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© Marvan Szekely Helberger

A lo mejor
Desde el desastre, las cenizas y las grietas, Camila Galvis forja una poética a partir de

Camila Galvis Patiño


un minimalismo lírico, sutil e intimista, que eleva y despliega una épica interior capaz
de gestar un canto ígneo a la fortaleza, a la dignidad y a la vida.
Carlos Montalvo

Carcomer con palabras lo que se tiene que ir. Ensañarse con los viejos ropajes hasta
hacerlos polvo. Corte y confección (con-ficción, confesión). Y así como la polilla busca
el bombillo y da vueltas en torno a este, las palabras tornan una y otra vez a ese pequeño
haz de luz que se filtra por entre la oscuridad y el silencio (la herida y la devastación).
soy una polilla
Devenir polilla para pulverizar los papeles en los que uno ya no se encuentra, los roles
que adulteran la sustancia, las vendas mágicas y los velos que aprisionan la existencia.
A lo mejor soy una polilla es una inmersión en la noche, un viaje en la oscuridad, un vuelo
sobre las ruinas.
Camila Galvis lleva una polilla escrita en la piel —cual brújula y bitácora— que la
guía hacia la luz.
Andrés Torres Guerrero

Encontrar la estética de lo cotidiano no es una labor sencilla. Estética de una tarde de


domingo y de la soporífera sensación de la inexistencia. La mirada poética que lleva en Camila Galvis Patiño
sí misma la angustia del ser y que luego es plasmada con la inteligencia y la brevedad
que tienen estos poemas, nos da la certeza de estar leyendo una voz necesaria y sincera Nací el 29 de mayo de 2003 en Bogotá.
en medio del superfluo devenir en el tiempo del ruido y del cansancio. Adelanto estudios de filosofía. Soy la
mayor de mis hermanos. Mi lugar

A lo mejor soy una polilla


En esta ocasión, como ya es raro encontrarlo, los poemas no carecen de poesía. predilecto es el que comparto con mi
Cada uno de ellos devela un fragmento de las sensaciones que se sienten, pero no familia y Lupita, mi amada canina.
siempre se dicen y quedan estancadas, estorbando. Y, sin embargo, desde el acto poético, Disfruto las pinturas de Vincent van
nos invita a un nuevo inicio, y nos sugiere un gesto de bondad con nosotros mismos: Gogh, Mark Rothko, Peter Nottrott, el
buscar, como las polillas, suicidarse sin morir. amor de Cerati, la flor de Cortázar, las
Emilio Jaramillo mariposas de García Márquez, el
submarino de The Beatles, las líneas de
fuga de I See Stars en «Yellow King»,
Camila Galvis camina entre mundos. Múltiples voces hospedan su lengua. Su escritura
etcétera, estéticas que resaltan y celebran
se desplaza, se despliega, se desterritorializa: errancia en el desierto de la página. Su
el color amarillo, que es mi favorito. La
poesía emerge de la lejanía y viaja en la frontera que va de la oscuridad a la luz. Una mujer
naturaleza y el arte me permiten ser.
sueña con una polilla que vuela, y, a su vez, esa polilla sueña con esa mujer que escribe.
Creo que las circunstancias no siempre
Hernando Cabarcas Antequera cambian a nuestro favor, pero uno las
puede transformar para bien… Esto lo
Camila Galvis Patiño he aprendido en mi travesía por
múltiples trabajos y contextos, y eso es lo
que busco con mi poesía, con la poesía,
la cual percibo y concibo como un
tránsito, un devenir, una metamorfosis,
una realización.

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