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Pilar Godayol
To cite this article: Pilar Godayol (2021) Ensayos feministas censurados durante el
tardofranquismo: Maria Aurèlia Capmany, Lidia Falcón y Amparo Moreno, Bulletin of Spanish
Studies, 98:4, 557-582, DOI: 10.1080/14753820.2021.1926773
En 1939 empieza una nueva época para los pueblos del Estado
español general y, en especial, para la mujer. Su situación
cambiará aún más radicalmente, si cabe. Las ideologías
antidemocráticas, más que ninguna otra, precisan para su
subsistencia de la sumisión de la mujer. Este cambio
aparecerá en todos los aspectos de su vida. Dentro del campo
legal pierde la equiparación al hombre tanto fuera como
dentro del matrimonio. La ley incapacita a la mujer para
casi todo, y una determinada ideología imperante en aquel
momento en gran parte de Europa, la exaltan como
reproductora de la especie. Se la intentará convencer que
ésta, junto al cuidado de su marido, es su misión principal.1
1 Introducción
En Qué es el feminismo (1976), la abogada y política Magda Oranich sostiene
que ‘las ideologías antidemocráticas, más que ninguna otra, precisan para su
subsistencia de la sumisión de la mujer’.2 En este libro de apenas ochenta
páginas, publicado en la mítica colección de bolsillo ‘Biblioteca de Divulgación
Política’ (dirigida por los hermanos Rosa y Oriol Regàs), de la editorial
7 Véanse Feminism and History, ed. Joan Wallach Scott (Oxford: Oxford U. P., 1996);
Dominick LaCapra, History in Transit: Experience, Identity, Critical Theory (Ithaca: Cornell
U. P., 2004); La historia de las mujeres: perspectivas actuales, ed. Cristina Borderías
(Barcelona: Icaria, 2009); y Ma Carmen África Vidal Claramonte, La traducción y la(s)
historia(s): nuevas vías para la investigación, con prólogo de Edwin Gentzler (Granada:
Comares, 2018).
8 Jeremy Munday, ‘Using Primary Sources to Produce a Microhistory of Translation
and Translators: Theoretical and Methodological Concerns’, The Translator, 20:1 (2014), 64–
80 (p. 65). Véase también Paul F. Bandia, ‘Response’, The Translator, 20:1 (2014), 112–18.
9 En general, los expedientes de censura del AGA, que a menudo son incompletos,
pueden albergar diferentes documentos: las solicitudes de las editoriales al Ministerio de
Información y Turismo (MIT), los informes de los censores, las cartas entre los editores y el
aparato censor, los recursos de alzada, información interna del MIT, algunos originales y
galeradas con tachaduras etc. Este artículo se centra en el estudio de este material
administrativo y no incluye el análisis comparativo entre galeradas y textos finales
autorizados.
ENSAYOS FEMINISTAS CENSURADOS EN EL TARDOFRANQUISMO 561
importante que hay que considerar. Entre 1939 y 1975, Moreno señala tres
etapas desiguales.10 En la primera, hasta finales de los años sesenta, el
feminismo lo conforman mujeres a título individual que, a través de
artículos en la prensa, libros y conferencias, se esfuerzan por denunciar la
situación de la mujer. En la segunda, de mediados de los años sesenta a
mediados de los setenta, las mujeres empiezan a organizarse
colectivamente: como frentes femeninos de partidos de la oposición, con
planteamientos claramente independientes (y surgen a menudo
contradicciones por las dobles militancias) y con fines muy específicos
(mujeres universitarias, juristas, separadas etc.). En la tercera etapa, a
partir de 1975 y, más concretamente, de las Jornadas por la Liberación de
la Mujer celebradas en Madrid en diciembre de este año, empiezan a
sentarse las bases de un movimiento feminista abierto a la mayoría de las
mujeres y, por lo tanto, surgen grupos y tendencias feministas diversas en
todo el Estado.
De la primera etapa, podemos destacar el nombre de la intelectual
católica progresista María de los Reyes Laffitte y Pérez del Pulgar (1902–
1986), conocida, por su matrimonio, como la condesa Campo Alange, quien,
en 1948, publicó La secreta guerra de los sexos en la editorial Revista de
Occidente, obra que tuvo un cierto impacto en círculos intelectuales. En la
reedición de 1950 (también fue reimprimida en 1958 y en 2008), después de
la publicación en París en 1949 de Le Deuxième sexe, de Simone de
Beauvoir,11 la autora reescribió el prólogo e incorporó ideas del clásico
feminista francés, a la vez que se defendió de las críticas de algunos
intelectuales coetáneos, como Eugeni d’Ors, quien, entre el 10 y el 15 de
febrero de 1949, le dedicó cinco glosas beligerantes, con el título ‘Novísimo
glosario. La secreta guerra de los sexos’, en la revista Arriba.12
A partir de los sesenta, la simbólica apertura del segundo franquismo y la
revitalización del feminismo en otros países (como Estados Unidos, Francia y
Gran Bretaña) propiciaron el interés editorial hacia la memoria histórica de
la mujer, especialmente en Madrid y Barcelona: ‘la preocupación por la
historia aparece en toda nueva forma de conciencia de un grupo social
emergente como investigación retrospectiva de su propia problemática’,
sostiene Celia Amorós.13 En este sentido, diversas publicaciones evidenciaron
14 Véanse los libros siguientes de María Laffitte: La mujer como mito y como ser humano
(Madrid: Taurus, 1961), La mujer en España: cien años de su historia (1860–1960) (Madrid:
Aguilar, 1963) y Habla la mujer: resultado de un sondeo sobre la juventud actual (Madrid:
Cuadernos para el Diálogo, 1967); de Lidia Falcón, véanse: Los derechos civiles de la mujer:
texto, jurisprudencia, comentarios (Barcelona: Nereo, 1963), Los derechos laborales de la
mujer (Madrid: Montecorvo, 1965) y Mujer y sociedad: análisis de un fenómeno reaccionario,
prólogo de Bayo; de Lilí Álvarez, véase: Feminismo y espiritualidad (Madrid: Taurus, 1964);
de Maria Aurèlia Capmany, véase La dona a Catalunya: consciència i situació (Barcelona:
Edicions 62, 1966); y finalmente La mujer en España (Barcelona: Ediciones de Cultura
Popular, 1967), ed. Mireia Bofill, Maria Lluïsa Fabra, Anna Sallés & Elisa Vallès.
15 Betty Friedan, The Feminine Mystique (New York: Norton, 1963).
16 Pilar Godayol, Tres escritoras censuradas: Simone de Beauvoir, Betty Friedan y Mary
McCarthy (Granada: Comares, 2017). Véase también la primera edición, en catalán: Tres
escriptores censurades. Simone de Beauvoir, Betty Friedan & Mary McCarthy (Lleida:
Punctum, 2016).
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(Barcelona: Kairós, 1972); Lidia Falcón, En el infierno: ser mujer en las cárceles de España
(Barcelona: Ediciones de Feminismo, 1977); Victoria Sau Sánchez, Manifiesto para la
liberación de la mujer (Barcelona: Ediciones 29, 1974); Mary Nash, Mujeres libres
(Barcelona: Tusquets, 1975); Núria Pompeia, Mujercitas (Barcelona: Punch, 1975); Oranich,
Qué es el feminismo; Moreno, Mujeres en lucha: el movimiento feminista en España; y
Leonor Taboada, Cuaderno feminista: introducción al self-help (Barcelona: Fontanella, 1978).
20 Fernando Larraz, ‘Gender, Translation and Censorship in Seix Barral’s “Biblioteca
Breve” and “Biblioteca Formentor” (1955–1975)’, en Foreign Women Authors under Fascism
and Francoism: Gender, Translation and Censorship, ed. Pilar Godayol & Annarita Taronna
(Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing, 2018), 128–45.
21 Betty Friedan, La mística de la feminitat, trad. Jordi Solé Tura (Barcelona: Edicions
62, 1965); Simone de Beauvoir, El segon sexe, prólogo de Maria Aurèlia Capmany, trad.
Hermínia Grau & Carme Vilaginés (Barcelona: Edicions 62, 1968); Virginia Woolf, Una
habitación propia, trad. Laura Pujol (Barcelona: Seix Barral, 1967); Monique Wittig, Las
guerrilleras trad. Josep Elías & Juan Viñoly (Barcelona: Seix Barral, 1971); y las dos obras
de Juliet Mitchell, La liberación de la mujer: la larga lucha, trad. Horacio González Trejo
(Barcelona, Anagrama, 1975), y Psicoanálisis y feminismo, trad. Horacio González Trejo
(Barcelona: Anagrama, 1976).
22 María Ángeles Larumbe Gorraitz, ‘Vindicación Feminista’: una voz colectiva, una
historia propia. Antología facsímil de textos (1976–1979) (Zaragoza: Prensas Universitarias
de Zaragoza, 2009).
ENSAYOS FEMINISTAS CENSURADOS EN EL TARDOFRANQUISMO 565
censores: por una parte, los más intelectuales, que comprendían miembros de
la Iglesia, militares, académicos, escritores y críticos; y, por otra, los
funcionarios del MIT. Dependiendo del nombre del autor o autora y de la
complejidad ideológica de la obra, se procuraba que uno de los censores
fuera un especialista, a veces un clérigo.
Cuando la editorial solicitaba traducir una obra al órgano censor del MIT,
se le abría un expediente con un número de referencia y se pasaba a requerir
la opinión de los censores. El impreso a rellenar (más o menos el mismo
durante cuarenta años) contenía las siguientes preguntas, además de un
informe y las observaciones: a) ¿Ataca el dogma? b) ¿A la moral? c) ¿A la
Iglesia o a sus Ministros? d) ¿Al Régimen o a sus Instituciones? e) ¿A las
persones que colaboran o han colaborado con el Régimen? y f) Los pasajes
censurables ¿califican el contenido total de la obra? Así pues, los censores
—uno, dos o más, según la conflictividad de la obra—la leían y redactaban
el informe, que incluía un resumen, una valoración, donde se señalaban los
pasajes conflictivos, y un dictamen. La decisión final era supervisada por
los órganos superiores. El dictamen podía ser: aprobado, aprobado con
supresiones/tachaduras o denegado. Si el MIT emitía un dictamen
negativo, la editorial podía hacer un recurso de alzada, que normalmente
no prosperaba, así como volverlo a intentar más tarde. Si era positivo, el
trámite administrativo oficial se cerraba con el envío de seis ejemplares que
quedaban en depósito en el MIT.
En el AGA de Alcalá de Henares, hemos consultado los expedientes de
censura y de depósito administrativo obligatorio de los ensayos objeto de
estudio: Mujer y sociedad (1969), de Lidia Falcón; El feminismo ibérico (1970),
de Maria Aurèlia Capmany; y Mujeres en lucha: el movimiento feminista en
España (1977), de Amparo Moreno. En la Tabla 1, resumimos los detalles de
sus expedientes administrativos, que analizaremos a continuación.
Tabla 1
Expedientes de censura de los ensayos feministas de Lidia Falcón,
Maria Aurèlia Capmany y Amparo Moreno.
31 Véanse, entre otros títulos de Lidia Falcón: Los derechos civiles de la mujer; Los
derechos laborales de la mujer; Mujer y sociedad: análisis de un fenómeno reaccionario,
prólogo de Bayo; Cartas a una idiota española (Barcelona: Editorial Dirosa, 1974); En el
infierno: ser mujer en las cárceles de España; La razón feminista, 2 vols (Barcelona:
Fontanella, 1981–1982), I: La mujer como clase social y económica: el modo de producción
doméstico, II: La reproducción humana; Violencia contra la mujer (Barcelona: Círculo de
Lectores, 1991); Mujer y poder político: fundamentos de la crisis de objectivos e ideologia del
movimiento feminista (Madrid: Vindicación Feminista, 1992); Los nuevos mitos del
feminismo (Madrid: Vindicación Feminista, 2000); Memorias políticas (1951–1981)
(Barcelona: Planeta, 1999); La pasión feminista de mi vida: cincuenta años de feminismo en
España (Barcelona: El Viejo Topo, 2012); y Los nuevos machismos (Barcelona: Editorial
Aresta, 2014).
32 Véanse Pilar Godayol, ‘De les mares radicals nord-americanes a les italianes de la
Rivolta Femminile’, en su Feminismes i traducció (1965–1990), 64–76; y Larumbe Gorraitz,
Una inmensa minoría, 198–226.
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37 Agustí Pons, Maria Aurèlia Capmany: l’època d’una dona (Barcelona: Columna,
2000), 255–57 & 264–65.
38 Nash, ‘The Resurgence of Feminism in Catalonia’, 281.
39 Eliseo Bayo, ‘Prólogo’, en Falcón, Mujer y sociedad, 10.
40 Agradezco al Dr Manuel Llanas sus informaciones sobre editoriales, siempre tan
valiosas.
41 AGA. 21-18888, expediente 3229.
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quien, a pesar de valorar el ensayo ‘como una exposición crítica y erudita de las
situaciones jurídicas y sociales por las que ha pasado la mujer de todos los
tiempos y de todas las áreas geográficas, a través de las culturas, las
religiones, los regímenes políticos comúnmente conocidos a lo largo de la
Historia, desde los tiempos bíblicos hasta nuestros días’, sugería supresiones
de índole política, religiosa, comunista y feminista. ‘Aunque, en la línea de
apertura moral’, el libro era ‘polémico y discutible en varios aspectos’ y debía
ser examinado ‘cuanto antes’ por ‘un lector eclesiástico’: por ejemplo, ‘acusa a
Pio XII de complacencias con el fascismo y con la Alemania de Hitler, por
estimar que su victoria constituiría la mejor barrera contra el comunismo
soviético y su expansión’, ‘exagera y raya en el derrotismo el enjuiciar el papel
que la mujer tiene asignado en España […]’;42 ‘ataca a la Sección Femenina’;
‘las citas bíblicas, las alusiones a la moral, la repercusión de conceptos sobre
la mujer cristiana’ etc.43 Así pues, el 26 de abril era designado a otro censor,
en este caso el número 18, del cual sabemos su identidad, Manuel Pui,
seguramente un censor en plantilla del MIT. Pui reconoce que se trata de un
estudio sociológico la ‘documentación’ del cual ‘haría honor a una tesis
doctoral’. No obstante, lo considera impublicable por ‘la atribución de la
opresión de la mujer a la Iglesia y al judaísmo y la desdeñada complacencia
con que trata a los SS. Padres en sus citas habilidosamente desglosadas del
contexto y del ambiente y de la época’.44 En fecha de 4 de mayo de 1968 se
denegaba la solicitud de publicar Mujer y sociedad.
Fontanella no inició ningún recurso de alzada, pero, pasados doce meses,
el 27 de mayo de 1969, envió una carta de actitud conciliadora y
condescendiente al MIT solicitando de nuevo la publicación de la obra,
apelando a su seriedad y al hecho de que podía ‘prestar un buen servicio a
nuestro país’.45 ‘Ante nuestro interés y, naturalmente, el de su autora’,
revelaba que se había efectuado ‘una profunda revisión de la misma,
suprimiendo o modificando aquellos pasajes que, a nuestro juicio, podían
ofrecer mayores dificultades atendiendo el contexto actual de nuestra
sociedad’. Finalmente, Fontanella se ponía ‘en la mejor disposición para
aceptar cuantas sugerencias considere oportuno efectuarnos al respecto’.
Después de esta carta, el 10 de junio se presentaba de nuevo la solicitud de
reproducir la obra (consta el mismo número de expediente), con la misma
tirada que la anterior, 2.000 ejemplares. Al día siguiente se transfería el
42 Informe del lector número 8, Madrid, 17 de abril de 1968, AGA. 21-18888, expediente
3229.
43 Informe del lector número 8, Madrid, 17 de abril de 1968, AGA. 21-18888, expediente
3229.
44 Informe del lector número 18, Manuel Pui, Madrid, 3 de abril de 1968, AGA, 21-
18888, expediente 3229.
45 Carta de Francesc Fortuny Comaposada al jefe de la Sección de Ordenación Editorial
del MIT, Barcelona, 27 de mayo de 1969, AGA. 21-18888, expediente 3229.
572 BSS, XCVIII (2021) PILAR GODAYOL
46 Informe del lector número 31, Madrid, 11 de junio de 1969, AGA. 21-18888,
expediente 3229.
47 Godayol, Tres escritoras censuradas, 103–12.
ENSAYOS FEMINISTAS CENSURADOS EN EL TARDOFRANQUISMO 573
48 Jordi Font, ‘L’Aurèlia i la política’, en Un lloc entre els vius: homenatge a Maria
Aurèlia Capmany (Barcelona: Partit dels Socialistes de Catalunya, 1992), 128–38.
49 Para más información sobre el feminismo de Maria Aurèlia Capmany, véanse, entre
otros: Pons, Maria Aurèlia Capmany; Maria Aurèlia Capmany: l’afirmació en la paraula, ed.
Montserrat Palau & Raül-David Martínez Gili (Valls: Cossetània, 2002); y Godayol, Tres
escritoras censuradas.
50 Periodista y escritora, Carmen Alcalde fue directora de la revista Presència (1965–
1968), icono de la resistencia franquista y cofundadora, con Lidia Falcón, de la revista
Vindicación Feminista (1976–1979). También es autora de libros como La mujer en la
Guerra Civil (Madrid: Editorial Cambio 16, 1976) y Mujeres en el franquismo: exiliadas,
nacionalistas y opositoras (Barcelona: Flor del Viento, 1996).
574 BSS, XCVIII (2021) PILAR GODAYOL
56 Informe del lector número 25, Madrid, 5 de agosto de 1969, AGA. 66-3298, expediente
7593.
57 Informe del lector número 31, Madrid, 6 de agosto de 1969, AGA. 66-3298, expediente
7593.
58 Carta de Jordi Garcia Bosch a Faustino G. Sánchez Marín, jefe de la Sección de
Ordenación Editorial del MIT, Barcelona, 10 de septiembre de 1969, AGA. 66-3298,
expediente 7593.
59 Informe del lector número 20, Madrid, 31 de octubre de 1969, AGA. 66-3298,
expediente 7593.
576 BSS, XCVIII (2021) PILAR GODAYOL
todos’. Es muy crítica con el régimen impuesto por las armas: ‘A pesar del
franquismo, que ha puesto todos los medios a su alcance para subyugar a
las mujeres y acallar sus voces de protesta’. Pero también lo es con colegas
que ocupan los primeros puestos en los partidos y las administraciones
públicas del momento: ‘Y a pesar, también, de quienes se han opuesto al
franquismo, la oposición política y sindical en pleno, que en lo que respecta
a la mujer (más de la mitad de la población) se ha limitado a reproducir los
intereses y la ideología de la clase dominante’.64 Moreno volvía a
recriminar el machismo imperante en los ambientes políticos progresistas
de los setenta en el prólogo de la traducción castellana de Política sexual
(1995), de Kate Millett, uno de los detonantes, a su juicio, para que algunas
militantes de izquierdas decidieran abandonar las organizaciones en que
militaban para integrarse a grupos feministas independientes.65
Coincidiendo con la publicación de Mujeres en lucha: el movimiento
feminista en España, el año 1977 marcó el inicio de tres proyectos editoriales
feministas en Barcelona, plataformas que tenían como objetivo restaurar la
memoria histórica de las mujeres y crear debate sobre su identidad y
sexualidad. En primer lugar, en el entorno del Colectivo Feminista de
Barcelona, Falcón y Alcalde fundaron, en el marco de la revista Vindicación
Feminista, Ediciones de Feminismo (1977–1979), que solamente sacó a la
luz tres títulos: En el infierno: ser mujer en las cárceles de España (1977), de
Falcón; la traducción de Scum (1977), de Valérie Solanas, y Tesis, del
Partido Feminista (1979).66 En segundo lugar, también en 1977 se creaba el
espacio cultural y político café-bar LaSal y, un año más tarde, se fundaba la
primera editorial feminista del Estado, LaSal. Edicions de les Dones (1978–
1990), que albergó seis colecciones que combinaron los textos de
pensamiento y debate feminista con los de creación, tanto de escritoras
nacionales como extranjeras.67 Finalmente, en tercer lugar, la editorial
barcelonesa Anagrama abría la colección pionera, centrada en temas
feministas y de diversidad sexual, ‘La Educación Sentimental’ (1977–1984).
Fundada en 1969 por el ingeniero Jorge Herralde Grau (Barcelona, 1935),
con un espíritu culturalista y progresista análogo al de otros sellos
barceloneses como Edicions 62, Seix Barral, Lumen o Tusquets, Anagrama
surgió como una editorial básicamente de ensayo, donde los textos políticos
atesoraron gran importancia: ‘Anagrama fue una plataforma de
radicalidades y vanguardismos varios, caja de resonancia de muchas de las
ilusiones y no pocos delirios de la época’.68 Catalizando la efervescencia
ideológica del momento, en diferentes colecciones (‘Argumentos’,
‘Documentos’, ‘Cuadernos Anagrama’, ‘Serie Informal’ y ‘Textos’), publicó,
no sin prohibiciones y secuestros del MIT, autores ‘subversivos’ como Louis
Althusser, Fidel Castro, Noam Chomsky, Che Guevara, Vladimir Lenin,
Rosa Luxemburgo, Mao Zedong, Karl Marx, Juliet Mitchell, Jean-Paul
Sartre o Leon Trotski. En 1977 Jorge Herralde fundó la colección ‘La
Educación Sentimental’, la cual, se dedicó ‘al cuestionamiento de la
cloroformizada vida cotidiana de las sociedades burguesas, a la
reivindicación de una sexualidad libre, con atención expresa al feminismo y
a los movimientos gays’.69 Para este y otros proyectos, el editor contó con el
apoyo de amigas feministas, la mayoría autoras, traductoras o
colaboradoras de Anagrama, ‘como Mireia Bofill, Falcón, Moreno, Núria
Pompeia, Isabel Steva Hernández, Laura Tremosa o Helena Valentí’.70
‘La Educación Sentimental’ publicó veinte títulos, cinco originales y
quince traducciones. La etapa más intensa y regular fue entre 1977 y 1979,
durante la cual vieron la luz trece de los veinte títulos. A partir de 1980, se
editaron uno o dos por año, hasta su cierre en 1984. Reapareció
efímeramente con el nombre de ‘La Educación Sentimental (Serie Mayor)’
de 1993 a 1996. Después de la traducción de La condición de la mujer
(1977), de la feminista marxista británica Juliet Mitchell, y el original La
rebeldía sexual de la juventud (1977), de la niña prodigio y miembro del
Partido Socialista Obrero Español, Hildegart Rodríguez, salió a la luz
Mujeres en lucha: el movimiento feminista en España (1977), primer libro
de Moreno. Después vinieron otros autores y autoras, nacionales (como
Magda Catalá, Jesús M. de Miguel y Josep-Vicent Marqués), y extranjeros
(como Anne Hooper, Ursula Linnhoff, Carla Lonzi, Christine Rochefort y
Sheila Rowbotham). Todos estos títulos alimentaron la contracultura de
unos años muy particulares, marcados por la euforia y la excitación de los
movimientos sociales y académicos de las mujeres después de años de
sequía y frustración durante el franquismo.
De los veinte títulos de ‘La Educación Sentimental’, se presentaron al MIT
los doce primeros, entre 1977 y 1980 (de finales de 1978 hasta principios de
1980, los expedientes son un mero trámite administrativo).71 En su
mayoría anónimos, los censores de las doce obras no realizaron ninguna
7 ‘Historiografías alternativas’
La historia única la cuentan siempre los vencedores, especialmente si ha
habido colonización de un pueblo sobre otro. […] La percepción que tiene
el colonizado de los hechos, en cambio, da lugar a historias muy
diferentes. Así, un ejemplo podría ser el caso de Hélène Cixous, que
ORCID
Pilar Godayol http://orcid.org/0000-0003-2513-5334