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Frente a los testimonios relativos a esta modalidad del La ilustración

Tradición, Mo dernidad, Ilustración auge de la Ilustración en un medio católico, con sus


intentos de conciliar cosas tan dispares como la filosofía
en el Río de la
Al pasar revista a la producción intelectual de los últimos inglesa, de Bacon a Locke, y el dogma de la Iglesia, Plata. Cultura ecle-
años del período colonial podemos volver a preguntarnos desde los escritos de Feijóo a los de estos ilustrados rio- siástica y cultura
hasta qué punto estamos en presencia de una cultura platenses, nos encontramos ante una tendencia interna laica durante el
ilustrada. Es decir, en qué medida la relativa moder- al catolicismo que intentaba racionalizarlo, a la manera Virreinato
nización de la cultura rioplatense puede calificarse de del deísmo, para hacerlo compatible con los avances de
propia de la Ilustración. Como lo hemos explicado ya en la ciencia y la filosofía. En la inteligencla de que esos
otro trabajo, la cuestión ha sido discutida para España en avances debían ser incorporados a la cultura española-
torno al contradictorio concepto de Ilustración católi- como condición para superar el retraso de España y afir- José Carlos
ca 152 . Esta es, en verdad, la sustancia del asunto, por marla en el contexto internacional - además de beneficiar Chiaramonte
cuanto uno de los fundamentos de la Ilustración, ya sea al mismo tiempo a sus colonias, según lo entendían los
a partir del deísmo o del menos frecuente ateísmo, es la españoles americanos. Tendencia que admitía excep-
crítica del teísmo, un concepto de la divinidad caracterís- ciones sólo por la necesidad de adoptar recaudos ante
tico de la religión católica, según el cual Dios es no sólo su posible colisión con lo que se entendía como inculta
el creador del universo sino también causa inmediata de religiosidad del "vulgo". Tendencia, por otra parte, que se
sus mutaciones. Incluidas aquellas que, en calidad de prolongará en las politicas de reforma eclesiástica de los
milagros, formaron tan viva parte del sentimiento reli- nuevos países hispanoamericanos, como la adoptada en
gioso antiguo -y conservan todavía, por una parte, credi- Buenos Aires en 1822.
bilidad colectiva cómo sucesos del pasado y, por otra,
atracción como aspecto de una relación personal con lo Pero es evidente que, al mismo tiempo, esas presiones
divino. De manera que el entusiasmo por las innova- que el desarrollo de la ciencia y la filosofía modernas
ciones científicas y políticas modernas implicaba el ejercían sobre los distintos ámbitos de la cultura ecle-
grave problema de conciencia, y también de seguridad siástica replanteaban el problema, no nuevo para la
perso-nal, de la incompatibilidad entre la ortodoxia Iglesia, de las relaciones entre fe y conocimiento, entre
católica -o las ortodoxias, dado que el campo de la dogma y ciencia. Una de las vías aparentemente más
Iglesia, como hemos visto, no se caracteriza por la una- sencillas de afrontar la cuestión fue la de propugnar una
nimidad- y los fundamentos de aquellas innovaciones. apertura a conocimientos científicos . y aun metafísicos,
Pues no podía escapar a nadie que una de las bases como en el caso del cartesianismo-. en tanto no fuesen
esenciales de la física moderna - una de las concep- incompatibles con el dogma. Actitud que produjo resulta-
ciones de mayor atracción en la época- era el deísmo, dos tan sorprendentes, si perdemos de "vista el contexto
criterio qué admitía a Dios como creador del universo y que analizamos, como el curso de física que reunía pro-
de las leyes que lo rigen, "pero lo excluía de toda inter- blemas relativos a fenómenos naturales con discusiones
vención en él poste-rior a la creación. Por eso el "yo soy sobre la posibilidad de que seres sobrenaturales partici-
newtoniano" de la citada carta del padre Feijóo no está paran en ellos. La solución no podía dejar de suscitar
proferido accidentalmente, en ese texto que implica con- reacciones adversas, sobre todo entre aquellos que por
siderarse una posible víctima de la Inquisición.

152 Véase nuestro Prólogo a Pensamiento de la Ilustración, ob. cit. UNTREF VIRTUAL | 1
su adhesión a las nuevas corrientes de pensamiento cional, no podía menos que revelar su insuficiencia a lec- La ilustración
advertían con disgusto la deformidad del resultado. De tores ya aficionados a las obras más características de
allí las críticas, en ocasiones airadas, como las del las nuevas corrientes de pensamiento. La generalización
en el Río de la
Semanario... y el Correo..., o las que formulara anterior- de esta actitud critica se corresponde con la creciente Plata. Cultura ecle-
mente Juan Baltasar Maziel en su alegato al virrey laicización de la cultura rioplatense a fines del período siástica y cultura
Loreto. colonial. Esto vale sobre todo para Buenos Aires, donde laica durante el
abundan los abogados y otros intelectuales laicos, y en Virreinato
Otro camino fue el de la doble verdad. Es decir, el ubicar menor medida en provincias del interior, donde la activi-
el conjunto del dogma en el ámbito de lo irracional, un dad cultural seguirá por lo común en manos de clérigos.
ámbito distinto del de la ciencia y la filosofía, al que se Pero desde Buenos Aires comienza un proceso de
accedía por la fe, y librar la actividad racional propia del difusión de una nueva práctica intelectual en la que la José Carlos
conocimiento científico, de los obstáculos que derivaban mayoría de los nuevos productores culturales habrán de Chiaramonte
del empeño de conciliar fe y conocimiento 153 . Esta ser laicos o, paradójicamente, clérigos cuya condición de
opción tenía atractivos para evitar conflictos en la vida tal es apenas perceptible, pues los temas de sus escritos
de relación. Para la élite ilustrada colonial, como también y su tratamiento correrán ya fuera del ámbito de una
ocurría con la de la península, fue una solución, así, problemática regida desde la teología o desde la filosofía
adherir a la nueva visión del mundo según la cual éste se escolástica. Si tomamos un escrito de su más destacado
regía por leyes objetivas, impuestas por el creador en el literato como representativo de ella, el "Nuevo aspecto
momento de la creación pero luego operantes de manera del comercio en el Río de la Plata", de Lavardén, com-
necesaria y sin intervenciones sobrenaturales, sin aban- probaremos que la distinción de lo secular y lo religioso
donar la fe y su corolario según el cual el mundo era obra estaba ya prácticamente completada en la intelectualidad
de un ser supremo capaz de interferir en él según su vol- rioplatense a fines del siglo XVIII (véanse más arriba
untad, intervención también admitida para ángeles, nuestros comentarios al respecto). La producción poste-
demonios y santos. Pero viviendo la vida terrenal como rior inserta en los periódicos de la primera década del
si fuese derivada de la primera de esas concepciones y siglo XIX confirma esto y anuncia la definitiva instalación
pagando tributo a la segunda a través del mecanismo de una cultura laica, formada en los cauces de la
social del culto religioso. En otros términos, desaparecen Ilustración europea, no en ruptura con la Iglesia pero sí
de la labor escrita los problemas religiosos y éticos pre- con su antiguo control de la labor intelectual; situación
dominantes en la cultura escolástica - que vimos todavía que la Independencia habrá de consolidar.
apasionar a un hombre como Maziel- y son sustituidos
por los que la felicidad terrenal. norma ética característi-
ca del siglo de las luces, inducía a privilegiar. Al tiempo
que se enfrentan las posibles críticas con reiteradas
protestas de fidelidad al credo tradicional.

Pero ese tratamiento católico heterodoxo; que intentaba


conciliar las exigencias de la fe, los intereses de la 153 Vía que Maziel llevó al absurdo al afirmar la total compatibilidad de
monarquía y las innovaciones de la Ilustración, así como ciencia moderna y aristotelismo, en su arrebato para desembarazar la
enseñanza de anacronismos como los que podían observarse, por ej.,
no logró convencer a los fieles del catolicismo tradi- en el curso de lógica de Chorroarín.
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