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IV Certamen de relatos cortos Asociación Amigos del Cine y Teatro de

Castro Urdiales

Título: Sensaciones de viernes

Modalidad: Categoría B

Por fin era viernes, había sido una semana horrible y ni siquiera había ocurrido
nada malo, de hecho, no había sucedido nada. Estaba harto que no pasará
nunca nada, le gustaba pensar que la vida era como una película y tenía claro
que estaba viviendo esos momentos que se solucionan con un 'varios meses
después' en la gran pantalla, esos momentos que una serie sería un capítulo
de relleno.

Llegó a su piso sudando después de un largo camino desde la parada del tren
de cercanías. Abrió la puerta, se quedó mirando fijamente a los platos sucios
de la mesa del salón, tiró la mochila al suelo con desprecio y cerró de un
portazo. Puso el aire acondicionado mientras agarraba otro mando a distancia
de forma casi coreografiada. Se lanzó al sofá, encendió la televisión y se quedó
mirando al techo con el teléfono en la mano. Cerró los ojos y cuando los pudo
volver a abrir ya estaba anocheciendo. Se despertó sobresaltado corrió a mirar
el ordenador y, cuando vio que no tenía ninguna notificación nueva, recordó
que no tenía ningún sitio en el que estar ni ningún plan para ese viernes. Volvió
a mirar el ordenador, esta vez para revisar la cartelera y ver si había alguna
película interesante que ir a ver. Llamó su atención una que no había visto
antes:

-'Todo lo que deseabas', debe ser nueva - se dijo a sí mismo.

Pincho en la sinopsis, pero todo lo que aparecía era "Tras esta experiencia
ocurrirá todo lo que deseabas, pero cuidado porque no habrá vuelta atrás”. La
fotografía no cargaba, pero el título y la sinopsis habían sido suficiente para
convencerle. Ir a ver una película sin saber absolutamente nada tenía su
encanto, además la única sesión que había era justo en media hora.

Llegó al cine corriendo, saludó a Raquel con un gesto mientras recuperaba el


aliento.

- ¿Lo de siempre o qué, Gustavo? - le preguntó ella sonriente.

- Sí, gracias. - respondió él aún con dificultad.

Entró a la sala se sentó, puso el teléfono en modo avión y se dedicó a ver los
anuncios. Le encantaba todo el ritual que suponía ir a ver una película al cine y
ahora venía lo mejor: las luces se acababan de apagar del todo, la película
estaba a punto de empezar.

De repente se encendieron las luces de la sala, la pantalla se apagó y se dio


cuenta que la película había terminado. No podía recordar nada, ni la trama ni
los personajes, ni siquiera podía recordar haber visto créditos al final.
Salió del cine sintiéndose raro, no sabía si era él o si era algo en el ambiente,
pero algo había cambiado. Iba por la calle y se sentía observado. Siguió
subiendo por calle Gran Vía hasta que un grupo de chicos jóvenes le paró, notó
cómo el corazón le empezaba a latir mucho más rápido. Sabía que era algo
que pasaba, pero jamás pensaba que le iba a pasar a él.

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