Está en la página 1de 3

Es noticia HermanosERE

Estepona
Telefónica
Tsunami
TVEDavid Peregrina
Libro PedroElon
Sánchez
Musk
EntradasEurovisión
Estopa LaJunior
Pantoja deArturo
PuertoPérez
Rico
Bolsa
- Reverte
Ibex
Guerra
35 Ucrania
Guerra
Rusia
Israel
Instagram
Hamas
El Yoyas
La Promesa
Comprobar loteria
ÚltimasNavidad
noticias

Menú Últimas noticias

España Cotizalia Opinión Salud Internacional Cultura Teknautas Deportes ACyV Televisión Vanitatis

Alma, Corazón, Vida

PUBLICIDAD

ES FRECUENTE QUE A LOS 30 EXPERIMENTEN UNA


CRISIS DE IDENTIDAD

Los siete pasos que


siguen las mujeres
infieles
Para la mayoría de los hombres es un misterio lo
que se le pasa por la cabeza a una mujer infiel. El
engaño femenino suele reducirse

Los siete pasos que siguen las mujeres infieles

Por Receca Royo Ortiz


23/11/2011 - 06:00 Actualizado: 02/12/2014 - 15:57

ara la mayoría de los hombres es un misterio lo que se le pasa por la


P cabeza a una mujer infiel. El engaño femenino suele reducirse al ansia Última hora
de venganza frente al cometido por los hombres. Además, cuando a
Sánchez vuelve a las librerías
alguien le ponen los cuernos no se para a empatizar con quien le ha con 'Tierra firme', su relato
engañado. Pero quizá si los varones comprendieran mejor cómo y por qué sobre el 23-J
sus mujeres se echan en brazos de otros hombres, no habría tantos
Esto es lo que nunca deberías
engaños. hacer si ganas El Gordo de la
Lotería de Navidad, según los
economistas
Al menos esa es la tesis que defiende Michelle Langley, autora del libro Ver más
PUBLICIDAD

Women's Infidelity. Según ella, el patrón que siguen las mujeres infieles es El juez amplía el plazo para que
común a la mayoría y, si sus parejas supieran reconocerlo, podrían atajar
sus problemas sentimentales a tiempo, quizá, de evitar una ruptura.

Ese comportamiento lo divide Langley en siete etapas:

PUBLICIDAD
1- Las mujeres ‘empujan’ a los hombres hacia el compromiso.

2- Lo consiguen.

3- Pierden el interés por el sexo.

4- Se sienten atraídas por alguien más.

5- Empiezan a engañar a su pareja.

6- Cuando están con ella, aparece el mal humor y se vuelven resentidas.

7- Empiezan a decirle a su pareja que necesitan tiempo para ellas.


PUBLICIDAD

La autora asegura que, después de investigar durante más de diez años el


comportamiento femenino, está convencida de que las creencias generales
de la sociedad están mal encaminadas y, si no cambian, cada vez será
mayor el número de mujeres infieles y de matrimonios infelices.
“Actualmente, son las mujeres las que dan el primer paso en un 70 - 75%
de los divorcios”, afirma.

Según Langley las mujeres más propensas a dar ese paso son las que
tienen alrededor de treinta años y llevan cuatro de matrimonio. “Es muy
común que estas mujeres experimenten una crisis de madurez similar a la
crisis de los 40 masculina”, explica.

Esa crisis de identidad suele comenzar con la pérdida del deseo sexual.
Mujeres que, supuestamente, tienen todo lo necesario en la vida (un
marido, una casa, un trabajo y expectativas cercanas de tener hijos)
comienzan a sentirse vacías y no encuentran sentido a esa vida. La crisis
de identidad que arrastra el descenso del deseo sexual provoca que
muchas vean las relaciones con sus maridos más como un trabajo que
como un placer, lo cual no hace otra cosa que aumentar la frustración.

En estas circunstancias las mujeres son mucho más vulnerables a volcarse


con una relación nueva, incluso aunque sean el tipo de persona que siempre
ha renegado de la infidelidad. El hecho de involucrarse con otra persona (lo
que suele conllevar un alto apego emocional, aunque la relación sea
exclusivamente sexual) les proporciona una ilusión renovada. Sin
embargo, en la otra cara de la moneda se encuentra la culpabilidad, que
provoca que una gran mayoría de las mujeres que ha comenzado una
relación extramatrimonial intentevolcarse más en su pareja, en un vano
intento de mitigar un sentimiento de culpa que las atormenta.

Sin embargo, muchas no son capaces de cortar con su amante y de ahí


vienen las frecuentes justificaciones que se dan a ellas mismas del tipo
“mi marido no sabe valorarme” o “no me trata como merezco”.

En opinión de la psicóloga Eva Solanas este tipo de justificaciones son


más bien el intento de encontrar un motivo para continuar con la aventura
extramatrimonial. "Con el 'no me ha llamado' o 'se ha olvidado de San
Valentín' se reafirman precisamente en lo que quieren hacer, continuar la
relación con su amante", explica. "Es como si buscaran razones donde a
veces no las hay para seguir haciéndolo", añade.

¿Me quedo o me voy?

Si la relación infiel continúa adelante, las mujeres se ven atrapadas en un


dolor desconocido y difícilmente mitigable: la necesidad de elegir entre su
marido y su amante.

‘Dopadas’ por los efectos químicos que produce el enamoramiento y los


primeros meses de relación con una persona, estas mujeres suelen pensar
que han encontrado en su amante a su alma gemela, pero a la vez les
resulta difícil y doloroso renunciar a su marido y al proyecto de vida que
han construido junto a él. Aun siendo conscientes de lo injusta que es su
actitud para con su pareja, muchas son capaces de alargar esta situación,
este ‘limbo’, durante años. Con frecuencia piensan que la confusión
desaparecerá un día como por arte de magia pero, por lo general, el
milagro no ocurre, explica Langley.

Para Solanas no se trata tanto de no poder decidirse, si no "de querer


tenerlo todo". "Estas mujeres quieren conservar la estabilidad de su
matrimonio pero también quieren recuperar de alguna forma la ilusión que
tenían en los primeros años de relación", explica.

Pero postergar la decisión eternamente no siempre sirve. "Hacemos esto


en muchos aspectos de la vida (cuando hay que elegir entre dos trabajos,
cuando sopesamos si mudarnos...) porque es la postura más cómoda",
asegura la sexóloga. Esta actitud, continúa, "está directamente relacionada
con el miedo, el miedo a perder alguna de las dos opciones -marido o
amante, en este caso- o el miedo a elegir y equivocarse", amplía. "Pero la
vida consiste en tomar decisiones", recuerda.

Finalmente, o la decisión de la mujer o alguna circunstancia externa (que se


descubra la infidelidad, que el amante se canse y se vaya) provocan o bien
el divorcio o bien la vuelta de la oveja al redil.

En el primer caso, la mujer que decide divorciarse lo hace conscientemente


de que necesita (y puede llegar a tener) algo que su marido no puede darle.
Independientemente de que continúe o no con su amante, esta nueva mujer
sabrá exigir aquello que la hace feliz, pero también convivirá con el dolor y
el remordimiento de haber abandonado al marido.

Si la infiel decide, por el contrario, dejar al amante de lado e intentar salvar


su matrimonio, se encontrarán con frecuencia con que la relación
extramarital le ha servido para reavivar la llama de su matrimonio. Quizá
porque han aprendido a valorar aspectos de su marido que antes no
apreciaban tanto, o quizá porque el ‘separarse’ emocionalmente de él la ha
hecho ver cuánto le añora.

"Cuando estás un poco hastiado, en cualquier campo, no sólo en el amor,


un factor externo que te ilusione -como un nuevo proyecto laboral o un
viaje- siempre sirve para recargar las pilas y 'volver' con mayor energía y
con más ganas", zanja Solanas.

Noadex

PUBLICIDAD

Quiénes somos Trabaja con nosotros Apps Facebook Twitter Rss

© TITANIA COMPAÑÍA EDITORIAL, S.L. 2023. España. Todos los derechos reservados Condiciones Política de Privacidad Política de Cookies Transparencia Auditado por GFK
Datos de mercado proporcionados por TradingView

También podría gustarte