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Sábado

Desayunar
Motivación
Andar
Comida + Ducha
Desierto
Catequesis vigilia
Vigilia
Fiestuki

ETAPA: PORTUGALETE - MUSKIZ

OTOITZA
Esta mañana cuando nos hemos levantado y después de lavarnos la cara, posiblemente nos
hayamos dado cuenta de vuestro cansancio. Queremos que seamos conscientes del cansancio que
nos acompaña. Para ello, vamos a seguir los siguientes pasos:
1. Cerremos los ojos y cojamos aire.
2. Cogemos aire profundamente y vamos llevando la atención a nuestra respiración
3. Llevamos tu atención a los pies, a las piernas, a los gemelos y caderas ¿Cómo están?
4. (Breve silencio)
5. Cada vez que respiramos, llevamos la atención a nuestra espalda, tripa, hombros… ¿Cómo
los tenemos?
6. Cada vez que cogemos aire, llevamos la atención a los brazos y manos.
7. Ahora nos fijamos en nuestro cuello y cabeza, ¿cómo las tenemos?

(Breve silencio, ponemos música de Taizé instrumental


https://www.youtube.com/watch?v=pfin1W0v7Ts)
(la música sigue sonando, solo que a un volumen menor)
Ayer dejamos a María a los pies de la cruz. María vio cómo su hijo era asesinado, a pesar del
dolor, se mantuvo a los pies de su hijo amado. Hoy comenzamos el día recordándola.

(se proclama el pasaje Jn 19, 25, 27)


Joanen liburutik: Jesus eta beronen ama Del Evangelio según San Juan
Jesusen gurutzearen ondoan zeuden haren Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y
ama, amaren ahizpa , Maria Kleofasen la hermana de su madre, María, esposa de
emaztea, eta Magdalako Maria. Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús
Jesusek, bere ama eta honen ondoan maite vio a su madre y junto a ella al discípulo a
zuen ikaslea ikusirik, esan zion amari: quien él quería mucho, dijo a su madre:
«Emakume, ers hor zure semea». Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Gero, ikasleari esan zion: «Horra hor zure Luego dijo al discípulo:
ama». Eta ordudanik ikasleak bere etxean Ahí tienes a tu madre.
hartu zuen. Desde entonces, aquel discípulo la recibió en
Jaunak esana (persona guztiek erantzuten su casa.
dute, irakurleak ere bai): Eskerrak zuri Palabra de Dios (todas las personas
Jauna. responden, incluida la lectora): Te alabamos
Señor.

(Breve silencio, se sube la música, cuando empiece a hablar la persona, se baja)


María, vaya vida la tuya. Cuando dijiste: «Hágase», ¿pensabas en esto? Sospecho que no, aunque
también sospecho que igualmente hubieses aceptado. No caben muchas palabras ante tu imagen
esta semana: una madre rota, el dolor atravesado de ver a un hijo destrozado; y, sin embargo,
seguir ahí, al pie de la cruz, esperando…
(…)
(Breve silencio, se sube la música, cuando empiece a hablar la persona, se baja)
Poco a poco, vamos abriendo los ojos, volviendo a la sala. Seguimos concentrados en nuestra
respiración, poco a poco, vamos abriendo los ojos.

María es el prototipo de la mujer del Sábado Santo, capaz de esperar en la hora del silencio. De
María no nos constan grandes palabras ni discursos, ni elaboradas profecías. Sólo sabemos que
estuvo ahí, siempre… (Si se puede, utilizar estas frases a modo de pie de foto) y escuchamos la
siguiente canción: María de Nazaret. (Letra)

(Decimos juntas y juntos; o lo lee la chavalería, o lo lee el monitorado, o lo tiene en el


cuadernillo,…)

Nadie está solo, aunque a veces lo parece,


y te sientes herido, o se te rompe la entraña.
Si se te pierde la risa, y se te callan los versos.
Aunque te duela la historia te amenace el presente,
se te atraviesen los miedos, o se oscurezca el futuro…
Es verdad que sí, que hay días grises,
en que el silencio atormenta, y oprime
Hay momentos en que la distancia es nostalgia y ausencia.
Hay abrazos extraviados esperando un encuentro.
Hay miedos que anuncian naufragios, derrotas que parecen finales.
Pero nadie está solo, aunque a veces lo parezca.
Tu Palabra no se marcha Tu espíritu nos une,
fluye, infatigable, entre nosotros.
Despertando el Amor dormido, vistiéndose de servicio,
llamándonos prójimos, y trenzando, en nuestros días,
inesperados afectos que se convierten en hogar.
Aunque hoy nos llueva dentro.
Jose María Rodríguez Olaizola, Nadie está solo

Hoy os proponemos que podamos identificarnos con la actitud de espera de María y tratamos de
cuidar el silencio.
DESIERTO

¿Qué es el desierto?
Todas las personas sabemos que el desierto es un lugar geográfico, al que no es fácil retirarse. Sin
embargo, todas podemos retirarnos al desierto de nuestro propio corazón. A este desierto del
corazón y de la mente queremos retirarnos en esta reflexión.
Cuando vamos al desierto, nos ponemos en la presencia de Dios, tal como somos, sin miedo ni
disimulos, para poder escuchar lo que el Dios de Jesús nos dice al corazón.
En la vida también tenemos que aprender a vivir en desiertos no elegidos. Pensemos en el desierto
de la enfermedad, de la precariedad, de la incomprensión, de la violencia y de tanta soledad no
elegida.
En ninguna parte se puede escuchar mejor que en el desierto la llamada de Dios a cambiar el
mundo. El desierto es el territorio de la verdad. El lugar donde se vive de lo esencial. Lo decisivo es
buscar el camino acertado para orientar la vida.
A través de este desierto, queremos acercarnos a María y descubrir cómo actuó en tres momentos:
cuando concibe y da a luz a Jesús; en las bodas de Canaán; y al pie de la cruz.

¿Quién es María?
Entre las personas cercanas a Jesús de Nazaret, no hay ninguna como María. De ella no se dice
mucho en los evangelios, pero lo que se dice es sorprendente. Madre, testigo, seguidora… Una
mujer fiel a Dios, y capaz de ver más allá de lo cotidiano y establecido. Una creyente capaz de
arriesgarlo todo. Una mujer valiente. Mucho más que un ‘icono’, mucho más que una idea, mucho
más que un nombre…MARÍA
Sólo sabemos que estuvo ahí, siempre…
Dios actúa en la historia, pero lo hace a través nuestro. Cambia nuestro corazón y nos invita a
cumplir su voluntad para hacer grandes cosas. Eso es lo que hizo María, un sí que cambió la
historia. A través de su confianza y su libertad hizo posible que el plan de Dios se llevara a cabo.
Tanto Jesús como María no tuvieron una vida fácil, pero supieron encontrar en Dios motivos para la
fe y la esperanza.
Dios convierte a una mujer sencilla en un ejemplo de vida y de fe que nos sigue acompañando.

LC, 1, 24 - 38
María, la madre del «Hágase»

A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una
joven llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José,
descendiente del rey David. El ángel entró donde ella estaba, y le dijo: Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo.
Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo.
El ángel le dijo: María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Tendrás un hijo y le
pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, el Santo que va a nacer será llamado hijo de Dios.
Su reinado no tendrá fin.
Entonces María dijo: ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!
Uno no elige lo que la vida le da, no elegimos en la familia que nacemos, ni la época histórica, ni
tampoco el continente. La vida es algo mucho más complejo. No sabemos lo que nos va a deparar el
futuro. No podemos anclarnos en seguridades. Nos encontraremos con situaciones que no
esperábamos, que no queríamos, que no nos gustan o que nos asustan... Y tendremos la opción de
cerrar los ojos, de mirar hacia otro lado, esperar o aceptar la vida tal y como viene.
Hoy en día mucha gente sigue diciendo: Hágase, sin que eso signifique ser “los pardillos que todo
lo aceptan”. A imagen de María, debemos tratar de ser personas valientes, creativas, críticas y
fecundas. Decir “hágase” es aceptar la vida y tratar de hacerla buena.

¿Qué emociones y sentimientos me generan decir «Hágase»? Cuando me presento disponible, ¿qué
respuesta espero? ¿Cómo entiendo la disponibilidad de las demás personas?
Cuando estoy con los que me rodean (familia, grupo, amistades, estudios…), ¿soy capaz de decir
“hágase”?
¿En qué le he dicho yo a Dios: «Hágase»?

[Espacio para escribir]

Hágase No deseo nada más, Padre.


Padre, me pongo en tus manos; Te confío mi alma, te la doy
haz de mí lo que quieras; con todo el amor de que soy capaz,
sea lo que sea, te doy las gracias. porque te amo y necesito darme,
Estoy dispuesto a todo; ponerme en tus manos sin medida,
lo acepto todo, con una infinita confianza,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí porque tú eres mi Padre.
y en todas tus criaturas. Charles de Foucauld

María, la que ve las oportunidades

Jn 2, 1- 12
Una boda en Caná de Galilea

Al tercer día hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesús estaba allí, y Jesús y
sus discípulos también habían sido invitados a la boda.
En esto se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo: Ya no tienen vino.
Jesús le contestó: Mujer, ¿por qué me lo dices a mí? Mi hora aún no ha llegado.
Dijo ella a los que estaban sirviendo: Haced lo que él os diga.
Jesús dijo a los sirvientes: Llenad de agua estas tinajas.
Las llenaron hasta arriba, y les dijo: Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta.
Así lo hicieron, y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde
había salido. Así que el encargado llamó al novio y le dijo:
Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el
vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora.
Esta fue la primera señal milagrosa que hizo Jesús en Caná de Galilea. Con ella mostró su gloria, y
sus discípulos creyeron en él. Después de esto se fue a Cafarnaún en compañía de su madre, sus
hermanos y sus discípulos. Allí se quedaron algunos días.

En Caná de Galilea, en aquella boda en la que falta el vino. María ve la necesidad ajena, y las
posibilidades de cambio. Donde otros sólo verían el problema terrible y urgente, y tal vez se
echarían las manos a la cabeza, encontramos una persona capaz de intuir el milagro, la
transformación, la solución llena de vida. Donde otras personas se quedarían paradas, vemos una
figura que actúa con resolución. Donde otras personas se quejarían por lo que va mal. Donde
muchos pondrían peros, malas caras, críticas destructivas, María pone respuestas enderezando la
situación, con moderación, sin estridencia ni griterío.
Hoy en día mucha gente sigue sabiendo mirar al mundo con ojos esperanzados, creativos y nuevos.
Donde todo tiende a estar bastante estandarizado, donde hay un exceso de banalidad, hay gente
capaz de descubrir las semillas de la belleza, del bien, del amor, y hacer que crezcan.

¿Cómo miras tú el mundo? ¿Miras y te fijas con pena en lo que está mal, o vas más allá y ves las
oportunidades que hay?
A tu alrededor hay situaciones complicadas, injustas y dolorosas ¿cómo te plantas ante ellas? ¿De
dónde sacas la confianza en que la situación puede cambiar? ¿Te asusta la frase “siempre ha sido así
y seguirá siendo”?
¿Pides a Dios que solucione las injusticias o te comprometes con la construcción del Reino?

Dios te salve, María, Agur Maria, graziaz betea,


llena eres de gracia, Jauna da zugaz
el Señor es contigo. Bedeinkatua zara zu andra guztien artean
Bendita tú eres entre todas las mujeres Eta bedeinkatua da zure sabeleko fruitua,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Jesus
Santa María, Madre de Dios Santa Maria, Jaungoikoaren Ama
ruega por nosotros, pecadores Erregutu egizu guk pekatarion alde
ahora y en la hora de nuestra muerte. Orain eta gure heriotzako orduan
[Espacio para escribir]

Jn 19, 25-27
María, al pie de la cruz

Estaban al pie de la cruz de Jesús: su madre; la hermana de su madre; María de Cleofás; y María
Magdalena. Al ver a su madre y a su lado al discípulo amado, dijo Jesús: —Mujer, ése es tu hijo.
Y luego dijo al discípulo: Esa es tu madre.
Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa» .

Podemos encontrar un sentido obvio y natural en esta escena: Jesús, a punto de morir, se preocupa
por su madre, porque de acuerdo con la ley judía, debe quedar a cargo de algún varón para que la
cuide. Jesús encarga esa tarea al discípulo amado. Es un detalle que no podía faltar en el alma
sensible de un buen hijo como era Jesús.
Para Jesús, en medio de la tiniebla hay un consuelo. Al pie de la cruz está su Madre, consolando a
su Hijo como sólo ella puede hacerlo. Es una luz en aquel momento terrible.
Esta mujer fuerte de corazón, que se mantuvo de pie junto a la cruz, en compañía de unas pocas
personas, consiguió hacer suya la propuesta de Jesús – El que quiera ser mi discípulo, olvídese de sí
mismo, cargue con su cruz y sígame (Mt 16, 24). Porque ella entendió, que lo importante no es
suprimir las cruces de la vida, sino descubrir la manera de situarnos en frente de ellas.
Junto a María hay personas que le acompañan y se solidarizan con su dolor, en las relaciones reales
se comparten las experiencias dolorosas.
María conoció el sufrimiento, supo muy bien lo que era el dolor y experimentó el sabor de la cruz.
Pero, a través de María se nos ofrecen claves para iluminar el sentido del dolor y para
descubrir el sentido y la fuerza para encarar el sufrimiento. Ella no estaba derrotada,
desalentada, sino de pie, con firmeza, dignidad y esperanza en los planes de Dios.
María nos muestra cómo situarnos frente a la cruz de Jesús y, junto a quien sufre. Debemos
permanecer de pie, sin admitir la derrota, aunque en el momento nos sintamos vencidos.
Su imagen dolorida, pero también fuerte, conecta con aquellos momentos en los que la vida nos da
golpes, más o menos fuertes, que hacen que todo en nuestro interior se tambaleé y necesitemos
buscar un punto de apoyo.
Para María, fue su fe en el Dios del amor. Con ella descubrimos que la fe no nos ahorra los
momentos dolorosos de la vida, aunque ayude a darles un sentido diferente. Incluso en aquellos
momentos más oscuros y amargos de la vida, Dios no nos abandona, aunque parezca que guarde
silencio. Sobre todo, María nos recuerda con su fe inquebrantable en su hijo, que nada podrá
separarnos del amor de Dios, porque al final, el amor, es capaz de vencer incluso a la muerte.

¿Soy capaz de seguir confiándome a Dios en los momentos difíciles? ¿Cómo acompañamos a las y
los demás en los momentos difíciles de su vida? ¿Cuánto nos apoyamos en Dios para superar las
dificultades?

[Espacio para escribir]

Señor, Tú vas abriendo paso para que siga tus pisadas.

Tú me muestras los secretos de tu amor,

y me vas recordando que las personas son hermanos y hermanas.

Dame luz para saber qué quieres de mí,

para vivir la aventura apasionante de una vida generosa, entregada.

Tú nos vas recordando que son dichosos los que trabajan por la paz,

los que hacen de la vida un encuentro,

los que no se conforman con vivir pasivamente.

Quieres que sea luz y sal de la tierra,

que contagie tu fuego y dé buen sabor,

que vaya por el mundo transmitiendo

la vida nueva que has encendido en mi corazón.

Quiero sentirme cada día fortalecido con tu presencia,

acompañado por tu Palabra,

guiado por tu Espíritu

para que mis caminos sean siempre y en cada momento tus caminos.

Aquí estoy Señor,

hágase en mí según tu Palabra.


CATEQUESIS DE LA VIGILIA

Viene de tradiciones antiguas, cuando los hebreos son liberados de Israel, esperaban en vela a su
liberación; las primeras comunidades cristianas, también celebraban la resurrección, pero como eran
perseguidos lo hacían de noche. La Vigilia Pascual se realiza antes de la media noche del Sábado
Santo.
En la Vigilia pascual se conmemora la noche santa en la que el Señor resucitó; la Iglesia espera la
Resurrección del Señor y celebra – se llena de felicidad por - la resurrección de Jesús. La
resurrección de Cristo es el fundamento de nuestra fe.

La Vigilia pascual se desarrolla en cuatro partes:

LITURGIA DE LA LUZ
La muerte de Jesús deja todo en tinieblas. El fuego que se enciende significa Cristo luz que sale de
la tierra. El fuego purifica, (nos limpia del pecado), funde (nos une en la Vida), ilumina (Cristo es la
luz), anima, calienta...
Se prepara un fuego y La Vigilia comienza cuando se apagan las luces de la iglesia y el sacerdote,
después de bendecir el fuego, enciende el Cirio Pascual, el cual es bendecido y llevado en procesión
a través de la iglesia mientras permanece a oscuras. Del fuego del cirio pascual se encienden las
demás velas que lleva cada persona y de éstas se encienden otras. La luz del fuego representa a
Cristo resucitado.
Ya con las velas encendidas, el sacerdote canta el Pregón Pascual, antiguo himno de Pascua.

Liturgia de la Palabra
Las lecturas se presentan como una clave para entender toda la historia de la salvación, que ahora se
ilumina y llega a plenitud en Jesús, el Cristo. Hay una pequeña oración que proclama el cura
después de cada lectura
Lecturas del Antiguo Testamento:
Creación (Gn 1, 1-2,2) ,
Sacrificio de Abrahám (Gn 22, 1-2. 9a. 10-13. 15-18)
Éxodo-el paso del mar (Ex 14, 15-15,1)
La nueva Jerusalén (Is 54, 5-14)
La salvación que se ofrece gratuitamente a todos (Is 55, 1-11)
La fuente de la sabiduría (Bar 3,9-15. 31-4, 4)
El corazón nuevo y el espíritu nuevo (Ez 36, 16-28)
Gloria: canto
Una lectura del Nuevo Testamento (Rom 6,3-11)
Aleluya
Evangelio: Mc 16, 1-7.
Homilía

Liturgia Bautismal
La Liturgia bautismal se caracteriza por tratar sobre los temas de la resurrección y el bautismo,
como términos que se complementan. Durante esta Liturgia se bendice el agua y se renuevan los
compromisos y las promesas bautismales.
El agua es signo de vida, vida que se renueva en Cristo. Se recuerda el bautismo, que nos da el
Espíritu de Cristo y nos hace miembros de la Iglesia, y también indica nuestro nacimiento dentro de
la Iglesia Católica.
Antiguamente, existía la tradición de bautizar en la Vigilia Pascual a todas aquellas personas que
aún no habían recibido el sacramento del Bautizo, de allí, que en la actualidad se empleen las velas
y el agua como símbolos para renovar las promesas bautismales durante esta conmemoración.
Bendición del agua
Letanías: invocación a los santos y santas
Bautismo
Renovación promesas bautismales
Aspersión

Liturgia de la Eucaristía
Se trata de una eucaristía mucho más especial que las que se realizan de manera cotidiana en la cual
se entonan cantos de júbilo y alabanza (intentamos demostrar nuestra alegría con diversas
canciones). Para finalizar, los feligreses reciben la bendición.
Oración de los fieles-peticiones
Ofrendas
Consagración
Santo
Padre nuestro
Paz
Comunión
Bendición y canto final
Domingo:
Levantarse
Mochila
Desayuno
Oración
Recogida y limpieza (se decide el día anterior)
Evaluación
foto
Y a casa.

Oración de la mañana: ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha resucitado


Todas las voces de la oración serán de mujer

Old Church Choir – Zach Williams https://open.spotify.com/track/4F7GcPH79KzsQfNphjtkGx

Cuando tienes ganas de cantar, de bailar, así, por las buenas. Te das cuenta de que hay una alegría
profunda que se te regala y que nada ni nadie te puede quitar. Cuando resurgen en tu interior viejas
melodías que habías olvidado o brota un canto nuevo. Cuando encuentras el ritmo del Evangelio en
tu interior. Eso que hace que todos los días sean domingo y te den ganas de gritar ¡Aleluya!. Eso
que hace que cada día sea nuevo. Quizás sean destellos del resucitado, efectos de la Resurrección.

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,1-9


El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba
oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les
dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro
discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las
vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el
sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un
sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

(…)
(Introducción): Hemos estado 4 días conviviendo con personas conocidas y otras que ni siquiera
habíamos visto en nuestra vida. Hemos vivido los últimos días de Jesús y hoy sentimos la alegría de
su resurrección. Esta alegría no se nos puede quedar en nuestro corazón, tenemos que abrirla a todas
las personas de nuestro alrededor.

Que el Señor nos acompañe al partir de este lugar.


Que vaya delante de nosotros para iluminar el camino.
Que camine a nuestro lado para ser siempre nuestro amigo.
Que vaya detrás de nosotros para protegernos de cualquier daño.
Que sus brazos cariñosos estén debajo de nosotros para sostenernos
cuando el camino sea duro y estemos cansados.
Que esté con nosotros para cuidar a todos los que amamos.
Que viva en nuestro corazón para darnos su alegría y su paz.

Padre bueno:
Danos un corazón de POBRE; capaz de amar, para abrirse y entregarse.
Danos un corazón PACIENTE; capaz de amar, viviendo esperanzados.
Danos un corazón PACIFICO; capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.
Danos un corazón JUSTO; capaz de amar la justicia.
Danos un corazón MISERICORDIOSO; capaz de amar, comprendiendo y perdonando.
Danos un corazón SENSIBLE; capaz de amar, llorando sin desalientos.
Danos un corazón PURO; capaz de amar, descubriendo a Dios en el ser humano.
Danos un corazón FUERTE; capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte.
Danos tu corazón.

(BUSCAR UNA VERSIÓN MÁS ANIMADA) ALMA MISIONERA


https://www.youtube.com/watch?v=I3nCCNk_zdg

Alternativa
Evaluación
(la del monitorado que se mande en el momento por whatsapp o presentar un QR)
IBILBIDEAK//RECORRIDOS

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BEGIRALEEKIKO HARREMANA/LA RELACIÓN CON EL MONITORADO

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ERREALITATEAREN IRAKURKETA SINESTEDUNA/


LECTURA CREYENTE DE LA REALIDAD

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ZUEN ARTEKO HARREMANAK / LA RELACIÓN CON EL RESTO DE


PARTICIPANTES

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

GOIZEKO OTOITZAK / ORACIONES DE CADA MAÑANA

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

LAN TXANDAK / TURNOS TAREAS INTENDENCIA


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AZPIEGITURA / INSTALACIONES

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JATORDUAK / COMIDAS

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GIROA / AMBIENTE

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AIPAMEN PERTSONALA / COMENTARIO PERSONAL SOBRE LA PASCUA

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