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SIERVOS CALIFICADOS 7 /CALIFICATIVOS DE UN LIDER

APTO PARA ENSEÑAR


1 Timoteo 3:1-7 Requisitos de los obispos. Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra
desea. 2 Pero es necesario que el obispo sea 1 irreprensible, 2 marido de una sola mujer, 3
sobrio, 4 prudente, 5 decoroso, 6 hospedador, 7 apto para enseñar;
¿En manos de quién querría usted ver a su hija, en unas manos cuidadosas o en unas manos
carismáticas? ¿En qué manos quisiera ver a su hijo en las manos de una mujer
despampanante o en las manos de una mujer fiel? Adivine ¿en manos de quien quiere Dios su
iglesia? DIOS SIEMPRE HA ESTADO MÁS INTERESADO EN EL ADVERBIO, QUE EN EL VERBO… EL
VERBO ES LO QUE SE HACE, EL ADVERBIO CÓMO SE HACE. 1 Corintios 13:1-3 para dirigir
aproximadamente a dos millones de sus gentes eligió a un hombre tardo de lengua.
Las iglesias sufren cuando los comités de búsqueda de pastores están más informados por el
mundo corporativo que por la Palabra de Dios. Preferencias acerca del estilo, personalidad,
apariencia, locuacidad, habilidades de gestión y sentido del humor, a menudo influencian
considerablemente el proceso de tomar la decisión. ¡Eso no tiene nada de malo, es más: eso
está bien! Siempre y cuando no sea en detrimento de las instrucciones claras de la Palabra de
Dios acerca de las calificaciones para los obispos de la iglesia. A menudo, el resultado trágico es
que la iglesia no puede diferenciar entre asalariados no-calificados y verdaderos pastores.
Predomina en el mundo evangélico un espíritu ateniense Hechos 17:19 Y tomándole, le
trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que
hablas? 20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere
decir esto. 21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra
cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo). Pero no debe de ser así. Los cristianos
tienen la ventaja de saber en términos simples qué es lo que Dios quiere que busquen en un
pastor. En 1 Timoteo 3:2-3.

 La biblia describe un don espiritual llamado el don de la enseñanza. El ser apto para
enseñar incluye el don de la enseñanza. Solo que Pablo no tuvo la intención de
equiparar el don de la enseñanza a ser apto para enseñar, ya que todos los cristianos
deben ser aptos para enseñar, aunque no todos tengan ese don particular. Mt 28:19
 ¿Tiene usted hijos? prácticamente cualquier creyente, salvos recientemente o creyentes de
años deberían ser capaces en un nivel o en otro aptos para enseñar, sobre todo con sus hijos.

La única capacidad particular que los pastores deben demostrar es la aptitud para enseñar.
Pero ¿qué significa exactamente? ¿Los pastores deben ser capaces de cautivar una audiencia?
¿Deben tener una buena presencia en el escenario? ¿Deben ellos ser cristianos fieles… con una
dosis extra de encanto y carisma? ¿Qué significa ser “apto para enseñar”?
“APTO PARA ENSEÑAR” MUCHO MÁS UNA HABILIDAD
RETÓRICA:
Es fácil asumir que ser “apto para enseñar” debe tener algo que ver con la predicación. Dicho
de manera simple, si quieres ser un anciano, tienes que ser capaz de predicar. Sin embargo,
equiparar “apto para enseñar” con la predicación es una sobre lectura de este requisito.
Después de todo, Pablo no menciona la predicación en este pasaje. Tampoco él ni otro escritor
en el N.T. asumen que la predicación sea el único contexto en el cual ocurre la enseñanza:

Cuando dice “enseñar” da amplitud en la gama de lugares para desarrollar dichas enseñanzas:
Hay varios contextos en los cuales el don de la enseñanza puede ser utilizado, ya dije dos: 1.
Discipulado uno a uno. 2. Paternidad. Además: 3. En clases de escuela dominical, 4. Institutos
bíblicos, 5. Colegios, 6. Campamentos y 7. estudios bíblicos en casas.
En otras partes de sus escritos, Pablo claramente se refiere a la “enseñanza” que ocurre en la
iglesia fuera del ministerio de la predicación (Ro 15:14 Pero estoy seguro de vosotros,
hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo
conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros (reprenderse, corregirse) los unos a los
otros. Tito 2:3-4 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no
esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus
maridos y a sus hijos). Además, Pablo también reconoce que, aunque cada anciano debe poder
enseñar, NO es que cada uno de ellos tenga un ministerio de enseñanza pública significativa y
consistente (sino solo algunos): 1 Timoteo 5:17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos
por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
Por lo tanto, si ser “apto para enseñar” NO necesariamente significa “predicar sermones
grandiosos”, entonces, ¿qué significa?

 Hablemos de criterios que identifican a un hombre como maestro calificado:


En primero lugar: un maestro calificado está marcado por una vida íntegra, de piedad y
santidad. Pablo le dice a Timoteo “ejercítate para la piedad” (1 Timoteo 4:7), “y sigue la
justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (1 Timoteo 6:11). Pablo
exhorta a Timoteo, “sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe
y pureza” (1 Timoteo 4:12). Quien quiera ser usado para limpiar algo debe asegurarse
primero que sus manos están limpias. El maestro debe ser el prototipo de lo que le pide a su
gente que sea. Algunos se preguntarán ¿por qué Pablo presenta esta calificación en una lista
de cualidades morales? Él lo hace porque la enseñanza efectiva está tejida en el carácter
moral del maestro. Lo que un hombre es no puede estar divorciado de lo que él dice. La
oratoria perfecta en un hombre sin piedad es como dice proverbios de la mujer hermosa y
apartada de razón: como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo.

En segundo lugar: Gracia Mateo 21:25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los
hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué,
pues, no le creísteis? 26 Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos
tienen a Juan por profeta. La santidad le da gracia y la gracia le proporciona credibilidad y
confianza de ser una persona que vive lo que enseña y más de lo que enseña. RESPALDO
DIVINO Malaquías 2:4 Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto
con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. 5 Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales
cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo
humillado. 6 La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en
paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. Si la gente no lo
ve, Satanás y sus emisarios sí lo ven: Hechos 19:13 Pero algunos de los judíos, exorcistas
ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus
malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. 14 Había siete hijos de un tal
Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo,
dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en
quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de
tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

En tercer lugar: un maestro calificado debe tener una profunda comprensión de la doctrina.
Pablo instruyó a Timoteo que, “serás un buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras
de la fe y de la buena doctrina que has seguido” (1 Timoteo 4:6). Richard Baxter lo pone de
esta manera: Él no debe ser un bebé en el conocimiento, el que vaya a enseñarle a los
hombres todas esas cosas misteriosas que deben de saber para ser salvos. O qué calificaciones
son necesarias para un hombre que tiene tal cargo sobre sí mismo. Cuanto más profunda sea la
reserva de conocimiento doctrinal que un hombre tiene, más eficiente y aplicable será su
enseñanza. Hechos 18:24 Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de
Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. 25 Este había sido instruido en el
camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo
concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. 26 Y comenzó a
hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron
aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Dios requiere claridad, no
inteligencia; fidelidad doctrinal, no florecimiento retórico.
Al mirar el mismo requisito en Tito 1:9, vemos a Pablo además explicando que ser “apto para
enseñar” es alguien “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada (que es conforme
a la enseñanza)”, para que también pueda exhortar con sana enseñanza i.e. instruir en “sana
doctrina” y reprender las ideas no bíblicas: y convencer a los que contradicen. (Tito 1:9). Este
enfoque en la sana doctrina continúa a lo largo de las epístolas pastorales. El anciano no debe
enseñar “doctrinas extrañas” (1 Timoteo 1:3 como te rogué que te quedases en Éfeso, para
que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina), sino que debe modelar y
enseñar doctrina con el poder para salvar a sus oyentes (1 Timoteo 4:16 Ten cuidado de ti
mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que
te oyeren). Él debe manejar con precisión la Palabra de verdad (2 Timoteo 2:15), evitando
“palabrerías vacías” que “conducirán a más y más impiedad” (2 Tim 2:16). Su enseñanza debe
producir “arrepentimiento” en sus oyentes y “pleno conocimiento de la verdad” (2 Timoteo
2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se
arrepientan para conocer la verdad).
En resumen, Pablo se enfoca más en el contenido y en el resultado de la enseñanza que en su
ejecución. “Apto para enseñar” no es sencillamente el “don del habla”. Podrías ser capaz de
cautivar a una multitud, pero si tu enseñanza no es verdadera o no produce santidad, no eres
“apto para enseñar”. El propio ministerio de Pablo modela estos compromisos. Él nunca se
jactó de su elocuencia; al contrario, buscó prudencia por sobre el estilo; claridad por sobre el
carisma: Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de
palabras (no con palabras elocuentes), para que no se haga vana la cruz de Cristo. 1 Corintios
1:17. ¿Qué significa la última frase? La TLA lo dice perfecto: Si yo hago que la gente se fije más
en mí que en Cristo, su muerte en la cruz se hace infructuosa y no sirve de nada.
Matthew Henry: Finalmente, el apóstol desea que el anciano o supervisor sea (v.9): “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada (lit. conforme a la
enseñanza), para que también pueda exhortar con sana doctrina (gr. didas-kalía) y redargüir a los que contradicen”. Aquí hace una explanación de lo que dijo en 1
Timoteo 3:2 (“apto para enseñar”) y 9 (“que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia”), aunque este último encargo lo había hecho con respecto los diáconos.
La “palabra fiel”, es decir, digna de crédito, es la que “está en armonía con la sana doctrina, esto es, con la doctrina que, a su vez, está basada en la Escritura (W.
Hendriksen). Solo así puede ser dicha palabra "para exhortar… y redargüir” (comp con 2 Ti. 3:16).

En cuarto lugar: un maestro calificado debe tener el don de la enseñanza. No es simplemente


la habilidad natural que hace a alguien un buen maestro; el don bíblico de enseñanza es la
capacitación del Espíritu Santo para enseñar efectivamente las verdades de la Palabra de Dios
(1 Timoteo 4:14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio. El v.13 dice cual es ese don: la exhortación y la
enseñanza, en las cuales debía él ocuparse. 2 Timoteo 1:6 Por lo cual te aconsejo que avives el
fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos).
(1) Hay dones verbales o de habla (Enseñanza, alentar y profecía) (2) y dones de servicio no
verbales (servicio, compartir, misericordia). Romanos 12:6-8

Romanos 12:6 si el de profecía, 1. PROFECÍA Se nos recuerda que la profecía, en el


entendimiento bíblico, no es estrictamente predictivo. Es más exactamente la capacidad para la
proclamación pública de la Palabra de Dios 1 Corintios 14:3 Pero el que profetiza habla a los
hombres para edificación, exhortación y consolación.
Ro. 12:6 úsese conforme a la medida de la fe. Es decir, conforme a “la fe”, ¿Cuál fe? Todo el cuerpo de doctrina que fue una vez dado a los santos Judas 1:3 me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Este versículo lo que quiere decir es que NO puede haber adiciones inspiradas, proféticas, al cuerpo de doctrina cristiana, por cuanto la fe ha sido entregada de
una vez por todas a los santos también ¿por qué no? puede referirse a hablar con toda la fe que Dios te haya concedido. Dice Strong: De modo que en la actualidad un profeta es sencillamente alguien que declara o revela la mente de Dios tal como ha sido
revelada en la Biblia. Algunos toman a la medida de fe como la proporción de la fe de la audiencia de la profecía; esto también tiene verdad. Ro. 12:7 o si de servicio, 2. SERVICIO. los que ayudan, dice 1 Corintios 12:28,
¿Ayudan? Su don es servir a otros. La persona que tiene el don del ministerio tiene un corazón de siervo. Ve oportunidades de servir, y las aprovecha. en servir; es decir sirviendo bien, excelencia. Esto tiene a la vista la imagen
más amplia de simplemente servir en maneras prácticas.

Ro. 12:7 o el que enseña, 3. ENSEÑANZA o instrucción Esto tiene en mente la instrucción, este
don consiste en la habilidad para interpretar, aclarar, sistematizar y explicar con claridad y
eficacia la verdad de Dios en la enseñanza; enseña bien o de todo corazón.

Ahora, la enseñanza como un don sobrenatural del Espíritu Santo: Una persona sin este don
puede entender la Biblia mientras la escucha o la lee, pero no la puede explicar como lo hace
una persona que tiene el don. Aunque el don puede desarrollarse, el don espiritual de la
enseñanza no es algo que se pueda aprender o adquirir (como con un grado académico o
universitario). Una persona con un doctorado, pero sin el don de la enseñanza, no podrá
exponer la Biblia, a diferencia de alguien que no tenga un diploma pero que tiene el don de la
enseñanza.

La Iglesia es edificada a través del uso del don de la enseñanza, mientras las personas escuchan
la Palabra de Dios, lo que quiere decir y cómo aplicarla a sus propias vidas. Dios ha levantado a
muchos con este don para levantar a la gente en su fe y permitirles crecer en toda sabiduría y
conocimiento (2 Pedro 3:18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo.).

Más que una fortaleza natural, la capacidad de enseñar es un don espiritual Éxodo 35:34 Y ha
puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu
de Dan; (1 Corintios 12:28; Efesios 4:1-12). Es un don dado por el Espíritu Santo, permitiéndole
a un creyente comunicar eficazmente las verdades de la Biblia a los demás. En muchos casos,
PERO NO SIEMPRE, se usa en el contexto de la iglesia local. El don de la enseñanza implica el
análisis y la proclamación de la Palabra de Dios, explicando el significado, el contexto y la
aplicación a la vida del oyente. El que tiene el don de la enseñanza, es aquel que tiene la
habilidad única para instruir y comunicar claramente el conocimiento, concretamente las
doctrinas de la fe y las verdades de la Biblia.
Ejemplo: Esdras y sus ayudantes
Esdras 7:6 “(Esdras) era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había
dado. Nehemías 8:9 El sacerdote Esdras, el escriba, y los levitas que hacían entender al
pueblo”. Véase también Hch. 6:10 Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que
hablaba. (En capacidad para enseñar) y también debe tener la capacidad de enseñar. Todo
obispo o anciano debiera poseer este don en algún grado.
Dios dio dones espirituales para edificar su Iglesia. Pablo instruyó a la iglesia de Corinto que buscaran edificar y
levantar la iglesia de Cristo, diciéndoles que, ya que estaban "anhelando" tener los dones espirituales, debían
"procurar abundar en ellos para la edificación de la iglesia" (1 Corintios 14:12). Un don espiritual (charismata
en el griego), es una habilidad sobrenatural dada por Dios para desarrollar un ministerio para la
edificación del cuerpo de Cristo. Es dado gratuitamente por Dios y no puede ser ganado. Mientras que un
don espiritual puede ser desarrollado, se requiere una habilidad sobrenatural para ejercitarlo. Uno de
estos dones es la enseñanza.
La palabra griega que se traduce como "enseñar" es didaskalos, que significa "instruir". A lo largo de la Biblia vemos ejemplos de enseñanza. Jesús mismo fue el gran
maestro, y Jesús mandó a Sus discípulos diciendo: "id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mateo 28:19-20). Jesús les ordenó a sus discípulos que enseñaran a los nuevos discípulos todo lo que Él
les había mandado, instruyéndolos tanto en la doctrina como en su caminar que agradara a Dios. Los ministros de Cristo no enseñan los mandamientos de hombres, o
cualquier cosa o idea que sea de su propia autoría, sino solo lo que es ordenado por Cristo.

Un anciano debe ser un maestro calificado y efectivo, quien trabaja arduamente en sus estudios y proclamación (1 Timoteo 5:17 Los
ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar). Esa es la
calificación que lo distingue de un diácono. Dado que la responsabilidad primaria de un obispo es predicar y enseñar la Palabra de
Dios, tener habilidad para eso es crucial.
Predicar y enseñar la Palabra de Dios es la tarea primaria de los ancianos (1 Timoteo 4:6-16; 2
Timoteo 2:15). Fue para ese propósito que ellos le fueron dados a la iglesia (Efesios 4:11–12).
Mientras que todos los creyentes son responsables de pasar las verdades que ellos han
aprendido en la Palabra de Dios, no todos tienen los dones para predicar y enseñar (1 Corintios
12:29). Sin embargo, quienes aspiran al trabajo pastoral deben ser dotados para ello.
El que tiene el don de la enseñanza puede enseñar tanto a individuos como a grupos. Una
persona con el talento natural para enseñar, puede enseñar casi cualquier cosa, pero una
persona con el don espiritual de la enseñanza, enseña el contenido de la Biblia. Él puede
enseñar el mensaje de un libro como un libro completo o dividirlo en párrafos individuales o en
versículos. Ningún nuevo material surge de una persona con el don de la enseñanza. El
maestro simplemente explica o expone el sentido del texto de la Biblia. Además, Pablo también
reconoce que, aunque cada anciano debe poder enseñar, solo algunos de ellos dentro de la iglesia tienen ministerios
de enseñanza pública significativa y consistente (1Ti 5:17).

En quinto lugar: un maestro calificado debe tener una actitud de humildad. Enseñar la verdad
con una actitud arrogante solo sirve para socavar las verdades mismas que son enseñadas. El
púlpito no es una plataforma para que los pastores jueguen a ser el Papa. La numerosa
cobertura de la prensa acerca de pastores actuando como dictadores solo sirve para reforzar la
necesidad de humildad en nuestros púlpitos. Aquellos que están propiamente calificados en
manejar la Palabra de Dios serán propiamente humillados por la misma. 2 Timoteo 2:24–
25 Pablo le recordó a Timoteo que, Porque el siervo del Señor no deber ser contencioso, sino
amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se
oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad. Hechos
12:23 Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y
expiró comido de gusanos.

En sexto lugar: un maestro calificado debe ser un estudiante diligente de la Escritura. En el


familiar pasaje de 2 Timoteo 2:15, Pablo escribe: “Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de
verdad”.

En sétimo lugar: un maestro calificado debe evitar el error. Cuando los hombres que buscan
preparación para el ministerio van a escuelas que no honran la Palabra de Dios, es trágico. La
presión por abandonar las convicciones bíblicas a menudo es abrumadora, y muchos se dejan
llevar por la corriente académica de la apostasía liberal. Pablo advierte repetidamente a
Timoteo que evite las falsas doctrinas (1 Timoteo 6:20 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha
encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la
falsamente llamada ciencia. 2 Timoteo 2:16). Es un consejo sabio también para nosotros.

Finalmente: un maestro calificado debe tener gran valentía y convicciones sólidas. Él no debe
abandonar la verdad y hacer naufragar su fe (1 Timoteo 1:18–19). Al final de su ministerio, él
debería poder decir con Pablo: “he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe” (2 Timoteo 4:7).
Yo diría que ser capaz de enseñar significa ser capaz de explicar públicamente y aplicar las Escrituras a toda la congregación. Esto no significa necesariamente que todos
los ancianos deben poseer la capacidad de predicar un sermón. Pero tampoco es la enseñanza definida de manera tan amplia que cualquier transmisión de la verdad
bíblica la califica.

En Efesios 4:11-12, Pablo enumera los dones fundacionales para la edificación de la iglesia local. Los dones son dados para la edificación del cuerpo de Cristo. En el
versículo 11, los maestros están ligados con los pastores. Esto no necesariamente indica un don, sino que pareciera implicar que el pastor también es un maestro. La
palabra griega para pastor es poiemen que significa "pastor de ovejas". Un pastor es uno que cuida de su gente, de la misma manera que un pastor de ovejas cuida su
rebaño. Así como un pastor alimenta a su rebaño, el pastor tiene también la responsabilidad de enseñar a su pueblo el alimento espiritual de la Palabra de Dios.

También el anciano debe ser apto para enseñar. Ha de ser conocedor de las verdades esenciales y capaz de comunicarlas a otros. Es una de las tareas hacia los nuevos
convertidos, enseñándoles todo lo que Cristo mandó (Mt. 28:20). No se está exigiendo aquí el don de pastor-maestro, pero ha de ser capaz de dar respuesta a la
congregación sobre cualquier cuestión de vida que se le plantee. Algunos ancianos tienen mayor capacidad para enseñar que otros, sin duda estos pueden tener, además de las
condiciones para el ejercer el oficio, el don de maestro, y es a estos a quienes se les encomienda que enseñen a la iglesia (5:17). Sin duda es necesario que antes de
enseñar haya recibido la instrucción necesaria para hacerlo (2 Ti. 2:2). En general quien enseña, bien sea como ejercicio del oficio de anciano, o del ministerio
de pastor o maestro, tiene que respaldar cuanto enseña con la vida personal. Todos los líderes tienen la responsabilidad de responder con la Palabra a cualquier asunto
que cada creyente requiera, pero, no todos los líderes tienen el don para predicar o enseñar (1 Co.12:29). Pero eso no evita que tengan el conocimiento bíblico
profundo para conducir la iglesia conforme a la Palabra.

No obstante, si somos honestos, todo cristiano preferiría tener un predicador fiel que
ocasionalmente masculla palabras y se pierda en sus notas que uno superficial y cautivador. Mi
amigo Matt Smethurst a menudo me recuerda que los sermones son como las comidas: no
recordamos la mayoría de ellas, pero estamos vivos solamente porque las consumimos. Si
la cadena de abastecimiento de comida colapsara, ¿preferirías que te dieran un perro caliente en
un plato de cartón cada día o un plato gourmet en porcelana fina una vez al mes? Un hombre que
es «apto para enseñar» sabe cómo entregar comidas nutritivas a su congregación, incluso si no
todas saben o lucen increíbles.

1 Corintios 2:4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 1 Corintios 2:13 lo cual
también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 2 Corintios 1:12 Porque
nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido
en el mundo, y mucho más con vosotros.

Otros podrían ser capaces de enseñar mejor el Evangelio, pero no pueden predicar un
mejor evangelio. Podrías no ser elocuente o efectivo según los estándares del mundo, pero Dios
aún podría considerarte «apto para enseñar».

¿Cómo pueden los cristianos saber si tienen el don de la enseñanza? Deberían empezar pidiéndole a Dios que les
brinde oportunidades de enseñar una clase de escuela dominical o en un estudio bíblico, bajo la autoridad y la
orientación de un maestro que tenga el don. Si ellos se dan cuenta que pueden explicar el significado de la Biblia
y otros responden favorablemente, probablemente ellos tienen el don y deben pedirle a Dios por más
oportunidades para usar y desarrollar su don.

Determinar si eres apto para enseñar es una reflexión importante. Aquí hay algunos pasos que puedes seguir para evaluar
tu capacidad:

 No descuidar el don, complementado por el verbo Avivar el fuego del don que hay en ti No
descuides el don que hay en ti: Timoteo fue advertido de no descuidar el don que Dios le
había dado. Esto nos muestra que definitivamente cabía la posibilidad de que los dones y las
habilidades en él pudieran ser desperdiciadas por la eternidad. Como en la parábola de los
talentos, no debemos enterrar las habilidades que Dios nos ha dado.
 Además, ninguno será apto para enseñar (διδακτικός) si él mismo no es enseñado
(διδακτός).
 Esdras 7:6 “(Esdras) era escriba diligente en la ley de Moisés
1. Conocimiento Bíblico:
o Evalúa tu comprensión de las Escrituras. ¿Tienes un conocimiento sólido de la Biblia y su contexto
histórico?
o ¿Puedes explicar conceptos bíblicos de manera clara y precisa?
2. Carácter y Vida Cristiana:
o Considera tu vida cristiana. ¿Estás viviendo de acuerdo con los principios bíblicos?
o ¿Eres un ejemplo positivo para otros creyentes?
3. Habilidades de Comunicación:
o Reflexiona sobre tus habilidades de enseñanza. ¿Puedes comunicarte de manera efectiva?
o ¿Puedes adaptarte a diferentes audiencias y contextos?
4. Motivación y Pasión:
o Pregunta si tienes un deseo genuino de enseñar y compartir la Palabra de Dios.
o ¿Sientes pasión por ayudar a otros a crecer en su fe?
5. Formación y Preparación:
o Considera recibir capacitación formal en teología o educación cristiana.
o Busca oportunidades para enseñar en grupos pequeños o estudios bíblicos.

Recuerda que ser apto para enseñar no es solo sobre habilidades, sino también sobre el corazón y la actitud. Ora y busca
la dirección de Dios mientras evalúas tu llamado a enseñar.

 1 Timoteo 2:4 RVR1960 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en
nosotros.
 LBLA Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido
encomendado.
 NTV Mediante el poder del Espíritu Santo, quien vive en nosotros, guarda con sumo
cuidado la preciosa verdad que se te confió.

En resumen, el hombre que es un maestro competente de la Palabra de Dios debe ser


espiritualmente dotado para hacerlo, tener un profundo conocimiento de las verdades bíblicas,
enseñar en un espíritu de humildad genuina, modelar una vida santa, estudiar la Escritura
diligentemente, evitar la falsa doctrina y ser un hombre de gran valentía y convicciones sólidas.
El púlpito no es un punto de venta para visionarios egoístas, quienes son los héroes de sus
propias ilustraciones. Dios es el protagonista central de Su propia revelación y los predicadores
calificados solo son aquellos que exponen correctamente lo que Dios nos está diciendo en Su
Palabra.

El llamado para predicar la Palabra de Dios es un llamado supremo, que exige una experiencia
excepcional en el manejo de la revelación escrita de Dios al hombre. Siempre debería de ser
recibido con temor, porque quienes enseñan se encuentran bajo un juicio de Dios más estricto
(Santiago 3:1).
1. APTO PARA ENSEÑAR
a. Palabra original: διδακτικός
b. Transliteración del Gr. didaktikos adj. que significa: Capaz de enseñar. Bien traducido al
inglés en la KJV (able to teach). Habilidad para instruir a otros. Concordancia Strong
g1317 Su parte en la oración: es un adjetivo como lo indica el diminutivo más arriba.
c. Origen: De philos y xénos. Fílos = propiamente querido, es decir amigo. Y Xénos =
foráneo, extranjero, forastero y por implicación: huésped.
d. Ortografía fonética: did-ak-tik-os¨ / Didácticos.
e. Definición de Apto para enseñar: Apto: Idóneo, diestro, hábil, a propósito, para hacer
algo (enseñar). Alguien lo suficientemente instruidos en la Biblia para enseñar, ya sea en
un lugar público o en un lugar privado. Adecuado para instruir.
f. Similares: calificado, capaz, competente, idóneo, pericia, hábil, ducho (expertiz), maestría
(destreza).
g. Lo opuesto: Inapto (inepto), incapaz, incompetente. Inepto. (del latín ineptus). Aquel a
quien se considera totalmente desvinculado de algo, o que no se puede establecer
relación alguna o nexo alguno, con un conocimiento, destreza o quehacer, por su falta de
capacidad para ello. Tanto apto como inepto admiten grados: Uno puede ser más apto
que otro para algo, es decir tener más estrecha relación vocacional con la enseñanza, por
más experiencia, conocimiento o destreza, u otras condiciones.
h. La palabra El verbo apio, apere, que significa ligar, atar, vincular o establecer una relación.
Apto quiere decir: “Atado, ligado o vinculado” a una determinada función o quehacer, en
este caso la enseñanza, aquel a quien se relaciona con algo porque se observa en él una
capacidad probada para ello. Es también el participio de apiscor, un verbo de la misma
raíz que significa alcanzar algo y vincularse a ello; por eso apto es también la calificación
que obtiene el que intenta alcanzar un grado, un conocimiento, un puesto, una vez lo ha
obtenido y adquirido, y queda vinculado a él.
i. Veces que ocurre: Solamente dos ocasiones en el N.T. 1 Timoteo 3:2 y 2 Timoteo 2:24
Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto
para enseñar, sufrido.
j. Léxico griego: διδακτικόν

La gente no escogió a Barrabás porque lo amaran, sino porque ellos odiaban la verdad.

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