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Claudia Alejandra Samón López, 2º año de periodismo

Romance a la venta

Rosemary Beach es una saga literaria de la autora estadounidense Abbi


Glines. Está catalogada como romance contemporáneo para adultos, debido a
su contenido sexual. La primera novela de la serie, Fallen too far, fue publicada
el 1º de diciembre de 2012 y la decimocuarta y última, Up in flames, el 1º de
marzo de 2016. En febrero de 2017, la autora le dio continuación e inició una
nueva serie con la publicación de Like a memory, primer libro de Sea Breeze
meets Rosemary Beach.

Cada libro de la saga Rosemary Beach, se mantuvo durante meses entre los
best seller del New York Times, USA Today y Wall Street Journal.

El problema con la saga viene de un análisis a la trama de cada uno de los


libros que la componen:

 Los cuatro primeros siguen a Blaire, una chica dulce, virginal e inocente
cuyo padre la abandonó y acaba de enterrar a su madre. Ella conoce a
Rush, el hijastro de su papá, un hombre experimentado, mujeriego,
celoso y millonario del que se enamora, pero con el que no puede estar,
pues él tiene secretos que pueden dañarla.
 Los libros cinco y seis siguen a Della, una chica dulce, no virginal (pero
casi, pues fue solo una vez y lo pasó fatal) e inocente, cuya madre con
un trastorno psiquiátrico se suicidó después de haberla mantenido
encerrada por años. En su viaje de autodescubrimiento tiene un lío de
una noche con un desconocido con el que se reencuentra meses
después. Él es Wood, un millonario celoso, mujeriego y experimentado
de quien ella se enamora, pero no pueden estar juntos porque él está
comprometido.
 Libros siete y ocho, la dulce, inocente y virginal Harlow, hija de un
cantante drogadicto que dejó de atenderla tras la muerte de su madre, le
entrega su cuerpo y corazón a Grant, un millonario mujeriego,
experimentado y celoso con el que no puede estar, pues él tuvo algo con
la media hermana de ella.
 Libro nueve: cuando solo tenía dieciséis años, Bethy, una dulce, virginal
e inocente muchacha entregó todo de sí a Tripp, un chico mayor y
experimentado que huyó de la ciudad para escapar de sus padres
millonarios. Cuando regresa, no pueden estar juntos por respeto a la
memoria de Jace, primo de él y exprometido de ella que murió
salvándola.
 El libro diez nos habla de Emily, una muchacha dulce, virginal e inocente
que se hace amiga de Kiro, un cantante de rock mujeriego,
experimentado y millonario que, tras escuchar que ella estaba teniendo
citas vuela desde otro continente para ofrecerle un trabajo bien lejos de
su actual residencia y pretendiente. Aunque se aman, no pueden estar
juntos por el temor de él a contaminarla de su mundo.

Podría continuar con los otros cuatro libros, pero son básicamente lo mismo. Es
algo que los filósofos alemanes Adorno y Horkheimer (1944) llaman
esquematismo. Este consiste en la presentación de algo como si fuera
diferente, mientras que en esencia es lo mismo que otros productos. En el caso
específico de esta saga, hay las llamadas diferencias de valor preestablecidas,
es decir, los personajes tienen nombres diferentes, rasgos físicos y de
personalidad diferente, distintas metas y en lo superficial sus historias cambian;
pero no hay una diferencia objetiva, las tramas son básicamente iguales: ella
es una chica con poca experiencia sexual, necesitada de afecto, problemas con
uno o ambos padres y se siente fea, aunque sea una belleza; por otro lado, él
es millonario, superseguro de su atractivo físico, ha tenido más amantes que
calzones y con ella es celoso; y la razón por la que no pueden estar juntos es
algún secreto que él guarda o su temor más profundo.

La autora cae en varios clichés típicos de la literatura romántica: la chica buena


que cambia al chico malo, el mujeriego que se reforma por amor, el millonario
que le da vida de reina a la chica necesitada, reafirma la frase “el amor todo lo
puede”.

En cuanto a sus personajes, Glines no logra evitar caer en varios estereotipos


de géneros. En el caso de las mujeres están la necesidad de guardar la
virginidad para ese hombre especial, si has tenido una vida sexual bastante
activa no encontrarás tu final feliz (a menos que lo hayas hecho como una
manera de huir de tus inseguridades), un hombre es la solución para todos tus
problemas económicos y personales, un hombre que sea mayor es siempre la
opción correcta, aunque seas una belleza debes actuar como si no lo notaras,
no debes tener mayor prioridad en la vida que ser madre, y otros tantos.

Respecto a los hombres, Glines los deja como los claros proveedores del
hogar, deben tener un cuerpo de gimnasio aunque nunca hayan ido a alguno,
poseer un miembro sexual de considerables proporciones y durar horas en el
coito, ser posesivos y tóxicos para demostrar su amor, la chica debe ser menor,
debe clasificar a las mujeres en dos grupos: las de divertirse y las de casarse,
están obligados a ser los príncipes azules, sus vidas sexuales deben comenzar
en los primeros años de la adolescencia.

La trama de las novelas es bien predecible. Para empezar se trata de la


clásica fórmula A (chica) conoce a B (chico) y se enamoran, pero deben luchar
con X (situación o persona) para obtener su final feliz, autores como
Shakespeare, Jane Austen, Corín Tellado y Jack London, en algunas historias
cortas, utilizaban ese esquema; en el caso de Glines se agrega que A es buena
y B malo. Varias historias famosas tienen la misma trama, por ejemplo,
Cincuenta sombras de Grey y Crepúsculo.

Desde el momento en que se presentan a los personajes principales, ya se


sabe que van a quedarse juntos y que para eso van a tener que pasar por
muchas dificultades. Si ya tienes alguna familiarización con la obra de Glines,
será fácil adivinar que al final del libro o más adelante en la saga, los verás
casarse y formar una familia.

Este tipo de obras no están pensadas para brindar un mensaje moralizante,


sino para causar entretenimiento y placer. Te venden una imagen idílica de la
vida, aquello que deseas ver, ya sea porque quieres alcanzarlo o porque
conocer las penas de otros te ayuda a olvidar las tuyas. No tienen en ningún
momento el objetivo de hacerte pensar y replantearte las situaciones que te
presentan. En otras palabras, te crean una visión del amor y el romance que no
verás en la vida real, por lo que, si quieres encontrarla, debes acudir a los
libros.

La falta de autenticidad y los temas repetidos, provocan que no se transmitan


sentimientos, y aunque momentáneamente te provoque placer, este no dura,
por lo que sientes la necesidad de buscar otro producto para sentirse realizado.

Entonces, ¿Cómo es posible que estos libros hayan terminado en las listas de
Best Sellers?

Para Adorno y Horkheimer (1944), se debería a que es un producto de la


industria cultural. Esta industria tendría la función de convertir el arte en
mercancía provocando la pérdida del aura (Benjamin, 1989) definida por Walter
Benjamin como “El aquí y el ahora del arte”. La industria cultural te vende una
necesidad, una necesidad que solo ella te puede suplir y convierte los medios
culturales en simples mercancías. Solo se produce lo que se vende y solo se
consume lo que se produce.

Los productos de la industria cultural reproducen las formas de vida de las


clases dominantes y concede a todo un aire de semejanzas. Su función es
distraer al hombre. No hay un espacio para ser diferente, pues hasta para eso
hay un uso y un público meta, por lo que se convierte en mercancía. Los
consumidores son catalogados y separados en grupos para crear el producto
que se atenga a ellos.

Aunque Adorno y Horkheimer y Benjamin coinciden en la existencia de una


industria cultural, hay varios aspectos de sus teorías que discrepan.

La más importante considero que es la suposición de los dos primeros de que


el público permanece pasivo ante los productos de la industria, en este caso
coincido con Benjamin. El consumidor tiene un cerebro y lo utiliza. Si bien hay
quien lee las novelas románticas con la esperanza de que eso le suceda, hay
quienes, como yo, podemos disfrutar de la relajación que ellas ofrecen, pero a
la vez ser capaces de criticar sus defectos.

Otro punto en el que discrepo con Adorno y Horkheimer es en las desventajas


que ven ellos en la existencia de las tecnologías y su uso en la reproducción de
obras de artes. Soy más de la opinión de Benjamin, la tecnología ha permitido
la democratización del arte. Hay países, como Cuba, donde es complicado
adquirir algunas obras literarias en su formato impreso y, por tanto, nos vemos
obligados a acudir a la lectura en digital. No solo hago referencia a sagas
como Rosemary Beach, sino que también hay clásicos como Los Miserables,
Anna Kareninna, Mujercitas, El vizconde de Braggelonne y Frankestein que
jamás hubiese podido leer de no ser por los libros digitales.

Para Adorno y Horkheimer (1944) la unión del capitalismo y los medios de


producción respecto al arte ha provocado un declive en de la cultura y ha
creado una confusión entre que es arte y que entretenimiento. En esto coincido
con ellos, sagas como Rosemary Beach y After son entretenimiento, libros
como El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, La Ilíada y Colmillo
blanco son obras de arte. El primer grupo te entretiene y no aporta aspectos de
suma importancia a la vida, mientras que el otro grupo no solo entretiene, sio
que posee mensajes y enseñanzas a ser interpretadas.

Otra de las discrepancias entre los filósofos es el aporte del cine a la realidad.
Mientras los primeros están en contra de todo lo relacionado con la industria
cultural, Benjamin ve el cine como una manera de ampliar nuestro mundo
perceptivo. Dado que Rosemary Beach no ha sido llevada al cine, hablaré de
alguna de las adaptaciones hechas a novelas que utilizan su misma fórmula en
la trama.

Han salido muchas adaptaciones hasta la fecha de libros que siguen ese
patrón. Están la ya mencionada 50 Sombras de Grey, After, A través de mi
ventana, El Stand de los besos, Tres metros sobre el cielo, El Diario de Noa, el
próximo estreno de Hermoso Desastre, entre otros. Para este análisis me
quedaré con 50 sombras, aunque no habrá muchas variantes entre las
características de unas y otras.

Los estereotipos sobran en dicha trilogía. Anna es el prototipo de una


protagonista de películas romántica: virgen hasta de sus dedos, incapaz de ver
su propia belleza, rompe corazones por donde pasa y ni se entera, sumisa en
lo sexual y rebelde en lo demás, estudiante/graduada de lengua, capaz de
cambiar al chico malo y tiene que luchar con todas las mujeres que se
enamoran de su pretendiente. Christian es el macho alfa que todos deberían
querer ser: millonario, constructor de su propio imperio, incapaz de detenerse
hasta obtener lo que quiere, domina a todos a su alrededor, habla varios
idiomas con facilidad, espanta solo con su presencia a cualquiera que se le
acerque a Anna y solo por ella es capaz de cambiar.
Desde el punto de vista ideológico te brindan una relación inseparable entre
dinero y felicidad. Si quieres ser exitoso debes tener dinero. Si quieres tener
una vida plena en familia debes tener dinero. Y siguen propagando la imagen
de “el amor puede con todo”.

Si la saga Rosemary Beach llegara al cine, sería casi igual. Transmitiría los
mismos y otros estereotipos y daría mensajes ideológicos de igual índole. Esto
es algo que el cine ya ha explotado, y que seguirá explotando.

A pesar de esto, no puedo ponerme del lado que está contra el cine. Si bien es
una buena máquina de clichés y estereotipos, también ha permitido aumentar
nuestro universo sensitivo. Antes del cine yo no hubiese tenido una idea de
cómo se ve y oye Londres sin haber estado allí o hubiese sido testigo de las
luchas de Robert Bruce por recuperar el trono escoses. El cine puede ser una
manera de educar.

Mediante estas reflexiones, he podido llegar a algunas conclusiones:

 La saga Rosemary Beach es un producto de la Industria editorial, que a


la vez es resultado de la industria cultural, porque responde a una serie
de clichés, esquematismos y estereotipos que se utilizan para aumentar
las ventas.
 Los consumidores podemos elegir ser pasivos o activos ante los
productos que consumimos.
 En la industria cultural nada se salva de ser mercancía, hasta lo
“diferente” tiene un público meta.
 La industria cultural necesita que no pensemos y pretende mantener el
orden existente.
 No todo es malo en la industria cultural, también tiene cosas buenas
como la democratización del arte que permite su llegada a todo el
mundo.
 Hay una diferencia entre obra de arte y producto de entretenimiento.
 El cine puede reproducir estereotipos y malos mensajes, pero también
puede enseñar y transmitir moralejas.

Referencias:

Adorno, T. W., Horkheimer, M. (1944). Dialéctica del Iluminismo.

Benjamin, W. (1989). La obra de arte en la época de su reproductibilidad


técnica. Buenos Aires: Editorial Taurus.

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