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SUMARIO
El demandado en el juicio de reivindicación debe ser el poseedor, pues una correcta interpretación de los
arts. 2758 y 2772 excluye al tenedor. Sin embargo, ello no significa que al tenedor no le puedan alcanzar los
efectos de la sentencia que condena a restituir, pues si así fuese el juicio carecería de efectos prácticos al
obligarse al actor a iniciar un nuevo proceso contra el tenedor. La acción reivindicatoria puede ser dirigida
contra quien tiene la cosa, porque en la mayoría de los casos, este tenedor va a representar enderezar su
requerimiento a fin de obtener judicialmente la recuperación de la posesión. La ley allana el camino al titular
del derecho real a no obligarlo a practicar indagaciones previas acerca del carácter que enviste el
demandado. El tenedor no está obligado a responder a la acción reivindicatoria si declara el nombre y la
residencia de la persona a cuyo nombre la tiene. Producida entonces la nominatio auctoris, en tiempo
oportuno, esto es a la traba de la litis o en un período anterior, la acción debe dirigirse contra el verdadero
poseedor de la cosa, a quien, en forma exclusiva, se legitima pasivamente para responder a la acción
intentada por el titular del derecho real que procura recuperar la posesión perdida.
Aún cuando la demanda por reivindicación se hubiese dirigido contra el supuesto verdadero poseedor, de
todas formas los efectos de la sentencia condenatoria alcanzarían al ocupante ya que el condenado a restituir
satisface la sentencia dejando el inmueble desocupado, art. 2794 C.Civil. La situación de aquél no podría ser
más favorable que la del poseedor vencido en el juicio.
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