Está en la página 1de 355

Rene Van Dalen

BURNING BRIGHT IN THE


BLACK
Iron Dogz MC 01

Sinopsis:
DC
Tener una deuda con el presidente del Iron Dogz MC no es una
situación en la que quieras quedar atrapada. Especialmente cuando
eres hija del presidente de otro club. Y definitivamente no cuando
esa deuda llama la atención de los enemigos de su club.
¿Y terminar en su cama?
Absolutamente no es parte del plan.

Hawk
Los enemigos de su club se estaban volviendo más audaces. Y su
paciencia era prácticamente inexistente.
Tomar a una feroz luchadora de jaula como su dama no era lo
que tenía en mente cuando amañó el pago de la deuda que tenía con
su club.
Ahora él estaba demasiado enamorado y nunca la dejaría ir.
Hacerla su dama fue la parte fácil. Mantenerla como su dama iba a
ser la parte difícil.
Especialmente cuando sus enemigos estaban enfocados en
arrebatarle a ella y a su club.
Capítulo 1
Hawk
La ira invadió a Hawk mientras inspeccionaba los sellos y
cerraduras rotos del contenedor. Un contenedor totalmente vacío.
Todo se había ido. Habían garantizado la seguridad del transporte y
la entrega del contenedor sellado y ahora este follón. ¿Cómo mierda
esos bastardos lograron superar toda la seguridad que tenían en el
lugar? Una mejor pregunta sería cómo supieron a qué contenedor
apuntar. En ese momento había veinte contenedores esperando ser
transportados en el depósito y sólo éste había sido violado. Ninguno
de los demás tenía ni siquiera un rasguño.
Alguien había hablado.
Tenían una puta rata en su casa.
Hawk pateó brutalmente el costado del contenedor y luchó por
controlar su ira. Necesitaba golpear algo o a alguien. Volviendo a
patear el contenedor escuchó el gong vacío cuando su bota se estrelló
contra el acero. Maldito infierno.
Les iba a costar un montón de dinero arreglar esto. Sin mencionar
lo enojado que iba a estar su cliente porque sus bienes habían sido
robados mientras estaban en sus supuestamente seguras manos. El
bastardo se iba a llevar su negocio a otra parte si no los veía
solucionando esto y haciéndolo jodidamente rápido.
—¿Qué sabemos?—gruñó Hawk todavía mirando el contenedor
vacío.
Jagger, su oficial de seguridad, se acercó a él. La ira se apoderó de
su voz mientras daba su informe.
—Anoche tuvimos una caída de tensión inesperada. Los
generadores se activaron, pero no de inmediato, la electricidad se
cortó el tiempo suficiente para que esos hijos de puta jodieran
nuestra seguridad. Sabían exactamente cuánto tiempo tardarían los
generadores en entrar en régimen. Colocaron las cámaras en un
bucle, redirigieron la alarma de la cerca, cortaron la cerca y se
tomaron su tiempo para llevarse lo que querían. Cuando la patrulla
regresó y se dio cuenta de que la cerca había sido violada, hacía
mucho tiempo que se habían ido.
—¿Qué pasó con nuestras medidas de respaldo?
—Por alguna extraña coincidencia, esas también cayeron, y
ambos sabemos lo que eso significa—espetó Jagger.
—Lo que me gustaría saber es, en primer lugar, ¿cómo supieron
que habría una caída de tensión? No estaba programada en absoluto
para esta área—espetó Kid mientras miraba a los hombres en
silencio, esperando que alguien le respondiera.
—Lo más probable es que esos hijos de puta sobornaron a alguien
para que jodiera los transformadores—gruñó Ice enojado.
—Mierda. Esto es una puta mierda. ¿Por qué no estábamos
preparados para afrontar un apagón?
Kid, su sargento de armas estaba furioso y buscaba a alguien con
quien desquitarse.
Por mucho que Hawk quisiera que empezara a romper cabezas
para llegar a la verdad, ahora no era el momento. Tenían que
encargarse de esto en el club. Tenían un soplón. Y ese maldito hijo de
puta era alguien de su círculo íntimo, tenía que serlo. Eran los únicos
que conocían sus sistemas de seguridad de respaldo, las cámaras
ocultas y las alarmas.
Sabía, sin lugar a dudas, que el soplón no era uno de sus oficiales,
confiaba en ellos completamente. Habían sido sus amigos durante
años antes de que dieran un paso al frente para respaldarlo cuando
se hizo cargo del club después de la prematura muerte de su padre.
Sus amigos lo habían apoyado contra los miembros más antiguos
cuando comenzó a sacar el club de la profunda y oscura mierda en la
que habían estado enterrados.
De ninguna manera el MC estaba completamente limpio, pero
tampoco estaban sucios. Hawk los había sacado del tráfico de drogas
p g
y armas y el club había podido concentrarse en negocios legítimos.
Ya no miraban por encima del hombro todo el tiempo, hasta ahora.
Tener una rata traidora en su club era una puta mierda.
Había llegado el momento de deshacerse de la plaga, de
convertirse en el exterminador.
—Jagger, tú y Beast trabajad juntos en esto, encontrad al cabrón—
ordenó Hawk en voz baja.
—Estamos en ello.
Ambos inclinaron levemente la cabeza cuando él le dio la espalda
al contenedor vacío, caminó hacia su moto, se subió y salió del patio
seguido por Ice y Kid.
Últimamente les han ido mal demasiadas pequeñas cosas y ahora
esto. Alguien estaba apuntando al club y cuando descubriera quién
era se arrepentiría de haber jodido con su club.
A la mierda, se iba a arrepentir de haber jodido con él.
Había trabajado demasiado duro para llevar al club hacia un
futuro más limpio como para que una rata lo arruinara todo. Su club
nunca sería un brillante ejemplo de cómo comportarse bien con la
sociedad. Siempre tendrían un pie en la oscuridad. Pero dependía de
él evitar que esa oscuridad se tragara a sus hermanos como se había
tragado a su padre y a su abuelo.
Moriría antes de permitir que eso sucediera. Y se llevaría consigo
a quienquiera que los estuviera jodiendo.
Necesitaba montar, controlarse antes de enfrentarse a sus
hombres.
Dirigiendo la moto hacia Magaliesberg1, respiró un poco más
tranquilo mientras avanzaba por la sinuosa carretera. Lo que
necesitaba en este momento era un viaje largo, así que tomó las
carreteras secundarias. El sol caía a plomo mientras conducía y el
olor de su moto, del alquitrán caliente, la hierba verde de la sabana y
los árboles espinosos llenaron sus pulmones, calmando la ira.
Y montar con sus mejores amigos hizo el resto.
No sólo eran sus mejores amigos, sino también su familia. Una
parte de su hermandad.
Capítulo 2
DC
El tatuaje estaba casi completo. Era una pieza increíble, aunque
tuviera que decirlo yo misma. Colin “Raj” Chetty había pedido un
dragón de metal y eso es exactamente lo que le di. Estaba formado
por placas metálicas superpuestas con tornillos, remaches y muelles.
Un dragón mecánico. Iba a causar alboroto en el sitio web. Y no todo
el alboroto iba a ser por el dragón. Raj era realmente hermoso. Piel
color caramelo dorado oscuro, cabello largo y negro, muy guapo con
exóticos ojos verdes y músculos tallados en todo el cuerpo.
Raj era miembro del Road Warriors MC, el club de mi padre y era
un ex. Nuestra separación había sido inevitable porque él quería más
de lo que yo podía darle. Además, es demasiado controlador.
Hoy había sido nuestra última sesión, principalmente para
sombreado y retoques. Fue fantástico trabajar en su piel y me sentía
honrada de que hubiera elegido mi tinta para decorar su cuerpo.
Pero no podía esperar para terminar.
Y la razón no era que no quisiera trabajar en la piel de mi ex. No,
no era eso en absoluto. Todavía éramos amigos, terminar nuestra
relación no había cambiado eso.
La razón era Deena, mi terriblemente malcriada hermana menor.
La pequeña perra me había engañado.
Se suponía que pasaría parte de sus vacaciones escolares con sus
dos mejores amigas pero, con su ayuda, se había escapado con un
tipo. Un tipo con el que había ligado en un club. Un club al que no se
le permitía entrar legalmente porque tenía dieciséis años y era
menor de edad.
No tenía idea de que se había escapado hasta que intenté llamarla
anoche y recibí su mensaje de voz. Ella sabía que eso era un no-no
absoluto. Nunca se permitía que las llamadas de la familia fueran al
buzón de voz. Era una de las reglas inquebrantables de mi padre.
No habría tenido ni idea si no hubiera encontrado su deprimente
boletín de calificaciones metido debajo de los cojines del sofá. Al no
poder localizarla, llamé a sus amigas. Habían tratado de encubrirla,
pero he estado en el negocio de los secretos demasiado tiempo como
para caer en sus estúpidas excusas.
Fue sólo después de que involucré a sus madres que sus dos
cómplices revelaron los efusivos mensajes de texto de Deena. Al
parecer, había encontrado al amor de su vida y les pedía que la
cubrieran hasta el domingo. Estaría en casa antes de que su papi
regresara de su viaje de negocios.
¿Doc en un viaje de negocios? ¿Qué mierda les estaba contando a
sus amigas sobre nuestra familia?
Lamentablemente no les había dicho dónde estaba. Sus madres y
yo recibimos toda la historia a cuentagotas de sus dos cómplices.
El miércoles por la noche las tres se habían escapado y tomado un
Uber hasta un club en Fourways. Deena había proporcionado las
identificaciones falsas que les permitieron entrar al lugar.
Y quienquiera que se las hubiera dado estaría muy jodido cuando
lo averiguara. Tenía las identificaciones falsas de las dos chicas y
definitivamente investigaría su origen una vez que tuviera a la
pequeña perra sana y salva en casa.
Mi hermana había conocido a un tipo en el club y se había ido con
él. Las pequeñas perras no tenían un nombre, o si lo tenían, lo
olvidaron en su estado de embriaguez. Todo lo que podían recordar
era que empezaba con D, llevaba un chaleco de cuero y tenía una
moto grande.
Maldita sea, con suerte el tipo solo estaba buscando un coño fresco
y no una manera de llegar a Doc.
Doc iba a culparme por su desaparición e iba a hacer llover fuego
del infierno sobre mi cabeza. Y cuando se enterara de que se había
escapado con un motero, la sangre iba a derramarse y yo no estaría
exenta de ese derramamiento.
Había desaparecido el miércoles por la noche, hoy era viernes y
tenía que encontrarla antes de que Doc regresara a casa el domingo
por la tarde. Buena suerte para mí.
Mi padre, Mark “Doc” Michaels, estaba de recorrida, visitando
algunas de las sedes de su club. Doc era el presidente de la sede de
Johannesburgo del Road Warriors MC y tenía un asiento en el
Consejo Nacional, el órgano rector de todas las sedes del Road
Warriors MC.
Pero preocuparme por mi padre no era importante en este
momento. Lo importante era encontrar a la pequeña perra, así que la
volví a llamar. Tenía a Rico y Skinny, dos hermanos del club en los
que confiaba, revisando las imágenes de la cámara en el club en
Fourways mientras terminaba el tatuaje de Raj.
El jueves por la noche llamé a nuestro medio hermano, Derrick
Townsend. Cuando el bastardo contestó su teléfono estaba metido
hasta las rodillas en un coño y antes de que pudiera explicarle, me
descartó diciendo:
—Estoy ocupado, te llamaré más tarde. —Y aquí estaba yo, horas
después todavía esperando esa llamada. Muy típico de los hombres
de nuestra familia. Después de todos estos años, ¿por qué mierda
todavía me sorprende eso?
—¡DC!
Escuché mi nombre pronunciado por encima de la música que
sonaba a través de los altavoces y miré hacia arriba y por encima de
la media pared que rodeaba mi estación de trabajo. Rico y Skinny
caminaban hacia mí.
Los observé aproximarse con los ojos entrecerrados. Mierda. Mis
entrañas se apretaron ante la mirada en sus ojos. No me iba a gustar
lo que habían averiguado.
—Dame un minuto, Raj. Sólo tengo que encargarme de esto
rápidamente.
Apagué mi máquina, me quité los guantes y los tiré en el
contenedor de residuos patológicos antes de dirigirme a la oficina.
Estacioné mi culo en el borde del escritorio mientras Rico cerraba la
puerta y se apoyaba contra ella.
—La encontrasteis.
—Sí.
Nada más, sólo sí. Aunque estaban enojados.
—¿Dónde?
Entonces Rico me dio la información que no quería escuchar.
—En el complejo de los Iron Dogz, ella se ha convertido en una
motera fuera de la ley, DC.
—¡Mierda! —Deslicé las manos por mi cara y cabello, apretando
los dedos sobre los mechones.
Esta mierda iba de mal en peor. Doc iba a tener un puto ataque al
corazón y después me iba a matar.
—¿En qué mierda está pensando este tipo? Sólo tiene dieciséis
años.
—Sabes que no parece una chica de dieciséis años, DC. Apuesto a
que el pobre bastardo no sabe que es un cebo para ir a la cárcel o que
es la princesita de Doc. —Skinny resopló enojado.
Él tenía razón. Mi hermana pequeña parecía mucho mayor que su
edad. Era una modelo hermosa, alta y esbelta, con largos cabellos
rubios y ojos azul claro. Fácilmente pasaba por veinte cuando se
arreglaba, y hacía esa mierda con regularidad.
—Bueno. Dejadme terminar con Raj y luego iremos a buscarla y la
llevaremos a casa.
Tanto Skinny como Rico negaron con la cabeza ante mi plan.
—Esto va a causar mierda, DC—dijo Skinny—. No podemos
entrar y sacarla a rastras. Tienes que llamar a Doc. Si se entera de
esto, después de que nos encarguemos, nos matará y luego nos
quitará los parches.
—Al menos llamemos a Tiny y Skel, necesitamos su ayuda para
hacer esto sin que nos den una paliza—lo intentó Rico.
Negué con la cabeza.
—Ninguno de ellos puede enterarse de esto. Deena es la princesita
de Doc y ellos asaltarán la casa club de los Dogz, eso nos arrastrará a
una guerra, y realmente no necesitamos esa mierda. Intentemos
solucionar este problema con el menor impacto posible. Prometo que
se lo diré a Doc tan pronto como la recuperemos y la encerremos en
un maldito convento de monjas.
Dios, en el fondo sabía que no iba a ser tan fácil.
Skinny y Rico se miraron, suspiraron profundamente y se
encogieron de hombros. Dejé escapar un pequeño suspiro de alivio.
Si hubieran insistido en llamar a su vicepresidente, Tiny, mi plan se
habría arruinado. La única razón por la que aceptaron ayudarme fue
porque trabajábamos juntos en temas del club todo el tiempo y
confiaban en mí.
Tenía el estómago revuelto cuando regresé a mi estación de
trabajo. Evité los ojos demasiado interesados de Raj. No podía
contarle la mierda que estaba pasando con Deena. Definitivamente
llamaría a Tiny y Skel. Y no podía permitir que eso sucediera.
Éste era otro desastre de Deena que tenía que limpiar. Como lo he
estado haciendo durante muchos jodidos años.
He estado cuidando a mi hermana pequeña desde el día en que su
madre la dejó en la puerta principal del complejo y desapareció. Era
una linda bebé de cuatro meses y yo tenía trece, casi catorce. Puede
que sólo tuviera trece años, pero para entonces ya había visto
muchas cosas y no era una niña ingenua en absoluto.
Mi padre viajaba mucho por asuntos del club, así que nos tocó a
mí y a dos damas, Liddy y Zelda, criar a mi hermana pequeña. A lo
largo de los años, renuncié a mucho por ella. Mi sueño de ir a la
universidad a estudiar bellas artes se estrelló y se quemó. La carrera
con la que había estado soñando se convirtió en eso, en un sueño. Y
había cambiado, me endurecí y poco a poco fui parte de esta vida. La
vida del MC.
Sólo le quité la correa a Doc una vez, pero no duró lo suficiente.
Tan pronto como terminé la escuela secundaria, me inscribí como
aprendiz de tatuador en Pixie Maingarde de Mainline Ink en Ciudad
del Cabo y Doc estalló. Me quería en casa, cuidando de Deena.
Intenté explicarle pero él se negó a escucharme. Nuestras
discusiones fueron ruidosas y feroces e hicieron temblar el complejo.
Me negué a ceder y fueron Tiny y Liddy, su dama, quienes
convencieron a Doc para que me dejara ir. Me mudé a Ciudad del
Cabo durante dos años para aprender mi oficio.
Pero esa mudanza no me alejó del club. Simplemente me transfirió
a la sede de Ciudad del Cabo donde pasé a ser responsabilidad de
Freeze. Él y sus hermanos me acogieron y fueron buenos conmigo
mientras estuve allí. Estar lejos de mi padre y sus sobreprotectores
hermanos me permitió una libertad que nunca antes había tenido.
Experimenté bastantes primeras veces mientras vivía en Ciudad del
Cabo. Rooster fue el hombre que logró muchas de esas primicias. No
duramos mucho y afortunadamente nuestra ruptura no había sido
desagradable. Nuestra relación había seguido su curso naturalmente
y se había convertido en uno de mis mejores amigos.
Al finalizar mi aprendizaje regresé a Jozi para trabajar en Mainline
Ink II. Y continué justo donde lo había dejado. Cuidando a Deena.
Llevaba demasiados años haciéndolo y estaba cansada de eso.
Muy jodidamente cansada. No me malinterpretéis, amo a mi
hermana y haría cualquier cosa por ella. Pero había llegado al final
del camino. Estaba cansada, jodidamente cansada de que mi vida no
fuera a ninguna parte.
Me molestó haber tenido que criar a una niña siendo yo también
una. Estaba harta de ser siempre la mala cuando Deena hacía una de
sus tretas. Algo que hacía habitualmente. La última escapada de la
perra me hizo darme cuenta de lo harta que estaba de ser la adulta
responsable. Nunca había tenido la oportunidad de ser
irresponsable, de comportarme mal y hacer estupideces como los
otros chicos del club. Ninguno de los hombres que mostraron interés
en mí se quedó cuando se dieron cuenta de que Deena era parte del
trato. Y realmente no podía culparlos.
Estaba cansada y había terminado. Fin de la historia.
Había llegado el momento de que Doc diera un paso al frente y
asumiera la responsabilidad. Se salió con la suya siendo el tipo
divertido durante demasiado tiempo. Le daba a Deena todo lo que
quería, a veces incluso antes de que ella se lo pidiera. Cuando yo
decía que no, él decía que sí. Cuando insistí en buenas notas y
educación, él se rio y dijo que ella nunca la necesitaría. Su marido
cuidaría de ella. Deena se tragó el cuento, creyendo que su destino
era ser mimada y cuidada por un hombre.
Nunca creí en esa mierda. Crecer en un MC te hará eso. Deena y
yo habíamos vivido en la casa club hasta poco después de mi
decimocuarto cumpleaños, cuando las cosas cambiaron de repente.
Mi medio hermano Derrick, que nunca supe que existía, vino a
buscar a su padre y, al encontrarnos viviendo en la casa club, insistió
en que teníamos que mudarnos a una casa verdadera. Pasé de ser
hija única a tener dos hermanos, una era una bebé y el otro un joven
enojado. La madre de Derrick había criado a su hijo lejos de la
influencia del club, pero era obvio desde el principio que él era una
fuerza a tener en cuenta, igual que nuestro padre.
Intenso y muy decidido a sacar a sus hermanas del club y meterlas
en una casa.
Lo odié por interferir. Me encantaba vivir en la casa club donde
tenía muchos amigos que me ayudaban con Deena. La casa a la que
nos mudó mi padre no estaba lejos de la casa club, pero me quedé
sola con una ama de llaves/niñera hosca y una bebé exigente y
gritona Después de arruinar mi vida, Derrick volvió a desaparecer y
solo me visitaba de forma intermitente a lo largo de los años.
Doc había sido un padre cariñoso pero mayoritariamente ausente.
Estaba demasiado ocupado con su club, sus hermanos y sus mujeres
como para prestarme mucha atención. Liddy y Zelda, las damas de
Tiny y Stoney, me criaron mientras Doc entraba y salía de mi vida.
Viviendo en la casa club vi mucha mierda que una niña nunca
debería haber visto. Mimada por los hermanos y corriendo
salvajemente por la casa club, me convertí en un pequeño demonio.
Aprendí muy rápido que para la mayoría de los hermanos una
perra sólo valía para una única cosa. Eran coños sin importancia,
intercambiables y desechables. Así que me propuse demostrar que
no era una chica, algo que me metió en un montón de mierda. Me
metía en líos, peleaba y andaba en moto con mi mejor amigo, Jake
Stoddard, el hijo mayor de Tiny y Liddy.
Llevaba pequeñas botas de motero, vaqueros y camisetas del club
igual que Jake y me negaba rotundamente a usar vestidos. Doc tuvo
que encontrar una escuela que me permitiera usar pantalones y no la
falda obligatoria. Fue la única razón por la que terminé en una
escuela sin uniformes y con el arte como materia principal. La única
concesión que hice por ser una chica fue mantener mi cabello largo,
y solo lo hice porque el cabello de Stoney era largo también. Se
convirtió en mi mentor y padre sustituto, un hombre al que amaba y
admiraba.
Cuando éramos niños, Jake y yo éramos inseparables, pero dejó de
salir conmigo cuando cumplió quince años y descubrió su poder
sobre las chicas. Estaba enojada con él, pero tuvo un buen efecto
secundario… recurrí al arte como salida y encontré un mundo
completamente nuevo.
Él estaba firmemente en la zona de amigos y con mi atención
puesta en el arte estaba totalmente de acuerdo con eso. Cuando
ambos fuimos mayores y Jake se convirtió en “Skelly”, un miembro
parcheado del club, nos volvimos a relacionar y continuamos donde
lo habíamos dejado. Es uno de mis mejores amigos y mi único
confidente.
Derrick se mantenía en contacto, no asiduamente, pero siempre
trataba de ayudar con Deena. Pero esta vez no. Y ahora realmente lo
necesitaba.
Deena se había estado portando mal las últimas semanas. Pero
esto había estado muy por encima del límite de la rebelión
adolescente. Desafortunadamente, sabía por qué se estaba
descarrilando.
Misty, la perra de su madre, había reaparecido repentinamente y
había intentado ver a Deena en varias ocasiones.
Según Misty, había regresado por su pequeña porque quería darle
a Deena una vida mejor y salvarla de convertirse en una perra
motera. Su pequeña tenía un gran futuro por delante como modelo y
estrella de cine, al igual que su madre.
Era condenadamente ridículo. La perra solía ser stripper y estrella
porno, hacía muchos, muchos años, antes de que su estilo de vida y
su edad se hicieran cargo de su apariencia. Ahora era una drogadicta
rubia decolorada, consumida y con el culo caído, que intentaba
meter sus garras en un ticket de comida. Mi hermana menor.
La perra loca no iba a acercarse a Deena.
Eso. No. Iba. A. Suceder.
Terminaría con ella antes de dejar que clavara sus garras en mi
hermana. Ya la tenía bajo vigilancia. Era sólo cuestión de tiempo
antes de que ella diera un paso en falso. Solo cuestión de tiempo.
Odiaba que mis pensamientos durante todo el día hubieran estado
ocupados reviviendo el pasado. El pasado era sólo eso, pasado.
Estaba terminado y no se podía deshacer, por mucho que lo
deseáramos.
Lo encerré todo mientras cerraba la tienda. Respiré profundamente y
caminé hacia donde Skinny y Rico estaban parados junto a mi
brillante F250 doble cabina negra. Mi bestia. Me encantaba esa
maldita cosa a pesar de que era una devoradora de gasolina gigante.
Era lo suficientemente grande, pesada y fuerte como para tirar de un
remolque de moto completamente cargado y lo suficientemente alta
como para hacer bundu bashing (NdelT: slang para referirse a
conducir a campo traviesa en zonas deshabitadas). La perfección.

Capítulo 3
Hawk
Hawk conducía por el angosto camino con Ice y Kid pero su
mente no estaba en la carretera. Seguía repasando el robo en el
depósito y los pequeños incidentes ocurridos en algunos de sus
clubes de striptease y seguía llegando a la misma conclusión.
Estaban siendo el objetivo. Necesitaba saber de quién y por qué. La
mierda que había sucedido en su depósito no podía pasarse por alto.
Tenían que castigar a alguien y hacerlo jodidamente rápido.
Por eso se dirigía a hablar con el hombre que normalmente
escuchaba todo lo que había que oír.
El viaje a Kosmos le ayudó a aclarar la mente y, cuando llegaron
a Zeffers, estaba todo lo calmado que podía estar dadas las
circunstancias.
Zeffers era un pub y parrilla para moteros y Wimpie Malan, el
propietario, se aseguraba de que su pub permaneciera en zona
neutral. Todos eran bienvenidos, sin importar con qué club viajabas.
Mirando el elegante letrero afuera del edificio, Hawk sonrió.
Wimpie había tenido otras ideas para su establecimiento cuando
había abierto, lo cual era muy evidente dado el nombre de Zephyr
Restaurant. No había tenido ninguna oportunidad una vez que los
moteros lo descubrieron y cambiaron el nombre de Zephyr
Restaurant a Zeffers. Un nombre que se había quedado, por mucho
que se quejara Wimpie. Los sábados y domingos estaba lleno de
ciudadanos con motos que se codeaban con los hermanos de los
clubes. La comida de Wimpie era legendaria, sus bebidas estaban a
buen precio y el lugar era el favorito de varios clubes.
Y así era como Wimpie escuchaba un montón de mierda que muy
juiciosamente transmitía. Hawk no se engañaba pensando que él era
el único que recibía la información. Wimpie era un soplón que
igualaba las oportunidades. Sólo que el tipo no se veía como un
chivato, afirmaba que mantenía el mundo de los moteros en
equilibrio, difundiendo información donde era necesaria y
manteniendo a los hermanos respirando.
Wimpie consideraba a todos los que andaban en moto como sus
hermanos. Sin importar si conducías una moto de carretera,
deportiva, scrambler2 o incluso en un puto scooter3. Eras parte de su
hermandad. Era extraño, pero funcionaba para él.
Hawk atravesó el restaurante hasta su mesa favorita contra la
pared del fondo, junto a los grandes ventanales abiertos que daban a
la presa de Hartebeespoort. Saludó con la barbilla a los hermanos de
otros clubes que se relajaban con sus cervezas mientras pasaba junto
a ellos.
Tenía una vista ininterrumpida del agua, pacífica y brillante bajo
el sol de la tarde. No había embarcaciones arrastrando a los
esquiadores, ni tampoco ferries. Pero eso cambiaría más tarde,
cuando empezaran a llegar los visitantes de los fines de semana.
Se sentó de espaldas a la pared, Ice y Kid arrastraron sus sillas
para tener una vista clara, de la parte de adentro y de afuera del
lugar. Colocando su casco en el alféizar extra ancho de la ventana,
Hawk saludó a Sarie, una de las camareras, con un leve movimiento
de cabeza cuando ella los saludó. Era una rubia bonita con un gran
cuerpo que lucía con una camiseta ajustada y pantalones cortos. Con
una amplia sonrisa de bienvenida en su bonito rostro y sus caderas
balanceándose seductoramente, se acercó a ellos. Se la había follado
hacía unas dos semanas y era obvio que ella esperaba otro paseo en
su polla.
—Hola, Hawk, hola muchachos, es un placer veros de nuevo.
¿Qué puedo conseguiros?
Ella estaba de pie con una cadera ladeada y los brazos cruzados
debajo de sus grandes tetas, empujándolas hacia arriba y casi fuera
de su camiseta. Ice y Kid sonrieron mientras miraban las tetas en
oferta. Hawk las miró y sintió... nada. Ni una puta cosa. Sólo el
habitual desinterés después de haber tomado lo que quería.
—Tres cervezas de barril y dile a Wimpie que me gustaría hablar
con él. —Hawk se esforzó por sonar incluso un poco amigable, pero
a juzgar por la expresión del rostro femenino, no había funcionado.
—Está bien, está ocupado atrás, pero le haré saber que estás aquí.
—Ella se alejó, con las nalgas a la vista y balanceando las caderas.
Y todavía no sentía nada. Cero. Nada. Ni siquiera un pequeño tic
de interés en su polla. Definitivamente no volvería allí.
Ella estaba inclinada sobre la mesa, dejando las cervezas cuando
apareció Wimpie. Era un hombre bajo, redondo y feliz. Una cara
redonda, un cuerpo redondo y una gran barriga que sobresalía de
sus pantalones holgados. Tenía una risa profunda y jovial y siempre
tenía una sonrisa en su rostro rubicundo. Estaba calvo en la parte
superior de la cabeza pero se había dejado crecer el cabello que
todavía conservaba y lo llevaba recogido en una delgada cola gris
que le caía por la espalda.
Sin embargo, en este momento el hombre estaba enojado,
seriamente enojado.
—Sarie. ¿Wat het ek vir jou gesê? (NdelT: ¿Qué te dije?)
—Ek weet. Ek weet. Ek het ander customers buite. (NdelT: Lo sé. Lo sé.
Tengo otros clientes afuera).
Wimpie suspiró, su ira desapareciendo mientras la veía salir
furiosa por las puertas abiertas hacia la terraza para atender a sus
otros clientes.
—Hazme un favor, Hawk. No vuelvas a follar a mi personal, por
favor. Es una buena camarera pero ahora sueña con salir de aquí en
la parte trasera de tu moto. Y ambos sabemos que eso nunca
sucederá.
Hawk frunció el ceño.
—No sé por qué pensaría eso, fue sólo una follada, Wimpie. Fue
algo de una única vez y me aseguré de que lo supiera. Ni siquiera
salimos del estacionamiento, joder. Y no me gusta nada tu
advertencia.
Wimpie sonrió.
—No es una advertencia, más bien te estoy rogando que no te las
folles. Ya es bastante difícil lograr que se muden aquí. Ahora todas
las perras piensan que si se follan a un motero obtendrán su parche
y vivirán felices para siempre en la tierra de los moteros rudos.
Ice y Kid se echaron a reír. Hawk sacudió la cabeza mientras se
unía a la risa. El enorme vientre de Wimpie se sacudió mientras se
reía y luego se secó la cara sudorosa con un gran pañuelo caqui.
Wimpie apoyó los codos en la mesa y de repente se puso muy
serio. Y como siempre pasó la información como si estuviera en el
puto Juego de Tronos.
—He escuchado algunas historias preocupantes últimamente,
Hawk. Hay rumores sobre una víbora escondida a plena vista,
deslizándose por tu castillo, preparándose para tomar tu corona. Si
fuera tú, llamaría a mis caballeros y comprobaría la lealtad de mis
nobles y siervos. El golpe vendrá desde dentro. No confíes en nadie.
Hombre o mujer, mi señor, no puedes confiar en nadie.
—Mierda, Wimpie. ¿Tienes que sonar siempre como si estuvieras
en Juego de Tronos o algo así? —se quejó Kid.
—El mejor puto espectáculo de todos los tiempos—dijo Wimpie y
se encogió de hombros.
Hawk los ignoró mientras reflexionaba sobre la información y la
advertencia. Dejó escapar un suspiro mientras tomaba una decisión.
—Si quiero ganar esta guerra, necesitaré tus oídos y tu lealtad.
Llámame, de día o de noche, si escuchas algo sobre mi reino,
cualquier cosa, Wimpie.
—Lo tienes, mi señor—asintió Wimpie con entusiasmo.
Hawk tomó su jarra y bebió un largo trago, se limpió la espuma
del bigote, dejó la jarra de cerveza y se relajó contra el respaldo de su
asiento. Estaba tan jodidamente cansado de toda la mierda con la
que tenía que lidiar y simplemente sentarse aquí tomando una
cerveza con amigos y mirando el agua lo calmaba. Sabía que cuando
regresara a la sede del club estaría nuevamente en el centro de las
cosas, por lo que tomarse un tiempo ahora haría que fuera un poco
más fácil lidiar con la mierda que lo esperaba.
El sol se estaba poniendo cuando salieron de Zeffers y la carretera
estaba muy transitada, lo que significaba que tuvieron que tomarse
las cosas con calma durante todo el camino a casa y ya estaba
completamente oscuro cuando se detuvieron frente a la casa club. La
habitual fiesta del viernes por la noche estaba en pleno apogeo y el
estómago de Hawk gruñó cuando lo golpeó el olor a carne en la braai
(NdelT: parrilla). Esperaba con todas sus fuerzas que tuvieran
suficiente carne en esa braai porque estaba jodidamente hambriento.
Mientras se quitaba el casco y lo dejaba en su asiento, un gran
todoterreno negro entró a toda velocidad en el área de
estacionamiento y se detuvo bruscamente con un balanceo.
¿Qué mierda?
Cuando abrieron la puerta de una patada, se dio cuenta de que
era Rick Townsend, un amigo, y el hombre estaba cabreado. Ojos
ardiendo, la boca apretada en una fina línea.
—Rick, ¿qué mierda...?
Pero eso fue todo lo que llegó a decir porque de repente la música
se cortó y pudo escuchar fuertes voces enojadas que salían de su
maldita casa club. La noche tranquila de Hawk se evaporó como la
niebla bajo el sol. Estaba furioso mientras subía los peldaños y
entraba a la casa club. Alguien iba a tener su puta bota número
cuarenta y seis estampada en el culo.
No podía creer lo que estaba viendo cuando apartó a empujones
a los espectadores.
Una perra que nunca había visto antes tenía a la última rubia de
Dollar agarrada por el pelo y le gruñía. La perra era baja, parecía un
poco fornida y tenía el pelo oscuro recogido en una trenza apretada.
Y la perra rubia de Dollar estaba claramente aterrorizada de ella.
No en su maldita casa. Eso no está jodidamente sucediendo.
La perra de cabello oscuro estaba a punto de aprender una
lección jodidamente dura. Las perras no peleaban en su club, nunca.
Y él era quien iba a enseñarle esa puta lección, ahora mismo.
Capítulo 4
DC
El Iron Dogz MC poseía un terreno de 8 hectáreas en la R562. Al
frente de la propiedad, más cerca de la carretera, estaba la oficina
central desde donde dirigían sus diversas empresas. El complejo del
club estaba más atrás en el terreno y era una fortaleza cuando así lo
querían. El único acceso era a través de puertas fuertemente
vigiladas.
Afortunadamente era viernes, y como la mayoría de los MC,
estaban de fiesta los viernes por la noche y las puertas estaban
abiertas para las perras que querían un paseo por el lado salvaje.
Y así era como iba a entrar. Los tipos tendrían que fingir que eran
simpatizantes del club. Las cosas podrían ponerse feas si los
reconocieran así que sus chalecos estaban en una caja cerrada con
llave detrás del asiento trasero. De todos modos, no se les permitía
usar sus chalecos en una jaula (NdelT: slang motero para vehículos
cerrados).
Estacioné junto al resto de las jaulas, lo más cerca que pude de la
puerta principal y me giré para mirar a los dos hombres muy
enojados.
—Dejadme hablar y mantened la cabeza baja. Ojalá pueda sacarla
sin causar más mierda con los Dogz. Espero que nadie nos
reconozca.
—Deberíamos haber esperado a Derrick, DC. Quería entrar con
nosotros—gruñó Rico.
—Me importa un carajo, Rico. Cuando lo llamé por esta mierda,
estaba demasiado ocupado echando un polvo para hablar conmigo,
ahora, cuando casi estoy dentro, ya terminó y quiere que lo espere.
No hay tiempo, tenemos que sacarla de aquí. Todos sabemos que el
pobre bastardo ya se la ha tirado. Además, sabemos lo duro que se
vuelve la casa club durante las noches de fiesta. Si Doc se entera de
esto, perderá la cabeza e irá a la guerra con los Dogz. —Suspiré y
sacudí la cabeza—. En realidad, no si se entera, sino cuando se
entere.
Ambos gruñeron y asintieron, pero no dijeron más porque me
conocían, sabían que podía encargarme y manejaría cualquier cosa
que encontráramos. Al salir, pasamos junto a la fila de motos
estacionadas frente a la casa club.
Muchos de los Dogz ya estaban allí y habían comenzado la fiesta
temprano. No conocía la moto de su presidente, pero había un
espacio muy obvio al principio de la fila de motos estacionadas, así
que crucé los dedos para que él no estuviera cerca. Quería entrar y
salir antes de que el tipo se involucrara.
Mierda, cuando los Dogz descubrieran que Deena era la hija
menor de edad de Doc, iba a haber una tormenta de mierda. Una
enorme y maldita tormenta de mierda.
Dos grandes bastardos estaban recostados en sillas en la amplia
terraza y nos observaban mientras avanzábamos.
—¿Te perdiste?—ladró el calvo y muy tatuado mientras sus ojos
desinteresados se deslizaban sobre mí. Cubrirme de la cabeza a los
pies había funcionado.
—Estoy aquí para recoger a mi hermana. Joven, alta, rubia, con
clase, parece modelo. ¿Está adentro? —Lo mantuve informal y no
amenazante.
Ambos se rieron antes de que el pelinegro respondiera.
—Sí, nena. Está adentro. A Dollar no le agradará que la saques de
aquí ahora. En este momento está consiguiendo una mamada de la
chica con clase.
Me tensé cuando escuché a Rico maldecir feo en voz baja. Le
lancé una mirada y subí las escaleras hacia el interior sombrío
mientras los imbéciles detrás de nosotros se reían a carcajadas. La ira
por la estupidez de Deena me invadía. Sabía lo suficiente sobre la
vida para saber que esto era un jodido desastre esperando una
p q j p
pequeña chispa que lo convirtiera en una guerra y una sentencia de
muerte para el pobre bastardo cuya vida había arruinado con su
estupidez.
Entré en el interior semioscuro y lleno de humo. Los olores muy
familiares a humo de cigarrillo, marihuana y alcohol asaltaron mi
nariz. Había cierta parte de esos olores en los que realmente no
quería pensar. No con mi hermana pequeña en algún lugar aquí
dentro. Entrecerrando los ojos examiné la habitación y allí estaba
ella. Mi hermana pequeña de dieciséis años de rodillas con la cabeza
en la entrepierna de un cabrón mientras otros la miraban con avidez.
Una rabia diferente a todo lo que había sentido alguna vez me
derribó.
No pensé, simplemente reaccioné.
Avancé furiosa, agarré su largo cabello rubio y alejé
violentamente su cabeza de la polla del bastardo. Tiré con tanta
fuerza que cayó sobre su culo apenas cubierto con mi mano retorcida
en su largo cabello. Gritó de dolor, pero la sujeté con fuerza y levanté
su culo del suelo, mirando su rostro muy maquillado y su boca roja
y húmeda. El cabrón saltó del sofá, su polla sobresaliendo de sus
pantalones desabrochados, toda reluciente y de un rojo furioso.
Estiró la mano hacia Deena pero retrocedió cuando le gruñí como si
fuera una especie de animal salvaje. Sus amigos también
retrocedieron pero rápidamente formaron un círculo a nuestro
alrededor.
—¡DC!—escuché la voz de Rico pero la ignoré hasta que se acercó
detrás de mí y puso una mano sobre mi hombro.
—Tengo esto, Rico—siseé y miré a la chica por la que había
renunciado a tanto.
Llevaba unos diminutos pantalones cortos plateados brillantes
con una camiseta blanca apenas visible y sin sujetador. Mi hermana
pequeña estaba vestida y actuaba como una puta de club. De rodillas
atendiendo a un maldito motero bastardo.
—Por favor, DC. Por favor, por favor, no me hagas daño—me
suplicó ella.
—¿Te gusta dónde estás ahora, perra?—le gruñí en el repentino
silencio que había caído en la casa club de los Iron Dogz.
Alguien había apagado la música. Estaba tan ida que estaba en
otro maldito continente. Iba a causar mierda, pero me importaba un
carajo. Mi hermosa hermana menor, a quien había criado para algo
mejor, se veía y actuaba como una puta de club. Una jodida puta de
club, como su puta madre. Ya había terminado con la mierda de esta
pequeña perra. Ya era hora de que supiera que sus acciones tenían
consecuencias.
—Por favor, DC. Por favor—gimió ella.
—Te hice una pregunta—grité y tiré de su cabello—. ¿Te gusta
dónde estás ahora? ¿Chupar la polla de un motero es lo que quieres
en la vida, perra?
—Por favor, DC—lo intentó de nuevo.
—No te lo voy a preguntar de nuevo, perra. Responde mis
preguntas.
—Por favor, no sé a qué te refieres—susurró.
Se escuchó un gruñido en la gran sala, pero lo ignoré. Estaba
demasiado metida en mi ira para pensar en ello dos veces. Por el
rabillo del ojo vi a Derrick acercándose a nosotros pero lo ignoré,
debería haber hablado conmigo cuando lo llamé.
—¿Quieres estar de rodillas chupando la polla de un motero, que
te la metan en cada maldito agujero que ellos quieran? ¿Quieres ser
una puta de club como tu madre? Esa es la pregunta, perra.
Responde. Ahora.
Ella se desplomó, volvió a arrodillarse y yo sostuve su cabello,
estirando su cuello hacia atrás, haciendo que me mirara a los ojos.
—¡No, DC! ¡No! Me gusta Dollar, solo él. Nadie más. ¡Por favor,
DC!
El gruñido se convirtió en un bramido.
g
—¿¡Qué mierda está pasando aquí!? ¿Quién coño es esta perra y
por qué está causando mierda en mi casa?
Levanté la vista y me encontré con un par de ojos ámbar muy
enojados.
Maldito infierno.
Éste debía ser el presidente del Iron Dogz MC en persona.
Un escalofrío recorrió mi espalda mientras miraba sus ojos
enojados. Un escalofrío que se instaló en mi vientre, calentando
partes que no deberían haberse calentado. Era condenadamente alto,
con un pecho ancho, caderas estrechas y piernas largas. Pude ver
que tenía tatuajes en ambos brazos, pero estaba demasiado oscuro
para ver si eran buenos. Su cabello rubio oscuro era corto a los lados,
largo en la parte superior y trasera y estaba trenzado. Como un
maldito vikingo. Su barba era de un rubio más oscuro que su
cabello, no era demasiado larga, estaba recortada alrededor de la
boca y a lo largo de la línea de la mandíbula y la dejaba más larga en
su barbilla, su cuello estaba bien afeitado. Era imponente e
increíblemente sexy y hermoso. Hierba gatera para coños.
Antes de que pudiera decir una palabra, el cabrón,
aparentemente llamado Dollar, dio un paso adelante. Gracias a Dios,
tenía la polla dentro de los pantalones y se había subido la
cremallera. No es algo que quisiera volver a ver nunca más.
—No sé quién es, Prez, pero es mi chica a la que tiene ahí de
rodillas. Mi chica no es un coño del club, es una buena chica.
No le di a su jefe la oportunidad de decir una palabra.
Simplemente dejé que el cabrón se enterara.
—Y aquí la palabra clave es chica, imbécil ladrón de cunas. ¡Tiene
dieciséis años! —le grité mientras levantaba a Deena del suelo y la
empujaba hacia un Derrick muy enojado.
El shock revoloteó sobre su lindo rostro de niño.
—¿Qué? No lo sabía. La conocí en un club el miércoles por la
noche. Me dijo que tenía diecinueve años, casi veinte. —Miró a
Deena—. Joder, cariño. ¿Qué estás tratando de hacerme?
Detrás de mí, Deena sollozó.
—Solo quería estar contigo, Dollar. Sabía que no me darías una
oportunidad si supieras cuántos años tengo realmente.
—Infierno sangriento. Siempre deseando lo que no puedes tener
y tomándolo, sin importar a quién atropelles en el proceso. Esto es
muy típico de ti, Deena. ¿Pensaste siquiera qué le pasaría cuando
papá llegue a casa? —gruñí sin dejarla responder mientras me
frotaba los ojos cansados y la cara con las manos—. La llevaré a casa.
Si quieres volver a verla, Dollar, mantente alejado hasta que tenga al
menos dieciocho años. Tienes un año y siete meses para presentarle
tu caso a su padre. En lo que a mí respecta, me lavo las manos con
esta pequeña perra. Estoy harta de ti y de tu mierda, Deena. He
terminado. Total y absolutamente terminado. Lo que sea que te pase
a partir de este momento depende de papá.
Ese profundo y ronco estruendo de voz me detuvo en seco
cuando comencé a darme la vuelta.
—¿Quién coño es esta perra y qué está haciendo causando
mierda en mi club, Rick?
Tenía muchas ganas de patear su masculino culo y abrí la boca
para decirle lo que pensaba, pero “Rick” se me adelantó.
—Ella es DC Michaels y la chica es Deena Michaels, las hijas de
Doc y mis hermanas. DC vino a arrastrar a Deena a casa antes de que
Doc regrese de su viaje. En realidad está intentando salvarle el culo a
Dollar—dijo Derrick en voz baja y estallaron gemidos a nuestro
alrededor junto con algunas palabrotas muy competentes por parte
del presidente de los Iron Dogz.
—A mi maldita oficina. Ahora—espetó mientras salía de la
habitación seguido por los dos hombres que lo acompañaban.
—¡Dollar, trae tu maldito culo aquí!—gritó por encima del
hombro mientras salía.
Derrick negó con la cabeza cuando Skinny y Rico comenzaron a
seguirnos y asentí cuando me miraron buscando confirmación. Le
entregué mis llaves a Skinny.
—Espérame afuera—le dije en voz baja antes de seguir a los
hombres.
Derrick tomó la mano de Deena y nos condujo por un pasillo
oscuro. La escuchaba llorar pero por una vez no me provocó nada,
nada de nada. Sin sentimientos de simpatía o compasión, nada. Algo
dentro de mí finalmente se había roto en lo que a Deena se refería y
estaba vacía, condenadamente vacía. Estaba cansada de lidiar con su
drama, con la mierda que hacía regularmente. Esta vez tendría que
asumir la responsabilidad de sus acciones. Ya había terminado de
soportar la ira de Doc para salvar a su pequeña princesa.
La oficina del presidente de los Iron Dogz no se parecía en nada a
la de Doc. La de mi padre era una completa mierda, ésta no. Estaba
limpia y con muebles estupendos. Había un enorme escritorio en un
extremo con un sillón de cuero que parecía un trono detrás y dos
sillas más pequeñas al frente. Contra una pared había un gran sofá
de cuero y el cuadro que había encima fue una total sorpresa. Era de
un grupo de motos estacionadas en una calle bañada por el sol con
moteros descansando sobre las motos y en la acera.
Era uno de mis primeros trabajos, realizado antes de que me
involucrara tanto en los asuntos del club que había oscurecido mi
pintura. Ahora todo lo que pintaba era oscuro, muy, muy oscuro.
Como esta vida.
—Oh, Dios mío, DC, ese es uno de...—comenzó a hablar
efusivamente Deena, pero la miré y se calló inmediatamente. No
quería hablar con ella ahora.
Nadie sabría que el cuadro era mío porque solo había firmado
con las iniciales DJM en la esquina inferior izquierda. La D era por el
nombre que me había dado mi club, Demon Child, la J por mi
nombre verdadero, Jasmine, lo odiaba y la M por Michaels. El club y
mis amigos me llamaban DC, la versión abreviada de Demon Child.
Fue mi padre quien comenzó a llamarme su Demon Child, su
pequeña demonio. Creo que fue Tiny quien lo convirtió en DC y se
quedó. No me parezco en nada a mi padre, ni a mis hermanos.
Todos son altos, rubios, de ojos azules y hermosos. Soy baja, morena
y, en comparación con ellos, bastante simple. Cabello oscuro, ojos
oscuros y piel color caramelo dorado que delata mi ascendencia
birracial. Demon Child para mi padre o DC.
Pero yo tenía otro nombre en nuestro club, el de una persona
oscura y oculta. Yo era Crow (NdelT: Cuervo), la que hacía actos
oscuros cuando era necesario, vivía en la oscuridad y prosperaba
allí.
El hombretón detrás del escritorio se inclinó hacia adelante y
señaló las sillas. Derrick me empujó hacia abajo, colocó a Deena en el
sofá y luego se sentó a mi lado.
—¿Cómo mierda evito que Doc venga a buscar a mi hermano,
Rick? Él no sabía que ella era menor de edad. ¿Cuáles son nuestras
opciones?
Derrick me miró con una ceja levantada y yo me encogí de
hombros enojada. Él quería manejarlo, así que dejaría que lo
manejara.
—Él no se enterará de esto si lo callas de tu lado. No tengo su
oído pero DC sí. Ella se encargará de ello.
El gran trasero y sus hombres se rieron burlonamente.
—Es una perra, Rick. Nunca había oído hablar de ella hasta hoy.
Ser hija de Doc no le da ningún poder—le dijo Cole “Hawk” Walker
a Derrick mientras me lanzaba una mirada burlona.
Derrick me miró, con una pregunta en sus ojos y supe lo que
estaba preguntando. ¿Estaba bromeando? Sólo se lo habían dicho
porque Doc lo necesitaba en un trabajo. Ahora quería involucrar al
maldito Dogz. Me miró fijamente y asintió, pero yo negué con la
cabeza. No, mierda, no. Éste era un asunto del club y no me
correspondía compartirlo.
—Es la única manera, DC. Tenemos que dar explicaciones y ellos
no hablan, te doy mi palabra.
¿En serio? Mierda. Mierda. Mierda. No tenía otras opciones. Me
estremecí internamente y levanté la barbilla, dándole permiso. Esto
se estaba convirtiendo en un maldito desastre mayor del que
esperaba. Doc iba a matarme. Definitivamente iba a hacerlo.
—Lo que voy a decir se queda en esta oficina. Necesito tu palabra
al respecto.
Derrick miró fijamente a Hawk hasta que asintió.
—La tienes.
Mi hermano me miró y resoplé enojada, crucé los brazos sobre el
pecho y me encogí de hombros, me iban a patear el culo.
Derrick miró a Deena y Dollar y luego volvió a mirar a Hawk.
—Esto no es para sus oídos. Envíalos afuera mientras hablamos.
Hawk asintió hacia Dollar y esperamos hasta que salieron de la
oficina. Entonces Derrick reveló cosas que me iban a meter en una
mierda profunda con el club. Me iban a desollar viva por revelar
nuestros secretos.
—Ella no es una perra cualquiera, Hawk. Ella tiene poder,
muchísimo poder. Ella es la Crow de Doc.
Un silencio de asombro reinó durante un minuto.
—¡Mierda!—estalló el hombre a su derecha y lo miré, Kid, su
sargento de armas. Un hombre peligroso con el que había hecho un
trabajo hacía unos meses. Doc me pidió que le hiciera un favor a los
Dogz y Kid había sido el hombre clave. Al menos no me había visto
trabajar, sólo vio los resultados.
—Crow es un hombre. Lo vi y trabajé en algunas cosas pesadas
con él hace cinco meses.
—¿Alguna vez te acercaste a él cuando todo eso sucedía? Había
tres Warriors entre tú y Crow en todo momento. Estaba
completamente cubierta, ni una pizca de piel era visible. Hombre
pequeño, habla en un silbido bajo con ojos que brillan como cristal
negro detrás de su máscara. ¿Algo de eso te resulta familiar? —
preguntó Rick.
La repentina risa de Hawk en el pesado silencio fue un shock y
mis ojos se encontraron con los suyos.
—Interesante—dijo suavemente, sus ojos ámbar nunca dejaron
los míos.
Vi el destello de ira intermitente en esos ojos.
—Entraste a mi casa, pajarito, y causaste una escena increíble,
ahora tenemos que hacer que desaparezca. Le faltaste el respeto a mi
club, a mi territorio y no puedo permitir eso. Y tampoco puedo tener
a Doc en mi garganta. Esos cabrones de ahí cotillean peor que las
perras. Sabes que tienes que pagar, no puedo dejar que te evadas de
esto. —Él me dio una pequeña sonrisa de complicidad.
Tenía tantas ganas de borrar esa sonrisa de su cara. ¿Y qué era esa
mierda de pajarito que me había llamado? Sé que debería haber
manejado la situación de manera diferente, pero ver a Deena de
rodillas chupando la polla de un motero me hizo ver rojo. Lo arruiné
y ahora tendré que pagar el precio.
Derrick estaba a punto de decir algo pero le toqué el brazo y
negué con la cabeza. Esto iba a ser una gran mierda, no quería echar
mano de mis ahorros para pagarles a estos imbéciles.
Tenía planes para ese dinero. Grandes planes.
—¿Cuánto cuesta?
El hijo de puta sonriente me miraba fijamente mientras esperaba
su respuesta.
Y lo que él quería me hizo querer reorganizar su hermoso rostro
sonriente.
Capítulo 5
Hawk
Hawk se relajó en su sillón y miró fijamente a la pequeña mujer
morena sentada frente a él. Unos ojos ferozmente inteligentes, muy
oscuros, casi negros, lo miraron fijamente y él sonrió, ella no. La
chica que había estado sentada en el sofá era una belleza helada,
pero ésta, ésta era todo fuego oscuro y pasión. No era tan alta ni tan
convencionalmente hermosa como la rubia, era baja, morena y
exótica. No tenía idea de cómo era su cuerpo porque estaba vestida
con un voluminoso abrigo de cuero que la ocultaba por completo. Su
cabello negro estaba recogido en una trenza apretada y su rostro
estaba limpio de maquillaje. Su piel era de color caramelo dorado
oscuro, lo que podía ver de lo poco que era visible. Pero eran esos
grandes ojos almendrados con pestañas de kilómetros de largo los
que lo atraían. Ardían con fuego e ira y eso era lo que lo conmovía.
Algo dentro de él quería domarla, hacer que se sometiera a él,
que se lo diera todo.
¿Qué mierda?
Esto se estaba jodiendo bastante rápido. Ella no era su tipo.
Definitivamente no era su tipo de mujer y él no iría allí incluso si su
polla la deseara desesperadamente. La necesitaba para algo
totalmente diferente.
—No lo entiendes, pajarito. No se trata de cuánto quiero, sino de
lo que quiero.
Observó como algo brilló en sus ojos. Rick inmediatamente se
inclinó hacia adelante y maldijo en voz baja. Él lo ignoró, al menos
por ahora. Así era como se hacían las cosas en su mundo. Rick era un
hermano, eventualmente lo entendería.
—Entonces di tu precio, Hawk.
Él sonrió de nuevo cuando ella gritó con irritación con esa voz
sexy y ahumada.
—Mi precio eres tú, pajarito.
Ella frunció el ceño confundida.
—¿Qué quieres decir? No estoy segura de entender
completamente qué es lo que quieres de mí. ¿Por qué no me lo
explicas detalladamente?
Ella simplemente no pudo evitarlo. Era un pajarito muy irritable.
Él iba a disfrutar esto.
—Mi precio, pajarito, eres tú. Tú, en mi club, durante seis meses,
haciendo lo que haces pero lo harás para nosotros.
Observó cómo la furia destellaba en esos ojos oscuros y ella
lentamente se inclinaba hacia adelante en su silla. Derrick le puso
una mano en el hombro y la agarró con fuerza, pero ella ignoró a su
hermano mientras lo fulminaba con la mirada. Mientras lo miraba,
sus ojos se convirtieron en hielo oscuro. Y lo que salió de su boca lo
dejó sin palabras.
—Cole “Hawk” Walker. Treinta y ocho años. Presidente del Iron
Dogz MC durante los últimos siete años. Fuiste elegido después de
la muerte repentina de tu padre Gage “Bounty” Walker en un
accidente automovilístico a la edad de 52 años. Tu madre, Erin
Mallory Walker, murió de cáncer de mama hace trece años, a los 43
años. Te casaste con Candice “Candy” Collins a los 24 después de
dejarla embarazada, perdió al hijo, te divorciaste a los 26, un año
después de la muerte de tu madre.
—Iron Dogz Trucking se había vuelto muy exitosa bajo tu
gobierno. Tu club tenía conexiones con varias personas de interés
para el SAPS (NdelT: South African Police Service/ Servicio de
Policía de Sudáfrica) y la Interpol. No existieron arrestos, pero varias
veces te señalaron como una persona de interés y te detuvieron para
interrogarte.
—Vives en la casa familiar en el terreno del Iron Dogz MC con tu
tía paterna, Beryl Davids. Tienes tres mujeres regulares, Laney Wills,
Jane Warne y Lizzy Hamilton. Wills ha tenido dos interrupciones de
embarazo, Warne ha tenido una. Lo hicieron porque los niños no
eran tuyos. Hasta ahora, Hamilton no ha concebido, pero lo ha
estado intentando, así que yo, en tu lugar, cuidaría mi esperma.
—Tus mejores amigos son tu primo y vicepresidente, Gray “Ice”
Walker, de treinta y siete años, y tu sargento de armas, Nate “Kid”
Warne, de treinta y ocho años, hermano de Jane Warne. El Iron Dogz
tiene una tregua de larga data con el Road Warriors y está aliado con
los Sinner's Sons al igual que los Warriors. Tienes historia y eres
enemigo acérrimo de los Evil Disciples y últimamente los ED han
comenzado a ingresar al territorio de los Iron Dogz. Pronto harán
más que simplemente rondar por ahí.
Hawk permaneció en silencio mientras esos fríos ojos oscuros lo
cortaban en pedazos y encendían un fuego en sus entrañas. Tenían
un espía, como Wimpie le había advertido, y jodidas fugas de las
que ocuparse pronto, pero primero tenía que forzarla a aceptar su
pedido. Este pajarito enojado, si fuera quien decían que era, le
encontraría a su espía.
—Crow tiene que ver con información y castigo. La consigo de
cualquier manera, y es un hecho conocido que pago muy bien por
toda la data que no tengo que extraer. Tu club lleva unos meses
filtrando información como un maldito colador. Los coños de tu club
y tus coños privados filtran información. Tus simpatizantes filtran
información sin siquiera darse cuenta de que lo están haciendo.
Algunos hermanos hablan cuando están enojados y follando a un
coño del club. Colecciono toda la información para cuando pueda
necesitarla, como ahora.
Ella suspiró y se recostó en su asiento, apoyando sus pequeñas
manos en los brazos de la silla.
—Vivo discretamente y hago mi trabajo. En la medida de lo
posible me quedo por debajo del radar. Te daré tres meses sin
interacción visible. Vincularme contigo y con tu club no va a suceder.
Destruiría todo lo que he construido durante los últimos diez años.
—¿Diez años? ¡Imposible! No pareces tener más de veintidós
años. ¿Cuántos jodidos años tienes? —soltó Ice.
—Ella tiene treinta y uno—respondió Derrick—. Hoy los cumple
en realidad.
Hawk sonrió y le guiñó un ojo.
—¿Vas a hacer una fiesta, pajarito? Si no, siéntete libre de
quedarte con nosotros esta noche, nos aseguraremos de que tengas
un fantástico cumpleaños. —Hawk la observaba mientras lanzaba la
invitación. Ella no parpadeó, no reaccionó en absoluto, fría como el
hielo, pero esos exóticos ojos oscuros ardían con un fuego helado.
—Gracias por la invitación, Hawk, pero esta noche llevaré a mi
hermana a cenar—gruñó Rick y lo miró enojado.
—Quizás la próxima vez, pajarito. —Él sonrió e ignoró los ojos
enojados de Rick.
La mujer sentada frente a él como una estatua fría levantó una
ceja y no dijo una palabra. Estaba fuertemente parapetada. Hasta
donde él podía ver, todo en su vida había girado en torno a su
familia y su club. Una familia, que al parecer, la utilizaba, como lo
hacía la perra mimada de Dollar. Quizás Rick no, vio la pura rabia
en sus ojos cuando los vio e inclinó levemente la cabeza. Él cuidaría
del pajarito mientras ella trabajaba para él.
—Necesito tu experiencia, DC, y no voy a ceder en los seis meses.
Nos están presionando, tienes razón en eso, pero no somos los
únicos que estamos siendo presionados. Hemos recibido quejas de
algunos de nuestras otras sedes y de algunos de nuestros clubes de
apoyo. Pero ahora no es el momento de hablar de esto. —Él se
levantó del sillón y rodeó el escritorio hasta llegar al lado de Rick,
que también se había puesto de pie. El pajarito se levantó de su
asiento y permaneció en silencio junto a su hermano.
—Tengo algunas cosas que resolver en los próximos días. Nos
vemos aquí el próximo viernes por la noche, alrededor de las ocho.
Hawk vio al pajarito abrir la boca para negarse pero Rick
intervino antes que ella dijera nada y esos ojos oscuros brillaron con
q j y j
molestia.
—Estoy en medio de algo y tengo que volver a ello, no puedo
estar aquí. Ella estará aquí pero con protección. Intenta mantenerlo
lo más secreto posible.
Él casi sonrió.
—Puedo vivir con eso. Sólo asegúrate de que quien venga con
ella sepa lo que está pasando. No quiero que un imbécil cause
mierda cuando las cosas se pongan un poco calientes por aquí.
Rick sonrió, no fue una sonrisa agradable en absoluto, y se
preguntó qué mierda significaba de eso.
—Oh, sí, sabrán lo que está pasando. Tendrá dos en su equipo
como escoltas, ellos van a donde ella vaya.
—Traigamos a esos dos de regreso aquí y solucionemos esta
mierda. —Hawk quería que esta mierda acabara.
Kid salió y regresó con los dos detrás de él. La pequeña perra
inmediatamente miró a su hermana en busca de ayuda. Esa mierda
tendría que detenerse mientras el pajarito trabajara para él.
—¿Te gusta la princesita de hielo de Doc, Dollar?—le preguntó,
sus ojos clavados en los del pajarito enojado antes de mirar a Dollar.
La respiración de la princesita se aceleró audiblemente. Joder, ella
no tenía ni idea. No duraría mucho si no aprendía a controlarse un
poco.
—Sí, jefe. Esperaré a que pase el tiempo, pero después estaré allí
para ver adónde va esto—respondió él de inmediato.
—Mierda. Está bien, pero si esto causa problemas con Doc, él
arrancará tu pellejo, no el mío. —Sus ojos capturaron los del pajarito
que le devolvió la mirada, sin parpadear, ni apartar la mirada.
Mierda. La deseaba.
Hawk salió de su oficina y se hizo a un lado, observando cómo
Derrick “Rick” Townsend sacaba a sus hermanas del club. Siempre
había sabido que el padre de Rick era Doc Michaels, el presidente de
la sede de Johannesburgo del Road Warriors MC. Rick nunca le
ocultó eso.
Lo que no sabía era que el tipo tenía una relación cercana con sus
hermanas. Rick mantenía su vida personal muy privada debido a lo
que hacía. Era evidente que era muy protector con ellas. Eso iba a ser
un problema. Tenía usos para el pajarito que tal vez no le sentaran
bien a su amigo. Su mundo no era tan blanco y negro como el de
Rick.
Y luego estaba su otro problema. Un problema repentino y muy
personal.
Hawk deseaba desesperadamente a ese pajarito oscuro. Iba a
tener que explicarles esa mierda a sus perras y ellas no iban a estar
felices. Pero a él le importaba una mierda, deseaba al pajarito y la
tendría.
Mansa en sus manos hasta que se saciara y luego la dejaría volar
de nuevo. O tal vez no, sólo el tiempo lo diría.
Sintió pena por Dollar porque por la mirada que Rick le lanzó
mientras salía, era obvio que iba a llamarlo al ring y darle una paliza
. Dollar podía cuidarse solo y si quería a la princesa de hielo por algo
más que por su coño, tendría que demostrárselo a Rick y, en última
instancia, a Doc Michaels.
Recostándose contra la barra, observó cómo Rick y Dollar
escoltaban a las chicas afuera. Entrecerrando los ojos observó la
forma controlada en que se movía el pajarito, era una luchadora,
estaba seguro.
—¿Por qué permites que esa puta salga de aquí después de la
mierda que acaba de hacer?—preguntó Jane enojada mientras se
frotaba contra él.
Y de repente fue el colmo después de un día extremadamente de
mierda.
—¿Quién mierda te crees que eres para cuestionar mis
decisiones? Aléjate de mí.
Tomando su cerveza, se alejó de la barra, agarró la mano de Lizzy
y la empujó escaleras arriba hasta su habitación. Esta noche
necesitaba suavidad, no las quejas de Laney o la ira de Jane.
Follar a Lizzy no salió como él había planeado. La advertencia del
pajarito seguía zumbando en el fondo de su cabeza. Él no podía
ponerse duro y dejó de intentarlo, conformándose con hacer que se
corriera con los dedos y luego la despidió.
Estaba seguro de que una vez que se follara al pajarito volvería a
la normalidad.
Volvería a follar toda la noche, a tener una cama llena de coños
cuando quisiera.
Sólo tenía que sacar a ese maldito pajarito de su sangre.
Y lo haría una vez que se la follara. Al menos eso esperaba.
Mierda.
Capítulo 6
DC
Le dije toda la verdad el domingo por la noche cuando llegó a
casa. Ahora era martes. Y recién ahora él era capaz de hablar
conmigo sin perder la cabeza. Contarle de Deena y del trato que
había hecho con los Iron Dogz no le había caído bien. Me senté en la
maltrecha silla de cuero frente al gran escritorio lleno de rayones de
Doc y me preparé. Sus ojos azul claro estaban llenos de ira helada,
algo que había visto antes pero que nunca apuntada hacia mí.
Deena ha sido castigada de por vida, sin teléfono, ni amigas. Pero
sabiendo cómo era ella con Doc tenía dudas de que eso fuera a
durar. Ella lo tenía envuelto alrededor de su meñique.
O capaz esta vez había ido demasiado lejos y él no cedería ante
sus lágrimas de cocodrilo.
Doc se había puesto terriblemente pálido y callado cuando le
expliqué dónde la había encontrado y con quién. No le conté sobre la
posición en la que estaba cuando llegué y Rico y Skinny habían
jurado guardar el secreto. No querían lastimar a su presidente. Y esa
mierda le habría dolido, y ese dolor se habría convertido en rabia
ciega y en sangre, mucha sangre. La sangre de Dollar y tal vez
incluso la mía. Deena era su niña perfecta. Su princesita intacta.
¡Ja right! (NdelT: ¡Sí, claro!)
Desafortunadamente no podía controlar a Derrick y esperaba y
rezaba para que mantuviera la boca cerrada.
Ahora era mi turno de enfrentar su ira.
—¿No te he enseñado a nunca acercarte a un objetivo cuando
estás enojada? ¿En qué mierda estabas pensando?
No dije una palabra porque él no había terminado y no esperaba
que le respondiera. Se trataba de que desahogara su ira.
—Nunca quise que nadie, fuera de mis oficiales y del Consejo
Nacional supiera lo que haces por el club porque te pone en riesgo
frente a imbéciles como Hawk Walker y su puto club. Él nunca
dejará pasar esto, ¿te das cuenta, verdad? Su club no está limpio, no
está tan sucio como el de los ED, gracias a Dios, pero tampoco está
limpio, y ahora mi hija va a estar relacionada con él. Habrá ojos
sobre ti. Ojos que no queremos interesarnos en ti. No quiero que la
mierda que rodea a los Dogz desborde sobre ti o mi club.
Me congelé en la silla. Algo más estaba sucediendo aquí. Algo de
lo que no me habían informado porque no era un hermano y no se
me permitía asistir a las reuniones del club.
—Dime. —Mi voz era baja y cautelosa.
Doc negó con la cabeza y me sostuvo la mirada. El azul hielo y la
oscuridad se encontraron y se sostuvieron la mirada. El hielo se
ablandó, se volvió cálido y se convirtió en los ojos de mi padre en su
rostro por lo demás inexpresivo.
—No puedo, cariño. Tengo que llevar esto a la mesa, ver cuál es la
posición de los hermanos con respecto a dejarte entrar. Esto te va a
meter tan profundamente en la mierda del club que nunca podrás
librarte de ello. Algo que no quiero. Hemos estado caminando sobre
una línea muy delgada con el trabajo que haces para nosotros,
manteniéndote afuera pero segura, dentro de la protección del club.
Nunca te quise adentro en absoluto. La cagué.
Sentándome hacia adelante, sacudí la cabeza y sonreí.
—No había manera de que pudieras haberme dejado afuera,
papá. Soy demasiado entrometida para mi propio bien. Me gusta
desenterrar secretos. Y debe ser un defecto mío, pero me importa
una mierda lo que hagas con lo que te traigo. Stoney me entrenó
bien. Me habría castigado por la mierda que hice en la casa club de
los Dogz. Todo eso fue culpa mía, no tuya, ni del club.
Si no lo hubiera conocido tan bien me habría perdido la
transición instantánea de padre a presidente porque sólo ocurrió en
sus ojos. Su expresión fría y dura nunca cambió.
—Hawk va a querer algo más que información. Les está lloviendo
mierda que eventualmente nos arrastrará a todos. Puedo decirte
mucho. Déjame llevarle esto a los hermanos y ver cuál es su posición
respecto a dejarte entrar en los asuntos del club. Hablaré contigo
antes de que tengas que reunirte con él el viernes. No confío en ese
cabrón, en absoluto.
—Quizás quiera algo más que información, pero eso no significa
que se la vaya a dar. Y estoy contigo en lo de la confianza. Yo
tampoco confío en él. —Mi padre solo asintió. La parte comercial de
nuestra reunión había terminado.
Al salir de su oficina, solté un suave suspiro de alivio. Podría
haber sido mucho peor. Podría quejarme de él, pero era mi padre y
lo amaba ferozmente.
Yo todavía era su DC y su Crow y no lo decepcionaría. Nunca
más.
Capítulo 7
Hawk
Era miércoles y estaba luchando.
Nunca había tenido problemas para concentrarse. Era culpa del
maldito pajarito, no podía quitarme sus ojos oscuros de la cabeza y
cada vez que cerraba los míos, ella estaba justo delante de mis
párpados. Tendría que hacer algo al respecto.
No se parecía en nada a las mujeres con las que solía follar. Era
baja y morena, mientras que todas sus mujeres siempre habían sido
altas y rubias. Incluso su ex esposa Candy era una rubia alta. Le
gustaban rubias, altas, con grandes tetas y culos jugosos, ahora
parecía que su gusto estaba cambiando.
Había llegado el momento de echar un vistazo al lugar donde
trabajaba el pajarito y con quién pasaba el rato. Una vez que tomó la
decisión, agarró las llaves y la billetera y cerró la puerta de su oficina
detrás de él.
Mientras caminaba hacia la sala común, sus ojos se encontraron
con los de Kid y Sin que estaban sentados en la barra, con una
cerveza delante de cada uno. Todo lo que hizo falta fue levantar
ligeramente la barbilla y lo siguieron afuera.
—¿Vamos a la oficina, Prez?—preguntó Sin mientras caminaban
hacia sus motos.
—No ahora. Quiero comprobar algo.
Hawk lideró el camino para salir del complejo y con sus amigos a
ambos lados condujo hacia la carretera. Tardaría unos buenos veinte
o treinta minutos en llegar a la tienda de tatuajes de Melville donde
trabajaba el pajarito. Minutos que podría aprovechar para cambiar
de opinión. Pero sabía que no lo haría.
Tenía que verla, aunque fuera sólo desde la distancia.
Al entrar en el estacionamiento cubierto del pequeño centro
comercial, Hawk estacionó cerca de la entrada, se sentó en su moto y
se quitó el casco, listo para las preguntas que sabía que vendrían.
—¿Has perdido la jodida cabeza, Hawk? ¿Qué mierda estamos
haciendo aquí? —gruñó Sin.
Su capitán de ruta odiaba los centros comerciales. Los odiaba
tanto que se negaba a participar en carreras benéficas que
empezaban y terminaban en uno. Y eran muchos los que utilizaban
los enormes aparcamientos como punto de partida. Siempre se unía
a ellos en el camino y se marchaba antes de que terminara la carrera.
Según él, un centro comercial te quita la vida con su aire y sus luces
falsas. Y no estaba equivocado del todo.
—Quiero observar al pajarito, verla en su lugar de trabajo.
Los ojos de Sin se agrandaron.
—¿Trabaja en un maldito centro comercial?
Hawk sonrió.
—No, hermano, su tienda está al otro lado de la calle. Estacioné
aquí para que no nos vean. No necesito que los Warriors sepan que
la estoy vigilando. Subiremos las escaleras, hay un pequeño
restaurante en el segundo piso con una terraza abierta con vista a la
tienda. Nos sentaremos en una mesa donde podamos verlos pero
ellos no puedan vernos, ni saber que los estamos vigilando.
—¿Por qué estamos haciendo esto, Prez?
Hawk pudo ver la sonrisa en los ojos de Kid.
—Acabo de decirte. Quiero vigilar su negocio, familiarizarme con
ella.
Tanto Sin como Kid se rieron.
—Sí, jefe, sabemos exactamente qué tipo de “familiarizarte con
ella” deseas—dijo Sin y sonrió.
—Vete a la mierda.
Pero no puso ninguna fuerza detrás de las palabras porque eran
ciertas. Deseaba desesperadamente al pajarito. Ya era bastante malo
acosarla.
Relajándose al sol con una cerveza en la mano, Hawk mantuvo
sus ojos en la tienda de tatuajes al otro lado de la calle. Estaba
concurrida, muy concurrida. Según la información que Ziggy le
había dado sobre la tienda, DC no era la única mujer Warriors que
trabajaba allí. También trabajaban la hija de Tiny y la dama de Shaka.
Y los Warriors vigilaban la tienda. Un prospecto estaba sentado en el
área de recepción, de espaldas a la pared, con los ojos fijos en la
puerta y los clientes.
Se alegraba de ver que los Warriors habían tomado medidas para
proteger a sus mujeres.
El sonido de las motos que se acercaban hizo que los tres
retrocedieran hacia la sombra del toldo sobre la terraza. Tres Road
Warriors se detuvieron y Hawk reconoció a Skelly, Raj y Rover
cuando se bajaron de sus motos y desaparecieron dentro de la
tienda. Entonces Raj y DC estaban de vuelta en el frente de la tienda
y casi se le cayó la mandíbula cuando vio el cuerpo caliente que el
pajarito había escondido debajo de su gran abrigo de cuero. Frunció
el ceño cuando el bastardo se quitó la camiseta y se desabrochó los
vaqueros y DC le puso las manos encima.
¿Qué mierda?
Hawk frunció el ceño mientras miraba el tatuaje que salía de los
pantalones del hombre y subía por el costado de su torso. Por la
forma en que ella lo tocaba, supo que él era o había sido su amante.
Ambos se sentían demasiado cómodos con las manos de ella
recorriendo su cuerpo como para que fuera cualquier otra cosa.
Su estómago se retorció mientras observaba a la pequeña mujer
inspeccionando el tatuaje del hombre frente a ella. Hawk entrecerró
los ojos, observando su pequeño y perfecto culo cubierto con unos
descoloridos vaqueros azules y sus turgentes tetas cubiertas con una
camiseta negra con el logo de la tienda en el frente. Dios, estaba muy
buena.
—Ese es un puto tatuaje increíble. Me pregunto si trabajaría en un
Dogz—murmuró Sin como si hablara solo.
Hawk terminó la cerveza y empujó su silla hacia atrás.
—¿Por qué no vamos allí y lo averiguamos?
—¿Estás seguro, Prez? A esos Warriors no les va a gustar que
entremos en esa tienda. Parece que está bajo su protección aunque
no esté en su territorio—dijo Kid mientras miraba la tienda.
—Nos subimos a nuestras motos, recorremos algunas cuadras,
luego regresamos y estacionamos enfrente. Es territorio neutral y
además son nuestros aliados, así que no hay problemas—dijo Hawk
y sonrió con malicia.
Quince minutos después se detuvieron y estacionaron frente a la
tienda. Hawk sonrió al ver los ojos entrecerrados del pajarito. Estaba
enojada. Bien. A él le gustaba que estuviera enojada.
Cruzó la puerta y siguió adelante hasta que se detuvo justo
delante del pajarito enojado.
—Hola, pajarito. —Hawk le sonrió.
—Hola, ¿qué puedo hacer por ti?—dijo el pajarito enojado con los
dientes apretados.
—Sin, mi hombre aquí quiere un tatuaje. Nos ha estado
arrastrando por toda la ciudad buscando al mejor. Y según lo que
hemos podido recabar, tu tienda está clasificada entre las tres
primeras.
Ella asintió pero todavía tenía el ceño fruncido. Hawk se alejó e
hizo un gesto a Sin para que avanzara. Observó con los brazos
cruzados sobre el pecho mientras comenzaban a discutir lo que Sin
quería y vio el momento en que el pajarito se interesó.
Sin le sonrió a Hawk mientras él y DC hacían arreglos para
trabajar en el diseño. Los ojos de Hawk nunca abandonaron su
rostro mientras hablaba con Sin. Sus ojos brillaban con vida. Su polla
se agitó y tuvo que separar más las piernas para acomodar su semi
erección.
Lo sintió en el aire cuando Skelly se acercó a él.
—¿Qué mierda estás haciendo aquí?—exigió Skelly en voz baja.
Hawk se encogió de hombros.
—Conseguirle un tatuaje a mi hombre que no parezca que se lo
hizo en una prisión.
—Tienes tiendas de tatuajes en tu territorio con buenos artistas.
¿Por qué venir aquí?
—Porque ella es la mejor.
Skelly resopló con incredulidad.
—Gracias, DC. Te agradezco que hagas esto por mí. —Sin inclinó
la barbilla con una pequeña sonrisa.
DC sonrió.
—Serás mi primer Dogz, así que todo está bien.
—Y no será el último—prometió Hawk suavemente con un guiño
y una sonrisa mientras salían de la tienda y subían a sus motos.
Kid y Sin se reían mientras se alejaban dejando atrás a un pajarito
muy enojado.
DC
Casi se me salieron los ojos de las órbitas cuando las tres motos se
detuvieron frente a la tienda y vi como Hawk se bajaba de la suya, se
quitaba las gafas y el casco y entraba en mi tienda.
¿Qué mierda estaba haciendo aquí?
Contuve la respiración cuando caminó hacia mí y se detuvo casi
encima de mí. Mi temperamento se caldeó.
Él sonrió e hizo que partes ocultas de mi cuerpo hormiguearan.
Mi estúpido cuerpo estaba feliz, muy feliz de verlo y oírlo, pero mi
cerebro mandaba. Mi temperamento salió al rescate.
—Hola, pajarito.
—Hola, ¿qué puedo hacer por ti?—pregunté enojada.
—Sin, mi hombre aquí quiere un tatuaje. Nos ha estado
arrastrando por toda la ciudad buscando al mejor. Y según lo que
hemos podido recabar, tu tienda está clasificada entre las tres
primeras.
Miré al hombre llamado Sin y él me miró. Ninguna expresión.
Ignoré a Hawk y me concentré en Sin. Le hice preguntas y escuché
su idea. Quería un perro (NdelT: Dog en inglés) corriendo sobre su
abdomen y quería que el perro llevara armadura. Placas que le
protegían la cabeza, la garganta, los costados y el pecho, pero había
que poder ver que era un perro de carne y hueso, no un perro de
metal. Estaba emocionada y acepté enviarle diseños y partir desde
ahí.
Durante toda la consulta con Sin sentí sus ojos sobre mí y mi
corazón se aceleró incontrolablemente. Dejé escapar un suspiro de
alivio cuando salieron de la tienda, pero el comentario de despedida
de Hawk me desconcertó por completo.
Estaba metida en tanta mierda.
Sólo tenía que pasar el viernes y entonces estaría hecho. Doc y
Skelly me sacarían del lío que había creado.
Eso espero.
Capítulo 8
DC
El viernes llegó antes de lo que quería.
Me estaban esperando mientras acompañaba a mi último cliente
del día al frente de la tienda. Rico y Skinny no, porque estaban en la
lista negra de Doc. Skelly y Rover, tan grandes como malditas casas,
descansaban en los sofás de cuero con sonrisas arrogantes. Sabía que
iban a burlarse de mí así que los ignoré. Curiosamente, simplemente
sonrieron y esperaron mientras me despedía de mi cliente y
limpiaba mi estación de trabajo. La tienda, como la mayoría de los
viernes, permanecía abierta hasta tarde y tuve que reprogramar citas
para poder salir temprano. Killian y las chicas cerrarían por mí.
Siguiéndome en silencio fuera de la tienda, se sentaron en sus
motos y observaron cómo me subía a mi bestia y la encendía, el
profundo rugido del motor me tranquilizó mientras conducía a casa.
Quería una ducha y ropa limpia antes de enfrentarme a Hawk y su
club.
Skelly y yo habíamos preparado un expediente completo que le
entregaría esta noche.
Skelly era mi mano derecha cuando me reunía con mujeres que
acudían a Crow con información que querían vender. Les encantaba
su aspecto, alto, moreno, amenazador, e innegablemente hermoso.
Llevaba el pelo oscuro trenzado en una cola corta que le caía por la
espalda, la barba siempre bien recortada y la ropa limpia. Su chaleco
estaba un poco deteriorado pero se veía bien. Obtuvo su nombre de
carretera por el tatuaje de Jack Skellington 4que tenía en el muslo. Sus
amigos lo conocían como Skel. Skelly era cruel y peligroso, muy
peligroso, y era el oficial de inteligencia del club. También era el
hombre que mi padre quería para mí pero eso no iba a suceder. No
teníamos química, ninguna en absoluto. Si la hubiéramos tenido, me
habría reclamado y habría estado usando su parche y tinta hacía
mucho tiempo. En lugar de eso, éramos amigos, mejores amigos.
Rover era más rudo, parecía más duro, pero era el más suave de
los dos. Era un hombre corpulento con salvajes cabellos rojo oscuro y
una espesa barba roja. Sus brillantes ojos azules destellaban bajo sus
pobladas cejas de color castaño oscuro. Su nombre de carretera era
Rover (NdelT: vagabundo), y aparentemente era salvaje dentro y
fuera de la cama. Y antes de establecerse con una mujer, se sabía que
había vagado por todos los rincones, de ahí el nombre. Su dama
siempre estaba sonriendo, así que estoy segura de que lo que se
decía sobre su destreza en la cama era cierto. Era uno de los
ejecutores del club y tenía una reputación bastante sangrienta. Rover
y Linda, su dama, eran buenos amigos míos. Ella era una de mis
pocas amigas.
Ellos me siguieron hasta mi casa y se acomodaron en los sofás
mientras yo iba a buscarles una cerveza a cada uno.
—¿Estás lista para la tormenta de mierda en la que estamos a
punto de entrar, DC?—me preguntó Skelly con seriedad mientras
yacía estirado en el sofá.
—No hay ninguna maldita tormenta de mierda, Skel. La cagué y
lo estoy solucionando. Quiere información y le daré toda la que
pueda sin comprometer a los Warriors.
—No es así como lo escuché—declaró Rover—. Escuché que
Hawk ha desarrollado una erección por cierto pajarito y estaba
tomando medidas para controlarla.
Los dos imbéciles se rieron de mí mientras me incorporaba de
golpe. No pensaba que sabrían sobre los planes de ese bastardo.
Hawk debería haberse dado cuenta de que sus estúpidos planes me
afectarían. Crow se ocupaba de la información y varios de mis
informantes me llamaron para darme pistas sobre los movimientos
de Hawk para atrapar a la hija mayor de Doc.
Hice como si no lo supiera.
—¿Qué? ¡Mentiras!—gruñí mientras les entregaba las cervezas
abiertas—. El imbécil tiene tres mujeres para tener feliz a su polla.
De ninguna manera me agregará a su maldito harén. Tenemos
negocios y así seguirá siendo, solo negocios.
—Si tú lo dices, cariño—murmuró Skelly con una sonrisa.
—Lo digo. Voy a cambiarme antes de que comamos algo. No
haré esta mierda con el estómago vacío.
—¿Vamos a Rib Shack?—preguntó Rover con un brillo en los
ojos. El hombre podría comerse una montaña de costillas y aun así
no sería suficiente.
—Claro, podemos hacer eso—solté por encima del hombro.
—¿Nos llevaremos tu jaula, cariño?—gritó Skelly cuando entré al
cuarto de baño.
—No, estoy montando. Recuperé a mi dama hoy, así que voy con
ella.
Mi moto había estado en el taller después de que tuve que dejarla
caer para evitar que un imbécil en una jaula me asesinara y acababa
de sacarla de Anderson Repair & Restoration, como nueva.
Normalmente mi moto habría ido al Warriors Garage, pero decidí
probar el ARR después de ver su trabajo en una exposición de motos
recientemente. Decir que estoy satisfecha con el resultado final sería
quedarse corto.
Esta noche, con Skelly y Rover viajando conmigo, estaría segura,
protegida y sabía que no serían los únicos que viajarían con
nosotros. Doc no me enviaría sin una protección total.
Estaba agradablemente satisfecha y llena del aroma del aire
fresco de la noche cuando giramos hacia el camino de acceso al
complejo de los Iron Dogz. Nos detuvimos en las puertas iluminadas
y nos sentamos en silencio en nuestras motos mientras dos
prospectos armados se acercaban a nosotros.
Levanté la visera de mi casco integral negro.
—DC Michaels, estoy aquí para ver a Hawk, ésta es mi
protección, Skelly y Rover.
Ellos asintieron inmediatamente y dieron un paso atrás, uno de
ellos hizo un gesto a alguien que no podíamos ver y la pesada puerta
se abrió lentamente con un ruido sordo. Los cuatro hermanos que
nos habían acompañado en el viaje dieron media vuelta y
estacionaron sus motos justo afuera de las puertas mientras nosotros
las atravesábamos. Esperarían hasta que termináramos nuestros
asuntos y regresarían con nosotros.
La maldita casa club estaba llena.
Filas de motos se encontraban frente al edificio mientras que
todos los demás vehículos estaban estacionados a un lado en lo que
obviamente era un área de estacionamiento designada para jaulas.
La música estaba alta y había gente por todos lados. Mujeres
vistiendo lo mínimo indispensable se aferraban a los hombres que
llevaban chalecos y a los que no.
Mierda. Estaban celebrando una gran fiesta en el club.
Una noche abierta a sus otras sedes, clubes de apoyo,
simpatizantes y toneladas de coños.
Retrocedí hacia un espacio con Skel y Rover a cada lado de mí.
Me senté en la moto mientras me quitaba el casco y lo colgaba del
manillar, luego me quité los guantes y los metí en los bolsillos de mi
chaqueta. Odiaba estar fuera de mi zona de confort y rodeada de
tantos extraños, especialmente cuando no estaba segura de en quién
podía confiar.
—Nos mantenemos unidos, no te distraigas, Skel. Esta noche no
hay coño, esto es un negocio.
Inmediatamente sentí una vibra de enojo irradiando mientras
lentamente giraba su cabeza hacia mí.
—No estoy aquí por coños, DC. Estoy aquí contigo,
protegiéndote. Esta noche seré tuyo.
¿Qué? ¿Mío?
¿Quién carajo sabía lo que quería decir? De todos modos, hablaba
en acertijos la mayor parte del tiempo.
Rover gruñó sin decir una palabra mientras se unía a nosotros.
Nos paramos frente a las motos por unos segundos y bajé la
cremallera de mi chaqueta antes de girar hacia las puertas abiertas.
Dejando caer la cabeza, suspiré profundamente, luego enderecé
los hombros y levanté la cabeza en alto.
—Hagamos esto para poder salir de este infierno—gruñí y
comencé a caminar hacia las puertas.
Cuando entramos, un silencio se apoderó de la multitud en la
fiesta, nos estaban esperando. Obviamente no éramos Iron Dogz.
Estaba vestida con botas de motero negras, unos descoloridos
vaqueros negros, una ajustada camiseta sin mangas negra y una
chaqueta de cuero negra ajustada hasta la cadera. Un parche especial
de los Road Warriors con mi nombre estaba cosido en el lado
derecho de mi chaqueta para decirle a todos que estaba protegida
por mi club, de hecho, por mi familia. No era algo que los clubes
hicieran generalmente, reconocer a mujeres no reclamadas, pero
como había dicho Doc, yo era un caso especial. En mi espalda estaba
el parche de los Road Warriors, en la parte de arriba del balancín
decía Road Warriors MC y en la de abajo Johannesburgo. No era un
parche de propiedad, pero al fin y al cabo era un reclamo.
Los chalecos de Skelly y Rover llamaron mucho la atención.
Mierda.
Odiaba los ojos fijos, las risitas y las sonrisas de complicidad.
Todo eso cambió en un abrir y cerrar de ojos cuando Skelly puso su
gran mano sobre mi nuca y me condujo hacia la barra. Excepto que
me tensé ligeramente, lo dejé, lo hemos usado antes y esta noche
estaba agradecida por ello. Me había reclamado públicamente frente
a un club rival, marcándome como su territorio, asegurándose de
que ninguno de estos imbéciles fuera a intentar nada conmigo. Una
vez que tuve una cerveza en la mano, apoyé la espalda contra la
barra y escaneé la gran sala en busca de Hawk.
Y allí estaba él, reclinado en un amplio sofá, una mujer debajo de
cada brazo y otra entre sus piernas. La cabeza rubia en su
entrepierna pertenecía a Laney Wills y las mujeres rubias a ambos
lados de él eran Jane Warne y Lizzy Hamilton. Se sentaba allí,
besándolas y jugando con sus tetas, exponiéndolas a cualquiera que
quisiera verlas. Y muchos miraban con ojos ardientes y deseosos.
¡Qué asco!
Hawk Walker tenía un tipo de mujer, alta, rubia, con grandes
tetas y culo jugoso. Y era un exhibicionista.
Me observó mirarlo con una amplia sonrisa arrogante. Sus ojos se
quedaron en mí mientras ponía una mano sobre la cabeza de la rubia
y la apartaba de él. Levanté una ceja cuando me di cuenta de que no
se había corrido.
Me volví hacia Skel con una sonrisa mientras Rover se inclinaba
para escuchar lo que decía.
—Ella no puede ser muy buena haciendo una mamada si no
logra que él se corra.
Skelly y Rover se echaron a reír mientras yo me relajaba contra la
barra y bebía un poco más de cerveza. No había manera de que fuera
a ese sofá para ser humillada. Si quiere hablar conmigo, podía dejar
sus coños en el sofá y llevar esto a la oficina. Estábamos aquí por
negocios, no por diversión. Lo miré entrecerrando los ojos mientras
él se inclinaba hacia adelante y hablaba con su vicepresidente, quien
inmediatamente envió a uno de los hombres que observaba el show
hacia nosotros. Skelly se acercó a mí mientras esperábamos.
El imbécil se detuvo frente a mí y me miró de arriba abajo con un
desprecio apenas disimulado.
—Hawk te quiere en el sofá. Tu protección permanece en la barra.
—No está pasando—gruñó Skelly—. Donde ella va, vamos
nosotros, sin excepciones. Vuelve corriendo con tu jefe y dile eso.
Vi ira en sus ojos pero aceptó y regresó al sofá. Observé mientras
le daba el mensaje a su presidente y la irritación apareció en el rostro
de Hawk antes de sonreír y separarse de las mujeres. Se puso de pie
y p j p p
y tranquilamente metió su gran polla perforada, todavía dura, en los
pantalones, se subió la cremallera y caminó hacia nosotros. Jodido
culo arrogante.
—Es un placer verte de nuevo, DC. Me alegro mucho de que
pudieras unirte a nosotros esta noche—dijo él y sonrió.
No le di ni un centímetro.
—Déjate de tonterías. Estoy aquí para trabajar, nada más. Si ya
terminaste de que te chupen la polla, acabemos con esto. Tengo
lugares donde estar.
Sacudió la cabeza lentamente de un lado a otro.
—Oh no, pajarito, no irás a ninguna parte. Durante los próximos
seis meses este será tu hogar. Te mudarás con mis mujeres y
trabajarás desde aquí.
Skelly gruñó bajo y profundo y me arrastró a sus brazos.
—No está sucediendo, hijo de puta—le gruñó a un Hawk que
todavía sonreía—. Mira bien su parche, ella es familia Warriors,
nunca ha sido ni será una puta de club. Ella trabajará con tu club, te
dará la información que acordamos y eso es todo. La traeré cuando
necesite hacer una entrega, pero se queda en su casa, en nuestro
territorio.
La sonrisa había desaparecido y había sido reemplazada por un
profundo ceño fruncido.
—¿Tienes algún derecho sobre ella?—le preguntó Hawk
amenazadoramente.
—Sí—dijo Skelly con los dientes apretados—. Ella ha sido mía
desde el día en que nació. Puesta en mis brazos por el propio Doc
Michaels.
—Ella no lleva tu parche ni tu tinta. Juego libre hasta donde
puedo ver. —Él presionó a Skelly.
Y de repente Skelly se echó a reír. Larga y ruidosamente. Y luego
hizo una reverencia a Hawk Walker y lo sorprendió muchísimo.
—DC nunca ha sido juego libre. Puede que no se siente en la
mesa, pero está en una posición de confianza en mi club. Si hubiera
nacido varón, habría sido la heredera de Doc y nuestra próxima
presidenta, sin competencia. Pero no lo es, es mujer y, a diferencia de
las hijas de presidentes de otros clubes, eso no le resta valor. Al
contrario, la hace muy valiosa para nuestro presidente y para mí.
Realmente muy valiosa.
Estaba confundida pero lo oculté y pude ver que Hawk también
estaba confundido. De ninguna manera yo era tan importante o
valiosa para Doc. Era una mujer.
—¿Qué mierda quieres decir?
Rover y Skelly sonrieron con maldad.
—Lo que quiero decir es que cuando llegue el momento de pasar
el mazo, y espero que sea dentro de mucho, mucho, mucho tiempo,
DC estará junto al hombre que tome el mazo, como su dama. Como
mi dama, parada a mi lado.
Me quedé sin palabras mirando a Skelly. Él todavía estaba
mirando fijamente a Hawk y me giré para observar su reacción.
Hawk estaba enojado, muy, muy enojado.
—Mi maldita oficina, ahora—ladró mientras se alejaba furioso.
—¿Qué mierda, Skel?—susurré.
—Obra de Doc, DC. Escuché de una fuente lo que ese bastardo
estaba planeando y no podemos permitir eso. Su plan de ponerte en
la misma casa que esas putas confirma lo que nos dijo la fuente. Sólo
sígueme la corriente, cariño, ¿de acuerdo?
—Jake Stoddard, si me metes en mierda con esta puta jugada, te
cortaré las pelotas, muy lentamente—lo amenacé mientras
seguíamos a Hawk, Ice y Kid a su oficina.
Una mirada a su sofá de follar en público confirmó que esas tres
mujeres me odiaban a muerte. No estaba preocupada; podría
derrotarlas a la tres juntas, con los ojos vendados. Jane Warne dirigía
el gimnasio Iron Dogz y se consideraba una luchadora de MMA,
tenía algunos buenos movimientos pero no era tan buena como
pensaba. Laney Wills era stripper y genial en una barra, pero eso era
todo en lo que respecta a sus habilidades de lucha. Lizzy Hamilton
trabajaba como secretaria en una oficina de bienes raíces, era suave,
ninguna una amenaza. Tenía archivos sobre las tres y conocía todos
sus oscuros y sucios secretos. Bueno, tan oscuros y sucios como las
zorras del club podían ser, pero una de ellas era oscura y sucia como
el infierno.
Así que aquí estaba otra vez en la oficina de un Hawk Walker
muy cabreado.
—¿Rick sabe acerca de los planes que Doc tiene para ti?—me
ladró.
—Lo dudo. Puede que sea el hijo de Doc, pero no es un Warriors
y no se sienta en la mesa. —Le devolví el gruñido y vi algo
parpadear en sus ojos antes de mirar a Skelly—. Me pregunto por
qué no me han informado sobre algunos de estos planes.
—Las decisiones que se toman en la mesa permanecen en la mesa
hasta que Doc me diga que te lo diga, cariño. Y acabo de hacer eso.
—Skelly tenía su gran maldita mano en mi nuca y me dirigió hacia
una de las sillas, aumentando la presión hasta que cedí y me senté.
—Jake, dulce bebé, si juegas conmigo podré elegir entre toda tu
colección de vinilos, sin excepciones. ¿Queda claro? —lo amenacé.
El bastardo solo se rio, se inclinó y me dio un suave beso en los
labios.
—Va a ser tuya de todos modos, cariño, tal como lo soy yo, así
que no te preocupes.
Solté un resoplido de risa.
—¿Vas a ser mío? ¿Hablas en serio? Nunca has sido mío, Skel.
De repente estaba de rodillas frente a mí, ignorando a todos los
demás en esa habitación.
—Tengo treinta y cinco putos años, nena, y sabes muy bien la
cantidad de coños que he tenido desde los quince. Tú, sin embargo,
nunca serás un coño, ni para mí, ni para ninguno de los hermanos, y
definitivamente no para él.
Con esa última declaración apuntó con un dedo acusador
directamente a Hawk, que estaba sentado furioso en su gran sillón.
Podría haber estado hablando conmigo, pero se lo estaba explicando
a Hawk.
—Él está cachondo contigo y eso no está sucediendo. No entrarás
en esa casa con sus putas y no estarás en su cama. Compartiremos
información con ellos durante los próximos seis meses y eso es todo.
Rover y yo te llevaremos a todas las reuniones, que no se llevarán a
cabo nunca más frente a todos esos imbéciles. Esa mierda te ha
puesto en el radar y eso no está bien. Todos los encuentros futuros se
llevarán a cabo en territorio neutral. La información estará en un
USB que se entregará y saldremos en quince minutos. No le daremos
otro objetivo a los ED, su casa de coños ya está recibiendo suficiente
atención. Dale la puta información para que podamos salir de aquí,
cariño.
Antes de que pudiera responderle, Hawk se abalanzó hacia
adelante sobre su sillón.
—¿Qué carajo dijiste? ¿Quiénes son los objetivos de los ED?
Gruñí y giré mi rígido cuello para relajar los músculos súper
tensos. Maldito Skelly.
—Tendremos una larga conversación una vez que lleguemos a
casa, Skellington—gruñí antes de girarme hacia Hawk.
—Está todo en el USB que tengo para ti. Durante los últimos
meses han estado vigilando a tus mujeres, dentro y fuera de tu
complejo. Te dije que estás teniendo filtraciones de información. Éste
es el resultado de esas filtraciones. Tienes personas vulnerables al
chantaje en tu club, necesitas protegerlas.
Abrí la cremallera del bolsillo interior de mi chaqueta y saqué el
USB, me incliné y lo deslicé hacia él. Su gran mano lo atrapó y lo
acercó.
—Revisaré esto y me pondré en contacto contigo para nuestra
próxima reunión. Y no creas que no sé que me estás engañando,
Skelly. Sé lo que ella significa para Doc y su club. Continuaremos
reuniéndonos en nuestra propiedad y nos aseguraremos de que esté
preparada para quedarse todo el tiempo que sea necesario. No te
preocupes, no estará en la maldita casa de coños. Estará en mi casa y
trabajaremos juntos en esta mierda, debemos asegurarnos de que
estamos preparados para lo que se avecina. Todos estamos siendo
amenazados por esta mierda.
Después de un par de asentimientos rígidos, salimos de la oficina
y caminamos entre la multitud de la fiesta hacia la puerta. Y que me
den si nos iba a detener una zorra del club cabreada.
—¡No creas que puedes entrar aquí y tomar lo que es mío, puta!
—me gritó Jane Warne mientras se inclinaba y me ponía su larga
nariz en la cara. Era muy obvio que estaba actuando para la
multitud, pensando que tenía la ventaja porque estaba rodeada por
los Iron Dogz. Error. Gran jodido error.
Miré a Skelly y luego a Rover.
—¿Me acaba de llamar puta?—les pregunté en un tono muy
coloquial, muy consciente de la multitud escuchando ávidamente a
nuestro alrededor.
—Sí, lo hizo. La escuché alto y claro, cariño—dijo Rover con una
sonrisa.
—¿Como es eso posible? La puta es ella, no yo. A mí no me
pagan por follarme al jefe, a ella sí. —Le sonreí con malicia a Rover.
—Desconozco, DC, no tengo idea de cómo funciona la cabeza de
algunas perras.
—Tienes razón. ¿Alguna vez pagaste por un coño, Skel? —
pregunté con falso interés y sonreí cuando la sorpresa recorrió a la
multitud que escuchaba.
—No, hice que formaran una fila y me rogaran que me las follara.
—Oh, lo recuerdo. Fue en Black Cave, ¿verdad?
Ignoramos a la estúpida perra y seguimos hablando como si ella
no estuviera allí. En mi visión periférica la vi cada vez más enojada.
Los hombres y mujeres que nos rodeaban se estaban riendo
abiertamente de ella.
—¡Te estoy hablando a ti, perra!—gritó y al mismo tiempo intentó
agarrar mi chaqueta.
Me deslicé lejos de sus garras. Girando lentamente la cabeza
hacia ella, miré su cara contraída y de repente muy fea y le di una
sonrisa fría.
—Mantén tus sucias manos fuera de mí o te mataré, perra. —Mi
voz era helada cuando la amenacé.
Para entonces ya nos había rodeado un silencio de muerte.
Jane Warne cometió el error que casi todos cometían. Se dejó
engañar por mi tamaño. Me lanzó un puñetazo y me agaché,
dejándolo pasar violentamente sobre mi cabeza y estrellarse contra
el ancho pecho de Hawk mientras él se acercaba para calmar la
situación.
—¿Qué carajo, Jane?—gruñó enojado.
Antes de que pudiera decir más, aproveché la oportunidad que
me brindó su ataque no provocado. Sabía que ella pensaba que yo
era débil, pero la perra no tenía ni puta idea de quién o qué era
realmente. Era una lección que iba a aprender de la manera más
difícil.
—El domingo de la semana que viene, a las nueve en punto en el
Underground. Ve allí.
Susurros de sorpresa comenzaron a nuestro alrededor.
Extendiéndose entre la multitud.
—¿Qué?—gritó ella confundida.
Ah. Una virgen de Underground. Esto iba a ser muy divertido.
—¡Basta! ¡Esperad, esperad, esperad! ¿Qué mierda está pasando
aquí? —Hawk intentaba controlar la situación que se salía de control
justo delante de él.
j
Él sabía exactamente lo que era Underground. Todos los hombres
en la sala lo sabían. Sin se acercó a la espalda de Hawk y le habló, su
voz lo suficientemente suave como para no llegar a la multitud que
lo rodeaba. Los ojos de Hawk se dirigieron hacia mí y supe que Sin
acababa de decirle que me había visto pelear. Me permití una
pequeña sonrisa antes de ponerme seria.
—La zorra de tu club le puso la mano encima a la hija de mi
presidente, Hawk. Ella desafió a la familia y exigimos satisfacción.
Tenla en Underground el domingo de la próxima semana. Sin
excusas—gruñó Rover mientras me instaba suavemente a avanzar.
—Si no apareces, perra, iremos a buscarte y nos encargaremos de
ti y nadie moverá un dedo para protegerte. Cruzaste la línea
poniendo tus sucias manos sobre la realeza de nuestro club— la
amenazó Skelly mientras nos seguía.
Kid Warne se unió a nosotros mientras nos preparábamos para
montar, con una expresión tensa y enojada.
—Lamento que mi hermana sea tan jodidamente perra. Ella cree
que él le dará su tinta, que la convertirá en su dama. Todo lo que ella
ha sido es un puto coño de club. Ha estado follándose a los
hermanos desde que tenía dieciséis años y no ha parado. No son
exclusivos porque Hawk no es exclusivo. Él la echará pronto, así que
cuida tu espalda. Ella te va a culpar por esa mierda.
Sentí pena por él, realmente no merecía las cosas que iba a
aprender sobre su hermana una vez que abrieran ese USB.
—Somos plenamente conscientes de lo que es capaz de hacer, Kid
—dijo Skelly en voz baja—.Tienes que volver allí, hermano, y revisar
lo que te acabamos de dar. Tienes mierdas muy desagradables y una
limpieza de tu casa próximamente.
Kid miró a Skel con el ceño fruncido y entonces cayó en la cuenta.
Odié ver esa desolación en sus ojos mientras se alejaba para
enfrentar lo que les habíamos entregado. Parecía un buen tipo y no
se merecía la mierda que iba a apilarse sobre él.
Capítulo 9
Hawk
No quería creer lo que estaba viendo, pero se desarrollaba en la
pantalla frente a él. La persona que había pensado era una de las
más leales a él y a su club no lo era. Su traición escocía
profundamente a medida que aparecían más y más hechos y fotos
que la vinculaban con un hombre desconocido, con el Evil Disciples
MC y con su vicepresidente, Big Ed Morrison. Ella era la rata, no uno
de sus hermanos.
—No puedo creer lo que ha hecho—dijo Kid con los dientes
apretados—. La perra estúpida es más inteligente que esto. Pero
siempre ha sido tan condenadamente codiciosa. Codiciosa de
atención, codiciosa de tu parche de propiedad, codiciosa del poder
que eso le daría. Estoy seguro de que cree que esto le dará poder
sobre el club, poder sobre ti.
—¿Qué vamos a hacer al respecto?—preguntó Ice con una voz
tan fría como su nombre.
—Nada. Ni una puta cosa—gruñó Hawk mientras veía el video
de su definitivamente ex amante siendo follada por el culo por Big
Ed en el estacionamiento desierto de un supermercado.
Necesitaba hacerse un chequeo y esperar que ella no le hubiera
transmitido alguna maldita enfermedad.
—Dejamos que esto se desarrolle. Tendrá un hombre disponible
las 24 horas del día, los 7 días de la semana y nos aseguramos de que
se corte su acceso a la información. Se lo expondré a los hermanos en
la iglesia. Necesitamos saber cuánto sabe y cuánto le ha dicho a
nuestros enemigos. Necesitamos saber qué hermanos hablaron de
nuestro negocio mientras ella se los follaba. Sé que no soy yo. No
hablo de los asuntos del club con las zorras, no mientras me las follo,
jamás.
—Lo siento mucho, Hawk. No tenía idea de que ella estaba
haciendo esta mierda.
—No es tu culpa, Kid. Sí, ella es tu familia pero no eres
responsable de sus actos, eso depende todo de ella. Has estado
aguantando su mierda durante años. Esta mierda es porque sabe que
nunca la voy a hacer mi dama y eso la cabreó. Si cree que Big Ed le
va a dar su parche después de que ella traicionó a nuestro club, está
totalmente equivocada. Ha olvidado que la lealtad a tu club lo es
todo. Es el código con el que vivimos. Los ED tal vez sean nuestros
enemigos, pero viven según el mismo maldito código. Además, ese
pequeño bastardo tiene una dama. Lo único que Jane será alguna
vez es ser un coño fácil, una puta de club.
Su nombre de carretera podría ser Big Ed, pero el hombre era
flaco como un palo y de estatura inferior a la media. A pesar de ser
flaco y pequeño era un hombre muy peligroso. Su temperamento era
legendario.
—Una vez que terminen con ella, se desharán de ella. Es
desechable—dijo Ice lo muy obvio.
—Está tan metida en su propio culo que ha olvidado quién y qué
es en realidad. Y eso es mi culpa—gruñó Hawk—. Nunca debí haber
empezado con ella y nunca debí haberlas mudado a los tres a esa
maldita casa. Le dije que nunca iba a ser mi dama. Obviamente no
me creyó y éste es su jodido plan para llamar mi atención y vengarse
de mí. No tengo idea de cómo pensó que esta mierda le conseguiría
mi parche. Esas perras estarán fuera de la casa el próximo viernes.
He terminado.
Cerrando de golpe su portátil, Hawk se reclinó en el sillón y miró
a sus dos mejores amigos. Los tres habían pasado por muchas cosas
a lo largo de los años. Ellos también superarían esto.
Habían estado ahí para él cuando perdió a sus padres. Estuvieron
a su lado cuando Candy y él perdieron al bebé. Y nuevamente
cuando Candy lo culpó por su pérdida y lo dejó. Todavía no
entendía cómo había sido responsable de que ella perdiera el bebé.
Candy nunca se lo dijo, solo dijo que él debería saberlo porque era
y j j q p q
culpa suya. Habían pasado muchos putos años y todavía no lo sabía.
Era historia antigua y había pensado que era mejor olvidarla, pero
ahora no estaba tan seguro. Quizás necesitaba hablar con Candy.
Limpiar toda esa mierda.
Ice soltó un suspiro de alivio.
—Ya era hora de que echaras a esas perras.
Hawk simplemente se encogió de hombros, había disfrutado de
las mujeres pero ahora había terminado con esa mierda.
Kid sacudió la cabeza con enojo.
—Mis padres la malcriaron muchísimo. Siempre consiguió todo
lo que quería. Creo que ella nunca maduró, nunca aprendió que
algunas cosas simplemente no iban a ser así. ¿Por qué mierda no
puede ver lo jodido que es esto? No sólo está traicionando al club,
sino que también está traicionando a nuestra familia, a mis padres y
a mí. —De repente, Kid miró a Hawk con el ceño fruncido—.
¿Recuerdas la pelea que tuvo con nuestros padres aproximadamente
una semana antes de cumplir dieciséis años? Ella quería convertirse
en prospecto cuando cumpliera diecisiete años y ellos se rieron de
ella, le dijeron que se buscara un hombre mayor porque ninguna
perra jamás se convertiría en prospecto. Ella comenzó a insultarlos a
gritos y mi madre tuvo que intervenir y sacarla a rastras de la
habitación. Fue entonces cuando cambió y se convirtió en una puta
del club. —Kid sacudió la cabeza con enojo—. Escuché a mis padres
hablar de eso, de cómo ella había desperdiciado su vida, de cómo
pudo haber elegido entre los hermanos disponibles y eligió ser una
puta del club. No creo que mi madre la haya perdonado. —Kid
volvió a negar con la cabeza—. Desde hace mucho tiempo tengo que
vivir con el hecho de que mi hermana, mi propia sangre, me repugna
totalmente. Y ahora la odio por lo que le ha hecho a mi familia, a mi
club.
—Lo siento mucho, Kid. Nunca debí haberla tocado—gruñó
Hawk.
—Sus decisiones no dependen de ti, Hawk. Se convirtió en una
puta de club años antes de que te la follaras. —Kid se encogió de
hombros.
Ice se acercó y puso una mano sobre el hombro de Kid.
—Nada de esto es un reflejo de ti o de tus padres, Kid. Todo esto
depende de ella. Todo el mundo sabe cuánto desprecio a esa perra. Y
ninguno de vosotros nunca tuvo idea de por qué. Eso cambia ahora
mismo.
Hawk y Kid lo observaron mientras Ice se paseaba enojado.
—Se me tiró encima varias veces. Eso fue antes de que Hawk
comenzara a follar con ella. Quería que me la follara y le dije que no.
A la perra no le gustó. Arrinconó a Emmie y le dijo que me la había
estado follando durante años y que no la dejaba en paz. Fue tan
jodidamente convincente, con lágrimas y todo, que mi chica le creyó.
Emmie me dejó delante del club y esa maldita zorra se reía. Sus
putas mentiras me costaron a mi mujer. He estado esperando años
para tener la oportunidad de vengarme, ahora la tengo y créeme,
Kid, voy a hacer que tu hermana pague por lo que nos hizo a Emmie
y a mí.
—¿Por qué carajo no dijiste nada?—gruñó Hawk.
Ice se encogió de hombros.
—Siempre la defendiste, creíste sus mierdas, así que sabía que si
te lo decía existía la posibilidad de arruinar nuestra amistad. Por eso
guardé silencio y esperé. Sabía que tarde o temprano te cansarías de
ella o la perra lo arruinaría y mostraría su verdadera cara. Y estaba
tan jodido por perder a Emmie que no confiaba en nadie, ni siquiera
en ti.
—Eso es una mierda, Ice. De ninguna manera habría puesto el
coño por delante de la familia—dijo Hawk atónito. ¿Cómo carajo
podía su primo pensar esa mierda?
Ice solo miró a Hawk, luego suspiró y se encogió de hombros.
—Como dije, estaba jodido.
—Cuando esto termine, iré a ver a Emmie y le explicaré toda esta
mierda. —Los ojos de Kid estaban llenos de arrepentimiento.
—No. —Ice negó con la cabeza—. Es demasiado tarde. Tiene un
hombre y es feliz. No voy a joder eso.
Hawk vio el dolor en los ojos de su primo y supo que no podía
dejarlo pasar. Se aseguraría de que, una vez que sus problemas
quedaran atrás, Emmie supiera la verdad. Hacerle comprender cómo
la habían manipulado. Porque eso era lo que le habían hecho. La
habían manipulado. ¿Cómo pudo haber creído alguna vez que Ice la
engañaría? Se conocían prácticamente de toda la vida, ella había sido
suya desde que cumplió dieciocho años e Ice la había apoyado
mientras ella iba a la universidad para obtener su título. Estaba a
punto de darle su parche cuando ella se largó. Sí, definitivamente iba
a abrirle los malditos ojos.
—Dejemos esta mierda a un lado por ahora y hablemos del
pajarito que desafió a Jane a una pelea de revancha en Underground.
—La sonrisa de Ice no llegó a sus ojos.
Hawk sabía que Ice quería distraerlo y lo permitió.
—Hice que Ziggy la investigara y no encontró casi nada. La
mayor parte ya lo conocemos. Es tatuadora, trabaja en Mainline Ink
II, es propietaria absoluta de su casa, tiene tres vehículos
completamente pagados y registrados a su nombre y paga sus
impuestos a tiempo, no tiene deudas. Un par de inversiones y
ahorros sustanciales. Es como ella dijo, vive limpia y, en la medida
de lo posible, fuera de la red. —Kid se encogió de hombros—. Haré
que Ziggy investigue Underground, que haga algunas
averiguaciones y vea qué encontramos.
—Quiero todo lo que pueda encontrar sobre ella. No importa lo
insignificante que parezca, lo sigues. No creo que sea tan inofensiva
como parece. Habla con Sin, me dijo que la vio pelear en Ciudad del
Cabo hace años. Si ella peleaba, lo más probable es que todavía lo
haga. —Hawk se volvió hacia Ice—. Repasa todo lo que sabemos
sobre Doc Michaels y las madres de sus hijos, y quiero un informe
completo sobre Skelly Stoddard. Si es él a quien Doc ha elegido
como heredero, necesitamos saber más sobre él.
—Estamos en ello—dijo Ice mientras él y Kid salían de la oficina.
Hawk se hundió en su sillón y cerró los ojos con cansancio. Qué
puto desastre. No sólo tenía un traidor sino que había decepcionado
a dos de sus hermanos cuando más lo necesitaban. Su padre tenía
razón cuando le dijo que follar de manera indiscriminada le traería
problemas algún día.
Minutos más tarde su puerta se abrió después de un suave golpe
y observó con los ojos entrecerrados cómo las tres perras caminaban
seductoramente hacia él. Dos semanas antes habría aceptado todo
eso. Ahora no deberían haberse molestado. Había terminado con
todas ellas.
—Hemos venido para hacerte sentir mejor. —Lizzy sonrió
seductoramente y estaba a punto de acercarse cuando él levantó una
mano sin decir una palabra y las tres se detuvieron y se apoyaron en
el frente de su escritorio.
No las hizo esperar, ni se anduvo con rodeos.
—He terminado. Quiero que salgáis de la casa el próximo
viernes.
La boca de Lizzy se abrió en estado de shock, pero cuando Jane
comenzó a sonreír como si no estuviera incluida en esa orden, él
rápidamente la desengañó de esa idea.
—Todas. Hice un acuerdo con cada una de vosotras cuando
empezamos y lo cumpliré. Spider transferirá el dinero a vuestras
cuentas esta noche. Lo pasamos bien pero se acabó, ya terminé.
—Tienes que estar jodiéndome—jadeó Laney.
—¿Estás seguro de que esto es lo que quieres? No nos importa
compartir si quieres traer a alguien más a la casa, Hawk—le ofreció
Lizzy dulcemente, con lágrimas en los ojos.
—Es esa puta perra, ¿verdad?—gruñó Jane enojada.
—Cállate, Jane—escupió Hawk, harto de su mierda—. No hay
nadie más y todas sabíais exactamente de qué se trataba esto. Como
os dije, terminé y sigo adelante. Ordenad vuestras cosas y mudaos.
Si necesitáis ayuda con eso, habláis con Sin y él se encargará de ello.
Se quedaron paralizadas, mirándolo fijamente, Laney y Lizzy
parecían sorprendidas y Jane completamente enojada. Entonces
Laney y Lizzy, que estaba llorando en silencio, se movieron
rápidamente y abandonaron la oficina. Jane, la típica Jane, se paró
frente a él y trató de mirarlo fijamente.
—Lárgate de mi oficina, Jane.
—Te vas a arrepentir, Hawk. Te lo prometo. Te vas a arrepentir de
esto. Habría sido la mejor puta dama que jamás hubieras deseado.
—Escúchame y asimila esto porque es la última maldita vez que
te lo diré, perra. Nunca serás mi dama. Nunca le daré mi parche a
una perra que se ha follado a casi todos mis hermanos y Dios solo
sabe a cuántos otros hombres de mis alrededores.
Hawk la miró fríamente hasta que ella bajó los ojos, se giró y salió
furiosa.
Con un suspiro abrió su laptop y volvió a la información que el
pajarito les había dado. Apestaba. Levantando su teléfono envió un
mensaje a todo el club.
Iglesia, lunes, 9 am. Asistencia obligatoria, sin excusas.
Sentado en su sillón, gruñó de frustración, tenía tanta ira
reprimida revolviéndose en sus entrañas que necesitaba liberarse de
alguna manera. Antes de poner sus malditos ojos en el pajarito,
habría encontrado una perra y habría liberado la ira de su sistema,
pero esa ya no era una opción. Había dejado de pelear. Tal vez
debería darle a Ice o Kid la oportunidad de subir al ring con él,
golpearse mutuamente y conseguir algo de claridad. Con una
sonrisa cruel, Hawk se levantó de su asiento y fue a buscar a sus
amigos.
Vistiendo solo unos vaqueros, Hawk saltaba sobre las puntas de
sus pies mientras observaba a Ice trepar por las cuerdas con una
p p p
sonrisa tensa. Su primo nunca se andaba con chiquitas, así que iba a
ser una pelea sangrienta pero muy buena. Boots actuaba como
árbitro y les dio la perorata habitual, sin morder y toda esa mierda.
La pelea continuaría hasta que uno de ellos cayera y permaneciera
abajo o hasta que Boots la diera por terminada.
No hubo preliminares, simplemente se pusieron manos a la obra.
Los golpes volaron rápido y la sangre empezó a fluir. Después de lo
que parecieron horas de estar de pie, cara a cara, golpeándose uno a
otro, Hawk se dio cuenta de que tendría que hacer algo o iba a caer.
Ese último golpe de Ice casi lo había dejado en la lona. Ice era como
una maldita máquina y sus puños eran como piedras. Pero Hawk
conocía a su primo, conocía su único punto débil.
Bailoteó y se limpió la sangre que le corría por la cara de los
cortes en la ceja y la boca, hizo una finta hacia la derecha y luego
soltó un tremendo gancho de izquierda que le dio a Ice justo en la
barbilla. Estaba a punto de seguir con un derechazo cuando Ice se
tambaleó y cayó de culo. Sus ojos se aturdieron y parpadearon hacia
Hawk.
Entonces Boots apareció, deteniendo la pelea. Hawk trastabilló,
se sentó junto a su primo y le pasó el brazo por los hombros
agitados.
—Joder, primo, tenemos que hacer esto más a menudo. —Hawk
se rio con una pequeña mueca de dolor cuando su labio partido
protestó.
—No voy a ser tu maldito saco de boxeo, imbécil—gruñó Ice con
una sonrisa sangrienta.
No mucho después estaban sentados bebiendo cerveza fría con
bolsas de hielo en la cara y las costillas mientras veían a Kid y Sin
golpearse mutuamente. Levantando el brazo, Hawk extendió su
maltrecho puño hacia Ice y chocaron los puños con amplias sonrisas
ligeramente doloridas.
—Hermanos hasta el final—gruñó Ice.
—Hermanos hasta el final—estuvo de acuerdo Hawk.
***
Hawk se sentó a la cabecera de la mesa llena de rayones y esperó
a que cerraran las puertas de la iglesia. Se quedó en silencio mientras
sus hombres se instalaban en sus asientos alrededor de la mesa y en
las sillas contra las paredes. Sus oficiales se sentaron en la mesa, Ice
como su vicepresidente a su derecha y Kid su Sargento de Armas a
su izquierda con Sin, Beast, Jagger, Kahn, Spider y Ziggy ocupando
los otros asientos.
Su tío, el capellán, también estaba en la reunión. Gabriel
“Bulldog” Walker estaba sentado al final de la mesa, con el rostro
inexpresivo pero sus ojos nunca quietos. Había sido vicepresidente
del club cuando Bounty se sentaba en la silla del presidente y
renunció después de su muerte para permitir que Ice ocupara su
lugar junto a Hawk. Pero antes de convertirse en vicepresidente,
había sido el ejecutor del club durante muchos años. Era un hombre
muy peligroso al que cabrear. Y estaba cabreado. Muy cabreado.
Mirando a sus hombres alrededor de la mesa y en las sillas, supo
que la mierda que estaba a punto de revelar podría causar una
ruptura en su club si no la manejaba con cuidado.
Después de una larga discusión con Bulldog, Ice y Kid,
decidieron no revelar las pruebas contra Jane al comienzo de la
reunión. Necesitaban saber con quién había follado para obtener la
información que le había pasado a Big Ed. Y por qué habían hablado
jodidos asuntos del club con la perra. Esta mierda estaba socavando
todo por lo que había trabajado desde que reemplazó a su padre. Y
eso lo hacía parecer jodidamente débil, como si su club estuviera
fuera de su control. La furia hervía brutalmente en sus entrañas y en
sus venas y respiró hondo para recuperar el control mientras
golpeaba con el reluciente martillo el grueso cuadrado de acero.
El sonido de metal chocando contra metal hizo que todos los ojos
se posaran en él y el silencio se instaló en la habitación.
Sentía el calor de su ira ardiendo en sus ojos mientras miraba
alrededor de la habitación. Respirando profundamente, comenzó a
exponerlo.
p
—Después del robo en la terminal de carga, todos debéis ser
conscientes de que tenemos un problema, un problema que necesita
ser discutido y remediado jodidamente rápido. Nos hicieron parecer
débiles e incompetentes. Me hicieron parecer un imbécil sin control
sobre mis hombres y mi club. Y debido a ese jodido robo hay
muchas posibilidades de que perdamos nuestro negocio con Dom
Maingarde. Él hace negocios con nosotros porque cumplimos, pase
lo que pase, cumplimos. Ya no podemos hacer esa maldita
afirmación. Se ha fijado una reunión para discutir la pérdida de su
propiedad. Perder su negocio no nos hará ir a la quiebra pero lo
sentiremos en nuestros bolsillos. Nuestra reputación sufrió un duro
golpe debido a esta mierda. Pero eso no es lo peor. —Hawk miró
alrededor de la habitación antes de continuar.
—Fuimos traicionados por uno de los nuestros. Alguien en quien
confiamos y al que le permitimos acercarse.
Hubo silbidos y crujidos mientras los hombres miraban a su
alrededor como si se midieran unos a otros para encontrar al traidor.
No permitió que esa mierda se extendiera.
—Una de las putas del club ha estado recopilando información y
vendiéndola a nuestros enemigos. Tenemos pruebas sólidas de que
ella traicionó al club.
Estallaron gritos, gruñidos y murmullos enojados y Hawk golpeó
con fuerza la mesa con la mano.
—Lo que necesito saber es cuántos de vosotros se la follaron y le
dieron la información que vendió a nuestros enemigos. En esta sala,
todos y cada uno de nosotros hicimos un voto de puto silencio, lo
que discutimos aquí se queda aquí. Bajo pena de muerte.
Todos comenzaron a hablar a la vez, todos negando y señalando
con el dedo y Hawk una vez más golpeó la mesa con la mano.
—¡Cerrad la puta boca! Mantened vuestras putas bocas cerradas
hasta que os diga que habléis. Escuchad con mucha atención lo que
estoy diciendo. Y todos debéis entender que esto nunca volverá a
suceder, no mientras yo esté vivo. Sólo por hoy renunciaré al castigo
habitual por hablar sobre asuntos del club fuera de este cuarto. —
Mirando alrededor de la habitación vio la conmoción en los rostros
de sus hombres.
Beast inmediatamente se inclinó hacia adelante y golpeó la mesa
con el puño.
—De ninguna manera. Hablas de asuntos del club con cualquiera
menos con tus hermanos y te callamos de manera permanente.
Hawk sabía que ahora tenía toda su atención. Ya era hora de
soltar la maldita bomba.
—Esta vez no, Beast. Mantén la calma y escucha. Aquellos de
vosotros que os habéis follado a Jane levantad la mano.
La conmoción recorrió a los hombres mientras sus cabezas se
giraban hacia Kid. En varios rostros había repentino horror y
conocimiento. Y entonces empezaron a levantarse las manos. La
mano de Beast era una de esas en el aire.
Boots fue el primero en levantarse de su silla contra la pared, con
la mano todavía en el aire. Horror y traición escritos claramente en
su rostro.
—Mierda, Prez. Fui yo. Bebimos juntos y follamos. La maldita
perra me contó una historia sobre cómo valorabas su opinión, y que
ella sabía mierdas que no debería saber. Le creí. No lo pensé bien.
Debería haber sabido que nunca hablarías de asuntos del club con
una perra. Debería haber acudido a ti.
Hawk simplemente asintió y le indicó que se sentara.
—¿Alguien más?
Spider gimió.
—Maldito infierno. Lo intentó conmigo, Prez. Me trajo una
bebida que me hizo sentir raro y no la terminé. Ella quería saber
sobre nuestras finanzas. Fingí desmayarme porque la perra insistía
en querer chuparme la polla. Eso sucedió el viernes por la noche.
Debería haber acudido a ti, pero tenías tantas cosas que hacer que
pensé en mencionarlo hoy en la iglesia.
Spook gruñó enojado.
—Ella también fue por mí, jefe. Estaba borracho, hablaba
extrañamente y la follé. Recuerdo que me preguntó por los
contenedores. No estoy seguro, pero es posible que le haya
respondido. Me desmayé y no recordaba esa mierda hasta ahora.
Siguió preguntando sobre las rotaciones de guardia. Nunca he
hablado de mierdas, ni antes ni después. Algo no está bien en esto.
—¿Qué quería ella de ti, Beast?—dijo Hawk volviéndose hacia
Beast.
—Mierda, no lo recuerdo. Me la follé hace aproximadamente un
año, tal vez ella me pidió información, no lo sé. ¿Qué mierda está
pasando, Prez? Ella es familia. ¿Por qué haría esto? —Beast miró a
Kid, que parecía a punto de estallar.
Bulldog habló por primera vez.
—Lo que ya deberíais haberos dado cuenta es que ella os drogó
para obtener la información. Luego os folló porque le emocionaba
saber que tenía control sobre vosotros. Superadlo. Ya está, seguid
adelante. Lameos la herida a su debido tiempo, ahora mismo nos
enfrentamos a problemas mayores.
Hawk, enojado, golpeó la mesa con el puño.
—Esta mierda es en parte culpa mía porque la metí en nuestro
club y le di la oportunidad que necesitaba.
Los hombres se levantaron de sus sillas y todos hablaron al
mismo tiempo.
—¡No es tu puta culpa, Prez!
—¡La perra está jodidamente loca, jefe!
—¡Mentira, Prez!
Agradecido por su apoyo, les hizo señas para que volvieran a sus
lugares y se volvió hacia Kahn.
—En el acta de la reunión de hoy quiero que agregues lo
siguiente. Cualquiera, desde el presidente hasta el miembro más
humilde de este club, que hable de nuestros asuntos con un extraño
será dado de baja con prejuicios extremos. He sido negligente a la
hora de hacer cumplir algunas de las leyes más estrictas cuando
reemplacé a Bounty. Pensé que podría llevar al club hacia tiempos
más fáciles, minimizar el derramamiento de sangre y maximizar
nuestras ganancias, pero parece que me he equivocado. Por lo tanto,
los tiempos fáciles han terminado. A partir de hoy, la ley de sangre
ha vuelto y la aplicaré yo y mi ejecutor elegido. Cualquiera que esté
relacionado con este club, ya sea un hermano, una dama, un
simpatizante o un coño del club, estará sujeto a la ley de sangre.
Al ver la confusión en los rostros de algunos de los hermanos
más jóvenes, continuó explicando.
—Para aquellos que no lo saben, la ley de sangre significa que se
extraerá sangre por cualquier transgresión contra el club. La
severidad de la transgresión dictará la severidad del castigo. Puede
ser tan fácil como unos cuantos cortes con un cuchillo, una paliza o
tan severo como la muerte.
Con eso, Hawk terminó la explicación, quería seguir adelante, así
que lo hizo.
—He tomado medidas para limpiar mi propia mierda. Les he
dado hasta el viernes a las perras para salir de la casa. Ya no tienen
mi protección pero seguirán teniendo la protección del club.
Mientras trabajamos en limpiar esta mierda, todo seguirá como
siempre hasta que os diga lo contrario. No podemos dejar ver que
sabemos que Jane nos vendió. Vais a cerrar vuestros putos labios. La
vais a tratar exactamente igual. Si queréis follarla, adelante, pero
debéis saber que hoy, en esta mesa, todo cambió. Si abrís la boca
mientras estáis follando, os enfrentaréis a la ley de sangre. Sin
excusas, sin segundas oportunidades. Tened cuidado de quién
aceptáis bebidas.
Todos asintieron y Hawk estaba listo para terminar la reunión.
—¿Algo más que queráis discutir, cabrones?
—¿Qué pasa con la pelea en Underground? ¿En serio esperas que
apoyemos a esa perra traidora? —gruñó enojado Sin, su capitán de
ruta.
—Yo también lo odio, Sin, pero no podemos dejarle saber que
estamos tras ella. Así que sí, la apoyaremos como club. Todos
asistiréis y no habrá excepciones. —Hawk estaba a punto de bajar el
martillo cuando uno de los nuevos miembros, Riker, dio un paso al
frente.
—Lo siento, Prez, pero no puedo estar allí. Allá abajo no hay
señal de móvil y mi chica está embarazada de mi bebé y ha tenido
algunas complicaciones. No puedo dejarla sola ahora.
—¿Por qué no sabemos que tienes una chica, y además que está
embarazada?—gruñó Ice.
Riker le frunció el ceño a Ice, pero sus ojos inmediatamente
volvieron a Hawk, suplicando en silencio.
—Ella no es mi dama pero está embarazada de mi hijo. Ha sido
mía desde la secundaria. Es buena gente, pero no quiere tener nada
que ver con el club después de un encuentro con la jodida Jane
mientras yo era prospecto. Entonces le concedí eso. No voy a
abandonarla a ella, ni a mi hijo sólo porque tenga problemas con el
club. No hay nadie más, no tenemos ninguna familia. Tengo que
estar allí, Prez. Su embarazo no ha sido fácil y el médico está
preocupado por su presión arterial. Joder, no puedo dejarla sola
ahora mismo.
Hawk se pasó una mano por la barbilla mientras miraba a Riker.
Otro de sus hombres con al que Jane había jodido.
—Entonces, ella es la razón por la que eres el primero en salir de
aquí, nunca te quedas en las noches de fiesta y no te tiras a las putas
del club. Me preguntaba qué pasaba con eso.
Inclinándose hacia adelante en su silla se aseguró de que el
hombre viera lo serio que hablaba.
—La próxima vez que tengas un maldito problema ven a verme.
El club podría haberte ayudado con esto. Estás excusado de asistir a
p y
la pelea y a tus deberes habituales hasta que ella haya tenido el bebé,
pero quiero una actualización diaria sobre tu chica y cuando esté de
parto me llamas. Aprovecha este tiempo que te he dado para hacerle
entender que es familia y que nosotros cuidamos de nuestra familia.
¿Nos entendemos, Riker?
—Sí, Prez. Tienes mi palabra. —Riker volvió a su lugar, su alivio
muy evidente para todos.
—¿Alguien tiene algún otro asunto que quiera discutir?—
preguntó Hawk y cuando hubo muchas cabezas que negaban,
golpeó el cuadrado de acero con fuerza.
—Entonces hemos terminado. Salid y tened jodido cuidado. Si
algo parece escamoso, llamadme. Mantened los ojos abiertos y
cuidad vuestras espaldas.
Hawk observó cómo sus hombres salían en silencio. Estaban
cabreados pero harían lo mejor para el club. Tal como él lo haría.
Pero primero necesitaba hacerse la prueba. Esperaba con ansias
que saliera limpia.
Capítulo 10
DC
Underground estaba abarrotado, incluso más de lo habitual para
un domingo por la noche. Una pelea siempre era un gran atractivo.
Y el hecho de que dos mujeres estuvieran peleando hizo que la
atracción fuera aún mayor.
Underground era exactamente lo que su nombre indicaba. Un
club de lucha clandestino y altamente ilegal. El club estaba situado
en el sótano de un gran almacén. En los papeles era propiedad de
una empresa distribuidora pero en realidad pertenecía al Road
Warriors MC. Le hacía ganar mucho dinero al club de manera legal e
ilegal.
Sólo peleaba cuando necesitaba algo más que un simple combate
para calmarse. No tenía ningún interés en pelear en una liga de
MMA. Esto era lo que necesitaba. Era duro, crudo y con muy pocas
reglas. Yo era una luchadora popular y una buena apuesta. No es
que peleara tan a menudo como algunas de las otras luchadoras.
Elegía mis peleas con mucho cuidado y solo participaba en las
noches en las que la mayoría de las peleas eran de mujeres, lo que
significaba que los MC se mantenían alejados. Sólo asistían cuando
uno de los suyos estaba peleando.
Esta noche, los Road Warriors y los Iron Dogz salieron con toda
su fuerza y reclamaron lados opuestos de la jaula. El resto del
espacio lo ocuparon los fanáticos de las peleas que, al escuchar los
rumores, habían salido a mirar y gastar dinero apostando a su
favorito de la noche.
Había una pelea en este momento. Alien, el capitán de ruta del
Road Warriors MC, estaba destruyendo a su oponente y yo gruñí
aliviada cuando su oponente se rindió. Alien había estado bien,
muy, muy bien. Y por eso entrené con él. Grizzly era mi entrenador
y lo ha sido desde que comencé a pelear. Él era mi amuleto de la
suerte. No peleaba si él no estaba fuera de la jaula o en mi rincón del
ring.
Esperábamos algunos trucos sucios y con la experiencia de
Grizzly, él descubriría la mierda mucho antes que el resto de
nosotros. Grizzly había insistido en instalarme en el camerino VIP,
lejos de los otros camerinos donde la perra y su grupo podrían
joderme.
Skelly y Rover estaban en la sala de seguridad observando los
monitores. Había cámaras por todas partes, dentro y fuera del
edificio. Aquí era donde Skelly se sentía más cómodo y sabía que él
observaría cada movimiento de la perra y su grupo. Él me
respaldaba. Como siempre.
Jane Warne había llegado con un gran séquito, ignorando por
completo que estaba en Warrior TV. Perra estúpida. Tenía a sus
compañeras de MMA con ella en el camerino y dos miembros del
Iron Dogz estaban instalados fuera de la habitación. Como si alguien
quisiera acercarse a la puta.
Estaba caliente y sudorosa por haber calentado con mi
compañero de pelea, Booker, cuando un Alien recién duchado entró
y me miró, asintiendo como si estuviera satisfecho. Grizzly me sentó
y comenzó a vendarme las manos. Esta noche no habría guantes,
sólo envolturas básicas.
—¿Estás lista para esto, enana?
—Sí.
Antes de que pudiera continuar envolviendo mis manos y darme
su charla previa a la pelea, la voz de Skelly interrumpió.
—Grizz, creo que están tratando de esconder mierda en sus
envoltorios.
Grizzly odiaba a los tramposos.
—Estoy en camino. Que el presidente de los Dogz entre en la
habitación ahora mismo.
Se volvió hacia mí y puso una mano en mi pecho cuando quise
seguirlo.
—Quédate quieta y mantente caliente, enana. Quiero aniquilar a
esta maldita perra, quiero sangre, mucha maldita sangre y tal vez
solo uno o dos huesos rotos. ¿Entendido? Concéntrate. —Se giró y
miró duramente a Alien.
—Confío en que terminarás de vendarle las manos. No lo
arruines.
Estaba completamente lista para esta pelea. Muy, malditamente,
lista. Había estado entrenando duro toda la semana, preparándome
para patearle el culo. Mientras me mantenía caliente observaba a la
multitud en la enorme pantalla plana situada en lo alto de la pared
del vestuario. La emoción era alta allí afuera.
Estaba lista cuando un Grizzly muy enojado regresó. Me dio la
charla habitual previa a la pelea y agregó que quería mucha sangre y
huesos rotos. Solo asentí, las palabras no eran necesarias. Y entonces
llegó el momento.
De repente la música estalló y la multitud rugió. Eye of the Tiger.
Maldita perra estúpida. Booker empezó a reír y luego todos nos
reímos, incluso Grizzly.
—¿Qué mierda? ¿Desde cuándo tenemos jodida música como si
estuviéramos peleando en Las Vegas? —se rio Alien.
—Dejad de joder. Mantén tu puta cabeza en la pelea, DC. Si no te
concentras, te va a hacer daño. —La voz aguda de Skel interrumpió
la risa.
El silencio se hizo inmediatamente y giré la cabeza para aliviar la
repentina tensión en mi cuello. Estaba lista. Alien extendió mi bata
negra y roja, deslicé mis brazos y me puse la capucha sobre la cabeza
mientras seguía rebotando para mantenerme caliente.
—¿Creéis que Skel tendrá música para mí?—pregunté. Los
hombres sonrieron y negaron con la cabeza. No, no lo creía.
Estaba concentrada, muy concentrada. No vi a nadie, no reconocí
a nadie. La pelea lo era todo. Levanté la cabeza cuando el locutor
comenzó su perorata y anunció a Jane Warne por su nombre de
pelea. La perra se hacía llamar 'El Verdugo', así de jodidamente
estúpida era.
Me desconecté de esa mierda y escuché a Grizzly dándome
instrucciones de último momento.
Hubo un breve silencio y luego la música retumbó en el club.
Sonreí mientras salía del vestuario y recorría el corto pasillo.
Disturbed gritó y los Warriors se volvieron locos gritando, silbando
y cantando Down With The Sickness. Alien y Booker caminaron por el
pasillo entre los Warriors que estaban alineados golpeando el suelo
con los pies y aplaudiendo.
Bailé por el pasillo, con los ojos fijos en la jaula. Nada más
importaba. Lo dejé todo fuera y me concentré en encargarme de la
perra que esperaba en la jaula.
La música se apagó cuando llegué allí. Me quité los zapatos y me
giré para dejar que Grizzly me quitara la bata de los hombros,
dejando al descubierto el sujetador deportivo negro ajustado y las
leggings de lycra negra cortas con holgados pantalones cortos de
pelea negros sobre ellas. El parche del Road Warriors MC estaba
bordado en la pierna izquierda y mi nombre de pelea en grandes
letras rojas en la parte inferior de la pierna derecha. Linda, como de
costumbre, me había trenzado el cabello y de alguna manera tenía la
trenza unida a la parte posterior de mi cabeza, dándome la
seguridad de que sería difícil sujetarme por el cabello. La sala estalló
cuando el locutor me presentó como “Demon”
Sí, es aburrido, lo sé, pero así es como Grizzly me describió.
Tenía dieciséis años cuando me acerqué a él para que me
enseñara a pelear. De hecho, al principio me llamó pequeña Warrior,
pero no había manera de que permitiera ese nombre. Entrené
durante dos años antes de que él me permitiera pelear y continué
entrenando y peleando mientras vivía en Ciudad del Cabo. Nunca
dejé de pelear, pero no era una habitual en la cartelera. Tuvimos
j p p
ofertas para convertirnos en profesionales, pero no estaba interesada
en acumular músculo o recibir palizas con regularidad. Me gustaba
tener control total sobre con quién peleaba y cuándo.
La pelea de esta noche era una pelea de revancha, y los detalles
de alguna manera habían circulado a través de la comunidad
clandestina. Cortesía de Skelly, por supuesto. Significaba que
muchos de los fanáticos incondicionales de las peleas estaban
apostando mucho dinero. No sabía cuáles eran las probabilidades y
tampoco estaba interesada. En el mundo exterior, Jane Warne tenía
reputación de ser una luchadora sucia pero consumada, con muchas
victorias en su haber, además tenía muchos seguidores en los
círculos de MMA. Yo era una desconocida para sus fans y muy
probablemente también para su club, pero aquí en el Underground
tenía reputación de ser una luchadora cruel e implacable. Los
Warriors iban a ganar mucho dinero esta noche porque no había
manera de que esa perra se marchara sin uno o dos huesos rotos.
Eso si era capaz de caminar. No debería haber intentado hacer
trampa.
La pelea se decidiría en cinco asaltos y un golpe en la lona la
detendría inmediatamente. Como la perra era más alta que yo, iba a
tener que acercarme, muy cerca, y al mismo tiempo evitar quedar
inmovilizada. Eso no me preocupaba, porque era lo que tenía que
hacer en la mayoría de mis peleas. No tenía miedo de que me
golpearan o de que me lastimaran, eso era inevitable.
Me encontré con los ojos de Alien, le hice un gesto de
asentimiento a Grizzly y entré a la jaula. Todo se desvaneció a mi
alrededor. Todo lo que podía ver era mi objetivo. Ella estaba
sonriendo, su protector bucal rosa era como un letrero de neón
parpadeante que decía “golpéame aquí mismo” y yo iba a
complacerla, y mucho. La miré a los ojos, esperando la campana,
permaneciendo en mi lado de la jaula. Estaba lista para ella, muy
lista.
Al sonido de la campana, ella vino furiosa hacia mí y la dejé. La
necesitaba cerca. La dejé dar algunos golpes. Le di la confianza que
necesitaba antes de empezar a destruirla. Ella seguía hablando,
diciéndome cómo iba a limpiar el suelo con mi culo gordo. No dije
nada, solo disparé mis golpes como me habían entrenado para hacer.
El primer asalto probablemente sería para ella, pero ahora sabía
exactamente dónde estaban sus puntos débiles. Escuché a Grizzly y
asentí mientras me daba consejos sobre cómo golpearla donde más
le dolería. Sonreí antes de volver a ponerme el protector bucal negro
y golpear mi puño contra el suyo.
El segundo asalto fue duro desde el primer minuto hasta el
último. Entré y me apoderé de la pelea. Abrí un corte en su ceja
izquierda con una patada feroz que la dejó en la lona, pero se
recuperó y se secó la sangre que le corría por el rostro. Mientras su
esquina se encargaba del corte escuché a Grizzly instándome a
hacerlo de nuevo. Durante el resto del asalto la golpeé en los riñones
y en la caja torácica con repetidas patadas y puñetazos, causándole
daños que la ralentizarían en los siguientes asaltos. Estaba
empezando a jadear pesadamente y el sudor le corría por la cara
mezclándose con la fina línea de sangre que le corría por la nariz y la
ceja.
Entonces llegó el último asalto. La dejaría sobrevivir, comencé a
pelear y me hice cargo por completo. La golpeé contra el suelo. Evité
que me inmovilizara porque era más grande y pesada que yo. Si
dejaba que esto sucediera, ella podría tener suerte y retenerme
durante el conteo. Fue cuando empezó a burlarse de mí por mi
madre que la puerta de mi cabeza se abrió de golpe. Intentaba con
todas mis fuerzas no soltar nunca a ese animal mientras luchaba,
pero ella me empujó ese último centímetro y lo dejé suceder.
Una cortina de ira negra y helada cayó sobre mí mientras miraba
a la perra sonriente. Me acerqué y la golpeé con rodillas, puños,
codos y pies. No tuvo ninguna posibilidad y su defensa fue
prácticamente inexistente. Ambas cejas estaban cortadas y
sangraban, al igual que su nariz y su boca. Me alejé de ella bailando,
burlándome de ella y la perra mordió el anzuelo y se acercó. Le di
una patada justo debajo de la rodilla y de hecho escuché el hueso
quebrarse, pero no me detuve. Inmediatamente me lancé alto en el
aire, dándole una sólida patada en el costado de la cabeza mientras
ella caía y volaba hacia atrás, golpeando la lona y quedando inmóvil.
Sabía que había terminado mientras rebotaba en el lugar y
esperaba a que el árbitro declarara el final de la pelea. Los Warriors
gritaban y silbaban mientras los Iron Dogz permanecían sentados en
un asombrado silencio. Le había roto la pierna. Ella no se levantaría
sola del suelo, eso era seguro. También le había hecho mucho daño a
sus costillas, podría haberle roto una o dos, y dejaría de luchar
durante unos meses. Con esa ruptura, tal vez para siempre.
Cuando la pelea fue declarada a mi favor, lancé mis manos
salpicadas de sangre al aire, pavoneándome por la jaula y sonriendo
mientras los Warriors y nuestros simpatizantes enloquecían. Grizzly,
Alien y Booker irrumpieron en la jaula y se apiñaron a mi alrededor
mientras mi música retumbaba a nuestro alrededor. Alien y Booker
me levantaron y me lanzaron al aire y me agarré del costado de la
jaula y corrí como un mono hasta que me detuve frente a los Iron
Dogz. Miré a Hawk y le di una sonrisa sangrienta y un guiño antes
de arrojarme del costado de la jaula y caer en los brazos de Alien. La
multitud se volvió loca con mis payasadas y sonreí cuando Alien
negó con la cabeza.
Al otro lado de la jaula, el entrenador y los asistentes de Jane
estaban agachados alrededor de ella junto con el médico de la pelea.
Mi trabajo aquí estaba hecho. Conseguí la sangre y el hueso. La hice
pagar.
Salí de la jaula, ignorando a la multitud y permití que Grizzly,
Alien y Booker me llevaran de regreso al vestuario. Grizzly me hizo
quedarme quieta mientras pegaba con cinta adhesiva el corte en mi
mejilla. La perra tenía una mano izquierda fea. Todo lo que quería
ahora era una ducha caliente e irme a casa. Sabía que la ducha
sucedería pero no regresaría a mi casa. Doc esperaba que me uniera
a ellos en la sede del club para celebrar mi victoria. Los Road
Warriors habían ganado mucho dinero esta noche y lo más probable
es que la celebración continuara hasta la mañana.
La fiesta era salvaje y me quedé al margen, sin dejarme arrastrar.
Me quedé el tiempo suficiente para tomarme un trago o dos y beber
una cerveza con mis amigos, antes de encontrar un prospecto que
me llevara de regreso a mi casa.
Tenía muchas ganas de sumergirme en mi jacuzzi caliente e
inmediatamente encendí el circuito para calentar el agua apenas
llegué a casa. Una vez que tuve música de fondo, me preparé un
batido y lo bebí mientras estaba parada en la encimera de la cocina
balanceándome al ritmo de la música.
Limpié, puse un poco de hielo y un paño facial para la cara en un
recipiente de plástico y lo acomodé en el hueco de mi brazo. Apoyé
dos sidras sobre el hielo antes de salir a la amplia cubierta. Alineé las
sidras y el cuenco en el borde ancho de la tina. Me desnudé allí
mismo y me hundí en el agua tibia y burbujeante para absorber los
dolores y molestias que ya estaban apareciendo mientras los últimos
restos de adrenalina se desvanecían. Con un suspiro de alivio, me
relajé mientras la música calmaba mi alma y el agua burbujeaba a mi
alrededor. El cielo.
Sintiéndome agradablemente emocionada, tomé un sorbo de
sidra e ignoré el sonido de una moto que se detenía frente a la casa.
Lo más probable es que Skelly viniera a ver cómo estaba. Él conocía
mi ritual posterior a la pelea y se había unido a mí en el jacuzzi
antes, así que me quedé donde estaba. Me recosté con la cabeza
hacia atrás, la cara cubierta por el frío paño facial, y el cuello
apoyado en una pequeña toalla doblada. Estaba desnuda, pero no
me preocupaba que Skelly me viera así, de todos modos él ya lo
había visto todo antes. No había problema.
Escuché sus pasos haciendo crujir la grava mientras se acercaba a
mi terraza trasera. Sonaba un poco más pesado de lo habitual, pero
lo descarté porque estaba cansada. Tenía grava alrededor del exterior
de mi casa, una gran alarma temprana para los intrusos. Los
escalones de madera crujieron bajo su peso cuando subió a la terraza
y se dirigió al jacuzzi. Sentí sus ojos mirándome y sonreí.
—Hola, Skel. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Ya terminaste con la
pelirroja? ¿Qué está pasando con tu resistencia, semental? —Me reí.
No dijo una palabra y sonreí cuando lo escuché quitarse la ropa.
Típico de Skel.
—Te portas bien en mi bañera Skel, y espero que te hayas lavado
la polla después de terminar con ella—bromeé mientras él se sentaba
a mi lado.
Y luego casi me ahogo en mi propia bañera. La voz en mi oído no
era la de Skel.
—Te escapaste después de la pelea, pajarito. Te estaba esperando.
Me sacudí y casi me resbalé bajo el agua burbujeante, pero su
brazo se curvó alrededor de mi cintura y me atrajo contra su pecho
desnudo. Quitándome el paño de la cara, lo miré con los ojos muy
abiertos. ¿Qué mierda?
—¿Cómo mierda abriste la puerta? ¿Y qué coño estás haciendo en
mi jacuzzi?
Me sonrió y pasó un dedo por debajo del corte en mi mejilla.
—¿Duele?—me preguntó en voz baja, ignorando por completo
mis preguntas.
Sus manos se deslizaron hacia abajo y jadeé cuando me agarró las
piernas y me puso a horcajadas sobre él, sus grandes manos
entrelazadas sobre mis caderas. Empujó su enorme erección contra
mi coño y me estremecí. Mierda. Sentada en su regazo, ahora mis
senos estaban fuera del agua caliente y con la brisa enfriando mi piel
cálida, mis pezones estaban duros como piedras.
Esa era mi excusa y la mantendré.
—No tengo idea de lo que crees que va a pasar aquí, Hawk. No
estoy disponible para el club de coños y no planeo unirme a esas
filas nunca. Hice un trato para trabajar contigo, eso es todo—solté,
pero él simplemente sonrió y frotó los pulgares en círculos sobre los
huesos de mi cadera, lo que provocó pequeñas explosiones debajo
de mi piel. El hombre era muy peligroso.
—Me dejaste boquiabierto esta noche, pajarito. Me pusiste la
polla completamente dura. Te estoy dando una advertencia justa,
cariño. Vas a ser mía. —Luego entrecerró los ojos mientras inclinaba
la cabeza hacia un lado—. No, a la mierda con eso, ya eres mía.
Me reí y negué con la cabeza.
—Lo siento, Hawk. No comparto y tu casa de coños está bastante
llena, así que lamento decepcionarte, pero tengo que rechazar tu
oferta.
Se estremeció de risa debajo de mí y me acercó para susurrarme
al oído. Mis pezones duros rozaron el fino vello de su pecho y
respiré con dificultad mientras sus manos recorrían mi espalda,
acercándome aún más.
—Puedes pelear conmigo todo lo que quieras, pajarito, pero eres
mía. Y, cariño, en caso de que valores el pellejo de Skelly, no dejes
que vuelva a verte así nunca más. Este cuerpo, toda tú, me
perteneces ahora.
El culo arrogante me hizo hervir la sangre.
—No te pertenezco, ni a ti, ni a Skelly. Skel me ha visto desnuda,
al igual que algunos otros, ¿y qué? —espeté y luego le fruncí el ceño
—. Te follas a tus mujeres delante de quien esté mirando, cuando se
te antoja. Tenía la impresión de que te gustaba exhibir a tus perras y
tu poder sobre ellas. ¿A qué se debe el cambio repentino?
Un gruñido, un gruñido sincero, surgió de él.
—Te estoy reclamando, pajarito. Nadie más que yo te verá
desnuda a partir de ahora. Y no te follaré delante de mis hermanos
ni de nadie más. Este cuerpo y tus orgasmos son solo para mí, para
nadie más.
Suspiré. El bastardo presionaba todos mis botones, con fuerza.
Pero no había manera de que me metiera en su cama demasiado
llena.
—No comparto, Hawk. Nunca he compartido. Cuando llevo a un
hombre a mi cama, él lo sabe y si no puede dármelo se marcha.
Tienes más perras de las que sabes qué hacer y no me uniré a sus
filas.
Me sorprendió cuando asintió con la cabeza. De hecho sentí que
mi boca se abría antes de cerrarla. El bastardo me guiñó un ojo,
sonrió y acarició mi cuello antes de retroceder y deslizar las manos
hacia arriba por mis costados, por mis senos, hasta tomar mi cara y
mantenerla cautiva entre sus grandes manos. Mi coño palpitaba
junto con mi corazón latiendo acelerado.
—Te estoy avisando, cariño. Saqué a las perras de la casa, les di
algo de dinero para que se instalaran según lo acordado cuando se
mudaran. Ya terminé con ellas. No he estado con ninguna de ellas
desde nuestro último encuentro, todo lo que quiero es a ti. Sé que
vas a pelear conmigo por esto, pero no me importa, cariño. Esta
noche me demostraste que tienes la fuerza para enfrentarte a mis
hermanos y a mi club. Eres lo suficientemente fuerte para manejarme
a mí y a esta vida que vivimos. Te he estado buscando durante años
y estabas aquí, en mi puto patio trasero. No me alejo de ti, pajarito.
Serás mía, sólo mía. Y seré tuyo, sólo tuyo.
¡Jodida mierda!
—Debes estar drogado o simplemente loco. No me conoces,
Hawk. No tienes idea de quién soy, al igual que yo tampoco te
conozco.
Esa maldita sonrisa otra vez.
—No somos como los civiles que salen durante meses para
conocerse, cariño. Vivimos rápido, sabemos lo que queremos y lo
tomamos. Te quiero, tú me quieres, te reclamo, follamos y listo. Pero
te lastimaron, así que no vamos a follar esta noche. Te la daré para
que recuperes tus fuerzas porque mañana las vas a necesitar,
pajarito.
Sonrió maliciosamente y se inclinó empujando su cara contra mi
cuello, chupando fuerte, marcándome, haciendo que me retorciera.
Mientras se alejaba, su lengua se deslizó a lo largo de mi mandíbula
y volvió a mirarme. Dejándome como un tembloroso y necesitado
montón de deseo en su regazo.
Oh diablos.
—Mañana estaré en tu cama o tú en la mía. No me importa cuál,
siempre y cuando seas tú en la que me deslice y me corra antes de
irnos a dormir.
Con eso, me levantó de su regazo y me puso de pie en medio del
jacuzzi. Se levantó del agua y mis ojos recorrieron su cuerpo mojado.
Dulce niño Jesús.
Era magnífico, con todos esos músculos duros, algo de vello en el
pecho, un camino de gloria y una V que conducía a una polla
espectacularmente dura. Absolutamente la mejor que he visto o
tenido. Me mordí el labio inferior mientras mis ojos examinaban su
cuerpo y el latido entre mis piernas gritaba pidiendo atención. Vaya,
vaya, estaba en un gran problema aquí.
Alejé mis ojos de su cuerpo y miré sus ojos risueños. No tuve
tiempo de admirar esos ojos porque se inclinó y sus labios cubrieron
los míos. Y dejé de pensar cuando su lengua se deslizó dentro de mi
boca. Inmediatamente mi coño vacío se apretó, queriendo más.
Queriendo esa enorme polla dentro de mí. Gemí cuando su lengua
se deslizó a lo largo de la mía, borrando por completo todos los
besos que he tenido.
El beso me quemó y me dejó débil y colgando de él cuando
levantó la cabeza. Mierda, el hombre podía besar. Él empujó su polla
contra mí, frotando muy lentamente mi montículo. Su piercing se
deslizaba sobre mi piel húmeda. Incitando un fuego que no iba a
apagar.
—Te veré mañana, cariño. Tengo algunas cosas que hacer por la
mañana. Te escribiré un mensaje. Sé buena por mí, pajarito.
Me dio unos golpecitos en la nariz, salió de la bañera, se puso la
ropa sobre su cuerpo mojado y su hermosa polla dura como una
roca y se alejó antes de que pudiera soltar una sola palabra de mi
boca. Estaba a punto de saltar y correr tras él cuando me di cuenta
p y
de que estaba desnuda. Y sólo tenía una toalla muy pequeña para
cubrir mi desnudez. A Hawk no le gustaría que yo corriera desnuda
donde cualquiera pudiera verme.
¡Qué! ¿Qué mierda me pasaba? ¡Un beso y estaba actuando como
un completo skapie! (NdelT: borrego).
Me quedé allí escuchando el sonido de su moto arrancando. Me
quedé congelada en medio del jacuzzi mientras el profundo
estruendo se desvanecía. Entonces me hundí lentamente en el agua
tibia y burbujeante.
¿Qué mierda acababa de pasar?
Capítulo 11
Hawk
Despertarse en su habitación de la casa club el lunes por la
mañana con una polla dura como una roca y sin nadie que se
encargara de ella era una experiencia muy nueva, pero que la
disfrutó. Si por él fuera, no duraría mucho así. Tendría un pajarito en
su cama para encargarse de su polla.
Él estaba recibiendo los resultados de su prueba hoy, así que con
suerte esta noche la follaría.
Gimió cuando la idea de ella en su cama lo puso aún más duro, se
agarró con fuerza la polla y lentamente deslizó su mano hacia arriba
y hacia abajo. Su respiración silbaba a través de sus dientes
apretados mientras cerraba su puño con fuerza y rodaba hacia un
lado, agarró el lubricante de la mesita de noche y roció un poco en su
palma. Apretando su polla, gimió mientras su mano se deslizaba
fácilmente hacia arriba y hacia abajo. Cerró los ojos y recordó su
coño caliente y húmedo presionado contra su polla en el jacuzzi, su
respiración entrecortada mientras le daba un chupón y marcaba su
cuello. Sus hermosos y exóticos ojos oscuros mirándolo fijamente. Y
eso fue suficiente para enviarlo al límite. La espalda de Hawk se
arqueó y apretó los dientes mientras se corría por todo su vientre y
pecho. Siguió masturbándose hasta liberar cada gota.
Con un suspiro de satisfacción, se recostó, deslizando lentamente
la mano sobre su temporalmente satisfecha polla.
Mirándose, hizo una mueca ante la evidencia de su pérdida de
control. No tenía idea de cuándo tiempo hacía que se había
masturbado y corrido por última vez. Generalmente se corría en la
boca o encima de alguna perra. Aunque nunca dentro de una, no era
tan estúpido.
Pero ya había terminado con eso. Su semen ahora pertenecía a un
pajarito oscuro y peligroso. Incluso mientras se estaba masturbando,
todo se trataba de ella.
De pie bajo la ducha se lavó rápidamente. Estaba secándose y
sacando ropa de su armario cuando se dio cuenta. No había manera
de que pudiera traer a su pajarito a esta habitación.
La cama y la ropa de cama tenían que desaparecer, en realidad
todo tenía que desaparecer. Necesitaba que la habitación fuera
limpiada y amueblada de nuevo. Iba a causar que algunas cejas se
levantaran en el piso de abajo, pero le importaba un carajo. Su
pajarito no iba a poner su delicioso culo en una cama donde se había
follado a otras perras. Gracias a la mierda, nunca había llevado
perras a su casa, siempre había estado prohibida para ellas. Ahora
esa casa se iba a convertir en su hogar.
Con un plan de acción firmemente instalado en mente, bajó las
escaleras. Había bebido demasiadas cervezas después de dejar a su
pajarito y estrellarse en su habitación del primer piso.
La noche anterior, en la sede del club se hablaba de cómo DC
había derrotado a Jane. Sus hermanos ahora eran muy conscientes
de lo peligrosa que era. Aparte de hablar sobre la pelea, el nombre
de Jane no había sido mencionado en absoluto. Ella no había
regresado a la casa club y eso era bueno. Lo que no había sido bueno
fue cuando la perra y su jodido grupo intentaron regresar a lo que
DC llamaba su casa de coños. Al parecer, la perra pensó que podría
vivir allí mientras se recuperaba.
Ice y algunos de sus hermanos se habían acercado y habían
desalojado su culo, con la pierna rota, las costillas quebradas,
conmoción cerebral y todo. Él no sabía lo que ella había pensado que
sucedería. Pero ahora sabía, sin lugar a dudas, que él había
terminado con ella.
El olor a tocino frito le hizo gruñir el estómago mientras se dirigía
a la cocina. Kid y Boots estaban sentados en la mesa de la cocina con
grandes tazas de café, ambos con una resaca grave. Hawk arrastró su
silla sobre las baldosas con un chirrido irritante y ambos se
agarraron la cabeza y gruñeron. Riendo, apoyó los antebrazos en la
mesa y su tía Beryl puso una taza de café frente a él. Ella estaba de
y y p
pie con las manos en las caderas, mirándolo. Lista para la batalla.
¿Qué mierda había hecho mal ahora?
—Entonces, he oído que a esas zorras se les ha dado la orden de
marcharse. ¿Eso es cierto?
—Sí, tía Beryl, se han ido. Permanentemente.
Dando un pequeño chillido, lo rodeó con sus brazos casi
derribándolo al suelo.
—¡Aleluya! He estado rezando por este día. Necesitas una buena
mujer a tu lado, no un grupo de putas—declaró mientras lo soltaba
después de darle un beso en la mejilla.
A su tía no le gustaban las putas del club y las evitaba siempre
que era posible. Eso no significaba que las dejara holgazanear. Si
querían pasar el rato en la casa club, tenían que limpiar para ganarse
la vida. Las tareas de cocina sólo recaían en aquellas que no le
desagradaban del todo. A las que realmente no le gustaban les
asignaba la tarea de limpiar el cuarto de baño. Los baños en las áreas
comunes no eran asquerosos la mayor parte del tiempo, pero
después de una fiesta eran como los círculos exteriores del infierno.
Muy pocas de las perras a las que les asignó tareas de limpieza de
los baños duraron más de una semana. Desaparecieron y fueron
rápidamente reemplazadas.
No es que a nadie le importara, siempre había más perras que
buscaban caminar por el lado salvaje.
Hawk carraspeó con torpeza.
—De hecho, tengo un favor que pedirte.
Su cabeza se giró hacia él, con las cejas arqueadas en señal de
interrogación. Él conocía muy bien esa mirada.
Su tía Beryl era la hermana viuda de su padre y había venido a
vivir con ellos cuando a su madre le diagnosticaron cáncer. Ella se
había ocupado de todos ellos. Había tenido la suerte de tenerla
cuando perdió a sus padres y a su bebé. Era como una segunda
madre para él.
—¿Podrías organizar para que limpien mi habitación? Quiero que
todo desaparezca y que la habitación sea limpiada y repintada.
Compraré mierda nueva una vez que esté terminada.
Su tía dio un gritito y saltó emocionada y sus hermanos
resoplaron de risa. La mesa se había llenado lentamente mientras el
olor de la comida atraía a más hermanos a la cocina.
—No te preocupes por nada, cariño. Si me das un par de
prospectos, la limpiaré hoy y empezaré a pintarla mañana. Dame tu
tarjeta y voy a comprar muebles de dormitorio y ropa de cama.
También me ocuparé del cuarto de baño.
—Gracias tía, eres la mejor.
Satisfecho de que se hubiera solucionado un problema, Hawk se
recostó para disfrutar de su café y el desayuno.
Debería haber sabido mejor que su tía no había terminado con él.
O que ella no sabía nada de DC.
—He estado esperando años por esto. Gracias al Señor estoy viva
para ver el día. Pero te lo advierto, Cole, no incomodes a esa chica o
tendrás que lidiar conmigo.
Después de haber pronunciado su amenaza, su tía felizmente
volvió a cocinar mientras a su alrededor sus hermanos intentaban
disimular sus risas. Hawk simplemente sacudió la cabeza, sonrió y
se concentró en su desayuno.
Lo que los imbéciles no se daban cuenta era que su tía los veía a
todos como sus hijos. Eran su familia. Llegaría su momento y
quedarían atrapados en su mira maternal.
Estaba tomando su segunda taza de café cuando Jagger entró y se
sentó en la mesa. Por la expresión de su rostro, Hawk supo que no le
iba a gustar lo que tenía que decir.
—¿Tienes algo para mí, Jagger?
Jagger asintió mientras tomaba un trago de café.
—Te informaré una vez que haya desayunado. En tu oficina, Prez.
Eso significaba que no quería que nadie más lo escuchara.
Mierda.
Hawk asintió, terminó el café, agradeció a su tía y fue a su oficina
a esperar a Jagger. Y mientras esperaba le envió un mensaje de texto
a su pajarito. Tenía que mantenerla alerta preocupándose por su
próximo movimiento.
Buenos días, mi pajarito. Tómatelo con calma hoy. Extráñame. Nos
vemos pronto.
Su teléfono estuvo en silencio por más tiempo del que quería y
entonces ella respondió tan sarcástica como siempre.
No soy tuya. No voy a extrañarte. Las mañanas apestan.
Hawk estaba sonriendo cuando Jagger y Beast entraron y
cerraron la puerta detrás de ellos. Inmediatamente dejó caer el
teléfono y se concentró en los dos hombres sentados frente a su
escritorio.
—¿Qué tienes?
Jagger sacó una pequeña libreta del bolsillo y la deslizó sobre el
escritorio.
—La primera es una lista de todos los hermanos que se la
follaron. La segunda lista son los hermanos que se la follaron y le
dieron información. La tercera lista son los hermanos que se la
follaron pero se negaron a hablar de mierda. La cuarta lista, y la más
corta de las cuatro, es la de los hermanos que no quisieron tener
nada que ver con ella, ni con su coño.
Jagger negó con la cabeza cuando Hawk abrió la boca y
permaneció en silencio mientras su jefe de seguridad continuaba.
—Esa cuarta lista es importante porque a esos hermanos no les
agradaba ni confiaban en ella. Algunos de ellos la han estado
vigilando y estaban a punto de acudir a ti con sus sospechas cuando
la expusiste en la iglesia. Y hermano, esas listas se componen de
miembros parcheados, prospectos y simpatizantes.
Hawk frunció el ceño profundamente cuando quedó claro el
alcance de la traición de Jane. Había tenido acceso a todos los
hombres del club, lo que significaba que había tenido acceso a
mucha información. Información que le había entregado al
vicepresidente de los ED.
—¿Tenemos alguna idea de cuál era su objetivo final?—le
preguntó Hawk con los dientes fuertemente apretados. Esta mierda
era su cagada. Había estado demasiado ocupado follándose a las
zorras como para prestar atención a lo que estaba pasando justo
delante de sus narices.
—Ella le sonsacó a los hermanos recién parcheados y a los
prospectos información sobre sus deberes de guardia. A los
miembros parcheados los interrogó para obtener información sobre
nuestras finanzas, nuestros contactos comerciales, legales y de
cualquier tipo. Usa a los simpatizantes para obtener información
general sobre el club—dijo Jagger y Beast gruñó.
—Maldito infierno. ¿Cuánto tiempo lleva pasando esto y hasta
dónde llega esta mierda?
Jagger lo miró a los ojos y lo expuso.
—Por lo que puedo descifrar, ella ha estado follando en busca de
información durante unos seis a ocho meses. Creo que empezó en el
viaje del club al East London. Pasaste toda la semana que estuvimos
allí con esa rubia sexy y la ignoraste. Ella se puso en contacto con Big
Ed o él la contactó después de que ella lanzó ese maldito y
vergonzoso ataque de ira ante la fogata.
Joder. Se había olvidado de esa mierda. ¿Cuándo había permitido
que su vida sexual se descontrolara tanto? Fueron sus putas
decisiones las que iniciaron esta tormenta de mierda. Y la realidad
era que Jane no era la única perra que podría guardarle rencor.
Había follado y se había alejado de muchas perras.
Hawk cerró las manos sobre su nuca y tiró de su trenza con rabia.
—Esto es mi maldita culpa.
Beast golpeó una mano sobre el escritorio frunciendo el ceño
furiosamente.
—Deja de culparte por esta mierda. La perra sabía exactamente
cuál era su posición contigo. Mierda, todo el mundo sabía que no
ibas en serio con ninguna de esas zorras. Las follabas públicamente y
te importaba una mierda si alguien más lo hacía también. Supéralo.
Había tenido mucho cuidado en que las perras con las que follaba
supieran que era diversión y nada más. Jane no había sido tratada de
manera diferente. O tal vez lo hizo sin darse cuenta porque era la
hermana de Kid.
—¿Crees que le di ideas y la traté diferente porque es la hermana
de Kid?
Jagger y Beast lo miraron fijamente con expresiones exasperadas
y luego Beast soltó.
—Jefe, esa perra está tan metida en su culo que vio mierda que no
estaba allí. Y cuando quedó claro que vivía en un puto mundo de
sueños, tomó medidas para hacerte daño a ti y al club de cualquier
forma que pudiera. Todo esto es culpa de ella, no de ti. Deja de
intentar asumir la culpa por este desastre.
Jagger sonrió mientras aportaba sus jodidos granitos de arena.
—Te gustan muchos coños, Prez. Todo el mundo sabe que te
gusta la variedad y siempre ha sido así. Esto no depende de ti. Esa
perra siempre supo que no sería la indicada para domar esa polla
errante tuya. La perra simplemente no quiso aceptarlo.
Beast se rio y chocó los cinco con Jagger. Pero Jagger no había
terminado.
—Tengo que decir que nunca imaginé que sería un petardo
diminuto, oscuro y peligroso la que te bloquearía la polla. Siempre
pensé que la mujer sería una princesa de hielo como la hermana de
tu pajarito. Me alegro de que no lo sea. Necesitas fuego, Prez, no
hielo.
Hawk no pudo evitar la sonrisa.
—Tienes razón, Jagger. Ella es la indicada, ahora sólo tengo que
llevarla a mi cama y mantenerla allí.
Sus dos hombres se rieron. Los cabrones. Y entonces Jagger se
puso muy serio.
—Buena suerte con eso, jefe. Anoche observé la forma en que los
Warriors la rodeaban. Esos hombres morirán por ella y no se lo
pensarán dos veces. Necesitas concertar una reunión con su padre,
decirle todo y obtener su bendición. La poca información que hemos
podido recopilar sobre su relación con su padre muestra que son
cercanos, muy cercanos. Aparentemente su madre era el amor de su
vida y perderla de la forma en que lo hizo lo cambió. Todo el mundo
sabe que no hay que meterse con Doc, ni con su hija, es peligroso,
jodidamente peligroso.
—¿Cómo murió la madre? —Por sus expresiones, Hawk sabía
que iba a ser malo.
—Fue secuestrada un par de semanas después del nacimiento de
DC y torturada hasta la muerte como lección para Doc y los Road
Warriors. Él tomó represalias torturando y matando a sus
secuestradores y luego fue tras el jefe que dio la orden y le hizo lo
mismo. Destruyó sus negocios, dejando a sus mujeres nada más que
cenizas. Desde entonces nadie más ha jodido a Doc Michaels.
—Dios. ¿Ella lo sabe?
—No estoy seguro, jefe. Tal vez. Ha sido entrenada por los
mejores luchadores del club de Doc. La convirtieron en una
adversaria jodidamente peligrosa. Y como vimos en esa jaula, es una
jodida asesina con un control perfecto. Destruyó a Jane sin un
destello de humanidad en los ojos. Nadie jamás se la llevará tan
fácilmente como se llevaron a su madre—dijo Beast.
Hawk se frotó la cabeza con las manos al recordar la forma en
que había estado su pajarito en esa maldita jaula. Al principio se
había mostrado tranquila, esperando que Jane hiciera su
movimiento. Jugando con ella y dándole golpes. Pero en el tercer
asalto Jane se había burlado de ella con algo y fue como si hubiera
accionado un interruptor. Se convirtió en una gélida máquina de
matar en un abrir y cerrar de ojos. La única razón por la que Jane fue
sacada viva de esa jaula se debió al entrenamiento de su pajarito.
Entrenamiento que la hizo retroceder cuando su objetivo yacía
inconsciente en el suelo.
Su pajarito era mucho más que el rostro que presentaba al
mundo.
Y toda suya.
Sólo tenía que convencerla de que hablaba en serio. Y obtener la
bendición de su maldito padre. Pero antes de enfrentarse a esa
mierda tenía asuntos de los que ocuparse.
—¿Tenemos ojos puestos en los ED y en Jane? Tenemos que estar
atentos a esto, Jagger. Tengo un mal presentimiento sobre la relación
de Big Ed con Jane.
—Lo tenemos. He asignado a Boots y Spook para que la vigilen.
Se turnarán entre los dos y tengo a Wolf y Dizzy vigilando la casa
club de los ED y la de Big Ed. Están observando desde la distancia
para que no haya ninguna posibilidad de que sean descubiertos. Si
hacen un movimiento lo sabremos. Sin, Kahn y yo cambiaremos con
ellos según sea necesario. No pongo prospectos en esto, es
demasiado importante. Quiero que los vigilen ojos experimentados.
Hawk cruzó los brazos sobre el pecho mientras se recostaba en su
sillón, acariciándose la barba con una mano. Tomando una decisión,
asintió.
—Está bien, Jagger, pero quiero saberlo en el momento en que
hagan su movimiento. No podemos correr riesgos con estos
imbéciles. Están tramando algo y algunos de los nuestros son
vulnerables a los ataques. Quiero a Rider y a su chica en la casa de
coños hasta que esto termine. —Beast y Jagger resoplaron de risa y
Hawk sonrió.
—Joder, ahora la estoy llamando la maldita casa de coños.
Hawk sacudió la cabeza con una sonrisa y volvió al asunto; todos
perdieron la sonrisa mientras lo explicaba.
p p
—Volviendo a Rider, él es un objetivo muy grande cuando está
solo. Me importa un carajo lo que diga la madre de su bebé, tráelos
aquí. Consigue algunas perras para que limpien la casa antes de que
se muden. Diles a los hermanos con damas y a aquellos con familias
que mantengan los ojos abiertos y que los traigan si algo les parece
un poco extraño. Y no habrá fiestas en un futuro cercano, nuestras
puertas permanecerán cerradas hasta nuevo aviso.
Beast frunció el ceño.
—¿Qué pasa con tus putas? ¿Las quieres aquí también? Podría
causarte problemas con tu pajarito cuando se entere de que están
aquí.
Hawk negó con la cabeza.
—Ella creció en un club y sabrá que es una medida de seguridad
y no que yo las quiero aquí.
Después de que Jagger y Beast se fueron, se sentó mirando su
teléfono. El siguiente paso para asegurarse de que el pajarito fuera
suyo era llamar a Doc para concertar una cita. Respirando
profundamente marcó el número y tras los insultos de rigor
concertaron la reunión. Se llevaría a cabo ese mismo día en un pub
en territorio neutral.
Hawk quería resolverlo rápido para que él y su pajarito pudieran
seguir adelante.
No le dijo a Doc Michaels el motivo de la reunión. Todo quedaría
claro cuando se miraran a los ojos y Hawk se lo explicara.
Esperaba con todas sus fuerzas salir vivo de esa reunión y con la
bendición de Doc.
Incluso si no la conseguía, seguiría adelante y haría suya al
pajarito. Recibió la llamada telefónica que había estado esperando
justo después de que Jagger y Beast salieran de su oficina. Sus
pruebas habían resultado limpias. Gracias al jodido Dios.
Ahora nada, ni nadie, se interpondría en su camino.
Él la haría suya hoy.
Capítulo 12
DC
En el momento en que me desperté, los dolores y molestias
posteriores a la pelea me hicieron hacer una mueca y el corte en mi
mejilla escocía fuertemente, lo que se sumó a la colección de dolores
en mi cuerpo. Odiaba las mañanas después de una pelea. Eran las
peores. Durante la noche tus músculos se acalambraban y la única
forma de superar los dolores era moviéndote. Algo que detestaba
hacer.
Gemí mientras salía de la cama, arrastrando los pies hasta el
cuarto de baño y me metía en una ducha caliente para aliviar mis
dolores, calentar y relajar mis músculos. Dejé que el agua caliente
cayera sobre mí hasta que empezó a enfriarse. Me sequé, teniendo
especial cuidado de no frotar demasiado fuerte mis moretones, me
puse pantalones de yoga y una camiseta sin mangas y entré descalza
a la cocina.
Skelly y Rover estaban sentados en los taburetes de la isla,
tomando café. Los ignoré y en silencio me serví café en la taza que ya
me habían preparado. Inspiré profundamente, bebí y suspiré
mientras el líquido cálido y fragante se deslizaba por mi garganta.
Sólo después de haber tomado unos cuantos sorbos saludables me
sentía preparada para enfrentarme a los dos hombres en mi cocina.
¿Por qué estaban aquí?
—Buenos días, cariño, tu cara se ve como una mierda. —Rover
sonrió.
—Buenos días, cariño, reservé a Lydia para que venga y te dé un
masaje más tarde esta mañana y Killian dijo que hoy se ocupará de
la tienda, así que no es necesario que vayas. —Skelly me dio una
gran sonrisa y un guiño.
—Buenas. —Los miré mientras tomaba un sorbo de mi café—.
¿Por qué estáis en mi cocina y qué pasa con esas estúpidas sonrisas?
—Esas sonrisas de complicidad estaban empezando a cabrearme.
—Sólo queríamos ver cómo estás y felicitarte una vez más por
ganar la pelea. Fue jodidamente espectacular, particularmente esas
dos últimas patadas, fueron algo hermoso. —Rover se inclinó para
mirar más de cerca mi mejilla—. Sin embargo, me hubiera gustado
más si no tuvieras ningún daño en esa cara bonita.
Me encogí de hombros.
—Fue una pelea, Rover. A la gente le pegan en la cara todo el
tiempo, no es nada.
—Al menos es poco profundo y no dejará cicatrices—gruñó
Skelly mientras él también se acercaba—. Queríamos asegurarnos de
que te quedaras en casa hoy. Tu equipo tiene todo bajo control en la
tienda y Rover y yo hemos pospuesto las reuniones que Crow había
programado. Tómate el día para relajarte, siéntate en el jacuzzi y
deja que Lydia calme esos músculos doloridos. Mañana volverás en
plena forma.
—¿Me estáis provocando? ¿Desde cuándo me tomo un tiempo
libre del trabajo después de una pelea? ¿O pospongo las reuniones
de Crow? —solté y les fruncí el ceño.
—No podemos arriesgarnos con las reuniones, DC. Mucha gente
sabe que anoche peleaste con esa perra. Si Crow se mueve como si
tuviera dolores y molestias, podrían surgir sospechas. Necesitamos
mantenerte a salvo—me explicó Skelly y tuve que estar de acuerdo.
Hoy me movía como un caracol.
—Está bien, me quedaré adentro y me recuperaré. Esa perra
metió un par de golpes duros.
—Regresaremos más tarde. Relájate, disfruta de un día libre,
nosotros nos encargamos de cualquier mierda que surja. —Skelly se
levantó mientras terminaba el café.
Ambos me abrazaron con cuidado, me besaron en la frente y se
fueron. Volví a mi cama y dormí hasta que llegó Lydia.
Me empujó al jacuzzi cuando vio la forma en que me movía.
Charlamos y bebí uno de sus batidos mientras mis músculos se
relajaban lentamente. Después me puso en su camilla de masajes e
hizo su magia. Todavía tenía un poco de dolor, pero ahora la tensión
en mis músculos había desaparecido y me sentía agradablemente
cálida y relajada.
Cuando Lydia se fue, vegeté en el sofá. Escuchando música y
leyendo, algo para lo que casi nunca tenía tiempo. Sólo me levanté
del sofá para comer algo.
Fue una bendición.
Un día completo de felicidad relajada.
Hawk
Hawk miró al otro lado de la mesa, a los gélidos ojos azules de
Doc Michaels, respiró hondo y le expuso el asunto al presidente del
Road Warriors MC.
—Anoche reclamé a DC. Ella es mía y si las cosas salen como
quiero, muy pronto usará mi parche y llevará mi tinta.
Doc Michaels estaba sentado congelado en su silla, lo único que
se movía era el fuego en sus ojos azules.
—Pero incluso habiendo dicho todo esto, sé que ella no me
aceptará sin tu bendición. Por eso estoy aquí, pidiéndote permiso
para... joder, ni siquiera sé para qué mierda te estoy pidiendo
permiso. Lo único que sé es que ella será mi dama.
Hawk se recostó, cruzó los brazos sobre el pecho y esperó. Doc
no lo hizo esperar mucho.
—Entonces quieres mi permiso para sacar a mi hija de mi club y
alejarla de mí. ¿Por qué mierda debería dártelo? Oí que echaste a
esas putas tuyas. ¿Pero estás listo para follar con una sola mujer por
el resto de tu vida? Porque déjame decirte, muchacho, eso es lo que
mi chica te exigirá. Si puedes darle fidelidad, devoción y lealtad
entonces, y sólo entonces, tienes mi permiso. Si no puedes, será
mejor que salgas de aquí antes de que te dispare como a un puto
perro rabioso.
Hawk sonrió.
—Sí, ella tendrá todo eso y mucho más. Ya terminé de joder. Todo
lo que quiero es a DC. Lo empiezo con ella hoy. Presentaré mi
reclamo ante mis hermanos, pero ellos ya saben lo que pienso. No les
he ocultado mis intenciones, son conscientes de que ella significa
algo para mí.
Doc suspiró profundamente y se pasó las manos por la cara y la
barba.
—Mierda, está bien, tienes mi permiso, pero escúchame,
muchacho, lastimas a mi hija y haré que resultes lastimado de una
manera que nunca has imaginado. Y la mantienes fuera de tus
negocios, mi hija se mantiene limpia. ¿Entendido?
—Entendido, Doc. Y nunca tendrás que cumplir esa amenaza.
Por lo demás, no hay manera de que alguna vez la involucre en
nuestro negocio. Ella se mantiene limpia, tienes mi palabra. Si la
cago y lastimo a mi mujer, ella se encargará de mí antes de que tú lo
hagas. Mi pajarito es una cosita cruel.
Doc y sus hombres se rieron, al igual que Hawk.
—Me alegra que entiendas a tu dama, Hawk. Te va a sacar canas
preocupándote por ella. Hay algunas cosas que debes saber para
mantenerla a salvo. Cosas que le hemos ocultado porque es asunto
del club y ella no necesitaba saberlas. Dejaré en tus manos si se lo
cuentas o no.
Esto no sonaba bien. Hawk se inclinó hacia adelante y esperó.
—Hay una razón para la mala sangre entre los Warriors y los ED
y no es sólo por la suciedad en la que están involucrados. Hace unos
años, Snake se acercó a mi club con una propuesta que, según él,
aseguraría la paz entre nuestros clubes. Su idea era hacer arreglos
para que nuestras hijas fueran reclamadas por los hombres de
nuestros clubes, su hija por Skelly y DC por Big Ed. Me reí en su cara
y me marché. No les gustó mi reacción.
y g
La rabia atravesó a Hawk mientras Doc continuaba.
—Tan pronto como Snake se entere de que has reclamado a DC,
se enfurecerá. Podría tomar represalias por el supuesto insulto hacia
él y a su club. Eso no me preocupa. Lo que me preocupa son los
problemas que estás teniendo en tu territorio y cómo podrían afectar
a mi hija. Me han informado de la situación con Jane Warne y Big Ed.
Te sugiero que arregles eso tan pronto como puedas. De manera
definitiva.
Hawk ya no estaba relajado.
—La situación se está resolviendo y si alguno de esos bastardos
se acerca a mi dama, se arrepentirá.
Doc sonrió.
—Es bueno escucharlo. Esta tarde tendré una charla con DC. Skel
te enviará un mensaje de texto cuando nos hayamos ido.
Programaremos otra reunión pronto, hay algunas cosas que
debemos discutir.
Después de estrecharle la mano, Doc y sus hombres se
marcharon. Hawk se recostó y tomó un largo trago de la cerveza
intacta que tenía delante. Los malditos ED, cada vez que se giraba
encontraba sus dedos sucios tocando lo que no debían. No permitiría
que esos bastardos se acercaran a su pajarito. Su seguridad iba a
cambiar lo quisiera ella o no. Al menos tenía la aprobación de Doc.
No podía esperar al siguiente paso, cuando reclamaría su cuerpo,
haciéndola suya.
Pero hasta que eso sucediera tenía que regresar al club y ocuparse
de sus asuntos. Asintiendo con la cabeza a sus hermanos, terminaron
sus cervezas y regresaron al complejo. Su mente repasó todo lo que
sabía mientras montaba.
La investigación sobre el robo en el depósito de contenedores
continuaba y se habían reforzado las medidas de seguridad. Sin
saber exactamente qué había compartido Jane con los ED, fue
imperativo cambiar todos los códigos, rutas y seguridad de sus
camiones, terminales de carga y depósitos. Tenían que asegurarse de
g y p q g
que todos sus negocios fueran seguros para sus empleados y
clientes.
Era una tarea titánica. Y sabiendo lo que ahora sabía sobre los ED,
era aún más importante hacerlo lo antes posible.
Al entrar al recinto, envió un mensaje de texto llamando a todos
los oficiales a la iglesia. Cuanto antes comenzaran, antes protegerían
sus empresas y a sus empleados.
Y entonces estaría reclamando a su pajarito.
Cuando sus hombres entraron, se recostó y esperó hasta que
todos tomaran asiento y la puerta se cerrara. Mirando alrededor de
la habitación, se encontró brevemente con los ojos de cada hombre.
Todos estaban sentados en silencio, esperando que él iniciara la
reunión. Empezó con Jagger.
—Comencemos contigo, Jagger. Dinos lo que tienes.
Jagger carraspeó y dio su informe.
—Después de consultar con Kid y Sin, hice arreglos para que
hermanos armados acompañaran en todos los trayectos largos. Tuve
que traer hermanos de los otras sedes y tenemos muchos hombres
cabreados por ahí. No porque tengan que sentarse en una jodida
jaula grande durante horas y horas, lo que cabrearía a cualquiera,
sino por el hecho de que eso sea necesario. Hemos instalado
seguimiento satelital en todos los camiones en el área. Se ha
reforzado la seguridad en todos nuestros depósitos, garajes y
terminales de carga. Cambiamos la rotación de las guardias, los
códigos y agregamos más cámaras.
Echando un vistazo rápido a los hombres con el ceño fruncido,
continuó.
—Quiero que pensemos en sacar nuestro complejo y nuestros
depósitos de la red de suministro. Cambiar a energía solar y
generadores, perforar pozos para obtener agua, instalar tanques de
agua de lluvia, etc. Incluso podríamos considerar la posibilidad de
utilizar agua del manantial. No estoy diciendo que eliminemos por
completo el suministro de agua y electricidad municipales, pero
p g y p p
debemos poder mantener las luces encendidas y tener agua la
próxima vez que nos ataquen. Además, pareceremos responsables al
ser ecológicos. Un plus para todos nuestros negocios.
Hubo gruñidos de acuerdo y asentimientos alrededor de la mesa.
—En este momento debemos concentrarnos en asegurarnos de
que nadie cometa otro maldito robo que no sea detectado durante
horas—refunfuñó Kahn.
—Salir de la red es algo de lo que hablar en la mesa durante una
reunión abierta—dijo Ice.
Hawk asintió.
—¿Alguna pregunta para Jagger?
Muchos no resonaron en la habitación.
—¿Son legales todas las cargas que estamos transportando ahora?
—preguntó Kid.
Ice se adelantó y les dio una actualización.
—Retiramos todas nuestras cargas ilegales. Les informé a
nuestros clientes que habría un retraso en sus entregas y que hasta el
momento no hemos tenido a nadie para encargarse de sus cargas.
La mayoría de las cargas manejadas por Iron Dogz Trucking eran
totalmente legales, pero algunas no lo eran. Hacía años que habían
dejado de transportar drogas y armas. Y estaban ferozmente en
contra de la caza furtiva y la trata de personas. Incluso llegaron a
denunciar de forma anónima a las autoridades una o dos veces. Sin
embargo, no tenían problemas para transportar otros productos no
legales.
—¿Qué tienes para nosotros, Spider?—preguntó a continuación
Hawk.
—Ha habido varios intentos de piratear nuestros sistemas y
acceder a nuestras cuentas bancarias. Han fracasado porque los
cortafuegos de Ziggy son impenetrables. Pero cambié todos los
códigos y contraseñas del sistema y de las cuentas como medida de
precaución. Sólo tres personas tienen ahora esos códigos. Estoy
seguro de que nuestro dinero está a salvo.
Todos suspiraron aliviados.
—¿Ziggy?
Ziggy giró el cuello con cansancio.
—Nuestros sistemas son seguros, como dijo Spider. No entrarán,
no mientras estén bajo mi supervisión. Jagger tiene a Dollar
vigilando a Big Ed y Jane a través de las cámaras que instalamos
fuera de sus casas y en la casa club de los ED. Big Ed es un visitante
constante en la casa de la perra, pero no tenemos idea de qué hablan.
Necesitamos introducir algunos micrófonos y estamos esperando y
vigilando para encontrar una oportunidad de hacerlo. No he podido
hackear las computadoras de los ED. Pero no me rendiré, entraré,
sólo que me llevará algo de tiempo.
—Antes de continuar, una cosa más—intervino Jagger
rápidamente—. Hice algunas llamadas a una empresa especializada
en perros guardianes adiestrados. Estaba pensando en contratarlos
para patrullar nuestras instalaciones. Y cuando los investigué
descubrí que suministraban perros y entrenaban a los responsables
de los animales. Creo que deberíamos buscar perros y entrenar a
algunos de los hermanos.
—Esa es una jodidamente buena idea. La llevaremos a la mesa—
dijo Hawk.
—¿Kid? ¿Qué tienes para nosotros?
—Me he mantenido en contacto con los detectives que investigan
el robo. No están en nómina así que hay que tener cuidado. Hasta
ahora no tienen nada pero me mantendrán informado.
—¿Ice?—dijo entonces Hawk.
—He estado hablando con Dom Maingarde y nos ha dado tiempo
para resolver esta mierda. Tenemos mucha suerte de que sea él y no
la perra de su madrastra. Me ofreció su ayuda pero la rechacé. No
queremos terminar debiéndoles un favor o que parte de su mierda
oscura se contagie a nuestro club.
Encontrándose con los ojos de Hawk, Ice continuó.
—Me he propuesto investigar a su hermana, Pixie, la jefa de tu
mujer. Me alegra informar que está limpia. Se ha distanciado de su
familia. La sede del Road Warriors MC en Ciudad del Cabo la vigila.
Se la considera familia del club.
—Gracias a la mierda por eso—gruñó Sin—. DC no necesita ese
tipo de mierda en su vida. Ya tiene suficiente con esa pequeña perra
de su hermana.
Hubo gruñidos de acuerdo por todos lados.
Hawk se frotó la cara con las manos y luego levantó la vista.
—¿Alguien más tiene algo que informar?
—Creo que eso es todo—dijo Ice mientras los demás asentían.
—Excelente. Salgamos de aquí, pensemos en lo que se dijo y nos
reuniremos nuevamente antes de la iglesia el viernes.
Hawk había terminado y estaba listo para marcharse de allí.
Quería salir a la carretera y llegar hasta su mujer.
—¿Vas a reclamar al pajarito como tu dama, jefe?—preguntó
Beast con una amplia sonrisa.
—Sí. Si alguna vez tengo un maldito minuto para mí—gruñó
Hawk frustrado.
—Tenemos las cosas bajo control, Hawk. Ve a reclamar a tu
mujer. —Kahn sonrió mientras Hawk le fruncía el ceño.
—No puedo irme todavía porque es posible que Doc aún esté allí,
estoy esperando un puto mensaje de texto para darme el visto
bueno.
—A la mierda eso, jefe. Podemos irnos ahora si quieres—dijo
Beast—. Tal vez cuando lleguemos allí ya se habrá ido.
—¿Qué quieres decir con podemos?
Había cabezas meneando por todos lados.
—No te dejaremos ir solo, Prez. Kid y yo iremos contigo—dijo
Beast.
Hawk sabía que discutir sobre eso no ayudaría, y no iba a hacerlo
de todos modos. Él fue quien había ordenado a los hermanos que no
viajaran solos hasta que toda esta mierda hubiera quedado atrás. Y
no iría en contra de sus propias órdenes.
Su teléfono sonó, sin moros en la costa. Su pajarito estaba solo.
Había llegado el momento.
—Esta reunión ha terminado. Beast, Kid, vamos a montar.
Sus hermanos le estaban dando amplias sonrisas mientras se
marchaban y a Hawk no le importó. Cerró las puertas de la iglesia y
siguió a Beast y Kid afuera.
Pero antes de llegar a su moto, un brazo pesado se colocó sobre
sus hombros y Bulldog le gruñó al oído.
—Bounty se habría sentido jodidamente orgulloso de ver el
hombre en el que te has convertido, hijo. Yo también. Trae a tu mujer
a cenar pronto, antes de que tu tía vaya a buscar tu culo.
Con una última y fuerte palmada, su tío regresó al interior de la
casa club. Hawk lo miró fijamente durante unos segundos antes de
unirse a Beast y Kid en sus motos.
Pasando la pierna por encima de la moto, se relajó en el asiento,
se tapó la boca y la nariz con su pañuelo, se puso y se abrochó el
casco y se colocó las gafas oscuras. Sonrió para sí mismo cuando la
gran moto cobró vida debajo de él.
Al salir por la puerta con Beast y Kid detrás de él, se rio
suavemente. Estaba muy listo para esto.
Listo para hacerla suya.
Tenía un pajarito que domesticar. No, eso no, él no quería
domesticarla
Él sólo quería que fuera suya.
Capítulo 13
DC
Me despertó el pitido de la alarma de la puerta al desconectarse.
Y entonces escuché la moto de mi padre, pero la suya no era la única
que se detuvo frente a mi puerta principal. Escuché al menos a otras
cuatro.
No tenía ganas de hablar de negocios hoy, pero estaban aquí y no
había manera de evitarlos o a lo que fuera que estuvieran aquí para
discutir.
Levantándome del sofá, caminé como un zombi hasta la cocina
para encender la cafetera. No para los hombres que pronto
respirarían el aire de mi casa, sino para mí. No podría hacer esto sin
una taza de café fuerte. Ya había tirado una buena cantidad de café
molido en la cafetera francesa cuando entraron en tropel. Doc, Tiny,
Grizzly, Skelly, Rover y Shaka.
Mierda.
Esto no estaba bien.
Tenía a seis de los directivos del club parados en mi cocina y
ninguno de ellos sonreía.
—Estoy haciendo café, ¿alguien quiere? Si gustáis, hay cerveza en
la nevera. —Ignoré a los bastardos serios y actué como una buena
anfitriona.
Skelly se dirigió de inmediato al refrigerador y comenzó a
repartir cervezas.
—Prepara tu café y luego lleva tu culo al salón. Tenemos cosas
que discutir—gruñó Doc mientras tomaba la cerveza que Skelly le
entregó.
Sin decir una palabra más, todos se marcharon, dejándome
parada en la cocina con un millón de preguntas dando vueltas en mi
cabeza. Sacudiéndomelas, me serví una taza de café y me dirigí al
salón, según lo ordenado. Los hombres estaban esparcidos por la
habitación pero habían dejado un asiento libre. Justo enfrente de
Doc.
Mi padre empezó a hablar tan pronto como me senté.
—Creciste en el club. Ya sabes, las perras nunca entran en los
asuntos del club a menos que sea inevitable, y entonces sólo se les
dice lo que necesitan saber, nada más. Incluso como mi Crow, no
sabes todo lo que sucede en la mesa y nunca lo sabrás.
Asentí y tomé un sorbo de mi café. Mantuve la expresión en
blanco pero por dentro me estaba cagando. La forma en que había
iniciado esta conversación no era buena.
—Renunciaste a tu tiempo y a tus sueños por tu hermana y el
club. Nunca pienses que no sé, ni aprecio, a lo que renunciaste por
mí y mi club. Lo hago, como todos los hermanos que se sientan a la
mesa. Nunca fue mi intención volverte oscura pero debido a mis
decisiones es lo que sucedió. Pero, DC, incluso si pudiera retroceder
el tiempo y cambiar mi decisión, no lo haría. Mi decisión te convirtió
en una persona fuerte y segura de sí misma que puede cuidarse y
cuidar a su familia. Sé que nunca lo he dicho, pero estoy
jodidamente orgulloso de ti.
Me quedé atónita y sólo pude asentir, pero él no había terminado.
—Estoy orgulloso de que hayas tenido las agallas de entrar a la
casa club de los Iron Dogz y hacer lo que hiciste. Orgulloso de que
hayas derrotado a esa perra y nos hayas dado sangre y huesos rotos.
Orgulloso de en lo que te has convertido y lo que siempre serás.
Tiny carraspeó y le di una mirada rápida antes de volver a mirar
a mi padre.
—Eres mi hija y una parte muy valiosa de mi club. Tenía
expectativas de que fueras la propiedad de uno de mis hermanos. Te
habría mantenido cerca y a salvo. En un momento pensé que sería
Skel pero no resultó así. Entonces comencé a buscar a mi alrededor
para encontrar un hermano lo suficientemente fuerte como para
estar a tu lado. Revisé a los hombres en cada sede y ninguno era lo
suficientemente bueno. Y luego todo se vino abajo y encontré a un
hombre que podría ser lo suficientemente fuerte para ti.
¿Qué carajo? ¿Realmente iba a intentar darme como si fuera una
especie de regalo? Abrí la boca para decírselo pero no me dio la
oportunidad.
—Lo encontré pero no estoy jodidamente feliz. Estoy muy
enojado por eso. No lo quería para ti. No iba a darle una
oportunidad hasta que me lo pidió delante de mis hermanos. Quería
verte sin interferencias mías, ni del club y quería que te asegurara
que dejaríamos la decisión en tus manos. Se lo concedí de muy mala
gana. El siguiente paso depende de ti.
Controlé mi temperamento mientras lentamente me inclinaba
hacia adelante y colocaba con cuidado la taza sobre el posavasos del
Road Warriors MC en mi mesa de café.
—Entonces, para que quede claro. Has estado buscando un
hombre para mí y ahora crees que lo has encontrado.
Él asintió y los demás hombres también. Malditos cabrones.
Skelly sonrió con malicia.
—Entonces, ¿quién es este modelo de virilidad que cuenta con tu
aprobación?
—Hawk Walker.
Había estado preparada para derribar cualquier nombre que me
fuera a dar. Pero no a éste. No lo vi venir. Para nada. ¿Le había
pedido permiso a mi padre?
Puta mierda.
—Papá...
Pero Skelly interrumpió antes de que pudiera continuar.
—Déjate de tonterías, DC. Estás sentada allí con su marca en el
cuello y todos hemos visto la química entre vosotros dos. Él es lo
suficientemente fuerte como para soportar tu mierda, al igual que tú
eres lo suficientemente fuerte como para hacerlo retroceder cuando
p
sea necesario. —De repente sonrió ampliamente—. Y será divertido
ver a esos Dogz perdidos tratando de manejarte.
Los hombres se echaron a reír pero a mí no me pareció nada
gracioso.
—Entonces, si digo que sí, ¿qué pasa con Crow?
No fue mi padre quien respondió sino Shaka, el oficial de
seguridad del club. Su voz profunda resonó en el silencio después de
mi pregunta.
—Naciste como Road Warriors y siempre serás parte de nuestro
club. Siempre te respaldaremos, pase lo que pase. Al igual que Doc,
hubiera preferido un Road Warriors como tu padre. Pero tiene razón,
no hay ningún hermano en el Road Warriors MC, además de Skel
,que pueda darte el lugar que te mereces. Nadie que pueda apoyarte,
cuidarte y protegerte como Hawk Walker y su club.
Su sonrisa destelló antes de que su rostro volviera a su habitual
máscara de ébano. La palabra indescifrable había sido inventada
para Shaka.
—Si eliges a Hawk y te conviertes en su dama, no mentiré, habrá
repercusiones. Pero antes de que eso suceda habrá una reunión en el
Consejo Nacional y ellos decidirán qué sucede con Crow.
Grizzly resopló.
—Los nacionales no son los que decidirán, Shaka.
—No dejaremos que te lo quiten, a menos que eso sea lo que
quieras, mocosa—dijo Grizzly en voz baja—. Has entregado tu
juventud a este club, a tu padre y a todos los hermanos. Acabamos
de celebrar tu trigésimo primer cumpleaños y me temo que si
continúas por este camino tendrás cuarenta antes de que te des
cuenta y seguirás sola. Como se ha dicho, esperábamos que eligieras
a uno de los hermanos como tu hombre, pero empezaste a trabajar
como Crow y se volvió muy importante para ti. Quizás el oscuro
camino de Crow te impidió sentar cabeza, nunca lo sabremos. Ahora
mismo estás en otra encrucijada y, cariño, quiero que te arriesgues.
Quiero que te arriesgues y veas adónde va esto entre Hawk y tú. Te
q g y y
amo como si fueras mi hija y odio decir esto, pero el hombre será
bueno para ti y contigo. Dale una oportunidad, mocosa.
No lo había visto venir, en absoluto. Estaba oscilando entre la
conmoción y la incredulidad ante el apoyo que mi padre, Grizzly y
Skel le mostraban a Hawk Walker. Shaka era absolutamente estricto
con las reglas y sus puntos de vista no fueron una sorpresa en
absoluto. Tiny y Rover eran los únicos que no habían dicho una
palabra. Más o menos sabía cuál era la opinión de Rover con
respecto a la situación de Hawk, pero no tenía idea de lo que
pensaba Tiny.
Y no tuve que esperar mucho para descubrirlo.
—Estoy de acuerdo con Grizz, has hecho más que suficiente por
este club. Ahora es nuestro turno de hacer algo por ti. Durante años
he observado cómo te hundías cada vez más en la oscuridad.
Sonríes, ríes, has tenido algunos amantes pero ninguno llegó a tu
alma. Tus ojos han estado fríos y sin emociones durante mucho más
tiempo del que me siento cómodo. Pero ya no, ahora hay fuego
ardiendo detrás de esos hermosos ojos. Un incendio que Hawk
Walker puso allí. —Tiny sonrió—. Haz esto por ti y por nadie más.
Mira adónde va. ¿Y qué si no funciona? Siempre nos tendrás a
nosotros, a tu familia, esperando para recogerte en caso de que te
caigas. No temas, cariño. Te cubrimos la espalda.
Me quedé atónita y sin palabras mientras miraba a los hombres
que me observaban. Respiré profundamente y traté de calmar los
pensamientos fuera de control que pasaban por mi cabeza. Intentaba
encontrarle sentido para ellos y para mí.
—No lo esperaba, ni lo quería. Sabía que él me deseaba, era
bastante obvio al respecto, pero no tenía idea de que fuera un interés
serio. Hasta que vino aquí anoche y me explicó que me reclamaba.
Pero ya me había pasado antes, hubo hombres que dijeron cosas de
las que se arrepintieron al día o la semana siguiente, así que no le
hice caso. Lo dejé a un lado para pensar en ello más tarde.
La risa de Skel me cabreó y le fruncí el ceño antes de continuar.
—Ahora entráis a mi casa y me decís que habla en serio. No creo
haber oído nunca que un presidente de un club se acercara al
presidente de otro club para pedirle permiso para reclamar a su hija.
Mierdas así nunca suceden. Las relaciones entre adversarios casi
siempre terminan en sangre.
Era como si el aire de la habitación hubiera sido succionado de
repente y estuviéramos en otra dimensión. Así de drásticamente
cambió el ambiente. El cuerpo de Doc se había convertido en piedra,
lo mismo que el de Grizzly y Tiny.
¿Qué mierda?
—¿Qué pasa, papá?
Hubo un largo momento de silencio antes de que esos ojos fríos
se encontraran con los míos y él hablara, su voz fría, dura y ronca,
muy ronca.
—Nunca quise que lo supieras. Quizás me equivoqué, quizás
debí habértelo dicho desde el principio, no lo sé. Quería ahorrártelo.
Pero es parte de nuestra historia y algo que debería haberte contado.
Lo que sí sé es que no puedo ser yo quien te lo diga. Juré que esos
nombres no volverían a salir de mis labios nunca más, no en esta
vida. Y no lo harán. Nunca jamás. —Doc se puso de pie y se llevó
una mano a la nuca, mirando el suelo de madera.
Luego levantó la vista y el dolor en sus ojos casi me destripa.
Tanto dolor, tanto sufrimiento que tenía lágrimas ardiendo en mis
ojos. Vio mis lágrimas y una pequeña sonrisa triste apareció en una
comisura de su boca.
—Arriésgate a encontrar el amor, cariño. Hazlo por mí. Déjame
saber tu decisión, DC. Pronto.
Luego salió de mi casa con Skelly, Rover y Shaka siguiéndolo en
silencio.
Capítulo 14
DC
¿Qué acababa de pasar?
Parpadeé para contener las lágrimas amenazando con caer y miré
a Grizzly y luego a Tiny. Ambos estaban mirando al suelo, con ira
mezclada con tristeza en sus rostros.
—¿Quién mierda lastimó a mi padre? ¿Están muertos? Si no es
así, quiero saber por qué no. Y luego me encargaré de que mueran,
tan lenta y dolorosamente como sea posible.
Grizzly fue el que me miró primero y sus ojos ya no estaban
llenos de tristeza. La rabia ardía en lo más profundo de su ser.
Esperé mientras Tiny, con la misma mirada en sus ojos, comenzaba a
hablar. La historia que me contó me rompió el corazón y me llenó de
tanta rabia y tristeza que no sabía cómo afrontarlo.
Hacer ejercicio o entrenar era mi forma habitual de lidiar con las
cosas de las que no podía hablar y con los sentimientos cuando
amenazaban con abrumarme.
No podía hacer ejercicio ni entrenar. Todavía estaba demasiado
golpeada.
Tuve que sentarme allí y aceptarlo. Tuve que permitir que las
lágrimas abandonaran mis ojos y corrieran sin control por mis
mejillas mientras apretaba los dientes tratando de evitar que los
sollozos se escaparan. Era una causa perdida. Muy pronto mi nariz
goteaba y estaba sorbiendo y sollozando incontrolablemente. No
tenía idea de por qué me estaba golpeando tan fuerte.
Tal vez era así porque nadie me había hablado de ella, ni dicho su
nombre en toda mi vida. Siempre se referían a ella como “tu madre”,
si es que se la mencionaba. Después de un Día de la Madre
realmente de mierda en la guardería cuando tenía cuatro años,
Zelda, la dama de Stoney, me dijo que mi madre había muerto al
darme a luz y que a mi padre le entristecía mucho pensar en ella.
Esto, para mi ya jodida mente joven, lo convirtió en mi culpa. Ni yo
ni nadie más volvimos a hablar de ella.
Yo era una niña muy enojada y me negué a responder al nombre
que ella había elegido para mí, Jasmine. Lo odiaba. El único nombre
que acepté fue el nombre que mi padre me puso, Demon Child.
Fue por esa época que me convertí en DC, incluso en la escuela.
Grizzly salió de la habitación y regresó con un rollo de papel
higiénico, dejándolo en mi regazo. Me soné la nariz que moqueaba,
me sequé los ojos con palmaditas y me aclaré la garganta
congestionada. Recogiendo mi taza olvidada tomé un sorbo de café
frío y lo tragué, deshaciendo el gran nudo que tenía en la garganta.
—¿Se han encargado de todos? ¿No queda nadie que pueda
lastimarlo a él o a nuestra familia?
—Todos están muertos, DC. Los borró a ellos y destruyó sus
negocios por completo. No tuvieron hijos y las mujeres que
quedaron atrás no son una amenaza. Eres todo lo que queda de esa
familia. Eres la mejor parte de ellos dos, la mejor parte de tu madre.
Ella amaba a tu padre, lo amaba tanto que desafió a su familia, su
religión y su cultura para estar con él. Tenía solo 19 años cuando
murió y tú tenías dos semanas.
Miré los ojos tristes de Tiny y Grizzly y supe en mi interior que
había más.
—¿Por qué? ¿Por qué le harían algo tan horrible a alguien a quien
habían criado y amado? Simplemente no tiene sentido. Debe haber
habido más.
Los varones de la familia de mi madre la habían arrebatado de la
casita donde vivía con mi padre. La llevaron a un campo abierto
cerca del complejo de los Road Warriors, donde se turnaron para
golpearla, mutilarla y finalmente, cuando estaba al borde de la
muerte, su padre la estranguló. En nombre del honor familiar. Qué
absoluta mierda.
Por suerte para mí, Liddy, la dama de Tiny, me había llevado
unas horas ese día para darle a mi madre la oportunidad de
descansar. Eso me salvó la vida.
Tanto Tiny como Grizzly asintieron con la cabeza.
—Había. El pueblo de tu madre, los Sharma, controlaban gran
parte del tráfico de drogas en todo el país. Eran temidos, pero no por
los Road Warriors. En aquella época teníamos nuestros propios
canales en competencia directa con los de ellos. Matar a tu madre fue
su primera oportunidad en la guerra para apoderarse de nuestros
canales. Después de que se encontró el cuerpo de Suleina, tu padre
junto con un pequeño grupo de hermanos mataron a todos los que
participaron en su asesinato, así como al jefe de la familia Sharma
que había dado la orden. Los Road Warriors destruyeron el control
de Sharma sobre el tráfico de drogas local, pero no intervinimos para
apoderarnos de su territorio.
Tiny se pasó las manos por el pelo corto, poniéndolo de punta.
Más de lo habitual.
—Tu madre no fue la única en el club que perdió la vida.
Perdimos a dos hermanos y cuatro mujeres a manos de esos
bastardos. Cuando llegó el momento de votar sobre permanecer o
salir del narcotráfico, Lefty, el presidente de aquel entonces, y sus
partidarios perdieron. Queríamos salir y con el voto ganador dimos
los primeros pasos para hacerlo realidad. Fue el comienzo del
ascenso de Doc en las filas del club. Hoy vivimos libres de esa
mierda gracias a lo lejos que tu padre estuvo dispuesto a llegar por
su familia.
Tiny se recostó y supe que había terminado de hablar. Tenía
tantas preguntas y mucho en qué pensar.
—Tengo muchas preguntas pero necesito algo de tiempo para
asimilar esto. Tienes mi palabra de que no le contaré a Doc lo que me
has contado. Ya ha sufrido bastante. Iré contigo.
Les di una pequeña sonrisa. Y luego intenté aligerar el ambiente.
—Mi padre necesita una buena mujer a quien amar. Esas putas
de club a las que se tira son desagradables y si no tenemos cuidado
terminaremos con otra jodida Misty en nuestras manos.
Ellos siguieron mi ejemplo y cambiaron de tema.
—Cierra la boca, mujer—gruñó Tiny—. No necesitamos que caiga
más mierda sobre nuestras cabezas.
—¿Has vuelto a saber de ella?—preguntó Grizzly.
—No, ella se ha quedado en silencio y mis informantes me dicen
que se fue de la ciudad bastante repentinamente. Aunque no sé si ha
estado hablando con Deena. Esa perra no habla conmigo en este
momento.
Tiny sacudió la cabeza, sin ninguna simpatía en su rostro.
—Tu y Doc son responsables de esta mierda. La malcriasteis
muchísimo y mirad cómo resultó. Ella cree que caga oro y se tira
pedos de rayos de luna, y déjame decirte que esto es sólo el
comienzo. Y ahora tiene a ese estúpido Dogz atado con la misma
correa que a vosotros dos. Tienes que dejar de encubrirla, dar un
paso atrás y dejar que Doc pruebe la mierda que te ha estado
lanzando durante el último año y medio.
—Yo... ¿de qué estás hablando?
Tiny resopló enojado.
—¿Crees que no vigilo a la chica, DC? Ella ha sido una perra
miserable contigo durante años y tú simplemente lo aceptas. No
aceptarías tonterías de nadie más, así que ¿por qué permites que ella
te trate como lo hace? La perra tuvo un gran ataque cuando
compraste tu propia casa y la única razón por la que todavía no
vives en la casa de Doc es Skel. Él se plantó y ella retrocedió. No
tienes un perro, un gato, un canario o incluso un maldito pez dorado
porque cuando ella está en casa y Doc se va, él sabe que te
encargarás mientras hace lo suyo. Desde hace años, Doc ha dejado
en tu regazo la responsabilidad de la chica.
Extendió una mano enojado cuando intenté interrumpir.
—No digas una maldita palabra. Liddy y yo ya hemos tenido
suficiente. Esta mierda termina ahora y seré yo quien le haga saber al
Doc que tu parte de criar a la pequeña perra ha terminado. No, no,
no intentes discutir conmigo, DC. Liddy y yo criamos a cuatro niños
salvajes, y tú eres uno de esos niños, así que sabemos lo jodidamente
difícil que es. Pero Doc no tiene ni puta idea porque todos lo hicieron
y todavía lo hacen por él, incluida tú. Ha terminado, cariño. Nunca
más.
No me estaba hablando como el vicepresidente de los Road
Warriors, ahora era solo mi tío Tiny y mi padre sustituto.
—No puedes decirme qué hacer, tío Tiny. Ella es mi hermana
pequeña, me necesita.
—Sí, ella es tu hermana pequeña y sí, necesita que retrocedas. No
eres su madre, ni su padre, eres su hermana, cariño. Deja de ser su
madre y sé una hermana. Solo sé su hermana. Deja el resto a Doc.
Asentí, no muy convencida pero dispuesta a pensarlo un poco.
Pero Tiny no había terminado.
—Hoy hemos hablado de muchas cosas difíciles, DC. Pero quiero
que sepas que, pase lo que pase, siempre te respaldaremos. Te
sostuve en mis brazos cuando naciste y te vi crecer hasta convertirte
en una mujer increíble. Y hubo un tiempo en que Liddy y yo
esperábamos que Skel te diera su parche y que fueras nuestra hija de
verdad. No fue así, pero eso no significa que Liddy y yo no te
consideremos una de los nuestros. Eres y serás siempre nuestra.
Incluso después de que ese gran bastardo te haga suya.
Los ojos de Tiny se encontraron con los míos y tuve que respirar
profundamente para no llorar antes de lanzarme hacia él,
hundiéndome en su gran cuerpo para recibir el abrazo que tanto
necesitaba.
—Gracias, tío Tiny—susurré—. Gracias por cuidarme siempre y
por apoyarme cuando quería ir a Ciudad del Cabo. Por enseñarme
cómo sobrevivir en esta vida. Te amo.
—De nada, cariño, de nada—dijo suavemente mientras me
abrazaba fuerte—. También te amo, niña.
Grizzly se levantó y me sacó de los brazos de Tiny hacia los
suyos.
—Te respaldamos, cariño. Siempre te respaldaremos—gruñó
contra lo alto de mi cabeza.
Fui muy bendecida con la familia que mi padre me había dado.
Porque eso es lo que él había hecho, me había dado una familia, la
familia Road Warriors.
Capítulo 15
DC
Me quedé sentada en el sofá mucho tiempo después de que los
sonidos de las motos de Tiny y Grizzly desaparecieran. Mi mente
estaba dando vueltas, pero un pensamiento seguía surgiendo por
mucho que lo alejara.
Yo no maté a mi madre.
Por muy estúpida que me hiciera sentir y por mucho que supiera
que era una tontería, es lo que siempre he sentido en lo más
profundo de mi ser. Nunca he hablado de eso, de cómo me culpo
por su muerte. Pero ahora deseaba poder hablar con alguien.
Alguien que me escuchara y me ayudara a comprender por qué
todavía me sentía culpable. Incluso ahora que sabía la verdad.
—Tranquilízate, perra—me reprendí suavemente—. Es asunto
del club.
Escuchar mi propia voz me hizo levantarme del sofá. No iba a
sentarme y regodearme en cosas que no podía cambiar. Y, si era
totalmente honesta conmigo, no quería cambiar.
Abrí el refrigerador, saqué el gran recipiente de yogur, encontré
una cuchara de mango largo y, apoyada contra la encimera de
granito de la isla, comí directamente del recipiente. Pero después de
unas cuatro cucharadas cargadas me di cuenta de que no tenía gusto
a nada. Entonces, lo volví a la nevera.
Necesitaba música y vino.
Seleccioné mi lista de reproducción relajada, saqué una botella de
vino de la vinoteca y rápidamente le quité el corcho. Llené la gran
copa con forma de globo casi hasta el borde, agarré la botella, salí a
la terraza y me hundí en mi tumbona favorita.
Bebiendo mi vino y escuchando algunas de mis bandas favoritas,
observé cómo el cielo cambiaba lentamente de azul brillante a tonos
de naranja y rosa a medida que el sol desaparecía. Entonces el
sonido de unas motos se interpuso en la música. No me moví. No
me importaba quién estuviera en la puerta. Podrían volver otro día.
Las motos no desaparecieron. Entraron y poco después se oyeron
fuertes pasos crujientes hacia la terraza.
Mierda.
Lentamente giré la cabeza y fruncí el ceño cuando tres hombres
aparecieron por el costado de mi casa. No es a quien esperaba en
absoluto.
Mi mayor tentación subió las escaleras y entró en la terraza, y aun
así no dije una palabra. Solo observé como Hawk, seguido de Kid y
Beast, se acercaban y se sentaban. Kid y Beast me levantaron la
barbilla a modo de saludo junto con sonrisas de complicidad.
Hawk, por supuesto, no tomó asiento, eso habría sido demasiado
fácil. Se puso cómodo al pie de mi tumbona y levantó mis pies sobre
su regazo.
—Hola, cariño—dijo Hawk, mientras se acercaba, tomaba el vino
de mi mano y bebía.
Suspiré y sacudí la cabeza.
—Hola, y devuélveme mi vino, hay cerveza en el refrigerador y
una silla justo ahí. —Señalé a mi lado.
Hawk frunció el ceño mientras me miraba y luego levantó la
barbilla hacia Beast, quien se levantó y entró a mi casa.
—¿Qué pasa, pajarito? —Esos ojos de color ámbar se
entrecerraron en mi rostro.
No iba a descargar mi maldita mierda delante de una audiencia
así que simplemente negué con la cabeza.
—Estoy bien—solté la vieja excusa de las mujeres de todo el
mundo.
Estoy bien, el mundo está bien, todo está bien. Bien, bien, bien.
Ni siquiera cerca.
Hawk simplemente inclinó la cabeza hacia un lado y asintió
levemente mientras aceptaba la cerveza de Beast. Esperé hasta que
quitó la tapa y tomó su primer trago largo antes de hablar.
—¿Por qué estás aquí? —Tomé un gran trago de vino para
ocultar mi cara en la copa.
Fue entonces cuando sonrió, muy, muy ampliamente.
—Tuve una reunión con Doc hoy, DC.
—Sí, lo sé, me lo dijo y dejó que yo decidiera. Aún no he tomado
una decisión, así que será mejor que te vayas—respondí
sarcásticamente.
Hawk me dio una sonrisa malvada. Bastardo.
—No hay que tomar ninguna decisión, cariño. Somos quienes
somos y hacemos lo que hacemos, sin arrepentimientos, ni
recriminaciones. Somos perfectos el uno para el otro. Ningún otro
hombre podrá jamás darte lo que yo puedo.
Suspiré, esto no estaba saliendo como pensé.
—¿Y qué es lo que puedes darme que nadie más puede?
Sus dientes brillaron a través de su barba mientras sonreía.
—Soy el único que puede darte la libertad de seguir siendo Crow
incluso después de que te reclame como mía. Créeme, nadie más
puede darte eso, sólo yo.
Mi respiración se entrecortó y mi mano instintivamente apretó el
pie de mi copa. Pero no había terminado y, mientras continuaba,
volvió a unir los pedazos rotos de mi alma, pedacito a pedacito.
—Soy el único que comprende tus necesidades, el único que se
excita con la perra despiadada que vive dentro de ti. Y, pajarito mío,
soy el único que ve lo suave y lo oscuro y quiere aferrarse a ambos.
Fui hecho para ti así como tú fuiste hecha para mí. Tuvimos que
pasar por la mierda de nuestro pasado para llegar hasta aquí, para
poder entender qué es lo que tenemos el uno con el otro—me
explicó, sin importarle una mierda que sus hombres estuvieran
escuchando cada palabra.
p
Luego me tomó de la mano, me quitó la copa, me sacó de la
tumbona y me condujo al interior de la casa, a través de la cocina y
por el pasillo hasta mi dormitorio. Y no dije una palabra para
detenerlo. Le permití que me guiara.
La puerta se cerró con un clic silencioso y me abrazó.
—Hay un dolor oscuro en tus ojos, cariño. ¿Qué carajo pasó hoy?
—Su voz era profunda y áspera mientras se sentaba en el borde de
mi cama y me sentaba en su regazo.
Suspiré y me relajé contra su pecho ancho y duro. Dios, se sentía
tan bien, sus brazos alrededor de mí eran tan grandes y fuertes. Me
sentía segura, protegida y, por una vez, cuidada. Quizás esto era lo
que necesitaba, un lugar propio y seguro. Respiré hondo y dejé salir
todo.
—Hoy fue un buen día pero también uno muy malo. Mi padre
me dijo que si pudiera elegir un hombre para mí serías tú. Él me
quiere a salvo y considera que eres el único además de Skelly que es
digno. Me pidió que considerara tomarte como mi esposo. Esa fue la
parte buena.
Tuve que respirar profundamente antes de poder continuar.
—La mala fue descubrir cómo murió realmente mi madre.
Cuando era niña me dijeron que mi madre había muerto al darme a
luz y siempre me sentí culpable por haberle causado la muerte.
Culpable por haber causado el dolor con el que mi padre vive todos
los días. Después de años de mentirme, hoy me dijeron la verdad. Su
familia la asesinó porque se enamoró de su enemigo blanco y tuvo
una hija. Si alguno de esos bastardos estuviera vivo, mi misión
habría sido matarlos a todos. —Mi voz tembló.
Los brazos de Hawk me abrazaron, apretándome con fuerza
contra su pecho.
—Mierda, cariño. Pensé que sabías. Ziggy me lo dijo e
investigamos para ver si alguno de esos cabrones todavía estaba vivo
porque quería acabar con ellos por ti. Están todos muertos, pajarito.
Hay otras ramas de la familia Sharma que todavía operan, pero se
distanciaron de esa parte de la familia cuando todo se vino abajo—
gruñó él contra mi cabello.
Sentí un ardor en mi garganta y en mis ojos y luego las lágrimas
que había contenido se desbordaron y sollocé contra su amplio
pecho. Sintiéndome segura, protegida y cuando sus manos me
acariciaron el cabello y la espalda, sentí que por fin había encontrado
mi hogar. Me moví, cerré los ojos y rodeé su cintura con mis brazos,
aferrándome.
Aferrándome a mi roca, mi protector, y esperaba que este fuera
un hombre que cuidara especialmente mi corazón.
Pero eso era algo que sólo el tiempo diría. Por ahora, esto era
suficiente.
Hawk
Su maldito corazón se rompía mientras sostenía a su pajarito
sollozando en sus brazos. Todo lo que podía hacer era darle el
consuelo de sus brazos y su gran cuerpo mientras ella se acurrucaba
contra él. Él la calmó deslizando sus manos sobre su cabello y
bajando por su espalda. Deseando que su estúpida polla bajara, se
acostó en la cama y la abrazó. Escuchó cómo sus sollozos se
convirtieron en suaves suspiros y finalmente en respiraciones
uniformes cuando se quedó dormida. La abrazó un poco más,
asegurándose de que estuviera profundamente dormida antes de
moverse.
Deslizándose de debajo de ella, regresó a la terraza donde Kid y
Beast lo estaban esperando.
—¿Ella está bien?—preguntó Kid mientras Hawk salía de la casa.
—No, hermano, no lo está. Nunca le dijeron cómo murió su
madre, se enteró hoy. La destrozó. No la dejaré esta noche. Iba a
contarle sobre la mierda entre Snake y Doc, pero ahora no es el
momento adecuado.
Kid y Beast asintieron y estaban a punto de hablar pero él levantó
una mano para silenciarlos. Necesitaba que fueran conscientes de la
mierda que presentía que les iba a llegar pronto. Hawk tenía un mal
presentimiento, un maldito presentimiento sobre Jane y Big Ed y lo
que iba a significar para su pajarito.
—Tengo un mal presentimiento, hermanos. No la quiero sola,
nunca. Ella será el objetivo de Big Ed en el momento en que se
enteren de que es mía. Jane la odia porque mi mujer le pateó el culo
pero también por mi mierda. Quiero que esté protegida las
veinticuatro horas del día y no es porque crea que no puede
protegerse. Ella es jodidamente letal, pero no vendrán hacia ella
cuando esté lista para recibirlos, los cabrones se le acercarán
sigilosamente. Su seguridad es estricta pero yo la quiero aún más
estricta. Su puerta es un punto débil, tenemos que solucionarlo.
Tiene cámaras, muros perimetrales con cercas eléctricas en las
paredes y una muy buena alarma, pero no es suficiente. Quiero la
mayor cantidad posible de dispositivos electrónicos fuera de la red
eléctrica, quiero cortafuegos que la hagan imposible de piratear y
quiero lo mismo en su tienda. Voy a hablar con ella acerca de que
consigamos dos perros guardianes. Jagger puede organizar que
realicemos el entrenamiento. Tiene que estar lo más segura posible.
No puedo perderla.
Continuó antes de que sus hombres pudieran interrumpir.
—Llame a dos de los hermanos para que os reemplacen.
Ubicadlos en la parte delantera y trasera de la casa. Los únicos
prospectos que permitiré para este trabajo son Sam y Terror, ambos
han demostrado su valía. Mañana arreglaré la mierda con Doc,
conseguiré más hombres para el trabajo y dejaré claro que mi mujer
debe estar a salvo a cualquier precio.
—Espero que no me apartes porque esa puta loca comparte mi
sangre, Hawk—gruñó Kid.
Hawk inmediatamente negó con la cabeza.
—No, hermano, esa no es la razón. Te confío mi vida y ahora la
de ella, por eso los necesito a ambos de regreso en el complejo y
haciendo un seguimiento con Ziggy. Necesitamos adelantarnos a
esta mierda y rápido.
y p
—No nos iremos hasta que lleguen los hermanos, Hawk. No me
importa lo que digas. No voy a ceder en esto—intervino Beast.
—Estoy bien con eso, Beast. Hace que sea más fácil para mí
concentrarme en hacer que mi mujer supere esta mierda esta noche
—estuvo de acuerdo Hawk.
—Eres un maldito bastardo afortunado. Ella es exactamente el
tipo de mujer que necesitas. Todavía no estoy seguro de cómo
tuviste suerte con esto porque seguro que a ella no le agradaste
cuando se conocieron. Esos ojos negros suyos disparaban fuego
cuando intentaste llevarla a la casa de coños. No estoy seguro si te ha
perdonado por eso todavía—dijo Kid con una amplia sonrisa.
El maldito bastardo estaba disfrutando demasiado de la
incomodidad de Hawk.
—Mi pajarito no se parece a ninguna otra perra que hayas
conocido, Kid. Ella nunca será fácil pero será mía en todos los
sentidos que cuentan. Es la mujer perfecta para mí. Y siempre estuvo
destinada a ser mía.
Hawk los dejó sentados en la terraza y regresó al dormitorio.
Tenía que cuidar de su mujer.
Su mujer. Suya y sólo suya.
Suya para proteger. Suya para amar. Le sorprendió muchísimo,
pero era exactamente así.
Se estaba enamorando de ella, rápidamente.
No, eso no era correcto. Él ya estaba jodidamente enamorado.
De ella.
Capítulo 16
Hawk
De pie junto a la cama mirando a su mujer dormir, con los ojos
todavía hinchados por el llanto, Hawk juró en silencio nunca ser la
causa de sus lágrimas. Preferiría pegarse un tiro en la polla antes que
hacerla llorar.
No podía prometer no enojarla o incluso decepcionarla, se
conocía y no era un maldito ángel. Iba a cagarla, eso era obvio, pero
lo que podía prometerle era que la amaría como ningún otro podría
hacerlo. Y junto con su amor venía la promesa de que siempre le
sería fiel. Conocía algunos de los hermanos con damas que se
follaban a putas de club, y eso era asunto de ellos, no de él. Él no lo
haría. Jodidamente nunca. Tenerla en su cama sería suficiente.
Inclinándose sobre la cama, le quitó la ropa con cuidado,
dejándola en bragas. Mierda, era hermosa. Levantándola, bajó el
edredón, la metió en la cama y luego se lo puso sobre el hombro. Ella
durmió mientras él la desnudaba y la movía, prueba de lo duro que
la habían golpeado hoy.
Alejándose de la cama, se desvistió y caminó desnudo hacia el
baño para darse una ducha rápida. Podría haber estado desnudo
pero su arma lo acompañó. Estaba colocada en un estante muy útil
justo afuera de la ducha. Eso lo hizo sonreír y negar con la cabeza. Se
secó, envolvió la toalla alrededor de las caderas, tomó el arma y
regresó al dormitorio. Su pajarito todavía dormía. Corrió las cortinas
dejando la habitación a oscuras.
Apoyando el arma en la mesita de noche con la billetera y el
teléfono, levantó las mantas y se deslizó junto a ella. Recostándose
sobre las almohadas, abrazó a su mujer y apoyó su cabeza sobre su
pecho. Ella dio un pequeño suspiro mientras se acomodaba sobre él,
con la mano apoyada sobre su corazón.
Hawk le dio un beso en el pelo y cerró los ojos.
Se quedó dormido con su olor en sus pulmones, en su cabeza y
en su sangre.
DC
Me desperté lentamente y por un momento me quedé allí,
confundida, tratando de descubrir dónde mierda estaba. Entonces
todo volvió rápidamente y lentamente levanté la cabeza para mirar
al hombre acostado boca arriba en mi cama, mi pecho encima del
suyo, sus brazos rodeándome y nuestras piernas entrelazadas. Tenía
el pelo suelto y salvaje alrededor de la cabeza y la barba despeinada,
pero a pesar de todo parecía pacífico y demasiado hermoso.
Mirando al gigante dormido, me pregunté celosa cuántas mujeres
lo habían visto así. Ese pensamiento totalmente repugnante fue
suficiente para hacerme salir de la cama bastante rápido. Recogí su
camiseta y me la puse por la cabeza respirando su limpio aroma
masculino mientras hacía una parada rápida en el baño antes de
dirigirme a la cocina. Necesitaba café.
Estaba parada tomando mi café y mirando mi jardín trasero
cuando lo sentí. Su calor golpeó mi espalda antes de que sus brazos
me rodearan, atrayéndome contra su cálido y duro pecho. Sonreí
mientras él alejaba mi cabello del cuello con su áspera barbilla y me
acariciaba, dejando pequeños besos contra mi cuello. Su barba me
hizo cosquillas y me estremecí deliciosamente. Hizo un gruñido y
depositó pequeños besos.
Giré mi cabeza hacia él mientras él levantaba la suya. Su voz era
profunda y ronca.
—Buenos días, mi pajarito. Me desperté y descubrí que no
estabas.
Antes de que pudiera responder, me giró y deslicé mis manos y
mis ojos sobre su piel desnuda, acariciando sus hermosos
abdominales y pectorales, subiendo las manos hasta sus hombros y
bajándolas hasta sus enormes bíceps. El hombre era muy musculoso,
pero no como esas ratas de gimnasio que tragan esteroides, sus
músculos provenían de la vida que vivía y del ejercicio con sus
hermanos.
El tatuaje de su club estaba en el lado derecho de su pecho, sus
brazos cubiertos por mangas tatuadas que se deslizaban hasta sus
manos. En las costillas, en el lado izquierdo del pecho, había iniciales
y fechas y supe sin preguntar que eran en recuerdo de sus padres y
su hijo. La piel sobre su corazón estaba intacta y llamaba a mi alma
de tatuador.
Con sus vaqueros parcialmente abotonados colgando en sus
caderas, exponía algunas de las cosas buenas que formaban parte de
Hawk Walker, especialmente ese rastro dorado que bajaba por sus
pantalones. Miré esos increíbles ojos color ámbar y sonreí ante su
cabello y barba revueltos por el sueño. Mi hombre era muy, muy
sexy.
—Buenos días. ¿Quieres un café?
—Por favor, cariño.
Se inclinó y pasó sus labios por mi frente y luego me soltó,
obviamente para que pudiera traerle el café. No me importó hacerlo,
era un placer para mí, pero nunca fue algo que hice por ninguno de
los hombres que vinieron antes que él.
Extraño. Pero se sentía bien.
Cuando le entregué la taza, tomó mi mano y me llevó a través de
las puertas corredizas hacia la terraza, se sentó y me puso en su
regazo. Me relajé contra él, observando el viento moviéndose entre
los árboles y disfrutando de la paz de mi jardín salvaje que ocultaba
casi por completo mi estudio en el otro extremo de la propiedad.
—Tu jardín está loco, cariño. Parece que arrojaste algunas plantas
y las dejaste tomar el control y hacer lo que quisieran. Es
jodidamente hermoso. ¿Qué es ese edificio que está siendo tragado
por toda esta locura?
Le di una sonrisa de satisfacción.
—Sé que parece una locura, pero está cuidadosamente plantado
para que parezca así. Zelda lo hizo como regalo de inauguración y
todavía viene y lo cuida por mí. Puedo sentarme aquí y ver cómo
cambian las estaciones y siempre hay algo hermoso incluso en pleno
invierno. Y no se traga el edificio, sólo lo cubre, y es mi estudio. Es
donde pinto cuando tengo tiempo.
—Me gusta tu jardín. La haremos venir a la casa y cuidar el jardín
allí también. ¿Y por qué no sabía que pintabas? ¿Es un secreto?
—Me encanta que te guste mi jardín y mi pintura no es realmente
un secreto, es solo mía, ¿sabes? Algo que hago para mí. —Me volví y
sonreí—. De hecho, eres dueño de una de mis pinturas. La que está
en tu oficina es una de las mías.
Su cuerpo se sacudió y me apartó para poder ver mi cara.
—Me encanta ese cuadro, por eso está en mi oficina. Intenté
comprar más trabajos de DJM pero no encontré nada disponible.
¿Por qué es eso? Eres una artista increíble, cariño. ¿Por qué hacer
toda esa otra mierda cuando todo lo que deberías hacer es pintar?
¿Qué pasó?
Sacudí la cabeza y sonreí.
—La vida pasó, mi familia, mi club. Me involucré, me hice
tatuadora y pinto cuando tengo tiempo libre. No he vendido
ninguno de mis trabajos desde hace bastantes años, por eso no
podías encontrar ninguna de mis pinturas.
Empujándome hacia su pecho, apoyó la barbilla en mi cabeza
mientras hablaba.
—Resolveremos todo eso tan pronto como las cosas vuelvan a la
normalidad por aquí. Voy a construirte un estudio y colgaré tu
trabajo por toda nuestra casa. Y tenemos que hacer arreglos para que
Zelda venga a la casa para darnos algunas ideas sobre el jardín.
Tendremos que entrenar a los perros para que no lo destrocen.
Me moví para poder ver su rostro. Hablaba de su casa como si
fuera nuestra, del jardín y de los perros también como nuestros. No
iba a tocar el tema de la casa o el estudio en este momento.
—¿Tienes perros? ¿Cómo puedes mantenerlos felices cuando
tienes que ausentarte tanto?
Él sonrió y frotó la nariz sobre mi mejilla y mis estúpidas
regiones inferiores revolotearon.
—No, cariño, no los tengo. Es algo de lo que necesito hablar
contigo y ahora es un momento tan bueno como cualquier otro.
Quiero que consigamos dos perros guardianes entrenados. Perros
entrenados para escucharnos sólo a nosotros. Y antes de que digas
algo, cariño, tenemos un montón de enemigos. Soy muy consciente
de que puedes cuidarte sola y que tienes buena seguridad aquí y en
la tienda. Sólo quiero añadir otra capa de protección, una capa extra
que me dé tranquilidad cuando no esté contigo. Los perros serán un
sistema de alerta temprana y además atacarán a cualquier bastardo
que entre a nuestras propiedades.
Él dejó de hablar, entrecerró los ojos como si pensara que iba a
luchar contra él. No tenía idea. Siempre había querido tener un perro
pero con mi horario de trabajo me sentía mal por dejar a un
cachorrito solo en casa. Pero un perro adulto, eso era totalmente
factible.
—¿Cuándo podremos ir a buscarlos? ¿Cuánto tiempo dura el
entrenamiento? ¿Vivirán aquí conmigo o contigo?
Echó la cabeza hacia atrás mientras se reía y contuve la
respiración ante la belleza del hombre, sentado en mi terraza con sus
vaqueros desgastados y descoloridos a medio abotonar dejando al
descubierto ese rastro de gloria dorada, el cabello suelto y
desordenado y la barba al viento. Su risa eliminaba la dureza de su
rostro y su mirada, profundizando las arrugas creadas por el sol y la
risa alrededor de sus ojos. Era increíblemente hermoso y yo era una
perra realmente afortunada por poseer esa belleza.
—Hablaré con Jagger, cariño. Lo está organizando para el club,
pero nosotros tendremos la primera opción. Los perros son jóvenes
pero completamente adultos. Haré que nos envíe algunas fotos. Y
estarán dondequiera que estemos, pajarito.
Salté con entusiasmo y sonreí y luego le planté un beso en la
boca.
—Siempre quise un perro. No puedo esperar. Gracias, cariño—
susurré contra su mejilla, sonriendo mientras él apretaba sus brazos.
—Antes de pasar a lo bueno, cariño, hay algo que tengo que
decirte. No es bueno, pero juntos podemos manejarlo.
Inclinó la cabeza hacia atrás hasta que pudo mirarme a los ojos y
no me dio tiempo para pensar en sus palabras antes de comenzar a
hablar.
—Snake y Big Ed se acercaron a tu padre hace unos años para
concertar un matrimonio entre tú y ese imbécil. Doc les dijo que se
fueran a la mierda. No estaban contentos. Ahora eres mía, se van a
enterar y eso los va a cabrear. Con la mierda que está pasando entre
Jane y Big Ed, quiero que tengas mucho cuidado, pajarito. Esos
cabrones están locos y no queremos que te pongan sus sucias manos
encima.
Mientras hablaba, mi cara se arrugó con disgusto.
—¡Sies! (NdelT: ¡Qué asco!) Es asqueroso, Jane se lo puede quedar
¿Por qué mi padre no me lo dijo? No, espera, no me digas... era
asunto del club. Vale, considérame informada. Ahora bien, ¿cuándo
llegaremos a la parte buena de la mañana?
Con un gruñido profundo, Hawk se abalanzó sobre mi cuello y
arrastró su barba sobre mi piel sensible. Luego me encontré en el
aire, abrazada a su pecho desnudo mientras él entraba a la casa,
recorría el pasillo y entraba al dormitorio.
Me arrojó a la cama. Me. Arrojó. Literalmente.
Volé, reboté y todavía me reía salvajemente cuando él estaba
sobre mí. Mi risa terminó cuando su boca se estrelló contra la mía.
Sus labios eran duros, pero del buen tipo de duro. Su lengua se
deslizó profundamente dominando mi boca, tomando el control y
enviándome en una espiral de lujuria abrasadora. Mis manos
estaban entrelazadas alrededor de esos enormes bíceps, mis piernas
rodeaban sus muslos con fuerza mientras él presionaba su polla
p p
contra mí. Tenía las manos en mi cabello, manteniendo mi cabeza
donde quería mientras me besaba.
Deslicé las manos hacia arriba hasta sus hombros y luego hacia
abajo para rozar sus abdominales, me dirigí infaliblemente hacia sus
vaqueros parcialmente abotonados, desabrochando los pocos
botones restantes y liberando su magnífica polla. Empujando sus
pantalones por sus piernas con mis pies, rodeé esa recompensa con
ambas manos y lentamente comencé a deslizarlas por su erección
dura como una roca. De repente se echó hacia atrás y mis manos lo
perdieron mientras me sacaba bruscamente la camiseta por encima
de la cabeza, dejando mis pechos rebotando por la violencia del
movimiento. Me bajó las bragas hasta las rodillas, levantó mis
piernas y las apoyó contra sus hombros mientras me las quitaba por
completo y las arrojaba por encima de su hombro. Separando bien
mis piernas, las colocó alrededor de su cintura y miró fijamente mi
coño totalmente expuesto y muy mojado.
—Condón, cariño. —Su voz era tan áspera que apenas era
reconocible y sus músculos faciales estaban tensos dándole un
aspecto casi salvaje.
Todo lo que pude hacer fue señalar el cajón de la mesita de noche
y eso provocó un gruñido completamente diferente, un gruñido
ligeramente enojado. Me confundió por aproximadamente un
segundo antes de que lo olvidara por completo cuando él se cernió
sobre mí y metió la mano en el cajón. Me froté contra él, gimiendo
cuando esa hermosa polla se deslizó a través de mi coño mojado y su
piercing chocó contra mi clítoris. Era mi primera polla perforada y se
sentía absolutamente increíble deslizándose sobre mi clítoris. No
podía esperar a descubrir qué haría por mí cuando estuviera
adentro.
Nuevamente retrocedió y vi cómo se ponía el condón. Gracias a
Dios todavía me quedaban algunos. Me lamí los labios mientras mis
ojos nunca dejaban su gran polla. Su gran polla perforada.
—Vas a tener que tomarte las cosas con calma con esa gran polla
tuya, bebé, porque no he hecho esto en bastante tiempo—dije
suavemente.
Me gruñó antes de decirme exactamente cómo iba a ser.
—No quiero oír hablar de ti con nadie más, cariño. A partir de
este momento nuestro pasado ya no existe para ninguno de los dos.
Prometo que te cuidaré, soy grande, lo sé y tú eres jodidamente
diminuta. Nunca te haré daño. Confía en mí, amor.
Luego estuvo sobre mí, besándome profundamente,
consumiéndome de una manera que hizo que mi mente volara. Sus
dedos jugaban con mi clítoris, frotando, haciendo círculos,
sumergiéndose para recoger humedad y luego volviendo a subir y
frotando, frotando, frotando. Me retorcí, levanté las caderas,
rogándole en silencio que me tomara pero no lo hizo, jugó conmigo
hasta que sentí que iba a estallar en llamas.
Deslizó un dedo dentro, lenta, muy lentamente. Luego añadió
otro, estirándome, follándome despacio y luego añadió un tercero y
fue tan, tan bueno que no me importó la pizca de dolor. Sólo lo
quería dentro de mí. Ahora.
Y nunca dejó de besarme, mordisqueó mis labios, deslizó su
lengua sobre la mía y respiró mi aliento. Bajó la cabeza, lamió y
chupó mi cuello antes de inclinarse para tomar un pezón en su boca
y chuparlo con fuerza, yendo de uno a otro. Y todo el tiempo sus
dedos jugaban en mi coño, estirándome.
Entonces sus dedos desaparecieron y lo sentí en mi entrada, tan
grande, tan intimidantemente grande que me tensé, pero él me había
preparado tan bien que estaba empapada para el momento en que
comenzó a empujar hacia adentro. No pude tomarlo todo a la vez y
él disminuyó la velocidad.
Su gemido contra mi boca se unió a mi gemido mientras se
deslizaba cuidadosamente hacia afuera y hacia adentro, solo la
punta dentro de mí.
—Mi pajarito tiene un coño muy apretado y está muy húmedo y
listo para mí. Agárrate a mí, cariño. Vas a tomar todo de mí ahora.
Con eso, empujó lenta e insistentemente y jadeé sintiendo que
mis ojos se agrandaban mientras él seguía empujando, estirándome,
deslizándose dentro de mi coño. En lo más profundo de mi ser sentía
como si hubiera llegado a un lugar en el que nadie más había estado
antes. Gimiendo profundo y largo, se deslizó hasta las pelotas, su
hueso púbico al ras de mi clítoris.
—Eres tan grande y estás tan profundo. Por favor, quédate
quieto, sólo por un minuto mientras me acostumbro a esto. Dios, te
sientes muy, muy, muy bien—gemí contra sus labios mientras él
levantaba la cabeza.
Me miró, sus ojos color ámbar ardiendo y sus párpados
entornados por la lujuria.
—Está bien, pajarito, pero estoy luchando aquí. Te sientes tan
jodidamente bien que quiero estrellarme una y otra vez hasta que
ambos estallemos. Pero no lo haré, no te haré daño, cariño. Dime,
cuando estés lista—gruñó.
Sonreí y levanté las caderas, probando, y él gimió. Todo lo que
sentí fue placer, muchísimo placer.
—Muévete, cariño—susurré.
Fue como liberar a un animal salvaje. Apoyó sus antebrazos a
cada lado de mí. Mirándome con el cabello cayendo sobre su rostro,
me dio una sonrisa salvaje. Sus hermosos labios se curvaron
mientras sonreía, haciendo que mi corazón se acelerara y mi coño se
apretara alrededor de él.
—Prepárate, cariño—susurró.
Su retirada fue lenta y volvió a entrar, estirándome, llegando
profundamente, su piercing tocando y deslizándose sobre algo que
envió ondas de choque a través de mí. Ondas de choque del placer
más intenso que jamás había sentido. Mis caderas se levantaron para
ayudarlo pero él se movía tan rápido que perdí el ritmo y dejé de
seguirlo. Simplemente hice pequeños movimiento con las caderas y
contraje los músculos dentro de mi coño mientras él me follaba
violentamente.
Se sentía increíble. Áspero y duro, pero muy bueno.
Lo sentí aproximarse, reuniéndose en las yemas de los dedos de
mis pies y recorriendo mi cuerpo hasta donde su polla estaba
arrasando mi coño. Y después estuvo sobre mí, haciéndome arquear
la espalda mientras cada músculo de mi cuerpo se tensaba y grité.
Jodidamente grité. Nunca había gritado.
Mis brazos y piernas se apretaron alrededor de él tratando de
evitar que su polla me abandonara, pero era demasiado fuerte. Se
sumergió en mi coño con espasmos una y otra vez, prolongando mi
orgasmo, haciéndome retorcerme, gemir y gritar de placer. Sentí los
músculos de su espalda contraerse bajo mis manos mientras hundía
violentamente toda su longitud dentro de mí, manteniéndose
profundamente dentro mientras llegaba al clímax. Observé a mi
hermoso hombre mientras sus músculos se tensaban y los tendones
de su cuello se volvían duros y visibles. Sus labios estaban retraídos,
sus dientes apretados mientras su gruñido de placer retumbaba
profundamente en su pecho. Durante todo su clímax, su atención y
sus ojos de halcón de color ámbar permanecieron clavados en mí.
Parecía como si estuviera muriendo, pero era una muerte
bienvenida. Una muerte placentera. A medida que sus músculos y
tendones se relajaban poco apoco, me dedicó una lenta sonrisa. Una
sonrisa cómplice, una sonrisa de conquistador.
Me había arrasado.
Se había apoderado de mí.
Me había destruido. Sólo para rehacerme.
Luego me dio la vida.
Una nueva vida con nosotros en el centro.
Me tumbé debajo de él y lo sentí todavía latiendo en lo más
profundo de mi ser. Mi pobre coño estaba lleno, muy lleno. Se movió
ligeramente y gemí ante las pequeñas réplicas que todavía me
recorrían.
Sus manos se movieron a ambos lados de mi cabeza,
manteniéndome quieta, su cabeza bajó hasta que nuestras narices se
tocaron.
—Ahora eres mía, pajarito. Este cuerpo, este coño me pertenecen.
Le fruncí el ceño.
—No puedes reclamarme sólo porque hemos tenido sexo.
Ni siquiera dudó antes de explicármelo.
—Eso no fue sólo sexo, cariño. Ese era yo reclamándote,
haciéndote mía y sólo mía.
Besando mi nariz, comenzó a retirarse y yo gemí y me estremecí.
Él sonrió, el maldito bastardo.
—¿Te sientes un poco sensible, cariño? Me gusta eso. Me sentirás
todo el día y sabrás que eres mía.
—Eres un hombre de las cavernas—me quejé, pero en el fondo
estaba sonriendo.
—Sí, lo soy, pero soy tu cavernícola, pajarito. Siempre tuyo.
Se alejó de mí y paseó su hermoso culo hacia el baño para
deshacerse del condón. Escuché mientras orinaba, se lavaba las
manos y luego comenzaba a ducharse.
¿Se iba a duchar sin mí?
—Trae tu hermoso culo, DC. Necesitamos ducharnos y salir de
aquí o estaré tentado de pasar el resto del día en la cama follándote
hasta quedar sin aliento y eso no va a suceder. Estás demasiado
dolorida para volver a tomarme ahora mismo y no quiero que estés
más dolorida de lo que ya estás.
Sonreí mientras me levantaba de la cama, pero inmediatamente
hice una mueca cuando mi pobre coño se quejó amargamente.
Ja (NdelT: Sí), definitivamente iba a sentirlo todo el día.
Pero eso no era algo malo. No, era lo mejor.
Capítulo 17
DC
Mi gran placer sexual posterior estaba desapareciendo
rápidamente. Y todo gracias a un motero dominante y
sobreprotector. Lo miré fijamente, con los brazos cruzados sobre mis
pechos mientras él despotricaba.
Sí, despotricaba. Mi motero sexy despotricaba.
—No andarás en tu puta moto hoy ni ningún otro día hasta que
te diga que es seguro hacerlo. Usa la cabeza, DC. Eres vulnerable en
tu moto. Estarás en tu bestial jaula hasta que se resuelva la mierda de
los ED. Y tendrás un hermano o un prospecto contigo en esa jaula.
Siguió imponiendo furioso la ley según Hawk.
—No te vas sola. No sales desarmada. No vas a ningún lado sin
tu teléfono. Me envías mensajes durante todo el día haciéndome
saber dónde estás. Envías mensajes de texto si algo te parece un poco
extraño.
Gruñó cuando le puse los ojos en blanco.
—Deja de ponerme los ojos en blanco, cariño. Lo digo en serio.
No puedo perderte, así que necesito que te mantengas a salvo por
mí. Prométeme. Prométeme que harás lo que te pido.
Resoplé enojada.
—Pero no estás pidiendo, estás exigiendo.
Su rostro de repente perdió su expresión enojada y se suavizó.
—Te lo exijo y te lo pido, pajarito mío. Haz esto por mí y te follaré
tan bien esta noche que tendrás que tomarte un día libre para
recuperarte. —Me guiñó un ojo y me dio una sonrisa malvada.
Mi coño traidor se estremeció, real y verdaderamente se
estremeció. Estaba actuando como una puta motera.
—Bien. Lo haré, pero no me gusta que me manejen.
—No te manejo, DC. Sólo estoy tratando de mantenerte a salvo.
Y por eso que llegué al trabajo con un prospecto de los Iron Dogz
sentado a mi lado. Mi temperamento no estaba en su mejor
momento y no mejoró cuando vi la seguridad alrededor de la tienda.
Había Road Warriors y Iron Dogz merodeando de manera muy
obvia, dentro y fuera del lugar.
Doc y Hawk se estaban volviendo locos. Seguramente esa perra y
los ED no estaban tan locos como para intentar algo a plena luz del
día con la evidente protección que tenía a mi alrededor. Pero claro,
estaban locos. Entonces, ¿quién sabía lo que harían?
Trabajé en mis citas matutinas sin ningún problema.
Pero fue al final de la tarde cuando mi día se convirtió en un
desastre total. Y la razón del desastre fue la perra a la que, por
alguna razón desconocida, se le había permitido irrumpir en mi
tienda. Arruinando mi increíble placer sexual posterior y mi día.
Lizzy Hamilton. ¿Qué mierda?
Pasó violentamente junto a Trina en la recepción y se detuvo
bruscamente cuando llegó a mi estación de trabajo.
Afortunadamente mi último cliente se había ido y yo estaba ocupada
limpiando. Apretando con fuerza los dientes, maldije en silencio.
Estaba pálida y obviamente asustada, pero al mismo tiempo estaba
enojada y muy decidida.
—¿Qué puedo hacer por ti, señorita Hamilton? —Mantener la
calma no fue fácil pero lo logré.
—Devuélvemelo. Tienes que devolvérmelo—dijo con los dientes
apretados y sus asquerosos labios húmedos cubiertos de saliva.
—No entiendo. ¿A quién tengo que devolverte? —Me hice la
estúpida, queriendo ver de qué mierda venía esto.
—Éramos felices. Hice todo lo que él quería, incluso compartirlo
con esas putas aunque me dolía el corazón. Sabía que si tenía un
bebé, se casaría conmigo y sería mío, y estaba intentando con todas
mis fuerzas darle uno. Y luego llegaste y lo arruinaste todo. Me lo
quitaste. Pero lo voy a solucionar. Sé que si se entera de que voy a
quedar embarazada, será mío por los siglos de los siglos.
—¿Estás loca?—gruñí—. ¿Desde cuándo es un buen plan atrapar
a un hombre utilizando a un niño inocente? Te das cuenta de que la
gente ya no se casa por un embarazo accidental, ¿verdad? Él no se
casará contigo, le dará su nombre al niño y cuidará de los dos, pero
no habrá matrimonio.
Ella negó con la cabeza violentamente mientras yo hablaba.
—¡Detente! ¡Deja de decir eso! Él se casará conmigo. ¡Lo hará! —
gritó enojada.
Con los puños en las caderas, me quedé mirando los restos de
una mujer que solía ser la tranquila Lizzy Hamilton. ¿Qué mierda le
había pasado?
—¿Estás tratando de decirme que estás embarazada, Lizzy? ¿De
eso se trata esto?
Empezó a mover la cabeza violentamente de un lado a otro.
—No, no lo estoy y es tu culpa. Teníamos un plan, un buen plan y
lo arruinaste. Se suponía que él debería estar conmigo, no contigo—
murmuró ella—. Se suponía que era mío.
Eché una rápida mirada a Sam, un prospecto de los Dogz,
mientras lentamente se dirigía hacia ella, antes de volver a mirarla.
Al mirarla a los ojos, de repente me di cuenta de que había
consumido algo. Estaba completamente drogada. Y loca como una
cabra.
Mierda, Hawk realmente tenía un gusto de mierda con las
mujeres que elegía para follar. Excluyéndome a mí, por supuesto.
Y con ese pensamiento de repente ya había tenido suficiente. En
realidad, ya estaba más que harta de que sus malditas putas me
atropellaran. No tenía idea si mis palabras serían asimiladas pero se
las iba a decir de todos modos. Ya sea que las escuchara o no.
—Madura, Lizzy. Ya no estás en la maldita escuela secundaria ni
en la cima de la puta cadena alimentaria. Has sido usada y dejada de
lado, acéptalo y sigue adelante. No es que sea una gran sorpresa,
perra. Todas, incluido tú, sabíais que solo era vuestro
temporalmente y que eventualmente pasaría a tener a alguien
nuevo. Deja de actuar como una perra quejosa, madura y sal de mi
tienda antes de que pierda el control y te meta una bala en tu
estúpida cabeza—gruñí enojada.
Un profundo gruñido enojado vino detrás de mí y miré a mi
alrededor. Un Hawk muy enojado estaba parado en el pasillo que
venía desde la parte trasera de la tienda. Sus ojos cabreados estaban
puestos en mí. El bastardo estaba muy enojado… conmigo.
¿Qué mierda?
—Liz, ¿qué estás haciendo aquí, cariño?
Su voz era condenadamente suave y afectuosa, y mi espalda se
enderezó cuando ella rompió a llorar y se arrojó sobre él. Vi cómo él
cerraba sus brazos alrededor de ella, abrazándola fuerte contra su
pecho, frotando suavemente su espalda y susurrándole suavemente
al oído.
¿Qué mierda?
Oh, no, joder, no. Esto no estaba sucediendo.
No sólo se había puesto de su lado, sino que lo había hecho en mi
propia maldita tienda. En mi territorio. Frente a mi gente. No
aceptaba esa mierda de nadie, y menos de él. Crow se levantó
instantáneamente.
—Sacad vuestro culo de mi tienda—gruñí suavemente y tomé el
arma que tenía escondida en mi gabinete—. Todos y cada uno de los
malditos Dogz necesitáis abandonar mis instalaciones ahora mismo
o empezaré a sacar la basura.
Hawk levantó la cabeza lentamente y solo me miró mientras le
apuntaba con el arma a la cabeza.
—Vete a la mierda y si veo un Dogz cerca del territorio de los
Warriors, lo usaré para dar un ejemplo. Y esa es una promesa de la
que puedes estar seguro, imbécil.
No dijo nada, solo movió a Lizzy a su lado y lentamente la
condujo fuera de mi tienda. Mantuve el arma en alto, observando
hasta que todos los Dogz salieron, se subieron a sus motos y se
largaron.
Sólo quedaban dos hombres en la tienda, ambos prospectos de
los Road Warriors y parte de mi familia. Parecía que habían confiado
en los Dogz para que me cuidaran y los Warriors solo habían
enviado dos malditos prospectos. Por suerte, eran como hermanos
pequeños para mí y seguían órdenes sin cuestionar. Crow se alejó
hasta que fue una leve presencia en el fondo de mi mente.
—Revisa la parte trasera y asegúrate de que las puertas de
seguridad estén cerradas y que nadie más pueda entrar, Gav—gruñí
mientras él avanzaba hacia mí. Él asintió, con la ira ardiendo en sus
ojos mientras se dirigía hacia la trastienda y a la puerta trasera—.
Law, cierra la puerta, hecha el cerrojo y mantén los ojos bien
abiertos, no necesitamos más sorpresas en este momento.
Dejé el arma, tomé el teléfono y llamé a Skel. Inmediatamente
empezó a hablar, sin esperar a que yo dijera una palabra.
—¿Qué mierda está pasando ahí, DC? Recibo informes
contradictorios.
—Una de sus perras, Lizzy Hamilton, entró en la tienda y
empezó a enloquecer. Le dije algunas verdades domésticas y que se
fuera a la mierda antes de que la sacara a patadas. El bastardo entró
por la parte de atrás, la tomó en sus brazos y se puso de su lado.
Ordené a todos los Dogz que salieran de mi tienda a punta de
pistola. Necesito más protección en caso de que ellos o los malditos
ED regresen.
Hubo un largo silencio y luego Skel suspiró.
—Grizz, Shaka y yo estamos en camino con más hermanos, cierra
la tienda y espera. Estaremos allí pronto.
Dejando el teléfono, me moví hacia el frente de la tienda y cambié
el letrero de abierto a cerrado mientras Law vigilaba la calle. Revisé
rápidamente las citas y suspiré aliviada cuando vi que básicamente
habíamos terminado por el día.
Regresé a la parte trasera de la tienda donde Killian, Grace,
Nadja, Alex y Trina estaban conmocionados.
—¿Qué acaba de pasar, DC?—preguntó Grace en voz baja.
—Lo que siempre pasa, Grace. Lo que siempre pasa—respondí
con la misma voz baja.
—Necesito un maldito trago—espetó Killian y entró en la oficina
regresando con la botella de Patron que uno de mis muy satisfechos
clientes me había regalado.
—Alejémonos de las ventanas, todos excepto Gav y Law, y
entremos a la oficina—dije.
Mientras me hundía en el sillón detrás del escritorio, Killian me
acercó la botella abierta. La tomé y bebí un largo trago,
estremeciéndome mientras el tequila de primera calidad bajaba por
mi garganta y llegaba a mi estómago. Nos pasamos la botella y muy
pronto me sentía un poco mareada. Beber con el estómago casi vacío
te provocará eso.
Seguimos pasando la botella hasta que escuchamos el sonido de
muchas motos que venían por la carretera.
—¡Skel y los muchachos están aquí!—gritó Law mientras abría la
puerta principal.
Frotándome la cara con las manos, me levanté del sillón y me
balanceé ligeramente. Me sentía más que un poco mareada.
Lindo.
Skel, Grizz y Shaka entraron a la oficina y todos salieron,
cerrando la puerta detrás de ellos. Dejé la botella casi vacía sobre el
escritorio.
—¿Qué mierda pasó aquí?—preguntó Grizz.
—Pasó Lizzy Hamilton. Entró a la tienda muy drogada
diciéndome que se lo devolviera, que tenían planes de quedar
embarazada. Ella siguió, siguió y siguió y yo perdí los estribos. Le
dije que dejara de ser una perra quejosa, que madurara y saliera de
mi tienda antes de que le disparara. Hawk entró por la parte de
atrás. Se puso de su lado y los eché a todos. Y podría haberle
apuntado con mi arma a la cabeza—dije encogiéndome de hombros.
—¿Estás seguro de que él se puso de su lado?—preguntó Shaka
en voz baja.
¿En serio? Y así, de repente, mi mareo desapareció y estaba
completamente sobria.
—No soy una perra estúpida, Shaka. La tomó en sus brazos, la
abrazó, la sacó de aquí y la subió a la parte trasera de su moto. A la
parte trasera de su maldita moto. ¿Qué crees que significa eso?
—Sabía que esta mierda iba a terminar en un puto desastre—
gruñó Shaka mientras comenzaba a pasearse por la oficina—. Doc te
quiere en la casa club. Vamos.
Los seguí fuera de la tienda, cerré la puerta, le pasé a Sam las
llaves de mi bestia y me subí en el lado del pasajero. Tenía mi arma a
mi lado en el asiento, lista para cualquier cosa. No pasó nada.
Cuando atravesamos las altas y sólidas puertas de acero hacia el
complejo y éstas se cerraron detrás de nosotros, supe que estaba en
casa y a salvo. Doc estaba esperando en los anchos escalones que
conducían a las puertas dobles reforzadas con acero detrás de él. El
edificio de ladrillo rojo sin ventanas brillaba de un rojo intenso bajo
el sol del final de la tarde. Cuando nos detuvimos junto a los
escalones, la insignia del Road Warriors MC sobre las puertas me dio
la bienvenida a casa. Él bajó los escalones cuando salí de la
camioneta y luego estaba en sus brazos y me abrazaba con fuerza.
Me relajé contra él con un suspiro.
—Lo siento mucho, niña—susurró contra mi cabello—. Entremos
y veamos qué podemos hacer con este maldito desastre.
No dije nada porque no había nada que decir. Dejé que me
llevara adentro y fruncí el ceño cuando en lugar de a su oficina nos
dirigimos hacia la iglesia. Nunca me habían invitado a entrar.
—El teléfono, cariño—dijo Skel y lo saqué de mi bolsillo trasero y
lo dejé en la canasta que Law sostenía antes de seguir a mi padre a la
habitación.
No era una extraña en la habitación, porque me había colado aquí
más de una vez cuando era niña y nuevamente una o dos veces
cuando era adulta. Las fotografías y recuerdos en las paredes
documentaban la historia del club, la historia de mi familia. Me senté
en una silla contra la pared a la derecha de Doc y esperé mientras
solo los oficiales del club entraban a la habitación, la mayoría de
ellos no se sorprendieron en absoluto de verme allí.
Cuando las puertas estuvieron cerradas, Doc levantó el mazo, lo
golpeó y el sonido se apoderó de la sala de inmediato.
—Tenemos una situación y es por eso que DC está aquí—dijo en
voz baja, muy diferente a mi padre. Casi siempre era muy ruidoso—.
En la reunión que tuvimos esta mañana os dije que el presidente del
Iron Dogz MC, Hawk Walker, me pidió permiso para reclamar DC.
Y se lo di, pero le dejé muy claro que si él jodía con mi chica, yo a mi
vez jodería con él y su club.
Hubo un silencio espeso mientras miraba alrededor de la
habitación y luego sus ojos se encontraron con los míos y ardían con
ira helada.
—Hoy, un puto día después, jodió con mi chica. Ésta no es una
reunión en la que vamos a tomar una decisión sobre cómo responder
a ese insulto, es una reunión para que todos sepan lo que ha pasado.
Ahora, dos de sus putas le han faltado el respeto a nuestra chica y,
aunque ella se hizo cargo de una de esas perras, no podemos
permitir que este insulto a ella o a nuestro club quede así. Al faltarle
el respeto a ella le están faltando el respeto a mi sangre y a mi club.
Lamentablemente no podremos resolver esto esta noche ni mañana,
pero nos volveremos a encontrar cuando regrese. Entonces quiero
saber de vosotros y conocer vuestra opinión sobre este maldito lío.
y p
Doc estaba a punto de bajar el mazo cuando se escuchó un
susurro de movimiento y un único golpe de anillos pesados sobre la
mesa. Doc dejó el mazo a un lado y asintió con la cabeza hacia Alien
que había golpeado.
—Quiero escuchar a DC antes de cerrar esta reunión. —Alien se
inclinó hacia adelante en su silla, sus antebrazos fuertemente
tatuados sobre la mesa y sus grandes manos, con enormes anillos de
plata en casi todos los dedos, entrelazadas.
Respiré hondo y asentí con la cabeza cuando mi padre levantó
una ceja.
—¿Te reclamó como su mujer?—me preguntó Alien en voz baja.
Dios, esto era tan jodidamente humillante.
—Sí, lo hizo.
Hubo ceños fruncidos y asentimientos por todos lados mientras
Alien continuó.
—¿Qué pasó en la tienda? ¿Qué dijo él?
—Lizzy Hamilton, una de sus putas, entró en mi tienda. Me dijo
que estaban planeando quedar embarazados. La llamé perra quejosa
y le pedí que saliera de mi tienda antes de que le disparara. Él entró,
la tomó en sus brazos, le susurró algunas cosas al oído y la
acompañó fuera, la subió a la parte trasera de su moto y se fue. No
dije una palabra. Podrás verlo todo una vez que Skel lo saque de las
cámaras de la tienda. —Mi voz era suave pero gélida.
—¿Podría ser que lo estuviera haciendo para engañar a quienes te
han estado vigilando?—siguió presionando Alien.
Me encogí de hombros.
—No lo sé y no me importa.
—Alien podría tener razón, DC. Podría estar jugando con esos
bastardos para mantenerte fuera de su radar—se sumó Skel a la
discusión.
Hombres, siempre protegiendo la espalda de otros hombres.
Estúpido.
—Si esa fue su jugada, entonces debería haberme avisado. No soy
una perra estúpida que no tiene idea de cómo funciona esta vida.
Nací en esta vida, he visto caer más mierda de la que me
corresponde, he visto derramar sangre e incluso la derramé también.
Sé cómo cuidarme. —Negué con la cabeza—. Además, es demasiado
tarde para intentar protegerme, estoy en su radar y nada va a
cambiar eso. Al menos no hasta que matemos a esos bastardos.
Los hombres se echaron a reír.
Doc sacudió la cabeza mientras sonreía ampliamente.
—Está bien, continuaremos con esto cuando regrese. Piénsalo y
cuando nos volvamos a encontrar escucharé tus pensamientos.
Mientras tanto, habrá cuatro hermanos en el equipo de protección de
DC en todo momento. Grizz, ocúpate de eso. Esta noche viajaremos
a Durban. DC viajará con nosotros. Grizzly, Alien y Rover,
preparaos para montar. Grizz, ya sabes a quién quiero en su equipo,
asegúrate de que esté listo. —Se giró y sus ojos encontraron y
sostuvieron los míos—. Llama a Killian, hazle saber que estarás
fuera por unos días y que habrá hermanos vigilándolas a ellas y a la
tienda. Estarán a salvo hasta que regresemos. Envié a Gav y a Law a
buscar tu moto y todo lo que puedas necesitar está en tu habitación
de arriba. Date una ducha, come y bebe un poco de café. Saldremos
en las próximas dos horas.
Dicho esto, golpeó el mazo y puso fin a la reunión.
¿Por qué me quería en un club? No era algo que hubiera hecho
antes. ¿Era una forma de sacarme del área? ¿O había algo que
necesitaba que Crow hiciera en la sede de Durban? Normalmente
nos deslizábamos silenciosamente hacia la ciudad, esta vez yo sería
muy visible. ¿Por qué? Pero sabía que era inútil preguntar. Él me
informaría cuando llegara el momento.
Seguí a Skel fuera de la habitación, busqué el teléfono en la
canasta y cuando lo encendí me pareció como si hubieran llegado
millones de mensajes a la vez.
Al desplazarme vi que la mayoría eran de Hawk. Recorrí
lentamente todos sus mensajes. Pasaron de pedirme que lo llamara a
exigirme que contestara mi teléfono y amenazas de que me azotaría
el culo si seguía ignorando sus llamadas.
Sin siquiera pensarlo dos veces, escribí un mensaje y lo envié.
Tomaste tu decisión. Fuera por negocios. Hablaremos cuando regrese.
No tenía mucho tiempo antes de irnos, así que inmediatamente
subí a mi habitación, que estaba en el mismo piso que la de Doc.
Estaba empacando mis alforjas cuando el teléfono sonó. Hawk, de
nuevo. Suspirando, lo dejé ir al correo de voz. No quería hablar con
él ahora, no cuando podría perder la cabeza y empezar a gritar.
Apagué el teléfono y lo dejé caer sobre la cama. Después de una
ducha rápida, me vestí para el largo viaje hasta Durban.
El verano casi había terminado y según el parte meteorológico
nos encontraríamos con un frente frío. Iba a ser un viaje miserable,
frío, ventoso y lluvioso. Me puse ropa térmica y luego me vestí con
pantalones gruesos de cuero y una camiseta de manga larga.
Calcetines gruesos y botas de motero hasta las pantorrillas protegían
mis pies. Recogiendo mi gruesa chaqueta de cuero, deslicé el
teléfono en un bolsillo interior junto con los auriculares y mi billetera
en el otro.
Una hora y quince minutos después salimos por una entrada
trasera camuflada. En la parte delantera de la casa club, los
muchachos estaban provocando caos, la música a todo volumen, las
motos acelerando y quemando caucho para disfrazar el sonido de
nuestras motos mientras nos escabullíamos por la parte trasera.
Monté detrás de Doc y Grizzly con Rover a mi lado. Rico y
Skinny, luego Gav y Law detrás de nosotros con Raj y Alien en la
retaguardia. Nos incorporamos a la N3 y avanzamos a buen ritmo
porque la carretera no estaba demasiado transitada. Muchos
camiones pero eso era normal. Mi corazón se aceleró cuando
pasamos junto a tres camiones pertenecientes a Iron Dogz Trucking.
Era muy obvio que viajaban en convoy, y con la mierda que estaba
sucediendo alrededor de su club no los culpaba. Los tres tocaron sus
bocinas cuando pasamos y todos saludamos con la mano.
Nuestra primera parada breve para repostar fue en Villiers y
volvimos a la carretera.
Cuando llegamos a Harrismith llenamos nuestros tanques,
estiramos las piernas y tomamos algo caliente para calentarnos el
cuerpo. Doc no nos permitió demorarnos y después de una rápida
visita a los sanitarios volvimos a la carretera. Hacía mucho frío y
mucho viento cuando bajamos por el paso Van Reenen y delante de
nosotros los relámpagos iluminaban las nubes bajas. Nos íbamos a
mojar.
Doc aceleró para llegar a nuestra siguiente parada antes de la
lluvia, pero no tuvimos tanta suerte. Nottingham Road estaba
mojada, con niebla y miserable y yo estaba saltando como loca para
mejorar mi circulación mientras llenábamos el tanque. Cualquier
esperanza de que Doc se detuviera para esperar a que pasara la
lluvia era inútil, siguió adelante sin descanso. Tuvimos algunos
momentos muy difíciles al atravesar Midlands y Pietermaritzburg
debido a las condiciones resbaladizas de la calzada y a los estúpidos
conductores y camioneros. En algún momento después de
Pietermaritzburg, la lluvia se convirtió en una fina y constante
llovizna y tuvimos que conducir con luces antiniebla porque la
visibilidad era realmente mala. Estábamos cansados, helados hasta
los huesos, mojados y de mal humor cuando entramos al complejo
del Road Warriors MC en Durban.
Todo lo que quería era una habitación con ducha y una taza
grande de algo caliente para beber. Tenía tanto frío que me
importaba una mierda lo que fuera, siempre y cuando estuviera
caliente. Doc y Boeta, el sargento de armas de la sede de Durban, me
llevaron rápidamente a través de la silenciosa casa club y me
acomodaron en una habitación. Era pequeña pero tenía su propio
baño y estaba impecablemente limpia. De hecho, olía a flores. En la
pared detrás de la puerta había una barandilla de madera con varios
ganchos para colgar cosas y pegada a la pared del fondo había una
cama doble con una pequeña mesita de noche y una lámpara.
—Es pequeña, lo sé, pero es la única disponible en este momento.
No quería meterte en una de las habitaciones comunitarias—dijo
Boeta con su estruendosa voz con acento afrikáans. Era un tipo
grande con cabello castaño oscuro y salvaje y un bigote que se
curvaba sobre su labio y bajaba por los lados de su boca. Era un
bromista destacado y nadie estaba a salvo de su loco sentido del
humor. Normalmente sus ojos color avellana habrían brillado, pero
no esta noche. Sus ojos habían perdido el brillo y estaban llenos de
sombras. Quizás su trabajo como sargento de armas de su club
estaba empezando a afectarle.
Al menos no intentó engañarme para meterme en una de esas
habitaciones como lo había hecho antes.
De ninguna manera quería dormir allí, eran asquerosas. Esas
camas han visto más acción que las puertas batientes de un pub.
—Esto es perfecto, gracias, Boeta. Voy a darme una ducha antes
de acostarme. ¿Está bien si bajo a la cocina a tomar algo caliente? —
No quería deambular por la sede del club sin que él lo supiera.
Doc no le dio oportunidad de responder.
—Law te lo traerá. Quédate en tu habitación hasta que él te vaya
a buscar.
Se fueron antes de que pudiera decir una palabra.
Quitándome los pantalones de cuero mojados, los extendí sobre
los ganchos detrás de la puerta. Con suerte, se secarían bastante
rápido.
Una hora más tarde estaba acurrucada debajo del edredón con
una taza de chocolate caliente en la mesita de noche. Sabía que era
hora de leer y escuchar los mensajes de Hawk. Según sus mensajes
de voz, estaba muy cabreado.
Su último mensaje fue breve y nada dulce.
Contesta tu puto teléfono
Estaba a punto de enviar un mensaje cuando el teléfono sonó.
Mirándolo fijamente cerré los ojos, suspiré y respondí.
—Hola, Hawk.
—¿Dónde mierda estás?—me gruñó al oído.
—Viajando con Doc. Me necesita para algo.
Hubo un pesado silencio antes de que él hablara, su voz llena de
violenta ira.
—Te vieron conduciendo por la N3, de noche, dirigiéndote hacia
una maldita tormenta. ¿Qué mierda, DC? ¿Dónde carajo estás,
pajarito?
La violencia había disminuido hacia el final hasta convertirse en
una preocupación evidente.
—Estoy en Durban, en el complejo del Road Warriors MC, Hawk.
Estoy a salvo.
—Pero no estabas a salvo en el camino, DC. Recibo informes de
mis camiones de que llueve a cántaros y que la carretera está
resbaladiza como la mierda. ¿En qué coño estaba pensando Doc
mientras lo atravesaba? Él te puso en peligro, cariño, ¿y para qué?
¿Qué podría ser más importante que mantenerte a salvo?
Vaya, estaba muy cabreado con mi padre y no pude darle
ninguna respuesta porque no sabía nada. E incluso si lo supiera, no
se me permitiría decirle nada. Al menos no hasta que Doc diera su
visto bueno.
Pero eso no era de lo que quería hablar. Quería saber sobre la
jodida escena en mi tienda con Lizzy Hamilton.
—En lugar de criticarme por hacer lo que mi presidente me pide
y sobre lo que no puedo discutir contigo, ¿por qué no intentas
explicarme sobre Lizzy Hamilton?
Hubo un silencio sepulcral, luego un profundo suspiro.
—Puedo explicarte, pajarito, pero tiene que ser cara a cara, no por
teléfono.
—¿Está ella en tu casa club?
Más silencio.
—Sí, pero la única razón por la que está aquí es para mantenerla
a salvo.
Ja, correcto.
—Estoy cansada, Hawk. Voy a dormir un poco. Hablaré contigo
cuando regrese del viaje.
No le di la oportunidad de responder. Puse el teléfono en
silencio, lo dejé en la mesita de noche junto a mi arma, mi billetera y
mis llaves y apagué la luz. La habitación se llenó con la pálida luz
previa al amanecer mientras me acurrucaba bajo el edredón.
Miré ciegamente a la pared, vaciando mi mente de toda la mierda
que rondaba en ella, cerré los ojos y me quedé dormida.
Capítulo 18
Hawk
Hawk supo en el momento en que entró por la puerta trasera de
Mainline Ink II y escuchó la mierda que Lizzy estaba soltando, lo
que iba a tener que hacer. Hacía que sus entrañas ardieran faltarle el
respeto a su reciente dama, pero si tenía que elegir entre faltarle el
respeto y mantenerla con vida, era una elección jodidamente fácil.
Lo que no esperaba eran los ojos negros y el arma apuntando
firmemente a su cabeza. El seguro quitado y el dedo en el gatillo.
Lista para liquidarlo.
Llevando a la maldita Lizzy fuera de la tienda de su mujer, se
encontró con la mirada de Ice y vio la sorpresa en sus ojos también.
Hawk sabía que acababan de ver y sobrevivir al enfrentamiento con
Crow y no era una sensación nada buena. Le mató poner a esa perra
loca en la parte trasera de su moto, pero apretó los dientes y siguió
actuando.
En la sede del club, la arrastró por la sala común hasta su oficina.
Kid, Ice y Beast lo siguieron y una vez que la puerta se cerró, se
sentó en su sillón y miró fijamente a la mujer parada desafiante
frente a su escritorio.
—¿En qué mierda estabas pensando? ¿Tienes alguna idea de lo
que acabas de hacer? —le gruñó Hawk a la estúpida perra.
—No lo siento—susurró—. Realmente no la quieres. Ella no es
una buena persona. Jane me dijo que es una puta de los Road
Warriors. Tú y yo éramos felices hasta que ella vino aquí, íbamos a
tener un bebé y después me echaste.
Mientras ella divagaba, Hawk sentía que su ira aumentaba, pero
se la tragó y la dejó continuar.
—Íbamos a ser una familia. Ibas a conservarme y dejar ir a las
demás. Te amo, Hawk. ¿Cómo no puedes ver eso? ¿Cómo puedes
elegirla a ella antes que a mí? Seré la mejor madre para tus hijos, no
ella. Actúa como un hombre y no como una mujer y es muy fea.
Todo músculos y oscuridad. No se folla a la oscuridad, se folla a la
luz. Jane me dijo lo que tenía que hacer y lo hice. Ahora eres todo
mío y podemos volver a ser como antes, pero esta vez solo seremos
nosotros dos. No permitiré que ninguna de las demás te folle, sólo
yo.
Hawk ya había oído suficiente.
—La única razón por la que te saqué de esa tienda hoy fue para
salvar tu estúpida y puta vida. No te amo, Lizzy, nunca te he amado.
Ni siquiera me gustas. Quería follarte, y eso es todo lo que siempre
fue, sólo un polvo. Es mi error haberte dejado quedarte tanto tiempo
como lo hiciste. Un error que he rectificado. Hay algo de mierda en
el club y es la única razón por la que te traje de regreso a esta casa.
No te he traído porque deseaba que volvieras. He terminado
contigo. Para siempre.
Hawk la vio encogerse, pero no le importó una mierda. Continuó
explicándoselo.
—Lo que hiciste ha destrozado la puta paz entre los Iron Dogz y
los Road Warriors por la que trabajé duro. Personas van a morir por
lo que hiciste hoy. ¿Cómo te hace sentir eso? ¿Todavía no te
arrepientes? ¿Te parece bien que hombres, mujeres y niños mueran
porque no conseguiste lo que querías?
Negó con la cabeza y gimió suavemente, pero Hawk no se rindió.
Necesitaba saber dónde mierda estaba Jane y esta perra lo sabía,
había estado en contacto con ella. Jane y Big Ed se habían escapado y
desaparecido, y necesitaban encontrarlos. Y esta perra era su única
pista.
—La cagaste, Lizzy. ¿Por qué creerías cualquier cosa que Jane te
dijera? Ella te odia.
Sus ojos enloquecidos recorrieron la habitación y su boca estaba
muy abierta y llena de saliva.
—No, estás equivocado. Jane dijo que si iba y veía a esa perra
volverías conmigo. Ella dijo que si quería que volvieras tenía que
ayudarla. Así que lo hice. Te quiero de vuelta, te amo. No quiero que
la gente muera por mi culpa. No lo sabía. Te juro que no lo sabía.
Sólo pensé que si lograba que ella se fuera, estaríamos juntos de
nuevo. Jane dijo que me ayudaría a deshacerme de ella. No sabía que
ella quería lastimar a las personas. No lo sabía, te lo juro—gimió ella.
—¿Dónde está Jane? ¿La viste hoy antes de ir a ver a DC?
Lizzy asintió.
—Sí. Ella vino a mi casa esta mañana con un hombre aterrador.
Dijo que ella se iba a encargar de ello. No sé cómo, no me lo dijo.
Sólo pensé que la ahuyentarían o algo así. —Pero Hawk podía ver la
mentira en sus ojos, quería a DC muerta.
—¿Dijo cuándo te volvería a ver?
—No, pero ella dijo que tenían a alguien adentro que los estaba
ayudando. Dijo que esa mujer los ayudaría a llegar a ella cuando
menos lo espere. No sé nada más y no pregunté. Sólo quería que se
fuera, pero no la quería muerta.
—Deja de mentirte, perra. ¿Qué carajo pensaste que quiso decir
Jane cuando dijo que ella se encargaría de ello? ¿Eres tan
jodidamente estúpida que simplemente aceptas los arreglos para
matar a alguien? ¿Qué mierda, Lizzy?
Hawk no esperó su respuesta y se volvió hacia Kid.
—Sácala de aquí y enciérrala. Nadie habla con ella. Si necesita
algo, que uno de los hermanos con una dama se encargue de ello, no
las mujeres. Quizás sientan tanta pena por ella como para ayudarla a
escapar.
Permaneció en silencio mientras Kid tomaba a Lizzy del brazo y
la sacaba con fuerza de la oficina. La perra no quería irse. Cuando la
puerta se cerró detrás de ellos, se volvió hacia su primo, que había
estado observando en silencio.
—Mi mujer me va a cortar las malditas pelotas por esta mierda.
¿Qué mierda hago ahora, Ice?
Su primo le lanzó una mirada que no supo leer.
—Vamos a los Warriors y les explicamos esta mierda a Doc y
Tiny. Tenemos que hacerles saber que tienen una rata antes de que
Jane la haga participar. Eso es todo lo que podemos hacer y tendrás
que explicarles por qué hiciste lo que hiciste hoy. DC es una chica de
club, eventualmente lo entenderá.
De repente, Ice soltó una risa cruel.
—Después de que te haya hecho sufrir. Es una perra muy dura.
Levantando el teléfono, Hawk le envió un mensaje a su mujer. A
lo largo de la tarde envió un montón de mensajes de texto y no
obtuvo respuesta. Intentó llamar. Sin respuesta. Le dejó mensajes de
voz, muchos mensajes. En el último la amenazó con una zurra si no
lo llamaba.
—Deja de joder con el teléfono. Vámonos de aquí, Hawk—gruñó
Kid exasperado—. Tenemos que reunirnos cara a cara con Doc y
arreglar esta mierda. La llevaron al complejo de los Warriors, así que
ella estará allí y podrás arreglar tu mierda mientras cazamos a su
rata.
Siguiendo a Ice y Kid, frunció el ceño ante el repentino silencio
que su presencia causó en la sala común. Hizo una pausa, miró
alrededor de la habitación y luego se centró en los hermanos que
estaban con las perras. Sin y Beast estaban en la barra y ambos le
levantaron la barbilla. Mantendrían las cosas en orden mientras él
salía a buscar a su mujer.
Su teléfono sonó y el mensaje lo cabreó. Le iba a poner el culo
rojo a su mujer si seguía con esa mierda.
Levantó la barbilla a sus hombres y salió mientras intentaba
llamarla. No tuvo suerte, fue directo al correo de voz.
Dios, era tan jodidamente terca.
Les llevó tiempo llegar al complejo de los Warriors debido al
tráfico de la tarde y tuvieron que tener cuidado al conducir por los
carriles porque había algunos hijos de puta que se despistaban. No
necesitaba que lo bajaran de su moto en este momento.
Al acercarse a las puertas de acero parcialmente abiertas en el
complejo de los Road Warriors, Hawk frunció el ceño ante la fiesta
que se desarrollaba detrás de las pesadas puertas. La música sonaba
a todo volumen y las motos rugían mientras quemaban caucho
frente a los garajes abiertos. Maldijo brutalmente cuando vio la jaula
de DC parada junto a algunas otras jaulas.
Intentó volver a llamarla y de nuevo saltó directamente el buzón
de voz, por lo que dejó un mensaje.
—Cuando te ponga las manos encima, cariño, tu culo se pondrá
rojo. Es una promesa.
Hawk maldijo larga e inventivamente mientras Skel se acercaba a
él con una sonrisa perversa.
—Está tan cabreada contigo, Hawk. Me alegro de no ser tú,
nuestra chica te va a hacer sufrir.
Hawk suspiró profundamente.
—Era la única puta jugada que tenía, hermano. Recibí una
llamada para alertarme de lo que estaba pasando y corrí para
interceptar a la perra, pero ya era demasiado tarde. Así que actué de
la única manera que podía para mantener a DC a salvo.
Shaka y Tiny se acercaron y Hawk se encontró con los ojos
helados de Tiny, negándose a retroceder.
—¿Qué mierda pasó hoy?—preguntó Tiny—. Mi chica se ha
cerrado y hemos tenido que lidiar con Crow en modo cabreada. Ella
va a exigir venganza y si lo pide tendremos que tener una maldita
buena razón para no poder dársela.
Hawk asintió.
—Tenía una jodida muy buena razón. Necesitamos discutir esto
en algún lugar donde no haya oídos escuchando. Al parecer has
adquirido un problema de roedores. Necesito hablar con Doc.
Hawk observó cómo la conducta de Tiny cambiaba por completo.
Pasó de un poco enojado a completamente enfurecido en segundos.
—Doc está de viaje. Traed vuestras motos adentro. —Regresó a la
casa club sin decir una palabra más, Shaka lo siguió después de
lanzarle una mirada mordaz.
—Mierda—dijo Skel y ordenó que las puertas se abrieran
completamente para permitirles la entrada.
Cuando entraron a la sala común de la casa club, estaba llena de
Warriors, pero no había ninguna mujer, y definitivamente ni señales
de DC. Skel los condujo a través de los hombres que observaban en
silencio por las escaleras de acero y por un pasillo hasta una puerta
abierta. La gran oficina era un desastre, había polvo, plantas
moribundas, papeles y piezas de motos por todas partes. Las
paredes estaban cubiertas con pinturas realizadas por su pajarito,
algunas obviamente realizadas en la misma época que la que tenía
en su oficina. Pero también había algunas pinturas muy oscuras y
siniestras y a Hawk le hubiera gustado tener tiempo para
estudiarlas. Tomó asiento junto al escritorio y esperó mientras Kid,
Ice, Skelly y Shaka se sentaban en las sillas restantes y en el sofá
desordenado. Tiny se hundió en el sillón de Doc.
—Vamos a oírlo—gruñó Tiny.
Hawk se inclinó hacia delante en su silla y empezó a hablar.
—Hoy temprano, dos de mis hombres entraron en la casa de Jane
Warne. Era obvio que hacía mucho que se había ido.
Inmediatamente llegamos a la casa de Big Ed y su dama, que resultó
ser la hija de Snake, estaba feliz de decirnos que encontró algo de
mierda en su teléfono y lo había echado. Él le dijo que se mudaría
con su novia. Entonces supimos que están juntos. Llamé a Snake
para ver si tenía algo que decir y quiere que nos sentemos a la mesa
lo antes posible.
Tiny asintió.
—Quizás sea una buena idea, pero ten cuidado, no se puede
confiar en él, su nombre es muy apropiado.
Hawk asintió levemente en reconocimiento antes de continuar.
—Tuvimos suerte de llegar primero a la dama de Big Ed porque
ella tenía su teléfono. Fue por lo que encontramos en el artefacto que
hice lo que hice en la tienda de DC. Necesitábamos saber más sobre
sus planes y Lizzy tenía las respuestas. La perra nos dijo que Jane
planea encargarse de DC desde aquí, desde el interior de tu club.
Una de las putas de tu club es una rata. Alguien de quien nadie
sospecha y aparentemente puede acercarse a DC sin levantar
sospechas. Ella le entregará a DC a Jane y Big Ed a cambio de su
ayuda para resolver un problema que tiene y una gran suma de
dinero. Lizzy no tiene idea de cuál es su problema ni quién podría
ser la rata. ¿Tienes alguna idea?
Tiny se giró en su sillón y miró a Skelly. Algo pasó entre los dos y
Tiny suspiró antes de darse la vuelta.
—Sí, la tenemos, pero necesito investigarlo antes de hacer nuestro
movimiento. Hay otros que resultarán perjudicados si actuamos
demasiado rápido—dijo Tiny en voz baja.
—Bien. — Hawk había terminado de hablar de esta mierda.
Quería hablar con su mujer—. ¿Dónde está mi dama? No ha
contestado su teléfono en las últimas horas.
Tiny hizo una mueca.
—Sí, respecto a eso. Doc necesitaba sus habilidades para algunos
asuntos del club. Se fueron hace aproximadamente una hora.
Hawk suspiró y se frotó el rostro cansado con las manos. ¿Cómo
mierda se suponía que iba a lidiar con esto? Era su dama. ¿Cómo
podía dejar pasar este desprecio hacia él y su club?
—Hawk, hermano, esto es parte de quién ella es—interrumpió
Skelly sus pensamientos—. Doc sabía que te ibas a enojar, así que me
dejó atrás para tratar de explicarte.
Hawk estaba enojado y lo demostró.
—Entonces explícame esta mierda, Skelly. Explícame por qué mi
dama no está donde se supone que debe estar. Explícame cómo no
me informaron sobre la necesidad de que ella hiciera un viaje no
programado y sin que mis hombres la escoltaran.
Skelly levantó las manos en señal de súplica.
—Recibimos información muy jodida esta tarde. Si no se maneja
adecuadamente, podría afectar a nuestros dos clubes, y no en el
buen sentido. Si se permite que se desarrolle de la forma en que se
diseñó, muy pronto todos estaremos sentados tras las rejas. Doc
necesitaba a su Crow para llegar al fondo del asunto.
—¿Dónde mierda está ella?
—En la carretera. El informante está en Durban. —Cuando vio la
expresión del rostro de Hawk, Skel inmediatamente se dispuso a
asegurarle la seguridad de su mujer.
—Ella está a salvo, Hawk. Tiene cuatro hermanos como su
seguridad personal y hay diez de ellos montando a su lado. Rover y
Grizzly estarán detrás de ella, manteniéndola a salvo.
—Mierda, tengo tantas cosas sucediendo en mi propio club que
no tengo tiempo para lidiar con esto ahora. —Hawk se levantó de la
silla—. Tengo que regresar. Mantenme informado sobre tu rata.
Hawk se alejó con la rabia ardiendo en sus entrañas. ¿Cómo se
atrevía Doc a darle una tarea a su mujer sin hablar con él primero?
DC le pertenecía a él, no a Doc, ni a los Road Warriors.
Estaba de mal humor cuando cruzó las puertas de su club y todos
lo vieron y se aseguraron de mantenerse fuera de su camino.
Intentó ponerse al día con el trabajo para no pensar en su pajarito.
Pero después de recibir varios mensajes de los hermanos que
viajaban con los camiones camino a Durban, estaba de peor humor.
Dejó el trabajo y subió a la habitación de invitados que estaba
usando mientras redecoraban la suya.
Hawk yacía con las manos detrás de la cabeza, mirando al techo
sin poder dormir. Estaba preocupado por su pajarito. No habían
terminado el día nada bien. Estaba enojada con él y lo entendía
totalmente, pero ella no sabía por qué había hecho lo que hizo. Y al
no contestar su maldito teléfono no le daba la oportunidad de
explicarse.
Se dio la vuelta, tomó el teléfono y suspiró al ver la hora. Cuatro
de la mañana. Llamaría una vez más y luego le tocaría a DC.
Sonó dos veces y de repente ella estaba allí, su voz sonaba tan
jodidamente cansada que su temperamento se disparó.
—Hola, Hawk.
—¿Dónde mierda estás?—gruñó él.
—Estoy viajando con Doc. Me necesitaba para algo.
Se quedó en silencio por unos segundos y luego no intentó
disimular la ira y la violencia en su voz cuando habló. Pero se
convirtió en preocupación por su seguridad y él se lo hizo saber
mientras le preguntaba dónde estaba.
Cuando ella le dijo que estaba a salvo, él quiso gritar mentira,
pero se contuvo. Los informes de sus hermanos le habían hecho
saber lo jodidamente peligrosas que eran las condiciones climáticas
en la N3.
Hawk estaba tan jodidamente enojado con Doc y aunque sabía
que DC no podía decirle qué mierda estaban haciendo en Durban,
aun así preguntó. Ella no le respondió, sino que le echó en cara la
jodida situación con Lizzy. Y luego fue su turno de evadir responder
porque no había manera de que pudiera explicar adecuadamente la
mierda por teléfono, y sabía que ella le iba a dar un infierno.
Ella no lo hizo, lo dejó escuchando el aire muerto cuando cortó la
comunicación.
Capítulo 19
DC
Cuando Doc me despertó cuatro horas después me sentía como si
hubiera dormido durante cuatro minutos. Sentía que me picaban los
ojos y estaban muy hinchados, y como si una carga de arena se
hubiera instalado detrás de mis párpados. Me dolía el cuerpo y
vestirme no fue nada divertido. Pero una vez que terminé, me dirigí
a la cocina en busca de café y el desayuno.
Mi padre no estaba en la cocina y desayuné rodeada de hombres
extrañamente silenciosos. La tensión en el aire mantuvo mi boca
cerrada y me concentré en la comida, evitando sus miradas. Estaba
disfrutando lo último de mi café cuando entró Doc y con una rápida
inclinación de cabeza me indicó que tenía que seguirlo.
¿Qué mierda estaba pasando aquí?
Entré a una oficina sin ventanas detrás de él y me senté cuando
me señaló una silla colocada en un rincón de la habitación. Éramos
siete en la habitación, Doc, Grizzly, Rover, Alien y yo de la sede de
Jozi y Boeta y Fisher de la sede de Durban. Fisher era el oficial de
información de su club. Todos los que estaban en la sala eran
dirigentes del MC excepto yo. No tenía idea de por qué el presidente
y el vicepresidente de la sede de Durban no estaban en la habitación,
pero estaba segura de que estaba a punto de descubrirlo.
—Me llamaste con información realmente jodida, Boeta. Espero
que puedas respaldar lo que me dijiste. —Las primeras palabras del
Doc no fueron alentadoras.
—Ek fokken wens ek was verkeerd, Prez. (NdelT: Ojalá estuviera
equivocado, Prez.) Después de hablar contigo, supe que
necesitábamos pruebas de la mierda que ha estado sucediendo.
Llamé a algunos de los hermanos en quienes confío y les
arrebatamos su cargamento. Los tenemos a resguardo en un lugar
seguro.
Los ojos de Boeta se veían atormentados y parecía como si le
hubieran pisoteado el corazón, pero en el fondo la ira ardía
ferozmente. Sabía lo molesto que estaba por la forma en que su
explicación estaba salpicada de palabras y frases en afrikáans.
—Die klub en my broers is my lewe, Prez. (NdelT: El club y mis
hermanos son mi vida, Prez.) He sangrado por mi club y mis
hermanos, maar ek kannie meer nie (NdelT: pero ya no puedo más).
Sabes que fuimos la última sede de los Warriors en salir del tráfico
de drogas. En jy weet hoe diep ons in daai fokken kak was. (NdelT: Y
sabes lo profundo que estábamos en esa maldita mierda). Voté a
favor de salirnos de la mierda en la que se estaba ahogando el club.
Para vivir libres y limpios, para dejar de mirar por encima del
hombro todo el tiempo, para dejar de morir sin ninguna jodida
buena razón. Speedy was nie happy nie (NdelT: Speedy no estaba
contento). La mierda en la que están involucrados Speedy y algunos
de mis hermanos hace que lo que solíamos hacer parezca un jodido
juego de niños. No permitiré que su codicia destruya a mi club o a
mis hermanos.
—¿Cuántos de los hermanos están involucrados?
Fue Fisher quien respondió.
—Nueve que sepamos, Prez. Y eso incluye a nuestro presidente,
nuestro vicepresidente, nuestro ejecutor y nuestro tesorero.
Las noticias no eran buenas. Los hombres que tomaban las
decisiones y el que manejaba su dinero junto con el que se aseguraba
de que se cumplieran sus órdenes se habían corrompido. ¿Pero por
qué lo habían hecho? Se ganaban muy bien la vida, así que
ciertamente no se trataba de dinero... ¿o sí?
La habitación quedó en silencio mientras todos esperaban que
Doc reaccionara. Su voz era profunda y áspera cuando lo hizo.
Estaba enojado y decepcionado. Speedy era un amigo, un amigo que
ahora se había vuelto corrupto, al parecer.
—Hablé con Freeze y me dio luz verde para investigar. Lo
mantendré informado sobre cualquier cosa que descubramos. —Doc
suspiró profundamente—. Cuéntanoslo, y hermano, no dejes ni una
puta cosa fuera. Lo quiero todo.
Los ojos de Boeta se dirigieron hacia donde yo estaba sentada
tranquilamente en un rincón de la habitación.
—¿Frente a ella, Prez? Esto es un asunto del club.
Doc sonrió malvadamente.
—La necesitamos y para poder ayudar necesita saberlo todo. Lo
aclaré con el Consejo Nacional, así que escuchémoslo.
Pude ver que Boeta estaba muy incómodo conmigo allí pero
asintió y mientras hablaba sentí los diminutos pelos de mi nuca
erizarse de horror.
Speedy y sus hombres estaban involucrados en una red de tráfico
de mercancías ilegales. Eran la última parada antes de que sus
productos fueran enviados desde Durban en contenedores a puertos
de Asia. Y fue una de sus supuestas mercancías la que me asustó
muchísimo.
No sólo enviaban a Asia cuernos de rinoceronte, pieles y huesos
de león y colmillos de elefante. Cada dos meses, esos contenedores
contenían niñas y niños que habían sido secuestrados en todo el sur
de África.
Boeta no tenía idea de quién era el cerebro de la operación. Pero
estaba convencido de que una de las chicas que habían sacado del
almacén sabía más de lo que decía. Era mayor que las otras chicas,
tenía poco más de veinte años, mientras que las demás tenían doce y
trece años respectivamente.
Doc se giró en su silla y me miró. Asentí.
—Necesito que Rover y Alien estén conmigo y que Law haga lo
de costumbre—dije en voz baja—. Cuanto antes comience, antes
terminaremos. Llevadme con ellas.
Rover y Alien, junto con Skelly, usualmente me acompañaban
cuando hacía lo que hacía para el club. Law era quien se aseguraba
de que tuviera lo que necesitaba y se deshacía de las pruebas una
vez que terminaba. Él era la única persona fuera de los oficiales del
club que sabía que yo era la Crow de Doc.
Seguí a los hombres fuera de la habitación con las tripas en un
nudo. ¿Con qué nos habíamos topado aquí?
Atravesamos Durban Central y nos adentramos en una zona
industrial donde nos detuvimos detrás de una fábrica abandonada.
Seguí a los hombres al interior y Boeta nos guió a Doc y a mí al nivel
inferior donde tenían a las niñas. Estaría usando la habitación vacía
como un vestuario al lado de donde mantenían a las niñas.
Después de cambiarme de ropa, me paré en la habitación vacía y
cerré los ojos, entrando dentro de mí, donde vivía mi otro yo. Y
cuando abrí los ojos, ella estaba ahí, esperando.
Respiré profundamente antes de entrar en la habitación oscura y
sin ventanas. Había dejado mi humanidad en la otra habitación.
Miré los ojos asustados de las dos niñas y mi corazón se apretó y
sangró por ellas. El otro par de ojos era diferente, ella estaba
tratando con todas sus fuerzas de parecer asustada pero fallaba.
Estaba sopesando sus opciones, tratando de encontrar una excusa
plausible. Algunos de los hombres podrían haberse enamorado de
su mierda, pero yo no.
—Lleva a las niñas a la otra habitación—susurré a través de mi
máscara. Rover inmediatamente las recogió y se fue. Regresó casi
inmediatamente con una silla de cocina que colocó en el centro de la
habitación.
—Ponla en la silla—susurré la orden.
Rover y Alien la levantaron y sentaron su cuerpo protestando en
la silla. Rover sujetó sus tobillos a las patas con bridas mientras Alien
le llevaba las manos hacia atrás y las ataba al respaldo de la silla. Ella
no iría a ninguna parte pronto.
Rover volvió a salir y regresó con otra silla y la colocó frente a
ella. Luego él y Alien se alejaron, apoyándose contra la pared con los
brazos cruzados y observando en silencio.
Me senté, me crucé de brazos y la miré en silencio. Ella no pudo
sostener mis ojos y comenzó a retorcerse.
—Cuéntame la historia—siseé fríamente.
—Yo… yo… no sé lo que quieres. He sido secuestrado. Por favor.
Quiero ir a casa—suplicó—. Por favor, déjame ir a casa.
Sacando el cuchillo de mi bota, jugué con él. Girándolo entre mis
dedos, una y otra vez. Llevaba guantes negros de Nitrilo, los mismos
que usaba en el taller. Sus ojos estaban clavados en la hoja que giraba
y giraba.
—Dime.
—¡No sé lo que quieres saber! ¡Por favor! ¡Déjame ir!—chilló ella.
—Puedes detener ese chillido. Nadie puede oírte y no hay nadie
aquí que te pueda ayudar. Estás sola. Sabes lo que quiero. Dime—
siseé y giré el cuchillo tan cerca de su cara que ella echó la cabeza
hacia atrás con miedo—. O no me lo digas y podré jugar. Contigo.
Y justo en ese momento se orinó. Tan jodidamente predecible.
Aparté mis pies del creciente charco. No quería que mis botas
apestaran.
Ella comenzó a balbucear, las palabras saliendo de su estúpida
boca.
—Yo las cuido. Juro que eso es todo lo que hago. Speedy y los
hombres las llevan al almacén y yo las cuido hasta que llega el
momento de irse. Eso es todo, no sé nada de nada.
Sus ojos se dirigieron hacia la puerta antes de volver a mí.
Lentamente me incliné hacia adelante, levanté el borde de su
pequeña falda con la punta del cuchillo y la subí despacio. Me
detuve una vez que tuve ambos muslos y sus asquerosamente
bragas negras mojadas a la vista. Las lágrimas corrían
silenciosamente por sus mejillas mientras miraba con ojos
aterrorizados.
Golpeé la parte superior de ambos muslos con la parte plana del
cuchillo.
—Muy bonito—siseé—. Una pena. ¿Sabías que un corte recto es
más fácil de reparar y normalmente deja muy pocas cicatrices? Pero
no me gustan los cortes rectos. Eso no es lo que me gusta hacer. Me
gustan los patrones. Los zigzags son mis favoritos. Es muy difícil
repararlos sin dejar grandes cicatrices.
No tenía ni idea de si eso era verdad o no, sólo sabía que con las
mujeres siempre funcionaba. No importa lo endurecidas que
estuvieran después de los primeros cortes, hablaban. A nadie le
gustan feas cicatrices cerca de su coño o tetas.
Pasé el cuchillo por el interior de un muslo, a través de la parte
superior de su montículo y bajé por el interior del otro muslo con la
fuerza suficiente para dejar una línea roja elevada, pero no tanta
como para cortar su piel.
La mujer era aún más fácil, no fue necesario cortar.
—¡Por favor, no lo hagas! Están trabajando con alguien llamado
May...May... algo así, una mujer. Nunca la he visto, ella nunca viene
aquí. Ella llama a Speedy para darle sus órdenes. Juro que no sé
nada más. No soy tan importante. Sólo me utilizan para los niños y
cuando necesitan salir. Por favor, no me hagas daño, por favor.
—¿Dónde está Speedy?
Ella sollozaba fuertemente.
—Salieron a buscar al resto de los niños. Mañana por la mañana
traerán diez más al almacén. El contenedor está listo y serán
enviados mañana por la noche.
—Bien. Muy bien. Respondes lo que te pregunto y puede que no
te dibuje bonitos patrones. Entonces cargan a los niños en un
contenedor y los suben a un barco. ¿Sabes el nombre del barco?
—¡Sí! Eso es lo que sucede. Josephine, el barco se llama Josephine.
—Dos últimas preguntas. ¿Usan sus kuttes mientras hacen sus
negocios y cuál es el nombre en la parte de atrás?
Parecía confundida.
—¿Qué? ¿Qué es un cut? (NdelT: ella dice esa palabra porque así
se pronuncia kutte)
Joder, no tenía un buen presentimiento. Apunté con mi cuchillo a
Rover y Alien.
—Esos chalecos de cuero con sus nombres escritos. Eso se llama
kutte.
—Se los quitan cuando van al barco, pero los usan el resto del
tiempo, y a veces dice Road Warriors y a veces Iron Dogz.
Me recosté y golpeé el cuchillo contra mi mejilla cubierta de tela,
mis ojos nunca dejaron los de ella mientras repasaba lo que me había
dicho. Había una cosa que no sabía y era una información crucial.
—¿Dónde está ese contenedor?
Por el repentino brillo en sus ojos era obvio que había esperado
que no le hiciera esa pregunta en particular.
—Yo...yo...no...
Moví el cuchillo de un lado a otro frente a sus ojos mientras
negaba con la cabeza.
—No, no, no. Sin mentiras ahora. Ya sabes lo que pasa si mientes.
La esperanza murió en sus ojos y todo su cuerpo se desplomó.
Derramó todo en un chorro interminable, helándome hasta los
huesos.
—Speedy se encarga de que los contenedores especiales sean
llevados a un punto de encuentro previamente acordado. Siempre
está cerca del puerto pero nunca en el mismo lugar. El contenedor se
sella después de que lo cargan. Tiene un contacto en una empresa de
transporte que organiza el transporte de los contenedores y arregla
la documentación. Una vez cargada la mercancía, lo escoltan hasta el
puerto y hasta el barco, donde Speedy se lo entrega al capitán. Paga
a muchas personas para que hagan la vista gorda, incluso a la policía
del puerto.
Ella soltó un fuerte sollozo. Pero aún no habíamos terminado.
—¿Qué empresa de transporte?
Su respuesta me clavó una lanza de hielo en las tripas.
—Iron Dogz Trucking.
—¿Hasta dónde llega esto? ¿Están involucrados los propietarios?
—No, Speedy odia a los Iron Dogz. Siempre dice que su
presidente, Hawk Walker, es el chivo expiatorio perfecto. Sé que
todo lo que he hecho para ayudarlo está mal. Lo sé. Lo sé. Pero si no
hago lo que dice, pondrá a mi hermana pequeña en el siguiente
contenedor. Haré cualquier cosa para evitar que eso suceda.
Cualquier cosa.
Deslicé el cuchillo nuevamente en la funda oculta, me levanté
lentamente, me incliné y le bajé la falda. Le di un golpecito en los
muslos antes de enderezarme.
—Hay alguien aquí que quiere hablar contigo. No me hagas
volver—susurré.
Me quedé en la habitación vacía después de cambiarme de ropa
con las manos sobre los ojos y traté con todas mis fuerzas de evitar
gritar de rabia y desesperación. Esos pobres niños. Todos los que no
pudimos salvar. Una mano pesada se posó sobre mi hombro. Me di
vuelta y me lancé a los brazos de mi padre. Me aferré a él mientras
luchaba por controlar mis furiosas emociones. Me meció ligeramente
y cerró la puerta detrás de nosotros.
—Esta mierda acaba de intensificarse. No te quiero de vuelta en
la casa club. Envié a Raj a empacar tus cosas y traerlas aquí. He
hablado con Hawk y él confía en nosotros para mantenerte a salvo
hasta que él llegue aquí. —Intenté interrumpir—. No, cariño, no.
Boeta no puede garantizar que no haya más hombres involucrados
en esto. No te quiero cerca cuando la mierda suceda. Hawk me
llamó después de hablar contigo esta mañana temprano y le dije lo
que sabía. Tu hombre es jodidamente terco, DC. No esperaría a tener
noticias mías antes de venir. Ahora me alegro de que sea tan terco.
Vamos a necesitar a todos los hombres en quienes confiamos para
encargarnos de esta mierda sin que repercuta en los clubes.
Giré mi cabeza contra su pecho y apreté mis brazos alrededor de
él.
—No puedo imaginarme haciéndole algo así a un niño inocente,
papá. ¿Cómo carajo se metió Speedy en esta mierda? ¿Cómo viven
estas personas consigo mismas? ¿Cómo duermen por la noche?
¿Cómo lo hacen...? —Pero no llegué más lejos porque el estruendo
de un montón de motos llenó el aire.
Law asomó la cabeza en la habitación.
—Los Dogz están aquí, Prez, y hay algunas sorpresas en el grupo.
Doc asintió.
—Saldré ahora.
Doc me besó suavemente en la frente antes de que saliéramos de
la habitación y recorriéramos el largo pasillo hasta las puertas
traseras abiertas de la fábrica de par en par. Fruncí el ceño cuando vi
las motos. Eran al menos veinte. Gemí cuando vi a Hawk,
visiblemente enojado, con Tiny, Skelly y Shaka siguiéndolo,
acercándose a nosotros.
Capítulo 20
Hawk
Hawk gruñó de ira y alivio cuando vio a su pajarito parado junto
a Doc en las puertas abiertas de par en par de la fábrica. Pero el
alivio desapareció cuando se acercó. Su mujer estaba allí vestida de
negro de pies a cabeza. Su cabello estaba recogido en una trenza
apretada que le caía por la espalda, descansando sobre una camiseta
negra de manga larga y cuello alto. La única piel visible era su rostro
y sus manos. Pero fue cuando miró esos gélidos ojos negros que
supo que podía perderla.
Y de repente le importaba un carajo la mierda que lo había traído
aquí. Lo único que le importaba era su pajarito. Tomando su rostro
entre sus palmas, le levantó la cabeza y colocó sus labios sobre su
fría boca. Fue necesario un poco de persuasión antes de que esos
labios se suavizaran y comenzaran a devolverle el beso, y cuando lo
hicieron, se perdió en su cálida y acogedora boca.
Él hundió la lengua aún más profundamente cuando sus brazos
se deslizaron alrededor de su cintura debajo de su chaqueta y su
mujer se movió para ajustar su pequeño cuerpo al de él. Deslizando
la mano desde su rostro hasta su cintura, la apretó contra él mientras
lentamente terminaba el beso. Levantando la cabeza, miró sus
cálidos ojos y le gruñó enojado.
—Nunca, jamás te vayas sin decirme exactamente a dónde vas y
con quién estás, pajarito. Esa es una regla inquebrantable.
Su mujer no esperó para responderle.
—Nunca, jamás pongas a otra perra en la parte trasera de tu moto
y esperes que acepte esa mierda. Sucede de nuevo y habrá sangre, la
mayor parte será tuya.
Hawk no tuvo oportunidad de responder.
—Suficiente—espetó Doc—. Entrad. Tenemos algunas cosas de
qué hablar.
Ellos estaban dispersos en lo que en algún momento en el pasado
lejano había sido una sala de reuniones. Las ventanas fuertemente
oscurecidas no permitían la entrada de luz. Linternas solares
colocadas alrededor de la habitación suministraban la iluminación.
No había muebles, sólo cajas y un par de sillas destartaladas. Hawk
se sentó en una caja al lado de Doc con su pajarito firmemente
colocado en su regazo. Ella no estaba feliz. A él le importaba una
mierda, la necesitaba cerca. Ice y Kid se sentaron detrás de él
mientras el resto de sus hermanos se dispersaban por la habitación.
Doc empezó a hablar y, mientras se lo explicaba, Hawk sintió que
su ira aumentaba cada vez más. Tenía un traidor en su club. Alguien
en una posición de confianza los estaba vendiendo y dejando
evidencia que implicaba al club. Evidencia que los tendría tras las
rejas de por vida.
Hawk sacó a su mujer de su regazo y la dejó caer sobre la caja en
un abrir y cerrar de ojos. Salió furioso de la habitación con el teléfono
en la mano. Tenía a Jagger en la línea mientras salía de la fábrica en
desuso y entraba al patio cubierto de maleza.
—Jagger, necesito que Ziggy y tú reviséis a cada empleado que
tiene acceso a los horarios y la logística de los camiones. Todos con
acceso a la documentación de importación y exportación en la casa
matriz y en todos nuestros depósitos y oficinas a nivel nacional.
Revisa sus cuentas bancarias, sus propiedades, jodidamente
cualquier cosa que se te ocurra. Nos están tildando de traficantes de
personas, hermano. Encuentra al cabrón y haz que Ziggy empiece a
limpiar la casa. Usa a Dollar, Sam y Boots para ayudarte con eso.
Nuestros contenedores y nuestras empresas se utilizan para sacar
niños de contrabando del país. Hay un contenedor programado para
ser enviado desde Durban en un barco llamado Josephine mañana
por la noche. Descubre de dónde viene ese contenedor y quién lo
entregará. Haz un barrido completo de cada oficina y depósito,
revísalos a todos. Eso es todo lo que tengo por ahora, Jagger. Ponte
manos a la obra, hermano, y si ese bastardo está en la oficina allá
arriba, mantenlo en hielo hasta que regresemos.
Mientras Hawk hablaba, podía oír a Jagger maldecir en voz baja
y sus botas golpeando el duro suelo mientras corría.
—Estoy en ello, Prez. Enviaremos actualizaciones a medida que
las tengamos.
Cortando la comunicación, Hawk regresó al edificio y a la sala de
reuniones. Al encontrarse con los ojos de Doc, levantó a su mujer, se
sentó y la volvió a colocar en su regazo. Su gruñido irritado casi le
hizo sonreír, casi.
—Necesitamos descubrir quién es esa mujer May y tenemos que
tapar la mierda en el almacén. No quiero que Speedy sospeche que
Boeta se está entrometiendo en su negocio. ¿Alguna sugerencia?—
continuó Doc con la reunión.
—Lo quemamos—sugirió Skelly y hubo asentimientos de
acuerdo—. Hacemos volar esa mierda por los aires y les hacemos
imposible acercarse a él. Una explosión y un incendio voraz tendrán
a los bomberos, a los investigadores de incendios y a los cerdos
arrastrándose por todos lados. Llenamos el almacén con mierda que
arderá y lo volaremos justo cuando él llegue allí. Si arde con fuerza y
durante el tiempo suficiente, sus informantes no podrán decirle si
alguien murió en el incendio. Al menos no por un tiempo. Además,
resulta que tenemos a nuestro pequeño incendiario aquí mismo.
Tiny soltó un gruñido furioso.
—Se supone que tu hermano debe mantenerse alejado de esa
mierda, Jake.
DC se puso rígida y Hawk la acercó a su pecho. Tiny parecía a
punto de estallar, y usar el nombre verdadero de Skelly les dio a
todos la pista de lo jodidamente enojado que estaba. De repente,
todo se trataba de una familia de sangre y no del club.
—Es un genio con fuego, Papi. Lo necesitamos en este caso. Y
sabes muy bien que ésta no será la última vez que tenga que hacer
algo así para el club. Prometo que estaré con él en cada paso del
camino. No dejaré que esto se le escape, tienes mi palabra.
—Él comienza a quemar mierda una vez que llegamos a casa y es
tu responsabilidad, tú lo manejarás—gruñó Tiny.
El rostro de Doc era una máscara inexpresiva mientras repartía
las órdenes.
—Rover, elige a dos de los hermanos y sigue a Speedy cuando el
almacén arda. Te quedas con ellos. Necesitamos saber adónde lleva a
esos niños. Skel, elige un grupo para ir contigo y con Gav. Y evita
que nuestro chico se vuelva demasiado creativo.
Hawk no tuvo tiempo de preguntarse qué significaba eso, ya que
él era el siguiente en la agenda de Doc.
—Quiero que tú y tus hombres mantengan un perfil bajo hasta
mañana por la noche, Hawk. Raj y algunos de los hermanos están
llevando a DC a pasar un tiempo en la playa. Eso explicará su
repentina desaparición de la sede del club. Necesitamos conseguir
alojamiento para el resto de vosotros, preferiblemente no en la
ciudad.
—Eso no es un problema, Prez. —Boeta sonrió—. Tengo una casa
segura que preparé para mi familia cuando las cosas empezaron a ir
mal en el club. Nadie la conoce. Hay habitaciones arriba donde
podéis dormir. Hay agua y energía solar para duchas con agua
caliente y una cocina que mantengo abastecida. Todas las ventanas
han sido oscurecidas y, como se trata de una antigua zona industrial,
no tenemos que preocuparnos de que nos vean. Llevamos las motos
al muelle de carga y nadie sabrá que estamos aquí. Maklik (NdelT:
Fácil).
Doc asintió lentamente.
—Eso es bueno. Preferiría que nos mantuviéramos alejados de las
carreteras hasta que llegue el momento. Todos sabemos lo que
tenemos que hacer. Nos volveremos a reunir antes de acabar con
ellos mañana por la noche.
Doc terminó la reunión pero extendió la mano hacia Hawk para
evitar que se fuera.
Esperó hasta que sólo Ice, Kid, Tiny, Skelly y Raj estuvieron en la
habitación con ellos. Doc se reclinó en la silla destartalada y miró a
Hawk y a DC.
—Ahora que hemos manejado esa mierda, ¿qué tal si sacáis la
cabeza de vuestros culos y arregláis la jodida mierda entre vosotros?
Necesito que ambos tengáis la cabeza despejada. Tenemos muchas
cosas por delante mañana y tengo que saber que puedo confiar en
vosotros para hacer todo lo posible sin llegar a las manos.
Hawk sonrió cuando DC le gruñó a su padre. Su mujer era
totalmente ruda, sin miedo alguno.
—Mi pajarito está enojado conmigo. Tiene buenas razones para
estar enojada, pero si lo piensa bien verá que no tenía otras opciones.
Tuve que hacer lo que hice para garantizar su seguridad. Ella habría
hecho lo mismo si hubiera estado en mi lugar.
Esos feroces ojos negros se centraron en él y Hawk sintió el ardor
en lo más profundo.
—Tal vez. Quizás hubiera hecho lo mismo. Pero me habría
tomado el tiempo para avisarte. Si hubiera hecho esa mierda con uno
de mis ex, habrías perdido la puta cabeza. Tienes suerte de que no os
matara a los dos. Lo único que me detuvo fue que había demasiados
testigos—dijo su pajarito y sonrió.
Skel se echó a reír y Hawk lo fulminó con la mirada antes de
mirar al hombre que estaba a su lado. Él miró furioso al bastardo
sonriente. Maldito Raj.
—De ninguna manera entraría a un negocio de los Iron Dogz y te
pondría las manos encima, DC. Me gusta demasiado mi vida—
bromeó el cabrón—. Además, a él le importan una mierda los
testigos.
—Cállate, Raj—gruñó su pajarito, pero sus ojos reían. Mierda.
Hawk quería que esto terminado ahora.
—¿Podemos terminar esto sin un montón de espectadores?
Doc sonrió, se puso de pie y señaló con la mano a los demás. La
habitación se vació, dejándolos a los tres.
—Arreglad esto. Tengo que volver a la sede del club. Grizz, Rover
y Alien estarán conmigo junto con los hombres en los que Boeta
confía así puedes dejes de mirarme así, DC—ordenó Doc antes de
salir.
Cuando la puerta se cerró de golpe, Hawk se levantó y empujó a
DC hacia abajo sobre la caja, luego se arrodilló frente a su pajarito,
con las manos en sus muslos.
—Lo lamento. La cagué. Debería haberte llamado para avisarte y
no lo hice. Todavía me estoy acostumbrando a compartir mi vida
contigo, cariño. No puedo prometer que no volveré a cagarla, pero
puedo prometer que siempre estaré aquí para arreglar mis cagadas.
Como lo estoy ahora. —Él frotó las manos sobre sus músculos
tensos, incitándola a que se suavizara con él.
—Todavía estoy cabreada contigo, Hawk. No tienes idea de lo
que pudo haber pasado. No reacciono como las perras a las que estás
acostumbrado. No grito, no lloro, ni hago berrinches. Me desquitaré
de cualquier forma que pueda. No vuelvas a hacerme eso nunca
más.
Hawk sabía exactamente a qué se refería. Sería Crow quien se
vengaría de él.
—Lo prometo, cariño. En el momento en que te miré a los ojos me
di cuenta de que había cometido un gran error. Pero tenía que
sacarla de allí y conseguir la información que necesitaba. No puedo
perderte, DC—dijo Hawk suavemente mientras la sacaba de la caja y
la abrazaba.
Él todavía estaba arrodillado en el suelo y cerró los ojos cuando
ella se acercó a él, colocándose sobre sus muslos y rodeándole el
cuello con los brazos. La abrazó con fuerza contra su pecho y empujó
su cara contra su cuello, oliéndola. Llevando su aroma bien hondo
en sus pulmones para calmar su mierda.
—Me siento muy aliviado de tenerte en mis brazos otra vez,
pajarito—murmuró Hawk contra su cuello y luego se echó hacia
atrás para mirarla—. Pero ambos sabemos que te tienen que ver
registrándote en un lugar en la playa. ¿A dónde vas?
—Raj nos reservó un apartamento frente al mar en Umhlanga.
Fácilmente verificable si nos controlan. Y lo suficientemente cerca si
nos necesitan.
Manteniéndola en sus brazos, Hawk se levantó y volvió a
sentarse en la caja, manteniéndola a horcajadas sobre sus muslos.
—Mientras el bastardo mantenga la distancia, seguirá respirando
—murmuró Hawk mientras le acariciaba el cuello con la nariz. No
podía tener suficiente de su aroma.
Levantando la cara de su cuello, estrelló la boca contra la de ella,
sus labios se suavizaron cuando los de ella se abrieron. Lamió su
labio inferior, lo atrapó entre sus dientes para darle un suave
mordisco antes de deslizar la lengua, jugar con la de ella y
saborearla. Su polla se sacudió cuando ella se frotó contra él, el calor
de su coño quemaba a través de la gruesa tela de sus vaqueros. Él la
deseaba muchísimo, pero no podían ir allí, no en este maldito lugar.
Alejándose lentamente de su boca, miró sus ojos nublados y
sonrió. Ella estaba tan perdida como él, ebria por sus besos.
—Me encanta besarte, cariño. Puedo besarte para siempre, pero
tenemos que parar porque no te voy a follarte aquí. Y créeme, te
follaría en cualquier lugar y en cualquier momento, pero no aquí.
Ella se rio y le acarició el cuello.
—Está bien, mi vikingo.
Sólo el sonido de su voz llena de deseo casi le hizo olvidar por
qué no quería follarla donde todos pudieran oírla. Y que ella lo
llamara vikingo hizo que su dolorida polla rogara ser liberada. Él
simplemente la abrazó, tranquilizándolos a ambos antes de
levantarse y ponerla de pie con cuidado.
—Necesitamos sacarte de aquí, pajarito. Si no os ven a ti y a tus
hombres en camino a Umhlanga, podrían levantarse algunas
sospechas.
Hawk la agarró de la mano y la arrastró fuera de la sala de
reuniones. Su pajarito estaba sonriendo y él sonrió mientras la
miraba. Sus ojos ya no estaban muertos, brillaban. Esos feroces ojos
oscuros brillando hacia él lo llenaron de calidez.
Había renunciado al amor hacía mucho tiempo. Pero nunca antes
se había sentido así, ni siquiera con Candy.
Esto, lo que tenía con esta mujer peligrosa era verdadero.
Jodidamente verdadero.
Y no había manera alguna de que él la dejara ir.
Capítulo 21
DC
Me senté en el amplio balcón sombreado del apartamento del
cuarto piso frente al mar, mirando a la gente en la playa. Algunos
jugaban en aguas poco profundas con sus hijos, mientras que otros
estaban tumbados en toallas de playa tomando el sol de la tarde,
simplemente tomándose las cosas con calma. Al principio cuando
me había sentado, la amplia pasarela sobre la playa no estaba
ocupada, pero cuando el sol comenzó a ponerse, más personas salían
a caminar, correr o andar en bicicleta. Me hubiera encantado salir a
correr pero Raj rápidamente vetó esa idea. Y es por eso que me había
sentado aquí, bebiendo sidra y deseando estar allí abajo.
Sin embargo, donde realmente quería estar era en Durban con
Hawk y mi padre. Tenía un muy mal presentimiento sobre la mierda
que estaba a punto de suceder en la mañana. Las últimas novedades
que tuvimos no habían sido muy alentadoras. Boeta había hablado
con los hombres que aún estaban en la casa club, pero no podía decir
si seguirían las órdenes de Doc. Sus lealtades estaban dirigidas a su
presidente y el hecho de que fuera un esclavista de poca monta, al
fin y al cabo podría no importarles. Todo se reduciría a la lealtad al
club y a su conciencia. Para ellos sería una decisión muy difícil de
tomar. Para mí, en absoluto.
Confiaba en Grizzly, Rover y Alien para proteger las espaldas de
mi padre, pero estaban rodeados de hombres que, aunque eran
leales al Road Warriors MC, primero eran leales al presidente de su
sede. La incertidumbre apestaba.
Era de esperarse que no hubiera tenido noticias de Hawk desde
que nos fuimos, estaban ocupados preparándose para acabar con
Speedy. Sin embargo, eso no me hacía sentir mejor. Estaba
preocupada por todos ellos.
Me sobresalté cuando Rico de repente se dejó caer en la silla a mi
lado.
—Deja de preocuparte por mierdas por las que no podemos hacer
un carajo, DC. Sin importar lo que hagamos, el mañana llegará y la
mierda sucederá. Algunas personas van a salir heridas, eso es un
hecho. Todo lo que podemos hacer es esperar que todo salga a
nuestro favor y que ninguno de nuestros hombres resulte herido o
muerto.
Después de pronunciar su discurso se quedó en silencio,
bebiendo su cerveza y mirando el mar.
—Sólo desearía que hubiéramos podido estar ahí para ayudar,
eso es todo—murmuré mientras rascaba la etiqueta de la botella.
—Tienen esto, DC. Y no, no quieres estar cerca de la mierda que
sucederá esta noche y mañana. Esto es asunto del club. Freeze llegó
hace una hora, lo que está sucediendo en Durban no es algo de lo
que debas preocuparte, ni es asunto suyo.
Infierno sangriento. Estos malditos hombres.
Quería arrancarle la cabeza a Rico mientras me hablaba
fríamente. Hizo que sonara como si no supiera cómo funcionaba la
mierda en el club y eso me cabreó. Pero mantuve la boca cerrada.
Discutir con él sobre los asuntos del club era una causa perdida.
Perdería toda las putas veces.
La noticia de que Freeze estaba en Durban hizo que fuera más
fácil no preocuparme por mi padre. Con el presidente nacional en la
sede del club era muy poco probable que los hombres se volvieran
contra ellos. Una cosa menos de la que preocuparse.
Mi teléfono empezó a vibrar sobre la mesa y lo agarré, esperando
que fuera Hawk. Pero no fue así, era Pixie, mi jefa.
—Hola, Pixie. Lamento haber tenido que irme tan de repente.
Recuperaré el tiempo perdido tan pronto como regrese, no te
preocupes—me apresuré a tranquilizarla.
—Hola, DC, no te llamé por eso. No me preocupa la tienda,
Killian la tiene bajo control. Lo que me gustaría saber es ¿por qué
Freeze, Rooster y unos cuantos hermanos salieron volando de aquí
como si tuvieran sus culos en llamas? Lo único que Rooster me dijo
q j
fue que estaba pasando una mierda en Durban. Estás en Durban,
¿qué mierda está pasando?
Pixie estaba enojada pero escuché preocupación en su voz.
Rooster era como un hermano para ella y su padre, Wild Man, era el
hombre que la había acogido cuando estaba perdida y sola. Eran su
familia. Entendía su preocupación pero no podía darle las respuestas
que quería. Eran asuntos del club. Tal vez si Rico no hubiera estado
sentado a mi lado le habría dado algunos detalles, pero con él
mirando y escuchando no podía decir una palabra sobre lo que
estaba pasando.
—En realidad no estoy en Durban, Pixie. Estoy en Umhlanga. No
tengo idea de lo que está pasando. Intentaré averiguarlo y me
comunicaré contigo. ¿De acuerdo?
Ella soltó un gran suspiro.
—No estás sola, ¿verdad?
Mierda.
—No, no en este momento, tal vez más tarde.
—Bien. Intenta llamarme cuando no tengas un perro guardián
detrás de ti. Ah, y ya que te tengo. Hay una convención importante
en los EE. UU. a la que quiero que asistamos. Te enviaré la
información y podremos hablar de ello una vez que termine esta
mierda de Durban.
Sonreí ampliamente.
—Eso será increíble. Revisaré mis correos electrónicos y te
llamaré para charlar más tarde.
—Genial, cariño. Hablaré contigo más tarde.
Todavía estaba sonriendo mientras deslizaba el teléfono sobre la
mesa.
—¿Qué dijo ella para entusiasmarte tanto? —Raj estaba de pie
con los brazos cruzados mirándome.
—Pixie llevará Mainline Ink a una convención de tatuajes en
Estados Unidos. Va a ser increíble. —Estaba tan condenadamente
emocionada.
Raj negó con la cabeza.
—No irás. Depende de Doc y Hawk si vas o no, y se los
desaconsejaré.
¿Qué mierda?
—No estoy segura de haberte escuchado bien. ¿Acabas de
decirme que no puedo ir hasta que Doc y Hawk me den permiso?
El bastardo asintió con su estúpida cabeza.
Sacudiendo la cabeza con incredulidad, se lo expuse a él y al resto
de los tipos que escuchaban con avidez.
—Nunca voy a permitir que un hombre tome mis decisiones por
mí. Es mi profesión, mi decisión. Así como los asuntos del club no
son asunto mío, mi profesión no es asunto de los clubes. Doc lo sabe,
y si Hawk no lo sabe, pronto lo sabrá. Y que pienses que tienes voz y
voto es una absoluta estupidez.
Agarrando el teléfono, pasé a su lado empujándolo, entré a la
cocina, tomé otra sidra y entré a mi habitación. Quería cerrar la
puerta de un portazo pero no lo hice. Era un desperdicio de energía.
Estúpida postura masculina. Lo que había sucedido allí era una de
las razones por las que había terminado con Raj. Tenía puntos de
vista muy tradicionales sobre las mujeres. Esperaba por el cielo que
Hawk no tuviera las mismas ideas. Si las tuviera, estaríamos en un
gran, gran problema.
Me senté furiosa en la cama y estaba a punto de acceder a mis
correos electrónicos cuando Hawk llamó.
Uno de esos bastardos había estado soltando la lengua.
—Hola, ¿cómo te va?— Empieza fácil, me advertí.
—Bien. ¿Qué es esa mierda que oí acerca de que te vas a Estados
Unidos con tu jefa? —Su tono de voz era entrecortado, un poco
enojado.
j
—¿Tienes un problema con eso?
—Tengo un problema con que te vayas sola con ella. No está
sucediendo ni de coña.
Una ira fría se deslizó por mi espalda, pero la controlé. Tenía
muchas cosas en la cabeza y hablar de esto ahora mismo nos enojaría
a los dos. No necesitaba tener esto en mente cuando tenía que
concentrarse en la mierda que sucedería esta noche y mañana.
—No quiero hablar de esto ahora. Ni siquiera sé cuándo iremos,
ya que Pixie lo mencionó hace solo unos minutos. Hablaré contigo
cuando me cuente más. —Hubo un gruñido enojado pero lo ignoré
—. ¿Estas listo para mañana?
—Sabes que no puedo hablar de esa mierda, DC. Dile a Pixie que
hable conmigo sobre ir a Estados Unidos antes de hablar contigo.
Él terminó la llamada.
Mirando mi teléfono silencioso, respiré profundamente para
controlar mi ira, pero fue un esfuerzo en vano. Raj había hecho esto,
lo sabía. Entré furiosa al salón donde estaban todos sentados
fingiendo ver algo de mierda en la televisión. Sus cabezas giraron
hacia mí. Raj sonrió y estallé.
—Maldito idiota. No podías esperar para mover tu pequeña
polla, ¿verdad? ¿Quieres saber la verdadera razón por la que terminé
contigo? Fue por este tipo de mierda y tu maldita arrogancia.
Intentaste controlarme y fracasaste, así que ahora intentas hacerlo a
través de otros. Ya terminé contigo y tus juegos. Aléjate de mí y de
mi vida—siseé. Un silencio sorprendido flotaba en el aire cuando me
di la vuelta y regresé a mi habitación.
Abriendo la puerta corrediza que daba al balcón, salí y me apoyé
en la barandilla, respirando profunda y rítmicamente para calmar la
rabia que hervía en mi interior.
Básicamente, Hawk me había dicho que no podía decidir si iba a
Estados Unidos con Pixie o no. Que él estaría tomando esa decisión.
Intenté con todas mis fuerzas ver su reacción como una reacción
exagerada debido a la mierda que nos rodeaba en este momento.
Realmente lo intenté.
Pero él estaba presionando botones que me tenían lista para salir
corriendo.
Nunca sería una dama convencional. Amaba mi trabajo como
tatuadora y con el paso de los años el trabajo que hacía como Crow
había llegado a significar algo para mí. Quizás podría dejar de ser
Crow, pero no podía dejar de tatuar. Ya había sacrificado bastante
por mi familia y el club. No me quedaban más cosas para sacrificar.
Sólo había una persona que lo entendía. Skel respondió después
del segundo timbrazo.
—Hola, cariño, estoy un poco ocupado aquí. ¿Qué necesitas?
—Maldita sea. No debería molestarte. Ya te resultará bastante
difícil evitar que Gav queme más que un pequeño almacén.
Su risa profunda me provocó una pequeña sonrisa.
—Tienes toda la razón en eso. Ese pequeño idiota está totalmente
entusiasmado con que le permitan quemar mierda. Pero no es por
eso que me llamaste, ¿verdad?
—No. —Me mordí el labio antes de continuar—. Pixie quiere que
vaya a Estados Unidos con ella para asistir a una convención de
tatuajes. Raj escuchó nuestra llamada y me dijo que solo se me
permitiría ir si Doc y Hawk lo autorizaban. No me gustó y se lo dije.
Llamó a Hawk. Hawk me llamó. Me dijo que no iría a Estados
Unidos y que él hablaría con Pixie al respecto, no conmigo. —
Respiré profundamente—. Estoy lista para irme a casa ahora mismo.
—Maldito Raj. Mierda. ¿Por qué carajo no puede dejar la mierda
en paz? Siempre removiendo mierda. —Skel seguía maldiciendo
pero su teléfono ya no estaba cerca de su boca y parecía como si su
voz viniera de muy lejos. Luego regresó.
—Dame un poco de tiempo para arreglar las cosas aquí, DC. Te
llamaré luego. ¿De acuerdo?
Inclinándome, apoyé la cabeza en la barandilla y gemí. No
debería haberlo llamado.
—Ja, está bien. Lamento haberte echado toda esta mierda encima,
Skel. No debería haberte molestado con esto.
—Oye, eso no es cierto, tú y yo somos familia y la familia se cuida
unos a otros. Éste soy yo cuidándote. Hablaremos pronto.
Al regresar a mi habitación, me acurruqué en la cama y miré por
la puerta abierta mientras el sol poniente convertía las nubes
dispersas en un caleidoscopio de rosados. Observé cómo los colores
comenzaban a desvanecerse lentamente a medida que avanzaba la
noche.
Un suave golpe en mi puerta me hizo levantar la cabeza y mirar
por encima del hombro, pero no respondí.
—Soy Law, ¿puedo pasar, DC?
—Claro, Law, entra.
Abrió lentamente la puerta y entró, cerrándola silenciosamente
detrás de él. Me senté contra el cabecero y fruncí el ceño mientras él
cerraba la puerta corrediza antes de sentarse a mi lado.
—Raj es un idiota. Ha estado enojado contigo desde siempre
porque terminaste con él. Se pavoneaba como si fuera algo
jodidamente especial mientras salías con él. Gav y yo estamos
convencidos de que empezó a salir contigo porque tenía los ojos
puestos en el sillón del presidente. Esta noche hizo enojar a Hawk a
propósito. Hizo que pareciera que tú y Pixie estaban organizando el
viaje a Estados Unidos a sus espaldas. Creo que quiere que tú y
Hawk os separéis. Tal vez piense que con Hawk fuera de escena, Doc
lo respaldará cuando intente reclamarte.
—¿Qué mierda estás diciendo, Law?
Law volvió esos ojos que se parecían tanto a los de su padre hacia
mí, estaban muy serios. Dios, desearía que Grizzly estuviera aquí
con nosotros ahora. Bajó la voz y habló casi en un susurro.
—Estoy diciendo que tenemos que cuidarnos las espaldas. No
confío en él, DC. Gav tampoco. Como prospectos vemos mucha
mierda a la que nadie más le presta atención. Lo hemos estado
observando y algo no está bien. Es demasiado astuto. Y hay algo más
que todos hemos olvidado pero que debemos recordar. Solía estar en
este jodido club. Y fue Speedy quien se lo recomendó a Doc. Fue
transferido hace tres años como un miembro nuevo y ahora ya lo
están proponiendo para un puesto en la mesa directiva. ¿Cómo logró
eso? ¿Cuál es su siguiente paso?
Me senté mirándolo con los ojos entrecerrados mientras repasaba
todo lo que había dicho. Sí, Raj era un idiota, pero ¿un traidor?
Estaba a punto de responder cuando la puerta se abrió de golpe.
Un Raj enfurecido estaba en la puerta abierta.
—¿Qué mierda estás haciendo solo en la habitación con la dama
de Hawk con la puerta cerrada, prospecto? Saca tu maldito culo de
esta habitación, ahora mismo.
Mi temperamento se volvió totalmente nuclear. Ya estaba harta
de que él fuera un idiota.
—Lárgate de mi habitación, Raj. Estoy hablando con mi hermano
pequeño, con mi familia. Y tú no eres mi familia. Vete de aquí.
Detrás de nosotros, Rico deslizó la puerta corrediza para abrirla y
frunció el ceño a Raj, luego nos miró a Law y a mí.
—¿Qué está sucediendo?
—Raj está insinuando que Law y yo estamos follando aquí.
Necesita sacar su culo de mi habitación o voy a perder la cabeza.
Rico se hizo a un lado mientras Skinny se acercaba a él.
—¿Estás jodidamente loco, Raj? Law es como un hermano
pequeño para ella. Ella ha sido su hermana mayor desde el día en
que nació. ¿Qué mierda te pasa? Primero la cabreas y luego la
delatas con su padre. No soy un oficial, solo un humilde miembro e
ir en contra de un hermano que pronto podría estar sentado en la
mesa directiva podría matarme, pero lo diré y que le den a las
consecuencias. Escuché lo que le dijiste cuando llamaste.
Jodidamente le mentiste. Le mentiste descaradamente. —Skinny
sacudió la cabeza confundido—. ¿Por qué mierda harías eso?
La habitación se sentía abarrotada con todos ellos allí. Law
lentamente se levantó de la cama y se paró al final. Rico y Skinny
estaban en la puerta corrediza y Wolf, uno de los hombres de Hawk,
estaba detrás de Raj en la puerta abierta.
Los ojos de Raj brillaron de rabia y de repente perdió el control y
gruñó escupiendo su veneno.
—Solo mentí un poco como para iluminarlo. Hawk merece saber
qué clase de perra es. Ella nunca lo pondrá a él, ni a su club, en
primer lugar. Siempre se tratará de ella y de lo que ella quiere. Doc
es un puto marica en lo que a ella respecta. Hawk no lo será. Él la
controlará y la mantendrá tendida sobre su espalda donde
pertenece. Y si no puede, somos unos cuantos los que nos la
follaremos hasta que aprenda cuál es su lugar. Ella es un coño, una
puta de club, nada más.
El odio brillaba en los ojos castaños oscuros de Raj mientras
escupía lo que realmente sentía. No podía creer que este fuera el
mismo hombre que había conocido durante los últimos tres años. No
podía creer que hubiera compartido mi cuerpo con este pedazo de
mierda, aunque fuera sólo por unos meses.
Más rápido de lo que podía parpadear, Wolf tenía un arma
apuntando a la parte posterior de la cabeza de Raj.
—Mantén tus manos donde podamos verlas—le ordenó mientras
retrocedía, saliendo del alcance de Raj.
Las armas aparecieron instantáneamente en las manos de Skinny
y Rico apuntando a Raj y Wolf. No quería pensar en lo que
significaba que Wolf apuntara con una pistola a la cabeza de Raj.
Cuando salimos de la fábrica, Hawk había insistido en reemplazar a
Gav por uno de sus hombres. Wolf era ese hombre.
—Toma las abrazaderas de plástico 5y ata a este bastardo, Law—
le ordenó Wolf y Law obedeció—. Rico, Skinny, poned vuestros
culos contra la pared y quedaos ahí, alguien se mueve y lo llenaré de
plomo—amenazó con los dientes apretados—. Hasta que sepa que
puedo confiar en vosotros, quedaos ahí.
—DC, cariño, sal al balcón y saluda a los hermanos que están
abajo en la piscina. Esto está sucediendo antes de lo que
planeábamos, pero qué carajo, seguiremos con lo que tenemos.
¿Dónde están esas malditas abrazaderas de plástico, Law? —gritó
por encima del hombro.
Me levanté lentamente de la cama, me acerqué a la barandilla del
balcón y miré hacia abajo. Había cuatro Iron Dogz alrededor de una
pequeña mesa junto a la piscina. Uno me miraba y lo saludé.
Mantuvo sus ojos en mí mientras hablaba con los demás y luego se
levantaron de sus sillas y entraron al edificio.
¿Qué mierda estaba pasando?
Rico y Skinny parecían tan confundidos como yo. Law no parecía
confundido en absoluto. Ese pequeño mierda había estado
involucrado en esto desde el principio. Sea lo que sea esto.
Tenía algunas explicaciones que dar.
Todos tenían algunas explicaciones que dar.
Capítulo 22
Hawk

Hawk observó cómo su pajarito se alejaba con el puto Raj. No le


agradaba, ni confiaba en el cabrón. Un punto positivo era que había
podido incorporar a Wolf a su grupo. Saber que tenía un hombre en
quien confiaba cuidándola lo hacía respirar un poco más fácilmente.
—Ella estará bien. Law velará por ella. —Una voz áspera
interrumpió sus reflexiones.
Volviéndose, asintió con la cabeza hacia Tiny, quien también
había estado mirando alejarse al grupo.
—No me gusta ese hijo de puta de Raj. Es demasiado astuto.
Hawk suspiró y se volvió hacia las puertas abiertas de la fábrica
mientras Tiny lo rodeaba con un fuerte brazo y se reía.
—Ella está a salvo en Umhlanga y mi chica sabe cómo cuidarse la
espalda. Deja de preocuparte y hagamos la mierda para poder irnos
a casa. A ti no te gusta Raj y a mí no me gusta esta maldita ciudad.
Hawk se rio mientras seguía a Tiny al interior. El hombre tenía
razón. Su mujer era fuerte y sabía cuidarse. Y tenía a Wolf con ella.
Su hermano no permitiría que le pasara nada a su mujer.
***
Se sentía extraño andando en moto sin su chaleco. No sólo
extraño, se sentía como si estuviera desnudo. Había estado llamando
a los contactos del club para recolectar la mierda que Gav necesitaba
y, gracias a Dios, ya casi habían terminado. Esperaba volver a la
fábrica y ponerse el chaleco.
Horas más tarde, Hawk miró por encima del hombro hacia la
jaula que conducía el prospecto y suspiró. El chico tenía la jodida
sonrisa más amplia en su rostro. Al menos uno de ellos estaba feliz,
pensó mientras conducían hasta las puertas abiertas de la dársena de
carga y descarga.
Después de descargar toda la mierda, tomó una cerveza fría y
salió. Bebiendo un largo trago, se sentó en los escalones afuera de las
puertas de la dársena mirando el patio infestado de malezas y pasto
africano mientras la luz se desvanecía lentamente. Estaba
sosteniendo el teléfono en la mano y pensando en llamar a su mujer
cuando sonó. Él no conocía el número.
—Hawk.
Hubo un momento de silencio y luego carraspeó.
—Hawk. Soy Raj.
—¿Qué ocurre?
—No ocurre nada. Sólo pensé que debería llamarte y avisarte. Tu
mujer está haciendo arreglos para salir del país hacia los EE. UU. con
su jefa, Pixie. No estoy seguro de lo que está pasando, pero pensé
que deberías saberlo. Intenté hablar con ella pero ella me bajó la
cortina.
Las palabras golpearon a Hawk justo en el pecho y tuvo que
respirar antes de responder.
—Gracias por hacérmelo saber. Me haré cargo de ello.
No esperó, la llamó tan pronto como terminó la llamada.
Y entonces, una vez más, lo había arruinado siendo un completo
idiota.
En el momento en que cortó la llamada supo que la había cagado.
Pero él no daría marcha atrás. No podía. Su seguridad era lo único
que importaba. Su jefa era una Maingarde, en quien no se podía
confiar.
Todavía estaba sentado allí cuando Skelly salió furioso.
—¿Por qué mierda tratarías a DC como si fuera una tonta cabeza
hueca? No, no respondas eso porque yo te lo diré. Es porque cada
perra con la que has follado ha sido una maldita cabeza hueca. Tu ex
esposa incluida. Entre todas esas malditas perras no juntan ni una
puta célula cerebral. Ahora estás con una mujer con más cerebro en
su puto dedo meñique que todas tus zorras juntas y la estás tratando
como las tratas a ellas—gruñó Skelly y agitó una mano para que se
callara cuando Hawk intentó responder.
—No, no quiero escuchar una puta palabra tuya. Eres un
estúpido idiota por creer una palabra de lo que te dice Raj. Él te odia
y esta mierda que acaba de hacer confirmó mis sospechas de que
también odia a DC. Y ahora tengo que encontrar una manera de
calmar a mi chica y hacer que se quede quieta y al mismo tiempo
hacer este maldito trabajo con Gav. Quiere irse a casa, ahora mismo.
Mantente alejado del puto teléfono, no la llames, no le envíes
mensajes de texto. Ni una puta cosa. Me encargaré de esto y una vez
que lleguemos a casa seremos tú y yo, hijo de puta.
No le dio a Hawk la oportunidad de decir una maldita palabra
mientras regresaba al interior llamando a Gav a gritos. Hawk se
frotó la cara con las manos y suspiró. Sí, la había cagado. Terminó la
cerveza, arrojó la botella al contenedor de la esquina y se sintió un
poquito mejor cuando escuchó el vidrio romperse al caer en el
contenedor. También podría volver adentro y ayudar.
Tenían toda la mierda que Gav necesitaba dispuesta en líneas
ordenadas en el suelo de la dársena de carga y descarga cuando
recibió una llamada que le heló las entrañas.
—Los tenemos, Prez. Uno de los traidores es el gerente de
logística de aquí, el otro es el gerente de la oficina de envíos e
importaciones en Pinetown. Lo malo es que ambas son perras.
Tenemos a la de aquí encerrada y le pedí a Hotdog que recogiera a la
otra y la llevara contigo. Hemos investigado a todos. Nuestros
hermanos están limpios. Tienes a Crow ahí. Haz que rompa a esa
perra y le saque lo que necesitamos. Trabajaremos en la de aquí.
Hemos encontrado más y Ziggy te lo enviará al teléfono.
Hawk sonrió con crueldad.
—Buen trabajo, Jagger. DC ha sido enviada a Umhlanga porque
Doc no la quería cerca de esta mierda. Envió a Raj y a tres de sus
q jy
hombres con ella. Puse a Wolf para asegurarme que está bien.
—¡Mierda! —El sonido de cristales rotos resonó en el teléfono.
—¡Jagger! ¿Qué mierda pasa?
—Lo siento, Prez. Tiré la cerveza contra la pared. —Hubo un
momento de silencio y luego regresó—. Llama a nuestros hermanos,
necesitas encontrar a Skelly y Tiny y ponerme en altavoz, jefe. Tengo
algunas cosas jodidas que compartir.
—Te llamaré luego. —Hawk terminó la llamada mientras le hacía
señas a Skelly, todavía muy enojado, para que lo siguiera.
Estaban reunidos alrededor de una pequeña mesa en la sala de
reuniones, su teléfono yacía en el centro de la mesa. Jagger estaba en
el altavoz.
—Estamos todos aquí, Jagger. Adelante.
—Nos pediste que revisáramos a todos y Ziggy se puso nervioso
y comenzó a buscar muy profundamente y en un radio muy amplio.
Lo que encontró se remonta a años atrás. Revisó a todas las personas
alrededor de DC y todas resultaron limpias, excepto una. No
pudimos encontrar ni una puta verga sobre él y eso aterrorizó a
Ziggy. Así que le dio a Dollar lo que tenía para contactar a un
contacto de Asuntos Internos y el tipo se comunicó con nosotros
hace unos quince minutos.
La habitación estaba tan silenciosa que se podría haber oído caer
un alfiler, si alguno de ellos tuviera un puto alfiler. El corazón de
Hawk latía demasiado rápido y se le revolvían las entrañas.
—Dámelo, Jagger. No alargues esta mierda.
Entonces Jagger les dio una noticia que no querían escuchar.
—Colin “Raj” Chetty no existe. Oh, hay documentos superficiales
que hacen que parezca que sí, pero en realidad no es así. Nació
Dinesh Sharma Maharaj, hijo ilegítimo de Ravi Maharaj y su amante
Veda Chetty. Ravi Maharaj es primo de Vinesh Sharma, uno de los
Sharma que Doc exterminó y el abuelo de DC.
Se sentía como si una piedra se hubiera instalado en el estómago
de Hawk. Se quedó en silencio mientras Jagger continuaba.
—Dinesh Maharaj se crio en la banda de los Sharma y
rápidamente ascendió de rango antes de desaparecer
repentinamente. Las fotos que encontramos son muy granuladas,
pero incluso con trajes elegantes, gafas de sol, barba y cabellos
cortos, es nuestro hombre. Reapareció como una supuesta
transferencia de la sede del Road Warriors MC de Durban con el
nombre de Colin “Raj” Chetty. Speedy lo transfirió muy
rápidamente a la sede de Johannesburgo, lo que detuvo las
preguntas de sus hombres. Cualquier verificación de antecedentes
normal habría determinado que era legítimo.
—¿Qué carajo? —Tiny estaba frunciendo el ceño pesadamente—.
¿Cómo se te pasó esta mierda, Skel?
Pero Jagger intervino antes de que Skelly pudiera responder.
—Debe haber hecho la verificación de antecedentes habitual,
Tiny. Habría parecido totalmente legítimo. Nos engañó cuando lo
revisamos. Sólo cuando Ziggy empezó a cavar profundo
encontramos esta mierda. Estaba enterrada muy profundamente y
sin las conexiones de Dollar habría permanecido enterrada.
La rabia ardía en sus entrañas y Hawk tuvo que controlar el
deseo de levantar su teléfono y arrojarlo contra la pared. No
ayudaría a su mujer que estaba en manos de uno de los mayores
enemigos de su familia y de su club. Ahora podía ver la obra original
del bastardo. Reclamar a la princesa del club, convertirla en su dama
y luego usarla para destruir lentamente a su padre, a su club y, al
final de todo, a ella. Era un plan maestro, pero había fracasado. Y
había fracasado porque quien había planeado esto no había previsto
la mujer fuerte e independiente que era DC.
Después de todo, la maldita independencia de su pajarito la había
salvado a ella y a su club. Volviéndose hacia Skelly, tomó el control.
—Bien. Él está con ella ahora mismo y la cabrea mucho. Tengo a
Wolf con ella y confío en él. ¿El resto del grupo es digno de
confianza?
Skelly asintió.
—Sí, se puede confiar en ellos.
—Law es como su hermano pequeño y Rico y Skinny morirían
por ella. Raj está solo, pero no sabemos si tiene ayuda—habló Shaka
por primera vez.
Tiny estaba enviando mensajes de texto furiosamente y Hawk
sabía que estaba hablando con Doc. Los dejó en eso, tomó el teléfono
y rápidamente terminó la llamada con Jagger y llamó a su hombre.
Wolf contestó casi de inmediato.
—Me alegra que hayas llamado, jefe. Este hijo de puta de Raj es
un idiota. ¿Puedo liquidarlo?
—Él es el puto enemigo, Wolf. Enviaré a Beast con tres hermanos
para que te cubra la espalda. Mantén los ojos abiertos, hermano.
Beast enviará un mensaje de texto cuando llegue allí. Mantenla a
salvo y tráemela de vuelta.
—No he perdido de vista a ese cabrón, Prez. Tengo los ojos
puestos en él ahora mismo. Él mintió, hermano. De ninguna manera
tu mujer planeaba abandonar el país. Estaba hablando de asistir a
una convención de tatuajes con su jefa. Sólo pensé que debía
decírtelo.
Hawk asintió aunque sabía que Wolf no podía verlo.
—Gracias, hermano. Tenemos cosas que hacer de este lado, te
llamaré tan pronto como pueda.
—De nada, Prez. La tengo, no te preocupes—le aseguró Wolf.
Hawk se volvió e hizo señas a Beast.
—Toma a Sin, Dizzy y Spook y viaja hasta Umhlanga. Wolf lo
sujetará hasta que llegues allí. Kev los seguirá en la jaula. Carga a ese
hijo de puta y su mierda y tráelo de vuelta aquí.
Por fuera Hawk estaba tranquilo. Pero por dentro era un
recipiente hirviendo de rabia que mantenía estrictamente bajo
control. Una vez que tuviera ese pedazo de mierda en las manos,
entonces, y sólo entonces, dejaría libre su rabia. El tiempo pasó
demasiado lento mientras esperaba tener noticias de Beast. Doc
había llegado antes y solo una mirada al hombre hizo que todos
retrocedieran. Estaba más que enojado, sus ojos como hielo en su
rostro pétreo.
Hawk miró hacia abajo cuando su teléfono vibró con un mensaje
entrante.
Lo tengo. Mujer a salvo.
El alivio lo atravesó.
—¿Qué sabemos? —Doc tenía hielo deslizándose por su voz.
Tiny asintió hacia Hawk y le indicó que respondiera.
—DC está a salvo. Beast tiene a Raj, lo están trayendo.
—¿Quién viaja con mi hija?
—Tiene a Wolf, Law, Rico, Skinny, Beast, Sin, Spook y Dizzy. Kev
está conduciendo la jaula y trayendo al bastardo. Mi mujer insistió
en escoltarlos.
—Mi Demon Child va a matarme joven—gruñó Doc mientras se
sentaba—. Tiny me dio la versión corta de lo que tenemos. ¿Hay algo
más que necesito saber?
Skel comenzó a explicar y Hawk los desconectó, había repasado
esto más de una vez. Todo apuntaba a que Speedy se había asociado
con la banda de los Sharma. Juntos habían creado la red de tráfico
que operaba desde el puerto de Durban.
Todavía era un misterio por qué habían apuntado al Iron Dogz
MC, pero pronto extraerían esa información de Raj o más bien de
Dinesh Sharma Maharaj. Uno de los grandes hombres de la
organización Sharma.
Iba a ser una noche muy interesante. Y no sólo para él.
DC
Conducía mi moto en el medio del grupo cuando llegamos a la
N2 Sur y aceleramos hacia Durban. Law, Rico, Skinny y Dizzy
estaban detrás de la jaula. Yo montaba con Beast, Sin, Wolf y Spook
al frente.
Law y Kev habían hecho un rápido trabajo cargando y atando la
moto de Raj. Beast y Sin no habían dicho una palabra cuando lo
envolvieron en cinta adhesiva como a una maldita momia y lo
arrojaron junto a su moto. No le habían puesto ni un solo puño
encima.
Eso era muy aterrador. Significaba que tenían órdenes de esperar.
Órdenes de Hawk.
Permanecimos escoltando la jaula a través del tráfico, lo que
provocó que los automovilistas se apartaran de nuestro camino en el
momento en que nos veían. Los hombres no llevaban sus chalecos
pero aun así eran oscuramente intimidantes.
Cuando llegamos al patio trasero de la fábrica, respiré
profundamente. Mi padre estaba esperando con los brazos cruzados
sobre el pecho junto a Hawk, quien mantenía exactamente la misma
postura. Detrás de ellos estaban Tiny, Skelly, Ice y Kid, todos con los
brazos cruzados. Y detrás de ellos, en un tosco semicírculo, esperaba
el resto de los hermanos, también con sus brazos cruzados. Cada
uno luciendo sus chalecos. Y las filas de los Iron Dogz habían
crecido, lo que significaba que se les habían unido hermanos de la
sede de Durban.
Beast nos llevó a un lado del patio y estacionamos mientras Kev
giraba la jaula y daba marcha atrás hasta detenerla justo delante de
Hawk y Doc.
Beast inmediatamente sacó su chaleco de sus alforjas y se lo puso,
los demás siguieron su ejemplo. Nos unimos silenciosamente al
grupo que esperaba. Kev estaba abriendo la puerta trasera de la jaula
y cuando lo hizo revelando a Raj en su forma de momia cubierta con
cinta adhesiva, la risa resonó en el aire.
—Quitar esa mierda va a doler muchísimo—comentó alguien
alegremente.
Doc se volvió hacia los hermanos.
—Rover, llévalo y no lo pongas demasiado cómodo.
Luego fue mi turno.
—Sala de reuniones, DC, ahora.
Caminó entre los hombres de regreso a la fábrica y lo seguí.
Parecía enojado, con suerte no conmigo.
Me senté en una caja y observé cómo la sala se llenaba de oficiales
de ambos clubes. Hawk fue el último en entrar. Ocupó una silla en el
lado opuesto de la habitación.
Bien. No estaba muy interesada en él en este momento.
Doc carraspeó y le di lo que quería, mi atención.
—Hemos traído a otro prisionero. Necesitamos que hagas lo que
haces. Ella es parte de esta red de tráfico. Es la gerente de envíos en
las oficinas de Iron Dogz Trucking en Pinetown. La perra preparó
personalmente los documentos de embarque.
Asentí. Sabía lo que quería de mí.
—No se lo pongas fácil. Rómpela, como sea necesario. Quiero
resultados esta noche. Échale un vistazo y dime a quién necesitas.
Mierda. Asentí de nuevo.
—La perra trabajó para los Dogz, quiero que uno de mis hombres
observe—le gruñó Doc a Hawk.
Doc asintió con la cabeza y se volvió hacia mí.
—Manos a la obra, ahora.
Me despidieron. Sin decir una palabra, salí de la habitación y
encontré a Law esperándome.
—Agarra tus alforjas, te encontré una habitación. Tienes suerte,
nadie la ha usado todavía.
Arrugándole la nariz, ambos sonreímos mientras él me llevaba
escaleras arriba y por un largo pasillo hasta una habitación al final.
Era una habitación diminuta, en la que sólo cabían una cama
individual y una pequeña mesita de noche. Y ahora sabía por qué
nadie había reclamado la habitación, la cama era demasiado
pequeña. Por suerte para mí.
—Hay un baño dos puertas más abajo, solo cierra la puerta
cuando lo uses.
Maldita sea, compartir el baño con un grupo de tipos no era
bueno. Estaría sucio.
—Lo he limpiado para ti, así que si te sumerges ahora, aún
debería estar limpio.
—Gracias, hermanito. Tengo que investigar a la mujer que
trajeron. ¿Sabes dónde la tienen retenida?
—Sí, ella no está donde hablaste con la otra. Reúne tu mierda
aterradora y volveré para llevarte con la perra.
Salió de la habitación y cerró la puerta.
Dejé mis alforjas en la cama, busqué en ella y saqué unos
vaqueros negros y la misma camiseta negra de manga larga que
había usado cuando había interrogado a la joven esta mañana
temprano. No podía creer que había sido sólo esta mañana que había
estado aquí, sentía como si hubieran pasado días con todo lo que
estaba sucediendo.
Estaba vestida y tenía el cuchillo en la funda de la bota y mi arma
en una funda en mi espalda cuando alguien llamó a la puerta.
Respiré profundamente y me preparé para convertirme en otra
persona. Abrí esa puerta en mi cabeza y Crow salió para reunirse
conmigo. Law estaba esperando afuera y le entregué mi máscara y
guantes.
En el camino hacia abajo usé el baño y me puse las lentes de
contacto negras, parpadeando para ubicarlas cómodamente. Al
encontrar mi mirada helada y negra en el espejo, sonreí. Tiempo de
jugar.
j g
Así de jodida estaba por dentro. Tenía muchas ganas de hacerla
hablar.
El edificio parecía extrañamente vacío mientras bajábamos las
escaleras de cemento gastadas hasta llegar a un sótano húmedo. Olía
a humedad y moho. Bombillas desnudas que colgaban de cables
eléctricos conducían por un amplio pasillo hasta las profundidades
del sótano. Las luces eran débiles charcos de luz y fuera de esos
charcos la oscuridad yacía como una manta maloliente. Pasamos
varias puertas pero seguimos adelante.
Law se detuvo frente a una gruesa puerta de acero. Tenía una
gran cerradura en el exterior junto con un pesado control deslizante.
Nadie saldría de esa habitación sin ayuda externa. Deslicé mi trenza
en la parte posterior de mi camiseta y rápidamente me puse los
guantes negros de nitrilo y la fina máscara negra que dejaba solo mis
ojos visibles.
—Mierda, no traje mi chaqueta—murmuré.
Una mano grande que sostenía una sudadera con capucha negra
apareció a mi lado y miré por encima del hombro. Hawk permaneció
en silencio detrás de mí, con la sudadera negra tendida hacia mí. Sin
decir una palabra, la tomé, me la puse y me acomodé la capucha
sobre la cabeza, al instante fui envuelta por el olor de Hawk. Mierda.
Era casi suficiente para sacarme de mi personaje de Crow. Obligué a
mi humanidad a pasar a un segundo plano y respiré lentamente.
Tragando pesadamente asentí hacia Law.
La puerta se abrió silenciosamente y reveló una habitación
cubierta de un grueso plástico negro. Incluso el techo estaba
cubierto. Era como estar dentro de un cubo de plástico. En el centro
de la habitación, atada con un cable a una silla de acero atornillada al
suelo, estaba la mujer.
No era lo que esperaba.
Una mujer de mediana edad, bien formada, con un ligero
sobrepeso, se sentaba en la silla y me miraba con ojos curiosos. El
cabello rubio canoso estaba cortado en una práctica melena. Su blusa
blanca era de seda y la falda lápiz roja hasta la rodilla era
obviamente parte del traje de poder que debía haber estado usando.
Tenía los pies descalzos y ataduras de cables negros alrededor de los
tobillos y justo debajo de las rodillas.
—Entonces eres el infame Crow de Doc. —Su voz culta llenó el
silencio—. Debe ser la falta de altura y de una polla en pleno
funcionamiento lo que te llevó a este trabajo. Qué hombrecito tan
triste eres, escondiéndote detrás de una máscara para torturar a
mujeres que de otro modo nunca te dejarían tocarlas.
Mirando detrás de mí, ella sonrió.
—Y mira eso. El alto y poderoso Hawk Walker se separó de su
última puta el tiempo suficiente para venir a hablar conmigo.
Luego me miró y siguió siendo lo que era, una perra asustada y
charlatana.
—No tengo nada que decir en este momento. Inténtalo de nuevo
pasado mañana, tal vez tenga algo que decir para entonces. —Y
luego sonrió, de manera desagradable y fría. Pero en lo más
profundo de sus ojos algo parpadeó y desapareció. Eso era lo que
había estado esperando ver. Ahora ella era mía.
Me di la vuelta, salí y escuché a Law cerrar la puerta, pero no
echó el cerrojo porque sabía lo que vendría después. Me subí la
máscara mientras hablaba con Law.
—Necesito a Alien y Shaka, usando sus chalecos y algo de
colonia de hombre, dos botellas deberían ser suficientes y una
botella de tequila. Normal.
Law buscó en sus bolsillos traseros y sacó dos botellas de colonia
barata con alto contenido de alcohol y me las entregó. Las deslicé en
mis bolsillos traseros con una sonrisa mientras Law corría por el
pasillo y subía las escaleras para traerme a Alien y Shaka. Y el
tequila, no podría hacer un trabajo oscuro como el que me espera sin
beber para pasar las partes pesadas.
Hawk nos siguió y me miró fijamente sin comprender.
Necesitaba irse, si no lo hacía iba a ver un lado de mí que nunca
q
podría olvidar, ni vivir con él. Crow no era yo, pero ella también era
yo. No todos los que me habían visto trabajar fueron capaces de
aceptar y comprender esa parte de mí.
—Tal vez quieras dejar que uno de tus hermanos participe en esto
y dar un paso atrás. —No lo miré mientras hablaba.
—No. Ella trabaja para mí. Estaré allí mientras haces tus
preguntas, Ice estará conmigo.
Le esperaba un duro despertar. Realmente no hacía muchas
preguntas. Mis sujetos hablaron, me decían lo que quería saber.
Seguían hablando hasta que tenía todo lo que necesitaba saber y
luego volvían a sus vidas o desaparecían.
Esta perra probablemente desaparecería.
Y probablemente sería yo quien hiciera que eso sucediera.
Capítulo 23
DC

Alien, Ice y Shaka llegaron caminando por el pasillo mal


iluminado pero incluso con la mala luz pude ver la oscuridad en sus
ojos. Alien me tomó entre sus brazos, abrazándome fuerte y
susurrándome al oído.
—No dejes que esta mierda te afecte, cariño. Tengo tu espalda.
Devolviéndole el abrazo, asentí contra su hombro y di un paso
atrás solo para que Shaka me envolviera en sus pesados brazos.
—Somos tu camino para salir de la oscuridad, Crow. Utilízanos,
no vayas allí sola.
Nuevamente asentí, di un paso atrás y señalé con la cabeza la
puerta.
—Entrad, quedaos contra las paredes. Quiero uno detrás de ella,
dos a cada lado y uno en la puerta.
Al encontrar los ojos de Hawk, se lo expuse fríamente.
—No lo hagas, y escúchame atentamente, no interfieras para
nada. Esto es lo que hago, pase lo que pase, mantente al margen. No
hables. Estás aquí para observar y tomar nota de lo que dice. Nada
más. Dejad vuestros teléfonos con Law. —Me puse la máscara
nuevamente y la acomodé sobre la parte superior de mi camiseta.
Asintiendo con la cabeza a Law, él abrió la puerta.
Me quedé a un lado mirando mientras cruzaban la puerta,
dejándola abierta para mí. Esperé hasta que estuvieron donde los
quería, luego tomé la botella de tequila de Law, agarré la silla que
estaba contra la pared del lado de afuera de la puerta, entré y la
coloqué frente a la mujer. Dejé la botella de tequila en el suelo junto
a mi silla. Detrás de mí, la puerta se cerró con un sonido sordo.
Hawk estaba de pie con los brazos cruzados contra la pared
detrás de ella. Justo en mi línea de visión. Lo ignoré y me concentré
en la mujer frente a mí. No podía permitir que Ice y él en la
habitación cambiaran el curso de lo que iba a suceder. Lo que tenía
que suceder si íbamos a tener una oportunidad de descubrir lo que
había planeado Speedy.
Sentándome frente a ella la estudié y ella me estudió a su vez. El
único sonido en la habitación fue un leve crujido cuando un pie se
movió sobre el plástico.
Inclinándome hacia delante hablé con un suave siseo.
—Cuéntame una historia.
—Eres una excusa patética de un hombre. Eres un insignificante
perdedor y ésta es la única manera en que puedes correrte.
Sonreí detrás de la máscara. Qué vieja perra tan estúpida.
—Cuéntame una historia—siseé una vez más.
—¿Por qué no te agachas y dejas que uno de ellos te la meta por
el culo? Eso podría ser más entretenido que escuchar tu voz—lo
intentó ella de nuevo.
Me agaché y saqué el cuchillo de mi bota. Y la perra se rio.
—Oh, mira eso. Tienes un cuchillo grande para compensar tu
polla pequeña.
Al mirar su cara risueña, de repente me di cuenta. La había
entrenado alguien a quien yo había interrogado en algún momento.
Alguien que había salido sin un solo corte. Alguien que había
hablado cuando no debería haberlo hecho. Una pena que no hubiera
encontrado a nadie más para entrenarla. Pero eso resultaría bastante
difícil, ninguno de ellos hablaría con nadie, nunca más.
Ups, lo siento por ti, perra vieja.
Levantándome, caminé lentamente alrededor de ella. Clavando la
manga de su camisa con la punta del cuchillo, la tomé entre dos
dedos, la levanté y deslicé el cuchillo hacia adentro y hacia abajo.
Dividiendo la manga desde el hombro hasta la muñeca. No dije una
g j
palabra, simplemente pasé al otro lado e hice lo mismo. Con mucho
cuidado deslicé el cuchillo alrededor de las sisas de ambas mangas y
dejé que la tela cayera sobre sus muñecas atadas con cables.
Su respiración se volvió entrecortada cuando corté y deslicé mis
dedos enguantados y helados en la tela en la parte superior de sus
hombros. No dije nada mientras le cortaba la costosa blusa,
dejándola sentada con su bonito sujetador blanco y los restos de su
elegante blusa colgando alrededor de la cintura. Desabroché con
cuidado lo que quedaba de la blusa y, como era de esperar, ella giró
la cabeza, con la esperanza de golpearme en la cara. Calculó mal la
distancia y cuando se echaba para atrás golpeé fuerte su frente con la
empuñadura del cuchillo. Ella gimió de dolor. Ignorando su dolor,
saqué los restos de la blusa de su falda y la tiré a un rincón. Pronto le
siguieron las mangas.
Me deslicé hacia atrás en mi silla y siseé.
—Cuéntame una historia.
Ella decidió mentir.
—No sé qué quieres que te diga. No sé nada.
La corté. A la velocidad del rayo. Del hombro hasta el codo. No
superficial pero tampoco demasiado profundo.
Su grito de sorpresa hizo que Hawk se pusiera rígido. Pero no se
movió.
—Cuéntame una historia—siseé.
—¡Estás loco! No sé nada. No soy nadie. Hago mi trabajo y eso es
todo lo que hago. No sé lo que quieres.
El siguiente corte fue lento, no rápido. Lentamente le corté el otro
brazo desde el hombro hasta el codo.
—¡No! ¡Detente! ¡No sé lo que quieres! ¡Dime lo que quieres!
Nuevamente comencé a rodearla y ella trató desesperadamente
de mantenerme a la vista. Sacando una botella de colonia del
bolsillo, la desenrosqué lentamente y, de pie detrás de ella, dejé caer
unas gotas en el corte de su brazo derecho. Su grito de dolor no me
hizo nada. No sentía nada.
Regresando a mi silla, me senté, me recliné y la miré fijamente.
—Cuéntame una historia. —Mi susurro atravesó sus jadeos llenos
de dolor.
—Te lo dije, no sé nada. Simplemente hago mi trabajo, como me
dice Hawk Walker.
Y ahí estaba. El primer paso.
—¿Él te dice qué hacer?
Ella dudó por unos segundos y luego aparentemente se
derrumbó. Ella era buena, pero no tan buena. Las mentiras que le
habían enseñado que nos dijera cayeron como plomo de sus labios.
—Siempre llama con instrucciones especiales para ciertos
documentos. Sólo me aseguro de que estén en orden y luego envío el
camión con el contenedor especial. Como él me ordenó que hiciera.
—¿En tu móvil o en el teléfono de la oficina?
Sus ojos giraban como canicas locas en su cabeza mientras miraba
de un lado a otro.
—Principalmente en el teléfono de la oficina, a veces en mi móvil.
—Mmm. Entonces quedará un registro de esas llamadas en el
sistema telefónico de la oficina y en tu móvil. Bien.
Asentí a Shaka y él salió de la habitación. La miré a los ojos y casi
me reí. Ella creyó que había incriminado a Hawk como el malo y nos
estábamos tragando su historia.
Sin darle ninguna advertencia, me incliné hacia adelante y vertí
colonia sobre ambos cortes. Luego corté dos líneas más en cada
brazo. Gritando, tiró de las ataduras que la mantenían prisionera.
—¡Te dije lo que querías saber! ¿Por qué estás haciendo esto? Soy
inocente, no hice nada. Simplemente seguí órdenes.
—Sólo tengo tu palabra. Hawk dice que estás mintiendo—siseé
—. Me has mentido, así que elijo creerle por ahora.
q j p
Acerqué el cuchillo a su cara y sus ojos permanecieron en él hasta
que estuvo demasiado cerca para mirar. Sus ojos se dispararon hacia
los míos, el miedo ahora era muy evidente. Deslicé la punta del
cuchillo por su nariz, sobre sus labios y barbilla, permitiendo que se
arrastrara sobre la suave piel. Dejando atrás una línea roja.
Manteniendo mis ojos en los de ella, puse la punta del cuchillo justo
dentro de la correa de su sostén en su clavícula y corté una línea
recta poco profunda hasta la parte superior de su pecho. Ignorando
sus gritos hice lo mismo del otro lado. La sangre corrió hacia su
bonito sujetador blanco, haciendo que la parte superior de las copas
se volviera roja. Golpeando la parte plana del cuchillo contra su
esternón, me incliné y siseé.
—¿Te gustan los patrones? Me encantan los patrones. Me encanta
decorar a mis mujeres, dejar mi huella en una piel prístina. Eres un
poco mayor, pero tu piel todavía está bien. Voy a disfrutar
decorando tus pechos. Los senos grandes son mucho mejores que los
pequeños. Más espacio para jugar. Hay tantos patrones bonitos para
regalarte.
Hice algunos cortes superficiales en su abdomen sin decir una
palabra. Ahora ella estaba temblando y llorando, pero la ignoré
mientras lentamente vertía colonia sobre los cortes. El olor era
empalagoso pero el alcohol hizo su trabajo.
Me recosté y giré el cuchillo y de repente lo dejé caer hasta el
dobladillo de su falda y comencé a cortarla por la mitad.
—¿Qué estás haciendo? ¡Se supone que esto no debía suceder! ¡Se
supone que esto no debe suceder!
La ignoré y seguí deslizando el cuchillo entre sus piernas, sobre
su vientre hasta la cintura de su falda. Una vez que la corté, separé
los dos lados y lo dejé caer. Sentándome, crucé los brazos sobre el
pecho y dejé que mis ojos recorrieran su cuerpo mientras la sangre
corría por sus bragas blancas de corte alto, volviéndolas rojas.
—No estás mal para una perra vieja—siseé.
—¿Qué estás haciendo? ¡Se supone que esto no debía suceder! Él
dijo que sería fácil. Dijo que Crow no le haría daño a una mujer. ¿Por
qué? ¿Por qué? — Las lágrimas y los mocos se mezclaron en su
rostro mientras lloraba.
Me agaché y agarré la botella de tequila, abrí la tapa y la acerqué
a mis labios cubiertos, me llené la boca y tragué. Quemó y reprimí el
escalofrío, pero agradecí el calor que se extendía hacia afuera.
—Él mintió—siseé—. Hago daño a las mujeres todo el tiempo, a
veces incluso las mato.
Sus ojos estaban muy abiertos por la conmoción y el miedo.
La puerta se abrió y Shaka volvió a entrar.
—No hay llamadas desde el móvil de Hawk a la perra, ni a la
oficina. No hay llamadas internas desde el teléfono de su oficina a la
perra. Encontramos llamadas desde el teléfono fijo de la casa club de
los Warriors aquí en Durban y algunas de dos números
desconocidos. La mayoría de las llamadas se originaron cerca de una
torre de telefonía móvil aquí en Durban. Y resulta que está cerca del
complejo del Road Warriors MC. El resto de las llamadas se
originaron cerca de una torre de telefonía móvil en Ciudad del Cabo.
Paradero verificado de Hawk, estaba en Johannesburgo en el
momento de las llamadas. Le era imposible estar en dos lugares al
mismo tiempo. Ella mintió.
El rostro de Shaka permaneció impasible mientras daba su
informe y luego volvió a tomar posición contra la pared.
Levanté la botella, tomé un largo trago y la volví a dejar.
—Me alegro de que hayas mentido. Me alegro mucho porque
esas mentiras ahora te hacen toda mía. Me gustan los patrones. —
Negué con la cabeza—. No, miento, me encantan los patrones, me
encanta dibujarlos en la piel de mis mujeres.
Inclinándome hacia ella, lentamente comencé a cortar una rejilla
en su muslo izquierdo. Sus gritos resonaron por la habitación pero
no le presté atención. Seguí cortando su carne temblorosa hasta que
tuve lo que quería. Una cuadrícula de tres en raya llenaba la parte
superior de su muslo izquierdo.
—Seré cruces, tú puedes ser ceros. Si ganas, es posible que salgas
viva de aquí—susurré mientras colocaba con cuidado una cruz justo
en el centro.
Tocando los espacios vacíos con la punta del cuchillo miré hacia
arriba.
—¿Dónde debo poner el cero? ¿Aquí? ¿Aquí? O aquí, no, tal vez
aquí.
—¡No! No, por favor, detente. Por favor. Te daré todo lo que
quieras.
Lentamente dibujé un cero con la punta del cuchillo, sin cortar
demasiado profundo, y lo rocié con colonia.
Continué torturándola mientras jugaba con su piel hasta que tuve
tres cruces seguidas.
—Yo gano—susurré—. Tenemos que jugar de nuevo o tal vez
juguemos hasta que ganes. Tenemos mucha piel que cubrir con mis
patrones.
Corté una línea profunda en el centro de la cuadrícula y vertí más
colonia sobre los cortes. La botella ya estaba vacía y la arrojé hacia
los restos de su ropa. Vi un brillo de alivio en sus ojos, pero
desapareció cuando saqué la otra botella del bolsillo trasero y la dejé
junto a la botella de tequila. Ella empezó a quebrarse.
—¡No fue Hawk! ¡No fue Hawk! Juro que no fue él. Me dijeron
que dijera eso. Me dijeron que dijera que él era culpable.
—Demasiado tarde. Eso ya lo sé—murmuré mientras le cortaba el
sujetador del cuerpo y lo tiraba hacia la esquina.
Inclinando la cabeza, miré sus senos y luego lentamente corté una
curva fácil desde el costado de su seno derecho hasta el centro de su
pecho. Hice lo mismo en el izquierdo y vertí colonia sobre los cortes.
La sangre goteaba de sus pesados pechos y corría por los cortes de
su vientre empapando la parte superior de sus bragas blancas de
corte alto.
Ella se quebró. Se abrió completamente y comenzó a revelar sus
secretos, como sabía que haría. Como siempre hacían.
—Mis… mis… mis órdenes, vinieron de… Speedy y de… una
mujer. Sólo hablé con ella un par de veces. Ella... ella amenazó a mi
familia si no hacía lo que me decía. Por favor, tienes que creerme,
por favor.
—Necesito más. ¿Quién es ella?—susurré mientras jugaba con el
cuchillo. Sus ojos nunca lo abandonaron.
—No sé. Juro que no lo sé. Mantuvo su voz baja pero escuché un
ligero acento inglés y su voz... era tan fría. Sin emociones. Se van a
llevar a mis nietas si no hago lo que me dicen. Tienes que salvarlas.
Por favor. Tienes… que mantenerlas a salvo. Sabrán que he hablado,
se llevarán a mis nietas y las pondrán con los demás. Por favor, por
favor, sálvalas.
Negué con la cabeza.
—No tengo que hacer nada. ¿Pensaste alguna vez en los niños
que sentenciaste al infierno? ¿En sus padres y abuelos? Tus cuentas
en el extranjero están llenas de dinero ensangrentado. La sangre de
niños inocentes está en tus manos y ha manchado tu dinero de rojo.
¿Por qué debería hacer algo por ti? ¿Por qué debería dejar de hacer
hermosos patrones en tu piel? —Arrastré la punta del cuchillo sobre
su pezón izquierdo y su cuerpo tembló de miedo.
Su cabeza cayó sobre su pecho mientras sollozaba y cuando
volvió a levantar la vista supe que iba a haber más. Y ahí estaba.
—Grabé todo. Como un seguro—susurró ella—. Todas las
llamadas, cada una de ellas. Las tengo... las tengo en un USB
escondido en mi jardín. Nadie esperaría que lo escondiera allí. Está
en un pequeño recipiente de plástico sellado con el móvil que me
dieron. Está enterrado bajo el guerrero japonés en mi jardín
delantero. Todas las llamadas están ahí. Cada mensaje. Por favor,
puedes quedártelo, sólo salva a mis nietas, por favor. Sé que voy a
morir pero no me importa lo que me pase mientras ellas estén a
salvo. Speedy traerá la mercancía, los llaman mercancías, mañana
por la mañana y se irán mañana por la noche. Envío el pedido del
camión y el contenedor y cuando él llama preparo los documentos
de embarque que implican a Hawk Walker y al Iron Dogz MC. Lo
único que hago es encargarme del papeleo. El conductor es uno de
ellos pero trabaja para Iron Dogz Trucking. Su nombre es Charlie.
Eso es todo, no sé nada más. Lo juro por la vida de mi hijo y mis
nietas que eso es todo lo que sé.
Asentí a Alien y esperé hasta que salió de la habitación. Hawk se
movió inquieto haciendo que el plástico crujiera. Tomando otro
trago de tequila, me senté hacia adelante y le acerqué la botella a los
labios. Tomó un trago y tosió mientras le quemaba la garganta.
—¿Por qué?—me preguntó ella—. ¿Por qué mintieron sobre ti?
Soltando un suave resoplido, sacudí la cabeza y siseé.
—No mintieron, simplemente no sabían todo sobre mí. Tómate
un trago, te ayudará a superar lo que viene después. —Le empujé la
cabeza hacia atrás y sostuve la botella contra sus labios, obligándola
a tomar dos largos tragos. Yo también bebí unos tres tragos. Mi
vientre estaba agradablemente cálido incluso si mi corazón estaba
helado. El siguiente paso nunca era fácil.
—¿Cómo carajo quedaste atrapada en esta mierda?—estalló
Hawk de repente. Me sorprendió que hubiera mantenido la boca
cerrada tanto tiempo.
—Por mi marido, era jugador y le debía mucho dinero a las
personas equivocadas. Entraron a nuestra casa mientras mi nuera
estaba allí. Ellos... los mataron a ambos justo delante de mí,
amenazaron con matar a mi hijo y llevarse a sus hijas si no hacía lo
que me indicaban. Sabían que trabajaba en Iron Dogz Trucking y
exactamente cuál era mi puesto en la empresa. No podía permitir
que mi hijo y sus hijas pagaran por los errores de mi marido. Yo...
acepté hacer cualquier cosa que quisieran. Ellos... me dieron una
paliza, me dispararon y se fueron. El SAPS nunca investigó los
asesinatos. Creo que quizás les hayan pagado. Llevo casi ocho meses
q q y p g
trabajando para estas personas. Al principio los contenedores
contenían productos de animales cazados furtivamente. Pero todo
cambió cuando la mujer se involucró. Le prometió a Speedy mucho
dinero fácil y así empezó todo con los niños.
Ella le dijo todo. Y cuanto más hablaba, más veía compasión
brillando en los ojos de Hawk. Esto no iba a terminar bien.
Alien volvió a entrar y esperé mientras ocupaba su lugar.
—Envié algunos hombres para recuperar los artículos. Deberían
regresar en aproximadamente una hora.
Levantándome de la silla, miré a la mujer mientras me golpeaba
el muslo con el cuchillo.
—Mientras esperamos voy a tomar un pequeño descanso. Te veré
de nuevo pronto. No vayas a ningún lado.
Recogiendo el tequila miré los ojos sin expresión y entrecerrados
de Ice mientras me abría la puerta. Necesitaba respirar aire fresco.
Necesitaba limpiar mi alma de la mierda oscura que tenía hirviendo
en mi sangre. Quitándome la sudadera con capucha a Hawk, la dejé
caer al suelo mientras me alejaba. La máscara, los guantes, los lentes
de contacto y la camiseta se los entregué a Law para que los
desechara. Me tendió una camiseta limpia, me la puse y asentí en
agradecimiento. Era mi hermano pequeño y confiaba en él
implícitamente. Esos elementos desaparecerían y nunca volverían a
aparecer.
Sentada en las escaleras exteriores bebiendo tequila, me quedé en
silencio cuando Rooster se sentó a mi lado.
—¿Necesitas montar, cariño?—me preguntó en voz baja.
—Sí.
—Vamos. —Me levantó del escalón, le pasó la botella a Law que
había estado vigilándome y me llevó a mi moto. Law sabía que
tendría que conducir y ya la había llevado al frente, mi casco,
guantes y chaqueta estaban encima del asiento, esperándome. Las
motos de Alien y Rover estaban listas junto a la prestada por Rooster
y respiré más tranquila sabiendo que se unirían a mí en mi viaje.
El peso dentro de mi pecho comenzó a liberarse lentamente
mientras conducíamos. Dejé que Alien y Rover me llevaran a donde
quisieran. Ni siquiera me di cuenta de que estábamos en la carretera
de la costa sur hasta que llegamos al peaje. Conducimos duro y
rápido, dejando que la noche pasara borrosa. Ya era tarde cuando
llegamos a Margate y estacionamos sobre la playa. Todo estaba
cerrado excepto el club nocturno, y estaban teniendo una buena
noche. Me quité el casco y caminé por el sendero pavimentado hacia
la playa desierta. Las olas estaban iluminadas por las luces de
seguridad y las farolas a lo largo de toda la playa.
De pie justo fuera del alcance de las olas rompiendo, respiré
profundamente. Contuve el aire antes de exhalar, y dejar que lo
último de la capa negra de mi alma se elevara hacia el cielo
nocturno.
—No regresaremos esta noche, cariño. Conseguimos un
apartamento en Margate Sands para pasar la noche. Te llevaré
mientras Alien y Rover van a buscar algo de comida. ¿De acuerdo?
Todo lo que pude hacer fue asentir y seguir adelante mientras
montábamos nuestras motos hasta el estacionamiento y nos
registrábamos en la recepción. La pobre recepcionista hizo todo lo
posible para no asustarse por los moteros que estaban delante de
ella. Sólo lo logró una vez que Alien comenzó a coquetear con ella.
No mucho después nos sentamos en el balcón a comer
hamburguesas, beber cerveza y observar las olas oscuras que
llegaban a la playa. Nadie habló, no era necesario. Los cuatro éramos
amigos desde hacía mucho tiempo y el silencio no era incómodo.
—Puse tus alforjas en la cama, DC. Métete en la ducha antes de
quedarte dormida en esa silla. —Rooster me tocó el hombro cuando
comencé a quedarme dormida.
Después de una larga ducha caliente, me puse unas bragas
limpias y una camiseta y me metí en la cama. Me quedé dormida
casi de inmediato. Dormí profundamente, tan profundamente que
no escuché mi teléfono vibrar como loco en la mesita de noche.
La mano de Alien en mi hombro en las primeras horas de la
mañana me despertó y me sacó de la cama. Había cosas que hacer y
teníamos que regresar.
El sol estaba saliendo cuando entramos en Durban y nos
dirigimos a la casa segura.
No tenía muchas ganas de ver a Hawk. Él había visto mucho.
Demasiado.
Ahora sabía lo que Crow realmente hacía por su club y, al igual
que algunos de los hermanos, nunca podría superarlo.
Pero tenía que intentar explicárselo. Al menos tenía que intentar
salvar lo que teníamos porque él era todo para mí.
El hacía que todo valiera la pena.
Incluso le agradaba a Crow, y esa era una maldita primera vez.
Capítulo 24
Hawk

La pequeña persona oscura que torturaba a la perra vieja en la


silla daba muchísimo miedo. Y era evidente que no sentía nada
mientras lo hacía.
Mierda.
No era una pequeña persona oscura. Era DC, su pajarito. Pero
ahora mismo ella no era su pajarito y tampoco era DC. Ella había
caído en esta otra persona. Una que no dudaba en cortar a la perra
atada a la silla. Y a esa voz como un siseo demostraba que le gustaba
torturar a la perra.
Ella era Crow. La mano oscura de Doc. Temido por todos los que
sabían de él. Y ahora sabía por qué se temía tanto a Crow. Estaba
jodidamente loco.
¿Cómo carajo puede un padre obligar a su hija a hacer esta
mierda? ¿Qué pasó para que esta aterradora personalidad pasara a
primer plano?
Mientras la perra vieja lloraba, supo que tenía que intervenir
antes de que su pajarito tuviera que intensificar el interrogatorio y
marcar su alma aún más. Conocía a su pajarito, esto no era
jodidamente fácil para ella. Esta mierda la lastimaba profundamente,
donde nadie podía verla. En ese lugar profundo y oscuro desde
donde se originaron las pinturas que había visto en la oficina de Doc.
Ellos escucharon mientras todo era escupido. La jodida razón por
la que la perra lo traicionó a él y a su club. Y sobre todos los niños
que se habían perdido. Hasta cierto punto sentía lástima por ella,
como le habría sucedido a la mayoría de las personas. Pero debería
haber pedido ayuda. Ella podría haberse acercado a él y él habría
dado un paso al frente, protegiéndola a ella y a su familia.
No lo hizo. Decidió tomar el dinero y condenar a niños inocentes.
Cuando Alien regresó a la habitación y les hizo saber que tenían
la evidencia que ella había escondido, la tensión pareció escaparse
de la habitación. Crow se fue después de sisear su promesa de que
volvería. Hawk sabía que no podía permitir que eso sucediera. Su
mujer había bebido para superar esta mierda y ya estaba
jodidamente hecho. Él se haría cargo. Su pajarito no soportaría más
daño a su alma.
Soltando a la perra vieja, la levantó y la llevó con Ice a su espalda.
Boeta estaba al final de las escaleras.
—¿Tienes una habitación donde tratar las lesiones?
Boeta levantó la barbilla y Hawk lo siguió escaleras arriba. El tipo
abrió la primera puerta en lo alto de las escaleras, dio un paso atrás y
Hawk entró. Había una camilla en el centro de la habitación,
mientras que alrededor de la habitación, dentro y sobre armarios de
madera con frente de vidrio, había una variedad de maquinarias,
instrumental médico y medicamentos. A través de una puerta
abierta a un lado podía ver otra pequeña habitación con una cama de
hospital hecha.
Dejando a la mujer en la camilla, la sujetó suavemente mientras
ella se retorcía. Ice comenzó a buscar en los armarios lo que
necesitarían para repararla.
—Necesitamos echar un vistazo a estos recortes, quédate quieta.
Boeta y Shaka observaron en silencio.
No se había dado cuenta de que Shaka los había seguido. Alien
debe haber ido a informar a Doc.
Shaka rompió el silencio.
—No jodas con esos recortes, sólo empeorarás las cosas. El
médico del club está en camino. —Shaka sonrió sin ningún humor—.
Él tiene experiencia con esta mierda.
Ice y Hawk lo ignoraron y siguieron poniendo tiras de gasa sobre
las heridas sangrantes.
La mujer lo miró suplicante.
j p
—Por favor, encuentra a mi hijo y a mis nietas. Tráelos y
mantenlos a salvo. Por favor.
Boeta resopló enojado y salió furioso. Shaka estaba de pie como
una estatua de ébano, ocupando la entrada.
—¿Alguna vez pensaste en esos otros padres y abuelos que hay
por ahí? Esas personas que han perdido a sus hijos por tu culpa.
Esos niños están viviendo en un infierno que no te podrías imaginar
—espetó Shaka.
—No tuve otra opción, no tuve otra opción—susurró ella.
—Siempre tenemos una jodida opción. Simplemente tomaste el
camino más fácil. Me pregunto cómo se sentirá tu hijo al respecto.
Cómo va a superar el hecho de que su madre es parte de una red de
tráfico de personas. Que la abuela de sus hijas ha enviado a niños al
infierno para ser drogados y violados día tras día hasta que mueran
en una puta agonía—dijo Shaka, giró sobre sus talones y se fue,
cerrando la puerta bruscamente detrás de él.
Ice se congeló con sus manos sosteniendo una gasa contra los
cortes en su pecho. Levantando las manos, dio un paso atrás
lentamente y las dejó caer a los costados. Mirando a Hawk, sacudió
la cabeza, con los ojos atormentados.
—Lo siento, jefe, no puedo hacer esto.
Cerró la puerta en silencio detrás de él, dejando a Hawk solo con
la traidora. Tomando la sábana del fondo de la camilla la cubrió y
buscó una silla.
Colocando la única silla en la habitación al lado de la camilla,
Hawk se sentó y simplemente miró a la mujer que yacía allí.
—Has trabajado para mi empresa durante los últimos diez años.
Nos conoces a mí y a mis hermanos. Sabes que nunca te habríamos
dejado ahí afuera para sufrir. Podrías haber venido a mí, podrías
haber ido a Hotdog. Tenías opciones, pero no las usaste.
—Yo... yo no sabía en quién confiar.
—Basta. Deja de mentir. Sabías exactamente en quién podías
confiar pero no pudiste resistir el soborno, el dinero que te pagaron.
Incluso después de perder a tu marido y a tu nuera a manos de esta
gente.
Frotándose la cara con las manos, se pasó los dedos por la barba y
suspiró profundamente.
—Mi club no es el único club al que le faltaste el respeto y tú sola
te metiste en este lío. Los Road Warriors van a exigir justicia para
esos niños. No puedo protegerte de eso, lo único que puedo hacer es
prometerte mantener a tu familia a salvo.
Un sollozo salió de ella.
—Gracias. Tienes razón, fui codiciosa. Cuando me haya ido,
¿puedes asegurarte de que el dinero se utilice para luchar contra la
trata de personas, por favor? No quiero que mi familia se vea
contaminada por lo que hice.
Todo lo que Hawk pudo hacer fue asentir y sentarse junto a ella
en silencio.
Permaneció en silencio mientras el médico del club entraba y se
dedicaba a limpiar y coserle las heridas. Le dio una inyección de
antibióticos y luego se alejó de la camilla con una pequeña sonrisa
extraña.
—Tendrás cicatrices pero no serán tan malas. La peor será la de tu
muslo. Crow debe haber estado realmente enojado contigo. Sólo
dibuja rejillas sobre aquellos a quienes quiere lastimar con
desesperación. Volveré más tarde para ver cómo estás.
Volvió a mirar a Hawk mientras salía por la puerta.
—Te buscan abajo.
Hawk dejó a la mujer durmiendo en la camilla. El doctor debió
haber puesto algo en esa inyección para noquearla.
La sala de reuniones estaba llena de todos los que no estaban de
guardia. Ambos clubes estaban representados ahora. Hawk tomó la
silla al lado de Doc y escaneó la habitación en busca de DC. Ella no
estaba ahí, tampoco Alien, Rover, Rico, Skinny, ni Rooster.
¿Dónde mierda estaba su mujer?
Cruzando los brazos sobre el pecho esperó.
No tuvo que esperar mucho.
—Tenemos información sobre la mierda que sucede aquí en
Durban—inició Freeze la reunión—. Como todos sabéis, hemos
encontrado una red de tráfico de personas operada por hombres a
los que ya no podemos llamar nuestros hermanos. La sede de
Durban de los Road Warriors experimentará un cambio de
liderazgo, pero no vamos a abordar esa cuestión ahora.
Varios pies se movieron nerviosamente y Hawk vio los ojos de
Doc recorriendo rápidamente a los hombres. Mirando a Tiny y Boeta
vio que ellos hacían lo mismo. Hawk supo instintivamente lo que
estaban haciendo. Se estaban moviendo rápidamente para asegurar a
Boeta en el asiento de presidente vacante en Durban. No podía
culparlos por eso, pero deseaba que siguieran adelante. Quería salir
de aquí y encontrar a su mujer.
Su pajarito debía estar pensando que le había disgustado lo que
ella había hecho para llegar a la verdad. Nada podría estar más lejos
de eso.
Conmocionado, sí. ¿Pero disgustado? Definitivamente no. Lo que
sí sabía era que su mujer estaba siendo violada mentalmente por la
jodida mierda que su club le pedía que hiciera. Aunque fuera lo
último que hiciera en esta tierra, iba a lograr que se detuviera.
Encontraría una manera de darle la paz que merecía.
La reunión continuó a su alrededor mientras Skel seleccionaba el
equipo que los acompañaría a Gav y a él en su misión por la
mañana. Después de una breve discusión sobre lo que sucedería
después, Freeze terminó la reunión. Pero quería que los directivos de
ambos clubes se quedaran. Todos los oficiales presentes para ser
exactos. Gracias a la mierda que le había pedido a Hotdog y Growler
que se quedaran porque eso le daba algunos hombres propios en
una habitación llena de jodidos Road Warriors.
¿Qué mierda pasaba ahora?
Doc no lo dejó preguntárselo por mucho tiempo.
—Tenemos un momento difícil por delante. Ninguno de nosotros
quiere que salga mal y perder a esos niños. Freeze, Hawk y yo
lideraremos cada uno un equipo mañana por la noche. Tenemos que
acabar esto definitivamente. El equipo de Freeze estará en el puerto,
vigilando el barco en caso de que perdamos el contenedor. Hawk y
yo lideraremos los equipos para sacar a Speedy y asegurar el
contenedor y los niños. Limpiaremos la escena y llevaremos a los
niños a un lugar seguro.
Respiró hondo y miró a Hawk como disculpándose antes de
continuar.
—Lo mejor que se nos ocurre si se nos escapan es alertar a la
guardia costera y a las autoridades portuarias, pero todos sabemos
que les han pagado. Entonces a Freeze se le ocurrió un plan de
acción alternativo. La información sobre la red de tráfico se filtrará al
grupo de fuerzas especiales que investiga a los traficantes de
personas. La perra de arriba caerá en sus regazos. Nuestras manos
permanecen limpias, pero eso significa que Iron Dogz va a soportar
una gran cantidad de calor. Hawk en particular, pero no se puede
evitar. Todos tenemos que hacer lo que tenemos que hacer para
poner fin a esta mierda.
Doc no podía mirarlo a los ojos, ni Tiny, ni Skel. Grizzly estaba
seriamente enojado parado a un lado, con los brazos cruzados y fue
el único que miró a Hawk a los ojos antes de que éste le levantara un
poco la barbilla. Ignorando a sus presidentes. Esos bastardos
también lo habían cabreado.
Entonces Hawk lo supo. Los malditos bastardos.
Iban a arrojarlo al grupo de fuerzas especiales que estaba
investigando la trata para salvar sus culos. Estaban jodiendo su
negocio. Jodiendo con los negocios de su club. Jodiendo la vida de
sus hermanos y su vida y en el proceso le quitarían a su pajarito.
Había sospechado que Freeze odiaba la idea de que DC fuera su
dama y que había sido él el que diseñó la jugada para deshacerse de
él. Usar lo que tenían para implicar a Hawk y hacer que pasara el
resto de su maldita vida tras las rejas.
Eso no va a pasar.
Gracias a la mierda por Ziggy. Gracias a Jagger y sus hermanos
del club que le cuidaban la espalda.
A estas alturas, cada pieza de evidencia incriminatoria habría
sido eliminada del sistema. Todo el papeleo habría sido arreglado. El
camión y el contenedor fueron reportados como robados. Él y su
club estarían limpios y la perra vieja de arriba, la zorra de su club y
quienes la ayudaron serían los únicos que quedarían en la línea de
fuego.
De repente supo por qué su pajarito no estaba aquí. Doc y Freeze
la habían llevado a algún lugar para que no pudiera interferir con
sus planes. Les esperaba una jodida enorme sorpresa. Había
reclamado a su mujer y nada ni nadie se interpondría en su camino.
Mirando fijamente a Ice y Kid, vio que ellos también habían
descifrado la jugada de Freeze. Sin, Beast, Hotdog y Growler se
quedaron congelados, con los brazos cruzados sobre el pecho. Sus
rostros inexpresivos ocultaban sus reacciones mientras el Road
Warriors MC apuñalaba a su presidente por la espalda.
Esta noche no sería olvidada ni perdonada.
—¿Qué le está pasando a Raj? —Necesitaba saberlo antes de salir
de esta maldita habitación.
—Es asunto de los Warriors y no tiene nada que ver contigo—
gruñó Freeze.
—Ese bastardo fue tras mi dama, y eso hace que todo lo
relacionado con él sea asunto mío.
Freeze se rio. El cabrón se rio y Doc parecía tallado en piedra
pero sus ojos ardían.
Hawk tuvo un mal presentimiento, un jodido presentimiento
realmente malo.
—¿Dónde está mi mujer, Doc?—dijo Hawk apretando los dientes
con tanta fuerza que juraría que sentía como si se estuvieran
rompiendo.
Doc no fue quien respondió. Freeze le dio la respuesta con
condescendencia.
—Envié a Rooster a llevarla a conducir para aclarar su cabeza.
Volverán por la mañana y espero que para entonces ella esté bien
follada y sea de él, no de ti.
Hawk se rio. En parte para calmar la ira que ardía en sus
entrañas, pero en su mayor parte de Freeze. El hombre no tenía idea
de la mierda en la que iban a estar cuando DC se enterara del futuro
que habían planeado para ella. Y estaba a punto de explotar cuando
se dio cuenta de que lo estaban arrojando a él y a su club a los lobos.
Su pajarito era una cosita leal pero lo que ella atesoraba por
encima de todo era la honestidad. Y la verdad saldría a la luz, sin
importar lo mucho que Freeze y Doc intentaran ocultarla detrás de
sus jodidas mentiras.
Levantándose de su silla, Hawk miró a Doc, luego a Tiny y Skel y
sacudió la cabeza.
—No tengo ni puta idea de lo que estáis tratando de lograr con
esta mierda, pero tenéis que saber que os va a resultar
contraproducente y muy malo. Mi dama es una fuerza a tener en
cuenta y obviamente vosotros tenéis la cabeza metida en el culo en lo
que a ella se refiere. Mantened los ojos abiertos para poder asimilarlo
todo cuando la mierda estalle. Los Iron Dogz limpiarán parte de esta
mierda, pero tened cuidado. Llevaré esta jodida supuesta alianza
nuestra a la mesa y le pondré fin. Y solo a modo de advertencia
amistosa, tener a la hija del presidente de los Road Warriors como mi
dama no va a hacer una jodida diferencia en el resultado de esa
reunión. Seremos enemigos, ya no más aliados una vez que yo
termine.
Salió y sus hombres lo siguieron, dejando a los Road Warriors en
la sala de reuniones.
—Lleva a los hombres al estacionamiento, ahora—le ordenó
Hawk a Ice.
Se pararon en el rincón más alejado del aparcamiento y Hawk
miró alrededor del círculo de sus hermanos y sintió su lealtad y
apoyo. Se sorprendió cuando Grizzly y Law se unieron a su círculo.
—No tengo mucho tiempo antes de que se den cuenta de que
estoy desaparecido. —Le tendió la mano a Hawk—. Amo a mi club y
siempre he hecho lo mejor para todos nosotros. Esta mierda nos va a
separar. Freeze ha perdido la puta cabeza. Le ordenó a Rooster que
llevara a DC a Margate, que la mantuviera allí y la reclamara.
Rooster vino a pedirme ayuda. Hice arreglos para que Alien y Rover
viajaran como protección para ambos. Está a salvo esta noche y la
traerán de regreso aquí al amanecer. No te quedes aquí. Quédate en
tu complejo de Durban donde tienes a tus hombres para protegerte.
Vuelve antes del amanecer. Ella estará aquí, y Hawk, prométeme
que la sacarás de esta mierda. Doc ha estado tratando de detener esta
mierda de Crow durante años, pero Freeze lo veta cada vez que lo
lleva a la mesa. Lo está matando igual que la está matando a ella.
Hasta que ese cabrón sea expulsado o enterrado, nunca podrá vivir
una vida normal. Toma a mi pequeña y mantenla a salvo, hijo.
Después de lanzar esa bomba, Grizzly y Law se alejaron y se
quedaron al otro lado del estacionamiento como si estuvieran ahí
afuera para fumar y vigilar a los Iron Dogz.
Ice se hizo cargo.
—Ya escuchaste al hombre. Vamos a conseguir nuestras mierdas
y salir de aquí antes de que intenten encerrarnos en su jodido sótano.
Beast, recoge la mierda de Hawk y bájala. No volverá a entrar.
Hawk estaba sentado en su moto a la cabeza de sus hombres.
Todos ellos luciendo sus chalecos. Que les den a los Road Warriors y
a sus órdenes. Aceleró la moto, soltó el embrague y salió de la
fábrica. Doc no había vuelto a aparecer, pero Tiny, Skelly y Shaka
observaban mientras ellos salían y se alejaban.
Hawk no tenía idea de cómo esto iba a afectar la frágil alianza
entre los dos clubes, pero no podía preocuparse por eso ahora. Tenía
demasiado de qué ocuparse una vez que estuvieran a salvo detrás de
los muros de la casa club de la sede de Durban.
Mañana iría a buscar a su pajarito.
Y la mantendría a salvo. Debería haber ido tras ella y dejar a la
perra vieja con Ice, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse.
Tenía que lidiar con el aquí y el ahora, no con lo que no se podía
deshacer.
Al menos no ahora.

Capítulo 25
DC

Al entrar al patio de la casa segura, me sorprendió ver a todos los


Iron Dogz sentados en sus ruidosas motos en un gran semicírculo
frente a las escaleras. Doc y Freeze estaban en los escalones, con los
brazos cruzados y luciendo muy cabreados. ¿Qué mierda había
pasado mientras estuvimos afuera? Miré a Alien que conducía a mi
lado y se encogió de hombros. Él tampoco sabía lo que estaba
pasando.
Retrocediendo mi moto hasta un lugar entre la de Alien y la de
Rover, levanté la mirada y me encontré con los ojos de Hawk.
Inmediatamente se bajó de la moto, dejó el casco en el asiento y
caminó hacia mí. Me quedé congelada mientras se acercaba. Su
rostro era como de piedra pero sus ojos estaban llenos de algo. Algo
un poco loco.
Sus manos estaban en mi casco, aflojando las correas,
levantándolo suavemente y colocándolo entre mis piernas. Todo el
tiempo sus ojos nunca dejaron los míos. El beso, cuando llegó, fue
sorprendentemente suave y breve. Echando su cabeza hacia atrás
unos centímetros, la comisura de sus labios se arqueó en el inicio de
una sonrisa, pero no fue más lejos.
—¿Tienes toda tu mierda en tus alforjas, pajarito?
—Sí, eso creo. ¿Por qué?
—Piensa detenidamente antes de responder, amor. ¿Eres mi
dama? —Sus ojos eran casi completamente ámbar y parecía como si
estuviera conteniendo la respiración.
No lo dudé.
—Sí, sí, lo soy.
Una enorme sonrisa apareció en su rostro cuando sus brazos me
rodearon y sus labios se estrellaron contra los míos. El mundo
desapareció cuando me besó hasta dejarme sin aliento, jadeando y
zumbando de deseo. Desde lejos escuché los aullidos de sus
hombres mientras se alejaba y depositaba un suave beso en cada uno
de mis párpados.
Abrí los ojos y le sonreí a mi hermoso hombre.
—Vuelve a ponerte el casco, cariño. Nos vamos. Viaja a mi lado.
Levantó mi casco y me lo tendió. Frunciendo el ceño, lo tomé y
me lo puse, lo abroché y abrí la visera para ponerme las gafas de sol.
Alien se bajó de la moto, miró el teléfono, se inclinó y habló en voz
baja.
—Quédate con tu hombre, DC. Hay mierda sucediendo en el club
y Doc necesita que estés a salvo con tu hombre.
Respiré profundamente y asentí, puse en marcha la moto y rodé
lentamente hacia donde Hawk estaba esperando. Salimos del patio y
los Iron Dogz salieron detrás de nosotros, formando una línea de
motos que viajaban de dos en dos.
No tenía idea de qué mierda estaba pasando, pero viajar junto a
Hawk hizo que las últimas cosas malas desaparecieran. Él había
venido por mí era el único pensamiento que pasaba por mi cabeza.
p p q p p
Él había venido por mí.
Cuando cruzamos las puertas del recinto de los Iron Dogz en
Pinetown, comencé a ponerme nerviosa. Había hombres esperando
afuera de la puerta principal y vi a algunas mujeres del club a un
lado observando mientras estacionábamos. Inmediatamente vi a las
rubias altas del grupo y supe que esas perras probablemente se
habían follado a mi hombre en algún momento del pasado. Esa
mierda iba a ser increíblemente difícil de ignorar, pero tenía que
hacerlo o me volvería loca de celos.
Hawk pasó un brazo por mis hombros mientras caminábamos
hacia los hombres que esperaban frente a la casa club.
—Hotdog, Growler, ésta es mi dama, DC—dijo antes de mirarme.
—Cariño, Hotdog es el presidente de la sede de Durban y
Growler es su vicepresidente. Si tienes algún problema y no puedes
encontrarme, acude a ellos. ¿De acuerdo?
Asentí, porque ¿qué más iba a hacer? ¿Decir que no?
Los hombres se sorprendieron por la revelación de Hawk, pero la
ocultaron detrás de sonrisas de bienvenida. Apestaba ser la más baja
de un grupo de perros alfa.
—Bienvenida a mi casa, DC. Felicitaciones por atrapar al viejo
perro de caza—bromeó Hotdog mientras me alejaba de Hawk y me
abrazaba.
Growler me separó de su presidente y me abrazó con fuerza
haciéndome chillar cuando sus brazos aplastaron mis costillas. Por
supuesto, eso los hizo reír a todos.
—Bienvenida, DC. Estoy feliz de ver que mi hermano encontró lo
que estaba buscando. —Y entonces supe por qué se llamaba
Growler, su voz era muy baja y gruñona.
—Gracias. —Sonreí mientras Hawk posesivamente me atraía
hacia su lado.
Cuando entramos, dejé de prestar atención a los hombres. La sala
común de su casa club era grande y estaba diseñada de manera muy
parecida a la sala común de la casa club de Hawk. El bar al fondo,
las mesas de billar a un lado y enormes sofás y sillones esparcidos
alrededor de destartaladas mesas de café. Un televisor enorme
colgaba contra una pared mientras que en la otra había un enorme
cartel del Iron Dogz MC que iba de un extremo al otro. Las otras
paredes estaban cubiertas con fotografías enmarcadas y estantes que
contenían recuerdos relevantes sólo para el club y sus miembros.
Estar dentro de este club y no conocer a nadie excepto a Hawk y,
en menor medida, a Ice y Kid, era una sensación inquietante. No era
un escenario al que estaba acostumbrada en absoluto. Doc me
mantuvo lo más alejada posible de visitar otros clubes, así que era
una novata en todo esto. Estábamos parados en la barra y nos
estaban sirviendo grandes tazas de café cuando mi teléfono empezó
a sonar. No pensé en eso y respondí cuando vi que era Pixie.
—Buenos días, jefa.
Estaba frenética.
—¿Qué mierda está pasando? Rooster llamó a Wild Man antes y
ahora tiene un ataque y no me dice por qué. ¿Qué hizo Freeze esta
vez?
Sacudiendo la cabeza, me quedé helada y con el ceño fruncido.
—No tengo ni idea. Dejé a Rooster con los hermanos y estoy con
Hawk, estamos en…—No pude terminar, me quitaron el teléfono de
la mano con rudeza y Hawk se hizo cargo de la conversación.
—Mi mujer no puede hablar ahora, Pixie. Ella te devolverá la
llamada.
No le dio a Pixie la oportunidad de decir una sola palabra.
Terminó la llamada y deslizó mi teléfono en el bolsillo interior de su
chaleco. La ira empezó a burbujear y hervir buscando una salida y la
encontró cuando abrí la boca.
—No hiciste eso. No tomaste mi teléfono y terminaste una
llamada que estaba teniendo. Y definitivamente no pusiste mi
teléfono en tu bolsillo—siseé enojada, sin darme cuenta de que Crow
estaba empezando a asomar la cabeza.
p
—Cálmate, cariño. Retrocede. Te lo explicaré, pero no ahora. —
Hawk inclinó la cabeza y me susurró al oído.
Sabía que tenía que contenerme y lo hice porque atacarlo delante
de sus hombres sería un insulto imperdonable. Todavía no me
conocían lo suficiente y yo no los conocía a ellos. En realidad,
tampoco conocía a Hawk, al igual que él tampoco me conocía a mí.
Éramos demasiado nuevos y todo lo que estaba sucediendo en los
clubes hacía mucho más difícil encontrar tiempo para conocernos.
Así que lo dejé pasar. Por ahora.
Estaba parada contra la barra tomando mi café mientras Hawk
estaba a un lado hablando con Hotdog y Growler, Ice y Kid
escuchando cuando sucedió algo que no podía, ni quería dejar pasar.
Y habiendo crecido en un MC, sabía que tenía que dejarlo bien claro
para que ninguna otra perra volviera a cruzar la línea, nunca más.
Ella había estado observando desde el otro extremo de la
habitación, esperando su oportunidad y la encontró después de
nuestra breve diferencia de opinión. Se acercó a donde Hawk estaba
rodeado por los hombres.
Sus caderas se movían en un balanceo exagerado mientras
avanzaba con unos pantalones cortos apenas visibles y una pequeña
excusa de una camiseta sin mangas que apenas cubría sus grandes
tetas que se bamboleaban con cada paso. Casi todos los ojos en la
habitación estaban puestos en ella, pero sentía algunos ojos sobre mí,
observando mi reacción.
Esperé. Esperé hasta que ella se pegó a la parte de adelante del
cuerpo de Hawk, se puso de puntillas y besó su mandíbula. Él
sonrió, la abrazó y la empujó hacia atrás. Pero no lo suficientemente
lejos, ella todavía tenía la mitad inferior presionada contra su muslo,
frotándose contra él, y procedieron a tener una conversación en
susurros.
Hotdog estaba frunciendo el ceño y también Ice y Kid. De
repente, Sin estuvo a mi lado en la barra, se inclinó y me susurró al
oído justo cuando Hawk me miró y frunció el ceño.
—Esa es Kathy, la puta del club. Cuando veníamos aquí, ella es
con quien él solía follar. Está cabreada porque él la dejó anoche. ¿Por
qué no la cagas a palo un poco? ¿Cómo lo hiciste con Jane? A todos
nos vendría bien un poco de distracción.
Se apartó, me reí de él y le entregué mi taza. Mirándome, tomó
un sorbo y me guiñó un ojo.
Me moví rápido. Antes de que alguien se diera cuenta de lo que
estaba pasando, la agarré por el pelo, la alejé de Hawk y la golpeé
fuerte y rápido, cinco veces en rápida sucesión. Me aseguré de
ennegrecerle los ojos, romperle la nariz, partirle los labios y
quebrarle el pómulo. El sexto golpe fue en su barbilla y la dejó
inconsciente. Solté su cabello mientras caía al suelo y entonces le di
una fuerte patada en las costillas. Al mirar hacia arriba supe que la
luchadora que soy estaba ahí, en mis ojos.
—¿Alguien más?—gruñí y moví los dedos, invitándolas a hacerlo
—. Vamos perras, es vuestra oportunidad, dad un paso al frente o
manteneos apartadas de mi camino.
Un silencio sepulcral se cernió sobre la habitación y entonces la
voz de Sin resonó en el tenso silencio.
—Eso fue jodidamente rápido, Demon. Esperaba que durara un
poco más, pero esta perra no es tan dura como Jane Warne y esa
perra ni siquiera te duró tres asaltos. —Él se rio y brindó por mí con
mi taza de café.
Le di a la perra una última patada y regresé para apoyarme en la
barra junto a Sin, quien me dio una palmada en el hombro. Hawk
me miraba con los ojos entrecerrados pero no dijo nada. Él sabía que
yo era consciente que lo había hecho a propósito para ver qué haría.
Error. Gran maldito error.
Volviéndome hacia la camarera, una chica de cabello castaño y
sorprendidos ojos color avellana, le pedí una botella de agua y unas
servilletas. Tenía la sangre de la puta en mis nudillos y quería que
desapareciera. No sentía como si me hubiera roto la dura piel de mis
nudillos, pero quería estar segura. Lo más probable es que la perra
se follara a cualquier cosa que se moviera y no quería contagiarme
alguna enfermedad.
Tenía la mano limpia y las servilletas ensangrentadas
amontonadas en un cenicero vacío cuando Hawk tomó mi mano y
comenzó a llevársela a los labios. Saqué mi mano de la suya.
—Pones tus labios en mis nudillos y te golpearé tan fuerte que te
sonarán los malditos oídos. Mi mano no ha sido desinfectada, no
sabemos si ella está limpia o no. —Miré a Sin e hice una mueca—. Y
ahora quiero sumergirlo en desinfectante sabiendo que se folló a esa
puta.
Los hombres, incluido Hawk, se rieron como si estuviera
haciendo una broma.
—Dame tu mano, necesito ver si estás lastimada, cariño.
Ahora era mi turno de reír. Sacudí la cabeza con incredulidad y
me golpeé el pecho.
—Luchadora de jaula, cariño. Mis manos son mis armas. Y me
retiré, no la golpeé tan fuerte.
Hawk se rio y también lo hicieron quienes nos rodeaban mientras
me atraía hacia su pecho. Levanté la vista para verlo mirando
alrededor de la habitación hasta que encontró a quién estaba
buscando.
—¿Llevaste las alforjas de mi dama a mi habitación, Kev?
—Sí, jefe. Las dejé en tu cama—respondió el prospecto que había
conducido la jaula con Raj y su moto.
—Estoy llevando a mi mujer arriba. Os veo luego—gruñó Hawk
mientras prácticamente me arrastraba fuera de la habitación y
escaleras arriba. Hubo risas cómplices cuando salimos.
Un largo pasillo con puertas cerradas a ambos lados conducía
desde el rellano. Hawk abrió la última puerta a la izquierda y me
llevó a una habitación de tamaño promedio con una gran cama
tamaño king en el centro. Una puerta abierta me dejó ver un
pequeño cuarto de baño y otra puerta cerrada probablemente era un
armario. Me soltó para cerrar la puerta y quitarse el chaleco.
Doblándolo con cuidado, lo colocó sobre el respaldo de un sofá muy
pequeño colocado debajo de las ventanas. Me quedé justo donde él
me había dejado.
—¿Cuántas perras, excluyendo esa cuya cara reorganicé, has
follado en esta cama?—salió volando de mi boca antes de que
pudiera siquiera parpadear.
No esperaba la risa que provocó mi comentario.
—Exactamente… mmm… déjame pensar. Esto podría ser
difícil… creo que… ninguna—bromeó.
—¿Qué tan seguro estás de eso?
—Malditamente seguro, mi pajarito, ya que es una puta cama
nueva.
—¿En serio?
—Sí, amor. Hice reemplazar todas las camas de mis habitaciones.
—¿Cuántas habitaciones tienes? Pensé que sólo eran dos.
Hawk sonrió.
—Tengo una habitación en cada sede, cariño. Cuando era
prospecto y después un miembro parcheado, odiaba dormir en las
habitaciones comunitarias. Me follaba a las perras allí pero nunca
dormía con ellas. Llevaba mi saco de dormir a todas partes y dormía
en el suelo en alguna parte.
—Eso es una locura. No tuviste problemas para poner tu polla en
perras con las que han estado la mayoría de tus hermanos, pero no
dormías en las camas en las que follaban a esas perras. No tiene
ningún sentido.
Sacudí la cabeza mientras él simplemente se reía y se sentaba
para quitarse las botas.
—¿Qué estás haciendo?
—¿Qué parece que estoy haciendo? —Su sonrisa era traviesa.
—Parece que te estás desnudando y aunque estaría feliz de hacer
lo que quieres hacer, me muero de hambre. Esta mañana no hemos
parado a comer y llevo horas en la carretera sin comer. No creo que
pueda follar con el estómago vacío.
Para entonces Hawk ya se había quitado las botas y los calcetines
y se estaba quitando la camiseta por la cabeza.
—No hay problema, pajarito. Puedo arreglar eso. —Sacó su
teléfono del bolsillo y comenzó a enviar mensajes de texto, luego
levantó la vista—. Quítate esa ropa, cariño. Kev traerá algo de
comida.
Con un suspiro, me quité la chaqueta y la colgué sobre el
respaldo del sofá, me senté y comencé a quitarme las botas. Lo hice
lentamente, alargándolo. No quería estar desnuda cuando llegara
nuestra comida.
—Sabes que tenemos algunas cosas que discutir, ¿verdad?—dije
mirándolo con los ojos entrecerrados mientras me desabrochaba las
botas.
—Después de que hayamos comido y me haya follado a mi
pajarito en mi cama, podremos hablar de cualquier maldita cosa que
quieras.
Dejó meticulosamente el teléfono, el arma y la billetera en la
mesita de noche más cercana a la puerta antes de girarse. Y mis ojos
se fijaron en el rastro dorado dejado al descubierto por sus vaqueros
desabrochados que colgaban bajos en sus caderas.
—¿Puedo preguntar una cosa antes de que todo eso suceda?
Frunciéndome el ceño, él asintió.
—Gav está haciendo lo que hace muy bien esta mañana. ¿Alguno
de tus hermanos seguirá a Speedy cuando viaje con esos niños?
—Sí. Tenemos hermanos listos para seguirlo después de que
caiga. Motos y jaulas para que no se dé cuenta de que tiene cola. Y
tenemos hermanos que seguirán al camión con el contenedor cuando
salga del patio. Skel y yo lo resolvimos juntos, así que no hay
problemas.
Pero mi hombre no estaba contento con algo y sabía que
obstinadamente se lo guardaría para sí hasta que sintiera que era
hora de revelármelo.
Se oyó un golpe cuando abrí la boca. Hawk gritó 'está abierto' y
sucedió lo más extraño que he visto en una casa club de moteros.
La puerta se abrió y una mujer entró en la habitación empujando
un carrito. En el carrito había dos platos tapados, una rejilla con
tostadas y un platito con pequeños bloques de mantequilla
envueltos. Los cuchillos y tenedores envueltos en auténticas
servilletas estaban a un lado. En el nivel inferior había una gran
cafetera, una pequeña jarra de leche, un azucarero y dos grandes
tazas de café.
Mis ojos y mi boca debieron estar muy abiertos porque la mujer
se rio mientras colocaba el carrito frente al pequeño sofá.
—Buen día. Soy Molly, la dama de Hotdog. Es un placer para mí
darle la bienvenida a nuestra casa a la dama de nuestro presidente.
Estamos muy felices de que haya encontrado una mujer que no
aceptará ninguna mierda. —Ella me sonrió con picardía—. Y tienes
la gratitud de todas las damas por encargarte de esa zorra
problemática de abajo. Nos gustaría que nos acompañaras a tomar
una copa más tarde para conocernos y que te conozcamos. No hay
muchas damas en el club, pero hemos formado nuestra propia red
para apoyarnos mutuamente y a nuestros hombres. Espero que te
unas a nosotras.
Me gustó la forma en que sus ojos brillaban y sonreían.
—Soy DC y me encantaría unirme a vosotras, gracias. Y esa zorra
problemática de abajo puede que ya no esté, pero créeme, no se ha
olvidado. Gracias por el desayuno, se ve delicioso. —Miré hacia
donde Hawk estaba levantando las tapas de los platos humeantes.
Molly asintió y sonrió.
—Es un placer, DC. Eres un hombre afortunado, Hawk. Es
preciosa y buena con los puños, una ganadora total—bromeó
mientras salía de la habitación y cerraba la puerta. Podía oírla reír
mientras se alejaba.
Sacudiendo la cabeza, Hawk sonrió mientras se sentaba en el sofá
y daba unas palmaditas en el asiento a su lado.
—Ven y come, pajarito. No quiero que tu barriga gruñendo nos
interrumpa cuando te tenga debajo de mí.
—Qué hombre de las cavernas—refunfuñé con una sonrisa
mientras me sentaba a su lado.
La comida estaba deliciosa y apenas había terminado cuando
Hawk empujó el carrito hacia el pasillo y cerró la puerta.
Se paró con la espalda apoyada contra la puerta y me miró con
los entornados. Mi respiración se aceleró cuando se alejó de la puerta
y caminó hacia mí.
—Desnúdate, cariño. Te deseo muchísimo.
Su gruñido y sus ojos ardientes me inmovilizaron junto a la cama
y lentamente me quité la camiseta y el sujetador. Lo atormenté hasta
que perdió el control y se hizo cargo, tirándome sobre la cama y
bajando mis vaqueros y bragas.
Desnuda y ya jadeando, me tumbé en la cama y le sonreí a mi
vikingo. Estaba listo para darle esto pero estaríamos hablando de la
mierda que había hecho en la planta baja.
Después de que consiguiera lo que necesitaba.
Capítulo 26
Hawk

Hawk miró a su mujer que yacía desnuda en su cama,


sonriéndole. Sus ojos acariciaron los músculos definidos que se
contraían bajo su piel dorada cada vez que se movía. Ella estaba en
óptimas condiciones físicas y él sabía que debía entrenar duro para
mantenerla. Pero ella no había hecho ejercicio ni una sola vez, que él
supiera, desde que la había conocido. Suavemente pasó un dedo por
sus bíceps, subió hasta su omóplato y bajó por el centro de su
cuerpo. Los músculos de su vientre se contrajeron bajo su piel
sedosa.
—Me encantan tus músculos. Me encanta que puedas cuidarte
sola. Y me encanta cómo me reclamas como tuyo.
Por la forma en que ella entrecerró los ojos, supo que no le iba a
gustar lo que vendría después.
—Puede que te gusten mis músculos, pero definitivamente tienes
debilidad por las rubias altas con grandes tetas y culos suaves. Y
antes de intentar negarlo recuerda lo que pasó abajo. No me gustó
que me obligaras a golpear a una de tus putas frente a tu club para
hacer valer mi posición como tu dama.
Entre un parpadeo y el siguiente, ella rodó hacia el otro lado de la
cama y se lo quedó mirando con ojos helados y muertos. Crow
estaba frente a él y sabía que tenía que tener cuidado con lo que
decía y hacía a continuación.
—Si crees que lo que le pasó a la perra vieja en esa habitación fue
malo, te puedo asegurar que no lo fue. Eso no fue nada. Ella no era
nada. Me empujas y cada una de tus perras aparecerá fuera de las
puertas de tu club. Estarán cubiertas por mis patrones y muertas,
muy, muy muertas—dijo con ese siseo helado que ahora sabía que
pertenecía a Crow—. No. Me. Empujes.
Los ojos de su pajarito se cerraron y ella sacudió la cabeza
violentamente, cuando los abrió de nuevo ya estaba de regreso. Pero
ella no se retractó. La había cagado muy mal, poniéndola a prueba
frente a su club. Por un minuto allí abajo había olvidado quién era
ella en realidad. Había olvidado que había crecido en un MC y sabía
que las putas siempre estarían ahí, listas para follárselo. Además,
ella sabía que algunos hermanos se tiraban a las putas del club a
pesar de que tenían una dama.
Y sus acciones habían dejado claro a todos, por falsas que fueran,
que él era uno de esos. Debería haber apartado a Kathy, nunca
debería haberle permitido que lo tocara, que pusiera sus labios sobre
él. Pero sus entrañas habían estado ardiendo después de que ella
había salido a montar con Rooster y había dejado que esa mierda
gobernara sus acciones.
—Ya no tengo ganas. —Ella agitó su mano entre ellos—. Voy a
darme una ducha y cuando termine quiero mi teléfono. Tengo cosas
que hacer hoy y tengo que llamar a Killian y Pixie. No eres mi
dueño, no decides con quién puedo y no puedo hablar. —Su voz
estaba muerta y llena de hielo.
Ella lo excluyó tan completamente que lo sintió como un
puñetazo en el estómago. Tenía que arreglar esto, decirle sus jodidas
razones para ser un maldito imbécil.
—Soy un jodido imbécil, pajarito. Estaba celoso. Me carcomió que
pasaste la noche con Rooster. Te llamé y te envié un puto mensaje y
no respondiste ni me devolviste la llamada. Anoche no pude dormir
y casi pierdo la cabeza pensando que te había perdido.
Su explicación le valió una mirada fría y una respuesta gélida.
—Realmente no confías en mí, ¿verdad? No, no respondas a eso,
la pregunta era retórica. Rooster era un amigo que se convirtió en
amante y después de que eso terminó, nuestra amistad continuó. Él
siempre será mi amigo. A diferencia de tus putas, tiene integridad y
respetó tu reclamo, su única motivación para llevarme a ese viaje fue
ayudar a disipar la mierda que me estaba obstruyendo la cabeza.
Unos fríos ojos negros se encontraron con los suyos y Hawk
sintió que la ira comenzaba a retorcerse en sus entrañas, pero la
reprimió mientras intentaba explicar.
—Freeze jodió con mi cabeza. Me dijo que Rooster iba a follarte y
a reclamarte. No sabía qué esperar cuando te vi esta mañana. No
sabía si todavía eras mía cuando entraste al patio.
DC se frotó los ojos con las manos y suspiró profundamente, y a
él le pareció que estaba triste.
—Obviamente no confías en mí. Tenía mi propia habitación,
Hawk. Haz que tu hombre visite Margate Sands. Ahí es donde nos
quedamos. En un apartamento de tres habitaciones en el quinto piso.
Mierda.
—Confío en ti, cariño. Una de las cosas que me encanta de ti es
que no mientes. No sobre lo que es importante para ti.
Estaba parada al otro lado de la cama, totalmente desnuda, pero
curiosamente ya no era sexual.
—Tengo treinta y un años, Hawk. He tenido amantes. Raj y
Rooster no son los únicos hombres con los que he estado. Algunos
de ellos siguen siendo mis amigos, otros no. A diferencia de tus
putas, casi ninguno de mis ex es una constante en mi vida. Y ambos
sabemos que hay muchas posibilidades de que nunca volvamos a
ver a Raj, así que eso deja a Rooster y él vive en Ciudad del Cabo, a
cientos de kilómetros de Jozi. Pero sin importar la distancia, él
siempre será una constante en mi vida. Acéptalo como yo tengo que
lidiar con tus zorras.
La polla de Hawk ya no estaba dura, no lo había estado desde
hacía un rato. De alguna manera tenía que cambiar esto, convencer a
su mujer de su compromiso con ella y sólo con ella. Perderla no sólo
era impensable, sino inaceptable y no iba a suceder, no si él tenía
algo que decir al respecto.
—Es bueno que estemos teniendo esta conversación ahora. He
estado en una sola relación en toda mi vida y fue con mi ex esposa. Y
no acabó bien. Todas las perras que vinieron después de ella no
p q p
obtuvieron nada de mí. Lo único que les di fue mi polla. Nunca
quise una dama hasta que te conocí. Cambiaste todo. Cambiaste lo
que quería en mi vida y me obligaste a reconocer lo inevitable.
Ahora sé por qué nunca me establecí con una de esas perras y es
porque te he estado esperando. Lo que pasó allá abajo nunca volverá
a suceder. Tienes mi palabra. Tú y yo somos inevitables. Somos
almas gemelas. Te amo, pajarito.
Sus ojos nunca dejaron los de él mientras se lo exponía. Mientras
le daba lo que nunca le había dado a otra mujer. Observó cómo el
cuerpo rígido de su pajarito se relajaba.
—No puedo evitar desear que tu polla no hubiera estado tan
jodidamente ocupada mientras me esperabas. Pero puedo lidiar con
eso. Simplemente no necesito que me metan la evidencia de eso por
la garganta. Como pasó en la planta baja. Nunca quise ser la dama
de nadie porque sabía muy bien lo que tenían que soportar esas
mujeres. Tenía un trabajo que disfrutaba, una familia que me amaba
y podía tener un amante cuando quisiera. La vida era buena. No
necesitaba un hombre para mejorarla. Y entonces sucediste.
Cambiaste todo lo que pensaba que quería. Pusiste mi mundo del
revés desde el primer minuto que te vi. Y también te amo, mi
vikingo.
El alivio lo inundó cuando escuchó su declaración. Sin decir
palabra, abrió los brazos. Él se rio mientras ella saltaba sobre la
cama, corría y se arrojaba a sus brazos con un grito salvaje. La
abrazó, manteniéndola apretada contra él, empujando su cara contra
su cuello y respirándola. Su mujer era salvaje y compleja y la
primera vez que la vio sólo quería follársela y dejarla atrás. Su pelea
con Jane le abrió los ojos cuando vio a la verdadera mujer detrás de
la fachada que le mostraba al mundo. Una mujer de la que se había
enamorado tan profundamente que no podía imaginar su vida sin
ella.
—Brazos y piernas a mi alrededor, pajarito—susurró mientras
deslizaba las manos hacia sus firmes nalgas y la levantaba—.
Apriétame fuerte, mi pequeño amor.
El rostro de ella inmediatamente se hundió en su cuello y sintió
su aliento contra la piel sensible mientras susurraba.
—Nunca me dejes ir, mi vikingo. Prométeme que nunca me
dejarás ir.
—Eres mía, pajarito. Siempre serás mía y nunca te dejaré ir, lo
prometo.
Sus brazos y piernas se apretaron alrededor de él y su pajarito, su
dama, el amor de su vida, suspiró satisfecha.
Moviéndose con cuidado, se arrastró hasta la cama y la recostó en
el centro mientras permanecía pegado a ella. Se apoyó en ella,
levantó la cabeza y sonrió cuando ella gimió. Sosteniéndose en sus
antebrazos, dejó caer la cabeza y la besó, lentamente, invadiendo su
boca con la lengua. Ella le devolvió el beso, mordisqueando su labio
inferior y deslizando su pequeña lengua sobre el ligero escozor. Sus
piernas estaban alrededor de su cintura, inmovilizándolo contra ella.
Haciendo equilibrio sobre un antebrazo, extendió un brazo, se
bajó los vaqueros y se los quitó pataleando. Cuando sus vaqueros se
deslizaron, su polla dura como una roca empujó contra el calor
húmedo de su coño y Hawk gimió. No había manera de que pudiera
evitar empujar lentamente y deslizar su polla a través del calor
húmedo y resbaladizo. En su lento deslizamiento, la punta de su
polla chocó contra su clítoris hinchado y ambos gimieron.
—¿De quién es este coño, amor? —Él le pasó la lengua por el
labio superior y se la metió en la boca para darle un breve beso de
succión mientras se balanceaba lentamente contra y a través de su
calor húmedo.
Su mujer gimió cuando su polla atormentó su clítoris.
—Tuyo.
—Dímelo otra vez, amor. ¿A quién pertenece este coño?
Sus gemidos llegaban casi continuamente ahora.
—A ti, mi vikingo. Te pertenece a ti.
—Así es, mi pajarito. Eres mía. Tu coño, tu cuerpo, tu corazón,
todo me pertenece ahora.
Su pequeña mano se deslizó hacia abajo y agarró su polla,
apretándola con fuerza.
—Esta polla me pertenece. Me perteneces y nadie puede tocarte
excepto yo.
Hawk gimió cuando ella volvió a apretar.
—Mi polla es tuya, pajarito. Sólo quiere tu toque, ningún otro. Tu
mano se siente tan jodidamente bien, pero tengo que entrar dentro
de ti, ahora mismo. —Apartarse de su mano fue una tortura. Pero lo
soportó porque lo que estaba por venir sería mucho mejor.
Empujando insistentemente contra su pequeño y apretado coño,
se deslizó con fuerza, instalándose tan profundamente dentro de ella
que sintió como si se hubiera convertido en parte de ella. La folló
lentamente, saboreando la sensación de tenerla desnuda,
estremeciéndose mientras sus paredes resbaladizas se apretaban en
torno a su polla.
—Me encanta sentirte en mi polla.
—Y a mí me encanta sentir tu polla. —Ella siseó mientras él
empujaba con más fuerza—. Pero necesitamos un condón.
—Me estás tomando desnudo, pajarito. No quiero nada entre
nosotros. Te estoy marcando como mía, por dentro y por fuera.
Hawk no le dio la oportunidad de responder porque ya no podía
contener el desenfreno que hervía en su sangre. Dejando caer la
cabeza, encontró su boca y deslizó la lengua profundamente
mientras comenzaba a follarla con fuerza. Sus profundos gemidos se
unieron a los sonidos de carne golpeando carne. Las paredes de su
coño comenzaron a contraerse alrededor de su polla mientras él la
follaba violentamente.
Su cuerpo se arqueó debajo de él cuando llegó al clímax y dio un
grito breve y agudo mientras se estremecía debajo de él. Hawk se
estrelló profundamente contra su coño y su clímax llegó cuando sus
sedosas paredes se apretaron en torno a su polla. Él se corrió a
chorros profundamente dentro de ella, marcándola con su semen.
Entrar en ella sin condón no se parecía a nada que hubiera sentido
en su vida. Su coño contrayéndose y relajándose lo dejó seco y él la
apretó contra sus caderas, manteniéndolos unidos mientras rodaba
hacia su costado. No estaba listo para cortar su conexión.
—¿Estás bien, cariño?
—Mmm.
Hawk se rio entre dientes.
—¿Eso significa que fue bueno para ti también?
—Mmm, fue tan bueno que no puedo sentir los dedos de los pies.
Besando su nariz y depositando pequeños besos sobre cada
párpado, Hawk sonrió.
—Eso está bien, pero tenemos que ducharnos y tengo que
ocuparme de la mierda que se vino abajo esta mañana. No quiero
hablar de negocios mientras estoy dentro de ti y en nuestra cama. —
Hawk lentamente sacó su polla todavía semidura del calor húmedo
que la rodeaba y se rio cuando su dama se estremeció y gimió.
Levantándola en brazos, se metió con ella en la ducha donde la
lavó. Muy a fondo y la volvió a follar. No podía tener suficiente de
ella y sabía que nunca lo tendría.
Él no quería salir de su habitación pero finalmente tuvieron que
hacerlo.
Hawk quería que el recuerdo de su tiempo juntos lo ayudara a
superar el día de mierda que enfrentaba su club. Y hasta cierto punto
así fue.
Sentado a la mesa rodeado de sus hermanos vio por sus caras que
ese día era tan jodido para ellos como para él. Como presidente
nacional del Iron Dogz MC, estaba a la cabecera de la mesa en el
sillón que normalmente ocupa Hotdog que ahora se sentaba a la
izquierda de Hawk mientras Ice lo hacía a su derecha. Mirando
alrededor de la mesa y de la habitación, golpeó con el mazo el
cuadrado de hierro frente a él y comenzó la reunión.
El único teléfono de la habitación yacía sobre la mesa frente a él.
Jagger y Ziggy estaban al otro lado de la llamada.
—¿Tienes algo más para nosotros, Ziggy? —Hawk no podía
mantener los dedos quietos y tamborileaban en el brazo de su sillón.
—Aún estoy investigando las llamadas de teléfonos móviles que
se originan en Ciudad del Cabo, Prez. El teléfono no ha sido RICA6,
por lo que no hay identificación ni dirección para realizar un
seguimiento. Lo único que puedo decir es que es un dispositivo
prepago no registrado y que se utilizó por última vez en el
Waterfront, Ciudad del Cabo.
El sonido de un tecleo rápido y un murmullo llegó a través del
altavoz.
—Ya te tengo, cabrón.
Más tecleos y murmullos y luego Jagger habló.
—El bastardo de Durban acaba de usar el teléfono. Zig está
haciendo su magia y tratando de localizar la ubicación. Bien, lo
tenemos. Está cerca de la torre de telefonía móvil en Hillcrest ahora
mismo. Parece que podría estar en la N3 en dirección a Durban. Si es
así, tendrá que pasar por Marianhill Toll Plaza, o MTP, y Zig se ha
conectado a las cámaras. Dollar está atento a los camiones más
pequeños que llegan. No creo que necesiten nada más grande que
ocho toneladas. Intentaremos el reconocimiento facial, pero es una
posibilidad remota.
—Buen trabajo, hermanos. Ziggy, ¿puedes conectarte con Mad
Dog? Quiero poder seguir la mierda desde este lado a medida que
cae.
Se escuchó un resoplido irritado y las cejas de Hawk se alzaron.
Ziggy no estaba de buen humor y eso no era habitual en su oficial de
información.
—Claro, jefe. Si Mad Dog puede iniciar sesión ahora, puedo
conectarnos.
—Bien. —Asintiendo con la cabeza hacia Mad Dog, observó
cómo el hombre se iba a trabajar—. Si nadie tiene nada que agregar,
creo que hemos terminado. Te llamaré una vez que esté en la sala de
comunicaciones, Ziggy.
Hawk cortó la llamada abruptamente y se recostó.
—Todos sabemos lo que tenemos que hacer hoy y esta noche.
Nos mantendremos concentrados hasta que se elimine la amenaza a
nuestro club y hayamos liberado a esos niños.
Varios 'mierda sí' sonaron alrededor de la habitación y Hawk
golpeó el mazo para terminar la reunión. Tenía que llegar a la sala de
comunicaciones, ver cómo estaba Ziggy y luego quería encontrar a
su dama.
Joder, se sentía bien poder pensar y decir esas palabras. Su dama.
Hawk se quedó mirando a Mad Dog mientras sus dedos volaban
sobre el teclado. Se sentó frente a una serie de monitores en los que
se desarrollaban varias escenarios. Tenían el MTP en una pantalla, en
otra estaba el almacén que estaba a punto de estallar, en otra varias
vistas exteriores de la casa club, en otra vistas interiores de la casa
club, en otra las calles alrededor de la casa club. Pero la pantalla
justo en frente de Mad Dog era la que miraban atentamente. Les
daba varias vistas diferentes de la N3 hacia Durban. Se escudriñaba
cada camión con caja cerrada y se comparaban los rostros de los
conductores con las fotos que tenían de Speedy y su banda de
delincuentes.
Era un trabajo irritantemente lento.
Mientras seguía mirando la pantalla, Hawk comenzó a repasar la
información que la perra vieja les había dado. Y de repente todo se
aclaró. Estaban mirando los camiones equivocados.
—¿Cuántos camiones llegarán hoy a Durban, Ziggy?
Ziggy lo entendió de inmediato, al igual que Jagger.
—Joder, joder, joder. Dame un segundo, un jodido segundo. —
Silencio y luego una larga bocanada de aire—. Cuatro camiones. Los
tengo a todos en el rastreador satelital. Tres están funcionando
juntos según lo ordenado y ya pasaron por el MTP. El cuarto está
detrás de ellos y viaja solo y en contra de sus órdenes. Está a punto
de bajar por Marianhill. Podremos ver el camión tan pronto como
llegue a las cámaras alrededor del MTP.
Los furiosos clics de Ziggy y Mad Dog llenaron la habitación.
—Yyyyyy ahí está. El maldito bastardo. ¿Lo tienes, Mad Dog?
—Sí, hermano, tengo al cabrón bien visible. —Mad Dog golpeó
con el puño junto al teclado—. Te tengo, bastardo baboso. Te voy a
destripar más tarde, perra.
Hawk tuvo que sonreírle al hombre sentado al escritorio. Mad
Dog estaba muy enojado. Vieron cómo el camión de Iron Dogz
Trucking iniciaba su descenso hacia las barreras de peaje y
atravesaba la barrera del cobro electrónico, sin detenerse. Los rostros
del conductor y de los dos hombres a su lado eran muy claros. Hawk
no tenía idea de quiénes eran y siempre se esforzaba por conocer a
todos sus conductores de camiones y asistentes.
—Esos no son nuestros conductores, ¿verdad, Jagger? No
reconozco a esos cabrones. —Hawk tenía un muy mal
presentimiento en el estómago.
—No, jefe. Se supone que Dave y Petey están en ese camión.
Acabo de sacar un informe de que tuvieron que ingresar al PMB
Medicine Depot con intoxicación alimentaria. Dos de los
conductores de la terminal de carga debían hacerse cargo y llevar el
camión a tiempo. Y esos cabrones sentados en nuestro camión no
están en la lista de empleados de la terminal. Zig acaba de buscar los
archivos personales y no tenemos nada sobre esos tipos. Y no
debería haber un tercer hombre en ese maldito camión.
—Necesitamos saber si la terminal se ha visto comprometida.
Averigua si Dave y Petey están a salvo, Jagger.
—Ya estamos en eso, jefe.
La razón detrás de la elaborada configuración del Iron Dogz MC
había estado golpeando la puerta en su cerebro. Tenía que hablar con
DC, averiguar si la joven a la que había interrogado había dicho algo
significativo. Si tenía razón, no podía culpar a nadie más que a él
mismo por este desastre.
Saliendo bruscamente de la habitación fue en busca de su mujer.
La encontró con Molly y otras dos mujeres.
—Te necesito por un minuto, DC. —Él le hizo una seña para que
saliera de la habitación donde estaban las cuatro mujeres.
Hawk la llevó a la sala de reuniones vacía. Su iglesia. Y la sentó
en una silla junto a la suya. Sus ojos se encontraron con los de ella
confundidos y preocupados.
—Esto es importante, cariño. Cuando interrogaste a la más joven
de esas mujeres, ¿identificó a alguien más que a Speedy?
DC se sentó en silencio y pudo verla repasándolo todo
mentalmente.
—Ella dijo que no era sólo Speedy. Que había una mujer
involucrada. Creía que se llamaba May pero no sabía su apellido.
Eso fue todo, excepto que ella pensaba que la mujer era la que estaba
a cargo. Lo que haría que lo que dijo la perra vieja fuera verdad. Una
mujer con acento inglés, voz fría, llamada May. No hay mucho para
seguir.
Pero Hawk lo sabía mejor. Era todo lo que necesitaba. Sabía
exactamente quién estaba a cargo de esta operación y sabía por qué
ella iba tras los Iron Dogz. Él había rechazado sus propuestas para
involucrar más a su club en sus oscuros asuntos. Ésta era ella
haciendo su movimiento para sacarlo de la silla de presidente y
apartarlo de su camino.
—Sabes quién es, ¿verdad?—se entrometió la suave voz de DC.
Todo lo que Hawk pudo hacer fue asentir.
—¿Puede ser eliminada? —Tan fría, su pajarito.
—No, cariño. Está muy, muy bien relacionada y protegida. Pero
sí sé cómo sortearla. —Besando a su mujer, se puso de pie y la
levantó—Tengo que empezar con esto de inmediato, DC. Tengo
cosas que hacer para salvar mi club. Para salvarnos a todos. Vendré a
buscarte cuando haya terminado.
—Ten cuidado, Hawk. No corras riesgos innecesarios.
Hawk negó con la cabeza, sonriendo mientras la llevaba de
regreso con las otras mujeres y después de otro breve beso se fue
para hacer lo que tenía que hacer.
Dominick Maingarde tenía que dar algunas jodidas explicaciones.
Capítulo 27
DC

Lo vi alejarse y repasé las preguntas que me había hecho.


Necesitaba a Skel y su portátil, pero él estaba con Gav, preparándose
para volar un almacén por los aires. No quería acercarme a mi padre,
ni a Tiny porque tendrían que decírselo a Freeze. Pero había otro
hombre al que podía preguntar y sabía que si le explicaba se
guardaría mis preguntas para sí.
Alien.
Me quedé sentada fingiendo interés en las conversaciones que
tenían lugar a mi alrededor, mientras en mi cabeza sopesaba en
silencio todas mis opciones. Una y otra vez. La única respuesta que
se me ocurrió fue que tenía que hacer todo lo que estuviera a mi
alcance para salvar a mi nueva familia.
Cuando me disculpé, Molly tomó mi mano por unos segundos,
sin decir una palabra, entendió y no hizo ninguna pregunta. Corrí a
nuestra habitación, cerrando la puerta detrás de mí. Estaba tan
paranoica por ser escuchada que fui al baño, cerré la puerta, abrí la
ducha y solo entonces hice la llamada.
Respiré profundamente y esperé mientras sonaba.
Aproximadamente al octavo timbre respondió, sonando enojado y
rodeado de otras voces.
—A, soy yo. ¿Puedes hablar?
Y luego se cubrió como sabía que lo haría.
—Hola, bebé, déjame llevar esto afuera donde estos cabrones no
puedan escucharme hablarte sucio.
Escuché una risa que se desvaneció mientras él se alejaba.
—Está bien, estoy afuera en el patio. ¿Qué necesitas?
—Necesito juntar lo que nos dijeron las dos perras. Necesito
descubrir quién es la mujer de la que ambas hablaban. ¿Te acuerdas?
Alien se rio. Y por supuesto que lo recordaría, el hombre tenía un
cerebro como el de una maldita computadora. Recordaba todo y
podía ver los patrones donde nadie más podía.
—Esto es un maldito asunto de club y sabes cuán profunda sería
la mierda si alguien descubriera que hablé contigo. Así que tenlo en
cuenta, por favor. Sé lo que estás buscando y lo he estado
investigando de este lado. Simplemente no tenía ningún jodido
sentido que un hombre como Speedy dejara que una perra le dijera
qué hacer. A menos que esa perra fuera alguien a quien temer. Y
sólo hay una que se ajusta a la poca información que tenemos. Tiene
acento inglés de clase alta y voz fría, pero su nombre no es May. La
chica sólo escuchó una parte de la conversación y se equivocó. Tu
hombre está metido en una jodida mierda, cariño. En algún
momento se cruzó con esta mujer y ella está haciendo movimientos
para destruirlo. Según lo estoy leyendo, ella está dispuesta a
eliminar a todos los oficiales de los Iron Dogz y hacerse cargo del
club. O eso es lo que cree. No sé quién le dijo la mierda de que Hawk
Walker era un marica y sería fácil de eliminar porque nada podría
estar más lejos de la verdad. El hombre es jodidamente letal, todo el
mundo lo sabe. Tengo la sospecha de que eso podría llevarnos a Jane
Warne y Big Ed Morrison, pero es sólo una sospecha. No tengo
pruebas de que estén involucrados, pero tengo un ardor en el
estómago que me dice que sí lo están.
No necesitaba pruebas porque tenía el mismo ardor en las
entrañas que me decía que definitivamente eran parte del complot
para deshacerme de mi hombre. Estaba tan segura de ello que
apostaría mis nuevas y relucientes Dr. Martens a ello, y me
encantaban esas botas.
Jane y Ed tendrían que esperar, llegaría a ellos pronto. Lo que
necesitaba ahora era el nombre de la mujer que encabezaba este
montón de mierda.
—Entonces, ¿quién es ella?
Alien se quedó en silencio y todo lo que podía oír era su
respiración. Y luego respiró hondo como si hubiera tomado una
decisión.
—Tienes que prepararte para esto, DC. Es cercana a una muy
buena amiga tuya.
—Solo escúpelo, A. ¿Quién es?
—La abuelastra de Pixie, Winifred Harrison Maingarde. Junto
con sus hermanos, encabeza una de las familias criminales más
grandes de Europa y del sur de África.
Me quedé atónita. ¿Pixie? Mi jefa, Pixie, ¿quién no haría daño a
una mosca? ¿Y el hecho de que la perra de su abuelastra fuera un
jefe criminal la implicaba? ¡Nunca!
—Pixie no. Ella no lo haría, no es así.
—Tienes razón. Ella no está involucrada, pero Dominick sí.
Oh joder. ¡Joder, joder, joder!
Me apoyé en el lavabo y respiré, sólo respiré. La revelación de
Alien explicaba mucho sobre mi jefa. Era la persona más dulce que
había conocido y con un corazón tan grande como el continente
africano. Y amaba a su hermano aunque él apenas la reconociera.
¿Podría ser que él la mantuviera a salvo manteniéndose alejado de
ella? Quizás... muy probablemente.
—No puedes decirle nada, DC. Pondría su vida en peligro. Esa
perra vieja es jodidamente peligrosa. Lo mismo ocurre contigo,
mantén la boca cerrada. No estoy seguro de hasta qué punto se ha
extendido la podredumbre en nuestros dos clubes. Tiene que tener
sus títeres listos para tomar el control una vez que Hawk y sus
oficiales hayan desaparecido.
Me resultaba casi imposible creer que alguno de los hombres del
club de Hawk estuviera involucrado en algo tan vil como la trata de
personas.
—Tendré cuidado, el único con quien hablaré será Hawk. Tengo
que decírselo, A.
—Sí. Tiene que cubrir su culo y el de los hombres de su club,
cariño. Skel y yo estamos trabajando en ello en secreto y, hasta
donde sabemos, todo está listo para que suceda en los próximos
días. Skel escuchó algunas conversaciones en la web oscura sobre
una eliminación, pero nadie dice quién está siendo eliminado ni
cómo. Él hará un seguimiento una vez que termine la mierda de esta
mañana. Dile a Hawk que ponga a Ziggy en esto, Skel le dejó
algunas migas para que siga en la web oscura. Tengo que volver a
entrar antes de que alguien venga a buscarme. Cuídate, cariño.
Cuida tu maldita espalda, ¿de acuerdo?
—Lo haré y lo mismo contigo. Ten cuidado, A, no quiero tener
que buscar un nuevo entrenador cuando regresemos a casa.
Alien se rio y ella escuchó otra voz unirse a la suya, y su amigo le
cubrió el culo. Mi boca se abrió mientras escuchaba la mierda que
estaba soltando.
—Está bien, bebé, me alegro de haber podido ayudarte a cuidar
ese coñito tuyo mojado. Volveré pronto y me follaré ese pequeño
culo tan jodidamente fuerte que no podrás respirar, ni sentarte
durante días.
Puta mierda. Apuñalé mi dedo en la parte frontal del teléfono y
terminé la llamada.
— ¡Siiiiiii! (NdelT: ¡Qué ascooooo!) Eso era mucho más de lo que
quería saber sobre tu maldita vida sexual, A—mascullé—. Tengo que
ir a lavarme las orejas con lejía ahora mismo, puaj.
Cerré el agua, abrí la puerta del baño y salí corriendo a nuestra
habitación. Una habitación cargada de emoción y con Hawk sentado
en la cama mirando la puerta del baño, su rostro como de piedra.
Sabía que me había escuchado hablar pero no dijo nada, solo me
miró y esperó. Caminé hacia él, tomé su rostro entre mis manos y
acerqué el mío lo suficiente como para que nuestras narices casi se
tocaran. Y susurré.
—¿Esta habitación es segura? ¿La han revisado en busca de
micrófonos, cámaras o cosas así?
Su ceño fruncido y su asentimiento me hicieron caer contra él con
alivio.
—Bueno. Acabo de hablar con Alien y comparamos notas sobre
los dos interrogatorios. Lo resolvimos, sabemos quién es ella. ¿Tú lo
sabes?
Las sombras revolotearon a través de sus hermosos ojos y mi
hombre respiró hondo antes de asentir. Mierda.
—Sé que es asunto del club y no debería preguntar, pero tengo
que hacerlo. ¿Tú, el Iron Dogz, quiero decir, hacéis negocios con
ella?
Hawk se puso de pie, me alejó de él y caminó hacia la ventana,
mirando en silencio lo que había allí afuera. Volviéndose, se sentó en
el alféizar de la ventana y se limitó a mirarme. Mi corazón se apretó
de miedo. Y entonces empezó a dejarme entrar.
—Lo que voy a decirte se queda aquí, entre nosotros dos. Entre
Hawk y DC. No puedes hablar de esto con nadie porque hablar
significa que uno o ambos moriremos. Y eso es jodidamente
inaceptable.
Asentí en señal de acuerdo porque mi voz estaba congelada en
mi garganta. Esto no sonaba bien y tenía un mal presentimiento en
las tripas.
—No puedo decirte todo pero te diré lo que pueda. Creo que algo
de esto ya lo sabes. Sabes que no somos tan limpios como los Road
Warriors. No hemos traficado con drogas ni armas para Maingarde
Organisation desde hace bastantes años y no lo haremos nunca más.
Pero, a veces, no muy a menudo, le hacemos un favor a alguno de
nuestros viejos amigos. Definitivamente no trabajamos con
cazadores furtivos, ni traficantes de personas, nunca lo hemos hecho
y nunca lo haremos. Saber que nuestras empresas han sido
utilizadas para sacar del país a niños secuestrados es algo que no
perdonaremos, ni olvidaremos.
Hawk respiró hondo y pude ver que había tomado una decisión.
No me sorprendió el nombre, era lo que había sospechado pero
esperaba que no fuera cierto.
—Llevamos mucho tiempo trabajando con Dominick Maingarde.
Tenemos un acuerdo que describe exactamente lo que
transportaremos o no para él. Ahora nuestro acuerdo se ha roto.
Dom y yo tendremos que sentarnos y hablar. No sé cuándo, pero lo
que sí sé es que cuando suceda te quiero en un lugar seguro, en
algún lugar donde su organización no pueda localizarte. No voy a
correr ningún riesgo con tu vida.
Mi corazón dio un vuelco en mi pecho. Mi hombre y su club
estaban metidos en una profunda mierda. Una mierda muy, muy
profunda.
—¿Confías en él?
—Lo hacía. Ahora, no lo sé. Tendremos que esperar y ver qué
pasa.
—Alien dijo que Skel encontró algo sobre una inminente
eliminación en la red oscura, y dijo que Ziggy debe comprobarlo y
que le dejó algunas migas. Lo que sea que eso signifique. La idea de
que salgas lastimado o algo peor me asusta, Hawk. No puedo
perderte cuando acabo de encontrarte.
En realidad, esto me asustaba mucho y ya no podía mantenerme
alejada de él. Abrió las piernas, extendió los brazos y me acerqué a
él. Me puso entre sus piernas, sosteniéndome contra su pecho, el
lado de su cara contra el lado de mi cabeza.
—Pondré a Ziggy en eso tan pronto como terminemos aquí.
Vamos a superar la mierda que nos espera hoy, pajarito, antes de
abordar el resto. Hoy vamos a trabajar con los Road Warriors, pero
no me siento del todo cómodo con eso. No confío en Freeze, algo en
él está mal.
Era hora de explicar sobre Freeze. No era un secreto del club pero
tampoco era de conocimiento general. Después de respirar
profundamente, le expliqué.
—Su nombre debería ser suficiente para darte una idea de cómo
maneja todo. Está congelado por dentro, desde que su dama fue
j g p q
asesinada a tiros desde un vehículo en movimiento hace años. Había
rumores, y todavía los hay hoy, de que una mujer a la que Freeze
había estado follando ordenó liquidar a su dama. Silenció esos
rumores sin piedad. Solía ser un buen hombre, siempre riendo y
bromeando. Pero también era un hombre que engañaba a su dama
con regularidad. Todos, incluida ella, lo sabían. Ya conoces esa
mierda de 'lo que pasa en el club se queda en el club'. Después de su
muerte, todo se detuvo. No más putas de club, no más putas en los
viajes, no más ligar con mujeres desconocidas, pero eso ya era
demasiado poco y demasiado tarde. Lamentablemente su esposa no
fue a la única persona que perdió. Los padres de ella acudieron a los
tribunales y solicitaron la custodia total de su nieta. Durante la
audiencia se reveló que la esposa de Freeze había iniciado un
proceso de divorcio. Su infidelidad y ser un padre mayoritariamente
ausente fueron citados como motivos del divorcio, y hubo rumores
de que en esos documentos se había nombrado a una mujer con
mala reputación. Como resultado perdió a su hija. Ambas pérdidas
fueron culpa suya.
Me quedé en silencio por un momento antes de contarle el resto
de mi teoría elaborada apresuradamente. Porque de repente todo
pareció tener sentido.
—Si la mujer a la que se había estado tirando, mencionada en
esos documentos, hubiera ordenado el tiroteo desde el vehículo en
movimiento, eso explicaría muchas cosas. Estoy casi segura de que
ha estado esperando años para vengarse, para vengar la muerte de
su dama y la pérdida de su hija. ¿Y si esa mujer es la perra
Maingarde? Tiene aproximadamente la edad adecuada y era y sigue
siendo lo suficientemente hermosa como para seducir a la mayoría
de los hombres. Y ella tenía la mano de obra calificada, incluso en
ese momento para hacerlo. Habría sido fácil arreglarlo todo.
Hawk me miró en silencio y luego sacudió la cabeza de un lado a
otro.
—Cariño, si Freeze metió su polla en el coño de esa perra vieja, sé
por qué se llama Freeze, es porque ella se la congeló. Joder, nunca
aprendemos, ¿verdad, cariño? Siempre metiendo nuestras pollas
donde no debemos. ¿Sabes qué? Deja que Freeze solucione su propio
maldito lío. Lo único que me interesa es salvar mi club. Freeze y su
mierda pueden esperar hasta la próxima vez que el cielo caiga.
—Tienes razón. Tenemos suficiente de qué preocuparnos hoy sin
agregar a Freeze a ese montón.
Sentada sobre los muslos de Hawk, deslicé mis brazos alrededor
de su cuello y froté mi mejilla contra la suya, amando el suave
rasguño de su barba. Mientras nos besábamos, pasé mis dedos por el
cabello corto sobre sus orejas, deslizando mis dedos hacia arriba y
hacia atrás sobre su apretada trenza. Nos besamos larga y
lentamente, el calor se extendió lentamente a través de mi pecho y
hacia abajo, muy abajo, comenzando un hormigueo entre mis
piernas. Lo sentí endurecerse contra mí y sonreí contra su boca
mientras me frotaba contra su rígida polla.
—Deja eso, DC. No voy a follarte ahora. —Él gimió cuando
terminó el beso y yo me enderecé.
—Lo sé. Sólo quería darte algo duro para llevar contigo. Ya sabes,
como una polla dura para mostrarles a esas perras de abajo lo que ya
no pueden tocar.
Hawk se rio mientras me arrastraba fuera de la habitación,
cerraba la puerta detrás de nosotros y me llevaba escaleras abajo. Al
menos la preocupación ya no era tan pesada en sus ojos. Lo había
hecho reír.
Puede que él se estuviera riendo, pero yo no. Conocía a Freeze.
No dudaría en destruir a cualquiera que se interpusiera en su
camino. Había una razón por la que era el presidente nacional del
Road Warriors MC, no solo daba muchísimo miedo sino que haría
cualquier cosa por su club, sin importar qué.
Pero la pérdida de su familia... ¿a dónde lo llevaría eso?
Me preguntaba si su club seguía siendo su primera prioridad. ¿O
su relación con los Maingarde había ido más allá de lo que
cualquiera de nosotros sabía?
¿Y mi padre? ¿Dónde encajaba él en este lío?
¿Y quiénes eran los títeres que la perra había preparado para
apoderarse del club de Hawk?
¿Eran hombres de Hawk o eran hombres a los que ella metería en
el club una vez que eliminara a Hawk?
Tantas preguntas sin respuestas. Pero necesitaba encontrarlas.
Necesitaba ayudar a mi hombre en todo lo que pudiera. Necesitaba
aligerar la carga sobre sus hombros ahora mismo.
Capítulo 28
Hawk

Al entrar en la abarrotada sala de comunicaciones, la mente de


Hawk estaba llena con la información que su dama acababa de darle.
Pero desapareció mientras miraba las pantallas.
—Está a punto de hundirse, Hawk. —Hotdog le hizo un gesto
con la mano a uno de los hombres y apareció una silla junto a Ice.
Hawk se sentó con un gesto de agradecimiento.
—¿Qué me perdí?
—Nada—masculló Ice—. Los fuegos artificiales están a punto de
comenzar. Nuestro maldito camión se acerca ahora mismo.
Todos se estremecieron instintivamente cuando el depósito se
convirtió en una enorme bola de fuego. Hawk se inclinó hacia
adelante, con los ojos fijos en el camión que se detenía a una cuadra
del edificio envuelto en llamas furiosas.
—¿Dónde están los equipos de Kid y Sin?
—Se mantienen fuera de la vista. Nuestra gente es la única que
sabe que no estás liderando el ataque. No queríamos que esos
cabrones sospecharan que los estábamos siguiendo.
Hotdog empezó a maldecir y Hawk frunció el ceño ante la
pantalla. Las motos salieron en tropel del estacionamiento
subterráneo de un edificio a dos cuadras de su objetivo. Rodearon el
camión, uno de ellos hizo un gesto al conductor, el camión dio
marcha atrás y giró hacia una calle lateral que se alejaba del depósito
en llamas.
Mad Dog los rastreó en las cámaras de tráfico mientras Ziggy
rastreaba el camión mediante el dispositivo de rastreo satelital
escondido en el compartimiento del motor. Mad Dog los perdió
cuando tomaron una carretera poco transitada, sin cámaras de
tráfico. Ziggy todavía los tenía y dirigió a los que seguían al camión.
Mad Dog los recuperó cuando se acercaron al abandonado
aeropuerto de Durban y atravesaron sin obstáculos puertas
fuertemente vigiladas desapareciendo detrás de los edificios.
¿Qué carajo?
—Mierda.
—¿Qué tienes, Ziggy?
—El camión todavía está en movimiento. Estoy obteniendo
planos del aeropuerto, pero no estoy seguro de cómo eso nos
ayudará. —Hubo un breve silencio entre mmm y maldiciones—. Está
bien, tengo imágenes térmicas y no me preguntéis dónde ni cómo las
conseguí. Tenemos tres en la cabina del camión, seis alrededor del
camión y diez marcas pequeñas en el contenedor.
Antes de que Hawk pudiera preguntar, la pantalla se llenó de
imágenes térmicas.
—¿Hacia dónde se dirigen, Ziggy?
—Parece que se dirigen hacia la antigua terminal de carga. Y aquí
están las malas noticias. Mira las imágenes térmicas de ese maldito
edificio. Estamos muy jodidos.
Hawk clavó la mirada en las pantallas con los ojos entrecerrados
y el miedo anudándole en sus entrañas. ¿Dónde mierda estaban los
malditos Road Warriors? ¿Por qué no habían seguido al camión?
—¿Hay alguna cámara a la que puedas acceder? Necesito saber a
quién mierda nos enfrentamos antes de dar el siguiente paso.
—No que pueda ver. Pero dame un minuto, tengo una idea.
Mad Dog había estado escribiendo furiosamente mientras Hawk
hablaba con Ziggy y entonces su cabeza se levantó y miró fijamente
las pantallas, maldiciendo en voz baja.
—Vamos, vamos, vamos—susurró una y otra vez mientras
escribía, su pantalla llena de mierda que no significaba
absolutamente nada para Hawk.
—Arranca, pedazo de mierda. Vamos, vamos. —Mad Dog golpeó
con frustración el escritorio junto a él y luego comenzó a escribir de
nuevo.
—¡Sí! Hackeé el sistema que controla el perímetro y la seguridad
de acceso, Ziggy. Ahora sólo tenemos que encender las cámaras de
alguna manera. Voy a necesitar tu ayuda con eso.
—Estoy contigo. Hagámoslo.
El silencio reinó en la habitación mientras Mad Dog y Ziggy
trabajaban. Cuando se encorvó y gruñó, todos se tensaron.
—Tenemos algunas de las cámaras encendidas. Aunque no todas.
Parece que algunas han sido eliminadas o dañadas. No tenemos
ninguna dentro del edificio pero no las necesitamos. Según las
imágenes térmicas tenemos a un grupo de personas esperando el
camión justo del lado de adentro de las puertas abiertas de la
terminal de carga. Tenemos cámaras en los postes de luz afuera y
algunas de ellas están enfocadas hacia esas puertas.
Pulsando una sola tecla, el exterior del edificio apareció en las
pantallas. Cuatro grandes todoterrenos negros estaban aparcados
delante del edificio, con un conductor en cada uno. Mad Dog se
acercó al grupo que esperaba en las puertas abiertas y las manos de
Hawk se apretaron en puños sobre sus rodillas.
La maldita Winifred Maingarde y sus principales ejecutores
estaban ante las puertas abiertas. Apareció otro primer plano y
maldijo con saña. Speedy y sus malditos cabrones llevaban chalecos
de los Iron Dogz y habían sido captados por las cámaras de tráfico
con esos putos chalecos. Este había sido el jodido plan de esa perra
desde el principio. Su camión, su contenedor y supuestamente sus
hombres.
Tenía que actuar rápido si quería salir bien de esto.
—Mad Dog, quiero primeros planos de cada uno de esos
cabrones en moto, tantos como sea posible. Lo mismo del conductor
y de los otros dos que iban en la cabina con él. Pon al día a Jagger,
Ziggy. Vuelve y rastrea ese maldito contenedor y el camión. Quiero
saber dónde y cuándo cargaron a esos niños. Esto no sucedió en
nuestro terminal de carga. Descubre dónde. ¿Tenemos novedades
sobre qué pasó exactamente con Dave y Petey? ¿Cómo mierda se
intoxicaron? Consigue a Dollar y cuéntame qué averiguáis.
Girándose en su silla, miró alrededor de la habitación.
—Llama a todos los hombres que tenemos por ahí, Ice. Necesito
que Kid y Sin vuelvan aquí, lejos de los malditos Road Warriors. No
quiero a ninguno de los Iron Dogz cerca de ese maldito aeropuerto.
Tengo un presentimiento desagradable en las tripas.
—Joder, Hawk, tengo algo aquí, hermano. —La voz de Ziggy era
tensa.
—Adelante, dímelo.
—Recibí un ping de nuestras cuentas bancarias y de repente
tenemos una nueva cuenta en el extranjero. Llena de putos cientos
de miles de dólares. Y hermano, según la información en línea es tu
cuenta con tu firma en el papeleo. Durante el último año se
realizaron depósitos en varias monedas diferentes en esa cuenta.
Esto era lo que había pensado Hawk mientras tomaba decisiones
instantáneas que salvaguardarían a todos en su club y especialmente
a su pajarito.
—Descubre cuándo y dónde se abrió esa cuenta y elimínala. No
me importa cómo lo hagas, Zig. Elimínala, joder. Me están
preparando para que me condenen como traficante de personas y no
voy a permitir que esos cabrones me hagan esto, ni a mí, ni a mi
club.
—Incluso si elimino la cuenta en línea, tendrán documentos que
te implicarán, hermano.
—Lo sé, Zig. —Se le ocurrió una idea y se la soltó a Ziggy—. Los
bancos tienen seguridad dentro y fuera de sus sucursales y lo más
probable es que los vídeos estén respaldados en servidores de
seguridad. No he estado fuera del país ni dentro de un puto banco
en muchos años. No me encontrarán en sus cintas abriendo esa
maldita cuenta. A menos que los malditos Maingarde hayan
q g y
encontrado a alguien que se parezca a mí. Será mejor que trabajes
jodidamente rápido, hermano. Encuentra esa maldita cintas y haz
una copia de seguridad en más de un lugar antes de que
desaparezca. Voy a necesitarla.
La cara enojada de Spider de repente llenó una de las pantallas.
—Tengo esto, hermano. Soy el puto tesorero de este club y estos
cabrones están jodiendo con mi trabajo. Ésta es una de esas cuentas
en línea, no es necesario visitar un banco para configurarla. Así que
no te preocupes por las imágenes y esa mierda. Esto tiene las
malditas garras sucias de Jane por todas partes. Dame un rato y lo
arreglaré, la involucraré a ella y al maldito Big Ed. Voy a devolverles
esto. Hablaré contigo pronto, primo. Te cubro las espaldas, Prez.
Tan repentinamente como había aparecido, desapareció.
—Está bien, Spider me dio algunas órdenes y las estoy siguiendo.
No voy a tocar la cuenta bancaria hasta que me diga lo que quiere
que se haga. Lo siento, jefe, estamos siguiendo las órdenes de Spider
en este caso. Dice que debemos mantenernos alejados del banco
porque es una trampa, así que voy a seguir el camión y el
contenedor como ordenaste.
—Envía a Gerhard Van Wyk un archivo con todo lo que sabemos.
El moderado ok de Ziggy lo enojó muchísimo. Esto no debería
estar pasando.
Frotándose los ojos repentinamente jodidamente cansados, Hawk
se recostó en la silla. A su alrededor, el silencio flotaba en el aire. La
puerta abriéndose violentamente los hizo girar a todos en sus sillas,
a todos excepto a Mad Dog, que siguió trabajando. Kid entró furioso,
con los ojos desorbitados.
—¿Por qué mierda nos separaste de esos cabrones? A estas
alturas ya podríamos haber tenido a esos niños a salvo.
Hawk se puso de pie en silencio y encaró a su mejor amigo.
—No, hermano, era una trampa.
Kid frunció el ceño y miró alrededor de la sala abarrotada.
—¿Qué?
—Nos están engañando, hermano. En realidad, están montando
una trampa para mí y para todo el club. Los Maingarde, con la
ayuda de los Road Warriors, nos han preparado para que carguemos
con la culpa de su red de tráfico de personas. Fabricaron pruebas
que constituyen una declaración condenatoria de nuestra
participación en la trata de personas. Ziggy está trabajando en ello,
pero demostrar que es falso no será fácil.
Kid de repente pareció devastado mientras susurraba.
—Jane, ésta es la maldita Jane. Ella los ayudó a hacer esto. ¿Cómo
mierda pudo hacerle esto a su familia? ¿Qué carajo le voy a decir a
mi madre cuando me pregunte sobre esta mierda?
Hawk se levantó de su silla y puso una mano en el hombro de su
mejor amigo. No había nada más que pudiera hacer para aliviar el
dolor que Kid sentía por la traición de su hermana.
Tuvo que salir de la habitación. Sacando el teléfono del bolsillo de
su chaleco, encontró el número que necesitaba. Había llamado a Rick
después de que la mierda pasó con Doc y Freeze y comenzó a
sospechar que le estaban tendiendo una trampa. Lo había pospuesto
todo lo que pudo pero iba a necesitar ayuda para salvar a su club.
Marcó mientras caminaba hacia la sala común y encontró un rincón
donde no lo escucharían.
—Sí.
—Rick, como predijiste, hicieron su movimiento y la mierda está
a punto de suceder. Necesito que mantengas a DC a salvo.
Hubo un breve silencio entre ellos antes de que Rick respondiera.
—Ella está a salvo, Hawk. Estamos al tanto de esto, hermano.
Como anticipamos, tú y tus hombres estáis siendo preparados para
asumir la culpa. Pero no todos los actores de este show de mierda
han aparecido todavía. Y eso significa que tendremos que esperar un
poco más. Cúbrete el culo, llama a tu abogado y haz que le arrojen
una tonelada de papeleo al SAPS. Detenlos tanto como puedas. Si te
arrestan, te mantendremos fuera de la cárcel y en celdas de
y
detención donde estarás más seguro. Eso es lo mejor que puedo
hacer por ahora. Lo siento.
—No le he dicho a mi club que te he llamado a ti y a tu equipo
para encargarse de esto. No hagas que me arrepienta. Mantén a mi
mujer y a mi gente a salvo. Si caigo, termina esto.
—Tienes mi palabra. No te preocupes hermano, ya casi está
hecho. Y no caerás bajo mi vigilancia, créeme.
Maldito Rick. Maldito agente secreto de mierda. Cuando terminó
la llamada, Hawk llamó inmediatamente al abogado del club.
—Van Wyk.
—Gerhard. Hawk. Hay una buena posibilidad de que hoy me
arresten por trata de personas. Me están tendiendo una trampa.
Ziggy te está enviando todo lo que tenemos. Estoy en el complejo de
los Iron Dogz en Durban. ¿Puedes enviar a uno de tus socios para
que se encargue de esto hasta que llegues aquí?
Un largo silencio hizo que a Hawk se le contrajera el estómago.
—Lo siento, Hawk, estaba leyendo el correo electrónico de Ziggy.
Estaré allí tan pronto como pueda. Después de un vistazo rápido a lo
que me enviaste, es muy obvio que es una trampa. Estudiaré los
hechos en el avión. Uno de los abogados de nuestra oficina en
Durban se encargará de esto hasta que yo llegue allí. Su nombre es
Saskia Gordon y estará en la casa club en cuestión de minutos si la
necesitas. Mantén la boca cerrada, amigo mío, no digas nada, deja
que Saskia hable por ti. Bien, buenas noticias, estoy en un vuelo
chárter desde Lanseria a Virginia en una hora. Escucha a Saskia, ella
es buena en lo que hace. Hasta pronto, Hawk.
Cortó antes de que Hawk pudiera decir algo más. Ahora le
tocaba avisar a su pajarito lo que iba a pasar en las próximas horas.
No estaba deseando que llegaran. Respirando profundamente se
dirigió a la habitación donde la había dejado con las otras damas.
Ella se reía y parecía tan relajada que Hawk odió tener que
interrumpirla. Pero tenía que hacerlo. Tenía que advertirle sobre lo
que se avecinaba.
q
—¿Tienes un minuto, cariño?
Su sonrisa se amplió hasta que lo miró a los ojos. Luego cayó de
inmediato.
Tomando su mano, la llevó a su habitación y cerró la puerta
detrás de ellos. Llevándola a la cama, se sentó y la sentó en su
regazo, abrazándola fuerte contra él, con la cara en su cuello. Él la
aspiró, usando su aroma para calmar su acelerado corazón.
Sin dudarlo, se lo expuso.
—Nos tendieron una trampa, pajarito. Sabían que estábamos en
el depósito y jugaron con nosotros. Los Road Warriors nunca
aparecieron. Speedy y sus hombres llevaban chalecos de los Iron
Dogz y se aseguraron de ser captados por las malditas cámaras de
tráfico mientras escoltaban el camión hasta la terminal de carga del
antiguo aeropuerto de Durban. Winifred Maingarde y sus hombres
estaban esperando pero se fueron sin los niños. No sé cómo, pero
estoy seguro de que tiene algún imbécil que me señalará con el dedo
como el cerebro. Sospecho que yo, junto con todos mis oficiales,
seremos arrestados en algún momento de hoy o esta noche por el
grupo de fuerzas especiales contra la trata de personas. No quiero
que te preocupes. Mis abogados y hermanos tienen sus órdenes.
Ellos te protegerán pase lo que pase. Wolf asumirá el cargo de
presidente interino, escúchalo y deja que te mantenga a salvo por mí.
No salgas del recinto, cariño. Si los malditos Maingarde te ponen las
manos encima, te utilizarán para destruir mi club, a mis hermanos y
a mí.
Sus ojos se entrecerraron y vio hielo deslizarse en esos ojos
oscuros.
—Pagarán por su traición, Hawk. Nadie persigue a mi hombre, ni
a su familia y vive para contarlo. No estarás a salvo si te arrestan,
cariño. Recibirás un golpe mortal en el momento en que entres en
una celda. Lo más probable es que sea uno de tus guardias. No
pueden dejarte hablar, sabes demasiado.
Se sentaron en silencio durante unos segundos y luego su mujer
se sacudió y le agarró la cara.
—Sospecho que la razón por la que nunca volvimos a ver a Raj es
que él es parte de esta maldita y elaborada farsa. Freeze jugó contigo
y al jugar contigo, jugó conmigo. Te apuesto lo que sea a que dejaron
ir a ese bastardo una vez que cumplió con su papel.
Frente a sus ojos, su pajarito se transformó en Crow.
—Se arrepentirán de sus acciones—susurró con voz fría.
—Sí, lo harán, pajarito. Seguramente lo harán—coincidió Hawk.
—Empaca tus cosas en caso de que necesitemos sacarte rápido de
aquí. Tengo algunas cosas que necesito resolver con mis hermanos.
—Se puso de pie y puso a DC de pie también.
—Estoy en ello. Creo que deberíamos sacar a todas las damas y
novias de aquí. Son una responsabilidad si se quedan. Sería
demasiado fácil agarrar a una de ellas y chantajear a su hombre para
que los ayude a llegar hasta nosotros. —Su pajarito estaba con la
boca apretada formando una línea y podía ver ese increíble cerebro
suyo trabajando con lo que sabían.
Hablaba como para sí misma mientras estaba en ello.
—Sabemos que quieren Iron Dogz Trucking. Vendrán con
demandas y si no les das lo que quieren, amenazarán con entregar
sus supuestas pruebas al grupo de fuerzas especiales contra la trata
de personas. Esos estúpidos bastardos te mantendrán detenido
durante meses antes de que tus abogados puedan sacarte y para
entonces estarás muerto y los Iron Dogz pertenecerán a los
Maingarde.
Ella se paró frente a él, sus dedos golpeteando sus labios, sus ojos
entrecerrados mientras su astuto cerebro trabajaba en su problema.
Observó cómo una sonrisa astuta se curvaba alrededor de su
hermosa boca y el hielo se asentaba en sus ojos negros.
El maldito Crow, su hermoso y jodido Crow.
—Necesitamos encontrar a Jane. A ella le gusta hablar. Le gustará
aún más si puede explicármelo todo.
Hawk miró esos gélidos ojos negros y estuvo de acuerdo. Pero
encontrar a Jane no sería fácil... a menos que… a menos que él la
llamara.
Sonriendo a su astuto pajarito, Hawk sacó el teléfono. Ella no
respondió.
Era hora de empezar a contraatacar. Y estarían peleando sucio.
Jane, llámame. Necesitamos hablar. Cometí un maldito gran error.
—Esto debería llamar su atención. —Hawk sonrió mientras le
mostraba a su mujer el mensaje de texto que acababa de enviar.
La sonrisa cruel regresó y sus ojos negros brillaron mientras
asentía.
Capítulo 29
DC

Hacer las maletas no nos llevó mucho tiempo. Mientras las hacía,
mi mente repasó cada una de las opciones que teníamos. No eran
muchas pero podía trabajar con la que teníamos. Si pudiera ponerle
las manos encima a Jane, podría hacerla hablar y todo lo que
necesitábamos era que señalara con el dedo a Maingarde
Organisation. ¿Y qué tan irritante es tener que decir Maingarde
Organisation cada vez que hablamos de ellos? De ahora en adelante
para mí serían MORG, y si por mí fuera, todos terminarían en la
morgue pronto.
Todavía no sabía cómo encajaban mi padre y Freeze en este lío,
pero lo sabría. Muy pronto.
Arrastrándome hasta el centro de la cama, acomodé los cojines
contra la cabecera y me recosté contra ellos. Necesitaba resolver este
rompecabezas. ¿Dónde empezó y quiénes estaban involucrados?
Respirando profundamente, me concentré en lo que sabía y
comencé a unirlo.
Según la información que tenía, todo empezó con Jane Warne. Y
ella lo había hecho todo por mí. Por mí y Hawk, pero ¿era eso
verdad? Para nada. Todo el tiempo se había tratado del club.
Ella había comenzado a hacer dobles negocios mucho antes de
que yo entrara en escena. Había estado recopilando información
sobre el club acostándose con tantos miembros como podía y
sondeándolos7 (jaja) para obtener información. Ella había
proporcionado la información que había permitido a Big Ed
irrumpir y robar en la terminal de carga de contenedores de Iron
Dogz Trucking.
¿A quién le robaron el contenedor? Por la forma en que Hawk
reaccionó tuvo que haber sido el de Dominick Maingarde. ¿Qué
robaron? ¿Y por qué lo robaron?
O mejor. ¿Por qué le ordenaron a Big Ed que robara todo lo que
había en ese contenedor? ¿O lo hicieron para probar las defensas de
los Iron Dogz? ¿O la lealtad de Dominick Maingarde?
¿Cuál era la participación de Freeze en esto? ¿Y la de mi padre?
¿Estaban los Road Warriors trabajando para MORG? Y si lo estaban,
¿dónde nos dejaba eso a mi padre y a mí? ¿Yo era su hija o un activo
que podría utilizar para poner a Hawk de rodillas?
No podía permitir que eso sucediera. Nunca dejaría que eso
sucediera.
Había indicadores que podía obtener de personas que estaban en
deuda conmigo, y había muchas que me debían.
Pero primero necesitaba hablar con Alien o Skel. Esperaba con
todas mis fuerzas que todavía estuvieran de mi lado.
Alien contestó después del primer timbre.
—Necesitas llevar tu culo a un lugar seguro, ahora mismo, cariño.
Dile a tu hombre que esta noche habrá una redada en la sede del
club. Los cabrones que trajo Freeze están hablando de usar malditas
granadas y esas mierdas. No les importa una carajo si las mujeres y
los niños resultan heridos o mueren mientras os pongan las manos
encima a ti y a Hawk.
Me quedé en shock, pero mi amigo no.
—Freeze ha perdido el control y Doc no está haciendo nada para
detenerlo. No tengo ni puta idea de lo que está pasando. La mierda
está oscura de este lado. Los hermanos estaban jodidamente
enojados porque traicionamos a los Iron Dogz. Skel se encerró en su
habitación y Gav le arrojó su chaleco de prospecto a Tiny y se fue,
faltándole el respeto a su presidente. Él lo arrojó, DC. Incluso si esta
mierda se soluciona, nunca se le permitirá volver a entrar, nunca. Se
largó. Espero que vaya a ti, donde estará a salvo. Tiny quedó
destrozado cuando Gav lo llamó traidor mientras salía. Freeze
quería que Boeta se encargara de él y Tiny perdió la cabeza. Juró que
si algo le pasaba a Gav no descansaría hasta poner a la hija de Freeze
g p p j
en una tumba, y si lo mataban antes de que pudiera hacerlo, alguien
más terminaría el trabajo por él. Dios, DC, nos estamos
desmoronando aquí y el jodido Raj se pavonea como si fuera el puto
rey. Simplemente no puedo ver cuál es la jugada.
Respiré profundamente y le conté lo que sabía. Él permaneció en
silencio mientras hablaba, solo su respiración acelerada me hacía
saber que todavía estaba allí.
—Entonces eso es lo que creo que podría estar sucediendo, A. No
creo que ninguno de nosotros esté a salvo. Todos estamos siendo
utilizados en alguna maldita jugada importante contra los clubes. Se
aseguraron de que seamos enemigos para que ninguno de nosotros
pueda ver el panorama completo. El hecho de que Raj esté
relacionado con los Sharma y haga una jugada conmigo mantiene la
cabeza de Doc fuera del juego. Ver a Raj pavoneándose mantiene a
Doc en su cabeza. Esto es exactamente lo que quieren.
—Mierda, DC, puede que tengas razón.
—Creo que la tengo. MORG está en el fondo de esto. Ah, y
MORG significa Maingarde Organisation, es más fácil de decir.
Quieren Iron Dogz Trucking y las propiedades que los Dogz poseen
en todo el país y están tomando medidas para hacerse cargo de ellas.
Podrían mover lo que quisieran si fueran los propietarios. No estoy
seguro de por qué quieren a los Road Warriors. Tal vez Freeze y la
ogro-astra tengan planes para hacerse cargo del tráfico de drogas y
armas en el sur de África, no lo sé.
Incluso para mis oídos eso no sonaba bien, pero era todo lo que
tenía.
—Necesito contarle esto a Skel, Rover y Grizz. Confío en ellos.
Ahora mismo son los únicos en los que confío. Esta mierda va a
acabar con mi club, cariño. —Alien sonaba completamente abatido y
destrozado.
Tenía mucho miedo de que tuviera razón. Esto era una traición a
gran escala. Que Tiny amenazara a la hija de Freeze para mantener a
Gav a salvo era increíble. Pero había sucedido.
Y entonces me di cuenta. Como una tonelada de ladrillos cayendo
del cielo. El maldito cielo se estaba cayendo.
—Mierda, mierda, mierda. ¡Sé lo que está pasando con los Road
Warriors! Mierda. Llegaron a Freeze, A. Es su hija. O la tienen
escondida en algún lugar o la tienen vigilada. Esa es la razón por la
que Freeze actúa tan malditamente extraño. Está tratando de salvar a
su maldita hija y destruyendo a su club y a los Iron Dogz en el
proceso.
El grito de sorpresa de Alien resonó por la línea.
—¡Mierda! Si tienes razón ¿por qué carajo no pidió ayuda?
Mierda, por eso envió a Rooster de regreso a Ciudad del Cabo. No
fue porque estuviera enojado porque no te reclamara. Necesitaba a
alguien allí además de Wild Man cuando la mierda se pudra. ¿Qué
vamos a hacer?
—Habla con Skel y ponlo al día rápidamente. Ubicamos a Rooster
y le daremos toda la ayuda que podamos para llevar a la hija de
Freeze a un lugar seguro. En el momento en que podamos
asegurarle a Freeze que está a salvo, el juego cambia.
—Voy a hablar con Skel ahora mismo. ¿Qué quieres que haga con
Tiny y Doc? ¿Los involucramos en esto?
Era una pregunta muy difícil de responder, pero después de sólo
unos segundos de duda seguí mi instinto.
—Sí. Pero A, cuidado, no sabemos quién más está en la nómina
de MORG. Llámame cuando hayas hablado con ellos. Cuida tu
espalda, por favor. No quiero perderte.
Mirando el teléfono, negué con la cabeza. Necesitaba hablar con
Hawk para asegurarle el paso a Gav si venía a nosotros. Esperaba y
rezaba para que viniera aquí. No estaría seguro en ningún otro
lugar. Freeze no podía dejar pasar el insulto por mucho que quisiera.
No podría si quería mantener su posición como presidente nacional
y presidente de la sede de Ciudad del Cabo.
Ya sería bastante difícil retener su presidencia una vez que sus
hermanos descubrieran hasta qué punto se había extralimitado en
q p
favor de su hija.
Y entonces, de repente, me golpeó justo entre los ojos.
Freeze, maldito imbécil. Por eso había amenazado a Gav. Conocía
a Tiny, sabía exactamente cómo reaccionaría ante cualquier amenaza
contra sus hijos. Tiny haría todo lo posible para vengarse. Se volvería
contra las familias de quienes amenazaron a sus hijos. ¿Y quién era
la familia de Freeze?
Su hija. Su maldita hija y él sabía que Tiny la amenazaría y, al
hacerlo, sabía que alguien iría a buscarla. Me sorprendió que mi
padre no hubiera hecho clic todavía. O tal vez lo sabía y estaba
jugando su propio juego. No me sorprendería en absoluto.
Necesitaba encontrar a Hawk, pero primero tenía que
asegurarme de que Gav supiera que tenía un lugar seguro
esperándolo.
Le envié un mensaje de texto rápido diciéndole que fuera a la
casa club de los Iron Dogz. Prometiéndole un salvoconducto.
Esperaba que me escuchara.
Saltando de la cama salí de la habitación para buscar a mi hombre
y ponerlo al tanto de lo último.
Lo encontré inmerso en una conversación con Ice y Kid en el bar.
No había nadie más alrededor así que consideré seguro hablar. Aun
así mantuve la voz baja.
—Acabo de hablar con Alien. Los Warriors se están
desmoronando. Gav le arrojó su chaleco a Tiny, lo llamó traidor y
salió furioso. Freeze quería que se encargaran de él y Tiny amenazó
con enterrar a su hija si tocaban a su hijo. Skel se ha encerrado en su
habitación y se niega a hablar con nadie.
—Dios. ¿Qué carajo está pasando? —dijo Ice sacudiendo la
cabeza confundido.
—Algunos de los hermanos se sienten traicionados y están
considerando dejar el club. Raj se pavonea por el lugar como si fuera
el rey, palabras de Alien, y Doc está perdiendo la cabeza. Alien me
pidió que mantuviera a Gav a salvo si venía a verme. Le envié un
mensaje de texto y le dije que viniera aquí. Si pudieras enviar a
Dollar a recoger a Deena en caso de que ella también vaya a ser
atacada, sería bueno.
Hawk asintió y vi a Kid enviando mensajes de texto. Una cosa
menos, faltan algunas más.
—Hay hombres que no forman parte del club rodeando a Freeze.
Alien no pudo decirme quiénes eran porque no lo sabe. Planean
asaltar el complejo esta noche y usarán granadas y esas mierdas. Nos
quieren a Hawk y a mí, nadie más les importa. Así que no creo que
tengamos que preocuparnos de que la policía irrumpa en la casa
para arrestarte todavía.
—¿Podría darte una hora? —Hawk también tenía su teléfono
afuera ahora y estaba enviando mensajes de texto furiosamente.
—No, sólo que será esta noche. Pero tengo más que contarte y va
a parecer una locura, pero te juro que si escuchas hasta el final verás
que tiene sentido.
Y luego les expliqué mi teoría sobre el chantaje de Freeze. Me
observaron con ojos duros mientras les explicaba, nadie dijo una
palabra después de que terminé. Contuve la respiración mientras
esperaba.
Mi hombre no me decepcionó.
—Está bien, esto es lo que vamos a hacer. Paso uno. Asegurar el
complejo contra el ataque que se avecina. Incrementar los patrullajes
perimetrales y estar atentos a las cámaras en todo momento. Quiero
a todos armados y vigilantes. En el momento en que esos bastardos
ataquen tendremos SAPS en nuestros culos, así que preparaos para
eso. —Ice y Kid asintieron con la cabeza.
—Paso dos. Necesitamos proteger a la hija de Freeze. Rooster y
Wild Man pueden realizar la búsqueda en Ciudad del Cabo. Es
posible que tengan que encontrar un lugar seguro porque ninguna
de nuestras casas club será segura. Tal vez esconderla con Pixie,
nadie pensará en buscar allí. Una vez que la tengamos a salvo, le
enviaremos un mensaje a Freeze.
Se tiró de la barba mientras pensaba en el siguiente paso. Luego
me miró y sonrió.
—Paso tres. Voy a tener que cabrear a Doc para que se ponga en
movimiento. Eso será bastante fácil porque ya está cabreado. Lo
necesitamos de regreso al juego y encargándose de Raj. El paso
cuatro surge del paso tres. Necesitamos encontrar a Jane y Big Ed y
neutralizarlos o mantenerlos en hielo para usarlos más adelante. —
Estaba totalmente de acuerdo con lo último, pero me preocupaba
que hiciera enojar a Doc, lo cual podría no salir bien.
—El quinto paso ya está en marcha. Nuestros abogados están
trabajando para demostrar la no participación del club en la red de
tráfico. Y estoy trabajando para concertar una reunión con Dominick
Maingarde. Pero discutiremos nuestras opciones en la mesa antes de
reunirme con él.
El rostro de Hawk estaba frío y duro mientras decía el último
paso y de hecho hizo que un escalofrío recorriera mi espalda. Mi
hombre era totalmente rudo, exactamente lo que siempre quise.
—El sexto paso es ocuparse de los traidores. Tanto en nuestro
club como en el Road Warriors MC. Speedy y sus cómplices llevaban
chalecos de los Iron Dogz, le faltaron el respeto a nuestro club, a
nuestros colores y a nuestro código. Llamaron la atención de las
autoridades sobre los Iron Dogz, lo cual no necesitamos. Nos serán
entregados. No aceptaré nada más que eso.
Miró a Ice.
—¿Cubrí todo? No quiero que nada nos muerda el culo en el
futuro.
—Si hay algo que omitiste, nosotros nos encargaremos de ello, no
te preocupes. Te respaldamos, Prez—dijo Ice y Kid asintió con la
cabeza.
—Asegúrate de que Gav tenga un paso seguro hacia el complejo.
Viajará sin chaleco pero sigue siendo un hermano potencial. Creo
j p g p
que podría robárselo a los Road Warriors; sería un buen hombre
para tenerlo a nuestras espaldas.
Los hombres se rieron, yo no. Gav era un exaltado y cuando la
mierda se calmara, los Road Warriors probablemente le ofrecerían su
chaleco de prospecto. Pero sólo después de que le hicieran pagar con
sangre por faltarle el respeto a su vicepresidente, a su chaleco y a su
club.
Si sucediera lo peor y eso no pasara, encontraría un hogar con los
Iron Dogz. Lo que le rompería el corazón a Tiny y devastaría a Skel.
Pero tendrían que aceptarlo.
El pesado brazo de Hawk me rodeó y me atrajo hacia su costado
mientras Ice y Kid se alejaban para poner en marcha sus órdenes.
—¿En qué estás pensando, pajarito?
—En Gav. Estoy preocupada por él.
—Él tomó su decisión, cariño, no hay nada que puedas hacer al
respecto. Es bienvenido aquí y una vez hecho esto veremos qué
tienen que decir Doc y Tiny. Tengo la sensación de que Freeze no
será quien tome las decisiones para los Road Warriors una vez que
esta mierda se haya calmado.
Suspiré profundamente porque sabía lo que podría significar
para mi padre. Ya estaba en la mesa nacional como vicepresidente de
Freeze y viajaba mucho. Sin Freeze, tendría que dar un paso al frente
y eso significaba que estaría más tiempo ausente de lo que estaba.
Eso arrojaría a Deena de vuelta a mi regazo. Mierda.
Haciendo caso omiso de esos pensamientos, me concentré en el
ahora.
—¿Hotdog tomó una decisión con respecto a las mujeres?
—Sí, pajarito. Cada una de mis sedes tiene una ruta de escape
subterránea. Hay un túnel secreto que conduce a la propiedad de al
lado. El dueño anterior de la propiedad era un teórico de la
conspiración y mientras dirigía su negocio en la superficie construyó
un elaborado refugio antiaéreo debajo de la propiedad. La
propiedad salió a subasta después de su muerte y el club la compró
mediante una empresa fantasma. El túnel se construyó después de
que descubrieron el refugio y lo convirtieron en una casa segura
oculta. Las mujeres han sido trasladadas y tienen prospectos
custodiando los puntos de acceso.
Definitivamente era un movimiento furtivo.
—Quiero que te unas a ellas, cariño. No podré concentrarme en lo
que nos espera si todavía estás en la sede del club. Necesito saber
que estás a salvo. Y creo que Hotdog quiere que cuides de su dama y
de las demás. Ninguna de ellos ha empuñado nunca un arma ni ha
recibido ningún tipo de entrenamiento de defensa personal. Serán
blancos fáciles si esos cabrones logran superarnos y descubren ese
túnel.
Cabrón, estaba usando lo único que me convencería de dejarlo en
la sede del club. Mujeres indefensas.
Pero el joven que entró por las puertas me hizo olvidarlo por
completo. Para todos los efectos, era mi hermano pequeño y lo
amaba. La rabia y la angustia en sus ojos hicieron que mis ojos
ardieran con lágrimas no derramadas. No podía permitirlo cuando
él estaba luchando tanto por controlarse, así que me tragué las
lágrimas y sonreí.
Ignorando a los hombres que observaban en silencio, me acerqué
y lo envolví en mis brazos, simplemente abrazándolo, sin decir una
palabra.
Hawk me sacó suavemente de los brazos de Gav y me dejó a un
lado. Contuve la respiración.
—Bienvenido a mi club, Gav. —Hubo un momento de silencio
antes de que continuara y mi corazón dio un vuelco en mi pecho
ante la frialdad de su voz—. Actuaste como un niño mimado y le
faltaste el respeto a tu presidente, a tu vicepresidente y a los colores
de tu club, pero entiendo que estuviste bajo una inmensa
provocación, por lo tanto lo dejaré pasar sin consecuencias. Hay
razones para lo que está sucediendo en este momento, pero como
prospecto tú no habrías estado al tanto. Una vez que hayamos
ordenado la mierda entre nuestros clubes, hablaré bien de ti si
quieres regresar a los Road Warriors. Esta noche necesito que nos
apoyes contra un enemigo en común. Necesito tus habilidades, Gav.
¿Qué dices?
Mi hermano pequeño no me decepcionó. Él enderezó los
hombros y asintió.
—Sé lo que hice y soy consciente de las consecuencias. Yo me
ocuparé de ellas.
Su boca era una línea delgada y dura, sus ojos todavía estaban
llenos de ira, pero la tristeza había sido reemplazada por una dura
determinación. Frente a mis ojos, mi irresponsable y amante de la
diversión hermano pequeño se convirtió en un hombre en el que sus
hermanos podían confiar.
—Estoy dentro. Lo que sea que necesites, Prez.
Capítulo 30
Hawk

La música sonaba a través de los altavoces exteriores mientras los


hermanos que no estaban de guardia se paraban alrededor de las
mesas en la gran área pavimentada afuera de la puerta trasera de la
casa club y bebían sus cervezas o lo que estuvieran bebiendo. A la
izquierda había un enorme braai construido con bloques de
hormigón donde dos prospectos cocinaban filetes y boerewors 8en
una parrilla colocada sobre brasas. Grandes neveras portátiles
estaban ubicadas debajo de las mesas dispuestas en un gran
semicírculo. Aparentemente las neveras estaban llenas de hielo y
cerveza, pero no era así. Estaban llenas de armas y municiones
adicionales.
Las mesas estaban fuertemente reforzadas y, de hecho, se
volcarían y se convertirían en un muro de defensa en el momento en
que los atacantes lograran entrar al recinto.
Todos sabían que los cerdos vendrían cuando se reportaron
disparos provenientes del complejo. Así que los policías tenían que
verlos como la parte inocente y por eso estaban comiendo un braai.
Pero era un braai diferente. Sólo se había invitado a los hermanos, no
a las perras. Las mujeres permanecerían fuera de la vista.
A un prospecto y dos hermanos se les asignó la tarea de
recolectar todas las armas de fuego ilegales utilizadas por el club
después de que las balas dejaran de volar, y colocar las bolsas con las
armas en un contenedor de acero hábilmente escondido debajo de la
fila de contenedores de basura con ruedas. Los dos prospectos
ocupados con la carne inmediatamente llenarían las hieleras vacías
con hielo y agua y arrojaban en ellas las cajas de cerveza que
esperaban, destruyendo cualquier evidencia que pudieran. Una
limpieza fácil. Si todo salía según lo planeado.
Hawk sabía que no sería tan fácil. Los Iron Dogz estarían en
problemas al igual que sus atacantes una vez que esas malditas balas
dejaran de volar. Los cerdos habían estado buscando una excusa
para entrar a uno de sus recintos durante mucho tiempo y esto les
iba a parecer como si la Navidad se hubiera adelantado. Querrían
encontrar cualquier cosa que les permitiera obtener órdenes
judiciales para allanar todas las demás sedes del país. En previsión
de que eso sucediera, todo el complejo había sido limpiado de
cualquier cosa remotamente relacionada con actividades ilegales.
Hawk sonrió ante la cantidad de hierba que se llevaron para
almacenarla en un lugar seguro.
La limpieza significó el traslado de bastantes juguetes de Mad
Dog al lugar seguro, que estaba en el búnker de al lado. El tipo fue
con sus juguetes y continuaría rastreando a sus enemigos desde allí
abajo. La sala de comunicaciones había sido limpiada y configurada
para que pareciera que lo único que monitoreaban era el exterior y el
interior del complejo. No se dejó nada librado al azar.
Las mujeres ayudaron a limpiar el club y luego las zorras que
andaban por allí, a quienes solo se les permitía limpiar las áreas
comunes y los baños, fueron enviadas a casa. Después escoltaron a
las damas y a las novias a través del túnel hasta el búnker. Hawk
envió a DC con ellas con instrucciones estrictas a Spanner, el
hermano que las cuidaría, de que tenía que asegurarse de que ella se
quedara quieta.
Conocía a su pajarito y sabía que estaría ansiosa por unirse a la
pelea, pero no podía permitir que eso sucediera. Ella era demasiado
importante para él. No podría concentrarse en el trabajo que tenía
entre manos si tuviera que preocuparse por su seguridad. La última
vez que la había visto, estaba con Mad Dog en su nueva sala de
operaciones. Ella había estado concentrada y escribiendo
furiosamente en una portátil y Mad Dog puso los ojos en blanco
cuando Hawk levantó las cejas. Él salió silenciosamente de la
habitación y regresó a la casa club sin molestarla.
Había dos entradas al complejo, la entrada principal fuertemente
fortificada con puestos de guardia y la entrada trasera más pequeña
que estaba fortificada y protegida pero no tanto como la de adelante.
Era a través de esa entrada trasera que esperaban que los atacantes
enviaran su fuerza principal. Era ahí donde Gav había establecido su
principal línea de defensa. Ya se habían cavado zanjas poco
profundas a ambos lados de la entrada para la caseta de vigilancia
que iban a construir. Gav estaba usando esas trincheras y había
colocado pequeñas cargas que controlaría desde un punto central
que obligaría a los atacantes a entrar en un corredor estrecho donde
no tendrían ninguna cobertura.
Junto con las pequeñas cargas, tenía muchos fuegos artificiales
que iban a estallar con las explosiones alrededor de las puertas
traseras. Con suerte, los fuegos artificiales cubrirían parte del ruido.
Además, confundiría totalmente a los atacantes e iluminaría el cielo,
haciéndolos más fáciles de ver. Todos esperaban que esos bastardos
se metieran con el suministro de electricidad. Gav había tenido
mucho cuidado en asegurarse de que la inevitable investigación no
implicara a los Iron Dogz. Todo recaería sobre los hombros de los
atacantes.
El ataque se produjo poco después de la medianoche y desde la
entrada trasera como se esperaba. Los bastardos hicieron estallar las
pesadas puertas de acero y letales pedazos volaron como abejas
enojadas por el jardín trasero. Si no hubieran estado esperando el
ataque, los Iron Dogz habrían sido diezmados por los pedazos de la
puerta. Afortunadamente para los Dogz, habían estado observando
y las mesas reforzadas estaban volcadas de lado protegiendo a los
hombres agazapados detrás de ellas.
Estaban preparados para los atacantes que atravesaban la entrada
destrozada. Hawk esperó hasta que la mayoría de los bastardos
hubieron entrado antes de darle a Gav el visto bueno. Los fuegos
artificiales y las explosiones estallaron simultáneamente y los
atacantes desorientados se lanzaron a cubrirse. Pero no había donde
cubrirse.
Entonces todos estaban disparándose unos a otros y Hawk podía
escuchar los sonidos de las balas golpeando su mesa casi
constantemente. Parecía que él era el foco del ataque. ¿Pero cómo
carajo sabían qué mesa lo protegía? A su alrededor sus hombres
respondieron al fuego y los atacantes cayeron porque no había
dónde parapetarse.
A lo lejos se oyó el sonido de sirenas que se acercaban
rápidamente y la limpieza comenzó de inmediato a pesar de que
algunos de los atacantes todavía les disparaban. Fue rápida y muy
eficiente y cuando llegaron los cerdos la escena ya estaba limpia.
Los faros y las luces azules intermitentes llenaron la noche
mientras los cerdos se apiñaban alrededor de la puerta trasera
abierta por el viento. Gritando órdenes, irrumpieron y dejaron a los
atacantes en el suelo con las manos detrás de la cabeza antes de
acercarse a los Iron Dogz. Hawk y sus hombres se levantaron
lentamente con las manos en el aire y las armas en el suelo mientras
los cerdos los rodeaban.
Había hermanos que habían resultado heridos y Hawk quería
que los atendieran lo antes posible. Hacia el final de la pelea, Hotdog
había corrido hacia las puertas principales y las abrió para dejar
entrar a los vehículos de emergencia y al resto de los malditos cerdos
que ahora atravesaban ambas puertas. Gritando órdenes y
empujando a sus hombres al suelo.
Gracias a la mierda, todos habían dejado caer las armas donde
habían estado agazapados detrás de las mesas para que los imbéciles
que arrasaban su propiedad no dispararan accidentalmente a nadie.
No había tenido tiempo de llamar a Mad Dog y esperaba con
todas sus fuerzas que su parte de la operación se hubiera realizado
sin ningún problema. Se le asignó la tarea de llevar a las mujeres de
regreso a la casa club una vez que fuera seguro para que pudieran
confundir aún más a los cerdos.
Hotdog regresó caminando hacia él, con un policía a cada lado
empujándolo, con las manos esposadas a la espalda.
Y Hawk ya había tenido suficiente.
—¿Qué carajo está pasando aquí? Fuimos atacados y estáis
esposando a mis hombres y dejando a esos bastardos libres para que
huyan. Nuestras mujeres…
El sonido de mujeres gritando de miedo repentinamente rasgó el
aire y Hawk junto con los demás inmediatamente se dieron la
vuelta. Molly salió tropezando por la puerta trasera, con la cara
ensangrentada y Hotdog aulló de rabia mientras intentaba llegar
hasta ella.
Hawk corrió a toda velocidad, ignorando los gritos detrás de él
mientras avanzaba hacia la casa club donde reinaba el caos. Mad
Dog yacía en un charco de sangre en el suelo junto con dos de las
novias del club.
Sus ojos recorrieron a la mujer agachada en el suelo junto a su
hermano caído, buscándola. Él no la encontró. Su pajarito no estaba
en la habitación.
¿Qué. Mierda?
—Hermano... ellos... se llevaron...— Mad Dog luchaba por hablar
mientras la sangre gorgoteaba en su garganta.
Hawk cayó de rodillas junto a él, se arrancó el chaleco y la
camiseta y la metió contra las heridas de cuchillo en el pecho y el
costado de Mad Dog.
—¿Quién se la llevó, hermano?
—Cccuatro... jodi… dos... cerdos. Entraron... me apuñaló... y
chicas, golpearon a Molly. No... confíes... cerdos. E… ne… mi… go.
—Sus ojos se cerraron ante sus últimas palabras.
—Quédate con nosotros, Mad. No te rindas hermano, te tenemos
—dijo Hawk con los labios apretados.
Se movió cuando llegaron los paramédicos y se hicieron cargo,
comenzando inmediatamente a trabajar con Mad Dog y las chicas
caídas. Girándose lentamente, miró a los jodidos cerdos que lo
observaban y gruñó. Todos le apuntaban con sus armas. Mirándolos,
sacó lentamente el teléfono del bolsillo delantero, deslizó el pulgar
por el frente y llamó a Gerhard Van Wyk. Gracias a Dios que estaba
en Durban. Sus órdenes fueron breves y fáciles de seguir.
—No digas una palabra. Hay ayuda en camino y estaré allí
pronto.
Hawk se quedó sosteniendo su teléfono y mirando a los cerdos
mientras hervía de rabia. Estaban perdiendo el tiempo y cada
minuto desperdiciado hacía que los cabrones se alejaran cada vez
más con su pajarito.
Habían esperado que los malditos cerdos estuvieran nerviosos y
que los esposaran mientras aclaraban la situación, pero algo no
estaba bien. Sus hombres estaban siendo esposados y arrastrados
afuera, pero no vio a ninguno de los atacantes siendo arrastrado
hacia el frente de la casa club donde se congregaban la mayoría de
las camionetas.
Su mujer había sido secuestrada durante el ataque y lo único que
interesaba a estos cabrones era arrestar a los hombres y mujeres
relacionados con su club.
Su teléfono sonó y vio que era un mensaje de texto de Wolf.
Siguiendo. Montando en silencio. No cerdos. Necesito respaldo.
El miedo y la rabia en sus entrañas se calmaron un poco, pero
sólo un poco. Su hermano se quedaría con ella y, si pudiera, la
recuperaría, pero necesitaba ayuda. Borró el texto y envió los
detalles de Gerhard a Wolf antes de borrarlo también.
Luego envió un mensaje de texto de dos palabras.
Jag Skel
Wolf sabría qué hacer. Incluso con toda la mierda entre los Dogz
y los Warriors, Hawk sabía que Skelly perdería la cabeza si algo le
sucediera a DC. Le enviaría a Wolf el respaldo que necesitaba.
Volviendo a guardar el teléfono en el bolsillo, vio cómo
estabilizaban a Mad Dog, lo colocaban en una camilla y salía a toda
prisa de la habitación. Lo mismo con las dos chicas del club.
Cuando el paramédico se fue con los heridos, un pequeño y
engreído cabrón entró pavoneándose en la habitación y sonrió
mientras se detenía frente a él, con las manos ostentosamente
entrelazadas detrás de la espalda. Hawk miró el pedazo de mierda y
esperó. No tuvo que esperar mucho.
—Arrestar a uno de los líderes de una de las bandas de moteros
más notorias del país quedará muy, muy bien en mi historial. No
puedo creer que seáis tan temidos. No sois más que un montón de
maricas. Os derribamos sin disparar un solo tiro.
Hawk siguió sin decir nada.
—Estoy haciendo mi carrera con este arresto. Te tengo con
distribución de drogas, tráfico de armas, tráfico de personas,
asesinato y cualquier otra cosa que quiera agregar al expediente.
Hawk sonrió.
—¿Cuál es su nombre, oficial?
El cerdo infló su escaso pecho y dijo algo muy importante.
—Capitán Warren Samuels.
Asintiendo Hawk se limitó a mirar al pequeño idiota, sin decir
una palabra más.
Los esposaron y los empujaron hacia la puerta, donde los
arrojaron bruscamente al suelo. Hawk levantó levemente la cabeza y
lentamente se giró para mirar a Hotdog que yacía a su lado, el
hombre estaba fuera de sí de rabia. Molly yacía no muy lejos de él,
con las manos fuertemente atadas a la espalda y el rostro
ensangrentado enterrado en el camino de grava donde uno de los
bastardos la había dejado sin contemplaciones. Ella se había
desmayado por el dolor. Los cabrones le habían negado atención
médica.
Los malditos bastardos pensaron que podían hacer lo que
quisieran porque habían destrozado todas las máquinas de la sala de
comunicaciones. Poco sabían. Las cámaras seguían funcionando y la
señal iba directamente a la nueva sala de comunicaciones de Mad
Dog en el búnker. Los tendrían a todos una vez que esta mierda
terminara.
Gerhard iba a limpiar el SAPS por el trato dado a sus hermanos y
a las mujeres. Especialmente a las mujeres.
Pero eso no era lo que le preocupaba ahora. Estaba preocupado
por su mujer porque una de las chicas había susurrado que la habían
golpeado brutalmente con una porra antes de que los bastardos se la
llevaran. La golpearon porque había defendido a Molly y a las otras
mujeres.
Esta mierda tenía escrito Winifred Maingarde por todas partes.
La perra tenía a su mujer y sabía que DC nunca volvería a ser la
misma si no la recuperaban pronto. Los Maingarde tenían un
torturador frío y jodido que utilizaban para obtener información de
cualquiera que tuviera la mala suerte de caer en sus garras. Y ahora
su pajarito estaba en sus garras. Y sabía demasiado sobre muchas
cosas.
Un fuerte disturbio en la puerta hizo que los cerdos rieran y se
jactaran y al minuto siguiente un hombre vestido con un equipo
táctico negro con una insignia en una fina cadena alrededor de su
cuello se acercó a ellos. Su corto cabello rubio oscuro y su bigote
estaban salpicados de canas y una mirada a su rostro les hizo saber a
todos que estaba enojado.
—¿Quién está a cargo de este grupo de mierda?—dijo cortante el
tipo.
—Yo—respondió el pequeño idiota—. ¿Quién eres y qué estás
haciendo en la escena de mi crimen?
—Nombre—lo interrumpió el recién llegado y la pequeña polla
respondió—. Capitán Warren Samuels, ¿y quién es usted?
—¿Estás trabajando con un equipo en este arresto? —Una vez
más el recién llegado ignoró su pregunta.
—Sí, estos hombres aquí están en mi equipo.
—Bien. ¿Entonces respondiste a la llamada al 10111? ¿O ya
estabas aquí vigilando las instalaciones?
Esa era una pregunta interesante. Pero lo que fue infinitamente
más interesante fueron los hombres con equipo táctico negro que los
rodeaban, todos con máscaras negras que solo dejaban visibles sus
ojos y portando armas automáticas.
—Recibí un aviso y conduje a mi equipo hasta aquí. Llegamos
poco después de que comenzaran los combates. Entramos por la
puerta principal después de que uno de los sospechosos la abrió y
arrestamos a todos los que estaban aquí.
El tipo nuevo asintió.
—¿Dónde están los hombres que iniciaron el ataque?
Eso era algo que Hawk también quería saber.
—Los dejé con algunos de los otros oficiales en la parte trasera de
la propiedad por donde entraron. Arrestar a los Iron Dogz era mi
principal prioridad.
—¿Cuáles son los cargos, Samuels?
La pequeña mierda sonrió.
—Lo que tengo hasta ahora es distribución de sustancias ilegales,
tráfico de armas, tráfico de personas y asesinatos. Estoy seguro de
que agregaré más al expediente a medida que avance la noche.
De nuevo el asentimiento.
—Muéstrame la evidencia.
Y entonces el pequeño cabrón empezó a tomar medidas evasivas.
—Tengo un expediente en mi oficina. Y esta noche revisaremos
todas las armas de fuego encontradas en el lugar. Hasta ahora no
hemos encontrado otras armas ni drogas, pero sé que están aquí,
tiene que estarlo. Aunque tenga que demoler todo este complejo, lo
encontraré.
—¿Tiene una orden para registrar las instalaciones, Samuels? ¿O
se tomó la justicia por su mano e hizo un registro sucio? ¿Dónde está
su orden judicial?
—No tengo una orden judicial, todavía no. Nos invitaron a
entrar, así que no necesito una orden. Pero conseguiré una para
seguir buscando. Aquí hay suficiente para encerrarlos a todos hasta
que la consiga. Uno de los hombres a los que dispararon
seguramente nos dará las pruebas necesarias para acabar con este
nido de criminales.
El hombre asintió.
—Entonces, solo para aclarar, usted entró aquí, siguiendo una
pista que será investigada, y arrestó a los hombres y mujeres que
habían sido atacados, dejando a sus atacantes con algunos oficiales
en la parte trasera de la propiedad. Esos sospechosos no fueron
esposados, pero quedaron con cuatro agentes para vigilarlos. Los
oficiales habrían sido dominados y esos sospechosos habrían estado
libres y nunca más se los habría visto.
Hawk observó cómo el pequeño bastardo tartamudeaba y
farfullaba una explicación.
—Afortunadamente para ti, Samuels, tenía hombres estacionados
en la parte trasera de la propiedad y detuve a esos sospechosos antes
de que los oficiales pudieran sufrir algún daño. Se informará a sus
superiores de su grave extralimitación de su jurisdicción, al igual
que del arresto de estos hombres y mujeres.
Hawk ya estaba harto de sus putos idas y vueltas y de perder el
tiempo.
—¿Podría quitarme estos malditos precintos? Cuatro de sus
hombres entraron a nuestra casa club, atacaron y apuñalaron a uno
de mis hombres, golpearon a la mujer que yacía allí, apuñalaron a
otras dos y secuestraron a mi dama. Consulte con el hospital si
necesita pruebas. Necesito salir de aquí para buscar a mi mujer antes
de que esos cabrones la lastimen aún más.
Uno de los hombres con máscaras negras se había puesto tenso
cuando Hawk expuso todo y antes de que terminara de hablar, le
cortaron las ataduras de las muñecas y lo ayudaron a ponerse de pie.
—¿Cómo sabes que esto es lo que pasó? —Hawk conocía esa voz.
Lo sabía jodidamente bien. Rick, el puto Townsend.
—Mad Dog todavía estaba consciente cuando llegué a él. Entre él
y las otras mujeres recibí un informe de lo que pasó. Así es como lo
sé. DC intentó proteger a las mujeres y ayudó a Molly a escapar
antes de que pudieran matarla. Y esos cuatro bastardos la golpearon
con porras hasta que se desplomó y luego se la llevaron—gruñó
Hawk—. Ahora sácame de aquí para poder encontrar a mi mujer.
El hombre a cargo se volvió hacia el pequeño cabrón sonriente.
—Samuels, usted y los hombres de su equipo están bajo arresto.
Será detenido bajo sospecha de corrupción, complicidad con un
criminal, conspiración para cometer asesinato, asalto con intención, y
esos son sólo algunos de los cargos que se me ocurren en este
momento. Arrestad a estos malditos bastardos y lleváoslos. Me
ocuparé de ellos más tarde.
Samuels y su pequeño grupo de cabrones desaparecieron por la
parte trasera de una gran camioneta negra, mientras protestaban
amargamente. Hawk no miró mientras salían del recinto. Todo lo
que quería hacer era encontrar a DC.
Sacó el teléfono y llamó a Wolf. Sin respuesta. Probó con Skel. La
misma cosa. Nadie contestó sus putos teléfonos. ¿Qué mierda estaba
pasando ahí fuera?
Tenía que encontrarla. Rápido.
—¿Tenemos un prisionero? —Hawk apretó los dientes.
—Joder, sí—gruñó Hotdog—. Tenemos tres.
Hawk asintió brevemente. Obtendría la información incluso si
tuviera que cortar la carne en tiras de cada uno de esos cabrones.
Iban a hablar.
El tipo a cargo del grupo de negro regresó repentinamente con la
mano extendida.
—Señor Walker, soy el inspector Marnus van Blerk, jefe del grupo
de fuerzas especiales contra la trata. Lamento que usted y su club
hayan tenido que pasar por estas tonterías. Sé con certeza que su
club está bastante limpio y lo ha estado durante mucho tiempo.
Empecemos desde aquí. Prometo que encontraremos a la señora
Michaels y se la devolveremos.
Hawk gruñó y negó con la cabeza.
—No confío en usted, ni en ninguno de esos malditos cabrones
de SAPS. Encontraré a mi mujer y cuanto antes salgan de nuestras
instalaciones, mejor.
—No hagas esto, joder, Hawk—espetó Rick a través de esa
estúpida máscara negra.
Hawk sacudió la cabeza con un suspiro enojado.
—Cuanto más me demores, más se alejarán esos bastardos con
ella. Sabes quién está detrás de esta mierda y me estás haciendo
perder tiempo. Déjame hacer lo que sé hacer. Compartiremos lo que
encontremos, pero de ninguna manera me sentaré y esperaré a que
vosotros, cabrones, la traigáis a casa.
Marnus van Blerk asintió.
—Está bien, siempre y cuando nos incluyas en la búsqueda.
Hawk asintió con la cabeza. No había manera de excluir a Rick,
por su voz Hawk sabía que estaba enojado, preocupado y asustado
como él.
Con otro asentimiento, Hawk regresó a la casa club.
Tenía un interrogatorio esperándolo.
Capítulo 31
Hawk

De pie con las manos detrás de la espalda, Hawk miró fijamente a


los tres hombres frente a él. Estaban vestidos con uniformes de
combate oscuros sin una marca de identificación en ninguna parte,
lo que significaba que eran agentes privados o mercenarios. Estaban
suspendidos por las muñecas y obviamente habían sufrido algún
daño antes de que él llegara allí.
Ninguno de ellos había dicho una palabra.
Asintiendo Hawk caminó lentamente alrededor de ellos hasta
que se paró frente a ellos nuevamente.
—Necesito que respondáis algunas preguntas y cuanto antes lo
hagáis, antes terminará esta mierda. Responded mis preguntas y la
muerte será fácil, no lo hagáis y os garantizo que no lo será.
Él los miró fijamente, sosteniéndoles la mirada.
—¿Para quién estáis trabajando?
—No me importa una mierda lo que hagas. Tú y tu maldita
pandilla sois asquerosos traficantes de personas. Nos mostraron la
evidencia de lo que hacéis. Secuestráis niños de entre 8 y 13 años y
los vendéis en el mercado negro al mejor postor. No puedo permitir
que esa maldita mierda suceda—respondió el del medio.
Hubo gemidos de los hombres que observaban. Hawk les siseó
que se callaran y se hizo silencio.
—Entonces, me estás diciendo que eres de los buenos que
vinieron a acabar con la sucia pandilla de moteros que venden niños
a cabrones pervertidos. ¿Quién te contrató?
Hubo un largo silencio antes de que volviera a hablar.
—No tengo nombres, sólo alias, así que no te ayudará. Te van a
derribar, a cada uno de los putos bastardos sucios. No me importa si
nos matas, ahora tenemos a la policía centrándote en ti. Así que
estamos bien con lo que suceda a continuación. No te saldrás con la
tuya.
Sacudiendo la cabeza, Hawk le indicó a Gav que bajara a los
bastardos para que pudieran ponerse de pie. Esperó mientras las
cadenas tintineaban hasta que los tres tuvieron los pies en el suelo.
—Conseguidles algunas sillas. —Sonaron gruñidos, pero
empujaron tres sillas detrás de ellos y Gav los dejó caer hasta que
tuvieron sus culos en las sillas.
Arrastrando una silla hacia adelante, Hawk se sentó y cruzó los
brazos sobre el pecho.
—Voy a explicártelo para que entiendas qué tan profunda es la
mierda en la que te encuentras. El Iron Dogz MC nunca ha
secuestrado, ni vendido a ningún ser humano sin importar su edad.
Vosotros sois los que trabajáis para una red de tráfico de personas y
muy pronto, una vez que me digáis lo que necesito saber, os
entregaremos al grupo de tarea especiales que probablemente os
encerrará y tirará la llave.
Hubo un momento de silencio atónito y luego el que estaba al
final se echó a reír.
—Buen intento. Vimos vuestros camiones, vimos a vuestros
hombres rodeando ese camión y vimos a los niños cuando los
transfirieron a ese jodido contenedor. Deja de decir tonterías y acaba
con esto de una vez. No hablaremos, ni ahora ni nunca.
Hawk asintió lentamente y luego se volvió.
—Trae un portátil aquí, Gav.
Mientras esperaban que Gav regresara, Hawk se lo explicó.
—Sé que supuestamente estáis trabajando con Freeze Wentzel del
Road Warriors MC en Ciudad del Cabo. Nos advirtieron que
vendríais por nosotros, así que estábamos preparados. Lo que no
sabéis, y de lo que no os informaron, es que la hija de Freeze estaba
siendo amenazada por la organización que secuestra a esos niños.
Lamentablemente, no fue a su club y les dijo a sus hermanos que lo
estaban chantajeando, sino que empezó a trabajar para la
organización. No sólo traicionó a su club sino también al nuestro.
Cabrones delincuentes en su sede de Durban secuestraron a esos
niños e hicieron parecer que los Iron Dogz eran los culpables. Creéis
que trabajamos para Winifred Maingarde, pero despertaos,
imbéciles, vosotros sois los que trabajáis para ella. Esa perra es la que
os paga.
La puerta se cerró de golpe cuando Gav entró corriendo con un
portátil en la mano.
Levantándose y parándose delante de los bastardos mudos,
Hawk esperó mientras Gav colocaba el portátil en su silla. Hawk
desbloqueó los archivos protegidos con contraseña y buscó lo que
quería. Los interrogatorios realizados por Crow.
—Lo que estáis a punto de ver es el interrogatorio de dos de los
traficantes, ambas mujeres. Debería ser esclarecedor para vosotros.
El silencio en el sótano se llenó de repente con el misterioso siseo
de Crow y los sollozos y gemidos de las mujeres interrogadas.
Hubo respiraciones entrecortadas de los hombres que miraban y
de los que escuchaban hasta que terminó y Hawk bajó bruscamente
la tapa del portátil, terminando el video.
—¿Qué carajo fue eso?
Antes de que Hawk pudiera responder, Gav estaba allí, justo en
sus caras.
—Ese era el maldito Crow y si no empezáis a hablar y a darle a
mi jefe lo que quiere, es el que vendrá por vosotros. ¡Dejad de perder
el maldito tiempo y decidle quién se llevó a su puta dama y a mi
hermana!
Uno de los hombres parecía conmocionado cuando miró a Hawk
y luego a los hombres sentados a su lado. Ellos asintieron con la
cabeza y él se volvió y comenzó a hablar.
—Ella está a salvo. Nos contrataron para distraerla y poder ser
rescatada por un equipo especial del SAPS. Te prometo que está a
salvo.
Hawk abrió de nuevo el portátil y reprodujo el vídeo del ataque a
la sede del club y la brutal paliza propinada a DC.
—Si ella está tan jodidamente a salvo, ¿por qué mierda la
golpearon y trataron de matar a mi hombre y a las otras mujeres en
esa habitación? —Esto estaba tomando demasiado tiempo y Hawk
estaba a punto de estallar.
—Dios. Esto es un puto desastre—gruñó el hombre—. Necesito
contactar a mis hombres al otro lado de esto. Están en peligro.
—Nombres, ahora mismo. —Hawk tomó el portátil y se lo
devolvió a Gav, quien lo tomó y silenciosamente retrocedió contra la
pared.
—Hendricks, Roodt y Lang. Somos parte de un equipo
especializado en extracción de rehenes. Mis hombres afuera, ¿perdí a
alguno de ellos durante el ataque?
Hawk se encogió de hombros.
—Hubo algunos heridos, algunos graves, otros críticos, pero
todos han sido atendidos y hospitalizados. El resto fue puesto bajo
custodia. No todos esos hombres iban vestidos como tú y tus
hombres. ¿Quiénes son?
Su cautivo negó con la cabeza.
—Los hombres uniformados son míos y necesito que los saquéis
de la cárcel lo antes posible. No tengo idea de quiénes son esos otros
cabrones. Me los impusieron en el último momento. Si tuviera que
adivinar, trabajan para la persona que nos contrató. Y ahora que he
visto esos videos, estoy seguro de que estaban aquí para eliminarnos
una vez terminado el trabajo.
Hawk asintió.
—Puedo hacer arreglos para sacarlos. ¿Ahora dime dónde mierda
está mi dama?
Obviamente, Hendricks era el hombre a cargo y le dio a Hawk lo
que sabía.
—Fuimos contratados para extraer a DC Michaels quien, según
nos dijeron, había sido secuestrada por el Iron Dogz MC, pero justo
cuando estábamos a punto de irrumpir en el complejo, nuestras
órdenes cambiaron. Debíamos proporcionar una distracción y
permitir que el equipo de SAPS la extrajera. La llevarían a un lugar
seguro donde la entregarían a Freeze Wentzel y a su prometido Raj
Chetty, quienes están esperando para transportarla a un lugar
seguro.
—A mi equipo y a mí nos mostraron pruebas de que tú y su
padre son parte de la red que trafica de niños. Nos aseguraron que
Doc y sus cómplices serían arrestados y puestos bajo custodia por un
grupo de fuerzas especiales una vez que DC estuviera a salvo. Seis
de mis hombres están en el lugar de entrega para su protección. Pero
esos bastardos que se la llevaron no son SAPS, apuesto hasta mi
último puto centavo en ello. Y sé que voy a perder a esos hombres si
no les advierto. Por favor, hombre, permíteme llamar y avisarles. No
tenemos mucho tiempo, puede que ya estén muertos pero tengo que
intentarlo. Y los necesitamos para ayudar a salvar a tu mujer.
Hawk agitó una mano y Hotdog se acercó y liberó sus muñecas.
—¿Adónde la llevan?
—Al antiguo Aeropuerto Internacional de Durban, tienen un
helicóptero listo para llevarlos al Aeropuerto de Virginia, donde los
espera un avión para llevarlos a Ciudad del Cabo. Necesito mi
teléfono. Si llamo desde cualquier otro teléfono no contestan.
Mierda. El puto viejo aeropuerto. De nuevo.
Minutos más tarde se hizo la llamada y Hendricks advirtió a sus
hombres. La mala noticia era que ahora eran una minoría en el lugar.
Speedy, Jane y algunos hombres habían llegado y junto con los
cuatro que traían a DC ahora tenían el control del lugar. Además,
uno de sus hombres había escuchado los planes para deshacerse de
Freeze y Raj en el momento en que llegaran al aeropuerto de
Virginia, lo que Hawk esperaba que sucediera. Esos dos eran
prescindibles ahora que ya no eran útiles. Después de una rápida
discusión, se decidió que sus hombres se ofrecerían como
voluntarios para hacerse cargo de la vigilancia del perímetro.
—Limpiadlos y reparadlos. Cuando terminéis, montaremos. —
Growler y Hotdog le levantaron la barbilla.
Hawk llamó a Ziggy, Skel y Rick. Necesitaba los contactos de
Rick para sacar a los hombres de Hendricks de la cárcel y cerrar el
aeropuerto de Virginia en caso de que no lograran liberar a DC de
los bastardos que la retenían. Necesitaba que Ziggy y Skel hicieran
su magia para acceder a las cámaras de la terminal y lograr que
entraran sin ser detectados. A Skel le encantaba DC y pondría a los
Warriors al tanto y necesitaba de él y Alien para encerrar a Freeze y
Raj. Si todavía estaban en la casa segura.
Dios, tenía tan poco tiempo para salvar a su pajarito. Muy poco
tiempo.
Salió del calabozo con Ice, Kid y Gav siguiéndolo. Volviéndose
hacia Kid, lo abrazó fuerte y le dio una palmada en la espalda antes
de alejarse.
—Lo siento muchísimo, hermano.
—No es tu culpa, Hawk. Jane se compró cada cosa jodida que le
va a pasar. Traicionó a su familia, su sangre, su club. Está muerta
para mí—dijo Kid mordiendo las palabras con voz gélida.
Hawk lo miró durante un largo rato, asintió, se dio la vuelta y se
adentró en la noche.
Cruzando el patio hacia la casa club, aspiró profundamente el
aire fresco de la noche, tratando de disipar los olores del calabozo. Se
detuvo a mitad de camino y sacó el teléfono del bolsillo del chaleco.
Marcó, con los ojos fijos en la puerta principal brillantemente
iluminada.
—¿Puedes hablar, Doc?
—Sí.
—¿Skel te puso al tanto?
—Sí.
—Entonces sabes que Speedy y la perra de Maingarde tienen la
mira puesta en hacerse cargo de ambos clubes a nivel nacional.
Necesitáis cubriros el culo. Voy tras DC, con o sin los Road Warriors.
Un gruñido enojado llenó el breve silencio.
—Los Road Warriors estarán contigo. Hemos sacado la basura de
este lado, así que está todo limpio.
Por primera vez en horas algo alivió la pesada carga que
descansaba sobre sus hombros.
—¿Permanentemente?
Doc se rio sin ningún humor.
—No, estoy esperando a que el camión de basura se la lleve.
Hawk soltó una breve carcajada.
—Guardad esas bolsas, es posible que tengamos algo de basura
que agregarles antes de que llegue el camión.
De nuevo una suave risa cruel.
—Hecho. Ahora bien, ¿cómo estamos haciendo esto?
Y así de fácil volvieron al trabajo.
—Estoy seguro de que Skel te informó de la ayuda especializada
que hemos adquirido esta noche. Ellos nos ayudarán cuando
vayamos a buscar a mi dama. Me preocupa que la perra Warne esté
en el lugar, odia a DC y la lastimará. Mi mujer ya está herida, y no
tengo idea de qué tan mal, pero no se veía bien y si agregamos a la
perra Warne a esa mezcla, podría ser mortal.
Esa risa muy suave y cruel volvió a aparecer.
—No te preocupes por mi Demon Child, Hawk. Ha sido
entrenada para soportar un montón de dolor. Crow se hará cargo y
la mantendrá a salvo, aceptará todo lo que le hagan y se lo devolverá
en el momento en que esté libre. Estamos listos para montar. Skel ya
tiene hombres cerca del aeropuerto, vigilando. Sin chalecos, ni
motos. Y tenemos una entrada que no es la puerta principal. ¿Estás
listo para montar?
Hawk asintió aunque sabía que Doc no podía verlo.
—Te veremos pronto.
Deslizando el teléfono nuevamente en el bolsillo, dio las órdenes.
—Preparad a los hombres para montar, decidles a Sin y Claw que
quiero verlos. Quiero que estemos listos para partir en veinte
minutos como máximo. A mi dama se le acaba el tiempo. —Kid se
dio vuelta y salió corriendo para hacer los arreglos necesarios para
ponerse en camino.
—Llegaremos a ella a tiempo, hermano. —Ice puso una mano
sobre el hombro de Hawk antes de seguir a Kid.
—La van a lastimar antes de matarla—dijo Gav en voz baja—. Lo
siento en mis entrañas. Necesitamos llegar allí ahora.
—Sí, la van a lastimar y no hay nada que podamos hacer desde
aquí. Pero haremos algo al respecto cuando lleguemos allí. Tenemos
ayuda, Gav. Ella es fuerte, resistirá hasta que lleguemos allí.
Necesito que estés tranquilo, vamos a volar algunas mierdas,
inutilizar un helicóptero, derribar puertas y cercas y tú eres nuestro
hombre. Consigue lo que necesites y cárgalo, hermanito.
Montaremos en el momento en que estés listo.
Gav lo miró a los ojos durante unos segundos, asintió y corrió
hacia la casa club.
Hawk miró las estrellas y frunció el ceño cuando dos estrellas
fugaces atravesaron el cielo nocturno lleno de estrellas.
Esos somos nosotros, pensó, ambos brillando intensamente en la
oscuridad.
Jodidamente sobreviviremos.
Siempre sobreviviremos.
Capítulo 32
DC

Podrían haber sido las voces las que me despertaron de mi


pequeña siesta forzada, pero lo más probable es que lo hiciera mi
cuerpo haciendo contacto con el frío suelo de cemento. Y la forma en
que hizo contacto con ese suelo casi me hizo gemir de dolor en voz
alta. Pero apreté los dientes y mantuve esos sonidos en lo más
profundo de mi ser, donde no podían ser escuchados. Me tumbé en
el frío suelo, mantuve los ojos cerrados y escuché.
Podías enterarte mucho sobre tu entorno si te quedabas inmóvil.
Estaba en un espacio grande y frío que resonaba. Había personas
en ese espacio conmigo y no me alegré cuando escuché el maldito
chillido de Jane Warne. ¿Por qué la perra no podía desaparecer? Es
como esa moneda falsa que sigue apareciendo cuando menos lo
deseas.
Probé mi cuerpo mientras yacía allí. Me palpitaba la cara, lo que
significaba que tenía algún daño allí. Pero las peores heridas eran en
las costillas y en el brazo izquierdo. Definitivamente mi brazo estaba
roto y algunas costillas podrían estar fisuradas o incluso quebradas.
Mi respiración, aunque dolorosa, estaba bien, por lo que no tenía
heridas punzantes en los pulmones. Mis piernas estaban bien y
todavía podía usar el brazo derecho, así que tenía algunas armas en
mi pequeño arsenal.
Sería una mierda luchar con mis costillas en el estado en el que
estaban, pero podría hacerlo. Podría hacer lo que fuera necesario
para salir de esta mierda.
Su maldito chillido se entrometió de nuevo.
—Pero lo prometiste, prometiste que podríamos jugar una vez
que la tuviéramos. Quiero jugar con ella ahora. Lo prometiste,
Speedy.
El sonido de piel chocando con piel resonó junto con un grito
ahogado de dolor.
—¡Cierra la puta boca! Mételo en tu maldito cerebro de puta. Ella
no está aquí para entretenernos, perra. Ella es del jefe y hacemos lo
que el jefe nos dice. Entonces cuando te digo que no vamos a jugar
con ella, significa que no vamos a jugar con ella. Ahora cállate, sal y
fóllate a uno de esos imbéciles para aliviar la tensión.
Escuché a Jane resoplar y luego reírse.
—¿Puedo follarme a uno de esos comandos que tenemos por ahí?
Se ven tan deliciosos con esos uniformes.
—Dios, déjalos en paz. Necesito que vigilen, no que se distraigan
con tu coño.
Sonó un resoplido molesto, luego el sonido de algo arrastrando
mientras ella cojeaba por el suelo, seguido del golpe de botas
pesadas, el chirrido de una puerta pesada abriéndose y cerrándose y
luego el silencio.
—Sé que estás despierta.
Resoplé con disgusto.
—Sí, lo sé, pero de ninguna manera iba a hablar con esa puta. Ya
le rompí la pierna y no estoy segura de qué le romperé a
continuación si tuviera que hablar con ella.
Una risa oxidada resonó en el aire y luego lentamente me giré
sobre mi espalda y un gemido involuntario escapó de mis labios.
—Joder, chica, te golpearon con saña. ¿Por qué no fuiste con ellos
cuando te lo dijeron? ¿Por qué luchaste contra ellos?
La risa dolió.
—No me preguntaron y... no había manera de que me quedara
ahí y les permitiera matar... a esas mujeres sin hacer algo al respecto.
Respirar y hablar empezaba a dolerle mucho.
El hombre agachado a mi lado se frotó la cara con las manos y
suspiró profundamente. No lo conocía y estaba segura de no haberlo
visto nunca antes.
—Dios. Esto se está convirtiendo en una puta pesadilla de
proporciones épicas. Se suponía que no debían lastimar a nadie, y
menos a ti. ¿A quién mataron?
Cerré los ojos para dejarlo fuera mientras todo volvía a aparecer
frente a mis ojos. Esos hijos de puta vestidos como policías
irrumpieron en la casa club y nos atacaron. Nunca olvidaré las
miradas en los rostros de esas mujeres mientras caían al suelo, con la
sangre brotando de sus camisetas.
—Creo que… mataron a Mad Dog y a dos de… las mujeres y
Molly, la dama de Hotdog… resultó gravemente herida. No estoy
segura... si alguno de ellos sobrevivió.
Una mano áspera me apartó el pelo de la cara y unos fríos ojos
marrones me miraron fijamente.
¿Quién mierda era este tipo?
—¿Quién eres?
Sacudió la cabeza con una pequeña sonrisa.
—No te preocupes por eso ahora. Voy a buscar el botiquín de
primeros auxilios y te arreglaré un poco. Te conseguiré un poco de
agua y analgésicos.
Mis ojos se cerraron y cuando los abrí ya no estaba. No lo escuché
salir, ni la puerta abrirse y cerrarse. Me quedé allí respirando a pesar
del dolor y lentamente evalué el área a mi alrededor. Estaba en un
hangar vacío, un maldito hangar. Eso significaba que estaba en algún
aeropuerto. No era bueno. No era bueno en absoluto.
Vi como la puerta se abría y él volvió a entrar seguido por otro
hombre. Ambos iban vestidos como comandos, no como moteros
¿Quién mierda eran? Un hombre flacucho y de aspecto sucio los
seguía; su chaleco me decía que era un Road Warriors de la sede de
Durban. El parche en su pecho decía que se llamaba Meerkat.
El motero se acercó y se paró frente a mí, sus pequeños ojos
crueles brillaban mientras sonreía a través de su barba andrajosa,
mostrando sus dientes amarillentos y de aspecto desagradable.
—Arréglala bien para que podamos divertirnos un poco. No me
importa lo que diga Speedy, voy a follarme a esta perra hasta que
sangre. Doc me jode, yo joderé su sangre.
—No la tocarás, nadie lo hará—dijo el hombre detrás de él
mientras extendía la mano y casi sin esfuerzo le rompía el cuello.
—Deshazte del cuerpo y regresa aquí. Necesitaré tu ayuda para
envolverla.
Me quedé allí mirándolos a los dos. ¿Qué mierda estaba pasando
aquí? ¿Quiénes eran estos tipos y qué diablos tenían que ver con
Speedy y su banda de perdedores?
Arrodillado a mi lado de nuevo, el señor Comando comenzó
lentamente a enderezar mis piernas y gemí cuando el movimiento
sacudió mis doloridas costillas. Luego colocó una manta de
emergencia que había extraído del enorme botiquín de primeros
auxilios junto a mí en el suelo. Mierda, sabía lo que iba a pasar a
continuación y no lo esperaba con ansias.
—Está bien, cariño, te colocaremos sobre la manta una vez que mi
hombre regrese y luego vendaré esas costillas y entablillaré tu brazo.
—Levantó mi cabeza mientras acercaba las cápsulas a mis labios—.
Esto te ayudará con el dolor pero no te derribará. Abre.
Abrí la boca como un jodido pajarito y él me las puso en la
lengua, me acercó una botella de agua abierta a los labios y tragué.
Cuando terminamos, el otro comando había regresado y con
cuidado me colocaron sobre la manta.
Me dolió muchísimo. Pero pronto las drogas hicieron efecto y el
dolor disminuyó. No había desaparecido del todo, pero era mucho
más llevadero.
Me quitaron la camiseta y señor Comando me revisó las costillas
y declaró que estaban fisuradas, no rotas. Una vez que las tuvieron
vendadas fue el turno de mi antebrazo. Estaba roto. Eso me molestó
porque significaba que tenía dos debilidades que compensar en la
próxima pelea. No tenía dudas de que habría una pelea porque no
p p q p p q
iba a caer sin dar una. Pero incluso con las costillas fisuradas, un
brazo roto y una posible conmoción cerebral, era más que capaz de
patear culos. Sólo tenía que averiguar quiénes eran estos tipos y si
eran amigos.
No tuve la oportunidad. Speedy había vuelto. Y como siempre,
era terriblemente espeluznante. Era alto y tan viejo como mi padre,
pero parecía mucho mayor. Se había dejado ganar por la flacidez y el
vientre colgando sobre su cinturón demasiado apretado. Su cabello
era largo y grasiento y caía en finos mechones alrededor de su cara y
sobre sus hombros. Además, apestaba. El olor a cuerpo sucio,
cerveza y marihuana flotaba a su alrededor. Qué asco.
—Oh, mira eso. Puedes dejarla sin esa camiseta, me gusta mirar
esas tetas y esa piel. Doc siempre la mantuvo alejada de nosotros
pero la vimos, oh sí, todos la vimos. Doc siempre actuó como si fuera
demasiado buena para ser mi dama y luego va y se la entrega a los
Iron Dogz. ¿Cómo mierda es eso justo? Ella es una Warriors,
propiedad del club, así que como es propiedad del club, podemos
follarla cuando queramos y creo que ahora es mi turno. A la mierda
las órdenes de la jefa, ella nunca lo sabrá.
Los comandos lo ignoraron y me ayudaron a ponerme una
camiseta negra grande. Otra cosa que salió del botiquín de primeros
auxilios. El asqueroso bastardo se acercó rápidamente.
—Dije que la dejaras sin esa puta camiseta—espetó Speedy con
los dientes apretados.
Mis protectores se levantaron lentamente de sus posiciones
agachadas a ambos lados de mí y se enfrentaron al imbécil.
—No está pasando. Me importa un carajo lo que quieras o lo que
Doc no te haya dado. Eso no es asunto mío, mi trabajo es mantenerla
cómoda y viva antes de transportarla al destino final.
Speedy empujó su cara hacia la del señor Comando pero él no se
inmutó ni se movió.
—Tú y todos tus pequeños niños que juegan a ser soldados
estarán muertos una vez que esto termine. Es una promesa—siseó
Speedy y después de darme una última mirada espeluznante se fue,
cerrando la puerta detrás de él.
Los dos hombres se miraron y se comunicaron en silencio.
—Necesitamos sacarla de aquí. No me siento cómodo
entregándola a esos cabrones de ahí fuera—susurró el comando
número dos.
—Estamos un poco cortos de potencia de fuego en este momento.
Somos seis y Dios sabe cuántos de ellos hay ahora. Escuché motos
llegando. Necesitamos un plan, un buen plan o moriremos por nada
y todavía se la llevarán.
Hombres, olvidándose siempre de la pequeña mujer que tenían a
sus pies.
—Olvidaste contarme. Somos siete. Lo que necesitamos es una
posición fácilmente defendible desde la cual mantenerlos a raya
hasta que llegue mi hombre. Y llegará, te lo prometo.
El señor Comando negó con la cabeza.
—Una gran fuerza atacó la sede del club y es muy posible que
cayera durante el ataque. Él era el objetivo principal. No podemos
contar con que él venga a buscarte.
Le lancé una sonrisa cruel y le guiñé un ojo cuando frunció el
ceño.
—Sabíamos que vendríais y estábamos preparados para ello.
Antes de que me llevaran vi a muchos hombres caídos pero no eran
nuestros, eran tuyos. Mi hombre vendrá por mí y lo hará con fuerza.
Un teléfono empezó a sonar y vi a los dos hombres mirándose
una vez más antes de que el señor Comando sacara el teléfono de su
bolsillo.
—Sí. —Eso fue todo lo que dijo mientras escuchaba atentamente,
el ceño fruncido estropeando su suave frente.
—Sí, señor. Lo entiendo, procederemos con precaución.
El teléfono volvió a su bolsillo mientras me miraba.
—Tenías razón. Mi gente se ha aliado con tu hombre y están
atacando con fuerza. Pero les llevará entre treinta y cuarenta y cinco
minutos llegar hasta aquí. Necesitamos sacarte de este maldito
hangar y encontrar algún lugar donde tengamos muros verdaderos a
nuestro alrededor. Soy Tin Man y él es Leo. —Se volvió hacia el que
llamó Leo—. Cuando te deshiciste de ese imbécil, ¿viste otra manera
de salir de aquí? Tiene que haber más que sólo esa puerta.
Leo negó con la cabeza.
—Dejé su cuerpo detrás de esas cajas, no miré a mi alrededor.
Echaré un vistazo mientras empacas. Cuidaos las espaldas mientras
no estoy. No confío en ese viejo cabrón ni en esa perra quejica.
Tenía tanta razón al no confiar en ellos, eran malvados. Y si Jane
estaba aquí, ¿dónde estaba Big Ed? ¿Estaba ahí afuera con ella? No
quería encontrarme con ese hombre, especialmente cuando estaba
débil.
Tin Man comenzó furiosamente a volver a guardar las cosas que
había usado en el botiquín de primeros auxilios y acababa de cerrar
la cremallera y apretar la última hebilla cuando la maldita puerta se
abrió de nuevo con un chirrido.
Demasiado tarde.
Un tipo que sostenía un AK47 y vestía vaqueros oscuros y una
camisa azul oscura estaba en la puerta abierta.
—La jefa está en la línea. Quiere hablar contigo. Ven conmigo
ahora.
Volviéndose hacia mí, Tin Man me miró. Sabía lo que significaba.
Ambos sabíamos que me iba a meter en una mierda tan pronto como
él cruzara esa puerta. Cerré los ojos por unos segundos, lo miré y
asentí. Pelearía, pasara lo que pasara, pelearía y él volvería. Vi la
promesa en esos fríos ojos marrones.
—Ayúdame a levantarme. No estaré tendida en el puto suelo
para lo que viene—susurré.
Se fue justo después de ayudarme a levantarme y no cerró la
puerta detrás de él. Me apoyé contra la fría pared de acero
corrugado y esperé. Sabía que vendrían, pero no sabía cuántos. Pero
ya no importaba. Inspiré y exhalé, poniendo en primer plano esa
parte de mí que ahora necesitaba desesperadamente. Cerrando los
ojos escuché atentamente y oí el chirrido casi silencioso de una
puerta abriéndose y cerrándose. No la puerta de enfrente, sino otra.
Leo había encontrado otra salida.
Los escuché antes de verlos. El arrastre de su caminar desigual y
el sonido de sus botas.
Jane, Big Ed y Speedy entraron por la puerta abierta, el último la
cerró detrás de ellos.
Observé sin decir una palabra mientras se agolpaban a mi
alrededor. Jane tocó las heridas de mi cara pero hice ningún
movimiento de dolor porque ya no sentía nada. Crow estaba a cargo.
—No me la voy a follar en el suelo, arrastra ese cajón hasta aquí.
La colocaremos encima para poder follarla desde ambos agujeros—
dijo Big Ed con una amplia sonrisa.
—Voy a empujarle mi coño en la cara mientras la follas. Voy a
follarle la cara mientras tú le follas el culo—dijo la perra. En lugar de
asustarme, simplemente me dio asco.
Crow soltó una risita sibilante.
—Advertencia justa. No me metas tu sucio coño en la cara. Si lo
haces, haré lo de Hannibal Lecter con tu puto clítoris.
Big Ed se rio a carcajadas.
—Me gusta jodidamente. Pequeña pero llena de fuego. Ella
habría sido la puta dama perfecta para mí. Doc debería haberme
dado lo que quería. Ahora voy a tomar lo que siempre debería haber
sido mío.
Con un resoplido de disgusto, miré sus ojos brillantes.
—Doc estaba muy contento de que Hawk me reclamara como su
dama. Estaba enojado porque yo siempre rechazaba sus sugerencias.
j p q y p g
Los ojos de Big Ed se entrecerraron.
—¿Te dejó tener tanta libertad? El hombre es más estúpido de lo
que pensaba.
Imbécil.
Detrás de él, Speedy resoplaba y resoplaba mientras arrastraba
un gran cajón hacia el centro del hangar. Y entonces se me acabó el
tiempo y vino el infierno.
Me arrastraron hacia la caja y el dolor de las costillas fisuradas y
mi brazo roto me atravesó, haciéndome sisear. Luché contra ellos
tanto como pude. Pero eran tres y no estaba en mi mejor momento.
Me tenían inmovilizada encima de la caja, con la cabeza colgando de
un lado y las piernas del otro.
Pateé mientras intentaban quitarme las botas y me infligieron
bastante daño hasta que Speedy agarró mi brazo roto y apretó. Grité
de dolor pero seguí pateando. Vi la culata del arma venir hacia mí,
luego sentí un destello de dolor y todo se oscureció.
Cuando regresé de esa oscuridad me dolía todo. Todo el cuerpo.
Oh Dios, oh Dios, oh Dios, oh Dios. Las palabras fluyeron juntas y
corrieron en un bucle continuo por mi cerebro mientras temía lo
peor.
Escuché sonidos de pelea a mi derecha y me quedé paralizada.
Estaba teniendo problemas para concentrarme. Parpadeé
furiosamente tratando de aclarar mi visión y entonces él regresó.
Tin Man. Había recibido una paliza pero estaba allí, justo a mi
lado con horror en sus ojos mientras cubría mi desnudez con la
manta de emergencia.
—Lo siento mucho, cariño. Lo siento muchísimo. Sus jodidos
hombres me atacaron, luché contra ellos pero me tomó algo de
tiempo. Gracias a Dios, llegué aquí antes de que pudieran violarte,
pero has resultado herida. Tengo que limpiarte y salir de aquí.
Tenemos que llevarte a un hospital. Va a ser un poco vergonzoso y
va a doler como un hijo de puta, pero hay que hacerlo, así que
aguanta, ¿vale?
Tomando una respiración profunda que dolió muchísimo, grazné
mi pregunta.
—¿Qué me hicieron?
Una mano cálida envolvió los dedos de mi mano ilesa y me
sacudí.
—Shhh, DC, soy yo, Leo. Agárrate a mí y deja que Tin Man te
ayude. Te tenemos ahora y muy pronto tu hombre estará aquí y esos
cabrones pagarán por lo que hicieron. Los tenemos a todos muy bien
empaquetados para él.
—¿Que me hicieron? Duele muchísimo, sólo dímelo.
La mano cubierta con un guante de Tin Man se envolvió
alrededor de mi barbilla y obligó a mis ojos a encontrarse con los
suyos.
—Te golpearon y esa perra jodida te estaba cortando tu bajo
vientre, estás sangrando mucho. Voy a limpiar la sangre y
desinfectar el área tanto como pueda, luego la cubriré con una gasa,
te vestiré y nos iremos de aquí. Leo tiene un vehículo esperándonos
en la puerta trasera.
Sus manos fueron suaves mientras me limpiaba y durante todo
ese tiempo Leo nunca soltó mi mano. Había hombres a nuestro
alrededor y vislumbré a Speedy y Big Ed tirados en el suelo con
pistolas apuntando a sus cabezas. ¿Dónde mierda estaba Jane?
Todos los hombres deliberadamente me dieron la espalda mientras
Tin Man trabajaba en mi bajo vientre.
Me vistió con pantalones deportivos suaves y una camiseta y me
sacó de la caja una vez que me ató las botas. Gemí suavemente
mientras apoyaba mi peso en mis pies, el dolor se apoderó de todo
mi cuerpo.
Speedy y Big Ed estaban amordazados y boca abajo en el suelo de
cemento, con los brazos echados hacia atrás y las piernas dobladas
contra el culo. Los habían maniatado. Y lo habían hecho tan
apretadamente que gemían de dolor a través de las mordazas.
Estallaron disparos fuera del hangar. Me guiaron suavemente
para que me pusiera a cubierto detrás del cajón mientras los sonidos
de los intensos combates resonaban a nuestro alrededor. Y entonces
todo se detuvo y los hombres que observaban instantáneamente
formaron un muro humano a mi alrededor, con sus armas
automáticas apuntando a la puerta. Mientras Tin Man, Leo y yo nos
retiramos lentamente hacia la puerta abierta donde nos esperaba
nuestro transporte.
La puerta emitió un fuerte chirrido cuando se abrió de una
patada y se estrelló contra la pared.
Y entonces él estaba allí. Mi hombre. Mi hermoso vikingo.
Entró furioso con sus hermanos y unos hombres que no reconocí,
pero los ignoré a todos, mis ojos estaban clavados en mi hombre.
Nada más importaba.
Ante la orden de uno de los hombres con Hawk, los comandos a
mi alrededor bajaron lentamente las armas. Mis protectores
suspiraron aliviados.
Hawk cruzó el hangar hacia mí hasta que vio la parte superior de
la caja. Se detuvo en seco, miró desde la caja hacia mí, sus ojos
recorrieron mi cuerpo de pies a cabeza.
Vi la rabia ardiendo en esos hermosos ojos mientras él venía hacia
mí, sus ojos sin dejar nunca los míos. Hasta que se detuvo frente a mí
y muy suavemente puso una mano alrededor de mi garganta.
—¿Qué te hicieron, pajarito mío?
Jodida lágrimas estúpidas comenzaron a arder en mis ojos y
simplemente negué con la cabeza. No pude evitar que esas malditas
lágrimas desbordaran y corriesen por mis mejillas. ¿Qué mierda?
¿Qué me pasaba?
Hawk estaba perdiendo los estribos y yo estaba lloriqueando y
era incapaz de calmarlo. Tin Man vino al rescate.
—No tuvieron tiempo de hacer lo peor pero ella resultó herida.
No estoy seguro de que pueda caminar y tenemos que sacarla de
aquí, ahora mismo. He hecho lo que he podido pero no es suficiente,
necesita un hospital.
Unos brazos cálidos y duros se deslizaron a mi alrededor,
alzándome y sosteniéndome con cuidado contra su amplio y cálido
pecho. Me relajé contra él, suspirando mientras el calor de su cuerpo
se filtraba en mis miembros helados.
Mi hombre, mi vikingo. Él había venido por mí. Como sabía que
lo haría.
Estaba a salvo.
Capítulo 33
DC

Me llevaron rápidamente al hospital para hacerme exploraciones,


radiografías y demás practicas antes de someterme a una cirugía
para reparar el daño causado por dos de las puñaladas en la parte
inferior de mi abdomen. No es que estuviera despierta para nada de
eso. Hawk insistió en inspeccionar el sitio una vez que me desperté
después de la cirugía y pude ver que lo enojaba. Le preguntó al
doctor sobre las cicatrices y si podíamos esperar algún problema
durante el embarazo. ¿Qué?
Ciertamente no estaba planeando quedar embarazada pronto.
¿Hawk estaba pensando en eso? Con él haciendo esa pregunta
tenía que estarlo.
Me negaba incluso a pensarlo, mucho menos a discutirlo con él.
No es que lo intentara, actuó como si nunca hubiera hecho la
pregunta sobre el embarazo.
Eso era algo bueno. ¿verdad?
Después de una estancia muy, muy corta en el hospital privado
(Hawk no confiaba en su seguridad), estaba de regreso en nuestra
habitación en el complejo. Recibí instrucciones estrictas de los
doctores de no hacer actividades extenuantes hasta que mis heridas
sanaran por completo.
El doctor dijo nada de sexo. No tenían por qué habernos
advertido.
Hawk no me estaba tocando, en absoluto. No es que lo culpara.
Me veía horrible. Mi cara ya no estaba tan hinchada pero era un
desastre de negros, azules, verdes y amarillos. Tenía un corte grande
en la frente y uno más pequeño en la mejilla, ambos habían sido
cerrados con pequeños puntos que me dejarían con una cicatriz
mínima. El resto de mis heridas también se estaban curando. Pero
todavía estaba atrapada en la cama con órdenes de Hawk de no
poner un dedo en el suelo. La inactividad me estaba volviendo loca.
Por suerte, Molly y las otras damas se preocupaban y me hacían
compañía.
Mad Dog se estaba recuperando bien y pronto regresaría a la
casa. Milagrosamente ninguno de los hermanos del club resultó
gravemente herido durante el ataque. Todos estaban bien y ya
estaban de vuelta en el trabajo.
Desafortunadamente, las noticias sobre las chicas del club que
resultaron heridas durante el ataque no fueron tan buenas. Una
había sucumbido a sus heridas y, aunque la otra sobrevivió, se negó
a regresar a la casa club y se fue a casa con sus padres para
recuperarse. No volvería.
Todo volvió a la normalidad o lo más cerca posible de la
normalidad para un club de moteros amenazado.
No tenía idea de lo que les había pasado a Speedy y Big Ed, pero
estaba segura de que estaban encerrados en algún calabozo. En la
confusión durante la pelea en el hangar, Jane Warne había
desaparecido. Puf. Desaparecida por arte de magia. Pero sabía que
ella volvería. No había logrado lo que se había propuesto y
definitivamente no había terminado con nosotros.
Mi padre y sus hermanos eran visitantes frecuentes y me
encantaba verlos, aunque a algunos de los Iron Dogz les molestara
ver a los Road Warriors caminando por su casa club. Eso a su vez me
enojó y me propuse poner fin a la enemistad entre los dos clubes.
Podían ganar dinero de maneras muy diferentes, pero en el fondo
todos eran forajidos y siempre lo serían. Eran hermanos de sangre.
La nube muy negra que seguía cerniéndose sobre todos nosotros
eran los niños secuestrados. No los habían encontrado y el grupo de
fuerzas especiales no había podido encontrar ninguna evidencia de
que el contenedor hubiera llegado alguna vez a los muelles. Una
búsqueda en el Josephine había resultado limpia. Poco después de la
búsqueda, Hawk me dijo que el grupo de fuerzas especiales se había
q j q g p p
ido para seguir una pista que tenían sobre el cabecilla de la red de
trata de personas.
Me enojó que se hubieran rendido con esos niños.
Estaba convencida de que estaban encerrados en algún lugar de
las afueras de la ciudad. Para los traficantes valían demasiado dinero
como para dejarlos morir sin hacer un último esfuerzo para sacarlos.
Alguien sabía dónde estaban y estaba cuidándolos. Estaba
convencida de que había alguien como la mujer que había cuidado a
los niños en el almacén cuidando a estos niños.
Todos los días, los Iron Dogz y los Road Warriors buscaban a esos
niños en cada depósito de contenedores, pero era como buscar una
aguja en un pajar. Durban era uno de los principales puertos de
Sudáfrica y todos los días entraban y salían contenedores del país
por mar y por tierra. Era una búsqueda imposible.
Algunos estaban convencidos de que los niños habían sido
enviados en otro barco sin que nadie se diera cuenta. Pero yo tenía el
presentimiento de que todavía estaban en Durban y se estaban
convirtiendo en una pesada carga y si no los encontrábamos pronto
los traficantes iban a reducir sus pérdidas y matarlos o dejarlos
morir.
Speedy sabía dónde estaban pero no hablaba, no importaba lo
que le hicieran, no les estaba dando nada.
Big Ed, sin embargo, juró por la vida de sus hijos que no sabía
nada sobre secuestrar niños y venderlos. Todo lo que sabía era que
Speedy estaba eliminando a los Dogz y a los Warriors y que eso
beneficiaría a su club. Por eso se había involucrado. Jane Warne
había jugado con él y lo había arrastrado a su mundo enfermo.
Después de una breve llamada telefónica a Snake, Big Ed fue
entregado a su club. Ahora él era su problema, ¡qué alivio!
Sabía que Crow podía hacer hablar a Speedy. Sólo tenía que
convencer a Hawk para que me dejara hacerlo. Pero se negó
rotundamente sin siquiera hablar de ello. Si sacaba el tema, se
levantaba en silencio y salía de la habitación y no regresaba hasta
horas después, oliendo a cigarrillos y whisky.
Después de una semana, una puta semana entera, de estar
acostada en la cama como un repollo mientras el mundo seguía sin
mí, estallé. Ya había tenido suficiente.
Cada día ponía a prueba mi fuerza y poco a poco me iba
haciendo más fuerte. Sentía mi abdomen tenso y dolorido cuando
me movía demasiado bruscamente, pero por lo demás estaba bien.
Me dolían las costillas, pero ya no de manera insoportable y, por
supuesto, todavía tenía el brazo roto.
Estaba dispuesta a aportar mi granito de arena por el club pero
sobre todo por esos pobres niños. Estaba muy preocupada de que
murieran antes de que estuviéramos más cerca de encontrarlos.
Crow tenía que sacarle su ubicación a Speedy. No había otra
manera. Iba a hacer lo impensable. Actuar sin el permiso de los
presidentes.
Esperé hasta que el recinto quedó en silencio. La mayoría de los
hombres estaban buscando a los niños u ocupándose de los asuntos
del día. Había hermanos cuidándome, pero sabía que con la ayuda
de Molly podría esquivarlos durante aproximadamente una hora.
A Molly y a mí se nos ocurrió un plan y se lo habíamos confiado
a una de las otras damas. Ina era madre de dos niños pequeños y
estaba feliz de ayudar. Ellas iban a ayudarme a entrar al calabozo
donde tenían a Speedy.
Nuestro plan era simple. Molly e Ina me acompañarían hasta la
sala de estar de las damas para tomar el té y charlar largamente. Era
un buen plan porque los hombres evitaban esa habitación como la
peste. Mis guardias se quedaron en la sala común mientras yo
visitaba a las mujeres.
Había otra puerta desde esa habitación hacia el pasillo que
recorría la parte trasera de la sala común. El pasillo daba acceso a la
oficina del presidente, al apartamento en el extremo izquierdo, a la
cocina, al comedor y a las habitaciones comunitarias a la derecha
antes de toparse bruscamente contra una alta biblioteca. El mueble
ocultaba la entrada a lo que había debajo de la casa club.
Con la ayuda de Molly e Ina me puse pantalones cargo negros,
una camiseta negra de manga larga y mis botas. Envolvimos mi yeso
con una envoltura de plástico antes de ponerme los guantes,
obligando al guante negro de nitrilo a encajar sobre mis dedos
ligeramente hinchados y sobre parte del yeso.
Nos escabullimos con éxito por el pasillo y descendimos debajo
del club. Al principio las habitaciones eran bastante inocentes,
cuartos utilizados para almacenamiento y cosas así. Pero luego
llegamos a una pesada puerta de madera y una vez que la abrimos
insistí en que Molly e Ina me esperaran y no siguieran adelante.
A donde yo iba, ellas no podían, ni debían, ir jamás.
Encontré la habitación por el hedor que salía de ella y una vez
que abrí la puerta se volvió mucho peor. El hedor a miedo,
sufrimiento, desesperación y muerte salió por esa puerta y supe que
no había manera de dejarlo con vida una vez que obtuviera lo que
quería.
Speedy estaba desnudo y suspendido de cadenas en medio de la
habitación helada. Su cuerpo estaba estirado en forma de estrella y
no se veía bien. Nada bien en absoluto. Su cuerpo había sido
golpeado casi hasta quedar irreconocible, había sangre seca por
todas partes. Tenía claro que no iba a aguantar ni una noche más.
Estaba cerca del final. Tomando la larga y estrecha lámina de
plástico de debajo de mi brazo, la extendí sobre la tela que cubría el
suelo alrededor del cuerpo, protegiendo mis botas de llevar
evidencia fuera de la habitación cuando saliera.
Me acerqué lentamente hasta estar justo frente a él. Tenía los ojos
cerrados y su respiración era pesada y dificultosa.
—Hola, Speedy—dije suavemente y él lentamente se obligó a
abrir sus ojos hinchados y entonces se abrieron tan ampliamente
como pudieron con sorpresa y horror.
—¿Qué… qué… estás… haciendo aquí? Sal. Vete. No... lugar
para... ti. —Sus ojos eran pequeñas rendijas en su rostro hinchado,
pero incluso en el estado en el que se encontraba, los mantuvo fijos
en mí.
—No puedo irme hasta que me digas lo que necesito saber,
Speedy. Por favor, dímelo para no tener que lastimarte—continué
con la misma voz suave mientras inspeccionaba visualmente su
polla maltratada y la sangre que se había secado en la parte posterior
de sus muslos. Había sido sometido a prácticamente todo lo que
pasarían esos niños pequeños que había vendido.
Era inhumano, horrible y aterrador lo que le había hecho el
hombre que yo amaba y sus hermanos. Pero a Crow no le importaba,
ella estaba aquí con un propósito, con un único un propósito.
Encontrar a esos niños.
—¿Por qué? ¿Por qué... él... te... enviaría? A ti... no debería...
permitirte entrar... a esta sucia... habitación.
Suspiré y negué con la cabeza como si estuviera decepcionada.
—Desafortunadamente, me siento más cómoda en habitaciones
como ésta que lo que se siente Hawk o cualquiera de sus hombres,
Speedy. Puedo contarte mi secreto porque ambos sabemos que no
estarás mucho tiempo en este mundo. Soy el buscador de secretos, el
descifrador de mentiras, el coleccionista de espías, el portador de
dolor y, para algunos, el destino final.
Sacudió lentamente la cabeza de un lado a otro murmurando no,
no, no, no a través de sus labios rotos.
—Sí, sí, sí, Speedy. Soy Crow—dije en un susurro.
Tiró de sus ataduras y su cabeza se sacudió aún más salvajemente
hasta que puse mi mano fría cubierta con el guante sobre su pecho.
—Detente. Dime lo que necesito y te dejaré partir. No más
humillación, no más dolor, no más Iron Dogz. Piénsalo, Speedy.
Libre del dolor y de estas cadenas. Todo lo que tienes que hacer es
decírmelo.
Respiré superficialmente tratando de ignorar el hedor de la
habitación mientras esperaba.
No tuve que esperar mucho.
—Prométeme… prométeme… que me liberarás…. Que… me…
sacarás.
Sonreí dulcemente.
—Por supuesto, Speedy. Prometo liberarte. Todo lo que tienes
que hacer es decírmelo.
Y entonces soltó la ubicación del contenedor, la persona que
cuidaba a los niños y los planes de contingencia para enviar a esos
niños una vez que las cosas se tranquilizaran.
Sacando el cuchillo de hoja larga y delgada de la parte de atrás de
mis pantalones, me acerqué a él y lo deslicé debajo de sus costillas
hasta su corazón. Sus ojos se abrieron con sorpresa y estaba muerto,
retiré el cuchillo de su cuerpo. Sacando una toallita quirúrgica
bacteriana y lejía de mi bolsillo, limpié el cuchillo y lo devolví a su
funda. Retrocedí por la larga y delgada pasarela de plástico que
había preparado hasta la puerta. No podía llevármela así que la dejé
allí.
Comencé a respirar mejor una vez que salí por esa puerta y la
cerré detrás de mí. Dejando encerrado el horror con el cuerpo sin
vida de Speedy.
Sabía dónde estaban esos niños y ahora sabía quién los cuidaba.
Me reuní con Molly e Ina, cerré la pesada puerta y las seguí escaleras
arriba hasta el pasillo. Una vez a salvo en la sala, me quité los
guantes y el envoltorio de plástico y lo metí en uno de los bolsillos
laterales de mis pantalones cargo negros.
No me quedé en esa habitación, ni siquiera para volver a
ponerme mis pantalones deportivos y mi camiseta grande. Salí sin
Molly e Ina y con mi escolta siguiéndome regresé a mi habitación.
Me hundí en la silla a esperar.
Un Hawk furioso irrumpió una hora después de que me sentara
en la silla. Me las arreglé para esconder mi cuchillo debajo de los
cojines y quitarme las botas, pero eso fue todo lo que pude porque
me dolía el cuerpo y tenía muchas, muchas náuseas. Todavía podía
oler esa maldita habitación sin importar cuántas veces me lavara las
manos y la cara.
—¿Qué mierda te dije? —Sus ojos disparaban fuego y su voz era
fría como el hielo cuando empujó su cara contra la mía.
Ignoré su rabia.
—Sé dónde están los niños. Sé quién ha estado vigilándolos.
Un pesado silencio descendió en la habitación. No un buen
silencio en absoluto.
—Dime.
Se lo dije y todo el tiempo lo observé atentamente. No me dijo
una palabra. Caminando hacia la puerta, llamó a Gav a la habitación.
Gav sacudió la cabeza con enojo mientras me miraba.
—Ayúdala a salir de esa mierda y quémalo todo. Absolutamente.
Todo.
¡Mis botas no! Demonios, acaba de estrenarlas.
—Mis botas no. No tienen evidencia.
Ni siquiera me miró.
—Todo, prospecto, quemas jodidamente todo. Si no lo haces me
estarás respondiendo. ¿Entendido?
—Sí, Prez. Te entendí. Quemo todo—dijo Gav asintiendo.
Hawk se fue sin volver a mirarme y me quedé con Gav quien
tampoco dijo una palabra. Simplemente me ayudó a quitarme los
pantalones, la camiseta, los calcetines y las botas y se fue.
Una vez que se fue, limpié mi cuchillo nuevamente y lo volví a
deslizar en su escondite. Estaba escondido a plena vista. Una vez
metido en la delgada funda en la parte superior de mi alforja y con
un tapón sujeto en el extremo afilado, parecía una decoración, no un
arma. Tenía decoraciones a juego en ambos lados.
Me vestí mientras esperaba el inevitable enfrentamiento que se
avecinaba. Había ido en contra de las órdenes de mi hombre. Le falté
el respeto. Involucré a dos de las damas del club en mis
maquinaciones. Hice que dos de los hermanos parecieran
incompetentes. Entré a una parte de la casa club que estaba
prohibida a cualquiera que no fuera un miembro parcheado del club.
Y por último había matado a un prisionero sin el permiso del
Presidente Nacional del Iron Dogz MC.
Estaba en una mierda muy profunda.
Mierda mortalmente profunda.
Pero no me importaba. Si tuviera que hacerlo lo volvería a hacer.
Esos niños tenían una oportunidad en la vida gracias a lo que yo
había hecho.
Hice lo que tenía que hacer, si no lo hubiera hecho Speedy habría
muerto sin decir una palabra.
Capítulo 34
Hawk

Una rabia como nunca antes había sentido lo atravesaba cuando


salió furioso de la habitación y bajó las escaleras. Ella había ignorado
sus órdenes y había seguido adelante con su jodido plan de
interrogar a Speedy.
¡Y luego lo había matado!
Mierda. Mierda. Mierda.
Habría mantenido lo que su dama había hecho solo en los
oficiales pero ella había involucrado a la dama de un miembro
parcheado y el pequeño bastardo no estaba contento. Había estado
cotilleando por todo el club, agitando mierda contra DC. Quería que
la castigaran por ignorar sus estatutos y poner en peligro a su mujer.
Eso era una absoluta mentira. Él mismo había visto esos videos y
en ningún momento ninguna de esas mujeres había estado en
peligro. DC no les había permitido entrar a la mazmorra. Y a juzgar
por las sonrisas en sus rostros, a esas dos perras les había encantado
escabullirse a espaldas de todos.
Era el castigo por el que el bastardo estaba pidiendo lo que hizo
que a Hawk le hirviera la sangre. Él quería que recibiera una paliza y
no había manera de que eso estuviera sucediendo. Tenía otras cinco
semanas enyesada y el mismo tiempo con las heridas en el abdomen.
Y si el cabrón pensaba que dejaría que alguien la tocara, se iba a
comer una mierda.
Cuando Hawk había indicado que esperaría el mismo castigo
para la dama del cabrón, hubo un silencio sepulcral. Se podrían
haber oído los malditos grillos de lo jodidamente silencioso que
había estado el lugar.
Ahora estaban aquí y no se había resuelto nada.
Pero sería mejor que estos cabrones no pensaran que iba a dejar
pasar esto. Él era su puto presidente y ella su dama. La jodida dama
de su presidente.
Hawk sabía que cada hermano en el maldito club ahora la miraba
con ojos diferentes. Algunos de sus hermanos incluso la veían como
una posible amenaza porque ella hacía nacido Road Warriors y había
matado sin mostrar ningún remordimiento.
Hawk sabía que ella había liberado a Speedy de su dolor y
sufrimiento. Para su pajarito había sido un asesinato misericordioso
después de haberle dado lo que quería.
¿Cómo carajo iba a protegerla cuando ella ignoró
voluntariamente sus órdenes?
Irrumpiendo en la iglesia, se dejó caer en el asiento situado a la
cabecera de la mesa y esperó a que la sala quedara en silencio.
—Tenemos la ubicación de los niños y la persona que los ha
estado cuidando. Discutiremos cómo sacarlos una vez que haya
consultado con mis oficiales. —Hawk miró alrededor de la
habitación y miró a los ojos al pequeño cabrón sonriente apoyado
contra la pared—. Ahora escuchadme y escuchadme jodidamente
bien, el primer cabrón que ponga un dedo encima de mi mujer
comerá plomo. No habrá ningún maldito castigo por parte del club,
lo haré yo y no sucederá frente al club. —Hawk miró fríamente al
cabrón que ya no sonreía ni estaba apoyado contra la pared—.
Quieres humillar a tu mujer golpeándola delante de tus hermanos,
eso depende de ti. Pero necesitas saber una cosa. Si haces esa mierda,
tú y quienquiera que mire y no haga nada serán expulsados. Bajo
ninguna circunstancia golpeamos a nuestras mujeres ni a nuestros
hijos. Ni delante del club, ni a puerta cerrada.
El susurro en la habitación se convirtió en un estruendo creciente.
Hawk lo interrumpió con un fuerte golpe en la mesa.
—No habrá jodidas discusiones. Si no estáis contento con mi
decisión, tirad vuestros chalecos sobre la mesa ahora mismo y
largaos. Os daré una semana para tachar la tinta del club, si no lo
hacéis, lo haré por vosotros. Con un soplete.
Un silencio de sorpresa invadió la habitación. Nadie se movió, ni
siquiera el pequeño bastardo que había empezado todo.
—¿Nadie? ¿Estáis seguros? ¿Ni siquiera tú, pequeño cabrón? Si
salís de esta puta habitación con el chaleco de mi club en la espalda y
empezáis a quejaros de mi decisión, os mataré. ¿Entendido?
¿Estamos todos de acuerdo ahora?
Todos los bastardos asintieron y le dieron lo que quería.
—Bien. Ahora que eso está resuelto, pasemos al asunto de los
niños. Conocemos su ubicación y tenemos que decidir cómo
proceder a partir de aquí. Cualquier...
Los golpes en la puerta lo interrumpieron y eso lo cabreó,
empujándolo aún más allá de su límite. Asintiendo con la cabeza, la
puerta se abrió para revelar a Gav con el labio roto.
—¿Qué carajo, Gav?
—Lo siento, Prez, se negaron a esperar o aceptar un no por
respuesta.
La tensión en la habitación llegó a la estratosfera cuando Doc
empujó sin ceremonias a Gav a un lado y entró en su maldita iglesia
como si fuera suya. Le siguieron de cerca Tiny, Grizzly, Alien, Rover
y Skelly.
Hawk esperó hasta que estuvieron dentro y la puerta se cerró
detrás de ellos antes de hablar.
—¿Qué mierda significa esto, Doc?
—Escuché que tienes la ubicación de los niños, si planeas ir y
liberarlos usando armas y fuerza, sería un error. Un gran maldito
error.
Doc Michaels estaba de pie con las piernas ligeramente separadas
y los brazos cruzados sobre el pecho mientras miraba alrededor de la
habitación.
—Si tú y tus hombres os acercáis a ese puto lugar, ¿qué crees que
pasará? Piénsalo, Hawk. Tómate un minuto y piénsalo realmente.
¿De verdad crees que esa perra helada no ha considerado que
Speedy os cuente todo? Lo ha hecho, te lo puedo garantizar. Ella está
jugando un juego largo aquí.
Doc guardó silencio durante unos segundos antes de continuar.
—¿Qué pasará si irrumpimos allí, armados hasta los dientes, e
intentamos rescatar a esos niños? Déjame decirte lo que sucederá.
Mientras estamos adentro buscando a los niños, de repente llegarán
los cerdos y solo nos encontrarán a nosotros. Todos sabemos que los
cerdos nos odian y buscan cualquier puta excusa para encerrarnos.
Les importará una mierda que estuviéramos allí para rescatar a los
niños. Nos encerrarán y nos acusarán de trata de personas. Y
mientras todos estemos encerrados con un montón de abogados
tratando de demostrar nuestra inocencia, lo que quede de nuestros
clubes será destruido y tomado por esa perra y sus aliados.
Mirando alrededor de la habitación muy silenciosa, los ojos de
Doc volvieron a la cabecera de la mesa y Hawk asintió. El maldito
bastardo tenía razón. Al escucharlo su explicación, supo por qué el
hombre había ascendido tan rápidamente en las filas del Road
Warriors MC y por qué iba a ser el próximo Presidente Nacional.
—Tenemos que ser tan fríos y calculadores como la perra vieja
que empezó esta guerra con nuestros clubes. Y no os equivoquéis,
hermanos, esto es una guerra. Según lo que hemos descubierto, ella
ha estado planeando apoderarse de nuestros clubes durante años. Su
gente se infiltró lentamente en nuestros clubes, ganándose nuestra
confianza y trabajó para derribarnos desde adentro mientras ella
atacaba desde afuera. Por suerte para nosotros, ella juzgó mal la
lealtad de nuestros hermanos y de nuestras mujeres. Además,
calculó totalmente mal nuestras capacidades para recopilar
información. No volverá a cometer ese error.
—¿Qué sugieres que hagamos, Doc? No hay manera de que
dejemos que esos niños sufran el infierno que han planeado para
ellos—gruñó Hotdog enojado.
—Y no lo haremos, Hotdog. Avisamos al grupo de fuerzas
especiales. Les damos la ubicación y los dejamos rescatar a los niños.
Por mucho que quieras que estemos ahí, no podemos, tenemos que
dar un paso atrás y solucionar los problemas en nuestros clubes.
Después de un largo silencio, Hawk golpeó la mesa con sus
anillos y miró a sus hermanos.
—Estoy de acuerdo. Informamos al grupo de fuerzas especiales y
comenzamos a ocuparnos de los asuntos dentro de nuestros clubes.
¿Qué opináis hermanos? Levantad la mano para decir sí.
Las manos se levantaron a su alrededor.
—Bien, consideradlo hecho. —Golpeando el bloque de hierro con
el mazo, puso fin a la reunión—. Hotdog, Growler y mis oficiales se
quedan.
Esperó hasta que la habitación se vació y las puertas se cerraron
nuevamente. Después de que Doc y sus hombres tomaron asiento
alrededor de la mesa, comenzó.
—Nuestros dos clubes se han visto comprometidos por personas
en las que confiábamos. Tenían acceso a los miembros de los círculos
internos de ambos clubes y lo utilizaron para promover su agenda.
Si DC no hubiera entrado a mi club cuando lo hizo, no estaríamos
sentados aquí hoy. Hacerla mi dama los obligó a acelerar sus planes.
Y cometieron algunos errores, errores que usaremos a nuestro favor.
Ahora mismo tenemos una pequeña ventana de oportunidad para
encontrar y eliminar otras ratas en nuestras organizaciones. —Hawk
se volvió hacia Hotdog—. Te sugiero que investigues a ese pequeño
cabrón. Algo huele mal en él.
—Coincido y estoy en ello, Prez—dijo Hotdog.
Hawk golpeó con sus anillos el bloque de hierro frente a él antes
de continuar. Estaba a punto de sugerir algo que cambiaría la forma
en que los dos clubes interactuaban entre sí y estrecharía los lazos
entre ellos.
—Estamos amenazados, por lo que sugiero que unamos nuestros
recursos de información. Dejemos que Ziggy, Mad Dog y Skel
j q ggy g y
profundicen en los antecedentes de cada miembro, prospecto, dama,
puta y simpatizantes de ambos clubes. Sé que hay algunos de
nosotros que tenemos mierda en nuestro pasado que preferiríamos
que no se revele. Juro por mi parte que cualquier cosa que
encontremos quedará entre nuestros oficiales de inteligencia, el
miembro afectado y yo. Juro que no afectará su membresía al club,
sea hombre o mujer. Podría afectar mi decisión de permitir que un
simpatizante se convierta en prospecto o no, pero eso será tema de
discusión cuando se presente su nombre.
—¿Estás seguro de esto, Prez? —Hotdog fue el primero en hablar.
—Sí, creo que si trabajamos juntos tenemos más posibilidades de
encontrar todas las ratas y cortar el acceso de la perra a nuestros
clubes.
—Estoy de acuerdo. —Doc se inclinó hacia adelante y apoyó los
antebrazos sobre la mesa—. Juntos somos más fuertes de lo que
seríamos si intentáramos hacerlo solos. Nos mantendremos en
contacto a través de Skel. Hay otro asunto en el que creo que es justo
dejarte entrar.
No mostró nada en su rostro duro, ninguna emoción mientras
continuaba.
—Freeze ha sido relevado de su puesto como presidente de la
sede de Ciudad del Cabo del Road Warriors MC, así como de su
puesto como presidente nacional, y se ha retirado. Wild Man ha
asumido la presidencia de Ciudad del Cabo. Después de una
votación cerrada de los presidentes actuales de todas las sedes, he
sido elegido presidente nacional. Mi primer acto como presidente
fue disolver la mesa gobernante. Ya no habrá una mesa gobernante.
La mía será la última palabra en todos los asuntos relacionados con
el Road Warriors MC.
Santa mierda. Ese era un gran cambio en sus estatutos.
—Eso era todo lo que quería decir. Ahora me gustaría ver a mi
hija.
No esperó a que Hawk o Hotdog reaccionaran a la bomba que
había lanzado. Él y sus hombres se levantaron y se fueron. Hawk
miró a Ice, quien se encogió de hombros.
—Así que vamos a hacer negocios con los Road Warriors, ¿es eso
lo que acaba de pasar? —Growler no parecía nada satisfecho. Hawk
no dudó en aclarar la cuestión.
—No, lo que estamos haciendo es unirnos para eliminar una
amenaza común. Una vez hecho, todos volveremos a la normalidad.
Hotdog soltó una breve risa atónita.
—Si no hubiera estado sentado en esta puta silla, no habría creído
esta mierda. La mayoría de los cabrones que pertenecen a la sede del
Road Warriors MC de Durban son unos pedazos de mierda. Doc
tiene un gran trabajo por delante. Los cabrones van a desaparecer de
la vista de forma permanente.
—No me sorprenderá en absoluto. Doc es un hijo de puta helado.
Hemos terminado aquí por hoy. Una cosa más. ¿Te has ocupado de
Speedy?
Beast sonrió.
—Sí, Prez. Él se fue.
—Bien. —Estaba levantándose de la silla cuando se le ocurrió una
idea—. Ah, y si después de lo que dije aquí todavía hay hermanos
insistiendo en que mi mujer sea arrojada a un ring con uno de sus
luchadores, será mejor que leáis los estatutos. Como presidente,
puedo nominar a un luchador para que ocupe su lugar si está
demasiado herida para pelear. Y ella lo está. Que se sepa que Alien
del Road Warriors MC luchará por ella. Veamos cuánto tiempo
sobreviven esos cabrones en una jaula con ese maníaco.
La risa siguió a Hawk mientras salía de la iglesia y subía las
escaleras, de dos en dos. Quería ver a su mujer y arreglar la mierda
entre ellos antes de que se pudriera.
Sabía que lo que había hecho era por una buena causa, pero tenía
que entender que ya no era parte del Road Warriors MC, donde
podía hacer lo que quisiera con muy pocas consecuencias. Ahora era
parte del Iron Dogz MC y ya no podía tomar el asunto en sus
propias manos cuando sentía que podía obtener mejores resultados
como Crow. Y si él tuviera algo que decir, ella ya no sería el jodido
Crow.
Desafortunadamente DC tendría que ganarse su lugar en su club
al igual que todos los demás y no se lo iban a poner más fácil.
Gav estaba parado afuera de su habitación, con los brazos
cruzados sobre el pecho escuchando la conversación dentro con el
ceño fruncido. Al levantar ligeramente la barbilla, Hawk supo que
debía reducir la velocidad y escuchar. Él lo hizo. Y fue esclarecedor.
—No te crié para faltarle el respeto a tu club y a tu hombre. Pero
aun así lo hiciste. Estamos jodidamente agradecidos de que le hayas
sacado la información, pero, y es un enorme pero, lo hiciste yendo en
contra de las órdenes específicas de tu hombre y del presidente del
club. Tus acciones lo hacen parecer un marica que no tiene control
sobre su mujer. Ese hombre tiene cientos de hombres bajo su mando,
hombres cuyo respeto necesita para poder hacer su trabajo y
mantenerlos a ellos y a su club a salvo.
Su pajarito intentó discutir.
—Pero papá, le pedí, le pedí y le pedí. Es demasiado testarudo y
yo tenía que hacer lo que...
—No. No tenías que hacer nada. Todo lo que tenías que hacer era
escuchar a tu hombre. Si dijo que no, entonces eso es todo. Sin peros.
Si hubieras hecho este truco en mi casa te estarías enfrentando a
Alien en la jaula, lo sabes. Te golpearía hasta sangrar pero no te
mataría. Los Iron Dogz tienen reglas diferentes. Según los rumores
que hemos escuchado, el cabrón al que quieren que te enfrentes es
un bastardo que ha sido prohibido en todos nuestros lugares de
lucha. Es bien conocido por matar a sus oponentes en la jaula, razón
por la cual ha sido prohibido. No estoy seguro de si tu hombre
conoce su reputación, pero ese no es mi problema. Mi problema es
mantener viva a mi hija, pase lo que pase. Por eso, si insisten en
seguir ese camino, Alien ocupará tu lugar en el ring.
g p g g
—Papá, así no es como...
—Lo sé, DC, lo sé. Querías salvar a esos niños. Ya está hecho,
superémoslo. Me voy a casa pronto y Law está aquí para cargar tu
moto. Él regresará en la jaula al final de la semana y tú estarás
sentada en ella. No voy a correr el riesgo de agravar tus lesiones
poniéndote en la parte trasera de una moto. Ahora dale un abrazo a
tu padre, tengo cosas que debo terminar antes de poder irme a casa.
Gav simplemente sacudió la cabeza como si no pudiera creer lo
que había oído cuando Hawk pasó junto a él y entró en la
habitación. Sólo Doc y Tiny estaban en la habitación despidiéndose
de DC.
No les dio oportunidad de decir una palabra.
—Haré los arreglos necesarios para que mi dama regrese a Jozi,
no te preocupes. Y ten por seguro que nunca le permitiré pelear. Si
estos cabrones insisten en pelear, Alien tiene mi permiso para matar
su puto culo, no me importa de qué forma.
Doc y Tiny se rieron, pero su pajarito estaba sentado en medio de
la cama, con los brazos cruzados sobre el pecho y una expresión
terca en el rostro que iba a hacer que le zurraran el culo.
—Hablaremos pronto—dijo Doc mientras salía.
Pero no se fueron de inmediato, sino que miraron a Gav. La voz
de Doc volvió a ser fría y áspera cuando habló.
—Tienes dos semanas y después quiero tu culo en la reunión del
viernes, Gavin. ¿Nos entendemos?
Gav no dijo una palabra, solo miró a su presidente y asintió.
—Sí, Prez. Voy a estar allí.
Mierda. Esperaba que el chico supiera lo que le iba a pasar
cuando asistiera a esa reunión. No veía miedo en los ojos de Gav
mientras observaba a Doc y Tiny alejarse de él. El chico tenía pelotas,
de eso no había duda. Esperaba que tuviera las pelotas suficientes
para sobrevivir a lo que los Warriors iban a arrojarle.
Hawk suspiró mientras cerraba la puerta, dejando fuera la
mierda por un momento. Se avecinaba una guerra y tenía que
asegurar todos y cada uno de los complejos de los Iron Dogz en todo
el país. Algunos de sus clubes eran pequeños, no tenían más de diez
miembros e iban a ser vulnerables. Había llegado el momento de
convocar a los clubes de apoyo y a sus aliados para una reunión
formal.
Todos tenían que prepararse para lo que se avecinaba.
La única luz en la oscuridad era su pajarito. Nuevamente
agradeció al destino que su dama se hubiera criado en un club y
entendiera lo que tenía que hacer a continuación.
Él esperaba con todas sus fuerzas que ella lo entendiera.
Estaría pidiendo un encierro, lo que significaba que su dama
estaría cara a cara con Lizzy y Lacey dentro de la casa club.
Conociendo a esas perras, sabía que se enfrentarían a DC y eso no
terminaría bien. Si la presionaban demasiado, lo más probable era
que tuviera que lidiar con sangre y huesos rotos.
Los huesos rotos y la sangre de las zorras. Y las reacciones de los
hermanos cuando su mujer golpeara a sus coños no iban a ser
buenas. ¿Y si tuviera que fallar a favor del club y en contra de ella?
¿Qué haría DC?
Mierda. Todo lo que quería era pasar tiempo con su pajarito.
Tiempo suficiente para amarla como se merecía.
—Causaste mucha mierda, pajarito. Sabes que tiene que haber
consecuencias por tus acciones. Cuáles serán, no lo sé. Tendré que
idear algo que les muestre a los hermanos que fuiste castigada por
violar nuestros estatutos.
Su mujer estaba sentada en medio de la cama con los brazos
cruzados sobre el pecho.
—Si me hubieras dado la oportunidad de hablar contigo y
permitirme explicarte mi plan, nada de esto habría sucedido—gruñó
ella—. Pero no me escuchaste. Me trataron como si fuera una
pequeña perra indefensa.
Hawk suspiró.
—Cariño, casi te violaron y mataron. ¿Cómo mierda podía dejarte
entrar en el interrogatorio después de eso? Odio la mierda que tienes
que hacer como Crow. Odio lo que hace.
Él captó cómo ella levantaba la cabeza y entrecerraba los ojos.
—Crow es una parte necesaria de mí. Si no te sientes cómodo con
ella, sería mejor que terminemos con esto ahora mismo porque ella
no irá a ninguna parte. Ella soy yo y yo soy ella.
Mierda. Esto no iba bien.
—No dije que odio esa parte tuya, DC. Dije que odio lo que tiene
que hacer. Hay una gran diferencia.
Sabía que tenía que disculparse porque debería haberla
escuchado.
—Tienes razón. Debería haber hablado contigo. Debería haber
escuchado lo que tenías que decir. Pero debes saber que no importa
lo que hubieras dicho, no te habría permitido bajar allí. Habría
utilizado tus sugerencias, pero eso es todo.
Ella solo lo miró sin decir nada.
Hawk suspiró, se sentó a los pies de la cama y puso una mano en
su rodilla.
—Lo que hiciste permitirá que el grupo de fuerzas especiales
rescate a esos niños. Hemos terminado con eso. Tan pronto como
tenga todo resuelto aquí, regresaremos a casa. Y por casa me refiero
a la casa club del Iron Dogz, DC. La amenaza sigue ahí y quiero que
estés a salvo.
Esos ojos negros solo lo miraron y luego asintió levemente.
—Estoy cansada y dolorida. Voy a dormir ahora—dijo en voz
muy baja e ignorándolo por completo, le dio la espalda, se acostó de
lado, estiró un brazo hacia atrás y con una mueca se cubrió con el
edredón.
Hawk se acercó a ella, se acostó y se acercó con cuidado a su
espalda.
—Duerme, pajarito. Estoy aquí contigo. Estás a salvo, cariño—
susurró contra su cabello mientras ella suspiraba y se relajaba
lentamente.
Todavía tenían mucho que aprender el uno del otro y toda esta
mierda sucediendo a su alrededor los estaba afectando a ambos.
Hawk se juró que se esforzaría más para ayudar a su pajarito a
encontrar su lugar en su club. Con suerte, ella no lo destriparía
cuando tuviera que castigarla por la mierda que hizo hoy.
Cerrando los ojos, se relajó contra ella, inhalándola antes de tener
que regresar escaleras abajo.
Capítulo 35
DC

Salimos de Durban unos días después de la visita de mi padre. Y


aunque había preguntado todavía no sabía cuál iba a ser mi castigo.
Pero no me permití pensar demasiado en ello o me volvería loca
imaginando lo que podría pasar. De todos modos, no servía de nada
preocuparse. Lo que sería, sería.
Hawk me metió en el asiento delantero de la jaula que llevaba mi
moto y la de Gav de vuelta a casa. Gracias a Dios, Gav era mi
compañero de viaje y no otro. Teníamos el mismo gusto musical y a
ambos no nos gustaba entablar conversación sólo por entablar
conversación. Fue un viaje muy agradable.
Quería ir a casa, a mi casa, pero descubrí con horror que Hawk
había ordenado un semi-encierro y que estaba atrapada en su casa
club con todas sus malditas putas. Me había arrojado directamente al
infierno.
¿Y el cabrón se tomó el tiempo para decirme que las putas iban a
estar ahí, en mi cara todo el tiempo? No, para nada. Lo descubrí por
las malas. Como cuando entraba a la cocina a desayunar y allí
estaban, encima de mi hombre, supuestamente sirviéndole el
desayuno. Él estaba sentado allí sin decir una palabra, así que me di
la vuelta, salí y me fui a trabajar.
Desde hacía varias semanas todo estaba tranquilo. Ni un solo
golpe contra el club.
En un ámbito personal ya no me dolían las costillas, hacía tiempo
que me habían quitado el yeso y estaba de vuelta en el gimnasio
entrenando con Grizzly y Alien siempre que podía. Además de ir al
gimnasio y a Mainline Ink II, estaba atrapada dentro del infierno que
era la casa club de los Iron Dogz.
Los únicos miembros de la familia que me presentaron fueron Ice
y su tía Beryl. Sabía que tenía un tío, una tía y primos, pero nunca
los había conocido. La tía de Hawk, Beryl, era la única cara femenina
amigable, el resto de las perras me odiaban. Los hermanos no eran
mucho mejores. Me ignoraban o me trataban como si fuera el nuevo
juguete sexual de Hawk.
El odio y la falta de respeto me hicieron evitarlos a todos tanto
como fuera posible.
Alargaba mi tiempo fuera de la casa club al máximo, pero al final
de cada día me veía obligada a regresar a ese maldito agujero del
infierno. Ni siquiera comía allí. Comía en un pequeño restaurante a
dos puertas de mi tienda y si me perdía la cena por motivos de
trabajo compraba comida para llevar que comía sola en la habitación
de Hawk.
¿Y por qué estaba sola en esa habitación?
Porque mi hombre estaba ocupado con los asuntos del club
prácticamente las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Saliendo
en viajes largos que me dejaban a merced de las putas de su club. No
confiaba en nadie y nunca iba desarmada, pasara lo que pasara. La
tía de Hawk era la única con la que hablaba o la única que hablaba
conmigo. Incluso Ice, su vicepresidente, nunca me dijo una palabra,
era como si yo fuera invisible. Estaba completamente sola y era tan
terriblemente infeliz que todo lo que quería era volver a casa.
Entonces llegó el día en que se rompió el furúnculo supurante
que era mi vida en el club.
Muy temprano ese jueves por la mañana, Hawk, Kid, Sin y Beast
junto con algunos de los hermanos habían salido en un viaje que los
tendría alejados del club por cuatro días. Ice y Jagger quedaron atrás
para vigilar la casa club. Las perras hicieron su movimiento cuando
los dos se habían ido para ocuparse de asuntos fuera de la casa club.
Lizzy y Lacey junto con su grupo de putas se abalanzaron sobre
mí cuando entré a la sala común de camino al trabajo. Me defendí
con fuerza. Cuando todo terminó, había putas por todo el suelo,
sangrando. Yo tenía rasguños en la cara y el cuello, dos cortes
bastante profundos en el brazo izquierdo (otra vez mi pobre brazo
izquierdo), un dolor de cabeza donde una silla había sido estrellada
contra la parte posterior de mi cabeza y tres puñaladas superficiales
en la espalda.
No esperé para asegurarme de no haber matado a ninguna de las
putas. Salí de allí lo más rápido que pude y corrí entre el tráfico de la
mañana hasta el complejo de los Road Warriors, donde sabía que
estaría a salvo. Había motos en mi culo pero las perdí una vez que
salimos de la carretera. Estaba a salvo detrás de las puertas cerradas
cuando llegaron y se les negó la entrada. Mi padre y su club me
mantendrían a salvo y protegida.
La llamada llegó mientras Marco, el médico del club, estaba
ocupado trabajando en mi brazo mientras Skel y Alien miraban
cabreados. No respondí. De hecho no respondí ninguna de las
llamadas. Le entregué mi teléfono a Skel y dejé que él y mi padrea lo
manejaran. Me dolía la cabeza como una hija de puta y me tragué las
píldoras que Marco me entregó y me fui a la cama. En la seguridad
de mi habitación, custodiada por hombres en los que confiaba y
amaba.
Cuando desperté horas más tarde me sentía un poco mejor
físicamente pero mentalmente era un completo desastre.
Sabía que se suponía que debía aguantar y manejar a las putas en
el club de mi hombre, lo cual había hecho. Lamentablemente no
había recibido el apoyo debido a una dama por parte de ninguno de
los hombres del club. Lo perdí por completo cuando las zorras me
atacaron y, al recordarlo, supe que las había lastimado mucho. Pero
había estado luchando por mi vida. Ellas habían estado intentando
matarme.
Los Dogz no iban a estar contentos. Como a todos los moteros, les
gustaba el acceso constante a coños fáciles y ahora esos coños
estaban heridos y probablemente no podían follar. ¿Me importaba?
No, para nada.
Me quedé allí con las manos sobre la cara y simplemente respiré.
Luego me puse mis bragas de chica grande, saqué mi cuerpo
nuevamente dolorido de la cama, me vestí y fui a enfrentar la
música.
Un estruendo de voces llegaba de la puerta de la oficina de Doc.
Llamé y esperé.
—Adelante. —Pude escuchar que mi padre estaba enojado por el
tono de su voz.
Respiré profundamente, abrí la puerta y entré cerrándola detrás
de mí. Doc y Tiny estaban a un lado del escritorio, Hawk e Ice al otro
y Skel y Jagger contra la pared. Todos los Dogz me miraron con ojos
fríos. Y sin siquiera pensarlo incliné la cabeza hacia un lado en un
intento de aflojar los tendones tensos de mi cuello. Normalmente
hacía eso para liberar a Crow, no era mi intención hacerlo ahora. La
entidad oscura que era Crow aprovechó la oportunidad y se
apresuró a tomar el control por completo. Era como si yo fuera una
espectadora de mi propia vida mientras ella se enfrentaba a los
hombres.
Doc fue el primero en hablar.
—Dime exactamente qué pasó.
Crow inclinó la cabeza y lo miró con ojos muertos y por su ceño
supe que mi padre había visto que Crow estaba a cargo en este
momento.
—Me iba a trabajar. Entré a la sala común y me atacaron. Las
detuve—siseó Crow.
—Mataste a dos de sus putas—gruñó mi padre.
—¡Qué alivio! Esas putas me tendieron una emboscada y estaban
tratando de matarme.
Luché por recuperar el control, pero Crow me detuvo mientras
giraba la cabeza para mirar fríamente a Hawk cuando él dejó escapar
un bramido enojado.
—¡Dios jodido Santo, DC! ¿Tienes alguna idea de lo que has
hecho? — Hawk se enfureció, pero Crow vio que sus ojos se abrieron
ampliamente cuando la miró.
Oh, sí, sabía quién estaba ahora en la habitación con ellos.
—Sí. A diferencia de ti, yo protegí a DC de tus putas. La traje a
casa donde estará a salvo con su familia—siseó Crow fríamente.
—Ella nunca estuvo en ningún puto peligro. Las atacó sin
ninguna provocación—escupió Hawk y Crow siseó con furia helada.
—¿Cómo sabrías? Nunca estás allí. Ella está sola ahora que Gav
ha vuelto a casa. Tus putas han estado haciéndole la vida
insoportable mientras tú regresas solo para follarla y volver a irte.
Como si fuera una de tus putas. ¿Qué se suponía que ella hiciera?
¿Quedarse allí y dejar que la maten? ¿Por qué valorarías tan poco su
vida?
Hawk la miró fríamente pero rebotó en el hielo oscuro que la
rodeaba.
—Revisé las imágenes de la pelea, Crow. No estoy convencido de
que no hayas iniciado la pelea. —Se inclinó hacia adelante en su silla
mientras le gritaba a Crow—. Tienes que dar un paso atrás y
dejarme hablar con DC. Ahora.
A Crow no le agradaba, en absoluto. De hecho, estaba
empezando a odiarlo.
—Y eso me dice que Ziggy participó en el ataque y alteró las
imágenes. Ahora es mi enemigo y está en la lista. Se está haciendo
muy larga, Hawk. Pero Crow es paciente. Ella esperará. Tendrá su
venganza. Tendrá su sangre.
Crow inclinó la cabeza hacia un lado mientras miraba sin
pestañear a Hawk Walker.
—Lastimaste a mi otra mitad. Mi DC. Crow odia a los que
lastiman a DC. Crow elimina a los que lastiman a DC. Crow tiene
una larga lista de los que morirán. Pronto. Muy, muy pronto—dijo
con una voz susurrante y helada.
Hawk escupió enojado.
—Nadie va a morir, Crow. Vas a dar un paso atrás y dejar que DC
regrese. Ella necesita hablar conmigo. Sé que la estás protegiendo
pero ella es mía. Como tú eres mía. Ya he hablado contigo, necesito
hablar con DC. ¡Da un paso atrás, ahora!
Un silencio sepulcral reinó en la habitación. Crow sacudió la
cabeza de un lado a otro.
—Crow la protege. La mantiene fuera de peligro. Quieren hacerle
daño. Necesitan morir.
—Nadie va a morir. Nadie en esta sala jamás le hará daño, como
bien sabes. Juro por mi vida que la mantendré a salvo de cualquier
daño. Pero necesitas calmarte y dar un paso atrás. Ella necesita
manejar esto sola. Y tienes que empezar a escucharme—dijo Hawk
con firmeza.
Todo lo que escuché fue que ella declaró fríamente su intención
de matar a los hombres en la habitación y Hawk no estuvo de
acuerdo. Tenía que controlar la otra mitad de mí misma. Porque eso
era realmente Crow. Ella era el otro lado de mí, era parte de mí. Era
yo.
Me estremecí cuando obligué a Crow a retroceder. Ella no quería
irse. Quería protegerme contra estos hombres pero yo no necesitaba
su protección. Estaba a salvo en esta habitación. De mala gana, mi
lado oscuro se desvaneció en un segundo plano, pero ella todavía
estaba allí, vigilante y muy, muy enojada. Pero yo también lo estaba.
Estaba furiosa con los hombres que tenía delante.
Por la mirada de Hawk pude ver que sabía que Crow se había
retirado pero no muy lejos.
—No ataqué a tus putas. Necesitas volver a revisar la grabación.
O mejor aún, debes enviar la grabación a Skel para que pueda
averiguar dónde y quién la modificó. Haz lo que sea que necesites
hacer con tu club. No voy a volver a ese infierno. Estoy a salvo aquí
y cuando me sienta mejor me iré a mi casa.
Hawk inmediatamente sacudió la cabeza, negando.
g
—No, no lo harás. El peligro aún no ha pasado, DC, y como mi
dama te quedarás en la sede del club, donde puedo estar seguro de
tu seguridad.
Esta vez yo negué con la cabeza. Me reí sin alegría.
—No me hagas reír. ¿Me has reclamado delante de tu club como
tu dama? No. ¿Me has dado un chaleco de propiedad? No. ¿Has
acordado ponerme tu tinta? No. ¿Tengo algún poder en tu club? No.
Tus hermanos me faltan el respeto y me tratan como si fuera tu
último juguete sexual, nada más. ¿Y qué tan segura estuve ayer
cuando salí de tu habitación para ir a trabajar? Oh, sí, estoy tan
jodidamente segura en tu club que me atacan y nadie levantó una
mano para ayudarme. Simplemente miraron. Tu club está lleno de
mis enemigos y no volveré allí. No confío en ti, ni en nadie de tu
club. Ya no soy tuya.
Hawk quedó atónito. Lo vi en sus ojos mientras se sentaba allí y
me miraba.
—Ayer fue mi culpa—dijo Ice—. No pensé que Jagger y yo
estaríamos fuera por mucho tiempo y no dejé instrucciones para tu
seguridad.
Resoplé burlonamente y escuché a mi padre y a Skelly maldecir
en voz baja. Abrí la boca para responder pero Alien llegó primero.
—Y ahí está tu problema. ¿Por qué mierda necesitas dejar
instrucciones para proteger a la dama de tu presidente dentro de tu
puta casa club? Se supone que es el lugar donde ella está más segura.
—Alien se metió de lleno en la discusión, o lo que mierda fuera esto
—. Ella tiene razón. No está segura cerca de ninguno de vosotros,
cabrones. Ella se queda aquí.
Estuve de acuerdo con Alien. Lo único que sabía era que no iba a
regresar. No confiaba en que ninguno de ellos me respaldara.
Lamentablemente, ahora mismo ni siquiera el hombre que amaba.
No tuve que esperar mucho para recibir su airada represalia.
—Maldita sea, DC. Sabes por qué esas perras estaban en la casa
club, era para mantenerlas a salvo. Estabas ahí cuando les dije a mis
p j
hermanos que eras mía, mi dama. Todo el mundo sabe que me
perteneces. Lo admito, no hice lo que debería haber hecho y no
convoqué una reunión para hacerles saber a todos sin ninguna duda
que eres mía. Y todavía no te he dado un chaleco de propiedad. Pero
cariño, sabes que con toda la mierda que pasó, no ha habido tiempo
para hacerlo.
Negué con la cabeza y suspiré enojada.
—Excusas, excusas, excusas. Siempre con excusas. Vuelve a tu
casa club y a tus putas. Ya no estoy interesada. ¿Hemos terminado
aquí? He perdido un día entero de trabajo por esta mierda. Y me
duele la cabeza y varias partes del cuerpo como un hijo de puta.
Necesito encontrar a Marco y conseguir más analgésicos.
Por alguna extraña razón, Hawk de repente sonrió. ¿Qué
demonios? ¿El hombre era bipolar o algo así?
—Deja de alejarme, pajarito. Eres mía. Siempre serás mía y si no
cuidas esa boca, te pondré el culo rojo.
Mi espalda se irguió ante su amenaza y le gruñí, realmente le
gruñí. ¿Qué mierda? Él sonrió y continuó exponiéndolo.
—Lamento haberte acusado. No necesito volver a comprobar las
imágenes, te creo. Encontraré al que las alteró. Dejaré claro a todos
en mi club y fuera de él que eres mi dama. Tú me perteneces y
cualquiera que levante una mano para hacerte daño, la perderá.
Volverás a casa conmigo y las perras que te atacaron, las que
sobrevivieron, descubrirán lo enojado que estoy. No volverán a
perseguirte.
Mi padre no dijo una palabra, solo miró. Muy atentamente.
De acuerdo. Me había dado lo que necesitaba pero todavía no
estaba contenta con que esas zorras se quedaran. Abrí la boca para
responder, pero eso fue todo. Se levantó de su silla, me levantó y con
cuidado me echó sobre su hombro. Gemí cuando el dolor recorrió mi
espalda. Y ese traidor Skel le abrió la puerta.
—Disculpad, mi mujer necesita un recordatorio rápido de a quién
pertenece—les dijo Hawk a los sonrientes bastardos en la jodida
p j j
habitación.
Con eso, salió de la oficina y se dirigió a mi habitación conmigo
colgando sobre su hombro. No le golpeé la espalda ni me atreví a
levantar la voz porque no quería que los hermanos me vieran así. Se
reirían a carcajadas y nunca me dejarían olvidarlo.
Reboté cuando él me arrojó sobre mi cama y cayó encima de mí.
—¡Eina! (NelT: ¡Ayyy! ) Eso duele muchísimo—gemí cuando los
cortes en mi espalda escocieron y mi dolor de cabeza palpitó detrás
de mis ojos. Hawk inmediatamente me quitó su peso de encima.
—Ah, joder, lo siento, cariño. Siento mucho haber dejado que esto
te pasara, pajarito. Prometo que se les dirá a esa perras en términos
muy claros lo que les pasará si vuelven a intentar algo contigo. —
Pasó los dedos por los rasguños en mi cara y mi cuello y pude ver la
ira en sus ojos.
Pero todavía no era suficiente para calmar el dolor y la rabia que
sentía. Y sabía que esas zorras nunca se rendirían. Simplemente
encontrarían una manera más sutil de llegar a mí.
—Se acabó, Hawk. Lo único que haces es hablar y nunca les pasa
nada. Debería ser yo quien me encargue. Como dama del presidente,
se supone que tengo poder sobre esas zorras y no lo tengo. Si doy
una orden en tu club, esas perras y tus hermanos se reirán de mí. Es
como si el respeto que me tenían hubiera desaparecido
repentinamente en el momento en que me llevaste a tu club. Me
tratan como si fuera una más de tus putas.
Estaba de rodillas sobre mí y se recostó sobre sus pantorrillas.
Había arrepentimiento en sus ojos.
—Tienes razón, te fallé, DC, pero eso se terminó. A partir de hoy
las cosas van a cambiar, voy a hacer que cambien. Lamento no haber
estado allí para respaldarte cuando lo necesitabas, cariño. Crecí en
un club donde la palabra de mi padre era ley y mi madre se quedaba
en casa y al margen de los asuntos del club. Lo mismo que mi tía
Beryl. Hace poco que empezó a venir a cocinar y a cuidarnos. Creo
que intenté meterte en esa caja. Tendrás que tener paciencia
conmigo. Lo estoy intentando, cariño, sinceramente, lo estoy
intentando.
Suspiré. No tenía defensa contra este maldito hombre.
—Entonces tendrás que ser igual de paciente conmigo. Estoy
acostumbrada a ocuparme de los asuntos y estar dentro y que me
pidan mi opinión y recibir el respeto que me corresponde cuando la
doy. Nunca seré como tu madre, Hawk. Me niego.
Bajó la cabeza y pasó sus labios suavemente por los míos.
—Y me alegro muchísimo de que no lo seas, pajarito. Necesito
una mujer lo suficientemente fuerte como para enfrentar la mierda
que nos está lloviendo y tú eres esa mujer. Mi mujer. Mi dama. Y
ahora mismo necesito mostrarle a mi dama cuánto la necesito.
Y quería que me lo mostrara.
Alejándose de mí, Hawk se paró al lado de mi cama y comenzó a
desvestirse. Primero fue el chaleco, que dobló pulcramente y lo
colocó sobre el pequeño sofá. El resto siguió rápidamente. A medida
que se quitaba cada prenda, revelaba más de su hermoso cuerpo. Y
mi respiración se aceleró.
—Eres tan condenadamente bello, mi vikingo—murmuré
mientras manipulaba torpemente mi ropa.
Me las quité, las aparté de una patada y levanté la mirada.
Estaba justo al lado de la cama. Su mano envolvió su pesada polla
y la acarició lentamente. Arriba y abajo. Arriba y abajo. No podía
apartar los ojos de esa mano, ni de esa polla.
Hawk se inclinó y me levantó mientras se sentaba conmigo
extendida sobre su regazo desnudo. Oh, mierda.
—Te dije que te iba a poner el culo rojo por esa boca tuya.
¿Verdad, DC?
Un pequeño escalofrío me recorrió.
—Uhm, sí, sí lo hiciste. Pero yo…
No llegué más lejos. La primera palmada ardió pero se calentó
cuando él comenzó a darme pequeñas palmadas. Nunca dos veces
en el mismo lugar. Mientras ponía sus marcas sobre mi culo con una
mano, la otra jugaba conmigo. Me tenía flotando al borde mientras
me zurraba y me masturbaba.
Me encendí, de afuera hacia adentro, me prendí fuego y lo
deseaba. Estaba rogando por su polla.
—Por favor, Hawk, dámela. Dame tu gran polla. Por favor.
Se rio suavemente mientras acariciaba con su mano mi culo
caliente, calmando el ardor.
—A mi pajarito le gusta su castigo. A ella le gusta la forma en que
juego con su culo. Cuando lleguemos a casa veremos qué tan
creativo puedo ser y cuánto puede soportar mi mujer.
Solté un sonido gutural de aprobación mientras sus dedos
pasaban por mis pliegues y le daban un fuerte azote a mi clítoris. Me
estremecí en su regazo.
—Pero no ahora. No voy a jugar con el coño de mi pajarito ahora
mismo. Lo voy a follar duro y lo vas a aceptar, cariño. Vas a tomarlo
todo, vas a tomar cada cosa que quiera darte.
Levantó mi culo para recuperar sus dedos y gemí. Pero lo que
obtuve fue mucho mejor.
Hawk me dio la vuelta, me levantó y me acostó en la cama, con
las piernas colgando a un lado. Me arrastró hasta el borde y mi
espalda y mi culo rojo ardieron mientras el edredón raspaba la piel
dolorida y sensible.
Mi gemido apenas había salido de mi boca cuando él estaba de
rodillas entre mis piernas abiertas. Pasando mis piernas sobre sus
hombros, se sumergió entre mis muslos, chupando con fuerza y grité
cuando mi clítoris sobre estimulado envió rayos de placer a través de
mí. No se rindió. Sus labios, lengua, dientes y barba me torturaron.
Me chupó. Me lamió. Mordió mis pliegues y mi clítoris. Frotó sobre
mi piel sensible. Volviéndome loca de deseo.
Necesitaba correrme, ahora mismo. Pero él me siguió torturando.
Se negó a dejar que me corriera. Me estaba desesperando. Gimiendo,
suplicando. En vano.
Estaba hecha un desastre cuando se levantó y mis piernas se
deslizaron de sus hombros para caer como si estuvieran hechas de
gelatina. No hubo resistencia cuando me llevó al centro de la cama,
me dio la vuelta y empujó dos de las almohadas debajo de mi
vientre tembloroso. Juntó mis muslos, acariciando con sus manos la
parte exterior de mis piernas subió por mis caderas, las deslizó hacia
abajo y sobre mis senos. Grandes dedos hicieron rodar, tiraron y
pellizcaron mis pezones, haciéndome jadear.
Oh, mierda. Sabía lo que vendría y temblé de anticipación.
—Mantén las piernas juntas para mí, cariño. No te muevas hasta
que te lo diga. Te voy a follar, pajarito. Te voy a follar duro y no
usaré un puto condón. Nunca más volveré a usar esa mierda. Y no
tenemos que preocuparnos por las enfermedades, cariño. Me
hicieron las pruebas, estoy limpio. Nunca pondría mi polla en este
hermoso coño si existiera la posibilidad de contagiarte algo.
Sus dedos jugaron con mis pechos y gemí, levantando las caderas
para tener más de él. Mis manos estaban apretadas en puños al lado
de mi cabeza, que estaba girada para poder mirarlo por encima del
hombro. Mi vikingo se veía tan condenadamente hermoso cuando se
levantó detrás de mí, besando una línea a lo largo de mi columna y
colocando suaves besos sobre mis puñaladas. Me estremecí cuando
el vello de sus muslos se frotó contra mis nalgas calientes. Contuve
la respiración con anticipación y no tuve que esperar mucho.
Deslizando su polla dura y caliente sobre mi coño a través de mis
muslos fuertemente apretados, se cubrió con mis jugos. Jugos que
salían de mí y resbalaban por la parte interna de mis muslos. Ya no
estaba inclinado sobre mí, sino que observaba cómo se movía su
polla sobre mi necesitado coño. Ese maldito piercing suyo chocaba
contra mi clítoris al final de cada deslizamiento, provocando visibles
temblores en mi cuerpo.
—Prepárate, pajarito—gruñó de repente.
p p j g p
No tuve tiempo de prepararme. Su polla se deslizó sobre mí y se
estrelló contra mi carne sensible, el orgasmo que había estado
suspendido en el aire se rompió sobre mí. Grité mientras mi coño se
apretaba alrededor de su polla. No dejó de follarme, esa gran polla
siguió jodiéndome bruscamente y me hizo subir de nuevo para
estrellarme en una lluvia de placer.
Mi orgasmo todavía me atravesaba cuando me giró y su polla se
estrelló contra mi coño. Abriéndose paso hacia el interior más allá de
los músculos vaginales que se contraían. Envolví mis piernas
alrededor de sus caderas mientras él seguía follándome con fuerza.
Su polla se sentía más grande, más dura y más ancha. Con sus ojos
clavados en los míos, entrelazó nuestros dedos y empujó nuestras
manos hacia la cama por encima de mi cabeza. Bajándose, pasó la
lengua por mis labios abiertos, lamiéndolos y chupándolos. Me besó
profundamente antes de levantarse para mirarme a los ojos y luego
mirar hacia abajo para ver su polla entrando y saliendo de mí, con
fuerza.
Sentí otro orgasmo gestándose y apreté mis dedos alrededor de
los suyos, aferrándome a lo que sabía que iba a ser una experiencia
que cambiaría mi vida. Por la mirada en sus ojos supe que a él le
pasaba lo mismo.
El orgasmo vino hacia nosotros como un tsunami, llevándonos
hacia arriba y hacia arriba. Estrellándonos contra el suelo y
levantándonos. Una y otra vez.
Gruñó bajo y largo en mi cuello y gemí contra su pecho mientras
nos atravesaba. Me quedé debajo de él, arrastrada hasta la orilla,
agotada y temblando. Dentro de mí sentía su polla sacudirse
mientras pequeñas réplicas nos atravesaban a los dos. Su rostro yacía
en mi cuello, sus dientes apretados contra mi hombro. No tenía idea
de cuándo había sucedido eso, pero en el instante en que las
endorfinas disminuyeron comencé a sentirlo.
Empecé a sentir todos mis dolores. Y eran bastantes.
Me gustaba el sexo duro, lo había tenido antes. Pero lo que
acabábamos de hacer era más, más que sexo duro.
q
Fue un reclamo primitivo. Él me había reclamado, había dejado
su huella en mí, por dentro y por fuera.
Apartando su rostro de mi cuello, Hawk me miró y sus ojos
buscaron los míos. Como si buscara algo.
—¿Estás bien, bebé? ¿Fui demasiado rudo? Te mordí al final,
pajarito. No tengo idea de por qué carajo hice eso. Nunca lo había
hecho antes.
Tragando fuerte, me lamí los labios mientras encontraba la voz.
—Eso fue increíblemente bueno. Te amo, mi vikingo.
—Te amo, mi pajarito, más de lo que jamás he amado a nadie, ni a
nada en mi vida.
Me recosté en los brazos de mi hombre y me deleité con el placer
posterior de un sexo duro realmente genial.
Si fuera psíquica y pudiera ver el futuro, habría visto que habría
una próxima vez, una próxima y una próxima.
Estaría presionando sus botones en el futuro porque el sexo duro
con mi hombre era algo fuera de este mundo. Muy, muy bueno.
Y será mejor que todas esas zorras en su club se cuidaran. Ya no
aceptaría ninguna mierda de nadie. Y eso incluía a todos los
miembros parcheados.
Hawk quería que yo fuera su dama.
Entonces seré su dama y tomaré el control.
Me crié en un MC. Sabía exactamente hasta dónde podía llegar.
Sonreí contra el pecho de mi hombre.
Será mejor que los Iron Dogz y sus perras tengan cuidado.
Había una nueva perra a cargo.
Hawk
Hawk se levantó sobre sus antebrazos, sin soltar las manos de su
pajarito y miró hacia abajo, hacia donde su polla y sus caderas
chocaban contra ella. Él la estaba follando jodidamente fuerte y todo
lo que ella hacía era gemir y levantar las caderas para encontrarse
con las de él. Sus piernas lo rodearon con fuerza.
Su clímax lo golpeó y lo lanzó tan alto que echó la cabeza hacia
atrás y rugió, luego se dejó caer y apretó los dientes alrededor del
músculo de su hombro. Marcándola como suya. Su coño
convulsionó a su alrededor, arrastrándolo más y más hacia su
clímax. Dolía que fuera tan jodidamente bueno. Él aguantó mientras
su polla se corría a chorros dentro de ella, cubriendo sus entrañas
con su semen, marcándola en todos los sentidos que podía.
Su mano en su culo. Sus dientes en su hombro. Su semen dentro
de ella. Y pronto tendría su tinta sobre su cuerpo. Para decirle al
mundo que ella le pertenecía. Y si su pajarito lo quisiera le pondría
un anillo en el dedo, haciéndolos legales ante los ojos de la puta ley.
Cualquier cosa por ella. Todo lo que ella quisiera, él se lo daría.
Abrazándola, la apoyó sobre su pecho y la besó en la frente.
Podía relajarse ahora que la había follado y había solucionado
algunos de sus problemas. Había tenido que interrumpir lo que
estaba haciendo para volver corriendo y encargarse de su mujer.
Desafortunadamente, pronto tendría que dejarla nuevamente para
ocuparse de los asuntos del club.
Y cuando se fuera, su mujer tendría poder más que suficiente
para ocuparse de los asuntos en la sede del club. Nadie jamás
volvería a faltarle el respeto. Él se encargaría de ello.
Pero ahora tenían que volver a casa. Iba a trasladarla a su casa
donde estaría más cómoda y no tendría putas en su cara todo el
tiempo.
Su pajarito merecía más de la vida de lo que ella había tenido
hasta ahora. Quería darle más. Y le daría más. Sería un honor y un
placer para él.
Juntos enfrentarían la mierda que se avecinaba y la superarían.
Su sonrisa era depredadora. El pajarito en sus brazos era una
fuerza a tener en cuenta y era toda suya. Siempre sería suya y sólo
y y p y y
suya. ¿Por qué mierda había pensado que podía domesticar a esta
Demon Child?
No puedes domesticar a una criatura salvaje como su pajarito.
Y definitivamente no puedes domesticar a Crow. Ella siempre
sería impredecible, salvaje y peligrosa.
Pero ahora no era el momento de preocuparse por lo que podría
traer el mañana. Ahora era para ellos.
Mientras el sol de la tarde pintaba su cuerpo de dorado, él
sostuvo a su pajarito en sus brazos y le dio pequeños besos en el
cabello.
Sabía sin lugar a dudas que ella era suya y que siempre sería
suya.
El maldito amor de su vida.
Fin
EL CONO del SILENCIO
Traducción

Colmillo
Corrección

La 99
Edición

El Jefe
Diseño

Max
Notas

[←1]
Magaliesberg es una cordillera en el noroeste de la Provincia de Gauteng,
Sudáfrica, que se extiende desde Pretoria a Pilanesberg. Su nombre deriva
del topónimo montaña de Mogale, que es una deformación de «Magalie»
[←2]
[←3]
[←4]
[←5]
[←6]
RICA es una ley sudafricana que supervisa la interceptación legal y el
seguimiento de cualquier comunicación telefónica móvil. Requiere que cada
persona que compre una SIM registre sus datos personales.
[←7]
Ella se ríe porque el verbo es pum que también significa
bombear. Slang para hacer una paja.
[←8]

La boerewors es un tipo de salchicha popular en la


gastronomía de Sudáfrica. El nombre procede del afrikáans boer y wors.

También podría gustarte