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Francisco R. de la Peña
Instituto Nacional de Psiquiatría
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\
Dr. Enrique Chiv ez-León
PRESIDENTE
a
GUíA cLíNIcA
l. Introducción
El acoso escolar (ar), conocido también como bulljting (su término en in-
glés), es un fenómeno complejo, generalizado, con efectos graves concu-
rrentes y a largo plazo sobre la salud de niños y adolescentes. Los factores
que intervienen incluyen desde múltiples características o antecedentes
individuales, interacciones familiares, de pares y maestros, hasta amplias
condiciones socioculturales. Durante las últimas cuatro décadas, este
tema ha adquirido interés en el área de la investigación con trabajos que
estudian su prevalencia, factores asociados, efectos, teorías causales y eva-
luación de programas de intervención y prevención.
La definición de ¡r más aceptada por investigadores y clínicos es Ia de
Dan Olweus, psicólogo noruego a quien se considera el padre de la inves-
tigación en el área del bulfuing, definiéndolo como: "Comportamientos ne-
gativos, desagradables o hirientes, intencionados y repetitivos realizados
por una o más personas, dirigidos en contra de otra que tiene dificultad
para defenderse" (Olweus, 2013). Se ha acordado que las tres caracterls-
ticas que deben estar presentes en el fenómeno'son: 1. Agresión o daño
intencionales. 2. Repetitivo y con tendencia a ser crónico. 3. Desbalance
de poder o fuerza, real o percibido, en la relación interpersonal. Estas
descripciones establecen al bulljting como una forma de violencia, por lo
que se ha empleado el término de abuso por pares para diferenciarlo como
un subtipo de abuso infantil.
2. Fenomenología
EI aB en Ia infancia y en Ia adolescencia se puede presentar de distintas
maneras, inclul,endo formas fisicas, verbales y sociales, llamadas también
relacionales, además del acoso electrónico o cyberbulfuz'zg (Raskauskas,
2011). El ar fisico incluye comportamientos en los que un individuo uti-
l\za el contacto físico (golpes, empujones, patadas) o amenazas significati-
vas cle violencia en contra de su compañero. EI ¡n verbal es aquel en que
intencionalmente y de manera directa se utiliza lenguaje para causar ma-
lestar psicológico a otrorcornpañero con propósito de humillar; intimidar
u otra razón despectiva (por ejemplo, apodos hirientes). El ar, relacional
340
$tias condiciones clínicas
4. Intervención multimodal
y racionalidad de intervención
Para el manejo de los problemas del bullying es necesario tener un abor-
daje en distintos niveles: comunitario, escolar, mecanismos psicosociales
y políticas escolarés, padres, además de interés y participación propositiva
por parte del clínico. A través de una perspectiva ecológica, se plantea
llevar a cabo intervenciones en niveles progresivos de complejidad. El
clínico involucrado debe ofrecer una psicoeducación sobre el problema
del en', posteriormente orientar a los padres o tutores de forma detallada,
involucrar a la escuela y finalmente a la comunidad.
Etapa o
Psicoeducación
El especialista en salud mental entra al sistema de er cuando los roles han
sido designados y los factores relacionados, así como la psicopatologla,
se han expresado de una manera concreta. Es en este momento cuando
el profesional debe respúnder al potencial de intervenir sobre una gran
cantidad de factores a dichos niveles, como las disposiciones individuales
342
¡ Otras condiciones cllnicas
.Aa
cer las experiencias del paciente como relevantes durante el tr'¡r"
tamiento psicopatológico, dando la contención empática necesari¡r
así como el abordaje adecuado según la entidad diagnóstica. En r.l
abusador se han observado síntomas de trastornos de la condu«:l¡r
disruptiva como el trastorno negativista y desafiante y el disocial;
en la víctima, síntomas de ansiedad y depresión.
INTERVENCIONES PSICOSOC¡ALES
Etapa t
lntervenciones con los padres o tutores
Debido a la influencia de los padres o cuidadores en las actitudes y com-
portamientos de los rriños, los padres juegan un papel crítico en la preven-
ción y atención del bulfuing. Pese a que los padres comprenden lo que es la
violencia escolar y los efbctos negativos que esta puede tener en sus hijos,
existe una tendencia a r:reer que sus hijos están menos implicados que lcr
reportado por los menol'es (Holt, 2oog). Los padres y cuidadores pueden
ayudar a prevenir el bullj,ing y responder de forma efectiva. La identifica-
ción temprana del comportamiento agresivo en los niños pequeños, por
parte de los padres, permite trabajar y extinguir estos comportamientos
antes de que se vuelvan habituales, mediante el fbmento de conductas
prosociales y mediante la resolución efectiva de problemas. Los padres
deben mostrar calidez y compromiso. Tener padres desapegados aumen-
ta la probabilidad de que el niño se involucre como abusador; mientras
que tener padres involucrados reduce esta probabilidad (Espelage, 2ooo).
Los problemas en el entorno familiar pueden aumentar la probabilidad de
bulfuing (Shields, 2oot). Aquellos niños que cuyos padres usan estilos de
crianza basados en lírnites establecidos y que son sensibles a las necesida-
des de los hijos han mostrado ser menos propensos a encontrarse involu-
crados en bullying(Bowes, 2oog). Con frecuencia, los niños son renuentes
a comunicar que están involucrados en el acoso escolar, por lo tanto, Ios
padres y cuidadores deben estar atentos a posibles señales de advertencia
(Kowalski, 2012). Los padres y cuidadores pueden trabajar con otras fa-
rnilias y grupos de interés en la comunidad para promover esfuerzos para
hacer frente al bulhting. Los padres y cuidadores también pueden apoyar a
sus hijos en la toma de posiciones de liderazgo en los esfüerzos escolares
y comunitarios para prevdnir y reducir el bulfuing.
condiciones cllnims
$ras
Etapa z )
lntervenciones a n¡vel escolar
En los últimos años, se han llevado a cabo diversos meta-anáIisis sobre
la eficacia de los programas para la prevención del bulfuing en las es-
cuelas (Espelage, 2Ol2; Farrington, 2oll). Dos tercios de los estudios
se realizaron fuera de los Estados Unidos o Canadá, y un tercio de los
programas se basan en el Programa de Prevención de Ia Intimidación
de Olweus (Limbea 2015). Ttofi y Farrington reportaron en zol I que,
en promedio, los programas se asociaron con la disminución de la per-
petración del bullying en 20 a 23o/o y una disminución del 17 a 2oo/o enla
victimización; sin embargo, los tamaños del efecto fueron pequeños para
los ensayos clínicos aleatorizados. Los elementos de los programas que
han mostrado tener mayor impacto en la disminución de la perpetración
del bultjtingincluyen: capacitación de los padres, inforrrlación para padres,
supervisión en el patio de juego, métodos disciplinarios, manejo en el aula,
capacitación para los maestros, reglas en clase, adoptar una política total
anti-bullyingen la escuela, conferencias escolares y trabajo cooperativo en
grupos donde se les enseña a los maestros cómo facilitar el trabajo entre
|os estudiantes. EI número total de elementos, así como la duración e in-
tensidad del programa, se relacionaron con los efectos sobre la presencia
de buttying y victimización (Farrin gto n, 20 I t).
Los programas que se han destacado sobre otros, ya sea por el tiem-
po que han sido utilizados y/o la efectividad mostrada, son: The Olweus
-Bully
Prevention Program, The Peaceful Schools Project, KiVa National
Anti-butlying Program en Finlandia y los Social-Emotional Learning
Programs. El Olweus Bully Prevention Program fue implementado por
primera vez en Noruega y se centra en la reducción de las situaciones de
butlyingy la prevención de nuevos casos, la mejora del ambiente escolar y
de las relaciones entre pares (Limber,2Ol5). Los elementos del programa
se centran en la reestructuración del entorno escolar para minimizar las
oportunidades y recompensas de las conductas del bullying. En el progra-
ma, los maestros deben mostrar interés por sus estudiantes, establecer
límites firmes y utilizar de forma sistemática consecuencias negativas
no hostiles. Existen varias evaluaciones de este programa, las cuales
han reportado resultados mixtos (Olweus, 2O1O). El Peaceful Schools
Project es un prograrna que se compone de cinco elementos centrales: 1'
Hacer conciencia sobre la dinámica del bulfuing, describiendo la relación
social de1 problema para todos los implicados. 2. Entrenamiento para
345
maestros en técnicas de manejo del aula y técnicas para el manejo del
comportamiento disruptivo desde la perspectiva relacional y no punitiva.
3. Compañeros y adultos mentores ayudan a la, resolución de los pro-
blemas escolares sin culpar a los demás. rfi. Programa Warrior Physical
Education Program, que utiliza la combinación de juegos de rol, relaja-
ción y técnicas de artes marciales para la defensa con el fin de ayudar a
los estudiantes a desarrollar estrategias para protegerse a sí mismos y a
los demás. 5. En eI horario de la escuela se tiene un tiempo de reflexión
de diez minutos, donde maestros y estudiantes hablan sobre el abusador,
Ia víctima y los comportamientos del espectador. Fongay y colaboradores,
en 2OO9, demostraron que las escuelas bajo este programa presentaron
mejor desempeño en los alumnos y redujeron significativamente en las
suspensiones de los alumnos por malos comportamientos. El programa
KiVa, desarrollado en Finlandia abarca primaria y secundaria, y compren-
de un abordaje universal d,e\ bulfuing trabajando con maestros, estudian-
tes, padres, familias y líderes de Ia comunidad. Los maestros utilizan un
instructivo en el aula que se complementa con un juego de computadora
contra el bul$tingpara los niños de primaria y un foro por internet (KiVa
Street) para los estudiantes de secundaria. Estas herramientas proveen
oportunidades para que los estudiantes practiquen las habilidades apren-
didas en las lecciones en distintos escenarios. Kárná y colaboradores, en
20l l, reportaron una disminución significativa en los autoreportes de bu-
llling, autoreportes y reportes de los compañeros en victimización, y un
aumento en las actitudes anti-bul$ting (Kárná, 2Oll). Los programas de
aprendizaje socioemocional buscan que el estudiante aprenda habilidades
para reconocer y manejar las emociones, tomar perspectivas de los demás,
establecer y mantener relaciones positivas y manejar apropiadamente los
conflictos interpersonales (Elias, 1997). En el aprendizaje socioemocional
existen cinco áreas de habilidades: conciencia de uno mismo, conciencia
social, autogestión y organización, resolución de problemas y manejo de
las relaciones. Dentro de cada área hay competencias específicas para eI
funcionamiento social y emocional efectivo, incluyendo el reconocimiento
de emociones, el manejo del estrés, la empatía, la resolución de problemas
y las habilidades para toma de decisiones (Elias e/ al., tosl). Un estudio
encontró que los participantes que recibieron aprendizaje socioemocional
fueron en un 42o/o menos propensos a reportar peleas fisicas después de
seis años de la intervención (Espelage, 2ofi). Cuando el aprendizaje so-
cioemocional se incluyó en el currículo, se demostró una disminución del
346
¡ Otras condiciones cllnicas
Etapa 3
lntervenciones a nivel comunitario
A pesar de que el bullying sucede en gran medida dentro de la escuela,
este no se detiene en las puertas del plantel, sino que puede ocurrir en
cualquier otra parte de la comunidad. Los estudiantes tienen una proba-
bilidad cuatro veces mayor de ser víctimas de violencia fuera del horario y
del entorno escolar (Snydea 2C,06). Debido a que las horas extraescolares
son relativamente peligrosas, es importante tener intervenciones no solo
a nivel escolar, sino también a nivel comunitario.
La mayoría de las intervenciones de enfoque comunitario están basa-
das en evidencias; sin embargo, estos programas no son comunicados de
forma efectiva (generalizada) a profesionales involucrados (Kerner, 2oo9;
Saul, zooa). Aunque no existen programas comunitarios específicos en
Ia prevención/intervención contra el bullying, la Dra. Asha Goldwever,
investigadora en el comportamiento del Center for Education and Human
Services, recomienda tres programas cuya evaluación puede ser aplicable,
estos programas son: El hermano o hermana mayor de América (The Big
Brothers and Sisters of America), La comunidad que cuida (The commu-
nities That Care), y El tratamiento multidimensional del orfanato (The
Multidimensional Treatment Foster Care).
EI programa Big Brothers and Sisters of America es un proyecto que
consiste en unir adultos voluntarios o mentores con niños vulnerables,
incluyendo, por ejemplo, a quienes viven en hogares monoparentales, ni-
ños en contexto de pobreza, niños que tienen a sus padres en prisión, con
la expectativa de que se desarrolle una relación de apoyo. Este programa
ha mostrado efectos en las relaciones interpersonales y autoestima de
los menores. Durante este programa, Ios jóvenes indicaron que fueron
menos propensos a golpear a otra persona al año de seguimiento. EI pro-
grama mostró también efectos significativos en factores protectores que
incluyeron mejora en el apoyo emocional entre pares y en el desempeño
escolar (Tierney, 1995). Comunities That Care es un programa sistemá-
tico preventivo que otorga herramientas a las comunidades para hacer
frente a problemas de salud del adolescente y a problemas de conducta
por medio de un enfoque basado en la identificación de factores de riesgo
y factores protectores. Este programa está compuesto por cinco pasos
que son: iniciación, organización, desarrollo de un perfil de la comunidad,
creación de un plan e implementación y evaluación del plan. Este progra-
ma mostró reducción en los autoreportes de comportamientos violentos
al año de seguimiento (Hawkins,2olz). El programa Multidimensional
Treatment Foster Care busca otorgar colocaciones fuera del hogar a los
jóvenes provenientes de justicia juvenil, orfanatos y sistemas de salud
mental. La evaluación de este programa mostró que, a los 12 meses des-
pués del inicio del estudio, los niños en el programa fueron encarcelados
60% menos días en comparación al grupo control, el grupo participante
tuvo un menor número de detenciones y mostró un menor uso de drogas
(Kera zooe).
348
a Otras condiciones clfnicas
5. Árbol dedecisiones .
para intervenciones sobre acoso escolar
Psicoeducación
* ldentificación de subtipo
de involucramiento en
bullying (víctima, abusador,
víctima-abusador)
* Evaluación diagnóstica de
comorbilidades psiquiátricas
con multi-informantes y
establecimiento del mejor
ETAPA 1
AJ
:f
o-
ETAPA 2
o
lntervención con la escuela; É.
evaluar respuesta de 4 a
B semanas; con respuesta
parcial, pasar a la Etapa 3
ETAPA 3:
lntervención a ntvel
comunitario; evaluar respuesta
de4aSsemanas;con
respuesta parcial, pasar a la
--.-.-} I
I
laoñt[ruar-EatamÉntol
6. Conclusiones
El m/ bulljting presenta consecuencias serias sobre la salud mental de ni-
ños y adolescentes. Hasta hace poco existía una escasez de conocimiento
acerca de las consecuencias adversas específicas, factores involucrados,
y, por lo tanto, intervenciones basadas en evidencia para contrarrestar
los efectos del bullying. Durante la última década se ha despertado un
interés social de abordar este fenómeno, recientemente, exigiendo una
respuesta por parte de los profesionales en el área de la salud mental.
Los clínicos tienen una responsabilidad de reconocer a los jóvenes afec-
tados e intervenir en eI tratamiento y la prevención de efectos adversos
asociados con el acoso por pares. Sin embargo, existe confusión acerca
del rol que los profesionales de la salud deben tomar en este fenómeno
multifactorial. Se requiere mayor investigación que informe polÍticas pú-
blicas y guías de atención médica para sensibilizar en cuanto a este riesgo
sobre el bienestar infantil. El especialista en salud mental no pude olvidar
que el fenómeno de la violencia infantil es uno de gran complejidad que
involucra factores de riesgo y resiliencia. El abordaje de la violencia debe
incluir un enfoque amplio que integre situaciones como el acoso escolar
dentro de un contexto mayor que involucra ala comunidad y no solo al
ámbito escolar.
350
Bibliografia
352
¡Otras condiciones clínlcas