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Los estilos de crianza.

Los estilos de crianza se refieren a las actitudes,


comportamientos y prácticas que los padres utilizan para criar
a sus hijos. La forma en que los padres se relacionan con sus
hijos puede tener un impacto significativo en su desarrollo
cognitivo, emocional y social. A continuación, describiré los
cuatro estilos de crianza principales que se han identificado en
la investigación psicológica:
1. Estilo de crianza autoritario: los padres autoritarios
establecen reglas y expectativas muy claras y estrictas,
y esperan que sus hijos las sigan sin cuestionarlas.
Predominan las amenazas y gritos para que los hijos
obedezcan. Estos padres tienden a ser muy exigentes y
controladores, y pueden ser menos receptivos a las
necesidades y emociones de sus hijos. Aunque este
estilo de crianza puede ayudar a los niños a desarrollar
disciplina y responsabilidad, también puede generar
ansiedad, estrés y baja autoestima en los niños. Un
ejemplo de padre o madre autoritaria es aquel que ante
responder “porque lo digo yo y punto”
2. Estilo de crianza permisivo: los padres permisivos son
cariñosos, relajados, muy indulgentes con sus hijos, no
saben decir no, a veces parecen indiferentes, son muy
complacientes en cuanto a las necesidades y deseos de sus
hijos, pero pueden tener dificultades para establecer límites
claros y coherentes. No hay un control de las actividades
de sus hijos, tampoco exigen un comportamiento adecuado.
Este estilo de crianza puede ser beneficioso en el sentido de
que fomenta la creatividad y la autoexpresión, pero
también puede llevar a los niños a desarrollar falta de
disciplina, impulsividad, rebeldía, agresividad,
irresponsabilidad, a ser dominantes, a tener baja
autoestima, con dificultades para afrontar la frustración y
con pocas motivaciones para realizarse con éxito.
3. Estilo de crianza negligente: los padres negligentes no
establecen reglas ni expectativas claras para sus hijos y
no prestan atención a sus necesidades y emociones. Es
el estilo desapegado, se caracteriza por una falta de
interés o preocupación por las necesidades y el
bienestar de los hijos. Estos padres pueden estar
ausentes o tener dificultades para cumplir con sus
responsabilidades parentales. Este estilo de crianza
puede tener consecuencias muy negativas para los
niños, como problemas emocionales, baja autoestima,
falta de disciplina y dificultades para establecer
relaciones sociales saludables. Los hijos criados con
este estilo son más propensos a presentar problemas
conductuales, y una mayor probabilidad de participar
en comportamientos de riesgo en la adolescencia y la
edad adulta.
4. Estilo de crianza democrático: Es considerado por
muchos expertos en psicología infantil como el más
adecuado para el desarrollo de los niños. Los padres
democráticos establecen reglas y expectativas claras
para sus hijos, pero también son receptivos a sus
necesidades y emociones, les permiten tomar
decisiones y aprender de sus errores. Estos padres
fomentan la comunicación abierta y el diálogo con sus
hijos, y se esfuerzan por enseñarles habilidades para la
toma de decisiones y la resolución de problemas. Este
estilo de crianza puede ayudar a los niños a desarrollar
disciplina, responsabilidad y autoestima saludable. Es
el más recomendado, dado que fomenta una conducta
adaptativa a nivel social, demuestra autonomía, además
se fortalece la empatía y generosidad con los demás, se
establecen vínculos de convivencia de forma
espontánea,

Es importante que los padres reconozcan el impacto de su


estilo de crianza en el desarrollo de sus hijos y trabajen en
desarrollar un estilo equilibrado que fomente la confianza, la
independencia y las habilidades sociales y emocionales
saludables.

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