Mejora Tu Vida, Empieza Por La Mañana - Joaquín

Joaquín Tamborini Mejora tu vida, empieza por la mañana
Mejora tu vida, empieza

por la mañana
Por Joaquín Tamborini
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servicios competentes de un profesional.
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Índice
1. Introducción
2. ¿Qué es una rutina de mañana?
3. ¿Por qué debes tener una buena rutina de mañana establecida?
4. ¿Aumentaré mi productividad diaria siguiendo una buena rutina de mañana?
5. ¿Qué tienen en común las rutinas mañaneras de personas que han generado
impacto en la vida de millones?
6. ¿Cuáles son los hábitos que toda rutina mañanera debería incluir?
7. ¿Cómo construir tu propia rutina mañanera?
 Paso 1: Escribe todas las actividades que sueles realizar durante la mañana
 Paso 2: Identifica y quédate solo con las actividades imprescindibles
 Paso 3: Calcula el tiempo extra que tienes antes de comenzar tu actividad
principal en la mañana
 Paso 4: Elige cuidadosamente algún hábito para tu rutina de mañana
 Paso 5: Construye tu rutina de mañana
 Bonus: Optimizar actividades que hago durante la mañana, de forma de ganar
tiempo
8. ¿Cómo ser constante con tu rutina de mañana?
9. Errores comunes que debes evitar
10. Apps recomendadas para la creación de tu rutina
11. ¡La fórmula secreta para mejorar tus hábitos!
12. Bonus
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1. Introducción
Suena el despertador. Abres los ojos y, ¿qué es lo primero que haces? ¿Revisas
las notificaciones de tu teléfono móvil? Si esto es así, entonces lo primero que estás
haciendo es distraer tu mente con toda la información que haya en tus redes sociales, en
lugar de ocuparte de tus prioridades para construir un gran día. Por supuesto que no te
estoy juzgando, si yo hacía exactamente lo mismo hasta no hace mucho tiempo, pero
piénsalo por un minuto y dime si no estás de acuerdo.
Sin embargo, el mensaje que voy a intentar transmitirte a lo largo de este e-book
es acerca de la importancia que tiene comenzar el día de la mejor forma. Mi propósito es
brindarte la mayor cantidad de herramientas posibles para que puedas diseñar cómo
quieres comenzar cada día, incrementando así las posibilidades de transitarlo de la forma
más productiva y con el mejor estado de ánimo posible. Suena bien, ¿no?
Si somos conscientes de lo importante que es comenzar algo con el pie derecho,
imagínate entonces lo poderoso que puede ser comenzar bien cada uno de tus días, que
son como “mini vidas” que se te regalan cada vez que despiertas. Los primeros minutos
de la mañana son muy valiosos porque tienen el potencial de establecer el tono del resto
de tu jornada. Tener una rutina matinal es clave para comenzar con más energía, menos
estrés, más confianza y mayor motivación.
De hecho, todos hemos empezado el día con mal pie alguna vez. Incluso hay gente
que increíblemente comienza así todos los días. Aquí me refiero a cuestiones como
despertar con una alarma poco amigable y muy ruidosa, no poder desayunar (teniendo la
intención de hacerlo) e ir justo de tiempo al trabajo o para comenzar la jornada laboral,
aunque la misma comience en casa. Estos son algunos ejemplos que hacen que tu cuerpo
libere un compuesto químico llamado cortisol. Según Amy Cuddy, reconocida psicóloga
social y profesora de la Universidad de Harvard, la liberación de este compuesto hace
que, además de incrementar tu ansiedad, tu energía se reduzca y la confianza en ti
mismo/a se vea mermada. Todo ello por sentir la presión de las prisas por la mañana.
Debido a esto, he investigado muchísimas formas de comenzar el día y aquí te
revelaré todos los secretos, tips y estrategias que he encontrado al respecto, para que
puedas diseñar tu propia rutina mañanera de la mejor forma posible, según la etapa de tu
vida en la que estés y las circunstancias por las cuales estés atravesando en este momento.
Si bien es cierto que cada persona es un mundo aparte, existen fórmulas que están
científicamente comprobadas que funcionan para todos. Mi compromiso contigo consiste
en ponerlas a tu disposición, siempre con argumentos que las sostengan y luego intentar
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guiarte, para que tú decidas cuáles probar. Luego, serás tú mismo/a quien valide las
herramientas según tu propia experiencia, con la manera en cómo te has logrado sentir.
Así que no importa qué tanto o qué tan poco tiempo tengas después de despertar
porque a lo largo de este e-book encontrarás el paso a paso para construir tu propia rutina
de mañana, adaptada a tu estilo de vida, horarios y necesidades personales.
2. ¿Qué es una rutina de mañana?

Es básicamente una secuencia de actividades que se realizan lógicamente por la
mañana y, antes de comenzar la jornada laboral, o bien antes de ir al colegio o a la
Universidad.
Si bien es cierto que lo más recomendable es mantener la misma rutina tanto para
días laborables como para los que no, porque el cerebro no es capaz de distinguirlos, es
cierto que, para muchos, es complicado manejar los mismos horarios tanto en la semana
como durante los fines de semana. En estos casos, lo ideal es tener dos rutinas mañaneras,
para no perder de lado los hábitos esenciales que la componen, de los cuales
conversaremos en profundidad más adelante.
Dicho esto, vale la pena destacar que si una persona promedio trabaja 5 días a la
semana, entonces la rutina más importante, la que mayor influencia tendrá en nuestras
vidas, será aquella que llevamos a cabo en los días laborables. Debido a esto, haremos
hincapié en ella y a continuación te mostraré el paso a paso de mi rutina, para que la tomes
como punto de referencia y, a partir de allí, puedas construir la tuya con todas las
herramientas que te iré brindando para poder acompañarte en el camino.
Por ejemplo, mi rutina de mañana en días laborables antes de comenzar a trabajar
se desarrolla de la siguiente forma:
 Despertar.
 Recordar mis sueños.
 Hacer la cama.
 Cepillarme los dientes.
 Beber agua.
 Mover el cuerpo.
 Ducharme.
 Tomar un té.
 Escribir.
 Respirar.
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 Leer.
 Preparar el mate.
Aquí es importante aclarar una cosa. Por supuesto que esta es mi rutina ideal e
intento respetarla siempre al pie de la letra por los enormes beneficios que me aporta. Sin
embargo, somos humanos, tenemos días y días, entonces si alguna vez no logro cumplir
con mi rutina tal cual la he detallado y, por ejemplo, no tuve tiempo de respirar o de
escribir, tan sólo avanzo con mi día y busco la forma de hacerme un espacio para cumplir
con estas actividades al medio día o por la tarde.
Y, ¿qué me pasa esos días? Nada grave. Eso sí, probablemente no comience el día
diez puntos como me gustaría, pero cuando no se puede, no hay que agobiarse sino
simplemente reajustar el plan. En todo caso, si comienzas a incumplir con frecuencia, ahí
si deberás reflexionar acerca de los motivos por los cuales eso está sucediendo, para poder
así tomar medidas que te permitan corregir tu comportamiento. Incluso, puedes cambiar
la rutina si no le encuentras más sentido a una actividad o si aparece alguna nueva que
quieras cambiar. Por eso es importante que te comprometas, y no que todos los días la
dejes a medias. La mejor forma de entender los beneficios que esto trae aparejado es
cumpliendo, así que ponte manos a la obra y verás cómo cambia tu día a día.
3. ¿Por qué debes tener una buena rutina de

mañana establecida?
La mayoría de las personas hacen cada mañana más o menos lo mismo y
prácticamente a las mismas horas. Es decir, suena el despertador, se levantan, se duchan,
se visten y salen corriendo de casa para no pillar demasiado atasco de camino al trabajo
o al lugar de estudio correspondiente. Más aún si viven en grandes ciudades. En lo
personal, me ha tocado vivir así en Rosario (Argentina), mi ciudad de origen y en Madrid
(España) donde resido actualmente, pero también lo he podido observar en varios países
más donde he estudiado o asistido a conferencias por trabajo.
Aquí debo mencionar que, a la hora de escribir este e-book, muchísima gente está
trabajando desde casa. Pero, según las encuestas que he realizado, en general, no tienen
una rutina mañanera establecida. La mayoría, no ha hecho otra cosa más que retrasar el
despertador y dormir un poco más, en lugar de levantarse a la misma hora que antes y
aprovechar el ahorro en el tiempo de traslado a la oficina, para tener un día más
productivo.
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Entonces, si a nadie le gusta andar con prisa de un lado a otro y a todos nos gustaría
aprovechar mejor nuestro tiempo ¿por qué no lo hacemos? ¿Por qué no cambiamos?
Desde mi punto de vista, esto se debe mayormente al hecho de que nunca nos han
explicado la forma de hacerlo ni los beneficios que esto trae. Al mirar siempre el corto
plazo y asumir que nos acostumbramos a todo, nos cuesta detenernos a pensar en cómo
nos terminarán afectando estas cosas a mediano y largo plazo.
La buena noticia es que, si estás leyendo esto ahora y te sientes identificado/a,
podrás cambiar tus días, modificando tus mañanas, y esto probablemente sea más sencillo
de lo que parece.
Entonces, ¿te has preguntado alguna vez qué harías si tu día comenzara de una
manera diferente? Un poco de ejercicio, un café tranquilo/a mientras lees, un poco de
meditación, etc. Si eres de los que hoy no lo están haciendo, ¿te parece un lujo poder
realizar algo así a diario? Imagino que no, que sabes que tú puedes conseguirlo, pero
quizás no sepas por dónde empezar. La respuesta es tan simple como estableciendo una
óptima rutina de mañana.
4. ¿Aumentaré mi productividad diaria siguiendo

una buena rutina de mañana?
¿En serio si construyo una buena rutina de mañana podré aumentar mucho mi
productividad?
Quieras construir un imperio o no, tengas las ambiciones que tengas, podemos
tomar como referencia a personas que han logrado sobresalir en términos de
productividad, identificando así ciertos patrones que sean comunes a todos ellos y de los
cuales podamos aprender. Al hacer este trabajo me he encontrado con que todos y cada
uno de ellos hablan de los grandes beneficios que les ha aportado a lo largo de su vida el
establecer una rutina de mañana provechosa.
De nuevo, no se trata de buscar convertirse en un gurú de los negocios o en una
persona súper reconocida. Eso puede estar o no dentro de tus planes a medio-largo plazo
y está bien si así lo deseas. En cualquier caso, construir una buena rutina de mañana te
ayudará a tener un día más organizado y a obtener los múltiples beneficios que esto puede
traer aparejado, como, por ejemplo, tener más tiempo libre para dedicar a lo que a ti te
haga sentir feliz.
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Entonces, ¿cómo puedes introducir nuevos hábitos al levantarte para aumentar tu

productividad diaria? Un hábito es tan sencillo como la práctica habitual y constante de
una actividad. Existen muchos gurús o libros de autoayuda que indican que debemos
repetir el acto a lo largo de 21 días seguidos para lograr que se convierta en hábito. En lo
personal, la única evidencia científica que encontré al respecto surge de estudios
realizados por la Universidad de Londres donde se indica que, en promedio, se necesitan
66 días para conseguirlo.
Es decir, según la persona y el tipo de hábito, te puede costar más o menos tiempo,
pero si perseveras un poco, podrás lograr la conducta que te propongas y verás como con
el pasar de los días, irás cogiendo mayor confianza para afrontar mejor los días restantes.
Así, antes de que te des cuenta habrás introducido todos los cambios que te propongas en
tus rutinas de mañana y te habrás convertido en una persona distinta, comenzando tus días
de una manera que te haga sentir mucho mejor.
A continuación, te dejo algunos tips que te pueden resultar muy útiles a la hora de
empezar a realizar estos cambios y transformar así tus días:
1. Determina el motivo por el cual quieres realizar estos cambios.
Incorporar estos nuevos hábitos a tus mañanas te va a suponer un esfuerzo y, si
quieres que esto llegue a buen puerto, es importante contar con una motivación lo
suficientemente potente.
2. Introduce solo un cambio a la vez en tu rutina de mañana. Primero,
incorpora un hábito y solo cuando esté suficientemente arraigado en tu día a día,
piensa qué nueva actividad vas a añadir. De esta forma, podrás focalizar toda tu
energía y fuerza de voluntad en un único cambio y tendrás muchas más
probabilidades de conseguirlo. Incluso, puedes hacerlo de forma progresiva. Por
ejemplo, si te gustaría despertarte 30 minutos antes, puedes empezar poniendo la
alarma 5 minutos antes cada día, hasta llegar al objetivo deseado.
3. Establece prioridades y empieza incluyendo los hábitos más
transformadores a tu rutina de mañana. De esta forma, verás los resultados más
importantes durante las primeras semanas, y esto supondrá una motivación extra
que te ayudará a continuar construyendo tu nueva rutina.
4. Puedes utilizar aplicaciones para ver cómo avanzas con tus
objetivos. Justamente por ello, habrá un apartado al respecto más adelante en este
e-book. Sin embargo, aquí quiero comentarte lo que a mí me ha dado mejores
resultados. En lo personal, utilizo un calendario, el cual incluso no hace falta que
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te compres, sino que puedes dibujar tú mismo/a en una hoja en blanco. Luego,
deberás simplemente dibujar una X durante cada día que vayas cumpliendo tu
nueva meta. De esta forma, cuando pasen varios días, habrás construido una
especie de cadena y, de ahí en adelante, tu tarea será simplemente lograr que la
cadena no se rompa. A medida que la misma se extienda, créeme que te sentirás
más motivado/a por defenderla.
Si te digo que después de una buena rutina de mañana el resto de tu día será
realmente maravilloso y lleno de buenas noticias, te estaría mintiendo. Pero no tenerla
tampoco implicaría que así lo fuera, ¿cierto?
Es probable que te encuentres con obstáculos y problemas a lo largo de tu jornada.
Es decir, quizás tengas que soportar a algún compañero/a malhumorado/a, lidiar con tu
jefe, con el tráfico, y terminar la larga lista de quehaceres personales y familiares. Pero,
(y este es un “pero” muy importante), teniendo una buena rutina de mañana, tendrás una
mejor forma de afrontar cada uno de tus días.
Así que un beneficio fundamental de una buena rutina mañanera es mejorar tu
percepción y actitud a lo largo de tu día. Suena como algo trivial, pero pensémoslo con
un ejemplo. Suponte que sales de casa con mucha prisa y, por ende, un poco alterado/a.
De pronto, te das cuenta de que olvidaste cargar tu teléfono móvil la noche anterior.
Probablemente aquí tu actitud y la forma en la que percibes ese pequeño problema será
completamente distinta a la que hubiera sido si, en cambio, habrías salido por la puerta
después de, digamos, meditar unos minutos, ¿no crees?
No solo eso, sino que este beneficio, arrastrará a otros como, por ejemplo, llegar
al trabajo de mejor humor, empezar el día con más ánimo, mejorar tus relaciones
personales y, en general, tu satisfacción con el día. ¿Quieres otro ejemplo? Visualiza un
caso similar, pero suponiendo que durante el trayecto al trabajo perdiste el bus, el metro
o te demoraste por alguna otra razón con el medio de transporte utilizado.
En resumen, estos son algunos de los potenciales beneficios que puedes recibir
gracias a los hábitos dentro de tu rutina de mañana:
 Más tranquilidad.
 Más energía.
 Más confianza.
 Más satisfacción.
 Más productividad.
 Mejor estado de ánimo.
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 Mejores relaciones personales.

Por último, déjame decir que, desde mi punto de vista y en ocasiones, el trabajo y
otras actividades nos demandan tanto tiempo, que solemos reservarnos los fines de
semana para estar con las personas que más queremos. Incluso, conozco muchas personas
que suelen trabajar (por elección) también durante los fines de semana. Sobre gustos, nada
escrito, yo he estado en ese lugar y es probable que algún día lo vuelva a estar, pero lo
que quiero destacar aquí es que mientras mejor nos organicemos, más tiempo de calidad
tendremos para poder disfrutar con la gente que nos hace sentir bien. Más cantidad y más
calidad.
5. ¿Qué tienen en común las rutinas mañaneras de

personas que han generado impacto en la vida de
millones?
¿Existe una receta para alcanzar el éxito? En lo personal, no lo creo. Y como digo
siempre, el éxito es muy subjetivo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es observar las
rutinas y prácticas habituales de ciertas personas que han logrado prosperar a nivel
mundial para identificar patrones en sus estilos de vida y ver si podemos inspirarnos a
través de ellos para gestionar mejor nuestro tiempo. Algo que sí sabemos es que todos
suelen tener o han tenido en algún momento agendas muy apretadas y, para lidiar con
ello, han establecido rutinas que les permitan optimizar sus días lo máximo posible.
Entonces, te propongo lo siguiente. Déjame mostrarte simplemente una típica
rutina de este tipo de personas de alto impacto y luego te diré qué es lo que descubrí que
tienen en común todas ellas. Luego, entendiendo que cada persona es un mundo, iremos
pasando de lo general hacia lo particular, para enfocarnos cada vez más en ti, en tu propia
rutina, para que la puedas construir de la mejor forma e incrementes tu calidad de vida.
Emma Tynan es conocida como “la Coach” de las personas más exitosas del
mundo, en cuanto a lo profesional. Tynan ha determinado que, en todos los casos, los
hábitos han contribuido a mantener alta su productividad y, al mismo tiempo, atender a
lo que más importa: las relaciones personales, la salud y el descanso. Esto no quiere decir
que sean perfectos, ni mucho menos, pero han logrado establecer un horario que les ayuda
a alcanzar sus metas basándose en prácticas constantes y con repetición diaria.
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Según cuenta la mencionada Coach, veremos a continuación sus

recomendaciones, basadas en lo que podría ser un día “estándar” en la vida promedio de
sus clientes.
05:00: Despiértate.
A levantarse, el éxito se consigue madrugando. Cuando antes salgas de la cama,
más tiempo tendrás para cumplir los objetivos que, por supuesto, habrás dispuesto la
noche anterior. Toma el control del resto del día para trabajar con calma y pasar tiempo
con tu familia. A esas horas no hace falta tener prisa. Según la autora Laura Vanderkam,
experta en gestión del tiempo, un 90% de los ejecutivos se levantan antes de las 06:00
entre semana.
05:30: Haz ejercicio.
Átate los cordones de las zapatillas y sal a caminar/correr. No será fácil, pero
recuerda que el ser humano es un animal de costumbre y podemos adaptarnos a todo.
Quizás sea más complicado en invierno o cuando llueva, pero son de público
conocimiento todos los beneficios que trae aparejado el hecho de hacer ejercicio. Más
adelante, yo (Joaquín), te revelaré un secreto al respecto de cuál es el mejor horario y
cuánto debes entrenar de mínima a esa hora.
06:00: Medita.
Resérvate algo de tiempo para ti mismo. Entre los ejecutivos triunfa
el “mindfulness”. Simplificando, implica ser más conscientes de nuestros pensamientos y
emociones. Seguro que todos nos tomamos un tiempo para meditar cada día, aunque sea
inconscientemente. Entonces, hacer un esfuerzo para mantener esas reflexiones durante
más tiempo, nos ayudará a mejorar nuestras relaciones personales y también la
productividad en el trabajo.
06:30: Lee.
Las personas exitosas leen cada día. Son conocidos los hábitos de lectura voraz de
Mark Zuckerberg, Bill Gates o Warren Buffet. Por otro lado, Elon Musk leía cuatro horas
al día en su infancia y mira a dónde ha llegado ahora.
07:00: Desayuna.
Según Emma, la mayoría de sus clientes suele desayunar a primera hora, pero en
lo personal, me permitiré hacer una salvedad y no desarrollaré en profundidad este hábito
porque, tal como verás en mi rutina diaria, en la actualidad lo que practico es el ayuno
intermitente. Si bien me educaron bajo el lema de que “el desayuno es la comida más
importante del día” y, sin entrar en detalles por respeto a toda la gente que es experta en
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el tema, hoy te puedo contar que desde mediados del 2020 comencé con este nuevo hábito
y me siento mejor, con más capacidad de concentración, menos ansiedad por la comida y
con más energía.
A partir de las 08:00 - 09:00: Trabaja.
13:00 – 14:00: Come.
Este es un punto donde la cultura de cada país intercede bastante. Es decir, por
ejemplo en Argentina quizás el horario de almuerzo más habitual sea sobre las 13 hs.,
mientras que aquí en España, se suele almorzar un poco más tarde. Tal vez uno pueda
elegir entre cortar menos tiempo y terminar de trabajar antes o hacer una pausa mayor al
mediodía (incluso también se puede aprovechar el tiempo para entrenar) y terminar de
trabajar más tarde.
Lo importante es que intentes afrontar el horario de almuerzo como un descanso
reparador, ya que esto mejorará tus niveles de concentración para el resto del día. Te lo
dice alguien que, al haber trabajado siempre en áreas comerciales, era habitual que
almorzara pendiente del móvil o incluso en el escritorio mismo, pero estoy convencido
de que viene bien hacer una pausa de, al menos, 45 minutos para despejar un poco la
mente, valorar los alimentos, hacer una mejor digestión y cargar pilas para el resto de la
jornada.
18:00: Sal del trabajo, desconecta.
Emma Tynan nos recomienda salir del trabajo a las seis, ojalá fuera siempre así.
De su investigación se deduce que las personas de alto impacto dejan el trabajo en el
trabajo, para poder dedicarle tiempo a la familia o a proyectos personales en su tiempo
libre. “Mi día termina cuando estoy cansado y listo para volver a casa. Siempre habrá más
por hacer, más que se debería hacer, más que se podría hacer”, dice el fundador de
Intel, Andy Grove, que siempre sale de la oficina a las 18:30 sin importar qué esté
pasando allí.
23:00: A la cama.
“Duerme tu camino hacia el éxito”, suele decir Arianna Huffington, quien aboga
por dormir ocho horas cada noche y prohibir cualquier aparato electrónico en la
habitación. Así, se elimina la tentación de comprobar correos electrónicos del trabajo en
medio de la noche, lo que podría conducir a más estrés e insomnio.
Quizás, en este momento estés pensando lo mismo que yo cuando leí esto. Si me
duermo a las 23 hs y me levanto a las 5 am, estaré durmiendo únicamente 6 horas, es
decir, por debajo de lo que se suele recomendar. En lo personal, he probado y he
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descubierto que me siento más cómodo durmiendo alrededor de 7 horas, con lo cual, sé
que debo acostarme antes de la media noche. En tu lugar, te recomiendo que pruebes y
elijas la cantidad que mejor se adapte a ti. En este sentido, empezar con 7 puede ser un
buen primer paso.
En conclusión, para mí el punto más común de todas estas personas es el hábito
de madrugar, una conducta que se popularizó bastante durante los últimos años, creo yo
con una gran influencia de Robin Sharma, autor de “El club de las 5 am”, un libro que te
recomiendo si te gusta madrugar o quisieras comenzar a hacerlo.
“Si hay tanto espacio para el éxito, es porque hay poca gente dispuesta a hacer lo
que hay que hacer para empujar sus límites y transformarse” – Robin Sharma.
6. ¿Cuáles son los hábitos que toda rutina

mañanera debería incluir?
Antes de revelarte mi propia rutina y mostrarte la metodología que utilicé para
crearla, veamos cuáles son los hábitos más recomendados para incluir en cualquier rutina
de mañana para comenzar el día a tope y con las pilas cargadas.
1. Tu mañana empieza la noche anterior. Si quieres tener un gran
comienzo de día, entonces deberás planificarlo la noche anterior. Cada noche,
antes de acostarte, todos sabemos lo que tenemos que hacer al día siguiente: ir a
la Universidad, a la oficina, trabajar desde casa, ir a un coworking, ir al gimnasio,
llevar a los niños al colegio, etc.
Entonces, ¿por qué no dedicar tan sólo unos minutos para dejar las cosas
listas y transitar la mañana siguiente con más calma? Nadie está exento de tener
un imprevisto, como puede ser que se nos quede sin batería el teléfono móvil.
Quizás esto nunca te haya pasado, entonces crees que no puede ocurrir, pero sería
una pena que, si algún día te pasara, esa tontería te genere el estrés suficiente para
alterar el normal desarrollo de tu día. Mientras más preparados estemos para
actuar, mejor, ¿no crees? Además, esos minutos que destines por la noche te los
ahorrarás por la mañana, con lo cual el tiempo quedará compensado.
Otro aspecto muy importante en este sentido tiene que ver con tu
productividad. Es decir, dejar apuntadas las tareas que debes realizar el día
siguiente es súper importante, ya que será una cosa de la que despreocuparte en la
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mañana siguiente. Simplemente tendrás que ejecutarlas. Nuevamente, esta

práctica te supondrá un ahorro de tiempo al otro día.
2. Desconecta unas horas antes de irte a dormir. Olvídate del e-
mail, de las redes sociales y de todos tus dispositivos tecnológicos. Evita el uso
de las pantallas (móviles, portátil, televisión…) durante 30 ó 60 minutos antes de
acostarte ya que la luz que desprenden interfiere en tu ciclo del sueño. Incluso, lo
ideal es no tener TV en tu habitación, ya que la cama debe ser para dormir. Lo
mejor es que leas un ratito antes de acostarte y que cuando te metas en la cama, tu
cerebro ya reconozca que es el momento de dormir y descansar. Si quieres leer en
la cama, también puedes hacerlo. En tal caso, intenta disponer de una lámpara de
noche con luz tenue y listo, te irás relajando poco a poco y te prepararás mejor
para descansar.
3. Asegúrate de dormir lo suficiente. Dormir es vital para tu cuerpo
y tu mente. Ser una persona productiva no es compatible con no alcanzar las horas
suficientes de sueño. Así que, si quieres madrugar, quizás debas irte a la cama
antes. Si duermes poco, tal vez tú sientas que tienes la suficiente energía para
afrontar tu día, pero la repetición de este tipo de prácticas impactará
negativamente en tu salud física y mental.
4. No retrases la alarma del despertador. Sé que cuesta, más aún
en invierno y si llueve ni te cuento, pero la clave aquí reside en evitar empezar el
día fallando. La primera tarea del día es despertarte cuando suene la primera
alarma. No hace falta que saltes de la cama, pero con el pasar de los días verás
que te acostumbras y empiezas el día con otra actitud.
5. Intenta levantarte siempre a la misma hora. Lo ideal, según los
manuales, sería que los fines de semana también te levantes a la misma hora, ya
que a nuestro cerebro le gustan las estructuras, pero aquí creo que no debemos ser
inflexibles. Por ahí puedes utilizar la alarma para no excederte con la cantidad de
horas que duermes, entonces si te acuestas más tarde, te levantas más tarde y listo.
Eso sí, en caso de que puedas mantener tus horarios también durante los fines de
semana, según la edad que tengas y la etapa de tu vida en la que estés, verás que
difícilmente haya mejor forma de comenzar un día no laborable que saliendo a dar
un paseo, tomar un café con tu pareja o algún colega, o simplemente caminar y
disfrutar de no tener que responder a ninguna obligación.
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6. Evita el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales nada

más al despertarte. El problema de esto es que te distraes demasiado. Te
despiertas súper fresco/a y basta nomás que haya un solo tema que te enganche o
llame la atención para que se te complique el hecho de cumplir con tus actividades
a primera hora. No debes dejar que las agendas de los demás guíen tu rutina
mañanera.
Lo que yo suelo hacer es dejar el móvil en modo avión con la opción de
que únicamente me ingresen llamadas telefónicas, por si hubiera alguna urgencia.
Las redes sociales tendrán su lugar, pero hazlo más tarde y verás como no sucede
nada malo si te enteras de ciertas cosas más adelante en la mañana. Ahora es
momento de hacer otras actividades que traigan mayores beneficios a tu día.
7. Introduce algo de ejercicio en tu nueva rutina. Dar un paseo,
hacer unas flexiones de brazo, algo de running o irte al gimnasio. Cualquier
ejercicio que te guste hacer es bienvenido porque te permitirá despojarte del
cortisol (hormona del estrés) y, por ende, te sentirás mejor. En mi caso, he probado
ir al gimnasio durante la mañana y decidí no adoptarlo como hábito porque me
resulta más cómodo entrenar a la tarde/noche, una vez haya terminado el resto de
mis actividades. Sin embargo, más adelante te mostraré que algo de movimiento
por la mañana es necesario.
Si hacer ejercicio por la mañana a ti también se te hace muy cuesta arriba,
entonces hazlo a la hora del almuerzo, o cuando termines de trabajar, pero poder
realizarlo mayormente a la misma hora te permitirá desarrollar más fácil el hábito
y de eso se trata. Y los días que tengas menos tiempo, intenta caminar en lugar de
conducir o tomar taxi, subir las escaleras en lugar de utilizar el ascensor, etc.
Recuerda que, todo suma.
8. Aprovecha para tener tu momento diario de introspección. A
veces, estamos tan ocupados que nos olvidamos de nosotros mismos. Piensa,
medita, reflexiona y agradece. Márcate objetivos y pequeñas metas, observa tus
progresos. Incluso, apoyarte en un cuaderno donde dejes escrito a diario este tipo
de cosas puede ayudarte, te lo recomiendo. Recuérdate en dónde estás y hacia
dónde quieres ir.
9. Mantén una actitud positiva frente al mundo. No comiences el
día de mala gana, triste o enfadado. Como hemos ido viendo, y también tú podrás
comprobar, la manera en la que nos levantamos tiene mucha influencia en la forma
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en cómo reaccionarás con las distintas cosas que te ocurran a lo largo del día. Una
sonrisa, cabeza alta y mente positiva. ¿Y si algo no te gusta? No te quejes, solo
piensa qué puedes hacer para cambiarlo y/o evitarlo. En mi caso, por ejemplo, me
ha tocado vivir en más de una docena de departamentos a lo largo de toda mi vida
y, casi sin excepción, he tenido una relación espectacular con cada uno de los
porteros. Con más de uno incluso, logré hasta generar una amistad. Sin embargo,
actualmente resido en un edificio donde durante los primeros meses, el portero
nunca me saludaba o, al menos, no de forma amena, desde mi punto de vista. No
compartía sus formas, pero decidí respetarlo y no juzgarlo. Entonces, en lugar de
tomarlo personal, opté por seguir saludándolo siempre igual, de la misma buena
forma y con una sonrisa, pero sin esperar nada a cambio. ¿Cómo sigue la cosa hoy
en día? Mucho mejor. No somos amigos, pero sin dudas las emociones se
contagian y, poco a poco, el saludo va siendo cada vez más cordial.
Si te sucede algo similar, o incluso con algún vecino, el consejo que te doy
es justamente este. No lo tomes personal, no juzgues ni lo intentes cambiar. La
otra persona seguirá siendo igual o cambiará cuando lo crea necesario, lo
importante es que tú actúes en consecuencia con lo que tú estás buscando, así que
sigue sonriendo y saludando, para seguir disfrutando de los beneficios que esto
trae aparejado.
10. Bonus. Un pequeño truco puede ser planificar una tarea que te
apasione para primera hora de la mañana. Esto quizá suponga la motivación extra
que necesitas para levantarte de la cama sin pensarlo dos veces.
7. ¿Cómo construir tu propia rutina mañanera?

A estas alturas, podría suponer que no deberían existir dudas respecto a la
importancia que tiene contar con una rutina mañanera para mejorar nuestra calidad de
vida. Sin embargo, debido a las encuestas que he podido realizar con cientos de ex
compañeros de trabajo y amigos, creo que podríamos dividir a las personas en dos grupos.
Aquellos que toda la vida se han levantado de la cama muy activos, con las pilas cargadas,
y a los que desde pequeños les ha costado muchísimo despertarse y ponerse en acción.
Así que, si tú formas parte de este último grupo, quiero que sepas que esas creencias
limitantes se pueden cambiar fácilmente siguiendo algunos pasos y acompañándolos con
tu voluntad. Para ello, es necesario que estés convencido/a y es debido a esto que decidí
estructurar este e-book de esta forma. Quiero que comprendas que nada te impide
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empezar el día con una buena rutina que te ayude a afrontar la jornada con más energía y
alegría.
Además, encontrar la que para ti sea una buena rutina mañanera, te ayudará a
incrementar tu fuerza de voluntad, que al fin y al cabo, actúa como una batería. Uno se
despierta con las pilas más o menos cargadas según las horas y calidad de sueño que haya
tenido, y luego las va consumiendo a medida que transcurre el día.
Por todo esto, tener una rutina de mañana es sin dudas una de las claves que
diferencia a una persona productiva, capaz de lograr objetivos y de sentirse en control de
su tiempo, de otra que suele comenzar con prisas y un agobio que se extienden hasta la
noche, deseando poder llegar a casa para acostarse y descansar, para volver a pasar por lo
mismo al día siguiente hasta que llegue el tan deseado fin de semana. El problema está
en que estos últimos no sólo ven afectados su trabajo, sino también sus relaciones
personales y su estado de ánimo.
Creo que todos tenemos un amigo o conocido al cual de cierta forma admiramos
por la capacidad que tiene de hacer muchas cosas. Por supuesto que es importante un
equilibrio, pero cuando digo muchas cosas, me refiero a cuestiones vinculadas no sólo
con el ámbito profesional sino también el personal. Lo que sucede es que, actuando,
logrando objetivos, uno se motiva, mejora su autoestima y su confianza, llegando así al
final del día más contento. Y dime si eso no vale oro.
Como verás a continuación, no se trata de saturar de actividades los minutos
disponibles en tu mañana, ni tampoco de que te compares con los demás, porque si luego
no logras estar a la altura, entonces el efecto puede ser el opuesto al que estés buscando,
es decir, quedar insatisfecho y desmotivado al no poder cumplir lo que uno se propone.
Pero siempre es bueno tener puntos de referencia, para poder probar distintas recetas hasta
encontrar nuestro camino ideal, el que mejor nos haga sentir.
Así que recuerda: el objetivo de una rutina de mañana no es hacer la lista de
actividades más completa y grande que puedas, sino aprender a organizarte un poco
mejor, asignar prioridades y hacer aquellas cosas que te permitan disfrutar mucho más de
tu día a día.
Ahora sí. Llegó el momento de que veamos el paso a paso.
Lo primero que me gustaría decirte es que, así como yo tengo la mía, tú también
tienes actualmente tu propia rutina de mañana. Lo único que debes hacer es pulirla y
seleccionar con criterio aquellas actividades que te brinden los beneficios deseados para
tu día a día.
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No soy un gurú del despertar ni pretendo serlo, así que no te diré a qué hora debes
levantarte de la cama, qué tipo de meditación debes escoger, qué tipo de entrenamiento
debes seguir, etc. En cambio, mi compromiso consiste en ayudarte de una forma que a ti
te sirva mucho más. Para mí, la vida son etapas y cada uno intenta transitarlas de la mejor
forma posible, atravesando los distintos momentos y circunstancias que le tocan y con las
personas que lo rodean. Sumado a esto, tampoco creo que exista una secuencia exacta de
actividades que te garanticen el “éxito”, pero de lo que estoy absolutamente convencido
es que al finalizar este e-book, podrás mejorar tu calidad de vida, siempre y cuando tomes
acción. La mejor forma de aprender será siempre poniendo en práctica lo aprendido.
Por eso aquí tú mismo crearás tu rutina matutina, según tu tiempo y tus
necesidades personales.
Mi propósito consiste en darte herramientas, argumentarlas e invitarte a que
cuestiones la forma en que vienes haciendo las cosas (si no estás cómodo), para que te
animes a probar caminos nuevos que te hagan sentido y luego los valides con tu propia
experiencia. Nadie más que tú sabrá cómo te sientes al finalizar, pero eso sí, no esperes
que los cambios ocurran de la noche a la mañana, recuerda que la construcción de hábitos
lleva en promedio 66 días, según un estudio de la Universidad de Londres, por más que
muchos gurús te hablen de sólo 21 días.
Pero en este punto da igual, por lo que te propongo lo siguiente. Comprométete a
cumplir tu paso a paso, al menos durante 3 semanas seguidas y luego irás viendo qué tal,
pero no tires la toalla antes de eso, es importante tener constancia y paciencia para ver
resultados.
Aquí vamos:
 Paso 1: Escribe todas las actividades que sueles realizar durante la

mañana
Agarra papel, bolígrafo y acompáñame a pensar juntos en la siguiente historia,
para que sientas la importancia de lo que vas a hacer luego.
Supongamos que cada mañana al levantarte te encuentras 1.440 dólares (por
pensar en la moneda de referencia mundial). Así de sencillo, sin haber hecho nada para
ganarlos. Sin esfuerzo alguno. ¿Qué harías tú? Puedes regalarlos, gastarlos, divertirte con
ellos o simplemente no utilizarlos, hasta incluso quemarlos. La única condición es que
los que no utilices, no los podrás ahorrar, sino que al final del día desaparecerán. Bueno,
así es como funciona la vida. La diferencia es que lo que te encuentras cada día no son
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1.440 dólares sino 1.440 minutos. Así que piensa bien qué vas a hacer con ellos. Los que
no utilices, se perderán. Con este ejemplo tan sólo quiero que despertemos y nos demos
cuenta de que el tiempo está subvalorado, porque es el regalo más abundante que nos da
la vida y a menudo tendemos a creer que lo que no hacemos hoy lo podremos hacer
mañana. Por eso es tan común decir, por ejemplo: “el lunes comienzo”.
Dicho esto, tampoco pretendo que te conviertas en un robot, en una máquina cuyo
enfoque sea únicamente conseguir la mayor productividad. Nada de eso, pero lo que sí
busco es darte herramientas para que puedas aprovechar más tu tiempo y cambies tu día
a día para mejor. De esta forma podrás disfrutar más de tu trabajo, tu tiempo de ocio y tus
relaciones personales.
Ahora sí, volvamos al punto en cuestión. Empecemos con este primer paso, es
decir, listando aquellas actividades que sueles hacer durante la mañana, para que puedas
descubrir en donde hay espacio para un nuevo hábito o simplemente optimizar alguna
actividad que ya vengas realizando.
Por ahora lo único que tienes que hacer es escribir en una hoja lo siguiente:
 ¿A qué hora te despiertas? ¿A qué hora te gustaría despertarte?
(pueden coincidir).
 ¿Cuál es la secuencia de actividades que sueles seguir durante la
mañana? (incluye aquellas actividades con las que te distraes, pero que tú mismo
crees que no son importantes y que podrías reemplazar, por ejemplo: “mirar todas
las historias de Instagram”).
 ¿Cuánto tiempo aproximadamente te toma cada una? (apuntar en
minutos).
 ¿Cuánto tiempo te toma toda la secuencia de actividades matutinas
en conjunto? (apuntar en minutos).
 ¿A qué hora debes salir de casa o empezar tu actividad principal
del día en casa (si trabajas desde allí)?
Ya habrá tiempo para que pienses en qué hacer con esas respuestas, pero por ahora
solo quiero que analices tu rutina de mañana y que trates de ser muy realista con el tiempo
que dedicas a cada actividad.
También es válido si piensas que no lo puedes apuntar ahora mismo con exactitud
y, en tal caso, puedes tomarte el día siguiente para transitar tu rutina normal e ir apuntando
todo a medida que transcurre la misma.
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Aquí te dejo mi rutina como ejemplo:

 Me despierto a las 7 am.
 Me levanto de la cama 7:02 am.
 Recuerdo mis sueños (si logro recordarlos, y los apunto): 5 min.
 Hago la cama: 3 min.
 Me cepillo los dientes: 2 min.
 Bebo un vaso grande de agua: 1 min.
 Ejercicio: 5 min.
 Ducha: 5 min.
 Me visto: 5 min.
 Respiro: 10 min.
 Preparo un té: 3 min.
 Escribo: 5 min.
 Leo: 20 min.
 Me siento en el ordenador (si es que teletrabajo o hago home
office): 8:06 am.
 Paso 2: Identifica y quédate solo con las actividades

imprescindibles
Elimina aquellas actividades no importantes que consumen tus minutos, que ya
verás lo valiosos que son, por lo bien que te harán sentir cuando los reemplaces por otro
tipo de actividades. En mi caso, aquí arriba te mostré mi rutina actual. Lamentablemente
no fue siempre así, sino que tuve que pulir la original. Si te lo tuviera que resumir, el
trabajo consistió básicamente en: eliminar el uso del móvil (20 min) y agregar hábitos
que no tenía incorporados: hacer la cama, escribir y meditar, los cuales hoy sin dudas son
de mis favoritos.
Para poder llevar a cabo este paso, lo que tú puedes hacer es preguntarte lo
siguiente:
¿Qué actividad puedo eliminar de mi mañana? ¿Qué actividad no me aporta
ningún valor o solo me quita tiempo? Por ejemplo: revisar Instagram, Twitter, etc.… No
se trata de que no las revises nunca, pero simplemente piensa qué sucedería si lo haces
más tarde y probablemente veas que nada cambie. Si aparece algún asunto de carácter
urgente, nos enteraremos de una u otra forma.
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Observación: esto no es una verdad absoluta, sino una guía, pero cada uno tiene
su propia realidad. Si trabajas como Community Manager, quizás revisar el correo
electrónico y tus redes sociales a primera hora sea algo fundamental, pero entonces habrá
otras cosas menos importantes con las que también te distraes y de eso se trata, de
identificarlas y tratar de no caer en la tentación.
¿Qué actividad podemos postergar y realizar en otro momento del día (es decir,
que puede no ser imprescindible en nuestras mañanas)? Por ejemplo: contestar los WA
de los grupos en los que estamos involucrados. En mi caso, tengo varios grupos con
amigos/familia de Argentina y como vivo en Madrid, debido a la diferencia horaria, ellos
recién se despiertan cuando aquí es medio día. Por ende, contestar esos chats a primera
hora de mi día no agrega ningún valor, porque ellos lo verán varias horas después.
¿Qué actividad podemos dejar lista la noche anterior, para ganar tiempo y evitar
así hacerlo durante la mañana? Por ejemplo: dejar lista la ropa del trabajo, del gimnasio,
guardar la comida en el táper, etc.
Ahora vuelve a repasar tu lista y termina de pulirla, quedándote únicamente con
lo que consideres verdaderamente necesario hacer a primera hora de la mañana. Y no te
preocupes si algún día puntual sucede que no la puedas cumplir, porque esto se trata de
definir un “ideal” y estandarizarlo lo máximo que puedas para que te sea lo más sencillo
posible respetarla y así disfrutar de los beneficios que esto te traerá aparejado.
 Paso 3: Calcula el tiempo extra que tienes antes de comenzar tu

actividad principal en la mañana
Aquí pueden suceder dos cosas: en primer lugar, que apenas termines de realizar
tu rutina, tengas que comenzar tu actividad principal de inmediato o que aún te sobre
tiempo. Por ejemplo, mi rutina vimos que termina a las 8:06, el mismo momento en que
ya estoy sentado trabajando, es decir, no tengo ningún “tiempo extra”. Sin embargo,
supongamos por ejemplo que tuviera que salir de casa a las 8:30 para ir a la oficina. En
ese caso, me sobrarían alrededor de 24 minutos y ese sería mi tiempo extra.
Entonces, ¿qué puedes hacer en caso de no tener tiempo extra? Lo primero, es
preguntarte si de todas las actividades que apuntaste en el punto anterior, existe alguna
que puedas posponer para más adelante en el día. Y lo segundo, es despertarte más
temprano.
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De esta forma, según el tiempo extra que consigas, podrás incorporar algún otro
pequeño hábito que contribuya a mejorar tu bienestar o bien, dedicarle más tiempo a
alguno de tus hábitos diarios seleccionados.
 Paso 4: Elige cuidadosamente algún hábito para tu rutina de mañana

Ahora que ya sabes aproximadamente con cuánto tiempo extra cuentas, sea
eliminando alguna actividad, postergando otra o simplemente levantándote antes de la
cama, por ejemplo, podrás aprovechar para incorporar otros hábitos saludables que
mejoren el resto de tu día. En este sentido, el consejo que te puedo dar es que lo hagas de
forma paulatina, es decir, poco a poco, ya que así será más fácil de llevarlo a cabo y
aumentarás las posibilidades de cumplir. Recuerda que lleva tiempo cambiar hábitos, pero
la rutina mañanera te acompañará de por vida, con lo cual, comienza de una vez.
¡Ahora te pido máxima concentración! Esta es mi parte favorita del e-book,
porque pasaré a desarrollar los mejores hábitos que he descubierto para comenzar el día
de la mejor forma. Por supuesto, si te los recomiendo es porque forman parte de mi rutina,
es decir, los he adoptado y, por ende, podré justificar el motivo por el cual lo hago.
En algunos casos, solo te haré las observaciones correspondientes cuando haya
diferencias entre cuestiones que yo estoy implementando y aquellas que no, pero que aun
así me hacen sentido, para que seas tú quien pueda optar por experimentar y validar todo
según tu propia experiencia, buscando así los que mejor te funcionen a ti.
Estos son algunos ejemplos de pequeños hábitos ideales para arrancar tu día:
En mi opinión, los mejores hábitos matutinos son aquellos que están enfocados en
activar mi capacidad intelectual. Como verás, mi rutina mañanera está totalmente
destinada a reactivar mi cerebro, para poder comenzar el día de la mejor manera.
Aquí te los comparto, en orden cronológico.
1) No presionar el botón de “posponer”.
Comenzar el día de la mejor manera, implica olvidar el botón de “posponer” del
teléfono móvil. Pensemos juntos, ¿por qué lo primero que haga apenas abras los ojos va
a ser postergar la primera decisión del día? ¿Por qué empezar incumpliendo el horario
que uno mismo eligió para poner la alarma? En mi caso, solamente presiono el botón de
“posponer” por las dudas, como un seguro por si me quedara dormido, pero no me quedo
10 minutos más en la cama hasta que vuelva a sonar, sino que tan sólo 5 minutos después
ya logro levantarme.
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2) Recuerdo mis sueños.

Apenas me despierto, lo primero que hago es intentar recordar mis sueños. No es
una tarea sencilla, al menos no lo es para mí, pero la razón por la cual lo hago y además
te lo recomiendo, es tan sencilla y potente como esto que vas a leer ahora. Algunos de los
inventos y obras de arte o literatura más increíbles de la historia, han surgido literalmente
de los sueños de sus creadores y con esto me refiero a cuando estaban durmiendo. Puedes
investigar tú mismo/a y encontrarás muchísimos ejemplos, pero por citar algunos nomás,
te puedo contar que a Mary Shelley se le ocurrió la idea de Frankenstein mientras dormía.
John Lennon soñó uno de sus grandes éxitos que seguramente conozcas como fue su
canción “Imagine”. Entonces, ¿crees que no vale la pena hacer el intento por recordar eso
que estuviste soñando y que te olvidas apenas te levantas por la mañana? Piensa que
podrías estar resolviendo los mayores desafíos de tu vida, tu trabajo, tu negocio o incluso
develando cuestiones que estés intentando aprender.
Aquí, permíteme contarte una pequeña anécdota de cuando comenzaba mi
adolescencia que está vinculada con esto y gracias a la cual he adoptado este hábito tan
poderoso. Tenía unos 12 años, cuando mis tres hobbies eran: jugar al fútbol, jugar al
ajedrez y resolver problemas de ingenio. Casualmente, los compartía con uno de mis
mejores amigos de ese entonces, cuya amistad por suerte sigue muy vigente. La única
diferencia que teníamos era que yo hinchaba por Newell’s y él por Central, los dos
equipos que constituyen el clásico rival de Rosario, mi ciudad de origen.
Fue una tarde, mientras practicábamos ejercicios de la preparatoria para el
Certamen de Olimpíadas Matemáticas, cuando nos quedaba pendiente de resolver solo
uno de ellos, lo cual no podíamos lograr pese a intentarlo una y otra vez.
Cuando algún ejercicio no nos salía, realmente nos esforzábamos en intentar
conseguirlo e incluso teníamos una sana competencia, por ver quién lograba resolver el
“problema difícil”.
Sin embargo, cuando surgía algún caso así de excepcional, recurríamos a nuestros
“héroes sin capa”, que no eran ni más ni menos que nuestros padres. Ambos, eran
contadores de profesión y bastante fanáticos de los números. No obstante, aquel día, tras
varias horas de intentarlo sin éxito, ninguno lo había podido resolver. Debo confesar que
nuestro querido colegio, del cual tengo los mejores recuerdos, tenía un nivel bastante
bueno en general, pero no se destacaba en Matemáticas y nosotros llegábamos a instancias
donde debíamos competir con otros chicos que llegaban mucho mejor preparados.
Entonces, para compensar, lo que hacíamos era entrenarnos con libros para adolescentes
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de edades más avanzadas. Esto simplemente lo menciono para destacar que, con esfuerzo,
uno siempre puede superarse. Todas las habilidades se pueden desarrollar, no creas eso
de que las cualidades son fijas, ya que es importante que toda la vida estés continuamente
aprendiendo, de eso se trata un poco el juego.
Retomando el tema, lo cierto es que recurríamos indistintamente a nuestros
salvadores en casos donde no lográbamos resolver algún ejercicio tras varias horas de
esfuerzo y siempre nos encontrábamos con que alguno de nuestros dos padres nos lo
solucionaba. Pero recuerdo una vez, que, tras varias horas de insistencia, ninguno pudo
resolver el problema en cuestión, hasta que finalmente mi padre soñó la respuesta. Apenas
despertó, la recordó de inmediato y lo primero que hizo fue levantarse para apuntarla.
Desde ese entonces arrastro esa creencia conmigo e intento recordar mis sueños y
apuntarlos, algo que, por repetición, se ha convertido en un lindo hábito, el cual créeme
que más de una vez, me ha servido mucho. No esperes aquí despertarte con una idea
millonaria o la vacuna contra el Covid, pero siempre se pueden obtener cosas interesantes,
las cuales por supuesto estarán vinculadas con lo que viniste haciendo en ese día o que
formen parte de tu vida cotidiana.
3) Hago la cama.
Quizás desde pequeño tienes inculcado este hábito y te parece normal, pero
créeme que mucha gente no lo tiene. De hecho, yo lo adquirí no hace mucho tiempo y
hoy me pregunto: ¿cómo puede ser que haya demorado tanto en incorporar un hábito tan
lindo como éste? Creo que la respuesta está en que nunca me explicaron los motivos por
los cuales me convenía hacerlo, y es por ello por lo que los quiero compartir contigo.
La razón por la que actualmente disfruto de hacer mi cama a diario es para
comenzar el día con una victoria, ya que al cerebro le gusta construir sobre la base del
éxito. Entonces, completar la primera tarea del día, nos da orgullo y ánimo para la
siguiente.
Además, es bueno porque cuando vuelves a casa al final del día, regresas a tu cama
hecha. Y como nadie está exento de tener un mal día, al menos acostarse a descansar con
la cama hecha, nos ayuda más que encontrarla toda desordenada, ¿no?
4) Me lavo los dientes.
¿Y esto qué repercusión positiva tiene en nuestro cerebro? Todos nos lavamos los
dientes, puede que estés pensando. Sí, pero yo lo que hago es intercalar la mano con la
cual me los lavo. Es decir, un día utilizo la derecha y al siguiente mi mano inhábil. De
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esta forma, logro que se activen diferentes partes de mi cerebro. A medida que tu cuerpo
se mueve, tu cerebro avanza.
5) Bebo agua.
Lo siguiente que hago es beber un vaso de agua. Particularmente yo le agrego ¼
de cucharada de sal del Himalaya, para reponer minerales. ¿Por qué? Porque tu cerebro y
tu cuerpo son alrededor de 70% de agua. Entonces, quiero súper hidratarme ya que
perdemos agua mientras dormimos.
6) Muevo el cuerpo.
Algunos estudios han observado el rendimiento de personas que hacían ejercicio
a las 7 am, a la 1 pm y a las 7 pm. Los mismos demostraron que trae múltiples beneficios
hacerlo durante la mañana. Quizás tú seas como yo y te cueste hacer ejercicio durante la
mañana o bien te quede más cómodo hacerlo en otro horario. Y es aquí donde viene la
buena noticia. También se comprobó que no hace falta que completes tu entrenamiento
sino que basta con dedicarle unos pocos minutos. Por ejemplo, lo que yo hago es ir
variando entre algunas flexiones de brazo o los tan populares “jumping jacks” (si no te
suenan por su nombre, lo puedes googlear y verás que los conoces).
7) Me ducho.
Lo siguiente que hago es tomar una ducha y aquí varío según la época del año,
pero si no es fría, al menos intento mojarme detrás de la nuca un poco con agua lo más
helada posible. Si pudiera ducharme todo el año con agua fría, lo haría, pero de momento
hasta aquí llego. Como siempre, cada vez que te cuente algo por aquí, por Instagram o
cualquier canal por donde nos comuniquemos, verás que me gusta darte las razones detrás
de las cosas que digo, sugiero o simplemente hago. En este sentido, ducharse con agua
fría por la mañana trae muchos beneficios, entre ellos, mejora la circulación y el sistema
inmunológico, estimula el estado anímico e incrementa los niveles de energía.
8) Respiro.
Según algunas encuestas que he realizado, la principal traba que tiene la mayoría
de las personas para comenzar con el hábito de la respiración, mindfulness, yoga o
meditación en cualquiera de sus ramas, es la de pensar que, si no le dedicas 1 hora al día,
no servirá de nada. En base a lo que he podido averiguar, existen diversos estudios que
demuestran que, por ejemplo, tras meditar durante al menos 10 minutos, puedes obtener
múltiples beneficios tales como: reducción del estrés, mayor energía, mejorar el control
sobre tus pensamientos y emociones, a concentrarte mejor y a relajarte de forma
inmediata. ¿Nada mal, no?
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¿Cuál es la clave aquí? Considera el tiempo dedicado a la meditación como una

inversión y no un gasto, porque al mejorar en los aspectos recién mencionados, podrás
aumentar tu productividad, es decir, el resto de tu tiempo en el día te rendirá más que
antes de meditar.
Tampoco es necesario que sepas hacer la posición de loto ni quemar incienso. De
nuevo, quizás mientras mejor lo hagas y más tiempo le puedas dedicar, puede que
obtengas mayores beneficios, pero la diferencia entre meditar unos minutos por día y no
hacerlo es abismal, y si aún no lo practicas, quiero que te quedes con ese concepto.
En mi caso, lo que hago es respirar profundamente durante 10 minutos, con
música de relajación de fondo e intentando concentrar toda mi atención en la respiración.
En Spotify o YouTube, podrás encontrar miles de listas de reproducción para la ocasión.
Lo ideal es que te ubiques en un sitio cómodo, de ser posible con luz natural y poco más.
Llámale meditación o la técnica que tú quieras. A mí, una en particular que me pareció
interesante tiene que ver con la “coherencia cardíaca”, que tiene que ver con el poder de
vinculación entre corazón y cerebro. De nuevo, existen muchos cursos, libros, audio guías
y demás de donde puedes aprender. Sea cual sea el caso, para comenzar con este hábito
es importante que te sientes en una posición que a ti te quede cómoda y que adoptes una
buena postura.
Actualmente existen una infinidad de técnicas y herramientas, para todos los
gustos, así que no hay excusas para ponerlo en práctica. Puede que al principio no veas
grandes resultados y te cueste un poco más concentrarte, pero es normal, lo importante es
que vayas progresando, incrementando los minutos y la concentración en el proceso, hasta
lograr el tiempo que consideres necesario. Te puedo asegurar que te hará muy bien, a
todos nos hace falta “parar la pelota” un rato, hacer una pausa y aquietar la mente.
9) Preparo una infusión.
A partir de ahí, lo que hago es beber un té verde, que ayuda a mejorar nuestras
funciones cognitivas. Si tú te lo quisieras preparar de forma casera, seguramente sea mejor
y en internet puedes buscar “infusiones para activar el cerebro” y encontrarás alguna que
se adapte a tus gustos.
¿Qué hago mientras bebo el té? Te lo cuento en el punto siguiente.
10) Escribo en un cuaderno.
¿Y qué es lo que escribo para continuar activando mi cerebro? Empiezo con
gratitud, porque renueva tu cerebro y te ayuda a entrar en un estado de consciencia, donde
te sientes mejor y actúas de una mejor forma.
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Además, en ese estado eres más creativo. Lo que te aleja de ese flow son las
emociones negativas, así que recuerda que tanto la gratitud como también el perdón son
de gran ayuda. Las veces que me he peleado con alguien, tras considerar que me habían
hecho algo “malo”, logré comprender que debía perdonar para soltar esa carga y avanzar
sin ella. Comprendí que perdonemos o no, la otra persona puede que siga siendo y
actuando de la misma forma, entonces no vale la pena quedarse enganchado. Pensar en
nosotros y actuar con amor propio no es egoísta, sino que es súper importante para
progresar.
A mí me encanta escribir, es de mis actividades favoritas y la verdad es que suelo
hacerlo no solo para publicar un e-book como éste, sino también cuando me siento
agobiado o malhumorado. Es una herramienta simple que me ha dado grandes beneficios
personales, por eso también te lo recomiendo ampliamente.
Sin embargo, muchas personas simplemente no saben qué escribir, por eso aquí
te dejo algunas recomendaciones para que puedas comenzar a hacerlo:
 ¿Qué agradeces hoy? La gratitud es importante.
 ¿Qué te motivó hoy para salir de la cama?
 ¿A qué persona especial vas a llamar o ver hoy?
 ¿En qué te quieres enfocar hoy? ¿Hay algo que vaya a ocurrir hoy
que te genere entusiasmo?
 ¿Cuál es tu prioridad N°1 de tu día? La más importante.
Ya que estamos dentro del punto de la escritura, no quiero dejar pasar un hábito
súper importante que practico a diario, pero que no incluí en mi lista de actividades
mañaneras porque lo hago por la tarde, al finalizar mi jornada, pero igualmente vale la
pena destacarlo.
Aquí me refiero a la famosa “to do list”, que es ni más ni menos que la lista de
temas de los cuales me tengo que ocupar en el día. Lo ideal es aprender a calificar las
tareas entre urgentes y/o importantes, tal como nos enseña Stephen Covey en su libro
“Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, pero como mínimo, si aún no lo haces,
comienza por hacer tu lista y ve tachando las tareas a medida que las vayas completando.
Por último y no por ello menos importante, no puedo dejar de mencionar a la otra
lista, la menos famosa, de la que menos se habla pero que para mí también es súper
necesaria: la “not to do list”. Es decir, aquellas actividades que si has seguido bien los
pasos que hemos visto, deberías haber eliminado de tu mañana, pero que considero vale
la pena dejar por escrito en alguna hoja, papel, pizarra o lugar que tengas a la vista. El
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objetivo es estar plenamente conscientes de no caer en esas distracciones, como por

ejemplo revisar las redes sociales a primera hora de la mañana.
11) Leo.
Este hábito consiste precisamente en eso, en leer. Todos los grandes líderes han
sido y son grandes lectores. Creo que este es el hábito que más me gusta. Todos
deberíamos leer al menos 20 minutos por día. Incluso, puedes leer 10 minutos a la mañana
y otros 10 antes de irte a dormir. Si crees que no dispones de ese tiempo, piensa en lo que
dedicas a pasear por tus redes sociales al comenzar y finalizar tu día, que ya verás cómo
aparece. Es clave hacer algo físico y algo mental a diario. Cuida tu cerebro, porque
mejorándolo, también mejorarás tu vida.
He escuchado infinidad de veces entre amigos o colegas que les gustaría leer más
y que hasta se lo proponen, pero muchas veces no lo logran. Al hablar con ellos, he
observado que la mayoría dejan esa tarea para el final del día. Entonces, suelen
encontrarse con las siguientes situaciones: tuvieron un día muy agotador en el trabajo y
necesitan echarse en el sofá a ver Netflix; se fueron de after office y regresaron a casa ya
para acostarse a dormir; simplemente se distraen viendo las redes sociales, etc. Debido a
ello, es que considero que muchas veces la clave para sumergirte en el mundo de la lectura
o aprender algo nuevo está durante la mañana.
En lo personal, le dedico 20 minutos por día sin excepción de lunes a viernes
durante la mañana antes de comenzar a trabajar y luego al menos otros 10 minutos en la
noche antes de dormirme. Si por alguna razón fallo en la mañana, entonces compenso en
la noche. El doble turno, me deja menos margen de error para poder cumplir con este
hábito cada día.
Luego, durante los fines de semana, suelo leer un poco más. Si tú te estás iniciando
o quieres hacerlo, puedes ponerte objetivos pequeños de 10 minutos por día y luego ir
incrementándolos poco a poco.
De pequeño no me atrapaban mucho los libros, pero tenía el hábito de leer todos
los días, sin excepción, el suplemento deportivo del principal diario de mi ciudad. A
medida que fui creciendo, al terminar con ese segmento, me iba moviendo hacia otras
secciones como Economía, por ejemplo. Sin dudas, esto contribuyó muchísimo a mi
desarrollo.
Es importante que tengas muy presente que no importa la edad que tengas, debes
ejercitar tu cerebro como cualquier otro músculo. Tu cerebro crece a través de la
neuroplasticidad, la novedad y la nutrición, así que busca aprender algo nuevo todos los
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días. Prueba hacer algo nuevo para superar el miedo a ello. Inténtalo de nuevo, solo para
aprender a hacerlo. Luego, hazlo una tercera vez para ver si te gusta.
Aquí no te puedo recomendar libros puntuales porque considero que no sólo
depende de lo que te guste, a lo que te dediques y sobre lo que tengas curiosidad, sino que
también el tipo de libro buscado cambiará según el momento de tu vida en el que te
encuentres. Por eso lo importante es que adquieras el hábito de la lectura, al menos 20 o
30 min por día, y así podrás desarrollar tu cerebro, así como además adquirir nuevos
conocimientos, mejorar tu nivel de escritura, de comunicación y obtener muchísimos
otros beneficios. Hasta tendrás más temas de conversación, pues la lectura diaria te
convertirá en una persona más interesante.
12) Y ahora, ¿vendrá el desayuno?
Quizás, esperes que luego de todo esto llegue el tan famoso y querido, desayuno.
Aunque en mi caso, como te comenté al principio, desde mediados del 2020 dejé la
práctica del desayuno y lo que ahora práctico es el ayuno intermitente, en su modalidad
16/8. Es decir, ayuno a diario desde las 22 hs hasta las 14 hs del día siguiente y mi período
de alimentación ocurre en las 8 horas que quedan en medio. A mí me está dando resultado,
porque me siento mejor, con más energía y mayor capacidad de concentración. Intento
cumplir con ello a diario, pero con la ventaja de que, si algún día no lo logro, no pasa
absolutamente nada. Eso sí, es fundamental beber mucha agua.
Sin embargo, al no ser un profesional de la alimentación, prefiero evitar una
recomendación respecto a este tema. Además, hay tanto escrito sobre la materia que tú
mismo/a puedes optar por investigar, probar y descubrir que es lo que mejor te haga sentir.
Y si te asesoras por un profesional, creo yo que siempre será mejor. Mi única opinión al
respecto es que, si desayunara, intentaría hacerlo con una opción que contribuya a mejorar
mi estado de ánimo y mi cerebro.
Por último, lo que hago es prepararme el mate, una infusión típica de los países
más australes de América del Sur, como es el caso de Argentina. A diferencia del café,
tiene mateína y a mí me hace sentir mejor. Además, es un gran compañero, aquí en España
tengo varios amigos que no sólo lo han probado y les ha gustado (nunca a la primera, ya
que es un gusto adquirido), sino que algunos de ellos incluso ya tienen su propio equipo
de mate.
Hasta aquí, te he comentado mi rutina diaria. Ahora, antes de pasar al último paso
donde serás tú quien deba construir su propia rutina, quiero responder la pregunta que
más se ha repetido entre personas que ya han leído un adelanto de este e-book.
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¿Qué pasa si quiero adoptar un hábito mañanero que me toma más tiempo del que
tengo? Supongamos que, por alguna razón, no me puedo levantar más temprano o que ya
no puedo quitar ninguna otra actividad de mi rutina.
Por ejemplo, quieres salir a correr en la mañana porque definitivamente no logras
hacerlo por la tarde; o quizás quieres trabajar en tu proyecto personal antes de ir al trabajo,
porque en la noche tus hijos y responsabilidades no te lo permiten.
En definitiva, el problema aquí se trata de que el tiempo para todos es un recurso
escaso. Y si no lo puedes conseguir con las estrategias que ya hemos visto, entonces, ¿qué
es lo que puedes hacer en esos casos?
Una opción es que realices tu actividad deseada con menos tiempo del que
quisieras. Por ejemplo, si quieres empezar a correr por la mañana y consideras que la
actividad te demandaría 60 minutos en total, quizás puedas comenzar dedicándole sólo
20 minutos, es decir, 15´ para hacer ejercicio y 5´ de preparación (cambiarte, beber agua
y demás). Recuerda que la ropa deportiva y las zapatillas las puedes dejar listas al lado de
la cama desde la noche anterior, tal como vimos en párrafos anteriores.
Lo mismo ocurre si, por ejemplo, tienes el propósito de escribir un libro. Si lo
haces a primera hora del día, el tiempo que sea, será mejor que dejarlo para más tarde y
correr el riesgo de no sentarte a escribir por estar agotado o no encontrar el momento
adecuado. Poco a poco, irás incrementando los tiempos, los hábitos se recomienda
adquirirlos uno a uno y de forma paulatina.
 Paso 5: Construye tu rutina de mañana

¿Recuerdas tu listado de actividades mañaneras? Estupendo, ahora tan sólo debes
regresar allí y ver en dónde encajar el nuevo hábito que quieras adoptar en tu rutina.
Luego, cuando quieras incorporar otro más, simplemente repite el mismo proceso
y listo. Por supuesto que lo ideal sería incorporarlos de a uno, tal como he argumentado
anteriormente, pero si confías en tu fuerza de voluntad y quieres empezar adoptando
varios a la vez, entonces adelante con ello.
Aquí no se trata de copiar/pegar lo que hacen los demás, sino probar aquellos
hábitos que a priori te cuadren, evaluarlos, ver cómo te sientes y cuáles se adaptan mejor
a tu cuerpo, tu mente, tus necesidades y la realidad que vives día a día.
Otro punto importante es que puedas dejarte algunos minutos de “colchón” por
las dudas que surja algún imprevisto, así no te agobias. O si no, que tengas claro cuáles
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son aquellas actividades que podrías postergar para más adelante en el día, en caso de que
suceda algo inesperado durante la mañana y estés más justo/a de tiempo.
Así que, en este paso, solo tienes que escribir lo siguiente:
 ¿En qué parte de tu secuencia de actividades puede encajar mejor
tu nuevo hábito?
 ¿Cuánto tiempo piensas dedicarle? (debes ser realista).
 ¿Te queda algún tiempo de “colchón”? (para los imprevistos).
 ¿Cuál o cuáles serían los hábitos que podrías postergar?
Ahora, vuelve a escribir tu nueva rutina con horarios y tiempos, tal como hiciste
en el paso número 1, pero con los nuevos cambios que hayas decidido incorporar.
Y ¡listo! Ya tendrás lista tu nueva rutina mañanera para comenzar el día de la
mejor forma y sobre todo transitarlo con un mejor ánimo. Si quieres, puedes dejarla
escrita en algún lado que esté al alcance de tu vista (por ejemplo: en una hoja pegada en
la puerta de la nevera).
 Bonus: Optimizar actividades que hago durante la mañana, de

forma de ganar tiempo
Este paso extra está destinado mayormente a las personas que consideren que no
disponen del tiempo que les gustaría para realizar todo lo que desean hacer durante la
mañana. Pero, si no es tu caso, igualmente esto puede servirte para pulir tu rutina
mañanera.
En este caso no son propuestas porque, como te he dicho, intentaré siempre que
mis recomendaciones estén alineadas únicamente con lo que yo practico, para opinar
desde la experiencia. No obstante, considéralas como distintas ideas que pueden ayudarte
con las actividades que ya realizas durante tu mañana, sea compaginándolas con otro
hábito u optimizándolas de forma saludable.
Aquí te dejo algunos ejemplos:
 Respirar en la cama antes de levantarte e inmediatamente después
de despertar.
 Salir a pasear al perro al trote para hacer un poco de ejercicio al
mismo tiempo.
 Escuchar un audiolibro o podcast de camino al trabajo.
 Escribir tu diario mientras preparas y tomas tu infusión.
 Conversar con tus hijos mientras los vistes para ir al colegio.
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Seguro que, si te pones un poco creativo/a, terminarás encontrando una mejor

forma para empezar tu día mediante una buena rutina mañanera.
8. ¿Cómo ser constante con tu rutina de mañana?

Vale, ahora sí, ya has terminado y tienes tu rutina diseñada. La has puesto en
práctica y todo marcha bien. Pero, recuerda que la consolidación de nuevos hábitos lleva
tiempo, entonces, ¿qué estrategias puedes adoptar para ayudarte a ser constante?
 Dibuja las distintas actividades que realizarás
La realidad es que una vez tengas consolidada toda tu rutina, no hará falta ningún
recordatorio. Sin embargo, al principio, sobre todo para quienes somos más visuales,
hacer un dibujo completo de tu rutina puede serte de gran utilidad, además de
simplemente listar las actividades. Por ejemplo, imagínate una especie de línea histórica
donde escribas la actividad y una pequeña ilustración al lado. Es algo que quizás hagas
por única vez y te sirva para dejar a la vista en algún lado. Recuerda que todo suma.
 Sé flexible.
Si bien ya hemos hablado un poco de esto, recuerda que, si un día no te dio tiempo
de lograr tu rutina al pie de la letra, no debes agobiarte. En cambio, sigue adelante con el
resto de las actividades e intenta encontrar un hueco más adelante en el día para cumplir
con el hábito que te hayas saltado. Por ejemplo, si no lograste meditar tus 10 minutos,
quizás puedes hacerlo después del almuerzo. Si no tienes posibilidad de ponerte tan
cómodo/a como en tu casa, tan sólo busca el mejor sitio, donde puedas estar tranquilo/a,
respirar un poco profundamente, bajar un cambio y listo.
Por supuesto que, si la imposibilidad de cumplir con tu rutina mañanera fuera más
frecuente, deberías reflexionar sobre qué es lo que ha cambiado en tu vida o qué es lo que
está impidiendo ahora el normal desarrollo de tu rutina, para poder corregir y continuar
tal como venías o adaptarte a tus nuevas circunstancias. Ejemplo: el nacimiento de un/a
hijo/a puede alterar la rutina de una persona. En ese caso, quizás haya que revisar y hacer
algunas modificaciones en nuestra rutina.
 Celebra tus pequeños logros.
Si quieres ser constante con la adopción de nuevos y mejores hábitos, es
fundamental no sólo ser consciente de las mejoras en tu calidad de vida que vayas
experimentando, sino también que festejes los pequeños pasos que vayas dando hacia
adelante. No hace falta una conmemoración, pero puedes elegir la forma que sea, como
por ejemplo, compartir tu felicidad con algún amigo/a o familiar. Recuerda tener
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paciencia, las grandes mejoras no suceden de la noche a la mañana, pero no tengas

ninguna duda, que cuanto mejor comiences tu día, mejor lo transitarás y más productivo
serás.
9. Errores comunes que debes evitar

Lo que hacemos en la mañana es lo que determina cómo será el resto de nuestro
día. Descubre lo que debes evitar para ser más productivo.
Nuestras tareas mañaneras son más importantes de lo que queremos admitir y
nuestros malos hábitos tienden a acumularse con el tiempo.
Observa estos cuatro errores que puedes estar cometiendo en la mañana y en tal
caso, piensa bien cómo puedes cambiarlos para que tus días marchen mucho mejor:
1. Despertarse con algún disgusto. A veces levantarse con un ruido o situación
molesta es inevitable. Pero, lo que debemos evitar es acostumbrarnos a esto. Es decir, si
el sonido de la alarma en tu teléfono no es de tu agrado, intenta poner alguna canción que
te guste y te anime a despertarte para empezar mejor el día. Incluso, puede que quizás,
cada cierto tiempo la debas cambiar para no cansarte.
2. Apresurar la rutina. Seguramente habrá días puntuales que te cuesten un poco
más, en los que surja algún imprevisto o quizás te hayas acostado más tarde de lo normal
la noche anterior y, por ende, te cueste comenzar. Lo importante es que esto no se
convierta en hábito, porque si todos los días sales corriendo al trabajo, estarás
constantemente ejerciendo estrés sobre tu cuerpo y tu mente, lo cual impactará de manera
negativa en el resto de tu día.
Una forma de evitar que pueda suceder esto, es acostumbrarse a levantarse unos
minutos antes y no tener que estar siempre contrarreloj. Quizás, si eres de las personas a
las que les pasa esto, lo tengas tan normalizado que creas que no es importante cambiar,
pero recuerda que somos animales de costumbre, a todo nos adaptamos, pero no quiere
decir que este tipo de cuestiones nos hagan bien. Siempre date la oportunidad de tomar
consciencia de tus actos y de poder mejorar en pos de tu bienestar.
3. Obsesionarse con empezar el trabajo. Si al despertarte lo primero que haces
es revisar el correo electrónico o el chat interno de la empresa e inmediatamente te pones
a responder cualquier asunto, entonces no te estarás ayudando. Y esto te lo digo por
experiencia, yo he llegado a contestar correos electrónicos durante la madrugada, si tan
solo me despertaba y luego seguía durmiendo. O peor aún, quizás no me volvía a dormir.
Así que confía en mí, todo esto que puedes ver normal en el corto plazo, terminará
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afectando tu productividad a mediano plazo. Date algo de tiempo para meditar, hacer
ejercicio o algo que disfrutes a primera hora. Esto reprogramará tu cerebro y permitirá
enfocarte mejor en tu trabajo cuando llegue el momento de empezar.
4. Retrasar las tareas difíciles. No importa lo que sea, pero siempre habrá tareas
más importantes que otras y siendo más retadoras, es normal que uno prefiera postergarlas
para cuando estemos más “despiertos”. Sin embargo, debes saber que empezar por lo más
complejo en la mañana te resultará muy beneficioso ya que el resto de las tareas te
parecerán menos desafiantes e incluso, si surge algún imprevisto, no supondrá un riesgo
mayor para lo que aún tengas pendiente.
Dicho esto, ten en cuenta una cosa. Que no cometas estos errores no implicará que
tus mañanas sean perfectas. Sin embargo, eliminar malos hábitos que tienden a arruinar
tu rutina después de años de repetición, te generará un enorme beneficio en tu día a día.
10. Apps recomendadas para la creación de tu

rutina
A la hora de crear tu rutina, existen muchas aplicaciones que te pueden ayudar.
Aquí permíteme hacerte una salvedad. Si bien nos hemos enfocado en tu rutina mañanera,
las aplicaciones que he probado y seleccionado especialmente para ti podrán serte de gran
utilidad para toda tu rutina diaria.
1. Any.do: una gran aplicación para organizar tu tiempo. Te permite crear
listas, recordatorios o tareas pendientes y se sincroniza en todos tus dispositivos
para que puedas acceder a tu aplicación y organizar tu tiempo desde cualquier
lugar. Lo que encuentro más innovador aquí es que puedes establecer
recordatorios de cosas que hacer por lugares, con lo cual te aseguras de que cuando
vayas a algún sitio, te recuerde que debías hacer algo concreto ahí mismo.
Disponible en todas las plataformas (web, Chrome, Android, Windows, IOS,
Amazon Alexa).
2. Loop: Si tu problema es ser capaz de establecer una nueva rutina, sin
duda esta es tu aplicación. Es una app gratuita diseñada para crear rutinas diarias,
en la que vas añadiendo nuevos hábitos y rutinas para conseguir las metas que te
hayas marcado. Tiene un algoritmo que evaluará la fuerza de tus rutinas diarias,
lo cual te permitirá ser consciente en todo momento de los aspectos que debes
mantener o los que debes reforzar. Podrás ver el análisis de tus actividades diarias
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y visualizar mediante un gráfico tus avances, lo cual es muy útil para motivarte y
construir unos buenos hábitos. La mayor crítica es que, al menos al momento de
escribir este e-book, sólo se encuentra disponible para Android.
3. Todoist: otra buena aplicación para crear listas de tareas. Es muy
sencilla de utilizar. Puedes añadir fechas límite y alarmas a tus tareas para evitar
que se te olviden. Puedes añadir colaboradores a tus listas de tareas, lo cual es
muy útil si trabajas en equipo o tienes que estudiar o presentar algo en grupo.
También, puedes añadir a algún amigo y motivarse así el uno al otro, a cumplir
con sus tareas. Por ejemplo: yo la he utilizado con un amigo para incentivarnos a
entrenar con el objetivo de correr una carrera de 10 km. Su interfaz es bastante
práctica y sencilla. Tiene una versión gratuita, otra de pago, y está disponible en
todas las plataformas: Android, IOS, Windows, Mac, web, extensión de Chrome,
etc.
4. Habitica: Esta app gratuita te plantea la creación de nuevos hábitos y la
mejora de tu productividad como un juego. Puedes poner listas de tareas, marcarte
objetivos y obtendrás recompensas o castigos en función de cómo las hayas
afrontado. Cuenta con una amplia red de usuarios que te ayudarán a conseguir
objetivos y a luchar contra monstruos para poder llegar a tu meta. Con el uso de
la gamificación, esta app te servirá para hacer más atractivo el añadir un cambio
en cualquier aspecto de tu vida cotidiana, desde comer más verduras, meditar y/o
leer el doble de minutos al día, etc... Está disponible para Android e IOS.
Como podrás investigar en internet, existen cientos de aplicaciones de todo tipo
que seguramente se ajusten a la necesidad que estés queriendo satisfacer. En lo personal,
si bien soy más de la vieja escuela y prefiero apuntar a mano en mis cuadernos, me parecía
útil recomendarte un par de aplicaciones que estén alineadas a los distintos conceptos que
vimos dentro de este e-book para que puedas mejorar tu día a día.
No obstante, debes recordar que, por más linda, completa y amigable que
encuentres a cada una de las aplicaciones que elijas, no servirá de nada si no acompañas
el proceso con gran determinación y esfuerzo. Debes tener claro los cambios que buscas
y en qué persona te quieres convertir, porque habrá días en lo que necesites más
motivación que en otros para cumplir con tus compromisos. Lo que sí me animo a
asegurarte es que, siguiendo todos o varios de los consejos aquí descritos, en menos
tiempo del que imaginas comenzarás a ver los resultados y todo eso te supondrá el
entusiasmo necesario para mantener los buenos hábitos adquiridos.
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11. ¡La fórmula secreta para mejorar tus hábitos!

Una vez un mentor me dijo: “primero tú creas tus hábitos y luego tus hábitos te
crean a ti”. Entonces, me pregunté: ¿por qué es difícil crear un nuevo hábito? Y, luego
¿por qué es difícil romper un hábito limitante?
Fue entonces que descubrí la siguiente fórmula, súper sencilla pero muy potente,
la cual quiero compartir contigo.
C = MHD
Tres elementos específicos deben converger en el mismo momento para que
ocurra un comportamiento (C) dentro de un individuo y estos son: motivación (M),
habilidad (H) y desencadenante (D).
Entonces “C” es el comportamiento y debes pensarlo como el hábito, sea un hábito
deseado o el que ya tienes. La “M” significa motivación y ésta constituye el motor
principal para persuadir y provocar una reacción deseada. Y lo que quiero mostrarte aquí
es que es más probable que permanezcas, por ejemplo, en un curso donde estés
aprendiendo algo de forma online, si estás motivado para hacerlo, ¿cierto?
De esta forma, volviendo al eje central de este e-book, podemos decir que todo el
mundo tiene su rutina matutina, ¿verdad? También, podemos afirmar que es mucho más
fácil por ejemplo mantener el hábito de entrenar si tu motivación es alta y no baja. ¿Qué
pasa cuando la misma es baja? Es decir, supongamos de 3 puntos en una escala de 0 a 10.
En ese caso, debes preguntarte, ¿qué es que lo que tengo que hacer para que suba, por
ejemplo, a un 5? ¿En qué necesito pensar o cuál es mi incentivo para poder aumentarlo?
Cuando tu motivación es alta, aumentas las posibilidades de concretar tu hábito deseado.
Luego, la “H” significa habilidad, pero ¿cuál es tu habilidad? ¿Tu nivel de
entrenamiento? Esa es tu capacidad, por así decirlo. Por ende, si deseas lograr ese
comportamiento de poder escribir un libro, por ejemplo, será útil esforzarte, entrenar a
diario, para lograr incrementar esa habilidad que requiere el hecho de sentarte y comenzar
a escribir.
Y finalmente la “D”, que significa el desencadenante o “disparador”, es decir, el
aviso que te empuja a realizar dicho comportamiento. Parece sencillo, pero es súper
efectivo porque si quieres detener un comportamiento limitante, como comer mayonesa,
dulces, azúcar o lo que sea dentro de tu casa, tan sólo debes quitar eso fuera de ella y no
permitirle nuevamente la entrada. Si quieres hacer ejercicio con más frecuencia o leer un
libro, asegúrate de tener tus zapatillas para correr justo donde las puedas ver o el libro
justo donde quieres poder sentarte a leerlo, porque de esa forma estarás generando el
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“disparador”, con lo cual incrementarás las posibilidades de lograr ese acto. Suena tan
lógico que parece hasta un poco infantil, pero recuerda que los niños son quienes más
rápido aprenden y de esta forma es como se entrenan las mentes más brillantes.
Funciona igual que como si quisieras romper un mal hábito, el cual, por ejemplo,
puede ser revisar tu teléfono móvil a primera hora del día. La mejor forma entonces es
simplemente dejarlo fuera de la habitación o bien alejado, a una distancia de la cual tengas
que levantarte de la cama para poder apagarlo. Te aseguro que, de esa forma, terminarás
por romper ese mal hábito.
12. Bonus
¡Felicitaciones! Has terminado este viaje, espero haberte agregado valor y que
hayas disfrutado al leerlo tanto como yo al escribirlo. Si te gustó este e-book, te invito a
que me envíes un mensaje privado por Instagram a mi cuenta @joaquintamborini
comentándome qué fue lo que más te gustó y que así participes por una mentoría
totalmente gratis, 1 a 1 conmigo, la cual estaré sorteando a lo largo del primer trimestre
de 2021.
En ella, me enfocaré exclusivamente en escucharte, que hagamos juntos un
diagnóstico de tus habilidades sociales y luego ayudarte a potenciarlas, para que impulses
tu carrera profesional y crezcas humanamente.
¡Un saludo!
Joaquín Tamborini
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Copyright © 2020 - Joaquín Tamborini

2. ¿Qué es una rutina de mañana?

3. ¿Por qué debes tener una buena rutina de

4. ¿Aumentaré mi productividad diaria siguiendo

Entonces, ¿cómo puedes introducir nuevos hábitos al levantarte para aumentar tu

 Mejores relaciones personales.

5. ¿Qué tienen en común las rutinas mañaneras de

Según cuenta la mencionada Coach, veremos a continuación sus

6. ¿Cuáles son los hábitos que toda rutina

mañana siguiente. Simplemente tendrás que ejecutarlas. Nuevamente, esta

6. Evita el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales nada

7. ¿Cómo construir tu propia rutina mañanera?

 Paso 1: Escribe todas las actividades que sueles realizar durante la

Aquí te dejo mi rutina como ejemplo:

 Paso 2: Identifica y quédate solo con las actividades

 Paso 3: Calcula el tiempo extra que tienes antes de comenzar tu

 Paso 4: Elige cuidadosamente algún hábito para tu rutina de mañana

2) Recuerdo mis sueños.

¿Cuál es la clave aquí? Considera el tiempo dedicado a la meditación como una

objetivo es estar plenamente conscientes de no caer en esas distracciones, como por

 Paso 5: Construye tu rutina de mañana

 Bonus: Optimizar actividades que hago durante la mañana, de

Seguro que, si te pones un poco creativo/a, terminarás encontrando una mejor

8. ¿Cómo ser constante con tu rutina de mañana?

paciencia, las grandes mejoras no suceden de la noche a la mañana, pero no tengas

9. Errores comunes que debes evitar

10. Apps recomendadas para la creación de tu

11. ¡La fórmula secreta para mejorar tus hábitos!

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