitos, aspiración sonda nasogástrica, diarreas, fístulas digestivas.
– Internas: pérdidas a tercer espacio.
Pérdidas renales: Na+ en orina >20 mEq/l y Osm u. ≤ Osm p.
– Diuresis osmótica: glucosa (diabetes, ingesta excesiva), urea (ingesta protei-
ca, aumento del catabolismo), Manitol (tras administración intravenosa).
– Diuréticos potentes: Tiazidas, Furosemida.
775
CAPÍTULO 98
▲ TRATAMIENTO
1. Normas generales
– Cálculo del déficit de agua:
Déficit de agua (litros) = 0,6 X peso (kg) X ( [Na+ actual / Na+ deseado] - 1)
– Al volumen calculado añadir las pérdidas insensibles (800-1.000 ml/día).
– No administrar más del 50% del déficit calculado en las primeras 24 horas.
– No disminuir la Osm.p a una velocidad superior a 2 mOsm/l/h.
2. Normas específicas según el estado del VEC
2.1. VEC bajo
1°) Reponer la volemia con s. salino fisiológico (0,9%) hasta normalizar el
VEC.
2°) Posteriormente reponer el déficit hídrico restante con s. glucosado 5%,
S. salino hipotónico (0,45%) o s. glucosalino.
1 litro de S. glucosado 5% aporta 1 litro de agua libre.
1 litro de S. salino hipotónico (0,45%) aporta 0,5 litros de agua libre.
1 litro de S. glucosalino aporta 0,66 litros de agua libre.
Osm.p
VEC
VEC
P. renales P. extrarrenales
(Na+ o>20) (Na+ o<20)
-Diuresis -Externas -Hipodipsia -Líquidos hipertónicos
osmótica (digestivas) -Falta acceso -Nutrición parenteral
-Diuréticos -Internas al agua -Ahogamiento en agua
-Fallo renal (3° espacio) -↑ pérdidas salada
no oligúrico insensibles
-Diuresis post- -DI (central o
obstructiva nefrogénica)
778
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Serrano I. Jiménez I., Muñoz J, Montero FJ. Trastornos del equilibrio hidrosalino. En: Ber-
lango A, Benavides J, Calderón JM, Jiménez L, Montero FJ, editores. Protocolos de actuación
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▲ Martínez A, Torras A, Alteraciones del metabolismo hidrosalino. En Rozman C., Castillo R.,
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na. 13 edición. Madrid: Mosby /Doyma Libros;1997.pp.1827-1839.
▲ Singer G. G., Brenner M. B., Alteraciones de líquidos y electrolitos. En: Fauci A.S., Braund-
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▲ Gómez F.J., Hervás J.G. Protocolo diagnóstico de hiponatremia. En: Medicine 8ª serie, n°
16. Doyma. 2000-2001.pp.878-879.
▲ Salina I. Enfermedades de la neurohipófisis. En: Medicine 8ª serie, n° 16. Doyma. 200-2001
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▲ Tébar F.J.,Segura P. Síndrome de secrección inadecuada de hormona antidiurética. Aspec-
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779
CAPÍTULO 99
Capítulo 99
ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO DEL POTASIO
E. Álvarez Fernández – M. A. Marcos Martínez - J.G Sentenac Merchán
INTRODUCCIÓN
■ El contenido total de potasio en un adulto de 70 Kg es de 3.500 mEq (50
mEq/Kg), localizándose el 98% del mismo en el espacio intracelular (140-150
mEq/l) y el 2% restante en el espacio extracelular (3.5-5 mEq/l). Esta amplia
diferencia de concentración a ambos lados de la membrana celular es el
determinante del potencial de membrana en reposo, siendo fundamental para la
transmisión neuromuscular y el mantenimiento de las funciones celulares.
■ El aporte del K+ al organismo se produce a través de la ingesta y la eliminación
se realiza en el 90% por el riñón y el 10% por el colon y por el sudor.
■ La alcalosis, insulina, catecolaminas y aldosterona favorecen la entrada de potasio
en la célula. La acidosis, el ejercicio y la lisis celular favorecen la salida de potasio
de la celula.
HIPOPOTASEMIA
DEFINICIÓN
Disminución del potasio plasmático por debajo de 3.5 mEq/l. Puede ser el reflejo de
una pérdida absoluta de K+ o de la redistribución de éste por su paso al interior de
las células.
ETIOLOGÍA
1) Por falta de aporte:
■ Anorexia nerviosa.
■ Alcoholismo.
■ Sueroterapia intravenosa libre de potasio.
2) Por redistribución (extracelular → intracelular):
■ Alcalosis.
■ Aporte de insulina.
■ Descarga de catecolaminas en situaciones de estrés.
■ Fármacos betadrenérgicos.
■ Hipotermia.
■ Parálisis periódica hipopotasémica.
■ Tratamiento de anemia megaloblástica con B12 y ácido fólico.
3) Por pérdidas extrarrenales (K + en orina < 20 mEq/l):
a) Si acidosis metabólica → diarrea, laxantes, fístulas.
b) Si alcalosis metabólica → aspiración nasogástrica, vómitos, adenoma
velloso de colon.
4) Por pérdidas renales (K + en orina > 20mEq/l):
a) Si acidosis metabólica, calcular el anión GAP [Na-( Cl + CO3H)]
– Normal (10-14) → acidosis tubular renal.
– Alto→ cetoacidosis diabética.
b) Si alcalosis metabólica:
– TA elevada → hiperaldosteronismo, HTA maligna, estenosis
arteria renal, corticoides, regaliz, Sind. Cushing.
– TA normal → diuréticos, síndrome de Bartter.
780
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- FOSFATO 2meq/ml
DIPOTÁSICO
B: Fármacos:
– Arginina.
– Succinilcolina.
– Intoxicación digitálica.
– B-bloqueantes (los B1 cardioselectivos tienen menor
interferencia).
C: Acidosis.
D: Hiperosmolaridad.
E: Déficit de insulina. Hiperglucemia.
F: Parálisis periódica hiperpotasémica.
G: Ejercicio extenuante.
3) Por excreción inadecuada:
La eliminación urinaria de potasio depende de la tasa de filtrado glomerular y de la
aldosterona.
A: Insuficiencia renal (IR):
– IRA: en presencia de oliguria o anuria se produce una
hiperpotasemia progresiva.
– IRC: la capacidad de excretar K+ se conserva hasta fases muy
avanzadas de la IR. Se debe a cambios adaptativos que
incrementan la excreción de K+ por las nefronas residuales.
– Trastornos tubulares:
● Disfunción tubular primaria.
● Acidosis tubular renal hiperpotasémica iv.
B: Disminución del volumen circulante eficaz: Disminuye la velocidad de
filtración glomerular y aumenta la reabsorción proximal de líquido.
– Insuficiencia cardiaca congestiva.
– Depleción de sal y agua.
C: Hipoaldosteronismo:
– Fármacos:
● Diuréticos ahorradores de K+: Amiloride, Triamtereno y
Espironolactona.
● AINES
● IECAS
● Trimetoprim
● Heparina
● Ciclosporina
– Insuficiencia suprarrenal primaria.
– Hipoaldosteronismo hiporreninémico: se asocia a nefropatía
diabética y túbulointersticial.
– Trastornos enzimáticos de la glándula suprarrenal: déficit de
21-Hidroxilasa.
– Pseudohipoaldosteronismo: insensibilidad del túbulo distal a la
aldosterona. Existen formas hereditarias y adquiridas (asociado
a amiloidosis, pielonefritis, nefritis intersticial aguda,
obstrucción tracto urinario).
4) Pseudohiperpotasemia: La concentración de potasio, está aumentada sólo en la
muestra.
Sospechar cuando no hay otra causa aparente ni alteraciones ECG.
A: Trombocitosis ( > 1.000.000 plaquetas/ml).
783
CAPÍTULO 99
CRITERIOS DE INGRESO
Ingresarán todos los pacientes con hiperpotasemia moderada (K+ = 6’5 - 7’5mEq/l)
e hiperpotasemia grave o tóxica (K+ > 7’5 mEq/l). Si los niveles son < 6’5 mEq/l la
indicación de ingreso dependerá de la patología causal.
TRATAMIENTO
A) Hiperpotasemia leve (K+ = 5’5 -6’5mEq /l):
● Restricción de potasio de la dieta: excluir zumos y frutas.
● Resinas de intercambio iónico : Poliestireno sulfonato cálcico (Resin
calcio). Se unen al K+ a cambio de liberar otro catión, en general el
calcio, en el intestino delgado, se intercambian 2 moléculas de potasio
por una de calcio. Puede administrarse vía oral a dosis de 20-40 gr
diluidos en 200 cc de agua cada 8 horas o por vía rectal en forma de
enemas de 50-100 gr en 200 cc de agua cada 6-8 horas.
B) Hiperpotasemia moderada (K+ = 6‘5-7’5 mEq /l):
Además de las medidas adoptadas en la hiperpotasemia leve previamente
descritas, también administraremos:
● 500 cc de suero glucosado al 20 % con 15 U.I. de insulina cristalina a
pasar en 1 hora. Si existen problemas de sobrecarga de volumen se pone
100 cc de suero glucosado al 50 % en 5 minutos seguidos de 10 U.I. de
insulina cristalina por vía iv. Esta medida favorece el paso del potasio al
784
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Levinsky NG. Líquidos y electrolitos. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD,
Martín JB, Kasper DL. et al., editores. Harrisón principios de medicina interna. 14ª ed.
Madrid: McGraw Hill Interamericana; 1998. p. 271-276.
▲ Kohan DE. Tratamiento de los trastornos hidroelectrolíticos. En: Dunagan WC, Ridner
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7ª ed. Barcelona: Salvat; 1990. p. 72-78.
▲ Iglesias ML, Gutiérrez J, López MJ, Pedro-Botet J. Eficacia del salbutamol en el tratamiento
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▲ Serrano I, Jiménez L, Berlanga A, Montero FJ. Trastornos del equilibrio del potasio. En:
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▲ Kamel KS, Halperin ML, Faber MD, Steigerwalt SP, Heilig CW, Narins RG. Disorders of
potasium balance. En: Brenner BM; editor. The kidney. 5th.ed. Philadephia: W.B. Saunders
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▲ Mon C, Díaz R, Alegre de Montaner R. Trastornos hidroelectrolíticos. En: Acedo MS, Barrios
S, Díaz R, Orche S, Sanz RM., editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica
Hospital Universitario “12 de Octubre”. 4ª ed. Madrid: MSD; 1998. p.591-598. 5ª ed.
Madrid MSD 2003 p.689-698.
785
CAPÍTULO 100
Capítulo 100
ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO DEL CALCIO
E. Santa - Eufemia Mateo-Sidrón - I. Balaguer Guallart
S. Lázaro Rodríguez - J.G Sentenac Merchán
INTRODUCCIÓN
● El calcio es el catión más abundante del organismo, localizándose el 99% en el
esqueleto óseo.
● La función del calcio es primordial para la excitación neuromuscular, la
estabilización de membrana, la coagulación y en otros múltiples procesos.
● Las cifras normales de calcio en plasma son de 8.5 a 10.2 mg/dl. El calcio se halla
en plasma en tres fracciones: 47% calcio libre o calcio iónico, 40% calcio unido a
proteínas, principalmente albúmina, y el 13% calcio unido a aniones.
● El calcio iónico es la forma activa. Está regulado por la parathormona (PTH) y la
Vitamina D por un circuito de retroalimentación negativo.
● Debido a la íntima relación entre las proteínas plasmáticas y el calcio sérico, habrá
que corregir su determinación según la siguiente fórmula:
Ca real = Ca medido - (proteínas totales x 0.676) + 4.87
● El calcio iónico también varía con las alteraciones del equilibrio ácido-base:
aumentando en la acidosis y disminuyendo en la alcalosis.
● La hiperpotasemia y la hipomagnesemia disminuyen el calcio iónico potenciando
la irritabilidad cardíaca.
HIPERCALCEMIA
Es la elevación del calcio plasmático por encima de 10.5 mg/dl. Es importante
confirmarlo con una segunda analítica. Suele ser asintomático hasta 12 mg./dl. Cifras
de 12 a 15 mg./dl. se suelen acompañar de alteraciones de nivel de conciencia. En cifras
mayores a 15 mg./dl. el paciente suele estar en coma. Con cifras mayores de 18 mg./dl.
se producen alteraciones cardíacas, pudiéndose llegar a una parada cardíaca.
ETIOLOGÍA
1) Tumoral (55%): metástasis óseas, ca. pulmón, ca. renal, ca. próstata, mieloma,
linfoma y leucemia. Es la causa más frecuente de Hipercalcemia severa.
2) Hormonal: hiperparatiroidismo (35%), hiper o hipotiroidismo, insuficiencia
suprarrenal, feocromocitoma, adenomatosis múltiple. Es la causa más frecuente de
Hipercalcemia leve, y suelen ser asintomático.
3) Insuficiencia renal crónica.
4) Ingesta de fármacos: Vit. D, Vit. A, aluminio, tiazidas, litio, Sd. leche-álcalis.
5) Enfermedades granulomatosas: TBC, sarcoidosis, beriliosis, histoplasmosis.
6) Inmovilización prolongada.
7) Hipercalcemia idiopática familiar.
CLÍNICA
Es muy variable, dependiendo de la cifra de calcio y de la velocidad de instauración
de la hipercalcemia. Síntomas más frecuentes:
● Neurológicos: estupor, obnubilación, debilidad, cefalea, crisis convulsivas, etc.
● Gastrointestinales: anorexia, vómitos, úlcera, pancreatitis, etc.
786
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En Urgencias se debe solicitar la siguiente analítica:
● Bioquímica: Sodio, potasio, cloro, calcio, glucosa, urea, creatinina, CPK, amilasa,
gasometría y si es posible magnesio.
● Hemograma y estudio de coagulación.
● Electrocardiograma.
● RX tórax.
En planta se debería completar con fósforo, fosfatasa alcalina, proteinograma,
PTH, Vit. D, calcio y fósforo en orina de 24 h. y serie ósea radiológica.
HIPOCALCEMIA
Concentración plasmática de calcio inferior a 8 mg/dl.
ETIOLOGÍA
1. HIPOALBUMINEMIA: es una falsa hipocalcemia. Los niveles de calcio total están
disminuidos, permaneciendo normal el calcio iónico. No ocasiona síntomas. Si se
determinara el calcio corregido, éste tendría un valor dentro de la normalidad. Es
la causa más frecuente de “hipocalcemia”.
2. HORMONAL: DÉFICIT DE PTH: ↓ PTH + ↑ FÓSFORO:
Hipoparatiroidismo primario o postquirúrgico.
PSEUDOHIPOPARATIROIDISMO: ↑ PTH + FÓSFORO normal:
Insuficiencia renal crónica.
3. DÉFICIT DE VITAMINA D: ↑ PTH + ↓ FÓSFORO.
Raquitismo, desnutrición, Sd. de malabsorción y raquitismo Vit. D resistente.
4. HIPOMAGNESEMIA/HIPERFOSFATEMIA
788
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLÍNICA
● Puede producirse parestesias acras y peribucales, espasmos musculares, incluso
espasmo laríngeo, trastornos de memoria, confusión, alucinaciones, paranoia,
convulsiones, alargamiento del QT y alteraciones inespecíficas de la onda T; pero
la manifestación más característica es la tetania.
● En ocasiones existe tetania latente que se pone de manifiesto con determinadas
maniobras: Signo de Chvostek (contracción muscular al percutir el nervio facial en
la región preauricular próxima al trago) y Signo de Trousseau (espasmo del carpo
y la mano tras comprimir con el manguito del esfingomanómetro por encima de la
presión sistólica).
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En Urgencias se debe solicitar la siguiente analítica:
● Bioquímica: Na, K, Cl, Ca, glucosa, urea, creatinina, CPK, gasometría y si es
posible Mg.
● Hemograma y estudio de coagulación.
● Electrocardiograma.
● Rx tórax.
BIBLIOGRAFÍA
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editor. Normas de actuación en Urgencias. Hospital “Puerta de Hierro”. Ed. 2000. p.408-
14.
791
CAPÍTULO 101
Capítulo 101
URGENCIAS EN EL DIABÉTICO. HIPERGLUCEMIA.
CETOACIDOSIS DIABÉTICA. SITUACIÓN
HIPEROSMOLAR. HIPOGLUCEMIAS.
A. Blanco Jarava - G. Muñiz Nicolás - J. López López - J.G. Sentenac Merchán
INTRODUCCIÓN
La Diabetes Mellitus (DM) es un síndrome caracterizado por hiperglucemia crónica
que predispone al desarrollo de una serie de complicaciones y que, sin tratamiento,
aumenta el catabolismo graso y de las proteínas. Es causada por un descenso
absoluto o relativo de la secreción o de la acción de la insulina.
Las patologías que se deben de tener en cuenta ante un diabético que llega a
Urgencias son:
- La hiperglucemia aislada.
- La cetoacidosis diabética o descompensación cetósica.
- El coma hiperosmolar o situación hiperosmolar.
- La hipoglucemia.
HIPERGLUCEMIA AISLADA
CONCEPTO
Se entiende por hiperglucemia aislada cifras de glucemia en sangre mayores de 200
mg/dl en un análisis sistemático o en glucemia capilar, sin otros problemas
metabólicos agudos asociados.
CAUSAS
● Si el paciente es diabético conocido, las posibles causas desencadenantes de su
actual situación de hiperglucemia pueden ser; infecciones, corticoides, abandono
de tratamiento.
● Si el paciente no se conocía diabético, y es joven (edad inferior a 40 años),
debemos de pensar en el debut de una DM tipo 1. Con más de 40 años y/o si es
obeso, pensaremos en una DM tipo 2.
TRATAMIENTO
1. Durante su estancia en Urgencias se administrarán 500 cc de suero salino 0,9%
con 6-8 UI de Insulina rápida a pasar en 2 horas. Después, según el grado de
hiperglucemia, se ajustará el tratamiento para el alta.
2. Si el paciente se va de alta:
2.1. Si es diabético conocido, en tratamiento con Insulina, se corregirá la hiperglu-
cemia con Insulina rápida o análogos de insulina rápida a razón de 1 unidad
por cada 50 mg/dl que la glucemia esté por encima de 150 mg/dl antes del
desayuno, comida y cena, y se aumentará en 10-20% la dosis habitual de In-
sulina que se inyectaba según la intensidad del proceso desencadenante. Si el
792
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DE INGRESO
1. Inicio de una DM tipo 1, sin cetoacidosis y sin poder ser visto a corto plazo.
2. Hiperglucemia mayor de 300 mg / dl y deshidratación sin situación hiperosmolar.
CETOACIDOSIS DIABÉTICA
CONCEPTO
La Cetoacidosis diabética (CAD) es un cuadro caracterizado por hiperglucemia y ce-
tonemia, debido a un déficit de Insulina total o relativo, con aumento de las hormo-
nas contrarreguladoras secundariamente, que produce por todo, movilización de áci-
dos grasos y cetogénesis importante. Se ve con mayor frecuencia en los pacientes
793
CAPÍTULO 101
insulin-dependientes. El inicio del cuadro suele ser de forma progresiva, en pocas ho-
ras o bien en varios días.
CAUSAS
● Si el paciente es diabético conocido, el factor precipitante más frecuente es la
infección. Otros son la suspensión o errores en el tratamiento insulínico, las
transgresiones dietéticas, problemas vasculares (ACVA, IAM), pancreatitis aguda.
● Si el paciente no es diabético conocido hay que pensar en una deficiencia de
insulina por debut de DM tipo 1.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. Por la clínica y la exploración sospecharemos el cuadro.
TRATAMIENTO
1. Medidas generales:
- Toma de constantes: Tª, TA, FC, FR.
- Control de PVC si hay riesgo de insuficiencia cardiaca.
- Sonda nasogástrica para evitar aspiración en pacientes con nivel de conciencia
disminuido.
- Sonda vesical en aquellos casos que la situación del enfermo no permita un
buen control de la diuresis.
- La glucemia y la cetonuria se debe controlar con una frecuencia de una vez por
hora, hasta conseguir cifras de glucemia alrededor de 250 mg/dl, posterior-
mente se espaciarán a determinaciones cada 4-6 horas.
- Dejar al paciente en dieta absoluta
- Heparinización profiláctica en pacientes de riesgo.
- Vigilaremos cifras de potasio y bicarbonato (ver apartados correspondientes).
2. Tratamiento específico:
2.1. Hidratación: es importante, en los primeros momentos, atender a la corrección
de los líquidos, pues estos pacientes tienen una pérdida de 5-10 % de su peso
y una falta de sodio de unos 450 mEq.
Deberemos de usar suero salino normal o isotónico (0. 9%), hasta que las cifras
de glucemia sean < 250 mg/dl, que será, cuando comencemos a pasar sueros
glucosados (5%) con insulina, y sueros salinos para completar la hidratación.
El ritmo de infusión dependerá del grado de deshidratación y del estado
hemodinámico del paciente. De forma orientativa, y para el caso de una CAD
moderada, ver ritmo de infusión del cuadro 101.3.
Cuadro 101.3: Ritmo de infusión de fluidoterapia
Tiempo de infusión Cantidad de suero Ritmo de infusión
Primeras 2 horas 1.000 cc 500 cc / hora
Siguientes 4 horas 1.000 cc 500 cc / 2 horas
Siguientes 6 horas 1.000 cc 500 cc / 3 horas
Siguientes 8 horas 1.000 cc 500 cc / 4 horas
Siguientes 24 horas 3.000 cc 500 cc / 4 horas
795
CAPÍTULO 101
CRITERIOS DE INGRESO
Siempre hay que ingresar a estos pacientes ya que los episodios requieren más de
24 horas para su resolución. No debemos olvidar que estos pacientes pueden
presentar en las primeras 24-48 horas dos complicaciones graves, edema cerebral
e hipopotasemia.
CONCEPTO
Se caracteriza por hiperglucemia generalmente > de 600 mg/dl, hiperosmolalidad
plasmática > 350 mOsm/Kg. Es más frecuente en el diabético no insulindependiente.
Hay ausencia de cetosis, alteraciones neurológicas y sensoriales variables.
CAUSAS
- Si el paciente es diabético conocido, el factor precipitante más frecuente es la
infección. Otros son la suspensión o errores en el tratamiento, las transgresiones
dietéticas, problemas vasculares (ACVA, IAM),pancreatitis aguda.
- Si el paciente no es diabético conocido, hay que pensar en un debut de DM tipo 2.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. Por la clínica y la exploración física sospecharemos el cuadro ante un paciente con
DM tipo 2, no conocida, o en tratamiento con dieta y/o antidiabéticos orales que
presenta hiperglucemia progresiva, con poliuria y diuresis osmótica,
produciéndose como consecuencia deshidratación y en sangre aumento de la
osmolalidad. El estado de deshidratación provoca alteraciones del nivel de
conciencia, aumento de la viscosidad e hipovolemia, aumentando el riesgo de
trombosis venosas y arteriales.
No hay cetoacidosis, pero podemos encontrar acidosis láctica secundaria a la
hipoperfusión periférica debido a la deshidratación. Esta situación también
provoca insuficiencia renal.
2. Las pruebas complementarias que se han de solicitar son:
- Sistemático de sangre.
- Estudio de coagulación.
- Bioquímica con iones, glucosa, urea, creatinina, osmolalidad, CPK. Es
conveniente solicitar amilasemia por la posibilidad de una pancreatitis aguda
como causa desencadenante.
- Gasometría arterial para valorar pH y bicarbonato que están alteradas en la
acidosis láctica.
- Sistemático de orina, sedimento.
- Radiología de tórax PA y L.
- ECG.
- Pruebas destinadas a identificar la causa desencadenante (frotis de garganta,
hemocultivos, sedimento y urocultivo, radiografía de tórax...)
797
CAPÍTULO 101
TRATAMIENTO
1. Medidas generales:
– Valoración clínico-analítica del grado de deshidratación del paciente, estado
general, causa desencadenante y posible riesgo de shock.
– Vía venosa central según la gravedad del paciente.
– Colocar una sonda vesical para un correcto balance de fluidos.
– Colocar una sonda nasogástrica si el nivel de conciencia está disminuido.
– Es necesario realizar controles:
• Horarios: FC, TA, PVC, diuresis, glucosurias y cetonurias.
• Cada 4-6 horas: Tª.
• A las 6,12 y 24 h.: balances hídricos, bioquímica sérica (iones, urea,
glucemia y creatinina) y gasometría.
2. Tratamiento específico:
2.1. Hidratación: en general haremos la misma reposición que en la CAD, teniendo
en cuenta que si el sodio está en cifras mayores de 155 mEq repondremos con
suero salino hipotónico (0,45%), si no, lo haremos con suero salino isotónico
hasta que la glucemia sea menor de 250 mg/dl para pasar posteriormente a
glucosados. (Ver apartado 2.1 del tratamiento de la CAD).
Para el mejor manejo se puede calcular el déficit de agua libre, corrigiendo la
mitad del déficit en 12-24 h y la otra mitad en las siguientes 24 h, sin olvidar
añadir las necesidades basales y las pérdidas insensibles y por diuresis. (Ver
cuadro de fórmulas).
798
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2.2. Iones: el sodio se repone con el suero salino, sabiendo que el salino al 0,9%
tiene 154 mEq/l y el salino al 0,45% tiene 77 mEq /l de sodio. Si el sodio es
normal o elevado hay que corregirlo respecto a la glucemia, y hay que calcular
el déficit real de sodio para reponer. (Ver cuadro de fórmulas).
El bicarbonato sólo se repone si existe acidosis láctica con pH < 7,20. (Ver
apartado 2.3 de tratamiento de la CAD).
El potasio se repone después de confirmar que existe buena función renal, buen
ritmo de diuresis y de conocer su cifra. (Ver apartado 2.4 de tratamiento de la
CAD).
2.3. Insulina: se deben administrar dosis bajas continuas i.v. en bomba de infusión
a razón de unas 6 UI/h inicialmente. Se administra en Y con la sueroterapia.
Otra forma de administrar la Insulina es en la sueroterapia. Se debe conseguir
un descenso de 75-100 mg/dl/hora hasta una cifra de 250 mg/dl. (Véase
apartado 2.2 de tratamiento de la CAD y pautas en los cuadros).
2.4. Heparina: se puede administrar Heparina de bajo peso molecular 20-40 mg
s.c., como profilaxis de trombosis.
2.5. Antibioterapia: Siempre que, con fiebre o sin ella, se sospeche un foco
infeccioso desencadenante se debe utilizar antibióticos de amplio espectro hasta
obtener el resultado de los hemocultivos y urocultivos, que se han debido de
sacar previamente.
2.6. Otros tratamientos: cuando existen complicaciones, tipo edema cerebral, se
puede administrar Manitol o Dexametasona.
CRITERIOS DE INGRESO
Se ingresa siempre ya que el tratamiento específico requiere entre 24-48 horas por
lo menos.
HIPOGLUCEMIA
CONCEPTO
Es un síndrome clínico que se define como niveles de glucemia inferiores a 50 mg/dl
reversible con la administración de glucosa. Pueden existir síntomas de hipoglucemia
con cifras normales de glucemia, debido al descenso brusco de los niveles. Se trata
de una urgencia peligrosa, ya que al ser la glucosa un nutriente importante del SNC
puede ocasionar lesiones irreversibles e incluso la muerte.
CAUSAS
Cuadro 101.10: Causas de hipoglucemia
Paciente diabético Paciente no diabético
Dosis excesiva de Insulina o Sulfonilureas. Hiperinsulinismo endógeno (insulinoma, fármacos)
Dieta inadecuada (baja ingesta, omisión de tomas…). Comidas poco frecuentes.
Horario de ingesta alterado Hipoglucemia postprandial: post-cirugía gástrica.
Exceso de ejercicio físico.
Aumento de la vida media de los hipoglucemiantes
por insuficiencia renal.
799
CAPÍTULO 101
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. Por la clínica y la exploración física a la cabecera del enfermo. Puede presentar
tres tipos de síntomas:
– Adrenérgicos: diaforesis, palpitaciones, ansiedad, temblor, hambre. Los síntomas
adrenérgicos predominan cuando la glucemia desciende rápidamente, y se en-
mascara cuando hay tratamiento con beta-bloqueantes o si existe neuropatía.
– Neuroglucopénicos: trastornos de la conducta, agresividad, confusión, focali-
dad neurológica, somnolencia, convulsiones, coma.
Si se sospecha hiperinsulinismo endógeno ha de objetivarse la tríada de Whipple:
síntomas de hipoglucemia con el ayuno, hipoglucemia analítica, se recupera con
glucosa.
2. Las pruebas complementarias que se deben solicitar son:
– Glucemia capilar a la cabecera del paciente confirma el diagnóstico.
– Bioquímica con glucosa, iones, creatinina, urea.
– Sistemático de sangre.
3. Grados de severidad:
– Leve: si se autorresuelve.
– Seria: • moderada: se resuelve por vía oral (con ayuda de una tercera persona).
• severa: se resuelve por vía parenteral.
TRATAMIENTO
1. Tratamiento urgente:
Según el estado de conciencia del paciente usaremos vía oral o intravenosa:
– Sí el paciente está consciente y tolera la vía oral sin riesgo de aspirar, primero
se administran líquidos azucarados con 20 g de glucosa.
– Si el paciente está inconsciente o no tolera la vía oral: se canaliza una vía ve-
nosa periférica, aportando glucosa hipertónica, que se pueden dar 20 cc al 50%
(1 ampolla) o 30 cc al 33% (3 ampollas de 10 cc). Si no es posible canalizar una
vía periférica, se puede administrar 1 mg de glucagón i.m. (1 ampolla) o s.c. (al-
ternativa ambulatoria) y después sueros glucosados (10%).
En situaciones excepcionales, si tras 1.000 cc de solución glucosada hipertónica
no se controla la cifra de glucemia, se pueden agregar 100 mg de hidrocortisona
y 1 mg de glucagón a cada litro de solución.
Si se sospecha alcoholismo, no se debe olvidar administrar tiamina 100 mg i.m.
o i.v.
2. Tratamiento de mantenimiento:
– Para el seguimiento de estos pacientes es necesario control horario por tira
reactiva de glucemia, hasta la normalización, alrededor de 120 mg/dl,
posteriormente cada 4-6 horas hasta 24 horas.
– Tras remontar al paciente se continúa con glucosa al 5-10%, hasta que el
paciente pueda reanudar la alimentación oral.
– Si la hipoglucemia ha sido por antidiabéticos orales, hay que seguir con sueros
glucosados entre 12-24 horas (hay que tener en cuenta la vida media del
antidiabético que causó la hipoglucemia).
– Ajustar tratamiento para el alta, en aquellos casos que se considere necesario.
800
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DE INGRESO
1. Si la hipoglucemia es secundaria a ADO, es importante saber cuál es el fármaco
causal, conocer su vida media y observar al paciente entre dos y tres veces el
tiempo de su vida media. En general estos fármacos tienen una vida media de 4-
24 horas (3-4 horas la Repaglinida y 12-24 horas Sulfonilureas).
2. Si la hipoglucemia es causada por Insulina, para calcular la observación hay que
conocer el tipo de acción y duración.
3. Si se sospecha una enfermedad orgánica no diagnosticada, se ingresa para una
vez remitido el proceso agudo se haga el diagnóstico etiológico.
4. Si el paciente tras el tratamiento y la observación en Urgencias no recupera
completamente el estado de conciencia o hay secuelas neurológicas.
5. Si se trata de una hipoglucemia por hiperinsulinismo endógeno.
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médico de guardia. 4ª ed. Madrid: Díaz de Santos ; 1998. p. 243-61.
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Krome R, Ruiz E, editores. Medicina de urgencias. 3ª ed. México: Nueva Editorial
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s117,January 2003.
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2003.
801
CAPÍTULO 102
Capítulo 102
URGENCIAS TIROIDEAS
O. Rodríguez Rodríguez - J. Sastre Marcos - J.G. Sentenac Merchán
COMA MIXEDEMATOSO
▲ INTRODUCCIÓN
El hipotiroidismo es la situación clínica resultante de la disminución de la actividad
biológica de las hormonas tiroideas a nivel tisular, por disfunción de:
● La glándula tiroidea (hipotiroidismo primario ,la más frecuente, 95% de los casos).
● La glándula hipofisaria (hipotiroidismo secundario).
● El hipotálamo (hipotiroidismo terciario).
CONCEPTO
El coma mixedematoso es la situación caracterizada por depresión del estado de con-
ciencia que constituye el estadio más grave (mortal sin tratamiento) y avanzado del
hipotiroidismo. Tiene una elevada mortalidad (alrededor del 50%) y es excepcional
en personas menores de 50 años.
ETIOLOGÍA
Puede aparecer en pacientes con hipotiroidismo larvado no diagnosticado (es decir,
como primera manifestación ) o en pacientes con hipotiroidismo conocido que han
abandonado el tratamiento sustitutivo con tiroxina o precipitado por situaciones de
estrés (que al aumentar las necesidades metabólicas del organismo incrementan el dé-
ficit hormonal tiroideo ya existente). (ver cuadro 102.1).
Cuadro 102.1: Factores precipitantes del coma mixedematoso
Precipitantes Coadyuvantes
Intervenciones quirúrgicas Exposición al frío
Traumatismos Fármacos
Infecciones Sedantes
Respiratorias Narcóticos
Urinarias Analgésicos
Gastrointestinales
ACV isquémico
Infarto agudo de miocardio
Hipoglucemia
Hemorragia digestiva
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
El cuadro clínico es clave para el diagnóstico y tratamiento precoz del coma mixe-
dematoso, no debiendo esperar a la confirmación analítica dada la gravedad de la
situación clínica.
1. De sospecha: Paciente con historia clínica compatible con hipotiroidismo (ver
cuadro 2) que presenta letargia progresiva, estupor y coma. En el hipotiroidismo se-
vero la función de cualquier órgano o sistema metabólico está disminuida. Los datos
clínicos claves para el diagnóstico de coma mixedematoso son la aparición de hipo-
termia, hipoventilación, bradicardia, hiponatremia, hipoglucemia e hipotensión (cri-
terios de gravedad, ver delante).
802
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2. De confirmación:
Niveles de T4 libre disminuidos o indetectables.
● Niveles de TSH elevados si el hipotiroidismo es primario o disminuidos si es se-
cundario o terciario.
● En urgencias se debe hacer la extracción analítica hormonal previa al inicio del
tratamiento.
Cuadro 102. 2: Manifestaciones clínicas del hipotiroidismo
1. PIEL Y ANEJOS: piel fría y pálida por vasoconstricción periférica y amarillenta (hipercarotinemia). Escasa
sudoración. Piel edematosa con mixedemia (por acúmulo de ácido hialurónico en dermis y retención de
agua). Localización preferente a nivel periorbitario, dorso de manos y pies y fosa supraclavicular. Pelo seco
y quebradizo con caída de la cola de las cejas y axila y/o alopecia. Uñas quebradizas. En hipotiroidismo
secundario y terciario, las alteraciones de piel y anejos son menos características y destaca más la
despigmentación de zonas normalmente pigmentadas (areola). Presencia de cicatriz de tiroidectomía
2. S. CARDIOVASCULAR: cardiomegalia, derrame pericárdico (si tamaño normal sospechar origen
hipotálamo-hipofisario). ECG: bradicardia sinusal, prolongación del segmento PR, menor amplitud de onda
P y del complejo QRS, alteraciones segmento ST, aplanamiento o inversión onda T. Elevación CPK, LDH,
AST, ALT, con IAM en angor.
3. S. RESPIRATORIO: es frecuente encontrar derrame pleural en formas severas. Hipoventilación alveolar con
hipercapnia, apnea obstructiva del sueño y voz ronca.
4. S. DIGESTIVO: apetito disminuido con aumento moderado de peso. Macroglosia (por mixedema).
Estreñimiento, y en casos severos, megacolon mixedematoso, ascitis (raro), transaminasas discretamente
elevadas.
5. S. NERVIOSO: enlentecimiento de funciones intelectuales, con disminución de memoria, somnolencia y
letargia. Demencia. Cefalea común. Depresión resistente al tratamiento. Síndrome del tunel del carpo.
Ataxia cerebelosa o alteraciones psiquiátricas.
6. OTROS: pubertad retrasada. Disminución de la libido, anovulación, amenorrea, fertilidad disminuida,
abortos frecuentes, galactorrea, impotencia y oligospermia. Anemia normocítica y normocrómica.
Hiponatremia dilucional. Proteinuria moderada. Hipercolesterolemia (en origen tiroideo, no en hipofisario)
y aumento de LDH. Historia previa de tratamiento con I-131.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
■ Hipotermia: temperatura rectal < 35°C . A veces es difícil de detectar con los
termómetros automáticos. El grado de hipotermia está asociado inversamente a
la mortalidad en el hipotiroidismo severo. Si la temperatura es normal en el
contexto de un coma mixedematoso, sospechar infección o sepsis.
■ Hipoglucemia severa: por el hipotiroidismo en sí mismo o más frecuentemente si
coexiste con insuficiencia suprarrenal (Enfermedad autoinmune suprarrenal o
por enfermedad hipotálamo hipofisaria).
■ Hiponatremia dilucional: aparece en el 50% de los pacientes con mixedema,
puede ser severa y empeorar el estado mental del paciente. A veces se asocia
a una secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH), que obliga a
una corrección gradual de la natremia, (con riesgo añadido de mielinolisis
central pontina).
■ Hipoventilación: generalmente por depresión ventilatoria central, ocasiona
hipercapnia y acidosis respiratoria.
■ Manifestaciones cardiovasculares: hipotensión arterial, bradicardia intensa. La
insuficiencia cardiaca es rara, si no existe enfermedad cardiaca concomitante,
por la disminución de las necesidades de oxigeno en los tejidos periféricos en
el hipotiroidismo.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
En Urgencias debemos solicitar la siguiente analítica: (en rojo lo más significativo)
803
CAPÍTULO 102
■ Bioquímica: Na (↓), K, Cl, Ca, glucosa, urea, creatinina, CPK (↑), GOT(↑),
GPT(↑), GGT y LDH.
■ Gasometría arterial: es esencial para constatar hipoventilación severa, que es
un criterio de intubación endotraqueal (hipoxemia con hipercapnia, acidosis
respiratoria)
■ Hemograma (anemia) y estudio de coagulación
■ ECG (bradicardia sinusal, voltajes disminuidos, aplanamiento de onda T)
■ Radiografía de tórax (derrame pleural o pericárdico)
■ Sistemático y sedimento de orina
■ Hemocultivo (si se sospecha sepsis)
■ Niveles de TSH y T4 libre. (Ojo! Siempre antes de poner tratamiento sustitutivo).
Si se sospecha insuficiencia suprarrenal asociada es necesario hacer extracción
de cortisol y ACTH antes de iniciar el tratamiento esteroideo (de forma ideal
hacer test de ACTH).
TRATAMIENTO
Tras el diagnóstico de sospecha, se debe comenzar con el tratamiento, puesto que la
rapidez en la instauración del mismo es un factor de gran importancia en el pronóstico
del cuadro. El coma Mixedematoso es una urgencia endocrinológica que debe tratarse
en la UCI y que a pesar del tratamiento presenta una elevada mortalidad.
Las medidas terapéuticas deben dirigirse a corregir las numerosas alteraciones de
repercusión vital asociadas (medidas generales), a tratar el hipotiroidismo y a
corregir los factores desencadenantes.
1. Medidas generales
● Hipoventilación: Intubación endotraqueal si PCO2>50 mm.
● Hipotermia: Se prefiere el calentamiento pasivo (habitación caldeada, manta
térmica). Si la temperatura es menor de 30 °C o existe arritmia ventricular iniciar
maniobras de recalentamiento interno. (Aun así el incremento térmico no debe ser
mayor a medio grado por hora de Tª rectal).
● Hipotensión e Insuficiencia adrenal concomitante: hasta que ésta pueda ser
descartada se debe iniciar tratamiento con Hidrocortisona a dosis de estrés (300-
400 mg/día i.v). Generalmente la hipotensión asociada a hipotiroidismo responde
en horas a la administración de Tiroxina.
● Hiponatremia dilucional: Restricción hídrica si Na<120 mEq/l administrar
Furosemida en bolo inicial de 40-60 mg. i.v y posteriormente suero salino
hipertónico al 3% i.v monitorizando la natremia.
● Hipoglucemia: si es severa corrección con Glucosa al 50%.
2.- Medidas específicas (Tratamiento sustitutivo hormonal)
La forma de administración de la Tiroxina en el coma mixedematoso es controvertida.
La rápida administración de Tiroxina a dosis altas incrementa el riesgo de arritmias
cardíacas o puede precipitar la aparición de cardiopatía isquémica, pero dada la
gravedad del cuadro clínico, estos riesgos deben ser asumidos. La pauta más
recomendada es la siguiente:
● Levotiroxina (T4) dosis de carga inicial de 200-500 mcg. i.v en bolo lento (dosis
única). Posteriormente dosis de mantenimiento de 75-100 mcg./día i.v. o por vía
oral si se puede. Si no es posible disponer de medicación i.v podemos utilizar
Triiodotironina (T3) por vía oral a través de SNG a dosis de 20 mcg. /día. Hay
autores que utilizan el tratamiento mixto
804
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
*modificado de. Martínez Brocca y Gómez Duarte. En: Basilio Moreno Esteban. Manual del
Residente en Endocrinología y Nutrición. Editado por GlaxoSmithKline. Madrid 2.001
La enfermedad de Graves-Basedow es la causa más común de hipertiroidismo.
La crisis tirotóxica puede surgir en pacientes con cualquiera de las entidades
etiológicas de hipertiroidismo, no controlado.
En la práctica los factores desencadenantes de la crisis tirotóxica suelen ser : la cirugía
tiroidea o extratiroidea, traumatismos, terapia con I-131, infecciones, estrés
emocional o el parto.
Desde el punto de vista fisiopatológico conviene recordar que la verdadera hormona
activa sería T3, siendo la tiroxina (T4) una prohormona, a partir de la cual por
deiodación periférica se formaría la primera. Este hecho es importante en la
orientación terapéutica del hipertiroidismo.
805
CAPÍTULO 102
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
En primer lugar hay que sospechar el cuadro clínico y los posibles desencadenantes
patológicos del mismo.
1. Diagnóstico de sospecha:
– Debemos sospechar una tormenta tiroidea ante la intensificación de los síntomas
de hipertiroidismo, pudiéndose dar: nerviosismo, temblor fino, manos calientes,
hipersudoración, fiebre o hipertermia (la presencia de fiebre en un paciente
diagnosticado de hipertiroidismo sin foco infeccioso, debe hacernos pensar en el
inicio de una crisis tirotóxica, siendo éste un signo de alarma); vómitos y/o dia-
rrea, disminución del nivel de conciencia, taquiarritmias, palpitaciones, isquemia
miocárdica. Si la crisis progresa y no se instaura un tratamiento adecuado apa-
recerá hipotensión arterial, delirio y coma.
En la exploración física la existencia de bocio, exoftalmos, edema y retracción
palpebral pueden ser muy orientativos de la existencia de hipertiroidismo.
– Suelen ser desencadenantes la tormenta tirotoxica, traumatismos previos, inter-
venciones quirúrgicas, exploraciones y masajes tiroideos y tratamiento de pa-
cientes hipertiroideos con yodo radioactivo (debido a la destrucción del tiroides,
con liberación de su contenido, ocurre de 10-14 días después de la administra-
ción del mismo); cetoacidosis diabética (coexistencia de diabetes tipo1 y enfer-
medad tiroidea autoinmune),crisis tiroidea yatrógena (cada vez más frecuente
por algunos compuestos dietéticos, o por intento de autolisis).
2. Diagnóstico de confirmación:
– No debemos esperar la confirmación analítica para comenzar el tratamiento.
Ante la duda de una hiperfunción tiroidea en la crisis tirotóxica, extraeremos
muestra de sangre para confirmar el diagnóstico posteriormente. Encontraremos:
Niveles de T4 muy elevados.
Niveles de TSH disminuidos.
Nota: los niveles de TSH pueden estar normales, o incluso elevados en algunos
casos (hipertiroidismo central).
– Debe realizarse rápidamente la anamnesis y la exploración física valorando el
nivel de conciencia, monitorizando hemodinámica y electrocardiográficamente,
tomar vía venosa periférica y realizar toma de glucemia capilar.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
■ Bioquímica: glucosa, urea, iones, creatinina, Ca (puede encontrarse una
hipercalcemia moderada), enzimas hepáticas (suele haber elevación).
■ Hemograma (podemos encontrar linfocitosis).
■ Gasometría arterial
■ Orina completa con sedimento
■ Hemocultivos y urocultivos si se sospecha infección
■ Radiografía de tórax y abdomen (tras estabilización del paciente).
■ Electrocardiograma (taquicardia sinusal, fibrilación auricular, extrasistolia, etc)
TRATAMIENTO
La crisis o tormenta tirotóxica es un cuadro grave que precisa ingreso en la UCI, en los
casos más graves. El tratamiento debe ir dirigido a control de los síntomas generales
asociados, a la disminución de los niveles elevados de hormona tiroidea (inhibiendo su
síntesis, su liberación o su conversión periférica) y al control de las causas
desencadenantes.
806
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1. Medidas de soporte
● Oxigenoterapia
● Reposición hidorelectrolítica
● Tratamiento de la hiperglucemia y/o de la hipercalcemia
● Tratamiento de las complicaciones cardiovasculares (diuréticos, cardiotónicos)
● Control de la hipertermia
● Medidas físicas (hielo, manta refrigeradora...)
● Medidas farmacológicas
– Paracetamol 1gr./6 horas i.v.
– Clorpromacina 25 mg./6 horas i.v.
– Meperidina 100 mg/6 horas i.v.
Está contraindicado el empleo de salicilatos, ya que pueden aumentar la fracción de hor-
monas tiroideas libres desplazándolas de su proteína transportadora.
2. Inhibir la síntesis de hormona tiroidea (antitiroideos)
Los antitiroideos de síntesis comienzan a bloquear la síntesis de hormonas tiroideas a la
hora de su administración pero carecen de efecto clínico inmediato y tardan más de
48 horas en comenzar a producir resultados:
– PTU (Propiltiouracilo): dosis inicial de 300 mg./6 –8 horas v.o., manteniendo 100
mg/8 horas hasta normalizar la función tiroidea. Sólo disponible a través de medi-
camentos extranjeros. Además inhibe la conversión periférica de T4 a T3. En algu-
nos casos se ha llegado a diluir en suero salino para su administración i.v.
– Metimazol o Carbimazol: dosis inicial de 40 mg./12 horas o hasta 30 mg/6h v.o.,
manteniendo 100 mg./8-12 horas hasta normalizar la función tiroidea. Son más
potentes que PTU.
3. Bloqueo de la liberación hormonal
Se recomienda demorar este tratamiento 1-3 horas tras la administración de los antiti-
roideos de síntesis, para evitar que el exceso de yodo aportado pueda ser utilizado pa-
ra la biosíntesis de hormonas
● Yoduro potásico saturado: 5 gotas/8 horas v.o.
● Lugol (12,5%+IK al 10% equivalen a 150 mg. de yodo/ml): 10 gotas/ 8 horas v.o.
● Contrastes yodados
● Ácido yopanoico: 1 gr./día v.o. (0,5 gr/12h).
● Ipodato sódico :1 gr./día v.o (0,5 gr/12h).
Descienden los niveles de hormonas tiroideas drásticamente, inhiben además la conver-
sión periférica de T4-T3; es de primera elección cuando debemos disminuir rápidamen-
te los niveles de hormonas tiroideas.
● Yoduro sódico:1 gr./8-12 horas i.v. en infusión continua.
● En caso de hipersensibilidad al yodo, litio 600 mg. de inicio v.o., seguido de 300
mg./6 horas. Poco utilizado por sus efectos adversos
4. Bloqueo de efectos periféricos de hormonas tiroideas (bloqueo adrenérgico)
● Propranolol 40-80 mg./4-8 horas v.o., o 2-10 mg./4 horas i.v.
● Alternativas betabloqueantes selectivos beta 1.
● Atenolol 50-100 mg./24 horas v.o.
● Metoprolol 100-400 mg./12 horas v.o.
● Si existe insuficiencia cardiaca y/o asma, contraindicados los betabloqueantes Re-
serpina 1 mg./6 horas i.m. (agota los depósitos de catecolaminas).
807
CAPÍTULO 102
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 103
URGENCIAS DE LA GLÁNDULA SUPRARENAL
O. Rodríguez Rodríguez - A. Vicente Delgado - J.G. Sentenac Merchán
ETIOLOGÍA
El cuadro clínico de ISA puede aparecer en:
▲ Pacientes con insuficiencia suprarrenal primaria sin diagnosticar y que se ve so-
metido a un estrés mayor (infección, cirugía mayor, traumatismo).
▲ Pacientes con insuficiencia suprarrenal primaria diagnosticada y tratada que no
incrementan adecuadamente la dosis de esteroides ante un estrés.
▲ Pacientes con insuficiencia suprarrenal secundaria o terciaria, especialmente de
instauración rápida (apoplejía hipofisaria, Síndrome de Sheehan).
Aunque la suspensión brusca de un tratamiento esteroideo prolongado a dosis
elevadas es la causa más frecuente de insuficiencia suprarrenal secundaria, es una
causa rara de ISA . Estos pacientes presentarán síntomas de exacerbación de su
enfermedad de base e hipotensión.
▲ Pacientes críticos sin patología suprarrenal previa, por destrucción brusca de am-
bas glándulas suprarrenales o de la hipófisis ( sepsis meningocócica, coagulopatí-
as, pacientes críticos u oncológicos ).
Las etiologías detalladas de la crisis adrenal se pueden ver en el cuadro 103.1.
Autoinmune 75% forma parte del síndrome Por supresión del eje hipotálamo-hipofisario-
de deficiencia poliendocrina adrenal
Tuberculosis 20% Supresión de glucocorticoides
Infecciones ACTH ectópico
Bacterianas: Neisseria meningitidis Por causas hipotálamo-hipofisarias
(Waterhouse Friederischen), Tumores
H.influenzae, S. pneumonie, S. pyogenes Infecciones
810
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
*modificado de. R. Mateo Lobo.En: Basilio Moreno Esteban. Manual del Residente en Endocrinología y Nutri-
ción. Editado por GlaxoSmithKline. Madrid 2.001
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
En Urgencias debemos solicitar la siguiente analítica:
▲ Hemograma y estudio de coagulación
▲ Bioquímica: Na, K, Cl, Ca, glucosa, urea, creatinina.
▲ Gasometría arterial
▲ ECG
▲ Radiografía PA y lateral de tórax
▲ Sistemático y sedimento de orina (especificar determinación de urea, creatini-
na, Na y K)
▲ Hemocultivos y urocultivos (si se sospecha sepsis)
811
CAPÍTULO 103
TRATAMIENTO
Tras el diagnóstico de sospecha comenzar con el tratamiento. Éste debe ir dirigido a
la reposición hidroelectrolítica y la sustitución esteroidea.
Tratamiento de urgencia
▲ Vía venosa periférica (si no se consigue, vía central)
▲ Infusión de suero glucosalino 500-1.000 ml en 1 hora, para completar un volu-
men de 4-6 litros en las primeras 24 horas.
▲ Administración simultánea de Hidrocortisona 100 mg. i.v en bolo, para continuar
con 100 mg. I.v cada 6-8 horas.
▲ Acetato de dexosicorticosterona (DOCA) 10 mg i.v., si hay hipotensión arterial o
hiperpotasemia. No suele ser preciso, pues la hidrocortisona a dosis elevadas tie-
ne acción mineralocorticoide.
▲ Glucosa hipertónica al 50% i.v., si hay hipoglucemia.
▲ Antibióticos de amplio espectro.
Tratamiento de mantenimiento
▲ Reducción gradual de la dosis de Hidrocortisona a 50 mg. diarios para pasar a
vía oral y mantener dosis sustitutivas de 30 mg. diarios de Hidrocortisona.
▲ Añadir alfa-Fluorhidrocortisona como mineral corticoide a dosis de 0,05 a 0,2
mg/día, cuando la dosis de Hidrocortisona sea de 50-60 mg/día. Valorar si se
necesita en función de los controles de potasio plasmáticos y niveles tensionales.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Mª D. Márquez Moreno, en: A. Julián Jiménez, Fundación para la investigación sanitaria en
Castilla La Mancha. Manual de protocolos y actuación en Urgencias. Toledo. 2.001. 544-
546.
▲ A. Gómez-Pan, J. Salvador, R. Mateo Lobo. En: Moreno Esteban B, Glaxo Smithkline editors.
Manual del residente en Endocrinologia y Nutricion.Madrid.2001.347-475
▲ Reasner C.A,Isley W.L. Endocrine emergencies. Postgraduate Medicine 1997;101:237-241.
▲ Orth DN. Clinical manifestations of adrenal insufficiency. UpToDate 2003.
▲ Esposito S, Prange A.J Jr, Golden R.N. The thyroid axis and mood disorders: overview and
future prospects.Psychofarmacolo 1997;33:205-17.
813
CAPÍTULO 104
Capítulo 104
ACTITUD GENERAL EN LAS INTOXICACIONES
AGUDAS
J. González Hernández - N. Laín Terés
INTRODUCCIÓN
Los pacientes que presentan un cuadro de Intoxicación Aguda, en primer lugar, de-
ben ser sometidos a una rápida valoración de sus constantes vitales, y si es preciso,
proceder a estabilizarles y comenzar en caso necesario con maniobras de RCP.
Mientras se procede a lo anterior, debe evitarse que se retire cualquier testigo, ya que
puede aportar información sobre el caso.
El Instituto Nacional de Toxicología da información telefónica sobre todos los pro-
ductos tóxicos y otras cuestiones las 24 horas del día, en los teléfonos:
Madrid: 915620420 Barcelona: 933174400
Teléfono de uso exclusivo para facultativos: 914112676
▲ Contraindicaciones:
- Coma sin protección de la vía aérea.
- Lesiones esofágicas conocidas.
- Ingesta de caústicos.
- Ingesta de derivados del petróleo.
- Otras complicaciones descritas son el laringoespasmo, las lesiones mecánicas
sobre la garganta, esófafo y estómago y los trastornos hidroelectrolíticos.
A.3 Carbón activado:
▲ Es una sustancia con gran capacidad adsorvente para muchos tóxicos, constituyendo
una alternativa o un complemento a las maniobras de vaciado gástrico en las inges-
tas recientes (menos de 4 horas) de una dosis tóxica. Se administra por vía oral o,
más comúnmente por sonda nasogástrica después de haber vaciado el estómago.
▲ Preparado (Carbón Activado Lainco®) 50 gr de polvo para preparar solución.
▲ Contraindicado o es ineficaz: en las intoxicaciones por Caústicos, Ácido bórico,
Cianuro, Hierro, Litio, Etanol, Metanol, Etilenglicol y derivados del petróleo.
▲ La dosis inicial, y habitualmente única, en el adulto es de 50-100 gr diluidos en
unos 250 ml de agua. En los niños menores de 12 años, la dosis es de 50gr. Do-
sis de Lactantes: 1 gr/Kg.
▲ En caso de ingestión de preparaciones farmaceúticas de tipo “retard” o de sustan-
cias con recirculación enterohepática activa (Digitoxina, Carbamazepina, Mepro-
bamato, Indometacina, Antidepresivos Tricíclicos, Amanita Phalloides) o en aquellas
en las que se ha demostrado que pueden ser adsorbidas por el carbón a partir de
los capilares de la mucosa intestinal (Fenobarbital, Digoxina, Teofilina), se pueden
administrar dosis repetidas de 30gr cada 3 horas, hasta un máximo de 24 horas.
▲ El efecto secundario más frecuente es el vómito, por lo que debe tenerse en cuen-
ta el riesgo de broncoaspiración en pacientes con depresión del nivel de concien-
cia. Las dosis repetidas de carbón activado producen estreñimiento, por lo que
han de asociarse algún catártico, por ejemplo, Sulfato sódico o magnésico (30 gr
en una solución acuosa al 30% en dosis única, esta solución se prepara de forma
magistral en la farmacia del hospital).
A.4 Lavado Intestinal Total (LIT):
▲ Consiste en instilar grandes volúmenes de líquido, mediante sonda nasogástrica,
con la finalidad de realizar un lavado completo del tubo digestivo.
▲ En España se utiliza la solución de polietilenglicol (solución evacuante Bohm®) que
se prepara diluyendo 1 sobre de solución (17,5 gr) en 250 cc de agua a pasar,
por sonda nasogástrica a velocidad de 2 litros/hora hasta que sale líquido claro
por el orificio anal. Habitualmente se requieren 4-6 litros. Niños: 500 ml/h.
▲ Indicación:
- En intoxicaciones potencialmente graves en las que no está indicado el uso de
carbón activado (hierro, plomo, litio, sustancias de liberación retardada a dosis
masiva).
- “Body Packers”, que son personas que transportan en su intestino grandes can-
tidades de drogas habitualmente de abuso. Por las implicaciones legales que
puede tener este tema, lo trataremos de forma más extensa en el capítulo de dro-
gas de abuso (ver cap. 105).
▲ El LIT no está indicado: en caso de ausencia de ruidos intestinales, perforación u
obstrucción intestinal.
▲ Hay riesgo de vómitos, evitables con Ondansetrón (Zofrán®) ampollas de 4 y 8 mg
a dosis de 4-8mg/6-8 h.
817
CAPÍTULO 104
FUENTE: Normas de actuación en Urgencias. Clínica Puerta de Hierro. Edición año 2000. Capítulo Intoxicaciones.
819
CAPÍTULO 104
Cuadro 104.2
1 Restablecer una volemia adecuada (la mayoría de estos pacientes estarán hipovo-
lémicos). A título orientativo: 500 ml de solución glucosada al 5% + 500 ml de so-
lución salina al 0, 9% + ClK en función del ionograma, a pasar en 1h.
Después se optará por:
2.1 Alcalina: Continuar con la siguiente pauta a pasar en 4 h: 500 ml de bicarbona-
to 1/6M, en perfusión contínua y 500 ml de suero glucosado al 5% +
20 mEq ClK, en perfusión contínua.
Repetir este ciclo cada 4 h hasta la mejoría clínica o el descenso signi-
ficativo de la concentración plasmática del tóxico, añadiendo bolos ho-
rarios de 20 mEq de bicarbonato sódico si el pH en orina es < de 7.
2.2 Neutra: Continuar con la siguiente pauta a pasar en 2 h: 500 ml de solución
glucosalina + 10 mEq ClK. Proseguir hasta la mejoría clínica o el des-
censo significativo de la concentración plasmática del tóxico.
Cuadro 104.3
PAUTA INICIAL
ANTÍDOTO INDICACIONES EN EL ADULTO
1. Adrenalina ADT, cloroquina, cocaína, calcio 0,1-0,5 mg/Kg/min.
Ampollas 1 mg/ml. antagonistas, reacciones Aumentar según respuesta y
hipersensibilidad, B-bloqueantes. tolerancia.
Digoxina, digitoxina y derivados 50 mg de Fab neutraliza 1 mg
2. Acs. Antidigitálicos de digoxina. de digoxina. Si no conozco
dosis: 480 mg de Fab.
3. Atropina Insecticidas, carbamatos y
(Atropina®) amp. 1 mg. organofosforados. 1 mg (iv) y repetir.
4. Azul de metileno Metahemoglobinemia 1 mg/Kg (iv)
5. Carbonato calcio (vo) Intoxicación por fluoruros. 2, 5 gr en solución acuosa.
sobres 2, 5 gr.
6. Desferroxamina Hierro. 15 mg/Kg (iv).
(Desferín®) amp. 500 mg.
7. Diacepam Cloroquina, síndrome neuroléptico 1 mg/Kg iv y posteriormente:
amp.: 10 mg/2 ml maligno, hipertermia maligna por 0, 25-0, 40 mg/Kg/h
fármacos. durante 48 h.
8. Dimercaprol (BAL)
(Sulfactín Homburg®) Arsénico, bismuto, mercurio, plomo. 3 mg/Kg (im)
9. Dopamina Cloroquina, calcio-antagonistas y distintos 5-20 mcg/Kg/min según
amp. 200 mg/50 ml fármacos que producen cardiotoxicidad respuesta.
200 mg/10 ml con hipotensión arterial o shock.
10. EDTA Ca disódico Plomo, cobalto, zinc. 1 g (iv)
11. EDTA dicobáltico
(Ketocyanor®) amp. 300 mg Cianuro. 600 mg (iv)
12. Fisostigmina
(Anticholium®) Anticolinérgicos. 1 mg (iv)
amp. 2mg
13. Fitomenadiona
(Konaquión®) amp. 10 mg. Cumarínicos. 10 mg (im)
PAUTA INICIAL
ANTÍDOTO INDICACIONES EN EL ADULTO
15. Glucagón Bloqueadores beta. 0, 1 mg/Kg (iv)
16. Gluconato cálcico Ácido oxálico, magnesio, fluoruros, vo: 10-20 g en 25 ml de agua.
ácido fluorhídrico, calcio-antagonistas iv durante 5 minutos: 10 ml de
y etilenglicol. Parálisis neuromuscular solución al 10% de gluconato.
debida a hipocalcemia o hipermagnesemia.
17. Glucosa Antidiabéticos orales, coma
desconocido, insulina. 25 g (iv)
18. Haloperidol Agitación, delirio, alucinaciones, Im: 3-5 mg, repetir a los
amp. 5 mg/ml síndrome confusional agudo por fármacos. 20-30 min.
19. Heparina sódica Hipercoagulabilidad debida a sobredosis
de ácido aminocaproico o tranexámico. Iv: 30. 000 – 50. 000 UI/día.
20. Hidroxicobalamina Cianuro. 5 g (iv)
21. N-Acetil-Cisteína Paracetamol, tetracloruro de
(Fluimucil antídoto®) carbono. 150 mg/Kg (iv)
amp. 2g
22. Naloxona (Naloxona Coma de origen desconocido,
Abelló®) amp 0,4 mg opiáceos. 0, 4-1, 6 mg (iv)
23. Oxígeno Cianuro, sulfhídrico, monóxido de
carbono, metahemoglobinemia. Fi O2 > 0, 5
24. Piridoxina
(Benerva®) amp. 100 mg Isoniacida. 5 g (iv)
25. Pralidoxima
(Contrathion®)
amp. 200 mg Organofosforados. 1 g (iv)
26. Protamina Dependerá de la dosis de
50 mg Protamina Intoxicación por heparina. heparina, nunca > 50 mg de
sulfato/5 ml protamina de una vez.
27. Suero antibotulínico
Frasco 250 ml de Intoxicación por toxina botulínica. Dosis inicial: 500 ml
antitoxina botulínica
equina
28. Tiamina Enolismo agudo y crónico, caquexia, Iv / im: 100 mg en 5 min.
amp.: 100 mg/1 ml desnutrición, intoxicación por etilenglicol.
FUENTES: Boletín n° 4 de la Asociación Española de Toxicología. Sección de Toxicología clínica. CD-Rom To-
xicología. Net. Universidat Autónoma de Barcelona.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Grupos de trabajo de Toxicología de la ACMI (GITAB) y de la SEMIUC (GT-TOX). Recomen-
daciones de la indicación de depuración renal y extrarrenal en las intoxicaciones agudas.
Med Intensiva 1997;21:156-166.
▲ American College of Emergency Physicians. Clinical Policy for the Initial Approach to Patients
Presenting with Acute Toxic Ingestion or Dermal or Inhalation Exposure. Ann Emerg Med
1999;33:735-761.
▲ Asociación Española de Toxicología, Sección de Toxicología Clínica. Tratamiento General de
las Intoxicaciones Agudas. Bol AET-STC 1998; (4): 1-7.
▲ Hoffman RS, Goldfrank LR: The poisoned patient With altered consciousness. JAMA
1995;274:562-569.
▲ CD-Rom Toxicología. Net. Universitat Autónoma de Barcelona.
▲ Normas de Actuación en Urgencias. Manuel S. Moya Mir. Edición 2000. Intoxicaciones,
623-630.
821
CAPÍTULO 105
Capítulo 105
INTOXICACIONES. MEDIDAS ESPECÍFICAS
E.M. Aguilar Blanco - N. Laín Terés
DIAGNÓSTICO
▲ Historia clínica, es fundamental conocer la posibilidad de contacto con la sustancia.
▲ Analítica completa: Hemograma, S. Orina, E. Coagulación, Bioquímica completa,
ECG y Gasometría arterial basal (para valorar el grado de acidosis).
▲ Se debería confirmar el tipo de intoxicación con niveles de Metanol en sangre, pe-
ro estos sólo suelen hacerse en laboratorios especializados y tardan un tiempo (va-
rias horas o días) durante el cual es preciso haber tratado al paciente.
También serían necesarios niveles de Etanol para valorar la posible ingestión mixta.
TRATAMIENTO
La intoxicación de Metanol debe considerarse muy grave, debe instaurarse trata-
miento precoz, sin esperar a confirmaciones analíticas. Es preferible tener una acti-
tud inicial agresiva que lamentar después la inhibición terapéutica.
Se iniciará la administración del antídoto si hay sospecha de ingesta y acidosis o coma.
▲ Medidas generales de soporte vital básico (capítulo 12).
▲ Lavado gástrico, eficaz hasta 2 horas postingesta. NO indicado el Carbón acti-
vado ni los catárticos.
▲ Alcalinización para corrección de la acidosis. Iniciar lo antes posible la adminis-
tración de Bicarbonato 1M (Bicarbonato Griffols® 1M, 1ml= 1 mEq) si el bicarbo-
nato en sangre es menor de 18. Calcular el déficit total (capitulo 75) e iniciar una
perfusión para 24 horas (a veces de 500 –1.000 mEq). Es frecuente que los pa-
cientes presenten pH inferior a 7, que es muy difícil tratar a pesar del bicarbonato.
▲ Antídoto: FOMEPIZOL o 4 METIL-PIRAZOL (Antizol®, un vial = 1.5 ml =1.500 mg),
que se considera de elección por tener menos efectos secundarios (menor seda-
ción). Dosis de ataque: 15 mg/kg que se diluyen en 100 ml de suero salino a pa-
sar iv en 30 minutos, seguido de 10 mg/kg diluido cada 12 horas durante 2 días
(4 dosis) y posteriormente de 15 mg/kg diluido cada 12 horas hasta la normali-
zación del estado del paciente.
▲ Otro antídoto: ETANOL vo o iv: hay que tener en cuenta que el Etanol puede in-
crementar la sedación del paciente y favorecer la aparición de hipoglucemia.
Dosis inicial de ataque:
- 1 mg/kg peso de Etanol (en la farmacia del Hospital se dispone de ampollas de
10 ml de Etanol puro estériles para preparar la dilución):
- Si es VO (por SNG) solución en agua al 20%. Ejemplo: para 70 kg de peso di-
luir 70 ml de etanol puro en 280 ml de agua.
- Si es IV (vía central, preferiblemente) solución al 10%. Ejemplo: para 70 kg, di-
luir 70 ml de Etanol al 100% en 630 ml de SG al 5% en 30 min.
823
CAPÍTULO 105
Dosis de mantenimiento
- 0’16 ml/kg/h de Etanol puro. Ejemplo: 70 kg de peso
- Si es VO: 0’16 x 70 = 11’2 ml de Etanol puro diluidos en 56 ml de agua dán-
dolo cada hora.
- Si IV: 11’2 ml de Etanol puro diluido en 100 ml de SG al 5% cada hora o per-
fusión de 100 ml de Etanol puro en 1.000 ml de SG al 5% a pasar en 4’5 ho-
ras a ritmo de 112 ml/h en bomba.
Se debe mantener la perfusión de Etanol hasta que los niveles de Metanol sean infe-
riores a 20 mg/100ml o si no se dispone de este dato, hasta que el pH se mantenga
por encima de 7’30 sin bicarbonato.
Se aconseja determinar los niveles de Etanol cada 6 horas, si es posible y mantener
los niveles en sangre en 1 g/l. Se aconseja también determinar la glucemia capilar
cada 3 horas.
▲ Hemodiálisis: es muy eficaz. (ver cuadro 105.2)
DIAGNÓSTICO
▲ Historia clínica y Exploración física.
▲ Analítica completa con Gasometría arterial basal para valorar el grado de acido-
sis, Hemograma (puede existir leucocitosis sin infección), S. Orina (presencia de
cristales de oxalato cálcico), E. Coagulación, Bioquímica con CPK (suele estar au-
mentada), calcio y magnesio (suele disminuir) y creatinina.
▲ Niveles de Etilenglicol en sangre que confirmen el diagnóstico.
TRATAMIENTO
▲ Medidas generales de soporte vital básico (capítulo 12).
▲ Lavado gástrico, eficaz hasta 4 horas postingesta. NO útil el carbón activado ni
los catárticos.
▲ Alcalinización para corrección de la acidosis (ver pauta descrita para el Metanol).
▲ Antídoto: FOMEPIZOL, utilizado de la misma forma que en la intoxicación por Me-
tanol. Se iniciará su administración si existe alteración del nivel de conciencia y/o
acidosis y si se ha ingerido más de 50 ml de Etilenglicol.
▲ Otro antídoto: Etanol vo o iv con la misma pauta y dosis utilizadas en intoxicación
por Metanol.
▲ Vitamina B1 o Tiamina (Benerva® ampollas de 100 mg) a dosis de 100 mg/6h im
y Vitamina B6 o Piridoxina (Benadón® ampollas de 300 mg) a dosis de 300 mg
im cada 24 h.
▲ Gluconato cálcico, si existe hipocalcemina (Calcio Sandoz® al 10 % ampollas de
5 ml) a dosis inicial de 2 ampollas diluidas en 100 ml de suero, a pasar iv en 15
minutos. Las dosis posteriores dependerán de los controles.
▲ Hemodiálisis (ver cuadro 105. 3).
Cuadro 105.3: Indicaciones de Hemodiálisis en intoxicación por Etilenglicol
- Ingesta superior a 50 ml
- Acidosis metabólica grave pH< 7’25, que no se corrige con bicarbonato
- Disminución del nivel de conciencia
- Niveles plasmáticos de Etilenglicol > 0´5 g/l
Mantener hemodiálisis hasta que los niveles sean inferiores a 0’2 g/l.
▲ Recomendaciones:
- Valoración de ingreso en UVI de enfermos sintomáticos
- Observación hospitalaria de todos los enfermos con antecedente de ingesta
aunque haya sido mínima y estén asintomáticos.
B. CAÚSTICOS
Son productos cuya característica principal es producir una acción corrosiva, funda-
mentalmente por contacto. Son de dos tipos: álcali o ácido.
También existen PRODUCTOS NO CAÚSTICOS o de escasa acción corrosiva que
suelen producir síntomas gastrointestinales, a veces neumonitis química por aspira-
ción, pero no las lesiones destructivas de los caústicos. Los más habituales son: jabo-
nes, lavavajillas a mano, lavarropa a mano y a máquina (la mayoría), suavizantes,
enceradoras y limpiasuelos con aceite de pino, pastillas para la cisterna...
CLÍNICA
▲ Los caústicos sólidos suelen producir lesiones más graves en la boca, laringe y fa-
ringe y dañar menos el esófago, en cambio, los caústicos líquidos suelen causar
lesiones más importantes en tractos inferiores, en esófago y estómago.
825
CAPÍTULO 105
DIAGNÓSTICO
▲ Se realizará pH al producto ingerido, si tenemos una muestra.
▲ Interrogar al paciente o acompañantes es fundamental para averiguar qué ha in-
gerido hace cuánto tiempo, qué cantidad... Es necesario averiguar la composición
del producto y sus características, obtener una muestra y medir su pH, si es posible.
▲ En cuanto a la Exploración Física:
- Inspección de la cavidad oral en busca de lesiones (su ausencia no excluye la
existencia de lesiones más distales).
- Auscultación pulmonar por posible afectación de la vía respiratoria.
- Palpación abdominal buscando signos de perforación.
▲ Se solicitará ECG, Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica con iones, amilasa, calcio
y CPK, Gasometría arterial basal (pH < 7’2 es indicativo de necrosis tisular severa).
▲ Rx de tórax y abdomen, para descartar neumomediastino y neumoperitoneo por
perforación de vísceras.
▲ Endoscopia: es la base del diagnóstico. Se debe realizar siempre salvo contrain-
dicaciones aunque no existan lesiones orales. La única salvedad será niños con in-
gesta accidental de líquidos con pH comprobados >2 y <11.
Se realizará entre 4 –24 horas (lo ideal antes de las 12 horas) postingesta. En el
caso de ingesta de Salfumán se realizará precozmente con la intención de extra-
er el ácido del estómago para evitar la perforación de éste.
Se aconseja la repetición a las 2 o 3 semanas en lesiones grado II y III. Se valora-
rá su utilidad en grado I.
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte vital
▲ CONTRAINDICADO:
- Lavado con SNG, Carbón activado, inducción al vómito
- Neutralización, porque desprende gran cantidad de calor que puede aumentar
la intensidad de las lesiones.
▲ Dilución: su utilización es un tema controvertido, ya que sólo es útil en los prime-
ros minutos tras la ingesta (no más de 30 minutos) y en muchos casos, haría falta
una gran cantidad de diluyente para conseguir algún efecto. Se justificaría en ca-
so de ingesta de sólidos para arrastrar éstos e intentar reducir al mínimo el tiem-
po de contacto con la mucosa oral, faringea, laringea y esofágica.
▲ Diluyente: agua, leche fría o agua albuminosa (agua + claras de huevo) en una
sola toma de 250 cc.
Nuestra recomendación: No utilizar diluyente si han pasado más de 30 minutos
desde la ingesta o si el paciente presenta náuseas. Suspender la administración si
aparecen náuseas durante su administración.
▲ Antieméticos: Hay que administrarlos siempre, si es posible iv.
- Ondansetrón (Zofrán® ampollas de 8 mg) a dosis de 1 ampolla diluida en 100
cc de SF o SG al 5% cada 8 horas.
- Metoclopramida (Primperán® ampollas de 100 mg) a dosis de 1 ampolla dilui-
da cada 8 horas.
▲ Analgésicos:
- Metamizol magnésico (Nolotil®) 1 ampolla de 2 g iv diluida cada 6-8 horas.
- Si a pesar de lo anterior el paciente tiene dolor: Morfina (Cloruro mórfico Braun®
ampollas de 10 mg) 5-10 mg iv o subcutáneos cada 4 horas.
Cuadro 105.6: Tratamiento de una causticación según hallazgos endoscópicos
▲ Ausencia de lesiones ● Sucralfato (Urbal® sobres de 5 ml) media hora antes de cada
comida y al acostarse.
● Alta hospitalaria
▲ Lesiones de Grado I: ● Sucralfato 1 sobre media hora antes de cada comida.
Hiperemia, eritema, ● Omeprazol 20 mg cada 24 h o Ranitidina 150 mg cada 12 h vo
edema. No úlceras ● Antieméticos
● Iniciar tolerancia gástrica a las 24 h
● En observación hospitalaria durante 24-48 h y alta con posterior
control ambulatorio
▲ Lesiones de Grado II: ● Dieta absoluta, sueroterapia.
Úlceras superficiales, ● Omeprazol iv (ampollas de 40 mg) según pauta del Hospital:
localizadas o 80 mg diluidos en 100 ml de SF en 30 minutos, posteriormente
circunferenciales 3 ampollas en 500 cc de SF a pasar en 12 h con bomba de
perfusión
● Valorar iniciar corticoides
● Ingreso hospitalario
▲ Lesiones de Grado III: ● Dieta absoluta, sueroterapia, Omeprazol como grado II.
úlceras profundas, ● Valorar corticoides
escaras, necrosis ● Valorar ingreso en UVI
▲ Lesiones de Grado IV: ● Dieta absoluta, sueroterapia, Omeprazol como grado II
perforaciones ● Antibioterapia
● CIRUGÍA lo más precoz posible, sobre todo si es un ácido.
827
CAPÍTULO 105
C. CIANURO
Los compuestos conocidos como Cianuro son sales derivadas de ácido cianhídrico
más otros compuestos. Es utilizado en la producción de plásticos, solventes, esmaltes,
pinturas, pesticidas, fertilizantes, pulidores de metales (fábricas de espadas y damas-
quinados) o de productos para quitar el pelo de la piel (curtidores y talabarderos).
Está presente en ciertas nueces, plantas y frutas.
▲ Vías de intoxicación:
- Inhalatoria: incendios con combustión de materiales sintéticos y plásticos... Se
absorbe rápidamente produciendo sintomatología inmediata.
- Digestiva: fundamentalmente por cianuro potásico tras la ingesta de raticidas,
insecticidas, esmalte de uñas... puede producirse con fines autolíticos, homicidas
o accidentales.
- Cutánea: rara pero posible incluso a través de piel intacta.
- Yatrogénica: por perfusión de Nitroprusiato IV durante tiempo prolongado.
En este capítulo nos encargamos fundamentalmente de la intoxicación por vía digestiva.
CLÍNICA
Produce un cuadro similar al de la hipoxia pero sin cianosis, con afectación metabó-
lica, cardiaca y del SNC.
▲ Fases iniciales:
- Taquipnea con hiperventilación y ansiedad (sensación de muerte inminente).
- Acidosis metabólica, dato clave de la intoxicación en estas fases.
▲ Fases más tardías: una vez que se inicia lo anterior en 30-60 minutos se desarrollará:
- Afectación del SNC: cefalea, agitación, estupor, convulsiones y coma
- Afectación cardiovascular: taquicardia, hipotensión, extrasístoles ventriculares y
posteriormente shock, bradicardia y finalmente asistolia por toxicidad miocárdica.
DIAGNÓSTICO
▲ Historia clínica: importante averiguar profesión y circunstancias que han rodeado
el hecho.
▲ Exploración física: se observa rápido deterioro del nivel de conciencia, alteracio-
nes del ritmo respiratorio y cardiaco, en un 20-40 % de los pacientes un típico olor
a “almendras amargas”. Debe explorarse cavidad oral ya que puede provocar le-
828
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
D. HIDROCARBUROS
Este grupo lo constituyen una amplia variedad de sustancias, las más frecuentes co-
mo causa de intoxicación son los derivados del petróleo, y entre ellos la Gasolina (in-
gesta accidental al transportarla de un depósito a otro).
Hidrocarburos más frecuentes en Toxicología: Aguarrás, Benceno, Fueloil, Gasolina,
Gasoil, Nafta, Parafina, Queroseno, Tolueno, Xileno.
829
CAPÍTULO 105
CLÍNICA
Son sustancias volátiles y liposolubles y atraviesan la barrera hematoencefálica.
▲ Síntomas digestivos: son precoces pero de escasa importancia: náuseas, vómitos
y a veces diarrea.
▲ Síntomas del SNC: aparecen sobre todo con el Benceno, Tolueno, Xileno y Gaso-
lina. Irritabilidad o euforia, letargia, estupor y coma.
▲ Síntomas respiratorios: se producen por aspiración durante la ingesta y varían
desde una pequeña irritación de la vía aérea con tos irritativa hasta importante
neumonitis química con disnea, cianosis e hipoxia severa, así como roncus, sibi-
lancias y estertores en la auscultación. A veces la auscultación es mínima y existen
grandes alteraciones radiológicas.
DIAGNÓSTICO
▲ Historia Clínica y Exploración física.
▲ Solicitar Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica con transaminasas, Gasometría
arterial, ECG.
▲ Solicitar Rx de tórax: las alteraciones tardan en aparecer entre 30 min y 8 horas.
Las lesiones son muy variables, lo más frecuente es la existencia de infiltrados in-
tersticiales o alveolares múltiples, pero a veces sólo existe un ligero infiltrado pe-
rihiliar.
TRATAMIENTO
▲ Contraindicado el lavado gástrico y la inducción al vómito por el riesgo de aspi-
ración. Excepciones: ingesta masiva o ingesta asociadas de derivados del petró-
leo con otros venenos o insecticidas. En estos casos se protegerá la vía aérea an-
tes de realizar el lavado gástrico.
▲ No indicada la endoscopia.
▲ No es útil el carbón activado
▲ Administrar antiemético: Ondasetrón 8 mg iv diluidos o Metoclopramida 1 am-
polla iv diluida cada 8 horas.
▲ Tratamiento de la Insuficiencia Respiratoria, si la hubiera:
- O2 con ventimask al 35-50% y si es preciso intubación y respiración mecánica.
- Salbutamol en cámara de nebulización, dosis de 0’5 ml diluidos en 5 ml de SF,
a flujo de 6 l/min, pudiéndose repetir cada 4 horas. Si la situación lo requiere,
media ampolla subcutánea.
▲ Glucocorticoides: no se ha demostrado que mejore significativamente el pronósti-
co de la neumonitis en estos enfermos, pero hay autores que defienden su utiliza-
ción. Metil-prednisolona 1-2 mg/kg/24 horas repartidos en 3 dosis/ día.
▲ Antibióticos: no utilizados de entrada a no ser que se sospeche sobreinfección o
haya progresión de los infiltrados. Se emplean antibióticos de amplio espectro:
Amoxicilina-clavulanico 1 g/8h iv (otras posibilidades: Cefalosporinas de 3ªG, Pi-
peracilina-Tazobactam).
E. INSECTICIDAS
E1. Organofosforados
Los organofosforados (OPP) son productos ampliamente utilizados, fundamentalmen-
te como insecticidas en forma sólida o líquida, en agricultura y jardinería. También
encontramos OPP en el campo de la Medicina (Fisostigmina, Neostigmina) o con fi-
nes bélicos, son los llamados “gases nerviosos” (Tabun, Sarín, Soman, DFT, VX), uti-
lizados como arma química.
830
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Vías de intoxicación:
- Enteral, por ingestión accidental o con intenciones autolíticas.
- Respiratoria, como en la guerra química o por incorrecta manipulación del pro-
ducto.
- Cutánea accidentalmente o por mala manipulación.
Son productos liposolubles, distribuyéndose por todos los tejidos, sobre todo por el
graso. Se metabolizan en el hígado y se eliminan vía renal y fecal en un periodo cor-
to, aunque algunos compuestos (Fenthión, Fenitrothión) pueden permanecer varias se-
manas en el organismo.
CLÍNICA
Los OPP actúan uniéndose de forma irreversible a la Acetilcolinesterasa (ACHE) pro-
duciendo como consecuencia una excesiva actividad de la acetilcolina sobre recepto-
res muscarínicos y nicotínicos, responsable de la sintomatología, del síndrome coli-
nérgico (Cuadro 105.9).
Si se actúa precozmente, antes de que se produzca la unión irreversible, se puede ac-
tivar ACHE. Si ya se ha producido la unión irreversible sólo se conseguirá la acción
con síntesis de nueva enzima.
Cuadro 105. 9: Manifestaciones clínicas de la intoxicación por OPP
▲ MANIFESTACIONES MUSCARÍNICAS:
OFTÁLMICAS: miosis, epífora, inyección conjuntival, dolor ocular, visión borrosa.
RESPIRATORIAS: rinorrea, estridor, hipersecreción bronquial, disnea, cianosis, apnea.
CARDIOVASCULARES: bradiarritmias, bloqueos A-V, hipotensión
DERMATOLÓGICAS: flush, sudoración
GASTROINTESTINALES: salivación, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, tenesmo,
incontinencia fecal.
GENITOURINARIAS: frecuencia, urgencia e incontinencia urinaria.
▲ MANIFESTACIONES NICOTÍNICAS
MÚSCULO ESTRIADO: fasciculaciones, calambres, debilidad y parálisis.
CARDIOVASCULARES: taquicardia, hipertensión.
METABÓLICAS: hiperglucemia, acidosis metabólica, cetosis, leucocitosis, hipocaliemia.
▲ MANIFESTACIONES DEL SNC
Ansiedad, insomnio, depresión, confusión, ataxia, convulsiones, depresión respiratoria, coma.
▲ Complicaciones:
● Respiratorias:
- Neumonía (responsable de la mayoría de las muertes). Entre sus causas es-
tán la aspiración, la broncorrea, el uso de ventilación mecánica. Una co-
rrecta atropinización, la favorece.
● Neurológicas:
- Neuropatía tardía: se manifiesta a las 2-4 semanas del cuadro colinérgico y
consiste en debilidad y parestesias en zonas distales de extremidades y a ve-
ces espasticidad.
- Trastornos del comportamiento: confusión, irritabilidad, letargia, alteracio-
nes de la memoria, psicosis.
- Síndrome intermedio: descrito por algunos autores, se manifiesta a los 4-6
días de la intoxicación tras una mejoría inicial y consiste en debilidad mus-
cular, incluida la musculatura respiratoria, que obliga a la ventilación mecá-
831
CAPÍTULO 105
nica. Este cuadro es controvertido puesto que otros autores consideran que
se debe a un aumento de los niveles de OPP en sangre, procedentes del te-
jido graso donde estaban almacenados, en el consiguiente descenso de la
ACHE que ya empezaba a recuperarse.
DIAGNÓSTICO
▲ Es fundamentalmente CLÍNICO
▲ Solicitar siempre Hemograma, E. Coagulación, Gasometría arterial, Bioquímica
con CPK.
▲ ECG y Rx de tórax.
▲ Determinación en suero de la actividad plasmática de la ACHE y la actividad in-
traeritrocitaria de la ACHE que son extraordinariamente bajas:
- La actividad plasmática de ACHE disminuye en hepatopatías, desnutrición, em-
barazo, infecciones y contracepción oral.
- La actividad de ACHE intraeritrocitaria depende la vida media del eritrocito y de
las variaciones que puede sufrir por diferentes patologías.
Ante una sospecha de intoxicación por OPP nunca se debe demorar el tratamiento
en espera de los niveles de ACHE.
TRATAMIENTO
1. Tratamiento general:
- Medidas de soporte vital con ventilación mecánica si es preciso.
- Medidas de descontaminación cutánea si la intoxicación es por esa vía, con re-
tirada de la ropa y lavado de la piel con agua y jabón. Protección del personal
que lo atienda con guantes.
- Lavado gástrico y carbón activado (50-100 mg).
- Soporte inotrópico y medidas antiedema cerebral.
2. Tratamiento específico:
Se realiza con ATROPINA iv y OXIMAS, fundamentalmente Pralidoxima, la Obidoxi-
ma se utiliza mucho menos.
▲ ATROPINA: (Atropina®, ampollas de 1 mg)
- 1ª dosis de “prueba”: 1-2 mg iv. Si no aparecen signos de atropinización, seguir.
- 2ª dosis: 2-4 mg iv, repitiendo cada 5-10 minutos hasta que se objetiven signos de
atropinización (fundamentalmente desaparición de la hipersecreción bronquial).
- 3ª dosis: perfusión continua (si persisten síntomas): 0’02- 0’08 mg/kg/h. Por
ejemplo: en un paciente de 70 kg se diluyen 24 ampollas en 500 cc de SF a pa-
sar en 4-16 horas.
▲ OXIMAS: iniciarlas siempre tras haber iniciado la atropinización, nunca solas.
● Pralidoxima (Contrathión®): 1 g iv diluido en 100 cc de SF.
- repetir cada 6 horas si intoxicación grave.
- repetir cada 12 h si intoxicación moderada.
Lo más cómodo es poner una perfusión tras la primera dosis. Dosis máxima 0’5 gr/h.
● Obidoxima (Toxogonin®): 200-400 mg im o iv, repetir si es necesario. Dosis
máxima 15 mg/kg.
3. Recomendamos: ingreso en UVI siempre que sea necesario el tratamiento con
Atropina y Pralidoxima.
E2. Carbamatos
Son insecticidas que producen una inhibición reversible de la ACHE, por lo que la intoxi-
cación se manifiesta con los mismos síntomas que la de OPP, pero con menor intensidad.
La afectación del SNC es poco frecuente.
832
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLÍNICA
▲ Intoxicaciones leves-moderadas o primeras fases de una grave:
- Taquipnea con hiperventilación y ALCALOSIS RESPIRATORIA.
- Dolor abdominal y vómitos
- Hipertermia, diaforesis, deshidratación, hipopotasemia, hipocalcemia, altera-
ciones del sodio (hipo o hipernatremia) a veces hipoglucemia.
▲ Intoxicaciones graves:
- ACIDOSIS METABÓLICA por la pérdida de bicarbonato producido en las fases
iniciales de la intoxicación.
- Neurotoxicidad con edema cerebral, convulsiones, coma y muerte cerebral.
- Se han descrito casos de edema de pulmón no cardiogénico.
834
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
DIAGNÓSTICO
▲ Historia Clínica y Exploración física.
▲ Analítica completa: Hemograma, E. Coagulación, S. Orina, Gasometría arterial
basal, Bioquímica con ionograma completo, glucemia y pruebas de función hepá-
tica y renal.
▲ Es fundamental para el control evolutivo del paciente repetir el pH, bicarbonato,
glucemia e iones al menos cada 4 horas hasta su normalización.
▲ Niveles plasmáticos de AAS: deben ser obtenidos no antes de 6 horas tras inges-
ta. Son muy útiles, ya que gracias al normograma de DONE (figura 105.1) se pue-
de establecer una correlación entre los niveles sanguíneos, tiempo transcurrido
desde ingesta y gravedad de la intoxicación (el normograma no es útil si la inges-
ta ha sido fraccionada a lo largo de más de 6 horas).
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte vital
▲ Lavado gástrico (hasta las 4 horas tras ingesta) y Carbón activado (100 g) intro-
ducido por SNG.
▲ Anti-H2: Ranitidina 1 ampolla de 50mg/cada 8 horas iv.
▲ Tratamiento de la deshidratación: rehidratar iv con suero glucosalino.
- Si existe hipernatremia, con SG al 5% más hiposalino (0’45 %) en “Y”.
- Si el enfermo está en coma añadir 100 cc de SG al 50% a pesar de normoglu-
cemia (no poner en diabéticos con hiperglucemia ya que puede haber hiperglu-
cemia cerebral).
- Ritmo de infusión en adultos sanos: 500 cc/hora hasta corregir la deshidratación,
siempre que mantenga una buena diuresis. Si aparece edema pulmonar no car-
diogénico o patología de base que lo contraindique, ritmo de infusión más lento.
▲ Añadir Bicarbonato 1M a dosis de 1mEq/kg diluido en el primer suero, con el fin
de alcalinizar la orina y favorecer la eliminación del tóxico.
▲ Tratamiento de la hipopotasemia: a la hora de corregirla tened siempre presente
la función renal (creatinina) y mantened una buena diuresis. Ritmo de infusión: 10
mEq/hora diluidos en 500 cc de suero. Se usará una vía diferente a la del bicar-
bonato para evitar la formación de sales de bicarbonato.
▲ Corrección de la acidosis: debe hacerse de forma muy lenta para no agravar la
hipopotasemia.
- Si el pH > 7,30 basta con la dosis de bicarbonato inicial.
- Si el pH < 7,20 añadir una nueva dosis de Bicarbonato 1M de 1mEq/kg en 15
minutos y volver a controlar el pH.
- Con cifras intermedias a las anteriores infundir más lentamente.
▲ Diuresis forzada alcalina: clásicamente se ha utilizado, nosotros no la recomen-
damos debido a sus numerosas contraindicaciones, ya que no tienen ningún be-
neficio y puede agravar notablemente los trastornos hidroelectrolíticos.
▲ Hemodiálisis
CLÍNICA
▲ 1ª Fase: de 0-24 horas: asintomático o náuseas y vómitos copiosos. No hay alte-
raciones del SNC.
▲ 2ª Fase: de 24 a 96 horas: hepatotoxicidad con elevación de las transaminasas e
insuficiencia hepática (hipoprotrombinemia, hipoglucemia, encefalopatía).
▲ 3ª Fase: a partir del 4° día: comienza la resolución del cuadro o la evolución fa-
tal a la insuficiencia hepática fulminante con coma, sangrados y a veces síndrome
hepatorrenal.
Los pacientes que superan el cuadro clínico recuperan ad integrum la arquitectura he-
pática en 2 o 3 meses. Se han descrito pocos casos de hepatopatía crónica o cirrosis
por esta causa.
DIAGNÓSTICO
▲ Historia Clínica y Exploración física.
▲ Se solicitará Analítica: Hemograma, E. Coagulación, S. Orina, Bioquímica com-
pleta pruebas de función hepática (transaminasas) y renal (creatinina)
▲ Niveles de Paracetamol a partir de 4 horas tras la ingesta, ya que el normogra-
ma de RUMACK-MATTHEWS (figura 105.2), nos permite establecer una correla-
ción entre los niveles en sangre, el tiempo transcurrido desde la ingesta y el riesgo
de hepatotoxicidad.
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte vital
▲ Lavado gástrico y Carbón activado (100 g en dosis única), al parecer no interfie-
re gran cosa con la absorción del antídoto.
▲ Antídoto N-Acetilcisteína (NAC) cuyo nombre comercial es Flumil® antídoto, co-
mercializado en ampollas de 10 ml al 20 % (2.000 mg).
● En caso de disponer de niveles, administrarlo cuando haya riesgo de hepato-
toxicidad, si no se dispone de ellos, cuando la ingesta supere los 7,5 gr o 140
mg/kg. en niños. Si la ingesta es importante, no esperar a los niveles, iniciar
la administración de NAC y luego modificarla de acuerdo a los resultados.
● Dosis de NAC:
- por vo o SNG: 1ª dosis de 140 mg/kg diluidos en agua, seguidos de 70
mg/kg cada 4 horas durante 3 días (17 dosis de 70 mg/kg ).
- por vía iv:
1ª dosis de 150 mg/Kg diluido en 250 ml de SG 5% en 15 minutos.
2ª dosis: de 50 mg/kg en 500 cc de SG al 5% en 4 horas.
3ª dosis: de 100mg/kg en 1.000 cc de SG al 5 % en 16 horas.
● Recientemente se ha señalado que en las intoxicaciones severas con insufi-
ciencia hepática debe prolongarse la administración de NAC iv a dosis de 150
mg/kg/día durante 80-96 horas más.
▲ El paciente debe ingresar en el Hospital y si existe riesgo de hepatotoxicidad es
recomendable que sea en UVI.
837
CAPÍTULO 105
Fuente: Modificado de Nomograma de Done: Apéndices 1031. Manual de diagnóstico y terapéutica Médi-
ca. Hospital Universitario 12 de octubre. 5ª edición. 2003
838
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
B1. Fenitoína
La gravedad de la intoxicación depende de las dosis y de la vía de administración:
▲ Vía oral: nistagmus, náuseas, vómitos, ataxia, diplopia, disartria, letargia, a veces
irritabilidad. En intoxicaciones severas (niveles < 40 µg/ml) coma y depresión res-
piratoria, más raramente convulsiones paradójicas y toxicidad cardiovascular.
▲ Vía intravenosa: arritmias ventriculares e hipotensión, sobre todo en administra-
ciones rápidas. Es conveniente monitorización cardiaca del enfermo en caso de
“impregnación IV”, así como realizarla en un tiempo no inferior a 1 hora.
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte para corregir la hipotensión (sueroterapia y si es preciso dro-
gas vasoactivas)
▲ Lavado gástrico y Carbón activado a dosis repetidas (50 g cada 4 h durante 24 h)
▲ Tratamiento específico de las arritmias, si las hubiera.
▲ Recomendamos:
- Ingreso hospitalario.
- Si existen arritmias cardiacas, depresión severa de la conciencia o niveles en
sangre altos valorar ingreso en UVI.
B2. Valproato
▲ Muchas de las manifestaciones de este cuadro pueden ser retardadas y son fun-
damentalmente neurológicas: disminución del nivel de conciencia, miosis, hipo-
rreflexia, mioclonias, depresión respiratoria, lo cual nos puede confundir con una
intoxicación por opiáceos.
▲ También aparecen
- Convulsiones paradójicas, edema cerebral
- Hipernatremia, hipocalcemia, acidosis metabólica
- Anemia, trombocitopenia, alteraciones en la coagulación, hipertransaminase-
mia (la hepatotoxicidad grave en las intoxicaciones agudas es rara).
839
CAPÍTULO 105
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte básico.
▲ Lavado gástrico y Carbón activado (50 g cada 4 h durante 24 h).
▲ Naloxona 1 ampolla iv diluida a pasar en 2 minutos. Los resultados son discor-
dantes, pero se recomienda utilizarla, ya que es inocua, sobre todo si hay duda
sobre la ingesta de opiáceos.
▲ Si convulsiones: Diacepam 10 mg iv lentamente, repitiendo si es necesario.
▲ Si edema cerebral: Manitol al 20 % (250 ml en 30 minutos) y Dexametasona 12
mg iv y posteriormente 4 mg/6 horas iv.
▲ Si acidosis: Bicarbonato 1 mEq/Kg en la primera dosis a pasar en 30 minutos,
posteriormente ajustar la dosis según controles .
▲ Hemoperfusión o diálisis si niveles >10.500 µg/ml
▲ Recomendamos ingreso hospitalario. Se valorará UVI si intoxicación o clínica
grave.
B3. Carbamacepina
Estructuralmente está relacionada con los antidepresivos tricíclicos y tiene cierta acti-
vidad anticolinérgica, por lo que puede producir nistagmus, oftalmoplejía, crisis ocu-
logiras, midriasis, depresión del nivel de conciencia y respiratoria. También podemos
encontrar arritmias diversas, prolongación del QT y del QRS, hipotensión arterial,
íleo, hiponatremia...
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte cardiocirculatorio.
▲ Lavado gástrico y Carbón activado a dosis (50 g cada 4 h durante 24 h).
▲ Tratamiento sintomático de las complicaciones que surjan.
▲ Si se presentan cardiotoxicidad o neurotoxicidad severas hemoperfusión o diálisis.
▲ Se recomienda ingreso hospitalario. Monitorización cardiaca si signos de cardio-
toxicidad y valorar ingreso en UVI.
B4. Fenobarbital
Puede haber toxicidad a dosis relativamente bajas y se caracteriza por disminución
del nivel de conciencia hasta coma profundo con hipotermia, hiporreflexia, depresión
respiratoria.
En casos severos, hipotensión y disminución del gasto cardiaco.
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte cardiorrespiratorio
▲ Lavado gástrico y Carbón activado (50 g cada 4 horas durante 24 horas)
▲ Se valorará hemoperfusión en intoxicaciones severas (con síntomas de gravedad).
▲ Ingreso hospitalario y valorar UVI si sintomatología severa.
C. PSICOFÁRMACOS
C1. Antidepresivos tricíclicos
Habitualmente se trata de intoxicaciones graves, o cuanto menos de curso impredeci-
ble por su toxicidad cardiovascular.
Tiene una absorción intestinal lenta y enlentecen el vaciamiento gástrico.
- Dosis tóxica: 10-20 mg/kg (700-1.400 mg en adultos)
- Dosis letal: más de 25 mg/kg.
840
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
DIAGNÓSTICO
▲ Antecedentes, Historia clínica y Exploración física.
▲ Se recomienda ECG, Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica básica con CPK.
842
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
▲ Si es sobredosis de un único fármaco, el pronóstico es bueno.
▲ Lavado con SNG + Carbón activado.
▲ Tratamiento sintomático y observación hospitalaria durante 6 horas, posteriormente:
- Si dosis menor de 1.000 mg y está asintomático: observación domiciliaria.
- Si dosis mayor de 1.000 mg y/o síntomas: observación hospitalaria. Si tras 6
horas en observación está asintomático, dar el Alta.
▲ Si Síndrome Serotoninérgico:
- Ingreso hospitalario.
- Tratamiento sintomático y preventivo de la rabdomiolisis.
- Benzodiacepinas: Diacepam a dosis de 10 mg iv (repetir si es preciso) pasando
luego a vía oral 5-10 mg/8h. Son antagonistas inespecíficos.
- Valorar el uso de antiserotoninérgicos dependiendo de la severidad de los sín-
tomas o si persisten a pesar del Diacepam.
Suele haber mejoría a las 24 horas de la aparición de los síntomas.
C4. Litio
El Carbamato de Litio se utiliza en Psiquiatría como tratamiento de los trastornos bi-
polares, como estabilizador del estado de ánimo. Por su estrecho índice terapéutico,
es mínima la diferencia entre las dosis adecuadas y las dosis tóxicas, por lo que pa-
ra el control del tratamiento es preciso la monitorización de sus niveles en sangre.
Nombre comercial: Plenur®, comprimidos de 400 mg
- Dosis tóxica aguda: mayor de 40 mg/kg
- Las intoxicaciones durante el tratamiento crónico con litio son las más frecuen-
tes. Un ejemplo: al disminuir la ingesta de agua y/o sal de la dieta disminuye el
aclaramiento renal de Litio y aumenta el riesgo de toxicidad.
Cuadro 105. 16: Fármacos que aumentan el riesgo de toxicidad del Litio
Disminuyen la excreción renal Aumentan los efectos sobre SNC
Tiacidas Haloperidol
Triamtereno Otros neurolépticos
Ibuprofeno
Indometacina
CLÍNICA
▲ La gravedad de la intoxicación depende de la afectación del SNC. Enumeraremos
los síntomas por orden de aparición y gravedad:
- Temblores, irritabilidad neuromuscular con espasmos, hiperreflexia, clonus y fas-
ciculaciones, ataxia, letargia, disartria, confusión, estupor, convulsiones, coma.
843
CAPÍTULO 105
TRATAMIENTO
▲ Lavado gástrico: si se ha ingerido más de 40 mg/kg y el tiempo transcurrido des-
de la ingesta es inferior a 4 h.
▲ NO está indicados ni el Carbón Activado ni los Catárticos, salvo que se trate de
ingesta mixta, de varios tipos de fármacos.
▲ Medidas de soporte: es básica la administración de líquidos, fundamentalmente SF
para mantener la diuresis y la corrección hidroelectrolítica. Resto de medidas de
capítulo 4.
▲ Hemodiálisis: es el tratamiento de elección, debe hacerse lo más precozmente po-
sible, si está indicada y debe prolongarse de 8 a 10 horas, debido a la lenta re-
distribución del Litio, con controles posteriores de litemias.
▲ Si el paciente presenta niveles en sangre > 2.5 mEq/l o presenta síntomas de in-
toxicación grave (aún con niveles < 2.5 mEq/l) deberían permanecer monitoriza-
dos, y si es posible en la UVI.
▲ Los enfermos asintomáticos, pero con litemias tóxicas, o con ingesta de dosis tóxica,
deberían permanecer en observación hospitalaria al menos 12 h y repetir litemia.
C5. Neurolépticos
Los neurolépticos son fármacos antipsicóticos, o tranquilizantes mayores, utilizados no
sólo como tratamiento en enfermedades psiquiátricas.
844
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLÍNICA
El rango terapéutico es alto, pero dado que su uso es frecuente en pacientes psiquiá-
tricos nos encontramos intoxicaciones de etiología fundamentalmente autolítica.
▲ La sobredosis puede producir:
- Manifestaciones neurológicas: sedación, letargia, disartria, ataxia, coma, deli-
rio y agitación, en raras ocasiones depresión respiratoria y convulsiones.
- Manifestaciones cardiovasculares: hipotensión ortostática, taquiarritmias, alte-
raciones en la conducción (prolongación del QT, inversión de la T, ensancha-
miento del QRS, sobre todo con la Tioridacina). El Haloperidol no tiene efectos
cardiovasculares.
- Efectos anticolinérgicos como midriasis, sequedad de boca, íleo, retención uri-
naria.
- A veces rabdomiolisis.
▲ Sin relación con la dosis nos encontramos con :
- Cuadros extrapiramidales, son muy frecuentes, sobre todo en el grupo de fár-
macos descritos en el cuadro como no neurolépticos estrictos.
- Son de muy variada índole: distonías agudas (espasmos musculares,crisis ocu-
logiras, tics mandibulares, tortícolis), reacciones parkinsonianas (acinesia, tem-
blor, salivación), acatisia (imposibilidad de estar quieto), agitación motora, dis-
cinesias orolinguales, etc.
- Síndrome neuroléptico maligno, del que hablaremos en otro apartado.
DIAGNÓSTICO
▲ Historia Clínica y Exploración física.
▲ Rx de abdomen, ya que algunos de estos preparados son radiopacos y se pueden
ver el la misma.
▲ Analítica completa con Hemograma, E. Coagulación, S. Orina, Gasometría arte-
rial, ECG y monitorización.
TRATAMIENTO
▲ Lavado gástrico, útil hasta 6 –12 h después de la ingesta, ya que el efecto coli-
nérgico retrasa el vaciamiento gástrico.
▲ Carbón activado: 50 g. Se recomienda repetir cada 4-6 h dosis de 30 g.
▲ Si síntomas Extrapiramidales: Biperidén (Akinetón® ampollas de 5 mg)
- Dosis de 5 mg im ó iv, diluido en 100 cc de SG a pasar en 30 min.
- Repetir dosis hasta un máximo de 20 mg/día. Se puede continuar con prepara-
dos orales, tras la primera dosis parenteral.
▲ Si existe acatisia, añadir por vo: Loracepam 2g/8h y valorar Propranolol 10-20
mg/8h.
▲ Si Hipotensión: perfundir cristaloides (suero fisiológico) y coloides (Poligenina o
Hidroxietalmidón), y si no responde, usar Noradrenalina. No utilizar Dopamina.
▲ Si aparecen convulsiones: Diacepam, Fenobarbital, Difenilhidantoína, a las dosis
habituales (ver apartado de A. tricíclicos de este capítulo).
▲ Si aparecen Arritmias: Bicarbonato sódico 1-2 mEq/kg diluidos, Lidocaína, Dife-
nilhidantoína.
Contraindicados: Quinidina, Procainamida, Disopiramida.
▲ Recomendaciones:
- Si sólo existen síntomas extrapiramidales sin sobredosificación, se mantendrá en
observación hospitalaria al paciente hasta que desaparezcan y posteriormente
se pautará tratamiento vo ambulatoriamente.
845
CAPÍTULO 105
CLÍNICA
▲ Clásicamente se divide en tres fases:
- Fase I, las 2 primeras horas: náuseas, vómitos, diarrea, hematemesis y melenas
(el hierro a altas dosis produce efecto corrosivo).
- Fase II, de 2 a 12 horas: falsa mejoría con desaparición de los síntomas de la
fase I.
- Fase III, de 2 a 12 horas: si la ingesta ha sido suficientemente grande, o si el
enfermo no es tratado precozmente, reaparece la hemorragia digestiva, acido-
sis metabólica, shock, insuficiencia hepatorrenal, convulsiones, letargia y coma.
▲ Si se supera lo anterior, tras días o semanas de la ingesta, aparecerán estenosis y
obstrucciones intestinales secundarias a cicatrices, por la acción corrosiva del hierro.
DIAGNÓSTICO
▲ Historia clínica y exploración física.
▲ Sideremia (normal hasta 150 µg/100 ml). Debe hacerse en las primeras 4 horas
ya que más tarde no es fiable, pues el hierro desaparece del plasma al fijarse en
los tejidos.
▲ Rx de tórax y abdomen: pueden verse comprimidos radiopacos en el estómago.
TRATAMIENTO
▲ Medidas de soporte vital
▲ Lavado gástrico, añadiendo al líquido de lavado Bicarbonato sódico 1M a dosis
de 50 mEq por cada 1.000 ml de líquido, dejando tras el lavado 100 ml de sue-
ro con 5 mEq de bicarbonato 1M (5 ml).
▲ Tras el lavado se realizará una Rx de abdomen para comprobar que no han que-
dado “pelotas” de pastillas que no han salido por la sonda, si no han salido todas
puede estar indicada la laparotomía media urgente para extraerlas.
▲ NO indicado, Carbón activado, no absorbe el hierro. Tampoco se ha demostrado
útil el lavado con Deferoxamina.
▲ Hidratación correcta del enfermo para garantizar una diuresis adecuada.
▲ Tratamiento de la acidosis con Bicarbonato 1m a dosis de 1 mEq/kg repitiendo si
es necesario.
▲ Antídoto: Deferoxamina (Desferín® viales de 0’5 g). Se iniciará iv precozmente en
casos de intoxicaciones graves, en pacientes con buena función renal.
- Con niveles de hierro > 500 µg /100 ml
- Si síntomas graves de intoxicación (shock, letargia, coma).
▲ En pacientes con niveles inferiores a 500 µg/ 100 ml o asintomáticos, pero con
una ingesta supuesta de hierro elemento > 50 mg/kg se recomienda realizar la
prueba de la Deferoxamina.
847
CAPÍTULO 105
▲ Recomendaciones:
- Monitorización cardiaca y vigilancia estrecha en pacientes con factores de ries-
go y niveles tóxicos, repitiendo niveles cada 6 h. Hasta que estos se normalicen,
aunque no exista sintomatología inicial.
- Monitorización de todo paciente sintomático, aún con toxicidad leve, repitiendo
niveles cada 6 h.
- Monitorizar y repetir titulación a los pacientes con niveles >60 µg/ml, aunque
estén asintomáticos.
- Pacientes asintomáticos, sin factores de riesgo y con niveles < 40 µg/ml, sólo
requieren observación hospitalaria. Se repetirán niveles cada 6 h hasta su nor-
malización. Si durante el periodo de observación apareciesen síntomas o se ele-
vasen los niveles actuar según lo explicado.
DIAGNÓSTICO:
▲ Historia clínica y Exploración física.
▲ Solicitar analítica completa, Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica con CPK,
ECG, Rx de tórax.
▲ Detectar la presencia de Anfetaminas en Orina.
TRATAMIENTO
▲ Lavado con SNG si la ingesta ocurrió antes de las 4 horas + Carbón Activado (50
g en dosis única)
▲ Si hipertermia: bajar la temperatura, con medidas físicas (paños fríos y hielo, si es
preciso) y Paracetamol a dosis de 500-1.000 mg vo o iv.
▲ Si hiperactividad: colocar al enfermo en un área tranquila, con mínimos estímulos
sensoriales. Benzodiacepinas, por ejemplo Diacepam (Valium® ampollas de 10
mg), a dosis de 10 mg im o iv a pasar en un minuto, pudiendo repetir a los 15 ó
30 min. Si ésta es extrema y no se controla con lo anterior: Midazolam (Dormi-
cum® ampollas de 5 mg y 15 mg) a dosis inicial de 5 mg iv e ir repitiendo, de
acuerdo a la respuesta. Es preferible evitar en lo posible, los neurolépticos.
▲ Si convulsiones: Diacepam iv, a las dosis anteriores.
▲ Hay que conservar la diuresis en límites fisiológicos.
▲ No acidificar la orina, no se ha demostrado útil, y puede tener riesgos.
B. OTRAS DROGAS DE DISEÑO NO ANFETAMÍNICAS
Éxtasis líquido (Gamma hidroxi butírico). Llega a España en 1995 y la primera in-
cautación es en Septiembre de 1997. No es una anfetamina.
Globos de la Risa (Protróxido Nitroso). “Gas hilarante” utilizado en Anestesia.
ÉXTASIS LÍQUIDO
Es un polvo blanco, soluble en agua, utilizado con fines anestésicos en la práctica mé-
dica. Actúa como un neurotransmisor cerebral inhibiendo la liberación de Dopamina
en el SNC. Es probable que actúe sobre receptores opiáceos.
El efecto máximo es a los 15-30 min de ingerirlo y dura 2 horas.
Sólo se elimina por orina un 1% y ha desaparecido a las 12 horas de la ingesta.
▲ Usos Médicos:
- En el parto, favorece la dilatación.
- Se utiliza en el síndrome de abstinencia a opiáceos y deshabituación al alcohol.
- Inducción y mantenimiento de la anestesia.
- Escasos efectos adversos.
▲ Uso como “droga”:
- Se vende en botellas de 0’75-1’5 mg y se aconseja tomarlo con leche o zumo,
nunca con alcohol.
- Es de muy fácil fabricación, incluso casera.
- Afrodisiaco, favorece la erección, alarga los orgasmos.
- Desinhibición, sociabilidad, placidez, sensualidad, aumenta el sentido del tacto.
- No deja resaca.
▲ Toxicidad:
- Es dosis-dependiente (> 2’5 g) y es potenciado por alcohol, marihuana, benzo-
diacepinas, heroína.
- Afectación neurológica: somnolencia, sedación profunda y coma de corta dura-
ción, 2-3 horas. Raramente muerte (sólo tres casos descritos en la literatura).
- Otros: vómitos, bradicardia, mioclonias, HTA, delirio y a veces convulsiones.
- Síndrome de abstinencia en consumidores crónicos.
850
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
▲ Individualizado para cada paciente dependiendo de la sintomatología.
▲ No útil el lavado gástrico, ya que la absorción es muy rápida (15 min). No útil uti-
lizar Anexate ni Naloxona, aunque no están contraindicadas, deberían utilizarse
en el caso de que el paciente presentase coma de etiología no aclarada.
▲ El paciente debe permanecer en observación hospitalaria, hasta que recupere
completamente el nivel de conciencia.
C. COCAÍNA
Es un alcaloide natural que se encuentra en las hojas de una planta.
Como droga de abuso puede encontrarse en forma sólida o “Crack” que se fuma, ab-
sorviéndose vía pulmonar con un efecto muy rápido, y en forma de polvo o Clorhi-
drato de Cocaína que se puede ingerir o esnifar y si se disuelve con el solvente ade-
cuado se puede consumir vía iv.
CLÍNICA
Los síntomas suelen ocurrir en consumidores de altas dosis de forma repetida.
▲ Hipertermia muy severa (se han descrito casos de hasta 45° C).
▲ Hipertensión, midriasis, taquicardia, diaforesis...
▲ Agitación psicomotriz, convulsiones y coma.
▲ Complicaciones:
- Cardíacas: IAM, arritmias supraventriculares y ventriculares, miocardiopatía di-
latada.
- SNC: ACV, hemorragia subaracnoidea, cefalea, convulsiones.
- Psiquiátricas: agitación psicomotriz y delirio paranoide.
- Respiratorias: edema agudo de pulmón, hemorragia pulmonar.
- Otras: rabdomiolisis, isquemia intestinal, obstrucción de la arteria central de la
retina, etc.
DIAGNÓSTICO
▲ Historia clínica.
▲ Se solicitará Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica con CPK, ECG, Gasometría
arterial basal.
▲ Detectar metabolitos de la coca en orina (presentes hasta 3 días en consumidores
no habituales y hasta 7 días en habituales).
TRATAMIENTO
▲ Soporte respiratorio, monitorización ECG
▲ Descender la temperatura corporal con hielo generalmente y manteniendo en un
ambiente frío.
▲ Reposición hidroelectrolítica vía iv con SG (existe hipoglucemia y depleción de vo-
lumen) y SF.
▲ Sedación: Benzodiacepinas si agitación: Diacepam iv o im 10 mg de inicio y re-
petir tantas dosis como se precise cada 30 min.
▲ Evitar neurolépticos (Haloperidol).
▲ Si con lo anterior no se logra la tensión arterial, es preciso poner Nitroprusiato en
perfusión.
▲ Estudios experimentales con animales han demostrado que algunos fármacos lejos
de ser beneficiosos empeoran el pronóstico del cuadro, por lo que se aconseja no
administrar:
851
CAPÍTULO 105
SETAS
Hay muchos tipos de setas tóxicas que pueden producir diferentes cuadros tóxicos
(alucinógenos, cuadros colinérgicos, muscarínicos, antabús...). Para facilitar el mane-
jo de la intoxicación por setas, vamos a dividirla en dos grandes grupos sindrómicos,
dependiendo del tiempo de latencia en la aparición de los síntomas.
A. SÍNDROME DE LATENCIA PROLONGADA (> de 6 h)
El más grave de todos ellos es el síndrome Faloidiano que producen la Amanita pha-
loides y otras especies de Amanitas. Estas setas tienen unas toxinas (amatoxinas) ca-
paces de producir la muerte sólo con la cantidad existente en 1 seta.
CLÍNICA
▲ Síndrome Feloidiano: (Amanita phalloides y otras amanitas)
La toxicidad hepática es la causante de la muerte, pero ésta no se manifiesta has-
ta los 3 o 4 días de la ingesta.
- Fase de síntomas gastrointestinales: son los primeros en aparecer y ocurren tras
un periodo libre de síntomas o de latencia de 6-24 horas, desde la ingesta. Con-
siste en vómitos intensos y diarrea coleriforme.
- Fase de mejoría aparente: tras el tratamiento sintomático de la fase anterior, a
las 24-48 h de la ingesta, aparece mejoría clínica.
- Fase de afectación visceral: insuficiencia hepática y renal, con ictericia, asteri-
xis, hepatomegalia, encefalopatía, acidosis metabólica, hipoglucemia, elevación
de transaminasas, coagulopatía. A partir del séptimo día puede producirse el
inicio de la mejoría lentamente o producirse la muerte.
▲ Síndrome Orelaniano: (Cortenarius orellanus u otros).
- Un periodo de latencia de 1 a 14 días, produciéndose dolor abdominal, vómi-
tos, diarrea, mialgias y mioclonias y más tardíamente insuficiencia renal.
▲ Síndrome Giromitriano: (setas Gyromitras).
- Su toxina es termolábil, por lo que perdería su toxicidad con la cocción. Sólo se
produciría intoxicación al ingerirlas crudas o poco cocinadas.
- Poco frecuentes en España.
- Su periodo de latencia es de 6-12 h. Produce dolor abdominal, vómitos, diarrea,
cefalea, convulsiones, disminución del nivel de conciencia, necrosis hepática, cri-
sis hemolíticas.
854
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
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tema sanitario de Navarra 2003; Vol 26 Suplemento 1: 129.
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Navarra 2003; Vol 26 Suplemento 1: 155.
▲ Burillo-Putze G, Munne P, Dueñas A, Pinillos MA, et al. National multicenter study of acute
intoxication in emergency departments of Spain. European J. of Emergency Medicine 2003;
Vol 10 No 2: 101-104.
▲ Dueñas A, Nogué S, Prados F. Accidentes o atentados con armas químicas: bases de la aten-
ción sanitaria. Med Clin 2001; Vol 117 No 14: 541-554.
▲ Bugarín R, Alonso C, Galego P, et al. Alteraciones electrocardiográficas en la intoxicación
por antidepresivos. Emergencias 2002; 14: 85-88.
▲ Ballesteros S, Ramón F, Torrecilla JM, Sancho M. Los antídotos: el centro antitóxico como bo-
tiquín de referencia. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud 1999; Vol.23,
No 3: 74-88.
▲ Laín Terés N. Intoxicaciones. Medidas Específicas. En: Julián A. Manual de protocolos y ac-
tuación en urgencias para residentes. Toledo 2001; 555-589.
▲ Blanco-Echevarría A, Cea-Calvo L, García-Gil M.E, Menassa A, Moreno-Cuerda V.J, Mu-
ñoz-Delgado G, Olalla J, Varona J.F. Editores. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médi-
ca. Hospital 12 de Octubre. 5ª edición. Madrid: 2003.
857
CAPÍTULO 106
Capítulo 106
INTOXICACIÓN ETÍLICA
C. Yera Bergua - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
● El consumo de alcohol es una práctica generalizada en toda la población
(90%). De ellos, el 10% sufren problemas de alcoholismo. El consumo de gran-
des cantidades de alcohol produce alteraciones multiorgánicas tanto en perso-
nas con consumo esporádico como en personas con consumo crónico del mis-
mo. Nuestro objetivo en este capítulo no es revisar todos los problemas
derivados del consumo agudo o crónico del alcohol, sino de aquellos que con
más frecuencia nos plantean problemas en los Servicios de Urgencias y duran-
te los primeros días de ingreso hospitalario.
● El alcohol puede causar problemas tanto por exceso como por abstinencia en
una persona que bebe de forma habitual una cierta cantidad.
INTOXICACIÓN ALCOHÓLICA
● Los signos y síntomas de la intoxicación aguda por etanol se relacionan con las
concentraciones de alcohol alcanzadas en sangre (tabla 106.1), que traducen
los niveles de etanol en el cerebro. Los niveles sanguíneos dependen de la can-
tidad, de la rapidez con la que se haya consumido y del tiempo que ha pasa-
do desde el consumo.
● El etanol es un depresor del SNC que disminuye la actividad de las neuronas,
aunque las concentraciones sanguíneas bajas producen cierta estimulación del
comportamiento. Esta sustancia tiene tolerancia cruzada con otros depresores
cerebrales, como las benzodiacepinas, los barbitúricos.
MANEJO DE LA INTOXICACIÓN ALCOHÓLICA AGUDA
Cuando sospechamos que un paciente tiene una intoxicación alcohólica aguda, de-
bemos hacernos varias preguntas:
1) ¿Tiene realmente una intoxicación alcohólica? Aunque las manifestaciones clíni-
cas suelen ser evidentes, la información clínica a menudo es incompleta, sobre todo
en situaciones de estupor o coma. En estos casos es necesario plantearse el diagnós-
tico diferencial con el resto de las causas de coma (ver capítulo 16).
2) Si aceptamos que tiene una intoxicación alcohólica, ¿puede tener una complica-
ción u otro trastorno concomitante? Debemos tener en cuenta siempre la posibilidad
de: hipoglucemia, aspiración broncopulmonar, traumatismo craneoencefálico o a
otros niveles, infecciones, arritmias cardíacas, cetoacidosis, convulsiones (raras en la
intoxicación aguda) o consumo simultáneo de fármacos u otras drogas.
3) ¿Qué exploraciones solicitar?
– En una intoxicación leve no se necesitan pruebas diagnósticas ni medidas terapéu-
ticas especiales salvo vigilancia hasta que disminuyan los niveles de alcohol.
– En una intoxicación moderada-severa solicitaremos:
– Glucemia capilar a la cabecera del enfermo, para descartar hipoglucemia.
– Hemograma: nos permitirá detectar manifestaciones hematológicas del
alcoholismo o de la afectación de otros órganos.
858
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
La intoxicación alcohólica aguda es una urgencia médica y puede ser letal. Las me-
didas terapéuticas iniciales se deben tomar antes de las exploraciones complementa-
rias y al mismo tiempo que hacemos la valoración diagnóstica.
● Si el paciente está en coma, con alteraciones del patrón respiratorio o hay
acúmulo de secreciones, se procederá a la intubación.
● Colocar en postura de seguridad en decúbito lateral para evitar aspiraciones
por vómitos.
● Generalmente el lavado gástrico no es necesario. Sólo se practicará si la in-
gestión es muy reciente o hay sospecha de ingestión de otros tóxicos que pue-
dan retrasar el vaciado gástrico. Si se hace, y el paciente está estuporoso, pre-
viamente habrá que intubar para proteger la vía aérea.
859
CAPÍTULO 106
● Administrar Tiamina, 1 ampolla (100 mg) im (hay autores que abogan por la
administración iv), sobre todo si se va a infundir suero glucosado.
● La administración de vitamina B6, 1 ampolla 300 mg, es una práctica habi-
tual en los Servicios de Urgencias, bien es cierto que no se ha demostrado la
utilidad que presenta en el tratamiento de una intoxicación alcohólica aguda,
no así en el caso del S. de abstinencia, como se verá en el capítulo 151.
● Se puede hacer una prueba diagnóstico-terapéutica con Naloxona 1 ampolla
0,4 mg o Flumazenil, 1 ampolla 1 mg (se recomienda comenzar con 0,25 mg)
iv, si hay sospecha de intoxicación por opiáceos o benzodiacepinas respecti-
vamente.
● Mantener con suero glucosado 5% y añadir suero salino 0,9% si hay hipoten-
sión. Corregir alteraciones iónicas.
● Administrar oxígeno siempre que exista hipoxemia.
● En caso de agitación se intentará colocar al paciente en un ambiente tranqui-
lo y si es necesario se le sedará con Haloperidol 1 ampolla (5 mg) iv o im.
CRITERIOS DE INGRESO
■ En planta:
– Alteraciones iónicas y/o electrocardiográficas mantenidas durante su estancia
en Urgencias.
– Pobre recuperación del nivel de conciencia tras las medidas terapéuticas, con es-
tabilidad hemodinámica y respiratoria.
■ En UVI:
– Estupor o coma.
– Inestabilidad hemodinámica.
– Insuficiencia respiratoria severa que requiera intubación.
Antes del alta de un paciente con intoxicación etílica comprobar la ausencia de
heridas/hematomas que indiquen traumatismo craneoencefálico, dada la alta in-
cidencia de lesiones intracraneales.
BIBLIOGRAFÍA
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Mosby-Doyma; 1995. p. 1528-30.
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gencias médicas. 12 de Octubre. 2ª Ed. Madrid. Díaz de Santos; 1996. p. 139-43.
861
CAPÍTULO 107
Capítulo 107
INTOXICACIONES POR HUMO.
TÓXICOS INHALADOS
R. Parejo Miguez -S. Arribas Blanco - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
En la sociedad actual es frecuente la exposición a tóxicos inhalados, siendo el origen
en la mayor parte de las ocasiones los incendios y accidentes laborales o domésticos.
Podemos hacer una clasificación según el mecanismo por el que actúan así como por
la frecuencia con que se dan:
1) Según el mecanismo:
Cuadro 107.1: Clasificación por mecanismos de acción
Gases asfixiantes *
Gases irritantes Inhalación humo**
Físicos Químicos
*La exposición a gases asfixiantes puede ocurrir sin que el sujeto se percate de ello.
Los de tipo químico producen síntomas de asfixia como cefalea, pérdida de concien-
cia, incoordinación motora, taquipnea, estupor, coma y muerte.
**La clínica más frecuente de la inhalación de humo es tos, expectoración negruzca,
estridor, disnea, broncoespasmo y edema.
***Existen unos grupos de riesgo con mayor frecuencia para hacer complicaciones
respiratorias:
– exposición intensa y duradera en lugares cerrados
– acompañantes de otros que han muerto o están graves
– quemaduras faciales o cilios nasales chamuscados.
862
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2)Según la frecuencia:
Cuadro 107.2: Clasificación según frecuencia
Monóxido de carbono Productos domésticos Productos industriales
incompleta. El vapor es un fluido aeriforme en que, por la acción del calor, se con-
vierten ciertos cuerpos, generalmente los líquidos.
El humo es la primera causa de morbimortalidad en un incendio. Las víctimas de un
incendio pueden presentar múltiples lesiones que las hacen susceptibles de trata-
mientos en unidades de cuidados intensivos para atender quemaduras cutáneas, in-
toxicaciones por gases, posibles traumatismos etc. El 70-80% de las víctimas presen-
tan lesiones por inhalación de humo, siendo ésta, además, la causa más frecuente de
muerte tanto en pacientes que presentan quemaduras como los que carecen de ellas.
El fallo respiratorio no se debe únicamente a intoxicación por gases, sino que tam-
bién puede ser secundario a lesiones por calor, a quemaduras extensas o a fracaso
multiorgánico.
Las lesiones respiratorias se producen por el calor, por la ausencia de oxigeno y la
inhalación de gases tóxicos desprendidos durante la combustión.
Aunque la composición del humo de un incendio varía en función del material que se
queme, los productos liberados de la combustión son principalmente:
– Gases tóxicos irritantes para la vía aérea: acroleína, formaldehído, acetaldehído,
amoniaco, benceno, fosgeno, óxidos nitrosos, etc.
– Gases tóxicos no irritantes: el monóxido de carbono (CO) siempre está presente pu-
diendo existir en ocasiones también ácido cianhídrico (CNH) (se produce cuando hay
combustión de lana, seda, vinilo, poliuretano, ya que estos productos tienen políme-
ros de nitrógeno). Estos gases son considerados como los más peligrosos de todos los
que podemos encontrar en el humo. En diversos estudios se ha visto que la actuación
sinérgica entre el calor, la falta de oxígeno y la presencia de CO y cianuro hace que
las intoxicaciones por estos gases sean más graves que si ocurrieran por separado.
– Partículas como el hollín de carbón.
Debido a la mezcla de gases que se encuentran en el humo de un incendio también
se le llama “gas mixto”.
Las manifestaciones clínicas que se producen tras la inhalación de humo van a estar
relacionadas con la presencia de:
– Gases irritantes
– Gases no irritantes
– Partículas de carbón
– Ambiente pobre en oxígeno
– Altas temperaturas
– Estados que disminuyen el nivel de conciencia.
Gases irritantes: se comportan como tóxicos irritantes para la vía respiratoria supe-
rior e inferior produciendo lesiones en la mucosa respiratoria con inflamación, bron-
coespasmo y edema, pudiendo llegar a producir un edema agudo de pulmón no car-
diogénico.
Gases no irritantes: el CO y el CNH producen una intoxicación aguda al generarse
carboxihemoglobina y cianohemoglobina.
Partículas de carbón: los hollines del carbón son partículas no tóxicas pero que por
su pequeño tamaño pueden llegar a los bronquiolos terminales, donde producen una
reacción inflamatoria con broncoespasmo y edema.
Ambiente pobre en oxigeno: según la concentración de oxigeno en el aire ambien-
te, el paciente presentará una clínica u otra. Cuando la concentración de oxigeno en
el aire ambiente desciende del 21% al 15-18% el paciente presentará disnea de es-
864
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
fuerzo; entre el 10-14% la disnea se hace de reposo y entre el 6-8% se produce pér-
dida de conciencia y muerte a los pocos minutos.
Altas temperaturas: Los gases que se inhalan en un incendio alcanzan altas tempe-
raturas. La lesión térmica se limita a la vía respiratoria superior (inflamación, ulcera-
ción, necrosis..) ya que los gases inhalados se enfrían rápidamente, por lo que el pa-
rénquima pulmonar no se suele afectar. A mayor temperatura y mayor tiempo de
exposición se producen lesiones más graves.
Estados de bajo nivel de conciencia: cuando a la exposición de humo se asocia una
situación de bajo nivel de conciencia como ocurre en intoxicaciones etílicas, trauma-
tismos craneoencefálico, etc, las lesiones pueden agravarse.
Clínica
Los síntomas que puede presentar una persona que ha sufrido una intoxicación por
humo puede ser muy variada: irritación ocular, rinorrea, tos, disfonía, disfagia, estri-
dor laringeo, esputo negruzco, disnea, broncoespasmo, edema pulmonar, bajo nivel
de conciencia, cianosis y muerte. Aunque puede producirse broncoespasmo en las
primeras horas, el edema de las vías respiratorias inferiores se suele producir después
de las primeras 24 horas, sin embargo el edema de las vías altas se produce rápi-
damente. Las complicaciones respiratorias (neumonías, edema agudo de pulmón…)
se pueden producir hasta pasados varios días y sobre todo cuando la exposición ha
sido intensa y prolongada, cuando se han producido quemaduras faciales o cilios na-
sales chamuscados; cuando han sufrido lesiones graves en el incendio; cuando son
acompañantes de otros que están muy graves o han fallecido.
Complicaciones más tardías que se pueden presentar días o semanas después son bron-
quiectasias, atelectasias, lesiones cerebrales postanoxia, estenosis subglóticas, etc.
Valoración inicial y diagnóstico
A. Anamnesis: habrá que obtener la anamnesis del propio paciente cuando la situa-
ción lo permita o de sus acompañantes. En principio, todo paciente que proceda de
un incendio está intoxicado por CO hasta que no se demuestre lo contrario. Le pre-
guntaremos:
– Antecedentes quirúrgicos y médicos de interés
– Alergias medicamentosas
– Tratamiento habitual
– Consumo de drogas, tabaco.
– Conocer las características del incendio: material combustible, si ha tenido lugar en
un espacio abierto o cerrado, tiempo de exposición, lesiones por quemaduras, trau-
matismos, pérdida o no de conciencia.
-Presencia de tos, dolor de garganta, disfagia, esputo negruzco, estridor laringeo,
disnea, dolor torácico…
B.Exploración física: hay que realizar una exploración general.
– Tomar TA,FC,FR y Temperatura.
– Valorar presencia y extensión de quemaduras corporales.
– Exploración de cabeza y cuello: pelo nasal chamuscado, hollín en boca, nariz, es-
puto carbonáceo, abrasiones corneales…
– Auscultación cardiopulmonar.
– Exploración neurológica completa.
C.Pruebas complementarias:
– ECG.
– Pulsioximetría.
– Sistemático de Sangre.
865
CAPÍTULO 107
– Estudio de coagulación.
– Bioquímica con iones, urea, glucosa y creatinina.
– Gasometría arterial basal, Carboxihemoglobina.
– Rx Tórax: aunque en un principio será normal se solicita para poder compararla
con Rx posteriores, cuando sea necesario realizarlas.
– La broncoscopia con fibra óptica se realiza cuando se sospecha lesión por inhala-
ción de humo y en intubados. Permite visualizar la región supra e infraglótica y diag-
nosticar el grado de lesión pulmonar, la presencia de inflamación, edema o necrosis,
por lo que ayudará a tomar decisiones terapéuticas.
Tratamiento
– A nivel prehospitalario es necesario dar una atención rápida a las víctimas aleján-
dolas del proceso de combustión, quitarles la ropa que esté ardiendo y hacer una va-
loración del estado de la vía respiratoria, respiración, circulación (ABC…). Se debe-
rán iniciar las primeras medidas de descontaminación.
– A continuación, administrar a todos los pacientes oxigeno humidificado al 100% en
mascarilla con reservorio o intubado, según la situación del paciente. Siempre se da-
rá oxigeno a las víctimas de un incendio porque la mayoría presentan asfixia e into-
xicación por CO y cianuro. El oxigeno debe administrarse humidificado pues esto dis-
minuye las lesiones.
– En determinadas situaciones será necesario intubar al paciente. Se suele aconsejar
intubar de forma temprana ya que las vías respiratorias pueden inflamarse rápida-
mente por lo que la intubación tardía puede hacerse muy difícil. La intubación profi-
láctica se aconseja en quemaduras faciales. Cuando sea preciso intubar se hará con
tubos endotraqueales anchos para poder introducir después un broncoscopio.
– Aspirar las secreciones bronquiales o extraer con broncoscopio los tejidos desvita-
lizados.
– En caso de broncoespasmo por los gases irritantes administrar agonistas b2 adre-
nérgicos en aerosol (1 cc Salbutamol en 3-5 cc suero fisiológico. Repetir dosis si fue-
ra necesario.)
Inicialmente no se recomienda utilizar corticoides en los pacientes con lesiones por in-
halación, pues según algunos estudios, aumentan la mortalidad, sobre todo a costa
del aumento de las infecciones. Sólo se utilizarían en casos de broncoespasmo resis-
tentes al tratamiento con broncodilatadores y para el tratamiento de la bronquiolitis
obliterante típica de los óxidos nitrosos.
– Resto de tratamiento será sintomático
– ¿antídoto-hidroxicobalamina?
-El papel del oxigeno hiperbárico en el manejo de la intoxicación por inhalación de
humo no está muy estudiado. Algunos autores consideran que disminuye el edema de
las mucosas, independientemente de la intoxicación por CO.
2. INTOXICACIÓN POR MONÓXIDO DE CARBONO
Introducción
El monóxido de carbono (CO) es el gas tóxico más común. Es un gas que se caracteriza
por ser menos denso que el aire, incoloro, inodoro, sin sabor y no irritante de la vía aé-
rea pues su mecanismo de acción es asfixiante. Dadas sus características, su exposición
puede pasar completamente desapercibida. El cuerpo humano produce de forma conti-
nua pequeñas cantidades de CO, como uno de los productos finales del catabolismo de
la hemoglobina y otros grupos hemo. De esta manera es normal que en un individuo sa-
no exista una saturación de COHb del 0,4-0,7%, o que en situación de anemia hemolí-
866
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
tica aumente la producción endógena de CO, llegando a una saturación de COHb del
4-6%. Sin embargo, esta producción endógena es raro que pueda provocar síntomas de
intoxicación en un sujeto normal.
Las principales fuentes de producción de CO, en nuestro medio, por orden de fre-
cuencia son:
a) combustión incompleta (hay llama o calor pero quema mal o hay poca ventilación)
de calentadores de agua alimentados por propano, gas ciudad; hornillos, braseros, bar-
bacoas, chimeneas, estufas de queroseno, carbón, leña, etc.
b) Maquinaria de combustión interna. La fuente principal son los motores de automó-
viles.
c) Humo de incendios: continúa siendo una causa frecuente de muerte por intoxica-
ción.
d) Otros procesos industriales.
e) Aerosoles domésticos e industriales, quitamanchas , disolventes de pinturas y barni-
ces que contienen diclorometano, sustancia disolvente que tras ser inhalada o absorbida
vía cutánea se metabolizada de forma lenta hacia CO por lo que la sintomatología de la
intoxicación puede aparecer de forma tardía y, además, los niveles de COHb se mantie-
nen durante más tiempo ya que la vida media de CO producido en el organismo es ma-
yor que la del inhalado.
f) Tabaco: una fuente muchas veces olvidada es el tabaco. Una persona que fuma
aproximadamente a diario un paquete de cigarrillos alcanza unos niveles de COHb de
5-6%. Lo mismo ocurre en fumadores pasivos cuando viven en ambientes con elevado
consumo de tabaco.
La existencia de mala ventilación, material defectuoso o la deficiente evacuación de los
gases aumenta el riesgo de intoxicación. Además de ser un gas tóxico muy frecuente en
el medio industrial, es una forma de intoxicación habitual en el ámbito doméstico, aun-
que se ha conseguido disminuir el número de intoxicaciones con el uso de otras energí-
as. Se ha sustituido el gas ciudad con un contenido en CO del 9 % por el gas natural que
carece en su composición de CO pero su combustión incompleta es capaz de generarlo.
Clínica: Las manifestaciones clínicas y la gravedad de la intoxicación por CO depen-
den de:
– Concentración de CO inhalada
– Tiempo de exposición
– Patología de base, sobre todo cardiopulmonar
– Grado de actividad del paciente
– Edades extremas: niños, ancianos; embarazadas
Aunque es discutido, se acepta que la clínica se correlaciona con los niveles de COHb en
sangre (no equivalentes a los niveles de CO tisular cuando el paciente ha sido retirado
del lugar de exposición o ha recibido oxigenoterapia a altas concentraciones).Otros au-
tores consideran que la gravedad de la intoxicación parece estar más relacionada con
la unión del CO con los citocromos, lo cual explicaría los síntomas que se presentan cuan-
do los niveles de carboxihemoglobina se consideran no tóxicos.
Los principales síntomas de intoxicación se hacen más evidentes en los órganos que
tienen una mayor demanda de O2 (SNC y cardiorrespiratorio).
En intoxicaciones leves o moderadas los síntomas son muy inespecíficos y tan solo la
sospecha clínica o el contexto en el que se encuentra el paciente (incendio, casas con
estufas…) nos van a hacer sospechar la intoxicación por CO. Con frecuencia esta in-
toxicación se confunde con intoxicación aguda por etanol, delirium tremens, ACVA,
migraña, etc.
867
CAPÍTULO 107
El síntoma más frecuente es la cefalea. Los episodios de IAM y arritmias son debidos
a la unión del CO a la mioglobina.
Cuadro 107.3: Clínica según nivel de COHb:
Niveles de COHb Síntomas y signos
0-5% Ninguno( individuos normales pueden tener 1,5% y en áreas urbanas
contaminadas hasta 2,5%).
5-10% Fumadores.Disminución de tolerancia al ejercicio en personas con
coronariopatía previa o enfermedad vascular periférica
10-20% Cefaleas,náuseas,vómitos,vértigos,alteraciones de la visión(hemo
rragias retinianas en llama, sensibilidad a la luz y AV disminuidas), a
veces diarrea en niños, clínica de angor en coronariopatías previas,
disnea con el ejercicio
20-30% Se añade cefalea pulsátil, alteraciones del juicio
30-40% A lo anterior se suma:confusión, desorientación, irritabilidad,
obnubilación, cianosis y palidez, impotencia muscular, alteraciones
ECG con anomalías de segmento ST y onda T
>40-45% Además:diferentes grados de depresión del nivel de conciencia,
hiperreflexia, hipertonía muscular,clonus, Babinski, temblor, crisis
convulsivas, hipertermia, síncope, edema y hemorragia pulmonar,
color rojo cereza de la piel, epidermolísisy rabdomiolisis, fracaso
renal, CID, púrpura trombocitopénica, hipotensión, IAM incluso en
ausencia de coronariopatía previa, arritmias cardiacas.
>60% Potencialmente letal.
Nos vamos a encontrar con los siguientes síntomas:
– SNC:
En intoxicaciones leves nos encontramos fundamentalmente cefalea (secundaria a la va-
sodilatación refleja a la hipoxia tisular), siendo este el síntoma más frecuente de todos,
fotofobia, vértigo, náuseas, irritabilidad. En intoxicaciones más graves aparecen altera-
ción del nivel de conciencia, convulsiones tónico-clónicas generalizadas, reflejos osteo-
tendinosos aumentados, rigidez muscular generalizada. La historia natural de las altera-
ciones neurológicas hace que el paciente intoxicado sufra una disminución del nivel de
conciencia si la hipoxia es severa. Si el paciente no fallece, se recuperará sea tratado o
no, pudiendo sufrir un nuevo deterioro tras un intervalo lúcido que oscila entre varios
días o semanas (sobre todo 1-21 días). Es lo que se conoce como “Síndrome neuropsí-
quico tardío o síndrome diferido” (por oxidación del SNC)que se caracteriza por un cua-
dro de alteraciones neurológicas, cognitivas y psiquiátricas como son irritabilidad, cam-
bios de comportamiento, incontinencia de esfínteres, alteraciones de la memoria, de la
marcha, afasia, alucinaciones...No se han encontrado indicadores clínicos sobre el ries-
go de aparición de este síndrome, por lo que se recomienda, tras la recuperación del pa-
ciente y unas tres semanas después, realizar una exploración neuropsiquiátrica, con el
fin de detectar secuelas tardías.
– Cardiovascular:
El CO produce un efecto tóxico directo sobre el miocardio pudiendo producir arritmias
cardiacas, que constituyen la causa más frecuente de muerte precoz en esta intoxicación.
Dado que el CO se une a la mioglobina pueden aparecer episodios de isquemia mio-
cárdica. En pacientes con antecedentes de cardiopatía isquémica la intoxicación leve
puede provocar angina y disminución del umbral de esfuerzo para el desarrollo de un
cuadro agudo de isquemia miocárdica.
Los signos clínicos más frecuentes son hipotensión, taquicardia, depresión de la función
miocárdica.
868
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
– Pulmonar:
En las intoxicaciones leves el examen físico pulmonar suele ser normal. Los signos físicos
más frecuentes son taquipnea, respiración superficial y disnea.
En los casos graves podemos encontrarnos con edema de pulmón no cardiogénico, he-
morragia pulmonar...
– Renal: La lesión renal más frecuente es la secundaria a rabdomiolisis y mioglobinuria.
El CO por acción directa sobre el riñón puede producir necrosis tubular y fallo renal.
– Otros síntomas:
El típico color “rojo cereza”a nivel mucocutáneo es muy poco frecuente y aparece de for-
ma tardía en aquellos pacientes con niveles de carboxihemoglobina superiores al 40%.Su
presencia es un signo de mal pronóstico.
Hoy en día las alteraciones más frecuentemente encontradas son la cianosis y las lesio-
nes ampollosas sobre todo en las zonas de presión.
Defectos visuales, ceguera, hemorragias retinianas,hipoacusia, ataxia, nistagmus, acúfe-
nos...
– La intoxicación por CO en la edad pediátrica difiere clínicamente poco con respecto a
la del adulto. Los síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarrea) son más típicos
a estas edades y aparecen con niveles muy bajos de carboxihemoglobina (niveles con los
que los adultos pueden estar totalmente asintomáticos) por lo que el tratamiento debe ini-
ciarse con niveles muy bajos de carboxihemoglobina.
– La intoxicación por CO en una mujer embarazada es una situación muy grave y so-
bre todo para el feto. El CO en la sangre materna atraviesa la placenta hacia el feto por
un mecanismo de difusión simple. La hemoglobina fetal tiene aún mayor afinidad por el
CO que la Hb materna, por lo que se pueden alcanzar niveles mayores de carboxiHb en
el feto que en la madre. Por todo esto el tratamiento debe ser más agresivo, precoz y pro-
longado (incluso más allá de la normalización de los niveles de carboxiHb maternos)
2.3 Exploración física
– Constantes vitales: TA (hipotensión), FC (taquicardia), FR (taquipnea), Tª ( hipertermia)
– Aspecto general: nivel de conciencia, actitud del paciente a su llegada a urgencias (irri-
tabilidad, labilidad emocional, agresividad...)
– Piel y mucosas: palidez, cianosis, piel color “cereza”(poco frecuente), pelos nasales
chamuscados...
-Cabeza y cuello: boca y faringe (esputo carbonáceo), fondo de ojo (visualizar venas re-
tinianas.El color rojo brillante es indicador de intoxicación por CO)
– A. Cardíaca: Tonos arrítmicos...
– A. Pulmonar:estertores...
– Abdomen: incluido un tacto rectal(melenas)
– Extremidades
– Exploración neurológica completa
2.4 Pruebas complementarias
– Sistemático de sangre: puede haber leucocitosis reactiva de hasta 30.000/mm3.
– Bioquímica:iones, urea y glucosa, amilasa y creatinina que pueden estar alterados (po-
ca utilidad clínica), mediciones seriadas de CPK (elevado).
– Estudio de Coagulación: alteración de los paramétros si hay CID.
– Gasometría arterial:
869
CAPÍTULO 107
En general sería ideal utilizar estas cámaras para administrar oxígeno al 100% al menos
35-45 minutos (presión 2,5-3 ATM) pero el escaso número de las mismas en nuestro
país hace que se deriven pocos casos a ellas.
– Monitorización electrocardiográfica continua
– Reposo absoluto para reducir las necesidades de oxigeno de los tejidos.
– Mantener al paciente en normotermia porque la hipertermia aumenta el consumo de
oxigeno.
– Tratamiento sintomático de:
– Acidosis, suele responder cuando se corrige la hipoxia. La acidosis va a provocar un
desplazamiento de la curva de disociación de la Hb hacia la derecha, contrarres-
tando de esta manera la desviación a la izquierda que provoca el CO, por ello no
se indica inicialmente el tratamiento de la acidosis ya que aumentaríamos el efecto
del CO sobre la Hb. Además el bicarbonato provocaría un desplazamiento de dicha
curva más hacia la izquierda. Por esto, la acidosis sólo debe tratarse con el aporte
de oxígeno y mejorando el estado hemodinámico.
– Edema cerebral: Manitol al 20% (250 ml para 60 minutos) y elevar la cabecera de
la cama, estando el tratamiento con dexametasona todavía discutido.
– Crisis convulsivas.
Cuadro 107.5: Criterios de observación/ingreso hospitalario
-Aquellos pacientes con intoxicación leve y que tras la administración de oxigeno al 100% se en-
cuentren asintomáticos y con COHb <5% pueden ser dados de alta desde el Servicio de Urgencia,
sin olvidar que en 3 semanas deberían ser nuevamente explorados para detectar alteraciones neu-
ropsiquiátricas tardías.
-Son criterios de ingreso hospitalario:
● Historia de disminución del nivel de conciencia.
● Alteraciones neurológicas
● Evidencia clínica o electrocardiográfica de isquemia o arritmias cardiacas.
● Acidosis metabólica.
● Radiografía tórax anormal
● Paciente embarazada con algún síntoma o con COHb>10%.
● Intoxicación de CO como intento de suicidio.
● Niveles de COHb>40%.
● Niveles de COHb >25-39% según juicio clínico.
Todos los pacientes hospitalizados deben estar monitorizados para la detección rápida de arritmias cardiacas.
Otras fuentes industriales de gas cianuro son las refinerías petrolíferas, la minería, la in-
dustria metalúrgica, en el refinamiento de metales preciosos.
La absorción por vía respiratoria es muy rápida (segundos) y por tanto los efectos del cia-
nuro se hacen patentes en pocos minutos. Una vez absorbido el transporte se realiza en
un 60% unido a proteínas plasmáticas, una pequeña parte en hematíes y el resto en for-
ma libre. La eliminación se realiza en un 80% en forma de tiocianato (vía renal) y el res-
to del cianuro se excreta vía renal y pulmonar unido a cianocobalamina, cisteína y oxi-
dado.
Las dosis letales para el ácido cianhídrico es de 50 mg.
3.1.–Clínica: No existen síntomas específicos de la intoxicación por cianuro y por lo tan-
to la clave para llegar al diagnóstico está en la sospecha por las circunstancias donde se
produce la intoxicación. Tan solo existen dos hallazgos que pueden orientarnos hacia el
diagnóstico:
● El olor a almendras amargas: su presencia es útil pero su ausencia no excluye el
diagnóstico
● La desaparición de la diferencia entre arterias y venas a nivel de la retina, debido
a una disminución en la diferencia arteriovenosa de oxígeno, al disminuir la ex-
tracción tisular de oxígeno.
Los primeros síntomas se inician rápidamente debido a la velocidad de absorción, aun-
que el momento de aparición de los síntomas va a depender también de la gravedad de
la intoxicación. Inicialmente aparecen cefalea, vértigo, ansiedad, disnea, taquicardia, hi-
pertensión, náuseas, vómitos. En caso de intoxicaciones más graves el cuadro evolucio-
na apareciendo disminución del nivel de conciencia, convulsiones, trismus y opistótonos
y a nivel cardiovascular edema agudo de pulmón, arritmias, bradicardia e hipotensión.
Esta intoxicación puede provocar secuelas tardías al igual que el monóxido de carbono,
fundamentalmente encefalopatía anóxica, aunque no está muy claro si es por efecto di-
recto del tóxico o secundario a la hipoxia secundaria a la insuficiencia respiratoria.
3.2.– Pruebas complementarias
– Sistemático de sangre:
– Bioquímica con iones, urea, glucosa, creatinina, mediciones seriadas de CPK (MB)
– GAB: PaO2 normal
Sat O2 normal
Gradiente Alv-Art O2 disminuido (también se encuentra disminuido en shunt A-V y
en intoxicaciones por sulfuros).
Acidosis metabólica con GAP aumentado debido al acúmulo de ácido láctico. En
las fases finales de una intoxicación grave, el fracaso respiratorio conduce a una
acidosis también respiratoria.
– ECG: pueden aparecer arritmias siendo las más frecuentes las taquiarritmias, bradia-
rritmias, ritmo idioventricular, bloqueo A-V completo.
– Rx tórax
3.3.– Tratamiento: Las medidas deben iniciarse lo más precozmente posible, debido a la
rapidez de absorción.
– Las primeras medidas incluyen retirada del paciente del foco de exposición, soporte vi-
tal avanzado evaluando la vía aérea, asegurando aporte de oxígeno a concentración
elevada, y si es necesario intubación endotraqueal y ventilación artificial.
– Mantener la estabilidad hemodinámica y tratamiento sintomático de las complica-
ciones.
872
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
– Se debe iniciar el tratamiento específico lo antes posible con un antídoto con nitrito de
amilo, nitrito sódico y tiosulfato sódico, junto con oxígeno a altas dosis en los pacientes
con alteración del nivel de conciencia, signos vitales alterados o acidosis metabólica. El
fundamento del tratamiento con el antídoto consiste en la producción de forma yatrogé-
nica de metahemoglobina a través de la administración de nitratos. Los nitratos inducen
metahemoglobinemia; la metahemoglobina tiene mayor afinidad por el cianuro que la
citocromooxidasa, promoviendo así su disociación de esta enzima. El tiosulfato reaccio-
na con el cianuro que se va liberando lentamente de la cianometahemoglobina, forman-
do tiocianato que es relativamente inocuo y que se excreta por la orina. El oxígeno, a su
vez revierte la unión del cianuro con la citocromooxidasa y facilita la eficacia del nitrito
sódico y del tiosulfato sódico, además de actuar como sustrato para el metabolismo.
Generalmente se utiliza el nitrito de amilo por vía inhalatoria hasta que se dispone de
una vía venosa para administrar el nitrato sódico. El nitrito de amilo se presenta en am-
pollas. Se rompe la ampolla entre dos gasas y se coloca sobre la vía respiratoria para
que el paciente lo inhale durante 30 segundos de cada minuto. Con esto se consigue una
metahemoglobinemia del 5%. Se debe usar una ampolla nueva cada 3 minutos.
– Una vez que se dispone de una vía venosa se inicia la administración de nitrato sódi-
co en solución al 3% a una dosis para adultos de 0.9 mgr/Kg/gr de hemoglobina, has-
ta una dosis máxima de 300-450 mg (10-15 ml), a una velocidad de 2-5 ml/minuto, y
para niños 10 mg/Kg. En caso de no producirse repuesta repetir el tratamiento tras 30
minutos pero con la mitad de dosis de las dosis iniciales de nitrito sódico y de tiosulfato
sódico. Con ello se consiguen niveles de metahemoglobinemia del 20-30%, los cuales de-
ben ser monitorizados para mantenerlos por debajo del 40%.
– Tras la administración del antídoto hay que administrar tiosulfato sódico como dador
de grupos sulfuros que faciliten la conversión del cianuro en tiocianato a nivel hepático.
La dosis a infundir vía iv es de 12.5 gr de solución al 25%(50 ml). En niños la dosis es
de 1.65 ml/ Kg de solución de tiosulfato al 25%.
– La hidroxicobalamina (vitamina B12) se ha estudiado como posible antídoto del cia-
nuro, al tener mayor afinidad por él que la que presentan la citocromooxidasa. Al unir-
se la vitamina B12 con el cianuro se forma cianocobalamina que es eliminada vía renal.
La ventaja de ésta sobre los nitratos es que carece de efectos adversos, no produce me-
tahemoglobinemia, ni hipotensión, por lo que puede administrarse de forma segura a pa-
cientes críticos. La dosis es de 4 gr iv.
No hay que olvidar que la exposición por vía inhalatoria provoca sintomatología inme-
diatamente, por lo que si ésta no se presenta, el paciente puede ser dado de alta tras un
breve período de observación.
En los pacientes con sintomatología leve no es preciso el tratamiento si rápidamente es
evacuado del lugar de la intoxicación, ya que la absorción del tóxico finaliza cuando el
paciente pasa a un ambiente sin tóxico.
El problema se produce en incendios en los que el riesgo de intoxicación por cianuro es
elevado, pero la sintomatología al ser tan inespecífica podría justificarse por otros tóxi-
cos. En este caso, la administración de nitritos provoca una alteración mayor del trans-
porte de oxigeno, con el consiguiente empeoramiento de la hipoxemia. En este caso ha-
bría que utilizar tiosulfato y la vitamina B12.
4. INTOXICACIÓN POR ÁCIDO SULFHÍDRICO
4.1 Introducción: El ácido sulfhídrico (SH2) es un gas de acción rápida, muy tóxico, in-
coloro, muy irritante, inflamable y con un peso mayor que el aire por lo que tiende a ocu-
par las zonas más bajas del lugar donde sea liberado. Es mal oliente con un caracterís-
873
CAPÍTULO 107
tico olor a huevos podridos, que sólo es posible detectar a bajas concentraciones. Por en-
cima de 50 ppm en el aire respirado se produce una parálisis del nervio olfatorio que
produce anosmia.
4.2 Fuentes de exposición: Las principales fuentes de exposición son a partir de la des-
composición de la materia orgánica. La intoxicación es siempre secundaria a la exposi-
ción laboral siendo las fuentes más frecuentes en la industria petroquímica durante el re-
finado y búsqueda de gas y petróleo, en minas, fábricas de viscosa y rayón, de papel,
en cloacas y fosas sépticas en las que se produce descomposición de materia orgánica
rica en azufre, en la fabricación de pegamento, en la producción de agua pesada para
los reactores nucleares.
El hecho de que sea un gas con un fuerte olor no significa que siempre una persona sea
consciente de la existencia de este gas, ya que concentraciones elevadas en el aire ins-
pirado provoca parálisis del nervio olfatorio. Concentraciones superiores a 150 ppm que
se alcancen de forma brusca no son detectables.
4.3 Clínica: Dadas las características del tóxico la clínica es doble, por un lado irritativa
local en exposiciones a bajas concentraciones prolongadas y por otro sistémica, con efec-
tos muy graves que aparecen rápidamente en intoxicaciones con dosis elevadas.
Cuadro 107.6: Clínica según concentración de SH2
0-25 ppm Intenso olor nauseabundo
100-150 ppm Irritación mucosa ocular y nasal
250-500 ppm Tos, queratoconjuntivitis, dolor torácico, edema
pulmonar
500-1000 ppm Cefalea, desorientación, cianosis, coma y
convulsiones
>1000 Dosis letal
Las manifestaciones neurológicas más frecuentes son síncope, coma, focalidad neuroló-
gica, cefalea, agitación, somnolencia, convulsiones, opistótonos, mareo. El síntoma más
frecuente es la disminución transitoria del nivel de conciencia que aparece en el 75 % ca-
sos, aparece de forma brusca y que se suele acompañar de recuperación espontánea so-
bre todo si se retira rápidamente al intoxicado de la fuente de exposición.
Por efecto irritativo sobre la mucosa respiratoria el paciente presenta tos, disnea, he-
moptisis, dolor torácico, edema pulmonar.
Por efecto directo sobre el centro respiratorio se puede producir apnea, la cual no se re-
cupera espontáneamente aunque sea apartado el enfermo del foco de intoxicación, por
lo que si no es rápidamente atendido el intoxicado sufrirá parada cardiaca y muerte.
La cianosis que aparece en estos pacientes se produce por la insuficiencia respiratoria se-
cundaria al edema pulmonar, la hipoperfusión secundaria a la hipoxia y por la unión del
SH2 a la hemoglobina.
Por la hipoxia que se produce pueden aparecer alteraciones cardiovasculares tales co-
mo arritmias, isquemia miocárdica e hipotensión.
Otros síntomas son náuseas, vómitos, fotofobia, queratoconjuntivitis.
4.4 Pruebas complementarias
El diagnóstico en este caso viene dado por la clínica y la exposición laboral ya que hoy
en día no se dispone de forma generalizada de determinación del tóxico en sangre.
– Sistemático de sangre
– Bioquímica con iones, urea, glucosa, creatinina.
– GAB: la pO2 puede ser normal, sin embargo, es frecuente la hipoxia secundaria a la
insuficiencia respiratoria.
874
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
6.1.1 Fuentes de exposición: Empleado en la industria del plástico y del papel, en la fa-
bricación de lejía y desinfectantes, en la industria química. Es detectable a dosis tan ba-
jas como 1 ppm.
6.1.2 Clínica:
– Inicialmente se produce ahogo y tos que cesan cuando la víctima respira aire puro.
– Si la exposición es lo suficientemente grave se produce laringoespasmo o edema agu-
do de pulmón, que puede conducir a la muerte.
– El problema fundamental del cloro es que aunque inicialmente la clínica sea leve, de
forma tardía (horas a días) puede ir apareciendo progresivamente lesiones más graves,
tales como edema de la vía aérea superior que produce estridor, edema pulmonar y
bronquitis exudativa que puede provocar atelectasia y bronconeumonía. Todo ello de-
semboca en una insuficiencia respiratoria grave. Generalmente estas alteraciones revier-
ten aunque pueden quedar secuelas tales como bronquiolitis obliterante, asma.
– En caso de intoxicaciones graves puede absorberse hacia la sangre cantidades eleva-
das de ácido clorhídrico provocando una acidosis metabólica hiperclorémica.
6.1.3. Tratamiento:
– Retirar a la víctima del foco de exposición
– Oxigenoterapia y ventilación mecánica si precisa.
– La obstrucción al flujo de la vía aérea se trata con broncodilatadores vía inhalatoria,
dejando el uso de corticoides para aquellos casos rebeldes al tratamiento inicial o para
cuando existan complicaciones tardías.
6.2 Intoxicación por ácido clorhídrico
Es mucho menos tóxico que el cloro. Se utiliza a nivel industrial en la fabricación de fer-
tilizantes, textiles. Su inhalación puede producir edema pulmonar y neumonitis química.
6.3 Intoxicación por fosgeno
El fosgeno es el nombre que recibe el cloruro de carbonilo (COCl2), sustancia utilizada
para la fabricación de pesticidas, isocianatos, en la industria farmacéutica, por los bom-
beros y pintores.
Es un gas incoloro, que no existe en la naturaleza, más pesado que el aire y con un olor
característico.
El fosgeno una vez en contacto con la mucosa, se combina con el agua hidrolizándose
en monóxido de carbono y ácido clorhídrico, reacción que se produce de forma lenta
por lo que su poder irritante es menor que la del Cl2 o el HCl. Esto justifica que la clíni-
ca sea de aparición tardía, incluso hasta 72 horas tras la exposición. Su inhalación pro-
duce síntomas de irritación de la vía aérea superior, edema pulmonar, neumonitis. El da-
ño pulmonar puede ser severo y permanente. El tratamiento es similar al de la
intoxicación por Cl2.
7. INTOXICACIÓN POR DERIVADOS NITROGENADOS
7.1 Intoxicación por amoniaco
El amoniaco es un gas incoloro, pero detectable por su mal olor e inflamable. Es muy pe-
ligroso al mezclarse con lejía.
Se utiliza en la fabricación de fertilizantes por su contenido en nitrógeno, en la industria
textil, en la de plásticos, en la fabricación de explosivos, productos farmacéuticos, como
solvente en la manufactura del cuero.
– Clínica: Produce cefalea, lagrimeo, visión borrosa. A nivel pulmonar produce laringi-
tis, traqueobronquitis, broncoespasmo, edema pulmonar y gran cantidad de secreciones
877
CAPÍTULO 107
BIBLIOGRAFÍA
▲ Barrios Blandino AM, Abellán Martínez J, Vaquerizo Alonso C, Rodríguez Torresano J. Intoxi-
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879
CAPÍTULO 108
Capítulo 108
FRACTURAS, LUXACIONES Y ESGUINCES.
R. Gómez Mendieta - V. Delgado Alcalá -
C. Martínez Velásquez - E. Zafra Ocaña
FRACTURAS
▲ CONCEPTO
Fractura es toda interrupción de la continuidad ósea y/o cartilaginosa.
▲ CAUSAS
– Traumatismo directo de intensidad superior a la que el hueso puede soportar.
– Traumatismo indirecto: origina una fractura a distancia del punto de aplicación
de la fuerza.
Dos variantes son:
● Fractura por fatiga o estrés: resulta de aplicar repetidamente una fuerza sobre
el hueso.
● Fractura patológica: consecuencia de un traumatismo leve sobre hueso patoló-
gicamente alterado (osteoporosis, osteomalacia)
▲ MANIFESTACIONES CLÍINICAS
Clínicamente las fracturas pueden ocasionar dolor, tumefacción, deformidad e impo-
tencia funcional.
▲ DIAGNÓSTICO
1. Historia clínica (anamnesis)
Se deben obtener datos sobre el paciente, la lesión y la repercusión funcional.
2. Inspección
General (postura, marcha, movilidad…) y local (deformidades, alteraciones cutá-
neas…). Comparar siempre con el miembro contralateral.
3. Palpación
Piel (inflamación, sensibilidad),articulaciones (derrame, crepitación),relieves
óseos (dolor, movilidad anormal, continuidad), partes blandas (dolor, atrofia mus-
cular, continuidad).
4. Exploración de la movilidad
Se deben evaluar los arcos de movilidad activa y pasiva, alteraciones de la mo-
vilidad por exceso o por defecto, fuerza muscular, marcha, etc.
5. Exploración neurovascular
6. Exploración radiológica
Se necesitan dos proyecciones, AP y lateral, a veces oblicua o axial (rótula, hom-
bro, cadera). La Rx debe incluir las articulaciones adyacentes al foco de fractura.
En ocasiones conviene realizar Rx del miembro contralateral para comparar; útil
sobre todo en niños, donde las líneas de los núcleos de osificación pueden con-
fundirse con líneas de fractura.
▲ TRATAMIENTO
1. Se deben evitar los movimientos del foco de fractura mediante una inmovilización
transitoria hasta completar el estudio radiológico u otras pruebas. Ello disminui-
rá el dolor, la hemorragia y la probabilidad de que la fractura cerrada se con-
vierta en abierta..
880
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2. Reducción
Se trata de disminuir la deformidad. Está indicada en fracturas con acortamiento, ro-
tación o angulación y fracturas muy desplazadas. Puede ser cerrada o abierta.
3. Inmovilización
*Sistemas no rígidos (cabestrillo, venda, esparadrapo).
Disminuyen el dolor, la tumefacción, el edema y el hematoma.
*Tracción continua cutánea o transesquelética.
*Yeso (férula o vendaje circular).
Cada articulación se inmoviliza en una determinada posición: HOMBRO
(posición neutra); CODO (100° flexión, rotación neutra); MUÑECA
(rotación y flexión neutra); METACARPOFALÁNGICA (60-90° flexión);
INTERFALÁNGICA (5-10° flexión); RODILLA (0-30° flexión); TOBILLO Y
ANTEPIÉ (dorsiflexión 90°, varo-valgo).
*Fijación externa: útil en fracturas abiertas.
*Fijación interna: placa y tornillos, clavos intramedulares flexibles (Ender) o
rígidos (Küntcher), artroplastia, etc.
FRACTURA DE COLLES
Se trata de una fractura de la metáfisis radial distal situada a menos de 2’5 cm de la
superficie articular. Produce deformidad “en dorso de tenedor”, fragmento distal im-
pactado desplazado a dorsal y radial. Puede haber avulsión de la apófisis estiloides
cubital. Es frecuente en ancianas con osteoporosis tras caída con muñeca extendida.
Son criterios de inestabilidad:angulación
dorsal > 20°, acortamiento radial > 10
mm y conminución dorsal. La presencia
de trazos intraarticulares asociados en-
sombrece el pronóstico. Lesiones asocia-
das: fractura de escafoides, síndrome del
túnel carpiano agudo, rotura del tendón
extensor largo del pulgar
Tratamiento
• Reducción cerrada + yeso: una vez corre-
gida la deformidad se coloca un yeso ante-
braquial en fracturas estables no desplaza-
das braquiopalmar en fracturas inestables
durante 6 semanas.
• Fijador externo: en fracturas desplazadas
o abiertas.
• Reducción abierta + fijación interna: en
fracturas desplazadas intraarticulares.
FRACTURA DE CADERA
Es muy frecuente en ancianos, sobre todo mujeres osteoporóticas, en las que un trau-
matismo de baja energía suele ser el desencadenante. La mortalidad en el primer año
oscila entre el 20 y 30%.
881
CAPÍTULO 108
Clasificación
1. Fracturas intracapsulares: son frac-
turas del cuello femoral (subcapital,
transcervical y basicervical). Su princi-
pal problema es la interrupción de la
precaria vascularización de la cabeza
femoral, que puede conducir a la ne-
crosis avascular, de ahí que su trata-
miento de elección sea la artroplastia
de sustitución.
2. Fracturas extracapsulares:
Pertrocantérea y subtrocantérea
Se producen en hueso bien vasculariza-
do, por lo que su principal problema es
mecánico, por su frecuente conminución.
Diagnóstico
■ Clínicamente se caracterizan por incapacidad para la deambulación (excepto cier-
tas fracturas no desplazadas), acortamiento, rotación externa de la extremidad y
dolor sobre cara anterior de cuello femoral o trocánter mayor..
■ La Rx AP de pelvis y lateral de cadera nos dará el diagnóstico definitivo.
■ Una vez confirmada la fractura se debe solicitar estudio preoperatorio completo.
Tratamiento
1. General
– Tracción cutánea: alivia el dolor y disminuye el desplazamiento.
– Analgesia.
– Profilaxis tromboembólica.
– Protección gástrica.
– Líquidos i.v. si deshidratación.
2. Específico
● Fracturas intracapsulares - PTC
(cuello femoral) - Hemiartroplastia (ancianos con poca
expectativa de vida y escasa demanda
funcional)
● Fracturas extracapsulares
Tratamiento
■ Yeso: férula o botín . Indicado en lesiones de un solo complejo y fracturas no des-
plazadas.
■ Reducción abierta y fijación interna. En lesiones de los dos complejos, fracturas
desplazadas y luxaciones.
FRACTURAS EN RODETE, TORUS O CAÑA DE BAMBÚ
Frecuente en niños, sobre todo en el radio. El
hueso cortical se insufla debido a la compresión
vertical diafisaria formando un engrosamiento
anular subperióstico. Son estables y precisan
inmovilización 3-4 semanas
FRACTURAS EN TALLO VERDE
Frecuente en niños en huesos de longitud media
(clavícula, radio y cúbito). Una inflexión rompe la
cortical en un lado y la contralateral se arruga y
abomba sin romperse. Son inestables y precisan
inmovilización y vigilancia estrecha
FRACTURAS ABIERTAS
Definición
Hablamos de fractura abierta cuando el foco de fractura comunica con el exterior a
través de una herida.
Clasificación (Gustilo)
● Grado I: se produce de dentro a fuera. Herida < 1 cm. Mínima contaminación.
● Grado II: 1-10 cm. Moderada contaminación.
● Grado III: de fuera a dentro. > 10 cm. Importante contaminación y destrucción.
– III A: todo el hueso expuesto se puede cubrir con partes blandas.
– III B: para cubrir el hueso se precisa injerto o colgajo.
– III C: existe lesión vascular asociada.
Tratamiento
1. Evaluación de la herida, estado neurovascular y lesión ósea.
2. Lavado y desinfección de la herida.
883
CAPÍTULO 108
Introducción
Las luxaciones deben considerarse una urgencia. Pueden ser reductibles (espontánea-
mente, especialmente si son recidivantes, o con maniobras) e irreductibles y precisar re-
paración quirúrgica.
Deben reducirse lo antes posible para evitar alteraciones patológicas, especialmente en
la cadera. Aun así, ésto no garantizará un resultado satisfactorio. Las lesiones del cartí-
lago, cápsula y ligamentos pueden provocar artrosis postraumática, necrosis avascular u
osificaciones ectópicas.
A veces se asocian a lesiones neurovasculares. Se suelen producir estiramientos de un
nervio, teniendo la mayoría continuidad. La sección completa del nervio es rara y la re-
cuperación comienza aproximadamente a las 6 semanas.
La luxación de la articulación glenohumeral es la más frecuente representa el 60% de las
mismas. Las lesiones de los dedos de la mano destacan por su importancia y necesidad
de un diagnóstico precoz.
LUXACIÓN DE HOMBRO
Clasificación: cabeza humeral queda por delante de la cavidad glenoidea (luxación an-
terior), por detrás (luxación posterior) o por debajo (luxación erecta).
1. Luxación anterior: es con diferencia la más frecuente. Aparece en jóvenes y ancianos
tras una caída que provoca rotación externa del hombro. Se asocia a daño de las es-
tructuras anteriores (cápsula, manguito rotador) y a veces a fractura del troquíter.
El diagnóstico es clínico presentando mucho dolor y gran impotencia funcional. Para evi-
tar los movimientos se sujeta la extremidad lesionada. Se confirma con una radiografía
AP clásica.
Tratamiento: A- Reducción por el método Milch: el más utilizado. Con el paciente en de-
cúbito supino se ejerce tracción sobre el miembro luxado con el brazo abducido , al tiem-
po que se efectúan suaves movimientos de rotación interna y externa y una presión en la
axila. El ayudante ejerce tracción en sentido contrario por medio de una sábana alrede-
dor del tórax.
884
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ESGUINCES
Definición:
Desgarro de un ligamento o de un complejo de ligamentos responsables de la esta-
bilidad de una articulación..
ESGUINCE DE TOBILLO
Anatomía:
Las lesiones de los tejidos blandos del tobillo se presentan como lesiones menores de
los ligamentos (esguince tipo I), lesiones incompletas de los ligamentos (esguinces ti-
po II), o rotura completa del ligamento (esguince tipo III). En la cara medial del tobi-
llo está el ligamento deltoideo con una porción superficial y otra profunda. En la ca-
ra lateral está el ligamento lateral, dividido en tres: ligamento peroneoastragalino
anterior, ligamento peroneocalcáneo y ligamento peroneoastragalino posterior.
1. Esguince del ligamento lateral: El mecanismo de producción es una inversión for-
zada del pie. A la inspección aparece tumefacción y dolor en el maléolo peroneo y
por delante del mismo. En Rx a veces existe un fragmento óseo arrancado en el caso
de un esguince fracturario. Un movimiento excesivo del astrágalo al aducirlo mientras
se sujeta el pie sugerirá una ruptura completa del ligamento. Se puede confirmar con
una Rx forzada, donde una angulación mayor de 15° es patológica.
Tratamiento: los esguinces leves se resuelven en pocos días con vendaje compresivo,
reposo y elevación. Los desgarros completos pueden tratarse con: reparación quirúr-
gica, inmovilización con yeso durante 6 semanas o vendaje hasta que remitan los sín-
tomas, seguido de ejercicios funcionales.
2. Esguince del ligamento deltoideo: El mecanismo de producción es una eversión. A
la exploración aparece dolor, equímosis y tumefacción en el maléolo medial. Nor-
malmente la distancia entre el maléolo medial y el astrágalo no debe ser superior a
4 mm; si es mayor indica una ruptura completa del ligamento deltoideo. Tratamiento
similar al anterior.
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 109
SÍNDROME COMPARTIMENTAL
Y. Guindal Pérez - C. Martínez Velázquez - E. Zafra Ocaña
INTRODUCCIÓN
El síndrome compartimental comprende el conjunto de síntomas que expresan un pro-
blema entre un compartimiento osteoaponeurótico y su contenido (músculos, nervios,
vasos). Se define como el cuadro clínico que se establece cuando la presión tisular en
el interior de un compartimiento osteofascial aumenta hasta ocluir la circulación ca-
pilar. Su presentación puede ser de forma aguda, tras una agresión exterior (trau-
matismo, quemadura, compresión muscular prolongada, inyección de sustancias en
compartimiento) o bien de forma crónica (consecutiva a esfuerzos musculares repeti-
dos). En las formas agudas, en ausencia de un tratamiento urgente que actúe antes
de la 6ª hora, el síndrome del compartimiento provoca lesiones celulares irreversibles.
ETIOLOGÍA
CLASIFICACIÓN ETIOLÓGICA DE LOS SÍNDROMES COMPARTIMENTALES AGUDOS:
1.- Disminución del tamaño del compartimiento:
▲ Vendajes y yesos constrictivos.
▲ Cierre de los defectos fasciales.
▲ Lesiones térmicas y por congelación.
2.- Aumento del contenido del compartimiento:
▲ Acumulación primaria de edema:
- Tumefacción postisquémica:
● Lesiones arteriales.
● Trombosis o isquemia arteriolas.
● Cirugía reconstructiva y de derivación.
● Reimplantaciones.
● Tiempo prolongado de isquemia mediante torniquete.
● Espasmos arteriales.
● Cateterismo cardíaco y arteriografía.
● Ingestión de ergotamina.
- Inmovilización prolongada con compresión de la extremidad:
● Sobredosis de fármacos o drogas con compresión del miembro.
● Anestesia general en posición genupectoral.
- Lesiones térmicas y por congelación.
- Ejercicio.
- Enfermedad venosa.
- Mordedura de serpiente venenosa.
▲ Acumulación primaria de sangre:
- Alteraciones hereditarias de la coagulación.
- Terapéutica anticoagulante.
- Herida vascular.
▲ Combinación de la acumulación de edema y sangre:
- Fracturas:
▲ Tibia, antebrazo, codo, fémur, osteotomías.
888
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Patologías diversas:
▲ Infiltraciones intravenosas.
▲ Quiste poplíteo.
▲ Atadura prolongada del miembro.
FISIOPATOLOGÍA
Se produce isquemia muscular, con aparición de edema y aumento de volumen del
músculo, lo que a su vez eleva la presión intramuscular resultante de la contrapresión
que ejerce la aponeurosis del compartimiento cuando ha alcanzado su límite de elas-
ticidad. Se trata por tanto, de un círculo vicioso fisiopatogénico. Si la presión persis-
te durante algunas horas, la función normal de los músculos y nervios resulta com-
prometida. Lo que potencia el sufrimiento muscular es la asociación de la isquemia
muscular con el aumento de presión en el seno del compartimiento.
ESTUDIO CLÍNICO
Es obligado un diagnóstico muy precoz para tomar una actitud terapéutica rápida
que lleve a la curación completa. Hay que buscarlo de forma sistemática en los pa-
cientes de riesgo, sin esperar a que se establezca el cuadro clínico característico, si-
nónimo de retraso diagnóstico y muy nocivo.
Deben considerarse como pacientes de riesgo:
- Los traumatizados de los miembros.
- Los portadores de inmovilización (escayola) o un vendaje que pueda ser com-
presor.
- Los operados de los miembros y, sobre todo, los que han sido sometidos a un
cierre aponeurótico o sufrido una hemorragia abundante intracompartimental.
- Los pacientes mantenidos en una misma posición prolongada con compresión
muscular: Comas, intoxicación etílica, caída de un anciano que no puede le-
vantarse, incarceraciones accidentales ( accidentes de coche, de tren, caída en
un agujero o en una zanja etc.).
- Los pacientes con síndrome isquémico agudo, sobre todo tras una segunda
revascularización.
- Los que han recibido una inyección de sustancia tóxica intraarterial o de sus-
tancias nocivas en el seno del compartimiento.
- Los que presentan un hematoma voluminoso en un compartimiento.
- Los enfermos que han realizado un esfuerzo muscular muy intenso y prolongado
(remeros, ejercicio militar, corredores de fondo, descompensación de un sín-
drome compartimental crónico en los deportistas, etc.).
SIGNOS CLÍNICOS
El dolor: Suele ser el primero y el más importante de los síntomas. Es un dolor pro-
fundo y pulsátil y sin alivio posicional y de una intensidad anormal. Generalmente au-
menta con las maniobras de estiramiento pasivo (Streching test).
La sensación objetiva de tensión del compartimiento muscular: Es un signo funda-
mental que hay que buscar siempre de una manera sistemática. Debe ser palpable la
tensión y tumefacción del miembro.
El déficit sensitivo: Es un signo muy fiable de aumento de presión intramuscular, re-
sultante de la compresión y la isquemia de las ramas nerviosas que atraviesan el com-
889
CAPÍTULO 109
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial de los pacientes que tienen lesiones en las extremidades
acompañadas de déficit neurovascular, se plantea fundamentalmente con las siguien-
tes patologías:
1. Síndromes compartimentales.
2. Lesiones nerviosas.
3. Lesiones arteriales.
TRATAMIENTO
La primera medida a tomar será abrir el yeso o vendajes de forma inmediata. La ma-
yoría de los síndromes compartimentales son resueltos de este modo. Si esta medida
no fuera eficaz hay que recurrir sin perder tiempo a la cirugía, realizando una apo-
neurotomía amplia, de urgencia, de todos los compartimientos afectados.
Se recomienda la fasciotomía cuando la presión intracompartimental es mayor de 30
mm Hg y son positivos los signos clínicos ya descritos. Además, puede ser necesaria
una epimisiotomía sistemática en la afectación de algunos grupos musculares. Las es-
cisiones musculares sólo se realizarán en caso de lesiones irreversibles.
Las incisiones de piel deberán dejarse inicialmente abiertas para ser cerradas poste-
riormente de forma gradual a medida que desciende la presión intracompartimental.
La oxigenoterapia puede ser un método complementario a la aponeurotomía ya que
se ha demostrado que reduce de manera significativa el edema y la necrosis muscu-
lar. En caso de formas tratadas tardíamente, puede recurrirse a la rehabilitación con
movilización activa y pasiva combinándolo con el uso de ortesis dinámicas.
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 110
MONOARTRITIS AGUDA
E. Poveda Santos - S. Redondo de Pedro - J. Zubieta Tabernero
E. Zafra Ocaña
DEFINICIÓN
La monoartritis es definida como la inflamación intraarticular a consecuencia de una
sinovitis de una sola articulación. Según el tiempo de evolución se clasifican en:
1.- Monoartritis aguda (MA): duración inferior a 6 semanas. Suelen comenzar
rápidamente (en pocas horas / días) y acompañarse de abundantes signos flo-
góticos e importante impotencia funcional.
2.- Monoartritis crónica (MC): evolución superior a 6 semanas, inicio solapado,
(aunque a veces es rápido y estrepitoso), y el curso clínico es mejor tolerado que
en las agudas.
La actitud del médico será diferente según sea una situación u otra: los pacientes con
MA siempre requieren una evaluación inmediata por el riesgo de padecer procesos,
como son las infecciones piógenas, que pueden destruir la articulación en pocos
días. En cambio, los procesos de larga duración permiten una evaluación más pau-
sada y no exigen un tratamiento inmediato.
Debe diferenciarse de condiciones que simulan artritis, como la afectación de tejidos
periarticulares (edema, abscesos, celulitis, paniculitis), estructuras yuxtaarticulares (fas-
citis, bursitis, tendinitis, miositis) e intraarticulares (ligamentos, osteomielitis, fracturas).
PRESENTACIÓN CLÍNICA
Se puede presentar con una clínica llamativa, con enrojecimiento, calor, aumento de
volumen de la articulación (a expensas del engrosamiento de la sinovial, de la can-
tidad del líquido articular y afectación de estructuras periarticulares) y dolor e impo-
tencia funcional; el dolor es intenso, no desaparece con el reposo, es de predominio
nocturno y aumenta con la movilización. Otras veces, la presentación es más lenta y
menos aparatosa.
PROCEDIMIENTO DIAGNÓSTICO
El enfoque diagnóstico incluye:
1. Confirmar diagnóstico de articulación inflamada, excluyendo afección poliar-
ticular y procesos peri y yuxtaarticulares.
2. Establecer el tiempo de evolución ( menor o mayor de 6 semanas).
3. Establecer si la monoartritis es mecánica o inflamatoria.
4. Si es inflamatoria, descartar que sea o no de etiología infecciosa.
5. Establecer si estamos ante una entidad aislada o es una manifestación de una
enfermedad sistémica.
A) ANAMNESIS:
1. Edad: en mayores de 65 años la causa más común de MA son las microcris-
talinas. En las MA infecciosas los gérmenes cambian según la edad.
2. Sexo: la gota y la espondiloartropatía son más frecuentes en varones, y en las
mujeres otras como la artritis gonocócica, AR y LES.
3. Factores predisponentes de artritis infecciosa: historia de fiebre, picaduras,
contactos sexuales extrapareja, consumo de drogas intravenosas, infiltraciones lo-
cales, prótesis articulares o enfermedades concomitantes.
892
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ETIOLOGÍA
1. ARTRITIS MICROCRISTALINAS
1.1. Artritis gotosa: por depósito de cristales de urato monosódico, suele presentar-
se con mayor frecuencia en varones mayores de 40 años. La podagra - inflamación
aguda de la 1a articulación metatarsofalángica - es la manifestación inicial de la en-
fermedad en casi la mitad de los pacientes, en el resto la enfermedad se inicia como
894
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
3. OTRAS ARTRITIS
Las artritis reactivas, después de infección gastrointestinal (Salmonella, Shigella,
Yersinia ) o genitourinaria, incluyendo la fiebre reumática y también las artritis pos-
testreptocócicas pueden aparecer como MA/oligoartritis con LS inflamatorio, simu-
lando artritis séptica.
También pueden debutar como MA /oligoartritis, la espondilitis anquilopoyética y las
artropatías secundarias a colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, formas graves de
acné y síndrome SAPHO. En la artritis reumatoide juvenil, es más frecuente la pre-
895
CAPÍTULO 110
sentación como monoartritis a veces con fiebre alta y escalofríos; menos en la forma
del adulto.
Esporádicamente puede haber MA en la Fiebre mediterránea familiar, Behcet y en la
Sinovitis eosinofílica.
Ocasionalmente, se encuentran MA por cuerpo extraño (esporas vegetales y anima-
les, esquirlas metálicas), sobre todo en niños, jardineros, pescaderos.
4. HEMARTROS
▲ Las hemartrosis frecuentemente son traumáticas o en relación con fracturas y le-
siones músculo–tendinosas; a veces el LS puede adoptar un aspecto hemopuru-
lento, debido a la grasa, e incluso falsearse el recuento de glóbulos blancos.
▲ Tratamientos anticoagulantes, fibrinolíticos, hemofilia congénita o adquirida,
trombocitopenia, procesos mieloproliferativos y prótesis articulares pueden aso-
ciarse a hemartros. Rara vez la sinovitis villonodular pigmentada puede debutar
como MA. No es frecuente en pacientes con gota, condrocalcinosis, artrosis, ar-
tropatías neuropáticas.
TRATAMIENTO
1. ARTRITIS MICROCRISTALINAS: los objetivos del tratamiento son aliviar el dolor y
la hinchazón de la artritis aguda y prevenir ulteriores ataques de artritis aguda. En el
tratamiento de la artritis por gota / pseudogota, se utilizan AINE a las dosis máximas
recomendadas, habitualmente vía oral. Los fármacos deben mantenerse hasta que
desaparezcan los síntomas.
Tratamiento ataque agudo:
1.1. Colchicina (Colchicina Houde® 1 mg, Colchimax® 0,5 mg): especialmente útil en
la gota, en la condrocalcinosis puede o no ser efectiva. Es muy eficaz en la fase agu-
da si se administra en las primeras 12-24 horas. Alivia los síntomas en 6 - 12 horas.
Se utiliza a dosis de 1 mg inicialmente, seguido de 0,5 mg/2h hasta que se produce
la remisión clínica o aparecen efectos secundarios (náuseas, vómitos, diarrea); la do-
sis máxima es de 8 mg/día. La dosis que se utiliza más frecuentemente es de 1,5-2
mg/día, con lo que los ataques suelen ir cediendo y disminuye los efectos secundarios.
1.2. Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): Su eficacia es similar a la de la Col-
chicina pero su acción comienza en 12-24 horas. Inicialmente deben administrarse
dosis altas, que se reducen luego rápidamente en 2 - 8 días. El fármaco más emple-
ado es la Indometacina (Inacid®) a dosis inicial de 50 mg/6-8 h durante 2-3 días
con disminución progresiva hasta suspender.
Conviene administrar gastroprotectores (Omeprazol a dosis de 20 mg/24 horas).
1.3. Glucocorticoides: Se utilizan cuando el tratamiento con Colchicina y con AINE
está contraindicado, habiendo descartado previamente infección articular. Es una op-
ción terapéutica en pacientes ancianos con insuficiencia renal, úlcera péptica u otras
enfermedades intercurrentes. Se utiliza Prednisona (Prednisona Alonga® o Dacor-
tin®) a dosis de 30-50 mg/día vía oral.
1.4. Nunca se debe instaurar tratamiento hipouricemiante (Alopurinol, uricosúricos)
ni suprimir el ya existente durante el episodio agudo.
2. ARTRITIS SÉPTICA: lo más importante a la hora de iniciar la antibioterapia en las
artritis bacterianas es la precocidad. Una vez que se han tomado las muestras de LS
de sangre y secreciones de las posibles puertas de entrada, debe iniciarse el trata-
miento antibiótico, basándose en datos clínicos, edad del paciente y resultado del
examen directo con tinción del LS.
896
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Monoartritis séptica o su simple sospecha razonable (MA febril de dudoso diag-
nóstico).
▲ Monoartritis en paciente con mal estado general, siempre que predomine la afec-
tación del aparato locomotor.
▲ Evidencia de LS hemático sin trastorno de la coagulación.
BIBLIOGRAFÍA
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897
CAPÍTULO 111
Capítulo 111
POLIARTRITIS AGUDA
R. Expósito Manzano - J. López Díaz - J. Zubieta Tabernero
E. Zafra Ocaña
DEFINICIÓN
Para hablar de poliartritis se precisan dos requisitos. El primero es que haya sinovitis
(signos inflamatorios más o menos evidentes de la membrana sinovial articular) y el se-
gundo es que la sinovitis afecte a más de una articulación. Se denomina poliartritis a
la inflamación de cuatro o más articulaciones y oligoartritis a la inflamación de dos
o tres. Según su tiempo de evolución se clasifican en poliartritis aguda si es menor
de 6 semanas, subaguda hasta 12 semanas y crónica si las supera.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA
▲ Lesiones en piel y mucosas: aftosis oral y genital, nódulos subcutáneos en super-
ficies de extensión, talones o calota, tofos en pabellones auriculares y en codos,
lesiones purpúricas, lívedo reticularis, psoriasis oculta en pliegues, zona retroauri-
cular y en cuero cabelludo. En las uñas hay que buscar datos que sugieran osteo-
artropatía hipertrófica, psoriasis, Síndrome de Reiter o endocarditis bacteriana.
▲ La exploración general: incluirá la búsqueda de adenopatías, la inspección oro-
faríngea, la palpación del tiroides, la auscultación cardiopulmonar y una explo-
ración abdominal detallada.
▲ Se debe valorar en las articulaciones:
1.Confirmar la existencia de sinovitis (se detecta como un almohadillado).
2.Localización de la afectación.
3.Deformidad articular; diferenciar la artritis de la tumefacción periarticular y
edemas de partes blandas.
4.Grado de limitación funcional activa y pasiva.
5.Presencia de alteraciones periarticulares: musculares, tendinosas o ligamentosas.
6.Alteraciones de la columna vertebral.
E. ESPONDILOARTROPATÍAS SERONEGATIVAS
E1. Espondilitis anquilosante.
Afecta predominantemente a varones y preferentemente HLA B27(+), cursa inicial-
mente con sacroileítis bilateral y limitación de la motilidad lumbar. La artritis periféri-
ca generalmente es oligoarticular, más frecuente en mujeres con inicio tardío de la en-
fermedad y predomina en extremidades inferiores.
E2. Artropatía psoriásica.
Puede cursar como PA, oligoarticular o monoartritis; suele ser asimétrica y de peque-
ñas articulaciones. Hay un grupo de pacientes que cursa con afectación axial (sa-
croileítis y/o espondilitis) aunque es menos frecuente. Rara vez aparecen las artritis
previamente a las lesiones cutáneas.
E3. Artropatía enteropática.
Engloba las manifestaciones articulares (poliartritis, sacroileítis) de las enfermedades
intestinales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Habitualmente cursa
en brotes que coinciden con los intestinales. En el 90% de los casos es poliarticular y
en un 50% migratoria.
Aunque la artropatía por enfermedad de Whipple se incluya entre las enteropáticas,
realmente es infecciosa, de etiología bacilar y se trata mediante antibióticos. Predo-
mina en varones blancos de mediana edad. Cursa con artritis en el 90% de los ca-
sos, suele ser migratoria y durar pocos días.
F. ENFERMEDADES COLAGENO-VASCULARES
Incluyen el LES, la enfermedad mixta del tejido conectivo, la esclerodermia sistémica,
la vasculitis (vasculitis necrosante), el síndrome de Sjögren, la polimiositis/dermato-
miositis y la polimialgia reumática.
G. OTROS
Son la enfermedad del suero, la fiebre mediterránea familiar, la amiloidosis, algunos
trastornos hematológicos, la sarcoidosis, algunos fármacos (diuréticos, Pirazinamida,
Etambutol, Aspirina, o Citostáticos) y el alcohol. Excepcionalmente la artrosis puede
acompañarse de inflamación en varias articulaciones remedando una PA.
901
CAPÍTULO 111
BIBLIOGRAFÍA
▲ Loza E, Calvo J. Poliartritis con erupción cutánea: enfoque diagnós-tico y manejo inicial. En:
Calvo J, editor. Manual del médico de guardia. 4ª ed. Madrid: Díaz de Santos; 1998. p.
375-380.
▲ García R, Leal M, García MM. Poliartritis aguda. FMC 1996; 3: 361-368.
▲ Kahl LE. Artritis y enfermedades reumáticas. En: Ewald GA, McKenzie CR, editores. Manual
de Terapéutica Médi-ca. 9ª ed. Barcelona: Masson; 1996. p.601-626.
▲ Muñoz J, Calderón de la Barca JM, De Burgos J, Martínez F, Montero FJ, Jiménez L. Mono-
artritis agudas. En:Jiménez L, Montero FJ, editores. Protocolos de actuación en medicina de
urgencias. 1ª ed. Córdoba: Harcourt Brace;1998. p. 279-283.
▲ Almodóvar R, Matías MA, Moreno VJ. Monoartritis y poliartritis. En: Blanco-Echevarría A,
Cea-Calvo L, García-Gil ME, Menassa A, Moreno-Cuerda VJ Muñoz-Delgado G, et al, edi-
tores. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica del Hospital Universitario 12 de octu-
bre. 5ª ed. Madrid: MSD; 2003; p. 109-119.
▲ Mulero J, Andréu JL. Poliartritis. En: Alonso A, Álvaro-Gracia JM, Andréu JL, Blanch J, Co-
llantes E, Cruz J, et al, editores. Manual S.E.R. de las Enfermedades Reumáticas. 3ª ed. Ma-
drid: Panamericana, 2000; p. 84-90.
903
CAPÍTULO 112
Capítulo 112
HOMBRO DOLOROSO
J.A. Herrera Molpeceres - C. Sánchez Ríos - E. Zafra Ocaña
INTRODUCCIÓN
En la movilización del hombro intervienen tres articulaciones (acromio-clavicular, es-
ternoclavicular y glenohumeral) y dos complejos anatómicos que desde el punto de
vista funcional se comportan como tales (escapulotorácico y subacromial), este último
también llamado “segunda articulación del hombro”. La estabilidad inherente a los
componentes osteocartilaginosos es muy pequeña, permitiendo así un arco grande de
movilidad (la mayor de todo el organismo) y precisando una compleja estructuración
de partes blandas para estabilizar la articulación tanto en reposo como en movi-
miento (bursas, inserciones musculotendinosas, ligamentos...); destacar el manguito
de los rotadores: conjunto musculotendinoso formado por cuatro músculos que en-
vuelven la cabeza humeral dando estabilidad y movilidad simultáneamente (músculos
supraespinoso, infraespinoso, subescapular y redondo menor).
El 80-90% de los casos de dolor en hombro son causados por afecciones periarticu-
lares como tendinitis, bursitis, tenosinivitis bicipital...
Hemos de tener siempre en mente que el hombro es asiento de dolor referido de
otras estructuras del organismo, principalmente de patologías cervicales y peridia-
fragmáticas.
CONCEPTO
Bajo el término de “hombro doloroso” conviven multitud de patologías que presentan
dentro de su abanico sintomático dolor en esa zona anatómica, no constituyendo un
diagnóstico en sí.
Dentro de la patología osteomuscular otro diagnóstico que debe evitarse es el de pe-
riartritis escapulohumeral, utilizado hace décadas como cajón desastre de cualquier
dolor periarticular. El conocimiento actual patológico y funcional del hombro nos per-
mite un diagnóstico clínico más detallado.
Rotura bicipital.
Bursitis subacromio-deltoidea.
Capsulitis adhesiva-hombro congelado.
EXTRÍNSECAS
El hombro es una zona clásica de dolor reflejo; la irritación diafragmática se rela-
ciona con síntomas en el hombro pues comparten las mismas raíces nerviosas del der-
matoma de éste (C4 y C5); las patologías de estructuras abdominales altas (pan-
creatitis, gastropatía, neumoperitoneo, absceso subfrénico...) y de caja torácica
(patología mediastínica, mesotelioma...) pueden cursar con dolor en ésta articulación.
Los problemas del cuello (discopatías, cervicoartrosis...) pueden irradiar molestias a
hombro, en estos casos una primera aproximación diferencial lo constituye la señali-
zación de la zona dolorosa: en las cervicopatías el paciente indica la zona medial del
hombro cubriendo con la mano el trapecio y en el dolor articular primario lleva la
mano a la región deltoidea.
Patologías en zonas próximas como tumor de Pancoast, síndrome del estrecho superior...
TENDINITIS CALCIFICANTE
Es el depósito de calcio en el manguito rotador cerca de su inserción en el troquíter.
Predomina en la mujer en la cuarta década, frecuentemente asintomática. Produce
síntomas si hay conflicto del espacio subacromial (forma crónica) o si hay reabsor-
ción de calcio (forma aguda) que produce clínica muy intensa.
ANAMNESIS
Forma de comienzo: agudo como en la bursitis, infecciones, lesiones traumáticas agu-
das o más insidioso como en las tendinitis crónicas por compresión del manguito o
subluxaciones crónicas.
Historia reciente de traumatismo: mecanismo, tipo de lesión, como en las roturas agu-
das de manguito, que se asocian a luxaciones glenohumerales de pacientes mayores
de 40 años. Esfuerzos inhabituales, comienzo de actividad deportiva a edades me-
dias de la vida que producen dislaceración del supraespinoso.
Actividad laboral: profesiones que exigen elevación de los miembros superiores por
encima de la cabeza (mecánicos, pintores...) y movimientos repetitivos.
Presencia de enfermedad sistémica: diabetes, enfermedades del tejido conectivo, al-
coholismo, hipotiroidismo...
Características del dolor: localización, ritmo, circunstancias que lo agravan o lo miti-
gan, movimientos que lo intensifican, limitación de la vida diaria.
EXPLORACIÓN FÍSICA
1. INSPECCIÓN
Ha de ser siempre bilateral; observar mientras deambula y se desviste; los movimien-
tos de protección nos dan una impresión inicial del nivel de afectación.
Cutáneos: signos flogóticos, cicatrices, equímosis (proximal del miembro en la rotura
de la porción larga del bíceps).
Atrofias musculares: localizadas en deltoides (nervio circunflejo), trapecio (n. espinal),
supra-infraespinosos (n. supraescapular). La patología crónica puede producir atro-
fia en todo el perímetro del hombro por desuso.
Deformidades: signo de la charretera en lux. escápulo-humeral, lux. acromioclavicu-
lar, tumores, contractura de trapecio y musculatura paravertebral en las cervicalgias
.
2. PALPACIÓN
Buscar puntos dolorosos y deformidades. Los principales son:
Articulaciones acromio y esterno claviculares: ubicación de esguinces, luxaciones y
subluxaciones. Signo de la tecla: presión sobre clavícula distal que desciende y al sol-
tar asciende en luxación acromio-clavicular.
906
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
RADIOLOGÍA
Proyección anteroposterior: luxación y subluxación, valoración del espacio subacro-
mial. Dinámica con peso para subluxación acromioclavicular.
Axilar: valoración del perfil glenoideo, luxación posterior e inestabilidades.
Lateral en “Y”: permite valorar articulación esterno y acromio claviculares y las ines-
tabilidades glenohumerales.
TAC
Casos seleccionados en los que se precisa mayor nitidez de relaciones articulares.
RMN
Prueba de elección en la valoración del estado del manguito de los rotadores y el ti-
po de hombro congelado extraarticular.
ECOGRAFÍA Y GAMMAGRAFÍA
Utilizadas en sospechas diagnósticas muy puntuales.
TRATAMIENTO
TENDINITIS-BURSITIS
Reposo en la fase aguda y tan pronto como sea posible, ejercicios pasivos. Uso de
AINEs 8-10 días. Si existen episodios sucesivos valorar infiltración con corticoide más
anestésico local (Mepivacaína 1ml más Acetato de Parametasona 1 ó 2 ml).
ROTURA DEL MANGUITO ROTADOR
Pacientes jóvenes con actividad física activa: tratamiento quirúrgico. Pacientes ancia-
nos con poca actividad física: tratamiento conservador (antiinflamatorios en fase agu-
da y posterior rehabilitación).
SÍNDROME DE COMPRESIÓN
Inicialmente conservador con analgesia, reposo y antiinflamatorios. Si no cede trata-
miento quirúrgico (descompresión).
ROTURA TENDÓN BICIPITAL
Paciente activo: tratamiento quirúrgico.
TENDINITIS CALCIFICANTE
Inicialmente AINEs y reposo. Sólo en cuadros muy limitantes y de larga evolución se
plantea cirugía.
908
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Hoppenfeld S. Exploración física del hombro. En: Hoppenfeld S., editor. Exploración física
de la columna vertebral y las extremidades. Madrid: El manual moderno,1976; p. 1-59.
▲ Fonseca del Pozo FJ, Fernández JA, Martínez de la Iglesia J. Un hombro doloroso. Medici-
na integral 1992; 8: 384-393.
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de traumatología de atención primaria. 1ª ed. Madrid: Smithkline Beecham, 1996; p. 125-
152.
▲ Rockwood & Matsen. Evaluación clínica de los problemas del hombro. En: Rockwood & Mat-
sen, editores. Hombro. 2ª ed. McGraw-Hill Interamericana, 1998; p. 162-195.
▲ Rockwood & Matsen. Manguito de los rotadores. En: Rockwood & Matsen, editores. Hom-
bro. 2ª ed. McGraw-Hill Interamericana, 1998; p. 751-841.
909
CAPÍTULO 113
Capítulo 113
CERVICALGIA
V. Delgado Alcalá - J.M. Madruga Sanz - E. Zafra Ocaña
INTRODUCCIÓN
▲ El raquis cervical es una estructura compleja formada por 7 vértebras unidas entre
sí por articulaciones óseas (interapofisarias y uncovertebrales), ligamentos y discos
intervertebrales. Se relaciona estrechamente con estructuras vasculares, neurológi-
cas (centrales, periféricas y vegetativas), musculares y orgánicas (esófago, tráquea,
ganglios, tiroides, paratiroides). Su función consiste en conectar la cabeza al tron-
co, soportar y dotar de movilidad a cráneo y cara y proteger parte del SNC.
▲ Todas estas estructuras son susceptibles de enfermar por múltiples causas y pro-
ducir gran variedad de síntomas que, por su presentación clínica, son difíciles de
atribuir a una patología determinada que, a menudo, no puede ser inicialmente
identificada. Esto obliga a que el diagnóstico en el Servicio de Urgencias sea
esencialmente un diagnóstico de descarte (fundamentado en la clínica y apoyado
por la radiología), a prescribir un tratamiento sintomático y al seguimiento de la
evolución bien ambulatorio bien intrahospitalario.
CLASIFICACIÓN
I. CUADROS SISTÉMICOS:
▲ Infecciosos: Espondilodiscitis (S. aureus, Estreptococos, E. coli, Gram negativos e
infecciones crónicas como TBC o brucelosis).
Diagnóstico difícil: 50% sin fiebre ni leucocitosis. Analítica: ↑ VSG, anemia nor-
mocítica-normocrómica.
Radiología: Normal en la mayoría de los casos. Signos: Disminución de la altura
de un espacio discal con erosiones en platillos vertebrales adyacentes (2-3 meses
en aparecer).
Importantes los antecedentes: ADVP, focos a distancia (amígdalas, urinario…), etc.
▲ Tumorales: Poco frecuentes, sobre todo metástasis (pulmón, mama, riñón, mela-
noma, mieloma), tumores benignos (osteoma osteoide, hemangioma) o tumores
medulares (meningioma, neurofibroma).
Radiología: Cambios en la consistencia de una vértebra (lítica o blástica) o en sus
límites (insuflación o erosión cortical), alteración de pedículos.
▲ Reumatológicos o metabólicos: AR, polimialgia, arteritis de células gigantes, Pa-
get, hiperostosis anquilosante,etc. Generalmente hay antecedentes: Poliartralgias,
cuadro sistémico.
Radiología: Calcificaciones alrededor del anillo fibroso discal (sindesmofitos), os-
teoporosis, subluxación o luxación atloaxoidea (proyección transoral) en AR.
II. CUADROS LOCALES:
▲ Degenerativos: Osteoartropatía articular, degeneración discal, etc.
Radiología: Crecimiento exofítico (osteofitos), osteoporosis, acuñamientos verte-
brales, esclerosis subcondral, pinzamiento articular.
▲ Postraumáticos: Las fracturas y luxaciones del raquis son producidas por trauma-
tismos importantes (accidentes de tráfico, laborales, casuales, deportivos…). En
910
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CONCEPTOS
La columna cervical es una “gran exportadora” de dolor.
Los signos y síntomas clínicos pueden ser:
▲ Locales
- Dolor cervical.
- Contractura muscular.
- Limitación funcional (movilidad).
- Actitudes posturales (tortícolis).
▲ Irradiados: 3 vías de irradiación fundamentales. Se pueden superponer y ser ori-
ginados por cualquier osteoartropatía cervical (degeneración artrósica, neopla-
sia, infección, reumatismo, traumatismo…).
1. Vía ascendente. Vascular y simpática.
-Afectación del agujero transverso y su contenido vascular (arteria vertebral) y
neurovegetativo por alteración de las articulaciones interapofisarias o uncover-
tebrales. Se produce: Mareo, vértigo, cefalea…
2. Vía transversa. Radicular y vascular.
-Afectación a nivel del agujero de conjunción de las raíces, nervios espinales o si-
novertebrales a consecuencia de patología discal o de articulaciones interapofi-
sarias o uncovertebrales. La irradiación de los síntomas tendrá una expresión me-
tamérica (miotomas zona interescapular y miembros superiores) si se afecta la
raíz anterior o irregular si se afecta la raíz posterior o el nervio sinovertebral.
912
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLÍNICA
▲ Cuadros sistémicos: Infección, tumor, reumatismo.
– Dolor y rigidez generalizada.
– Contractura bilateral, afectando todos los grupos musculares.
– Limitación funcional global afectando a la mayoría de movimientos cervicales.
– Ritmo doloroso tipo inflamatorio (no cede en reposo, incluso se exacerba).
– Valorar antecedentes: ADVP, focos infecciosos, neoplasias, psicológicos…
– Cualquier tipo de irradiación de síntomas.
▲ Cuadros locales: Degenerativos, postraumáticos.
– Dolor y rigidez más localizada.
– Contractura asimétrica, afectando generalmente a uno o dos grupos musculares.
– Limitación funcional parcial, afectando sólo algunos movimientos cervicales.
– Ritmo doloroso mecánico (disminuye en reposo).
– Valorar antecedentes: Edad, ocupación, traumatismo antiguo...
– Cualquier tipo de irradiación de síntomas.
EXPLORACIÓN
▲ Anamnesis: Intentar filiar alguna causa o antecedente (trauma, infección, tu-
mor…), ritmo del dolor, inicio y duración de los síntomas, pérdida de peso, aste-
nia, depresión, etc.
▲ Inspección: Postura antiálgica (tortícolis), proyección anterior de la cabeza, cifoes-
coliosis, tumoración visible, observar al enfermo al desvestirse, moverse, etc (fit test).
913
CAPÍTULO 113
▲ Palpación:
– De espinosas: Intentar focalizar el dolor en una vértebra o en toda la columna
cervical.
– De partes blandas: Contracturas musculares focalizadas o generalizadas, pul-
so carotídeo, ganglios, glándulas salivares…
▲ Exploración de la movilidad: Flexo-extensión (70°), rotaciones (90°), lateralidad
(45°) del cuello (alteración global o focal), activa y pasiva. Explorar movilidad y
funcionalidad de hombros.
▲ Exploración neurológica: S.N. Central y S.N. Periférico.
– Exploración de fuerza, sensibilidad, reflejos, parestesias en miembros.
– Descartar afectación esfinteriana, piramidalismo, reflejos patológicos, Romberg.
– Descartar síndromes de atrapamiento nervioso periféricos (túnel carpiano, ca-
nal Guyón, canal epitrócleo-olecraniano).
▲ Exploración vascular: Descartar alteraciones vasculares en MMSS: Raynaud, al-
teraciones tróficas o del pulso, ingurgitación vascular; maniobra de Adson, soplo
subclavio, etc.
RADIOLOGÍA
▲ Básicamente proyección AP y L (incluir 7 vértebras).
▲ Valoración de:
– Alineación del muro posterior.
– Rectificación de curvas cervicales.
– Pérdida de consistencia o contorno de los cuerpos vertebrales.
– Pinzamiento de los espacios discales.
– Signos degenerativos: Osteofitos, esclerosis subcondral, osteoporosis.
– Signos reumatológicos: Sindesmofitos, luxación atloaxoidea.
– Aparición de costillas cervicales o megaapófisis transversas.
– Valorar partes blandas: Esófago, glotis, calcificaciones…
▲ Otras proyecciones:
– Oblicuas: Visión de agujeros de conjunción y de su posible compromiso por os-
teofitos.
– Transoral: Visión de la posición de la odontoides respecto a las masas del atlas.
– Dinámicas: Se observa subluxación de algún segmento cervical sobre otro. No
se realizarán en traumatismo agudo sin haber visto antes la Rx AP y L y des-
cartar fractura o luxación vertebral.
Si no se pueden obtener las 7 vértebras cervicales o hay patología medular se
solicitará TAC urgente.
TRATAMIENTO
– Inmovilización: Con collarín cervical flexible (efecto analgésico) o rígido (si
afectación neurológica o inestabilidad): 7-15 días según la intensidad de los
síntomas y su evolución. Se puede retirar mientras el cuello no soporte el peso
de la cabeza (decúbito). Se retira gradualmente llevándolo a tiempo parcial.
– Analgesia: Inicialmente con analgésicos tipo Metamizol magnésico a dosis de
1 gr/6-8 h, Tramadol 50 mg/6-8 h, o Paracetamol 500-650 mg/6-8 h, pu-
diendo asociarse dos de ellos según la intensidad del dolor.
914
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Sospecha de infección: Se tomarán hemocultivos y se pautará antibioterapia em-
pírica: Cloxacilina 2 gr/6 h + Gentamicina 3-5 mg/kg/día.
▲ Sospecha de tumor no filiado: Ingreso con criterios de estudio.
▲ Tras traumatismo con Rx negativa pero con signos neurológicos centrales o pe-
riféricos positivos: Se realizará TAC urgente + inmovilización + ingreso en Servi-
cio de Traumatología o Neurocirugía según el caso.
▲ Medulopatía no filiada: TAC URGENTE + INGRESO.
▲ Cuadro clínico muy florido que requiera tratamiento sintomático intrahospitalario.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Andreu JL, Sanz JJ, Mulero. Cervicalgia. En: Moya Mir MS, editor. Normas de actuación en
urgencias. Madrid: 2000; p. 500-03.
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cias 4ª ed. New York: McGraw-Hill Interamericana; 1997. p: 1561-66.
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Quirúrgicas. Madrid: IM&C; 1997. p:171-81.
▲ Corts Giner JR, Casrellano Cuesta JA. Artrosis cervical y otros síndromes cervicales. En: He-
rrero-Beaumont G, Martín Mola E, Riestra Noriega JL, Tornero Molina J, editores. Manual
de Enfermedades Reumáticas de la Sociedad Española de Reumatología. Madrid: Doyma;
1992. p: 290-99.
915
CAPÍTULO 114
Capítulo 114
LUMBALGIA
O. Málaga Shaw - L. Bonilla Madiedo – E. Zafra Ocaña
INTRODUCCIÓN
La lumbalgia es una entidad clínica caracterizada por dolor en la región vertebral o
paravertebral lumbar. Es un síntoma que hasta un 80% de los individuos lo padecerá
al menos una vez en la vida. Así mismo es una de las principales causas de absen-
tismo laboral entre la población activa. Las lumbalgias son en su mayoría episodios
transitorios producidos por lesiones poco importantes, pero existe un porcentaje de
ellas que tienen su origen en una patología sistémica grave, que puede incluso poner
en peligro la vida del paciente, o ser cuadros de dolor que se prolonguen durante me-
ses o incluso años produciendo graves trastornos personales, sociales o psicológicos
al individuo que los padece.
CLASIFICACIÓN
A) SEGÚN ETIOLOGÍA
1. LUMBALGIA MECÁNICA: el 90% de las lumbalgias pertenecen a este grupo. Se
caracteriza por: dolor lumbar que empeora con la movilización, cede con el re-
poso, no existe dolor nocturno espontáneo, no fiebre ni sintomatología sistémica
asociada y frecuentemente tiene un desencadenante. Puede ser debido a:
a) Alteraciones estructurales de la columna lumbar:
Adquiridas: espondilosis, espondilolistesis, patología discal, escoliosis,
artrosis interapofisarias posteriores.
Congénitas: espina bífida, anomalías de transición.
b) Sobrecarga funcional y postural de la columna lumbar: hiperlordosis, so-
brecargas articulares y discales, dismetrías pélvicas, hipotonía muscular abdo-
minal, hipertonía muscular posterior, sobrecargas articulares y discales, emba-
razo, sedentarismo, deportivas.
2. LUMBALGIA NO MECÁNICA: dolor diurno y/o nocturno, no cede o empeora
con el reposo, le despierta por la noche, de intensidad progresiva, acompañado
de fiebre y/o síntomas generales, y primer episodio de lumbalgia en un paciente
mayor de 60 años. Su origen puede ser:
a) Lumbalgias inflamatorias: espondiloartritis anquilosante, espondiloartropatías.
b) Lumbalgias infecciosas: discitis u osteomielitis.
c) Lumbalgias tumorales: tumores óseos benignos y malignos, metástasis verte-
brales, tumores intrarraquídeos.
d) Lumbalgias no vertebrales y viscerales: patología osteoarticular no vertebral
(caderas, sacroilíacas), patología gastrointestinal (úlcus gastroduodenal, tumores
pancreáticos, duodenales, gástricos, pancreatitis, colecistitis, diverticulitis), pato-
logía vascular (aneurisma disecante de aorta abdominal), patología retroperito-
neal (hemorragia, linfoma, fibrosis), patología genitourinaria (Ca. vejiga, riñón,
genital femenino, endometriosis, EPI, embarazo ectópico, cistitis, prostatitis)
e) Otras causas de lumbalgia no mecánica: endocrinas y metabólicas (osteo-
porosis con fracturas, osteomalacia, acromegalia, condrocalcinosis), hematoló-
gicas (leucemias, hemoglobinopatías, mielofibrosis, mastocitosis), miscelánea
(Paget, artropatía neuropática, sarcoidosis).
916
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
ANAMNESIS
La historia clínica nos permite mediante la recogida de datos orientar el cuadro clíni-
co con bastante precisión. Lograremos saber, en la mayoría de los casos, si estamos
ante una lumbalgia mecánica o no mecánica. Para enfocar bien el diagnóstico con-
viene responder a estas tres preguntas:
1) ¿Existe alguna causa sistémica que justifique el dolor? 2) ¿Existe compromiso
neurológico que requiera evaluación quirúrgica? 3) ¿Existen factores sociales o psi-
cológicos que puedan aumentar o prolongar el dolor?
▲ Sobre el dolor
- Forma de comienzo: súbito (esguinces, fracturas, hernia discal, aneurisma di-
secante de aorta) o insidioso (degenerativo, infeccioso, tumoral).
- Localización: dentro de la región lumbar puede ser central, unilateral o bilate-
ral. El dolor irradiado a nalgas y cara posterior o externa de los muslos es muy
frecuente, sin que ello implique la existencia de dolor radicular.
El dolor irradiado no suele acompañarse de parestesias y no suele llegar por
debajo de las rodillas a diferencia del dolor radicular. La lumbalgia bilateral se-
rá considerada de etiología maligna a priori.
- Tipo de dolor: mecánico (97%): contractura lumbar (70%), degeneración discal
o articular (10%), hernia discal (4%), estenosis de canal (3%), fractura osteopo-
rótica (4%), espondilolistesis (2%), fractura traumática (<1%) o inflamatorio
(3%): neoplasias ( 0.7%): mieloma múltiple, carcinoma metastásico, linfoma, tu-
mores retroperitoneales, primarios vertebrales, medulares, infecciones (0,01%):
osteomielitis, discitis, absceso paraespinal, espondilitis inflamatorias (0,3%): an-
quilosante, psoriásica, Reiter, viscerales (2%): aneurisma de aorta, pancreatitis,
colecistopatías, litiasis renal.
- Síntomas acompañantes: fiebre, hipotensión, cuadro constitucional, déficit neu-
rológico (si pérdida del control esfinteriano, anestesia en silla de montar y de-
bilidad en miembros inferiores pensar en el síndrome de la cola de caballo).
▲ Sobre el paciente
- Datos demográficos y socioculturales:
▲ Edad:
- Niños: escoliosis, osteocondritis.
- 15-30 años: espondiloartropatías inflamatorias, espondilolisis, espondiloliste-
sis, fracturas, embarazo, postural, tumores vertebrales benignos.
- 30-50 años: lumbalgia mecánica inespecífica.
- Mayor 50 años: espondiloartrosis, enfermedad de Paget, fracturas vertebrales
por osteoporosis, neoplasias, pseudoespondilolistesis.
▲ Sexo:
- Varones: espondiloartropatías inflamatorias, osteomielitis, discitis infecciosa,
enfermedad de Paget, hiperostósis anquilosante vertebral.
917
CAPÍTULO 114
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Analítica: generalmente no está indicado en el estudio de rutina de una lumbalgia,
salvo sospecha de enfermedad sistémica, en cuyo caso se realizará hemograma con
VSG, y bioquímica incluyendo según la sospecha determinación de calcio, fósforo,
fosfatasa alcalina y PSA.
Técnicas de imagen:
▲ Radiología columna lumbar (PA, lateral y oblicuas): sólo deben realizarse en ca-
so de sospecha de enfermedad sistémica, si existe afectación neurológica o edad
superior a 50 años.
▲ TAC y RMN: más sensibles en la detección de infecciones espinales incipientes, tu-
mores, hernias discales y estenosis espinales. Deben reservarse para casos con
sospecha clínica alta de estos padecimientos.
▲ Mielografía: en la actualidad no se utiliza como proceder diagnóstico sino como
estudio preoperatorio.
▲ Radiografía de sacroilíacas: si procediera.
▲ Gammagrafía ósea (Ga-Tc): puede ser útil en la detección precoz de tumores o in-
fecciones y en casos incipientes de sacroileítis.
TRATAMIENTO
MEDIDAS GENERALES:
▲ Reposo en cama dura no más de 4-5 días, con movilización temprana.
▲ Disminución de peso en caso de obesidad.
▲ Ejercicios para desarrollar la musculatura lumbar y abdominal.
▲ Actitudes posturales adecuadas.
TRATAMIENTO MÉDICO:
▲ Dolor lumbar agudo: Antiinflamatorios: Diclofenaco: 100 mg/8 horas, Indome-
tacina: 25 mg/8 horas. Relajantes musculares: Diacepam: 5-10 mg/8-12 horas,
Tetracepam: 50 mg/8-12 horas.
▲ Dolor lumbar crónico: el tratamiento inicial es conservador (médico y ortopédico)
y según evolución se realizará tratamiento quirúrgico, se enviará a una unidad de
dolor…
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO:
INDICACIONES: Dolor intenso, duradero o incapacitante.
Fracaso del tratamiento médico.
Déficit neurológico grave o progresivo.
Estenosis espinal grave.
Radiculitis adhesiva.
Síndrome de la cola de caballo (urgencia quirúrgica).
BIBLIOGRAFÍA
▲ Jenner JR, Barry M. Low back pain. BMJ 1995; 310: 929-932.
▲ Deyo RA, Weinstein JN. Low back pain. N Engl J Med 2001; 334: 363-369.
▲ Joven B, García C, Sáenz del Castillo JI. Dolor lumbar y cervical. En: Blanco-Echevarría A,
Cea-Calvo L, García-Gil ME, Menassa A, Moreno-Cuerda VJ, Muñoz-Delgado G, et al, edi-
tores. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica del Hospital Universitario 12 de Octu-
bre. 5ª ed. Madrid: MSD; 2003; p. 77-86.
▲ Moyá F. Lumbalgia. En: Alonso A, Álvaro-Gracia JM, Andréu JL, Blanch J, Collantes E, Cruz
Jet al, editores. Manual S.E.R. de las enfermedades reumáticas. 3ª ed. Madrid: Panameri-
cana; 2000. p. 96-103.
919
CAPÍTULO 115
Capítulo 115
TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO
G. Pérez Almenares - M. J. Herguido Bóveda - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) constituyen la primera causa de muerte e in-
capacidad en menores de 45 años en los países desarrollados, afectando sobre todo
a la población activa, originando terribles secuelas. La incidencia del TCE en España
se estima en 200 casos por 100 000 habitantes, de los cuales el 90 % recibe atención
médica. La incidencia es mayor en hombres con una relación de 3:1 y sobre todo en-
tre los 15 y 25 años. Las causas más frecuentes son los accidentes de tráfico seguido
de las caídas. En las últimas tres décadas se han producido grandes avances en el
diagnóstico y tratamiento de esta patología lo cual se ha traducido en una reducción
de la morbimortalidad de estos pacientes. Estudios bien documentados de los TCE
severos han demostrado una reducción de la mortalidad del 50 % en los años 70 a
cerca del 36 % en la década de los 80 y las principales causas de esta notable mejoría
en los resultados son la más amplia disponibilidad de los servicios médicos de emer-
gencia y una mejor aplicación de las metodologías de los cuidados intensivos. El prin-
cipal objetivo es prevenir la aparición de las lesiones secundarias en las neuronas, lo
cual se consigue manteniendo un nivel de oxigenación adecuado, evitando la hipona-
tremia y la hiperglucemia, existen numerosos factores que conspiran en contra de ésto,
entre ellos tenemos lesiones con efecto de masa que incrementan la presión in-
tracraneal (PIC), hipotensión, hipoxia secundaria a complicaciones pulmonares. Por lo
que todas estas situaciones deben ser monitorizadas y tratadas precozmente.
De manera general podemos definir el TCE como las lesiones que se producen en los
tejidos blandos epicraneales, hueso, meninges y encéfalo por la acción de un agente
vulnerante.
Concusión o conmoción cerebral: Ocurre como resultado de una lesión no penetrante
sobre el cerebro, que no produce afectación macroscópica ni microscópica, originando
una pérdida transitoria del conocimiento. No existe consenso en cuanto al tiempo de
pérdida del conocimiento. Algunos autores plantean sólo unos segundos y otros hasta
6 horas. Puede existir un periodo de amnesia. El TAC o RMN no muestra alteraciones.
Contusión cerebral: “Contusiones Hemorrágicas”. Lesión de intensidad suficiente para
producir daño del parénquima cerebral. En el TAC craneal aparecen como áreas de
alta densidad con efecto de masa. Ocurren con mayor frecuencia en aquellas zonas
donde la desaceleración brusca de la cabeza hace que el cerebro impacte sobre las
prominencias óseas, como los polos frontal, temporal y occipital. Clínicamente se
puede traducir por signos neurológicos focales irritativos o deficitarios en relación con
la zona afectada, así como pérdida del conocimiento de tiempo variable o coma. Si
bien hemos visto pacientes con contusiones cerebrales y lesiones abiertas con salida de
masa encefálica sin apenas afectación neurológica lo que se explica porque han sido
lesionadas zonas del parénquima cerebral con poca traducción clínica.
Lesión por contra golpe: Sumado a la lesión que se puede producir en el encéfalo en
el sitio del impacto, las fuerzas ejercidas sobre la cabeza pueden producir que el
cerebro se golpee contra el cráneo en el lado opuesto al impacto.
Lesión axonal difusa: Lesión cerebral primaria producida por mecanismos de acele-
ración desaceleración rotacional. En su forma severa se producen pequeños focos he-
920
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
morrágicos en el cuerpo calloso, zona rostral y dorsolateral del tronco cerebral y sus-
tancia blanca con evidencias microscópicas de daño axonal difuso que producirán
una degeneración waleriana. Produce una alteración del nivel de conciencia más o
menos importante llegando a veces a la muerte cerebral.
CLASIFICACIÓN DEL TCE
Según su severidad y según la escala de Glasgow para el coma:
Cuadro 115.1: Escala del Coma de Glasgow
PUNTUACIÓN OCULAR VERBAL MOTOR
6 - - Obedece órdenes
5 - Orientado y confuso Localiza estímulos dolorosos
4 Apertura Desorientado y confuso Retira
espontánea
3 Estímulos Respuesta inapropiada Flexión (rigidez de decorticación)
verbales
2 Estímulos Sonidos Extiende (rigidez)
dolorosos incomprensibles de descerebración
1 No respuesta No respuesta No respuesta
Grave: EGC Igual o menor de 8; Moderado: EGC entre 9 y 13; Leve: Entre 14 y 15
Según la integridad de la duramadre:
– TCE cerrado: No existe solución de continuidad de la duramadre.
– TCE abierto: Existe solución de continuidad en la duramadre. Ejemplos son las
fracturas de la base del cráneo abiertas a las cavidades aéreas craneales que
producen salida de líquido cefalorraquídeo al exterior ya sea por las fosas na-
sales o conducto auditivo externo, heridas penetrantes y fracturas abiertas de la
bóveda craneal.
El daño cerebral que se produce como consecuencia de un TCE deriva de 2 causas
fundamentales:
1.- El daño por el impacto directo a lo que se le llama lesión cerebral primaria y és-
ta incluye laceraciones corticales, contusiones cerebrales, lesión axonal difusa y con-
tusión del tronco cerebral.
2.- Lesión cerebral secundaria, se desarrolla posteriormente e incluyen: Hematomas
intracraneales (epidurales, subdurales e intraparenquimatosos), Edema cerebral, hi-
poxemia, Isquemia cerebral (debido al aumento de la PIC o Shock), todas ellas au-
mentan el daño cerebral y empeoran el pronóstico.
Como la lesión primaria no puede ser modificada por la acción del médico que tra-
ta al paciente, el interés fundamental está dirigido a evitar la aparición de la lesión
cerebral secundaria lo cual requiere una correcta comprensión de los factores que in-
fluyen en el control de la PIC.
Raramente se puede atribuir hipovolemia a un TCE, excepto:
En niños con pérdidas intracraneales o en el espacio subgaleal
– A través de heridas epicraneales
– TCE severos en fases avanzadas con disfunción del tallo cerebral (bulbo raquí-
deo) con colapso cardiovascular.
Valoración inicial
El diagnóstico de las posibles lesiones intracraneales no es prioritario en un primer
momento y, sin embargo, si lo es establecer una enérgica resucitación cardio-respi-
921
CAPÍTULO 115
ratoria, para evitar una isquemia cerebral asociada a una ya posible hipertensión in-
tracraneal.
Se debe realizar una rápida valoración primaria (ABC) comprobando la permeabili-
dad de la vía aérea (con control cervical), ventilación/ oxigenación, descartando neu-
motórax a tensión, neumotórax abierto, hemotórax masivo, volet costal, herida toráci-
ca abierta, valorando soporte ventilatorio administrando oxígeno con el objetivo de
mantener una saturación mayor de 90 %. Detener hemorragias externas, fluidoterapia,
descartar inestabilidad hemodinámica (Shock) y monitorización del paciente, casi si-
multáneamente realizar una valoración neurológica que nos permita sospechar la
existencia y/o gravedad de posibles lesiones intracraneales y/o medulares.
La evaluación neurológica inicial se realiza valorando el nivel de conciencia mediante
la escala de Glasgow para el coma (EGC) Cuadro 115.1. Así que obtendremos un
valor numérico entre 3 y 15, mientras mayor número mejor es el nivel de conciencia.
Esta escala permite uniformidad a la hora de evaluar el paciente inclusive entre diferentes
observadores eliminando el subjetivismo y nos permite clasificar la severidad del TCE.
Debemos observar las pupilas, tamaño y reactividad, si existe anisocoria > 1 mm, re-
flejo fotomotor lento o ausente. La focalidad motora observando la actitud del pa-
ciente, los movimientos espontáneos de las extremidades o a los estímulos dolorosos
y la respuesta plantar.
Indicaciones de intubación:
– Bajo nivel de conciencia, EGC menor o igual a 8
– Necesidad de hiperventilación PaCO2 30-35 mm de Hg, nunca menos de 25
mm de Hg.
– Trauma maxilofacial severo
– Necesidad de sedación para estudios
– Evitar intubación nasotraqueal en fracturas de la base del cráneo.
En la valoración secundaria buscaremos:
Inspección del cráneo:
A. Evidencia de fracturas de la base del cráneo:
1. Ojos de mapache: Equimosis periorbitaria
2. Signo de Batle: equimosis retroauricular
3. Rinorrea u otorrea
4. Hemotímpano
B. Descartar fracturas faciales:
1. Fracturas de LeFort: palpar para descartar inestabilidad de los huesos faciales,
incluyendo el arco zigomático
2. Fracturas del reborde orbitario: palpando todo el reborde buscando escalones
C. Proptosis. Edema periorbitario
Auscultación Cráneo cervical
Auscultar sobre las arterias carótidas: Los soplos pueden estar asociados a disección
carotídea.
Auscultación sobre los globos oculares: Soplos pueden indicar una fístula carótido-
cavernosa traumática
Descartar signos de lesión de la columna
Examen neurológico
1. Examen de los nervios craneales:
A. Función de los nervios ópticos
– Agudeza visual (en el paciente consciente)
– Descartar defecto pupilar aferente
922
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Si sospechamos traumatismo de gran intensidad aunque cumpla estos criterios de bajo riesgo
pediremos una radiografía AP y lateral de cráneo para descartar fracturas o si ha presentado
un traumatismo frontal u occipital, refiera dolor cervical o sospechemos traumatismo cervical
pediremos radiografía de columna cervical. En caso de fractura lineal de la bóveda craneal se
recomienda un periodo de observación de 24 horas, especial vigilancia si la línea de fractura
cruza un surco vascular correspondiente a la arteria meníngea media, por el riesgo de
hematoma epidural. Fracturas con hundimiento mayor de un cm o con una depresión que supere
el grosor del diploe deberán ser valoradas por el neurocirujano.
Si presentara una EGC inicial de 14 deben ser vigilados en el Servicio de Urgencias por un pe-
riodo de 6 horas, si pasa a tener una EGC de 15 se seguirán las recomendaciones aquí ex-
puestas. Si por el contrario su puntuación se mantiene o disminuye pasará a formar parte del
grupo de riesgo moderado.
Indicaciones médicas
– Reposo en cama con elevación de la cabeza de 30 a 45 grados
– Exploración neurológica cada 2 horas
– Dieta absoluta hasta que esté bien alerta que comenzaremos con líquidos
– Fluidoterapia con soluciones isotónicas a razón de 100 ml/hora en adultos y en niños 2.000
ml/m2/día
– Analgesia si precisa, Ej.: Acetaminofen, Codeína si es necesario
– Antieméticos si precisara, evitar su uso para no producir sedación, evitar uso de Fenotiaci-
das porque reducen el umbral convulsivo
Riesgo moderado de lesión intracraneal
– Pérdida o disminución del nivel conciencia durante o después del traumatismo
– EGC de 13 y EGC de 14 que no mejoraron después de un periodo de observación de 6 horas
– Cefalea intensa o progresiva
– Intoxicación etílica o por drogas
– Crisis comiciales post-traumáticas
– Menores de 2 años de edad, excepto un traumatismo trivial
– Sospecha de maltrato doméstico
– Vómitos persistentes
– Amnesia post-traumática
– Signos de fractura de base
– Traumas múltiples
– Traumatismo facial importante
– Fractura deprimida o lesión penetrante
Recomendaciones
1. TAC de cráneo con ventana ósea para descartar fracturas, radiografía de columna cervical si se
sospecha lesión a dicho nivel
2. Observación domiciliaria durante 24 o 48 horas si cumple los siguientes criterios:
– TAC craneal normal
– EGC inicial de 14 puntos
– Ausencia de criterios de riesgo alto o moderado
– Asintomático con exploración neurológica normal, se acepta la amnesia del episodio
– Adulto responsable que vigile al paciente y lo lleve a Urgencias si apareciera algún signo de
alarma descrito arriba
– Fácil acceso al hospital si lo necesitara
– Ausencia de otras circunstancias que compliquen la situación como, sospecha de maltrato do-
méstico incluyendo abuso de menores.
3. Ingreso hospitalario a cargo de neurocirugía más la consulta al neurocirujano si el paciente no
cumple los criterios arriba mencionados. Incluiremos también aquellos en los que no se ha podido
realizar el TAC craneal y la presencia de criterios de riesgo alto de lesión intracraneal
924
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 116
TRAUMATISMO TORÁCICO
P. Toral Guinea - M.J Estebarán Martín
INTRODUCCIÓN
El traumatismo torácico incluye todo traumatismo sobre pulmones, caja torácica (cos-
tillas, esternón), mediastino, grandes vasos intratorácicos y corazón.
Puede comprometer de forma directa la vida del paciente por afectar la vía aérea, así
como las funciones respiratoria y hemodinámica. La mortalidad del traumatismo to-
rácico aislado es baja, pero en 2/3 de las ocasiones se asocia a lesiones craneoen-
cefálicas, abdominales y/o ortopédicas, lo que aumenta explonencialmente su mor-
talidad (el trauma torácico es la causa directa de la muerte en el 25% de los
traumatizados graves).
Hay que tener en cuenta que el hecho de que no haya lesión externa y/o fractura cos-
tal, no excluye la existencia de lesión intratorácica grave.
VALORACIÓN INICIAL
Ante un paciente con traumatismo torácico grave, que ponga en peligro su vida, hay
que llevar a cabo rápidamente una serie de actuaciones:
1- Asegurar la permeabilidad de la vía aérea y mantener adecuada ventilación. La
obstrucción de la vía aérea y el fallo respiratorio se tratan extrayendo posibles
cuerpos extraños, con intubación endotraqueal, aspiración traqueobronquial y
ventilación mecánica.
Criterios para intubación endotraqueal:
– PaO2 < 50 mmHg o FIO2 > 0’5 (50%), PaCO2 > 55 mmHg.
– pH < 7’25
– Coma.
– Hemorragia no controlada en la vía aérea.
– Apnea.
– Estridor progresivo.
2- Los pulmones deben estar totalmente expandidos y el pericardio libre de compresión.
3- Mantener hemodinámica estable.
– Si es necesario, hay que canalizar una vía venosa central para asegurar
una volemia adecuada.
– La función ventricular debe ser mantenida.
4- Evaluación clínica:
– Presión arterial, frecuencia y ritmo cardíacos.
– Evidencia de dificultad respiratoria.
– Ruidos pulmonares asimétricos.
– Venas cervicales distendidas o colapsadas.
– Heridas en la pared torácica o en el cuello.
– Dolor a la palpación en la pared torácica.
– Movimiento paradójico de la pared torácica.
– Enfisema subcutáneo.
– Hematoma cervical.
926
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2- NEUMOTÓRAX ABIERTO
Consecuencia de una herida penetrante en tórax de un diámetro superior a 2/3 del
diámetro de la tráquea (comunicación del espacio pleural con el exterior). El aire en-
tra en el tórax con más facilidad en la inspiración que cuando sale en la espiración,
lo que provoca colapso pulmonar progresivo, desviación mediastínica (incluso bam-
boleo mediastínico) y compresión del pulmón contralateral.
La clínica y la exploración son similares al del neumotórax a tensión, aunque el pa-
ciente está menos grave.
El tratamiento inicial es similar al del neumotórax simple, con la salvedad de que aquí
se debe colocar un mecanismo valvular para evitar la entrada de aire con la inspira-
ción mediante la aplicación de un apósito estéril sobre la herida, sellado con espa-
radrapo por tres lados, dejando el otro lado libre.
El tratamiento definitivo consiste en la colocación de un tubo de tórax, distante de la
lesión y en el cierre quirúrgico de la herida.
3- HEMOTÓRAX MASIVO
Es el resultado de la acumulación de sangre en la cavidad pleural, igual o superior a
1.500 mI. Se suele producir por la rotura de un gran vaso (aorta, mamaria interna,
subclavia, etc) rotura cardíaca o estallido pulmonar.
Clínicamente el paciente estará en shock (sobre todo, hipovolémico) y con insuficien-
cia respiratoria. A parece disminución o ausencia del murmullo vesicular en la zona
afectada, con matidez a la percusión (a diferencia del neumotórax a tensión).
El tratamiento será la reposición de volumen de forma agresiva y la descompresión
del hemitórax en el 5° espacio intercostal (línea media axilar), del lado afecto. Será
necesaria la toracotomía si:
– Deterioro hemodinámico sin otra justificación.
– Persiste un drenaje superior a 1.500 ml en las primeras 12-24 h.
– Drenaje superior a 200ml/hora en 4 horas.
– Persistencia de la ocupación torácica (hemotórax coagulado).
4-TAPONAMIENTO CARDÍACO Y ROTURA CARDÍACA.
Son lesiones de gran riesgo vital inmediato, dado el compromiso hemodinámico que
producen. Se dan en grandes traumatismos torácicos (traumatismos torácicos abier-
tos y heridas por arma de fuego o arma blanca).
Rotura cardíaca: produce un taponamiento cardíaco masivo al llenarse el saco peri-
cárdico con la sangre procedente de las cavidades cardíacas. Si es una rotura abier-
ta, origina un shock hipovolémico con hemotórax masivo, sin taponamiento cardía-
co. Pronóstico fatal.
Taponamiento cardíaco: el pericardio tiene poca elasticidad, por lo que pequeñas
cantidades de sangre pueden provocar un taponamiento. Clínicamente se manifiesta
por la “triada de Beck”: aumento de presión venosa central (puede no manifestarse
por la hipovolemia), disminución de la presión arterial y apagamiento de los ruidos
cardíacos. La aparición de ingurgitación yugular en la inspiración (si el paciente ven-
tila espontáneamente) es el llamado signo de Kussmaul (típico de taponamiento).
Además, hay disminución de los complejos en el ECG.
Tratamiento: aportar volumen mientras se prepara la pericardiocentesis. En casos me-
928
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Contusión miocárdica.- Puede cursar asintomática o con dolor tipo anginoso y cuadro
de bajo gasto cardíaco (que en principio se achaca en el politraumatizado a hipovo-
lemia). Aparecen alteraciones en el electrocardiograma (pueden ser similares a las del
infarto, con trastornos del ritmo y de la conducción añadidos). También produce ele-
vación de CPK-Mb.
6- TRAUMATISMO DE GRANDES VASOS.
Tienen alta mortalidad, aunque en algunas ocasiones las vainas periarteriales contie-
nen la hemorragia y se origina un pseudoaneurisma. Deben sospecharse ante una Rx
de tórax que evidencie ensanchamiento mediastínico, desviación traqueal y esofágica
hacia la derecha, fractura de 1ª y 2ª costillas, borramiento del botón aórtico. Ningu-
no de estos hallazgos es definitivo, por lo que la angiografía en todo paciente con an-
tecedente de trauma torácico y mediastino ensanchado en la Rx de tórax debería ser
la regla.
El tratamiento es quirúrgico.
7 - LESIÓN DIAFRAGMÁTICA.
La localización más frecuente es el hemidiafragma izquierdo (en el lado derecho está
el hígado que oblitera el defecto). Hay que sospecharla ante heridas penetrantes bajo
el 6° espacio intercostal. Si la lesión diafragmática es pequeña puede pasar desaper-
cibida. Si es un desgarro importante, el gradiente de presión que existe a través del
diafragma origina una herniación de las vísceras abdominales al interior de la cavi-
dad torácica, presentando el enfermo disnea y cianosis.
Diagnóstico: suele existir elevación diafragmática. También puede aparecer nivel hi-
droaéreo en relación con la víscera herniada, derrame pleural, atelectasia del lóbulo
inferior o desviación mediastínica contralateral en la Rx.
El tratamiento es la reparación quirúrgica.
8- NEUMOTÓRAX SIMPLE O CERRADO.
Es el más frecuente. El espacio pleural no es ocupado totalmente por aire, por lo que
el colapso pulmonar es parcial. La causa suele ser una lesión pleural provocada por
una fractura costal. La clínica varía desde ser asintomático hasta grados variables de
insuficiencia respiratoria. La auscultación puede ser normal o presentar disminución
variable del murmullo vesicular, coexistiendo con un aumento del timpanismo torácico
en el lado afecto. Puede haber enfisema subcutáneo.
El tratamiento depende de la clínica del paciente. Varía desde actitud conservadora en
neumotórax pequeños hasta drenar con tubo de tórax en el 4°-5° espacio intercostal
(en línea axilar media) si nos enfrentamos a un neumotórax > 20%
9- CONTUSIÓN PULMONAR.
Lesión muy frecuente en traumatismos torácicos de mediana y gran intensidad, gene-
ralmente en relación con fracturas costales o tórax inestables (aunque en pacientes jó-
venes puede existir contusión pulmonar sin lesiones esqueléticas, dada su elasticidad
ósea).
Su gravedad es muy variable y puede no ser evidente en la Rx de tórax inicial. Pro-
duce una desestructuración de la arquitectura alveolar con extravasación de sangre lo
que genera una alteración del intercambio gaseoso.
La clínica es la de una insuficiencia respiratoria de grado variable, hemoptisis, disnea,
taquipnea, febrícula y en la exploración disminución del murmullo vesicular y matidez
a la percusión.
930
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Thoracic Surgery: surgical management of chest injures. Webb WR, Besson A. International
trends in General Thoracic Surgery. Editorial Mosbi Year Book, 1991.
▲ McNevin M, Buchman T, Lippincot W. Washington (Departament of Surgery Washington
University. School of Medicine St. Louis, Missouri). 2001.
931
CAPÍTULO 117
Capítulo 117
TRAUMATISMO ABDOMINAL
D. Cuevas del Pino - M. J. Estebaran Martín
INTRODUCCIÓN
Se debe enmarcar el trauma abdominal dentro del contexto general del POLI-
TRAUMATIZADO.
Frecuentemente se trata de pacientes que presentan lesiones en otras áreas del or-
ganismo y en los que existen dificultades importantes para el diagnóstico clínico de
las mismas.
VALORACIÓN INICIAL:
1- Reconocimiento primario: valoración y tratamiento de la Urgencia vital
– Asegurar vía aérea permeable y control columna cervical.
– Asegurar correcta ventilación/oxigenación.
– Control hemodinámico: tratamiento del shock y control de hemorragia externa.
2- Reconocimiento secundario:
– Inspección del resto de las lesiones.
– Accesos venosos para reposición volemia. Analítica completa incluyendo prue-
bas cruzadas.
Mediciones seriadas del hematocrito.
– SNG: extracción y valoración del contenido gástrico, reduciendo el volumen y la
presión y por tanto el riesgo de aspiración. La presencia de sangre en el aspi-
rado puede debe hacer sospechar lesión gastrointestinal.
No introducir la sonda por la nariz en caso de traumatismo del macizo facial ya
que existe el riesgo de crear una falsa vía e introducir la sonda en el cráneo al
haber lesión de la lamina cribiforme.
– Sonda vesical: Descompresión vesical y permite medir la diuresis como índice de
perfusión. La hematuria es un signo de posible lesión genitourinaria.
– Debe realizarse tacto rectal:
La existencia de desplazamiento de la próstata, sangre en el meato uretral o he-
matoma en el escroto es una contraindicación para la colocación de la sonda
vesical; en estos casos debe realizarse una punción suprapúbica.
– Estudio radiológico.
– Rx simple: tórax y pelvis siempre. El resto según lesiones del traumatizado.
– Eco abdominal: Detecta la existencia, localización y volumen de líquido libre in-
traperitoneal y pone de manifiesto hematomas en órganos sólidos.
– TAC tóraco-abdominal: pacientes que están hemodinámicamente estables y no tie-
nen signos evidentes de peritonitis. Pacientes en los que el lavado peritoneal no es
concluyente y la exploración física no es fiable o impracticable (alteración del nivel
de conciencia, trauma raquimedular etc), pacientes con alto riesgo de lesiones re-
troperitoneales.
INCIDENCIA:
– Los accidentes de tráfico son responsables del 60% de los traumatismos abdo-
minales.
– El estudio de las lesiones torácicas debe realizarse en conjunto con las lesiones ab-
dominales, al menos desde el punto de la evaluación del paciente politraumatizado.
932
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
– Tener en cuenta que los signos peritoneales pueden estar enmascarados por el
dolor de causa extraabdominal, la existencia de un traumatismo craneal aso-
ciado o la ingesta etílica.
CLASIFICACIÓN
A. TRAUMA CERRADO
Fundamentalmente los traumas cerrados en los accidentes de tráfico son debidos a la
deceleración que produce disrupción visceral por estallido o desgarros, impacto di-
recto o aumento brusco de presión con estallido de órganos huecos.
Los órganos que con mayor facilidad se lesionan en los traumatismos cerrados, son
el hígado, el bazo y los riñones, aunque cada vez se detectan mayor número de per-
foraciones de víscera hueca por el uso incorrecto de los cinturones de seguridad.
B. TRAUMA PENETRANTE
Puede ser debido a efectos directos como perforaciones o lesiones en el trayecto que
ha recorrido el proyectil u objeto productor de la lesión y a efectos indirectos por es-
tallido.
El tipo de lesión está determinado por el tamaño de la víscera y la distancia que se
encuentra la puerta de entrada del traumatismo.
Las heridas por arma de fuego pueden afectar a múltiples órganos en la trayectoria
del proyectil; las heridas por arma blanca afectan en general a las estructuras adya-
centes.
Un tipo especial los constituyen las heridas por asta de toro, ya que además de la
puerta de entrada, es previsible la existencia de varios trayectos de diversa intensi-
dad con avulsión y desgarro de los tejidos adyacentes.
En heridas penetrantes con shock, evisceración de asas, irritación peritoneal, hemorragia
digestiva o heridas por arma de fuego, está indicada la laparotomía urgente.
En lesiones por arma blanca, sólo en el 30% se comprueba la existencia de lesiones
de órganos intraperitoneales. Si el paciente está estable, puede realizarse TAC o pun-
ción lavado peritoneal y exploraciones físicas seriadas durante un periodo de explo-
ración.
C. REGIONES DEL ABDOMEN
▲ PERITONEO: La cavidad peritoneal puede dividirse en una parte intratorácica y
otra intraabdominal. La porción intratorácica es la que está cubierta por la parri-
lla costal e incluye el diafragma, hígado, bazo, estómago y colon transverso.
El diafragma puede llegar hasta el cuarto espacio intercostal en una espiración
profunda, teniendo las vísceras abdominales riesgo de ser lesionadas en un trau-
matismo torácico bajo, sobre todo en las heridas penetrantes.
Así mismo, las fracturas de costillas inferiores pueden afectar fácilmente al hígado,
bazo y riñón.
▲ RETROPERITONEO: Contiene los grandes vasos (aorta, cava), páncreas, riñones y
uréteres, así como porciones del colon y duodeno.
Son lesiones difíciles de reconocer por no tener gran expresión clínica y no ser
accesibles al diagnóstico con la punción lavado peritoneal (PLP).
▲ PELVIS: aloja al recto, vejiga, vasos iliacos y en la mujer útero, trompas y ovarios.
Las fracturas de pelvis pueden producir shock, en ocasiones, muy severo. Hemato-
ma perineal y genital pasadas 24-48 horas del trauma. Hematoma retroperitone-
al en ausencia de hemoperitoneo.
933
CAPÍTULO 117
EXPLORACIÓN FÍSICA
-INSPECCIÓN:
Identificar heridas, contusiones, laceraciones o heridas penetrantes. Realizar examen
completo de la cara anterior y posterior de tórax (las fracturas costales bajas se rela-
cionan con laceraciones hepáticas y esplénicas) y abdomen así como del periné.
-AUSCULTACIÓN:
Determinar la presencia o ausencia de ruidos intestinales.
Tanto la sangre como el contenido intestinal, producen diversos grados de íleo, resul-
tando como consecuencia la disminución o pérdida de los ruidos abdominales. Tam-
bién puede producirse íleo en heridas extraabdominales como fracturas costales, le-
siones de la columna vertebral o fracturas de la pelvis.
-PERCUSIÓN:
Matidez o timpanismo.
-PALPACIÓN:
Valoración de la intensidad y localización del dolor si el paciente está consciente.
Contractura involuntaria como signo de irritación peritoneal.
-EXPLORACIÓN RECTAL.
La existencia de sangre en el tacto rectal puede ser expresión de heridas penetrantes
o perforación intestinal.
También nos orienta sobre el estado de la medula espinal.
-EXPLORACIÓN GENITAL.
Cuadro 117.1: Indicaciones de laparotomía Urgente
– Herida abdominal por arma de fuego.
– Herida abdominal penetrante por arma blanca con inestabilidad del paciente o ante la
sospecha de lesión de víscera hueca o diafragma.
– Evisceración traumática.
– Paciente con traumatismo abdominal, hipotensión y distensión abdominal.
– Signos evidentes de peritonitis.
– Evidencia de lesión de órganos abdominales (rectorragia tras fractura pélvica, etc)
– Evidencia radiológica de gas libre intraperitoneal.
– Evidencia radiológica de rotura diafragmática.
– La evidencia de trauma abdominal en un paciente con inestabilidad hemodinámica es
indicación de laparotomía urgente.
-TRAUMATISMO ESPLÉNICO
Es el órgano intraabdominal que con mayor frecuencia se lesiona en los traumatismos
abdominales cerrados.
Tiene importancia descubrir si existen roturas de costillas en el lado izdo.
Las lesiones oscilan desde contusiones a desgarros, estallido, o rotura de los vasos del
hilio.
Existen tres formas de ruptura: ruptura traumática aguda, diferida y espontánea.
Dependiendo del tipo de lesión se puede realizar un tratamiento conservador con
control periódico (clínico, analítico y ecográfico).
Si el paciente no está hemodinámicamente estable, requiere una laparotomía explo-
radora inmediatamente.
-TRAUMA PANCREÁTICO:
Impactos y compresión del epigastrio sobre la columna vertebral.
La existencia de valores normales de amilasa no excluye un trauma pancreático
severo
Figura 117.1: TRAUMA ABDOMINAL CERRADO
REANIMACIÓN REANIMACIÓN
PACIENTE INESTABLE
SOSPECHA CLARA DE LESIÓN ABDOMINAL
PACIENTE INESTABLE
NO SIGNOS ABDOMINALES
HERIDA PENETRANTE
EXPLORACIÓN LOCAL
PENETRANTE NO PENETRANTE
BIBLIOGRAFÍA
▲ Schwartz SI, Shires GT, Spencer FC, Daly JM, Fisher JE, Galloway AC. Principles of Surgery.
7ª ed. New York: McGraw Hill; 1999.
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editores. Soporte Vital Avanzado en Trauma. Barcelona: Masson; 2000. p.171-188.
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▲ Jover JM, López-Espadas F. Cirugía del paciente politraumatizado. Guías Clínicas de la Aso-
ciación española de Cirujanos. Madrid: Aran; 2001.p, 178-278.
937
CAPÍTULO 118
Capítulo 118
SÍNDROME DE APLASTAMIENTO, RABDOMIOLISIS
R. Bellini García – C. Cordón Sánchez - I. Salaverría Garzón
M. J. Estebarán Martín
INTRODUCCIÓN
El músculo estriado contiene gran cantidad de agua, el 70% del potasio del organis-
mo y la mayor concentración de bombas de Na-K ATPasa. El daño muscular extenso
provoca cambios en el metabolismo hidroelectrolítico, en el equilibrio ácido-base y en
la distribución de los fluidos corporales.
La rabdomiolisis es la lesión de las células musculares estriadas o esqueléticas y la
consecuente liberación de su contenido en el torrente circulatorio, afectando a dife-
rentes órganos, en especial al riñón.
FACTORES ETIOLÓGICOS
Existen múltiples mecanismos lesivos (compresión, isquemia, toxemia, etc) siendo has-
ta en un 60% de etiología multifactorial (cuadro 118.1).
CLÍNICA
La rabdomiolisis per se produce poca clínica y muy inespecífica, consistente en dolo-
res, calambres y contracturas musculares, parestesias, debilidad muscular, músculos
edematosos y blandos, y en caso de mioglobinuria > 100 mg/dl la aparición de una
orina marrón oscura.
La lesión muscular produce entrada en el sarcolema de sodio, calcio y agua (llegan-
do a producir síndrome compartimental y shock hipovolémico), y salida de potasio,
fosfato, purinas y mioglobina. La hiperpotasemia y la hipocalcemia tienen efecto car-
diotóxico.
El fracaso renal agudo (FRA) es la complicación más significativa y es debida a me-
canismos vasomotores, estrés oxidativo y por nefrotoxicidad directa de la mioglobi-
na. La probabilidad de FRA es baja si la CPK es menor de 6.000 UI/L
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de rabdomiolisis se obtiene por (una de las tres):
1.- Mioglobinemia mayor de 70 ng/ml. Habitualmente no se solicita por requerir téc-
nicas complicadas y caras.
2.- Mioglobinuria. En Urgencias se realizará una prueba de la ortotoluidina (uri-
ne dipstick) que mediante una tira detecta la presencia de sangre oculta en ori-
na. La positividad de esta prueba unida a la ausencia de hematíes en un exa-
men microscópico del sedimento de orina es diagnóstico de mioglobinuria
(excepto en casos de hemólisis). El 18-26% de las rabdomiolisis no tienen mio-
globinuria.
3.- Creatinfosfocinasa (CPK) es el marcador más usado. Un incremento de 5 veces su
valor normal se considera diagnóstico de rabdomiolisis, diferenciándolo del au-
mento que se produce en el IAM o en el ACV. Su pico máximo aparece a las 24
horas y tiene una semivida de 36-48 horas.
Además deben solicitarse:
- Bioquímica sanguínea urgente: potasio, calcio, urea y creatinina.
938
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Bioquímica sanguínea no urgente: ácido úrico (se eleva), fósforo, GOT/AST (se
eleva), LDH (se eleva). La aldolasa se eleva y es la única enzima específica del
músculo.
- Gasometría: acidosis metabólica con anión GAP elevado.
Estos parámetros será necesario controlarlos a lo largo de todo el episodio.
TRATAMIENTO
Debe instaurarse tratamiento si existe mioglobinuria o CPK mayor de 6.000 UI/L.
Los objetivos fundamentales son: resolver la causa desencadenante (convulsiones, sín-
drome compartimental, isquemia...), evitar el posible desarrollo del FRA y controlar
las alteraciones hidroelectrolíticas.
1. Fluidoterapia
Debe comenzarse lo antes posible, incluso sin tener al paciente monitorizado.
Hay que administrar suero salino fisiológico (NaCl 0.9%) o glucosado 5% a un rit-
mo de 1l/h durante 4-8 horas. En cuanto sea posible se debe monitorizar tensión
arterial, PVC, diuresis y frecuencia cardiaca para ajustar la fluidoterapia.
El objetivo de la reposición volumétrica es conseguir estabilidad hemodinámica y
una diuresis mantenida de 200-300 ml/ h. Para ello se suele necesitar infundir
hasta 12 litros/día.
2. Alcalinizar la orina
El objetivo es conseguir un pH urinario > 6,5 para evitar la precipitación de mio-
globina y uratos y así evitar el FRA. Para ello se infunde bicarbonato a un ritmo
de 200 a 300 mEq el primer día. Se debe solicitar un pH en orina cada 4-6 ho-
ras y mantener la alcalinización urinaria hasta que desaparezca la mioglobinu-
ria (aproximadamente 3 días).
3. Corrección alteraciones iónicas
a. Hiperpotasemia: administrar resinas de intercambio iónico (Resincalcio®) vía
oral 20-40 g/8h o en enemas 50-100 gr con 200 ml de agua cada 8 horas.
La medidas que introducen potasio en la célula (glucosa con insulina, bicar-
bonato) pueden ser ineficaces por no estar íntegro el sarcolema, por lo que
deja salir nuevamente el potasio.
b. Hipocalcemia: no tratar salvo que exista disfunción ventricular o arritmias por
hiperpotasemia severa. En ese caso administrar gluconato cálcico 10% 1 am-
polla (10 cc) en 2 minutos. El tratar la hipocalcemia asintomática sólo favore-
ce la calcificación metastásica ya que el cociente fósforo-calcio es constante
en la rabdomiolisis.
4. Utilización de diuréticos
* Manitol: 25 gr cada 6 horas
Se utiliza para reducir el acúmulo de líquido en el músculo, reducir la toxicidad
tubular de la mioglobina y forzar la diuresis. Primer diurético a utilizar si no
existe hipovolemia
* Furosemida: 20-250 mg iv al día
Se utiliza como apoyo del Manitol si no hay una respuesta suficiente a éste.
Siempre hay que alcalinizar la orina previamente a utilizar Furosemida.
* Acetazolamida (Edemox®)
Está indicada su utilización cuando el pH sanguíneo es > 7,45 (debido gene-
ralmente a la infusión de bicarbonato). Se usa en bolos de 250 ó 500 mg has-
ta que desaparezca la mioglobinuria.
939
CAPÍTULO 118
BIBLIOGRAFÍA:
▲ F.J. Gainza, I. Gimeno. Mioglobina y fracaso renal agudo: rabdomiolisis y sdr. de aplasta-
miento. En: A. Net, L. Marruecos-Sant. El paciente politraumatizado. Barcelona. Ed. Sprin-
ger- Verlag Ibérica 2001. Pag. 219-228.
▲ S.G. Holt, K.P. Moore. Pathogenesis and treatment of renal dysfunction in rhabdomyolysis.
Intensive care Med (2001) 27: 803-811.
940
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Theodore H.Lewis, Jesse B. Hall. Rhabdomyolysis and myoglobinuria. En: Jesse B. Hall , Gre-
gory A. Schmidt, Laureence D.H. Wood. Principles of critical care. Ed: Mc Grow-Hill 1998.
Pag. 1133-1140
▲ David.W.S. myoglobinuria. Neurol Clin. 2000 feb ; 18(1) : 215-43.
941
CAPÍTULO 119
Capítulo 119
LESIÓN MEDULAR AGUDA
O. Drozdowskyj Palacios - R. Parrón Cambero - J. Moreno Pérez -
M. J Estebarán Martín
INTRODUCCIÓN
La médula espinal es un cordón nervioso que protegido por la columna vertebral se
extiende desde la base del cerebro hasta la región lumbar. A lo largo de ella salen
los nervios raquídeos, que según la zona de donde emergen, se denominan cervica-
les, torácicos, lumbares y sacros.
La médula espinal forma parte del sistema nervioso central y constituye la vía princi-
pal por la que el cerebro recibe información del organismo y envía las órdenes que
regulan los movimientos. Su interrupción produce la parálisis, ausencia de sensibili-
dad por debajo de la zona afectada, falta de control de los esfínteres de la micción
y de la defecación, alteraciones en el sistema nervioso vegetativo y riesgo de otras
complicaciones (úlceras por presión, espasticidad, procesos renales...).
EPIDEMIOLOGÍA
Esta entidad es más frecuente en adultos jóvenes varones. La causa más frecuente es
la traumática, y dentro de ésta son los accidentes de tráfico (40-60%), seguidos de los
accidentes deportivos (6-13%), caídas de altura (20-30%), heridas por arma de fue-
go, y otras causas (7-15%). De igual forma, existen múltiples enfermedades que pue-
den provocar un daño en la médula espinal, destacándose como causas médicas más
frecuentes: las lesiones vasculares, los procesos compresivos, inflamatorios, degene-
rativos y tumorales entre las más importantes sin olvidarnos de las causas congénitas
(mielomeningocele, etc.).
CLASIFICACIÓN Y CLÍNICA
De una forma esquemática describiremos los distintos tipos de presentación:
1.- Síndrome de compresión anterior: Se produce parálisis y analgesia bajo el nivel
de lesión, con mayor o menor afectación del tacto y de la propiocepción.
2.- Síndrome central: Se caracteriza por una mayor afectación motora en las extre-
midades superiores que en las inferiores, siendo el defecto sensorial muy varia-
ble.
3.- Síndrome de hemisección medular (de Brown-Sequard): Se produce una parálisis
y afectación de la sensibilidad propioceptiva ipsilateral, y pérdida de la sensibili-
dad termoalgésica contralateral.
4.- Síndrome de sección medular completa: Se produce una primera fase de shock
medular con instauración inmediata de parálisis flácida y anestesia bajo el nivel
de lesión así como arreflexia con una duración entre 3 a 6 semanas, para dar lu-
gar después a una exaltación de la actividad refleja. Se asocian además dolor y
trastornos autonómicos que afectan al control de la temperatura, tensión arterial
(estos pacientes en general presentan hipotensión alternando con episodios paro-
xísticos de hipertensión en relación, fundamentalmente, con distensión vesical o
rectal).
Para la orientación del nivel de lesión se tendrán en cuenta al menos:
942
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Cuadro 119.1
NIVEL MOTOR SENSITIVO REFLEJOS
C4 Diafragma
C5 Flexión de codo Hombro Bicipital
C6 Extensores del carpo Dedo pulgar
C7 Extensores del codo Tercer dedo de la mano Tricipital
C8 Flexores de los dedos 5° dedo de la mano
T1 Abductores de los dededos
T2-T9 Intercostales
T4 Mamila
T10 Ombligo
L2 Flexores de cadera
L3 Extensores de rodilla Rótula Rotuliano
L4 Dorsiflexores de tobillo Maleolo interno
L5 Peroneos 1° dedo del pie Aquíleo
S1 Flexión plantar Maleolo externo Aquíleo
S4-S5 Perineal
COMPLICACIONES
▲ Shock hipovolémico: que se caracteriza por taquicardia, hipotensión arterial y pul-
so irregular. Para el tratamiento acudir a capítulo específico.
▲ Shock neurogénico: que se caracteriza por bradicardia, hipotensión arterial y pul-
so regular y se debe a la interrupción de las vías simpáticas descendentes.
▲ Trombosis venosa profunda
▲ Tromboembolismo pulmonar.
▲ Insuficiencia respiratoria aguda debido a fallo en la mecánica ventilatoria o de
obstrucción de vía aérea por tapón mucoso.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Frankel HL, Hancok DO, Hyslop G y cols: The value of postural reduction in the initial ma-
nagement of closed injuries of the spine with paraplegia and tetraplegia: I. Paraplegia 1969;
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▲ Slucky AV, Eismont FJ: Treatment of acute injury of the cervical spine. J Bone Joint Sugery
1994; 76 A: 1882-1886.
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trauma: prehospital and in-hospital emergency care, en Springfield DS: instructional course
Lectures 46. Rosemont, IL, American Academy of Ortopaedic Surgeons, 1997, pags. 113-
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▲ Bracken MB; Administration of methylprednisolone for 24 or48n hours or tirilazad mesylate
for 48 hours in the tretment of acute spinal cor injury: results of the third National acute spi-
nal cord injury randomized constrolled trial. JAMA 1997; 277: 1597-1604.
945
CAPÍTULO 120
Capítulo 120
TRATAMIENTO URGENTE DE HERIDAS
(HERIDAS POR ARMA BLANCA Y DE FUEGO)
V. Delgado Alcalá - D. Cuevas del Pino - M.J. Estebarán Martín
DEFINICIÓN
Una herida es la consecuencia de un traumatismo mecánico que provoca solución de
continuidad en la superficie de un tejido o un órgano.
CLASIFICACIÓN
1. Según el mecanismo
▲ H. incisas: por un agente cortante. Bordes limpios. Sangran mucho.
▲ H. contusas: por objeto de superficie roma. Bordes contundidos. Sangran me-
nos.
▲ H. punzantes: por objeto puntiagudo. Predomina la profundidad sobre la su-
perficie.
▲ H. por desgarro o arrancamiento: una tracción violenta origina separación,
irregularidad y despegamiento de bordes.
▲ H. por mordedura: potencialmente infectadas.
▲ H. abrasivas: por roce; afecta a epidermis.
▲ H. por aplastamiento: lesión superficial aparentemente banal pero puede com-
plicarse con un síndrome compartimental.
▲ H. por arma de fuego: el orificio de entrada suele ser menor que el diámetro
del proyectil y el orificio de salida mayor. En disparos a corta distancia el ori-
ficio de entrada presenta estallido de tejidos.
2. Según la forma
▲ H. lineales: rectas, curvas, estrelladas…
▲ H. en colgajo: separación tangencial de los tejidos unidos por un pedículo.
▲ H. con pérdida de sustancia: sección total sin pedículo de unión, con pérdida
cutánea.
3. Según la gravedad
▲ H. simples: superficiales, no afectan a estructuras nobles (vasos, nervios, tendo-
nes…).
▲ H. complicadas: profundas, afectan a varios tejidos.
▲ H. graves: penetrantes (penetran en cavidades) o perforantes (penetran y lesio-
nan vísceras).
CLÍNICA
1. Local: dolor (variable según la zona del cuerpo, mecanismo de producción, um-
bral de dolor, estado psíquico,etc.), hemorragia (arterial: sangre roja sincrónica
con los latidos cardíacos; venosa: oscura y sin presión; capilar: roja de aspecto
difuso, “en sábana”), separación de bordes de la herida. Alteraciones en la mo-
tilidad o sensibilidad.
2. General: Depende del tipo de herida así como los órganos y tejidos a los que in-
teresa la lesión. Grandes heridas con hemorragia profusa clínica de shock hipo-
volémico.
946
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
EXPLORACIÓN
El objetivo de la exploración es determinar la gravedad de la lesión y sus potenciales
complicaciones. Se debe valorar:
1. Estado general.
2. Lesiones asociadas (vascular, ósea, nerviosa, tendinosa, politraumatismo, etc).
3. Características de la herida.
▲ Limpia o contusa.
▲ Pérdida o no de sustancia.
▲ Localización topográfica y profundidad.
▲ Grado de contaminación y tiempo transcurrido desde la lesión. El tiempo lími-
te para poder suturar una herida es 6 h (excepto cara y cuero cabelludo 12-24
h); un tiempo superior a 6 h obliga a cicatrización por 2ª intención.
El cierre primario de la piel y tejido subcutáneo nunca está indicado en heridas
fuertemente contaminadas.
▲ Herida tetanígena: > 6h de evolución, bordes contusos, > 1 cm de profundidad,
con tejido no viable y contaminantes, producida por arma de fuego, quemadu-
ra, congelación, asta de toro, etc.
TRATAMIENTO
1. Anestesia. Se puede utilizar anestesia local dependiendo del estado general, ex-
tensión de la herida, localización y grado de colaboración del paciente. Se suele
emplear Scandicaína 1-2% hasta 50 ml, cuya acción es inmediata y dura 3-5 h.
No se aconseja el uso de ningún vasoconstrictor tipo adrenalina, ya que a los
efectos sistémicos se añade una disminución local de las defensas; prohibida en
zonas acras.
En heridas contaminadas se prefiere el bloqueo nervioso regional y la infiltración
perilesional a la infiltración intralesional por el riesgo sobreañadido de extender
el inóculo bacteriano.
2. Asepsia. Lavado de la herida con suero fisiológico y agentes antisépticos (Povi-
dona yodada, Clorhexidina).
3. Exploración y limpieza quirúrgica. Identificación y eliminación de cuerpos extra-
ños y tejido desvitalizado. Descartar afectación de vasos, nervios, tendones, etc.
Es imprescindible la extracción de todos los cuerpos extraños, la eliminación del
tejido no viable, la hemostasia cuidadosa y la irrigación a presión de las superfi-
cies contaminadas.
4. Sutura de la herida. Material de sutura: se utiliza material reabsorbible (Vicryl,
Dexon) para tejido subcutáneo, mucosas o músculo, y material irreabsorbible (se-
da, nylon, dacrón, polipropileno) para piel. Las tiritas estériles de esparadrapo
son útiles en heridas pequeñas, en cara y niños. Se deben seguir las siguientes
normas básicas:
▲ Suturar por planos sin dejar espacios libres.
▲ Suturar sin isquemizar, basta con aproximar bordes.
▲ Generalmente usar puntos simples.
▲ Dar puntos equidistantes.
▲ Dar primero los puntos de referencia.
▲ Evertir los bordes para asegurar el contacto dérmico.
▲ Dejar los nudos a un lado de la herida para facilitar su retirada.
5. Drenajes. Indicados en procesos supurativos o en los que la hemorragia o exu-
dación de líquido comprometen el resultado final. Pueden ser abiertos (Penrose,
947
CAPÍTULO 120
COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS
- Infección: inflamación alrededor de la herida y a veces supuración. Se deben reti-
rar puntos, drenar el pus, lavar con suero y yodo, dejar drenaje y administrar an-
tibioterapia.
- Hematoma: debe drenarse y aplicar vendaje compresivo.
- Dehiscencia: se dejará cerrar la herida por 2ª intención.
- Necrosis: se realizará desbridamiento del tejido necrótico y curas locales.
B.-HERIDAS PENETRANTES
Si tras la exploración local se confirma que la lesión es penetrante pero el pacien-
te está estable, puede realizarse TAC o punción lavado peritoneal y exploraciones
físicas seriadas durante un periodo de observación.
Sólo en el 30% de las heridas por arma blanca existe lesión de órganos intraab-
dominales.
▲ Pruebas diagnósticas:
● Rx simple: presencia de aire libre en cavidad peritoneal (neumoperitoneo); en
heridas penetrantes ayuda a localizar la zona de penetración e intentar valorar
el trayecto seguido por el arma.
● Punción lavado peritoneal: positivo si hematíes > 100.000/mm3, leucos >
500/mm3, amilasa >20 UI/l, bilis, contenido intestinal.
● Eco abdominal: identifica líquido libre. Regla de las cuatro “P”: región pericár-
dica, perihepática, periesplénica y pélvica.
● TAC toracoabdominal: poco sensible para determinar lesiones en vísceras hue-
cas y diafragma en heridas penetrantes.
● Arteriografía
● Estudios con contraste
● Laparoscopia diagnóstica
Manejo y tratamiento:
La decisión de tratamiento quirúrgico se basa en la situación del estado hemodi-
námico, el mecanismo de la lesión y localización de la misma.
La existencia de shock, evisceración, irritación peritoneal en la exploración, hemo-
rragia no controlada o en las heridas por arma de fuego estaría indicada la la-
parotomía urgente.
Consultar capitulo 117: Trauma abdominal penetrante. Ver protocolos.
BIBLIOGRAFÍA:
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2001.
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no J, Vincent E., editores. Urgencias Quirúrgicas. Madrid: Arán; 1992. p. 25-38.
953
CAPÍTULO 121
Capítulo 121
DRENAJE DE ABSCESOS
S. Callejas Pérez - A. Cid Prados - M. J. Estebarán Martín
INTRODUCCIÓN
El absceso es un acúmulo de pus en una cavidad neoformada, y se caracteriza por la
presencia de signos inflamatorios (calor, dolor, rubor, tumor) y es la fluctuación su signo
más característico. Cuando ésta es más evidente nos indica el momento idóneo para el
drenaje del mismo sobre todo cuando el absceso se encuentra en planos superficiales.
Aunque en determinados casos pueda optarse por un tratamiento conservador con
antibióticos ( p. ej., pequeños abscesos faciales), su tratamiento es preferentemente
quirúrgico y básicamente consiste en la evacuación de la colección purulenta.
En este capítulo nos ocuparemos de los abscesos que se encuentran en tejidos super-
ficiales, si bien los principios generales son básicamente iguales para cualquier tipo,
siempre que puedan ser abordados mediante anestesia local.
ETIOLOGÍA
Los mecanismos de producción más frecuentes son por inoculación directa y por con-
tigüidad. El germen más frecuente es el Staphylococcus aureus. En situaciones como
mordeduras de animales o ADVP el origen puede ser polimicrobiano.
(Véase el capítulo sobre “Infecciones de piel y tejidos blandos”).
ANAMNESIS E INTERROGATORIO
Anamnesis general, centrada fundamentalmente en situaciones de inmunodepresión
(SIDA, diabetes, etc.), que puedan condicionar el tratamiento, así como posibles fac-
tores de riesgo ( p. ej., ADVP). También es importante tener constancia de posibles
diátesis hemorrágicas y/o toma de medicación anticoagulante / antiagregante.
Se hará constar la localización, tiempo de evolución y sintomatología acompañante
(escalofríos, sensación distérmica, etc.).
EXPLORACIÓN Y PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Además de la exploración básica del paciente, se prestará especial atención a :
● Reacción sistémica: fiebre, inestabilidad hemodinámica, etc. en estos casos se de-
be solicitar una analítica hemograma, bioquímica y coagulación.
● Si existen dudas diagnósticas, lipomas, aneurismas, etc, puede ser aconsejable la
punción de la lesión y la toma de muestra para cultivo.
● En determinadas localizaciones (especialmente cuello) es conveniente establecer la
posible afectación de estructuras vecinas ( p. ej., carótida y yugulares), incluso me-
diante la realización de ecografía o TAC.
EVACUACIÓN DEL ABSCESO
1º Preparación del campo: lavado con solución antiséptica (la Povidona Yodada de-
be extenderse de dentro a fuera de la lesión, en líneas concéntricas y esperar a
que se seque durante un par de minutos, para que sea efectivo), preparación del
material estéril y uso de paños fenestrados.
954
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Material
● Solución de povidona yodada.
● Gasas y guantes estériles.
● Anestésico local (Lidocaína 1%. Bupivacaína al 2%, etc)
● Bisturí nº 11.
● Pinza de Kocher o tijera.
● Pinza de disección.
● Suero fisiológico o agua oxigenada.
● Drenajes: tira de gasa o Penrose.
● Agujas sbc o im.
TRATAMIENTO POSTEVACUACIÓN
Curas locales cada 24horas con abundante lavado y cambio del drenaje. Una vez la
cavidad esté limpia, se irá retirando progresivamente el drenaje para ir permitiendo
el cierre de la cavidad.
Analgesia, si el paciente tiene molestias, tipo Paracetamol.
El tratamiento antibiótico no está indicado de forma rutinaria, ya que, el correcto dre-
naje del absceso supondrá el cese del cuadro inflamatorio infeccioso en sujetos in-
munocompetentes. Sólo está indicado y nunca por vía tópica:
● En situaciones de inmunodepresión ( diabetes, SIDA)
● Abscesos con importante celulitis a su alrededor.
● Si existen signos de infección sistémica.
● Riesgo de endocarditis.
Puede utilizarse de entrada Cloxacilina 500 mg/ 6 horas vía oral. En pacientes ADVP
con SIDA la etiología suele ser polimicrobiana, a veces con gérmenes no habituales,
por lo que aconsejamos Amoxi-Clavulánico 500-1.000 mg/ 8 horas vía oral. A ve-
ces las lesiones son tan importantes que requieren amplio desbridamiento bajo anes-
tesia regional o general, y antibioterapia de amplio espectro tipo Imipenem 1 g/ 8
horas iv.
SITUACIONES ESPECIALES
Especial atención debemos tener ante determinadas localizaciones:
Los abscesos situados entre la comisura de la boca y la base de la nariz tienen un al-
to riesgo de producir tromboflebitis séptica de los senos venosos intracraneales, por
lo que está indicado el drenaje en ámbito hospitalario y antibióticos sistémicos.
Los abscesos anorrectales son generalmente debido a la obstrucción de una de las 6-
10 glándulas que drenan en las criptas anales. En ocasiones, y hay que tenerlo muy
en cuenta, son secundarios a procesos concretos, tales como, cáncer anorrectal, fisu-
ras o traumatismos.
Según el espacio anorrectal afectado, se clasifican en:
– Perianales: Los más frecuentes. Se caracterizan por una tumefacción eritematosa y
muy dolorosa próxima al ano. El tacto rectal puede ser más o menos doloroso, y
no hay induración ni prominencia por encima de la tumoración.
– Isquiorrectales: Junto con los anteriores constituyen el 80% de los abscesos anorrec-
tales. Aparecen como una tumefacción y dolor perianal, no necesariamente fluc-
tuante. En el tacto rectal suele existir una tumoración dolorosa en la porción distal del
canal. Su diagnóstico como tal, se suele realizar en la exploración quirúrgica.
– Submucoso e interesfinteriano: Producen un dolor sordo, continuo e insidioso en
el recto, sin asociar signos inflamatorios externos. En el tacto rectal se palpa una
tumoración lisa en la parte superior del canal y recto inferior, muy dolorosa e in-
durada, con o sin fluctuación central.
– Pelvirrectales: Generalmente provienen de abscesos interesfinterianos o isquio-
rrectales y más raramente de patología abdominal (apendicitis, diverticulitis, Enf
de Crohn, etc.); los abscesos pelvirrectales puros son excepcionales. Se caracteri-
zan por presentar sintomatología sistémica sin signos perianales externos, al me-
nos al principio. Estos pueden aparecen posteriormente al extenderse al absceso a
la fosa isquiorrectal. En el tacto rectal puede palparse una induración dolorosa en
la zona alta de la pelvis.
956
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Ante todo dolor perianal intenso, con fiebre y tacto rectal doloroso es necesario des-
cartar un absceso submucoso o interesfinteriano.
Su tratamiento es quirúrgico bajo anestesia regional o general en quirófano.
Los abscesos en herida quirúrgica son una complicación postoperatoria importante.
Nos debe dar la voz de alarma que el paciente presente fiebre y una zona de fluc-
tuación cercana a la herida quirúrgica con signos inflamatorios alrededor de la zona.
Se ven favorecidos ante situaciones de inmunosupresión, problemas circulatorios, en-
fermedades crónicas y/u oncológicas, etc. (factores dependientes del paciente).
Dependen del tipo de cirugía empleado: localización e infecciones en otras localiza-
ciones, estancia en quirófano y hospitalaria, así como factores locales, entre ellos su-
ciedad de la herida, la mala perfusión o necrosis del tejido adyacente, presencia de
cuerpo extraño o hematomas, etc.
No podemos olvidarnos del tipo de germen, ya que unos son más proclives a produ-
cir abscesos tras infección de la herida quirúrgica.
Predominan los síntomas locales como el eritema, el dolor e hinchazón y a veces la su-
puración y la fiebre (siendo una de las causas más importantes de fiebre postoperatoria).
Tras el drenaje esperaremos el cierre por segunda intención sin necesidad de anti-
bioterapia.
Lo más importante son las medidas preventivas: rasurado y empleo de antisépticos en
la zona quirúrgica y profilaxis antibiótica.
Abscesos intraabdominales
Se drenan como alternativa a reintervención quirúrgica siempre y cuando se identifi-
que por TAC o ECO que están bien delimitados, que exista accesibilidad a la punción
percutánea, ausencia de líquido peritoneal libre y sin necrosis tisular extensa. La pun-
ción evacuadora es más adecuado realizarla con control ecográfico.
Se deben tomar muestras, sin antiséptico previo, de zona profunda.
Angina de Ludwig: Es una complicación de la faringitis aguda o infección de la bo-
ca por Streptococcus β hemolítico.
Se produce una celulitis entre el mentón y el cuello donde a la palpación, tiene una
consistencia dura, localizada en planos profundos, ocupando el piso de la boca y es-
pacios sublinguales.
Presentan gran dolor que les produce disfagia, leve disnea y sialorrea.
Está indicado el ingreso con antibióticos sistémicos y el drenaje se realiza en quiró-
fano con anestesia general e intubación endotraqueal. Se realiza una incisión amplia
submentoniana o sublingual, dejando drenaje con Penrose hasta que disminuya la in-
flamación así como el riesgo de obstrucción de la vía aérea.
Absceso de Bartholin: Como consecuencia de la infección del conducto de Bartholin.
La paciente suele referir que tiene “un bulto “ en genitales externos e intenso dolor in-
cluso con fiebre.
Su tratamiento consiste en drenaje bajo anestesia regional o general en quirófano.
Presenta un riesgo alto de recurrencias y formación posterior de un quiste, en cuyo
caso estaría indicado la marsupialización mediante una incisión longitudinal en el la-
bio menor, drenaje del contenido, lavado con solución salina y se voltea la pared del
quiste suturándola a la piel.
Panadizo: Es un absceso en el pulpejo del dedo que produce intenso dolor. El trata-
miento quirúrgico es el más eficaz y se recomienda hacerlo en fases tempranas por
el riesgo de osteomielitis y necrosis de la piel. Mediante bloqueo anestésico e incisión
“en palo de hockey” alrededor de la punta del dedo como 1-2mm, por el lado cubi-
957
CAPÍTULO 121
BIBLIOGRAFÍA
▲ Álvarez Lerma F. En: Complicaciones infecciosas en el postoperatorio de la cirugía abdomi-
nal. Ed. Ergón S.A. Madrid 2000.
▲ Arribas J.Mª. Caballero F. En: Manual de cirugía menor y otros procedimientos en la con-
sulta de medicina del médico de familia. Jarpyo editores S.A,1993.
▲ Benavides Budeleje J.A, García Borda F.J, Guadarrama González F.J, Lozano Salvá L.A. En:
Manual Práctico de urgencias quirúrgicas. Hospital Universitario 12 de Octubre. 1998.
▲ George J. Hill, M.D. En: Cirugía menor. Ed. Iberoamericana, 3ºedición 1990.
▲ Richard A., Assaf E. Anestesia local. En: Klippel AP, Anderson CB: Técnicas y procedimien-
tos en urgencias. México DF.Interamericana, S.A., 1988.
▲ Vázquez Perfecto R., Tallón Iglesias B. Abscesos. En: Pacheco D. Manual del residente qui-
rúrgico. Ed. Díaz de Santos S.A.; 1998. p. 402 – 406.
▲ Vázquez Perfecto R., Martín- Merino R. Abscesos anorrectales. En: Pacheco D. Manual del
residente quirúrgico. Ed. Díaz de Santos S.A.; 1998. p. 497 – 499.
959
CAPÍTULO 122
Capítulo 122
EPISTAXIS
M. A. Díaz Sastre – M. Padilla Parrado
CONCEPTO
Consiste en todo sangrado originado en las fosas nasales y/o senos paranasales.
Pueden exteriorizarse por narinas (anterior), o por boca (posterior). Es la urgencia
otorrinolaringológica más frecuente. Es importante conocer su manejo y dominio, tan-
to para la atención primaria como para la especializada.
CLASIFICACIÓN SEGÚN LA CAUSA
■ Causas Locales:
1. Traumatismos:
● Traumatismos naso-faciales (con o sin fractura).
● Legrados repetitivos en nariz, más frecuente en infancia.
● Barotraumatismos: viaje en avión o durante el buceo.
● Yatrogénicos: post-cirugía nasal y/o sinusal, post-intubación nasal o se-
cundario a colocación de sonda nasogástrica.
2. Rinitis de cualquier origen.
3. Presencia de cuerpo extraño.
4. Neoplasias naso-sinusales: benignas o malignas.
5. Factores ambientales como pueden ser clima muy seco, temperaturas extre-
mas. Favorecen rotura capilar espontánea. Son las más frecuentes.
6. Perforaciones septales secundarias a:
● Traumatismos crónicos.
● Enfermedades sistémicas granulomatosas.
● Cirugía del tabique.
● Inhalación de sustancias tóxicas (estupefacientes).
■ Causas Sistémicas:
1. Discrasias sanguíneas: trombocitopatías 1as ó 2as, coagulopatías 1as ó 2as.
2. Vasculopatías congénitas: enfermedad de Rendu-Osler (la más frecuente).
3. Cardiopatías: valvulopatías, hipertensión arterial.
4. Hormonales: como pubertad, embarazo, menopausia. Secundario a una
disminución en sangre de los estrógenos.
5. Idiopáticas o esenciales: después de descartar las anteriores causas.
CLASIFICACIÓN SEGÚN LOCALIZACIÓN DEL SANGRADO
■ ANTERIORES: Las más frecuentes. Origi-
nadas en la mancha vascular de Little, A. ETMOIDAL
Kiesselbach o región antero-inferior del ANT Y POST
septum nasal. Lugar de asentamiento de
una rica red de vasos sanguíneos anasto-
móticos entre sistema carotídeo interno
■ SUPERIORES: Foco hemorrágico habitual
en el cornete medio. Procede de la arte-
ria etmoidal anterior, posterior o alguna
rama superior de la arteria esfenopalati-
na. Se manifiestan tanto hacia narinas A. ESFENOPALATINA
como hacia orofaringe.
960
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
compresión y ser más eficaz. Si cede el sangrado, mantener 48 horas como mí-
nimo y 4 días como máximo. Si éste no es efectivo, tendremos que recurrir al ta-
ponamiento mediante sonda neumática. La sonda neumática posee dos balones
(uno anterior y otro posterior), que desde las válvulas que presenta en el extre-
mo proximal vamos a ir transmitiéndole suficiente presión con suero por ambas,
hasta que ceda la hemorragia. Un balón está diseñado para la coana y el otro
para la región anterior. B) O con mechas autoexpansiva post-humidificación
que son eficaces y pueden llegar a cavum.
MANEJO DEL ENFERMO CON EPÍSTAXIS EN URGENCIAS
Figura 122.1: Manejo del Enfermo con Epístaxis en Urgencias
LIMPIAR COÁGULOS DE
AMBAS FOSAS NASALES ESTABLE
CEDE EL NO CEDE EL
SANGRADO SANGRADO
ANAMNESIS
CEDE NO CEDE
NEUMOTAPONAMIENTO E IN-
ALTA Y RETIRAR EN 72 HORAS GRESO HOSPITALARIO
962
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Montogomery WW, Lazor JB. Surgery of the nose. In: Montogomery WW, editor. Surgery
of the upper respiratory system. 3rd ed. Baltimore: Williams & Wilkins; 1996. p.441-528.
▲ Abelson TI. Epistaxis. En: Paparella MM, Shumrick DA, Gluckman JL, Meyerhoff Wl, edito-
res. Otorrinolaringología. 3a ed. Buenos Aires: Panamericana; 1994. p. 2140-2152.
▲ Raboso García-Baquero E, Frágola Arnau C. Urgencias ORL. Barcelona: Laboratorios Me-
narini; 1999. p.65-74.
▲ Vallés H. Epistaxis. In: Abelló P, Traserra J. Otorrinolaringología. Barcelona: Doyma; 1992.
p.311-316.
▲ Gicquel P, Fontanel JP. Epístaxis. Enciclopedia Médico Quirúrgica. Otorrinolaringología, 20-
310-A-10, 2001. 9 p.
▲ Baragaño L, Frágola C, Gil-Carcedo L.M, Muñoz C, Ortega P, Sánchez J, Suárez J. Manual
del residente de O.R.L. y patología cervico-facial. 2002 Tomo 2 p.1015-1021.
963
CAPÍTULO 123
Capítulo 123
OTALGIAS
A. García Manríquez - M. Padilla Parrado
CONCEPTO
Dolor referido en oído de cualquier causa.
CLASIFICACIÓN
1. DE OÍDO EXTERNO
● PATOLOGÍA NO INFLAMATORIA:
– TRAUMATISMOS: Las lesiones que pueden presentar el pabellón auricular
(PA) y/o el conducto auditivo externo (CAE) pueden ser:
• Heridas: deben ser suturadas sin atravesar el cartílago, y cubriendo a és-
te completamente con la piel para evitar necrosis del mismo, si ocurren en
el PA. A veces se requerirán colgajos cutáneos para cubrirlos. Cuando
ocurre en CAE se tapona con gasa orillada con pomada antibiótica (Te-
rramicina), apoyando la piel en las paredes del CAE y cambiar diaria-
mente durante 7 días, que es el tiempo aproximado en cicatrizar.
• Otohematoma: hematoma subpericóndrico del PA sin solución de conti-
nuidad en la piel adyacente. Tratamiento: se incide el borde anterior del
hélix, drenaje, vendaje compresivo por 1 semana y protección antibiótica
con Amoxicilina-Clavulánico 500mg/8h o Claritromicina 250mg/12h, si
alergia, durante 7 días.
• Congelación, sabañones o perniosis, etc. se tratarán como en cualquier
zona de la piel.
• Cuerpos extraños: remitir a este capítulo.
– TUMORES: dentro de su evolución pueden presentar dolor unilateral de inten-
sidad variable según extensión. Los más frecuentes en esta zona son basocelu-
lares y epidermoides por orden de frecuencia. A valorar por otorrinolaringó-
logo.
● PATOLOGÍA INFLAMATORIA:
– PERICONDRITIS DEL PABELLÓN:
• ETIOLOGÍA: quemaduras, congelación, otitis externa aguda difusa.
• CLÍNICA: otalgia, tumefacción del pabellón auricular. Puede evolucionar a
la necrosis del cartílago y posterior deformidad del PA.
• TRATAMIENTO: corticoterapia empezando con Metil-prednisolona
1mg/Kg/24h en dosis única matutina durante 3 días, disminuyendo
gradualmente la dosis, con antibioterapia como Amoxicilina-Clavulánico
500mg/8h o Claritromicina 500mg/12h si alergia, durante 7 días. Si tie-
ne colección localizada, se drenará, aplicándose apósito compresivo pos-
teriormente para evitar la recidiva.
– ERISIPELA: infección causada por Streptococos o Staphylococus, que afecta al
tejido celular subcutáneo del pabellón y región periauricular. Se aprecia un
área enrojecida y dolorosa, de bordes prominentes; fiebre alta y adenopatías
964
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
2. OÍDO MEDIO
● TRAUMATISMOS:
– DIRECTOS: por la introducción de un instrumento punzante, lesionando
directamente la piel del CAE sólo, o perforando el tímpano con o sin lesión
de la cadena osicular.
• Clínica: otalgia con o sin otorragia e hipoacusia.
• Tratamiento: no mojar oído, analgésico y control en consultas externas
para evaluar perforación timpánica y posible daño en cadena osicular.
– INDIRECTOS: secundario a fracturas de peñascos por traumatismos cranea-
les. Aparecerá hemotímpano con o sin parálisis facial periférica, y a veces
otorragia.
• Tratamiento: tratar el traumatismo craneal primero, valoración por el ORL
y posteriormente valorar en consultas externas problemas de hipoacusia
resultante del mismo. Si otorragia, gasa orillada en CAE con Ciprofloxa-
cino + Dexametasona 3-4 gotas/12h, a cambiar cada 24h.
● OTOTUBARITIS: otalgia intensa relacionada con cambios bruscos de altura
(antecedente de viaje en avión), acompañándose de autofonía y acúfenos. A
veces se llega a producir rotura timpánica con otorragia.
– Otoscopia: tímpano retraído pudiendo evolucionar a nivel hidro-aéreo.
– Tratamiento: permeabilizar la trompa con corticoides tópicos nasales (Bude-
sonida) y analgesia. Control posterior en consultas externas.
● OTITIS MEDIA AGUDA:
– ETIOLOGÍA: el Neumococo y el Haemophilus influenzae como gérmenes más
frecuentemente implicado.
– CLÍNICA: suele coincidir con catarro. Evoluciona en fases pudiendo faltar
alguna de ellas:
• Catarral: Otalgia de intensidad variable con taponamiento auditivo. En la
otoscopia aparece tímpano abombado.
• Supurativa: El cese de la otalgia coincide con leve otorragia y otorrea,
persistiendo la autofonía. En la otoscopia se ve perforación timpánica
puntiforme autolimitada y secreción por la misma.
• Resolutiva: Cede la otorrea, en la otoscopia el tímpano aparece íntegro, y
puede quedar la autofonía que desaparecerá espontáneamente.
– TRATAMIENTO: Amoxicilina-Clavulánico 500mg/8h durante 6-10 días, Cla-
ritromicina 500/12h si alergia, analgesia, calor local. Puede ayudar a su
evolución los descongestionantes como los compuestos de Pseudoefedrina –
Difenhidramina./12h.
● MASTOIDITIS: complicación de una otitis media aguda. Consiste en una infección
extendida desde la caja timpánica al sistema neumático de la mastoides. Se ma-
nifiesta por el empeoramiento de la sintomatología de una otitis media aguda
con idéntica otoscopia pero con la diferencia de que el pabellón auricular sue-
le encontrarse desplazado hacia delante, como consecuencia de edema en la
región mastoidea, acompañándose de dolor intenso al palpar en ésta. Trata-
miento: valoración por el ORL y tratamiento hospitalizado.
966
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
3. OTALGIAS REFERIDAS
Son dolores que surgen en territorios diferentes al oído, que se irradian a éste. Su
estudio requiere una valoración de cabeza y cuello, en busca de infecciones, neo-
plasias, problemas articulares, neuralgias, etc.
● A TRAVÉS DEL TRIGÉMINO: Nariz, senos, fosas nasales, rinofaringe, dientes,
mandíbula, glándulas salivales.
● A TRAVÉS DEL GLOSOFARINGEO Y DEL NEUMOGÁSTRICO: faringe, laringe,
lengua, neuralgia, estiloides larga.
● A TRAVÉS DEL PLEXO CERVICAL: lesiones de columna.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Sendra Tello J, Raboso García-Baquero E. Otalgia. En: Raboso García Baquero E, Fragola
Arnau C, editores. Urgencias ORL. Barcelona: Menarini; 1999: 22-32.
▲ Doménech J. Semiología del oído. En: Avello P, Trasera J, editores. Otorrinolaringología. 1ª
ed. Barcelona: Doyma; 1992:121-122.
▲ Becker W, Naumann H, Pfaltz C, editors. Otorrinolaringología. Manual Ilustrado. 2ª ed. Bar-
celona: Doyma; 1992:52-60.
▲ Davidson T.M. Manual clínico de Otorrinolaringología. 2ª ed. México: Interamericana;
1994:56-57.
▲ Gil Carcedo L.M. Otología. Barcelona: Menarini; 1995:237-50.
967
CAPÍTULO 124
Capítulo 124
DISNEA DE CAUSA LARÍNGEA
A. García Manríquez – M. Padilla Parrado
DEFINICIÓN
Se entiende como disnea, la percepción anormalmente desagradable de falta de ai-
re durante la respiración. Su intensidad puede medirse averiguando la cantidad de
esfuerzo físico necesario para producir dicha sensación.
ETIOLOGÍA
1. PRESENTACIÓN PROGRESIVA:
– Neoplasias laríngeas o de vecindad.
– Estenosis cicatriciales por traumatismos, infecciones granulomatosas, intubacio-
nes prolongadas.
– Enfermedades de depósito: Amiloidosis, colagenosis, miastenia gravis.
2. PRESENTACIÓN AGUDA:
– Edema laríngeo infeccioso, inflamatorio, alérgico, angioedematoso.
– Parálisis de músculos laríngeos abductores: de origen laríngeo periférico o de
origen central.
– Cuerpos extraños laríngeos.
– Traumatismos cérvico-faciales.
CLÍNICA DE UNA OBSTRUCCIÓN DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS
– En el paciente consciente es posible observar disnea, estridor, tos débil, dificultad
para hablar, tiraje intercostal y cianosis.
– En el enfermo inconsciente, se llega al diagnóstico al comprobar la ausencia de
ventilación cuando se emplean las técnicas de mascarilla-válvula-bolsa o la respi-
ración boca a boca.
MANEJO DEL PACIENTE CON DISNEA DE CAUSA LARÍNGEA
1. HISTORIA CLÍNICA: se tiene que prestar especial atención en la forma de inicio y
en la evolución. Si presenta estridor inspiratorio se debe sospechar orígenes gló-
tico o supraglótico. Si es estridor espiratorio o bifásico se debe sospechar de ori-
gen subglótico o traqueal. Esto nos orientará al tratamiento y a la necesidad o no
de intubación o traqueotomía de urgencia.
2. EXPLORACIÓN:
– Inspección: se debe tener especial cuidado en niños ya que son sensibles a las
maniobras invasivas. Se debe valorar la voz, babeo, características de la tos y
la temperatura que presenta el paciente.
– Orofaringe: se debe examinar úvula, amígdalas y sus pilares; así como la po-
sibilidad de presentar algún cuerpo extraño.
– Hipofaringe: se explora mediante laringoscopia indirecta, en adultos y niños
que colaboren. Se debe tener especial precaución al realizarla, ya que se pue-
de provocar un empeoramiento de la clínica.
– Endoscopia laríngea con laringoscopio flexible: prueba diagnóstico-terapéuti-
ca rápida y generalmente bien tolerada. Se puede emplear para extracción de
cuerpos extraños.
968
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
– Radiografía lateral y antero posterior de cuello. Aporta información sobre el es-
tado de los tejidos blandos (epiglotis, retrofaringe) y presencia de determinados
cuerpos extraños.
– Analíticas: gasometría arterial, hemograma, bioquímica básica.
TRATAMIENTO
▲ DISNEA SEVERA:
Situación que compromete la vida del paciente. Se debe actuar con rapidez y se
deben seguir los siguientes pasos:
1. Maniobra de Heimlich ante la sospecha de introducción de cuerpo extraño en la
vía aérea. Nos situamos detrás del paciente, se colocan nuestros brazos debajo
de los suyos, se colocan ambos puños nuestros debajo del apéndice xifoides, en
epigastrio; y a continuación apretamos fuertemente los dos puños a la vez en ese
lugar. En el caso que no fuera exitosa, se pasa al siguiente paso:
2. Cabeza en hiperextensión y aspiración de secreciones de faringe. En esta po-
sición y con laringoscopio, a veces se puede ver el cuerpo extraño, si es así se
puede intentar extraer con pinzas Magill. Si persistiera la disnea, o no se hu-
biese localizado el cuerpo extraño, se pasará al siguiente:
3. Cricotirotomía o Coniotomía: se sitúa el cuello en hiperextensión, se lleva a cabo
en la región prelaringea incisión cutánea, a continuación incisión en la membra-
na crico-tiroidea la cual se palpa fácilmente, se comprueba como se ha entrado
en la luz laríngea. Una vez realizado esto, se mantiene introducido un trócar con
luz suficiente para poder ventilar a través del mismo. Después de haber logrado
una ventilación del paciente pasamos a llevar a cabo una traqueotomía.
4. Traqueotomía de emergencia: indicada en casos de disnea progresiva provo-
cada por un agente obstructivo de las vías aéreas, cuya progresión puede de-
sencadenar la imposibilidad de intubación y en aquellos casos de disnea de ins-
tauración aguda que no remite al tratamiento médico y pone en peligro la vida
del paciente. Niveles de traqueotomía:
– Superior tiroidea: se llevará a cabo superiormente al istmo tiroideo. A este
nivel está indicada más en traqueotomías de emergencia.
– Media tiroidea: se lleva a cabo a través del istmo tiroideo, previa ligadura
de éste.
– Inferior tiroidea: se realiza debajo del istmo. Es la que se suele utilizar de
elección en niños.
▲ DISNEA MODERADA: se procederá según la causa:
1. Epiglotitis: corticoides en altas dosis: Metil-prednisolona 250mg en bolo iv. y
hospitalización, con tratamiento corticoideo iv. de mantenimiento, como Metil-
prednisolona 80mg/24h e ir disminuyendo dosis según evolución; a lo que se
le añadirá Amoxicilina-Clavulánico 500mg/8h iv o Claritromicina 500mg/12h
iv. si existiera alergia a β-Lactámicos. Dieta absoluta. Vigilancia estrecha, por
posibilidad de recurrir a traqueotomía.
2. Crup viral: aerosolterapia con broncodilatadores + fluidificantes + antibióticos
de amplio espectro y humedad ambiental. Budesonida 0,50mg + Ambroxol
2cc/12h en nebulización + Amoxicilina-Clavulánico 500mg/8h iv o Claritro-
micina 500mg/12 iv si alergia a β-Lactámicos.
3. Cuerpos extraños: extracción por personal especializado.
969
CAPÍTULO 124
BIBLIOGRAFÍA
▲ Lore M. Atlas de Cirugía de cabeza y cuello. Buenos Aires: Panamericana;1996.
▲ Abelló P, Traserra J. Otorrinolaringología. Barcelona: Doyma;1992.
▲ Paparella MM, Shumrick DA, Glückman JL, Meyerhoff WI, editores. Otorrinolaringología.
Volumen III. Buenos Aires: Panamericana; 1994.
▲ García Gil D, editor. Manual de Urgencias. Madrid: Egraf: 2000.
▲ Orland MJ, Saltman RJ. Manual de terapéutica médica. Salvat Editores, SA 1986.
▲ Fauci AS, Braunwald E,Isselbacher KJ, Wilson JD, Martin JB, Kasper DL,Hauser SL, Longo
DL, editores. Harrison, principios de medicina interna. Mc. Graw Hill. Interamericana. 2000.
▲ Jenkins JL, Loscalzo J. Manual de medicina de urgencia. Salvat Editores SA 1989.
971
CAPÍTULO 125
Capítulo 125
CUERPOS EXTRAÑOS
EN OTORRINOLARINGOLOGÍA
M. A. Díaz Sastre - M. Padilla Parrado
INTRODUCCIÓN
La presencia de cuerpos extraños (CE) dentro de las cavidades del organismo abar-
cadas por la otorrinolaringología constituye un problema de Urgencias muy frecuen-
te. Algunas de riesgo vital. Los clasificaremos en:
BIBLIOGRAFÍA
▲ Abelló P, Traserra J. Otorrinolaringología. Barcelona: Doyma;1992.
▲ Paparella MM, Shumrick DA, Gluckman JL, Meyerhoff WI, editores. Otorrinolaringología.
Buenos Aires: Panamericana;1994.
▲ Valor García C, Castillo Serrano E, Iglesias Moreno MC. Cuerpos extraños en ORL. En: Ra-
boso García-Baquero E, Fragola Arnau C, editores. Urgencias ORL. Barcelona: Menari-
ni;1999.
▲ Menéndez Colino LM, Alobid I, Bernal Sprekelsen M. Cuerpos extraños faríngeos y laringo-
traqueales. En: Tomás Barberán M, Bernal Sprekelsen M. Editores. Tratado de otorrinolarin-
gología pediátrica. Girona: Almirall Prodesfarma, 2000.
975
CAPÍTULO 126
Capítulo 126
URGENCIAS OFTALMOLÓGICAS
M. Cabezas León - C.M. Sevilla García - S. B. de Miguel Martín-
M. Padilla Parrado
LA EXPLORACIÓN OFTALMOLÓGICA
▲ MATERIAL: En una Consulta de Urgencias Oftalmológicas necesitamos:
1. Fármacos DIAGNÓSTICO:
– Colirio anestésico de Tetracaína y Oxibuprocaína para explorar polo anterior
en pacientes con dolor ocular severo, sobre todo por patología corneal, y para
extraer cuerpos extraños corneales y/o conjuntivales.
– Colirio midriático de Tropicamida: para explorar fondo de ojo. 1g/10 min/3
veces.
– Tiritas de Fluoresceína: para teñir defectos epiteliales, para poner de manifies-
to lesiones corneales y conjuntivales.
2. Fármacos TERAPÉUTICOS:
– Colirio ciclopléjico: relaja el espasmo del músculo ciliar calmando el dolor y pro-
duciendo midriasis. Para el tratamiento de la patología corneal y uveal.
– Colirio antibiótico: como Tobramicina y Cloranfenicol.
3. Linterna con luz azul-cobalto.
4. Hemostetas o bastoncillos para extracción de cuerpos extraños (CE) corneales,
conjuntivales y de fondos de saco. También pueden utilizarse torunda de algo-
dón o irrigación para aquellos que estén en tarso.
5. Lupa.
6. Optotipos de lejos y cerca para tomar la agudeza visual (AV), y estenopeico.
7. Oftalmoscopio.
▲ EXAMEN COMPLETO DEL OJO.
1. Medida de la AV de lejos y de cerca, explorando también la ganancia de AV
con el estenopeico para descartar defectos de refracción.
2. Examen externo: órbita y párpados.
3. Examen de la reactividad pupilar (MOI: Motilidad Ocular Intrínseca).
4. MOE: Motilidad Ocular Extrínseca.
5. Polo Anterior: bordes palpebrales, conjuntiva bulbar y tarsal (evertir el párpa-
do superior con una torunda), esclera, córnea, cámara anterior y cristalino.
6. Fondo de ojo: si es necesario, dilatar con Tropicamida (1g/10 min. 3 veces).
7. P.I.O.: Presión intraocular.
8. Visión periférica: campimetría por confrontación.
9. Visión de colores.
CLASIFICACIÓN DE URGENCIAS OFTALMOLÓGICAS
– En Oftalmología, la urgencia “por excelencia” que precisa tratamiento inmediato
es la causticación. Pasos a seguir: lavado abundante e inmediato (preferiblemen-
te en el lugar de los hechos) con agua o suero fisiológico, tras haber instilado anes-
976
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Causticación
Patología cor- Úlcera corneal
(antec. muy claro)
neal. Fluo (+) por LDC
blandas. Inyec.ciliar.
gradual
Dolor creciente
Irrigar con suero Córnea normal
Úlceras abundante míni- Miosis reactiva
Úlcera dendríticas. mo 15 minutos. débilmente
corneal. Lesiones Si posible, pre-
Queratitis vesiculosas en via instilación
actínica. párpados y/o con anestésico
cara. tópico
Antecedentes Inyec.mixta
de herpes. brusca.
Dolor intenso
brusco.
Colirio midriático Ciclopéjico Cortejo vegetativo.
1gota/12h. y antibióti- Córnea turbia por
Colirio antibiótico Queratitis co tópico. edema.
1gota/6h. herpética Tapar Midriasis media
Oclusión 48h arreactiva.
Ojo duro al
palparlo
Cuerpo
extraño.
Córnea,
fondos
de saco y
conjuntiva
tarsal.
Sospecha
Glaucoma
Agudo
Extraerlo bajo
anest. tópica
Sospecha
Uveítis ant. aguda
No
mejora
EXPLORACIÓN DETALLADA
POLO POLO
PÁRPADO ÓRBITA MOE ANTERIOR POSTERIOR
N.O.
Herida
¿Afecta Equimosis o Diplopia
borde libre Hemorragia
del párpado periorbitaria Palpación del Aplanamiento
o la vía la- reborde Descartar Sangre Alt MOI
grimal? orbitario: atrapamiento Hernia de iris Dism AV
-crepitación. muscular Pupila deformada
Hielo local
-escalones. Miosis/Midriasis
AINES
-asimetrías
No Alteraciones
Sí locales de la
sensibilidad.
Sospecha
Suturar
de Oftalmoscopia
Rx órbita
Avisar a Oftal- perforación
Descartar TAC
mología o a Ci- orbitario
fracturas
rugía Plástica
para suturar.
DISMINUCIÓN
AGUDEZA
VISUAL
No dolorosa
Acompaña Bilateral Unilateral
ojo rojo
PAPILEDEMA
10-60 Minutos
Brusca
Horas
Progresiva AMAUROSIS
FUGAX
INSUF.
VERTEBROBASILAR
Desprendimiento retina. Catarata: más en
Desprendimiento vítreo ancianos. MIGRAÑA
posterior. Defecto de
Hemorragia vítrea. refracción: más en
Hemorragia macular. jóvenes.
Fármacos:
Oclusión arterio-venosa. Glaucoma de
ángulo abierto. Colirios midriáticos,
Patología retiniana antidepresivos.
crónica
Urgente al
oftalmólogo
Valorar cambio o Valorar por neurología
Consultas retirada del fármaco. y/o Cardiología en
externas Informar al paciente consultas
981
CAPÍTULO 126
BIBLIOGRAFÍA
▲ Douglas J. Rhee, Mark F. Pyfer editors. The Wills Eye Manual. 3ª ed. Philadelphia: Lippincott;
1999.
▲ Pastor Jimeno JC, editor. Guiones de Oftalmología. Nueva ed. Madrid: McGraw-Hill, Inte-
ramericana; 1999.
▲ Medina Asensio J, editor. Manual de urgencias médicas. 2ª ed. Madrid: Díaz de Santos;
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▲ Kanski JJ, editor. Oftalmología Clínica. 2ª ed. Barcelona: Mosby- Doyma; 1992.
▲ Blanco Echevarria A., Cea-Calvo L.,García Gil M.L.Manual de diagnóstico y terapéutica mé-
dica.5ª edición. MSD.2003.
983
CAPÍTULO 127
Capítulo 127
EXTRACCIÓN DE CUERPO EXTRAÑO
EN OFTALMOLOGÍA
M. Cabezas León - M. Padilla Parrado
INTRODUCCIÓN
Nuestro objetivo es proporcionar un conocimiento clínico básico que permita un correc-
to enfoque de uno de los problemas oftalmológicos más frecuentes en la práctica diaria.
La superficie del globo ocular está directamente expuesta a agentes ambientales in-
fecciosos, irritantes...de los que se defiende a través de mecanismos de defensa que
son principalmente la lágrima, los párpados y el tejido linfoide conjuntival.
Cuando hablamos de Cuerpo extraño en Oftalmología es fundamental diferenciar en-
tre dos tipos:
– Cuerpo extraño extraocular: Enclavado en la superficie del globo, bien en córnea
ó conjuntiva .Es uno de los motivos de consulta urgente más frecuente en Oftalmo-
logía.
– Cuerpo extraño intraocular: Presencia de herida perforante con entrada de partí-
cula al interior del globo ocular. Frecuente cuando se realizan actividades como pi-
car, cavar ó martillear.
CLÍNICA. EXPLORACIÓN
La entrada y retención de cuerpo extraño en la superficie del ojo es un accidente
común en la vida doméstica, industrial y agrícola. A veces el cuerpo extraño sale
sólo por la acción de las lágrimas. Frecuentemente incapacita al paciente mientras
permanezca en el ojo. Además del trauma ocasionado por los intentos de extracción
o la infección introducida, pueden causar un daño permanente en la visión y en
ocasiones pérdida del globo ocular.
Todo ojo afecto de inflamación presenta Blefaroespasmo + Fotofobia + Lagrimeo.
La molestia que más frecuentemente produce la inflamación ocular es la sensación
de Cuerpo extraño, que es molesta por lo persistente.
Debemos contar, para una correcta valoración del paciente con:
– Buena iluminación: linterna, oftalmoscopio directo, lámpara de pie...
– Luz azul cobalto: existen linternas con esta luz, puede servir un papel de celo-
fán azul oscuro sobre la bombilla.
– Colirio Anestésico Doble: (Tetracaína + Oxipuprocaína), sólo para explorar,
¡NUNCA PRESCRIBIRLO!
– Fluoresceína: en colirio es muy fácilmente contaminable, por eso aconsejamos
la fluoresceína disponible en tiritas.
– Hemostetas: muy útiles para extraer sin causar daño.
– Aguja de Insulina: para extraer cuerpos extraños enclavados.
La úlcera corneal traumática por Cuerpo Extraño es una entidad frecuentísima .La
fluoresceína nos detecta defectos epiteliales al iluminar con luz azul cobalto.
La localización más frecuente de los cuerpos extraños extraoculares es la córnea y la
conjuntiva tarsal superior.
El párpado superior se debe evertir siempre que se objetiva ojo rojo + sensación de
cuerpo extraño, ya que es lugar frecuente de enclavamiento de cuerpos extraños. De-
984
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Oftalmología Clínica. Kansky. Ed. Mosby. 2000 .
▲ Protocolos de Urgencia en Oftalmología. JC Pastor Jimeno. Universidad de Valladolid. IOBA.
1998 .
▲ Manual de Urgencias médico-quirúrgicas. Hospital 12 de Octubre .
987
CAPÍTULO 128
Capítulo 128
PROBLEMAS DERMATOLÓGICOS EN URGENCIAS
I. Cervigón González - A. B. Gargallo Quintero - D. García Almagro
INTRODUCCIÓN
▲ URGENCIAS DERMATOLÓGICAS
– Los procesos dermatológicos que suponen un riesgo vital para el paciente son
poco frecuentes. Más numerosos son los cuadros que, sin ser necesariamente
graves, producen gran ansiedad al paciente y/o familiares, debido a la apara-
tosidad de la clínica cutánea.
– Siempre que la situación clínica del paciente lo permita es preferible un diag-
nóstico certero (valoración por un dermatólogo) a un tratamiento empírico.
▲ HISTORIA CLÍNICA DERMATOLÓGICA
■ Anamnesis:
– Filiación.
– Motivo de consulta: lesiones cutáneas, síntomas cutáneos, otros.
– AP, AF, tratamientos realizados.
– Enfermedad actual:
● Lesiones cutáneas: cuándo aparecen, cómo es su aspecto, dónde se loca-
lizan, a qué las atribuye, cuál es su evolución.
● Síntomas cutáneos.
● Síntomas generales.
● Exploración física:
– Lesiones elementales.
– Descripción: forma, contorno, límite, color, superficie, consistencia, infiltración,
tamaño, agrupamiento y distribución.
– Localización.
CONCEPTOS
▲ URGENCIAS DERMATOLÓGICAS
■ Urgencia relativa: no supone un riesgo vital para el paciente, pero es vivida con
preocupación y ansiedad. A veces pueden evolucionar a urgencias absolutas.
■ Urgencia absoluta: supone un riesgo vital para el paciente y obliga a un trata-
miento inmediato.
▲ LESIONES ELEMENTALES
■ Primitivas (sobre piel sana):
– Sólidas:
– Mácula: cambio de coloración.
– Pápula: lesión circunscrita, sobreelevada, que cura sin dejar cicatriz.
– Placa: confluencia de pápulas, formando una lesión mayor.
– Habón: lesión circunscrita, escasamente sobreelevada, de tamaño y forma variable,
color de rojo a blanquecino, consistencia elástica y duración fugaz.
– Tubérculo: lesión circunscrita, sobreelevada, que cura dejando cicatriz.
– Nódulo: lesión circunscrita, que se palpa más que se ve, que cura dejando cicatriz
(a veces inaparente porque la cubre piel sana). Pueden ser múltiples, pero no tien-
den a confluir.
– Goma: nódulo que pasa por las fases de crudeza (crece y asciende), reblande-
cimiento (eritema y empastamiento), ulceración con fondo necrótico y cicatriza-
ción lenta.
988
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
URGENCIAS RELATIVAS
▲ ESCABIOSIS (SARNA):
■ Enfermedad cutánea debida a la infestación y sensibilización del ácaro Sarcoptes
scabiei. Considerada en este capítulo por la gran alarma social que produce y el
riesgo epidemiológico que supone.
■ Clínica:
– Erupción cutánea con prurito intenso de predominio nocturno, que respeta ca-
beza y cuello, y que afecta al paciente y a los convivientes.
990
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ VARICELA:
■ Primoinfección por VVZ. Suele afectar a niños. Se contagia fácilmente vía respira-
toria.
■ Clínica:
– Pródromo de febrícula, MEG.
– Varios brotes (3) de pápulas pequeñas muy pruriginosas que evolucionan a
vesículas, pústulas umbilicadas y costras (coexisten los distintos estadios: “pa-
trón en cielo estrellado”). Se localizan en cara y tronco.
– Riesgo de complicaciones, sobre todo en neonatos, adultos e inmunodeprimi-
dos:
– Sobreinfección bacteriana de las lesiones (lo más frecuente).
– Neumonía bacteriana (niños) o varicelosa (adultos).
– Varicela grave (neonatos de madre con varicela desde 5 días antes del
parto a 2 días después).
– Otros (raros): meningoencefalitis, ataxia, artritis, púrpura trombocitopé-
nica, Síndrome de Reye.
■ Pruebas complementarias:
– SS, BQ, Rx Tórax si sospecha de neumonía.
■ Tratamiento:
– Baños con jabón de avena mañana y noche, sustituyendo al gel habitual.
– Fomentos.
– Antibióticos tópicos si sobreinfección bacteriana.
– Antihistamínicos para prurito.
– No dar salicilatos por riesgo de síndrome de Reye.
– Antivirales vía oral en primeras 72h:
– Aciclovir 800 mg/5 veces al día vo durante 5 días.
– Valaciclovir 1.000 mg/8h vo durante 7 días.
– Famciclovir 750 mg/24h vo durante 7 días.
– En niños < 40kg: Aciclovir 2,5 mg/6h sol oral durante 5 días.
■ Criterios de ingreso:
– Inmunodeprimidos.
– Complicaciones graves.
▲ TUMORES Y PSEUDOTUMORES SANGRANTES
■ El grado de urgencia varía según la cuantía de la hemorragia, generalmente leve.
■ Se hará hemostasia (compresión local, toques con barritas de Nitrato de Plata) y se
derivará a Dermatología para diagnóstico y tratamiento específico.
▲ ERITEMA NODOSO
■ Proceso reactivo de hipersensibilidad que produce una paniculitis septal aguda. En
la mayoría de los casos es idiopático o relacionado con el embarazo o la toma de
anticonceptivos. Otras posibles causas son: faringitis estreptocócica, tuberculosis,
sarcoidosis, fármacos, etc.
■ Clínica:
– Puede precederse o acompañarse de fiebre y MEG.
– Aparición brusca de nódulos eritematosos, redondeados, que se palpan más que
se ven y miden varios centímetros de diámetro. Están calientes y son dolorosos a la
palpación. No confluyen ni se ulceran. Se localizan en la cara anterior de las pier-
nas, de forma bilateral y simétrica.
– Curso autolimitado en 1-2 meses. Recidivas frecuentes.
■ Pruebas complementarias:
993
CAPÍTULO 128
■ Clínica:
– Eritema limitado a áreas fotoexpuestas que se acompaña de calor local, edema y
sensación de quemazón. Si es intenso aparece vesiculación y sintomatología gene-
ral: fiebre, MEG.
– Fototoxicidad: cuadro similar a quemadura solar pero de mayor intensidad, más
edema y más vesiculación. Suele dejar hiperpigmentación residual. Se debe a sus-
tancias fotosensibilizantes (plantas, perfumes, Tetraciclinas, Sulfamidas, Tiacidas,
Furosemida, AINEs...) que disminuyen el umbral de protección frente al sol.
■ Pruebas complementarias:
– No son necesarias, excepto en las quemaduras graves (capítulo 129).
■ Tratamiento:
– Cuadros leves: emolientes, antisépticos, corticoides tópicos.
– Cuadros moderados:
– Vesiculación: fomentos.
– Fiebre, MEG: AINEs.
– Cuadros severos: Prednisona 0,5-1 mg/kg peso/24h vo en pauta descendente.
■ Criterios de ingreso:
– Quemadura grave.
▲ ECCEMAS AGUDOS
■ Reacción de intolerancia cutánea frente a diversos agentes, exógenos o endógenos.
Es una epidermodermitis superficial que cursa en brotes y cuyo síntoma principal
es el prurito.
■ Clínica:
– Eritema, edema, vesiculación, exudación y erosiones.
– Prurito variable.
■ Pruebas complementarias:
– No son necesarias.
■ Tratamiento:
– Fomentos.
– Corticoides tópicos.
– Cuadros severos agudos: Prednisona 0,5-1 mg/kg peso/24h vo en pauta descen-
dente.
■ Criterios de ingreso:
– No requiere.
▲ TOXICODERMIAS: EXANTEMAS MEDICAMENTOSOS.
■ Los fármacos pueden causar clínica dermatológica muy diversa (prácticamente
cualquier manifestación cutánea):
– Lo más frecuente es que produzcan exantemas maculo–papulosos.
– Los fármacos son la principal causa de Síndrome de Stevens–Johnson y Necrolísis
epidérmica tóxica (urgencias absolutas).
– Los fármacos más frecuentemente implicados son: Penicilinas, Sulfamidas, Nitrofu-
rantoínas, AINEs, Carbamacepinas, Fenilhidantoínas, Alopurinol, Sales de Oro,
Fenilbutazona...
– Es fundamental una buena historia clínica para valorar la relación entre la erup-
ción y la toma del medicamento.
■ Clínica:
– Exantema maculo–papuloso morbiliforme, similar a los exantemas víricos.
– A veces prurito y fiebre.
■ Pruebas complementarias:
996
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
– SS (eosinofilia).
■ Tratamiento:
– Suspender el fármaco.
– Antihistamínicos.
– Consulta a Dermatología.
■ Criterios de ingreso:
– Afectación severa.
▲ PITIRIASIS ROSADA DE GIBERT
■ Dermatosis inflamatoria aguda, benigna y autolimitada. Típica de adultos jóvenes
en otoño y primavera. Su etiología se desconoce, aunque probablemente sea viral.
■ Clínica:
– Medallón heráldico: una o varias placas ovaladas, de 2–3 cm de diámetro, con ha-
lo eritematoso, zona intermedia con collarete descamativo y centro amarillento con
fina descamación. Aparece en tronco y es indistinguible de una tiña.
– Erupción: a los días brotan multitud de lesiones similares al medallón heráldico pe-
ro de menor tamaño, distribuidas por las líneas de tensión de la piel (en árbol de
navidad) y localizadas en tronco y raíz de los miembros. Puede haber prurito leve.
Hay que hacer diagnóstico diferencial con psoriasis guttata y con roseóla de sífilis
secundaria.
– Resolución sin secuelas en 4–6 semanas.
■ Pruebas complementarias.
– No son necesarias.
■ Tratamiento:
– Antihistamínicos si prurito.
■ Criterios de ingreso:
– No requiere ingreso.
▲ AMPOLLOSAS
■ Múltiples causas: infecciosas, físicas, químicas, farmacológicas, metabólicas, au-
toinmunes. En cuadros leves se pautarán medidas tópicas con fomentos y se remi-
tirá a Dermatología para diagnóstico y tratamiento específico.
ABSOLUTAS
▲ ERITRODERMIAS
■ Procesos inflamatorios extensos o generalizados que se caracterizan por la pre-
sencia de enrojecimiento y descamación cutánea. Entre sus causas encontramos
eccemas, psoriasis, fármacos (Sulfamidas, Difenilhidantoínas, Penicilinas...),
micosis fungoide, neoplasias hematológicas... En > 20% son idiopáticas.
■ Clínica:
– Eritema generalizado rojo violáceo que evoluciona a una descamación fina o ex-
foliativa.
– Presencia variable de lesiones inflamatorias: edema, vesículas, pústulas...
– Afectación de mucosas y faneras variables.
– Sensación de prurito y tirantez.
– Sensación distérmica (fiebre, hipotermia), MEG, taquicardia, adenopatías, viscero-
megalia.
– Riesgo de complicaciones:
– Alteraciones hidroelectrolíticas.
– ICC, shock cardiogénico.
– Infección cutánea, neumonía (1ª causa de mortalidad).
997
CAPÍTULO 128
BIBLIOGRAFÍA
▲ Rasmussen JE. Erythema multiforme: A practical approach to recent advances. Pediatric Der-
matology 2002; 19(1):82–4.
▲ Kokelj F, Plozzer C. Irritant contact dermatitis from the jellyfish Rhizostoma pulmo. Contact
Dermatitis 2002; 46(3):179–180.
▲ Scharf MJ. Cutaneous injuries and envenomations from the fish, sharks and rays. Dermato-
logic Therapy 2002; 15(1):47–57.
▲ Sáez de Ocariz M, Duran Mckinster C, Orozco–Cavarrubias L, Tamayo–Sánchez L,
Ruíz–Maldonado R. Treatment of 18 children with scabies or cutaneous larva migrans using
ivermectin. Clinical and Experimental Dermatology 2002; 27:264–7.
▲ García Fernández D, García–Patos Briones V, Castells Rodellas A. Síndrome de
Stevens–Johnson/necrólisis epidérmica tóxica. Piel 2001; 16:444–57.
▲ Jairo Victoria MD, Rodolfo Trujillo MD. Topical Ivermectin: a new successful treatment for sca-
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▲ Piette WW. Therapy of leukocytoclastic (necrotizing) cutaneous vasculitis. Dermatologic The-
rapy 2001; 14:95–101.
1000
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Díaz JL, Vicente JM, Mitxelena J, Díaz L, Gardeazabal J. Vasculitis. En: Ocaña J, editor. Lec-
ciones de Cátedra en Dermatología. Madrid: Drug Farma, S.L. 1999. p.43–53.
▲ Camacho F. Toxicodermias. En: Armijo M, Camacho F, editores. Tratado de Dermatología.
Madrid: Grupo Aula Médica, S.A. 1998. p. 667–90.
▲ Herrera M. Urgencias en Dermatología. Actas Dermosifilográficas 1996; 87:675–80.
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huéspedes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana. En: Sadick NS, editor.
Clínicas Dermatológicas. México: McGraw–Hill, Interamericana. 1997. vol. 2: p. 276–77.
▲ Del Pozo Losada J. Tratamiento de la necrólisis epidérmica tóxica. Piel 1995; 10:435–38.
▲ Tejedor J, Ródenas JM. Diagnóstico y tratamiento del eritema nodoso. Piel 1994; 9:285.
▲ Enfermedades cutáneas de etiología viral. En: Lázaro Ochaíta, editor. Dermatología: Texto y
atlas. Madrid: Digra–Publi. 1993. p. 157–76.
1001
CAPÍTULO 129
Capítulo 129
QUEMADURAS
C. Pérez Hortet - S. Honorato Guerra - D. Garcia Almagro
EVALUACIÓN INICIAL
– Cuando un paciente llega a la Urgencia con una quemadura lo primero que tene-
mos que hacer es una valoración de la gravedad y estabilización si precisa.
– HISTORIA CLÍNICA COMPLETA en la que debe figurar: Hora del accidente; tipo de
accidente (doméstico; laboral; agresión); mecanismo [térmicas (85%); químicas;
eléctricas; por radiación].
– EXPLORACIÓN FÍSICA GRAL, que debe incluir: Estado de conciencia; permeabili-
dad vía aérea; signos de inhalación de humo (sospecha en incendios, espacios ce-
rrados, quemaduras panfaciales, vibrisas nasales quemadas, esputos carbonáceos,
afonía...) pulso, temperatura, tensión arterial. Atención a posible Shock por que-
maduras (hipovolémico).
– EXPLORACIÓN QUEMADURA: extensión; profundidad; localización y edad.
CLASIFICACIÓN DE LA QUEMADURA
Vamos a clasificar las quemaduras en función de su extensión, profundidad, locali-
zación y edad del paciente. Muy importante para decidir el ingreso, el tratamiento y
el pronóstico del enfermo quemado.
a) Extensión:
Cuadro 129.1 “REGLA de los 9”
% de Superficie
Corporal
Quemada
Adultos Niños
(<10 años)
Cabeza 9 19
Extremidades
9 9
superiores
Tronco
18 18
anterior
Tronco
18 18
posterior
Extremidades
18 13
inferiores
Genitales 1 1
b) Profundidad
Cuadro 129.2 Clasificación de la quemadura según la profundidad:
Clasificación Aspecto clínico Síntomas Pronóstico
1er Grado – Piel eritematosa – Dolor – Curación completa en
(Q. epidérmica) – No exudativa – Hipersensibilidad 1 semana
– No ampollas – Sin cicatriz
2° Grado – Eritema – Dolor intenso – Curación completa en
superficial – Exudación – Hipersensibilidad 3 semanas
(Q. dermis – Ampollas al pinchazo – Sin cicatriz
superficial)
– Poco dolor
2° Grado – Alternan zonas – Zonas anestésicas
profundas induradas, blanquecinas al pinchazo – Curación en >3 semanas
(Q. dermis y violaceas – Tracción sin resistencia – Cicatriz
profunda) – Puede haber ampollas de pelos
3er Grado – Blanco nacarado – Anestesia – Curación mediante
(Q. subdérmica) o carbonáceo injertos cutáneos
Puede existir transición de grados (a más o a menos) y áreas con distintos grados. A
mayor grado peor pronóstico.
Un paciente con zonas amplias quemadas, excitado y sin dolor tiene pocas posibili-
dades de buena evolución; y es importante explicarlo cuanto antes a los familiares.
c) Localización
Atención a secuelas funcionales y estéticas por quemaduras en: cráneo, cara, cue-
llo, axilas, manos, genitales y pliegues de flexo-extensión.
d) Edad
Peor pronóstico en edades extremas: niños y mayores de 60 años.
(“Regla de Beaux”. Edad + %Superficie quemada: mayor 100% casi siempre mue-
ren; >75% mortalidad del 50% y <50% buen pronóstico vital).
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
En una quemadura leve sólo se precisa una exploración física completa y observa-
ción del paciente. Ante una quemadura moderada o grave se deben solicitar: He-
mograma; Bioquímica sanguínea (glucosa, urea, iones, creatinina y amilasa); Ga-
sometría arterial (con carboxiHb, si sospecha inhalación); Estudio de coagulación
y Sistemático de Orina; Monitorización cardiaca en quemaduras eléctricas (ver
Cap. 153).
TRATAMIENTO
▲ AMBULATORIO:
1. Analgesia: Metamizol (Nolotil® cáps 575 mg): 575 mg/6-8 horas
2. Profilaxis antitetánica (ver cáp. 80)
3. Cura local (ver apartado de Medidas específicas o tratamiento local)
4. Vigilancia de infecciones (NO antibióticos profilácticos)
▲ HOSPITALARIO:
a) Medidas generales:
1. Vía aérea permeable
– O2 40 % con flujos altos
– Intubación endotraqueal (evitando traqueotomía urgente)
2. Vía periférica: 500cc Ringer Lactato® perfusión en 30 mtos y calcular líqui-
do a administrar (“Fórmula Parkland” o “Regla de Evans” )
3. Sondaje vesical y medición horaria
4. Sondaje Naso-Gástrico sí vómitos
5. Analgesia: -Tramadol (Adolonta® ampollas 100 mg/ml): 100 mg diluidos en
100 cc de Suero Glucosado al 5% en perfusión a pasar en 20 minutos.
– Morfina (Cloruro Mórfico Braun® amp de 10 mg) :10 mg i.v. en 5 minutos
cada 4-6 horas
– Meperidina (Dolantina® amp 100 mg/2ml): 100 mg i.m c/ 3-4 horas sí
agitación.
6. Protección gástrica: Ranitidina (Zantac® amp 50 mg/5 ml): 50 mg diluidos
en 100 cc de Suero Glucosado al 5 % a pasar en 2 horas c/ 8 horas
7. Profilaxis antitetánica (ver cáp. 80)
8. No pautar antibióticos profilácticos
1004
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
“Fórmula de Parkland”:
% Superficie quemada* x Kgr peso x 4= ml Ringer Lactato® a administrar
*(Si % de superficie quemada es >50 %: se calcula como si fuera 50)
– La mitad se administra en las primeras 8 horas (contadas desde que se
produjo el accidente); el otro 50 % en las 16 horas siguientes y el 2° día:
50 % de lo calculado para el 1er día.
“Regla de Evans”:
– El 1er día se administran:
1cc de coloides x % de superficie quemada x Kg peso
1cc de cristaloides x % superficie quemada x Kg peso
1.000 a 2.000 cc solución dextrosada al 5 %
– 2° día:
Mitad de dosis de coloides y cristaloides
1.000 a 2.000cc solución dextrosada al 5%
– Días sucesivos:
Reducción progresiva de estas cantidades
Comienzo administración oral: dietas hiperproteicas e hipercalóricas
■ Estas son dosis orientativas para lograr mantener una DIURESIS de:
>100 cc/hora en Q. eléctricas
50 cc/h en adultos
25 cc/h en >2 años y 1 cc/kg peso/día en los <2 años
■ La velocidad de goteo se puede calcular dividiendo la cantidad total de líqui-
do por 2 y ésta a su vez por 8 que sería la cantidad a administrar por hora.
b) Medidas específicas o Tratamiento local:
■ Utilizar siempre material estéril: limpiar los tejidos dañados con irrigación de
suero fisiológico (retirar previamente ropa quemada, anillos, pulseras...).
■ Evitar antisépticos colorantes como la povidona yodada (por posible enmas-
caramiento); preferible Clorhexidina (Clorhexidina al agua al 0,5%).
■ Desbridamiento de flictenas que provoquen mucha tensión y/o dolor (dejan-
do la piel de la ampolla cubriendo zona quemada); pero no extirpar ampo-
llas pequeñas.
■ En Q. de 3er grado: no se extirpa el tejido muerto de inmediato (se deja
días o semanas) por peligro de pérdidas sanguíneas y shock hipovolémico.
Aunque se debe realizar escarotomía (incisión sobre la escara hasta tejido
celular subcutáneo) en aquellas quemaduras circulares que comprometan la
circulación distal de un miembro.
■ Antiinflamatorios locales :
– Fomentos con Sulfato de Cobre o Zinc al 1 por 1.000 o Permanganato po-
tásico 1/10.000: 1-2 v/día (durante 5 minutos) durante 2-3 días;
– Corticoides tópicos en formas de loción [Prednicarbato (Batmen solución®
o Peitel solución®)] o espuma [Hidrocortisona (Hidrocortisona isdin 0,5%
aerosol®), dipropionato de beclometasona (menaderm simple)]; Betame-
tasona valerato (Bettamousse 0,1% espuma®); Fluocinolona acetónido (Sy-
nalar 0,025% espuma®): de menor a mayor potencia] 2 aplicaciones/día
durante 3-4 días. (Uso controvertido en quemaduras profundas).
■ Los antibióticos tópicos más recomendables son la Mupirocina tópica (Bac-
troban® o Plasimine® crema) o el Acido fusídico (Fucidine® crema); que se de-
1005
CAPÍTULO 129
ben aplicar tras limpieza y secado de la piel a tratar 1-2 veces al día durante
los días necesarios, según evolución. Primero se aplicaría el fomento y a los
10 min el antibiótico. (Evitar la Sulfadiazina Argéntica, la Neomicina o Ni-
trofurantoína por el riesgo de sensibilización tópica y desarrollo de eczema
alérgico de contacto). Se pueden usar también combinaciones de antibióti-
cos y corticoides tópicos (Celestoderm gentamicina crema o Fucibet crema).
Ante sospecha de sobreinfección se deben tomar muestras, para cultivo y an-
tibiograma, de los exudados (Para Tratamiento empírico ver cáp 76).
■ En quemaduras químicas:
1. Los ácidos (sulfúrico; nítrico; tricloroacético; fenol...) pueden neutralizarse
con Bicarbonato sódico al 5% (el Fenol con alcohol).
2. Los álcalis (sosa y potasa cáustica; cal viva...) pueden neutralizarse con
soluciones avinagradas (Acido acético al 5%) o Cloruro de Amonio al 5%
(que permite lavar incluso ojos).
3. Por Fósforo (bombas incendiarias) se debe hacer tratamiento excluyente
de aire (ya que producción de calor continua mientras exista exposición
al mismo): inicialmente con Aceite y seguido con Sulfato de cobre al 2 %
(para inactivar al fósforo).
Estos neutralizantes (elaborados por la Farmacia del Hospital) se aplican en
forma de fomentos tópicos (con gasas o compresas estériles empapadas) so-
bre la zona quemada, durante unos 5 minutos.
CRITERIOS DE INGRESO
■ INGRESO HOSPITALARIO en los casos de:
– Compromiso vital, afectación vía respiratoria, sospecha inhalación.
– Quemadura 2° grado del 10-25 % (adultos) o 5-15% (niños y >60 años).
– Q. 3er grado >2%.
– Quemaduras más patología asociada grave.
– Q. eléctricas (efecto “iceberg”: afectación cutánea horas tras accidente; y según tipo
de corriente: posible afectación sistémica (corazón, cerebro, riñón) (ver Cap. 153).
– Q. Químicas.
■ TRASLADO A UNIDAD DE QUEMADOS en los casos de:
– Quemaduras 2° grado >25% (adultos) o >15% (niños y >60 años)
– Q. 3er grado >10 %
– Localizaciones con importante compromiso estético-funcional (cráneo, cara,
cuello, axilas,manos, genitales, pliegues de flexo-extensión)
→ Normas previas al traslado:
1. Pedir autorización a la Unidad/Centro de Quemados donde se quiera tras-
ladar (Ver Relación de Centros al final).
2. Los pacientes deben ser trasladados una vez que se haya conseguido estabi-
lizar constantes vitales y la situación hemodinámica, y ante sospecha de com-
promiso de la vía aérea (quemaduras naso-bucales, inhalación de humo,...)
siempre intubación endotraqueal previa al traslado (ver Medidas generales
del Tratamiento hospitalario).
3. Aportar la mayor información posible obtenida acerca del paciente: edad;
hora-mecanismo-tipo-clasificación de la quemadura; constantes vitales que
presentaba a su ingreso y durante su estancia en Urgencias, así como la me-
dicación administrada y todos los datos analíticos de que se dispongan.
1006
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Braun-Falco et al.Quemaduras y Escaldaduras en Dermatología. Springer-Verlag Ibérica,
S.A. Barcelona.1995 .379-382
▲ Camacho F. Quemaduras en Tratado de Dermatología. Grupo Aula Médica. Madrid 1998.
(Vol 2) 629-638.
▲ Sheridan R.,Tompkins R. Evaluation and Management of The Thermally Injured Patient in Fitz-
patrick’s Dermatology in General Medicine.Fifth edition.McGraw-Hill. New York.
1999.1505-1514.
1007
CAPÍTULO 130
Capítulo 130
HERPES ZOSTER
I. Cervigón González - I. Martín Pérez – D. García Almagro
INTRODUCCIÓN
El Herpes Zoster (HZ) es una enfermedad producida por el virus Varicela-Zoster
(VVZ), virus DNA de la familia herpesviridae. La primoinfección causa la varicela, en-
fermedad contagiosa y generalmente benigna que cursa en epidemias en pacientes
no inmunizados. Subsecuentemente la reactivación de los virus en estado de latencia
en los ganglios de las raíces dorsales o en las partes sensitiva de los núcleos de los
pares craneales, ocasiona el HZ.
El herpes zoster puede aparecer en cualquier persona que haya padecido la varice-
la, siendo los principales factores de riesgo la edad avanzada y la inmunodepresión
(por patología o por tratamiento farmacológico). El diagnóstico de esta patología es
fundamentalmente clínico.
CONCEPTOS
■ Varicela: Primoinfección por VVZ. Se caracteriza por brotes sucesivos de lesiones
maculopapulosas que evolucionan a vesículas, pústulas y costras. Generalmente
afecta a niños menores de 10 años en forma de brotes epidémicos. El contagio se
produce por vía respiratoria.
■ Herpes Zoster: Reactivación de infección por VVZ. Radiculitis aguda que se acom-
paña de una erupción de vesículas agrupadas sobre una base eritematosa, y que
se localiza en el dermatomo correspondiente al ganglio sensitivo afectado. El vi-
rus se multiplica y produce una necrosis neuronal (neuralgia aguda) y viaja centrí-
fugamente por los nervios hasta la piel (lesiones cutáneas).
La reactivación ocurre en el 15-20% de las personas que han padecido la varice-
la. Aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en ancianos
(75% en mayores de 75 años). En inmunodeprimidos, sobre todo VIH, la inciden-
cia es mucho mayor.
En inmunocompetentes el curso de la enfermedad suele ser benigno, siendo la neu-
ralgia postherpética (NPH) la principal complicación. En inmunocomprometidos el
cuadro es más agresivo, con mayor número de complicaciones y riesgo de disemi-
nación hematógena.
■ Neuralgia postherpética (NPH): definida como dolor que persiste más de 30 días
después del inicio del rash o después de la curación de las lesiones cutáneas. Es la
complicación más temida y frecuente en pacientes inmunocomprometidos. Se des-
cribe como dolor agudo (punzante, penetrante, lacerante, lancinante), parestesias
(quemazón, entumecimiento, hormigueo, prurito) o alteraciones de la sensibilidad
(anestesia, hiperestesia, disestesia, alodinia). Los factores de riesgo asociados a
NPH son edad > 50 años, intensidad de la neuralgia aguda y de las lesiones cu-
táneas, y grado de inmunodepresión. Cuando concurren dos o más de estos facto-
res, el riesgo de persistencia del dolor aumenta. Una vez establecida es difícil de
tratar. Suele terminar resolviéndose con el tiempo aunque, a veces, persiste de for-
ma indefinida.
■ Síndrome de Ramsay-Hunt: Zoster que afecta al ganglio geniculado. Cursa con le-
siones en concavidad del pabellón auricular y conducto auditivo externo y con
afectación del VII par (parálisis ipsilateral del facial, pérdida de sentido del gusto
1008
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
3) Anticonvulsivantes:
a)
Gabapentina. Si se asocia a antidepresivos tricíclicos aumenta su eficacia. La
dosis inicial es de 300 mg al día, con aumento de 300 mg cada 3-5 días has-
ta alcanzar una dosis efectiva de 900-3.600 mg, a repartir en tres dosis dia-
rias. Los efectos secundarios son somnolencia, mareo, ataxia y nistagmo.
b) Carbamacepina. Es útil para el dolor lancinante. Se inicia a dosis de
100 mg/8h vo, aumentándola progresivamente hasta alcanzar 400-
1.200 mg/24h.
4) Parches de Lidocaína, EMLA: Aplicar en áreas dolorosas, sin lesiones activas. Pue-
de provocar irritación local. Es rara la toxicidad sistémica por absorción cutánea.
5) Crema de Capsaicina. Uso tópico 3-4 veces al día. La irritación local y sensación
de quemazón puede limitar su uso.
Tabla 130. 2. Opciones de tratamiento en la NPH
1. Opiáceos
2. Antidepresivos tricíclicos: Nortriptilina o Desiprimina, Amitriptilina
3. Anticonsulsivantes: Gabapentina, Carbamacepina
4. Crema de capsaicina 0,025-0,075%.
5. Anestésicos tópicos: parche o gel de Lidocaína (5%)
CRITERIOS DE INGRESO
■ Inmunodepresión.
■ Complicaciones importantes: oculares, viscerales, neurológicas.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Gnann JW, Whitley RJ. Herpes zoster. N Engl J Med 2002 Aug; 347(5): 338-47.
▲ De-Clercq E. Antiviral drugs: current state of the art. J Clin Virol 2001 Aug; 22(1): 73-89.
▲ Balfour Jr HH. Antiviral drugs. N Engl J Med. 1999; 340 (16): 1255-68.
▲ Cohen JL, Brunell PA, Straus SE, Krausse PR. Recent advances in varicella zoster virus infec-
tion. An Intern Med 1999; 130: 922-32.
▲ Snoeck R, Andrei G, De Clercq E. Current farmacological approaches to the therapy of va-
ricella zoster virus infections: a guie to treatment. Drugs. 1999; 57: 187-206.
▲ Beydoun A. Postherpetic neuralgia: role of gabapentin and other treatment modalities. Epi-
lepsia 1999; 40 Suppl 6: S51-6; discussion S73-4.
▲ Whitley RJ. Varicela-zoster virus. En Mandell GL, Bennet JE, Dolin R editors, Mandell, Dou-
glas and Bennett´s Principles and Practice of Infectious Diseases. 5ª ed. Philadelphia: Chur-
chill Livingstone, 2000. p. 1580-86.
▲ Strauss SE, Oxman MN. Varicela y herpes zóster. En Fitzpatrick TB, Freedberg IM, Eisen AZ,
Wolff K, Austen KF, Goldsmith LA et al, editores. Dermatología en Medicina General 5ª edi-
cion. Madrid: Panamericana. 2001 p. 2571-95.
▲ Enfermedades cutáneas de etiología viral. En: Lázaro Ochaita, editor. Dermatología: Texto y
atlas. Madrid: Digra-Publi. 1993. p. 157-76.
1011
CAPÍTULO 131
Capítulo 131
URTICARIA, ANGIOEDEMA Y ANAFILAXIA
M. Jiménez Lara - M. Hernández Quiles - A. Moral de Gregorio
D. García Almagro
coconstricción severa) o bien el colapso vascular (shock anafiláctico) las formas más
severas de presentación.
El comienzo es brusco, a veces en segundos. El cuadro clínico suele completarse en
30 minutos. Puede comenzar con síntomas de malestar general, sensación de calor,
prurito palmo-plantar que se generaliza asociando eritema, lesiones habonosas y an-
gioedema.
A nivel respiratorio, si se afecta la vía aérea superior existe sensación de ocupación
faríngea, disfagia, disfonía o estridor. Se produce por edema laringeo y es la causa
de 2/3 de las muertes por anafilaxia. Síntomas de tos, disnea, sibilancias, opresión
torácica serán consecuencia de la afectación de vías aéreas inferiores. Estos síntomas
conducen a una situación de hipoxemia y cianosis.
Los síntomas cardiovasculares pueden iniciarse con sensación de palpitaciones debi-
do a la taquicardia, sensación de mareo o inestabilidad que puede seguirse de pér-
dida de conciencia. La vasodilatación y el aumento de la permeabilidad vascular con-
ducen a hipotensión y shock, que incrementan la taquicardia y reducen la perfusión
coronaria. Todos estos fenómenos junto a la hipoxemia debido a la obstrucción de las
vías respiratorias y a la hipotensión reducen la oxigenación miocárdica, dando lugar
a arritmias y necrosis miocárdica, pudiendo conducir a parada cardiaca.
Los síntomas gastrointestinales pueden ser de náuseas, vómitos, dolor abdominal có-
lico e incluso diarrea, a veces sanguinolenta.
Otros síntomas incluyen desorientación, ansiedad, convulsiones y sudoración profusa.
No se debe olvidar que una anafilaxia puede debutar como un síncope o incluso co-
mo muerte súbita.
Podemos hablar de cuadros “leves” como aquellos con sintomatología cutánea y mu-
cosa, cuadros “moderados” los que incluyen además afectación de vías respiratorias
altas y/o bajas y “severos” los que suman afectación cardiovascular y de otros ór-
ganos conduciendo a una situación de insuficiencia respiratoria y colapso vascular
(shock).
FACTORES ETIOLÓGICOS
– Medicamentos: son la principal causa de urticaria-angioedema-anafilaxia, siendo
los más frecuentes Penicilinas y derivados, Pirazolonas y otros AINES, pero cual-
quier fármaco puede producir potencialmente un cuadro urticarial.
– Alimentos: son la segunda causa más frecuente, destacando en adultos frutos secos
y mariscos, y en los niños, leche, huevos y pescado. No hay que olvidar la exis-
tencia de alergenos ocultos en los alimentos, como es el parásito del pescado Ani-
sakis simples, ácaros de almacenamiento que contaminan las harinas de reposte-
ría, conservantes, etc.
– Látex: se ve cada vez con más frecuencia, especialmente en personal sanitario. De-
ben tener especial precaución en intervenciones quirúrgicas y en manipulaciones
con sondas, catéteres, etc.
Infecciones y parasitosis: mononucleosis, virus Coxsackie, oxiuros, ascaris, equino-
cocus, anisakis (parásito del pescado fresco).
– Heminopteros: las picaduras de abeja y avispas constituyen una causa importante
de anafilaxia, especialmente en el medio rural.
– Agentes físicos: frío, colinérgica, calor, acuagénica, dermografismo o urticaria fac-
ticia, por presión, solar, angioedema vibratorio.
– Por contactantes: alimentos, telas, productos animales, medicamentos...
1013
CAPÍTULO 131
Cuadro 131.2
AntiH1 de 2ª generación* mg/dl
Loratadina (Clarityne®, comp. 10 mg) 10-30
Cetirizina (Zyrtec®, comp. 10 mg) 10-30
Fexofenadina (Telfast®, comp. 180 mg) 180
Ebastina (Ebastel®, comp. 10 mg) 10-30
*Fármacos sin efecto sedante pero con menor potencia, útiles en casos de urticaria moderada y
urticaria crónica.
■ Urticaria crónica idiopática: Muchas veces se realiza una combinación de antihista-
mínicos.
Los antihistamínicos anti-H2 (Cimetidina 200 mg/8 horas) se han usado en combi-
nación con los H1, siendo su eficacia dudosa.
Los corticoides sistémicos pueden precisarse de forma puntual (urticaria crónica que
se controla mal con antihistamínicos, o son muy intensas), siempre administrándose
durante periodos limitados de tiempo, a la mínima dosis eficaz.
Otros fármacos utilizados ocasionalmente son la Doxepina (antidepresivo tricíclico
con potente acción antihistamínica, a dosis de 75 mg al acostarse), anabolizantes y
Sulfasalazina (como ahorradores de corticoides), Colchicina y Dapsona, Ciclospori-
na A y plasmaféresis, se han usado como solución temporal en cuadros severos, de
forma experimental.
Se aconseja, en la urticaria crónica, evitar aquellos agentes que incrementen la va-
sodilatación cutánea (alcohol, ansiedad, AINES), los que contengan gran cantidad
de histamina o sean liberadores inespecíficos de la misma (tomate, chocolate, fresas,
conservas, picantes...).
B. Tratamiento en situaciones severas. Edema angioneurótico de localización orofarín-
gea o laringe y/o urticaria aguda generalizada con gran componente edematoso:
– Asegurar vía aérea. Vigilar TA y pulso.
– Adrenalina 1/1.000, entre 0.3-0.5 ml. Vía subcutánea (Adrenalina precargada
Level®‚) o intramuscular (Adreject®‚ niños, 0.15 ml o Adreject®‚ adultos, 0.3 ml).
En niños menores de 30 kg la dosis es de 0.01 ml/kg. Puede repetirse cada 15-
20 min 2 ó 3 veces.
– Anti H1 intravenoso, p.e. Clorfeniramina 5-10 mg i.v.
– Corticoide intravenoso, p.e. Hidrocortisona 200-400 mg i.v.
C. Angioedema Hereditario por déficit de C1 inhibidor: en el brote agudo que afecte
a la zona cervicofacial o que curse con dolor abdominal intenso, concentrado de
C1-inhibidor intravenoso, entre 500-1.000 unidades. Su acción se inicia entre 30
minutos y 2 horas tras la perfusión, y dura hasta 3 días. Si el brote es leve, Ácido
Tranexámico (Amchafibrin®) a dosis de 500-1.000 mg cada 8 horas, vía oral o pa-
renteral. También puede usarse de forma profiláctica, aunque si los brotes son fre-
cuentes será preciso utilizar andrógenos de síntesis (Danazol, 20 mg cada 8 horas
y Estanozolol, 4 mg cada 6 horas), que favorece la síntesis de C1-inhibidor. En la
preparación para intervenciones quirúrgicas, se combina el uso de andrógenos y la
administración pre e intraoperatoria de C1-inhibidor.
Es importante tener presente:
– Que la elección de un antihistamínico depende fundamentalmente de la acción del
mismo sobre el SNC, especialmente en sujetos con profesiones de alto riesgo.
– Si se usan 2 antihistamínicos, deben ser de diferente grupo farmacológico.
1015
CAPÍTULO 131
– Debe tenerse en cuenta que a las 5-7 horas de su administración persiste el 50%
de su efecto terapéutico.
– La urticaria aguda es de curso autolimitado y habitualmente controlada con an-
tihistamínicos. No debe administrarse de rutina, en urgencias, una dosis única de
corticoides por el probable efecto rebote y la nueva demanda de asistencia del
paciente en pocas horas. El uso de corticoides debe quedar relegado a los casos
más rebeldes, siempre en ciclos cortos, e intentar la retirada lo ante posible.
– Evitar los antihistamínicos tópico por su poder sensibilizante.
D. Anafilaxia: El reconocimiento rápido del cuadro y un tratamiento inmediato son de
máxima importancia.
– Comprobar permeabilidad de la vía aérea. O2 en mascarilla de tipo Venturi. In-
tubación endotraqueal o traqueostomía según gravedad (edema laringeo,
shock).
– Comprobar el nivel de conciencia.
– Comprobar constantes vitales (TA, FC, FR). Monitorización si cuadro severo
(shock).
– Posición de Trendelemburg si hipotensión y el paciente lo tolera.
– En caso de anafilaxia por inyección de antígeno (p.e. picadura de abeja o avis-
pa) hacer torniquete proximal al lugar de inyección y aflojar cada 10 minutos.
– Canalización de una vía venosa periférica.
– Sondaje vesical con medición de diuresis (shock).
– Si se presenta parada cardiaca, iniciar maniobras de resucitación.
– Debido a la posibilidad de recurrencia de los síntomas se debe mantener al pa-
ciente en observación 12-24 horas.
– Recordad que el angioedema hereditario no responde al tratamiento habitual de
la anafilaxia.
Tratamiento farmacológico:
– Adrenalina al 1/1.000 por vía sc. o im, 0.3-0.5 ml, y en niños 0.01 ml/kg, pu-
diéndose repetir cada 15-20 minutos, hasta 2-3 dosis. En caso de picadura de
insecto administrar una dosis adicional de Adrenalina sbc. en la zona de inocu-
lación. La Adrenalina no tiene contraindicaciones absolutas, ya que estamos an-
te una urgencia vital. Las contraindicaciones relativas son hipertensión arterial
importante, hipertiroidismo mal controlado y cardiopatía isquémica.
– Antihistamínicos: Dexclorferinamina (Polaramine®) 5-10 mg (1-2 ampollas im o
iv lento).
– Corticoides: aunque no son fármacos a utilizar de primera línea en el tratamien-
to de la anafilaxia (inician su acción a las 3-4 horas), están indicados, ya que
además de su efecto sobre la reacción inmediata, previene el desarrollo de la fa-
se tardía. El corticoide de elección es la Hidrocortisona (Actocortina®) que es el
de más rápido comienzo de acción, administrando 7-10 mg/kg (4-6 ampollas
de 100mg en 100 ml de suero glucosado en 10 minutos). También se puede usar
Metilprednisolona (Urbason®) a dosis de 80-120 mg iv.
– Broncodilatadores:
β2 agonistas: Salbutamol 0.5-1 cc en 5 cc SSF/4 horas nebulizado (Ventolin®
soluc. Nebulización 5 mg/cc) o 0.25-0.5 subcutáneo (Ventolin® inyectable
amp. 0.5 mg) cada 30 min. Droga de elección, útil para el broncoespasmo que
no responde a la adrenalina.
Aminofilinas: (Eufilina® por ampolla de 10 cc 175.7 mg) 6 mg/kg en 250 cc de
suero glucusado en 20 minutos. Luego seguir con perfusión iv 0.3-0.9 mg/kg/ho-
1016
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 132
PARADA CARDIORRESPIRATORIA.
REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR EN PEDIATRÍA
M. D Márquez Moreno - E. Zambrano Pérez - E. Crespo Rupérez
INTRODUCCIÓN
Basado en las Recomendaciones Internacionales de Reanimación Cardiopulmonar Pe-
diátrica y Neonatal del año 2.000. (Guías de actuación 2.000 para la reanimación
cardiopulmonar y cuidados cardiovasculares de emergencia de la ILCOR) y en las Re-
comendaciones Españolas de Reanimación cardiopulmonar pediátrica básica, avan-
zada y neonatal según la adaptación realizada por el Grupo Español de RCP Pediá-
trica y Neonatal.
La Parada cardiorrespiratoria se define como la interrupción brusca, inesperada y
potencialmente reversible de la ventilación y respiración.
La causa más frecuente de PCR (Parada cardiorrespiratoria) en la infancia es: en < 1
año: muerte súbita del lactante y en > 1 año por accidente.
El origen de la PCR en Pediatría es fundamentalmente respiratorio por obstrucción de
la vía aérea con partes blandas anatómicas (lengua...), inflamaciones, infecciones
respiratorias. Las de origen cardiaco se ven casi exclusivamente en niños con cardio-
patías congénitas. En tercer lugar: fallo hemodinámico y shock.
REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA
La RCP básica identifica una situación de parada cardiorrespiratoria en el niño, mediante
la aplicación secuencial de una serie de maniobras, cuyo objetivo es conseguir una oxi-
genación urgente, que preserve de forma temporal las funciones de órganos vitales
(SNC…) Su fin es restablecer la función cardiaca y respiratoria, hasta que el niño pueda
recibir atención más especializada, con los medios técnicos adecuados (RCP avanzada).
La RCP debe suspenderse cuando: el niño salga de la PCR, cuando haya orden de no
reanimar (enfermedad incurable) ,cuando la duración de la PCR supere los 30 minu-
tos sin signos de recuperación de la actividad cardiaca (excepciones: ahogados en
agua helada, intoxicados por drogas depresoras del SNC o pacientes hipodérmicos,
en los que hay que prolongar las maniobras de RCP).
CARACTERÍSTICAS
– No precisa equipamiento específico.
– Requiere rapidez y eficacia en su actuación.
– Se debe iniciar la RCP básica dentro de los 4 primeros minutos de la PCR.
– Es prioritario recordar el orden secuencial de los pasos.
– Cada una de las maniobras ha de ser efectiva.
– Asegurar que la maniobra anterior está bien realizada.
– Un error en la secuencia puede llevar al fracaso de la reanimación.
SECUENCIA DE LA RCP BÁSICA
▲ SEGURIDAD DEL NIÑO Y DEL REANIMADOR: Asegurar la zona en caso de ser pe-
ligrosa.
1018
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1. COMPROBAR LA INCONSCIENCIA:
Mediante la aplicación de estímulos: sacudirle, hablarle, llamarle.
Si hay sospecha de lesión de columna cervical: Primero se inmovilizará el cue-
llo y luego se aplicarán los estímulos.
Si se produce respuesta (habla, gime, se mueve, o llora): Dejarle en la posición
inicial siempre que no corra peligro, comprobar su estado físico y pedir ayuda.
Se debe controlar periódicamente su situación.
Si no hay respuesta: continuar de forma secuencial los pasos de RCP básica.
2. PEDIR AYUDA
– A las personas del entorno sin abandonar al niño.
3. APERTURA DE LA VÍA AÉREA
Es la medida básica inicial en niño inconsciente incapaz por sí solo de mante-
ner permeable su vía aérea, y se consigue con 2 maniobras:
– Maniobra frente mentón
– Tracción de la mandíbula
MANIOBRA FRENTE-MENTÓN:
Colocar una mano sobre la frente y efectuar la extensión del cuello, (moderada en
niños pequeños y neutra en lactantes).
Levantar el mentón con la otra mano y colocar la punta de los dedos por debajo
del mismo, cuidando de no inducir el cierre de la boca. Esta maniobra está con-
traindicada si hay sospecha de traumatismo cráneo-cervical, en este caso se rea-
lizará la siguiente:
TRACCIÓN DE LA MANDÍBULA:
Es fundamental mientras se consigue la apertura de la vía aérea mantener el eje
cabeza-cuello alineado y la columna cervical inmovilizada.
Tirar de la mandíbula hacia arriba (con una mano), mientras con la otra se sujeta
la cabeza, para impedir que la columna se desplace en cualquier dirección. Si hay
2 reanimadores, uno se encarga de fijar el cuello.
4. COMPROBAR LA RESPIRACIÓN
Ver, Oír y Sentir:
Tras abrir la vía aérea, el reanimador aproximará su oído y mejilla a la boca del
niño (10 segundos), para: Ver si realiza movimientos torácicos y/o abdominales,
Oír si existen ruidos respiratorios, Sentir si el aire golpea su mejilla.
– Si respira: se colocará al niño en posición de seguridad.
POSICIÓN DE SEGURIDAD
– Tras arrodillarse junto al paciente se colocará el brazo más próximo al reani-
mador en ángulo recto al cuerpo, con el codo girado hacia la cabeza y la pal-
ma de la mano mirando hacia arriba.
– Colocar el otro brazo del niño cruzando el tórax hasta que la palma de la ma-
no toque la mejilla opuesta.
– Sujetar y doblar la pierna más lejana del niño por debajo de la rodilla con la
otra mano y girarla hacia el reanimador unos 90°.
– El niño debe quedar en una posición casi lateral. La postura debe ser estable y
para ello puede necesitar colocar una almohada en la espalda y asegurar que
la cabeza y rodillas dobladas queden en ángulo recto. La postura debe permi-
tir que la vía aérea continúe abierta y que se pueda comprobar periódicamen-
te la respiración así como girar fácilmente al niño para colocarle boca arriba
en caso de necesidad.
1019
CAPÍTULO 132
– Si no hay pulso en niño mayor o si lactante con < 60 latidos por minuto:
Iniciar masaje cardiaco coordinado con la respiración.
7. MASAJE CARDIACO
Se debe colocar al niño sobre un plano duro.
– Frecuencia del masaje: aproximadamente 100 por minuto (2/segundo).
– Relación masaje cardiaco-ventilación: El Grupo Español de RCP Pediátrica y
Neonatal recomienda mantener la relación masaje cardíaco/ventilación de
5/1. En caso de niños > 8 años y si hay un sólo reanimador se podría utili-
zar la relación 15/2.
MASAJE CARDIACO EN EL LACTANTE
– Con dos dedos, (si hay 1 reanimador): Colocar los dedos medio y anular en
el esternón, 1 dedo por debajo de la línea intermamilar. Deprimir el esternón
con la punta de los dedos aproximadamente 1/3 de la profundidad del tórax.
– Abarcando el tórax con las dos manos, (si hay 2 reanimadores): Colocar los
pulgares sobre el tercio inferior del esternón, justo por debajo de la línea me-
dia intermamilar y abarcar el tórax con el resto de los dedos (si el reanima-
dor puede hacerlo). Comprimir el esternón con los dos pulgares.
Frecuencia: 100/minuto (2/segundo). Relación masaje/ventilación: 5/1.
EN NIÑOS PEQUEÑOS (1 y 8 años)
Para localizar la zona del masaje, colocar el talón de la mano en la mitad inferior
del esternón. Para ello se realizará un barrido por la arcada costal hasta el extre-
mo distal del esternón y se colocará el talón dos dedos por encima de éste y el bra-
zo en posición vertical sobre el tórax del niño.
Deprimir 1/3 de la profundidad del tórax. Levantar la punta de los dedos para que
la presión no se aplique sobre las costillas.
Frecuencia de compresión: 100/minuto (poco menos de 2 compresiones por se-
gundo). Relación masaje/ventilación: 5/1.
EN NIÑOS MAYORES (>8 años)
Según la fuerza del reanimador y el tamaño del niño puede ser necesario utilizar
las 2 manos para realizar el masaje cardiaco. La localización, el grado de pro-
fundidad de la compresión, duración, frecuencia y relación masaje/ventilación se-
rá igual que en el caso anterior.
8. ACTIVAR EL SISTEMA DE EMERGENCIAS
– Si hay más de 1 reanimador: uno realizará la reanimación mientras el otro
pide ayuda.
– Si hay un único reanimador: éste efectuará las maniobras de RCP durante al
menos 1 minuto, tras lo cual, se encargará de pedir ayuda, debiendo volver
inmediatamente para continuar con la RCP.
– En lactantes muy pequeños: se puede intentar realizar el transporte y la RCP
simultáneamente, apoyándole sobre un antebrazo. Con la otra mano se da-
rá masaje cardiaco, efectuando la ventilación boca-boca y nariz. Tiene el in-
conveniente de no poder realizar una correcta apertura de la vía aérea y que
la ventilación no resulte eficaz.
9. COMPROBAR LA EFICACIA DE LA REANIMACIÓN
Suspender la RCP cada 2 minutos durante unos segundos para comprobar si
ha recuperado el pulso y la respiración espontánea.
1021
CAPÍTULO 132
Comprobar si respira
Ventilar
Comprobar pulso
Compresiones torácicas
(5 compresiones/ 1 ventilación)
Después de 1 minuto
Activar sistema de emergencia
RCP AVANZADA
Aplicación del conjunto de medidas que precisan medios técnicos específicos para
su ejecución, cuyo objetivo es conseguir el tratamiento definitivo de la parada car-
diorrespiratoria (restablecimiento de las funciones respiratoria y cardiaca). Debe ser
realizado por profesionales expertos y entrenados en estas técnicas.
Para que sea eficaz, es imprescindible mantener la optimización de las medidas em-
prendidas en la RCP básica y es fundamental que los pasos se ejecuten de forma si-
multánea. Debe iniciarse dentro de los 8 primeros minutos de la PCR.
OPTIMIZACIÓN DE LA RCP BÁSICA
▲ A) CONTROL DE LA VÍA AÉREA
1. Mantener la posición de apertura de la vía aérea, iniciada en la RCP básica.
2. Colocar una cánula orofaríngea (“Guedel”), si el niño está inconsciente. Ele-
gir la de tamaño adecuado (igual a la distancia entre los incisivos centrales su-
periores y el ángulo de la mandíbula). Esta maniobra permite abandonar la
tracción del mentón y ayuda a optimizar la ventilación (Abrir la vía aérea). Téc-
nica de introducción: en lactantes con la convexidad hacia arriba, siguiendo el
eje de la lengua. En niños (igual que en adultos) con la concavidad hacia arri-
ba, hasta que la punta llegue al paladar blando, momento en que se gira 180°
y se desliza por detrás de la lengua.
3. Aspirar secreciones con sondas de succión de tamaño adecuadas, sin sobre-
pasar los 80-120 mm Hg de presión.
4. Ventilación con oxígeno al 100%: Con mascarilla facial, bolsa autoinflable y
bolsa o tubo reservorio conectada a un flujo de oxígeno a 15 litros/minuto se
logra una concentración de oxígeno mayor del 90%. Se utilizarán mascarillas
faciales transparentes, con manguito con cámara de aire para ajustarla a la ca-
ra. Las mascarillas son de diferente tamaño y forma, dependiendo de la edad:
redondas o triangulares en < de 6 años y triangulares en > 6 años. Hay 3 ta-
maños de bolsas autoinflables: >450 ml (modelo infantil), de 1.600-2.000ml
(modelo adulto) y de 250 ml (prematuros).
1024
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Localizar el sitio de punción: En niños < 6 años: en el punto medio de la línea que
une la tuberosidad anterior de la tibia y su borde interno, colocar la aguja per-
pendicular a 1-2 cm por debajo del punto. En > 6 años: 1-2 cm por encima del
maléolo tibial interno.
3. CANALIZACIÓN DE VENAS CENTRALES
Se procederá a canalizar una vía venosa central sólo cuando hayan fracasado los
intentos de conseguir las 3 vías anteriores. En Pediatría la de elección es la vena
femoral por ser la que menos interfiere con las maniobras de RCP.
4. CANALIZACIÓN DE VENA SAFENA POR DISECCIÓN
Como única alternativa si fracasa cualquier intento anterior, en el maléolo tibial in-
terno porque tampoco interfiere con las maniobras de RCP.
FÁRMACOS, LÍQUIDOS
ADRENALINA
Fármaco de primera elección, ante cualquier tipo de ritmo en el ECG. Ningún otro
ha demostrado ser superior a la Adrenalina.
Dosificación:
1ª dosis: siempre diluida, por vía intravenosa o intraósea.
– 0,01 mg/kg (0,1 ml/kg de la dilución al 1/10.000)
– Preparación: en una jeringa de 10 ml, cargar 1 ampolla de Adrenalina
(1 ml) y 9 ml de suero salino fisiológico.
2ª dosis y siguientes en vías intravenosa e intraósea y todas las dosis por vía en-
dotraqueal: 10 veces mayor:
– 0,1 mg/kg (0,1 ml/kg de la dilución al 1/1.000)
Recién nacidos y neonatos siempre diluída, cualquiera que sea la vía de admi-
nistración, pero tras la 1ª dosis, se triplicará la cantidad a administrar:
1ª dosis: 0,01 mg/kg (0,1 ml/kg de la dilución al 1/10.000)
2ª dosis y siguientes: 0,03mg/kg (0,3 ml/kg de la dilución al 1/10.000).
No se deberá emplear con soluciones alcalinas, ni por la misma vía tras adminis-
trar bicarbonato porque se inactiva.
BICARBONATO SÓDICO
Se recomienda ante PCR prolongada (>10 minutos) y en casos de acidosis meta-
bólica documentada (pH<7,10).
Dosificación
– 1mEq/kg diluído al medio con suero fisiológico, vía intravenosa o intraósea.
– Las dosis se repetirán cada 10 minutos de reanimación.
– No administrar por vía intratraqueal.
CLORURO CÁLCICO
– Indicada ante hipocalcemia documentada, hiperpotasemia, hipermagnese-
mia o bloqueo de los canales del calcio.
Dosificación
20 mg/kg (0,2 ml de la solución de cloruro sódico al 10%), diluído al medio en
suero fisiológico e inyectada en 10-20 segundos.
No se infundirán por la misma vía cloruro cálcico y bicarbonato sódico porque
precipita.
ATROPINA
Tiene indicaciones concretas en el bloqueo aurículo ventricular completo, bradi-
cardia sintomática y en la prevención y tratamiento de la bradicardia secundaria
a estimulación vagal durante la maniobra de intubación endotraqueal.
1027
CAPÍTULO 132
Antes se debe asegurar que la ventilación y oxigenación son adecuadas (en el ni-
ño la causa más frecuente de bradicardia es la hipoxia). Si tras ello persiste:
Dosificación
– 0,02 mg/kg cada 5 minutos intravenosa, intraósea o intratraqueal.
– Dosis mínima: 0,1 mg (máxima: 0,5 mg en niños, 1 mg en adolescentes).
– Dosis total: 1 mg en niños y 2 mg en adolescentes.
GLUCOSA
Su única indicación en la PCR es la hipoglucemia.
Dosificación
0,5-1 gr/kg (2-4 ml/kg de glucosa al 25%)
Tras cada dosis de fármaco se deberá administrar un bolo intravenoso de 5-10 ml
de suero salino, para favorecer su transporte al sistema cardiocirculatorio.
LÍQUIDOS
La parada cardiaca secundaria a shock hipovolémico es más frecuente en niños que
en adultos. La indicación de expansión con volumen en PCR son: la actividad eléctri-
ca sin pulso y la sospecha de que la parada está producida o acompañada de hipo-
volemia.
La expansión puede realizarse con soluciones de cristaloides, coloides y hemoderiva-
dos. Lo más frecuente es iniciar tratamiento con soluciones cristaloides (SSF, Ringer) en
bolos intravenosos a dosis de 20 ml/kg en 20 minutos, en tanto persistan los signos de
shock hasta dosis de carga de 40-60 ml/kg. Las soluciones coloides se emplean si fra-
casan dos bolos consecutivos de cristaloides (dextranos, gelatinas, albúmina al 5%). En
niños con hemorragia severa, se continuará con transfusión de sangre.
No se recomienda el empleo de soluciones glucosadas en Pediatría (por asociarse a
peor pronóstico neurológico), excepto si es un neonato o existe episodio de hipoglu-
cemia documentada.
ARRITMIAS CARDIACAS. ALGORITMOS DE TRATAMIENTO
El diagnóstico del ritmo cardiaco durante una parada cardiorrespiratoria se puede
realizar mediante la monitorización del ECG con las palas del desfibrilador (sólo en
el diagnóstico inicial pues interfiere con el masaje cardiaco) o con electrodos auto-
adhesivos conectados a un monitor.
El diagnóstico de las arritmias debe ser rápido y sencillo. El objetivo es clasificar el
ritmo en uno de los grupos fundamentales de arritmias e inmediatamente determinar
si ese ritmo es efectivo o no (si tiene o no pulso arterial).
Los ritmos más frecuentes en la PCR en la infancia son:
1° Asistolia: Más frecuente y de peor pronóstico.
2° Bradicardia severa.
3° Actividad eléctrica sin pulso o disociación electromecánica: es un ritmo organizado
que no produce un pulso arterial palpable (se excluye la bradicardia severa y la
taquicardia ventricular sin pulso).
4° Fibrilación ventricular: sobre todo en cardiopatías congénitas.
5° Taquicardia ventricular sin pulso
6° Bloqueo aurículo-ventricular completo: congénito, secundario a cirugía cardiaca o
intoxicación por Digital.
1028
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TÉCNICA DE DESFIBRILACIÓN:
Material:
– Palas grandes (8 a 10 cm de diámetro) niños >1 año o > 10 kg de peso.
– Palas pequeñas (4,5 cm de diámetro) niños < 1 año o < 10 kg de peso.
Pasta conductora o compresas empapadas en suero salino.
Técnica:
1° Lubricar las palas del desfibrilador con pasta conductora o compresas empapadas
evitando que contacten entre sí.
2° Poner el mando en asíncrono.
3° Cargar el desfibrilador a 2 J/kg.
4° Colocar las palas presionando contra el tórax.
– Una infraclavicular derecha
– Otra en ápex
5° Separación del paciente de todo el personal reanimador y comprobar de nuevo
que persiste la fibrilación o taquicardia ventricular sin pulso.
6° Apretar simultáneamente los botones de ambas palas.
7° Comprobar que se ha producido la descarga (movimiento esquelético, línea isoe-
léctrica).
8° Comprobar si se ha modificado el ritmo en el ECG y si el niño ha recuperado el
pulso.
TRATAMIENTO DE LA ASISTOLIA, BRADIARRITMIAS SEVERAS, BLOQUEO
AURICULOVENTRICULAR COMPLETO, ACTIVIDAD ELECTRICA SIN PULSO.
RCP Básica
Desfibrilación 2J/kg
Desfibrilación 2J/kg
Desfibrilación 4J/kg
RCP 1 minuto
Ventilar, oxigenar, intubar
Vía venosa, intraósea o intratraqueal
ADRENALINA: 0,1 ml/kg (Dilución 1/10.000)
Desfibrilación 4J/kg
Desfibrilación 4J/kg
Desfibrilación 4J/kg
RCP 1 minuto
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 133
FIEBRE EN EL NIÑO
M. J. Santiago Lozano - P. Gutiérrez Martín - M. Zamora Gómez
E. Crespo Rupérez
INTRODUCCIÓN
▲ La fiebre es uno de los motivos de consulta más frecuente en pediatría.
▲ Se considera fiebre toda temperatura axilar superior a 38°C o rectal superior a 38.5°C.
▲ La temperatura del cuerpo está regulada por el hipotálamo. La temperatura nor-
mal varía durante el día, siendo más alta por la tarde que por la mañana tem-
prano. La variabilidad de los niños entre la medición matutina y la vespertina pue-
de ser de 1°C.
▲ La fiebre no constituye una enfermedad en sí misma, sino que es una respuesta del
organismo a la enfermedad o a la invasión por patógenos.
▲ La fiebre se acompaña de unos efectos beneficiosos que debemos recordar: Dis-
minuye la replicación viral en las células infectadas, favorece la respuesta inmune,
facilita la fagocitosis y la producción de interferón.
▲ La fiebre mayor de 39 °C no es sinónimo de bacteriemia, aunque sí aumenta la
frecuencia de hemocultivos positivos.
▲ La fiebre por sí misma no siempre indica un proceso agudo, puede ser el comien-
zo de un cuadro crónico: colagenosis, tumores…
▲ Los pacientes que presentan una inmunodepresión de base (asplenia, púrpura
trombocitopénica idiopática, tumores, SIDA, fibrosis quística, tratamientos prolon-
gados con corticoides…) deben ser valorados con especial atención. Hay que sos-
pechar infecciones por gérmenes oportunistas. Generalmente serán necesarias
pruebas de laboratorio e incluso la hospitalización.
NO SI
b) Valoración:
La escala de valoración más utilizada en estos niños
es la de YALE OBSERVATION SCALE. (Y.O.S.).
Datos de observación 1 punto 3 puntos 5 puntos
Llanto Fuerte o no llora Gemido o llanto Débil
Reacción a los padres Llora brevemente Llora a intervalos Llanto continuo o no
después contento responde
Respuesta estímulos Sonrisa o alerta Alerta o sonrisa breve. Rostro ansioso
Estado de conciencia Despierto Le cuesta despertar No se despierta
Coloración Rosada Extremidades pálidas Pálido, cianótico o
o cianosis acra. moteado
Hidratación de piel Piel y ojos normales y Piel y ojos normales y Piel pastosa, mucosa
y mucosas mucosas húmedas boca algo seca secas y ojos hundidos
1035
CAPÍTULO 133
NO SI
NO SI
b) Manejo:
▲ Siguen predominando los cuadros víricos benignos.
▲ En caso de foco bacteriano potencialmente grave o que precise antibióticos in-
travenosos considerar ingreso.
▲ Fiebre sin foco:
DURACIÓN
ACTITUD TERAPEÚTICA:
1- Hidratación: La fiebre elevada induce una pérdida rápida de líquidos que podría
conducir a la deshidratación. Se deben ofrecer líquidos adicionales, en pequeñas
tomas, a los lactantes y, en función de la sed, a los niños mayores.
Las bebidas con cafeína se deben evitar porque pueden actuar como diuréticos y
podrían producir irritabilidad.
La alimentación del niño con fiebre debe ser rica en zumos y frutas.
2- Ubicación: El lugar más adecuado para el niño febril, sin patología grave, es su
casa. Si el niño se encuentra bien se recomienda reposo relativo pero no tiene por-
qué estar en la cama. Parece prudente que el niño no acuda al colegio o la guar-
dería hasta que la temperatura permanezca normal durante 24 horas.
3- Medios físicos: Se debe mantener al niño febril en un ambiente térmico de unos
20-22 °C con muy poca ropa o casi desnudos. El abrigo excesivo puede agravar
la fiebre. Cuando la temperatura es alrededor de 40 °C se puede bañar al niño.
El agua debe estar 5 °C por debajo de la temperatura axilar y la duración puede
ser de 30 min. No se debe utilizar agua fría ya que puede producir escalofríos.
4- Antitérmicos: los tres fármacos que se utilizan más comúnmente en el tratamiento
de la fiebre en el niño son el Paracetamol, el Ibuprofeno y el Metamizol. Todos ellos
1037
CAPÍTULO 133
CONSEJOS PRÁCTICOS
Al indicar a los padres observación domiciliaria hay que valorar:
- Que haya posibilidad de realizar un seguimiento estrecho.
- Que la vivienda esté situada a menos de 30 minutos del hospital y si tienen ve-
hículo de transporte y teléfono.
- Madurez de los padres.
Debemos tener siempre presente la posibilidad de una bacteriemia oculta.
Es de especial importancia definir con precisión la cronología del proceso porque se
tiende a unir episodios febriles padecidos en cortos periodos de tiempo dando lugar
1038
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Avner J.R., Douglas Baker M. Management of fever in infants and children. Emer-Med-Clin-
North-Am 2002;20(1):49-67.
▲ Sociedad Española de Urgencias de Pediatría. El niño febril. Resultados de un estudio mul-
ticéntrico. An Esp Pediatr 2001; 55:5-10.
▲ Mintegui S. Fiebre. En: Diagnóstico y tratamiento de Urgencias Pediátricas. 3ª ed. Bilbao:
Hospital de Cruces, 2002.
▲ Powell K. Fiebre sin foco evidente. En: Nelson. Tratado de Pediatría. Mc. Graw Hill Intera-
mericana, 2002.
▲ Ramos J.T. Ruiz J. Fiebre sin foco. Protocolos diagnósticos y terapéuticos en pediatría. Aso-
ciación Española de Pediatría, 2000.
1039
CAPÍTULO 134
Capítulo 134
DOLOR ABDOMINAL
F. Fernández Alarcón - E. Sanz Tellechea - E. Crespo Rupérez
INTRODUCCIÓN
Es uno de los motivos de consulta más frecuentes en Urgencias de pediatría. Incluye
múltiples patologías con diversa gravedad y formas de presentación. Cada caso de-
berá ser valorado para excluir patología urgente, quirúrgica o no, realizando una
aproximación diagnóstica y terapéutica en las no urgentes. En los casos de dolor ab-
dominal agudo existe mayor número de causas orgánicas, en el caso del dolor ab-
dominal crónico o recidivante su etiología es funcional en la mayoría de los casos por
lo que será el dolor abdominal agudo el cuadro que nos ocupe mayor espacio en la
exposición. Es imprescindible la realización de una anamnesis detallada que nos
permita saber si el proceso es agudo o crónico y la sintomatología del mismo, antes
de pasar a la exploración física.
CLASIFICACIÓN
El dolor abdominal se clasifica en:
1. Dolor abdominal agudo, aquel de reciente aparición, horas generalmente, de co-
mienzo brusco y que obliga a descartar patología quirúrgica.
2. Dolor abdominal crónico o recidivante, es aquel que se repite de forma recurrente.
1. La etiología del dolor abdominal agudo varía con la edad que tenga el niño:
▲ Neonato:
- Malrotación y vólvulo intestinal.
- Atresia o bandas duodenales.
- Atresia yeyuno-ileal.
- Íleo o tapón meconial.
- E. De Hirschprung. Colon izquierdo hipoplásico.
- Obstrucción funcional. Adinamia congénita.
- Ectopia-atresia anal. Duplicaciones intestinales.
- Enterocolitis necrotizante.
▲ Lactantes menores de 2 años:
- Comunes: Cólicos del lactante (en menores de 3 meses). Gastroenteritis agu-
da (G.E.A.). Síndromes virales.
- Poco frecuentes: Invaginación intestinal. Hernias inguinales. Traumatismos
(malos tratos). Anomalías intestinales.
- Infrecuentes: Apendicitis aguda. Alergia/intolerancia a las proteínas vacu-
nas. Tumores. Intoxicaciones. Deficiencia de disacaridasas.
▲ Preescolares (2-5 años):
- Comunes: G.E.A. Infección urinaria. Traumatismos, apendicitis. Neumonía y
asma. Síndrome de células falciformes. Infecciones virales. Estreñimiento.
- Poco frecuentes: Divertículo de Meckel. Púrpura de Schönlein-Henoch. Fibro-
sis quística. Invaginación. Síndrome nefrótico.
- Infrecuentes: Hernia incarcerada. Neoplaias. Síndrome hemolítico-urémico.
Fiebre reumática. Hepatitis. Enfermedad inflamatoria intestinal (E.I.I.) Quiste
de colédoco. Anemia hemolítica. Diabetes mellitus. Porfirias.
1040
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DE INGRESO
Se tendrá siempre en cuenta la situación del paciente, pero también factores como la
distancia al centro hospitalario, nivel cultural de los padres, etc. Fundamentalmente son:
▲ Sospecha de patología quirúrgica
▲ Presencia de shock hipovolémico o afectación del estado general.
▲ Deshidratación o vómitos incoercibles.
▲ Invaginación intestinal revertida mediante enema.
▲ En caso de duda se puede ordenar volver en 12-24 horas para reevaluar en ur-
gencias.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ García Aparicio J. Abdomen agudo en el niño. Protocolos de la AEP.
▲ Nelson N. Dolor Abdominal. Tratado de pediatría (Ed. 15). Mc Graw-Hill, Interamericana,
Vol. 1:103-6.
▲ Benítez AM. Sarriá J. Dolor Abdominal. Manual Práctico de pediatría en Atención Primaria.
Tema V-2: 312-18.
▲ Molina M. Dolor Abdominal. Manual de diagnóstico y terapéutica en pediatría. Tema 7: 55-59.
▲ Benito J, Mintegui S. Dolor Abdominal en Pediatría. Diagnóstico y Tratamiento en Urgencias
Pediátricas. Urgencias de Pediatría. Hospital de Cruces, Bilbao, 1999.103-9.
1043
CAPÍTULO 135
Capítulo 135
ESTENOSIS HIPERTRÓFICA DEL PÍLORO
INVAGINACIÓN INTESTINAL. HERNIA INGUINAL
P. Escribano Santos - P. Falero Gallego - M. A. Fernández Maseda
• Tránsito baritado: Apenas se utiliza, sólo si las medidas del píloro están en
el límite. Se observa un canal pilórico alargado en forma de línea de bario
única, “signo de la cuerda”, y un bulbo duodenal en forma de paraguas.
• Perfil bioquímico (iones, urea) y gasometría: Se puede encontrar una alca-
losis metabólica hipoclorémica e hipopotasémica en una fase avanzada de
la enfermedad, debido a la pérdida de iones hidrógeno y cloruro por los vó-
mitos de repetición.
En la mayoría de las ocasiones, con la anamnesis y la exploración física se suele ha-
cer una correcta aproximación diagnóstica. Después, con la ecografía se confirma o
no el diagnóstico.
▲ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se debe establecer con las siguientes patologías:
• Reflujo gastroesofágico, el cual generalmente causa regurgitaciones o vómitos no
proyectivos.
• Gastroenteritis.
• Membrana o atresia antral, que ocasionan obstrucción de la salida gástrica, pero
los síntomas se presentan en una etapa más temprana de la vida y el cuadro ra-
diográfico es diagnóstico.
• Otras causas de obstrucción , como estenosis duodenal, páncreas anular, malrota-
ción intestinal...
• Algunas patologías que cursan con vómitos recurrentes: sepsis, infecciones urina-
rias...
▲ TRATAMIENTO
Una vez establecido el diagnóstico, se indica el ingreso del paciente, se deja a dieta
absoluta y se procede a su tratamiento. Aunque es una entidad quirúrgica, el motivo
de la urgencia es médico, debido a la deshidratación y a las alteraciones hidroelec-
trolíticas.
Los vómitos suelen cesar cuando el estómago está vacío y únicamente en raras oca-
siones será necesaria la aspiración con sonda nasogástrica.
1.- Corrección de las alteraciones hidroelectrolíticas
Se deben reponer las pérdidas de líquidos y electrolitos, así como corregir el equi-
librio ácido-base antes de proceder al tratamiento quirúrgico (para pautar la flui-
doterapia, ver el tema “Diarrea. Deshidratación”). Debido a la hipopotasemia
puede ser necesario añadir entre 30 y 50 mEq/l de cloruro potásico, si el niño es-
tá orinando bien. Si hay pérdida de volumen, se deben ir administrando ya en Ur-
gencias 20ml/Kg de suero salino fisiológico intravenoso, en bolo.
La fluidoterapia debe mantenerse hasta que el lactante esté rehidratado y las con-
centraciones de bicarbonato sérico sean inferiores a 30 mEq/100ml, lo cual im-
plica que se ha corregido la alcalosis.
2.- Tratamiento quirúrgico
Se debe retrasar 1 ó 2 días hasta que se consiga una adecuada hidratación y la
normalización de las alteraciones iónicas.
La técnica de elección es la piloromiotomía de Ramstedt. Se trata de escindir la
masa muscular pilórica sin cortar la mucosa. En la mitad de los casos aparecen
vómitos en el postoperatorio, no obstante, en la mayoría de los lactantes se pue-
de reanudar la alimentación oral con pequeñas cantidades a las 12-24horas de
la intervención.
1045
CAPÍTULO 135
En el caso de lactantes con historia muy sugerente, en los que no se haya podido con-
firmar el diagnóstico por ecografía pero que continúan vomitando, se debe también
indicar su ingreso y seguir su evolución, además de descartar otras patologías. En oca-
siones, al repetir la ecografía en 24-48 horas sí se puede asegurar el diagnóstico.
▲ ETIOLOGÍA. TIPOS
• Primarias o Idiopáticas: De etiología desconocida (95%). Con frecuencia apa-
recen tras una gastroenteritis aguda o una infección respiratoria de vías altas.
Se cree que son secundarias a una hipertrofia de las placas de Peyer (tejido lin-
fático intestinal). Ocurre en lactantes alrededor del primer año de vida.
• Secundarias: Se producen a partir de lesiones anatómicas o afecciones linfoi-
des del intestino: divertículo de Meckel, pólipos, duplicaciones, linfomas, hema-
tomas en la pared abdominal (púrpura de Schönlein-Henoch)... Aparecen en
niños mayores. Suelen ser invaginaciones ileoileales o íleo-ileo-cólicas. A veces
las invaginaciones ileoileales pueden presentarse sin causa aparente.
▲ CLÍNICA
1.- Anamnesis
Lo más característico es que un niño, generalmente lactante, previamente sano, co-
mience súbitamente con dolor abdominal cólico, paroxístico, intenso, de unos mi-
nutos de duración, que se repite cada 10-15 minutos. Durante estos paroxismos
el lactante está irritable, encoge los miembros inferiores y presenta sintomatología
vagal (palidez, sudoración fría, decaimiento). Al principio se encuentra asintomá-
tico entre los episodios, pero al cabo de unas horas se mantiene decaído y pálido
de forma continua.
Progresivamente se eliminan escasas o ningunas heces. Pueden aparecer vómitos
(50% de los casos), en ocasiones biliosos y, en un tercio de los casos, se presen-
tan las típicas heces sanguinolentas con moco en “gelatina o jalea de grosellas”;
otros pueden presentar sangre oculta en heces. Aparece rectorragia en 1/4 de los
casos.
2.- Exploración física
Normal entre los episodios, inicialmente. A la palpación abdominal presenta do-
lor y defensa muscular en hemiabdomen derecho; el resto del abdomen puede es-
tar blando en el inicio del cuadro. En el 70-85% de los casos se puede palpar una
masa en forma de salchicha o morcilla en hemiabdomen derecho (la cabeza de
la invaginación). Los ruidos intestinales pueden estar aumentados al inicio. En el
tacto rectal raramente se aprecia moco sanguinolento.
1046
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ DIAGNÓSTICO
En general la historia clínica y los signos físicos de la exploración suelen ser sufi-
cientes para sospechar el diagnóstico. Las exploraciones complementarias que se
solicitarán en Urgencias y que nos pueden ayudar en el diagnóstico son:
1. Radiografía simple de abdomen: Alterada en más del 90% de los casos: imá-
genes de efecto masa en fosa iliaca derecha, distribución anormal del aire in-
testinal, ausencia de aire distal a la obstrucción, distensión de asas de intesti-
no delgado, con niveles (en casos evolucionados), etc.
Una radiografía sin hallazgos no excluye el diagnóstico de invaginación intes-
tinal. No se debe realizar tacto rectal hasta haber realizado la radiografía pa-
ra no introducir aire en la ampolla rectal.
2.- Ecografía abdominal: Siempre debe realizarse ante la sospecha clínica, aún
con radiografía normal. Confirma el diagnóstico de invaginación. En ella se
observan, casi en el 100% de los casos, imágenes de la cabeza de la invagi-
nación en “donut” o en “diana” en cortes transversales y de “sandwich” o
“pseudorriñón” en los longitudinales.
▲ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se debe realizar con entidades como:
• Malrotación intestinal con vólvulo.
• Divertículo de Meckel, que en ocasiones presenta hemorragia intestinal, aunque
suele ser indolora.
• Púrpura de Schönlein-Henoch, que puede cursar también con dolor abdominal có-
lico similar y hemorragia intestinal, aunque los síntomas articulares y la púrpura cu-
tánea (no siempre presentes al inicio del cuadro) ayudan al diagnóstico diferencial...
▲ TRATAMIENTO
Confirmado el diagnóstico, se indica el ingreso del paciente y se procede a su tra-
tamiento urgente:
1. Reducción mediante presión hidrostática: Tras la confirmación diagnóstica eco-
gráfica, se reduce la invaginación con enema de suero salino fisiológico me-
diante control ecográfico. En otros centros se utiliza enema de aire o de bario.
No se considera reducida la invaginación hasta conseguir relleno de las últimas
asas de intestino delgado, ya que podría persistir una invaginación íleoileal.
Es exitosa en el 70-80% de los casos.
Contraindicaciones de la reducción hidrostática:
- Sospecha de invaginación íleoileal.
- Invaginación evolucionada (36-48 horas).
- Distensión abdominal importante.
- Sospecha de perforación, peritonitis, necrosis intestinal.
- Hemorragia rectal.
- Signos de shock.
Tras la reducción, dejar a dieta absoluta al menos durante 12 horas y mante-
ner en observación durante unas 24 horas con el fin de detectar una posible
reinvaginación.
2. Tratamiento quirúrgico: Si fracasa la reducción hidrostática o si ésta está con-
traindicada, se realizará tratamiento quirúrgico.
1047
CAPÍTULO 135
▲ PRONÓSTICO
Las posibilidades de recuperación del intestino están directamente relacionadas
con la duración de la invaginación antes de la reducción.
La tasa de recidiva es de un 5-10% con tratamiento conservador y con cirugía de
un 1-2%.
Si hay recidivas múltiples, o ante una invaginación en un niño mayor, descartare-
mos patología orgánica subyacente.
▲ DIAGNÓSTICO
Se hace con la historia clínica y la exploración física. Si no está presente la hernia,
se puede inducir el llanto en el niño pequeño para su observación. Al niño con más
edad se le pone de pie, con lo que aumenta la presión intraabdominal y protruye
la hernia; si no, al comprimir el médico el abdomen también se puede evidenciar
la hernia. Se pueden escuchar ruidos intestinales en el escroto.
A la palpación podemos notar el “signo del guante de seda” o “signo de la seda”.
Se trata de un engrosamiento del cordón espermático que, al palparlo sobre el tu-
bérculo pubiano, transmite la sensación de la seda al frotarse conjuntamente las
dos capas de peritoneo.
En la transiluminación se observa contenido opaco dentro del escroto (diagnóstico
diferencial con un hidrocele).
En el caso de que se haya producido obstrucción intestinal, en la radiografía de
abdomen se pueden observar asas intestinales dilatadas con niveles hidroaéreos,
junto con un asa intestinal en el escroto.
▲ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se deben tener en cuenta otras tumoraciones de la región inguinoescrotal:
• Hidroceles, sobre todo los comunicantes, que cambian de tamaño con la ma-
niobra de Valsalva.
• Quistes de cordón.
• Testículos no descendidos o retráctiles de localización inguinal.
• Adenopatías inguinales, generalmente de menor tamaño que las hernias, no
móviles y no dependientes del canal inguinal...
▲ TRATAMIENTO
• Reducción manual de la hernia
Una hernia inguinal siempre debe ser reducida. En ocasiones cuando el niño lle-
ga a Urgencias ya se ha reducido de forma espontánea. Si no ha sido así, se
intentará reducir, en ocasiones con la colaboración del cirujano.
Una hernia que se reduce fácilmente no precisa tratamiento urgente. Se expli-
ca a los padres lo que es, cómo deben actuar cuando aparezca (intentar redu-
cirla ellos mismos, acudir a su Centro de Salud) y se les indica que pidan cita en
Consulta Externa de Cirugía Pediátrica para que pueda programarse una repa-
ración electiva.
No es frecuente que un niño con una hernia inguinal incarcerada requiera una
cirugía de urgencia. Si es necesario se puede administrar un relajante muscular
(por ejemplo, Diacepam en enema; Hidrato de cloral, vía oral). También puede
ayudar colocar al paciente en posición de Trendelenburg; al cabo de 20-30 mi-
nutos se podrá reducir la hernia manualmente. Después de reducir una hernia
incarcerada debe procederse a la cirugía electiva en un plazo de 24-48 horas,
una vez que desaparezca el edema.
• Tratamiento quirúrgico
Es el tratamiento definitivo corrector. Se realiza herniorrafia. Se persigue evitar las
complicaciones como la isquemia intestinal, la gangrena del segmento intestinal in-
carcerado o el infarto venoso del testículo, por compresión del cordón espermático.
Siempre que se pueda se debe realizar de forma programada, ya que el índice de
complicaciones de la cirugía de urgencia en la hernia incarcerada o estrangulada
es aproximadamente 20 veces mayor que el de la cirugía programada.
1049
CAPÍTULO 135
Capítulo 136
VÓMITOS
M. Valdeavero Pastor - P. Escribano Santos - M. Zamora Gómez
M. A. Fernández Maseda
DEFINICIÓN
El vómito es la expulsión forzada del contenido gastrointestinal por la boca, que se
acompaña de actividad motora antral. Es un hecho antifisiológico, pero extraordina-
riamente frecuente en el niño. Debe diferenciarse de la regurgitación, que consiste en
el reflujo de pequeñas cantidades de alimento ya deglutido, sin esfuerzo y sin activi-
dad motora antral. La rumiación es la regurgitación repetida, seguida de masticación
y deglución del material refluido.
El vómito puede ser el síntoma de un proceso banal y autolimitado, como un error
dietético, o constituir la primera manifestación de un proceso grave, como enferme-
dades metabólicas complejas.
DIAGNÓSTICO
Lo primero es realizar una buena anamnesis, ya que el diagnóstico diferencial de los
vómitos está basado fundamentalmente en la historia clínica. Los datos más signifi-
cativos son: la edad, la cantidad, la evolución, el contenido, la frecuencia, la técnica
de alimentación en lactantes, la fiebre y los síntomas de infección asociados, los da-
tos de alteración neurológica, digestiva, metabólica y renal (cuadro 136.1).
▲ Exploración física:
Debe ser sistematizada y dirigida, valorando el estado general del niño y la reper-
cusión sobre el equilibrio hidroelectrolítico y el grado de hidratación. También de-
bemos buscar datos que contribuyan al diagnóstico etiológico y prestar atención:
- Piel y mucosas: palidez, cianosis, ictericia.
- Estado nutritivo, grado de hidratación.
- Auscultación cardiopulmonar, buscando cuadros broncopulmonares.
- Distensión abdominal, palpación de masas, visceromegalias, “oliva” pilórica en
el lactante, ruidos hidroaéreos, puntos dolorosos en el abdomen y defensa ab-
dominal.
- Examen anogenital.
- Signos y síntomas de patología extradigestiva.
▲ Pruebas complementarias:
La mayoría de los vómitos son agudos y autolimitados no precisando pruebas com-
plementarias. Pero si los vómitos se asocian a otra clínica que nos haga sospechar
patología asociada o alteración del estado general del niño nos debemos ayudar
de ellas.
- Alteración en la exploración neurológica: Fondo de ojo, tomografía axial com-
puterizada, análisis de líquido cefalorraquídeo, resonancia nuclear magnética,
electroencefalograma.
- Exploración sugestiva de patología abdominal: Radiografía de abdomen, eco-
grafía, tránsito esofágico, enema de bario, lipasa amilasa, endoscopia.
- Infecciosa asociada a fiebre: Sistemático de sangre con fórmula y recuento leu-
cocitario, velocidad de sedimentación globular, proteína C reactiva, análisis de
orina, cultivos, radiografía de tórax.
1052
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Tamayo López G, Prieto Bozano G. Vómitos en el niño. Manual práctico de pediatría. 1 ed.
Madrid, 2001. 307–311.
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Madrid, 1999. 68–73.
▲ Murray KF, Dennis C. Vómitos. Pediatrics in review. 10 (19) Dec 1998. 373–377.
▲ De la Torre Espí M. Vómitos. Protocolos terapéuticos de la AEP.
▲ Ramos AG. Vómitos persistentes. Pediatrics in review. 1 (15) En 1994. 29-36.
1055
CAPÍTULO 137
Capítulo 137
DIARREA AGUDA. DESHIDRATACIÓN
M. P. Sánchez Miranda - P. Falero Gallego - M. A. Fernández Maseda
DEFINICIÓN
La diarrea es un incremento en la pérdida hidro-electrolítica a través de las heces, lo
que supone un aumento en la frecuencia y/o una disminución en la consistencia en
las deposiciones.
Se considera aguda cuando su duración es inferior a 15 días.
Un lactante padece una media de 1-2 episodios de diarrea aguda al año.
ETIOLOGÍA
• Infecciones enterales (90%): víricas (80%), bacterianas, fúngicas, por protozoos...
- Salmonella: todo el año con pico en verano
- Rotavirus: todo el año con pico en otoño e inicio de primavera
- Shigella: septiembre y octubre
- Yersinia enterocolítica: otoño e invierno
- Campylobacter: todo el año.
• Infecciones no enterales, sobretodo en lactantes: virales generalizadas, otitis, in-
fecciones de orina, foco intraabdominal (apendicitis retrocecal, peritonitis)
• Fármacos: laxantes, antibióticos
• Causas dietéticas: intolerancias alimentarias, fórmulas hiperconcentradas, sobrea-
limentación o hipoalimentación, realimentación enteral tras ayuno prolongado...
Las causas de diarrea crónica pueden manifestarse al inicio o en algún momento de
la evolución como agudas: enfermedad inflamatoria intestinal, invaginación, inmu-
nodeficiencias, fibrosis quística, hipertiroidismo...
CLÍNICA
A.- Víricas: Rotavirus
Afecta principalmente a niños de 3-15 meses y es el germen más frecuentemente im-
plicado en la diarrea nosocomial. Produce una diarrea acuosa, incolora, que no con-
tiene moco ni generalmente sangre, vómitos muy frecuentes, febrícula y dolor abdo-
minal no muy intenso, de tipo cólico. El cuadro suele ser prolongado.
En el 20-40% asocia infección de vías respiratorias altas
B.- Bacterianas
La diarrea suele ser acuosa y frecuentemente con sangre. Los vómitos son menos per-
sistentes y la fiebre más elevada que en las virales.
• Salmonella: debida a la ingesta de productos contaminados. Tiene una incubación
de 12-72 horas. Origina deposiciones acuosas, fétidas, sin sangre ni moco con
afectación del estado general
• Shigella: generalmente cuadro leve aunque puede originar disentería bacilar con
fiebre elevada, dolor abdominal intenso, tenesmo y sangre, moco y pus en las he-
ces; pueden presentar convulsiones o meningismo (neurotoxina). Tiene un periodo
de incubación de 24-48 horas.
1056
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
C.- Parásitos:
• Cryptosporidium: En niños inmunocompetentes produce diarrea acuosa autolimita-
da (generalmente 2 semanas), con dolor epigástrico y vómitos. En inmunodeprimi-
dos origina diarrea grave y prolongada.
DIAGNÓSTICO
1.- Anamnesis:
• Edad: los lactantes tienen mayor riesgo de deshidratación al presentar mayor
agua corporal total, mayor superficie corporal con relación al peso, localiza-
ción preferente del agua en el espacio extracelular y en los menores de 3 me-
ses limitación en la capacidad para concentrar la orina. También presentan ma-
yor riesgo de desnutrición debido a una mayor respuesta catabólica frente a la
infección y a la anorexia que suele acompañar el cuadro.
• Ambiente epidemiológico familiar y/o contactos con población infectada
• Ingesta de alimentos posiblemente contaminados o introducción de alimentos
nuevos
• Administración de medicamentos
• Características de las deposiciones y otros síntomas acompañantes: el riesgo de
deshidratación aumenta si > 6-8 deposiciones / día, >3-5 vómitos / día y du-
ración > 7 días.
• Cuantía y calidad de los líquidos ingeridos
2.- Exploración:
A.- Valorar origen extra-enteral
B.- Valorar grado de deshidratación
• En función de la pérdida de peso:
- Niños pequeños: <5% leve; 5-10% moderada; > 10% grave
- Niños mayores: < 3% leve; 3-7% moderada; >7% grave
- Shock 12-15% de perdidas
• Por exploración
Una deshidratación de menos del 5% puede ser asintomática.
Ningún signo clínico de forma aislada tiene validez. Los signos que más fiables son
la aparición del signo del pliegue, la sequedad de mucosas, los ojos hundidos y la al-
teración del nivel de conciencia.
TRATAMIENTO
A.- Generalidades
Es importante explicar a los padres que se trata de un cuadro autolimitado (ge-
neralmente dura 7-10 días) y que la principal complicación es la deshidratación.
La deshidratación es peor tolerada si la instauración es brusca.
Otras posibles complicaciones son intolerancia secundaria a la lactosa, síndrome
hemolítico-urémico, convulsiones.
No se recomienda el uso de fármacos antidiarreicos:
• Antiperistálticos: pueden producir somnolencia, vómitos, taquicardia y depre-
sión respiratoria y potenciar la infección en caso de gérmenes invasivos.
• Antieméticos: alta frecuencia de efectos extrapiramidales en menores de 20
años.
Los lactobacilos sólo tienen efecto demostrado en las disbacteriosis secundarias a
tratamientos antibióticos prolongados; es discutido que acorten las diarreas por
rotavirus.
B.- Rehidratación oral:
Indicado en las formas leves-moderadas. La vía oral puede usarse para reponer las
pérdidas mantenidas en las formas severas con sueroterapia i.v. de mantenimiento.
1058
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Las presentaciones en polvo deben reconstituirse con agua mineral baja en sales;
una vez preparadas sólo duran 24 horas. Las soluciones listas para el consumo
deben conservarse refrigeradas una vez abierto el envase.
Las bebidas isotónicas son pobres en sodio y en potasio. Las bebidas carbonata-
das son muy pobres en sodio y en potasio y contienen un exceso de glucosa lo
que conlleva un exceso de osmolalidad. Las bebidas light tienen insuficiente can-
tidad de glucosa, sodio y osmolalidad. Los zumos de frutas contienen adecuada
cantidad de potasio pero son pobres en sodio y tienen excesiva osmolalidad
Protocolo de rehidratación oral:
• Fase de rehidratación: bajo control médico
- Volumen a administrar igual al déficit de líquidos Ej.: deshidratación del 5%
supone una pérdida de 50 cc/kg
- Deshidratación isotónica o hipotónica en 3-4 horas
- Deshidratación hipertónica en 8-12 horas
• Fase de mantenimiento: hasta que ceda el cuadro
- Volumen: 5-10 cc/ Kg por cada deposición diarreica y 2 cc/kg por cada vó-
mito. Máximo 150 cc/ kg/ día de solución de rehidratación + agua a de-
manda. Generalmente la sed del paciente regula la ingesta.
- Para evitar los vómitos administrar pequeñas cantidades (con cucharilla o 2 cc
con jeringuilla) cada 5 minutos. Si reaparecen los vómitos descansar 15-30 mi-
nutos y comenzar de nuevo. Si tolera aumentar progresivamente hasta 5 cc ca-
da 2 minutos.
1059
CAPÍTULO 137
- Alcalosis (pH >7.45): menos frecuente; por la pérdida de ácido clorhídrico gás-
trico por los vómitos.
• Electrolitos:
Necesidades basales:
- Na y Cl: 2-3 mEq/100 cc
- K: 2 mEq/100 cc
- Ca: 0.5-1 mEq/ Kg /día. En RN 1-2 mEq/ Kg/ día
- Mg: 0.2-0.5 mEq/ Kg /día
Si la natremia es menor de 120 mEq/L o sintomática se administra salino hi-
pertónico (al 3%) 4 cc/kg en 10 minutos.
Las alteraciones en la calcemia se dan sobre todo en la fase de rehidratación por
lo que, salvo clínica, deben corregirse terminada dicha fase. Se usa gluconato
cálcico 10%. Nunca debe administrarse calcio junto con bicarbonato puesto que
precipitan.
• Esquema práctico:
- D. Isotónica: se usa solución glucosalina (SGS) 1/3 y se corrige 1/2 déficit en
las primeras 8 horas (+ 1/3 de NB) y la otra mitad en las siguientes 16 horas
(+ 2/3 de NB)
- D. Hipotónica: se usa SGS 1/3 o 1/2 y se corrige de igual modo que en la iso-
tónica.
- D. Hipertónica: se usa SGS 1/5 y se corrige el déficit en 48 horas (la mitad +
NB cada 24 h.) o en 72 horas (1/3 + NB cada 24 h.)
- Sueroterapia de mantenimiento (cuando no existe deshidratación y sólo se pre-
cisa aportar las necesidades basales)
■ Si < 2 años/ < 20 Kg: SGS 1/5
■ Si > 2 años/ > 20 Kg: SGS 1/3
- Si existe acidosis asociada: se pueden usar sueros bicarbonatados hasta que pH
> 7.20 y posteriormente glucosalinos salvo en las deshidrataciones hipertónicas
en las que se mantienen hasta que el pH sea > 7.30.
D.- Realimentación
La realimentación precoz tiene un efecto positivo sobre la regeneración de la mucosa
intestinal. Si se indica la realimentación oral el periodo de dieta líquida no debe ser
mayor de 4-6 horas. En caso de rehidratación endovenosa debe introducirse lo an-
tes posible valorando cada caso.
La lactancia materna no debe suspenderse.
No existe mejor evolución ante la dilución de la leche ni con las restricciones dietéti-
cas severas.
La leche exenta en lactosa o baja en lactosa sólo esta indicada en caso de diarrea
prolongada o signos clínicos de intolerancia secundaria a la lactosa (heces muy li-
quidas, muy ácidas con gran eritema de la zona perianal).
Los niños mayores deben seguir una dieta normocalórica normoproteica evitando las
grasas y los azúcares simples.
E.- Tratamiento antibiótico: uso restringido a casos concretos:
• Salmonella: el tratamiento aumenta la incidencia de portadores; está indicado si
paciente menor de 3 meses, con enfermedad severa de base o si curso grave o pro-
longado:
1061
CAPÍTULO 137
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 138
EXANTEMAS Y PÚRPURAS EN LA INFANCIA
L. Sentchordi Montané - J. Cobas Pazos - E. Crespo Rupérez
INTRODUCCIÓN
Los exantemas, acompañados o no de fiebre o de otra sintomatología, constituyen un
motivo de consulta frecuente en la práctica diaria, tanto en el S. de Urgencias como
en Atención Primaria. El diagnóstico diferencial es extremadamente amplio; lo más
importante en la aproximación inicial es distinguir si representan la primera manifes-
tación de infecciones subyacentes, a veces potencialmente letales, enfermedades con-
tagiosas que precisen aislamiento o patología que precise de pruebas complementa-
rias para su diagnóstico o remisión al especialista.
DIAGNÓSTICO
▲ Exantemas eritematosos localizados: quemaduras, erisipela, celulitis subcutánea.
▲ Exantemas morbiliformes:
a) Afebriles: reacción alérgica, milaria rubra, sudamina.
b) Febriles: Sarampión, rubéola, eritema infeccioso, exantema súbito, Kawasaki,
mononucleosis infecciosa, escarlatina, SSTS, exantemas inespecíficos.
▲ Exantemas purpúricos y petequiales:
a) Afebriles: PTI, púrpura de Schönlein Henoch, síndrome del niño maltratado,
edema hemorrágico agudo del lactante, por sudor, rascado, vómitos...
b) Febriles: Infección meningocócica, otras bacteriemias (neumococo y H. influen-
zae) y viriasis (Cosxackie, Echo, VEB, CMV, etc).
▲ Exantemas urticariformes: Reacciones alérgicas, medicamentosas, alimentarias,
eritema multiforme, picaduras de insecto.
▲ Exantemas papulosos: Fiebre botonosa, síndrome de Gianotti Crosti, picaduras.
▲ Exantemas nodulares: Eritema nodoso, molluscum contagioso.
▲ Exantemas vesiculosos: Varicela, herpes zoster, boca-mano-pie, herpes simple, im-
pétigo, prúrigo-estrófulo.
▲ Enfermedades ampollosas: Eritema multiforme, necrolísis epidérmica tóxica, S. de
la escaldadura estafilocócica.
ORIENTACIÓN
(ver cuadro 138.1)
▲ Establecer la estabilidad clínica, con especial atención a constantes vitales, estado
general, signos de toxicidad (coloración, perfusión, relleno capilar, nivel de con-
ciencia), signos de irritación meníngea o afectación neurológica y la necesidad de
aislamiento.
▲ Anamnesis detallada: edad, estado vacunal, estado inmunológico, antecedentes
personales (incluyendo atopia, alergias medicamentosas) posibilidades de contagio
(ambiente epidémico, asistencia a guardería, viajes recientes), fármacos (AINES,
Penicilinas, Cefalosporinas, Cotrimoxazol, Fenitoína), exposiciones (solar, insectos,
mordeduras, picaduras, mascotas, zonas rurales, enfermos), infecciones recientes
(respiratoria, diarrea).
▲ Evolución del cuadro cutáneo: Forma de presentación y progresión de las lesiones,
así como relación temporal con fiebre u otra sintomatología asociada.
1064
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ Exploración física general, con especial atención a mucosas (oral, genital y con-
juntival), adenopatías regionales, hepatoesplenomegalia, artritis, piel y faneras. Ti-
po, distribución y configuración de las lesiones cutáneas y mucosas: descripción
de las lesiones elementales.
1. EXANTEMAS VIRALES
Son el grupo más frecuente dentro de los febriles, aunque la vacunación ha contri-
buido a disminuir su frecuencia así como a la aparición de nuevos exantemas.
El diagnóstico en la mayoría de los casos es clínico, y no requieren más que tratamien-
to sintomático. Hay que prestar especial atención a las complicaciones, pues no son ba-
nales y requieren en muchas ocasiones ingreso en UCIP y tratamiento específico. Los
exantemas víricos más frecuentes en la edad pediátrica se reflejan en cuadro 138. 2
OTROS EXANTEMAS VÍRICOS:
▲ MONONUCLEOSIS INFECCIOSA (VEB) y S. MONONUCLEÓSICO (CMV, Toxoplasma,
VIH, VHA): Se caracteriza por unos pródromos con náuseas, astenia, cefalea o dolor
abdominal tras los cuales sobreviene la fase de estado. Aparece fiebre alta (1-2 sem),
faringoamigdalitis con exudado blanco-grisáceo, linfadenopatía predominio cervical,
hepatoesplenomegalia, edema palpebral y exantema maculopapuloso. Este sólo apa-
rece en 20% de los casos y puede llegar al 80% si se administra Amoxicilina o Am-
picilina. En los menores de 5 años el cuadro puede ser un cuadro inespecífico.
Diagnóstico: linfomonocitosis (más del 10% de linfocitos atípicos) y serología VEB
(Paul Bunnel y Ac específicos) o CMV.
El tratamiento es sintomático y no requiere ingreso, salvo complicaciones.
▲ MOLUSCUM CONTAGIOSO: Producido por Poxvirus. Exantema aislado en ausen-
cia de clínica general. Son pápulas perladas con umbilicación central de las que
se obtiene material espeso al exprimirlas. Predomina en cara, cuello, axilas y mus-
los. Suele producirse curación espontánea pero a veces persisten y en atópicos o
inmunodeprimidos pueden diseminarse.
▲ ACRODERMATITIS PAPULOSA DE GIANOTTI-CROSTI: Asociada a VHB, VEB, Virus
Herpes 6, Coxackie. Exantema maculopapuloso rosado, formado por elementos fo-
liculares de 1-2 mm de diámetro. Se inicia en dorso de las manos, muñecas y extre-
midades inferiores para extenderse a continuación respetando el tronco. No es pru-
riginoso y a veces se acompaña de febrícula, catarro de vías altas y micropoliadenia.
▲ HERPES SIMPLE: Provoca un amplio espectro de manifestaciones que dependen de
la competencia inmunitaria del huésped. La lesión típica es la vesícula sobre base
eritematosa. Es importante detectar las sobreinfecciones y las formas graves, más
habituales en inmunodeprimidos.
▲ HERPES ZOSTER: Aparece por reactivación del VVZ latente. Puede aparecer a
cualquier edad, aunque su frecuencia aumenta con al edad, siendo mayor en in-
munodeprimidos. Al principio aparece malestar general, fiebre y dolor con sensi-
bilidad a la palpación en la zona afecta. Después aparecerán las lesiones carac-
terísticas a lo largo de uno o varios dermatomas. Es raro el dolor y la neuralgia
postherpética. El tratamiento es sintomático salvo en inmunodeprimidos, que re-
quiere Aciclovir i.v.
▲ EXANTEMAS INESPECÍFICOS: Son el grupo más frecuente. Se trata de exantemas
de distinta morfología, que aparecen en el contexto de infecciones respiratorias de
vías altas o cuadros gastrointestinales, que no encajan en ninguna de las etiologí-
as características. El manejo es el mismo: determinar la gravedad y tratamiento
sintomático del prurito si existiera.
1065
CAPÍTULO 138
EXANTEMA
CONSIDERAR
INFECCIÓN
BACTERIANA GRAVE
Y ACTUACIÓN
URGENTE
3. CONECTIVOPATÍAS-VASCULITIS
▲ PÚRPURA DE SCHÖNLEIN HENOCH: Afecta a niños entre 2 y 11 años. Se cree
que un estímulo antigénico desconocido desencadena mediante mecanismos in-
munes mediados por Ig A una vasculitis necrotizante.
CLÍNICA:
● Manifestaciones cutáneas (100%): Púrpura palpable, exantema maculopapulo-
so eritematoso que evoluciona a petequias, equímosis, vesículas y pústulas, de
predominio en miembros inferiores y nalgas, de carácter simétrico. Se mani-
fiesta en brotes, a lo largo de 6-8 semanas.
● Edema doloroso: sobre todo en dorso de manos y pies, cara, escroto y cuero
cabelludo.
1067
CAPÍTULO 138
Requiere ingreso y tratamiento precoz con AAS e Inmunoglobulina i.v., así como
seguimiento estrecho y vigilancia de las posibles complicaciones.
▲ EXANTEMAS EN ARTRITIS IDIOPÁTICA JUVENIL (AIJ):
● AIJ de comienzo sistémico: En el 95% de los casos la fiebre se acompaña de un
rash característico. Es una erupción maculo-papular, de color rosa asalmonado,
con pequeñas placas de 2-3 mm, localizadas en tronco y extremidades. Es eva-
nescente, coincide con el pico febril y no es pruriginoso.
● AIJ comienzo poliarticular seropositivo: Es característica la presencia de nódu-
los subcutáneos con histología reumatoide típica.
4. EXANTEMAS INMUNOALÉRGICOS
▲ URTICARIA: Se caracteriza por la formación de habones muy pruriginosos en cual-
quier localización. La mayoría de las veces aparece en forma leve; pero en oca-
siones se presenta con afectación extensa y asociado a angioedema y anafilaxia.
En su etiopatogenia se ven implicados: fármacos, alimentos, aditivos de la ali-
mentación, sustancias inhalantes, infecciones (VHB, VEB, virus respiratorios, pará-
sitos...), picaduras de insecto, agentes físicos, etc. La forma aguda (<6 semanas)
se presenta en brotes de <24 horas de duración, con habones de distribución
1068
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
cambiante que desaparecen sin dejar señal. La urticaria crónica dura más de 6 se-
manas y en ella la etiología es desconocida en el 80-90% de los casos.
▲ INDUCIDO POR FÁRMACOS: Son muy frecuentes y difíciles de distinguir de pro-
cesos víricos. Suelen ser más eritematosos y pruriginosos. La falta de postración y
el antecedente de tratamientos farmacológicos pueden ayudar a distinguirlas.
▲ ERITEMA EXUDATIVO MULTIFORME (forma minor): Etiología multifactorial; el más
frecuentemente implicado es el herpes simple, aunque es necesario descartar fár-
macos. Lesiones en diana, maculares o urticariformes, con vesículas o ampollas en
el centro, distribuidas simétricamente. Afecta a palmas, plantas y mucosas. En la
cavidad oral máculas hiperémicas, vesículas o ampollas que se erosionan y pro-
ducen sangrado; pueden afectarse también los labios dando lugar a costras sero-
hemáticas. El tratamiento consiste en limpieza de las lesiones, tratamiento antibió-
tico con eritromicina a dosis habituales si fiebre o foco infeccioso y corticoides
orales en caso de afectación extensa.
FORMAS LEVES:
▲ Retirar agente causal + medidas tópicas (compresas frías, talco)
▲ Antihistamínicos anti-H1 v.o. Dexclorfeniramina 0.15-0.3 mg/kg/día cada 6-8h o Hi-
droxicina 2 mg/kg/día cada 8h.
FORMAS GRAVES: Valorar ingreso/observación en área de urgencias.
▲ Adrenalina 1/1.000 (subcutánea): 0.01 ml/kg (máx 0.3-0.5ml).
▲ Corticoides (oral o iv): Metilprednisolona 2 mg/kg en dosis de carga y después
2 mg/kg/d dividido en tres dosis (cada 8 horas).
▲ Antihistamínicos anti H1 v.oral o iv.
URTICARIA CRÓNICA: (remitir a alergólogo)
▲ Anti H1 clásicos o de nueva generación.
▲ Dos anti H1 o un anti H1 + un antiH2
6. PATOLOGÍA DERMATOLÓGICA
▲ ERITEMA TÓXICO: Proceso inflamatorio que aparece hasta en el 50% de los RN,
generalmente en las primeras 48 h de vida, aunque puede hacerlo hasta 2 sema-
nas después. Consiste en pápulas o pústulas duras, de 1-2 mm , de color blanco-
amarillo, con un halo eritematoso. El diagnóstico es clínico y no precisa trata-
miento.
▲ MILARIA PUSTULOSA: Se trata de vesículas claras puntiformes, asintomáticas y de
carácter no inflamatorio en zonas extensas de la superficie corporal, que originan
una descamación indurada al curar. Se debe a la retención del sudor en los con-
ductos sudoríparos y no requiere tratamiento.
▲ DERMATITIS ATÓPICA: De etiología aún desconocida, pero seguramente genética-
mente determinada. Relacionada con: irritantes, infecciones, factores emocionales,
aeroalérgenos, defectos de inmunidad celular, rinoconjuntivitis atópica, asma ex-
trínseco y alergia alimentaria entre otros.
Las formas de presentación más típicas:
- Corticoides tópicos: En los brotes se utilizará uno potente durante 5-7 días, pa-
sándose a continuación a uno de baja potencia durante 2-3 semanas hasta que
desaparezcan las lesiones. En los pacientes con lesiones crónicas se pueden uti-
lizar corticoides de baja potencia de manera continuada.
- Corticoides orales: Reservados para formas graves y en periodos cortos de
tiempo.
- Antihistamínicos orales como tratamiento sintomático del prurito, Hidroxicina
(2 mg/kg/día) o Difenhidramina (5mg/kg/día).
- Tratamiento oral o tópico de las sobreinfecciones bacterianas o micóticas.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Benito FJ, Mintegui S. Diagnóstico y tratamiento de Urgencias Pediátricas. 3ª edición. Bilbao:
Ergon; 2002.
▲ García-Sicilia López J. Manual Práctico de Pediatría en Atención Primaria. 1ª edición. Ma-
drid: Publimed; 2001.
▲ Zafra MA, Calvo C, García ML, Baquero F, Arribas N, Jiménez J et al. Manual de diagnós-
tico y terapéutica en pediatría. 3ª edición. Madrid: Publires; 1995.
▲ Mckinnon HDJr, Howard T. Evaluating the febrile patient with a rash. Am Fam Physician
2000; 15: 804-816.
▲ Mancini AJ. Exanthems in childhood: an update. Pediatric Ann 1998; 27: 163-17.
1073
CAPÍTULO 139
Capítulo 139
INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO EN PEDIATRÍA
L. M. Cano Martín - M. P. Gil Ibáñez - M. A. Fernández Maseda
INTRODUCCIÓN
La infección del tracto urinario (ITU) constituye la infección bacteriana no epidémica
más frecuente en Pediatría. Su detección es de enorme importancia en el niño, debi-
do que pueden indicarnos la existencia de alteraciones anatómicas o funcionales sub-
yacentes, además de por su morbilidad asociada.
DEFINICIONES
▲ Infección urinaria: Proceso en el que existen bacterias multiplicándose activamen-
te en el tracto urinario. Se tiende a utilizar el término ITU cuando existen síntomas
clínicos asociados a un crecimiento bacteriano significativo en la orina. En ausen-
cia de sintomatología podemos estar ante una bacteriuria asintomática o un falso
positivo del urocultivo. La definición cuantitativa de bacteriuria significativa de-
pende del método de recogida de la orina como se verá en el apartado de diag-
nóstico.
▲ Síndrome miccional: cuadro clínico en el que aparece disuria, polaquiuria, tenes-
mo vesical y urgencia miccional. Aunque es típico de afectación principalmente ve-
sical cursando, a veces también, con hematuria macroscópica; sin embargo, no es
sinónimo de ITU.
▲ Cistitis o cistouretritis (ITU baja): infección urinaria localizada en la vejiga y/o trac-
to urinario inferior. Clínicamente suele manifestarse en forma de síndrome miccio-
nal.
▲ Pielonefritis (ITU alta): infección urinaria que afecta al parénquima renal. Predo-
mina la sintomatología sistémica.
▲ Bacteriuria asintomática: presencia de bacteriuria significativa en ausencia de sin-
tomatología.
▲ Infección urinaria recurrente: aparición de 3 ó más episodios al año de infección
urinaria con función renal y estudio de imagen normales.
ETIOPATOGENIA
Vías de infección
▲ Vía ascendente: a partir de gérmenes presentes en el tracto gastrointestinal que
contaminan la zona perianal, perineal y genital y que posteriormente ascienden
por la uretra.
▲ Vía hematógena: es probable que la ITU en el periodo neonatal sea secundaria a
una diseminación hematógena en el transcurso de una sepsis bacteriana.
Etiología
Los gérmenes que causan la mayoría de las infecciones urinarias en pediatría son las
bacterias gram negativas procedentes de la flora intestinal. El agente etiológico más
frecuente es el E. coli (79-80%) siguiéndole a distancia otras enterobacterias como
Proteus mirabilis, Klebsiella, Enterobacter y Pseudomona. Entre las bacterias gram po-
sitivos destacar Enterococos y Staphilococus saprophyticus.
Virus, sobre todo el adenovirus 8, que produce cistitis hemorrágicas.
1074
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Hongos, aunque es raro en niños, pueden originar infección de orina en niños pre-
maturos multitratados con antibióticos, en pacientes inmunodeprimidos, diabéticos o
con sondajes.
CLÍNICA
La clínica de presentación de la infección urinaria en la infancia es muy variada de-
pendiendo tanto de la edad del niño como de la localización (alta o baja) de la misma.
▲ Recién nacidos: sintomatología inespecífica, como fiebre sin foco claro, estaciona-
miento de la curva ponderal o incluso pérdida de peso, vómitos , diarrea, anore-
xia, ictericia, distensión abdominal. En ocasiones, nos encontramos con un niño
con aspecto séptico, cianosis, hipotermia, respiración irregular, letargia y/o irrita-
billidad, convulsiones o temblor.
▲ Lactante y menores de dos años: los síntomas siguen siendo inespecíficos lo que
suele retrasar el diagnóstico. Refieren fiebre sin foco, anorexia, estacionamiento de
la curva de peso, síntomas digestivos, raramente síntomas relacionados con el
tracto urinario como orina maloliente o malestar cuando moja el pañal.
▲ Niños mayores: en los niños que controlan esfínteres, normalmente aparecen sín-
tomas localizables a nivel del tracto urinario, con síndrome miccional, escasa afec-
tación del estado general y sin fiebre o febrícula en la cistitis, y clínica de pielone-
fritis con fiebre, afectación del estado general, escalofríos, lumbalgia, vómitos,
dolor abdominal, puede acompañarse o no de sintomatología miccional en las in-
fecciones del tracto urinario superior.
DIAGNÓSTICO
Es importante realizar un diagnóstico correcto que permita la identificación, trata-
miento y evaluación de los niños que tienen riesgo de daño renal así como evitar tra-
tamientos y pruebas complementarias innecesarias en niños sin dicho riesgo.
▲ HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA
Habrá que pensar en una ITIU siempre que se presenten los síntomas anteriormente
expuestos dependiendo de la edad del niño, teniendo un alto índice de sospecha
en menores de dos años con fiebre inexplicada o síntomas inespecíficos.
Se debe realizar un examen físico completo incluidos genitales externos, valoran-
do la presencia de globo vesical y masas abdominales.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
● Urocultivo: proporciona el diagnóstico de certeza, identifica al germen cau-
sante y su patrón de sensibilidad y resistencia antibiótica por lo que se debe
realizar siempre, antes de iniciar el tratamiento antibiótico.
Tanto para la realización del urocultivo como para el análisis general de orina,
que veremos posteriormente, es de vital importancia la recogida correcta de la
muestra, efectuando previamente un lavado de genitales externos con agua ja-
bonosa o suero sin utilizar antisépticos, en los varones se retrae el prepucio y
en las niñas se separan los labios mayores. La orina debe enviarse al labora-
torio en envase estéril y procesarse inmediatamente o antes de 24h. Si se con-
serva en nevera, a 4 °C.
Métodos de recogida de orina: el método de obtención del urocultivo en niños
afecta de manera directa a los resultados por lo que la recogida de la muestra
debe realizarse tratando de minimizar tanto los falsos negativos como los fal-
sos positivos. Los métodos para obtener la orina, en orden de menor a mayor
sensibilidad son:
1075
CAPÍTULO 139
- Vómitos
- Alteración del equilibrio hidroelectrolítico y/o de la función renal.
- Dudas de seguimiento de tratamiento ambulatorio
- Sospecha o diagnóstico previo de uropatía.
Medidas generales:
Antitérmicos; hidratación adecuada.
Antibioterapia:
Se iniciará tratamiento empírico en base a los gérmenes más frecuentes y a la políti-
ca antibiótica del medio donde trabajamos. En todos los casos, tras la elección inicial
del antibiótico, éste deberá adaptarse al resultado de la sensibilidad del germen se-
gún el antibiograma. Las posibilidades antibióticas que podemos encontrar son:
BIBLIOGRAFÍA:
▲ American Academy of Pediatrics.Subcommitte on urinary tract infection. Practice Parameter:
The diagnosis, treatment and evaluation of the initial urinary tract infection in febrile infants
and young children. Pediatrics 1999;103:843-851.
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tico y terapéutica en pediatría. Residentes Hospital Infantil “La Paz”. 4ª ed. Madrid: Publi-
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1079
CAPÍTULO 140
Capítulo 140
DIFICULTAD RESPIRATORIA EN EL NIÑO
L. Sentchordi Montané - R. Velasco Bernardo - E. Crespo Rupérez
INTRODUCCIÓN
La dificultad respiratoria es un síntoma frecuente en la infancia. La etiología casi siem-
pre se relaciona con patología del árbol traqueobronquial o del área ORL, siendo la
causa cardiaca menos frecuente. Puede ser un signo precoz de enfermedades graves
como la sepsis o las metabolopatías. La primera causa de muerte en el niño es la pa-
rada respiratoria.
CLASIFICACIÓN
1. Por edades:
– Recién nacido: Sepsis, bronquiolitis, rinitis, atragantamiento, cardiopatía con-
génita, muerte súbita abortada, aspiración, causas perinatales.
– Lactante (hasta los 2 años): Bronquiolitis, asma del lactante, laringitis, neumo-
nía, aspiración de cuerpo extraño, cardiopatía congénita.
– Niño: Asma, laringitis, hipertrofia adenoidea, neumonía, aspiración de cuerpo
extraño, apnea obstructiva del sueño.
– Niño mayor-adolescente: Asma, neumonía, ansiedad, neumotórax, deformida-
des de la caja torácica (PCI)...
2. Según la causa:
– Respiratoria:
Dificultad respiratoria alta: Laringitis, epiglotitis, traqueítis bacteriana, absceso
retrofaríngeo, aspiración de cuerpo extraño, edema angioneurótico, causas
traumáticas, tumores cervicales compresivos, parálisis de cuerdas vocales, ano-
malías congénitas (laringotraqueomalacia, estenosis subglótica, laringocele)
Dificultad respiratoria baja: Bronquiolitis, asma, neumonía, derrame pleural,
aspiración de cuerpo extraño, neumotórax.
– Cardiaca: Cardiopatías congénitas que provocan insuficiencia cardiaca, edema
agudo de pulmón.
– Esquelética: deformidades caja torácica ( parálisis cerebral infantil, escoliosis ),
traumatismos.
– Neuromuscular.
– Metabólica: shock, sepsis, cetoacidosis diabética...
BRONQUIOLITIS
Concepto: Infección del tracto respiratorio inferior más frecuente en lactantes. Se pro-
duce de manera epidémica entre diciembre y marzo por el VRS.
Clínica: Lactante con síntomas respiratorios menores (tos, rinorrea, estornudos) que
comienza con dificultad respiratoria progresiva, polipnea, retracciones musculares y
espiración alargada. Puede haber irritabilidad, rechazo de tomas y fiebre o febrícu-
la. En la exploración podemos encontrar distrés más o menos severo, tórax hiperin-
suflado, hipoventilación, crepitantes, sibilancias y roncus. La duración media es de 3-
7 días, la dificultad respiratoria de 5 días y la mejoría a partir del 3°.
1080
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRISIS ASMÁTICA
Introducción: El asma es una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por obs-
trucción reversible de la vía aérea y que se presenta en forma de crisis de tos, sibi-
lancias y dificultad respiratoria en ocasiones severa. Es la enfermedad crónica más
frecuente durante la infancia y representa un motivo de consulta habitual.
Valoración:
Anamnesis: duración de la crisis, tratamiento recibido y respuesta al mismo, exposi-
ción a alergenos, irritantes, ejercicio, infecciones virales, visitas a Urgencias, ingresos
previos, necesidad de UCIP, uso de corticoides en el año previo, tratamiento de man-
tenimiento.
Valoración clínica: FC y FR, nivel de conciencia, cianosis, calidad de la respiración,
ventilación, sibilancias, uso de musculatura accesoria, pulso paradójico.
Destaca la importancia de las escalas de valoración de la gravedad: escala de Wood-
Downes modificada por Ferres y valoración de la gravedad de la crisis.
CRISIS LEVE CRISIS CRISIS GRAVE PARADA RESP.
MODERADA INMINENTE
DISNEA Caminando Hablando Reposo
HABLA Oraciones Frases Palabras
ESTADO Puede estar Agitado Agitado Con sopor,
DE ALERTA agitado confuso
FR 0 0 A menudo
> 30 rpm
MUSC. No habitualmente Habitualmente Habitualmente Movimiento
ACCESORIA toracoabdominal
paradójico
SIBILANCIAS Moderadas final Audibles Habitualmente Ausencia
esp. audibles de sibilancias
FC <100 100-200 >120 Bradicardia
FLUJO PICO 80% valor previo 60-80% <60%
TRAS BD o teórico
SAT 02 >95% 91-95% <90%
pO2 Normal <60 mm Hg <60, posible
PaCO2 <45mm Hg >45mm Hg cianosis
<45, posible
fallo respiratorio
El score clínico es una herramienta muy útil para orientar la actuación, pero no per-
mite por sí solo definir el tratamiento, la necesidad de ser hospitalizado, ni el ingre-
so en UCIP, ya que no tiene en cuenta las características individuales de cada paciente
ni es idóneo para todas las edades. Es muy útil para valorar la respuesta al trata-
miento, y de gran ayuda si se correlaciona con sat. de O2 y PEF.
1082
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Pulsioximetría: Aporta una información crucial en el manejo del niño asmático. Dos
limitaciones: 1) Poco sensible para monitorizar la respuesta al tratamiento, sobre to-
do en crisis leves, ya que puede permanecer igual o incluso bajar tras tto. broncodi-
latador, a pesar de producirse mejoría clínica y de la función respiratoria. 2) Corre-
lación clínica escasa en menores de 2 años; pueden tener gran trabajo respiratorio y
saturaciones por encima del 95%. Aún así, y en general:
– Límite de seguridad para tto. ambulatorio: Sat ≥ 94%.
– Valor inicial < 91% independientemente de la respuesta al tratamiento obliga, al
menos, a la observación hospitalaria.
– En condiciones normales no se debe dar de alta a un paciente hasta que su satu-
ración esté por encima de 93%.
Medición del flujo pico: De gran utilidad en pacientes que lo monitorizan
habitualmente. La comparación con valores previos es el parámetro más sensible a la
hora de valorar la severidad de la crisis. Se habla de: >80%: crisis leve,50-80%: c.
Moderada,<50%: c. Grave,<20%: c.muy grave
En general la clínica y la PEF informan de lo que acontece en la vía aérea grande, y
experimentan una mejoría más rápida. La sat. de O2 es más sensible a las variacio-
nes en la vía aérea pequeña, por lo que tiene mayor lentitud de recuperación.
Pruebas complementarias: Sólo necesarias en circunstancias especiales:
– Rx de tórax: sospecha de aspiración de cuerpo extraño, neumonía, complicacio-
nes, crisis severa... Siempre indicada en la primera crisis.
– Gasometría: Se puede hacer capilar o venosa para valorar pCO2; arterial en si-
tuaciones graves, perfusión continua de β2 agonistas o VM.
– Analítica: Hemograma ante sospecha de infección y bioquímica si probabilidad de
efectos secundarios producidos por el tratamiento.
Tratamiento: ver algoritmo figura 140.1
SÍNTOMAS GUÍA GENERALES EN LA DIFICULTAD RESPIRATORIA
– IMPORTANCIA DE LA FRECUENCIA RESPIRATORIA. SE CONSIDERA SIGNIFICATIVO UNA FR >60 EN MENORES
DE 2 MESES, >50 ENTRE LO 2 Y LOS 12 MESES Y >40 A PARTIR DEL AÑO.
– CUALQUIERA QUE SEA SU ORIGEN PROVOCA EN SITUACIONES SEVERAS: Cianosis, agitación o disminución
del nivel de conciencia.
– PECULIARIDADES DE LOS LACTANTES: Considerar no sólo la FR, sino también signos y síntomas propios de este
grupo de edad como son: quejido, gruñido, aleteo, retracciones torácicas, disociación toracoabdominal, rechazo
de la toma, respiración irregular–superficial.
– SÍNTOMAS ESPECÍFICOS DE DIFICULTAD RESP. ALTA: Tos perruna, afonía, estridor inspiratorio, retracción
supraesternal, posición trípode, babeo, ruidos nasales, sialorrea, ronquido nocturno, pausas de apnea,
respiración bucal.
– SÍNTOMAS ESPECÍFICOS DE DIFICULTAD RESP. BAJA: Tos, sibilancias, tiraje subcostal, intercostal, supraesternal.
– OTRAS:
Cardiaca: Cianosis y signos y síntomas de Insuficiencia Cardiaca: Disnea de esfuerzo (alimentación en lactantes,
ejercicio físico en mayores), polipnea, tos, crepitantes, respiración superficial, retracciones subcostales e intercostales,
Sepsis: Los síntomas de dificultad pueden aparecer de manera precoz y plantear la sospecha diagnóstica.
– RECIÉN NACIDOS: Cianosis y síntomas inespecíficos de distrés (polipnea, quejido, aleteo, retracciones, tiraje,
disociación toracoabdominal, respiración superficial–entrecortada)
– LACTANTE Y NIÑO MAYOR: Polipnea.
Acidosis: Respiración de Kussmaul.
Shock: Polipnea.
Neuromuscular o central:
– INSUFICIENCIA RESP. CRÓNICA: Pérdida de apetito, escasa ganancia ponderal, fatigabilidad, periodos de
letargia, cefaleas matutinas, irritabilidad, somnolencia diurna, respiración superficial, apnea o hipopnea.
– IRA: Incremento en la utilización de musculatura accesoria, signos de hipoxemia, letargia, estupor y depresión del
centro respiratorio.
1083
CAPÍTULO 140
LARINGITIS AGUDA: Proceso inflamatorio agudo del área subglótica, que responde
a distintas etiologías. Se caracteriza por la tríada típica: ESTRIDOR INSPIRATORIO,
AFONÍA Y TOS PERRUNA. Las dos formas clínicas más típicas:
- L. estridulosa o crup espasmódico, parece deberse a una hiperreactividad.
- Laringotraqueítis aguda: Etiología viral, con afectación más o menos severa.
El diagnóstico en ambas es clínico. El score de Taussig orienta las medidas terapéuticas.
El pronóstico es mejor que en las otras dos entidades, pero aún así pueden aparecer
cuadros severos, muy agobiantes para el niño, que requieren ingreso incluso en UCIP.
SCORE DE TAUSSIG
0 1 2 3
ESTRIDOR NO LEVE MODERADO GRAVE
EN REPOSO INS/ESP O NINGUNO
RETRACCIÓN NO LEVE MODERADA GRAVE,
UTILIZACIÓN
MUSCULATURA
ACCESORIA
ENTRADA NORMAL LEVE O MODERADA GRAVE
DE AIRE DISMINUCIÓN DISMINUCIÓN DISMINUCIÓN
COLOR NORMAL CIANOSIS
CONCIENCIA NORMAL INTRANQUILO ANSIOSO LETÁRGICO
AGITADO DEPRIMIDO
EN REPOSO
LARINGITIS
LEVE MODERADA GRAVE
Mejoría No mejoría
INGRESO
ALTA - Monitorización
- Medidas físicas. - Medidas físicas
- Considerar - Oxigenoterapia
DEXAMETASONA - Adrenalina nebulizada a
oral 0.15-0.6 mg/kg/día demanda.
- DXM 0.3-0.6 mg/kg/día
- Considerar intubación.
SUPRACARINALES:
– LARÍNGEOS: Máxima gravedad. Provoca asfixia aguda con afonía, disnea
creciente, tos y cianosis. Ocasiona la muerte en pocos segundos sin actuación
urgente
– TRAQUEALES: Menos graves que los anteriores si no ocluyen totalmente la vía
aérea; aunque un golpe de tos o movimiento pueden hacer que el cuerpo se
haga laríngeo. Provoca insuficiencia respiratoria menos severa con cianosis,
tiraje y tos coqueluchoide.
BRONQUIALES: Se localizan sobre todo en bronquio principal derecho.
Ocasionan tos, disnea, asfixia o sibilancias. Pueden diagnosticarse de manera
tardía tras historia de neumonía recurrente o broncoespasmo que responden mal
a tratamiento habitual.
1087
CAPÍTULO 140
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 141
SÍNCOPE EN EL NIÑO
A. Crespo Alonso - M. R. Cazorla Calleja - M. A. Fernández Maseda
DEFINICIÓN
Síncope es una pérdida brusca, completa y transitoria de conciencia y del tono postural,
debido a una isquemia, hipoxia o hipoglucemia cerebral. Se caracteriza por la recu-
peración espontánea y su corta duración. Se da con mayor frecuencia en la primera in-
fancia (suelen ser benignos) y adolescencia. Constituye el 3% de las Urgencias pediátri-
cas y hasta 15% de los niños y adolescentes tendrá un síncope entre los 8 y 18 años de
edad.
Presíncope es la sensación inminente de pérdida de conciencia, sin llegar a perderla. Es
un episodio benigno vasopresor por vasodilatación periférica.
ETIOLOGÍA
Se resume en el cuadro 141.1
Cuadro 141.1: Etiología del Síncope
Síncope cardiaco
1.Obstrucción del flujo de salida del ventrículo derecho o izquierdo.
2.Cardiopatía congénita cianógena.
3.Disfunción miocárdica.
4.Arritmias:
- Síndrome de QT largo.
- Taquicardia ventricular.
- Displasia arritmogénica del ventrículo derecho.
- Taquicardia supraventricular (Wolff-Parkinson-White).
- Disfunción del nodo sinusal.
- Bloqueo aurículo-ventricular.
Síncope neurocardiogénico
- Episodios vasovagales/vasodepresores.
- Espasmos del sollozo.
Síncope neurológico
- Crisis epiléptica.
- Migraña.
- ACV.
- Traumatismo.
- Narcolepsia/cataplejia.
Síncope ortostático
- Hipotensión ortostática.
- Hipovolemia.
Síncope metabólico
- Hipoglucemia.
- Anemia.
Varios
- Reflujo gastroesofágico.
- Disautonomía familiar.
- Enfermedad de la médula espinal (inestabilidad autonómica).
- Situacional (tos, micción, venopunción).
- Tóxicos/fármacos: Antihipertensivos, antiarrítmicos, cocaína, monóxido de carbono,
tranquilizantes, vasodilatadores…
- Hiperventilación.
- Histeria.
- Fiebre (síncope febril).
1090
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Clínica
A continuación se describen los síncopes más frecuentes:
SÍNCOPES CARDÍACOS: 20% del total de síncopes en la infancia. Las causas se pue-
den dividir en:
1. Obstrucción del flujo de salida: Cardiopatías congénitas o adquiridas que dis-
minuyen el volumen de eyección del ventrículo derecho (VD) o ventrículo iz-
quierdo (VI). Síncope en relación con el esfuerzo o el estrés.
- Obstrucción a la salida del VI: Mixoma auricular, estenosis aórtica severa, mio-
cardiopatía hipertrófica.
- Obstrucción a la salida del VD: Por dificultad de llenado del VI. Hipertensión
pulmonar, estenosis pulmonar severa, tetralogía de Fallot.
2. Cardiopatía congénita cianógena: Crisis hipoxémicas por aumento del shunt de-
recha-izquierda.
3. Disfunción miocárdica
- Cardiomiopatías: Miocardiopatía dilatada, miocarditis
- Enfermedad de Kawasaki
- Arteria coronaria anómala
4. Arritmias: Los más frecuentes. Debidos a alteración del sistema de conducción.
- Síndromes de QT largo: Predisposición a arritmias ventriculares, torsades de
pointes y pueden resultar en muerte súbita. Son:
- Síndrome de Jervell y Lange-Nielsen: asocia sordomudez. Herencia au-
tosómica recesiva.
- Síndrome de Romano-Ward: variante del anterior sin sordomudez. Heren-
cia autosómico dominante.
- Casos esporádicos.
- Taquicardia ventricular
- Displasia arritmogénica del ventrículo derecho
- Taquicardia supraventricular (Wolff-Parkinson-White): PR corto con onda delta
precediendo al QRS. Produce taquicardia supraventricular reentrante.
- Disfunción del nodo sinusal
- Bloqueo aurículo-ventricular: En hijos de madre con LES, conectivopatías.
5. Mixtas: Existe una anomalía estructural, pero el síncope es de causa arritmogé-
nica. En la miocardiopatía hipertrófica, estenosis aórtica severa y prolapso mi-
tral.
SÍNCOPES NEUROCARDIOGÉNICOS: Los más frecuentes. Pueden acompañarse de
anomalías del ritmo cardíaco de origen reflejo. Se deben a una disfunción autonó-
mica. El tono vagal excesivo puede ser secundario a una apnea (espasmo del sollo-
zo), tos, deglución, micción o defecación, sensibilidad del seno carotídeo a la presión
y ortostasis. La vía final común resultante en disfunción del SNC es la disminución del
flujo sanguíneo cerebral.
1. Vasovagal: El más frecuente en el niño, sobre todo en el adolescente. Producido
por diferentes estímulos (calor, sangre, miedo, dolor, ansiedad). Asocia síntomas
prodrómicos (náuseas, sudoración, debilidad, mareo). Se describen 3 mecanis-
mos:
- Síndrome vasodepresor: Reacción vasodepresora primaria con hipoten-
sión y preservación relativa de la frecuencia cardiaca. Benigno. Suele
acompañarse de diaforesis, palidez y típicamente se normaliza en
decúbito.
1091
CAPÍTULO 141
• De segundo nivel:
- Prueba de mesa basculante (tilt test): Indicado en los síncopes neurocardio-
génicos. Se debe monitorizar la FC y la PA, mientras el paciente pasa brusca-
mente desde decúbito supino a bipedestación. Se producen bradicardia e
hipotensión arterial resolviéndose los síntomas al retornar a la posición supina.
- Ecocardiograma: En antecedentes familiares de muerte súbita o car-
diomiopatía y/o ECG anormal
- Monitorización Holter de 24 horas: Pacientes con palpitaciones relacionadas
con el síncope.
- Prueba de esfuerzo: Síncope relacionado con ejercicio.
- EEG y consulta a Neuropediatría: En pérdida prolongada de conciencia, ac-
tividad convulsiva y fase postictal de letargo o confusión.
- Neuroimagen: TC craneal o RM cerebral cuando hay anomalías en la ex-
ploración neurológica.
- Estudio hemodinámico (cateterismo) y estudio electrofisiológico en disrrit-
mias cardiacas.
CONDUCTA TERAPÉUTICA
1. MEDIDAS GENERALES
- Monitorización ECG si sospecha de arritmia o síncope cardiaco, y/o in-
estabilidad hemodinámica.
- Vía periférica y sueroterapia, en algunos casos.
- Oxígeno si precisa.
2. MEDIDAS ESPECÍFICAS
Puede ser tan simple como una actitud conservadora o tan compleja como un tra-
tamiento farmacológico, implantación de un marcapasos o incluso medidas qui-
rúrgicas.
La mayoría son benignos y basta con tranquilizar a los padres e informar del me-
canismo que produce la crisis.
Según etiología:
- Síncopes sin alteraciones estructurales y con riesgo de recurrencia bajo:
Medidas generales como tener cuidado al incorporarse, evitar circunstancias
desencadenantes e incremento de la ingesta de sal y agua.
- Síndrome de hiperventilación: Reinspirar el aire espirado en una bolsa,
sedar si precisa.
- Espasmos del sollozo cianógenos: El tratamiento con hierro puede disminuir
la incidencia de crisis.
- Crisis pálidas: tratamiento anticolinérgico si la crisis aumenta de frecuencia
o de intensidad. Sulfato de Atropina o Metonitrato de Atropina orales, o bien
parches de Escopolamina para bloquear el vago. Se ha propuesto el
marcapasos cardiaco para prevenir la asistolia en los casos severos.
- Síncope neurocardiogénico: Evitar desencadenantes, suplemento oral de
sal y líquidos. La Fludrocortisona como expansor de volumen y los β-blo-
queantes (Atenolol, Propranolol, Metoprolol), que previenen la descarga
vagal intensa al imitar al tono parasimpático aumentado, son los más em-
pleados. Los α-agonistas como Pseudoefedrina o Cafeína estimulan la fre-
cuencia cardiaca y el tono vascular periférico. En pacientes con síncope re-
fractario o con mala tolerancia a las medicaciones anteriores, la Sertralina
puede ser efectiva.
1094
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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1095
CAPÍTULO 142
Capítulo 142
CRISIS EPILÉPTICAS EN LA INFANCIA
A. Crespo Alonso - M. R. Cazorla Calleja - M. A. Fernández Maseda
Las crisis epilépticas son la urgencia neurológica más frecuente en pediatría (0,5-1%
de las consultas en los Servicios de Urgencias). La mayoría se presenta en los doce
primeros meses de vida, siendo muy frecuentes en el periodo neonatal.
ETIOLOGÍA
Ante la presencia de una crisis epiléptica se deben considerar varios factores: Edad
del paciente, antecedente de epilepsia y existencia de encefalopatía aguda o suba-
guda.
• Causas más frecuentes según la edad:
Neonato:
- Encefalopatía hipóxico-isquémica.
- Infección sistémica o del SNC.
- Alteraciones hidroelectrolíticas, hipoglucemia.
- Déficit de piridoxina.
- Errores congénitos del metabolismo.
- Hemorragia cerebral, infarto cerebral.
- Malformaciones del SNC.
- Dependencia materna de drogas: abstinencia neonatal
Lactantes y niños:
- Convulsión febril.
- Infección sistémica o del SNC
- Alteraciones hidroelectrolíticas.
- Intoxicaciones.
- Epilepsia.
Adolescentes:
- TCE.
- Epilepsia.
- Tumor intracraneal.
- Intoxicaciones.
• Causas más frecuentes en el paciente epiléptico:
- Modificaciones del tratamiento: Supresión, inadecuado cumplimiento, asocia-
ción de fármacos antiepilépticos.
- Abuso o privación de alcohol.
- Infección intercurrente.
- Privación de sueño.
- Otros (igual que los casos de novo).
• Causas más frecuentes de crisis sintomáticas agudas:
- Convulsión febril.
- Primera crisis epiléptica.
- Infección febril sistémica
- Infección aguda del SNC: Meningitis, encefalitis.
- Encefalopatía hipóxico-isquémica
- Enfermedad vascular cerebral: Aguda o secuelas.
- TCE.
- Abstinencia de tóxicos (alcohol) o fármacos (sedantes).
1096
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Glucemia
Documentación clínica: - Diagnóstico correcto.
- Tipo de EE.
- Anamnesis.
- Exploración física.
No cede
No cede
No cede
No cede
EE REFRACTARIO (60 min)
Intubación ET y ventilación mecánica. Si es posible,
Monitorización EEG (objetivo: patrón brote-supresión)
Anestesia general. Opciones:
- Tiopental:
- Bolo: 3 mg/kg, en 1 hora. Diluir hasta 20 mg/ml.
- Perfusión continua: 1-6 mg/kg/h.
1101
CAPÍTULO 142
• Tratamiento específico
- Estado epiléptico generalizado tónico-clónico, clónico, parcial simple convulsivo
y parcial complejo (urgencia médica): El esquema anterior.
- Estado epiléptico generalizado mioclónico: No es urgencia médica. Benzodia-
cepinas IV de elección.
- Estado epiléptico generalizado tónico: Fenitoína y Valproato IV. Las benzodia-
cepinas pueden desencadenarlo o empeorarlo.
- Estado epiléptico de ausencia: No es urgencia médica. Benzodiacepinas o Val-
proato IV.
CONVULSIONES NEONATALES (CN)
Incidencia del 0,15-1,4% en neonatos, más elevada en pretérminos (6%).
• Clasificación
1. Ocasionales: Crisis por agresión sobre el SNC. Causas más frecuentes encefalo-
patía hipóxico-isquémica, infecciones, trastornos metabólicos y hemorragias.
2. Epilepsias del recién nacido:
2.1. C.N Idiopáticas y familiares benignas
2.2. Encefalopatías epilépticas del neonato: Encefalopatía mioclónica neonatal y
encefalopatía epiléptica infantil precoz.
2.3. Estados de mal epiléptico
3. Epilepsias específicas sintomáticas: Errores del metabolismo, malformaciones
SNC, hemorragias y ACV.
• Manifestaciones clínicas
Formas clínicas de presentación: Sutiles, tónicas, clónicas y mioclónicas.
• Examenes complementarios
Primera línea
- Analítica básica: Hemograma, glucosa, electrolitos, función hepática, gasome-
tría.
- Cribaje infección: Sangre, orina y LCR.
- EEG.
- Ecografía cerebral.
Segunda línea
- Aminoácidos (plasma, orina, LCR), sulfito oxidasa en orina, disialotrasferrina en
plasma. Amonio, lactato, piruvato, ácido úrico. Ensayo biotina, piridoxina, áci-
do folínico, tiamina (recogida de muestras en plasma previa para biotinidasa y
niveles de vitamina B6).
- Serología TORCH, HIV.
1102
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
- Fondo de ojo.
- Neuroimagen.
- Potenciales evocados visuales, auditivos.
• Tratamiento
1. Fenobarbital iv: 20 mg/kg en dosis única de carga y mantenimiento a 3-5
mg/kg/día en 2 dosis.
2. En crisis idiopáticas, intentar Piridoxina iv: 100 mg dosis única. Algunos autores
emplean también Biotina 20 mg im/oral y Acido folínico 5 mg cada 12 horas, len-
to en 15 minutos.
3. No cede: Fenitoína iv: 15-20 mg/kg y mantenimiento a 7 mg/kg/día en 2 dosis
iv o en 3 dosis vo.
4. No cede: Ácido Valproico iv: 15 mg/kg en dosis única en 5 min, seguido de una
dosis de mantenimiento de 1-2 mg/kg/h en perfusión continua.
5. No cede: Midazolam iv en perfusión continua a 0,1-0,3 mg/kg/h, o Clonazepam
iv: 0,02-0,8 mg/kg/h.
6. No cede: Tiopental iv: 3 mg/kg, y mantenimiento a 1-6 mg/kg/h (con soporte vi-
tal y cerebral).
7. Otras opciones: Lidocaína iv: 3 mg/kg, y mantenimiento a 1-6 mg/kg/h con Fe-
nobarbital iv a 7 mg/kg/día en 2 dosis. Se pueden emplear también: Diazepam,
Carbamacepina, Loracepam, Paraldehido o Hidrato de Cloral.
BIBLIOGRAFÍA
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co y Terapéutica en Pediatría. Ed Publires, 1996: 70-73.
1103
CAPÍTULO 143
Capítulo 143
SHOCK. SEPSIS
M. D. Márquez Moreno - J. Cobas Pazos - E. Crespo Rupérez
DEFINICIÓN
El Shock es una situación que se caracteriza por una incapacidad del aparato circula-
torio para mantener una perfusión celular adecuada, lo que determina una reducción
progresiva del aporte de oxígeno a los tejidos, que si no se corrige de inmediato,
conducirá al fallo multiorgánico y a la muerte tisular. Existen 3 fases:
– Shock compensado: cursa con TA normal o levemente alterada.
– Shock descompensado: cursa con hipotensión arterial.
– Shock irreversible: tras desarrollo de fallo multiorgánico. Esta fase es refractaria al
tratamiento.
CLASIFICACIÓN
Según el mecanismo de afectación del sistema circulatorio, se clasifica en:
● Hipovolémico: por disminución del volumen sanguíneo circulante, produciéndose
una disminución de los volúmenes y de las presiones telediastólicas ventriculares.
Es la causa más frecuente de shock en Pediatría.
● Cardiogénico: es la consecuencia de una grave depresión de la función cardiaca.
El shunt izquierda-derecha, sería la causa más frecuente en el niño.
● Obstructivo: por gasto cardiaco inadecuado, a pesar de un volumen intravascular
y una función cardiaca normal. Ej: Tamponamiento cardiaco.
● Distributivo: por alteración del tono vascular (debido a una vasodilatación perifé-
rica profunda). El prototipo es el shock séptico. También se incluye el shock anafi-
láctico.
SEPSIS SEVERA
Sepsis con presencia de disfunción orgánica, manifestada clínicamente con signos de
hipoperfusión o hipotensión, con acidosis láctica, oliguria y alteración del nivel de
conciencia.
SHOCK SÉPTICO
Persistencia de hipotensión (< 2 DS, los valores normales para su edad) y signos clí-
nicos de hipoperfusión, a pesar de una expansión adecuada con líquidos.
HIPOTENSIÓN
Presión arterial sistólica < 2 DS para la edad.
SÍNDROME DE FRACASO MULTIORGÁNICO
Presencia en un paciente crítico de disfunción orgánica tan severa que la homeosta-
sis no se puede mantener sin intervención. Sucede cuando existe fracaso de 2 ó más
de los siguientes órganos o sistemas: cardiovascular, respiratorio, neurológico, renal,
hematológico, gastrointestinal y hepático. Es la última fase del SRIS. En el niño, la evo-
lución al Síndrome ocurre mucho más rápidamente que en el adulto y en 72 horas se
encuentra totalmente establecido.
Etiología
Implica agentes infecciosos muy variados: bacterias, virus, hongos, Rickettsias…pero
la causa más frecuente es la bacteriana. El establecimiento de una sospecha etiológi-
ca según la edad, es fundamental para instaurar un tratamiento antimicrobiano de
forma precoz (en el cuadro 143.2 se resumen las posibles etiologías).
Criterios Diagnósticos
1. Manifestaciones Clínicas
La clínica puede ser muy inespecífica sobre todo en las fases iniciales del shock
séptico: puede debutar con fiebre, escalofríos, vómitos, malestar general, astenia,
dolor abdominal, taquipnea y taquicardia (cuyo objetivo es aumentar el gasto car-
diaco, muy dependiente en el niño pequeño de la frecuencia cardiaca).
● La aparición de signos de hipoperfusión tisular: cambios del nivel de concien-
cia, oliguria, hipoxemia y acidosis láctica o el inicio de un exantema petequial
de rápida progresión, identifican a los pacientes con mayor riesgo de evolucio-
nar a shock y muerte orgánica.
● En fase refractaria del shock aparecerá: hipotensión arterial (signo de alarma
en el niño), que irá precedida de signos premonitores: frialdad y palidez de las
zonas acras y relleno capilar enlentecido (> 3”).
2. Exploraciones Complementarias
● Hemograma con fórmula, recuento de leucocitos y plaquetas: En la sepsis bac-
teriana habrá leucocitosis (>10.000/mm3), con desviación izquierda (>500 ca-
yados/mm3), aunque en estadíos avanzados o en sepsis fulminante, puede ha-
ber leucopenia, incluso un recuento normal. Pueden existir granulaciones
tóxicas en los leucocitos y trombocitopenia.
● Proteína C Reactiva: es un buen indicador de sepsis. Inconveniente: no aumen-
ta hasta pasadas 24 horas, por ello es mejor monitorizarla, ya que su descen-
so progresivo es un buen indicador de mejoría.
● Los niveles de procalcitonina (mucho más sensible que la PCR), aumentan mu-
cho en la sepsis y se correlacionan con la severidad de la respuesta inflamato-
ria/infecciosa.
● Estudio de coagulación: si hay coagulopatía de consumo, habrá alargamiento
de los tiempos de protrombina y cefalina, con fibrinógeno elevado (descendido
en estadíos más avanzados). Solicitar productos de degradación del fibrinóge-
1108
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
SVC: saturación venosa central (arteria pulmonar o vena cava superior); IC: ÍNDICE CARDIACO;
Método Pico: método de monitorización del IC por termodilución a través de arteria femoral.
Shock refractario a fluidos: Cuando no cede en la primera hora tras la administración de ≥ 60
mL/Kg.
Shock resistente a Dopamina: shock que persiste tras la administración de ≥ 10 mcg/Kg de Do-
pamina.
Shock resistente a catecolaminas: shock que no cede a Dopamina, Adrenalina, Noradrenalina.
Shock refractario: shock que persiste después de la administración de fluidos, drogas presoras,
vasodilatadores, inotrópicos, corticoides y corrección de hipocalcemia.
Carcillo JA, Fields AI, Task Force Committee Members. Crit Care Med 2002; 30: 1365-78.
1112
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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tic score: a 10-year retrospective survery. Crit Care Med 1991; 19: 26-30.
1113
CAPÍTULO 144
Capítulo 144
ICTERICIA EN LA URGENCIA PEDIÁTRICA
M. J. Navarro Carmona - M. P. Gil Ibáñez - E. Crespo Rupérez
CONCEPTO
Ictericia: Coloración amarillenta de la piel, escleras y mucosas por aumento de la bi-
lirrubina en sangre y su acumulación en los tejidos. Se aprecia físicamente cuando la
bilirrubina sérica es mayor de 5 mg/dl en el recién nacido o mayor de 2 mg/dl en
el resto de las edades del niño. Este incremento puede deberse tanto a la fracción di-
recta o conjugada, como a la indirecta o no conjugada.
CLASIFICACIÓN:
Ictericia neonatal Hiperbilirrubinemia no conjugada
Hiperbilirrubinemia conjugada
Ictericia no neonatal Hiperbilirrubinemia no conjugada
Hiperbilirrubinemia conjugada
ANAMNESIS
Además de registrar la edad del paciente y sus antecedentes personales y familiares,
es importante averiguar datos específicos del proceso ictérico: Fracción de bilirrubi-
na que se ha elevado; si fuese la forma indirecta, si se debe a un aumento de su pro-
ducción o a un defecto de su conjugación (teniendo en cuenta el probable daño neu-
rológico); si es la forma directa, localizar el problema a nivel intra o extrahepático;
forma de presentación aguda o crónica; y detectar síntomas o signos asociados que
indiquen una posible evolución fatal del proceso.
EXPLORACIÓN FÍSICA
Se detecta blanqueando la piel mediante presión digital de la misma. La progresión
de la ictericia es cefalocaudal.
Zonas de Kramer:
Intensidad Región Bilirrubina (mg/dl)
I Cara <5
II Mitad superior del tronco 5-12
III Incluyendo abdomen 8-16
IV Porción proximal de extremidades 10-18
V Porción distal de extremidades >15
RECUERDO FISIOPATOLÓGICO
Alteraciones en los distintos pasos del metabolismo de la bilirrubina pueden producir
diferentes formas de hiperbilirrubinemia:
- Reducción de la bilirrubina en el sistema reticulocitario a partir de la degrada-
ción del grupo Hem, mayoritariamente procedente de la hemoglobina.
- Transporte hacia el hígado unida a la albúmina.
- Captación por el hepatocito.
- Conjugación en el sistema reticulo-eritrocitario por la glucoroniltransferasa.
- Secreción activa de bilirrubina conjugada hacia el canalículo biliar.
1114
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Aumento
de la Bilirrubina
indirecta
Coombs positivo Coombs negativo
Isoenzimas Hb
Rh
Normal / baja
ABO Elevada
TRATAMIENTO
Tratamiento de hiperbilirrubinemia neonatal en forma de bilirrubina total (mg/dl).
Exanguino-
Edad (horas) Prob. Fototerapia transfusión Exanguino
Fototerapia post-fototerapia + fototerapia
< 24 * * * *
25-48 > 12 > 15 > 20 > 25
49-72 > 15 > 18 > 25 > 30
> 72 > 17 > 20 > 25 > 30
*valoración individual del caso.
Tratamiento farmacológico:
- Fenobarbital: inductor de los enzimas microsomales y con capacidad de
incrementar la conjugación y excreción de la bilirrubina. La dosis em-
pleada es de 5-8 mg/kg/d. Tarda entre 6 y 7 días en ser efectivo. Se
usa en el Crigler-Najar y en el aumento de la bilirrubina directa por nu-
trición parenteral.
- Inmunoglobina intravenosa: se usa en las inmunizaciones Rh, tanto para
la madre como para el recién nacido. Disminuye la síntesis de anticuerpos
y limita su paso transplacentario. Su dosis habitual es de 0.5 mg/kg/d. in-
travenosa y durante 4 días.
1117
CAPÍTULO 144
BIBLIOGRAFÍA
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▲ Cruz Hernández M. Tratado de pediatría. 8º edición. Bilbao: Hospital de Cruces, 2002.
1119
CAPÍTULO 145
Capítulo 145
ANALGESIA Y SEDACIÓN EN PEDIATRÍA
M. P. Sánchez Miranda - E. Zambrano Pérez - M. A. Fernández Maseda
INTRODUCCIÓN
El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a lesión tisu-
lar, real o potencial, o a una consecuencia de ésta. Los fetos, recién nacidos y lactantes
tienen mayor capacidad de transmisión nociceptiva que niños y adultos. Con un buen
manejo de la analgesia y la sedación se evita la respuesta neuroendocrina al dolor fa-
voreciendo mayor estabilidad hemodinámica y respiratoria. Contamos con medidas far-
macológicas y no farmacológicas (posición confortable, presencia de los padres..)
ANALGESIA
Escalas de valoración del dolor
Es importante que cada unidad maneje aquellas con las que esté familiarizado.
Por parte del personal sanitario
● Niños recién nacidos y lactantes
2 1 0
Expresión facial De dolor Variable Relajada
Llanto Agudo, continuo Consolable No llora
Movilidad espontánea Gran agitación Agitación moderada Normal
Respuesta a estímulos Tembloroso Hiperexcitable Tranquilo
Aducción pulgares Constante Intermitente Ausente
Succión Ausente Intermitente Firme, rítmica
Tono global Hipertónico ++ Hipertónico + Normal
PA y FC Basal + 10-20% de basal + >20% de basal
● Niños a partir de los 2 años:
0 1 2
PA +15% +15-25% +25-35% de la basal
Llanto No llora Consolable No consolable
Movimientos No Intranquilo Movimientos continuos
Agitación Calmado Leve Importante
Postura Normal Rígido Rígido, postura defensiva
Focalidad Dormido No localiza dolor Localiza dolor
Por parte del niño
● < 6 años: escalas de caras (4-7 caras que reflejan desde ausencia de dolor hasta su-
frimiento) y escala de color (del blanco o ausencia de dolor al rojo o máximo dolor).
1120
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● 6-12 años: escala numérica (del 0 o ausencia de dolor al 10 o máximo dolor ima-
ginable) y de color
● > 12 años: escala numérica, analógica visual y verbal
No dolor 2 4 6 8 Insoportable
Usar la misma pues valores de escalas diferentes no son comparables.
Analgésicos tópicos:
Crema EMLA®: Gel de Lidocaína y Prilocaína. Se aplica una capa de 1-2 gr/10 cm2
sobre piel intacta con cura oclusiva durante 1-2 horas para vacunaciones, interven-
ciones dermatológicas, canalización de vías y punción lumbar. La superficie máxima
a cubrir en < 10 Kg es de 100 cm2 . Produce anestesia de 3-5 mm de profundidad
durante varias horas. Rara vez aparece edema, prurito, dermatitis de contacto o pe-
tequias. Por el riesgo de metahemogoblinemia tras la absorción de Prilocaína se con-
traindica en menores de 3 meses y en menores de 12 meses con antecedente de
metahemoglobinemia o en tratamiento con Nitroprusiato, Sulfamidas, Paracetamol o
Fenitoína. También contraindicada si déficit de glucosa 6 fosfato deshidrogenasa
Cloruro de etilo: se vaporiza desde un envase presurizado produciendo descenso de
la temperatura de la piel a – 20 °C. Produce analgesia instantánea pero breve (un
minuto).
Analgésicos sistémicos
Acción periférica
1. Analgésicos-antitérmicos:
Analgesia variable y gran efecto antipirético pero sin efecto anti-inflamatorio.
*Metamizol: inhibe las prostaglandinas (PG) a nivel central e inactiva los recepto-
res. Tiene mayor efecto analgésico que AAS y efecto espasmolítico
*Paracetamol: inhibe las PG a nivel central; acción analgésica similar a AAS.
Administración Carga Mantenimiento Advertencias
Metamizol v.o. No si alergia a AAS
v.r. 40 mg/kg 10-20 mg/kg c/6 h. Descenso transitorio de PA
i.v. (en 15 min.) Pancitopenia (raro)
Paracetamol v.o. 20 mg/kg 15 mg/kg c/ 4-6 h. Insuficiencia hepática en
< 3 meses 15 mg/kg 10 mg/kg c/ 4 h. ingestión masiva
v.r. habitual 30 mg/kg 20 mg/kg c/ 6 h.
pre-cirugía 40 mg/kg 30 mg/kg c/ 4-6 h.
< 3 meses 20 mg/kg 15 mg/kg c/ 6 h.
Proparacetamol i.v. (en 15 min.) 20-40 mg/kg 20-40 mg/kg c/ 6 h.
2. AINEs
Tienen efecto analgésicos, antipirético y anti-inflamatorios.
Efectos secundarios debidos a la menor producción de prostaglandinas:
– Ulcus: el duodenal se puede prevenir con antiH2 pero no el gástrico.
– Prolongación del tiempo de hemorragia.
– Alteraciones renales.
Disponemos de diversos AINEs:
*AAS: nunca utilizar en varicela o gripe
1121
CAPÍTULO 145
*Ibuprofeno: analgesia similar a AAS con menor riesgo de sangrado. Puede provo-
car meningitis aséptica en pacientes con lupus.
*Diclofenaco: mayor potencia analgésica que AAS con igual efecto antipirético.
*Ketorolaco: Gran potencia analgésica con poco efecto anti-inflamatorio
Administración Advertencias
AAS Vía oral:
Analgésico 10-20 mg/kg c/4-6h. Dosis máxima:
Antiagregante 2-10 mg/kg c/24h. 60-80 mg/kg/día
Anti-inflamatorio 60-100 mg/kg/día
Salicilato
de lisina i.v. 15-30 mg/kg c/4-6h 900 mg = 500 mg de ASA
v.o. 0.5-1 mg/kg c/ 8h.
Diclofenaco Hipertransaminemia transitoria
v.r 0.5-1.5 mg/kg c/ 8h.
Riesgo de nefritis intersticial
Ibuprofeno v.o. 5-10 mg/kg c/ 6 h. Riesgo de hepatopatía
Ketoloraco v.o. 0.1-0.2 mg/kg c/ 6h. No en insuficiencia renal
Carga 1 mg/kg (máx. 60) Tratamientos cortos
i.v. en Mantenimiento (< 3-5 días)
20 minutos - 1 mg/kg c/6 h (máx. 30) No recomendado < 7 años
- 0.2 mg/kg/h
Naproxeno v.o. 5-7.5 mg/kg c/8-12 h.
Ninguno debe utilizarse en caso de alergia a AAS
Analgésicos mayores
1. OPIODES
No deben usarse como sedantes salvo si se precisa analgesia o si los sedantes por
sí solos no bastan. Conviene asociar un analgésico no central para lograr una
analgesia balanceada. Los neonatos desarrollan rápidamente tolerancia y preci-
san duplicar o triplicar las dosis a las 24-48 horas. En menores de 6 meses se ad-
ministra sólo el 25-50% de la dosis y se espacia la administración. A partir de 50 Kg
se utilizan dosis de adultos. En caso de escasa reserva respiratoria o neurológica
se usan dosis menores y se titula su efecto.
Contraindicaciones:
* En insuficiencia hepática no usar Meperidina, Ketamina, Alfentanilo, Sulfentani-
lo ni Metadona.
* En insuficiencia biliar o pancreática no utilizar Cloruro mórfico ni Fentanilo
* En insuficiencia renal no usar Cloruro mórfico, Tramadol ni Meperidina
* En inestabilidad hemodinámica no se usa Cloruro Mórfico.
* En hiperreactividad bronquial sólo se usa el Fentanilo
* Ante hipertensión intracraneal no conviene usar Cloruro Mórfico
* En politraumatizados pueden provocar hipotensión y en caso de traumatismo to-
rácico, al suprimir la tos, pueden interferir con la movilización de secreciones.
Administración oral: en general mala absorción
– Cloruro mórfico: 0.3 mg/kg c/3-4 h. Su efecto dura 12 horas.
– Codeína: 0.5-1 mg/kg c/4-6 h. Gran efecto antitusígeno con escasa depresión
respiratoria. No se administra i.v. porque induce gran liberación de histamina
– Citrato de Fentanilo: 15-20 µg/kg. Produce prurito facial y tiene un alta inci-
dencia de náuseas y vómitos.
– Meperidina: 2-3 mg/kg c/4 h.
1122
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Metamizol
DOLOR MODERADO AINE potente (Ketoloraco)
Opiode suave (Codeína o Tramadol)
Opiode suave + AINE potente
Analgesia
Ansiolisis
Patrón de sueño normal
Infratratamiento Extubación
Miedo y ansiedad
Dolor
Carga
SEDACIÓN
Sedación consciente o ansiolísis: ligero descenso del nivel de conciencia, conservan-
do los reflejos protectores, permeable la vía aérea de forma espontánea y adecuada
respuesta a estímulos.
Sedación profunda: estado de depresión de la conciencia en el que el paciente no
puede ser despertado con facilidad, con pérdida parcial o completa de los reflejos
protectores.
Cada estado conlleva el riesgo de caer en un nivel de sedación más profundo. Indi-
caciones.
Sedación consciente:
– Procedimientos no dolorosos: pruebas de imagen
– Procedimientos dolorosos en > 12 años (siempre asociado a analgesia)
– Ansiedad, agitación
Sedación profunda:
– Procedimientos dolorosos en < 12 años (siempre asociado a analgesia)
– Ventilación mecánica
Sedantes
Midazolam: tiene efecto sedante y ansiolítico y origina amnesia retrógrada. Vía in-
travenosa se administra en 2 minutos para evitar parada respiratoria; a dosis altas
disminuye el tono muscular de la vía aérea superior y puede producir hipoxia e hi-
percapnia; puede disminuir la presión arterial un 15%. En tratamientos prolongados
puede producir confusión y alucinaciones. La administración nasal produce escozor
debido a su pH ácido; no debe tamponarse con bicarbonato pues precipita.
El Flumacenilo es el antídoto específico de las benzodiacepinas
*Bolo: 5-10 µg/ kg/ dosis. Máximo: 0.2 mg/ dosis; dosis máxima total 2 mg
Inicio: 30-60 segundos. Puede repetirse cada 1-2 minutos
*Perfusión. 10 µg/ kg/ hora
*Rectal: 15-30 mg/ kg/ dosis. Inicio: 5-10 minutos.
1125
CAPÍTULO 145
Propofol: tiene efecto inotrópico negativo y vasodilatador venoso y arterial por lo que
hemodinámicamente se tolera peor que el Midazolam. A dosis elevadas por efecto
relajante muscular puede producir hipercapnia e hipoxia. En infusión rápida puede
inducir depresión respiratoria. Se han descrito casos de muerte súbita en neonatos.
Etomidato: Se excreta casi en su totalidad por orina. Puede producir mioclonías (se
evitan con la administración previa de un opiáceo), supresión adrenocortical y con-
vulsiones aunque sin elevación de la presión intracraneal.
Hidrato de cloral: Carece de efecto analgésico. Por vía oral tiene mal sabor y puede
producir náuseas y vómitos; no se absorbe a nivel gástrico, por lo que en vaciamien-
to gástrico lento puede no alcanzarse o retrasarse el efecto. La vía rectal presenta una
absorción muy errática. Su principal ventaja es que apenas origina depresión respi-
ratoria. Su mayor limitación es que puede haber agitación tardía (tras 12-24 horas).
Barbitúricos: Producen gran repercusión hemodinámica, íleo paralítico y no permiten
una rápida recuperación por lo que se restringen al tratamiento de la hipertensión in-
tracraneal refractaria. Están contraindicados en porfiria.
Dosis Inicio Duración Principal
indicación
Midazolam iv S. Consciente: 0.05-0.1 mg/kg 2-3 min. 15-30 min. Sedación
S. profunda: 0.2-0.5 mg/kg prolongada
Perfusión: 0.05-0.2 mg/kg/h
vo 0.5-0.75 mg/kg 20-30 min. 30 min. Procedimientos
vr 0.5-0.75 mg/kg 10-20 min. no dolorosos
sl/in 0.2-0.5 mg/kg 15 min.
Diazepam iv/vr S. consciente: 0.1-0.15 mg/kg 1-2 min. 30 min.
S. profunda: 0.3-0.5 mg/kg
0.1-0.7 mg/ kg/ h
Propofol iv S. Consciente Procedimientos
0.5-1 mg/ kg → 0.1-1 mg/kg/h cortos
S. profunda
2-3 mg/kg → 2-4 mg/kg/h 15-45 seg. 5-10 min.
Etomidato iv 0.2-0.3 mg/kg Inmediato 6-10 min. Inestabilidad
20 µg/ Kg/ hora hemodinámica
Hidrato vo/vr S. Consciente: 25-50 mg/kg 30-60 2-4 horas Pruebas de
de cloral S. profunda: 50-100 mg/kg minutos imagen < 3 años
Máximo 2 gr.
Tiopental iv 3-5 mg/kg → 1-5 mg/ kg/ h segundos 5 minutos HTIC refractaria
AGITACIÓN Y AGRESIVIDAD
*Clorpromazina:
– Oral: 0.5 mg/kg/ dosis cada 6-8 horas
– Intravenoso/intramuscular: 0.1-0.2 mg/kg/dosis cada 6-8 horas
1126
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
RELAJANTES MUSCULARES
Son de uso restringido pues aumentan las complicaciones de la inmovilización.
Su principal indicación es la ventilación mecánica; también son útiles en la hiperten-
sión intracraneal, el tétanos y la cirugía laringotraqueal.
Despolarizantes:
Succinil-colina De elección en intubación urgente por su rápido inicio y corta duración.
Se administra en unos 30 segundos para no aumentar la presión intracraneal. Aumenta
la kaliemia por lo que se contraindica en insuficiencia renal, politraumatismos, quema-
dos, lesionados medulares, enfermedades neuromusculares. Eleva la presión intraocular
lo que contraindica su uso en heridas abiertas del globo ocular y glaucoma. En pacien-
tes con antecedentes familiares puede precipitar un cuadro de hipertermia maligna.
No Despolarizantes: si relajación prolongada o contraindicada la succinil-colina:
Vecuronio: apenas libera histamina por lo que puede usarse en asmáticos. Presenta
mayor duración de su efecto en pacientes con colestasis o insuficiencia renal. Tiene
mínimos efectos hemodinámicas.
Atracurio: libera histamina lo que lo contraindica en la hiperreactividad bronquial.
Puede producir bradicardia e hipotensión. Se utiliza en pacientes con eliminación al-
terada y en miopatías. No debe mezclarse con Tiopental ni con soluciones alcalinas.
Pancuronio: de elección en la relajación puntual no de emergencia (cambios postu-
rales, aspiración endotraqueal). No libera histamina. Produce taquicardia e hiper-
tensión. Aumenta la presión intracraneal.
Pueden revertirse con:
– Neostigmina 0.04-0.06 mg/ kg (máximo 2.5 mg)
– Previamente debe administrase Atropina. Puede producir broncospasmo.
– Piridostigmina: 0.15-0.3 mg/ kg
– Edofronio: 0.5 mg/ kg
Dosis Inicio Duración Mantenimiento Principal
(mg/kg) (minutos) (minutos) (mg/kg/h) indicación
Succinilcolina 0.5-1 Inmediato 5-10 De elección
Lactante: 60
Vecuronio 0.1-0.2 2-4 Niño: 20 0.05-0.1 Asmáticos
Adolescente: 40
Miopatía
Atracurio 0.5 1.5-2 15-35 0.25-0.75 Colestasis
Insuficiencia renal
Cambios posturales
Pancuronio 0.1 2-4 45-60 0.05-0.1 Aspiración
endotraqueal
En lactantes menores de 6 meses deben reducirse las dosis un 25-50%
1127
CAPÍTULO 145
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Salvo emergencia debe solicitarse consentimiento informado a los padres.
El niño no debe haber ingerido alimentos en las 6-8 horas previas, y en caso de lac-
tancia materna en las 4 horas previas. En situación urgencia debe valorarse realizar
un lavado gástrico o administrar Metoclopramida a 0.15 mg/kg (alta incidencia de re-
acciones extrapiramidales) y Ranitidina o Cimetidina. Es preciso monitorizar la Sat O2
y frecuencia cardiaca del niño. Las constantes vitales se determinarán basalmente, tras
la administración del fármaco y previo al alta. La administración desde el inicio de oxí-
geno suplementario es controvertida pues disminuye la incidencia y severidad de la hi-
poxia pero retrasa la detección de apnea por pulsioximetría. Si se decide utilizar es
importante vigilar los movimientos torácicos con la respiración. Debe disponerse de an-
tídotos específicos para el fármaco usado y de material de reanimación.
ESQUEMAS DE ACTUACIÓN
Debe usarse sólo fármacos cuya farmocinética y farmacodinamia conozcamos.
Intubación
1° Atropina 0.01-0.02 mg/ kg/ dosis i.v.
Dosis mínima: 0.1 mg (menos dosis produce efecto paradójico)
Dosis máxima: 1 mg en niños; 2 mg en adolescentes
2° Sedante: Midazolam 0.2 mg/ kg/ dosis
Asmáticos: Ketamina 1-2 mg/ kg/ dosis
Inestabilidad hemodinámica: Etomidato 0.2-0.3 mg/ kg/ dosis
3° Analgésico: Fentanilo 2 µg/ kg/ dosis
4° Relajante muscular: Succinilcolina 1-2 mg/kg/dosis
Si contraindicada: Vecuronio 0.1-0.2 mg/kg/dosis
Procedimientos
No dolorosos: pruebas de imagen, EEG, ECG...
● Con vía: Midazolam 0.2 mg/ kg/ dosis a pasar en 5 minutos
Puede repetirse a los 5 minutos a 0.1 mg/kg
● Sin vía: 30 minutos antes del procedimiento
– Hidrato de cloral: máximo 2 gr.
• Oral: 25-75 mg/kg/dosis
• Rectal: 50-100 mg/kg/dosis
– Midazolam:
• Oral: 0.5-0.75 mg/ kg/ dosis
• Nasal: 0.3-0.5 mg/ kg/ dosis
Moderadamente dolorosos y breves: punción lumbar...
Sedación no farmacológica o Midazolam + Crema EMLA 1 hora antes
Dolorosos: toracocentesis, biopsias percutáneas...
● 1ª opción:
– Midazolam iv: 0.2 mg/kg/dosis (máx. 10 mg) en 2 minutos +
– Fentanilo iv: 2 µg/kg/dosis (máx. 100 µg) en 2 minutos
En caso necesario puede repetirse a los 10 minutos:
Midazolam 0.1 mg/kg/dosis + Fentanilo 1 µg/kg/dosis
● 2ª opción:
– Fentanilo iv: 1-2 µg/ kg/ dosis (máx. 100 µg) en 2 minutos +
– Propofol iv: 1-2 mg/kg en 3 min. → perfusión a 2-4 mg/kg/h
1128
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● 3ª opción:
– Ketamina i.v. 0.5-1 mg/kg/dosis + Midazolam i.v. 0.1 mg/kg/dosis
Politraumatismo
– Si precisa intubación: Atropina + Midazolam + Fentanilo + Vecuronio
– Analgesia y sedación:
• Midazolam + Fentanilo en perfusión continua
• Discutido el uso de relajantes musculares
Ventilación mecánica:
– Carga: Midazolam 0.2 mg/kg/dosis + Fentanilo 2 µg/kg/ dosis
– Mantenimiento: Midazolam 0.1-0.2 mg/ kg/ hora + Fentanilo 2-4 µg/kg/hora
– Manipulaciones:
Bolos de Midazolam 0.1 mg/kg + Fentanilo 1 µg/kg
y/o
Bolos de Pancuronio 0.1 mg/kg
BIBLIOGRAFÍA
▲ Gómez Álvarez P. Sedación y analgesia en UCI pediátrica. En: Ruza F. Cuidados intensivos
pediátricos. 2ª ed. Madrid: Ediciones Norma;1994 p. 84-104
▲ Gómez de Quero P. Fármacos analgésicos administrados por vía sistémica. En: XLIV curso
de actualización en pediatría para postgraduados. Madrid: Ediciones Gelos; 2000
▲ Krauss B. y Green S. Sedation and analgesia for procedures in children. N Engl J Med.
2000; 342 (13): 38-945
▲ Moral Torrero R. Analgesia y sedación. En: Iñón A, Navascués JA, Parise J y Vázquez J. Ma-
nual de asistencia inicial al trauma pediátrico. 2ª Edición. Madrid: Editorial Pharmacia &
Upjohn. p. 135-142
▲ Nogales A. Dolor físico y sufrimiento en el niño. En: XLIV curso de actualización en pedia-
tría para postgraduados. Madrid: Ediciones Gelos; 2000.
▲ Sánchez Díaz J. Tratamiento del dolor en la UCIP. En: XLIV curso de actualización en pedia-
tría para postgraduados. Madrid: Edicones Gelos; 2000
▲ Valdivieso A. Analgesia y sedación en el niño sometido a procedimientos diagnósticos y te-
rapéuticos. En: Casado Flores J, Serrano A. Urgencias y tratamiento del niño grave. Madrid:
Editorial Ergón; 2000 p. 801-808
▲ Valdivieso Serna A, Marín Barba C, Pérez Hernández A. Analgesia, sedación y relajación.
En: López-Herce Cid J, Calvo Rey C, Lorente Acosta MJ, Jaimovich D, Baltodaro Agüero A.
Manual de cuidados intensivos pediátricos. Madrid: Publimed; 2001. p. 481-500
▲ Vivanco Martínez JL. Métodos de evaluación del dolor. En: XLIV curso de actualización en
pediatría para postgraduados. Madrid: Ediciones Gelos. 2000
1129
CAPÍTULO 146
Capítulo 146
ASISTENCIA URGENTE AL PARTO
R. Parejo Miguez - A. Mejía Fernández de Velasco - M. L. Cañete Palomo
INTRODUCCIÓN
Aunque lo habitual es que un parto sea atendido en un Servicio de Obstetricia Hos-
pitalario por personal experto, hay situaciones de emergencia que obligan a médicos
de un Servicio de Urgencias Generales a atender a una mujer de parto. Dado que
para el personal no experto esta situación puede generar gran nerviosismo, es con-
veniente tener unos conocimientos básicos para poder reconocer el trabajo de parto
activo y atender correctamente un parto urgente.
Conceptos
Se considera que un parto es normal cuando se produce entre las 37-42 semanas de
gestación, el feto pesa entre 2.500-4.000 gr, el recién nacido tiene buena vitalidad y
se produce una expulsión completa de la placenta. Las fases del parto son las si-
guientes:
- Fase latente del parto: la mujer no está de parto. La dilatación cervical es
de 0-3 cm. Da tiempo a trasladar a la paciente a un Servicio de Obstetri-
cia.
- Fase activa del parto: la dilatación es de 3-10 cm. Da tiempo a trasladar a
la paciente si el hospital está próximo.
- Periodo expulsivo: este periodo se inicia con la dilatación completa y fina-
liza con la expulsión fetal.
- Periodo alumbramiento: se produce la expulsión de la placenta. Tiene una
duración media de 30 minutos.
Duración de las diferentes fases
Nulíparas Multíparas
Periodo de latencia 8 horas (máximo 20 horas) 5 horas (máx 14 horas)
Fase activa 5 horas (máx 12 h) 2 horas (máx 6 h)
Fase expulsiva 50 mtos (máx 2-3 h) 20 mtos (máx 1-2 h)
plazar suavemente los dedos de ambas manos hacia abajo por los lados del
útero en dirección al pubis. La frente se localiza sobre el lado en el que hay
más resistencia al descenso de los dedos hacia el pubis.
Para conocer la estática fetal lo indicado es realizar una ecografía, pero si no se dis-
pone de ella se realizará una radiografía simple de abdomen. Actualmente las ma-
niobras de Leopold han quedado relegadas por estas pruebas de imagen.
Exploración vaginal :
Estudiaremos las características del cervix:
● Borrado: El conducto cervical se reblandece, adelgaza y acorta. Se valora
durante el trabajo de parto en porcentaje (0% si no hay borramiento y 100
% si el cuello está completamente borrado).
● Dilatado: El orificio cervical externo se abre y se distiende, llegando a la di-
latación máxima cuando alcanza los 10 cms.
ASISTENCIA AL PARTO
I. EVALUACIÓN INICIAL DE LA PACIENTE
Lo primero que hay que hacer ante una gestante que dice haberse puesto de parto es
determinar si realmente está de parto y en qué fase se encuentra. Para ello, a toda
mujer que acuda al hospital con posibilidades de estar de parto hay que realizarle
anamnesis y exploración física general, siempre que dispongamos de tiempo.
Anamnesis:
■ Motivo de consulta.
■ Antecedentes médicos de interés.
■ Antecedentes obstétricos: edad materna, duración de los embarazos, problemas
durante los mismos, tipos de parto (normal o eutócico, distócico, ventosas, fór-
ceps, cesárea), complicaciones durante el parto, abortos previos, prematuridad,
retraso en el crecimiento fetal, malformaciones fetales…
■ Embarazo actual: fecha de la última regla (FUR), fecha probable del parto (FPP),
edad gestacional (se calcula sumando 7 días y 9 meses a la FUR y se expresa en
semanas completas más los días que correspondan), problemas durante el emba-
razo (HTA, edemas, diabetes gestacional…). Si nos trae su historial obstétrico del
embarazo actual, podremos ver también las analíticas y ecografías realizadas.
■ Valorar el estado general de la paciente. Tomar las constantes (Tensión Arterial,
Frecuencia Cardiaca –FC- y Respiratoria –FR-, Temperatura). La FC y FR pueden
aumentar con la ansiedad y el ejercicio, pero la temperatura se mantiene nor-
mal. Una elevación de temperatura sugiere infección materna. Cuando la FC sea
mayor de 100 lpm o la FR mayor de 20 rpm hay que descartar que no haya una
hemorragia, deshidratación o proceso infeccioso.
■ Valorar el estado del trabajo de parto: momento en que se iniciaron las contrac-
ciones, momento en que se hicieron regulares, frecuencia, intensidad…
■ Hora de la última ingesta.
Exploración física:
■ Explorar el abdomen: maniobras de Leopold, , contracciones (si existen o no,
ritmo regular o no, frecuencia, duración, intensidad…). Escuchar el latido car-
diaco fetal con un Sonicaid.
■ Exploración vaginal:
- Se realizará un tacto vaginal utilizando los dedos índice y medio, con guan-
tes estériles y en condiciones de máxima asepsia posible, siempre que no
1132
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
la cama 30 - 60 °, ya que así se le ayudará a la mujer con los esfuerzos del ex-
pulsivo.
■ El personal sanitario que vaya a intervenir en el parto empleará guantes estéri-
les, mascarilla, gorro y calzas, así como ropa estéril si se dispone de ella.
■ Se realizará limpieza del perineo con unas compresas y un antiséptico (Povido-
na yodada o Clorhexidina). El lavado se
hará antes y después de cada explora-
ción vaginal, micción o defecación. Es
conveniente seguir unos pasos a la hora
de proceder a la limpieza de esta zona:
- Limpieza desde el monte de Venus
hasta llegar a la parte baja del ab-
domen.
- Con la 2ª compresa se limpia la
parte interna de la ingle y del mus-
lo de un lado, siempre desde dentro
hacia fuera para evitar contaminar
la salida de la vagina.
- Con otra compresa limpiamos el
muslo del otro lado igual.
- Por último, limpiamos los labios y la
entrada a la vagina con un movimiento de arrastre hacia abajo.
■ Rasurado de genitales externos. El rasurar el vello de la región perineal tiene co-
mo objetivo disminuir la contaminación bacteriana durante la exploración vaginal.
■ La paciente deberá intentar orinar por sí misma para vaciar la vejiga. Si no lo
consigue se le hará un sondaje vesical.
■ Coger una vía venosa periférica (catéter nº 16-18) para la administración de
sueros, fármacos, transfusiones de sangre si lo precisara. Una vez que ha co-
menzado el parto, la mujer no deberá ingerir ni sólidos ni líquidos vía oral. Pa-
ra hidratarla se le administrará suero glucosado al 5% a un ritmo de aproxima-
damente 100 ml/h alternándolo con suero glucosalino intravenoso.
■ A continuación el responsable de atender el parto colocará un paño estéril ba-
jo los glúteos de la mujer, otro sobre cada pierna y uno sobre el abdomen.
■ Preparar el material estéril necesario para el expulsivo: mesa auxiliar, gasas,
compresas, tijeras…
■ Por medio del tacto vaginal se valorará el estado de la bolsa amniótica. Si la bol-
sa está integra al comenzar el expulsivo proceder a romperlas (amniorrexis arti-
ficial). Técnica:
- Realizar un tacto vaginal para identificar a través del cuello cervical
el polo inferior de la bolsa.
- Introducir a través de la vagina, con la mano no utilizada para ha-
cer el tacto, una lanceta con punta cortante específica para desga-
rrar membranas.
- Se recomienda hacer la rotura cuando la mujer no tenga una con-
tracción para disminuir el riesgo de prolapso de cordón.
- Se producirá la salida de LA (ver color y cantidad).
- Comprobar que no existe prolapso de cordón por medio de un tac-
to vaginal.
1134
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
MANIOBRA DE BRACHT
tronco, de modo que los pulgares abracen los muslos y los restantes dedos se co-
loquen sobre el sacro fetal. A continuación, se bascula el cuerpo fetal sobre el
vientre de la madre haciendo que la espalda se dirija hacia la sínfisis pubiana
materna a la vez que un ayudante realizará una ligera presión sobre el fondo
uterino para facilitar la flexión y descenso de la cabeza.
1137
CAPÍTULO 146
8. ALUMBRAMIENTO:
■ Se inicia con la expulsión del feto y finaliza con la expulsión de la placenta .
■ Hay que procurar que el alumbramiento sea espontáneo.
■ En esta fase del parto es inevitable la pérdida sanguínea. Pérdidas de 500-
1.000 cc se toleran bien.
■ Su duración máxima se estima en 30 mtos con una pérdida de sangre inferior a
500 ml.
1139
CAPÍTULO 146
BIBLIOGRAFÍA
▲ Fabré González E. Editor. Manual de Asistencia al parto y puerperio normal. Za-
ragoza: Ino Reproducciones; 1995.
▲ Cañete Palomo M.L. Urgencias en Ginecología y Obstetricia. FISCAM: Albacete;
2003.
1143
CAPÍTULO 147
Capítulo 147
FÁRMACOS USADOS EN URGENCIAS
EN LA MUJER EMBARAZADA Y LACTANTE
J. Grande Saurina - P. Lafuente González – A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Las mujeres embarazadas y las lactantes se presentan en Urgencias con las mismas
afecciones y enfermedades que otro tipo de pacientes, sin embargo, el médico de Ur-
gencias debe afrontar el reto adicional del embarazo y la lactancia y todo lo que ello
implica.
CAMBIOS FISIOLÓGICOS EN EL EMBARAZO
La gestación cursa con cambios anatómicos y funcionales que tienen una gran im-
portancia y repercusión sobre la fisiología de la mujer. Es preciso reconocer y com-
prender este tipo de alteraciones para así evitar considerar e interpretar como un he-
cho patológico lo que no es más que un cambio adaptativo normal.
CAMBIOS SÍNTOMAS y PRUEBAS
ANATÓMICOS SIGNOS COMPLEMENTARIAS
- Aumento del tamaño - Edemas, -Rx. Tórax:
cardíaco y maleolares, cardiomegalia.
desplazamiento varices en EEII y -ECG: desviación del
izquierdo. vulva, eje hacia la izquierda.
- Aumento del volumen hemorroides
sanguíneo. - Síncope, mareo,
- Aumento del gasto hipotensión
SISTEMA cardíaco (30-40%). - Soplo sistólico,
CARDIOVASCULAR - Aumento de la refuerzo del
frecuencia cardíaca. primer tono y
- Disminución ocasionalmente
resistencia vascular cuarto tono
periférica.
- Aumento de la
presión venosa en EEII
- Compresión de la
vena cava inferior en
decúbito supino.
VALORES EN LA ORINA
TEST RANGO EFECTO DE LA CAMBIO DEL
NORMAL GESTACIÓN VALOR
CREATININA 15-25 mg/Kg/d No cambia
PROTEÍNAS 150 mg/d hasta 250-300 mg/d A mitad gestación
ACLARAMIENTO 90-130 ml/min por
DE CREATININA 1.73m2 40-50% 16 semanas
ENZIMAS SÉRICAS
Fosfatasa alcalina 42-98 U/l 3-5 veces 20 semanas
AMILASA 23-84 U/l Controvertido
CPK 26-140 U/l 2-4 veces Después del parto
(fracción MB)
LIPASA 10-140 U/l No cambia
GPT (ALT) 5-35 mU/l No cambia
GOT (AST) 5-40 mU/l No cambia
HEMOGRAMA
<4-7%
HEMATOCRITO 36-46%
30-34 semanas
HEMOGLOBINA 12-16 g/dl 1.4-2.0 g/dl 30-34 semanas
Incremento gradual hasta
el término de la gestación
LEUCOCITOS 4.8-10.8 x 1.000/mm3 3.5 x 1.000/mm3 (25x1.000/mm3
en el parto)
PLAQUETAS 150-400 x 1000/mm3 Leve descenso
FÁRMACOS Y EMBARAZO
● En el ejercicio de la profesión médica es importante conocer los fármacos que se
emplean, pero lo es más aún en el mundo de la obstetricia, ya que si cometemos
algún error de administración, puede tener graves consecuencias tanto para la
madre como para el feto.
● Los fármacos siempre deben tomarse cuando estén indicados y más aún en una
gestante. El riesgo potencial para el feto, producido por la mayoría de los medi-
camentos, no se conoce con exactitud.
● Los efectos de los fármacos sobre el feto o neonato varían mucho, dependiendo
principalmente del momento del embarazo en que se tomen. Durante el período
de organogénesis (12 semanas), los fármacos teratogénicos producen abortos o
malformaciones congénitas. Tomados después, especialmente en las últimas sema-
nas del embarazo o durante el parto, pueden alterar la función de órganos o sis-
temas enzimáticos específicos afectando así al neonato y no al feto.
● Deben considerarse los cambios farmacocinéticos que ocurren durante el embara-
zo y a su vez la variabilidad de la capacidad del fármaco para llegar al feto, ya
sea a través de la placenta o de la leche materna. Así el metabolismo de los fár-
macos en la gestante se ve modificado por los siguientes factores:
1-Náuseas y vómitos (muy frecuentes en el primer trimestre)
2-Debido a la hemodilución hay una disminución de la cantidad de fármaco ligado
a proteínas, aumentando por tanto la cantidad de fármaco libre
3-Trastornos de la depuración renal
4-A la presencia del feto y placenta
1146
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Así pues, los fármacos de las categorías A y B pueden ser administrados durante la
gestación. Los fármacos de las categorías C y D pueden ser usados cuando el bene-
ficio potencial justifica el posible riesgo para el feto. Los fármacos de la categoría X
están contraindicados.
A continuación vamos a enumerar los diferentes medicamentos utilizados en cada sis-
tema del organismo y señalar la categoría al que pertenecen según la FDA. Así el mé-
dico es el que debe juzgar la necesidad de la indicación y el que debe sopesar los
riesgos-beneficios.
Por otra parte hemos de educar a la población para que huya de la automedicación.
1147
CAPÍTULO 147
SISTEMA CARDIOVASCULAR
Uso durante el embarazo Efectos adversos FDA
DIURÉTICOS Uso como en mujeres no Pueden exacerbar la Furosemida C
gestantes. No se deben preeclampsia, Tiazidas D
indicar profilácticamente ni reduciendo el flujo Espironolactona D
para el edema pédico, a sanguíneo uterino. Amiloride B
menos que halla congestión Bumetanida C
vascular. Clortalidona B
Indapamida B
Metolazona B
Triamtereno B
Triclorometiazida D
AGENTES El embarazo no modifica las En mujeres medicadas Digoxina C
INOTRÓPICOS indicaciones de tratamiento con digital, el trabajo Digitoxina C
digitálico. A veces se necesita de parto es Atropina C
una dosis más alta para potencialmente más Adrenalina C
alcanzar niveles séricos corto y precoz.
aceptables.
Los agentes beta-estimulantes Pueden disminuir
AGENTES o dopaminérgicos se deben potencialmente el flujo Categoría D
DOPAMINERGICOS reservar para situaciones uterino.
potencialmente fatales.
VASODILATA- Agentes reductores de la La hipotensión puede
DORES postcarga. poner en peligro el Hidralazina C
Agentes reductores de la flujo sanguíneo Nitratos C
precarga: nitratos misma uterino; y anomalías
indicación que en estado no en flujo uterino fetal.
gestacional
AGENTES El embarazo no modifica las Arritmias fetales Adenosina B
ANTIARRITMICOS indicaciones de tratamiento. potenciales. Lincaína B
Quinidina B
Disopiramida C
Procainamida C
Flecainida C
Anomalías fetales. Propafenona C
Amiodarona D
ANTI- Acenocumarol, Warfarina Hemorragia Categoría X
COAGULANTES placentaria y fetal.
Heparina subcutánea de bajo Hipocalcemia, Categoría B
peso molecular, es la de osteoporosis.
elección.
AGENTES Se pueden indicar para Todos pertenecen
BETA- tratar la HTA, la angina de a la Categoría C
BLOQUEANTES pecho, y las taquiarritmias Excepto el Atenolol
supraventriculares cuando Los bloqueantes beta 1 que está en
no hay alternativas selectivos pueden provocar Categoría D
razonables. Se requiere menos efectos adversos fetales.
monitorización estricta del
feto y del recién nacido.
ANTIAGREGANTES AAS. Categoría C/D
Clopidogrel Categoría B
Dipiridamol Categoría B
Ticlopidina. Categoría C/D
CALCIOANTAGO- Verapamilo Categoría C
NISTAS Nifedipino. Categoría C
Nicardipino Categoría C
Nimodipino Categoría C
Diltiazem Categoría C
Labetalol. Categoría B/C
Metil-dopa. Categoría B/C
IECAs. Categoría D/X
Hidralazina. Categoría C
HTA Diazóxido Categoría C
Clonidina Categoría C
Nitroprusiato Categoría C
Reserpina Categoría C
Terazosina Categoría C
1148
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
APARATO RESPIRATORIO
Teofilina Categoría C
BRONCODILATADORES Salbutamol Categoría C
Adrenalina Categoría C
Bromuro de ipratropio Categoría B
1149
CAPÍTULO 147
SISTEMA NERVIOSO
GRUPO FÁRMACO FDA
Ácido valproico Categoría D
Fenitoína Categoría D (interviene en el
metabolismo del ac.
fólico). Produce déficit de vit K
en el recién nacido.
Fenobarbital Categoría D
ANTICONVULSIVANTES Produce déficit de vit K en el recién nacido.
Carbamacepina Categoría C
Clonacepam Categoría C
Diacepam Categoría D
Sd. de abstinencia del sedante en el RN.
Etosuximida Categoría C
Primidona Categoría D
Fenihidantoína Categoría D
Meprobamato Categoría D
ANSIOLÍTICOS Clordiacepóxido Categoría D
Loracepam Categoría C
Alprazolam Categoría D
Clorazepato Categoría D
ANTIPSICÓTICOS Clorpromacina Categoría C
Haloperidol Categoría C
ANTIDEPRESIVOS Tricíclicos: Fluoxetina Categoría B
Los más indicados.
IMAO Categoría D Contraindicados.
ISRS: Sertralina Categoría C
(mejor vida
1/2 más corta)
ANTIMANIACOS Litio Categoría D
Fuera del primer trimestre
útil para tratar los brotes.
APARATO DIGESTIVO
GRUPO FÁRMACO FDA
ANTIEMÉTICOS Metoclopramida Categoría B
Doxilamina Categoría B
Ondasetrón Categoría C
Fenotiacidas Categoría C
Dimenhidrato Categoría B
Prometazina Categoría B
ANTIÁCIDOS Ranitidina Categoría B (de elección)
Omeprazol Categoría C
Famotidina Categoría B
Cimetidina Categoría B
EIIC Sulfasalacina y Mesolazina Categoría B/D
PROTECTORES Hidróxido de aluminio o magnesio. Categoría B/C
Almagato Categoría B
Misoprostol Misoprostol X
Sucralfato Categoría B
ANTIDIARREICOS Loperamida Categoría B
Difenoxilato Categoría C
1150
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
SISTEMA ENDOCRINO
FÁRMACO FDA
Levotiroxina Categoría A
Corticoides (excepto Dexametaxona),
Insulina, Glucagón, Acarbosa, Desmopresina Categoría B
Dexametasona, Calcitonina Categoría C
Beclometasona Categoría C (esteroide inhalado
de elección en el embarazo)
Antidiabéticos orales y antitiroideos Categoría D
Yodo Categoría X
Bromocriptina Categoría C
Danazol y otros androgénicos y estrógenos Categoría X
ANTIBIÓTICOS
FÁRMACO FDA
Penicilinas y derivados Categoría A/B
Cefalosporinas Categoría B
Amikacina, Gentamicina, Neomicina,
Estreptomicina, Kanamicina, Tobramicina Categoría C/D
Ciprofloxacino, Ofloxacino, Levofloxacino,
Norfloxacino Categoría C
Tetraciclinas, Estreptomicina Categoría D
Eritromicina, Azitromicina, Lincomicina,
Claritromicina, Roxitromicina Categoría B/C
Clindamicina y Espectinomicina Categoría B
Polimixina B Categoría B
Cloranfenicol Categoría C/X (en el tercer
trimestre Sd gris del RN)
Vancomicina y Teicoplanina Categoría C
Sulfamidas Categoría B/D (D: inme
diatamente antes del parto)
Metronidazol Categoría B/D ( D: en el primer tri
mestre totalmente contraindicado)
Cotrimoxazol (TMP-SMX) Categoría C
Aztreonam Categoría B
Imipenem Categoría C
Ác. nalidíxico Categoría B
Novobiocina Categoría C
Nitrofurantoína Categoría B
Isoniazida, Rifampicina, Etambutol Categoría B
ANTIMICÓTICOS
FÁRMACOS FDA
Anfotericina B, Nistatina, Clotrimazol Categoría B
Fluconazol, Miconazol, Itraconazol,
Griseofulvina, Flucitosina Categoría C
1151
CAPÍTULO 147
ANTIVÍRICOS
FÁRMACO FDA
Famciclovir, Valaciclovir, Ritonavir,
Saquinavir, Nelfinavir, Didanosina Categoría B
Aciclovir Categoría B/C
Vidarabina, Cidofovir, Efavirenz,
Abacavir, Zidovudina, Zalcitabina,
Indanavir, Lamivudina, Nevirapina,
Estavudina, Foscarnet, Ganciclovir,
Amantadina, Interferón alfa Categoría C
Rivavirina, Delaravina Categoría D
ANTIPARASITARIOS
FÁRMACO FDA
Pamoato de Pirantel, Proguanil Categoría A
Prazicuantel, Cloroquina, Quinidina,
Crotamiton, Lindano Categoría B
Mefloquina, Primaquina, Albendazol,
Mebendazol, Tiabendazol, Dietilcarbamazina,
Pentamidina, Dapsona, Pirimetamina Categoría C
Quinina Categoría D
INMUNOSUPRESORES
FÁRMACO FDA
Ciclosporina Categoría C
Azatioprina Categoría D
VACUNAS
SEGURAS PELIGROSAS
Gripe Sarampión
Cólera Rubeola
Tos ferina Parotiditis
Neumococo Fiebre amarilla
Meningococo Varicela
Haemophilus Polio Sabin
Estreptococo Fiebre tifoidea
Difteria TBC
Tétanos
Hepatitis B
Rabia
Polio Salk
VITAMINAS
Son de categoría A, excepto la vitamina A cuando se administra por encima de 25.000 U/d
que es de categoría X
1152
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
UTEROINHIBIDORES
FÁRMACO FDA
Ritodrine Categoría B
Orciprenalina Categoría C
Isoxuprine Categoría C
Nifedipina Categoría C
Indometacina Categoría B
Etanol Categoría D
RECUERDA
● Durante el embarazo, la paciente debe huir de la automedicación y el tabaco, y
el médico restringir a lo estrictamente necesario los medicamentos prescritos.
● En el primer trimestre evitar, si es posible, cualquier tipo de medicación.
● Debemos preferir los fármacos que llevan largo tiempo en el mercado, frente a los
de reciente aparición.
● Hemos de considerar si es mejor o peor informar a la paciente de los posibles efec-
tos teratogénicos asociados al medicamento que necesitamos prescribir durante la
gestación para el tratamiento de una enfermedad.
FÁRMACOS EN LA MUJER LACTANTE
Se sabe poco de los efectos que ejercen los fármacos en la lactancia. Hay que consi-
derar el equilibrio entre el riesgo y el beneficio, y cuando se decide tratar hay que
disminuir al mínimo la exposición al lactante, con recomendaciones tales como evitar
fármacos de acción prolongada, así como dar la dosis inmediatamente después de la
toma. El paso a la leche del fármaco depende de:
– La concentración del mismo en el plasma
– El tiempo de mantenimiento de los niveles
– Vía de administración
– Tamaño de la molécula: las grandes (Heparina, insulina) no pasan a la leche
– Unión a proteínas
– Número de dosis: cuanto más fraccionada más pasa
– Velocidad de metabolización: cuanto más lento más pasa
– Grado de ionización: cuanto más ionizados más fácilmente atraviesan la mem-
brana celular y llegan a la leche
– Liposolubilidad
– Si poseen receptores celulares hormonales
La mayor parte de los medicamentos pasan a la leche por difusión pasiva, pero tam-
bién por difusión facilitada y pinocitosis. Puesto que la leche humana es ligeramente
ácida respecto del plasma (pH: 6.9-7), las bases débiles están más ionizadas, con-
1153
CAPÍTULO 147
●CONTRAINDICADOS:
amiodarona ciproheptadina fenindiona quinilonas
anfotericina B clofibrato indometacina radiofármacos
atenolol clonidina ketoconazol ranitidina
bromocriptina cloranfenicol L-DOPA reserpina
calciferol clorpromacina litio sales de oro
calcitonina clortalidona metronidazol tetraciclinas
ciclofosfamida cumarínicos metotrexate tiazaidas
ciclosporina ergotamina nadolol
BIBLIOGRAFÍA
▲ García Mutiloa MA, Lapeña Calavia SS, Ceres Ruíz R y Aguirre Gorospe S en Protocolo de
utilización de fármacos en embarazadas y lactancia. Medicine. Ed Doyma SL Madrid. 8ª
edición, nº 81. pp 4378-4379
▲ Estefanía Moreira FJ, Puy Goyache M, Rosario Pacheco L y Segura Cebollada P en Manejo
de fármacos en embarazo y lactancia. Área 9. Atención Primaria Insalud. Madrid.1997
▲ Durán Sánchez P en Fármacos y gestación. Protocolos asistenciales en Ginecología y Obs-
tetricia. Ed Comunicación y Servicio. Madrid. 1994 pp 209-211
▲ Lombardía Prieto J, Fernández Pérez ML en Fármacos y embarazo. Problemas de salud en
el embarazo. Ed Ergon SA. 2ª edición. Madrid. 2000. p 81-89
▲ Melero López A, Valverde Martínez JA, García Izquierdo E y Fernández Pérez ML en Fár-
macos y embarazo. Guía práctica en Ginecología y Obstetricia. Ed Janssen-Cilag. Madrid.
2001. pp 555-561
▲ De Ureta Huertos A, Estévez Molinero F, Cobas Pazos J en Lactancia materna. Guía prácti-
ca en Ginecología y Obstetricia. Ed Janssen-Cilag. Madrid. 2001. pp 707-714
▲ Vidal Algarra C, Alejandre Lázaro G en Lactancia materna. Problemas de salud en el em-
barazo. Ed Ergon SA. 2ª edición. Madrid. 2000. pp 353-361
▲ Rabasseda X en Fármacos y embarazo. Qué medicamentos prescribir. JR Prous Editores.
Barcelona. 1992
▲ Lafuente González P y Julián Jiménez A en Fármacos usados en la mujer embarazada. Ma-
nual de protocolos y actuación en Urgencias para Residentes. pp 683-690
1155
CAPÍTULO 148
Capítulo 148
DOLOR ABDOMINAL Y EMBARAZO.
EMBARAZO ECTÓPICO
M. E. Medina Chozas - A. Mejía Fernández de Velasco - R. Parejo Miguez
M. L. Cañete Palomo
EMBARAZO ECTÓPICO
Se define el Embarazo Ectópico (EE), como toda implantación embrionaria fuera de los
límites del endometrio. La más frecuente, es la tubárica (95%), los cornuales (3%) y los
abdominales (1%). Los menos frecuentes son los ováricos (0.5%) y los cervicales (0.1 %).
En los últimos 20 años se ha duplicado o triplicado en los países desarrollados la in-
cidencia de embarazo ectópico. Es la primera causa de mortalidad materna en el pri-
mer trimestre del embarazo, el 90 % por la hemorragia.
▲ CLÍNICA: La clínica del EE, es muy variada en función de la fase en que nos en-
contremos a la paciente.
– Embarazo Ectópico en Evolución: En esta fase los síntomas son escasos y algo
confusos. Dolor difuso en hipogastrio y en una o ambas fosas iliacas. Si hay
amenorrea, ésta no suele ser superior a dos meses. En algunas ocasiones, no
hay amenorrea y el sangrado escaso se confunde con una regla normal. La he-
morragia suele ser intermitente.
Si hay hemorragia interna leve, la paciente puede presentar lipotimia de la que
se recupera espontáneamente. Al tacto vaginal, la movilización del cuello es do-
lorosa, y suele palparse una masa en Douglas. El útero está blando, y general-
mente de menor tamaño del que correspondería por la edad gestacional.
– Embarazo Ectópico Accidentado: Tanto el aborto tubárico del EE como la rotu-
ra tubárica son dos entidades clínicas difíciles de distinguir que producen he-
morragia interna, aunque la primera es menos intensa que la segunda.
El dolor se hace intenso, y es el que obliga a acudir a Urgencias. Se puede re-
flejar en el hombro por irritación del frénico por el líquido libre. La metrorragia
es escasa o moderada. El estado general está alterado por el intenso dolor, por
la reacción peritoneal y sobre todo, por la hemorragia interna. La paciente lle-
ga en ocasiones a Urgencias con Shock hipovolémico .
No hay fiebre, pero si una leucocitosis. El tacto vaginal es muy doloroso.
En la ecografía se ve un útero vacío (sin gestación) y abundante cantidad de lí-
quido libre.
▲ DIAGNÓSTICO
Sospecha clínica: dolor en hipogastrio, amenorrea y metrorragia escasa.
β-HCG: Títulos 1.000-1.500 UI/l se debe visualizar vesícula gestacional intraute-
rina en ecografía (excepto en gestaciones múltiples). El aumento normal de β-HCG,
es del 60% cada 48 h. Los niveles decrecientes, nos pueden orientar hacía un abor-
to tubárico.
Laparoscopia Diagnóstica: su utilidad ha disminuido desde que tenemos la eco-
grafía de alta resolución, el Doppler color y la posibilidad de determinar en Ur-
gencias la β-HCG.
1156
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ TRATAMIENTO
Tratamiento médico conservador: Actualmente el tratamiento más utilizado es el
Metotrexate que es un antagonista del ácido fólico y tiene como misión destruir el
trofoblasto. La pauta más utilizada es la de 50 mg/m2 vía im (monodosis). Se tie-
ne que seguir el descenso de la β-HCG (tiempo medio de resolución 35 días) sien-
do a veces necesaria una segunda dosis.
Tratamiento Quirúrgico: la laparotomía se realiza cuando hay un shock hipovo-
lémico por rotura tubárica, o en caso de un síndrome adherencial grave. Se se-
lecciona en el resto de casos la laparoscopia.
Está contraindicado el tratamiento conservador cuando:
– Tamaño del EE superior a 5 cm
– Rotura tubárica
– Hemorragia incoercible tras la evacuación del EE
– Recidiva de un EE anterior
– Ausencia de deseo genésico
DOLOR ABDOMINAL Y GESTACIÓN
▲ CAUSAS OBSTÉTRICAS DE DOLOR ABDOMINAL
– Parto: Es la causa obstétrica más frecuente de dolor abdominal. El dolor se
acompaña de endurecimiento uterino, dura segundos y el dolor desaparece, a
la vez que el abdomen pierde la dureza. Son contracciones.
– Abruptio placenta: Es una de las causas más graves y potencialmente mortales
de dolor abdominal en la gestación. En el abruptio existe una intensa con-
tracción que no permite que el útero se relaje y se produce un sangrado de
sangre oscura. En la placenta previa no suele existir dolor y la sangre es roja.
– Rotura uterina: Se suele producir en pacientes con cirugía uterina previa (cesá-
rea y miomectomía). Es difícil de diferenciar del abruptio, pero en la rotura ute-
rina se pierde la dinámica y no hay tono uterino. En la rotura se puede ser con-
servador si la rotura es de menos de 4 cm y recubierta de peritoneo. Sin
embargo, a veces hay que hacer una cesárea urgente y una histerectomía.
– Preeclampsia severa:La clínica consiste en cefalea, escotomas y dolor en hipo-
condrio derecho y epigastrio. El dolor abdominal se relaciona con el hígado (por
isquemia y edema hepático). Una de las complicaciones más temida asociada
con el dolor abdominal son los hematomas subcapsulares (la rotura de éstos se
asocia con una alta morbilidad). La presencia de dolor epigástrico sirve como
marcador de la severidad de la preeclampsia. El dolor cede temporalmente con
la administración de Sulfato de magnesio. Está indicado terminar la gestación.
▲ CAUSAS GINECOLÓGICAS DE DOLOR ABDOMINAL
– DEGENERACIÓN LEIOMIOMATOSA: El leiomioma uterino con frecuencia au-
menta de tamaño durante la gestación debido al estímulo hormonal. Es fre-
cuente que el crecimiento se asocie a infartos hemorrágicos y éstos a dolor ab-
dominal. La degeneración puede producir: dolor, fiebre y a veces, irritabilidad
uterina y parto pretérmino.
Hacer diagnóstico diferencial con desprendimiento placentario, apendicitis y
torsión ovárica. El tratamiento consiste en, analgesia con AINES (Ibuprofeno, In-
dometacina). Hay que tener precaución con el uso de estos fármacos, porque
por encima de la semana 32 inducen el cierre del ductus, disminuyen la pro-
ducción de orina fetal, produciendo oligoamnios y pueden producir hemorra-
gias intraventriculares. La cirugía rara vez está indicada.
1157
CAPÍTULO 148
BIBLIOGRAFÍA
▲ Cañete Palomo M. L. Urgencias en Ginecología y Obstetricia. FISCAM: Albacete; 2003.
▲ Verdú L.I, Santamaría R. Aborto: concepto y clasificación. Etiología, anatomía patológica y
tratamiento. En: Cabero L, Cabrillo E. Tratado de Ginecología, Obstetricia y Medicina de la
Reproducción. Tomo I. Panamericana, Madrid 2003. 500-8.
▲ Al-Fozan H, Tulandi T. Spontaneus abortion. En: uptodate 9. 3 Sep 14; 2001
▲ Rodríguez O, Cañete ML. Metrorragia en las primeras 25 semanas de gestación. En: Cañe-
te ML. Urgencias en Ginecología y Obstetricia. FISCAM. Albacete 2003. 51-63.
▲ Carazo S. Carazo A. Complicaciones del aborto. En: Cañete ML. Urgencias en Ginecología
y Obstetricia. FISCAM. Albacete 2003. 73-83
▲ Martín E. Embarazo Ectópico. En: Cañete M.L. Urgencias en Ginecología y Obstetricia. FIS-
CAM. Albacete 2003. 43-50
▲ Lafuente P. Traumatismos durante el embarazo. En: Cañete M.L. Urgencias en Ginecología y
Obstetricia. FISCAM. Albacete 2003. 105-116
▲ Carazo S, Tejada F. Dolor Abdominal en la embarazada. En: Cañete ML. Urgencias en Gi-
necología y Obstetricia. FISCAM. Albacete 2003. 235-247.
1159
CAPÍTULO 149
Capítulo 149
URGENCIAS PSIQUIÁTRICAS
A. Zafra Villena - C. Galán Sánchez - A. Julián Jiménez
CRISIS DE ANSIEDAD
▲ DEFINICIÓN
Aparición temporal y aislada de miedo y malestar intensos, acompañados por una
serie de síntomas que se inician bruscamente y suelen alcanzar su máxima expresión
en los primeros 10 minutos, con una duración aproximada de unos 30 minutos (muy
variable de una persona a otra).También se le denomina “ataque de pánico”. Los sín-
tomas típicos en una crisis de ansiedad son palpitaciones, sudoración, temblores, ver-
tigo, disnea o sensación de ahogo, opresión torácica, mareo, náuseas o molestias
abdominales, parestesias en diversas partes del cuerpo, escalofríos, despersonaliza-
ción o desrealización, miedo a morir y miedo a volverse loco o a perder el control.
Más frecuente en mujeres, con una prevalencia en población general del 2%.
▲ ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1. Sospecha diagnóstica: aunque las crisis de ansiedad se suelen dar conformando
el síndrome clínico del trastorno de angustia, también pueden darse dentro de:
1.1. Otros trastornos psiquiátricos: depresiones ansiosas, trastorno de ansiedad
generalizada, trastornos obsesivos, fobias, etc.
1.2. Como respuesta a una situación ambiental estresante.
1.3. Tóxicos: son frecuentes sobre todo tras el consumo de estimulantes del SNC
(como la cocaína, anfetaminas, cafeína) y en cuadros de abstinencia a de-
presores del SNC (como el alcohol o las benzodiazepinas).
1.4. Otras causas orgánicas que habrá que descartar (cuadro 149.1)
LA CONDUCTA SUICIDA
▲ INTRODUCCIÓN
La ideación y el intento suicida son dos de las causas más frecuentes de las Ur-
gencias médicas en general y psiquiátricas en particular. Por sí solas pueden ser el
motivo de la consulta; puede existir riesgo suicida encubierto en todos los pacien-
tes afectos de: trastorno psiquiátrico mayor, enfermedad terminal, dolor crónico o
crisis personales recientes con importantes sentimientos de desesperanza.
Aunque existen criterios de gravedad que ayudan a evaluar al paciente suicida,
hay que tener en cuenta los siguientes principios:
1161
CAPÍTULO 149
▲ CRITERIOS DE GRAVEDAD
Para determinar la gravedad de la ideación o intento autolítico habrán de valo-
rarse varios aspectos:
1. Factores de riesgo:
Principales factores de riesgo del suicidio consumado
● Varón ● Intentos previos ● Enfermedad psiquiátrica
● <19 años y >45 años ● Antecedente familiar (depresión > esquizofrenia
● Soledad, viudedad, de suicidio crónica > dependencia a
soltería ● Enfermedad física alcohol).
● Marginación social incapacitante o crónica ● Plan organizado
● Desempleo de suicidio.
EL PACIENTE AGITADO
▲ INTRODUCCIÓN
La agitación es un estado de excitación mental con aumento de la actividad motriz
que puede presentarse en gran variedad de trastornos psíquicos, constituyendo ha-
bitualmente una emergencia médica.
▲ ACTITUD DIAGNÓSTICA EN URGENCIAS
1. La presentación de un síndrome de agitación en un paciente sin historia previa
de trastorno psiquiátrico debe hacernos sospechar una causa orgánica o tóxica:
– Trastornos mentales orgánicos: delirium, TCE, infecciones intracraneales, tu-
mores cerebrales, ACVA, epilepsia, etc.
– Trastornos sistémicos que afectan al SNC: hipoxia, hipertiroidismo, acidosis,
uremia, hipoglucemia, alteraciones del equilibrio del Na+, K+ Ca+, infeccio-
nes con afectación sistémica.
– Tóxicos: simpáticos-miméticos (cocaína, anfetaminas), fármacos anticolinér-
gicos, digoxina, corticoides, alucinógenos, fenciclidina, alcohol ( tanto into-
xicación como abstinencia), abstinencia de depresores del SNC (benzodia-
cepinas, barbitúricos). Consultar capítulos 104 y 105.
2. En estos casos es imprescindible la evaluación por parte de Medicina Interna,
debiendo realizarse siempre que sea posible las pruebas complementarias bá-
sicas para descartar el trastorno orgánico que se sospeche. Básicamente, siste-
mático de sangre y orina, glucosa, iones incluyendo Ca+, urea, creatinina, ga-
sometría arterial, placa de tórax, ECG, y si es preciso TAC y punción lumbar.
3. Si todo es normal pensaremos en la posible causa psiquiátrica de la agitación:
– Trastornos psiquiátricos mayores: descompensaciones psicopatológicas en
pacientes esquizofrénicos o con trastornos delirantes crónicos, episodios ma-
níacos, depresiones agitadas, psicosis agudas.
– Otros trastornos psiquiátricos: trastornos de la personalidad (antisocial, pa-
ranoide y límite con más frecuencia), retraso mental, cuadros disociativos y
conversivos.
1163
CAPÍTULO 149
▲ MEDIDAS GENERALES
Hay que procurar calmar al paciente, si es posible establecer un diálogo con él; no
enfrentarse, hacer saber que se escucharán sus quejas, no engañar acerca del tra-
tamiento, asegurar confidencialidad y seguridad. Es conveniente aparentar calma,
serenidad y control de la situación, mantener una actitud firme y segura. Si ésto no
resulta eficaz habrá que aislar al enfermo y evitar una excesiva estimulación. An-
te un paciente agitado y con riesgo de cometer conductas violentas se deberán de
tomar siempre medidas preventivas:
1. Los miembros del personal deben protegerse. No hay que ponerse en situacio-
nes en las que se pueda sufrir un ataque. Se debe contar con un número sufi-
ciente de miembros del personal para sujetar al paciente si es preciso. Puede ser
conveniente la presencia de una persona conocida del paciente que le aporte
seguridad y confianza.
2. Prestar atención a cualquier indicio de violencia inminente: cambios en la con-
ducta, humor, habla o afecto.
3. Si las medicaciones son ineficaces o el riesgo de violencia es inminente ha de
utilizarse la sujeción mecánica.
4. Si el paciente amenaza con dejar el Hospital en contra del consejo médico, hay
que decidir si ese paciente está capacitado para tomar esa opción. Si se estima
que la capacidad de la persona está disminuida y existe riesgo, el paciente no
podrá abandonar el Hospital, dando parte en dicho caso al jefe de la guardia
y si es preciso al juez o a la policía.
▲ TRATAMIENTO
Si el paciente no está excesivamente agitado se le pueden ofrecer sedantes orales
(Olanzapina en forma dispersable”velotab” 5 ó10 mg) aunque en la mayoría de
los casos y en previsión de una escalada sintomática, se deberán utilizar fármacos
por vía intramuscular (im). Se utilizan neurolépticos y benzodiacepinas teniendo en
cuenta los siguientes principios:
● En Pacientes Psicóticos: los neurolépticos son la primera opción (también en los
cuadros de delirium).
– Neurolépticos de alta potencia o incisivos: Haloperidol (1 ampolla = 5 mg)
a dosis de 1 ampolla /im, que puede repetirse, si es preciso, cada hora, con
una dosis máxima de hasta 100 mg/día. Si se producen efectos secundarios
extrapiramidales se pueden corregir fácilmente con anticolinérgicos como el
Biperideno ( 1 ampolla = 5 mg) a dosis de 1 ampolla /im.
– También podemos utilizar neurolépticos de baja potencia o sedativos Clorpro-
macina ( 1 ampolla = 25 mg) a dosis de 1 ampolla /im, o Levomepromacina
(1 ampolla = 25 mg) a dosis de 1 ampolla /im. Se pueden repetir las dosis en
6-8 horas. No suelen provocar efectos extrapiramidales, pero no se deben ad-
ministrar a pacientes hipotensos por el riesgo de aumentar este efecto.
– En caso de gran agitación utilizar conjuntamente benzodiacepinas y neuro-
lépticos, esta combinación es segura y se utiliza a menudo. Una combinación
útil puede ser Haloperidol y Cloracepato ( 1 ampolla = 50 mg) a dosis de 1
ampolla/im de cada fármaco, pudiendo repetirse esta combinación con se-
guridad si el paciente continúa agitado.
● En Intoxicación por Alcohol o Depresores del SNC son contraindicación relati-
va los neurolépticos de baja potencia y las benzodiacepinas, ya que se puede
1164
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Hyman SE, Tesar GE. Urgencias psiquiátricas. 3ª ed. Barcelona: Editorial Masson; 1996.
▲ Kaplan HI, Sadock BJ, Grebb JA. Sinopsis de psiquiatría. 8ª ed. Madrid: Editorial Médica
Panamericana; 2000.
▲ Kaplan HI, Sadock BJ. Manual de psiquiatría de urgencias. Buenos Aires: Editorial Médica
Panamericana; 1996.
▲ Bonomé Sánchez L, Julián Jiménez A. Urgencias Psiquiátricas. En: Julián Jiménez A, editor.
Manual de protocolos y actuación en urgencias. Nilo Gráficas: Madrid; 2003.p. 673-8.
1167
CAPÍTULO 150
Capítulo 150
AHOGAMIENTO Y LESIONES EN EL BUCEO
J. González Hernández – S. Castillo Portales - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
La actuación inmediata en el paciente que sufre un cuadro de ahogamiento es fun-
damental para lograr la supervivencia, y así, evitar las graves complicaciones aso-
ciadas que puede conllevar. Se estima que los daños irreversibles secundarios a la in-
mersión se desarrollan entre 3 - 10 minutos, siendo este tiempo modificable por la
temperatura del agua, la ingesta de barbitúricos, etc. La reanimación precoz y las me-
didas encaminadas a prevenir complicaciones tardías son fundamentales en el ma-
nejo de estos pacientes, que deben ser trasladados lo antes posible al Hospital.
DEFINICIÓN
Podemos referirnos al “ahogado” si la muerte de la persona se debe a la falta de ai-
re por sumersión en agua u otro líquido y de aquel que sufre las consecuencias de la
sumersión en líquido. Deberíamos distinguir entre el ahogamiento propiamente dicho
(fallecimiento) y el “casi o semi-ahogamiento” en el que la persona puede ser reani-
mada y sobrevivir. De manera práctica vamos a utilizar el término ahogamiento co-
mo sinónimo de casi-ahogamiento.
CLASIFICACIÓN
1. MUERTE SÚBITA (hidrocución): situación de parada cardíaca súbita tras la inmer-
sión en agua fría. En probable relación con reflejo vaso-vagal.
2. AHOGAMIENTO SIN ASPIRACIÓN DE LÍQUIDO: (20% de los casos). Se produce
por un laringoespasmo, con cierre de la glotis, al intentar respirar bajo el agua.
3. AHOGAMIENTO CON ASPIRACIÓN DE LÍQUIDO: (80% de los casos). Se produce
por la entrada en vía aérea de líquido. Lo más frecuente es que sea agua dulce (hi-
potónica), pudiendo producirse signos de hipervolemia, debido a la rápida ab-
sorción en alveolos, y hemodilución. En el caso del agua salada puede producirse
hipovolemia y hemoconcentración.
Tanto en el caso de aspiración de agua dulce o salada la hipoxia prolongada
es la causante de la parada cardiorrespiratoria, y la hipoxemia a su vez de la
acidosis metabólica. En ambos casos se arrastra la sustancia tensoactiva de los
alveolos, diluyéndola y provocando atelectasias, desigualdad entre la ventilación
y la perfusión y la rotura de la membrana alveolo capilar.
La rara aparición de complicaciones electrolíticas, la más frecuente la hiperpota-
semia, así como los casos de anemia o de hemólisis, se pueden producir con la as-
piración de agua dulce o salada respectivamente.
La función renal suele estar preservada, aunque en ocasiones podemos encontrar
proteinuria y hemoglobinuria, con necrosis tubular.
En caso de sobrevivir tras sufrir ahogamiento con aspiración de líquido, puede de-
sarrollarse horas o días después un síndrome de distrés respiratorio agudo (aho-
gamiento secundario), caracterizado por edema pulmonar, atelectasias e hipoxia.
1168
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
▲ Martínez J.L., Romera M.A., Ruiz de Luna R. Ahogamiento. En: Moya MS. Guías de actua-
ción en urgencias. McGraw Hill Interamericana; 1998 p. 376-78.
▲ Sachdeva RC. Near Drowing. Crit. Care Clin. 1999. Apr; 15(2): 281-96.
▲ Haynes BE. Semiahogamiento. En: Tintinalli. Medicina de urgencias. 4 ed. McGraw Hill In-
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▲ Denicola LK, Falk JL, Swanson ME, Gayle MO, Kisson N. Submersion injuries in children and
adults. Crit. Care Clin. 1997 Jul; 13(3): 477-502.
▲ J. M. Mosquera González. Ahogamiento. En: Manuel S.Moya. Normas de actuación en ur-
gencias. McGraw Hill Interamericana; 2000. p. 599-602.
▲ M. Ruano. Ahogamiento. En: Manual de soporte vital avanzado – Consejo Español de RCP.
Masson. 2ª.Ed. p. 206-208.
1171
CAPÍTULO 151
Capítulo 151
SÍNDROME DE ABSTINENCIA ALCOHÓLICA.
DELIRIUM TREMENS
C. Yera Bergua - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
● El etanol es un depresor del SNC. En los alcohólicos, el sistema nervioso central se
adapta a la exposición crónica del etanol incrementando la actividad neuronal.
Cuando se abandona o se suspende bruscamente la ingesta, la actividad neuronal
aumentada queda liberada, y ello provoca hiperexcitabilidad. Esto muestra la de-
pendencia física del alcohol.
● El síndrome de abstinencia alcohólica es un diagnóstico de exclusión; sobre todo
en casos más graves, tenemos que hacer el diagnóstico diferencial con otras con-
diciones que puedan remedar el mismo cuadro: infecciones, traumas, trastornos
metabólicos, encefalopatía hepática o sobredosis de fármacos o drogas.
DIAGNÓSTICO
– Clínica previamente descrita.
– Signos físicos de alcoholismo crónico.
– Datos analíticos: ↑ GGT, ↑ GOT, ↑ VCM.
– Arrítmias inexplicables.
– Descartar otras patologías causantes de un cuadro clínico similar.
1172
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
TRATAMIENTO
– Administrar: Vitaminas del complejo B (B12-B6), incluyendo Tiamina (B1) (100
mg/día). En caso de ingreso, ésta administración se debe prolongar durante una
semana o más tiempo, junto con ácido fólico.
– La mayoría de los pacientes inician la abstinencia con cantidades normales de
agua corporal o cierto grado de sobrehidratación, por lo que no es necesario ad-
ministrar líquidos intravenosos salvo en el delirium tremens, en el que por el con-
trario se producen grandes pérdidas de líquidos.
– El tratamiento va dirigido al control de síntomas y a identificar y corregir los tras-
tornos metabólicos. El delirium tremens (síndrome de abstinencia mayor) debe tra-
tarse en UCI, aunque en ocasiones es necesario hacerlo en planta bajo estrecha vi-
gilancia. En el cuadro 151.2 sugerimos algunas recomendaciones o criterios para
ingreso en UCI de un paciente con síndrome de abstinencia alcohólica.
DELIRIUM TREMENS
Síndrome de abstinencia grave, en su grado máximo. Se produce en el 5% de los al-
cohólicos. Los factores de riesgo para padecerlo son: Enfermedades concurrentes; his-
toria previa de Delirium; antecedentes de convulsiones por abstinencia y la mayor fre-
cuencia y cantidad de ingestión de alcohol. Suele ocurrir a las 72-96 horas de la
abstinencia de la bebida. Los síntomas suelen remitir en 3-5 días. La mortalidad sin
tratamiento oscila entre 10-15%.
TRATAMIENTO
▲ Colocar al paciente en una habitación tranquila y bien iluminada. Si está muy agi-
tado es mejor sujetarlo a la cama para evitar que se lesione o que agreda a sus
cuidadores.
▲ Reposición hídrica adecuada que suele requerir de 4-8 litros de suero al día. Se
puede comenzar con 2.000 ml de suero glucosado al 5% (siempre Tiamina pre-
viamente, ya que la glucosa produce un hiperconsumo de la misma) y 2.000 ml de
suero salino al 0,9% con control y reposición de potasio, magnesio y fósforo.
▲ SEDACIÓN:
● Se recomienda en primer lugar benzodiacepinas por vía oral: Diazepam 10-
20 mg/4-6 h. o Lorazepam 2 mg/4-6 h. o Clorazepato dipotásico 50-100
mg/6 h. o Clometiazol 3 cápsulas/6 h. La dosis se ajusta en función del gra-
do de sedación valorando la situación del paciente con frecuencia.
● Si no se tolera la medicación oral utilizamos Diazepam iv: 5-10 mg/10-15 mi-
nutos hasta obtener sedación, o bien Clorazepato dipotásico por vía im, 50-
100 mg/8 horas.
● Otra posibilidad es utilizar Clometiazol iv en infusión continua. Se comienza
con una infusión rápida hasta obtener un sueño superficial del que se despier-
ta fácilmente el paciente y se pasa posteriormente a una dosis de mantenimien-
to entre 30-60 ml/hora, según grado de sedación. No es recomendable el uso
de este fármaco por vía iv fuera de UCI por el riesgo de parada cardiorrespi-
ratoria. En situaciones de extrema necesidad se utilizará teniendo una vigilan-
cia estrecha del paciente.
● No están recomendados los antipsicóticos por disminuir el umbral para las con-
vulsiones. Si fuese necesario se recomienda Haloperidol ya que ha demostrado
ser el más seguro, 5-10 mg im o iv.
Cuadro 151.2. Recomendaciones para ingresar a un paciente con S. de abstinencia en UCI
– Edad > 40 años
– Enfermedad cardíaca
– Inestabilidad hemodinámica
– Trastornos severos del equilibrio ácido/base
– Trastornos electrolíticos severos
– Insuficiencia respiratoria
– Infecciones potencialmente severas
– Signos de patología gastrointestinal grave
– Hipertermia persistente (Ta > 39 °C)
– Evidencia de rabdomiolisis
– Insuficiencia renal o aumento progresivo del requerimiento de líquidos
– Necesidad de dosis altas de sedantes sobre todo intravenosos
1174
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
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coholismo. En: Rozman C, Ausina V, Bállus C, Callejas JM, Cardellach F, et al., editores. Fa-
rreras. Tratado de Medicina interna. 14ª Edición. Madrid. Hartcourt. 2000. p. 1732-38.
▲ Schucit M, Segal DS. Alcohol y alcoholismo. En: Fauci AS, Braundwald E, Isselbacher KJ,
Wilson JD, Martin JB, Kasper DL, et al., editores. Harrison principios de Medicina Interna.
14ª ed. Madrid: MacGraw Hill Interamericana; 1998. p. 2853-56.
▲ Yamada K, Mozaffar T, Awadalla. Síndrome de abstinencia alcohólica. En: Manual Was-
hington de terapéutica médica, 10ª ed. Barcelona. Masson; 1996. p. 558-60.
▲ Castro C, Medina J. Alcohol y síndrome de abstinencia. En: Medina J, editor. Manual de ur-
gencias médicas. Hospital 12 de Octubre. 2ª ed. Madrid. Díaz de Santos; 1996. p. 139-
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drom in medical inpatients. Mayo Clin Proc 2001 ; 76 :695.
▲ Addolorato G, Caputo F, Capristo E, et al. Rapid suppression of alcohol withdrawal syndro-
me by baclofen. Am J Med 2002 ; 112 :226.
1175
CAPÍTULO 152
Capítulo 152
PICADURAS Y MORDEDURAS
M. J. Sirvent Domínguez - M. Soto García - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Constituyen un grupo relativamente frecuente de consultas en los Servicios de Urgen-
cias hospitalarios. La mayoría de las veces tienen un carácter benigno pero en ocasio-
nes revisten gravedad y excepcionalmente pueden producir la muerte. Por lo que es
muy importante saber reconocer estos casos y manejarlos correctamente en Urgencias.
MORDEDURAS DE ANIMALES Y HUMANOS
La principal causa de infección es la flora oral del animal, aunque los gérmenes tam-
bién pueden provenir del medio ambiente o de su flora cutánea.
▲ HISTORIA CLÍNICA:
Debe incluir, el tipo de animal responsable, si el ataque fue provocado o no, interva-
lo de tiempo que ha pasado desde que ocurrió la lesión, estado de vacunación, en-
fermedades de base del paciente.... En caso de mordedura humana, considerar la
posibilidad de violencia doméstica.
▲ EXPLORACIÓN:
● Física general.
● De la mordedura: valorando qué tipo de herida es (punción, laceración, aplas-
tamiento, arañazo), su profundidad, la afectación de articulaciones, huesos,
tendones, nervios. Buscar cualquier signo de infección (enrojecimiento, exuda-
do, olor desagradable, linfangitis, linfadenopatías). Puede producirse osteomie-
litis o artritis séptica.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
Solicitar en caso de síntomas sistémicos:
● Hemograma, bioquímica con CPK, E. Coagulación, ECG.
● Rx de tórax y de la zona afectada (descartar fracturas, cuerpos extraños, afec-
tación articular o gas en los tejidos ).
● TAC (técnica más sensible para detectar gas tisular) o RM (técnica más sensible
para evaluar la afectación muscular) de la zona, en pacientes con dolor o sig-
nos de sepsis grave cuando las manifestaciones locales son poco expresivas.
● Toma de muestra para cultivo en medio aerobio y anaerobio previo al inicio del
tratamiento antimicrobiano, en heridas que puedan estar infectadas y en mor-
deduras de animales distintas a perros y gatos (por no poder predecir la flora
que puede contaminar en estos casos).
● Cuando la pérdida de sangre ha sido importante cruzar y reservar dos unida-
des de concentrado de hematíes.
● Si fiebre elevada, sacar hemocultivos.
▲ TRATAMIENTO EN URGENCIAS:
● Evaluar la permeabilidad de la vía aérea, respiración, estado circulatorio.
● Lavado de la herida con abundante suero fisiológico y Povidona Yodada.
1176
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
MORDEDURA DE SERPIENTE
En España hay dos especies de serpientes venenosas:
● Las víboras: V. Hocicuda (en regiones montañosas de la Sierra de Guadarrama y Gre-
dos); V. Áspid y V. Común o Europea (en la Cornisa Cantábrica y Pirineos). Tienen ca-
beza triangular, con dibujo en zig-zag en el dorso del cuerpo y pequeño tamaño.
● Las Culebras: Culebra Bastarda o de Montpellier (la más venenosa) y la Culebra Co-
golluda (ambas en la zona centro peninsular). Presentan cabeza ovalada, pupilas re-
dondas y hasta dos metros de tamaño. Son mucho menos peligrosas que las Víboras.
La mortalidad por mordedura de serpiente es baja 4/1000.
▲ CLÍNICA
● Víboras:
– Producen mordedura con dos heridas incisas (aunque no siempre se observa):
– Dolor local, equímosis y edema de la extremidad (que puede producir un sín-
drome compartimental), linfangitis y adenopatías regionales.
– En casos excepcionales, toxicidad sistémica con dolor abdominal, vómitos,
convulsiones, rabdomiolisis, CID, coma, shock y fracaso renal agudo.
● Culebras:
– Producen mordedura con dos filas casi paralelas de punciones.
– Principalmente son manifestaciones locales: edema poco doloroso y pareste-
sias en la extremidad afecta.
– En alguna ocasión, ptosis palpebral, disnea, disfagia y dificultad para hablar.
▲ EXPLORACIÓN.
● General completa.
● De la mordedura: características, signos de infección, estructuras profundas
(vasos, nervios, músculos, tendones). Es aconsejable medir el perímetro del
1178
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CLÍNICA.
– Dolor y eritema en punto de picadura apenas perceptible.
– A los 20-60 minutos, aumento del dolor, edema intenso, intranquilidad, calam-
bres y contracturas que comienzan a nivel de la picadura y se extienden a gran-
des grupos musculares (muslos, hombros, espalda, pared abdominal simulando
una peritonitis), cefalea, hipertensión, taquicardia, dificultad respiratoria, au-
mento de sudoración, sialorrea, náuseas, vómitos.
– Casi todos los síntomas ceden de manera espontánea en una semana. La debi-
lidad y los espasmos musculares pueden persistir semanas o meses.
■ ARAÑA PARDA. (Loxosceles Rusfescens). De color ocre sucio a marrón, con abdo-
men ovalado, con una marca más oscura en forma de violín en el dorso del cefa-
lotórax.
CLÍNICA.
– En la zona de la picadura aparecen lesiones cutáneas inflamatorias con forma-
ción de una ampolla hemorrágica que evoluciona a necrosis y úlceras de 1-5 cm
de diámetro que posteriormente cicatrizará.
– Las manifestaciones sistémicas pueden aparecer a las 24-48 horas con fiebre,
escalofríos, mialgias, raramente hemólisis, insuficiencia renal y CID.
■ TARÁNTULAS. Sólo provocan reacción local con dolor, tumefacción y aumento de
temperatura que puede durar varias horas.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En caso de manifestaciones sistémicas solicitar hemograma, bioquímica con CPK,
E. Coagulación, ECG, Rx de tórax.
▲ TRATAMIENTO DE URGENCIAS
● Limpieza y desinfección de la herida.
● Aplicación de frío local.
● Elevación del miembro afecto e inmovilización.
● Analgésicos, (dosis y vía de administración en función de la intensidad del do-
lor). Paracetamol, Metamizol magnésico, Ketorolaco Trometanol.
● Antihistamínicos H1: Dexclorfeniramina a dosis de 5 mg i.m. o i.v. diluido ó 2-
6mg/6-12horas v.o.
● Profilaxis antitetánica.
● Viuda negra:
– En caso de contractura muscular Diacepam, Metocarbamol ó Gluconato cál-
cico.
– Existe un antídoto de suero equino que debido al riesgo de reacciones alér-
gicas que produce, se debe reservar para casos graves, gestantes, sujetos de-
bilitados o con enfermedades importantes de base.
● Araña parda:
– En algunos casos se ha utilizado la Dapsona (inhibidor de PMN) para redu-
cir la necrosis que induce la picadura, a dosis iniciales de 50 mg/día hasta
alcanzar paulatinamente los 200 mg/día.
– Otros autores son partidarios de corticoides sistémicos.
● Tarantulismo. Se puede aplicar corticoides tópicos sobre la picadura.
● Si síntomas sistémicos dejar en observación al enfermo.
1182
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Si síntomas sistémicos solicitar hemograma, bioquímica, E. Coagulación, ECG, Rx
de tórax.
▲ TRATAMIENTO EN URGENCIAS
● Limpieza y desinfección de la herida.
● Aplicación de frío local, elevación y reposo de la extremidad.
● Analgésicos: Paracetamol, Metamizol magnésico o Ketorolaco Trometanol (do-
sis y vía de administración en función de la intensidad del dolor)
● Si el paciente presenta un dolor muy intenso se puede infiltrar en la zona de la
picadura un anestésico local sin adrenalina como la mepivacaína.
● Si aparece prurito antihistamínicos H1: Desclorfeniramina a dosis de 5 mgr i.m.
o i.v: diluido ó 2-6mg/6-12horas v.o.
● Profilaxis antitetánica.
● No se aconseja en nuestro medio, el suero antiescorpión, ya que las especies
españolas no son peligrosas y el suero podría ser más peligroso que el propio
veneno.
● En caso de síntomas sistémicos siempre dejar en observación al paciente.
PICADURAS DE GARRAPATAS
Son artrópodos que viven en el campo. Es frecuente su picadura en excursionistas y
en personas en contacto con perros, ganado, y animales salvajes.
Hay que tenerlas en cuenta por la posibilidad de transmitir enfermedades infecciosas
de carácter grave, como son la enfermedad de Lyme y la Fiebre Botonosa mediterrá-
nea frecuentes en España.
▲ CLÍNICA
● Suelen quedarse fijadas al cuero cabelludo y zonas de pliegues dando una imagen
globulosa (a expensas de la sangre que han chupado del huésped), por lo que en
ocasiones se confunden con verrugas o tumores u otra alteración cutánea.
● Pueden producir una pápula pruriginosa e indolora.
● Otras veces sobre la lesión inicial aparecen sobreinfecciones secundarias.
● Si la eliminación de la garrapata es incompleta, quedan retenidas partes buca-
les del parásito que originan un nódulo o granuloma de cuerpo extraño.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Sí síntomas sistémicos solicitar hemograma, bioquímica, E. Coagulación, ECG,
Rx de tórax.
1183
CAPÍTULO 152
▲ TRATAMIENTO EN URGENCIAS
● Matar la garrapata antes de extirparla, aplicando un algodón empapado en al-
cohol, gasolina, vaselina o aerosol de piretrinas sobre la misma, hasta que sus
patas suelten la piel.
● Una vez muerta, extraer la cabeza con unas pinzas, asegurándose de que no
quede dentro por el riesgo de infección que supone.
● Limpieza y desinfección de la zona.
● Observar la evolución.
● La profilaxis antibiótica de las enfermedades que puede transmitir es discutido.
Algunos autores recomiendan en zonas endémicas de enfermedad de Lyme,
profilaxis con Doxiciclina 100 mg/12 horas v.o. durante dos días.
PICADURAS DE MOSQUITOS
▲ CLÍNICA.
● Producen habón pruriginoso que remite en unas horas.
● En algunos pacientes hay una respuesta urticariforme con ronchas grandes que
duran una semana.
● A veces puede haber reacciones locales intensas e incluso generales de tipo
anafiláctico por hipersensibilidad frente a diferentes antígenos presentes en la
saliva de los mosquitos.
● En mujeres, en las piernas y en los tobillos, la picadura puede originar una am-
polla subepidérmica con líquido claro a tensión.
● Recordar que pueden ser vectores de múltiples enfermedades: paludismo, leish-
maniasis, fiebre amarilla y otras muchas enfermedades por arbovirus.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS.
Sí síntomas sistémicos solicitar hemograma, bioquímica, E. Coagulación, ECG,
Rx de tórax.
▲ TRATAMIENTO EN URGENCIAS.
● Limpieza, desinfección y aplicación de hielo local.
● Corticoides tópicos.
● Antihistamínicos H1: Dexclorfeniramina a dosis de 5mg i.m. o i.v: diluido ó 2-
6mg/6-12horas v.o.
● No utilizar nunca Prometazina tópica ya que aunque su uso está muy extendi-
do, con gran frecuencia producen dermatitis de contacto de tipo fotoalérgico.
OTROS INSECTOS
● Oruga del pino, hormigas, chinches, pulgas, escolopendras. Pueden inyectar
sustancias que producen irritación de la piel y de forma muy excepcional
reacciones de hipersensibilidad.
● El tratamiento consiste en lavados y desinfección de la zona, corticoides tópicos
y antihistamínicos H1 (Dexclorfeniramina), en caso de prurito.
1184
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
de emplearse agua de mar. Eliminar los restos con unas pinzas o mejor con
un raspado de la piel (afeitado, filo de un cuchillo ). No se aconseja usar
agua dulce, etanol o bebidas alcohólicas, aceite, gasolina, toallas, arena,
papeles... ya que irritarían más las células urticariformes y podrían aumen-
tar las lesiones.
– Hielo local durante un corto período.
– Corticoides tópicos o parenterales.
– Antihistamínicos H1 orales o parenterales.
– Tratamiento sintomático.
– Profilaxis antitetánica.
– Si síntomas sistémicos, solicitar, hemograma, bioquímica con CPK, E. Coa-
gulación, ECG, Rx de tórax y dejar en observación al enfermo.
BIBLIOGRAFÍA
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dicina de urgencias. 5ª ed. Méjico. MacGraw Hill interamericana 2002. pág. 378-381.
1187
CAPÍTULO 153
Capítulo 153
LESIONES POR ELECTRICIDAD. ELECTROCUCIÓN
R. Rodríguez Sánchez - N. Campos Campos - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
La mayor parte de las lesiones por electricidad se producen de forma accidental en
el hogar con corrientes de bajo voltaje (110-220). Las corrientes de alto voltaje
(>1.000v) generalmente se dan en la industria y producen quemaduras por transfor-
mación de energía eléctrica en calor.
CONCEPTOS
▲ Lesiones por electricidad: lesiones resultantes de los efectos directos de la corrien-
te en el organismo y de la transformación de la energía eléctrica en energía tér-
mica al atravesar los tejidos.
▲ Efectos de la corriente sobre el organismo (de menor a mayor intensidad):
● Hormigueo.
● Dolor.
● Quemaduras cutáneas.
● Contracción muscular tetánica (que puede producir parada respiratoria).
● Fibrilación ventricular.
● Asistolia.
Existen una serie de factores que condicionan que las lesiones tengan mayor o menor
importancia. (Ver cuadro 153.1)
Manifestaciones clínicas
Ver cuadro 153.2
1188
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DE ALTA
Paciente asintomático y sin alteraciones en la monitorización ECG, tras haber per-
manecido en observación durante 12 horas y habiendo sido valoradas las lesiones
cutáneas y músculo-esqueléticas por cirugía y por traumatología.
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Lesión eléctrica por corrientes de alta tensión (mayor de 1.000V): ingreso en plan-
ta y vigilar al menos 24 horas.
▲ Lesión eléctrica por corrientes de baja tensión (menor de 1.000V): ingresarán en
planta o UVI acompañados de:
● Sospecha de flujo de corriente conductiva, en especial a través de la cabeza y
tronco.
● Alteraciones en la exploración física o en las pruebas complementarias.
● Síntomas que sugieran afectación multisistémica.
● Afectación de una extremidad con probable lesión neurovascular.
● Alteración del nivel de conciencia, convulsiones o focalidad neurológica.
● Rabdomiolisis con CPK mayor de 1.500, insuficiencia renal aguda (urea mayor
60 y/o creatinina mayor 1,4) o ambas.
● Enfermedades de base importantes.
● Circunstancias violentas o intento autolítico.
● Cuando lo aconseje el cirujano y/o traumatólogo por las lesiones cutáneas o
músculo-esqueléticas.
Ingreso en UVI:
+ PCR recuperada.
+ Arritmia.
+ Insuficiencia renal con necesidad de hemodiálisis.
+ Grandes quemados.
+ Edema cerebral, TCE, precipitación o coma.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Fontanarosa PB. Lesiones eléctricas y por relámpagos. En : Tintinalli, J.E. Medicina de Ur-
gencias. Vol II. 4° edición. New York: McGraw-Hill Interamericana. 1997.p.1110-21.
▲ Fauci AS, Braunwald E. Harrison. Principios de Medicina Interna. 14ªedición. Madrid. MC-
Graw-Hill/Interamericana. 1998. P.2913-5.
▲ Julián A. Manual de protocolos y actuación en urgencias para residentes. Complejo Hospi-
talario de Toledo. 2000. p. 701-4.
▲ Mosquera J.M. Electrocución. En Moya Mir, M.S. Manual de actuación en urgencias. Clíni-
ca Puerta de Hierro. Ed. 2000. Madrid. Smithkline-Beechan. P602-6.
1191
CAPÍTULO 154
Capítulo 154
HIPOTERMIA Y CONGELACIÓN
R. Rodríguez Sánchez - R. Sánchez García - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
▲ El hombre no puede sobrevivir a no ser que se encuentre rodeado de una tempe-
ratura en la superficie de la piel de 21,7 °C .
▲ Personas con más predisposición a padecer hipotermia: ancianos y neonatos, perso-
nas con alteración del nivel de conciencia, con enfermedades crónicas o debilitantes.
▲ Mecanismos para producir y conservar calor: vasoconstricción cutánea, supresión
del calor, estímulo muscular para la producción de escalofríos.
CONCEPTO
Hipotermia: Situación en la que la temperatura central o corporal menor o igual a
35 °C.
TIPOS
1. Según la causa:
- Hipotermia accidental o primaria: consecuencia de la exposición prolongada al
frío.
- Hipotermia secundaria a enfermedades agudas o crónicas (no existe exposición
al frío).
- Hipotermia por inmersión.
2. Según la gravedad:
- Leve: de 35 °C a 32,2 °C.
- Moderada: de 32,2 °C a 28 °C.
- Grave: menos de 28 °C.
Menos de 25-26 °C es incompatible con la vida.
HIPOTERMIA ACCIDENTAL
Clínica
Ver cuadro 154.1
MANEJO DE LA HIPOTERMIA
1. COMPROBAR LA HIPOTERMIA. En los Servicios de Urgencias los termómetros ge-
neralmente no miden por debajo de los 35 °C, por lo que se deben usar termó-
metros de incubadora o ambientales.
Se debe medir la temperatura central (rectal, vaginal, timpánica, esofágica o de
grandes vasos). La temperatura axilar es 0,6 °C menor que la central.
Monitorizar la temperatura cada 30 minutos.
2. HISTORIA CLÍNICA: señalando el lugar y las condiciones en las que estaba el pa-
ciente cuando se le ha encontrado.
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
● Constantes y BMTest.
● S. Sangre y estudio de coagulación: Pudiendo aparecer leucopenia, granuloci-
topenia, trombocitopenia, hemoconcentración o CID.
1192
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
● Bioquímica: con iones, glucosa, urea, creatinina, CPK, amilasa, calcio, pruebas
de función hepática y hormonas tiroideas. Nos podemos encontrar:
- Hiperpotasemia.
- Hipoglucemias que pueden ser las causantes de la hipotermia, o hipergluce-
mias (que no deben tratarse).
- Aumento de CPK: rabdomiolisis.
- Amilasemia: la hipotermia puede ser causa de pancreatitis y viceversa.
* Siempre que sepamos que el paciente es alcohólico pediremos calcio y enzi-
mas hepáticas.
Ante la duda de que estemos o no frente a un mixedema, administraremos hi-
drocortisona.
Cuadro 154.1: Manifestaciones clínicas según el tipo de hipotermia.
1. Cardiovasculares: taquicardia seguida de bradicardia,
vasoconstricción, aumento del GC, TA, FC y PVY.
2. Digestivo: íleo paralítico y pancreatitis.
Hipotermia leve 3. Metabolismo basal: aumentado.
(35-32,2 °C) 4. Neuromusculares: ataxia, disartria, amnesia, apatía, escalofríos,
Fase de escalofríos aumento del tono muscular y temblores.
5. Renales: Aumento de la diuresis.
6. Respiratorias: taquipnea, broncorrea y broncoespasmo.
7. SNC: puede estar consciente. Lo más frecuente es que se encuentre
apático, con disartria, alteraciones en el comportamiento.
TRATAMIENTO
1. Maniobras de RCP si fueran necesarias.
2. Retirar ropa húmeda y aislar del frío al paciente. Si está consciente se adminis-
trarán bebidas calientes.
3. Mantener vía aérea permeable administrando O2 calentado.
4. Monitorización cardíaca. Control de las constantes, diuresis y gases.
5. Coger dos vías periféricas de grueso calibre (14G o 16G) y expansión de volu-
men con suero glucosado y salino o con expansores del tipo de la albúmina, Hi-
droxietilamidón al 6% o Poligelina al 3,5% calentadas.
6. Vigilar el potasio.
7. Vigilar el pH. Si es menor de 7,20 administrar bicarbonato.
8. Recalentamiento:
▲ Recalentamiento externo pasivo: Temperatura ambiente >25° y cubrir con una
manta al paciente. La temperatura corporal aumentará entre 0,1-0,7 °C/hora.
De elección en hipotermias leves-moderadas y ancianos previamente sanos.
Inconvenientes: método lento.
▲ Recalentamiento externo activo: Aplicar:
- Manta eléctrica (40-45 °C).
- Bolsas de agua caliente.
- Circulación de aire caliente.
- Baño con agua caliente.
Métodos con los que conseguiremos aumentos de temperatura de 1-4 °C y 5-
7 °C respectivamente.
Los inconvenientes de los baños de agua caliente son que no es posible moni-
torizar al paciente, la TA y el flujo coronario disminuyen por vasodilatación pe-
riférica (con el consiguiente riesgo de arritmias).
El recalentamiento externo activo está indicado en jóvenes con hipotermias en
los que ha fallado el recalentamiento externo pasivo y solamente hasta alcan-
zar una Tª corporal de 33 °C.
▲ Recalentamiento interno activo: según la situación cardiovascular:
- Estable: Inhalación de O2 calentado a 40-45 °C, líquidos i.v. a 37-40 °C y si
el nivel de conciencia del paciente lo permite bebidas calientes.
- Inestable: Lavado nasogástrico, colónico y vesical con soluciones calientes. He-
modiálisis y hemofiltración continua con líquidos de diálisis recalentado y en
contracorriente (aumentan la temperatura 2-4 °C).
- Circulación extracorpórea a 40 °C en caso de hipotermia grave o paro cardía-
co. (Aumentan la Tª 10-12 °C). Sólo deben practicarse en la UVI o quirófano.
1194
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
9. Tratamiento farmacológico:
- Tiamina i.m. 1amp. de 1ml con 100mg (si sospechamos que el paciente es al-
cohólico).
- Antibioterapia de amplio espectro hasta descartar la existencia de infecciones.
- Dopamina: en hipotensiones que no responden al aporte de líquidos.
10. RCP: Ver capítulo 13. RCP en situaciones especiales.
- Intubación: la debe realizar un experto, dada la tendencia a desarrollar fibri-
lación ventricular.
- No realizar RCP si existe ritmo ECG organizado.
- Si FV: Lidocaína (aunque generalmente es ineficaz). El Bretilio es una buena
opción en las arritmias o extrasistolias ventriculares.
Sí No
Tª>32 °C T<32 °C
Tª<35 °C
Recalentam. ext.activo
e interno activo
CRITERIOS DE INGRESO
1. Observación: hipotermia leve sin alteraciones neurológicas, rigidez muscular generaliza-
da, FC<40lpm o FR<10rpm.
2. Planta o UVI: hipotermia moderada o grave.
HIPOTERMIA SECUNDARIA
Paciente típico: anciano con Tª de 33,3° a 34.4 °C con acidosis metabólicas, arrit-
mias y en coma.
Existe un fracaso agudo de la termorregulación.
1195
CAPÍTULO 154
Las lesiones por congelación siempre deben ser valoradas por el especialista.
Cuadro 105.4: Clínica y evolución de las lesiones por congelación.
CLÍNICA EVOLUCIÓN
C. SUPERFICIAL Palidez cutánea post-calentamiento, Restitutium ad integrum.
Primer grado ligera cianosis, edema, sensibilidad Secuelas mínimas.
disminuída.
Segundo grado Eritema, cianosis persistente. Flictenas. Necrosis. Completa restitución
Sensibilidad disminuída o abolida. Secuelas posibles
Hipersensibilidad al frío.
C. PROFUNDA Palidez, después importante cianosis. Necrosis sólo en dermis.
Segundo grado Flictenas serohemáticas. Anestesia. Curación: 4-6 semanas con
Pulsos periféricos positivos. secuelas.
Tercer grado Palidez, después cianosis persistente. Necrosis con afectación ósea.
Edema importante. Extremidad. Amputación.
Anestesia total Secuelas inevitables.
▲ TRATAMIENTO
● Elevar la extremidad lesionada.
● Medidas de asepsia: Nitrofurazona o Clorhexidina, 1-4 aplicaciones/día.
● Drenaje precoz y aséptico de las ampollas transparentes o blanquecinas (las he-
morrágicas).
● Toxoide tetánico.
● Analgesia potente.
● Antibioterapia:
- Amoxicilina-clavulánico: 1gr/8h. i.v
- Vancomicina 1gr/12h. i.v
- Teicoplanina 400mg/24horas i.v + Amikacina 10-15mg/Kg/24h. i.v.
● Tratamiento quirúrgico conservador siempre que sea posible (no en síndromes
compartimentales). La amputación sólo debe realizarse para evitar la extensión
de una infección.
● Recalentamiento general y local mediante la inmersión en agua que iremos ca-
lentando progresivamente desde los 10 °C a los 40 °C (5 °C cada 5 minutos).
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Petty KJ. Hipotermia. En: Fauci AS, Braunwald E. Harrison. Principios de Medicina Interna.
14ª edición. Madrid. McGraw-Hill/Interamericana. 1998.p.111-4.
▲ Kollef M, Goodenbenger D. Medicina Intensiva y Urgencias Médicas: Enfermedades am-
bientales. En: Manual Washington, 9ªedición. Barcelona. Masson. 1996. P. 243-6.
▲ Hanania NA, Zimmerman JL. Accidental Hypothermia. Crit Care Clin 1999;15: 235-49.
▲ Heller B. En: Tintinalli. Medicina de Urgencias. 4ª edición. New York. McGraw-Hill/Intera-
mericana. P. 781-3.
▲ Iglesias Diez L. Tratado de Dermatología. 1ª edición. Madrid. Luzán. 1997. p.292-3.
▲ Kulkarni RG, Thomas SH. Severe accidental hypotermia: the need for prolonged aggresive
resucitative efforts. Prehosp Emerg Care 1999; 3: 254-9.
▲ Tamames S, Martínez Ramos C. Cirugía. Fisiopatología general. Aspectos básicos. 1ª edi-
ción. Madrid. Panamericana. 1997. P-152-6.
1197
CAPÍTULO 155
Capítulo 155
URGENCIAS POR CALOR
R. Rodríguez Sánchez – L. Rivilla Marugán - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
El organismo pone en marcha una serie de mecanismos cuando se produce una so-
brecarga de calor con el fin de eliminar ese exceso de temperatura corporal:
▲ Adaptación inmediata: vasodilatación cutánea y sudoración, con el fin de dismi-
nuir las resistencias periféricas, aumentando el gasto cardíaco y produciendo una
sobrecarga circulatoria.
▲ Adaptación tardía: cambios hidroelectrolíticos mediados por la aldosterona. En es-
te caso no se produce sobrecarga circulatoria.
CONCEPTO
Las tres urgencias por calor que vamos a ver son los calambres, agotamiento por ca-
lor y el golpe de calor. Los dos primeros son relativamente frecuentes y se traducen en
una pérdida de sodio y/o agua ("deshidratación"). El golpe de calor es una patolo-
gía grave y se debe a la acción citolítica directa del calor como agente físico en los
distintos órganos diana (es llamado comúnmente "insolación"). No obstante, en mu-
chas ocasiones los cuadros clínicos se dan a la vez, apareciendo así cuadros mixtos.
Algo fundamental en una urgencia por calor es su sospecha diagnóstica, el pensar en
ello y averiguar si el paciente ha estado expuesto a temperaturas elevadas o ha rea-
lizado ejercicio físico.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
▲ Espasmos dolorosos de la musculatura estriada (incluso musculatura abdominal).
▲ Hiponatremia aislada.
Puede existir alcalosis respiratoria (por hiperventilación).
Temperatura corporal normal. No existen signos de deshidratación.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
▲ Rabdomiolisis por ejercicio: con elevación de CPK, mioglobinuria, y a veces, insu-
ficiencia renal.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Sólo en algunos casos es necesaria una bioquímica con iones, glucosa, urea, creati-
nina, CPK y calcio.
CRITERIOS DE INGRESO
El paciente permanecerá en observación si:
▲ Sintomatología muy intensa.
▲ Sodio < 130, sin fiebre, normotenso y función renal normal.
Coexistencia de patología favorecedora de enfermedad por calor. (Cuadro 155.1).
TRATAMIENTO
▲ Reposo en ambiente fresco.
▲ Si alta domiciliaria: reposición salina oral (3 litros de limonada alcalina).
▲ Si ingreso: 3.000 ml de suero salino fisiológico al 0,9%.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
▲ Sistemático de sangre: A veces existe hemoconcentración. Descartar anemia y
otras alteraciones hematológicas que puedan presentar la misma clínica.
▲ Bioquímica con iones, glucosa, urea, creatinina, CPK y calcio. Generalmente el so-
dio es normal, incluso a veces está elevado en función de los líquidos que haya in-
gerido el paciente.
▲ Sistemático de orina con iones: por si existe insuficiencia renal prerrenal.
▲ ECG: para descartar arritmias.
▲ GAB: si está hiperventilando.
1199
CAPÍTULO 155
CRITERIOS DE INGRESO:
▲ Paciente joven y/o con síntomas leves: No es necesario ingreso hospitalario. Du-
rante su estancia en Urgencias se tratarán las alteraciones hidroelectrolíticas.
▲ Paciente anciano, con deshidratación importante, síntomas neurológicos, síntomas
que no ceden con la rehidratación inicial o Tª > 38-39 °C: se ingresará en obser-
vación o en planta.
TRATAMIENTO:
▲ Reposo en ambiente fresco.
▲ En Urgencias: Suero salino fisiológico al 9%, hasta que conozcamos los resultados
de las analíticas. Si existe riesgo de mala perfusión tisular se pueden pasar hasta
2 litros en las horas iniciales.
▲ Si alta domiciliaria: Reposición salina oral ("limonada alcalina" 3 litros al día).
▲ Si ingreso hospitalario:
● Constantes por turno.
● Diuresis cada 4 horas ( a veces es necesario el sondaje vesical).
● Sueroterapia:
– Si predomina el déficit de agua: suero glucosado al 5%.
– Si predomina el déficit de sodio: suero salino fisiológico al 9%.
● Tratamiento sintomático:
– Si vómitos: Metocloparamida ( 1 ampolla i.v. cada 8 horas diluida en 100ml
de suero salino fisiológico al 9% ).
– Si cefalea: Paracetamol (1 ampolla i.v. cada 6-8 horas diluída en 100ml de
suero salino fisiológico al 9%).
GOLPE DE CALOR
Aunque es el cuadro menos frecuente de las urgencias por calor, es el cuadro más
grave de los tres, es una emergencia médica, cuya tasa de mortalidad oscila entre
un 10-15%, estando ésta en relación con la duración de la hipertermia y la alteración
del nivel de conciencia.
SE EMPEZARÁN LAS MEDIDAS FÍSICAS DE ENFRIAMIENTO ANTES DE TENER EL
DIAGNÓSTICO DE CERTEZA.
CONCEPTO
Fracaso multiorgánico debido a un excesivo aumento de la temperatura corporal (al
menos 40,5 °C) tras el fallo de mecanismos termorreguladores.
Se da tras exposiciones a temperaturas elevadas (>32 °C), sobre todo si existe un al-
to grado de humedad ambiental. A veces se produce con temperaturas no tan altas
tras ejercicio físico intenso.
CLASIFICACIÓN:
1. Golpe de calor clásico (ganancia pasiva de calor):
Paciente típico: anciano, con enfermedades crónicas (D.M., cardiovasculares, re-
nales...), polimedicamentados. (Ver cuadro 155.1)
El cuadro se instaura en uno o dos días, presentándose síntomas inespecíficos (letar-
gia, debilidad, náuseas, vómitos...) y descompensación de la enfermedad de base.
2. Golpe de calor activo (por ejercicio):
Paciente típico: joven tras ejercicio físico intenso. La temperatura exterior elevada
lo favorece, pero no provoca el cuadro.
1200
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
▲ Exposición a temperatura ambiente elevada o ejercicio intenso.
▲ Hipertermia: > 40 °C.
▲ Alteraciones neurológicas: pérdida brusca de conciencia (en más del 80% de los
casos ), obnubilación, anomalías pupilares (midriasis arreactiva), Reflejo cutáneo
plantar extensor bilateral, disfunción cerebelosa, descerebración.
▲ Anhidrosis: no es imprescindible. Más frecuente si el paciente toma fármacos que
disminuyen la sudoración (anticolinérgicos).
▲ Otros síntomas:
● Circulatorios: taquicardia, hipotensión, shock cardiogénico...
● Hematológicos: púrpuras, petequias y hemorragias subconjuntivales, general-
mente junto con plaquetopenia, fibrinolisis o CID.
● Músculo-esqueléticas: mialgias, calambres musculares, necrosis muscular si es
un golpe de calor activo.
● Renales: insuficiencia renal prerrenal y/o secundaria al depósito de mioglobina (en el
golpe de calor activo). Sólo en un 10 % de los casos la insuficiencia renal es grave.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
▲ Sd. de abstinencia alcohólica
▲ Sd. Neuroléptico maligno.
▲ Hipertermia maligna.
▲ Intoxicación por anticolinérgicos, cocaína, anfetaminas.
▲ Meningitis y encefalitis.
▲ Absceso encefálico
▲ Hemorragia cerebral.
▲ Paludismo, fiebre tifoidea, tétanos, sepsis.
▲ Tormenta tiroidea y feocromocitoma.
▲ Estatus epilético.
▲ Cetoacidosis diabética.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
▲ Monitorizar la temperatura cada 5-10 minutos.
▲ Sistemático de sangre: datos de hemoconcentración, leucocitosis.
▲ Bioquímica con iones, glucosa, urea, creatinina, CPK, GOT, GPT, calcio y
amilasa.
▲ E. Coagulación: Disminución del fibrinógeno, plaquetas, y alteraciones en TTP y
tiempo de Quick.
▲ Sistemático de orina con iones: hematuria microscópica, proteinuria y cilindros en
orina. A veces mioglobinuria.
▲ GAB: hipoxemia con hipocapnia. El pH puede ser normal, podemos tener alcalo-
sis respiratoria y en casos graves, acidosis metabólica severa.
▲ ECG: descartar arritmias e inversión de la onda T.
▲ Rx de tórax: puede complicarse con una neumonía aspirativa, SDRA y hemorra-
gia pulmonar.
1201
CAPÍTULO 155
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Observación: hipertermia leve sin alteraciones neurológicas, FC>40lpm, FR<10
rpm o rigidez muscular.
▲ Planta o UVI: hipertermia moderada o grave
TRATAMIENTO
Valorar siempre el ingreso en UVI.
1. Enfriamiento: no son útiles los antipiréticos (pues los mecanismos termorregulado-
res sobre los que actúan están alterados). Sólo son útiles las medidas físicas, que
deben iniciarse cuanto antes y que mantendremos hasta que la temperatura cor-
poral sea de 38-39 °C (0,1-0,2 °C cada 2 minutos).
● Desnudar al paciente, colocarlo en decúbito lateral y posición fetal. Aplicar
agua fría en esponjas o compresas por todo el cuerpo, sobre todo en ingles, axi-
las y tórax. Favorecer la aireación.
● Masaje con el fin de favorecer el retorno de sangre periférica enfriada y de dis-
minuir la vasoconstricción provocada por el frío.
● Mantas de hipotermia, enemas fríos, lavado gástrico con suero enfriado, solu-
ciones i.v a bajas temperaturas.
● Si escalofríos o convulsiones:
– Diacepan 5-10 mg (1/2 ó 1 ampolla) i.v. a pasar en 5 minutos o Clorpro-
macina: 1 ampolla i.v. diluída en 100ml de suero salino fisiológico a pasar
en media hora.
2. Medidas de soporte general:
● Vía aérea permeable, con intubación endocraneal y ventilación mecánica si es
necesaria. Oxigenoterapia con VM al 50%.
● Monitorizar: TA, ECG, saturación O2 y Tª.
● Sueroterapia: 1.000-1.500 ml de ringer lactato o suero salino fisiológico 0,9%
en las primeras horas.
● Fármacos vasoactivos.
● Si pH < 7,20: bicarbonato.
3. Prevención y tratamiento de las complicaciones:
● Arritmias ventriculares (Lidocaína).
● Hemorragia digestiva (anti-H2) y trastornos hepáticos.
● Insuficiencia renal aguda por precipitación de mioglobina: hidratación y forzar
la diuresis con Manitol (1-2mg/Kg) en 10-20minutos, seguido de Furosemida.
● Trastornos de la coagulación.
1202
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Acedo MS, Barrios A. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital 12 de Octu-
bre. 4ª edición. MSD. 2000. p-117-20.
▲ Coto López A. Alteraciones de la regulación de la temperatura. En: Medina Asensio J. Ma-
nual de urgencias médicas. 2ª edición. 1996. p. 609-14.
▲ Fauci AS, Braunwald E. Harrison. Principios de Medicina Interna. 14ªedición. Madrid. Mc-
Graw-Hill Interamericana. 1998. P.101-3.
▲ Gazapo Navarro M.T. Hipertermia. En : Moya Mir, M.S. Guías de actuación en urgencias.
1ª edición. Madrid. McGraw Hill Interamericana. p.367-71.
▲ Serrano Alferez, I. Patología inducida por el calor. En : Jiménez Murillo, L. Protocolos de ac-
tuación en medicina de urgencias. Madrid. Ed. Harcourt Brace. 1998. p.299-305.
▲ Walker J.S., Vance M.V. Urgencias por calor. En: Tintinalli J.E. Medicina de Urgencias. 4ª
edición. New York. McGraw Hill Interamericana. P.1043-9.
1203
CAPÍTULO 156
Capítulo 156
ENFOQUE PRÁCTICO DEL DOLOR EN URGENCIAS
L. Puerto Caballero - C. Carrero García - J. De Andrés Ares
CONCEPTOS
Definición del Dolor según la Sociedad Internacional del Estudio del Dolor (IASP): “Es
una experiencia sensorial y emocional desagradable que se asocia a una lesión tisu-
lar presente o potencial, o descrita en términos de tal lesión”, que permite al orga-
nismo responder ante una agresión interna o externa. Es una experiencia multisenso-
rial, con un marcado carácter subjetivo. Se llama Nocicepción a la percepción del
dolor y a su respuesta corporal.
Importancia del tratamiento del dolor: El dolor agudo (síntoma) alerta al paciente de
un daño real o potencial. Sin embargo, el dolor crónico (enfermedad) es inútil, des-
tructivo. Por ello la importancia de tratarlo lo más agresivo posible. Incluso se está
proponiendo que el dolor se establezca como el 5º signo vital, y que pase a formar
parte de las gráficas de enfermería, donde quedaría registrado. Importante sobre to-
do en pacientes postquirúrgicos.
Conceptos:
▲ Algia: Dolor de cualquier causa, localización o carácter.
▲ Alodinia: Percepción de un estímulo no doloroso como nocivo.
▲ Analgesia: Ausencia de dolor ante un estímulo doloroso.
▲ Anestesia: Abolición de la sensibilidad.
▲ Anestesia Dolorosa: Dolor en un área desensibilizada.
▲ Disestesia: Parestesia dolorosa.
▲ Dolor por desaferenciación: Dolor producido por la pérdida de aferencias nervio-
sas de una zona.
▲ Hiperalgesia: Nivel anormalmente elevado de la percepción dolorosa.
▲ Hiperestesia: Percepción anormalmente elevada de la percepción sensitiva.
▲ Hiperpatía: Sensación dolorosa que persiste anormalmente tras el cese de un estímulo.
▲ Hipoalgesia: Percepción disminuida de un estímulo doloroso.
▲ Hipoestesia: Disminución de la sensibilidad a los estímulos.
▲ Mialgia: Dolor de origen muscular.
▲ Neuralgia: Dolor localizado en el territorio de un nervio sensitivo.
▲ Parestesia: Percepción anormal de un estímulo.
▲ Radiculopatía: Anormalidad funcional de una o más raíces nerviosas.
1- Subjetivas:
Escala Visual Analógica(EVA): la más utilizada. Consiste en una línea horizontal o
vertical de 10cm de longitud dispuesta entre dos puntos donde figuran “no dolor” y
“máximo dolor imaginable” que corresponden a las puntuaciones de 0 a 10.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
2- Objetivas: No son muy fiables, ya que el dolor es subjetivo. Se usan en niños pe-
queños que todavía no son capaces de comunicarse.
Enfoque terapéutico del paciente con dolor:
Escalera de la OMS. Creada en 1990 para el tratamiento del dolor oncológico. Pos-
teriormente se ha aplicado a todo tipo de dolor. Consta de cuatro escalones según la
intensidad del dolor:
Dolor
tratamientos invasivos de dolor
intenso
Dolor
moderado-intenso Opioides Mayores+NOP±Coadyuvantes
Dolor
moderado Opioides Menores+NOP±Coadyuvantes
Dolor
leve No Opioides NOP±Coadyuvantes
1206
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Tabla de conversión de los distintos fármacos opioides a 10mg de morfina vía oral:
Fentanilo: Opioide mayor sintético con una potencia 100 veces superior a la morfina.
Formas de presentación:
1. Parenteral (uso exclusivo en anestesiología): intravenoso, epidural.
2. Transdérmico (Durogesic®): Son parches que van liberando fentanilo a una velo-
cidad constante, determinada según la preparación (25, 50, 75, 100 microgra-
mos a la hora) durante 72 horas. Tarda 10-15 horas en alcanzar un nivel de anal-
gesia y si se retira el parche sigue liberando fentanilo durante 17 horas más.
Existe la posibilidad de aplicar sólo medio parche. Su uso se restringe al trata-
miento del dolor crónico intenso en pacientes sintomatológicamente estables. To-
davía no está aprobado para el control del dolor agudo. Precaución en pacien-
tes caquécticos o que pesen menos de 50 Kg. La fiebre puede aumentar la
liberación del fármaco, por lo que se ha de disminuir la dosis y monitorizar los
efectos indeseables. Dosificación: 1-Pacientes sin tratamiento previo con opioides:
Comenzar con un parche de 25 y si precisa por dolor, añadir morfina de libera-
ción inmediata (sevredol®) cada 4 horas hasta conseguir un buen nivel de anal-
gesia (1-2días). Continuar con parche de 25 y sevredol® como analgesia de res-
cate. 2-Pacientes con tratamiento previo con opioides mayores: Calcular la dosis
equianalgésica en morfina (ver tabla de conversión, arriba). Después convertirlo a
fentanilo transdérmico según la siguiente fórmula:
Lugar de aplicación del parche, precauciones: Colocar en una zona de piel con
poco pelo, limpia y sin erosiones. Rotar el lugar de aplicación del parche. El ca-
lor sobre la zona del parche podría incrementar la liberación del fármaco.
Contraindicaciones: Embarazo, niños menores de 12 años, menores de 18 años
que pesen menos de 50 Kg. Siendo esta última una contraindicación relativa, ya
que muchos pacientes en tratamiento con esta sustancia están caquécticos.
3. Citrato de Fentanilo Transmucosa Oral (CFTO): (Actiq®) De momento su indicación
estaría reservada a las crisis sobreañadidas de dolor en pacientes con dolor cróni-
co (dolor incidental) controlado con opioides mayores. Son “piruletas” que el pa-
ciente debe chupar sin masticar. Parte se absorbe por la mucosa de forma rápida
y eficaz (inicio de acción 5-10 min) y otra parte se deglute (duración de acción 2,5-
5 horas). Está disponible en 6 dosis diferentes: 200, 400, 600, 800, 1.200, 1.600
microgramos. Precaución en pacientes con insuficiencia hepática y renal. Dosifica-
ción: No se correlaciona directamente con la dosis total basal de opioide que pre-
viamente tomaba el paciente. Comenzar siempre con la dosis mínima (200 micro-
gramos). Si no se consigue analgesia, repetir la dosis en 15 minutos. Ajustar dosis
en función del dolor con “MST”. Dejar CFTO como tratamiento de rescate.
Buprenorfina: La buprenorfina es un agonista parcial “mu” y un antagonista “kappa”
opioide. Presenta una curva dosis respuesta característica. Aumento de la relación
dosis eficacia a dosis bajas y elevadas dosis con igual o menor efecto (efecto techo).
Buprenorfina transdermica (Transtec®) Existen tres presentaciones: 35mcg/h;
52,5mcg/h; 70 microgramos a la hora que corresponden a la dosis sublingual de 0,8;
1,2 ; 1,6 mg/24 horas. Cada parche se cambia cada 72 horas. Las concentraciones mí-
1210
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Dosificación: empezar por dosis bajas y nocturnas (75-150 mg/día en tres tomas)
La vía parenteral se utiliza en enfermos terminales para sedación (25-50 mg /8-
12 horas según respuesta del paciente) y en caso de vómitos continuos.
Figura 156.2
Escala de dolor
<1 >1
No tratar AINE
<3 >4
<3 >4
<3 >4
4º ESCALÓN:
Sistemas implantables de control del dolor. Catéteres Espinales. Reservorios subcu-
táneos. Bombas de infusión. Sistemas de PCA
Este escalón está reservado a los profesionales de las unidades del dolor.
1. Catéteres espinales- La vía espinal puede ser utilizada de varias formas epidural (cer-
vical, torácica y lumbar), intratecal (lumbar) e intraventricular (ventrículo lateral).La vía
epidural se utiliza con infiltraciones en dosis únicas, con catéteres, reservorios y bom-
bas de infusión. Útil en dolor postoperatorio, oncológico localizado, arteriopatía de
miembros inferiores y determinadas formas de dolor neuropático. La vía intratecal
lumbar se utiliza por medio de reservorios subcutáneos conectados a sistemas de in-
fusión externos. También pueden usarse bombas de infusión implantables .
2. Sistemas de PCA (Analgesia controlada por el paciente). Las vías de administra-
ción pueden ser intravenosa, epidural e intratecal. Consta de un sistema impulsor
de analgésico controlado por un microprocesador en el que se programa una do-
sis de carga, bolo, intervalo de seguridad, perfusión continua, límite de dosis y
concentración del fármaco. Las modalidades de uso son: PCA pura (bolos a de-
manda), Perfusión continua sin bolus, Perfusión más bolus.
Para su administración precisa selección del paciente y comprensión de la técnica.
En pediatría, donde la comprensión de la técnica no es posible se utiliza el siste-
ma NCA en los que es la enfermera o los padres los encargados de aplicar el bo-
lo cuando el niño refiere dolor.
Algunas de las causas que pueden hacer acudir a un paciente tratado en una
Unidad de Dolor a un Servicio de Urgencias Hospitalarias son:
- Analgesia inadecuada
- Complicaciones sistémicas de alguno de los fármacos administrados:
Intoxicación por anestésicos locales:
Signos del SNC: sensación de entumecimiento en labios y lengua, sabor metálico,
somnolencia, tínnitus, habla ininteligible, temblor muscular, convulsiones, nistagmus;
Signos cardiovasculares: hipotensión arterial, taquicardia o bradicardia sinusal, ta-
quiarritmia ventricular, bloqueo AV, cambios en el segmento ST (Bupivacaína), fibri-
lación ventricular y asistolia.
Tratamiento:
1. Parar la infusión de anestésico local.
2. Oxígeno al 100%, pedir al paciente que hiperventile. Si disminuye el nivel de con-
ciencia intubación orotraqueal.
3. Tratamiento sintomático: convulsiones (benzodiacepinas), Arritmias (Amrinona 1-
4 mg/Kg o Bretillo 20 mg/Kg).
Problemas característicos en relación con los diferentes sistemas:
a. Catéteres Epidurales:
Meningitis: Retirar el catéter (si estudio de coagulación normal y no está anticoagu-
lado. Si no, corregir la coagulación y retirar el catéter), cultivo de la punta, ingreso y
tratamiento antibiótico adecuado (Vancomicina + Cefepime o Ceftazidima)
Infección del Sistema: Retirada del catéter y descartar meningitis.
Hematoma Epidural: Por punción traumática o alteraciones en la hemostasia. Trata-
miento: Cirugía emergente (laminectomía descompresiva) y corticoides a altas dosis
1213
CAPÍTULO 156
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Carrero García C, De Andrés Ares J. Enfoque práctico del dolor en urgencias. En: Julián A.
Editor. Manual de Protocolos y Actuación en Urgencias. Nilo Gráficas: Madrid; 2003.p.725-
34.
▲ Catalá E, Aliaga L. Manual del Tratamiento del Dolor. Permanyer
▲ Torres LM. Dolor Postoperatorio para Cirujanos. 2003
▲ Chabás E, Gomar C. Dolor Agudo Postoperatorio: protocolos analgésicos del Hospital Cli-
nic. ISBN 2003.
▲ Samper D. Manual de Fármacos para el Tratamiento del Dolor. 2002
1215
CAPÍTULO 157
Capítulo 157
SEDACIÓN EN URGENCIAS
C. Moreno Díaz - R. Casas Zarzuelo - F. Bustos Molina - J. Porro Hernández
INTRODUCCIÓN
Cada día son más las situaciones en los Servicios de Urgencias en los que se plantea
la necesidad de mantener a los pacientes en un estado tranquilo e incluso inmóvil.
Con la sedación conseguiremos una depresión del S.N.C. inducida farmacológica-
mente para evitar o eliminar la ansiedad y disconfort en el paciente así como conse-
guir inmovilidad necesaria en algunas pruebas diagnósticas. Una buena sedación
disminuye además la aparición del síndrome de stress postraumático.
Se han desarrollado múltiples escalas descriptivas del nivel de sedación, entre ellas la
más utilizada es la “Escala de Ramsay”.
Escala de Ramsay
Nivel 1 - paciente despierto, ansioso o agitado.
Nivel 2 - paciente despierto, tranquilo, orientado y colaborador.
Nivel 3 - despierto, pero sólo responde a órdenes.
Nivel 4 - dormido con respuesta rápida a órdenes.
Nivel 5 - dormido con respuesta tardía.
Nivel 6 - sin respuesta
Benzodiazepinas
Fármaco y presentaciones Dosis bolo Perfusión
Clorazepato (Tranxilium®) 50-300 mg/día
- 20 mg = 2 ml - Dosis < 30 mg: ansiolisis
- 50 mg = 2.5 ml - Dosis >30 mg: sedación
- 100 mg = 5 ml
Midazolam (Dormicum®) - iv. 0.02-0.08 mg/kg. - 0.05-0.4 mg/Kg/h.
- 15 mg = 3 ml repetir en 5 min. (2)
- 5 mg = 5 ml - im: 0.07-0.08 mg/kg,
repetir en 10 min.
Diacepam (Valium®) - 0.04- 0.15 mg/kg - 2- 10 mg/h
- 10 mg=2 ml (1)
(1)
Perfusión Diacepam
(dilución: 5 amp en 90 ml de SF 0.9% o SG 5% (0.5 mg/ml))
2 mg/h 4 ml/h
4 mg/h 8 ml/h
6 mg/h 12 ml/h
8 mg/h 16 ml/h
10 mg/h 20 ml/h
1218
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
(2)
Perfusión de Midazolan
(dilución:5 amp de 3 ml en 100 ml de SF 0.9% o SG 5% (0.65 mg/ml))
Ritmo de infusión 50 kg 60 kg 70 kg 80 kg 90 kg
0.05 mg/kg/h 4 ml/h 5 ml/h 5 ml/h 6 ml/h 7 ml/h
0.1 mg/kg/h 8 ml/h 9 ml/h 11 ml/h 12 ml/h 14 ml/h
0.15 mg/kg/h 12 ml/h 14 ml/h 16 ml/h 18 ml/h 21 ml/h
0.2 mg/kg/h 15 ml/h 18 ml/h 22 ml/h 25 ml/h 28 ml/h
0.25 mg/kg/h 19 ml/h 23 ml/h 27 ml/h 31 ml/h 35 ml/h
0.3 mg/kg/h 23 ml/h 28 ml/h 32 ml/h 37 ml/h 42 ml/h
0.35 mg/kg/h 27 ml/h 32 ml/h 38 ml/h 43 ml/h 48 ml/h
0.4 mg/kg/h 31 ml/h 37 ml/h 43 ml/h 49 ml/h 55 ml/h
II. Opiáceos:
Son potentes analgésicos, pero moderados sedantes dosis dependiente. A dosis
mayores puede originar amnesia y pérdida de conciencia. Deprimen el centro res-
piratorio y a nivel cardiovascular disminuye la tensión arterial y la frecuencia car-
diaca, siendo bastante estables hemodinámicamente. Otros efectos son rigidez
muscular y miosis (excepto la Meperidina que causa midriasis).
Se utilizan cuando se precisa una analgesia intensa y asociados a benzodiacepi-
nas cuando además se pretenda sedar al paciente.
Opiáceo Presentación Potencia Bolo Perfusión
®
Morfina (Cl. Mórfico ) 10 mg = 1 ml 1X - iv. 2- 10 mg 1-4 mg/h
Meperidina 100 mg = 2 ml 1/8 X - im 50- 100 mg 0,5- mg/kg/h
(Dolantina®) - iv 20-50 mg
Fentanilo (Fentanest®) 0.15 mg = 3 ml 100 X - iv 0.05-0.2 mg/h 0.07-0.2 mg/h
Remifentanilo
Opiáceo de última generación mucho más potente que la morfina y el fentanilo
que presenta como principal ventaja su eliminación ultracorta (5-10 min.) , sin de-
jar analgesia residual convirtiéndolo en el fármaco ideal para sedaciones cortas y
pruebas diagnósticas. Como principales efectos secundarios presenta la hipoten-
sión y en raras ocasiones rigidez muscular. Asociado a Propofol permite reducir
las dosis de ambos, mantener ventilación espontánea y una rápida recuperación.
Una pauta sencilla de utilización según nuestra experiencia consiste en:
1. Remifentanilo 0,05-1mcg/kg/min.
2. Propofol ( TCI) , a concentración diana 0,4-0,8 mcg/ml.
3. Analgesia con AINE, previo a la finalización del procedimiento.
Perfusión de Ultiva® (50 mcg/ml: diluir 1amp de 5mg en 100 ml de SF 0.9%)
Ritmo de infusión Peso del paciente ( Kg.)
(mcg/kg/min) 50 60 70 80 90 100
- 0.05 3.0 3.6 4.2 4.8 5.4 6.0
- 0.1 6.0 7.2 8.4 9.6 10.8 12.0
- 0.5 30.0 36.0 42.0 48.0 54.0 60.0
- 1.0 60.0 72.0 84.0 96.0 108.0 120.0
- 2.0 120.0 144.0 168.0 192.0 216.0 240.0
1219
CAPÍTULO 157
Propofol
Hipnótico de acción corta (10-15 min.), con moderado efecto ansiolítico y amné-
sico. No tiene efecto analgésico .Puede producir hipotensión y bradicardia. Con-
traindicado en alérgicos a proteína de huevo.
Su administración IV es dolorosa, para evitar el dolor se utiliza vías de calibre
grueso, se inyecta de forma lenta y se puede añadir Lidocaína.
Propofol (Diprivan®)
Presentaciones de 200/20ml Bolo Perfusión
o 500 mg/50 ml i.v. o,5-1mg/kg lento 1-5mg/kg/h
Peso 50 Kg 60 kg 70 kg 80 kg 90 kg
Perfusión
1 mg/Kg/h 5 ml/h 6 ml/h 7 ml/h 8 ml/h 9 ml/h
2 mg/kg/h 10 ml/h 12 ml/h 14 ml/h 16 ml/h 18 ml/h
3 mg/kg/h 15 ml/h 18 ml/h 21 ml/h 24 ml/h 27 ml/h
4 mg/kg/h 20 ml/h 24 ml/h 28 ml/h 32 ml/h 36 ml/h
5 mg/kg/h 25 ml/h 30 ml/h 35 ml/h 40 ml/h 45 ml/h
Ketamina
Agente con actividad analgésica y broncodilatadora. No produce inestabilidad
hemodinámica. Se ha relacionado con sensación de disconfort y fenómenos aluci-
natorios, con dosis mayores de 2 mg/kg. Para disminuir la incidencia de estas se-
cuelas se asocia la administración de una benzodiacepina.
Se utiliza como sedante y analgésico en procedimientos cortos. Está contraindica-
do en hipertensión intracraneal, glaucoma y cardiopatía isquémica.
Ketamina (Ketolar®)
Bolo
Presentación de 100 mg/ml - iv 0.2 –0.4 mg/kg, repetir cada 10- 15 min. si es necesario.
- im. 2- 4 mg/kg
Tiopental
Barbitúrico de acción corta (3-4 min.). Constituye el grupo más antiguo de sedan-
tes y aunque hoy están prácticamente en desuso siguen teniendo indicaciones muy
concretas como la hipertensión intracraneal. No son analgésicos y tienen un efec-
to vasodilatador y de depresión miocárdica.
Tiopental (Pentotal sódico®).
Ampollas de 10ml con 1gr. Dosis de carga Perfusión
(100mg/ml) 3-5 mg/kg 1-5mg/kg/h
Etomidato
Es un agente hipnótico tipo Imidazol. Tiene unos efectos de depresión miocárdica
mínimos por lo que está indicado en intubación de enfermos inestables hemodiná-
micamente. Considerado el fármaco ideal para cardioversiones. No tiene efecto
analgésico. Sus efectos secundarios son mioclonías, náuseas y vómitos e irritación
venosa.
Etomidato ( Hypnodate ) ampollas de10ml con 20 mg
Dosis de 0.1-0.3 mg/kg/i.v. lento
Haloperidol
Su uso está indicado en deprivación alcohólica y paciente con agitación psicomotriz.
Haloperidol (Haloperidol Esteve®)
Ampollas de 5 mg/ml Bolo Perfusión
2- 10 mg 1- 5 mg/h
Perfusión de Haloperidol
Dilución: 10 amp en 250 ml de SF0,9 % o SG 5% (O,2 mg/ml )
1 mg/h ..........................................5 ml/h
2 mg/h .........................................10 ml/h
3 mg/h...........................................15ml/h
4 mg/h......................................... 20 ml/h
5 mg/h........................................ 25 mg/h
ANTAGONISTAS
Flumacenil (Anéxate® 1 mg.=1 ml).
Se caracteriza por un rápido comienzo de acción y una vida media corta, menor que
la de las benzodiacepinas, por lo que hay que tener en cuenta la posibilidad de que
aparezca una resedación.
Naloxona (Naloxone® Abelló 0,4 Mg. = 1 ml).
Antagonista competitivo de los receptores opiáceos. Puede revertir la analgesia, hi-
pertensión, arritmias, edema pulmonar, delirio o síndrome de abstinencia. Su vida
media (15-40 min.) es menor que la mayoría de los opiáceos, lo que obliga a man-
tener vigilancia del paciente, una vez revertida la situación de emergencia. La inver-
sión de la depresión respiratoria se produce en 1-2 min. y dura 30-60 min. En pa-
cientes con tratamiento opioide crónico, administrar lentamente ya que puede
desencadenar un síndrome de abstinencia.
Antagonistas
Antagonistas Bolo Perfusión
Flumacenil (Anexate®) i.v 0.2 mg en 15 seg. Pudiendo repetir 0.1-0.4 mg/h
Ampollas de 0.5 mg= 5ml 0.1mg/min., hasta un máximo de 1 mg
Naloxona(NaloxoneAbelló®) i.v. 0.4 mg cada 2-3 min., hasta un 0.2-0.8 mg/h
Ampollas de o.4 mg= 1ml máximo de 2 mg
1221
CAPÍTULO 157
RELAJANTES MUSCULARES
Su uso en urgencias se limita a facilitar la intubación endotraqueal y la tolerancia a
la ventilación mecánica. El paciente debe estar adecuadamente sedado.
Relajantes musculares
Relajantes Succinilcolina Vecuronio(norcuron®) Cisatracurio
musculares (Mioflex®) vial de 10 mg a diluir (nimbex®) Amp. De
Amp. 500mg=10ml en 10 ml 20 mg= 10 ml
Dosis intubación 1- 1.5 mg/kg 0.1 mg/kg 0.15 mg/kg
Inicio de acción 45- 90 seg. 3 min. 2 min.
Recuperación 95% 10- 15 min. 45 min. 45 min.
Dosis 0.2- 0.5 mg/kg se usa 0.02 mg/kg 0.03- 0.05 mg/kg
mantenimiento en dosis única cada 20 min.. cada 20 min.
Perfusión 0.6- 2 mcg/kg/min. 0.06-0.18 mg/kg/h
BIBLIOGRAFÍA
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▲ F. Bustos Molina, A. Cortes Uribe. Utilización del Remifentanilo en CMA.Puesta al día en
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1223
CAPÍTULO 158
Capítulo 158
EL PACIENTE GERIÁTRICO EN URGENCIAS
C. Murillo Gayo - N. Parras García de León
INTRODUCCIÓN
▲ No existen enfermedades únicas de la senectud, aunque algunas puedan ser más
frecuentes; lo que cambia en estos casos no es el tipo de patología, sino el sujeto
que las padece y las consecuencias funcionales, psíquicas y sociales que tiene el
enfermar.
▲ La población anciana considerando como tal, aquellos con edad por encima de los
65 años, constituyen el subgrupo de población con mayor índice de frecuentación
de los Servicios de Urgencias hospitalarios (25%-40%).
▲ La existencia de deterioro funcional, el estado socioeconómico y la ancianidad ex-
trema, son los factores que más influyen en el índice de frecuentación hospitalaria.
▲ Los motivos más frecuentes de consulta, son los traumatismos, la insuficiencia res-
piratoria y el deterioro del estado general.
▲ Los ancianos suelen acudir a los Servicios de Urgencias refiriendo síntomas ines-
pecíficos o bien patologías graves y en las situaciones más extremas, convirtién-
dose así en un candidato potencial al ingreso hospitalario (hasta seis veces más
frecuente que en el joven).
▲ Para proporcionar una atención eficaz desde el Servicio de Urgencias al anciano,
existen una serie de puntos que debemos tener en consideración:
a) Comorbilidad presente, entendida como el conjunto de enfermedades y disca-
pacidades existentes previamente y/o que acontecen en el momento de acudir
a Urgencias.
b) La presentación clínica atípica, así como los cambios fisiopatológicos que ocu-
rren durante el envejecimiento, hacen al anciano especialmente vulnerable an-
te la enfermedad.
c) La polifarmacia y la susceptibilidad de reacciones adversas a los fármacos.
d) Las modificaciones del entorno que incidirán en el desarrollo y progresión de la
enfermedad.
■ Existen unos datos propios del anciano, que van a condicionar la evolución de los
procesos infecciosos por su mal pronóstico (edad extrema, comorbilidad, malnu-
trición, deterioro funcional previo, linfopenia absoluta (<1.000/mm3), fiebre ele-
vada o hipotermia...)
a. Valoración física
Se pretenderá como objetivo básico obtener información acerca de la situación
funcional y calidad de vida del anciano, intentando identificar cualquier incapaci-
dad que incida en su salud. Existen múltiples escalas de cada una de las áreas a
analizar, en el caso concreto de Urgencias se usarán medidores sencillos y rápi-
dos, como es el índice de KATZ (Cuadro 158.5), Barthel, etc.
Considerar otros factores, como la marcha, la agudeza visual, auditiva, si es por-
tador de sonda, etc.
b. Valoración Psíquica
Describiremos presencia o no de alteraciones cognitivas y/o de memoria, capaci-
dades verbales, cambios de personalidad y de afectividad. Una escala sencilla que
ayuda a valorar de manera subjetiva la presencia o no de deterioro es el Test de
Pfeiffer.
1227
CAPÍTULO 158
c. Evaluación Social
Es fundamental en el Servicio de Urgencias que el médico realice una evaluación
básica sobre las condiciones de vida y ambientales del anciano, porque cuando se
producen los problemas clínicos, la problemática social latente se manifiesta en to-
da su intensidad.
Existe un grupo de ancianos de alto riesgo: los que viven solos, cuando no existe
cuidador principal, si viven itinerantes con los hijos, los muy incapacitados, y la
presencia de problemática económica.
RECUERDA
Es imprescindible transmitir la importancia de considerar al anciano en su conjunto,
como una entidad multidisciplinar, teniendo en cuenta que de nuestra actitud en Ur-
gencias, dependerá no sólo su evolución inmediata y posterior, sino también el ma-
nejo y uso adecuado de los recursos sanitarios.
BIBLIOGRAFÍA
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ferenciales de la enfermedad de los ancianos. Fragilidad. Medicine. 1999;7:5789-96
1231
CAPÍTULO 159
Capítulo 159
EL PACIENTE PALIATIVO EN URGENCIAS
M. Cabrera Pajarón - I Boyado Sánchez - M. Mareque Ortega
INTRODUCCIÓN
Los cuidados paliativos se definen como la atención activa e integral a los pacientes
que presentan una enfermedad avanzada, progresiva e incurable (enfermedad ter-
minal). El objetivo de los cuidados paliativos es conseguir la máxima calidad de vida
para los enfermos y sus allegados. La OMS establece que los tratamientos curativos y
paliativos no se excluyen y que la calidad de vida de estos enfermos aumentaría no-
tablemente, si tuviesen acceso a los cuidados paliativos a lo largo de todo el proceso
de su enfermedad, proponiendo el modelo reflejado en la siguiente figura:
TRATAMIENTO CURATIVO
factores físicos, emocionales y sociales que influyen en la percepción del dolor y que
debemos abordar ya que condicionan la respuesta de éste al tratamiento.
Para el control del dolor se utiliza la escalera analgésica de la OMS que consta de
3 escalones, compuestos por distintos tipos de fármacos, dispuestos de menor a
mayor potencia analgésica.
OPIOIDES POTENTES
(MORFINA,FENTANILO
METADONA,MEPERIDINA)
+/- Coanalgésicos
OPIOIDES DÉBILES +/- No opioides
(CODEÍNA, DIDROCODEÍNA
TRAMADOL)
NO OPIOIDES
+/- No opioides
(AAS, AINES)
+/- Coanalgésicos
+/- Coanalgésicos
▲ DEPRESIÓN
“El sufrimiento del paciente con enfermedad terminal aumenta en presencia de de-
presión, por lo cual su alivio es tan importante como lo es el alivio del dolor “. Pa-
ra el tratamiento de la depresión emplearemos: Psicoterapia individual o grupal,
técnicas de relajación y antidepresivo:
– ISRS son eficaces y tienen pocos efectos indeseables cardíacos y anticolinérgicos,
Sertralina (Besitrán®) 50 mg/día, Paroxetina (Seroxat®) 20 mg/día, Fluoxetina
(Prozac®) 20 mg/día.
– Antidepresivos heterocíclicos, Trazodona (Deprax®) 50 mg/día posee además
efecto sedativo en caso de que el paciente asocie insomnio y agitación.
– Antidepresivos tricíclicos, Amitriptilina (Tryptizol®) puede ser útil por su efecto se-
dante su dosis inicial es de 25 mg diarios.
▲ SÍNDROME CONFUSIONAL
Produce gran desconcierto en la familia por lo que es necesario explicar la situa-
ción. El diagnóstico se basa en la presencia de los síntomas siguientes: alteración
de la conciencia y de la atención, trastorno cognitivo global (percepción, pensa-
miento, memoria), hiperactividad y/o hipoactividad, alteración emocional (miedo,
euforia) y alteración del ciclo sueño- vigilia. Si suponemos que la causa puede ser
farmacológica debemos suspender o disminuir al fármaco causante, si se debe a
agitación valorar pautar benzodiacepinas, si aparecen alucinaciones o síntomas
psicóticos los fármacos empleados son neurolépticos como Haloperidol o Risperi-
dona (Risperdal®) o benzodiacepinas tipo Loracepam (no recomendable en ancia-
nos porque puede causar excitación paradójica). Una alternativa al Haloperidol en
pacientes agitados o angustiados debido a su mayor poder sedante es la Clorpro-
macina. Si es necesario la sedación se puede usar Midazolam (Dormicum ®).
▲ INSOMNIO
Hay que tratarlo enérgicamente porque disminuye el umbral del dolor.
Se emplean técnicas de relajación, terapia ocupacional, y fármacos como las ben-
zodiacepinas. Si la actividad hipnótica se quiere limitar al período nocturno se
emplean benzodiacepinas de vida media corta como Alprazolam (Trankimazin®)
0‘25-2 mg cada 6-8 horas u Oxacepam (Adumbrán®) 10/15 mg cada 6-8 h. Si su
efecto se quiere prolongar o existe un estado de ansiedad importante emplear ben-
zodiacepinas de vida media larga como Diazepam (Valium®) 2´5/10 mg cada 8
ó12 horas o Clorazepato Dipotásico (Tranxilium®) 7´5- 30 mg cada 12 horas.
ALIMENTACIÓN E HIDRATACIÓN
La estrategia terapéutica ante la anorexia se basa en: desmitificar la importancia de la
comida, consejos dietéticos (fraccionar tomas, eliminar las restricciones, cuidar el gusto),
prestar adecuada atención a los cuidados de la boca, al control de las náuseas, facilitar
el vaciamiento gástrico. Los fármacos más empleados para aumentar el apetito son:
▲ Corticoides (Dexametasona 2-4 mg cada 24 horas) cuyo efecto puede disminuir a
las 4–6 semanas de su uso.
▲ Acetato de Megestrol (Megefren®) 160 mg cada 8-12horas.
La hidratación del paciente terminal es un tema muy controvertida. Algunos autores
consideran la deshidratación beneficiosa ya que contribuye a la disminución de la
conciencia, produciéndose una menor percepción del dolor y de otros síntomas por
parte del paciente. Otros autores opinan que la hidratación vía subcutánea asegura
1239
CAPÍTULO 159
HEMORRAGIA MASIVA
Algunos tumores, sobre todo de pulmón, cabeza y cuello, pueden producir hemorra-
gias masivas catastróficas. Debemos intentar anticiparnos y advertir a la familia. Si la
hemorragia no se controla con medidas locales puede resultar prudente una sedación
de emergencia con Midazolam (Dormicum®) 5-20 mg iv.
BIBLIOGRAFÍA
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▲ Villa. L et al. Medimecum 2000. 5ª edición. ADIS Editores. P 548-559.
1240
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 160
ACTITUD ANTE UN ACCIDENTE CON MATERIAL
BIOLÓGICO
J. Troya García - E. Muñoz Platón - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
Aunque hay más de 20 enfermedades que se transmiten por sangre, fluidos sangui-
nolentos u otros fluidos corporales (pericárdico, peritoneal, pleural, sinovial, cerebro-
espinal, amniótico, semen, secreciones vaginales), sólo vamos a ocuparnos en este te-
ma de las más importantes: infección por el virus de la hepatitis B (VHB), infección por
el virus de la hepatitis C (VHC) y de la infección por el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH). Es necesario recordar que el método más efectivo para prevenir la in-
fección por estos virus es evitar la exposición a los mismos. Las medidas que utiliza-
mos para realizar profilaxis postexposición no deben nunca suplir a las utilizadas pa-
ra evitar la exposición, “precauciones universales” (utilización de guantes, material
desechable, vacuna frente al VHB, preservativo y otras).
En los últimos años diversas instituciones (CDC, OSHA), han difundido protocolos de ac-
tuación ante accidentes con material biológico dentro del ámbito sanitario (exposiciones
ocupacionales); no obstante no existen datos fiables que nos permitan hacer recomen-
daciones claras fuera del ambiente laboral sanitario (exposición no ocupacional).
En nuestro Hospital es el Servicio de Medicina Preventiva el que se encarga de ma-
nejar y hacer el seguimiento posterior de estas exposiciones accidentales. Al no estar
disponibles sus servicios durante las 24 horas del día, en muchas ocasiones es nece-
sario iniciar la valoración del riesgo y las medidas oportunas para evitar el contagio
antes de que se le pueda consultar, dado que estas situaciones deben ser considera-
das una Urgencia médica.
en USA y hay más de 138 posibles que no han podido confirmarse definitivamente.
En España se han descrito 5 casos confirmados. El personal sanitario que más ries-
go presenta es la enfermería, seguido de técnicos de laboratorio, clínicos y otros.
Los fluidos que suponen riesgo de transmisión son:
– Sangre.
– Semen, secreciones vaginales y otros fluidos corporales contaminados con sangre
visible.
– Líquido cefalorraquídeo, sinovial, pleural, peritoneal, pericárdico y líquido amnió-
tico (riesgo indeterminado de transmisión).
– Concentrados de virus en los laboratorios de investigación.
Las exposiciones que más riesgo tienen para contagio de VIH son:
– Un pinchazo profundo (cuanto más profundo y sobre todo si es una aguja hueca
se ha demostrado que se transfiere más sangre).
– Un pinchazo con un dispositivo que está visiblemente contaminado con sangre del
paciente.
– Un pinchazo con una aguja u otro dispositivo que ha estado colocado en una ve-
na o en una arteria del paciente.
– Paciente fuente que tiene una enfermedad terminal, probablemente por tener con-
centraciones de virus más elevadas en sangre.
– Hay alguna evidencia de que el sistema inmune de la persona accidentada tam-
bién influye en el riesgo de contagio.
El riesgo medio de transmisión del VIH tras una exposición percutánea es de un 0.3%
y de un 0.09% después de una exposición a mucosas. Se han documentado casos de
transmisión a través de piel aparentemente sana, pero el riesgo de adquisición a tra-
vés de esta vía no está cuantificado; probablemente es menor que el de una exposi-
ción a mucosas. Entre el personal sanitario que seroconvierte tras una exposición al
VIH el 80% experimentan el síndrome de infección aguda por VIH tras una mediana
de 25 días y la seroconversión tras una mediana de 46 días tras la exposición.
▲ DEFINICIONES
Trabajador de la salud. En este capítulo lo definimos como cualquier persona cu-
yas actividades se desarrollen en el ámbito sanitario, en contacto con el paciente
o con sangre u otros fluidos corporales (médicos, personal de enfermería, auxilia-
res, celadores, voluntarios, estudiantes, técnicos de laboratorio y otros) así como
personas que trabajen en el laboratorio con concentrados de virus.
Fuente. Persona que potencialmente puede transmitir estos virus.
Exposición. Situaciones que supongan algún riesgo de contagio por alguno de es-
tos virus:
– Lesión percutánea (pinchazo con aguja, objeto cortante).
– Salpicaduras en mucosas.
– Contacto en piel no intacta (heridas, abrasiones, dermatitis).
– En algunos casos contacto con piel sana: gran cantidad de sangre y exposición
prolongada (varios minutos).
▲ PROFILAXIS PRE-EXPOSICIÓN. Actualmente sólo puede realizarse profilaxis pre-
exposición frente al VHB (vacuna), no así con VIH y VHC. Todos los trabajadores
con riesgo de exposición al VHB deberían estar vacunados. Existen dos vacunas
en el mercado actualmente: Engerix-B de la que se administran 20 mcg im en el
1243
CAPÍTULO 160
No PPE
1. Una fuente se considera negativa para VIH si hay documentación de Ac anti-VIH, PCR-
VIH o Ag p24 de VIH negativos en el momento de la exposición o cercano a ella y no
hay evidencia clínica de infección aguda por VIH reciente.
2. Una fuente es considerada positiva si hay evidencia de infección por VIH detectado por
una prueba de Ac, PCR para VIH o Ag p24.
1246
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Si No No hay
necesidad
de PPE
NE 1 NE 2 NE 2 NE 3
3. OMPI se refiere a semen, secreciones vaginales, LCR, líquido pericárdico, pleural, sino-
vial, amniótico o tejidos. En general el riesgo de contagio es muy bajo pero hay que va-
lorar cada caso individualmente.
4. El contacto con la piel intacta se considera que no tiene riesgo de transmisión. Sin em-
bargo, si la exposición fue a sangre con gran cantidad de volumen, afectando a amplias
zonas y de varios minutos de duración debe considerarse de riesgo.
1247
CAPÍTULO 160
den extrapolar datos de las exposiciones ocupacionales; por ejemplo, en los usuarios
de drogas por vía parenteral (UDVP) se transfiere más sangre que tras una exposi-
ción percutánea ocupacional. Generalmente se recomienda PPE cuando el riesgo tras
una exposición esporádica es igual o superior a 0.30% (sobre todo exposiciones pa-
renterales y anal receptiva). Si el riesgo es moderado (0.10-0.30%) no se debe re-
comendar PPE, pero se debe informar de los riesgos y beneficios individualizando los
casos y teniendo en cuenta las preferencias de los pacientes. En situaciones de bajo
riesgo (< 0.10%) se debe informar que la PPE no está recomendada. A continuación
se describen algunas situaciones en relación con la exposición al VIH:
¿Qué hacer si nos consulta una persona que ha compartido una jeringa con un
compañero infectado por el VIH?. Debemos recomendar PPE. Si el status de la
fuente es desconocido la probabilidad de que sea positivo será estimado sobre la
base de la seroprevalencia local de infección VIH entre la población de UDVP. En
nuestro medio es difícil calcular la prevalencia en esta población por lo que reco-
mendamos PPE. Dado que esta situación sería de más riesgo que un NE 3 de las
exposiciones ocupacionales lo aconsejado sería triple terapia.
¿Qué hacer ante un contacto sexual anal receptivo con un varón VIH positivo?.
Es una situación de alto riesgo. Lo correcto es recomendar PPE y sería razonable
utilizar triple terapia.
¿Qué hacer ante una relación heterosexual vaginal esporádica sin preservativo
con una pareja con infección por VIH?. Sería de riesgo medio sobre todo si la
fuente es el varón. No se recomienda, pero se debe ofrecer PPE, informar de los
riesgos y beneficios y dejar que lo decida el paciente. Si decide tomarlo recomen-
daríamos el régimen básico. En cada situación individual debemos considerar los
factores que pueden incrementar la infectividad del VIH tales como la presencia de
sangrado, trauma o enfermedades de transmisión sexual.
¿Qué hacer ante una relación heterosexual esporádica con una persona cuyo
status VIH es desconocido?. El riesgo es bajo aunque más alto para la mujer. De-
penderá también de si existen otras prácticas de riesgo. En principio no se reco-
mienda PPE, pero si el paciente insiste se le ofrecerá el régimen básico y si es po-
sible se les investigará para Ac anti-VIH a los dos. Si es negativo el estudio se
suspenderá la PPE.
¿Qué hacer ante una relación sexual oral insertiva o receptiva con una persona
infectada?. El riesgo es muy bajo aunque está descrita la transmisión. No se debe
recomendar ni ofrecer PPE ni siquiera cuando haya eyaculación.
¿Qué hacer si nos consulta una persona por exposiciones repetidas sexuales o
parenterales?. No se debe recomendar ni ofrecer PPE. No es conocida la efectivi-
dad de la profilaxis continua y tiene riesgo de efectos secundarios severos además
de ser cara. Se le debe aconsejar que tome medidas para evitar la exposición.
¿Qué hacer ante un caso de violación?
Se recogerá una Historia Clínica enfocada a los hechos y de los antecedentes de
alergias, vacunaciones, métodos anticonceptivos así como la fecha de la última
menstruación. Haremos una exploración general y ginecológica. Se tomarán culti-
vos de la zona vaginal, perianal u oral según el sitio de penetración para gono-
coco y Chlamydia (de la zona oral sólo para gonococo); recogeremos una mues-
tra para serología de VHB, VHC, VIH y sífilis así como una prueba de embarazo
para mujeres en edad fértil.
1250
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
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▲ Gerberding JL. Occupational Exposure to HIV in Health Care Settings. N Engl J Med
2003;348:826-33.
1251
APÉNDICE 1: VALORES DE REFERENCIA
INTRODUCCIÓN
En este capítulo presentamos una relación de las determinaciones de laboratorio que
realizamos en nuestro Hospital (CHT), así como de los valores de referencia que usa-
mos para cada una de ellas. Dichos valores dependen del método empleado, por lo
que son susceptibles de cambiar si así lo hace el instrumental de nuestro laboratorio.
El CHT dispone de un sistema informático que permite consultar los resultados de las
analíticas, accediendo desde el Área Clínica de la Intranet. Éste tiene la ventaja de
mostrar los resultados en tiempo real.
Parámetros que se alteran en el suero hemolizado:
Durante el proceso de extracción de la muestra puede producirse una hemólisis me-
cánica de la misma y pueden verse afectados, bien por liberación al suero desde el
hematíe o bien por interferencia con la técnica, los siguientes parámetros analíticos:
CPK, GOT, LDH, Magnesio, Osmolaridad, Potasio, Colinesterasa y otras determina-
ciones (dependiendo del grado de hemólisis y del método utilizado).
Este fenómeno puede ocurrir sin hemólisis visible y puede resultar del contacto pro-
longado entre células y suero.
2. GASOMETRÍA
Se emplea sangre total heparinizada. Una vez realizada la extracción debe en-
viarse sin demora la jeringuilla tapada y sin aguja al laboratorio (preferiblemente
en mano).
Debe evitarse el empleo de torniquete cuando se tomen muestras para análisis de ga-
ses en sangre. El éstasis provocado lleva a un aumento del pH, disminuye la pO2 y
aumenta la pCO2.
Prueba Valores normales
pH 7.35-7.45 (venosa: 7.33-7.43)
PO2 80-105 mmHg (venosa: 30-50 mmHg)
PCO2 35-45 mmHg (venosa: 38-50 mmHg)
HCO3 22-26 mmol/L (venosa: 23-27 mmol/L)
ABE +/- 2 mmol/L
SBE +/- 3 mmol/L
SBC 22-26 mmol/L
Saturación O2 94-100 % (venosa: 60-85 %)
Carboxihemoglobina No fumadores 0.5-1.5 % Hb. total
Fumadores Hasta 10%
Nivel tóxico >20%
Metahemoglobina 0.2-0.6 %
Oxihemoglobina 94-99 %
3.-DETERMINACIONES DE FÁRMACOS
Es muy importante que el clínico informe del tratamiento farmacológico que está re-
cibiendo el paciente, así como si ha recibido preparados a base de anticuerpos mo-
noclonales de ratón con fines diagnósticos o terapéuticos, ya que el paciente puede
haber desarrollado anticuerpos que interfieren en el inmunoensayo.
Prueba Valores normales
Carbamacepina 4-10 microg/ml
Ciclosporina Post-tratamiento 150-300 ng/ml
Mantenimiento 100-250 ng/ml
1257
APÉNDICE 1: VALORES DE REFERENCIA
4. DETERMINACIONES EN ORINA
En las mujeres gestantes los niveles de BHCG en orina aumentan entre 9 y 12 días
después de la primera falta. Muestras de orina muy diluidas pueden dar falsos ne-
gativos, por lo que se recomienda recogida de orina de la primera hora de la ma-
ñana. Los conservantes de la orina que reducen el pH por debajo de 3 causan inter-
ferencias.
Tóxicos: se recoge una muestra de orina en tubo de sistemático.
Urea Muestra aleatoria 7.49-21.4 g/L
Uroporfirinas Muestra 24 horas <35 g/24H
Zinc Muestra 24 horas 110-800 microg/24H
5.-DETERMINACIONES EN LÍQUIDOS
Todos los líquidos se recogerán en tubos con tapón verde (heparina de litio) a excep-
ción del LCR, que puede recogerse en tubo de bioquímica sin gel separador. Una vez
realizada la extracción deben entregarse al laboratorio sin demora y en mano (en ca-
1259
APÉNDICE 1: VALORES DE REFERENCIA
LÍQUIDO PLEURAL
Prueba Valores normales
Recuento celular Leucocitos < 1.000 leucos/mm3
Glucosa Dif. (Suero - Liq.) < 30 mg/dl
Adenosín deaminasa (ADA) < 40 U/L
LÍQUIDO SINOVIAL
Prueba Valores normales
Recuento celular Leucocitos < 200 leucos/mm3
Glucosa Dif. (Suero - Liq.) < 10 mg/dl
LIQUIDO ASCÍTICO
Prueba Valores normales
Recuento celular Leucocitos < 300 leucos/mm3
6. BIOPSIA HEPÁTICA
7. DETERMINACIONES HEMATOLÓGICAS
8. OTRAS DETERMINACIONES
Análisis cualitativo de cálculos urinarios
Cuerpos reductores en orina y heces
Sangre oculta en heces
Screening de aminoácidos
D -- moderadas: 370
-- graves y muy graves: 371
Dacriocistitis aguda: 979 Diarrea aguda. Deshidratación (pediatría):
DCI: 82 1055-1061
Debilidad aguda simétrica: 509-523. --- --- ---- , clasificación según
----- asimétrica cuadro: 64.1 509 clínica: 1056
----- localización anatómica Cuadro 64.2: 510 Diátesis hemorrágica: 699-704
Decerebración: 173 Dificultad respiratoria en el niño: 1079-1087
Decorticación: 173 ---- ---- -- -- ---, síntomas guía: 1082
Defensa: 363. ---- ---- alta: 1084
Déficit de agua (cálculo): 776, 797 Dímero D: 339, 702
--- -- bicarbonato (cálculo): 765, 797 Diplopia: 523, 979
--- -- sodio (cálculo): 773 Diplopia, nistagmus y pérdida visual: 523-528
--- -- volumen extracelular (cálculo): 733. Disección aórtica: 269, 273
Déficit isquémico neurológico reversible -clasificación de Bakey y Stanford: 273
(RIND): 456 -- Algoritmo de manejo: 274
Déficit neurológico agudo: 457 Disestesia: 1203
-(Cuadro 57.4): 457 Disminución de la agudeza visual (algoritmo
Degeneración Leiomiomatosa: 1156 diagnóstico): 980
Dehiscencia , herida por arma blanca o de Disnea en Urgencias: 287-304.
fuego: 947 --- actitud inicial (Figura 29.1): 29
Delirium: 477-454. --- aguda: 288.
-- Definición: 447 -- algoritmo de actuación (Figura 29.2):
--- tremens: 449, 1171, 1173 294
Demencia: 452. -- tratamiento: 297
--- terminal: 170. --- crónica: 288.
Dengue: 660 -- Causas de reagudización (Tabla 29.6):
Densidades radiológicas: 97. 293
Depresión: 170. --- de causa laríngea: 967-969
---- severa: 1162 --- datos de alarma (Tabla 29.2): 289
---- en el paciente paliativo: 1237 --- grados (Tabla 29.1): 288
Depresión del automatismo sinusal: 215 --- en paciente paliativo: 1237
Dermatitis atópica: 1069 --- patrones clínicos (Tabla 29.3, 29.4):
Derrame pleural: 351-354. 290, 291.
--- --- radiológico: 106. Disociación AV: 226
--- --- algoritmo diagnóstico: 353. Displasia arritmogénica de ventrículo derecho:
Desastre (definición): 45 248
---- conceptos clave: 46 Disquinesia tardia: 1165
Descompensación EPOC (Cuadro 33.1. Distensión abdominal: 361
Criterios de): 319 -- de la vía urinaria: 744
Desequilibrio: 487. Distonías agudas: 495-498, 1164
Desfibrilación 81, 138, (pediatría): 1027 -- clasificación Cuadro 61.1 61.2: 495, 496
Desfibrilador implantable 81, 230, 231 -- Fármacos responsables Cuadro 61.3: 497
---- manual: 138. -- Síntomas y signos Cuadro 61.5: 498
---- monitor: 139. Diuresis forzada (Cuadro 104.2): 817, 819
Deshidratación (pediatría) hipotónica, isotónica Diverticulitis aguda: 615
e hipertónica: 1057,. Divertículos: 241
Desobstrucción respiratoria: 83,143 ---- de Meckel: 241.
Diabetes en Urgencias: 791-800 Dolor en Urgencias: 1203-1213,
--- Mellitus: 791 --- en paciente paliativo: 1231
Diálisis: 241, 734, 939, --- , definición: 1203
-- Peritoneal 241, 740 --- por desaferenciación: 1203
Diarreas agudas: 367-372. --- agudo: 1203
--- definición: 367. --- crónico: 1203
--- etiología (Tabla 41.1): 367. Dolor abdominal y embarazo. Embarazo
-- leves: 370 ectópico: 1155-1158
1267
APÉNDICE 2: ÍNDICE DE TÉRMINOS
W
Wernicke (afasia de): 451
Wolff-Parkinson-White: 229.
Wrisberg (nervio intermediario de): 499
Y
Yersinia enterocolítica (tratamiento en
pediatría): 1060
Yeso: 880
Y.I.O.S. ( Young Infant Observation Scale):
(lactantes menores de 3 meses): 1033
Y.I.O.S. ( Young Infant Observation Scale):
(entre 3 meses y dos años): 1034
1287
APÉNDICE 3: VADEMECUM
APÉNDICE 3: VADEMECUM
J. Troya García - T. Carro García - J. L. Otero Uribe – A. Julián Jiménez
ABREVIATURAS: ®: registrado; v.o: vía oral; v.i.v: vía intravenosa; v.i.m: vía intramuscular;
v.inh: vía inhalada; v.i.inas: vía intranasal; v.r: vía rectal; v.sbc: vía subcutánea; v.t: vía tópi-
ca; caps: cápsulas; sobr: sobres; comp: comprimidos, sol: solución; supo: supositorio; susp:
suspensión; tabl: tabletas amp: ampollas; mcg: microgramos; mg: miligramos; gr: gramos;
ml: mililitros; U.I: unidades internacionales. (EFG) Disponible como genérico.
▲ AAS: (EFG) (Ácido AcetilSalicílico BAYER, Adiro®) v.o. comp de 100, 300. (Aspirina®) v.o
comp de 100 y 500 mg. (Bioplak®) v.o. comp de 125, 250mg. (Rhonal®) v.o. comp 500
mg. (Tromalyt®) v.o: caps 150 y 300 mg. (Acido AcetilSalicílico Mundogen) v.o: comp 500
mg
▲ ABACAVIR: (Ziagen®) v.o comp 300 mg, sol 100 mg/5 ml
▲ ABCIXIMAB: (REOPRO®) v.i.v 10mg/5ml
▲ ACENOCUMAROL: (SINTROM®) v.o comp 1 y 4 mg
▲ ACETATO CÁLCICO: (Royen®) v.o caps de 500 mg.
▲ ACETATO DE MEGESTROL: (MAYGACE®) v.o comp. 40 y 160 mg susp. Oral 40mg/ml.
▲ ACETAZOLAMIDA: (Edemox®) v.o comp de 250 mg.
▲ ACETILCISTEÍNA: (FLUIMIL®, FLUIMUCIL®) v.i.v amp. 300mg, v.o sol. al 2 y 4 % , comp.
100 y 200 mg, sobres 100, 200 y 600mg. (FLUMIL ANTIDOTO®) v.i.v vial 2g al 20%.
▲ ACETIL SALICILATO DE LISINA (ASC): (INYESPRIN®) v.i.v iny. 900mg. V.o granulado en 900
y 1800 mg. (EFG) (A.S.L. NORMON) v.o. polvo 1,8 g
▲ ACICLOVIR: (EFG) (Aciclostad®) v.o comp de 200 y 800 mg. (Maynar®) v.o comp de 200
mg. (Virherpes®) v.o forte susp 400 mg/5ml. v.i.v vial de 250 mg. (Virmen®) v.o forte susp
400 mg/5ml. Comp 200 mg. Comp dispers 800 mg. (Zovirax®) v.o comp de 200 y 800
mg, forte susp 400 mg/5ml. Comp dispers 200 y 800 mg. v.i.v vial de 250 mg.
▲ ÁCIDO AMINOCAPROICO: (Caproamin Fides®) v.o o v.i.v amp de 4 gr.
▲ ÁCIDO FÓLICO: (Acfol®) v.o comp de 5 mg.
▲ ÁCIDO FUSÍDICO: (Fucidine®) v.o comp de 250 mg. v.t crema y pomada 2%( tubo de 15
y 30 gr). (Fucithalmic®) v.t gel oft 1%.
▲ ACIDO NALIDÍXICO: (Acido Nalidíxico Prodes®) v.o comp 500 mg.
▲ ÁCIDO TRANEXÁMICO: (Amchafibrin®) v.o comp de 500 mg. v.i.v o v.i.m amp de 500
mg.
▲ ADENOSINA: (Adenocor‚‚ ) v.i.v: vial 2 ml = 6 mg. (Adenoscan‚‚ ) v.i.v: vial 10 ml = 30 mg.
▲ ADRENALINA: (Adreject‚‚ ) v.i.v jeringas de 2ml de 0.15 y 0.3 mg. (Adrenalina Braun®)
v.i.v amp de 1mg/1ml. (Adrenalina level‚‚ ) v.i.v jeringas de 1/1000 1ml.
▲ ALBENDAZOL: (Eskazole®) v.o comp 400mg.
▲ ALMAGATO: (Almax®) v.o comp 500mg. Forte sobr 1,5 g, susp 1g/7,5ml (fras 225 ml).
▲ ALMOTRIPTÁN: (Almográn®, Amignul®) v.o comp 12.5 mg.
▲ ALOPURINOL: (EFG) (Zyloric®) v.o comp de 100 y 300 mg.
▲ ALPRAZOLAM: (EFG) (Trankimazin®) v.o comp de 0.25, 0.5, 1 y 2 mg. Retard comp 0,5,
1, 2 y 3 mg. got 0,75 mg/ml (fras 20 ml).
▲ ALTEPLASE: (Actilyse®) v.i.v. vial liof 10 mg/10ml, 20mg y 50 mg.
▲ AMBROXOL: (EFG) (Ambrolitic®, Naxpa®) v.o caps 30 mg, sol jrbe 15 mg/5ml (fras 200
ml). (Dinobroxol®, Mucibron®) v.o jrbe 15 mg/5ml (fras 200 ml). (Motosol®) v.o comp. 30
mg, caps Retard 75 mg, sobr 60 mg, jrbe 15 mg/5ml (fras 200 ml), sol 7,5 mg/ml (fras 60
ml). (Mucosan®) v.o comp. 30 mg, caps Retard 75 mg, sobr 60 mg, jrbe 15 mg/5ml (fras
200 ml) v.i.m, v.i.v o v.s.b.c amp 15 mg.
1288
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ AMIKACINA: (EFG) v.i.v vial 62´5, 125 y 250mg/ml, sol. para perf 500mg/100ml . (Bi-
clin®) v.i.v vial 125mg/2ml y 500mg/2ml.(Amikacina Braun) v.i.v sol. para perf. 2´5, 5,
10mg/ml, vial 500mg/2ml. (Amikacina Normon) v.i.v vial 125, 250, 500mg/2ml.
▲ AMILORIDE + HIDROCLOROTIAZIDA: (Ameride®, Diuzine®) v.o comp 5 mg/ 50 mg.
▲ AMINOÁCIDOS RAMIFICADOS: (Aminosteril N Hepa 8%®) frasco de 500 ml.
▲ AMINOFILINA: (Eufilina®) v.i.v o v.i.m amp de 240 y 360 mg. supositorios de 360 mg. (Pi-
ridasmin Retard®) v.o comp 300 mg
▲ AMIODARONA: (Trangorex‚‚ ) v.o comp 200 mg v.i.v amp 150 mg.
▲ AMITRIPTILINA: (Deprelio®) v.o caps de 25 mg. (Tryptizol®) v.o comp de 10, 25, 50 y 75
mg.
▲ AMLODIPINO: (Norvas®), (EFG)(Amlodipino Kern,Geminis) v.o comp. 5 y 10 mg
▲ AMOXICILINA SÓDICA: (EFG) (Agerpen®) v.o caps y sobr de 500 mg. (Amoxaren®) v.o
caps de 500 mg. Sobr de 125 y 250 mg. (Amoxi-Gobens®) v.o caps de 500 mg. Sobr de
250, 500mg y 1 gr. Susp 250 mg/ 5ml (fras de 60 y 120 ml) v.i.v vial de 1gr. (Amoxibac-
ter®) v.o caps de 500 mg. (Apamox®, Tolodina®) v.o caps de 500 mg. Susp 250 mg/5ml
(fras de 60 ml). (Ardine®) v.o caps de 250 y 500 mg, comp. de 500 mg y 1 g. Sobr de
125, 250, 500 mg y 1 g. Susp 125 mg / 5ml y 250 mg/ 5ml (fras de 60 y 120 ml). (Bor-
balan®, Co Amoxin®, Dobriciclin®, Remisan®) v.o caps de 500 mg. (Britamox®) v.o caps
de 500 mg. Sobr de 250, 500 mg. Susp 125 mg / 5ml y 250 mg/ 5ml (fras de 60 y 120
ml). (Clamoxyl®) v.o caps de 500 mg. Comp de 750 mg y 1 g. Sobr de 125, 250, 500 mg
y 1 gr. Susp 250 mg/ 5ml (fras de 120 ml). Pedi got 100 mg/ ml (fras 20 ml). v.i.m viales
de 500 mg y 1 gr. (Eupen®) v.o caps de 500 mg. Sobr de 250, 500 mg y 1g. (Flubiotic®)
v.o sobr de 250 y 500 mg. (Hosboral®) v.o caps de 500 mg. Sobr de 500 mg. Susp 250
mg/ 5ml (fras de 60 y 120 ml). (Salvapen®) v.o caps de 500 mg. Sobr de 250 mg y 1 g.
(Superpeni®) v.o susp 250 mmg/5ml (fras de 60 ml).
▲ AMOXICILINA-CLAVULÁNICO: (EFG) (Amoclave®) v.o comp de 500/125 y 875/125 mg.
sobr de 250/62,5, 500/125 y 875/125 mg. Susp 125/31,25mg /5ml. (Amoxyplus®
Augmentine oral®, Burmicin®. Clavucid®, Clavumox®, Eupeclanic®, Kelsopen®) v.o
comp de 500/125 y 875/125 mg. sobr de 250/62,5, 500/125 y 875/125 mg. Susp
125/31,25mg /5ml. (Augmentine iv®) v.i.v viales de 500/50 mg, 1 gr/200 mg y 2
gr/200 mg. (Ardineclav®) v.o comp de 500/125 y 875/125 mg. sobr de 500/125 y
875/125 mg. (Clavepen®) v.o comp de 500/125 mg. sobr de 875/125 mg. (Duonasa®)
v.o comp de 500/125 mg. sobr de 250/62,5, 500/125 mg. Susp 125/31,25mg /5ml.
▲ AMPICILINA: (Ampiplus®) v.o caps 500 mg. (Britapén®) v.o caps 500 mg. Comp 1gr. Susp
250 mg/5ml (fras 100 ml). v.i.v 500 mg. (Gobemicina ®) v.o caps 500 mg. v.i.v 250, 500
y 1 gr.
▲ AMPRENAVIR: (Agenerase®) v.o caps 50 mg, 150 mg, sol 15 mg/ml
▲ ANFOTERICINA B: (Anfotericina B Combino P®) v.i.v vial de 50 mg. (Fungizona Endoveno-
sa®) v.i.v vial de 50 mg. (Abelcet®) v.i.v viales de 50 mg/10 ml y vial de 100 mg/20 ml.
▲ ANFOTERICINA B LIPOSOMAL: (Ambisome®) v.i.v viales de 50 mg.
▲ ANTIMONIATO DE MEGLUMINA: (Glucantime®) v.i.m, v.i.v amp 1.5 g/5ml.
▲ ANISTREPLASA: (Iminase‚‚ ) v.i.v: vial 30 UI.
▲ APOMORFINA: (Apo Go Pen®) v.sbc pluma 10 mg/ml.
▲ ASCORBATO POTÁSICO: (Boi-k®) v.o comp de 10 mEq.
▲ ASCORBATO-ASPARTATO POTÁSICO: (Boi-k aspartico®) v.o comp de 25 mEq.
▲ ATENOLOL: (EFG) (Atenolol Alter, Normon, Geminis, Blokium®,, Tanser®) v.o comp 50
100 mg. (Neatenol®) v.o comp 100 mg. (Tenormin‚‚ ) v.o comp 50 y 100 mg v.i.v amp 10
ml/ 5 mg.
▲ ATROPINA: (Atropina Braun®) v.i.v amp de 0.5 mg/1ml y 1 mg/1ml. (Atropina sulfato se-
rra‚‚ ) v.i.v: amp 1mg/1ml.
1289
APÉNDICE 3: VADEMECUM
micort Suspensión Nebulizado®) amp 0,25 y 0,5 mg/ml. (Pulmicort Turbuhaler®) polv de
100, 200 y 400 mcg/inh. (Ribujet®) v.inh aerosol 200 mcg/plus. (Neo Rinactive®) v.i.inas
aerosol 50 y 100 mcg/puls. (Oflex Nasal®) v.i.inas caps inhal 100 mcg. (Rinocort®)
v.i.inas spray 64 mcg/plus 10 ml.
▲ BUDESONIDO: (Entocord®) v.o caps 3mg. Enema 2mg.
▲ BUPREMORFINA: (TRIQUISIC®, TRANSTEC®) v.t parches transdérmicos 35, 52,5 y 70
mcg/h (SUBUTEX®) v.o comp. 8 mg y comp. Sublinguales 0,4 y 2 mg(BUPREX) v.o comp.
Sublinguales 0,2 mg v.i.v amp. 0,3 ng/ml
▲ C1 INHIBIDOR: (Berinert® P) v.i.v viales de 500 U.I.
▲ CALCITONINA: (Almirall®, Calsynar®, Hubber®) v.i.inas viales monodosis de 200 UI y
multidosis de 200 UI. v.i.m o v.sbc amp de 100 UI (Tonocaltin®) v.i.inas monodosis de 200
UI. v.i.m o v.sbc amp de 100 UI. (Ospor®, Osteobion®) v.i.nas viales monodosis de 200
UI
▲ CALCITRIOL: (Rocaltrol®) v.o caps de 0.25 y 0.50 mcg.
▲ CAPSAICINA: (Capsaicin Crem®) v.t crem 0,075% (tub 30 g). (Capsicum Farmaya®, Cap-
sidol®, Gelcen®, Katrum®) v.t crem 0,025% (tun 15 y 30 g).
▲ CAPTOPRIL: (EFG) (Alopresin®,, Capoten®, Cesplon®,, Dardex®,, Tensoprel®) v.o comp
25, 50 y 100 mg. (Capoten Cor® , Cesplon Cor®) v.o comp 12.5 mg. (Captosina®, Dila-
bar®, Garanil®) v.o comp de 25 y 50 mg.
▲ CARBAMACEPINA: (EFG) (Tegretol®) v.o comp de 200 y 400 mg.
▲ CARBIMAZOL: (Neo Tomizol®) v.o comp 5 mg.
▲ CARBÓN ACTIVADO: (Carbón activado Lainco®) v.o frascos 25 y 50 gr de polvo.
▲ CARBONATO CÁLCICO: (Caosina®): v.o sob de 2.5 gr. (Mastical®) v.o comp de 500 mg.
▲ CARVEDILOL: (EFG)(Carvedilol Ratiopharm) v.o comp. 6,25, 12,5 y 25 mg (Coropres®) v.o
comp. 6,25 y 25 mg
▲ CEFADROXILO: (EFG) (Duracef®) v.o. caps 500 mg, sobr 250 mg, susp 250 mg/5ml (fras
60 ml).
▲ CEFALEXINA: (Sulquipen®) v.o caps de 500 mg.
▲ CEFAZOLINA: (EFG) (Areuzolin®) v.i.v vial 1g. (Brizolina®) v.i.m viales de 500mg y 1g.
(Caricef®, Zolival®) v.i.m y v.i.v viales de 500 mg y 1g. (Cefadrex®) v.i.m viales de 250,
500 mg y 1g. (Fazoplex®, Tecfazolina®) v.i.v viales de 500 mg y 1g. (Kefol®) v.i.m viales
de 500 mg. v.i.v 500 mg,1 y 2 gr. (Kurgan®) v.i.m viales de 250, 500 mg y 1g. v.i.v via-
les de 1 y 2 g.
▲ CEFEPIME: (Maxipime®) v.i.v viales de 1 y 2 gr. v.im viales de 500 mg y 1 gr.
▲ CEFOTAXIMA: (EFG) (Claforan®, Primafen®) v.i.v amp de 250, 500 mg,1 y 2 gr. v.im vial
de 1 gr. (Cefotaxima Kern, Normon, RoviI) v.i.v vial de 500 mg, 1 y 2 g, v.i.m vial 1 g.
▲ CEFTAZIDIMA: (Fortam®) v.i.v viales de 500 mg. 1 y 2 gr. v.im viales de 500 mg y 1 gr.
(Kefamin®) v.i.v viales de 1 y 2 g.
▲ CEFTRIAXONA: (EFG) (Rocefalin®) v.i.v viales de 250, 500 mg y 1 y 2 gr. v.i.m viales de
250, 500 mg y 1 gr.
▲ CEFUROXIMA-AXETILO: (Nivador®, Selan®, Zinnat®) v.o comp de 125, 250 y 500 mg.
sob de 125, 250 y 500 mg. Susp 125mg/5ml y 250 mg/5ml (fras 60 ml).
▲ CEFUROXIMA: (Curoxima®) v.i.v viales de 250, 750 y 1.500 mg.
▲ CELECOXIB: (ARTILOG Y CELEBREX®) v.o cáps. 200 mg (ONSENAL®) v.o caps 400mg.
▲ CETIRIZINA: (EFG) (Alerlisin®, Zyrtec®) v.o comp de 10 mg, sol 5 mg/5ml (fras 60 y 200 ml),
got 10 mg/ml (fras 20 ml). (Virlix®) v.o comp de 10 mg, sol 5 mg/5ml (fras 60 y 200 ml).
▲ CICLOPENTOLATO: (Ciclopegic Llorens®, Colicursi Ciclopejico®) v.t colir 1%.
▲ CICLOSPORINA: (Sandimmun Neoral®) v.o caps de 25, 50 y 100mg. Sol 10% (fras 50 ml).
i.v amp 50 mg/1ml, 250 mg/5ml.
1291
APÉNDICE 3: VADEMECUM
▲ CIMETIDINA: (Fremet®) v.o comp de 200 y 400 mg, sobr 200 mg. (Mansal®) v.i.v amp de
200 mg/ 2ml. (Tagamet®) v.o comp de 200, 400 y 800 mg. v.i.v amp de 200 mg/ 2ml.
▲ CIPROFLOXACINO: (EFG) (Baycip®) v.o comp de 250, 500 y 750 mg, susp 500mg
/5ml. (Baycip Otico®) monodosis de 0.5 ml/1 mg. (Baycip i.v®) v.i.v sol para infusión de
200 mg (100 ml) y 400 mg (200 ml).
▲ CIPROFLOXACINO TÓP OFT: (Ciprofloxacino Lepori®, Ciproxina Simple®) got otic 0,3%.
(Oftacilox®) colir 0,3%, pom 0,3%.
▲ CIPROFLOXACINO TÓP ÓTIC: (Aceoto Otológico®, Cetraxal Otico®) v.t got 0,3%. (Baycip
Otico®, Ciprenit Otico®, Septociptro Otico®) v.t monodos 0,2%. (Velmonit Otico ®) v.t sol
0,2% 0,5ml.
▲ CIPROFLOXACINO-FLUOCINOLONA: (Aceoto plus®, Cetraxal Plus®) v.t got 0,3/0,025%
(fras 10 ml).
▲ CIPROHEPTADINA: (Periactin®) v.o comp de 4 mg.
▲ CISATRACURIO: (NIMBEX®) v.i.v amp. 2mg/ml y 5mg/ml.
▲ CITALOPRAM: (EFG) (Genprol®) v.o comp de 20 y 40 mg. (Prisdal®, Seropram®) v.o comp
de 20 y 30 mg.
▲ CITICOLINA: (Numatol®) v.i.v amp 500 mg/4ml. (Somazina®) v.o got 100 mg/ml (fras 30
ml) v.i.v amp de 200 mg/2ml, 500mg/4ml y 1g/ 4ml.
▲ CLARITROMICINA: (EFG) (Bremon®, Klacid®, Kofron®) v.o comp de 250 y 500 mg. .Sobr
de 250 y 500 mg. Susp 125 mg/5ml, 250 mg/5ml (fras 100 ml). v.i.v vial de 500mg. (Bre-
mon Unidia®, Klacid Unidia®, Kofron Unidia® ) v.o comp de 500 mg. (Talicix®) v.o comp.
de 500 mg.
▲ CLEBOPRIDA:(Cleboril ®, Clanzol®) v.o comp 0.5 mg y solución 0.5 mg/ml
▲ CLEMASTINA: (Tavegil®) v.o comp de 1 mg, sol 0,5 mg/5ml (fras 120 ml).
▲ CLINDAMICINA: (EFG) (Clinwas®) v.i.v amp de 300 y 600 mg. (Dalacin®) v.o caps de 150
y 300 mg. v.i.v amp de 300, 600 y 900 mg.
▲ CLOBAZAN:(Noiafrén®) v.o vomp 10 y 25 mg.
▲ CLODRONATO DISÓDICO: (Mebonat®, Bonefos®, Hemocalcin®) v.o cap de 400 mg. v.i.v
amp de 300 mg.
▲ CLOFIBRATO: (Neo-Atromid®) v.o caps de 250 y 500 mg.
▲ CLOMETIAZOL: (Distraneurine®) v.o caps de 192 mg.
▲ CLONAZEPAN: (Rivotril®) v.o comp de 0.5 y 2 mg, got 2,5 mg/ml. v.i.v amp de 1 mg/ml.
▲ CLOPIDOGREL: (Iscover®, Plavix®) v.o comp 75 mg.
▲ CLORANFENICOL: (Normofenicol®) v.i.v vial de 1 gr.
▲ CLORANFENICOL TÓP OFT: (Colicursi Cloranfenicol®, Colirio Ocul Cloranfenic®) v.t colir
0,5%. (Oft Cusi Cloramfenicol®) v.t pom 1%.
▲ CLORAZEPATO: (Dorken®) v.o comp de 5, 10 y 25 mg. (Tranxilium®) v.o comp de 50 mg,
caps de 5, 10 y 15 mg. v.i.v o v.i.m viales de 20, 50 y 100 mg.
▲ CLORHEXIDINA : (Clorhexidina Sol Acuosa®) sol 0,1 y 2% (fras 500 ml). (Clorxil®) crem
0,5% (tub 50 y 100 g). (Cristalcrom®, Curafil®, Cuvefilm®, Deratin®, Menalmina®) sol
1%. (Cristalmina®) sol 1% (fras 25, 125 ml), sol 1% monodosis 3 ml, film 1% gel (env con
30 y 100 g). (Hibimax®) sol conc 5% (fras 100 y 500 ml), crem antisep 1% (tub 50 g). (Hi-
biscrub®) sol 4% (fras 100 y 500 ml). (Septisan®) nebulizad 1% (fras 50 ml).
▲ CLORHIDRATO DE AZELASTINA: (Afluon®) sol. oftálmica y spray nasal.
▲ CLORHIDRATO DE DIFENHIDRAMINA: (Benadryl®) v.o caps de 25 y 50 mg.
▲ CLORHIDRATO DE HIDROXICINA; (Atarax®) v.o comp de 25 mg.
▲ CLORHIDRATO DE PETIDINA: (Dolantina®) amp de 100 mg.
▲ CLORPROMACINA: (Largactil®) v.o comp de 25 y 100 mg, got 40 mg/ml (1ml = 40 got;
1 got = 1mg; fras 10 ml). v.i.v amp de 25 mg/5ml.
1292
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ DIAZEPAM: (EFG) (Valium®) v.o comp de 5 y 10 mg. v.i.m o v.i.v amp de 10 mg. (Sico Re-
lax®) v.o comp de 5 mg. (Stesolid®) microenema de 5 y 10 mg.
▲ DIAZÓXIDO: (Hyperstat®) v.i.v amp 20 ml = 300 mg.
▲ DICLOFENACO: (EFG) (Di Retard®) v.o comp retard de 100 mg. (Dolo Nervobion®) v.o
caps de 50 mg. (Dolo Voltaren®) v.o comp dispers 46,5 mg. (Dolotren®) v.o comp de 50
mg, comp dispers 46,5 mg, caps retard 100 mg. v.rectal supo 100 mg. v.i.v amp 75
mg/3ml. (Luase®) v.o comp de 50. v.rectal supo 100 mg. (Voltaren®) v.o comp de 50,
comp retard de 75 y 100 mg. v.rectal supo 100 mg. v.i.v amp de 75 mg/3ml.
▲ DICLOFENACO TÓP OFT: (Diclofenaco Oftal Lepori®) v.t colir 0,1%. (Voltaren colirio®) v.t
colir 0,1%, colir monodos 0,1% 0,3 ml.
▲ DIDANOSINA: (Videx®) v.o pediatr polv 2g, 4g, caps 125 mg, 200 mg, 250 mg, 400 mg,
comp 25 mg, 50 mg, 100 mg, 150 mg, 200 mg.
▲ DIFENHIDRAMINA: (Benadryl®) v.o caps 50 mg, sol 12,5/ 5ml (fras 120 ml). v.i.v amp 50
mg. (Nytol®) v.o comp 25 mg. (Soñodor®) v.o comp 50 mg.
▲ DIGOXINA: (Digoxina®) v.o comp 0.25 mg, v.i.v amp 0.25 mg/ ml. (Lanacordin®) v.o
comp 0.25 mg, sol 0,25 mg/5ml (fras 60 ml) v.i.v amp 0.25 mg/ ml.
▲ DIHIDROCODEÍNA: (Paracodina®) v.o comp de 10 mg. jar. 12mg/5 ml (Contugesic®) v.o
comp. 60, 90 y 120 mg.
▲ DILTIAZEM: (EFG) (Angiodrox®) v.o Retard caps de 90, 120, 180 y 300 mg. (Cardiser®)
v.o Retard caps de 120, 240 y 300 mg. (Carreldon®, Cronodine®) v.o Retard caps de
120 y 240 mg. (Corolater®) v.o caps de 60, 90 y 120 mg. Retard caps de 120 mg. (Di-
laclan®) v.o caps Retard de 90, 120 y 180 mg. Caps HTA de 300 mg. (Diltiwas®, Do-
clis®) v.o comp de 60 mg, caps Retard de 120 y 240 mg.(Dinisor®) v.o comp 60 mg,
comp Retard de 120, 180 mg, caps Retard de 240 mg. (Lacerol®) v.o comp de 60 mg,
caps Retard de 120 y 300 mg. (Lacerol HTA®) v.o caps Retard de 240 mg. (Masdil®) v.o
comp 60 mg, comp retard 120 mg, caps 300 mg. v.i.v amp 25 mg/ 4ml. (Tilker®) v.o
comp 60 mg, comp Retard de 200 mg, caps liber sosten de 300 mg, caps liber sostén Re-
tard de 200 mg. (Trumsal®) v.o caps Retard de 180 mg. (Uni Masdil®) v.o caps de 200
mg.
▲ DIMERCAPROL: (BAL®) v.i.v amp de 100 mg.
▲ DOBUTAMINA: (EFG) v.i.v amp 250 mg/20 ml. (Dobucor®) v.i.v amp de 250 mg/5 ml.
(Dobutrex®) v.i.v vial de 250 mg/20 ml .
▲ DOMPERIDONA: (EFG) (Motilium®) v.o comp 10 mg, susp 5mg/5ml (fras 200 ml). v.rectal
supo 30 y 60 mg.
▲ DONEPEZILO: (Aricept®) v.o comp 5 y 10 mg.
▲ DOPAMINA: (Dopamina Grifols®) v.i.v amp 200 mg/ 5ml. (Dopamina Fides®) v.i.v amp
200 mg/10 ml.
▲ DOXEPINA: (Sinequan®) v.o caps de 25 mg.
▲ DOXICICLINA: (EFG) (Dosil®, Doxicrisol®, Doxinate®, Doxiten Bio®, Peledox®, Retens®,
Rexilen®) v.o caps de 100 mg. (Doxiclat®) v.o comp. de 100 mg. (Proderma®) v.o caps de
50, 100 y 200 mg. (Vibracina®) v.o caps de 100 m. Susp 50 mg/ 5 ml (fras 60 ml). (Vi-
bravenosa®) v.i.v amp de 100 mg/5ml.
▲ DOXILAMINA: (Dormidina®) v.o comp de 12,5 y 25 mg. sob de 25 mg.
▲ DROTRECOGINA ALFA: (Xigris®) v.i.v vial de 5 y 20 mg.
▲ EBASTINA: (Bactil®, Ebastel®) v.o comp de 10 mg, comp Forte 20 mg, sol 5mg/5ml (fras
120 ml)
▲ EDROFONIO: (Tensilón®) v.i.v amp de 10 mg. (Anticude®) v.i.v amp 25 mg/2ml.
▲ EDTA DICOBÁLTICO: (Ketocyanor®) v.i.v amp de 300mg.
▲ EFAVIRENZ: (Sustiva®) v.o caps 50 mg, 100 mg, 200 mg, comp 600 mg.
1294
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ ENALAPRIL: (EFG) (Acetensil®) v.o comp 5, 10 y 20 mg. (Baripril®, Bitensil®, Clipto®, Con-
trolvas®, Corprilor®, Crinoren®, Dabonal®, Ditensor®, Herten®, Hipoartel®, Lecatec®,
Nacor®, Naprilene®, Neotensin®, Pressitan®) v.o comp 5 y 20 mg. (Renitec®) v.o comp
5 y 20 mg. v.i.v amp 1 ml = 1 mg. (Insup®, Reca®) v.o comp 20 mg.
▲ ENOXAPARINA: (Clexane®, Decipar®) v.sbc jeringas precargadas: 0.2 ml =20 mg
(2000UI); 0.4 ml =40 mg (4000 UI); 0.6 ml =60 mg (6000 UI); 0.8 ml =80 mg (8000 UI);
100 mg/ml (10000 UI); amp 0.2 y 0.4 mg de 20 y 40 mg. (Clexane Forte®, Decipar For-
te®) v.sbc jeringas precargadas: 0.6 ml =90 mg (9000UI); 1 ml =150 mg (15000 UI); 0.8
ml =120 mg (12000 UI).
▲ EPOETINA ALFA: (Eprex®, Epopen®) v.i.v viales de 1.000, 2.000, 4.000, 10.000 UI. je-
ringas precargadas de 1.000, 2.000, 3.000, 4.000, 10.000 UI.
▲ EPTIFIBATIDA: (Integrilin®) v.i.v 0,75 y 2 mg/ml
▲ ERGOTAMINA (asoc): (Cafergot®, Hemicraneal®) v.o comp (1 mg de tartato de ergotami-
na). (Tonopan®) v.o grag ( 0,5 mg de mesilato de dihidroergotamina).
▲ ERITROMICINA: (EFG) (Bronsema®) v.o comp. 250 y 500 mg. Sobr 500 mg. (Eritrogo-
bens®) v.o comp. de 500 mg. Susp 125 mg/ 5ml (fras de 50 y 100 ml). (Largamicin®) v.o
caps de 250 mg. (Pantomicina®) v.o comp. de 500 mg. Sobr 250, 500 mg y 1 g. Forte susp
500 mg (fras 100 ml).v.i.v vial de 1g.
▲ ESCOPOLAMINA: (Buscapina®) v.o comp de 10 mg, v.r supo 10 mg v.i.v amp 20 mg/1ml
▲ ESMOLOL: (Brevibloc®) v.i.v amp 10 ml = 2.5 g, vial 10 ml = 100 mg
▲ ESPIRONOLACTONA: (EFG) (Aldactone A®) v.o comp de 25 mg. (Aldactone 100®) v.o
comp de 100 mg.
▲ ESTANOZOLOL: (Winstrol®) v.o comp de 2 mg. (Winstrol Depot®) v.i.v amp de 50 mg.
▲ ESTAVUDINA: (Zerit®) v.o caps 15 mg, 20 mg, 30 mg, 40 mg, sol 5 mg/5 ml.
▲ ESTIBOGLUCONATO SODICO: (Pentostan®) v.i.v v.i.m vial 10g/100ml.
▲ ESTREPTOKINASA: (Kabikinase®) v.i.v: vial de 250.000 UI. (Streptase®) v.i.v: vial
250.000 y 750.000 UI.
▲ ESTREPTOMICINA: (Estreptomicina Normon®) v.i.v viales de 500 + amp 4 ml y de 1 gr +
amp 4 ml. (Estreptomicina Reig Jofre®) v.i.v viales 1 gr + amp 3 ml..
▲ ETAMBUTOL: (Myambutol®) v.o comp de 400 mg.
▲ ETOMIDATO: (EFG) (Hypnomidate®) v.i.v amp. 20mg/10ml
▲ ETOSUXIMIDA: (Etosuximida®) v.o caps de 250 mg. (Zarontín®) v.o sol 250 mg/5ml (fras
200 ml).
▲ FAMCICLOVIR: (Ancivin®, Famvir®) v.o comp de 125, 250 y 750 mg.
▲ FELBAMATO: (Taloxa®) v.o comp 400 y 600 mg. Susp 600 mg/ 5ml (fras 230 ml).
▲ FENILEFRINA: Tóp nasal: (Ada®, Disneumon Mentol®, Disneumon Pernasal®, Rin Up®)
v.t. nasal spray 0,5%. Tóp oft: (Colicursi Fenilefrina®) colir 10%. (Boraline®, (Visadron®)
colir fras 10 ml. (Mirazul®) colir 0,125%, monodos 0,5%/0,4 ml. (Vistafrin®) colir 0,12%.
▲ FENITOÍNA: (Epanutin®) v.o caps de 100 mg. Susp 30 mg/5ml (fras 500ml). (Fenitoína Ru-
bio®) v.i.v amp de 250 mg/5ml y 100 mg/ 2ml. (Neosidantoína®, Sinergina®) v.o comp
100 mg.
▲ FENOBARBITAL: (Gardenal®) v.o comp 50 mg. (Gratusminal®) v.o got 126 mg/ml (fras 15
ml). (Luminal®) v.o comp 100 mg. v.i.v amp de 200 mg/ 1ml. (Luminaletas®) v.o comp de
15 mg.
▲ FENTANILO: (Durogesic®) v. transd parches de 2.5, 5, 7,5 y 10 mg. (Fentanest®) v.i.v
amp. 0,05mg/ml (Actiq®) v.o comp. 200, 400, 600, 800, 1200, y 1600 mcg.
▲ FENTOLAMINA: (Regitine®) v.i.v amp 10 mg.
▲ FEXOFENADINA: (Telfast®) v.o comp de 120 y 180 mg.
▲ FISOSTIGMINA: (Anticholium®) v.i.v amp de 2 mg.
1295
APÉNDICE 3: VADEMECUM
▲ FLECAINIDA: (Apocard®) v.o comp 100 mg. v.i.v amp 150 mg/15 ml. (Tambocor®) v.o
comp. 100mg
▲ FLUCONAZOL: (EFG) (Diflucan®, Loitin®) v.o caps de 50, 100, 150 y 200 mg. Susp 50
mg/5ml (fras35ml) y 200 mg/5ml (fras 35 ml). v.i.v viales de 2 mg/ml.
▲ FLUDROCORTISONA: (Astonin merk®) v.o comp 0.1 mg.
▲ FLUMAZENILO: (EFG) (Anexate Roche®) v.i.v amp de 0.5 mg /5 ml y 1 mg/=10 ml.
▲ FLUNARICINA: (Flerudin®, Flurpax®, Sibelium®) v.o comp 5 mg.
▲ FLUOCINOLONA ACETONIDO: (Co Fluocin Fuerte®) v.t crem 0,1% (tub 15 y 30g). (Cor-
tiespec®) v.t crem 0,025 % (tub 30 g). (Fluocid Forte®) v.t crem 0,2% (tub 15, 30 y 60 g).
(Fluodermo Fuerte®) v.t crem 0,2% (tub 30 y 60g) (Flusolgen®) v.t sol 0,025% (fras 30 ml)
(Gelidina®) v.t gel 0,025% (tub 30 y 60 g). (Synalar®) v.t espuma 0,025% (fras 60 g y tub
15 g), crema 0,025% (tubo 30 y 60 g), gamma crem 0,01% (tub 30 y 60 g), crem Forte
0,2% (tub 15 y 30 g).
▲ FLUOXETINA. (Adofen®, Prozac®) v.o comp 20 mg. (Astrin®) v.o sol 20 mg/ 5 ml.
▲ FOMEPIZOL : (Antizol®) v.i.v vial 1500 mg/ 1.5 ml
▲ FOSCARNET : (Foscavir ®) v.i vial 24 mg/ml en 250 ml.
▲ FUROSEMIDA: (EFG) v.o comp de 40 mg. v.i.v amp de 20 mg/2ml. (Seguril®) v.o comp de
40 mg. v.i.v amp de 20 mg/2ml y amp de 250 mg/25 ml.
▲ GABAPENTINA: (EFG) (Gabatur®) v.o caps de 300 y 400 mg. (Neurontin®) v.o comp re-
cub 600 y 800 mg, caps de 300 y 400 mg.
▲ GAMMAGLOBULINA: (Flebogamma®) v.i.v viales de 500 mg, 2,5 y 5 gr.
▲ G-CSF: (Neupogen®) v.i.v o v.sbc viales y jeringas de 300 y 480 mcg.
▲ GENTAMICINA: (Genta Gobens®) v.i.v viales de 80 mg/2 ml, 40 mg/2ml y 240 mg/3 ml.
(Gentamicina Grifols®) v.i.v 1,2 mg/ml. sol 0,8mg/ml (bolsa de 100 ml). (Genticina®) v.i.v
viales de 80 mg/2ml y 40 mg/2ml. (Gevramycin®) v.i.v viales de 80/2 ml, 20mg/2 ml y
240 mg/3 ml. (Rexgenta®) v.i.v vial 120 mg/3ml. (Colicursi Gentamicina®) colir 0,3%.
(Oft Cusi Gentamicina®) pom 0,3%.
▲ GENTAMICINA-BETAMETASONA: (Celestoderm Gentamicina®) v.t crem (tub de 30 y 60 g)
▲ GENTAMICINA-DEXAMETASONA: (Colicursi Gentadexa®) v.t colir (fras 10 ml).
▲ GLYPRESINA: (Glypressin®) v.i.v viales de 1 mg.
▲ GLUCAGÓN: (Glucagón-Gen Hypokit®) v.i.v vial de 1 mg.
▲ GLUCONATO CÁLCICO: (Calcium Sandoz®) v.i.v amp de 5 ml.
▲ GM-CSF: (Leucomax®) v.i.v o v.sbc viales de 150, 300 y 400 mcg.
▲ GRANISETRÓN: (Kytril®) v.o comp. 1mg y v.i.v amp. 1mg/1ml y 3mg/3ml.
▲ HALOPERIDOL: (Haloperidol Esteve®) v.o comp de 0,5 y 10 mg. sol oral 2mg/ml (20 g/ml; 1
got = 0,1 mg). v.i.m amp de 5 mg. (Haloperidol Prodes®) v.o comp de 10 mg, sol oral 2mg/ml.
▲ HEPARINA SÓDICA: (Heparina Sodica Leo®) v.i.v: vial 1% 5000 UI/ 5ml y vial 5% 25000
UI/ 5ml. (Heparina sódica Rovi®) v.i.v: vial 5.000 UI/ 5ml y 25.000 UI/ 5ml), jeringa 1ml
(25.000 UI), 0.2 ml (5.000 UI), 0.3 ml (7.500 UI).
▲ HIDRALAZINA: (Hydrapres®) v.o comp 25 y 50 mg. v.i.v 20 mg/ 1ml.
▲ HIDROCLOROTIAZIDA: (Esidrex®) v.o comp de 25 mg. (Hidrosaluretil®) v.o comp de 50
mg.
▲ HIDROCORTISONA: (Actocortina®) v.i.v viales de 100, 500 y 1.000 mg. (Hidroaltesona®)
v.o comp. 20 mg. (Dermosa Hidrocortisona®) v.t pom 1, 2,5% (tub 30 y 60 g). Hidrocis-
din®) v.t aeros (fras 50 g), crem 0,5% (tub 30 g). (Lactisona®) v.t loci 1 y 2,5% (fras 60 ml)
(Schericur®) v.t pom 0,25% (tub 30g).
▲ HIDROXICINA DICLORHIDRATO: (Atarax®) v.o comp de 25 mg, sol jrbe 10 mg/5ml (fras
125 ml).
▲ HIDROXICOBALAMINA: (Megamilbedoce®) v.i.m amp 10 mg/2 ml
1296
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ HIDRÓXIDO DE ALUMINIO: (Alugel®) v.o comp de 450 mg. sol de 350 mg/ 5 ml. (Pepsa-
mar®) v.o comp de 233 mg.
▲ HIDROXIETILALMIDÓN: (Elo Hes®) v.i.v sol 6% (fras 500 ml). (Haes Esteril®, Hesteril®) v.i.v
sol 6% (fras 250 y 500 ml).
▲ HIERRO: (Tardyferon®) v.o comp de 80 mg.; (Fero-Gradumet®) v.o comp de 105 mg.
▲ IBUPROFENO: (EFG) (Algiasdin®) v.o comp. de 400 y 600 mg. Retard comp. de 600 mg.
(Algidrin®, Alogesia®, Dolorac®,) v.o sobr 600 mg. (Babypiril®) v.o got 200 mg/ml
(fras 18 ml). (Dalsy®) v.o sobr granulados eferv 200 mg. Susp 100 mg/5ml (fras 200 ml).
(Espidifen®) v.o comp recub 400 mg. Sobr 400 y 600 mg. (Gelofeno®) v.o comp 400
mg. (Ibumac®) v.o comp libe prolong 800 mg. (Ibuprox®) v.o sobr de 100 y 200 mg.
(Junifen®) v.o comp dispers 200 mg. Susp 100 mg/5ml (fras 150 ml) (Neobrufen®) v.o
comp de 400 y 600 mg, Retard comp de 800 mg. Sobr de 600 mg. v.rectal supo de 500
mg.
▲ IMIPENEM: (Tienam®) v.i.v viales de 250 y 500 mg. v.i.m 500 mg.
▲ IMIPRAMINA: (Tofranil®) v.o grag de 10, 25 y 50 mg. (Tofranil Pamoato®) v.o caps de 75
y 150 mg.
▲ INDINAVIR: (Crixivan®) v.o caps 200 mg, 400 mg.
▲ INDOMETACINA: (Aliviosin®) v.r supo 100 mg. (Artinovo®) v.o caps 25 mg. v.r supo 50
y 100 mg. (Flogoter®) v.o caps 25 mg. caps retard 75 mg. v.r supo 100 mg. (Inacid®) v.o
caps 25 mg, caps retard 75 mg, v.r supo 50 y 100 mg. v.i.v vial 1 mg. v.t gel 1 %. (Indol-
gina®) v.o caps 25 mg, v.r supo 100 mg. (Indonilo®, Reusin®) v.o caps de 50 mg. v.r su-
po 100 mg. (Mederreumol®, Neo Decabutin®) v.o grag 25 mg. v.r supo 100 mg
▲ INMUNOGLOBULINA ANTITETÁNICA: (Gamma Antitétanos Grifol®, Tetagamma®) v.i.m
amp 250 UI/ml, 500 UI/ 2 ml.
▲ INMUNOGLOBULINA ANTIRRÁBICA: (Imogan Rabia®) v.i.m vial 300 UI 2 ml.
▲ INMUNOGLOBULINA HUMANA POLIVALENTE: (Poliglobin®) v.i.v viales 2.5 y 5 gr.
▲ INSULINA ASPART: (Novorapid®) v.sc. vial 100 U/10 ml (Novorapid Flexpen®) v.sc plum
100 U/ 3 ml.
▲ INSULINA CRISTALINA: (Actrapid®, Humulina Regular®) v.i.v, v.im, v.sc vial 100 U/ 10 ml
(Actrapid Innolet®, Humaplus regular®) v.sc plum prec 100 UI/ 3 ml (Actrapid Novolet®)
v.sc jer prec 100 UI/ 3ml.
▲ INSULINA GLARGINA: (Lantus®) v.sc cart 100 UI/ 3 ml, vial 100 UI/ 10 ml (Lantus Opti-
set®) v.sc plum prec 100 UI/ml.
▲ INSULINA PROTAMINA: (Humaplus NPH®, Insulatard NPH Flexpen®) v.sc plum prec 100
UI/ 3 ml, (Humulina NPH®, Insulatard NPH®) vial 100 UI/ 10 ml (Insulatard NPH Novo-
let®, Insulatard NPH Innolet®) v.sc jer prec 100 UI/ 3ml.
▲ INSULINA LISPRO: (Humalog®) v.sc vial 100 UI/ 10 ml, cart 100 UI/1,5 ml, (Humalog Hu-
majet®, Humalog Pen®) v.sc plum 100 UI/ 3 ml
▲ ISONIAZIDA: (Cemidon i.v®) v.i.v amp de 300 mg (5 ml).
▲ ISONIAZIDA-PIRIDOXINA: (Cemidon 50 B6®) v.o comp de 50/15mg. (Cemidon 150 B6®)
v.o comp de 150/25mg. (Cemidon 300 B6®) v.o comp de 300/55mg.
▲ ISONIAZIDA-RIFAMPICINA: (Rifinah®, Rimactazid®) v.o grag 150/300 mg.
▲ ISONIAZIDA-RIFAMPICINA-PIRAZINAMIDA: (Rifater®) v.o comp de 50/120/300 mg.
▲ ISOPROTERENOL: (Aleudrina®) v.i.v: amp de 1 ml = 0.2 mg.
▲ ISOTRETINOÍNA: (Roacutan®) v.o caps de 10 y 20 mg, (Isotrex®) v.top gel 0,05%
▲ ITRACONAZOL: (Canadiol®, Sporanox®) v.o caps de 100 mg. Sol 50 mg /5ml (fras 150
ml). (Hongoseril®) v.o caps de 100 mg.
▲ IVERMECTINA: (Mectizan®) v.o cáps 6 mg.
▲ KETAMINA: (Ketolar®) v.i.v o v.i.m vial 50 mg/10 ml
1297
APÉNDICE 3: VADEMECUM
▲ SALBUTAMOL: (EFG) (Aldobronquial®) v.o comp de 2 mg, jrbe 2mg/5ml (fras 100 ml). (Bu-
to Asma Inhalador®, Ventolin Inhal®) aeros 100 mcg/plus. (Respiroma®) v.o sol 2
mg/5ml (fras 100 ml). (Ventadur®) v.o comp Retard de 4 y 8 mg, (Ventolín®) v.o comp de
2 y 4 mg, jrbe 2mg/5ml (fras 100 ml). v.i.v o v.sbc amp 500 mcg/1ml. (Ventolin Respira-
dor®) sol 0,5%.
▲ SAQUINAVIR: (Fortavase®, Invirase®) v.o caps 200 mg.
▲ SENÓSIDOS A+B (Justelax®, X-Prep®) v.o sol. extemporánea 150mg (Modane®, Purse-
nid®) v.o grag. 12mg. (Puntual®, Puntualex®) v.o gotas 30mg/ml.
▲ SERTRALINA: (EFG) v.o comp. 50 y 100 mg (Aremis®, Besitran®) v.o comp de 50 y 100
mg. Got 20 mg/ml (env 60 ml).
▲ SIBILINA: (Legalón®) v.o caps de 150 mg.
▲ SOMATOSTATINA: (EFG) v.i.v amp de 0,25 y 3 mg) (Somiaton®, Somonal®) v.i.v amp de
3 mg.
▲ SOTALOL: (EFG) (Sotapor®) v.o comp. ranurados 80 y 160 mg.
▲ SUCCINILCOLINA/ SUXAMETONIO CLORURO: (Mioflex®) v.i.v amp. 100mg/2ml. y
500mg/amp (Anectine®) v.i.v amp. 100mg/2ml.
▲ SUCRALFATO: (Urbal®) v.o comp de 1 gr. sob de 1gr.
▲ SULFADIAZINA/TRIMETOPRIMA: (Triglobe®) v.o comp de 820/180 mg.
▲ SULFASALAZINA: (Salazopirina®) v.o comp 500 mg, supo 500 mg.
▲ SULFATO DE MAGNESIO: (Sulfato de Magnesio 15% Lavoisier®) v.i.m o v.i.v sol iny
1,5g/10 ml. Asoc: (Sulmetin Papaverina®) v.r supo adultos e infantil.
▲ SULFATO DE PROTAMINA: (Protamina Rovi®) v.i.v frasco de 5 cc/50 mg.
▲ SULPIRIDA: (Digton®) v.o comp de 50 mg. Comp Forte de 200 mg. (Dogmatil®) v.o caps
de 50 mg, sol 25 mg/5ml (fras 200 ml). v.i.m amp de 100 mg/2ml. (Dogmatil fuerte®) v.o
comp 200 mg. (Guastil®) v.o caps de 50 mg, susp 25 mg/5ml (fras 200 ml). (Lebopride®)
v.o comp de 200 mg, caps de 50 mg, susp 25 mg/5ml (fras 150 ml). (Psiocen®) v.o caps
50 mg. (Tepavil®) v.o comp de 50 mg.
▲ SUMATRIPTÁN: (Arcoiran®) v.o comp 50 mg. (Imigran®) v.o comp 50 mg, intranasal 20
mg v.sbc jeringa 6 mg.
▲ TACRINA: (Cognex®) v.o comp 10, 20, 30 y 40 mg.
▲ TEICOPLANINA: (Targocid®) v.i.v o v.i.m viales de 200 y 400 mg.
▲ TELITROMICINA: (Ketek®, Leviax®) v.o comp. de 400 mg.
▲ TENECTEPLASA: (Metalyse) v.i.v 8000 y 10000 U.
▲ TENOFOVIR: (Tenofovir®) v.o comp 245 mg.
▲ TEOFILINA: (EFG) v.o caps 300 mg. (Elixifilim®) v.o sol 27 mg/5ml (fras 250 ml). (Eufilina
Venosa®) v.i.v amp de 200 mg/10ml. (Histafilin®) v.o elixir 80 mg/15 ml (fras 250 ml).
(Pulmeno®) v.o Retard caps 200 y 350 mg. (Teofilina Predil Grifols®) v.o sol 200 y 300
(fras 500 ml). (Teolixir®) v.o sol 26,6 mg/5ml (fras 250 ml). (Teromol®) v.o Retard comp
300 mg. (Theo Dur®) v.o Retard comp de 100, 200 y 300 mg. (Theolair®) v.o Retard comp
de 175 y 250 mg. (Theoplus®) v.o comp 300 mg. (Vent Retard®) v.o comp 600 mg, Retard
caps de 100, 200 y 300 mg.
▲ TETRACEPAM: (Myolastan®) v.o comp de 50 mg.
▲ TETRACICLÍNA: (EFG), (Quimpe AB®, Tetra-Huber®)v.o. cáps. 250 mg.
▲ TIABENDAZOL: (Triasox Berna®) v.o susp 312,5/5 ml
▲ TIAGABINA: (Gabitril®) v.o comp 5, 10 y 15 mg.
▲ TIAMINA (vitamina B1): (Benerva®) v.o comp de 300mg. v.i.v o v.i.m amp de 100mg.
▲ TIAPRIDA: (Tiaprizal®) v.o comp de 100 mg, got 12 mg/ml (1ml = 24 got; 1 got = 0,5 mg).
v.i.v o v.i.m amp de 2 ml/100 mg.
▲ TICLOPIDINA: (EFG) (Ticlodone®, Tiklid®) v.o comp de 250 mg.
1303
APÉNDICE 3: VADEMECUM
▲ TIETILPIPERACINA: (Torecan®) v.o gragea 6.5 mg, v. rectal supo de 6.5 mg.
▲ TIOPENTAL: (Pentothal sódico®, Tiobarbital Braun®) v.i.v polvo vial 0,5 y 1g.
▲ TIOSULFATO SÓDICO: (Tiosulfato sódico al 25%®) v.i.v amp de 12,5 gr/ 50 ml.
▲ TIROFIBAN: (Agastrat®) v.i.v: vial 50 ml = 12.5 mg
▲ TOBRAMICINA: (Tobramicina Normon®) v.i.v frasco 100 mg/100 ml, amp. 100mg/2ml y
50mg/2ml. (Tobrex®) sol. y ungüento oftálmico al 0,3%. (Tobramicina Braun) v.i.v viales
50mg/2ml y 100mg/2ml, sol. para perfusión 50mg/100ml, 100mg/100ml y
200mg/100ml. (Tob®i) v.inh sol. para nebulizado 300mg/5ml.
▲ TOPIRAMATO: (Topamax®) v.o comp de 25, 50, 100 y 200 mg. (Topamax Dispersable®)
v.o comp de 15, 25 y 50 mg.
▲ TORASEMIDA: (Dilutol®, Isodiur®, Sutril®) v.o comp de 5 y 10 mg. HTA comp de 2,5 mg.
v.i.v amp de 10 mg/2 ml y 20 mg/4 ml.
▲ TRAMADOL: (EFG) (Adolonta®, Tioner®) v.o caps de 50, comp Retrad 100, 150 y 200
mg. Sol 100 mg/ml (fras 10 y 30 ml). Supo 100 mg. vi.v. amp de 100 mg/2ml. (Cepari-
din®) v.o caps de 50. (Tradonal ®) v.o Retard caps 50, 100, 150 y 200 mg. (Tralgiol®)
v.o caps de 50. Sol 100 mg/ml (fras 10 y 30 ml). Supo 100 mg. vi.v. amp de 100 mg/2ml.
(Zytram®) v.o comp lib control 150, 200, 300 y 400 mg. (Zytram BID®) v.o comp retard
75 mg.
▲ TRAZODONA: (Deprax®) v.o comp. 100 mg. v.i.v vial 50 mg.
▲ TRIANCINOLONA: (Trigon Depot®) v.i.m 40 mg/amp (Nasacort®) v.inh spray nasal 55
mcg/aplic
▲ TRIFUSAL: (EFG) (Disgren®) v.o caps de 300 mg.
▲ TRIMETOPRIN-SULFAMETOXAZOL: (Eduprim®) v.o comp de 80/400. (Gobens Trim®) v.o
comp de 80/400, suspensión 200/40. (Momentol oral®) caps 80/400 (Septrin®) v.o comp
de 80/400 (Septrin forte®) v.o comp de 160/800 mg. (Soltrim®) v.i.v amp de 160/800
mg.
▲ TROPISETRON: (Navoban®) v.o caps de 5 mg. v.i.v amp de 5 mg.
▲ URAPIDIL: (Elgadil®) v.o amp 25 y 50 mg.
▲ UROQUINASA: (Urokinase Vedim®) v.i.v: viales de 100.000 y 250.000 UI. (Uroquidan®)
v.i.v: inyectable 100.000 UI y vial 250.000 UI.
▲ VALACICLOVIR: (Valherpes®, Valtrex®, Virval®) v.o comp de 500 mg y 1g.
▲ VALPROATO: (Depakine®) v.o comp 200 y 500 mg, sol 200 mg /ml (fras 60 ml) v.i.v vial
400 mg. (Depakine crono®) v.o comp 300 y 500 mg.
▲ VANCOMICINA: (EFG) (Diatracin®) v.o caps de 250 mg. (Diatracin inyectable®) v.i.v vial
de 500 mg y 1 gr.
▲ VASOPRESINA: (Pitressin Tanato®)v.i.v amp de 5 U.I.
▲ VECURONIO: (Norcuron®) v.i.v. vial 10 mg/vial.
▲ VERAPAMILO: (Manidon®) v.o comp de 80 mg. (Manidon retard®) v.o comp 120 y 180
mg (Manidon HTA®) v.o comp 240 mg. v.i.v amp de 2 ml/ 5 mg. (Cronovera®) v.o 180 y
240 mg.
▲ VIGABATRINA: (Sabrilex®) v.o comp y sobr de 500 mg.
▲ VINCRISTINA: (Vincrisul®) v.i.v vial de 1 mg.
▲ VITAMINA B1: (Benerva®) v.o comp de 300 mg. v.i.v o v.i.m amp de 100 mg.
▲ VITAMINA B6: (Benadón Roche®) v.o comp de 300 mg. v.i.v amp de 300 mg/2ml. (Go-
dabion B6®) v.o comp de 200 mg.
▲ VITAMINA B12: (Cromatonbic B12®) v.i.m amp de 1mg/1ml, 100 mcg/1ml y 250
mcg/1ml. (Optovite B12®) v.i.m amp de 1mg/2 ml. (Reticulogen Fortificado® ) v.i.m amp
de 100 mcg/1 ml.
▲ VITAMINA B1, B6 y B12: (Benexol®, Hidroxil B1, B6, B12®) v.o comp.
1304
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
▲ VITAMINA C: (EFG) v.o comp 1g (Cebion®) v.o sobr de 500 y 1000 mg. (Citrovit®) v.o sobr
de 1 g. (Redoxon®) v.o comp eferv 1g. comp mastic 500 mg, got 200 mg/ml (1 got =10
mg, fras 20 ml). (Vitamina C Roche®) v.o amp 1g/5ml.
▲ VITAMINA K: (Konakion®) v.o gotas al 2% 1gota=1 mg. v.i.v amp de 10 mg.
▲ YODOQUINOL: (Yodoxin®) v.o tabl 650 mg.
▲ ZALCITABINA: (Hibid®) v.o comp 0,75 mg
▲ ZIDOVUDINA: (EFG) v.o caps 100mg, 250 mg, 300 mg, sol 50 mg/5 ml (Retrovir®) v.o
caps 100 mg, 250 mg, comp 300 mg, sol 50 mg/5 ml v.iv vial 200 mg/20 ml.
▲ ZISAPRIDONA: (Zeldox®) v.o caps de 20, 40 60 y 80 mg. v.i.m. 20 mg.
▲ ZOLMITRIPTÁN: (Flezol®) v.o comp recub de 2.5 mg. Flas com disp 2,5 mg. (Zomig®) v.o
comp recub de 2.5 mg, Flas com disp 2,5 mg. intranasal pulverz 5 mg.
▲ ZUCLOPENTIXOL: (Cisordinol®, Clopixol®) v.o comp 10 y 25 mg, sol 20 mg/ml (1ml = 20
got; 1 got = 1 mg; fras 20 ml). v.i.m Acufase 50 mg/ 1ml y depot 200 mg/ml.