Aragón-385.

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SUMARIO

El Piquete de Quinto de Ebro.

Foto, ayuntamiento de Quinto.
PRESIDENTE:
Pedro-José Hernández Hernández
VICEPRESIDENTES:
Javier Ibargüen Soler
José Luis Lana Armisén 2 EDITORIAL

SECRETARIO:
Juan Oliván Bascones PATRIMONIO / ARAGÓN
TESORERO
4 EL PIQUETE DE QUINTO. Javier Peña Gonzalvo
Félix Fortea del Sarto
VOCALES 9 MUSEO DE LAS MOMIAS DE QUINTO; PRIMER MUSEO DE MOMIAS DE ESPAÑA.
Antonio Envid Miñana, Mercedes González Fernández
Elena Parra Navarro, 12 RODÉN, UN LUGAR PARA LA MEMORIA. Carlos Bitrián Varea
Gloria Pérez García,
Valentina Otal Mateo, 17 UNA SORPRESA ESPERADA. EL TALLER DE VASOS DE ALABASTRO DE RODÉN.
Pilarín Lorda Alcalá Jesús V. Picazo Millán, Javier Fanlo Loras, Alfonso Soro Gayán
PRESIDENTE DE HONOR: 20 LA ERMITA DEL CARMEN DE ALBARRACÍN. Antonio Jiménez Martínez
Miguel Caballú Albiac
23 EL CASTILLO DE ALCALÁ DE LA SELVA. Javier Ibáñez González
SECRETARIO DE HONOR:
José María Ruiz Navarro 26 EL CASTILLO-PALACIO DE MORA DE RUBIELOS. Javier Ibáñez González
29 EL CASTILLO PERACENSE. Jesús Gerardo Franco Calvo, Antonio Hernández Pardos
31 GÁRGOLAS DEL BAJO ARAGÓN (III). VALDERROBRES. Dolores Herrero Ferrio
Año 93, nº. 385, diciembre, 2018
35 EL PAPA LUNA, VERDADERO ARTÍFICE DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA.
PORTADA: Antonio Envid Miñana
Foto, Carmelo Esteban Bernad 37 FRAY MANUEL BAYEU SE REENCUENTRA CON HUESCA. José Ignacio Calvo Ruata
DIRECTOR: 41 EL PAVIMENTO HISTÓRICO DE SAN RAMÓN DE BELARRA. Amara Carvajal Pérez
Miguel Caballú Albiac
45 NUEVOS HALLAZGOS EN LA SINAGOGA DE HÍJAR.
CONSEJO DE REDACCIÓN: José Fco. Casabona Sebastián y Encarna Ripollés Adelantado
Guillermo Fatás Cabeza
Antonio Envid Miñana
Miguel Caballú Albiac HISTORIA-HISTORIAS / ARAGÓN

COORDINACIÓN: 47 ERNANI: O CÓMO G. VERDI (Y V. HUGO) NOS RECUERDAN CUANDO ZARAGOZA FUE
Elena Parra Navarro LA CAPITAL DEL MUNDO. Álvaro Zaldívar Gracia

FOTÓGRAFOS: 53 EL NOMBRE DE ARAGÓN EN LOS BUQUES DE LA ARMADA. Manuel Gracia Rivas

Carlos Bitrián Varea; Javier Broto; Miguel Caballú
Albiac; Amara Carvajal; José Fco. Casabona;
57 LUGARES CON MEMORIA. Julio Embid López
José Coarasa; Jordi Custodio; Antonio Envid
59 ZARAGOZA Y EL HOMBRE - PEZ. Alberto Serrano Dolader
Miñana; Carmelo Esteban Bernad; Javier Fanlo
Loras; Rosa Fernández; Isaac González; Ángel
González Vera; Manuel Gracia Rivas; Javier Ibáñez
García; Elena Parra Navarro; Pedro Perales; Javier
PAISAJE Y TERRITORIO - COSTUMBRES Y GASTRONOMÍA / ARAGÓN
Peña Gonzalvo; Jesús V. Picazo Millán; Encarna
Ripollés; Iván Rodero Millán; José María Satué 64 LA HISTORIA SE REPITE, LA TRADICIÓN CONTINÚA. Carmelo Esteban Bernad
Sanromán; Alfonso Soro Gayán; Eduardo Viñuales
68 SOBREPUERTO, EN EL ALTO ARAGÓN. José María Satué Sanromán
Cobos. Dibujo cedido por Óscar Sanmartín Vargas.
Jesús Gerardo Franco Calvo y Antonio Hernández 71 GUADALOPE, EL RÍO BATALLADOR. Ángel González Vera
Pardos, de Acrótera gestión del patrimonio;
Asociación Amigos del Serrablo; Ayuntamiento de
Quinto de Ebro; Biblioteca de la Universidad de EN ARAGÓN
Zaragoza; Caulinphoto; Diputación General de
Aragón; Diputación Provincial de Zaragoza; 74 PASIÓN POR LA CARTOGRAFÍA DE ARAGÓN. Fernando López Martín
Fundación Santa María de Albarracín; Instituto
Geográfico de Aragón; Instituto Pirenaico de 78 EL MUSEO DE ZARAGOZA ES ALGO MÁS, ES EL MUSEO GENERAL DE DE ARAGÓN.
Ecología (IPE-CSIC); Museo de Arte de Ponce;
Museo de las Momias de Quinto de Ebro; Museo Isidro Aguilera Aragón
de Zaragoza; Plataforma Teruel Existe. 80 75 ANIVERSARIO DEL INSTITUTO PIRENAICO DE ECOLOGÍA (IPE-CSIC).
EDITA: SIPA Federico Fillat Estaqué, Luis Villar Pérez

REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN:
Plaza de Santa Cruz, 10. 50003 VIAJES, EXCURSIONES Y VIDA SOCIAL
Teléfono: 976 298 438
sipa.aragon@gmail.com 82 SANTIAGO PARRA , AMIGO INOLVIDABLE. Hipólito Gómez de las Roces
www.siparagon.es 83 MEDALLA AL MÉRITO TURÍSTICO A SANTIAGO PARRA. Redacción
DISEÑO Y MAQUETACIÓN: L&T 84 ARAGONEANDO EN AQUITANIA ANTE EL BICENTENARIO DE GOYA. Redacción

FOTOMECÁNICA E IMPRESIÓN: 85 VISITA A HUESCA Y A SAN MIGUEL DE FOCES EN IBIECA. Redacción

Grávalos 87 CONGRESO MUNDIAL DE TURISMO RURAL. Redacción
ISSN 1579-8860 88 MESA COLOQUIO DEDICADO A LA DESPOBLACIÓN. Javier Ibargüen Soler
DEPÓSITO LEGAL: Z- 2724/95
90 ROMPER EL CERCO DE TERUEL. Francisco Javier Juárez Gracia
92 TRES RUTAS DE ESPECIAL ATRACTIVO: BAJO ARAGÓN, RÍO GÁLLEGO Y CINCO VILLAS 1
Impreso en papel ecológico
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 2
Amanece en el castillo de Peracense (Caulinphoto).
EDITORIAL
SANTIAGO SIGUE INSPIRÁNDONOS
D
esde el recuerdo a Santiago Parra, que ha
dirigido o inspirado esta revista Aragón, tu-
rístico y monumental varias décadas, inicia-
mos una nueva etapa sin él, pero totalmen-
te con él. La revista, obra señera del Sindi-
cato de Iniciativa y Propaganda de Aragon (SIPA), ha ca-
nalizado las inquietudes de esta peculiar asociación que
va camino de los cien años sirviendo siempre a un viejo y
entrañable lema “Todo por y para Aragón”. Hoy parece
excesivo pero no parece extraño. Aragón se hace peque-
ño ante el mundo global, pero es nuestro hábitat, nuestra
tradición y nuestro futuro. Parafraseando a Terencio, so-
mos aragoneses, de nacimiento o residencia y nada que
afecte a Aragón nos es ajeno.
Esta revista, que hunde sus raíces en los aragonesistas
de los años veinte del pasado siglo y que sustenta su
presente con los amantes de esta tierra del siglo XXI,
quiere seguir siendo el órgano principal de comunicación
del SIPA con un contenido cultural, inclusivo, pluridiscipli-
nar en el más amplio sentido. Como decía nuestro inolvi-
dable Cristóbal Guitart hemos de divulgar, sin vulgarizar.
Entramos en una nueva etapa de la revista obligados
por las circunstancias. Nos gustaba tanto la labor de San-
tiago y Elena Parra que solo nos gustaría cambiar lo im-
prescindible en su dirección y gestión para que nada
cambiase, aun reconociendo que quedarnos quietos es
retroceder. En lo instrumental, necesariamente pondre-
mos el foco en la versión digital, aprendiendo a renunciar
lo mínimo posible en la edición en papel. Seguiremos lu-
2 chando por ofrecer la mejor imagen de Aragón (en todos
los sentidos) manteniendo la calidad gráfica y el diseño
que nos caracteriza.
En los contenidos creemos que recogemos el sentir de
los asociados al renunciar a cualquier partidismo político.
Queremos ser independientes aunque por supuesto no
aceptamos ser neutrales, en particular en determinados
asuntos mollares de nuestra tierra. Como siempre en
modo misceláneo atacaremos todos los frentes que pue-
dan ayudar a conformar la identidad aragonesa y a mejo-
rar el orgullo de pertenencia y la autoestima. Ello no quie-
re decir que renunciemos a la obligación reivindicativa
cuando las administraciones o los particulares dejen de
lado responsabilidades que perjudiquen al patrimonio co-
mún de los aragoneses o al turismo. Nos equivocare-
mos, pero sabemos que nuestros socios tienen una pro-
bada capacidad de perdón y de valoración de la buena
voluntad y el interés general que guiará nuestros pasos.
Confiamos en contar con la desinteresada colaboración
de los mejores de Aragón en los diversos segmentos de
la vida del saber y el conocimiento. Su participación es el
mayor valor. Y esperamos, como siempre, que el valor
de la revista sea la suma de los valores de los colabora-
dores con un plus. Dicho de forma más filosófica: nos
gustaría que en nuestra revista, el todo no fuera la suma
de las partes, sino algo más. Ese algo más es el alma y
el amor que pone el SIPA en todas sus actuaciones.
Pero, nuestro compromiso con los socios y la sociedad
que nos acoge está presidido por un criterio de utilidad.
No somos nada ni nadie si no somos capaces de ser úti-
les al patrimonio material e inmaterial de los aragoneses.
Queremos trabajar y pasarlo bien. Con los contenidos no
se puede jugar, con las palabas sí, verbigracia: no quere-
mos hacer solamente una revista hermosa, ni una revista
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 3
Ansó. Fotografía, Carmelo Esteban Bernad.
famosa, deseamos que no sea quejosa ni tediosa, antes
bien, pluga al cielo que nos salga novedosa y curiosa, en-
tre otras cosas.
Y tras lo anterior, nos ponemos serios para dar unas
pinceladas del contenido del número 385 de Aragón, tu-
rístico y monumental que tienen en sus manos.
No ha sido fácil la labor de enhebrar esta revista. A mo-
do de ejemplo diremos que ha habido que dejar para la
próxima, entre otros, un interesante artículo del Dr. Fleta
Zaragozano sobre un tapiz de la Seo, por no haber conse-
guido ni comunicar con el delegado de Patrimonio del
Cabildo, a pesar de tres llamadas, dos visitas y una carta,
para que nos autorizasen a fotografiar ¡un tapiz!, en el
caso de que no lo tuviesen en archivo. Ni contestación.
Desprecio total. Nuestro interés era únicamente difundir
el valor de los tapices para animar a que los turistas y los
zaragozanos visitasen su exposición. Mal vamos así. Co-
mo mal vamos si prohíbe quien puede prohibir detenerse
a los autobuses de turistas en la fachada posterior del Pi-
lar, aunque solo para dejar y recoger. Ahora, los autobu-
ses dejan a los viajeros al otro lado del Ebro y han de pa-
sar el puente con lluvia o cierzo si quieren llegar a la pla-
za o visitar a la virgen. No es extraño que alguna empre-
sa en sus itinerarios ya haya suprimido la parada en Zara-
goza. Un triunfo para los turistofóbicos, pero un baldón
para la capital. Otra vez mal, muy mal.
Aún así, un nutrido grupo de especialistas nos deleitan o
nos instruyen o ambas cosas a la vez que es lo que predi-
ca la Real de San Luis “instruir deleitando”. En lo formal
hemos querido agradecer a los colaboradores poniendo
EDITORIAL
su nombre al principio del trabajo (en lugar de al final) aña-
diendo su identificación profesional para que sean recono-
cidos, aunque la mayoría ya son conocidos, y nos gustaría
añadir su correo electrónico para que hubiese facilidad de
comunicación posterior y que los socios no terminasen
sus relaciones con ellos el día de la presentación de la re-
vista, sino cruzándose correos para enriquecer lo publica-
do. Para la próxima. También hemos aumentado un poqui-
to la letra para facilitar la lectura. Así de 90 páginas nos he-
mos ido a 92. Todo sea en beneficio de la lectura.
Invitamos a todos los socios a que acepten esta revista
como “la suya”, que colaboren a editarla con fotos, tra-
bajos y contactos y ayuden a su difusión. Nuestro esfuer-
zo para que llegue a los puntos calientes del turismo o
del afán patrimonial es muy costoso, pero forma parte de
la labor del SIPA en conseguir situar Aragón en el cora-
zón de sus gentes y en las manos de sus posibles intere-
sados… de todo el mundo. Esto es la “benéfica locura”
que nos anima.
Gracias.
Revista Aragón
3
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El Piquete. Fotografías, ayuntamiento de Quinto de Ebro.

4
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La nave durante la excavación arqueológica. Foto, Javier Peña.
El Piquete de Quinto
L
a villa de Quinto, a 40 km al este de Zaragoza,
se emplaza en la comarca de la Ribera Baja del
Ebro, de la cual es su capital. El conjunto urba-
no se extiende a los pies de la colina de La Co-
rona, en donde se ubica la antigua iglesia pa-
rroquial de la Asunción, “El Piquete”, edificio mudéjar de
principios del siglo XV, proyectado probablemente por
Mahoma Ramí, y promovido por el papa aragonés Bene-
dicto XIII. El edificio, una vez desacralizado en los años
50, fue adquirido por el ayuntamiento de Quinto en 1998.
La iglesia actual muestra en la portada los escudos de
don Fadrique de Aragón (desposeído de la baronía en
1430), del papa Luna (1394-1424), y del arzobispo de Za-
ragoza don Francisco Clemente Pérez (toma posesión en
1414, y aunque promovido a Barcelona vuelve en 1429,
fecha de su muerte). Esas fechas enmarcan la construc-
ción de la iglesia mudéjar entre 1414 y 1424.1
El templo, en su estado actual, es producto de tres fa-
ses constructivas. La fase más antigua es una iglesia de
una sola nave, de dos tramos, con ábside pentagonal, to-
rres a los pies y ándito exterior sobre las capillas latera-
les. La planta se halla a mitad de camino entre los tem-
1
La descripción histórica y artística del edificio, de J. Carlos Escribano, está extraída de la memoria del proyecto de restauración que re-
dacté en 1983.
PATRIMONIO / ARAGÓN
Decoración barroca de la capilla de la Virgen del Pilar. Foto, Javier Peña.
Javier Peña Gonzalvo
Arquitecto
plos de cabecera poligonal tan abundantes en el valle del
Ebro desde inicios del siglo XIII, y las iglesias llamadas
fortaleza, ya del siglo XIV, (San Gil de Zaragoza, Tobed,
Torralba de Ribota...). La cabecera es un híbrido entre las
dos formas: el ábside aparenta en realidad ser trigonal,
pues los dos paños rectos se convierten en sectores de
la nave central. De este modo, a partir del modelo o traza
habitual se consigue una triple cabecera ligeramente cur-
vada. Esta impresión se refuerza con la apertura de capi-
llas de escasa profundidad, en realidad hornacinas, en los
tres paños centrales del ábside, y de capillas idénticas a
las de la nave en las dos restantes. El efecto de triple ca-
pilla se aproxima mucho a las llamadas iglesias-fortaleza.
Solo la organización de las bóvedas revela el origen pen-
tagonal del ábside.
El templo se organiza a partir de un espacio único, sin
interrupciones, limitado por muros rotos tan solo por la
apertura de capillas. Este espacio se cubre con bóveda
de crucería, sirviendo de soporte en el ábside, más deco-
rativo que real, unas columnillas. Sobre la bóveda de las
capillas laterales se organiza un ándito accesible desde
las torres, pero incomunicado en origen en el ábside.
5
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La decoración mudéjar se asoma tras la intervención barroca.
Foto, Javier Peña.
El Piquete tras la guerra. Foto, archivo municipal de Quinto.
EI elemento constructivo esencial es el ladrillo, que pa-
ra la ornamentación adopta formas aplantilladas (bocel,
nacela, triple bocel, u otros tamaños), aunque utiliza pie-
dra en elementos destacados (canes del matacán, capi-
teles de la portada y ábside) y la base de la torre. La téc-
nica utilizada es la de enjarjes para los saledizos, además
del esgrafiado de los muros interiores y de algunos ele-
mentos destacados del exterior, como los recercados de
los ventanales. La organización tectónica del edificio si-
gue los modelos tradicionales en el valle del Ebro en los
siglos XIV y XV, con el sistema protogótico de capillas en
cañón (apuntado) de eje normal al del templo como so-
porte, y cubierta de bóvedas de crucería simple. La torre
sur se construye con eI nada habitual sistema de ma-
chón y escalera circulares, pese a su base cuadrada,
mientras que la torre norte sigue los modelos tradiciona-
les de planta cuadrada.
EI interior se enluce completamente, como también
las roscas de los ventanales exteriores y los fondos de la
decoración de la torre. Sobre el enlucido se ejecuta es-
grafiado, bien en forma de Opus Quadratum, en esqui-
nas y roscas de arcos o bien en forma de agramilado. No
se conserva la policromía original. Los nervios tienen for-
ma de triple bocel, y están también esgrafiados en Qua-
dratum. Las claves se rodean de un encintado y mostra-
ban motivos heráldicos, hoy perdidos.
En una segunda fase se recrece la nave mediante la
construcción de una falsa cuyos cerramientos son los
tradicionales miradores de arquetes, de una rosca y ojiva-
6 les en el ábside los más antiguos (incluso pudieron cons-
truirse con la iglesia inicial), y de doble rosca el resto. En
el interior se construyen sendas capillas en el presbiterio.
En el ábside se colocan portadas en las capillas, mientras
en las demás solo se renovaron las bóvedas. Las porta-
das siguen el esquema del arco de triunfo rematado; en
el lado de la epístola se remató con un frontón triangular,
mientras el del evangelio seguía otro tipo más capricho-
so. El centro del frontón lo ocupa en ambos casos un
motivo heráldico con las armas de los propietarios, mien-
tras que frisos, cornisas y pilastras siguen los tradiciona-
les grutescos, y en las albanegas del arco se sitúan ton-
dos con bustos de personajes, en este caso masculinos.
En la portada del lado de la epístola el friso se decora con
danza de niños, y se flanquea con bustos de dos perso-
najes más. Las bóvedas son estrelladas, pero la de la pri-
mera capilla del lado del evangelio es posterior a la porta-
da. En resumen, las obras de esta segunda fase cons-
tructiva, que pueden asimilarse al Renacimiento, son un
conjunto dispar tanto en cronología como en formas,
aunque el grueso de las mismas se ejecutará a mediados
del siglo XVI.
La tercera fase constructiva añade dos tramos más a la
obra primitiva, consiguiendo así un edificio de cuatro tra-
mos, más el de la cabecera. Se utilizan idénticas propor-
ciones a las anteriores en el tramo central, y el de los
pies se construye algo más corto. Los soportes son idén-
ticos a la obra medieval, salvo en la ornamentación, y las
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En 1983, en la toma de datos para la redacción del proyecto.
Foto, Javier Peña.
bóvedas imitan a las primitivas. Solo los ventanales son
claramente distintos, de arcos rebajados. En el exterior
se aprecian más las diferencias, puesto que ninguna de
las galerías se continúa desde la fábrica primitiva. Las ca-
pillas, cuadradas, y cubiertas con cúpulas sobre pechi-
nas, tienen una mayor autonomía espacial que las primiti-
vas. En el tramo de los pies se situaba un coro alto y tri-
bunas para coro y órgano en el anterior a él, pero quedan
pocos restos de esta obra. La portada se coronaba con
un pórtico hoy desaparecido. El sistema ornamental de
esta fase es sencillo, limitándose a las pilastras que se-
paran los tramos y la línea de impostas -un friso- que se-
para el nacimiento de las bóvedas. Las capillas tienen al-
go más de decoración, sobre todo en la cúpula y su lin-
terna, pero siempre en forma de molduras, salvo algún
remate vegetal: lo fundamental de la ornamentación de-
bió ser pintado, como lo demuestran algunos restos. La
fase se fecha por la documentación entre 1686 y 1696,
siendo su autor el maestro José Bardaxi.
Aún cabe reseñar la construcción -en 1761- de la capi-
lla de Santa Ana -la segunda del lado del evangelio, total-
mente fuera por sus dimensiones y su forma de la es-
tructura antigua del edificio. La decoración, que incorpora
en alguna ocasión rocallas a los tradicionales elementos
de cornisas, pilastras y cúpula, es una excelente muestra
de la exaltación del barroco en este período.
El Piquete fue protagonista de la última Guerra Civil al
estar situado en el lado franquista del frente, y fue inten-
samente bombardeado en 1937 al desatarse una ofensi-
va republicana. Los tanques rusos penetraron finalmente
en el templo, que ardió, y fueron parte de la causa de los
PATRIMONIO / ARAGÓN
Planta. Evolución histórica. Javier Peña.
Sección transversal. Javier Peña.
desperfectos que aún son patentes en su estado actual.
Tras la guerra, se repararon los daños más agudos y El
Piquete, ya desnudo de retablos, siguió prestando el ser-
vicio religioso. No obstante, Franco quiso -como en Bel-
chite- dejar patentes los efectos de la “barbarie roja”
abandonándolo a su suerte, y construyendo una nueva
iglesia en la parte llana de Quinto (proyecto de Antonio
Chóliz Alcrudo), abierta al culto bien entrados los años
50. Tras su desacralización, pasó a usarse como granero
permitiéndose el acceso de vehículos pesados que des-
trozaron, por hundimiento, el pavimento antiguo de bal-
dosín de Ariza, ya que este apoyaba directamente sobre
los enterramientos de la nave. La solera de hormigón
que años después se construyó sobre el pavimento die-
ciochesco, completó su destrucción. Solo se conserva
este pavimento en el presbiterio y en alguna capilla late-
ral, y aun así en mal estado de conservación.
Desde que se iniciaron las obras de la fase 1 de restau-
ración en 1983, financiadas por la Diputación de Zaragoza
y el Ayuntamiento de Quinto, mediante sucesivas fases
de mayor o menor entidad, se ha restaurado la práctica
totalidad del exterior de la iglesia. Tras la fase de excava-
ción arqueológica, en 2010, en la que se descubrieron las
momias, en 2017 llegó la fase 13, en la que han conclui-
do las obras de restauración imprescindibles para poder
usar de nuevo el edificio. 7
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Un pavimento de cristal permite ver la parte más interesante de la excava-
ción arqueológica: los pozos islámicos, el doble cerramiento mudéjar del
hastial demolido para la ampliación barroca, y alguna de las tumbas.
8 Foto Javier Peña.
Las iglesias mudéjares, a diferencia de las góticas, suelen ocultar los con-
trafuertes en el exterior, lo que permite alojar entre ellos capillas de poca
profundidad. En el Piquete el ábside dispone de tres, como se ve en la fo-
to. Foto, Javier Peña.
La excavación arqueológica de la nave central de la igle-
sia, ha mostrado la historia del Piquete, y por extensión,
también la de la villa de Quinto; y no solo por las numero-
sas tumbas con sus cadáveres momificados, sino tam-
bién por los restos medievales descubiertos de la iglesia
mudéjar, dos muros paralelos del hastial derribados para
la ampliación del s. XVII. También han aparecido otras es-
tructuras anteriores, tanto andalusíes como ibéricas -o
celtíberas-, que muestran que la ocupación humana de
esta parte de la Ribera Baja del Ebro viene de antiguo.
Además del Museo de las Momias, inaugurado este
año, y sede de actos culturales y civiles diversos, el ca-
rácter monumental del edificio, junto con su privilegiado
emplazamiento en un cabezo con excelentes vistas so-
bre la Ribera Baja, permiten aventurar su futuro uso co-
mo centro de interpretación de los principales valores
culturales de la comarca que preside. Del arte mudéjar,
del cual es un exponente destacado, -además, su forzada
desnudez muestra como un libro abierto las vicisitudes
por las que pasa un edificio antiguo a lo largo de su histo-
ria-. De los ecosistemas del valle medio del Ebro, ya que
desde la misma iglesia son visibles las estepas situadas
en ambas márgenes del Ebro (los Monegros al norte, y el
Planerón de Belchite al sur), junto con la exuberante ve-
getación de galachos y mejanas del Ebro. Incluso de la
acción bélica, de la cual el interior también es un expo-
nente visible.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 9
Portales medievales de Quinto: San Miguel, San Roque y San Antón.
Museo de las Momias de Quinto:
primer museo de momias de España
Casa del Cura. El comienzo de su construcción se atribuye a
Agustín Porroche, antiguo rector de la iglesia de la Asunción de
Quinto. Su interior quedó en ruinas tras más de veinte años de
abandono.
PATRIMONIO / ARAGÓN
Mercedes González Fernández
Presidenta del Instituto de Estudios Científicos en Momias (IECIM)
Directora Científica del Museo de las Momias de Quinto
V
er realizado un sueño, un gran sueño, es algo a lo
que no todos los mortales podremos tenemos ac-
ceso en nuestra vida. Pero a veces, en muy conta-
das ocasiones, la fuerza de todo un pueblo puede
llegar a obrar el milagro...
Por casualidad, como suceden casi todas las cosas importantes
en este mundo, aparecieron las momias de Quinto. Es esta una
pequeña población, capital de la Ribera Baja del Ebro, situada a 42
km al sureste de Zaragoza. Según el censo de 2014, contaba con
2055 habitantes, cifra que hoy día, lamentablemente, se ha visto
mermada.
De su pasado, Quinto cuenta con pocos vestigios arquitectóni-
cos civiles -triste secuela de la trágica Guerra Civil Española-, en-
tre los que cabe mencionar sus tres portales medievales, cuya fi-
nalidad era cerrar el perímetro que protegía la población y que le
otorgan cierto aire de épocas pasadas. Asimismo, Quinto cuenta
con la denominada Casa del Cura, un palacio renacentista de fina-
les del siglo XVI, sede de la casa parroquial hasta 1996 y que ac-
tualmente se encuentra en fase de restauración.
De entre la arquitectura religiosa quintana sobresale, principal-
mente, un edificio: la antigua iglesia de la Asunción, popularmen-
te conocida como el Piquete. La iglesia, tras su desacralización,
fue adquirida por el ayuntamiento de Quinto con la idea de crear
en ella un centro de interpretación del mudéjar en Aragón. Desde
el año 1983 el edificio ha ido pasando por diferentes etapas de 9
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Excavación de urgencia realizada en el Piquete para recuperar los restos hu-
manos aparecidos tras levantar el suelo de la nave central para instalar el
sistema de calefacción.
10
El Piquete. Antigua iglesia de la Asunción, hoy sede del Museo de las Mo-
mias de Quinto. La primera imagen, en blanco y negro, recoge el estado en
el que quedó el edificio tras la Guerra Civil Española; la segunda, el aspec-
to actual del edificio tras su completa restauración.
restauración y fue, precisamente en una de ellas, cuando
la providencia hizo que el proyecto diese un giro de cien-
to ochenta grados.
Allá por el año 2008, mientras se estaba levantando el
pavimento interior del edificio, con la intención de realizar
las zanjas necesarias para la acometida del sistema de
calefacción, comenzaron a salir enterramientos humanos,
algo que no debería extrañar a nadie ya que este tipo de
práctica era algo muy habitual en las antiguas iglesias.
Pero no fue sino hasta la primavera de 2011 que se llevó
a cabo una excavación arqueológica con la finalidad de re-
cuperar dichas sepulturas. Sin embargo, con lo que nadie
contaba era con el excelente estado de conservación de
algunos de los cuerpos exhumados, ya que se encontra-
ban perfectamente momificados.1 Por la indumentaria,
principalmente el calzado, y la documentación que se ha
podido ir recopilando, se pueden datar cronológicamente
entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX.
Desde el primer momento se tuvo claro qué hacer con
ese valioso y poco habitual hallazgo: crear un espacio en
el que exponer, tanto los cuerpos momificados como to-
dos los artefactos asociados a los enterramientos, así co-
mo algunos de los ataúdes de madera. Y qué mejor sitio
para ello que en el mismo en el que fueron inhumados
en el pasado.
El proyecto era delicado y complejo. Delicado, porque
estábamos ante restos humanos, y complejo, porque no
solo había que realizar un proceso de conservación pre-
ventiva que garantizase tanto la futura estabilidad de los
cuerpos momificados como de las piezas que junto a
ellos se recuperaron, sino que también había que fundar
un museo y ejecutar una museografía acorde con la im-
portancia del hallazgo.
Con respecto a la intervención en las momias, el Insti-
tuto de Estudios Científicos (IECIM) se hizo cargo de la
1
Se trata de una conservación cadavérica natural, favorecida por
las condiciones medioambientales de la zona de enterramiento: au-
sencia de humedad y temperatura con escasas variaciones.
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PATRIMONIO / ARAGÓN

Algunas de las momias que se exhiben en el museo. El proceso de momi-

ficación ha sido totalmente natural, debido a las condiciones medioam-
bientales del subsuelo en el que los cuerpos fueron inhumados.

misma, mientras que para la realización del proyecto mu-

seológico y museográfico se recurrió a Fotoprisma, em-
presa oscense especializada en este tipo de proyectos,
con una amplia experiencia en el sector. La parte finan-
ciera corrió a cargo de diversas instituciones, como la Di-
putación Provincial de Zaragoza, Centro para el Desarro-
llo de las Comarcas del Mar de Aragón (CEDEMAR), Fon-
do Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y, có-
mo no, del propio ayuntamiento de Quinto.
Desde el 1 de junio de 2018, los cuerpos se exhiben
en el Museo de las Momias de Quinto. Se trata de un re-
ducido grupo -7 adultos y 8 niños-, pero muy interesante,
tanto a nivel socio-cultural como bioantropológico.
Dentro de cada momia hay una historia esperando a
ser contada y con el apoyo de las nuevas tecnologías,
nos hablan de cómo fueron sus vidas, si padecieron en-
fermedades, de qué se alimentaron, a qué edad fallecie-
ron y, con un poco de suerte, hasta cuál fue la causa de
su muerte.
Este museo, único en España, es un claro ejemplo de
cómo un sueño puede llegar a convertirse en realidad
gracias al tesón de un ayuntamiento y la ilusión de todo
un pueblo, el de Quinto, cuya existencia es ya conocida
en más de medio mundo gracias a estos nuevos parro-
quianos que, tras cientos de años durmiendo el sueño de
los justos, han pasado a formar parte de la historia, tras-
pasando las fronteras del tiempo y de la muerte. 11
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Muy cerca de Quinto, a una distancia de menos de 20 km, un pequeño enclave comparte con la capital bajoribereña
(además de con Belchite y otros pueblos) la dramática historia de la ofensiva sobre Zaragoza en el verano de 1937 y
la ofensiva sobre Aragón en marzo de 1938. Se trata de Rodén, cuyas ruinas, olvidadas hasta ahora, se muestran en
esta fotografía tomada desde el oeste de la población. Torre de la iglesia y restos del castillo de Rodén.

Rodén, un lugar para la memoria 1

Texto y fotos, Carlos Bitrián Varea

Arquitecto y profesor asociado en la Universidad Politécnica de Cataluña

L
a vieja acrópolis de Rodén domina la vega del nio estuvieron hasta la supresión de los señoríos. Con to-
río Ginel desde la posición estratégica que la do, recientes investigaciones arqueológicas han desvela-
convirtió en uno de los focos de la línea de fren- do la existencia de un interesante taller andalusí de va-
te de la Guerra Civil. Durante mucho tiempo sus sos de alabastro que muestra el poblamiento de la zona
históricas ruinas han ido languideciendo ante el ya durante el siglo XI.4
desconocimiento y la indiferencia generales, pero en los Ningún acontecimiento turbó tanto a la población y mar-
últimos años el tesón de un vecindario y de dos asociacio- có tanto su destino como la Guerra Civil que en el siglo
nes, la Asociación Torre Rodén y la Asociación de Acción XX sacudiría ya irreversiblemente este caserío situado so-
Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés, Apude- bre uno de los cabezos esteparios que se asoman al río
pa, han conseguido que poco a poco el conjunto vaya Ginel. Rodén quedó muy cercano de la línea de frente
siendo valorado como el importante bien cultural que es. que dividió a Aragón en dos mitades tras el golpe de
Las primeras noticias sobre Rodén nos hablan de un 1936. Los daños, sin embargo, se sufrieron con intensi-
castillo y de una villa que en 1283 eran propiedad de Pe- dad durante los seis meses y medio en los que la primera
dro Jordán de la Peña,2 aunque ya en el siglo siguiente línea se situó en la población, entre agosto de 1937 y
pertenecían al arzobispado de Zaragoza,3 bajo cuyo domi- marzo de 1938. La fallida ofensiva sobre Zaragoza del
1
Este artículo se enmarca en la investigación doctoral que he desarrollado bajo la dirección de la profesora Marta Llorente sobre los seis
pueblos que todavía se conservan en ruinas como consecuencia última de los daños sufridos durante la Guerra Civil española.
2
González Antón, 1975: II 42.
3
En 1346 el vicario general nombró alcaide en Rodén (Pueyo Colomina, 1991: 291).
4
Fanlo, Picazo y Soro, 2018. Después de que mi investigación doctoral me llevase a Rodén, propuse a Apudepa realizar una visita a la
población, a la que fuimos invitados por la Asociación Torre Rodén. Fruto de este encuentro, Mercedes Salvador nos mostró unos restos de
alabastro encontrados en la población. Por aquel entonces Belén Boloqui y Carmen Morte, miembros de Apudepa, trabajaban en una inves-
tigación sobre alabastro. De este cúmulo de circunstancias surgió la idea de realizar una investigación arqueológica, en la que colaboraron
12 las dos asociaciones.
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PATRIMONIO / ARAGÓN

Vista de la iglesia y del castillo de Rodén el viejo.

ejército republicano, que tuvo como episodio más célebre
la batalla de Belchite, convirtió a Rodén, desde que fue
tomado a finales de agosto5 en un enclave bajo dominio
de las tropas gubernamentales continuamente asediado
por los rebeldes. Aunque existen al respecto versiones
contradictorias, lo más probable es que el caserío resulta-
ra dañado sobre todo por el fuego de la artillería franquis-
ta, cuyos estragos provocarían a su vez el desmantela-
miento de algunos elementos por parte de los soldados
republicanos que precariamente habitaban el lugar.6 El Es-
tado valoró aproximadamente los daños causados en Ro-
dén en una cantidad que ascendía a las 278 100 pesetas,
de las que 224 600 se correspondían a la destrucción de
construcciones particulares, y el resto a los daños en el
ayuntamiento, la escuela, la casa parroquial y la iglesia. La
guerra había generado 1500 m3 de escombros, y todavía
era necesario, según el Estado, proceder a la demolición
de 800 m3 más de estructuras ruinosas.7
Durante el periodo en que duró la ocupación republica-
na y se vivieron los más duros ataques, los vecinos de
Rodén ya no lo habitaban. Al comenzar la ofensiva la po-
blación había sido evacuada a Zaragoza, donde durante
esos meses malvivió gracias a trabajos precarios o a la
solidaridad de familiares, amigos, conocidos o institucio-
nes benéficas. Pero a pesar del mal estado en que había
quedado su pueblo, los vecinos de Rodén comenzaron a
regresar al dañado caserío tras el desmoronamiento del
frente de Aragón en marzo de 1938. A finales del año si-
guiente vivían en las ruinas “unas 25 familias”.8 La exis-
tencia entre los escombros era sin duda muy difícil, pero
sin embargo se prolongó hasta 1960, más de dos déca-
das después de finalizada la guerra.
Y es que la reconstrucción de Rodén fue muy lenta. El
jefe del nuevo Estado “adoptó” la población para su re-
construcción,9 según la fórmula legal y simbólica que el
Gobierno dispuso en 1939 para señalar los conjuntos ur-
banos que debían ser objeto de la intervención de la Di-
rección General de Regiones Devastadas, el organismo
estatal creado para gestionar la reconstrucción posbélica,
especialmente en los pueblos más afectados por la gue-
rra. Unos primeros trabajos de desescombro se produje-
ron entre febrero de 1940 y junio de 1941.10
Dado el muy importante nivel de destrucción habido en
la población, Regiones Devastadas decidió el abandono

5
López Gómez, 1995: 467.
6
Sobre el análisis de las posibles causas de los daños sufridos por el caserío de Rodén, remito a mi tesis doctoral (Bitrián, 2018). Un li-
bro muy interesante, de ficción, pero basado en la experiencia de uno de los soldados que ocupó Rodén, es el de Martí Camprubí, que con-
tiene dibujos del pueblo realizados por el autor durante su estancia en la población (Camprubí, 1987).
7
Archivo General de la Administración (AGA), Regiones Devastadas, caja 20702, Proyecto de desescombro de Rodén, memoria de 1 de
noviembre de 1939.
8
Ibídem.
9
“Decreto de 15 de diciembre de 1940 del Ministerio de la Gobernación por el que el Jefe del Estado adopta, a los efectos de la recons-
trucción, la localidad de Rodén” en: Boletín Oficial del Estado, número 12, 12 de enero de 1941, p. 257.
10
AGA, Regiones Devastadas, caja 20702, hoja de certificaciones de la obra de desescombro de Rodén. 13
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Vista de los pueblos viejo y nuevo de Rodén y la vega del Ginel.
del viejo caserío y la construcción de un pueblo nuevo en
unos terrenos del duque de Peñaranda situados en un al-
tiplano al oeste del histórico Rodén, en un lugar en el que
se podía seguir dominando la huerta del Ginel sin ocupar-
la, y que podía contar con un cómodo acceso desde la
principal carretera del municipio, la que discurre entre
Fuentes de Ebro y Mediana de Aragón. El hecho de que
el viejo Rodén se hallase en una escarpada colina y res-
pondiese a un urbanismo poco funcional a ojos de la épo-
ca fue sin duda un factor importante para que se decidie-
ra renunciar a la reconstrucción de la antigua población.
Para ese primer proyecto, de trazado sencillo, y para
otro posterior que resultó de su simplificación y reduc-
ción, se diseñaron, primero por Santiago Lagunas en soli-
tario y luego por Casimiro Lanaja, Manuel Martínez de
Ubago y el propio Lagunas, una serie de equipamientos
como el lavadero, el matadero, la casa de los maestros o
la iglesia parroquial. Con todo, los proyectos no pasaron
del papel, aunque sí se llegaron a llevar a cabo algunos
trabajos preparatorios de los que se conserva todavía al-
gún resto, como el vaso de un gran horno que debía ser-
vir para proveer de yeso a las obras. Pero pasaban los
años y la reconstrucción efectiva no comenzaba. La po-
blación seguía viviendo hacinada en los edificios que ha-
bían quedado en pie, ocupando también cuadras y cha-
bolas, con espacios habilitados para iglesia y escuela an-
te la imposibilidad de usar los edificios originales, sin
agua corriente ni electricidad.
11
14 Archivo Municipal de Fuentes de Ebro (AMFE) (Rodén, libro de actas 1959-1963, f. 39, sesión de 31 de agosto de 1962).
Después de diversas gestiones realizadas por el muni-
cipio y de la insistencia de los vecinos, Regiones Devas-
tadas comenzó a tomar algunas medidas para la efectiva
erección de las construcciones demandadas. Aunque no
finalizaron hasta bastante tiempo después, en 1950 co-
menzaron las obras de la escuela, un sencillo pero sim-
pático edificio situado ya en el emplazamiento en el que
se construiría definitivamente la nueva población. Se tra-
taba del terreno situado en la vaguada junto a la acrópolis
del viejo Rodén, que ofrecía la ventaja de mantener una
posición cercana al pueblo viejo, lo que facilitaría la vida
en el periodo de transición entre el uno y el otro. Des-
pués se construyó la casa de la maestra, de la que ape-
nas se conserva hoy un hermoso muro de contención de
alabastro, y finalmente, durante la década de los años
50, tras la redacción también por Manuel Martínez de
Ubago del proyecto del nuevo pueblo nuevo de Rodén,
que es el único de Regiones Devastadas que sigue un
trazado orgánico, se construyeron las diez primeras vi-
viendas públicas de la nueva población. Otras casas fue-
ron construidas por el Instituto Nacional de la Vivienda y,
ya disuelta Regiones Devastadas, pero según un proyec-
to suyo redactado también por Martínez de Ubago, se
construyó la iglesia parroquial, que no se inauguró hasta
el 16 de septiembre de 1962.11 Pese a que el ayunta-
miento de Rodén luchó hasta su disolución en 1976 para
que el Estado ejecutase en su totalidad el plan de re-
construcción aprobado, obras tan importantes como la
propia casa de la villa no llegaron a realizarse.
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PATRIMONIO / ARAGÓN

Interior de la iglesia del pueblo viejo de Rodén.

Desde que en 1960 el último vecino que vivía en el

pueblo viejo se trasladó a Fuentes de Ebro,12 el histórico
Rodén quedó absolutamente abandonado. Los dolorosos
recuerdos de la guerra y de la dura posguerra quedaron
confinados entre las ruinas de siglos de historia. Pero
ciertas estructuras subsistieron, como la torre de la igle-
sia, y, más de medio siglo después, algunas personas y
algunos colectivos volvieron a fijarse en Rodén y llama-
ron la atención sobre su valor histórico y cultural. Desta-
can la asociación Torre Rodén, que con el infatigable im-
pulso de Alfonso Soro logró para la torre la primera inver-
sión pública, proveniente de la Diputación de Zaragoza. Y
la asociación Apudepa, que advirtió del hasta entonces
desapercibido valor memorial de la población y que con- Ruinas de Rodén desde el castillo.
siguió que fuera declarado Bien de Interés Cultural en
2017, tras la presentación de una solicitud y de un infor-
me ante la Diputación General de Aragón.
En estos últimos años Rodén comienza a ser visto co-
mo el emocionante y valioso conjunto cultural que es.
Pero queda mucho por hacer. Es necesario que se desa-
rrolle un amplio programa de conservación de las ruinas
que subsisten, que parta del escrupuloso respeto a su
condición de ruinas de múltiples causas, y que todas las
intervenciones que se realicen sean consensuadas por
los diversos agentes, comunidades y disciplinas interesa-
das en su conversación. Es importante, por ejemplo, que
no se produzcan labores de desescombros sin la directa
participación de profesionales de la arqueología. Rodén
Iglesia y castillo de Rodén.
12
AMFE (Rodén), caja Padrón municipal de habitantes, ficha de bajade 4 de junio de 1960 del padrón municipal de habitantes de Grego-
rio Berges Aguirán. 15
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Torre e iglesia de Rodén desde el Este. Foto, Elena Parra Navarro.
La iglesia de Rodén y el viaducto del AVE desde el este de la población.
es un lugar memorial extraordinario que nos habla de la
devastación de la guerra y que nos permite acercarnos al
conocimiento de unos hechos sensibles a través de la
experiencia del espacio. Como tal, su conservación viene
exigida por su valor cultural y social. Pero, además, hay
que tener en cuenta que es el centro de una zona ace-
chada por la despoblación que necesita sobrevivir. El
pueblo viejo, su paisaje, sus yacimientos arqueológicos,
los restos de la batalla, su dance, y muchos otros ele-
mentos más, deben ayudar también a vencer el duro gol-
pe que la guerra dio a Rodén y a mantenerlo con vida y
en pie para que todos podamos conservar la memoria y
16 sus habitantes puedan, por fin, disfrutar de la paz.
BIBLIOGRAFÍA
BITRIÁN VAREA, Carlos, Espacio y memoria. Un viaje por las rui-
nas actuales de la Guerra Civil Española, tesis doctoral en curso de
lectura en la Universitat Politècnica de Catalunya, 2018, Inédita.
CAMPRUBÍ, Martí, Antihéroes de segunda línea, Manresa, Martí
Camprubí, 1987.
FANLO LORAS, Javier; PICAZO MILLÁN, Jesús Vicente; SORO
GAYÁN, Alfonso. “Un taller de vasos de alabastro de época andalu-
sí en Rodén (Fuentes de Ebro, Zaragoza)” en: El alabastro: usos ar-
tísticos y procedencia del material. Actas I Congreso Internacional,
2018, en prensa.
GONZÁLEZ ANTÓN, Luis, Las uniones aragonesas y las cortes
del reino (1283 - 1301), Zaragoza, CSIC, 1975.
LÓPEZ GÓMEZ, José Manuel, Un modelo de arquitectura y urba-
nismo franquista en Aragón. La Dirección General de Regiones De-
vastadas, 1939-1957, Zaragoza, Diputación General de Aragón,
1995.
PUEYO COLOMINA, Pilar, “El Registro de Actos Comunes del
Arzobispo de Zaragoza, Pedro de la Jugie (1346-1347)”, en Aragón
en la Edad Moderna, número 9, 1991, pp. 269-312.
UBIETO ARTETA, Antonio, Historia de Aragón. Los pueblos y los
despoblados, III. Zaragoza, Anubar Ediciones, 1986.
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PATRIMONIO / ARAGÓN

Vista aérea del pueblo de Rodén (extremo SE). La escombrera del taller de alabastro se encuen-
tra hacia el centro de la imagen, al pie del Cabezo Morrudo (izquierda), con restos de un asenta-
miento de la Edad del Hierro. A la derecha, las ruinas del pueblo viejo (imagen Google Earth).

Vistas de la excavación dirigida por J. Fanlo en noviembre de 2016 y perfil SO en cuya mitad
inferior se encuentra la escombrera del taller de alabastro.

Una sorpresa esperada.

El taller de vasos de alabastro de Rodén
Jesús V. Picazo Millán, Javier Fanlo Loras, Alfonso Soro Gayán
Grupo de Investigación PPVE, Universidad de Zaragoza. Asociación Torre-Rodén

Albarracín y apuntaba su posible fabricación en algún ta-

E
l alabastro, roca emblemática del valle del
Ebro, se ha venido utilizando desde épocas
remotas de forma profusa tanto en construc-
ción como para usos ornamentales y artísti-
cos. Sin embargo no había constancia de su
aprovechamiento histórico para la elaboración de vasos o
productos similares. Por eso, cuando Mercedes Salva-
dor, vecina de la localidad y socia de la Asociación Torre
Rodén, descubrió y nos informó del hallazgo de lo que
parecían los restos de un antiguo taller de objetos de ala-
bastro la sorpresa fue considerable. E igualmente sor-
prendente resultó cuando, con la ayuda de la Asociación
Torre Rodén, APUDEPA, el proyecto HAR2012-32628 del
MINECO y de la Diputación Provincial de Zaragoza, en
otoño de 2016, excavamos el depósito en el que se en-
contraban abundantes desechos de vasos y otros sub-
productos relacionados con su fabricación. Bajo varias
capas de sedimentos se encontró una escombrera en la
que se mezclaban los restos de alabastro con fragmen-
tos cerámicos de tipo andalusí que indicaban que estába-
mos ante un taller medieval de época islámica, circuns-
tancia que fue corroborada por las dataciones de radio-
carbono que determinaron una fecha de mediados del si-
glo XI d. C., coincidiendo con el esplendor del reino taifa
de Zaragoza. De alguna manera era un hallazgo anuncia-
do. El medievalista Julián Ortega ya había documentado
la presencia de este tipo de productos en el castillo de
ller del valle del Ebro, hipótesis que se vio confirmada.
El taller debió estar situado en las afueras del actual pue-
blo de Rodén, hacia el nordeste, bajo el cerro conocido
como Cabezo Morrudo o Cabezo del Ahorcado, donde hu-
bo un notable asentamiento de la Primera Edad del Hie-
rro, y en cuyas laderas existen depósitos estratificados de
alabastro que seguramente fueron objeto de explotación.
Bloques en bruto y otros restos generados por el taller se
fueron acumulando en una depresión natural del terreno
formando una escombrera con sucesivos vertidos. En ella
encontramos un repertorio relativamente variado de de-
sechos y subproductos que permiten documentar los ob-
jetos elaborados y su proceso de fabricación.
El principal producto eran cuencos de tipo semiesféri-
co de dimensiones variables, con diámetros entre 9 y 21
cm. Los más pequeños suelen ser lisos y de paredes fi-
nas (4 mm), aunque los más habituales son más gran-
des, paredes gruesas (8-10 mm) y suelen presentar una
serie de acanalados o estrías en la cara externa del borde
formando una sencilla banda decorativa. Seguramente
estos vasos se comercializaron como un bien de lujo pa-
ra contener cremas o ungüentos del gusto de las élites
locales, como pone de manifiesto su presencia en con-
textos aristocráticos como la fortaleza-palacio de los Ba-
nu Razin, emires de Albarracín. 17
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PATRIMONIO / ARAGÓN

En la página anterior, conjunto de productos y subproductos de alabastro

documentados. De arriba abajo: preforma; pieza en proceso de elabora-
ción; conos; cornisas de conos; discos (cara tallada); discos (cara aserra-
da); fragmentos de cuencos con bordes estriados; fragmentos de otros pro-
ductos indeterminados elaborados en el taller (fustes torneados y placa).

Detalle de piezas en proceso de elaboración desechadas en la base de la es-

combrera.

Porción de un cuenco de alabastro blanco, traslúcido, con borde estriado.

Para la fabricación de esos cuencos, según indican las

huellas y marcas, se empleó un torno de tipo horizontal
similar a los utilizados para el torneado de la madera. El
proceso de fabricación pasa por varias etapas reconoci-
bles a partir de los desechos. Se inicia con un “bolo” de
alabastro bruto que será tallado con una azuela o escoda
hasta formar media esfera (preforma). A partir de ahí, la
cara plana mayor de la semiesfera se inserta en el eje de
hierro del torno y la cara menor, lo que será el fondo del
vaso, se fija por presión al otro extremo del eje. Con la
rotación continua y un puntero de hierro se va desbas-
tando el exterior para continuar por la cara interna. Algu-
nas piezas en proceso de fabricación se desecharon, pe-
ro conservan las huellas del torneado inicial. Conforme
avanza el vaciado interno, va quedando dentro de los va-
sos un núcleo central cónico que se va adelgazando ha-
cia el fondo. Una vez terminado el torneado, la pieza se
libera del eje metálico y se rompe la estrecha unión del
cono que lo mantenía adherido al fondo del vaso. A su
vez se elimina el material sobrante de la base cortándolo
con una sierra o similar, lo que genera un desecho con
forma de disco. Finalmente se pulirá el vaso para conse-
guir un acabado brillante y traslúcido.
Este tipo de producción, desconocida para nosotros a
nivel peninsular, tal vez surge como el resultado del flujo oasis que se adentra en la árida estepa zaragozana -con-
de ideas y gustos estéticos de origen oriental que se es- traste que aporta un singular atractivo paisajístico-, si ya
tán generalizando en la órbita islámica durante estas eta- contaba con un notable patrimonio en el que destacan
pas y cuyo exponente más próximo lo encontramos en el las evocadoras ruinas vivas del pueblo viejo o el intere-
propio palacio zaragozano de la Aljafería donde, según sante poblado de la Primera Edad del Hierro del Cabezo
Cabañero y Lasa, se han llegado a documentar objetos Morrudo, incorpora otro referente único en Aragón y en
importados desde China en el siglo XI y otros productos la Península, que enriquece su historia y patrimonio, aun-
orientales que seguramente alcanzan estos territorios a que se trate de los modestos restos de un taller que allá
través del Egipto fatimí. De hecho, la principal referencia por el siglo XI aprovechó ese recurso tan característico
que hemos encontrado para la fabricación de vasos de de este territorio como es el alabastro.
alabastro torneados se encuentra en Sīrāf, centro comer-
cial e importante puerto situado en Irán, en el Golfo Pér- BIBLIOGRAFÍA
sico, cuyo auge tuvo lugar entre 850 y 1050 d.C., al fun-
CABANERO SUBIZA, B.; LASA GRACIA, C., “Nuevos da-
cionar como centro del comercio marítimo para produc-
tos para el estudio de las influencias del medio y el extremo
tos de lujo llegados a Oriente Medio desde la India, Chi- Oriente en el palacio islámico de la Aljafería de Zaragoza”,
na y otros ámbitos asiáticos y africanos. Artigrama, 18, 2003, pp. 253-268.
¿El desarrollo de una artesanía local ligada a una mate- FANLO LORAS, J.; PICAZO MILLAN, J.V.; SORO GAYAN,
ria prima abundante en la región como el alabastro es el A., “Un taller de vasos de alabastro de época andalusí en
resultado de este flujo de productos e ideas? No lo sabe- Rodén (Fuentes de Ebro, Zaragoza)”, en C. Morte (ed.) Usos
mos, pero tanto a nivel político como ideológico parece artísticos del albastro y procedencia del material: actas I
que hacia mediados del siglo XI se dieron las condiciones Congreso Internacional, Prensas de la Universidad de Zara-
óptimas para el desarrollo de una nueva artesanía como goza, 2018, pp. 499-523.
la documentada en el taller de Rodén centrada en la pro- ORTEGA ORTEGA, J.M., Anatomía del esplendor: fondos
ducción de vasos de piedra en torno, cuyos referentes de la sala de Historia Medieval, Museo de Albarracín, Funda-
se encuentran en el Medio Oriente. ción Santa María de Albarracín, 2007.
Con este nuevo hallazgo, la localidad de Rodén, cerca WHITEHOUSE, D., “Excavations at Sīrāf”, First Interim
de la salida del río Ginel hacia el Ebro, una cuña verde, un Report, Irán, 6, 1968, pp. 1-22. 19
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Paisaje de Albarracín. El conjunto y su entorno.
La ermita del Carmen de Albarracín.
Espectacular paisaje natural y monumental
L
a última restauración abordada por la Fundación
Santa María de Albarracín es la denominada er-
mita de la Virgen del Carmen. Esta ermita se si-
túa en las inmediaciones del conjunto histórico
de Albarracín, a unos 400 metros del caserío, y
a la que se accede desde el barrio que lleva su mismo
nombre. Como sede diocesana que es Albarracín, ade-
más de catedral y palacio episcopal, cuyas restauraciones
fueron recogidas en esta misma revista Aragón, cada ba-
rrio de la localidad posee su símbolo religioso, de manera
que la barriada del Carmen tiene esta pequeña ermita, si-
tuada en un lugar privilegiado del entorno de la ciudad.
El mirador de la ermita
Uno de los aspectos previos que hemos de destacar
es su peculiar situación, en el entorno protegido del con-
junto de Albarracín, en un paisaje que no pasa desaperci-
bido. Se localiza en un punto alto con respecto a la ciu-
dad, sobre elevada, en una de las laderas rocosas por las
que el río Guadalaviar llega a la localidad. Este río confi-
guró dos sucesivos meandros encajados en las monta-
ñas, en uno de los que se localiza la misma ciudad de Al-
barracín, por estrategia defensiva de origen. Pues bien,
20 en la ladera alta del primero de estos meandros, el de
Antonio Jiménez Martínez
Director gerente de la Fundación Santa María de Albarracín
menores proporciones, se encuentra la ermita del Car-
men, sobre el extremo del caserío extramuros, y parece
que remonta hacia la sierra de Albarracín. De hecho, el
camino de acceso a la ermita fue la salida de herradura
natural hacia la Sierra Alta antes de la construcción de la
actual carretera.
El estar situada sobre la ciudad, y en medio de una oro-
grafía tan sorprendente y complicada, la convierte en un
auténtico mirador con impresionantes vistas panorámi-
cas a la amurallada Albarracín. El alto grado de conserva-
ción del conjunto y la perfecta acomodación a la abrupta
topografía que dibuja por el río constituyen sus principa-
les atractivos. Es la ciudad colgada sobre profundos ca-
ñones, entre imposibles pendientes rocosas, que acom-
pañan el sinuoso discurrir del río bajo. La aridez dominan-
te contrasta con la frondosidad del estrecho y profundo
callejón por el que discurre el Guadalaviar. Es la impac-
tante fotografía trasera de Albarracín, quizá menos cono-
cida, pero también de una gran belleza natural.
El valor patrimonial de la ermita
La ermita del Carmen de Albarracín es un pequeño mo-
numento del siglo XVIII que ejemplifica el barroco más
popular al que nos tiene acostumbrados Albarracín, so-
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PATRIMONIO / ARAGÓN

Ermita del Carmen. Exterior restaurado.

Paisaje de Albarracín. Desde la ermita del Carmen.

bre todo en sus decoraciones interiores. Posees tres

cuerpos constructivos que se suceden, a alturas diferen-
tes, desde el atrio de acceso hasta la sacristía trasera,
pasando por el cuerpo principal, más voluminoso y de na-
ve única. Todo el complejo aparece protegido por un es-
calonado tejado tradicional de vertidos distintos.
La nave se halla cubierta con bóveda de lunetos en
dos tramos y una importante cúpula sobre el presbiterio,
protegida con un empinado tejado a cuatro aguas en cu-
yo punto de unión se instaló una bonita y discreta veleta
de forja. El acceso lateral a la sacristía se complica con la
prolongación en altura de un chapitel-campanario que co- Interior restaurado de la ermita.
bija las dos pequeñas campanas de los años 1692 y
1906, según aparece en sus inscripciones. Un tosco arco
rebajado de yeso abre el atrio semi-cerrado, de techo pla-
no, desde el que se accede a la nave a través de una pe-
queña puerta con arco de medio punto y sencillas moldu-
ras altas también en yeso. Sobre la puerta ha aparecido
un curioso óculo, y completan la decoración de todo este
frontis dos azulejos de cerámica con caligrafía de época
que recogen algunas indulgencias concedidas por el rezo
del Ave María.
La ermita sorprende por su singular decoración interior,
que es la que se ha rescatado en es esta última restaura-
ción. Es una pintura especialmente popular y muy colo-
rista, que pretende enaltecer la monumentalidad de la
construcción, en respuesta a un intencionado barroquis-
Restaurando la cubierta.
mo, cuya grandiosidad queda matizada por el modesto
carácter de la decoración. Es el barroco pictórico de Alba-
rracín, de mayor calado en la catedral y más popular en el que simulan enmarcar, a su vez, el sencillo retablo que
palacio del obispo o en su homóloga ermita de San Juan. preside el monumento. Por debajo de la cúpula, en el la-
En el caso de esta, la ermita del Carmen, el contrasta- teral alto del presbiterio, se abre la única ventana de este
do colorido del cuerpo principal del edificio se traduce en ámbito, cegada en su lado opuesto.
zócalos con bandas paralelas, más geométricas en el También resultan curiosas las puntuales decoraciones
presbiterio, en cuyo paramento superior se ha represen- del atrio, pintadas con un intenso añil que circunda el
tado un sencillo trampantojo de celosía de madera, fren- óculo abocinado que ha aparecido sobre la puerta de en-
te a la azulada que domina el cuerpo de la nave. Simila- trada, color que se repite en el círculo central del techo a
res celosías se representan en los fingidos óculos que través de una serpenteante guirnalda. En el frontis de la
cobijan los lunetos de su bóveda. Una sencilla moldura puerta apareció una sencilla cenefa rematando el muro.
remata los paramentos, también en color y con alguna La sacristía posee únicamente un zócalo grisáceo, irrum-
discretísima greca vegetal, que deja paso al azul desgas- piendo el dominante blanco de sus paredes de yeso, con
tado de la bóveda, que contrasta con el amarillo anaranja- una modesta cajonera y un pequeño armario embutido
do de la cúpula. Este volumen ascendente se refuerza en esquina. Se accede al nivel superior, y a las campa-
con arcos, que apoyan sobre una moldura circular que re- nas, a través de una escalera lateral construida en el ca-
cae sobre las pechinas con toscos triángulos pintados racterístico yeso rojo del terreno. 21
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 22
Detalle pictórico de su interior.
Atrio de acceso restaurado.
Proceso de restauración interior.
Albarracín siempre ha tenido una especial implicación
con esta ermita, especialmente el barrio al que le da su
nombre. En verano, el día que se celebra la festividad de
la Virgen, se realiza una procesión a la que acude mucha
gente. Precisamente por ello se venía reivindicando des-
de hace algún tiempo su restauración, aunque quedó
condicionada a la finalización de la compleja restauración
de la catedral.
La restauración de la ermita
La restauración de esta ermita ha tenido un carácter in-
tegral. Se encontraba muy deteriorada en su integridad, y
sus acabados murales estaban afectados por diferentes
22 repintes superpuestos. En cualquier caso, la humedad
generalizada, tanto en los muros como en la cubierta, fue
el primer problema que se abordó. Todo ello se ha re-
suelto en dos fases sucesivas: la que afectó a la mejora
de la construcción, que se abordó en al año 2017, y la co-
rrespondiente a su ambientación interior, que se efectuó
en los primeros meses de este mismo año 2018, previa
a su inauguración, el pasado 16 de julio, coincidiendo con
la festividad de la Virgen del Carmen.
En la primera fase se atendió, sobre todo, a la cubierta
del edificio, ya que era el elemento estructural que en
peor estado se encontraba. Hubo que sustituir parte de
la tablazón y se volvió a reinstalar la teja árabe. Los dife-
rentes niveles de tejados, la afectación del cuerpo trase-
ro de la sacristía y las distintas pendientes del cubrimien-
to a cuatro aguas de la cúpula, y el grave desplazamiento
lateral del atrio, que había provocado la desunión del mis-
mo con el cuerpo principal de la nave, fueron las dificulta-
des mayores a resolver. Bajo la cubierta de este atrio y
por encima de su techo plano visto se acumulaba gran
cantidad de escombro de obras anteriores, que fue elimi-
nado para evitar peso. Destacamos también la reinstala-
ción de la curiosa veleta de forja que remata el tejado de
la cúpula, que fue minuciosamente restaurada en el cur-
so de restauración de metales, una de las especialidades
formativas que realizan en la Fundación Santa María de
Albarracín. También se llevaron a cabo trabajos de limpie-
za y drenaje del lateral izquierdo y trasera de la ermita
causantes de importantes filtraciones de agua.
La segunda fase correspondió al saneamiento generali-
zado interior. Se eliminaron los diferentes repintes super-
puestos de los muros hasta que se llegó a los originales,
pertenecientes, seguramente, a su decoración diecio-
chesca. En cualquier caso, se trataba de la decoración
que más continuidad tenía por encima del yeso de recu-
brimiento del muro, salvo en el lateral izquierdo, que por
los problemas de humedad mencionados había desapa-
recido casi en su totalidad. Antes de su reintegración se
fijaron los restos hallados, y se sellaron las numerosas
grietas existentes, así como se volvió a enlucir la gran la-
guna provocada por las humedades en las bóvedas y en
los muros. Con el acabado se consiguió el total rescate
de la colorista decoración original, que es el que caracte-
riza a este popular barroco de Albarracín.
El atrio también mostraba mucho deterioro. A la impor-
tante reposición de las losas de arenisca roja hay que su-
mar el enlucido y pintado de todo este ámbito, la consoli-
dación de los bancos perimetrales, incluso de los que se
prolongan hacia el exterior, y el nuevo encachado calizo
del acceso. Sin duda, el elemento más curios fue el ha-
llazgo del óculo abocinado que se localiza encima de la
puerta de acceso, de similar decoración al elemento que
preside la parte central del techo, también descubierto
en esta fase.
También se limpió en profundidad la sacristía y se re-
pusieron algunas baldosas de barro que habían desapare-
cido, se repintó el sencillo zócalo, se saneó y repuso el
yeso de escaleras y muros del espacio y se acabó pintan-
do en su totalidad.
Esta intervención integral supone la recuperación de un
importante monumento, muy llamativo por su especial lo-
calización, de gran interés patrimonial. Con este trabajo
se pretende continuar con la restauración del conjunto
monumental de Albarracín. El resultado es espectacular.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 23
Situación del castillo y la villa sobre las primeras hoces del río Alcalá (Foto, Pedro Julve/Archivo Qualcina).
El castillo de Alcalá de la Selva
Asociación para la recuperación de los castillos turolenses (ARCATUR)
E
n pleno corazón de la Sierra de Gúdar, el cas-
tillo de Alcalá de la Selva ocupa la cumbre de
un espolón de fácil defensa, que ha sido obje-
to de reiteradas ocupaciones durante los últi-
mos dos milenios. La fase más antigua se co-
rresponde con un poblado ibero-romano, del que se han
conservado escasos restos.
Sobre él se asentó la fortaleza andalusí que da nombre
al municipio (al-Kalaat, el castillo) y que puede identificarse
como un hisn, desde el que se administraría un distrito ru-
ral. Era más grande que el castillo actual y estaba dividida
en dos partes por un foso de casi 7 m de anchura, tallado
en la roca caliza y actualmente enmascarado por estructu-
ras posteriores. De ella se conservan diversas estructuras,
entre las que destacan sus dos aljibes; el más pequeño,
situado en la parte oriental, es de planta ovalada y posee
una cuidada sillería de esquinas achaflanadas, con múlti-
ples engatillados. El de la mitad occidental, con casi 8 m
de profundidad y 7,5 de largo por 3,6 de ancho, impresio-
na por estar excavado en una durísima roca caliza.
PATRIMONIO / ARAGÓN
Javier Ibáñez González
El castillo de la Selva Mayor
La fortaleza andalusí fue ocupada por Alfonso I (1118) y
perdida a su muerte. Medio siglo después, fue recon-
quistada por Alfonso II, que en 1174 la cedió a los mon-
jes de la Gran Selva, para su repoblación y destruccio-
nem sarracenorum. Al llegar a tierras turolenses, estos
pacíficos benedictinos de origen francés se transforma-
ron en aguerridos freires, participando activamente en la
defensa de esta posición y en la conquista de nuevos te-
rritorios y del Reino de Valencia.
En la primera mitad del siglo XIII acometieron una com-
pleta renovación del edificio. La nueva traza se ajustó a
las funciones de una fortaleza conventual, en la que se
combinaban necesidades de un castillo con las de una
pequeña congregación religiosa (capilla, sala capitular,
dormitorios, cocina, archivo, etc.) y su personal de servi-
cio. También desempeñarían las funciones equiparables
a las de una encomienda, con almacenes para guardar
los productos de las rentas señoriales. 23
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 24

Vista aérea del castillo desde el sur

(Foto, Pedro Julve/Archivo Qualcina).

El castillo visto desde el acueducto de la fuente del Nacimiento.

Foto, Javier Ibáñez González.

24
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 25
Fachada meridional del castillo.
Foto, Javier Ibáñez González.
A diferencia del castillo andalusí, que estaba bien adap-
tado a las irregularidades del terreno, el exterior de la for-
taleza de la Selva Mayor se caracterizó por su compacta
volumetría, que enmascaraba los importantes desniveles
existentes en su interior. En la parte del conjunto que da
a la villa, se levantó un potente torreón de 12,8 m de an-
cho, que sobresalía tanto en altura como en la línea de la
fachada; era el elemento más representativo del conjun-
to, ejerciendo las funciones de torre del homenaje.
El castillo de los Fernández de Heredia
Durante la Guerra de los Dos Pedros, el castillo fue
“cremado et destruydo” por los castellanos, lo que favo-
reció la venta del señorío a la poderosa familia de los Fer-
nández de Heredia (1375), que preparaba un rico señorío
para sus herederos. Tras permanecer dos siglos en este
territorio, los monjes de la Selva Mayor abandonaron la
fortaleza y, con ello, sus actividades bélicas.
Los Fernández de Heredia edificaron un nuevo castillo,
instalado en la mitad superior del espolón, dejando fuera
el aljibe islámico. Era más reducido que el anterior, al te-
ner que alojar menos personas (alcaide y, en caso de ne-
cesidad, una pequeña guarnición) y productos, dada la
proximidad del castillo de Mora (centro rector del señorío
de los Heredia en el sur del reino). En su construcción
reutilizaron buena parte de las estructuras preexistentes,
rellenando todas las estancias semi-subterráneas con los
escombros de la destrucción castellana. De esta forma,
se regularizó parcialmente la desigual topografía, creando
un nivel de base más alto. Se habilitó una nueva entrada
en la parte occidental, flanqueada por sendas torres de
planta cuadrada.
En el flanco oriental se construyo la torre del homena-
je, de planta triangular y tres alturas; las dos inferiores
estaban divididas en cuatro estancias cubiertas con bó-
PATRIMONIO / ARAGÓN
vedas de cañón apuntado, lo que obligo a construir grue-
sos perimetrales (algunos de casi 3 m de espesor), desti-
nados a soportar los empujes.
La primera planta, con acceso independiente de la
planta baja, tenía un marcado carácter señorial; albergaba
la capilla de Santa Bárbara y la cámara principal, de ma-
yor altura que las restantes, con chimenea de cierto por-
te, ventana flanqueada por bancos “festejadores” y una
alacena cerrada para guardar documentación. La planta
superior, levantada ya en el siglo XVI, contaba con una
sala cuyos muros estaban perforados por una galería de
arquillos abocinados.
La fortificación carlista
En septiembre de 1835, la posición fue ocupada por
los carlistas, que la refortificarán y la utilizarán como
cuartel. Para ello, habilitaron un nuevo dispositivo defen-
sivo, formado por varias líneas que incluían el espacio
ocupado por la antigua aldea, una empalizada delante de
la puerta y una posición avanzada en el extremo occiden-
tal del espolón. Aprovechando la considerable altura de
los dos niveles inferiores de la torre del homenaje, se
crearon dos nuevas plantas mediante forjados de vigas
de madera y bovedillas de ladrillo y yeso, construyendo
varias escaleras interiores. Y en la plataforma superior de
la torre se construyeron dos garitas de vigilancia y con-
trol visual, flanqueando la parte superior de la fachada.
En 28 abril de 1840, las tropas liberales, comandadas
por O'Donnell, inician el ataque a la posición, que estaba
al mando de Juan Pertegaz. Tras un intenso bombardeo,
será asaltada y conquistada el día 30. Hubo 40 bajas en
el ejército liberal, que capturó 95 prisioneros, dos piezas
de artillería y abundantes pertrechos.
Tras un largo periodo de abandono, en el 1991 se inició
su restauración. 25
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 26

Vista meridional del castillo y la ex-colegiata de Mora de Rubielos. Foto, Javier Ibáñez González.
Vista aérea del castillo desde el norte (Foto, Pedro Julve/Archivo Qualcina).

26
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El castillo emerge por encima del caserío. Fachada occidental. Foto, Javier Ibáñez González.
El castillo-palacio de Mora de Rubielos
Asociación para la recuperación de los castillos turolenses (ARCATUR)
C
ombinación de fortaleza inexpugnable y có-
moda residencia señorial, el castillo palacio
de Mora es el edificio bajomedieval más
monumental del sur de Aragón. Levantado
con una cuidada sillería de piedra arenisca,
tiene una superficie construida de 8600 m2, más otros
2100 m2 de patio, rampas, taludes y antiguo foso.
El castillo primigenio
Documentado desde 1198, pasó en 1275 a manos de
Jaime de Jérica, hijo natural de Jaime I. Durante la Gue-
rra de los Dos Pedros la fortaleza cayó en manos caste-
llanas, gracias a la traición de Pedro de Jérica (nieto de
Jaime I); los vecinos de Mora se rebelaron y facilitaron
su recuperación para el bando aragonés. Son escasas las
evidencias visibles de esa primera fortaleza. Destaca el
foso que protegía flanco septentrional, que originalmente
tenía 7 metros de anchura y 6 de profundidad.
PATRIMONIO / ARAGÓN
Javier Ibáñez González
Castillo-palacio de los Fernández de Heredia
Mora y su castillo fueron adquiridos en 1367 por Blas-
co Fernández de Heredia, hermano del influyente Juan
Fernández de Heredia, que llegó a ser gran maestre de la
Orden de San Juan. Posteriormente se fueron agregando
distintas posesiones hasta formar un amplio señorío, al-
canzando Mora el rango de marquesado (1643). Esta es-
tirpe fue la que construyó el castillo-palacio; las obras se
iniciaron en el siglo XIV, prolongándose hasta las últimas
décadas el siglo XV.
Desde el exterior, el edificio tiene la rotundidad de una
inexpugnable fortaleza, contrastando con el interior, ca-
racterizado por la comodidad de sus aposentos y la am-
plitud de sus salas y patio, de corte palacial. Posee dos
accesos; el septentrional se abre al exterior del recinto
amurallado de la villa mediante una torre-puerta situada a
5 m de altura, a la que se llega por una rampa con puen-
te desmontable; el paso interior está cerrado por una se- 27
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 28
gunda puerta y protegido por una buhedera. El acceso
meridional se abre al interior de la muralla de la villa; la
puerta está defendida mediante una rampa en zig-zag,
con portal intermedio y muro aspillerado.
Entrando por esta última puerta, lo primero que nos
encontramos es el zaguán, al que se abre el “cuerpo de
guardia”, pequeña estancia que albergaba a los porteros.
A continuación, se encuentra la capilla de San Juan del
Castillo, cubierta con bóvedas de crucería. Y el amplio
patio porticado con grandes arcos ojivales, que articula
espacialmente el edificio; en él se abre el pozo-cisterna,
de 26 m de profundidad y 2,8 m de diámetro interior.
Desde el patio se accede a las estancias nobles. Desta-
ca por su carácter representativo la sala de las chimeneas,
con techumbre de madera sustentada por ménsulas de
piedra y doble nivel de ventanas. Estaba comunicada con
las cocinas y con la sala pequeña. Desde esta última (posi-
blemente una estancia privada del señor) se accedía a la
cámara principal, cómodo dormitorio señorial con chime-
nea, bancos festejadores asociados a un amplio vano
orientado al mediodía, una alacena cerrada para guardar
objetos valiosos y un pasadizo que conduce a la letrina.
En el ala occidental se encuentra la sala de la bombar-
da, así llamada por la tronera para bombarda abierta en el
muro. Este amplio espacio albergó la desaparecida igle-
sia conventual, construida en el siglo XVIII. En la esquina
noroccidental se encuentra la cámara grande, de mayor
tamaño que la principal y que contaba con las mismas
28 comodidades que esta, aunque debía ser más fría debido
Ángulo nororiental del patio.
El castillo visto desde la torre de la ex-colegiata.
Fotos, Javier Ibáñez González.
a su orientación. Una peculiaridad de la misma es la am-
plia buhedera abierta en el suelo, que la comunica con el
archivo, situado inmediatamente debajo; esto sugiere
una especial relación del ocupante de la cámara con la
documentación y, posiblemente, con la administración
del edificio y del señorío. En cuanto al archivo, estaba
protegido con una doble puerta. Consta de dos grandes
armarios empotrados en la sillería de la torre, que debían
estar cerrados con recias puertas.
Por debajo de la planta noble se encuentran las caballeri-
zas, estancia abovedada con pequeños vanos de ventila-
ción abiertos al patio; los calabozos, a los que se accedía
por una empinada escalera, protegida por una doble puerta;
dos amplios niveles de sótanos, cubiertos con bóveda de
cañón reforzada mediante arcos fajones; y la cripta, comu-
nicada con la capilla de San Juan a través de una buhedera.
Recientemente se han abierto al público algunos espa-
cios de la planta superior, a los que se accede por la re-
construida gran escalera, que Antonio Almagro considera
uno de los elementos más notables del castillo, al ser un
modelo original e innovador para su época, anterior a las
escaleras renacentistas. A través de una amplia puerta
se accede a la galería superior, con ventanas geminadas
que iluminan la escalera. La galería se abre al patio me-
diante arquerías en los dos laterales de solana, en la que
aparecen cerrados los dos laterales de umbría mediante
muros perforados con ventanas con arcos conopiales.
El repertorio de estancias es mucho más amplio, ya
que comprende casi una veintena de espacios que no
están en la actualidad abiertos al público.
Convento franciscano y cuartel militar
En 1614, los Heredia cedieron provisionalmente el edi-
ficio a los franciscanos hasta que estos construyeran el
convento previsto junto a la cercana ermita de San Agus-
tín. Pero este nunca llegó a edificarse, y los frailes per-
manecieron durante 220 años en el edificio; realizaron
múltiples reformas (actualmente no conservadas), como
la construcción de una iglesia conventual, que compren-
día la mayor parte del ala occidental, o una monumental
escalera en el ángulo sureste del patio.
Las desamortizaciones y la primera Guerra Carlista su-
pusieron la desaparición del convento y la refortificación
del edificio por parte de los liberales, que sufrió diversos
destrozos durante ese conflicto bélico. Durante algo más
de un siglo se compaginaron los usos de cuartel militar y
prisión del partido judicial.
En 1972 se inicio el paulatino proceso de restauración
del edificio, que, con numerosas interrupciones, se pro-
longa hasta la actualidad.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 29
El castillo de Peracense
Jesús Gerardo Franco Calvo y Antonio Hernández Pardos
L
a primera referencia histórica que tenemos del
Castillo de Peracense data de 1211, con el tér-
mino de Peracels o, lo que vendría a decir lo
mismo, castillo de la Piedra Agreste. Pero la
presencia humana, en esta localización, es mu-
cho más antigua, documentándose arqueológicamente
desde la Edad del Bronce (hace unos 3300 años), con el
hallazgo de cubetas, relacionadas con el agua, y de cerá-
mica a mano con una decoración propia de ese periodo.
En época celtíbera el enclave volverá a ser ocupado
por un pequeño poblado, del que todavía queda constan-
cia del mismo en una de las murallas del actual castillo,
con unos bloques de piedra de gran tamaño, que nos re-
cuerdan a los de esas murallas ciclópeas, tan característi-
cas en otros yacimientos celtíberos del entorno, como
Torre Gabasa en la cercana localidad de Ojos Negros.
Con la presencia musulmana se desarrollará un nuevo
poblado en el siglo XI, que con toda probabilidad necesi-
taría de una pequeña fortaleza que les sirviera de protec-
ción. Esta será la fortaleza que conquistará Ramón Be-
renguer IV para el Reino de Aragón y a partir de entonces
comenzará la verdadera construcción de lo que hoy co-
nocemos como castillo de Peracense, hasta que quede
conformado definitivamente en el siglo XV.
Vista general del castillo de Peracense desde el mirador accesible.
PATRIMONIO / ARAGÓN
Acrótera Gestión del Patrimonio
La unión de las casas reales de Castilla y Aragón su-
pondrá que la mayoría de los castillos de frontera, como
es el caso del de Peracense, cuya función principal era
vigilar el paso sobre el que se asientan, dejen de utilizar-
se y a la par de mantenerse. Pero esto no ocurre con es-
ta fortaleza, porque además de castillo también sirvió de
prisión de la Comunidad. En este lugar según Ordinacio-
nes de 1471 se podrían encarcelar:
• A los que no pagaren la pecha establecida.
• A los que vendieren inmuebles sin el correspondiente
permiso.
• A quienes tomaran partido en banderías armadas.
• A quienes establecieran desafíos.
• A los que desobedecieren a los oficiales de la comuni-
dad.
• A quienes prestaran dinero a los concejos sin autoriza-
ción superior.
Pero llegará el momento en el que el castillo también
dejará de utilizarse para este uso carcelario, comenzando
entonces un deterioro imparable hasta que, en el siglo
XIX, en el transcurso de la primera Guerra Carlista, este
edificio vuelva a ser utilizado por parte de un destaca-
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 30
mento del ejército liberal. En estos momentos se reali-
zan arreglos puntuales y pequeñas modificaciones, que
permitirán que el castillo llegue en relativas buenas con-
diciones hasta el siglo XX, a pesar de ser atacado hasta
en dos ocasiones por las tropas carlistas.
El cierre de las cercanas minas de Sierra Menera su-
pondrá que, en la búsqueda de trabajo para los mineros
que se iban a quedar en el paro, se pensase en la posibi-
lidad de restaurar el castillo de Peracense. Los trabajos
más importantes se desarrollaron en los años 1987 a
1990, pero eso fue solo el comienzo de una labor conti-
nuada de rehabilitación de la fortaleza, en la que se res-
petaron todos los periodos históricos de la misma, hasta
llegar al estado en el que se encuentra en la actualidad.
Hoy el castillo dispone, como en los últimos momen-
tos de la Edad Media, de tres recintos. El inferior era el
destinado a albergar a la población y al ganado, que no
es que residieran en este lugar, ya que la aldea se encon-
traba en la ladera del propio castillo, pero sí que venían
30 aquí a protegerse en caso de peligro. El recinto interme-
Muralla junto al foso.
Recreación histórica realizada en el interior del castillo.
dio, era la residencia de los soldados, conservando en la
actualidad su vivienda, su cocina y el cuerpo de guardia,
además de la pequeña capilla y parte de los espacios
destinados a calabozos. El superior era la residencia del
alcaide o gobernante del castillo. Este era nombrado por
la Comunidad de Aldeas de Daroca, que en definitiva era
la propietaria de la fortaleza y disponía de las pagas, ali-
mentos y armas necesarios para el buen funcionamiento
del recinto. Pero si algo llama la atención de la fortaleza
es el conjunto de aljibes dispuestos a lo largo del castillo,
que recogen el agua de lluvia, para el abastecimiento de
hombres y animales.
Entre las actividades que se realizan a lo largo del año
destaca la recreación medieval del primer fin de semana
de agosto, con la presencia de un numeroso grupo de re-
creadores. Esto se complementa con la exposición “Bajo
Asedio”, conformada por 17 armas a tamaño real distri-
buidas entre los dos primeros recintos y que forman par-
te ya de la panorámica del castillo. Los diferentes tipos
de visitas (interpretativas, nocturnas, teatralizadas, histo-
riadas…), la contemplación de estrellas, o los talleres pa-
ra niños y familias son otras de las actividades que pue-
den realizarse en la actualidad, principalmente en el pe-
riodo estival.
Visitar Peracense es trasladarse en el tiempo a un es-
pectacular castillo, asentado sobre un promontorio de
arenisca roja, denominada rodeno, con la que se enmas-
cara y llega a confundirse. Pero esa confusión no impide
poder contemplar el paisaje rojizo, oler esa estepa, oír la
gran cantidad de aves que nos rodean y admirar esa gran
fortaleza, que se erige defensora de ese territorio, del
que forma parte de una manera ya indisoluble.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 31

PATRIMONIO / ARAGÓN

Iglesia de Santa María la Mayor (Valderrobres). (Fig. 1). Abajo. Humano (costado meridional). (Fig. 2)

GÁRGOLAS DEL BAJO ARAGÓN (III)

VALDERROBRES
Dolores Herrero Ferrio
Doctora en Historia del Arte. www.doloresherrero.com
Fotografías, Jordi Custodio Martí

Iglesia de Santa María la Mayor

E
n la hermosa villa de Valderrobres, pertene-
ciente a la comarca de la Matarraña, en la pro-
vincia de Teruel, comienza nuestro tercer via-
je por el Bajo Aragón en busca de gárgolas.
La primera parada es la iglesia parroquial de
Santa María la Mayor que, junto al castillo construido en-
tre los siglos XIV y XV, componen un soberbio conjunto
arquitectónico (Fig. 1).
La cronología de la iglesia gótica aún no está clara, ya
que hay autores que fechan su construcción a finales del
siglo XIII, otros en la segunda mitad o finales del siglo
XIV, y algunos a mediados del XV. No obstante, al pare-
cer la edificación importante se realizó en el segundo nado de la torre campanario, una arquitectura magnífica
cuarto del siglo XIV. En el siglo XVIII se añadió, adosada dentro de la villa. Fue declarada Bien de Interés Cultural-
al ábside, la sacristía. En el siglo XIX, debido a filtraciones Monumento, por el Real Decreto de 22 de diciembre de
de agua, se originó el hundimiento del tejado y parte de 1982 del Ministerio de Cultura.
los pies, lo que motivó unas reformas cruciales. Poste- Dentro de la escultura monumental de la iglesia, y jun-
riormente, en los siglos XX y XXI tuvieron lugar diversas to a los decorativos y fantásticos canecillos que rodean la
restauraciones. La iglesia es sólida, tiene aspecto de for- zona alta de la misma, tenemos las fabulosas y sorpren-
taleza con los contrafuertes exteriores y el remate alme- dentes gárgolas. 31
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 32
León (costado meridional). (Fig. 3)
Carnero (torre). (Fig. 5)
Carnero (torre). (Fig. 6)
32 Carnero (torre). (Fig. 7)
Carnero (torre). (Fig. 4)
Comenzamos por el costado meridional donde hay una
figura humana con cabello ondulado, vestido abotonado
en el torso y mangas, y con las manos colocadas a lo lar-
go del cuerpo. Los rasgos de la cara, aunque esquemáti-
cos, son enormes, sobre todo la boca con labios gruesos.
Es una figura ancha y robusta (Fig. 2). También vemos la
figura de un león con larga melena y cola que sobresale
(Fig. 3). El león es el animal más representado en las gár-
golas. Se trata del rey de los animales terrestres, adopta-
do por la iconografía cristiana, León de la Tribu de Judá,
símbolo de Cristo. Se dice que nunca cierra los ojos, in-
cluso cuando duerme, con lo cual es también emblema
de vigilancia. En otros casos, aunque es poco habitual,
aparece el león con un significado negativo y se presenta
como símbolo de soberbia o del anticristo, o bien como
león rugiente o demonio que arrebata las almas.
En la torre, y situadas en cada vértice del octógono, ve-
mos gárgolas interesantes, no obstante, algunas de ellas
han desaparecido. Tenemos un carnero con grandes
cuernos enroscados y dobles pezuñas (Fig. 4). También
vemos tres figuras que, aunque desgastadas como para
apreciar con exactitud su tipología y detalles, son igual-
mente destacables iconográficamente. Podrían ser car-
neros, ya que aparentemente tienen grandes cuernos
enroscados; sin embargo, también podría tratarse de ore-
jas hacia atrás; tienen barba y una de ellas dobles pezu-
ñas (Figs. 5, 6 y 7). La última de la torre es un perro (Fig.
8). El perro es uno de los animales más representados
en las gárgolas. Es ejemplo de lealtad y vigilancia, protec-
tor de las casas y sus habitantes. Aunque la Edad Media
recuperó el simbolismo del perro como amigo fiel del
hombre, hay textos medievales donde aparece como
símbolo de algunos vicios y pecados, como la envidia, y
el Libro de los Enxiemplos (siglo XIV) lo muestra como la
personificación de los hipócritas, lisonjeros e ingratos.
Estas gárgolas de la torre son figuras naturalistas y re-
cuerdan a los animales que decoran las agujas de las to-
rres de la catedral de Burgos.
Hacia la cabecera hay una gárgola magnífica. Aunque
de cabeza perruna, bien podría tratarse de un león, ya
que posee una abundante melena. Nuevamente vemos
rasgos enormes (orejas, ojos, boca con dientes) y mues-
tra los genitales. En las gárgolas, a veces vemos miem-
bros exageradamente grandes, tanto en la cabeza como
en el cuerpo (nariz, orejas, falo…). De hecho, la nariz era
considerada como símbolo fálico en el grotesco de la An-
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 33

PATRIMONIO / ARAGÓN

Perro (torre). (Fig. 8) León (cabecera). (Fig. 9)

tigüedad y la Edad Media. Siendo de labra sencilla y es-

quemática, se trata de una figura soberbia (Fig. 9). A su
lado, hay una gárgola de diseño geométrico cilíndrico con
moldura con trazo almenado en la embocadura.
Siguiendo nuestro recorrido por la cabecera, nos en-
contramos con la figura de un águila que agarra con sus
patas un pequeño murciélago, una gárgola realista y de
talla excelente (Fig. 10). El águila, la reina de las aves, es
uno de los animales más representados en las gárgolas.
En Grecia, Plutarco (historiador y filósofo, siglos I-II) nos
dice que el águila es el ministro de Zeus. Luciano (escri-
tor, siglo II) dice que estos pájaros pueden soportar el bri-
llo del sol sin bajar los ojos, simbólicamente esto quiere
decir que pueden contemplar la luz divina. Símbolo cristo- Águila (cabecera). (Fig. 10)
lógico, el águila cuando envejece busca una fuente, des-
pués sube hasta el sol, quemando así sus viejas plumas
y la película que cubre sus turbios ojos, y desciende a la
fuente sumergiéndose tres veces y renueva su juventud.
Así el cristiano debe renovar su fe en la fuente de agua
viva, que es la Palabra de Dios. En el cristianismo, el águi-
la se convirtió tanto en imagen de Jesucristo como de los
fieles, y la fábula en la que recobra su juventud simbolizó
la resurrección del cristiano al igual que la de Cristo. Ade-
más, como sabemos, el águila es el atributo de San Juan
Evangelista y, en un sentido general, representa la inspi-
ración de los evangelios. Sobre su significado negativo, la
imagen del águila fue a veces utilizada para representar a
Satán. Es bien sabido que una de las primeras imágenes
para representar a Cristo fue el pez. De ahí las represen-
taciones de un águila pisando o picoteando un pez para Humano (cabecera). (Fig. 11)
darle un significado demoníaco. Sobre el pequeño mur-
ciélago situado debajo del águila, hay que destacar que,
en las gárgolas es habitual la inclusión de pequeñas cria-
turas que acompañan a la figura principal. En general, es-
tos pequeños acompañantes tienen claramente connota-
ciones negativas y maléficas, tanto por sus gestos y acti-
tudes, como por la posición que ocupan, ya que suelen
situarse en las partes más bajas y “viles” del cuerpo de
la gárgola. El murciélago es un animal vinculado a la sim-
bología demoníaca. Orígenes (siglos II-III) simbolizó al
murciélago como emblema de los herejes. En Poitou
(Francia) hay una leyenda que describe a Satán descen-
diendo con aspecto de murciélago en medio de una dan-
za irreverente donde los bailarines van cayendo heridos
de muerte por el simple roce de las alas. Hay una gárgola
con un magnífico murciélago en la catedral de León. Antropomorfo (cabecera). (Fig. 12) 33
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 34
Antropomorfo (cabecera). (Fig. 13)
Humano (cabecera). (Fig. 14)
También aparece representado en manuscritos (Bestiario
de El Escorial, Bestiario de Oxford), o en sillerías de coro
como en la catedral de Poitiers, del siglo XIII.
La siguiente gárgola es una figura femenina con cabe-
llo largo y lacio, rasgos faciales semejantes a las anterio-
res, con vestido y mangas abotonadas y pies calzados
que sobresalen. Sostiene en sus manos un objeto geo-
métrico decorado con círculos que semeja una pieza de
juego infantil (Fig. 11).
Una pareja de gárgolas de la cabecera destaca por su
estilo y tipología. Son dos imágenes muy originales, de
aspecto antropomorfo y fantasmal. Son prácticamente
iguales y llevan inscripción. Modernas y muy expresionis-
tas, sorprenden al transeúnte por su apariencia terrorífica
(Figs. 12 y 13).
Finalmente, en la zona nordeste, tenemos otra figura
humana, de aspecto femenino, con cabello largo y lacio,
34 vestido con dobladillo, cinturón y pies calzados que aso-
man. Parece apoyar las manos en las rodillas y las faccio-
nes son del mismo tipo que el resto de las figuras huma-
nas (Fig. 14).
Las gárgolas de esta la iglesia son extraordinarias. Des-
taca ante todo el estilo escultórico que las convierte en
únicas y excepcionales. Los rostros de las figuras huma-
nas con sus rasgos faciales de tipo africano, semejan el
arte primitivista de formas y talla sencillas. No obstante,
estamos ante gárgolas rotundas que impresionan al es-
pectador.
Cuando paseas por estos maravillosos pueblos del Bajo
Aragón no solo hallas gárgolas en edificios monumentales
como los que hemos visto, sino que descubres de vez en
cuando otras que sobresalen de los muros de otras cons-
trucciones. Al igual que en La Fresneda y en Torre del
Compte, también vemos caños de desagüe decorados en
el extremo con formas de serpiente o dragón, una orna-
mentación que aparece en algunas gárgolas no solo de Es-
paña (claustro de la catedral de Ciudad Rodrigo), sino de
Europa, como en la catedral de Wawel, en Cracovia (Polo-
nia). Una decoración que ornamenta los necesarios caños
funcionales, un ejemplo de sensibilidad artística.
Finalizamos nuestro viaje por estos pueblos del Bajo
Aragón constatando que estas preciosas villas, su gente,
sus paisajes, sus monumentos y sus gárgolas forman
parte de un patrimonio excepcional cuya belleza y encan-
to no pasan desapercibidos.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
BAJTIN, M., La cultura popular en la Edad Media y en el Renaci-
miento. El contexto de François Rabelais, Madrid, Alianza Editorial,
S. A., 1990.
CHARBONNEAU-LASSAY, L., El bestiario de Cristo. El simbolis-
mo animal en la Antigüedad y la Edad Media, vols. I y II, Palma de
Mallorca, José J. de Olañeta, Editor, 1997.
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GRIVOT, D., Le diable dans la cathedrale, París, Editions Morel,
1960.
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medieval”, revista de Iconografía Medieval, vol. VIII, nº 16, 2016,
pp. 67-99, e-ISSN: 2254-853X.
LOMBA SERRANO, C., La Casa Consistorial en Aragón. Siglos
XVI y XVII, Zaragoza, Diputación General de Aragón, Departamento
de Cultura y Educación, D. L., 1989.
MATEO GÓMEZ, I., Temas profanos en la escultura gótica espa-
ñola. Las sillerías de coro, Madrid, Consejo Superior de Investigacio-
nes Científicas, Instituto Diego Velázquez, 1979.
PINEDO, R. de, El simbolismo en la escultura medieval española,
Madrid, Espasa-Calpe, S. A., 1930.
REBOLD BENTON, J., Holy Terrors. Gargoyles on medieval buil-
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SIURANA ROGLÁN, M., La arquitectura gótica religiosa en el Ba-
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Excma. Diputación Provincial de Teruel, 1982.
MALAXECHEVERRÍA, I., Bestiario medieval, edición y traducción
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MARIÑO FERRO, X. R., El simbolismo animal. Creencias y signi-
ficados en la cultura occidental, Madrid, Ediciones Encuentro, 1996.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 35

PATRIMONIO / ARAGÓN

Vista de la puerta oriental de

las Escuelas Mayores.
Universidad de Salamanca.
Detalle de la puerta oriental
con las armas
de Benedicto XIII.

EL PAPA LUNA,
VERDADERO ARTÍFICE
DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
(Con motivo de los ochocientos años de su fundación)

Texto y fotos, Antonio Envid Miñana

M
ediados de septiembre, todavía quedan
unos días de verano y no ha comenzado
el curso; sin embargo, las plazas y calles
de Salamanca ya se ven invadidas por
una bulliciosa y alegre multitud de jóve-
nes estudiantes, que celebran el buen tiempo y gozan
del ocio previo a la apertura del curso. Toda la ciudad co-
mulga con esta joie de vivre, una ciudad cuya vida gira en
gran medida en torno a su Universidad, por la que es co-
nocida en todo el mundo.
Ahora se cumplen ochocientos años desde la funda-
ción en 1218 por el rey leonés Alfonso IX de un Estudio
General en Salamanca, génesis de lo que sería más tarde
su prestigiosa Universidad, y motivo por el que se la con-
sidera la primera de España y una de las más antiguas de
Europa.1 La efeméride se ha celebrado con numerosos
actos, alguno de ellos con la presencia de los reyes, pero
echamos en falta la puesta de relieve del destacado pa-
pel que en el salvamento y consolidación de la Universi-
dad salmanticense jugó el aragonés papa Luna.
La irrupción de las universidades en la Edad Media, al
decir de Jacques Le Goff, supuso la apertura de la cultura
a los ciudadanos, que hasta entonces estaba encerrada
en los monasterios, y la ruptura del monopolio monacal.
Reyes y municipios se afanan por prestigiar sus burgos
atrayendo hacia ellos a maestros y estudiantes, fundando
estudios generales y universidades, aunque debían con-
tar con el patronazgo de la iglesia, pues era quien conce-
día la venia docendi. Siguiendo estas pautas, el Estudio
salmantino quedó definitivamente erigido en Universidad

1
El Studium Generale de Palencia fue anterior, pero tuvo una efímera existencia. 35
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 36
Tabla que representa a Benedicto XIII de la iglesia parroquial de Paniza.
La tabla está en malas condiciones, tal como revela la foto, y se encuentra
en proceso de restauración, pero es interesante ya que no hay apenas retra-
tos del papa Luna en Aragón.
con la carta de Alfonso X el Sabio de 1254, que la coloca
bajo la autoridad del obispo, y la bula de confirmación del
papa Alejandro IV del siguiente año.
No obstante, los primeros tiempos de esta universidad
debieron ser poco activos a juzgar por lo que afirma su
historiador Alberto Jiménez, quien asegura que en 1305
estuvo “cerca de su ruina”. El restaurador y de hecho
verdadero fundador de la Universidad de Salamanca, en
opinión del profesor Lewis J. Hutton, fue el aragonés Pe-
dro de Luna, que luego sería elevado a la sede pontificia
con el nombre de Benedicto XIII: “Él mismo estudió en
Salamanca -dice-. Su ayuda empezó en 1381 cuando lle-
gó como legado del papa Clemente VII y “Visitador” de
la Universidad. El hecho principal de este año fue el esta-
blecimiento de tres cátedras de teología, la ciencia de
más importancia de aquella época y que le había permiti-
do a la Universidad de París el dominio casi total del pen-
samiento católico y a través del pensamiento, de los po-
deres civiles y eclesiásticos”. Pedro de Luna completaría
sus estudios doctorándose en la Universidad de Montpe-
llier.Como se sabe, Clemente VII inaugura el denomina-
do Cisma de Occidente y para asegurarse la obediencia
36 de los países de la península ibérica nombró al cardenal
Vista de Salamanca.
Pedro de Luna legado apostólico para los reinos de Por-
tugal, Castilla, Navarra y Aragón. El éxito del cardenal ara-
gonés en su empresa fue completo.
Cuando más tarde, elevado al solio pontificio de Avig-
non, es ya papa, Benedicto XIII otorga en 1412 a la uni-
versidad salmanticense una prolija constitución donde se
reglamentan minuciosamente los cargos de la institución,
las cátedras y su provisión, las rentas de que ha de gozar,
los salarios, la manera de colación de grados, etc. Como
nos informa Hutton, “A partir de 1412 la universidad sala-
mantina contaba con seis cátedras de cánones, cuatro de
jurisprudencia, tres de teología, una de astronomía, tres
de lenguas (griega, hebrea y árabe), dos de medicina, dos
de filosofía natural y moral, dos de lógica, una de retórica
y dos de gramática”. Además del cariño personal que el
pontífice pudiera sentir por su antigua universidad, le mo-
vió a engrandecerla las tirantes relaciones que mantenía
con la Universidad de París, que le presionaba para que
dimitiera como modo de resolver el conflicto de la exis-
tencia de dos papas; así que trabajó para que la de Sala-
manca fuera considerada como una alternativa a la univer-
sidad francesa. Es de señalar que uno de los actos del pri-
mer pontífice indiscutido, Martin V, que puso fin a la anó-
mala situación de la iglesia (llegaron a coexistir tres pa-
pas), fue confirmar y actualizar las constituciones otorga-
das a Salamanca por Benedicto XIII.
Benedicto XIII no solo se preocupó de otorgar estatu-
tos jurídicos a la Universidad d Salamanca, sino que se
empleó en dotarla de los edificios precisos para albergar-
la, pues hasta su intervención esta no contaba con insta-
laciones propias y las clases se daban en dependencias
alquiladas, bien en el convento de los agustinos, bien en
el claustro de la propia catedral. El papa impulsó la com-
pra de los primeros solares, y en la constitución de 1412
obliga a la construcción de las denominadas Escuelas
Mayores, una de las joyas de las que se enorgullece la
ciudad, sobre todo su “puerta rica”. En una de las entra-
das a este edificio, la Universidad de Salamanca tributa
un homenaje a nuestro papa exhibiendo las armas del
pontífice.
BIBLIOGRAFÍA
LE GOFF, Jacques, Los intelectuales de la Edad Media, Editorial
Gedisa, 1996.
JIMÉNEZ, Alberto, Historia de la universidad española, Madrid,
Alianza, 1971,
HUTTON, Lewis J., Don Pedro de Luna (1328-1423), habilitador
del Renacimiento en España, www.cervantesvirtual.com.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 37
Fray Manuel Bayeu, El santo entierro, ca. 1770-1775. Colección particular. Es boceto preparatorio para una de las escenas del ciclo
de la Pasión de Cristo pintadas en la iglesia de la cartuja de Nª Sª de las Fuentes. Foto cortesía de la Galerie Descours, Lyon.
Fray Manuel Bayeu
se reencuentra con Huesca
ntre los meses de julio y noviembre de 2018
E pudo visitarse en las salas de la Diputación
Provincial de Huesca una exposición mono-
gráfica dedicada al pintor fray Manuel Bayeu y
Subías, hermano del célebre Francisco Bayeu
y cuñado del universal Francisco de Goya. No obedecía a
ningún destacado aniversario pero sí se sumaba a un
acontecimiento de mayor relevancia que tuvo lugar en
2015: la adquisición de la cartuja de Nª Sª de las Fuentes
por la diputación oscense, a la cual ya ha dedicado nota-
bles esfuerzos inversores. La revalorización de este mo-
nasterio, situado en el corazón de la comarca de los Mo-
negros, está estrechamente ligada a la evocación de fray
Manuel por cuanto sus muros y bóvedas acogen el prin-
cipal legado pictórico del artista. El título de la exposi-
ción, Fray Manuel Bayeu, cartujo, pintor y testigo de su
tiempo, resumía el propósito de mostrarnos las variadas
facetas que ofrece su personalidad.
PATRIMONIO / ARAGÓN
José Ignacio Calvo Ruata
No podemos aportar testimonios concretos del paso
del cartujo Bayeu por la capital del Alto Aragón, pero la
sustancial producción que dejó en su catedral es indicio
racional de que anduvo algunas temporadas por ella. No
quedaba muy lejos de la cartuja de Nª Sª de las Fuentes,
a unas diez leguas, poco más de 50 km. Además, el mo-
nasterio pertenecía a la circunscripción de la diócesis de
Huesca. Por los aconteceres de su gobierno se mostraba
interesado fray Manuel cuando en 1775 urgía a Martín
Zapater, íntimo amigo de Goya pero también buen amigo
de los Bayeu, a que le informara de si había novedades
sobre quién iba a suceder en la mitra al obispo reciente-
mente fallecido Antonio Sánchez Sardinero. Fue designa-
do Pascual López Estaún, durante cuya prelatura se en-
comendó a fray Manuel pintar tres cuadros de altar para
la catedral oscense. Uno de ellos, el lienzo titular del reta-
blo de la capilla de San Andrés, cuya reforma fue promo-
vida por este obispo para ser allí enterrado. La arquitectu- 37
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 38

Fray Manuel Bayeu, Inmaculada Concepción, ca. 1797. Catedral de Huesca. Dotada de un magnífico marco neoclásico
cuyos motivos ornamentales son prolongación de la simbología mariana que contiene la pintura. Foto José Coarasa,
38 cortesía de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:07 Página 39
Fray Manuel Bayeu, Autorretrato, ca. 1762-1765. Colección particular.
Hecho en sus primeros años de religioso en la Cartuja de Nª Sª de la Fuen-
tes, con hábito cartujano, barba todavía poco crecida y denotando su con-
dición de artista a través de la ilustración sugerida en el libro. Foto Rosa
Fernández, cortesía de la Diputación Provincial de Huesca.
ra del retablo marmóreo quedó en manos del cantero Jo-
aquín Insausti. Participó además en la dotación artística
de la capilla el pintor de Huesca Luis Muñoz, discípulo de
Manuel Bayeu. Pintó Muñoz dos grandes lienzos para las
paredes laterales con pasajes de la vida del apóstol An-
drés que delatan abiertamente la estrecha dependencia
artística respecto de su maestro. El lienzo de san Andrés,
una de las obras más espectaculares de Bayeu, formó
parte de la exposición, al igual que una Inmaculada proce-
dente de la sacristía del mismo templo, dotada de magní-
fico marco neoclásico. La Escuela Superior de Conserva-
ción y Restauración de Bienes Culturales de Aragón, radi-
cada en Huesca, asumió las intervenciones que esta In-
maculada merecía para exhibirse con esplendor. Más de
dos siglos después de que fray Manuel Bayeu acometiera
aquellos trabajos, el pintor y la ciudad de Huesca han
vuelto a encontrarse merced a la reciente exposición.
La fecundidad creativa distinguió a nuestro artista. La
catedral de Jaca es otro de los lugares más significados
por su obra, donde no solo actuó como pintor sino tam-
bién como arquitecto. En 1791, a instancias del cabildo
jacetano, hizo las trazas para erigir un nuevo ábside ma-
yor que habría de sustituir al primitivo románico, tenido
por los canónigos como un espacio angosto que no satis-
facía su mentalidad dieciochesca. No eran muy dados a
estimar el vetusto estilo románico. Un año después la ca-
tedral contaba con el nuevo ábside, más profundo y dota-
do de una cúpula en la que fray Manuel representó la
gloria de san Pedro, titular del templo. También decoró
PATRIMONIO / ARAGÓN
Cartel anunciador de la exposición.
las pechinas y los muros. Por fortuna se han conservado
todos los bocetos preparatorios del pintor. Una buena re-
presentación de ellos viajó a la exposición, donde una si-
lenciosa panorámica grabada en vídeo permitía confron-
tar estos pequeños estudios preparatorios con su desa-
rrollo mural a gran escala. Al igual que en Jaca, Bayeu
debió de realizar numerosos bocetos previos a las pintu-
ras murales de la cartuja de las Fuentes, aunque son
muy pocos los conservados. Cuatro escenas de la vida
de la Virgen (Casa Ric, de Fonz) y un san Bruno en la glo-
ria (colección particular) sirvieron en la exposición de bo-
tón de muestra. Una vez más el recurso al vídeo permitía
al visitante localizar visualmente las mismas escenas am-
pliadas en la cartuja, en sus respectivas capillas de la
Asunción de la Virgen y de San Bruno.
No es posible resumir en estas breves líneas muchos
otros aspectos que brinda la fértil biografía de Manuel
Bayeu y que la exposición pretendía abordar, desde su
formación a la sombra de su hermano mayor Francisco,
en contacto además con pintores de más edad como Jo-
sé Luzán o Braulio Gonzáles, y en contacto también de
otros artistas jóvenes como Francisco de Goya, Manuel
Eraso y Diego Gutiérrez, hasta el sugerente episodio del
viaje a Mallorca que hizo en las postrimerías de su vida
para pintar en la cartuja de Valldemosa. En la isla mantu-
vo una afectuosa relación con Gaspar Melchor de Jove-
llanos, por entonces confinado en el castillo de Bellver a
consecuencia de los designios, cada vez más reacciona-
rios, del gobierno de Carlos IV. Ser pintor le dio a Bayeu
más libertad de movimiento de lo que era habitual para
un fraile lego de la estricta congregación a la que perte-
39
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 40
Fray Manuel Bayeu, San Andrés, ca. 1788-1792. Catedral de Huesca. Es el lienzo
único del retablo de la capilla de san Andrés de la catedral de Huesca, que mandó re-
novar el obispo Pascual López Estaún para ser allí enterrado. Foto Javier Broto, cor-
tesía de la Diputación Provincial de Huesca.
necía. En el monasterio de Sijena representó una galería
de retratos de prioras, encargo que seguramente le sirvió
de puente para hacer muy buena amistad con los Ric de
Fonz (Huesca). Miguel Esteban Ric, barón de Valdeolivos
y cabeza de la familia, era hermano de la priora sijenense
Mª Francisca. Trabajó también en la cartuja de Scala Dei,
la más antigua de España, situada en la provincia de Ta-
rragona. Se llegó por entonces hasta Barcelona, donde
conoció al grabador Pascual Pere de Moles, director de la
escuela de dibujo de la Lonja. En 1797 Moles se suicidó
arrojándose desde la ventana de esa escuela, noticia que
afectó mucho al ánimo de fray Manuel.
Si una faceta biográfica destaca por encima de otras es
la prolongada amistad que mantuvo con Martín Zapater,
rico mercader y prohombre zaragozano. Testimonio de
ello son sesenta y cinco cartas conservadas en el Museo
del Prado que el cartujo le escribió de su puño y letra, do-
ce de las cuales viajaron a Huesca. Es un epistolario que
delata el talante campechano y emprendedor de fray Ma-
nuel, a pesar de que fuera crónico paciente de malaria.
Inquieto siempre por saber lo que acontecía en el mun-
do, pedía a Zapater noticias de sucesos y guerras, a la
par que despachaba con él diversos asuntos de carácter
cotidiano dentro de un clima de confianza y afecto. Hu-
biera sido un timbre de honor para la exposición contar
con la presencia del retrato que Goya le hizo a Zapater en
1790 (Museo de Arte de Ponce, Puerto Rico). Motivos in-
salvables no lo permitieron, aunque su recuerdo queda
próximo para todos aquellos que pudieron contemplarlo
en la exposición “Goya y la corte ilustrada” (CaixaForum
40 de Zaragoza y Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2017-
Fray Manuel Bayeu, Gloria de san Bruno, ca. 1790-1796. Colec-
ción particular. Es boceto preparatorio para la pintura que preside
la capilla de san Bruno en la cartuja de Nª Sª de las Fuentes. Foto
Isaac González.
2018). Al menos sí que estuvo presente el retrato de
Juan Martín de Goicoechea (Museo de Zaragoza), que
puede considerarse pareja del de Zapater. Goya los em-
pezó a pintar en señal de afecto a ambos durante el viaje
de asueto que hizo a Zaragoza en octubre de 1790. Goi-
coechea y Zapater fueron personas de reconocido presti-
gio en Zaragoza, entre otros motivos por haber adelanta-
do crecidas sumas de dinero para que la ciudad hiciera
frente a la grave carestía de abastecimientos que se pro-
dujo en 1789. En recompensa por ello, Zapater recibió el
título de noble de Aragón y a Goicoechea le fue concedi-
da la cruz pequeña de la Orden de Carlos III, con la que
posa en el retrato hecho por Goya. Manuel Bayeu no tar-
dó en felicitarles: “He sabido, con singular regozijo mío,
la gracia que le a echo nuestro Rey de noble de Aragón
[…] Tanbién he celebrado la gracia de la cruz de San Car-
los en el señor don Martín Goycochea…”.
Fray Manuel Bayeu quiso dejarnos memoria perma-
nente de su efigie a través de varios autorretratos, po-
sando siempre con ceño fruncido, barba de hermano le-
go y hábito cartujano. En una composición más amplia,
en la que él junto con otros cartujos se acogen a la pro-
tección de la Virgen María (Museo de Huesca), posa ade-
más con paleta y pinceles para ponernos de manifiesto
su condición tanto de religioso como de pintor. Junto
con esta pintura figuraron además en la exposición un
autorretrato de solo el rostro (Vilafranca del Penedés,
Vinseum) y otro miniaturesco que pudo pertenecer al
ámbito familiar de los Bayeu (Madrid, colección particu-
lar). Estos semblantes nos han dejado un recuerdo bien
humano del personaje.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 41
Pavimento de San Ramón de Belarra. Imagen cedida por Amigos del Serrablo.
El pavimento histórico de San Ramón de Belarra.
Su conservación-restauración y puesta en valor
Amara Carvajal Pérez, investigadora y conservadora de patrimonio
L
os suelos de canto rodado son una joya escon-
dida. Aparecen en nuestros caminos, casas y
templos. En cruces de caminos, en esconjura-
deros, en lugares emblemáticos, en distintos
remates y detalles de la arquitectura popular.
Construidos con la delicadeza y dedicación de un ebanis-
ta o un pintor representan un universo mágico, cosmogo-
nía y simbolismo popular.
En 2006 se comenzaron las tareas de conservación-
restauración de la iglesia de San Ramón nonato de Bela-
rra (Huesca), una pequeña parroquia localizada en un nú-
cleo del Pirineo aragonés. Gracias a la colaboración e im-
pulso de diferentes personas e instituciones, entre ellas
la asociación de Amigos del Serrablo, se propuso dar im-
PATRIMONIO / ARAGÓN
www.amaracarvajal.com
pulso a este tipo de pavimentos históricos relegados al
abandono y el olvido. Esta fue la primera acción de con-
servación de pavimentos de ruejo o canto rodado realiza-
dos en el Alto Aragón, con la que no solo se pretendía
restaurar la estructura del suelo sino también poner el
valor, investigar y profundizar sobre sus técnicas y esta-
blecer sobre la práctica un modelo y criterio de interven-
ción. En este marco, y gracias al interés del etnógrafo
Eugenio Monesma y la editorial Pyrene también se pudo
documentar y filmar parte de la intervención.
La mayor parte de los suelos de este tipo se conser-
van con criterio arqueológico y, en algunos casos, como
fue el de Belarra, se restauran recobrando su funcionali-
dad estética y estructural. Desgraciadamente, por falta 41
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 42

San Bartolomé de Gavín. Imagen cedida por Amigos del Serrablo.

42
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 43
Yésero. Imagen cedida por Amigos del Serrablo.
de criterios y personal cualificado, frecuentemente han
sido intervenidos con metodologías o utilizando produc-
tos que les han hecho más daño que bien, como por
ejemplo la consolidación o estabilización con morteros
de cemento.
La iglesia de Belarra presenta uno de los suelos comple-
tos de canto rodado, de gran elaboración, simbolismo y
complejidad técnica más bellos del Alto Aragón. Está
construido con piedras de tamaño mediano, de la misma
tonalidad y colocadas de canto, conformando un relleno en
espiga que delimita y dibuja cada una de las geometrías.
En el Alto Aragón se conocen y existen otros muchos
suelos con tipología similar, como el de Yésero, el de
San Bartolomé de Gavín, Satué, Laguarta, Iguacel o el de
Rapún, por dar algunos ejemplos, pero no hay un inven-
tario ni general ni específico local que los registre y cata-
logue adecuadamente. Tampoco se han consensuado, ni
desarrollado, criterios de intervención y fórmulas de pro-
tección generales y específicas hoy por hoy en patrimo-
nio. De hecho, aún hoy están en la lista de declararse
Bien de Interés Cultural.
Es de destacar la enorme similitud tipológica que se
observa entre los suelos localizados en Cataluña, Aragón
o Navarra, o en otros lugares de la península, como Cas-
tilla y León o la Rioja.
PATRIMONIO / ARAGÓN
En realidad, poco se sabe de la construcción de este ti-
po de suelos con guijarros. La mayor parte de la informa-
ción proviene de la transmisión oral, de lo que recuerdan
la gente de los pueblos y, también, de las evidencias fo-
tográficas y de la escasa documentación que puede en-
contrarse en los registros parroquiales.
La observación de estos pavimentos nos muestra que
el constructor no utiliza solo como recurso artístico las di-
mensiones del material local del que dispone (piedras
más redondeadas, piedras más angulosas, losas…) sino
que también utiliza como recurso la propia combinación
de los tonos de las piedras. Hay piedras con más óxidos
de hierro, hay piedras más blancas o más oscuras, con
otro tipo de minerales. Las piedras se extraen del entor-
no, de ríos y barrancos cercanos. Se cree que eran cua-
drillas itinerantes que realizaban los trabajos núcleo por
núcleo. Esto podría dar respuesta a la similitud tipológica
de muchos de los suelos, por su forma constructiva y
por la repetición de determinados símbolos y formas.
Inicialmente, los suelos de canto rodado que se cons-
truían en las plantas bajas de las casas (lugar que corres-
pondía a la cuadra normalmente en el Alto Aragón), y co-
mo alternativa al otro uso tradicional de la losa como ma-
terial constructivo para pavimentación, eran guijarros más
gruesos y algo más toscos. Esto es porque la función 43
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 44
Satué. Dibujo realizado por Amara Carvajal Pérez.
principal de este suelo era sostener a las caballerías y al
ganado, una forma de mantener y cuidar a los animales
(evacuar las aguas, no embarrar el terreno, etc). Es más
frecuente encontrar los suelos de canto rodado más ela-
borados en zaguanes o entradas y en las primeras plantas
de los edificios, salones o salas principales. Muchos de
estos suelos se han perdido, y es imposible documentar-
los debido a que tras la despoblación rural de principios
del siglo pasado gran parte de estas viviendas se han ve-
nido abajo, especialmente las primeras y segundas plan-
tas. Sí se pudieron documentar algunos de estos suelos
en el Alto Aragón, así como representarlos con dibujos,
gracias, sobre todo, a la labor y esfuerzo de diferentes
personas, entre ellas Julio Gavín y Enrique Satué.
Para comprender la construcción de estos suelos es in-
teresante plantearse sus posibles influencias. Desde un
punto de vista artístico, los pavimentos históricos tienen
44
San Ramón de Belarra. Fotografía, Elena Parra Navarro.
una clara influencia de los mosaicos de la época clásica.
Unos ejemplos destacables en los que observamos cla-
ras influencias fuera de la península son el suelo de Top-
kapi Palace, en Estambul (Turquía), el del santuario della
Madonna di Custonaci en Sicilia (Italia), o el de la casa de
Dionisos en el museo Arqueológico de Pella (Italia) del
300 a. C. Es también significativo que el suelo del ágora
del sitio arqueológico de Kourion, en Chipre, de época
helenística, ya presenta formas de hexafolias y formas
geométricas muy utilizadas especialmente en los suelos
de canto rodado de Cataluña, Aragón y Navarra.
Durante estos últimos años hemos trabajado mucho
intentando rescatar y poner en valor estos pavimentos,
ya que no pueden quedar en el olvido ni fuera de una fi-
gura de protección jurídica. Se han realizado campos de
trabajo y se mostraron, en las Jornadas Europeas de Pa-
trimonio en año 2016, en Navarra, en colaboración con la
Institución Príncipe de Viana, técnicas de recuperación.
En qué momento se empezaron a construir estos sue-
los con guijarros, las influencias exactas y por qué, si-
guen siendo preguntas que, hoy por hoy, todavía son un
misterio. La experiencia, a través de su estudio, conser-
vación y rehabilitación, nos dice que es una labor porme-
norizada, que requiere de habilidad, paciencia y conoci-
miento geométrico. Pero, sobre todo, representan un
símbolo, un espacio y un legado humano y cultural digno
de conservarse.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 45

PATRIMONIO / ARAGÓN

Vista general del testero. Foto, Mercedes Núñez Motilva.

Vista general del muro del hejal, luego testero de la ermita.
Encuadre del arón ha-qodes.

NUEVOS HALLAZGOS EN LA
SINAGOGA DE HÍJAR (TERUEL)
José Fco. Casabona Sebastián, historiador del arte y arqueólogo
y Encarna Ripollés Adelantado, restauradora

H
ace unos años, los trabajos de investiga- Con la realización de un programa de catas murales en
ción documental corroboraron lo que la el año 2018, y una nueva investigación adicional, se han
tradición oral sugería: la ermita de San An- podido completar aspectos tanto sobre la decoración del
tón de Híjar corresponde a la antigua sina- conjunto como su evolución decorativa y estructural pos-
goga.1 Posteriormente, en el año 2016, la terior.3
excavación arqueológica de Antonio Hernández2 permitía El punto de partida documental es la licencia concedida
identificar el espacio de la bimah de la sinagoga, dejando por el arzobispo de Zaragoza García Fernández de Here-
pocas dudas sobre su identificación. dia, en 1410, al representante de la aljama Açach Chinie-
1
BLASCO MARTINEZ, A., “Las juderías de Aragón: datos de los últimos diez años”, Ana María López y Ricardo Benito (coord.), Ju-
derías y sinagogas de la Sefarad Medieval, Curso de cultura Hispano-judío y sefardí, Toledo, septiembre de 2001, pp. 189-228 MOTIS
DOLADER, M.A. (2002): “La sinagoga de Híjar”, Rujiar. Miscelánea del Centro de Estudios Híjaranos, III, pp. 149-159. Las referencias
de este autor al patrimonio judío aragonés desbordan el objeto de este informe. Dentro de la promoción/difusión del patrimonio hebreo
aragonés son numerosos los trabajos publicados y es obligada la referencia al programa Aragón Espacio Sefarad, 2003.
2
HERNANDEZ PARDOS, A., “Tribuna sive theva: estudio preliminar de la sinagoga medieval de Híjar (Teruel)”Rujiar: miscelánea del
Centro de Estudios Bajo Martín, 17, pp 53-82, 2017.
HERNÁNDEZ PARDOS, A., FRANCO CALVO, J.G., “Estudio arqueológico en la iglesia de San Antón (y antigua Sinagoga) de Híjar
(Teruel)” en Congreso Nacional de Arqueología Profesional, Zaragoza, pp.239-248. 2017.
3
Los trabajos han sido financiados por el ISVA y llevados a cabo por la empresa Albarium, S.L, previamente, la Dirección General de
Vivienda y Rehabilitación, con cargo a los fondos FITE, a través de Suelo y Vivienda de Aragón, ejecutó en el año 2016 el Proyecto de
Rehabilitación Estructural. 45
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 46
llo para “reparandi et reformandi dictan sinagogam”, de-
finiendo el carácter de la obra: “faciendi et renovandi tam
in parietibus quod in tecto non tamen opere excessivo
aut in excessum precioso”.
Queda claro que existía una sinagoga anterior, con se-
rios problemas estructurales y que tuvo una importante
reconstrucción, que daría lugar a la configuración del es-
pacio actual con una nave de cuatro tramos separados
mediante arcos diafragma de ladrillo y cubierta de made-
ra (alfarje de tradición mudéjar). Los muros presentan
una gran diferencia de técnicas y materiales que incluyen
los sillares reaprovechados de la primitiva sinagoga o los
encofrados de las obras de la sinagoga del siglo XV, así
como el adobe bajo los arcos de descarga del muro este.
Los refuerzos de ladrillo que ahora definen la imagen ex-
terior del templo corresponderían a las reparaciones or-
denadas en la visita pastoral de 1543, una vez convertida
al culto cristiano en 1517.
La obra fue austera cumpliendo con la licencia, y la de-
coración se concentraba únicamente en el muro del hejal,
en torno al arón ha-qodes, el espacio sagrado donde se
4
Las fotografías fueron realizadas por Antonio Dosset Monzon (1857-1914) y adquiridas por el Instituto de Estudios Turolenses, donde se
conservan. A finales del siglo XIX realizó un importante reportaje del castillo ducal. De este momento también sería la fotografía de la plaza
46 de San Antón con la fachada de la ermita, antes del derribo de la llamada “casa del rabino” y la apertura de la actual puerta.
Proceso de hallazgo de las decoraciones.
Motivos epigráficos hebreos.
San Antón, siglo XVI. Retablo pintado.
Decoración pintada de la sinagoga del
siglo XV.
Fotos, J. Fco. Casabona Sebastián,
Encarna Ripollés Adelantado
y Mercedes Núñez Motilva.
guardaba la torah. Este elemento se conservaba tras un
retablo de los años 50 del siglo XX, consiste en un magní-
fico recuadro rectangular (3,45 m de alto por una anchura
total de 2,20 m) cubierto mediante labores de yeso talla-
do. En los paños frontales predominan los motivos góti-
cos de “vejiga de pez”, mientras que en los ángulos, los
calados vegetales cubrían los espacios. El vano se com-
partimentaba al menos en tres arquillos, de los que solo
se aprecian los arranques. El espacio donde se guardaría
la torah se proyectaba hacia el interior y hemos de supo-
nerle un cierto desarrollo. Estas decoraciones se realizarí-
an a partir de la licencia del año 1410 e inevitablemente
recuerdan a las desaparecidas yeserías del palacio ducal,4
con las que comparten calidad.
Durante la realización de las catas, a la derecha del va-
no, se ha descubierto una cartela epigráfica en hebreo
con grandes letras en negro, sobre ella una gran banda
de decoración polícroma. En el lado opuesto, bajo el reta-
blo pintado de San Antón del siglo XVI, han aparecido
una serie de motivos policromados, todavía pendientes
de delimitar en su totalidad.
El resto de paramentos y arcos se presentan con el
acabado del enlucido de yeso visto en su color, la te-
chumbre, armadura a dos aguas, carece de policromía y
el pavimento original era un sencillo mortero de yeso.
A partir de 1517, ya expulsados los judíos, la sinagoga
se destinó al culto cristiano. En 1543 en visita pastoral se
ordena la pintura del altar del titular, que puede ser el de
san Antón que hoy se conserva a la izquierda del hueco
de la torah, desplazado del eje del testero, quizás la cali-
dad de la decoración tallada y su carácter gótico facilitó
su conservación.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 47
Detalle de la palaciega casa del infanzón y comerciante Miguel Torrero, hoy Colegio de Arquitectos.
En homenaje a Santiago Parra de Mas
ERNANI: o cómo G. Verdi (y V. Hugo) nos recuerdan
cuando Zaragoza fue la capital del mundo
nseparable de Zaragoza es, sin duda, Il Trovatore,
I
la famosísima creación verdiana que transcurre
apasionadamente entre -más o menos inventados-
personajes aragoneses y se cierra trágicamente en
el -también un tanto imaginario- torreón de la Aljafe-
ría al que ha dado justo renombre. A esta ópera, basada
en la célebre obra teatral homónima del chiclanero Anto-
nio García Gutiérrez, le dedicamos, hace ya tiempo, un
artículo en esta misma revista Aragón, donde glosába-
mos la historia de la obra escénica original y su posterior
versión musicalizada por Verdi, así como algunas circuns-
tancias más de esta hoy tan difundida aportación cultural.
No era, sin embargo, ese Trovador, como bien se sabe,
la única partitura que unía al gran operista italiano con lo
aragonés, en general, y con Zaragoza en particular. Unos
pocos años antes de poner en gloriosa solfa las aventuras
del noble seductor Manrique, criado como bandolero y
que morirá a manos del conde de Luna, su propio herma-
no, ya el mismo Verdi había situado, entre los montes de
Aragón y los palacios renacentistas zaragozanos, su exito-
sa versión de otra triunfal obra escénica, el polémico Her-
nani de Víctor Hugo. En efecto, la arriesgada escritura te-
atral de Hugo, saltándose todas las reglas unitarias -de
tiempo, lugar y acción- de la preceptiva del neoclasicismo,
causó una fuerte controversia en su estreno (bautizado,
exageradamente por algunos, como “la batalla de Herna-
HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN
Álvaro Zaldívar Gracia
Fotografías, Iván Rodero Millán
ni”), que tuvo lugar durante la convulsa ante-primavera
francesa de 1830, y con el que se dio entrada oficial al de-
finitivo romanticismo literario (dejando atrás las anticipa-
ciones alemanas e inglesas del tardío setecientos), fecun-
da moda que invadiría todo el mundo culto occidental en
los años inmediatamente posteriores.
De Hernani a Ernani
Muy cuidadoso siempre del valor teatral de la ópera,
en contra de otros compositores que escribían sin pro-
blema unas músicas bellísimas para dramas sin consis-
tencia alguna, Verdi no podía quedar al margen de esa
creación que pasó casi inmediatamente de la crónica pe-
riodística a la historia teatral. Y siguiendo su excepcional
instinto dramático, el operista italiano supo conservar el
brioso corazón de la historia de Hugo, reduciendo perso-
najes y focalizando la atención en las acciones y senti-
mientos básicos de esa primicia y modelo (que ambas
cosas ha sido) del teatro romántico.
En esa complicada tarea (cantar requiere mucho más
tiempo que declamar, y por tanto hay que reducir el más
largo texto teatral para convertirla en canto operístico) le
ayudó -por vez primera- quien terminará siendo uno de
sus principales libretistas, Francesco Maria Piave. Este
poeta veneciano firmaría con Verdi diversos éxitos de 47
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 48
Detalle de la noble casa de Miguel Donlope (realizada entre la tercera y cuarta
décadas del siglo XVI), hoy la actual Real Maestranza de Caballería.
procedencia teatral, como Rigoletto (basado en otra crea-
ción de Hugo, El rey se divierte) y Traviata (recreación de
La dama de las camelias, novela famosa -y luego pieza
teatral- de Dumas), sin olvidar una memorable primera in-
cursión shakesperiana (Macbeth), además de dos excep-
cionales títulos verdianos más, ambos nacidos a partir de
originales del teatro español: Simon Boccanegra (del Si-
món Bocanegra escrito por Antonio García Gutiérrez, el
mismo autor del Trovador) y La Forza del Destino (proce-
dente del famoso Don Álvaro o la fuerza del destino, del
duque de Rivas).
Mano a mano (Verdi progresivamente se convirtió más
en un co-libretista que en el simple musicalizador de los
versos de otros) convirtieron en inolvidables escenas so-
noras las andanzas del bandolero Hernani, en realidad el
noble don Juan de Aragón, enamorado de doña Sol (lla-
mada Elvira en la ópera), una hermosa aristócrata que
ama al proscrito pero a la que pretenden, a la vez, tanto
su tío D. Ruy Gómez de Silva como el jovencísimo don
Carlos, nieto de los Reyes Católicos e hijo de doña Juana
de Castilla y don Felipe de Austria, que está en esas fe-
chas (el vestuario que propone Hugo en su obra es, con
un pequeño desajuste temporal, el propio de la moda cas-
tellana de 1519) transitando por tierras peninsulares -pri-
mero en Castilla y luego en Aragón- para jurar como rey
de los diversos reinos de España.
Ofreciendo en sus obras un marco histórico y geográfi-
48 co a veces poco fiable, no deja de ser significativo -por lo
que tiene de voluntaria evocación- que Hugo explicite en
este caso tanto las misteriosas montañas aragonesas co-
mo una rica y palaciega Zaragoza para situar en ellas la
mayor parte de las diversas acciones de su obra. Peripe-
cias que tendrán un primer final feliz en la hierática leja-
nía de Aquisgrán, cuando D. Carlos, a la sombra del mis-
mísimo Carlomagno, es elegido emperador: investido por
tanto del poder máximo, lo ejercerá precisamente -si-
guiendo modelos clásicos- perdonando a todos, y en
concreto concediendo la mano de su amada Sol a su an-
tes rival, el enamorado don Juan (ante el lógico disgusto
de D. Ruy).
Rechazando ese fácil final feliz (demasiado clasicista:
nos recuerda, entre otros, a la ilustrada moraleja de La
clemencia de Tito, de inolvidable musicalización mozar-
tiana), Hugo no quiere concluir aquí su historia, y román-
ticamente escribe un trágico desenlace para el que re-
gresa nuevamente a las duras tierras de Aragón: justo
antes de las bodas de la pareja, D. Ruy reaparece y toca
el cuerno que el mismo Hernani caballerosamente le ha-
bía dado, cuando fue salvado por Silva, para que lo tañera
cuando quisiera verle muerto. De manera que la tragedia
terminará con el fallecimiento de los dos jóvenes -que
comparten amorosamente el veneno- y el posterior suici-
dio del viejo rencoroso clavándose la daga que él mismo
había ofrecido como alternativa a la pócima. En España
no gustó mucho ese terrible final escénico -que quizás,
para Hugo, era muy propio de ese extremado “honor
castellano”- con los tres protagonistas muertos, y hay
documentos que prueban que en algunas representacio-
nes españolas de la obra de Hugo se terminaba la pieza
con el anterior y ya citado final feliz.
Intermedio modelo de finalización, menos trágico y
más acorde con el gusto internacional y las exigencias de
la censura italiana (no olvidemos que Ernani se estrena
en Venecia en 1844), es el que se refleja el libreto de Pia-
ve, de manera que solo el joven protagonista cumplirá su
palabra y se dará la muerte que le exige Silva al recordar
su juramento y hacer sonar el terrible cuerno. Pero Her-
nani, moribundo, obliga en sus últimas palabras a su pro-
metida a “amarle y vivir”, salvándola de la muerte previs-
ta por el dramaturgo, mientras el viejo Silva, de modo si-
niestro, invoca al “demonio de la venganza”...
A la ópera, curiosamente, se le pusieron menos pegas
que a la obra teatral, quizás porque las pasiones exagera-
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 49
Detalle de la puerta de la después llamada Casa de Huarte en la Calle Dormer (que se hizo entre la primera y la segunda década del siglo XVI),
y es actualmente el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
das son más llevaderas en la lírica. Incluso en algunos lu-
gares se cambió el título -llamándose Il Proscritto, o Elvi-
ra d´Aragona- para separar ambas creaciones, bien por
respeto al original de Hugo, o seguramente para no vin-
cular la nueva y triunfal ópera con la escandalosa obra te-
atral. En España, lugar de la acción, Hernani tuvo sus
más y sus menos, como ya se dijo, mientras que la ópe-
ra Ernani se convirtió de manera inmediata en un enorme
éxito que servirá además de trampolín para el triunfo de-
finitivo de Verdi: con esta creación, escrita a los treinta
años, alcanzaba ya una envidiable madurez y su celebri-
dad saltaba también a toda la América hispana.
Muestra del éxito español de Ernani es la Fantasía so-
bre motivos de esta creación operística que, para piano a
cuatro manos, escribió el pianista y compositor Pedro Al-
béniz, ilustre docente del entonces recién creado Real
Conservatorio de Música de Madrid (antecedente directo
del actual Real Conservatorio Superior de Música), ade-
más de autor del más célebre método pianístico de ese
tiempo y profesor de la entonces joven reina Isabel II.
Sin duda que los ricos y variados temas de la ópera
merecían ese pequeño homenaje de Albéniz (quien tam-
bién hizo otras fantasías sobre los reconocibles motivos
de otras creaciones verdianas). En efecto, aunque no se
trata del Verdi cimero, que eclosiona en la llamada trilo-
gía popular -Rigoletto, Trovatore y Traviata-, cúspide crea-
tiva del inicio de los años cincuenta del siglo XIX, sin em-
bargo en Ernani ya encontramos, junto con todo el es-
HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN
plendor virtuoso del belcantismo derivado de Bellini y
Donizetti, el arranque de una mayor profundidad, tanto
dramática como musical, que caracterizará definitivamen-
te la producción verdiana.
Algo que se muestra especialmente en la psicología de
los personajes, que no solo hacen cosas -más o menos
impresionantes- sino que verdaderamente sienten, de
una manera humana, capaz de suscitar en el público au-
téntica emoción. En Ernani sobresale el firme abanico de
los caracteres masculinos -Bandolero, Rey y Noble-, en
lo vocal -tenor, barítono y bajo- y en lo pasional -amor,
deseo y rabia, respectivamente y en el mismo orden.
Triunvirato excepcional frente al que se alza una sola pro-
tagonista femenina, la soprano Elvira, en cuya “sangre
aragonesa” se une la dulzura juvenil con la ruda firmeza
propia de una antecesora histórica del modelo romántico
perfilado con la valiente patriota Agustina de Aragón.
No se pueden, sin duda, olvidar las bellísimas interven-
ciones de esta tierna y valiente Elvira, desde su presen-
tación (“Surta e la notte. Ernani!, Ernani!, involami. Tutto
sprezzo che d`Ernani”), del mismo modo que resulta asi-
mismo inolvidable cuando el falso bandolero
Hernani/DonJuan se había presentado magníficamente
entre sus huestes, en la escena anterior, cantándoles
“Come rugiada al cespite”. En el resto de esta magnífica
partitura se suceden, sin dar momento alguno al tedio ni
recurrir a la fácil repetición, memorables escenas con be-
llísimas arias para los cuatro protagonistas, así como co-
49
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En esta foto y la siguiente, detalles de la famosa fachada de Gil Morlanes -padre e hijo-, ca. 1514, del desaparecido monasterio de Santa Engracia, que se
conserva restaurada en la actual basílica de Santa Engracia.
ros tan sabiamente teatrales como musicalmente modé-
licos, y siempre presente una perfilada orquesta que ma-
gistralmente se adelanta, acompaña o recuerda, según
cada momento, lo que sobre las tablas vemos y oímos.
Todos conocen la seguridad de la escritura de Verdi,
que no era muy amigo de revisiones y adendas (pese a
que algunas tuvo que hacer, sobre todo para La forza del
destino, estrenada en San Petersburgo, o con el parisino
Don Carlo). Sin embargo, en Ernani hay una memorable
incorporación a la partitura inicial: el aria “Odi il voto”,
que el protagonista canta al final de la segunda parte, es-
crita para el tenor que estrenó la ópera en Parma. Este y
otros tantos igualmente espléndidos fragmentos se pue-
den encontrar con facilidad en la red, y algunos se po-
drán escuchar en la conferencia de inauguración del cur-
so 2018-19 en los zaragozanos Centros de música Santa
María donde se glosa sonoramente el tema que este artí-
culo pone aquí solo por escrito.
Intérpretes excepcionales de este último siglo y medio
lógicamente se han medido con los cuatro protagonistas
de Ernani. Baste recordar que en los últimos sesenta
años (las interpretaciones anteriores, interesantísimas,
quedan gravemente distorsionadas por los condicionan-
tes técnicos y el fuerte cambio de gusto) algunos de los
mejores tenores del mundo, como Mario del Mónaco,
Carlo Bergonzi, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, han
encarnado al aristocrático bandolero. Mientras que Le-
ontyne Price, Montserrat Caballé, Mirela Freni o Joan
Sutherland le han dado la réplica como su enamorada El-
50 vira. Sherril Milnes o Renato Bruson se han encargado
de interpretar a ese tan lírico barítono verdiano que per-
sonifica -por su poder, más que por edad- al joven don
Carlos; y bajos como Nicolai Ghiaurov y Ruggero Rai-
mondi han sido capaces de ofrecer la sutil mezcla de ra-
bia y honor del viejo y engañado don Ruy.
En la Zaragoza de don Carlos
Aunque ya se ha dicho que tanto las localizaciones co-
mo los acontecimientos históricos no son especialmente
fiables en el teatro romántico (como se muestra tanto en
Hugo como en García Gutiérrez), no es tampoco mera-
mente casual que Hernani comience en Zaragoza, en el
palacio del duque de Silva. Ese tenso momento dramáti-
co inicial Verdi lo retrasa un poco, al abrir su ópera con
una escena del bandido Ernani y los suyos en los montes
de Aragón, donde el mismo Hugo había localizado, ya pa-
ra el tercer acto, el castillo de Silva. Por tanto, salvo la
misteriosa escena en la tumba de Carlomagno, en Aquis-
grán, el resto de la obra, tanto para Hugo como para Pia-
ve y Verdi, sucede entre las inquietantes intrigas cortesa-
nas de una nobiliaria Zaragoza y ese sublime natural de
los viejos castillos y montañas de Aragón. Dos escena-
rios románticos para los que certeramente se escogieron
las altivas e históricas tierras aragonesas en un momento
crucial para el desarrollo europeo.
Gracias, efectivamente, a la presencia de un personaje
de verdad histórico, como es el joven don Carlos, la obra
no solo justifica así su lugar sino también su propio tiem-
po: justo antes y después de la muerte del emperador
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 51
Maximiliano de Austria, abuelo de quien será elegido em-
perador como Carlos V. Lo que nos coloca exactamente
en los meses en que don Carlos vivió en Zaragoza: entre
la avanzada primavera del 1518 y el final del posterior in-
vierno, ya en 1519.
O dicho de otro modo, cuando Zaragoza fue la capital
de los reinos españoles. Una Zaragoza renacentista que,
a pesar de los quinientos años transcurridos, aún man-
tiene algún testimonio de su esplendor, como lo que de
aquellos años iniciales del siglo XVI nos recuerda la en-
tonces elegante transformación del desaparecido mo-
nasterio de Santa Engracia (la famosa fachada de Gil
Morlanes -padre e hijo-, ca. 1514, se conserva restaura-
da en la actual basílica). Así como la palaciega casa del
infanzón y comerciante Miguel Torrero (que ya existía
en 1508, es hoy Colegio Oficial de Arquitectos) y la des-
pués llamada Casa de Huarte en la calle Dormer (que se
hizo entre la primera y la segunda década del siglo XVI,
y es actualmente Archivo Histórico Provincial de Zarago-
za). Esplendor que seguirá algunos años después de la
marcha de don Carlos, pero aún en su reinado, según
muestran edificios como la Lonja (obra acordada en
1541) o las nobles casas de don Pedro Martínez de Luna
(iniciada en 1551, es la actual Audiencia), de Miguel
Donlope (realizada entre la tercera y cuarta décadas del
siglo XVI, es la actual Real Maestranza de Caballería), de
Aguilar (comenzada en los años centrales del XVI, fue
Museo Camón Aznar y hoy es Museo Goya) y la de los
Morlanes (cuya decoración está fechada en 1555). Sin
olvidar la Casa de Gabriel Zaporta, de la que sobrevive,
en sede bancaria, su famoso Patio de la Infanta (fechado
en 1550). El palacio de don Artal de Alagón (actualmente
Palacio de Sástago) fue iniciado ya en 1570, tras la
muerte de don Carlos.
HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN
Quinientos años después
Pueden bastar estos nobles edificios supervivientes
(muchos otros, tristemente, cayeron víctimas de la desi-
dia o las guerras) para imaginar el esplendor de esa Za-
ragoza, noble ciudad y corte central en tiempos de don
Carlos de Austria. Y con ello, al margen de las inexacti-
tudes habituales en el teatro romántico (que buscaba en
la historia solo un pretexto evocador), no deja de ser al-
tamente significativo que tanto el original Hernani de
Víctor Hugo, como el de Verdi -que en esta ocasión no
cambia ni el lugar ni las fechas de la acción, en contra
de lo habitual en el ámbito operístico-, mantuvieran ese
explícito protagonismo zaragozano que se explica y en-
noblece por la presencia (históricamente documentada
entre mayo de 1518 y febrero de 1519) del famoso em-
perador español.
Así, ese jovencísimo príncipe, nacido en Gante en
1500, que llega a Zaragoza como “casi rey” de Castilla
(pues su madre, doña Juana, seguirá siendo la reina
aunque, recluida, nunca reine de veras), aquí se convier-
te en rey de Aragón y se va de esa misma Zaragoza ya
“casi emperador” (como heredero de su abuelo Maximi-
liano de Austria, muerto en enero de 1519).
Resulta curioso, ante el olvido general -y particular-
mente en Aragón- que parece se está dando en nuestro
país para con esta importante efeméride, que la ópera
Ernani siga recordando en todo el mundo esas fechas
en las que la presencia de don Carlos en Zaragoza con-
virtió esta ciudad en la corte principal de las Españas y,
un poco también en la capital del mundo conocido y por
conocer. Una hermosa Zaragoza renacentista que aún
podemos entrever en los elegantes palacios que, mila-
grosamente, todavía quedan en pie, y que aquí ofrece-
mos en las fotografías realizadas por Iván Rodero Millán. 51
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 52

Resaltemos, por lo antes dicho del

mundo conocido y por conocer, que
es en la Zaragoza de 1518-19, en los
meses en que reside don Carlos en
la Aljafería, ya siendo rey de Castilla y
ya jurado serlo también de Aragón,
donde se reunirá el Consejo de In-
dias que aprobará el arriesgado pro-
yecto de viaje que, como tantas ve-
ces marchando mucho más lejos de
lo inicialmente previsto, terminará
siendo el primero alrededor del mun-
do: gesta iniciada por Fernando de
Magallanes y concluida gracias a
Juan Sebastián Elcano (ya en 1522,
fallecido Magallanes).
Aunque, obviamente, siempre se
pueden decir y escribir muchas más
cosas de obras tan relevantes y perío-
dos históricos así de enjundiosos co-
mo los escogidos, la obligada limitación de nuestra tarea Detalles de la palaciega casa del infanzón y comerciante Miguel Torrero
nos obliga a que baste lo expuesto para suscitar nuevas (que ya existía en 1508) y que es hoy Colegio Oficial de Arquitectos.
lecturas y audiciones de las famosas creaciones escénica
y operística, mientras modestamente conmemoramos
los quinientos años de la presencia zaragozana de ese en-
tonces joven rey aragonés que sería poco después el po-
deroso emperador Carlos V. Y con todo ello, ofrecer en
especial un más que merecido homenaje a Santiago Parra
de Mas, amante de la cultura y defensor de lo aragonés,
director y alma de esta revista, que falleció hace unos me-
ses: el afectuoso e imborrable recuerdo de tan cultivado
hombre de bien quedará para siempre en nuestros cora-
52 zones.
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HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN

El nombre de Aragón
en los buques de la Armada
Manuel Gracia Rivas
Centro de Estudios Borjanos

El primer Aragón fue una corbeta acorazada que dio

P
ara mi discurso de ingreso como académico
en la Real Academia de Nobles y Bellas Ar- nombre a una serie, de la que también formaban parte la
tes de San Luis de Zaragoza elegí como tema Castilla y la Navarra, cuya construcción fue ordenada por
el de “Nombres aragoneses en los buques el gobierno surgido tras la revolución de la Gloriosa, para
de la Armada”, intento conciliar mi condición servir en las posesiones de ultramar, pero las circunstan-
de aragonés con toda mi vida activa dedicada al servicio cias políticas de aquellos años impidieron culminar el pro-
en la Armada. yecto.
En él hacía referencia a un largo número de unidades Con una eslora de 74,45 metros y 13,56 metros de
navales que, en el transcurso de la Historia, habían lucido manga, tenían un desplazamiento de 3342 toneladas.
en sus popas nombres relacionadas con nuestra tierra. Con casco de madera, estaba previsto que sus extremi-
Nombres religiosos, como fue costumbre durante mu- dades fueran de hierro, con un reducto acorazado de 22
cho tiempo, y entre ellos el de Nuestra Señora del Pilar, cm. Su propulsión era mixta, algo habitual entonces, aun-
de los que llegué a identificar 15 en la Armada y nada que las limitaciones de su máquina no le permitían dar
menos que 21 entre los que formaron parte de los con- mucha velocidad.
voyes de la Carrera de Indias. Pero, también en de San
Lorenzo, en clara referencia la Patrón de Huesca, de los
que hubo 13 y 18 respectivamente.
El de Zaragoza lo llevaron una fragata acorazada y una
lancha cañonera, mientras que los de Huesca y Teruel
fueron adjudicados a dos destructores de procedencia
italiana en la pasada guerra civil, aunque este último ya
había dado nombre a un cañonero en el siglo XIX.
No quiero olvidarme de cinco buques de guerra que
fueron bautizados con el nombre del Ebro y de dos bu-
ques civiles, utilizados como transportes de guerra con
los nombres de Castillo de Daroca y Castillo de Monzón.
Pero, en esta ocasión, quiero referirme expresamente
a los cuatro buques que, con el nombre de Aragón, pres-
taron servicio en nuestra Armada.

Los trabajos en el arsenal de Cartagena avanzaron a un

ritmo muy lento, hasta que, tras la Restauración, se pudo
proceder a su botadura el 31 de julio de 1879, siendo la
primera que presidió el joven monarca Alfonso XII.
Para entonces, el almirante Antequera, ministro de Ma-
rina entre 1876 y 1877, había introducido importantes
modificaciones en el proyecto. Consciente de que con
un casco de madera su utilidad era escasa, decidió dotar-
le de una máquina más potente con el fin de que pudiera
dar 15 nudos, de manera que la velocidad compensara
otras limitaciones. 53
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Dado de alta como crucero acorazado de 2ª clase y con
el casco pintado de blanco como era reglamentario para
los buques destinados a Cuba y Filipinas, en 1822 zarpó
para este lejano archipiélago, con una dotación de 360
hombres y armado con ocho cañones rayados de 16 cm.
Allí participó en diversas acciones navales hasta que,
en 1890, se le ordenó regresar a la península, coincidien-
do en el puerto de Adén con su gemelo el Castilla que,
en compañía de otros buques, iba a reforzar a las fuerzas
allí destacadas ante el recrudecimiento del conflicto. El
Castilla terminó siendo hundido en el combate de Cavite
el 1 de mayo de 1898, mientras que el Aragón, ya sin va-
lor operativo, sirvió como depósito de marinería hasta su
desguace, ordenado en 1899, tras la crisis del 98.
El segundo Aragón fue un buque de la Transmediterrá-
nea, de 1896 toneladas de desplazamiento, 79,24 metros
de eslora y 11,62 de manga, cuya construcción había sido
encargada por la Compañía Vinuesa de Sevilla a R. Thomp-
son & Sons Ltd., siendo botado el 21 de julio de 1902 en
su factoría de Southwick (Sunderland, Reino Unido).
Al crearse en 1917 la Compañía Transmediterránea fue
54 adquirido a sus antiguos propietarios, aunque mantuvo el
nombre de Aragón, siendo destinado al transporte de
carbón y mercancías.
Si lo citamos entre los buques de la Armada es porque,
en 1925, fue alquilado para servir como transporte de
tropa en el desembarco de Alhucemas. Allí formó parte
de la primera flotilla de la Columna Fernández Pérez, lle-
vando a bordo a un tabor de Regulares, la Mehal-la nº 2,
una sección de camilleros, una sección de faeneros y
una sección de la Compañía del Mar, con un total de
1000 hombres, que habían embarcado en el puerto de
Melilla.
Al terminar la campaña volvió al servicio civil y el co-
mienzo de la Guerra Civil le sorprendió en el puerto de
Mahón, donde fue utilizado como cárcel flotante. Des-
pués sufrió un bombardeo aéreo en el puerto de Almería
y el 1 de enero de 1937 fue capturado por el acorazado
alemán Graff Spee, que lo entregó a la Armada nacional
y, tras serle instalada una pieza de artillería, sirvió como
transporte de guerra hasta la finalización del conflicto,
cuando fue devuelto a la Transmediterránea. Terminó
siendo desguazado en 1958.
Fue en 1964 cuando la US Navy transfirió a España
uno de sus transportes de ataque, destinado a dotar a la
Infantería de Marina de los medios navales precisos para
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 55
proyectar su acción en los más variados escenarios exte-
riores, todo ello en el marco del Programa de Asistencia
Mutua surgido tras la firma de los Acuerdos de Madrid
en 1953.
Se trataba del USS Noble, una unidad cuya construc-
ción se había iniciado en 1943 como un mercante más
de la serie Victory, pero antes de que fuera botado se de-
cidió transformarlo en un transporte de ataque de la cla-
se Haskell, para lo que fue sometido a una profunda re-
modelación en los astilleros Kaiser de Richmond. Entró
en servicio con ese nombre de USS Noble y el numeral
APA-218, siendo uno de los más de 200 transportes de
esa clase que fueron construidos durante la II Guerra
Mundial.
Participó en la campaña de Okinawa y, al finalizar la
contienda se encargó de la repatriación de prisioneros
americanos. Más tarde estuvo presente en el desembar-
co de Inchon, durante la Guerra de Corea. Fue dado de
baja el 1 de julio de 1964 y posteriormente entregado a
la Armada Española.
Aquí recibió el nombre de Aragón y la marca de costa-
do TA-11. Su incorporación a nuestra Armada representó
un salto cualitativo de extraordinaria importancia, dado
que con sus 138 metros de eslora, 18 de manga y un
desplazamiento de más de 10000 toneladas, constituía
una unidad de gran porte, con capacidad para transportar
3000 toneladas de material, 60 vehículos y unos 1500 in-
fantes de Marina.
HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN
El 2 de octubre de 1967, en una brillante ceremonia ce-
lebrada en el puerto de Tarragona, recibió su bandera de
combate de manos de Dª. Juana Izuel de Alierta, en pre-
sencia de los alcaldes de las tres capitales aragonesas.
Fue esta bandera la que, en 1982, presidió la exposición
dedicada a banderas históricas instalada en el Palacio
Provincial de Zaragoza, con ocasión de la Semana de las
Fuerzas Armadas y a ella le fueron rendidos los honores
de ordenanza al entrar en el edificio, portada por un ofi-
cial del Cuerpo de Máquinas de la Armada.
El 1 de enero de ese año, el Aragón había causado baja
en la Lista Oficial de Buques de la Armada, tras 38 años
de servicio, en el transcurso de los cuales intervino en la
evacuación de Guinea Ecuatorial y en la del Sahara, así
como en numerosos ejercicios, formando pareja con el
TA-21Castilla (antiguo USS Achernar) que se había incor-
porado a comienzos de 1965, recordando simbólicamen-
te con sus nombres a los dos reinos que protagonizaron
la unión dinástica peninsular en el reinado de los Reyes
Católicos.
Los dos buques anteriores fueron reemplazados por
otros, también de procedencia americana. Ambos llega-
ron en 1980. El primero fue el Castilla (antiguo USS Paul
Revere) y el 11 de julio de ese año fue entregado, en la
base de Norfolk, el USS Francis Marion que recibió el
nombre de Aragón, con la marca de costado L-22. Volví-
an a unirse de nuevo ambos reinos en la Lista de Buques
de nuestra Armada. 55
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 56
El Francis Marion había sido botado en los astilleros
New York Shipbuilding Co, el 13 de febrero de 1954. Era
un mercante que, posteriormente, fue adquirido por la
US Navy y transformado en el transporte de ataque LPA-
249, entrando en servicio el 6 de julio de 1961.
Con 172 metros de eslora, 23,5 de manga y un despla-
zamiento de 16800 toneladas, daba una velocidad de 22
nudos, teniendo una capacidad de carga de 3500 tonela-
das y alojamientos para 600 hombres de dotación y 2000
infantes de Marina, prestaciones superiores al anterior
Aragón.
Su bandera de combate le fue ofrecida por la Diputa-
ción General de Aragón, recibiéndola de manos de Dª.
María Dolores Prats de Castellanos, esposa del entonces
Presidente aragonés, en una ceremonia celebrada en el
puerto de Cádiz, en la que también estuvieron presentes
los Presidentes de las Diputaciones Provinciales de Hues-
ca y Teruel, junto con el Vicepresidente de la de Zaragoza.
Fue el buque insignia del Grupo Delta de la Flota y
prestó servicio durante veinte años, participando en nu-
merosos ejercicios hasta causar baja el 17 de noviembre
56 de 2000.
Para entonces había entrado ya en servicio el primero
de unos modernos Buques de Asalto Anfibio, construi-
dos por la E. N. Bazán. Concretamente el BPA-51 Galicia,
botado el 21 de julio de 1997 y entregado a la Armada el
29 de abril del año siguiente, el cual vino a sustituir al L-
21 Castilla.
La elección del nombre de Galicia no fue casual, dado
que ya había existido un transporte anterior que lo había
llevado. Concretamente, el antiguo USS San Marco ,
transferido a España en 1971, junto con los primeros
Aragón y Castilla. Era un LSD con dique inundable que
primero llevó la marca de costado TA-31 y, posteriormen-
te la de L-23 cuando se integró con los “nuevos” Aragón
y Castilla en el Grupo Delta. Había causado en 1988 y se
optó por bautizar con su nombre a esta nueva unidad,
también con dique inundable.
Pero, cuando el 14 de junio de 1999 fue botado el se-
gundo de la serie, destinado a reemplazar al L-22 Aragón,
se le dio el nombre de BPA-52 Castilla, y comoquiera
que ya no hubo un tercer buque se rompió la tradición de
unir de que el nombre de Aragón volviera a figurar en la
Lista Oficial de Buques de nuestra Armada.
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HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN

Lugares con memoria

Julio Embid López,
Director General de Relaciones Institucionales y Desarrollo Estatutario del Gobierno de Aragón

E
l año pasado nuestros vecinos de la República
Francesa recibieron más de 89 millones de tu-
ristas internacionales, más de 6 millones de
ellos españoles, que les dejaron unos benefi-
cios económicos de unos 41 000 millones de
euros. Según su ministro de Asuntos Exteriores, Francia
continúa siendo el primer país por número de visitantes y
el tercero en ingresos por turismo, si bien el objetivo es
alcanzar los 100 millones de llegadas internacionales pa-
ra 2020. Está claro que los alicientes para visitar ese país
son muchos: su patrimonio cultural, su gastronomía, la
cercanía con nuestra tierra, sus diversos paisajes o sim-
plemente el glamour único de su capital. No obstante, no
siempre los españoles y los aragoneses visitaron Francia
por gusto. Cientos de miles hace justo ochenta años tu-
vieron que huir a Francia para salvar sus vidas por ser
perseguidos por motivos políticos o ideológicos por los
vencedores de nuestra última Guerra Civil. Desgraciada- Vista de una de las salas del museo.
mente, una de tantas que hemos tenido que soportar.
Fueron miles las familias completas que huyeron con
lo puesto por todos los pasos fronterizos siendo espe- publicano se retira del valle del río Ara y de la zona cen-
cialmente doloroso el paso de Portbou-Cerbère en marzo tral del Pirineo aragonés reagrupándose en la comarca
de 1939 para terminar en campos de refugiados en las del Sobrarbe. En aquella huida varios puentes, como el
playas francesas. No obstante, en Aragón, resulta funda- medieval de piedra de Broto, fueron destruidos con ex-
mental recordar la huida un año antes de la llamada Bol- plosivos para facilitar su escape y evitar la persecución.
sa de Bielsa. A finales de marzo del 1938, el ejército re- La llamada 43ª División del ejército republicano, al mando 57
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Bielsa.
Imagen del episodio narrado que se exibe en el museo.
del canfranero Antonio Beltrán, se retiró con 7000 hom-
bres tras la línea imaginaria entre el Parque Nacional de
Ordesa y los pueblos de Laspuña y Escalona para resistir
todo lo posible formando la llamada Bolsa de Bielsa. Co-
mo hacía poco que los sublevados habían tomado Teruel
y Barbastro, el general Franco podía disponer de nuevas
tropas para atrapar en el Pirineo aragonés a las últimas
unidades que luchaban por la legalidad republicana.
Así, tras resistir a duras penas los bombardeos de los
meses de abril y mayo, especialmente en las localidades
de Bielsa y Parzán, el mayor Beltrán ordena la retirada de
todas las tropas y civiles refugiados hacia Francia cruzan-
do en fila de a uno por el llamado “puerto viejo” hacia
Aragnouet. En total fueron más de 7000 soldados repu-
blicanos y 4000 civiles los que huyeron en una noche en-
tre la nieve que todavía seguía en esas cumbres. Las fo-
tografías tomadas en aquellos días no son menos impac-
tantes que las imágenes de los refugiados que vemos en
nuestros informativos de hoy en día. El gobierno republi-
cano del presidente Juan Negrín fue capaz de vender
aquella derrota como una victoria, cuando las tropas vol-
vieron a España por Portbou para reincorporarse a la ba-
talla del Ebro. Sin embargo, miles de civiles quedaron
atrás para no volver nunca más.
El Gobierno de Aragón promovió la ley de memoria de-
mocrática de Aragón, aprobada por las Cortes de Aragón
el pasado 8 de noviembre, que contempla la creación de
los llamados lugares de memoria y rutas de memoria pa-
ra preservar la conservación del patrimonio histórico y su
recuerdo. Se establece, además, que cuando las rutas de
memoria democrática de Aragón presenten valores rele-
vantes de tipo ambiental, paisajístico, etnográfico, antro-
pológico o de cualquier otro tipo, se impulsará, en cola-
58 boración con los departamentos competentes en materia
de patrimonio histórico, educación, medio ambiente y tu-
rismo, la configuración de itinerarios de tipo interdiscipli-
nar donde se integre la memoria democrática asociada
con los valores ambientales y con la ocupación humana
del territorio desde una perspectiva histórica.
Entendimos que el primer lugar de memoria de mu-
chos sería esta senda del puerto viejo de Bielsa, sobre el
túnel de Bielsa-Aragnouet, y allí colocamos un monolito
en recuerdo de las víctimas civiles de nuestro conflicto
armado recordando su historia y su huida.
Desde el Gobierno de Aragón entendemos que nuestra
memoria no solo debe servir para recordar lo que pasó,
promover una cultura democrática y pacifista y hacer todo
lo posible para que no se vuelva a repetir. Creemos que
puede resultar un aliciente para que los ciudadanos visi-
ten nuevos lugares y disfruten recordando lo que pasó.
Lejos de frivolidades y de apropiaciones del dolor ajeno,
entendemos que lo que pasó en Aragón debe servir para
potenciar el turismo en Aragón, de una manera sencilla y
sincera, a través de la enseñanza de nuestra historia. No
solo la romana, la medieval o la renacentista. La principal
enseñanza que nos hace el siglo XX a los europeos es
que los conflictos deben resolverse mediante el diálogo,
el pluralismo político y la empatía o asumir décadas de do-
lor y silencio que no estamos dispuestos a repetir.
El primer ministro británico que venció a los nazis,
Winston Churchill, dijo una vez que: “un optimista ve una
oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una cala-
midad en toda oportunidad.” Nuestro objetivo es senci-
llo, construir un futuro mejor, porque cualquier tiempo
pasado fue anterior.
Les invito a conocer el Sobrarbe, Bielsa y el lugar de
memoria de Bielsa, porque estoy seguro de que no se
van a arrepentir.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 59
El pez-obispo, tal como lo publicó Rondelet en 1558.
ZARAGOZA Y EL HOMBRE-PEZ
E
n mostrencos acuáticos se ha
creído desde la noche de los
tiempos. Todas las aguas oscu-
ras o profundas acogen escena-
rios propicios para la metamorfo-
sis. Se han soñado seres híbridos ictiofor-
mos a lo largo de la historia de la humani-
dad. Bucear en territorio liminar y de fronte-
ra siempre nos ha resultado placentero (o
irresistible).
Ya lo dijo (al parecer) Sherlock Holmes:
"Solo se puede ver lo imposible si se está
buscando". En este artículo nos vamos a
ocupar de “hombres-peces”. El trasmallo
está dispuesto para capturar a los que se han fabulado
en Zaragoza, o especialmente relacionados con la capi-
tal.
El simpar escritor y dramaturgo aragonés Javier Tomeo
(1932-2013) deslizó en su Diálogo en re mayor (1976) la
historia del último hombre-pez que haya sido visto. Lo
capturaron con sus redes unos pescadores mallorquines,
se deduce que hacia 1971 y en el Mediterráneo:
HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN
El pez-monje, cuyo retrato viajó hasta el valle del Ebro (Rondelet, 1558).
Alberto Serrano Dolader
Periodista
"Parece ser que, siendo niño, se cayó al
río Ebro, a su paso por la famosa ciudad de
Zaragoza, y que la corriente se lo llevó al
mar (...). No se ahogó. El pequeño arago-
nés, haciendo honor a su raza, le echó cora-
je al asunto. Aprendió a vivir entre los pe-
ces y perdió el recuerdo de los áridos seca-
rrales de su infancia".
Tras la captura, se trató de recuperar la
normalidad, pero no fue posible: "Aquel chi-
co (...), fue devuelto a su casa, y la familia lo
recibió con el alborozo que es de suponer.
Pero, poco tiempo después, se escapó del
hogar y regresó al mar. Al fin y al cabo, era
aragonés y no pudieron quitarle esa idea de la cabeza".
Subrayaba Tomeo en la novela (que él mismo adaptó
más tarde para el teatro), la sutil diferencia que existe en-
tre los “hombres-peces” ("a fin de cuentas, hombres co-
mo nosotros") y los hombres-acuáticos (en cuya morfolo-
gía destaca un "agujero en el corazón", particularidad que
no debió disfrutar el mencionado maño).
59
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En 1551 este tritón campó por las páginas de los tratados de Konrad Gesner.

Ignoro en qué categoría debe encuadrarse el hombre-
arenque, al que Javier Tomeo cedió la palabra en una de
las imprescindibles colaboraciones que firmó en la pren-
sa madrileña en el abismo del siglo:
"… abandoné todos mis sueños, abandoné también a
mi mujer y me fui a vivir solo a una casita junto al mar,
en las afueras de un pequeño pueblo de pescadores.
Aquí continúo todavía, contemplando el mar desde la
ventana de mi cuarto y esperando que me crezcan las
agallas para meterme en el agua y nadar junto a mis her-
manos, los peces" (El Mundo, 20-10-2000).
Otro escritor aragonés, Francisco Javier Aguirre, tam-
bién reinterpretó, en un acto de creación literaria, tradi-
ciones recogidas en torno a la existencia virtuosos nada-
dores, capaces de sentirse como peces en el agua. En
uno de sus relatos refiere que, en tiempos en los que las
zancadillas de los embalses no entorpecían al río, un mu-
chacho cruzó el Ebro a nado a la altura del barrio zarago-
zano de Juslibol. Acarreaba en su espalda una cesta, en
la que croaban un centenar de ranas, botín de una tarde
entretenida. En mitad de las aguas, se desmayó y, flotan-
do, flotando, llegó hasta el mar, donde se acomodó:
"… mejoró su arte de pescar a mano y hasta llegó a ha-
cerlo con la boca (…). Al cabo del tiempo consiguió inclu-
so capturar algo de oxígeno inhalando el agua por la nariz
y expulsándola por las orejas. Esto le permitió inmersio-
nes cada vez más prolongadas, con las que conseguiría
grandes espectáculos visuales y una variación sustancio-
sa de menú (...). Pronto se desprendió del calzón, porque
se encontraba más a gusto desnudo y hasta le daba ver-

60 Ilustración incluida en el libro Leyendario. Criaturas de agua. Autor, Óscar Sipán; ilustrador, Óscar Sanmartín Vargas.
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HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN

Monstruo acuático retratado hacia 1571.

güenza que los grandes peces lo vieran con el taparrabos

puesto".
Tras buscar su cuerpo en las riberas, en Zaragoza lo
dieron por muerto y hasta se rezó una misa en la iglesia
de la Magdalena. Su historia se conoció al caer en las re-
des de un pesquero; por aquel entonces, "había perdido
todo el cabello y las vellosidades, su piel estaba cuartea-
da y brillante, como con escamas". (Podrá el lector disfru-
tar con mayor detenimiento en las páginas del libro de
Aguirre El Hombre pez y otras magias, 2000).
Intuyo que Tomeo y Aguirre trabajan, en los relatos
que acabo de citar, el mismo ovillo que manejó el ilustra-
do monje español Jerónimo Feijoo cuando, en el siglo
XVIII, mencionó en su famoso Teatro Crítico Universal la
tradición del hombre-pez de Liérganes (Santander), que
lo fue desde que se capuzó en el mar de Bilbao en 1673
y que no reapareció hasta años más tarde, al ser captura-
do en Cádiz por unos pescadores intrigados al descubrir
entre las olas "una figura de persona racional".
Pero volvamos a casa. Otro caso de fantástico asom-
bro literario de autoría aragonesa, que les recomiendo, lo
alumbraron Óscar Sipán (texto) y Óscar Sanmartín (ilus- por las salas de los museos de pintura aragoneses... Y
tración): rebusquen en las novelas de los escritores de la tierra.
"Aveyron, el hombre con branquias, llegó a la ciudad. "No podemos entender los seres híbridos sin los rela-
Fue recibido por las autoridades con honores de extranje- tos", ha escrito el arqueólogo e historiador Ricardo Ol-
ro ilustre. Se servía de una estructura metálica con rue- mos Romera, quien añade que:
das, una especie de escafandra inversa rellena de agua
"… los relatos crean los límites del espacio y el tiempo
dulce, para desenvolverse en la superficie (…) Tenía éxi-
en el imaginario. Los animales híbridos viven en los már-
to entre las mujeres; lo veían como una novedad entre
genes del mundo, son el relleno que necesita el pensa-
dos mundos. Disfrutaba de su compañía, pero la esca-
fandra no era otra cosa que un refugio contra su timidez". miento para poblar los territorios de la marginalidad. Esos
espacios son múltiples, como el del ritual, que ha de se-
Quiso la desgracia que falleciera durante su estancia
pararse cuidadosamente del de la vida cotidiana con sig-
en Zaragoza:
nos del reino de la naturaleza ambigua y múltiple. Y tam-
"Un millar de personas acompañaron el cortejo fúnebre
bién el de la muerte" (volumen colectivo Seres híbridos:
hasta el cementerio de Torrero, donde la policía disolvió
apropiación de motivos míticos mediterráneos, 2003).
a la multitud (...) A escasos metros del mausoleo de Joa-
quín Costa, una sencilla lápida, regalada por un excéntri- Y todo, desde siempre…
co coleccionista a cambio de la escafandra, recordaría al El señero Cunqueiro nos cuenta que los demonios que
personaje" (Leyendario. Criaturas de agua, 2007). lograron resistir el Diluvio Universal llenaron sus cuerpos
La criptozoología se sitúa en los límites de la existen- de escamas y calmaron su lascivia engatusando a las
cia, allí donde nuestro mundo se refresca en el lenguaje mujeres que se acercaban a las orillas (nacerían así primi-
de los símbolos. Los entes híbridos disponen a sus an- genias sirenas, seres femeninos de los que no me toca
chas en el reino onírico. Esa alteridad se manifiesta más ocupar en este reportaje).
cercana a nosotros de lo que podamos considerar. Les Los fenicios tuvieron sus dioses-peces y los griegos in-
brindo un entretenimiento sin peligro que suelo experi- vocaron los favores de Tritón, también presente en la mi-
mentar: hojeen antiguos tratados de zoología, de esos tología romana. Dejando al margen las épocas clásicas,
que descansan en los anaqueles de lujo de nuestras bi- en el contexto de los países mediterráneos, peces se-
bliotecas zaragozanas, paseen con los ojos bien abiertos mihumanos no han faltado. 61
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Pareja acuática cavilada en 1575 por Paré.
En el siglo XII en tierras de la Italia actual ya circuló el
germen legendario del archifamoso pez-nicolás, el mu-
chacho siciliano que pasó de chapotear a bucear, y de ahí
a negarse a salir... hasta que se empeñó en ello el mis-
mísimo rey.
En el Portugal del Medievo se desató un sonoro pleito
entre el monarca y una orden religiosa para decidir si los
tritones debían tributar impuestos a uno u a otra (lo con-
tó el capuchino Antonio de Fuentelapeña en El ente dilu-
cidado, 1676).
El crédulo Antonio de Torquemada en su popularísima
obra Jardín de flores curiosas, finalizada en 1568 y edita-
da dos años más tarde, no pasa por alto la "común opi-
62 Una de las sirenas macho que nos legó Ambroise Paré en el siglo XVI.
nión" en torno a la existencia de hombres-marinos en la
costa gallega.
No la he leído, pero veo que en 1718 el cirujano de
Ámsterdam Frederik Ruysch, especializado en la conser-
vación de cadáveres, redactó una Historia natural de los
peces antropomorfos (1718).
En 1736, el turolense Juan Martínez Calvete (o Sala-
franca, si prefieren el alias del segundo apellido), en uno
de los dos volúmenes de sus Memorias eruditas para la
crítica de artes, y ciencias, afirma que los humanoides
acuáticos,
"… son de los dos sexos, masculino (que se llaman tri-
tones) y femenino, verbigracia, sirenas. Uno varón, bar-
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HISTORIA - HISTORIAS / ARAGÓN

La de cosas raras que habrán cruzado bajo las arcadas del puente de Piedra.

bado, fue atrapado con un manojo de grama bajo el bra-

zo, amenazó a la tripulación y se le dejó marchar para
que no hundiera el navío, tal fue el pavor que produjo en
los marineros" (debo la cita al paleógrafo Miguel Ángel
Pallarés).
Recalco que todo lo dicho se llegó a creer en algún mo-
mento y no solo por tuturutos y parapocos. Incluso, se ra-
zonaron los porqués de humanos alucinantemente defor-
mes. Seguro que más de un galeno zaragozano manejó el
tratado Monstruos y prodigios que dio a la imprenta en
1575 Ambroise Paré, afamado cirujano francés:
"Las causas de los monstruos son varias. La primera es
la gloria de Dios. La segunda, su cólera. Tercera, la canti-
dad excesiva de semen. Cuarta, su cantidad insuficiente.
Quinta, la imaginación. Sexta, la estrechez o reducido ta-
maño de la matriz. Séptima, el modo inadecuado de sen-
tarse de la madre, que, al hallarse encinta, ha permaneci-
do demasiado tiempo sentada con los muslos cruzados u
oprimidos contra el vientre...".
Y así hasta llegar a la decimotercera: "por los demonios
o diablos".
En el XVI, hasta el valle del Ebro llegó un retrato (lo po-
seyó la reina consorte de Navarra Margarita de Valois) de
un “monstruo de mar con hábito de monje", capturado
en la lejana Noruega. El naturalista galo Gulielmi Ronde-
letii (1507-1566) contempló aquella pintura:
"... tenía la cara de hombre, aunque rústica y deforme,
la cabeza rasurada y lisa, sobre los hombros como un ca-
puchón de monje y dos largas aletas a modo de brazos;
el extremo del cuerpo acababa en una cola larga".
Rondeletii también añade que, en 1531, fue capturado
en Polonia un "pez obispo", que fue trasladado a Roma y
vuelto a soltar en el mar. De ambas rarezas publica ima-
gen en la muy ilustrada L'histoire entiere des poissons
composée premierement en Latin par maistre Guilaume
Rondelet ..." (1558), de donde tomo los datos.
De una u otra manera, insistirán en propagar la existen-
cia de estos prodigios eruditos y polígrafos como Conra-
do Gesner (1516-1565), Ulisse Aldrovandi (1522-1605),
Jacobus Sluperius (1532-1602), Gaspar Schott (1608-
Pez-obispo en el tratado del XVI 'Omnium fere gentium...'
1666) ... y así hasta el siglo XX en que el mito se diluye
en tiempos más razonables (en nuestro país, por ejem-
plo, en septiembre de 1903 la revista Alrededor del Mun-
do afirmará categórica en un reportaje divulgativo: "En
cuanto a los obispos, frailes y demás clérigos marinos de
los mares del Norte, hay especies de focas con apéndi-
ces cutáneos en la cabeza, que a los ojos del vulgo bien
pueden parecer mitras y cogullas").
¿Hemos acabado de soñar? No; por suerte nuestro Ja-
vier Tomeo, Medalla de Oro de Zaragoza en el año 2005,
da cuerda a la cometa y salva la imaginación del naufra-
gio. Acudo, de nuevo, a su Diálogo en re mayor (1976):
"El mar es fuente de prodigios. Salga usted un amane-
cer en barca, con todas sus ilusiones intactas. Tienda sus
redes y, cuando las retire, descubrirá que ha capturado
un Prelado Acuático. (...) Un Prelado Acuático es un an-
ciano venerable, con mitra y báculo, que de vez en cuan-
do emerge entre las olas, dispuesto a repartir bendicio-
nes a diestro y siniestro. (...) El Prelado Acuático posee
un agujero oval en el corazón. Y gracias a ese agujero, su
sangre puede oxigenarse directamente".
En fin, caro lector, me daré por satisfecho si, cuando
cruce el puente de Piedra y dirija su mirada hacia el pozo
de San Lázaro, no se limita a imaginar siluros en el fango. 63
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PAISAJE Y TERRITORIO - COSTUMBRES Y GASTRONOMÍA / ARAGÓN
La historia se repite, la tradición continúa
E
l sol comienza a iluminar la
parte alta del monte. Suenan
las siete de la mañana en el
campanario de la iglesia de
San Pedro. Desde la entrada
del pueblo un delicioso olor comienza a
impregnar el ambiente, y es que están
preparando las migas con las que serán
obsequiados todos los visitantes. Un
grupo de músicos, con sus trompetas y
tambores, tocan diana invitando a todos,
a propios del lugar y a forasteros, a mo-
ver de la cama y salir a la calle, que es
donde está la fiesta.
El día ha llegado: último domingo de
agosto. Es el día de la Exaltación del Traje Ansotano, día
que fue declarado, en julio de 2011, Fiesta de Interés Tu-
rístico Nacional.
Ya desde horas antes las calles próximas al ropero mu-
nicipal son un constante ir y venir de gentes de todas las
edades: niños, jóvenes y mayores; todos dispuestos a
enfundarse en su traje y recibir los últimos retoques; to-
do ello forma parte de un ritual metódico, ordenado, tal y
Texto y fotos, Carmelo Esteban Bernad
como lleva haciéndose desde décadas,
como si se tratase de vestir a un torero.
No voy a ser yo quien, a estas alturas,
descubra las excelencias del traje anso-
tano. Muchos otros, con gran reconoci-
miento y firma y desde distintas instan-
cias relacionadas con las artes y las le-
tras, lo han manifestado ya, y desde ha-
ce mucho tiempo: Sorolla, que estuvo en
Ansó en 1914, desde la pintura; Compai-
ré, Foradada u Ortiz Echagüe, desde las
placas fotográficas; Pérez Galdós, Ricar-
do del Arco y Cativiela, desde la pluma y
el papel.
Es una estética peculiar la de estas ro-
pas. La climatología de estos valles, con sus duros y ne-
vados inviernos, seguro que ha contribuido a la elabora-
ción de un determinado tipo de tejidos que son con los
que se confeccionan estos atavíos. El cultivo del lino es-
tuvo protegido por estas tierras, y en Ansó hubo telares
hasta 1920.
Valles vecinos, como los de Echo y Roncal, tienen ele-
gantes trajes de gran riqueza en sus hechuras, pero el 65
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PAISAJE Y TERRITORIO - COSTUMBRES Y GASTRONOMÍA / ARAGÓN
traje de Ansó destaca por número y
variedad -todas estas de gran trabajo-
y por la relación de la indumentaria
con las celebraciones litúrgicas, no en
vano cada acontecimiento o celebra-
ción religiosos (bautizos, comuniones,
confirmaciones, bodas, etc.) tienen su
correspondiente traje.
Publicaciones recientes, como el li-
bro de Antonio J. Gorría Ipas, presen-
tado en mayo de 2017, relatan a la
perfección todos y cada uno de los de-
talles que componen cada indumenta-
ria; no obstante, la mejor forma de ha-
cerse a la idea de cómo son estas ro-
pas es visitando el Museo del Traje de
Ansó, ubicado en la antigua ermita de Santa Bárbara, y
¡cómo no!, presenciando en vivo los actos del Día del
Traje Ansotano, siempre el último domingo de agosto y
que en este año 2018 ha cumplido su XLVIII edición.
Casi siempre, lo que conforma una tradición suele par-
tir de un sentimiento. El hecho de saber que se pertene-
ce a uno de los declarados en 2015 "pueblos más boni-
tos de España", así como el hecho de saberse poseedor
de un patrimonio y una riqueza cultural materializada en
los trajes de los antepasados, supone que la emoción co-
mience a invadir el pueblo según se va acercando el día.
Previamente, cada familia ha comenzado a preparar
sus ropas, a sacarlas de los armarios y los baúles donde
han estado guardadas como oro en paño desde el año
anterior. Hay que airearlas para que pierdan el olor a naf-
talina, y también estirar algunas pren-
das para que desaparezcan los doble-
ces. Hay que revisar los plisados de
las basquiñas, planchar y almidonar
las gorgueras, los cuellos de las cami-
sas y los pañuelos de la cabeza. Y to-
dos los cuidados y mimos que les de-
dican a sus ropas se siguen haciendo
en cada casa; todos lo han aprendido
porque lo han visto hacer a sus abue-
las y luego a sus madres; y confia-
mos, de la misma forma, ellos los
transmitan a sus hijos y nietos, para
que esos cuidados y sabiduría sean
mantenidos por las generaciones ve-
nideras.
Tengo un testimonio gráfico que así lo acredita. En
agosto de 1985 Fina llevaba en brazos a Andrea, su so-
brina, hija de su hermano José Mª Navarro, ambos de
Casa Corruscos. Desfilaron por la pasarela el Día del Tra-
je. En agosto de 2017, Andrea, aquel bebé que iba en
brazos de su tía, es ahora la madre de Martín, y José Mª
Navarro se ha convertido en abuelo. Han pasado los
años, pero el ritual ha vuelto a repetirse de forma idénti-
ca. En la misma casa, en el mismo salón, sobre la misma
mesa que vistieron a Andrea con las ropas de bautizar
han vestido a Martín, ante la presencia llena de ilusión y
orgullo de María Mendiara, la bisabuela, con 96 años a
sus espaldas y con buena salud.
Una vez más, la historia se repite …
Y la tradición continúa. 67
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SOBREPUERTO, EN EL ALTO ARAGÓN
(Las imágenes y el croquis o mapa que se reproducen en este artículo han sido realizados por el autor)
S
obrepuerto es una pequeña comarca situada al
norte de la provincia de Huesca, entre la tierra
de Biescas y el valle de Broto-ribera de Fiscal,
repartida entre dos comarcas Alto Gállego y
Sobrarbe, y tres municipios, Biescas, Broto y
Yebra de Basa.
Durante muchos siglos fue una tierra viva, en la que
los gallos cantaban a coro en todos los pueblos, anun-
ciando un nuevo amanecer en las mañanas serranas. Los
abuelos se levantaban los primeros para encender el fue-
go y el humo salía por las chimeneas, como banderas al
viento. Las dueñas colgaban la olla en el calderizo o cre-
mallo -cadena de hierro que pende de la chimenea, para
colgar los calderos-, arrimaban las brasas a los pucheros
para preparar el almuerzo. Sentados en las cadieras, alre-
dedor del hogar, reponían fuerzas y planificaban las tareas
cotidianas. Había trabajo para todos los miembros de la
familia, ¡pleno empleo!: unos a faenar en los campos,
otros a cuidar los ganados, las mujeres a las tareas de la
casa y los niños asistían a la escuela.
Las ocupaciones se repetían cíclicamente cada año, va-
68 riando en cada temporada. El otoño -santmigalada- era
© José Mª Satué Sanromán
gris, como el tiempo dominante, época de siembra, de la
recolección de patatas, de reposición de leña, de la mar-
cha de los ganados a la tierra llana, de trabajos tempora-
les en el Somontano de Barbastro o en Francia. En el in-
vierno predominaba el blanco permanente en las monta-
ñas más altas, con faenas muy menguadas en los pue-
blos, como las horas diurnas, de largas veladas alrededor
del hogar. En la primavera los lugares recobraban el bulli-
cio, tras el letargo invernal, volvían los rebaños de la tie-
rra llana, con sus esquilas y cencerros llenaban de soni-
dos los montes, se hacía el queso, se estercolaban cam-
pos y henares, se preparaban los huertos. El verano era
la época de más trabajo: se segaba la hierba, después el
trigo y otros cereales; se trillaba en las eras, hervidero
por unos días de gentes y arreos; los ganados pastaban
en los montes más altos, parte de ellos en los puertos
de Bujaruelo; se iba a regar los huertos; se celebraban
fiestas y romerías.
Ainielle, Ayerbe de Broto, Basarán, Bergua, Cillas, Cor-
tillas, Escartín, Otal, Sasa, más las pardinas de Fenés, de
la Isuala y de Niablas, todos encaramados en las laderas,
en medio de las montañas, con profundas barrancadas,
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PAISAJE Y TERRITORIO - COSTUMBRES Y GASTRONOMÍA / ARAGÓN

verdes bosques y praderas. Grandes casonas de piedra,

con gruesas paredes encaladas, esbeltas chimeneas de
vistosos capiscoles -piedras cimeras de las chimeneas-
rematadas. Campos escalonados en las laderas, sosteni-
dos por enormes paredes, tratando de evitar que las llu-
vias arrastrasen la escasa capa de tierra a los torrentes.
Bordas, casetas y casetones repartidas por todas las fin-
cas, para guarecerse en las fuertes tormentas, pasar la
noche o guardar las viandas. Pastores cuidando las re-
ses, campesinos arreando sus yuntas, leñadores talando
viejos quejigos, dueñas avivando las lumbres.
Cuando en las frías mañanas la escarcha blanqueaba
las umbrías y las primeras nieves “nivelaban” las monta-
ñas, con las primeras heladas, los ganados marchaban a
la Tierra Baja -Hoya de Huesca, Monegros, valle del Cin-
ca y valle medio del Ebro-, a pasar la invernada. Previa-
mente se colocaban los cencerros a chotos -machos ca-
bríos- y carneros, como guías de la cabaña. Pastores y
zagales con sus perros arreando el ganado a lejanos va-
lles. Días y días de cabañera para pasar el invierno y es-
perar la primavera. En los pueblos reinaba el silencio, so-
lo quedaban los niños, mujeres y ancianos, pues muchos
hombres se iban a Francia o al Somontano, a trabajar
temporalmente de jornaleros, para traer unos dineros a
Sabiñánigo a la derecha.
las arcas de la casa. Mediada la primavera las cabañas
retornaban, ya que la hierba crecía en las montañas, re-
gresaban contentos los pastores y los hombres de tierra
extraña, y los lugares recobraban el ritmo habitual. Con
el estío venía la siega para llenar de hierba los pajares y
de trigo los trujares. Romerías y fiestas se alternaban en
fechas y pueblos, mozos que rondaban mozas, compar-
tiendo gozos y alegrías.
Además marchaban los hombres hacia tierras distan-
tes a “cumplir” el servicio militar obligatorio y a las ferias
ganaderas -de L’Ainsa, Barbastro, Biescas, Boltaña, Bro-
to, Fiscal, Huesca, Jaca-. Alternaban con las mujeres
yendo a comprar los pocos productos que allí no se da-
ban, casi siempre a trueque, a los comercios de Biescas,
Broto, Fiscal y Sabiñánigo. A Sobrepuerto acudían los
tratantes a comprar ganado, los artesanos itinerantes -
sastres, basteros, colchoneros, afiladores, piqueros…- y
los arrieros.
Aunque el mundo conocido casi terminaba en la línea San Juan de Busa.
del horizonte, que desde los pueblos se vislumbraba, sa-
bían cómo se vivía fuera, valorando las circunstancias y
diferencias. Entre los vecinos había sueños e ilusiones:
“Si nos hiciesen una pista transitable para entrar y salir si
nos ponemos enfermos”, “si nos pusieran la luz eléctri-
ca”, “si nos hicieran un puente en Forcos”… Sueños
que no vieron cumplidos, pero aun así vivían conforma-
dos a su suerte.
Así era la vida cotidiana, durante siglos y siglos, hasta
que un día empezaron a llegar los cantos de sirena,
anunciando mejores condiciones de vida en otros luga-
res. Una grisácea nube cubrió el horizonte y se abrió el
debate en todos los hogares. Los jóvenes tenían muy
claro que el futuro ya no estaba allí, que había que salir a
su encuentro, pero los mayores eran más pesimistas, lo
veían con incertidumbre e inquietud. Los caminos se lle- Iglesia de San Miguel de Otal.
naron de gente en busca de una vida mejor, hacia los 69
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Fachada sur, San Juan de Busa. Abajo, ermita de San Bartolomé, Bergua.
centros fabriles de Sabiñánigo y Monzón, a los nuevos
pueblos surgidos en los regadíos de Monegros, a otras
ciudades, como Barcelona, Zaragoza, Huesca… Primero
se fueron los más decididos, siguió una gran desbandada
entre 1955-1970, y los más indecisos se quedaron los úl-
timos, los que más apego tenían a la tierra. Al final todos
claudicaron, forzados por la dificultad de mantener las in-
fraestructuras mínimas -edificios, campos, fuentes, ca-
minos-, el miedo a la enfermedad y la soledad en medio
de tantas casas vacías.
Y todos los pueblos quedaron deshabitados, dejando
detrás de las puertas cerradas muchos sudores, alegrías,
penas, vivencias, historias, recuerdos…, que el paso del
70 tiempo trata de borrar. La lluvia traspasa las grietas de
los tejados y el peso de la nieve, que cada invierno cae,
los va hundiendo, dejando los edificios al aire. Salas, al-
cobas y alacenas quedan a la intemperie y las viejas chi-
meneas, como oteros y almenas, van cayendo una tras
otra. Ya no asoman por las ventanas las mozas, al pasar
la ronda, ni toman el sol los abuelos, sentados en las so-
lanas. Solo Bergua ha recuperado de nuevo la vida.
En el resto de pueblos solo quedan las fachadas de ca-
sas, pajares y bordas, y alguna desvencijada torre con
campanas olvidadas. Hasta muchos animales salvajes
han desaparecido, como los gorriones, los vencejos, las
golondrinas…Los caminos se borran, a ninguna parte lle-
van, la última vez para marchar, jamás para regresar. A
pesar de todo, Sobrepuerto nos ofrece extensos panora-
mas, variados paisajes y bosques mixtos, además de va-
liosas muestras de su pasado: la iglesia de San Miguel,
en Otal (románico-mozárabe, siglo XI), la ermita de San
Bartolomé, en Bergua (siglo XI), restos de ermitas e igle-
sias en todos los lugares, fachadas de casas, pajares,
bordas, casetas, enormes bancales en las laderas, mosa-
les (recintos para ordeñar, en Escartín), etc., ejemplos
muy notables de la arquitectura de piedra seca.
Los accesos están indicados en el croquis-mapa de la
zona que adjuntamos, señalados con una “X”. Pista as-
faltada de Fiscal a Bergua, más otras de tierra que parten
de Yebra de Basa, Oliván, Cotefablo, Oto y Bergua. Un
tramo de la GR-11, varios PR y una red de senderos se-
ñalizados, entre los distintos pueblos y el exterior.
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PAISAJE Y TERRITORIO - COSTUMBRES Y GASTRONOMÍA / ARAGÓN
El río Guadalope a su paso por Aliaga.
GUADALOPE, EL RÍO BATALLADOR
E
l Guadalope, desde su nacimiento a mil qui-
nientos metros de altitud, cercano a Villarroya
de los Pinares, muestra el talante de un río
batallador. Luchará por encajar su cauce entre
los enormes macizos de piedra y las estre-
chas gargantas de las sierras del Maestrazgo que el
hombre primitivo recorrió, hoyando las huellas de de los
prehistóricos dinosaurios y protagonizando al igual que
ellos dramáticas contiendas de caza en busca del susten-
to necesario para su difícil subsistencia y dejándonos
subyugantes vestigios de aquellas luchas.
Durante siglos, órdenes militares como los Templarios
de San Juan o los de Calatrava, recorrieron sus riberas
involucrados en la defensa del legado recibido del rey Al-
fonso I transitando por las vaguadas y cañadas en bravas
y feroces cabalgadas frente el enemigo musulmán.
Más tarde, las tropas del general Cabrera recorrerán
sus masadas, cruzando una y otra vez sus aguas cuando
las tierras del Guadalupe se convierten en refugio del je-
fe carlista. Y, todavía hoy, el Guadalupe sigue luchando
gracias a unos hombres de tesón, enamorados de lo be-
Ángel González Vera
Presidente de la Academia Aragonesa de Gastronomía
llo y enemigos de la degradación del paisaje, revindican-
do su derecho a morir en paz y retornar a su natural de-
sembocadura en el Ebro y al abrigo de Caspe.
Pero cuando el Guadalope alcanza las tierras del Bajo
Aragón se apacigua y, ayudado por sus acólitos Mezquín
y Guadalopillo, enarbola la rama de olivo signo de paz y
se trasforma en el río mejor regulado de nuestro sistema
fluvial, se hace solidario y da vida a un sinfín de cultivos
de entre los que destaca la mayor concentración de oli-
veras empeltre de toda España, que es como decir de
todo el mundo. Su importancia como cultivo básico en la
agricultura de la zona se remonta a los primeros poblado-
res, testimoniado por los restos de molinos encontrados
en varias excavaciones arqueológicas de poblaciones ro-
manas, alcanzando en los siglos XIV, XV y XVI, coinci-
diendo con la hegemonía de las órdenes templarias, una
vitalidad que resulta interesante conocer.
Durante esa época, la Orden de Calatrava ostentará el
señorío de gran parte de las tierras del Guadalope y del
Mezquín, siendo su lugar de residencia el castillo de Al-
cañiz, hoy convertido en el Parador Nacional de la Con- 71
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Vista del Maestrazgo. Abajo, portada de La Condoñera, de Manuel Sanz y Alberto Molinos.
cordia, así llamado por haber acogido las
capitulaciones preliminares en las que se
establecieron las normas que habrían de
regir las negociaciones celebradas en
Caspe y que finalizaron con su trascen-
dental Compromiso.
Gracias a los privilegios recibidos en la
reconquista, la Orden de Calatrava poseía,
entre otras, la potestad en exclusiva para
la explotación de industrias como los mo-
linos de trigo, los hornos de pan, los moli-
nos de aceite, los batanes, etc. en mu-
chas de las poblaciones del Bajo Aragón,
aunque en pro de la eficacia, dicha potes-
tad, a semejanza de las tierras de labor,
se desplegaba en dos, la propiedad emi-
nente y la útil. Esta segunda era la que se cedía a cambio
de un censo o treudo, que por lo general y refiriéndonos a
los molinos de olivas consistía en la entrega de un núme-
ro determinado de cántaros de aceite, el más limpio y de
mejor calidad, ya que estaba destinado a la lámpara del
Santísimo de la capilla de la Magdalena en el castillo tem-
plario de Alcañiz, y posiblemente también para consumo
de los que la servían.
Los cedatarios solían ser las cofradías gremiales y reli-
giosas de los pueblos que solicitaban la concesión, reca-
yendo sobre estas la obligación de realizar su construc-
ción, corriendo a su cargo los costes de los edificios, rue-
jos, prensas de libra y todos los “maneficios para su go-
bierno”. Estas cofradías, muchas veces con poderes su-
periores a los de los jurados (alcalde y concejales), vela-
ban por la economía y las necesidades sociales del pue-
blo, ejerciendo el patrocinio de entidades tan importan-
tes como la dialma -lugar en donde se entregaban los
72
diezmos-, el almudí -almacén regulador
de los cereales-, la dula -corrales para el
ganado-, la carnicería, el horno de pan y la
cárcel y, como ya hemos dicho, del moli-
no del aceite, cuidando, en este caso, de
que tuviese suficiente capacidad como
para poder molturar toda la cosecha de
olivas del término.
Normalmente, las cofradías no gestio-
naban directamente las explotaciones de
las que eran propietarias, sino que estas
se subrogaban, por periodos anuales, al
mejor postor en una subasta que se reali-
zaba a tranzo de candela (se admitían pu-
jas durante el tiempo que una pequeña
vela permanecía encendida), establecien-
do con el ganador un contrato de cumplimiento muy de-
tallado en el que se hacían constar todas las obligaciones
a las que se comprometía el arrendatario, y pormenori-
zando hasta los más mínimos detalles económicos, so-
ciales y técnicos que debían regir su explotación, penali-
zando con multas e incluso con penas de cárcel su in-
cumplimiento, además de contemplar importantes pre-
rrogativas de intervención y control a favor del prior de la
cofradía.
Hoy nos resulta llamativo que en contratos realizados
por cofradías de Castelserás, La Codoñera, Ráfales, Val-
junquera, Valdealgorfa y en el mismo Alcañiz, según apa-
rece en el capítulo redactado por D. Alberto Bayod en el
libro La Codoñera, de Manuel Sanz y Alberto Molinos, en-
contremos cláusulas tan singulares como la obligatorie-
dad de moler todas las olivas que llegasen al molino ex-
cluyendo las foráneas, establecer un precio superior en el
arrendamiento si el arrendatario no mantenía en funciona-
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PAISAJE Y TERRITORIO - COSTUMBRES Y GASTRONOMÍA / ARAGÓN

Almazara. A la derecha, en algunos lugares de Aragón, las judías se recubren de ceniza antes de guisarlas.

miento el molino hasta haber terminado la recolección de

todos los olivos del pueblo, el hecho de establecer, en el
reparto de gastos en función de su cuantía, que los me-
nores de diez sueldos correrían a cargo del arrendatario y
los superiores a dicha cifra al arrendador, o la obligatorie-
dad de prensar el cospillo o residuo de la aceituna, en
ruejos y prensas distintos a donde se molturasen las oli-
vas usando cofines también distintos y entregar su rendi-
miento en aceite al prior de la Orden de Alcañiz o al de la
cofradía gremial, así como el aceite rescatado en los fo-
gariles y folles; además de otras disposiciones como la
de prohibir que los paradores y encargados hicieran la
siesta sobre la viga de la prensa, o que se desestimase el
aceite de las dos o tres primeras “paradas” (prensadas) al
inicio de la cosecha o cuando el molino hubiese estado
sin funcionar por mas de tres días, o la ya indicada de rea-
lizar por separado la molienda de las olivas y la de sus re-
siduos, medidas todas ellas que indudablemente iban gozado, fundamentalmente gracias a sus oliveras, de una
destinadas al correcto mantenimiento de las instalaciones acomodada posición económica, lo que sin duda ha in-
y a la obtención de aceites de mayor calidad. fluido en el alto nivel que se aprecia en sus hábitos gas-
El detalle de las cuentas, importes de los arrendamien- tronómicos, y que por ello no es casual -dejo aquí mi
tos o censos, o los precios de venta de los aceites tanto aportación culinaria a este capítulo-, el importante núme-
para el consumo como para uso como combustible, apa- ro de neveros que todavía hoy podemos visitar, ya que la
recen en los documentos y nos permite estimar que los venta de hielo a los hogares era ya un negocio pujante
rendimientos del olivo en el Bajo Aragón en este periodo en la Edad Media, y que las alubias o judías, las que se
de su historia eran muy altos. Se detecta por ejemplo trajeron de América -que por su textura y aspecto de per-
que en la primera mitad del siglo XVI el precio del aceite las vegetales las damas francesas recibían como regalo
llegó a triplicarse, lo que produjo un notable crecimiento de sus amantes-, cuajasen prestamente en uno de los
de su cultivo. Sin olvidar el dato importante de que hasta guisos más significativos de las tierras del Bajo Aragón,
prácticamente el siglo XVI el daño voluntario en las olive- la hoya enterrada, judías que han pasado la noche ente-
ras era un delito grave, penado con fuertes multas, inclu- rradas en la ceniza del hogar, puestas en una cazuela con
so con la muerte. agua y condimentadas con carnes del adobo o de la ma-
Quizás sea solo una opinión mía, pero no me duele tanza recién realizada. Majestuoso guiso tan sabroso co-
afirmar que las tierras bañadas por el río Gudalope han mo nutritivo. 73
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Juan Bautista Labaña, Aragón. Parroquia de Santa María y San Bartolomé de Borja (Zaragoza).
P
rimer mapa exento de Aragón encargado a este
cartógrafo portugués por los diputados del rei-
no. Se publicó por primera vez en 1619, siendo
la última edición del siglo XVII la del año 1697, a
la que corresponde este ejemplar.
El mapa incluye cuatro cartelas informativas: una escala
gráfica de leguas; un texto que alude a los métodos em-
pleados; una reseña de las abreviaturas y signos conven-
cionales; la dedicatoria a los ilustrísimos diputados, que
en esta edición difieren de las del original, y las firmas del
autor y del grabador.
Los límites de Aragón quedan definidos mediante una
línea triple discontinua y las unidades episcopales con tra-
zos de puntos. La hidrografía es bastante correcta, con
74
doble línea en todos los ríos. Las montañas se muestran
mediante perfiles abatidos magnificando sus dimensiones
y procurando rellenar los espacios en blanco, de forma que
el territorio parece más abrupto de lo que es en la realidad.
Contiene alrededor de 1600 poblaciones divididas en tres
categorías (ciudades, villas y aldeas) dibujadas mediante el
alzado de los edificios. Se destaca la jerarquía religiosa con
símbolos que escenifican sedes episcopales (con báculos,
mitras y tiaras). Lleva pintadas las armas de Francia, Nava-
rra, Castilla, Cataluña y Valencia en los lugares próximos a
las fronteras. En los márgenes laterales se insertó la De-
claracion Sumaria de la Historia de Aragon para inteligencia
de su mapa, texto redactado por Lupercio Leonardo de
Argensola, cronista del reino.
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EN ARAGON

Tomás Fermín de Lezaún, Aragon de Ioan Baptista Lavaña, 1777. Biblioteca de la Universidad de Zaragoza.

L
a atracción y curiosidad que ejercen los

Pasión por la mapas es de sobra conocida por todos, es

una de las informaciones más buscadas
por internet y siempre genera curiosidad

Cartografía mirarlos, son una invitación a soñar o loca-

lizar sitios remotos. Esa atracción y muchas razones
más han llevado a diseñar la exposición “Aragón en

de Aragón el Mapa: la imagen de Aragón a través de la cartogra-

Fernando López Martín
Doctor en Geografía,
Director del Instituto Geográfico de Aragón
Comisario de la exposición “Aragón en el Mapa”
fía (siglos XV-XXI)” que fue organizada y gestionada
por el Instituto Geográfico de Aragón y expuesta en
el Museo de Zaragoza entre los días 5 de septiembre
a 5 de octubre de 2018. Se exhibieron 72 obras entre
mapas, atlas y documentos, procedentes de nueve
instituciones públicas y privadas, con objeto de mos-
trar cronológicamente la evolución del territorio de
Aragón en los últimos 500 años. La exposición finali- 75
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 76
zó con la visión de Aragón en el siglo XXI a través de la
producción cartográfica, en diferentes formatos y técni-
cas, que elaboró el Instituto Geográfico de Aragón.
Aragón es muchas cosas, sus gentes, sus paisajes, su
clima, su gastronomía, su cultura, su territorio, su historia
y se ha configurado administrativamente, a través del
tiempo, en diócesis, coras, reinos de taifas, condados,
tenencias, comunidades de aldeas, ciudades, villas, so-
brejunterías, cullidas, señoríos, estancos, merinados, bai-
líos, distritos del Santo Oficio, veredas, corregimientos,
municipios, provincias, partidos judiciales, concentracio-
nes municipales, mancomunidades y comarcas, todo ello
con una gran riqueza toponímica, que se ha representado
a través de los mapas y de la cartografía.
Los mapas, como representaciones gráficas que facili-
tan la comprensión espacial de las cosas, nos suelen
mostrar el qué, pero es una aventura descubrir en un
mapa, en este caso de Aragón, el porqué, el cómo o el
cuándo. Los mapas se han utilizado de muchas formas y
para muchos intereses, en función de quién los encarga-
ba, quién los realizaba, con qué finalidad, destacando así
76 diversos aspectos en cada uno de ellos.
Francisco Magallón, Mapa de Aragón, 1890.
Instituto Geográfico de Aragón.
Siguiendo la división cronológica
propuesta en la exposición, los siglos
XV y XVI estuvieron representados
por varias imágenes de mapas de los
siglos XV y XVI extraídas de distintas
ediciones de la Geographia de Ptolo-
meo como las obras de Servet y
Münster que traducían e interpreta-
ban también la idea original de Ptolo-
meo, se hacía ya referencia a “Arra-
gon” y “Aragonia”.
La situación cambió sustancialmen-
te en el siglo XVII cuando la represen-
tación de Aragón comenzó a visuali-
zarse en mapas que cartografiaban el
cuadrante nordeste de la Península
Ibérica, el gran avance en este siglo
vino de la mano del cartógrafo portu-
gués Juan Bautista Labaña al que se
encargó la elaboración del mapa de
Aragón. Este mapa exento fue el pri-
mero producido conforme a procedimientos científicos y
el único que se realizó utilizando mediciones y estudios
directos. Considerado una de las obras maestras de la
cartografía española de los siglos XVII y XVIII, sirvió de
base a los mapas que se realizaron con posterioridad por
otros cartógrafos.
Durante el siglo XVII los mapas de Hondius, Blaeu,
Janssonius o Sanson, bajo la denominación de Arragonia
Regnum o Novissima Arragoniae Regni Tabula, supusie-
ron evoluciones y modificaciones del trabajo original de
Labaña.
El siglo XVIII continuó la herencia de Labaña pero au-
mentando la precisión cartográfica y el número de topóni-
mos. Se hizo habitual la aparición de los límites de Aragón
y de los corregimientos y obispados como divisiones ad-
ministrativas dentro del territorio. Son muestra de ello los
mapas expuestos de Wit, Jaillot, Fer o los Robert de Vau-
gondy.
Hay que destacar en 1777 la aportación del aragonés
Tomás Fermín de Lezaún a la cartografía aragonesa con la
edición revisada, corregida y aumentada del mapa de Ara-
gón de Juan Bautista Labaña. Este magnífico ejemplar
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EN ARAGON

Mapa de relieve de Aragón – LIDAR, 2018.

Instituto Geográfico de Aragón.

ofrece los límites de los corregimien-

tos y 326 nuevas poblaciones, rectifi-
ca la toponimia de 122 y de varios rí-
os, y amplía, además, la red de cami-
nos y los signos convencionales.
El siglo XIX añadió a la cartografía
diversos elementos, entre ellos, la
generalización en los mapas de las le-
yendas, ya presentes en algunas
obras del siglo anterior, como la Char-
ta Regni Aragonia de Güssefeld de
1798, y que pudieron observarse en
la obra de Dufour Aragón con las nue-
vas divisiones de 1837 y en otras
obras posteriores. Se representó
también la división territorial de Espa-
ña en provincias, desde las 22 esta-
blecidas en las Cortes de Cádiz en
1812 hasta las 49 provincias y 15 re-
giones históricas constituidas en la
reforma de 1833.
El siglo XX trajo la mejora en las
técnicas cartográficas y unos mapas más precisos, gra- grafías temáticas y formas de representar Aragón que
cias al papel de las diferentes instituciones encargadas persiguen un mejor conocimiento del territorio y una ma-
de la cartografía, tanto en los ámbitos militares como ci- yor disponibilidad de información geográfica indispensa-
viles, que trabajaron de forma sistemática para cubrir el ble para la toma de decisiones. Prueba de ello, son nues-
máximo territorio y con mayor precisión, apareciendo tros mapas de Comarcas y Municipios de Aragón, Ara-
mapas temáticos. gón en el espacio, Aragón desde satélite, Mapa de relie-
Las últimas décadas del siglo XX y el principio del siglo ve de Aragón-LIDAR, Mapa de calidad del paisaje de Ara-
XXI, han aportado los mayores avances conocidos en el gón, El grafo de Aragón, Aragón y su toponimia, Aragón
uso de las Tecnologías de la Información Geográfica, in- de Película, muchos de ellos actualizados, otros elabora-
corporando a las técnicas topográficas, las ya usadas fo- dos especialmente para formar parte de esta exposición.
tografías aéreas, las imágenes de satélite o los datos LI- Todas estas obras son el último eslabón, hasta la fe-
DAR, gestionados por los sistemas de información geo- cha, de las representaciones cartográficas de Aragón
gráfica y las infraestructuras de datos espaciales. Todo que esta exposición ha presentado y que han contribuido
ello, junto con el desarrollo del estado de las autonomías a dibujar nuestra realidad, cómo nos vieron, cómo quisie-
en España, llevó al desarrollo de unidades administrati- ron vernos y cómo nos vemos, desde un lenguaje muy
vas dedicadas a la gestión de la información geográfica y especial, como es el de los mapas.
de la producción cartográfica. En el caso de Aragón, el
Instituto Geográfico de Aragón, es el encargado de reali-
zar estas tareas, y avanza, no solo en el mantenimiento y
actualización de la cartografía topográfica, como ya se ha
señalado con anterioridad, sino que genera nuevas carto- 77
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 78
El Museo de Zaragoza es algo más…
es el museo general de Aragón
E
l Museo de Zaragoza, antes conocido como
Museo Provincial, es la institución cultural
más antigua de Aragón, fundado como tal en
1848, ha cumplido 170 años de existencia.
Desde entonces ha sufrido y gozado de nu-
merosas vicisitudes que le han conducido a lo que es
hoy, una compleja institución que aúna cuatro sedes ex-
positivas y una colección de casi cuatro millones de obje-
tos, desde un humilde fragmento de cerámica hasta el
retrato del duque de San Carlos, pintado por Goya, o la
cabeza en sardónice del emperador Augusto, obra maes-
tra del arte de la Antigüedad clásica. En sus salas y alma-
cenes se condensa la historia de Aragón como en ningún
otro lugar, una historia no escrita pero tangible, entre ri-
gurosa y evocadora que pretendemos pueda estar al al-
78 cance del gran público y del no tan grande.
Isidro Aguilera Aragón
Director del Museo de Zaragoza
Tras una serie de circunstancias, en estos momentos
el Museo de Zaragoza pasa por una fase de transición
que supone una renovación de su exposición permanen-
te, lo que no significa que se haya ralentizado la actividad
cultural puesto que se celebran exposiciones temporales
una tras otra, ciclos de conferencias, presentaciones,
conciertos y eventos variados, con los que el equipo que
sostenemos el museo quiere significar que queremos
estar involucrados para que este centro sea también un
visible dinamizador cultural de la ciudad.
Detrás de esas acciones que el público puede apreciar
en sus visitas al museo o a través de la redes sociales,
hay un trabajo constante de conservación, investigación,
programación, mantenimiento, difusión y gestión admi-
nistrativa que no es tan percibido por el ciudadano, pero
que supone la espina dorsal desde la que se articula la vi-
da del centro. Laboratorio de conservación, área de difu-
sión, sección de documentación, áreas de reserva, biblio-
teca… registran una actividad constante que tiene su tra-
ducción en un cuidado y una proyección de nuestro patri-
monio cultural que traspasa nuestras fronteras.
Pero no se nos escapa que la sociedad espera de este
museo mucho más, que muestre un discurso que pro-
porcione una visión coherente, didáctica y, por qué no,
emocionante de las diversas etapas de la historia de
nuestra comunidad, una visión construida a base de ma-
teriales arqueológicos, etnográficos y obras de arte.
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EN ARAGON

Es un reto apasionante buscar el equilibrio entre las

obras incontestables que deben estar en la exposición y
las nuevas piezas que han de dar variedad al hilo conduc-
tor que nos guíe por la historia, la estética y la imagen de
la sociedad aragonesa.
Dentro de esta planificación ya se han abierto al público
las secciones dedicadas al barroco y a Francisco de Goya
y sus antecedentes. Es inminente a la reapertura de las
salas de renacimiento que va a incluir atractivas primicias.
Detrás irán las dedicadas al arte gótico, temática en la
que el Museo de Zaragoza ha destacado siempre por sus
magníficos fondos. La pintura y escultura del los siglos
XIX y XX están esperando impacientes a ser vistas.
La sección de arqueología, se ubicará en la planta baja,
de más compleja conceptualización y de más costoso
montaje, está en fase embrionaria, Aún así, se han intro-
ducido interesantes novedades que, si bien son provisio-
nales, dan una idea básica de nuestro más remoto pasa-
do desde el Paleolítico hasta la Edad del Hierro. De la cul-
tura romana se ha puesto el énfasis en los textos epigrá-
ficos: se han vuelto a exponer el Bronce de Agón y la Ta-
bula de Gallur y se han añadido inscripciones religiosas y
funerarias de Tarazona y Zaragoza respectivamente, nun-
ca exhibidas hasta ahora.
Completamos este panorama de transición en lo mu-
seográfico con una gran vitrina dedicada a la Edad Media
en nuestro territorio instalada en al pié de la escalera mo-
numental, en consonancia con los sepulcros rotenses de
Pedro Fernández de Híjar y su segunda esposa Isabel de
Castro. La vitrina está dividida en tres partes dedicadas, El Museo de Zaragoza, como una institución viva que
cada una de ellas, a las fases de la Edad Media: los visi- es, se encuentra en plena transformación, queremos su-
godos, al-Andalus y Reino de Aragón. En cada sección se brayar la cualidad de que estamos ante el museo general
muestran selectos materiales arqueológicos representa- de Aragón, ante el protector de nuestro patrimonio cultu-
tivos de esas etapas: arquitectura, numismática, epigra- ral público y ante un lugar de aprendizaje y disfrute. El
fía, cerámica, vidrio y artes ornamentales se ofrecen al Museo de Zaragoza es siempre el museo de la presen-
público de forma esmerada. cias y de las sorpresas. 79
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75 Aniversario del Instituto Pirenaico de Ecología
(IPE-CSIC).
Su relación con Jaca y con el resto de Aragón
De la flora, la fauna y los pastos pirenaicos al cambio global en los ecosistemas,
pasando por la ecología de montaña y la gestión sostenible de la naturaleza
De 1942 en Jaca a
estudios ecológicos por todo el mundo
T
odo empezó en Jaca al amparo de los Cur-
sos de Verano de la Universidad de Zarago-
za, iniciados en 1927. A comienzos de los
40, científicos de Zaragoza, Barcelona, Ma-
drid, etc. (geógrafos, geólogos, prehistoria-
dores, botánicos, climatólogos...) encontraron allí las con-
diciones adecuadas para desarrollar sus trabajos de cam-
po en un territorio de montaña atractivo pero poco cono-
cido. El catedrático aragonés D. José María Albareda, a la
80 sazón secretario general del Consejo Superior de Investi-
Federico Fillat Estaqué y Luis Villar Pérez
Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC)
gaciones Científicas (CSIC), fundó en 1942 la Estación de
Estudios Pirenaicos, consciente de las muchas áreas
montañosas de España y apoyado por la ciudad de Jaca
y por D. José Ibáñez Martín, ministro de Educación. Para
promover el conocimiento de la cordillera fronteriza, la
Estación organizó cursos, publicó monografías y abrió en
1945 la revista Pirineos. Elevada en 1948 a la categoría
de Instituto desarrolló, entre 1950 y 1974, en colabora-
ción con la Universidad de Toulouse, los Congresos In-
ternacionales de Estudios Pirenaicos, que incrementaron
notablemente el conocimiento de ambas vertientes. En
1963, como aportación española al Programa Biológico
Internacional, de nuevo el CSIC fundó el Centro Pirenaico
de Biología Experimental, laboratorio enfocado a recur-
sos naturales que desde 1966 ocupó los locales de la an-
tigua estación, en Jaca.
Pasada la época productivista de la posguerra europea,
en 1970 el Programa hombre y biosfera (MaB) de la
Unesco aceptó las ideas ecológicas generales de cara a
la conservación de los recursos por parte del hombre a
escala global. Gracias a su enfoque multidisciplinar, los
dos centros de investigación altoaragoneses se vieron re-
forzados por varios proyectos internacionales en los que
participaban, entre otros, el primer director, D. Enrique
Balcells, zoólogo y ecólogo barcelonés, y el vicedirector,
D. Pedro Montserrat, botánico y especialista en pastos.
Años más tarde, en 1983, la confluencia de líneas de in-
vestigación de ambos centros llevaría a refundirlos en el
Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) bajo la dirección de
D. Juan Puigdefábregas. Renovado y consolidado, el
CSIC ampliaría el Instituto en 1993 con nuevas instalacio-
nes en el Campus de Aula Dei (Montañana, Zaragoza), a
las que seguiría en 2012 la inauguración de una nueva se-
de en Jaca.
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Proyección internacional del IPE. Esque-
ma realizado por
J.P. Martínez-Rica, 2008.
Con este bagaje, los equipos de investigación del Insti-
tuto encontraron financiación en las convocatorias regio-
nales, nacionales e internacionales y poco a poco se
transformaron en referente para elamplio campo de la
ecología de montaña. Ello permitió a J. P. Martínez-Rica,
director en 2008, ilustrar en el mapa adjunto. Los puntos
adonde habían llegado los miembros del IPE en sus in-
vestigaciones por los cinco continentes. Sesenta años
después, la coordinación de especialistas diversos y la
proyección internacional soñadas por Albareda ya eran
una realidad en nuestras disciplinas a través del CSIC en
el Pirineo y en Aragón.
Algunos resultados importantes para Jaca,
los Pirineos y Aragón
Los Congresos Internacionales de Estudios Pirenaicos,
alternando sedes en España y Francia, fueron el marco
ideal para la presentación de los estudios que se venían
realizando en la cordillera; en las actas del celebrado en
San Sebastián en 1950 ya figuraba el “Estudio geológico
de la zona subpirenaica aragonesa y de sus sierras margi-
nales”, de Almela y Ríos, donde se presentaba el corres-
pondiente mapa y diversos cortes geológicos en los que
Jaca y su Peña Oroel quedaban definidos con todo deta-
lle. Más tarde, los mapas geológicos de Soler y Puigdefá-
bregas, elaborados y publicados por el Instituto, así co-
mo su colaboración con la empresa Petroles d’Aquitaine
facilitaron el desarrollo industrial en Lacq (Francia) y el
descubrimiento de los yacimientos de gas en el Serrablo,
junto a Sabiñánigo.
También las responsabilidades que el profesor Enrique
Balcells tuvo en los citados programas internacionales in-
fluyeron en la declaración de la Reserva de Biosfera Or-
desa-Viñamala en 1977, la ampliación del Parque Nacio-
nal de Ordesa en 1982 así como en su eficaz colabora-
ción para considerar el Monte Perdido (Francia y España)
como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unes-
co en 2007. Recientemente el IPE ha suscrito un conve-
nio de colaboración con el Parque para fomentar investi-
gaciones ecológicas a medio y largo plazo dentro de la
red mundial LTER (Long Term Ecological Research).
Los mapas de Vegetación de la Cuenca del Ebro, de la
Jacetania y del Parque Nacional de Ordesa y Monte Per-
EN ARAGON
dido, etc.; el volumen de flora para la Enciclopedia Temá-
tica de Aragón y el libro Pastos del Pirineo fueron algu-
nas aportaciones importantes del profesor Pedro Mont-
serrat y sus discípulos. Pero a lo largo de medio siglo, la
creación y mantenimiento del “Herbario JACA”, una de
las principales colecciones de España con proyección in-
ternacional (Atlas de Flora Europea, Atlas digital de la Flo-
ra de los Pirineos, etc.), no solo proyectó el nombre de la
ciudad al exterior sino que dio un gran prestigio al Institu-
to y viene siendo referencia obligada para proyectos co-
mo el Atlas Digital de la Flora de Aragón y, en los últimos
cuarenta años, para Flora ibérica.
Los estudios geomorfológicos, de nivología y de paleo-
ecología basados en sedimentos lacustres y de turberas,
así como los dendrocronológicos, llevados a cabo por el
IPE, contribuyen a precisar los cambios climáticos preté-
ritos y actuales, tanto los naturales como los provocados
por el hombre. También el novedoso análisis del creci-
miento de las estalactitas y estalagmitas o la colección
de muestras para estudios palinológicosaportan resulta-
dos que desde nuestro Pirineo y Aragón se cotejan conti-
nuamente con los obtenidos en otras cordilleras del
mundo. En este mismo sentido, varias zonas piloto esta-
blecidas en las cimas del Pirineo Aragonés hace unos
veinte años, permiten evaluar los impactos del calenta-
miento global en la flora alpina de Europa y del mundo
(proyecto GLORIA).
El IPE también investiga los impactos cada vez más in-
tensos de las actividades humanas en los ecosistemas
acuáticos, particularmente en la cuenca hidrográfica del
Ebro, donde tras el estudio de la contaminación y sus
efectos sobre los seres vivos, propone medidas correc-
toras y planes de restauración ecológica.
Por otra parte, los descubrimientos prehistóricos de
Atapuerca han tenido un efecto multiplicador para otras
regiones españolas como los Pirineos, donde diversos
equipos nacionales e internacionales participados por el
IPE, están analizando e interpretando los restos de ejem-
plares de la fauna salvaje y su relación con la ganadería
primigenia de montaña.
Finalmente, la interdisciplinariedad de los trabajos del
Instituto permite no solo la formación de jóvenes investi-
gadores en Aragón, sino una transferencia bastante di-
recta de los resultados: tesis doctorales, publicaciones
científicas, asistencia a congresos, aplicación a los pro-
blemas locales teniendo en cuenta las limitaciones ecoló- 81
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 82
gicas, participación en cursos universitarios,
comunicación con agentes locales de desa-
rrollo, etc.
En resumen, los investigadores del Insti-
tuto, ocupados en el estudio de la flora, la
fauna o la ecología de los ecosistemas de
montaña aspiran no solo a conocer mejor
los recursos y procesos naturales, sino a su
conservación y seguimiento en el espacio y
en el tiempo. Para ello se esfuerzan en
ofrecer a la sociedad, con sus datos e inter-
pretaciones, las bases científicas necesa-
rias para una gestión sostenible de nues-
tros montes y valles, ya sea a una escala lo-
cal, regional o mundial.
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http://pirineos.revistas.csic.es/index.php/pirineos/i
82 ssue/archive -www.gloria.ac.at
Santiago Parra,
amigo inolvidable
Hipólito Gómez de las Roces
S
antiago y yo fuimos amigos casi desde que nos conocimos en
la Delegación de Hacienda de Lérida, años antes de que coinci-
diéramos de nuevo en la Delegación de Hacienda de Zaragoza.
Santiago pertenecía por oposición al cuerpo de Inspectores de Ha-
cienda, si recuerdo bien el nombre. Aunque tenía que simultanear
aquel destino con el mismo servicio en la Delegación de Hacienda
de Cuenca, vivía en Zaragoza.
Santiago era un excelente conversador y de vez en cuando bajaba
a mi despacho desde el suyo y se dejaba caer sobre el sillón valetu-
dinario que debía estar allí desde siempre. “Hipólito -solía decir-, per-
mite que descanse un poco en tu despacho porque llevo una maña-
na agobiante de visitas debido a que tengo fama de ser algo flexible
con los contribuyentes”, y, añadía irónicamente, “suponen lo que no
es cierto, que Hacienda soy yo”.
Santiago no respondía desde luego a esa imagen peyorativa del
funcionario intransigente; era hombre que sabía escuchar, no sola-
mente oír, y que jamás dejaba de ponderar la posibilidad de que el
contribuyente tuviera razón.
Humanamente, Santiago era un liberal, siempre propenso a com-
prender a su interlocutor, sin sentirse él poseedor de la verdad ente-
ra. Hicimos muchos viajes juntos de Lérida a Zaragoza y alguno al Pi-
rineo y nunca le vi irritado mientras conducía ni se dejaba llevar por
el mal humor de otros pilotos. “Venga, pasa de una vez…”, le oí de-
cir aludiendo al impaciente conductor de un seicientos que pedía
prioridad a bocinazos en un tramo de curvas que requería más pru-
dencia que prisa.
En aquellos viajes hablábamos de mil cosas sin excluir la política,
antes, desde luego, de que uno entrara en ella, quiero decir, en la
política activa, porque de la pasiva nadie se libraba entonces ni se li-
bra ahora.
Santiago, lo sabemos todos, hizo una gran labor como presidente
del SIPA, sin que jamás presumiera de ello. Me acordaré siempre de
cuánto ayudó el SIPA a la DPZ en mi tiempo de presidente de la cor-
poración provincial cuando tuvimos que afrontar, casi “a cara de pe-
rro”, aquella amenaza del trasvase de aguas del Ebro a Barcelona
que afortunadamente, y no sin muchos esfuerzos, quedó en agua de
borrajas.
Santiago Parra supo entender lo que desde la DPZ y pensando en
Aragón entero y también en España queríamos que prevaleciese y,
gracias al SIPA, pudo hacerse limpiamente; baste un ejemplo, que
podrían ser más: a fin de agosto de 1974 gente contratada por el SI-
PA como nosotros no podíamos hacer, aunque contando con nues-
tro auxilio económico, cubrió los márgenes de la carretera de Zarago-
za al límite con Lérida con una suma de grandes carteles con aquel
lema insigne de “ARAGÓN TIENE SED”, añadiendo otros carteles y
letreros complementarios sin que en aquel fin de la última semana
de agosto el MOPU pudiera eliminarlos, cosa que haría después de
bien llegado septiembre.
Un abrazo muy fuerte, querido Santiago, de aquí al cielo. Y gracias
permanentes a ti y al SIPA y antes de que pase un año de tu ausencia.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 83
Medalla al Mérito Turístico a
Santiago Parra
E
l Gobierno de Aragón, de forma excepcional y
en el marco del día Mundial del Turismo
2018, concedió la Medalla al Mérito Turístico,
a título póstumo, a quien fuera nuestro presi-
dente durante no menos de tres décadas. En
Teruel, su querido y defendido Teruel, recibieron la me-
dalla su esposa Elena Navarro y su hija Elena Parra,
acompañadas por toda la familia, miembros del SIPA y
un numerosísimo grupo de personas vinculadas al mun-
do del turismo aragonés. Ni qués decir tiene que los
aplausos salieron del corazón y llegaron al corazón.
Un personaje insigne, alma del SIPA, que dedicó afec-
tos e ilusiones a las cosas de Aragón, principalmente en
su versión turística y monumental. Estuvo en primera lí-
nea en las reivindicaciones del Canfranc, al frente en la
defensa del “no al trasvase del Ebro”, líder en la campa-
VIAJES, EXCURSIONES Y VIDA SOCIAL
ña “Aragón tiene sed”, director de la revista Aragón, tu-
rístico y monumental; bajo su presidencia en el SIPA (de
1973 a 2006) se editaron sesenta y tres números de la
misma y después, como director (de 2007 hasta hoy),
veintiuno más. Más de mil artículos o trabajos que han
sido y son semilla vertida en la dura tierra aragonesa.
Nuestra tierra necesita referentes como Santiago que,
generosamente, dediquen su tiempo y pongan a disposi-
ción del común sus ideas y compartan sus ideales. Ha
acertado el Consejero de Turismo al proponer la conce-
sión de esta distinción. Acertó el Gobierno al concederla.
Para admirar y querer a Santiago Parra no es necesaria,
pero nos alegra que se reconozca el trabajo desinteresa-
do de muchos años. Es de justicia y un estímulo para to-
dos los que militamos en esta sociedad civil ya casi cen-
tenaria llamada SIPA.
83
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ARAGONEANDO EN AQUITANIA
ANTE EL BICENTENARIO DE GOYA
E
n el SIPA queremos calentar motores. Se va a
cumplir el segundo centenario de la muerte de
Goya (1746-1828) y creemos que Aragón y Za-
ragoza todavía no han valorado y, por tanto,
rentabilizado, su figura. Diez años no es nada,
por ejemplo, si queremos hacer un monumento digno y
relevante como el de Alfonso el Batallador en el parque
(construido en el noveno centenario de la conquista de
Zaragoza) o el de Agustín Querol en la plaza de los Sitios
(del primer centenario del asedio francés). No es nada si
queremos terminar el Museo del Grabado en Fuendeto-
dos, canalizar el Ebro o construir una red viaria de estu-
pendas carreteras que unan el Goya disperso por Aragón.
En el SIPA ya hemos empezado a calentar motores.
Dos grupos expedicionarios, dos autobuses completos,
fuimos en el mes de octubre a Burdeos a rendir homena-
je a la figura de Goya en la ciudad, y en el edificio en que
murió, hoy Instituto Cervantes. Un nutrido grupo de ex-
pertos en varias disciplinas se impregnó del espíritu del
genio aragonés y deliberó sobre el binomio Goya-Aragón
pensando en el bicentenario. En el autobús, en el viaje
de ida, y por gracia de la Institución Fernando el Católico,
se nos obsequió con un facsímil de Estudios sobre Goya.
1835-1885, de Valentín Cardedera (edición cuidada de Ri-
cardo Centellas), y a la vuelta se leyó, descifrando su
contenido en voz alta, con la colaboración de todos los
viajeros, una carta de Goya a su hijo escrita un mes an-
tes de su fallecimiento con datos muy interesantes. Pa-
84
Redacción
recía un colegio… pero nos impregnamos del carácter de
D. Francisco.
El recibimiento en el Instituto Cervantes y la visita a to-
das sus instalaciones, incluso las habitaciones privadas del
maestro, nos emocionó. Tanta amabilidad solo la pudimos
suplir con nuestro afecto, y con unas frutas de Aragón. La
ciudad de Burdeos impresiona por sus valores patrimonia-
les de ayer (fue declarada Patrimonio de la Humanidad en
2007) y por su pujanza de hoy. Crece a razón de 15 000
habitantes por año. La ciudad del vino, icónico referente
de la mayor superficie de viñedos del mundo con nombre
propio (110 000 Hectáreas, 65 D. O., 6200 bodegas y 700
millones de botellas anuales de vino Burdeos), compite
con las torres de la catedral de San Andrés, un gótico que
atonta de tanta belleza y donde pudimos escuchar el últi-
mo concierto de su gran órgano que va a restaurarse por
el sistema de crowfunding (como el construido en Caspe)
con un coste de tres millones de euros. Las tres líneas de
tranvías con sistema APS (alimentación por el suelo) nos
dejaron atados y atrapados con esta ciudad y su región,
tanto como la Merlot y las Cabernet Sauvignon y Franc o
“la noble podredumbre” de los Sauternes.
Argoneando, distribuimos bastantes ejemplares de la
revista Aragón, en especial el número extra que editó el
SIPA en el primer centenario del fallecimiento de Goya,
en 1928, y su facsímil en el centésimo quincuagésimo
aniversario, 1978. Y por seguir aragoneando, empezare-
mos a pensar el bicentenario.
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 85

VIAJES, EXCURSIONES Y VIDA SOCIAL

Visita a la catedral y Museo Diocesano de Huesca

y descubrimiento de la iglesia
de San Miguel de Foces, en Ibieca
Redacción. Fotos, Ángel Blanco Pardos, socio del SIPA

U
n sábado de principio de octubre, antes de
las fiestas del Pilar y antes del doble viaje
del SIPA a Burdeos, que ha movilizado este
año a muchos socios, nos fuimos a visitar la
catedral y el Museo Diocesano de Huesca y
la exposición que había comisariado Ignacio Calvo Ruata,
socio del SIPA y amigo, del pintor cartujo fray Manuel Ba-
yeu, hermano de Francisco Bayeu y contrapariente de
Goya. Tenemos un estupendo artículo de la exposición
en este número de la revista, con lo que no comentare-
mos nada que no sea decir que fue un placer contar con
la compañía y explicaciones de Ignacio Calvo y poder ver,
entre otras obras originales de fray Manuel, un audiovi-
sual que recoge la situación de sus deterioradas pinturas
en la cartuja de las Fuentes, de la que tantas veces he-
mos hablado en Aragón, turístico y monumental.
El viaje, fue un viaje de descubrimiento. El día amane-
ció claro y limpio, como han sido los días de este suave
otoño. Una vez en Huesca, desayunamos en la Confian-
za, tienda de ultramarinos considerada la más antigua de
España de las que todavía se encuentran en activo y que
está en la plaza Mayor o plaza López Allué, en el centro 85
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 86

de Huesca. A partir de ahí, caminando por las calles re-

cién peatonalizadas del casco antiguo, llegamos hasta el
Museo Diocesano, donde nos esperaba Susana Villacam-
pa, técnico de patrimonio histórico-artístico vinculada al
museo y a la catedral. Su visita es de las que se recuer-
dan. Divulgar o interpretar el patrimonio no consiste solo
en saber mucho: es mucho más, casi casi un arte. Hay
técnicas y, sobre todo, debe acompañar el conocimiento
y el interés. Pero hay algo más que resulta difícil de defi-
nir. Cuando tienes la suerte de recibir una visita como la
que nos hizo Susana sabes perfectamente qué es lo que
la distingue de otras: comunicación, cercanía, empatía,
amabilidad, inteligencia, sabiduría, buena administración
del tiempo, conocimiento del grupo a primera vista, len-
guaje… Seguro que todos recordamos algún lugar que
hemos visitado por quién nos lo ha enseñado más que
por el lugar en sí. Son visitas que despiertan tus sentidos
y alertan tu mente.
Susana había realizado una previa selección de las salas
y las piezas del museo (había que ajustar el tiempo) por-
que quería terminar enseñándonos el retablo de la cate-
dral. Fue una auténtica lección sobre Damián Forment: su
escuela, su vida, las piezas previas al retablo y el retablo,
por fin. Antes, pasamos por el salón Tanto Monta, recu-
perado y abierto al público en noviembre de 2017. El alfar-
je, realizado en 1478 bajo el mandato del obispo Antonio
de Espés, muestra la inscripción "Tanto Monta", dirigida a
Fernando II, casado ya con Isabel de Castilla pero todavía
no rey de Aragón. Este lema tiene relación con una anéc-
86 dota clásica de la biografía de Alejandro Magno, narrada
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 87

VIAJES, EXCURSIONES Y VIDA SOCIAL

Congreso mundial
por Quinto Curcio, y que hace referencia a una leyenda
en torno a un yugo atado con un nudo muy enrevesado;
la leyenda decía que quien lo desatara sería dueño y se-
de turismo rural
ñor de Asia. Alejandro Magno, en su camino por conquis-

tar Persia, llegó a Gordio, capital del antiguo reino de Fri-
gia -actual Turquía- y encontrándose con el "nudo gordia-
no" de la leyenda, sacó la espada y lo cortó, diciendo
"Tanto da (monta tanto) desatarlo como cortarlo".
El rey Fernando II de Aragón utilizó en su escudo el le-
ma “Tanto Monta” junto a un yugo y un nudo desatado.
El alfarje impone, sobre el suelo de mármol negro y el
maravilloso estuco veneciano rojo de las paredes.
Después, visitamos la exposición de fray Manuel y co-
mimos en el restaurante Flor, al lado de la Diputación de
Huesca. Después de comer un estupendo menú nos diri-
gimos al autobús para terminar la excursión en la iglesia
de San Miguel de Foces. En Ibieca, a 2 km de la iglesia,
nos esperaba Ana, vecina de Ibieca y comprometida con
la divulgación del patrimonio de su zona, que se subió al
autobús y nos fue explicando mientras llegábamos.
San Miguel de Foces fue declarada Monumento Na-
cional en 1916; destaca en el perfil del Parque Natural
de la Sierra y los Cañones de Guara e impresiona por su
elegancia y sobriedad. A caballo entre el románico y el
gótico, fue construida por la familia Foces (Ximeno de
Foces, 1249) para servir de panteón familiar. Allí descan-
san, en dos imponentes arcosolios, los restos de Hato
de Foces y de su esposa, entre pinturas góticas (gótico
lineal) muy bien conservadas.
La portada, con arquivoltas en diente de sierra, arco de
herradura y punta de diamante, es precursora, y proba-
blemente, esté emparentada, con la valenciana Puerta
del Palau. En los capiteles, hojas de vid, higuera y cardo,
además de dragones y otros animales fantásticos.
Para visitar la iglesia, contactar con la asociación de
San Miguel de Foces, http://amigosdesanmigueldefo-
ces.org/
Y, para más información, remitimos a la revista Aragón,
número 351 -octubre 2001- en la que estas pinturas fue-
ron portada y su interior incluye una ruta completa que hi-
cimos por su entorno con artículos de varios ilustres. El
de las pinturas corre a cargo de María del Carmen Lacarra.
L
os días 19 y 20 de julio tuvo lugar, en
Mora de Rubielos, el primer Congreso
Mundial de Turismo Rural Sostenible,
organizado por ADEA, Asociación de
Directivos y Ejecutivos de Aragón, y
por el Gobierno de Aragón. El turismo rural en
Aragón es una de las principales economías de la
comunidad, y este congreso tenía como objetivo
mostrar la importancia del sector, no solo desde
el punto de vista cuantitativo, sino desde el cuali-
tativo, de ahí que cuestiones sobre calidad, sos-
tenibilidad o estacionalidad hayan sido cuestiones
que se debatieron en profundidad a lo largo del
congreso
Un turismo diferente, de excelencia, es posible;
además, también es posible conseguir un turismo
de convivencia, que beneficie a los habitantes de
la zona. Se habló sobre gastronomía, sostenibilidad
e innovación, la necesidad de “crear marca” para
posicionar Aragón como lugar de destino así como
de la necesidad de diversificar mercados, revalori-
zar los recursos naturales y dar visibilidad exterior
a los destinos aragoneses. Se habló también de
las emociones y de diferenciarse del resto de las
ofertas, es decir, volver sobre la experiencia y la
emoción, todo ello bajo el paraguas de la sostenibi-
lidad. Para conseguir esto, tal y como se habló en
el congreso, es necesario tener buenas ideas, y
también buenas comunicaciones.
El gran éxito de participación, el interés de las
ponencias y el buen trato profesado por hosteleros
de Mora de Rubielos, Rubielos de Mora y de Sa-
rrión, donde tuvo lugar la clausura del congreso
con una visita por el pueblo y una magnífica recep-
ción, hizo que el presidente de ADEA, Salvador
Arenere, anunciara una nueva cita para el próximo
año, esta vez con Aínsa como núcleo conector.
87
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 88
Mesa coloquio dedicado a la despoblación
Seminario Economía y Progreso, Real Sociedad
Económica de Amigos del País
E
l pasado 12 de junio, la Real Sociedad Arago-
nesa de Amigos del País organizó, dentro del
Seminario “Economía y progreso” una mesa-
coloquio en su ciclo dedicado a la despobla-
ción, moderada por D. Francisco Bono, socio
del SIPA y vicesecretario de la Real Sociedad Económica,
a la que fui invitado junto con el director gerente de la
Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez,
para tratar sobre el tema “El patrimonio cultural como di-
namizador de la población de los territorios” en el monu-
mental patio de la Infanta de Ibercaja.
Antonio Jiménez nos contó cómo se ha gestado en po-
co más de dos décadas el caso de Albarracín, que sin du-
da es paradigmático por muy diversas razones, pero me
gusta destacar que una de las principales razones del éxito
de Albarracín es su autenticidad. Esta localidad no tiene
los mejores monumentos de Aragón, pero tiene una arqui-
tectura sincera, a la vez que austera, integrada en un pai-
saje fantástico que la arropa. Y con esos mimbres, a tra-
vés de una gestión eficaz, se ha conseguido dotar a esta
pequeña población de un gran atractivo, que no ha sido ca-
sual. El respeto logrado para la conservación de los más
pequeños elementos que conforman el paisaje urbano, es
el que, al final, la dota de ese especial atractivo que tantos
éxitos le ha dado, y que tantos pretender copiar.
Por si alguien cree que esto es fácil, piensen en casos
de otras muchas poblaciones o conjuntos donde la esca-
88 sa vigilancia en los procesos edificatorios ha deteriorado
Javier Ibargüen Soler
Arquitecto y vicepresidente del SIPA
irreversiblemente su patrimonio. Los intereses persona-
les y los vaivenes políticos han quedado fuera de la ges-
tión en este caso, y a la vista están los resultados, con
un modelo de gestión, a través de una fundación, que ha
demostrado sobradamente su eficacia. La presencia di-
recta y permanente de Antonio Jiménez en Albarracín
seguro que también ha tenido mucho que ver en esto.
Mis reflexiones sobre el acuciante problema de la des-
población, que en la mayor parte del territorio de Aragón
toma tintes dramáticos, se remitieron a mis experiencias
en relación con el patrimonio arquitectónico, que consti-
tuye, junto con el paisaje, la principal seña de identidad
de los pueblos. Por tanto, su conservación ha de consti-
tuir una prioridad en las políticas relacionadas con el terri-
torio, sin olvidar todos los procesos culturales, históricos
y del desarrollo de las artes que giran en torno a ellos.
Nuestra obligación es la de transmitir los monumentos
a las futuras generaciones con todas las cualidades posi-
bles. El monumento es un documento de la historia, es
materia construida, único en sí mismo, en el que su de-
sarrollo histórico arranca desde las misma causas por las
que se construyó, las personas que lo impulsaron, su
contexto social y constructivo y su devenir existencial
hasta el presente. El monumento tiene valores significa-
tivos para la población, como valor identitario y referente
de su pasado histórico y, como testimonios materiales
de la historia, representan para la sociedad en la que es-
tán inmersos señas de identidad insustituibles, y deben
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 89

VIAJES, EXCURSIONES Y VIDA SOCIAL

Francisco Bono, Javier Ibargüen, y Antonio Jiménez.

ser transmitidos a las siguientes generaciones, a la vez

que en el presente se fomenten sus valores funcionales.
Como elementos materiales están sometidos a un dete-
rioro permanente en el tiempo e inevitablemente someti-
dos a tratamientos de conservación.
La despoblación y el abandono han resultado letales
para el patrimonio edificado, en una buena parte situado
en el mundo rural. Viejas estaciones, cientos de molinos
hidráulicos, complejos harineros, noriales para el riego
agrícola, puentes, ermitas abandonadas y los innumera-
bles castillos que padecen un deterioro progresivo son
solo una pequeña muestra del patrimonio que hoy esta-
mos perdiendo si nadie pone remedio.
Debemos aportar ideas nuevas. Habría que invertir en
rehabilitación, por la gran mano de obra que genera; ha- necesidades de su restauración son proporcionales al
bría que establecer planes estratégicos por áreas de in- territorio, no a la población.
fluencia de determinados sitios emblemáticos. Aragón La gestión del patrimonio viene en los últimos años
tiene un importante número de monumentos, yacimien- siendo suplida por empresas privadas, que aportan solu-
tos, rutas y paisajes singulares repartidos por todo el te- ciones creativas vinculando los monumentos y lugares
rritorio, y estos pueden aglutinar desarrollos y fijar pobla- históricos con los personajes que los impulsaron. Debe-
ción. Los planes ministeriales deberían aumentar ese mos apoyar el crecimiento de estas empresas, que crean
pobre 1,5% cultural de las inversiones en infraestructu- riqueza y autoestima a la población rural.
ras y dejar que gestionaran las comunidades autóno- Además, ideas nuevas como el doble empadronamien-
mas; habría que retomar exitosos planes de dinamiza- to, la multipropiedad, el crowdfunding o micromecenaz-
ción turística, y que la asignación de fondos del Estado go, proyectos sociales, educativos, etc., en torno al patri-
viniera dada por el tamaño del territorio, no por la pobla- monio, pueden abrir nuevas vías sin olvidar la fundamen-
ción. Los monumentos históricos se crearon cuando la tal: dotar de potentes incentivos fiscales a la restauración,
población estaba repartida en el territorio; por tanto, las que revertirían con creces, económica y socialmente.

Foto: María Lanzarote Aso

Desde 1925 la revista Aragón,
editada por el Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón, SIPA,
procura ser un embajador en papel de nuestra tierra.

Los ejemplares que quedan tras el reparto se
distribuyen en mano a personas inquietas por la
cultura y el turismo de Aragón, generalmente
en nuestra oficina, decana de las oficinas de in-
formación turística, ininterrumpidamente abier-
ta desde 1925.
Pues aún así, nos cuesta mucho dar a la luz cada
número, pues en estos tiempos la publicidad ins-
titucional aragonesa es de dificil consecución.
De nuestra revista, Aragón turístico y monumental
se editan 1500 ejemplares que se envían a:
530 socios del SIPA
76 Institutos Cervantes en el mundo
68 Centros aragoneses en España y en el mundo
104 Bibliotecas en Aragón
124 Instituciones Diputaciones, Ayuntamientos, corporaciones
y departamentos turisticos de otras CC.AA.
114 colaboradores

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REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN y SUSCRIPCIONES:
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89
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 90
En esta página y la siguiente, manifestación en Valencia el 7 de octubre reivindicando el Corredor Cantábrico-Mediterráneo.
ROMPER EL CERCO DE TERUEL
coautor del libro El AVE y las pequeñas ciudades. El caso de Teruel
E
l pasado 7 de octubre, en Valencia, por prime-
ra vez, valencianos y aragoneses, reivindica-
mos juntos el Corredor Cantábrico-Mediterrá-
neo por Sagunto y Teruel. Una línea férrea
que siempre nos ha unido y que tantas veces
hemos olvidado hasta el punto de casi dejarla cerrar, co-
mo pasó con el Canfranc, que también forma parte de
este corredor con su conexión por los Pirineos.
Muchos zaragozanos y valencianos desconocen que la
conexión entre Zaragoza y Valencia (ciudades españolas
quinta y tercera en población) se puede realizar ya, rodean-
do nada menos que 300 km (por Madrid), y que con la ve-
locidad de los AVE se llega media hora antes -transbordo
incluido en Madrid- que por nuestra vetusta vía recta por
Teruel. Eso sí, con los consiguientes costes superiores del
billete y de la energía por trayecto. Es lo que denomina-
mos “el cerco de Teruel”. Como conclusión: la falta de un
tramo por Tarragona puede suponer perder nuestro corre-
dor, el que articula nuestras comunidades de norte a sur,
desde Canfranc hasta Sagunto, el que además da sentido
y fuerza a la Travesía Central del Pirineo.
Dicen que la historia es cíclica. A Paul Preston, historia-
dor de la Guerra Civil española, le gustaba repetir que
“quién no conoce su historia está condenado a repetir
sus errores”. Precisamente, cuando se cumple el 80 ani-
90 versario de la batalla de Teruel y del cerco de Teruel, te-
Francisco Javier Juárez Gracia,
Portavoz de Teruel Existe y
nemos que hablar de otra más que probable efeméride
con la que vamos a utilizar los mismos términos bélicos
de nuestra historia. A estas alturas todo el mundo sabrá
que Teruel fue la última capital de España en recibir el fe-
rrocarril, el 28 de julio de 1901. El profesor Vicente Pini-
lla, catedrático de Historia Económica de la Universidad
de Zaragoza, en su libro Teruel (1833-1868): revolución
burguesa y atraso económico, analiza las repercusiones
del desarrollo de la red ferroviaria del siglo XIX en la eco-
nomía turolense y afirma: “toda la actividad económica
se vio entorpecida por esta carencia de comunicaciones
en unos momentos en que otras zonas de España co-
menzaban a resolver este tipo de problemas de forma
más satisfactoria. Así, por ejemplo, los trazados ferrovia-
rios rodearon Teruel, dejando a la provincia aislada y
arruinando gran parte de su antiguo comercio. Este es-
tancamiento económico generalizado se convirtió en
atraso en cuanto que en otros lugares se iba logrando
cierto grado de desarrollo y modernización, y la resolu-
ción de problemas que en Teruel asfixiaban estas posibi-
lidades.”
Hoy, no solo Teruel capital, sino al menos cuatro de
sus comarcas más cercanas, Albarracín, Gúdar-Javalam-
bre, Maestrazgo y la Comarca de Teruel tienen en el tu-
rismo uno de sus principales motores económicos de de-
sarrollo, máxime si se confirma el cierre de la Central
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:08 Página 91
Térmica de Andorra. Su gran atractivo paisajístico y am-
biental junto con el maridaje de productos de la tierra, co-
mo el jamón de Teruel, la trufa de Sarrión o los numero-
sos quesos (Celadas, Albarracín, Rodenas, Tronchón, Jar-
que de la Val, etc.), por poner algún ejemplo, convierten
a la zona en un referente del turismo de interior. Inversio-
nes turísticas importantes como Dinópolis, las estacio-
nes de esquí y próximamente Galáctica ayudan también
a su desarrollo. El esfuerzo realizado por Teruel por mejo-
rar, sobre todo desde la realización de la anhelada A-23,
ha sido notable. Los establecimientos hosteleros se han
triplicado y ha existido un empeño por la calidad, con un
ejemplo destacable, el de la Hospedería El Batán de Tra-
macastilla, con su flamante estrella Michelín, en una de
las zonas más deprimidas por la despoblación en Espa-
ña. Toda la población se ha volcado en divulgar su histo-
ria y sus leyendas, como ha pasado con la celebración
de la fiesta de los Amantes de Teruel. Hemos pasado
de recibir unos 22 000 viajeros de media al mes, en
2000, a 34 000 en 2017, según el INE. En una reciente
entrevista, con motivo de FITUR, el consejero de Verte-
bración afirmó: “el turismo es fundamental para verte-
brar el territorio aragonés”. Y tiene toda la razón.
Una buena parte del turismo de interior, hoy, se mueve
en AVE. Renfe lo sabe y por eso oferta paquetes de ho-
tel-coche-AVE y envidiables ofertas en los puentes. Las
ciudades que disponen de AVE lo saben, y se han unido
en una red de ciudades de AVE para promocionarse. En
Semana Santa las cifras de viajeros en AVE suponen ci-
fras récord el transporte con AVE o con larga distancia. El
año pasado, más de un millón y medio de viajeros utiliza-
ron ese medio de transporte. Nuestra vecina Cuenca ha
recibido 300 000 visitantes -en AVE- en 2016, visitantes
que podrían haber venido a Teruel si se hubiera realizado
nuestro proyecto inicial. En otros artículos hemos analiza-
VIAJES, EXCURSIONES Y VIDA SOCIAL
do detalladamente cómo Aragón ha desperdiciado oportu-
nidades negociadoras para integrar a Teruel en la nueva
red ferroviaria. Desgraciadamente, se está cumpliendo
una predicción que hicimos hace doce años: se está com-
pletando el cerco de Teruel, y la provincia ya se encuentra
rodeada de líneas de AVE, al inaugurarse (el 23 de enero
de 2018) el AVE a Castellón. Mientras, las inversiones
proyectadas para nuestra línea siguen siendo más propias
de un ferrocarril del siglo XIX (385 millones de €).
Afortunadamente la necesidad de la Comunidad Valen-
ciana de sacar sus mercancías por la línea de Sagunto-Te-
ruel-Zaragoza, al no poder hacerlo por el Corredor Medite-
rráneo, en ancho ibérico por el estrechamiento entre Cas-
tellón y Vandellós, ha hecho renacer la esperanza del ferro-
carril de Teruel, al conseguir incorporar dicho tramo al me-
canismo Conecta Europa tras su aprobación por la Comi-
sión de Transportes del Parlamento Europeo, que espera-
mos sea refrendada por el Consejo y la Comisión Europea.
Eso significará una posible financiación europea para los
cerca de 4000 millones de € que necesita la línea.
El diseño de un Corredor Cantábrico-Mediterráneo por
Teruel, prometido en 2004 y 2009, iniciado en el BOE co-
mo de Alta Capacidad (no un AVE), con doble vía electrifi-
cada, de tráfico mixto pasajeros y mercancías y con tra-
zados del siglo XXI es nuestro último tren para no perder
el corredor tradicional entre Aragón y Valencia, que enla-
zaría siete comunidades autónomas, diez millones de via-
jeros potenciales y conectaría los puertos del Cantábrico
y el Mediterráneo con las plataformas logísticas aragone-
sas, colocando a Zaragoza en un cruce de corredores fe-
rroviarios, que seguro será también un estímulo para la
mejora de la línea y la próxima reapertura del Canfranc.
Esperamos que sea una realidad si la inversión del Minis-
terio de Fomento, por fin, se corresponde con las necesi-
dades de la línea.
91
Aragón-385.qxb:aragon 03/01/19 11:09 Página 92
VIAJES, EXCURSIONES Y VIDA SOCIAL
Tres rutas de especial atractivo:
Bajo Ebro,
Río Gállego
y Cinco Villas
L
a provincia de Zaragoza es un triángulo espacial
tan rico y tan potente en alicientes turísticos
que no se puede abarcar ni disfrutar sin unas re-
comendaciones. Es necesario segmentarlo para
vivirlo. La Diputación de Zaragoza ha creado un
programa de “11 rutas y + de 200 ideas para viajar en fa-
milia”. De ellas, estas son las últimas publicadas:
Bajo Ebro: Rueda, Caspe y Mar de Aragón
Una ruta de las que hacen afición. Es el camino natural
de Aragón hacia el Mediterráneo. Empezando en Quinto,
que a sus muchos valores une el reciente Museo de las
Momias, y terminando en Mequinenza, con otro curioso
Museo de la Mina de Carbón. Y entre ellos un rosario de
poblaciones articuladas por el río Ebro, que se despereza
en los meandros de Sástago y se remansa en el Mar de
Aragón en Caspe hasta despedirse de la tierra baja en Fa-
yón, donde recoge las aguas del Matarraña al pie de la er-
mita del Pilar. En su recorrido, norias, molinos, paseos de
ribera, espacios de pesca y deportes náuticos... incluso el
monasterio de Rueda de Ebro, joya cisterciense.
Y si le gustan los castillos, Maella, Nonaspe, el del Com-
promiso de Caspe o el imponente de Mequinenza. Y si
buscas el arte de las iglesias, cada población presume de
templos de singular belleza (las parroquiales de Sástago o
Fabara, la colegial de Caspe y la acogedora de Chiprana.
Gran ruta para recorrer en coche con la familia. Hay alicien-
tes para todos.
http://zaragozaturismo.dpz.es/2016_rutas_por_la_provin-
cia.asp?id_ruta=6
http://momiasdequinto.es / 976177011
www.museosdemequinenza.com
Románico y juderías en las Cinco Villas
Todo a lo grande. Esta es una ruta rica en sorpresas y
números. Cinco grandes castillos: Uncastillo, Erla, Biel,
Luesia y Sádaba. Cinco ríos propios: los tres Arbas, el Ri-
guel y el Farasdués. Y gran canal. Visitarla es disfrutar por
la mayor comarca de Aragón, tal que dos parecen. Arriba,
Sos del Rey Católico, coronado por Yesa y la espectacular
forestación de la sierra de Santo Domingo; y en el sur
Tauste, siempre en lucha por colonizar el desierto. En el
centro la capital, Ejea de los Caballeros, con la directa
puesta hacia el progreso. Uncastillo es museo de sí mis-
mo. Sádaba, arte condensado. Tauste sobresale por Santa
María, atalaya mudéjar. Castiliscar y Luesia son dos gratas
sorpresas en el camino. Tierras de románico. En Biel resi-
92
dió el Batallador, nació Fernando en Sos y por aquí vivió su
infancia Cajal. En esta ruta no solo sorprenden las juderías,
ni solamente emociona el románico.
http://zaragozaturismo.dpz.es/2016_rutas_por_la_provin-
cia.asp?id_ruta=8
Por el río Gállego y los Mallos
Esta ruta remonta un río y el aprecio por la provincia an-
te sus muchos alicientes turísticos, paisajísticas, artísticos.
¿Quién no se interesa por la Cartuja de Aula Dei y sus pin-
turas de Goya? ¿Quién no se ha quedado admirado ante la
robustez de los mallos de Riglos? Pero hay que conocer
los oníricos Aguarales de Valpalmas, navegar por las aguas
tranquilas de Ardisa, recorrer senderos bellos y apacibles
de Marracos y Puendeluna, hacer BTT en las Pedrosas, o
incorporarse a los deportes de aventura que Murillo y sus
aledaños ofrecen, para poder degustar esta realidad turísti-
ca tan gratificante. Y el encuentro con la potente imagen
del castillo de Loarre, y su posterior visita, nos hará pensar
que hemos acertado con hacer esta ruta. Y nos pasará lo
mismo en Ayerbe y sus palacios, o en las iglesias de San-
tiago y el Salvador en Agüero. ¡Qué contrastes tiene esta
ruta que complace a los más exigentes!
http://zaragozaturismo.dpz.es/2016_rutas_por_la_provin-
cia.asp?id_ruta=11
Y en las tres rutas se cocinan los sentimientos con el ar-
te, la historia y la naturaleza, pero también puede disfrutar-
se de cocinados gastronómicos que dejan recuerdo y sa-
bor agradecido. Otros motivos culturales para volver.
Cualquier ruta de Zaragoza no se agota al recorrerla, an-
tes bien, propone consciente o inconscientemente la obli-
gación de repetir, hasta impregnarse de sus valores. Ya se
sabe, cuanto más se sabe, mejor sabe.
Se pueden descargar estas rutas en http://zaragozaturis-
mo.dpz.es/ y con fotos de 360 º en: http://www.zaragoza-
provincia360.es/pt/mapa_rutas/;
Youtube: https://www.youtube.com/user/canalculturadpz