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Ser un
hombre lobo defectuoso significa que ninguna manada lo aceptará. Se
acercan las festividades de invierno, la nieve se prepara para caer, y Flynn
tiene hambre.
Entonces conoce a Tanner Ford al tratar de robarle su billetera.
Cuando Flynn se da cuenta de que el hombre al que trató de robar es un
hombre lobo, corrió, pero Tanner lo persigue. Cuando Flynn despierta,
cálido y limpio y sin oler a sexo, se pregunta cuál es el juego de Tanner, y 2
por qué el hombre quiere consentir a alguien tan indigno como él.
Tanner sabe que es su compañero en cuanto lo huele, incluso si el joven
es un defecto. No le importa. Su compañero claramente está por su
cuenta, desnutrido, y Tanner lo lleva de nuevo a la manada para poder
mostrarle a Flynn que tiene un hogar permanente, y si quiere, una vida
con Tanner.
Dulce Lobo Defectuoso
MARCY JACKS
3
Quiero Morder Tus Orejas 03
Capítulo Uno
****
Tanner tuvo que correr hacia delante cuando el pequeño lobo defectuoso
comenzó a gritar. Todo el mundo en la manada sabía que estaba allí, pero
eso no significaba que estuviera bien para él estar gritando y gritando
como si estuviera siendo asesinado.
Por un lado, iba a asustar como el infierno a los siempre amorosos
cachorros. 20
Se trasladó a un lado de la cama, y cuando el joven defecto puso sus
manos en alto, como si tratara de protegerse de un ataque, Tanner lo
agarró por las muñecas.
―No, no, por favor, no lo hagas. Lo siento. Lo siento.
Excelente. Agarrarlo no parecía ayudarlo con el pánico. Más bien, la
necesidad animal de escapar solo empeoró en el joven. Sus ojos brillaron a
la vida, y si no hubiera estado hablando, Tanner hubiera estado bastante
convencido de que no había pensamientos humanos en el interior de su
cabeza.
Incluso los cambiaformas defectuosos podían dejar salir al animal de vez
en cuando. Sólo que nunca se manifestaba de la misma manera. Casi
siempre pasaba por el pánico y la necesidad de atacar o correr.
Pero este era su compañero. Tan asustado como el hombre estaba, y
Tanner no quería eso para él, y por mucho que estaba luchando contra él,
todo lo que Tanner quería hacer era calmarlo. Quería que este hombre
joven supiera que estaba a salvo ahora.
Razón por la cual puso su mano libre detrás de la cabeza del defecto de
pelo gris plateado y acercó su rostro hacia adelante.
No fue tanto un beso, ya que ambas bocas golpeaban juntas, pero
estaban juntas, y fue suficiente para detener al chico de seguir gritando.
Probablemente porque estaba demasiado ocupado en el pensamiento qué
demonios? para ser besado sin previo aviso como este.
Eso es. Ahora sabes qué está pasando.
Tanner pensó que lo había logrado. Que había calmado a su compañero
y le hizo ver lo que era descaradamente obvio para él.
Intentó separar los labios del joven con su lengua, para profundizar el
beso, pero un fuerte mordisco le masticó el labio, uno que no estaba
destinado a ser juguetón o sexy, hizo a Tanner alejarse hacia atrás de
repente, con un insoportablemente dolor agudo. 21
Había olvidado que incluso los defectos podrían tener pequeños colmillos
en sus bocas y pequeñas garras si dejaban que sus uñas crecieran
demasiado.
Tanner levantó su mano para tocar su boca. La inmediata quemazón lo
hizo alejar su mano de nuevo. ¡Duele! También había un poco de sangre.
Cuando Tanner miró al defecto en la cama, el chico estaba mirándolo,
ojos plateados tan vivos y listos para pelear como cualquier hombre lobo.
Había una mancha de sangre, la sangre de Tanner, en el lado de su boca
mientras lo miraba hacia arriba.
―Trata de hacerlo de nuevo, y voy a hacer que te arrepientas!― Dijo,
sus palabras bruscas y con todo tipo de amenazas.
Tanner dejó que su lengua se deslizara a través de su labio. Para
mostrarle a su compañero que estaban destinados a emparejarse juntos.
―Esta es la segunda vez que me haces sangrar. No voy a dejar que lo
hagas otra vez.
―No me toques y no será un problema―, dijo el chico, manteniendo esa
fuerte mirada, sin dejar de mirar a Tanner como si fuera el enemigo.
―Trataste de robarme anoche― dijo Tanner. ―¿Por qué?
El rostro del chico se calentó, convirtiéndolo en el tono más lindo de
color rosa por la pregunta, y miró hacia abajo. En realidad puso mala cara,
y parecía lindo cuando lo hizo.
―Supongo que eso significa que no me vas a responder?― Preguntó
Tanner.
El chico todavía no respondió.
Tanner suspiró y se frotó la cara, haciendo una mueca cuando se olvidó
de su labio mordido.
―Muy bien, entonces, olvídalo. ¿Puedes al menos decirme tu nombre?
El chico lo miró, con ojos grises inseguros, pero esta vez respondió. Al 22
menos algo.
―Flynn.
Tanner esperó.
―Flynn qué?― Preguntó cuándo nada más vino. Flynn lo miró
confundido por medio segundo antes de que sus mejillas se iluminaran de
nuevo, y mirara hacia abajo. ―Flynn, señor.
Tanner dio un paso atrás, sintiendo como si le hubieran dado un
puñetazo.
―Estás bromeando? No tienes que llamarme señor. ¿Qué crees que es
esto?
Flynn alzó la vista hacia él y lo miró. Fue agradable ver que, teniendo en
cuenta como el chico simplemente le había llamado.
―Me tienes encadenado a una cama, y trataste de besarme. ¿Qué se
supone que voy a pensar de esto?
Horror inundó a Tanner y lo hizo sentir como si la más vil babosa
hubiera sido derramada sobre él cuando se dio cuenta, también. Cristo,
esto no sólo se veía mal, esto lo hacía parecer como un espeluznante
violador.
―Joder, está bien, dame un segundo y te sacaré de allí,― dijo Tanner, y
rápidamente salió del cuarto, buscando las llaves, tratando de recordar
dónde las había dejado.
Jesucristo, cuán estúpido podía ser? ¿Quién sabía lo que este chico
había tenido que vivir, qué esperaba? No era de extrañar que hubiera
gritado cuando Tanner entró en la habitación.
Iba a tener que explicarse a sí mismo, y rápidamente. Si este joven era
realmente su compañero, entonces necesitaban llegar al mismo nivel aquí.
Tanner encontró las llaves, escondidas en uno de los bolsillos de su
abrigo, y regresó a la habitación.
Flynn se tensó ante la vista de él, pero Tanner tomó una respiración 23
profunda mientras se acercó, llaves en mano.
―Cuando te suelte tienes que prometerme que no vas a correr o
intentar cualquier cosa.
Flynn lo miró fijamente, en silencio y calculando.
Lo que sea. Tanner era un fuerte lobo, y si este perrito defectuoso
intentaba algo, entonces sólo lo agarraría y lo pondría de nuevo en su
lugar.
Puso la pequeña llave maestra en la cerradura y la giró. El primer
grillete se desprendió, y luego hizo lo mismo con el otro.
―Ahí, no estás encadenado a nada…uff!
Tanner nunca había hecho un ruido como ese antes, pero lo hizo cuando
uno de los pies de Flynn se acercó y lo pateó en la cara, con fuerza en la
cara, y Tanner se cayó para atrás.
Se recuperó rápidamente, gruñendo y embistiendo justo cuando Flynn
llegaba a la puerta.
Agarró al defecto por la cintura y lo levantó en el aire, cerrando la
puerta con llave sólo por si acaso.
Era sólo una cerradura de gancho, y Flynn sería capaz de desbloquearla
él mismo fácilmente si Tanner no estuviera mirando, pero todavía le
detendría por un par de segundos, y eso era suficiente.
Enojado, lanzó al chico sobre la cama. Flynn se revolvió, y los dientes de
lobo de Tanner comenzaron a brotar de su boca, cada vez más largos.
―No te muevas!
Su voz sonó casi como un rugido, y Flynn inmediatamente hizo lo que se
le dijo, las manos apenas lo sostenían mientras su cuerpo temblaba en la
cama. Miró a Tanner como si fuera el gran lobo feroz que se preparaba
para comerse a la abuela.
Mierda. Mierda, mierda, esto no era cómo se suponía que iba a pasar. 24
Tanner levantó la mano a su cara. Hizo una mueca cuando se tocó la
nariz, y cuando se llevó la mano hacia atrás, había una mancha de color
rojo en sus dedos.
Miró al hombre más joven enfrente de él.
―Me hiciste sangrar, de nuevo,― dijo, furioso por eso.
Y extrañamente entretenido. Este defecto estaba demostrando ser una
especie de dolor en el culo.
Mejor un dolor en el culo como compañero que uno que gime, llora y se
encoge todo el tiempo maldito. Sin embargo, Tanner odiaba sangrar.
Flynn negó con la cabeza, como si negara el hecho de que había sido él
el que lo hizo.
―Lo... lo siento.
Tanner gruñó.
Flynn pareció tomar eso como una especie de señal de que estaba a
punto de recibir una lección, y sus manos se alzaron al frente, como si
estuviera preparándose para defenderse.
―Espera, en serio, por favor espera. Puedo... puedo compensártelo.
Cualquier cosa que quieras, te lo puedo conseguir.
―No quiero nada de ti y ciertamente no quiero que robes nada para mí.
Tal vez la forma en que dijo eso salió un poco duro, porque Flynn hizo
una mueca de inmediato. Hizo una mueca y bajó las manos.
―Entonces… qué quieres?
Fue muy claro que Flynn estaba pensando que era buscado por sexo de
nuevo. Era este un aspecto normal de su vida? ¿La gente a menudo lo
utilizaba para sexo?
El pensamiento tanto horrorizó como asqueó a Tanner al mismo tiempo.
No quería eso para este joven, y ahora, considerando que Flynn no parecía
poder decir que Tanner era su compañero, se debatía lo aconsejable de
decirle al respecto. 25
Flynn podría no creerle, y probablemente suponer que Tanner estaba
mintiéndole sólo para usarlo para sexo.
Ese no era el camino en que quería que la relación de ellos empezara, lo
cual era una verdadera maldita pena, porque a pesar de lo mucho que el
chico le había cabreado, su olor era suficiente para que la polla y las bolas
de Tanner dolieran como si no se las hubiera tocado en años.
Tanner apartó la mirada de su compañero más pequeño, y gruñó hacia
el techo.
―Cuántos años tienes?
―Veinte― Flynn respondió.
―Realmente esa es la edad que tienes o simplemente lo dices por decir?
Flynn frunció el ceño hacia sus manos.
―No, esa es mi edad real.
Tanner le creyó. Estaba bastante seguro de que alguien menor de edad
no mentiría ni fingiría ser mayor para nada que no sea conseguir algo de
alcohol y tal vez sexo si lo quisieran.
Flynn muy probablemente no mentiría ni pretendería ser mayor si
pensara que estaba aquí para ser violado.
Tanner suspiró. Al menos no estaba caminando por ahí con una semi-
erección por alguien menor de edad. Eso hubiera acabado de hacer esta
pesadilla diez mil veces peor.
―Bueno, Flynn, eres parte de esta manada ahora. Mi alfa, Dane, va a
hacerte uno de sus omegas.
Los ojos de Flynn se agrandaron.
―¿Yo… de verdad? ¿Por qué?
Tanner rodó los ojos y se encogió de hombros.
―Porque tiene una debilidad por los lobos defectuosos ¿de acuerdo?
La boca de Flynn se adelgazó, como si estuviera frenando las peores
maldiciones que se le ocurriera lanzar a Tanner. 26
Tanner suspiró.
―Cuando te vi por primera vez, le di una llamada, le dije que me
ayudara a encontrarte.
―Así que, tú eres el que decidió traerme aquí?
Tanner asintió. Eso era verdad.
―Sí.
―Debido a que a esta manada le gusta tener defectos corriendo
alrededor?
―Algo así.
―Y una mierda― Flynn escupió. ―Ninguna manada quiere defectos
alrededor. Ustedes los alfas sólo me quieren matar o algo porque traté de
tomar tu estúpida billetera.
Tanner se cruzó de brazos.
―Charlie y Parker están en camino. A estas alturas probablemente ya
han escuchado que estás despierto, y van a querer pasar algún tiempo
contigo.
―¿Quiénes diablos son Charlie y Parker?
Como si fuera una señal, alguien llamó a la puerta detrás de ellos, y
Tanner sonrió mientras se giraba.
―Míralo por ti mismo―, dijo.
Abrió la puerta, revelando otro cambiaformas lobo defectuoso y un
cambiaformas zorro defectuoso. Era fácil saber lo que eran debido a las
largas orejas que brotaban desde lo alto de la cabeza, como personajes de
un anime o algo.
Ambos tenían amplias sonrisas en sus rostros mientras miraban de
Tanner a Flynn, y Tanner los invitó a pasar.
El rostro de Flynn no tenía precio. Los ojos muy abiertos, la boca abierta
por el shock. Su cuerpo estaba tenso, como si no creyera enteramente lo
que estaba viendo. 27
―Estos son Charlie y Parker. Podrían por favor los dos ayudarme a
calmarlo?
―Claro que sí― dijo Charlie, sonriéndole a Tanner, y luego a Flynn.
―Bueno mi nombre es Charlie Griffiths. Estoy acoplado con el alfa de esta
manada.
Flynn estaba sacudiendo la cabeza, con los ojos todavía increíblemente
amplios.
―No… no hay manera.
―Es cierto―, dijo Tanner y luego inmediatamente se sintió como un
idiota por haber dicho eso. ―Estos dos te explicarán todo lo que puedan
acerca de cómo funcionan las cosas aquí. Charlie?
Charlie lo miró, sin dejar de sonreír.
Tanner sabía que un defecto tenía un increíble sentido del oído, aún
mejor que el de cualquier cambiaformas normal, gracias a sus dos pares
de orejas, así que tuvo que agarrar una pluma del interior de su bolsillo y
escribir en su mano.
―No le digas que somos compañeros.
Los labios de Charlie se movían mientras leía esas palabras en la palma
de Tanner, pero no habló en voz alta. Cuando lo leyó, sus cejas se
levantaron, con confusión en sus ojos, pero asintió.
Tanner le mostró la misma cosa a Parker. Parker tuvo más o menos la
misma reacción.
Los dos agradablemente harían lo que les pidió, incluso si no sabían
exactamente por qué lo quería.
Eso estaba bien. Sus personalidades garantizaban que podía dejarlos en
la oscuridad por un tiempo, y todavía serían capaces de consolar y
asegurarle a Flynn que no estaba en peligro.
En todo caso, Flynn y Parker incluso podrían crear un pequeño lazo,
teniendo en cuenta que ambos provenían de similares situaciones en la 28
vida.
De cualquier manera, tenía que salir de allí. Necesitaba hablar con Dane
y Mason otra vez. Puede ser que sepan la mejor forma de manejar esto.
Los encontró en la casa de Dane, justo dentro de su oficina. No estaban
tratando nada de la manada o ningún negocio, no realmente, pero la
forma en que se pusieron de pie rectos cuando Tanner apareció delante de
ellos le hizo saber que habían estado discutiendo sobre él. Él y su nuevo
compañero.
―¿Cómo está?― Preguntó Dane.
Tanner se encogió de hombros.
―Confuso. Asustado. Tuve que quitarle las cadenas. Parecía pensar que
lo traje aquí como un esclavo sexual.
―Algunas manadas siguen haciendo eso, así que no es de extrañar,―
Dane respondió, lo cual hizo que los ojos de Mason se abrieran de par en
par.
―¿Ellos hacen eso?
Tanner sacudió la cabeza. A veces olvidaba que el otro hombre ignoraba
el estilo de vida de la manada.
Mason era el hermano mayor de Charlie, y a diferencia de Charlie, no
era un defecto. Podía cambiar en su lobo cada vez que quería y no estaba
atrapado a medio cambio como Charlie, Parker, y Flynn estaban por el
resto de sus vidas.
Pero el mero hecho de que eran hermanos, significó que cuando Charlie
fue expulsado de la manada a una edad tan joven por el padre de Dane,
toda su familia se había ido con él, incluyendo a Mason y otro hermano
que ya había fallecido.
La mayoría de las manadas no veían demasiado bien tener defectos
vagabundeando por sus tierras. Los que no abandonaban a un bebé nacido
con los rasgos, echaban al niño tan pronto como les era posible. A veces, 29
antes de que tuvieran la edad legal para conducir y sus padres se negaban
a ir con ellos.
Debido a que Mason no había crecido con una manada tradicional,
significaba que todavía estaba aprendiendo un par de cosas acerca de la
forma en que las algunas manadas trabajaban y se dio cuenta de que no
todas las manadas tenían las mismas leyes.
Especialmente en lo que concernía a los defectos.
Con las colas de sus animales fuera y las orejas colgando en la parte
superior de su cabeza, a veces, dependiendo de la gravedad de la
condición, los defectos podían tener bigotes que brotaban de su cara y los
ojos de sus animales.
Ese no era el caso de ninguno de los tres defectos que actualmente
estaban sentados juntos. Aparte de sus orejas y colas, se veían sobre todo
como humanos. Las palmas de Charlie podían ser un poco más duras, y
tanto él como Parker tenían que mantener sus uñas recortadas a menos
que quisieran garras, pero aparte de eso se veían bastante humanos.
Tanner se preguntó si alguno de los otros dos hombres tenía pequeños
colmillos como los tenía Flynn. Si los tuvieran, entonces eran tan pequeños
que nunca los había notado.
Él no iba a preguntar sobre eso ahora. Su principal preocupación era
conseguir toda la información que pudiera de Dane.
―¿Te acuerdas de la primera vez que trajiste a Charlie aquí? Cómo huyó
de ti?
Dane sonrió, como si fuera un grato recuerdo. Probablemente estaba
pensando en la persecución y la forma en que habían terminado teniendo
sexo.
―Sí, lo recuerdo.
―Huyó porque no se había dado cuenta de que eras su compañero
¿cierto?― Tanner preguntó. ―Él no podía decir algo así de la forma en que 30
tú podías. Tuviste que explicárselo ¿verdad?
Dane asintió.
―Sí, prácticamente eso fue todo. Aunque creo que todavía en algún
nivel instintivo lo sabía.
―¿Qué quieres decir?― Preguntó Mason.
―Bueno...― Dane casi nunca se esforzaba por pensar las palabras
adecuadas para decir algo cuando estaba tratando de explicarse. Parecía
que ahora sería uno de esos momentos en que lo haría. ―Cuando éramos
niños y estábamos juntos. Él era un niño pequeño, y yo sólo un
adolescente, alguien en quien no debería haber tenido ningún interés y sin
embargo me seguía como un perrito a dondequiera que fuera. Así que al
día de hoy, no estoy seguro de si lo hizo de puro instinto o porque yo era
uno de los pocos miembros de la manada que en realidad era amable con
él.
Tanner se dio cuenta de la forma en que Mason hizo una mueca cuando
Dane pronunció esas palabras, a pesar de que no parecía estar dirigido a
él en absoluto.
Esta historia sucedió antes de que Tanner formara parte de la manada,
antes de que él y Dane se hubieran conocido y se convirtieran en amigos,
por lo que no tenía ningún recuerdo por el que sentirse culpable en lo que
se refería a la infancia de Charlie.
De cuando habían traído a Charlie de nuevo a la manada, y lo duro que
Tanner había sido con el hombre, la forma descuidada e insensible en que
actuó, bueno, eso era algo completamente distinto.
―¿Por qué lo preguntas?― Preguntó Dane.
Tanner se frotó la cara, y les habló de la necesidad de Flynn de luchar,
de escapar, de cómo el hombre parecía estar constantemente golpeándolo 31
y haciéndole sangrar, lo cual era jodidamente molesto, pero también
extraño porque su lobo estaba disfrutando de la lucha de Flynn.
―Él no sabe que soy su compañero y no creo que debería decirle
todavía. Sólo va a pensar que le estoy engañando para que así pueda
cogerlo o venderlo. Por cierto, eso es algo de lo que también quería
preguntarte Mason.
―¿A mí?
―Acerca de Parker,― Tanner aclaró. ―Vivió en un refugio por un tiempo
¿cierto?
―¿Sí?― Dijo Mason, no era realmente una pregunta, a pesar de cómo
sonaba. Su voz estaba llena de sospechas acerca de a dónde iba esto.
―¿Alguna vez Parker te dijo acerca de las cosas que... no quiero decir
que atravesó. No quiero hacer ese tipo de suposiciones, pero alguna vez te
dio la impresión de que alguien alguna vez lo lastimó sexualmente
mientras vivió en la calle?
El rostro de Mason se ensombreció. Había un color rojo en sus mejillas,
pero no era sólo eso. Era como si sus ojos se hubieran tornado
literalmente fríos, como si toda su expresión se hubiera vuelto peligrosa y
cerrada.
―Me dijo lo suficiente. Me dice pequeñas cosas cuando está listo para
hablar sobre ello, pero yo no lo presiono.
Tanner se humedeció los labios.
―Me doy cuenta de que estoy metiéndome en algo personal aquí, pero
por la forma en que Flynn ha estado reaccionando, y lo que parece pensar
que es aquí, me da la sensación de que alguien le ha hecho daño, mal.
Necesito saber si esto es normal. No normal, lo siento, esa no es la
palabra adecuada, pero sólo quiero saber cómo tratarlo. Si ha sido herido
de esa forma, entonces necesito saber cómo tener cuidado. 32
Dane estaba muy callado mientras Tanner trataba de explicarse a través
de todo eso sin hacer un completo idiota de sí mismo. Miró entre los
hombres, y el pecho de Mason se lanzó hacia arriba y abajo con un suspiro
duro.
―Como he dicho, él no entra en demasiados detalles conmigo, y yo no
voy a compartirlos con ustedes, ese no es mi lugar, pero por lo que he
llegado a entender, dependiendo del refugio, las cosas podían ser bastante
peligrosas. No todo el mundo en las calles es del tipo normal, que están
bajo su propia suerte. Muchas personas son mentalmente inestables y no
tienen a nadie que cuide de ellos, especialmente cuando las clínicas de
salud mental cerraron. Esas personas salen a las calles. Algunas personas
no son así. No hay nada necesariamente mal en la cabeza con ellos, pero
no son exactamente normales tampoco.
―¿Qué quieres decir?― Tanner trató de pensar si Flynn encajaba en
alguna de esas categorías, pero el hombre parecía bastante normal para
él. Sus ojos eran claros, y aparte de la cosa del robo, cuando la ropa de
Flynn había sido eliminada, no había habido nada de valor en él a
excepción de seis dólares. Probablemente sólo había querido la billetera de
Tanner para comprarse una comida.
Mason parecía tan absolutamente incómodo hablando sobre esto, y los
miró a ambos, a Dane y a Tanner.
―Esto no deja este cuarto, entendido? No quiero que ninguno de
ustedes le mencione esto a Parker.
Tanner asintió, y Dane hizo lo mismo. Los dos estaban demasiado
curiosos, demasiado atrapados en lo que Mason estaba a punto de decir
para hacer nada más.
Mason suspiró.
―Muy bien, por lo que sé, depende de a qué refugió vas, algunos no son
tan grandes y algunos son el tipo de último recurso. Con el tipo de 33
personas que tienen un historial de violencia o abuso de drogas, la cosa
puede ser mala. Ahora eso no significa que las personas que son adictas a
las drogas no hacen su camino hacia otros refugios. Todos ellos saben a
dónde ir. Ellos saben cuáles callejones evitar y cuáles son por lo general a
salvo. De todos modos, Parker me ha hablado acerca de un par de veces
cuando uno de los refugios más seguros estuvo demasiado lleno, la
capacidad sobrepasada, y él no podía entrar. Tuvo que dormir al aire libre
en las noches. Cada vez que lo hizo, tuvo que esconderse de la gente que
él sabía eran peligrosos. Las personas que lo golpeaban si él no les daba el
dinero de sus bolsillos o podían darle una paliza después de tomar su
dinero de todas formas. No fue una gran manera para él de vivir.
Mason sonó tan cabizbajo por eso, como si de alguna manera era su
culpa por no darse cuenta de Parker antes, por no haberlo rescatado,
incluso antes de que se hubieran conocido formalmente.
La única razón por la que Parker estaba en la vida de Mason ahora se
debía a que hace poco más de un año, Parker había salvado la vida de
Mason, lo que significaba que Mason tenía que pagarle la deuda. Los dos
habían caído enamorados y se aparearon entre sí poco después.
Tanner no se molestó en decirle a su amigo que no había sido su culpa.
Lógicamente, Mason ya debería saberlo, y Tanner dudaba que escucharlo
en voz alta ayudara.
Mason continuó con su relato.
―De todos modos, me dijo que a veces, en el tiempo que se ocultaba y
trataba de dormir, se despertaba, al oír a alguien ser lastimado. No me
refiero a ser golpeado tampoco.― dijo Mason.
Era evidente que no quería decir la palabra, pero con el aspecto que
tenía tanto para Tanner como para Dane estaba claro de lo que estaba
hablando.
―Muchos de los más jóvenes, los lindos eran prostituidos. Para ser 34
honesto, nunca se me ocurrió que algo así podía pasarle a un chico―
Mason dijo. ―Pero Parker dijo que lo veía todo el tiempo. Le he
preguntado y me dijo que las cosas nunca llegaron a ser tan malas para él,
que siempre fue capaz de escaparse o tuvo suerte. Pero mierda, todavía
odio la idea de que había algo de lo que tenía que preocuparse.
―Eso es comprensible―, dijo Dane, mirando a Tanner. ―Y piensas que
algo como esto podría haberle sucedido a tu pareja?
Tanner asintió. Esperaba en Dios que no fuera el caso, pero de alguna
manera, también lo dudaba más que nada.
―Su nombre es Flynn, y me llamó señor justo antes de que me diera
una patada en la cara y tratara de escaparse. Lo dejé con Parker y Charlie.
Me imaginé que serían capaces de convencerlo de que estaba a salvo aquí,
que esta manada no era violenta o agresiva hacia los defectos.
Tuvo que mirar hacia abajo a sus manos, mientras las palabras salían de
su boca, avergonzado por tener siquiera que decirlas.
Esta manada podía no ser violenta o agresiva con los defectos, pero
todavía había bastante gente que vivía aquí que levantaban sus narices
ante ellos. No fue sino hasta que Tanner se dio cuenta de lo devoto que
Dane era con Charlie que había empezado a entrar en razón. Incluso
Tanner se había aferrado a esos prejuicios, de que un cambiaformas
defectuoso estaba mejor fuera de la vista y de la mente.
Él había cambiado mucho de pensar desde entonces, pero ahora que
había conocido a Flynn, tuvo que preguntarse si siquiera estaba cerca de
ser suficiente.
Dane suspiró y puso su mano sobre el hombro de Tanner.
―Si algo así pasó con él, entonces le ayudaremos. Nosotros le
ayudaremos a que él vea que aquí es seguro, que aquí puede ser normal y
tener amigos, y si necesita terapia profesional de alguien con quien hablar, 35
entonces voy a pagar por ello.
Tanner miró a Dane a los ojos. La expresión del alfa no era tan sombría,
pero su sonrisa estaba lejos de ser una feliz tampoco.
―Si él es tu pareja, entonces voy a asegurarme de hacer todo lo posible
para mantenerlo feliz, para asegurarme de que ambos puedan ser felices
juntos.
Tanner dejó escapar un largo y duro suspiro, y su sonrisa era muy real.
Estaba muy agradecido.
―Gracias, Dane.
Capítulo Cuatro
Tanner observó a Flynn con cuidado. Notó la emoción en sus ojos ante
la perspectiva de conseguir comida caliente, y también tomó nota de la
forma en que el hombre apilaba su plato con mucho más de lo que un
omega debería ser capaz de comer.
Era como una pequeña pirámide en su plato de pollo, pizza, pan, pasta,
y una variedad de otros artículos. 49
Flynn no parecía darse cuenta de las otras personas en la fila que
miraban el montón de comida que estaba sirviéndose o la forma en que le
arrugaron la nariz.
Tanner miró fijamente a esas personas. No se atrevió a gruñir ya que
simplemente atraería la atención de Flynn, pero cuando esas personas en
la fila volvieron sus rostros y lo miraron y notaron el rojo furioso en sus
ojos rápidamente desviaron sus miradas.
Como deberían. La nueva misión de Tanner era asegurarse de que nadie
se atreviera a hacer que Flynn se sienta incómodo o sentirse que no podía
tener tantos alimentos como quisiera, independientemente de si podía o
no comer todo.
Encontraron una mesa vacía. Tanner asintió a Dane, quien estaba
sentado con su compañero, los dos alimentaban a sus hijos pequeños
cortando pedazos de carne y verduras.
Parker en realidad saludó con la mano desde su lugar al lado de Mason,
y Tanner le devolvió el saludo.
Ellos sabían que traería a Flynn a sentarse con ellos muy pronto, pero
por ahora, Tanner quería a su compañero para sí mismo. Quería aprender
tanto de él como pudiera.
Eso no parecía como si fuera a suceder. Después de que Tanner les
encontró una mesa vacía, que sólo tenía unas pocas migas en ella restos
de los ocupantes anteriores, la nueva misión de Flynn parecía ser rellenar
su cara, tragando tanto alimento como pudiera lo más rápido que pudiera.
Tanner apenas tocó algo en su propio plato. Observó a su compañero,
vio la forma en que comía, tanto como cualquier alfa podía comer.
¿Sería posible que algunos defectos tuvieran el apetito de un hombre
lobo normal? De ser así, eso sólo haría la situación de Flynn peor ya que
era muy probable que nunca hubiera sido capaz de obtener toda la comida
que habría necesitado. No es de extrañar que fuera tan flaco. 50
Tanner tomó uno de los pequeños sandwiches de su plato y lo puso en
el de Flynn.
Flynn se dio cuenta de esto, se tragó el bocado de pizza que había
estado masticando y luego sonrió.
―No tienes que hacer eso. Me estoy llenando, pero gracias.
Tanner sonrió al hombre. Ver a Flynn lucir feliz lo estaba poniendo
contento. Estaba empezando a entender por qué el aparearse con alguien
daba como resultado muchos alfas buenos y fuertes. Era como
instantáneamente sentirse conectado a otra persona. La felicidad de Flynn
se convirtió en la felicidad de Tanner.
―No te preocupes. Puedo conseguir más si lo necesito. ¿Estás seguro de
que te estás llenando? Arrasaste con una parte de esa montaña que
apilaste en tu plato.
Flynn se sonrojó y bajó la mirada hacia su plato. Todavía había otra
rebanada de pizza, un poco de arroz frito y puré de papas. Por no
mencionar la pequeña taza de budín que había agarrado de postre, sin
contar con el medio sándwich que Tanner le había dado.
―Supongo... ¿Está bien si no lo termino? Quiero decir, puedo poner el
resto en la nevera para más tarde ¿verdad?
Sonaba tan inseguro acerca de algo que debería ser tan simple. El
corazón de Tanner dolía por el hombre, y sintió una necesidad inmediata
de hacer las cosas mejor para él. Sólo tenía que tratar de hacerlo sin
parecer maternal.
―Sí. Podemos llevar el plato a mi casa. Tengo un poco de papel de
aluminio y si tienes hambre de un bocadillo en la noche, va a estar allí.
Tengo comida en mi nevera, también, aunque tengo que re abastecerme y
obtener más.
Ya está. Una respuesta simple seguida de... todo lo demás, pero al 51
menos lo respondió como si la pregunta de Flynn le hubiera recordado a
Tanner algo más importante. Así que Flynn no debería tener nada de lo
que avergonzarse por preguntar. Asumiendo que se había avergonzado.
Quizás Tanner estaba pensando demasiado acerca de esto.
―A tu... voy a quedarme en tu casa?― Flynn preguntó, y su rostro se
flameó con rojo, como si ni siquiera hubiera considerado la posibilidad.
Por supuesto que lo haría. Flynn era el compañero de Tanner, y no había
manera de que tuviera a su compañero quedándose bajo el techo de nadie
excepto el suyo.
No es que tuviera que decirle al hombre eso por el momento.
―Sí. Ya que te conocí primero, me ofrecí para tenerte conmigo.
Eso sonó tan increíblemente cojo y transparente. Tanner puso en duda
que Flynn pudiera incluso caer en algo así, pero entonces el hombre más
joven se encogió de hombros y sonrió.
―Bueno, supongo que eso tiene sentido. Quieres vigilarme y asegurarte
de que no... Bueno, no importa, pero gracias por hospedarme. Este lugar
se ve muy bien.
Tanner sabía lo que Flynn había estado a punto de decir, pero no estaba
dispuesto a empujarlo. Flynn hablaría de su vida anterior sólo cuando
estuviera listo, y Tanner no le molestaría por más detalles hasta entonces.
Tanner terminó su propia gran cena, que consistió en un montículo de
comida que era más o menos del tamaño de la de Flynn.
Flynn todavía no fue capaz de comer más, a pesar de intentarlo. Tanner
tuvo que detenerlo. Resultó ser que el chico no tenía la capacidad de
comer tanto como un hombre lobo. Debía de haber estado tan hambriento
que sus ojos habían sido más grandes que su estómago.
Tanner alejó sus propios platos y cogió el plato de Flynn cuando 52
regresaban.
Al salir, asintieron hacia la mesa de Dane, y Flynn tímidamente saludó a
los otros dos defectos que estaban sentados allí, tratando de actuar como
si no estuviera viendo todo el asunto. Ambos tenían una sonrisa en sus
rostros.
―Parecen muy felices― dijo Flynn, como si fuera una ocurrencia tardía.
Tanner iba a asegurarse de que Flynn fuera así de feliz. Se lo prometió a
sí mismo.
Después de terminar la comida de Flynn y ponerla en su nevera, Tanner
decidió que los dos estaban bien para un viaje al centro comercial. Flynn
parecía emocionado, aunque un poco nervioso. A partir de las emociones
que podía leer de su pareja, Tanner estaba bastante seguro de que Flynn
estaba preocupado de que lo fuera a botar y dejarlo allí.
Por supuesto que no lo haría, pero no dijo eso. Algunas cosas sólo
podían ser demostradas a una persona, y cuando Tanner trajera a Flynn
de vuelta esta noche entonces Flynn sabría que era verdad.
En el camino a la ciudad, al mismo centro comercial donde Tanner había
conocido a Flynn, tuvo que preguntarse si Dane y Mason podían leer a sus
compañeros así de bien. Supuestamente, algunos compañeros podían
hasta leer la mente del otro.
Tanner se estremeció sólo de pensar en eso. Por mucho que quisiera
estar con Flynn y hacer al hombre más pequeño feliz, no quería a nadie
nadando alrededor de sus pensamientos. Eso parecía un poco demasiado
personal.
Flynn se sentó con los hombros encorvados, mirando las luces del
camino mientras dejaban el territorio de la manada, lejos de los bosques,
y luego lo hizo con las de la ciudad. El trayecto hasta el centro comercial
tomó cerca de una hora, y todo el tiempo, Flynn pareció nervioso.
Tanner nunca fue bueno con las palabras o reconfortando a nadie. Qué 53
se suponía que tenía que hacer, excepto enseñarle a Flynn con sus
acciones que en realidad quería que el chico se quedara?
Se detuvo en el estacionamiento del centro comercial, y Tanner tuvo
que conducir a la planta superior en la parte de atrás antes de que
encontrara un espacio.
―¿Estás seguro de que está bien para ti gastar cualquier dinero en mí?
No me conoces.― Flynn dijo en voz baja cuando Tanner apagó el motor.
Tanner lo miró, y la expresión de perrito pateado en la cara de Flynn fue
suficiente para dejarlo sin aire.
¿Nunca nadie le había dado nada antes?
―Cuando fuiste expulsado de tu manada?― preguntó Tanner.
―Oh, bueno...― Los ojos de Flynn se abrieron ante la pregunta antes de
quedarse tranquilo mientras pensaba en lo que Tanner le había
preguntado. ―Bueno, no recuerdo mi edad exacta, pero yo era pequeño.
Antes de tener cinco, creo.
Tanner empujó hacia abajo la angustia que sentía al escuchar eso,
negándose a dejar que se mostrara en su rostro. Lo aplastó hasta el fondo
de su estómago y plantó los pies en el suelo por si acaso.
―¿Y a dónde fuiste después de eso?
Flynn se encogió de hombros.
―Al sistema de adopción. Realmente apestó la mayor parte del tiempo.
Huí de ahí cuando tenía trece años.
―Tan joven?― Dijo Tanner sin pensar en ello. ―Cómo fuiste a la
escuela?
―No lo hice― dijo Flynn, y ahora su cara era inexpresiva. O a él no le
importaba, o se estaba preparando para el juicio de Tanner.
Tanner estaba dispuesto a apostar todo lo que tenía en que era lo
último. 54
Finalmente, después de un largo silencio, donde Tanner hizo todo lo
posible para pensar acerca de lo que debía decir, Flynn se quebró y habló.
―No soy estúpido. Puedo leer y escribir y hacer operaciones
matemáticas básicas. He tenido un par de puestos de trabajo también.―
dijo, como si estuviera muy orgulloso de ese hecho.
Era algo de lo que estar orgulloso, teniendo en cuenta la vida que había
vivido.
―Eso es estupendo. ¿Haciendo qué?
―Lavando platos en su mayoría, pero era todo por debajo de la mesa y
sólo por unos pocos días a la vez. No era capaz de mantener nada a largo
plazo. La mayoría de las personas en los restaurantes no quieren
mantener defectos alrededor por mucho tiempo debido al pelo de las
orejas y cola.
Parker había tratado de hacer su camino lavando platos. La diferencia
era que Parker había tenido suerte. Se había aferrado a su puesto de
trabajo durante un año antes de conocer a Mason y convenció al hombre
para ayudarle a conseguir trabajo como camarero, en el restaurante de
lujo donde Mason trabajaba, que ofrecía mucho más dinero solo en
propinas.
―Bueno, eso será lo primero en nuestra lista entonces, obtener tu
diploma de escuela secundaria y elaborar tu DNI para que puedas trabajar
en un trabajo sin ser pagado por alguien que podría tratar de robarte.
Tanner no tenía ningún interés en tener a Flynn trabajando por el
momento. Quería que el hombre más joven consiguiera sus estudios
primero y algunas buenas ropas de invierno.
Salieron del coche, y Tanner procedió a avergonzar a Flynn
arrastrándolo por todo el centro comercial. Obligó al hombre a probarse
toda una serie de jeans y pantalones, sin embargo, decidió olvidarse de
comprar un par de pijamas simplemente porque le gustaba la idea de que 55
Flynn llevara la vieja ropa de dormir de Tanner.
Compró bolsas de calcetines, un par de zapatillas, botas de invierno, e
incluso pantuflas para la casa.
También lo abasteció de suéteres. Cuando cogió a Flynn mirando
algunas remeras que tenían cualquier tipo de logotipos en ellos, escogió
los que Flynn parecía mostrar más interés, a pesar de que no sería capaz
de usarlos hasta que el clima volviera a ser cálido.
Una camiseta de The Walking Dead, algunas de los Guardianes de la
Galaxia tema que reconoció porque tenían al maldito mapache, algunas de
Star Wars, y una variedad de otras cosas.
Flynn claramente se estaba forzando a sonreír al final de todo eso. Era
fácil ver que estaba abrumado por las muchas bolsas que habían
acumulado. Tanner tuvo un tiempo bastante fácil cargándolas todas, pero
incluso él estaba empezando a tener problemas para caminar.
―Muy bien, ahora podemos conseguir algo bueno para ti y entonces
vamos a la tienda de comestibles.
Los ojos de Flynn se agrandaron.
―¿Bueno para mí? Todo esto es bueno para mí! Por favor, no puedes
gastar más.
Tanner sabía que probablemente estaba torturando al joven, pero no
pudo ayudarse a sí mismo. El lobo dominante dentro de él quería
mantener a su pareja. No sólo con buena comida y refugio, sino también
con tantos regalos que Flynn fuera capaz de rodar en todos ellos.
―Estas son necesidades,― Tanner argumentó. ―Necesitarás estos si
vas a pasar todo el invierno en el bosque. La nieve se amontona alto ahí
arriba.
Las mejillas de Flynn se sonrojaron.
―Te creo, pero se siente como si ya hubieras gastado mucho en mí.
Esto es como una fortuna en ropa. Me llevará una eternidad ser capaz de 56
reembolsarte todo.
Tanner sacudió la cabeza.
―Es diciembre, Navidad.
―Yo soy... Yo soy judío― dijo Flynn.
Tanner hizo un gesto con la mano.
―Hanukah entonces. De cualquier manera, no me lo pagarás. Estos son
tus regalos, y eres bienvenido a la manada. Estos son todos tuyos y si
realmente quieres pagarme, entonces te quedarás con la manada y
ayudarás a cualquier otro defecto que venga a vivir con nosotros, ¿de
acuerdo?
Tanner había dicho la palabra defecto sin realmente pensar en ello, pero
Flynn ni siquiera pareció darse cuenta de su desliz.
―Bueno, está bien, pero en serio no tienes que comprarme nada más.
―Sé que no tengo― dijo Tanner. ―Y puedo decir que te estás
incomodando, pero sólo déjame hacer esto hoy. Te prometo que después
de hacer esto no saldré de mi camino para avergonzarte o hacerte creer
que todos en la manada tienen tanto dinero que no saben qué hacer con
ello. Ese no es el caso en absoluto.
Tanner hizo un gesto a las muchas bolsas en sus manos.
―Esto realmente es porque necesitas más ropa. Si quieres, no te dejaré
usarlos hasta Hanukah. Para ser honesto, no sé ni qué día es Hanukah.
Flynn le sonreía ahora, más a gusto con las cosas que Tanner estaba
diciendo.
Gracias a Dios. Se había preocupado de que estuviera empeorando las
cosas para Flynn en vez de mejorarlas.
―Voy a tener que mirarlo para ti. Ha sido un tiempo desde que lo
celebré.
El chico le rompió el corazón una y otra vez, sin siquiera intentarlo.
Tanner lo encubrió, sonriendo y llevó a Flynn por el resto del centro 57
comercial. Había querido comprar algunos regalos para él por las
festividades, y esperaba que Flynn lo arrastrara a la tienda electrónica o
de videojuegos más cercana ya que era todo en lo que Parker parecía
estar, pero en su lugar Flynn le sorprendió cuando mencionó que le
gustaba leer, y le preguntó a Tanner si le podría llevar a la librería.
En el viaje en ascensor hasta el tercer piso del centro comercial, Flynn le
explicó que la lectura era gratis, por lo que fue capaz de hacerlo a menudo
cada vez que iba a la biblioteca.
―No pude sacar ningún libro porque no tenía una residencia, pero los
bibliotecarios siempre fueron lo suficientemente buenos para darme una
hora de ordenador de todos modos, incluso sin una tarjeta, así que todavía
podía leer en línea. Me gusta escribir también.
Tanner sonrió ampliamente, emocionado con esta nueva información
acerca de su compañero.
―¿De verdad? Eso es genial. ¿Qué tipo de cosas escribes?
Flynn se encogió de hombros y miró hacia otro lado. Se rascó la parte
posterior de la cabeza, nuevamente avergonzado, pero Tanner era como
un perro con un hueso. No estaba dispuesto a dejar ir esto.
―Te prometo que no le diré a nadie si no quieres que lo haga,― dijo
Tanner.
―Bueno, es sobre todo fan fiction. Me gusta escribir ese tipo de cosas.
Extrañamente mucho de ello tiene que ver con Sherlock Holmes o Los
Juegos del Hambre.
― Fan fiction de Los Juegos del Hambre?― Preguntó Tanner.
Flynn sonrió tímidamente.
―No lo sé. Supongo que pensé que sería divertido escribir sobre Peeta
con Finnick. Siempre he pensado que serían una pareja divertida.
Tanner no lo entendió del todo, pero tenía que admitir que le gustaba 58
escuchar a Flynn hablar de ello.
―¿Sabías que Cincuenta Sombras de Grey tiene su fan fiction? Y
también la Serie Hermoso Bastardo. No estoy seguro, pero creo que casi
todos los de Star Trek y el libro de Halo también, aunque esos tienen que
seguir las reglas en su lugar o constantemente los quitan. Algunas
personas incluso dicen que debo cambiar los nombres de los personajes y
la configuración y tratan de publicar mi fan fiction, y que podría hacer algo
de dinero con eso. Tengo unas pocas personas que me siguen en Wattpad,
que es una aplicación de escritura muy divertida. Trato de escribir todo lo
que puedo con el tiempo que la biblioteca me da en sus equipos.
Cuanto más Flynn hablaba más animado se ponía. Y Tanner más quería
ayudarlo con su objetivo de escritura.
Era casi ridículo cómo el orgullo hinchó el pecho de Tanner sabiendo que
su compañero era apasionado a algo, y todavía tenía sueños de un futuro
con una carrera. Su tiempo en la calle no lo había roto.
Cuando llegaron a la librería, Flynn parecía que estuviera en el cielo. Sus
ojos brillaban mientras miraba alrededor de estantes y estantes por los
nuevos lanzamientos, cualquiera de los cuales podría tener. Habló sobre
algunos de los libros que había leído en la biblioteca, pero no había podido
conseguir los libros más nuevos de la serie porque constantemente
estaban en préstamo.
Los únicos libros que había sido capaz de comprar fueron los de la
bandeja de descuentos por cincuenta centavos, pero incluso esos no los
podía mantener. No tenía lugar donde ponerlos, así que cuando los leía,
los vendía de nuevo a una librería de libros usados por cualquier precio
que Flynn pudiera obtener por ellos.
Tanner le dijo a su compañero que eligiera lo que quisiera.
Tanner siguió de cerca a Flynn, recogiendo cualquier cosa por la que el 59
hombre hubiera mostrado un interés remoto. Tenía las manos libres para
hacer esto ya que la mujer detrás del mostrador se ofreció a guardar sus
maletas allí para que pudieran llevar más libros.
Flynn le observaba con cautela, claramente no está seguro de lo que
estaba sucediendo.
―No vas a...
―No voy a comprarlos todos, no. Esta es tu montón de quizás.― Tanner
mintió.
Al final, Flynn eligió uno de pasta dura de la sección juvenil. Supuso que
el hombre era todavía lo suficientemente joven como para gustarle y
apreciar las cosas de esa parte de la tienda.
―¿Puedo tener este?
Cómo si incluso tuviera que preguntar.
Tanner trajo a Flynn al mostrador, y dejó todos los libros que había
estado llevando.
―Nos llevaremos todos estos, por favor― dijo con una alegre sonrisa en
su cara.
Los ojos de Flynn se agrandaron.
Tanner sostuvo su dedo hacia arriba.
―No digas una palabra. Estos van a ser tus regalos, por lo que ni
siquiera podrás verlos hasta que me digas que es hora.
―Esa es una regla extraña que tener― dijo Flynn, aunque claramente
estaba reventando con la idea de tener su propia pequeña biblioteca
personal. Y solo porque estaban en oferta, Tanner también recogió la caja
entera del set de Harry Potter, la caja del set de pasta dura de Los Juegos
del Hambre y por qué no ya que a Flynn le gustaba escribir ficción de ello?
Junto con un diario forrado en cuero que Flynn podía usar para escribir
cuando no tuviera acceso a una computadora, y algunos marcadores y 60
plumas.
Los paquetes eran extra pesados, pero Tanner era más que capaz de
manejarlos y dejó que Flynn llevara una de las bolsas de libros que Tanner
le había comprado desde que parecía más emocionado por estos. Sus
orejas estaban apuntando hacia el techo, y su cola meneando con cada
paso que daba. Tanner pensaba que era tan lindo a la vista. Nunca había
pensado eso de un lobo defectuoso antes. Sólo de Flynn.
―Me siento extraño sobre aceptar tanto de ti, pero creo que he muerto
e ido al cielo.
Tanner se rió.
No estaría tan bien hasta que pudiera conseguirle a Flynn su propia
computadora personal, que era lo que quería hacer, por lo que sólo iba a
tener que esperar. Hasta entonces, Tanner le dio permiso a Flynn de
utilizar su ordenador portátil cada vez que necesitara iniciar sesión en sus
cuentas en línea y trabajar en sus historias.
Flynn se veía como si Tanner le acabara de ofrecer el mundo.
A pesar de que Tanner todavía tenía que hacer una parada en el
supermercado, decidió que quería algo de beber después de tantas
compras, por lo que llevó a Flynn a uno de los cafés del centro comercial,
y los dos pidieron algo. Flynn tuvo un chocolate caliente, siendo
claramente lo suficientemente joven para ser tentado por el mismo, y
Tanner agua. Se sentaron a descansar sus piernas, y luego fue sólo una
cuestión de disfrutar de su mutua compañía.
A pesar de los muchos paquetes alrededor de sus pies, Flynn se relajó
más y más, sonreía a menudo y hablaba con Tanner acerca de todas las
cosas que esperaba hacer.
―Te pagaré por lo lindo que has sido conmigo. No necesariamente por
las cosas que me compraste, creo que ya entendí que no quieres eso, pero
voy a pensar en alguna manera de devolverte esto. 61
Tanner no iba a discutir. Si hacer una promesa como esa ayudaba a
Flynn a aceptar mejor estos regalos, entonces mucho mejor. Lo único que
quería de Flynn era aprender más sobre él y ver como se convertía en una
parte integral de la manada.
Estaban casi listos para salir cuando una sombra pasó sobre su mesa. La
sonrisa de Flynn no vaciló hasta que miró hacia arriba y vio la cara del
hombre allí de pie.
Capítulo Seis
Flynn pensó que iba a morir. Cuando levantó la vista y vio a Duncan de
pie, vestido con su chaqueta de cuero café y guantes sin dedos, y una
medio sonrisa en su rostro, Flynn literalmente sintió su corazón parar en
su pecho.
Su cola dejó de moverse detrás de él, y sus orejas cayeron sobre su
cabeza por la vista del hombre. 62
―Hola, Flynn. ¿Qué haces aquí?
Tanner pareció notar la incomodidad de Flynn inmediatamente. Sus ojos
se redujeron, aunque su voz fue extrañamente tranquila.
―¿Quién es éste, Flynn?
A Duncan no pareció gustarle eso, este hombre bien vestido y de
aspecto agradable que había sido claramente el que compró el contenido
de todas las bolsas alrededor de sus pies, no sabían quién era.
―Oh, soy un amigo de Flynn. Puedo ver que eres un amigo, también.
Flynn, ¿por qué no me dijiste que tenías a alguien cuidando de ti? He
estado buscándote por todos lados.
Flynn lo sabía y ahora no tenía la menor idea de qué demonios se
suponía que iba a hacer, o lo que se suponía que tenía que decir, quería
deshacerse de Duncan antes de que dijera o hiciera algo que hiciera que
Tanner se arrepintiera de todas las cosas que había hecho por Flynn.
―Yo... fui invitado a una manada― dijo. No se atrevió a dar el nombre
de Tanner. No quería que Duncan usara eso en su contra más tarde o
tratara de seguirle la pista, aunque era imposible saber lo que haría
Tanner y de si él daría o no su propio nombre.
―Una manada― preguntó Duncan, mirando a Tanner con renovado
interés.
Tanner sonrió al hombre, sus ojos brillando de rojo, y separando los
labios para revelar sus dientes blancos. Sus dientes blancos que habían
crecido en las puntas dentro de su boca.
Los ojos de Duncan se abrieron, y dio un paso atrás ante la vista de los
colmillos. Claramente, sabía reconocer una amenaza cuando la veía,
aunque nadie le dijera una palabra.
―Ya veo― respondió Duncan, frunciendo el ceño antes de poner su
mano justo en el hombro de Flynn, como si fueran buenos amigos o algo
así. ―Bien entonces, supongo que tú y yo podemos hablar más tarde 63
sobre tus pagos. Estoy seguro de que podemos trabajar en algo ahora,
pero no te molestaré más ya que estás con alguien.
―Te vas a ir?― Flynn casi no podía creer su suerte, y sus orejas se
levantaron en la parte superior de su cabeza, señalando la buena noticia.
Duncan entrecerró los ojos, abrió la boca, pero luego aparentemente se
contuvo antes de que pudiera decir nada malo o desagradable frente a
Tanner.
Cubrió esa expresión maliciosa con una sonrisa que tuvo a las orejas de
Flynn cayendo de nuevo.
―Te veré por ahí, lindo. No vayas a desaparecer de mí de nuevo.
Lo dijo como si estuviera bromeando con un amigo, pero incluso cuando
sonrió y se despidió con la mano, y luego dio la vuelta y se alejó, el
corazón de Flynn se hundió.
Miró a Tanner y luego hacia abajo a sus manos. Soltó el chocolate
caliente que había estado bebiendo y puso las manos en su regazo. Tanner
iba a hacer algunas preguntas, y Flynn no tenía ganas de eso.
―Creo que hay que irnos― dijo Tanner, poniéndole la tapa a su agua y
poniéndose de pie.
Flynn asintió y se levantó para seguir al hombre. Cogió un par de sus
bolsas, realmente sintiendo su peso ahora que los dos abandonaban el
centro comercial y regresaban a la camioneta de Tanner.
Flynn no podía dejar de mirar a su alrededor, preguntándose si Duncan
estaba observándolos. Si viera el coche de Tanner al que estaba a punto
de entrar, entonces sabría que Tanner tenía dinero. ¿Esperaría que Flynn
tomara algo de eso? ¿Pensaba que Flynn estaba usando a Tanner ahora?
Flynn no estaba usando a Tanner, y no quería. Le gustaba el hombre
demasiado y no había manera de que pondría en peligro su nuevo lugar en
la manada haciendo algo malo. Quería quedarse en la manada y quería
quedarse con Tanner. 64
Aunque no vio a nadie, estaba bastante seguro de que Duncan estaba
observándolos. No podía quitarse la sensación de la cabeza de que había
ojos observando todos sus movimientos. Se congeló.
El trayecto de vuelta fue mayormente tranquilo y Tanner no empezó a
hablar hasta que estuvieron fuera de la ciudad y de vuelta en la carretera
de dos carriles que conducía a través de la gruesa pared de pinos que los
llevarían hasta la manada de Dane.
―Entonces, ¿quién era?― Preguntó Tanner, apartando la cara de la
carretera brevemente para poder mirar a la cara de Flynn. Debe haber
visto algo allí que le preocupara. ―No importa lo que me digas, todavía
serás bienvenido en la manada― dijo. ―Pero necesito saber si es peligroso
y si va a ser un problema. Hay cachorros en la manada de Dane. Has visto
que tiene un par propios. Si él va molestar, entonces necesito saberlo.
Eso tenía sentido. Era una razón lógica para querer la verdad, y Flynn
no pudo pensar en ninguna razón para negar al hombre.
―Él... por lo general anda con un par de otros chicos. Él y sus amigos...
les gusta acosar a algunos de los chicos y chicas más jóvenes en el
refugio. Le debo algo de dinero.
―¿Cuánto?― Preguntó Tanner.
Flynn se apoderó de sus manos juntas, necesitando algo a qué
agarrarse.
―Mucho ― dijo y luego le dijo la cantidad. ―Ciento cincuenta dólares.
Tanner farfulló.
―¡Eso no es mucho! Él te está molestando por eso? Mierda, él puede
irse a la mierda.
Flynn negó con la cabeza.
―No es tan simple. ¿No crees que eso sea mucho, pero es una fortuna
para mí, y básicamente para él. Con eso puede comprar las drogas que 65
necesita o un par de buenas comidas calientes, que no encuentras en el
refugio. Incluso una habitación de motel para pasar una noche o dos. Eso
es mucho.
―¿Por qué le debes dinero?
Flynn inmediatamente se aterrorizó de que Tanner pensara que estaba
en drogas o algo y no podía soportar la idea de que eso pasara por la
mente de Tanner.
―No es porque compre o venda drogas para él. Lo juro. Puedes
hacerme una prueba, si lo deseas.
―Te creo― dijo Tanner. ―No estaba pensando en eso. Cuando nosotros
tomamos tu ropa, lo único que encontramos fue un poco de monedas y un
libro andrajoso. Si alguna vez hubieras tenido algo de eso en tu posesión,
hubiera sido capaz de olerlo no importa cuánto tiempo hubiera pasado. Tu
cabello se ve bien, tu piel es clara, y tus venas estaban sanas cuando te
traje. Sé que no estás en nada de eso. Incluso si lo hicieras, todavía no te
dejaría salir de la manada. En realidad no. Sólo me aseguraría de enviarte
a un buen centro de rehabilitación antes de que pudieras volver.
Flynn parpadeó dos veces.
―Eres... eres serio, ¿verdad?
Tanner asintió.
―Sí, serio.
Flynn no podía dejar de preguntarse de qué se trataba todo esto. Todo
estaba pasando por su mente, y nada tenía sentido.
―Has sido tan bueno conmigo. Me salvaste cuando no tenías que
hacerlo, y luego me llevaste dentro y me compraste todas estas cosas sólo
porque son festividades. No es que no esté muy agradecido ¿pero por
qué?
―¿Qué quieres decir con por qué? 66
Flynn negó con la cabeza.
―No pretendo ofenderte, pero la gente no hace cosas como estás sin
ninguna razón.
Flynn era muy consciente de la forma en que Tanner se aferró al
volante. Mantuvo sus ojos en el camino, sin embargo. Estaba empezando
a nevar pesadamente.
―Estoy haciendo esto porque eres mío.
―Bueno, supongo que sí. Estás tomando la responsabilidad sobre mí,
pero yo todavía no lo entiendo.
Tanner suspiró y sacudió la cabeza.
―Estamos saliéndonos del tema. Quien era él, y por qué le debes
dinero?
―Oh, bueno, Duncan es un tipo de propietario de las calles alrededor de
donde solía vivir.
―¿El refugio?
Flynn asintió, y levantó la mano a la altura de sus orejas de lobo.
Todavía estaban apoyadas sobre su cabeza.
―Sí. Hace su dinero llenando de droga a adictos, a personas que son
demasiado mentalmente inestables para conocer algo mejor, o a la gente
que no puede entrar en el refugio antes de que se llene. Si te atrapa,
entonces tienes que pagarle por protección. De lo contrario, puedes llegar
a ser el novio de alguien por la noche, y entonces todavía tendrías que
pagarle, con intereses. Lo cual es básicamente por lo que le debo tanto.
Tanner no dijo nada. No miró a Flynn, lo que probablemente fue lo más
responsable, teniendo en cuenta lo fuerte que se había vuelto la nevada,
pero al menos para entonces ya habían entrado al camino que conducía a
la manada de Dane y a la casa de Tanner.
El silencio era tan espeso que obstruía la garganta de Flynn, y todo en lo 67
que Flynn podía pensar era en lo mucho que deseaba saber qué era lo que
estaba pensando Tanner, si el hombre sentía asco de él, o algo. ¿Por qué
no dijo nada?
Tanner no volvió a hablar hasta que había aparcado el camión frente a
su casa.
―No te preocupes por él. Le daré su dinero y me aseguraré de que no
te moleste más.
Flynn sabía que no tenía suficiente para pagarle a Tanner por todo esto,
y la idea de que Duncan nunca le molestara de nuevo, nunca llegara cerca
de él de nuevo, era demasiado buena para protestar.
A pesar de que todavía estaba bastante avergonzado por su incapacidad
para cuidar de sí mismo.
―Gracias.
Tanner asintió, y miró el asiento trasero de la camioneta, donde toda la
ropa y los libros de Flynn estaban guardados.
El hombre dejó escapar un largo y duro suspiro, y luego forzó una
sonrisa en su cara.
―Bueno, he terminado con esta mierda deprimente. ¿Qué te parece si
tú y yo llevamos algo de esto al interior y los envolvemos?
Flynn sintió sus orejas de lobo levantarse de su cabeza.
―¿De verdad? Quieres que te ayude a envolver regalos para mí?
Tanner se encogió de hombros.
―Ya sabes lo que son de todos modos. Esto podría agregarles emoción
para cuando puedas abrirlos. Sé que dijiste que eres judío, pero me
gustan los árboles de Navidad. ¿Puedo poner un par de ellos bajo un árbol
después de Hanukah?
A Flynn le encantó la idea.
―¡Sí! Eso suena genial. Quiero decir, no soy un judío practicante ni 68
nada, así que no creo que pueda cantar los villancicos contigo o hacer una
misa de medianoche en Navidad, si eso está bien. A mi sólo siempre me
gustaron los árboles.
La sonrisa de Tanner se hizo más amplia, más real.
―Eso está bien. Yo no soy un católico practicante. Simplemente me
gusta abusar del hecho de que todavía soy técnicamente católico alrededor
de esta época del año para poder tener un árbol de Navidad.
Y con esas palabras, Flynn estaba bastante seguro de que cayó
enamorado del hombre.
****
74
Capítulo Siete
99
Capítulo Nueve
109
Capítulo Diez
Tanner había decidido que tener una pareja que celebrara el Hanukkah
era probablemente la mejor cosa del mundo, porque eso significaba que su
fiesta duró una buena parte del mes y siempre estaban en un estado de
ánimo festivo.
Tanner era el segundo al mando de la manada y aunque había algunas
cosas de menor importancia que debía manejar, Dane nunca les 110
interrumpió, sabiendo bien que Tanner y Flynn estaban conociéndose,
volviéndose un par acoplado equilibrado.
Flynn tuvo razón en una cosa. La policía nunca llegó a cuestionar a
nadie de la manada sobre el asalto a Duncan.
Dane no soltaría un suspiro de alivio por el momento, al menos no hasta
que el estatuto de limitaciones hubiera terminado. No es que estuviera
demasiado preocupado, pero no estaría muy sorprendido si en un par de
días o semanas, cuando los policías tuvieran más tiempo para un
indigente, traficante de drogas golpeado, se presentaran.
Hasta entonces, Tanner decidió firmemente que iba a disfrutar de su
compañero y toda la atención y el amor que Flynn le otorgara.
Flynn todavía se avergonzaba un poco por no tener regalos para Tanner
para todos los días de Hanukah, pero siempre era lo suficientemente
creativo.
Tanner trató de decirle una y otra vez que no necesitaba nada. Había
encontrado a su compañero. Eso fue regalo suficiente, pero no quería
hacer sentir a Flynn como si algo de lo que le regaló fuera inútil o no
valiera la pena el esfuerzo.
Aparte de eso. Tanner adoraba todas las pequeñas cosas en las que
Flynn pensó hacer para él.
El ornamento del primer día fue increíble, y Tanner se enorgulleció de
ponerlo en su árbol de pino decorado.
Al día siguiente, Flynn le sorprendió despertándose temprano, y llevando
el desayuno a la cama. Luego una mamada.
En el tercer día, le entregó a Tanner un puñado de cupones, los cuales
fueron hechos en papel construcción y cada uno de ellos prometiendo o
bien un masaje en la espalda o un favor sexual de la elección de Tanner
siempre que él quisiera.
En el cuarto día, Flynn le escribió una linda historia corta, algo 111
romántico que hizo pensar a Tanner en una nota de agradecimiento
encubierto. Estaba tan sorprendido con lo cerca que estaba de las lágrimas
al final de la misma.
En el quinto día hubo otra historia, pero esta era tan explícita y erótica
que Flynn no tuvo la oportunidad de terminar antes de que Tanner lo
agarrara y lo pusiera sobre la alfombra delante del árbol y le arrancara la
ropa.
Ninguno de los dos se detuvo hasta que Flynn tuvo un caso leve de
quemadura por la alfombra en la parte baja de su espalda y culo.
Joder, todo en lo que Tanner podía pensar era en enterrar su polla en
ese apretado culo, y Flynn fue tan complaciente que Tanner no sabía de
dónde había sacado la resistencia. Era evidente que estaba fuera de sí
también, y Tanner trabajó para asegurarse de que Flynn lograba terminar
cada vez.
El resto de su primer Hanukah juntos lo pasaron más o menos de la
misma manera, y cuando llegó la mañana de Navidad, el regalo de Flynn
para ese día fue otro ornamento. Esta vez se trataba de un gran lobo y lo
talló un poco mejor que el del alce.
―He estado practicando para este un poco más, y visto más videos
sobre tallado, y conseguí un poco de ayuda de los cambiaformas que
trabajan como carpinteros. Me prestaron sus herramientas.
Algunos de esos cortes tenían un aspecto más profesional en ellos, y
Tanner no pudo evitar sonreír a su compañero.
―¿Se supone que soy yo?
Flynn asintió, un rubor adorable cubrió sus mejillas.
―Sí. Puedo hacer el alce de nuevo, también, si quieres.
―No te atrevas a tocar mi alce. Él es feliz donde está.― Tanner le dijo,
extrañamente protector con el adorno, el primer regalo que Flynn le había
dado. Colgó el adorno del lobo en una rama cercana y tomó un momento 112
para estudiar cómo de perfecto eran antes de poner su brazo alrededor de
los hombros de Flynn.
Después Flynn abrió el último de sus regalos y besó y abrazó a Tanner
mostrando su gratitud, ambos tomaron el desayuno, tuvieron un rapidito,
se ducharon y vistieron y luego se fueron hacia la cabaña de Dane.
Tanner ya había comprado regalos para los cachorros más pequeños,
Mitchell y Danielle, pero eso había sido antes de que hubiera conocido a
Flynn. Así que puso el nombre de Flynn junto al suyo en las etiquetas de
regalo. No era como si los cachorros tuvieran edad para saberlo o el
cuidado para comprobar las etiquetas de todos modos.
No todo el mundo en la manada se presentó. De hecho, muy pocos se
presentaron en absoluto. Sólo los amigos cercanos o familiares, como
Tanner, Flynn, Mason, y Parker, llegaron a pasar el resto del día de
Navidad con el alfa. Navidad estaba destinado a ser un día para descansar,
tiempo para la familia, sentados junto al fuego. Todos los demás en la
manada estaban haciendo lo mismo, y todos los que obtuvieron una
tarjeta o cualquier otro regalo de Dane se presentarían a él y a su familia
mañana.
Funcionaba mejor de esa manera. El resto de la manada pasó tiempo
con su familia inmediata, y el alfa hizo lo mismo hasta el día siguiente
cuando sería el tiempo para ser sociable de nuevo.
La única cosa que arruinó el ambiente era el hecho de que la madre de
Charlie y Mason también estaba allí.
Mason suspiró, murmurándole a Dane en voz baja.
―Lo siento, pero todavía es la abuela de Mitchell y Danielle ¿sabes? No
queríamos que ella pasara la Navidad sola, y hubiera sido raro si Charlie
no la hubiera invitado.
Dane se limitó a asentir, pero no era como si la mujer estuviera siendo
una completa mojigata ni nada. De hecho, brillaba más que una bombilla 113
de cien vatios mientras cubría a su nieta alfa favorita de todo tipo de
regalos. Danielle gritó y aplaudió por más, y fueron presentados mientras
que los padres observaban con una gran cantidad de paciencia como la
mujer le enseñaba a su hija cómo gritar, demandar y conseguir lo que
quisiera basada en lágrimas fingidas.
Charlie miró a su madre con cuidado, a pesar de que estaba con Dane
en la cocina comprobando el pavo, Tanner todavía veía la forma en que el
hombre asomaba la cabeza por la puerta de vez en cuando para
comprobar las cosas.
Charlie se aferró a Mitchell, quien veía como malcriaban a su hermana
con cierta confusión.
Claramente ninguna de las Barbies, vestidos brillantes rosas, ni los
zapatos de plástico de princesa o coronas eran para él.
Charlie tuvo que recordarle a su madre que había uno más, mientras
balanceaba a su hijo en la cadera.
―Wow, mira todo lo que nana le trajo a tu hermana. Vamos a ver que
tiene ella para ti?
Mitchell disparó sus manos al aire. Sus orejas de lobo apuntaban en la
misma dirección y que tenía una gran sonrisa en su rostro, pero no dijo
nada. Ni siquiera una proclamación de ¡hurra!
El chico era del tipo fuerte y silencioso.
Dándole crédito a Marlia, y para su suerte, ella miró a su nieto y sonrió
tan ampliamente como él.
―Oh, por supuesto, déjame ir a buscar tus regalos.
Ella se puso de pie y corrió hacia la bolsa de Santa marrón que Tanner
había pensado que era parte de la decoración, y sacó tres cajas envueltas.
Mitchell dio una palmada, moviendo un poco la cola, y Marlia incluso
acarició sus orejas de lobo, que se desplegaban hacia arriba en su 114
pequeña cabeza, antes de poner las cajas abajo en el suelo.
Charlie se arrodilló con ella y llamó a Dane para que viera como abrían
más regalos, lo cual Dane hizo, tomando fotos todo el tiempo. Ya habían
tomado un montón de fotos de Danielle abriendo los regalos de Marlia.
Era extraño cómo Tanner sentía una oleada de protección dentro de él
por Charlie y Mitchell. Tal vez fue debido al mal comportamiento de Tanner
cuando Charlie recién había llegado, pero odiaba ver a su mejor amigo
tratando de ser agradable con la mujer que crió a Charlie pensando que
era inútil debido a sus orejas y cola.
Esa fue probablemente la razón por la que Tanner escrutinió cada
movimiento de la mujer, especialmente cuando jugaba con Mitchell. Ese
niño era el hijo del mejor amigo de Tanner, y si alguna vez hacía un
comentario por su defecto o hacía sentir al niño excluido, Tanner estaba
bastante seguro de que no sería capaz de sostenerse a sí mismo.
Tanner notó que los regalos no eran demasiado malos. Un camión Tonka
con algún tipo de mando a distancia, probablemente fuera del rango de
edad de Mitchell, lo cual al niño no pareció importarle por lo que abrió la
boca y sonrió anchamente a la vista. Incluso puso sus pequeñas manos
sobre su boca, como si la cosa estuviera volando su mente y tuviera que
contener su alegría. Sus siguientes dos regalos fueron muñecos bastante
grandes de transformers, Optimus y Bumblebee.
Tanner sonrió. Sí, esos estaban bien, regalos bastante buenos de hecho,
aunque podía ver que Marlia todavía le había dado a Danielle más de lo
que le había dado a Mitchell. Mucho más.
Por primera vez, decidió que iba a reservarse su opinión sobre la mujer.
Tal vez había cambiado lo suficiente para poder aceptar a su nieto
defectuoso. Ella incluso podría haberle comprado más a Danielle por
accidente. Como mujer, sabía más sobre los pequeños juguetes de niña y
la mierda de princesas ¿no? Así que de hecho tenía algo de sentido. Tal 115
vez sólo se veían más porque los había envuelto individualmente a todos
los vestidos de princesa.
Cuando Parker y Flynn dieron un paso adelante, cada uno de ellos
llevando regalos para los cachorros también, Marlia revolvió sus ojos con
fuerza.
No echó fuego por los ojos, no se atrevería, pero se sentó junto a
Danielle, vigilando de cerca, como si los dos hombres pudieran esparcirle
algo, mientras trataba de proteger a su nieta de los defectos.
El hermano gemelo de Danielle era defectuoso, y habían compartido la
cuna. Y la matriz. ¿Esta maldita mujer no lo entendía?
Tanner inmediatamente eliminó cualquier beneficio de duda que le
hubiera dado. Que se joda. La odió especialmente cuando Flynn volvió a
quedarse a su lado, mirando a Tanner preguntándole qué había hecho mal.
Tanner sacudió la cabeza, agarrado a la mano de Flynn, y entrelazando
sus dedos juntos. Tendría que explicarlo después.
Lo que realmente cabreaba a Tanner era que dado que Marlia no estaba
relacionada con él, no podía hacerle nada.
Estuvo bastante feliz cuando, antes de servir el pavo, vio como Mason la
tomó por el brazo para tener una rápida charla en una de las otras salas.
Estaban demasiado lejos para oírlos, pero por la forma en que las
mejillas de Flynn se calentaron, supo que el juego extra de orejas de su
compañero estaba captando lo que Mason le estaba diciendo a su madre.
Tanner decidió preguntarle sobre ello más adelante.
Cuando Mason y Marlia volvieron, Marlia volvió a sonreír y fingir que no
había sido masticada por su hijo. Se sentó entre Mason y Charlie. Danielle
y Mitchell se sentaron entre sus padres, recibiendo ayuda con la
alimentación.
La comida fue sorprendentemente agradable, y Flynn incluso sonrió de 116
oreja a oreja cuando les deseó a todos las buenas noches y se fueron de
nuevo a su propia casa, saludando a Parker y Mason, quienes se alejaron
en la otra dirección.
Subiendo a la cama juntos, Flynn se acurrucó en el calor de Tanner,
tiritando pero sonriendo.
―Me encanta que seas como una manta eléctrica. Del mejor tipo porque
viene con un chico caliente para mí.
Tanner se rió en voz alta, sintiéndolo todo el camino hasta su vientre.
―Te digo la misma cosa, sólo que tu realmente enfrías― señaló Tanner,
usándolo como una excusa para tirar de Flynn cerca.
Los dos estaban demasiado llenos y cansados para más sexo. Tanner
podía sentir a Flynn ir a la deriva mientras dejaba que sus dedos se
movieran arriba y abajo por la suave piel de la espalda de Flynn, evitando
sus cicatrices, sabiendo que a Flynn no le gustaba cuando eran tocadas.
―¿Tanner?
―¿Sí?― Preguntó, tratando de alcanzar la lámpara y apagarla,
sumergiéndolos en una completa oscuridad.
Flynn no respondió de inmediato, a pesar de que Tanner se dio cuenta
de que aún estaba despierto.
―Gracias por esta vida que me has dado.
Tanner miró a su compañero, siendo capaz de ver perfectamente en la
oscuridad. Acarició las orejas de lobo de Flynn y le besó el suave cabello
gris de su cabeza.
―De nada. A dormir.
Flynn pronto hizo lo que le dijo.
117
Capítulo Once
130
Capítulo Doce
FIN
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Quiero Morder Tus Orejas
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MARCY JACKS
SOBRE EL AUTOR
Marcy Jacks vive y trabaja en Ontario, Canadá, donde está viviendo
con fervor la vida del escritor al escribir sobre un montón de chicos
magníficos. A ella le encanta escuchar a los lectores y se puede llegar a
ella en authormarcyjacks@gmail.com
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Traducción y Corrección
DUNAMIS
Edición y Diseño
IPHI
NO 141
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ni ninguna
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