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J. Adam, C.-D.

Reuther / Tectonophysics 321 (2000) 297-325 311


1. Formación de cuña de antearco y establecimiento de placas tectónicas

Para explicar el origen de los procesos de deformación dentro de la parte frágil del antearco, discutimos
brevemente la estructura litosférica y las fuerzas que actúan sobre el sistema de subducción norte-centro
andino.

De acuerdo con el modelo mecánico de orógenos compresivos doblemente vergentes de Willett et al.
(1993), el margen de la Placa Norte de Chile puede dividirse en tres grandes unidades litosféricas (Fig.
2):

pro-cuña,
meseta orogénica (Altiplano)
y retro-cuña.

Como se propone en el modelo de Wdowinski y O'Connell (1991),

la compresión en la placa superior

surge de la tracción cortante que actúa (reaccion al arrastre o Resistencia basal o drag basal)

sobre la base de la litosfera hacia la punta de la cuña astenosfera desde ambas


direcciones.

Entre la fosa y la punta de la cuña astenoesférica, la litosfera es cortada por la Placa de Nazca en
subducción (Est la procuña)

y entre la punta de la cuña astenosfera y el escudo brasileño, la base de la litosfera es cortada por el
arrastre basal(arrastre o Resistencia basal o drag basal) resultante del flujo astenoesférico dentro
del manto continental.

Unidades

La corteza engrosada de la meseta orogénica de los Andes centro-norte,

formada por el:

acortamiento horizontal de la litosfera reblandecida térmicamente,

la adición magmática,

el adelgazamiento litosférico,

la hidratación del manto superior

y el subplacado tectónico (Allmendinger et al., 1997),

está en equilibrio con las fuerzas de compresión de la tectónica de placas de campo lejano
(Froidevaux e Isacks, 1984).

Las fuerzas gravitacionales resultantes de la acumulación de mesetas actúan sobre los sistemas pro-
cuña y retrocuña (Willett et al., 1993).
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La pro-cuña también se ve

afectada por las tensiones de la tectónica de placas transmitidas desde la Placa de Nazca en
subducción a la Placa Sudamericana

debido a la alta resistencia a la fricción entre las placas (Fig. 2).

Para el norte de Chile, entre 18°S y 24°S, el acoplamiento estimado de placas se extiende a
profundidades de unos 50 km (Tichelaar y Ruff, 1991).

Las zonas de cizallamiento litosférico desacoplan la corteza superior de la litosfera inferior afectada por
procesos de deformación dúctil y se caracterizan por una disminución abrupta de la resistencia al
cizallamiento cortical.

Probablemente, en el segmento interno del antearco, un segmento de la zona de cizallamiento se


adentra en la corteza superior y forma un desprendimiento intracortical. (CIE; Figura 2).

Además, las zonas de cizalla translitosférica, como el Cabalgamiento (empuje) Andino Principal
(MAT), proporcionan engrosamiento de la corteza y apilamiento litosférico de los segmentos de la
corteza y del manto superior. En el lado cratónico, el MAT se adentra en la corteza superior y forma
un desprendimiento intracortical debajo del cinturón subandino.

Por lo tanto, el apilamiento litosférico interno de los segmentos de la corteza inferior conduce a la
formación inicial de la faja externa de plegamiento y empuje (Roeder y Chamberlain, 1995).

Las fuerzas gravitacionales inducidas por la meseta aumentan la contracción en las cuñas delimitadoras
basadas en fricción

y favorecen la formación de cabalgamiento hacia el oeste en la cuña pro-cuña y los empujes hacia el
este en la cuña posterior.

Esto es confirmado por las observaciones de campo de los empujes neotectónicos de borde oeste en el
antearco interno y por los empujes principales de borde este en la Cordillera Oriental y el cinturón de
plegamiento y cabalgamiento subandino.

2. Configuración de la cuña del antearco

Con base en observaciones de campo y datos geofísicos, correlacionamos los procesos de deformación
contrastantes dentro de la roca marco de la región de antearco del norte de Chile con el comportamiento
mecánico de dos cuñas de antearco friccionales distintas en diferentes estados dinámicos de tensión: una
cuña de antearco exterior y una cuña de antearco interior.

Las cuñas de antearco están delimitadas en la parte superior por la pendiente topográfica actual. La frágil
cuña exterior del antearco está limitada a lo largo de su base por la interfaz de subducción; la base de la
frágil cuña interna del antearco está marcada por una discontinuidad intracortical que actúa como
desprendimiento intracortical (Figs. 2 y 3).
La cuña de antearco exterior termina en el sistema de fallas de Atacama y está respaldada por la
cuña de antearco interior.

La frágil cuña interna del antearco termina en el arco magmático térmicamente debilitado, que
forma un amortiguador reológico que actúa como un "disco intervertebral" entre la cuña del
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antearco y la meseta orogénica. Este amortiguador reológico transmite tensiones de compresión
inducidas gravitacionalmente sobre la frágil cuña interna del antearco, que son generadas por la
meseta del Altiplano/Puna de gran elevación (Fig. 2).
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Fig. 2. Modelo mecánico esquemático y configuración de cuña litosférica del sistema de subducción norte-centro-andino desde la placa de Nasca hasta el escudo brasileño
(adoptado según el modelo mecánico de orógenos compresivos doblemente vergentes de Willett et al. (1993) y el modelo de flujo viscoso litosférico para los Andes de
Wdowinski y O'Connell (1991). El modelo ilustra la interacción de las tensiones tectónicas de placas resultantes de la subducción activa y las tensiones tectónicas inducidas
gravitacionalmente por la litosfera orogénica engrosada. La transmisión de tensiones dentro del sistema pro-cuña, meseta orogénica y retro-cuña se indica con flechas blancas,
las líneas punteadas se refieren a las trayectorias máximas de tensión dentro de la corteza superior. El segmento discontinuo de la zona de subducción corresponde a la interfaz
de subducción inactiva entre la corteza oceánica y la continental. Durante la erosión por subducción, la falla de subducción activa se encuentra dentro de la placa superior.
Líneas discontinuas en negrita = zonas de cizallamiento litosférico; DAI = desprendimiento intracortical (Intracortical dscontinuity ICD); MAT = Cabalgamiento Andino
Principal según Roeder y Chamberlain (1995); S = singularidad; flecha negra = subplacado active (¿encrrado de rojo?); área sombreada horizontal = corteza superior dúctil;
área de sombreado vertical = tampón reológico. (No forzar el modelo con un OFH, este separa el basamento de sedimento y capa de basamento deformado, es decor la
cordillera de la costa no es un OFH, entonces si este existe esta en el limite entre el basamento y sedimento en la parte sumergida del antearco externo, aunque alguno
consideran a la cordillera de la costa como un OFH) o
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En general, las altas velocidades de subducción de las placas oceánicas frías causan un desplazamiento
descendente significativo de las isotermas en el segmento de antearco de la placa superior predominante
(Honda y Uyeda, 1983).

Debido a la alta tasa de convergencia de la Placa de Nazca (alrededor de 9cm/año; Minster y Jordan,
1978; DeMets et al., 1990) este desplazamiento descendente de las isotermas es observable en el
segmento de cuña de antearco exterior del norte de Chile, como lo confirman los datos de densidad de
flujo de calor superficial y la modelación térmica 2D (Springer, 1999).

Por lo tanto, en la cuña externa del antearco, no se espera una recristalización impulsada
térmicamente (reología de fluencia de la ley de potencia) hasta una profundidad de 30-40 km, lo que
además se confirma por la presencia de sismicidad cortical entre placas e intraplacas (Comte et al.,
1992).
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La cuña interna del antearco muestra deformaciones neotectónicas compresivas y se extiende desde
la zona de falla de Atacama hasta el margen occidental del arco magmático activo.

Analizamos las estructuras de deformación observadas en la superficie para la subcuña frágil que
superpone una discontinuidad de la corteza media a profundidades entre 15 km y 25 km (Fig. 3)
representada por una zona de baja velocidad en secciones sísmicas interpretadas entre Tocopilla y
Chuquicamata/Calama (Schmitz, 1993; Wigger et al., 1994).

Como lo muestran los modelos térmicos (Springer, 1999) y la sismicidad cortical (Comte et al.,
1992), para este segmento de la corteza superior de la litosfera del antearco interno se puede esperar
un comportamiento frágil.

La cuña cortical que recubre el desprendimiento intracortical no se ve afectada por la deflexión hacia
arriba de las isotermas en la corteza engrosada de la meseta orogénica debido a la presencia de una
cuña astenosférica (Wdowinski y Bock, 1994a,b; Springer 1999).

Por lo tanto, para la cuña de antearco exterior y el segmento de cuña de antearco interno de la corteza
superior, se puede aplicar el análisis de conicidad crítica siguiendo la ley de falla de Coulomb-Navier
para la deformación frágil (Paterson, 1978) o el deslizamiento por fricción (Byerlee, 1978).
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Para investigar los procesos fundamentales de la erosión tectónica basal en márgenes activos no
acretantes, en este estudio se elige como ejemplo el tramo Mejillones-Atacama para la aplicación del
enfoque de conicidad crítica 2D.

Los datos geológicos (Scheuber y Reutter, 1992), sismológicos (Comte et al., 1992) y GPS
(Klotz et al., 1999) indican que en este segmento de la fosa de Chile, la convergencia oblicua
(Minster y Jordan, 1978) en realidad no está afectando significativamente el estado activo de los
procesos de tensión y deformación en la corteza de antearco superior.

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