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En un pequeño pueblo llamado San Sebastián 1905, había nacido una niña

llamada Marta, tez morena, cabello rizado, ojos pequeños color marrón,
complexión delgada, era hija de Raúl y Consuelo, toda la familia de Marta
había nacido, crecido y muerto en ese pueblo con tradiciones y cultura muy
rica, llena de brujos, especialistas en plantas medicinales que mandaban a la
capital para los médicos.
Desde pequeña a Marta se le enseño lo que se suponía ser una excelente
mujer, tenía que saber cocinar, limpiar, lavar bien la ropa, bordar para poder
vender sus servilletas y poder traer dinero a su casa, ella era la mayor de 6
hermanos, por eso era su responsabilidad cuidarlos junto con su madre,
mientras su padre iba a trabajar en los campos llenos de maíz, se le enseño
todo esto para cuando fuera su momento de casarse ella este lista para ser una
buena esposa.
A pesar de todo lo que se le había inculcado desde pequeña, ella tenía un
sueño, poder ser una enfermera. Iba muy seguido con Don Felipe, un viejo
curandero de su pueblo, el le tenía mucho aprecio a la pequeña Marta ya que
desde pequeña la vio crecer además era muy inteligente y siempre quería
aprender de todo lo que el hacía, prestaba mucha atención a cada
procedimiento que el realizaba así que un día la invito a pasar y enseñarle todo
lo que el sabía sobre plantas medicinales.
Hace semanas un señor llamado Gonzalo frecuentaba mucho su casa, se hizo
amigo de su padre, así que estaba siempre en la casa cuando salía de trabajar y
comía con todos en casa, ya que había quedado viudo no tenía quien le
cocinara, entonces su padre le dijo que Consuelo cocinaría para el mientras
podía conseguir una esposa que lo atendiera.
Gonzalo era un señor de 52 años, cabello negro, robusto, tez color morena.
Desde que el llego miraba mucho a Marta, una mirada extraña para ella era
algo que no entendía, Gonzalo se lamia los labios cada vez que pasaba junto a
él, miraba su cuerpo de abajo hacia arriba, parecía como si sus ojos se fueran a
clavar en su cuerpo. Para Marta que solo tenía 14 años esos ojos significaban
terror.
Como todos los días ella regresaba de ir al mercado, compro muchas cosas
para la comida del día, un poco de carne para su padre y Gonzalo, ya que ellos
eran los hombres debían de comer carne, lo cual a Marta no se le permitía tan
seguido dado a su situación económica no alcanzaba para su madre y sus
hermanos, pero para su padre que era el proveedor de su casa, era
indispensable que no faltara esa proteína en su plato, a Gonzalo también se le
tenía que proporcionar carne, aunque el no era un proveedor para la casa de
Marta, era un invitado de su padre, Raúl no podía quedar mal ante Gonzalo,
mas que por amabilidad era por su orgullo.
Marta se acercaba más a su casa cuando vio a Gonzalo intercambiando
palabras con su padre, ella solo siguió caminando cuando sintió muchos ojos
que la miraban fijamente, de pronto un silencio se apodero de la situación.
Ella solo entro a su casa a hacer los deberes que le faltaban, por fin termino la
comida, todos se sentaron en la mesa y comenzaron a comer, Raúl interrumpió
la comida diciendo
-Marta te tenemos una excelente noticia desde el día de hoy vas a ir a vivir con
Gonzalo-
Marta perpleja dijo- ¿Por qué padre si yo estoy bien aquí?
-Desde hace tiempo Gonzalo te ha echado el ojo, claro que es muy obvio eres
una muchacha bien criada, y hoy me ha dicho que seas su esposa, me ha dado
a cambio unas vacas que falta nos hacen.
Marta sintió que su mundo terminaba, el sueño que ella había tenido desde
niña quedaba en el olvido, ahora tendría que cambiar sus planes para lograr ser
feliz, antes de que la boda llegara por las noches imaginaba su vida a lado de
aquel hombre y comenzaba a llorar, tenia tanto miedo de lo que le podía pasar
a lado de ese hombre. Una tarde platicando con Don Felipe, le comenzó a
decir que desde niño recolectaba e investigaba diferentes tipos de plantas, que
tenían diferentes usos, medicinales hasta algunas que podrían causar la
muerte. Había una en especial que te ayudaba a dormir, pero si excedías de la
dosis del té, nunca más despertarías.
Marta regreso a su casa en ese momento no vino ninguna mala idea hasta que
llego el día en el que se casaría con Gonzalo.
La celebración se llevó a cabo, fue una fiesta con conocidos de sus padres,
también se encontraba Don Felipe en la fiesta, al cual le daba mucha tristeza
ver a la pequeña Marta Casarse con un hombre tan viejo como Gonzalo, en
pequeños momentos veía a Marta y notaba la tristeza que había en ella.

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