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Romance a la venta
Cada libro de la saga Rosemary Beach, se mantuvo durante meses entre los
best seller del New York Times, USA Today y Wall Street Journal.
Los cuatro primeros siguen a Blaire, una chica dulce, virginal e inocente
cuyo padre la abandonó y acaba de enterrar a su madre. Ella conoce a
Rush, el hijastro de su papá, un hombre experimentado, mujeriego,
celoso y millonario del que se enamora, pero con el que no puede estar,
pues él tiene secretos que pueden dañarla.
Los libros cinco y seis siguen a Della, una chica dulce, no virginal (pero
casi, pues fue solo una vez y lo pasó fatal) e inocente, cuya madre con
un trastorno psiquiátrico se suicidó después de haberla mantenido
encerrada por años. En su viaje de autodescubrimiento tiene un lío de
una noche con un desconocido con el que se reencuentra meses
después. Él es Wood, un millonario celoso, mujeriego y experimentado
de quien ella se enamora, pero no pueden estar juntos porque él está
comprometido.
Libros siete y ocho, la dulce, inocente y virginal Harlow, hija de un
cantante drogadicto que dejó de atenderla tras la muerte de su madre, le
entrega su cuerpo y corazón a Grant, un millonario mujeriego,
experimentado y celoso con el que no puede estar, pues él tuvo algo con
la media hermana de ella.
Libro nueve: cuando solo tenía dieciséis años, Bethy, una dulce, virginal
e inocente muchacha entregó todo de sí a Tripp, un chico mayor y
experimentado que huyó de la ciudad para escapar de sus padres
millonarios. Cuando regresa, no pueden estar juntos por respeto a la
memoria de Jace, primo de él y exprometido de ella que murió
salvándola.
El libro diez nos habla de Emily, una muchacha dulce, virginal e inocente
que se hace amiga de Kiro, un cantante de rock mujeriego,
experimentado y millonario que, tras escuchar que ella estaba teniendo
citas vuela desde otro continente para ofrecerle un trabajo bien lejos de
su actual residencia y pretendiente. Aunque se aman, no pueden estar
juntos por el temor de él a contaminarla de su mundo.
Podría continuar con los otros cuatro libros, pero son básicamente lo mismo. Es
algo que los filósofos alemanes Adorno y Horkheimer (1944) llaman
esquematismo. Este consiste en la presentación de algo como si fuera
diferente, mientras que en esencia es lo mismo que otros productos. En el caso
específico de esta saga, hay las llamadas diferencias de valor preestablecidas,
es decir, los personajes tienen nombres diferentes, rasgos físicos y de
personalidad diferente, distintas metas y en lo superficial sus historias cambian;
pero no hay una diferencia objetiva, las tramas son básicamente iguales: ella
es una chica con poca experiencia sexual, necesitada de afecto, problemas con
uno o ambos padres y se siente fea, aunque sea una belleza; por otro lado, él
es millonario, superseguro de su atractivo físico, ha tenido más amantes que
calzones y con ella es celoso; y la razón por la que no pueden estar juntos es
algún secreto que él guarda o su temor más profundo.
Respecto a los hombres, Glines los deja como los claros proveedores del
hogar, deben tener un cuerpo de gimnasio aunque nunca hayan ido a alguno,
poseer un miembro sexual de considerables proporciones y durar horas en el
coito, ser posesivos y tóxicos para demostrar su amor, la chica debe ser menor,
debe clasificar a las mujeres en dos grupos: las de divertirse y las de casarse,
están obligados a ser los príncipes azules, sus vidas sexuales deben comenzar
en los primeros años de la adolescencia.
Entonces, ¿Cómo es posible que estos libros hayan terminado en las listas de
Best Sellers?
Otra de las discrepancias entre los filósofos es el aporte del cine a la realidad.
Mientras los primeros están en contra de todo lo relacionado con la industria
cultural, Benjamin ve el cine como una manera de ampliar nuestro mundo
perceptivo. Dado que Rosemary Beach no ha sido llevada al cine, hablaré de
alguna de las adaptaciones hechas a novelas que utilizan su misma fórmula en
la trama.
Han salido muchas adaptaciones hasta la fecha de libros que siguen ese
patrón. Están la ya mencionada 50 Sombras de Grey, After, A través de mi
ventana, El Stand de los besos, Tres metros sobre el cielo, El Diario de Noa, el
próximo estreno de Hermoso Desastre, entre otros. Para este análisis me
quedaré con 50 sombras, aunque no habrá muchas variantes entre las
características de unas y otras.
Si la saga Rosemary Beach llegara al cine, sería casi igual. Transmitiría los
mismos y otros estereotipos y daría mensajes ideológicos de igual índole. Esto
es algo que el cine ya ha explotado, y que seguirá explotando.
A pesar de esto, no puedo ponerme del lado que está contra el cine. Si bien es
una buena máquina de clichés y estereotipos, también ha permitido aumentar
nuestro universo sensitivo. Antes del cine yo no hubiese tenido una idea de
cómo se ve y oye Londres sin haber estado allí o hubiese sido testigo de las
luchas de Robert Bruce por recuperar el trono escoses. El cine puede ser una
manera de educar.
Referencias: