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152 Véase nuestro Prólogo a Pensamiento de la Ilustración, ob. cit. UNTREF VIRTUAL | 1
su adhesión a las nuevas corrientes de pensamiento cional, no podía menos que revelar su insuficiencia a lec- La ilustración
advertían con disgusto la deformidad del resultado. De tores ya aficionados a las obras más características de
allí las críticas, en ocasiones airadas, como las del las nuevas corrientes de pensamiento. La generalización
en el Río de la
Semanario... y el Correo..., o las que formulara anterior- de esta actitud critica se corresponde con la creciente Plata. Cultura ecle-
mente Juan Baltasar Maziel en su alegato al virrey laicización de la cultura rioplatense a fines del período siástica y cultura
Loreto. colonial. Esto vale sobre todo para Buenos Aires, donde laica durante el
abundan los abogados y otros intelectuales laicos, y en Virreinato
Otro camino fue el de la doble verdad. Es decir, el ubicar menor medida en provincias del interior, donde la activi-
el conjunto del dogma en el ámbito de lo irracional, un dad cultural seguirá por lo común en manos de clérigos.
ámbito distinto del de la ciencia y la filosofía, al que se Pero desde Buenos Aires comienza un proceso de
accedía por la fe, y librar la actividad racional propia del difusión de una nueva práctica intelectual en la que la José Carlos
conocimiento científico, de los obstáculos que derivaban mayoría de los nuevos productores culturales habrán de Chiaramonte
del empeño de conciliar fe y conocimiento 153 . Esta ser laicos o, paradójicamente, clérigos cuya condición de
opción tenía atractivos para evitar conflictos en la vida tal es apenas perceptible, pues los temas de sus escritos
de relación. Para la élite ilustrada colonial, como también y su tratamiento correrán ya fuera del ámbito de una
ocurría con la de la península, fue una solución, así, problemática regida desde la teología o desde la filosofía
adherir a la nueva visión del mundo según la cual éste se escolástica. Si tomamos un escrito de su más destacado
regía por leyes objetivas, impuestas por el creador en el literato como representativo de ella, el "Nuevo aspecto
momento de la creación pero luego operantes de manera del comercio en el Río de la Plata", de Lavardén, com-
necesaria y sin intervenciones sobrenaturales, sin aban- probaremos que la distinción de lo secular y lo religioso
donar la fe y su corolario según el cual el mundo era obra estaba ya prácticamente completada en la intelectualidad
de un ser supremo capaz de interferir en él según su vol- rioplatense a fines del siglo XVIII (véanse más arriba
untad, intervención también admitida para ángeles, nuestros comentarios al respecto). La producción poste-
demonios y santos. Pero viviendo la vida terrenal como rior inserta en los periódicos de la primera década del
si fuese derivada de la primera de esas concepciones y siglo XIX confirma esto y anuncia la definitiva instalación
pagando tributo a la segunda a través del mecanismo de una cultura laica, formada en los cauces de la
social del culto religioso. En otros términos, desaparecen Ilustración europea, no en ruptura con la Iglesia pero sí
de la labor escrita los problemas religiosos y éticos pre- con su antiguo control de la labor intelectual; situación
dominantes en la cultura escolástica - que vimos todavía que la Independencia habrá de consolidar.
apasionar a un hombre como Maziel- y son sustituidos
por los que la felicidad terrenal. norma ética característi-
ca del siglo de las luces, inducía a privilegiar. Al tiempo
que se enfrentan las posibles críticas con reiteradas
protestas de fidelidad al credo tradicional.