I-Autor y Destinarios del libro Carta a los Hebreos.

La investigación fue realizada en las Biblias de estudio del autor Jhon MacArthur (pág.
1747-1749), la Biblia del Diario Vivir (pág. 1732) y del libro Introducción del Nuevo
Testamento de Everett Harrison (págs.. 365-378). Las mismas aportaron información
suficiente para llegar a las siguientes conclusiones.

En cuanto al autor:

- El nombre del autor no se da en el texto bíblico, es por esta razón que la epístola
se califica como anónima, no porque al autor sea desconocido por los
destinatarios, ya que este incluso pide que oren por él.
- El autor hace referencia a Timoteo como hermano en Heb 13:23.
- Diferentes estudiosos han hecho sugerencias acerca del posible autor de esta epístola,
entre ellos están: Pablo, Bernabé, Silas, Apolos, Lucas, Felipe, Priscila, Aquila y
Clemente de Roma.
- El estilo y el vocabulario de la carta no permite establecer un criterio claro que apoye
alguna postura sobre su autoría.
- El autor se incluye dentro de los que recibieron el mensaje de Cristo de parte de otros y
no directamente de parte del Señor lo cual descarta a Pablo como el autor de la misiva.
- Aun la iglesia de los primeros tiempos tuvo diferentes opiniones sobre este tema.
- En el s. IV estuvo incluida en el canon como carta paulina. Sin embargo actualmente
hay muchas objeciones respecto a esto, ejemplo: Pablo enfatizaba mucho en la muerte y
resurrección del Señor, en Hebreos esto no es común, en Hebreos se le da mucho
énfasis a la vida terrenal de Cristo, no se habla de la experiencia del apóstol.
- Lutero sugirió a Apolos debido al buen manejo del AT que poseía, esto debido a la
presencia del Antiguo Testamento en la carta.
- No hay evidencias del autor que Dios usó pero si sabemos de un autor que está presente
en todos los libros de la Biblia: el Espíritu Santo.

En cuanto a los destinarios:

- A los creyentes en Cristo de la segunda generación, es decir a los llegaron a creer por
los que oyeron a Cristo: estos fueron rechazados por sus compatriotas judíos y debido a
su inmadurez llegaron a verse tentados a aferrarse a tradiciones judaicas.
- A los incrédulos que estaban convencidos del evangelio, pero solo de manera intelectual
debido a que no habían aceptado a Jesús como su Salvador.
- Aquellos que estaban atraídos por la persona de Cristo, pero no habían llegado a una
convicción definitiva sobre él