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Antonio Gémez Robledo DEL COLEGIO NACIONAL Dante Alighieri I. LAS OBRAS MENORES Universidad Nacional Autonoma de México 1975 Primers elicit: 1975 DR © 1975, Usiveidad Nasional Autinoma de México Ciudad Univerais, Mésico 20, D. F. Dasa GrxtaaL oe Pusticaciones Impreo y hecho en México L. DANTE EN SU CIUDAD 1 Nacimiento de Dante. 2. Fstispe y familia. 3. Estudios, e d’Arno alla 1. P fui nato-e cresciuto - sovra’l bel fi gran villa. Con estas palabras, dice Piero Bars y con otras alu- siones dispersas en su vasta obra, se escribio para si mismo “y para la posteridad— su propia acta de nacimiento el i ite Alighieri. Y bien estuvo, por porque en aquella época no sélo via registro cit ino que podemos dudar atin de que se asentara muy escrupulosamente, para cada uno, |a fe de bautismo. En un solo bautisterio, en efecto, en el bel San Giovanni, eran bautizados todos los nacidos en Floren: uno por uno, del tropel de infantes que en ese dia recibian las aguas lusteales del bautismo. Por si alguna duda pudiera quedar de que sobre el Arno fuese otra distinta de Florenc ostenté siempre orgullosamente su condi non rardesca: Fiorentino ~ mi sembri veramente quand’io Podo, Por aquel toscano que no era entonces sino wn di tantos otros, ¥ que, por obra de Dante, se con lt en a, eso Is verdad gg ve de 'Y pocos Monumentos de entre 4 Vid icleron, como died Cervantea, ft! le lar de otros monumentos menores, Deg admirar el Bautsteri 3 muy posteriores; San Mii tano del Popolo, llamado después del Barge Novella y Santa Croce no estaban ter yaen servicio. Y del de la S conocié ni sus cimientos, dri cuponerse que haya podido ver los disefios de ‘el Campanile. Después del lugar, es también Dante muy preciso so fecha de nacimiento: aio y mes, con Ia sola oon ‘Con toda precisibn, pero, c ia que set, en vee, rminos poéticos. Nel mezzo del ci di nostra'vita nox dice, en el primer verso de Comedia, que se encon, tr6 de pronto, perdida Ja via recta, en medio de la selva oscura, Y en el Convivio nos explica que la edad de 35 afos, es la mitad 0 el vértice en la vida del hombre gue termina el ascenso y empieza el descenso hasta el final que, én su promedio (aunque Dante estuvo bien lejos de alcan- zarlo) cae hacia Jos 70 afios. “Tanto quanto questa etade ha di salt, tanto dee avere di scesa.” Ahora bien, y como el ede ultratumba lo ubica la Commedia en el aio jubilar 1300, no tenemos sino que restar a esta cantidad Ia de 35 para obtener 1265 como el afio del nacimiento del poeta. En cuanto al mes, nos dice Dante haber respirado por primera vez el aire toscano cuando el sol, padre de toda mortal, entra en la constelacién de sloriose stelle nace aquél y se esconde en esa € punto en de Con voi nasceva e s'ascondeva vosco quello cB’ padre ogni mortal vita, quandio senti'di prima Paere tosco, cual, come 1 habla aqut Dante, para el C¥=h oom Como buen medieval aut Dantes Pgend ie agente concurrent Ce el Prosi oo “fee lacién siversal cor es ‘Ger entre el 21 de mayo mporal hay que Precio Poe, [a fecha de su na laraci6n de Dante, > En mayo, fo, ¢En mayo o juni go fe un tal Ser Piero, de Raven, avs Gee on ima enfermedad, que bab’ jaggio. Ahora bi is muerte de Dante en conclusion, ec ufas de mayo de 1265- si estuviéramos ficd stiembre de 1321, I ‘ ee nig agar en los tltimos dias \Siseaba haberlo dicho asi, para empezar, $ sos ‘bi ‘apresurados. Pero si Dante, bi certende ae eimiento mundial que fue su nacimin: siente del acontecimi am ‘lo con tantos circunloquios, no 3 cosa plana ni de pivaros ademés del gusto 4 - la sia con que lo lo es ch a i; ef saborear 2 Potion Nadie o de un don Cualquiera, ae del mayor poeta de Italia y de la cristiandad, y aun posiblemente del mundo. 12, Por el mismo tenor, pausadamente y con él siempre por hablemos ahora de su estirpe. fierno, en la conversacién que tiene con su maes- so Brunetto Latini, muestra Dante ufanarse de descender de la “simiente santa” que en su ciudad natal dejaron los antiguos romanos. ‘Ciudad romana, en efecto, figliola e fattura di Rome, como dice su primer historiador, i , fue la antigua Florentia, a cuya alta alcw fundada por nadie menos que por Julio César. La ocasiéa la dio la conjuracién de Catilina, cuyas bandas libraron Ja ima bata ole (Fesulae), la antigua ciudad etrusca, le —sigue narrando Villa ni César descendié con sus huestes a la lanura que esta en ta ribera del Arno.” Alli dio orden de que el castrum roma- no, centro de operaciones para el asedio y toma de Fiésole, se transformase en ciudad, comenzando por abrir las dos 7 vias, perpendiculares entre si, que eran los ¢; grandes Wi semana: el Cardo maximus y el Decaying Finalmente, y por virtud de Ia Lex Tulia (propuesta igual’ mente por Julio César en su primer consulado: aio 59 ac), Betray fa tierra entre los antiguos legionatios, con’ yf f intiue, después de las empresis bélicss, pudiesen conve fin de avercaleores y urbanizadores, Tal fue, pues, el oer de Floren: legendario tiene, sin duds, el abolengo 1 Mucho de ee Dante. En {a historia famiiats ce eae ay averiguada esta Vez, entramos con el tae oie ele de Dante, Cacciaguida degli Elise, cuya alma encues: aout eta al Hegar, en tu excursién paradisiaca, al cis BE abe, Entre los bienaventurados de este lugar, dispueg ie forma de una gran Cruz, simbolo de la fe y del tos ction tefulgente con todos ellos, std. Cacciaguiday By saarigar tiene que estar, en el cielo de Marte y en la Crup Geos Cruzados, el florentino que, incitado por Ia ardiente te dicsciin de San Bernardo de Claaval, dej6 su ciudad Prsfamila para alistarse en la segunda Cruzada (1148), De jamas por haber caido gloriosamente en el cam. disvileppato dal mondo fallace. Por haber nee odium fidei, podia recla thar la'palma del marcirio y el trinsito inmediato, sin nin- ‘fim putgatorio, al paraiso. E venni dal martirio a questa pace. ‘Con estas palabras termina Cacciaguida ef relato de su hazatosa vida en esta titra, al dirigirse a 50 no menos glorio- so eataranieto: To fui la fue radice ... fronda mia. Cacciaguida fue, al parecer, l tnico antepasado de quien Dante pudo gloriatse en la tierra y en el cielo. Y séame per- mitido pensar, asi no lo haya visto en ningtin dantélogo, que fen esta exaltacn de su ilustre trisabuelo hay, aparte de la wanaglora familiar, una verdadera afinidad electiva. Con otras armas, desde Tuego, pero el hecho es que Dante, no aguida, fue un tipo supremamente comba- acidn de To cual vendrd largamente en lo aque sigue, y de momento baste tomar nota de que Dante fue siempre tn gran batallador por todo aquello que, de acuerdo on su credo ético, eligioso y politico, habia que defender 0 debelar. ‘Todo él afirmaciin y energia, su puesto esta tam- ign en la Cruz, signo de afirmacién extrema. Y es también el lugar donde de preferencia esplende Crist uella croce lempeggiava Cristo: en la Cruz beligerante del cielo de Marte, mayores apologistas de Dante se han atrevido a decir que entre sus muchas vircudes estuviera Ia de la humildad. Y él mismo parece reconocer, en aquel pasaje del Purgatorio, que Ia soberbia fa tiene en su pedigree. Del abuelo no habla Dante en parte alguna, pero tampoco, por extraiio que parezca, de su propio padre, Alighiero di Belincion, Abunda, por poco, bas eon or los dantélogos para explicar tan extraor Fray quienes dicen haber sido aquel hombre un imo gran bidgrafo de Dante, sne por probado ta Y por su parte cree que el silencio del poeta se debe simp! hecho de haber sido el autor de sus dias una completa nulidad 0 poco menos. Su nombre no aparece en el registro de ninguna de las Artes, ni de las mayores ni de las menores, donde por fuerza debia inscribirse todo aquel que quisiera ser un Alguien en Ia Repi- pon “desdichados que jamés fueron vivos”, por haber vivido “sin alabanza ni y de los cuales se retraen, con igual horror, no silo el Cielo, pero aun el propio Infierno, que no re por cierto, de una siniestra ai idad. Callar el nom- re de su progenitor, por tanto, era lo mejor que lia ins- pirarle a Dante la piedad fi Con fa madre, una tal icinsel ue son un elogio del hijo antes que de la madre, y un elogio, ademas enormemente desmesurado, por ser esencialmente las mismas que profiere la buena mujer . io al aclamar a Cristo en la persona a sae ass Deals venter ous a 2 evtva de sobra, por sUpUuesto, ¥ no obstan; ea os ‘ona salutacién del todo ineesnes Mic estaba de si mismo como para haber mee stampar eranguilamente st profanacién imperdonable Bella=Maria, como Dante=C: ; Durante se llamé en ¢ Dei ego Dante, siguiendo la costumbre flor aera jos nombres personales. Durante 0 Dante abrevat fal que da”, nombres igualmente expresivos yaitt sreterna fama, ya de su perenne capacidad creadora, Piesonimico, por ikimot Alighiero hasta él, Alighieri de gj patreMtante, io tiene Giovanni Papini por derivado del lar Shgar Aligeros son todos los poctas, pero ninguno tie que supo consumar el vuelo incomparable de l § Oscora ala Candida Rosa. To ultimo que hay que consignar sobre a primera vidg familiar de Dante y sus progenitores, es el haber quedado gj fuérfano de ambos en edad muy temprana. Cinco, ses afoy ‘alo mas tendria cuando murid su madre; y en cuanto a] padre habiendo contraido segundas nupcias, fallecié a sy Fez en 1277. Doce afios contaba Dante cuando se quedé Tvivie solo con su madrastza, més solo atin por esta com- P®No bay que decir mis para explicarnos lo hosco y rispido de su caricter. Huérfanos somos todos algiin dia, sobre todo si Ilegamos a viejos, pero una cosa es el fano normal jéramos, y otra el huérfano primerizo o constitu. del Eva que lo cs bortanin $0 apr pia d, page into Selva come si cional. No todos los biégrafos de Dante, pero si alguncs, han reparado suficientemente en esta citcunstancia. No por otra cosa que por su infancia desolada, por su sentimiento congénito de orfandad, Dante lama padre en la Comedia —y'se hace lamar por ellos figliolo— a todos los personajes {que son, de uno u otro modo, objeto de su amor: el tatara- siete il padre i, Estacio, San Pedro, Adan (! y sobre todo su adorado Virgilio, quien se dl al dolce figlio. @Qué mis ain? La mis funcién de la madre; y sélo asi se explica que el poeta, al en- contraela en el parafso, corra hacia ella como el chiquillo hasta hoy (salvo el lamentable intermedio del a su mam, segin el verso encantador: col quale il fantolin Co ae oa buseé Dante, lo largo de toda su vida. la sustitucin de Ta paternidad. Afanosamente pero, en, Yoo» eons Freemplazable. El hogar que fund6 despucs pedo compensarle en algo esta carencia, pero el hecho fare sae eatal ee que Dante —por su orfandad, por su genio, POF samiericter, y luego por su destierro— fue, en lo mis pro- fundo de su ser, un hombre solo. i ante no hay, por supuesto, cons- 3. De Jon eto de rece a fs arora ni 0 Ob ables sino hubiera pasado, como juda y medianamente junto constituye la ima sn medieval. Eran, como erales, distri er grupo, el de las humanidades fomo diriamos hoy, estaban la gramatica, o sea el apre Zaje del latin, la retérica y Ia dialéctica, es decir I: En el segundo grupo, el siguientes: aritmética, geomet seats a Repblica de Platén venta el Cu que proseribié Ia filosofia) se conserva la directriz funda- mental de proporcionar al alumno la educacién fundamental fen ambos campos del saber, en las ciencias y en las humani- dades. Todos aquellos cursos los habré quier doctor puerorum de su parroquia. Pero lo importante en Gino son los estadios de rutna con sus compase de era 10 los extudios superiores, los que le permitieron Biptinis Is alea cultura ltersra, filosdfica y ceol6giea de que da testimonio su obra, el Convivio y la Comedia sobre todo. zCémo 0 dénde pudo conquistarla? ‘Como maestros suyos, Dante no menciona sino dos, el ado Dante con cual- primero por su obra, el segundo sobre todo por su trato Lo que a Virgilio debe personal ilio y Brunetto Lati impertinente el declararlo Dante lo sabemos todos, y ser! agui por extenso. Bastard con ci mal del poeta, en el canto primero de la Divina Comedia, un maestro por antonomasia y su autor pred} maid al bello estilo (de nuevo la nowy set del to. Bacio macs ‘qu car ipeencia) que le ha dado fama: Tu 2 lo mio maestro e "I mio autores ‘tu 20 solo colui da cui io tolst Io bello stile che m’ ba fatto onore, En cuanto a Brunetto Latini (1220-1294), tratase de figura de destacada importancia, en su época por lo ment? Hamanista y politico, Ser Brunetto pasé algunos aiigg e* Francia, desterado de Florencia en una de tantas de su turbulenta ica. Los ocios del exilio los emples Sn eserbir dos obras: el Trésor —en francés, como ress. Ga ital y el Tesoretto en verniculo toscano. El Trey ce una especie de digesto o enciclopedia distribuida en tre fibren de los cuales el primero trata de la creacién del munde. dde Dios, de los Angeles, del hombre y su historia; el segundo de oral y el tercero de retérica. Una Summa més, por tant to, o cota asi del género a que tan aficionados eran los me. dievale ‘esoretto, por su parte, es un breve pocma ale. piri ico que resume una parte de la doctrina tratadg tn el Trésor. Pero mis que por estas dos obras, Ser Brunetto bi pasado aia historia cultural italiana por el gran ascendien. te que, al regresar a su ciudad, tavo en Ia vida intelectual 2. Que haya tenido 0 no escuela de ret6rica, segin To afirman algunos, es algo que no tiene la menor importan- Lo decisivo es el hecho de que fue animador y guia de Ia juventud florentina, del joven Alighieri A este Ser Brunetto, pues, su egregio fue hombre de transacciones) tiene que colocarlo en no y entre los sodomitas, por haberse propasado a t ‘mos, al parece, el venerable maestro en su amor por la tud. Es, por lo menos, la interpretacién mas probable del canto XV del Infierno. Pero una vez satisfecha su obl'ga- cin con la justicia, el poeta rinde al humanista el mayor hhomenaje posible. De padre no lo baja: la cara e buona ima- he balerna di vos y en seuids, resumiendo en un maravi- loa verso lo mis profundo del magiserio de Ser Brunetto, afiade: M’insegnavate come ? uom $ eterna: eQué ¢s esto de que “me ensefiasteis cémo se eterniza el 2 \bre”’? La exegética dantesca, por se ha ido por 1a facil y tx ie Dante aprendié desu maestro fue Ia | {iSaria, por la cual puede el hombre eternizarse o inmorts~ peer pero aparte de que Dante no necesitaba que nadie le innata en él, no se ve tampoco por qué tenia que elegir a Ser Brunetto como repre ante de una pasién que era comin entr sratos de $ que lo fia sido en los de todos los tiempos. A, nv mayor profundidad espiritual tiene que descender aqt meveriea, como lo ba hecho Werner Jaeger, el primero que, fini ver, ha dado en el clavo. Cotejan Fentos respectivos, Jacger llega a la con ‘ Timnarsi dantesco no ef otra cosa que el innortalizarse (ddmaritve) aristotélico, ¥ que el texto en que Dante se inspira es aquel pasaje de la Etica Nicomaguea (que Dante se eabia de memoria) donde el filésofo nos exhorta al ejer- Cicio de la sabiduria en los términos siguientes: Nihay que dar ofdos a quienes, con pretexto de que somos hombres y mortales, nos aconsejan que pongamos el pensa~ iiento en las cosas humanas y mortales, sino que, en Cuanto zo’ sea posible, hemos de inmortalizarnos y hacer todo lo que en nosotros esté para vivir segtin lo mejor que hay en nosotros ¥ que, por pequefio que sea el espacio que ocupe, sobrepasa con mucho a todo el resto en poder y dignidad (EN, X, 11776). El propio texto de la Comedia, en fin, el homenaje del poeta a su maestro, se ilumina con lo que el mismo Dante dice en el Convivio, cuando de nuevo yasaje aristo- télico con estas palabras: E perd dice Aristoteli che Puomo si dee tracre ale divine cose quanto pud. De modo, pues, que ‘Ser Brunetto ensefié a Dante, mejor dicho que en- 1, fue el amor de Ia sabiduria (con la cual y por ¥ teolégicos. El apremio de estos “estudios severos”, como yor atin, hasta hacerse impostergable, El poeta, por una parte, buscaba un dolor en fa contemplacién de lo eter fa otra, tenfa que cumplir el compromise, © 2%lutg dela Vila Nuova, de decir de su amads Gicho de otra mujer alguna”. Para codas Slegerieas porque debia pasar Beatrice, hess en's tltimo extremo, la ostiaia de la visiin sitaba Dante asi el riquisimo legado légico, mistico, de que podia disponerse en el sigh y esplendor de Ja Edad Media. Al amor de Best sigue asi el amor de la sabidl en el Convivio— que la mujer ppués de mi primer amor, fue Ia 0 del Emperador del universo, la que Picdgoras llamas ‘Digo y afi Des libros singularmente, célebres hasta. ahora Teer recién muerta Beatrice— parecen haber say”, Si : el De consolatione pBilowoph® tras el filésof a ree, y el De amicitia de Cicerén, particulars? exposicién de Lelio sobre el modo como pudo veneer eae? por Ia muerte de Escipién. = “Tres aos parece haber empleado Dante, segin s declraciin en sus estudiosflosSficos y teolbgicos. Congo afin los tomé que, a fuerza de leer, la vista ee le debiing 3 punto de vr lat ares sombreadas de wn‘clavor Mane guna cele stele i fareno tute Palcuna alore om. en ls enfermedades de los ojos, crey6 el poeta haber brad i rina buon stato de i vty y por esto sin dude la a la mirtirsiracusana ‘un Tuga fr, ete fa Virgen y Beatin —— En tres lugares, de lor més encantadores de Florenci os mas queridos por todo aquel que haya pa: erieaie incomparable— hizo Dante, segtin la tradicin, sus estudis topsriores: con los dominic de Santa Maria ‘Novella, con les francscanos de Santa Croce y con los agustinos de Santo Spo, Las try utes érdenesetabanentonces en todas Slams (oe Santa Maris Novella scababa de pasar Sato Temés de Aquino), y cada una encarnaba actitudes ori la fist, fs teaogin ye sper os 4 eee y san su obfs de mejor le J sin ‘exclusivismos: haber wrecen ha jca de Dante: jor y lector de, teologia 6p FY ee Tomas de Aquino ‘Giovanni Remigio, prio! “ot ni Fede ka edo To Conn ae * discipulo del santo I mis ilustre QTE mer ma~ casi_en SU P' chando el 0. ‘So. franciscano de Santa Jenco de los Spirituall que ven‘an epresentabi Yeeripocaliptica del Tercer Rei fentamente con esto, el anatema ‘Ge la Iglesia, cuyo retorno a la igélica propugnaban los Fraticelli. plo. de ambos maestros, es al 0 di ; omista y joaquinita: lo pri- ne cal gice ree tios del dogma, y 10 segundo {lice apocaliptico que corre por la Comedia y en su sable a Ia Iglesia como reino mundano. fia encontré Dante lo que buscaba y mas de . Fue la donna gentile del Convivio, la cual, esis del al del Espiritu Santo, ¥ el poder temp« ‘Dante por su parte, como dice el poeta, expulsaba y destruia todo otro pen: miento: Cominciai tanto a sentire della sua dolcezza, che il suo amore cacciava e distruggeva ogni altro pensiero. Y lo mas importante de todo, para nosotros, esti en el hecho de aque fue la filosofia (potenciada ademés en teologia) la que 1s clevé la possia dantesca a la altura soberana ' Sin ella no habria Dante ultrapasado nunca el exe mero de la Vita Nuova. Habria continuado, con it Pi Gel dle sl nuovo, a cnclatsimas de amr, de al como lo era el amor gentile a ‘ido, un dua, ua artists perforate Yaeron después Petrarca 0. Aristo, pero no hab om? !2 cantor de la humanidad, Para ello habia meneser del mas que de la téenica: del pectus que insufla em ofp 8° nativo la apertura a la trascendencia, la comunién chet? cer yal 2 lo "A. propésito de los estudios de Dante habia Te scaN on cis ques dleNN A eeruesecat ese Ibgica de ss vida, Y ahora retrocedamos al adolescents fi rentino para acompatiarle en sus vivencias y vicisitudes mis estrictamente humanas y personales. 4, La primera vivencia —y la absolutamente dominante— «es, naturalmente, Ia pasién por Beatrice. "Al contrario de la donna gentile (que no parece haber sido sino una personificacién de la filosofia), Beatrice es una figura tan real como Dulcinea, y toda la di hoy, esti en saber lo que sus enamorados sintieron precisa ‘mente —antes de transfigurarlas— por una y otra: don Qui- jote por Aldonza Lorenzo, y Dante Alighieri por la hija de Folco Portinari. Para explicarnos lo que ocurrié después, hay que tomar nota de que este personaje era un rico banquero y benefactor de su ciuda le estaba tan agrade- ida por la fundacién que ital de Santa Maria Nuova, que a su muerte le decreté las solemnes exequias reservadas a los mds altos magistrados, como al Capitano del Popolo. Y que su hija Beatrice haya sido efectivamente Ih Beatrice de Dante, es algo que hoy parece estar fuera de toda discusién, corroborado como est por testimonios anti- quisimos y de fo més fehaciente. Bastari citar el de Giovanni Boccaccio (1313-1375), quien fue el pri égrafo de Dante, y sobre todo el” del juez. Pietro Alighieri, hijo del poeta, y que establecié la susodicha identidad en su comen- tario a la obra paterna, Segiin el relato de Boccaccio, Dante habria encontrado por primera vez a Beatrice un primero de mayo en casa de Foleo 6 iesta tradicional del Calendi- far en Florencia y en ese diay favera. Dante mismo, por st jue cada aito te rn todo el esplendor d ce dor oe del lugar, pero da a entender que Be ren ana fi 1 por al ieavio de Beat debi a sea de, mis pensamientes) Vesti sci. (lef, humilde y honest, purpaieo (se sobs eal del modo que as terma edad conven ceed indica el poeta: Ia de nueve aos, ‘edad, en efecto, si ra spor completo corridos, para bién, pero en el prin a de nueve afios tam- desde aqui empieza, inextricable ligamen de To que 2 Dante le interesa subrayar orice haya sido su coeténea, 0 poco menos, eerie bate tones encre ambos (lo veremes iy hayan sido presididas por el niimero “perfecto”, ca aide i Pieide Ia Trinidad augusta. Como Por er ea, Beatrice es para su enamorado, la donna del awinr® Qué vamos a hacerle! Dante cree en los nimeros Jen las horéscopos, como perfecto medieval Serd por siempre imposible discriminar exactamente entre Ja realidad escueta y izacion a posteriori, a proposito Ri sentimiento nacido en el alma de Dante desde su primer ‘encuentro con Beatrice. Pero si no tenemos pruebas en con- cocci ie enmendemos la plana, y aceptémoslo, pues nada Ene de inverosimil, como lo cuenta él mismo: como el per- Feno coup de foudre. "Desde entonces digo que el Amor 3 de Beatrice es para ‘Abpat beatitudo vestra, De lor ojos de ella quedaron para siempre heridos los ojos gin el potente verso del Paraiso: Quando con li occhi li occhi mi percosse, ‘A los nueve afios del primer encuentro —naturalmente— registra Dante el segundo, cuando la mirabile donna le apa- recié, vestida esta vez de “color blanquisimo”, mientras pa- saba con dos amigos suyos por una calle de Florenci ademis, a hora de nona, es decir las tres de In tarde. saludé muy recatadamente, de modo que me parecié ver alli Lads los téminos def bienaencuranes.” Alpunaspalbras, lemis, parece haberle wvendo las cuales, y “em= briagado de tanta dulcedumbre”, corrié el enamorado a la 7 soledad de su aposento, a ensimismarse y. acaso también zpor qué no% a eraledsajriie” ra Cuando exactamente lo compuso, no lo sakes * It post mutacién poética de aquel u otros fugitives sift? teat trice, est4 en el portenteso soneto de la Vite Neos, Be Itova, Tanto gentile ¢ tanto onesta pare ia donna mia quand ell alfra salute ch? ogni lingua diven tremando muta’ e li occhi no Pardiscon di guardare,. Ella si va, sentendosi landare, benignamente dumilté vestuta; e par che sia una cosa venuta da cielo in terra @ miracol mostrare. Moxa a Piacente a chi la mira, che da per li occhi una dolcesza al che ’ntender no la pué chi fiallal brome: ¢ par che de la sua labia si mova un spirito soave pien d'amore che va dicendo a Vanima: Sospira. ‘Treinta y cinco aiios hace —dice Dimaso Alonso en una de sus mis bellas piginas— que este soneto de Dante es ‘un compaiero de mi vida. Un angel bueno para refres- carme en la hora que nos empujaria a la maldad. Si alguna vez he mirado a lo mejor, a él se lo atribuyo. Si no se ha iad, si algo me queda del Con su robusto realisme, Boccaccio no cree que Jos en- ‘cuentros entre Dante y Beatrice hayan tenido que ajustarse inexorablemente al ritmo novenario. “Muy solicito andaba a: —dice su bidgrafo— por dondequiera que pensise que podria verla, como si de su rostro o de sus ojos hubiera de recibir todo su bien y su entera consolacién.” Es bien ereible, en efecto, y Folco Portinari, hasta donde sabemos, no er precisamente el tipo del Celoso Extremeiio como para tenet 4 su hija bajo siete llaves. Todo lo cual, por supuesto, 00 8 .n del brazo ¥ POF demos estat s°- Bip eorrespondide, por Dul- anduvierai ‘adem: "saponiéndolo © ‘de don Quijote. ‘cuando mas, ee - rudo propastt pose ae on 56, mi os ora ello con otras bas di as mes como 10 ie exc mean emPareneae Ear, otro, banquero, Simone nari 390 Ia dulce florentina Paso 0 aos. gnconces 7 de Indro Montan ‘0 que a Dante pudo jempo, No sélo lo os estudios severos, some, Tel verdadero, con la leve var henge: munca foe ze wer. Bara que quedara por sicrPre para que pudiera género, én de la muerte. Sipere sono habia sido en su hora mejor ¥, teansfigurarse, era necesaria la ii Muerta tenia que estar ‘amante al Paraiso, sino ‘comunic: x amants al radisiaco que expresa el estupendo neologismo: uel ce ey configurado por la memoria de la amads, rots el manantial de su poesi Mucho la Tlord, segin nos dicen sus bidgrafos, y no hay por qué-no dacles exédito. El mismo Dante, por lo demas, Pos ha descrito en la Vita Nuova su pianfo por Beat fas toma el tema central: por el profeta Ia traslada nuestro poeta a Floren: y desierea al faltarle la nica presencia que a sus el tiempo, en el otro incompar: seul étre me manque, et tout est dépeuplé! Dante, sin embargo, no fue jams ningin ti masa sno el varén completo, la maichia'e ti figura, como dice Zingarelli. A fuer de tal, ven fombinty primero con wha pasajera disipacién en la sens PY Pena ‘pués con Ia orga! de su civ de Seatrice pasaba a ser definitivamente “ciudadana del em! foo, donde vivia en la paz de los angeles: Ita n’ @ Beatrice in alto cielo, ‘nel reame ove li angeli hanno pace, 5. De que Dante, por esta época, se abandoné a sus jones, parece que no puede haber ninguna duda razonable De las tres bestias que lo asaltan al adentrarse por la Selva ‘Oscurs, Dante estuvo solamente incélume del zarpazo de Ia Toba: La ava icio que jamais hizo presa en él. No as, ‘en cambio, de las otras dos alimafias: el leén de Ia soberbia y lt pantera de la lujuria. A una confesién suya equivale 3 relato de lo que le acontece en el Purgatorio, cuando Vir- gilio le obliga a pasar por el fuego en que se purifican los pecadores carnales, De otro modo, segtin le dice su maestro, ho podri llegar jamés a la presencia de Beatrice: Tra Beatrice ¢ te 8 questo muro. or él mismo, 0 por los reproches que por este tiempo le enderezaron varios amigos suyos: Guido Cavalcanti y Forese Donati principalmente, sabemos hasta los nombres. de sus amantes en este su tormentoso fraviamento: Lisetta, Fioretta, Violetta, Pargoletta. Nombres ficticios pueden ser, dada su perfecta consonanci nombres correspondientes a per- sonas reales, éri reales, y-no trasposiciones alegéricas de entidades abs- tracts, como lo desearian certs pudibundos dantistas. Jamis abr dirigido Guido Cavalcanti, uno de sus mejoret ami fel foto sonet en que le echa en cara ou vita wile no hubiera tenido fundamento para tan grave reproche. lighieri, en suma, conocié muy bien, como dice Pa- los ere amores: el amor divino, el amor gentile Cpottica” podriamos deci) y el amor carnal. En él con- s Como en su mis alto vértice, si Jos dos grandes temas de la literatura mento della donna, bremosia della fer 20 ‘on todo, no habia venido a este mundo para emu- lara Den Juan como el Burlador de Flor Pecados de juventud fueron los suyos, y esta restriccién temporal ae ke ‘ioe compldamente. Pasada la embriaguez ‘Dante toma esposa, y viviendo una vida honesta ‘entra en el servicio activo de la Rep ‘éeminos lo dice, exactamente, su Cita Jonna e vivendo civilmente, ed onesta adoperato nella Repubblica assai. Ia esposa de Dante, pertenecia a una acau- fraviamento, y esforzada, Fentina, En es Leonardo Bruni ¢ studiosa vita, Gemma De que esto sist vida, en los Entonces a mala paterna. Los matrim Besde la cuna: Je maritano Pinte parece que estaba apalabra Dans jos de edad. Mariage de raison, eran mis o menos asi. Wiss en conereto, no sabemos pricticamente nada sobre a vida conyugal de Dante; pero justo por el hecho de no inferirse que todo habré ‘andado bien en general. Los hogares falices, como los pueblos de Ia misma condicién, segin la ieisabida fase, no tienen historia. No dan materia para al noticiario o a fe iva, en el caso con~ Ereto de Dante, es la tremenda invectiva contra el matri- Stonio en que s¢ lanza Boccaccio al historiar el del poeta. Pero si se Ia lee con atencién, se ve inmediatamente que ‘que Boccaccio denigra y vitupera es, en gener ‘monio de los hombres superiores, a cuya obi 4, los afanes domésticos y la convivencia ol ente con cosi sospettoso animale como la mui templanzas del misdgino que fue siempre Boccacci otal vez por ello mismo— de su vida licenciosa. pués de haberse desahogado, muy a su sabor, contra las mu- jeres, termina diciendo que no lo dice por el hogar de Dante, a culla, y el matrimonio de ado desde que contaba él duda, pero todos saberse nada escandaloso o adverso, porgue nada sabe: Certo io now affer tsuereevvenute, be non lo so, rag eee ee escrupaloso fue en la recoleceiin de dare tH9 oy tt terrineo—, a buen seguro que no habria qe lsstte a? ia ‘Tampoco ha de tomarse como slice ae deci que el propio Dante dice, también en general, St £57ige el 6 13S Mujer 9 fragilidad del otro sexo. El pea snconsta thy name is woman! es una de sus expresiong ne Pray como también el otro de Virgilio: mo ef minha bas, per femina, ¥ si su maestro Io habia dicho, Det sem eximirse de echar en esto su cuarto a espadas, Le hee Po Purgatorio por boca de Nino Visconti, el cual, qaggct de las segundas nupcias de su viuda, akade quo comprende bien cémo el fuego amoroso, pars dpe mujer, ha de ser reavivado a menudo por la vista y of Per lei assai di lieve si comprende quanto in femmina fuoco @amor dura, sel’ occhio o il tatto spesso nol raccende. QUejandose Gemma Donati, pues, no la donna angelicat ‘ buona caalings,dio'a Dante tres hijos: Pero, latopo y At tonia, la cual, al profesar después como clarisa, tomé a nombre de Suor Beatrice. Asi lo dice, todavia hoy, Piero Bargellini, y a € nos atenemos, bien que haya otros pata los cuales aquellos nombres de Antonia y de Beatrice corres ponderian en realidad a dos mujeres distintas. Hay atin quie- nes hablan de otro hijo: Giovanni (nombres de apéstoles para todos lr vatones), pero nada se sabe de lo que luego hizo Plenamente histéricos, en cambio, son Piero jos que compartieron con su padre, lidades del destierro, y que, una Ye muerto aquel, fueron Jos primeros en contribuir su a lteraria. Ambos comencaron, antes que ningin ot edi: Peo en iti, y en verniculo Jacopo, de qi 7 it las érdenes sagradas, Piero, por sv te, eerci6 en Verona la profesion de abogedo, y° por Js gang Lavo s€ mantuvo por cerca de dos siglas Ia descen- directa de Dant parecer, en 1549. ¥ ahora ir para seguir al poeta por 2 1 conducts pe ————e— el teatro me vi blica. ‘en primer logat, ‘en una época én a ‘menos ra x relacién con Dante, le armas que, © EL mayor ech de paella d= Camplin amerenea 100788866 Ge Florencia, ciudad Bhs YC ido Iibrada ener & 0 de Fign encuentro de lo més renido Arezzo, cindad - Fue wfaron aleededor de 1700 24e~ ‘sangriento: ep ¢) CARED victoriosas, estuvieron © lo For Las huestes fore Iyego fueron mortales eet dhe dos iustees CaP NP dei Cerchi A las Srdenes a, el recluta Dante Alighieri et conducts en la batalla. Corr, re cmebio. Desarzonado del ca- sco infance, en él lugar ; vir pelmecjon. Y fuse en esos momentos onde is aba or confesion, euro mucho tied: bb cuando, segtn 6 FiTg declard en una carta que no ha llegado fase ‘conocié uno de sus primeros bid~ nosotros, pero qUE teen eonardo Bron Y como observa Bar; Ja carta give que ser auténtica, Ya que, en caso Contrario, wi apologista (Bruni) no se habria atrevido a mencior particular que, a los ojos de algunos, podria ser en detrimento de su héroe. Pero lo es realmente? Sinceramente creo que no. El to natural en presencia de la muerte, y més ar de profesién, Otra cosa seria si Dante, iedo, hubiese apelado a la fuga, hecho, no habrian dejado de echir- selo en cara sus adversarios politicos, aquellos que después lo-desterraron, y que con él se encontraban en Campald: Podemos aceptar, por tanto, el dictamen final de Montanelli, ‘Algo més sabemos 5 alo que se cuenta, Un allo, hubo de seguir peleans 23 nada propenso a callar las debilidades de qui aaiees “En su miedo creemos; en su cobacgi'™ SUndy Valor sube de punto, podriamos afiadir, cuando es ef fo de una inconsciencia ante el peligro, sis del sentimiento del honor sobre el En su honra, por tanto, antes que en su descrédi a paura di Dante, titulo que leva uno de los jet lel obra mayor de Bargellini: La splendida storia di Fires ‘Campaldino no es el nico episodio militar de Dante enconteamos también —Io dice él mismo en el Infimssd® combatiendo contra los pisanos en el asedio de Caproms, Si participé en otros hechos de armas, no lo sabemos, °° De cualquier modo, Dante no se propuso nunca hac, carrera militar, sino civil y politica, Y como las Letea jonces carrera alguna, Dante tenia por fuerss eran por ‘que pertenecer.a alguna de las Artes de la re ree fina, Sdlo quien estuviese inscrito en alguna de las Artes mayors podia pensar gn tenes alguna parte en la esp Hay que explicarlo en dos palabras, por ser al A cies ocean Si el Estado Corporativo de Mussolini no pasé de ser una mera demagogia verbal, un cémodo disfraz de la diceadura, vo medieval, por el contrario, fue unt incontestable ¥ fecunda realidad social, econdmica y poli ties, En las Corporaciones del Trabajo, en las cuales no exis la triste divisién capitalista —mucho muy posterior— entre pitrones y obreros, estaba representada Ia economia, y por 51 intermedio, como luego veremos, la politica. En Florencia Ilamabanse Artes estas corporaciones, y eran muy numerosas, segiin las profesiones u oficios de sus miem- bros. Siete las denominadas artes mayores, cinco las medianas y nueve las menores. ¥ hasta hoy perdura su recuerdo en los hombres que lems de cirts calles de| Morenci: Vis Gelb Arte della Sette, Via dell'Arte della Lana, etcétera. (que nos interesan aq} las siguientes: Jueces y Notarios, Mercaderes, Cambistas, La- neros, Médicos y Especiales, Sederos y Merceros, y por iltimo, Peleteros. _Para poder ser Alguien y no Nadie en la Florencia de aquel tiempo, era obligatoria la inscripcién en alguna de las artes segin lo prevenian las Ordenanzas de Giano della Bella: 44 2 sew matricola alicuins arts civitetis Elo- mot a ambiciones, Dante 10 podia nti, en alga de as artes mayoress Y en cfecto, un perc se nombre en a matecula de ios Médicos ¥ Es- par Mfedici ¢ Spezia). ; pect eae Sper secciim —ya que Dante mismo nee a dejo consignado— se ha cavilado de To lindos 201 0 eperetenidoy por To demis, ya que a falta de es de Jo segura, ala que nuncs llegaremes, stor deva: tuna con le non permiten inteoducienos ago en In vida pemjectual de aquel tiempo. _ emits ver con certeza, puede decirse, Lo que desde Iueg0+ ¥ Mis fue un mercader de ninguna ibirse en ninguna de las artes mer~ weigmna de las dos que eran las de los Nocarios, 0 Médicos y Especiales. imera® Bort dos razones, al pore: no opts Pfge ni pretendis ser— jurista de pro- I ee hubiera sido muy dificil, aun queriéndolo, los cuales formaban entonces, legiada. El Derecho era soripti int in lib Fontiae. Por su fami : Jueces ¥ ‘opté por la p' : A imoribiese enere los legistas, I invso los clérigos, una, casta. pi corm ces como desde Ia antigua Roma— una ciencia muy entincionada, y era instil, cuando no se tenia Ia necesaria Greparacién, querer sentar plaza de jurisperito. Y Dante ' Como para no querer alternar de peén con los matadores. ‘Con los Médicos y Especiales, en cambio, hal la mis amplia libertad de movimiento, La medicina, en primer lugar, fo era considerada como una ciencia experimental; y re- Cordemos no mis cémo a Leonardo y Miguel Angel, mucho tiempo después, les era tan dificil hacerse de cadaveres para estudiar la anatomia del cuerpo humano. En la medicina fa natural, cuanto se quisiera, Los farmacéuticos, desde luego, pero como las farmacias eran también librerias y salas de lectura, for- imaban de hecho parte del gremio tados los amantes de las letras. 2s Madonna (las demas art fen su advocacin de Sal Ge la Virgen, San Lucas, habia sido médico gel Se ten ctentzen als ina ed a, ae Eno y del otro oficio, Y como todas las artes so reruktabs, en conclusién, que arvistas y literate fraban muy a sus anchas en aquel gre sae condicién, por tanto, Dante Alighieri. ‘Otro pormenor ain, y de lo més curioso. Lo que j era la matricula y no 2 eam? pero con todo esto, y pars’ arse la citcunstancia del’ Ro tenian sino simples + ¥ como el evant) Manas, 8, Y et, econ. ¥en una y ot, © en reposo, En la matricula de Dante, por tanto, Gtr apastilla: medico scioperato, algo Sea Gecde eatonces hasta hoy. Y en un registro posterior, pee de cuya autentc lad parece que no puede tampoco dudaree feta otra precisién, con apego estricto a Ja verdad: Dente FAM BI pocta'florentina. ee ‘Con ambes titulos, por tanto, como médico en reposo poeta florentino, Dante se abre pronto camino por entre ke jungla de magistraturas de su ciudad. Emula de Atenas en todo y por todo, Florencia se distinguia también por la pra feracion de los ¢argos p ‘Como magistrados ejecutivos eran muy antiguos el Podesta y el Capitano del Popolo, ls ‘cuales representaban, respectivamente, a Ia nobleza y al e tado llano. Y para asesorar a aquellos magistrados, hi ‘numerosos Consejos, cuyos miembros se contaban en por centenares, De especial imporcancia era entre dl Consejo de los Cien, presidido por el Capitin del Pucblo, astos publicos. Y aparte de los . fos Consejos extraordina- fior de los Savii 0 Richiesti, los cuales, como lo dejan vet dichos nombres, emitian su parecer cuando para ello eran requeridos por los Sig Por ultimo, y lo mas importante para lo que va a seguir, en el afio 1282 se acordé depostar el gobierno supremo de la Republica —que hasta entonces 9s Consejos— en los Priores de las Artes mayores: ino por cada barrio de Ja ciudad, dividida no seis en total, en quartieri, sino en sestieri, Bien a la clara indica Ia deno- 26 o el poder efective orguesia, de Tos La distincién vino entre ricos Y ‘cuanto a Ia clase bros estaban €M- ‘2 —espiritual ca de esa sltima magistracura, cm hal nein ne “de la nobleza a la habia ie ges alas nuevas fuer vita no es ¥2 entre noble a A no eg grasio y popolo PO eas intelectual medias ¥ © siempre, i a ee HE dy gua de Jo menos— oh a mee oe Io "define el tipo corer oe Pi £0 fe como gran proletsrioy Ta Danes Durant ane res mayors ¥ 0 cewamens por su £0r De era sabemos con toda preci De Stops Ce aos eer en cinco Ee: iene. En 1295 ep spolo; en 1296, en el Conseio Ch Gal del Capitan te Copano del Podestd. De 1298 L200 Gens em os, por haberse perdido los archivos, de cuales Con- ro sberos, os beeen «> de suponerse qe Conta G jos formas Pare Bellon, cuando el 14 de junio de 1° Figuando en alee ‘ores de ls Artes, con lo que accede supremo de la ciudad. precisién lo ba que el priorato durase republicano no toleral itu repute Dance bast6 para que en este breve fine, Mery sllada Tn suerte acings ave Te acompat hasta lapse vite “Todos mis males y todas mis adve mn causa y principio en ® © como dira Pascal, que todas sus le no saber estarse tranquilo icios de mi priorato.’ Gesgracias le vienen al hombre d en su cuatto. Pocas veces, como en el caso de Dante, habré estado tan ‘del Calvario. En Dante hay, como dice vidas. Primero la del alegre Tigrimas por Beatrice supo enjugarlas ios remedios) que anda con sus compa~ ‘vistas, en la ronda del amor gentile, ¥ 2 veces menos que esto. Pero a esta primera vida sucede, tn un ripido reves de la fortuna, la segunda, Ia del exul immeritys, con todas las amarguras que lleva consigo la pér~ dida definitiva de la patria. Mas para describir esta segunda vida del poeta, necesitamos ubicarla dentro de su circuns- tancia histériea, tan compleja como apasionante. florentino (porque muy pronto con Va iieros, los poetas esti 27

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