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Analisis Pelicula: Alien el octavo pasajero

Victor Bernal A01655441

Tadeo Martinez A01025003

Género: Terror

El género de terror se originó en la década de los años 30, se inspiró principalmente en la

literatura gótica de autores como Edgar Allan Poe, Mary Shelly y Bram Stoker, que

funcionan como material de apoyo perfecto para el género.

La característica más importante del género es obviamente hacer que el espectador pase

miedo o se sienta disgustado, incomodo, aterrado o asustado por lo que está sucediendo

en pantalla, normalmente cuentan con personajes inquietantes y enigmáticos, ya sea

físicamente con su apariencia o emocionalmente con su comportamiento y sus expresiones,

una iluminación particular que frecuenta el uso del claroscuro, contrastes de colores y

efectos muy penumbrosos para así crear una ambientación más apropiada e inquietante, el

diseño del set es importante ya que la locación es la encargada de establecer el espacio

donde se desarrollara la obra y este tiene que ser principalmente misterioso y oscuro para

que realmente se desenvuelva el terror y finalmente el sonido tiene que estar muy bien

conectado con las escenas, tiene que generar un suspenso y una preocupación para después

generar el susto, es clave saber cuando usar silencios y música.

Principales Exponentes:

● Brad Anderson.
● Jaume Balagueró y Paco Plaza.
● Scott Derrickson.
● Ari Aster.
● George A. Romero.
● Dario Argento.
● Wes Craven.
● John Carpeneter.
Ejemplos
● [REC] (2007)
● The Texas chainsaw massacre (1974)
● Cabin in the woods (2011)
● A Nightmare on Elm Street (1984)
● Evil Dead (1981)
● Midsommar (2019)
● The Thing (1982)
● Night of the living dead (1968)

Análisis cinematográfico de componentes: Alien el octavo pasajero

Imagen: Las imágenes en la película son frías y están matizadas hacia los colores morados

que buscan el contraste y la saturación de las sombras. Ejemplos de esto los podemos

observar desde los primeros momentos de la

película en tomas complejas como la que se

detiene a voltear a un casco en el puente de la

nave:

Esta toma ocurre mientras los tripulantes siguen criogenizados en sus cabinas y la nave está

desértica aún. Pero no nada más me detengo en ella para mostrar el contraste y la frialdad

de la composición; sino que también la exhibo porque considero que es la primera

cardinalidad que se nos presenta acerca de la

presencia de un robot en la nave.

Cardinalidad que nos es recalcada

posteriormente con el indicio de cuando Ash

se pone a citar el manual de instrucciones y

el contrato de los tripulantes quejumbrosos.


Ahora, refiriéndonos hacia el sonido, hay que

resaltar que la película es una producción

muy sonora. Y no lo digo tanto por el diálogo

entre los personajes; sino que, es en el

movimiento de maquetas y en el presagio de los

ataque de los xenomorfos, que el sonido

acumula una cantidad de información

atmosférica incalculable para la película.

Situación que se ve reflejada en las reacciones de los espectadores. Pero el susto que nos

cargamos encima no sólo se debe a los ​screamers y el ​gore que se nos pueda ofrecer en el

segundo acto. Porque en realidad es una reacción que se alimenta durante cada minuto

que la trama te entrega. No es una sorpresa para nadie que Alien: El octavo pasajero es una

película que se cocina a fuego lento, y por lo mismo los cortes no pueden ser tan dinámicos

ni tan acelerados. De hecho, un factor que noté y que me agradó bastante del montaje fue

que, una vez que la cámara te lleva hasta los xenomorfos (cuando le brinca en el casco a

Kane o cuando Brett es atrapado por andar siguiendo al gato); la escena se detiene ahí y no

nos presentan detalladamente cómo los encuentran sus compañeros, sino que sólo nos

redirigen hacia con el resto de la tripulación en la nave.

La puesta en escena está hecha de una manera impresionante, todos los componentes de

esta encajan como piezas perfectas de un rompecabezas, todas se complementan de una

manera muy natural y fluida que aumenta la inmersión a este mundo, el vestuario de
overoles, ropa de carga y trajes espaciales complementa el ambiente que genera la película

que es uno de la exploración de un mundo desconocido, la iluminación tenue y fría a lo largo

del filme nos proyectan la sensación de peligro y soledad, como la que sufre nuestra

protagonista Ripley en el segundo acto, la actuación de los personajes es muy adecuada y

encaja muy bien con las personalidades de cada uno, Ash con su personalidad fría y

calculada, te hace inferir que quizás solo es una persona que no muestra mucha emoción y

que le gusta seguir órdenes y protocolos, cuando te hacen la revelación de que en realidad

es un robot, aunque es sorprendente, no cabe en tu cabeza que esa era una posibilidad en

el primer lugar. Los encuadres se componen mayormente de medium y full medium shots,

estos para poder darnos un entendimiento más cercano a los personajes y escenografía

pero tampoco tan cerca que la prioridad de la toma sea las expresiones faciales o detalles

importantes en el set, que aunque sí proporcionan información útil para la trama, en

enfoque va dirigido más bien a capturar las acciones y reacciones de los personajes y más

importante del xenomorfo. La distancia focal normalmente es estándar, telecorto y

teleobjetivo, las gran angulares solo son utilizadas para establecer el mundo como se puede

ver en el principio que vemos a la Nostromo y a la otra nave, y cuando están caminando por

el nuevo planeta, se utiliza la estándar para tomas cerradas en corredores de la nave, las

tele corto cuando está presente la tripulación junta o hay más de un personaje humano y la

teleobjetivo para captar las reacciones ante el xenomorfo,en las últimas tomas se desenfoca

un poco la cámara para dar prioridad al alien, se juega durante la película con el lente para

generar una sensación de presión y de incomodidad que con el suspenso generado por la

escenografía y sonido, nos regale una experiencia mejor.


La película está narrada omniscientemente con un objetivo en concreto. Y es que Ridley

Scott, como todos los demás directores de cine, sabe que para contar una historia de terror

no nos tenemos que concentrar en el monstruo ni la amenaza que representa (porque, de

ser así, en media hora ya no sería una amenaza para el público); por eso, en lo que en

realidad debemos concentrarnos , es en las relaciones que los protagonistas forjen entre sí.

Lo diré de una manera más sencilla: Si no logramos entablar un vínculo que haga que

Personaje B (amigo de nuestro protagonista) nos importe a nosotros reflejados en Personaje

A (nuestro protagonista), no sentiremos miedo, disgusto, incomodidad, terror o susto tan

siquiera; de saber que “algo” le puede pasar a Personaje A (nuestro protagonista).

Finalmente, para acabar con la película no podía haber una confrontación tan latente como

en cualquier otro género, porque estamos hablando de terror. Y ya que el antagonista debe

presentar una verdadera amenaza para nuestro protagonista, su fuerza debe ser mayor; así

que la astucia de nuestro protagonista resalta durante todo el tercer acto, mostrándonos

cuál fue la intención de la cinta. No sé exactamente cuál habrá sido la reacción con la que

salieron los expectantes de esta película del cine en 1979, pero estoy seguro de que me

hubiera gustado ser uno de ellos. Me cuenta mi padre de aquella sensación inolvidable con

la que los niños se quedaban durante semanas por haber presenciado acontecimientos tan

impactantes. ¿Y para qué? Bueno, la respuesta que me doy es filosófica, y apunta hacia el

ser humano percé. Denotando lo valiosos que somos en este universo y las probabilidades

que hay de que, sí, no estemos solos pero, aún con todo eso, somos lo más valioso que

podemos encontrar.

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