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Mikaela de Salvington
Colección
Religiones, Autoayuda y Crecimiento
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Dirección General: Marcelo Perazolo
Dirección de Contenidos: Ivana Basset
Diseño de cubierta: Daniela Ferrán
Diagramación de interiores: Iván Moretti
Imagen de portada: Arcángel Gabriel
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Prólogo 9
El encuentro 13
1 13
2 14
3 16
4 20
5 22
El despertar 44
El diario de iniciación 63
1 63
2 63
3 65
4 66
El nacimiento de la brillante estrella 86
1 86
2 89
3 91
Mensajes a la humanidad 95
Año 2001: un abrir y cerrar de ojos 97
Año 2002: la escuela del retorno 101
Año 2003: el espíritu de vida y salvación eterna 109
Año 2004: el orden de la creación 123
Año 2005: el cambio de la constelación 153
Año 2006: la consagración en espíritu y verdad 203
El último llamado: ¡uníos a esta gran hermandad de amor! 231
Glosario 235
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El encuentro,
Arcángel Gabriel, mayo 2006
CAPÍTULO I
EL ENCUENTRO
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–Ahora comprendo la razón por la cual anuncié a toda mi familia sobre mi par-
tida... Creía que iba a morir –recordaba Bernardita, mientras sus ojos se empa-
paban de una fecunda emoción. Hace ya muchos años, Dios le había hablado
en sueños y había anunciado: “A los 33 años vais a partir, y tú y tu familia de-
béis prepararos”. Este sueño se había repetido a fines del año 1998 y durante
la cena de año nuevo, cuando se encontraba casi toda su familia reunida, sintió
que había llegado el momento de compartir dicha revelación y anunciar sobre
su partida. Estaba la presencia de su madre, sus hermanos, su marido y sus dos
hijos, y el 7 de febrero próximo cumpliría los 33.
Aquella misma noche de año nuevo, me encontraba en Suecia, un país jun-
to a las aguas calmas del Báltico. Estaba reunida con mi familia y una amiga
llamada Irene. Y habiendo ya cenado, hicimos una oración de gracias por
todas las bendiciones recibidas durante ese año. Agradecimos el inespe-
rado arresto de aquel dictador chileno, cuyo régimen a tantas familias y
personas había dañado sin piedad. También agradecimos la recuperación
de un sobrino nieto, que había sido bendecido por la gracia de Dios, luego
de encontrarse desahuciado en un hospital en Chile. Ese hecho en especial,
me había tomado de la mano con Irene, en un camino de despertar más
profundo en el espíritu. Pero de esto hablaré más tarde.
Luego de dar las gracias, recibí de mi amadísimo Padre y Creador el siguien-
te anuncio: “Hija mía, ordenad todo lo tuyo para retornar al lugar desde
donde has venido, porque allá se dará grande bendición”. En ese mismo
instante supe que era aquel llamado que había esperado durante toda una
vida. Comencé inmediatamente a prepararme para volver a aquel lugar
donde las montañas se alzan hacia lo alto en un abrazo eterno con el cielo,
un país junto a las aguas vivas del Pacífico.
Y así, con la magia divina, éramos guiadas en una bendita coincidencia de
fechas, a un encuentro que abriría paso a una sublime iniciación, que haría
posible la presencia del Cristo en gloria y majestad nuevamente en la Tie-
rra. Había transcurrido un año y medio desde mi retorno, y nos encontrá-
bamos en el más profundo éxtasis: Bernardita había ascendido por primera
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Hace algún tiempo, una sobrina me había llamado desde Chile, muy an-
gustiada contándome sobre la enfermedad y el estado crítico de uno de
sus hijos. Me pidió que la ayudara, ya que sabía que yo podía hacer algo
por él. Le respondí que iba a hacer lo que pudiera desde allá, pero lo más
importante era que ella misma pidiera al Padre por su hijo, ya que sólo así
iba a obtener alguna respuesta. La verdad es que yo no me sentía segura
de poder ayudarla. Sabía que ni ella ni su familia eran personas de fe. Pero
también sabía que el Padre siempre da una oportunidad a quienes no han
tenido una verdadera guía, para que puedan vivenciar los milagros de la fe.
El Cristo siempre respondió a quienes le agradecían la liberación de algún
mal: “Hijo mío, tan solo por tu fe te has sanado. Ahora iros y cuidaos de
vuestra esencia, y recordad que sois hijo de un Dios de Amor y misericor-
dia”.
Le manifesté al Padre mi deseo de ayudar a aquel niño y le confesé también
sobre mi inseguridad. Entonces llegó a mi mente la imagen de Irene. Era
una mujer que vivía en el exilio en Suecia. Había escuchado hablar a unos
amigos sobre ella, y decían que era una mujer muy especial pero un poco
rara, ya que decía tener contacto con el Cristo y que recibía revelaciones.
Conseguí su teléfono y la llamé. Le conté sobre el estado crítico de aquel
pequeño y le pedí si podíamos hacer en conjunto una petición al Padre por
su salud. Ella acudió inmediatamente a mi llamado y tomó el primer tren
que venía hacia la comuna en que yo vivía. Fui a encontrarla a la estación,
y de acuerdo a las señales que me había indicado, pude reconocerla inme-
diatamente. Era una mujer bajita de rostro oriental, con una mirada un
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El Levantamiento
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A los trece años de edad, mis padres me llevaron a un endocrinólogo para
hacerme una serie de exámenes. Sufría de un gran sobrepeso y mi rendi-
miento en la escuela había empeorado muchísimo. El médico diagnosticó
un hipotiroidismo muy avanzado y sentenció que dicha enfermedad no te-
nía cura. Que tan solo se podía regular el funcionamiento de la glándula
afectada, con unas drogas que debía tomar durante toda mi vida. Pero yo
rechacé desde el comienzo la idea de ingerirlas ya que sentía que mi cuerpo
se envenenaría y mi alma comenzaría a marchitarse. Decidí no tomarlas a
pesar del dolor que le causé a mi amadísima madre.
Dos semanas antes de aquella visita al médico, me encontraba sentada
en mi cuarto mirando hacia la montaña que se erguía imponente frente
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planeta. Habrá aquellos que escucharán el llamado del Cristo y sus ángeles
en el corazón y se polarizarán hacia un sentido de Amor y Paz, o aquellos
que se mantendrán ciegos y sordos a su espíritu que clama por su libertad
y optan por un destino de muerte y destrucción. Y llegando a Chile y sin
saber por qué, mi primer impulso fue llamar a Bernardita, quien al escuchar
mi voz no cabía en ella de felicidad. Dijo que sabía que era yo quien llegaría
de vuelta porque Dios le había anunciado en un sueño, a comienzos de ese
mismo mes, que muy pronto llegaría una mujer a quien ella amaba y respe-
taba y que venía de muy lejos, y su llegada daría inicio a lo que le había sido
revelado. Desde mi llegada comenzamos a vernos muy seguido y en las con-
versaciones nos dábamos cuenta de que había mucha coincidencia en las
experiencias y revelaciones que habíamos recibido en los últimos tiempos.
Ella era 10 años menor que yo y siempre había buscado mi compañía, por-
que decía sentir confianza y seguridad en mí. Años antes, cuando aún vivía
en Chile, y salía de paseo con mis hijos, ella me ofrecía acompañarme para
ayudar a cuidarlos. Eran cuatro hombrecitos que había tenido muy segui-
do y daban bastante que hacer y a Bernardita le gustaba muchísimo estar
con ellos. El día que se casó, ella y su marido me pidieron ser su madrina
de matrimonio y sentí fuertemente que asumía una gran responsabilidad.
Un compromiso ante Dios es para mí verdaderamente sagrado y no podía
jurar ante él sobre algo que no estuviera absolutamente segura de cumplir.
Y por esa misma razón, el día que tomara la decisión de unirme en matri-
monio con quien sería el padre de mis hijos, tan solo me comprometí ante
el juez civil. No pude aceptar la idea de recibir el sacramento como tanto
insistiera la madre de él, si acaso no estaba totalmente segura de que íba-
mos verdaderamente a estar unidos por el resto de nuestras vidas.
Aquella mujer no pudo aceptar la idea de que su hijo se casara sin recibir
el sacramento del matrimonio en la iglesia y lo manipulaba para obligarlo.
Ella era de doctrina católica, nunca dejaría de asistir a misa el día domingo,
entrar a la iglesia, arrodillarse frente al Cristo en la cruz, persignarse en
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, hacer una reverencia, y lue-
go en el Credo, golpearse el pecho por sus culpas e ir a recibir el cuerpo de
Cristo en la lengua y por último, ir a confesar sus pecados para aquietar su
conciencia. Esta actitud tan intransigente nos hizo tener que acudir frente
a un sacerdote y plantearle nuestras posiciones, y aquel representante de la
Iglesia me felicitó por la honestidad y lealtad para con Dios. Dijo que ojalá
todos los jóvenes fueran así de verdaderos cuando tomaran la decisión de
unirse ante Dios, ya que muy pronto, después de haber recibido el sacra-
mento, estaban viendo cómo poder anular aquel juramento de amarse y
respetarse hasta que la muerte los separe. Y así quedé absuelta de aquella
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condena. Pero esta misma mujer, el día que le conté que Jesús me había
sanado de una enfermedad incurable, luego de que él mismo se me revela-
ra y que yo me había comprometido a servirlo el resto de mi vida, me dijo
que eso era una herejía, que nadie podía decir tener contacto directo con
el Cristo sin que hubiera un sacerdote que avalara este hecho.
Así también, el día en que Bernardita comprendió el propósito del Padre
para con ella, me tocó jugar un rol protagonista en el enfrentamiento de
todo lo que se le vino encima. Tanto su marido como su madre, sus herma-
nos y otros conocidos, se opusieron a que ella se entregara a este llamado
y creyera en las revelaciones que había recibido. Sus mentes encadenadas
a los prejuicios religiosos los llevaron a pensar que todo era una aberración
y que nada venía verdaderamente de Dios. Nuevamente el argumento fue
que si yo no era miembro de una iglesia, no tenía autoridad para actuar en
nombre de Dios. Ellos eran evangélicos, apegados a la doctrina y devotos
del pastor, cuya palabra era sagrada, y su veredicto fue, que lo que a Ber-
nardita le ocurría, no provenía de Dios sino del Diablo. Fue una lucha muy
grande, que en el transcurso del tiempo, fue dejando en evidencia la pre-
sencia del Hijo de Dios, quien uno por uno, a quienes verdaderamente iban
abriendo su corazón, los iba liberando de la confusión y del error.
Finalmente, lo que terminaría de hacer el milagro, fue el aparecimiento de
la Brillante Estrella Matutina, que en su vuelo mágico, iba envolviendo los
corazones en un abrazo del más puro e infinito amor, liberándolos así del
dolor, de la culpa y del resentimiento, mientras los abría a la conciencia de
aquella verdad legada en cada corazón, por aquél que vino al mundo a
vivenciar nuestra verdadera condición humana.
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Al poco tiempo de estar de vuelta en las calles de Santiago, comencé a
encontrarme con personas que también habían tenido experiencias muy
especiales. Una de ellas fue una terapeuta que había establecido comunica-
ción con los ángeles. Me contó que ellos se habían comenzado a manifestar
en las sesiones de imaginería que hacía a sus pacientes. Estos seres divinos
le habían revelado un conocimiento terapéutico que permitía establecer un
contacto mucho más profundo y verdadero con ellos.
Luego de narrarme esas experiencias, me pidió que la ayudara a reunir
personas interesadas en participar de aquellas terapias. Me pidió también
si podía ayudarla a realizar estos encuentros, ya que no tenía experien-
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cia con aquellos seres. Le manifesté que yo tampoco tenía, pero que si se
había dado el momento para que El Cristo me llamara a su lado, no era
casualidad el aparecimiento de los ángeles, ya que se estaría cumpliendo
aquello anunciado en el Apocalipsis: “Antes de mí enviaré a mis ángeles
y ellos harán la cosecha. Y habrán dos trabajando en el campo, uno será
tomado y el otro será dejado”. Le conté, que hacia poco me había topado
en España con un caballero que me invito a conocer una comunidad, que
estaba también siendo guiada por los ángeles. La aparición de estos seres
hablaba ciertamente del comienzo de aquella cosecha, donde se separaría
la paja del trigo.
Una de las cosas que había aprendido durante estos años de comunicación
con el Cristo y el caminar por diferentes escuelas filosóficas herméticas y a
través de algunos maestros teosóficos, es el verdadero propósito de toda
criatura humana en esta dimensión. Este propósito es el despertar de la
conciencia espiritual o divina, de ser hijo de un Dios amante de su creación,
y que somos hechos a su semejanza. Entonces el fruto sería el desarrollo
de aquellas cualidades que caracterizan al Padre para así obtener mayores
dotes y poder sobre la creación de aquel Dios de Amor y Misericordia.
El Cristo anuncio que: “Sólo por Amor será Salvo el Hombre”, y dicha salva-
ción consiste en la ascensión a una nueva dimensión del tiempo, donde la
realidad se ordena de manera más digna para toda criatura. Es decir, más
verdadera y no tan hostil y limitada como se da en esta primera etapa de
nuestro recorrido evolutivo hacia el camino del eterno, cuando aún no hay
conciencia espiritual y los corazones no han desarrollado verdaderamente
el amor.
La paja simbolizaría el opuesto. Representa a quienes no dieron aquellos
frutos de amor y de misericordia, y deberán tomar el camino que ellos mis-
mos han escogido y no el que El Padre mostró en El Principio.
En una semana tuve a un grupo de personas reunidas con las que se dio
inicio al primero de una serie de talleres de ángeles. Eran terapias grupa-
les donde, a través de la imaginería, se viajaba al Templo de los Ángeles
en la isla de la Regeneración; un lugar situado en una dimensión un poco
más elevada que el plano físico. Mientras los ángeles entonaban cánticos
celestiales y revoloteaban danzando al ritmo de los sonidos cósmicos, iban
liberando a las personas de distintos males, siempre y cuando se entrega-
ran con fe y confianza a sus divinas manos. Superando así enfermedades y
traumas que a veces llevaban años adoleciendo.
A la primera que invité a participar de ese primer taller fue a Bernar-
dita, quien comenzó inmediatamente a caer en trances profundos y a
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Bernardita recibía visiones de distintos episodios de la vida del Cristo en la
Tierra, como también a veces recibía unos discursos que él habría dado. El
primero fue El sermón sobre El Reino, el que fue su primer discurso público
en la sinagoga cuando se revelara como el Hijo de Dios. El segundo fue El
discurso sobre El Alma, y en esa oportunidad El Padre me hace tomar un
libro que había recibido por revelación adquirirlo y que trataba sobre la
Creación y la vida del Cristo en la Tierra. Y pude constatar que ahí estaba
aquel discurso pero con algunas diferencias que cambiaban el sentido de lo
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Los años de preparación,
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CAPÍTULO II
LOS AÑOS DE PREPARACIÓN
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Durante el transcurso de aquellos años, desde el día que entregué mi vida
al Padre hasta el día que me llamó a su lado, vivencié una serie de experien-
cias inusitadas que me llevaron a contactar a quienes fueron los principales
guías en mi preparación para aquella trascendental tarea que me tocaría
cumplir.
Una tarde, mientras caminaba por la avenida Vicuña Mackena hacia mi de-
partamento en la calle Marín, sentí un extraño zumbido en mis oídos que
me hizo detenerme. Miré hacia el cielo, desde donde venía aquella sutil fre-
cuencia, y divisé una nube blanca. A medida que fijaba la vista, comencé a
distinguir la forma de una nave. Era un tremendo objeto que se encontraba
suspendido en el aire justo sobre el Museo Vicuña Mackena. Mientras lo mi-
raba, se hacía cada vez más visible y encendía unas luces que parpadeaban
en una sinfonía de colores que parecían comunicar un saludo cuyo código
me era familiar, y sentí que desde siempre había esperado ver aparecer
aquella silenciosa e imponente nave. Las personas que transitaban por el
lugar, se detenían a mirar hacia donde yo observaba tan detenidamente,
pero no parecían divisar nada y continuaban su camino sin inmutarse.
Se me ocurrió ir a mi departamento para observarla desde más alto. Al
cruzar Diagonal Paraguay me di cuenta de que la nave avanzaba sigilosa si-
guiendo mi rumbo, y sin embargo, parecía que nadie podía verla ni sentirla.
Llegué a la entrada de mi edificio y subí corriendo hacia el balcón, pero al
llegar me di cuenta de que la nave se había esfumado sin dejar rastro algu-
no. Ni siquiera aquella nube blanca que sutilmente la cubría, había dejado
su huella. Mi corazón quedó ansioso y expectante por aquella aparición
que había cruzado los velos del tiempo y del espacio, para dejar un llama-
do, que al pasar de los días resonaba con más intensidad en mi corazón.
Casi dos semanas más tarde, y ya sin poder contener más la angustia que
presionaba mi pecho, salí caminando sin rumbo de mi departamento, oran-
do al Padre para obtener respuesta a aquel llamado. Mientras caminaba
por la Diagonal Paraguay hacia la cordillera, poco antes de llegar a Avenida
Salvador, una fuerte energía recorrió mi cuerpo desde la coronilla hasta los
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pronto retorno, a lo que agregó que nadie conocía aquella fecha con exac-
titud. Sus enseñanzas se basaban en unos manuscritos que habían legado
unos monjes pertenecientes a un monasterio Esenio llamado Qumrán, que
contenían la memoria del paso del Cristo en aquel lugar.
Jesús habría concurrido regularmente a ese monasterio desde el día que
dejara su hogar junto a su madre María. Junto a ellos se prepararía para el
momento cuando se revelara como El Mesías e iniciara su vida pública como
El Hijo de Dios en la Tierra. Eran unos papiros encontrados en las cuevas
bajo el Mar Muerto, escritos en Hebreo antiguo y traducidos al Inglés, que
contenían distintos temas: El Manual de Disciplina dentro del monasterio,
Revelaciones sobre la Creación, sobre El Gran Universo Maestro y Los Siete
Súper Universos que giran alrededor del Universo Central, las Dimensiones
del Tiempo y del Espacio, La Octava Dimensión de la realidad infinita y mis-
teriosa, El Eterno, nuestra meta final.
Permanecí participando de aquella escuela hasta la fecha en que el maes-
tro anunció que iniciaría un ciclo sobre la muerte, el que duraría dos meses.
Finalizado aquel ciclo debía tener todas sus funciones delegadas a algunos
de sus discípulos, pero no nos explicó el porqué. Me informó que no era
necesario que yo participara de aquella actividad. Luego hubo una convi-
vencia donde le relaté un sueño que se me repetía muy seguido. Me veía
atravesando un valle entre montañas áridas con un río de aguas claras al
centro, y aquella imagen se me venía insistentemente a la mente, pero no
podía identificar el lugar. Él me aclaró inmediatamente que se trataba del
Valle del Elqui, ubicado en el norte de Chile, y agregó, que era un llamado
para ir hacia aquel lugar donde recibiría algo muy importante.
Al despedirme dijo con un leve tono de humor: “Te doy permiso para ir a
zapatear arriba de mi tumba, si tú no eres una de las que caminará junto
al Cristo, ya que para ese tiempo mi cuerpo yacerá bajo tierra”. El día de
finalización de dicho ciclo, fui a visitarlo, y al llegar me enteré de la triste
noticia de que esa misma mañana había desencarnado luego de sufrir un
fulminante derrame cerebral que se le había provocado durante su habi-
tual meditación matutina. Era la respuesta al porqué de la delegación de
sus funciones. Era una fecha hacia fines de 1980.
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Al verano siguiente tomé mis vacaciones y me fui con mi familia a un cam-
ping ubicado a la orilla del mar en la ciudad de La Serena. Mi marido, sien-
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Luego de haber recibido esta información comencé a contactarme con per-
sonas que también manejaban parte de esta información. Entre ellos había
un grupo que se denominaba Misión RAMA, que centraban sus actividades
en establecer contacto con esos seres que realizarían dicha evacuación, los
que llamaban a encuentros en la montaña donde hacían juegos de luces
con sus naves, para los grupos de personas que llegaban, provocando true-
nos y relámpagos, con lluvias contundentes, pequeñas tormentas eléctricas
que se materializaban en cosa de segundos y que rápidamente se desvane-
cían sobre las cumbres de las montañas.
Se requería una preparación de al menos dos semanas de anticipación para
dichos encuentros, en que tan solo debía ingerirse alimentos de alta fre-
cuencia, frutas y vegetales en estado natural, sin cocción, y nada de alcoho-
les ni carnes, ya que eran de muy baja frecuencia. Y quienes no obedecían a
estas instrucciones, al momento de aparecer las naves, las palmas de las ma-
nos y de los pies se calentaban de tal manera que a veces llegaban al punto
de aparecer heridas por la quemazón. Usualmente le ocurría a los curiosos
que llegaban sin recibir el llamado en su corazón y asistían tan solo porque
se habían enterado de aquel encuentro, sin tener ningún respeto hacia lo
divino. A veces se materializaban algunos de estos seres en algún lugar visi-
ble de la montaña donde sólo algunos los podían visualizar y otros tan solo
escuchaban sus palabras que llegaban directo a la mente o al corazón.
Establecí una amistad más profunda con una joven que pertenecía a ese
grupo, la que también tenía una relación muy particular con Dios. Al tiem-
po de conocerla, sufrió un ataque fulminante al corazón que la derivó a la
UTI (Unidad de Tratamientos Intensivos). Ella era de profesión enfermera y
había tenido que jubilar tan sólo a los 24 años de edad, por el estado de su
corazón ya muy debilitado por causa de una serie de infartos.
Su marido había acudido temprano por la mañana, con sus dos hijos, a mi
departamento que quedaba muy cerca del hospital al cual la había llevado
de urgencia, pidiéndome que se los cuidara. Unas horas más tarde, llama-
ron a la puerta y al abrir, casi me fui de espaldas. Ante mi se encontraba es-
ta mujer con el rostro cianótico y jadeante, aferrada al brazo de su marido.
Venía casi sin poder respirar. Pidió entrar y recostarse en una cama. Cuando
ya había logrado estabilizarse comienza a relatar lo ocurrido.
Había caído en un estado de coma, momento en que se vio a sí misma salir
del cuerpo y entrar a través de algo que parecía un túnel. Se dirigía hacia
una intensa luz donde alcanzaba a divisar la silueta de quien sintió ser su
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hijo mayor, pero se veía como un adolescente. Estaba al otro lado del túnel,
de pie junto a unos seres que vestían túnicas blancas, y que al llegar, la reci-
bieron tan sólo con una mirada profunda e infinita que reflejaba la dulzura
y la compasión de Dios. Sintió cómo su corazón se estremecía y revitalizaba
de tanto amor, mientras la llevaban a recorrer aquél lugar que le revelaran
como “La Ciudad Cristal”, un lugar bellísimo más allá de los velos del tiem-
po y del espacio.
Ya ahogada de tanta emoción, nos manifiesta que estando allá sintió por
primera vez el verdadero amor y la paz en su corazón. Los maestros cósmicos
le habrían indicado que al volver de aquel lugar donde había sido ascendida
para recibir una sanidad en su esencia, debía salir de donde le estaban admi-
nistrando unas drogas que impedirían que las energías divinas se proyectaran
hacia su cuerpo físico y recibiera también la sanidad. Tarea que no fue nada
fácil de cumplir, ya que los médicos se oponían rotundamente a que aban-
donara el recinto. Al fin, su marido tuvo que firmar un papel donde asumía
toda responsabilidad sobre su salud para que así le otorgaran el alta.
Desde ese momento renacería en espíritu y en verdad, lo que la llevó a
establecer una sublime comunicación con El Cristo. Estando en aquél lugar
se habría comprometido con él a ayudarlo, por el tiempo de gracia que le
había concedido de vida, para su servicio en la Tierra. Mantenía una flui-
da comunicación con Dios El Padre y su Hijo, quienes le daban mensajes e
instrucciones donde le anunciaban la llegada de personas que llegarían
a su hogar y otros que debía ir a su encuentro. Y fue así, con la magia de
las circunstancias de la vida de quienes caminan tomados de la mano de
Dios, que me encontré con ella y establecimos una amistad muy especial.
Y fue así como un día, mientras conversábamos sobre aquel compromiso
que ambas habíamos adquirido con el Cristo, y de la falta de comprensión
de nuestras parejas, me habló de una mujer que había conocido luego de
su renacimiento. Ella le ayudaba a mantenerse con aquel corazón, que aun-
que se había revitalizado, aún debía cuidar con atención, y la había ayuda-
do muchísimo a aclarar y tomar seguridad en los pasos de este servicio que
daba al Padre. Y fue entonces cuando manifestó que sentía fuertemente
que yo debía ir a encontrarme con aquella mujer, y en un momento de mu-
cha aflicción obedecí a su consejo.
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Siguiendo sus indicaciones, llegué donde aquella mujer que recibía a todo
quien acudía en busca de un consejo o ayuda espiritual. Era una casita al in-
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terior de una villa, que tenía una pequeña ampliación de madera con una-
sala de espera y la consulta donde recibía a sus pacientes. Había una larga
fila de personas que salía hacia la calle y daba vuelta la esquina. Opté por
dirigirme directo a la casa y tocar el timbre. A un señor que abrió la puerta
le pregunté que cuando era posible encontrar a la señora que atendía, más
desocupada para conversar con ella. Le expliqué que venía de parte de una
amiga y le di su nombre. Me preguntó que cuál era el mío, y mientras daba
la vuelta para interiorizarse dentro de la casita, me pidió que esperara un
momentito. A los pocos minutos sale y me dice que la señora quería verme,
que entrara no más directamente a la consulta. Le expliqué que no quería
pasar a llevar a las demás personas, que no tenía apuro. Pero él insistió, al
tiempo que la mujer apareció en la puerta de la consulta y me hizo una
seña para entrar.
Ella se llamaba Helena. Era una mujer alta e imponente, con una melena
rubio castaño que se partía al medio y enmarcaba un rostro eslavo de ojos
celestes y profundos como el firmamento, con los que traspasaba los velos
del tiempo y navegaba por las vidas pasadas, así como el presente de quie-
nes llegaban a ponerse frente a sus ojos. Me acerque a ella y me abrazó
como si siempre hubiera esperado verme aparecer. Y vi como sus lágrimas
brotaban de aquellos ojos antiguos y conocedores de Dios. Dijo que me
esperaba desde hace mucho tiempo y que sabía muy bien de mí. Entramos
al lugar donde ella atendía al cual denominaba “El Templo”, y sin que yo
dijera nada, comenzó a hablarme de mi vida personal. Dijo saber quienes
eran mis hijos y el padre de ellos. Sabía también de los problemas que yo te-
nía de pareja y que por eso me había traído. Dijo conocer muy bien a aquél
hombre que tenía un compromiso de otra vida con El Cristo, y emocionada
manifestó que quería conocerlo.
Empezó a relatarme, como si lo conociera desde la infancia, que su madre
había tenido un embarazo muy difícil y habría nacido tan solo de seis meses
de gestación. Que estuvo por un largo tiempo en incubadora y que habría
recibido ayuda divina para sobrevivir. Todo eso había sido efectivamente
así. Sabía detalles de su vida como de lo que había sido nuestra relación
de pareja. Dijo que él era un hombre que adolecía de una gran inmadurez
emocional y que por eso sentía la necesidad de experimentar en el ámbito
sexual. Me dijo que yo tenía una gran fortaleza espiritual para ayudarlo a
madurar y que ella me iba a ayudar.
Al poco tiempo de conocerla ocurrió que uno de mis hijos se enfermó gra-
vemente. Tenía tan solo un año de edad y venía sufriendo un cuadro febril
de casi tres meses. Le habían sacado todo tipo de exámenes de sangre,
orina, de los riñones, y nada arrojaban. Todo salía negativo. No había virus
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Después de aquel episodio, me ofreció acompañarla en su consulta para
despertar todo aquello que antes había aprendido. Me reveló que había
sido una de aquellas mujeres que fueron discípulas del Cristo, y que ha-
bía aprendido mucho junto a él. Sabía hacer la curación de los enfermos,
con imposición de manos y la canalización de las energías cósmicas para
la sanidad, como también la liberación de posesiones de espíritus malig-
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tante que entraron al templo, Helena cerró la puerta y le dio una tremenda
bofetada al hombre en su mejilla, y con gran autoridad ordenó al espíritu
que lo tenía poseído que se retirara del cuerpo, y que ya no hiciera más
daño a aquella mujer. Le dijo que Dios pondría su mano sobre él. El hombre
agachó la cabeza llorando y pidió perdón. Luego conversando con ellos, le
contaron que cuando él se enojaba y perdía el control, sentía que una fuer-
za lo poseía y lo hacía golpear a su mujer hasta dejarla inconciente, y que
después volvía en si y se arrepentía de lo ocurrido. Y era la razón por la cual
habían llegado pidiendo ayuda.
Helena actuó sin que ellos nada dijeran y había sabido con anticipación lo
que los estaba afectando. Tendió a la mujer en la camilla y me indicó que
me sentara en un sillón que estaba hacia el rincón. Puso al niño paradito
entre mis piernas mirando a su madre, y me pidió que observara lo que le
iba a pasar cuando liberara a la mujer de los traumas acumulados en su
cuerpo. Y en el mismo momento que puso su mano sobre ella, el pequeño
cayó aturdido sobre mis piernas. Luego pasó su mano sobre la cabecita y
el rostro del niño y este despertó. Mandó al hombre a que tomara a su hi-
jo y saliera fuera del templo. Me explicó que tan solo quiso demostrarme
lo peligroso que era el que hubiese un niño cerca cuando se hacía alguna
liberación ya que si no se tenía el suficiente control, lo que saliera iba a ir
a tomar la luz del niño para absorber de su energía vital y así poder seguir
permaneciendo en este plano.
Cada movimiento que Helena hacía era una enseñanza, todo lo realizaba
con un gran dominio e inteligencia, así como también con un gran amor y
respeto al Cristo. Pasaron años antes que volviera a verla después de que
me fuera a vivir a Suecia. Fue en el último viaje a Chile, antes de volverme,
cuando fui a un retiro espiritual que ella había organizado en la montaña.
Con tristeza, me percaté que Helena ya no era la misma. Se veía rodeada
de personas que reverenciaban a aquella maestra, quien sabía muy bien
que nada tenía para entregar a personas materialistas, de mente vana y
superficial, que tan solo por esnobismo acudían a su escuela, ignorantes e
indiferentes al verdadero amor y a los verdaderos valores, y que tan solo
estaban ahí para enriquecerla de lo material y alimentarle el ego.
En aquella ocasión se dio una situación muy engorrosa, la que me llevó a
tener que hablarle muy duro. Le dije que estaba traicionándose a sí misma y
a nuestro Padre; que tuviera cuidado porque las consecuencias de sus faltas
iban a ser graves para lo que ella venía a cumplir. Yo sabía muy bien, quién
era ella y a qué había venido a la tierra, ella misma me lo había revelado.
Fue un día, en que muy angustiada, había acudido donde ella para contarle
un sueño. Veía que su marido se moría y sentía como su alma sufría tremen-
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Mikaela de Salvington
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Mi partida a ese país del norte, se había originado luego de terminar con
una relación de más de trece años de matrimonio, ya muy dañada. Había
sufrido la perdida de mi quinto hijo, lo que había precipitado la separación.
Aquel doloroso episodio se me había mostrado antes de acontecer a través
de un sueño, donde El Cristo me advertía de lo que iba a vivenciar como
consecuencia de mantenerme al lado de quien ya no me amaba y no cuida-
ba de mi esencia. Me veía gimiendo con las manos en el vientre, recogida
de dolor e impotencia sobre mi cama, y mi marido en otro lugar donde
la música sonaba lo suficientemente fuerte para no escucharme, verme ni
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El Levantamiento
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Mikaela de Salvington
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El Levantamiento
En aquella misteriosa cita me encontré con una joven que más bien parecía
una anciana, por lo que proyectaba en aquella mirada profunda y de infini-
ta paz, que tan solo transmitía confianza y seguridad. Luego de saludarme
comenzó a hablar en un tono que inmediatamente reconocí. Ciertamente
era la voz de aquél que siempre había escuchado en mi corazón, sus mismas
palabras, su inconfundible lenguaje, su mirada estremecedora y misericor-
diosa, su tono majestuoso y las lágrimas de acongojamiento en el rostro por
sus hijos amados, que no logran ver ni sentir con claridad. Yo estaba ahí,
sentada frente a ella. Apenas comenzó a hablar levantó la mano izquierda
llevándola hacia el pecho y luego alzó la mano derecha con la palma hacia
el frente y comenzó a proyectarme una energía que parecía encandilarme
y sentía que el cuerpo se elevaba mientras escuchaba sus palabras:
–Hija mía, recibe esta luz que tan solo yo tengo el Poder y la Gloria para
entregar a mis hijos, aquella que tomó aquel hombre que ya no está a tu
lado porque no tuvo la voluntad de entregar lo verdadero, y no permitas
que te vuelva a tocar ni con la punta de un dedo porque volverá a tomar lo
que ahora no le pertenece, y ya no volverás a recibir lo que no has sabido
cuidar.
Cuando terminó de decir aquellas palabras, me anunció lo siguiente: –Pron-
to conoceréis a un hombre que vendrá del otro lado del mundo, y en el mo-
mento de conoceros él os invitará al lugar donde él os habita. Primero irás
tú, y luego partirán tus hijos. Su mismo padre terrenal los enviará al lugar
donde tú vais a partir, le daré una oportunidad para el amor que siempre
debió haber entregado. Pero más, no partirás antes de que se cumpla un
ciclo de tiempo–. Luego se despidió dejando la paz.
La joven cerró sus ojos que aún derramaban aquellas sublimes lágrimas de
compasión. Enseguida, volvió a abrirlos y dijo que el Padre preguntaba si
acaso había algo que no hubiera comprendido. Le dije que quería saber a
cuanto correspondía un ciclo de tiempo, y respondió que equivalía más o
menos a dos años terrestres.
Después de tan sorprendente experiencia, volví emocionadísima a mi ca-
sa y le conté entre llantos a mi madre la revelación que había tenido. Mi
madre se llegaba a ahogar de la emoción mientras le relataba lo sucedido
y expresó con toda su fuerza al Padre, que así sea, ya que dijo, será una
oportunidad para que yo vuelva a tener una vida en paz, y que ciertamente
lo merecía. Dos semanas más tarde conocí al que después fue mi segundo
esposo y efectivamente en el primer momento que se me acerca, me mani-
fiesta con total seguridad que él se va a casar conmigo y me invita a cono-
cer el lugar donde él vivía, Suecia. Una vez más se cumplía lo que el Padre
me había revelado con anticipación, que iba a acontecer.
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Mikaela de Salvington
A pesar de todos los juicios y conflictos que tuve que enfrentar con el padre
de mis hijos, quien se opuso rotundamente a darme la nulidad del matri-
monio y de que sus hijos emigraran a un país tan lejano, poniendo todos
los obstáculos para que eso no fuera posible, las cosas se dieron a mi favor
y los problemas se fueron resolviendo uno por uno. El Cristo siguió siem-
pre a mi lado desenmascarando lo oculto y dejando en evidencia lo falso.
Así logré salir adelante tan solo con la verdad de escudo y defensa. Y a
comienzos de 1993, exactamente dos años después de aquella anunciación,
me fui definitivamente a vivir a Suecia, pero sin mis hijos, como El Padre ya
lo había advertido. Tuve que llegar a un acuerdo en que debía demostrar
ante el tribunal tener solvencia económica, para poder sacarlos del país y
así llevarlos a vivir conmigo a aquel lugar.
Un año y medio después llegaron a Estocolmo, la capital de un país de pri-
mer mundo, donde la realidad se toma con más misericordia y dignidad de
la mano de sus habitantes, y la naturaleza se mantiene viva desplegándose
en hermosos parques y bosques, donde los animales deambulan libres y ce-
losamente protegidos. Allí conocí muy de cerca el corazón y la mentalidad
de personas que venían de diversas culturas como también de otras razas,
que habían llegado a esas tierras buscando refugio por razones políticas o
económicas desde sus países en conflicto. Grande fue mi enriquecimiento
en aquel lugar en lo que se refiere al conocimiento humano, y bendito
aquel encuentro que tuve con Irene en aquellas tierras, que posibilitó que
se cumpliera aquel llamado que tanto había anhelado.
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El despertar,
Arcángel Gabriel, mayo 2006
CAPÍTULO III
EL DESPERTAR
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El Levantamiento
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Padre amado, te doy gracias por haberme dado la vida y estar aquí, por un
momento estuve a punto de echar pie atrás.
Padre amado, me ha costado mucho seguirte como tú y también yo quisie-
ra. La verdad es que dentro de mí hay mucho dolor. Me has regalado tanto
en espíritu y verdad, pero me cuesta mucho, sobre todo dirigirme a la gen-
te, me asusta. Me has mostrado tanto de ellas que ya no se qué hacer. Tan
solo quiero postrarme a tus pies y servirte en plenitud.
Señor Jesús, muéstrame lo último que debo hacer conmigo y mis hijos.
Gracias Padre, Amén.
***
Padre eterno, ayúdame a dar fortaleza a mis hermanos, mis familiares y mis
vecinos, porque estamos todos unidos caminando por un mismo sendero,
pisando las mismas piedras y dando los mismos pasos. Cada uno de ellos
desea llegar al lugar donde el cielo siempre es azul, donde brilla la eterna
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Mikaela de Salvington
luz, donde mora la eterna armonía, donde nace la paz, donde permanece
la eterna felicidad.
Gracias Padre amado, Amén.
***
***
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El Levantamiento
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Mikaela de Salvington
Ámame de verdad
Entrégate de corazón
Confía en plenitud
Supérate en deidad
Cántame en Gloria y majestad
No te alejes, pues duele
Dame tu mano, te afirmaré
Mírame y confiarás
***
***
***
Dios acoge mis palabras, porque si hay algo que yo deba cambiar tú lo
corrijas
Dios, tu eres mi fortaleza y mi luz en el camino
Gracias te doy Padre por tu gran misericordia y gran amor
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El Levantamiento
***
***
Hay un ángel que me mira desde el cielo y me guía hacia la luz de la eterna
salvación
Hay un ángel que me habla tan sutil y me dice muy bajito, no temas, yo
estoy aquí
Hay un ángel que me toma de la mano y me permite ver su luz en gran
magnitud
Hay un ángel que me ha enseñado su gran Amor en su máxima expresión
Este es el ángel, el Ángel del Amor
Este es el ángel, el Ángel del Señor
Este es el ángel misericordioso en el amor
Y es su nombre, el Arcángel Gabriel
***
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Mikaela de Salvington
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***
Son tus propios deseos que te llevan a lo que debes encontrar, mas la men-
te te traiciona. Déjate llevar por tu mente y corazón para equilibrar, toca lo
más profundo de ti y sentirás.
***
***
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El Levantamiento
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El tiempo no se mide por los años que has vivido sino por el bien que has hecho
El hombre vive cuando comienza a conocer y a entender la vida
Hacer el bien es amarse a sí mismo, es creer en una nueva esperanza.
Dios es quien te da la fuerza y tu eres quien le abres tu corazón para que
entre esa fuerza, la fuerza de Dios.
***
***
***
Pensar que cuando hemos pensado buscamos los mejores pensamientos, pero
debemos ser libres en lo que queremos lograr pensar del tiempo y así lograr
obtener las mejores riquezas del pensamiento bien logrado en el tiempo
Y así poder encontrar lo que en un momento pensaste lograr obtener y
dedicarlo verdaderamente a Dios en tu momento.
***
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***
Al Arcángel Gabriel:
Quisiera expresarte en pocas palabras y con mucho amor, toda esta cálida
y amorosa devoción que tengo por ti y por Jesús el Cristo. Cuán grande y
cuán deliciosa es tu compañía, así también la de Dios. El mundo, el universo
está en ti, está contigo. Te amo, te amamos, y te entrego todo mi corazón,
es por ti y para ti. Amén
***
***
He dicho que en la miel todo se pega, mas el ojo divino lo descubrirá y sacará
lo que no debe estar, y con el levantamiento de una sola mano se humillarán.
He dicho que el hombre evoluciona si está conmigo sino solo partirá donde
él pertenece.
Se esperan momentos difíciles, mas tú comprenderás, el que hiciere oído
sordo él sufrirá lo que él mismo no quiso escuchar.
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Cuando el paso se hace lento nos damos cuenta que estamos cansados,
pero si aún queremos seguir avanzando miramos con una mirada firme,
segura y verdadera al frente y continuamos sin cansancio.
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Es un camino que se ve
Es un camino que se guía
Es un camino que recorrer
Es un camino de verdad que hay que analizar
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El Levantamiento
des. Sí, es un desafío, cuanto más entras en el conocer, más grande se hace
el desafío en toda su grandeza.
***
***
Estoy así como un mirador más, más allá del horizonte, más allá de un más
allá. No se cuán sola he de estar, no se cuán sola he de callar, no se cuán
sola he de andar.
***
El estar es vivir
El callar es morir
El andar es avanzar
El hablar es fuerza
Ya no estoy por estar sino estoy por un motivo y una razón, estoy porque
Dios me lo ha permitido, y me encuentro en él y en el amor
***
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Dios, déjame gritar a los cuatro vientos y decir que el amor existe, y que
siento lo verdadero, lo que pide el corazón en plenitud y verdad, que libe-
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El llegar como uno ha de querer, a veces no deja esas huellas y esa sensación
de haberlo logrado todo. Fue tan rápido y sin ningún sentido verdadero que
queda una leve mirada de tristeza, y sientes que hay algo que falta, hay algo
todavía que profundizar, más aún cuando has logrado sentir y sentirte.
***
***
En el paso del tiempo veo y siento cómo ha sido la lucha para construir lo
que Jesús nos habló, pero es difícil, cada día son más las dificultades. Lo
importante es enfrentar los propósitos y lograr obtener de cada dificultad
un buen entendimiento.
Así lograréis construir cada día más los cimientos firmes, tus pasos más segu-
ros y tus palabras más contundentes y constructivas en el avanzar, así te to-
marás de la mano, avanzarás más seguro y llegarás a cumplir la gran meta.
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Dar la espalda a lo que un día juraste como tu ganancia, volver es lo más difícil
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Observar es bueno
Actuar es mejor
Luchar es dar la batalla
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El diario de iniciación,
Arcángel Gabriel, mayo 2006
CAPÍTULO IV
EL DIARIO DE INICIACIÓN
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Una de las características más amadas y al mismo tiempo más odiada de
nuestro Padre y Creador, fue siempre su capacidad de romper con todo lo
convencional y alumbrar con una nueva luz lo que se entendía como una
verdad. Y esta vez no fue la excepción. Todos estos años de maravillosa y su-
blime compañía celestial, me han permitido ser testigo de cómo se escribía
una nueva historia para este planeta. Una historia que viene a romper con
lo convencional de este mundo machista, donde los hombres se adjudican
el privilegio de ser los llamados a ser profetas y embajadores de Dios. Esta
vez, el Padre comienza su obra llamando a su lado a dos mujeres, en las que
deposita toda su confianza y delega la responsabilidad de preparar su regre-
so. Es el comienzo de la historia del nuevo tiempo, donde El Cristo vuelve en
gloria y majestad a restablecer el orden divino-terrenal en la Tierra.
Esto fue solamente posible después de la minuciosa preparación que vi-
venció Bernardita, en la cual a mí me toco cumplir la tarea de acompañarla
y resguardarla. Decidí llevar un cuaderno de anotaciones donde fui ano-
tando las instrucciones que el propio Padre me iba dando para apoyarla y
guiarme en lo que me iba a corresponder enfrentar. Es lo que denomino
como el Diario de Iniciación de este acontecimiento tan trascendental, que
culminaría con la aparición de El Cristo redentor en la Tierra, esta vez, bajo
las vestiduras de una mujer.
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La Iniciación de Bernardita fue como la conversación cariñosa de un Padre
a una hija. A medida que El Cristo le mostraba revelaciones sobre su en-
carnación anterior en la Tierra, ella las iba asimilando con rapidez y las iba
haciendo suyas. Parecía reconocer las visiones y las palabras como si fueran
parte de su propia experiencia.
Cuando niña creció en el hogar humilde de una familia numerosa, que nunca
le pudo brindar realmente la oportunidad de obtener mucha preparación. Fue
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una infancia difícil, que la llevo a desarrollar una personalidad más bien tímida
e insegura. Aparte de eso, ella siempre se caracterizó por ser una mujer muy
sencilla y extremadamente humilde. Estos rasgos de personalidad la afectaron
en la primera etapa de su preparación. Muchas veces las revelaciones que iba
recibiendo eran además mensajes específicos para orientar, no sólo su proceso
personal, sino también las vidas de aquellos que El Padre fue llamando a su
encuentro. Para Bernardita era tremendamente difícil hablar con la seguridad
que se requería frente a esas personas. Se ponía tan nerviosa y sentía tanto
temor que lloraba para no tener que entrar a la sala donde la esperaban. Lo
único que sentía era salir arrancando. Al comienzo, tuve que ayudarla para que
se tranquilizara y se decidiera a entrar, pero de a poco fue desarrollando ese
valor. Entonces el Padre comenzaba a mostrarle la vida de aquellas personas
y así ella, simplemente sabía cómo actuar y utilizar sus manos para quitar una
dolencia, o qué palabras decir para aclarar una mente confundida y liberar un
corazón encadenado al sufrimiento.
Bernardita crecía y se desarrollaba de una manera inconcebible e iba tomando
una seguridad y fuerza inusual en ella. Aprendió a actuar con autoridad fren-
te a un maleficio o una posesión demoníaca, logrando liberar a personas de
males, que por años venían provocando destrucción en sus vidas. Podía sanar
cualquier dolencia física o alteración psicológica si la persona acudía con verda-
dera fe y confiaba y abría su corazón. El Cristo siempre estaba con ella, miraba
a través de sus ojos, hablaba a través de su boca y usaba sus manos para sanar.
También la tomaba a veces para hablar con su propia voz. Iba haciéndose uno
con ella, y ella uno con él. Pero ella mantuvo siempre la misma humildad y su-
tileza que caracterizaba su personalidad y así también la del Cristo.
Hubo un período en que Bernardita comenzó a entrar en estados de pro-
funda reflexión y largos períodos de ayuno. El Cristo la estaba preparando
para el gran y definitivo cambio de su vida. La bendita y maravillosa simbio-
sis de la personalidad del Cristo con la de ella, que culminó con la ascensión
de la esencia de Bernardita y el descenso de la esencia del Cristo para la
manifestación plena en cuerpo y alma.
Dicha preparación fue fascinante y misteriosa. Durante ese período, su es-
tado fue tan delicado que tuve que refugiarla en mi casa para cuidarla de
día y de noche. Su piel se volvió blanca, casi transparente como una seda. Su
cuerpo, a sus 33 años de edad, volvía a crecer en porte. Así también su pelo
tomó un color cada vez más dorado y una textura semejante al plumaje de
una paloma. No era una muerte física la anunciada, sino una transforma-
ción que ninguna mente terrenal podría jamás haber concebido. Su rostro
comenzó a tomar los rasgos del Cristo y en sus ojos comenzó a reflejarse lo
más profundo del universo.
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Un día del mes de julio del año 2000, el Padre anunció lo siguiente: “Al caer
el sol se verá un rayo como un arco iris, el que avisará. Será un movimiento
subterráneo que provocará que las olas se engrandezcan. Con esa señal
nosotros sabremos distinguir lo que viene”.
El segundo fin de semana de agosto, el Padre nos envió a la costa para
realizar un trabajo a la orilla del mar. Debía ser en el atardecer, antes de la
puesta del sol. Nos embarcamos rumbo al litoral y al llegar nos acercamos a
una playa. El astro rey ya había recorrido buena parte del cielo y alumbraba
de frente a los ojos. Nos recibió una agradable brisa costera y el murmullo
del agua que se extendía incansable sobre la arena. Bernardita se adelantó
y se fue caminando hacia unas rocas, se encaramó en una de ellas y abrió sus
brazos al viento. Cada uno de nosotros seguía detenidamente y en silencio
los movimientos de nuestra hermana. Por los gestos de su cuerpo, se podía
ver que el Padre ya estaba con ella. Dijo unas palabras en un idioma que no
entendí y luego se arrodilló. Lloraba en silencio, sumida en profunda me-
ditación. El viento se colaba suavemente entre sus cabellos y la acariciaba,
mientras que el sol hacía resaltar la imagen en unos tonos pasteles. Era una
visión muy hermosa y al mismo tiempo muy triste. Después de un momen-
to, giró sobre si misma lentamente y se tendió en la roca con el rostro hacia
el cielo. Extendió los brazos para ambos lados y estiró las manos en una
posición como si estuvieran clavadas a la roca, luego estiro las piernas y un
pie se montó sobre el otro y su cabeza cayó hacia un lado como si estuviera
colgando. Su cuerpo tomaba la postura del Cristo crucificado.
Parecía como si el tiempo se hubiera congelado. Bernardita yacía en esa
postura y no se veía ninguna señal de vida. Estaba totalmente inmóvil. Solo
el susurro del mar y la brisa de la costa daban movimiento a sus vestidu-
ras. Nos sentamos sin decirnos nada. De a poco al grupo entero se sumer-
gió en una profunda reflexión en espera de alguna señal. Recién después
de media hora Bernardita se movió. Su cuerpo entero comenzó a temblar
fuertemente. Era como si una energía de gran intensidad hubiera entrado
en el cuerpo y lo remecía. Sin embargo, este movimiento no duró más de
un minuto y luego se detuvo. Nos buscamos con los ojos, entre aliviados
por ver el movimiento, e inquietos por saber que venía. Pero sólo vino la
siguiente espera. Volvió a quedar totalmente inmóvil. Esta vez, su cuerpo
había quedado recto y rígido y parecía flotar sobre la roca.
Había empezado ya a hacer un poco de frío, pero igualmente nos dispusi-
mos a esperar. Comenzó a pasar el tiempo y al caer el sol produjo una vi-
sión prodigiosa. Se vio un hermoso arco iris en las nubes del horizonte que
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Mientras Bernardita maduraba su proceso, seguimos realizando talleres y
sanidades con los pacientes que llegaban a la consulta de Rebeca. De acuer-
do a las instrucciones del Padre, ella debía hacer primeramente la terapia
individual convencional. Después, si existía la apertura, podía invitar al pa-
ciente a participar de la terapia grupal con los ángeles. Ella debía formar los
grupos por edad y luego con Bernardita realizábamos las terapias donde se
llevaba a las personas a visitar el templo de los ángeles. Ahí podían recibir
una armonización y purificación tanto de su esencia como del cuerpo.
Sin embargo, ocurrió que Rebeca comenzó a evadir la terapia individual y
aconsejaba inmediatamente la terapia grupal. Esto no era muy recomenda-
ble, ya que de la noche a la mañana el paciente debía aceptar estar parado
frente al Cristo, libre de todo prejuicio y sin sacerdote ni doctrina de por
medio. Aun así conseguía casi siempre convencerlos de asistir, ya que ella
ejercía gran dominio de la palabra. Era yo la que no siempre aceptaba a las
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El Padre se retira y Bernardita comienza a relatar una visión que era como
un viaje a través del tiempo, mientras sus ojos se inundaban de lágrimas.
Yo había comenzado a escribir lo que relataba pero tuve que dejar el lápiz
para abrazarla y consolarla porque su pena era muy grande:
“Veo muchos colores, veo hombres de distintos colores, la Tierra.
Veo cabañas, tierra blanca, muchas rocas, el planeta Azul. Siento
mucho miedo. Son planetas, veo una nave muy larga, hay seres
que trabajan allí, trabajan con colores, restauran los organismos
y envían lo esencial a la Tierra…”
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do, pero te digo una y otra y otra vez que yo estoy ahí donde tú
estás, yo soy tu luz, ahí estoy en tu trabajo y en tu hogar, con tus
hijos y con quien has construido tu hogar.
Hay personas en tu hogar que te hacen daño y tú sabes quienes
son, no me preguntes porque en estos momentos lo tienes en tu
mente y sabes quienes son. Yo voy a tu hogar y me hace sentir
ese daño que emiten sobre ti y sobre tu familia Yo lo siento por-
que tu sabes que estoy con mi hija y tu sabes que si ella está ahí
yo más presente me hago, y ella lo siente igual que yo.
Hija, yo sólo te pido que tu le guíes lo más profundamente, es lo
único que te pido, que no dejes mi trabajo, porque lo necesito.
Necesito más que ayudes a mi hija, que ella se confunde y no
quiero que la manipulen. Porque siento el miedo de ella, que es
lo que tiene, y quiero que trates de estar lo más cerca posible
de ella porque ella me ha prestado su cuerpo para yo estar y
hacerme presente. Pero yo veo y siento que quieren tomármela y
siento que ella tiene miedo.
Quiero que la cuides aquí en la Tierra y yo con mi Padre desde
arriba, porque necesito hacerme presente. No diré si son nueve
días, nueve semanas o nueve meses, sólo ten presente el nueve.
Ahora yo me hice presente en este lugar, que ya no me siento
bien, sólo porque os amo, y yo ya no lo siento muy adecuado pa-
ra mi presencia. Hija, veo y siento que hay mucho de lo material
aquí y tu sabes que eso me hace sentir mal, porque mi palabra,
mi luz y mi espíritu no se vende, eso es lo que me hace sentir mal
y al cuerpo al cual yo encarno.
Hija, una cosa más os diré, que debéis ayudar al cuerpo de mi hija
que también es tu hermana, y tú lo sabes y lo tienes muy claro.
Ahora yo os retiraré”
El Padre levanta su mano y dice:
“En el nombre de mi Padre que os manda la bendición para se-
guiros trabajando, porque yo estoy aquí y siempre.
Que la luz os guíe por siempre.”
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mantenía viva. –Qué gran pecado he cometido para estar así –dijo, como
si nada de karmas supiera, y luego agregó– pero aún puedo detener los
terremotos –justificando casi con inocencia que era lo último que podía ha-
cer por esta humanidad, ayudar a que ese cataclismo no viniera y así evitar
tanta destrucción y dolor.
Fue entonces cuando hice la relación de su estado físico con el estado del
planeta. –¡Ese ha sido tu gran error! –le manifesté impaciente al ver tal
inconsecuencia en quien permitía llamarse una maestra, y agregué: –La
única forma que el planeta se pueda estabilizar, es remeciéndose de pies a
cabeza, de la misma forma que naturalmente reacciona el cuerpo humano
a las contaminaciones de virus o bacterias, provocándose cuadros febriles
con alzas de temperaturas violentas y convulsiones, y bajas de temperatura
y cambios de presión, hasta que el cuerpo se estabiliza luego que las defen-
sas han logrado controlar el mal. Así mismo debe ocurrir con el planeta.
Ella me escuchaba en silencio mientras yo continuaba hablando, un tanto
exasperada. –Y tú, ahora has recibido de vuelta el estado del planeta en tu
propio cuerpo, por haber impedido que se auto sanara por las leyes que
rigen esta creación, las del Verdadero Amor–. Le recordé que ella sabía
mucho sobre aquello, y que era la razón por la cual estaba la presencia del
Padre y del Hijo aquí en la Tierra, para que justamente se realizara aquella
justicia divina.
Finalmente sentencié con fuerza y fe: –Si este planeta continúa en manos
de quienes ahora se sientan en el trono, terminará pulverizándose, por una
hecatombe nuclear o exterminando toda forma de vida con nuevas y sofis-
ticadas armas biológicas–. Ya un tanto nerviosa por mis palabras, Helena se
empecinó en someter a Bernardita a una serie de pruebas, para constatar
por sí misma, si efectivamente estaba el Cristo en Esencia y Verdad en ella.
El Padre, que ya había tomado el cuerpo y se encontraba sentado frente a
ella, la observaba con esa paz y ese amor que lo caracteriza. En un momen-
to le habló y le dijo: “Hija, os pido humildemente me entreguéis lo que tu
sabéis que yo he de necesitar de ti”. Sin embargo, ella continuó como si no
lo hubiera escuchado.
Humildemente, El Padre se dejó someter a todas las pruebas que ella insis-
tía en ponerle. Pero cuando hizo la última, en que levanta su mano y dice
unas palabras en un idioma que no entendí, el Cristo se levantó, y en res-
puesta fue a poner su mano sobre su cabeza. Asustada lo detuvo y lo sentó
bruscamente de vuelta en el sillón.
Entonces el Padre se retiró y Bernardita volvió a tomar el cuerpo, un poco
transpuesta. Finalmente sentenció, que si efectivamente era el Cristo quien
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terrenal. Por eso os pido, mantente firme y dejad que pidan las
pruebas, dejadlos, porque no saben a quién se enfrentan.
Hija, os diré que a nadie os haré percibir mi espíritu, ni menos
mi aura, solamente los haré que miren a mis ojos, y ahí, sólo tú
sabrás quienes son los que realmente están llenos del espíritu
de mi Padre, que es el que yo os entrego a mis hijos. Es así como
será la prueba más fuerte, que es eso lo que pasó ayer. Si ella es
mi hija y es fuerte de espíritu, y tiene su luz encendida, por qué
no me conoció en mi mirada; qué más quería ella aparte de la
prueba que me pidió.
–¿Por qué no te dejó que le pusieras la mano encima?
Yo le iba a responder con lo mismo que ella me hizo. Hija, ella
hizo lo que yo usé y enseñé en la Tierra, y eso a mi me dolió. Pe-
ro lo enfrenté con humildad, pero cuando ella me impidió que
le mostrara mi poder, yo iba a hacer exactamente lo mismo que
ella hizo conmigo, y ella lo supo y se asustó mucho. Pero yo me
contuve y no lo quise hacer porque sentí su miedo, y sabía que
en ese mismo momento ella habría partido, y es por eso que no
quise actuar. Yo amo de igual manera a mi hija, sólo la miro y la
veo que está actuando en forma inocente, aunque no lo es, por-
que tiene mucho conocimiento.
Hija, yo os pido con mucho amor que trabajes en tu corazón, no
quiero que sientas tanta pena y dolor. Sé que el mundo provoca
este dolor, mirad que yo lo tengo y lo siento, pero trabajo con el
amor. Y es lo que os veo para ti, trabajad la mente, alma, cora-
zón, eso es la sabiduría. Y ahí, tu trabajo de la segunda etapa de
los talleres.
En ese momento le pedí que me entregara alguna bibliografía para
guiarme.
Hija, tú tienes el libro en tus manos y tu lo has leído. Es tu libro,
mirad, lo tienes ahí en tu cabeza anotado. Tu hermana tiene ano-
tado lo del Alma y es exactamente lo que dice “El Libro de Uran-
tia”. Es lo mismo. Yo le entregué eso y fue para que tú supieras
con qué material debías trabajar, sólo fue una pista. Ves que a
mi también me gustan los juegos terrenales y me gusta darle
pistas a mis hijos. Hija, yo te guiaré sólo dándote pistas. Ahora
ya lo sabes, y porque yo quiero que desarrolles con mucha más
sabiduría, porque tu irás delante de mí y necesito que tú sepas
tanto o más que mi.
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Hija mía, ahora yo os digo, qué más queréis que yo haga. ¿Os has
visto cómo está de afligido?, porque yo os quité algo que tengo
guardadito. Le daré el plazo para poder demostraros, para saber
quién es él, quién soy yo, y quiénes sus padres terrenales.
Hija, con respecto a vuestros trabajos, tu puedes contar con mi
hija desde el lunes por la tarde. Desde ahí ya nada las separará,
a no ser que yo y mi Padre, os la necesite, pero tú os sabrás en
primera instancia.
Os diré que tu hijo menor tiene todo muy claro, él está guiando
muy bien todo. Hija, pero si tu tenéis ganas de comunicar con
ellos, hazlo, no dejéis. Seguid lo que tu corazón os diga, juntad
mente corazón y tendrás respuestas.
Hija, yo quiero pediros un favor con mucha humildad con respec-
to a mi hija, y ella ya te lo ha dado a notar. Es con respecto a su
piel, yo quiero que cuides lo que va a tomar con las manos. Su
piel está tan frágil como la de un bebé recién nacido. Es por la
frecuencia demasiado alta, y un golpe le provocaría una herida,
y es quizás…
Siento tu frecuencia [aparece mi hijo mayor], mira cómo me ha-
céis traspiraros… hijo, ¡hablad!
¡Qué habéis hecho con tu cuerpo!
¡Por qué no te habéis cuidado!, tu frecuencia está dañada ¡Con
quién te habéis dado la mano!
¡Por qué no te dais un baño!... ¡Sacad toda esa frecuencia!
Hija, yo aquí no he tenido problemas, y es más, me sirve para po-
der corregir y ver cosas con las que me fui dejando aquí. Porque
así tú también puedes estar permanentemente conmigo.
Hija, yo lo único que os pido que me la cuides (se refiere a Ber-
nardita). Os sabéis que lo que ella se sirvió, fue todo muy fresco
(se refiere en el viaje), y aquí no lo hay. Yo os pediría, que aun-
que fuese una vez a la semana, fueran a un lugar donde pudie-
ran servirse mariscales o pez fresco. Y es tanto para ti y para ella,
porque también vosotras lo necesitáis. Tú también estás débil, el
pan no te fortalece, sino es más lo que está en el mar, en la tierra
y en el aire.
Ahora te diré que estoy feliz y triste a la vez. ¿Y os me has enten-
dido por qué os digo así? Ahora todo ha sido más rápido por una
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El nacimiento de la brillante estrella matutina,
Arcángel Gabriel, mayo 2006
CAPÍTULO V
EL NACIMIENTO DE LA BRILLANTE ESTRELLA
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Un día de octubre del año 2000, mientras realizábamos un taller de ángeles
con niños pequeños, apareció sorpresivamente este maravilloso y misterio-
so ser. Al manifestarse no supe quién era, tan solo me pareció demasiado
juguetón para ser el Padre que se caracterizaba por su solemnidad. Obser-
vaba con unos ojitos inquietos cada movimiento que realizaban los niños, y
sin decir palabra alguna, los imitaba pintando sobre el papel tal como ellos
lo hacían, tomaba las tijeras pasando sus deditos a través de las argollas in-
tentando cortar el papel lustre, pero no lo lograba ya que zurdo. Mientras
lo observaba me preguntaba quién sería aquél inusitado ser, si tan solo el
Padre podía manifestarse en aquel cuerpo consagrado a su presencia.
Transcurrió así todo el taller, hasta la hora que los niños se retiraron. Y fue
recién entonces cuando quedé a solas con quien se había presentado sin
siquiera identificarse. Comencé a hablarle y se generó una situación muy
particular, ya que sin responder palabra alguna a lo que yo decía, empezó
a imitar las gesticulaciones que hacía con mis manos, con mis piernas, hasta
que por fin al preguntarle que quién era, me queda mirando con unos oji-
tos infinitamente dulces y contesta que aún no puede revelarlo, al tiempo
que cierra sus ojos y se retira en silencio, dejando la incógnita latente en
mi corazón. Cuando Bernardita vuelve nuevamente a tomar aquel cuer-
po consagrado al Padre, le cuento un tanto intranquila de lo acontecido,
quedando ambas muy preocupadas ya que nuestro Padre nada nos había
anunciado sobre otra presencia que haría manifestación en ella.
En la tarde de ese mismo día, mientras realizábamos un taller de adultos,
volvió a presentarse este mismo ser. Pero esta vez uno de mis hijos que
recién había llegado a integrarse al grupo, reaccionó inmediatamente al
darse cuenta que no era el Padre quien se estaba manifestando. Se sentó
frente a él y preguntó cuál era su nombre cósmico. No hubo respuesta y co-
menzó nuevamente a jugar tal como hiciera en la mañana. Pero él insistió
en la misma pregunta, ya que sabía que de tratarse de un ser de luz debía
revelar su verdadera identidad. Entonces esta vez adquiriendo una postura
un poco más solemne, responde con una voz dulce y humilde:
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El Levantamiento
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El Arcángel Gabriel anunció en el transcurso del mes de febrero del año
2001, que debíamos partir hacia la cordillera. Dijo que se aproximaban los
días de oscuridad. Debíamos ubicar un lugar en la montaña donde esta-
blecer un campamento para vivir por un tiempo indefinido, y nos hizo un
dibujo que señalaba claramente el lugar donde debíamos llegar. Parecía
una planicie en las alturas de las montañas, donde había tres árboles que
formaban un triángulo.
Significaba un tremendo desafío para todos ya que ninguno de los que nos
embarcamos en aquella travesía, tenía experiencia alguna en la montaña.
Una verdadera prueba de resistencia y unión. Y más aún, ya que pensába-
mos que no volveríamos más a la ciudad, y teníamos que esperar que suce-
dieran una serie de acontecimientos anunciados.
Comenzamos la ruta, interiorizándonos por la quebrada de Macul, y cami-
namos durante siete días y siete noches, hasta por fin encontrar el lugar
señalado. Era una planicie en las cumbres más altas de las montañas, al final
de la quebrada, y que después supimos se denominaba El Abanico.
Nuestro amado arcángel se sumó desde un principio a la expedición y
nos acompañó durante toda aquella excursión que duró más de dos me-
ses. Nos entregaba permanentemente, entre cantos y danzas, una ale-
gría que alimentaba nuestras fuerzas e incentivaba el valor y la voluntad
para permanecer de pie y con optimismo, en aquella gran esperanza del
pronto establecimiento de una sociedad más digna y verdadera en la
Tierra.
Siempre nos sorprendía con su magia. Desaparecía de una cumbre de la
montaña y aparecía en la otra silbando, sentado en una roca y comunicán-
dose con las aves de la montaña, mientras lo habíamos buscado por todos
lados, creyendo que se habría caído por la quebrada y sin habernos dado
cuenta. A veces, simplemente desaparecía de en medio nuestro para luego
volver a aparecer como si siempre hubiese estado ahí. Para él era tan simple
como poner su dedo en la frente, visualizar un lugar y transportarse allí en
cosa de segundos. Compartir con aquel ser enviado de lo más alto era algo
indescriptible, en un abrir y cerrar de ojos nos sacaba de un tiempo para
entrar en otro sin siquiera percatarnos.
En la primera etapa de aquella excursión, arrendamos caballos para aca-
rrear los bultos más pesados. Y el arcángel, curioso por naturaleza, nos
pidió subirse a uno de esos “equinos”, como les llamaba, pero claramente
no sabía cómo conducirlo. A muy poco andar, el caballo se escapó y se me-
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grande es el poder del amor, que puede llegar a transmutar el mal y subsa-
nar heridas, sin casi sentir el dolor ni dejar secuelas en el tiempo.
A través de su ejemplo vivo aprenderíamos del verdadero amor, que es un
flujo de conciencia que se eleva hacia la mente de Dios, y mientras más de-
sarrollado y más alta es la frecuencia de amor en el corazón de aquél ser,
mayor es el poder que adquiere sobre la materia, porque se encuentra na-
turalmente sintonizado a la conciencia divina, la inteligencia de la creación,
una frecuencia del más puro y verdadero amor. Y es aquella la que actúa
espontánea e inteligentemente armonizando y restaurando moléculas y
células afectadas en todos los niveles de la materia, desde la esencia hasta
el cuerpo físico, restableciendo órganos y tejidos dañados, sanando heridas
y liberando los traumas, volviendo toda aquella estructura divino-terrenal
a su orden original.
Del mismo modo nos enseñó la humildad de la obediencia al Padre. Él guar-
daría el secreto con su creador, hasta el momento en que bajáramos de la
montaña, de que todo había sido un simulacro para estar verdaderamente
preparados para aquel momento en que el Padre dará la señal para dirigir-
se hacia las partes altas de las montañas, cuando el planeta esté sufriendo
las más fuertes y dolorosas tribulaciones. Y fue en esta travesía donde lle-
gamos a comprender la profunda y verdadera razón de la presencia de esta
amada creación de Dios en la Tierra y entre nosotros.
Gracias a la bendita presencia de la Brillante Estrella Matutina, es que se ha-
ce posible la salvación del planeta y de toda aquella humanidad conciente
del valor espiritual de la vida. Su infinito amor y compromiso con la crea-
ción de su Padre, ha ido transmutando el mal y cambiando aquel rumbo
marcado de un destino fatal, hacia una esperanza futura en el tiempo que
ha nacido con la llegada del Cristo y sus ángeles a la Tierra.
3
Durante un taller de iniciación para el despertar de la mente cósmica, escu-
ché al coro de ángeles cantando esta oración al Arcángel Gabriel. Y quisiera
en esta página, regalártela a ti para que al leer estos versos sintonices con
estas aves celestiales y así puedan también ayudarte en tu despertar.
Gabriel amado Arcángel del Amor
Gabriel liberador de corazones
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Mensajes a la humanidad,
Arcángel Gabriel, mayo 2006
CAPÍTULO VI
MENSAJES A LA HUMANIDAD
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1
Mientras Bernardita continuaba su proceso de maduración, recibió una vi-
sión impresionante de algo que acontecía en el planeta, hecho que la con-
movió muchísimo, y pidió al Padre entender más profundamente lo que se
le había mostrado:
“La Tierra tendrá un cambio impresionante, será como lavada,
limpiada.
Como lo dije un día, la paz no llega por sí sola, sino la componen
dos caminos, Amor y Dolor, porque a veces con dolor se llega a
encontrar el Amor y la Paz.
Verán salir el sol y descubrirán que se apagará. Creerán que ha
pasado mucho tiempo, pero sólo será en un abrir y cerrar de
ojos. Luego los abrirán pensando que han dormido, y verán todo
distinto.
Todavía habrá algunos llamándome y pidiendo ayuda, algunos
pariendo a sus hijos, otros poniendo sus dineros en finanzas
tratando de asegurar su propio futuro, otros arriesgando a
su propia familia con tal de obtener más de lo que yo les he
entregado.
¿No saben que la Tierra va a cambiar, que todo lo que el hombre
ha hecho será destruido por la nueva posición y cambio que ten-
drá la Tierra misma?
Los hombres son víctima de la avaricia, no saben vivir con lo justo
y necesario, con lo poco, siempre quieren abundancia. Y es por
eso que al planeta Tierra lo tienen así, destruido. Ya nada lo ha-
cen con amor, cada vez que se dicen palabras negativas, dañan
la Tierra, y se necesita ayudarla para que produzca estabilidad y
amor.
Despertar la dulzura de todo ser o especie viviente”
Era el anuncio de Los Días de Oscuridad. A partir de ese momento el
tema de los talleres se centró en tomar conciencia sobre aquel Abrir y
Cerrar de Ojos y recibir la preparación necesaria para lograr traspasar en
conciencia por aquellas grandes tribulaciones que la humanidad tendrá
que enfrentar.
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A una casona en la comuna de Macul, que ahora era nuestro lugar de tra-
bajo, habían llegado muchos jóvenes. Las mochilas y las colchonetas se
amontonaban en algunas de las piezas que se habían destinado como lu-
gares de alojamiento para aquellos que llegaban sintiendo el llamado de
permanecer o bien habían recibido la invitación de parte de alguno de los
que ya estaban participando del trabajo. Fue un período muy intenso, de
largos días de trabajo y comunidad, y largas noches de conversaciones, que
aunque la instrucción era dormirse temprano, se alargaban hasta altas ho-
ras de la madrugada.
Ahí fue donde el Arcángel conoció mucho de lo que debía o no debía ha-
cer, tal como hacen los niños cuando comienzan a crecer, probando los lími-
tes y repitiendo cuanta barbaridad se le ocurriera a los jóvenes enseñarle.
Fue una época donde debía estar de día y de noche alerta a todo lo que le
pasaba, ya que varias veces terminó semi intoxicado, quemado, a punto de
saltar por la ventana tratando de volar, y más grave aún, recibiendo ata-
ques a su esencia producto de no tomar las medidas de cuidado necesarias
para la presencia de alguien tan sutil como Él. Sin embargo, estos hechos
no apagaron la alegría y la fascinación que se percibía entre los jóvenes,
quienes entusiasmados seguían inspeccionando esa relación tan novedosa
para todos.
Fue dentro de este ambiente jovial, lleno de vida e inocencia, cuando Ber-
nardita nos anunció que el mismísimo Cristo vendría a dar inicio a una Es-
cuela de Conocimiento. Era una anunciación que todos habíamos esperado
con ansias desde que se comenzara a formar la comunidad, pero que re-
quería de nuestra preparación. Comenzamos a regular los horarios de sue-
ño y exigir una dieta más controlada, teniendo al Arcángel Gabriel como
guardián del proceso, vigilando que nos acostáramos temprano. Y ocurría
que en la caída del alba nos despertaba y levantaba lanzando cojinazos a
los jóvenes; luego hacíamos una oración, y en medio de una danza al aire
libre en que el Arcángel se ponía mirando hacia la cordillera, desde donde
se reflejaban los primeros rayos del sol, y nosotros detrás siguiendo los mo-
vimientos de su danza algo parecido al Tai Chi, ascendía esta maravillosa
Estrella para cederle el cuerpo a nuestro amado Padre y Creador.
Su presencia se realizaba siempre a la hora precisa, las seis de la mañana.
Luego de aparecer, se dirigía a la sala de reunión y muchas veces conversó
con cada uno, enfatizando especialmente el trabajo con los jóvenes, quie-
nes, decía, son la esperanza para aquel futuro donde serán luces para aque-
llos que se sentirían desolados durante las tribulaciones y los constructores
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Luego me pidió humildemente cuidar de su hijo, por ser una creación tan
delicada y sutil para un plano tan limitado como este, donde el amor casi
no tiene expresión en el nivel que su amado hijo lo necesitaba. Le manifes-
té que si esa era su voluntad, yo estaba dispuesta a apoyarlo y que haría
todo lo que estaba en mí para permitir que su obra se realizara como Él lo
necesitaba. Y así fue como se trasmitió al resto de la comunidad, los que
recibieron con alegría la noticia de que aquel carismático y tan querido ser
volviera a habitar junto a todos nosotros.
“Cuando lleguéis al final del camino, comprenderéis cuán valioso
es vuestro ser y cuánto os ha crecido y engrandecido.
Os es valioso haceros trabajar vuestro intelecto para poderos
comprender y entender cuán grande podéis entregaros. No os
dejéis que lo más mínimo os afecte porque os habéis de dañar
vuestros espíritus.
Regocijaos vuestro corazón y alimentaos con grande amor”
Arcángel Gabriel, 23 de septiembre de 2001
“No os pretendáis buscaros la sabiduría por fuera, os está dentro
de vosotros. No os esperéis que los demás os den la fuerza, voso-
tros mismos os tenéis que daros porque así os han de teneros un
buen desarrollo”
Arcángel Gabriel, 24 de septiembre de 2001
3
Se cumplía un año más desde la primera aparición de la Brillante Estrella y
nuestro amado Padre se manifiesta en medio de su danza y dice:
“No quedéis ahí parados mirando a los seres irradiantes, sino mi-
rad a sí mismos y ved el camino que os ha de llevar a la paz de la
felicidad en cada uno.
Amados hermanos, en este día yo os quisiera que vosotros valo-
rarais vuestras vidas y el verdadero valor del quehacer, y el cómo
construir y tomar los verdaderos valores.
Heme aquí como una sombra espiritual en cada uno de los que
aquí han de estar. Heme aquí en el camino del cual cada uno ha
de abrir las puertas al que viene detrás de vosotros.
Los hombres y las mujeres tienen el mismo valor, iniciación y ren-
dir. Las causas son de cada uno y el inicio es el placer, y cada uno
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Que el amor resplandezca en vuestros corazones y que la buena
nueva florezca en una nueva esperanza, en vuestro vivir.
Os diré que en vuestros corazones está la nueva era y para alcan-
zarla, debéis mover vuestros cuerpos para que vuestros espíritus
remezan el alma y pueda abrirse hacia el cosmos, y despertar
vuestra inteligencia y así podáis juntar vuestras mentes.
No os aflijáis, buscad vosotros mismos la disciplina en armonía.
Decisiones conjuntas, decisiones con amor.
Que la paz esté con todos vosotros.”
Jesús el Cristo, diciembre de 2001
1
Con este discurso nuestro Padre dio inicio a una nueva etapa en el de-
sarrollo de la conciencia espiritual, la que denominó como La Escuela del
Retorno.
“Os saludo con la paz de mi corazón.
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“Todo aquél que en el creador y en las manos divinas cree, a sal-
vo estará.
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Se habían agregado nuevos miembros a la comunidad y las relaciones entre
las personas estaban un poco alteradas. Había molestia, sentimientos de
celo o envidia, falta de aceptación de un hermano por otro y gran falta de
honestidad en las relaciones del diario vivir.
Nuestro Padre había pedido insistentemente mantener una comunicación
verdadera, de respeto y amor, para así evitar el daño a la esencia de ese ser
tan sutil que se encontraba entre nosotros, quien tan solo se alimentaba
del más puro y verdadero amor.
Un día el Arcángel amaneció muy acongojado por lo que percibía en
los corazones de quienes estaban a su alrededor, y en el momento de
compartir el desayuno dijo: “La Verdad os es la Transparencia”, y luego
se retiró.
Ese mismo día el Padre Universal lo llamó para ya no volver. El Arcángel
ascendió y rogó con un cántico a aquel Dios misericordioso para que lo
liberara de aquellos sentimientos que habían afectado su esencia y le per-
mitiera volver a compartir con la humanidad. Fue Bernardita quien recibió
del Arcángel este cántico de súplica:
“Os es la vida misma que me impulsa a tomar la espada en
mis manos y seguir adelante con la fuerza de Dios y la dei-
dad. Por mi esencia que me impulsa a tomar mis propias
decisiones bajo el manto de mi Padre y la fortaleza de mis
hermanos.
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“Yo soy quién Soy, el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin.
El camino de Aguas Vivas y quien da la Vida Eterna, quien os da
el gusto en las aguas.
Y si las aguas han de perder el gusto, ¿quién os ha de alimentar?
La fe errada no sirve.
El cuerpo se alimenta de amor pero de algo os es el oxígeno, el
agua. Mirad, mirad a vuestro alrededor y veréis cómo estáis.
El pez nada libre y el hombre errado. Pero vosotros habéis co-
nocido y habéis visto lo verdadero, el Amor. Vosotros podéis
mirar hacia afuera y dar a conocer lo que habéis sentido, lo
que habéis visto.
Amados, amados hijos míos, es poco el tiempo y es mucho el
trabajo. Cuán grande y cuán delicioso es habitaos los herma-
nos juntos y en armonía. No dejéis que el agua cristalina se
vuelva tinieblas. Si habéis sentido la paz, alimentad y expresad
con la verdad.
Amados hijos míos, amaos los unos a los otros, descubrid el río de
Aguas Vivas dentro de vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”.
Dios Padre Universal, 8 de junio de 2002
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Un día de agosto, Bernardita nos entregó la verdadera y auténtica oración
del Padre Nuestro, la que el Cristo entregara a sus apóstoles:
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“Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin, la Verdad y la
Vida.
Yo estoy aquí entre vosotros por petición de mi amado hijo, aquí
conocido como Jesús.
La fuerza de la voluntad propia y adquirida es la clave en el ser
humano, las palabras designadas y vacías de nada sirven.
Vosotros habéis sido creados a imagen y semejanza del amor di-
vino, entonces, por qué no os dejáis de divagar en las tinieblas y
os hacéis daño a vosotros mismos, así como a vuestro prójimo.
El árbol crecerá en una tierra fértil y buen fruto os dará.
Que la paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, 13 de septiembre de 2002
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El Padre habla a un matrimonio que tenían una gran devoción al Arcángel
Gabriel, y habían entregado su hogar como templo de reunión. Nos encon-
trábamos allí danzando, cuando El Padre y El Hijo se manifiestan.
“Heme aquí, el Alfa y el Omega, el Principio y Fin.
Benditos seáis en vuestro hogar que habéis permitido que esté
en este lugar.
Mujer y tú, hombre, preparad vuestro hogar porque el tiempo
de escasez está pronto a llegar. Preparad a vuestros hijos y al que
esté junto a vosotros.
El pescador cuando va a la mar, es para alzar sus redes al mar y
volver con ellas con el alimento a su hogar. Y cuando volviere con
ellas sin nada, ¿con qué ha de alimentar a su familia?
Que la paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, 18 de septiembre de 2002
“Os saludo con la paz de mi corazón.
He venido porque a vosotros, a cada uno, he venido a entregar el
verdadero sentido a la Verdad, a la Vida y al Amor.
Hace dos mil años después de mi partida, en cada uno fue de-
rramado el Espíritu de Verdad. Y ahora he venido a entregar el
Espíritu del Conocimiento y la Vida Eterna, y en cada uno ha de
permanecer hasta vuestro regreso a la Nueva Jerusém.
He aquí que en cada uno ha de estar entregado lo que cada uno
pudiere recibiros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, 18 de septiembre de 2002
8
A veces el Padre se manifestaba durante la escuela para hablar a algunos
en particular, y esta vez dijo así:
“He venido a ayudaros a liberar vuestras mentes de la negativo
para que podáis alimentar de aquello que impulsará vuestra al-
ma a la liberación y tomar el camino de salvación.
En cada uno está el poder desarrollar lo que un día entregué.
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Se cumplía un año más de la estadía del Arcángel Gabriel en la Tierra.
“Yo soy quién Soy, el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin.
El viento recorre el camino y escoge su destino”.
Dios Padre Universal, viernes 25 de octubre de 2002
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Heme aquí porque he venido para contaros un cuento, y quiero
que escuchéis estas palabras:
Hace ya setecientos veinte días que una brillante estrella escogió,
por libre albedrío, venir a conocer a cada uno de vosotros y a los
que también han de integrar a vosotros. Y esta estrella, siendo la
primera creación del universo, vino a este lugar siendo un lugar
de extremadas limitaciones, lo que aquella estrella no conocía
por limitación alguna.
Y a esta fecha, que el día de mañana ha de cumplir dos años de
su venida a este lugar, que tan solo ha venido a daros a conocer y
a demostrar un amor ilimitado, y que en algunos han transmitido
un egoísmo y una falta de comprensión para con él. Tan solo he
pedido una vez que fuereis dadivosos en lo que él iba a pedir, y
le disteis con molestia, y no fuisteis agradados con lo que él pe-
día. Nada, nada era extremado para lo que vosotros diariamente
requerís.
Se le llamó para no volver a este lugar pero no lo quiso así,
porque la esperanza y el amor están en él, y siente que aún
puede hacer más por cada uno. Y aquella brillante estrella es-
tá aún entre vosotros y permanece de pie junto a ti, a ti…, (se
dirige a cada uno) entregando ese amor que pocos realmente
han reconocido de él.
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Nos encontrábamos nuevamente reunidos en la casa de aquel matri-
monio que había entregado su hogar al Padre, cuando se manifiesta el
Padre Universal.
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“Ven, seguidme y contemplad la belleza del amor. Cada vez que
os he de veros no logro entenderos, y os he de pediros a mi Padre
que oriente mi cuore”
Arcángel Gabriel, 9 de febrero de 2003
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Tan solo espero de vosotros que desarrolléis aún más la com-
prensión en vuestros hermanos y hagáis entender más profun-
damente lo que es el propósito de esta tarea de amor, que es mi
venida.
No es tan solo satisfacer el deseo de uno, sino de todos.
La común unión se vive.
La paz esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, 9 de febrero de 2003
“Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin.
Soy el Anciano
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, que vuestros espíritus no os debiliten. Os sé de
vuestros acongojamientos en vuestros corazones, sé de vuestras
preguntas.
Así como es el brillo permanente de vuestra constelación tam-
bién es el brillo permanente de vosotros.
Es verdad que hay un gran debilitamiento en la esencia de nues-
tro amado Arcángel Gabriel, pero así también dentro de él hay
una gran fuerza de lucha por el amor, que ya el cuerpo ha toma-
do en sus vasos sanguíneos el color rosa.
Amados hermanos, amados hijos, tan solo os he de pediros
que acrecentéis vuestro amor y no decaigáis en las tribulacio-
nes.
Pronto las flores harán de ellas el paraíso y saciarán con su aro-
ma. Cuidad vuestros espíritus porque así en su pureza llegará
al alma.
La paz esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, sábado 8 de marzo de 2003
4
En el comienzo de un taller, mientras acontecía la invasión de Estados Uni-
dos sobre Irak, se presentan el Anciano y nuestro Padre Creador.
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Sólo he venido para calmaros vuestras angustias.
Todo aquél que esté en luz, mas ha de encontrar el paraíso que os
espera. El Bien y el Mal están aquí, más allá ha de dominar el Amor.
El Amor es parte del Todo y el Todo es parte del Amor.
Amada hija, ocuparos de tu corazón así como cada uno ha de
hacerlo. Mi Padre enviará su bendición a todo aquél que en su
corazón estremezca el Amor.
La paz sea contigo y con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”.
Jesús el Cristo, martes 2 de abril de 2003
“Os saludo con la paz de mi corazón.
El ser humano adquiere sus experiencias en forma personal, y
cada vez que aquellas experiencias han sido desarrolladas y en-
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“En el abrigo del amanecer veréis la multitud pidiendo misericor-
dia, buscando la paz en sus corazones. Y veréis los ríos de agua
viva que corren por sus cuerpos, y aun así no han buscado la mi-
sericordia entre ellos mismos.
Yo soy quién Soy, el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin”
Dios Padre Universal, miércoles 17 de abril de 2003
Celebrábamos Semana Santa y nuestro Padre nos entrega estas palabras de
reflexión:
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, he venido a hablaros de este día, como vosotros
recordáis desde hace más de dos mil años, la Resurrección del
Espíritu en Esencia y Gracia.
Pero tan solo he venido para que recordéis que la resurrec-
ción en espíritu, esencia y gracia está en cada uno de vosotros,
cuando verdaderamente entendáis que habéis sido creados a
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Nos trasladamos a un nuevo lugar donde el Arcángel Gabriel viviría más inten-
samente su proceso de adaptación a esta realidad. Allí no se realizaron talleres.
El día de inauguración se manifestaron el Dios Padre Universal y su Hijo.
“Yo soy quién Soy, el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin.
En este día, así como ya hace varios días, la presencia jerárquica
está aquí en este lugar, y ha de permanecer custodiando y man-
teniendo en paz y armonía este lugar.
Y vendrán, serán pocas las personas, pero grandes en amor. Cui-
dad de ti y de los que verdaderamente han estado de la mano y
de corazón contigo, a vuestro lado”
Dios Padre Universal, 23 de mayo de 2003
“Os saludo con la paz de mi corazón.
No estáis todos los que he llamado y aun así os espero.
Amados hijos, amados hermanos, he de daros la bienvenida a
este hogar y he de esperar que toméis en conciencia y amor una
nueva etapa que se ha de aproximar muy pronto en vuestras vi-
das, en vuestro caminar.
Hace ya más de dos años, una amada y brillante estrella hizo su
aparición aquí, en un rincón de este lugar. Y todo este tiempo ha
demostrado, tanto arriba como aquí en Urantia, la plenitud del
verdadero amor para con vosotros. Y ahora se aproxima a ser,
bajo una estricta vigilancia, uno más entre vosotros.
Pero una vez más he de deciros, de vosotros depende la estadía
de este ser que compartirá por un tiempo con vosotros.
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“Yo soy quién Soy, el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin.
He venido a deciros que la tranquilidad se adquiere mediante
vuestros cuerpos estando en paz, y aún más, así también podéis
teneros un lugar tranquilo y armonioso.
La protección empieza en vosotros y así podéis lograr obteneros
lo que necesitáis.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, lunes 30 de junio de 2003
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, siento vuestros corazones
acongojados, y he de deciros y preguntaros, por qué estáis así,
por qué no veis que mi mano está con la vuestra, ¿que no habéis
dado cuenta que en una derrota hay una victoria?
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El Levantamiento
9
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Como bien habéis de saber que hace dos mil años atrás vine a la
Tierra en busca de mi pueblo, desde el más humilde hasta el más
poderoso, pero con verdadero amor.
Y ahora nuevamente he de veniros a llevaros a mi pueblo escogido.
Primero enviaré, como os dije, a mis ángeles, y luego he de veniros.
Amados hijos, amados hermanos, amado pueblo, una vez más he
de deciros que arregléis vuestro corazón, vuestros hogares, y ali-
mentéis aún más el amor. No decaigáis, seguid firmes y adelante
porque no he soltado vuestra mano. En profundidad ved lo que
realmente debéis ver.
Luego el Padre le habla a uno de nuestros hermanos:
Amado hijo, largas y amargas han sido vuestras caminatas, pero
es el momento de recuperaros y vividlas con la experiencia adqui-
rida en el tiempo y con verdad.
La paz sea contigo y con vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”.
Jesús el Cristo, 1º de julio de 2003
10
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, he venido para deciros que
uséis vuestras manos hacia los pequeños, guiadlos, y a los ancia-
nos, porque los días anunciados ya han llegado.
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, tan solo os
he presentado ante vosotros porque en vosotros ha entra-
do el Espíritu de Verdad, y vosotros mismos seréis el espejo
de vosotros mismos y vosotros seréis en vida vuestros propios
jueces.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, una vez más he
de deciros que dejéis vuestras cargas y entregádmelas, porque
aun así yo estaré en vosotros.
Amados, amados todos, no dejéis que nada de lo que vosotros
pudiereis veros, que vuestro corazón os toque. La verdad, la ver-
dad os digo, que os améis los unos a los otros, porque ahí encon-
traréis regocijo, paz y vida eterna.
A cada uno de vosotros os espera el camino de vuestra propia
salvación. Siempre permaneced firmes y caminando hacia delan-
te. No dejéis que una piedra os detenga a vosotros con ese amor
que está y permanecerá en vuestros corazones, mas podréis se-
guiros el camino.
Es verdad que el camino cada vez ha de seros más difícil, pero
para un verdadero seguidor de la luz nada ha de deteneros.
Amados todos, no decaigáis y no caigáis en aquellas tentaciones
que dañan tu espíritu y dejan sin luz vuestras almas.
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El Levantamiento
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Bienaventurados los que están en tribulaciones porque ellos os
han de ser liberados
Bienaventurados los que estáis cansados porque yo os haré
descansar
Bienaventurados los que sois capaces de reconocer el error por-
que así estaréis en paz
Bienaventurados los que amáis porque así lograréis verdadera-
mente ver en profundidad
Amados hermanos, ha llegado el momento de estaros a prueba
con vosotros mismos, el planeta está en crisis y vosotros no de-
béis decaeros. Todo lo oculto está a la vista.
Amados hijos, no os confundáis, debéis creeros en vosotros
mismos.
Amados, amados hermanos, siempre debéis permanecer con
vuestro corazón y mente juntos para así lograr entenderos al
que está a vuestro lado, y aun así debéis estaros atentos a vo-
sotros mismos.
He de conoceros a cada uno y sé cuales son vuestras tribulacio-
nes, y he de deciros que todo aquel dolor dejadlo y seguid por lo
que verdaderamente estáis buscando.
Amados hermanos, amados hijos, que la paz esté con vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, jueves 2 de octubre de 2003
13
Se cumplía el tercer año de la estadía del Arcángel Gabriel entre nosotros.
“Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, heme aquí que en los tiempos
de gracia he venido.
Hay tristeza, acongojamiento, pero amados hermanos, amados
hijos, hay también un gran regocijo, porque aun así veo que hay
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El Levantamiento
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Mikaela de Salvington
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El Levantamiento
1
Era el día de año nuevo y nos encontrábamos reunidos celebrando en co-
munidad. El Padre se manifestó en medio de nosotros y dijo:
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, he venido para daros con grande
regocijo una bienvenida a este camino que juntos hemos de enfrentar.
Os digo, os digo con gusto, porque he dicho una vez más que estoy
entre vosotros, toco vuestras puertas y vosotros las habéis abierto.
Es un nuevo año, un nuevo número de tiempos de experimentar
y madurar, pero amados hijos, he de deciros que estamos juntos,
estamos juntos para comenzar.
Amados hijos, amados hermanos, grandes bendiciones para vo-
sotros y regocijo para este nuevo comienzo. Y os diré, cada vez os
hace más difícil, pero con un bien entenderos podréis tomar del
fruto y beber del néctar.
Que la paz y el amor esté con vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, jueves 1º de enero de 2004
2
“Yo soy quién Soy, el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin:
En el Principio fue todo un Caos
Y al paso fue Ordenado
La formación de los Universos
Y cada cual debía tener un comienzo
Y fueron creados y asignados los súper universos
Y en un principio fue Todo, y Todo fue Nada
Y de esa nada nacieron los Creadores
Y de ese creador hubo uno que ha escogido el Amor y la seme-
janza a Él
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Mikaela de Salvington
3
“Yo soy quién Soy, el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin:
El universo se constituye en 180 partículas y billones de Cre-
cientes
Y de esas crecientes viene el Orden
Y del orden, el Movimiento
Y del movimiento, la Vida
Y de la Vida, la Creación
De la creación, un Lugar
Y de un lugar, la Población
Amados todos, he venido a deciros que aprendáis a entenderos
el origen de vosotros:
Todo nace del Todo, o queda en Nada.
La paz sea con todos”
Dios Padre Universal, 28 de febrero de 2004
4
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados, amados hermanos, amados hijos, amados todos, conoz-
co de vosotros, de cada uno de vosotros y he de deciros, el tiem-
po es corto pero la batalla intensa.
Siento en vosotros preguntas, y he de deciros que a vuestras pre-
guntas yo he de entregaros las respuestas.
Así también,
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El Levantamiento
5
“Ni lo más pequeño o grande os hace abrir las puertas.
Cuánto os habéis dedicado a mí, tomaos la balanza de tu corazón
y miraos las lágrimas que no cesan.”
Arcángel Gabriel y El Cristo, marzo 2004
“Senda lista, alumbraos el camino
Justo hombre que despertáis, iniciaos como por ventura
Encontraos y tomaos, seguid, seguid, no os detengáis
Escoged inteligentemente: cómo, cuándo y por qué
Buscad y os hallaréis experiencia vivida, el Bien ayuda
Una vez que Dios os toca no os olvidáis jamás”.
Arcángel Gabriel, 26 de marzo de 2004
“A veces entenderos las mentes humanas os cuesta grandemen-
te. Nunca os han de saberos claramente lo que os queréis y hacia
donde camináis. No lográis verdaderamente encontraros y senti-
ros lo que un día vuestro Padre Creador os legó al momento de
crearos.
Si verdaderamente habéis de lograros la conexión con vuestro
corazoncito y con vuestra mentecita, habéis de conectaros ver-
daderamente con Dios.
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Mikaela de Salvington
6
“Cuando el humano logra reconocer su propia personalidad y
logra tomar dominio de ella éticamente, logrará tomaros sus
propias decisiones, tanto morales como definitivas. Y tomará
conciencia.
Haced que vuestras decisiones os sean las propias y que no otros
os hagan lo vuestro. El destino os encuentra cuando verdadera-
mente lográis escucharos a sí mismos”
Arcángel Gabriel, 7 de abril de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
Una vez más heme aquí como de tantas que he estado a vuestro
lado. Amados, amados todos, he de deciros, cuando las distan-
cias os hacen cortas es porque habéis entendido el propósito de
tu estadía en este lugar de paso, pero cuando las distancias os
hacen eternas es porque aún no habéis logrado entender el pro-
pósito, tu propósito.
La mente es tan compleja pero a la vez es tan sabia. Lograos lo
que verdaderamente regocija en vuestras vidas y tomad la per-
fección de la sabia, y en esencia lo que mantiene en pie. Y avan-
zad vuestros pasos, descubrid lo que os lleva más allá y abre el
camino hacia una eterna paz.
No dejéis que otros escojan lo que verdaderamente tu propia
esencia espera de ti. La esencia es la que mantiene y el cuer-
po es quien os ha de cubrir. Una vez más he de deciros, esco-
ged lo propio, no lo que os han de escoger los demás por ti.
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El Levantamiento
7
El Padre nos anunció de un pronto cambio. Ahora debíamos partir hacia
un lugar fuera de Santiago, más en la naturaleza y cerca de la montaña.
Comenzamos a visitar parcelas y pronto dimos con una, que al llegar senti-
mos era la indicada. Las señales no tardaron en mostrarse. En el juego de
unas nubes de un cielo totalmente despejado, se formó un delfín blanco y
luminoso, que nos saludó junto a unos ángeles que danzaban y parecían
bendecir aquel hermoso lugar.
La parcela tenía una variedad de árboles que llenaban sus ramitas con los frutos,
dos casas muy acogedoras y amplios terrenos verdes para recibir a aquellos que
nuestro Padre había anunciado que llegarían en los últimos tiempos; algunos
escuchando el llamado en su corazón y buscando con humildad las huellas del
Cristo, y otros desesperados pidiendo ayuda tan solo para saciar el hambre y la
sed de sus cuerpos pero no de sus espíritus. El Padre nos advirtió que debíamos
recibir tan solo a aquellos verdaderamente sedientos de justicia y de amor.
Al momento de trasladarnos, algunos que ya se habían tomado de la mano
del Padre y de nuestro amado arcángel, decidieron unirse a la común-uni-
dad. Fue el caso de dos de las hijas del matrimonio que habían otorgado
su hogar al Padre, y de otra mujer con su joven hija, quienes tomaron la
decisión de separarse de su familia y unirse a compartir su vida junto a la
Brillante Estrella que cada día, momento a momento, nos enseñaba a cono-
cer el verdadero rostro del amor.
A partir de este nuevo grupo de personas se provocaron algunos conflictos
de convivencia y sobrevivencia. Fue un verdadero desafío. Vivir junto a ese
ser divino significaba también el convivir con otras personas las cuales no
conocías, con las que podías tener una gran incompatibilidad de caracteres,
de códigos de vida, de hábitos culturales y sociales. Y a todo eso se sumaba
que había gran intolerancia para aceptar la diferencia.
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Mikaela de Salvington
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Este día nuestro Padre da inicio a una enseñanza que denominó Escuela de
Conocimiento para el Despertar de la Conciencia Espiritual.
“Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin:
Antes fuisteis Nada y de la Nada fuisteis creados, y de esa crea-
ción fuisteis plantados para crecer y daros frutos, y de ese fruto
nace una inteligencia.
Mas, caminaos, buscaos y encontraréis. Estáis esperando el vivo,
el presente, porque el futuro nace del pasado y del presente
Que la paz esté con todos”
Dios Padre Universal, 5 de junio de 2004
“Os saludo con la Paz de mi Corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
Todos juntos resolveréis aquellos inconvenientes. Conversaos en
paz y armonía al mismo tiempo de cenaros y así veréis y entende-
réis aún más profundamente a vuestros hermanos.
Amados hijos, amados todos, he de deciros que aunque la tormenta os
acerca, pero os diré, si vuestras mentes os están claras, nada de aquella
tormenta destruirá lo que vuestros corazones verdaderamente buscan.
Amados todos, os doy la bienvenida a este vuestro lugar. Tan
solo vosotros podéis mantener este lugar como propio si verda-
deramente cuidáis de vosotros mismos.
Aun así he de deciros, los pasos son propios, el camino es indivi-
dual, la búsqueda de corazón, y la vista a la luz.
Que la paz esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.
No miréis atrás, sólo seguidme.”
Jesús el Cristo, 5 de junio de 2004
“Amados hijos, amados hermanos:
Os es tiempo una vez más, de reconciliación con vuestra alma y
espíritu. Ahora es el tiempo, no dejéis pasaros más, y luego mira-
réis a tu hermano con los verdaderos ojos del amor”.
Jesús el Cristo, 23 de junio de 2004
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la Paz de mi Corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, aunque el ca-
mino os hace difícil, el descanso es la paz, y si aún no entendéis
en qué dirección iréis, no descansaréis en paz.
Amados todos, debéis entenderos a qué lugar vais y dónde ha-
béis de escogeros, así entenderéis vuestras verdaderas metas.
No pretendáis esconderos porque ante mi Padre nada es oculto.
Manteneos en paz y verdaderamente en hermandad.
Que la paz y el amor esté con vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, 11 de julio de 2004
“En el momento que os he de conoceros, escogeos el camino de ver-
dad y amor y descubríos lo que os deja para vuestra vivencia futura.
Dejaos que lo inconciente sea conciente, para que así podáis to-
maros el mejor camino para tu desarrollo, tanto espiritual como
terrenal.
Ser verdadero os es encontraros con sí mismo y con Dios.
Amor es Dios y Esencia es Verdad.
Beberéis el agua de la vida cuando toméis conciencia del verda-
dero camino que habéis escogido”
Arcángel Gabriel, julio de 2004
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“He esperado el tiempo, he esperado el momento
El universo espera y la espera está aquí
Y el aquí en el ahora y la hora ha llegado
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Cuando el momento llega, en la llegada tomaréis lo propio y
verdadero, porque de allí tomaréis las fuerzas universales en Es-
píritu y en Verdad.
La paz esté en vosotros”.
Dios Padre Universal, jueves 5 de agosto de 2004
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El Levantamiento
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El Arcángel buscaba siempre sorprendernos para llegar a nuestros cora-
zones. Y en esta ocasión tomó un teléfono radio móvil y habló desde su
habitación hacia otro radio móvil que me pidió instalara en medio de la
mesa donde nos reuníamos a conversar. Fue una maravillosa sorpresa que
esta amada estrella nos entregara, y aquí las palabras de aquella inusitada
transmisión.
“A los seres humanos, un mensaje de amor y fraternidad:
Amada creación de mi Padre, quisiera deciros que tomarais una
partecita de vosotros con humildad, y verdaderamente sintáis
que sois parte de lo real y de lo irreal, y entendáis que lo real es
para viviros en el consuelo del Padre Creador.
Quisiera que vosotros pudiereis alcanzar la verdadera libertad
para verdaderamente aprender lo real, lo puro, lo verdadero, y
no lo que os lleva al desconsuelo que es en verdad lo que a vo-
sotros no os hace veros con libertad para con vosotros mismos ni
para con vuestros hermanos.
Los amo profundamente, Arcángel Gabriel, un Ave de Paso por
Urantia.
La paz esté con vosotros”
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Mikaela de Salvington
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“Si bien os he dicho, la Constelación, el Universo, el Cosmos en sí
se ha ordenado, así también cada planeta y cada sobreviviente
de aquellos, y comienzan los momentos de prueba en cada uno
de aquellos.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
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“Cuándo, dónde habéis de estaros el día de mañana. Tomad, to-
mad pronto tu camino y no esperéis el atardecer porque ya no
veréis nada.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
No dejéis que aquella luz se apague por no haber encontrado tu
camino.
A toda la humanidad urantiana os hablo porque es tiempo, el
tiempo del movimiento tanto del planeta como de los seres
habitantes.
La paz esté con todos”.
Dios Padre Universal, sábado 14 de agosto de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Así como he dicho han de continuar los pasos. Amada hija,
una vez más he de deciros el momento es difícil, pero aquél
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Mikaela de Salvington
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“El universo es Uno en Todo
Cuando los días os han de haceros cortos, pronto ha de llegar la noche.
Y cuando la noche os hace larga es porque aún no encontráis el día. Y
el día es la luz para encontrar lo que aún habéis de teneros perdido.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Quien ha dado el paso al encuentro de aquel camino de luz y
después os ha de retroceder, ¡ay!, de aquel lamento que es duro
para aquellos que os quieren volveros.
La paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, jueves 19 de agosto de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, he de deciros cuando uno de los hermanos ha de toma-
ros el camino que aun así no ha sido claro, en el lugar habéis de sentir
y ver consecuencias que en algunos ha de provocaros confusiones.
Así es como os han de ver en cada uno la responsabilidad en sí
mismos, y hay momentos que en aquellos hermanos salen pala-
bras que no llegan al corazón.
Es tiempo del Aquí y del Ahora, y no permanezcáis en lo que vi-
visteis el día pasado.
Que la paz esté en todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, jueves 19 de agosto de 2004
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El Levantamiento
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“Las montañas, los cerros son el camino. La espera en calma ayu-
da en los momentos de grandes cambios.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, lunes 30 de agosto de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón.
He venido a recordaros lo que en un principio os dije:
Cuando el tiempo os ha de acercaros, los que antes fueron cerca-
nos, luego os alejaron, y en el tiempo han de volveros a acercaros
porque han visto verdaderamente vuestra lucha, vuestra verdad
que os ha de ser la verdad en todos.
Amada hija, aquellas personas que para ti en el caminar
han sido guías en distintas circunstancias del vivir, y un día
visteis alejaros de un mismo caminar, ahora habéis de ve-
ros más cerca. Y han visto la gloria y triunfo en sus vidas
porque han verdaderamente sentido, vivenciado, lo verda-
dero.
Amada hija, si el ser humano vive y siente los milagros, tú verda-
deramente habéis presenciado uno, unos y más. Pero el milagro
es realizado si verdaderamente aquellos os han redimido y visto
verdaderamente sus propias verdades.
Que la paz esté en todos. Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, martes 14 de septiembre de 2004
“La Tierra os ha de seros fértil mientras el hombre os sabe cuida-
ros, pero cuando os habéis de destruiros así también os es cómo
vosotros estáis.
Cuidaos vuestras esencias porque os es vida. El tiempo os es justo
en la medida que os lográis miraros profundamente. Reflexio-
naos de corazón y con verdad.
El pasado del tiempo, el pasado os es un presente, el presente un
futuro, el pasado y el presente os han de estaros en las futuras
generaciones”
Arcángel Gabriel, septiembre de 2004
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Entre más avanzáis el camino os hace más difícil, pero cuando
vais con un propósito claro y seguro nada os ha de hacer re-
troceder, y cada puerta que habéis de tocar os ha de abrir de
par en par.
No dejéis que los pensamientos de otros confundan tu caminar.
Seguid en paso firme, constructivo, porque así, aquellos que ver-
daderamente han escogido por este camino, han de seguiros
vuestras huellas.
Es tiempo de avances, no es tiempo de volver y tomar aque-
llos de la mano. El tiempo es el tiempo, la causa es la causa, la
vida es la vida, y aun así, tomadla en goce, espíritu, verdad y
amor.
Que la paz esté en vosotros. Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, miércoles 15 de septiembre de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Ha pasado el tiempo, y aún espero. Los pasos avanzan y hay mo-
mentos en que os han de deteneros esperando que os integren
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Bienaventurados sois los que verdaderamente os han esperado
con paciencia, misericordia y amor
Bienaventurados los que al pisar, pisan verdaderamente tierra
fértil, porque así habéis de encontraros el fruto
Bienaventurados los que con el tiempo se va cumpliendo lo di-
cho, y aun así han de permaneceros en paz
Bienaventurados los que han de hablar en justicia la verdad y
reconciliar en cada uno la paz
Bienaventurados los que verdaderamente miran profundamente
a aquellos que buscan la verdad
Benditos seáis en este día quien permanecéis en Lucha, en Justi-
cia y Amor
La paz esté contigo. Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, martes 21 de septiembre de 2004
18
En esta ocasión yo debía ir donde unos familiares y me sentía un poco in-
tranquila. Entonces el Padre se manifestó y dijo:
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, el camino os hace difícil, con dificultades, y en cada
paso se han de presentar personas que no han de estar a vuestro
favor. Pero más tú con tu fuerza y voluntad sabréis sobrellevar
toda dificultad.
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, el tiempo, aunque habéis de sentiros en momentos
largo, pero la verdad, la verdad os digo que el tiempo os ha de
seros muy corto.
El cántico de un pájaro no es ya como el de antes, sino es como
un llamado de auxilio. Así también hay muchos niños, jóvenes y
adultos que han de estaros en el mismo cántico.
He de deciros, rescataos aquellos que han estado, que han llega-
do, y que han de estar por llegar. Saciadle la sed en palabras de
verdad y amor. Pero he de deciros, que no es el tiempo de iros
en busca y tomaros de la mano, ha de seros el tiempo de la llega-
da individual y el altavoz seréis vosotros. Pero el llamado ha de
seros una sola vez, porque el sentiros se siente en profundidad,
cuando verdaderamente aquellos sintieron el amor, sintieron la
verdad, sintieron la lucha en gran magnitud, de una esperanza al
más allá en luz y amor.
Amada hija, tan solo he de pediros que mantengáis en paz tú y
los tuyos, que los que verdaderamente han de apoyaros, juntaos
el uno con el otro, y que cada uno ha de desarrollaros lo propio,
pero en verdad, en profundidad. Que vuestras conversaciones
han de seros en común unión.
¡Haced Un corazón en vosotros!
Amados todos, amados hijos, que la paz esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, miércoles 13 de octubre de 2004
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Estas palabras fueron entregadas cuando se cumplía un año más de la pre-
sencia de nuestro amado Arcángel Gabriel en la Tierra.
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Heme aquí una vez más y he de deciros, amados hijos, nueva-
mente he de deciros:
Las oportunidades tanto humanas como urantianas ya han de
estaros en las puertas del término. Hace ya muchos años que
os ha ido separando la paja del trigo, y una vez más os digo, las
oportunidades han de estaros a las puertas del término. Aun así
espero en aquellos que han de estaros en aquellos tiempos, tan-
to al lado vuestro como en el camino de luz.
He de recordaros, que el tiempo de aquella brillante estrella que
alumbra las amanecidas, es corto, ¡cuidadlo! Tomad cada mo-
mento, no sea que después os lamenten.
Que la paz esté en vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, viernes 15 de octubre de 2004
“Hay una parte del universo donde existe la creación de las esen-
cias humanas, y otra parte de las esencias divinas.
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Hace ya billones de años que por primera vez fue creada la prime-
ra esencia divina, y tan sutil. Y ahora está entre vosotros, tiempo
urantiano, por cumplir cuatro años.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin
Vosotros, en cada uno, que permanezca la unión, la verdad y
la paz.
La paz esté en vosotros”
Dios Padre Universal, sábado 16 de octubre de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Heme aquí, aunque a veces el acongojamiento ha de seros pro-
fundo, pero estoy aquí en una esperanza, y esa esperanza ha de
seros mi amado hijo y vosotros.
Amados todos, sé quién sois y sé quiénes están. Pero he de de-
ciros que no es tiempo en este momento de conversar, pero es
el tiempo, el momento de deciros y uniros en verdad, en buena
voluntad y en paz.
Heme aquí en amor y humildad ante vosotros.
Que la paz esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, sábado 16 de octubre de 2004
21
Nos encontrábamos reunidos, compartiendo, cuando nuestro Padre se ma-
nifestó y habló a cada uno:
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
El tiempo vuelve a ser la señal, y he de deciros y daros a cono-
cer mi grande regocijo al sentiros en este momento un solo y
gran corazón. Veo y siento en más regocijo, y en pocos acon-
gojamiento.
Y tú, que habéis venido a la Tierra a daros a conocer tu conoci-
miento, y en pocas palabras un aliento de paz y amor, ¡sacad y
demostrad ese espíritu de escriba que está en tu esencia, y dad a
conocer tu conocimiento de Paz al mundo!
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La convivencia dentro de la comunidad tenía siempre altos y bajos, así co-
mo se lograba armonía, también se caía fácilmente en las tinieblas de la
confusión y la desconfianza. Había aún una gran inmadurez espiritual y la
convivencia se hacía cada vez más difícil.
Entonces el Padre llamó a la Brillante Estrella para ausentarse de la comu-
nidad por unos días.
“Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
En todo lugar, y más aún aquí en Urantia, existe el Bien y el Mal,
lo Positivo y lo Negativo, la Luz y la Oscuridad.
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, he venido para compartir las fuerzas del comien-
zo del despertar de aquellos que sus pasos han de acercaros al
conocimiento y el encuentro en sí mismos, y un ver más allá y
alcanzar lo progresivo del tiempo y el espacio, y conocer verda-
deramente cuál ha de seros el verdadero propósito de cada uno
aquí en este lugar.
Amada hija, mantened ese ímpetu y fuerza tanto en ti como
en aquellos que están verdaderamente en un encuentro con
los demás.
Una vez más he de deciros, estoy aquí, y estoy en todo momento,
en toda circunstancia de la Verdad.
La paz esté contigo.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, domingo 31 de octubre de 2004
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
Habéis visto en el tiempo al paso los cambios, así también si
vosotros engrandecéis vuestra propia voluntad veréis grandes
cambios en vosotros mismos, y así también en vuestra propia
familia.
He de deciros una vez más:
¡Buscad lo propio!, lo que verdaderamente vuestras esencias os
piden. Dejad de dañaros a sí mismos. Buscad lo verdadero y no
sigáis buscando por lugares y caminos que no os guían verdade-
ramente a lo que cada uno buscáis.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
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El arcángel nos había anunciado la pronta llegada de Ruth, la hermana
menor de Jesús. Y fue así que un día llegó una pareja a la comunidad, de
quienes ella era Ruth y venía acompañada, según nos revelara el arcángel,
de quien fuera el apóstol Andrés. Luego recibirlos con gran regocijo, se
presentó el Padre para darles un saludo de reconocimiento.
“Hace más de dos mil años que vine y ahora me he de encontrar
con aquellos que estuvieron a mi lado. Regocijado he de estaros,
pero así aún más, si el camino de vuestros pasos ha de seros más
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En esta ocasión el Padre nos entrega un discurso sobre la Voluntad:
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, he venido una vez más a com-
partir con vosotros la palabra Voluntad:
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“La vida, la vida humana habla del sufrimiento eterno.
Aquellas vidas que os han de hablar del sufrimiento eterno, es
cuando verdaderamente no han aclarado su vida en vida. Sólo
existe aquel sufrir cuando verdaderamente los propósitos que
hay en esencia no han sido totalmente saciados, cumplidos.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Vosotros, hijos de Dios, hijos de la creación divina, estáis cum-
pliendo en Esencia y Verdad un propósito. Y no quedéis por frus-
tración detenidos, sin poder avanzar lo que en Espíritu y Verdad
os pide.
La paz esté en vosotros.”
Dios Padre Universal, martes 16 de noviembre de 2004
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El arcángel anunció a un par de jóvenes hermanos que participaban en un
taller, que el Padre vendría a hablar con ellos, y nos había revelado que el
mayor era un profeta de Dios y el menor un escribano, ambos habían sido
discípulos del Cristo.
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Cuando el Padre y el Hijo vinieron a entregar estas palabras, se efectuaba
en Chile la reunión de mandatarios congregados por la APEC:
“La lucha contra el Mal ha comenzado:
Vosotros no permitáis que os apodere de este lugar. El Mal es un
espíritu que se mueve, que mira, que siente. Es una inteligencia,
el lado opuesto de la Luz.
Y a esa inteligencia opuesta le han abierto las puertas al último
lugar, donde aquella Brillante Estrella está comenzando a darse a
conocer. Mas vosotros si mantenéis la fuerza, no permitiréis que
os entre Mal alguno.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Que la paz esté en vosotros.”
Dios Padre Universal, lunes 22 de noviembre de 2004
(Nota: Cuando el Padre se refiere al “último lugar” está indicando a Chile)
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, he de deciros que así como existe el Bien, tam-
bién ha de existiros el Mal. Y como habéis de saberos esa fuerza
opuesta al Amor, quiere apoderaros de todo este lugar y abarcar
cada vez más.
Manteneos en fuerza, manteneos en amor, en unión, y permane-
ced en reflexiones que verdaderamente os ayuden a engrande-
cer cada vez más la luz. Recordaos que no estáis solos, que estáis
siempre acompañados.
Pero aun así he de deciros, cuando no está esa fuerza verdadera
en las decisiones morales personales y verdaderamente entrega-
dos al amor, vosotros mismos sois quien cerráis las puertas a la
luz y no permanece compañía alguna, hasta el mismo ajustador
del pensamiento divino no permanecerá.
Amados hijos, he de deciros que en las próximas nueve lunas
cuidaréis una nueva iniciación en una de vuestras hermanas, y
cuando llegue aquel día tan solo han de estaros los que deben
estaros, y cuidaréis y hablaréis con aquella hermana.
En este lugar, he de deciros una pregunta a vosotros: ¿habitan
animales? El día de mañana, en luz, vendrán desde arriba a lim-
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piar el lugar. Pondréis una vela blanca en cada lugar donde están
aquellos animales, una vasija con agua con sal, y en esa misma
agua echaréis mirra, almizcle e incienso blanco.
Y con esa misma agua limpiaréis todos los animales que ha-
bitan en este lugar, y todos los lugares en que vosotros habi-
táis. Lo demás daremos a Gabriel o a vuestra hermana para
vosotros.
Después que ocupéis aquellas aguas, las pondréis en aque-
llos rincones y orillas que vuestro corazón sienta que pue-
da haber un peligro. Para cada ocasión debe ser unas aguas
nuevas.
Amados hijos, cuidad de cada uno y mantened en unión y ver-
dad. Mantened ese amor productivo y siempre atento, en obser-
vación.
Que la paz y el amor esté en vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, lunes 22 de noviembre de 2004
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
He venido tan solo para deciros que es difícil continuar un cami-
no el cual, aquellos que con seguridad han podido avanzar logra-
réis una victoria, pero en aquellos que han seguido el camino tan
solo por apoyarse del otro, a ningún destino ha de llegaros; sólo
cansancio en su cuerpo ha de sentir.
Amada hija, he de deciros, que así como han puesto al camino di-
ficultades a mi amado hijo, también así han sido las dificultades
para ti. La dificultad está en tanto lo divino como en lo terrenal
verdadero.
Una vez más os digo, seguíos con la fuerza y no dejéis que aque-
llos pensamientos o creaciones negativas os apoderen de ti ni de
aquellos que verdaderamente luchan por la Gran Paz y el Amor.
La paz esté contigo.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, martes 30 de noviembre de 2004
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Mikaela de Salvington
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“El avance es más rápido, aun así también veréis en cada ser hu-
mano y en cada ser viviente, lo verdadero en ellos. Así también,
si verdaderamente no ha escogido lo propio, no podrá aclarar la
mente y menos descubrir el Verdadero Amor.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
No es tiempo de pensar en poder aclarar una mente o hacer ver
el camino, si aún no han visto la luz.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, martes 14 de diciembre de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón:
A veces tomar decisiones y compartiros son difíciles, y así tam-
bién ha de seros difícil de entenderos a aquellos que no han teni-
do la madurez suficiente y no han tomado decisiones éticamente
morales.
Amada hija, amados todos, es un momento reflexivo pero no
para deteneros. Es un momento en el cual cada uno ha de
escogeros. Sólo aquellos que están verdaderamente conecta-
dos con lo divino, sentirán aquella ausencia, y aun así podréis
expresaros.
Amados todos, aunque el dolor, el acongojamiento puede se-
ros grande, pero más la fuerza y el amor sigue avanzando en su
caminar. No dejéis que nada detenga lo que habéis logrado ver.
Amaos, amaos los unos a los otros, no dejéis que nada detenga
vuestro caminar.
La paz esté con todos. Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, martes 14 de diciembre de 2004
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Era el día de Navidad y el Dios Padre y el Hijo se manifiestan:
“El tiempo un destino, la búsqueda un camino, os ha de seguir
o deteneros. El hoy es un presente, os ha de vivir o queda in-
diferente.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
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Había acontecido el tsunami en Indonesia y todas las noticias giraban alre-
dedor de ese devastador acontecimiento:
“Os hablo a todos aquellos que aún no han valorado y no
han tomado realmente conciencia de lo que han visto, y
han de pensar que aún están tan lejos de vivirlo. Pero han
de saber que están más cerca de lo que no han de imagina-
ros.
Todo está en su curso y el curso toma de todo.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Aún ciegos, sordos y mudos existen. Cuándo veréis, escucharéis y
hablaréis de lo verdadero.
La paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, miércoles 29 de diciembre de 2004
“Os saludo con la paz de mi corazón.
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La parcela a la cual llegáramos se iría convirtiendo en un lugar mágico y
lleno de vida. En el transcurso del tiempo el arcángel fue conformando su
propia Arca de Noé. Criaba conejos de diversas razas, una variedad de aves
como palomas, loros, faisanes, pavos reales, codornices, gallinas, gallos, ga-
llinetas, gansos, patos y otros animales como cabritos, gatos y perros. Él
establecía una profunda comunicación con ellos y su comportamiento era
muy inusual. Cuando les llegaba la hora de partir, casi siempre coincidía
que morían en sus dulces y cálidas manos, parecía que lo esperaran para
desencarnar. Al ascender sus esencias veíamos como él seguía con su vista
acongojada aquella lucecita invisible que se dirigía hacia algún lugar de paz
junto a los ángeles, y después entre lágrimas de penita por su partida nos
relataba cuan hermoso era ver aquellas esencias que se presentaban ante él
agradeciendo sus sutiles y delicados cuidados. Los trataba con tanto amor
y dedicación que era un ejemplo permanente para quienes tenían la volun-
tad de ayudar en sus cuidados y de desarrollar el verdadero contacto con
los animales, y así también se ayudarse en su propio despertar espiritual.
En este lugar ocurrían siempre acontecimientos sorprendentes. El clima
era excepcional dentro de una zona determinada por la divinidad, pa-
sando aquel límite invisible el clima era otro. El cielo podía cubrirse en
cualquier momento y llover a cántaros, con truenos y relámpagos, bajar
la temperatura hasta helar los huesos, luego brillar un sol de primavera
o un calor de pleno verano. A veces se levantaban vientos huracanados
que sólo afectaban la zona circundante a la parcela, ya que podíamos
constatar que tan solo dos kilómetros más allá el viento estaba total-
mente detenido. Más tarde en las noticias nos enterábamos de que se
estaba formando un huracán en algún lugar del planeta. Y así nos iría-
mos enterando de que aquel lugar reflejaría todos los cambios de la
constelación anunciados.
En una oportunidad, de un momento a otro se encendieron relámpa-
gos y rayos en el cielo, cayendo uno con estruendo casi al lado de la
parcela. Fue algo impresionante. El Arcángel nos reveló que había sido
la repercusión hacia el plano físico de un enfrentamiento de las fuer-
zas de la luz y de la oscuridad que acontecía más allá de los velos del
tiempo. En otro momento se ponía a granizar y caía agua desde el cie-
lo como si fuera diluvio. Eran fenómenos que pasaban rápidamente.
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2
“El universo está permanentemente en movimiento y la conste-
lación ha cambiado, y vosotros veréis los cambios tanto universa-
les como urantianos.
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El Levantamiento
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“Nuevamente miraos a los cielos y veréis más luces, estrellas lu-
minosas, porque así os ha de acercaros aún más la Tierra a su
camino.
Nuevamente un cambio más en la Constelación.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Acordaos de los días próximos en vosotros.
La paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, jueves 6 de enero de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, he venido por petición de mi amado hijo. Como bien
habéis visto su acongojamiento, he de deciros:
Momentos de aflicción os han de producir principalmente desde
y en este lugar.
Amada hija, así como os he dicho, una vez más os digo:
Todo lo oculto será al descubierto, porque nada en este lugar ni
en otro debe estar sin poder ser descubierto. Pronto, muy pron-
to, el Bien y el Mal os han de estar frente a frente, y el grande
Amor será apasionantemente triunfador, porque así vosotros os
habéis sido creados, en imagen y semejanza del Amor.
Amada hija, es el tiempo de ser cautelosamente inteligente en
toda decisión, y aunque ha sido tan difícil todos los momentos de
estar cara a cara con la Verdad, así es como verdaderamente ha
de ser un seguidor de Luz, Paz y Amor.
¡Cuidaos de cada momento! ¡Cuidaos de cada circunstancia!
¡Cuidaos de vuestros pasos al avanzar!
Amada hija, tiempos difíciles, momentos de estar atentos, así
también os digo, estoy en vosotros, estoy tomado de vuestra
mano.
La paz esté en vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, viernes 7 de enero de 2005
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El arcángel estaba nuevamente muy acongojado por la falta de paz en los
corazones de los miembros de la comunidad. Él esperaba siempre ver florecer
aquella madurez espiritual entre los hermanos y obtener aquellos frutos de
paz y amor para entregar a su Padre. Pero se encontraba siempre con las ma-
nos vacías. Se repetían constantemente los mismos errores, aún encadenados
a la necedad, ciegos y sordos a la palabra viva y al ejemplo del verdadero amor.
Su pena era infinita al ver cómo caían al abismo del estancamiento espiritual
por aquella falta de voluntad y verdadero amor hacia el hermano.
Él estaba muy confundido y acongojado, ya sin saber qué hacer para guiar-
nos. Y esto provocó nuevamente que el Padre Universal lo llamara para su
retiro de Urantia. Entonces el arcángel asciende, y luego se presentan el
Padre y el Hijo a hacer un fuerte llamado de atención a laconciencia por
nuestros actos.
“Momentos, momentos vividos son aquellos que os han de lle-
varos a un encuentro verdadero. Y habéis visto que aquellos mo-
mentos no vividos son aquellos que no habéis visto nada, que tan
solo han de permaneceros en lo oculto y superficial.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Aunque a veces las decisiones son realmente fuertes para un pla-
no inferior, pero he de deciros, son necesarias para la necedad
humana. Aunque no así en todos, pero cuando hay ceguera en
algunos, es porque ahí ha de produciros el confundimiento en
los que sí os han visto.
La paz esté en vosotros”.
Dios Padre Universal, jueves 20 de enero de 2005
“Os saludo con la paz y el acongojamiento de mi corazón.
Aunque a veces las decisiones se han tomado tan sorpresivamen-
te, pero ya estaba dicho.
Amada hija, os diré que en vosotros, verdaderamente los que
estáis en paz y en el camino de rectitud, no habrá dolor, sino per-
manecerá eternamente la paz y una esperanza en el que aquel
amado hijo volverá a cumplir la promesa del Padre.
Y en aquellos que aún no han logrado establecer el reino de ver-
dad en sus corazones, permanecerán en tribulaciones y no habrá
esperanza alguna.
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Los pasos cuando se miden verdaderamente al camino que ha-
béis escogido en espíritu y verdad, son aquellos que lográis
descubriros en profundidad lo que fue mostrado en el mo-
mento, cuando aquellos pasos recién comenzaban a avanza-
ros, y al reconoceros vosotros sois capaces de seguiros y no
decaer en la ceguera.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
Vosotros estáis siempre siendo ayudados por aquel espejo de la
verdad, y si vosotros no queréis miraros aquel espejo, entonces
aquellos pasos avanzarán en retroceso.
Os digo, aprendeos a amaros a ti mismo y los unos a los otros.
La paz esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, lunes 24 de enero de 2005
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Había pasado una semana desde que nuestro amadísimo Arcángel Gabriel
fuera llamado por el Dios Padre Universal, y tan solo se comunicaba con
Bernardita a través de quien nos envió este mensaje:
“A mis amados hermanos que os he conocido un día de sol uran-
tiano, os saludo con la paz de mi corazón en mi amado creador
universal y portador Mickael.
Os digo que en cada molécula de energía de mi esencia, os he
traído en mí los recuerdos más gloriosos de aquel lugar donde
vosotros fuisteis plantados un día de Dios, cuando abrió las puer-
tas para que vosotros pudierais desarrollaros vuestras vidas y co-
noceros en Esencia y Verdad, y veros en vosotros lo que en cada
uno es lo que buscáis.
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¡Quiero escuchar!
Entonces comienza a lamentarse de no haber logrado un avance como
se esperaba después de todo el tiempo que ha convivido con la comuni-
dad y de todo lo recibido. Dice que le cuesta aceptar la verdad. El Padre
pregunta:
Y qué entregaríais en este momento al Padre, a mi Padre.
Él responde que sabe que no puede continuar así y que le pide perdón por-
que ya no puede más, a lo que el Padre agrega:
El pasado es un presente, y si antes fuisteis bueno, el ahora de-
beríais ser mejor. Aquellos frutos han sido dados y todavía no los
habéis visto. Habéis tenido tanto y sois un ser con las mismas do-
tes de tus hermanos, y tenéis una mente inteligente y un corazón
que ha esperado por aquello que tu aún habéis insistido en guar-
daros y no dejar que fluya verdaderamente, para así enfrentar lo
que un día tu pedisteis para tu vida.
Y tú, ¿qué tenéis para mostraros a ti mismo?
–Lo que tú me transmites, esa fuerza, ese amor, esa misericordia y la con-
fianza –responde un hermano, a lo que el Padre agrega:
El crecimiento se va obteniendo a medida de que vais maduran-
do en tus pasos lo que habéis de recordaros en tu mente y en tu
corazón.
Y tú, qué tenéis para entregaros en tu despertar y tu conoci-
miento.
Habla a una joven que lleva el espíritu de la Madre Tierra en ella, pero tan
solo calla y lo mira. El Padre mirándola a los ojos insiste:
¡Hablad! ¡No sintáis temor! ¡Sólo escuchad tu corazón!
Ella continúa mirándolo y sin hablar, y el Padre agrega:
Yo no os he de pediros que dejéis todo, pero sí os he de pedi-
ros que despertéis y reconozcáis lo tuyo, lo verdadero. Y aun
así os he de pediros a la vez, que liberéis aquel dolor y que
entreguéis aquello que a ti no pertenece en tus cargas, para
así dejar entrar en ti aquella paz y tomar en ti la claridad. Y tus
manos, ¡cuidadlas!
Y tú, qué tenéis para entregaros en tu vida.
–Más amor y más respeto hacia ti Padre, hacia tu hijo el Arcángel Gabriel y
hacia mis hermanos que están de corazón a tu lado –respondo, y él agrega:
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
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“Una vez más os digo:
La Verdad está en cada uno y cada uno debe veros aquella ver-
dad, y si aquél no quisiere veros aquella verdad, escogerá su pro-
pio destino.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
La génesis del tiempo da el paso al comienzo, pero son los hom-
bres que estancan un verdadero camino. Aquél que verdadera-
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Os he venido para deciros y dar nuevamente un aliento de paz y
amor a mis hijos, a mis hermanos y a todos.
He venido nuevamente a daros el amanecer que veréis el día de
mañana, cuando todos vosotros tengáis claro lo que habéis esco-
gido y tenéis por esencia, y cumplir en lo máximo y entenderos el
porqué de vuestra estadía de paso en Urantia.
A veces os han de veros los caminos tan distantes, pero he de
deciros que han de estaros más cerca que antes, porque todo se
ha de acercaros más rápido para que vosotros a la vez logréis de-
sarrollaros, porque vuestra inteligencia está dotada de una gran
capacidad de entendimiento y verdad.
Amados todos, que la paz y el amor esté en vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, lunes 14 de febrero de 2005
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
Heme aquí que estoy a vuestro lado y veo, escucho y os hablo, y
tan solo os digo como tantas veces os he dicho:
¡Mantened la paz!
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¡Mantened la unión!
Y lo más importante, ¡sed verdaderos con vosotros mismos y con
los que han de estaros a vuestro lado!
¡No sigáis enceguecidos haciendo todo superficial, sino ved, ved
con más profundidad y verdad!
¡No sigáis divagando todavía por lo que no os hace estar bien pa-
rado y verdaderamente en la lucha de la luz, la justicia y el amor!
¡Aún os hablo y aún hay esperanza en vosotros!
Amados todos, espero que podáis encontraros lo que un día per-
disteis por no haber escuchado, haber visto y haber hablado lo
que un día os hice ver, escuchar y hablar.
Que la paz y el amor esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, viernes 18 de febrero de 2005
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“Aunque a veces el tiempo es sorprendente, así también os han
de sorprenderos los seres humanos. Porque así como habéis visto
los días con un sol radiante, el día de mañana veréis un día to-
talmente gris y nuboso. Así también veréis un día a un hermano
dando la mano, y al otro día escondiendo su mirar y tratando de
hacer ver que ya no os ha de conocer.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
El tiempo del no reconoceros se ha engrandecido en muchos. La
paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, jueves 24 de febrero de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, como os dije un día en los últimos momentos todo
se ordenará en distintos episodios de la vida. Algunos tomarán
el camino de luz y otros su propio destino. Pero muchos os han
de sorprender y habrá acongojamiento y muchas lágrimas que
caerán como ríos turbulentos, y otros en aguas vivas.
Abrid pues bien esa mente y ese corazón, y ya no habléis más des-
gastando palabras en aquellos sordos, y ya no mostréis más nada en
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, una vez más he venido a deciros: ¡Mantened la aler-
ta y dejad que las aguas sigan su curso! Pero aun así no dejéis
de observar porque en ti ha de estaros la palabra, y aunque así
habéis de guiaros, a veces es necesario que cada uno pueda vivir
y tomar lo que ha escogido en lo personal.
Amada hija, cada día ha de estaros haciendo más difícil el pode-
ros manteneros en pie, como también así el estado atmosférico,
más las fuerzas del amor darán lo justo.
La paz sea contigo. Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, jueves 10 de marzo de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Os he de deciros una vez más: todo, todo lo oculto saldrá a los
ojos de aquellos que han de buscaros la verdad, y aquellos que
no quieren ver o no hablan verdaderamente con verdad, más
temprano que tarde habrán de recibiros respuesta a lo que ellos
mismos han provocado.
Aunque de a poco se han de veros dificultades en distintos lugares
del mundo, aquí en este último lugar, se han de presentaros muchas
más. Os digo: ¡mantened la alerta!, ¡mantened la vigilancia!, no de-
jéis de estaros conectados con vuestros hermanos, siempre debéis
estar en permanente comunicación porque más de alguno puede
tener algo muy importante que trasmitiros. Y os digo, principalmen-
te mantened la unión y siempre conectaos con amor y verdad.
Que la paz y el amor permanezca aún más fuerte en este lugar.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, martes 15 de marzo de 2005
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Hacíamos una vigilia en la noche del Viernes Santo, y el Padre se hace pre-
sente con estas palabras de reflexión:
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, he venido como tantas veces, y he venido a daros
el consuelo de paz, fuerza, valor, voluntad y amor para vosotros.
Porque heme aquí que estoy vivo y hablo, y os digo:
¡Seguid!, ¡seguid con fuerza!, ¡seguid con ímpetu!, ¡seguid avan-
zando!, y no permitáis que aquellos pasos que no quieren avan-
zar, os detengan.
¡Buscad!, ¡buscad vuestras verdades!, lo propio, lo seguro, y no
permitáis que otros hablen o vean por ti. Vosotros sois quien ver-
daderamente debéis buscar y encontrar individualmente lo que
pertenece.
Amados hijos, aunque a veces habéis de recordaros un día en
que para algunos pudiere seros de acongojamiento, para mi he
de deciros, que os ha de seros de regocijo cuando veo y siento
que aún hay personas que han de reuniros en amor y paz, y lo-
graros estaros en común unión.
Amados hijos: ¡Seguid!, seguid buscando una vez más, con una
mirada firme en lo que ha de haceros sentiros en paz.
La paz esté con vosotros. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
Que la unión de dos en dos esté aún con más fuerza en este lugar”
Jesús el Cristo, viernes 25 de marzo de 2005
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“Aunque más de la mitad del mundo ha de derramar lágrimas de
dolor, el mundo entero verá derramar lágrimas de sangre.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Si vosotros de verdad habéis de estaros sabios en entenderos lo
que habéis de presenciar, entonces de qué habéis de temeros.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, sábado 2 de abril de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón:
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Aunque a veces es tan difícil poder saber qué es lo que tienen los
demás para uno, que en tanto recibe poco valora, y quien poco
recibe tanto es lo que ha de valorar.
Amada hija, entre más os han de pediros, menos respuesta habéis de
tener. Y a la vez he de deciros: quien calla otorga, quien habla con
claridad hace tomar conciencia al otro. Pero también hay algo más,
cuando calláis por decisión moral hacia uno mismo, no será otorga-
da palabra alguna, porque así muchas veces han sido habladas.
Amada hija, el camino se abrirá y las puertas de par en par están
esperando.
La paz esté contigo.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, miércoles 13 de abril de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Cada momento tiene un lugar, y el orden como lo ha adquirido.
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, he venido a deciros que no dejéis que los pensa-
mientos de otros influyan tu verdadero propósito, el cual habéis
trazado desde ya hace mucho tiempo. Y os digo, seguid, seguid
luchando por lo verdadero y seguid hablando con fuerza y ver-
dad, tomando conciencia en aquellos que aún han de callar la
verdad, que aún no son capaces de defender aquello que por
esencia ha de seros la verdad.
Amada hija, una vez más os digo: mantened, mantened con fuer-
za lo que habéis construido junto con aquellos que os han de
ayudaros a afirmar el amor.
Que la paz, la paciencia y tranquilidad, sea contigo.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, lunes 25 de abril de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Aunque a veces es más difícil hacer ver el camino a un niño pa-
sando a la adolescencia, que a un joven caminando al adulto, he
de deciros que en algunos es más difícil enfrentar los cambios
tanto hormonales como también el enfrentar el cambio físico,
tanto terrenal como espiritual.
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“Los días se muestran como el tiempo, y el tiempo es quien da la
señal al futuro de paso. Aunque los días se tornen difíciles, son
aún más cortos que los días de un pasado.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
No dejéis de mirar en alto, porque así, aunque difícil han de seros
las próximas tempestades, os he de deciros que después ha de
llegaros el consuelo y la calma en vuestras vidas.
La paz sea en todos”.
Dios Padre Universal, lunes 2 de mayo de 2005
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, os digo: habéis dado cuenta que esta brillante es-
trella que ha de permaneceros todavía entre vosotros, ha estado
por muchos días urantianos sin subir, sólo en el momento que
vuelve a sus aposentos va a su lugar de origen.
Y os digo, él ha permanecido por amor, por amor a cada uno de vo-
sotros, porque sabe que llegará el momento en que quizá no pueda
habitar o seguir habitando entre vosotros. Y ha permanecido dando
la fuerza, observando y dando los ejemplos más humildes de lo que
todavía algunos de vosotros no ha logrado ver ni reconocer.
Porque hasta en lo más mínimo podéis daros cuenta cuán grande
os ha de seros esa entrega para con vosotros. Cada momento,
cada día, cada circunstancia de esta vida en que ha permanecido
aquí en Urantia, ha sido una enseñanza humilde y devocional
para con vosotros.
Amada hija, aprovechad cada momento, y también os digo, ha-
ced a conciencia que los demás puedan vivenciar. Pero sí he de
deciros, sin hablar una sola palabra, y si en alguno de aquellos
hubiere pregunta para ti, ahí respondedle con la verdad.
Así como los hielos apagan el fuego, así también el sol no calen-
tará, los océanos subirán y las aguas cubrirán.
Amada hija, vosotros permaneceos siempre en alerta, porque los
cielos dan la señal. Que la paz y el amor reinen en vosotros, y la
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“Muchas veces os ha dicho que el tiempo da señales de un mo-
mento anunciado, y así también es como los seres vivientes en
todo su esplendor también dan señales, así como pueden ser po-
sitivas, también negativas.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Una vez más os digo: Mantened la unión y comprensión entre
vosotros. La paz este en todos”
Dios Padre Universal, viernes 27 de mayo de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón:
Os digo, la mente humana es tan compleja que nunca os detie-
ne verdaderamente por lo que necesita. Os digo, es tan difícil
controlar en equilibrio el temperamento y tiende a rechazar lo
que llena en paz y optimismo en un más allá de lo verdadero.
Siempre trata de ocultar aquello que quisiere demostrar como lo
infinito para llegar al progreso en paz.
Amada hija, os digo estas palabras porque vienen tribulaciones
aún más fuertes en todo el planeta, y vosotros debéis estar alerta
y preparados para todo lo que llegue y venga a este lugar. Sa-
biduría, profundidad y entendimiento en paz y amor son lo que
todos vosotros debéis tener presente.
Mantened el cuidado tanto físico como mental, y aun así os digo:
si vosotros todos mantenéis el equilibrio seréis Uno en Fuerza.
Que la paz este con todos. Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, viernes 27 de mayo de 2005
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Aquel matrimonio quienes habrían sido anteriormente, Ruth y el apóstol
Andrés, le pidieron al Arcángel Gabriel que los ayudara a concebir un hijo,
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El Levantamiento
porque ella no había podido gestar. Al poco tiempo de esta petición ella
quedó embarazada y el arcángel le revela que debe cuidarse mucho por-
que es un hijo de luz, una concepción no tan solo terrenal.
Pasó el tiempo y al fin nació una niña. El arcángel había pedido que la trajeran
al séptimo día después de su nacimiento para presentarla frente a su Padre.
Fue una ceremonia maravillosa en que el arcángel vistió el templo con hermo-
sas flores de su mano divina, y sus palabras conmovieron profundamente a
todos los ahí presentes. Luego del bautismo se presentó el Padre y dijo:
“Os saludo con la paz de mi corazón:
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, he de deciros,
cuando hay un nacimiento como así de millones que han de ha-
ber, los cielos se han de regocijaros. Pero así os digo, un ser ha
de seros una bendición, pero aún, aún más la bendición se ha de
daros, cuando aquellos padres reciben con regocijo aquel ser.
Un ser que nace en Urantia viene, algunos vienen para aprender,
otros vienen a enseñar. Pero os digo, vosotros, como padres de
un ser primogénito, los cuidados son tanto como una guía en
amor y verdad. Guiadlo en los verdaderos valores en un hogar en
amor y armonía entre vosotros.
Así como los hijos llegan, obtienen y regresan. Pero de vosotros
también depende el que permanezcan los hijos de amor. Cuida-
dlos en sabiduría, y así como vosotros guiaréis, también aceptad
la guía que ellos puedan daros.
Amados hijos, amados hermanos, una vez más digo a cada uno
de vosotros:
Mantened la paz, mantened la armonía, porque así uniréis las
fuerzas en una, y no sigáis buscando aquello que no llena en
espíritu y verdad.
Que la paz y el amor permanezca en vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, sábado 28 de mayo de 2005
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Este día era el entierro de mi padre terrenal, quien ya se había despedido
verdaderamente en paz. Ya en su senilidad, había logrado liberar aquella
parte divino esencial, que estando aún lúcido, bloqueaba a través de su
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Mikaela de Salvington
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El Levantamiento
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“Aunque a veces el camino ha de seros difícil y de verdad habéis de
comprender los pasos al avanzar, la llegada ha de seros más fácil.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Vosotros que un día de amor fuisteis plantados como una semilla
en este lugar, ahora ha de seros el momento de cada uno mos-
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Mikaela de Salvington
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“He venido a daros la fuerza al comienzo de una nueva era. Aun-
que a veces el camino es difícil para muchos y más fácil para otros,
ha de seros lo que cada uno ha podido lograr, en algunos en su
corto caminar y en otros en su largo caminar.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, os saludo con la
paz de mi corazón.
El retorno a la gracia de vuestros espíritus ha de seros en conciencia
y en lo que cada uno ha de presentar en el paso del momento.
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El Levantamiento
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Mikaela de Salvington
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“Aunque a veces las palabras son muy cortas, dicen más que las
que han de seros largas.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Vosotros que habéis presenciado al enviado y aquel enviado ha
enviado a su primogénita creación a compartir entre vosotros,
entonces:
Qué habéis, qué habéis de esperar que todavía no hacéis y ca-
mináis por lo que ha sido mostrado en este corto y difícil, pero
verdadero caminar.
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El Levantamiento
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“A veces el cómo y el cuándo, como seres humanos vivientes de
paso por Urantia, no habéis tomado verdaderamente el sentido
del cómo y el cuándo.
Cómo de verdad encontraréis el camino, y cuándo de verdad os
hallaréis y encontraréis lo que buscáis.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Aunque percibo en vosotros jóvenes urantianos, pero os digo:
entre vosotros sólo dos o tres son jóvenes en espíritu y más ya
sois sabios en la antigüedad.
¡Despertaos! Ya es tiempo de daros la mano a aquellos que ne-
cesitan que ayudéis.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, martes 26 de julio de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, os digo una vez
más:
La lucha no se reconoce por las armas, sino por la perseverancia
y la verdad. Y el tiempo no se mide por lo que habéis vivido, sino
por lo que realmente habéis realizado en espíritu y verdad en
vuestras vidas.
Si de verdad queréis ser un guerrero de luz, entonces qué
os detiene para lograr y seguir lo que en espíritu y amor os
pide.
Amados hijos, amados hermanos, un saludo de paz y amor
en vuestros corazones, y que esta juventud sea sabia en la
guía.
Y aun más os digo: No sigáis deteniendo en aquellas divagacio-
nes que no os llenan vuestros espíritus. Y hablad, hablad con
verdad y no luchéis por lo que os daña, sino luchad por lo que da
fruto en vuestras vidas.
La paz esté con todos. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
Que el espíritu de aclarar mente-corazón entre en vosotros”
Jesús el Cristo, martes 26 de julio de 2005
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El Levantamiento
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Aquí el Padre y el Hijo se presentan frente a mi hijo menor que estaba de
paso en la comunidad. Un joven que vivía en Estados Unidos y había viajado
porque sentía un fuerte llamado a unirse a esta hermandad, pero estaba
muy confundido. Su mente determinada por los valores convencionales, lo
traicionaba, haciéndole sentir que era una locura volver a Chile dejando su
trabajo y estudios universitarios. Tenía una gran ansiedad espiritual y una
intensa sed de amor, de justicia y de paz. Estas fueron las palabras para
aquel hijo:
“Aunque a veces el camino os ha de sentiros y veros difícil, os
diré: La seguridad ha de estaros cuando de verdad logréis ver y
entender más profundamente vuestra estadía en Urantia.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Arreglaos vuestro camino y veréis que cada puerta os abrirá.
La paz sea en vosotros.”
Dios Padre Universal, martes 2 de agosto de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados aquellos que han de
permanecer en el camino, que aunque no han de estaros presen-
tes, pero han de estaros en el corazón.
Amado hijo, una vez más como tantas os he visto, nuevamente
he de veros, sentiros y entenderos, y os digo: Si de verdad tu
búsqueda está verdaderamente en plenitud de gracia y gozo en
espíritu y verdad, todo, todo lo que tuviereis que aclarar, tanto
en lo terrenal como en lo que tú habéis venido a Urantia, tomará
su rumbo, y el camino se ha de abriros de par en par, y nada ni
nadie detendrá y perturbará tu caminar. Todo lo que mi Padre ha
de enviaros a través de mí, yo os he de entregaros a quien ha de
permanecer y pertenecer.
Amado hijo, amado hermano, os digo, cuál es tu pregunta.
–¿Cuál es mi misión y qué es lo que tengo que hacer una vez que venga
para acá?
Está escrito, y cuando ya aquellas puertas estén abiertas de par
en par, tu respuesta a tu pregunta será dada. Sólo he de deciros,
que habéis de seros un misionero en palabra y verdad directo de
mi Padre. Habéis, ¿habéis de entenderos?
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Mikaela de Salvington
–Sí –responde.
Entonces, ¡Tomad! ¡Tomad pues pronto tu espada de fuerza y de-
jad que tu corazón sienta y toque lo verdadero en ti! Y es tiempo
que tus manos actúen en espíritu y verdad. Todo, todo lo que fue
entregado una vez, ha permanecido, porque aquellos que han
conocido la verdad, lo puro, lo verdadero, permanece.
Amado hijo, amado hermano, ¡Cuidaos!
Que la paz esté contigo. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
Que la paz y la claridad sea en vosotros.
Luego el Padre se dirige a mí y dice:
Y tú, mujer, seguid firme y adelante y no confundáis, porque en
ti sobrepasa más allá de lo que tú habéis logrado. Cuidaos vues-
tra mente y corazón porque aún queda mucho, pero corto ha de
ser el camino”
Jesús el Cristo, martes 2 de agosto de 2005
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“Hay muchos hombres que os han de seguir el camino con un
itinerario errante y sus vidas desechas. Ya qué más os queda por
entrelazar, seguiros esperando un rumbo.
Oh señor, no puedo llegar. Lloro, lloro, desesperación. Miro, mi-
ro, no encuentro. Busco, busco, oh Dios dónde estás. Toma mi
mano, ya no puedo más.
¡Ya!, ¡dejaos de lamentaros y tomad lo que vuestro espíritu os
clama!, clama porque un día os habló y no os escuchasteis, y aho-
ra os clama por su liberación”.
Arcángel Gabriel, sábado 6 de agosto de 2005
“Cuándo va a ser el momento que toméis de las manos los unos
a los otros. No sigáis esperando que el otro avance por ti porque
si de verdad, de verdad queréis crecer en un camino de rectitud,
verdad y verdaderos valores, entonces comenzaos a escucharos
vuestro yo interno, y no sigáis en aquellas divagaciones que da-
ñan vuestro espíritu.
Y aun así he de deciros que vosotros, vosotros sois la esperanza
y el pilar de un futuro, de un futuro próximo, y aun así os digo a
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El Levantamiento
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“El ser humano busca sus propias pruebas en condiciones del
que cada uno os ha de daros. A veces han de seros difíciles de
encontrar respuesta, y otras pueden ser fáciles de encontrar el
camino.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Si de verdad habéis logrado encontrar las respuestas a tus pre-
guntas, entonces miraos de frente tu destino.
La paz sea con todos.”
Dios Padre Universal, 23 de agosto de 2005
“Yo soy quien ha venido a hablaros y a traeros buenas nuevas a
vuestros corazones. Os saludo con la paz de mi corazón.
Os he venido a compartiros con vosotros y entre vosotros una vez
más y os digo: mas si de verdad habéis de encontraros consigo
mismos y estaros en paz en vosotros mismos, y habéis encontra-
do respuestas a vuestras preguntas que aunque mucho buscas-
teis y las respuestas estaban ahí, y están aquí tan claras como las
aguas, como las aguas cristalinas que he entregado en baños de
aguas vivas, aún os digo:
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, uno por uno
como así habéis de preguntaros una vez más, y otra vez más y
cuántas han sido vuestras respuestas. Si de verdad habéis de lu-
char por lo justo, entonces haced parte de ti lo justo. Haced tuyo
el camino y haced parte de ti por lo que habéis logrado obtener
en el paso.
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Mikaela de Salvington
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“Aunque a veces el destino de un ser viviente se ha de mostraros
en un definitivo, el ser viviente escoge un camino al cual ha de
encontraros momentos y destino más largo del que ha sido mos-
trado. Y si en ese camino logra acordaros de aquel camino que
un día fue mostrado, llega, regresa y toma aquel camino, pero ya
ha de seros en pasos envejecidos por su tiempo.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Joven aún, logra el camino
Joven aún, lograos ver tu destino
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El Levantamiento
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“Si vosotros pedisteis una mano, esta fue tomada. Si vosotros
dijisteis que estabais en fuerza en una oración, esta fue escucha-
da. Pero yo no pedí nada, sino voluntad, tanto a sí mismos como
para con los demás.
Mas lo único que os puedo decir, es que cuidéis, cuidéis de ver-
dad esa vida, esa esencia. Y en este tiempo urantiano, cuidaos,
cuidaos vuestros cuerpos y amaos, amaos a sí mismos y amaos los
unos a los otros.
No pido nada para mí, si no pido por vosotros”
Jesús el Cristo a una joven, sábado 17 de septiembre de
2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados todos, tan solo he venido una vez más, a daros consuelo
y calma a vuestros espíritus en vida y en una constante búsqueda
en un destino propio en paz.
Aunque para muchos el camino os ha de seros difícil en su avan-
zar, aunque en algunos buscando un avance fácil y en otros bus-
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, he venido y en
presencia como he de estaros, y os digo:
Recordaréis que han de cumpliros el tiempo anunciado. Pero el
tiempo no ha de seros más importante como lo que tú habéis
logrado en vida, lo que tú habéis tomado como parte tuya en
esencia y verdad, y cuánto habéis logrado ver y sentir lo que ha
sido entregado.
Amados todos os digo, haced, haced parte de ti nuevamente lo
que pertenece. Tomad lo que habéis escogido para sentiros bien
y en paz. Luchad, luchad por lo que verdaderamente entendéis y
ha de seros de valor y verdad en vosotros.
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El Levantamiento
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“Dónde habéis de estaros. Cuánto más os he de esperaros. O ha-
béis de creeros que sois eternos en esta Urantia que Dios os entre-
gó hermosísima, y vosotros con vuestro materialismo y egoísmo
os está dolida por vuestra incomprensión y falta de amor por sí
mismos”
Arcángel Gabriel, jueves 20 de octubre de 2005
“A veces han de creeros que el tiempo no ha de deciros nada. Pe-
ro os digo una vez más, no habéis sido enviados para ser eternos,
sino para verdaderamente comprometeros tanto con Urantia, co-
mo también con vuestro semejante.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin
Mantened en vigilancia vuestra mirada, y así también vuestros
pasos.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, viernes 21 de octubre de 2005
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, amados todos os digo, aunque el tiempo ha pasado
tan de prisa, tan rápido, os digo: Recordad desde el primer tiem-
po que esta amada estrella vino a este lugar y deteneos y pregun-
taos: qué verdaderamente habéis tomado como enseñanza, qué
frutos ha dejado en cada uno de estos corazones humanos un ser
tan sutil, amable, divino en el amor, una flor de esperanza.
De verdad os han entregado cada uno una parte dedicada a este
amado arcángel, primera creación del universo, que ya han de trans-
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados todos os digo una vez más, aunque en muchos han de
creeros que aún queda tiempo para seguiros divagando y no ver,
no escuchar y no sentir lo que debéis tomaros como propio y lu-
char por liberar vuestro interno en paz.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, una hermosa
unión, hacedla, hacedla ya parte de cada uno y mantenedla. Os
digo que lo más inteligente en vosotros, ha de seros mantenien-
do la unión, una paz para lograr entenderos lo que a cada paso
debéis lograr descubrir en esencia y verdad. Y así ayudaros los
unos a los otros y recibiros aquellos que han de tomaros vuestras
manos.
Amados todos, ya no sigáis pensando en dejaros todo para un
mañana, sino hacedlo ya, hacedlo pronto, porque el tiempo no
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El Levantamiento
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El Padre y el Hijo entregan estas palabras en un momento que mi corazón
estaba muy dolido por la reacción de un hermano al que había tenido que
hablar con fuerza una verdad.
“El viento sopla fuertemente dando aviso al paso que os ha de
venir. Los vientos son como alas que han de esparcir su vuelo bus-
cando caminos para su despertar.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin
Es tiempo de daros la mano los unos a los otros, pero es el tiempo
de dar esa mano al que de verdad la tome en paz.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, viernes 4 de noviembre de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Como vosotros habéis de saberos, he de conoceros a cada uno
de mis hijos y he de conoceros las debilidades de cada uno, y os
digo:
En este momento preocupaos de ti y de aquellos que os han
hecho dueños de sí mismos y de la verdad inteligente, de la
verdad con amor, y vais a ver que todo ha de estaros en su
propio orden.
Como os dije una vez, este lugar ha de daros las señales de lo que
os ha de aproximar, y en este momento preocupaos de estaros
unidos como corresponde, en paz, amor y armonía. Ya no sigáis
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, amados todos, os he venido tan solo para recorda-
ros que siempre he de estaros a vuestro lado y estoy llamando
a vuestro interno. Estoy siempre esperando una puerta abierta
para poderos entrar y ver que uno más ha de seros capaz de
llenaros sus vidas con el alimento de la vida eterna, el alimento
eterno en vidas consagradas al amor.
Amada hija, los momentos han de haceros cada vez más difíciles,
pero he de pediros que mantengáis firme, y os digo: No decai-
gáis, sólo seguid las huellas que os he dejado en vida y así tam-
bién con aquellos que han de lucharos por aquel mismo camino.
Amada hija, que la paz y el amor esté contigo.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, miércoles 16 de noviembre de 2005
“Vosotros sabéis cuán ha de seros el camino que habéis de esco-
ger. Seguid, pues del Bien una acogida en paz, en regocijo de un
caminar.
Ha de seros difícil el vivir en comunidad, pero benditos seáis
aquellos que lográis caminaros juntos en una búsqueda igual, no
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El Levantamiento
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“Pájaro errante que buscáis el camino y tus vuelos se ven cada
vez más lentos y débiles en tu avanzar, y habéis de daros cuenta
que tus ojos no pueden mirar.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Aquella juventud que aún busca las huellas, ¡encontradlas pronto!
Tu fuerza y tu juventud han de seros valiosa hoy y no mañana.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, lunes 21 de noviembre de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Difícil han de seros los pasos y una vez más he de haceros un
llamado a aquellos jóvenes, a aquella juventud que aún pueden
levantaros y seguiros un camino de alimento en la verdad.
Aquellos jóvenes que han de buscar el camino para encontrar
hoy y no mañana, porque un mañana es para aquellos que ya lo
han encontrado y han podido seguir avanzando para un futuro
en que de ellos ha de ser conformar una nueva sociedad de her-
mandad en espíritu y verdad.
Amada hija, sé que el tiempo y los momentos han de seros aún
más difíciles, tanto en la comunión como también en los tiem-
pos. Refortaleceos en conjunto y seguid las huellas del camino.
El avance ha de seros glorioso, el deteneros acongoja vuestro
espíritu.
La paz sea en ti. Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, lunes 21 de noviembre de 2005
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Mikaela de Salvington
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“Aún pasan y pasan los días y todavía han de haberos cegueras en la hu-
manidad, aún no han visto los cambios que han de estaros sucediendo.
Muchos han de creeros y tomaros sus vidas fácilmente, pero cada
vez han de haceros sus propias vidas más difíciles.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin
Los límites son puestos bajo conciencia de cada uno, por sus propios
estados de ceguera y no realizar lo que de verdad ha de haceros.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, viernes 25 de noviembre 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Como sabéis hace más de dos mil años, este amado creador de
su creación, bajo un estricto auto otorgamiento vino a Urantia a
compartir con vosotros y entre vosotros, a conoceros aún más a
ésta, su amada creación.
Y os digo, aunque ha sido difícil poderos ver realmente en muchos
sentidos lo verdadero, el amor infinito, el amor verdadero, pero aun
así existen los pocos que sí han podido sentir y ver lo verdadero.
Y os digo una vez más, os he enviado a esta primera creación y
una vez más os digo que en muchos ha de haberos ceguera, y
en pocos han podido ver y sentir el amor, la verdad, la justicia y
la paz. Han de creeros esos muchos que todavía ha de quedaros
tiempo, pero ese tiempo es corto.
Todo está frente a cada uno y todavía han de estaros ahí sin real-
mente realizar lo que un día dijisteis que erais capaz de haceros.
Hay un cuerpo, hay una vida y un movimiento, por qué, por qué
todavía no hacéis nada por vosotros mismos.
Que la paz esté con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, viernes 25 de noviembre de 2005
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“En algunos el tiempo pasa y no han de dejaros huellas en su pa-
sar, y en otros el tiempo pasa y huellas han de quedaros.
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El Levantamiento
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“Vais de paso en paso y aún se han de veros tus pasos cansados y
tus huellas poco visibles, y aún, aún con poca visión de ver vues-
tras huellas.
Os digo nuevamente a vosotros los jóvenes, jóvenes en los pasos,
jóvenes en espíritu, jóvenes en la verdad: ¡Tomad!
¡Tomad esa copa de las Aguas Vivas y haced que aquellos pasos
sean firmes y esas huellas visibles!
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
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Mikaela de Salvington
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“Ahora que las definiciones han de estar haciendo cada vez más
clara, todo se resolverá a medida que puedan despertaros de esa
ceguera y necedad humana, cuando de verdad puedan ser capaz
de seros claro tanto en sí mismo como de verdad con los demás.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin
La claridad se logrará ver cuando de verdad entreguéis lo propio,
lo verdadero y lo claro.
La paz sea con todos.
Dios Padre Universal, viernes 2 de diciembre de 2005
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El Levantamiento
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“A veces la voz cuando ha de hablaros con fuerza y verdad, y
aquellas palabras han podido ser sentidas, escuchadas en los co-
razones y las mentes, y hacedlas parte de aquello, que por razo-
nes de la ceguera, y a la vez por querer miraros los errores ajenos
a la causa propia, se cae en el mismo juego.
Pero cuando os es hablado y han podido procesar los pasos en vi-
da, el arrepentimiento profundamente en paz ha de seros recibi-
do, escuchado, analizado y dejaros en paz. Como vosotros habéis
de conoceros, el Perdón.
Yo soy quién Soy, Alfa y Omega, Principio y Fin.
Como vosotros sabéis, como vuestras vidas habéis consagrado
a la paz universal, habéis de seros observados, analizados y
guiados, y a la vez, sois tomados para seros un guía en futuro
y verdad.
Que la paz esté con todos”
Dios Padre Universal, lunes 5 de diciembre de 2005
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Mikaela de Salvington
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“Cuando en las causas comienzan a haber movimientos es por-
que ha de aproximaros los efectos.
Ha de seros una ley que ha de existiros tanto en los planos físicos
como en el etérico, y os he de deciros: la ley de Causa y Efecto.
Los tiempos han de pasaros y según tus huellas son las que en el
futuro habéis de recibiros como lo que habéis sembrado, y vues-
tra propia cosecha la obtendréis.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin
Cada cual ha de recibiros y cada cual ha de entregaros. Siempre
con una guía habéis de nacer, con una guía habéis de crecer, pero
en vosotros ha de estaros el de recibiros, habéis de recibiros lo
positivo o habéis de recibiros lo negativo.
La libertad, la libertad en espíritu y verdad, ha de seros aquella
que entregáis vuestras vidas a una guía de luz. La libertad en los
planos materiales ha de seros aquella que tan solo metalizáis tu
mente y vuestro corazón.
Pero cuando habéis de unir tanto la libertad espiritual como la
material, podéis obtener equilibrio en tu caminar, pero cuando
buscáis aquella libertad que ha de dejaros un corazón totalmen-
te endurecido, sólo encontraréis lo que conocéis como las vidas
sin sentido y no encontraréis vuestro camino.
La paz sea con todos”
Dios Padre Universal, jueves 8 de diciembre 2005
“Os saludo con la paz y el acongojamiento en Urantia.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, os digo con to-
do amor, con toda la fuerza, aún más no debilitéis, enfrentad
todo con humildad, inteligencia, sabiduría y amor. No dejéis que
aquellas palabras vanas, que aquellas palabras necias os hagan
caer en confusión.
Amados hijos os digo: Aún, aún queda mucho más por hacer,
aún queda mucho más por construir, aún queda mucho más por
avanzar. No decaigáis, hay mucho por aún ayudar. Vendrán dis-
tintos lados, puede ser lo positivo o lo negativo, pero vosotros si
mantenéis en unión, en verdad, lograréis distinguir todo y hablar
lo que de verdad habéis obtenido.
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El Levantamiento
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“Os digo, hay un camino, un avanzar, un destino.
Aquí como vosotros sabéis en Urantia, en vosotros mismos, siem-
pre os han dicho que han de haberos tres caminos. La verdad que
tan solo ha de existiros un solo camino, los otros dos han de seros
los que vosotros habéis creado como un camino de escoger.
Pero en vosotros así como sois enviados por un solo camino, tam-
bién ha de estaros trazado un solo camino. Pero vosotros escoge-
réis en vida lo que habéis construido como vuestro camino.
Así como en momentos en que habéis de sentiros vuestros pasos
lentos, también así podéis daros cuenta que lento ha de seros
vuestro pensar.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Dejaos pues de distraeros en los momentos más difíciles de vues-
tro existir. Os digo, el recrearos ha de seros positivo siempre y
cuando vosotros no perdáis la conexión que habéis ganado.
La paz sea con todos”
Dios Padre Universal, domingo 11 de diciembre de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija os digo, aunque a veces han de encontraros tan le-
jana aquella esperanza, descubridla, porque ha de estaros aún
más cerca. Sólo, sólo os digo que hay pasos lentos y otros que os
han detenido, porque en algunos han perdido la esperanza y en
otros todavía confían que pronto llegará.
Benditos seáis en aquellos que aún han de seguiros tomados de
las manos descubriendo el camino, siguiendo las huellas y avan-
zando en una esperanza, en una libertad. ¡No detengáis!
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Mikaela de Salvington
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“En los momentos de los grandes cambios es cuando más debe
estar la unión, pero fácilmente han de caeros en la desespe-
ración.
Os digo, difícil, difícil ha de seros estos momentos, pero más difí-
cil os han de seros cuando no ha de haberos la transparencia, la
verdad en cada uno.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Una vez más os digo, tendréis el espíritu de joven pero el cono-
cimiento puede ser más profundo que aquél que muchos años
ha vivido. Escuchaos pues los unos a los otros, y os digo: sed, sed
perseverantes en vuestro caminar.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, viernes 16 de diciembre de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, ha habido momentos de mucho acongojamiento y
dolor, pero aun así os digo: el amor, la fuerza se percibe, la per-
severancia aún más, aunque han habido debilitamientos pero no
percibo el retroceder, veo y siento el avance.
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Difícil han de seros aún más los días, pero os digo, no dejéis que
os detengan. Pero sí os he de deciros, no hay palabras para aque-
llos que ya han tomado su camino, pero aún existen palabras pa-
ra aquellos que sí han de seguiros lo que os han escogido como
verdad.
Amados todos, os ha de seros difícil pero aún os espero en Gloria
y Gracia en Dios.
La paz esté con todos. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
Jesús el Cristo, viernes 16 de diciembre de 2005
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Mi segundo hijo quien permaneciera viviendo en Suecia después de
mi retorno, había hace algún tiempo tomado la decisión de unirse a la
comunidad y dar la lucha por lo justo y verdadero en el amor. Y estas
palabras fueron del Padre y del Hijo, cuando cumplía un año más de
vida.
“Cuándo, dónde habéis de escoger los momentos y cómo toma-
réis verdaderamente las fuerzas en un solo sentido. Ya es hora de
comenzar el avance con seguridad y de verdad de la mano en un
solo avanzar.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Las fuerzas cósmicas se unen siempre, cuando de verdad habéis
de tomar lo justo y verdadero en vida y mostréis aquel camino de
vuestros propios frutos.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, martes 20 de diciembre de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Los caminos aunque a veces han de seros tan densos y fuer-
tes al avanzar, y a la vez habéis de seros capaz de sobre-
llevar situaciones, aunque por muy difícil que han de seros,
enfrentáis cada paso y tomáis de cada situación un desafío al
futuro, lograréis sabiamente reconoceros lo que a ti os ha de
pertenecer.
El tiempo puede pasaros, mas lo que habéis adquirido como los
frutos de vosotros mismos, es cómo habéis de mediros vuestro
tiempo en Urantia. El cumpliros con vuestras metas ha de seros
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Mikaela de Salvington
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Estábamos reunidos en la cena de navidad cuando recibimos estas palabras
de reflexión:
“Aunque pocos han de entenderos el porqué de este momento,
pero os he de deciros que un día como hoy no ha de seros como
aquellos que ya han pasado. Este día ha de seros un día tanto o
más especial como aquellos que ya han pasado, tan solo vividlo.
Cada momento que paséis en este día, sentidlo, observadlo, y
daréis cuenta que no es un día como tantos de aquellos que han
pasado. Está marcado, está dicho, y tan solo no dejéis pasar este
día como tantos de aquellos, un 24 de diciembre del año 2005
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Quizás vosotros creeréis que no hay nada más importante que
tan solo llegar con un presente, pero la verdad lo más importan-
te es lo que lleváis y habéis de sentiros en vuestros corazones.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, sábado 24 de diciembre de 2005
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Os digo, que aunque para ti habéis de sentiros que el reconocimien-
to más grande es la venida de esa amada y brillante estrella que
en algunos ha despertado y estremecido los corazones, pero es así
como la valorización más grande es estar y permaneceros todos jun-
tos, unidos en hermandad si de verdad así han de quereros.
Todavía hay algunos que no logran realmente sentir y ver este
día como un reconocimiento al espíritu, en amor y paz. Sólo han
de veros y sentiros en los tiempos y pasos materiales, y no cons-
tructivos, entregando de verdad y mostrando de verdad aquellos
frutos que podéis dedicaros en grandeza a vuestros espíritus.
Amados todos, tan solo reconoced y de verdad acercaos a lo
propio, no a un mundo de tan solo materialismo y divagancia.
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El Levantamiento
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija os digo, os digo una vez más como tantas de aquellas
veces que os he dicho:
Los tiempos han de seros cada vez más difíciles, pero en vosotros
ha de estaros el lograros, lograros traspasar cada obstáculo que
pudiere presentaros. Puede ser tanto en lo físico como también
en lo etérico, pero si de verdad habéis de estaros dispuestos a
enfrentaros aquellos momentos, entonces seguid pues avanzan-
do con seguridad, con inteligencia, con fuerza y con el ímpetu de
guerrero.
Y de aquellos que han quedado atrás, que han perdido las
fuerzas, y si han de buscaros palabras de aliento, volved, vol-
ved la mirada por una vez más, y si han de tomaros vuestras
manos entonces ayudadlos. Pero si una vez más os han de sol-
taros, entonces dejadlos que busquen su propio camino. Aun-
que algunas veces con dolor han de volveros otros, su orgullo
ha de seros más fuerte que mirar profundamente el amor y
sentiros en paz.
Amada hija, amados hermanos, amados todos, sólo un llamado
más para aquellos que buscan y no logran escuchar el llamado.
La paz esté con todos. Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, martes 27 de diciembre de 2005
“Hay un horizonte lleno de esperanza para la humanidad”
Dios Padre Universal, jueves 29 de diciembre 2005
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Luego de la cena de año nuevo, Dios El Padre y El Hijo Creador vienen a
entregarnos estas palabras de reflexión:
“Una vez más os digo y os hablo a aquellos que aún han de escu-
char. Pronto ha de veniros la cosecha, y aquellos que aún han de
escucharos, oirán las trompetas, y de aquellos que aún permane-
cen en las divagaciones urantianas terrenales, seguirán caminan-
do por lo que han escogido.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Seguíos, seguíos por la senda en espíritu y verdad.
La paz esté con todos”.
Dios Padre Universal, sábado 31 de diciembre de 2005
“He venido para compartir con vosotros y entre vosotros.
Aunque para muchos ha comenzado el camino, el tiempo más
difícil, pero confío en ti, confío en ti, confío en ti… (se dirige a
cada uno)
Amados hijos, amados hermanos, sed, sed pues valientes, fuertes
y firmes en lo que habláis. Sed pues valientes en lo que vais a
enfrentaros. Aún queda mucho más por ver, aún queda mucho
más por alcanzaros. Haced de verdad este lugar en una unidad
de progreso, de paz y amor.
Pero aún más, sed, sed sabios en vuestro hablar, en vuestro guiar,
pero no pretendáis que otros hagan el camino que vosotros te-
néis por delante. Buscad, buscad lo propio, y no dejéis que otros
encuentren por ti. Sentid y amaos con verdad, y no permitáis que
otros cambien vuestro sentir por lo que vosotros mismos habéis
construido.
Sed vosotros los primeros en tomaros de las manos, y no esperéis
que otros os tomen por ti. Sed cautelosos con inteligencia, sed
perseverantes con esfuerzo, y aún más he de pediros, manteneos
en unión, haced de vosotros una sola fuerza.
Hablad, hablad lo verdadero, ya no es tiempo de callaros, sino
es tiempo de la lid. No detengáis por otros sino habladle, pe-
ro seguid con tus pasos firmes y adelante. Si alguno llegase a
pedir ayuda, dádsela una o dos veces, pero la tercera dejadlo
partir.
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El Levantamiento
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
He venido para hablaros de la consagración en espíritu y verdad:
La consagración ha de seros aquella que habéis de uniros tanto
en lo espiritual como en el momento que estáis viviendo, y tan
solo debéis seros verdaderos consigo mismos y con los demás.
Pero lo más importante es manteneros verdaderamente unidos
con el espíritu divino, con el Espíritu de Dios.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, como os dije
la vez anterior: seguid, seguid alimentando aquella viña que
comenzasteis a construir y no dejéis que nada ni nadie debilite
vuestros pasos al avanzar, y haced lo que habéis pensado para
con los demás.
Así como hoy día habéis presenciado en un hermano la dificul-
tad de haber querido parar el momento de una conversación, así
también pueden ocurriros muchas más. Pero en vosotros ha de
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Mikaela de Salvington
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“Cuándo, cuándo de verdad lograréis tomaros de ti, creer en una
propia verdad. Cuándo lograréis recorreros un camino propio
desde adentro hacia fuera.
Ya es tiempo de comenzaros el avance y no seguir retrocediendo
en un pensamiento equívoco e impuro del que otros hacen parte
de un estado agresivo y doloroso en el pasado, y no vivir un pre-
sente de avances y logros en paz.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Aunque a veces habéis de veros aquellas montañas tan lejos, y os
digo, han de estaros más cerca de tu propia verdad.
La paz sea en todos.”
Dios Padre Universal, jueves 12 de enero de 2006
“Os saludo con la paz de mi corazón.
He venido para compartiros, así como pudiere deciros, parte de
un regocijo pero también parte de un acongojamiento. Pero os
digo, estoy aquí y seguiremos un avance. Pero sí, de verdad de
vosotros ha de dependeros que sigáis un camino de progreso y
un cambio de Poder y Gloria en el Amor.
Amados hijos, amados hermanos, si de verdad vosotros queréis
seguiros avanzando en los logros que habéis obtenido, entonces
comenzaos a observar y actuar con inteligencia, sabiduría, y aún
más, no dejéis que nada ni nadie detenga el camino de un cam-
bio justo en vuestro destino.
Amados todos, amados sí, porque seréis justos en un futuro próxi-
mo y seréis justos a medida que logréis la paz tanto dentro como
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El Levantamiento
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“El mismo interior del cuerpo clama por una estadía mejor en el
tiempo, una misma verdad, una misma búsqueda, a lo que verda-
deramente ha de haceros sentir mejor en un plano físico, en este
mundo que está lleno de dolor e injusticias.
¡Cuándo de verdad miraréis cara a cara vuestra verdadera proce-
dencia!
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Vosotros seres vivientes de un dote de inteligencia superior en el
plano físico: ¡Ved!, ved de verdad lo que está por crecer y expre-
sar desde lo más profundo de vuestras esencias, y mostraos ese
origen que habéis adquirido en el amor.
La paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, domingo 15 de enero de 2006
“Os digo, aunque las fuerzas por un momento os han de debilitar,
siempre mantened la calma, y daos un paso hacia el frente y veréis que
las fuerzas recuperaréis si de verdad lo habéis dado con seguridad.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Ya, ya no sigáis escuchando y viendo lo que no ha de permitir
que avancéis lo que en vida escogisteis como tu sanidad en cuer-
po y alma.
La paz sea en todos.”
Dios Padre Universal, lunes 16 de enero de 2006
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“Cordilleras, cerros, montañas, y ahí han de correros ríos de
Aguas Vivas.
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Mikaela de Salvington
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“Así como la Tierra ha de estaros en cambios, también así el uni-
verso. Así también os digo a ti que habéis, que habéis de estaros
aún de pié, aprovechaos tus momentos en valorar vuestras vidas
y reconoceros como seres vivientes de regreso a un comienzo de
paz y progreso en el amor.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Así como hay momentos de recuerdos, también hay momentos
de tomaros tus mejores recuerdos en un progreso y crecimiento
en vosotros mismos.
La paz sea en vosotros.”
Dios Padre Universal, jueves 19 de enero de 2006
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, os saludo a ca-
da uno y os digo: Así como en este momento habéis de estaros
juntos, juntos como hermanos, así también daréis la lucha juntos,
en paz como hermanos.
Aunque para cada uno ha de seros difícil en algunos momentos,
pero os digo, si sois realmente fuertes y perseverantes en lo que
habéis escogido, nada ni nadie os ha de debilitar vuestro avanzar.
Amados hijos una vez más os digo, que vuestro crecimiento, vues-
tro avanzar ha de seros individual, pero la ayuda ha de seros pa-
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El Levantamiento
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“Cuánto, cuánto tiempo más habéis de dejaros pasar y aún no
habéis descubierto y tomaos conciencia de lo que ha de estaros
pasando en el planeta.
Por qué, por qué aún seguir callando lo que día a día a vuestro
alrededor ha de estaros pasando.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Una vez más os hago el llamado a vosotros seres vivientes, seres
vivientes de un dote de inteligencia superior, aquellos que están
comenzando a dar sus pasos y comienzan a mostrar sus frutos,
aquella adolescencia, aquella juventud y aquellos que ya han vi-
vido parte de una experiencia, experiencia que pudiere dejaros
huellas a un futuro:
¡Alzaos vuestras manos y sentid lo que el planeta os ha de
pedir!
La paz sea en todos.”
Dios Padre Universal, viernes 20 de enero de 2006
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Os he venido a daros paz y consuelo a vuestros corazones. Os he
venido a compartir palabras de camino y progreso en vuestro
andar. Os he venido para compartir el avance. Os he venido para
que no detengáis lo que en vuestra vida habéis logrado, progre-
so en un instante difícil de avanzar. Os he venido para deciros
que el ceder en paz es una ganancia en espíritu.
Os digo que aunque por mucho pueda estar la voluntad, a veces
juegan en contra los sentimientos más allá de un estado el cual,
al no haber sido entendido desde un comienzo, no se puede ce-
deros en paz, y cuesta en aquellos conceder lo que en vida obtu-
vieron como una bendición de un encuentro con sí mismos.
Pero vosotros habéis de entenderos y consideraréis que el ceder
no es darlo todo, sino obtener lo justo y necesario para continuar
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El Levantamiento
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“Ha pasado el tiempo y aunque ya todo ha sido entregado, aun
así os he de percibir la falta de conciencia del destino de algunos
seres humanos en todo este tiempo.
Cada momento tiene una señal y os digo:
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, amados todos, como os he dicho el tiempo, el tiem-
po de Dios se ha de mediros por los frutos que habéis logrado, y
esos frutos que con el tiempo os han madurado.
Tan solo permitíos en este día seguiros unidos como esta juven-
tud lo ha logrado en este día, en paz, armonía, plenitud. Y que
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El Levantamiento
este día sea un día que recordéis todos los días, y así como habéis
logrado manteneros unidos en este día, también podéis lograros
los próximos días.
Y así lograréis entenderos que de verdad podéis sentiros re-
gocijados en espíritu y verdad y mantened vuestros corazones
regocijados, y que el acongojamiento no sea parte de vuestro
agotamiento.
Que la paz y el amor sea en vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, martes 7 de febrero de 2006
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“El tiempo, el tiempo es quien marca unas huellas y un destino,
quien da paso y la libertad para aquellos que os han de buscar
su camino. Aquel destino que cada uno desarrolla y despierta en
sus vidas, y le da paso a un desarrollo en aquel camino. Y buscará
y encontrará su llegada en libertad, el que vosotros mismos pu-
disteis dar y desarrollar en el camino.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Para aquellos que de verdad os habéis descubierto de dónde ha-
béis venido y quién de verdad os ha creado, os digo: Aquellas
verdaderas huellas que dejaréis en el camino nunca os han de
borrar, porque claramente encontrasteis tu esencia y la habéis
hecho Una en alma, espíritu y verdad.
Que la paz esté con todos.”
Dios Padre Universal, viernes 10 de febrero de 2006
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Os digo, aunque todavía os he de sentiros que ha de haberos do-
lor en vuestros corazones, pero a la vez he de percibiros la buena
voluntad en muchos y hay aún más esa unión.
Amada hija, amados todos, dejad, dejad que todo pueda ser
manifestado abiertamente por cada uno. A veces el silencio
puede ser un signo de dolor y confundimiento en algunos, y
otras veces puede ser un signo de observación en otros. Por
eso una vez más os digo, manteneos uno por uno comunica-
dos, que ninguno de vosotros cierre la puerta de ese corazón
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, amados todos os digo: Siempre dad aquel apoyo
inteligente a aquella juventud, pero no hagáis tuyas aquellas
preocupaciones por las cuales en cada uno está el saber en-
frentar. Ya ha habido el tiempo, el tiempo suficiente de ma-
duración para cada uno, y cada uno ha recibido más de lo que
debía haber recibido. Cada uno ha visto más de lo que debiera
haberos visto.
Es el tiempo del crecimiento, es el tiempo de seros capaces
de enfrentar cada momento de sus vidas y ser capaces de re-
solver cada paso y cada instante. Y aquellos que han de ve-
niros, que ya por momentos conocieron este lugar, que sean
aquellos jóvenes que reciban y que den aquellas palabras de
aliento, y aún más, que muestren lo que han sido capaces de
desarrollar, que han sido capaces realmente de conoceros a sí
mismos.
Pero no dejéis de observar, de estar atento y de hablar sólo en los
momentos que han de seros necesarias vuestras intervenciones.
Siempre, una vez más os digo, estaos atento en todo momento
y lugar.
Amada hija, amados todos, que la paz y el amor sea en todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, martes 14 de febrero de 2006
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El Levantamiento
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija os digo, no os preocupéis por el día de mañana, sino
mantened vuestra mirada y vuestro sentir atento, alerta, y sed
vigilantes en cada ocasión que os ha de presentaros, y mantened
siempre unidos y no olvidéis de que vuestra comunicación os sea
permanente.
Cada vez que se presenten dificultades en algún hermano que
de verdad os acerque y plantee su situación, escuchadlo, porque
han de veniros momentos de muchas turbulencias, tanto en las
mentes humanas como también en el ambiente, tanto mundial
como en el que habitáis. Grandes momentos difíciles aún más os
han de aproximar. Pero una vez más os digo, si vosotros mante-
néis esa unión, esa comunicación, nada ni nadie os ha de tocar.
Para aquella hermana, que en vosotros habéis visto tan difícil
manteneros de pie, os he de deciros han pasado momentos difíci-
les con ella y vienen aún más dificultades, porque como vosotros
habéis visto, difícil y débiles han sido sus palabras, y aún cada vez
cede en lo que fácilmente pudiere haberos controlado. El domi-
nio de aquellas hijas, aunque una puede ser más fuerte que la
otra, el dominio ha de seros el mismo.
Vosotros como grandes guerreras y guerreros de la luz, luchad
fuertemente por aquella hermana que de verdad no quiere
deteneros. Ha escogido un avance que para ella ha sido tan
difícil ser fuerte y ser mujer de una sola palabra. Y os digo, con
todo este problema humano de debilitamiento que os han de
haceros otros en esta mujer, ha de estaros el debilitamiento
mental. Mas, por esa entrega personal, se ha podido lograr
controlar que esa mente se descontrole totalmente y ese cora-
zón deje de funcionar.
Amados hijos, amados todos, os digo una vez más, manteneos
uno por uno unidos y en comunicación y lograréis estar atento
a cada circunstancia que pueda pasar con vuestros hermanos.
¿Habéis entendido?
Tanto en los jóvenes como en los adultos quisiera pediros que
estéis atentos y no caigáis en los juegos y en las intenciones ne-
gativas de otros, sino sacad inmediatamente de un estado de des-
armonía a aquella hermana, y vosotros hablareis. ¿Entendéis?
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Mikaela de Salvington
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“Os digo, pasa, pasa el tiempo, pero hay momentos en que algu-
nos todavía no han de daros cuenta que en el tiempo que pasa,
hay momentos que ha sido más difícil vuestro caminar.
Lentos os han de veros el que podáis daros cuenta de cuán pron-
to ha de estaros aquel momento en los que muy pocos han de
saberos que han de seros momentos de grandes cambios, tanto
de conciencia como también tiempos, momentos, caminos de li-
beración.
Y aquellos muchos que todavía no han podido, no han querido
tomar conciencia y ver lo que muy pocos han entendido como su
regreso a lo verdadero.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Hombres de conciencia, tomad pronto ya y afirmaos de aquel bá-
culo de la libertad hacia el camino que corresponde a vosotros,
Libertad, Verdad y Amor.
¡Tomad, que pronto la lid os hará parte vuestra!
La paz sea en todos.”
Dios Padre Universal, jueves 2 de marzo de 2006
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Mikaela de Salvington
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“Como habéis de veros los momentos cada vez han de seros más,
más claros para aquellos que han de llegaros a este lugar, y todo
aquél que no debiere permanecer, procede su retiro. Porque tan
solo han de llegaros aquellos que de verdad buscan y encuentran
su propio camino, aquél que os ha de abrir las puertas a su pro-
pio encuentro.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Para toda aquella humanidad que aún puede escucharos, que
aún puede ver, y que aún ha de seros capaz de encontraros con
si mismos, os digo:
¡Qué esperáis por entrar a aquellas puertas que aún permanecen
abiertas! ¡Qué esperáis que aún no dais el paso final! ¡Qué espe-
ráis que aún no escucháis el llamado!
La paz sea en todos”
Dios Padre Universal, lunes 13 de marzo de 2006
“Os saludo con la paz de mi corazón
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, aunque a veces
ha habido momentos de dificultades y difíciles más para algu-
nos, os digo, os han sido capaces de manteneros aun así en pié y
estáis próximos aun así a presenciar dificultades aún más difíci-
les. Pero os digo, las veréis mas vosotros no las sentiréis, porque
vuestros pies, vuestra mirada, ha de seros aún más profunda y
enfrentaréis en paz.
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El Levantamiento
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“El tiempo comienza a cambiar y vuestros pasos comenzarán a
ser aún más firmes que en el tiempo que ya esta pasando.
Comenzaréis a guardar parte del mejor fruto que habéis escogi-
do y lo presentaréis en los momentos más difíciles que comencéis
a pasaros.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Como sabéis aquel tiempo ya pasó y ahora se ha de presentaros
un tiempo nuevo, pero para vosotros será un tiempo de mante-
neros siempre despiertos, dispuestos a la lid.
La paz sea con todos”
Dios Padre Universal, martes 14 de marzo de 2006
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Una vez más he venido para anunciar el comienzo de un des-
pertar más en los que han de estaros por llegar, y os digo,
os digo como tantas y tantas veces os he dicho: que cuidéis
vuestras vidas, vuestros momentos, y no dejéis que nada una
vez más detenga todo este momento que habéis vivido y que
habéis de vivir.
Esa amada y brillante estrella, esa amada creación, ha inver-
tido en cada uno de vosotros el amor. Un trabajo minucioso
que ha sembrado en cada corazón y ha puesto en cada uno
esas energías del perdón y liberación en sí mismos. Y ahora es
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El Levantamiento
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“Todavía, todavía queda mucho por hacer y el tiempo cada vez
ha de seros más corto. Y todavía aun permanecen muchos dor-
midos esperando que otros hagan lo que cada uno puede hacer
por sí mismo. Aún hay muchos detenidos por aquellos que no
han sido claros en su hablar.
Yo soy quién Soy, el Alfa Omega, Principio y Fin.
Pero os digo, os digo una vez más, sed claro en tu hablar, sed
claro aun en tu avanzar y sed claro en tu despertar.
Es tiempo de comenzar a haceros cargo de lo propio, es tiempo
que ya dejéis que vuestro corazón, vuestras mentes, vuestra in-
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El Levantamiento
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Hay momentos que pueden seros muy difíciles, pero más difíciles
han de seros cuando no hay quien quiera escuchar. Pero vosotros
sabéis que en este lugar quieran o no quieran escuchar las pala-
bras de fuerza, siempre seréis escuchados.
Y os digo, después de una fuerte conversación, si de verdad han
escuchado con el corazón y la mente, veréis el día de mañana los
frutos verdaderos en cada uno de los que en aquella conversación
estuvieron presentes. Conozco a uno por uno de los que estaban
presentes y sé de cada uno cuánto valoricamente han logrado to-
mar y haceros dueños de sí mismos. Sé de cada uno el compromiso y
sé de cada uno cuán ha sido su esfuerzo en progreso o detención.
Pero esta vez quien quiera deteneros, será remecido una vez más.
Pero ya no habrá cansancio alguno en ninguno de los que verda-
deramente os han tomado de la mano y ser uno en un avance.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, os digo: Hay
tanto por luchar, hay tanto por lograr, hay tanto por alcanzar,
pero más si vosotros estáis unidos no habrá cansancio alguno,
cada uno unirá sus propias fuerzas y equilibrará el camino y los
pasos al avanzar. Así como hay fuerzas opuestas, mas vosotros
traspasaréis y veréis que nada os ha de deteneros.
Que la paz y el amor sea en vosotros.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, martes 21 de marzo de 2006
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Os digo, he de percibiros, sentiros más comunicación, más fuerza,
pero aun así os digo, hay mucho decaimiento a la vez. Aunque os
ha de seros tan difíciles estos momentos, ha de seros el momento
de estaros aún más firmes en un propósito que ha de seros para
todos un próspero crecimiento en sabiduría, y adquirir mediante
los pasos un vivir de sanación en espíritu y verdad.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, os digo: Man-
tened, mantened firmes y adelante a esa esperanza, a esa luz
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Mikaela de Salvington
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, amados todos os vengo a hablaros de la Paz, la Paz
Consagrada en vuestros corazones, y os digo:
La Paz Consagrada os ha de seros aquella que con ese esfuerzo,
valor y voluntad que habéis adquirido mediante los esfuerzos
valóricos en esta vida, habéis sido capaz de reconocer profunda-
mente el porqué habéis venido y para qué estáis en este lugar.
Es toda aquella que en haber reconocido paso por paso todo
el camino que habéis recorrido y habéis de recorreros, entonces
os ha de producir un enlace y una unión verdadera con vuestro
espíritu, con vuestra verdad, y una unión en lo divino y la trans-
parencia del reconocimiento de lo que habéis escogido en vida.
Amados hijos, amados hermanos, una vez más os hago el llama-
do a todos vosotros los jóvenes y los que aún luchan por encon-
trarse consigo mismos, con la verdad, con un camino justo de
paz, amor, armonía, en un futuro próximo.
¡Luchaos con fuerza, optimismo, y no desmayéis! No dejéis
que nada os detenga el camino. Cada vez ha de estaros más
cerca de lo que ayer visteis lejano. No dejéis que el desánimo
de otros apague tu claridad, no dejéis que otros absorban tus
energías sino mostraros que sois capaz de tomaros de la mano
y haceros ver que el amor ha de seros más fuerte de lo que
otros quisieren apagar.
Que la paz, el amor, las fuerzas, la armonía y la unión, sea con
todos. Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Jesús el Cristo, viernes 31 de marzo de 2006
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El Levantamiento
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“A veces han de creeros que todo momento puede pasar, pero
no dan cuenta que cada momento ha de seros para atentamente
observar cada instante, y os digo:
El tiempo cada vez ha de mostraros sus distintos cambios y así
también en los seres humanos, tanto los que ya han nacido y los
que han de estar por nacer. Muchos han de seros llamados Hijos
de Luz, pero detenidamente veréis sorpresas en su avanzar.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, jueves 20 de abril de 2006
“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amada hija, amados todos, sé que en estos últimos momentos, en
este paso de avance, han sido los días cada vez más difíciles y en
vuestras mentes ha habido confundimiento. Confundimientos que
sé que han sido por el lento caminar y el no poder cumplir un avan-
ce en el progreso del despertar, y dar a conocer lo que vosotros ha-
béis obtenido como experiencia propia en el largo y difícil caminar.
Aunque el tiempo ha de seros cada vez más corto, os digo, todo
se dará a conocer en su momento preciso y justo. No habrá ni un
antes ni un después. Mantened firmemente la paz, la unión y la
comprensión en cada uno, porque así lograréis mantener tanto
la armonía y la claridad en el camino y obtendréis el apoyo justo
en su momento.
Os digo, así como os ha hecho el compromiso esa amada y bri-
llante estrella de dar su aporte en cada momento para lograr
entender y permanecer, sólo en vosotros ha de estaros el dar la
tranquilidad, armonía y paz.
Os digo, desde ya hace un tiempo han comenzado a nacer otra
especie de hijos que han de seros llamados la esperanza en los
hijos de luz. Y os digo, no he enviado tales hijos, sino han de ve-
niros de una constelación lejana a mi propio universo. Mantened
vigilante y en alerta a cada momento y quién os acerque a voso-
tros, en especial a las jovencitas de este lugar.
La paz este con todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, jueves 20 de abril de 2006
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Mikaela de Salvington
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“Ay cuando a veces han de deteneros los pasos porque el tiempo
en aquellos pasa aún más rápido, porque el cuerpo comienza a
sentiros el cansancio y el envejecimiento comienza a llegar más rá-
pido en aquellos que han conocido y comienzan a encegueceros.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Os digo, si de verdad queréis un progreso y un destino de logra-
ros encontrar un destino y una verdad, entonces ya no es tiempo
de decaer, decaer en aquello que por muy verdad que os sea, es
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El Levantamiento
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“Os digo como tantas veces os he dicho, cuidaos lo que en este
momento tenéis, aprended en su momento a ocupar lo que to-
davía guardáis y lo que aún tenéis como precio propio en vida.
Aunque aún muchos ya han dejado y han usado lo que han te-
nido guardado, porque han de pensar que tiempos y momentos
difíciles ya no han de llegaros.
Vosotros debéis, debéis estar atentos a cada momento de vues-
tros pasos, y vuestra mirada a vuestro alrededor os ha de mostrar
lo que ha de llevaros.
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Mikaela de Salvington
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El Levantamiento
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“Hay momentos en que ha de seros más difícil el avanzar
pero las fuerzas verdaderamente si estáis en paz y lográis
tomar de aquellas fuerzas del interior, nada os hará debili-
taros.
Alimentaos cada día de aquellas fuerzas del interior y comenza-
réis realmente a seros uno con vuestros espíritus.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Aunque el tiempo ya ha pasado, os digo: todavía ha de existir
una pequeña guía para aquellos que aún han de estaros de-
tenidos.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, domingo 30 de abril de 2006
“En el rocío del amanecer veo en tus ojos lágrimas correr, y a
través de esas lágrimas se ven los ángeles llorar. Lágrimas angeli-
cales que saben lo que pronto va a llegar, y esas lágrimas no de-
jan de correr, ven y sienten en lo más profundo a través de esas
aguas cristalinas”
Los ángeles, para el Arcángel Gabriel, Domingo 30 de abril
de 2006
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, os he de deci-
ros una vez más: Preparaos vuestro interior porque así habéis de
poderos expandiros hacia el exterior.
Pero primero debéis consagraros a lo que de verdad escogisteis
como el camino de la verdad, la justicia y el amor, y cuando ha-
yáis entendido vuestro propósito entonces comenzaréis a avanzar
buscando, tomando y entregando aquello que habéis adquirido
en el tiempo, y comenzaréis nuevamente a dejaros huellas fir-
mes, verdaderas y en paz.
Amados hijos, amados todos, os digo una vez más, comenzad
hoy a alimentad lo que ayer no pudisteis mostrar para el día de
mañana.
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Mikaela de Salvington
Amados todos, os digo una vez más: ¡No detengáis vuestros pa-
sos! ¡Comenzad pronto a tomar lo propio, vuestra verdadera
identidad!
Vosotros que estáis aquí unidos por una misma causa, y que en el
futuro ha de mostrar sus verdaderos frutos, mantened la unión,
mantened la armonía y principalmente la paz, el amor. Y sed
verdaderos con vosotros mismos, así también seréis con vuestros
hermanos y ante la mirada de mi Padre.
Que la paz y el amor sea en todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy.”
Jesús el Cristo, viernes 5 de mayo de 2006
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“Los caminos, aunque los caminos os han de seros cada día más
difíciles para algunos en alcanzaros y para otros ya han de es-
taros cansados, pero os digo: sólo existe un solo camino, el que
cada paso habéis de daros y sentiréis el descanso, en cada paso
de aquel descanso veréis el progreso a un momento de paz.
Pero os digo que para lograros comenzar aquellos pasos en aquel
camino, debéis lograr traspasar y entenderos la verdad y enfren-
tar con inteligencia cada paso que en esta vida de tránsito habéis
de estar enfrentando cada dificultad por lo tan difícil que ha de
haceros, pero entenderéis el porqué de cada circunstancia y el
crecimiento estará en vida.
Y aún más os digo, no os hará tan difícil los momentos si vosotros
de verdad uniereis uno por uno, y entenderéis y seréis capaz de
dar respuesta y soluciones inteligentes, claras, sabias, en este ca-
mino de dificultades pedregosas que aún esperan en un camino
de logro, de paz, armonía, y aún más, en espera de aquella luz
encendida y espera por ti.
Yo soy quién Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin.
Una vez más os digo, seguid los pasos firmes y no decaigáis a
mitad del camino. Yo estoy aquí y en aquellos que están en clari-
dad, y en lucha permaneceré junto a vosotros.
La paz esté en todos”
Dios Padre Universal, miércoles 17 de mayo de 2006
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El Levantamiento
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“Vosotros habéis comenzado a escuchar noticias y rumores de dis-
tintos lugares del planeta. Os digo, poned atención en aquellos que
verdaderamente son los que han de estaros en las verdaderas escri-
turas. Porque aquellos rumores y noticias verdaderamente algunas
han de seros y otras sólo invenciones hechas a la imagen de otras.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Os digo que mucho de lo que ha de estar escrito ya os ha de
estaros cumpliendo, pero como ya vosotros sabéis y estáis prepa-
rados para todo aquello, entonces os digo:
Seguid haciendo lo que cada día os pide por hacer, porque cada
día tiene un tiempo y un destino para vosotros, y no detengáis el
paso por lo que otros pudieren deciros.
La paz esté con todos”
Dios Padre Universal, lunes 29 de mayo de 2006
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“Os saludo con la paz de mi corazón.
Tan solo os he venido para que vosotros mantengáis la paz, la
tranquilidad en vuestros corazones. Y os he venido también para
pediros a todos aquellos que de verdad logran tomar cada deci-
sión en paz, armonía y amor, que permanezcáis siendo justos y
escuchando lo que de verdad es refortalecimiento en vuestros
pasos, y sois capaz de hablar en su momento y no calláis.
Amados todos os digo una vez más, quien os ha de ver las injusti-
cias y calla, ha de seguir en aquellos permaneciendo la injusticia,
y a la vez generando aquellos sentimientos que os han de caer en
aquellos más inocentes y puros de corazón.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos, como tantas y
tantas veces os hago nuevamente un llamado más a vuestra con-
ciencia, y un encuentro con el verdadero amor, con los verdade-
ros valores de vuestra creación.
Comenzad a deteneros en sí mismos y ved lo que de verdad os
está acongojando vuestros corazones. Comenzad a deteneros y
de verdad ved qué es lo que detiene vuestros pasos. Comenzad
a ver lo verdadero de vuestras vidas y hablad lo que de verdad
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Mikaela de Salvington
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En Chile estaba ocurriendo la mayor movilización estudiantil de los últimos
30 años. Más de seiscientos mil alumnos de enseñanza media se tomaron
los colegios, llamaron a un paro nacional de educación y salieron a mani-
festar a las calles para hacer presión al gobierno y conseguir cambiar la ley
de educación que legó la dictadura militar. Lo especial de esta movilización
era la tónica de la no violencia con que estos jóvenes enfrentaron la pro-
puesta del paro nacional. Se planteó como una lucha ideológica y no como
una batalla contra la autoridad, dando ejemplo a muchas otras manifesta-
ciones ocurridas en la capital. Tampoco se adhirieron a ninguna tendencia
política apelando que no les interesaban propuestas de buena voluntad de
ningún lado, sino soluciones concretas a sus necesidades.
En un comienzo no se le dio importancia a este levantamiento juvenil, pero
finalmente el paro fue un hecho y la represión policial calló sobre ellos, y
también sobre los periodistas que estaban atestiguando estos abusos. Esto
provocó gran conmoción, poniendo esta acción estudiantil en el primer
plano de expectación. Se provocó una especie de efecto dominó, donde
de a poco se fueron sumando actores al conflicto y ahora, a la amenaza
de paro nacional, se sumaban el sector de los trabajadores de la salud, los
universitarios y los profesores.
“A medida que sigue pasando el tiempo os han de ver cada vez
más la inconciencia en conciencia de aquellos dominados por una
fuerza, una fuerza negativa que desde adentro os han de expre-
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El Levantamiento
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“Aquí estoy una vez más hablando a la Humanidad.
Aquella humanidad si de verdad ha tomado conciencia del esta-
do de su propio lugar donde os ha de vivir.
A toda la humanidad si de verdad os ha dado cuenta en el estado
en que ha de estar este Planeta Tierra, esta morada que habitan
vosotros los seres vivientes, vosotros que habéis sido llamados en
vida, Hijos del Amor.
Yo soy quién Soy, El Alfa y Omega, Principio y Fin.
Os digo: ¡Ya pronto mirad!,
¡Mirad a vuestro alrededor y ved!
Ved realmente qué ha de estaros pasando en profundidad, el
daño que muchos de vosotros han ocasionado a este hermoso y
brillante Planeta Tierra, un hermoso lugar de vida que cada día
está derramando sus lágrimas y cerrando sus ojos, aquel brillo
cada vez ha de estaros opacando.
Aún os hemos de esperaros que vosotros, aquellos que aún han
de estar ciegos y no han querido ver:
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Mikaela de Salvington
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“Amados todos:
Ahora que habéis visto el tiempo pasar, y algunos, aunque pocos
en conciencia, os han de ver cómo cada día este amado planeta
comienza a entristecer en acongojamiento profundo por la in-
conciencia de otros.
Amados, amados hijos, amados hermanos, amados todos os digo:
¡Unios una vez más y tomad conciencia! Y buscad de aquellos que
aún no han querido ver por esa inconciencia material y no realmen-
te saber que de nada os ha de serviros ese materialismo, sino ha de
haberos un lugar donde juntos lograréis uniros en paz y amor.
Porque os digo, este planeta de brillante azul reflejo con su crea-
ción de amor, ya ha comenzado a derramar sus lágrimas y ha de
comenzar a cerrar sus ojos.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
¡Un llamado más de auxilio por este planeta! Y uníos de verdad
en una Hermandad de Paz y Amor, y comenzad de verdad a abrir
vuestros ojos de conciencia y vuestras palabras de libertad, para el
salvamento de este amado planeta Tierra, cósmicamente Urantia.
Amados hijos, amados hermanos, amados todos:
Aún espero, aún os llamo
Aún os digo, poco es el tiempo
Pero aún la esperanza está
¡Tomadla y hacedla avanzar!
Que la Paz y el Amor sea en todos.
Mi paz os dejo, mi paz os doy”.
Jesús el Cristo, miércoles 10 de mayo de 2006
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El Levantamiento
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“Para todos aquellos que con un gran esfuerzo de Amor, Fuerza,
Valor y Voluntad, os han tomado conciencia del porqué de vues-
tra estadía en este lugar, os digo:
Ya os es el tiempo de comenzaros a miraros y saber de verdad
qué os es lo que habéis hecho con vuestras vidas, y así también
os daréis cuenta qué os es lo que ha de estaros pasando con
vuestro planeta.
Cuán os ha de seros el daño, ya sus lagrimitas están brotando
gota a gota; este hermosísimo planeta su brillo os está apagando
por la inconciencia de otros.
Os es tiempo de comenzaros a dar vuestro último llamado a la
conciencia:
¡Uníos, uníos de verdad a este llamado de Hermandad, de Paz,
Danza, Amor y Amistad!
Os ama, Arcángel Gabriel”.
Jueves 11 de mayo de 2006
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“Yo soy la Madre Tierra y estoy aquí.
Siento y veo cuánto daño, cuánta desesperación y desamor, cuán-
ta falta de conciencia y buena voluntad, violencia y destrucción.
No es a lo que has venido, sino es a dar, a entregar amor, es a li-
berarte hacia lo positivo. Mas tú lo que has hecho es pisar lo que
te di como un tesoro para sobrevivir.
Este planeta pide aire, ahora esta Tierra quiere sobrevivir. Ya el
mar se mueve con furia hacia ti, que lo has usado como material
inerte, mas no sabes cuánta es la fuerza y la ayuda que te pudo
dar. El fuego ya está quemando a todos aquellos que no escucha-
ron su hablar. El aire sopla y sopla más fuerte y sin cesar.
Mis manos se mueven, poco a poco comienza a temblar para
liberarme de todo aquello que tú me has hecho pasar, sentir tu
mente pensar, lo que no me ayuda.
¡Tiembla Tierra!, ¡Mueve Tierra!
Canta a la luz de la liberación
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Mikaela de Salvington
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“Yo Soy El Anciano. Soy El Principio y El Fin, y os digo:
El camino ha de estar en su curso, y al momento de su llegada,
han de estaros las puertas abiertas para todo aquél que en su
camino ha tomado conciencia de su propio destino.
El que habita en las alas de protección del Altísimo, morará para
siempre bajo la Omnipotencia.
La paz sea en todos”.
Lunes 22 de mayo de 2006
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GLOSARIO
El propósito espiritual del ser humano: El ser humano, cuando logra equili-
brar su mente y hacer la voluntad una junto con lo supremo, pasa a ser
el verbo conjunto con su Creador, El Cristo.
Emmanuel: Personalidad suprema trinitaria, actúa como asesor del Hijo
Soberano.
Gabriel, Arcángel: Ejecutivo en Jefe y Administrador Real de Nebadón. // La
Brillante Estrella Matutina, Gabriel de Salvington.
Mente: La mente es un potencial que puede definir conjuntamente con
su estado divino, y lograr el equilibrio voluntarioso ante la presencia y
definición de lo verdadero y esencial, y así lograr el equilibrio emocional,
tanto mente como su corazón.
Mickael, El Cristo: Nombre cósmico de Jesús el Cristo, Creación, Sostenimiento
y Ministerio. // Hijo Creador, Hijo Soberano, se le ha confiado todo el
Poder en el Cielo y en la Tierra.
Nebadón: Universo local bajo el dominio del Cristo Mickael. // Salvington,
capital del universo local de Nebadón.
Urantia: Nombre cósmico de la Tierra.
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Acerca de la autora
Mikaela de Salvington
E-mail: marcia.leighton@gmail.com
Mikaela y Bernardita
Hace ya muchos años, Dios le había hablado a Bernardita en sueños y había
anunciado: A los 33 años vais a partir, y tú y tu familia debéis prepararos.
Este sueño se había repetido a fines de aquel año, y en la cena de Año Nue-
vo, cuando se encontraba casi toda su familia reunida, sintió que había lle-
gado el momento de compartir la revelación y anunciar sobre su partida.
Aquella misma noche, a fines de 1998, me encontraba en Suecia, un país
junto a las aguas calmas del Báltico. Estaba reunida con mi familia y una
amiga llamada Irene. Y habiendo ya cenado, hicimos una oración de gra-
cias por todas las bendiciones recibidas durante ese año. Luego de dar las
gracias, recibí de mi amadísimo Padre y Creador el siguiente anuncio: Hija
mía, ordenad todo lo tuyo para retornar al lugar desde donde has venido,
porque allá se dará grande bendición. En ese mismo instante supe que era
aquel llamado que había esperado durante toda una vida.
Y así, con la magia divina, éramos guiadas en una bendita coincidencia de
fechas, a un encuentro que abriría paso a una sublime iniciación que haría
posible la presencia del Cristo en Gloria y Majestad nuevamente en la Tie-
rra. Había transcurrido un año y medio desde mi retorno, y nos encontrá-
bamos en el más profundo éxtasis: Bernardita había ascendido por primera
vez con toda su esencia, y nuestro Padre y Creador se había manifestado
plenamente en cuerpo y alma.
(Extracto del libro El Levantamiento)
Editorial LibrosEnRed
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