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Flynn Howard ha pasado la mayor parte de su vida en las calles.

Ser un
hombre lobo defectuoso significa que ninguna manada lo aceptará. Se
acercan las festividades de invierno, la nieve se prepara para caer, y Flynn
tiene hambre.
Entonces conoce a Tanner Ford al tratar de robarle su billetera.
Cuando Flynn se da cuenta de que el hombre al que trató de robar es un
hombre lobo, corrió, pero Tanner lo persigue. Cuando Flynn despierta,
cálido y limpio y sin oler a sexo, se pregunta cuál es el juego de Tanner, y 2
por qué el hombre quiere consentir a alguien tan indigno como él.
Tanner sabe que es su compañero en cuanto lo huele, incluso si el joven
es un defecto. No le importa. Su compañero claramente está por su
cuenta, desnutrido, y Tanner lo lleva de nuevo a la manada para poder
mostrarle a Flynn que tiene un hogar permanente, y si quiere, una vida
con Tanner.
Dulce Lobo Defectuoso

MARCY JACKS
3
Quiero Morder Tus Orejas 03
Capítulo Uno

Flynn Howard odiaba tener que mirar a la multitud de esta forma,


mirando a la gente y tratando de decidir quién podría tener más dinero en
sus carteras, al menos quién lo necesitaba.
Después de todos sus años haciendo esto, era una habilidad en la que
no era muy bueno debido no sólo a que tenía que decidir quién no
necesitaba su dinero, sino que también tenía que elegir a aquel que tenía 4
menos probabilidades de atraparlo cuando corriera detrás de él.
Correr era algo en lo que había conseguido ser bastante bueno, pero
Flynn todavía había sido atrapado de vez en cuando, y ser golpeado por la
gente a la que había intentado robar era casi tan divertido como ser
golpeado por Duncan y su pandilla por no tener suficiente dinero.
Flynn rascó sus orejas humanas, y luego frotó sus orejas de lobo en la
parte superior de su cabeza, era un defecto. Se sentían sucias, y también
lo hizo su cabello y cola. Los humanos pensaban que los defectos eran
lindos, como personajes de dibujos animados o algo de un anime japonés.
Algunos defectos fácilmente eran capaces de conseguir trabajo en la
televisión por eso. Por otro lado, nadie pensaba que algún sucio niño sin
hogar fuera lindo, o que valiera la pena mirar, lo que significaba que no
consiguió que mucha gente le ofreciera su cambio hoy.
Se sintió asqueroso por todas partes, pero no se atrevió a volver al
refugio por una ducha o una comida. No cuando no tenía nada para darle a
Duncan.
Habían pasado cinco días, y Flynn aún no tenía nada que darle al
hombre, y si se presentaba con las manos vacías, entonces Flynn se
encontraría en un callejón oscuro tratando de reponerle al hombre, y eso
era lo último que quería.
Flynn se estremeció. El tiempo se estaba poniendo frío, y el sol se
estaba tornando en un lejano horizonte brillando de naranja y amarillo,
dejando al resto del cielo oscuro.
Nadie de los que caminaban le llamó la atención. Todos estaban o
demasiado viejos o muy jóvenes, personas de las que no quería tomar su
dinero. Ocasionalmente, alguien caminaba viéndose en una situación que
parecía ser tan mala como la suya, por lo que los dejaba solos también.
No tenía sentido empeorar sus vidas. Por lo que Flynn sabía, tenían
personas a las que tenían que pagarles también y no había llegado tan 5
lejos como para estar dispuesto a robarle a alguien cuya situación era tan
mala como la suya. Aún no.
Flynn se sentó en la acera. No estaba técnicamente en la mendicidad,
no tenía un letrero o un sombrero abierto tirado en el pavimento, pero de
vez en cuando algunas personas le dejaban caer algo de cambio. Le sonrió
ampliamente a aquellas personas y les agradeció, sabiendo que no tenía
suficiente dinero para evitar que Duncan le hiciera daño.
El hombre quería ciento cincuenta dólares, y después de contar el dinero
que le habían dado en el día, Flynn tenía alrededor de unos seis dólares y
treinta y dos centavos, apenas lo suficiente para comprarse su primera
comida del día.
Estaba muerto de hambre, y tenía frío. Necesitaba volver al refugio. No
podía posponerlo más tiempo. El clima en la radio fue llamada la noche
más fría del año en lo que va de esta noche. No había duda de que caería
la primera nevada, y Flynn se congelaría hasta la muerte si no regresaba.
Algo peor que la muerte podía ocurrir si no le daba a Duncan el dinero
que quería.
Flynn respiró profundo, mirando a los compradores navideños que
estaban pasando. Se odiaba a sí mismo por esto, pero eligió un objetivo.
Era un hombre, probablemente entrando a los treinta, su largo y
trenzado cabello oscuro caía detrás de él. Tenía una bolsa en la mano, lo
que significaba que había hecho algunas compras, y su ropa lucía lo
suficientemente decente como para que pudiera afrontar la pérdida.
Un largo y cálido abrigo negro, buenos zapatos y guantes negros. No
parecía estarle prestando mucha atención a las personas a su alrededor
tampoco.
También era precioso como la mierda.
Las orejas de Flynn se animaron con la vista de él. El hombre sin duda 6
llamó su atención, y no sólo porque Flynn lo tomó como objetivo. Su polla
palpitó con la vista del otro hombre.
Flynn se congeló en su lugar cuando el hombre dejó de caminar, sus
ojos oscuros se ampliaron sólo una fracción antes de que comenzara a
mirar a su alrededor a las personas que caminaban a su lado o le pasaban
hacia otra dirección. Parecía estar buscando a alguien, o tal vez se había
olvidado de algo?
No pareció darse cuenta de Flynn sentado donde estaba. Flynn
necesitaba actuar con rapidez y aprovechar su distracción. Aplastó sus
orejas de lobo en la parte superior de la cabeza por lo que eran menos
notables. Ellas eran buenas para hacer que la gente le diera dinero, pero
malas para cuando quería desaparecer dentro de una multitud.
Rápidamente se acercó al hombre, su corazón latía condenadamente
rápido, más rápido de lo que nunca había hecho en su vida, y no era como
si fuera la primera vez que Flynn hubiera hecho esto.
Sus manos se estaban congelando en los delgados guantes sin dedos
que llevaba, y por alguna razón, sus palmas comenzaron a sudar cuanto
más se acercaba.
Sólo tenía una oportunidad para esto. Estaba bastante seguro, basado
en la mano que cargaba su gran bolsa de Navidad, que la cartera del
hombre estaría en su bolsillo del frente lo que le permitiría agarrarlo con la
mano libre cuando fuera necesario.
Flynn caminó directo hacia el gran hombre, era tan condenadamente
alto, su mano revisando el bolsillo del hombre y sacando el primer objeto
duro que tocó. Le rodeó los bordes, y se sintió como cuero suave, aunque
era gruesa.
Definitivamente una billetera.
Flynn apartó la mano, silencioso como un fantasma, odiándose a sí 7
mismo incluso a través de la alegría que le iluminó el interior ahora que
tenía la oportunidad de pagarle a Duncan.
Una mano dura y pesada le agarró el codo y la sostuvo con fuerza.
―Hey, tú.
Flynn se detuvo. Casi cabreándose consigo mismo, y todo dentro de su
cuerpo estalló a la vida cuando el pánico se apoderó de él y se hizo cargo,
como si esa mano estuviera apretando su cuerpo entero. Santo Dios, no.
Flynn volvió lentamente la cabeza listo para ver la rabia rugiendo en el
rostro de la persona cuando atrapó a Flynn tratando de tomar algo de él.
No, nada de eso estaba en el rostro del hombre, pero eso no impidió
que el miedo se deslizara por el cuerpo de Flynn como si alguien hubiera
tirado un montón de gusanos en su ropa.
Hubo un ligero ceño de confusión en el rostro del hombre, como si no
pudiera creer lo que estaba viendo, y sus ojos parpadearon por las orejas
de Flynn, que eran más evidentes ahora de cerca, a pesar de que las
apretó tan planas como pudo contra su cabello.
La boca del hombre se abrió un poco, como si quisiera decir algo, pero
luego esos ojos oscuros parpadearon hacia la cartera, su billetera, que
todavía estaba en la otra mano de Flynn.
La rabia furiosa que Flynn conocía muy bien se manifestó en la cara del
hombre, tirando abajo las cejas y haciendo sus labios arrastrarse de vuelta
en un gruñido bestial. Tenía blancos colmillos.
El terror de Flynn se cuadruplicó por su error. Hombre lobo. Este era un
hombre lobo, y cuando Flynn miró hacia abajo, los dedos del hombre, que
sostenían su codo con tanta fuerza, ahora tenían medias y punzantes
garras creciendo de las puntas de sus uñas.
El terror de Flynn se convirtió en una necesidad animal de escapar y
sobrevivir. Empujó con fuerza contra el pecho del hombre, pero su agarre
no se aflojó. Todavía tenía a Flynn en su poder. 8
Los hombres lobo odiaban a los defectos. Les odiaban! Y Flynn acababa
de ser sorprendido robándole a uno. De inmediato dejó caer la cartera,
empujando de nuevo el pecho del hombre.
―¡Lo siento!
La gente empezó a detenerse y mirarlos. Alguien podría haber incluso
sacado su teléfono para grabar lo que estaba sucediendo, pero Flynn no
pudo poner exactamente atención a eso. El hombre lobo agarró su hombro
con su otra mano con garras, y Flynn maldita sea se perdió. Dejó su puño
volar, y en tiro de una vez en-la-vida, golpeó al hombre en la nariz, justo
en la nariz.
Ese era un punto sensible, y el hombre lobo se hizo hacia atrás, su
estricto control se liberó mientras agarraba su nariz y gritó.
Había un poco de sangre en los nudillos de Flynn, se dio la vuelta y
corrió.
Pasó junto a la gente, la multitud de compradores que todavía era muy
gruesa a pesar de la hora tardía.
Algunas personas incluso trataron de ponerse en su camino, tratando de
detenerlo mientras los gritos de ladrón se hacían eco detrás de él. Se
deslizó bajo algunas personas y esquivó a otros. No eran ellos los que
tanto le preocupaban. Era que alguien lo detuviera a tiempo para ser
capturado y golpeado hasta la muerte por un hombre lobo enojado.
Flynn logró salir de la zona de tiendas, lejos de donde las luces eran
brillantes y coloridas para la temporada de Navidad que venía, y entró a
donde las calles eran un poco más oscuras y amarillas con sólo farolas
para hacerle saber hacia dónde estaba yendo.
El sol estaba completamente abajo ahora, y no había nadie más
alrededor.
Él estaba solo.
Flynn arrastraba los pies. Siguió caminando sólo porque pensaba que 9
tenía que hacerlo. Sus pies lo estaban matando. Sus zapatos viejos tenían
suelas muy delgadas. Aun así, siguió moviéndose, cojeando ahora.
Sus pulmones dolían, y jadeó en busca de aire. Estaba tan sediento y
caliente por su carrera que de repente estaba deseando que nevara para
poder refrescarse y tener algo de beber.
Después de un minuto, Flynn se dio cuenta de que su cojera no se iba.
Su pierna dolía demasiado. El tobillo latía como loco por la forma en que
había golpeado el pavimento, y necesitaba sentarse.
No había bancos alrededor de aquí, pero había escaleras de hormigón
que conducían a complejos habitacionales. Algunos de ellos incluso
estaban cubiertos para protegerse de la lluvia y otros elementos.
Flynn suspiró mientras tomaba asiento. Miró alrededor de la zona oscura
antes de quitarse su bota.
Estaba completamente solo, por lo que debería ser seguro.
Se quitó la bota y su viejo calcetín con agujeros en los dedos del pie y el
talón. Su tobillo estaba rojo brillante y muy hinchado. Siseó cuando lo
tocó, pero el aire frío de la noche se sentía bien en él por lo menos.
Si Duncan trataba de perseguirlo, trataba de atraparlo por no tener el
dinero, entonces Flynn no sería capaz de alejarse de él.
No podía volver al refugio ahora.
Flynn miró alrededor de las escaleras donde estaba sentado. No habría
ninguna protección para el viento, pero tal vez podría pasar la noche aquí.
Por lo menos la cubierta superior evitaría que la nieve caiga directamente
sobre él.
Era una especie de buena noticia, pero sus orejas, que se habían
animado con su repentina carrera, cayeron planas contra su cabeza ante la
idea de no tener una cama para la noche. De nuevo. 10
No iba a sentir lástima de sí mismo. Había llegado a ese acuerdo consigo
mismo hace mucho tiempo, y aunque en ocasiones estuvo cerca de
romper ese voto, él no iba a hacerlo ahora.
Flynn se cruzó de brazos y se apoyó en la barandilla de metal de la
escalera. Trató de ponerse cómodo mientras se recostaba en las escaleras,
pero era duro con los bordes de hormigón clavándose en su espalda.
Flynn cerró los ojos, se sentía como si los hubiera cerrado por sólo un
minuto antes de que algo le moviera su pie.
Abrió los ojos, y un grito de horror salió de su garganta al ver no sólo al
hombre de cabello trenzado al que había intentado robar, sino a otros dos
muy grandes hombres de pie a su lado.
Capítulo Dos

El chico se veía asustado. Casi cómicamente, pero no había nada


gracioso en esto. Tanner Ford no se reía. Ni un poco.
―Wow, es él?― Preguntó Mason.
Tanner no estaba mirando al hombre, pero podía decir cómo de
incrédulo estaba basado en el shock que salía de su voz.
―Sí, este es. 11
El chico estiró una de sus manos. Todo el brazo le temblaba.
―Por favor, no quise decir nada con eso. Te devolví tu billetera.
―Bien por ti con eso,― Tanner espetó.
―No seas malo. Claramente está aterrorizado,― dijo Dane. ―Sólo
llevémoslo de vuelta a casa, y podemos averiguar qué hacer.
―Volver...?― El chico miró entre los tres de ellos y luego abruptamente
sacudió su cabeza. ―No voy a ninguna parte contigo!
Tanner no pudo evitarlo. Su lobo salió a la superficie y actuó sin su
consentimiento.
Tanner gruñó, y su brazo salió disparado hacia adelante, agarrando la
garganta del chico lo suficientemente apretado para mantenerlo tranquilo.
A Tanner no le gustaba cuando un omega, especialmente un omega
defectuoso, descaradamente hacia caso omiso de una orden como esa.
El chico agarró su muñeca, mirando a Tanner directo a los ojos,
apretando los dientes mientras miedo rezumaba de sus poros tan
densamente que Tanner pudo olerlo.
Casi parecía que lágrimas comenzaban a brotar de los ojos grises. Todo
en este chico era gris. Sus orejas de lobo, su cola espesa, incluso su
cabello. Coincidía con el color gris plata-pizarra de su cola y orejas. Si su
rostro no se viera tan joven, Tanner podría haber asumido que era mucho
más viejo.
―Tanner, vamos, lo estás asustando. Esto no está ayudando.― dijo
Dane.
La voz de su alfa estaba en calma, pero Tanner apenas lo oyó.
No lo oyó, y no reaccionó a él tampoco, no hasta que el chico en su
mano se desmayó completamente.
―¡Mierda!― Tanner gritó cuando el cuerpo más pequeño quedó inerte,
la cabeza cayendo hacia atrás.
Tanner tuvo que poner su mano detrás del cuero cabelludo del chico 12
sólo para asegurarse de que no se rompiera el cráneo con los bordes
ásperos de las escaleras de hormigón.
―Bien hecho― dijo Mason. ―Realmente lo asustaste tan mal que hiciste
que se desmayara.
―No quise hacerlo― dijo Tanner, levantando al chico un poco para
poder tener una mejor visión de él. Era difícil con sólo las farolas amarillas,
pero pudo ver claramente las manchas de suciedad en su cara, así como el
olor que indicaba que había pasado algún tiempo desde que el chico se
había bañado.
Era un milagro que hubiera sido capaz de oler a su compañero en
absoluto por debajo de lo apestoso que estaba. Ni siquiera se había dado
cuenta del chico al principio. El aroma de su compañero, un olor tan fuerte
y único que Tanner ni siquiera tenía palabras para describirlo, lo había
asaltado tan fuerte en la calle que había tenido que parar y mirar a su
alrededor, buscando quien estaba desprendiendo ese maravilloso aroma.
No creía que pudiera ser este chico en absoluto, no hasta que agarró al
chico caminando cerca de él, olió el olor inmundo en su cuerpo, y luego
reconoció el olor de su compañero escondido justo debajo de ello.
Cuando había visto su billetera en la mano del niño, bueno eso, junto
con el darse cuenta de que su compañero elegido era defectuoso, terminó
haciendo reaccionar a su lobo.
Había gruñido y gritado un poco, y tal vez no debería haber agarrado al
chico con tanta fuerza, pero lo hizo.
Entonces el joven había hecho algo tan inesperado que atrapó a Tanner
con la guardia baja. Lo golpeó y le hizo sangrar antes de salir huyendo.
Tanner había estado furioso. Su primer instinto fue perseguir al chico y
hacerlo someterse, pero ya tenía el olor y vio en qué dirección había
corrido. 13
Así que Tanner había vuelto a su coche, con toda la calma que pudo, y
luego llamó a su alfa, pidiendo un poco de ayuda para cuidar de su nuevo
problema.
Dane y Mason ambos estaban acoplados a cambiaformas defectuosos.
Podrían ayudarle con este.
Sólo que ahora, Tanner lo había jodido y asustado al hombre tanto que
se desmayó.
―¿Qué debo hacer?― Preguntó Tanner, mirando a los dos hombres.
Dane levantó una ceja, como si esa fuera la pregunta más tonta que
jamás hubiera escuchado.
Fue Mason quien le respondió.
―Es posible que desees comenzar alejándolo del frío concreto.
―No puedo sólo secuestrarlo― dijo Tanner aunque todavía alzó al chico
en sus brazos. Se debatía. Por un lado, el chico olía bastante mal. Su ropa
necesitaba ser quemada, y su cuerpo necesita un buen baño.
Por otro lado, justo por debajo de eso estaba el más maravilloso y
embriagador aroma que Tanner nunca había tenido el placer de oler.
Era como... su tipo favorito de chocolate, sólo que multiplicado por cien
mil y cosquilleaba los nervios de su nariz que enviaba señales de lujuria a
su cerebro y luego a su polla.
―Por como se ve, no creo que lo estés secuestrando― dijo Dane
mirando al joven que Tanner sostenía en sus brazos.
Mason asintió.
―Estoy de acuerdo. Mira la ropa. Él claramente vive en las calles.
―Porque puedes distinguir eso tan bien ¿verdad?― Tanner espetó.
El rostro de Mason se ruborizó, pero aún así gruñó inmediatamente
después de recuperarse.
―Vete a la mierda― espetó. 14
Tanner gruñó, aunque se sentía como un idiota por haberlo mencionado.
El compañero de Mason, Parker, había vivido una buena parte de su
vida en las calles, moviéndose de refugio en refugio.
Parker, sin embargo, había tenido un empleo, se mantuvo limpio, y
trabajó duro para impulsarse y salir de esa situación.
Tanner no tenía ninguna duda en su mente de que aún si nunca se
hubiera acoplado con Mason, ese tipo habría podido crear una mejor
situación para sí mismo por su propia cuenta. Él era así de resistente.
―Los dos de ustedes, córtenla― dijo Dane. ―Vamos a salir de aquí
antes de que despertemos a toda la cuadra. No quiero estar más aquí, y si
ese chico no tiene una manada, entonces voy a hacerlo parte de la
nuestra. Eso debería solucionar cualquier problema que pudiera tener.
Tanner estaba estúpidamente agradecido por eso, y agarró al pequeño
cuerpo en sus brazos con fuerza. El chico era tan delgado y pequeño. Tuvo
que preguntarse cómo había sobrevivido por su cuenta durante tanto
tiempo.
―Gracias Dane― dijo Tanner.
No era como si pensara que su alfa le negaría a Tanner la oportunidad
de traer a otro miembro a la manada, sobre todo porque Dane también
tenía un compañero defectuoso, pero escuchar al hombre decirlo era algo
completamente distinto, y estaba agradecido.
También se iba a tener que disculpar con Mason después. De cualquier
manera, los tres hombres se fueron, regresando a la zona comercial donde
habían dejado sus vehículos y volviendo a casa.

****

Flynn soñó que estaba siendo perseguido. Estaba en un laberinto


interminable de callejones que consistían en enormes paredes de ladrillo 15
que eran más altas de lo que él podría escalar y contenedores de basura
que trataban de comérselo si intentaba esconderse en ellos. Era peor que
cualquier pesadilla de Maze Runner que jamás había tenido.
Lo que realmente lo hizo sudar era que no estaba siendo perseguido por
el gigante negro, o los monstruos escarabajos. Él estaba siendo
perseguido por Duncan y sus amigos, quienes tenían tres veces su tamaño
normal, hambrientos y enojados.
Se reían mientras lo perseguían, y no importaba lo mucho que Flynn
tratara, no podía hacer que sus piernas se movieran lo suficientemente
rápido para escapar de ellos. Siempre estaban a sólo pulgadas detrás de
él, agarrando su cola o sus orejas. Lo agarraron con tanta fuerza que lo
atraparon un par de veces, pero de alguna manera se las arregló para
alejarse de ellos.
A pesar de querer torturarlo, el Duncan del sueño no era muy bueno en
aferrarse a su presa.
Una luz brillante apareció en sus ojos cuando llegó a lo que parecía ser
el final del laberinto en el que se encontraba. Estaba casi allí. Sólo un poco
más y estaría fuera!
Al acercarse a la luz, se dio cuenta de que Duncan ya no estaba tras él,
ya no trataba de agarrarlo y llevarlo hacia atrás para poder golpearlo,
entre otras cosas, y la luz que anteriormente había significado seguridad
se convirtió en las luces altas de un camión que iba directo a él.
No iba a salir del camino a tiempo. Flynn gritó.
Se sacudió y trató de saltar fuera del camino, pero algo lo detuvo.
Estaba atrapado en una maraña de algo que lo estaba arrastrando y
haciendo que sus miembros se sintieran lentos y poco cooperativos.
Unas manos lo sujetaron y voces flotaban a su alrededor, sonando más
y más fuerte. 16
No se dio cuenta de inmediato que no era Duncan quien se aferraba a
él. No reconoció a ninguna de las personas en estaban en la habitación. Ni
siquiera sabía en qué habitación estaba, pero no pudo dejar de jadear sin
aliento. Se sentía como si algo realmente sólo lo hubiera atropellado.
―Veo que está bien, y su pulso se sentía bien antes de que empezara a
agitarse.
―¿Qué?― Preguntó Flynn. Su voz sonaba tosca, y cuando miró al
hombre de la bata blanca, vio la pequeña linterna en su mano.
¿Un médico? Alguien había traído un médico para él.
―Gracias por venir. Sé que esto es inusual― dijo otra voz, que sonaba
un poco familiar.
Flynn alzó la vista y se tensó cuando se dio cuenta de que era uno de
los grandes hombres que lo habían atrapado en la escalera, junto con el
hombre de la trenza que había tratado de robar.
Oh mierda. Oh mierda, oh mierda. Ellos lo habían traído aquí? ¿Dónde
estaba? ¿Qué iban a hacer con él?
El médico se puso de pie, con calma, y una agradable especie de sonrisa
en su rostro mientras él y el hombre grande se daban la mano.
―No te preocupes por eso, Dane. No me importa atender a una visita a
domicilio por usted.
¿Dane? Si el médico estaba tomando llamadas de él, entonces debía ser
el dueño de esta propiedad. Un alfa?
La boca de Dane tiró de la esquina en una sonrisa que de alguna
manera le llegaba a los ojos.
―Por mí, o por las donaciones a su clínica?
El médico hizo un gesto con la mano.
―Detalles. Ahora, mantenlo hidratado y asegúrese de que consiga algo
saludable. No pizza. Asegúrese de que coma buenas verduras y ensaladas.
Claramente está desnutrido. 17
Los dos hombres hablaron con calma mientras Dane acompañó al
médico afuera. El médico le sonrió a Flynn antes de llegar a la puerta y le
prometió que volvería con tal convicción en sus ojos que Flynn le creyó,
pero cuando se habían ido, se dijo que no debería distraerse ni sentirse
cómodo.
Incluso si la cama en la que estaba era increíblemente cómoda.
Quedó solo una vez que el alfa y el médico se fueron, y Flynn miró a su
alrededor. La habitación era bastante agradable, pero no había nada
valioso en ella. Había muebles, pero no había marcos de cuadros, ni nada
electrónico, aunque había un montón de libros en el estante al extremo
derecho.
Flynn inmediatamente salivaba ante la idea de ser capaz de leerlos.
Algunos de ellos eran nuevos lanzamientos que no había sido capaz de
tener en sus manos. No con la lista de espera de la biblioteca.
Flynn sacudió ese pensamiento de su cabeza y luego deseó no haberlo
hecho cuando sintió dolor que estalló en su cráneo.
Auch. ¿Cuánto tiempo había estado durmiendo? El refugio echaba a la
gente a ciertas horas del día, y no era lo suficientemente frío como para
que solo le permitieran a Flynn dormir.
Además, él nunca quiso quedarse por mucho tiempo de todos modos.
No con algunas de las personas que les gustaban pasar el rato por ahí.
Flynn miró debajo de las mantas gruesas que cubrían su cuerpo,
sintiéndose a sí mismo, tratando de determinar lo que habían hecho con
él.
Sus ropas habían desaparecido, lo que era una enorme bandera roja,
pero no estaba desnudo. Vestía un par extra grande, de pijamas limpias.
Su piel se sentía limpia, también. Lo mismo que su pelo, orejas y cola.
Desde luego, ya no picaban como lo habían hecho la noche anterior.
Había sido la noche anterior? A menos que le hubieran drogado, no 18
podía imaginarse a sí mismo permanecer inconsciente durante tanto
tiempo sin ninguna razón. Solo se había desmayado.
Ugh. Ese pensamiento hizo que su cara se calentara tan mal.
―Malditamente me desmayé.― le dijo a nadie en particular.
Esa era una sensación extraña, a pesar de que estaba solo, quiso
ocultar su rostro de cualquiera que pudiera estar observándolo.
¿Por qué lo habían traído hasta aquí? A menos que lo fueran a prostituir,
no podía pensar en ninguna razón lógica para ello.
Cuanto más Flynn pensaba en ello, más sentido tenía. Si ese tipo había
sido un médico de verdad, entonces no había manera de que hubiera
hecho una visita a domicilio, independientemente de las supuestas
donaciones que algún tipo rico le había hecho.
Además, si ese hombre había sido un médico de verdad, entonces no
debería haberse quedado alrededor para asegurarse de que Flynn no
hubiera sido secuestrado? ¿No debería haber preguntado un nombre?
Flynn necesitaba salir como el infierno de aquí, y tenía que hacerlo
ahora.
Apartó las calientes, super cómodas frazadas de su cama con sólo un
poco de pesar, pero justo cuando trató de bajar las piernas por el lado de
la cama, algo chocó y lo detuvo.
Cuando Flynn bajó la mirada, sus ojos se abrieron, y su ansiedad se
disparó a través de su cráneo hasta el techo cuando tomó nota de los
grilletes alrededor de sus tobillos y la forma en que estaban unidos a la
estructura de acero de la cama.
La puerta se abrió, y el hombre de la noche anterior, el enojado hombre
lobo con la trenza oscura, entró.
Flynn gritó pidiendo ayuda.
19
Capítulo Tres

Tanner tuvo que correr hacia delante cuando el pequeño lobo defectuoso
comenzó a gritar. Todo el mundo en la manada sabía que estaba allí, pero
eso no significaba que estuviera bien para él estar gritando y gritando
como si estuviera siendo asesinado.
Por un lado, iba a asustar como el infierno a los siempre amorosos
cachorros. 20
Se trasladó a un lado de la cama, y cuando el joven defecto puso sus
manos en alto, como si tratara de protegerse de un ataque, Tanner lo
agarró por las muñecas.
―No, no, por favor, no lo hagas. Lo siento. Lo siento.
Excelente. Agarrarlo no parecía ayudarlo con el pánico. Más bien, la
necesidad animal de escapar solo empeoró en el joven. Sus ojos brillaron a
la vida, y si no hubiera estado hablando, Tanner hubiera estado bastante
convencido de que no había pensamientos humanos en el interior de su
cabeza.
Incluso los cambiaformas defectuosos podían dejar salir al animal de vez
en cuando. Sólo que nunca se manifestaba de la misma manera. Casi
siempre pasaba por el pánico y la necesidad de atacar o correr.
Pero este era su compañero. Tan asustado como el hombre estaba, y
Tanner no quería eso para él, y por mucho que estaba luchando contra él,
todo lo que Tanner quería hacer era calmarlo. Quería que este hombre
joven supiera que estaba a salvo ahora.
Razón por la cual puso su mano libre detrás de la cabeza del defecto de
pelo gris plateado y acercó su rostro hacia adelante.
No fue tanto un beso, ya que ambas bocas golpeaban juntas, pero
estaban juntas, y fue suficiente para detener al chico de seguir gritando.
Probablemente porque estaba demasiado ocupado en el pensamiento qué
demonios? para ser besado sin previo aviso como este.
Eso es. Ahora sabes qué está pasando.
Tanner pensó que lo había logrado. Que había calmado a su compañero
y le hizo ver lo que era descaradamente obvio para él.
Intentó separar los labios del joven con su lengua, para profundizar el
beso, pero un fuerte mordisco le masticó el labio, uno que no estaba
destinado a ser juguetón o sexy, hizo a Tanner alejarse hacia atrás de
repente, con un insoportablemente dolor agudo. 21
Había olvidado que incluso los defectos podrían tener pequeños colmillos
en sus bocas y pequeñas garras si dejaban que sus uñas crecieran
demasiado.
Tanner levantó su mano para tocar su boca. La inmediata quemazón lo
hizo alejar su mano de nuevo. ¡Duele! También había un poco de sangre.
Cuando Tanner miró al defecto en la cama, el chico estaba mirándolo,
ojos plateados tan vivos y listos para pelear como cualquier hombre lobo.
Había una mancha de sangre, la sangre de Tanner, en el lado de su boca
mientras lo miraba hacia arriba.
―Trata de hacerlo de nuevo, y voy a hacer que te arrepientas!― Dijo,
sus palabras bruscas y con todo tipo de amenazas.
Tanner dejó que su lengua se deslizara a través de su labio. Para
mostrarle a su compañero que estaban destinados a emparejarse juntos.
―Esta es la segunda vez que me haces sangrar. No voy a dejar que lo
hagas otra vez.
―No me toques y no será un problema―, dijo el chico, manteniendo esa
fuerte mirada, sin dejar de mirar a Tanner como si fuera el enemigo.
―Trataste de robarme anoche― dijo Tanner. ―¿Por qué?
El rostro del chico se calentó, convirtiéndolo en el tono más lindo de
color rosa por la pregunta, y miró hacia abajo. En realidad puso mala cara,
y parecía lindo cuando lo hizo.
―Supongo que eso significa que no me vas a responder?― Preguntó
Tanner.
El chico todavía no respondió.
Tanner suspiró y se frotó la cara, haciendo una mueca cuando se olvidó
de su labio mordido.
―Muy bien, entonces, olvídalo. ¿Puedes al menos decirme tu nombre?
El chico lo miró, con ojos grises inseguros, pero esta vez respondió. Al 22
menos algo.
―Flynn.
Tanner esperó.
―Flynn qué?― Preguntó cuándo nada más vino. Flynn lo miró
confundido por medio segundo antes de que sus mejillas se iluminaran de
nuevo, y mirara hacia abajo. ―Flynn, señor.
Tanner dio un paso atrás, sintiendo como si le hubieran dado un
puñetazo.
―Estás bromeando? No tienes que llamarme señor. ¿Qué crees que es
esto?
Flynn alzó la vista hacia él y lo miró. Fue agradable ver que, teniendo en
cuenta como el chico simplemente le había llamado.
―Me tienes encadenado a una cama, y trataste de besarme. ¿Qué se
supone que voy a pensar de esto?
Horror inundó a Tanner y lo hizo sentir como si la más vil babosa
hubiera sido derramada sobre él cuando se dio cuenta, también. Cristo,
esto no sólo se veía mal, esto lo hacía parecer como un espeluznante
violador.
―Joder, está bien, dame un segundo y te sacaré de allí,― dijo Tanner, y
rápidamente salió del cuarto, buscando las llaves, tratando de recordar
dónde las había dejado.
Jesucristo, cuán estúpido podía ser? ¿Quién sabía lo que este chico
había tenido que vivir, qué esperaba? No era de extrañar que hubiera
gritado cuando Tanner entró en la habitación.
Iba a tener que explicarse a sí mismo, y rápidamente. Si este joven era
realmente su compañero, entonces necesitaban llegar al mismo nivel aquí.
Tanner encontró las llaves, escondidas en uno de los bolsillos de su
abrigo, y regresó a la habitación.
Flynn se tensó ante la vista de él, pero Tanner tomó una respiración 23
profunda mientras se acercó, llaves en mano.
―Cuando te suelte tienes que prometerme que no vas a correr o
intentar cualquier cosa.
Flynn lo miró fijamente, en silencio y calculando.
Lo que sea. Tanner era un fuerte lobo, y si este perrito defectuoso
intentaba algo, entonces sólo lo agarraría y lo pondría de nuevo en su
lugar.
Puso la pequeña llave maestra en la cerradura y la giró. El primer
grillete se desprendió, y luego hizo lo mismo con el otro.
―Ahí, no estás encadenado a nada…uff!
Tanner nunca había hecho un ruido como ese antes, pero lo hizo cuando
uno de los pies de Flynn se acercó y lo pateó en la cara, con fuerza en la
cara, y Tanner se cayó para atrás.
Se recuperó rápidamente, gruñendo y embistiendo justo cuando Flynn
llegaba a la puerta.
Agarró al defecto por la cintura y lo levantó en el aire, cerrando la
puerta con llave sólo por si acaso.
Era sólo una cerradura de gancho, y Flynn sería capaz de desbloquearla
él mismo fácilmente si Tanner no estuviera mirando, pero todavía le
detendría por un par de segundos, y eso era suficiente.
Enojado, lanzó al chico sobre la cama. Flynn se revolvió, y los dientes de
lobo de Tanner comenzaron a brotar de su boca, cada vez más largos.
―No te muevas!
Su voz sonó casi como un rugido, y Flynn inmediatamente hizo lo que se
le dijo, las manos apenas lo sostenían mientras su cuerpo temblaba en la
cama. Miró a Tanner como si fuera el gran lobo feroz que se preparaba
para comerse a la abuela.
Mierda. Mierda, mierda, esto no era cómo se suponía que iba a pasar. 24
Tanner levantó la mano a su cara. Hizo una mueca cuando se tocó la
nariz, y cuando se llevó la mano hacia atrás, había una mancha de color
rojo en sus dedos.
Miró al hombre más joven enfrente de él.
―Me hiciste sangrar, de nuevo,― dijo, furioso por eso.
Y extrañamente entretenido. Este defecto estaba demostrando ser una
especie de dolor en el culo.
Mejor un dolor en el culo como compañero que uno que gime, llora y se
encoge todo el tiempo maldito. Sin embargo, Tanner odiaba sangrar.
Flynn negó con la cabeza, como si negara el hecho de que había sido él
el que lo hizo.
―Lo... lo siento.
Tanner gruñó.
Flynn pareció tomar eso como una especie de señal de que estaba a
punto de recibir una lección, y sus manos se alzaron al frente, como si
estuviera preparándose para defenderse.
―Espera, en serio, por favor espera. Puedo... puedo compensártelo.
Cualquier cosa que quieras, te lo puedo conseguir.
―No quiero nada de ti y ciertamente no quiero que robes nada para mí.
Tal vez la forma en que dijo eso salió un poco duro, porque Flynn hizo
una mueca de inmediato. Hizo una mueca y bajó las manos.
―Entonces… qué quieres?
Fue muy claro que Flynn estaba pensando que era buscado por sexo de
nuevo. Era este un aspecto normal de su vida? ¿La gente a menudo lo
utilizaba para sexo?
El pensamiento tanto horrorizó como asqueó a Tanner al mismo tiempo.
No quería eso para este joven, y ahora, considerando que Flynn no parecía
poder decir que Tanner era su compañero, se debatía lo aconsejable de
decirle al respecto. 25
Flynn podría no creerle, y probablemente suponer que Tanner estaba
mintiéndole sólo para usarlo para sexo.
Ese no era el camino en que quería que la relación de ellos empezara, lo
cual era una verdadera maldita pena, porque a pesar de lo mucho que el
chico le había cabreado, su olor era suficiente para que la polla y las bolas
de Tanner dolieran como si no se las hubiera tocado en años.
Tanner apartó la mirada de su compañero más pequeño, y gruñó hacia
el techo.
―Cuántos años tienes?
―Veinte― Flynn respondió.
―Realmente esa es la edad que tienes o simplemente lo dices por decir?
Flynn frunció el ceño hacia sus manos.
―No, esa es mi edad real.
Tanner le creyó. Estaba bastante seguro de que alguien menor de edad
no mentiría ni fingiría ser mayor para nada que no sea conseguir algo de
alcohol y tal vez sexo si lo quisieran.
Flynn muy probablemente no mentiría ni pretendería ser mayor si
pensara que estaba aquí para ser violado.
Tanner suspiró. Al menos no estaba caminando por ahí con una semi-
erección por alguien menor de edad. Eso hubiera acabado de hacer esta
pesadilla diez mil veces peor.
―Bueno, Flynn, eres parte de esta manada ahora. Mi alfa, Dane, va a
hacerte uno de sus omegas.
Los ojos de Flynn se agrandaron.
―¿Yo… de verdad? ¿Por qué?
Tanner rodó los ojos y se encogió de hombros.
―Porque tiene una debilidad por los lobos defectuosos ¿de acuerdo?
La boca de Flynn se adelgazó, como si estuviera frenando las peores
maldiciones que se le ocurriera lanzar a Tanner. 26
Tanner suspiró.
―Cuando te vi por primera vez, le di una llamada, le dije que me
ayudara a encontrarte.
―Así que, tú eres el que decidió traerme aquí?
Tanner asintió. Eso era verdad.
―Sí.
―Debido a que a esta manada le gusta tener defectos corriendo
alrededor?
―Algo así.
―Y una mierda― Flynn escupió. ―Ninguna manada quiere defectos
alrededor. Ustedes los alfas sólo me quieren matar o algo porque traté de
tomar tu estúpida billetera.
Tanner se cruzó de brazos.
―Charlie y Parker están en camino. A estas alturas probablemente ya
han escuchado que estás despierto, y van a querer pasar algún tiempo
contigo.
―¿Quiénes diablos son Charlie y Parker?
Como si fuera una señal, alguien llamó a la puerta detrás de ellos, y
Tanner sonrió mientras se giraba.
―Míralo por ti mismo―, dijo.
Abrió la puerta, revelando otro cambiaformas lobo defectuoso y un
cambiaformas zorro defectuoso. Era fácil saber lo que eran debido a las
largas orejas que brotaban desde lo alto de la cabeza, como personajes de
un anime o algo.
Ambos tenían amplias sonrisas en sus rostros mientras miraban de
Tanner a Flynn, y Tanner los invitó a pasar.
El rostro de Flynn no tenía precio. Los ojos muy abiertos, la boca abierta
por el shock. Su cuerpo estaba tenso, como si no creyera enteramente lo
que estaba viendo. 27
―Estos son Charlie y Parker. Podrían por favor los dos ayudarme a
calmarlo?
―Claro que sí― dijo Charlie, sonriéndole a Tanner, y luego a Flynn.
―Bueno mi nombre es Charlie Griffiths. Estoy acoplado con el alfa de esta
manada.
Flynn estaba sacudiendo la cabeza, con los ojos todavía increíblemente
amplios.
―No… no hay manera.
―Es cierto―, dijo Tanner y luego inmediatamente se sintió como un
idiota por haber dicho eso. ―Estos dos te explicarán todo lo que puedan
acerca de cómo funcionan las cosas aquí. Charlie?
Charlie lo miró, sin dejar de sonreír.
Tanner sabía que un defecto tenía un increíble sentido del oído, aún
mejor que el de cualquier cambiaformas normal, gracias a sus dos pares
de orejas, así que tuvo que agarrar una pluma del interior de su bolsillo y
escribir en su mano.
―No le digas que somos compañeros.
Los labios de Charlie se movían mientras leía esas palabras en la palma
de Tanner, pero no habló en voz alta. Cuando lo leyó, sus cejas se
levantaron, con confusión en sus ojos, pero asintió.
Tanner le mostró la misma cosa a Parker. Parker tuvo más o menos la
misma reacción.
Los dos agradablemente harían lo que les pidió, incluso si no sabían
exactamente por qué lo quería.
Eso estaba bien. Sus personalidades garantizaban que podía dejarlos en
la oscuridad por un tiempo, y todavía serían capaces de consolar y
asegurarle a Flynn que no estaba en peligro.
En todo caso, Flynn y Parker incluso podrían crear un pequeño lazo,
teniendo en cuenta que ambos provenían de similares situaciones en la 28
vida.
De cualquier manera, tenía que salir de allí. Necesitaba hablar con Dane
y Mason otra vez. Puede ser que sepan la mejor forma de manejar esto.
Los encontró en la casa de Dane, justo dentro de su oficina. No estaban
tratando nada de la manada o ningún negocio, no realmente, pero la
forma en que se pusieron de pie rectos cuando Tanner apareció delante de
ellos le hizo saber que habían estado discutiendo sobre él. Él y su nuevo
compañero.
―¿Cómo está?― Preguntó Dane.
Tanner se encogió de hombros.
―Confuso. Asustado. Tuve que quitarle las cadenas. Parecía pensar que
lo traje aquí como un esclavo sexual.
―Algunas manadas siguen haciendo eso, así que no es de extrañar,―
Dane respondió, lo cual hizo que los ojos de Mason se abrieran de par en
par.
―¿Ellos hacen eso?
Tanner sacudió la cabeza. A veces olvidaba que el otro hombre ignoraba
el estilo de vida de la manada.
Mason era el hermano mayor de Charlie, y a diferencia de Charlie, no
era un defecto. Podía cambiar en su lobo cada vez que quería y no estaba
atrapado a medio cambio como Charlie, Parker, y Flynn estaban por el
resto de sus vidas.
Pero el mero hecho de que eran hermanos, significó que cuando Charlie
fue expulsado de la manada a una edad tan joven por el padre de Dane,
toda su familia se había ido con él, incluyendo a Mason y otro hermano
que ya había fallecido.
La mayoría de las manadas no veían demasiado bien tener defectos
vagabundeando por sus tierras. Los que no abandonaban a un bebé nacido
con los rasgos, echaban al niño tan pronto como les era posible. A veces, 29
antes de que tuvieran la edad legal para conducir y sus padres se negaban
a ir con ellos.
Debido a que Mason no había crecido con una manada tradicional,
significaba que todavía estaba aprendiendo un par de cosas acerca de la
forma en que las algunas manadas trabajaban y se dio cuenta de que no
todas las manadas tenían las mismas leyes.
Especialmente en lo que concernía a los defectos.
Con las colas de sus animales fuera y las orejas colgando en la parte
superior de su cabeza, a veces, dependiendo de la gravedad de la
condición, los defectos podían tener bigotes que brotaban de su cara y los
ojos de sus animales.
Ese no era el caso de ninguno de los tres defectos que actualmente
estaban sentados juntos. Aparte de sus orejas y colas, se veían sobre todo
como humanos. Las palmas de Charlie podían ser un poco más duras, y
tanto él como Parker tenían que mantener sus uñas recortadas a menos
que quisieran garras, pero aparte de eso se veían bastante humanos.
Tanner se preguntó si alguno de los otros dos hombres tenía pequeños
colmillos como los tenía Flynn. Si los tuvieran, entonces eran tan pequeños
que nunca los había notado.
Él no iba a preguntar sobre eso ahora. Su principal preocupación era
conseguir toda la información que pudiera de Dane.
―¿Te acuerdas de la primera vez que trajiste a Charlie aquí? Cómo huyó
de ti?
Dane sonrió, como si fuera un grato recuerdo. Probablemente estaba
pensando en la persecución y la forma en que habían terminado teniendo
sexo.
―Sí, lo recuerdo.
―Huyó porque no se había dado cuenta de que eras su compañero
¿cierto?― Tanner preguntó. ―Él no podía decir algo así de la forma en que 30
tú podías. Tuviste que explicárselo ¿verdad?
Dane asintió.
―Sí, prácticamente eso fue todo. Aunque creo que todavía en algún
nivel instintivo lo sabía.
―¿Qué quieres decir?― Preguntó Mason.
―Bueno...― Dane casi nunca se esforzaba por pensar las palabras
adecuadas para decir algo cuando estaba tratando de explicarse. Parecía
que ahora sería uno de esos momentos en que lo haría. ―Cuando éramos
niños y estábamos juntos. Él era un niño pequeño, y yo sólo un
adolescente, alguien en quien no debería haber tenido ningún interés y sin
embargo me seguía como un perrito a dondequiera que fuera. Así que al
día de hoy, no estoy seguro de si lo hizo de puro instinto o porque yo era
uno de los pocos miembros de la manada que en realidad era amable con
él.
Tanner se dio cuenta de la forma en que Mason hizo una mueca cuando
Dane pronunció esas palabras, a pesar de que no parecía estar dirigido a
él en absoluto.
Esta historia sucedió antes de que Tanner formara parte de la manada,
antes de que él y Dane se hubieran conocido y se convirtieran en amigos,
por lo que no tenía ningún recuerdo por el que sentirse culpable en lo que
se refería a la infancia de Charlie.
De cuando habían traído a Charlie de nuevo a la manada, y lo duro que
Tanner había sido con el hombre, la forma descuidada e insensible en que
actuó, bueno, eso era algo completamente distinto.
―¿Por qué lo preguntas?― Preguntó Dane.
Tanner se frotó la cara, y les habló de la necesidad de Flynn de luchar,
de escapar, de cómo el hombre parecía estar constantemente golpeándolo 31
y haciéndole sangrar, lo cual era jodidamente molesto, pero también
extraño porque su lobo estaba disfrutando de la lucha de Flynn.
―Él no sabe que soy su compañero y no creo que debería decirle
todavía. Sólo va a pensar que le estoy engañando para que así pueda
cogerlo o venderlo. Por cierto, eso es algo de lo que también quería
preguntarte Mason.
―¿A mí?
―Acerca de Parker,― Tanner aclaró. ―Vivió en un refugio por un tiempo
¿cierto?
―¿Sí?― Dijo Mason, no era realmente una pregunta, a pesar de cómo
sonaba. Su voz estaba llena de sospechas acerca de a dónde iba esto.
―¿Alguna vez Parker te dijo acerca de las cosas que... no quiero decir
que atravesó. No quiero hacer ese tipo de suposiciones, pero alguna vez te
dio la impresión de que alguien alguna vez lo lastimó sexualmente
mientras vivió en la calle?
El rostro de Mason se ensombreció. Había un color rojo en sus mejillas,
pero no era sólo eso. Era como si sus ojos se hubieran tornado
literalmente fríos, como si toda su expresión se hubiera vuelto peligrosa y
cerrada.
―Me dijo lo suficiente. Me dice pequeñas cosas cuando está listo para
hablar sobre ello, pero yo no lo presiono.
Tanner se humedeció los labios.
―Me doy cuenta de que estoy metiéndome en algo personal aquí, pero
por la forma en que Flynn ha estado reaccionando, y lo que parece pensar
que es aquí, me da la sensación de que alguien le ha hecho daño, mal.
Necesito saber si esto es normal. No normal, lo siento, esa no es la
palabra adecuada, pero sólo quiero saber cómo tratarlo. Si ha sido herido
de esa forma, entonces necesito saber cómo tener cuidado. 32
Dane estaba muy callado mientras Tanner trataba de explicarse a través
de todo eso sin hacer un completo idiota de sí mismo. Miró entre los
hombres, y el pecho de Mason se lanzó hacia arriba y abajo con un suspiro
duro.
―Como he dicho, él no entra en demasiados detalles conmigo, y yo no
voy a compartirlos con ustedes, ese no es mi lugar, pero por lo que he
llegado a entender, dependiendo del refugio, las cosas podían ser bastante
peligrosas. No todo el mundo en las calles es del tipo normal, que están
bajo su propia suerte. Muchas personas son mentalmente inestables y no
tienen a nadie que cuide de ellos, especialmente cuando las clínicas de
salud mental cerraron. Esas personas salen a las calles. Algunas personas
no son así. No hay nada necesariamente mal en la cabeza con ellos, pero
no son exactamente normales tampoco.
―¿Qué quieres decir?― Tanner trató de pensar si Flynn encajaba en
alguna de esas categorías, pero el hombre parecía bastante normal para
él. Sus ojos eran claros, y aparte de la cosa del robo, cuando la ropa de
Flynn había sido eliminada, no había habido nada de valor en él a
excepción de seis dólares. Probablemente sólo había querido la billetera de
Tanner para comprarse una comida.
Mason parecía tan absolutamente incómodo hablando sobre esto, y los
miró a ambos, a Dane y a Tanner.
―Esto no deja este cuarto, entendido? No quiero que ninguno de
ustedes le mencione esto a Parker.
Tanner asintió, y Dane hizo lo mismo. Los dos estaban demasiado
curiosos, demasiado atrapados en lo que Mason estaba a punto de decir
para hacer nada más.
Mason suspiró.
―Muy bien, por lo que sé, depende de a qué refugió vas, algunos no son
tan grandes y algunos son el tipo de último recurso. Con el tipo de 33
personas que tienen un historial de violencia o abuso de drogas, la cosa
puede ser mala. Ahora eso no significa que las personas que son adictas a
las drogas no hacen su camino hacia otros refugios. Todos ellos saben a
dónde ir. Ellos saben cuáles callejones evitar y cuáles son por lo general a
salvo. De todos modos, Parker me ha hablado acerca de un par de veces
cuando uno de los refugios más seguros estuvo demasiado lleno, la
capacidad sobrepasada, y él no podía entrar. Tuvo que dormir al aire libre
en las noches. Cada vez que lo hizo, tuvo que esconderse de la gente que
él sabía eran peligrosos. Las personas que lo golpeaban si él no les daba el
dinero de sus bolsillos o podían darle una paliza después de tomar su
dinero de todas formas. No fue una gran manera para él de vivir.
Mason sonó tan cabizbajo por eso, como si de alguna manera era su
culpa por no darse cuenta de Parker antes, por no haberlo rescatado,
incluso antes de que se hubieran conocido formalmente.
La única razón por la que Parker estaba en la vida de Mason ahora se
debía a que hace poco más de un año, Parker había salvado la vida de
Mason, lo que significaba que Mason tenía que pagarle la deuda. Los dos
habían caído enamorados y se aparearon entre sí poco después.
Tanner no se molestó en decirle a su amigo que no había sido su culpa.
Lógicamente, Mason ya debería saberlo, y Tanner dudaba que escucharlo
en voz alta ayudara.
Mason continuó con su relato.
―De todos modos, me dijo que a veces, en el tiempo que se ocultaba y
trataba de dormir, se despertaba, al oír a alguien ser lastimado. No me
refiero a ser golpeado tampoco.― dijo Mason.
Era evidente que no quería decir la palabra, pero con el aspecto que
tenía tanto para Tanner como para Dane estaba claro de lo que estaba
hablando.
―Muchos de los más jóvenes, los lindos eran prostituidos. Para ser 34
honesto, nunca se me ocurrió que algo así podía pasarle a un chico―
Mason dijo. ―Pero Parker dijo que lo veía todo el tiempo. Le he
preguntado y me dijo que las cosas nunca llegaron a ser tan malas para él,
que siempre fue capaz de escaparse o tuvo suerte. Pero mierda, todavía
odio la idea de que había algo de lo que tenía que preocuparse.
―Eso es comprensible―, dijo Dane, mirando a Tanner. ―Y piensas que
algo como esto podría haberle sucedido a tu pareja?
Tanner asintió. Esperaba en Dios que no fuera el caso, pero de alguna
manera, también lo dudaba más que nada.
―Su nombre es Flynn, y me llamó señor justo antes de que me diera
una patada en la cara y tratara de escaparse. Lo dejé con Parker y Charlie.
Me imaginé que serían capaces de convencerlo de que estaba a salvo aquí,
que esta manada no era violenta o agresiva hacia los defectos.
Tuvo que mirar hacia abajo a sus manos, mientras las palabras salían de
su boca, avergonzado por tener siquiera que decirlas.
Esta manada podía no ser violenta o agresiva con los defectos, pero
todavía había bastante gente que vivía aquí que levantaban sus narices
ante ellos. No fue sino hasta que Tanner se dio cuenta de lo devoto que
Dane era con Charlie que había empezado a entrar en razón. Incluso
Tanner se había aferrado a esos prejuicios, de que un cambiaformas
defectuoso estaba mejor fuera de la vista y de la mente.
Él había cambiado mucho de pensar desde entonces, pero ahora que
había conocido a Flynn, tuvo que preguntarse si siquiera estaba cerca de
ser suficiente.
Dane suspiró y puso su mano sobre el hombro de Tanner.
―Si algo así pasó con él, entonces le ayudaremos. Nosotros le
ayudaremos a que él vea que aquí es seguro, que aquí puede ser normal y
tener amigos, y si necesita terapia profesional de alguien con quien hablar, 35
entonces voy a pagar por ello.
Tanner miró a Dane a los ojos. La expresión del alfa no era tan sombría,
pero su sonrisa estaba lejos de ser una feliz tampoco.
―Si él es tu pareja, entonces voy a asegurarme de hacer todo lo posible
para mantenerlo feliz, para asegurarme de que ambos puedan ser felices
juntos.
Tanner dejó escapar un largo y duro suspiro, y su sonrisa era muy real.
Estaba muy agradecido.
―Gracias, Dane.
Capítulo Cuatro

Le tomó un tiempo a Flynn relajarse, pero pronto se encontró


haciéndolo cuando Charlie y Parker se sentaron a su alrededor, charlando
y sonriendo como si todo fuera normal.
Le hicieron preguntas, acerca de quién era, las cosas que le gustaba
hacer para divertirse, el tipo de preguntas que Flynn era capaz de
responder sin sentirse que estaba diciendo demasiado. 36
No podía dejar de mirar sus orejas. Uno de ellos era claramente un
shifter zorro defectuoso, y el otro tenía que ser uno lobo, pero ellos no
ocultaban sus orejas. Ellos no las mantenían al ras de su cabeza. Sus
orejas se erguían bonitas en lo alto de sus cabezas, apuntando hacia el
techo como si éstos dos hombres fueran felices. Al menos estaban
contentos, pero no había manera en que esa fuera una palabra lo
suficientemente fuerte como para describir lo que eran.
Ellos simplemente sonreían demasiado para que todo fuera falso. Se
veían muy a gusto con todo lo que les rodeaba para ser esclavos o
cualquier otra cosa aparte de libres.
Y entonces Charlie sacó algunas fotos de su bolsillo trasero. Abrió una
billetera, y aunque Flynn estaba avergonzado de sí mismo por pensar en
agarrarla y correr, estaba demasiado atrapado en las fotos que Charlie le
mostró para mantener ese tipo de pensamientos en la cabeza por mucho
tiempo.
―Estos somos Dane, mi compañero, y yo. Tú lo has visto antes, ¿no?
Flynn asintió. Definitivamente reconoció al hombre fuerte de la foto
como uno de los dos que Tanner trajo con él cuando Flynn fue atrapado la
noche anterior.
Pero eso no era específicamente lo que estaba viendo.
No podía apartar los ojos de los bebés que estaban en sus brazos.
Un niño y una niña, si la ropa era algo con lo que guiarse. El muchacho
tenía un par de orejas suaves en la parte superior de su cabeza, y se
encontraba siendo sostenido con amor y orgullo en los brazos de Dane,
mientras Charlie se aferraba a la niña.
―Son tuyos?― Preguntó Flynn. ―Quiero decir, el alfa de verdad te tomó
como compañero? Tuviste cachorros con él.
Sólo después de que las palabras salieran de su boca se dio cuenta de lo
absolutamente mal que sonaba. 37
―Quiero decir, no es que no seas guapo ni nada. Estoy seguro que al
alfa realmente le gustas, yo sólo me refería... yo solo...
¡Mierda! No sabía qué decir!
Charlie, por suerte, lo salvó de la vergüenza, y se inclinó hacia delante y
puso su mano sobre el hombro de Flynn.
―No te preocupes por eso. Yo también estaba bastante aturdido cuando
Dane me dijo que me quería como su compañero. No me parecía que fuera
posible.
Charlie luego miró la foto.
―Tengo que conseguir una nueva. Esta foto es un poco vieja. Mi niño y
niña ya tienen tres años y se meten en todo.
―Así que, Dane y tú todavía están juntos? Él no sólo... ya sabes, te
utiliza para criar?
Esta vez él sabía que la pregunta iba a sonar mal incluso antes de
haberla dicho, pero tenía que preguntar.
Una vez más, Charlie no parecía ofendido por la misma.
―Sí, todavía estamos juntos. Amo a Dane. Mucho. Él me ama y a
nuestros hijos.
Flynn estaba teniendo problemas para mantener la garganta abierta.
Parecía querer cerrarse por lo absolutamente hermoso que era.
Que un defecto pudiera encontrar la felicidad, y que un cambiaformas
natural, alguien que nació normal y podía cambiar cuando quisiera, no
viera como un problema el tener una pareja que no podía cambiar y tener
un hijo que no podía cambiar tampoco, le dio a Flynn una agradable
sensación.
Flynn miró a Parker.
―¿Tienes hijos?
Los ojos de Parker cómicamente se ampliaron.
―¿Yo? Uh, no hay manera. Estoy lejos de estar listo para los niños, 38
aunque no tuve ningún problema con casarme cuando Mason me
sorprendió con una boda.
―Casarse... es Mason el otro grandote que vi ayer por la noche? Tiene
el mismo pelo rubio que tú?― preguntó mirando a Charlie cuando las
palabras salieron de su boca.
Parker y Charlie asintieron.
―Es él― dijo Parker.
―Definitivamente mi hermano.
Más y más Flynn se estaba empezando a relajar. Había pasado una
eternidad desde que sus hombros no estuvieron tan tensos, desde que su
cuerpo no estuvo listo para saltar y huir corriendo. El hecho de que sus
músculos parecieran derretirse como lo hicieron fue malditamente ajeno a
él. Fue una lucha mantener los ojos secos.
―Así que...― Flynn tuvo que aclararse la garganta para conseguir que
su voz sonara normal. ―Esto es real, entonces? Esta manada es amigable
con los defectos?
―Es por eso que Tanner quería traerte.― dijo Parker, mirando hacia
Charlie. ―Uh, lo siento, pero nosotros sabemos acerca de cómo se
conocieron los dos.
Flynn agachó la cabeza, a pesar de que sus miradas no tenían
prejuicios. Era difícil esperar que sería capaz de esconder la vergüenza que
le inundó el cuerpo de todos modos.
―Saben de eso?
Charlie asintió.
―Sí, pero no muchos otros lo hacen. Creo que solo Dane, Mason,
Tanner, y nosotros dos, porque todos somos familia. No creo que vaya a
saberse en el resto de la manada, por lo que no deberías tener que
preocuparte de que cualquier persona te mire con recelo. Siempre que no
tengas intención de seguir robando. 39
Flynn negó con la cabeza duro y rápido.
―No soy cleptómano o nada así. Yo nunca... Yo nunca lo hice porque
fuera divertido... yo solo...― Flynn tuvo que detenerse, y se aclaró la
garganta de nuevo antes de continuar. ―No lo volveré a hacer.
Estas personas probablemente no querían excusas. Eso era
probablemente lo último que querían. Sólo tenía que darles su palabra de
que no iba a tomar nada que no le perteneciera.
Todo lo que quisiera o necesitara, lo pediría. Punto.
Ambos hombres le sonrieron, y una vez más, Flynn comenzó a relajarse.
Parker y Charlie finalmente se levantaron de sus sillas e hicieron su
camino hasta su cama. Flynn sólo se tensó ligeramente a medida que se
acercaban, pero cuando se sentaron, como si ya fueran amigos, y
continuaron con su conversación, Flynn comenzó a sentir los primeros
indicios de que esto podía estar bien.
Estaba a salvo aquí. Podía pertenecer. Si tan sólo hubiera sabido antes
sobre esta manada. Él los habría buscado y rogado para que lo aceptaran.
Desafortunadamente, a pesar de los dos hombres delante de él, y de
que el hijo de Charlie también era un defecto, tuvieron que advertirle de
que algunas personas en la manada todavía se aferraban a sus prejuicios.
Nadie sería violento con él, y nadie lo amenazaría, pero algunas personas
todavía podrían darle la espalda o de plano lo ignorarían. Querían que
estuviera preparado para eso.
Flynn estuvo agradecido por la advertencia, pero también bastante
seguro de que podía manejarlo. No era un niño pequeño, y si el peor
tratamiento que recibiría sería un comportamiento un poco grosero,
entonces él podría manejarlo.
También le dijeron que, hasta el momento, los tres de ellos, y el hijo de
Charlie y Dane, eran los únicos defectos en la manada. No era como si
hubiera defectos corriendo por todo el lugar. Charlie había sido el primero 40
en llegar, seguido por el nacimiento de sus hijos, y luego Parker había
llegado, y ahora Flynn.
A Flynn no le importaba eso. Si su presencia podía ayudar de cualquier
forma, a permitir que cualquier otro defecto que viniera después de él, a
que se sintieran cómodos y dar facilidad, entonces estaba más que feliz de
hacer lo que estos dos, y el alfa de la manada le dijeran que hiciera.
Deben haber hablado durante una hora o así antes de que Tanner
regresara.
Al principio Flynn no sabía que era él. Alguien llamó a la puerta, y
cuando Charlie le dijo a la persona que entrara, Tanner abrió revelando
que él estaba en el otro lado.
Algo hizo temblar el estómago de Flynn con la vista de él, y no estaba
seguro de si era la vergüenza que sentía por tratar de robar al hombre que
solamente había querido ayudarle, y luego había hecho sangrar a Tanner
al menos tres veces, o que todavía tenía una especie de, más o menos, un
poco de miedo de él.
Se dijo a sí mismo que tenía que superarlo. No había ninguna razón
para tener miedo, por lo que no tenía necesidad de actuar de esta manera.
Lo que debería hacer, lo que la gente normal haría, sería pedir disculpas
y decir gracias, así que eso era lo que iba a hacer.
Él simplemente no esperaba que Charlie y Parker se levantaran antes de
que pudiera hacerlo. Flynn abrió la boca, con ganas de evitar que se
fueran, pero no pudo.
Charlie le sonrió y dijo que hablarían en la cena y Flynn no podía creer
que estaría cenando con esta gente! Y Parker sonrió y saludó mientras
salía.
Normal, normal, normal.
Tanner no cerró la puerta del todo, cuando los otros dos hombres se
fueron. La dejó abierta un par de pulgadas para dar la ilusión de 41
privacidad, pero aún con eso Flynn se sentía como si estuviera atrapado
en el interior. Lo cual era una buena cosa. Flynn sólo sabía que si él
estuviera solo en esta habitación con el hombre, la puerta cerrada y los
dos en el interior donde nadie pudiera verlos, su temblor estomacal sería
el menor de sus preocupaciones.
Flynn se aclaró la garganta.
―Gracias, por todo esto. Y siento haber tratado de robar tu billetera y
de darte un puñetazo en la cara y de estrellar mi pie en tu nariz. Y de
morderte.
Lo cual le recordó. ¿Qué pasó con ese beso?
Algo cambió en los ojos de Tanner en ese momento, apareció una luz
que no había estado allí antes, y su boca se detuvo en una sonrisa.
―¿Qué es tan gracioso?―, Preguntó Flynn.
Tanner sacudió la cabeza.
―Nada, supongo que simplemente me divertía la lista de todas las cosas
por las que sientes que deberías disculparte. Especialmente la parte acerca
de hacerme sangrar.
―Sé que a los alfas no les gusta cuando las criaturas más débiles les
hacen sangrar. Eres un alfa?― Preguntó Flynn.
Tanner se encogió de hombros.
―Técnicamente, supongo, pero no estoy a cargo de esta manada. Soy
el segundo al mando, lo que en realidad me convertiría en un beta.
Cuando Flynn pensó en alfas y betas, pensó en una clara diferencia de
personalidades. Los betas eran hombres y mujeres que tenían un tiempo
más fácil para resolver conflictos, hablando sobre las cosas y pensando en
elaborar los planes. Los alfas estaban al mando, fuertes y tomando el
mando. Estaba claro que, al menos en esta manada, el beta era sólo un 42
título, y no tenía nada que ver con la personalidad de Tanner. Flynn podía
decir eso ahora.
―Así que,― Flynn comenzó. ―¿Qué debería hacer?
―Hacer?― Preguntó Tanner.
Flynn miró a su alrededor.
―¿Realmente seré parte de esta manada ahora?
Tanner asintió.
―Entonces no tengo tareas que debería hacer o algo así? Tengo que
aportar y conseguir un trabajo ¿cierto?
Esa suavidad en los ojos de Tanner se profundizó, y Flynn no estaba del
todo seguro de lo que iba a hacer con eso.
―No te preocupes por conseguir un trabajo o hacer cualquier tarea. Por
ahora, estás bajo mi protección, y me aseguraré de que el resto de la
manada lo sepa.
Flynn estaba malditamente cerca de incomodarse con esas palabras, con
que le dijeran que no tenía que hacer nada. Nunca nadie antes había
querido que solo se sentara en su culo, y no sabía si se trataba de algún
tipo de truco.
―Entonces, ¿qué se supone que debería hacer?
―Voy a traerte algo de ropa. Probablemente no te quedarán bien hoy.
Te llevaré a comprar algo de ropa adecuada después de comer o, si no
estás listo para más emociones podemos hacerlo mañana. Hasta entonces,
te voy a mostrar toda la manada, te presentaré y puedes pasar más
tiempo con Parker y Charlie si quieres.
Flynn sonrió, aunque todavía no estaba seguro.
―B-bien.
Tanner le observó durante unos segundos, como si estuviera tratando
de decidir algo, antes de que se diera la vuelta y saliera de la habitación.
Flynn estuvo solo una vez más, y mientras miraba alrededor de la 43
habitación en la que estaba, empezó a preguntarse si esto iba a ser su
habitación permanente, si aquí era donde podía quedarse para siempre y
poner todas sus cosas.
No podía sentirse cómodo, no hasta que estuviera cien por ciento seguro
de que esto no era un truco, pero hasta entonces, jaló el cálido, cómodo y
libre de bichos, cobertor sobre su cuerpo, enrollándolo a su alrededor
hasta que estuvo perfectamente arropado. Luego suspiró y cerró los ojos.
Por el momento, disfrutar de un par de minutos de sueño adicional
parecía algo que se había ganado y se dejó ir.
Tanner regresó rápido, probablemente menos de diez minutos más
tarde, y Flynn estaba despierto cuando el hombre llamó a la puerta y
entró.
Hace mucho tiempo Flynn había entrenado a su cuerpo para refrescarse
con un mínimo de sueño, sobre todo porque no siempre podía conseguir
una noche completa para él antes de que se viera obligado a huir a otro
lugar más seguro. Luego estaba siempre el problema de tratar de
encontrar un lugar cálido para dormir en el invierno.
Cuando Tanner entró en la habitación, ni siquiera fue consciente de la
siesta que Flynn había tomado.
El hombre más alto le ofreció a Flynn ropa limpia y luego esperó afuera
mientras Flynn se cambiaba.
Mientras lo hacía se preguntó quién lo había bañado mientras había
estado inconsciente. Esperaba que hubiera sido ese médico. Aunque la
idea de que alguien tocara su cuerpo y lo moviera alrededor mientras
había estado durmiendo, lo incomodaba sabiendo que podría haber sido
alguien que fue entrenado para hacerlo, que lo veía desde una perspectiva
clínica, hizo el pensamiento un poco más fácil de tragar.
Tanner volvió sus ojos hacia Flynn cuando salió de la habitación, y sus 44
ojos se movían de arriba a abajo por el cuerpo de Flynn.
―¿Los jeans te quedan bien?
Flynn rodeó uno de sus tobillos alrededor, ajustando su cuerpo lo
suficiente para poder probarlos.
―Sí, bastante bien, aunque el sueter es un poco más grande. No es que
me esté quejando. Me gusta― dijo rápidamente, sin querer ofender a las
personas que básicamente eran sus patrocinadores.
Tanner asintió.
―Los pantalones pertenecen a Parker. Él los sacó cuando dije que te iba
a traer algo de ropa. El jersey es mío.
Eso hizo que Flynn se preguntara por qué. ¿Por qué Tanner le ofrecía su
propio suéter y no pidió por alguno que se le ajustara mejor a alguien que
claramente tuviera un tamaño más cercano a Flynn?
Lo sacó de su mente por el momento. Su estómago gruñó, estaba
famélico.
Tanner sonrió de nuevo.
―No eres tan temible cuando sonríes―, dijo Flynn, lo que conmocionó a
Tanner lo suficiente como para dejar de sonreír, por extraño que parezca.
Tanner puso su mano en la espalda de Flynn y lo condujo por la casa. Al
parecer, la mayoría de las comidas se compartían en otro edificio, donde
había una cocina y una línea de buffet. Esto significaba salir de la pequeña
casa, de la habitación en la que Flynn había estado y salir al frío, pero no
antes de que Tanner envolviera una bufanda mullida alrededor del cuello
de Flynn y metiera sus manos en unos guantes.
―Nevó ayer por la noche. Puedes usar mi chaqueta en el camino.
―¿No tendrás frío?― Preguntó Flynn, permitiendo a Tanner hacer
básicamente lo que quisiera con él.
Tanner sacudió la cabeza.
―El edificio está literalmente a quince segundos a pie de aquí. Estaré 45
bien.
Y lo estuvo. Flynn disfrutó usar la chaqueta caliente de cuero de Tanner.
Era grande para él, como el suéter y se sentía como si pudiera caer en ella
pero el hombre no había estado bromeando. El edificio al que iban estaba
a la vista desde la pequeña casa donde Flynn había estado durmiendo. Si
corrían, les llevaría cinco segundos llegar a las puertas delanteras.
¿Por qué estaba Tanner tratándolo como con guantes de seda? A Flynn
le gustó, pero no podía permitirse sentirse cómodo, ni acostumbrarse a
esto. Estas personas estaban dándole la bienvenida a su manada, pero no
sabía nada de ellos, y podrían cambiar de opinión acerca de él y pedirle
que se fuera.
Para lo que Flynn sabía, la mayoría de la gente de aquí ni siquiera sabía
cómo había estado viviendo antes de que Tanner le trajera aquí, y todo lo
que le habían dicho de antemano sobre nadie sabiéndolo había sido una
mierda. Cuántos de ellos sabían cómo Tanner lo había encontrado, ya que
había intentado robarle la billetera al hombre?
Esos pensamientos dejaron su mente bastante rápido en cuanto Tanner
abrió la puerta de entrada del edificio por él. Las puertas eran de cristal, y
no parecía haber ninguna cerradura o pestillo. Hubo una estera negra
justo dentro de la entrada, donde Tanner pisoteó y Flynn hizo lo mismo
con sus zapatos prestados.
Realmente había nevado, mucho, pero el aroma de la comida caliente
flotaba hacia sus fosas nasales, y Flynn inhaló profundamente, el gruñido
de su estómago era cada vez mayor.
Olía a carne de res, pollo, queso fundido, y todo tipo de otras cosas
mezcladas en su nariz por lo que no pudo identificarlas.
Tanner se rió y tomó su abrigo. Había una larga fila de ganchos en la
pared donde podía colgarlo, y escogió un lugar vacío antes de conducir a
Flynn por el pasillo. 46
―¿Qué es este lugar?― Preguntó Flynn, tratando de recordar si la
manada de la que originalmente provenía tenía algo como esto. Fue hace
demasiado tiempo, y no podía recordar.
Tanner le sonreía. Realmente lo hizo parecer mucho más guapo cuando
sonreía de esa manera.
―Esto es algo así como nuestro centro de comunitario.― dijo. ―Casi
siempre utilizamos la enorme cocina de aquí para tener nuestras comidas
juntos, al menos cuatro veces a la semana. Ha habido reuniones aquí, y en
la gran sala donde comeremos, ha habido bailes y cumpleaños, así como
un par de bodas, aunque Parker y Mason tuvieron su boda al aire libre, y
la recepción se celebró aquí.
―Eso suena divertido―, dijo Flynn, creyéndolo.
Cuanto más se acercaban al gran salón, más charla y ruido había. Las
palabras gran salón hicieron a Flynn pensar en algo salido de Harry Potter,
un enorme techo abovedado que dejaba ver el clima o algo así.
Lo que encontró fue algo mucho más normal que eso. El techo era alto,
pero no demasiado. Había un escenario, pero actualmente se veía sin uso
y había mesas circulares esparcidas por todo el lugar con todo el mundo
gozando y comiendo. A lo largo de la pared, había un montón de
contenedores metálicos abiertos bajo lámparas de calor, ahí era donde
toda la comida estaba.
Aunque no todo estaba bajo lámparas de calor. Había otra mesa
dedicada a alimentos fríos. Había todo tipo de ensaladas de hoja verde,
tipos de ensaladas de frutas, pasta fría y ensaladas de papa, y otra cosa
de color blanco cremoso que hizo a Flynn pensar en pudín.
Sus ojos se movieron hacia las siguientes placas calientes. Había pollos
enteros asados, montículos de puré de papas con cuencos de salsa
caliente asentados al lado de ellos, guisantes, maíz, incluso relleno. La 47
cosa roja tenía que ser la salsa de arándanos. Si Flynn quería, podía tener
una comida de Acción de Gracias en diciembre, o tal vez fue porque era
diciembre.
También había una pila de sándwiches, un par de cajas de pizza
abiertas, y lo que parecía lasaña y guisos, tantas cosas que casi hicieron a
los ojos de Flynn llorar y su estómago gruñó aún más.
―Dónde...― Él tuvo que aclararse la garganta. ―¿Adónde va todo?
Tanner lo miró. Flynn necesitó especificar.
―Quiero decir, no creo que todo esto se coma en una noche. ¿A dónde
va el resto cada día?
―Almuerzos― dijo Tanner. ―Ves la pila de sándwiches? Están hechos
con el jamón y el pollo de la cena de ayer. Hay una gran cantidad extra
hoy porque es sábado. Por lo general no hay una gran cantidad de
bocadillos sobrantes ya que se los dan en los almuerzos escolares a los
cachorros. O los adultos los toman para trabajar o simplemente para picar.
―¿Algo de esto se desperdicia?
¿Por qué estaba preguntando estas cosas? No era como si fuera de su
incumbencia, pero la idea de tanta comida yendo a la basura cuando sabía
que el refugio a veces luchaba por sus donaciones era duro.
Tanner demostró cómo de atento era por saber hacia dónde los
pensamientos de Flynn habían ido.
―No puedo pretender que nunca hay residuos. A veces lo que parece
mucho va a la basura, pero no es porque no nos importa, y tratamos de
evitar que eso suceda y mantener los residuos lo mínimo cuando lo
hacemos. Lo siento si eso te incómoda.
Flynn se tensó. La disculpa le molestaba. No necesariamente porque no
lo perdonara. Ese no era el caso en absoluto. Él no quería que Tanner se
sintiera como que tenía que cuidar lo que decía y hacía alrededor de Flynn
todo el tiempo. 48
¿Quién querría vivir con Flynn, o ser su amigo, si constantemente era
super sensible acerca de cosas que eran una forma normal de vida para
tantas personas? Incluso el refugio tiró comida cuando se había puesto
mala, por lo que no era como si no hubiera nadie en el mundo que fuera
inocente de eso.
―Está bien. No estoy tratando de ser una decepción ni nada. Entonces,
¿cómo funciona esto? ¿Tomamos unos platos y nos metemos en la fila?
Capítulo Cinco

Tanner observó a Flynn con cuidado. Notó la emoción en sus ojos ante
la perspectiva de conseguir comida caliente, y también tomó nota de la
forma en que el hombre apilaba su plato con mucho más de lo que un
omega debería ser capaz de comer.
Era como una pequeña pirámide en su plato de pollo, pizza, pan, pasta,
y una variedad de otros artículos. 49
Flynn no parecía darse cuenta de las otras personas en la fila que
miraban el montón de comida que estaba sirviéndose o la forma en que le
arrugaron la nariz.
Tanner miró fijamente a esas personas. No se atrevió a gruñir ya que
simplemente atraería la atención de Flynn, pero cuando esas personas en
la fila volvieron sus rostros y lo miraron y notaron el rojo furioso en sus
ojos rápidamente desviaron sus miradas.
Como deberían. La nueva misión de Tanner era asegurarse de que nadie
se atreviera a hacer que Flynn se sienta incómodo o sentirse que no podía
tener tantos alimentos como quisiera, independientemente de si podía o
no comer todo.
Encontraron una mesa vacía. Tanner asintió a Dane, quien estaba
sentado con su compañero, los dos alimentaban a sus hijos pequeños
cortando pedazos de carne y verduras.
Parker en realidad saludó con la mano desde su lugar al lado de Mason,
y Tanner le devolvió el saludo.
Ellos sabían que traería a Flynn a sentarse con ellos muy pronto, pero
por ahora, Tanner quería a su compañero para sí mismo. Quería aprender
tanto de él como pudiera.
Eso no parecía como si fuera a suceder. Después de que Tanner les
encontró una mesa vacía, que sólo tenía unas pocas migas en ella restos
de los ocupantes anteriores, la nueva misión de Flynn parecía ser rellenar
su cara, tragando tanto alimento como pudiera lo más rápido que pudiera.
Tanner apenas tocó algo en su propio plato. Observó a su compañero,
vio la forma en que comía, tanto como cualquier alfa podía comer.
¿Sería posible que algunos defectos tuvieran el apetito de un hombre
lobo normal? De ser así, eso sólo haría la situación de Flynn peor ya que
era muy probable que nunca hubiera sido capaz de obtener toda la comida
que habría necesitado. No es de extrañar que fuera tan flaco. 50
Tanner tomó uno de los pequeños sandwiches de su plato y lo puso en
el de Flynn.
Flynn se dio cuenta de esto, se tragó el bocado de pizza que había
estado masticando y luego sonrió.
―No tienes que hacer eso. Me estoy llenando, pero gracias.
Tanner sonrió al hombre. Ver a Flynn lucir feliz lo estaba poniendo
contento. Estaba empezando a entender por qué el aparearse con alguien
daba como resultado muchos alfas buenos y fuertes. Era como
instantáneamente sentirse conectado a otra persona. La felicidad de Flynn
se convirtió en la felicidad de Tanner.
―No te preocupes. Puedo conseguir más si lo necesito. ¿Estás seguro de
que te estás llenando? Arrasaste con una parte de esa montaña que
apilaste en tu plato.
Flynn se sonrojó y bajó la mirada hacia su plato. Todavía había otra
rebanada de pizza, un poco de arroz frito y puré de papas. Por no
mencionar la pequeña taza de budín que había agarrado de postre, sin
contar con el medio sándwich que Tanner le había dado.
―Supongo... ¿Está bien si no lo termino? Quiero decir, puedo poner el
resto en la nevera para más tarde ¿verdad?
Sonaba tan inseguro acerca de algo que debería ser tan simple. El
corazón de Tanner dolía por el hombre, y sintió una necesidad inmediata
de hacer las cosas mejor para él. Sólo tenía que tratar de hacerlo sin
parecer maternal.
―Sí. Podemos llevar el plato a mi casa. Tengo un poco de papel de
aluminio y si tienes hambre de un bocadillo en la noche, va a estar allí.
Tengo comida en mi nevera, también, aunque tengo que re abastecerme y
obtener más.
Ya está. Una respuesta simple seguida de... todo lo demás, pero al 51
menos lo respondió como si la pregunta de Flynn le hubiera recordado a
Tanner algo más importante. Así que Flynn no debería tener nada de lo
que avergonzarse por preguntar. Asumiendo que se había avergonzado.
Quizás Tanner estaba pensando demasiado acerca de esto.
―A tu... voy a quedarme en tu casa?― Flynn preguntó, y su rostro se
flameó con rojo, como si ni siquiera hubiera considerado la posibilidad.
Por supuesto que lo haría. Flynn era el compañero de Tanner, y no había
manera de que tuviera a su compañero quedándose bajo el techo de nadie
excepto el suyo.
No es que tuviera que decirle al hombre eso por el momento.
―Sí. Ya que te conocí primero, me ofrecí para tenerte conmigo.
Eso sonó tan increíblemente cojo y transparente. Tanner puso en duda
que Flynn pudiera incluso caer en algo así, pero entonces el hombre más
joven se encogió de hombros y sonrió.
―Bueno, supongo que eso tiene sentido. Quieres vigilarme y asegurarte
de que no... Bueno, no importa, pero gracias por hospedarme. Este lugar
se ve muy bien.
Tanner sabía lo que Flynn había estado a punto de decir, pero no estaba
dispuesto a empujarlo. Flynn hablaría de su vida anterior sólo cuando
estuviera listo, y Tanner no le molestaría por más detalles hasta entonces.
Tanner terminó su propia gran cena, que consistió en un montículo de
comida que era más o menos del tamaño de la de Flynn.
Flynn todavía no fue capaz de comer más, a pesar de intentarlo. Tanner
tuvo que detenerlo. Resultó ser que el chico no tenía la capacidad de
comer tanto como un hombre lobo. Debía de haber estado tan hambriento
que sus ojos habían sido más grandes que su estómago.
Tanner alejó sus propios platos y cogió el plato de Flynn cuando 52
regresaban.
Al salir, asintieron hacia la mesa de Dane, y Flynn tímidamente saludó a
los otros dos defectos que estaban sentados allí, tratando de actuar como
si no estuviera viendo todo el asunto. Ambos tenían una sonrisa en sus
rostros.
―Parecen muy felices― dijo Flynn, como si fuera una ocurrencia tardía.
Tanner iba a asegurarse de que Flynn fuera así de feliz. Se lo prometió a
sí mismo.
Después de terminar la comida de Flynn y ponerla en su nevera, Tanner
decidió que los dos estaban bien para un viaje al centro comercial. Flynn
parecía emocionado, aunque un poco nervioso. A partir de las emociones
que podía leer de su pareja, Tanner estaba bastante seguro de que Flynn
estaba preocupado de que lo fuera a botar y dejarlo allí.
Por supuesto que no lo haría, pero no dijo eso. Algunas cosas sólo
podían ser demostradas a una persona, y cuando Tanner trajera a Flynn
de vuelta esta noche entonces Flynn sabría que era verdad.
En el camino a la ciudad, al mismo centro comercial donde Tanner había
conocido a Flynn, tuvo que preguntarse si Dane y Mason podían leer a sus
compañeros así de bien. Supuestamente, algunos compañeros podían
hasta leer la mente del otro.
Tanner se estremeció sólo de pensar en eso. Por mucho que quisiera
estar con Flynn y hacer al hombre más pequeño feliz, no quería a nadie
nadando alrededor de sus pensamientos. Eso parecía un poco demasiado
personal.
Flynn se sentó con los hombros encorvados, mirando las luces del
camino mientras dejaban el territorio de la manada, lejos de los bosques,
y luego lo hizo con las de la ciudad. El trayecto hasta el centro comercial
tomó cerca de una hora, y todo el tiempo, Flynn pareció nervioso.
Tanner nunca fue bueno con las palabras o reconfortando a nadie. Qué 53
se suponía que tenía que hacer, excepto enseñarle a Flynn con sus
acciones que en realidad quería que el chico se quedara?
Se detuvo en el estacionamiento del centro comercial, y Tanner tuvo
que conducir a la planta superior en la parte de atrás antes de que
encontrara un espacio.
―¿Estás seguro de que está bien para ti gastar cualquier dinero en mí?
No me conoces.― Flynn dijo en voz baja cuando Tanner apagó el motor.
Tanner lo miró, y la expresión de perrito pateado en la cara de Flynn fue
suficiente para dejarlo sin aire.
¿Nunca nadie le había dado nada antes?
―Cuando fuiste expulsado de tu manada?― preguntó Tanner.
―Oh, bueno...― Los ojos de Flynn se abrieron ante la pregunta antes de
quedarse tranquilo mientras pensaba en lo que Tanner le había
preguntado. ―Bueno, no recuerdo mi edad exacta, pero yo era pequeño.
Antes de tener cinco, creo.
Tanner empujó hacia abajo la angustia que sentía al escuchar eso,
negándose a dejar que se mostrara en su rostro. Lo aplastó hasta el fondo
de su estómago y plantó los pies en el suelo por si acaso.
―¿Y a dónde fuiste después de eso?
Flynn se encogió de hombros.
―Al sistema de adopción. Realmente apestó la mayor parte del tiempo.
Huí de ahí cuando tenía trece años.
―Tan joven?― Dijo Tanner sin pensar en ello. ―Cómo fuiste a la
escuela?
―No lo hice― dijo Flynn, y ahora su cara era inexpresiva. O a él no le
importaba, o se estaba preparando para el juicio de Tanner.
Tanner estaba dispuesto a apostar todo lo que tenía en que era lo
último. 54
Finalmente, después de un largo silencio, donde Tanner hizo todo lo
posible para pensar acerca de lo que debía decir, Flynn se quebró y habló.
―No soy estúpido. Puedo leer y escribir y hacer operaciones
matemáticas básicas. He tenido un par de puestos de trabajo también.―
dijo, como si estuviera muy orgulloso de ese hecho.
Era algo de lo que estar orgulloso, teniendo en cuenta la vida que había
vivido.
―Eso es estupendo. ¿Haciendo qué?
―Lavando platos en su mayoría, pero era todo por debajo de la mesa y
sólo por unos pocos días a la vez. No era capaz de mantener nada a largo
plazo. La mayoría de las personas en los restaurantes no quieren
mantener defectos alrededor por mucho tiempo debido al pelo de las
orejas y cola.
Parker había tratado de hacer su camino lavando platos. La diferencia
era que Parker había tenido suerte. Se había aferrado a su puesto de
trabajo durante un año antes de conocer a Mason y convenció al hombre
para ayudarle a conseguir trabajo como camarero, en el restaurante de
lujo donde Mason trabajaba, que ofrecía mucho más dinero solo en
propinas.
―Bueno, eso será lo primero en nuestra lista entonces, obtener tu
diploma de escuela secundaria y elaborar tu DNI para que puedas trabajar
en un trabajo sin ser pagado por alguien que podría tratar de robarte.
Tanner no tenía ningún interés en tener a Flynn trabajando por el
momento. Quería que el hombre más joven consiguiera sus estudios
primero y algunas buenas ropas de invierno.
Salieron del coche, y Tanner procedió a avergonzar a Flynn
arrastrándolo por todo el centro comercial. Obligó al hombre a probarse
toda una serie de jeans y pantalones, sin embargo, decidió olvidarse de
comprar un par de pijamas simplemente porque le gustaba la idea de que 55
Flynn llevara la vieja ropa de dormir de Tanner.
Compró bolsas de calcetines, un par de zapatillas, botas de invierno, e
incluso pantuflas para la casa.
También lo abasteció de suéteres. Cuando cogió a Flynn mirando
algunas remeras que tenían cualquier tipo de logotipos en ellos, escogió
los que Flynn parecía mostrar más interés, a pesar de que no sería capaz
de usarlos hasta que el clima volviera a ser cálido.
Una camiseta de The Walking Dead, algunas de los Guardianes de la
Galaxia tema que reconoció porque tenían al maldito mapache, algunas de
Star Wars, y una variedad de otras cosas.
Flynn claramente se estaba forzando a sonreír al final de todo eso. Era
fácil ver que estaba abrumado por las muchas bolsas que habían
acumulado. Tanner tuvo un tiempo bastante fácil cargándolas todas, pero
incluso él estaba empezando a tener problemas para caminar.
―Muy bien, ahora podemos conseguir algo bueno para ti y entonces
vamos a la tienda de comestibles.
Los ojos de Flynn se agrandaron.
―¿Bueno para mí? Todo esto es bueno para mí! Por favor, no puedes
gastar más.
Tanner sabía que probablemente estaba torturando al joven, pero no
pudo ayudarse a sí mismo. El lobo dominante dentro de él quería
mantener a su pareja. No sólo con buena comida y refugio, sino también
con tantos regalos que Flynn fuera capaz de rodar en todos ellos.
―Estas son necesidades,― Tanner argumentó. ―Necesitarás estos si
vas a pasar todo el invierno en el bosque. La nieve se amontona alto ahí
arriba.
Las mejillas de Flynn se sonrojaron.
―Te creo, pero se siente como si ya hubieras gastado mucho en mí.
Esto es como una fortuna en ropa. Me llevará una eternidad ser capaz de 56
reembolsarte todo.
Tanner sacudió la cabeza.
―Es diciembre, Navidad.
―Yo soy... Yo soy judío― dijo Flynn.
Tanner hizo un gesto con la mano.
―Hanukah entonces. De cualquier manera, no me lo pagarás. Estos son
tus regalos, y eres bienvenido a la manada. Estos son todos tuyos y si
realmente quieres pagarme, entonces te quedarás con la manada y
ayudarás a cualquier otro defecto que venga a vivir con nosotros, ¿de
acuerdo?
Tanner había dicho la palabra defecto sin realmente pensar en ello, pero
Flynn ni siquiera pareció darse cuenta de su desliz.
―Bueno, está bien, pero en serio no tienes que comprarme nada más.
―Sé que no tengo― dijo Tanner. ―Y puedo decir que te estás
incomodando, pero sólo déjame hacer esto hoy. Te prometo que después
de hacer esto no saldré de mi camino para avergonzarte o hacerte creer
que todos en la manada tienen tanto dinero que no saben qué hacer con
ello. Ese no es el caso en absoluto.
Tanner hizo un gesto a las muchas bolsas en sus manos.
―Esto realmente es porque necesitas más ropa. Si quieres, no te dejaré
usarlos hasta Hanukah. Para ser honesto, no sé ni qué día es Hanukah.
Flynn le sonreía ahora, más a gusto con las cosas que Tanner estaba
diciendo.
Gracias a Dios. Se había preocupado de que estuviera empeorando las
cosas para Flynn en vez de mejorarlas.
―Voy a tener que mirarlo para ti. Ha sido un tiempo desde que lo
celebré.
El chico le rompió el corazón una y otra vez, sin siquiera intentarlo.
Tanner lo encubrió, sonriendo y llevó a Flynn por el resto del centro 57
comercial. Había querido comprar algunos regalos para él por las
festividades, y esperaba que Flynn lo arrastrara a la tienda electrónica o
de videojuegos más cercana ya que era todo en lo que Parker parecía
estar, pero en su lugar Flynn le sorprendió cuando mencionó que le
gustaba leer, y le preguntó a Tanner si le podría llevar a la librería.
En el viaje en ascensor hasta el tercer piso del centro comercial, Flynn le
explicó que la lectura era gratis, por lo que fue capaz de hacerlo a menudo
cada vez que iba a la biblioteca.
―No pude sacar ningún libro porque no tenía una residencia, pero los
bibliotecarios siempre fueron lo suficientemente buenos para darme una
hora de ordenador de todos modos, incluso sin una tarjeta, así que todavía
podía leer en línea. Me gusta escribir también.
Tanner sonrió ampliamente, emocionado con esta nueva información
acerca de su compañero.
―¿De verdad? Eso es genial. ¿Qué tipo de cosas escribes?
Flynn se encogió de hombros y miró hacia otro lado. Se rascó la parte
posterior de la cabeza, nuevamente avergonzado, pero Tanner era como
un perro con un hueso. No estaba dispuesto a dejar ir esto.
―Te prometo que no le diré a nadie si no quieres que lo haga,― dijo
Tanner.
―Bueno, es sobre todo fan fiction. Me gusta escribir ese tipo de cosas.
Extrañamente mucho de ello tiene que ver con Sherlock Holmes o Los
Juegos del Hambre.
― Fan fiction de Los Juegos del Hambre?― Preguntó Tanner.
Flynn sonrió tímidamente.
―No lo sé. Supongo que pensé que sería divertido escribir sobre Peeta
con Finnick. Siempre he pensado que serían una pareja divertida.
Tanner no lo entendió del todo, pero tenía que admitir que le gustaba 58
escuchar a Flynn hablar de ello.
―¿Sabías que Cincuenta Sombras de Grey tiene su fan fiction? Y
también la Serie Hermoso Bastardo. No estoy seguro, pero creo que casi
todos los de Star Trek y el libro de Halo también, aunque esos tienen que
seguir las reglas en su lugar o constantemente los quitan. Algunas
personas incluso dicen que debo cambiar los nombres de los personajes y
la configuración y tratan de publicar mi fan fiction, y que podría hacer algo
de dinero con eso. Tengo unas pocas personas que me siguen en Wattpad,
que es una aplicación de escritura muy divertida. Trato de escribir todo lo
que puedo con el tiempo que la biblioteca me da en sus equipos.
Cuanto más Flynn hablaba más animado se ponía. Y Tanner más quería
ayudarlo con su objetivo de escritura.
Era casi ridículo cómo el orgullo hinchó el pecho de Tanner sabiendo que
su compañero era apasionado a algo, y todavía tenía sueños de un futuro
con una carrera. Su tiempo en la calle no lo había roto.
Cuando llegaron a la librería, Flynn parecía que estuviera en el cielo. Sus
ojos brillaban mientras miraba alrededor de estantes y estantes por los
nuevos lanzamientos, cualquiera de los cuales podría tener. Habló sobre
algunos de los libros que había leído en la biblioteca, pero no había podido
conseguir los libros más nuevos de la serie porque constantemente
estaban en préstamo.
Los únicos libros que había sido capaz de comprar fueron los de la
bandeja de descuentos por cincuenta centavos, pero incluso esos no los
podía mantener. No tenía lugar donde ponerlos, así que cuando los leía,
los vendía de nuevo a una librería de libros usados por cualquier precio
que Flynn pudiera obtener por ellos.
Tanner le dijo a su compañero que eligiera lo que quisiera.
Tanner siguió de cerca a Flynn, recogiendo cualquier cosa por la que el 59
hombre hubiera mostrado un interés remoto. Tenía las manos libres para
hacer esto ya que la mujer detrás del mostrador se ofreció a guardar sus
maletas allí para que pudieran llevar más libros.
Flynn le observaba con cautela, claramente no está seguro de lo que
estaba sucediendo.
―No vas a...
―No voy a comprarlos todos, no. Esta es tu montón de quizás.― Tanner
mintió.
Al final, Flynn eligió uno de pasta dura de la sección juvenil. Supuso que
el hombre era todavía lo suficientemente joven como para gustarle y
apreciar las cosas de esa parte de la tienda.
―¿Puedo tener este?
Cómo si incluso tuviera que preguntar.
Tanner trajo a Flynn al mostrador, y dejó todos los libros que había
estado llevando.
―Nos llevaremos todos estos, por favor― dijo con una alegre sonrisa en
su cara.
Los ojos de Flynn se agrandaron.
Tanner sostuvo su dedo hacia arriba.
―No digas una palabra. Estos van a ser tus regalos, por lo que ni
siquiera podrás verlos hasta que me digas que es hora.
―Esa es una regla extraña que tener― dijo Flynn, aunque claramente
estaba reventando con la idea de tener su propia pequeña biblioteca
personal. Y solo porque estaban en oferta, Tanner también recogió la caja
entera del set de Harry Potter, la caja del set de pasta dura de Los Juegos
del Hambre y por qué no ya que a Flynn le gustaba escribir ficción de ello?
Junto con un diario forrado en cuero que Flynn podía usar para escribir
cuando no tuviera acceso a una computadora, y algunos marcadores y 60
plumas.
Los paquetes eran extra pesados, pero Tanner era más que capaz de
manejarlos y dejó que Flynn llevara una de las bolsas de libros que Tanner
le había comprado desde que parecía más emocionado por estos. Sus
orejas estaban apuntando hacia el techo, y su cola meneando con cada
paso que daba. Tanner pensaba que era tan lindo a la vista. Nunca había
pensado eso de un lobo defectuoso antes. Sólo de Flynn.
―Me siento extraño sobre aceptar tanto de ti, pero creo que he muerto
e ido al cielo.
Tanner se rió.
No estaría tan bien hasta que pudiera conseguirle a Flynn su propia
computadora personal, que era lo que quería hacer, por lo que sólo iba a
tener que esperar. Hasta entonces, Tanner le dio permiso a Flynn de
utilizar su ordenador portátil cada vez que necesitara iniciar sesión en sus
cuentas en línea y trabajar en sus historias.
Flynn se veía como si Tanner le acabara de ofrecer el mundo.
A pesar de que Tanner todavía tenía que hacer una parada en el
supermercado, decidió que quería algo de beber después de tantas
compras, por lo que llevó a Flynn a uno de los cafés del centro comercial,
y los dos pidieron algo. Flynn tuvo un chocolate caliente, siendo
claramente lo suficientemente joven para ser tentado por el mismo, y
Tanner agua. Se sentaron a descansar sus piernas, y luego fue sólo una
cuestión de disfrutar de su mutua compañía.
A pesar de los muchos paquetes alrededor de sus pies, Flynn se relajó
más y más, sonreía a menudo y hablaba con Tanner acerca de todas las
cosas que esperaba hacer.
―Te pagaré por lo lindo que has sido conmigo. No necesariamente por
las cosas que me compraste, creo que ya entendí que no quieres eso, pero
voy a pensar en alguna manera de devolverte esto. 61
Tanner no iba a discutir. Si hacer una promesa como esa ayudaba a
Flynn a aceptar mejor estos regalos, entonces mucho mejor. Lo único que
quería de Flynn era aprender más sobre él y ver como se convertía en una
parte integral de la manada.
Estaban casi listos para salir cuando una sombra pasó sobre su mesa. La
sonrisa de Flynn no vaciló hasta que miró hacia arriba y vio la cara del
hombre allí de pie.
Capítulo Seis

Flynn pensó que iba a morir. Cuando levantó la vista y vio a Duncan de
pie, vestido con su chaqueta de cuero café y guantes sin dedos, y una
medio sonrisa en su rostro, Flynn literalmente sintió su corazón parar en
su pecho.
Su cola dejó de moverse detrás de él, y sus orejas cayeron sobre su
cabeza por la vista del hombre. 62
―Hola, Flynn. ¿Qué haces aquí?
Tanner pareció notar la incomodidad de Flynn inmediatamente. Sus ojos
se redujeron, aunque su voz fue extrañamente tranquila.
―¿Quién es éste, Flynn?
A Duncan no pareció gustarle eso, este hombre bien vestido y de
aspecto agradable que había sido claramente el que compró el contenido
de todas las bolsas alrededor de sus pies, no sabían quién era.
―Oh, soy un amigo de Flynn. Puedo ver que eres un amigo, también.
Flynn, ¿por qué no me dijiste que tenías a alguien cuidando de ti? He
estado buscándote por todos lados.
Flynn lo sabía y ahora no tenía la menor idea de qué demonios se
suponía que iba a hacer, o lo que se suponía que tenía que decir, quería
deshacerse de Duncan antes de que dijera o hiciera algo que hiciera que
Tanner se arrepintiera de todas las cosas que había hecho por Flynn.
―Yo... fui invitado a una manada― dijo. No se atrevió a dar el nombre
de Tanner. No quería que Duncan usara eso en su contra más tarde o
tratara de seguirle la pista, aunque era imposible saber lo que haría
Tanner y de si él daría o no su propio nombre.
―Una manada― preguntó Duncan, mirando a Tanner con renovado
interés.
Tanner sonrió al hombre, sus ojos brillando de rojo, y separando los
labios para revelar sus dientes blancos. Sus dientes blancos que habían
crecido en las puntas dentro de su boca.
Los ojos de Duncan se abrieron, y dio un paso atrás ante la vista de los
colmillos. Claramente, sabía reconocer una amenaza cuando la veía,
aunque nadie le dijera una palabra.
―Ya veo― respondió Duncan, frunciendo el ceño antes de poner su
mano justo en el hombro de Flynn, como si fueran buenos amigos o algo
así. ―Bien entonces, supongo que tú y yo podemos hablar más tarde 63
sobre tus pagos. Estoy seguro de que podemos trabajar en algo ahora,
pero no te molestaré más ya que estás con alguien.
―Te vas a ir?― Flynn casi no podía creer su suerte, y sus orejas se
levantaron en la parte superior de su cabeza, señalando la buena noticia.
Duncan entrecerró los ojos, abrió la boca, pero luego aparentemente se
contuvo antes de que pudiera decir nada malo o desagradable frente a
Tanner.
Cubrió esa expresión maliciosa con una sonrisa que tuvo a las orejas de
Flynn cayendo de nuevo.
―Te veré por ahí, lindo. No vayas a desaparecer de mí de nuevo.
Lo dijo como si estuviera bromeando con un amigo, pero incluso cuando
sonrió y se despidió con la mano, y luego dio la vuelta y se alejó, el
corazón de Flynn se hundió.
Miró a Tanner y luego hacia abajo a sus manos. Soltó el chocolate
caliente que había estado bebiendo y puso las manos en su regazo. Tanner
iba a hacer algunas preguntas, y Flynn no tenía ganas de eso.
―Creo que hay que irnos― dijo Tanner, poniéndole la tapa a su agua y
poniéndose de pie.
Flynn asintió y se levantó para seguir al hombre. Cogió un par de sus
bolsas, realmente sintiendo su peso ahora que los dos abandonaban el
centro comercial y regresaban a la camioneta de Tanner.
Flynn no podía dejar de mirar a su alrededor, preguntándose si Duncan
estaba observándolos. Si viera el coche de Tanner al que estaba a punto
de entrar, entonces sabría que Tanner tenía dinero. ¿Esperaría que Flynn
tomara algo de eso? ¿Pensaba que Flynn estaba usando a Tanner ahora?
Flynn no estaba usando a Tanner, y no quería. Le gustaba el hombre
demasiado y no había manera de que pondría en peligro su nuevo lugar en
la manada haciendo algo malo. Quería quedarse en la manada y quería
quedarse con Tanner. 64
Aunque no vio a nadie, estaba bastante seguro de que Duncan estaba
observándolos. No podía quitarse la sensación de la cabeza de que había
ojos observando todos sus movimientos. Se congeló.
El trayecto de vuelta fue mayormente tranquilo y Tanner no empezó a
hablar hasta que estuvieron fuera de la ciudad y de vuelta en la carretera
de dos carriles que conducía a través de la gruesa pared de pinos que los
llevarían hasta la manada de Dane.
―Entonces, ¿quién era?― Preguntó Tanner, apartando la cara de la
carretera brevemente para poder mirar a la cara de Flynn. Debe haber
visto algo allí que le preocupara. ―No importa lo que me digas, todavía
serás bienvenido en la manada― dijo. ―Pero necesito saber si es peligroso
y si va a ser un problema. Hay cachorros en la manada de Dane. Has visto
que tiene un par propios. Si él va molestar, entonces necesito saberlo.
Eso tenía sentido. Era una razón lógica para querer la verdad, y Flynn
no pudo pensar en ninguna razón para negar al hombre.
―Él... por lo general anda con un par de otros chicos. Él y sus amigos...
les gusta acosar a algunos de los chicos y chicas más jóvenes en el
refugio. Le debo algo de dinero.
―¿Cuánto?― Preguntó Tanner.
Flynn se apoderó de sus manos juntas, necesitando algo a qué
agarrarse.
―Mucho ― dijo y luego le dijo la cantidad. ―Ciento cincuenta dólares.
Tanner farfulló.
―¡Eso no es mucho! Él te está molestando por eso? Mierda, él puede
irse a la mierda.
Flynn negó con la cabeza.
―No es tan simple. ¿No crees que eso sea mucho, pero es una fortuna
para mí, y básicamente para él. Con eso puede comprar las drogas que 65
necesita o un par de buenas comidas calientes, que no encuentras en el
refugio. Incluso una habitación de motel para pasar una noche o dos. Eso
es mucho.
―¿Por qué le debes dinero?
Flynn inmediatamente se aterrorizó de que Tanner pensara que estaba
en drogas o algo y no podía soportar la idea de que eso pasara por la
mente de Tanner.
―No es porque compre o venda drogas para él. Lo juro. Puedes
hacerme una prueba, si lo deseas.
―Te creo― dijo Tanner. ―No estaba pensando en eso. Cuando nosotros
tomamos tu ropa, lo único que encontramos fue un poco de monedas y un
libro andrajoso. Si alguna vez hubieras tenido algo de eso en tu posesión,
hubiera sido capaz de olerlo no importa cuánto tiempo hubiera pasado. Tu
cabello se ve bien, tu piel es clara, y tus venas estaban sanas cuando te
traje. Sé que no estás en nada de eso. Incluso si lo hicieras, todavía no te
dejaría salir de la manada. En realidad no. Sólo me aseguraría de enviarte
a un buen centro de rehabilitación antes de que pudieras volver.
Flynn parpadeó dos veces.
―Eres... eres serio, ¿verdad?
Tanner asintió.
―Sí, serio.
Flynn no podía dejar de preguntarse de qué se trataba todo esto. Todo
estaba pasando por su mente, y nada tenía sentido.
―Has sido tan bueno conmigo. Me salvaste cuando no tenías que
hacerlo, y luego me llevaste dentro y me compraste todas estas cosas sólo
porque son festividades. No es que no esté muy agradecido ¿pero por
qué?
―¿Qué quieres decir con por qué? 66
Flynn negó con la cabeza.
―No pretendo ofenderte, pero la gente no hace cosas como estás sin
ninguna razón.
Flynn era muy consciente de la forma en que Tanner se aferró al
volante. Mantuvo sus ojos en el camino, sin embargo. Estaba empezando
a nevar pesadamente.
―Estoy haciendo esto porque eres mío.
―Bueno, supongo que sí. Estás tomando la responsabilidad sobre mí,
pero yo todavía no lo entiendo.
Tanner suspiró y sacudió la cabeza.
―Estamos saliéndonos del tema. Quien era él, y por qué le debes
dinero?
―Oh, bueno, Duncan es un tipo de propietario de las calles alrededor de
donde solía vivir.
―¿El refugio?
Flynn asintió, y levantó la mano a la altura de sus orejas de lobo.
Todavía estaban apoyadas sobre su cabeza.
―Sí. Hace su dinero llenando de droga a adictos, a personas que son
demasiado mentalmente inestables para conocer algo mejor, o a la gente
que no puede entrar en el refugio antes de que se llene. Si te atrapa,
entonces tienes que pagarle por protección. De lo contrario, puedes llegar
a ser el novio de alguien por la noche, y entonces todavía tendrías que
pagarle, con intereses. Lo cual es básicamente por lo que le debo tanto.
Tanner no dijo nada. No miró a Flynn, lo que probablemente fue lo más
responsable, teniendo en cuenta lo fuerte que se había vuelto la nevada,
pero al menos para entonces ya habían entrado al camino que conducía a
la manada de Dane y a la casa de Tanner.
El silencio era tan espeso que obstruía la garganta de Flynn, y todo en lo 67
que Flynn podía pensar era en lo mucho que deseaba saber qué era lo que
estaba pensando Tanner, si el hombre sentía asco de él, o algo. ¿Por qué
no dijo nada?
Tanner no volvió a hablar hasta que había aparcado el camión frente a
su casa.
―No te preocupes por él. Le daré su dinero y me aseguraré de que no
te moleste más.
Flynn sabía que no tenía suficiente para pagarle a Tanner por todo esto,
y la idea de que Duncan nunca le molestara de nuevo, nunca llegara cerca
de él de nuevo, era demasiado buena para protestar.
A pesar de que todavía estaba bastante avergonzado por su incapacidad
para cuidar de sí mismo.
―Gracias.
Tanner asintió, y miró el asiento trasero de la camioneta, donde toda la
ropa y los libros de Flynn estaban guardados.
El hombre dejó escapar un largo y duro suspiro, y luego forzó una
sonrisa en su cara.
―Bueno, he terminado con esta mierda deprimente. ¿Qué te parece si
tú y yo llevamos algo de esto al interior y los envolvemos?
Flynn sintió sus orejas de lobo levantarse de su cabeza.
―¿De verdad? Quieres que te ayude a envolver regalos para mí?
Tanner se encogió de hombros.
―Ya sabes lo que son de todos modos. Esto podría agregarles emoción
para cuando puedas abrirlos. Sé que dijiste que eres judío, pero me
gustan los árboles de Navidad. ¿Puedo poner un par de ellos bajo un árbol
después de Hanukah?
A Flynn le encantó la idea.
―¡Sí! Eso suena genial. Quiero decir, no soy un judío practicante ni 68
nada, así que no creo que pueda cantar los villancicos contigo o hacer una
misa de medianoche en Navidad, si eso está bien. A mi sólo siempre me
gustaron los árboles.
La sonrisa de Tanner se hizo más amplia, más real.
―Eso está bien. Yo no soy un católico practicante. Simplemente me
gusta abusar del hecho de que todavía soy técnicamente católico alrededor
de esta época del año para poder tener un árbol de Navidad.
Y con esas palabras, Flynn estaba bastante seguro de que cayó
enamorado del hombre.

****

Tanner pasó el resto de la noche envolviendo los presentes con Flynn,


viendo las orejas del joven animarse más y más alto.
Estaba empezando a entender por qué los humanos pensaban que los
cambiaformas defectos eran tan lindos. Había algo tan absolutamente
adorable sobre como meneaban la cola y las orejas se animaban en alto,
pareciendo lo suficientemente suaves para que los dedos de Tanner
suplicaran por acariciarlos.
Tenía un montón de cosas para envolver. Pequeños regalos para los
niños de Dane y Charlie, algo para unos amigos, un par de tarjetas de
regalo, pero la mayor parte de su tiempo se dedicó a envolver los regalos
de Flynn. Sólo había unos cuantos que Tanner insistía en envolver por sí
mismo, sabiendo que había comprado tantos libros que no había manera
de que Flynn pudiera haberlos visto todos, y quería que un par fueran una
sorpresa cuando Flynn finalmente fuera capaz de abrirlos. Un poco más de
la mitad de la ropa que Tanner había comprado la pusieron en el armario
vacío en la habitación de Flynn, y al resto también los envolvieron y los
pusieron bajo el árbol. 69
Fue hasta entonces que Tanner se dio cuenta de que había olvidado
conseguir provisiones. No sólo eso, no había ningún artículo con tema de
Hanukah alrededor de su casa tampoco. Ni siquiera sabía cómo se
llamaban ninguna de esas cosas. Estaba esa cosa de estrella. La Estrella
de David? ¿Era eso lo que era? Luego estaba ese candelabro. Nunca había
visto nada de eso en cualquiera de las tiendas a las que fueron.
Probablemente iba a tener que ordenarlos en línea y pedir que los
enviaran vía express.
Primero tenía que buscar en Google cómo se llamaban. Estaba un poco
demasiado avergonzado para preguntarle al propio Flynn.
Era tarde cuando Flynn comenzó a bostezar, para ese momento Tanner
le había dicho que podía dormir si quisiera. Tanner todavía tenía algunas
tareas que tenía que hacer.
Flynn le sonrió, aunque trató de mantenerse despierto, leyendo el libro
que tenía permitido tener hoy en vez de esperar para abrirlo.
Flynn se quedó dormido dos veces en el sofá, leyendo junto a Tanner
mientras él revisaba sus mensajes de texto y correos electrónicos,
haciendo planes.
La segunda vez que cabeceó Tanner sonrió, lo despertó de nuevo, y lo
acercó a la cama.
Flynn estaba tan cansado que no le importó cuando Tanner lo arropó en
la cama ni notó cuando Tanner apartó el pelo de su frente y lo besó.
En la frente. Tanner no estaba seguro acerca de las reglas de besar a
una persona que estaba casi dormida y después de lo que Flynn le había
dicho en el camión, no quería cruzar fronteras por lo que no lo besó en la
boca.
Tanner salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí.
Tuvo que respirar profundamente cuando finalmente quedó solo en la 70
casa, las habitaciones a su alrededor estaban en silencio, el único sonido
era el del viento exterior.
Estaba tan jodidamente furioso. Las cosas sobre las que Flynn le había
contado de regreso a casa, acerca de haber sido obligado a ser el novio de
alguien, lo disgustó hasta su núcleo. Flynn había estado tan tranquilo
cuando lo dijo, como si sólo estuviera explicando cualquier otra cosa
mundana que no importaba. Él ni siquiera parecía darse cuenta de lo que
había dicho en absoluto. Era sólo un hecho en su vida.
Y ese sucio, maldito, puto culo de Duncan, o cualquiera como el infierno
que se llamara, tuvo el descaro de acosar a Flynn por dinero.
Cogió su teléfono. Había estado enviando mensajes de texto a Dane
desde que habían regresado, entre el tiempo de envolver regalos y pasar
tiempo pereceando en el sofá.
Dane sabía lo que Tanner estaba planeando hacer, pero Tanner quería
asegurarse de que alguien sabía que él se había ido y que Flynn sería
vigilado.
Tanner sólo se preocupaba de que el hombre se despertara en medio de
la noche, preguntándose dónde estaba Tanner.
Después de mensajear con Dane, Tanner escribió una nota rápida para
Flynn, en caso de que eso mismo sucediera. Sólo le dijo que había
olvidado algunos comestibles básicos y que se dirigía a la tienda de
veinticuatro horas más cercana para traer un poco de leche, huevos y pan.
Si Flynn llegara a necesitar algo, le dejó el número de Dane con las
instrucciones de que podían llamar o textear al alfa en cualquier momento
por ayuda.
Probablemente estaba exagerando, y tal vez sería más de lo que Flynn
realmente necesitaría, pero Tanner no se atrevía a salir de la casa hasta
que hubiera hecho todo eso.
Después de tomar su abrigo y sus llaves, regresó a su camioneta. 71
Tenía que tener cuidado mientras conducía. La nieve estaba gruesa en
el camino ahora, y le tomó un horrible largo tiempo abrirse camino para
salir, pero Tanner era un conductor confiable e hizo su camino de nuevo
hacia la ciudad en el momento oportuno.
El aparcamiento estaba vacío, así como el centro comercial.
Afortunadamente, Tanner todavía tenía el olor de ese hijo de puta, y no
estaba dispuesto a dejarlo ir.
El hombre había estado observándolo a él y a Flynn mientras habían
empacado sus artículos y dejaron el centro comercial, así que era sólo
cuestión de salir de su camioneta y seguir el olor de donde vio por última
vez a Duncan.
Había una buena posibilidad de que el hombre se hubiera metido en un
autobús o algo, lo que haría a Tanner perder su aroma, pero incluso si ese
fuera el caso, estaba bastante seguro de que sabía a qué refugio Duncan
habría ido. Flynn lo había descrito bastante bien.
Afortunadamente, Duncan no había abordado un autobús. Tanner no
tuvo que tomar de nuevo su camioneta y conducir más. Siguió el olor de
Duncan hasta un edificio abandonado. Había piezas de madera
contrachapada clavados en cada ventana, pero aún podía distinguir una
pequeña cantidad de luz procedente de la ventana del piso superior, justo
debajo de las grietas de la madera.
También olía a marihuana, humo de cigarrillo, y una gran cantidad de
fluidos corporales que le hicieron arrugar su sensible nariz con disgusto.
Tanner apoyó los pies, y dio un salto alto. Se agarró del metal de la
tubería que se alineaba en la pared lateral, tomó la pieza de madera que
estaba clavada en la ventana del segundo piso, y luego la tiró fuera.
Hubo un breve grito asustado y lucha adentro mientras que Tanner se
empujaba a través de las cortinas sucias y raídas, y puso sus pies en el 72
suelo.
No había mucho piso. Basura cubría casi todas las superficies. Casi no se
podía ver el suelo. En las esquinas de la habitación, había dos colchones y
una pequeña lámpara de gas asentada entre ellos, lo que le permitía a los
hombres que estaban envueltos en sus abrigos grises sucios mantenerse
calientes en una casa que no tenía fuente de calor.
Le tomó un momento distinguir a Duncan de los demás. La bufanda que
llevaba bloqueaba su rostro, y el olor de las drogas cosquilleaba el interior
de la nariz de Tanner. Casi no pudo distinguirlo sólo por el olor.
Había agujas en el suelo, junto con algo de dinero y un montón de otra
droga relacionada con la parafernalia.
Tanner no conocía a los otros hombres aquí. Flynn había mencionado
que Duncan generalmente se rodeaba de sus amigos, pero no estaba
seguro de si se trataba de ellos o sólo algunas personas drogadas de las
que Duncan estaba tomando ventaja.
―Todos ustedes, salgan de aquí. Tú no!― Tanner gritó cuando Duncan
intentó ponerse de pie.
Los otros tres hombres en la sala se movieron rápido. Recogieron su
dinero en efectivo y sus agujas y huyeron. Tanner ni siquiera estaba
seguro de cómo habían logrado entrar en la casa en absoluto,
probablemente conocían la manera de salir.
Duncan lo observaba de cerca. El rostro del hombre estaba en calma,
pero sus ojos claramente tenían miedo, y cuando Tanner lo buscó, podía
oler el miedo en él también. Era evidente por la forma en que sudaba,
incluso en esta sala congelada.
―¿Bien, qué quieres? Si ya te cansaste de la pequeña perra, estás sin
suerte. No tengo más defectos para darte.
Tanner apretó los puños y se quitó los guantes y el abrigo. Cuando 73
regresara a casa, iba a tener que tirar a la basura todo lo que había estado
vistiendo después de haber tocado este piso asqueroso.
―¿Qué? Quieres trabajar para mí, ahora?
El descaro de este hombre era increíble.
―Nunca fuiste el dueño de Flynn. Estoy aquí para saldar sus deudas.
Los ojos de Duncan se abrieron un poco.
―Muy bien, perfecto. Me vendría bien un buen polvo.― Hubo una ligera
bruma en sus pupilas, Tanner realmente lo notó un momento después a
través de la pésima iluminación de la habitación. Había una buena
probabilidad de que Duncan realmente creyera lo que estaba diciendo, en
lugar de reconocer esto como la amenaza que era.
Tanner no estaba dispuesto a explicar que no estaba aquí para tener
relaciones sexuales con el hombre. Cuando estuvo desnudo, sus ropas
colocadas en la parte superior de la chaqueta que ya no sería capaz de
mantener, dejó que el cambio sucediera, dejó a su lobo salir y dejó a este
hombre saber cuán enojado estaba.
Duncan se quedó sin aliento y se apresuró hacia atrás contra la pared
por la vista del lobo gruñendo, con el pelo erizado y la cabeza hacia abajo,
dejando al descubierto sus dientes para inculcar aun más temor.
La voz de Duncan se sacudió.
―A-a los hombres lobo no se les permite tocar a los seres humanos. No
puedes atacarme! No puedes atacarme!
Sí, definitivamente podía. Tanner dio un paso adelante. Rara vez hacía
esto, era contra las reglas, pero le dio a su lobo rienda suelta para hacer lo
que quisiera con este hombre, y se le abalanzó.

74
Capítulo Siete

Flynn se despertó a la mañana siguiente sintiéndose reanimado, pero no


quería abrir los ojos.
Todavía estaba disfrutando de ese sueño increíble que había tenido
durante la noche. Su polla palpitaba un poco debido a los efectos
secundarios.
Mierda santa. No tenía muchos sueños así de buenos, y éste había sido 75
absolutamente el mejor.
Había soñado con Tanner, que estaba de rodillas, con la mano
suavemente masajeando los testículos de Flynn mientras su boca chupaba
la cabeza de su pene. La mejor parte fue la forma tan real en que se había
sentido, cómo todavía podía casi que revocarse por la sensación de la boca
de Tanner moviéndose de atrás hacia delante, con la lengua presionando
contra la hendidura de la polla de Flynn, sus labios burlándose alrededor
de la cabeza de hongo antes de hundirse tan profundo como pudo.
Flynn podría haberse corrido dos veces por esa imagen. No podía estar
seguro. Todo lo que sabía era que habían sido algunos de los mejores
orgasmos de su vida, y no quería mover un sólo músculo.
Ahora que estaba despierto y consciente, ya no en un mundo de
ensueño que probablemente no se convertiría en una realidad, como
siempre, se concentró en las cosas que eran parte de su realidad.
Estaba debajo de una manta suave en una buena cama con el colchón
más cómodo en el que pudo recordar haber estado en toda su vida. Él
estaba agarrando el libro que había estado leyendo la noche anterior como
si fuera un oso de peluche, y aunque pudo distinguir algo de luz entrar por
las ventanas a través de sus párpados cerrados, necesitó cinco minutos
más para realmente tomar todo esto, para disfrutarlo por lo que era.
Este era un regalo e iba a cuidarlo durante todo el tiempo que se le
permitiera tenerlo.
Finalmente, Flynn dio media vuelta y se estiró. Su columna tronó, y sus
piernas y pies se estiraron a longitudes que probablemente no deberían,
pero suspiró de satisfacción cuando hubo terminado.
Abrió los ojos y miró al techo durante unos segundos antes de volver su
rostro hacia la ventana. Copos pesados de nieve, gruesos y redondos que
podrían haber sido bolas de algodón, cayeron en bocanadas desde el cielo.
Flynn no pudo evitarlo. Se levantó y se acercó a la ventana. 76
Casi quería abrirla para no tener la separación del vidrio con el exterior.
Era cálido y confortable en el interior, algo raro en el invierno, en lugar de
recoger sus cosas y verse obligado a seguir adelante. No llevaba más que
una pijama delgada prestada y no incluía cada pedacito de ropa que tenía,
ni periódicos rellenando sus zapatos para mantenerlos calientes.
Incluso el suelo bajo sus pies era cálido, y le encantó.
¿Qué demonios? Flynn abrió la ventana. La madera soltó un ruido de
agrietamiento mientras lo hacía, como si el sello se rompiera, pero sólo le
tomaría un par de segundos.
Flynn sacó su mano hacia el frío, cogió uno de los grandes y redondos
copos de nieve en la mano, y trajo su brazo al interior para ver como se
derretía en su palma.
Eso hizo su día.
Sonrió en ese momento, cerrando la ventana, y luego salió de su
habitación. El primer lugar al que se dirigió fue al cuarto de baño,
encerrándose dentro para poder limpiarse a sí mismo. ¿Un hombre lobo
era capaz de oler el hecho de que se había venido un par de veces durante
la noche?
Dios, esperaba que no.
Flynn estuvo en el baño durante tanto tiempo que cuando abrió la
puerta, olió carne cocinándose en la estufa y oyó el crujido de tocino
chisporroteando. Se preguntó si podría tener algo de eso.
Sacudió la cabeza. Conociendo a Tanner, era muy probable que pudiera,
aunque todavía quería ser cortés al respecto y preguntar.
Su sangre zumbaba con la idea de ver a Tanner de nuevo, haciendo a su
cuerpo entero sentirse inquieto y lleno de cafeína.
Su erección palpitaba, pero eso fue sólo porque era de mañana y
también porque estaba a punto de entrar en una habitación donde estaba
Tanner y Flynn aún podía vívidamente recordar el sueño de la noche 77
anterior.
¡Mierda! Correcto. Casi se había olvidado de eso. Tenía que calmarse y
hacer que se fuera antes de que Tanner lo oliera por encima de la comida.
Flynn no creía que pudiera volver a entrar en el cuarto de baño sin
despertar sospechas y por qué tenía que pensar en la palabra despertar?
Así que se quedó en el pasillo, tratando de forzar a su polla a desinflarse,
pero estaba demostrando ser más difícil de lo normal. No podía dejar de
pensar en Tanner y cuan apuesto era el hombre, como siempre parecía
estar viendo las cosas que Flynn hacía.
Los ojos de Tanner siempre miraron las orejas grises de Flynn como si
fueran lindas, y nunca se burló de Flynn por su cabello.
Pensar en los labios del hombre cada vez que bebió agua de una pajilla,
recordar la forma en que la garganta se sacudía al tragar, no estaba
ayudando a las cosas tampoco.
Le tomó un par de minutos, pero Flynn logró desaparecer su erección.
Gracias a Dios. Si Tanner supiera las cosas que Flynn pensaba de él,
entonces sólo lo haría asumir que Flynn estaba interesado en sexo sólo
porque estaba desesperado por mantener un lugar para pasar el invierno.
No quería que Tanner pensara cosas malas de él de esa manera.
Quizás Flynn podría hacer sus sentimientos más notorios después de
que hubieran vivido juntos por un rato.
Suponiendo que Tanner estuviera pensando en mantener a Flynn
alrededor y no estuviera a punto de mudarlo a una casa diferente.
―Flynn? ¿Estás despierto?
Correcto. Por supuesto que Tanner se habría dado cuenta de que Flynn
estaba sólo de pie en el pasillo.
―Voy!― Respondió.
Flynn corrió a la cocina, y por supuesto, ahí estaba Tanner. Estaba de
pie frente la estufa, pareciendo mucho más informal de lo que había 78
estado la noche anterior, en un par de jeans de color azul oscuro y un
jersey de cuello negro. Había una pequeña televisión encendida en el
mostrador. Flynn no estaba prestando atención a la programación. Estaba
demasiado ocupado mirando la mezclilla que Tanner llevaba.
Los pantalones vaqueros abrazaban especialmente bien su culo.
¡No! Su erección iba a volver! Su erección iba a volver!
Flynn se sentó en la mesa, forzando a sus ojos a alejarse del culo de
Tanner para mirar la parte posterior de su cabeza.
―¿Quieres que te ayude con algo?
Tanner sonrió por encima del hombro.
―Por supuesto. Puedes tostar un poco de pan. Te despertaste la noche
anterior? Hice una parada rápida para recoger esto después de que fueras
a dormir.
―Oh, cierto, se suponía que conseguiríamos provisiones― dijo Flynn.
Estaba en la punta de su lengua disculparse de inmediato por haber
causado tal inconveniencia, pero no lo hizo. La gente normal no se
disculpaba por cada cosa, y estaba bastante seguro de que Tanner no
quería que hiciera eso.
Tomó el pan de Texas, que era grueso y suave en comparación con el
pan al que estaba acostumbrado, y lo metió en una tostadora de acero
inoxidable.
―No, ni siquiera supe que habías salido.
Tanner todavía le sonreía. Parecía estar de buen humor.
―Me alegro. Te dejé una nota en caso de que te despertaras. Me
preguntaba si lo habías leído o no.
Flynn negó con la cabeza.
Tanner lo dejó hacer otras cosas para ayudar con el desayuno, con lo
que era tan feliz ya que no quería que este increíble hombre hiciera
absolutamente todo por él. Le untó mantequilla a las tostadas y puso la 79
mesa, sacó el jugo de manzana de la nevera y les sirvió a ambos un vaso.
Tanner le explicó que no le gustaban las cosas demasiado ácidas, por lo
que no había zumo de naranja, pero se ofreció a comprar un poco la
próxima vez que saliera.
Flynn negó con la cabeza. Le gustaba el jugo de manzana de todos
modos, y si era lo que a Tanner le gustaba, entonces se convertiría en la
nueva bebida favorita de Flynn.
Cuando estaban a punto de terminar de comer, hablando gratamente
con Tanner sobre todas las cosas nuevas que Flynn podía hacer y la gente
que podía conocer en el día, el programa de televisión cambió.
Flynn probablemente no se habría dado cuenta en absoluto si el título
principal no hubiera sido que un supuesto hombre lobo había atacado a un
hombre sin hogar en un edificio abandonado.
Eso todavía se sabía que podía suceder. No era raro ver ataques de
hombre lobo en la prensa. Por lo general, si alguna vez se encontraba al
hombre lobo, o confesaba cualquier crimen así, por lo general el ataque
sólo sucedía porque el hombre lobo en cuestión había estado sin una
manada, había sido incapaz de contenerse por más tiempo, o algo los
había sacado fuera de sí.
Flynn lo hubiera ignorado, pero cuando mostraron una foto de la
construcción, lo reconoció como el lugar donde Duncan normalmente se
quedada.
Su sangre se congeló, y no ayudó el hecho de que la televisión de
repente se apagara y la pantalla se volviera negra.
Flynn miró a Tanner, quien tenía el control remoto en la mano y se
miraba a Flynn con cierto temor en sus ojos.
Flynn tragó. Sintió la forma en que sus orejas comenzaron a bajar en su
cabeza, a pesar de no querer dar ningún signo físico de que esta cosa
entera era demasiado extraña. 80
―¿Sabe... Sabes quien hizo eso?
Forma estúpida de hacer la pregunta equivocada. No es como si
estuviera engañando a Tanner de todas formas.
Tanner bajó el brazo en el que sostenía el control remoto. Su respuesta
fue suave.
―Yo lo hice.
El corazón de Flynn comenzó a golpear tan fuerte en el pecho que era
bastante seguro que fue la única cosa que pudo oír durante un par de
segundos.
―Por... por qué? Por qué harías eso? No vas a meterte en problemas?
En las noticias dijeron que están buscando a un hombre lobo.
―Están buscan un hombre lobo rabioso. Alguien probablemente vendrá
por aquí preguntando si hemos visto algún rebelde por los alrededores.
Nadie en la manada dirá algo. Sólo Dane sabe lo que hice. No quería que
supieras porque no quiero que te sientas nervioso o que tuvieras que
hablar con la policía sobre lo que pasó.
Tanner se veía increíblemente arrepentido por eso, como si la idea de
que Flynn tuviera que pretender no saber nada en caso de ser interrogado
por la policía en realidad le hiciera daño o algo.
Flynn se encorvo en su asiento. Tomó una respiración profunda y luego
poco a poco la dejó ir.
Tanner no dijo nada por varios segundos.
―Si deseas quedarte en otra casa, con Dane y Charlie, o con Mason y
Parker, lo entenderé.
Flynn miró al hombre bruscamente. Ese pensamiento ni siquiera había
pasado por su mente. Tanner lo miró con verdadero dolor en sus ojos.
Flynn había visto a suficientes supuestos amigos a lo largo de los años
pretender ser emocionalmente heridos cuando trataban de obtener algo de
él, un favor, dinero, cualquier cosa, y podía decir que Tanner no estaba 81
fingiendo la emoción en sus ojos. Esta era una preocupación real para él.
―¿Lo mataste?― Preguntó Flynn.
―No― respondió Tanner. ―Yo quería, sin embargo. No voy a mentir.
Pensé sobre eso. Mi lobo estuvo muy cerca de rasgar su garganta, pero no
lo hice. No caminará recto nunca más sin embargo.
―¿Qué pasa si trata de decir que fuiste tú quien lo lastimó?
Tanner se encogió de hombros.
―Creo que voy a estar bien. Estaba drogado cuando lo encontré. Y un
buen tercio de los varones en esta manada tienen trenzas oscuras como la
mía. No será exactamente capaz de dar una descripción precisa de nada,
creo. Aunque la policía aún vendrá aquí. Lo siento.
―Y-yo no!― Flynn farfulló. Pareció sacar como la mierda a Tanner del
shock, cuyos ojos se abrieron, así que siguió adelante. ―¿Por qué habría
que lamentarlo? Duncan ha estado haciendo mi vida miserable durante
años, y básicamente aseguraste el que no pueda tocar a nadie nunca más.
¿Tienes alguna idea de cuantas veces las personas que dirigen el refugio
tuvieron que llamar a la policía a causa de él? No creo que la policía
siquiera se preocupe tanto sobre lo que le ha pasado. Puede ser que no
vengan del todo!
Tanner continuó observándolo, y luego sus ojos se suavizaron.
Claramente había alivio allí.
―No estás enojado?
Flynn negó con la cabeza.
―Creo que estoy aturdido, pero no. Enojado no. Más que todo tengo
curiosidad. ¿Por qué te arriesgaste de esa manera? ¿Por qué incluso
tomaste el riesgo de que la policía pudiera venir aquí y empezar a
cuestionar a las personas de todos modos?
Los labios de Tanner se apretaron y miró fijamente y duro a Flynn, como
si se estuviera debatiendo algo. 82
―Porque eres mío. Ya te lo dije.
―Pero no sé lo que quieres decir con eso. No puedes sólo hacer lo que
hiciste porque sientes pena por mí.
―No se trataba de sentir lástima, y significa exactamente como suena.
Eres mío. En casi todos los sentidos de la palabra. Mi lobo y yo tenemos
esta necesidad de cuidarte, de asegurarnos que nadie te amenace o te
haga sentir inseguro. Duncan era una amenaza, e incluso después de
conocerlo una vez, supe que iba a causarte problemas. Estás tratando de
vivir una vida normal en una manada que es buena con los shifters
defectuosos. No podía dejar que él interfiriera con eso, haciéndote pensar
que no perteneces aquí.
―Así que lo rastreaste― dijo Flynn y luego miró sus manos, pensando
en lo que Tanner acababa de decir. ―No quiero hacer ninguna suposición
ni nada, pero lo que estás diciendo... suena casi como si describieras a un
compañero.
Los ojos de Tanner se hicieron aún más intensos. El azul se transformó
en oro mientras sacaba una silla y se sentaba frente a Flynn, poniéndolos
al mismo nivel de los ojos.
―Eso es exactamente de lo que estoy hablando. Eso es precisamente lo
que quiero decir.
Flynn negó con la cabeza incluso antes de que Tanner terminara de
hablar. Estaba demasiado aturdido por las palabras. Tuvo dificultades para
hablar durante un par de segundos.
―Pero eso no es posible. Soy un defecto. No puedo tener un
compañero.
Tanner se apartó, como si Flynn acabara de balancearse o algo.
―Pero has conocido a Charlie y Parker. Están acoplados a Dane y
Masón. Son defectos, también. 83
―Están acoplados?― Preguntó Flynn.
Tanner asintió, mirándolo de cerca.
―¿Estás seguro?
Tanner sonrió.
―Sí, muy seguro. Yo fui uno de los pendejos que estaba en contra de
que Dane trajera a Charlie aquí. El hombre insistió en acoplarse a Charlie,
y no se preocupó por lo que cualquier otra persona en la manada tuviera
que decir al respecto. Incluso cuando le advertí que sus hijos podrían ser
defectos, no le importó. Me tomó un poco de tiempo antes de ser capaz de
ver que tenía razón.
Tanner sonaba avergonzado de sí mismo en ese momento. Flynn no vio
nada por lo que el hombre tuviera que avergonzarse. Era tan bueno.
Bueno con Flynn y bueno para los demás habitantes de esta manada.
―Estoy seguro de que Charlie te perdonó por eso. Parece un buen tipo.
―Sí, lo es.
Flynn devolvió su atención al tema que habían estado discutiendo hace
sólo unos minutos. El hecho de que Charlie y Parker realmente estaban
acoplados a lobos.
―No creía que estuvieran acoplados. Quiero decir, ahora que lo pienso,
me parece haber escuchado a uno de ellos utilizar esa palabra antes, pero
pensé que sólo hablaban de estar casados. Eso no es lo mismo que tener
un compañero en realidad. ¿Seguro que soy tu compañero? ¿Qué pasa si
estás cometiendo un error?
―No lo estoy. No hay ningún error. Cuando me detuve a olfatear el aire,
justo antes de que intentaras sacar mi billetera del bolsillo, eras tú a quien
olía. Tu aroma me estaba volviendo loco, pero había demasiada gente
alrededor, también mucho perfume y humo en el aire para mí notarte
hasta que estuviste justo enfrente de mí. 84
Flynn sintió su rostro calentándose ante esas palabras.
―Y luego viste que estaba tratando de robarte.
Tanner se rió en voz baja.
―Fue un shock, pero me alegro de haberlo hecho. Si no hubieras
llegado tan cerca, entonces probablemente no habría notado dónde
estabas sentado o pensado que un hombre que vivía en las calles podría
ser mi pareja. Al parecer, todavía tengo algunos prejuicios a los que hacer
frente.
―Creo que lo estás haciendo bien― dijo Flynn sintiendo la necesidad de
defender al hombre.
Cuando Tanner sonrió, se le ocurrió otra cosa a Flynn.
―¿Es por eso que siento la necesidad de defenderte? ¿El por qué me
gustas tanto?
Tanner asintió.
―Sí. Me preguntaba cuánto podías sentir. Tuve que hacerle a Dane un
par de preguntas sobre la cosa entera. Charlie no era consciente de que
era el compañero de Dane durante mucho tiempo tampoco. No hasta que
Dane prácticamente lo secuestro de su antigua casa y lo trajo de vuelta a
la manada.
―Wow, Dane secuestró a su pareja?
Tanner asintió.
―Eso es un poco romántico, en realidad.
Tanner soltó otra carcajada.
―Entonces, eso es de lo que iba ese beso cuando me desperté por
primera vez y por eso quieres cuidar de mí y me echas a perder tanto.
Tanner asintió.
Flynn sintió calentarse su interior. Tanta felicidad hinchó dentro de él. El
hecho de que estaba libre de Duncan para siempre, que Tanner lo quisiera
como compañero. Él, que era un don nadie en el gran esquema de las 85
cosas, era amado y apreciado por este hombre y por el lobo que vivía
dentro de él.
―¿Significa esto que quieres cazarme también?― Preguntó Flynn.
Tanner tamborileó con los dedos sobre la mesa, y miró hacia la ventana.
La nevada era pesada y el aire y el cielo estaban grises. Era difícil ver.
―Creo que vamos a tener que esperar a que el clima se caliente― dijo
Tanner. ―Con toda la nieve, no sería una buena caza, pero me encantaría
que vinieras a cazar conmigo.
―Cazar contigo?― Preguntó Flynn, sus orejas animándose. ―¿Quieres
decir con un rifle mientras estás en tu forma de lobo?
Tanner asintió.
―No vas a ser capaz de comer la carne cruda, una pareja acoplada
cazando juntos se supone que es tan bueno como si te persiguiera y
tuviera sexo contigo. Me gustaría que estuvieras a mi lado. Podemos
embolsar un ciervo y traerlo de vuelta juntos.
Y la idea de hacer algo como eso calentó las entrañas de Flynn más de
lo que pensaba que fuera posible.
Excepto que había un pequeño problema.
―No quiero empujarte si quieres esperar― dijo. ―Pero tenemos que
esperar a una cacería para tener relaciones sexuales?
El recuerdo del sexy sueño que había tenido la noche anterior volvió a
su mente y el cuerpo de Flynn se calentó inmediatamente. No sólo su
cuello y cara. Probablemente tenía un rubor por todo su cuerpo en ese
momento.
Tanner farfulló.
―¿Crees que quiero esperar?― Preguntó, y sus manos se dispararon
hacia adelante, agarrando a Flynn alrededor de su cintura, levantándolo y
colocándolo sobre su hombro. Flynn se rió con la nueva posición mientras 86
Tanner se movía rápidamente, corriendo por el pasillo, llevándolo no a la
habitación donde Flynn había estado viviendo, sino a la habitación de
Tanner.
Capítulo Ocho

Tanner llevó apresuradamente a Flynn a su habitación. Mantuvo sus


brazos alrededor de la cintura del delgado joven, pero a Flynn le gustaba
retorcerse y cuando Tanner casi hizo que el hombre se golpeara la cabeza
contra la pared, lo bajó por un breve instante para poder asegurarlo,
sosteniendo al hombre pecho contra pecho esta vez, con los muslos de
Flynn agarrados a su cintura. 87
―Eres malo. No puedes quedarte quieto― dijo Tanner.
Flynn simplemente le sonrió.
―¿Y qué vas a hacer al respecto?― le preguntó, empujando su pelvis
hacia adelante para que Tanner pudiera sentir su polla.
Una experiencia bastante placentera, pero con el primer incierto beso,
su mente realmente explotó. Ese beso se convirtió en algo mucho más
erótico y se llenó de muchas más promesas cuando Flynn incluso empujó
su lengua en la boca de Tanner para explorar. Mierda santa, Tanner tuvo
problemas para conseguir ordenar sus pensamientos.
Su lobo quería salir. Lo sintió justo debajo de la delgada superficie de su
piel, empujando contra él, deseando el contacto y la atención amorosa que
Tanner estaba recibiendo.
Bueno, eso era condenadamente malo. Tanner no estaba precisamente
en la cosa de tener sexo en su forma de lobo, y dudaba que Flynn gozara
de ello, teniendo en cuenta que no podía cambiar.
Le dijo a su lobo que se sentara y quedara quieto, y luego volvió a lo
que estaba haciendo.
Tenía los ojos cerrados mientras dejaba a Flynn hacer lo que quisiera
con él. Olió el aroma de pre-semen ya en el hombre, más fuerte que lo
que lo había olido esta mañana cuando Flynn había despertado y hecho su
parada en el baño para limpiarse.
Mierda. Flynn iba a ser su muerte. ¿Cómo demonios podía existir algo
tan bueno?
Tanner se dirigió ciegamente hasta su cama, apoyándose en la memoria
muscular confiando en que sus piernas supieran a dónde ir. Cuando sus
rodillas tocaron el colchón, cayó encima de él. Flynn se rió mientras su
espalda rebotaba en las sábanas, que todavía estaban desordenadas y se
veía perfectamente contento de ser intercalado entre la cama y Tanner. 88
―He querido tocarte desde que te vi por primera vez― dijo Tanner.
Al segundo de que las palabras salieran de su boca, pensó que podría
ser demasiado, demasiado espeluznante para que alguien como Flynn
escuchara.
Cuando abrió los ojos, Flynn le sonrió. Casi literalmente, como si su piel
se hubiera iluminado por el cumplido.
―Me alegro. Por lo menos ahora no me siento como un pervertido por
desear al chico al que traté de robar.
Tanner se rió entre dientes, y se inclinó para otro beso. Esta vez,
cuando Flynn abrió la boca, Tanner empujó suavemente su lengua hacia
delante para tomar lo que se le ofrecía. Fue suave y tranquilo en su
enfoque, pero no estaba pidiendo permiso, no estaba duplicando y
triplicando la verificación para asegurarse de que Flynn estaba bien con
esto. Su lobo tenía suficiente control para que el doble control hubiera sido
imposible, pero eso no importaba de todos modos puesto que ya tenía ese
permiso. No estaba dispuesto a perder el tiempo pidiendo por más.
Las manos de Flynn temblaban ligeramente, lo que era un poco
preocupante, pero también tenían curiosidad, y exploró el cuerpo de
Tanner completamente. Sus manos fueron hasta la parte inferior del cuello
alto de Tanner y se deslizaron dentro, sus dedos cosquillearon a lo largo
de la carne desnuda de la espalda de Tanner.
Tanner suspiró contra el beso. Contacto piel con piel. Eso es lo que
había estado queriendo tan mal todo este tiempo. Ahora que lo tenía,
envió sacudidas hacia su polla y pelotas e hizo doblar sus dedos y empujó
sus caderas contra Flynn, sintiendo el duro bulto de su polla a través de
los pijamas que vestia.
Lo encendía tanto que Flynn usara algo que tenía el aroma de Tanner
por todas partes. Probablemente no tenía ningún sentido, aparte del hecho
de atender a la naturaleza posesiva del lobo, pero a Tanner maldita sea le 89
encantaba.
Le encantaba tragarse los gemidos de Flynn aún más.
El hombre alejó la cara del beso de Tanner, como si no pudiera soportar
aceptar más. Su pecho se movía mientras jadeaba, y sus ojos estaban casi
cerrados. Necesitaba respirar, por lo que Tanner puso sus labios sobre la
larga y expuesta garganta que Flynn le había ofrecido sin siquiera darse
cuenta.
―Joder, justo ahí. Justo ahí.
Las uñas de Flynn rasguñaron la espalda de Tanner. Iba a tener que
recortarlas pronto. Se estaban haciendo filosas, casi como garras, pero el
placer, a pesar de que aún llevaba sus vaqueros, era malditamente
demasiado como para ignorarlo. Era tanto que empequeñeció cualquier
dolor que pudiera haber sentido por las garras de Flynn.
Flynn empujó su pelvis en serio ahora, duro y rápido. Jadeaba mientras
empujaba hacia delante, y Tanner se dio cuenta de que el hombre estaba
a punto de llegar pronto, lo cual fue exactamente el por qué se retiró,
gentilmente retiró las piernas de Flynn de la cintura de Tanner.
El gemido de decepción fue directamente al ego de Tanner. Se disparó
justo a su pecho y le hizo sonreír tan condenadamente mal por ser tan
querido por este hombre.
―¿Qué estás haciendo? No, estoy cerca, voy...― Flynn acabó
cortándose a sí mismo cuando se agachó y tomó el bulto entre sus
piernas, haciéndose gemir por el placer de su propio toque.
Tanner agarró la muñeca de Flynn y le apartó la mano, observando las
expresiones que parpadeaban en la mirada de Flynn, que fueron de la
curiosidad, a la decepción, y suficiente mendicidad que lo hacía parecer
tan condenadamente sexy que dolía.
―Voy a encargarme de ti, confía en mí en esto― dijo Tanner. ―Pero 90
tenemos que salir de estas ropas primero.
No había pensado que fuera posible, pero la cara de Flynn tomó una
sombra más roja mientras se sonrojaba aún más.
―Oh, bien. Tiene sentido― dijo, sonriendo a Tanner mientras empezaba
a deshacer los botones de la camisa del pijama.
Tanner frunció el ceño, preguntándose de pronto el grado de
experiencias sexuales de Flynn.
―¿No has hecho esto antes?
―Lo hice― dijo Flynn, incorporándose un poco cuando se dio cuenta de
que era la forma más cómoda de quitarse su pijama.
Reveló algunas cicatrices, unas pocas entrecruzadas sobre su vientre y
en la parte superior de sus brazos, en su delgado estómago y pecho.
Había dos cicatrices circulares un poco más rojas que las demás.
Quemaduras de cigarrillo.
Flynn metió los dedos en el elástico de la cintura de los pantalones del
pijama que llevaba, sus ojos grises mirando a Tanner, como si estuviera
esperando a que lo juzgara y le dijera que lo que estaba viendo no parecía
lo suficientemente bueno para continuar.
Tanner se inclinó y le dio un suave beso a una de las quemaduras de
cigarrillos bajo el vientre de Flynn.
―Ya he visto todo esto. No tienes por qué avergonzarte.
―Tú... Oh, cierto. La primera vez que me desperté estaba limpio y
usaba estos ― dijo. ―Tenía la esperanza de que el médico hubiera hecho
eso.
―Él ayudó cuando llegó.― dijo Tanner. ―No creo que haya nada malo
con cómo te ves.
―La mayoría de las personas mira las cicatrices y piensan que me
lastimo a mí mismo.
Tanner miró las cicatrices que claramente habían sido hechas con 91
cuchillos. Muchas de ellas eran muy intrincadas y bien ubicadas. Casi
limpias y ordenadas en fila.
―¿Alguna vez te has hecho daño?
Flynn sacudió la cabeza rápidamente.
―No. Quiero decir. Cuando yo era un niño pequeño, sí, pero no tengo
cicatrices de eso. Estas son todas por Duncan o sus amigos.
―Lo que me hace aún más feliz de haberlo castigado― dijo Tanner.
―Pero incluso aparte de esos,― dijo Flynn continuando, ―No soy tan
bien parecido. Todavía no te he visto desnudo, pero ya puedo decir que
fuiste estafado. Soy como un twink. No tengo nada.
―No suenes tan avergonzado por eso. Me parece que el tipo de cuerpo
que tienes es muy sexy.
La boca de Flynn se curvó, como si no acabara de creerlo.
Tanner sacudió la cabeza.
―Seriamente. Si quisiera salir con alguien que se vea exactamente
como yo, entonces simplemente andaría con un espejo.
Eso produjo la reacción que Tanner estaba buscando. Flynn se echó a
reír. Sin duda era más sexy cuando se reía. Lo que atrajo a Tanner tan
completa y totalmente más fuerte fue cuando no pudo contener más su
risa.
Besó al hombre de nuevo. Le dio un beso como si no hubiera ninguna
cicatriz en su cuerpo, como si no hubiera nada en el mundo de lo que
Flynn se sintiera consciente porque no lo había, no cuando se trataba de
él. Lo cual era una cosa extraña, ya que Tanner podría haber notado
cicatrices como esas en otra persona y pensado que lo hacía poco
atractivo, pero no en Flynn. Flynn nunca sería poco atractivo para él.
Flynn no fue el que se bajó los pantalones de pijama esta vez. Tanner lo
hizo. Los empujó hacia abajo, liberando la polla del hombre, que surgió
hacia delante como si dijera, estoy aquí! Dame algo de atención! 92
El aroma de almizcle de Flynn que expulsaba su erección, su pre semen
claramente allí y la acumulación en la ranura de la cabeza, fueron
directamente a la cabeza de Tanner.
Aspiró profundamente por la nariz, cerró los ojos y suspiró mientras casi
caía arrodillado sobre el cuerpo de Flynn.
―No tienes idea de lo bien que hueles. Desearía que tu nariz fuera tan
sensible como la mía, y no sólo tus orejas.
Las manos de Flynn se movieron con dulzura por el cabello de Tanner,
probablemente jalando las hebras soltando su trenza, pero estaba bien.
―Tanner, puedo estar arriba? Quiero montarte.
Tanner se apartó y miró directamente a los ojos de Flynn. Tanner estaba
sonriendo.
―No tienes ni que preguntar. Suena maravilloso.
Flynn agarró el borde del suéter de Tanner y lo tiró por encima de su
cabeza. Fue al revés cuando la tiró al suelo. Tanner trabajaba en su propio
cinturón y cremallera. No iban a tener mucho juego previo. Tanner estaba
demasiado malditamente desesperado. Estaba casi que siendo guiado por
su lobo, y se le ocurrió que ya que Flynn realmente no tenía ese instinto
animal en su interior para conducirlo, probablemente debería dejar que lo
conozca.
Flynn asintió, casi como si estuviera impaciente.
―Sí, está bien. Haremos todo eso más tarde. Estoy listo ahora mismo.
No necesito nada más.
Bueno, le faltaba algo más y Tanner lo sacó del cajón de la cómoda
cuando finalmente estuvo felizmente desnudo.
Flynn no prestó atención a la botella de lubricante en las manos de
Tanner. Estaba demasiado ocupado extendiendo sus piernas, dando la
bienvenida a Tanner entre ellas mientras corría las palmas de sus manos
sobre el pecho de Tanner, pellizcando suavemente sus pezones y dejando 93
que sus dedos se muevan en cada arruga de su pecho y abdominales.
―Eres como un horno. Estás jodidamente marcado, también. Sabía que
lo estarías.
Tanner se rió de ambos comentarios.
―Es bueno que estemos en invierno ahora. De lo contrario, tendríamos
que mantener el aire acondicionado sólo para que pudieras dormir a mi
lado.
Los ojos de Flynn se abrieron, y la sonrisa en su rostro mientras se
mostró los diminutos colmillos, fue maravillosa.
―Me puedo quedar en tu habitación contigo?
Como si fuera a ser de otra manera. Tanner empujó un dedo hacia
adelante en el nudo de músculos, y todo el camino hasta que la boca de
Flynn se abrió por la intrusión, pero no a causa de cualquier dolor. La
mirada en los ojos de Flynn fue suficiente para hacérselo saber.
―Vamos a convertir la otra habitación en una biblioteca donde puedas
mantener todos tus libros― dijo. Enganchó el dedo, empujándolo
profundamente, el pequeño gemido y la forma en que Flynn agarró las
sábanas debajo de él le dijo a Tanner que había encontrado la próstata de
su compañero. Introdujo otro dedo. ―Voy a buscarte un escritorio.
Encontraremos algo en lo que te sientas cómodo trabajando, escribiendo.
Esa todavía será tu habitación, y puedes hacer lo que quieras con ella,
pero a partir de ahora, dormirás aquí conmigo.
―Quiero eso. Lo quiero.― dijo Flynn. Su columna vertebral se inclinó un
poco más, y Tanner no estaba del todo seguro de si Flynn estaba o no
hablando de llegar a convertir la habitación de invitados en su propia
oficina privada o del hecho de que Tanner estuviera empujando otro dedo
dentro de él.
Estaba apretado, muy apretado, lo que le dio a Tanner un poco de
consuelo, ya que eso significaba que había pasado un tiempo desde que 94
Flynn había hecho esto.
O un tiempo desde que se había visto obligado a hacerlo. De cualquier
manera, mientras Tanner preparaba el culo de Flynn, no sintió ninguna
cicatriz allí tampoco, lo que también eran buenas noticias. Flynn podía ser
capaz de recuperarse completamente de las cosas que había estado
obligado a vivir, y ese pensamiento envió tanta felicidad a través del pecho
de Tanner que no podía contenerlo.
Se inclinó y puso su boca en los pezones de Flynn, besándolos y
mordiéndolos hasta que estuvieron más duros de lo que estaban antes de
que hubiera empezado. Flynn era una bola de nervios sin esperanza bajo
el toque de Tanner. Él jadeó, y su pecho subía y bajaba en una sucesión
pesada que parecía que había corrido un maratón. Sudor comenzó a brillar
en su piel mientras se aferraba a las sábanas. Tenía la boca, ya sea
jadeante o liberando sonidos y suspiros suaves constantemente porque no
tenía nada que pudiera decir, como si se hubiera olvidado de cómo hablar
en absoluto.
Se veía casi como si no pudiera hacer nada en contra de las sensaciones
que lo asaltaban. Tanner infló su propio ego con el pensamiento de que
podría muy bien ser la primera persona en darle a Flynn tanto placer como
este.
Tanner se inclinó. Puso su boca en los testículos de Flynn, lamiendo y
chupando cada uno en su boca cuando sacó sus dedos del agujero de
Flynn. El hombre ni siquiera pareció darse cuenta cuando Tanner se había
retirado gracias a las nuevas sensaciones que estaba recibiendo.
Su vocabulario ahora consistía principalmente en oh mierda, oh mierda,
oh Dios mío, ¡Mierda!
Tanner amó eso. Mientras que él era bueno en la cama, sabía que no
era exactamente un dios griego o un semental por cualquier tramo de la
imaginación, por lo que le gustaba saber que estaba teniendo este gran 95
impacto.
La mano de Tanner se sacudió ligeramente cuando abrió la tapa de la
botella de lubricante y roció un poco en su mano. Acarició su polla, e
incluso eso fue casi demasiado placer, dejándose brillante y resbaladizo
mientras empujaba la cabeza contra el culo estirado de Flynn.
―¿Estás listo para esto?
Flynn no dijo nada. Sólo asintió rápidamente, sus ojos muy abiertos
bloqueados en la cara de Tanner.
La boca del hombre más pequeño se abrió cuando la cabeza de la polla
de Tanner se extendió a través del anillo de músculos. Tanner gimió
cuando estuvo dentro incluso tuvo que hacer una pausa, ya que se sentía
como si hubiera algo más bloqueando su camino.
―Quema― dijo Flynn, claramente tratando de controlar su respiración.
―¿Duele?
Flynn negó con la cabeza.
―Sólo incómoda?
Flynn asintió.
―Un poco.
Tanner acarició con la mano arriba y abajo del muslo de Flynn, tratando
de confortarlo.
―Eso desaparecerá pronto. Trata de relajarte, y te prometo que va a
pasar.
―No irás rápido ni nada hasta que esté listo, ¿verdad?
Tanner sacudió la cabeza.
―No, pero estoy a punto de empujar adentro de ti el resto del camino.
Lo hizo de inmediatamente cuando sintió esa barrera en el interior del
cuerpo de Flynn cediéndole el paso. Tanner añadió más lubricante
alrededor de la entrada estirada, y en el resto de su polla, y el resto fue un
poco más fácil para él. 96
Se detuvo cuando sus bolas estuvieron profundamente enterradas en el
interior del cuerpo de Flynn. Joder, era tan apretado, su cuerpo apretaba
alrededor de la polla de Tanner, apretándolo como... como...
―Joder, cariño, tengo que moverme― dijo Tanner, y ya estaba
comenzando. Ladeó sus caderas hacia atrás y hacia adelante, haciendo su
mejor esfuerzo por mantener el movimiento suave, para hacerlo lento y
constante para no perjudicar a Flynn en caso de que no estuviera listo.
Flynn asintió. Su cuerpo realmente se estaba calentando ahora que
Tanner estaba compartiendo su calor corporal con él.
―Sí, está bien, hazlo― dijo, empujando sus caderas contra Tanner,
tirando de él más profundamente dentro de su cuerpo.
Eso fue exactamente lo que Tanner había estado esperando oír, pero no
sólo se salió tampoco. Él construyó poco a poco su impulso, tomándole el
pelo y a sí mismo. Gimió, incapaz de retenerlo mientras el placer detrás de
su estómago se fue construyendo. Si sólo se decidiera a pasarlo y tomar lo
que tan desesperadamente necesitaba, no habría nada que lo detenga. Lo
único que lo retenía del orgasmo que casi estallaba dentro de él fue el
hecho de que él estaba tomando su tiempo, e incluso eso no era
suficiente. Hizo que su placer se acumulara de formas que sólo un ascenso
lento podría lograr, y lo estaba volviendo malditamente loco.
No sólo él tampoco. Los ojos de Flynn se voltearon mientras presionaba
la cabeza contra la almohada.
―Tanner, mierda.
―Lo sé, lo sé, pero no puedo. Aún no.
―No, dijiste que podía montarte.
Tanner se detuvo abruptamente.
―Oh, lo olvidé.
Flynn se echó a reír, incluso mientras empujaba contra el pecho de
Tanner. No se separaron el uno del otro. La polla de Tanner permaneció 97
enterrada dentro del culo de Flynn en su mayor parte mientras se daban la
vuelta. Se retiraron sólo un poco, sólo lo suficiente para enterrarse cuando
Flynn se encontró a sí mismo sentado en el regazo de Tanner. Ahora era
un poco más alto que Tanner al estar en esta posición, y el nuevo ángulo
realmente debía de haberle hecho algo a Flynn, haciendo que la erección
de Tanner tocara exactamente donde tenía que ser tocado porque su boca
cayó y sus ojos grises se abrieron de par en par cuando empezó a
moverse de verdad.
Sus perfectamente lindas orejas de lobo apuntaban alto hacia el techo,
pero ahora se veían claramente tiesas mientras movía sus muslos,
empujando hacia arriba y abajo para que la polla de Tanner se empujara
adentro y afuera de su apretado culo. Fue la mejor clase de placer porque
Tanner estaba seguro de que la energía que Flynn estaba poniendo en esto
estaba llena de afecto, y tal vez un toque de amor. No estaba seguro, pero
no iba a presionar y pedir detalles.
La mezcla de pelos suaves y ásperos en la cola de Flynn hizo cosquillas
en las piernas de Tanner y los muslos donde se enroscaba. Le recordó una
vez cuando había estado en la cama con un tipo pervertido al que le
gustaba usar esposas y vendas. Uno de sus juguetes favoritos había sido
un palo largo de cuero envuelto alrededor con plumas suaves y abajo
como unidos. Se veía como un plumero deforme y cuando ese chico había
conseguido poner a Tanner tan caliente, apenas tocó su cuerpo con esas
plumas suaves estimulando los sentidos de su cuerpo aún más, y, bueno,
había sido suficiente para que Tanner se corriera.
Fue suficiente para que agarrara a Flynn alrededor de la cintura,
presionando su boca en el pecho de Flynn en lo que probablemente fue un
beso descuidado, y luego se vino duro.
La erupción de su cuerpo liberó toda esa energía y placer de una vez 98
enviando un gemido duro a través de él que endureció su columna
vertebral, y por varios dichosos segundos su cuerpo estuvo cautivo por el
mismo. No pudo haberse movido incluso si quisiera.
―Oh, Dios mío!― Gritó Flynn, gimiendo largo y fuerte mientras que su
sangre caliente hacía que su semen se disparara en el pecho y estómago
de Tanner y en el estómago de Flynn, cubriéndolos a ambos con su olor.
Sólo entonces el lobo dentro de Tanner estuvo satisfecho. Sólo entonces
sus hombros pudieron caer y pudo recuperar el aliento.
Flynn se desplomó sobre él, abrazando a Tanner alrededor de sus
hombros, y mientras respiraba, su cálido aliento terminaba encima del
hombro, el cuello y la espalda de Tanner.
Le tomó un par de segundos incluso darse cuenta de que esa respiración
significaba que Flynn se había quedado dormido, sus orejas de lobo caían
contra su cabeza mientras roncaba suavemente.
El pecho de Tanner pesaba, pero se mordió el labio inferior antes de que
pudiera comenzar a reír por el otro hombre. No sólo Flynn era
increíblemente lindo, sino que al parecer también era del tipo de hombre
que perdía la conciencia inmediatamente después de un orgasmo.
Tanner puso la información a distancia para su uso posterior.

99
Capítulo Nueve

Cuando Flynn despertó, no tuvo tiempo para avergonzarse sobre


conciliar el sueño como lo había hecho. Tanner estaba demasiado ocupado
despertándolo con besos suaves, consiguiendo alejar el sueño de sus ojos,
y luego habían hecho el amor de nuevo.
Probablemente sólo se sentía tan maravilloso y mágico para Flynn
porque nunca había tenido relaciones sexuales como estas antes, con 100
alguien que no estaba usándolo para algo y totalmente desnudo y dentro
de una cama. Sus amantes anteriores, incluso si se les pudiera llamar así,
a quienes habían estado con él, nunca habían sonreído de la forma en que
Tanner lo hizo, y a Flynn nunca le había gustado aún cuando trataron de
besarlo.
Amaba los besos de Tanner. Le encantaba la forma en que lo hacían
sentir. Y mejor aún, le gustaba la sensación de control que tenía. Tanner
nunca lo empujó en el colchón, nunca hizo que Flynn se sintiera atrapado,
como si no pudiera alejarse si realmente lo quisiera.
Era por eso que a Flynn le gustaba estar arriba. Había una bonita
sensación de libertad y control que venía con eso, aun cuando todavía era
el que estaba recibiendo, por así decirlo.
Flynn logró mantenerse despierto después del segundo orgasmo, pero
bostezó mucho, lo que le parecía gracioso a Tanner. Parecía sonreír mucho
más ahora que cuando se conocieron. Flynn aún no estaba del todo seguro
de si Tanner estaba en lo correcto al pensar que Flynn era su compañero,
pero Flynn iba a ir con ello. Seguiría con esto hasta que estuviera seguro
de que Tanner no estaba cometiendo un error.
Tanner había admitido tener una vez prejuicios contra los cambiaformas
defectuosos y sin embargo, sus manos parecían no mantenerse lejos de
las orejas de Flynn, las acariciaba y las rascaba suavemente.
Eso tenía que significar algo, ¿no?
Holgazanearon en la cama de Tanner, hablando, discutiendo planes para
el futuro. Flynn tuvo que admitir que tenía un poco de miedo de hacer
planes que contemplaban meses e incluso años en el futuro, cuando el
futuro más lejano que alguna vez había planeado era donde iba a
conseguir su próxima cena sin tener que huir de Duncan.
Tanner acarició las orejas un poco más y lo acercó para que Flynn
quedara extendido sobre la parte superior de su perfecto pecho. 101
―No te preocupes por eso. Te ayudaré a sobrellevarlo. No va a ser tan
difícil como piensas que será. Te lo prometo.― Tanner le dijo.
Flynn quería creerle.
Tanner también le dio una leve advertencia.
―Sé que he estado diciendo la palabra defecto y defectuoso a tu
alrededor mucho.
―Está bien. No me importa.― dijo Flynn rápidamente.
―Bueno pues a Dane y a Charlie sí― dijo Tanner, y no hubo falta de
amabilidad ni advertencia en su voz, por lo que Flynn no sintió la
necesidad de tener miedo. ―Supongo que todavía utilizo esas palabras
contigo, porque no sé de qué otra forma llamarlo, pero Dane y Charlie no
quieren que sus hijos sean criados pensando que uno es mejor que el otro.
Ellos saben que con el tiempo su hijo va a averiguar las diferencias entre
ellos, y también lo hará su hija, pero quieren que sus infancias sean lo
suficientemente normales.
―Salvarlos de la angustia para cuando lleguen a la adolescencia?
Tanner sonrió de nuevo.
―Algo así, supongo. Alguien probablemente dejará que la palabra se
deslice antes de esa fecha, y definitivamente van a aprender la palabra
cuando descubran el Internet, pero hasta ahora, nadie tiene ninguna queja
sobre cuidar lo que dicen cuando están con los niños pequeños.
Flynn asintió. Pensó que era una idea maravillosa.
―Voy a cuidar lo que diga― prometió.
Vivir en una manada donde la palabra defecto no existía sonaba
bastante impresionante para él.
A la hora del almuerzo, ambos decidieron que era tiempo para una
ducha, lo que les permitió bromear alrededor, y Dios, Tanner hizo algunas
cosas asombrosas con su lengua y luego se vistieron. Flynn nunca pensó
que un hombre usaría un secador de cabello, pero por otra parte, el pelo 102
de Tanner era lo suficientemente largo para ello. Aunque insistió en que
Flynn lo usara para sus orejas y cola antes de salir de la casa.
―Afuera está frío. El pelo mojado acabará por hacerte enfermar.― dijo.
Flynn hizo lo que le dijo, mirando mientras Tanner trenzaba
expertamente su cabello con sus manos detrás de su espalda. ¿Cómo
diablos hacía eso?
Posteriormente, ambos cómodamente abrigados, se dirigieron a la sala
principal, tomados de la mano, y cuando Parker los vio, felicitó a Flynn con
una palmada en la espalda.
Charlie hizo lo mismo, sosteniendo a su niña mientras le sonreía tanto a
Tanner como a Flynn. Parecía que casi todo el mundo sabía sobre el
supuesto apareamiento entre los dos, a excepción de Flynn.
Supuso que eso estaba bien. Al menos Tanner no había intentado tener
relaciones sexuales con él el primer día. Eso simplemente lo hubiera
asustado.
Ahora que lo pensaba, no fue ayer el primer día?
Por Dios, tal vez no lo habría asustado tanto como pensaba. Puede ser
que realmente fuera el compañero de Tanner si las cosas entre ellos eran
capaces de moverse de modo tan rápido y aún así estar cómodo con eso.
Esta vez comieron en la mesa donde se sentaban Dane y Charlie. Flynn
quería aprender los nombres de sus hijos, pero estaba demasiado
avergonzado para preguntar, como si debería haberlos sabido a estas
alturas. Decidió preguntárselo a Tanner cuando estuvieran solos, pero por
ahora estaba hablando con Dane sobre el uso de algunos rifles de caza y
de enseñarle a Flynn cómo cazar.
Ah, cierto. El lobo de Tanner todavía quería ir a cazar. Como no podía
cazar a Flynn quería que Flynn cazara otro animal con él.
Flynn nunca había disparado un arma antes, pero Dane parecía estar
bien con ello. 103
Hablaron sobre conseguir una licencia de caza, pero Dane no veía razón
por la que Flynn no pudiera practicar y aprender antes de llegar a eso. El
alfa también parecía perfectamente consciente de que el lobo de Tanner
no quería esperar mucho tiempo antes de que pudiera ir a matar algo con
su compañero.
Flynn escuchaba a medias. Su atención se centró principalmente en la
comida. Estaba sentado tan cerca de Tanner que sus codos se tocaban, lo
que le dio la cercanía que de repente se encontró anhelando, pero sobre
todo, bajó la mirada hacia su plato y se tragó la montaña un poco más
pequeña de comida que tenía en esta ocasión.
La fuerza de la costumbre dictaba que mantuviera sus ojos en el plato y
acabara con rapidez. No era que pensara que alguien tomaría su comida
en este entorno, o que alguien se metería con lo que había en su plato si
no era cuidadoso, pero por el momento no se atrevía a romper los hábitos
con los que había vivido durante tanto tiempo. Dos días viviendo aquí no
era suficiente para eso.
Mientras comía, era consciente de que una de las mujeres en la multitud
lo estaba mirando. No miró hacia ella o hizo contacto visual, lo que pareció
irritarla, pero aún podía verla por el rabillo del ojo, y tuvo que preguntarse
cuál era su problema.
No se enteró hasta dos días más tarde, cuando finalmente fue capaz de
dejar las prácticas de tiro y salir a cazar con su compañero.
―Esa es Marlia, la madre de Charlie y Mason. No le hagas caso. Es una
perra― Tanner le había dicho.
Flynn estaba tan aturdido con las palabras que salieron de la boca de
Tanner que casi retrocedió un paso, pero él siguió adelante. No iba a
preguntar. No quería saber sobre el drama de nadie y quedar atrapado en
cosas que no eran su asunto.
Flynn llevaba el nuevo abrigo y botas que Tanner había comprado para 104
él. Tenía sus guantes en los bolsillos, ya que tenía que mantener las
manos libres para sostener el rifle. Todavía había un montón de nieve
pegajosa alrededor, y le llegaba a la mitad de su pantorrilla, lo que hizo de
la experiencia un ejercicio excelente por la forma en que tenía que seguir
avanzando sobre la nieve. Se sentía casi como un niño pequeño tratando
de mantenerse al día con un adulto en esta nieve.
Tanner apenas si iba vestido mientras caminaba, lo cual estaba bien
porque, después de sólo cinco minutos, captó un olor, eliminado la poca
ropa que tenía, cambió a su lobo.
Flynn sólo se preocupó por eso porque no era como si Tanner llevara
algún reflector ni nada, mientras estaba en esa forma. No quería
dispararle accidentalmente a su compañero, pero Tanner ya había
prometido que permanecería al lado de Flynn no importa qué, así que no
habría ninguna posibilidad de confusión.
Al menos eso se suponía.
Encontraron un alce. Bueno, Tanner lo encontró. Todo lo que Flynn tuvo
que hacer fue seguirlo, pero allí estaba, en la distancia. Parecía casi como
un fantasma por la niebla que había comenzado a rodearlo, pero los notó
de inmediato. Flynn podía decirlo.
Inmediatamente pensó en sus instrucciones, y levantó su rifle. Tanner
se agachó, preparándose para correr. El corazón de Flynn golpeó mientras
apuntaba, una parte de él deseaba poder hacer esto con sus propias
garras y dientes en lugar de tener que usar un arma como un ser humano
normal.
Todavía tenía sus indicaciones y disparó su tiro.
El rifle lo golpeó en el hombro, duro, e inmediatamente después el alce
se resistió y lanzó un ruido diferente a todo lo que Flynn había oído nunca
en toda su vida. 105
Tanner se lanzó en su persecución, levantando la nieve detrás de él
mientras se apresuraba a terminar con la criatura.
El tiró le dio al alce en la pata trasera, y Flynn bajó el rifle, como había
sido instruido a hacer y observó la magnífica belleza de como Tanner
persiguió a su presa y se lanzó a la parte superior de la espalda del alce.
Ahí fue donde Flynn se asustó mucho. No creía que Tanner fuera capaz
de manejar algo así, que ningún hombre lobo debería saltar a la parte
posterior de un alce completamente crecido. Esa cosa era enorme!
No podía moverse, sin embargo. Se congeló, y también se sorprendido
por la forma rápida en que la lucha y la matanza finalizó.
Cuando el animal cayó finalmente, Flynn corrió, encontrando a su
compañero sacudiendo los pelos sueltos de su abrigo, con un hocico
ensangrentado y una sonrisa en su ladrido.
Flynn se rió mientras el lobo cambió de nuevo a su forma humana,
buscando a Flynn con los ojos de oro y un montón de lujuria.
Flynn negó con la cabeza.
―Si no tuvieras sangre por toda la cara, sin duda te besaría.― dijo.
Tanner atrapó alguno de eso con el pulgar y lo lamió.
―Yo creo que es bueno. ¿Seguro que no quieres un poco?
La pregunta sonó juguetona, pero también había un toque de seriedad
ahí.
Flynn miró el cadáver del alce aún caliente, y su boca se aguó en formas
que normalmente no hacía. Aún así negó con la cabeza.
―A veces me dan antojos de carne cruda, pero cada vez que me rindo a
ello, termino muy enfermo.
Lo que fue un problema cada cierto tiempo y parte de su vida como un
shifter lobo defectuoso. A veces tenía indicios leves de instintos que no
encajaban y otras veces antojos que su cuerpo no podía manejar.
Había aprendido a ignorar los antojos. Por lo general no eran fuertes, y 106
lo atribuyó al hecho de que nunca había tenido carne de alce antes, y
estaba muy curioso.
Tanner demostró una vez más lo fuerte que era cuando cargó todo el
alce de regreso por las patas traseras. A pesar de que la pobre criatura
estaba muerta, Flynn todavía sentía una pizca de compasión por la forma
en que su cuerpo estaba siendo manejado.
El camino de regreso pareció un camino más largo que su caminata en
el bosque cubierto de nieve, lo cual estaba bien ya que todo lo que
hicieron fue hablar. Tanner incluso no se vistió de nuevo, y Flynn recogió
su ropa cuando se encontraron con ella y la llevó junto con el rifle, de
vuelta a la manada.
Cuando llegaron, varios de los cachorros los notaron. La voz debió
correrse alrededor sobre que el segundo al mando de la manada se había
ido a cazar con su compañero en un ritual extraño que les ayudaría a
afianzar el lazo, y ahora que habían regresado con su captura todo el
mundo estaba emocionado como el infierno. Los cachorros salieron,
algunos de ellos en ropa de invierno, algunos sólo llevando suéteres y
pantalones de nieve, y gritaban y saltaban alrededor de la captura, sus
pequeños lobos interiores poniéndose salvajes por el olor de la carne
fresca.
Flynn notó la forma en que algunas de las madres corrieron a alejar a
sus crías. Flynn no podía decidir si era porque era un defecto, y no querían
a sus hijos cerca de él, o si era el hecho de que aún tenía en la mano un
gran rifle.
Probablemente un poco de ambas.
Esa noche en la cena, Flynn comió cocido de alce por primera vez y
decidió que era muy delicioso, Tanner se sentó a su lado, usando ropa
ahora y tenía su brazo alrededor de los hombros de Flynn. Sonrió
salvajemente como si Flynn fuera el trofeo que había ganado por la 107
captura del alce.
Le dio todo el crédito a Flynn, a pesar de que sólo le había disparado en
la pierna. Tanner fue el que tuvo que correr y hacerlo caer.
A pesar de eso, la alabanza constante de Tanner levantó la autoestima
de Flynn como nada más en el mundo pudo, y con gratitud acepto los
elogios, sentándose más cerca de Tanner, apoyándose en él, y
simplemente tomando toda la maravillosa atención. En cierto modo se
sentía como si se hubiera casado, aunque no hubo ceremonia tradicional.
Todo el mundo parecía tan completamente feliz por los dos.
El sexo esa noche había sido increíble.
El siguiente martes sería el primer día de Hanukah y cuando Tanner se
enteró de que este año terminaba el día antes de Navidad, estuvo súper
emocionado.
―Ahora tendrás nueve días de regalos en lugar de ocho,― dijo
sonriendo mientras le entregaba dos regalos a Flynn en lugar de solo uno.
Flynn sonrió ampliamente y no dijo nada para corregir al hombre desde
que hoy quería ser un poco codicioso. Además, sabía que Tanner no
pararía de molestarlo hasta que Flynn abriera al menos un paquete de
ropa y otro paquete de libros.
Le encantaba la ropa y set de libros que Tanner le había dado. Los amó
tanto, incluso sabiendo lo que eran, estaba algo avergonzado de
entregarle su regalo mal envuelto a él.
―¿Qué es esto?― Preguntó Tanner, sonriendo mientras tomaba el
pequeño paquete.
Flynn se encogió de hombros y se rascó las orejas, sus orejas normales,
no las orejas de lobo.
―Sólo quería darte algo. No es muy lindo. Tuve que hacerlo yo mismo.
―No tenías que hacerlo― dijo Tanner. 108
Si, tenía. Flynn tenía que participar en esto de alguna manera en lugar
de sólo disfrutar de ello, y observó ansiosamente como Tanner abrió
cuidadosamente el trozo de papel de Navidad de su regalo y cuando el
diminuto alce, mal tallado apareció, sus rasgos se suavizaron
inmediatamente.
Flynn tragó saliva.
―Es un adorno para el árbol. ¿Ves? Grabé la fecha en que cazamos el
alce en la parte inferior.― Flynn tomó las manos de Tanner y les dio la
vuelta, sólo para mostrárselo.
El alce no era algo grande. De hecho, tuvo que obtener una gran
cantidad de ayuda de los cachorros, que le ayudaron durante sus lecciones
de arte y artesanías. Ellos no estaban haciendo adornos como él, pero
parecían saber todo sobre los mejores suministros y gomas que iba a
necesitar. Básicamente era un piñon cortado por la mitad tallando
alrededor del cuerpo para dar una idea de la circunferencia del alce real
que habían cazado, con las patas talladas que salían de la parte inferior. Él
había cortado un pequeño cilindro para la cabeza y utilizó un marcador
permanente para los ojos. Algo que los cachorros le sugirieron fue
conseguir más agujas de pino y ramitas para la cornamenta. A pesar de
que no se había visto tan mal cuando lo hubo terminado, ahora pensaba
que se veía infantil y estúpido, y se preguntó en qué demonios había
estado pensando.
No estaba seguro de lo que Tanner había estado pensando, pero debe
haber estado satisfecho por la forma en que agarró la parte posterior de la
cabeza de Flynn y de un tirón le dio un duro, largo y extenso beso.

109
Capítulo Diez

Tanner había decidido que tener una pareja que celebrara el Hanukkah
era probablemente la mejor cosa del mundo, porque eso significaba que su
fiesta duró una buena parte del mes y siempre estaban en un estado de
ánimo festivo.
Tanner era el segundo al mando de la manada y aunque había algunas
cosas de menor importancia que debía manejar, Dane nunca les 110
interrumpió, sabiendo bien que Tanner y Flynn estaban conociéndose,
volviéndose un par acoplado equilibrado.
Flynn tuvo razón en una cosa. La policía nunca llegó a cuestionar a
nadie de la manada sobre el asalto a Duncan.
Dane no soltaría un suspiro de alivio por el momento, al menos no hasta
que el estatuto de limitaciones hubiera terminado. No es que estuviera
demasiado preocupado, pero no estaría muy sorprendido si en un par de
días o semanas, cuando los policías tuvieran más tiempo para un
indigente, traficante de drogas golpeado, se presentaran.
Hasta entonces, Tanner decidió firmemente que iba a disfrutar de su
compañero y toda la atención y el amor que Flynn le otorgara.
Flynn todavía se avergonzaba un poco por no tener regalos para Tanner
para todos los días de Hanukah, pero siempre era lo suficientemente
creativo.
Tanner trató de decirle una y otra vez que no necesitaba nada. Había
encontrado a su compañero. Eso fue regalo suficiente, pero no quería
hacer sentir a Flynn como si algo de lo que le regaló fuera inútil o no
valiera la pena el esfuerzo.
Aparte de eso. Tanner adoraba todas las pequeñas cosas en las que
Flynn pensó hacer para él.
El ornamento del primer día fue increíble, y Tanner se enorgulleció de
ponerlo en su árbol de pino decorado.
Al día siguiente, Flynn le sorprendió despertándose temprano, y llevando
el desayuno a la cama. Luego una mamada.
En el tercer día, le entregó a Tanner un puñado de cupones, los cuales
fueron hechos en papel construcción y cada uno de ellos prometiendo o
bien un masaje en la espalda o un favor sexual de la elección de Tanner
siempre que él quisiera.
En el cuarto día, Flynn le escribió una linda historia corta, algo 111
romántico que hizo pensar a Tanner en una nota de agradecimiento
encubierto. Estaba tan sorprendido con lo cerca que estaba de las lágrimas
al final de la misma.
En el quinto día hubo otra historia, pero esta era tan explícita y erótica
que Flynn no tuvo la oportunidad de terminar antes de que Tanner lo
agarrara y lo pusiera sobre la alfombra delante del árbol y le arrancara la
ropa.
Ninguno de los dos se detuvo hasta que Flynn tuvo un caso leve de
quemadura por la alfombra en la parte baja de su espalda y culo.
Joder, todo en lo que Tanner podía pensar era en enterrar su polla en
ese apretado culo, y Flynn fue tan complaciente que Tanner no sabía de
dónde había sacado la resistencia. Era evidente que estaba fuera de sí
también, y Tanner trabajó para asegurarse de que Flynn lograba terminar
cada vez.
El resto de su primer Hanukah juntos lo pasaron más o menos de la
misma manera, y cuando llegó la mañana de Navidad, el regalo de Flynn
para ese día fue otro ornamento. Esta vez se trataba de un gran lobo y lo
talló un poco mejor que el del alce.
―He estado practicando para este un poco más, y visto más videos
sobre tallado, y conseguí un poco de ayuda de los cambiaformas que
trabajan como carpinteros. Me prestaron sus herramientas.
Algunos de esos cortes tenían un aspecto más profesional en ellos, y
Tanner no pudo evitar sonreír a su compañero.
―¿Se supone que soy yo?
Flynn asintió, un rubor adorable cubrió sus mejillas.
―Sí. Puedo hacer el alce de nuevo, también, si quieres.
―No te atrevas a tocar mi alce. Él es feliz donde está.― Tanner le dijo,
extrañamente protector con el adorno, el primer regalo que Flynn le había
dado. Colgó el adorno del lobo en una rama cercana y tomó un momento 112
para estudiar cómo de perfecto eran antes de poner su brazo alrededor de
los hombros de Flynn.
Después Flynn abrió el último de sus regalos y besó y abrazó a Tanner
mostrando su gratitud, ambos tomaron el desayuno, tuvieron un rapidito,
se ducharon y vistieron y luego se fueron hacia la cabaña de Dane.
Tanner ya había comprado regalos para los cachorros más pequeños,
Mitchell y Danielle, pero eso había sido antes de que hubiera conocido a
Flynn. Así que puso el nombre de Flynn junto al suyo en las etiquetas de
regalo. No era como si los cachorros tuvieran edad para saberlo o el
cuidado para comprobar las etiquetas de todos modos.
No todo el mundo en la manada se presentó. De hecho, muy pocos se
presentaron en absoluto. Sólo los amigos cercanos o familiares, como
Tanner, Flynn, Mason, y Parker, llegaron a pasar el resto del día de
Navidad con el alfa. Navidad estaba destinado a ser un día para descansar,
tiempo para la familia, sentados junto al fuego. Todos los demás en la
manada estaban haciendo lo mismo, y todos los que obtuvieron una
tarjeta o cualquier otro regalo de Dane se presentarían a él y a su familia
mañana.
Funcionaba mejor de esa manera. El resto de la manada pasó tiempo
con su familia inmediata, y el alfa hizo lo mismo hasta el día siguiente
cuando sería el tiempo para ser sociable de nuevo.
La única cosa que arruinó el ambiente era el hecho de que la madre de
Charlie y Mason también estaba allí.
Mason suspiró, murmurándole a Dane en voz baja.
―Lo siento, pero todavía es la abuela de Mitchell y Danielle ¿sabes? No
queríamos que ella pasara la Navidad sola, y hubiera sido raro si Charlie
no la hubiera invitado.
Dane se limitó a asentir, pero no era como si la mujer estuviera siendo
una completa mojigata ni nada. De hecho, brillaba más que una bombilla 113
de cien vatios mientras cubría a su nieta alfa favorita de todo tipo de
regalos. Danielle gritó y aplaudió por más, y fueron presentados mientras
que los padres observaban con una gran cantidad de paciencia como la
mujer le enseñaba a su hija cómo gritar, demandar y conseguir lo que
quisiera basada en lágrimas fingidas.
Charlie miró a su madre con cuidado, a pesar de que estaba con Dane
en la cocina comprobando el pavo, Tanner todavía veía la forma en que el
hombre asomaba la cabeza por la puerta de vez en cuando para
comprobar las cosas.
Charlie se aferró a Mitchell, quien veía como malcriaban a su hermana
con cierta confusión.
Claramente ninguna de las Barbies, vestidos brillantes rosas, ni los
zapatos de plástico de princesa o coronas eran para él.
Charlie tuvo que recordarle a su madre que había uno más, mientras
balanceaba a su hijo en la cadera.
―Wow, mira todo lo que nana le trajo a tu hermana. Vamos a ver que
tiene ella para ti?
Mitchell disparó sus manos al aire. Sus orejas de lobo apuntaban en la
misma dirección y que tenía una gran sonrisa en su rostro, pero no dijo
nada. Ni siquiera una proclamación de ¡hurra!
El chico era del tipo fuerte y silencioso.
Dándole crédito a Marlia, y para su suerte, ella miró a su nieto y sonrió
tan ampliamente como él.
―Oh, por supuesto, déjame ir a buscar tus regalos.
Ella se puso de pie y corrió hacia la bolsa de Santa marrón que Tanner
había pensado que era parte de la decoración, y sacó tres cajas envueltas.
Mitchell dio una palmada, moviendo un poco la cola, y Marlia incluso
acarició sus orejas de lobo, que se desplegaban hacia arriba en su 114
pequeña cabeza, antes de poner las cajas abajo en el suelo.
Charlie se arrodilló con ella y llamó a Dane para que viera como abrían
más regalos, lo cual Dane hizo, tomando fotos todo el tiempo. Ya habían
tomado un montón de fotos de Danielle abriendo los regalos de Marlia.
Era extraño cómo Tanner sentía una oleada de protección dentro de él
por Charlie y Mitchell. Tal vez fue debido al mal comportamiento de Tanner
cuando Charlie recién había llegado, pero odiaba ver a su mejor amigo
tratando de ser agradable con la mujer que crió a Charlie pensando que
era inútil debido a sus orejas y cola.
Esa fue probablemente la razón por la que Tanner escrutinió cada
movimiento de la mujer, especialmente cuando jugaba con Mitchell. Ese
niño era el hijo del mejor amigo de Tanner, y si alguna vez hacía un
comentario por su defecto o hacía sentir al niño excluido, Tanner estaba
bastante seguro de que no sería capaz de sostenerse a sí mismo.
Tanner notó que los regalos no eran demasiado malos. Un camión Tonka
con algún tipo de mando a distancia, probablemente fuera del rango de
edad de Mitchell, lo cual al niño no pareció importarle por lo que abrió la
boca y sonrió anchamente a la vista. Incluso puso sus pequeñas manos
sobre su boca, como si la cosa estuviera volando su mente y tuviera que
contener su alegría. Sus siguientes dos regalos fueron muñecos bastante
grandes de transformers, Optimus y Bumblebee.
Tanner sonrió. Sí, esos estaban bien, regalos bastante buenos de hecho,
aunque podía ver que Marlia todavía le había dado a Danielle más de lo
que le había dado a Mitchell. Mucho más.
Por primera vez, decidió que iba a reservarse su opinión sobre la mujer.
Tal vez había cambiado lo suficiente para poder aceptar a su nieto
defectuoso. Ella incluso podría haberle comprado más a Danielle por
accidente. Como mujer, sabía más sobre los pequeños juguetes de niña y
la mierda de princesas ¿no? Así que de hecho tenía algo de sentido. Tal 115
vez sólo se veían más porque los había envuelto individualmente a todos
los vestidos de princesa.
Cuando Parker y Flynn dieron un paso adelante, cada uno de ellos
llevando regalos para los cachorros también, Marlia revolvió sus ojos con
fuerza.
No echó fuego por los ojos, no se atrevería, pero se sentó junto a
Danielle, vigilando de cerca, como si los dos hombres pudieran esparcirle
algo, mientras trataba de proteger a su nieta de los defectos.
El hermano gemelo de Danielle era defectuoso, y habían compartido la
cuna. Y la matriz. ¿Esta maldita mujer no lo entendía?
Tanner inmediatamente eliminó cualquier beneficio de duda que le
hubiera dado. Que se joda. La odió especialmente cuando Flynn volvió a
quedarse a su lado, mirando a Tanner preguntándole qué había hecho mal.
Tanner sacudió la cabeza, agarrado a la mano de Flynn, y entrelazando
sus dedos juntos. Tendría que explicarlo después.
Lo que realmente cabreaba a Tanner era que dado que Marlia no estaba
relacionada con él, no podía hacerle nada.
Estuvo bastante feliz cuando, antes de servir el pavo, vio como Mason la
tomó por el brazo para tener una rápida charla en una de las otras salas.
Estaban demasiado lejos para oírlos, pero por la forma en que las
mejillas de Flynn se calentaron, supo que el juego extra de orejas de su
compañero estaba captando lo que Mason le estaba diciendo a su madre.
Tanner decidió preguntarle sobre ello más adelante.
Cuando Mason y Marlia volvieron, Marlia volvió a sonreír y fingir que no
había sido masticada por su hijo. Se sentó entre Mason y Charlie. Danielle
y Mitchell se sentaron entre sus padres, recibiendo ayuda con la
alimentación.
La comida fue sorprendentemente agradable, y Flynn incluso sonrió de 116
oreja a oreja cuando les deseó a todos las buenas noches y se fueron de
nuevo a su propia casa, saludando a Parker y Mason, quienes se alejaron
en la otra dirección.
Subiendo a la cama juntos, Flynn se acurrucó en el calor de Tanner,
tiritando pero sonriendo.
―Me encanta que seas como una manta eléctrica. Del mejor tipo porque
viene con un chico caliente para mí.
Tanner se rió en voz alta, sintiéndolo todo el camino hasta su vientre.
―Te digo la misma cosa, sólo que tu realmente enfrías― señaló Tanner,
usándolo como una excusa para tirar de Flynn cerca.
Los dos estaban demasiado llenos y cansados para más sexo. Tanner
podía sentir a Flynn ir a la deriva mientras dejaba que sus dedos se
movieran arriba y abajo por la suave piel de la espalda de Flynn, evitando
sus cicatrices, sabiendo que a Flynn no le gustaba cuando eran tocadas.
―¿Tanner?
―¿Sí?― Preguntó, tratando de alcanzar la lámpara y apagarla,
sumergiéndolos en una completa oscuridad.
Flynn no respondió de inmediato, a pesar de que Tanner se dio cuenta
de que aún estaba despierto.
―Gracias por esta vida que me has dado.
Tanner miró a su compañero, siendo capaz de ver perfectamente en la
oscuridad. Acarició las orejas de lobo de Flynn y le besó el suave cabello
gris de su cabeza.
―De nada. A dormir.
Flynn pronto hizo lo que le dijo.

117
Capítulo Once

A pesar de que Hanukah y Navidad ya habían terminado, Flynn todavía


tenía Año Nuevo para festejar.
Escuchó a algunos miembros de la manada hablando de lo que odiaban
cuando las vacaciones terminaban por completo, porque entonces sentían
que no había razón para la nieve y todo ese frío. Sólo unos largos par de
meses esperando a que se derrita y se fuera. 118
Una vez Flynn había odiado la nieve y el frío en general. Por un lado era
más difícil sobrevivir entonces, y por otro, también era más difícil evitar a
Duncan y sus matones. Dormir en el exterior era casi imposible, incluso en
las noches cuando se vio obligado a hacerlo.
Ahora que tenía a Tanner, había disfrutado de su primera temporada de
invierno y festividades, cálido y amado, ya no pensaba que odiara la nieve.
¿Qué había que odiar al respecto cuando supo que iba a tener un lugar
cálido para dormir? Tanner tendría las mantas listas para que se
acurrucaran en la noche? O incluso cuando sólo tenía que entrar para una
siesta? A Tanner a menudo le gustaba sostener y abrazar fuerte a Flynn, y
a veces ver televisión mientras que Flynn leía.
Estaba caminando por los jardines de la manada en ese momento,
marcando nuevos pasos en la nieve y todavía maravillándose de la forma
en que sus pies no estaban fríos en las botas que le habían regalado.
Se había preocupado por eso. Lo leyó mientras Tanner observaba la
televisión. Flynn descubrió que no era del tipo de ver mucha televisión,
con una pequeña excepción con Kitchen Nightmares, que le encantaba
mirar junto a Tanner, pero todo lo demás... bueno, no podía interesarse.
Prefería leer. Así fue como se había educado a sí mismo, como se había
entretenido, y cómo había aprendido a soñar sobre tener realmente una
carrera algún día, mientras había crecido en las calles. Probablemente
estaba demasiado viejo para entrar en el hábito de ver televisión ahora.
A Tanner no le importaba cuando Flynn sacaba el tema de aquella
época. Había estado apoyado cómodamente en el pecho de Tanner, la
cálida y peluda manta de Navidad que Tanner había recibido como regalo
de Charlie, envuelta alrededor de ambos.
―¿No te importa que esté leyendo esto? Quiero decir, supongo que
siento como si no estuviera pasando tiempo contigo.
Los ojos de Tanner se abrieron, justo antes de que se riera y se inclinara 119
para presionar un maravilloso y suave beso en las orejas de lobo de Flynn.
―Casi estás encima de mí. Eso califica como pasar tiempo juntos― dijo.
―Pero no estoy haciendo lo que tú estás haciendo.
Flynn casi puso su libro a un lado, pero Tanner lo agarró y lo levantó de
nuevo, abriéndolo para Flynn para que viera las palabras en las páginas.
―Lee tu libro. La televisión es una pérdida de tiempo. Por lo menos la
lectura cuenta como una forma de adquirir conocimiento, aún si estás
leyendo una novela con un poco de romance.
No era sólo una novela romántica. Era uno de los libros que Tanner
había comprado para él, el último de Anna Todd, que había sido
descubierto en Wattpad, así que sí, Flynn pensó que esto podía contar
como algún tipo de estudio. Pero aún así...
―Supongo que me siento como que debería estar viendo televisión
contigo. ¿No es eso lo que debería estar haciendo? Mostrando interés en lo
que te gusta?
Pensó que era la forma correcta de ser un buen novio, una buena
pareja, pero Tanner simplemente continuó sonriéndole.
―Demuestras más que suficiente interés en mí cuando vemos a Gordon
Ramsey cortar vivos a todos esos otros chefs, no te preocupes. Además,
no importa lo que estemos haciendo, todavía estamos haciéndolo juntos,
todavía estamos relajándonos juntos, y sucede que me gusta dónde estás,
mirar hacia abajo y verte absorto en tu propio mundo. Sé que de vez en
cuando miras hacia arriba para ver lo que estoy viendo.
Flynn le sonrió a su compañero, cada vez más y más convencido.
―Siempre que estés seguro.
―Estoy seguro― dijo Tanner, su voz sostenía tanta convicción que cómo
podría Flynn no creerle? ―No me importa la forma en que perdemos el
tiempo, siempre y cuando lo hagamos juntos. Estoy seguro de que has 120
escrito un par de escenas así en tus libros donde los dos amantes tienen
un cómodo silencio, disfrutando cada uno de la compañía del otro, incluso
cuando están absortos en algo más, tocando, conteniéndose.
Flynn se dio cuenta de que exactamente no había escrito nada de eso,
aún así asintió con la cabeza de todos modos. Hizo una nota mental para
agregarlo a su próxima historia lo antes posible.
Tanner había estado mucho más ocupado en estos días. Él era el
segundo al mando de la manada, después de todo, y eso significaba que,
siempre que Dane se encontrara tensándose demasiado, Tanner era
llamado para ayudar a resolver las disputas entre los hombres, inclusive
para acordar cuál sería el menú de la cena, cuando otro alfa y su beta
venían a visitar la manada como parte de un acuerdo de paz, e incluso
correr a la ciudad para recoger las órdenes de suministros para la
construcción y ayudar con pequeñas reparaciones.
Sin embargo él siempre hizo tiempo para Flynn. El hombre simplemente
estaba demostrando lo mucho que podía consentir a Flynn cuando compró
esos hermosos nuevos estantes para libros e incluso un escritorio
esquinero para que Flynn trabajara. También le compró a Flynn una
computadora.
Flynn había estado tan abrumado por los regalos, por la necesidad de
Tanner de mimarlo, que ni siquiera pudo irritarse por tener tanto
acumulándose sobre él.
Después de todo, había crecido con tan poco. ¿Cómo podía irritarse por
ello? Estaba más que nada abrumado hasta el punto del silencio, cerca de
las lágrimas, pero se controló y las trajo de vuelta.
Tanner había parecido un tanto avergonzado e incluso con un poco de
vergüenza de que el ordenador portátil que le había comprado a Flynn no
fuera la mejor cosa del mercado. Incluso había parecido un poco
avergonzado. Era nueva, pero era delgada, y probablemente costaba una 121
pequeña fortuna. Tanner olvidó los recibos en las bolsas, y cuando Flynn
revisó supo que había estado en lo cierto. El Ultrabook había costado unos
quinientos dólares. Esa era una cantidad enorme de dinero, y Tanner
estaba avergonzado por no conseguirle algo más caro y en la parte
superior de la línea? La cosa ya era uno de los tesoros más locos que Flynn
nunca tuvo y ya ni siquiera era Hanukah o Navidad.
Tanner insistió en entregarle más artículos, alegando que sólo había
estado esperando su próximo cheque de pago antes de que Flynn pudiera
tener una computadora propia.
Flynn pensó vagamente que Dane debía de pagarle a Tanner una loca
cantidad de dinero por ser el segundo al mando de la manada.
Tanner también se disculpó por casi todo, desde las estanterías hasta el
escritorio, había venido de IKEA y necesitaba ser ensamblado junto según
las cajas.
―Tenía la esperanza de que podríamos hacerlo juntos, sacar el máximo
provecho de ese tiempo.
Flynn ya sabía cómo se verían las estanterías y el escritorio basado en
las imágenes, y necesitaba sacarle a Tanner de la cabeza el pensamiento
de que estaba decepcionado por todo esto. Empujó a Tanner contra la
pared y se inclinó para darle un beso duro y desesperado. No habían sido
capaces de empezar a trabajar en la elaboración de la nueva oficina de
Flynn porque Flynn había estado muy ocupado soltando el cinturón de
Tanner y empujando sus pantalones abajo. El hombre rara vez usaba
calzoncillos, lo cual era una ventaja ya que Flynn cayó de rodillas. Se
permitió poner su lengua en la cabeza de la polla de Tanner, para chupar
la cabeza con su boca, y hacer a Tanner gemir por él, mostrándole al
hombre lo mucho que amaba y apreciaba todo esto rápidamente.
Todo había llegado ayer. El escritorio estaba completo, y de los estantes
sólo faltaba la mitad, pero Tanner fue llamado a trabajar con el resto de la 122
manada. Prácticamente había hecho a Flynn jurar que no terminaría el
resto de los estantes sin él, razón por la cual Flynn estaba haciendo su
caminata.
No iba a traer su agradable equipo nuevo con él a este frío para escribir,
por lo que tenía su diario en la mano para poder tomar notas. Estaba
volviendo con su historia de Wattpad e incluso había conseguido hacer
unos cuantos capítulos más. Todavía no tenía ni idea de cómo iba a acabar
el libro, pero suficiente gente estaban leyéndola ahora y él no quería
decepcionarlos.
Muchos habían comentado sobre el cambio en sus personajes. Las cosas
habían sido tan sombrías antes. Mucho de lo que había atraído a sus
lectores era cómo todo había sido angustioso. Era una de sus pocas
historias originales, y el principio era todo llanto y terror y la lucha por
sobrevivir.
Era un distópico, y su personaje era uno de los feos, una persona con
cicatrices que tenía la piel de color amarillo enfermizo, incluso escamoso
en algunos lugares, a causa de alguna droga que la gente de la generación
anterior había tomado. Debido a esto, este feo, desfigurado personaje era
evitado e ignorado, como si en realidad estuviera enfermo con la
enfermedad de sus antepasados. Pero ahora su personaje principal había
sido salvado. Un príncipe azul había llegado y finalmente le demostró al
personaje de Flynn el amor y la aceptación que tan desesperadamente
había necesitado.
Lo cual era gracioso porque, al principio, su intención era hacer a su
héroe recto, no gay.
Sí, a sus lectores les estaba gustando esta nueva dirección, y estaban
comentando sobre el mismo, con la esperanza de un final feliz, pero
muchas más cosas tenía que suceder antes de que ambos pudieran tener
eso. Un momento negro. Así era como se le llamaba ¿no? Un momento 123
difícil en el que todo era tan sombrío, pero los amantes resurgían más
fuertes que nunca.
Flynn no era idiota. Incluso mientras caminaba por la nieve, y
fantaseaba acerca de lo que iba a hacer con sus personajes, supo que sin
querer había hecho las cosas mucho mejores para su personaje debido al
milagro que le había sucedido.
Había encontrado a su compañero y era feliz. Tan jodidamente feliz que
podía cantar, si supiera cómo cantar. Estaba feliz de poder disfrutar de la
nieve limpia del país sin estar de pie alrededor de la gris, sucia, mojada y
fangosa nieve de la ciudad, pidiendo monedas o en busca de personas que
parecían tener mucho dinero con ellos.
Tanner probablemente le había salvado la vida. No muchas personas
duraron mucho en las calles. Los que lo hicieron cambiaron para siempre,
y Flynn sólo vio cosas buenas en su futuro.
De hecho estaba tan feliz, que no podía pensar en un momento negro
para sus personajes. Sólo quería dejarlos volar hacia el felices por siempre
con un abrazo y una ola de adioses, pero sabía que no satisfacería a nadie
con esa mierda.
Sólo necesitaba pensar un poco más.
Flynn mantuvo sus ojos en la nieve, en sus botas, por lo que no se dio
cuenta de que estaba a punto de chocar con alguien hasta que, bueno,
caminó directo hacia ellos.
―Oye, cuidado!
―Lo siento―, dijo Flynn, mirando a los miembros bien vestidos de la
manada. Tres hombres, dos mujeres, todos ellos parecían
aproximadamente a mediana edad o algo así y todos a los que lo miraron
arrugando sus narices y mostraron fuertes burlas en sus caras.
Con tanta gente en la manada era imposible que Flynn supiera cada
nombre, para saber quién era cada uno de ellos y lo que hacían para 124
ganarse la vida o cuáles eran sus pensamientos y sentimientos hacia los
defectos.
Por el aspecto de estas personas, era bastante malditamente obvio lo
que pensaban acerca de Flynn.
Rápidamente se dio la vuelta.
―Lo siento por eso. Voy a irme ahora.
Trató de caminar rápido, pero la maldita nieve era lo suficientemente
alta para ralentizarlo considerablemente. ¿Qué estaban haciendo todas
esas personas aquí de todos modos? ¿Eran fumadores de cigarrillos o
algo? No había visto ningún cigarrillo con ellos, y no era como si
estuvieran en un lugar público de todos modos.
―No te queremos aquí.
Flynn se congeló. Su columna vertebral se puso rígida, y se volvió para
mirar al pequeño grupo de personas, que estaban de pie alrededor con su
ropa de invierno, mirándolo como si portara la enfermedad que había
inventado en uno de sus libros.
―¿Qué?
Pregunta estúpida. Había oído lo que habían dicho. Uno de los hombres
lo fulminó más duro, mirándolo como si fuera el idiota más grande sobre la
faz de la tierra, dejando que sus palabras vinieran en voz alta y claro más
lento esta vez.
―Dije... Nosotros. No. Te. Queremos. Aquí.
Flynn asintió.
―Correcto, bien, supongo que lo tendré en mente y me mantendré
alejado de su lugar secreto de ahora en adelante.
Otra cosa tonta para decir porque estaba un noventa y nueve por ciento
seguro de que no estaban hablando de esta pequeña zona en la que todos
se habían escondido por alguna razón.
Las dos mujeres negaron con la cabeza, como si supieran que 125
deliberadamente estaba siendo obtuso. Otro de los hombres intervino.
―No estamos hablando sobre este lugar en general. Nos referimos a la
manada, pequeño idiota. No te queremos aquí. ¿Por qué no llevas tu
defecto a otro lugar?
Lo primero que las orejas de Flynn trataron de hacer fue bajar. Las
obligó a permanecer levantadas. Las orejas y cola de un defecto podían
ser un gran reflejo de sus emociones.
A veces la gente podía leer sus orejas y cola mejor de lo que podían leer
su cara.
Flynn tomó aire con fuerza. Fue impactante para él cuanto podían herir
estas palabras, teniendo en cuenta que venían de virtuales extraños. Él no
conocía a estas personas, así que ¿por qué importaba lo que quisieran?
―El compañero de Dane es un defecto, así como uno de sus hijos.
Quieren que se vayan también?
Eso realmente pareció enojarlos, pero Flynn no estaba preocupado.
Aparte de puños cerrados y miradas apretadas indignadas nadie parecía
como si estuvieran a punto de cargar sobre él y de golpearlo sin sentido.
―Seguimos a nuestro alfa por una razón, pequeña mierda. No pienses
ni por un solo segundo que toleraríamos esta mierda si no fuera el alfa. Tú
no estás acoplado al alfa.
―Y Mason y Parker?
―¿Podrías callarte? Ya tenemos tres defectos en la manada. Eso es
bastante malo sin estar siendo invadidos por ellos. No queremos que
esparzas tu enfermedad a nuestros cachorros.
Wow, ellos realmente pensaban que estaba enfermo.
―No soy contagioso, ya lo sabes― dijo.
―Mi esposa está embarazada, pedazo de mierda― dijo otro de los 126
hombres, y podría haber estado hablando de una de las mujeres detrás de
él, aunque Flynn no estaba seguro. ―Si ese cachorro termina siendo un
defecto, vendré por ti.
Una vez más, ¿por qué le importaba tanto lo que dijeran estas personas
o sus amenazas? Él no tenía que amarlos sólo porque estaba en su
manada. Sólo amaba a Tanner y Tanner era la única persona por cuya
opinión Flynn daba dos mierdas.
Sí, eso era exactamente cierto. Tanner era la única persona que
importaba, y hasta que Tanner le pidiera que se fuera, iba a quedarse.
―Yo como que espero que tu cachorro sea un defecto, sólo para que
todo el mundo pueda ver lo imbécil que serás cuando vengas y lo
reniegues o cuán hipócrita eres cuando se trata de tus propios hijos.
El rostro del hombre se volvió de un rojo tan brillante que Flynn se
preocupó que explotaría sangre en cualquier momento.
Esta vez el hombre empezó a correr hacia delante, los dientes y las
garras listos, viéndose cuanto desearía desgarrar a Flynn en pedazos.
Por lo cual finalmente consiguió tener miedo. Sus piernas templaron
nerviosas con ganas de correr, pero no se movió hasta que un crujido en
los arbustos al lado de él le llamaron la atención.
El hombre lobo detuvo su avance cuando Tanner entró en el claro
cubierto de nieve. Los ojos del hombre eran rojos, con una expresión
enojada y condenadamente aterradora y sus garras expuestas.
―¿Quieres probar venir un poco más cerca ahora?― Preguntó Tanner.
El hombre negó con la cabeza. No alejó sus grandes ojos de la cara de
Tanner, y parecía a punto de orinarse en sí mismo. Fue algo divertido.
―¡Fuera de aquí, todos ustedes. Todos van a escuchar de Dane y de mí
esta noche.
No les estaba haciendo ningún favor al dejarlos ir, no por la mirada en
sus rostros. Todos ellos retrocedieron como escarabajos, deseosos de 127
simplemente escapar de cualquier castigo físico que pudieran recibir si
permanecieran alrededor.
¿Tendría Tanner que herirlos? Él había lastimado a Duncan y Duncan era
un humano. Esas personas eran cambiaformas, más capaces de manejar
un poco de dolor. Así era cómo funcionaba la vida de la manada. Las
personas se golpeaban entre sí ya sea para calmarlos o castigarlos.
A veces, el alfa tenía que dictar sentencias de muerte. Dane no había
hecho ninguna de esas cosas, y Flynn aún no había visto a Tanner golpear
a otro miembro de la manada, pero supuso que era sólo cuestión de
tiempo hasta que sucediera.
―Por favor, se suave con ellos― dijo Flynn, apoderándose de la manga
negra de Tanner. ―Yo los incité.
―Lo sé. Lo escuché todo, pero eso no importa. Tú eres mío, y la única
persona autorizada para castigarte por algo será ya sea Dane o yo.
Flynn asintió, tomó aliento y se enderezó.
―Entonces estoy listo.
Los ojos de Tanner se abrieron, regresando al hermoso azul en lugar de
rojo sangre.
―¿Qué? No, eso no es lo que quise decir. Quise decir que sólo nosotros
podemos castigarte si haces algo malo. Los lobos se irritan mutuamente
todo el tiempo, pero eso no es motivo para una pelea, en especial una en
la que claramente serías superado en número.
―Oh―, dijo Flynn, tratando de ocultar lo increíblemente agradecido que
estaba de que no tuviera que ser castigado.
Sólo por que quisiera vivir como un igual en la manada no significaba
que estuviera buscando su primera paliza, o lo que sea que Tanner le haría
si alguna vez la jodía.
Entonces se le ocurrió algo.
―¿Hace cuánto que estás aquí? Cuánto has escuchado? 128
―Todo― dijo Tanner. ―Yo estaba siguiendo tu olor, buscándote cuando
escuché a ese imbécil decir que no te quería aquí.
Flynn pensó en eso por un par de segundos.
―¿Por qué no dijiste nada antes?
Tanner se encogió de hombros.
―Pensé que tal vez no quisieras que lo hiciera. Sé que te avergüenzas
un poco por la forma en que trato de mimarte, y cuando oí lo que ese otro
hombre te estaba diciendo, pensé que te gustaría manejar eso por ti
mismo.
Fue extraño cómo de cierto era lo que Tanner dijo. Flynn estaba
contento de ser capaz de manejarlo por su cuenta, demostrar que no era
de cristal que no necesitaba protección de cada pequeña cosa. Incluso de
sentimientos heridos.
Una nariz rota y una conmoción cerebral, sin embargo, eran algo para lo
que Tanner era más que bienvenido para proteger a Flynn.
―Bueno, gracias por aparecer antes de que se pusiera rudo. Todavía no
debería haberlo pinchado y provocarlo así.
―No,― Tanner concordó. ―Podría haber sido peor. Podría no haber
estado aquí para detenerlo de hacer algo increíblemente estúpido. Aún así,
me alegré de ver lo bien que lo manejaste. Me alegro de que…
Tanner se fue apagando y se mordió el labio inferior, como si estuviera
tratando de detenerse a sí mismo de dejar salir las cosas mal.
Flynn estaba bastante seguro de tener una buena idea de lo que Tanner
estaba a punto de decir.
―Estás contento de que no esté tan roto como para tomar lo que ellos
dijeron en serio y salir corriendo?
Tanner dejó escapar una respiración profunda por la nariz, y luego
asintió. 129
Flynn pudo notar todo el miedo que había en los ojos de Tanner, miedo
de que Flynn se fuera. Nunca nadie se había preocupado mucho por él y
no sabía qué hacer ni qué decir acerca de eso.
―Te amo. No te dejaría atrás sin decir una palabra.
Miró cuidadosamente hacia Tanner. Los ojos del hombre estaban
aturdidos, pero estaba con una ancha sonrisa, como si hubiera sido una de
las últimas cosas en el mundo que había esperado oír.
―¿Me amas? Nunca me lo habías dicho antes.
―No lo he hecho?― Flynn preguntó, asombrado y un poco horrorizado
de que tales palabras nunca hubieran salido de su boca, especialmente
cuando deberían haberlas estado dirigiendo a este hombre que las merecía
y más que nada las necesitaba.
―Yo... lo siento mucho. Te quiero. Te amo, como, mucho. No sé porque
nunca... mmph!
Sus palabras fueron cortadas cuando Tanner lo agarró por la parte
posterior de la cabeza y lo tiró hacia adelante, cubriendo su boca con un
beso profundo y duro.
Flynn se derritió directamente en él.

130
Capítulo Doce

Tanner trajo de regreso a su compañero a su hogar compartido. Su


casa. Esa era la clave. Este lugar ya no era donde Tanner venía sólo
cuando quería dormir o conseguir algo de paz y tranquilidad antes de ir a
tratar con el resto de la manada. Esta era su casa y la de Flynn, y nadie, ni 131
los bastardos snob, ni sus estúpidos pensamientos prejuiciosos, alejarían
eso de él.
Mientras besaba a Flynn, sus bocas uniéndose apasionadas y con ganas
de demostrar su afecto, se perdió al abrir la puerta y conseguir que ambos
entraran. La altura y la posición y todo el movimiento significó que sus
bocas tuvieron que separarse por unos segundos, pero luego estuvieron
juntos de nuevo, besándose, lenguas empujándose y recorriéndose.
Flynn había hecho algo tan increíble para Tanner, y ni si quiera lo sabía.
Había demostrado lo fuerte que era. No sólo en el sentido de que pudo
sobrevivir en las calles, sino también en cómo se enfrentó a esa clase de
personas que iba a encontrarse en su vida, les gustara o no.
Había hecho lo que cualquier orgulloso lobo haría, y se mantuvo firme.
Él no había cedido, ni acobardado, o huido. Tanner estaba tan jodidamente
orgulloso de él por eso, tan orgulloso y feliz de que su compañero tuviera
el tipo de autoestima que le permitió hacer algo así, a pesar de todo lo que
ya había pasado.
También se había encendido viendo a Flynn devolverle las palabras a
esos idiotas, y Tanner luchó para conseguir sus manos dentro de la
chaqueta de Flynn, bajo su suéter, para poder tocar la piel cálida del
hombre, escuchar esa entrecortada respiración y luego, besar su cuerpo
desnudo.
Flynn se quejó a través de su beso antes de que Tanner incluso pudiera
llegar tan lejos. Las capas de ropa estaban demostrando ser un problema,
y Tanner necesitó alejar su boca para ver lo que estaba haciendo.
Últimamente, los dos estaban vistiendo mucho, bufandas, botas,
guantes y chaquetas pesadas, por lo que salir de todo eso no sería tan
fácil.
Flynn dejó caer su diario al suelo. Tanner lo recogió antes de que la
nieve pudiera derretirse y mojar las páginas. Lo puso al final de la mesa 132
junto a la puerta y luego devolvió su atención en conseguir a Flynn fuera
de su ropa.
Flynn se rió cuando se bajó la cremallera de su chaqueta, y Tanner le
ayudó a salir.
―Tenía un poco de frío, pero ahora estoy demasiado malditamente
caliente.
―Eres muy caliente―, dijo Tanner, una broma rara en él, pero no le
importaba. No era como si Flynn fuera a difundir alrededor que él estaba
haciendo bromas cursis como esa.
Cuando se acordó de que Flynn era un escritor, casi detuvo el
movimiento de sus manos. Esperaba que Flynn no pusiera nada de lo que
dijera en un libro.
Flynn se quitó las botas. Normalmente era tan cuidadoso con ellas, con
todo lo que Tanner le había dado, como si todos fueran artefactos
preciosos que necesitaba cuidar tierna y amorosamente. Ahora no. Ahora
entre más capas estuvieron fuera, Tanner pudo ver claramente el bulto
que crecía en los pantalones vaqueros de Flynn y su propia polla y bolas
respondieron en consecuencia a la vista.
Tanner prácticamente se arrancó la ropa a sí mismo. Sólo llevaba
pantalones y calcetines mientras agarraba a Flynn, y los dos se besaban
mientras hacían su camino a la sala de estar. El dormitorio estaba a un
total de veinte pies de distancia, y eso era malditamente demasiado en
este momento.
Las orejas de Flynn se animaron, y su cola se meneaba cuando
prácticamente lo empujó sobre el sofá, riendo, viéndose tan diferente del
hombre que Tanner había rastreado y encontrado sentado en esas gradas
de piedra. No estaba tan flaco, por un lado. Había un brillo saludable en su
piel, e incluso sus cicatrices eran menos pronunciadas gracias a una dieta
saludable. 133
Tanner se subió encima de él.
―Sólo quiero comerte. Nunca le digas eso a nadie― dijo.
Flynn se rió un poco más.
―Está bien, te lo prometo― le dijo, aunque su sonrisa era un poco
maliciosa.
Lo que Tanner había dicho podría terminar en una historia algún día,
pero se preocuparía de eso más tarde.
Flynn levantó las caderas y se bajó los pantalones vaqueros, su polla
dura se meneaba entre sus piernas.
Tanner no pudo evitarlo. Se inclinó, agarró a la base, y lamió con su
lengua alrededor de la cabeza, amando la sensación de escalofrío de
Flynn.
―Oh Dios, sí―, dijo, dejando caer la cabeza antes de mirar hacia abajo
una vez más.
Tanner le sonrió a su compañero.
―¿Quieres más de esto?
Flynn asintió con entusiasmo, siendo algo tímido a la hora de hablar de
sexo.
Tanner le mostró un poco de misericordia, y dejó que su boca se
envolviera alrededor de la cabeza de su polla y luego se dejó bajar lo más
que pudo antes de que necesitara echarse para atrás.
Los dedos de Flynn se enroscaban en el pelo de Tanner. Cada vez que
tuvieron relaciones sexuales, cada revolcada en las sábanas o cada
mamada que Tanner le dio, últimamente significaba que tenía que rehacer
su trenza sólo porque siempre se veía tan despeinado cuando Flynn
terminaba con él.
Tanner asintió con la cabeza de atrás y hacia delante un par de veces
antes de alejar su boca y ponerla sobre las bolas olvidadas de Flynn.
Besó cada lado del saco sensible, amando los gemidos que Flynn dejó 134
escapar y el fuerte clamor cuando Tanner chupó un testículo dentro de su
boca antes de hacer lo mismo con el otro.
Las manos de Flynn realmente consiguieron un buen agarre de su
cabello.
―Te necesito. Tanner, te necesito― Flynn dijo, su voz sonaba como si al
final estuviera hablando a través de sus dientes.
Tanner se apartó, sonrió a su compañero, y luego dejó que sus dedos
tocaran el culo del hombre. Sólo un breve contacto, sólo lo suficiente para
provocarlo.
Entonces recordó que iba a necesitar lubricante si iban a llegar a esa
parte.
―Dame un segundo, cariño― dijo Tanner, corriendo con sus pies.
Desapareció y regresó tan rápido que Flynn no tuvo tiempo para proferir
cualquier confusa respuesta. Cuando Flynn descubrió el lubricante en la
mano de Tanner, su expresión se relajó.
―Oh, me olvidé de eso.
Tanner se rió, pero fue corta y rápida ya que no tenía realmente la
energía para hacer mucho más, excepto para obtener su polla lista.
Abrió la botella azul y recubrió completamente su polla, viendo con
anticipación mientras Flynn se ponía de rodillas sobre los cojines del sofá.
―Cómo me quieres?― preguntó.
―Justo así― dijo Tanner, inclinándose para otro beso dulce y suave. Se
trasladó para sentarse detrás de su compañero. Empujó la cola gris espesa
de Flynn fuera del camino. Todavía le hacía cosquillas en la piel donde lo
tocaba, pero estaba demasiado caliente para prestar tanta atención
cuando posicionó su polla en el fruncido y apretado agujero de Flynn.
Empujó contra ese anillo de músculos. Hubo los naturales primeros
segundos de resistencia antes de que le diera el paso, y entonces él estaba
dentro, siendo aspirado en el interior de ese aterciopelado agarre caliente. 135
Flynn dejó escapar un ruido que era nada menos que satisfacción
cuando Tanner estuvo hasta las bolas profundamente dentro de él. Tanner
envolvió sus brazos alrededor del pecho y del estómago de Flynn,
sosteniéndolo cerca, y ni siquiera tuvo la fuerza de voluntad para esperar,
para preguntarle a Flynn si estaba listo, antes de que comenzara a
bombear sus caderas de atrás hacia delante, empujando dentro y fuera del
calor apretado.
―Mierda― dijo, inclinándose y presionando un beso en el cuello de
Flynn, mordiendo suavemente la oreja mientras se movía más rápido. Esto
iba a terminar vergonzosamente rápido, y no le importaba una mierda.
Flynn dejó caer la cabeza hacia atrás sobre el hombro de Tanner cuando
Tanner golpeó su punto dulce en el interior, una y otra vez. Los ruidos que
salían de él eran todo placer animal. No exactamente gemidos, pero gritos
tampoco. Algo en el medio, a lo que Flynn no tenía control debido al placer
que era malditamente mucho para él.
―Joder, me vengo. Tanner! ¡Me vengo!
Flynn empujó su culo contra la polla creciente de Tanner en ese
momento, y cuando Tanner miró, se dio cuenta de que la mano de su
compañero estaba en su polla, acariciándose a sí mismo mientras las
palabras salieron de su boca. Casi inmediatamente después, su agujero se
cerró de manera apretada alrededor de la polla de Tanner de forma casi
dolorosa.
El olor de semen era espeso en el aire cuando Flynn se corrió por todo
su pecho, su grito de satisfacción fue lo que provocó el orgasmo de Tanner
en él.
Gimió, empujando sus caderas hacia delante, más duro, más rápido,
ordeñándose a sí mismo en el interior del cuerpo de Flynn mientras se
venía, su placer floreció mientras se derramaba en el interior de su
compañero, marcándolo con su semilla y el olor de Tanner. 136
Joder, era bueno. Había necesitado eso.
Flynn era un desastre jadeante, y se aferró a los brazos de Tanner como
si se derretiría si no se agarraba de algo.
Tanner se tomó un momento para recuperar el aliento antes de
retirarse, y luego volvió la cabeza de Flynn y dejó que su boca cayera en
los labios de su compañero.
Ambos gemían de nuevo, como si el beso también fuera un portador de
placer. En cierto modo lo era.
Hermoso, simplemente hermoso.
―También te amo.― dijo Tanner.
Flynn murmuró una respuesta, por lo que Tanner estuvo seguro de que
su compañero le había oído, pero entonces el suave ronquido, y el hecho
de que tenía los ojos cerrados, le hicieron saber que como de costumbre,
el orgasmo había absorbido por completo la energía de su compañero.
Tanner lo besó de nuevo, en una de sus orejas de lobo, mordiendo
suavemente la punta sólo para sentirla removerse y, a continuación los
acomodó en el sofá para una siesta.

FIN

137
Quiero Morder Tus Orejas

01 Quiero Morder Tus Orejas


02 El Sexy Diablo Orejudo
03 Dulce Lobo Defectuoso

138

MARCY JACKS
SOBRE EL AUTOR
Marcy Jacks vive y trabaja en Ontario, Canadá, donde está viviendo
con fervor la vida del escritor al escribir sobre un montón de chicos
magníficos. A ella le encanta escuchar a los lectores y se puede llegar a
ella en authormarcyjacks@gmail.com

Q: ¿Por qué escribir para la línea el romance M / M?


R: Ellos dicen escribir acerca de lo que te apasiona, y me parece que soy
lo suficientemente apasionada de esto para poder conseguir un montón de
ideas en mi cabeza. Además, me gusta el género. 139
Q: ¿Quién es su autor favorito M / M?
R: El único autor que he disfrutado lo suficiente como para seguir su
trabajo más allá de lo que ha hecho en una sola serie es Josh Lanyon. He
leído sus cosas en busca de inspiración, y tener la versión impresa de su
libro sobre la escritura de M / M romance en mi estantería. Probablemente
habrá más favoritos que añadir a esa lista a medida que pasa el tiempo,
pero ahora él está en una pista sólida.

Q: ¿Cuál es tu día ideal de escritura?


R: Me tiendo a dormir muy tarde, pero me inclino a pensar que será un
buen día de escritura si puedo conseguir 1.000 o más palabras escritas
antes del mediodía. Si no puedo conseguir eso entonces yo siento que he
perdido mi día, no se siente como un éxito. Mil palabras antes del
mediodía siempre me impulsan para el resto del día.
Q: ¿Cuál es su sugerencia para otros que aspiran ser autores?
R: Esto suena cliché porque todo el mundo lo dice, pero es la verdad.
Lea lo más que pueda, y no sólo en el género que escribe. Si te gusta
romance M / M, entonces puedes leer ciencia ficción. Si el tiempo es un
problema, entonces le sugiero libros de audio. Las ideas vienen de la
lectura o escucha a los libros, así que lea mucho.

140
Traducción y Corrección
DUNAMIS

Edición y Diseño
IPHI

NO 141
FACEBOOK
ni ninguna
red social

Si lo ponen para descargar en su blog, agradezcan y


conserven el formato. Y Gracias por ponerlo
Es de fans para fans y no recibimos ninguna
compensación económica por las traducciones que
realizamos. Espero que les guste.

Y no olviden comprar a los autores, sin ellos no


podríamos disfrutar de estas maravillosas historias

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