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Curso Docente 2020

Módulo I:
Historia de
la Sexualidad
Curso Docente 2020 Módulo I: Historia de la Sexualidad

Objetivo
Generar una visión crítica de cómo la cultura ha influido e influye en la vivencia
de la sexualidad contemporánea, reflexionando el rol que cumple la educación
y sus efectos en la comprensión social de los fenómenos.

1. Introducción al concepto de “sexualidad”.

Es común que se entienda la sexualidad como algo


ligado al coito y que tiene su aparición con el gran flujo
de hormonas que se liberan durante la pubertad; con la
aparición del ciclo menstrual en las mujeres o la primera
eyaculación en los hombres.

Sin embargo, hoy entendemos que la sexualidad abarca


el sexo, las identidades y los roles de género, el erotismo,
el placer, la intimidad, la afectividad, la reproducción y
la orientación sexual; se vive y se expresa a través de
pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes,
valores, conductas, prácticas, roles y relaciones
interpersonales. La sexualidad está influenciada por
la interacción de factores biológicos, psicológicos,
sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales,
históricos, religiosos y espirituales. Esta comprensión
integradora de la sexualidad humana adquiere pleno
sentido al plantearse conjuntamente con el desarrollo
afectivo, ya que, cuando hablamos de “sexualidad”
hablamos, fundamentalmente, de afectos y vivencias
únicas para cada persona, sin rangos ni jerarquías
personales. Significa hablar de todas las edades, desde
la niñez a la madurez, de niñas y niños, de hombres y
mujeres, de cualquier orientación sexual, de todas las
identidades, de todas las capacidades funcionales, de
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multiculturalidad, de procedencia urbana o rural. Así


pues, la sexualidad es diversidad y, más que hablar de una
“sexualidad”, hablaremos de sexualidades.

El ser humano es un ser sexuado, porque desde el


nacimiento, el cuerpo ya tiene la capacidad de sentir
placer, con infinitas posibilidades de hacer, sentir,
crear y experimentar, tiene que ver con la forma en
que configuramos nuestra sexualidad, la cual no viene
marcada solo por nuestro código genético, sino que tiene
mucho de aprendido, por lo que va a ser diferente en cada
persona y cada contexto sociocultural.

En otras palabras, la sexualidad es parte de tod@s


nosotr@s, comienza desde el nacimiento (o antes de
nacer, según algun@s autores/as) y dura toda la vida, por
lo cual es necesario comprender cómo ha avanzado a lo
largo de nuestra historia como humanidad.

En palabras del Dr. Capponi (2010) la sexualidad ha ido


evolucionando junto con la mentalidad del ser humano.
En la Prehistoria era una simple satisfacción del impulso
reproductivo. Es probable que la preocupación por
la sexualidad no contara demasiado en las primeras
comunidades cavernarias debido a la vida totalmente
insegura de los primeros hombres. La persecución de la
caza y la búsqueda de frutos obligaban a un constante
cambio de refugios.

En la actualidad después de muchas investigaciones, se


ha comprobado que la necesidad de educación sexual en
el ser humano radica en que es el mamífero más sexuado
de la tierra. Lo que mueve al ser humano a la relación
sexual no es la excitación, sino una condición psicológica
mucho más potente: la fantasía. La fuerza que tiene para
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el ser humano el impulso sexual ha hecho que en todas


las culturas se imponga una educación sexual que plantee
límites, prohibiciones y permisos.

2. Sexualidad en la antigüedad.

2.1. Prehistoria:
Desde los nuevos enfoques de la arqueología los
cuales buscan la interpretación objetiva y los modos de
comprender el comportamiento y entendimiento de la
sexualidad a lo largo de los años, principalmente en la
prehistoria, han descrito y explicitado que ésta ha sido
diversa y mutable (Angulo Cuesta & García Díez, 2007).
Así, es primordial comprender que la prehistoria está
constituida desde el origen de los homínidos hace 5 a 10
millones de años atrás, hasta la formación de las primeras
evidencias de documentación escrita alrededor del 3.300
a.C. (de Eusebio, 2014).

Es por ello, que el número de especies Homo y las


localidades en las cuales se encontraban, además de
su variación a partir del recurrir en los años, hace
imposible determinar una o unas pocas sexualidades en
la prehistoria. Entre los estudios de algunas tribus por
parte de Javier Angulo (2007 y 2008), ha determinado
que es posible que aquellas tribus también ejercieran la
expresión de su arte en otros elementos de su día a día
como hogares u otros lugares los cuales visitaban, pero
dada las características climáticas y el paso del tiempo
éstas desaparecieron (si es que existieron).

Otro modo de comprender su representación de algunos


elementos de su sexualidad, ha sido a través de las escul-
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turas que construyeron. Las numerosas investigaciones


sobre las figuras fálicas, podrían hacer creer que estas re-
presentaciones eran bastante frecuentes de encontrar,
pero en realidad, los hallazgos son pocos aunque han sido
de interés para coleccionistas quienes han resguardado
y expuesto grandes colecciones de estas figuras. Algunas
teorías mencionan que estos elementos podrían haber
funcionado para trueque, como elementos votivos o tam-
bién como amuletos protectores.

Entre las pinturas realizadas en la prehistoria, podemos


encontrar aquellas que se refieren a la forma y tamaño
de la vulva, siendo interpretado por la comunidad de ar-
queólogos y arqueólogas como una clara referencia a la
importancia que se le daba a la labor reproductiva y se-
xual de la mujer (Llonch, 2009).

En ese sentido, cabe destacar que investigaciones


recientes rompen con el entendimiento de que la
mujer prehistórica estaba relegada a las labores
domésticas y los hombres a las labores relacionadas
con la caza (Li, 2010). Esta mirada androcéntrica
que ha sido divulgada y promovida fuertemente
durante el siglo XX estaba conducida principalmente
por los movimientos sexistas que en su época eran
prominentes y dejaban fuera la evidencia científica
para establecer entendimientos promotores de
diferencias y desigualdades (de Eusebio, 2014).

A partir de lo mencionado anteriormente, parte


de la comunidad arqueológica continúa con la
reflexión sobre si en algunas tribus de la prehistoria,
existía o no un régimen matriarcal, puesto que
a través de las investigaciones del conjunto de
figuras de Grimaldi -las cuales han sido halladas
principalmente en cabañas exhumadas-, se podría
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pensar que tenían un uso doméstico y no ligado a


símbolos de culto puesto que no se encontraban en
lugares destinados para dichos fines; estas figuras las
cuales -supuestamente- representaban la figura de la
mujer, se piensa que pudieron haber servido de amuleto
para promover una magia inseminante, aunque, por otro
lado, otros miembros de la comunidad arqueológica,
piensan que es más probable que tengan relación con los
procesos de iniciación de los adolescentes o inclusive son
representaciones de sacerdotisas.

Durante el largo período de la monogamia en serie se


mantuvo el tabú del incesto, y también hubo prohibición
del adulterio durante los cuatro años en que la pareja
se dedicaba a la crianza del hijo. Esto con la finalidad de
mantener el estado de enamoramiento, de tal manera
que la pareja pudiera cuidar por al menos cuatro años
a su hijo.A partir del nacimiento de la familia cuando el
hombre se hace sedentario y la familia pasa a ser la célula
básica de la sociedad, es preocupación fundamental
que el hijo tenga la genética del padre; por lo tanto, la
prohibición del adulterio rige fuertemente para toda la
vida. Sin embargo, a los hombres les ha estado permitido
tener relaciones sexuales fuera del matrimonio sin que
ello se considerara adulterio cuando ello ocurría con
prostitutas, cortesanas, viudas, solteras y separadas;
sólo la relación con una mujer casada era considerada
adulterio. De todas maneras, el adulterio por parte de los
hombres ha sido mucho menos castigado que el adulterio
por parte de las mujeres
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2.2. Egipto
La manera cómo se ha estudiado la historia del antiguo
Egipto, ha sido mediante las iconografías y textiles que
representaban su propia historia y momentos claves
de su cultura. Estas representaciones, en su mayoría, se
encontraban insertas en la documentación jurídica y los
textos sagrados donde, en su caso el coito eran mostrado
de manera sumamente explícita, en comparación incluso
de los textos literarios considerados más profanos, en
donde se aludía al coito metafóricamente (i Llonch, 2009).
Entre los hallazgos encontrados, se alude a la práctica del
coito anal y al uso de posibles métodos anticonceptivos,
además de cremas y ungüentos.

2.3. Grecia
Uno de los temas discutidos sobre la sexualidad en Grecia,
refiere a las prácticas que se llevaban a cabo entre los
maestros y sus discípulos. Para nuestra sociedad actual
es un tema polémico, ya que si lo miramos con nuestra
legislación y concepción de lo que es un adulto y un menor
de edad, los griegos hubieran estado incurriendo en lo
que hoy llamamos como pederastia, además de haber
sido catalogados como homosexuales.

Ahora, siguiendo el proceso contextual de la época, en


el cual estas vivencias estaban fuertemente ligadas a las
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prácticas educativas que debían ejercer los educadores y


los educandos, esto se vinculaba a la necesidad de nutrir al
educado a partir de la experiencia vividas por el educador;
es decir, que según la época dichas prácticas hacían parte
del modelo educativo. En ese sentido, se entendía que las
relaciones entre educadores y educandos eran inclusive
más fuerte que las creadas por la divinidad entre un padre
y su hijo. Todo esto, estaba fuertemente exacerbado
por las concepciones propias que tenían los griegos
frente a las mujeres, quienes eran vistas como inferiores
intelectualmente y necesarias sólo para llevar a cabo la
procreación y otras labores menores.

A las mujeres en la Antigua Grecia se les veía como un


ser salvaje y dichoso de coito por su naturaleza humana,
quienes necesitaban además ser fecundadas por los
hombres. Para aquello podemos leer a Platón señalando
que “por ello, las partes pudendas de los hombres, al
ser desobedientes, como un animal que no escucha a la
razón, intentan dominarlo todo a causa de sus deseos
apasionados. Los así llamados útero y matrices en las
mujeres –un animal deseoso de procreación en ellas,
que se irrita y enfurece cuando no es fertilizado a tiempo
durante un largo periodo y, errante por todo su cuerpo,
obstruye los conductos de aire sin dejar respirar- les
ocasiona, por la misma razón, las peores carencias y les
provoca variadas enfermedades”. Así, vemos cómo la
sexualidad de las mujeres se reduce a la procreación, ya
que la vinculación directa entre la morfología de ellas y su
carácter, llevaba a pensar que era necesario que existiera
frecuentemente semen en el útero en las mujeres,
para que existiera un equilibrio en ellas y no pasarán a
enfermarse. En ese sentido, las mujeres solteras o viudas
eran las que más padecían este tipo de enfermedades a
las cuales se les recomendaba quedar embarazadas y/o
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cohabitar con un hombre.

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Por último, la concepción de la salud estaba formada por


mantener un equilibrio entre fenómenos considerados
como naturales: el ejercicio, el baño, el alimento, la bebida,
el suelo y el coito (Montero, 1983). En ese sentido, como
se expuso anteriormente, el coito era de gran relevancia
para que los individuos estuvieran sanos.

2.4. Roma
En Roma, la concepción de sexo y de género se funda-
mentaba en, quien penetra es el hombre y quien es pe-
netrada es la mujer, de esta manera quien era penetra-
do siendo hombre se le categorizaba como pasivo y por
lo tanto como femenino; de esta manera en Roma, no se
hablaba de heterosexual/homosexual/bisexual, sino que
sus categorías eran sobre lo pasivo/activo, siendo siem-
pre lo activo como superior (macho) y lo pasivo como in-
ferior (hembra) (Salas, 2015).

En cuanto a las costumbres diarias, a partir de las leyes


ellos establecían el matrimonio entre hombres y mujeres
siendo éste un elemento fundamental para la procreación
de hij@s legítim@s. Las características de esta unión se
fundamentaban en el consentimiento de ambas partes
y duraba el tiempo que la pareja estimara conveniente.
Es decir que, en esta época se realizaban divorcios, los
cuales, además eran bastante frecuentes y un tema de
fácil discusión cuando era necesario (Angulo, 2008).
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2.5. Pueblos andinos


Se han encontrado escritos en los que describen cómo las
civilizaciones originarias de América, en específico las de
los Andes, comprendían a las mujeres y hombres como
descendientes de linajes por separados pero que debían
vivir de manera complementaria. Es una de muchas -pero
no conocidas- sociedades en la cual tanto los hombres
como mujeres a pesar de que tenían actividades marcadas
para su sexo, no significaba que no pudieran llevar a cabo
las actividades del otro, ya fueran tareas domésticas
como de caza o recolección de alimentos. Por ejemplo, las
mujeres a pesar que usualmente llevaban a cabo labores
domésticas, no era un modo de servir al marido como
lo es ahora desde una mirada occidental, sino como un
elemento para establecer un equilibrio en los quehaceres
y una contribución a la familia. En ese sentido, existía una
complementariedad entre lo masculino y lo femenino,
ninguno superior o inferior de manera permanente, sino,
que en constante movimiento según los momentos. Esta
relación permanente de complementariedad permitía
que la mujer pudiera ocupar cargos como los de guerrera
o inclusive Kuraka (Jefe/a Jurídico/a y administrativo/a)
valoradas por su valentía, fiereza y por ser sanguinarias
(Armas, 2001).

Esta cosmovisión nacía desde la propia divinidad existen-


te en su cultura, donde Illapa (Rayo) y la Pachamama (la
Madre Tierra) se necesitaban mutuamente. Illapa como
el dominador de los cielos, generador de las lluvias, gra-
nizos, nubes, etc. y en paralelo esos efectos permitían a la
Pachamama su efecto procreador. Pero Illapa no era gran
cosa si no permitiera eso en Pachamama y a la vez la Pa-
chamama no podría actuar sin Illapa. Es por eso, que éste
último era considerado por muchos como el fundador del
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linaje de los hombres y a la Pachamama el de las mujeres


(Polo de Ondegardo, 1916).

Otro elemento importante dentro de su cultura, era su


concepción frente al coito en donde también era otro
espacio en el cual se visualizaba la complementariedad
de los sexos. Este espacio funcionaba no tan sólo como
un vínculo para la procreación como lo hacía Illapa y la
Pachamama, sino como un momento de unión corporal
en busca del placer, más allá de un fin que pudiese ser
procreativo. Entre los rituales estaba el servinakuy que
era una práctica de reconocimiento mutuo de las parejas,
antes de comprometerse como una unidad doméstica
estable.

Una pareja adecuada era quien había tenido varias


parejas sexuales en su juventud a través de diversos
rituales, y categorizaban de no deseable a quien tenía
poca o ninguna experiencia sexual. De esta manera,
entendían la virginidad como algo sin importancia y que
debía perderse para comprender y desarrollar relaciones
sexuales saludables con la pareja (Armas, 2001). Estas
relaciones en la adultez eran duraderas como lo indica
Pedro Pizarro “las mujeres comunes y pobres guardan
fidelidad a sus maridos después que se han casado, pero
antes del matrimonio sus padres no tienen en cuenta que
sean buenas o malas, pues no lo tienen por deshonra”.

Con la evangelización, todas aquellas concepciones y


prácticas que hacían parte de la cultura ancestral latinoa-
mericana, fueron arrasadas y oprimidas, hegemonizando
el pensamiento de la iglesia católica, pasando a ser el re-
ferente en cuanto a las normas de lo correcto e incorrecto
respecto a la sexualidad, lo que posteriormente se inten-
tó derrumbar -entre muchas otras cosas- durante la revo-
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lución francesa, bajo las primicias de fraternidad, libertad


e igualdad.

Algunas de estas prácticas que fueron desapareciendo


fue la diversidad dentro de los pueblos originarios, por
ejemplo, el Machi Hueye figura performática y ambigua,
un hombre ataviado como mujer, con faldas y ornamentos
feminoides, cuyos gestos imitaban o parecían incluso pa-
rodiar a los de una mujer en el cortejo del varón, incitan-
dolo a poseerla. Aunque claramente era un varón por sus
atributos genitales, irrumpía como una suerte de travesti,
un varón travestido en mujer, haciendo gala de su propia
feminidad, en una modalidad representacional y un des-
pliegue caricaturesco de los atributos pertinentemente
femeninos.

Los hueyes podían convertirse en masculinos o femeni-


nos, pero nunca en mujeres, porque para ser mujer había
que tener genitales femeninos (...). Los genitales mascu-
linos les permitían hacerse tanto femeninos como mas-
culinos e involucrarse en relaciones sexuales “pasivas” y
“activas”. Entre sus muchos dones, se le atribuía al hueye
facultades adivinatorias y la habilidad de anticipar lo que
ocurriría; en vísperas de la batalla, los hueyes eludían el
contacto sexual y eran asumidos como una suerte de orá-
culo, capaz de facilitar la vitoria de sus huestes, de irra-
diar a los ejércitos con sus predicciones favorables y de
conducirlos psicológicamente a la batalla.
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3. Sexualidad en la modernidad.

3.1. Cientificación:
La revolución francesa cumplió un papel primordial en la
reconstrucción de las sexualidades bajo las primicias de
la libertad, igualdad y la fraternidad. A pesar que la revo-
lución se realizó bajo estas nobles primicias, la burguesía
encontró la manera de mantener sus privilegios y el ejer-
cicio del poder mediante la idea que la ciencia por medio
de sus interpretaciones positivistas, podía entender y re-
gular la naturaleza y el propio cuerpo humano.

Durante la Ilustración, es cuando los conceptos frente al


régimen de las realezas pasan a ser cuestionados y la re-
volución francesa termina por destruir aquellas legitimi-
dades. En este sentido, la burguesía ya no podía controlar
su estatus, siendo que la ciudadanía revolucionaria tam-
poco aceptaría seguir sufriendo aquella arbitrariedad. En
ese momento, la medicina entrega una nueva validación
a la burguesía a partir del discurso científico/médico el
cual a partir de la corriente epistemológica positivista
ferviente en la época que establecía que el conocimiento
científico y la verdad sólo se podía obtener y saber a par-
tir de la actividad científica. Es ahí, donde la disidencia ya
no pasa a estar ligada con el pecado, sino que más bien
con un peligroso enfermo, convirtiendo al endemoniado
en loco. De esta manera “condena al anarquista y al hom-
bre de genio, convierte al criminal en enfermo, al obrero
en desequilibrado, y al sodomita en perverso”.

Es ahí, donde nace un nuevo marco conceptual que es


avalado por la sociedad revolucionaria y que mantiene
el control social necesario por la burguesía, ya que aquel
corpus es consistente y sólido basado fuertemente en el
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determinismo biológico, otorgando así al poder médico


la posibilidad de confirmar la teoría de la degeneración
propuesta por el francés Morel (1857) y reformulada por
Magnan (1890).

El degeneracionismo basado en la base biológica de cada


individuo, transmitido a través de la herencia, pasa a ser
una explicación irrefutable de ciertos comportamientos
humanos. De esta manera, los nuevos disidentes quedan
bajo esta lupa, observándose una anomalía en el obrero
borracho, en la prostituta sifílica y en el niño delincuente
quienes además pasan a ser unos degenerados intercla-
sistas, herederos de lo libertino y por ende, de lo perverso
y enfermo (Huertas, 1987).

Ahora se construye un nuevo orden frente a la normali-


dad sexual definida por la medicina, en la cual se establece
como “normal” todo aquello a lo vinculado con un modelo
heterosexual, reproductivo y moral. Es heterosexual por-
que sólo acepta las relaciones sexuales entre personas de
distinto sexo; reproductivo porque condena toda prácti-
ca sexual que no tenga por objeto la reproducción y mo-
ral porque utiliza argumentos presuntamente científicos
para condenar las disidencias sexuales. De esta manera,
genera que sea disidente sexual todo aquel y toda prácti-
ca que sea heterosexual ni que tenga un fin reproductivo
(Guasch, 1993). Página

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3.2. La Sexología:
Es bajo ese contexto que nace la Sexología, que se define
como la Ciencia de la Sexualidad, la cual hereda principios
de las ciencias de la salud y las ciencias de la conducta, al-
gunos de sus conceptos y visiones. Entre sus funciones se
destaca la de dar normas al sexo, ponerle fronteras, deli-
mitar lo correcto e incorrecto al igual como lo hizo la reli-
gión y la medicina (Guasch, 2016).

En sus orígenes, la Sexología se encarga de todo lo rela-


cionado a garantizar la reproducción, estudiando lo que
concierne al aborto, los embarazos y las enfermedades
de transmisión sexual. A la vez de toda disidencia sexual
en su identificación y supuesto tratamiento al salir de la
norma de lo heterosexual (Peset, 1983). Posteriormente
a través de diversos trabajos la Sexología dejó a un lado
lo que tiene que ver con las perversiones (entregando
su estudio a la Psiquiatría y Psicología) para poner como
preocupación central lo que tiene que ver con el orgasmo,
y de identificar y eliminar cualquier problema que impida
lograrlo.

La nueva definición de salud sexual pasa a ser más sutil,


evitando reprimir o prohibir ciertos elementos de la acti-
vidad sexual, siendo una guía para llegar al placer. Es de-
cir, la sexualidad ya no es prohibida, todo lo contrario, se
recomienda pero siempre dentro de un nuevo orden con
pautas y reglas determinadas por la sociedad y la cultura
(Masters, Johnson, & Kolodny, 1987).
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3.3. Eugenesia:

Durante finales del siglo XIX, a partir de las teorías


de la evolución propuestas por Darwin en la que el
determinismo biológico jugaba un rol fundamental en
establecer que los individuos nacían con ciertos rasgos
conductuales y físicos, los cuales eran heredados y el
Maltusianismo por Thomas Malthus el que planteaba
que el crecimiento de la población exponencial que trajo
consigo la revolución industrial junto a la teoría de la
degeneración harían que la especie humana llegara a su
fin, por el desequilibrio entre los recursos y la población
contrayendo hambrunas y enfermedades; se da paso a
una nueva ciencia sexual, la cual es llamada Eugenesia.

La Eugenesia fue propuesta por Francis Galton en 1883,


citando frecuentemente a su primo Darwin bajo los
fundamentos de la Selección Natural y la visión de un
futuro próximo propuesto por el Mathusianismo y el fin
de la humanidad. Galton lo que planteaba era que bajo
este nuevo escenario había que mejorar y controlar el
nacimiento y vida de las generaciones próximas para no
arriesgar la subsistencia de las próximas generaciones.
En ese sentido, planteó el término de los “bien nacidos”
o “nobles de herencia”, estas personas eran quienes
supuestamente iban a llevar a la especie humana a su
máxima expresión.

De esta manera, presenta y propone una nueva visión


frente al discurso médico, en el que propone que ya el
foco no debería estar en intentar tratar las enfermeda-
des, sino, evitar que surjan individuos con aquellas pa-
tologías al igual que con la pobreza, prostitución, delin-
cuencia, alcoholismo, etc.
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Entre las medidas que se plantean son dos principalmen-


te, las positivas y negativas: Las positivas lo que hacen es
intentar incentivar el nacimiento de aquellos “bien naci-
dos” ya sea promoviendo sus matrimonios o fomentando
la procreación de sus hij@s a partir de incentivos econó-
micos. En cuanto a las negativas, se busca lo contrario, es
decir, incentivar que aquell@s que no eran bien nacid@s,
no pudieran nacer. Esto lo lograba a través de esteriliza-
ciones, segregación y hasta genocidios (Villela & Linares,
2011).

Las prácticas eugenésicas más conocidas son las efec-


tuadas por la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra
Mundial contra los individuos judíos, homosexuales, de-
lincuentes, dementes, discapacitados, pedófilos, comu-
nistas, etc. Esto lo hacían debido a la derrota durante la
Primera Guerra Mundial con la idea del resurgimiento de
su patria y la raza aria como referente de “bien nacidos”.
La eugenesia estaba tan institucionalizada que incluso
existían cursos universitarios y revistas académicas so-
bre esta ciencia.

Al contrario de lo que se pudiese creer, la Eugenesia no


fue una corriente que solo actúo en Alemania y trajo
graves consecuencias como el genocidio. En otros paí-
ses llegó a tener un gran auge al igual que en la Alemania
Nazi, solo que no con los alcances que tuvo el genocidio
sistematizado. Estados Unidos es un ejemplo de esto, en
un principio, las prácticas que se proponían a través de
la educación, eran prácticas que se podían llevar a cabo
voluntariamente por cada persona, además hacían en-
trega de métodos anticonceptivos con el fin de evitar
embarazos que no contribuyeran al mejoramiento de la
raza (Ruíz, Suárez, & Guazo, 2002). Posteriormente, co-
menzaron a establecer una serie de restricciones a los
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inmigrantes mediante la prohibición del ingreso para que


aquellos no degeneraran a la especie. Entre las prohibi-
ciones de ingreso destacamos:

• 1875: Prostitutas y ex convictos.


• 1882: Lunáticos e idiotas.
• 1903: Epilépticos e insanos.
• 1907: Imbéciles y débiles mentales.

De manera paralela, el gobierno comenzó a promover


la institucionalización del matrimonio, el cual tenía
como objetivo principal que la raza interna del país se
multiplicara, sin embargo esta institucionalización no
iba dirigida a cada uno de los miembros del país, sino que
también tenía una regulación, por ejemplo, en el Estado
de Indiana en el 1905 promulgó una ley en la que se
establecía lo siguiente:

• Prohibía el matrimonio de deficientes mentales


y bebedores habituales.
• Requería un certificado de salud de todas las
personas liberadas de instituciones mentales.
• Declaraba inválidos los matrimonios contraídos
en otro Estado, que estuvieran conformados
por personas con deficiencia mental.

Todo ello con el fin de que los deficientes mentales y be-


bedores habituales, no tuvieran las mismas posibilidades
de procreación puesto que podrían heredar aquellos ma-
les a las nuevas generaciones y llevarían a la perdición de
la sociedad Americana.

El interés de la academia científica Estadounidense se


veía tan en auge que al igual que en la Alemania Nazi,
existían programas de postgrado en Eugenesia y la
propia revista Americana en Eugenesia. Este interés
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fue rotundamente censurado, eliminado y olvidado al


descubrirse lo ocurrido en Alemania con el genocidio de
los judíos.

Otro grupo que -contrario de lo que se pudiese creer


por sus primicias de la libertad y el no control- eran
fuertemente defensores de la Eugenesia son los y las
anarquistas, principalmente en España a comienzos del
siglo XX. La ciencia es el pilar en el cual los y las anarquistas
fundamentaban y regulaban su comportamiento, ya que
la consideraban como el eje por el cual se conocía la
verdad lejos de las influencias oportunistas que cualquier
otro conocimiento podría generar como es el político y
teológico, por lo tanto, lo científico pasaba a ser también
lo revolucionario que promovieron a través de las revistas
anarquistas de la época (Capuano & Carli, 2012).

Ahora, la cuestión social y la lucha de clase también


pasaban a estar ligadas a la cuestión sexual. Es por ello
que dentro del movimiento anarquista existía una gran
problemática; algunos veían necesario que se regulara
el nacimiento de la población, principalmente de los
pobres al considerar que iban a nacer bajo la hambruna y
esclavitud del capitalismo como lo vemos en las siguientes
palabras de Bulffi (1906) “El que ama la vida y la libertad
no procrea en la esclavitud”. Además de señalar que la
abundante mano de obra sólo podría acarrear mayor
desempleo, lo cual también se debía controlar bajo el
descenso de la natalidad. Esto bajo diversas medidas que
se iban amplificando, que comenzaba con la Educación
Sexual, continuaba con el uso de anticonceptivos y
terminaba bajo el planteamiento de algunos con la
esterilización forzada. Otros en cambio, señalaban que
no se debía intentar disminuir la población pobre, y por lo
tanto el control de la natalidad, ya que si ell@s no estaban,
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no existiría la gente suficiente para generar la lucha de


clase.

Tras la derrota en la Guerra Civil Española, surge ahora


un movimiento eugenésico por parte de los victoriosos,
quienes tenían como fin el resurgimiento de la hispanidad,
entendida como lo relacionado con lo Ibérico, Latino
y Gótico de los supuestos orígenes españoles. En este
sentido, se declara que quienes se alejan de estos
orígenes españoles son los causantes del declive racial,
siendo éstos los comunistas, anarquistas, musulmanes,
homosexuales, alcohólicos, etc. Entre las medidas que
el Franquismo (los victoriosos) encontraron para llevar a
cabo las prácticas eugenésicas sobre la descendencia de
la disidencia se encuentran la de repatriación de los niños
en el exilio, prohibición de amamantar y reubicación de
los niñ@s en otras familias (Capuano & Carli, 2012).

Es así como la eugenesia pasó a ser una ciencia sexual de


gran relevancia a nivel académico y político que tuvo una
desaceleración tras el genocidio de judíos por la Alema-
nia Nazi. A pesar de esto, en otros lugares como latinoa-
mérica también se llevó a cabo la Eugenesia, es el caso de
Perú con la esterilización forzada de mujeres indígenas
bajo las órdenes del Presidente Alberto Fujimori (1990-
2000) que actualmente se encuentra en juicio por aque-
llos delitos. Otras iniciativas surgieron en las dictaduras
de Argentina y Chile que serán ampliados a partir del ar-
tículo científico Género, cuerpo, gimnasia y sexualidad en
los manuales educacionales higienistas y eugenésicos en
Chile, 1870-1938.

En cuanto a los años de la dictadura militar sufrida en


Chile, se encuentra un periodo oscuro para la diversidad
sexual, en la cual no se encuentran cifras de las violaciones
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Curso Docente 2020 Módulo I: Historia de la Sexualidad

de derechos sufridas por la comunidad LGBTIQ+, esto ya


que en el informe Retig no se consideran distinciones por
orientación, según el museo de la memoria.

4. Sexualidad en el siglo XXI


Con la entrada al siglo XXI y la era de las tecnologías, se
obtuvo un poderoso instrumento, la World Wide Web
(WWW) , con la cual se hizo posible la capacidad de co-
nectar personas y transmitir información alrededor del
mundo. Se amplía el conocimiento de lo que sucede en
las distintas culturas, adquiriendo por lo tanto caracterís-
ticas de estas y conociendo en el momento que ocurren
los distintos movimientos sociales.

La constante observación e hipervigilancia por parte de


los organismos internacionales, llevan a los países a ad-
quirir acuerdos respecto a sexualidad, los cuales van de
la mano algunas veces, con los movimientos sociales que
se generan. Podemos ver, por ejemplo, el caso del mo-
vimiento feminista, quien ha elaborado a lo largo de los
años la temática de género y desigualdad logrando avan-
ces significativos como el derecho a voto de las mujeres,
cambios en estatutos laborales, discusión del aborto li-
bre, entre otros.

Ejemplo de lo anterior es la convención interamericana


para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer, “convención Belém do Pará”, en la cual se afirma
que la violencia contra la mujer constituye una violación
de los derechos humanos y las libertades fundamentales
y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimien-
to, goce y ejercicio de tales derechos y libertades. Enten-
diendo como violencia contra la mujer “cualquier acción
o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño
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Curso Docente 2020 Módulo I: Historia de la Sexualidad

o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto


en el ámbito público como en el privado. Toda mujer tiene
derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito
público como en el privado.

Otro acuerdo a nivel internacional es el firmado por


Chile, a través del Ministerio de Educación el año 2008
en México La Declaración Ministerial “Prevenir con
Educación”, la que se aprobó en el marco de la Primera
Reunión de Ministros de Salud y Educación para Detener
el VIH en Latinoamérica y el Caribe. En el encuentro,
treinta Ministerios de Salud y veintiséis Ministerios de
Educación se comprometieron a posicionar la prevención
como eje fundamental para responder de manera efectiva
al VIH y al SIDA.

Otros cambios ocurridos a nivel país corresponde a


las distintas campañas realizadas para la prevención
del VIH/SIDA, lo cual parte con la Ley 20.418 que “Fija
normas sobre información, orientación y prestaciones
en materia de regulación de la fertilidad” , la cual obliga a
los colegios a tener un programa de sexualidad dentro de
este, situación que no se ha logrado evaluar, siendo chile
uno de los países que menos había avanzado en cuanto al
cumplimiento de la declaración ministerial “prevenir con
educación”
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Curso Docente 2020 Módulo I: Historia de la Sexualidad

La ley 20.418 Establece una normativa particular y


concreta sobre el derecho a la información y orientación
en materia de fertilidad, sexualidad y afectividad.
Reconoce el derecho de toda persona a recibir educación,
información y orientación en materia de regulación de
la fertilidad, con el objeto de poder decidir sobre los
métodos de anticoncepción, y por otra parte también
tiene como objetivo prevenir el embarazo adolescente
(Cámara de Diputados, 2019).

La educación integral en sexualidad es un proceso que


se basa en un currículo para enseñar y aprender acerca
de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales
de la sexualidad. Su objetivo es preparar a los niños, niñas
y jóvenes con conocimientos, habilidades, actitudes
y valores que los apoderarán para: realizar su salud,
bienestar y dignidad; desarrollar relaciones sociales y
sexuales respetuosas; considerar cómo sus elecciones
afectan su propio bienestar y el de los demás; y entender
cuáles son sus derechos a lo largo de la vida y asegurarse
de protegerlos.
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Curso Docente 2020 Módulo I: Historia de la Sexualidad

Es desde lo anterior que existen diferentes formas de


educar en sexualidad, siendo la “Educación Sexual Integral
(ESI)” la forma de educar en sexualidad más adecuada
gracias a sus caracteristicas:

• Científicamente precisa
• Gradual
• Adecuada a cada edad y etapa del desarrollo
• Con base en un currículo
• Integral
• Con base en un enfoque de derechos humanos
• Con base en igualdad de género
• Relevante en relación con la cultura y adecuada
al contexto
• Transformativa
• Capaz de desarrollar las aptitudes necesarias
para apoyar elecciones saludables

En este sentido, aparece diversas formas de educar en


sexualidad y afectivcidad, con foco en distintas cuestiones.
En general, los programas de Educación Sexual con un
estilo comprensivo e integral ( se abordará en el módulo
5), están orientados a que los y las estudiantes conozcan
los temas a fondo y adquieran las destrezas necesarias
para afrontar la fuerza del deseo sexual, han mostrado
un mejor rendimiento que los programas basados
exclusivamente en la abstinencia, los cuales se orientan
a la represión de la sexualidad y el deseo, instalando el
silencio en los temas.
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Curso Docente 2020 Módulo I: Historia de la Sexualidad

Conclusiones
La sexualidad es una dimensión humana compleja que se
ve representada en diversos aspectos de la biografía de
cada persona. Al explorar el contenido histórico subya-
cente a la comprensión de la sexualidad, podemos notar
que las variables culturales y tecnológicas, entre otras,
han ido moldeando la “cultura del sexo” , consideran-
do diferentes expresiones y vivencias como “normales,
anormales, sanas o enfermas”, en un constante devenir
y cambio. Podemos decir que la “sexualidad humana”
es cambiante y viva, en relación con la forma en la que
la comprendemos, vivenciamos y referimos en cada mo-
mento histórico.cultural.

Hay que tener presente que la peor metodología es el si-


lencio frente al tema. Esta fue una actitud casi de regla
hasta fines del siglo pasado, argumentando que el conver-
sar sobre cuestiones sexuales, dar información, aclarar,
y dialogar, podía llevar a promover conductas sexuales
problemáticas. La educación sexual solamente tenía que
poner algunos límites claros, y prohibiciones estrictas.
Los estudios realizados estos últimos años son categóri-
cos: comparando cursos de un mismo colegio, en los que a
unos se les enseñó respecto de la sexualidad y a los otros
no, los primeros tuvieron tasas más bajas de embarazos,
abortos, infecciones de transmisión sexual y conductas
de riesgo, que los segundos. La necesidad de enseñar a
los niñ@s y adolescentes en el manejo del impulso agre-
sivo y el sexual es fundamental.

Por otro lado, hasta hace 30 años, la concepción de la


relación de pareja y la sexualidad era de una simplicidad
extrema. En la sociedad no existía conciencia de la im-
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Curso Docente 2020 Módulo I: Historia de la Sexualidad

portancia del desarrollo sexual desde la infancia hasta


la adultez, y de la incidencia que tiene la sexualidad en la
vida de pareja, que hoy, más exigente que ayer, aspira a
mantener una relación en intimidad, a largo plazo, simé-
trica y respetuosa.

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