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Desigualdad de género en cargos directivos en la educación superior

Autoras

Daniela Garzón, María Camila Ramírez & Daniela Ramírez

Directora

Olga Lucía Huertas

Trabajo de Grado- Modalidad Informe de investigación

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Psicología, Bogotá, Colombia

2017
Desigualdad de género en cargos directivos

Resumen

El presente trabajo de grado tiene como objetivo conocer las concepciones de los

decanos/decanas- directores/directoras de cuatro programas universitarios de psicología y

derecho frente a la desigualdad de género en la educación superior. Este estudio se abordó

desde un enfoque cualitativo, la información fue recopilada a partir de entrevistas semi-

estructuradas a siete sujetos vinculados a cargos de dirección en cuatro universidades de

Bogotá y el análisis se apoyó en los presupuestos de la teoría fundamentada. El estudio

realizado permite concluir que factores como: el lugar de lo institucional, el papel de la

condición de género y la influencia del éxito en la carrera profesional, tienen un lugar

importante en las limitaciones y oportunidades frente a la equidad en el acceso de la mujer

a cargos directivos en las instituciones de educación superior.

Palabras clave: desigualdad de género, mujeres, educación superior y cargos de dirección

Abstract

The aim of this article is to recognize the conceptions of deans and directors from

four psychology and law university programs about gender inequality in higher education.

The study has a qualitative focus where data was collected through the use of semi-

structured interviews, from seven individuals linked to management positions in four

universities in Bogota and the analysis was based on the presuppositions of the grounded

theory. The present study showed that: institutional aspects, the role of the gender and the

influence of success in professional careers, limits woman’s opportunities equity accessing

management positions in higher education institutions.

Key words: gender inequality, women, higher education and management positions

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Desigualdad de género en cargos directivos

Tabla de contenido

Planteamiento del problema…………………………………………………………......4

Objetivos………………………………………………………………………………..14

Objetivo general…………………………………………………………….......14

Objetivos específicos…………………………………………………………...14

Marco teórico…………………………………………………………………………...14

1. La entrada de la mujer a la educación superior como ámbito laboral……….....15

2. El éxito laboral en las carreras de derecho y psicología………………………..21

3. Particularidades del contexto de investigación………………………………....30

3.1. Acerca de las políticas públicas sobre igualdad de género en la educación

superior…………………………………………………………………….30

3.2. Cultura organizacional de las universidades……………………………....32

Metodología…………………………………………………………………………….45

Procedimiento …………………………………………………………………..46

Resultados……………………………………………………………………………....49

a) El lugar de lo institucional……………………………………………...50

b) El papel de la condición de genero……………………………………..56

c) El lugar del éxito profesional…………………………………………...61

Discusión y Conclusión………………………………………………………………...65

Referencias bibliográficas……………………………………………………………...69

Anexos………………………………………………………………………………….75

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Desigualdad de género en cargos directivos

Planteamiento del problema

A nivel general, la desigualdad de género en el ámbito laboral puede ser entendida

como la inequidad de oportunidades que se dan entre hombres y mujeres a la hora de

acceder y disfrutar de ciertas oportunidades y condiciones laborales (Alonso, Biencinto,

Gomez, Gonzalez, & Soliva, 2006). El fenómeno de desigualdad es un problema recurrente

en la esfera cultural y particularmente a nivel de las organizaciones, sin embargo desde

1951 la OIT ya declaraba la necesidad de generar condiciones de igualdad, como lo señalan

los convenios sobre igualdad de remuneración (núm. 100), sobre la discriminación en el

empleo y la ocupación (núm. 111 de 1958), sobre los trabajadores con responsabilidades

familiares (núm. 156 de 1981) y sobre la protección de la maternidad (núm. 183 del año

2000).

Con la declaración de estos convenios, la brecha en la inequidad laboral entre

hombres y mujeres ha disminuido aunque persiste en términos de la diferencia salarial, la

desigualdad en oportunidades de trabajo y la baja posibilidad de surgir en ciertos cargos

como por ejemplo los directivos (Alonso, et al., 2006). En el caso colombiano, Galvis

(citado en Escobar, 2016) señala cómo las mujeres siguen recibiendo un salario muy bajo

en toda forma de trabajo a pesar de que han incrementado su educación en un 6% más de

años que los hombres.

La revisión de la literatura sobre el tema de la desigualdad de género, muestra que el

sector educativo superior resulta siendo un contexto laboral relevante para analizar lo que

sucede con estas diferencias. Aunque en dicho sector la participación laboral de la mujer ha

aumentado, siguen las inequidades con relación al salario, al acceso a posiciones directivas

y a la diferenciación de tareas en las que se desempeñan tanto hombres como mujeres

(Olavarría, 2011).

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Desigualdad de género en cargos directivos

También algunos autores han señalado que dicha diferencia puede deberse a

factores como la entrada tardía de las mujeres al campo de la educación superior y a la

distribución cultural de las tareas, donde se concibe al hombre como más apto en áreas que

tienen que ver con las ciencias duras o el conocimiento científico, esto favorece que haya

diferencias en las tareas. En consecuencia, estas concepciones han ayudado a reproducir el

patriarcalismo y los símbolos masculinos en este tipo de organizaciones educativas

(Olavarría, 2011).

Particularmente, en el campo de la educación superior la investigación de Olavarría

(2011), sobre la participación y liderazgo de las mujeres dentro de las instituciones de

educación superior, evidencia como los rasgos de inequidad se concentran en la docencia y

en los cargos directivos relacionados con la distribución a partir del género de la planta

institucional de diferentes universidades. La misma investigación señala que la mayoría de

las rectorías de las instituciones de educación superior en los últimos años en el país, han

sido ocupadas por hombres, mientras que la parte administrativa y de relaciones ha sido

ocupada por las mujeres. Mientras que en las rectorías “la proporción es de 0,4 mujeres por

1 hombre, en las facultades es de 0,2 mujeres por 1 hombre” (p.25), lo que evidencia una

baja tasa de participación de mujeres en cargos directivos, como rectorías o decanaturas,

para el año 2011.

En el año 2009, Ibarra y Castellanos realizaron un análisis donde mostraron que la

mayoría de docentes universitarios eran hombres, a pesar, de que era mayor el porcentaje

de mujeres que ostentaban títulos universitarios, incluyendo las titulaciones de postgrado. A

partir de estos resultados, los autores señalaron la necesidad de derribar las barreras

objetivas y subjetivas tradicionales basadas fundamentalmente en estructuras patriarcales

persistentes aun en el espacio universitario, con el fin de transformar los patrones de

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Desigualdad de género en cargos directivos

socialización y permitir que las mujeres pudieran ocupar más frecuentemente cargos de

docencia y dirección en instituciones de educación superior.

Otra de las dificultades de acceso de las mujeres a cargos de dirección en

instituciones de educación superior que reflejó dicho estudio, tenía que ver con el

requerimiento de una formación doctoral para acceder a la mayoría de las rectorías y

decanaturas. Ibarra y Castellanos (2009) en un estudio realizado entre 2002 y 2007 en la

Universidad del Valle, evidenciaron como los hombres superaban en número a las mujeres

con relación a la formación doctoral. De los 1.579 doctores graduados en dicho período,

1.070 fueron hombres y solamente 509 eran mujeres, las cuales en su gran mayoría

pertenecían a programas de ciencias sociales y humanas. Asimismo, en el estudio realizado

en el año 2007 por los mismos investigadores, se halló que de un total de 584 graduados,

365 fueron hombres y solamente 219 graduados fueron mujeres.

La literatura revisada también evidencia que el campo disciplinar de desempeño

condiciona las posibilidades de las mujeres para acceder a cargos de dirección en las

Instituciones de Educación Superior (IES), en el sentido en que se genera una oportunidad

más alta/baja de ascender en el medio académico dependiendo del área de conocimiento en

la cual se encuentre ejerciendo, las oportunidades serán diferenciales para una mujer al

estar en una facultad de pedagogía, que al estar en una facultad de derecho o ingeniería.

Hay una mayor población de mujeres universitarias y profesionales, en el área de las

ciencias sociales y humanidades que en el área de ciencias puras y técnicas, lo que se

vincula con la tendencia a que las universidades se conviertan en territorios masculinizados

o feminizados. Como lo señala Vidal (citado en Olavarría, 2011):

Las profesoras universitarias (a pesar de haber incrementado en los últimos años su

participación en el sistema de educación superior) ocupan una posición de menor valor

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Desigualdad de género en cargos directivos

simbólico al interior de la estructura de las disciplinas universitarias al concentrarse en las

áreas de educación, humanidades y ciencias sociales. Los varones, en cambio, al

predominar en las áreas de ciencias puras y tecnológicas, ciencias naturales y matemáticas,

ocupan una posición de mayor jerarquía en la estructura universitaria. Mientras las mujeres

permanecen subrepresentadas en los programas más avanzados de investigación, gestión y

gobierno universitario, se constata el predominio masculino en la producción del

conocimiento asociado al que hacer científico, así como también en las máximas

autoridades de las instituciones de educación superior. (p. 25)

Así mismo, un estudio cualitativo sobre los diferenciales de género en la educación

superior realizado por Lozano, Iglesias & Martínez (2016) en la Universidad de Alicante,

España identifican la desigualdad de oportunidades que existían en la educación superior,

evidenciando que para la fecha de realización del estudio solo el 10% de las mujeres

ocupaban puestos profesionales de prestigio, mientras que el 90% de los cargos directivos

era ocupados por hombres. Al respecto los autores señalan que,

Las mujeres aún no ocupan los cargos de responsabilidad o de poder, pues aún se detectan

obstáculos para alcanzar la posición más alta…la segregación vertical y horizontal existente

en la academia impide que las mujeres puedan acceder a los puestos de gestión y gobierno,

incluso en aquellas carreras en las que la mayoría de tituladas son mujeres; estas situaciones

discriminatorias tienden a mejorar la trayectoria profesional de los hombres. (p. 50)

Resumiendo, la literatura evidencia que aspectos como la entrada tardía de las

mujeres a la universidad como espacio laboral, los patrones culturales de la distribución de

género en las funciones que se pueden desempeñar de manera exitosa, los requerimientos

de niveles de formación para acceder a cargos directivos en las universidades, el área de

conocimiento en la que se encuentran y el estatus social que brindan los cargos de

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Desigualdad de género en cargos directivos

dirección de la organización universitaria actúan como factores que sostienen dicha

desigualdad.

No obstante, quedan algunos vacíos que los aspectos mencionados no permiten

comprender de manera profunda. Uno de ellos es lo que sucede con la desigualdad de

género en disciplinas que hacen parte de un mismo campo, como es el caso de las Ciencias

Sociales1. Desde esta perspectiva, para este estudio será de interés analizar la desigualdad

de género en dos disciplinas de las ciencias sociales: derecho y psicología.

Con relación a la carrera de Derecho, Bergoglio (2009) señala que “la diversidad de

las formas de organización del trabajo jurídico profundiza la estratificación interna de la

profesión” (p.15), ya que los perfiles del abogado se encuentran arraigados a la tradición de

la dominancia masculina en el ámbito jurídico como grupo dominante. Aunque existe un

porcentaje alto de mujeres graduadas como abogadas, la ideología del derecho puede

reforzar las relaciones de dominación. La revista Ámbito jurídico (2012) publicó un

artículo en donde la directora de Investigaciones de la Facultad de Derecho de la

Universidad de Los Andes, señala como en la carrera administrativa no existe una

participación similar entre hombres y mujeres en los cargos de alto nivel y hay un “techo de

cristal” que no permite que la mujer crezca en la jerarquía. Algunos de los obstáculos de

ascenso de abogadas según la publicación, tienen que ver con los horarios de trabajo

extendidos que se requieren y la dificultad que representa la transición de la maternidad

para poder asumir estos horarios. Es decir, que se vuelve a reproducir el estereotipo

cultural, dónde la mujer pareciera tener una mayor importancia en su rol doméstico

1
En el caso de esta investigación se acoge la clasificación de Ciencias Sociales usada por Witker (2015), la
cual incluye los siguientes disciplinas: Ciencias jurídicas y derecho, Ciencias jurídicas y administrativas;
Economía-comercio; Sociología; Psicología; Pedagogía y Didáctica.

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Desigualdad de género en cargos directivos

(especialmente ligado a la crianza), más que profesional. Como señala Godoy & Mladinic

(2009) esto “lentifica el progreso de sus carreras, reduce sus ingresos y limita su tiempo

para construir redes profesionales que pueden resultar cruciales en el avance de sus

trayectorias laborales” (p.53). Esta situación incidirá directamente en las oportunidades en

el ámbito laboral, ya que “el título de abogado ya no es suficiente para garantizar el acceso

a las élites, principalmente a las políticas, y las cuestiones conectadas con la inserción

ocupacional resultan crecientemente significativas” (Bergoglio, 2009, p.17). Asimismo, el

ejercicio del derecho se ha considerado por siglos como una profesión de varones,

Se ha afirmado que el derecho es masculino, sobre todo si se toma en cuenta que la

mayoría de los legisladores son hombres, o el derecho es androcéntrico. El

androcentrismo, es una de las formas más generalizadas de sexismo. Y consiste en

ver el mundo desde lo masculino, tomando al varón de la especie como parámetro o

modelo de lo humano. (Aponte, 1999, p. 68)

Aunque el derecho, se establece por medio de un marco legal que vela por la

igualdad y no discriminación sexual, su teoría y su práctica no son congruentes. Las

mujeres en el derecho han sido “víctimas” del sistema de imaginarios sociales (Cabezas,

2012). Las instituciones mediante las cuales el patriarcado se mantiene, como sucede en el

ejercicio del derecho, contribuyen al sostenimiento de las estructuras de género que

excluyen al género femenino y les asigna cierto tipo de roles subvalorados, los cuales

inciden en la jerarquía de la educación superior (Aponte, 1999). Indudablemente el

liderazgo masculino en la educación superior y la ausencia o exclusión femenina son la

respuesta a una práctica cultural construida socialmente (Zuluaga & Moncayo, 2014, p. 89).

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Desigualdad de género en cargos directivos

Hoy en día las mujeres constituyen un 52% de las graduadas en la licenciatura de

derecho en Colombia, y los hombres un 48%, lo cual demuestra que los pregrados de

derecho han experimentado una notable feminización estudiantil (Correa, 2009). Sin

embargo, el crecimiento de la población femenina no significa que la carrera de derecho

pueda ahora caracterizarse como femenina, y que las mujeres tengan igualdad de

oportunidades en el ámbito laboral (Ceballos, 2016). Según una investigación realizada por

la Universidad Nacional de Colombia (2014), la participación de las mujeres entre el

profesorado de la facultad de derecho era de un 14%.

La información registrada por el Ministerio de Educación en Colombia (2017),

sobre el número de personas que cursaron estudios de pregrado y posgrado en los últimos

15 años, señala, que de cada 100 mujeres y de cada 100 hombres que realizaron estudios en

derecho, se ha incrementado el número de personas formadas en posgrado, llegando al

menos a un 40% en ambos grupos (ver Tabla 1)2. No obstante, dicha paridad no ha

favorecido el acceso de mujeres a los cargos de dirección en las Facultades de Derecho.

Tabla 1. Porcentaje de mujeres y hombres que cursaron estudios de derecho en pregrado y

posgrado en el periodo de 2001 a 2015.

Mujeres Hombres
Año Pregrado Posgrado Pregrado Posgrado
2001 68.08 31.92 64.74 35.26
2005 62.84 37.16 60.46 39.54
2010 52.91 47.09 54.01 45.99
2015 57.21 42.79 58.93 41.07

2
Elaboración propia a partir de la información tomada de la página Web del Ministerio de Educación.
Disponible en: http://bi.mineducacion.gov.co:8080/o3web/jdesktop.jsp. Marzo 15 de 2017.

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Desigualdad de género en cargos directivos

Con respecto a la carrera de Psicología, en Colombia las estadísticas muestran que

en el año 2000 entraron 12.166 mujeres a estudiar el pregrado, frente a 3.403 hombres.

Según Correa (2009), en un estudio realizado por la Asociación Nacional de Universidades

e Instituciones de Enseñanza superior (ANUIES) por cada cuatro mujeres había solo un

hombre en las carreras de psicología.

A finales del siglo XIX, con el cambio económico y social en América, se desplegó

un crecimiento significativo de la presencia de la mujer en psicología (Esti RC, 2013). Una

investigación realizada por la Asociación Colombiana de Facultades de Psicología

(ASCOFAPSI) en Colombia de 2001 a 2008, evidenció la diferencia estadística entre los

graduados de la carrera de psicología. Durante el mencionado período, 34.477 mujeres

obtuvieron su grado como psicólogas frente a 7.332 hombres, esto quiere decir que el 82 %

de los estudiantes de psicología fueron mujeres, evidenciándose una feminización de la

carrera de psicología en Colombia.

En tiempos pasados, la psicología era considerada terreno de hombres. En el 2004

Colombia fue uno de los países con mayor número de mujeres psicólogas. Hoy en día es

una de las áreas del conocimiento con mayor número de mujeres matriculadas, sin

embargo, la feminización del pregrado de psicología no ha resultado en una mayor

representación de las mujeres a nivel directivo en la educación superior. Con los años se ha

evidenciado un crecimiento similar entre los géneros en las direcciones de los

departamentos de psicología, pero no se deja de lado la brecha existente mediante la cual

las mujeres ocupan habitualmente puestos de menor prestigio en la academia (Esti RC,

2013).

En la literatura revisada no se logró mapear estudios en el ámbito universitario que

recuperen el rol que tiene la feminización de la profesión en la ocupación de cargos

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Desigualdad de género en cargos directivos

directivos en el país. Sin embargo, varios estudios han sido realizados en el ámbito

universitario, especialmente en España, donde se evidencia que aunque en la dirección de

los órganos colegiados de psicología, hay una mayor participación de mujeres que en otras

carreras como medicina o fisioterapia, la participación en cargos directivos no se

corresponde con el porcentaje de población femenina que ejerce la carrera (Botello,

Casado, & Germán, 2015).

La información registrada por el Ministerio de Educación en Colombia (2017),

sobre el número de personas que cursaron estudios de pregrado y posgrado de piscología en

los últimos 15 años (ver Tabla 2)3, señala que de cada 100 mujeres y de cada 100 hombres

que realizan estudios en psicología, se ha incrementado ligeramente el número de personas

formadas en posgrado, llegando al menos al 24% en el caso de las mujeres y al 21 % en el

caso de los hombres.

Tabla 2. Porcentaje de mujeres y hombres que cursaron estudios de psicología en

pregrado y posgrado en el periodo de 2001 a 2015.

Mujeres Hombres
Año Pregrado Posgrado Pregrado Posgrado
2001 92.94 7.06 86.86 13.14
2005 89.36 10.64 89.09 10.91
2010 77.72 22.28 79.80 20.20
2015 75.79 24.21 78.48 21.52

Como señalan Correa (2009), Ibarra & Castellanos (2009) y Olavarría (2011),

resulta necesario para comprender las diferencias en la desigualdad de género en educación

superior, reconocer el papel que cumplen las disciplinas en la construcción del género y los

3
Elaboración propia a partir de la información tomada de la página Web del Ministerio de Educación.
Disponible en: http://bi.mineducacion.gov.co:8080/o3web/jdesktop.jsp. Marzo 15 de 2017.

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Desigualdad de género en cargos directivos

efectos que se generan sobre las subjetividades que allí emergen y sobre las trayectorias

laborales. Como también ha sido señalado por la literatura la feminización de las carreras

que contengan ciertos conceptos y requieran habilidades del cuidado como enfermería u

odontología, tienden a perder cierto prestigio solo por ser feminizadas y en consecuencia,

las profesiones pierden su valor social (Sandoval, 2002). Desde esta orientación, se parte de

la premisa que las acciones desarrolladas en el ámbito de la práctica profesional, tienen una

repercusión en las posibilidades que se les brindan a las mujeres para ocupar cargos

directivos en las instituciones de educación superior.

Como señala Olavarría (2011) el campo de la educación como órgano pedagógico

influye de manera importante en la sociedad y puede afectar los criterios de selección que

se tienen en cuenta para escoger un profesional para que ocupe cargos directivos en las IES.

Por estas razones, se configura como problema de interés para esta investigación,

identificar las concepciones que tienen directivos de cuatro facultades de derecho y

psicología de la ciudad de Bogotá, sobre la desigualdad de género en el acceso a cargos

directivos en las IES. Aunque se han logrado mapear diferentes estudios, este se considera

relevante ya que se focalizará en la experiencia concreta de las carreras de derecho y

psicología, buscando comprender las diferencias existentes. También porque en el contexto

local no se lograron ubicar estudios recientes sobre el tema.

Los resultados permitirán a próximos investigadores profundizar sobre la

desigualdad de género en el campo universitario, así como ampliar la comprensión de

algunas de las situaciones que sostienen la desigualdad de género. Igualmente, esta tesis

pretende aportar conocimiento a lo que sucede en las universidades, concebidas como

escenarios laborales, donde a pesar que muchas veces se produce conocimiento que busca

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Desigualdad de género en cargos directivos

transformar la desigualdad, son escenarios donde se sostienen de manera importante las

tensiones que favorecen dicha desigualdad.

La pregunta que orientará esta investigación será ¿Cuáles son las concepciones de

Decanos/decanas- Directores/Directoras de los programas de psicología y derecho frente a

la desigualdad de género que existe en cargos directivos de la educación superior en cuatro

universidades privadas de la ciudad de Bogotá?

Objetivos

Objetivo general:

Comprender las concepciones de Decanos/decanas- Directores/Directoras de los

programas de psicología y derecho frente a la desigualdad de género que existe en cargos

directivos de la educación superior en cuatro universidades privadas de la ciudad de Bogotá

Objetivos específicos:

1. Identificar los criterios de elección para llegar a ser decano/a o director/a en dichas

facultades y su incidencia según el género.

2. Comprender la influencia en las trayectorias profesionales de los participantes de la

desigualdad de género en los cargos directivos en la educación superior

3. Evidenciar los factores que sostienen o transforman la desigualdad de género en los

cargos directivos de las carreras de derecho y psicología en cuatro universidades

privadas de Bogotá.

Marco Teórico

La fundamentación teórica que se desarrollará a continuación le permitirá al lector

conocer algunos planteamientos sobre la desigualdad de género, los cuales serán necesarios

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Desigualdad de género en cargos directivos

para el desarrollo de la presente investigación. El marco teórico profundiza en tres aspectos:

1) La entrada de la mujer a la educación superior como ámbito laboral, 2) El éxito laboral

en las carreras de psicología y derecho y 3) Particularidades del contexto de investigación.

1) La entrada de la mujer a la educación superior como ámbito laboral

Desde sus orígenes, las universidades han sido espacios históricamente

desfavorables para las mujeres. La desigualdad de género es un concepto que lleva años

existiendo, pero se hizo más visible en el siglo XIX, ya que en este momento comenzaron a

emerger acciones desde los estados para favorecer la visibilidad y protección de los

derechos de las mujeres. La ley 95 de 1850 fue el primer paso de protección a la mujer,

pero como lo menciona Londoño (1995), tan solo a mediados del siglo la legislación

colombiana reconoció los derechos civiles de la misma. A mediados del siglo XIX, la

educación de la mujer se basaba en la reproducción de la especie, el sistema de valores y la

estructura patriarcal. El auge del capitalismo y la industrialización permitió que las mujeres

se fueran incorporando a la producción laboral, y por ende a la educación superior (Correa,

2009). Como señala Olavarría (2011),

Hasta ese momento las universidades habían sido espacios reservados a los hombres. El

conocimiento académico, la formación de profesionales, la investigación científica y la

creación artística eran ámbitos y actividades preferentemente –sino exclusivas- masculinas.

Tradicionalmente, la educación superior no fue un espacio considerado propiamente

femenino, constituyendo uno de los ámbitos privilegiados de reproducción de las

desigualdades de género. (p. 5)

No obstante, aunque ha habido un progreso frente a la desigualdad, es evidente que

la brecha entre hombres y mujeres en el ámbito profesional sigue existiendo. Los estudios

sobre género en la educación superior en Colombia aunque son escasos (Calvo, Rendón &

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Desigualdad de género en cargos directivos

Rojas, 2006), muestran una realidad contundente para las mujeres que participan en tareas

de docencia y en las oportunidades de acceso a cargos directivos.

El proceso de feminización de ciertos ámbitos laborales sigue presentándose en un

marco de menor valoración social y económica que resulta en la reproducción de

desigualdades (Sánchez, 2012). La mujer aunque tiene acceso a la educación y al desarrollo

profesional, tiene menos participación conforme asciende en la escala jerárquica. Este

fenómeno se presenta mayormente en la educación superior, donde se exhibe una minoría

de la representación femenina en cargos de dirección y liderazgo en las instituciones

(Zuluaga & Moncayo, 2014).

En América Latina, la representación de mujeres en cargos directivos en la

educación superior es limitada. En Chile, por ejemplo, para el año 2000 sólo había cuatro

rectoras (6.25% del total de cargos disponibles) y para el año 2005 cinco (8%), mientras

que en las jefaturas de carrera la presencia de mujeres era sólo de 33% (Ordorika, 2015,

p.10). En general, la baja participación de las mujeres en la docencia universitaria produce

un sesgo en su contra. La menor presencia de mujeres se encuentra a nivel de rectoría y

facultad, entendido como directores/as o decanos/as. Al examinar las cifras

correspondientes al cargo rectoral de las 200 universidades más importantes de América

Latina y el Caribe, en 20 países de la región, se encontró que el 16 % de estos cargos

estaban liderados por mujeres y el 84 % por hombres (Fuentes, 2016, p.68).

De igual manera, Olavarría (2011) en su estudio sobre “La participación y liderazgo

de las mujeres dentro de las instituciones de educación superior”, encontró que en las

universidades colombianas para el 2015, sobre un total de 310 rectorías, el 21,6% de estas

eran dirigidas por mujeres, el 35 % como vicerrectoras y 32 % como decanas;

adicionalmente, de cada 100 docentes 31 eran mujeres. De acuerdo con la UNESCO (2002)

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Desigualdad de género en cargos directivos

de cada cinco hombres, una mujer está en un cargo medio y de cada veinte hombres, una

mujer está en cargos altos en la educación superior.

En Colombia, estudios realizados por la UNESCO (2012), señalan que los docentes

de las universidades son mayoritariamente varones, y se evidencia que la participación de

las mujeres en la educación terciaria se reduce significativamente en la transición entre

maestrías y doctorados. Aún es más notoria la falta de presencia femenina a la hora de

incorporase al trabajo académico y a la investigación, donde “la mujer aporta apenas un

20% del total de graduados de estudios doctorales, por cada mujer hay cuatro hombres

graduados” (Correa, 2009, p.52).

A pesar de que las mujeres en el país tienen un nivel educativo alto, los hombres las

superan en los estudios de doctorado. El 67% de participación en posgrado es de varones,

frente al 33% de mujeres (Ibarra & Castellanos, 2009). Esto puede evidenciar que sin

importar el alto porcentaje de mujeres matriculadas en la educación superior, no hay

procesos que puedan garantizar que se puedan desarrollar trayectorias profesionales que

favorezcan su ingreso a las universidades para ejercer la docencia y para ocupar cargos de

dirección.

Es importante resaltar que aunque un número significativo de mujeres acceden a la

educación superior, muy pocas logran posiciones de mayor prestigio en puestos de alta

dirección; a medida que el reconocimiento social es mayor en la educación superior como

ámbito laboral, menor es la representación de las mujeres. La universidad está organizada

en torno a una fuerte jerarquización del profesorado, las mujeres se encuentran en su

mayoría en cargos de menos valor académico dentro de la institución, por lo tanto se

evidencia una segregación vertical (Olavarría, 2011).

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Desigualdad de género en cargos directivos

En un informe sobre el encuentro de profesoras de la facultad de ciencias humanas

realizado por la Universidad Nacional de Bogotá en (2014), se realizó un análisis por

niveles jerárquicos y sexo, que demostraron una alta participación masculina en nivel

directivo (72%), operativo (100%) y técnico (64%) mientras la participación femenina era

más alta en el nivel asesor (65%). Según Berrios (2007),

Las mujeres no pueden acceder a ciertos cargos, mientras que sí pueden conseguirlos en los

niveles más bajos de la jerarquía, sobre todo en aquellas plazas que tienen que ver con

labores de tipo administrativo, como coordinador o secretario de carrera. El trabajo

administrativo es un trabajo invisible, pues la relación con el alumnado no es relevante para

formarse un prestigio dentro de la universidad. (p. 47)

Todo parece indicar que, a medida que aumenta la capacidad de decisión y las

responsabilidades en la vida universitaria, la presencia femenina se ve disminuida (Jiménez,

2003). Esta realidad se asocia socialmente al imaginario colectivo patriarcal mediante el

cual el cuidado familiar es una labor asignada a las mujeres y son ellas las que están más

expuestas que los hombres a la omisión y discontinuidad en el mercado laboral debido a la

maternidad y la crianza (Olavarría, 2011). Por esta razón se considera que no están

capacitadas para ser líderes en puestos de dirección en la educación superior, generalmente

estos imaginarios sobre el hombre y la mujer son reforzados por normas sociales y

culturales como lo es el papel de cuidadora de la mujer, que se remiten al cumplimiento de

los estereotipos de género (Zuluaga & Moncayo, 2014), posibilitando así una baja

participación de las mujeres en cargos directivos.

Por otro lado, el rol hegemónico de la mujer se presenta diferente al del hombre.

Una pauta importante en la diferenciación de géneros es la comunicación, como lo dice

Ashcraft (2011), la sociedad tiene la creencia de que los hombres se enfocan en la

18
Desigualdad de género en cargos directivos

comunicación que conlleva a metas eficientes y productivas, mientras que la mujer está

centrada únicamente en la comunicación que permita el proceso relacional. Es evidente

entonces, que existe un criterio en donde se señalan las habilidades de cada género

admitiendo la reproducción de estereotipos, que permiten la aparición de un sesgo en la

educación superior entre hombres y mujeres como ámbito laboral, en “el caso de las

mujeres, su socialización en términos de las orientaciones afectivas típicas del rol sexual —

que emanan de su posición en la familia— resultan determinantes frente a la propia

socialización profesional” (Jiménez, 2003, p.78).

Por consiguiente, es primordial analizar la posición ocupacional de las profesoras y

profesores en las universidades y considerar las disparidades que se encuentran tanto en las

áreas a las que pertenecen, los cargos que ocupan y, por supuesto, la retribución salarial que

obtienen (Ibarra & Castellanos 2009). Aunque hay avances importantes, un estudio

realizado por Fernández (s.f) para el Departamento Administrativo Nacional de Estadística

(DANE), demostró que todavía perduran inequidades en el mundo académico y en el

mercado laboral, como por ejemplo, una brecha salarial del 20% entre hombres y mujeres.

Más recientemente el trabajo de Fuentes (2016) muestra que,

Las brechas salariales tienen que ver con las barreras que dificultan el acceso de las

académicas a los puestos más altos y con mejores sueldos, y además se explican por la

conjunción de factores como el culto a la meritocracia cuando en realidad no hay igualdad

de oportunidades. (p.68)

Las mujeres han sido las principales protagonistas en la masificación educativa,

gracias a la extraordinaria expansión de la matrícula femenina global. Las mujeres

muestran tasas altas de graduación en las ciencias de la vida, con porcentajes que fluctúan

entre el 60 % y el 73 %. Así mismo, su participación en las ciencias sociales y del

19
Desigualdad de género en cargos directivos

comportamiento es superior. En este campo, se resaltan América Latina y el Caribe con la

proporción global más alta (Fuentes, 2016).

Sin embargo, esta revolución educativa no ha reconocido para ellas equidad salarial

e igualdad de oportunidades, así como acceso a cargos directivos y mayor reconocimiento

social (Fuentes, 2016). Es decir que la exclusión femenina en el campo laboral es una

muestra de las permanencias que mantiene la dominación masculina en el ámbito público

(Zuluaga & Moncayo, 2014), por lo que las mujeres se ven expuestas a obstáculos a la hora

de obtener ascensos en la academia y salarios equivalentes a sus contra partes masculinas.

Mientras el 40% de los profesores ganan más de 6 millones de pesos mensuales, esto ocurre

solamente para el 33% de las profesoras. Del mismo modo, mientras 19% de los hombres

ganan más de 8 millones mensuales, solo 10% de las mujeres se ubica en este mismo rango

salarial. (Universidad Nacional de Colombia, 2014)

Acorde a los planteamientos de Barbado, González, & González (1994), la

educación superior ha sido históricamente considerada como un espacio masculinizado en

la cual existe un ejercicio del poder académico, cuyo alcance admite otros ámbitos de

poder, como la esfera política. Por su parte, las mujeres pertenecen a un cuerpo minoritario

dentro de la educación superior, a las cuales no se les atribuyen competencias de liderazgo

y gobierno por lo cual tienden a concentrarse en las categorías peor remuneradas y están

menos presentes que los hombres en los ámbitos de poder y toma de decisiones de la

academia (Jiménez, 2003). Al respecto Zuluaga & Moncayo (2014), enfatizan que,

Las directivas a cargos de gobierno en educación superior, afrontan relaciones y dinámicas

de poder que explican el fenómeno de desigualdad de género. La tradicional participación

masculina en las instituciones de educación superior, se manifiesta en esta organización por

medio de la perpetuación y acumulación de poder para el gobierno de las mismas. (p.11)

20
Desigualdad de género en cargos directivos

En este orden de ideas, es importante tener en cuenta cómo las formas de liderazgo,

el poder académico y la división sexual actual en la educación superior inciden en la

desigualdad de género que se presenta en los cargos de mayor prestigio en las

universidades. Para el caso concreto de la Universidad del Valle,

Las facultades con el menor número de mujeres eran Ingenierías, Ciencias Naturales,

Ciencias de la Administración, Ciencias Sociales y Económicas y Artes, en las que ellas no

alcanzan ni siquiera la tercera parte de los cupos. En el Instituto de Educación y Pedagogía,

en Humanidades y en Salud hay un incremento sustancial al grupo anterior de facultades,

pues en éstas se supera el 39% de las plazas en dicho Instituto hasta alcanzar el 43,5% en

Salud. El único Instituto en el que las mujeres superan en número a los varones es en

Psicología, donde ellas alcanzan el 52,4%. (Ibarra & Castellanos, 2009, p. 8)

2) El éxito laboral en las carreras de derecho y psicología

En el ámbito académico hay carreras en las cuales existe una brecha de desigualdad

de géneros. En el área de ciencias humanas y sociales la diferencia no es tan evidente como

en el área de ciencias técnicas, no obstante en carreras como psicología y derecho persiste

una inclinación a la feminización y masculinización de las licenciaturas.

Resulta entonces necesario preguntarse si el ascenso a cargos directivos en las

instituciones de educación superior (IES), se puede asociar por una parte con la

feminización/ masculinización de la profesión, y por otra con lo que se podría denominar el

éxito y reconocimiento de la profesión.

Algunas de las profesiones desempeñadas por las mujeres, se articulan a

actividades de cuidado, mientras que algunas profesiones desempeñadas por los hombres se

articulan a actividades de provisión, constituyéndose las primeras como actividades

21
Desigualdad de género en cargos directivos

femeninas y las segundas como masculinas (Mora & Pujal, 2016). Este fenómeno puede

explicarse mediante el concepto de división sexual del trabajo, donde las actividades que

llevan a cabo los hombres son consideradas más relevantes a nivel social, que aquellas

realizadas por las mujeres (Sánchez, 2012).

Esta división ayuda a comprender lo que sucede con las diferentes organizaciones

de educación, mientras que, en las asociadas con el cuidado y la crianza con la educación

básica y secundaria, las mujeres tienen mayor representación, se consideran con

competencias más adecuadas y pueden alcanzar con mayor facilidad cargos en posiciones

de dirección. No obstante, en la educación superior, asociada ya no con el cuidado sino con

la producción de conocimiento científico se puede considerar a las mujeres con

competencias menos adecuadas y por ende, se restringe su acceso a estas posiciones. Es

decir que, las mujeres en cargos directivos en las instituciones de educación superior se han

visto afectadas por un concepto llamado techo de cristal, el cual se refiere a una variedad de

obstáculos invisibles que no permiten que las mujeres alcancen cargos de poder dentro de

las organizaciones (Zuluaga & Moncayo, 2014).

Esto ha sido señalado por la UNESCO (2002), quienes plantean que la feminización

de la profesión docente en las primeras etapas de la educación posee un carácter universal,

pues se considera que las cualidades femeninas como la sociabilidad son las más

apropiadas para el modelo docente en la enseñanza elemental. No obstante, cuando estas

maestras intentan incorporarse al espacio público, especialmente cuando debe asumir

cargos de dirección puede suceder que sus habilidades resulten siendo cuestionadas, ya que

se puede llegar a considerar que la mujer posea las cualidades que el trabajo demanda

(Sánchez, 2012). Simpson (citado en Mora & Pujal, 2016),

22
Desigualdad de género en cargos directivos

Ha explicado algo similar en su análisis de los hombres que trabajan en ámbitos femeninos

y de las mujeres que trabajan en ámbitos masculinos. En este caso tampoco se produce una

situación simétrica. Señala que los hombres son bienvenidos en los ámbitos femeninos y se

espera de ellos que actúen como hombres (reconociéndose implícitamente que faltan sus

cualidades en la profesión); mientras que las mujeres no son ni tan bienvenidas ni se espera

que actúen como mujeres (reconociéndose implícitamente que no faltan sus cualidades en la

profesión). En pocas palabras, ellos reafirman su masculinidad, ellas se masculinizan. (p.

163)

Los hombres son mayoría entre los directivos, altos ejecutivos, y en los niveles

superiores de los empleos profesionales, mientras que las mujeres permanecen aún

concentradas en las categorías inferiores de los puestos directivos. En América Latina, la

participación femenina en los cargos gerenciales suele estar entre el 25% y el 35% de la

totalidad de puestos disponibles (Araujo & Nieto, 2012).

Se han establecido reglas a la vez visibles e invisibles frente a las cuales resulta

muchas veces difícil la adaptación. Tanto los colegas como los clientes pueden no

considerar automáticamente a las mujeres tan capaces como los hombres, las primeras

deben generalmente trabajar mucho más duramente que los hombres para probarse a sí

mismas y a los otros sus capacidades, y en ocasiones deben adaptarse más que lo necesario

a estilos y actitudes “masculinos” de trabajo (OIT, 2004, p. 2).

Si bien ya se ha demostrado que ha habido un crecimiento de la representación

femenina en ambas carreras, es relevante profundizar en el papel que tiene la concepción de

éxito profesional para facilitar o limitar el acceso a cargos directivos. Algunos aspectos del

éxito se han feminizado o masculinizado, favoreciendo así a uno u otro colectivo en el

logro o ascenso a cargos directivos. En esta revisión se explorará como en la noción de

23
Desigualdad de género en cargos directivos

éxito profesional se reproducen patrones que establecen los criterios subjetivos de selección

y practica laboral en los puestos de mayor jerarquía de las instituciones tanto comerciales

como educativas.

Algunos autores como Martínez, Mijares, Prieto, Ramos & Díaz (2012), señalan que

el éxito profesional tiene dos dimensiones, una subjetiva y otra objetiva. La primera está

asociada a la valoración que hace el sujeto sobre sus deseos y a los aspectos personales que

este considera dan cuenta del logro de objetivos en su trayectoria profesional, mientras que

“la dimensión objetiva se relaciona con los intentos efectuados y depende de las

comparaciones sociales” (p. 60). Ocasionalmente, los sujetos tienden a sentirse exitosos a

partir de la posición laboral que ocupen, comparándola con la posición laboral de sus pares.

Esta visión de éxito profesional dicotómica, que plantea una tensión entre lo subjetivo

y lo objetivo, deja de lado el papel que cumplen los determinantes socioculturales a la hora

de definir los factores que hacen a una persona exitosa o no en el desarrollo de su profesión

y no permite comprenden como este opera en la afectación de las posibilidades de acceder a

cargos directivos. Por esta razón, se hace necesario redefinir en esta investigación el éxito

profesional.

En el escenario de las organizaciones productivas, siendo la universidad una de ellas

en la sociedad contemporánea, el desarrollo exitoso de una carrera no solo se liga a un

proyecto personal particular, sino que este se liga estrechamente al crecimiento mismo de la

organización. Es por esto que, en los procesos de vinculación y permanencia de los

trabajadores y trabajadoras de la universidad contemporánea, los referentes de éxito están

articulados a factores que permitan mayor visibilidad, calidad y competitividad de la

organización en el cual se encuentra inmersa.

24
Desigualdad de género en cargos directivos

La trayectoria profesional que evidencia un profesional reconocido por su excelente

desempeño en el área de experticia, la experiencia en investigación, las posiciones

ocupadas a lo largo de su trayectoria profesional, el reconocimiento por la comunidad

académica nacional y el conocimiento producido a través de publicaciones, coexisten con

otros factores de éxito que privilegia la universidad contemporánea como son, el número de

redes a las que pertenece, su grado de internacionalización, las habilidades con las que

cuenta el candidato para la gestión administrativa, el número de publicaciones en revistas

de alto impacto y su capacidad para liderar equipos que logren las metas necesarias para ser

incluidos en los rankings internacionales, que permitan convertir así a la institución

educativa en una institución de alta calidad.

En este sentido, el éxito va a encontrar nuevos lugares de referencia tanto en los

procesos de selección de los candidatos que aspiran a cargos directivos, en los procesos de

permanencia en dichos cargos (articulados a la evaluación de desempeño) y en la manera

como se valora dicho trabajo al interior tanto de las facultades como a través de toda

universidad y actores relacionados (privilegios en condiciones de trabajo, remuneración,

reconocimiento, nivel máximo de cargo propuesto).

En este sentido, se podría percibir a la institución universitaria como una institución

igualitaria que se apoya en la meritocracia a la hora de escoger a sus directivos. Sin

embargo, como señala Ballarín (2015), estos elementos de éxito no logran explicar el

acceso a cargos directivos, ya que siguen funcionando varios mecanismos que obstaculizan

las trayectorias en la academia. Aunque los méritos son necesarios, estos no son suficientes

para acceder a dichas posiciones directivas, algunos de los factores que pueden contribuir al

éxito y al ascenso a las posiciones de poder son:

Pertenecer a una escuela, grupo o red bien situado, con capacidades, conexiones y recursos.

25
Desigualdad de género en cargos directivos

Planificar la carrera docente con objetivos claros, que facilite la entrada, en calidad de

iguales, en los grupos que tienen posibilidades de repartir y, por tanto, de crear relaciones

de dependencia.

Controlar equipos de investigadores e investigadoras, doctorandos, ayudantes, etc., cuyos

trabajos son finalmente rentabilizados por la persona reconocida, en esa relación de

dependencia de la que la persona meritoria espera obtener beneficios posteriores.

Total liberación de cargas familiares, incluso el apoyo de los miembros femeninos de la

familia, como servicio doméstico, secretarias, apoyo intelectual, afectividad, etc. (Ballarín,

2015, p.30)

Otros aspectos que cuestionan el papel que tiene el éxito profesional están ligados a

factores históricamente relacionados con el género. Cuando se plantea que para las

mujeres, el éxito y la satisfacción laboral, van directamente relacionados con la satisfacción

personal, especialmente con la conformación de una familia y la posibilidad de desarrollar

la maternidad, se reproducen los estereotipos sobre el género. El plantear que cuando no se

logra conciliar el ámbito personal con el familiar, o presentar este como un conflicto en

cuanto a las aspiraciones profesionales y personales (por ejemplo el discurso de la

conciliación vida familiar-vida laboral), promueven una presión hacia las mujeres para

“elegir” el rechazar posiciones jerárquicas que demanden mucho tiempo o compromiso, por

miedo a descuidar su labor doméstica. Idrovo & Leyva (2014) al respecto señalan que,

Las mujeres que quieren llegar a cargos directivos pueden considerar las responsabilidades

familiares como una barrera para acceder a esas posiciones,…esto las lleva a tratar de

satisfacer continuamente las expectativas sociales y las demandas laborales y familiares

(basadas ambas en las expectativas sociales) tanto de mujer del hogar como mujer

profesional. Esto produce una serie de conflictos que se verán reflejados en su percepción

de éxito y satisfacción en los diferentes ámbitos. (p.159)

26
Desigualdad de género en cargos directivos

En esta misma línea, se resalta también en la literatura que la manera como se

concibe la maternidad y su asociación directa con las labores domésticas desestimulan las

posibilidades de exposición en el ámbito de la vida pública.

Otro aspecto relacionado con el éxito laboral de las mujeres, proviene del estudio

realizado por Godoy & Mladinic (2009), acerca de la diferencia en el trato hacia las

mujeres y los hombres gerentes. El estudio plantea que a las mujeres se les tiende a evaluar

sus capacidades como líderes con mayor dureza, mientras que para los hombres la

evaluación tiende a ser mucho más blanda.

...una amplia mayoría de mujeres aseguraron que su éxito se debía a que trabajaban más que

sus colegas hombres para obtener el mismo reconocimiento: la percepción de las mujeres es

que sus colegas, subordinados y superiores, les someten a diversas y ocultas formas de

evaluación o pruebas de desempeño y que implícitamente se les juzga con un estándar

superior a aquel con el que se juzgaría a los hombres. (p. 53)

De la misma manera en la que se evalúa a la mujer como líder y se duda de su

capacidad para ocupar puestos de mayor jerarquía, también hay momentos en los que se

cuestiona su rol de liderazgo. Según Godoy & Mladinic (2009), el rol de líder es

usualmente adscrito al género masculino y entendido como una característica pertinente

para el éxito profesional. Por otro lado, muchas mujeres sienten que tienen que cambiar de

carácter frente al grupo que lideran para ganarse su respeto, los autores mencionan que esta

presión de cambio de carácter se genera más cuando se trabaja con hombres de carreras

masculinizadas como la ingeniería, especialmente cuando están a cargo de estos equipos de

trabajo.

En el caso concreto de las carreras que se examinaron en esta investigación, se han

encontrado relaciones entre los estereotipos de género, el éxito profesional y las

27
Desigualdad de género en cargos directivos

oportunidades de acceder a cargos directivos. La carrera de derecho sobresale por las pocas

posibilidades que se les presentan a las mujeres para superarse,

A esta realidad las propias mujeres empezaron a llamarla «techo de cristal» en la década de

1980, utilizando la metáfora para referirse a todas aquellas barreras invisibles que muchas de

ellas encuentran en el mundo laboral y que comportan una discriminación vertical que se

aprecia al comprobar como disminuye la proporción de mujeres a medida que se asciende en

la pirámide de la organización. (Araujo & Nieto, 2012, p. 9)

El techo de cristal es uno de los fenómenos que imposibilita el progreso de la mujer,

la cual se siente inmovilizada muchas veces para surgir en firmas de abogados ya que se

enfrenta a una serie de obstáculos que surgen por su rol como mujeres en un escenario

masculinizado.

Asimismo, las cifras de la cantidad de mujeres que hacen parte de los poderes

ejecutivos y legislativos tienden a ser mucho menores a comparación de la cantidad de

hombres, por ejemplo para el caso chileno “entre los miembros del poder ejecutivo,

legislativo y personal directivo de la administración pública y de empresas representaban,

según el Censo de 2002 un 32.7 % mujeres de un total de 100%” (Godoy & Mladinic,

2009, p. 52).

En el campo de la formación universitaria en derecho se tiende a enfatizar en ciertos

puntos específicos para el desarrollo de una práctica excelente, entre ellos se encuentran:

1. Conocer, interpretar y aplicar los principios jurídicos. 2. Conocer, interpretar y aplicar las

normas y principios del sistema jurídico nacional e internacional en casos concretos. 3.

Capacidad de razonar y argumentar jurídicamente. 4. Capacidad para redactar textos y

expresarse usando términos jurídicos precisos y claros. (Clavijo, 2014, p. 214)

28
Desigualdad de género en cargos directivos

No obstante, aunque parte de la formación jurídica sea muy importante para definir el

puesto jerárquico de un abogado también entran en juego una serie de características

personales para ser laboralmente exitoso. Según Corcuera (s.f), los buenos abogados deben

manejar la prudencia, la virtud, la memoria y el liderazgo, características típicamente

asociadas al género masculino como lo señala el autor.

Por otro lado, se ha hecho evidente que en el siglo XXI no se requiere tanta

formación sino competencias; “La excelencia técnica y la formación meramente jurídica ya

no aportan un valor diferencial, son necesarias, es algo que se da por hecho que hay que

tener, pero no suman, ni tienen el peso que tenían para la abogacía tradicional” (Enzler &

Navarro, 2014, p. 40). Las competencias requeridas determinan la posición de una abogada

en una firma de derecho donde la infraestructura de la institución tiende a acobijar más a

los hombres que a las mujeres por simbolismos patriarcales y masculinos.

En cuanto a la carrera de psicología, el éxito se define bajo otras características

mucho más vinculadas a la visión femenina del cuidado y la comprensión. Corbin (s.f),

menciona diez cosas que un buen psicólogo debe tener: escucha activa, empatía, ser

accesible, ser ético, autoconsciente, sincero, paciente, tener habilidades de comunicación,

no juzgar y estar en continua formación. Estas tienden a ser cualidades más vinculadas a lo

culturalmente asignado como femenino, donde se asocia a la mujer con los cuidados y la

comprensión, “esta valoración y visión de la mujer como proveedora de cuidado, se

traslada al trabajo y a las labores realizadas por ellas en el sector productivo” (Idrovo &

Leyva, 2014, p.160).

Todas estas conductas frente al rol, que juegan los géneros en determinadas áreas del

trabajo y el éxito, que se tiene como profesional tanto en derecho como en psicología, se

tienden a manifestar también en los sectores educativos. Lo importante es visualizar en qué

29
Desigualdad de género en cargos directivos

medida influye la formación y práctica profesional de los abogados y psicólogos teniendo

en cuenta los criterios de elección para cargos directivos en los sistemas de educación

superior.

El papel que juega la atribución de habilidades dóciles, femeninas y maternales a las

mujeres en el ámbito de la educación superior, genera contradicciones a la hora de

considerarla como una profesional exitosa. Como bien se ha mencionado varias veces en

este texto el papel de la mujer como ama de casa y madre influye en el concepto socio-

cultural que se da al entender a la mujer más como un sujeto involucrado en labores del

hogar que en labores del ámbito público.

No obstante, no solo los elementos asociados al éxito como se ha visto pueden influir

en las oportunidades y acceso a cargos directivos. Teniendo en cuenta que la investigación

recogerá la experiencia de directivos en cuatro universidades diferentes, el siguiente

apartado busca explorar el lugar que tienen los factores institucionales y la cultura

organizacional en el acceso de las mujeres a cargos directivos en dichas instituciones.

3) Particularidades del contexto de investigación

3.1. Acerca de las políticas públicas sobre igualdad de género en educación superior.

Un primer elemento a revisar es la normatividad que existe en el ámbito de la

educación superior sobre la igualdad de género la cual no cumple con los estatutos para que

se brinde una equidad de oportunidades, es por esto que existe la necesidad de que la

universidad se examine a sí misma y reconozca en su ejercicio de formación los derechos

de igualdad (Fuentes, 2016). Aunque Colombia es uno de los países con mayor legislación

encaminada a garantizar los derechos de igualdad, las instituciones de educación superior

30
Desigualdad de género en cargos directivos

han permanecido ajenas frente a la inequidad de género y las propuestas del estado por un

país no discriminatorio (Fuentes, 2016).

Ni el Ministerio de Educación Nacional (MEN) ni las universidades han tomado el

liderazgo para incidir de manera decidida en la promulgación de leyes, así como en el

diseño de políticas dirigidas a transformar las desigualdades basadas en las relaciones de

género en la educación terciaria. Las demandas para que la Universidad se transforme a

sí misma han sido externas, ya sea por influencia de los organismos internacionales

o por los requerimientos normativos de otras instancias gubernamentales y del sistema

judicial. (Fuentes, 2016, p.74)

Si bien el concepto de genero está sujeto a una construcción social, está a la vez

delimitado por normativas que cada institución desarrolla internamente a partir de la época

y espacio determinados (Osorio, Vélez, Montoya & Rodríguez, 2013). Es por esto que,

según Fuentes (2016), el reconocimiento del otro en la cultura como igual debe ser

enseñado desde temprana edad teniendo en cuenta un modelo de educación multicultural.

La educación superior no está educando individuos para la equidad y la democracia, al

contrario se preocupa por suplir las demandas del mercado, permitiendo que la división

sexual del trabajo se traslada la universidad, naturalizando así las condiciones que limitan el

acceso de la mujer en ciertos ámbitos.

En un esfuerzo por hacer más explicitas las políticas que fomenten la igualdad de

género en el ejercicio de su actividad la Universidad Nacional de Colombia promulga el

Acuerdo 035 del 2012, donde se enuncian una serie de prácticas y recomendaciones que se

esperaba fueran adoptadas en el reglamento interno, reclamando la necesidad de una

comunidad universitaria libre de discriminación. No obstante, como señala Quintero

(2016),

31
Desigualdad de género en cargos directivos

Muy pocas cosas, o casi ninguna de este Acuerdo se han llevado efectivamente a la práctica

por parte de las autoridades de esta Universidad; mientras tanto, las mujeres seguirán estando

en mayor peligro de "extinción" en la UNAL, una de las mejores universidades del país,

reconocida internacionalmente…pero donde las desigualdades educativas de género

tampoco parecen ser una realidad nacional prioritaria. (p. 142)

En conclusión, se puede señalar que a nivel estatal no son claras las políticas para

promover la igualdad de género en las instituciones de educación en el país. Aunque a nivel

de la universidad pública se han realizado esfuerzos, estos no han generado el impacto

deseado.

3.2 Cultura organizacional de las universidades

El contexto organizacional puede brindar información sobre la cultura existente, la

cual tiene el potencial de establecer los comportamientos del sujeto y la manera en que este

interpreta la realidad. Por lo tanto, es importante recuperar algunos elementos históricos de

las organizaciones en las cuales se encuentran los participantes de esta investigación.

Aspectos como el perfil que promueve de sus egresados, recoge el posicionamiento que

estas instituciones tienen frente a la formación, la influencia de los proyectos sociales,

políticos y/o religiosos que dieron orígenes tanto a las universidades como a los programas,

la tradición existente en los cargos de dirección y lo que se espera que promuevan las

personas que dirigen los programas, ya sea en ciencias jurídicas o en psicología.

a) Universidad del Rosario

El Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario es una universidad privada ubicada

en Bogotá, Colombia. Fue fundada en 1653 por Fray Cristóbal de Torres para enseñar

filosofía, teología, jurisprudencia y medicina. Es la tercera universidad más antigua de

Colombia, una de las mejores universidades del país y Latinoamérica según el QS

32
Desigualdad de género en cargos directivos

Universities Rankings, además cuenta con una destacada historia dentro del ámbito

político, económico y científico. Su oferta académica está compuesta 5 facultades y 3

escuelas, 22 programas de pregrado, más de 40 especializaciones, 15 maestrías y 5

doctorados (Universidad del Rosario, s.f).

Los principios y Valores que promueve la universidad son: “impartir una sólida

formación ética, humanística y científica que, unida a la investigación y a una idónea y

exigente docencia, permita a esta comunidad educativa formar integralmente personas

insignes y actuar en beneficio de la sociedad, con un máximo sentido de responsabilidad;

Comunidad universitaria de alto desempeño y vocación internacional; Promoción de la

equidad y la diversidad; Entregar a la sociedad los mejores ciudadanos con visión global y

ser actores protagónicos de los grandes temas del país; Compromiso de la comunidad

académica con el proyecto educativo institucional, la formación en valores y la

responsabilidad social; Alta calidad (formación y desempeño) de su cuerpo profesoral en

desarrollo de sus funciones de docencia, investigación, extensión y gestión académica;

Liderazgo nacional e internacional en el ámbito de la educación superior por la solidez y

pertinencia de sus procesos de enseñanza-aprendizaje; Pertinencia de su quehacer para

avanzar hacia una sociedad colombiana justa y en paz, el desarrollo humano sostenible y el

crecimiento cultural, social, político y económico del país” (Universidad del Rosario, s.f).

De acuerdo con la misión, las acciones de la Universidad deben apuntar hacia el

logro del perfil del estudiante Rosarista, el cual se define en los siguientes términos: “El

estudiante Rosarista es una persona consciente de su dignidad, con una profunda formación

ética, espiritual y social; Posee un alto sentido de autoestima y responsabilidad, que en

conjunto con su capacidad de investigación y raciocinio, un conocimiento riguroso y un

sentido apropiado de lo que el Rosario significa para el país; Obra siempre de acuerdo con

33
Desigualdad de género en cargos directivos

las sanas costumbres y actúa en el ejercicio de su quehacer diario como un verdadero

orientador y servidor de la sociedad” (Universidad del Rosario, s.f).

Aunque en la página web de la Universidad no se hacen públicas las políticas para

promover la igualdad de género al interior de la universidad, en los últimos años la

Universidad ha promovido la discusión sobre la desigualdad de género en diferentes

escenarios como discusiones interinstitucionales de orden académico como la Cátedra

Unesco en Equidad de Género realizada en diciembre de 2016, así como otras acciones

dirigidas a la población en general como el programa Dialogo Mayor, emitido en julio de

2016 por la televisión abierta nacional. El tema de género también hace parte de la agenda

de investigación de varios grupos de la universidad, uno de ellos ha sido el estudio “La

discriminación de género en las prácticas de recursos humanos: un secreto a voces”

realizado por la Escuela de Administración y publicado en 2017.

a.1. Facultad de Jurisprudencia

Esta fue fundada en 1653 por Fray Cristóbal De Torres. Los programas de

posgrados se comenzaron a crean en 1997 con la maestría en derecho administrativo y el

Doctorado en derecho fue creado en el 2009. En la actualidad esta facultad se encuentra

consolidada como la más representativa de Colombia, gracias a su tradición, historia y por

los cargos públicos ocupados en la actualidad por muchos de sus egresados. El programa de

Jurisprudencia de la Universidad del Rosario tiene como propósito:

Formar abogados humanistas, analíticos, críticos y comprometidos con el país dentro de un

contexto académico de alta exigencia y calidad… en tanto jurista integral, podrá

desempeñarse en cualquier campo del derecho y desenvolverse en la administración

pública, en la rama judicial, en la empresa privada, en el ejercicio profesional independiente

y en las diversas actividades de investigación. (Universidad del Rosario (s.f)

34
Desigualdad de género en cargos directivos

Con relación a los cargos directivos el período de duración del cargo de decano es

de cuatro años con posibilidad de reelección. Son cargos de libre nombramiento. Los

Decanos de la facultad en los últimos 10 años han sido: Juan Carlos Forero Ramírez (2015-

Presente), Antonio Aljure Salame (2011-2015), Alejandro Venegas Franco (2004-2011),

Juan Manuel Charry (2001-2004).

a.2. Programa de Psicología

Desde hace, aproximadamente diez años, la universidad adoptó un moderno

concepto de gestión, integrando a la tradicional administración institucional una moderna

gestión organizacional que permitió reconvertir los procesos estratégicos (Becerra,

Cubillos, & Rosker ,2008). Con el fin de atender a una necesidad básica del mercado

colombiano, la Gerencia Comercial y de Mercadeo de la universidad del Rosario llevó a

cabo una investigación en ferias escolares a nivel nacional que les permitió identificar

cuáles eran las distintas unidades académicas que estaban tomando fuerza entre los

estudiantes para así incrementar las inscripciones a los programas de pregrado y posgrado

en la universidad (Universidad del Rosario, 2007).

Mediante esta necesidad en la facultad de Medicina se realizó una restructuración de

las asignaturas en curso y se da inicio a la oferta de asignaturas de Promoción de la Salud,

Salud Familiar y Psicología, Salud y Medio Ambiente, Bioestadística y Epidemiología y se

eliminaron las asignaturas Introducción al Medio Hospitalario y Sistema General de

Seguridad Social. De esta restructuración surge el programa de psicología, el cual fue

fundado en el 2007 por María Isabel González de Valencia. En cuanto al perfil del

egresado, se establece que el psicólogo Rosarista,

será un profesional formado integralmente a nivel personal y profesional, capaz de conocer sus

fortalezas y debilidades y convertirlas en recursos para su crecimiento; es un profesional

35
Desigualdad de género en cargos directivos

sensible con formación teórica suficiente para entender a otros y su diversidad, pero

especialmente con una capacidad "empática" para situarse en el lugar de los demás y lograr el

mismo propósito; Será un humanista que pone la ciencia al servicio del hombre, ético,

investigador, psicólogo integral, lo cual significa que su actividad, sus propósitos vitales y su

participación social, se orientan en la misma dirección; Podrá desempeñarse en el trabajo con

diferentes comunidades, en los sectores de la salud, la educación y las organizaciones”

(Universidad del Rosario, s.f).

El programa actualmente no tiene doctorados ni maestrías. Con relación a los cargos

directivos, el máximo cargo posible es el de Director de Programa, el cual no tiene un

periodo de duración establecido en el cargo. Es un cargo de libre nombramiento y la

decisión la toma el decano de la Facultad de Medicina. Los directores han sido: Miguel

Gutiérrez Peláez (2017- Presente) y María Isabel González de Valencia (2007-2016).

b) Pontificia Universidad Javeriana

La Pontificia Universidad Javeriana fue fundada en 1623, es una Universidad católica

que hace parte de las 114 Universidades de la Compañía de Jesús en el mundo. Fue una de

las primeras universidades en recibir la Acreditación Institucional de Alta calidad, por parte

del ministerio de educación Su objetivo es servir a la comunidad otorgando valores a una

sociedad más civilizada, culta y justa inspirada por los valores que proclama el evangelio.

Esta Universidad consta 18 facultades, 62 departamentos, 14 institutos, 153 posgrados, 8

doctorados en donde uno de ellos adquiere un título eclesiástico, 33 maestrías, 73

especializaciones, 39 especializaciones clínicas y quirúrgicas y 38 programas de pregrado.

Es una institución comprometida con los principios educativos y las orientaciones

fundadoras, en donde propone: “La formación integral de las personas que sobresalgan en

36
Desigualdad de género en cargos directivos

su calidad humana, ética, académica, profesional y responsabilidad social; La creación y

desarrollo de un conocimiento y cultura a partir de una perspectiva crítica e innovadora

para así lograr tener una sociedad justa, democrática, incluyente, solidaria y respetuosa de

la dignidad humana; la formación integral de las personas de tal forma que se dé una

transmisión de la ciencia y de la culturan de manera que se trascienda lo técnico e

informativo; la universidad busca ser factor positivo de desarrollo y crítica constructiva a la

sociedad en la que vive” (Pontificia Universidad Javeriana, s.f).

En la universidad en su página web no se identificaron políticas dirigidas a la

comunidad universitaria que promuevan la igualdad de género. Las actividades más visibles

relacionadas con el tema han sido desarrolladas en los últimos años por grupos de

investigación, especialmente de las facultades de Ciencia Política, Estudios ambientales y

Rurales y el Instituto Pensar, su foco han sido los procesos de desarrollo rural y la

construcción de paz.

b.1. Facultad de Ciencias Jurídicas

La facultad de derecho se inauguró el 16 de Febrero de 1931 bajo la dirección del

Decano Jesús María Fernández, el rector del colegio San Bartolomé P. José Salvador

Restrepo y Félix Restrepo que también seria decano de 1933 a 1941. Soledad y Carmen

Gómez Garzón las primeras abogadas javerianas recibieron su título el 29 de noviembre de

1946 y este mismo año la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas admitió por primera

vez mujeres para estudiar esta carrera. Luego en 1954 Helena Páez Martin fue la primera

abogada javeriana graduada en la Facultad de Ciencias Jurídicas. Esta facultad tiene un

doctorado en ciencias jurídicas desde 1983 y una Maestría de derecho económico y de

seguros creada en 1992 y Maestrías de derecho administrativo y en derecho constitucional

creada en el 2016.

37
Desigualdad de género en cargos directivos

“En la Facultad de Ciencias Jurídicas se forman profesionales de excelencia,

caracterizados por ser abogados con criterio jurídico, excelente formación profesional, con

competencias interpretativas, argumentativas y propositivas.” (Pontificia Universidad

Javeriana, s.f). Por lo tanto, el abogado egresado tiene la capacidad de crítica de las leyes

vigentes, entiende la sociedad colombiana en la que vive, tiene respeto por los derechos

humanos y capacidad para discernir frente a situaciones en que se pongan en juego sus

valores cristianos y javerianos, entre otros (Pontificia Universidad Javeriana, s.f).

Con relación a los cargos directivos, el máximo cargo a ocupar es el de Decano/a. El

periodo de duración de cada decano por reglamento es cada 3 años, es posible re elegirlos a

partir de una terna. Con relación a los cargos directivos para la elección de los candidatos

se realiza una terna. Durante los últimos 10 años los decanos han sido: Julio Andrés

Sampedro Arrubla (2014- Presente), Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo (2008-2014); Luis

Fernando Álvarez Londoño (2001-2008).

b.2. Facultad de Psicología

La facultad de psicología en la Pontificia Universidad Javeriana fue pensada en

1958 por José Rafael Arboleda Decano de la Facultad de Filosofía y a partir de 1998, se dio

origen al departamento de psicología independiente con un inicio de veinte estudiantes.

Actualmente la Facultad de psicología se encuentra vinculada con la Asociación

Colombiana de Facultades de Psicología (ASCOFAPSI) y la Unidad Colegial Universitaria

del Colegio Colombiano de Psicología COLPSIC. Los programas de maestrías en

psicología comunitaria y en psicología clínica, ambas fueron creados en el 2008 y el

doctorado en psicología en 2016.

En cuanto al perfil del egresado, se establece que el objetivo principal para la

formación del psicólogo javeriano es ser “capaces de asumir crítica y responsablemente su

38
Desigualdad de género en cargos directivos

rol como profesionales, científicos sociales y ciudadanos, y así contribuir al desarrollo de la

Psicología y plantear alternativas de solución a los problemas del país” (Universidad

Pontificia Javeriana, s.f).

Con relación a los cargos directivos, el máximo cargo a ocupar es el de Decano/a. El

periodo de duración de cada decano por reglamento es cada tres años, es posible re

elegirlos. Son cargos de libre nombramiento y para su debida elección se realiza un

consenso entre profesores para proponer una terna y es el vice rector quien toma la decisión

de quien deberá ocupar el cargo. Las decanas de los últimos 10 años han sido: Sandra

Patricia Romero Velázquez (2014- Presente), Blanca Patricia Ballesteros (2009-2013),

Ángela María Robledo (2004-2009).

c) Universidad Externado de Colombia

La universidad fue fundada por Nicolás Pinzón Warlosten el 15 de febrero de 1886.

Nace como una especie de activismo frente a la supresión de enseñanza que se daba en la

época por la dictadura de la regeneración. La Universidad se crea con un grupo de maestros

del liberalismo radical, por ende, la institución tiende a tener un pensamiento libre que

respeta las ideologías religiosas, y las ideas políticas. Desde entonces la Universidad ha

recibido estudiantes de todas las regiones del país, permite la libre expresión de ideas. Se

promueve la tolerancia para alcanzar la convivencia pacífica dentro de la heterogeneidad.

Principios y valores que la universidad promueve: Tolerancia a la diferencia, Promueve el

pacifismo, Humanistas, Respeto a la libertad, Defensa de la ciudadanía, Altruismo y

Honradez (Universidad del Externado, s.f).

En la universidad en su página web no se identificaron políticas dirigidas a la

comunidad universitaria que promuevan la igualdad de género. No obstante, existen

39
Desigualdad de género en cargos directivos

iniciativas como el programa “Mujeres Rompiendo Barreras”, liderado por la facultad de

Administración el cual busca promover las buenas prácticas en materia de alta gerencia, de

cultura laboral y género. También se han realizado estudios sobre el tema, especialmente en

el campo del derecho. Una acción positiva fue implementar baños mixtos en las

instalaciones de la universidad, el cual tiene como objetivo “la creación de espacios de

inclusión y equidad de género” (Tapia, 2017).

c.1. Facultad de Derecho

La facultad de derecho nace con la universidad en 1886. El perfil del abogado del

externado tiende a ser más penal y civil, a diferencia de las demás universidades, busca

implantar la igualdad, la honradez y el respeto por la academia. El externado busca un

perfil de abogado “que se exprese libremente, que sea austero, inteligente, transparente y

académico” (Universidad del Externado, s.f). En derecho tienen un doctorado, 29 maestrías

y 126 especializaciones. En la Universidad Externado, los rectores son los decanos de la

facultad de derecho con esto notamos que es una facultad de extrema tradición e

importancia en la universidad. Son cargos de libre nombramiento, el consejo directivo

propone una terna y el rector es quien toma la decisión de quien deberá ocupar el cargo.

Los decanos han sido: Fernando Hinestrosa (1963-2012) y Juan Carlos Henao (2012-

actualidad).

c.2. Carrera de Psicología

La carrera se encuentra articulada a la facultad de ciencias sociales, la cual tiene

siete programas de pregrado, entre ellos se encuentran además de psicología, filosofía,

trabajo social, antropología, historia, geografía y sociología. El programa de psicología se

creó en 2002. El estudiante que egresa del programa de psicología se gradúa con un título

de profesional que puede abarcar campos ocupacionales terapéuticos como campos

40
Desigualdad de género en cargos directivos

organizacionales. En cuanto al perfil profesional, este tiene cinco puntos clave que se deben

llevar a cabo y tener en cuenta: los elementos conceptuales para entender los procesos

psicológicos, manejar elementos técnicos y metodológicos, entender la ética del psicólogo,

y tener la capacidad de relacionar la subjetividad con los procesos socioculturales. Por otro

lado, el perfil ocupacional se divide en investigadores, que es un fuerte tanto del programa

como de la facultad, asesores, docentes y mediadores. El estudiante debe desarrollar una

amplia capacidad de escucha, comprensión y análisis para entender tanto el objetivo de la

carrera académica como la práctica. La facultad de ciencias humanas y sociales tiene seis

maestrías y cuatro especializaciones (Universidad del Externado, s.f). El cargo más alto

dentro del programa es el de Director/a, el cual actualmente está en manos de Diana

Rodríguez (2002 – actualidad), es un cargo de libre nombramiento.

d) Universidad Santo Tomás

La Universidad es creada en 1580, exactamente el 13 de junio. Se funda por la

Orden de Predicadores, a partir de la fusión entre el Colegio Santo Tomas y la Universidad

de Estudios Generales. Hoy en día es una institución de educación superior, católica de

carácter privado. Tiene sedes en cinco regiones: Tunja, Bogotá, Bucaramanga, Medellín y

Villavicencio. A su vez cuenta con veinte y tres centros de atención universitaria de modo

abierta y a distancia.

La universidad se rige bajo la filosofía de Santo Tomas de Aquino. Entiende los

valores de la igualdad y la equidad y la filosofía humanista en donde el ser humano debe

entender su esencia bajo parámetros espirituales y racionales. La libertad es un concepto

muy importante ya que esta se genera a partir de lo sagrado la racionalidad. “Un hombre

espiritual lo convierte en un hombre libre” (Universidad Santo Tomas, s.f). El compromiso,

41
Desigualdad de género en cargos directivos

la igualdad, la equidad, el humanismo, el compromiso, la integridad y la justicia son

principios que sobresalen en los estatutos de la universidad. Por último, otro aspecto

importante en los principios de esta universidad es el manejo del compromiso y la ética

frente al conocimiento.

La misión de la universidad consiste en promover la formación integral de las

personas, en el campo de la educación superior, mediante acciones y procesos de

enseñanza-aprendizaje, investigación y proyección social, para que respondan de manera

ética, creativa y crítica a las exigencias de la vida humana, y para que estén en condiciones

de aportar soluciones a las problemáticas y a las necesidades de la sociedad y del país.

En la universidad en su página web no se identificaron políticas dirigidas a la

comunidad universitaria que promuevan la igualdad de género. La universidad actualmente

participa en la “Red de Investigación en diferenciales de género en la Educación Superior

Iberoamericana (2016-2017)”. También cuenta con algunas investigaciones sobre el tema

y algunas de sus publicaciones como las revistas Hallazgos y Diversitas han promovido la

publicación de artículos relacionados con el tema.

d.1 Facultad de Derecho

Desde sus inicios en 1580, de acuerdo con las teorías medievales la universidad

contaba con una facultad de jurisprudencia. No obstante, en 1863 la facultad se termina, y

solo hasta 1965 se restablece por la orden Dominicana, rescatando los mismos ideales y la

misma tradición de la antigua facultad. El programa de derecho cuenta con tres

especializaciones, cuatro maestrías y un doctorado.

Los abogados “Tomasianos”, deben conocer ampliamente los conceptos jurídicos, la

metodología del derecho y su aplicación. A su vez son personas con la capacidad de

investigación tanto en el contexto colombiano como a nivel mundial para proponer

42
Desigualdad de género en cargos directivos

constantes soluciones que tengan que ver con la institución legislativa que involucren la vida

tanto interna del país como externa. Entienden también la ética profesional que implica el

derecho y son meramente espirituales, católicos y tomistas. El abogado Tomasiano se

preocupa por la estabilidad jurídica de las instituciones democráticas colombianas

(Universidad Santo Tomas, s.f). Con relación a los cargos directivos para la elección de los

candidatos se realiza una convocatoria, la cual puede ser interna o externa. El candidato es

elegido por el consejo superior y el rector. Los decanos en los últimos 10 años han sido:

Álvaro Echeverry Uruguru (2009- 2011), María Cristina Patiño (2012-2013), John Jairo

Morales Álzate (2014-2015) y Ciro Nolberto Güecha Medina (2015- actualidad).

d.2 Facultad de Psicología

Fundada en 1979, “se responsabiliza por brindar una formación integral de carácter

humanista a sus estudiantes, asumiendo ética, crítica y creativamente las problemáticas de

la sociedad y promueva la comprensión de la familia como base fundamental de toda

sociedad.” (Universidad Santo tomas, s.f).

El programa de psicología hace parte de la Facultad de Ciencias de la Salud por

parte del Ministerio de Educación Nacional de Colombia (MEN). Obtuvo la Acreditación

de Alta Calidad por medio de la resolución 4786 del 08 de Mayo de 2012, teniendo una

vigencia de 6 años. Este programa cuenta con dos maestrías: 1. psicología clínica y de la

familia y 2. Psicología jurídica. También tiene una especialización en psicología jurídica y

forense.

Con relación a los cargos directivos para la elección de los candidatos se realiza una

convocatoria, la cual puede ser interna o externa. El candidato es elegido por el consejo

superior y el rector. Los decanos de los últimos 10 años fueron Ligia Susana Gómez (2004-

2008), Javier Vicente Giraldo (2008-2012) y Julio Abel Niño (2012- actualidad).

43
Desigualdad de género en cargos directivos

Tabla 3. Aspectos comparativos de las cuatro universidades estudiadas en Bogotá,

Colombia

Aspecto Universidad
Pontificia
Universidad del Universidad del Universidad
Universidad
Rosario Externado Santo Tomas
Javeriana
Orientación Religiosa Religiosa Liberal Religiosa
que lo
fundamenta

Perfil del Jurisprudencia: Ciencias Derecho: libre Derecho:


egresado humanista Jurídicas: pensamiento y capacidad
comprometido con capacidad crítica trasparencia investigativa para
el país para entender la profesional proponer
Psicología: sociedad Psicología: soluciones a los
humanista que colombiana capacidad problemas del
pone la ciencia al Psicología: investigativa y país
servicio del hombre capacidad crítica capacidad de Psicología:
para plantear relación subjetiva formación
soluciones a los humanista con
problemas del capacidades
país investigativas

Proceso de Libre Se hace una Libre Proceso de


selección para nombramiento terna para nombramiento selección
cargos postular estandarizado
directivos candidato

Quien toma la El rector elige El vicerrector El consejo El rector y el


decisión final el candidato elige el directivo elige el consejo superior
del cargo candidato candidato eligen el
candidato

Periodo de Decano: no tiene Decano: tres Decano: no tiene Decano: dos años
duración periodo de años con periodo de con posibilidad de
duración y pueden posibilidad de duración (el reelección
ser reelegidos por reelección decano es el indefinida por el
tiempos indefinidos máximo 1 vez mismo rector) mismo periodo de
Director: no hay por el mismo Director: no hay tiempo
periodo establecido periodo de periodo
tiempo establecido

Políticas Ninguna Ninguna Ninguna Ninguna


sobre genero

44
Desigualdad de género en cargos directivos

Metodología

La presente investigación se aborda desde un enfoque cualitativo, el cual estudia la

realidad en su contexto natural, tal y como sucede, interpretando los fenómenos de acuerdo

con los significados que tienen para las personas implicadas (Rodríguez, Gil, & García,

1996), es decir, que pretende indagar y construir información a partir de recuperar las

experiencias subjetivas de quienes participan en diferentes procesos sociales.

Como método se planteó la teoría fundamentada. Los métodos utilizados en la

teoría fundamentada permiten analizar los datos de tal manera que se refleja un

compromiso para entender las formas en que la realidad se construye socialmente. A través

de una exploración detallada con sensibilidad teórica, el investigador puede construir una

teoría basada en datos y reconocer unos procesos de cambio y construcción social. (Morse

& Richards, 2012).

Los participantes para dicha investigación fueron escogidos de manera intencional,

teniendo en cuenta los siguientes tres criterios: 1.ser profesionales del derecho o de

psicología, 2. ocupar actualmente el cargo directivo de mayor rango (Decano/a o

Director/a) en las facultades o programas de cuatro universidades y 3. Que estuvieran

vinculados a universidades privadas de la ciudad de Bogotá que contarán con ambos

programas (derecho y psicología). No se tuvieron en cuenta criterios como antigüedad en el

cargo, la edad o el género de los participantes.

Las universidades seleccionadas fueron la Universidad del Rosario, la Pontificia

Universidad Javeriana, la Universidad Externado de Colombia y la Universidad Santo

Tomas. Se estableció la realización de 8 entrevistas a Decanos/as- Directoras-es de

Facultades/ Carreras, 4 de psicología y 4 de derecho.

45
Desigualdad de género en cargos directivos

En la mayoría de los casos se contactó a los participantes a través de la red de

contactos de las investigadoras (lo cual facilitó el acceso), mientras que los demás casos el

contacto se hizo visitando la universidad y utilizando las vías administrativas requeridas

para acceder a quienes ocupan los cargos directivos. Los participantes aceptaron de manera

voluntaria su participación y firmaron un consentimiento informado (ver anexo 2). Una

descripción de los participantes puede encontrarse en el anexo 3.

Para la recolección de información se acudió a la técnica de entrevista

semiestructurada, la cual puede ser entendida como “una situación cara a cara, una

conversación íntima de intercambio recíproco” (López & Deslauriers, 2011, p.2), donde

“se hacen preguntas abiertas dando oportunidad a recibir más matices de la respuesta, la

cual permite ir entrelazando temas, pero requiere de una gran atención por parte del

investigador para poder encauzar y explorar los temas que emerjan” (Peláez, Rodríguez,

Ramírez, Pérez, Vázquez & González, s.f , p. 4), es decir que, existe la posibilidad de

agregar nuevas preguntas y traer temas pertinentes que surjan en el transcurso de la

entrevista. Se construyó un protocolo de entrevista, a partir de la revisión de la literatura

(ver anexo 1).

Procedimiento

La investigación comenzó con la revisión de la literatura disponible sobre el tema, la

identificación de los elementos conceptuales más relevantes y la construcción de un

protocolo de preguntas para realizar las entrevistas. A los participantes que tenían alguna

relación con la red contactos de las investigadoras se les contactó telefónicamente, por

email o personalmente a través de una persona de contacto, mientras que a los no

vinculados a dichas redes se les contacto a partir de la información disponible en las

páginas web de las respectivas universidades.

46
Desigualdad de género en cargos directivos

Durante el proceso de contacto a los participantes, se presentaron una serie de

situaciones que vale la pena mencionar para dar cuenta de cómo operan algunas de las

dinámicas relacionadas con las desigualdades de poder existentes en la manera como en la

práctica cotidiana se gestiona la disciplina, el lugar que tienen los cargos directivos al

interior de las Facultades y la relación entrevistado/a-entrevistadoras.

Varias citas fueron aplazadas el mismo día o en días previos al encuentro, a pesar de

haberse gestionado con suficiente anticipación. La razón principal por la cual estas citas

fueron aplazadas fue la alta carga de gestión administrativa (especialmente de reuniones) de

los directivos. Se presentó un único caso de una entrevista que fue redirigida, quien

ocupaba la Decanatura, al conocer el protocolo de preguntas derivó el contacto y la

entrevista al segundo cargo de poder de la Facultad, por considerar que dicha persona

conocía más en profundidad el tema de la investigación. Por otro lado, de las ocho

entrevistas planeadas por desarrollar, únicamente una no fue posible llevar a cabo.

Seis entrevistas fueron hechas a los participantes elegidos por las investigadoras a

partir de los criterios y una sola fue re direccionada a otro directivo, por decisión de uno de

los participantes. La formalidad y el protocolo existente al interior de las Facultades de

derecho favoreció el establecimiento de contacto para la gestión de las citas, mientras que

en el caso de las carreras y facultades de psicología la informalidad existente dificultó

algunas veces la rápida concreción de la entrevista, y en un único caso, la realización de

está.

Ya en el desarrollo de las entrevistas, las que fueron realizadas a mujeres directivas

(sin importar la facultad a la que pertenecieran) fueron más extensas y fluidas, pudiendo

profundizar en los diferentes aspectos que se consideraron en el protocolo y especialmente,

se pudo abordar con mayor profundidad el plano personal y familiar de las entrevistadas, y

47
Desigualdad de género en cargos directivos

también se pudo conversar con mayor claridad sobre las implicaciones de la ausencia de

políticas de equidad. No obstante, las realizadas con los hombres, tanto en psicología como

en derecho, fueron más difíciles de llevar a cabo por las investigadoras, se encontraron

dificultades para hacer evidentes la existencia de políticas de género en la universidad y

sus repercusiones, lo que llevó a respuestas más amplias ligadas al conocimiento general

sobre el tema y en algunos casos, incluso a la inversión del rol de las entrevistadoras,

quienes terminaron convirtiéndose en entrevistadas.. Así mismo se evidencio que el papel

del genero juega un rol importante en las entrevistas al igual que la edad de los

entrevistados y el estatus social de los mismos, presentándose así como factores que

dificultaron la realización de las mismas y podrían ser estudiados con mayor profundidad

en futuras investigaciones.

Las entrevistas fueron grabadas, luego transcritas y sobre los textos generados se

realizó un análisis de categorías emergentes con una matriz de doble entrada. Para llevar a

cabo las diferentes categorías se desarrollaron tres matrices categoriales en dónde se

evidencian fragmentos de las entrevistas. A partir de estas tres matrices se distinguieron tres

categorías a nivel macro las cuales son, el lugar de lo institucional, el papel de la condición

de género y aspectos de la carrera profesional ( ver Tabla 4). De cada entrevista se encontró

que estos tres temas eran transversales y se reflejó una influencia directa de estos tres

aspectos frente a la inequidad de género que existe actualmente en los cargos directivos de

la educación superior.

Tabla 4. Matriz de categorías derivadas de las siete entrevistas realizadas.

48
Desigualdad de género en cargos directivos

Categorías a nivel macro


Aspectos de la institución: Aspectos del género: Aspectos de la carrera:
Se entienden como factores que Se entienden como factores del Se entienden como factores
atraviesan a la institución y género que promueven una de la carrera que permiten la
promueven una inequidad de inequidad de oportunidades llegada de las personas a los
oportunidades en hombres y exclusivamente para las mujeres. cargos directivos.
mujeres.

Categorías emergentes
Ausencia de políticas que La tendencia a asignar cualidades Las cualidades que pueden
promuevan el género a las personas dependiendo del hacer exitoso a un
género. profesional en un cargo
directivo
La filosofía y estructura de La concepción cultural del género El papel que juega la carrera
cargos de la institución que circula al interior de las profesional en los cargos
universidades. directivos
La falta de estructuración en la
selección para cargos directivos

A partir del desarrollo de estas tres categorías nacen categorías emergentes que

sustentan el papel de cada una de estas tres condiciones. Esto se desarrolla a partir del

análisis de las tres matrices en dónde se revisan los apartados de las entrevistas. En

conclusión se hace una sistematización de la información en tres matrices que logran

evidenciar qué aspectos importantes se descubren en cada categoría.

Las matrices fueron trianguladas por las tres investigadoras para encontrar tanto los

elementos comunes como las divergencias percibidas. Los resultados de dicho análisis se

presentan a continuación.

Resultados

En el análisis emergieron tres grandes categorías que servirán para acercarse a

responder a los objetivos planteados inicialmente por esta investigación y poder

comprender la desigualdad de género en los cargos directivos en educación superior. Las

49
Desigualdad de género en cargos directivos

categorías se presentan en el siguiente orden: el lugar de lo institucional, el papel de la

condición de género y la influencia del éxito en la carrera profesional.

a) El lugar de lo institucional

Dentro de esta categoría se evidenciaron diferentes motivos que generan una

desigualdad de género en los cargos directivos. En primer lugar la ausencia de políticas

que promuevan la equidad de género, también aspectos internos de la institución tales

como su filosofía y la estructura de cargos y por último la falta de procesos de selección

estructurados para ocupar el cargo directivo.

En las Universidades que se tuvieron en cuenta para dicha investigación se

evidenció que no se han formalizado las políticas que promuevan la equidad de género:

Somos una universidad diversa, somos una universidad que está comprometida con la

igualdad de género en diversos aspectos, no conozco una (…) digamos una cuota, eso si no

no (…) estoy segura que no hay cuotas que digan: los niveles directivos el 50% tienen que

ser mujer. No, pero digamos que yo sí creo que hay un esfuerzo consciente de los directivos

de tener de alguna manera diversidad en todos los sentidos en materia de género.

Políticas específicas no hay, pero lo único que le puedo decir es que del personal directivo

de la universidad, exactamente no le sé decir, pero, por lo menos 30- 40 % son mujeres.

Un aspecto interesante que se encuentra es que la mayoría de los entrevistados

excusan esta ausencia de políticas con proyectos que hay en la universidad en pro del

género como si estos representaran el mismo peso de las políticas:

Pues mira, políticas, como una política de género no, yo creo que lo que hay es una

igualdad de temas (…) Hay un grupo de investigación al interior de la facultad que viene

tratando el tema de género en diferentes escenarios.

50
Desigualdad de género en cargos directivos

Así mismo se presenta por parte de uno de los directivos, como parte de los

esfuerzos de la institución una iniciativa estudiantil que aborda temas de género y derechos.

Se puede evidenciar como dicho proyecto en el discurso del entrevistado, compensa la falta

de políticas internas de la institución educativa:

Como de arriba? como de la dirección? como alguna política? No conozco sabes. El día de

la mujer hubo un tema de la mujer aquí en la universidad y cosas de ese estilo, pero creo

que eso debe ser transversal como a todas las universidades, pero una política específica

como de igualdad no tengo ni idea, no que yo sepa (...) pero si tenemos la iniciativa

estudiantil que aborda temas como la violencia de género.

A diferencia de los dos participantes anteriores, uno de los directivos de otra de las

instituciones entiende la ausencia de políticas desde una perspectiva meramente equitativa,

ya que si no existen políticas para hombres no deberían existir por tanto políticas para

mujeres:

O sea, no he visto que exista una política en contrario, y es que yo digo una cosa, yo no creo

que tenga que haber una política en protección a la mujer, a mí me parece que la mujer es

igual al hombre, entonces no veo porque tengamos que proteger o desproteger a la mujer.

En general, en la mayoría de las entrevistas realizadas a los hombres directivos, se

tienden a evitar profundizar en el tema de las políticas institucionales para favorecer la

equidad de género. En lugar de hacer evidente esta ausencia, se termina por justificar que a

falta de políticas las universidades promueven grupos de investigación de los profesores

que abordan el análisis de este problema o iniciativas estudiantiles que sopesan y

reemplazan las políticas a modo de placebo, favoreciendo el no cuestionamiento de la

ausencia de las mismas, se vuelve un asunto académico y no se percibe como un asunto

institucional o de condiciones laborales.

51
Desigualdad de género en cargos directivos

Si, si hay políticas de prevención (...) Hay un grupo estudiantil fuerte, si lo viste? (...) Creo

que hay de diferentes, no está ligado a ningún programa en particular, pero lo estuvieron en

algún momento…Aca un profesor estaba haciendo una investigación sobre abuso sexual e

implicaba la aplicación de unas entrevistas por Facebook, y ellos reaccionaron, dijeron que

eso podía re victimizar, fueron muy activas y bloquearon la investigación, ó sea para decirte

que tiene una voz importante. (...)

Los tres testimonios anteriores son de hombres directivos. Todos sostienen que la

ausencia de políticas explicitas de igualdad de género no es un asunto que debería generar

mayor preocupación, ya que desde las universidades se respaldan otras acciones ya sea

desde la investigación, el debate académico o incluso desde otras iniciativas de la

comunidad que favorecen que estos temas estén en la agenda de las universidades. No

obstante, una visión diferente es señalada por las mujeres que fueron entrevistadas, algunas

de ellas señalan en sus testimonios de lo que ha sido su experiencia las implicaciones o los

efectos de no tener políticas claras al respecto,

De ahí para allá vienen las facultades que están en cabeza de los decanos, del 100% de las

decanaturas, solo el 30% lo ocupan mujeres, (...) pero yo no creo que esta participación se

deba a una política explicita que promueva que haya más mujeres en las direcciones.

El segundo aspecto a considerar relacionado con el orden institucional se basa en

los aspectos internos de la institución tales como la filosofía que subyace en su proyecto

educativo y la estructura de cargos que tenga. Existen, en la mayoría de los casos

analizados en esta investigación, determinados estatutos de la institución para escoger a los

directivos donde la escogencia es a través del mecanismo de “libre nombramiento”. Esta

estrategia privilegia perfiles que estén más alineados con aspectos internos de la institución

como la filosofía y orientación de la institución, y pueden poner en desventaja aspectos

52
Desigualdad de género en cargos directivos

como los méritos. Este elemento se identifica especialmente en las instituciones de origen

religioso, donde puede llegar a evidenciarse una dificultad mayor de las mujeres para hacer

parte de los altos cargos directivos.

Hay un motivo recurrente en los enunciados de los directivos pertenecientes a las

instituciones de orden eclesial, es evidente que este sistema de religión deja secuelas en la

permanencia e importancia que tienen las figuras sacerdotales en la dirección de la

universidad, desarrollando así un sistema patriarcal, lo que ha contribuido a sostener la

desigualdad de oportunidades de acceso a cargos directivos,

Esta universidad funciona con una cultura muy particular, porque nosotros estamos

atravesados, regentados por una orden religiosa (...) Pero en los primeros momentos,… al

principio estuvo muy pegada a temas muy patriarcales y muy pegada al tema de los curas,

muy pegada de que quienes tenían digamos como el dominio (...), sin embargo en los

últimos años se observa mayor participación de las mujeres en los cargos directivos.

No obstante, también en las universidades que tienen como base estatutos laicos,

aunque hay una mayor participación de mujeres en los cargos de jefatura, está no es lo

suficientemente equilibrada. Este desbalance tiende a explicarse por las dinámicas de la

cultura local, las cuales son reproducidas al interior de la institución universitaria:

Esta universidad claramente defiende la igualdad o más bien la libertad de escogencia de

género, cierto (...) todo eso entra en la filosofía libre pensadora de la universidad (...) Pero,

mire el hecho concreto es que aquí nunca ha habido una mujer rectora, la permanencia de

los rectores es muy grande (...) Este es un país machista, ahí si yo le digo, este país es

machista, si usted mira las estadísticas profesionales mujeres hay un 60% pero a cargos

directivos de empresa llega el 5%, entonces es un país machista.

53
Desigualdad de género en cargos directivos

Así mismo, aunque las universidades se basan en estatutos como la equidad, el

respeto y la tolerancia como se ha visto en los testimonios, lo que se evidencia es que en su

estructura jerárquica y de cargos hay una disminución en la participación de la mujer o esta

se ve relegada a cargos de segundo nivel; lo que demuestra que aunque las filosofías

promuevan valores incluyentes y de equidad, en la práctica no se ven reflejados.

Se crean al interior de las estructuras de facultad y la universidad, cargos como

las vicedecanaturas, las secretarias generales o directoras de bienestar universitario cuya

función es velar por el desarrollo de acciones que beneficien, apoyen y estén al servicio de

cargos de mayor rango, como lo son las rectorías y decanaturas. Este aspecto de delegar a la

mujer en cargos de segundo nivel se relaciona con la incoherencia encontrada en los valores

que propicia la universidad y la práctica de los mismos, en la lucha contra la desigualdad de

género en cargos directivos. Si la universidad realmente quiere reducir la brecha de

desigualdad de género en las decanaturas, requiere generar estructuras o cambiar las

actuales para no sostener las jerarquías frente el género.

Un último aspecto, relacionado con el orden de lo institucional que se evidencia en

las entrevistas es la falta de un proceso de selección estructurado para ocupar el cargo de

Decano/a-Director/a, lo cual es crucial para reducir desigualdad de género en cargos

directivos. Lo que se encuentra en los testimonios es que cada institución tiene una manera

de escoger a sus directivos. En algunas universidades se utilizan otros órganos de poder

institucional, de orden colectivo como los Consejos directivos o las Colegiaturas, buscando

favorecer las decisiones consensuadas,

El Consejo digamos plantea nombres, que además son nombres que se les manda al rector,

cada persona aquí postula nombres, postula uno o dos nombres que les parezca y esos

nombres llegan al rector y el rector pues con la persona que el designa, empieza de alguna

54
Desigualdad de género en cargos directivos

manera a analizar cuáles son las personas que tienen como mayor acogida, porque digamos

la universidad con el tema de las votaciones no es, las votaciones no son (...) en la

universidad muy pocas veces se vota porque acá hay una consigna y es que las cosas se

deben hacer por consenso.

En estos dos casos las decisiones aunque tienden a llegar por medios de consensos

entre los grupos de docentes quien toma la decisión final es el cargo de dirección más alto,

el rector. Esta estructura de escogencia en la que el rector es quien toma la decisión frente a

quién es el encargado de apropiarse del cargo hace que el proceso sea altamente jerárquico

y unidireccional. Aunque se hace un consenso de nombres antes, en varios casos la decisión

viene del mayor nivel jerárquico que en la mayoría de los casos está representado por un

hombre. Esto es importante tenerlo en cuenta según cada institución ya que si los procesos

no son regulados puede existir cierto tipo de ventaja o desventaja para los sujetos

dependiendo del género.

Otras universidades utilizan otra modalidad, una basada en filtros y un proceso de

selección similar al utilizado en organizaciones productivas.

La universidad normalmente hace una convocatoria, a veces publica o a veces privada,

cuando a mí me eligieron le pidieron la hoja de vida a varios para convocar la terna, y se

presentaron varios. Le hacen a uno una entrevista, miran la hoja de vida, el estatuto de la

universidad pide unos requisitos. Yo ingrese con la entrevista y después eso va a unos

consejos y en los consejos hacen un filtro de selección y a partir de votación me escogieron.

Lo interesante de este discurso es que aunque la metodología de la institución es

diferente para la selección del cargo, no hay un cambio significativo de los criterios que se

tienen en cuenta para la elección del directivo. En los dos casos se tienen en cuenta lo que

necesita la facultad y la experiencia recorrida lo cual genera un orden impositivo frente a

55
Desigualdad de género en cargos directivos

los candidatos. Lamentablemente lo que esto genera es una reducción de las posibilidades y

las oportunidades de la mayoría de los aspirantes.

b) El papel de la condición del género.

Dentro de esta categoría se evidenciaron diferentes aspectos frente a la condición de

género y el papel que esta juega en el acceso en igualdad de oportunidades a los cargos

directivos. Dos aspectos fueron relevantes: la tendencia a asignar cualidades a las personas

dependiendo del género, y la concepción cultural del género que circula al interior de las

universidades.

En cuanto a las cualidades que se asignan de acuerdo al género, se presentó de

manera recurrente una naturalización de la condición de cuidador hacia las mujeres.

Yo creo que tiene una connotación feminizada que va incluso como desde la cuestión de

ciertos oficios de cuidadores que eran tradicionalmente femeninos no? La enfermería,

extrañamente la medicina, bueno ahora cada vez más pero tradicionalmente como lo que

eran oficios de cuidado del otro eran femeninos.

Conceptualmente, las mujeres son referidas al cuidado de los otros, lo cual dificulta

que puedan ser asociadas a labores o cargos que no tengan que ver con oficios del cuidado.

El discurso del cuidado y de la mujer como experta en temas de esta naturaleza, favorecen

su ubicación como un sujeto especializado en la familia:

Un énfasis muy grande en la familia, y cuando hay un énfasis muy grande en la familia,

generalmente las que terminan cargando todo el peso de mantener la familia como se

entiende, son las mujeres.

Es interesante notar como en lo enunciado, no solo se naturaliza sino que se acepta

el rol de la mujer como quien debe asumir las cargas del cuidado. Evidentemente, esta

56
Desigualdad de género en cargos directivos

naturalización lleva al establecimiento de una serie de deberes que se deben cumplir y que

probablemente dificultan no solo el alcance de cargos directivos sino su sostenimiento

dentro de ellos y también que al ellas estar enfrentando la maternidad puedan ser vistas

como candidatas aptas para estos cargos.

Con respecto a la naturalización de la mujer como cuidadora la condición de madre

es un proceso a su vez interiorizado que atraviesa a las mujeres en el momento de tomar

decisiones profesionales. En una narrativa se encontró que una mujer acepta su cargo de

dirección solo porque sus hijos ya son grandes y no tiene necesidad de cuidarlos, esto es

importante notarlo ya que ninguno de los hombres lo menciona. A las mujeres se les

traspone la familia en el medio de su carrera profesional, cosa que no sucede con los

hombres:

Yo ya había criado hijos, eso fue muy importante porque de tiempo completo yo no

hubiera tenido tiempo para ellos y nunca me gusto eso de no poder estar con ellos entonces

yo ya acá era grande y mis hijos ya son grandes y por eso también lo pensé más para el sí

de quedarme como directora, ya no necesitaba tantos tiempos para atender mi vida y mi

familia si?

Adicionalmente, se identifican cualidades que son asignadas al hombre, las cuales

favorecen que ellos se beneficien del ascenso en los escalafones de las instituciones

educativas. En las entrevistas varios participantes aceptan que existe una discriminación

inconsciente que facilita el acceso de hombres a cargos con más prestigio. Este es

evidentemente un obstáculo para las mujeres en el ascenso de sus carreras. Lo interesante

acá es ahondar en la sutileza con la cual se hace la discriminación, esto genera que se

convierta en un proceso natural ya que no es plenamente consciente ni es intencionado,

como lo señala uno de los entrevistados

57
Desigualdad de género en cargos directivos

Hay una defensa de también de pensar que el hombre es quien tiene unas habilidades

distintas, inteligencias distintas, capacidades de liderar distinto…Nadie dijo vamos a

discriminar a las mujeres, no, es inconsciente, es una cosa inconsciente que es más fácil

ubicar hombres en ciertos medios; creo que eso pasa también en estos ambientes, no es que

haya una discriminación consciente hacia las mujeres sino que a veces es más fácil ubicar

los hombres para estos cargos.

A su vez hay momentos en que se entiende a la mujer como un ser meramente

emotivo y no tanto racional, lo cual le dificulta llegar a niveles jerárquicos de alto nivel:

Las mujeres somos atravesadas por unas lecturas que se supone que explican nuestra

conducta solo porque somos mujeres. Entonces por ejemplo, se crea la idea que las mujeres

somos más emotivas, mas emocionales, como somos más emocionales, somos más

reactivas y eso menoscaba nuestra capacidad analítica y por supuesto una cosa más racional

para resolver intelectualmente las situaciones porque metemos en la mitad las emociones,

eso es algo que yo siento que en mucho tiempo y lugar a lo largo de mi trayectoria, claro

como uno es chiquito uno no lo ve tanto y cuando uno va creciendo, lo ve uno y eso pues

dificulta la posición de uno como mujer

El reconocimiento de la existencia de una discriminación inconsciente, facilita el

acceso de hombres a cargos con más prestigio. Este es evidentemente un obstáculo para las

mujeres en el ascenso de sus carreras. Algunas de las cualidades que se les otorgan a los

hombres, son mucho más positivas en términos laborales. También se encontraron

afirmaciones que sostienen la concepción cultural existente de la mujer como sujeto

incapaz de desarrollarse satisfactoriamente en estos cargos altos de instituciones

académicas, un ejemplo es el siguiente,

Uno a veces se da cuenta que los hombres tienen más proyección, entonces es más fácil

para los hombres hacerse un nombre. Las mujeres tienen más dificultades en proyectarse

58
Desigualdad de género en cargos directivos

como académicas, como profesionales, pero eso es una cuestión social más que de la

facultad.

Por otro lado se encontró en algunos fragmentos de las entrevistas, que aún existe

culturalmente una concepción de género que no es positiva para las mujeres. Por ejemplo el

hecho de que existan aún simbolismos patriarcales procrea una desventaja enorme para las

mujeres en su labor. Un ejemplo de esto es:

Pero qué ha pasado en términos de las mujeres y la decanatura. Yo creo que ha pasado que

el país se ha vuelto más conservador, es como un neoconservadurismo así es como lo

llamaría yo, digamos mientras nos abrimos muchísimo a ciertas cosas digamos, el

matrimonio igualitario , etcétera, el país si ha generado como una ola conservadora en

donde hay una lucha porque el papel de la mujer no vuelva a lo que era antes en los

cincuentas. Pero si hay un énfasis muy grande de la familia y cuando hay un énfasis muy

grande en la familia, generalmente las que terminan cargando todo el peso de mantener la

familia como se entiende, son las mujeres. También puede ser con lo que decía antes,

cuando las estructuras se van especializando más, crecen más, se van volviendo cada vez

más prestigiosas, esta universidad ha tenido prestigio por años pero digamos ha crecido, hay

una tendencia a privilegiar a los hombres como los directivos que deben estar al frente.

Otro aspecto que entra en el debate es la manera como se entiende el liderazgo y si

este es asociado a aspectos que podrían denominarse como masculinizados o feminizados.

En esta cita se evidencia como la cualidad del liderazgo es algo que se otorga meramente a

los hombres:

Hay un grupo aquí en la Facultad totalmente masculino, no hay una sola mujer y cuando

tengo que interactuar con ellos ahí siento que no termino de lograr ser validada, porque la

lectura de entrada está puesta de lo masculino y lo femenino más que en las competencias

de conocimiento que de gestión. Aparte piensan que como uno es mujer uno no tiene un

59
Desigualdad de género en cargos directivos

potencial de liderazgo y digamos acá en la facultad yo he tenido percances con los

profesores porque ellos no me ven tan enserio, la mayoría son hombres y no piensan como

pienso yo a veces.

En algunos entrevistados se reconoce, que actualmente existe un proceso de

transición hacia el cambio de estos estereotipos, ya que las mujeres hoy en día adquieren

reconocimiento por sus logros y han conseguido ser partícipes en los cargos de dirección.

Aunque las concepciones culturales del género se siguen sosteniendo desde una lógica

patriarcal y machista, se manifiesta que la sociedad ha cambiado de manera pronunciada,

por lo cual hoy en día hay más mujeres en los espacios laborales de la educación superior:

Hoy hay un espacio muy importante para las mujeres como lo hay para los hombres, hay un

espacio de interacción entre género es muy importante. Esto antes no existía, antes era más

una carrera de hombres pero es que esa era la sociedad de ayer, hoy no. (….) Cuando yo

estaba estudiando, no había mujeres profesoras y era impensable que hubiera mujeres

profesoras, pero era la época. Hoy no, hoy yo no te sabría decir si hay más mujeres

profesoras que hombres, si te puedo decir que hay más estudiantes mujeres que hombres,

pero profesores no sabría (…) yo creo que eso está muy equilibrado, hoy no hay una

diferenciación muy fuerte en si es mujer o hombre para ser profesor, eso ya no cuenta.

Así como se discute que en la sociedad de hoy en día es distinto y hay mucha más

consciencia del espacio de la mujer, siguen habiendo rastros de que culturalmente no se

acepta a la mujer en cargos altos ya que no es aceptable para los hombres concebir a una

mujer encima de él, especialmente para quienes pertenecen a generaciones donde la

tradición y el rol de la mujeres en la sociedad eran concebidos de manera diferente

Lo que impide que las mujeres avancen en sus carreras, es que hay mucha resistencia en

ciertas generaciones, no en todas, pero en ciertas generaciones, para que las mujeres sean

jefes. Es decir, a los hombres, en ciertas generaciones, no les gusta tener mujeres jefes.

60
Desigualdad de género en cargos directivos

En conclusión, el concepto cultural del género favorece una resistencia hacia la mujer y

evidencia una todavía elevada desaprobación para que las mujeres asuman cargos

directivos, en especial en instituciones vinculadas culturalmente al patriarcado tal como los

son las organizaciones de origen religioso o eclesiástico.

c) El lugar del éxito profesional

Dentro de esta categoría se presentan dos aspectos que emergieron en las entrevistas

que se pueden relacionar con el lugar que ocupa el éxito profesional a la hora de generar

mayor igualdad de oportunidades para acceder a cargos directivos. El primero son las

cualidades que podrían hacerlo exitoso, las cuales evidencian las exigencias y demandas

requeridas para ocupar un puesto directivo en las instituciones. El segundo es el papel que

desempeña la trayectoria profesional previa de quienes pueden ocupar cargos directivos.

En cuanto a las exigencias y demandas requeridas para ocupar un puesto directivo

en las instituciones, a partir de las experiencias referidas por los participantes se

encontraron diferentes características que favorecen ser tenido en cuenta para ocupar estas

posiciones en las universidades, una de gran importancia es el reconocimiento social. Al

respecto uno de los entrevistados señala

Debe ser resistente porque tiene una agenda muy complicada (…) se tiene que encargar de

lo académico, del medio y también de lo financiero y lo administrativo. Mira decano es un

gerente (...) tiene que tener más el título, más experiencia, más relaciones, más nombre, eso

es lo que yo he concebido que debe ser un decano. En esta universidad, en mi facultad el

decano es una persona con alto reconocimiento en el medio de la profesión, en el medio

social en el medio académico, aquí tratamos que sea un referente. (...) llegan docentes muy

61
Desigualdad de género en cargos directivos

bien preparados, pero entonces si no tengo mucho estudio, con qué derecho le recrimino yo

algo a los demás (…)

Otro aspecto recurrente que se menciona es la capacidad para manejar cuestiones de

gestión y administración. Esto significa que para desarrollarse satisfactoriamente en cargos

de dirección es indispensable manejar cualidades de gerencia y saber cómo administrar el

tiempo. Uno de los participantes hace énfasis en que,

Tiene que saber de management, entonces uno tiene que estar dispuesto a sacrificar de

alguna manera la investigación para poder más bien crear los ambientes necesarios para que

la investigación se dé, entonces digamos que tiene un componente de administración

bastante grande, entonces de alguna manera la persona que tiene que estar sentada en este

puesto, le debe gustar investigación, pero debe tener una mentalidad abierta a dedicarse a la

administración.

Otro aspecto que se menciona como relevante para desarrollar exitosamente la gestión

como decano o director, es la necesidad de ser conciliador y comprensivo. Estas dos

cualidades, que han estado históricamente más vinculadas a los “liderazgos femeninos”, en

el actual contexto universitario permiten afrontar de mejor manera los retos que la nueva

gestión universitaria demanda. Se requiere que quien ocupe un cargo directivo, tenga una

alta capacidad de negociación

(…) tolerante, altamente tolerante, porque en la academia hay muchos intereses y esos intereses

pues tiene que atenderse en la decanatura. Se debe ser altamente conciliador, porque hay

muchos intereses contrapuestos, que hay que ponerlos en una misma línea para que todos

pedaleen por el mismo proyecto.

Otro de los participantes señala,

62
Desigualdad de género en cargos directivos

Yo se trabajar en equipo, eso es importante, oigo al otro, que eso es tan poco usado en este país.

La tolerancia, la sencillez son factores que se me hacen importantes para ocupar un cargo

directivo. (…) se debe tener en cuenta una concepción democrática y realizar el ejercicio de oír.

En el caso de las mujeres directivas, se señala que además de contar con las capacidades

mencionadas, se hace necesario hacer un ejercicio de visibilización para darse su lugar

dentro de los órganos directivos de las instituciones de educación. Se debe hacer visible la

contribución realizada por ellas, deben ser reconocidas con su estatus y títulos al igual que

los hombres que ocupan cargos similares, porque desde las prácticas de las instituciones

aún existe una tendencia a ser invisibilidades.

Yo me estoy pensando es en el lugar, que tu ocupas dentro de la estructura, de darte un lugar.

(...) es decir hay un lugar que tú tienes y ese lugar que tú tienes, tú lo impones en el buen

sentido de la palabra. Lo impones en el sentido de que ahí estás y no permites que otro te borre,

no permites que otro te elimine, no permites que otro te ignore, cierto? (...) Y lo que tu pones

allí es el lugar tuyo, allí digamos en lo que tú te juegas que también lo que tú quieres ser en esa

representación. Yo creo que uno, bueno creo que ha sido como la experiencia también en otros

escenarios, uno termina teniendo un lugar porque uno se lo gana en términos que uno se gana el

respeto de los otros.

En conclusión las demandas del cargo, aunque tienen exigencias derivadas de la

formación académica, el núcleo central para llevar a cargo con éxito el cargo son las

habilidades, para atender las actuales dinámicas y tensiones que enfrentan las instituciones

de educación superior como espacios laborales y como espacios de producción económica

en la actual sociedad del conocimiento. En las entrevistas, se deja ver que actualmente el

perfil del directivo está transformándose y que aspectos de la nueva gestión educativa,

como las habilidades de negociación y conciliación, resultan cada vez más relevantes.

63
Desigualdad de género en cargos directivos

Con relación a la trayectoria profesional previa, se evidencia la relevancia de tener

experiencia, pero a diferencia de los aspectos anteriores aquí la carrera si tiene un lugar

diferenciador. Para los cargos directivos de las facultades de derecho, la trayectoria previa

resulta relevante para acceder a este cargo si está se asocia con reconocimiento social tanto

en la sociedad general como en el ámbito académico, el haber ocupado posiciones de

prestigio previas, el contar con una amplia trayectoria tanto de investigación en la

universidad como en el ejercicio del derecho son aspectos en los cuales se centra la

elección. Las experiencias que cuentan tienen en común un factor y es que ambos han

tenido aportes a la sociedad de ciencias jurídicas, tanto del país como internacionalmente,

como lo señala uno de los entrevistados,

Yo estudie acá en la universidad, pero saque mis especialidades de maestría y doctorado en

el exterior, fui magistrado de la corte constitucional y ocupe cargos directivos en dicha

corporación.

Otro de los entrevistados señala,

Yo tengo varias especializaciones aquí y en el exterior, tengo 2 master, he cursado tres

doctorados, primero en Colombia y los otros dos en España. Bueno pues he escrito por ahí

yo no sé cuántos unos 10 o 12 libros, he sacado artículos en revistas aquí en Europa, soy

profesor de pregrado, especialización, maestría y doctorado, en tres universidades. Soy

profesor invitado en universidades europeas. Y fui decano de la misma carrera en otra de

las sedes de la universidad.

En el caso de los cargos directivos en las facultades de psicología, estos aspectos de

una trayectoria publica exitosa y de reconocimiento profesional por parte de la comunidad

académica, se desplazan a un segundo plano y empiezan a adquirir mayor relevancia

aspectos relacionados con una experiencia previa en la gestión administrativa y curricular,

64
Desigualdad de género en cargos directivos

en el conocimiento de la estructura universitaria, en la capacidad de gestión de los equipos

y en el aspecto conciliador que se mencionó anteriormente.

Yo soy psicóloga y luego hice mi formación en especialización en docencia universitaria…

Estando yo como en esos procesos, a alguien se le ocurre que yo puedo acompañar el

primer proceso de acreditación de la carrera. (...) yo ya hacía parte del comité de currículo

de la carrera y entonces empecé como con todo el tema de la acreditación. Conocí como

todos los procesos de acreditación que implicaba los procesos de calidad, y ahí de alguna

manera empecé a tener como otras relaciones con la educación superior. (...) Luego me

vincule con la vice rectoría lo que me permitió entender el funcionamiento primero de una

universidad pero segundo y yo creo que de manera significativa todo el tema de la

estructura de la educación superior en el país. (...) yo empiezo como a estudiar acerca del

tema y a meterme en el tema,… y a tener contactos con universidades de otros países (...) Y

después pues termino llegando a este cargo, después de ese recorrido llego.

Este análisis propone que para ser mujer en el cargo de dirección no solo basta con

la formación que se tiene en la carrera, sino con el conocimiento que se tenga del área y cargo

del cual será parte.

Discusión y Conclusiones

A partir de los resultados obtenidos se evidencia que de acuerdo a las concepciones de los

entrevistados, se sigue sosteniendo la desigualdad de género en el conjunto de las universidades de

educación superior en Bogotá, estudiadas en la investigación. La presencia masculina es mayor en

jurisprudencia que en psicología, teniendo en cuenta que los criterios de selección para psicología

no son tan exigentes como los de jurisprudencia, por lo tanto el nivel de responsabilidad disminuye

admitiendo una menor presencia femenina en cargos de dirección.

65
Desigualdad de género en cargos directivos

Como plantea Martínez & Osca (2004) en su investigación sobre el éxito profesional desde

una perspectiva de género, las mujeres generalmente ocupan cargos intermedios ya que supervisan

unidades de trabajado reducidas. Al no existir normativas frente a los procesos de selección en los

cargos de dirección, se genera cierta limitación hacia las mujeres, debido a que los cargos se

imponen a partir de un poder académico.

Esta investigación confirma que a partir de la condición de género del sujeto, se realiza un

proceso de elección que podría estar relacionado a entornos más jerárquicos, en donde el poder

masculino predomina. Se presenta una primera aproximación de un análisis de género en la

educación superior para concluir que desde quienes ocupan los cargos directivos se percibe que no

existe igualdad de la presencia femenina en los cargos directivos de jurisprudencia y psicología.

Se hace evidente que la desigualdad de género en cargos directivos se puede conceptualizar

a partir de tres dimensiones. Desde lo institucional se afirman los argumentos de Osorio, et al.

(2013), quien plantea que si existe una implementación jurídica en Colombia acerca de la igualdad

de derechos, que brinda un marco para la defensa de los derechos de la mujer en su condición de

trabajadora. Sin embargo, en la investigación realizada a cargos directivos en las universidades de

Bogotá, se evidencio que no se han formalizado las políticas que promueven la igualdad de género

al interior de las instituciones, re produciendo así la inequidad de oportunidades para las mujeres

en el ámbito laboral.

Como menciona Ballarín (2015), la mayoría de universidades han creado espacios de

igualdad, no obstante su orientación ha dependido de la voluntad política de quienes gobiernan, es

decir, que a partir de las entrevistas se puede concluir que las instituciones de educación superior

mantienen sistemas patriarcales generando así techos de cristal que impiden una igualdad real de

las mujeres en puestos de prestigio y poder académico (Fuentes, 2016). Se naturaliza el concepto

66
Desigualdad de género en cargos directivos

de desigualdad como si este no fuera un problema para las mujeres, de esta manera al naturalizarse

la desigualdad se convierte en un proceso secundario y no se le otorga un valor al momento de

escoger un sujeto para un cargo de dirección. Otro aspecto clave que se descubrió es que el libre

nombramiento con periodos de duración indeterminados reproduce la desigualdad y se sostiene

sobre la idea de la recomendación, que atenta contra lo meritorio. Muchas veces estos

nombramientos se concentran sobre la tradición y actúan legitimando la falta de claridad en los

criterios de los candidatos.

Por otro lado, el papel de la condición de género representa una limitación en el acceso de

igualdad de oportunidades a los cargos directivos. Algunos indicadores muestran que a

comparación de épocas pasadas se ha tenido mucho más en cuenta a la mujer en el ámbito laboral

(Osorio, et al., 2013), no obstante la mayoría de los resultados reiteran la existencia de una

discriminación de género al momento de escoger quien ocupara el cargo directivo. Esta

discriminación es evidente a partir de diferentes argumentos, el primero es que a la mayoría de las

mujeres se les otorga un cargo directivo que es percibido socio-culturalmente como de segundo

nivel, re creando así la falta de posibilidad para que esta alcance el cargo jerárquico más alto en

algún punto de su carrera. Según Fuentes (2016) la globalización de la educación superior ha

aumentado las desigualdades, lo cual ha reproducido mayores obstáculos que afrontan las mujeres

para ocupar puestos mejor remunerados y de mayor prestigio que sus pares masculinos en el

mercado laboral.

El concepto de género como un discriminador social nace a partir de una construcción

sociocultural lo cual admite al género como una dimensión simbólica, como lo explica Buquet

(2016), los seres humanos son cultura y dependen de esta para construirse como tales, cuando un

código simbólico funciona, así sea extrínseco, se convierte mucho más poderoso que algo

67
Desigualdad de género en cargos directivos

genético. El valor de la significación cultural es más potente en los sujetos que el valor instintivo

lo cual permite la reproducción de estereotipos.

Así mismo, se presenta el lugar que ocupa el éxito profesional a la hora de generar mayor

igualdad de oportunidades para acceder a cargos directivos. Según Melamed (citado en Martínez &

Osca, 2004), el éxito profesional posee significados distintos para cada género, esto conlleva a que

las mujeres se presenten en contextos distintos a los hombres, debido a que, su concepción de éxito

no es en tanto objetiva sino subjetiva, haciendo énfasis no solo en su papel como profesional sino

también en su papel como protagonista familiar. Finalmente, la trayectoria académica de los

sujetos no se asume como un factor determinante para asumir ciertos cargos de dirección. Por otro

lado, se evidencia que a las mujeres se les exige un conocimiento previo de la institución y del

cargo del cual serán parte, en cambio, a los hombres solo se les mide los méritos profesionales para

ser asignados a estos cargos.

Es importante señalar el carácter exploratorio de la investigación aquí descrita, en donde se

encontró la necesidad de debatir el concepto de género y el reconocimiento de la concepción

simbólica en torno al mismo. Se debe tener una mayor participación de la presencia femenina en

las decisiones políticas, las cuales busquen fomentar las normativas de igualdad de derechos en las

instituciones de educación superior. Por otro lado, es relevante comprender que el concepto de

género no es transversal a su concepción simbólica, sino que se debe tener en cuenta la posibilidad

de una mayor exploración de distintos indicadores que tengan en cuenta aspectos subjetivos, más

allá de los criterios objetivos tradicionalmente considerados frente al éxito laboral. También, sería

pertinente que las instituciones de educación superior forjen consciencias críticas y mentes abiertas

frente a la igualdad de género, para así abolir los sistemas patriarcales y masculinizados que se

presentan en las mismas. Por último, debe haber un compromiso que incorpore a la sociedad

68
Desigualdad de género en cargos directivos

enfocada a la política de género, para que se tengan en cuenta las necesidades y problemáticas que

hoy en día enfrentan las mujeres.

El aporte de esta investigación es generar conciencia frente a los derechos de la mujer por

medio de políticas frente a lo que sucede en las instituciones de educación superior que promuevan

la equidad de género y disminuyan las brechas de desigualdad en los cargos directivos. Es

momento de reflexionar y de eliminar la reproducción de una organización jerárquica, como

menciona Buquet (2016), donde los hombres se posicionan por encima de las mujeres. Esto

reafirma la necesidad de desarrollar e implementar acciones positivas que favorezcan la paridad de

género en puestos de prestigio.

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Anexos

Anexo Nº 1: Protocolo de entrevista

Buenas tardes, nosotras somos Daniela, María Camila y Daniela, somos estudiantes

de la Universidad Javeriana de psicología y el motivo de esta entrevista es indagar cuáles

son las concepciones de distintos decanos/directores de las facultades de derecho y

psicología de algunas universidades Bogotá frente a la desigualdad de género en cargos

directivos en el sector de la educación superior.

Nuestro trabajo de grado tiene como finalidad entender las diferentes perspectivas y

puntos de vista que se dan frente al fenómeno de desigualdad de género de acuerdo a la

experiencia de las personas que ocupan dichos cargos, por lo cual, nos interesa su opinión.

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Desigualdad de género en cargos directivos

Gracias por recibirnos, a continuación lo hacemos partícipe de un consentimiento

informado el cual le indica el procedimiento de la entrevista más detalladamente.

Área temática: Aspectos Biográficos

1. “Nos gustaría saber un poco más de usted, cuéntenos cuál es su nombre completo,

que edad tiene, desarrolla otras actividades diferentes a este cargo (a nivel

profesional y/o personal).

2. ¿Cómo se conforma su núcleo familiar? (dependiendo de la respuesta se aprovecha

para preguntar la edad de los hijos)

3. ¿Porque decidió estudiar derecho/psicología?

4. ¿Qué aspectos de la carrera llamaron más su atención para optar por ella como

proyecto de realización profesional?

5. ¿Cuál fue la influencia de su familia en esta decisión

6. ¿Dónde estudió derecho/psicología? ¿Qué aspectos de la formación recibida en esa

universidad considera han contribuido a su desarrollo profesional?

7. ¿Qué otra formación tiene (posgrado)? Qué aspectos de su actuar profesional quiso

fortalecer al escoger estos estudios?

8. Cómo estos estudios contribuyeron a que usted este hoy en esta posición

Área temática: Experiencia Laboral

1. ¿Cómo llegó a esta posición de Decano/ Director

2. Me podría contar como fue este proceso de escogencia

3. Qué factores considera se tuvieron en cuenta para escogerlo a usted frente a otros

candidatos

4. Que retos ha implicado el desarrollo de este cargo para su carrera profesional.

76
Desigualdad de género en cargos directivos

5. Qué aspectos de su formación y/o de su carrera profesional le han servido para

enfrentar estos retos.

6. Cómo su familia lo ha apoyado para enfrentar estos retos

7. Cómo sus colegas lo han apoyado para enfrentar estos retos

8. Cómo la institución lo ha apoyado para enfrentar estos retos.

9. Después de este tiempo de experiencia en el cargo, ¿Qué cualidades considera que

debe tener una persona para desempeñar este cargo exitosamente,

10. . Cuál considera es el papel del género en el desarrollo exitoso de este cargo

11. ¿Ha percibido alguna vez que ser hombre/mujer es una ventaja o desventaja en su

carrera laboral?

12. ¿Después de haber hecho una carrera ascendente en el sector educativo, cuáles

considera que son los principales obstáculos a los que se enfrenta una persona

dependiendo de su género para conseguir ocupar posiciones directivas en las

universidades? En las facultades?

13. Considera que los cargos directivos en las universidades permiten un manejo

adecuado de los tiempos familiares o personales. Por qué si o porque no.

Área temática: Aspectos institucionales frente al género

1. Conoce si en su universidad existen políticas sobre la promoción de igualdad de

género en las oportunidades laborales para cargos directivos que esta ofrece. Cuáles

son.

2. Como percibe que en la cultura organizacional de su universidad y facultad se

entiende la igualdad de género. Que acciones se desarrollan en lo cotidiano que

permitan ver que esto sucede o no.

77
Desigualdad de género en cargos directivos

3. De acuerdo a su percepción, a qué se debe que en la carrera de derecho / psicología

de esta institución solo haya habido decanos hombres / mujeres?, o que este

momento se haya optado por un decano/director del sexo contrario a lo que había

sido la tradición en la universidad.

4. De acuerdo a su experiencia, considera que en la carrera de psicología/derecho se

promueve su feminización/masculinización, como impacta esto las oportunidades

laborales y el éxito en la carrera

5. .que aspectos de las instituciones de educación superior promueven que lleguen

menos mujeres a las altas posiciones directivas

6. ¿Cree que los sistemas e instituciones de la educación superior siguen teniendo

prácticas patriarcales? Comparativos con otros niveles de educación.

Anexo Nº 2: Consentimiento Informado

Mediante este consentimiento dejo constancia de mi interés y mi participación

voluntaria en las entrevistas para el trabajo de grado titulado Desigualdad de género en

cargos directivos en la educación superior , realizado por las estudiantes Maria Camila

Ramirez Oyaga, (1.020.794.377), Daniela Ramirez (1.020.794.149) y Daniela Garzón

(1.020.799.543) de la facultad de psicología de la Pontificia Universidad Javeriana.

Conozco el objetivo de la investigación, el cual es comprender cuáles son las concepciones

de decanos/directores de programa de psicología y/o derecho, frente a la desigualdad de

género que existe en cargos directivos de la educación superior.

Estoy de acuerdo en participar en una entrevista semi-estructurada que tiene como

base preguntas abiertas que indagaran acerca de mi experiencia frente a la desigualdad de

78
Desigualdad de género en cargos directivos

género desde el cargo que ocupo como director/decano. La entrevista durará

aproximadamente una hora.

Acepto que se realicé una grabación de audio con el objetivo de recoger la mayor cantidad

de información producida en la entrevista, ya que el análisis se realizará sobre las

transcripciones de las entrevistas.

Conozco que la información será utilizada únicamente con fines académicos y que

mi nombre se mantendrá en el anonimato. En caso de que no desee que los resultados de la

entrevista se incluyan en el informe, podre informarlo para que no sea incluido.

Nombre Completo:

Firma:

Documento de Identidad No: De:

Fecha:

Firma de investigadora 1:

Firma de investigadora 2:

Firma de investigadora 3:

Anexo Nº 3: Descripción de los Participantes

Entrevistado 1: Hombre, Casado, Decano de la facultad de Jurisprudencia. Título de

Doctorado.

Entrevistado 2: Mujer, Soltera, Vice decana de la facultad de Jurisprudencia. Título de

Doctorado.

Entrevistado 3: Mujer, Casada, Decana de la facultad de Psicología. Título de maestría.

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Desigualdad de género en cargos directivos

Entrevistado 4: Hombre, Casado, Director del programa de Psicología Titulo de doctorado.

Entrevistado 5: Hombre, Casado, Decano de la facultad de Jurisprudencia. Título de

Doctorado.

Entrevistado 6: Hombre, Casado, Decano de la facultad de Jurisprudencia. Título de

Doctorado.

Entrevistado 7: Mujer, Casada, Directora del programa de Psicología. Estudios de

Doctorado no finalizados.

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